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UNIVERSIDAD DE LONDRES CAMPUS QUERÉTARO
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
LA PSICOSOMÁTICA¿PRODUCTO O CAUSA DE LA ANGUSTIA?
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
Que como parte de los requisitos para obtener el grado de:
Licenciado en Psicología
Presenta:
José Silvano Hernández Mosqueda
Dirigido por:
Francisco Landa Reyes
Santiago de Querétaro, Querétaro a 17 de junio del 2011
INDICE
Pág.
Agradecimientos ---------------------------------------------------------------- 4
Abstract ---------------------------------------------------------------- 5
Resumen ---------------------------------------------------------------- 6
Introducción ------------------------------------------------------------------------ 7
Capítulo 1. La Psicosomática
1.1. Análisis teórico
1.1.1. Una teoría general de la representación ------------------------ 10
1.1.1.1. ¿Qué es representar? La cuestión del tiempo --------- 11
1.1.1.2. Pulsión y representación psíquica:
el modelo de la realización del deseo --------- 12
1.1.1.3. Tres formas de representación --------------------------------- 13
1.1.1.4. Configuraciones corporales --------------------------------- 14
1.1.1.5. Sentido y sinsentido ---------------------------------------- 15
1.1.1.6. Los cuatro territorios ---------------------------------------- 16
1.1.1.7. Modelo teórico de Pierre Marty ------------------------- 18
1.1.1.8. El fenómeno Psicosomático ------------------------- 20
1.1.1.9. El modelo de Marty: ¿Prepsíquico o cerca cerca de lo
psíquico? -------------------------------------------------------- 21
1.1.1.10. Sobre el sentido en psicosomática ------------------------ 22
1.1.2. La psicosomática en la psicopatología del neonato ---------- 23
1.1.2.1. La expresión somática en la psicopatología del lactante--- 23
2
1.2. Análisis clínico
1.2.1. Observación clínica (Jacques Press) ------------------------ 28
1.2.1.1. Caso Denis ------------------------------------------------------- 28
1.2.1.2. Elementos que sobresalen en el caso Denis------------------ 30
1.2.1.3. Observaciones sobre la organización mental de Denis -- 30
1.2.1.4. Intervención del psicoanalista -------------------------------- 31
1.2.2. Comentario sobre la observación clínica (André Green) --- 32
Capítulo 2. La angustia
2.1. Breve análisis del síntoma y la angustia en Freud ---------- 36
2.2. La angustia como estructura en la red de significantes ---------- 39
Capítulo 3. Elementos prepsíquicos generadores de la angustia y la
psicosomática.
3.1. Relación entre Freud y Piaget ----------------------------------- 43
3.2. Mecanismos que estructuran la psique del neonato ------------ 44
3.3. El objeto libidinal -------------------------------------------------- 45
3.4. Las relaciones de objeto (niño-madre) --------------------------- 47
Capítulo 4. Relación entre psicosomática y angustia en el sujeto
4.1. La psicosomática: ¿producto de la angustia? -------------------- 49
4.2. La psicosomática: ¿causa de la angustia? ------------------- 51
4.3. Angustia y psicosomática prepsíquicas ------------------- 52
Capítulo 5. Conclusiones --------------------------------------------------------- 54
Bibliografía ----------------------------------------------------------------- 56
3
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo ha sido el resultado de una serie de interrogantes que personalmente
fueron saltando a lo largo de la licenciatura y del diplomado de psicopatología, y
que a partir de las experiencias personales, familiares y profesionales me han
llevado a buscar el por qué de este tema.
En primer lugar agradezco a mi esposa Lucero sus palabras de aliento, cariño y
paciencia en los momentos más difíciles que hemos pasado juntos sobretodo
como estudiantes y profesionistas, y que ahora al cerrar este ciclo nos hace estar
más unidos para enfrentar los retos que vendrán en lo futuro de nuestro camino.
Te amo Lucero, caminamos juntos.
Agradezco a mis hijas Andrea y lucero su apoyo incondicional que como
estudiante y profesional me han brindado. Deseo que todo este esfuerzo
realizado sea un elemento importante que les motive a lograr sus sueños por más
complejos que éstos parezcan.
Agradezco a mis profesores de la Universidad de Londres: Luz Ma. Olguín,
Alma Alicia Esquivel, Erika Kopca, Francisco Landa, Elia Barrutieta, Leticia
Vega, y a quienes han dejado en mi ser la necesidad de aportar a la sociedad mis
conocimientos, valores y sobretodo mi capacidad de transformar.
Agradezco a cada uno de mis alumnos de secundaria y bachillerato que a lo largo
de mi crecimiento profesional me han enseñado lo que significa verdaderamente
ser un Maestro. Por todo ello, GRACIAS.
4
ABSTRACT
The relationship between somatic symptoms and anxiety is an issue that is
currently subject of analysis and research from a psychological, psychiatric and
psychoanalytic. These fields have been enriched by theoretical and
methodological inputs like the psychoanalytic school in Paris, you can link
psychological theories of Freud and Lacan, with the biological elements taken
from neurophysiology and construction of learning in the neonate Piaget.
This work proposes a synthesis of the main theories about psychosomatic
defined as an alteration in the psychic construction of the subject, as well as the
factors that influence this process during the early stages of human life.
Regarding anxiety, we should mention Jacques Lacan as one of the leading
analysts who dared to tackle this complex element of psychic life, and have left
us elements for thought and observation in the structuring of the psyche.
Finally, we link the emergence of psychosomatic symptoms in patients examined
by Jacques Press and other members of the French psychoanalytic school to
discuss the anxiety is the product itself or because of the psychosomatic. It is
clear that being a topic currently under investigation, only we are dedicated to
dialogue with the different authors and provide guidelines for future
considerations analysis.
5
RESUMEN
La relación entre los síntomas psicosomáticos y la angustia es un tema que
actualmente es motivo de análisis e investigación a nivel psicológico,
psiquiátrico y psicoanalítico. Estos campos se han visto enriquecidos por
aportaciones teórico-metodológicas que gracias a escuelas como la psicoanalítica
de París, se puede enlazar la teoría psíquica de Freud y Lacan, con elementos
biológicos tomados de la neurofisiología y de construcción del aprendizaje en el
neonato de Piaget.
El presente trabajo aborda una síntesis de las principales aportaciones teóricas
acerca de la psicosomática definida como una alteración en la construcción
psíquica del sujeto, así como los elementos que influyen este proceso durante las
primeras etapas de vida del ser humano.
En cuanto a la angustia, debemos mencionar a Jacques Lacan como uno de los
principales analistas que se atrevieron a enfrentar este elemento tan complejo de
la vida psíquica, y que nos han dejado elementos de reflexión y observación en
la estructuración de la psique.
Finalmente, enlazamos la aparición de síntomas psicosomáticos en pacientes
analizados por Jacques Press y otros miembros de la escuela psicoanalítica
francesa, para analizar sí la angustia es producto o causa de la psicosomática.
Cabe aclarar que al ser un tópico actualmente en investigación, sólo nos
dedicamos a dialogar con los distintos autores y dar pautas de análisis para
futuras reflexiones.
6
INTRODUCCIÓN
Es complejo abordar este tema desde una sola perspectiva, ya que el
reduccionismo nos saldría a la puerta antes de lo esperado. Debido a esta
compleja situación abordaremos la cuestión aquí planteada desde diferentes
escuelas y autores del psicoanálisis. Confieso que aunque tenemos ciertas
interrogantes sobre la aplicación de este campo fundado por Freud en algunas
dimensiones del sujeto, en gran parte ha respondido a las interrogantes
personales que se tienen acerca de la psicosomática y la angustia.
En primer lugar queremos mencionar la importancia que tiene la escuela
psicoanalítica de París, de la cual Pierre Marty es el fundador, en el estudio y
análisis de la psicosomática como tal. Es importante mencionar además, como
discípulos de Marty a Claude Smadja, Alain Fine, Jacques Press, Denise
Braunschweig, Nicos Nicolaïdis y Rosine Debray, todos ellos con profundas
renovaciones de la teoría del maestro, de las cuales me he servido para producir
un pensamiento más analítico y crítico acerca de la forma de pensar de Marty1.
Las reflexiones de André Green frente a esta escuela psicoanalítica me han
proporcionado una lectura compleja acerca del síntoma psicosomático, ya que su
perspectiva clínica y teórica reúne los puntos de vista de los principales
exponentes del psicoanálisis (Freud- Lacan), y gracias a esto genera una nueva
forma de analizar la psicosomática, provocando un debate entre psicoanalistas y
psicosomatistas. Además, ha enriquecido mi forma de conceptualizar este
fenómeno mediante las principales ideas de Marty.
1 Las observaciones presentadas en el presente trabajo han sido recopiladas por Alain Fine y Jacqueline Schaeffer, después del debate realizado en Ginebra en 1994, organizado por André Green para confrontar puntos de vista sobre psicosomática.
7
Retomando al autor del psicoanálisis, recurrimos a su escrito titulado Inhibición,
síntoma y angustia en donde se establece una serie de tesis sobre su posición
teórica acerca de las inhibiciones como una” limitación normal de una función,
y mediante ellas, el establecimiento de síntomas que fungen como sustitutos de
una satisfacción pulsional interceptada2”. Afortunadamente, este autor nos ha
dejado un gran punto de partida para nuestras reflexiones sobre la psicosomática
y la angustia, que es la teoría de la representación, posteriormente retomada por
Pierre Marty y André Green en la escuela francesa de psicoanálisis.
Puesto que nuestro interés es relacionar la angustia con el síntoma
psicosomático, uno de los grandes teóricos franceses Jacques Lacan en su
seminario 10 titulado “la angustia”, genera una discusión teórica sobre la
estructura de la angustia en la red de significantes y como signo de deseo. Lo que
me ha llevado a realizar un análisis desde la perspectiva filosófica Hegeliana
sobre la angustia como “una señal de que algo que es preciso concebir en un
nivel redoblado como la carencia del apoyo que aporta la falta3”.
Afortunadamente, en nuestra búsqueda de un pensamiento clínico y teórico nos
encontramos con León Kreisler4, uno de los mejores investigadores franceses en
psicopatología del neonato, quien desarrolla toda una postura analítica acerca de
la expresión sintomática en la psicopatología del lactante, que nos ha abierto
2 Cfr. Freud, Sigmund. Obras completas. Tomo III. Biblioteca Nueva. Madrid. 1973. Inhibición, síntoma y angustia. Pag. 2833, 2836.3 Cfr. Lacan. Jacques. Seminario 10: la angustia. Barcelona. 2008. Paidós. Pag. 644 Psicoanalista, pediatra y psiquiatra infantil francés. Fue uno de los pioneros de la psicosomática partiendo de sus bases psicoanalíticas. Construyó junto a Serge Lebovici grandes estudios teóricos y clínicos sobre el comportamiento de niños pequeños.
8
nuevas perspectivas para centrar nuestra reflexión en torno al tema que
abordamos en el presente artículo.
Gracias a estos teóricos y clínicos de la angustia y la psicosomática, les
presentamos un análisis de la relación que existe entre estas dos dimensiones del
sujeto que se presentan de forma somática y psíquica mediante una estructura de
significantes, o mejor dicho, cuando los significantes palabra no se han generado
y se sustituyen mediante significantes cosa.
Para concluir con este primer apartado, una de nuestras hipótesis en
psicosomática desde la escuela psicoanalítica de París determina que ésta
aparece en un período pre-psíquico, es decir, antes de que el sujeto estructure su
psiquismo, Piaget nos da un punto de lanzamiento para confirmar este supuesto,
ya que en su teoría y observaciones relacionadas con el infante, ha propuesto una
explicación sobre la formación del objeto libidinal en la psique del niño, y este
objeto será el inicio de la estructuración psíquica del neonato5, partiendo de ello
para las dos vías posibles: la angustia y la psicosomática.
CAPÍTULO 1. LA PSICOSOMÁTICA
5 Cfr. Spitz, René. El primer año de vida del niño. Nueva York: EUA. Fondo de cultura económica. Pag. 254.
9
“El cuerpo puede delirar lo somático, y sólo este delirio es de nuestra incumbencia”
André Green
Para realizar un análisis de esta compleja dimensión del sujeto, quiero retomar la
propuesta teórica y clínica de dos grandes psicosomatistas de la escuela francesa:
Pierre Marty y André Green. Por lo que desarrollaré lo que se ha dicho en sus
principales tesis clínicas y teóricas que nos orienten en nuestra reflexión
temática.
I.1. ANÁLISIS TEÓRICO
En nuestra conceptualización de la psicosomática destacan las influencias de
Pierre Marty al construir un nuevo paradigma de lectura ante aquello que aparece
sin un elemento causal distinguible a primera vista, sino que a partir de la
vivencia y el discurso de una persona, puede ser evocado y por tanto,
transformado en el análisis.
1.1.1. Una teoría general de la representación6
Desde la perspectiva de Marty, la teoría de la representación como referente
teórico, consiste en una serie de postulados que él ha enunciado desde el
psicoanálisis. Esta renovación y actualización de la escuela freudiana, da vida a
una nueva generación de psicoanalistas también denominados psicosomatistas.
Sin embargo, la influencia lacaniana y postfreudiana transforman la dimensión
conceptual de concebir la psicosomática.
6 Cfr. Fine, Alain et al. Interrogantes psicosomáticas. Buenos Aires. 2000. Amorrortu Editores. Pag. 48
10
1.1.1.1. ¿Qué es representar? La cuestión del tiempo
Para Marty7 en su obra mentalización y psicosomática, la palabra “representar”
puede ser analizada desde tres ángulos diferentes y complementarios:
a) Asociar cierta cantidad de representaciones, enlazar toda la dimensión
del pasado que viene a agregarse a la dimensión del presente y
relacionar el recuerdo, la imaginación y las asociaciones.
b) Proyectar, que quiere decir, concebir una dimensión con relación a lo
posible, en función del futuro. Por lo que, PRESENTE-PASADO-
FUTURO están representados en la actividad de representación.
c) Hacer presente, en ausencia de lo que es perceptible todo lo que debe
volver a ser formado por la psique, haciéndolo nuevamente presente,
re-presentándolo.
Para Marty esto genera que un individuo que proyecta o que representa, estatuye,
es decir, se revela, se implica. Provocando de esta manera una extensión del
campo de la representación hacia tres campos posibles:
El cuerpo,
El mundo y,
El otro.
7 André Green, en el debate celebrado en Ginebra en 1994, como discípulo de Pierre Marty presenta esta serie de tesis para generar con su equipo de psicosomatistas algunos postulados que renueven la forma en cómo se conceptualiza y analiza la estructura psicosomática y neurótica. Bajo la dirección de Alain Fine y Jacqueline Schaeffer, se realiza una compilación de los argumentos teóricos y clínicos dados durante el evento antes mencionado contenidos en la obra Interrogantes Psicosomáticas.
11
Por lo que un paciente psicosomático presenta un conflicto entre el mundo y el
soma, quedando de esta manera, un psiquismo aplastado.
1.1.1.2. Pulsión y representación psíquica: el modelo de la realización
del deseo
Si partimos desde la posición freudiana acerca de la pulsión, en donde es la
representante de las excitaciones psíquicas nacidas en el interior del cuerpo y que
llegan al psiquismo, podemos obtener las siguientes dimensiones de la pulsión a
trabajar en psicosomática:
a) La dimensión dinámica: en donde la excitación nacida en el interior de
cuerpo y transportada, es transferida hacia el psiquismo. La pulsión se
vuelve activa psíquicamente y compartida entre una fuente orgánica y
un objeto que no lo es.
b) La dimensión tópica: en donde las excitaciones nacidas del interior de
cuerpo llegan a lo psíquico, es decir, penetran en un territorio diferente.
Este encuentro entre representante psíquico y huella mnémica de la
representación cosa o de objeto que ha sido dejada por una experiencia
anterior de satisfacción, va a provocar que cuando reaparezca
posteriormente un deseo, este se va a manifestar como exigencia de
satisfacción nacida en el cuerpo. Por lo que el afecto, es el resultado de
lo que queda de la pulsión cuando se efectuó un trabajo de
representación por el lado de la representación de objeto.
12
c) La dimensión económica: en donde las excitaciones nacidas en el
interior del cuerpo no llegan jamás al psiquismo, por no poder entender
el llamado de las excitaciones somáticas. Estas excitaciones traducirían
una exigencia de trabajo interpretable por lo psíquico. Por lo tanto, lo
somático, habiendo logrado franquear la barrera somato-psíquica ve
que se le niega el acceso a lo psíquico y se reenvía a su fuente. Freud
menciona que este acceso negado a lo consciente es realizado por una
moción pulsional o una representación inconsciente, pues de haber
alcanzado el psiquismo se hubiera generado una fuerte carga
destructiva. Sin embargo, para proteger al “yo” se produce un
equivalente de forclusión que deja al sujeto presa de esta destructividad
totalmente ignorada por aquel que la produce, y como consecuencia se
produce la gravedad de la enfermedad somática.
1.1.1.3. Tres formas de representación
Si tomamos en cuenta a Freud, la pulsión es el representante psíquico de las
excitaciones nacidas en el interior del cuerpo y que llegan al psiquismo8; sin
embargo, la excitación que llega al psiquismo no tiene relación alguna con la
excitación nacida en el interior del cuerpo.
Un segundo aspecto de la representación es la que la concibe como la imagen de
un objeto real en el sentido de una copia de éste. Es la representación como
ilusión. Hay una relación entre imagen y objeto, como lo implica la
representación de objeto o de cosa.
8 Cfr. Freud, Sigmund. Obras completas. Tomo III. Biblioteca Nueva. Madrid. 1973. Inhibición, síntoma y angustia.
13
Un tercer tipo de representación, la representación de palabra, la del lenguaje.
Considerando las palabras de Freud9, esta representación se encuentra en un
nivel consciente, puesto que integra la imagen de la cosa más la correspondiente
presentación verbal, y es por ella que la organización psíquica puede darse para
constituir una neurosis o una psicosis que salva al sujeto de forma patológica de
una desestructuración, que lo llevaría a constituir un lenguaje de órgano, o bien,
psicosomático.
1.1.1.4. Configuraciones corporales
Un tema discutido por Marty fue el de las relaciones entre conversión y
somatización. Plantea el problema de la simbolización o de la no simbolización.
Sin embargo, trataremos otro punto ligado a éste, que es el de las neurosis
actuales. En donde se nos presenta un modelo que nos obliga a tener en cuenta
una suerte de autoerotismo destructivo nacido de una segregación, que desde la
postura lacaniana consiste en la desestructuración de la red de significantes en el
sujeto y que, por vía de un órgano, instala la voz de un objeto total, una cuasi
persona.
En la psicosomática es importante aclarar las distinciones entre el soma y el
cuerpo, por lo que Marty en su propuesta teórica señala lo siguiente:
a) Cuerpo: cuerpo libidinal en el amplio sentido (libido erótica, libido
agresiva, libido narcisista)
b) Soma: organización biológica, admitiéndose que puede separarse de la
libido y del inconsciente.9 Cfr. Freud, Sigmund. 1915. Lo Inconsciente. Cap.7: El reconocimiento de los inconsciente. http://www.philosophia.cl/biblioteca/freud/1915%20Lo%20inconsciente.pdf. Pag. 26
14
En conclusión, como dice André Green: “El cuerpo puede delirar lo somático, y
sólo este delirio es de nuestra incumbencia”.
1.1.1.5. Sentido y sinsentido
“Lo que aparentemente era del orden del sinsentido adquiere un sentido, pero en el seno de
una organización que no es semejante a la primera. Y por lo tanto hay una causalidad que
trata de lo que, siendo sinsentido, se vuelve sentido”.
André Green
Esta frase de Green se refiere a la causalidad inconsciente que muestra un doble
sentido de las palabras, en donde ante una estructura psicosomática, el discurso
consciente y la estructura somática permanecen frente a frente y esto crea en el
interior de la estructura psíquica relaciones con el sinsentido.
La enfermedad psicosomática se mantiene en el orden del sinsentido, lo que se
podrá es llevar al sujeto a dar sentido a lo que ocurre en él para deslindar una
parte de lo que fue englobado en el sinsentido.
1.1.1.6. Los cuatro territorios
El representante psíquico se asocia a una huella de la representación de objeto, es
decir, a la representación nacida de una experiencia de satisfacción anterior. El
soma plantea un problema y a la estructura psíquica le corresponde resolverlo.
15
Se empieza a convocar a las huellas de la satisfacción anterior: realización
alucinatoria del deseo.
Podemos entender la transferencia en el análisis como la relación dinámica entre
la demanda y la respuesta que ella representa. Mientras el paciente dice: -la cosa
no funciona en mi vida, ¡haga algo!- ; el analista escucha, trata de imaginarse lo
que ocurre a través del discurso y propone una interpretación basada en el
discurso de la demanda que se le dirige. Mientras la demanda cambia, se
convierte en demanda de ser oído, aunque no se pueda aportar solución al
problema.
Aquí podemos hacer referencia a la estructura psíquica freudiana que Green nos
presenta de la siguiente manera10:
a) Nivel inconsciente: representante-representación y representante-afecto.
b) Nivel preconsciente: barrera somato-psíquica que funciona como un filtro
que es a la vez, censura, una vía de pasaje y un espacio de
transformaciones psíquicas.
c) Nivel consciente: representaciones de cosa asociadas a las
representaciones de palabra que les corresponden. Además de los afectos.
d) Protector antiestímulo: separa la psique de lo real.
La lectura del funcionamiento de esta estructura psíquica puede realizarse en
varios sentidos, dependiendo del marco teórico que nos sea de utilidad:
1. Para FREUD consiste en partir del soma y recorrer toda la cadena hacia
adelante.
10 Cfr. Fine, Alain et al. Interrogantes psicosomáticas. Buenos Aires. 2000. Amorrortu Editores. Pag. 60-62
16
2. En la teoría de las RELACIONES DE OBJETO la cosa está en sentido
contrario, es decir, parte del objeto y llega al soma.
3. En la teoría de las SERIES COMPLEMENTARIAS postulada por André
Green, es un vaivén permanente. En ocasiones, las excitaciones parten del
sujeto. Pueden partir de cualquier territorio: del soma, del psiquismo
inconsciente, del psiquismo consciente, de lo real, es decir, del objeto
externo y de la relación con el objeto.
A continuación presentamos un esquema que reúne los elementos analizados
anteriormente, y que es una síntesis de la teoría de André Green:
Esquema 1. Estructura psíquica propuesta por André Green para explicar lo psicosomático.
1.1.1.7. Modelo teórico de Pierre Marty
La forma o el estilo del funcionamiento mental de cada individuo da cuenta de su
organización psicosomática. Esto nos ayuda a pensar el funcionamiento psíquico
17
SomaLímite
somato-psíquico
Psiquismo Icc
Prcc Psiquismo Cc
Protector Anti
Estímulo
Real
Rψ ----- RC
RR
QA Afecto
RC+RP
Memoria y conciencia
Acción
Percepción
Excitación endosomáti
ca
Memoria e inconsciente
Teoría de Freud
Teoría de las relaciones de objeto
Teoría de las series complementarias
de un sujeto; sin embargo, podemos preguntarnos si los fenómenos somáticos y
psíquicos aparecen en un mismo impulso en la experiencia de un mismo sujeto.
Desde la perspectiva teórica freudiana no es posible dicha hipótesis, por lo que
retomando algunas de las evoluciones teóricas de Marty y la escuela
psicoanalítica de París tomaremos algunas tesis que nos ayudarán a aprehender
esta relación entre lo somático y lo psíquico.
Gracias a la relación teórica entre los psicoanalistas postfreudianos, es de llamar
la atención las renovaciones y la apertura que se ha visto necesaria ante las
experiencias con pacientes psicosomáticos, ya que Freud en su pensamiento no
aportó un punto de vista sobre ello, sólo se limitó a establecer las bases de la
pulsión y como lo analizamos anteriormente, la relación entre inhibición,
síntoma y angustia desde un punto de vista biológico, no totalmente psíquico,
como lo propone Marty.
Por lo que ha surgido una propuesta parisina acerca de pensar la psicosomática
como una interfaz somato-psíquica, es decir, basándose en los conceptos de
pulsión de Freud y de fijación en Marty, analizar lo que sucede en lo somático a
partir de todo cuanto alcanza lo psíquico, y así recíprocamente.
Una de las premisas más importantes de Marty es la que enuncia: “Los
acontecimientos psicosomáticos en el curso de la vida siguen una senda de
deconstrucción inversa a la de la evolución individual11”.
11 Cfr. Fine, Alain et al. Interrogantes psicosomáticas. Buenos Aires. 2000. Amorrortu Editores. Pag. 73.
18
Esto ha generado una discusión entre psicoanalistas y psicosomatistas, ya que
Marty toma algunos conceptos freudianos y los integra en su teoría evolucionista
que cambia la forma de enlazarlos, y así construir un nuevo enfoque de la
psicosomática. Gracias a esta integración entre psicoanálisis y un enfoque que
retoma la importancia del soma en los fenómenos psíquicos se ha reformulado la
teoría psicoanalítica en los siguientes aspectos:
a) La teoría de los instintos de vida y los instintos de muerte animan tanto las
funciones somáticas como las psíquicas.
b) El instinto se vuelve pulsión cuando se enlaza a representaciones
psíquicas.
c) Los fenómenos de fijación-regresión que Freud entiende como repliegues
de la libido a posiciones antiguas, se extienden a funciones somáticas y
representan el equipamiento defensivo mayor de todo sujeto que se
oponen a los movimientos de desorganización.
d) Estas marcas funcionales representadas por las fijaciones en toda la
extensión psicosomática, podría estar asociado a las inscripciones
genéticas.
e) Se plantea como hipótesis que el inconsciente es objeto de un proceso de
desorganización interna que obedece a dos principios funcionales: la
automatización (repetición que mantiene estancados los funcionamientos
psicosomáticos), y la programación (programa de organizaciones y
reorganizaciones)
1.1.1.8. El fenómeno psicosomático
19
Ante esta serie de reformulaciones de la teoría psicoanalítica frente a las
desorganizaciones psicosomáticas, Marty propone lo siguiente: -“Si, las más de
las veces, una fase de desorganización mental, en ocasiones apenas sensible,
precede a una desorganización somática, esto se debe a la marcha
contraevolutiva de las desorganizaciones12”.
El problema de los afectos consiste en que primero afectan los fenómenos de
orden mental y posteriormente a los de orden somático, sin que lo mental, que
precede en el tiempo a lo somático, constituya en sí mismo una causa de lo
somático. Por lo que podemos sintetizarlo de la siguiente manera: El síntoma
somático no es psicogenético.
Alan Fine, uno de los psicosomatistas más importantes en la actualidad aporta
una explicación al fenómeno de lo psicosomático, Fine explica que este
fenómeno es un levantamiento intencional de autocensura de filiaciones, que
como lo diría Freud en su célebre artículo “Inhibición, síntoma y angustia”
cuando habla de la excitación pulsional que se encuentra entre lo psíquico y lo
somático, es una relación entre la pulsión (excitación interna) y la tensión
(excitación externa), generando un desborde de ligazones que aplastan la
actividad psíquica y que someten a un exceso de fuerte potencialidad traumática
mediante una descarga en lo somático. De ahí que la carencia de esta actividad
psíquica aplastada arrastre al sujeto hacia una patología primero psíquica y luego
somática.
12 Cfr. Fine, Alain et al. Interrogantes psicosomáticas. Buenos Aires. 2000. Amorrortu Editores. Pag. 92
20
Cuando sobreviene la enfermedad, ésta engloba toda la historia del cuerpo y se
inscribe en ella como cuerpo sufriente reactivando dicha historia. Recordemos
que no toda enfermedad es consecuencia de un proceso de somatización, pues la
estructura psicosomática puede estar recubierta por una superestructura
neurótica.
1.1.1.9. El modelo de Marty: ¿Prepsíquico o cerca de lo psíquico?
Nicos Nicolaïdis realiza una lectura crítica de Marty y construye un concepto
que desde su perspectiva se encuentra en el origen de las insuficiencias de
organización del preconsciente, generando de esta forma la desorganización
psicosomática: la madre muerta.
Esta madre muerta es un imago constituida en la psique del hijo a consecuencia
de una depresión materna, que transformó el objeto vivo, en una figura lejana,
átona y cuasi animada. Es una madre que sigue viva, pero que está
psíquicamente muerta a los ojos del pequeño hijo a quien ella cuida. Estas
insuficiencias de organización del preconsciente del adulto están ligadas a una
indisponibilidad afectiva de la madre frente al pequeño: cuando esta se vio
demasiado deprimida y demasiado ocupada en otra cosa. Esto no permite que se
instale en el niño un sistema de representaciones acompañadas de afecto13.
El sujeto psicosomático mal mentalizado falló en su neurosis y en su psicosis,
que hubieran podido proteger de manera patológica, pero también mentalmente
(psíquicamente) su soma. Por ello, retomamos lo que anteriormente Marty y
13 Cfr. Fine, Alain et al. Interrogantes psicosomáticas. Buenos Aires. 2000. Amorrortu Editores. Pag. 151
21
Green mencionaron en su teoría de las representaciones: “lo psicosomático pone
en comunicación el SOMA y lo REAL, aplastando todo cuanto es del orden del
PSIQUISMO”.
Por lo tanto, el psicosomatista desde el punto de vista de Nicos Nicolaïdis14, para
hacer frente a la enfermedad somática:
a) No trabaja con el soma sino con el psiquismo.
b) Para enderezar la desorganización somática, él refuerza la psiquización de
sujeto.
1.1.1.10. Sobre el sentido en psicosomática
Para André Green el psicoanálisis es un análisis de lo psíquico, por lo que en
psicosomática no debe de perder de vista que lo central en su aporte es el estudio
de la actividad mental (espíritu) considerando sus lazos con el cuerpo.
Esto desemboca en una nueva concepción del sentido para el psicoanálisis, es
decir, el sentido es lo que puede deducirse con ayuda de la actividad de
representación. El lenguaje es el medio por el cual se pueden inducir
representaciones en otro, y así penetrar en el acto sintomático que está formado
por un mundo en el que las representaciones cosa existen sin representaciones
palabra.
14 Cfr. Fine, Alain et al. Interrogantes psicosomáticas. Buenos Aires. 2000. Amorrortu Editores. Pag. 155.
22
Desde mi punto de vista y considerando los autores antes mencionados, podemos
decir que el lenguaje es la puerta de entrada a las representaciones que tomaron
un órgano para instalarse. Sin embargo, al no haber representaciones palabra en
la psicosomática, provoca que el analista ingrese a un mundo inexplorado hasta
el momento por el sujeto. Generando así que las representaciones cosa, liberen
poco a poco las excitaciones que están provocando el síntoma psicosomático.
Aquí un acercamiento importante a la cura que Freud alcanzó a vislumbrar y
que ahora los postfreudianos profundizan.
1.1.2. La psicosomática en la psicopatología del neonato
A partir de la construcción teórica analizada en los puntos anteriores, rescatamos
a la figura del neonato como un sujeto en proceso de construcción, y que por
atravesar esta etapa de génesis en su aparato psíquico, nos da un retrato muy
valioso de los elementos que configuran la expresión somática en su proceso de
evolución.
1.1.2.1. La expresión somática en la psicopatología del lactante
Buscando en la ontogénesis del sujeto, nos encontramos con algunas estructuras
que predisponen a la somatización al naciente sujeto, por lo que ha sido de
nuestro interés exponer lo que León Kreisler ha investigado en las interacciones
del niño con su madre, y así enlazar la teoría Martyana con investigaciones en
una etapa de construcción del sujeto, con miras a profundizar en la posible
génesis de la psicosomática.
23
Los elementos observados por psicoanalistas de la escuela de París en niños
pequeños con cierta predisposición a la somatización son:
Las fallas en el manejo del simbolismo inconsciente.
Las pulsiones inconscientes, privadas de su posible metabolización en la
expresión mental, emprenden la vía subterránea de los órganos.
El cuerpo es el punto de impacto directo de los fenómenos pulsionales mal
controlados.
Por lo que en la clínica psicosomática el cuerpo es la víctima de afectos y
pulsiones reprimidas.
Kreisler advierte que la desorganización somática se produce bajo la influencia
de hechos traumáticos cuya consecuencia es una ruptura de la economía
psicosomática habitual. La expresión mental de esta ruptura es la depresión
esencial.
De acuerdo a esta postura teórica y clínica, el preconsciente asegura la
regulación y la circulación entre el inconsciente y el consciente (tomado de
Freud). De acuerdo a la calidad del Preconsciente depende la organización de las
defensas psíquicas frente a situaciones traumáticas. Un buen funcionamiento del
Preconsciente genera una riqueza de contenido en afectos y representaciones, la
flexibilidad y la regularidad.
24
Desafortunadamente, existen estructuras infantiles con riesgo psicosomático
cuando15:
a) La actividad de estos niños es monótona, pobre y vacía, privada de
impulsos imaginarios.
b) Se presentan disfuncionamientos neuróticos mal organizados, inestables,
irregulares o rígidos.
c) Se muestran faltas severas de estructuración.
El recién nacido vive las primeras semanas en el universo indiferenciado de una
vivencia corporal en la que está englobada la madre. Su sensibilidad receptiva es
aguda y sus percepciones muestran una heterogeneidad espacial.
Se pueden observar algunas características patógenas en el lactante como:
a) La insuficiencia crónica del apego: por carencia libidinal y falta de
aportaciones y estímulos (miseria afectiva).
b) El exceso de excitación y del sobrestímulo: el exceso de excitación
contiene un potencial inmediato de descarga funcional. Puede presentar de
varias maneras, entre ellas:
15 Kreisler enuncia como ejemplos de estructuras infantiles en riesgo psicosomático a los enfermos de asma y de enanismo psicológico, así como las posibles causas estructurales de ellas, como lo pueden ser:
Gran fragilidad emocional Conjunción psicosomática Intensidad de las necesidades afectivas redobladas por una debilidad de los medios
autónomos para satisfacer éstas. Intolerancia frente a situaciones conflictivas.
El asma, podríamos decir, es una enfermedad del crecimiento afectivo que sugiere la persistencia de un funcionamiento arcaico y un bloqueo de los procesos de separación-individuación (alérgico).
25
Excitación continua dirigida hacia una esfera funcional electiva (la
alimentación o la evacuación intestinal, por ejemplo).
Los comportamientos de sobreprotección materna que excluyen al
padre y entablan una relación simbiótica a expensas de la
separación-individuación (asma o eczema)
Kreisler reconoce en los períodos iniciales, la creación en el niño de defensas
psicosomáticas garantizadas por los cuidados maternos. Por lo que este
funcionamiento interactivo entre el niño y su madre son los reguladores del
equilibrio psicosomático.
Sin embargo, encontramos dentro de esta función materna, casos en los que
dicha función no se dio en el momento de la generación de estas defensas
psicosomáticas, generando de esta manera un comportamiento vacío en el niño
pequeño. Podemos describir algunos de los elementos característicos de este
comportamiento:
Embotamiento afectivo próximo a la atonía depresiva.
Está enganchado a la factual, pero vacío de representaciones.
Funcionamiento mecánico de una inquietante extrañeza.
Una pobreza de afectos, en conductas de niños que podrían irse con
cualquier persona sin necesidad de identificación.
Ausencia de relación de objeto (la quiebra del funcionamiento objetal)
Este vacío resulta de la ausencia de introyección durable de la imago
materna.
Durante esta etapa del neonato, se da una construcción anterior a las
representaciones señaladas anteriormente por Marty, que Kreisler les llama
26
Protorrepresentaciones y consisten en las formas impresas en esta moción de
afecto cuando todavía indiferenciada del objeto, toma prestadas ciertas
características por medio de las cuales el suceso podrá inscribirse en huellas de
experiencia subjetiva, eventualmente susceptibles de ser vinculadas en la
comunicación.
Estas protorrepresentaciones del pensamiento indiferenciado sólo pueden
emerger, sostenerse, transformarse semióticamente y organizarse en el niño, con
el apoyo de la capacidad de ensoñación de la madre. Sin embargo, el frustrado
pasado de los padres, los imagos terribles que destruyen la capacidad de ser
padres, también pueden volver bajo la forma de “fantasmas en el cuarto de los
niños”, que bloquean el desarrollo psicosomático del bebé”. Esta relación
psíquica cuando es destruida deja lugar a la materialidad de los “equivalentes
somáticos”, inapropiadamente llamados simbólicos.
En síntesis, la teoría Martyana aporta una nueva visión para analizar las
estructuras psicosomáticas en sujetos que han fallado en su mentalización, por lo
que las excitaciones toman la vía del órgano. Sin embargo, al darnos cuenta de
que la génesis de este proceso se da durante los primeros meses de vida del niño,
nos hace pensar en el papel fundamental del entorno familiar, social y cultural
que aporta una gama de significantes que estructuran al pequeño sujeto para
posteriormente realizar una construcción de sí mismo.
La construcción teórica aquí aportada nos da un elemento valioso para continuar
con nuestro análisis sobre la psicosomática: lo prepsíquico depositado en el
neonato provoca el enlace entre soma y psique, puesto que al inicio de la vida no
han estado unidos, y en este momento deberán crearse las condiciones necesarias
27
para unificar con afectos significantes lo que más tarde denominaremos aparato
psíquico.
1.2. ANÁLISIS CLÍNICO
1.2.1. Observación clínica (Jacques Press)
La integración del caso Denis en nuestro estudio sobre psicosomática, provoca el
diálogo entre Press y los demás miembros de la escuela psicoanalítica de París,
para generar un retrato hablado del cómo un sujeto de análisis puede acercarse
junto con el analista a el caos que ha provocado la vía del órgano tomada a causa
de una desestructuración temprana en su mentalización.
1.2.1.1. Caso Denis
Denis padece una enfermedad hereditaria con una malformación. Experimenta
sentimientos intensos de fatiga, dificultad para establecer lazos, una suerte de
parálisis, etc. En una de las entrevistas expresó que la enfermedad que padecía
era como su firma, algo esencia de su identidad.
En la primera entrevista expresó que desde hace tiempo quiere emprender una
psicoterapia, pero tiene claras sus motivaciones. Describe un malestar difuso, un
sentimiento de vaguedad, con angustias importantes y sin ningún lazo objetal.
De su rostro triste se desprende una sensación de inmenso abatimiento. Habla
escasamente, con largos períodos de silencio. Cuando expresa un afecto de
inmediato queda al borde de las lágrimas. En lo poco que decía, la presencia de
28
la enfermedad y la muerte en la familia acudía al primer plano: “crecí en medio
de las catástrofes”.
Su primera catástrofe fue la enfermedad de la madre de Denis. Por lo que
describe como obvio el hecho de padecer también él una forma sintomática de
esta malformación: “me parezco a mi madre” –dice el paciente como una
autocondena del destino-.
Denis trata de borrar el recuerdo de esa infancia – catástrofe cuyos duelos él ha
constituido como puntos de referencia, duelos maternos y duelos paternos. El
recuerdo que conserva de su madre es el de una mujer constantemente
deprimida, depresión de la que habla con un gran rencor. Lo que también trata de
borrar, para conservarlo en el odio, es el vínculo con su padre, descrito como un
pequeño funcionario veleidoso e hipocondríaco quien, con sus síntomas, se
asegura un dominio tiránico sobre la vida familiar.
Se trata de borrar las tentativas abortadas de iniciativas autónomas que acabaron
todas en catástrofe.
Denis llega al consultorio por un suceso que detonó esta serie de
acontecimientos: su amiga lo abandona de un día para otro. Este primer episodio
sintomático produce un estado de marasmo (parálisis en una parte del cuerpo).
Por lo que sus estudios viran a la catástrofe manifestando su angustia ante la
perspectiva del éxito que ya estaba experimentando. El lazo con ese objeto
provocó una identificación con la enfermedad.
29
Es hijo de una madre que se inquietaba porque esta joven acababa de caer
seriamente enferma (omnipresencia de la enfermedad somática), por lo que las
conductas autocalmantes, el borramiento de su enfermedad, el blanco en sus
prendas de vestir, aparece como la única salida a la excitación traumática
generada por esa forma de filiación mortífera.
Había un sentimiento de unidad ante la sensación de estar fragmentado, -esto
expresado por Denis en una de las entrevistas- , es decir, ser el no-ser para
escapar al sentimiento de fragmentación y de vacío interno, para conservar el
objeto cautivo en el abandono de sí mismo y de subjetividad. Concluyendo: Más
vale ser el objeto de un objeto indigno que estar sin objeto, en la nada del vacío.
1.2.1.2. Elementos que sobresalen en el caso Denis
a) El estado de salud de su madre: acumulación de problemas somáticos
ligados a su enfermedad de base.
b) Los cambios profesionales que vivió y el abandono de su empleo para
emprender una formación complementaria.
1.2.1.3. Observaciones sobre la organización mental de Denis
a) Se trata de un paciente que presenta trastornos importantes de
mentalización.
b) La importancia de los mecanismos de supresión. Supresión de las
representaciones, supresión de las expresiones pulsionales en el
comportamiento.
30
c) Denis plantea una cuestión de los afectos psíquicos de la depresión
materna sobre el niño (mencionado anteriormente desde la perspectiva de
León Kreisler). Denis se encontró desde su tierna edad frente a una madre
deprimida y poco disponible, sin duda una MADRE MUERTA.
d) Denis presenta comportamientos autocalmantes (abusos de alcohol y
tabaquismo)
e) Denis recuerda escasas veces sus sueños. El primero que refiere, es un
sueño de angustia en el límite de la pesadilla. La angustia ante la idea de
tener éxito.
1.2.1.4. Intervención del psicoanalista
La vaguedad de la que habla tal vez sirva para borrar la dificultad de
pensamiento vivo con su historia, con un proyecto de vida, aún teniendo la
enfermedad de su madre. Cuando se confronta al paciente en relación a su
situación con la madre, él responde: “es demasiado duro. Mi madre y yo, la
misma lucha, o más bien la misma ausencia de lucha, enfermo, yo soy enfermo
como ella”.
El problema que Denis se pasó esquivando y que lo alcanzó brutalmente, es el
del lugar de su enfermedad en organización mental.
Ahora Denis es más animado porque creo que nos encontramos más cerca de su
realidad psíquica que antes.
31
1.2.2. Comentario sobre la observación clínica (André Green)
André Green realiza algunas observaciones del caso presentado por Jacques
Press. Lo presento en este análisis clínico porque nos da un punto de vista
diferente y complementario. Los casos de psicosomática que se presentan no
pueden ser analizados solamente por un punto de vista, ya que la complejidad
requiere de un equipo de trabajo más crítico.
Green realiza las siguientes observaciones:
a) Lo que le sucede a la madre es un reflejo indirecto e implícito de lo que
puede sucederle a él. Por lo que telefonear a su madre es pedir noticias de
sí mismo. “Voy a saber a través de mi madre cómo estoy o cómo estaré”.
b) “Llevo algo destructivo en mi cuerpo, que me ataba ciegamente y que
viene de mi madre”. La relación narcisista con la madre, fundada sobre la
enfermedad, está representada aquí por el lado de su compañera, debido a
la amenaza narcisista de fracaso en su examen.
c) Transfiere entonces la angustia de muerte sobre la inquietud de su amiga,
a quien imagina presa de un complejo de castración.
d) Frente al narcisismo corporal atacado por la enfermedad, que lo reduce a
la impotencia y lo enfrenta con su propia destrucción, el narcisismo
intelectual es un desplazamiento valioso puesto que le deja un margen de
maniobra posible.
e) “Me ocupo de la enfermedad de mi madre más que de la mía propia”.
Nada puede hacer por su madre, salvo compartir su mal.
32
f) Hay una ocultación de la representación de sus órganos enfermos y una
fantasmatización de lo que puede serle derivada de ellos a través de los
jueguitos erótico-narcisistas de su amiga.
En resumen, Green propone un análisis de las reflexiones del paciente, de la
siguiente manera:
1. El paciente experimenta tal vaguedad en sí mismo y sobre sus propias
emociones, que más vale tomar las imágenes que le dan los otros.
2. Espera la mirada de otro, algo que pueda darle una idea, una forma de lo
que él es, que contradiga esta imagen.
3. Si me separo de mi madre para ser yo, le dejo toda la enfermedad y ella se
muere, y seré libre de transformar al padre y terapeuta en madres que la
reemplacen.
4. Mi madre y yo: la misma lucha, la misma ausencia… yo soy como ella, un
enfermo, con la muerte en suspenso.
En conclusión, podemos realizar el análisis de este caso en distintos niveles:
a) Factor etiológico: misterioso el nivel genético. Su madre le transmitió un
gen malvado que podría matarlo, y eso lo recibió de ella.
b) Su vida está suspendida de esa indeterminación. Implica el intercambio
con una madre deprimida de la cual uno puede preguntarse si los
elementos de índole psíquica están ligados a la enfermedad (lo que dirá
León Kreisler que es parte del comportamiento vacío por carencia de
significantes).
33
c) Hay un problema de configuración edípica, pues la carencia de las
relaciones con el padre lo han mantenido en una relación simbiótica con la
madre.
d) La manera en que él mismo se vive en su destino postedípico. Es la
manera en que se encuentran inscritas las realizaciones personales, los
éxitos, las sublimaciones, las relaciones con los otros en general.
e) El descubrimiento de su enfermedad y el efecto desorganizador de este
anuncio traumático que estigmatiza el lazo que supone con la madre
(incesto fatal)
f) La revelación ruidosa de los efectos de la enfermedad directamente sobre
el cerebro: Hipertensión arterial, hemorragia cerebral.
g) La comunicación objetal (enfermedad), tiene una implicación
transferencial inconsciente.
34
CAPÍTULO 2. LA ANGUSTIA
“Lo más angustiante para el niño se produce cuando la relación sobre la cual él se instituye,
la de la falta que produce deseo, es perturbada, y ésta es perturbada al máximo cuando no
hay posibilidad de falta, cuando tiene a la madre encima, en especial limpiándole el culo,
modelo de la demanda, de la demanda que no puede desfallecer”.
Jacques Lacan
Después de haber analizado la teoría y la clínica de la psicosomática,
encontramos algunos elementos que nos saltan a la vista en relación con
procesos estructurales que desembocan o generan la angustia (lo que es el
objetivo de nuestra investigación), y por ello presentaremos a continuación dos
puntos de vista de la configuración de la angustia, pues es necesario comprender
su estructuración y manifestación a nivel psíquico, para después llevarla a lo
somático y viceversa.
En el epígrafe lacaniano que encontramos al inicio de este apartado podemos
descubrir uno de los puntos finos que enlazan la teoría de este autor y lo
investigado anteriormente en el ámbito de la psicosomática, es por ello que nos
enfocaremos a buscar la relación entre estas dos dimensiones del sujeto.
En primer lugar expondremos lo que dice el padre del psicoanálisis en su obra
“Inhibición, síntoma y angustia”, en donde no encontraremos más que las bases
orgánicas y un intento de llevar la angustia al plano psíquico. Posteriormente,
analizaremos el pensamiento Lacaniano sobre la angustia basándonos en su obra
“el seminario 10 sobre la angustia” en donde encontraremos las bases teóricas de
la estructuración psíquica de la angustia y, por ello, la transversalidad que existe
entre psicosomática y angustia.
35
I.2. Breve análisis del síntoma y la angustia en Freud
En Inhibición, síntoma y angustia (1926) Freud nos da los indicios de una teoría
de la angustia partiendo de una perspectiva biológica con miras a la
estructuración psíquica; sin embargo, por los recursos teóricos que poseía en ese
momento no logró establecer lo que más tarde otros autores realizarían a partir
de las bases que él estableció.
Freud entiende el síntoma como un indicio de un proceso patológico, en donde
las inhibiciones como rebajas de función, pueden realizar la función de un
síntoma que consiste en la desacostumbrada variación de una función o de una
nueva operación. Si reconocemos al síntoma como un sustituto de una
satisfacción pulsional interceptada, éste se presentará como resultado de un
proceso represivo.
Así, mediante la represión el yo consigue cortar el devenir-consciente de la
representación que era la portadora de la moción desagradable. A consecuencia
de la represión, el decurso excitatorio intentado en el ello no se produce; el yo
consigue inhibirlo o desviarlo.
Entonces, es importante preguntarnos ¿de dónde proviene la energía empleada
para producir la señal de displacer?, Freud responderá a esa pregunta mediante la
explicación de una defensa frente a un proceso indeseado, provocando un intento
de huida del ser orgánico y así quitar la investidura a la percepción de lo
peligroso. Por ello, el medio más eficaz es realizar acciones musculares que
vuelvan imposible la percepción del peligro.
36
Para Freud el yo es un genuino almácigo de angustia, aunque al final de su obra
argumente lo contrario, pues la angustia no es producida por algo nuevo a raíz de
la represión, sino que es producida como estado afectivo siguiendo la imagen
mnémica existente. Entendemos por estados afectivos los que están incorporados
en la vida anímica como unas sedimentaciones de antiquísimas vivencias
traumáticas y en situaciones parecidas, despiertan como unos símbolos
mnémicos.
¿En qué situaciones emerge la represión en la vida de un sujeto?, la respuesta
freudiana postula que emerge cuando una percepción externa evoca una moción
pulsional desagradable, y cuando esta emerge en lo interior sin mediar una
provocación así. De esta manera se da la formación del síntoma, cuando el yo,
recurriendo a la señal de displacer, consigue su propósito de sofocar por entero la
moción pulsional, no nos enteramos de nada de lo acontecido.
Aquí encontramos algunos indicios de la psicosomática en Freud, ya que si
entendemos el síntoma como un proceso sustitutivo que no permite la descarga
por medio de la motilidad, se ve forzado a agotarse en la alteración del cuerpo
propio y no se le permite desbordar sobre el mundo exterior. Mediante el
siguiente esquema podemos observar el funcionamiento del yo en la formación
del síntoma que puede desembocar en un síntoma psicosomático, como lo dirá
Marty mucho tiempo después.
37
Esquema 2. La formación del síntoma a partir de la lectura realizada en Inhibición, Síntoma y
Angustia.
Si observamos el esquema presentado, encontramos al yo con una situación
difícil de resolver por sí mismo ya que al ser un sector organizado del ello, sólo
puede realizar actividades defensivas contra las mociones desagradables,
desembocando en formaciones de síntoma. Más adelante, Lacan dirá que el yo es
lo que engaña. Sin embargo, desde el punto de vista de Freud, las formaciones de
síntoma sólo se pueden observar en la histeria de conversión, mediante las
parálisis motrices, las contracturas y los ataques convulsivos, todos ellos como
dolores en espacios donde estuvo presente la represión y allí donde la energía
estuvo concentrada.
En síntesis, los estados de angustia son generados por estados displacenteros con
acciones de descarga que siguen determinadas vías, reproduciendo vivencias que
reúnen las condiciones para un incremento del estímulo y donde la angustia se
presenta como una reacción frente a la ausencia de objeto. Es la investidura
quitada a raíz de la represión la que se explica como descarga de angustia.
38
Problema del YO
El YO es justamente el sector organizado del ELLO
Lucha defensiva vs
moción pulsional desagradable
Formación del síntomaSatisfacción narcisista de
que estaba privado Conversión histérica
Es aquí donde Freud plantea la angustia como un síntoma de las psiconeurosis,
en donde toda formación de síntoma es para escapar de la angustia, pues la
formación de síntoma cancela la situación de peligro y se crea un remplazo de
proceso pulsional modificado: la formación sustitutiva.
A partir de mi lectura en Inhibición Síntoma y Angustia concluyo que la
angustia se presenta como una reacción originaria frente al desvalimiento en el
trauma y es reproducida como señal de socorro en la situación de peligro, siendo
esto un proceso automático generado por un yo que sintomatiza para descargar la
energía excitatoria que podría provocar un desequilibrio psíquico.
Hasta aquí la exposición de Freud sobre el síntoma y la angustia, lo que nos ha
dejado con algunas interrogantes sobre la estructura de la angustia más allá de
una reacción ante el peligro, pues pareciera que el síntoma es algo que el yo
produce ante lo desagradable; más sin embargo, si el yo solo produce acciones
defensivas y es vulnerable a la represión, ¿de qué forma se produce la angustia
antes de constituirse el yo y qué consecuencias tiene en lo somático?
I.3. La angustia como estructura en la red de significantes
Lacan en su seminario 10 sobre la angustia (1962-1963) reformula la teoría
Freudiana y le da un alcance mayor a lo que Freud había dejado pendiente por
carecer de elementos teóricos en su época. Sin embargo, Lacan aborda la
angustia desde una perspectiva que él denomina “hegeliana”, ya que desde un
punto de vista más filosófico ilumina los procesos internos del sujeto y de
cuando en cuando, apunta de forma clínica muchas de sus observaciones
39
teóricas, permitiendo a sus alumnos visualizar lo analizado en ejemplos claros y
complejos.
La angustia, desde este postulado teórico, es “la reacción catastrófica provocada
por un afecto que no está reprimido, sino más bien, está desplazado, loco,
invertido, metabolizado; lo que está reprimido son los significantes que lo
amarran”16. Este afecto en Freud, es concebido como una descarga de la pulsión;
sin embargo, Lacan le da una connotación de variación de la tensión frente a un
peligro venido de otro lugar. Ese lugar es la presencia del otro como algo
anterior a todo lo que podemos elaborar o comprender, y que genera la
dependencia de mi deseo respecto del deseante que es el otro. Así, con lo que me
enfrento es con el otro como conciencia, es decir, el otro es aquel que me ve, el
otro concierne a mi deseo en la medida de lo que le falta, es el otro como lugar
del significante.
Lacan nos da el fundamento de la angustia: “El deseo de deseo es deseo de un
deseo que responda a la llamada del sujeto. Es deseo de un deseante. A este
deseante que es el otro, ¿para qué lo necesita el sujeto?, tiene necesidad del otro
para que lo reconozca, para recibir de él el reconocimiento. Al exigir ser
reconocido, allí donde soy reconocido, no soy reconocido sino como objeto.
Obtengo lo que deseo, soy objeto, y no puedo soportarme como objeto, pues que
dicho objeto que soy es en su esencia una conciencia”17. Entendemos que este
deseo es deseo en tanto que su imagen-soporte es el equivalente del deseo del
otro.
16 Cfr. Lacan. Jacques. Seminario 10: la angustia. Barcelona. 2008. Paidós. Pag. 2317 Cfr. IDEM. Pag. 33
40
Según Lacan, gracias a la existencia del inconsciente, nosotros podemos ser ese
objeto afectado por el deseo.
Una de las frases lacanianas que se consideran fuente de la angustia en este
reconocimiento como objeto es: “Yo te deseo, aunque no lo sepa”. Pues le digo
al otro que, deseándolo, sin saberlo, siempre sin saberlo, lo tomo como el objeto
para mí mismo desconocido de mi deseo. Te identifico a ti, a quien hablo, con el
objeto que a ti mismo te falta. Por esto, la angustia es una señal que está ligada a
lo que Lacan designa como (-φ). Aunque para Freud la angustia es la reacción-
señal ante la pérdida de un objeto, Lacan entiende a la angustia no como señal
de una falta, sino de algo que es preciso concebir en un nivel redoblado como la
carencia del apoyo que aporta la falta.
En síntesis, para Lacan lo que provoca la angustia es lo que nos anuncia, nos
permite entrever, que volvemos al regazo. No es la alternancia de la presencia-
ausencia de la madre. La posibilidad de la ausencia, es eso, la seguridad de la
presencia. Por lo que, lo más angustiante para el niño se produce cuando la
relación sobre la cual él se instituye, la de la falta que produce deseo, es
perturbada, y ésta es perturbada al máximo cuando no hay posibilidad de falta,
cuando tiene a la madre siempre encima, en especial limpiándole el culo, modelo
de la demanda, de la demanda que no puede desfallecer.
Retomando la reestructuración que Lacan realiza de la teoría freudiana cuando
habla de la angustia como una señal que no está reprimida sino desplazada, y lo
reprimido son los significantes que lo amarran, nos indica un nuevo proceso de
estructuración de la angustia en el sujeto. Lacan dirá que la angustia es generada
por toda demanda, y que dentro de esta demanda hay algo engañoso respecto al
41
lugar del deseo. Y tomando como ejemplo el caso del niño que pide a su madre
que responde a su demanda, la madre responde de forma que siempre está con él,
e incluso sobre él, esto va a generar una respuesta errada a la demanda del bebé.
Podemos leer en la demanda del bebé una falsa demanda, en donde el niño le
pide a su madre estructurar la relación presencia-ausencia, que es un primer
ejercicio de dominio. Mientras que la madre da una respuesta que la colma, pues
ella no lo deja ni a sol ni a sombra, lo que provoca la perturbación en la que se
manifiesta la angustia. El engaño consiste en omitir que existe un vacío entre la
falsa demanda y la respuesta de la madre que correspondería a lo que antes
denominamos la relación presencia-ausencia. Por lo que, como dice Kreisler en
su artículo la expresión somática de la psicopatología del lactante, los cuidados
maternos son los que van a generar la regulación de la angustia mediante la
presencia-ausencia18 que es necesaria para la construcción de un regulador
psíquico como lo es el Preconsciente.
Recordemos que los significantes hacen del mundo una red de huellas, pues el
significante engendra un mundo en el que es posible engañar. Es ahí donde
aparece la angustia como un corte, sin el cual la presencia del significante sería
impensable. Este corte deja aparecer el presentimiento, entiendo pre-sentimiento
como algo que está antes del nacimiento de un sentimiento. Por lo que, la
angustia no es la duda, sino es la causa de la duda. La duda es para combatir la
angustia mediante engaños.
18 René Spitz en su libro El primer año de vida del niño explica la aparición de la angustia al octavo mes de nacimiento, como un primer intento de construcción del psiquismo mediante la identificación del objeto libidinal, que va a ser la madre en la posteridad.
42
CAPÍTULO 3. ELEMENTOS PREPSÍQUICOS GENERADORES DE LA
ANGUSTIA Y LA PSICOSOMÁTICA.
La angustia y la psicosomática aparecen como dos elementos desestructurantes
en la vida del neonato, por ello es necesario identificar los elementos previos a la
construcción del psiquismo que los generan.
3.1.Relación entre Freud y Piaget
Piaget en sus inicios mantuvo una estrecha relación con el psicoanálisis sobre
todo en lo referente a la formación del objeto en el infante, por lo que realizó un
documento relacionando las teorías freudianas y piagetianas19. Sin embargo,
tanto el punto de vista de Piaget como el de Freud sobre este tema
permanecieron como elementos antagónicos en el desarrollo de la psicología de
su tiempo. Por lo que Cobliner comenta los paralelismos y divergencias de
ambas propuestas teóricas. Reconocemos en Freud un análisis más aplicado a la
individualidad del sujeto, en comparación con Piaget al tratar de hacer una
psicología más general y científica.
Hemos tomado para este trabajo, los principales elementos mencionados tanto
por Piaget como por Freud en su teoría de la formación del objeto, pues
consideramos que éstos nos serán de un gran apoyo para dar una contribución
sobre la génesis de la angustia y la psicosomática en el sujeto, ya que por
considerarlas como prepsíquicas, -como lo dice André Green en alguna de sus
intervenciones en el debate de ginebra y P. Marty en su teoría psicosomática-, en
19 Mencionadas en el Apéndice de Spitz en su libro “El primer año de vida del niño”, escrito por W. Godfrey Cobliner Instructor del Departamento de psiquiatría, departamento de ciencia de la conducta. New Jersey College de medicina y odontología.
43
un análisis clínico posterior podremos precisar con mayor claridad esta relación
entre el objeto libinal freudiano , la angustia y la psicosomática, en su función
estructurante del sujeto.
3.2.Mecanismos que estructuran la psique del neonato según Piaget.
En 1942, Piaget sugiere que tres estructuras fundamentales de los mecanismos,
que gobiernan las realizaciones de la psique y capacita al individuo para asumir
en creciente medida el control de sus acciones: el ritmo, la regulación y el
agrupamiento.
a) El ritmo: mediante la práctica de los reflejos el infante adquiere
gradualmente nuevas actividades y patrones de acción. Estas nuevas
actividades se distinguen por cuatro características: 1) son reiterativas; 2)
tienen dos fases sucesivas; 3) el intervalo entre las fases es más o menos
regular, cuando las condiciones internas y externas permanecen iguales; y
4) los movimientos que proceden en una dirección solamente, son
irreversibles.
b) La regulación: la rigidez del equilibrio se revela cuando resulta
trastocado: la imagen se quiebra simplemente y no puede ser reconstruida;
el equilibrio de la constelación cambia y uno nuevo se establece en otra
parte, en una nueva constelación.
c) El agrupamiento: El niño ya no tiene que habérselas con unas pocas
tendencias y contratendencias sino con grupos enteros de ellas. Se acoplan
en series, en tramas y sistemas y la organización resultante queda sometida
a las leyes de la composición.
44
Afirma que en la base adualística los afectos y la excitación somática están
estrechamente entretejidos y ambos se mantiene en equilibrio mediante el ritmo.
Pues cuando emergen las emociones y se integran, se convierten en reguladores
de la vida afectiva.
En el ritmo se encuentran dos elementos principales: uno de ellos es un elemento
de orden, armonía, organización, estructuración, todo lo cual está dotado con
cualidades racionales. El otro es un conjunto claramente más subjetivo: es
excitante, aportador de placer, irracional y de una cualidad un tanto demoníaca.
Con el advenimiento de la regulación el ritmo desaparece como mecanismo
canalizador de energías psíquicas.
3.3.El objeto libidinal
Según Piaget, el objeto libidinal se deriva de las percepciones del infante, que se
originan en su interacción recurrente con su pareja humana, es decir, con su
madre o quien la sustituya. Está dotado, por tanto, desde el principio, con
caracteres dinámicos. Esto es así porque la cualidad principal, significativa de su
pareja humana, es su facultad de responder apropiada y oportunamente; de
ponerse a tono con las necesidades vitales del infante. Progresivamente la madre
va sincronizando su cometido con las necesidades del hijo; estableciéndose entre
éste y el que ha de ser un objeto (la madre) un diálogo (Spitz, 1963). El resultado
es un flujo de interacciones concertadas que pronto se efectuarán en intervalos
recurrentes progresivamente adelantados por el infante.
Estos intercambios activan, paso a paso funciones y capacidades que surgen en
el infante. Coincidiendo con esto, que la frecuencia y recurrencia de la
45
interacción sirve para alzar en la mente naciente del infante imágenes que son
precipitadas de estímulos interactivos, introceptivos y propioceptivos. Por
ejemplo, estímulos que alcanza su conciencia rudimentaria en las actividades de
asir, en contactos epidérmicos y labiales, en mamar y tragar, en experiencias que
acrecientan la tensión o en aquellas que la alivian.
Posteriormente emergen imágenes fragmentarias de la pareja humana.
Constituyéndose y cristalizando en la mente del infante. Llegan a su memoria
por senderos cinestésicos, dérmicos, auditivos y otros; pero gradualmente
prevalecen en las impresiones visuales. Están asociados con la experiencia de
poderosas cargas somáticas que no pueden menos de dejar impresiones en el
recuerdo del pequeño, al haber ido hasta allí por senderos propioceptivos e
introceptivos.
De estos se sigue que la imagen inicial de la pareja humana, del que va a ser el
objeto, es vacilante, de no reforzarse con imágenes concomitantes internas de
afectos experienciados (psicosomática). De esta multitud de estímulos
interoceptivos, propioceptivos y exteroceptivos, emerge una imagen global de la
pareja humana, del que ha de ser el objeto libidinal, que progresivamente se
diferencia y cristaliza.
Se sugiere que esa primera imagen del objeto se deriva de las impresiones
sensoriales exterioceptivamente intermedias, cuya permanencia e intensidad se
deben a una serie de huellas mnémicas coetáneas y complementarias de origen
interoceptivo y propioceptivo.
46
La matriz del objeto libidinal se va formando así con fragmentos recordados de
interacción con la pareja humana en su primer período de vida; la madre o quien
la sustituya. Es una imagen construida con experiencias en la que el potencial
sensorial, motor y los elementos simbólicos posteriores dejan juntamente huellas
de recuerdos combinados.
3.4.Las relaciones de objeto (niño-madre)
Piaget sostiene que las relaciones cognitivas del infante culminan con el logro de
la representación. Dicha representación en el niño se produce, cuando una “cosa”
persiste en su mente, mientras no está ya presente en sus sentidos. Es en este
momento en donde el niño empieza la catexis libidinal, es decir, una especie de
encrucijada en donde el neonato se juega el ingreso a la psiquización o a la
somatización de la energía que posee gracias a las experiencias antes descritas.
Piaget vincula el término objeto con el de representación, entendiendo que el
primer rastro mnémico toma la forma de una imagen del recuerdo, de una
sencilla réplica a una impresión sensorial. El niño es ya capaz, de separar,
abstraer, los rasgos salientes de una serie de rostros y de reunirlos en una especie
de registro “casi objetivo de un rostro” representación en su sistema mnémico, lo
que es una forma más elevada del almacenamiento del recuerdo.
Freud va a complementar esta concepción piagetiana diciendo que la experiencia
propioceptiva puede dejar una huella precisa en el recuerdo, porque el infante la
ha investido con catexia libidinal.
47
Freud nos dirá que la madre es reconocida como origen del placer y del
displacer, siendo catexiada como tal, por lo que construye dos imágenes de su
madre: la que satisface (el objeto bueno) y la que frustra (el objeto malo). Por lo
que, la experiencia y la maduración coexistente en el sector sensoriomotor y el
avance en otras esferas fusiona las dos imágenes mnémicas y prepara el camino
para la formación del objeto libidinal.
Podemos decir que el objeto libidinal está instaurado cuando la imagen mnémica
que tiene el infante del objeto libidinal trasciende la impresión sensorial
momentánea, no siendo ya disuelta por el percepto presente. Es decir, la imagen
de la madre ha de persistir en la mente del niño cuando ella está ausente.
En mi opinión el neonato empieza a constituirse como sujeto psíquico, pues el
objeto libidinal instaurado favorece la constitución de un psiquismo que dará pie
a la organización del aparato psíquico como tal, generando el proceso de
angustia necesario para la diferenciación del yo con el no-yo, que va a ser la
madre. Por lo que este objeto libidinal constituye la encrucijada en donde el
sujeto se juega el camino que ha de tomar, es decir, las somatizaciones que como
dice Marty, se van a producir por el aplastamiento del carente psiquismo por
parte de lo real y el soma, o de la angustia que favorezca la estructuración
psíquica mediante la falta, como lo dijo Lacan, apoyándose en la falta que
produce el deseo de ser reconocido como sujeto.
Todo esto dependerá de la sana o patológica función de la madre, o como lo dice
Piaget, o de quien la sustituya, pues reconocemos a lo largo de este trabajo de
análisis y reflexión, que es ahí en la estructuración de la madre donde la angustia
se constituye como causa y producto de la psicosomática del neonato.
48
CAPÍTULO 4. RELACIÓN ENTRE PSICOSOMÁTICA Y ANGUSTIA EN
EL SUJETO
A partir del análisis de los elementos que configuran la psicosomática y la
angustia, según algunos autores psicoanalistas y psicosomáticas, nos
proponemos realizar un enlace entre ambos conceptos. Cabe mencionar que al
mencionar como causa y/o producto a la psicosomática, no estamos señalando un
orden categórico ni cronológico, sino más bien la estructuración atemporal de un
psiquismo que se nos muestra como fallido, y en algún momento, con la
posibilidad de ser reconfigurado desde un trabajo analítico.
4.1. La psicosomática: ¿producto de la angustia?
A partir de la lectura realizada de Lacan sobre la angustia y de Green sobre la
psicosomática puesto que mencionan de forma más o menos paralela la
importancia del papel del sujeto como alguien que está constituido como sujeto
de deseo, es ahí donde podemos mencionar que la angustia es la causa de la
psicosomática. Esto quiere decir que un sujeto que desea ser reconocido como
deseo de un deseo en el otro, y ese otro no le da soporte mediante ese
reconocimiento como objeto, se genera una desestructuración del sujeto como
sujeto deseante, y es ahí en donde aparece la falta de regulación como un
síntoma psicosomático.
De lo mencionado anteriormente al estilo lacaniano, en mi opinión, podemos
tomar las palabras de Denis, el caso analizado por Jacques Press, en donde el
paciente dice: Más vale ser el objeto de un objeto indigno que estar sin objeto, en
la nada del vacío, cuando indica que la enfermedad que padecen él y su madre,
49
pues ha sido lo mejor que ella pudo haberle dejado como signo de compartir su
sufrimiento.
Podemos ubicar la psicosomática como producto de la angustia cuando los
cuidados maternos están perturbados por las propias neurosis que la madre
arrastra hasta el nacimiento del bebé; parafraseando a León Kreisler podemos
decir que la angustia de la madre genera una respuesta desorganizada en la
primera etapa de vida del niño, que vive las primeras semanas en el universo
indiferenciado de una vivencia corporal en la que está englobada la madre. Su
sensibilidad receptiva es aguda y sus percepciones muestran una heterogeneidad
espacial.
En síntesis, podemos decir en congruencia con las teorías y señalamientos
clínicos antes realizados, que el síntoma psicosomático aparece como producto
de una manifestación de angustia de la madre ante un sujeto que todavía no ha
desarrollado en su totalidad una serie de defensas narcisistas que podrían generar
una psiconeurosis o psicosis, y que desembocan en un aplastamiento de lo
psíquico, donde lo real y el soma adquieren una fuerza tal que sintomatizan la
energía pulsional que no puede ser regulada.
Por esto, el papel de la madre como reguladora del psiquismo del nuevo sujeto
en desarrollo tiene una importancia tal que con solo poner la mirada en el
neonato aporta un sinnúmero de significantes, y sobre todo, lo convierte en
sujeto de su deseo, es decir, le da un lugar en su psiquismo.
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4.2. La psicosomática: ¿causa de la angustia?
En este punto, a diferencia de la psicosomática como producto de la angustia,
que encontramos en el apartado anterior, la psicosomática puede causar la
angustia en la estructura del sujeto cuando la identificación con el objeto
deseado, que como en el caso de Denis mencionado en el capítulo 2 del presente
trabajo es la madre, la que no ha generado el corte que sigue manteniendo una
relación de simbiosis, es decir, de dependencia con los cuidados maternos, ya sea
porque ella respondió a la falsa demanda con una presencia total que no produjo
la falta necesaria para la estructuración del deseo.
Es por esto, que si el adulto ha sintomatizado de forma que ese síntoma lo
identifica con el sujeto deseado, cuando se llegue a dar la señal de pérdida de
objeto, será irremediable la señal de angustia, generando un nuevo camino de
representaciones, en donde el cuerpo pueda dejar de sufrir lo que las
representaciones palabra pueden tomar como nueva vía de descarga pulsional.
Desde la lectura que he realizado en los apartados anteriores es importante
mencionar que para que la psicosomática pueda generar esa angustia liberadora
de los significantes reprimidos, o más bien, forcluidos por parte de la madre en el
cuerpo del hijo, es necesario que el sujeto ahora reconocido como sujeto
deseante carente de algo que llamaremos “llamada de otro”, sea sujeto de
reconocimiento mediante la psiquización de lo que fue aplastado por un estado
desregulador de la madre, es decir, vuelva a construirse como un sujeto que tiene
un lugar en el otro, y por ello sintomatizar en las tres vías que proponía Marty:
en el mundo, en el cuerpo y en el otro. Sin embargo, para que este proceso pueda
suceder es necesario re-presentar en el presente, lo que no se inscribió en el
51
pasado mediante representaciones-palabra y ahora sí, tomar esa vía que
correspondió a los órganos y que se manifestó como síntoma psicosomático.
4.3. Angustia y psicosomáticas prepsíquicas
En este recorrido que hemos realizado a lo largo de las diferentes posturas
clínicas y teóricas principalmente de la corriente psicoanalítica, hemos
descubierto como decía Kreisler en su artículo la expresión somática de la
psicopatología del lactante, un universo indiferenciado en donde navegamos
como sujetos deseantes, parafraseando a Lacan, pues la psicosomática y la
angustia son dos grandes puntas de un iceberg en donde sólo mediante el análisis
de caso podemos lograr profundizar. Lo teórico y el análisis clínico son dos
momentos de un mismo encuentro con el sujeto, ya que hemos podido reconocer
un mismo acontecimiento desde un sinnúmero de opiniones, que lo hacen re-
presentar y transformarlo para volver a generar otra cadena de significantes que
nos ayuden a re-construir el presente.
Al final de este trabajo de análisis nos hemos encontrado con la teorización de
René Spitz en su libro “el primer año de vida del niño”, en donde nos presenta
una breve observación que desde nuestro punto de vista puede congregar las
reflexiones de los autores mencionados anteriormente en la investigación, y ser
un punto de lanzamiento para abordar a la psicosomática y la angustia hacia
nuevos horizontes:
“Cuando el desconocido se acerca al niño de ocho meses, éste se siente burlado,
en su deseo de tener a su madre con él. La angustia que manifiesta no es en
respuesta al recuerdo de una experiencia desagradable con el desconocido; es
52
en respuesta de su percepción de que el rostro del desconocido no coincide con
las huellas mnémicas del rostro de la madre. Esto sirve de ejemplo a la
actuación de la apercepción; en ella un percepto en el presente es comparado
con las huellas mnémicas del pasado. En términos psicoanalíticos decimos: es
una respuesta a la percepción intrapsíquica de la tensión del deseo reactivada y
la decepción subsiguiente20”.
Gracias a estas observaciones realizadas por Spitz identificamos la relación entre
psicosomática y angustia en el período pre-psíquico como lo decía André Green,
ya que es en éste momento en donde el sujeto todavía no está capacitado para
mantener relaciones objetales, pues su soma y lo real no pueden ser mediados
por el psiquismo, quedando éste aplastado cuando las funciones maternas que
aparecen como reguladoras de ello no son las adecuadas, y es ahí donde la madre
juega el papel estructurante del sujeto. Por lo tanto, como hay que reconocer en
el sujeto cuándo se trata de falsas demandas, es decir, de la alternancia entre
presencia y ausencia, y cuándo presenta carencias de significantes que el neonato
necesita para configurarse como sujeto reconocido como objeto.
20 Cfr. Spitz, René. El primer año de vida del niño. Nueva York: EUA. Fondo de cultura económica. Pag. 121.
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CAPÍTULO 5. CONCLUSIONES
Mediante la investigación de los autores expuesto anteriormente han surgido una
serie de interrogantes: ¿cómo podemos determinar que el aparato psíquico
aplastado por el soma ha tomado la vía de los órganos y en qué momento de la
vida del sujeto se dio este fenómeno?, en las vida cotidiana de un sujeto ¿cómo
identificar el síntoma producido por la angustia si ésta ha roto la cadena de
significantes?. Cuando analizamos la psicosomática como un proceso involutivo
del cuerpo generado por una desorganización de las representaciones, en una
etapa de vida del niño que debió haber sido cargada de afectos por parte de la
figura materna, y este proceso no se dio, ¿de qué forma el analista puede
acercarse a la persona y abrir la herida para generar destellos de curación
psíquica?.
Es difícil aportar una respuesta única y completa ante estas interrogantes, sin
embargo, el análisis que aquí se presenta es un intento de mostrar lo más
significativo de la teoría y actividad clínica desarrollada en este importante
campo de la psicología, o mejor denominada clínica de la psicosomática.
Por mi parte, he encontrado una serie de elementos que articulados nos dan
pistas para seguir en nuestra búsqueda de cómo la angustia y la psicosomática en
los momentos más álgidos de la vida de los seres humanos actuales aparecen
como un fenómeno de crisis ante un sinsentido, y que en caso de atenderse,
pueden ser la oportunidad para profundizar en los inicios del ser humano como
producto psíquico en construcción. Menciono a continuación los hallazgos que
de forma personal han sido más significativos en este proceso de investigación:
1) La ensoñación de la madre como elemento catalizador para la génesis de
un aparato psíquico. Este es el punto creador de la madre a nivel psíquico,
pues el neonato es bienvenido a esta realidad humana gracias a las
54
experiencias que la madre proporciona de forma viva, creativa y sobre
todo subjetiva, que más adelante serán la llave para que el sujeto naciente
pueda imaginar, recordar, asociar y finalmente representar y representar-se
como alguien que tiene un lugar en la vida de otros.
2) El aplastamiento del soma producido por la carencia de una vía que
descargue los afectos metabolizados e invertidos hacia una estructura,
aunque patógena, pero que dé sentido al sinsentido dentro del cuerpo del
sujeto. He aquí la importancia de poseer distintos canales de liberación de
la energía psíquica provista por los estímulos internos y externos del
neonato. Estos deberán generarse basados en una serie de elementos que
apoyen la creación estructural del niño: el ritmo que aporta la madre al
cargar a su hijo, el agrupamiento que genera la interacción del niño con
sujetos iguales a él y la regulación de los estímulos mediante experiencias
alternadas de idealización y frustración que den un equilibrio.
3) La angustia generada por un eslabón forcluido en la cadena de
significantes provistos al neonato: la presencia asfixiante de la madre que
no permite concebir la ausencia como un elemento estructural en la vida
del futuro sujeto. Aquí podemos mencionar la identificación patógena de
Denis mencionada en el capítulo1 con su madre en donde prefería estar
unida a ella en su enfermedad, que estar en la nada del vacío.
4) La angustia que libera lo instaurado en el soma mediante el acercamiento a
las causas psíquicas del padecimiento psicosomático en el análisis, y que
gracias a las representaciones mediante asociación, pueden generar vías
alternas a las de los órganos simulando una estructura psíquica provisoria.
5) Personalmente, lo que más me movió a seguir analizando este fenómeno
desde el ámbito de la psicología del neonato: un aparato psíquico que no
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nace con nosotros, sino que nosotros generamos basándonos en la
estructura de un agente externo: la madre.
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