Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

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    L S C U E S T I O N E S

    F U N D AM EN T A L E S

    D E L M R X I S M O

    diciones de l

    tderaeión

    e Maestros

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    Las uestiones

    fundamentales del

    m rxismo

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    PREF CIO

    as

    Cuestiones fundamentales del marxismo, la

    últ ima obra de 'Ple jan ov , que contiene un a exposición

    sistemática del marxismo dialéctico, hizo su aparición en

    1908 .es

    decir, un cuarto de siglo después que Plejanov

    lanzara a la publicación su célebre panfleto El socia-

    l ismo

    y

    la lucha política, que inaugura la historia de la

    social-democracia revo[ucionaria rusa.

    Este folleto, publicado en 1833, significó

    la rup

    tura

    completa con los viejos prejuicios de los narodniki.

    Frente a la derrota sufr ida por el m o vi m ie n to reoolucio-

    'ñario, su aparición señaló

    una

    nueva vía al término

    de

    la cual habría

    de

    llegar la oictoria, lenta pero seguramen-

    te. Plejano-o aho nd ó en la m ás pr of un da realidad rusa

    para mostrar el procem social y económico, que minaba

    lentcrmente pero con tenacidad, el antiguo régimen. Pre-

    dijo

    qu

    la clase obrera rusa, desarrollándose paralela-

    mente

    al

    capitalismo, asestaría e go lpe m orta l a abso-

    lu tis m o ruso y ocuparía el lugar que le correspondía en

    las filas del ejército internacional idel protetariado.

    Pero Plejanov

    o s

    ha limitado a la crítica &l vie-

    jo

    populismo

    e

    los narodniki . En

    u

    tratado, qv aun

    conserva t o d o su valor, ha hecho l a exposición de las

    cuestiones fundamentales del socialismo científico e in-

    dicado que el m é to do del mciterialismo dialéctico es el

    arma más eficaz en la lucha teórica

    y

    prdcticn.

    ¿Qué es el social'ismo cien tífico? Por tal entendem os

    esta doctrina com unis ta que desde 1 8 4 0 com en z6 a des-

    prenderse' del sociaCisrno utópico, bajo la fuerte influen-

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    mía clásica, del ot ro ; que d ió por primera vez una

    explicación real de todas las etapas del desenvolvitp~ento

    de f

    civil ización humana; que demolió

    s n

    piedad los

    sofismas de los teóricos burgueses

    y

    que, "armado

    de

    t odo el saber de su siglo", se aprestió a la defensa del

    proletariado. Esta doctrina demostró, no solamente con

    una claridad perfecta to da la inconsistencia cientí fica de

    los adversarios del socialismo, sino qu e, señalando sus

    errores, dió al propio tiempo la explicación histórica de

    dlos .

    e

    este m od o, com o dijera e n ot ro t ie m p o Heirn de

    la fi lo so fía de Hegel, "ella unc ió a su carro de tr iunfo

    cada un a de las op iniones sobre las qu e habí.a t riu nfad o" .

    "Así como Darwin ha enriquecido

    la

    biología con

    Ya teoría del origen de las especies, de asombrosa s impli-

    cidad

    y

    de gran rigor cien tífico , del m is m o m o d o Tos

    funda dore s del socialismo cie ntífi co h a n demostrado, en

    la evolución

    de

    las fue rza s productoras y la fucha de

    estas fuerzas contra las formas sociales retrasadas de pro-

    ducción, el gran principio ,de la transformación de las

    especies sociales .

    Pero n o es com o u n "cliché" o un a "verdad de fin i-

    t iva

    y

    sin apelación", que Plej an ov había recomenda-

    a

    los revo ucionarios rusos e sistema del socialismo cien-

    tífi co . Se comp rende , desde luego, escribía, que la eoolu-

    ción del socialismo científico no está todaoíp terminada

    que efla n o puede detenerse en los trabajos de Engels y

    de Ma rx, del mism o m o d o que la teoría de origen

    de

    las

    especies n o podía considerarse co m o de fin itiv am en te coqs-

    tituída con la aparición de las principales obras del bió-

    logo inglés.

    l

    planteamiento de los principios fu nda m en -

    tales de la nueva doctrina debe suceder el estudio deta-

    llado de las cuestiones que

    se

    relgcionan con esta última,

    estudio que de8e completar y llevar a su térm ino la revo -

    lución realizada en la ciencia por los autores de l M ani -

    fiesto

    comunista. No

    hay ninguna rama d e la sociología

    ante la cual n o se hayan abierto nuevos horizon tes, de una

    magnitud extraordinaria, a medida que cada una de ellas

    ha id o asimilando las concepciones filosó ficas históricas

    de aquella revolrtción,

    La

    influencia fecunda d e estas

    concepciones se deja sentir actualmente

    en

    el dominio

    d e

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    la

    hisforiu

    del derecho y

    de fo

    que se ll m la

    ciuiliza-

    ción primitiva".'

    Plejanov cree necesario subrayar la siguiente purti-

    cularida

    d e

    la

    doctrina marxista: " R e m n t a n d o

    en

    su

    g~nealagía ,

    entre otros,

    a

    Kant

    y

    a Hegel,

    el

    socialismo

    científico se presenta como el

    ás

    encarnizado rauel

    t o adversario del idealismo filosófico. DespZuza 4 e p

    úl t imo re fugio a

    fa

    sociología, en donde los posirioistas

    le habiun hecho tan ca urosa acogida. E2 socialismo cien

    tíf ic o presupone la "concepción materialista de la histo-

    ria", es

    decir

    que

    explica la historia espiritual d e la

    huma-

    nidad gor Ia evolución de las relaciones sociales en el

    seno

    de

    ésta (e n tr e otras, por

    la

    in f luencia de medio

    ambiente)

    .

    Una

    actividad incansuble en la actividad

    del

    parti-

    do

    retloíucionario del proletariado, la necesidad

    de

    aplicar

    un método nuevo al estudio de la actualidad rusa, a la

    exploración de

    los destinos

    del cupi tal isrn~

    n Rusia ,

    no

    impedían, sin

    embargo Plejanoo

    trabajar en e l

    "estudio detallado

    de

    las cuesriones fundamentales

    del

    mrxisrno . dedicando su atención

    cada

    vez

    con mayor

    in-

    tensidad

    la

    historia

    de

    la filosofía, de

    la

    cioilización

    y

    del arte Al propio rietnpo que reaiizaba este trabajo es-

    pecial de desarrollar las concepc io~es e

    arx

    y

    e

    Engels,

    Plejanov

    t o m ó para sí

    l

    turea

    de

    defenderlas

    contra t os

    diferenres representantes del revisionismo ruso e interna-

    ciohal. DE esre revisionismo que ha pretendido

    en

    diver-

    sas ocasiones "completas", "corregir" o "reemplazar" cier-

    to s principios del m ar xis m o por viejos "dogmas" bur-

    gueses, caducos desde hace

    tnucho

    t iempo.

    Esta obra de Plejanoo está consagrada especialmen-

    te al aspecto 'f i lo sóf ic o . Iíistórico del sociaEisrno cient í-

    fico. Pura

    Plejanov,

    el

    marxismo representa toda una

    concepción del mundo. uno e indivisible, penetrado de

    tu

    unidad

    d e una

    idea

    fundamental. P l e j a n o protesta con

    tra las tíueoas tentat ivas

    de

    Bogdanov, Lunacharsky,

    rsirrov, Fritsche,

    de

    separar, en esta concepción, los as

    pectos

    histórico

    y

    económico del fundamento

    filosófico

    en que se

    apoya. Protesra

    contra

    todos los

    ensayos

    de

    asentot-"

    el

    rnarxistno

    sobre nuevas bases acopiúndofo

    a

    distintos sistemas

    filosóficos

    corno el neo-kantrsmo,

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    el' machismo, el ernpiriocriticismo, etc., tentativas llevadas

    a cabo, las

    ás

    de las

    veces,

    bajo la inf íuencia e

    m

    rrientes filosóficas puestas d e

    moda, n

    u n momento dado

    entre los ideólogos de

    la burguesía.

    Según

    la

    opiniór?

    de

    Plejanov,

    expresada por

    pinle-

    ;a v e z c o n o casión

    de una

    polémica

    con

    Bernstein, el

    material ismo de

    Marx y

    Enye ls deriva del spin ozis mo , al

    que Feuerbach desembarazó

    de

    los elementos teológicos

    que

    pesaban

    sobre

    e .

    Como

    Feuerbach, los fundadores

    del socialismo científico reconocen

    que

    existe unida d, pe-

    ro

    n o ident idad, entre el "pensar" y e "ser". Las recti-

    ficaciones

    que

    Marx hiciera a la filosofía

    de

    Peuerbacb

    consisten, principalmente,

    en

    que

    las relaciones de.ucción

    y

    reacción recíprocas entre

    el

    obje to

    y

    el kujeto son apre-

    ciadas

    por

    Ma rx , en

    cttanto al sujeto se refieren,

    en

    u n

    sentido acrivo: éste aparece omo un ser

    actuante

    y n o

    solo contemplativo.

    " 'Actuando sobre

    la

    naturaleza exterior y d i f i c i á n -

    dola, el hom br e m od i f ic a

    al

    prop io t i empo su t~aturaleza".

    Plejanov está

    en la

    verdad ccrando a f i r m a

    que

    Marx

    .h a s ido fuertemente inf luenciado

    por

    un

    artículo

    e

    Feuerbach, t i tulado Tesis preliminares para la reforma

    de

    la filosofía publicado

    en

    1843 en e l segundo ro o

    de

    la misma colección en d o n d e ha bía apa recid o ( ~ r i n w r

    tomo un

    artículo

    de

    Marx sobre la censura prusiana.

    "El pensar

    está

    cond icionad o por el ser, pero no el

    ser por el pensar. E l ser está condicio na do por

    mis-

    mo...

    el

    ser t iene su fundarnento en

    sí mismo .

    Esta coii

    cepcidn, agrega Plejanov, ha

    sido

    colocada por f i r x en

    la base de la

    interpretación materialista

    de l a

    historia

    Esto n o

    es

    del

    todo

    exacto . Marx

    h

    m o d i f i c d o

    radicalmente

    y

    comple tado ia tesis de Feuerbach.

    que

    es

    t a n

    abstracta

    ta n poco fundad a en la histor ia, cq m o su

    h o m b r e que

    é

    ha

    colocado en el

    lugar

    de

    ios y de

    su

    modif icación hrgeliana, a R a z ó n .

    "La

    esencia humana

    no

    es alg o abstracto, prop io

    del

    individuo considerado

    c o m o

    ta l .

    E n su redidad, dice hfarx , en las conucidas

    tesis sobre Feuerbacfi, esta' esencia

    está

    representada por

    el co n un to d e las relaciones sociales".

    or no

    Itegar has-

    ta

    esta conclusión

    s

    qrre

    Ferrerbach

    se

    ue obl igado

    a abs-

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    traerse del curso de la evolución histórica

    y

    partir de la

    suposición del inditriduo abstracto, aislado .

    E n

    com ple to acuerdo co n esta crítich del ho m bre

    abstracto de Feuerbach, M a r x m od ific a tam bién su tesis

    fun da me nta l: N o es, dice,

    c

    conciencicr de los hombres

    la que determina su manera de

    ser

    sino al contrario, su

    manera de ser social l o que determina su conciencia . E l

    error fu nd am en tal de tod os los sistemas f i losóficos que

    pretenden explicar las relaciones entre el ser y el pensa-

    m ie nt o, ha consistido en querer ignorar esta circunstancia

    qu

    Feuerbach no alcanzabá a ver, y especialmente el

    hec ho de que el in di vid uo abstracto, analizado por ellos,

    pertenece realidad a un a fo rm a determinada de

    l

    so-

    ciedad.

    Ya

    en sus primeras obras, P le jano v había puesto

    de relieve, m ns de u na v ez , la difereccia entr e el m éto do

    dialéctico de Marx

    y

    Engels

    r

    la teoría vulgar de

    lo

    evolución, segUn la cual, ni

    la

    naturaleza, n i la historial

    se

    hacen por saltos, sino que en el m u n d o to d o se trans-

    forma lenta

    y

    g r a d u a l ~ n t e .En su polémica con

    T i k

    ho m iro v, Plejanoo explica al nu ev o defenso r del abso-

    lutismo

    la ineluctabilidad de los saltos en la evolución.

    Son

    particularmente interesantes

    en

    la obra

    de

    ~ l e i a n o vos capítulos sn que demuestra cómo los sabios

    contem porán eos están, a mermcío sin saberlo, obligados

    n

    razdn del estado actual e la ciencia social a dar uoa

    explicacidn materialista de los fenómenos que son objeto

    de su estudio. Cada nuevo descubrimiento re?ativo a la

    hisroria de la ciu ilización, a la *mitolog ía, al arte, trae

    consigo nuevos argumentos en favor de la interpretación

    materialista de

    la

    historia. las fuentes de do cum en ta-

    ción que Ple jano v enum era a las cuales se refiere, ha-

    bría podido agregar, para 1908, los trabajos de otros

    tantos sabios burgueses n el dominio de las ciencias

    históricas

    y

    sociblógicas. Sir? darse cuenta

    de

    elfo, estos

    sabios emplean ur? lenguaje

    y

    acumulan piedra por pie-

    dra materiales y hechos que c on fir m an la exactitud e

    las concepciones filosóficas e históricas

    tiel

    marxismo.

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     LASCUESTIONES FUNDAMENTALES

    DEL

    MARXISMO.

    El marxismo es toda una concepción del mundo. Hablaii.

    do con brevedad, el materialismo contemporiirrtro represen ta

    actualmente el más alto grado de esta

    coacepA6n del mudo

    cuyas bases habían sido ya posttiladas en la antigua Helade,

    por Dembcrito

    y

    los pensadores ionianos, sus precursores. Lo

    que sc llama el h l l o z o ~o es, en efecto, otra cosa que un

    inateriaíismo ingenuo. Es a Carlos Marx y a su amigo Fede-

    rico Engels a quienes pertenece el merito principal de haber

    formulado y desarrollado los principios fundamentales del ma.

    terialismo moderno. Los aspectos histórico

    y

    econ6mico de

    esta concepción del mundo, lo que se designa ordinariamente

    con el nombre de materfalismo hlst6rica, así como el conjun-

    to, estrechamente ligado

    a

    este, de las concepciones sobre

    los

    pmbkmas

    l

    método y

    las

    c a t e g d a i s de la

    ecoaomia p i f f l c a~

    sobre el &sarroUo ecom dco de la sociedad y mas particu-

    larmente de la sociedad capitalista, son casi exclusivamente

    a cbra de Marx y Engels. La contribución de sus predecesores

    en este dominio no debe ser considerado mas que como un

    irabajo preparatorio. Muchos

    y

    preciosos materiales habían sido

    acumulados, pero no sisteihatizados, ni considerados a

    la

    luz

    de un pensamiento general, Por esta razón no habian podido

    ser utilizados ni apreciados en su exacta significación. Lo que

    han hecho en este orden de ideas los adeptos de Marx y Engels

    en Europa

    y

    América no es sino el estudio más o menos fe-

    liz de problemas especiales, algunas veces, es verdad, de la

    más alta importancia. Es por esto que generalmente no se en.

    tiende por marxismo sino los dos aspectos ya mencionados

    de la actual concepción materialista del mundo. Y esto ocurre,

    no solamente entre el gran público , que no se h a elevado

    todavía a la compensaci6n profunda de las doctrinas filosófi-

    cas, sino tambiCn entre quienes se estiman discípulos fieles de

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    Marx y Engels, tanto en Rusia como en el resto del .mundo

    civilizado. Es tos do s aspectos se- consideran como algo inde-

    pendiente del materialismo filos6fico , y hasta, en ocasiones,

    como opuesto a este. Pero como ambos aspectos, separados

    arbitrariamente del conjunto de las concepciones que les es-

    tAn relacionadas y de las cuales forman la base teórioa, no

    pueden permanecer suspendidos en el aire, quienes han reali-

    zado tal separaci6n se sienten naturalmente en la necesidad

    d e

    :'apuntalar el marxismo , a ~ c o p l á n d o l ~ l o ás menudo en

    la forma más arbitraria y bajo la influencia de corrientes filo-

    $Micas pred~minanes entre los ideólogos burgu-a tal

    o cual filósofo, a Kant, Mach, Avenarius y, en esfos Últimos

    tiempos, a José Dietzgen. Es cierto que las concepcianes filo-

    s6ficas de

    J.

    Dietzgen se han formado completamente libres

    de influencias burguesas

    y

    que en cierto modo se emparentan

    a las de Marx y Engels. Pero las de estos Últimos tienen un

    contenido incomparablemente mAs rico y ordenado,

    y

    por ec-

    ta sola razón no pueden ser c o r n p l e t ~ ino, cuando mas,

    popularizadas, hasta cierto

    punto,

    por medio de

    la

    doctrina de

    Dietzgen. H asta aho ra no se h a intentado completar a Marx

    por medio de Santo TomAs de Aquino

    (11).

    Sin embargo,

    no

    seria imposible, a pesar de la reciente encíclica del Papa contra

    los modernistac, que el mundo católico diera nacimiento un

    penszdor capaz de esta proeza teórica.

    Por lo general, quienes sienten la necesidad de comple-

    tar el marxismo alegan que Marx y Engels no han hecho, en

    ninguna parte,

    l

    exposicibn de sus concepciones filos6ficas.Pero semejrinte razonamiento es pwo convincente,

    y

    aun

    si

    fue-

    ra valedero no constituiría una razón para reemplazar dichas

    concepciones por las de cualquier otro pensador, y c o l o c i n d b

    s frecuentemente en puntos de vista totalmente diferentes.

    Es preciso tener en Cuenta que disponemos de

    suficientes

    datos

    para formarnos una idea cabal de las concepciones de Marx

    .y

    de Engels (1) . Dichas concepciones han sido expuestas de

    una manera, muy completa y en su aspecto definitivo, aunque

    en forma polemica, en la primera parte del

    libro

    de Engels

    (1)

    El libro de VI. Verigo Manr

    al9

    P h i l ~ p h Berna.

    y

    Leip

    zig

    1904 está consagrado a la filosofía de

    Marx

    y Engels. Pero.

    e

    dificil imaginar una obra que satisfaga menos que hsta.

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    Hcrrn Eugen Dtihrings Umwalzung de Wissenschaft

    (del

    cual

    existen varias traducciones rusas). En el interesante folleto del

    mismo autor, Ludwig Feuerbach und der Ausgang der

    Plassischen Philosophie (folleto traducido al ruso por nosotros

    y adicionados de un prefacio

    y

    notas explicativas), están

    ex

    puestas Las concepciones que constituyen la base filosófica del

    marxismo, esta vez en forma positiva. Una característica breve,

    pero brillante, de es tas mism as concepciones, h a sido dad a por

    Engels en el prefacio a la traducción inglesa del folleto Socialis-

    m o utbpico

    y

    soc ialism o científico (111). En cuanto respecta a

    Marx, es prec iso señ alar, en primer término, como de gran ini-

    portancia para la comprensión del aspecto filosófiico de su

    docti-ina, la caractetistica de la dialbctica materialista, expuesta

    por 61 mismo, en oposición a la dialdctica idealista de Hegel,

    en el prefacio de la segunda edición del primer tomo del Capital,

    y despues las numerosas obervaciones detalladas, consignadas

    a

    lo largo de la exposición de dicha obra. Algunas phginas

    de la Miseria de la filosofía son igualmente, en ciertos aspecta,

    de

    la más alta importancia. Por último,

    se

    puede apreciar con

    gr n

    exactitud el proceso de la evolución de la s ideas filosóficas

    de Marx y de Engels, en su s primeros escritos, publicados

    recientemente por

    F.

    Mehring, con el título de Aus dem iitera-

    ricchen Nachlass von Karl .Marx, Friedrich Engels und Ferdi-

    fiand Lassalle, Stutgart,l902.

    En si, tesis doctnral titulada Di rena der ~~4 íokritls-

    chen

    und

    Cplkureischen

    Naturphllmphie,

    Io mismo que

    er

    ciertos

    articulas

    ic.p 'c~ducidos por Mehring, en el primer

    to-

    ino de la precitada ediii01i. el joven Marx aparece todavía co-

    mo el idealista "pur san g" de l a escuela Iiegeliana. P ero en los

    artIculos publicados primeramente en los Deustch-Frm zosdsche

    Jahrbücher, e insertados ahora en el mismo primer tomo, Marx,

    y con el Engels, que colabora igualmente en .los J ~ h r b ü -

    cher,

    se coloca y a firmemente en

    el

    punto de vista del

    humanismo.de Feuerbach (V). En la obra titulada

    ie

    Heilige

    Familie,

    oder

    Kritik dex kritischen P(ritik, publicada en 1845

    y reproducida en el scgiindo tomo de la edici6n.de Meliering,

    los dos autores,

    es

    decir, Marx

    y

    Engels, realizan algunos

    ptogresos importantes en lo que se refiere al

    desarrollo

    de la

    filosofía de Feuerbacli. Puede apreciarse la orientación del

    trabajo que ellos habian emprendido en aquellas

    once

    Tesis

    sobre

    Peuerbrach,

    que Marx habia redactado en la primavera

    de

    845 y

    (lile .I.:ngels

    habia

    publicado en el anexo al follo'o

    Ludvrig Feuerbach,

    que hemos mencionado mhs arriba (VI).

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    11/97

    En una palabra, iio son rnateíiales los que faltan. Es secesa-

    rio solamente saber servirse de ellos, es decir, estar prepara-

    do coinprenderlos. Pero precisamente, los lectores actuales

    no se encuenican eii tales condiciones, y por consiguiente, no sa -

    ben aprovecharlos.

    ¿Por qué ocurre tal cosa? P or ~nhltiples razones. Una

    de las mas importantes es que actualmente se conoce muy

    nial, en primer lugar, la filosofía

    hegeliana, sin la cual es

    dificil poder asimilar el metodo de Marx, y en segundo, la

    historia del inateriallshno, sin la cual no es posible formarse

    una idea cabal de la doctrina de Feuerbach, que fue, en filo-

    sofía, el predecesor inmediato de Marx y que ha suminis-

    trado, c? gran parte, la base filosbfica de la concepción del

    mundo de Marx

    y

    Engels.

    De ordinario se presenta el "huinanisino" de Feuerbach

    coni.1 una cosa muy confusa e indeterminada, F. A. Lange,

    que ha con ribuido como pocos a propagar entre el "gran

    piiblico" y cl mundo cientifico una idea completamente fal-

    sa de la cs~nciadel materialismol y de su historia, niega com-

    pletamente al "humanismo" de Feuerbach el carl c te r de doc-

    trina materialista. u ejemplo

    á

    sido

    .

    seguido por la casi

    totalidad de los que han escrito sobre Feuerbach, tanto en

    Rusia como en el extranjero. P

    A.

    Berline, que describe cl

    h;imanismo de Feirerbach como iina especie de m aterialis-

    mo iio "puro" 1). iin

    ; t

    podido tampoco sustraerse

    a

    la

    influencia de

    Larigc.

    En cuanto

    a

    Fr. Mehringel, quizá el

    único conocetlcr de la fi lo so fl~ entre los social-dembcra-

    t a s

    alemanes, declaramos no ver claramente lo

    que 61

    pien-

    sa en este respecto. Por el contrario, nos es fficil darnos

    cuenta

    de

    que Marx y Engels consideraban

    a

    Feuerbach co-

    ino materialista. Es cierto que Engels pone de relieve

    l a

    i lccnsclziiensis u ( Feuerbach. Pero no deja por ello de re.

    conocrr

    que

    los

    principios

    fun-tales

    de

    su

    Filosofia

    son ptirarnente ninieria'i,si:is

    VII).

    A esta misma conclii-

    siórr ticne que Ilrgar quien quiera tomarse tra ja jc d cs.

    tudlar a fondo la doctrina de Feuerbach.

    Al dejar dicho lo que antecede nos damos perfecta

    ciienta

    de

    que corremos el peligro de suscitar el asombro

    1 )

    Ver

    su interesatite

    libro

    Alemania

    n

    vísperas

    l

    r~volu-

    cibn

    de 1848. San Pcrersburgo,

    1906 págs. 228-229.

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    12/97

    d e iiilmerosos lectores. Pero ello no debe ar re dra m cs , ya

    que con razón decia el pensador antiguo que la adniiracibn era

    e1 comienzo de la ciencia. Y a fin de q u e nuestras lectores no

    se sientan así sbrprendidos, les recomendamos preguntarse,

    antes que nada , que quería decir precisamente Feuerbach,

    ciintido, esquematizando, pero de nianera muy característica,

    su d c u l u m viiza? filosófico, escribía: Dios fu

    mi primer

    pensamiento. la raz6ii mi s?gundo y el hombre mi tercero y ú -

    timo.

    Nosotros afirmamos que esta cuestión encuentra incon-

    tcsiableiiiente su soluci6n eii estas palabras muy significativas de

    Fttuerbach mismo: En la discusión entre el materialismo

    y

    espiritualismo, se tra ta ..:. de la cabeza hum ana.... Una

    vex

    pilestos de acuerdo sobre la materia de que esta hecho el ce-

    reIli-0, llegarem os facilmente a una conclusión cierta en lo

    que se re.fiere a cualquiera otra materia, y por extensión, a la

    iiiatcria general (1

    ).

    Desde luego, Feuerbach declara que

    s r antriopo~dgia,

    es decir, s u humanismo, significa hnicamen-

    t

    que

    Dios. . n o e s otra cosa que el ~zspirituhuinano tirima

    2). Este punto de .vi sta antropológico, do hace notar F euer-

    bach. no era

    y a

    extrafio 2 Descartes

    (3) .

    Pero, ¿quC signi-

    fica. eso? Significa que Feuerbach habia tomado al hombre

    c o d o

    piicto

    de partida de sus razonamientos filosóficos úni-

    camente

    porque

    esperaba, partiendo de este punto, ,llega r

    mas pronto al fin, que era dar una idea justa de la materia en

    general, y

    e

    sus relaciones con el espiritii . Por consiguiente,

    estamos en presencia de u11 procedimiento metodológico, cuyo

    valor era condicionado por las circunstancias de tiempo y

    de lugar,

    es

    decir, por los modos de razonar tan propios de

    tos 'szbios .alemanes, o simplemente de los alemanes cultos

    ^de

    la

    epoca

    (4),

    pero que no dependía en

    modo

    alguno de

    'una

    Cotlaepci6n

    particular del

    mundo

    (VIII).

    r< .

    Se ve y a por esta cita de las palabras de Feuerbach, a

    pfapbsito

    de

    la cabeza humana , que en la epoca en que

    las escribía la cuestión de la materia de que es ta hecho el

    cercbro había sido resuelta en un sentido puram ente materia-

    lista. Esta misma solución habian adoptado Marx y Engels.

    ( 1 )

    Lfebe'r

    Spiritualiemcs und Matcrialism~is, Obras, X pí

    gina

    129.

    ( 2 )

    Obcis

    V;

    pág.

    249

    3

    Ib ia pág. 249

    ( 4 )

    Feuerbach mistno dice,

    muy bien, que

    cl principio

    de

    toda

    filosof

    ia stá

    determinado- por

    cl estado

    precedente el pcnsrmipnto

    fil jdfico.

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    13/97

    Ella se convirtió en la base ae su propia filosofia, lo quc

    resalt:. con la claridad m i s completa de Las obra s de Engels,

    Ludwig

    Feuerbach

    y

    Anti

    Dükring, que hemos mencionado

    ya.

    He

    aqui por quC nosotros debemos examinar esta solu-

    ci6n de modo mAs penetrante, ya que, estudihndola, haremos

    ai propio tiempo el estudio del aspecto

    filosbfico

    del

    nnarxismo.

    En su articulo titulado Vorlaufigc Thesen zur Reform der

    Pbilosophie, publicado en

    1642,

    que ejercio una influencia

    niuy grande sobre Marx, Feuerbach declara que las verda-

    deras relaciones entre el pensar y el ser deben. ser expeaa-

    das de la

    mamera siguiente:

    el sén

    s

    el sujeto y el

    pensalii

    s

    d

    atributo. El pensamiento esta condicionado por el ser, pe-

    ro

    nQ

    el

    ser

    por el pensamiento.

    El

    ser est8 condicionado por

    si niismo tiene

    su

    fundamerito en si mismo 1 ) .

    Estas concepciones de las relaciones del ser con el pen-

    samiento puestas por Marx y Engels en í base de la inter-

    pretaci6n materialista de la historia, constituye el resultad6

    mas iiiiportantc de esta critica del idealismo hegellano, que

    en

    SIIS

    líneas priiicipales habia sido hecha por Feuerbacli mis-

    mo

    y

    cuyas concl~sionespueden ser resumidas asl:

    Feuerbach ha encontrado que la filosofia del Hegel habia

    suprimido la cnntradicci6n existente ent re el se r

    y

    el pensar.

    pero segun

    él,

    la h a suprimido m t e n i é n d o ~ c , in embargo ,

    en el ititerior de

    la

    misma, es-decir, de uno de

    los

    eknaenfos

    de esta coniradi(-ción, o sea el pensamiento. Según yegei el

    pettsamiento es precisamente el

    ser; al

    , p m m i e n t o

    es

    suje-

    to, el

    dr es

    atributo 2). Po: lo tanto,-y, en general el idea-

    ilsmo -- no elimina la contradicción sino

    por

    medio d e l i su-

    presión de uno de sus elementos constitutivos, o sea el sér,

    es decir, la existencia de

    l

    materia, de la nahrralapza.

    Pero

    suprimir uno de los elementos constitutivos de esta contra-

    dicc ibn, no significa, en modo alguno, resolverla.

    La

    doc-

    trina de Hegel, según la cual la naturaleza es supuesta por

    la idea, no representa mhs que la traducción

    en

    lenguale

    filosófico, de la doctrina teológica, según la cual, la na-

    turaleza es creada por Dios; la realidad, la materia, por un

    sCr abstracto, inmaterial 3). Esto no s61o en cuanto se

    refiere al idealismo absoluto de Hegel. El i d e a l h n a

    iIrcas

    1) Obras,

    11 pág

    2 6 3 Obras, edición e l Instituto arx y

    Engels, t. 1. y6g. 7 1 .

    2)

    Ibid

    11. pág.

    261.

    3 )

    Obras,

    11,

    pág

    2 6 2

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    14/97

    cendental

    de

    Kant

    eegún el

    cu l

    el mundo exterior recibe

    w

    leyea

    de la

    Razón,

    y

    no inversamente

    está leskrecha-

    mente

    emparentado

    a

    la

    concepción

    teolbgica,

    se la

    cual,

    les rrtzdn divina

    la

    que dicta al mando las leyes que

    lo

    rigen

    1).

    El

    idealismo

    no

    establ6ce la

    unidad

    el

    sér

    y

    del

    pensa@xto y no puede establecerla, sino que, al contrario,

    p m e

    El punto de partida de la filosoffa idealista

    l

    yo,

    cbm o principio filosófico fundam ental, s totalmente

    erróneo. El punto de partida de la verdadera filosofia debe

    ser, no el yo, sino el yo y el tu. Solamente así se puede

    llegar a u n a comprensión justa de las relaciones entre

    e

    pensamiento y el ser, entre

    el

    sujeto

    y

    objeto. Yo soy yo

    para

    mi

    mismo

    y

    simult6neamente

    tii

    para

    otro.

    Soy,

    al pro-

    pio tiempo, sujeto y objeto. E s n e c e ~ r i o dem ás dejar

    constancia que yo

    n o es

    el ser abstracto con el cual opera

    la filosofla idealista; y o so y un ser rea l; mi cuerpo pertenece

    a

    mi

    eseda;

    aun

    mAs mi

    cuerpo considerado como un to-

    do, es precisamente mi yo, mi verdadera entidad. No es el

    ser abstracto el que piensa, sino precisamente este ser real,

    este cuerpo. De ello resulta que, contrariamente a lo

    que

    afirman los idealistas, es el ser material, real, el sujeto y el

    pensamiento, el atributo.

    Y es

    exáctamente en esto en

    lo

    que

    consiste la iínica solución posible de esta contradiccihii

    entre el se r y

    el

    pensar, que ha querido ser resuelta por

    el

    idealismo sin resultado. En el cas o que tratamo s no se

    mprfme uno 3610 de los elementos de la contradiccidn; los

    do

    son conservados, poniendo de manifiesto su verdadera

    unMad. "La

    que para

    mí, o

    sea

    subjetivamente, e s un ac to

    pur-amente espiritual, inmaterial, no sensible en si e s o b j e

    tivaminte

    un

    acto'

    material sensible

    (2);

    r

    . Notad bien que diciendo esto Feuerbach

    se aproxima a

    Bpinoza cuya

    fiibsofía

    exponla ya con tanta simpatía en la

    epoca en

    que

    su propio divorcio con el idealismo apenas e

    dibujaba, es decir, cuando escrlbfa su historia de la nueva

    filosofla (IX). En

    1843

    hacia notar muy sutilmente, en sus

    Omndsatze, que el panteisino es uii n~a terialism o teológico,

    una aegacidn de la teohgía , negaciói~que se mantiene den-

    tro

    de un

    puiito

    de

    vista teolbgico. Es en esta confusi6n

    del

    materialismo

    con fa

    teololgí a

    en

    donde residia la inconsecuen-

    cia de Spinoza, lo que no

    le

    impide, sin embargo ,encontrar

    1) Ibid.

    pág. 295

    (2)

    Obras.

    11,

    p5g. 350

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    15/97

    la "expresi6n justa, por lo m c n o s en su tiempo, para los

    conceptos materialistas d e l a & poca moderna". Asi, Feue rbach

    llama a Spinoza "el Moises de los librepensadores y ma-

    terialistas modernos". (1) En 1848, Feuerbach plantea la

    siguicn:~

    cues:ibii: ¿Qué es lo que Spinoza I ama,

    16gica-

    mente o metaflsicamente,

    sustuincia

    y teol6gicamente Dios?"

    Y 61 respon de categó ricamente : "No. otra cosa qu e l a natu-

    raleza". Señ ala como el principal error del spinozismo el

    que

    la esencia sensible, antiteolbgica, de la naturaleza to-

    ma en el el aspecto de un ser abstracto, metaflsico".

    Spi-

    nosa h a suprimido el dualismo de Dios y la Naturaleza

    porqu e 41 consid era los fenóm enos natura les como ac tos

    de Dios. Pero precisaniente porque lo$ fen rneiios naturales

    son ante sus ojos los actos de Dios, es que este permanece

    como un sér distinto de la naturaleza

    y

    sobre el cual

    esta

    se apoya. Dios s e presenta como sujeto

    y

    la naturaleza cn-

    mo atributo.

    La

    filosofIa que se haya emancipado definiti-

    vamente de las tradicio nes teológicas tiene

    que

    suprimir

    este error considerable de la filocofia, exacta en el fondo,

    d e Spinoza. ')Abajo es ta contradicción ", exc lam a Feuerbach.

    No Deua

    slve natrua

    sino Aut

    deus

    a u t

    natuna~

    Es aqui

    donde esta la verdad 2).

    Así, pues, el "humanismo" de Feuerbach apa rece siendo

    nada mds que el spinozismo privado de su apendice teold-

    g iw. es este spinozismo, desprovisto de su apéndice teo-

    lógico, el

    que

    Marx

    y

    Engels adoptaron precisamente cuando

    hubieron roto con el idealismo.

    Pero desembarazar al spinozismo de su apkndice teolii-

    gico significaba poner

    de

    relieve su verdadero contenido

    materialista.

    En consecuencia , el slpInozismo dn Mam y

    EmgeIs mpmentaba precisamente el ma~ a l i smm8s

    m

    0.

    Esto no es todo, sin embargo.

    El

    pensar

    no

    es

    la.

    causa

    del

    S , sino

    s u consecuencia

    o más exactamente, su propiedad.

    Feuerbach dice: Foíge und Eigenschaft (consecuencia y prupie-

    da d) . Yo siento

    y

    pienso, ng como un sujeto opuesto al ob

    jefo, sino como un

    sujeto-objeto

    como un sér real, maferial.

    Y el objeto es para mi

    no

    solamente

    la

    cosa que yo

    siento, sino tambitn el fundamento, la condicidn indlspensa-

    ble de

    mi

    sensación.

    El

    mundo objefivo no se encuentra so-

    1)

    Ibid.

    pig.

    291.

    2)

    Obras 11

    pág. 350

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    16/97

    lamente fuera de mi; estA tambikn en ini misnio, en mi pro-

    pia, piel

    (XI).

    El hombre

    no

    e s más que una parte e la na-

    turaleza, una parte del-ser; es por ello que no hay luga r a

    la contradlcci6n entre

    su

    pensamiento y su ser. El espacio y

    el tiemp? no existen solamente para el pensamiento. Ellos son

    igualmente formas del séf. Son formas de

    mi

    contemplación.Pero lo son Únicamente por la razdn de que yo mismo soy

    un sér .viviente en el tiempo y en el espacio y que no per-

    cibo, ni aieinto, mas que en tanto que soy un tal ser. De ma-

    nera general las leyes del ser son al propio tiempo las leyés

    del pensar.

    Así s expresaba Feuerbach (1). Es igualmente lo que

    decia Engels, aunque en otros terminos, en su polemica con

    DUliring. e ve ya la parte importante de la filosofía

    d e

    Feuer-

    bach, que ha pasado

    a

    la de Marx

    y

    Engels.

    Si Marx ha comenzado la obra de s,u interpretaci6n ma -

    terialista de la historia por la critica de la fflosofia

    hegellana

    del derecho no ha sido sino porque la critica de la fllomfia

    especulativa

    de Hegel ha sido hecha ya por Feuerbach.

    A[in

    criticatido

    en sus tesis a Feuerbach, Marx desarrolla

    y completa eri muchas ocasiones las ideas de aquel. He aqui

    un ejemplo tohiado del dominio de la "gnoseologla". Según

    Feuerbach, el hombre, antes de

    pensar

    en el objefo,

    experimen-

    ta sobre si su acción, lo contempla, lo siente.

    Marx tiene en cuenta este pensamiento de Feuerbach

    cuando dice:

    El

    principal error del materialismo nclu-

    sive el de Feuerbach +onsistla has a ah ora en que no consi-

    deraba la realidad, el mundo objetivo y sensible, sino bajo

    la

    form a del obje to o de la contemplación, no como ac-

    tlvldad humana concreta, como ejercicio prlictico, lo que ex-

    plica que Feuerbach, en su libro la Esencia del Cristimismo

    no considere como actividad verdaderamente humana

    m8s

    que la (activiaad te6rica. De otros tCrminos, Feuerbach h a -

    ce

    resaltar el hecho de que nuestro ."yon conoce el ob jeto so-

    te expoaténácm a su acci6n

    21; sin embargo, Marx

    replica: nuestro "yo" conoce el ob jeto actuando a su vez sobre

    d El

    pensamiento

    de Marx es perfectamente justo; ya Paus-

    to habla dicho: En un comienzo

    era

    la acci6nM.Es clerto

    que para la defensa de Feuerbach.podfa alegarse

    que

    en el

    ( 1 ) O . 11. pág.

    3 3 4 .

    X .

    págs.

    184 -186 .

    (2 ) E1

    pensar

    ice stí precedido

    p o r

    cl s i r : antes

    de

    pensar a calidad t4 r sientes . (Dbrao.

    11

    p i p . 253 ) ,

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    17/97

    proceso de nuestra acddn sobre los objetos, nosotros no co-

    noceinos sus propiedades sino en la medida en que ellos

    ac-

    túan a

    su

    turno sobre nosotros. En los dos casw, el

    simiento

    esta precedido

    e

    la msacibn en ambos experi-

    mentamos en primer lugar, las propiedades de los objetos,

    y

    no es

    sino, despues que

    pensamos en

    ellos. Pera Marx no

    ne-

    gaba tal cosa. Para el na se trataba del hecho Incontestable

    de

    que la sensacldn

    precede

    al

    pensamiento

    sliio de que el hom-

    bre llega hasta el pensamiento principalmente por las sensa-

    ciones que experimente en el proceso de su acción sobre el

    mcndo exterior.

    Y

    como esta acci6n le es impuesta por la

    lucha por la

    existencla, la teorla del conoclmientb esta en

    Mant estrechamente ligada a su concepción materialista de

    la historia. No sin raz6n este mlsmo pensador, que habla

    redactado contra Feuerbach la tesis a que hemos hecho re-

    ferencia mAs arriba, ha escrito en el prinier lamo de su Ca

    w Actuando sobre la nafuraleza., fuera de 01, el hombre

    modifica al mlsmo tiempo su propia naturaleza . Esta fór-

    mula no revela todo su profundo sentido mds que a la

    iiz

    de la teorja del conocimiento formulada pof Maarx. Y nos-

    otros veremos más adelante Iiasta q u e punto esta teorfa es-

    ta confirmada por la historia

    de

    la civlllzación,

    y,

    entre otras,

    por la Iingtilstlca.

    Es necesario, sin embargo, recmocer que la teoría el

    conocimiento

    de Marx proviene en linea recta de la de Feuer-

    bach, o si se prefiere, es propiamente hablando,, la de Feuer-

    bach, pero profundizada de una manera genial por Marx.

    Agreguemos, de paso, que

    este perfeccionamientq genial

    habia sido sugerido por el espíritu d e la Cpoca . Esta

    ten-

    dencia

    a

    considerar dicha relación de accidn

    y

    de reaccibn

    recfproca entre $1 ob jeto

    y

    el sujeto, precisamente del lado

    en que el suje to juega un papel activo, era el refleja del es-

    tado de espirltu de la sociedad

    de

    la Cpoca en que se pre-

    cisa la concepclbn del- mundo de Marx y de Engels (XI11).

    La revoliici

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    18/97

    Hemos demoslrado en otra parte 1) que La Mettrie y DI-

    [ieriit

    hablan llegado-aunque, es necesario decirlo, po r -vlas

    distintns-a una concepcibn del mundo quo er a "una c ~ p c

    cle de spinoaismo", e s decir, a un spinozismo privado d e si

    apéndice teol6gic0, que desfiguraba su verdadero contenido.

    Seria 1Ac11 demostrar que en lo que concierne a la unidad

    del

    sujeto y del objeto, Hobbes esta igualmente muy próximo a

    spinoza. Pero ello nos llevarla muy lejos. AdemAs,

    no h a y

    ningiina necesidad imperiosa de hacerlo. Ser6 vefdaderamen-

    te mas interesante para el lector comprobar que actualmente

    todo naturalista, a poco qu reflexione sobie

    la

    cuestión de

    las relaciones entre el pensar y cl s2r, concluye en esta teo-

    ría de su unldad que hemos encontrado en Feuerbach

    Cuando

    Huxley escribla: "En nue stro s dias, nadie que es

    tb

    al corriente de la ciencia contemporAnea

    y

    que

    conozca

    los hechos puede dudar de que es necesario buscar las b a -

    s s de

    la psicología en la fisiologia del sistema nerviosa

    y

    que lo que se llama la actividad del esplritu no es sino u n

    complejo de

    funciones

    cerebrales" 2), expresaba preclsamen-

    te lo que decia Feuerbach, s610 que 61 tenía concepciones mu,

    cho .menos claras,

    y

    es

    por esto que ha intcntads aliar su

    manera de ver al escepticismo de Hume 3).

    Asimismo, el "monismo" de Haeckel, esta doctrina que

    hizo

    tanto ruldo, no

    es

    otra

    cosa

    que una doctrina puramen-

    te

    iiiaterialista

    y,

    en el fondo, prbxima a la de Feuerbach so.

    bre la unldad del sujeto

    y

    del objeto. Pero Haeckel conocii

    muy

    mal

    la hlstoria del rnaterlalismo, y es por esto que

    juz

    ga necesario com batir su "carácfer uniIateraIM, cuando debid

    h a k t s e da40 el trabajo d e estudiar la teoria m aterialista de

    c.~nociiriientocn la forma que

    hab a

    tomado en Feuerbach

    Mnrx. llo le Irabria preservado e

    muchos

    errores

    y

    de

    op .

    niones u ni la t~ ra le s que facilitan cbnsiderablemente la luch;

    que tus adve rsa rio s sostienen contra 61 en el terreno filosi-

    fico

    (XW).

    En sus diferentes obras, por ejeniplo, en el trabajo t i l lr

    lado, Cerebro y

    alma,

    leido c i i

    cl

    LXVI Congreso Naturo 'stíl

    y inédlcos alcmanes ieunidos

    e i i

    Viena

    26

    septiembrz

    1;

    1) er el artículo titulado ''Betnstein

    y

    el materialismo"

    en.

    nuestta

    compilaci6n Crítica de nuwwqs crítitos (Plejanov. Obras to.

    m XI .

    ( 2 )

    Hume:

    m vida,

    SU filasofía.

    Pág. 108.

    O )

    IbiQ,

    pi e .

    110.

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    19/97

    1894), Augiisto Forel (1) se apxxima mucho al materialisiito

    moderno, al materialismo de Feuerbach Marx Engels. En

    alg un as ,p ri rf e~ , orel no solaiiitiite exp resa ideas muy seiiie-

    jantes a Is de Feuerbach, sino que-hecho verdaderamente cu-

    rioso-expone sus argum entos de la misma manera que &te.

    SegMn Forel, cada dla se producen nuevas y convincentes

    pruebas

    dcl Iiccho de que la psicologla

    y

    la fisiología del ce-

    rebro no .son más que dos maneras diferentes de considerar

    ut?a s i ~ l a misma cosa . El lector no hab rá olvidado el pun-

    to de vista idkntico de Feuerbach sobre esta cuestión, y que

    hemos citado más arriba. Tal punto de vista puede .comple-

    tarse por esta frase d e Feuerbach: Yo soy un ob jeto psico-

    16gico pa ra mi mismo, pero un objeto' fisiolbgico par a o f rd '

    (2 ) .

    En

    resumen, la idea principal de, Forel s e reduce a la

    tesis de que la conciencia es un reflejo interior de la acti-

    vidad cerebral

    3). Y

    ello es ya una concepcidn puramente

    materialista.

    Los idealistas y kantistas de toda especie y matiz ob-

    jetan a los materialistas que no podemos conocer directa-

    mente sino el único lado psíquico de los fen6menos, del que

    se ocupan Forel y Feuerbach. Schelling habla

    ya

    formulado

    esta objeci6n de una *manera ingeniesa. Decia que el espi-

    ritu permanecerla siempre coino una isla a la que no podría

    llegarse desde el oceano de la materia, a menos de Iiacer

    uii

    salto . Forel conoce es to perfectamente, pero pnie ba de una

    manera'concluyente que seria imposible el progreso de la cieii-

    cla si no quisiCramos traspasar los limites de' esa isla. Cada

    hombre, dice, no tendría más que la psicologia de su subje-

    tivlsmo

    y

    deberla positivamente poner en du da 'la existencia

    del mdndo exterior, comprendida la de los otros hombres

    4).

    Pero .parecida duda constituye un abs urd o (XV). Las con-

    clusiones deducidas por analogla, la inducci6n aplicada según

    las ciencias naturales y flsicas, la comparacidn de la experien-

    cia de nuestros cinco sentidos, nos prueban la existencia del

    mundo exterior, así como la de nuestros semejantes

    y

    la de

    ----

    1 ) Ver igualmente el tercer capítulo

    de su libro

    L'Ame et l e

    Sy cirne nervenx,

    Hygihne

    e t Pathologie.

    París 1906 .

    2) Obrar

    11

    pdgs. 3 4 8 3 4 9 .

    ( 3 )

    Die pyschischen Fahigkeiten

    der

    Ameisen,

    e t c .

    Muních,

    1901, phg.

    7.

    4)

    Die pyxhkchen Fahigkeiten

    r

    A n ~e i s zn , ~tc. Munich. 1901.

    p ~ g s .7 y 8 .

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    20/97

    bu psicologkt. Asiniismo ellas rios demuestran que hay ~ i n a

    pslcologla comparada, una psicologla de los animales. En fin,

    nuestra propia psicologla seria para nosotros incomprensible y

    llena de contradicciones si quisieramos considerarla fuera de

    -toda relación con la actividad de nuesfro cerebro; sobre fodo,

    que estaría en contradicción con la ley de conservaci6n de la

    energia (1

    :

    Feuerbach tio se limita a poner de relieve las contradic-

    ciones en que inevitablemente caen los que repudian el pun-

    to de vista materialista; demuestra asimismo por qué camino

    los idealistas llegan hasta su isla . Yo soy yo , escribe, pa-

    ra mi mismo, y ú

    para los otros. Pero yo n o soy tal, mas

    -que como ser sensible, es decir, material. Mas la razdn abso-

    luta aisla este ser para si mismo1' en tanto que sustancia,

    'Atomo yo , Dios. Es por ello que no puede establecer más que

    una manera arbitrar ia la relaci6n entre el ser par a sí mis-

    .mo y el ser pa ra los otros . Lo que yo pienso sin sensi-

    bilidad lo pienso fuera de toda relación

    (2).

    Feuerbach acom-

    paila esta consideración extremadamente importante del aná-

    lisis, del proceso de abstracción que. termina en el nacimiento

    de la 16gica hegeliana en tanto que doctrina ontológlca

    3 ) .

    Si Feuerbach hubiera dispuesto de los conocimientos

    que

    suministra la etnologla actual, habría podido agregar que el

    ide lismo

    filos6flco procede histdricamente del anidarno pro-

    -pio de las razas primitivas. Ello habla sido y a indicado por

    E. Taylor 4)) y algunos historiadores de la filosofia (5) co-

    mienzan a tenerlo en cuenta-aunque, por el momento,

    más

    (1) lbid,

    págs

    7

    y

    8.

    2) bgs

    11. pág. 322 .

    3 )

    El espíritu absoluto de Hegel no es otra cosa que e l espí-

    ritu abstracto,

    el

    espíritu aislado de

    mismo, lo que

    se

    llama el

    cspi-

    ritu ,finito, del mismo modo que el ser infinito de la teología no es

    otra cosa que el ser ab st ac to finito . (Obras,

    '11.

    pág. 2 6 3 ) .

    (4)

    La

    civilization primitivo, París, 1876 , t. 11,

    pdg.

    1 4 3 . Es

    necesariq, desde luego, haccr notar

    que

    Feuerbach ha tenido, a este

    pro-

    y6sit0, una intuicion verdaderamente genial. .pues dice:

    El

    concepto del

    objeto . n o es primitivamen te otra cosa que el concepto de o tr o

    yo .

    49

    así que

    el

    hombre, en la infancia, concibe todos los objetos como se-

    ros

    que actáan

    libre

    y

    arbitrariamente: es por esto que el concepto

    &l

    objeto

    nace,

    en general.

    p c r

    intermedio del tú

    que

    es e1

    y o

    objecioo .

    Reymqnd. Lansannc, 1905 ,

    págin s

    4 1 4 - 4 1 5 .

    (5) Ver T. Comperz: es penseuas de la Grhde, traducido por

    Aiigusto Reymond. Lausanne,

    1905 ,

    págs . 414-415.

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    21/97

      1

    bien coiiío una cur1os;dacÍ que coino u n hecho de importancia

    teórica considerable.

    .Todas estas consideraciones

    y

    argumentos

    de

    Feuerbach

    no solamente eran bien. conocidos de Marx y Engels, quienes

    hablan reflexionado profundamente sobre ellos, sino

    que

    han

    contribuido indudablemente en gran parte a formar su propia

    concepción del mundo. Si después Engels manifestó el m6s

    grande desprecio por la filosofla alemana posterior a Feuer-

    bach, fué porque ella no hacia sino revivir los viejos errores

    filosóficos que Feuerbach habia ya denunciado. Efectivamente,

    ni uno solo de los criticos modernos del materialismo ha

    ex-

    puesto un argumento que

    110

    haya sido ya refutado por Feuer-

    bach mismo, o, antes que él, por los materialistas franceses

    XVI).

    Para los crlticos de Marx -E. Bernstein,

    K

    Schmidt,

    B. Croce y otros-la detestable panetela ecléctica de la

    fi-

    losofia alemana más moderna les parece un plato

    t üy

    nuevo;

    al hacer su colación

    y

    viendo qtie Engels no encontraba

    Gt l l

    ocuparse de ello,

    sc

    imaginaron qu e este eludla el examen

    de una atgumentaci6n que había analizado desde hace mucho

    tiempo

    y

    declarado sin valor.

    Es

    una vieja historia, sin em-

    bargo, siempre nueva. Las ratas no dejardn nunca de creer

    que el gato es inucho ntas fuerte que el le6n.

    Aun recono.ciendo la asombrosa semejanza

    y

    hasta, en

    parte, la identidad de las concepciones de Feuerbach y Fo-

    rel, hagamos notar, sin embargo, que si éste posee conoci-

    míentos mucho nihs co,nsiderables en el dominio de las cien-

    cias naturales, Feuerbach le era muy superior en el dominio

    filosdfico. Es por esto que Forel comete errores que no en;

    contramos en Feuerbach. Forel llama a la suya

    feoda pdco-

    fisiolbgica de la

    identidad 1 ) .

    A esto no, hay nasa que

    ob

    jetar, puesto que toda termin,ologia es algo convencional.

    Pe-

    ro como la teoria de la identidad estuvo

    en

    otro' tiempo en

    l a

    base de una filosofia idealista bien determinada, Forel habria

    hecho mejor denom inando a su: doctrina , franca y valiente-

    mente, una doctrina

    materialista.

    Sin embargo, como visible-

    mente h conservado ciertos prejuicios contra el materialismo,

    ha elegido por este niotivo otra denominación. Por esto en-

    contramos necesario señalar que la

    identidad, ea el sentido que

    1 )

    Ver su articulo titulado: Dip p~ycho ~h~io logkcMdm*

    titastbeoric als

    wi~enchafüiches

    Pwtubt en

    la coleccibn F ~ s c h n f t .

    Ro~cutha l ,

    Leipzig.

    1906 . ? parte, p i g s . 1 19-132.

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    22/97

    le

    d

    no tiene nada de común con la identidad ea

    santido ddista corriente.

    Los crfticos

    e

    Marx ignoran esto igualmente. En la

    polbmica que sostuvo con nosqtros K Schmidt atribuía a Los

    materialistas la doctrina idealista de la identidad. En reali-

    dad, el materialismo reconoce la unidad del sujeto y del ob.

    jeto, pero de ningún modo su identidad. Era Feuerbach quien

    lo habia explicado ya con toda lucidez.

    Segun este, la unidad del sujeto

    y

    del objeto, del pensar

    y

    del ser, no tiene sentido sino en el caso de que el hombre

    sea la base de esta unidad. Ello tiene todavla cierto aire de

    humanismo , y la mayor pa rte

    de

    los que han estudiado a

    Feuerbach no han creldo necesaria reflexionar seriamente so-

    bre el

    modo

    c6mo el hombre sirve be base de unidad a

    las

    oposiciones que hemos indicado. Feuerbach lo comprende de

    la siguiente manera: Solamente alli donde el pensamiento no

    es un sujeto por si mismo, sino el atributo

    de

    un ser real (es

    decir, material), allí solamerite no estd se par ad o del ser (1) .

    Ahora bien; den quC sistem as filos&jicos el pensamiento

    es

    sujeto por

    S

    mismo , es decir, algo in'dependiente de la exis-

    tencia corporal del individuo pensante? La respuesfa es cla-

    ra: en los sistemas ichlistas

    Las

    idea listas .transforman pri-

    mero el pensamiento en una entidad 'aut6nom a, independiente

    del

    hombre (en sujeto por sí ), pa ra declarar, en seguida,

    qu e en es ta entidad-por tener una existencia distinta , inde-

    pend ientes de la materia-se resuelve la contrad icci6n en tre el

    ser y el pensamiento

    XVII).

    Y as¡ es, en efecto. P o r q u ~

    ¿que cosa es esta entidad? E s el pensamiento. Y este tiene

    una existencia completamente independiente. Est a solución de

    la contradiccidn no es sino puramente formal. Se llega a ella,

    c o m o ,y a lo hemos dicho, únicamente porque se suprime uno

    e

    los elementos de la contradicci6n, s e a

    el

    ser, que

    per-

    mane.ce independiente del pensar. El .s er apa rece com o una

    simple propiedad del pensar, y cuando decimos que tal objeto

    existe, ello significa que existe s61o en nuestro pensamiento.

    Tal era por ejemplo; la conceycitiii de Schslnng. Para el el

    pensar era el principio absoluto,, de donde procedía necesa-

    riamente el mundo real, es decir, la naturaleza y el espíritu

    finito . Pero, ~ c 6 m o 3 Que significaba la existencia del mun-

    do real? Nada ás que su existencia

    en

    el pensamiento Para

    L :

    1)

    Obras,

    11,

    pág. 340.

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    23/97

    Schelling,

    el

    uníversq

    no era qu

    la auto-centempíadón

    del espWtri absoluto Hegel pensaba de la misma manera. Pe-

    ro Feuerbach

    no se contenta c m semejante soluci6n, pura-

    mente formal, de la contradicción entre el pensar y el ser.

    Asl,

    61

    demuestra que no hay ni puede haber

    pensamiento

    in-

    dependiente

    del hombre

    es decir, del ser real material. El

    pensamiento es una actividad del cerebro. Pero el cerebro

    no es el 6 rgano del pensamiento sino en t an fo que el se en -

    cuentra ligado a una cabeza

    y

    a un cuerpo humano (1 ) .

    Se ve por lo que queda dicho en ,que sentido Feuerbach

    consideraba al hombre como la base de unidad del ser y del

    pe-nsar. Es en este sentido que el mismo no es otra cosa que

    un

    ser material que tiene la facultad de pensar. Siendo tal

    d r es claro que ninguno de los elementos

    de

    la contradic-

    cibp

    debe se r suprimido en e l; ni el S&, ni el pensar, ni la

    materia , ni el esplritu ,

    n

    el sujeto, ni el objeto. Estos

    elementos se unen en él exactam ente como en un

    sujeto-

    hj- Yo soy y yo pi en so .. únicamente como un sujeto-

    objeto , dice Feuerbach.

    Sér no significa existir en el pensamiento. En este as-

    pecto la filosofia de Feuerbach es mucho mas clara que la

    de Dietzgen. Pro bar que una cosa existe-dice Feuerbach-

    es probar que ella mo existe dmpleqente

    n

    el @?nsiaanlento

    ( 2 ) . ' Es to

    es

    petfectamente justo. Pero qulere decir tambien

    que la unidad del pansar y del

    ser

    ptoede dgnificar, en

    modo alguno, su

    identidad.

    Es

    este uno de 10s caracteres mhs importantes que dls-

    tinguen el materialismo del idealismo.

    Cuando se dice que Marx y Engels 'fueron du ran te al-

    gUii tiempo adeptos de Feuerbach, se quiere dar a entender

    con ello que su concepci6n del niundo se modificd después,.

    diferenciandose completamente

    de

    la de Feuerbach. Es esto

    lo que piensa K. Diehl, quien en'cuentra que generalmente se

    exagera mucho la influencia ejercida por 'Feuerbach sobre

    Marx 3). Tal juicio encierra un error formidable. Aun des-

    puCs

    que Mar3

    y

    Engels dejaron de seguir a Feuerbach,

    con-

    tinuaron participando en mucho de sus concepciones filosó-

    1)

    Obas, 11. págs. 3 6 2 y 363 .

    2) Ibid.. X pág 187.

    3)

    Handwortkrbnchder

    Staatswfssenschaftrn,

    V.

    pág 708.

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    24/97

    ficas. Esto se deduce claramente de las tesis de Marx sobre

    .Feuerbach, las cuales no refutan las ideas fundamentales de

    este fi16sof0, sln0 que Simplemente las modifican. Pero, sobre

    todo, Marx pide en estas tesis que dlchas ideas sean apli-

    cadas de manera más consecuente a la interpretación de Ir t

    realidad que rodea al hombre, y particularmente a la de su

    propia actividad. "No es el pensar el que determina al ser,

    sino el ser quien determina el pensar". Marx y Engels colo-

    .can este pensamiento, que se encuentra en la base de la

    f i

    losofla de Feuerbach, en la de la interpretación maferialistii

    de la historia. El materialismo de Marx y de Engels es una

    doctrina mucho más am plía que el m aterialismo de Feuerbach.

    He

    aquí por que estas concepciones,

    y

    particularmente su as-

    pecto filos6fic0, no serhn completamente claras sino para quien

    . s e d e el trab ajo de averiguar la parte considerable de la f i

    losofia de Feuerbach que ha entrado en la concepcióln del

    mundo de los fundadores del socialismo cientifico.

    Y

    s i v e l ~

    a

    alguien esforzarse por encoíitrar un "fundamento filosófico"

    al materialismo,histórico; estad persuadidos de que en el sa-

    ber

    de este mortal hay, a pesar de toda su profundidad, una

    gran laguna a este respecto.

    as

    dejemos a los espiritus profundos entregados a

    si

    trabajo. Ya en su tercera tesis sobre Feuerbach, Marx aborda

    el problema más arduo de aquellos que debia afrontar en el

    dominio de la "práctica" histórica del hombre social

    y

    resol-

    ver con ayuda del justo concepto, elaborado por Feuerbach,

    de la unidad del sujeto y del objeto. Esta tesis estd conce-

    bida asi: "La doctrina materialista, según la cual los hom-

    bres son el producto de las circunstancias y de la e d u c a c h .

    no tlene en cuenta el hecho de que las circunstancias son pre-

    clsamente modificadas por los hombres y que el educador de-

    be

    Ser 61 mismo educado". Resuelto es te problema, el "secre-

    to' de l interp retac idn m aterialista de la historia Tia sido en-

    contrado. Pero, precisamente, Feuerbach no podía resolverlo.

    En el dom inlo de la historia 61 permanecla

    iádist

    XVIII)

    - c o m o 1 6 mate -ialistas f ranceses del siglo

    XVIII-

    con los

    cuales tenla, desde luego, muchos rasgos comunes. Ha si30

    mecesa~io, en este punto, que M arx y Engels construyan to-

    do

    de nuevo, utilizando

    el

    -material tebrico acumulado hasta

    entonces por la ciencia social y

    particularmente por los histo-

    riadores franceses de la epoca de la Restauración. En este

    aspecto , igualmente, la filosofla de Feuerbach le suministró

    gran nhmero de indicaciones preciosas. Feuerbach dice parti-

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    25/97

    cu/arnie iite: El arte , l religibn, la filosof[a

    y

    la ciencia no

    son sino manifestaciones o revelaciones- de la esencia hu-

    mana (1). De aqui se deduce que es necesario buscar en

    la

    esencia humana la explicacibn de todas las ideologlas;

    es

    decir, que la evolución de estas últimas esti determinada por

    la de la esencia humana . Per o ~ q uC s la esencia huma-

    na ? A ello responde Feuerbach. La esencia humana no re-

    side más que en la comunidad, en la unidad del ho'mbre con

    el hombre

    2).

    Esto

    es muy

    vago y constituye el llmite que

    Feuerbach nunca ha traspasado XIX). Pero es justamente mAs

    alla de este llmite que comienza el dominio de esta interpre-

    tación materialista de la historia que Marx y Engels han des-

    cubierto. Ella nos indica las causas que determinan, en

    el

    cur-

    s de la evolución hum ana, la comunidad, la unidad del horn-

    bre con el hombre , es decir, las relaciones mutuas q ue ' los

    .hombres adquieren entre ellos. Este limite que

    wp r

    a Marx

    de Feuerbach demuestra asimismo hasta que plinto estan pr

    xhnm unb del otro.

    Se lee en la sexta tesis sobre Feuerbach que esiend

    humana s

    el conjunb de tod s las relaciones soc ia la Esta

    concepci6n, de mayor precisión que la de Feuerbach, revela

    mas claramente que ninguna otra las relaciones estrechas que

    exlsten entre la concepción del miindo de Marx y la filoso-

    fla de Feuerbach.

    Cuando Marx escribió esta tesis conocía ya,

    no

    solamen-

    te la ruta en la cual era necesario buscar la wlucióii del pro-

    blema, sino tambikn la solución misma. En su

    IntroduccMn

    l critica e l filom£h

    U

    derecho de Hegel habia demos-

    trado que las relaciones de los hombres

    en

    soc iedad, las re-

    laciones JurIdicas, lo mismo que las formas de Esfado, no pue--

    den ser explicadas por ellas mismas, ni por 1ó que se llama

    la

    evoluci6n general del espíritu humano; que enas tienen sus

    raices en las condiciones materiales de existencia, cuyo

    CQn-

    junto ha sido denominado saciedad civil po r Hegel, a ejem-

    plo de los ingleses y franceses del siglo XVIII; que la ana-

    torilla

    dc la sociedad civil debe ser buscada en su econom[a .

    No quedaba entonces por explicar sino el ~rlgen la evo-

    lucibn de la economia para tener la solución completa del pro-

    blema que el materialismo no habla podido encontrar durante

    varios siglos. Es esta

    la

    explicacibn que ha sldo dada por Marx

    y Engels.

    1) Obras

    U, pág.

    343

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    26/97

    Cuando hablamos de solucfdn completa de este gran pro-

    blema, se comprende que no tenemos en cuenta m i s qrie u

    solucidn general, d@rlca aquella que el materialismo o lo.

    gr6 encontrar por mucho tiempo. Se.comprende que hablando

    de solución com pleta n o tenemos en cuenta 'la arltdtica .del

    desarrqlio social, sino su

    álgebra; o

    l a

    exflcadh de

    las

    causas

    de los diferentes wiómk?noS, sino

    la

    del mo o córno hay

    que proceder para descubrirlas. Esto significa que la interpre-

    tación materialista de la historia tiene, sobre todo, un valor

    a r e t o d o l ó g i ~ .Engels lo

    emprendía

    perfectamente asf, cuando

    escribla:

    Lo que nos hace falta no es tanto los resultados

    brutos que estudia; estos nada significan sin el conocimiento

    de la evi~luci6nque

    a

    ellos h a da do lugar (1): E s lo que no

    comprenden, casi siempre, ni los

    criticas

    de Marx-a quie-

    nes el Señor perdonar& como se dice-, ni algunos de sus

    adeptos, que es peor todavla. Miguel Angel decla de S mismo:

    Mis conocimientos engendraritn gr an -n úm er o de ignorantes .

    Esta predicci6n se ha cumplido, desgraciadamente, en cuanto

    s refiere al marxismo. Son las concepciones de Marx las que

    en la actualidad engendran tantos ignorantes. La culpa no

    es, evidentemente, de Marx, sino de aquellos mismos que di-

    cen tantas tonterías en su nombre. Para evitar esto precisa-

    mente es necesario comprender el vdur tnetodOl&gico del m

    terialbma histórico.

    Uno de los niás grandes méritos de Marx y de Engels

    a

    propdsito del inaterialismo es el de haber creado u n méto o

    r

    do Concentranao todos sus esfuerzos en la lucha contra el

    .lemento especulativo

    'de

    la filosofía de Hegel, Feuerbach no

    habla apreciado ni utilizado debidamente el elemento dialkc-

    tico.

    A

    es te propósito él de cla rab a: La verdaderra dialectica

    no es un monhlogo del pensador solitario consigo mismb; es

    un diálogo entre el

    yo y

    el t 2).

    En

    primer ,lugar,

    la

    dia-

    léctica no tenía en Hegel el valor de un monólogo del pen-

    sador solitario consigo mismo , y, en segundo, la observación

    de Feuerbach definió de manera justa

    el

    punto

    de partida,

    p5

    m

    o

    metodo

    de la

    flloMa. Han sldo Marx

    y

    Engels

    quic-

    1 ) Obras

    pústurnas.

    1. pág.

    477 .

    2) Obras,

    11 pág

    345 .

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    27/97

    nes han llenado est laguna, habiendo coniprendido que, auri

    combatiendo la filosofia especulativa de Hegel., era necesario

    no ignorar u dialéctica. Algunos crltlcos afirman que desde

    los primeros tiempos que siguieron a su ruptura con el idea-

    lismo, Marx manifestaba una gran indiferencia ante la dia.-

    léctica. Pero tal opinión, que parece exacta a primera vista,

    se halla desmentida por el hecho señalado m6s arriba, de que

    ya en los Deutsch-hamasfscbe Jahrbücher Engels se ocupa-

    ba del metodo dialectico como del

    alma misma del nuevo sis-

    tema (1).

    En todo caso, la segunda parte de la

    Miseria

    de l a F iio-

    mfí

    no deja ninguna duda sobre el hecho de que Marx, en

    la kpoca de su polemica con proudhon, apreciaba perfecta-

    mente el valor del metodo dialectico y sabía servirse

    d e

    el.

    En esta discusi6n1 la victoria de Marx fu e la de un hombre

    que sabia pensar dialecticamente sobre otro que no habia

    sabido comprender la esencia de la dialdctica, ,pero que se ha-

    bia esforzado, no obstante, por aplicar el inttodo dialectiico

    al analisis de la sociedad capitalista. es ta misnia segu nda

    parte demuestra que la dialéctica, que en Hegel tenia un ca-

    rácter puramenfe idealista, qu e se conserva tambi&n en P rou -

    dhon, en la medida en que este l había asimilado, habla si-

    do colocada por Marx sobre un fundamento materialista

    ( XX) .

    Mas luego, caracterizando su dialéctica rrtaiterialida, Marx

    escribta: Pa ra Hegel, el proceso lógico, que 61 transform a aún

    en un sujeto autónom o, denominándolo ,idea, es el dem iurgo

    'de la realidad, la cual no

    es

    otra cosa que su manifestacida

    externa.

    Para

    mi e s justamente lo con trario; el ideal no es

    sino el material transformado

    y

    traducido en el cerebro hu-

    mano . Esta caracteristica presupone

    un

    acuerdo completo con

    Feuerbach, primero, en cuanto concierne a la opinibn sobre la

    idea de Hegel, y, despues, en lo qiie se refiere las rela-

    ciones entre el sér y el pensar. Sólo un hombre convencido de

    la verdad del principio fundamental de la filosofia de Feuer-

    bach: no es el pensar el que condicion al ser, sino el ser el

    que condiciona el pensar, era capaz de poner sobre u pies

    ta dialectica hegeliana.

    1 ) Engels no tenía en cuenta u sola personalidad. sino que.

    por lo genetal la de todos aquel los q u e tenían las mism s ideas: Non

    hace falta. , dfcía. N o

    hay

    duda q u e arx era de los q c pensaban

    coma. él.

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    28/97

    Muchas gentes confunden la dialectica con la doctrina de

    L evoluci6n. La dlalkctica es en electo, una doctrina de la

    evolución. Pero difiere esencialmente de la vulgar teorla de

    la

    evolución que descansa fundamentalmente sob re el prin-

    cipio de que ni la naturaleza

    nl la

    historia

    hacen saltos y que

    to os

    las

    cambios

    m

    realizan

    en

    el

    mundo

    graduiciitmente

    Ya

    h'cgel había demostrado que comprendida asl, la teorla de

    n

    evolución era inconsistente

    y

    ridicula.

    Cuando se quiere representar la aparición o desaparid6n

    dc alguna cosa-dice Hegel en el primer tomo de su Jhgicak

    iiu las representa ordinariamente como uria aparición o des-

    aparicibn gradualh. Sin embargo,, las transformaciones del ser

    no consisten solamente en el cambio de una cantidad en otra,

    sino tambien en el de la cantidad en calidad, e inversamente;

    cambio que , al suponer la sustitucibn de un fenbmeno por

    otro, constituye una ruptura de la 44progpesividad'f1). Y

    cada

    vrz que hay

    ruptura

    de

    la progresividad

    se produce un salto

    eii el curso del desarrollo. Hegel demuestra despues por una

    serie de ejemplos con qué frecuencia se producen saltos en la

    naturaleza, lo mismo que en la historia,

    y

    pone de manifiesto

    el error ridiculo que sirve de ba se a la vulgar teorla de la

    evc\lucibn . En la base de la doctr ina de la progresividad-

    escribe-se encuentra la idea de que lo que su rge existe ya

    efectivamente y permanece imperceptible Únicamente a causa de

    su pequefiez. Lo mismo, cuando s e habla de desaparicibn g ra -

    dual de un fenbmeno, se supoae que esta desaparición es un

    hecho cumplido y que el fenómeno que ocupa el lugar del

    precedente existe ya, pero que no son perceptibles todavla ni

    uno ni o t r o . . Peco de esta manera se suprime de heclio toda

    aparicibn y toda desaparición.. . Explicar estas fases de iin

    fenbmeno dado por la progresividad de la transformacibn es

    referir todo a una tautdogfa engorrosa, puesto que es coii-

    siderar como realizado de antem ano , (es decir, coino ya apa -

    recido o desaparecido) lo que esth en vías de aparecer o de-

    saparecer .

    (2).

    Marx y Engels han adoptado enteramente esta concep-

    clOn dialectica' de Hegel sobre la inevitabllldad de

    lo8 saltos

    .

    1 ) Wissenschaft

    der

    Logik,

    t.

    1.

    Nureinberg. 1812,

    phgs. 3 1 3 -

    314.

    . 2)

    En

    lo

    que

    s

    refiere

    a la

    cuestión de

    los saltos . ver

    nues-

    tro trabajo El infortunio

    del.

    señor

    Tlkhomjt'uv.

    San Petersbargo,

    edi-

    ción

    M . Maikh, pógs 6 - 1 4 .

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    29/97

     ii

    el

    proceso

    del desarrollo. Engels trata de ella de una

    ma-

    nera detallada en su polhmica con Dilring,

    y

    en eeta ocasión

    la pone sobre su s pies , e s decir, sobre una

    base

    mlterlalIsta,

    Asi, por ejemplo, demuestra que el paso de una forma

    de

    energla

    a

    otra no puede cumplirse sino por medio de u salfo

    (XXI). Encuentra, a este respecto, en la química moderna n

    confirmación del principio dial6ctico de la transformación

    de

    la cantidad en calidad. En general, las leyes del pensamtento

    diaídctico son confirmadas, según 61, por las

    pmpiedacks da

    ledicas

    del ser. Aquí Wav ia , el ser condiciona el pensar.

    Sin entrar en una caracteristica más detallada de la dialéc.

    tíca maFrialista (sobre

    u

    relaciones con lo que se puede Ila-

    mar la lógica elemental, paralelamente

    a

    la matematica elc-

    mental, ver nuestro prefacio a nuestra traducción del folleto

    Ludhvig euerbach

    ( l ) , . recordaremos al lector que la teoria,

    que no vela en el proceso de la evo~luciónmás que modifica-

    ciones progresivas,

    y

    que domin6 en el curso de estos Últimos

    veinte años, ha comenzado a perder terreno, aun en el domi-

    riio de la biología, donde era casi universalmente reconocida.

    A este respecto, los trabajos de Armando Gautier

    y

    de

    Hugo de Vries parecen marcar una epoca. Basta decir que la

    teoria

    de las mutaciones de Yries no es otra cosa que la

    tewia

    le laf lerduci6n de las especies altosi (V e r su obra, en

    dos tomos, Dle Mutationsthede,

    Leipzig,

    1901-1903; su

    in-

    iorme DIe Nkitaticmen und die Mutaüomperioclen

    be1

    &r

    Ents-

    tehung dea Arten, Leipzig, 1901 asi como sus conferencias

    en

    fa Universidad de California, editadas, eii traducción alemana,

    con el titulo de Arten

    unid

    Varletaten und thre Entstehang

    durch

    di ?

    Miutaficm,

    Berlín,

    1906)

    ( n I 1 ) .SegSln la opini6n

    d e

    este eminente naturalista,

    e l

    lado

    dbbn e la teoria de Darwin sobre el origen

    de

    las espedes es

    precisamente la ideta de

    qu

    tal d g e n puede

    s r

    explic do POf

    cambios 2) . Muy interesante y fusta es igulalmente

    13.

    observaci6n de

    D.

    Vries cuando comprueba que la teoría

    de los cambios graduales que dominaba en la doctrina del ori-

    gen

    de las especies iia ejercído una influencia desfavorable

    sobre el estudio experimental de las cuestiones de esta natu-

    raleza

    3).

    -

    1 )

    Ver el

    anexo Dialéctica y Lógica.

    2 ) Dio Mutatiowm,

    p b g a

    7 -8 .

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    30/97

    Conviene agregar que en los niedios naturalistas modes-

    tios, y muy particularmente entre los neo-lamarckianos, se ob-

    serva iina difusldn rbplda de la tmria de la

    materia animada,

    considerada por algunos como en oposicidn directa con el

    materialismo (ver, por ejemplo, el libro

    de

    R.

    H.

    Franch: Deir

    Pieutige Stand der

    Dawh'schm

    Prage Leipzig, 1907 , que no

    representn, en realidad,

    si

    es comprendida de manera justa,

    sino la traducci6n en el lenguaje naturalista moderno, de la

    doctrina materialista de Feuerbach, de la unidad del ser y dei

    pensar, del objeto y del sujeto (1) . Se puede afirmar con

    toda certidumbre

    Que

    Marx y Engels habrian demolstrado

    el

    mas

    V VO interes por esta corriente que ,se manifiesta en la s

    ciencias naturales,

    y

    que,

    a

    decir verdad, esta todavla, por

    el

    momen to,

    muy

    insuficientemente estudéuia

    Alejandro Herzen dijo, con razón, que la filosofia de Hegel,

    considerada por muchos como conservadora,

    a

    primera vista,

    es una verdadera Algebra de la revolución (2). Sin embargo

    en Hegel esta álgebra permanecia sin ninguna aplicacibn a las

    cuestiones palpitantes de la vida práctica. El elemento espe-

    culativo tenia necesariamente que introducir el q ' r i t u

    de

    congervadwtsmo

    en

    l

    filosofla del gran idealista. Algo muy

    diferente ocurre en cuanto a la filosofia materialista de Marx.

    El

    Algebra revolucionaria aparece allí en to da la potencia

    invisible de su mtto do dialéctico. Marx dice: En s u forma

    mistica, la dialectica se convirtib =en una moda alem ana , por-

    que cubria de una aureola el estado de cosas existente. En

    su forma racional, la dialectica no es, a los ojos de la burgue-

    sIa

    y

    de sus teóricos, otra cosa que escándalo

    y

    horror, por-

    que, ademhs de la comprensidn positiva

    de

    lo que existe, su-

    pone igualmente la comprensión de la negacibn, de la desa-

    pariclbn, ine~itabledel estado de cosas existente; porque coii-

    sidera toda forma en u n aspecto de inovimiento, y, por ton-

    siguiente, en su aspecto transito rio; porque no s e inclina de-

    lante de nada,

    y

    es,

    pos

    SU esencia, critica y revoiucianaria .

    S se considera la dialéctica materialista desde el punfo

    de

    vista de la literatura rusa, se puede decir gue ella fue' la

    primera que suministró un metodo necesario

    y

    suficiente para

    la solucibn de la cuestión del carfider raidonal de

    todo lo que

    1 )

    Sin

    hablar

    de

    Spinoza,

    es

    iietesario o olvidar que muchos

    materialistas franceses

    da

    siglo

    XIII. s

    inclinaban

    hacia

    l a , teoría

    de l a

    materia animada .

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    31/97

    existe

    cuestidn que tanto habia atormentado a nuestro genial

    Blelinski (1). Sólo el metodo dialectico de Marx, aplicado al

    estudio de la vida rusa, nos ha demostrado lo que había

    de

    real en esta Siltima y lo que solamente

    parecía serlo.

    Cuando intentamos la interpretacidn materialista de la

    historia, la primera dificultad con que tropezamos, como

    ya

    lo hemos visto, se refiere a la cuestión de saber d6nde se en-

    cuentran las verdaderas causas del desarrollo de las relaciones

    sociales. Sabemos ya

    que

    la anatomia de la 'sociedad civil es

    determinada por la economla de esta iiltima. ¿Pero que es lo

    que determina esta economia?

    A

    ello responde Marx: En

    la

    producción social de su

    vida, los hombres se encuentran ligados por ciertas relaclo-

    nes indispensables, independientes de su voluntad, por relacio-

    nes, que

    wrmspmdm a un

    gr do determinado de la evolud6n

    de

    sus

    fuerzas Iprod~ctorasmaterides. El onjunto

    de

    stm re-.

    ladones

    de

    producci6n

    constituye la estructur

    ecoai dca

    de la

    sociedad, el fundamento real sobre

    el

    cual se eleva la superes-

    tructura juridica y polltica 2).

    Esta respuesta de Marx reduce así toda la cuestión del

    desarrollo de la economfa a la de las causas que condicionan

    el desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad. Y bajo

    esta Siltima forma, la cuestidq se resuelve ante todo por

    la in-

    dioaffibn de las

    prgriedades

    del medio geográfico.

    Hegel señala y a en su filosofia de la historia el papel

    importante de la base geográfica de

    la

    historia

    universal .

    Pero corno, según él,

    l

    causa de toda evolución

    es,

    en fin de

    cuentas, la idea,

    y

    como no recurria

    a

    la

    explicacibn materia-

    lista

    de

    los

    fen6menos

    sino de pasada

    y

    en casos de secundaria

    importancia, su concepcidn extremadamente justa sobre la

    im-

    portancia histórica del medio geogrdfico no podla

    conducirle

    a las fecundas conclusiunes que de ella se desprenden. Ellas

    no han podido ser establecidas en toda su amplitud sino por

    el rnateria4ista Marx (3).

    1 ) Ver nuestro articulo Bielinski y la realidad racional en.

    la

    colección

    Veinte

    años

    (Obras.

    t.

    X. .

    2 ) .

    Ver

    e1 prefacio al libro Zur

    Kritik

    L r

    Politischtn Oeko-

    nodit.

    ( 3 ) Camo ya lo het110s dicho, Feuerbach no iba en este caso

    más

    lejos que

    Hepul.

  • 8/20/2019 Plejanov, Las Cuestiones Fundamentales Del Marxismo (1907), Prefacio y Notas de Riazanov

    32/97

    Las propiedades del medio geográfico determinan tanto el

    carácter de los productos de la naturaleza que sirven a las ne-

    cesidades del hombre, como los objetos que este mismo pro-

    duce con el mismo fin. En donde no existieron metales,, las

    tribus ab,o>rigenesno pudieron pasar, con sus propios medios

    de los limites de lo que llam am os la eda d dlo piedra . Asi-

    mismo, para que los pescadores y cazadores

    primitivos

    pu-

    dieran pasar -a la cr ianza d e gan ado y a la ag r icul tura era ne-

    cesario condiciones geo grh fica s apr op iad as, e s decir, una flora

    y una faiiria ooarespondientes. L.

    G.

    Morgan hace notar que,

    en el hemisferio occidental, la ausencia de animales suscep-

    tibles de ser domesticados, asi como las diferencias que exis-

    ten entre la s floras d e los dos hemisferios, explican el reco-

    rrido muy diferente de la evoluciGn social de sus habitan-

    tes (1).

    ,Waitz dice, a propósito de los Pieles-Rojas de la America

    del Norte: Entre ellos hay au sencia com pleta de anima les

    domCsticos. Este hecho es muy importantelFporqueconstituye

    la razón principal que los mantiene en un b aj o nivel de desen-

    volvimiento

    2).

    Schweinfurth relata que en Africa, cuando

    una localidad s e encuentra superpo blada, u na pa rte d e la po-

    blación emigra, y oCurre entonces qu e m odifica su' gen ero de

    vida. según el medio geográf ico: ~ r i b u s ue hasta entonces

    se ocupan

    de

    agricultura se dedican

    a

    la caza, otr as qtic

    vivian de la crianza de animales pasan a la agricultura 3).

    Según el mismo autor, los habitantes de una región rica en

    hierro, que comprende una parte considerable del A.frica cen-

    tral, se han puesto naturlalmente a extraer y a trabajar el

    hierro.

    Hay algo

    mb s todavia. Ya en g ra do s 'más ba jo s de la

    evoluciQn humana, las tribus entran en relaci6n unas con otras,

    cambkando entre ellas algunos de sus productos. Ell'o tiene

    por resultado ampliar los límites del medio geográfico, el cual

    influye a su vez sobre el desarrollo de las fuerzas productivas

    de cada una de estas'tribus, acelerando asi la marchar de este

    desarrollo. Como se comprende, la facilidad, mhs o menos

    grande, con que parecidas relaciones

    S

    realizan y se desa-

    rrollan dependen de las propiedad es del medio ge ogr ifico .

    1) Dic Urgesellschaft. Sttugart.