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Semillas Paul Fleischman llusl「aCIOneS de Isaac He「nandez l「aducc16n de Ma正a Vin6s ○○I軍)○ ○置く山肌書く00議論▲

Paul Fleischman - Semillas

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Novela corta de Paul Fleischman ambientada en un barrio multicultural norteamericano.

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  • Semillas

    Paul FleischmanlluslaCIOneS de Isaac Henandez

    laducc16n de Maa Vin6s

    I) 00

  • Kim

    ME PARfrente al altar de mi familia. Era de madrugada; na-

    die mas en el departamento estaba despierto. Me qued6 viendola fotograffa de mi padre: Su rOStrO SeVerO, COn los labios apre-tados y la mirada por siempre fija en un punto a la derecha. Yotenfa nueve afios, y an guardaba la esperanza de que sus.QJOS

    Se mOVieran. De que me vieran.Las velas y los inciensos, enCendidos el dfa anterior para

    conmemorar el aniversario de su muerte, Se habfan consumido.El arroz y la came de la ofrenda habian desaparecido. Despu6sde la gran cena, PaSada la media noche, me habfa despertado e11lanto de mi madre. Mi hemana mayor se le uni6. Entonces yotambi6n empec6 a llorar, PerO POr Otra raZ6n

    Vblvi la espalda al altar y me dirigf de puntillas hacia la co-Cina. Sin hacer ruido saqu6 una cuchara del cj6n y llen6 el ter-

    mo de mi lonchera con agua. Agan6 el bote de frijoles y salf alacalle.

    La banqueta estaba compleamente desierta; era domingoa

  • lClOb diL1olel iIgeCOl1 lo botesde basura y ponfa dIra COmO mamO=a came de miS- mejillas.

    En Vietnam el clima no era asf. Aqui en Cleveland, la gente lellama a esto prlmaVera. Camin6 media cuadra CruC6 la calle y

    llegu6 a=ote baldfo.Con la cabeza en alto examin6 el territorio. No habfa nadie

    dormido en el vio sil16n en medio del lote. Nunca anles ha-

    bfa entrado aquf, ni lo habia deseado. Pero ahora me abrfa ca-mino esqulVando llantas usadas y boIsas de basura. Me qued6helada cuando estuve a punto de.pISar dos ratas que rofan algoa mis pleS. Entonces me dque era el momento de demostrar

    mi valor. Seguf avanzando, y eSCOgf un lugar lqjos de la ban-

    quetaPrOtegido de la vista por un refrigerador oxidado. Tenfa

    que cuidar muy bien ml PrOyeCtO.Saqu6 la cuchara y me puse a escarbar. Aunque la nieve se

    habfa derretido, el suelo estaba duro todava. Despu6s de mu-

    Cho trabajo, termin6 un hoyo. Luego otro, y un terCerO. Pens6en c6mo recordaban mi madre y mi hermana a mi padre, C6moCOnOCfan cada ingulo decara y en sus dedos llevaban la sen-

    SaCi6n de sus manos. Yo no tenia tales recuerdos que llorar. Na-Cf ocho meses despu6s de su muerte. Peor an, 6l no tenfa re-

    Cuerdos de mf. Cuando su espfritu rondaba nuestro altar, iSa-brfa siqulera qui6n era yo?

    Cav6seis hoyos.1bdasu vida en Vietnam, mi padrehabia si-do campesino. Aquf nuestro edificio no tenfa jardin. Pero 61 meVeen este lote baldfo. Verfa a mis frijolitos brotar de la tie-

    rra y extenderse. verfa con placer c6mo sus vainas irian engor-dando. Verfa ml PaCiencia y mi arduo trabo. Yo le enserfa

    qucpodia,)1 1ae`rfa que yO era Su hija.El afio pasado hicimos germinar frijoles en ]a escela, en bo-

    tecitos de papel. Ahora puse un frijol en cada uno de los hoyos

    y los cubr, aPretando la tierra con n-is dedos. Abrf e=ermo y

    los regu6. Me prometf que estos frijolitos iban a crecel:

    ??

  • Ana

    ME ENCANTA sentarme a mirar por la ventana. JPara que ne-

    CeSltOa televisi6n cuando tengo cuarenta y ocho venlanas de

    departamentos para ver del otro lado de=ote, y una Vista a unaParte de=ago Erie? He vis[o pasar la historia desde esta 'enta-na. iThntas cosas! Tenfa cuatro aos cuando nos cambiamos

    aquf en 1919. En ese entonces los caballos jalaban carros de

    fruta y de carb6n por las calles. Me paraba en este mismo lu-gar y vefa al apuesto mTChacho que trafa el carb6n. Era de Gro-Za del mismo pueblo donde nacieron mis padres. La calle Gibb

    estaba poblada sobre todo pormanos en aquellos iempos.

    En todas las tiendas al despedirse te decfm0 Luego se

    empezaron a ir los rumanos" No eran ni los prlmerOS ni los

    tlmOS. Este siempre ha sido un barrio obrero. Sucede lo que enun hotel barato: te quedas s6lo hasa que tienes el dinero sufi-

    Ciente para irte. I;os slguientes en llegar fueron un mont6n deitalianos y eslovacos, luego las familias de negros duranIe laDepresi6n. La calle Gibb se apnvirti6 en la linea que dividfa a

    10

  • blanco"nCgrOOmO ma f uiltei-il.C dosr yo Io

    todo, desde esta mlS11ZVentana

    VIVien Ceeland Heigh[s dulante dieciocho afros, lIego re-

    gres6 aqf a cIidar a mis padeS. La linea fronteliza tambi6n

    habfa can-biado CaSi [odos Ios blancos se haban ido. Luego

    lS fIndidoras de aceo y las fat)ricas cerraron y todo mundo se

    larg6, COmO rataS. Los ediflCios quedaron abandonados; loshombres, Sin lrabo, Se dedicaban a bebeI de nuee de la ma-

    na a cinco de la ta-de, ala abajo en e=ote baldfo. Siempre

    Se Ofan sirenas, la gente mataI-dose ente Si Ahora veo a fami_

    liaS de M6xico, de Cambodia y de otros pafses que no conoz-CO. A veces viven hasta doce en un departamento. Nuevos idio-mas en las tiendas y en las ca11es. Y estos nueOS habitantes

    tambi6n se ircuando puedan. Soy iaica qlle Se queda. Asf

    SOn las cosas. Aquf me quedo, mirando por mi enlana.

    Estaba emoviento la 'ierra y miraba a su alrededor continua-

    mene COmO Si sospechara algo. Enerraba algo. Aunque yo

    nunca luve hijos propIOS, Sabfa que esa niha estaba metida enalgo indebidoHe visto demasiadas cosas en ese lote como pa-ra adivinarlo, y [ras veinte afios de lraba para el departa-

    n-enlo de ibertad provisional de la carcel eS'aba casi segllra de

    Saber lo que la nifia habfa enterrado. Drogas, Seguramenle. Odinero, O IIna Pis[ola. En un instante desapareci6 como cono.

    Pens6 en =amar a la policfa. Pero al dfa slgulente la vi denuevo allf y decidf resolver el caso por mi cuenta. SigulerOnVaios dfas de lluvia y nO VOIvf a verle la nariz. Luego e=iem-

    12

    poor6ii)de la esCuela. Estaba agada dindome la elde lnOdo

    que no podfa ver lo qIe hacfa. La criosldad nle quemabiUnzl

    mafrona en la que ella estaba allf, milando a su alrededo]- SuS

    s Se diriglerOn PreCisamente a mi ventana. Escondcabe-za de inmediato tras las cotinasPel-O nQ eStaba segura cle no

    haber sido descubierta. Si me habfa vistb, nO dqiaria su tesoroenterrado por mucho tiempo. Supe entonces qlle debta desen-1erarlo antes de que ella lo hiciera.

    Esper6 una hora despu6s de qu@ Se fue, y tOm6 mi bast6n yun viejo cuchillo para mantequilla. Como pude baj6 los tres pl-sos y atraves6 la horrorosa jungla de basura hasta finalmentellegar al lote. Me agache; la tierra estaba mQjada y eraoil es-

    carbar. Piqu6 y escarb6, Sin encontrar nada mas que un frijol

    grande y blanco. Prob6 en otro luga y saqu6 otro frijol luego

    lerCerO. Entonces me di de bruces con la verdad. tPero que

    he hecho?, me dije. Dos de las semillas ya tenfan rafces. Sa-

    bia que las habia lastimado. Me sentfa como si hubiera lefdo sudiario fntimo y sin querer hubiera rot.o una paglna. Vblvi a po-ner los frijolitos en sus hoyos con el mismo cuidado con el queacostaria a un beb6 dormido; los cubrf, y alis6 la tierra con misdedos Io mejor que pude.A la mahana siguiente regres6. Me asom6 tras la cortina; ella

    no mir6 hacia arriba ni mostr6 ninguna sehal de notar algo di-ferente alla abjo. La podfa ver con claridad ahora. Meti6 11na

    mano en sumochila y sac6 un frasco, lo destap6 y reg6 el agua

    sobre la tierra. Esa tarde me compre unos binoculares.

  • Wendell

    MI TELEFONO nO Suena muy Seguido, lo cual no me parece

    nada mal. Por 61 me enter6 de lo de mi muchacho, baleado enla calle como un perro, y tambi6n del choque de mi muer el

    ao pasado" No puedo ofr el timbre del te16fono sin sentir un

    SObresalto. Cuando Ana llam6, tOdavia estaba dormido. Lasllamadas que me desplertan SOn las peores de todas.-iSube rido! -me dice.

    Yo vivo en el prlmer PISO, y tratO de estar pendiente de ella.Somos Ios dnicos blancos que quedamos en el edificio. Corrfescaleras arriba. Sabfa que se trataba de algo serio" Iba rogan-do no encontrarla muerta. Cuando 11egu6, Se Vefa perfectamen-1e bien. Me arrastr6 hasta la ventana.-Mira allabqio -eXClam6--Se eSn muriendo!

    -Qu6 se esta muriendo? -1e gri16 a mi vez.

    -iLas plantas! -me dijo.

    Estaba furioso. Me pas6 unos binoculares, y me COnt6 Iodala historia de la niha china. Localic6 las maas y las enfoqu6.

    15

  • 16

    ac-a1O aliee P) CbamnChlaS,- CO11 1as hqjas cafdas hacia cI suelo.

    -Qu6 son? -me Pregunt6 Ana.

    -Frijoles de algtipo e conteste Los conozco porque cre

    Cf ena Pequeha granJa en Kentucky- PeO Ios pant6 dema-

    Siado pron[o. Tuvo suerte de que esas semillas geminaran.-Pero germinaron, y ahora nos Ioca a nosotlOS Salvarlas.

    Era un fin de semana de mayo y hacfa calor. Se pensarfa quelos fijoles eran de ella. Necesital)al agua, eSPeCialmente con el

    Calor. Ana decfa que la chica no habfa venido en cuatro dfas; Se-

    guramene estaba enferma o fuea de la ciudad. Ana se habfa tor_

    Cido ei 10billo y no podfa con las escaleras. Me mostr6 lajarra.-Llena eso y empalas bien, Rido.

    Un intendente de escuela recibe demasiadas 6rdenes duran_te la semana comO Para eSCuChar mas durante el fin de sema-na. Le diriguna ]arga mirada y despu6s me tom6 mi tiempo

    Para llenar la jarra.BIas escaleras, Camin6 hasta e=ote y encontr6 las p]an-

    tas de la nifia. Los frijqles no deben plantarse hasta que el tiem-

    PO Se Vuelva cdo" Entonces vi lo que habfa impedido que susSemi11as se congelaran el refrigerador que estaba enfren[e re-

    flejaba los rayos del soI sobre la tierra, CaIentindola como unhoo. Me inclin6 y sentf la tierra; luego tom6 una poca entre

    mis dedos; eStaba apretada y era de coIor claro, Me fij6 en lasPlanlaS: hQjas con la foma de la espada de la barqia: definii-Vamente eran frijoles. Junt6 tiea alrededor de la primera plan-

    1a fomando un anillo para retener la humedad y captar la l-u-

    Via que cayera. Lentamente lo llen6 de agua. Entonces escuch6

    un(:l))1Ie-lil, a1nOS inerOdlnCla01iendo eil la0-

    pia jarla de aguaEl refrigerador le habia impedido eme hasta ese momento

    y ahora paeCia temer por su lda. Quizyens6 que me lanza-rfa sobre ella Le sonref y demostr6 que s6lo eslaba egando sus

    plantas. Esto hizo que sus q}OS Se abrieran annaS. Me levan-t6 muy despacio y me retir6SOnri6ndole de nucvo. Me vio ale-

    jarme Sin intercambiar ni una palabra con ella.por la tade regres6 a ver c6mo segufan los frijoles. Se ha-

    bfan recuperado y bien. Note que ella habfa formado circulosde tierra alrededorde las otras tres plantas. De pronto vinierona mi mente las palabras de la Biblia: `y un nifio Ios guiarAI

    prlnCIP10 nO SuPe POr qu6, PerO luego comprendf. Hay muchascosas de mi vida que no puedo cambiar nO Puedd devoIver la

    vida a los muertos, ni cambiar este mundo por otro de amor ybondad. No me puedo convertir en millonario. Pero en un pe-dazo de tierra de esle basurero, a11f sf que puedo cambiar algo.Y mucho. Ms vale ocuparme de esto que queJarme de lo otro

    todo el dfa. Y esto me lo enseesa nide primarla.

    E=ote daba hacia edificios por tres de sus lados. Camin6 unrato y escogf un lugar no demasiado sombreado. Arrastre la ba-sura a un lado y quit6 los pedazos de vidrio mas grandes. Mireml ParCela, me PuSe en CuClillas y por un rato estuve Sintiendola tierra entre mis dedos.E=unes slgulente me traJe PreStada del trabajo ur!a Pala.

  • Gonzalo

    MIENTRAS Ms viO ereS, maS nifio te vuelves cuando vie-

    nes a los Estados Unidos.Esa ecuaci6n no te la ensehan en la escuela. EI Gran Cerebro

    el sefror Smoltz, que eS maeSO de matematicas en mi clase de

    octavo, ni siquiera ha oido hablar de ella; nO Viene en la Intro-ducci6n al algebra. Es la ecuaci6n de Garcfa. Yo soy Garcia.Dos afios despu6s de quePaPdy yo llegamos aquf de Gua-

    temala, yO ya hablaba ing16s. Lo aprendf en el parque y viendomucho la televisi6n. No es cierto lo que dice la gente: las cari-caturas te vuelven inteligente. Pero mi papalrabqjaba [odo el dfa

    en una cocina entre salvadoreos y mexicanos. Su ing16s era

    peor que el de un nifio de kinder. Hacfa todas sus compras en labodega, a media cuadra. Fuera de alli bdyaba la vista y trataba deareglarselas con palabras masculladas y sonrisas. No queque

    los desconocidos oyeran sus errores aSf que se valia de mf para

    hablar por te16fonoPara hablar con la casera y en las tiendas

    donde habfa que hablar en lng16s. EI se voIvi6 nifio; yO CreCl.

    19

  • uelhCrmre ; Co Jli_

    nle].On f11 norte con lOSOtrOS Tio Juan era eombre n1eJO

    en su pIeblo. peO iquf se convil.ti6 en un beb6. En su tierra 6l

    era campesino aqui no podia trabzual: No podfa sentarse en la

    Paza a platicar: aquf no hay plazas, y Si te sientas en la calle

    alguna pandilla que ande rondando te puede usar como tiro alblanco. No en'endfa la tele. Se pasaba el dfa en el departamen-toentrando y saliendo de los cuartos, hablando solo, COmO lln

    Crfo de pales.

    Una mana sali6 del departamento y 11eg6 hasa Ia calle. Mi

    mama por poco se desmaya. El tfo Juan no habla espafrol, S6lona lengua jndfgena. Finalmente lo encontr6 parado frente aI

    Sa16n de be11eza, Viendo a una muer con una secadora en la ca-beza- Se estarfa preguntando a qu6 extrafio planeta habfa veni-do a parar. Me lo llev6 a casa de la mano, COmO Se lleva a unnifio de tres afios. Desde entonces se supone que despu6s deClases me toca cuidarlo.Una tarde estaba viendo la teleeStudiando un episodio de

    77ze Bra, BnCh De pronto voltee a ver y el tfo Juan habfa des-

    aparecido. Recorrf ls cinco pisos del edificio y llegue a la ca-

    =e. No estaba ni en la bodega ni en la casa de empefio. Lo ]la-m6 a gos. Me imagin6 la cara de mi madre a- enterarse de que

    lo habfan atropellado o se habfa cafdo en una coladera. Dob16 laesqulna y busqu6 el sombrero de pja blanca que lleva siempre.

    Dos cuadras mas abdyo Io encontre. Estaba parado frente a unlote baldfo hablandole a sefias a un hombre con una pala.

    Le di la mano PerO 6l me hizo caminar por encima de Ia ba-

    Sura hasta adentro de=o'e. Reconocf al hombre de la pala era

    20

    lCe--1ldom JardlnCito en el `le Se /efan ilas de dismtOOl-OS de

    verde. El tio JIan SOmefa y trataba de declr]e algo. Ei hombre

    no le en[endfa y finalmente cotinu6 c{Vando. Y me 11ev6 al

    tfo Juan de regreso al departamentO.Esa noche le cont6 1odo ami mama. Ellafue la tinicaqIeen-

    1endi6 lo qe deca. Al dfa slgulen[e Cando e11a regres6 del

    trabajo me pidi6 que lo llevara otra vez a=ote. Lo llev6, y Se

    puso a observar el sol, lIegO la tierra. La sinti6 la oli6 y hasta

    la prob6 Escogi6 un pedazo no lejos de la banqIeta. Mi mama

    le compr6 una palita y varios sobres de semillas en una lienda

    qlle eSta POr donde cambia de autobs. Mientras yo quitaba labasura, el tfo Juan revoIvfa la tierra. Hubiera preferido no estartan cerca de la banqueta, y me la pas6 rezando para que no 11e

    vielan mis agOS, niS amlgaS, ni mis enemlgOS. El tfo Juan

    ni slqulera Se fba en la genetaba totalmente inmerso en

    Su lab

    Me mostr6 exactamenle la distancia que debia haber entre ca-da surco, y que tan hondos debfan ser. El no podfa leer lo qIe de-

    cfan los sobres de las semillas, PerO Sabfa por las fotos Io quecontenia cada uno. Los abri6 y vaci6 en la palma de su mano lassemillas, SOnriendo. Parecfa reconocerlas, COmO a VlqaS amlgaS.Cuando lo vi depositarlas cuidadosamente en los surcos me dicuenta de que 6l sabfa todo sobre c6mo cultivar la comida y yO

    no sabfa nada. Me quede mirando sus dedos laboriosos`luego

    sus qIOS Es[aban atentos, nO COnfundidosni ausent9S. Se habfa

    transformado de beb6 en hombre otra vez.

    21

  • Leona

    MAM cREiA en los docores, PerO la abuela no. Ni aunque

    fueran negros. No, Sefrora. Yo creci en su caa, en Atlanta. Ca-

    da mafiana se tomaba un taz6n de t6 de vara de oro, COn una

    DueZ mOSCada flotando en medio y aSeguraba que no necesita-

    ba ninguna otra medicina. El doctor Bates trat6 de convencer-la con sus pfldoras de hierro y le.ddirectamente que su t6 le

    iba a subir la presi6n y a reventarle el coraz6n. El muri6 esemismo verano. EI sigul?nte doctor decfa que el '6 le iba a pro-VOCar fiebre cerebra1 muri6 a los cincuenta afros, uStO en Su

    fiesta de cumpleafiosSi mal no recuerdo. Le hicieron un fune-

    ral muy boni'o. La abuela vivi6 hasta los noventa y nueve, Se-

    gun sus cuentas. Ttnia un cuaderno donde iba pegando Ios obi-tuarios de los doctores a los que iba sobreviviendo, y POdfa re-

    Citar Ia lista de nombres de memoria COmO un Capfulo del G6-

    nesis. A traves de los afios adop'amos la costumbre de asistir alos funeralesy ella siempre depositaba un ramito de vara de

    OrO SObre la tumba.

    22

  • nienl el eeOJed(ue

    OteS en la ce Gibb, Camila CaSIando al pasal. fIel

    te al lote baldfo ieS PerSO-1aS en distos extremos del te-

    r]e10. PelS6 que qizs estaban buscando dinero, PerO Io q1e

    tenfan en las manos eran palas, nO detectoIeS de metal. CIan-

    do vl que eStaban cultivando susertitasne dije: aqrf Oy a

    Sembrar unas matas de vara de oro.Habia un hombre vi6ndolos desde la banqIeta y una nifia

    que miraba desde una ventana. Segul.O que a muchos les gus-tarfa poder cul[ivar algo` lgual que a mf. Enonces me fij6 en la

    basura. Qui6n sabe por qu6 1lamarfan baldfo a=erreno si evl_dentemente estaba en llSO los montones de basura Ilegaban

    hasla mi cintura; basura del barrio y de fuera;.aqutiran su ba-

    Sura !os que no quleren Pagarle al basurero municipal, los qe

    arrq-an qufmicos peligrosos O Ios que plenSan qe en eSte ba-

    rrio somos tan holgazanes que no nos importaIn m0n6n n

    de basura. No consegulmOS que.e- munlCIPIO Venga a reCOgerla basua PerO nOS la traen hasta aquf sin problemas. El oIor es

    COmO Para enrOSCarle la nariz a un cocodrilo, eSPeCialmente enel verano. Los jardineros habfan abierto senderos entre Ia ba_Sura PerO hasta que esto no quedara limp10Serfan muy pocos

    Ios que se animaan a entrar aquf. Y iendo este panorama, me

    qued6 claro que limplar el terreno no era una labor para la ca-rretilla, Sino para e=e16fono,Continu6 camino a casa. ifengo dos hijos en una preparato-

    ria donde hay mds pistolas que libros, aSf que me las se lOdasCuando se trata de quqarse con las autoridades de problemas

    que necestan SOIuci6n. El dia slguieme ea lunes. A las nueve

    24

    de l`tener qe rCPela1islmS Paiabrata qCe Ol[e bfro-

    cratas. pISe a Miles Davis en e=ocadiscos y me fumb6 en la

    cama: ns vale po-1erSe C611Odo antes de que te pongan a es-

    perar en la l{nea Abrf el directorio y comenc6 a maCa

    `Alga vez has visto de cerca a un saxofonlSa tOCando`?

    cIando e=nuco aprleta una eng en el otro extlenlO del

    instrumenlo algo se mueve. Eso bSCaba yo la lengliita que hi-

    ciera desapaecer esa basurzL Llam6 al municIPio de la ciudad

    de Cleveland, luego al cohdado de Cuyahogaal estado de

    ol-io y fina-mente al gobiemo de los Estados Unidos. Seis ho-ras y media mds tarde aerigque el lote pertenecfa al muni-

    cIPlO. Pero la gente que gobierna esta ciIdad no suele venir por

    aqIi, a meIIOS que tOmen la salida equlVOCada en la autopista.

    La distancia de mi barrio al palacio de gobiemo no se puedemedir en ki16metros

    De cualquier modo Seguf haciendo la lucha al dfa slgulenle.

    EI Centro de Informaci6n Ciudadana me acons6 11amar al De-

    1 C PartamentO de Sanidad Pblica y ellos me mandaron a pregun-

    tar en otro lado. A todos Ios entrenan para ser eSCurridizos co-mo serpientes, y a nO COnteStar llamadas Salir a comer y hacer

    que las personas esperen en el te16fono hasta que se vuelvenvlgas y mueren. enfa la sensaci6n de que estaba alejindome

    cada vez mas de la lenguita que necesitaba apretar. A=ercer dfase me ocurri6 algo. Cuando estas en el te16fononO ereS mS que

    na VZ, y Cuando te tienen espeando, niuiera a eso llegas.

    De algn modo tenia que voIveme real para ellos.

    Esa mana tom6 el autobds al centro y entre al Departa-

  • !llentO de Szlnidad Plica. Le cont6 a1na reCePCiOnista muy

    arl-egladita loda la historia de la basura. La hice que me vieraen came y hueso y qIe me eSCuChara claramente. Me dijo que

    me sentara en la sala de espera, y me Sente. Acto seguido abrfla boIsa de basura que habfa recogido de=ote antes de venir.El aroTla que emanaba de esa boIsa te hacfa pensar en chi-

    queros- y gusaJIOS y desperdicios que estaban frescos en losliempos en que Nixon era presidente. Es increfble lo rapido quetodos, incluida la recepcIOnlSta, CaPlaron el olor. Y mas increi-ble atin, lo poco que tarde desde la sala de espera hasla encon-trarme frente a alguien. Ahora, definitivamente, me habfa vuel-to real. Y para mantener asf las cosas, la boIsa me acompa6 a

    ver a los demas bur6cralaS.

    Sam

    VI GENTE arremOlinada frente a=ote baldio, mirando algo.

    Me acerqu6, COmO gatO que huele rat6n Increfble: unOS hom-

    bres unifomados, CreO que de la carcel, eStaban limpiando ellote. La mlUer a mi lado dijo que la tierra era para cualquiera

    que qulSlera Cultivar un jardin. Ms increfble a La palabraparafsome vino a la boca. La muJer me VOlte6 a vernte-

    rrogan'e. Me gusta estudiar las palabras eS una de mis aficio-

    nes. Vi los tres muros que rodeaban el lote, luego la huerta quese estaba dando, PreCiosa, allf cerca de la banqueta Paraiso

    viene del persa, y qulere decir parque amurallado Se lo dije

    a la mujer, que eSta VeZ me SOnri6" Yo tambi6n le sonref: 6se esmi trabajo.No s6 si han visto a los pescadores remendando sus redes.

    Eso es Io que yo hago, S6lo que con la gente. Solfa intentar re-mendar el mundo enlero. Duranle treinta y seis ao? trabai6 pa-

    ra varias organizaciones; me dediqu6 a promover un gobiemomundial, a Organizar conferencias sobre pacifismo, a reunir

    26 27

  • fondo(11Cdo; SlmPlele Caie cIllPO de bitde6e1

    para conceIltrarmC ell eStC }lnC6n de Clevclalld A ,Clelso que quize tenldo mas efecto sobre el mdo desde que

    me retlreu6 es Io que hago? Sonrefr. Le sonrio a la gente

    especialmente a -os negros y a la gente de orOS Paises Los ha-

    go voltear a verme en VeZ de mlrar al suelo o ^ un lado. Hagoplatiea 9n el autobtis en las fllas y coIl los caerOS. La gente seda cuenta de que soy una PerSOna amistosaa PeSar de lo que

    hayan eSCuChado sobre los blancos o los Judfos. Sl tengO Suer-te, logro que Platlquen entre e1los. Remiendo Ios desgarres dei bari

    No habfa tenido un jardin desde que el.a Chico. Querfa cultl-varInO allOra, PerO tengO, Para Ser eXaCIOS Setenta y OCl-O

    afios. y nO eSOy COmO Para trabaJar la tierra aSi que contrat6 a

    lln muChacho. EsIn POrtOrriquefro que me dljo que podfa con-

    segulr una Pala. Sabia que debfa hacer blen las cosas para ga

    narse su dinero, y eStuVO trabgndo la tierra hasta que 6sta

    flufa como seda entre los dedos. Le pagu6 bien y le ofrecf unsurco para sembrar. Buen negociante el mChacho querfa sem-

    brar marlguana. Lo hablamos y finalmente` lo convenCf de

    sembrar calabazasdespu6s de contarle lo que pod(a pedlr POr

    ellas en JJal,oweein contar las vents de no ir a parar a la

    carcel. El era nuevO en el barrio. Platicamos de muchos temas,acucli11ados en el fresco de la tardePlantando nuestras Seml-

    11as. Unas cuantaS PerSOnaS maS trabban en sus hortalizas

    un tordo silbaba con brio; PareCia realmente el Parafso, e=ar-din de Ed6n.

    ???????????????????????????????????

    ???

  • Peo el Ed6n cleBibla tlenem ifo. y aqui ncnl-1OS na_

    da por el estilo. Ni siqulera una tOma de agua en los all.ededo-res. Nada. La gente tenfa que traeI Su ProPla agua, en Cubetas,

    en cartones de leche, O bote=as de refresco. El agua pesa como

    PIomo Cr6anme y las semillas nuevas deben eslar siempe hmedas. En todo junio no hubo mas que cuatro dIas de lluvia.

    `E! resultado? Los jardineros dobados en dos cual aguadores,acarreando de hasta tres o cuatro cuadras botes de agua, y qIe-

    jindose todo el tiempo de la escasez. Yo le pagaba a un nio detercer ano para que me trela el agua en un carrito. EI concur-

    SO qIe inici6 vino despues.

    Aparte del agua tenfamos otros problemas. La gente invit6 aSuS familiares y amgOS a Plantar un jardfn. E=ote es grande,SObra lugar. Pero POr lo menos en un prlnCipio, la gente esco-

    gfa un lugar cerca de sS COnOCidos. Un sabado, Cuando e=o-1e estaba mas concurrido me detuve un momenO Para endere-

    Za la espalda. JY que vi? Los negros por un lado, los blancos

    POr Otro en la parte de atras Ios centroamericanos y los asi-

    COS. E=ote era una copia del barrio. Quiza no debi6 sorpren-deme" Un pato crfa patos nO elefantes. Cada grupo se limita-

    ba a los suyos. Hablaban su propio idioma, Cultivaban sus plan-tas especiales. Un tipo incluso 11eg6 a izar la bandera de las Fi-1ipinas sobre su parcela. Aparte de eso estaba la basura. Algu-nos vecinos bien educados de los edificios alrededor segufan

    usando e=ote como basurero particulan No podfan acabar cone! habito de vaciar los ceniceros y arrQjar [odo tipo de cosas porlas ventanas. Un dfa cay6 corno un meteorito una bote=a. Unhombre la recogi6 y la tir6 de regreso por la ventana de la que

    30

    habaclo.{:n OCinco boteyeC

    conlinuzICi6n vie1en balIZOS" Pero afortunadamelllc 56lo lIe-

    oil gltOS

    EI vagabundo loco que dormfa en el ieJO Sil16n tambi6n

    echaba de menos Ios tiempos en que e=otc era lln basulerO.

    ApareCi6 un dfa y Cuando vio que se habfan llevado su sil16n.

    se puso fIrioso y empez6 a arrancar las plantas. Tuvo que ve-

    nir la pollCia. Y algunos PenSando en sus Jitomates y frijoles

    maduros, en-PeZarOn a PreOCuParSe de los posibles intrusos.Esa semana un Sefior puso tela de alambIe all.ededor de su par-

    cela; metrO y medio de alto COn tOdo y su puerta y candado. La

    slguiente semana alguien mds puso una valla de madera. Lue-

    go apareci6 el prlmer letrero de pROHIBDO EPASO. Finalmen-

    te, el.toque supremo alambre de ps.

    Dios, que Cre6 el parafsotambi6n destruy6 la torre de Babel

    y dividi6 a la gente. De ser un paraisoel lote estaba convir-

    ti6ndose otra vez en Cleveland.

    31

  • V

    MPAP siempre tiene una gran sonrisa en la cara y un plan

    entre lmnOS. Estat)amOS Ios dos parados frente a=oteViendo

    a los llOmbl.eS que SaCaban la basura y a las ratas que cOrrfan

    para salvar el pellgiv Salfan disparadas en todas direcc1011eS.Dos dc Ios traficantes que se las dan dey malos se acerca-

    ron, y de proIltO una rata Se le trep6 a uno por la plerna. El t

    po grit6 como gritan las sefroras en las caricataS Cuando sale

    un rat6n, S6lo que mas fuerte. Sacudi6 el pie como s=e estu-vieran electrocutando un dedito, y la rata sali6 volando Cay6

    y se n-Cti6 a una coladera. Volte6 a ver a ml Padre, y entOnCeS111e di cuenta de que ni siqulera Se habfa fijado en la rata- Sus

    .QJOS eStaban fijos por comPleO en el jardin que estaban l-

    piando, y tenfa una sonrisa de medio metro en la cara.Mi papa manban autObtis en Haitf; aqui conduceIn

    taxi, Esa tarde manhasel orO lado de la ciudad para pe-

    dirle a un amgO un Par de palas prestadas. El dfa slguiente erael prlmerO de las vacaciones. Ya podia oIvidarme del qulntO

    33

  • gd Pa}.a biempi.e/ PaCelebrarlo tenfa planeado quemeen la cama hasta mediodfa. Pero no habfa amanecido atin cuan_do ml Padre me estaba sacudiendo la escuela habia teminado,

    PerO la hortaliza acababa de empezar.Caminamos hasta el lote y escogimos un pedazo" EI suelo es-

    taba an duro que la punta de ml Pala rebotaba como resorte.

    Probamos en tres lugares distintos hasta que encontramos uno

    que nos gust6. Luego Io recorrimos de aba abajo, reCOglen-do pedazos de vidrio como pollos en busca de semillas. Des-

    Pu6s revoIvimos la tierra. Segufa saliendo mas y mas basura:tuercas, tOmillos, Pedazos de tabique. Allf fue donde encontr6el dUn portarretratos en forma de coraz6n, [odo oxidado,

    COn una Cadenita rota. Lo abrf: dentro estaba la foto diminutade una mllJer blanca de rostro triste. Trafa puesto un sombreroCOn flores. No s6 por qu6 lo guarde en vez de arr(rlo a IlueS-

    tro mont6n de bas1ra.

    Me parecIO que PaSaban horas y horas hasta que finalmenteteminamos de preparar neStrO Pedazo de tierra. Descansamos

    un raO y luego ml Papa me Pregunt6 si estaba listo. Pens6 que

    querfa decir l]StO Para Plantar nuestras semillas, PerO en VeZ deeso limpiamos otro cuadro de tierra, luego otro, y luego tres

    mas. Mi padre no pensaba en un jardincito de hortalizas cuan-do sonrefa Sino en un sembradfo, en Cultivar para ganar dinero.

    Yo querfa que plantaramos frijoles como los que habfa visto enun paquete de semillas; CreCen tan alto que el hombre en la fo-to del empaque los estaba cosechando subido hasta arriba deuna escalera. Pero ml PaPa dijo que no. EI se la pasa pregun-t6ndole a sus paseros c6mo hacerse rico, y alguien le dijo de

    34

    esldc k)Olma-ean Cl1 1asellSaladas de lo$ rlCO" POr las que los ]eSa11.anes OS Pagan

    una fortllna. Mientras ms frescas est6nmeJOr las pagan. Mi

    paplaneaba cosecharlas y lleval.las Olando el Su taXi` Pa-

    sindonos Ios altos de ser necesario.as semilas de lechuga son mas peques que granos de

    arena. Me avergonzaba acaparar tantp lerrenO; nadie tenfa umhor[aliza que fuera slqulera una Cuarla parte de lo que nosotros

    enfamos De pronto vi a la sefrorila Fleck. Casi no la reconocf

    en pantalones de mezclilla. La sehorita Fleck es la maesta mds

    estricta de Ohio. Yo la tuve en tercero. PronInCla Cada letra de

    cada palabra y espea que t tambi6n hables asi. Es alta y mS

    negra que ml Padre" No permite mnguna descortesfa en su ca-

    se, ni slqulera Puedes arrellanarte en el asiento. Asusfa hasta alos demas maestros. Se acerc6 a nosotros cuando termina-

    mos de sembrar.Y bien, Virgil? Veo que te has apropiado de una buena

    Plantaci6n -dijo.Eso era uStamente lo que temfa ofr. La mir6, luego mir6

    nuestras estacas. Las habiamos clavado en el suelo uni6ndolascono, de modo que dividian el terreno en seis partes. Yo ig-

    noraba la raz6n de esto, hasta que ml Padre se acerco:-De hecho, eStimada seora, S6lo la prlmera ParCela es nues-

    tra e dv, COn una enOme SOisa. Debe de haberse acorda-

    do de ella-. El resto es de parientes que viven demasiado lejoso que no tienen las herramientas para atenderlas.-No me diga -COnteSt6 la sefrorita Fleck.-Si, Seora e dml Padre, y aPuntando a las dos parce

    35

  • :e:I_ cl:1e_

    Mal1e.

    Mis cuos se dbrieIOn SOrPrendidos. Ambos vivfan cn Haitf.

    hil.e a m Pade PelO el conlimaba sonriendo. Su dedo apn-

    t6 a una palCela en el extremo -Zqulerlo.

    -Mi tfo Philippe (6se vivIa en Nea York). el padl.e de mi

    esposa (qe haba mIel-tO el afio anerio), mi cIda (que no

    existta).

    Mire de neVO la sonrisa de ml Padre- NnCa anteS habfa vis-

    to ment=- a1n adulto.

    1Y qu6 es Io qe S1 eXte1Sa familia de agl-1C1tores Ic pidi6

    qIe Plant^raIe preg1nt6 la seorita Fleck.-Lechuga -COnteSt6Padre-, nada mas que Iechuga.

    -iQu6 coincidencia! -le l.eSPOndi6 la sefrorila Fleck.Se qed6 paada' Vi6ndolo y legO Se lue haCia sPrOpla

    huertita Estoy segllrO de qe nO le cley6 nila, PelO. `COn q16

    director podia acISarlo?

    Habfa qIe Culdar a esas lechIgaS COmO Si fuean un reci6n

    IlaCido. Y yo era la mama. Sj papa no haba egesado de ma-

    nqar en la manayO tenfa que ir a egarlas. Se suponfa qe

    debfan broar en siete dfas PerO nO Salieron. Mi padre no en-

    tendfa por q6 pero, a deci verdad, nmgunO de los dos sabfa-

    mOS mICho de plataS. Ese vlqito todo 11eno de arugas que lle-

    Va un SOmbrero de pa me qulSO enSein algo cIando estaba

    egando la tiera; hablaba un idioma extrao que no tenfa nada

    que ver con e=ng16s. No entendf de que me hab!aba hasta quefinaI111ente Salieron las lechugas, nO en los surcos rectos en los

    que las habfamos plantado, Sino en montoncitos sobe lfneas

    36

    oncl

    s h0yio!

    En c=11OmenO en que germmlOn. nIeStla* lecgCmPC-

    zaron a mal.Carse. El-an COmOm beb6emp.e llolando pol-

    su leche. Me voli loco acarealldo botellas de aga en el ca-

    l.rito de las compl.aS, jaldolo como a Ylejita Luego vino cI

    calol. Las hojas de las lechgaS Se aI-rugarOn, algInaS Se PISie-

    ron ilmari=as: las lechIgaS Se eStaban lrienlo.

    A mi papa se le salfan las lrimaS de vel1as. Cuando polfa,

    sc dctenfa con su laxl, y bajaba dos gaI-afones qIe trafa en el

    asiento de atras ell VeZ de pasaJerOS. Luego unos bichos empe-zaron a comerse las hcjas, dejindocs unos hoyos enolmeS. Yo

    no podfa imag-name que algulen nOS las qulSiera comprar Mipapa me habfa prometido qlle ganarfamos lo suficiente paaconlPrarmena bicicIcta de dieciocho velocidades y yO ya

    contaba con e=a. Hasta le habfa dicho a mis agOS. MI PaPa

    le preguntaba a todos sus pasaJerOS q6 podfa hace Eran co-

    moIna biblioleca de consa para 61 Finalmente alguien le di-

    O que la lechIga se Siembra en prlmaVera O en OtOho, que elveano es demasiado caliente. Mi papa no sonrefa cuando nos

    traO eStaS nOlicias.

    Yo no Io podfa creer. Me largu6 a la calle. Sentfa c6mo labi-ci de dieciocho velocidades se me iba de entre las manos. Quelos chicos dicen mentiras y cometcn errores ya lo sabfa, PeO

    .no estaba acos[umbrado a ver a los adultos hacer lo mismo. Es-taba furioso con ml PaPa; luego me dio un poco de.dstima.

    Esa noche saqu6 el porlarretratos y lo abrf. Me qued6 vien-do la foto. En la escuela habiamos estudiado la mitoIogfa grie-

    37

  • ga el afro pasado, y en el dibIjo de=iblO la diosa de la cosechatenia la boca triste y con flores a su alrededorCOmO la muer

    del retralo. Con el estropajo de lavar tal16 el dde hasta quitarletoda la herrumbre y (arlo brillanle. Luego lo abrf un poquito,

    apenaS una ranura, y en un SuSurrO le pedf a la muer:

    Salva nuestras lechugas!

    Sae Ybung

    DE CHICA, mi casa siempre esta 11ena de gente. Cinco her-

    manas, y muChos amigos. Siempre me gusta estar con gente.Entonces mi esposo y yo dQjamos Corea para venir a los Esta-dos Unidos, en busca de trabajo. Compramos una tintorerfa, yVivimos a una cuadra de allf. La tintorerfa es meJOr negOCio

    que un restaurante. No tienes que hablar mucho ing16s y lraba-jas s6lo seis dias a la semana. Trabajamos juntos, de siete a sie-te, y en la noche yo.hago costura. Tbdo Io ahorramos para la es-Cuela de los hijos, Para que ellos tengan una vida mas fatil. Pe-ro Ios hijos no llegan. Esperamos muchos afios, y SegulmOS SO-1os. Luego mi esposo muere, de un ataque al coraz6n. Contreinta y siete aos. Contrato a una empleada para trabar en

    la tin10rerfa. Una tarde despu6s de que e11a se va entra un hom-bre con un abrigo en el brazo. Bjo el abrigo tiene una pis[ola;

    agarra el dinero y me empuja al suelo. Me grita, Palabras ho-

    rribles. Luego me patea, y me rOmPe un P6mulo. Otra patada ymi cabeza pega fuerte coa la pared. Me quedo domida.

    38 39

  • --- i--1

    eelgO l1i(do l1loodo e= e)i

    depatameI-tO ello meseS. Un eClnO mee rOm1.

    NmCa abO CIando toeanpIe, ni slela f=111mlgOS.

    S61o paIa ia comida Tengo miedo le canZ-r POr la ca=e coll

    la gente. Co1tlatO an Sefrol de CoIea Parq q1e =ee lutlI[o-

    rerfa. Yo nunca entro allf. Eso fue hace dosos Poco a poco

    empleZO a mqOrBajo zl la tienda a compral mi comidfl,Iy

    rapido. LegO nO tan r)idoIe sie-1tOIy SOla, PerO aten-

    go miedo. Entonces camino pol- el jardin.Una ma vietnamila csatrabndo ailf, reCOgemOS frijo-

    les pl.eCiosos. Un homble yna muCr, del otro ladoPlatican

    raS unaera de mafz. EscICho a un hombre decil qIe Sll eS-

    posa le regaa un azad6n de cmPleafios. Me dan gande es-ar Ora VeZ COn la gente. Al da slgente regleSO y planto un

    pequefro ardin. Nadle me habla ese dfa Pero s6lo estaO a

    gente, gente buena, me hace senti biel, COmO Si me aCel.Cara

    al calor de la lImbe en inviemo.

    Enjulio hace mucho calor y el ambiente esla htimedo. La ma-

    yorfa de la gente viene en la tarde, despu6s del tlabajo, Cuandoel aire esta ms fresco. La gellte eSlegando y des)erbando sus

    Sembrados. AunqIe nO hablo con mdie, el sonido de Ia gente

    trabdyando es como una conelSaCi6-1 a mi alrededo Los ami-

    gos se visitan. Escucho las voces. Me siento my Sega. En-

    tonces se acerca un seor a preguntame pol. mis plmienlos.

    Planto plmientos, COmO en Corea. Es la primera vez que alguienme habla. Me da lanO guSIo que casi no puedo hablar.

    EI seor se llama Sam. Es americano, y Platica con todos. Es

    41

  • muy lis. CIando o)l'e qIe tOdos se qun de iiIa de aga-

    Ce un COnCurSO. Dice que si 10S adultos no peden resoIver el po-

    blema, que lo intenten los nios. Dijo que el premio es veinte d6-

    lares al nio de menos de doce afios que tenga la mqor idea. Lo

    escribe en un papel y lo clava en un poste cerca de la banque[a.

    Una semana antes del concurso Ios nifios [Odavfa de vaca_

    Ciones, Ven e=etrero, le cuentan a sus amlgOS. EI sabado, tOdomundo trae sus planes. Sam tiene una cia de madera. Los ni-

    os esperan su tumo para pararse en ella y contar su idea. Una

    nia que vive en un departamentountO al jardin dice que pue-

    de abrir una ventana y llenar los recPlenteS que le traigan. Su

    madre la interrumpe: el costo del agua es demasiado. Un nio

    dice que se puede usar el agua de los hidraneS. Otro dice que se

    Puede poner una manguera hasta e=ago Erie.; Muchas ideas.Sam vexplicando el costo de cada u Entonces una nifiita ne-

    gra dice que hay que recoger el agua de los colectores de la =u-Via en boles de basura. Tbdos vollean a ver. Hay tres desagdesde los edificios alrededor del jardin. S6lo hay que quitar eli-

    mo tramo de la luberfa. Sam le da a la nia los veinte d6lares.

    Otras personas dan dinero para los botes de basura.Al dfa s-gulente Cae un aguaCerO. Los boleS CaSi estan llenos.

    La nia, muy Orgullosa. Algulen trae unOS botes viqjos para

    SerVir el agua, PerO eS diffci=lenar un recIPlente de boca es-trecha. tb voy rapido a la tienda y compro tres embudos para

    que sea mas foil llenar las botellas. Pongo uno JuntO a Cada

    bote. Ese dfa veo a un hombre usar mi embudo. Luego una mu-

    er. Luego muchas perbnas. Me siento feliz adentro. Mesien-

    to parte del jardfn, CaSi como en una familia.

    Ctis

    UNOS DELrOIDES tremendos. Pectorales -mfralos noms.

    Cuadrfceps de pelicula. Yo no tengo la culpa de haber nacidocon este cuerpo, ni de vivir a tres casas del gimnasio. No pue-do evitar que la gente me 11ame Atlas o Ceps -diminutivo deBfceps. De hecho yo me invent6 ese apodo PerO eSO fue antes

    de que Lateesha me cortara.Lo nuestro era una cosa linda. Ella es unos aos mayor que

    yo, y Siempre habIaba de fomar una familia y de vivir en elcampo, en un lugar como el que lenia su tfa en Michigan. Nole ponfa mucha atenci6n. Yo lenfa veintitr6s aos y COn eSte

    cueIPO, a Varias chicas tras de mis huesos. A algunas simple-mente no me las podfa quitar de encima. Cuando Lateesha seenter6, me dio con la puerta en la cara, COn tal fuerza que la

    Pinlura se descarape16.Uno no aprecia lo que tiene hasta que lo pierde..Eso fue ha-

    Ce Cinco aos. Ahora ya estoy a su altura ella buscaba un ma-

    rido, ahora yo busco una esposa; Se aCabaron las IOnterfas. Re-

    42 43

  • i11e de de elg-eOIcild

    departame-1o deel.Ce=lstjJcIO Catldo me l1COnrfe eI

    calle, mC Oli6 h esald{r`1o me dej6 cx(:fuda. Esto

    se replti6 oeCeS. No pIde llablar co11 ell=laIab-1{

    Entonccs decididarle hechos eleZ de pab

    Lateesha vie o enfrente del jardin BISq16 un lugar ce

    ca de la banetn, q`e e11a pdiera ver nomds asomal-Se. LIC-

    go me trae a CaSa lasis plaIltitas de lolmteS, en SIS maCetaS

    de pldstico. E11a tenfa un astO m SClio co- lo=OmS

    Corlabama rebanada mol-StluOSa y la ponfa en ul- Pan, ) de-

    cfa que eso era l-n Sandich. Se los comfa asf nada Irfas` COmO

    si fueran manzanas. Siempre hablaba de c6mo Ios comfa de ni-fia, IeCi6n cotados en la huerta de su lfa` y le c6mo querfa c11-

    tivalos algdfa De segrO PenSaba qe tOdo eso se me ha-

    bfa oIvidado. Los plant6 a11f mismO frenle a SS QJOS, Paa lc-

    inOStrarle qe nO Se me habia olidado nada y que la segfa es-

    perandCompe la val.iedad mas grande, tOmateS bola. Los vefa en mi

    imaglnaCi6n, bri11antes co-11O Semafoos envlando su sedes-

    de la aceIa de enfrente. N1nCa habfa cultivado nada antes, PeO

    me enSiasm. Cada dfa habfa algo mIeVO. EI prlmer retOy

    uego Ios tomales CreCielldo jSIO atraS de la flor. Un leltO Sin

    dientes y con un sombrero de paJa me enSec6molar mis

    plantitas aaS eStaCaS. L1egO alguien mds me platic6 sobre to-

    das las distintas plagas. Eso me preocup6. [Qu6 tal si mis plan

    tas de pronto se marchitaban? iO s=as atacaba una plaga y semoran? Ese no cra el me-1SaJC que queria enviarle a Lateesha.

    45

  • imieeed11ecddbaG-laIa

    CualquleI- hoyito qIe hubiera en lzIS h0jzIS, qIitaba bichos,

    al-anCaba las malas yerbas, y les ponia mOIltOneS deIn fer-

    Zante 11amado AlimentO laa To[es, tal comO me habfan le-

    COmelldado. Mis tomates creciel.On: de seaS Canicas eldes

    PaSalOn aIn tOnO aIlaranado y lIegO l-qO. Yo segvolteal

    do hZICla arliba, deseando qIe etambi611 los viera cleCel, Pe-

    ro Ioinicos qIe meni.aban el.an los bol1aChos qe Se leu-

    nian bo sI VentaIla La vinerfa estfrolalada y as pueltaS

    tapladas. pelO 1e cIalqulel mOdo slgIen Vilendo aquf a be-

    be]Se SIS bote=as. Se diertfan llamindome el esclavo, POl.-

    qlle trababa como llegl0. Me pregtaban c6mO iba la cose-Cha dei patr6n Podta haberles chocadoa Cabeza con[ra la

    Ota y Callallos por fill, PelO nO Io hice. Ela Parte del p]all de

    los tomaes; quedemosal1e a Latcecqe mis 111cIlos

    I-O me COnVierten enma bestia salvaje. Dej6 de iI al glmnaSio

    y de salir sin camisa, POr maS Calol qIe hiclera. Si pasaban

    aS Chicas yna de ellas me lanzaba un:

    -iQIe l.ico!

    Yo, aunque Sabfa que el piropo se leferfa a mf, Siempre se-

    laba mi tomate ms gIande y contestaba:

    -Vedad que sf?

    Mis amlgOS Se refan de verme allf. DejalOn de decime Ceps

    y empezaron a llamarme Tbmatito. Yo s6lo sonrefa.Los tomates crecieron, grandes como bolas de billar. Un dfa,

    Cuando los estaba revisando, me di cuenta de que el mas gran-de, el que habfa estado cuidando con mas esmero, habfa des-aparecido, Al dfa slgulente, faltaba otro. Yo estaba furioso: nO

    46

    er1) /,al)iIi

    adn no habfim lermnado de madu.ar. PeuilC

    uStO al lado de la banquea. Puse tela de alamble enOdo el de

    rredo e incluso ariba; PerO Si algIlell Se lo propoi POda

    llevarse mis tomates. No podfa vigilarlos dfa y noche. Fue en-tonces cuando apareci6 Royce. Jus[o a tiempo.Echas mlgaS al suelo, y los p4iaros apaecen de qIi6II Sabe

    d6nde. Pues con la gente deljardfn sucedfa lo mismo: de pron-to aparecfan personas que ni cuenta te habfas dado que estaban

    aAsf pas6 con Royce, S6lo que 6l no querfa que nadie lo

    descubriera. Una de las jardineras not6 que su molt6n de pas-

    to cortado estaba todo extendido, y en 6l se distingufa la hue11ade una forma humana. Royce pasaba allf las noches y se ibatemprano- Una mahana se le hizo tarde; yO fui qulen lo encon-tr6. Era un hiuchacho de quince aos, negrO, grande (Se Pale-

    cia a mf). Tenfa la cara goIpeada;dijo que su padre le habfa

    Pegado y lo habfa echado de su casa. No querfa regresar. Lo in-Vite a desayunar e hicimos un trato.Le busqu6 un lugar mas cerca de mis toma[es, PerO PrOtegl-

    do de la ca=e por un maizal, Para que la policfa no Io viera dor-mido en el suelo. Le compre un saco de domir nuevecito, y ledi dinero para comer el resto de la semana. Luego, POr treS d6-lares compr6 un bieldo en una tienda de chatara. Su parte del

    trato era que si veia o escuchaba a algulen meti6ndose con mis

    tomates, Se les daba venir encima, bieldo en mano.

    Esa fue mi mOr OCurrenCia para proteger mi huerta duran-

    te la noche. Para el dfa, Cuando Royce no estaba, Pint6 un le-trero que decfa: Los Tbmates de Lateesha Era un letrero

    47

  • !del1l1ha geIte Se a ene algo le pcI.1encce aIna PerSOna y 110

    al mnicIPIO O fl] goblernO, eS maS PrObable qe dejen ese algo

    enpaZ.Cando teI.min6 de claar e=et!erO. f1i a llena mi bote de

    agIa De legl-eSO alc6 ]a mirada, hacia su ventaIla. Lateesha

    Pem1a-1eCfa qICta COmOn galo tas las cortinas de enc{Ue, COn

    Cl ros[ro mirando dil.eCamenle a=etrero.

    48

    SIEMPRE PROCURO SaCar al sefror Myles a dar una vuelta y

    lomar aire fresco. No s6 si sus otras enfemeras Io sacan; meimaglnO que yO le doy lmPOrtanCia porque soy inglesa. En In-

    glaterra, en medio de una venisca de invierno Se Ven mamaS

    empujando la carriola con el beb6 dentro" Tambien debe ser porel recuerdo de ml Padre, Sentado en su si11a junto a la chime-na, COmO un Vegetal. No debemos dejar de vivir antes de

    nuestra hora. Me la paso dici6ndole eso al sefior Myles.un dfa de verano, yO emPujaba su silla de ruedas por la ca-

    11e Gibb, nueStra neVa ruta" La vistahe de admitirnO eS muy

    reconfortante: la mitad de las tiendas estan vacfas. EI sefrorMyles debe recordar un pasado muy distinO. Su casera dice

    que ha vivido aquf muchos afios. Como perdi6 el habla con susegunda embolianO me lo ha dicho 6l mismo. EI sefror Myles

    Amas fechas su inter6s en el mundo habfa declinado. A

    veces me detenfa frente a un aparador para que viera su reflejo

    49

    ???

  • en la Ieina ezalalgmdu1 gle-

    fe africano, S6lo para percatarme de que se habfa quedado lo

    mido. Llegu6 a pensar que quiza su hora se acercaba. Y de

    pronto uI-a manaCuando fbamos por la banqIeta, Sbrazose levan16.

    Querfa delenerSe. De inmediato Io compIacf. A nuestra iz-quierda, en un lote habfan plantado un hueto. Nos quedamosvaios minutos viendo a dos mujeres orien[ales cavando sur-

    cos, y luego continuamos nuestro paseo. De nuevo su brazo selevant6. Lo rode6 y lo mir6. EI sefror Myles se revoIvi6, tra-1zlndo de apuntar hacia e=ote. Di media vuelta a la silla de rue-das y regresamos hacia el huerto. Pude ver c6mo aspiraba eloIor de la tierra. Llegamos a=ote, y me hizo ademan de entrar.Mientras rodabamos sobre el sendero, eStreCho y desigual, SuSQJOS y Su nariz trabqiaban El recuerdo dearoma lo impul-

    saba. Era como lm Salm6n, remOntando la corrien[e en lasaguas de su pasado.Ese prlmer dfa lo pasamos viendo a los demas. Era como re-

    correr una ciudad en minialura. Los huertos de algunos lenfancaminitos de ladrillo y cercas de flores, OrOS eStaban hechos

    sin nlngplan Uno tenfa una puerta que era en realidad la

    puerta de un coche. DenlrO, las matas de frijol trepaban por losresortes de un coIch6n. Un bebedero para colibrfes, una Parri-11a de asador, un SOmbrero de paJa COlgando de un clavo ha-

    bfa tantos detalles acogedores que yo estaba extasiada. Llegu6a la conclusi6n de que, Silla de ruedas de por medio o no el se-

    or Myles no seria un simple observador.

    Cavi16 sobre la cuesti6n. Dos dfas despu6s, anteS de llegar a

    51

  • limee en eoeeaala ! u11

    gran bote de basura de pldstico. Una hora mds tarde l.egreS6 conel seor Myles. Con mi navzua cort6 hoyos en el fondo del bo-

    te Para que eSCurriera el aguay di una buem sudada palean-

    do tierra hasta llenarlo. Ttnia conmlgO uI-a docena de sobresCOn Semillas. EI sefror Myles opt6 en definitiva por las flores,ignorando las semilla de verduras. tQuizfecordaba el jardfn

    de su madre? Nunca podr6 conocer su historia. Lo empuj6frente al bote. Tras media hora de trabzuo habfa plantado ma

    VaOSaS, amaPOlas y 4gOnCillos. Ya de camino a casa, el e-

    or Myles olfa la ierra de sus dedos con satisfacci6n.

    EI pequefio cfrculo de tierra se convirti6 en un segundo ho-

    gar para nosotros. [Que la jardinerfa es aburrida? iNunca! Tie-ne suspenso, tragedia, deparaba sorpresas; tOdos los elementosde una telenovela, CreCiendo de la tierra. Me habfa oIvidado dela agitac16n expectante que provoca un bosquecillo de retoos.

    iQu6 maravillosa visi6n, la frente negra, fruncida de arrugasdel seor Mylesnspeccionando las caras lisas de sus OVeneS

    Plantas, reCi6n llegadas a] mundo que 6l eslaba a punto deabandonar. Sus qiOS reCuPerarOn algo de su viveza. Regaba ydesyerbaba con gran concentraci6n. Me vino a la memoria elhecho de que los antiguos eglPCIOS reCOmendaban pasear en un

    jardfn como remedio para la locura. El huerto era una drogaque afectaba nuestro estado mental, y la tomabamos a diario.Estabamos bastante solos en nuestro lado de=ote. Nuestros

    Visitantes mas asiduos eran los gatos que Venfan atraidos por

    el oIor a pescado, reSullado derabo de un no que, COPlan-

    do a los pIOnerOS de antafio, habfa enterrado sardinas junto con

    52

    eli,.i3d:(- l

    aguacero. CIando !;e PreCIPit6 la llVia. los denJdmel0

    COrrieron en la misma direcci6n, COmO So hbieran ensayado

    antes. FIimos tras ellos y hasta el portal denZ ZaPatelfa dos

    CaSaS maS abajo, al parecer srefugio acostumbrado. El redu-

    Cido espacio seco nos forz6 a estar JuntOS. En qumCe minutos

    ya los conoclamOS, y PrOntO llegamos a conocer a todos Ios queVenfan regulamlenle al huer[o.Muchos eran ancianos, y muCh0S Cultivaban plantas de sus

    Paises nativos: enOrmeS melones chinos, ellgibre, Cilantro, una

    mata verde que los amalqulnOS llaman calal, y muChas

    mS. Con frecuencia habfa que recurrir a la mfmica para reba-

    Sar las barreras del idioma. Y sin embargo todos estamos su-

    JetOS al mismo clima, las mismas plagas, el mismo barrio, y losmlSmOS Sentimientos malemales hacia nuestras plantas. Si fal-tfamos dos o tres dfas, a nueStrO regreSO la gente venfa a pre-

    guntarnos sobre la salud del sefior Myles. Nosotros, al igualqlle nueStraS Semillas, eStbamos ahora plantados en el huerto.

    Le cont6 todo esto a unos amlgOS que eS[aban de visita enCleveland, y luego los llev6 a la lrminal Tbwer. Nos bajamos

    en el mirador del piso cuarenta y dos, S61o para ver que el huer-to, que tan grande parecfa a sus jardineros, eStaba irremedia-

    blemente escondido tras Ios edificios. Yo veia a los turistas, lg-noran[es de que existfa, que PenSaban qlle desde allf veian 10-

    da la ciudad, y aPenaS me POdfa contener para no griIar, aPun-tando con el dedo: iAlli esta el huerto de la calle Gibb!

    53

  • 5

    Maricela

    SI ERES mexicana, los portolqueos y los cbanos te odian

    POrque Piensan que eres ilegal, y ellos no; PerO Si hubieran po-dido venir caminando se hubiean colado igual. Si eres adoles-

    Cente, tOdo el mundo te odia, Y si eres una adolescente emba_razada, la gente qulere que te quemen en la hoguera. Yo soymexicana, eStOy embarazada y tengo diecis6is aos. Asf que

    dispara y termina de una vez conmlgO.De hecho nO me importarfa si me ma[aran. En cierto modo ya

    estoy muerta. Yb, anteS, eS[aba muy bien. Ahora, POr el beb6, eS-toy gorda como una luchadora. Me salf de la escuela. He ido a ce-ro fiesas y me han invitado a salir exactamen[e cero tiposnclu-

    yendo a la basura que me d?j6 embarazada. Mis paps estaban fu-riosos querfun que teminara de estudiar Pero no querfan ni ha-

    blar de un aborto ni de dar al beb6 en adopci6n. Luego empeza-ron a emocionarse con la idea del bebe. A Ios dos les encantan losnios pero nO a mi. Empezaron a rezar por el bebe cada noche,

    mientras yo le rogaba a mi cuerpo que se malograra

  • Tes!ea eeli

    grama Iara adolescentes embarazadas, en el que nos 11evan a

    nuestras citas con el doctor y nos ayudan a termlnar la escucladesde la casa. Magnifico. Excepto que Pennyla muer que nos

    atiende Se enter6 de la huerta de la calle Gibb y conslgui6 un

    espacio para el programa, Para que PraCticdramos cuidando a

    go y vi6ramos el `milagro de la vida,, Y tambi6n para que nonos comi6ramos vivos a nuestros beb6s, O los arrqjaramos enun basurero.

    Eslamos ya a mediados del veranoaSf que nos hizo plan-

    tar ranos, PueS CreCen ryido. Las tres odiamos Ios rabanos.

    Tan pronto como las hQjitas verdes rompieron la tierra, una tu-Za O algo porel estilo las devor6. Ahf se va el milagro de la vi-da. No le dije a Pemy que tenfa esperanzas de que algo simi-lar le ocurriera a mi beb6 ella es tan alegre que nunca podrfa

    declre algo asf. Siempre tiene una sonrisa en la boca. Se nota

    que ella no es la que estvomitando o poni6ndose hinchada co-mo un g!obo.Despu6s de los rbanos vinieron calabacitas, luego acelgas,

    que nadie sabfa c6mo cocinar. Yo llevaba siete meses, y Odia-ba tener que agacharme. Tbdas nos quejabamos, PerO PennyS61o sonrefa. Nosotras le llamabamos al huertoel campo de

    COnCentraCi6n. Yo odiaba la sensaci6n de la tierra adentro de

    mis uas. Un dfa Yolanda se rompi6 dos de su Carisimas uhas

    Plntadas y eStuVO maldiciendo durante diez minutos. Penny no!a podfa ca11ar. Y de pronto llega otra mlry nos da un sem6n

    SObre la palabra decoro,, No Io podfa creer, era mi maestra de

    tercer aola seorila Fleck. Rec6 por que no se acordara de

    i / l!:)1-

    1es. Debee1PueSesenl)e1-a

    usarla ct-an1o me preguntan. La slg1ellte Semamando ul-

    po tir6 desde un edificio una lata que por poco me da en la ca-beza, la seorila Fleck vio cual ventana era y subi6 a echarle

    serm6n, COmO Si fuera un nio. Trata al mIndo como si fuera su

    sa16n de clases.Distintas personas venfan a nuestro lado del huerto por distin-

    tas l.aZOneS, Estaba un muchacho por[omquefio que habia plan-tado unas calabazas que se la pasaban invadiendo nlleStrO Sem-brado, lo cua=e daba una excusa para pasar derechito frente amf e ir a platicar con Dolores, que tiene qulnCe afios, eS bonita ytodavia no se ve embarazada. Yo no me aguantaba las ganas deverla cuando estuviera enorme. A veces un tipo negro cZaba

    pomuestro sembradio a toda velocidad. No tenfa tiempo de darIa vuelta. Cultivaba lechugas, O POr lo menos lo intentaba.La mayorfa estaban secas. Llegaba en un taxi, daba un frenazocomo sI Se le hubiera atravesado el Papa, y Se bqiaba corriendo.Pasaba aplastando nuestras calabacitasCOrtaba un mont6n de le-

    chugas, las echaba en una cubeta con agua y se iba dando un

    arranc6n que dejaba las llantas en el pavimento. Habia gente quevenfa a danos distintas cosas. rduras que habfan cultivado y

    crefan que debiamos comer, que Siempre acabamos regalando.

    ConsOS SObre c6mo hacer crecer nuestras espidas acelgas;

    para el parto y para criar hvs, que yO d?jaba de escuchar tan

    PrOntO COmO emPeZaban su perorata.Un dia de agosto estabamos s6lo Pemy y yo. Una muJer ne-

    gra, Leona, que tenfa un huertito y nos visitaba Vino y me dio

    6 57

  • aS flores que fiaba cortado Eran amarlllas; me dijo que sellamaban vara de oro, y que Sl hacfa un te con e]lasme ayuda-

    nan en el parto. Ella sabfa que yo no querIa estar embarazada.Con ella podfa hablar. Ese dfa apenas se podfa habla; habfa de-

    masiada humedad. Las ventanas de los edificios alrededor dela huerta estaban abier[as y Se eSCuChaban diez radios y tele-

    Viiones al mismo tiempo. Se acercaba lIna tOmenta; los true-

    nOS Se Ofan cada vez mas cerca. Y entonces cay6 el rayo:/b!, y tOdos Ios radios y las te-es ca-laron. Tbmbi6n las lu-

    CeS. Era llna falla e16ctrica.El huerto se qued6 muy si-encioso. Tbn callado que era ex-

    trafio Mir6 a mi alrededor. Un hombre es[aba recogiendo pe-

    Pinos lentamente COmO Si no hubiera pasado nada.

    Thda la ciuded se deiene PerO 6l sigue como si nada

  • PiJe,)-

    el clescnbl-illdablos q)OS0ISO e ello a

    nIeSOS eCmOS

    Yo cultiaba berenJemS, Cebollas, Zallahol.ins } COlifloles.

    cIando las plmeaS berenJenaS bl.OtarOn en {gOStO, eran de un

    coIor ppm Pdo, un tOnO eX{rafio yCv i1eal. Cando mi

    esposa trafa :l nueStrO Pequefro hijo6l no cesaba en sus inten-

    tos de arrancarlas. No habfa en el herlo mngInil Otra COSa COn

    ese coIor. Mucha gente enia a preguna SObre ellas y a plati-

    car conmlgO. Reconocf a varias personas del barrio; anteS nin-

    gIna de e11as habfhablado congO PerO allOraq6 amablesresultaban! Las berenenaS les haban dado una excllSa Para

    ompel las normas e iniciarIna COnerSaCi6n. iQu6 felices pa-

    leian de haber encontrado esta excusa, de dejar en libe[tad su

    nataleza allistosa!

    Esas colVerSaCones fomaron un vinculo entre nosotros. A

    mediados del veano alguien vino dIrante la noche y tir6 un

    mont6n de 11antas, COmO Si e=ote continual.a Siendo un basu-rero. Aplastaron los cuatro surcos de mafz tierno de un sefror

    pero enna hora ya las habiamos sacado a la calle. Para en-tonces ya estabamos acostumbrados a ayudarnos unos a losotOS. Unas semanas mds tarde, al anochecer Se OyerOn los grl-

    tos de una muer. Un hombre con un cuchillo le habfa arreba-

    tado la boIsa. Tres hombres del huerto salieron a perseguir19 y

    para mi sorprcsa yO eStaba entre e11os. Mds sorprendente adn

    1o alcanzamos. Royce lo detuvo contra una pared apuntindole

    con sI bieldo hasta qIe lleg6 la policfa. Ningo de nosotros

    habfa perseguido acriminal antes y tal vez nunca lo hubie-

    6l

  • ramos hecho de no estar cerca del huerto. Alli, unO Se Senta

    Parte de una comunidad.Yo llegu6 a Estados Unidos en 1980. Cleveland es una ciu-

    dad de inmlgranteS; los polacos, en eSPeCial, SOn muy COnOCi-dos aquf. Yo habfa escuchado que los polacos eran hombresforzudos que trabdyaban en las fundiciones de acero, y que las

    mereS COCinaban montones de col. Pero nunca habfa conoci-

    do a un polaco, hasta que vine al huerto. Se trataba de una an-

    Ciana cuyo sembradfo colindaba con el mfo. Caminaba sieteCuadras hasta el lote POr la misma ruta que yo, y a menudo pla-

    ticbamos. Ambos habfamos plantado zanahorias. Cuando bro-

    taron de sus surcos cientos de re(Oos, le pregunt6, SOxprend

    do al ver que no Io habfa hecho, Si no los iba a limpiar, eS de-Cir, arranCar la mayoria para dejar lugar a las plantas ms salu-

    dables. Se voIvi6 a mirarlos, y me COnteSt6 que sabfa que erameJOr limpiarlos, PerO que la tarea le recordaba muy vivamen-te la rutina diaria en el campb de concentraci6n, donde cadamaana los prlSIOnerOS Se dividfan en dos filas: los saludables

    que seguirfan viviendo y los d6biles que morirfan. Su padre, unViolinista de orquesta, Se habfa pronunciado en contra de los

    alemanes, lo que caus6 el aeStO de su familia. Cuando escu-

    Ch6 sus palabras, me di cuenta de cuin fl era todo Io que ha-

    bfa ofdo de los polacos, Cuanta rlqueZa eSCOndfan, COmO la cas-Cara Sin valor que envuelve a la almendra. An no e, ni me im-

    POrta Saber, Si ella cocina o no coles.Lo mismo aprendimos todos Ios del huerto con Royce. El era

    OVen y negrO; PareCfa peligroso y muchos se sentfan masan-

    quilos cuando 6l se marchaba del lote. Luego empez6 a pasar

    62

    ms ilempOCl ll, ) nOS eneamOS deIea-

    ba; SuPlmOS que tenfa dos hemanas y que le gISaban los ga-

    tos que vagabundeaban por el jardin. Royce traaba muy

    bien con las manos. Muy pronto todas las madres de alli le da-ban de comer. iQu6 curioso era ver a persollaS que unaS Sema-nas antes hubieran cruzado la calle al verlo venir, regalandole

    ahora verduras, maS de las que podfa comerse! En agradeci-miento, Royce regaba las plantas de los que estaban enfermos,arreglaba las vallas caidas y hacia otros trabajos. Podia ser quedesyerbara tu sembradio o que usara los ladrios de la demoli-

    ci6n de un edificio unas cuadras ms arriba paconstruirte un

    sendero entre lasas de tu huertita. Siempre era una sorpresa

    y siempre fingfa que 6l no tenfa nada que ver con el lrabajo. Erauna honra que te eligiera para una de sus sorpresas. Royce erabien querido, COnfiabamos en 6l, y hasta se habfa vuelto famo-so, traS Su hazacon el bieldo. Ya no era un adolescente ne-

    gro. Era Royce.En septiembre, 61 y un mexicano construyeron una gran pa-

    rrilla con los ladrillos de la demolici6n. Yo estaba en el huertounbado cuando la familia mexicana lleg6 en una camioneta

    con un cerdo muerto en la parte de atrds. Hicieron una fogaa,

    PuSieron al cerdo encima y comenzaron a asarlo. Poco despu6sempezaron a llegar sus amlgOS. Uno traia una guitarra, OtrO unviolfn. Llenaron una mesa plegable con comida. Quizs era el

    CumPleaos de uno de ellos, qulZa nO neCeSitaban una raz6n

    Para festejar. El dfa estaba precioso: SOleado, PerO nO Caluroso.EI otoo apenas comenzaba, y el huerto estaba cambiando de

    verde a castafio. Quienes habiamos ido a trabajar la tierra sen-

    63

  • !J,lleI

    OIor el celo coclnindosc se cpaba y ilamaba aos, al-

    dineros o no. Pronto el lole entero esaba 11eno.

    Fe CO11O estivadc k COSeCha, COmO en la India, aIn-

    qe nadie lo habfa planeado asf. La gente tro comida, bebida

    y tambores. Yo fIi a casa pormi esposa y mi hiO. Se parieon

    Sandfas crecidas en e=ote; Cada q11en mOStraba con orgullo Io

    que habfa coscchado, e intelCambiamos cosechas, COmO h:Cia-

    mOS Siempre y tambi6n, COnlO Siempre, regalamos comida. In-

    ClSO yOn negOCiante, COa fol.maCi6Il qe eXlge que na-

    ch sea gratisque Sien?Pre hyaIna gananCia,PatlCip6. El

    h11er[o me daba muchas opotInidades de l.OmPer eSa nOrina en

    Partic ular.MCha gente me hab16 ese dfa. Varios me plegltarOn de

    d6nde era } yO me Pregun6 si elos saban taOCO SObre los

    hindrfes como yo aceca de los polacos. Una anciana, me PaI.e-

    Ce que de orlgen italiano, me dijo que habfa admirado dul.anteSemanaS en[eras mis berenenaS y qlle eStaba muy contenta de

    COnOCeme. Las halag6 `ne dio conseyos para cocinarlas y me

    Pregn[6 todo sobre mi fami]ia. Pel.O algo me molestaba. Y en-onces me acord6; el afio pasado ella se habfa qlado de llle

    !e habfan dado mal el cambio, y me llamaron a la caJa. La se-ora estaba muy enqiada, y me habfa llamado -nO Obstante su

    PrOPIO aCentO- ``cochino extranerO,: Ahora que estamos en

    tan buenos t6rminos me arriesgu6 a ecordrselo. Sus QJOS Se

    abrieron enOmeS. Se disculp6 una y o[ra vez, y nO daba de

    decr:

    -Pero en ese enloncesIO Sabfa que eras td

    64

    MIS BISABULOS leCOI1ieron a ple tOdo el camillO desde Loui-

    ?iana hasta Colol-ado. Eso fue en 1859. Los dos erall eSClaOS ll-

    berados, y qerfan pone bena disancia entre ellos y los cam-

    POS de algod6n. CrIZarOn las monlaas, S6Io pal11 eSta=naS Se-

    gllrOS, y Se instalaroil a la orllla del rfo GImlSOn. Y asf fue como

    mi abuelo,Padre, mis hemanas y yo nacimos allf, la plera

    familla negra en tOdo el condado. Mi padre les llamaba nIeSta

    Simiente, POrque ellos sembraron allf a nuesra familia.

    Me acuerdo de e=os cada vez que veo a algIna de Ias pel-SO-

    nas qlle emPeZarOn e=luertO de la calIe Gibb. Ellos lambi6nSOn Simienle. Me efiero a aquel prlme afro, anteS de que hu-

    biera tomas de agua y mangIeaS, anteS del cobertizo de herra-

    mientas y la [ierraeva. Y antes de que los caseros subieran

    las rentas de los apartamentos que miran al jardfn.Yo hubiera.parlicipado en el huerto de no ser por.m-S manOS

    arlrfticas. Creci en la camplna, y an extrao las cosas de cam-

    PO" Mi esposo es de por aquf; nO Sabe nada del aroma de un he-

    6

  • na, O del sabore01es salidos de la 1i

    tienda. Pero debf confomarme con observar. No ful la 1nlCa:vefa a otros en las escaleras de emergencia, O Parados en la

    banqueta, COmO yO. Un dia mir6 hacia arriba y vi una cabezaen una venlana balanceindose adelante y atrs. Era un seor

    que habia acercado su mecedora a la ventana. Estaba viendo elhuerto como si viera la televisi6n.Un bordado de mi abuela, de cuando era nia, decfa asf:

    Nunca le Sientas solitaria, nunCa eSteS OCiosa. Eso eracil en

    los langos aos en que trabdy6 en la biblioleca, PerO ahora que

    estoy jubilada, eS maS dicil. Asi que trato de dar un paseo to-

    dos Ios dias, y aSi fue como encontr6 el huerlo. Desde entoncestodos Ios dfas me detenia alli para ver qu6 habia de nuevo. Yoera s6lo una espectadora, PerO eStaba tan orgullosa del huerto

    como si fuera mfo. Orgullosa y vigilanle. Recuerdo c6mo meenQIe Cuando vi a un tipo en la banqueta tralando de meler lamano por la reja de alguien y sacar un tomaIe. Le d

    Pero c6mo se atreve!

    El retir6 la mano, maSCullando que crefa que era un huertocomunal.Es muy trise Verlo tomar coIor cacada otofio. Cada vez

    viene menos gene" EI primer ao fue el mas dicil. Fue un

    cambio maravilloso ver que la gente hacfa algo por sf mismaademds de esperar su cheque del gobierno; Ver que una Partedel barrio cada dfa mejoraba, y Oler el aroma de las plantas cre-ciendo. EI verde se desvanecia. Luego venian las heladas. Pa-sabas por allf y se escuchaba el crujir de las caas de maiz se-

    cas con el viento, COmO Si esluVieran tiritando de frfo. Las ca

    67

  • i(,-eO emChacho eildi6 la1a AlgmS Pel.$O11aS COl.tarOn S-us

    !1lanlas vleaS COn tielaS y las devolieron a la tiela. Otros cu

    brierontierla cOn hqjas secas. PcroIna VeZ lel-mimdo cste

    mbq11O habl maS que hacer. Pala nOViembre s6lo Ios galos

    meOdeaban en e=ote.

    Ese iniemo fe my frfotantO COmO eICoIo`ado. Al laSar

    POl e=ote` qIe lI nieve cbIfa hasta lejar s6lo las pImtaS de las

    CeI.CaS a ]a vislaea diffoil recordill-lo como habfa sido en Ju-

    llO AlgIen PISO uabolito de Navidad en diciembre, y Se

    qed6 a=f hasta mal.ZO. Es dci] dingulneS del si-

    gIlente en eSa ePOCa del ano. Acaus del cima dej6 de sali a

    mChos de mis paseos. Cando salfanO POdfa pasal.en[e al

    lote sin detenerme a min-, PeSe a que Ilada c-eC=f. A veces

    e11COnt!aba aInO de los jardiI-erOS le, COITIO yO6lo miraba.

    No pedes vel. Canada del otro lado de=ago Eie, lerO Sa-

    bes qe eSta aCo-1 la pl.1maVea eS igIal Debes tene e, Par-

    1ichal.mente en Cleveland. La nieve de abril sicmpe te rompe

    el coraz6n; CreO que ee ao tIVimos dos nevadas en abrll. Es-

    Pera a iIe la 11jeve se deritiera era como esperal a qe Se mO-

    VleraIn glacial. PoIfin, deszIPaeC16. De nIeO Se Vefa la lie-

    Ila` y lasmaS hQjas del afro, PaSalo comon SeParador en

    las pinas den liblOndicaban d6nde habfa que retomar la

    labor Era un placer saIi.de nuevo; tan S6lo el darel abrigo y

    las botzS te hacfa sentir ligera. Pero e=o'e segufa vacio. Yo es-

    taba desilSionada. Me imaglnO que ea mIy POntO Paa Sem-

    brar PerO emPeC6 a peguntame si alguie-1 Vendrfa; quiza ya

    nadie estabaeesado. O qizds el municIPio habfa clausura-

    68

    .,illI

    dfa pase/ alg11Cn eS11arbndo.

    Era um nioriental, COnallta y ulrulba |1e frlJl).

    No la reconocpelO eSO el.a lo de mellOS. Me scnta

    por dentlO COlnO Si acabara de vel. 1a l)ine]a gOIonda de l l

    pllaVera. En ese nlOmeno mil.6 hacla imba` } allf e)a hombre.

    )

    69

  • ndice

    Kim,.

    Ana.,....

    Vvendell ,.

    Gonzalo.,

    Leona..

    Sam.

    Viil

    SaeYoung ....

    Cunis...

    Noa...

    Maricela ..

    Amir

    Horence ..