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PRIMERAS IMÁGENES AÉREAS DE ASPE
Un vuelo fotogramétrico inédito de 1935 en los
archivos del Instituto Geográfico Nacional
FELIPE MEJÍAS LÓPEZ
l empleo en España de la fotografía aérea como herramienta para el
levantamiento cartográfico comenzó a desarrollarse en la década de los años
20 del pasado siglo. En abril de 1927, el aviador y militar Julio Ruiz de Alda,
famoso por su participación en el vuelo transoceánico Palos-Buenos Aires a bordo del
Plus Ultra, funda junto a otros socios la Compañía Española de Trabajos
Fotogramétricos Aéreos S. A. (CEFTA). Se trataba de una iniciativa privada que
buscaba ofrecer servicios de fotografía aérea a organismos públicos como el Instituto
Geográfico y Catastral o el propio Ministerio de Hacienda, interesados en avanzar tanto
en la rápida elaboración del Catastro como en la confección del mapa topográfico
nacional a escala 1:50.0001. No obstante, no será hasta 1934, ya durante la II República,
cuando se comienza a utilizar la fotografía aérea de manera decidida en la confección
del catastro parcelario; las ventajas por lo que se refiere a la rapidez que mostraba el
empleo de esta técnica sobre la fotogrametría terrestre tradicional eran muy evidentes
(Fernández, 1998: 122).
Los primeros trabajos de CEFTA fueron encargados por las recién creadas
confederaciones hidrográficas, que buscaban de esta manera la obtención rápida de un
registro fotográfico efectivo del territorio que se encontraba bajo su ámbito de
actuación; destacan los vuelos fotogramétricos llevados a cabo entre 1927 y 1930 para
las confederaciones del Segura (el conocido como “Vuelo Ruiz de Alda”), Duero o
Ebro, pero muy pronto también comenzaron a efectuarse trabajos fotográficos para
diputaciones provinciales y ayuntamientos.
1 Comenzado en 1857, no será hasta 1968 cuando se finalice la última hoja.
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Hasta hace pocos años se pensaba que aparte de estos primeros vuelos para las
confederaciones hidrográficas, no se conservaba ningún vuelo fotogramétrico español
hasta el Primer Vuelo Americano o “Serie A” de 1945-46 (Fernández García, 1997). Sin
embargo, el jefe de la sección de documentación geográfica del Instituto Geográfico
Nacional (IGN), dio a conocer en el número 48 de la revista Topcart (Sastre Domingo,
1998: 2-18) la localización en los archivos del instituto gracias al programa REDOCA
(Recuperación de Documentos Cartográficos) de un repertorio de materiales
cartográficos y fotográficos hasta entonces desconocidos y en situación de abandono.
Entre esos materiales se encuentran los negativos de los primeros vuelos de CEFTA
para el Instituto Geográfico Catastral, iniciados en 1930 con registros fotogramétricos
puntuales de los alrededores de Madrid, y unos pocos más ejecutados entre 1932 y
1933: en Zaragoza y Borja; en los pantanos de Borbollón en Cáceres y el de Rosarito
(entre Ávila y Toledo); y en el término municipal de Buitrago, también en Madrid. Pero
entre ellos nos informa también de la existencia de un vuelo Alicante-Elda codificado
con la numeración 3518 (año 1935, escala 1:18.000):
“Durante la campaña de 1935, antes de la guerra civil española se hicieron trabajos en
las hojas nº 871 y 872. El vuelo fotogramétrico intenta cubrir la superficie de las dos
hojas con un buen solape en las hojas superiores e inferiores pero la poca pericia del
piloto o los fuertes vientos dan unas pasadas que quieren ser paralelas sin conseguirlo.
Pasadas que se cruzan con otras dos de más arriba. Calvas en el terreno que no se
cubren ni con una pasada complementaria, cadencias de disparo muy irregulares... Son
13 pasadas con 554 fotogramas” (Sastre, 1998: 12).
Con posterioridad a este encargo ya solo se efectuaron dos vuelos más sobre San
Sebastián y Málaga, antes de que la Guerra Civil interrumpiese los trabajos de CEFTA.
De la recuperación de los negativos pertenecientes a todos estos vuelos se hizo muy
pronto eco otro investigador, el profesor de Geografía de la Universidad de Oviedo
Felipe Fernández, quien recogió ese mismo año la noticia del hallazgo en un artículo
aparecido en Ería, la revista cuatrimestral editada por el departamento (1998: 125). No
obstante, el alcance limitado de este tipo de publicaciones, reducido en la práctica a
ámbitos muy especializados y relacionados con la topografía y la cartografía, ha
propiciado que, al menos por lo que se refiere al vuelo Alicante-Elda de 1935, su
desconocimiento sea prácticamente total, sin que nos conste que se haya abordado ni
Fuente: CNIG
Figura 1. Detalle del sistema de cuadrículas a escala 1:50.000 del Mapa Topográfico Nacional en el que se inserta
el término municipal de Aspe.
publicado hasta el momento ningún estudio o imagen de este registro fotogramétrico, ni
siquiera desde la Universidad de Alicante o por parte de alguna institución o
administración local, provincial o de cualquier otra índole. Sin duda, la circunstancia de
que este material se encuentre todavía a día de hoy únicamente catalogado pero sin
digitalizar, cuando han pasado 16 años desde su descubrimiento, es una dificultad
añadida para su conocimiento y difusión.
Como ya se ha apuntado más arriba, habría que esperar a 1945 para que volviesen a
efectuarse trabajos fotogramétricos de calado sobre la totalidad del territorio nacional.
Sabemos que en el vuelo americano “Serie A” las pasadas sobre Aspe se efectuaron
entre febrero y septiembre de 1946. A este le sucedió el Segundo Vuelo Americano o
“serie B”, tal vez el más conocido y utilizado por geógrafos y arqueólogos. En esta
ocasión las vistas sobre la vertical de Aspe fueron obtenidas sobre las 13 horas del
sábado 20 de octubre de 1956, desde una altura de 5500 metros y a una escala de
1:33.000. Posteriores a este ya fueron el Vuelo Interministerial IRYDA (a partir de
1973) y otros muchos efectuados desde la década de los años 80 hasta la actualidad,
entre ellos algunos efectuados por el Ejército del Aire.
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Fuente: Centro Cartográfico y Fotográfico del Ejército del Aire, Rollo 294, número 30029-B, Hoja 871
Figura 2. Imagen de Aspe y las huertas circundantes captada por el Segundo Vuelo Americano en octubre de 1956.
En la nueva catalogación aportada por Sastre aparecen también dos vuelos en los que
con toda probabilidad se fotografió parte del término municipal aspense. El primero de
ellos, el 4418 Jumilla-Pinoso (año 1944, escala 1:18.000) abarcando las hojas 869 y 870
del MTN (en esta última hoja posiblemente registrando para el posterior solapamiento
fotogramétrico parte de la zona oeste de nuestro término); o el 4618 Elche-Fortuna-
Cabo de Santa Pola (año 1946, escala 1:18.000) que efectuó un barrido de las hojas 892
a 894 y por tanto fotografió la franja sur de nuestro municipio, situada de lleno en la
hoja 893.
Fuente: CNIG
Figura 3. Zona norte del término municipal de Aspe. Detalle de la hoja 871 del MTN50 correspondiente al año 1936.
La importancia de estos registros fotográficos radica en su papel determinante a la
hora de estudiar no solo la evolución del paisaje urbano y rural a lo largo del tiempo,
sino la fosilización sobre el territorio de la actividad humana en sus más variadas
vertientes. Mediante la fotointerpretación se pueden detectar estructuras soterradas que
resultan invisibles a ras de suelo, rastrear la presencia de antiguos caminos o redes de
acequias ya desaparecidos, identificar viejas divisiones parcelarias ahora ocultas que
pueden explicar diferentes mentalidades y maneras de entender el cultivo de la tierra y
los usos del agua… La utilidad que para la Arqueología y la investigación histórica
tiene el análisis de la fotografía aérea es pues bien evidente, más aún tratándose de
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repertorios fotográficos anteriores a la década de los años 50, cuando todavía se
mantenían sin demasiadas alteraciones las formas seculares del paisaje tradicional.
Fuente: CNIG
Figura 4. Zona sur del término municipal de Aspe. Detalle de la hoja 893 del MTN50 correspondiente al año 1938.
Pensamos por ello que resultaría de especial interés para la investigación
arqueológica y el análisis territorial de nuestra provincia abordar el análisis de uno de
los primeros vuelos fotogramétricos españoles, el 3518 Alicante-Elda. Lo extenso de su
repertorio (554 fotogramas) y el hecho de que su consulta pase necesariamente por su
positivado –con lo que ello supone a nivel económico, hacen recomendable su
adquisición y estudio por parte de alguna institución científica, como la universidad, o
por las administraciones locales concernidas. Nuestra intención en este caso es dar
noticia de su existencia y presentar algunos de las imágenes más significativas de la
parte tocante a Aspe. Las limitaciones de espacio nos impiden profundizar en un análisis
arqueológico e histórico que, por otra parte, necesita también de la consulta de fuentes
escritas y orales, de la prospección sobre el terreno y también del enfoque de disciplinas
como la Geografía, la Topografía o el Urbanismo.
Aspe en el vuelo fotogramétrico Alicante-Elda de 1935
El hecho de que la nota del catálogo elaborado en 1998 por el IGN para los
nuevos negativos descubiertos mencionase para este vuelo el fotografiado de la hoja 871
del Mapa Topográfico Nacional, nos hizo albergar la sospecha razonable de que podían
conservarse imágenes aéreas de Aspe para una fecha tan temprana, al menos las
correspondientes a toda la zona norte del término municipal. Tras la consulta pertinente
al Servicio de Fototeca del Centro Nacional de Información Geográfica, obtuvimos 43
fotogramas en otras tantas copias por contacto de negativos en blanco negro de
24x24cm, que recogen la práctica totalidad del término municipal de Aspe en vistas
verticales. Es por esto por lo que hemos podido confirmar la existencia de un error de
catalogación en la ficha, puesto que también se conservan imágenes de Aspe
correspondientes a la hoja 893, esto es, parte del terreno existente entre la población y
los términos municipales de Elche y Hondón de las Nieves, llegando a aparecer en una
de las pasadas el casco urbano de este último pueblo.
Aunque la calidad de las copias es buena, se deja ver en algunas de ellas el mal
estado de los negativos, especialmente las que recogen el área en torno a la carretera de
Elche y el pantano. Las imágenes están obtenidas con una focal de 205,78mm en tres
pasadas y, como ya hemos dicho, con una escala original relativamente pequeña de
1:18.000, aunque mayor que la del Segundo Vuelo Americano de 1956, que fue de
1:33.000. No obstante, la ampliación y tratamiento informático de los fotogramas una
vez digitalizados permiten un análisis pormenorizado de todo el territorio fotografiado.2
2 Las imágenes se han orientado hacia el norte para facilitar su comprensión y el
ejercicio comparativo con la cartografía apropiada.
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Fuente: CNIG, Vuelo 3518 Alicante-Elda, escala original 1:18.000, fotograma 910, pasada 2-3, Hoja 871
Figura 5. Fotografía obtenida por CEFTA
sobre la vertical del casco urbano de Aspe.
El cauce del río Tarafa aparece como una
gruesa línea oscura cruzando la imagen en
una diagonal suroeste-noreste. Hacia el
norte podemos ver el eje rectilíneo de la
carretera de Novelda atravesando el
parcelario de la huerta del Aljau; también el
camino Carril, que parte del Hondo de las
Fuentes, situado en el ángulo inferior
izquierdo de la imagen. Al otro lado del río,
la acequia del Fauquí marca claramente el
inicio de la huerta, que llega hasta los
mismo pies del casco histórico; a partir de
aquí vemos las pequeñas parcelas de regadío
de la huerta Mayor y el Fauquí, hacia donde
parten los caminos de la Almohaja y la
Daya. Por el sur, los parajes aterrazados con
cultivos de secano en la Nía y la Coca, y las
líneas blanquecinas de la calle Vereda y la
salida hacia Elche enmarcando las
estribaciones del Cantal de Eraes y la sierra
del Moro.
Fuente: CNIG, Vuelo 3518 Alicante-Elda, escala original 1:18.000, fotograma 910, pasada 2-3, Hoja 871
Figura 6. Recorte del fotograma 910 donde
se puede apreciar con mayor detalle la trama
urbana de Aspe, configurada en torno al río
y la principal vía de comunicación que lo
atraviesa, el antiguo Camino Real a Madrid,
más tarde convertido en carretera nacional.
Todavía en 1935 se mantiene prácticamente
sin variaciones la extensión del callejero
conseguida tras el crecimiento demográfico
del siglo XVIII, ya que durante el siglo XIX
y las cuatro primeras décadas del XX no
aumenta la población, azotada por crisis de
subsistencia que obligan a la emigración. En
este momento faltan todavía más de 20 años
para que comience a urbanizarse el barrio de
don Jesús y 30 para los nuevos barrios de la
Coca, Prosperidad y Sagrado Corazón.
Pese a la altura del vuelo se ven con
claridad los edificios recién construidos del
colegio Doctor Calatayud y el Mercado de
Abastos, y junto a este último el huerto
vallado y plantado de naranjos donde 10
años después se ubicará el parque. Hacia el
sur, la sombra ramificada formada por los
escarpes del Barranco de Mira en la zona de
las Peñas, poco antes de llegar al cruce de la
calle San Pedro. Junto a la fábrica de
alpargatas de Ramón Calpena, en la salida
hacia el Hondo de las Fuentes, advertimos
los bancales con hiladas de arbolado donde
años más tarde se construirá el campo de
fútbol.
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Fuente: CNIG, Vuelo 3518 Alicante-Elda, escala original 1:18.000, fotograma 447, pasada 3, Hoja 871
Figura 7. La huerta del Aljau aparece en
este fotograma perfectamente definida y
conformada por decenas de parcelas
cuadrangulares con sus perímetros
enmarcados por hileras de olivos. Viniendo
desde el norte, la pronunciada recta de la
carretera de Novelda gira hacia Aspe justo
en el punto donde confluyen los dos
términos municipales. Si nos fijamos,
desde el aire podemos seguir a la
perfección el trazado de esta línea de
separación jurisdiccional entre ambos
pueblos por lo tanto, en teoría,
imaginaria pero que aquí se hace visible
por los linderos de los bancales, las sendas
y el arbolado de los márgenes.
Fuente: CNIG, Vuelo 3518 Alicante-Elda, escala original 1:18.000, fotograma 908, pasada 2-3, Hoja 871
Figura 8. Entre los altos de el Rabosero al
sur y el curso del Tarafa al norte, la huerta
Mayor se presenta como un dédalo de
pequeños bancales sin apenas arbolado. Se
trata de una huerta de regadío, bonificada
por las aguas provenientes de los
nacimientos del Hondo de las Fuentes y el
paraje de la Rafica, que son canalizadas
hasta aquí por las acequias del Fauquí y
Mayor. La disposición en abanico del
sector más cercano al casco urbano, con
lotes de tierra más pequeños y de
distribución irregular, podría estar
indicándonos su origen islámico. Por el
contrario, el parcelario más abierto de la
Daya, Olivera Quemá, Pará Medina y
Quincoces, con bancales de mayores
dimensiones y menores posibilidades de
riego, nos habla de una realidad distinta,
más propia de los usos agrícolas
relacionados con el cultivo de la vid y el
olivo a partir del siglo XVI.
También resulta curioso comprobar que
150 años después de que fuese construida
la conducción de aguas entre Aspe y
Elche, con inicio en la Mina de Barrenas,
todavía pueda seguirse su trazado si nos
fijamos en la línea negra de perfil
quebrado y paralela al río que aparece en
el ángulo superior derecho de la imagen.
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Fuente: CNIG, Vuelo 3518 Alicante-Elda, escala original 1:18.000, fotograma 365, pasada 2, Hoja 871
Figura 9. El río Vinalopó en el paraje de los
Molinos, poco después de su confluencia
con el Tarafa en Quincoces. En el centro de
la imagen, la mancha negruzca nos delata la
presencia de carrizo en el embalse formado
por la rafa que deriva las aguas hacia el
molino del Coquero, a donde llegan por
medio del Cequión, visible en su trayecto
como un surco paralelo al río por su margen
derecho. Junto a la rafa se destaca el espolón
rocoso donde se asienta el castillo, rodeado
por una línea oscura de vegetación,
posiblemente chumberas; apenas unos
metros más al norte vemos el canal que llega
hasta el molino de Martínez. En la parte
inferior de la imagen, el río se encaja junto
al perfil de la sierra del Tabaiá y atraviesa
por el estrecho formado contra la sierra
Carbonera, abriéndose ya en la cola del
pantano. El pequeño oasis punteado de
arbolado en el margen derecho del rio
corresponde a los terrenos cultivados junto
al molino de Pavía; frente a él se adivina la
salida del túnel por donde discurre el canal
de derivación de aguas de Lafarga, junto a la
cantera de Román.
Fuente: CNIG, Vuelo 3518 Alicante-Elda, escala original 1:18.000, fotograma 368, pasada 2, Hoja 893
Figura 10. Buena parte de la imagen aparece
ocupada por Los Barrancos y Upanel, que se
extienden como una gran mancha de un gris
uniforme surcada por cárcavas y pequeñas
ramblas en dirección a Elche. A la izquierda
se ve la carretera pasando junto a las Tres
Hermanas y las zonas cultivadas de la Cañada
de don Miguel, ahora ocupadas por el
polígono industrial y la urbanización
Montesol. Hacia el norte, los cultivos de la
Nía y el alto de la Temerosa, donde ahora se
ubica el barrio de Santa Elena, con los
barrancos de la Coca cayendo hacia el río.
Las estribaciones de la sierra Negra apenas se
intuyen en la parte inferior de la foto.
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Fuente: CNIG, Vuelo 3518 Alicante-Elda, escala original 1:18.000, fotograma 374, pasada 2, Hojas 871-893
Figura 11. En esta vista del Tolomó se
aprecia con total claridad la línea recta de la
carretera de Hondón pasando junto a la casa
de la finca La Delicia, y más al norte el
trazado del camino viejo en dirección a la
Ofra. Entre ambos aparece el surco
pronunciado que forma sobre el terreno el
inicio de la rambla del Tarafa, y apenas a
unos metros la mancha de arbolado de la
pinada de Irles; si continuamos el curso del
río podemos identificar en el extremo
derecho de la imagen el ensanche donde se
sitúa la Canal de Hierro. Todavía no se han
perforado los potentes acuíferos que esconde
el subsuelo en esta zona y el paisaje da
buena cuenta de ello: sembrados de cereal y
viñas, algunos pocos olivos y frutales
colonizan casi la totalidad del espacio. La
línea sinuosa del ángulo inferior derecho es
la carretera de Crevillente discurriendo entre
las sierras de los Morteros y las Amoladeras.
Los manchones oscuros de formas
ramificadas que se extienden por el centro de
la imagen podrían corresponder al deficiente
estado de conservación del negativo.
BIBLIOGRAFÍA
Fernández García, F., 1997: “El vuelo fotográfico de la «Serie A»”. Ería, 43: 190-198.
Oviedo.
Fernández García, F., 1998: “Las primeras aplicaciones civiles de la fotografía aérea en
España. 1: El Catastro y las Confederaciones hidrográficas.” Ería, 46: 117-130. Oviedo.
Fernández García, F., 2007: “Catastro y fotografía aérea en España”. En La cartografia
cadastral a Espanya (segles XVIII-XX). Ponències presentades al Seminari d’història
de la cartografia, celebrat a l’Institut Cartogràfic de Catalunya els dies 20-21
d’octubre de 2005: 109-124. Barcelona.
Sastre Domingo, J., 1998: “Recuperación de documentos cartográficos” TopCart
Topografía y Cartografía, 48: 2-18. Madrid.