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Pautas para la Gestión de los Árbitros¿Cuántos de vosotros os habéis visto en la siguiente situación? El equipo rival se pone con cinco faltas, mi equipo tiene dos a falta de 10 minutos para terminar el partido. Le pido a mis jugadores que provoquen la sexta pero en vez de llegar la sexta para el rival, mi equipo se pone con cinco también a falta de 3 minutos para finalizar el partido. ¿Qué hacéis ante esta situación? ¿Cómo reaccionáis? Posiblemente una de estas dos cosas: a) Protestar airadamente, acordaros de la familia del árbitro y transmitirle a vuestro segundo o a vuestros jugadores lo que sentís y pensáis acerca del mismo en ese momento. b) Manteneros tranquilos, seguir dirigiendo el partido con calma y conscientes de que estáis empatados a faltas y quedan 3 minutos. En la primera situación, lo más probable es que también transmitáis ese nerviosismo y agitación tanto a vuestros jugadores como al propio árbitro de la contienda, lo cual puede traer alguna consecuencia poco beneficiosa para vuestro equipo y en la segunda el propio partido transitará por las situaciones propias del mismo. Por ello, es importante recordar que igual que vuestros propios jugadores, los árbitros también son deportistas, les gusta su deporte y se esfuerzan, estudian a los equipos que van a pitar para prever ciertas situaciones que se pueden dar en el partido y entrenan para cumplir una serie de objetivos. Además, tienen normas y reglas que cumplir, son los únicos imprescindibles para el propio desarrollo del juego y tampoco les gusta fallar, aunque como todo deportista, fallan y cometen errores. A pesar de esto, su número de aciertos es mayor que su número de errores durante un partido.

Pautas para la gestión de los árbitro2

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“Pautas para la Gestión de los Árbitros”

¿Cuántos de vosotros os habéis visto en la siguiente situación?

El equipo rival se pone con cinco faltas, mi equipo tiene dos a falta de 10 minutos para

terminar el partido. Le pido a mis jugadores que provoquen la sexta pero en vez de llegar

la sexta para el rival, mi equipo se pone con cinco también a falta de 3 minutos para

finalizar el partido. ¿Qué hacéis ante esta situación? ¿Cómo reaccionáis?

Posiblemente una de estas dos cosas:

a) Protestar airadamente, acordaros de la familia del árbitro y transmitirle a vuestro segundo o a vuestros jugadores lo que sentís y pensáis acerca del mismo en ese momento. b) Manteneros tranquilos, seguir dirigiendo el partido con calma y conscientes de que estáis empatados a faltas y quedan 3 minutos.

En la primera situación, lo más probable es que también transmitáis ese nerviosismo y

agitación tanto a vuestros jugadores como al propio árbitro de la contienda, lo cual puede

traer alguna consecuencia poco beneficiosa para vuestro equipo y en la segunda el propio

partido transitará por las situaciones propias del mismo.

Por ello, es importante recordar que igual que vuestros propios jugadores, los árbitros

también son deportistas, les gusta su deporte y se esfuerzan, estudian a los equipos que

van a pitar para prever ciertas situaciones que se pueden dar en el partido y entrenan para

cumplir una serie de objetivos. Además, tienen normas y reglas que cumplir, son los únicos

imprescindibles para el propio desarrollo del juego y tampoco les gusta fallar, aunque

como todo deportista, fallan y cometen errores. A pesar de esto, su número de aciertos es

mayor que su número de errores durante un partido.

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La gestión del árbitro, como un elemento determinante en el fútbol sala, debe ser en todo

momento una gestión inteligente y se ha de tener en cuenta que no lo vamos a decantar a

nuestro favor, y por lo tanto, se debe intentar no provocar en él reacciones o conductas

contrarias a nuestros intereses.

5 pautas que pueden ayudar a los entrenadores a gestionar estas situaciones son las

siguientes:

1- Conocer bien el reglamento. No sólo las reglas sino la forma de aplicación y las premisas que tienen en cuenta para tomar una decisión sobre una jugada.

2- Empatía. El árbitro, es una persona y un deportista más.

3- Autocontrol emocional. Diferenciar los pensamientos o emociones que nos provoca el árbitro de los que en ese momento necesita nuestro equipo. En el ejemplo del principio, con una reacción calmada y tranquila transmitimos a nuestro equipo esa emoción.

4- Tener la máxima información posible sobre el árbitro. Nos ayudará a entablar una pequeña conversación con él antes del partido que puede ayudar crear en él una imagen positiva de nosotros.

5- Observar el lenguaje corporal del árbitro desde que entra al pabellón. Nos dará información, sobre cómo se siente, si tiene un día bueno o malo, si está nervioso por el partido, etc. que nosotros podremos utilizar para manejar sus emociones.

Para finalizar, cierro el artículo con otra pregunta. Cuando un jugador tiene un error, se le dan ánimos y cuando un árbitro tiene un error se le suele recriminar su acción, ¿Por qué no probáis a animarles? Posiblemente, les otorguéis confianza y seguridad en lo que hacen y su cantidad de errores

disminuirá