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Mi Museo y Vos 1 Mi Museo y Vos Año 9 No. 32 Granada, Nicaragua. Junio de 2015 PLANTAS MEDICINALES AUTÓCTONAS DE NICARAGUA 1550 D.C.

Plantas medicinales autóctonas de nicaragua 1550 d.c. Mi MuseoNo32.pdf · braduras en los huesos, así como las dolencias en el cuerpo. Entre las afirmaciones descrita por Ovie-do

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Mi Museo y Vos 1

Mi Museo y VosAño 9 No. 32Granada, Nicaragua. Junio de 2015

Plantas medicinales autóctonas de nicaragua 1550 d.c.

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Editora: Nora Zambrana Lacayo

Redactores:Nora Zambrana LacayoOscar Pavón Sánchez William VásquezRoberto Sirias Alexander GeurdsGeoffrey McCafferty

Diseño y diagramación: Nora Zambrana Lacayo

Fundador: Peder Kolind

[email protected]/mimuseo.granada

Don Peder Kolind y su legado granadino ................ 2

Plantas medicinales autóctonas de Nicaragua 1550 d.C. .......................................................... 5

Resultados preliminares del proyecto arqueológico Sitio Las Delicias. II etapa de construcción de la residencial. .............. 8

Desarrollo sostenible de turismo cultural/arqueológico en Chontales, Nicaragua: Ideas para proyectos ...................................................... 15

Evaluación Arqueológica del mito histórico “Fuera de México” .............................................................. 21

Visitas a Mi Museo .............................................................. 31

Tabla de Contenido

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Don Peder Kolind y su legado granadino

Nora Zambrana LacayoPublicaciones, Mi Museo

El danés, Peder Kolind, llegó a Grana-da, Nicaragua en 2001, procedente de la vecina Costa Rica donde resi-

día temporalmente y se enamoró de Gra-nada, al punto de trasladar su residencia a Granada. Pero su amor por Granada no se limitó a las características colonia-les de la ciudad, sino que su amor se di-seminó a toda su población, sobre todo su niñez.

Su legado comienza a construirse a par-tir de Marzo de 2001, cuando en una ocasión que caminaba por el parque central se topó con niños que pedían co-mida o dinero para comprarla. El primer día compró comida a un vendedor am-bulante para 70 de ellos. Al día siguiente lo esperaban 130, por lo que le preguntó

a una señora que se encontraba cerca si podía cocinar para ellos. Los alimen-tos fueron preparados en una casa par-ticular ubicada en la Calle San Juan del Sur, naciendo de esta forma lo que muy pronto después sería “Carita Feliz”. Al cabo de una semana, 150 niños hacían fila diariamente para recibir sus alimen-tos, hasta que llegó el invierno, haciendo casi imposible que los niños recibieran sus alimentos en la calle.

Se le ocurrió entonces que se debía construir un edificio en donde se reunie-ran para no mojarse, fundándose así el edificio que se convertiría en comedor, centro educativo, de trabajo, de salud y otros programas. El centro Carita Fe-liz fue inaugurado el 14 de Octubre de 2002, siendo su principal objetivo, apo-yar a todas las personas que tuvieran espíritu de superación.

Actualmente se imparten 28 turnos de clases, iniciando con el Kinder Carita Fe-liz, acreditado por el MINED, además se imparten clases de reforzamiento para estudiantes de primaria y secundaria, así como cursos libres para recrear a nuestros niños.

Algunos de los programas existentes en el centro son:

Nutrición: 55 niños integrados en este programa, el cual tiene como principal objetivo lograr que el niño alcance el peso ideal a través de una alimenta-ción sana, rica en proteínas y minerales, atendiéndoles día a día, ofreciéndoles desayunos y almuerzos.

Club del Bebé: Consiste en educar a las mamás en cómo alimentar a su bebé en las edades de 0 a 2 años, también reciben charlas de cómo actuar en mo-mentos de emergencia por mala salud, actualmente se atienden a 18 niños.

Embarazadas: Son 16 mujeres emba-razadas, las cuales reciben visitas del centro de salud para llevar el control pre-natal, también reciben una alimentación sana para nu-trir bien a su bebé, y char-las educativas acerca de los cambios que atraviesa la mujer durante el emba-razo.

En el aspecto social, se destaca el proyecto “Villas Sonja” fundado el 30 de septiembre de 2005, con el objetivo de ayudar a per-sonas de escasos recursos a adquirir una vivienda. El proyecto consta de 101 vi-viendas construidas en tres diferentes tamaños, 13 mó-dulos para poner su propio

negocio, auditorio, kínder que atiende a niños en edad de preescolar, piscina, dos canchas de basquetbol, vigilancia, y recorrido para la entrada al centro de Granada y regreso a sus casas. Uno de los principales requisitos para vivir en Vi-llas Sonja es la no violencia intrafamiliar. Las casas fueron vendidas a precio de costo.

La fundación de GROUNDFOS, rega-ló una bomba de agua para que los ha-bitantes de la Villa pudieran tener agua totalmente saludable, libre de químicos. Durante 5 años consecutivos don Peder subsidió todas las reparaciones y mante-nimiento en todas las áreas como elec-tricidad, limpieza y transporte. Ahora 101 familias son propietarios de sus casas y 13 personas lograron establecer su propio negocio.

Peder Kolind (QEPD) Enero 2011, Granada.

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Plantas medicinales autóctonas de Nicaragua 1550 d.C.

Oscar Pavón SánchezArqueólogo, Mi Museo

n el presente artículo se brinda infor-mación de la importancia que tuvieron las plantas medicinales en nuestra

sociedad aborigen, y que en la actualidad se siguen utilizando en diferentes comu-nidades como primera alternativa en la curación de distintas enfermedades.

El uso de estas plantas curativas se des-conoce por completo por las nuevas ge-neraciones, puesto que en este mundo moderno se están utilizando fármacos que su mayoría son sustancias quími-cas producidas por el hombre, y que hoy por hoy se están dejando en el olvido las prácticas de la medicina natural que ma-nejaron las pasadas generaciones, pero

E

quienes hoy en día tienen de esos cono-cimientos son: los doctores curanderos naturistas, así como también nuestros abuelos que aún conservan esos cono-cimientos de la medicina natural.

Las fuentes escritas por Fernández Oviedo explican que utilizaron diferentes plantas para curar heridas, llagas, que-braduras en los huesos, así como las dolencias en el cuerpo.

Entre las afirmaciones descrita por Ovie-do se habla del uso de una planta para las quebraduras en los huesos, la descri-ben de aspecto muy horrible, observada en tierra firme en diferentes lugares en América por donde ellos iban pasando, es una planta espinosa, de cuya hoja o penca nacieron otras de las otras y de penca en penca se convierte en rama, según Alejandro Dávila Bolaños éste ár-bol que al cronista le pareció espantoso, no es más que nuestra tuna que crece en el campo.

Su manera de preparación era que quita-ban las espinas, luego machacaban las

Proyecto Museográfico.Mi Museo, quizás la joya de los proyec-tos fundados y desarrollados por Don Peder, fue inaugurado el 4 de diciembre de 2005, abrió sus puertas al público en general de forma gratuita, con horario de atención de lunes a domingo; su visión era que los nicaragüenses, en particular los granadinos, conocieran su herencia cultural. El museo cambia su exhibición cada 3 meses, cada año incrementa el número de visitantes. En el año 2014, se recibieron 31,570 visitantes, y actual-mente nos visitan aproximadamente 400 personas por semana, entre extranjeros, nacionales, y estudiantes.

Proyecto Deportivo

Centro de deportes Sports College, inau-gurado el 28 de abril de 2008, proyecto cuyo objetivo era impulsar y desarrollar el deporte en la ciudad de Granada y man-tener a los jóvenes alejados de los vicios. Se imparten diferentes disciplinas depor-tivas como: fútbol, beisbol, voleibol, kara-te, ajedrez, kickboll, porrismo, gimnasio, aeróbicos, ping-pong, entre otras. Todo gratuito, actualmente tiene 326 alumnos.

Proyecto Hotelero

Hotel “La Bocona” se inaugura en el año 2009, con el objetivo de ayudar con el 100 % de sus ganancias, a todos los pro-yectos de carácter social. La Bocona, es uno de los hoteles más lujosos por su as-pecto colonial. Consta de 6 habitaciones, piscina, spa.

Proyecto Minisuper

Minisuper La Calzada fue fundado el 27 de septiembre del 2011, creado con el objetivo también de contribuir con sus ganancias a subsidiar todos los proyec-tos sociales en Granada.

El 27 de Noviembre del 2012, El Real Consulado General de Dinamarca, nom-bró al Sr. Peder Kolind, como Cónsul Honorario de Dinamarca en Nicaragua, y fue reconocido y aprobado por la Repú-blica de Nicaragua, firmado por nuestro Presidente Daniel Ortega S. El consula-do funciona en Granada, en una oficina acondicionada para tal fin en las instala-ciones de Mi Museo.

El 30 de Mayo de 2015 don Peder ingresa a un hospital de Managua para tratarse una fractura de pelvis por una caída acci-dental, detectándosele en ese momento problemas con su corazón, procediendo entonces a tratarle dicha afección, pero un infarto fulminante lo arrebató sin pre-vio aviso el 14 de Junio. Su fallecimiento no sólo enluta a su familia, sino a toda la familia granadina que también fue su se-gunda gran familia, cuyo recuerdo con-tribuirá en gran medida a llenar el vacío que deja en ella. No obstante, su legado no quedará truncado, sino que será con-tinuado por su familia, particularmente su hijo menor Andreas Kolind, como una forma de perpetuar su memoria para las familias granadinas.

Adiós Don Peder...

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pencas en un paño de lienzo, a manera de emplasto ligaban la parte afectada hasta que los huesos eran concertados.

Sin duda alguna, el entablillado firme que se ponía con esta hoja de tuna, adaptaba correctamente al miembro traumatizado, así al endurecerse, realizaba el oficio ac-tual del enyesado, creemos que eta fue la propiedad de aplicación que tan buen resultado dio a nuestros indígenas. (Ale-jandro Dávila Bolaños, 1974)

En lo personal he escuchado el beneficio que trae esta planta en el uso de las frac-turas de los huesos, así como también el uso de otra planta conocida como suelda consuelda que también se utilizada para las quebraduras y la caída del cabello.

Otra planta que emplearon nuestros an-tepasados para el alivio de las llagas fue el mozotes, el sistema de curación iniciaba lavando la llaga con agua tibia, tomaban de esta hierva, así mismo ma-jaban hierva hasta hacerla pasta y luego aplicaban en la llaga dos veces al día; esta planta también fue utilizada por los españoles residentes de León para curar sus llagas en aquellos tiem-pos de la “colonización”.

Existen reportes en las cróni-cas de india en América sobre el aprovechamiento del árbol guayacán, en donde se afirma que contiene propiedades curati-vas para eliminar la enfermedad del mal de las búas, los síntomas que pre-sentaban las personas infestadas eran

erosiones en la piel con mucha dolencia. Esto aconteció en los territorios de la isla nombrada por los españoles como Isla Española, hoy conocida como la nación Haití y República Dominica. En Europa a esta epidemia se le conoció como el mal francés y como el mal de Nápoles, que más tarde fue conocida como sífilis. Así mismo esta planta fue de mucho bene-ficio curativo para nuestros aborígenes Nagrandanos.

En las investigaciones arqueológicas en nuestro país hasta al momento no se ha identificado en los restos óseos ras-tros de este tipo de enfermedad (sífilis), la cual se convirtió como una peste y el azote para la humanidad.

Se puede es decir que el sistema inmu-nológico de nuestros antepasados no estaba expuesto a numerosas enferme-dades que sufría las poblaciones del vie-jo continente, entre las cuales figuran: la viruela, sarampión, varicela, fiebre ama-rilla, paludismo, lepra, entre otras.

Cuenco trípode Usulután Negativo (500 a.C.-500 d.C.) Colección Mi Museo.

Nuestros aborígenes además utilizaron la medicina proveniente de la hierba yaat para las dolencias en el cuerpo, que también fue conocida en otras regiones de América del Sur, como por ejemplo en Venezuela como hado y en Perú la hoja de coca.

El efecto de esta hierba según Oviedo es que quitaba las dolencias del cuerpo cuando realizaban grandes caminatas, por ejemplo dolores de cabeza y piernas; también las usaban para las guerras como sustancia alucinógena que posi-blemente ayudaba a no tener temor a sus adversarios, ellos la llevaban colgada en el cuello en recipientes. Para prepararla machaban las hojas de yaat (coca) que luego era revuelta con cal en un recipien-te, una vez ya preparado untaban en sus labios o mantenían mascando la hoja de yaat ya preparada, la mescla no era in-jerida porque su efecto era tóxico hasta llegar a causar la muerte.

Otras plantas con propiedades curativas utilizadas fueron: la salvia, para la en-fermedad de la mujer, posiblemente se

esté refiriendo al periodo menstrual; la ruda silvestre, para los niños cipeados; el ispate, para los dolores de estómago; la dormilona, para calmar los nervios e insomnios; la zarzaparrilla, para depurar la sangre, entre otros.

En la nueva exposición de Mi Museo, se exhiben algunos objetos utilizados para la preparación de estos medicamentos, así como también se exponen algunas plantas medicinales que actualmente se utilizan como alternativa en la curación de diferentes enfermedades.

Referencias:

Dávila, A. (1974). La medina indígena pre-colombina de Nicaragua.

Mira, E. (1997). La medicina indígena en la Española y su comercialización (1492-1550). Asclepio Revista de historia de la medicina y de la ciencia. 49 (2). Recuperado desde: http://asclepio.revistas.csic.es/index.php/asclepio/article/view/372/370

Escudilla Castillo Esgrafiado (1200-1550 d.C.) Colección Mi Museo.

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William Vásquez M1. y Roberto Sirias2

Resultados preliminares del proyecto arqueológico Sitio Las Delicias. II etapa de construcción de la residencial.

1 Candidato a Master en Antropología UCR2 Egresado de la carrera de Arqueología UNAN-Managua

Introducción

El sitio arqueológico Las Delicias, se encuentra ubicado en la ciudad de Ma-nagua, a 2 Km aproximadamente del lago Xolotlán (Figura 1). La campaña se inició en el mes de abril de 2014, tenien-do como fecha de culminación marzo de 2015; durante la ejecución del proyecto se contó con la colaboración del Instituto Nicaragüense de Cultura, mediante las supervisiones constantes de la Direc-ción de Arqueología, estudiantes de la UNAN-Managua que realzaron prácticas

profesionales en los meses de agosto a noviembre de 2014, y la colaboración del Dr. McCafferty (investigador de la Universidad de Calgary, Canadá) y su equipo de investigación conformado por arqueólogos nacionales y extranjeros, los cuales apoyaron durante el lapso de una semana en trabajos de rescates.

Las Delicias NMA-Ma-020

En el sitio se han venido realizando tra-bajos arqueológicos desde el año 2008; en la primera etapa de la residencial se

recuperaron 77 vasijas de diferentes tipologías, 50 entierros primarios con ofrendas asociadas a ellos (Moroney: 2010; 39), los entierros como tal, no pre-sentan un mismo patrón en lo que res-pecta a ajuares funerarios, uno de los entierros primarios se encontró asociado a 15 vasijas. Dentro de una de ellas se extrajo un colgante de jade, con repre-sentación de búho, lo que indicaría una jerarquización social (Pavón: 2008, 5-6; 2010; 17); la cerámica diagnóstica recu-perada durante las excavaciones, fueron principalmente Bocana Inciso, Shettel Inciso, Usulután Negativo y Segovia Na-ranja (Pavón: 2008a; 5).

Tomando en cuenta los resultados de la primer etapa (2008), se contempló para la segunda etapa (2014-2015) los si-guientes objetivos y metodología.

Objetivo y Metodología

Este proyecto tuvo como objetivo la “In-terpretación de la dinámica social desa-rrollada en el Sitio Las Delicias, partiendo del análisis de los datos arqueológicos”, que además permitió documentar cada uno de los contextos arqueológicos e Identificar la tipología cerámica, para conocer el desarrollo de la secuencia cultural y la ubicación cronológica del proceso de ocupación del sitio.

La metodología de trabajo se dividió en dos etapas, trabajo de campo y trabajo de laboratorio, en la primeria etapa se reali-zó prospección superficial, prospección mediante sondeos de pala, sondeos es-tratigráficos de 1x1 m2, excavación en ex-tensión, dibujos en planta de los rasgos ex-puestos y los perfiles a escala, ubicación

Figura 1: Ubicación del sitio, imagen de Google Map.

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GPS de los hallazgos, ubicación en mapa topográfico, fotografía aérea y supervisión en las remociones del suelo (Figura 2).

La fase de laboratorio constó del lavado, secado y analizado del material arqueoló-gico recuperado en campo, reconstrucción

de los bordes para identificar la forma de las vasijas, la tipología, registro fotográfico de los materiales diagnósticos, procesa-miento de los datos, uso de fuentes escri-tas para interpretar el asentamiento.

Resultados

Durante la primera etapa (trabajo de cam-po) se realizaron 560 Sondeos de pala, dividiéndose en dos sectores, para la for-matización de los bloque W-1, W-2, X-1, X-2, Y-1, Y-2, Z-1 A, Z-1B y Z-3B 72 sector este (488 sondeos de pala) y en el sector oeste bloques L, M, N y S (72 sondeos de pala), esta metodología permitió iden-tificar un área de desecho (basurero) con presencia de fragmentos de cerámica, en posiciones verticales y horizontales, frag-mentos de mano de moler, además de se-millas y vertebras termoalteradas, un entie-rro compuesto de paquetes óseos y otro que correspondía a restos óseos humanos ubicados dentro de una vasija del tipo Bo-cana Inciso y una vasija aislada (Figura 3).

Figura 2: Cerámica encontrada en el montículo.

Figura 3: Plano del área en estudio.

Se documentó un montículo, que corres-pondía a una unidad habitacional la cual fue techada con materiales perecederos, seguramente techo de paja y paredes de madera, esto se definió por la presencia de oquedades que definían el espacio de la estructura circular, en su interior se lograron identificar áreas termoalteradas con presencia de restos faunísticos que-mados, fragmentos de cerámica con ho-llín, los cuales sugieren que fueron áreas destinadas a la producción de alimentos; además de elementos bifaciales, lámi-nas de obsidiana, puntas de flecha, frag-mentos de metates, que sugieren hipo-téticamente la división social del trabajo y dos áreas antropizadas compuestas de un suelo compacto, y fragmentos de cerámica en posición horizontal, que de-finen un piso de ocupación asociado a unidades habitacionales (Figura 4).

Durante las supervisiones en las remo-ciones de suelo, se lograron rescatar 38 entierros primarios, algunos contenían pocas ofrendas funerarias, solamente uno de ellos contenía un máximo de 9 ofrendas, y un collar de colmillos de fe-lino, posiblemente jaguar, otro entierro presentaba tres ofrendas, un poseía en su interior pulidores de cuarzo, jaspe y sí-lex, usados en el proceso de elaboración de la cerámica y correspondía a entierro múltiple.

Además se documentaron18 entierros secundarios, como son, los depositados dentro de ollas, y los entierros de paque-te, estos consisten en paquetes óseos, puestos de manera intencional; dentro

de las ollas se encontraron huesos pe-queños, tales como fémur , tibia, peroné, dientes de leche, y fragmentos de la bó-veda craneana, estos nos hacen supo-ner que los entierros secundarios (den-tro de ollas), eran exclusivamente para depositar a los infantes y los entierros de paquete y entierros primarios eran de-signados para personas de mayor edad, ya que no se encontró hueso pequeño, ni otro factor que nos hiciera suponer lo contario (Figura 5).

Otro caso de gran relevancia fue la exca-vación de un horno abierto, este a su vez presentaba fragmentos de la cerámica conocida como Usulután Negativo, don-de se podía ver la cera de abeja todavía ungida.

Figura 4: Cerámica recuperada en el montículo.

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Conclusiones

El sitio arqueológico Las Delicias es hasta el momento uno de los sitos más grandes del periodo tempisque (500 a.C-300 d.C.) encontrado en la ciudad de Ma-nagua, además de los entierros se han encontrado áreas de uso doméstico y de entierros, denominada como aldea nu-cleada, que se extendía más allá de los límites que propone esta investigación. Sin embargo durante el 2008 y 2010 este sitio había sido clasificado como un ce-menterio únicamente, y hoy estamos pro-poniendo que tuvo un uso multifuncional.

La mayoría de las cerámicas recolecta-das en el sitio son Bocana Inciso y Usu-lután Negativo, siendo muy frecuentes en la primera etapa, cronológicamente está asociado al período Tempisque (500 a.C.–300 d.C.).

Las ofrendas documentadas en los en-tierros primarios y secundarios, difieren unos de otros en cuanto a la cantidad y formas de las piezas; los entierros pri-marios tienen 3 o 4 vasijas, con motivos y formas similares, mientras que en los entierros secundarios (dentro de ollas) se han documentado además de ollas,

Figura 5: Entierro Flexionado.

ornamentos como un collar de jade con colgante de cobre (chichil), figurillas fe-meninas de engobe rojo, las vasijas usa-das como ofrenda son de menor tamaño que la vasija contenedora.

Los materiales recolectado del horno han sido mayormente del tipo Usulután negativo, algunos de ellos con presencia de cera de abeja no quemada, esto nos indica que en el lugar se daba la produc-ción de esta cerámica, infiriendo una es-pecialización en la producción alfarera, suponiendo una red de intercambio e interacción con sitios cercanos como es el caso de los Martínez, Las Torres, Los Placeres, Ciudad Sandino, La Arenera y Ticuantepe, estas redes se pueden ver desde una perspectiva más amplia, de-bido a que se supone que la técnica del negativo proviene de El Salvador, por lo tanto, estas técnicas posiblemente se extendieron en el Pacífico de Nicaragua y el noroeste de Costa Rica. Las redes de comercio o intercambio, también se

observan en los artefactos líticos, ejem-plo de ello es la obsidiana, la cual se en-contró de manera abundante en el sitio; de acuerdo a los estudios de Braswell y Salgado (2002), la obsidiana del Pacífico de Nicaragua proviene de dos fuentes de captación de la materia prima, como es Guinope en Honduras e Ixtepequeen, Guatemala.

Durante este periodo se observa una complejidad social, en este sitio, tomando en cuenta la diferenciación social en los ajuares funerarios, representados en la importación de bienes de prestigio, como es el caso de la obsidiana, del cobre y del jade, así también se visualiza una espe-cialización del trabajo que se vincula a la producción exclusiva de Usulután Nega-tivo, para que este formara parte de las redes de comercio, está hipótesis debe ser contrastada con futuras investigacio-nes, que contemplen el estudio mineraló-gico de la cerámica Usulután Negativo en una escala regional.

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Bibliografía

BRASWELL, G., SALGADO, S., FLETCHER, L., GLASCOCK, M. 2002. La Antigua Nicaragua, la periferia sudeste de Mesoamérica y la región maya: interacción interregional (1-1522 d.C.). Mayab 15:19-39

LANGE, F. (1996) Abundante Cooperación Vecinal: La segunda temporada del proyecto Arqueología de la zona Metropolitana de Managua. Alcaldía de Managua.

MORONEY J. 2010, Las Delicias Poblado Indígena más Antiguo de Managua, Revista Nuestra Identidad. V.5. Dirección de Cultura y Patrimonio Histórico y Municipal. (ALMA)

PAVÓN, O. 2008a. Rescate del sitio Las Delicias, Managua. Mi Museo y Vos. Año 2 No 7. pp. 4-6. ___ 2008b. Datos Preliminares del sitio arqueológico Las Delicias. Mi Museo y Vos. Año 3 No 8. pp. 8-9. ___ 2009 ¿Cómo vivieron los antepasados de Managua cercanos a la costa del lago (500 a.C. – 300 d.C.)? Mi Museo y Vos. Año 3 No 10. pp. 1-3. 11. ___ 2010 Descubrimientos en el sitio arqueológico Las Delicias, Managua. Mi Museo y Vos. Año 4 No 14. pp. 16-17. Dr. Alexander Geurds

Desarrollo sostenible de turismo cultural/arqueológico en Chontales, Nicaragua: Ideas para proyectos

Universidad de Leiden, Holanda y Universidad de Colorado en Boulder, EE.UU.

I ntroducción

El motivo principal de esta contribu-ción es de proponer ideas para el sal-vamento y la protección de patrimonio prehispánico en la región del Centro de Nicaragua, y, como segundo, el desarro-llo sostenible de turismo arqueológico en la misma, pero específicamente en el departamento de Chontales.

A razón del abundante registro arqueológi-co en el Centro de Nicaragua, y tomando

en cuenta la ausencia de vigilancia estruc-tural y estudio de fondo de la gran mayoría, del cual se elaboran aquí posibles avenidas para llegar a descubrir los distintos lugares con vestigios de las culturas indígenas.

La importancia de sacar a la luz los as-pectos fascinantes de la arqueología del Centro de Nicaragua se basa en la com-binación de, por un lado, lo que se va co-nociendo de ella, que es de alto interés para la arqueología de toda Centroaméri-ca. Sin embargo, por otro lado, los llama-do montículos, los petrograbados y las estatuas monumentales (fuera de mu-seos), siguen por el 99% sin protección cualquiera y corren un peligro continuo de ser impactado por expansión urbanís-tica y de infraestructura, y/o de ser vícti-mas de saqueo por medio de huaqueros profesionales, alimentando el mercado negro y globalizado de antigüedades.

Relacionado con lo anterior menciona-do, la instancia nacional avalado para prevenir y proteger el patrimonio arqueo-lógico, la Dirección de Patrimonio Cultu-ral del Instituto Nicaragüense de Cultura, no cuenta con los recursos adecuados para un impacto mínimo en cuanto a

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esta problemática. Haciendo un esfuer-zo máximo, aun así la Dirección obser-va con frecuencia sitios arqueológicos impactados por retroexcavadoras, el abuso de montículos con fines de ad-quirir materia prima para trabajos de construcción, petrograbados dañados severamente por diferentes razones, y las huellas de tráfico ilícito de materiales arqueológicos, muchas veces únicas en sus características. El hecho de que, con los medios modestos, todavía se logra parar a algunos de estos traficantes de antigüedades al año, hace que uno teme que el flujo de materiales arqueológicos al extranjero es frecuente y por lo tanto altamente organizado.

Opino que la única manera factible y sos-tenible de disminuir estas actividades es de prestar más atención a las riquezas arqueológicas en el Centro de Nicaragua,

por medio de registro, estudio y desarro-llo para fines públicos. Aunque pueda parecer paradójico de llamar más aten-ción a los sitios arqueológicos para evitar que sean victimizados, es la única opción para arrinconar a la industria de saqueo arqueológico a largo plazo.

Regresando por un momento a los aspec-tos fascinantes de los vestigios arqueológi-cos indígenas en el Centro de Nicaragua, cabe mencionar aquí los elementos en que se distingue la arqueología de la zona.

Por lo poco que se han estudiando los materiales arqueológicos de Chontales y zonas colindantes, como por ejemplo el oeste de la Región Autónoma del Caribe Sur, (Figura 1) se puede concluir ya que, demuestra aspectos fascinantes a nivel de Nicaragua y más allá a nivel de Centroa-mérica. El ejemplo de la estatuaria es sin

Figura 1: Mapa del Centro de Nicaragua.

duda el más reconocido. Las imágenes de una estatua proveniente de Chontales en la parte posterior del actual billete de 500 córdobas, sirve como evidencia de la for-ma icónica que ha logrado esa estatuaria indígena en Nicaragua (Figura 2). No obs-tante, al mismo tiempo no se menciona el lugar de procedencia (afueras de Juigalpa) ni su ubicación actual (Museo Arqueológi-co Gregorio Aguilar Barea). En cambio, las estatuas de la isla de Zapatera y Ometepe gocen de mayor reconocimiento, su colec-ción principal ubicada en la ciudad de Gra-nada, eje central del turismo en Nicaragua.

En cambio, Juigalpa, la capital regional del Centro de Nicaragua, por el momen-to no disfruta de un gran flujo de turis-mo cultural/arqueológico nacional ni in-ternacional. Localizada fuera del centro nacional de turismo, Juigalpa y el De-partamento de Chontales reciben una modesta cantidad de visitantes. Excep-ciones importantes son las peregrinacio-nes a la Virgen de Cuapa y la Reserva de Punta Mayales. El potencial de la región, sin embargo, ofrece amplias oportunida-des para turismo cultural/arqueológico.

Aquí tomamos la oportunidad de pre-sentar dos posibles opciones dentro del marco de la arqueología prehispánica:

1. Registro y rescate de la Tradición Escultórica Centro de Nicaragua (varios municipios)

Por toda la región del Centro de Nicara-gua se encuentran fragmentos de esta-tuaria prehispánica, totalmente descuida-das y desprotegidas. En varias ocasiones, prospecciones oportunistas del Proyecto Arqueológico Centro de Nicaragua (PA-CEN), han resultado en el registro de es-tos artefactos monumentales, pero ya di-vorciados de su contexto original por ser removidos en tiempos recientes (Figura 3). Es probable que estos fragmentos, muchos de ellos de menores dimensio-nes pero todos únicos en su forma y valor cultural histórico, desaparezcan a corto plazo. Así que, para esta oportunidad de realizar un proyecto cultural/arqueológi-co, el motivo es en primer instante resca-te, para posteriormente poder exhibir los fragmentos de estatuas y sus ejemplos completos en contexto museológico.

Hay que subrayar aquí que solamen-te se considerarán estatuas completas u incompletas que se encuentran en una situación grave de descuido y fuera de contexto original. El lugar de resguar-do de estos objetos

Figura 2: Billete moneda oficial nicaragüense, mostrando estatuaria del Centro de Nicaragua.

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será determinado en campo, en dialo-go con las autoridades locales (Figura 4). Se podría considerar la realización de un pequeño espacio en un edificio del municipio para acondicionar la(s) estatua(s) y posiblemente exhibirlas al público local. Si no se ve factible que la comunidad se responsabilice de ellas, se puede involucrar el apoyo de mu-seos arqueológicos ya existentes en la región, en colaboración con los exper-tos del Museo Nacional en Managua.

Esta propuesta requiere de relativamen-te pocos gastos personales, trabajando con un equipo de dos personas, un arqueólogo y una guía. La logística de remover esta-tuas de vez en cuando, ubicadas en luga-res con acceso difícil, podría implicar algo de gastos en transporte y combustible.

2. Parque Arqueológico Aguas Buenas (Juigalpa, Chontales)

El sitio prehispánico de Aguas Buenas se encuentra en las propiedades de varios

dueños de terreno, lo-calizado en la Comar-ca Aguas Calientes del municipio de Jui-galpa, Chontales.

El sitio ha sido enfo-que de estudio del PACEN desde el 2010, con tempora-das intensivas de in-vestigación de campo programadas hasta el 2017 y posiblemente más adelante. Según lo que los estudios van revelando poco a poco, Aguas Buenas

muestra evidencia de Figura 3: Registro de fragmento de estatuaria.

Figura 4: Registro de estatua y diálogo con habitantes.

haber sido un centro prehispánico único en sus características en el país, y más allá en Centroamérica. Las culturas indí-genas que establecieron el lugar hicieron un esfuerzo incomparable en términos de cantidad de trabajo y diseño espa-cial (Figura 5). No sólo hace falta reali-zar más estudios científicos en el sitio para entender su desarrollo y significa-do cultural, también se debe desarrollar para ser un lugar de interés público en el futuro, con esfuerzos de musealizar las estructuras visibles en la superficie, proteger la gran cantidad de petrograba-dos (Figura 6) y acondicionar el terreno y asegurar un manejo prudente.

Su ubicación, a pocos kilómetros del casco urbano de Juigalpa, ofrece oportunidades de acceso que para un parque arqueológi-co es sin igual. El contorno actual del sitio

(terreno para ganado, agricultura y vivien-das) no es ideal para revelar la arquitectura espacial. Para llegar a poder apreciar el si-tio, se tendrá que formular otra manera de uso de los terrenos del sitio, por ejemplo por medio de sembrar pasto y mantener-lo bien cuidado. Así, los perfiles de la gran cantidad de estructuras revelarán para el visitante un panorama arqueológico in-comparable. La construcción de un mira-dor que no disturbe demasiado sería otra oportunidad para poder apreciar el lugar.

Potencial para un proyecto de patrimonio cultural sostenible

Sin duda un proyecto de transformar el sitio Aguas Buenas en un parque ar-queológico es un esfuerzo mayor, invo-lucrando varias dinámicas, etapas, y di-ferentes actores en distintos momentos. No es un proyecto fácil, ni necesaria-mente inicialmente deseado por todos. Sin embargo, los beneficios podrían ser mayores también. Para la comunidad local, para el turismo hacia Juigalpa, y en este caso también, para todo el país de Nicaragua. La combinación del va-lor científico/histórico extraordinario a nivel nacional y la arquitectura impac-tante para cualquier visitante, es la ra-zón principal para invertir en este lugar arqueológico. Una meta final podría ser nominación ante UNESCO para la lista de Patrimonio Mundial, dado sus valo-res culturales únicos en el país y en el exterior. Sin duda, lo último permanece ser un sueño por ahora. Faltan años de estudiar y preparar el sitio, dialogando con la comunidad y las autoridades.

Figura 5: Croquis incompleto del sitio de Aguas Buenas. Observe la forma curvilínea de los montículos.

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Resumen

Como se ha mencionado al inicio, las dos ideas para proyectos merecen ser consi-deradas para desarrollar un proyecto va-lioso y valorado en términos de protección de patrimonio, valoración de los conoci-mientos sobre el pasado prehispánico y generar una dinámica cultural/económica para turismo arqueológico que sea soste-nible a largo plazo. Sin duda, ninguna de las dos ideas son fácil de realizar, aun así tampoco son imposibles de hacer. Con-tamos en el centro de Nicaragua con a) un grupo preexistente de conocedores de la arqueología y b) con una infraestructu-ra ya desarrollada de museos, y c) una presencia prolongada de investigación ar-queológica en la zona bajo dirección de su servidor. Durante 2014 se elaboró y acor-dó un borrador para un Convenio de Co-laboración entre la autoridad municipal de Juigalpa y la Universidad de Leiden (Paí-ses Bajos). En este Convenio se proyecta diseñar actividades mutuas entre expertos de la Universidad de Leiden e individuos involucrados en la promoción de cultu-ra en Juigalpa. Obviamente dentro de la cultura local, el patrimonio arqueológico juega un papel importante y esperamos que el Convenio sirva para promover el desarrollo sostenible de turismo a nivel de Chontales y la protección del patrimonio arqueológico del Centro de Nicaragua.

Figura 6: Ejemplo de petrograbado registrado en Aguas Buenas.

Geoffrey McCafferty

Evaluación Arqueológica del mito histórico “Fuera de México”*

*Traducción al español: Nora Zambrana Lacayo

Universidad de Calgary

U no de los fundamentos de la iden-tidad histórica del Pacífico de Nicaragua es que la población

indígena estaba compuesta por migran-tes procedentes de México. Según las fuentes etnohistóricas de los siglos 16 y 17, los hablantes de los idiomas Na-huat y Oto-Mangue, conocidos como los Nicarao y Chorotega, respectivamente, colonizaron el Pacífico de Nicaragua (y el noroeste de Costa Rica), en los últi-mos siglos antes del contacto con los europeos (Figura 1). Aunque este mito histórico ha sido ampliamente aceptado

por los historiadores hasta convertirse en la explicación tradicional para la Ni-caragua precolombina, no ha sido eva-luado rigurosamente a partir de los datos arqueológicos. Desde el año 2000, los arqueólogos de la Universidad de Cal-gary, en colaboración con arqueólogos nicaragüenses y costarricenses, han in-vestigado algunos de los sitios claves de esta migración “Fuera de México", con el resultado de que la evidencia de la mi-gración mexicana es poco convincente. En este trabajo se expondrá brevemente la hipótesis “Fuera de México" y luego se resumirá la evidencia arqueológica per-tinente. Se concluirá con una discusión de por qué seguir utilizando el mito histó-rico puede impedir interpretaciones más viables.

El trasfondo etnohistórico

Las crónicas delos siglos XVI y XVII de Oviedo, Motolinía, y Torquemada (entre otros) describen las migraciones a Nica-ragua, y también discuten las caracte-rísticas culturales de los colonos de Me-soamérica (Abel-Vidor, 1980; Chapman 1960; León-Portilla, 1971). Al menos tres

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grupos culturales participaron en esta migración: los pipiles, de habla náhuatl, se instalaron en El Salvador, mientras que los Nicarao y Chorotega continuaron hacia el sur hasta la región de la Gran Nicoya, conformada por el Pacífico de Nicaragua y el noroeste de Costa Rica. La cronología de esta migración es vaga, y se basa en una relación de Torquema-da (1975-1983) que dice que los migran-tes huyeron deCholula (México)"siete u ocho vidas de un hombre viejo" antes de este lo escribiera a principios de 1600. Diferentes estudiosos han abordado esto, consensuando que la vida de un "hombre viejo" se refiere a una persona que había vivido dos calendarios redon-dos de 52 años (unidad básica del calen-dario mesoamericano). Adoptando este

cálculo, un "hombre viejo" habría vivido 104 años, por lo que la migración habría comenzado entre aproximadamente 800 a 900 de la Era Cristiana. Si, alternati-vamente, la medida "hombre viejo" era sólo un calendario redondo de 52 años, entonces la migración podría haber co-menzado alrededor de 1200-1250 de la Era Cristiana. Independientemente de la medida que se utilice, esta cronología es problemática, ya que probablemente sea más mítica que histórica. Hay, sin em-bargo, cambios significativos en la cul-tura material que corresponden a ambos marcos temporales, siendo significativas las influencias culturales foráneas.

Según las fuentes etnohistóricas, nu-merosos rasgos culturales del centro de

Figura 1: Mapa de migraciones desde México central a Nicaragua.

México se introdujeron en el Pacífico de Nicaragua. Lenguas mesoamericanas, especialmente los dialectos del Náhuatl y de la Oto-Mangue, estaban en uso cuan-do los españoles llegaron en la década de 1520 y todavía se hablaban hasta décadas recientes (Figura 2). Elementos principales del panteón mesoamericano fueron importados a América Central: Quiahuitl, el dios de la lluvia; Hecatl, el dios del viento, entre otros. Las deidades primordiales eran conocidas como Tama-gastad y Cipatonal; estos tienen paralelo conun mito nahua sobre dos sacerdotes que dirigieron a sus seguidores fuera del centro de México. Una diferencia, sin

embargo, es que en el mito mexicano Tamagastad era conocido como Ozo-moxtli; el río Ochomogo que desemboca en el Lago de Nicaragua puede recordar esta deidad. El dios Tamagastad se re-laciona al término náhuatl Tlamacazqui, que significa "sacerdote". Interesante-mente tamagas es también el nombre de la mortífera serpiente fer de lance, una de las serpientes más venenosas en Centroamérica.

Otros elementos mexicanos que fueron encontrados en el Pacífico de Nicaragua, al menos de acuerdo a las fuentes del si-glo XVI, son el calendario de 260 días con

Figura 2: Mural en Rivas mostrando la llegada del conquistador Gil González en Quauhcapolca, por la costa del Lago Cocibolca.

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nombres de días en náhuatl corrupto, el uso de manuscritos jeroglíficos, rituales religiosos como la ceremonia del volador (Figura3) y el sacrificio humano. Las or-ganizaciones políticas, económicas y mi-litares también estaban vinculadas a las prácticas del centro de México.

Evidencia en apoyo de esta historia de la cultura se encuentra en la lingüística,

donde las listas de palabras demuestran la presencia de las lenguas mesoame-ricanas, y en los documentos históricos donde los nombres de personas y lugares también indican poblaciones mexicanas (Constenla 1994). Los historiadores del arte han demostrado también similitudes entre policromías de Gran Nicoya y la tra-dición estilística Mixteca-Puebla del cen-tro de México (Figura 4; Day1994; Lothrop 1926; McCafferty y Steinbrenner 2005).

La Evidencia Arqueológica

La investigación arqueológica de la etni-cidad e identidad culturales teóricamente difícil, en parte porque los estudios antro-pológicos contemporáneos demuestran

Figura 3: Ceremonia de los voladores ilustrado por Oviedo y Valdez.

Figura 4: Vasija de Papagayo Policromo con serpiente emplumada.

que la identidad puede variar situacio-nalmente, muchas veces con cualidades que se superponen. Por lo tanto, aunque el Pacífico de Nicaragua se consideró un contexto ideal en el cual investigar las et-nias mexicanas, los correlatos materiales reales son a menudo ambiguos. La ico-nografía simbólica en la cerámica deco-rada, por ejemplo, puede estar señalan-do diferentes significados para diferentes propósitos rituales. Como demuestra la antropología, el comportamiento humano puede abordar manifestaciones distinti-vas relacionadas con estímulos o efectos distintivos. Esta consideración de la agen-cia es un elemento importante de la inter-pretación arqueológica contemporánea.

Mi interés en el problema “Fuera de Mé-xico" comenzó en1989, cuando colaboré con el Dr. John Hoopes, de la Universi-dad de Kansas, considerando primero la evidencia etnohistórica y lo más impor-tante, la evidencia arqueológica de la re-gión de la Gran Nicoya, en comparación con la cultura material de las regiones del centro de México, en especial Cholu-la durante el período Posclásico tempra-no (900-1200d.C). Mi investigación doc-toral se centró en Cholula precisamente durante este período (McCafferty1993, 2007), por lo que tenía fuertes ideas de lo que una población migrante debía ex-hibir al ser trasladada al Pacífico de Ni-caragua. Desde el año 2000 he dirigido numerosos proyectos arqueológicos a lo largo de la orilla del lago de Nicaragua por la Universidad de Calgary, y colabo-ración de colegas y estudiantes nicara-güenses y costarricenses.

Las excavaciones fueron realizadas en los sitios Santa Isabel, Tepetate, El Rayo y Sonzapote, todos ocupados durante el pe-ríodo Posclásico (Figura5), conocido local-mente como período Sapoá. Se cree que Santa Isabel fue la capital de los Nicarao cuando el explorador español Gil Gonzá-lez visitó por primera vez al jefe de Nica-ragua en 1522 (McCafferty 2008). Se cree que Tepetate fue el pueblo indígena de Xalteva, en las afueras de la actual Gra-nada. El Rayo, un centro secundario en el sistema de gobierno de Xalteva, es im-portante ya que cuenta con depósitos del período Sapoá, justo sobre los restos del período anterior Bagaces, que demuestra la transición entre los dos períodos con los nuevos elementos culturales introducidos (McCafferty y Dennett 2013). Sonzapote,

Figura 5: Mapa de la región Gran Nicoya, indicando sitios investigados por la Universidad de Calgary y Mi Museo.

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en la isla Zapatera, en el Lago de Nicara-gua, se cree que fue un centro religioso relacionado con los migrantes mexicanos (Guido Martínez 2004, Navarro Genie 2011, pero ver McCafferty et al 2013).

Estas excavaciones produjeron una enor-me cantidad de evidencia cultural mate-rial de los indígenas nicaragüenses: res-tos arquitectónicos, prácticas mortuorias, costumbres alimenticias, iconografía ce-rámica y formas de vasijas, líticas, figu-rillas, y otras clases de artefactos. Ahora tenemos una de las mejores ventanas hacia el modo de vida del período Sapoá que cualquier región de América Central.

Discusión de la hipótesis “Fuera de México"

Basado en 15 años de investigación ar-queológica intensiva del período Sapoá en Nicaragua, ahora es posible evaluar el mito histórico “Fuera de México”. Si bien es innegable que las lenguas mexicanas estaban en uso en el período colonial tem-prano hasta el siglo 20, la cronología de cuándo las influencias mesoamericanas llegaron al Pacífico de Nicaragua es aho-ra objeto de debate. Por ejemplo, las cos-tumbres alimenticias (definidas como las sustancias consumidas y el modo de pre-paración) se considera que es una de las mejores vías para el reconocimiento de la etnicidad arqueológica (Twiss 2012). El maíz era un alimento básico de los indíge-nas de México, con la tortilla, alimento de consumo favorito preparado sobre ban-dejas de cerámica conocidas como co-males. Sin embargo, en las excavaciones

arqueológicas en el Pacífico de Nicaragua no se recuperó ningún fragmento de co-mal, lo que indica que las tortillas no se consumieron durante el período Sapoá. De hecho, ninguna evidencia de maíz fue recuperada, tanto como elementos macro o micro-botánicos. Estos datos sugieren que el alimento básico de la dieta mexica-na no era consumido en Nicaragua en los momentos en que estaban ocurriendo las supuestas migraciones.

Una característica fundamental de la reli-gión mesoamericana implica la quema de incienso, como una forma de adoración a los elementos sobrenaturales. Incen-sarios diagnósticos son bien conocidos desde sitios del Posclásico Temprano en México, especialmente los sahumadores de mango largo (Figura 6). No está claro si los incensarios fueron utilizados en el período Sapoá en Nicaragua. En conse-cuencia, un componente importante del ri-tual parece faltar en los hogares si fueran migrantes mesoamericanos.

Figura 6: Mujer Mixteca quemando incienso en sahumador (Codice Selden).

Del mismo modo, los estudios arqui-tectónicos son significativamente dife-rentes. El uso de ladrillos de adobe del Pacífico de Nicaragua es actualmente desconocido, aunque eran literalmente los "bloques de construcción" de la ar-quitectura doméstica mexicana (y tam-bién de la Gran Pirámide de Cholula). En cambio, las casas de Nicaragua parecen haber sido hechas predominantemente de ramas entrelazadas cubiertas con ba-rro, en una técnica conocida como "ba-hareque", o bajareque. Por otra parte, el Pacífico de Nicaragua no tiene ninguna prueba de la planificación del sitio o ar-quitectura ceremonial monumental. De hecho, con la excepción del muy tempra-no sitio de Sonzapote, en la Isla Zapate-ra, no hay arquitectura no doméstica que ha sido siempre claramente identificada durante el período Posclásico.

Con tales diferencias fundamentales en-tre las expectativas basadas en el Pos-clásico Temprano del centro de México, y las evidencias arqueológicas del perío-do Sapoá en el Pacífico de Nicaragua, ¿sigue siendo razonable utilizar el mo-delo "Fuera de México" para estructurar interpretaciones culturales? Ciertamente hay una similitud en algunas cerámicas policromadas, incluyendo el uso de la iconografía de la serpiente emplumada en Vallejo Policromo y los soportes de las vasijas que caracterizan el dios del viento Ehécatl (Figura 7). Pero éstos pueden ser simplemente el resultado de la evangelización religiosa sin significati-va aculturación.

Hay que destacar que las referencias et-nohistóricas a la colonización mexicana del Pacífico de Nicaragua aplican más específicamente al momento del con-tacto europeo. En la actualidad, los ar-queólogos no han encontrado fuerte evi-dencia de los últimos 300 años antes del contacto, por lo que la evidencia presen-tada en este documento se refiere a un período anterior, posiblemente antes de la llegada de las influencias extranjeras, a pesar de que cubre el período descri-to en la cronología vaga de Torquemada para la llegada de los migrantes mexi-canos. En consecuencia, se mantiene la posibilidad de que con más investiga-ción, especialmente de sitios del período Ometepe (1250-1520 d.C.), esta eviden-cia más fuerte de los rasgos culturales mexicanos pueda ser encontrada. Pero por ahora, la evidencia arqueológica de “Fuera de México” es casi inexistente.

Con esta conclusión, el uso continuo de modelos mexicanos para definir el perío-do Sapoá en el Pacífico de Nicaragua es engañoso, y deteriora la capacidad de

Figura 7: a) Cerámica policromada con serpiente emplumada; b) soportes de vasija con rostro de Ehecatl.

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hacer interpretaciones más significati-vas. En publicaciones anteriores he caí-do en esta trampa suponiendo que los Chorotegas de habla Oto-Mangue eran el grupo dominante cultural durante el período Sapoá (McCafferty 2011), a raíz de la historia de la cultura tradicional que se ha utilizado comúnmente. Ahora su-giero que los arqueólogos se divorcien de la interpretación mítico-histórica de la etnia Chorotega, y en su lugar utili-cen un término más neutral basado en los abundantes datos empíricos. Por lo tanto, sugiero utilizar el término "cultura Papagayo" para identificar el grupo do-minante en el Pacífico de Nicaragua du-rante el período Sapoá. Este término re-fleja la introducción del tipo de cerámica policromada diagnóstica que domina el conjunto cerámico durante este período. Debido a que Papagayo Policromo se subdivide en numerosas variedades, po-dría tener mejor y mayor capacidad para definir las diferencias culturales basadas en divisiones regionales, a como pudiera ser el uso de análisis de la composición cerámica para determinar el punto de origen de las distintas variedades.

La arqueología, como investigación científica, está en constante evolución, en la medida en que los nuevos datos descubiertos y su recombinación con la evidencia existente en un proceso conti-nuo de construcción de hipótesis, prue-ba, evaluación y reconfiguración. En mi propio trabajo en Nicaragua, he adopta-do algunas ideas de eruditos anteriores y luego modificado esas ideas en base a mis propios descubrimientos. ¡Así es

como funciona la ciencia! No hay que aferrarse a las viejas ideas cuando son desafiadas por nuevas ideas e interpre-taciones. La idea “Fuera de México” se basa en un conjunto limitado de infor-mación basada en textos históricos con una orientación mitológica fuerte. Utilizar datos arqueológicos para evaluar esta hipótesis, permite ahora una interpreta-ción más rigurosa que contradice la idea de la migración mexicana y colonización del Pacífico de Nicaragua. A medida que se desarrolla la nueva información, es-pecialmente en lo que se refiere al pe-ríodo de Ometepe tardío, una continua reevaluación debe ocurrir que dé como resultado mejores interpretaciones.

Referencias

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Guido Martínez, Clemente2004 Los dioses vencidos de Zapatera: Mitos y realidades. Academia Nicaragüense de la Lengua, Managua, Nicaragua.

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Twiss, Katheryn2012 The archaeology of food and social diversity. Journal of Archaeological Research 20(4):357-395

Visitas a Mi Museo

En el segundo trimestre de este año, del 1 de abril al 30 de junio, Mi Museo obtu-vo un total de 4046 visitas, de las cuales 1816 corresponden a extranjeros, 934 nacionales y 1296 estudiantes. Estamos contentos de recibir a los visitantes de

los diferentes lugares y realizarles un tour por las instalaciones del museo de forma gratuita.

A continuación el detalle de los países que visitaron Mi Museo:

Estados Unidos 556Reino unido 183Canadá 172Costa Rica 153Alemania 122Francia 93Venezuela 72España 55Holanda 42Dinamarca 37Argentina 35Honduras 29México 28Guatemala 19Suecia 19Suiza 18Rusia 18Noruega 15Italia 14Bélgica 12Nueva Zelanda 12Chile 11Colombia 10

El Salvador 9Perú 7India 7Irlanda 7Puerto Rico 6Singapur 5Brasil 5 Taiwán 5Belice 5Austria 4Grecia 4Japón 4Polinia 3Macedonia 3Rep. Dominicana 2Israel 2Letonia 2Hawái 2Corea del sur 2Bulgaria 1Barbados 1Hungría 1

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Mi Museo y Vos32

Mi Museo, Calle Atravesada 505, Frente a Bancentro. Granada, Nicaragua. Telf. (505) 2552-7614

E-mail: [email protected] de atención: Lunes-Domingo: 9:00 a.m. - 5:00 p.m.

Entrada gratis para nacionales. www.mimuseo.org

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