Upload
miriam-iscla-news
View
213
Download
1
Embed Size (px)
DESCRIPTION
http://www.recomana.cat/CRITIQUES/2150/Nom%C3%A9s%20s%C3%B3n%20dones
Citation preview
Iolanda G. Madariaga 9/10/2015
Directo al corazón de la memoria
Pocas veces un espectáculo recibe una respuesta tan unánime y entusiasta como la del estreno
de Només són dones. Carmen Domingo que nos sorprendió y emocionó con Yo maté a mi hija
(Sala Muntaner, 2014), hace su segunda incursión en el teatro como dramaturga; ahora con un
puñado de historias entrelazadas: un “falso monólogo” en el que se integran las voces de cinco
mujeres represaliadas por el fascismo tras la Guerra Civil. Domingo parte de un profundo
conocimiento del tema -no en vano es autora del ensayo Con voz y voto. Las mujeres y la
política en España (1931-1945)- para ficcionalizar la verdad histórica que se esconde tras
centenares de testimonios reales de la represión franquista. La dramaturgia de los duros y
bellos retratos que dibuja Carmen Domingo, cuenta con la inteligencia escénica y el oficio de
Carme Portaceli, incansable luchadora por descubrirnos nuevos autores y siempre
comprometida en la vindicación feminista o, llanamente, femenina. A Portaceli debemos el
haber convertido el texto en un monólogo a tres voces: la de Míriam Iscla (actriz), la de Maika
Makovski (compositora e intérprete musical) y la de Sol Picó (coreógrafa y bailarina). Una
especie de eco en el que una primera voz se ve amplificada por las otras dos en una magnífica
caja de resonancia que, con forma de megáfono, ha diseñado Paco Azorín. Dos líneas que
convergen en un oscuro punto de fuga: la una la traza una pantalla donde se proyectan las
imágenes, fotográficas o fílmicas, y los textos que le dan al espectáculo el tono documental, la
otra la forman la disposición de los escasos elementos escénicos y la luz. Una música que
recoge letrillas populares reinterpretándolas, y una coreografía que es un concadenado de solos
de la fisicidad propia de Sol Picó, tan adecuadas como contundentes. Pero creo no equivocarme
al afirmar que lo que puso en pie al público del estreno fue la grandiosa interpretación de
Míriam Iscla. En el marco perfecto, la actriz realiza una encarnación chamánica de todas y
cada una de las cinco mujeres a quien presta cuerpo y voz. Cada una de ellas se mueve y habla
de forma diferente, alzándose como símbolo y referencia de la creyente o la atea, de la letrada o
la analfabeta, de la ingenua o la cínica… en una enorme exhibición de su capacidad para
cambiar de registro. A través de Míriam Iscla, reviven miles (no podemos saber el número
porque “sólo eran mujeres”) de madres, hermanas, amigas, amantes, esposas, hijas… Todas
ellas defendieron a su modo la legalidad de la IIª República Española contra la sublevación
fascista, ese fue el delito por el que fueron asesinadas, torturadas, violadas… y, aún hoy,
terriblemente olvidadas.
http://www.recomana.cat/CRITICA/2150/38/Nom%C3%A9s%20s%C3%B3n%20dones/Iolanda
%20G.%20Madariaga