Lu 10: Is35,1-10;Sal84,9-14;Lc5,17-26. (Sta.Eulalia/Ntra.Sra.DeLoreto)

Ma11: Is40,1-11;Sal95,1-3.10-13;Mt18,12-14 San Dámaso I, pa. (ML)

Mi12: Is7,10-14;8,10;Sal66,2-3.5.7-8;Lc1,39-48. NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE. Patrona de América (F)

Ju 13: Is41,13-20;Sal144,1.9-13;Mt11,11-15.Obien(LS): 2Cor10,17—112;Sal30,3-4.6.8.16-17;Mt25,1-13. Santa Lucía, v. y mr. (MO)

Vi14: Is48,17-19;Sal1,1-4.6;Mt11,16-19.Obien(LS): 1Cor2,1-10;Sal36,3-6.30-31;Lc14,25-33. San Juan de la Cruz, p. y d. (MO)

Sá15: Ecli48,1-4.9-11;Sal79,2-3.15-16.18-19;Mt17,10-13. (S.Reinaldo)

Do16: 3° de Adviento) Sof3,14-18;[Sal]Is12,2-6;Flp4,4-7;Lc3,2-3.10-18. (Sta.Alicia)

DIOS NOS HABLA CADA DÍA

eclesiales. Un perdón sincero, brindado de corazón, y un querer avanzar hacia una revitalización de nuestra misión, abandonando el camino del luto y la aflicción, tal como lo describe el profeta Baruc, es decir, plenos de gloria. El Señor sigue viniendo en nuestros días y convierte sin dilación a todos los que somos su Iglesia para poder ser heraldos del Mesías que regresa con esperanza a este mundo. Desde esta comunidad de personas «misericordiadas» es de donde volverá a resplandecer nuestra profunda alegría, porque el Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres como lo cantaremos con el Salmo 125. Es la fidelidad de aquel que está presente y que volverá a venir para llevar a plenitud lo que hoy todavía requiere de un nuevo amanecer en nuestras vidas. Nuestra alegría se basa en que Jesús es el que nos salva y quiere que seamos anunciadores de salvación para nuestros hermanos.

Es el Espíritu Santo el que renueva y refresca la misión de la Iglesia en la evangelización de los pueblos. Es él quien nos capacita como personas de la Palabra, que nos permite escuchar, anunciar y servir, cooperando activa-mente en la labor de enderezar los senderos hacia el Señor.

Comisión naCional de liturgia

Juan el Bautista quiere hoy volver a llamarnos a una conversión que nos ayude a preparar el camino al Señor. ¿Cómo preparamos hoy los caminos para que el Señor vuelva a nacer en nuestra patria, en nuestras vidas, en nuestras comunidades eclesiales? Prepararnos para el Señor significa volver a ponernos en sintonía con él, y esto se debe revelar a través de una nueva actitud que brote sinceramente desde dentro. Un deseo auténtico de comenzar por restañar heridas sensibles en nuestra sociedad y en el corazón de nuestras comunidades

“El Domingo, día del Señor”. SemanarioLitúrgico.Conlasdebidaslicencias.Importante: Este subsidio no sustituye el uso de los libros litúrgicos.Editor:PíaSociedaddeSanPablo.Director:JorgeBruera,ssp.Dirección, redacción y administración:Avda.L.B.O’Higgins1626,SantiagoCentro-Tel.-227200300E-mail:suscripciones@sanpablochile.cl-ISSN:0717-4896-www.sanpablochile.clImpresor:Graficandes.Tel.-227733605-Sto.Domingo4593,QuintaNormal.

AñoXLIII,Nº2.2952ºdeAdviento.9dediciembrede2018

ELDOMINGONOVIEMBRE-DICIEMBRE2018

00200730

La cultura del abuso y del encubrimiento es incompatible con la lógica del Evangelio, ya que la salvación ofrecida por Cristo es siempre una oferta, un don que reclama y exige la libertad. Lavando los pies a los discípulos es como Cristo nos muestra el rostro de Dios. Nunca es por coacción ni obligación, sino por servicio. Digámoslo claro, todos los medios que atenten contra la libertad e integridad de las personas son antievangélicos; por tanto, es preciso también generar procesos de fe donde se

aprenda a saber cuándo es necesario dudar y cuándo no.

Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Chile

31 de mayo de 2018

NUNCA MÁS (IV)

¡PREPAREN EL

CAMINO AL SEÑOR!

3.- Rogando por nuestros enfermos, especialmente por los enfermos crónicos, te decimos: R.4.- Agradecidos de las personas que se esfuerzan en diversos voluntariados, te decimos: R.

M. Recordando, Padre, la oración que Jesús nos enseñó, queremos todos juntos glorificarte y alabarte y te decimos: Padre nuestro…

Sugerencias de cantosVen Señor Jesús/ Después de preparar/ Un Pueblo que camina/ Madre del Redentor.

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Ciclo C - Color Morado discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo, llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

Aclamación al Evangelio Aleluia. Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos los hombres verán la Salvación de Dios. Aleluia.

5. Evangelio Lc 3, 1-6

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas. El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea,

siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Éste comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos. Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios».Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

ReflexiónLa Palabra de Dios debe aterrizar en el hoy de nuestra historia. No podemos quedarnos mirando como si todo esto fuese en un contexto pasado. El hoy del evangelio es lo que permitirá que podamos ver lo que hoy, tú y yo, debemos recapacitar para dejar que el Espíritu Santo obre en nosotros y a través nuestro siga obrando en el mundo de hoy. De otro modo estaremos anquilosando el cristianismo, volviéndolo rígido y agonizante. Navidad nos viene a recordar la importancia de que TODO nace de nuevo, y en ese todo estamos nosotros y nuestro contexto…

6. Oración UniversalM. Unidos como comunidad creyente, volcamos nuestro corazón a Dios diciendo:

R. ¡Ven, Señor Jesús!

1.- Por el papa Francisco y sus intenciones, para que el Espíritu Santo lo ilumine siempre, por eso decimos: R.

2.- Por nuestra Iglesia chilena, para que Dios le permita resurgir en su vocación misionera con un sendero humilde. Para que esto sea realidad, como Iglesia le decimos: R.

3.- Por los más pobres y necesitados de caridad y solidaridad, para que el Espíritu pueda penetrar nuestros corazones y nos permita abrirnos a las necesidades de los demás, le decimos: R.

4.- El día de ayer celebramos la Inmaculada Concepción de María. Para que ella, modelo esperanzado de todo creyente, interceda por nuestra patria y todos quienes se ocupan de trabajar por la paz. Junto a María Inmaculada decimos: R.

5.- Por nuestra comunidad reunida en torno a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, para que podamos esperar llenos de esperanza la venida del Señor, le decimos: R.

(Se pueden agregar otras peticiones de la comunidad).

M. Escucha nuestras súplicas, Señor, y llénanos de esperanzas en un nuevo amanecer en nuestras vidas. Lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Alabanza y Preparación a la ComuniónPara las Asambleas Dominicales en Ausencia del Presbítero (ADAP) y la Comunión a los Enfermos.

M. Bajo la protección de María Inmaculada, elevamos nuestra acción de gracias al Señor diciendo: R. ¡Ven, Señor Jesús!1.- Agradecidos de la maternidad de la Virgen santa, te decimos: R.2.- Bendiciendo la vida nueva que brota en nuestra tierra chilena, te decimos: R.

hasta nivelar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. También los bosques y todas las plantas aromáticas darán sombra a Israel por orden de Dios, porque Dios conducirá a Israel en la alegría, a la luz de su gloria, acompañándolo con su misericordia y su justicia. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.

3. Salmo Sal 125, 1-6

R. ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros!Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que soñábamos: nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. R.

Hasta los mismos paganos decían: «¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!». ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosan-tes de alegría! R.

¡Cambia, Señor, nuestra suerte como los torrentes del Négueb! Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones. R.

El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas. R.

4. Segunda Lectura Flp 1, 4-11

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos. Hermanos: Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes,

pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora. Estoy firmemente convencido de que Aquél que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús. Y es justo que tenga estos sentimientos hacia todos ustedes, porque los llevo en mi corazón, ya que ustedes, sea cuando estoy prisionero, sea cuando trabajo en la defensa y en la confirmación del Evangelio, participan de la gracia que he recibido. Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús. Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, a fin de que puedan

1. AmbientaciónTodos los años encontramos la persona de san Juan Bautista en este tiempo de Adviento. Nos llama una vez más a la conversión de corazón. Pero no es Juan, sino Dios, el que sigue haciendo este llamado. ¿Estamos dispuestos a escucharlo? ¿O mantendremos nuestro corazón inquieto en los miles de distractivos que circundan nuestra vida de fin de año?

MONICIÓN A LAS LECTURASBaruc nos llama a la esperanza, actitud que el Adviento quiere acentuar en nuestra espera de la realización del plan de Dios. Él está situado en un contexto social y político altamente conflictivo. El Profeta, como hombre de Dios, es capaz de remontar la mirada y descansarla en un plan de Dios que baja las montañas y endereza lo torcido del sendero. San Pablo les repasa a los filipenses su historia como comunidad, la amistad que tienen el Apóstol y ellos, y los exhorta a vivir cristianamente el tiempo presente. En el evangelio, Lucas hace un paralelo entre Juan Bautista y Jesús, pero, como buen historiador, se extiende en presentar el con-texto civil en que irrumpe Dios, como si Juan y Jesús fuesen unos personajes más que realizan su acción.

2. Primera Lectura Bar 5, 1-9

Lectura del libro de Baruc. Quítate tu ropa de duelo y de aflicción, Jerusalén, vístete para siempre con el esplendor de la gloria de Dios, cúbrete con el

manto de la justicia de Dios, coloca sobre tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. Porque Dios mostrará tu resplandor a todo lo que existe bajo el cielo. Porque recibirás de Dios para siempre este nombre: «Paz en la justicia» y «Gloria en la piedad». Levántate, Jerusalén, sube a lo alto y dirige tu mirada hacia el Oriente: mira a tus hijos reunidos desde el oriente al occidente por la palabra del Santo, llenos de gozo, porque Dios se acordó de ellos. Ellos salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los devuelve, traídos gloriosamente como en un trono real. Porque Dios dispuso que sean aplanadas las altas montañas y las colinas seculares, y que se rellenen los valles