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Año 3. No. 15 27 octubre 2019 Palabra Dominical XXX Domingo del Tiempo Ordinario. Antífona de entrada Cfr. Sal 104, 3-4 Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes; busquen su rostro sin descanso. Se dice Gloria. Oración Colecta Dios todopoderoso y eterno, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, y para que merezcamos alcanzar lo que nos prometes, concédenos amar lo que nos mandas. Por nuestro Señor Jesucristo... La oración del humilde llega hasta el cielo. Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 35, 15-17. 20-22 El Señor es un juez que no se deja impresionar por apariencias. No menosprecia a nadie por ser pobre y escucha las súplicas del oprimido. No desoye los gritos angustiosos del huérfano ni las quejas insistentes de la viuda. Quien sirve a Dios con todo su corazón es oído y su plegaria llega hasta el cielo. La oración del humilde atraviesa las nubes, y mientras él no obtiene lo que pide, permanece sin descanso y no desiste, hasta que el Altísimo lo atiende y el justo juez le hace justicia. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial Del salmo 33 R. El Señor no está lejos de sus fieles. o Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R. o En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. R. o El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Salva el Señor la vida de sus siervos. No morirán quienes en él esperan. R. Ahora sólo espero la corona merecida. De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 6-8.16-18 Querido hermano: Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento. La primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó. Todos me abandonaron. Que no se les tome en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces del león. El Señor me seguirá librando de todos los peligros y me llevará salvo a su Reino celestial: A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor. Aclamación Antes del Evangelio 2 Cor 5, 19 Aleluya, aleluya. Dios reconcilió consigo al mundo, por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R. EVANGELIO El publicano regresó a su casa justificado y el fariseo no. Del santo Evangelio según san Lucas: 18, 9-14 En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás: "Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás

Palabra Dominical XXX Domingo del Tiempo Ordinario. · oración y enseña que Dios, justo juez, no tiene acepción de personas y por eso escucha la oración del oprimido. Finalmente,

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Page 1: Palabra Dominical XXX Domingo del Tiempo Ordinario. · oración y enseña que Dios, justo juez, no tiene acepción de personas y por eso escucha la oración del oprimido. Finalmente,

Año 3. No. 15 27 octubre 2019

Palabra Dominical

XXX Domingo del Tiempo Ordinario.

Antífona de entrada Cfr. Sal 104, 3-4

Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes; busquen su rostro sin descanso.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Dios todopoderoso y eterno, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, y para que merezcamos alcanzar lo

que nos prometes, concédenos amar lo que nos mandas. Por nuestro Señor Jesucristo...

La oración del humilde llega hasta el cielo.

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 35, 15-17. 20-22

El Señor es un juez que no se deja impresionar por apariencias.

No menosprecia a nadie por ser pobre y escucha las súplicas del oprimido. No desoye los gritos angustiosos del

huérfano ni las quejas insistentes de la viuda.

Quien sirve a Dios con todo su corazón es oído y su plegaria llega hasta el cielo. La oración del humilde atraviesa

las nubes, y mientras él no obtiene lo que pide, permanece sin descanso y no desiste, hasta que el Altísimo lo

atiende y el justo juez le hace justicia. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Del salmo 33

R. El Señor no está lejos de sus fieles.

o Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al

escucharlo. R.

o En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de

todas sus congojas. R.

o El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Salva el Señor la vida de sus siervos. No morirán quienes

en él esperan. R.

Ahora sólo espero la corona merecida.

De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 4, 6-8.16-18 Querido hermano: Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado

bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida,

con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que

esperan con amor su glorioso advenimiento.

La primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó. Todos me abandonaron. Que no se les tome

en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente

el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces del león. El Señor me

seguirá librando de todos los peligros y me llevará salvo a su Reino celestial: A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación Antes del Evangelio 2 Cor 5, 19

Aleluya, aleluya. Dios reconcilió consigo al mundo, por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R.

EVANGELIO

El publicano regresó a su casa justificado y el fariseo no.

Del santo Evangelio según san Lucas: 18, 9-14

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por justos y despreciaban

a los demás:

"Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo,

erguido, oraba así en su interior: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás

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hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el

diezmo de todas mis ganancias'.

El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el

pecho, diciendo: `Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador'.

Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado

y el que se humilla será enaltecido". Palabra del Señor. R. Gloria a ti Señor.

Se dice Credo

Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor,

Jesucristo, Hijo Único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios

verdadero engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres,

y Por, nuestra salvación bajó del cielo (en las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan) y por obra del

Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;

padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y

de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de

vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los

profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los

pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Plegaria Universal.

Oremos con confianza a Dios Padre que está siempre dispuesto a atender nuestros deseos y anhelos

Después de cada petición diremos: Padre Escúchanos,

Para que el Señor conceda el espíritu de consejo, fortaleza, ciencia y piedad al Papa Francisco, a nuestro obispo

Faustino, y a todos los pastores de la Iglesia, Oremos.

Para que los gobiernos de las naciones edifiquen sus comunidades en la paz, equilibrando toda desigualdad injusta,

Oremos.

Para que el Señor alivie los dolores de los que sufren en el cuerpo o en el espíritu y les dé fuerza para no desfallecer

ante la tribulación, Oremos.

Para que mantenga a nuestras familias firmes en la concordia y seguras en su gracia y amistad, Oremos.

Que Dios, cuyo corazón escucha el clamor de los oprimidos, inspire a los medios de comunicación a ser una voz

fuerte a favor de los débiles, los marginados y los no nacidos, Oremos.

Atiende, Señor, nuestras suplicas y concédenos el don de hacer siempre tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, los dones que presentamos a tu majestad, para que lo que hacemos en tu servicio esté siempre ordenado a tu mayor

gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de la Comunión Cfr. Sal 19, 6

Nos alegraremos en tu victoria y cantaremos alabanzas en el nombre de nuestro Dios.

Oración después de la Comunión

Que tus sacramentos, Señor, produzcan en nosotros todo lo que significan, para que los que ahora celebramos en figura lo

alcancemos en su plena realidad. Por Jesucristo nuestro Señor.

Reflexión

Los términos "justicia y oración" resumen bien las lecturas

de hoy. En la parábola evangélica tanto el fariseo como el

publicano oran en el templo, pero Dios hace justicia y sólo el

último es justificado. El Sirácida, en la

primera lectura, aplica la justicia divina a la

oración y enseña que Dios, justo juez, no

tiene acepción de personas y por eso escucha

la oración del oprimido. Finalmente, san

Pablo se confidencia con Timoteo manifestándole sus

sentimientos y deseos más íntimos: "Me aguarda la corona

de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo

juez" (segunda lectura).

Actitudes del orante ante Dios. En la oración, que es una

relación entre personas que se aman, interesa tanto el orante

cuanto la persona a la que se dirige el temblor de la plegaria.

Fijemos la atención en el orante ante Dios. ¿Cuáles son las

actitudes del orante que en la liturgia de hoy hallamos como

dibujadas?

1) Se agradece a Dios el no ser como los demás. Quien así

ora no puede ser sino un sectario, alguien para quien los

demás son todos menos los de su grupo.

Alguien para quien los que no son como él son

malos, dignos de reprobación y de condena.

Quien ora así muestra que no le domina el Espíritu de Dios, sino el espíritu de partido.

¡Cuánto desprecio en esa individuación de "los

demás": "éste publicano"! ¿Cómo es posible agradecer a

Dios algo que va contra el mismo designio de Dios? El

hombre que así ora, cualquiera que sea, no puede ser

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escuchado por Dios. Dios no toma partido por unos cuantos,

para Él todos son sus hijos.

2) Se agradece a Dios los propios "méritos". Primeramente,

lo que él no es y que los demás son. Como si dijese: "Los

demás son ladrones, yo no; los demás son injustos, yo no; los

demás son adúlteros, yo no". Bajo esos tres nombres, que

tienen que ver con el quinto, sexto y séptimo mandamiento,

se resumen todos los preceptos negativos que un judío

considerado piadoso había de cumplir. Los demás podrían

pecar, podrían incumplir alguno de esos preceptos, pero un

fariseo, jamás. ¡Esa es la gloria del

fariseo: cumplidor de la Ley hasta

el último detalle! Agradecer a Dios

la propia gloria, ¿no es como una

especie de contradicción? Pero además el fariseo cumple

también con todos los preceptos así llamados "positivos" sea

que estén tomados de la Torah, sea que provengan de la

tradición de la secta de los fariseos. Así el ayunar forma parte

de los preceptos de la Torah, pero hacerlo dos veces por

semana (lunes y jueves), es propio de los fariseos.

Igualmente, pagar el diezmo es una exigencia de la Ley, pero

pagarlo sobre todo lo que se compra en el mercado, es una

norma adicional de la propia secta farisaica. En su

conciencia, el fariseo orante no tiene pecados, sólo "méritos".

No agradece beneficios recibidos, sino méritos adquiridos.

Pero entonces, ¿qué tipo de oración es esa?

3) Se reconoce uno a sí mismo pecador. ¿Quién puede, por

muy fariseo que sea, reconocerse justo ante Dios? Esta es la

actitud del publicano, y debería ser la del fariseo, y tiene que

ser la de todos. Hay un detalle en el texto griego, que pasa desapercibido en las traducciones, y que me

ha conmovido: "Ten piedad de mí, EL

pecador". Por un lado, acepta la

equiparación que los judíos del tiempo de

Jesús hacían entre publicano y pecador. Y por otro lado

parece reconocer que él, como publicano, es el pecador por

excelencia. Con ese grado de humildad y de arrepentimiento,

se asegura que Dios oiga su oración.

Dios, juez del orante. Hay algo que impresiona en los textos

litúrgicos del día de hoy. Al decirnos la actitud de Dios ante

el orante, subraya la de juez. No se excluye que Dios sea

Padre, pero es un Padre que hace justicia. Hace justicia a

quien ora con la actitud adecuada, como el publicano, y lo

justifica; y hace justicia a quien ora con actitud

impropia, como el fariseo, que sale del templo

sin el perdón de Dios, porque, por lo visto, no

lo necesitaba. Dios es un juez que no tiene

acepción de personas, y por eso escucha con

especial atención al orante que le suplica en su opresión. Su

oración “penetra hasta las nubes" (primera lectura), es decir

hasta allí donde Dios mismo tiene su morada. Dios juzga al

orante según sus parámetros de redentor, y no conforme a los

parámetros del orante o de otros hombres. En la respuesta

al orante Dios no actúa por capricho, sino para restablecer la

"equidad", la justicia. Por eso, la corona que Pablo espera no

es fruto del mérito personal, cuanta justicia de Dios para con

él y para con todos los que son imitadores suyos en el servicio

al Evangelio (segunda lectura).

Sólo a Dios la gloria. Este domingo es una buena ocasión

para examinar nuestra actitud cuando oramos. Porque puede

suceder que, sin saberlo y sin quererlo, estemos orando "al

estilo del fariseo". Rezo porque me llevan, pero estoy ante el

Santísimo más que orando, rumiando en

mi interior mis preocupaciones o mis

proyectos. O hablo con Dios, no tanto porque sienta necesidad de Él, sino porque

necesito de todas a todas desahogarme. O voy a una casa de

ejercicios espirituales o de retiro, o hago "turismo religioso",

no tanto para orar, sino para lograr una cierta armonía

interior, para arrancar del alma el estrés. O muchas veces voy

a la Iglesia, más que para encontrarme con Dios, para

encontrarme con mis amistades; más que para alabar y dar

gloria a Dios, para mantener mi reputación de buen católico,

de persona que cumple con Dios.

Recordemos: orar es conectar con Dios. Y con Dios sólo se

conecta, si se es humilde. Si en mi humildad bendigo a Dios,

le agradezco su perdón y misericordia, le suplico por las

necesidades espirituales y materiales propias y de los

hombres, entonces Dios prestará oídos a mi oración. Nuestra

oración será del agrado de Dios, si buscamos su gloria y sólo

su gloria.

La oración del corazón. En la oración interviene todo el ser

humano: su cuerpo y su espíritu, su inteligencia y su

voluntad, sus gestos y posturas como sus actitudes

profundas. Con todo, se ora sobre todo con el corazón. De

los labios del orante tienen que brotar las palabras que han

nacido primero en su corazón. La postura de su cuerpo ha de

ser un reflejo de la postura con que está

delante de Dios en la intimidad de su alma.

Los pensamientos, los afectos, las

mociones interiores, las decisiones, para

que verdaderamente sean de un hombre o una mujer orante,

han de tener su manantial más puro en el espíritu humano,

habitado por el Espíritu Santo, maestro de la oración

auténtica. Con el corazón no se señala la afectividad humana,

sino todo el mundo interior, ese sagrario intocable en el que

se encuentra uno consigo mismo, se expone a la verdad de

Dios, y le declara con humildad su indigencia, su pecado, su

arrepentimiento, su amor.

Hemos de cuidar la oración del corazón en las oraciones

vocales, para lograr que no se conviertan en algo rutinario,

que nos deja igual. Hemos de cuidar

la oración del corazón cuando

meditamos, para conseguir que

nuestra meditación no sea una mera

especulación, por muy elevada que

ésta sea; o una reflexión interesante y bella sobre la vida o

sobre el mundo, sin que llegue a "mi vida" y "mi mundo"; o

un monólogo en el que yo me hablo y me respondo, sin dejar

lugar a la escucha silenciosa y atenta de la voz de Dios.

Oremos a corazón abierto, para que Dios nos escuche

igualmente con su corazón de misericordia y de amor.

Avisos parroquiales: Tu oración es muy importante para el buen desarrollo de la construcción de la capilla del Santísimo, sigamos orando y

ofreciendo nuestra Eucaristía para que se llegue a buen término.

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Hoy domingo 27 se está llevando a cabo bazar a favor de la Capilla del Inmaculado Corazón de María, de 8am a 2pm en el

parque frente a la Parroquia, agradecemos su participación.

El próximo 1º noviembre tendremos misa en honor a la Divina Providencia a la 1pm.

El próximo 2 de noviembre recordaremos a nuestros difuntos orando por ellos en las misas de 8am, 6pm y 8pm, se

pondrán unas urnas para que depositen la lista con los nombres de los difuntos anotados que se ofrecerán en las misas.

El próximo 28 de diciembre tendremos confirmaciones aquí en la Parroquia, se abre la convocatoria para quienes tengan 14

años cumplidos en adelante, en el área de avisos y en la oficina parroquial se encuentra la convocatoria.

Se abre la convocatoria para quienes quieran integrarse a los coros de la Parroquia, informes con los mismos coros.

Caballeros de Colón ofrecen bonos de su rifa en diciembre, lo que permitirá continuar apoyando los trabajos en nuestra

Parroquia. Se los ofrecen en la parte posterior.

El grupo juvenil Shemá te invita a formar parte de su equipo los jueves de 5pm a 6.30pm en los salones parroquiales, de

17 a 25 años.

En la oficina parroquial les ofrecemos misales mensuales del mes de noviembre y diciembre 2019, misales anuales 2020

para niños, misales anuales 2020, cirios pascuales, veladoras a la divina providencia, oración de los 5 minutos del mes

de noviembre 2019, veladoras, vino para consagrar, Hostias para consagrar, para el servicio del altar, los cuales se

pueden ofrecer como una ofrenda a la Parroquia.

Les ofrecemos el periódico el Observador, trae artículos muy interesantes, con un gran contenido católico actual.

Adquiéranlo.

Cápsula litúrgica Sabías que …

7 enseñanzas de 7 grandes santos que cambiarán tu vida Los santos son una escuela para nosotros. A través de sus ejemplos no solo nos damos cuenta de que sí se puede ser santo hoy, sino que encontramos testimonios vivos de que la santidad se da siempre en un corazón que está dispuesto a darlo todo por amor a Dios. El Papa Benedicto XVI, el 6 de noviembre de 2006, nos mencionó que «El luminoso ejemplo de los santos despierta en nosotros el gran deseo de ser como ellos, felices de vivir junto a Dios, en su Luz, en la gran familia de los amigos de Dios. Ser santo significa vivir en la cercanía de Dios, vivir en su familia, y ésta es la vocación de todos nosotros». Estamos llamados a aprender de nuestros «hermanos mayores» que lo dieron todo, que se entregaron por completo al Señor. Por eso quiero compartir contigo estas siete enseñanzas que nos han dejado algunos santos de renombre. Palabras sencillas que dejan entrever su gran humildad y cercanía con Dios, dos ingredientes necesarios para ser santos hoy. «Perfecta alegría» – San Francisco de Asís

«¿Cuál es la verdadera alegría? Vuelvo de Perusa y en una noche profunda llego acá, y es el tiempo de un invierno de lodos y tan frío… Y todo envuelto en lodo y frío y hielo, llego a la puerta, y, después de haber golpeado y llamado por largo tiempo, viene el hermano y pregunta: ¿Quién es? Yo respondo: El hermano Francisco. Y él dice: Vete; no es hora decente de andar de camino; no entrarás… Y yo de nuevo estoy de pie en la puerta y digo: Por amor de Dios recogedme esta noche. Y él responde: No lo haré. Vete al lugar de los

Crucíferos y pide allí. Te digo que si hubiere tenido paciencia y no me hubiere alterado, que en esto está la verdadera alegría y la verdadera virtud y la salvación del alma». (Escritos completos de San Francisco de Asís, VerAl). La «perfecta alegría» no está en los gozos terrenos, en el éxito, en el reconocimiento, ni siquiera está en la realización personal. La «perfecta alegría» está en aceptar cada momento confiando en que Dios nos sostiene. Es difícil tomarse de la mano de Dios cuando la adversidad nos golpea, antes bien, es fácil gritar y desesperarse con los problemas agobiantes. Pero, ¿Qué tal si nos detenemos un momento?, ¿qué tal si vemos cada situación con la impronta de Dios? Es como descubrir la huella de Dios a nuestro alrededor, de esto se dio cuenta San Francisco aquel día. Aún en los momentos más dolorosos de nuestra vida, Dios está presente y llena nuestro corazón de paz. Así que ¡detente un momento, reflexiona y busca la huella de Dios! Si tienes confianza la encontrarás y te darás cuenta de lo importante, de aquello que llena el corazón, de la alegría que se experimenta al ser todo de Dios.

¡Sigue apoyando con tus oraciones y ayuda económica para llevar a buen

término la construcción de la Capilla del Santísimo!

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO. - Si damos la vuelta al elogio de la perseverancia, podremos aplicarlo también a la participación ciudadana y a la vida cívica. El Señor Jesús partía de los engorrosos trámites legales para animarnos a suplicar confiadamente a Dios. El mensaje sigue siendo válido en tanto que en ocasiones nuestra confianza en Dios parece flaquear. Sin

embargo, podemos aprovecharlo para el logro de propósitos e iniciativas sociales y políticas. Quienes disponen de una pequeña parcela de poder terminan por sentirse dueños de éste, olvidando que son funcionarios y servidores del pueblo que es el verdadero soberano. El desdén y el desaire que en ocasiones recibimos en hospitales u otras instituciones de carácter público no tendrán que desalentarnos, ni

hacernos claudicar. En el ejercicio de nuestros derechos, sobre todo aquellos que afectan nuestra salud y nuestra dignidad, tendremos que ser perseverantes y respetuosos.