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CAMPAÑAS ANTIRRABICAS EN CIUDADES DE TIPO RURAL EN EL PERU* PEDRO ACHA JAMET, D.V.M., M.P.H. JUAN ZAPATEL YVASQUEZ, D.V.M. Sección de Salud Ptiblica Veterinaria, Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Ptíblica, Perti El Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Pública del Perú (SCISP) ha venido realizando desde 1954 un programa de demostración de lucha antirrábica, utili- zando métodos modernos, en las diferentes zonastdel país que están bajo su control sanitario y en donde la rabia es enzoótica. Al presente se han realizado cuatro cam- pañas antirrábicas en las ciudades de Tara- poto, Moyobamba y Lamas, de la región de la selva del Perú, y en la ciudad de Chimbote, en la costa, habiéndose vacunado y empa- dronado un total de 8.500 perros. En estas campañas se ha utilizado vacuna avianizada o vacuna modificada de virus vivo, del tipo liofilizado o fresco. Estas campañas han sido realizadas de acuerdo con los principios de lucha anti- rrábica recomendados por el Comité de Expertos en Rabia, de la Organización Mun- dial de la Salud, siguiendo un mismo método en lo que concierne a los problemas causados por la diferencia geográfica de una zona y otra. Como un ejemplo describiremos breve- mente la campaña antirrábica de Chimbote, antes de pasar a la discusión de las mismas. ORGANIZACION DE LA CAMPa4ÑA La campaña comprendió tres etapas bien definidas: 1) Divulgación de la campaña; 2) Vacunación y empadronamiento en masa de la población canina, y 3) Control de perros vagabundos. Los métodos utilizados en cada una de estas etapas se discutieron en reuniones con los técnicos de salud pública en la unidad sanitaria de Chimbote, ya que uno de los fines de este programa era el de realizar la * Manuscrito recibido en mayo de 1956. campaña con personal local y de esta manera adiestrarlo. Chimbote cuenta con servicios de salud pública bien equipados y con per- sonal suficiente, lo que ha permitido la con- tinuación del programa con la necesaria verificación de casos sospechosos o compro- bados de rabia en animales vacunados y no vacunados. Por creerlo de algún interés relataremos brevemente los medios utilizados en cada etapa : 1. DIVULGACION DE LA CAMPAÑA a) Material educativo La Sección de Salud Pública Veterinaria y el programa de educacibn sanitaria del SCISP prepararon este material, consistente en folletos y afiches que trataban de los síntomas, la prevenciún y control de la en- fermedad; el lenguaje empleado en los îolle- tos era sencillo y fácil de comprender por parte de los niños, y se repartió en todos los colegios, cinemas c iglesias de la ciudad. Además, se imprimieron hojas sueltas para los médicos y otros profesionales sobre: “Las medidas que se deben tomar cuando un ani- mal es sospechoso de rabia” e “Indicaciones para un tratamiento específico después que una persona ha sido mordida o ha estado expuesta a un animal sospechoso de rabia” (Comité de Expertos en Rabia, OMS, abril, 1954). Para la campiña (haciendas, caseríos, caminos, etc.) se c*onfeccionaron cartelones y afiches, que se fijaron en los lugares de mayor tránsito. Asimismo se prepararon diapositivas para los cinemas, avisos radiales y editoriales para los peri6dicos de la locali- dad. 420 .I

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CAMPAÑAS ANTIRRABICAS EN CIUDADES DE TIPO RURAL EN EL PERU*

PEDRO ACHA JAMET, D.V.M., M.P.H.

JUAN ZAPATEL YVASQUEZ, D.V.M.

Sección de Salud Ptiblica Veterinaria, Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Ptíblica, Perti

El Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Pública del Perú (SCISP) ha venido realizando desde 1954 un programa de demostración de lucha antirrábica, utili- zando métodos modernos, en las diferentes zonastdel país que están bajo su control sanitario y en donde la rabia es enzoótica.

Al presente se han realizado cuatro cam- pañas antirrábicas en las ciudades de Tara- poto, Moyobamba y Lamas, de la región de la selva del Perú, y en la ciudad de Chimbote, en la costa, habiéndose vacunado y empa- dronado un total de 8.500 perros. En estas campañas se ha utilizado vacuna avianizada o vacuna modificada de virus vivo, del tipo liofilizado o fresco.

Estas campañas han sido realizadas de acuerdo con los principios de lucha anti- rrábica recomendados por el Comité de Expertos en Rabia, de la Organización Mun- dial de la Salud, siguiendo un mismo método en lo que concierne a los problemas causados por la diferencia geográfica de una zona y otra. Como un ejemplo describiremos breve- mente la campaña antirrábica de Chimbote, antes de pasar a la discusión de las mismas.

ORGANIZACION DE LA CAMPa4ÑA

La campaña comprendió tres etapas bien definidas: 1) Divulgación de la campaña; 2) Vacunación y empadronamiento en masa de la población canina, y 3) Control de perros vagabundos.

Los métodos utilizados en cada una de estas etapas se discutieron en reuniones con los técnicos de salud pública en la unidad sanitaria de Chimbote, ya que uno de los fines de este programa era el de realizar la

* Manuscrito recibido en mayo de 1956.

campaña con personal local y de esta manera adiestrarlo. Chimbote cuenta con servicios de salud pública bien equipados y con per- sonal suficiente, lo que ha permitido la con- tinuación del programa con la necesaria verificación de casos sospechosos o compro- bados de rabia en animales vacunados y no vacunados.

Por creerlo de algún interés relataremos brevemente los medios utilizados en cada etapa :

1. DIVULGACION DE LA CAMPAÑA

a) Material educativo

La Sección de Salud Pública Veterinaria y el programa de educacibn sanitaria del SCISP prepararon este material, consistente en folletos y afiches que trataban de los síntomas, la prevenciún y control de la en- fermedad; el lenguaje empleado en los îolle- tos era sencillo y fácil de comprender por parte de los niños, y se repartió en todos los colegios, cinemas c iglesias de la ciudad. Además, se imprimieron hojas sueltas para los médicos y otros profesionales sobre: “Las medidas que se deben tomar cuando un ani- mal es sospechoso de rabia” e “Indicaciones para un tratamiento específico después que una persona ha sido mordida o ha estado expuesta a un animal sospechoso de rabia” (Comité de Expertos en Rabia, OMS, abril, 1954).

Para la campiña (haciendas, caseríos, caminos, etc.) se c*onfeccionaron cartelones y afiches, que se fijaron en los lugares de mayor tránsito. Asimismo se prepararon diapositivas para los cinemas, avisos radiales y editoriales para los peri6dicos de la locali- dad.

420 .I

Noviembre 1.9561

b) Reuniones

CAMPAÑAS ANTIRRABICAS 421

Es indudable que, para efectuar una

FIG. l.-Alumnos de un colegio de Tarapoto llevan sus perros a vacwar.

campaña de esta naturaleza, es necesario contar con la colaboración de las autoridades políticas, policiales, eclesiásticas, munici- pales y magisteriales. Por este motivo se llevó a cabo un plan de reuniones con cada una de las autoridades citadas, con el fin de informarles sobre los alcances e importancia del trabajo que se iba a realizar y de pedir SU colaboración. Vale decir que estas re- uniones constituyen los primeros pasos dados antes del inicio de la campaña y tuvieron un gran efecto psicológico, ya que en estos pueblos las palabras de la autoridad o del líder tienen una gran influencia sobre el grupo.

c) Charlas y asambleas

Dentro del programa de la fase de educa- ción sanitaria se consideró una serie de charlas y asambleas, las que se realizaron principalmente en los colegios, clubs sociales y organizaciones gremiales. Las charlas se dieron de acuerdo con el grado de instruc-

cuales se proyectaban películas educativas y

ción de los colegios y, más que charlas, estas

recreativas que aumentaban el interés de estas reuniones.

reuniones fueron conversaciones con los alumnos, en las cuales éstos intervinieron

d) Propaganda

haciendo una serie de preguntas relativas a la enfermedad.

de Durante la campña se equipó la camioneta

Las charlas se desarrollaban en un tiempo

la unidad con radio y alto parlantes y

aproximado de 30 minutos, dejando un

recorría la ciudad, tanto durante la fase de

tiempo de 10 minutos para comentarios y

educación como la de vacunación, indicando

otros 10 minutos para preguntas, y aprove-

al público los lugares en que se realizaba ésta

chándolas se daba a conocer a los alumnos

y entregando programas que indicaban

la forma de inscripción de sus animales y la

fechas y lugares para los días sucesivos.

necesidad de proveerlos de collar donde se 2. ETaIPA DE VACUSACIOS

prenderían las medallas con su número y fecha de vacunación. Quizá el punto más

a) Recuento de perros

importante y sobre el cual gira la organiza- Por las reuniones anteriores con las autori-

ción de esta campaña es la utilización de los dades municipales y sanitarias supimos que

colegios como centros de vacunación (Fig. l), no existía empadronamiento canino, y necesi-

y el escolar como la persona más indicada t,ando saber el número aproximado de perros

para llevar el perro 8 vacunar. ant.es de comenzar la vacunación, organiza-

Como durante el día no se consiguiera mos un recuento. Con tal objet.0 se confec-

reunir a los adultos para hablarles sobre la cionaron hojas sueltas (Fig. 2) para, que las

campaña, se organizó durante las noches un llenasen los maestros con los datos propor-

programa de asambleas en los barrios. en los - CI cionados por sus a’lunmos; más tarde hici-

I mos el cómputo general, que, si bien no nos

422 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

FIG. 2.-Formulario empleado para obtener el ntimero aproximado de perros antes de comenzar la vacunacicin.

No de olumnos No del Colegio... . . . . . .

di6 el número real de ranes de la riudad y la campiña, nos proporcionó una cifra base para rálculos posteriores.

b) Equ@os cle vacunación

Para el efecto de la vacunación se consti- tuyeron dos grupos, cada uno compuest,o del siguiente personal: un medico veterinario (vawttariones) ; un inspwtor sanitario (otor- gaba recibos y medallas y registraba los perros); un auxiliar de enfermería (esteri- lizaba el mat,erial y llenaba las jeringas); dos peones encargados de sujetar el animal en el moment.0 de la vacunarión.

Todo el material de vacunación se acon- dicionó en maletines de cuero de 12 x c> x 7 pulgadas, lo que facilitti grandemente su transporte.

c) Planijkación

Para mayor efectividad de la vacunacicín y organización del trabajo, la ciudad se dividió en siete zonas, (Lonsiderando además la campiña como una octava y compren- diendo en ella charras, haciendas y caseríos. En cada zona se hizo el cálculo aproximado de la población para proceder más tarde a una estimación del número posible de perros de cada una de ellas. Para estos cálculos SC

utilizó la siguiente fórmula :

Número de habitantes 5

= Número aproximado de canes*

5 = Promedio de personas por familia (a cada *

familia se asignó un perro).

* De este número se restó el lO’%, que es la cifra aproximada de animales menores de 3 meses, 10s cuales no se vacunaron.

La división en zonas no fué un acto capri- choso, pues tenía por finalidad: 1) mejor distribución en los puestos de varunaci6n; 2) conocer el índice de seguridad alcanzado por cada zona, después de la vacunaci6n; 3) Faber el número de revacunaciones que habría que efectuar en 1955.

d) Resultados

En 31 días que dure’, esta fase de trabajo se consiguió vacunar 2.795 perros. En la ciudad de Chimbote, un t,otal de 4.042 escolares declararon 1.826 perros, de los que se vacunaron 1.540, lo que represent,a un porcentaje de efectividad de 81,3 %.

La vacuttaci6n en cl centro de medicina preventiva arroji, un número de 222 in- munizaciones, que sumadas a las efectuadas en los barrios y en la caampiña dieron un total de 1.255 perros vacunados. Esta vacunación, que se llev6 a cabo en lugares improvisados, tales como plazuelas, mercados y aún en la misma calle, tuvo magnífira acogida por parte del públko, y se llegí> a vacunar más de 1.000 animales en un período de 10 días.

Comparando la cifra de animales supuestos con la de los animales vacunados, se obtuvo el margen de seguridad de cada zona, el cual se acepta generalmenl-e como el 80%. De las ocho zonas, (sinco sobrepasaron este margen y de las tres restantes sólo una ob- tuvo un procentaje relativamente bajo. (Cuadro KO. 1.)

El número de perros por revacunar fué de 957 animales de 3 meses y menores de un año, con un procentaje de 34,2 que han sido inoculados en los mesrs de enero y julio de 1955 junto con las nuevas generaciones y

Noviembre IX%] CAMPrlfiAS ASTIRRABICAS 423

CUADRO So. 1 .-Resultado de la vacunacidn IJ control de animales vagabundos, dando el margen de

GRÁFICA KO. 1 .-Porcentaje de animales in-

seguridad obtenido por zona en la ciudad de Chim- bote, 1954.

munizados en Chimbote por un período de tres años y porcentaje de animales por revacunar en 1955.

i Animales controlados

Zona

A B C D E F G H

359 257 683 320 290 236 i49 341 208 199 475 394 354 306 700 642

23 31 22 12 3 7

18 -

-/-

I 1

-

--

Total 3.818 2.795 116

l-

Animales :alculados

280 451 258 353 202 401 324 642

;: I+ IC

77,0 % 89,O $ 66,O 47,0

I-

97,0 84,5 91,5 91,7

&j Anim;~;n~;$odor

2.911

2.911

- -

3.426* 85,0 - -

* Del t,otal de animales calculados se descuenta el lo%, que es aproximadamente el número de animales menores de tres meses.

Vacu- nados

Zaptu-

dOS Total

--

% de reguridad

EJ Animales por revacunar

FIG. 3.-Transporte de la vacuna.

canes traídos de otros lugares. (Gráfica So. 1.1

La vacuna

Se empleó la vacuna modificada de virus vivo, consistente en el cuadragésimo al quincuagésimo pase, en huevo, de la cepa Flury adaptada al embrión de pollo, en un total de 3.000 dosis.

Esta vacuna fué preparada en el Instituto Nacional de Biología Animal, según la técnica descrita en el manual “Laboratory Tech- niques in Rabies” (Organización Mundial de la Salud, Illonograph Series Xo. 23).

En todo momento se mantuvo la vacuna en refrigeración (de 5,” a 7°C). Para su trans- porte se la colocaba en termos con hielo (Fig. 3) y una vez fuera de los termos era utilizada rápidamente. En los casos en que pasaba más de una hora de haber utilizado el frasco, el sobrante se desechaba.

La aplicación se hizo en los músculos carnosos del muslo (músculo sernitendinoso). La dosis aplicada fué de 3 CC. Se vacunaron desde cachorros de 3 meses de edad, hasta

adultos de varios años. So se registraron accidentes post-vacunales.

3. ELIMISACIOS T COSTROL DE PERROS

VAIGABCSDOS

a) Ihfación cuarentenaria

El reservorio de rabia en el litoral del Perú es posible que sea el perro, debido a que no existen animales salvajes que tenga11 mayor importancia en la cadena de trans- misión de esta enfermedad; por lo menos en la zona rural de Chimbote no hay animales

424 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA

salvajes, pero si existen perros vagabundos dentro del perímetro urbano, y al iniciar la campaña se comprobó que no había facili- dades de ninguna clase para llevar a cabo el control y eliminación de éstos, por lo cual se construyó una estación cuarentenaria con 3 perreras y una cámara letal.

Esta construcción t’enía paredes de adobe enlucidas con cemento, pisos de concreto, techo de planchas de “eternit”, revestido con cemento, puertas trampa de madera; era además, de fácil limpieza y desinfección. La cámara letal tenía una ventana en el techo de 50 x 50 cm., cubierta con vidrio grueso, y una tubería de hierro galvanizado de 2” para entrada del gas, el que pasaba a través de una cámara de enfriamiento de 0,40 x 0,30 cm., de ladrillo revestido con cement.0.

b) Camión y personal de atrape

Como perrera se improvisó un pequeño camión de la unidad, cuya parte superior y posterior se cerró con malla de alambre. El personal de atrape estaba integrado por 2 peones cedidos por la municipalidad, así como por el chofer de la perrera. A los aka- padores se los dotó de guantes de cuero y de bolsones de atrape (aro de metal de 0,80 cm. de diámetro, mango de madera de 1,60 m. de largo y bolsa de malla de 1,00 m. de profundidad).

La perrera salía por las mañanas a las 6 y hacía un recorrido de 3 horas, realizando el mayor a’trape en los basureros, plaza del

FIG. 4.-Vacunando en las aldeas.

mercado y matadero, donde los perros vaga- bundos van a buscar su alimento, y, por último, en las calles.

Los perros atrapados se mantenían en la estación cuarentenaria por un período de 48 horas, pasado el cual los no reclamados se eliminaban.

DISCUSION

Estas campañas, tanto por los métodos usados, como por las características de las zonas en que se trabajó, nos han brindado interesantes observaciones.

Podemos decir que el control de rabia en las regiones del Perú presenta muchos pro- blemas, siendo el más importante el hecho de que más del 60 % de la población es rural y cubre grandes extensiones de terreno (Fig. 4), donde la falta de caminos y de otros medios de comunicación dificulta la. va- cunación y las medidas de control que pu- dieran ser aplicadas.

Está probado que el principal reservorio . de rabia en estas regiones es el perro, y existe la posibilidad de que animales salva- jes, tales como el zorro, el tigrillo, el picuro, el añuje, el majas, etc. puedan albergar el virus y contribuir a su difusión, ya que un gran porcentaje de perros son usados para la caza de estos animales, lo que facilita mucho el contagio. Deben ser llevados a cabo estudios al respecto, no sólo orientados al estudio de la rabia, sino también al mejor conocimiento de ciertas enfermedades tropi- cales que pudieran estar relacionadas con estos animales.

La medida de control más efectiva ha sido la vacunación colectiva de los perros, y es importante hacer resaltar que, aún cuando se habían usado anteriormente medios auxiliares, tales como inscripción municipal de los perros, vacunaciones esporádicas y eliminación de animales vagabundos, sólo con la vacunación en masa de los perros ha sido posible dominar la enfermedad. Así tenemos el caso de Tarapoto, en donde al cabo de nueve meses podemos decir que la epizootia de rabia que se presentó en el mes de noviembre del año 1954 ha sido con-

Noviembre 19561 CAMPAÑAS ANTIRRABICAS 425

trolada y el número de casos reducido al mínimo, según los últimos informes de la unidad sanitaria. (Gráfica No. 2.)

Las campañas arrojaron un total de 8.500 animales vacunados y empadronados, lo que constituyen el 70 % de la población canina de estas zonas; asimismo se ha construido en Chimbote una estación cuarentenaria pro- vista de cámara letal, que permite hoy a la unidad sanitaria mantener un magnífico control antirrábico dentro de su área de acción.

La educación sanitaria se dirigió principal- mente a los escolares, por diferentes razones; una de las principales fué que la mayoría de los agricultores y personas que trabajan en el campo envían a sus hijos a los colegios de la ciudad y podían traer perros de la campiña sin perjuicio, al revés de lo que ocurriría con los campesinos que hubieran tenido que perder un día de trabajo para ello. Otra razón importante fué que los colegios sir- vieron como centros de vacunación, demos- trando una vez más su gran utilidad en este tipo de campañas, ya que, además de la colaboración del maestro y el alumno, el beneficio es general, ya que la vacunación se lleva prácticamente a toda la población.

GRÁFICA No. 2.-Incidencia de la rabia antes y después de las medidas de control-Tarapoto, 196+ 195¿5.*

ig ag

10 - g:

I.- 1 I II. ’ I

i ” f 12. 8 tos f e. c P ‘. 8 z .-

* Fuente de información: Informes mensuales te casos sospechosos de rabia en la Unidad Sani- daria de Tarapoto.

La vacunación en los colegios dió por- centajes de efectividad de 84,3 % en Chim- bote, de 95,7% en Tarapoto, de 76,3% en Moyobamba y de 87,0 % en Lamas. (Cuadro No. 2.)

canina de esta área, resultó ser muy práctica y su realización requirió apenas una mañana. Es indudable que en campañas futuras será siempre un medio importantísimo de hacer el cálculo aproximado de la población canina de una localidad, mayormente cuando no se cuenta con personal adiestrado y suficiente para hacer una encuesta.

El material educativo, como folletos, afiches, programas, etc., dió magníficos re- sultados, sobre todo los de tipo objetivo, dadas las características culturales de la población.

La difusión pública de conocimientos acerca de la profilaxis de la rabia, efectuada por el personal sanitario que actuó en estas campañas, ha creado conciencia del pro- blema en la colectividad, la cual en todo momento colabora con los servicios sani- tarios en el mejor control de este mal.

El uso de vacuna avianizada en estas zonas tiene gran importancia en lo que respecta al control de rabia. En nuestro país las carac- terísticas geográficas y sociales hacen casi imposible una vacunación anual, y por eso el uso de la vacuna avianizada, que confiere un período de inmunidad de 3 años y un tercio (informes modernos dan 4 años), pro-

CUADRO iVo. 2.-Resultado de la vacunación en los colegios en las diferentes campañas.

Ciudad %

La encuesta llevada a cabo mediante los escolares para hallar el número aproximado de perros que tenían y además contar con

Chimbote. . . . . 1.826 1.540 84,3 Tarapoto. . 1.149 1.100 95,7 Moyobamba. 952 726 76,3

un número base para calcular la población Lamas.. . . . . . . 984 859 87,0

426 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA PAi’iAMERICAKA

porciona un amplio período de seguridad a las autoridades sanitarias.

Cada caso positivo de rabia ocurrido en estas zonas es confirmado por el laboratorio del Instituto Nacional de Salud Pública mediante observación directa al microscopio de tejido cerebral y por inoculación en ra- tones; pero el número de casos positivos no indica exactamente la situación actual de esta zoonosis, ya que la proporción de casos positivos comprobados con respecto al nú- mero total de casos que deben ocurrir no lo sabemos. Hay tres factores, entre otros, que contribuyen a reducir el número de casos que pueden ser comprobados en el labora- torio: uno es el clima de la costa y de la selva del Perú, que favorece una rápida autolisis del tejido cerebral, a menos que se extraiga el cerebro rápidamente, lo que no siempre resulta posible. Un segundo factor es la falta de conocimientos técnicos por parte del personal que, en lugar de enviar la cabeza del animal completa, embala las

muestras de encéfalo, usando solwiones no esterilizadas o en proporciones deficientes, recipientes sucios o de tamaños despropor- cionados, etc. Al respecto es necesario dar uniformidad a las formas de remisión de muestras. Y un tercer factor es que los perros sol1 sarrificados con armas de fuego u otro instrumento, destrozando el cerebro y haciendo casi imposible el diagnóstico.

Los resultados de nuestras campañas nos indican que, para obtener un control efectivo de la rabia en estas regiones, se debe man- tener una estricta vacunación de todos los perros con vacuna avianizada, debiendo vacunarse no ~610 los de los centros más poblados, sino también los de la zona rural, que es donde es más probable que estE el foco de infección.

La eliminación del perro vagabundo, prin- cipal difusor de esta enfermedad, debe ser llevada a rabo estrictamente, tanto por las autoridades sanitarias, como por las autori- dades municipales.

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