161
CELEBRACIONES DE SEMANA SANTA EN AUSENCIA DE PRESBITERO ARQUIDIÓCESIS DE MONTERREY Secretariado de Pastoral Litúrgica

Monterrey, Archidiocesis - Celebraciones de Semana Santa en Ausencia Del Presbitero

Embed Size (px)

DESCRIPTION

PARA LA CELEBRACIÓN EN AUSENCIA DE PRESBÍTERO

Citation preview

  • CELEBRACIONES DE SEMANA SANTAEN AUSENCIA DE PRESBITERO

    ARQUIDICESIS DE MONTERREYSecretariado de Pastoral Litrgica

  • 2Ao Sacerdotal 2010

    INTRODUCCIN

    La Comunidad cristiana ha crecido enormemente en estas tres ltimas dcadas y, tambin ha crecido con ella la demanda de una mejor atencin que debe traducirse en una mejor vida cristiana.

    En efecto, cuando la asamblea se rene lo hace con el fin primordial de dar gloria a Dios por medio de la liturgia; pero, debemos erradicar la idea de que liturgia es slo el conjunto de ritos armnicos que hacen una celebracin. Los ritos son slo el vehculo por el cual la liturgia cumple con su misin. La autntica finalidad de la liturgia, por la cual ha merecido el ttulo de "manantial y cumbre de toda la vida cristiana"1 se debe ya que es, el fruto que Cristo y la Iglesia tributan al Padre, es decir, la humanidad redimida2.

    Desde esta visin, la liturgia solo puede ser celebrada dignamente cuando el corazn, la mente, la boca y la accin estn en completa armona. De tal forma, que la Semana Santa que nos disponemos a celebrar con nuestros hermanos nos debe ayudar a englobar toda nuestra existencia, la existencia misma de la comunidad y hacer de todo esto nuestra ofrenda agradable.

    Sin embargo, cuando el presbtero no puede celebrar fsicamente con la comunidad todos estos misterios, entonces llama, con el consentimiento del Obispo3, a uno de entre los hermanos para que dirija la oracin (no la presida): es el hermano mayor que ayuda a los dems a ponerse todos en sintona con Dios. Por eso debemos recordar que solo los ministros sagrados en virtud de la gracia de la Ordenacin representan sacramentalmente a Cristo, cabeza de su Iglesia y, que solo la Celebracin Eucarstica puede edificar la Iglesia4. Ya que es Cristo quien siempre preside las celebraciones litrgicas, deben pues los laicos saber que esta presidencia solo se acta mediante el sacramento del Orden. De aqu que no le est permitido al laico o religioso (no ordenado) ocupar la sede en una celebracin, sino que dirige la oracin desde otro lugar, fuera del presbiterio5 cercano a sus hermanos. En cuanto a la vestidura se refiere, el alba es lo ms conveniente6 ya que no es una vestidura clerical sino ministerial propia de todos los bautizados7.

    1 Sacrosanctum Concilium, 10.2 Idem 7.3 "Compete al obispo diocesano, odo el parecer del consejo presbiteral, establecer si en la dicesis propia puede tenerse regularmente reuniones dominicales sin la celebracin de la Eucarista". Cfr. DIRECTORIO PARA LAS CELEBRACIONES DOMINICALES EN AUSENCIA DEL PRESBITERO. N. 24.4

    "No se edifica ninguna comunidad cristiana si no tiene como raz y quicio la celebracin de la Santsima Eucarista". Cfr. Presbiterorum Ordinis (Vaticano II) n. 6.5

    "El laico no debe usar la sede presidencial, sino que debe preparrsele otro asiento fuera del presbiterio". Cfr. Ordenacin General de la Liturgia de las Horas, n. 258.6 "Si es un laico el que dirige la celebracin, es conveniente que se revista de alba o de tnica nicamente; si no, usar un vestido digno". Instructivo de la Comisin Episcopal de Pastoral Litrgica de la Conferencia Episcopal Mexicana, n. 6.7 Institucin General del Misal Romano(IGMR), Editio Tertia, 107: Los ministros laicos tambin aparecen en la nueva Institutio. Han de vestir alba u otra vestidura legtimamente aprobada por la Conferencia Episcopal (339). Escogidos por "el prroco o el rector de la Iglesia", reciben su ministerio por medio de una bendicin litrgica o por delegacin temporal.

  • 3Finalmente, debemos hacer de la comprensin de todos los hermanos que es urgente la oracin comn pidiendo a Dios por el aumento y perseverancia de las vocaciones sacerdotales, siendo uno de los motivos principales de sus celebraciones8. De hecho, en algunos lugares, el hermano que dirige la oracin lleva a la sede una estola colocndola all reverentemente, sealando el deseo de que pronto un presbtero haga presente a Cristo cabeza de la Iglesia entre sus hermanos.

    Cuando un laico ayuda a sus hermanos a reunirse en oracin delante de la sagrada Palabra de Dios y eventualmente compartiendo con ellos la sagrada Comunin debe evitar, por el bien de la Iglesia misma, emular a un presbtero. El laico debe comportarse no como el que intercede, sino el que acompaa. En las oraciones no debe extender sus manos en cruz como lo hace el sacerdote, tampoco puede realizar bendiciones que no les son propias a su estado laical como es todo lo que se refiere a la piedad de sus hermanos laicos (velas, estampas, agua, ceniza, etc.) Pero si puede ayudar a sus hermanos a pedir a Dios su bendicin sobre ellos, sus posesiones, sus instrumentos de trabajo, siempre sin dirigirse l a Dios en nombre de sus hermanos, sino acompaar la splica de ellos.

    Los laicos jams deben utilizar el modo indicativo de los verbos. Por ejemplo: Bendice, Seor sino: pidamos, hermanos al Seor que se digne bendecir solo acompaa, pero no intercede habla con sus hermanos de las cosas que se refieren a Dios, no se dirige a Dios en nombre de sus hermanos.

    Los laicos no deben predicar a sus hermanos9, sino suscitar en ellos su fuerza (virtud) y vocacin (don) proftico para que ellos mismos entre s, expresen lo que la Palabra de Dios les ha inspirado. Al final, el hermano puede, tomando los aportes de los dems hermanos, llegar a una conclusin y una tarea que la comunidad acepte afrontar como feedback como respuesta al don recibido por Dios.

    Procuren, por tanto, alejarse lo ms posible del esquema de una misa recortada error que en el pasado se le conoci como misa seca10 porque no haba consagracin de las especies. Nuestra celebracin puede adaptarse a un esquema ms libre, donde los ritos iniciales sean ms cortos, donde el centro lo tenga la Palabra y donde un posible acto penitencial se de cmo respuesta a la confrontacin de nuestras actitudes y acciones ante la voluntad de Dios expresada en la proclamacin y meditacin de la Palabra.

    As, la Oracin Universal de los Fieles adquirira el sentido original del siglo IV donde a cada splica se responda con un kyrie eleisn11 que si bien se ha traducido como Seor, ten piedad12 para los antiguos del mundo helnico significaba, ms que splica de perdn, un reconocimiento del poder con el cual, el seor (llmese rey o emperador) poda solucionar las splicas de su pueblo. Por tanto, referido a 8 Cfr. Directorio para las celebraciones dominicales en ausencia del presbtero, n. 449 Institutio Generalis Missalis Romani, 66 La homila la debe hacer el sacerdote que preside, un sacerdote concelebrante, incluso un dicono,"pero nunca un laico".10 Durandus, "Rationale", IV, i, 23: La Missa Sicca (latn: misa seca) Fue una forma de devocin usada en la Edad Media para funerales o matrimonios celebrados por la tarde cuando una verdadera misa no poda ser celebrada. Tena todo lo de una misa, excepto el ofertorio, la consagracin y la comunin.Tras la reforma litrgica promovida por el Concilio de Trento, bajo el pontificado de san Po V (1566 - 1572) fue poco a poco desapareciendo.11 Egeria Itinerarium ad Loca Sancta. La peregrina espaola del siglo IV nos narra como el dicono en la liturgia de Jerusaln propona a la Asamblea el motivo de la splica, pero era los nios los que elevaban al cielo la verdadera splica aclamando: Kyrie eleison.12 Kyrie es el caso vocativo del sustantivo griego (kyrios: seor) y significa Oh Seor!. Eleison, en griego

    , es imperativo del verbo "compadecerse".

  • 4Dios, ms que un acto penitencial, se trata de la confianza de que si Dios nos pide, a travs de su Palabra realizar algo, l mismo Kyrios nos dar con que responderle. Como deca san Agustn: Dame lo que me pides y pdeme lo que quieras13.

    Finalmente, el Padre nuestro preside los ritos de la comunin, apuntando la causa sin la cual no se debe el fiel cristiano acercarse a la comunin: danos hoy en pan de cada da y perdona nuestras ofensas (deudas), as como nosotros perdonamos tambin a los que nos ofenden (deben)14.

    Igualmente es importante darse el tiempo para concluir la celebracin con el fraternal gape donde convivimos un poco como hermanos, compartiendo lo que cada quin trado para comer, beber y alegrarnos por la salvacin que Dios nos ha ofrecido. Sirve tambin el gape para comentar el cmo se podr cumplir con el compromiso expresado, con la tarea comn.

    PREPARATIVOS1. La oracin:

    Siempre que se inicia una misin de Semana Santa es comn que se formen comisiones para reunir todas las cosas necesarias. Sin embargo, la primera de todas ellas es la oracin, tanto en la comunidad parroquial que enva, como en el lugar a donde se va.

    Debemos manifestar ser verdaderamente una familia, algunos cartelones describiendo la comunidad a la que es va motivara suficientemente a la asamblea a la oracin. Ahora bien, si es posible el uso de otros medios ms eficaces como el video o la entrevista se acercaran ambas comunidades. Lo mismo debe suceder en el lugar de destino: ir haciendo familiares a los misioneros. Sera bueno adems invitar al gape al final de la celebracin, pidindoles que cada quien lleve algo para comer.

    2. Las herramientas:

    Adems de los efectos personales hay que pensar en:

    - Material pedaggico: cartulinas, plumones, cintas adhesivas, etc.- Folletos de oracin: Liturgia de las Horas de la Semana Santa, Leccionario de la Semana

    Santa, el viacrucis, la visita de los siete templos, libro de cantos, etc.- Ramos, velas, toallas, jabn, envases para el agua bendita, etc.

    3. Los cantos:

    13 San Agustn (Confesiones 10, 26, 37).14Panem nostrum cotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris ,

  • 5Es muy recomendable, en la media de lo posible que sean los mismos cantos para que la comunidad los aprenda. O cantar los que ellos se saben y disfrutan.

    DOMINGO DE RAMOS

    I. SU SIGNIFICADO

    Primeramente, es el ltimo de los domingos de Cuaresma, es llamado tambin Domingo de la Pasin. Recuerda dos eventos contrastantes entre s: La entrada triunfal de Jess a Jerusaln y la narracin de su pasin, desde la Ultima Cena hasta la sepultura.

    Con esto la Iglesia quiere dejar claramente lo siguiente:

    Jess era consciente de cul era su misin al ir a Jerusaln. No se puede llegar a la gloria sin pasar por la cruz.

    La primera en darnos noticias de este rito es una peregrina espaola del siglo V que se encuentra en Jerusaln para la Semana Santa. Ella nos dice que la comunidad y el Obispo se reunan poco despus del medio da en el monte de los olivos, donde se tena una muy larga celebracin de la Palabra. Poco antes de caer la tarde, se dirigan a Jerusaln portando ramos de palma o de olivo15.

    Ms tarde las iglesias de Oriente van a tomar esta costumbre que no es sino hasta el siglo VI que llega a Francia y Espaa16. Y solo hasta el siglo VIII se tiene noticias de una bendicin sobre los ramos que podan ser de otro tipo de rboles. Estos ramos, solo tienen un significado simblico, como signo de vida, de esperanza, de victoria, pero la piedad popular les ha atribuido una eficacia ms fuerte, casi mgica por lo que hay que tener bien presente la catequesis sobre este significado de aclamar pblicamente a Cristo como nuestro Seor y Rey, si bien los ramos se conservan, es para recordarnos que somos de Cristo y que jams debemos aliarnos con sus enemigos.

    II. PREPARATIVOS INMEDIATOS

    Escoger el lugar donde iniciar la procesin. No debe ser muy distante del lugar donde se reunir la asamblea.

    Si no se tiene a la mano palmas para confeccionar los ramos, se puede buscar las ramas de algn rbol de hoja perenne de la regin (Por aquello que puedan conservarse por un buen tiempo).

    Adornar a una cruz procesional (si no se tiene una, es fcil de elaborar: simplemente un crucifijo normal se ata a una asta o palo alto). Tambin dos candeleros o velas deben ser adornados con las ramas.

    Los textos, lecturas, cantos y agua bendita. Un recipiente para el incienso (turiferario), carbn e incienso. Avisar, previamente a la comunidad de una convivencia fraterna al final de la

    15 Egeria, cap. 31.16 San Isidoro de Sevilla (+636) De Eccl. Off. I, 28; PL 82, 251.

  • 6celebracin.

    III. LA CELEBRACIN

    Monicin:

    Hermanos, en este ao que la Iglesia celebra un especial ao dedicado a los sacerdotes, nos alegramos de haber sido convocados por Dios como Asamblea (Ecclesia) para iniciar la Semana Santa en este lugar pblico, la razn de esto es recordar y manifestar que Cristo no slo es nuestro salvador, sino tambin nuestro Dios y Seor. Nosotros tambin le aclamamos como lo hiciera Jerusaln hace poco menos de 2,000 aos. Sin embargo, nosotros queremos serle fiel y no darle la espalda como lo hiciera aquella muchedumbre que primero gritaba Hosanna al Hijo de David y pocos das despus gritaran Crucifcalo!

    Hoy queremos con estas palmas, que devotamente conservaremos, garantizar que te seguiremos hoy, maana y hasta el ltimo da de nuestras vidas.

    Hoy queremos manifestar que Dios no est solo en esta sociedad, que tiene un pueblo que se enorgullece de pertenecerle y que luchar incansablemente hasta que este mundo se le rinda y le reconozca tambin como Salvador, como Dios y como Seor.

    Dispongmonos a participar fervorosamente.

    El Coro inicia con una estrofa del canto inicial.

    Re SimJUNTOS COMO HERMANOSRe La7MIEMBROS DE UNA IGLESIASim Fa#m Sol ReVAMOS CAMINANDO AL ENCUENTROLa7 ReDEL SEOR.

    La7 SolUn largo caminar por el desierto La7 Re Sim Fa#mBajo el sol no podemos avanzarSol Re La7 ReSin la ayuda del Seor.

    La7 Sol La7Unidos al rezar, unidos en una cancinRe Sim Fa#mViviremos nuestra feSol Re La7 Recon la ayuda del Seor.

    La7La iglesia en marcha esta Sol La7A un mundo nuevo vamos yaRe Sim Fa#mDonde reinar el SeorSol Re La7 Re

  • 7Donde reinar la paz.

    RITOS INICIALESReunida la comunidad en un lugar cercano a la Iglesia o casa donde se va a tener la celebracin,

    el que dirige la misma saluda a la asamblea:

    En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo. R. Amn.

    Hermanos, bendigamos a Dios Padre que nos permite reunirnos en su nombre para aclamar y reconocer pblicamente a su Hijo como nuestro Seor y Rey.R. Bendito seas por siempre, Seor.

    Implorar la bendicin sobre los ramos: Se trata de pedirle a Dios que se digne bendecir a sus fieles

    para que perseveren en el testimonio de una autntica vida cristiana.

    Primeramente hace una exhortacin explicando el significado de los ramos y del rito que a continuacin se va a realizar:

    Oremos hermanos al Seor, para que aumente la fe de los que tenemos en l nuestra esperanzay para que conceda a quienes agitamos estas palmasen honor de Cristo victorioso,permanecer unidos a lpara dar frutos de buenas obras.por el mismo Jesucristo, nuestro Seor.R. Amn.

    En un recipiente previamente preparado con agua bendita,Cada uno de los fieles pasa para mojar en l sus ramos.

    Si es mucha la gente se puede entonar algn canto:

    Do Fa Do Como el siervo al agua va, Quien escucha mi gemir Fa Do vamos hacia ti, Seor, dice: dnde est tu Dios? pues de Ti tenemos sed, El Seor se encuentra aqu, fuente del eterno amor. en la voz de jbilo. Fa Sol Do Caminamos hacia Ti Ya mi canto ha de cesar: Fa Sol Do con alegres cnticos. el Seor es salvador. Nos unimos en tu amor Cuando tenga que sufrir, para amarte ms, Seor. en Ti pensar, Seor.

    Gloria al Padre eterno, gloria al Hijo redentor, gloria al Espritu que nos une en el amor.

  • 8Ahora se hace la proclamacin del Evangelio que narra la entrada triunfal de Jess a Jerusaln. El ciclo de lecturas A propone el texto segn san Mateo; el B propone los textos ya sea de san Marcos o san Juan y, el ciclo C propone el texto segn san Lucas. La correspondencia de ciclos segn los aos es: 2010: C / 2011: A / 2012: B / 2013: C y as los dems.

    Ao A: Aos 2011, 2014, 2017...

    Lectura del santo Evangelio segn san Mateo21, 1-11

    uando se aproximaban ya a Jerusaln, al llegar a Betfag, junto al monte de los Olivos, envi Jess a dos de sus discpulos, dicindoles: "Vayan al pueblo que ven all enfrente; al entrar,

    encontrarn amarrada una burra y un burrito con ella; destenlos y triganmelos. Si alguien les pregunta algo, dganle que el Seor los necesita y enseguida los devolver".

    CEsto sucedi para que se cumplieran las palabras del profeta: Dganle a la hija de Sin: He aqu que tu rey viene a ti, apacible y montado en un burro, en un burrito, hijo de animal de yugo.

    Fueron, pues, los discpulos e hicieron lo que Jess les haba encargado y trajeron consigo la burra y el burrito. Luego pusieron sobre ellos sus mantos y Jess se sent encima. La gente, muy numerosa, extenda sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de los rboles y las tendan a su paso. Los que iban delante de l y los que lo seguan gritaban: "Hosanna! Viva el Hijo de David! Bendito el que viene en nombre del Seor! Hosanna en el cielo!"

    Al entrar Jess en Jerusaln, toda la ciudad se conmovi. Unos decan: "Quin es ste?" Y la gente responda: "Este es el profeta Jess, de Nazaret de Galilea".Palabra del Seor.R. Gloria a ti, Seor Jess.

    Ao B: Aos 2012, 2015, 2018...

    Lectura del santo Evangelio segn san Marcos11, 1-10

    uando Jess y los suyos iban de camino a Jerusaln, al llegar a Betfag y Betania, cerca del monte de los Olivos, les dijo dos de sus discpulos: "Vayan al pueblo que ven all enfrente; al

    entrar, encontrarn amarrado un burro que nadie ha montado todava. Destenlo y triganmelo. Si alguien les pregunta por. qu lo hacen, contstenle: 'El Seor lo necesita y lo devolver pronto' ".

    CFueron y encontraron al burro en la calle, atado junto a una puerta, y lo desamarraron. Algunos de los que all estaban les preguntaron: "Por qu sueltan al burro?" Ellos les contestaron lo que haba dicho Jess y ya nadie los molest.

    Llevaron, el burro, le echaron encima los mantos y Jess mont en l. Muchos extendan su manto

  • 9en el camino, y otros lo tapizaban con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante de Jess y los que lo seguan, iban gritando vivas: "Hosanna! Bendito el que viene en nombre del Seor! Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! Hosanna en el cielo!"Palabra del Seor.R. Gloria a ti, Seor Jess.

    0 bien:

    Lectura del santo Evangelio segn san Juan12, 12-16

    n aquel tiempo, al enterarse la gran muchedumbre que haba llegado para la fiesta, de que Jess se diriga a Jerusaln, cortaron hojas de palmera y salieron a su encuentro, gritando:

    "Hosanna', Bendito el que viene en nombre del Seor, el rey de Israel!"EHabiendo encontrado Jess un burrito, lo mont, como est escrito: No tengas temor, hija de Sin, mira que tu rey viene a ti montado en un burrito.

    Sus discpulos no entendieron estas cosas al principio, pero cuando Jess fue glorificado, se acordaron de que haban sido escritas acerca de l y que ellos las haban cumplido.Palabra del Seor.R. Gloria a ti, Seor Jess.

    Ao C: Aos 2010, 2013, 2016...

    Lectura del santo Evangelio segn san Lucas19, 28-40

    n aquel tiempo, Jess, acompaado de sus discpulos, iba camino de Jerusaln, y al acercarse a Betfag y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envi a dos de sus discpulos,

    dicindoles: "Vayan al casero que est frente a ustedes. Al entrar, encontrarn atado un burrito que nadie ha montado todava. Destenlo y triganlo aqu. Si alguien les pregunta por qu lo desatan, dganle: 'El Seor lo necesita' ".

    E

    Fueron y encontraron todo como el Seor les haba dicho. Mientras desataban el burro, los dueos les preguntaron: "Por qu lo desamarran?" Ellos contestaron: "El Seor lo necesita". Se llevaron, pues, el burro, le echaron encima los mantos e hicieron que Jess montara en l.

    Conforme iba avanzando, la gente tapizaba el camino con sus mantos, y cuando ya estaba cerca la bajada del monte de los Olivos, la multitud de discpulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los prodigios que haban visto, diciendo:

    "Bendito el rey que viene en nombre del Seor! Paz en el cielo y gloria en las alturas!"

  • 10

    Algunos fariseos que iban entre la gente, le dijeron: "Maestro, reprende a tus discpulos". El les replic: "Les aseguro que si ellos se callan, gritarn las piedras".Palabra del Seor.R. Gloria a ti, Seor Jess.

    Se puede tener una breve explicacin del sentido de esta aclamacin a Jess en su triunfal entrada a Jerusaln.

    Monicin:

    Luego, inicia la procesin:

    Queridos hermanos:como la muchedumbre que aclamaba a Jess, acompaemos tambin nosotros, con jbilo, al Seor.

    Primeramente va el que lleva el incienso, si lo hay: luego, la cruz procesional y los ciriales (velas); sigue el que dirige la celebracin y detrs de l toda la comunidad.

    Se pueden entonar en el transcurso, segn la trayectoria diversos cantos:

    G D7QUE VIVA MI CRISTO, QUE VIVA MI REY C G D7 GQUE IMPERE DOQUIERA TRIUNFANTE SU LEY ! C G D7 GQUE IMPERE DOQUIERA TRIUNFANTE SU LEY !

    VIVA CRISTO REY!(2) D7 G

    G CMexicanos un padre tenemos D7 Gque nos dio de la patria la unin, G7 Ca ese padre gozosos cantemos, G D7 G G7empuando con fe su pendn C D7 G

    Para iniciar nuestra procesin a la iglesia nos organizaremos as:

    En primer lugar van los ministros del turbulo, de la cruz y de los ciriales. En seguida una parte de los fieles. Luego los nios y nias. El que preside con sus ministros (Apstoles, Misal y Naveta). Al final el resto de los fieles.

    Todos iremos cantando con alegra y valor.

  • 11empuando con fe su pendn.

    (CORO)

    G CDemos gracias al padre que ha hecho D7 Gque tengamos de herencia la luz G7 Cy podamos vivir en el reino G D7 G G7que su Hijo nos dio por la cruz C D7 Gque su Hijo nos dio por la cruz.

    (CORO)

    G CDios le dio el poder la victoria; D7 Gpueblos todos venid y alabad G7 Ca este Rey de los cielos y tierra G D7 G G7en quien sol tenemos la paz C D7 Gen quien slo tenemos la paz.

    Al entrar al templo o llegar al lugar donde se va tener la celebracin se puede cantar:

    MIT reinaras este el el grito

    La Si7Que ardiente exhala nuestra fe.

    MiTu reinaras oh Rey Bendito La Si7Pues tu dijiste reinar

    Mi Si7REINE JESS POR SIEMPRE,Fa#M SI7 MIREINE SU CORAZN

    (La) EN NUESTRA PATRIA La (Mi)EN NUESTRO SUELO Mi Si7 (Si7-Mi)ES DE MARA LA NACION (bis)

  • 12

    T reinars dulce esperanzaQue al alma llena de placerHabr por fin paz y bonanzaFelicidad habr doquier.

    T reinars dichosa eraDichoso pueblo con tal reySer tu cruz nuestra banderaTu amor ser nuestra ley

    El laico que dirige la celebracin hace reverencia (si no se encuentra la presencia sacramental del Seor en el sagrario)o genuflexin si est el Santsimo en el Sagrario.

    Luego va al lugar preparado para l cercano al presbiterio (pero no en el mismo)y con las manos juntas dice la oracin colecta:

    Oremos hermanos aDios todopoderoso y eterno,que ha querido entregarnos como ejemplo de humildada Cristo, nuestro salvador,hecho hombre y clavado en una cruz,y nos conceda vivir segn las enseanzas de su pasin,para participar con l, algn da,de su gloriosa resurreccin.Por el mismo Jesucristo, nuestro Seor.R. Amn.

    LITURGIA DE LA PALABRA

    Se recomienda que se proclamen todas las lecturas de este domingo, pero si por alguna razn grave se aconsejara de otra forma, puede solo proclamarse el Evangelio, an en su forma breve.

    Monicin:

    En un impresionante contraste la Liturgia de la Palabra de este singular Domingo desdibuja rpidamente la imagen del Mesas, la imagen de la sencillez, de la paz y de la alegra de Jerusaln. En unos momentos, las lecturas nos hablarn del dolor, de la humillacin, del pecado, de la traicin y de la muerte. Pero todo esto tiene una gran pedagoga: Cristo sube a Jerusaln no para ser elegido rey, sino para morir por nosotros en la cruz.

    La enseanza no es otra que sta: Si queremos reinar con l, debemos comprometernos antes con l.

    Escuchemos atentamente.

  • 13

    PRIMERA LECTURA

    No apart mi rostro de los insultos, y s que no quedar defraudado.

    Lectura del libro del profeta Isaas50, 4-7

    En aquel entonces, dijo Isaas:"El Seor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento.

    Maana tras maana, el Seor despierta mi odo, para que escuche yo, como discpulo. El Seor Dios me ha hecho or sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrs.

    Ofrec la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No apart mi rostro de los insultos y salivazos.

    Pero el Seor me ayuda, por eso no quedar confundido, por eso endureci mi rostro como roca y s que no quedar avergonzado". Palabra de Dios.R. Te alabamos, Seor.

    El Salmo responsorial conviene que sea cantado, o al menos dicho por otro lector.

    SALMO RESPONSORIAL Del salmo 21

    R. Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado?

    Todos los que me ven, de m se burlan; me hacen gestos y dicen:"Confiaba en el Seor, pues que l lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". R.

    Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros.Mis manos y mis pies han taladradoy se pueden contar todos mis huesos. R.

    Reparten entre s mis vestiduras y se juegan mi tnica a los dados. Seor, auxilio mo, ven y aydame, no te quedes de m tan alejado. R.

    Contar tu fama a mis hermanos,

  • 14en medio de la asamblea te alabar.Fieles del Seor, albenlo;glorifcalo, linaje de Jacob;tmelo, estirpe de Israel. R.

    LA SEGUNDA LECTURA

    Cristo se humill a s mismo; por eso Dios lo exalt.

    Lectura de la carta del apstol san Pablo a los filipenses2, 6-11

    risto, siendo Dios, no consider que deba aferrarse a las prerrogativas de su condicin divina, sino que, por el contrario, se anonad a s mismo, tomando la condicin de siervo, y se hizo

    semejante a los hombres. As, hecho uno de ellos, se humill a s mismo y por obediencia acept incluso la muerte, y una muerte de cruz.

    CPor eso Dios lo exalt sobre todas las cosas y le otorg el nombre que est sobre todo nombre, para que, al nombre de Jess, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan pblicamente que Jesucristo es el Seor, para gloria de Dios Padre.Palabra de Dios.R. Te alabamos, Seor.

    Aclamacin antes del Evangelio: Recordar que el incienso y las velas son para la celebracin solemne que presiden los ministros sagrados y, que adems en esta celebracin no se prescribe su uso.

    ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9

    R. Honor y gloria a ti, Seor Jess.Cristo se humill por nosotros, y por obediencia acept incluso la muerte y una muerte de cruz.Por eso Dios lo exalt sobre todas las cosas y le otorg el nombre que est sobre todo nombre.R. Honor y gloria a ti, Seor Jess.

    Proclamacin de la Pasin del Seor. Si se cree oportuno se puede leer entre tres personas, dejando la parte de Cristo para el hermano(a) que dirige la celebracin.

    Si por causa justa se eligiera la forma breve, tambin se puede leer entre tres personas.

    En esta celebracin no se saluda a la asamblea, ni se signa el texto, ni se inciensa, ni se besa al final (propio de los ministros sagrados). Al final se dice: Palabra del Seor.

  • 15

    CICLO A 2011, 2014, 2017...

    PASIONDE NUESTRO SEOR JESUCRISTO

    SEGN SAN MATEO26, 14-27, 66

    C En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo:

    S "Cunto me dan si les entrego a Jess?"

    C Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata.Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregrselo.El primer da de la fiesta de los panes zimos,los discpulos se acercaron a Jess y le preguntaron:

    S "Dnde quieres que te preparemos la cena de Pascua?"

    C El respondi:

    + "Vayan a la ciudad, a casa de fulano y dganle: 'El Maestro dice: Mi hora est ya cerca. Voy a celebrar la Pascua con mis discpulos en tu casa

    C Ellos hicieron lo que Jess les haba ordenado y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, se sent a la mesa con los Doce, y mientras cenaban, les dijo:

    + "Yo les aseguro que uno de ustedes va a entregarme".

    C Ellos se pusieron muy tristes y comenzaron a preguntarle uno por uno:

    S "Acaso soy yo, Seor?"

    C El respondi:

    + "El que moja su pan en el mismo plato que yo, se va a entregarme. Porque el Hijo del hombre va a morir, como est escrito de l; pero ay de aquel por

    quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Ms le valiera a ese hombre no haber nacido".

    C Entonces pregunt Judas, el que lo iba a entregar:

    S "Acaso soy yo, Maestro?"

    C Jess le respondi:

  • 16+ "T lo has dicho".

    C Durante la cena, Jess tom un pan, y pronunciada la bendicin, lo parti y lo dio a sus discpulos, diciendo:

    + "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo".

    C Luego tom en sus manos una copa de vino, y pronunciada la accin de gracias, la pas a sus discpulos, diciendo:

    + "Beban todos de ella, porque sta es mi Sangre, Sangre de la nueva alianza, que ser derramada por todos, para el perdn de los pecados. Les digo que ya no beber ms de fruto de la vid, hasta el da en que beba con ustedes el vino nuevo en el Reino de mi Padre".

    C Despus de haber cantado el himno, salieron hacia el monte de los Olivos. Entonces Jess les dijo:

    + "Todos ustedes se van a escandalizar de m esta noche, porque est escrito: 'Herir al pastor y se dispersarn las ovejas del rebao'. Pero despus de que yo resucite, ir delante de ustedes a Galilea".

    C Entonces Pedro le replic:

    S "Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizar".

    C Jess le dijo:

    + "Yo te aseguro que esta misma noche, antes de que el gallo cante, me habrs negado tres veces".

    C Pedro le replic:

    S "Aunque tenga que morir contigo, no te negar".

    C Y lo mismo dijeron todos los discpulos. Entonces Jess fue con ellos a un lugar llamado Getseman y dijo a los discpulos:

    + "Qudense aqu mientras yo voy a orar ms all".

    C Se llev consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenz a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo:

    + "Mi alma est llena de una tristeza mortal. Qudense aqu y velen conmigo".

    C Avanz unos pasos ms, se postr rostro en tierra y comenz a orar, diciendo:

  • 17+ "Padre mo, si es posible, que pase de m este cliz; pero que no se haga como yo

    quiero, sino como quieres t".

    C Volvi entonces a donde estaban los discpulos y los encontr dormidos. Dijo a Pedro:

    + No han podido velar conmigo ni una hora? Velen y oren, para no caer en la tentacin, porque el espritu est pronto, pero la carne es dbil".

    C Y alejndose de nuevo, se puso a orar, diciendo:

    + "Padre mo, si este cliz no puede pasar sin que yo lo beba, hgase tu voluntad".

    C Despus volvi y encontr a sus discpulos otra vez dormidos, porque tenan los ojos cargados de sueo. Los dej y se fue a orar de nuevo, por tercera vez, repitiendo las mismas palabras. Despus de esto, volvi a donde estaban los discpulos y les dijo:

    + "Duerman ya y descansen. He aqu que llega la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levntense! Vamos! Ya est aqu el que me va a entregar".

    C Todava estaba hablando Jess, cuando lleg Judas, uno de los Doce, seguido de una chusma numerosa con espadas y palos, enviada por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. El que lo iba a entregar les haba dado esta seal:

    S "Aquel a quien yo le d un beso, se es. Aprehndanlo".

    C Al instante se acerc a Jess y le dijo:

    S "Buenas noches, Maestro!"

    C Y lo bes. Jess le dijo:

    + "Amigo, es esto a lo que has venido?"

    C Entonces se acercaron a Jess, le echaron mano y lo apresaron. Uno de los que estaban con Jess, sac la espada, hiri a un criado del sumo sacerdote y le cort una oreja. Le dijo entonces Jess:

    + "Vuelve la espada a su lugar, pues quien usa la espada, a espada morir. No crees que si yo se lo pidiera a mi Padre, l pondra ahora mismo a mi disposicin ms de doce legiones de ngeles? Pero, cmo se cumpliran entonces las Escrituras, que dicen que as debe suceder?"

    C Enseguida dijo Jess a aquella chusma:

    + Han salido ustedes a apresarme como a un bandido con espadas y palos? Todos los das yo enseaba, sentado en el templo, y no me aprehendieron. Pero todo esto ha

  • 18sucedido para que se cumplieran las predicciones de los profetas".

    C Entonces todos los discpulos lo abandonaron y huyeron. Los que aprehendieron a Jess lo llevaron a la casa del sumo sacerdote Caifs, donde los escribas y los ancianos estaban reunidos. Pedro los fue siguiendo de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote. Entr y se sent con los criados para ver en qu paraba aquello. Los sumos sacerdotes y todo el sanedrn andaban buscando un falso testimonio contra Jess, con nimo de darle muerte; pero no lo encontraron, aunque se presentaron muchos testigos falsos. Al fin llegaron dos, que dijeron:

    S "Este dijo: 'Puedo derribar el templo de Dios y reconstruirlo en tres das' ".

    C Entonces el sumo sacerdote se levant y le dijo:

    S "No respondes nada a lo que stos atestiguan en contra tuya?"

    C Como Jess callaba, el sumo sacerdote le dijo:

    S "Te conjuro por el Dios vivo a que nos digas si t eres el Mesas, el Hijo de Dios".

    C Jess le respondi:

    + "T lo has dicho. Adems, yo les declaro que pronto vern al Hijo de hombre, sentado a la derecha de Dios, venir sobre las nubes del cielo".

    C Entonces el sumo sacerdote rasg sus vestiduras y exclam:

    S !Ha blasfemado! Qu necesidad tenemos ya de testigos? Ustedes mismos han odo la blasfemia. Qu les parece?"

    C Ellos respondieron:

    S "Es reo de muerte".

    C Luego comenzaron a escupirle en la cara y a darle de bofetadas. Otros lo golpeaban, diciendo:

    S "Adivina quin es el que te ha pegado".

    C Entretanto, Pedro estaba fuera, sentado en el patio. Una criada se le acerc y le dijo:

    S "T tambin estabas con Jess, el galileo".

    C Pero l lo neg ante todos, diciendo:

    S "No s de qu me ests hablando".

    C Ya se iba hacia el zagun, cuando lo vio otra criada y dijo a los que estaban ah:

  • 19

    S "Tambin se andaba con Jess, el nazareno".

    C El de nuevo lo neg con juramento:

    S "No conozco a ese hombre".

    C Poco despus se acercaron a Pedro los que estaban ah y le dijeron:

    S "No cabe duda de que t tambin eres de ellos, pues hasta tu modo de hablar te delata".

    C Entonces l comenz a echar maldiciones y a jurar que no conoca a aquel hombre. Y en aquel momento cant el gallo.

    Entonces se acord Pedro de que Jess haba dicho: 'Antes de que cante el gallo, me habrs negado tres veces'. Y saliendo de ah se solt a llorar amargamente.

    Llegada la maana todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jess para darle muerte. Despus de atarlo, lo llevaron ante el procurador, Poncio Pilato, y se lo entregaron.Entonces Judas, el que lo haba entregado, viendo que Jess haba sido condenado a muerte, devolvi arrepentido las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo:

    S "Pequ, entregando la sangre de un inocente".

    C Ellos dijeron:

    S Y a nosotros qu nos importa? All t".

    C Entonces Judas arroj las monedas de plata en el templo, se fue y se ahorc.Los sumos sacerdotes tomaron las monedas de plata y dijeron:

    S "No es lcito juntarlas con el dinero de las limosnas, porque son precio de sangre".

    C Despus de deliberar, compraron con ellas el Campo del alfarero, para sepultar ah a los extranjeros. Por eso aquel campo se llama hasta el da de hoy "Campo de sangre". As se cumpli lo que dijo el profeta Jeremas: 'Tomaron las treinta monedas de plata en que fue tasado aquel a quien pusieron precio algunos hijos de Israel, y las dieron por el Campo del alfarero, segn lo que me orden el Seor'.

    Comienza la lectura breve:

    C Jess compareci ante el procurador, Poncio Pilato, quien le pregunt:

    S Eres t el rey de los judos?"

  • 20C Jess respondi:

    + "T lo has dicho".

    C Pero nada respondi a las acusaciones que le hacan los sumos sacerdotes y los ancianos. Entonces le dijo Pilato:

    S "No oyes todo lo que dicen contra ti?"

    C Pero l nada respondi, hasta el punto de que el procurador se qued muy extraado. Con ocasin de la fiesta de la Pascua, el procurador sola conceder a la multitud la libertad del preso que quisieran. Tenan entonces un preso famoso, llamado Barrabs.

    Dijo, pues, Pilato a los ah reunidos:

    S A quin quieren que les deje en libertad a Barrabas o a Jess, que se dice el Mesas?"

    C Pilato saba que se lo haban entregado por envidia. Estando l sentado en el tribunal,su mujer mand decirle:

    S "No te metas con ese hombre justo, porque hoy he sufrido mucho en sueos por su causa".

    C Mientras tanto, los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la muchedumbre de que pidieran la libertad de Barrabs y la muerte de Jess. As, cuando el procurador les pregunt:

    S "A cul de los dos quieren que les suelte?"

    C ellos respondieron:

    S "A Barrabs

    C Pilato les dijo:

    S Y qu voy a hacer con Jess, que se dice el Mesas?"

    C Respondieron todos:

    S "Crucifcalo

    C Pilato pregunt:

    S "Pero, qu mal ha hecho?"

    C Mas ellos seguan gritando cada vez con ms fuerza:

    S !Crucifcalo!

    C Entonces Pilato, viendo que nada consegua y que creca el tumulto, pidi agua y se lav

  • 21las manos ante el pueblo, diciendo:

    S "Yo no me hago responsable de la muerte de este hombre justo. All ustedes".

    C Todo el pueblo respondi:

    S "!Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!"

    C Entonces Pilato puso en libertad a Barrabs. En cambio a Jess lo hizo azotar y lo entreg para que lo crucificaran. Los soldados del procurador llevaron a Jess al pretorio y reunieron alrededor de l a todo el batalln. Lo desnudaron, le echaron encima un manto de prpura, trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza; le pusieron una caa en su mano derecha, y arrodillndose ante l, se burlaban diciendo:

    S !Viva el rey de los judos!"

    C y le escupan. Luego, quitndole la caa, lo golpeaban con ella en la cabeza. Despus de que se burlaron de l, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y lo llevaron a crucificar. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simn, y lo obligaron a llevar la cruz. Al llegar a un lugar llamado Glgota, es decir, "Lugar de la Calavera", le dieron a beber a Jess vino mezclado con hiel; l lo prob, pero no lo quiso beber. Los que lo crucificaron se repartieron sus vestidos, echando suertes, y se quedaron sentados ah para custodiarlo.

    Sobre su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena: 'Este es Jess, el rey de losjudos'. Juntamente con l, crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Los que pasaban por ah lo insultaban moviendo la cabeza y gritndole:

    S "T, que destruyes el templo y en tres das lo reedificas, slvate a ti mismo; si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz".

    C Tambin se burlaban de l los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, diciendo:

    S "Ha salvado a otros y no puede salvarse a s mismo. Si es el rey de Israel, que baje de la cruz y creeremos en l. Ha puesto su confianza en Dios, que Dios lo salve ahora, si es que de verdad lo ama, pues l ha dicho: 'Soy el Hijo de Dios' ".

    C Hasta los ladrones que estaban crucificados a su lado lo injuriaban. Desde el medioda hasta las tres de la tarde, se oscureci toda aquella tierra. Y alrededor de las tres, Jess exclam con fuerte voz:

    + "El, El, lem sabactan?'

    C que quiere decir: "Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado?"Algunos de los presentes, al orlo, decan:

    S "Est llamando a Elas".

  • 22

    C Enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empap en vinagrey sujetndola a una caa, le ofreci de beber.Pero los otros le dijeron:

    S "Djalo. Vamos a ver si viene Elas a salvarlo".

    C Entonces Jess, dando de nuevo un fuerte grito, expir.

    (Aqu todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes)

    C Entonces el velo del templo se rasg en dos partes, de arriba a abajo, la tierra tembl y las rocas se partieron. Se abrieron los sepulcros y resucitaron muchos justos que haban muerto, y despus de la resurreccin de Jess, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a mucha gente. Por su parte, el oficial y los que estaban con l custodiando a Jess, al ver el terremoto y las cosas que ocurran, se llenaron de un gran temor y dijeron:

    S "Verdaderamente ste era Hijo de Dios".

    Fin de la lectura breve

    C Estaban tambin all, mirando desde lejos, muchas de las mujeres que haban seguido a Jess desde Galilea para servirlo. Entre ellas estaban Mara Magdalena, Mara, la madre de Santiago y de Jos, y la madre de los hijos de Zebedeo.

    Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado Jos, que se haba hecho tambin discpulo de Jess. Se present a Pilato y le pidi el cuerpo de Jess, y Pilato dio orden de que se lo entregaran. Jos tom el cuerpo, lo envolvi en una sbana limpia y lo deposit en un sepulcro nuevo, que haba hecho excavar en la roca para s mismo. Hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se retir.

    Estaban ah Mara Magdalena y la otra Mara, sentadas frente al sepulcro.

    Al otro da, el siguiente de la preparacin de la Pascua, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato y le dijeron:

    S "Seor, nos hemos acordado de que ese impostor, estando an en vida, dijo: 'A los tres das resucitar'. Manda, pues, asegurar el sepulcro hasta el tercer da; no sea que vengan sus discpulos, lo roben y digan luego al pueblo: 'Resucit de entre los muertos', porque esta ltima impostura sera peor que la primera".

    C Pilato les dijo:

  • 23

    S "Tomen un pelotn de soldados, vayan y aseguren el sepulcro como ustedes quieran.

    C Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, poniendo un sello sobre la puerta y dejaron ah la guardia.

    Palabra del Seor.R. Gloria a ti, Seor Jess.

    CICLO B Aos 2012, 2015, 2018

    PASIONDE NUESTRO SEOR JESUCRISTO

    SEGN SAN MARCOS14, 1- 15, 47

    C Faltaban dos das para la fiesta de Pascua y de los panes zimos. Los sumos sacerdotes y los escribas andaban buscando una manera de apresar a Jess a traicin y darle muerte, pero decan:

    S "No durante las fiestas, porque el pueblo podra amotinarse".

    C Estando Jess sentado a la mesa, en casa de Simn el leproso, en Betania, lleg una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebr el frasco y derram el perfume en la cabeza de Jess. Algunos comentaron indignados:

    S "A qu viene este derroche de perfume? Poda haberse vendido por ms de trescientos denarios para drselos a los pobres".

    C Y criticaban a la mujer; pero Jess replic:

    + "Djenla. Por qu la molestan? Lo que ha hecho conmigo est bien, porque a los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran; pero a m no me tendrn siempre. Ella ha hecho lo que poda. Se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Yo les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el Evangelio, se recordar tambin en su honor lo que ella ha hecho conmigo".

    C Judas Iscariote, uno de los Doce, se present a los sumos sacerdotes para entregarles a Jess. Al orlo, se alegraron y le prometieron dinero; y l andaba buscando una buena ocasin para entregarlo. El primer da de la fiesta de los panes zimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le preguntaron a Jess sus discpulos:

    S "Dnde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?

    C El les dijo a dos de ellos:

  • 24

    + "Vayan a la ciudad. Encontrarn a un hombre que lleva un cntaro de agua; sganlo y dganle al dueo de la casa en donde entre: 'El Maestro manda preguntar: Dnde est la habitacin en que voy a comer la Pascua con mis discpulos?' El les ensear una sala en el segundo piso, arreglada con divanes. Preprennos all la cena".

    C Los discpulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jess les haba dicho y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, lleg Jess con los Doce.Estando a la mesa, cenando, les dijo:

    + "Yo les aseguro que uno de ustedes, uno que est comiendo conmigo, me va a entregar".

    C Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:

    S "Soy yo?"

    C El respondi:

    + "Uno de los Doce; alguien que moja su pan en el mismo plato que yo. El Hijo del hombre va a morir, como est escrito: pero, ay del que va a entregar al Hijo del hombre! Ms le valiera no haber nacido!"

    C Mientras cenaban, Jess tom un pan, pronunci la bendicin, lo parti y se lo dio a sus discpulos, diciendo:

    + "Tomen: esto es mi cuerpo".

    C Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunci la accin de gracias, se la dio, todos bebieron y les dijo:

    + "Esta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. Yo les aseguro que no volver a beber del fruto de la vid hasta el da en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios".

    C Despus de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos y Jess les dijo:

    + "Todos ustedes se van a escandalizar por mi causa, como est escrito: 'Herir al pastor y se dispersarn las ovejas'; pero cuando resucite, ir por delante de ustedes a Galilea".

    C Pedro replic:

    S "Aunque todos se escandalicen, yo no".

    C Jess le contest:

    + "Yo te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, t me negars tres".

  • 25

    C Pero l insista:

    S "Aunque tenga que morir contigo, no te negar".

    C Y los dems decan lo mismo. Fueron luego a un huerto, llamado Getseman, y Jess dijo a sus discpulos:

    + "Sintense aqu mientras hago oracin".

    C Se llev a Pedro, a Santiago y a Juan; empez a sentir terror y angustia, y les dijo:

    + "Tengo el alma llena de una tristeza mortal. Qudense aqu, velando".

    C Se adelant un poco, se postr en tierra y peda que, si era posible, se alejara de l aquella hora. Deca:

    + "Padre, t lo puedes todo: aparta de m este cliz. Pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que t quieres".

    C Volvi a donde estaban los discpulos, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:

    + "Simn, ests dormido? No has podido velar ni una hora? Velen y oren, para que no caigan en la tentacin. El espritu est pronto, pero la carne es dbil".

    C De nuevo se retir y se puso a orar, repitiendo las mismas palabras. Volvi y otra vez los encontr dormidos, porque tenan los ojos cargados de sueo; por eso no saban qu contestarle. El les dijo:

    + "Va pueden dormir y descansar. Basta! Ha llegado la hora. Miren que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levntense! Vamos! Ya est cerca el traidor".

    C Todava estaba hablando, cuando se present Judas, uno de los Doce y con l, gente con espadas y palos, enviada por los sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les haba dado una contrasea, dicindoles:

    S "Al que yo bese, se es. Detnganlo y llvenselo bien sujeto".

    C Lleg, se acerc y le dijo:

    S "MaestroC Y lo bes. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los presentes desenvain la

    espada y de un golpe le cort la oreja a un criado del sumo sacerdote. Jess tom la palabra y les dijo:

  • 26+ "Salieron ustedes a apresarme con espadas y palos, como si se tratara de un bandido?

    Todos los das he estado entre ustedes, enseando en el templo y no me han apresado. Pero as tena que ser para que se cumplieran las Escrituras".

    C Todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto nada ms con una sbana y lo detuvieron; pero l solt la sbana y se les escap desnudo. Condujeron a Jess a casa del sumo sacerdote y se reunieron todos los pontfices, los escribas y los ancianos. Pedro lo fue siguiendo de lejos hasta el interior del patio del sumo sacerdote y se sent con los criados, cerca de la lumbre, para calentarse.

    Los sumos sacerdotes y el sanedrn en pleno, buscaban una acusacin contra Jess para condenarlo a muerte y no la encontraban. Pues, aunque muchos presentaban falsas acusaciones contra l, los testimonios no concordaban. Hubo unos que se pusieron de pie y dijeron:

    S "Nosotros lo hemos odo decir. 'Yo destruir este templo, edificado por hombres, y en tres das construir otro, no edificado por hombres' ".

    C Pero ni aun en esto concordaba su testimonio. Entonces el sumo sacerdote se puso de pie y le pregunt a Jess:

    S "No tienes nada que responder a todas esas acusaciones?"

    C Pero l no le respondi nada. El sumo sacerdote le volvi a preguntar:

    S "Eres t el Mesas, el Hijo de Dios bendito?"

    C Jess contest:

    + "S lo soy. Y un da vern cmo el Hijo del hombre est sentado a la derecha del Todopoderoso y cmo viene entre las nubes del cielo".

    C El sumo sacerdote se rasg las vestiduras exclamando:

    S Qu falta hacen ya ms testigos? Ustedes mismos han odo la blasfemia. Qu les parece?"

    C Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle, y tapndole la cara, lo abofeteaban y le decan:

    S "Adivina quin fue",

    C y los criados tambin le daban de bofetadas. Mientras tanto, Pedro estaba abajo, en el patio. Lleg una criada del sumo sacerdote, y al ver a Pedro calentndose, lo mir fijamente y le dijo:

    S "T tambin andabas con Jess Nazareno".

    C El lo neg, diciendo:

  • 27S "Ni s ni entiendo lo que quieres decir".

    C Sali afuera hacia el zagun, y un gallo cant. La criada, al verlo, se puso de nuevo a decir a los presentes:

    S "Ese es uno de ellos".

    C Pero l lo volvi a negar.Al poco rato, tambin los presentes dijeron a Pedro:

    S "Claro que eres uno de ellos, pues eres galileo".

    C Pero l se puso a echar maldiciones y a jurar:

    S "No conozco a ese hombre del que hablan".

    C En seguida, cant el gallo por segunda vez.Pedro se acord entonces de las palabras que le haba dicho Jess: 'Antes de que el gallo cante dos veces, t me habrs negado tres', y rompi a llorar.

    Comienza la lectura breve

    C Luego que amaneci, se reunieron los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el sanedrn en pleno, para deliberar. Ataron a Jess, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Este le pregunt:

    S Eres t el rey de los judos?

    C El respondi:

    + "S lo soy".

    C Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le pregunt de nuevo:

    S "No contestas nada? Mira de cuantas cosas te acusan".

    C Jess ya no le contest nada, de modo que Pilato estaba muy extraado.

    Durante la fiesta de Pascua, Pilato sola soltarles al preso que ellos pidieran. Estaba entonces en la crcel un tal Barrabs, con los revoltosos que haban cometido un homicidio en un motn. Vino la gente y empez a pedir el indulto de costumbre. Pilato les dijo:

    S Quieren que les suelte al rey de los judos?

    C Porque saba que los sumos sacerdotes se lo haban entregado por envidia. Pero los sumos

  • 28sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabs. Pilato les volvi a preguntar:

    S Y qu voy a hacer con el que llaman rey de los judos?"

    C Ellos gritaron:

    S Crucifcalo!

    C Pilato les dijo:

    S "Pues qu mal ha hecho?"

    C Ellos gritaron ms fuerte:

    S "!Crucifcalo!

    C Pilato, queriendo dar gusto a la multitud, les solt a Barrabs; y a Jess, despus de mandarlo azotar, lo entreg para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio, al pretorio, y reunieron a todo el batalln.

    Lo vistieron con un manto de color prpura, le pusieron una corona de espinas, que haban trenzado y comenzaron a burlarse de l, dirigindole este saludo:

    S "Viva el rey de los judos!"

    C Le golpeaban la cabeza con una caa, le escupan y, doblando las rodillas, se postraban ante l. Terminadas las burlas, le quitaron aquel manto de color prpura, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo.

    Entonces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba por ah de regreso del campo, Simn de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a Jess al Glgota (que quiere decir "lugar de la Calavera"). Le ofrecieron vino con mirra, pero l no lo acept. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echando suertes para ver qu le tocaba a cada uno.

    Era media maana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusacin estaba escrito: "El rey de los judos". Crucificaron con l a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. As se cumpli la Escritura que dice: 'Fue contado entre los malhechores'. Los que pasaban por ah, lo injuriaban meneando la cabeza y gritndole:

    S "Anda! T, que destruas el templo y lo reconstruas en tres das, slvate a ti mismo y baja de la cruz".

    C Los sumos sacerdotes se burlaban tambin de l y le decan:

    S "Ha salvado a otros, pero a s mismo no se puede salvar. Que el Mesas, el rey de Israel, baje

  • 29ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos".

    C Hasta los que estaban crucificados con l tambin lo insultaban. Al llegar el medioda, toda aquella tierra se qued en tinieblas hasta las tres de la tarde.Y a las tres, Jess grit con voz potente:

    + "Elo, Elo, lem sabactan?"

    C (que significa: Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado?).Algunos de los presentes, al orlo, decan:

    S "Miren, est llamando a Elas.

    C Uno corri a empapar una esponja en vinagre, la sujet a un carrizo y se la acerc para que bebiera, diciendo:

    S "Vamos a ver si viene Elas a bajarlo".

    C Pero Jess, dando un fuerte grito, expir.

    (Aqu todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes)

    C Entonces el velo del templo se rasg en dos, de arriba a abajo. El oficial romano que estaba frente a Jess, al ver cmo haba expirado, dijo:

    S "De veras este hombre era Hijo de Dios".

    Fin de la lectura breve

    C Haba tambin ah unas mujeres que estaban mirando todo desde lejos; entre ellas, Mara Magdalena, Mara (la madre de Santiago el menor y de Jos) y Salom, que cuando Jess estaba en Galilea, lo seguan para atenderlo; y adems de ellas, otras muchas que haban venido con l a Jerusaln.

    Al anochecer, como era el da de la preparacin, vspera del sbado, vino Jos de Arimatea, miembro distinguido del sanedrn, que tambin esperaba el Reino de Dios.Se present con valor ante Pilato y le pidi el cuerpo de Jess. Pilato se extra de que ya hubiera muerto, y llamando al oficial, le pregunt si haca mucho tiempo que haba muerto.

    Informado por el oficial, concedi el cadver a Jos. Este compr una sbana, baj el cadver, lo envolvi en la sbana y lo puso en un sepulcro excavado en una roca y tap

  • 30con una piedra la entrada del sepulcro. Mara Magdalena y Mara, la madre de Jos, se fijaron en dnde lo ponan.

    Palabra del Seor.R. Gloria a Ti, Seor Jess.

    CICLO C Aos 2010, 2013, 2016...

    PASIONDE NUESTRO SEOR JESUCRISTO

    SEGN SAN LUCAS22, 14- 23, 56

    C Faltaban dos das para la fiesta de Pascua y de los panes zimos. Los sumos sacerdotes y los escribas andaban buscando una manera de apresar a Jess a traicin y darle muerte, pero decan:

    S "No durante las fiestas, porque el pueblo podra amotinarse".

    C Estando Jess sentado a la mesa, en casa de Simn el leproso, en Betania, lleg una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebr el frasco y derram el perfume en la cabeza de Jess. Algunos comentaron indignados:

    S "A qu viene este derroche de perfume? Poda haberse vendido por ms de trescientos denarios para drselos a los pobres".

    C Llegada la hora de cenar, se sent Jess con sus discpulos y les dijo:

    + "Cunto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes, antes de padecer, porque yo les aseguro que ya no la volver a celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios".

    C Luego tom en sus manos una copa de vino, pronunci la accin de gracias y dijo

    + "Tomen esto y reprtanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no volver a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios".

    C Tomando despus un pan, pronunci la accin de gracias, lo parti y se lo dio, diciendo:

    + "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria ma".

    C Despus de cenar, hizo lo mismo con una copa de vino, diciendo:

  • 31+ "Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes".

    Pero miren: la mano del que me va a entregar est conmigo en la mesa. Porque el Hijo del hombre va a morir, segn lo decretado; pero ay de aquel hombre por quien ser entregado!"

    C Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quin de ellos poda ser el que lo iba a traicionar. Despus los discpulos se pusieron a discutir sobre cul de ellos debera ser considerado como el ms importante. Jess les dijo:

    + "Los reyes de los paganos los dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Pero ustedes no hagan eso, sino todo lo contrario: que el mayor entre ustedes acte como si fuera el menor, y el que gobierna, como si fuera un servidor. Porque, quin vale ms, el que est a la mesa o el que sirve? Verdad que es el que est a la mesa? Pues yo estoy en medio de ustedes como el que sirve. Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, y yo les voy a dar el Reino, como mi Padre me lo dio a m, para que coman y beban a mi mesa en el Reino, y se siente cada uno en un trono, para juzgar a las doce tribus de Israel".

    C Luego aadi:

    + "Simn, Simn, mira que Satans ha pedido permiso para zarandearlos como trigo; pero yo he orado por ti, para que tu fe no desfallezca; y t, una vez convertido, confirma a tus hermanos".

    C El le contest:

    S "Seor, estoy dispuesto a ir contigo incluso a la crcel y a la muerte".

    C Jess le replic:

    + "Te digo, Pedro, que hoy, antes de que cante el gallo, habrs negado tres veces que me conoces".

    C Despus les dijo a todos ellos:

    + "Cuando los envi sin provisiones, sin dinero ni sandalias, acaso les falt algo?"

    C Ellos contestaron:

    S Nada.

    C El aadi:

    + "Ahora, en cambio, el que tenga dinero o provisiones, que los tome; y el que no tenga espada, que venda su manto y compre una. Les aseguro que conviene que se cumpla esto que est escrito de m: 'Fue contado entre los malhechores', porque se acerca el cumplimiento de todo lo que se refiere a m".

  • 32

    C Ellos le dijeron:

    S "Seor, aqu hay dos espadas".

    C El les contest:

    + Basta ya!"

    C Sali Jess, como de costumbre, al monte de los Olivos y lo acompaaron los discpulos. Al llegar a ese sitio, les dijo:

    + "Oren, para no caer en la tentacin".

    C Luego se alej de ellos a la distancia de un tiro de piedra y se puso a orar de rodillas, diciendo:

    + "Padre, si quieres, aparta de m esta amarga prueba; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya".

    C Se le apareci entonces un ngel para confortarlo; l, en su angustia mortal, oraba con mayor insistencia, y comenz a sudar gruesas gotas de sangre, que caan hasta el suelo. Por fin termin su oracin, se levant, fue hacia sus discpulos y los encontr dormidos por la pena. Entonces les dijo:

    + "Por qu estn dormidos? Levntense y oren para no caer en la tentacin".

    C Todava estaba hablando, cuando lleg una turba encabezada por Judas, uno de los Doce, quien se acerc a Jess para besarlo. Jess le dijo:

    + "Judas, con un beso entregas al Hijo del hombre?"

    C Al darse cuenta de lo que iba a suceder, los que estaban con l dijeron:

    S "Seor, los atacamos con la espada?"

    C Y uno de ellos hiri a un criado del sumo sacerdote y le cort la oreja derecha. Jess intervino, diciendo:

    + " Dejen! Basta!"

    C Le toc la oreja y lo cur. Despus dijo Jess a los sumos sacerdotes, a los encargados del templo y a los ancianos que haban venido a arrestarlo:

    + "Han venido a aprehenderme con espadas y palos, como si fuera un bandido. Todos los das he estado con ustedes en el templo y no me echaron mano. Pero sta es su hora y la del poder de las tinieblas".

  • 33

    C Ellos lo arrestaron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en la casa del sumo sacerdote. Pedro los segua desde lejos. Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor y Pedro se sent tambin con ellos. Al verlo sentado junto a la lumbre, una criada se le qued mirando y dijo:

    S "Este tambin estaba con l".

    C Pero l lo neg diciendo:

    S "No lo conozco, mujer".

    C Poco despus lo vio otro y le dijo:

    S "T tambin eres uno de ellos".

    C Pedro replic:

    S "Hombre, no lo soy!"

    C Y como despus de una hora, otro insisti:

    S "Sin duda que ste tambin estaba con l, porque es galileo".

    C Pedro contest:

    S "Hombre, no s de qu hablas!"

    C Todava estaba hablando, cuando cant un gallo. El Seor, volvindose, mir a Pedro. Pedro se acord entonces de las palabras que el Seor le haba dicho: 'Antes de que cante el gallo, me negars tres veces', y saliendo de all se solt a llorar amargamente.

    Los hombres que sujetaban a Jess se burlaban de l, le daban golpes, le tapaban la cara y le preguntaban:

    S "Adivina quin te ha pegado?"

    C Y proferan contra l muchos insultos. Al amanecer, se reuni el consejo de los ancianos con los sumos sacerdotes y los escribas. Hicieron comparecer a Jess ante el sanedrn y le dijeron:

    S "Si t eres el Mesas, dnoslo".

    C El les contest:

  • 34+ "Si se lo digo, no lo van a creer, y si les pregunto, no me van a responder. Pero ya

    desde ahora, el Hijo del hombre est sentado a la derecha de Dios todopoderoso".

    C Dijeron todos:

    S "Entonces, t eres el Hijo de Dios?"

    C El les contest:

    + "Ustedes mismos lo han dicho: s lo soy".

    C Entonces ellos dijeron:

    S Qu necesidad tenemos ya de testigos? Nosotros mismos lo hemos odo de su boca".

    Comienza la lectura breve:

    C El consejo de los ancianos, con los sumos sacerdotes y los escribas, se levantaron y llevaron a Jess ante Pilato. Entonces comenzaron a acusarlo, diciendo:

    S "Hemos comprobado que ste anda amotinando a nuestra nacin y oponindose a que se pague tributo al Csar y diciendo que l es el Mesas rey".

    C Pilato pregunt a Jess:

    S "Eres t el rey de los judos?"

    C El le contest:

    + "T lo has dicho".

    C Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba:

    S "No encuentro ninguna culpa en este hombre".

    C Ellos insistan con ms fuerza, diciendo:

    S "Solivianta al pueblo enseando por toda Judea, desde Galilea hasta aqu".

    C Al or esto, Pilato pregunt si era galileo, y al enterarse de que era de la jurisdiccin de Herodes, se lo remiti, ya que Herodes estaba en Jerusaln precisamente por aquellos das.

    Herodes, al ver a Jess, se puso muy contento, porque haca mucho tiempo que quera verlo, pues haba odo hablar mucho de l y esperaba presenciar algn milagro suyo. Le

  • 35hizo muchas preguntas, pero l no le contest ni una palabra. Estaban ah los sumos sacerdotes y los escribas, acusndolo sin cesar. Entonces Herodes, con su escolta, lo trat con desprecio y se burl de l, y le mand poner una vestidura blanca. Despus se lo remiti a Pilato. Aquel mismo da se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes eran enemigos. Pilato convoc a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, y les dijo:

    S "Me han trado a este hombre, alegando que alborota al pueblo; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en l ninguna de las culpas de que lo acusan. Tampoco Herodes, porque me lo ha enviado de nuevo. Ya ven que ningn delito digno de muerte se ha probado. As pues, le aplicar un escarmiento y lo soltar".

    C Con ocasin de la fiesta, Pilato tena que dejarles libre a un preso. Ellos vociferaron en masa, diciendo:

    S "Quita a se! Sultanos a Barrabs!"

    C A ste lo haban metido en la crcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.

    Pilato volvi a dirigirles la palabra, con la intencin de poner en libertad a Jess; pero ellos seguan gritando:

    S "Pues qu ha hecho de malo? No he encontrado en l ningn delito que merezca la muerte, de modo que le aplicar un escarmiento y lo soltar".

    C Pero ellos insistan, pidiendo a gritos que lo crucificara. Como iba creciendo el gritero, Pilato decidi que se cumpliera su peticin; solt al que le pedan, al que haba sido

    encarcelado por revuelta y homicidio, y a Jess se lo entreg a su arbitrio. Mientras lo llevaban a crucificar, echaron mano a un cierto Simn de Cirene, que volva del campo, y lo obligaron a cargar la cruz, detrs de Jess.

    Lo iba siguiendo una gran multitud de hombres y mujeres, que se golpeaban el pecho y lloraban por l. Jess se volvi hacia las mujeres y les dijo:

    + "Hijas de Jerusaln, no lloren por m; lloren por ustedes y por sus hijos, porque van a venir das en que se dir: Dichosas las estriles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado!' Entonces dirn a los montes: 'Desplmense sobre nosotros', y a las colinas: 'Sepltennos', porque si as tratan al rbol verde, qu pasar con el seco?"

    C Conducan, adems, a dos malhechores, para ajusticiarlos con l. Cuando llegaron al lugar llamado "la Calavera", lo crucificaron all, a l y a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Jess deca desde la cruz:

    + "Padre, perdnalos, porque no saben lo que hacen".

    C Los soldados se repartieron sus ropas, echando suertes. El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacan muecas, diciendo:

  • 36

    S "A otros ha salvado; que se salve a s mismo, si l es el Mesas de Dios, el elegido".

    C Tambin los soldados se burlaban de Jess, y acercndose a l, le ofrecan vinagre y le decan:

    S "Si t eres el rey de los judos, slvate a ti mismo".

    C Haba, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latn y hebreo, que deca: "Este es el rey de los judos". Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jess, dicindole:

    S "Si t eres el Mesas, slvate a ti mismo y a nosotros".

    C Pero el otro le reclamaba, indignado:

    S "Ni siquiera temes t a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero ste ningn mal ha hecho".

    C Y le deca a Jess:

    S "Seor, cuando llegues a tu Reino, acurdate de m".

    C Jess le respondi:

    + "Yo te aseguro que hoy estars conmigo en el paraso".

    C Era casi el medioda, cuando las tinieblas invadieron toda la regin y se oscureci el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasg a la mitad. Jess, clamando con voz potente, dijo:

    + Padre, en tus manos encomiendo mi espritu!"

    C Y dicho esto, expir.

    (Aqu todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes)

    C El oficial romano, al ver lo que pasaba, dio gloria a Dios, diciendo:

    S "Verdaderamente este hombre era justo".

    C Toda la muchedumbre que haba acudido a este espectculo, mirando lo que ocurra, se volvi a su casa dndose golpes de pecho. Los conocidos de Jess se mantenan a distancia, lo mismo que las mujeres que lo haban seguido desde Galilea, y permanecan mirando todo aquello.

  • 37Fin de la lectura breve.

    C Un hombre llamado Jos, consejero del sanedrn, hombre bueno y justo, que no haba estado de acuerdo con la decisin de los judos ni con sus actos, que era natural de Arimatea, ciudad de Judea, y que aguardaba el Reino de Dios, se present ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jess. Lo baj de la cruz, lo envolvi en una sbana y lo coloc en un sepulcro excavado en la roca, donde no haban puesto a nadie todava. Era el da de la Pascua y ya iba a empezar el sbado. Las mujeres que haban seguido a Jess desde Galilea acompaaron a Jos para ver el sepulcro y cmo colocaban el cuerpo. Al regresar a su casa, prepararon perfumes y ungentos, y el sbado guardaron reposo, conforme al mandamiento.

    Palabra del Seor.R. Gloria a ti, Seor Jess.

    Solamente el dicono en este tipo de celebracin en ausencia del Presbtero puede dirigir a la Comunidad la homila17. Cuando la celebracin es dirigida por un laico, ste debe interpelar a la asamblea resaltando ciertos versculos importantes y propiciar que ellos externe su parecer. O bien, leer y comentar con la comunidad el mensaje escrito del prroco18.

    Pues tomar algunas o todas las ideas o preguntas que se presentan a continuacin a fin de motivar la participacin de la asamblea:

    Cmo describes la humildad de Cristo? Qu ejemplos propones en los que se pueda aplicar para la vida diaria.

    Nosotros sabemos que somos de Cristo En qu ocasiones le hemos abandonado protegiendo nuestra propia seguridad?

    Cmo podemos manifestar nuestra obediencia a Dios? Menciona algunos ejemplos.

    Qu es lo que ms te ha impresionado de la Pasin del Seor?

    Ahora sigue la profesin de fe. Su razn de ser es consolidar los puntos ms importantes de nuestra fe cristiana, es como el resumen de todo el catecismo. As dicho domingo, tras domingo, los fieles cristianos somos ms conscientes de lo que debemos tener como cierto y verdadero en la Iglesia.

    Creo en un solo Dios...

    La oracin universal de la Iglesia es como la respuesta que la asamblea hace a la Palabra de Dios. Es decir, l nos ha hablado, nos ha asegurado que lo que prometi en el pasado lo ha cumplido en su Hijo Jesucristo. Ahora, lo que ahora nos

    17

    Cfr. Cdigo de Derecho Cannico, c. 766-767.

    18

    "Dado que la homila est reservada al sacerdote o al dicono, es desear que el prroco prepare antes la homila y se la de al moderador del grupo para que la lea en la celebracin". Directorio... n, 43.

  • 38ha comunicado, tenemos la certeza de que lo cumplir en el futuro. Por eso, las preces de esta oracin deben estar inspiradas en la Palabra que se ha proclamado. Finalmente, recordemos que es una oracin de los fieles, de todos los fieles; por tanto, el que lee las intenciones NO ESTA ORANDO, no se est dirigiendo a Dios sino a la asamblea y la verdadera oracin es la que sta responde: TE ROGAMOS, SEOR.

    ORACIN UNIVERSAL DE LOS FIELES

    Imploremos, hermanos, con fe y confianza a Jess nuestro Sumo Sacerdote, que desde la cruz nos obtuvo la redencin y digamos:

    R. Jess, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

    Para que nos conceda el coraje y la valenta de poder disculpar como l, a los hermanos que nos ofenden, oremos. R.

    Para que respetemos la sangre que Jess derram por nosotros en la cruz y nos esforcemos por dar vida a los que conviven con nosotros, oremos. R.

    Para apoyados en el sufrimiento de nuestro Redentor nadie ms experimente la soledad, la traicin y la burla en su dolor, oremos. R.

    Para que siguiendo el ejemplo de Cristo que abri las puertas del cielo al ladrn arrepentido, nosotros jams le cerremos las puertas al necesitado, oremos. R.

    Para que nuestra Iglesia de Monterrey que hoy reconoce a Cristo como a su Seor, jams le de la espalda en los momentos de dolor, oremos. R.

    Para que nuestras parroquias se renueven a la luz del Evangelio, oremos. R.

    Para que todos seamos discpulos y misioneros de Cristo, oremos.

    eor Jess, Dios y hombre verdadero ensanos a cumplir con la voluntad del Padre y con el Pan que nos da la vida, concdenos vivir siempre en tu santo servicio. T que vives y reinas por

    los siglos de los siglos.SR. Amn.

  • 39

    RITO DE LA COMUNIN

    CUANDO NO SE TENDR COMUNIN SACRAMENTAL

    La accin de gracias se nos presenta en este momento como punto que nos une al rito de la comunin de nuestra celebracin. En el caso de que no haya distribucin de la comunin puede preparar para una comunin espiritual de la

    asamblea.

    Para esto, el dirige la celebracin, de pie y con el toda la asamblea, vueltos hacia el altar entonan un salmo o cntico de accin de gracias. Por ejemplo:

    D AMi alma glorifica al Seor, mi Dios,Bm F#mgzase mi espritu en mi Salvador.G D A DEl es mi alegra, es mi plenitud,G Em-A7-D AEl es todo pa-ra-m.(2)

    Bm F#7 BmHa mirado la bajeza de su siervaBm F#7 Bmmuy dichosa me dirn todos los pueblosBm B7 Emporque en m ha hecho grandes maravillasBm F#7 Bm AEl que todo puede, cuyo Nombre es Santo.

    Mi alma glorifica...

    Su clemencia se derrama por los siglossobre aquellos que le temen y le aman,despleg el gran poder de su derecha,dispers a los que piensan que son algo.

    Mi alma glorifica...

    Derrib a los potentados de sus tronos,elev a los humildes y a los pobres,los hambrientos se saciaron con sus bienesy alej de s, vacos a los ricos.

    Mi alma glorifica...

    Acogi a Israel, su humilde siervoacordndose de su misericordia,como haba prometido a nuestros padres,a Abraham y descendencia para siempre.

  • 40

    COMUNIN ESPIRITUAL:

    Por Jess hemos sido hechos hijos del Padre, por eso nos alegramos de decir:

    Padre nuestro...

    De rodillas:

    Jess mo creo firmemente que ests en el Santsimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo tenerte en mi alma.

    Ya que ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven espiritualmente a mi corazn. Como si ya hubieses venido, te abrazo y me uno a ti: no permitas que me aparte de ti.

    CUANDO SE TENDR LA COMUNIN SACRAMENTAL

    Si va distribuirse la Comunin, el que dirige la celebracin va al sagrario y al abrir la puerta hace genuflexin, toma el copn con la Eucarista y lo coloca en el altar sobre el corporal e invita a los fieles a la oracin del Padre nuestro. Si no se va a distribuirse la comunin se invita directamente al Padre nuestro.

    Por Jess hemos sido hechos hijos del Padre, por eso nos alegramos de decir:

    P adre nuestro que ests en el cielo...Luego, si se cree oportuno, se invita a la asamblea a darse la paz:

    Como hijos de Dios nos damos un saludo de paz.El ministro hace genuflexin, toma una hostia

    y sostenindola un poco elevada sobre el copn, la muestra a la asamblea, diciendo:

    Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo,dichosos los invitados a la cena del Seor.

    Y juntamente con la asamblea, aade:

  • 41

    Seor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastar para sanarme.

    Si no es el dicono el que dirige la celebracinconviene que el ministro laico comulgue despus de haberle dado la comunin

    a sus hermanos.19

    El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.

    Se puede entonar uno o varios cantos de comunin:

    D A7 BmCantemos al Amor de los amores, G Em A7cantemos al Seor.D Bm EmDios est aqu, G A7venid adoradores Bm F#m C#7 F#m A7adore mos a Cristo Redentor.

    D B7 EmGloria a Cristo Jess A7 E BmCielos y tierra A7bendecid al Seor. G A7 D F#7Honor y Gloria a Ti G B7 EmRey de la GloriaA7 D Bm DAmor por siempre a TiEm D A7 DDios del A mor.

    VERSO 2:Unamos nuestra voz a los cantaresdel coro Celestial.Dios est aqu,el Dios de los altares.Alabemos con gozo angelical.

    VERSO 3:Cantemos al Amor de los amores,cantemos sin cesar.Dios est aqu,venid adoradores.Adoremos a Cristo en el Altar.

    19 La razn por la cual el sacerdote (presbtero u Obispo) comulgan antes que todos los fieles es porque con la comunin se sella el sacrificio, el sacerdote por tener personalidad corporativa lo hace en nombre de toda la Iglesia. Pero cuando el ministro laico acompaa a sus hermanos en la distribucin de la sagrada Comunin lo hace al final.

  • 42

    Terminada la comunin, si sobraron hostias se regresa el copn al sagrario, se coloca dentro y se hace genuflexin, luego de pie, cierra el sagrario asegurndose que la llave no se quede ah mismo, sino que la guarda posteriormente en un lugar seguro. Si se comulgaron todas las hostias, entonces se purifica el copn en la credencia.

    Despus de un momento conveniente de oracin en silencio se dice la oracin conclusiva o post-comunin.

    El Seor que nos ha alimentado con esta Eucaristay por medio de la muerte de su Hijonos da la esperanza de alcanzarlo que la fe nos promete,nos conceda, llegar, por medio de la resurreccin,a la meta de nuestras esperanzas.por Jesucristo, nuestro Seor.R. Amn.

    RITO DE DESPEDIDASi se tiene que comunicar a los fieles algn mensaje del prroco o aviso,

    o el horario de las dems celebraciones, ste es el mejor momento.

    Si es dicono el que preside saluda a la asamblea y la bendice:

    El Seor est con ustedes.R. Y con tu espritu.

    La bendicin de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo + y Espritu Santo,descienda sobre ustedes.R. Amn.

    Si es laico entonces invoca la bendicin de Dios y se santigua, diciendo:

    El Seor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amn.

    Luego despide a la asamblea con estas o semejantes palabras:

    Glorifiquen al Seor con su vida. Nos podemos ir en paz.R. Demos gracias a Dios.

    El ministro, si est la presencia sacramental del Seor en el sagrario, hace genuflexin y se retira. Si no la est, entonces hace reverencia y se retira.

  • 43

    El coro entona un canto de salida:

    LaM ReM Si7 MiMPOR TI, MI DIOS, CANTANDO VOYReM LaM MiM lamLA ALEGRA DE SER TU TESTIGO, SEOR.

    lam SolM FaM lamMe mandas que cante con toda mi voz:LaM SolM FaM MiMno s cmo cantar tu mensaje de amor.rem lam MiM lamLos hombres me preguntan cul es mi misin;DoM MiM LaMles digo: "Testigo soy".

    Es fuego tu Palabra que mi boca quem,mis labios ya son llamas y cenizas mi voz.Da miedo proclamarte, pero T me dices:"No temas, contigo estoy".

    Tu Palabra es una carga que mi espalda dobl;es brasa tu mensaje que mi lengua sec."Djate quemar, si quieres alumbrar:no temas, contigo estoy".

    Es muy recomendable que a ejemplo de las primeras comunidades cristianas, despus de la celebracin dominical se concluya con una convivencia fraterna, la misma que san Pablo llamaba: "gape".

    Hay que procurar que no se trate solo de comer, sino adems de convivir. Por lo tanto, sera bueno tener un programa de actividades que sin perder la austeridad que estos das santos inculcan, se pueda contribuir a la unin de la comunidad.

  • 44

    LUNES de la Semana Santa

    RITOS INICIALESEl Coro inicia con un canto.

    Re SimJUNTOS COMO HERMANOSRe La7MIEMBROS DE UNA IGLESIASim Fa#m Sol ReVAMOS CAMINANDO AL ENCUENTROLa7 ReDEL SEOR.

    La7 SolUn largo caminar por el desierto La7 Re Sim Fa#mBajo el sol no podemos avanzarSol Re La7 ReSin la ayuda del Seor.

    La7 Sol La7Unidos al rezar, unidos en una cancinRe Sim Fa#mViviremos nuestra feSol Re La7 Recon la ayuda del Seor.

    La7La iglesia en marcha esta Sol La7A un mundo nuevo vamos yaRe Sim Fa#mDonde reinar el SeorSol Re La7 ReDonde reinar la paz.

    El que preside, si es diconoo el que acompaa a sus hermanos si es ministro laico

    evita iniciar la celebracin como si se tratara de la Misa.

    Dios mo, ven en mi auxilio.R. Seor, date prisa en socorrerme.

    Gloria al Padre, al Hijo y al Espritu Santo.R. Como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amn.

  • 45

    Para prepararnos a la Liturgia de la PalabraSe entona un canto

    D D7 G F#mTU PALABRA ME DA VIDAD Bm Em A7CONFIO EN TI SEOR D D7 G F#mTU PALABRA ES ETERNA Bm A7 DEN ELLA ESPERARED A7 DDichoso el que con vida intachable A7 Dcamina en la ley del seorD A7 Ddichoso el que guardando sus preceptos A7 Dlo busca de todo corazn.

    Postrada en el polvo esta mi almadevulveme la vida tu palabrami alma est llena de tristezaconsulame, seor, con tus promesas.

    Escog el camino verdaderoy he tenido presente tus decretoscorrer por el camino del seorcuando me hayas ensanchado el corazn.

    Este es mi consuelo en mi tristezasentir que tu palabra me da vidapor las noches me acuerdo de tu nombrerecorriendo tu camino dame vida.

    Repleta esta la tierra de tu graciaensame, seor, tus decretosmi herencia son tus mandatos,alegra de nuestro corazn.

  • 46

    LITURGIA DE LA PALABRA

    PRIMERA LECTURA

    No gritar ni har or su voz en las plazas.

    Lectura del libro del profeta Isaas42, 1-7

    iren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En l he puesto mi espritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritar ni clamar,

    no har or su voz en las plazas, no romper la caa resquebrajada, ni apagar la mecha que an humea.

    MProclamar la justicia con firmeza, no titubear ni se doblegar, hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su enseanza.

    Esto dice el Seor Dios, el que cre el cielo y lo extendi, el que dio firmeza a la tierra, con lo que en ella brota; el que dio el aliento a la gente que habita la tierra y la respiracin a cuanto se mueve en ella: "Yo, el Seor, fiel a mi designio de salvacin, te llam, te tom de la mano; te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisin y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas". Palabra de Dios.R. Te alabamos, Seor.

    SALMO RESPONSORIAL Del salmo 26

    R. El Seor es mi luz y mi salvacin.

    El Seor es mi luz y mi salvacin,a quin voy a tenerle miedo?El Seor es la defensa de mi vida,quin podr hacerme temblar? R.

    Cuando me asaltan los malvados para devorarme,ellos, enemigos y adversarios,tropiezan y caen. R.

    Aunque se lance contra m un ejrcito, no temer mi corazn; aun cuando hagan la guerra contra m,

  • 47tendr plena confianza en el Seor. R.

    La bondad del Seor espero veren esta misma vida.rmate de valor y fortalezay en el Seor confa. R.

    ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO

    R. Honor y gloria a ti, Seor Jess.Seor Jess, rey nuestro,slo t has tenido compasin de nuestras faltas.R. Honor y gloria a ti, Seor Jess.

    EVANGELIO

    Djala. Esto lo tena guardado para el da de mi sepultura.

    Lectura del santo Evangelio segn san Juan12, 1-11

    eis das antes de la Pascua, fue Jess a Betania, donde viva Lzaro, a quien haba resucitado de entre los muertos. All le ofrecieron una cena; Marta serva y Lzaro era uno de los que estaban

    con l a la mesa. Mara tom entonces una libra de perfume de nardo autntico, muy costoso, le ungi a Jess los pies con l y se los enjug con su cabellera, y la casa se llen con la fragancia del perfume.

    S

    Entonces Judas Iscariote, uno de los discpulos, el que iba a entregar a Jess, exclam: "Por qu no se ha vendido ese perfume en trescientos denarios para drselos a los pobres?". Esto lo dijo, no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrn, y como tena a su cargo la bolsa, robaba lo que echaban en ella.

    Entonces dijo Jess: "Djala. Esto lo tena guardado para el da de mi sepultura; porque a los pobres los tendrn siempre con ustedes, pero a m no siempre me tendrn".

    Mientras tanto, la multitud de judos, que se enter de que Jess estaba all, acudi, no slo por Jess, sino tambin para ver a Lzaro, a quien' el Seor haba resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes deliberaban para matar a Lzaro, porque a causa de l muchos judos se separaban y crean en Jess.Palabra del Seor.R. Gloria a ti, Seor Jess.

  • 48

    HOMILA

    Si el que preside es dicono Puede tener en este momento una breve homila.

    REFLEXIN EN COMN

    Si el que acompaa en la oracin Es un ministro laico, entonces se tiene una reflexin en comn.

    O se lee el mensaje del prroco o del obispo para este da santo.

    ORACION UNIVERSAL DE LOS FIELES

    Iluminados por la Palabra de Diosnos confrontamos con su voluntad y nuestras actitudes y acciones,

    por eso, a manera de Acto Penitencial, elevamos nuestras splicas a Diosreconocindonos necesitados de su gracia.

    Hermanos, en este da santo, oremos a Dios nuestro Padre que nos ha ungido con su Santo Espritu para que abramos los ojos de los ciegos, saquemos a los cautivos de la prisin y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas y digmosle con fe y esperanza:

    R. Kyrie eleisn (T que si puedes, compadcete de nosotros, Seor).

    Para que el Seor nos sostenga en nuestras tribulaciones, oremos. R.

    Para que no apaguemos la esperanza de los ms sencillos y humildes, oremos. R.

    Para que proclamemos con firmeza la justicia del Seor, oremos. R.

    Para que se reconozca en toda la Tierra el derecho de Dios, nuestro Padre, sobre nuestras vidas, oremos. R.

    Para que caigan y se tropiecen todos nuestros enemigos, oremos. R.

    Para que jams defraudemos la confianza que los ms desposedos han puesto en la Iglesia, oremos. R.

    Para que nuestras parroquias se renueven a la luz del Evangelio, oremos. R.

  • 49ue nuestro Padre Dios nos conceda ver en esta vida su bondad y nos arme de valor para hacer vida su santo Evangelio. Por el que tanto ama, Jesucristo, nuestro Seor.Q

    R. Amn.

    RITO DE LA COMUNIN

    CUANDO NO SE TENDR COMUNIN SACRAMENTAL

    La accin de gracias se nos presenta en este momento como punto que nos une al rito de la comunin de nuestra celebracin. En el caso de que no haya distribucin de la comunin puede preparar para una comunin espiri