Upload
hakhanh
View
220
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
MORFOLOGÍA URBANA: UNA ALTERNATIVA DE ANÁLISIS METODOLÓGICO
En el subcapítulo anterior se ha definido la relación entre morfología social y morfología urbana para la ciudad Latinoamericana. En tal correlación se han mostrado unos procesos particulares que son resultado de unos cambios económicos, especialmente por la creciente influencia de las políticas neoliberales, que han transformado parcialmente la esttuctura social de las ciudades latinoamericanas. Ahora bien, a la pregunta inicial de si habría allí una nueva morfología social, la situación es compleja. Los procesos urbanos y los actores se mantienen, en gran medida, pero las dinámicas y formas urbanas adquieren características diferentes en la medida en que esos actores ajustan su comportamiento espacial a unos nuevos valores y exigencias derivadas de la inserción en la economía global. Como ejemplo puede citarse tanto la difusión de un estilo de vida globalizado que matea la otganización y crecimiento de los conjuntos cerrados; pero también los nuevos movimientos sociales que esculpen la ciudad y que se han distanciado relativamente de las antiguas otganizaciones asociadas con la militancia laboral. A pesar de la complejidad podemos señalar, empero, que la morfología urbana esta marcada por dos condiciones, una creciente polarización social y la tendencia a una estructura fragmentada, en muchas ocasiones con una multicentralidad fuerte.
La principal preocupación en este apartado es, entonces, la de discutir algunos elementos metodológicos que permiten dar cuenta de ésta organización urbana, con un énfasis especial sobre la ciudad de Bogotá, área a partit de la cual se inspira gran parte de la reflexión contenida en este texto. Para tal propósito es necesario considerar que la reflexión hasta ahora hecha en torno al carácter dependiente de la urbanización latinomericana y los impactos del cambio económico en la estructuta urbana, sugieren ciertas estrategias metodológicas que incluyan el análisis de las relaciones interescalares y su expresión urbana; lo cual enfatizan frecuentemente los impulsores del discurso sobre Ciudad Global,
JHON WILLIAMS MONTOYA | 71 |
MORFOLOGÍA URBANA; UNA ALTERNATIVA DE ANÁLISIS METODOLÓGICO
reclamando el análisis de los flujos de diversos tipos lo cual permitiría evaluar mejor las diferentes jerarquías en la organización de los asentamientos (Beaverstock et al. 2000; Taylor 2000).
Sin embargo, ante la imposibilidad de examinar todas las estrategias de investigación posibles desde el amplio marco de las teorías de la urbanización latinoamericana aquí reseñadas, la evaluación de la pertinencia de una geopolítica de la ciudad que las englobe se considera, por el momento, suficiente. En ese sentido, y teniendo en cuenta que la estrategia metodológica incluye una perspectiva conceptual, pero también una dimensión operativa, la discusión seta centrada en tres elementos: la geopolítica urbana, los actores/autores urbanos y las narrativas utbanas.
Un antecedente relativamente próximo a la idea de un análisis geopolítico de la ciudad puede encontrarse en Castells (1974) quien reclama, para el estudio de la ciudad, un enfoque que "tenga como tema central la acción contradictoria de los agentes sociales" (p. 150) viendo la ciudad como un sistema de intercambios entre diferentes sectores que ocupan un lugar y ejercen una función específica.1 Castells igualmente anota que la intetpretación de una situación concreta, en este caso el cambio urbano, requiere evaluar su inserción en el proceso político, es decir en las relaciones de poder que se establecen entre clases y facciones de clase que intentan realizar sus intereses, evidentemente a expensas de otras que puedan dominar, las cuales, empero, no son pasivas pues todo poder genera una resistencia (Raffestin 1980).
De otro lado, Hulbert (1994) en un exhaustivo análisis de la dinámica urbana de Québec, propone una "geografía de terreno y acción" capaz de demostrar el papel de la política en la transformación del cambio urbano, que además desmitifica los mitos tecnocráticos de la gestión de la ciudad y logra develar el papel protagónico y definitivo de los actores asociados con la especulación inmobiliaria (promotores), que mediante su control sobre el gobierno urbano imponen procesos de urbanización, lejanos de los intereses ciudadanos.
Para la ciudad latinoamericana, entonces, un análisis geopolítico de la urbanización se impone como un ejercicio de investigación que además de dar cuenta de las estadísticas de expansión y describir la estructura de la ciudad, contextualice las formas urbanas en el marco de luchas permanentes al interior de la ciudad, en el marco de equilibrios frágiles y negociaciones per-1 Allí pueden identificatse dos conceptos que son centrales en nuestra disertación, el rol de los actotes y su posición en la trama urbana
I 7 2 I LA CIUDAD LATINOAMERICANA
MORFOLOGÍA URBANA: UNA ALTERNATIVA DE ANÁLISIS METODOLÓGICO
manentes; dominadas empero por una lógica capitalista que generalmente se impone por sobre cualquier consenso ciudadano. Para tal análisis se proponen la siguiente secuencia metodológica:
Historiografía urbana El análisis de la forma urbana ha tenido siempre una base histórica pro
funda; histórico-geográfica en términos de Whitehand (1977), en tanto la esttuctura de las ciudades asemeja a un palimpsesto, donde se superponen diversas formas que si bien, siguiendo a Mercier et. al. (1999, 3), son producto de una organización política particular, también responden a una combinación compleja de condiciones que se hunden en la historia de la ciudad. En ese sentido, la forma urbana contemporánea es, de un lado, coyuntura! en tanto refleja las condiciones momentáneas de la estructura socioeconómica, pero de otra parte expresa los elementos estructurales forjados a lo largo de las diferentes etapas evolutivas de la ciudad y que constituye la base, la plataforma de la actual estructura urbana.
De la anterior argumentación se deriva la justificación de que, para una aproximación inicial a la estructura de la ciudad hoy, es necesario elaborar una reconstrucción historiográfica de la génesis y evolución del tejido urbano (ibid.). Apoyados en Whitehand (1987), podemos definir tal reconstrucción en términos del seguimiento a las diversas innovaciones que inciden en el cambio de la ciudad. Innovaciones constructivas, que refieren a materiales y legislación; funcionales, para identificar nuevas herramientas de producción y comercio; de transporte para establecer el impacto de las redes de comunicación en la reorganización permanente de la estructura utbana y de planificación, en tanto corresponde a nuevas estrategias de organizar espacialmente la ciudad. En este proceso el objetivo fundamental es el de identificar periodos morfológicos, según Whitehand (1987, 406), a través de la identificación de las trayectorias de los actores, que permita reconocer y periodizar las diferentes estructuras políticas que configuran la evolución de la ciudad (Mercier 1998).
Actores urbanos La historiografía mencionada debe resultar en un cuadro de la evolución
de los grupos sociales de la ciudad y por ello es preciso identificar los actores/ autores que dieron forma a la historia urbana a través de la materialización de sus conflictos en el ambiente construido. La identificación de los actores
JHON WILLIAMS MONTOYA | 7 3 |
MORFOLOGÍA URBANA: UNA ALTERNATIVA DE ANÁLISIS METODOLÓGICO
en una ciudad, pasa por la reconstrucción de la transformación de un área no urbanizada a urbanizada y entonces es posible aislar los agentes intervinientes en el proceso. Así, Knox (1995, 115) identifica 8 actores mayores en el mercado de vivienda: propietarios de la tierra, financistas, especuladores, constmctotes, promotores, agentes inmobiliarios, planifi-cadores, políticos y consumidores. A ellos Pacione (2001) añade los diferentes niveles de gobierno y los hogares mismos (p. 145); mientras que Hulbert (1994) adiciona las organizaciones corporativas (Cámara de comercio por ejemplo), el poder religioso, y los ciudadanos organizados en asociaciones.
Como ejemplo, para el caso de Bogotá todos esos actores están presentes, si bien con dinámicas diferentes, resultado, entre otros factores, de una condición dependiente. El proceso de urbanización de la ciudad ha estado jalonado, generalmente, por dos fuerzas: el sector privado representado antes en la figura del urbanizador que concentraba las funciones de propietario, promotor y constructor (Jaramillo 1994) y que ahora, con la penetración de un sistema moderno capitalista, se segmenta en propietario, promotor y constructor. 2 La segunda fuerza ha sido la de las organizaciones sociales, que dinamizaron la mayor parte de la urbanización informal y dieron lugar a una vasta literatura sobre el papel de los movimientos sociales en la urbanización latinoamericana, por ejemplo Castells (1983). En ese proceso de urbanización informal también ha sido protagónico el papel del urbanizador pirata, frecuentemente asociado con las relaciones de poder entre los grupos políticos en la ciudad y en conflicto con el gobierno urbano. Recientemente habría que reconocer que, en el funcionamiento de una ciudad dual o a dos velocidades como siempre se ha enfatizado, la urbanización formal sigue siendo controlada por la alianza de constructores, propietarios y capital financiero mientras sectores importantes de la urbanización popular responden a lo que previamente señalábamos como lógica de la necesidad (Abramo 2003).
La identificación de los actores hasta el momento es general y el interrogante principal corresponde a cómo identificar su acción en el desatrollo de la ciudad, o más concretamente en la espacialidad urbana en tanto el intetés es recurrir a una teoría del espacio que permita explicar la estructura de la ciudad y el cambio urbano. En ese sentido, acudimos a la geografía estructu-
2 Aunque frecuentemente son ramificaciones de una sola compañía.
I 7 4 I LA CIUDAD LATINOAMERICANA
MORFOLOGÍA URBANA: UNA ALTERNATIVA DE ANÁLISIS METODOLÓGICO
ral la cual ofrece unos conceptos que permiten instrumentalizar el análisis del cambio urbano.
El primero de esos conceptos es el de la naturaleza "intrínsecamente política del espacio geográfico" (Ritchot 1994), idea derivada de la física aristotélica, donde el espacio, concebido como independiente a los cuerpos que lo ocupan, es capaz de ototgarles una dirección en su desplazamiento. Así, el lugar regula lá movilidad humana a través de un conjunto de reglas políticas, (esencialmente la propiedad), que le son propias y que derivan de la aceptación de los sujetos de que les sea prohibido el acceso a diferentes espacios, a cambio de la promesa de obtener un bien sustitutivo que le ha sido destinado y que cree le será provechoso (Mercier 1998). A esta creencia ha llegado mediante una inserción en una mitología social3 en la que ha sido inmerso como protagonista y que le ha sido comunicada, persuadiéndole de que su trayectoria en tiempo y espacio representa el camino correcto hacia un estado de bienestat (ibid.: 180). Así, la esttuctura utbana en cualquier momento, responde a una estructura político-mitológica que integra la posición política del lugar, (la regulación impuesta pot el llamado tercer regulador entre dos actores, esto es el estado) y la mitología social vigente que convence al sujeto a que tal posición es la que le corresponde en la búsqueda del bien de sustitución que le está destinado.
Ahora bien, las mitologías o discursos son cambiantes y por tanto los sujetos tendrán necesidad de desplazarse en búsqueda de la nueva satisfacción deseada, (la tranquilidad y el disfrute de la naturaleza que promueve el mito suburbano, por ejemplo); de lo que resulta que la naturaleza de los desplazamientos estará asociada a las características de los discursos o mitologías (Mercier 2002). De ello surge un segundo concepto, "el control político de la movilidad" idea que incluye no solo el análisis del desplazamiento físico, sino también la modalidad política de podet que ejercen los actores y que define que tal movimiento pueda ser endoregulado, si el actor puede controlar su propio desplazamiento y exoregulado, si su desplazamiento es dirigido por la acción de otro actor (Desmarais 1998: 408); las posibilidades de desplazamiento o trayectorias que puede desarrollar un sujeto o grupo son, entonces, variadas; ellas
3 El mito aparece, en la geografía cultural, como uno de los conceptos fundamentales que están dettás de la génesis de todo sistema de valotes y por tanto de la cultura (Claval 2003). En la teotía del lugat planteada por (Mercier 2002), la cual se sigue en este apattado metodológico, el mito es fundamental en tanto la experiencia humana del espacio es siempre mediada por una mitología que le da sentido a la experiencia.
JHON WILLIAMS MONTOYA | 75 |
MORFOLOGÍA URBANA: UNA ALTERNATIVA DE ANÁLISIS METODOLÓGICO
dependen, en su orientación, de la posibilidad de regulación de los actores y dando lugar a formas espaciales de ocupación que son asimilables a la disposición de los actores en el espacio urbano. Así, desde una posición endoregulada las posibilidades son de agrupación, de evitamiento, de evasión y de confinamiento; desde una situación de exotegulación, las posibilidades son de concentración, repulsión, dispersión y cautividad.
Las trayectorias así dibujadas por los actores generan impactos visibles en el medio ambiente urbano, ya sea en la forma de la disposición de las construcciones o en las funciones diversas que asumen los espacios ocupados (ibid.). Ahora bien, en tanto cada una de las trayectorias son mutuamente determinadas (puesto que el desplazamiento de un actor incide en la trayectoria del otro), se generan estabilidades estructurales y entonces, a cada fase en el desarrollo de la ciudad correspondería una combinación de trayectorias definida parcialmente por los discursos dominantes del momento, las cuales Mercier (ibid) define como fases estructurales.
El análisis de los procesos de cambio urbano y particularmente los procesos caracterizados en el capítulo anterior serían sujeto entonces, de una reconstrucción que involucra la reconstrucción de las trayectorias de los actores y la explicación de las formas urbanas recurriendo a la herencia de las fases anteriores, más la disposición actual de los grupos en la ciudad, principalmente en referencia a otros grupos que es lo que le otorga el carácter político al análisis.
Conflictos urbanos Hasta aquí se ha invocado un procedimiento para identificar la acción de
los actores y especialmente su posición dentro de la ciudad como una combinación de trayectorias, las cuales se construyen mediante el ejercicio del poder de unos actores sobre otros. Raffestin (1980) recalca, de otro lado, que allí donde se ejerza el poder habrá resistencia a la transformación pretendida, sea de la materia o del cuerpo social (p. 49). Ello implica que la conjunción de trayectorias de los actores generará indiscutiblemente conflictos y luchas por ocupar las posiciones de otros actores; y podríamos entonces acordar con Villeneuve (1994) que las formas urbanas son parcialmente un resultado de la actividad conflictual.
De otro lado, el concepto de conflictos urbanos abarca una gran cantidad de confrontaciones en la ciudad; pero no todos esos conflictos tienen un impacto directo sobre la morfología de la ciudad o en la definición de las
I 7 6 I LA CIUDAD LATINOAMERICANA
MORFOLOGÍA URBANA: UNA ALTERNATIVA DE ANÁLISIS METODOLÓGICO
trayectorias de los actores, que es nuestro intetés principal. De la tipología expuesta porTrudelle (2003), aquéllos referidos a la provisión de vivienda y servicios urbanos4 (1), a la seguridad (4) y a la localización de equipamentos (6) se evidencian como los más pertinentes en nuestro estudio. Habría que añadir, además, que en algunos casos estos conflictos podrían no tener incidencia en la morfología y el crecimiento urbano (objeto de nuestro estudio), mientras que en la identificación de los eventos conflictuales deberían aparecer otros factores particulares del área objeto, los conflictos por la propiedad y especialmente la tierra5 o los derivados de condiciones de inseguridad por riesgos naturales, por ejemplo.
Empíricamente, Leyy Mercer (1980) y Villeneuve (1994) proponen, para el análisis de los conflictos urbanos, una metodología basada en el levantamiento estadístico de eventos conflictuales reseñados en la prensa, luego clasificados y analizados según los actores intervinientes, duración, intensidad y grado de afectación. Aunque tal procedimiento permite tener un cuadro general de la localización de los conflictos en la ciudad, nuestro análisis va en otro sentido; los eventos conflictuales solo son pertinentes en cuanto permiten reconocer procesos de transformación morfológica y dinámicas de crecimiento urbano, para la reconstrucción de las trayectorias de los actores. Así, el uso de ésta herramienta corresponde, en esta propuesta, a una fase inicial de identificación cartográfica de eventos conflictuales que setán enseguida filtrados y utilizados para reconstruir las trayectorias de los actores y evaluar como se desenvuelve la lucha por las posiciones al interior de la ciudad.
Narrativas urbanas Ahora bien, la sola identificación de los eventos conflictuales es, eviden
temente, insuficiente para dar cuenta de las trayectorias de los actores urbanos y de la reconstrucción de las mismas en la evolución de la ciudad. Por ello se hace necesario recurrir a las narrativas urbanísticas, definidas como "aquello que los actores sociales de la vida urbana están diciendo sobre la ciudad o el vecindario en el que viven" (Mercier 2003: 75).
La importancia de estas narrativas, que incluyen todos los discursos creados en torno a la experiencia urbana, radica en que a través de ellas pueden ser
4 Q u e por demás, semejan a aquéllos calificados por (Walton 1998) como de consumo
colectivo. 5 Porque precisamente la inseguridad jurídica de la propiedad de la tierra es uno de los factotes
fundamentales en la localización de la utbanización informal en Bogotá.
JHON WILLIAMS MONTOYA | 77 |
La importancia de estas narrativas, que incluyen todos los discutsos creados en torno a la experiencia urbana, radica en que a través de ellas pueden ser identificadas y explicadas las acciones, en el espacio urbano, de los actores. El reto, entonces, es podet derivar de los discursos de los agentes urbanos, las motivaciones que desatrollan las acciones de cambio urbano. Ello incluye el análisis de los discursos urbanísticos de los gtupos dominantes en la ciudad y en ese sentido nuestra propuesta se reconoce con aquella corriente del análisis de discurso, derivada de la tradición marxista y asociada con la crítica a la ideología, donde el discurso encubre los intereses de los grupos dominantes y lleva a la aceptación de la dominación (Lees 2004).
En suma, dos grandes tipos de narrativas se distinguen (Finnegan 1998): los discursos urbanísticos o teorías urbanas6, que cumplen la función de dirigir el desarrollo urbano y posibilitar la construcción de las formas derivadas de las utopías que conciben los planificadores y teóricos de la ciudad, y las natrativas personales del común de los habitantes urbanos que, en el contexto de una ciudad como Bogotá, construida en gran parte pot fuera de la normatización y control estatal, dan cuenta de las lógicas populares en la generación del espacio construido. Igualmente, en el primer caso, el análisis del proyecto urbano que siguió el gobierno urbano de Bogotá en la última década indudablemente mostrará la capacidad de las élites dominantes para imponer unas formas urbanas ajustadas a sus intereses; y en las narrativas de las clases medias y bajas es evidente la fuerza ideológica de su discurso, pero también la resistencia a los discursos hegemónicos, propiedad que Finnegan (1998) reconoce a las narrativas urbanas en tanto ellas pueden fotmar pero también contestar realidades sociales (p. 172).
Finalmente, para la interpretación de las narrativas se consideran dos elementos establecidos por Lees (2004), la contextualización social en la que el discurso es producido y la organización retórica del discurso, esto es su estructura argumentativa y la forma como desde ella infunde autoridad; a estos dos elementos se añaden tres componentes más que permiten disectar el discutso y son mencionados pot Mercier (2003): la identificación del juicio moral que se hace en cada discurso (respecto a lo que es bueno o malo), el proyecto de transformación imaginado por el narrador y el programa que concibe para su desarrollo, donde identifica actores contrarios y favorables a su visión del medio urbano (Clichevsky 2000, 39).
6 Que incluye los discursos de los planificadores y tomadores de decisiones.
7 8 LA CIUDAD LATINOAMERICANA
CONCLUSIONES
El trayecto recorrido en esta disertación muestra un balance relativamente contradictorio. De un lado las ciudades se han transformado profundamente en su estructura física y social; la megalopolización hoy es una característica importante (Ward 1998), varias ciudades de la región se han convertido en ciudades mundiales (Sassen 2000) y nuevos grupos sociales han entrado en el escenario urbano mientras otros, (los sindicatos por ejemplo), se han debilitado y perdido protagonismo como actores de primera línea en la transformación de la ciudad. Pero de otro lado, los elementos estructurales que configuraron la urbanización en la década de los 70 siguen aún vigentes. Roberts (1995) recalca, por ejemplo, que el problema central de la urbanización latinoamericana sigue siendo el mismo: las contradicciones en el desarrollo capitalista y el carácter dependiente, reforzado aún más en la década de los noventa (p. 18).
Conviene, entonces, retomar uno de los objetivos del ensayo, el referido a la vigencia de una especificidad de la urbanización latinoamericana. El examen elaborado ratifica, en mi concepto, la particularidad de la urbanización de América Latina y en ese sentido los procesos urbanos experimentados por las ciudades europeas y norteamericanas y el impacto de las nuevas tecnologías, un discurso de moda para interpretar múltiples realidades urbanas, no se expresan ni cualitativa ni cuantitativamente de la misma manera en éstas ciudades.
Esas condiciones particulares son, además, resultado de homogeneidades al interior del Tercer Mundo, en el proceso de urbanización. Tales homogeneidades se encuentran en el pasado colonial y el presente periférico que sigue condicionando su desarrollo a las exigencias y evolución de la economía de los países desarrollados, los cuales asignan funciones en la llamada división territorial del trabajo y por tanto generan condiciones de dependencia que pueden ser verificadas en: la especialización en manufacturas livianas
JHON WILLIAMS MONTOYA | 79
CONCLUSIONES
(maquila), la recepción de los excedentes financieros cíclicos de la economías del centto (como oleadas de invetsiones especulativas), el condicionamiento de la política económica en función de las garantías a las invetsiones externas y la creciente dependencia de flujos de capital privado para la sobrevivencia fiscal y la inversión, aparte de una importante dependencia de productos primario con altas fluctuaciones en el mercado internacional (Gwynne y Kay 2001). Como afuman Clarke y Howard (2001) "el colonialismo político efectivamente dio forma a un neocolonialismo o dependencia económica".
De otro lado, también se experimentan ciertos acercamientos entre los procesos urbanos del Primer y Tercer Mundo, en el sentido de que cada vez hay más sur en el norte y más norte en el sur (Drakakis-Smith 2000). De las dos posibilidades es la 'tercenmundización' del Primer Mundo la que, sin embargo, representa mayor novedad puesto que en el Tercer Mundo siempre han estado presentes las élites modernizadoras con su impronta sobre la ciudad.
Dada tal especificidad, aquellas teorías que, como la de la dependencia, surgieron en el contexto de buscat respuestas propias a las dinámicas de cambio económico y urbano, se mantienen vigentes. Ello no debe conducir a una visión estática tanto del cambio urbano como de los discursos a que acudimos para estudiarlas. Así, aunque Roberts (1995) afirma que "lo que está sucediendo no es tan nuevo como para que requiera un enfoque teórico diferente", es claro que el estudio de la urbanización hoy no puede desarrollarse al margen de la inserción de la región en el capitalismo global y por tanto, tampoco podemos renunciar a las herramientas conceptuales, desarrolladas en aras a tratar de comprender esa realidad.
En ese sentido, a pesar de las críticas respecto al exagerado peso de lo económico en la explicación del cambio urbano que encontramos en los discursos de Ciudad Mundial, su estudio es necesario en tanto reincorpora dos conceptos fundamentales, que además ofrecen continuidad a la Teoría de la dependencia, las relaciones centro-periferia y el carácter jerarquizado de la organización espacial del capitalismo, trasladado al análisis de las redes de ciudades. Igualmente, los trabajos de Santos y Castells contribuyen a insertar el análisis de los flujos e intercambios en la dinámica de las ciudades; un hecho evidenciado por Coffey (1998, 331) como una característica de los análisis de sistemas urbanos hoy, que han pasado de perspectivas estáticas a unas explícitamente dinámicas.
I 8 0 I LA CIUDAD LATINOAMERICANA
CONCLUSIONES
En conclusión, el análisis dependentista se mantiene vigente, incorporando eso si nuevos elementos que explican esa dependencia, por ejemplo la incapacidad de responder a los retos de la sociedad de la información según Castells (1996), pero cuya causalidad no deriva de la incompetencia de los pueblos, sino que constituye una derivación de los procesos de control y apropiación de los medios técnicos que bien ilustra Santos (2000) y que han dado lugar a una red técnica actual mundializada e instrumentalizada hacia la producción (Santos 1995, 131).
Finalmente, los cambios económicos de la década pasada han dado lugar a unas formas particulares que marcan la ciudad latinoamericana. Los cerrados, la megalopolización y la urbanización informal se corresponden con una morfología social caracterizada por la segregación, la polarización, la marginalidad y una creciente criminalización de la ciudad, contrarestada con sistemas policivos cada vez más sofisticados y estrategias de guetización que evocan la privatopia y la ciudad fortificada con las cuales Deat y Flusty (1998) caracterizan la ciudad posmoderna.
Es en razón a estas realidades urbanas que se hace evidente el alto contenido político que impregna todos los procesos de urbanización en América Latina, ejercidos y sentidos en diferentes escalas. De allí que en el análisis de la urbanización latinoamericana se impone una perspectiva política, que considere la acción de los diferentes actores en diferentes niveles: desde el nuevo habitante utbano empujado a las periferias de la ciudad bajo duras condiciones de habitabilidad, hasta las nuevas y flamantes élites nacionales y trasnacionales con sus demandas especializadas de consumo. Perspectiva que se esboza en la propuesta metodológica de esta disertación.
JHON WILLIAMS MONTOYA