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Para comprender la crisis de hoy
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Razón moderna y subjetividad
1. Hacia la mayoría de edad de la persona
L a Ilustración europea puso en marcha un ambicioso programa centrado en la emancipa
ción del ser humano de cuantas opresiones le impedían ser sí-mismo. El ser humano buscaba liberarsede la autoridad no inferible de la razón, emanciparse de la tradición, que deja de ser criterio de actuación permanentemente válido y se torna objeto deestudio, y de todo poder trascendente que pretendiera erigirse en juez del ser humano, explicacióndel mundo, fundamento último de la realidad o salvador de la humanidad. La autoridad, la tradición yla religión dejan de ser referentes obligados tanto enel ámbito de la reflexión como en el de la praxis, tanto en el ámbito cultural como en el político, tanto enel ámbito público como en el privado.
El ideal ilustrado es expresado magistralmentepor Kant en su respuesta de 1784 a la pregunta«¿Qué es la Ilustración?», que se ha convertido enparadigmática al respecto y sigue siendo todavíahoy objeto de un amplio y apasionado debate entreilustrados y posilustrados. La Ilustración es <da salida del hombre de su autoculpable minoría de edad»(Unmiindiglceil). A su vez, la minoría de edad significa <da incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía del otro». La permanencia endicho estado resulta culpable cuando su causa «no
reside en la carencia del entendimiento, sino en lafalta de decisión y valor para servirse por sí mismode él sin la guía del otro». Según esto, el lema de laIlustración se resume en la fórmula «Sapere aude!Ten el valor de servirte de tu propio entendimiento» l.
En la definición precedente se encuentran losprincipales elementos para el logro de la emancipación humana. A ella se llega cuando el ser humanose atreve a pensar por sí mismo, sirviéndose de supropio entendimiento, sin recurrir a tutores -quegeneralmente ejercen las funciones de censoresque piensan por él o le impiden pensar.
Pero la razón logra su objetivo cuando la persona hace uso público de la misma, venciendo la resistencia de quienes, desde la política o la religión, disuaden a sus seguidores de pensar.
El desafío al que se enfrenta la Ilustración es eldesarrollo de una ética que sea a la vez flexible y exigente, autónoma e inmanente, superadora de la metafísica tradicional y de la estrecha moral católica.En otras palabras, se trata de hacer compatible la
I ¿Qué es la Ilustración? (Estudio preliminar de A. Maestre;introducción de A. Maestre y R. Rumagosa), Tecnos, Madl;d1989, 2" cd., 17.
PARA COMPRENDER I..A CRISIS DE J)IOS 11m' 11
subjetividad y la universalidad de la razón, la autonomía personal y la universalidad moral.
2. El camino de la razónEl camino recorrido por Kant comienza con
Descartes (1596-1650), a quien Hegel consideraba elautor de la revolución del espíritu que marca el comienzo de la modernidad. Descartes estudió en elprestigioso colegio de los jesuitas de La Fleche enAnjou, de 1606 a 1614, donde iba a estudiar más tarde David Hume. En 1618 entró en el ejército delpríncipe Mauricio de Nassau. Un año después lo hizo a las órdenes de Maximiliano de Baviera. Fue entonces, concretamente la noche del día 10 de noviembre de 1619, según cuenta él mismo, cuandodescubre «los fundamentos de una ciencia admirable», que luego expondrá en sus libros Discurso delmétodo, Reglas para la dirección del espíritu, Meditaciones sobre la filosofía primera y Principios de la filosofía. Encomienda el asunto a la Virgen y peregrina al santuario de Nuestra Señora de Loreto paradar gracias por su descubrimiento.
1637, año de la publicación del Discurso del método, es considerado por los historiadores de la filosofía como el comienzo de la filosofía moderna, queemprende el camino de la razón, inseparable de laconciencia. La razón es el criterio fundamental deverdad y la fuente principal de conocimiento. Laconciencia aparece como realidad primera y puntode partida del filosofar.
En contra de lo que con frecuencia se afirma, elracionalismo cartesiano nada tiene de etéreo y abstracto; es un racionalismo práctico. El conocimientro requiere una aplicación a las tareas prácticas alobjeto de mejorar las condiciones de la vida humana. Un perfecto conocimiento de todas las cosas queel ser humano puede saber, asevera Descartes, debeorientarse a la conservación de la salud, «primerbien y fundamento de todos los restantes bienes deesta vida».
La historia era testigo del derrumbamiento deuna concepción del mundo, la escolástica, que semostraba incapaz de explicar hechos fundamentalesde la naturaleza y de la vida social y espiritual. Perono había surgido una alternativa lúcida a dicha con-
12 PARA COMPRENDER LA CRISIS DE DIOS HOY
cepción. La mayoría de los contemporáneos de Descartes seguían creyendo que un conocimiento eratanto más verdadero cuanto más resistía a los cambios históricos y cuantas más opiniones de los antepasados tuviera a su favor.
Sin embargo, ya empezaba a notarse la necesidad de un cambio de paradigma. Científicos comoLeonardo da Vinci, Kepler, Galileo y otros estabancomprometidos en la búsqueda de un nuevo paradigma mental. Pero sus puntos de vista no estabantodavía debidamente sistematizados y sus descubrimientos científicos tenían toda la apariencia deavances aislados, es decir, no encuadrados en elmarco de una nueva filosofía del espíritu y de la naturaleza.
En un clima así, de desmoronamiento de un modelo de pensamiento y de búsqueda rigurosa de otroalternativo, Descartes emprende la compleja empresa de la razón, que empezaba por abandonar <dasopiniones que había aceptado hasta entonces... parasustituirlas por otras mejores o aceptarlas de nuevocuando las hubiera sometido al juicio de la razón» 2.
Uno de los blancos de la crítica de los creadoresdel pensamiento moderno, concretamente de Bacony Descartes, es la silogística. Bacon consideraba lalógica aristotélica «inútil para la invención científica». Llega a afirmar que «sirve más para fijar y consolidar errores, fundados en nociones vulgares, quepara inquirir la verdad». Descartes arremete también contra dicha lógica porque cree que se trata deuna mera ordenación y demostración de principiosya establecidos.
Descartado el camino de la silogística aristotélica, muestra su inclinación metodológica por las matemáticas, que le permitían dar con unos principiossólidos y estables para no construir sobre arena. Enla primera parte del Discurso del método reconoceque «gustaba, sobre todo, de las matemáticas, por lacerteza y evidencia de sus razones; pero aún no conocía su verdadero uso, y al pensar que sólo servíanpara las artes mecánicas, me extrañaba de que, sien-
2 R. Descartes, El discurso del 11létodo (traducción, e~tudiopreliminar y notas de R. Frondizi), Alianza, Madlid 1979,79.
do sus cimientos tan firmes y sólidos, no se hubieraconstruido sobre ellos nada sólido» 3.
La verdad de las proposiciones matemáticas nodepende de la libre decisión de la perSOna, sino quese impone por sí misma a la mente, ya que la vemosde manera clara y distinta. Las proposiciones matemáticas no deben su verdad a la experiencia. Por esose las ha llamado «verdades de razón». En consecuencia, en el reino de la razón, donde residen lasmatemáticas, se pueden afirmar algunas cosas convalidez absoluta y universal.
A partir de las matemáticas, DesCartes llegó auna serie de ideas claves en su método, que podríamos resumir, siguiendo a Bridoux, en las siguientes 4:
- La idea de un nivel de verdad slIperior a losrestantes niveles, donde es imposible el error con uncierto sentido de evidencia universal; en comparación con él, los demás conocimientos carecen propíamente de vaLor.
- La idea de que el conocimiento no descansa sobre los datos inciertos de los sentidos, ni sobre lasimágenes mutiladas inscritas en nuestra fantasía, sino sobre el entendimiento considerado como únicafuerza capaz de establecer las razones, como únicoagente de demostraciones y como único portador decerteza.
- La analogía entre el orden de las razones matemáticas y el orden de los efectos de la naturaleza.
F. Bacon reconocía que los males qlle aquejabana la ciencia en su tiempo se debían a 1<1 falta de unmétodo apropiado y fecundo. DescaJ:1:es subrayaprecisamente la importancia del método, que consiste en una serie de «reglas ciertas y fá<:iles, cuya rigurosa observación impide que se SUpOhga verdadero lo falso, y hace que -sin consumirse en esfuerzosinútiles y aumentando gradualmente su ciencia- elespíritu llegue al verdadero conocimiehto de todaslas cosas accesibles a la inteligencia h\Jmana» 5. El
3 lbícl., 74.
4 Oevres el lettres (intlUductions, chronologi~, bibliographie,notes pm' A. Bridoux), Gallimard, Pmis 1953, 16.
5 R. Dcscal'tcs, Reglas para la dirección del f!spíritu, Porrua,México 1977, 101.
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doble objetivo a lograr a través del método es, portanto, no dar por verdadero lo falso y llegar al conocimiento de todas las cosas.
3. Reglas del recto pensarFrente al sinfín de preceptos que encierra la ló
gica, Descartes establece cuatro reglas, cuya observancia no descuida en su quehacer filosófico.
a) La duda metódica
La primera regla consiste en «no admitir jamáscomo verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era; es decir, evitar cuidadosamente laprecipitación y la prevención y no comprender, enmis juicios, nada más que lo que se presentase a miespíritu tan clara y distintamente que no tuviese motivo para ponerlo en duda» 6.
La observancia de este precepto comporta la duda metódica, que lleva a poner en cuestión las opiniones que ya poseemos hasta dar con lo que es indubitable. La duda cartesiana es universal, metódica, provisional y teórica. De lo primero que hay quedudar es de los datos de los sentidos, pues algunasveces éstos engañan, «y como del que nos engañauna vez no debemos fiarnos -matiza Descartes-, yono debo fiarme de los sentidos».
Ahora bien, si duda de todo, al menos es ciertoque duda, es decir, que piensa, y si piensa, existe entanto que ser pensante: «Cogito, ergo sum». Esta proposición es tenida por Descartes como verdadera eindubitable, pues aunque dude de ello o se esté engañando, la duda puede alcanzar al contenido delpensamiento, pero no al pensamiento mismo. Sepuede dudar de lo que uno ve, imagina o piensa, pero no puede dudar de que está pensando y de que,para pensar, tiene que existir.
Una de las funciones del «cogito, ergo sum» esseñalar el tipo de proposición verdadera. Lo que hace que una proposición sea verdadera es que veo claramente que para pensar es preciso ser. De ahí ex-
6 R. Dcsca11es, Discurso del método, o.c., 82-83.
PARA COMPRENDER LA CRISIS DEi DIOS HOY 13
trae el filósofo la regla general del Discurso: «Las co~
sas que concebimos muy clara y distintamente sontodas verdaderas». La evidencia se establece comocriterio de verdad y se define por dos características:la claridad y la distinción.
Claro es aquello presente y manifiesto a un espíritu atento. Distinto es aquello tan perfecto y tan diferente de todo lo demás que sólo comprende lo quemanifiestamente aparece al que lo considera comoes debido. Lo opuesto a una idea clara es una ideaoscura; lo opuesto a una idea distinta es una ideaconfusa.
La evidencia como criterio de verdad caracterizaal conocimiento científico y se opone a la probabilidad ya la verosimilitud. En las Reglas para la direclción del espíritu podemos leer: .
«Toda ciencia es un conocimiento cierto y eviden·te; el hombre que duda mucho no es más sabio que elque nunca ha pensado; y hasta lo considero como menos sabio, si ha formado falsas ideas sobre ciertas cosas. Vale más no estudiar que ocuparse de objetos tandifíciles y tan confusos que nos obliguen -no pudien.do distinguir lo verdadero de lo falso- a admitir lo du.doso como cierto, porque en este estudio más peligrohay de disminuir nuestra ciencia que esperanza de au.mentarla» 7.
b) Intuición y deducción
La segunda regla consiste en «dividir cada una delas dificultades que examinare en tantas partes como fuese posible y en cuantas requiriese su mejorsolución» 8. Y ello hasta alcanzar los elementos mássimples, que serán captados por la intuición. La intuición es uno de los actos de nuestra inteligenciapor el que, junto a la deducción, se puede llegar alconocimiento de las cosas, sin temor a error. Por intuición Descartes entiende <<la concepción de un espíritu sano y atento, tan distinta y tan fácil que ninguna duda quede sobre lo conocido».
7 R. Descartes, Reglas para la dirección del espíritu, o.c., 96.8 R. Descartes, Discurso de/método, o.c., 83.
14 PARA COMPRENDER LA CRISIS DE DIOS HOY
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Todas las personas sabemos por intuición queexistimos, que pensamos, que un triángulo está formado por tres líneas, que un globo no tiene más queuna superficie, etc., etc. La intuición lleva consigono sólo la certeza en los enunciados, sino tambiénen toda clase de razonamientos.
Alcanzadas las <<naturalezas simples» por mediode la intuición, comienza a actuar la deducción,«por la que comprendemos todas las cosas que sonconsecuencia necesaria de otras conocidas por nosotros con toda certeza».
Descartes coloca la deducción junto a la intuición porque cree que hay cosas que pueden ser conocidas con toda seguridad, aun no siendo evidentes por sí mismas, deduciéndolas de principios ciertos por un movimiento continuo y no interrumpidode pensamiento y con una clara intuición de cadacosa. La deducción permite pasar de la evidencia deuna verdad a la evidencia de otra nueva.
c) Método de análisis y método de síntesis
La tercera regla considera necesario «conducirordenadamente mis pensamientos, comenzando porlos objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por grados,hasta el conocimiento de los más compuestos; y suponiendo un orden aun entre aquellos que no se preceden naturalmente unos a otros» 9.
Este principio y el anterior constituyen el núcleodel método cartesiano. El orden descrito por Descartes tiene dos partes bien diferenciadas. La primera se llama «método de análisis», que justifica losprimeros principios de una ciencia al aclarar de unmodo sistemático cómo se alcanzan y por qué sonafirmados. La segunda recibe el nombre de «método de composición» o «síntesis».
El ascenso deductivo hacia el conocimiento delos objetos compuestos permite trasladar a las cuestiones que son complejas la misma seguridad que tenemos al captar, por intuición, los elementos o naturalezas simples.
9 lbíd.
d) Enumeración completa
La cuarta regla consiste en «hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generalesque estuviera seguro de no omitir nada» 10.
Para tener seguridad sobre la totalidad hay quetenerla sobre cada una de las etapas. Así se garantiza la seguridad de toda la cadena y la certeza de laconclusión.
La enumeración es la contraprueba y el complemento de la división. Posee estas características:continua, ininterrumpida, suficiente y ordenada.
4. Límites del racionalismo cartesiano
La principal tarea de Descartes, yen general dela filosofía moderna, fue eliminar las certezas aparentes para obtener las genuinas. Se trataba, en elfondo, de dudar de todo para librarse al final de toda duda. Pero la filosofía moderna fue más convincente y sólida en disipar las viejas certezas que enestablecer otras nuevas.
La crítica se dirigió, en primer lugar, a la certezade la percepción y a las ilusiones de los sentidos. Seextendió también a las proposiones matemáticas, alas que se objetó que su certeza se fundaba en sertautologías que no dicen nada acerca del mundo.
Ante la dificultad para alcanzar las últimas fuentes de la certeza, los escépticos consideraron nuestro conocimiento no como verdadero en el sentidocorriente, sino como un conjunto de instruccionesprácticas para huir del sufrimiento, que no nos dicen ni cómo es el mundo ni cómo debería ser ll
.
El pensamiento trascendental reaccionó frente alos escépticos. Descartes estableció dos distinciones:una, entre el sentimiento subjetivo de evidencia(= obviedad) y la evidencia objetiva de la verdad;otra, entre la certeza moral y la certeza metafísica.Pero el alcance de ambas distinciones fue muy limi-tado. .
10 lbíd.
1I eL L. Kolakovski, Husserl y la búsqueda de la certeza, Alianza, MadIid 1977,15 ss.
En primer lugar, fue incapaz de establecer uncriterio que permitiera distinguir la certeza subjetiva de la certeza genuina que emana del objeto, sin laayuda de la veracidad divilla. «Descartes -observaatinadamente Kolakovski- había hecho uso del criterio de la evidencia para probar la existencia deDios y luego utilizó a Dios para validar el criterio deevidencia» 12. Fueron los primeros críticos quienesrepararon en el círculo vicioso cartesiano.
Vayamos a la segunda distinción entre certezamoral y certeza metafísica. Según el autor del Discurso del método, estamos moralmente ciertos de unjuicio, si está fundamentado de tal modo que podamos aceptarlo para todos los fines prácticos y usarlo en el razonamiento. La certeza metafísica otorgauna calidad tal a los juicios que los hace no sólo utilizables prácticamente, sino inconmovibles apodícticamente. Pues bien, objeta Kolakovski de nuevo,para convencerse de la existencia de tales juicios,hay que recurrir a la necesidad divina.
Husserl considera que el error de Descartes consistió en creer que podía dudar del mundo, pero node su propia existencia, es decir, de que su propio«yo» le era dado en su absoluta inmediatez y de queél era una sustancia pensante. Porque en los fenómenos puros no aparece ninguna sustancia pensante.
Otro error de Descartes fue no sólo el habercreído que había tenido acceso al «Ego» sustancial,concebido como una parte del mundo, sino el creerque era posible un «cogito» no intencional, es decir,que él podía observar su propia conciencia como unacto puro de cogitatio sine cogitatum. Sin embargo,para el análisis intencional no hay un acto puro sinun objeto.
12Ibíd., 18.
PARA C()MI'RENJ)El~ LA CRISIS DE DIOS /101' 1S
«Con él (Descartes) entramos en una filosofía autónoma que sabe que proviene autónomamente de larazón y que la conciencia de sí es un momento esencial de lo verdadero. Aquí podemos decir que estamosen casa y que podemos gritar 'tierra' como el marinotras una larga travesía. Descartes es uno de los hombres que han comenzado desde el principio todas lascosas, y con él comienza la cultura, el pensamiento delos tiempos modernos».
Hegel
5. El descubrimiento de la subjetividadLa liberación tras la que va la Ilustración consis
te en el acceso del ser humano a la auto-conciencia.El ser humano se auto-identifica como sujeto-en-elmundo con identidad propia, no sometido a lasfuerzas impersonales de la naturaleza, ni al ordenpreconcebido del destino, ni a la voluntad de Dios ode los dioses, ni a los dictámenes de otros seres humanos. Se concibe como libre, autónomo, dueño desu presente y señor de su futuro, creador y responsable único en la construcción de la historia y de símismo. La conducta humana se rige por la conciencia. El ser humano tiene valor por sí mismo.
El lagos divino cede su lugar al yo del sujeto. Lahistoria de la salvación trascendente da paso a lahistoria del mundo entendida como emancipacióninmanente. Dios deja de ser el valedor del ser humano y éste se encuentra a solas consigo mismo,asumiendo su responsabilidad en el mundo, a la queno puede renunciar y que no puede delegar. El serhumano emerge, al decir de A. Touraine, «como libertad y creación» 13. Se entiende como actor de suvida personal y como agente de la sociedad.
La subjetividad se toma así constitutivo fundamental del ser humano, quien se convierte en principio fundante de la realidad y del conocimiento,
13 A. Toumine, Critica de la modernidad, Temas de Hoy, Madlid 1993, 265.
16 PARA COMPRENDER LA CRISIS DE DIOS HOY
también del conocimiento de Dios, así como en fundamento de los valores morales.
En los albores de la Edad Moderna, Pico dellaMirandola anunciaba ya el giro antropológico, quesería el santo y seña del Renacimiento e iba a encontrar su fundamentación filosófica y política en laIlustración y la Revolución Francesa. He aquí su lúcido texto, que data de 1492:
«Oh, Adán: no te he dado ningún puesto fijo, niuna imagen peculiar, ni un empleo determinado. Tendrás y poseerás por tu decisión y elección propiaaquel puesto, aquella imagen y aquellas tareas que túquieras. A los demás les he prescrito una naturalezaregida por ciertas leyes. Te marcarás tu naturaleza según la libertad que te entregué, pues no estás sometido a cauce angosto alguno. Te puse en medio del mundo para que miraras placenteramente a tu alrededor,contemplando lo que hay en él. No te hice celeste niterrestre, ni mortal ni inmortal. Tú mismo te has deforjar la forma que prefieras para ti, pues eres el árbitro de tu honor, su modelador y diseñador. Con tu decisión puedes rebajarte hasta igualarte con los brutos,y puedes levantarte hasta las cosas divinas» 14.
De estas palabras puestas en boca de Dios deduce el autor la generosidad sin par de Dios y la grandicha del ser humano, a quien se le ha dado tener loque desea y ser lo que quiera ser.
La antropología no es una disciplina más de lafilosofía, sino que se constituye en disposición fundamental que ordena y guía el pensamiento filosófico y teológico moderno. Ello se aprecia nítidamenteen la relación que Kant establece entre la pregunta«¿Qué es el hombre?» y las tres preguntas precedentes: «¿Qué puedo saber?» «¿Qué debo hacer?» «¿Quéme cabe esperar?» El teacentrismo da paso al antropocentrismo: el mundo es contemplado y comprendido desde el ser humano, no desde Dios. Porello no se le considera inmutable, sino que se creeposible su transformación.
14 Pico della Mjl"andola, Discurso sobre la dignidad dellzol1lbre, en Humanismo v Renaci11liel1to (selección de Pedro Santidtián), Alianza, Madlid 1986, 123.
6. Direcciones de la fIlosofía de la subjetividadLa filosofía de la subjetividad se bifurca en va
rias direcciones no siempre coincidentes. Una es laque acentúa la dimensión interna del ser humano.Con la distinción cartesiana entre res cogitans y resextensa, se inicia una tendencia filosófica dualistaque abre una sima cada vez más profunda entre lointerior y lo exterior, el individuo y la sociedad. Elindividuo es pensado fuera de la sociedad, y ésta,fuera de aquél. El ser humano es pensado como mónada (Leibniz) y se recluye sobre sí mismo para protegerse del mundo exterior.
Aristóteles había definido a la persona bajo unadoble caracterización no excluyente, sino complementaria: como «animal político» y como «animaldel lagos». Sin embargo, según avanza la Modernidad, se produce una disociación entre una y otra caracterización. El lagos, observa certeramente CarlosParís, es entendido «como expresión de nuestra racionalidad o del uso de nuestra palabra, independientemente de la dimensión ciudadana (política)>> 15.
El lagos se aleja de la ciudad y se confina en la inte-'rioridad. Descartes considera al ser humano comoyo racional, como pensamiento puro no mediado'por determinación espacial o material alguna. Elpensamiento puro en que se conceptualiza el ser humano renuncia al cuerpo, huye de la ciudad y sequeda sólo ante sí mismo.
Otra dirección seguida por la subjetividad es lasocial y comunitaria, representada ejemplarmentepor el marxismo y por la ulterior teoría de la accióncomunicativa. El marxismo entiende la persona humana en su muItidimensionalidad (que incluye laindividualidad, la conciencia y la libertad), pero subrayando su carácter natural, social, comunitario y«práxico» (con una praxis multilateral). «La esenciahumana -asevera Marx en su conocida tesis sextasobre Feuerbach- es, en realidad, el conjunto de lasrelaciones humanas».
15 C. PaJis, El animal cultural. Biología y cultura en la realidadhumana, Clitica, Barcelona 1994, 22, Esta idea es expuesta en elsugcI"ente apal"tado que lleva por título «El 'lagos' y la ciudad.(22-24). Hc dedicado un estudio a este cspléndido libro en «ElCiervo. Uunio 1995).
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Según Marx, la sociedad de clases elimina a untiempo la individualidad, porque el ser humano esconsiderado como objeto y mercancía, y la comunidad, porque los intereses no son comunes, sino contrapuestos. La relación de los seres humanos en elproceso del trabajo no les une en cuanto individuos,sino en cuanto miembros de una clase y productores al servicio del sistema capitalista.
He aquí nítidamente expresada la teoría de Marxy Engels sobre la comunidad, perfectamente armonizable con la defensa de la individualidad y de la libertad:
«Solamente dentro de la comunidad (con otros)tiene todo individuo los medios necesarios para desarrollar sus dotes en todos los sentidos; solamente dentro de la comunidad es posible, por tanto, la libertadpersonal. En los sustitutivos de la comunidad quehasta ahora han existido, en el estado, etc., la libertadpersonal sólo existió para los individuos desarrolladosdentro de la clase dominante y sólo en cuanto eran individuos de esta clase. La aparente comunidad en quehasta ahora se han asociado los individuos ha cobrado siempre una existencia propia e independientefrente a ellos y, por tratarse de la asociación de unaclase en contra de otra, no sólo era, al mismo tiempo,una comunidad puramente ilusoria para la clase dominada, sino también una nueva traba. Dentro de lacomunidad real y verdadera, los individuos adquieren, al mismo tiempo, su libertad al asociarse y pormedio de la asociación» 16.
La antropología comunitaria de Marx ha sidoobjeto de caricatura en los regímenes capitalistas yde todo tipo de perversiones y falseamientos en losregímenes comunistas, donde la persona se ha vistosometida a la dictadura de clase y de partido, y la comunidad ha sido amordazada bajo el control del«aparato». El intento de instaurar por vía irracionaly autoritaria -y muchas veces violenta- la sociedadsin clases ha suprimido la libertad individual y haimpedido la liberación de la sociedad. Y, ¡lo más paradójico!, no ha logrado construir la sociedad sinclases.
16 K. Marx-F. Engels, La ideología alemana, Eina, Barcelona1970,86.
PAlM COMPRRNI)m~ loA CJUSI!! DR lJIOS 110)' 17
Con todo, hay que volver la vista a la antropología marxista más genuina para recuperar sus componentes antropológicos emancipatorios en su doble vertiente, personal y comunitaria. La corrientecálida y humanista del marxismo con su apelaciónal sujeto solidario constituye una buena respuesta ala degeneración en que cayó en décadas anteriores.
Como alternativa al individualismo liberal la teoría de la acción comunicativa propone la creaciónde una comunidad racional definida como «una actividad, una experiencia, una reciprocidad de conciencia entre agentes racionales moral y políticamente iguales que libremente se congregan y deliberan, con la finalidad de concertar sus voluntades enla propuesta de objetivos y en la realización de acciones comunes» 17.
Dicha comunidad ha de cumplir estos requisitos: el reconocimiento de cada ciudadano comoagente moral racional, como sujeto y fin en sí mismo; el reconocimiento de cada persona a la igualdadya la libertad en el diálogo político; la capacidad deréplica sin coacción en el diálogo o lo que llama J.Muguerza la «concordia discorde» 18.
Una comunidad así entendida salva tanto a lapersona, en cuanto fuente de moralidad, como a lacomunidad entre personas, movida por objetivos comunes. La persona no se diluye en la comunidad, sino que se siente enriquecida por ella, al tiempo quela comunidad no es el resultado de la suma de los individuos anexados externamente, sino un grupo decomunicación interhumana, con experiencias, intereses e ideales comunes a construir y compartir solidariamente.
Habermas propone la construcción de una comunidad de comunicación, donde todas las personas sean interlocutores en la acción comunicativa.Introduce el concepto de «racionalidad comunicativa», que viene a corregir <das reducciones cognitivoinstrumentales que se hacen de la razón» 19.
17 R. P. Wo!ff, The Povertv o( Liberalism, Boston 1968, 182.
18 J. Muguerza, Desde la pelplejldad, Fondo de Cultura Económica, México-Madrid 1990, 330.
19 J. Habermas, Teoría de la acció11 comu11icativa 1, TaulUs,Madrid 1987, 10.
18 PARA COMPRENDER LA CRISIS DE DIOS lIOY
Amplios sectores filosófico~ consideran la teoríahabermasiana de la acción cOllllllJicativa como elmás logrado y actualizado paradigllla de la modernidad. Con todo, a dicha lcorfa ~l' le pone un reparonada desdeñable: que no pre~ta 1" debida atención alos derechos de las personas no-iguales. R. Mate,que llama la atención sobre est" illlportante limitación, propone como correctivo 1" idea de «solidaridad compasiva», que tiene en ClIl'nta prioritariamente los intereses de los no-sujetos, no defendidosen la mesa del consenso social}".
Aquí radica precisamente una de las contradicciones constitutivas de la modernid"d. POI- una parte, niega la comunidad tradicional con la intenciónde hacer realidad la nueva cOlllllllid"d de iguales,que anticipa en el plano formal de lo,; derechos. Pero, el mismo tiempo, la estructura del E~tado burocrático hace imposible la realización de dicha comunidad.
Si en algo coincidían los regímenes comunistasdel Este europeo con las democracias liberales era enque ambos sistemas elimilwbaJl la comll17idad, tantola tradicional como la comunidad de iguale.'> diseñada en la modernidad. Lo que termina imponiéndose,según Pietro Barcellona, es <<la neutralización de laalteridad» y la «homologación universal» 21.
El universalismo jurídico vigente no se rige porrelaciones interpersonales, sino por relaciones dinerarias caracterizadas por la <<indiferencia recíproca». El poder de mando lo ejerce el dinero, que elimina la libre cooperación y disuelve la sociabilidaden todas sus modalidades, e incluso la individualidad que pretende salvar y garantizar.
P. Barcellona cree necesario salvar los vínculoscomunitarios entre el Estado y el individuo y reconstruir las alteridades negadas. Hay que tejer unacomunidad moral, nacida del pleno desarrollo de lademocracia y alimentada en las fuentes de los movimientos sociales.
20 Cf. R. Mate, Mística v polítIca, Verbo Divino, EsteBa (Navarra) 1991; id., La la::'Oll de los vel1cido~, Anthropos, Bmcelona1992.
21 Cf. P. BarceBona, Posl7lodemidad v c0I111ll1idad. El regresode la vinculación social, Tmtta, Madrid 1992.
«La modernidad, concebida esencialmente comoliberación de los vínculos de dependencia personal, delas jerarquías y de los poderes absolutos, mediante laconstrucción de un ordenamiento jurídico fundamentado en la primacía de la ley, en la igualdad formal yen la generalización de las relaciones dinerarias demercado, ha representado una etapa importante y decisiva en el proceso del desarrollo de las capacidadesproductivas y en la solución de los problemas dramáticos de la 'penuria' de bienes esenciales (a partir de laproducción de los alimentos). Y es, también, una etapa en las transformaciones de la coacción políticopersonal (la 'servidumbre') en coacción económicabasada en la necesidad de conseguir dinero para adquirir los bienes indispensables para sobrevivir.
Sin este proceso, como ha señalado Marx, sólo sehabría generalizado la 'miseria', y el conflicto mortalpor los bienes necesarios hubiera vuelto a surgir.
(Pero) el 'precio' pagado por este desarrollo ha sido, sin embargo, la mercantilización generalizada delas relaciones entre los individuos, la construcción deun inmenso aparato neutralizador de las diferencias yla disolución de todo vínculo de solidaridad personaL>.
Pietro Barcellol1a
7. Despertar de una nueva concienciaLa experiencia del ser humano como sujeto da
lugar al despertar de una nueva conciencia, que tiene estas características: histórica, cientílica y crítica.
a) Conciencia histórica
La conciencia histórica cuestiona de raíz la concepción fatalista e ingenua del mundo y entiende larealidad como mutable a través de la praxis humana. El ser humano se descubre «guarda-agujas de lahistoria», en expresión feliz de Ernst Bloch, y seconsidera con poder para transformarla. No hay orden natural alguno ni autoridad sobrehumana quepuedan oponer resistencia eficaz a la voluntad humana modificadora.
La nueva conciencia histórica surgida en la modernidad ha dado lugar a la filosofía de la historia,que, según la teoría de L6with 22, es el resultado dellargo proceso secularizador de la escatología judeocristiana. La filosofía de la historia se desarrolla enla etapa de la modernidad que va de Descartes aKant y aparece como «parte autoconstitutiva» de ésta 23.
Abre el camino a una nueva racionalidad y a unnuevo paradigma en las relaciones del ser humanocon la naturaleza, con Dios y consigo mismo. Con lanaturaleza, que deja de ser sagrada y se convierte enobjeto de dominio por parte del hombre. Con Dios,al entrar en un proceso de interiorización, antropologización e historificación de la religión, que desemboca en la inmanencia de la Trascendencia.Consigo mismo, al entenderder la conciencia comocriterio último de referencia; a partir de ahí se elabora una fundamentación autónoma de la ética.
Suelen distinguirse dos tendencias en la filosofíade la historia: la racionalista progresista y la filosofía de la génesis de la conciencia histórica. La primera está representada, entre otros, por Voltaire,Lessing y Kant. Defiende un concepto de progresolineal e indefinido, al que considera vertebrador delsentido y de la finalidad de la historia. La segundaestá representada por Vico y Herder. Establece unaseparación entre naturaleza y cultura y una diferenciación en los modos de conocimiento (<<ciencias dela naturaleza» y «ciencias del espíritu»). Comprendela totalidad a partir de lo individual.
b) COl1ciencia cien tílica
La conciencia humana, en cuanto científica, desarrolla la racionalidad como conocimiento de larealidad natural y humano-social, que tiene su traducción práctica en el poder de la técnica. El espíritu científico lleva a desenmascarar las actitudes míticas, que Francis Bacon resumía en las siguientes:
22 K. Lówith, El sentido de la historia, Aguilat~ Madrid 1968.21 J.-M'> Sevilla, El concepto de la filOSO/la de la hi;,toria en la
Modenl1dad, en R. Mate (ed.), Filosofía de la hlstOlia, Trotta, Madrid 1993, 65.
1'/lIi/l C()AI/'/U N/JI Ii / /1 ("/U.~/S /JI /JI().~ I/I!l 19
«credulidad, aversión frente a la duda, precipitaciónen las respuestas, pedantería cultural, temor a contradecir, falta de objetividad, indolencia en las propias investigaciones, fetichismo verbal, quedarse enconocimientos parciales 24.
La ciencia es un «modo de aprehensión de larealidad que depende esencialmente, no de la visiónsino de la acción» 25. Los padres de la ciencia moderna captaron con nitidez la relación entre el conocimiento científico, por una parte, y la actuacióneficaz sobre la realidad humana, por otra.
En un principio, el conocimiento científico mant~nía una estrecha relación con el saber contemplatIVO, el saber hermenéutico y el conocimiento sapiencial. Más aún, es posible que esos saberes seanla fuente de donde la ciencia extraiga su fuerza mássecreta, como observa J. Ladriere. Sin embargo, elsaber científico moderno rompe todo vínculo conlos saberes referidos y se torna saber operativo. Seproduce así un achicamiento: de la ciencia como conocimiento pleno y unión profunda con la realidadse pasa a la ciencia como poder calculado y previsor.La ciencia moderna se centra en la cantidad, que llega a considerarse la estructura definitiva de la realidad.
Los dos componentes esenciales del proceso delas .cien.cias empíricas son el razonamiento y la exper~enCl~, ~mbos en permanente confrontación yennquecImIento. La experiencia confirma o refutalas hipótesis propuestas y sugiere nuevas ideas que1I.evan a la formulación más adecuada de las hipóteSIS.
La tecnología es la cara visible y operacional dela ciencia y actúa de mediadora entre ésta v la realidad cotidiana. Existe una interacción entre la cienciay la tecnología. A su vez ambas ejercen una influencia decisiva sobre las culturas, llegando a modificarsustancialmente los propios cimientos de éstas.
A pesar de las cada vez mayores afinidades entrela ciencia y la tecnología, no pueden desconocerse
24 Citado en M. Horkheimer y Th. Adamo, Dialéctica de laIlustraciól1, Trotta, Maddd 1994, 59.
25 J. Laddere, El reto de la racionalidad. La ciencia y la tecnología frente a las cultUl'as, Sígueme, Salamanca 1978, 12.
20 PARA COMI'Rr.NDER LA CRISIS DE DIOS HOY
las diferencias. La ciencia tiene como objetivo elprogreso del conocimiento, la adquisición de nuevainformación sobre la realidad. El objetivo de la tecnología es, más bien, la transformación de la realidad dada.
c) Conciencia crítica
E~ cuanto crítica, la conciencia es capaz decuestIOnarlo todo, desde la conciencia dogmática,desarrollada preferentemente en suelo religioso,hasta la propia razón, incluso en su constituciónmoderna. Es, por tanto, crítica en un doble nivel: desí misma, cuando rebasa sus propios límites, y de todo dogma que se le pretenda imponer. Han sido lospensadores más consecuentemente modernos quienes se han mostrado más severamente críticos de lamodernidad, empezando por Rousseau, siguiendopor Kant, Marx, Nieztsche, Weber, y llegando hastala escuela de Frankfurt. Todos ellos apelan a la razón para corregir el rumbo desviado que sigue lamodernidad. «y es que, en realidad -como aseveraJosé Jiménez-, la modernidad se desarrolla y avanzacomo un proceso de toma de conciencia constante delas insuficiencias de los propios proyectos y prácticasque alumbra» 26.
Precisamente por ser crítica, la razón modernaestá en proceso de permanente autoc011strucción.«Toda gran verdad -dirá Nietzsche- necesita ser criticada, no idolatrada». Marx indicará, a su vez, que«hemos de liberarnos hasta de las propias cadenasque nos han liberado».
El espíritu crítico se corresponde con el clima deautonomía de la razón. Lo pone en marcha Descartes cuando adopta la duda como método del pensamiento filosófico, en el que se inspira el pensamiento ilustrado posterior.
En Descartes aparece ya la crítica como hermenéutica de la sospecha, la duda como método delpensamiento filosófico. En dicha hermenéutica seinspira el pensamiento ilustrado posterior. Veamosalgunos de sus hitos más importantes.
26 J. Jiménez, La vida como azar. Complejidad de lo 1110demoMondadmi, Madtid 1989, 19. El subrayado es del autm: '
Uno de los primeros críticos de la modernidaddesde dentro fue J.-J. Rousseau. Él lleva a cabo «laprimera gran crítica interna de la modernidad, queapela a la armonía de la naturaleza contra la confusión y la desigualdad sociales» 27. Se libera del corsédel racionalismo optimista presente en la idea deprogreso, denuncia la desigualdad reinante y apela ala voluntad general como vía de salida de la desigualdad. Cree insalvable la contradicción existenteentre la modernidad económica y la ciudadanía. Y sihubiera alguna posibilidad de salvarla, piensa, seríapor la vía de la eliminación de las contradiccionessociales y por la instauración de una sociedad de comunicación.
27 A. TOUl"3l11C, O.C., 37.
La crítica de la sociedad le lleva derechamente ala naturaleza como lugar armónico y sede de la razón, donde el ser humano pueda sentirse reconciliado. Junto a la apelación a la naturaleza y a la razón,Rousseau llama a la comunidad, es decir, a construirun «nosotros» social. Y todo ello frente a los artificios modernistas vacuos, a los intereses individualesy a la sociedad no-racional entonces vigente.
Kant es el paradigma de la crítica ilustrada consus tres «Críticas» (Crítica de la raZól1 pura; Críticade la razón práctica; Crítica del juicio), donde establece las condiciones de posibilidad y los límites dela razón. Lleva a cabo la crítica definitiva de la metafísica. La metafísica absoluta es considerada unailusión.
Crítico del racionalismo se muestra el romanticismo, que recupera dimensiones excluidas del horizonte de la razón, como la voluntad, el deseo, elsimbolismo, etc.
Un salto cualitativo en la crítica lo dan los«maestros de la sospecha» Marx, Nietzsche y Freud,que pasan de la duda sobre las cosas a la duda sobrela conciencia, a la que consideran en su conjunto como conciencia «falsa». La conciencia era el referente último del giro antropológico moderno y la fortaleza inexpugnable de Descartes, que no podía serobjeto de duda. Y ellos osan llamar la atención sobre los condicionamientos internos y externos a quese ve sometida la conciencia.
En el prólogo a su obra Contribución a la críticade la economía política (Berlín 1859) Marx explica elpropósito que les movía a Engels y a él en 1845cuando se encontraron en Bruselas: liquidar la conciencia filosófica alemana anterior y elaborar unaconcepción materialista de la historia y una teoríade la conciencia social:
«En la producción social de su existencia -afirmaMarx-, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estasrelaciones de producción corresponden a un gradodeterminado de desarrollo de sus fuerzas materiales.El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la basereal, sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadasformas de conciencia social. El modo de producción
PAUA COA!PUrNIJrU lA CJUSIS})r; J)/US ¡¡()j" 21
de la vida material condiciona el proceso de vida social, política e intelectual en general» ".
La conciencia del ser humano nunca es una conciencia «pura». Está condicionada socialmente desde el principio: «No es la conciencia de los hombres10 que determina su ser; por el contrario, su ser social es lo que determina su conciencia» 29.
En La ideología alemana Marx y Engels se muestran más explícitos al respecto todavía: «La conciencia es por tanto y desde el primer momento, unproducto social directo e inherente a la existenciadel hombre... La conciencia es primeramente, y desde el nacimiento, la conciencia del medio sensiblemás inmediato y de la limitada interdependenciacon otras personas y cosas situadas fuera del individuo que toma conciencia» 30.
Marx elabora una teoría crítica de la sociedadque incide derechamente en la economía, la políticay la religión. La crítica se orienta a una acción transformadora capaz de generar una alternativa de sociedad libre de todas las opresiones.
La crítica de Nietzsche no se dirige a una u otramodalidad de la Ilustración; va al corazón mismo dela Ilustración. Es una crítica total, radical: de la cultura; de las tendencias filosóficas positivistas; de lamoral, que rezuma necrofilia, negación de los instintos, represión de lo humano; y muy especialmente de la moral cristiana, que es una moral del resentimiento y de la esclavitud; de la metafísica occidental.
Hasta Freud la crítica de la conciencia se centraba preferentemente en los condicionamientos externos de que era objeto: socio-culturales, económicos, políticos. Freud da un paso adelante llamandola atención sobre los condicionamientos internos.Su principal aportación es el descubrimiento del inconsciente y el intento de descifrar sus manifestaciones. La conciencia sigue las directrices que lemarca el inconsciente.
28 K Marx, ContlzbuczÓZ1 a la crítzca de la economía política,EditOlial de Cultura Populal~ México 1974, 12.
29 Ibíd., 12.
10 K. Marx-E Engels, La zdeología ale111a1w, o.c., 45.
22 PARA COMPRENDER LA CRISIS DE DIOS HOY
La escuela de Frankfurt continúa la tradición crítica de los «maestros de la sospecha» en un esfuerzopor reformular y revitalizar el marxismo, liberándolo de los corsés ortodoxos, y por armonizar la dobleherencia marxista y freudiana. Cuestiona la orientación positivista de la filosofía como encubridora delas contradicciones socioeconómicas del sistema. Intenta corregir el rumbo del pensamiento occidentaldominado por la razón instrumental, orientándolohacia otras dimensiones descuidadas del proyectoilustrado, como la ética, la estética, la simbólica.
Con todo, el hipercriticismo frankfurtiano desembocó con frecuencia en pesimismo, negativismoe incluso escepticismo, como ya viera E. Bloch.
«¿Qué es la filosofía? .. Es muchas cosas, y no hayfórmula única que las abarque todas. Pero, si me pidiera que expresase en una sola palabra cuál es su característica más esencial, yo diría, sin duda alguna,que es una visión. En el corazón de toda filosofía digna de ese nombre hay una visión... Lo típico de la filosofía es destruir la costra muerta de la tradición y delas convenciones, romper las cadenas que nos atan alos prejuicios heredados del pasado, de modo que podamos lograr una nueva y más amplia visión de lascosas. Siempre se ha pensado que la filosofía deberíarevelarnos lo que está acuito (aunque yo no soy insensible a los peligros de semejante concepción). DePlatón a Moore y Wittgenstein, todos los grandes filósofos fueron guiados por el sentido de la visión; sin élnadie habría podido dar una nueva visión al pensamiento humano ni habría podido abrir las ventanas alo todavía no visto. Aunque el filósofo sea un buen técnico, no dejará su impronta en la historia de las ideassi no tiene una visión propia que ofrecer. Lo decisivo,implícito en un nuevo modo de mirar, es la voluntadde transformar toda la escena intelectual. Esto esrealmente esencial, y lo que de verdad cuenta es queél haya visto las cosas desde una nueva perspectiva...En todo filósofo hay una veta de reformador. Y ésa esla razón de que todo progreso de la ciencia que afectea sus estructuras es considerado de alcance filosófico,desde Galileo hasta Einstein y Heisenberg».
(F. Waisma1111)
8. Dialéctica de la emancipación humanaa) El proyecto emancipador del ser humano di
señado por la Ilustración se ha desarrollado sóloparcialmente y con no pocas contradicciones. Laafirmación del individuo y el consiguiente descubrimiento de la subjetividad constituyen una aportación auténticamente revolucionaria en el terreno dela liberación de la persona. Pero su derivación última ha sido: por una parte, el individualismo, que notoma en la consideración debida el principio de laalteridad ni el carácter comunitario de la persona;por otra, el patriarcalismo, que no reconoce a la mujer como sujeto moral y político.
En la base misma del modelo económico de la modernidad se encuentra una razón operacional y una libertad teñida de individualismo: «Razón, libertad e individualismo de una economía cuyo fin es hacer ganancias, al tratar de producir lo más posible con elmenor gasto, a fin de que el resultado sea óptimo» 31.
b) Igualmente significativa ha sido la revoluciónde la razón y la nueva conciencia crítica, histórica ycientífica por ella generada para la comprensión yulterior transformación de la realidad natural, humana y social. Pero dicha revolución ha desembocado en el imperio de la razón instrumental, quetiende a sofocar las dimensiones simbólicas, utópicas y compasivas de la razón.
c) La razón moderna estrecha sus pretensionesde universalidad al excluir a la mujer del horizontedel «logos» y se constituye en razón patriarcal. LasLuces de la razón buscaban iluminar a todos los seres humanos, sin distinción de género, pero la herencia patriarcal, que venía de lejos, dejó su impronta también en la tradición ilustrada liberal. Enla distribución de espacios, la Ilustración asignó a lamujer el ámbito privado, por considerarlo el másconforme con su naturaleza. La consecuencia fue elno-reconocimiento de la mujer como ciudadana. Ensuma, la mujer no es sujeto de las Luces.
Con todo, la razón ilustrada «cuenta con suficientes mecanismos autorreguladores... para poner-
31 J.-M. Artadi, Razó11 eco11ómica y razón ética, Fe y Seculatidad/Sal Terrae, Madrid/Santande¡' 1990, 6.
24 PARA COMPRENDER LA CRISIS DE DIOS HOY
se límites y autoimpugnarse constantemente» 32. Elpropio feminismo, como teoría y práctica de laemancipación de la mujer, es un producto típico dela Ilustración, que adopta una actitud crítica frentea la configuración patriarcal de la razón. Lo que elfeminismo pide a la Ilustración no son privilegios oexcepciones, sino coherencia con sus principios programáticos y radicalidad en la aplicación de la universalización de la subjetividad, eliminando las discriminaciones de género y devolviendo a la mujer sucondición de sujeto moral y de ciudadana 33.
d) La revolución ilustrada logró liberar a la persona de la pobreza antropológica que suponía laconciencia mágica y la «libertad esclava» (sometidaa poderes superiores), y contribuyó sobremanera alreencuentro del ser humano consigo mismo. Pero la«sobrecarga cognoscitiva del abstracto mundo delas ciencias naturales» (Metz) puede desembocar enuna nueva pobreza antropológica, que se concretaen una «pobreza de experiencia» y que Walter Benjamin define gráficamente en estos términos:
«Nos hemos hecho pobres. Hemos ido entregando una porción tras otra de la herencia de la humanidad, con frecuencia teniendo que dejarla en la casa deempefío por cien veces menos de su valor para quenos adelanten la pequefía moneda de lo 'actuar» 34.
La pobreza antropológica en que puede encon-trarse instalada la persona en plena cultura moderna requiere, quizá, un nuevo proceso de emancipación que no renuncie a los ideales de la Ilustración,sino que los canalice a través de una revolución antropológica radical con estas características: que noslibere de nuestra riqueza sobreabundante y de nuestro acomodo ególatra, generadores de la pobreza yel malestar de las personas marginadas; del consumo irrefrenable, en el que las sociedades «desarrolladas» se consumen; de nuestra prepotencia, que
32 e. Molina Petit, Dialéctica femi11ista de la Ilustració11, Anthropos, Barcelona 1994, 276.
33 eL e. Amorós, Crítica de la razón patriarcal, Anthropos,Barcelona 1986; íd., El feminismo, se11da 110 tra11sitada de la Ilusu"ació11: IsegOlia 1 (1990) 139-150.
3~ W. Benjamin, Discursos imerrumpidos 1, Taurus, Madrid1989,173.
nos deshumaniza al tiempo que hace todavía másimpotentes a las personas débiles; de nuestra cínicainocencia, que lleva a culpabilizar a los demás eximiéndonos nosotros de toda responsabilidad en ladestrucción de la vida; de nuestra apatía, que noshace insolidarios e indiferentes ante el sufrimientoajeno. La revolución antropológica requiere, en fin,caer en la cuenta de nuestra capacidad opresora yde nuestra complicidad en los atentados contra lavida causados por el hambre y la miseria 35.
e) La ambigüedad caracteriza a la ciencia y a latécnica. Ambas ofrecen, es verdad, innegables posibilidades de crecimiento y constituyen un resortepara el perfeccionamiento humano. Dichas posibilidades son perceptibles en la configuración de proyectos históricos emancipadores, que contribuyan asuperar la penuria y a combatir la desigualdad. Pero los efectos en principio beneficiosos y biófilos dela ciencia y de la técnica se han tornado maléficos ynecrófilos para la naturaleza y la humanidad. Laenergía atómica, por ejemplo, tiene un potencialdestructivo de consecuencias impredecibles. Losavances químicos producen efectos devastadores enla naturaleza. Las nuevas tecnologías sustituyen robots por personas, generando un desempleo estructural irreversible. Los avances de la medicina no soncapaces de frenar la extensión del SIDA. La industrialización está haciendo estragos en el medio ambiente. Todo ello genera un sentimiento de miedoplenamente justificado 36.
La ciencia y la técnica tienen sus límites, que sonde dos tipos: de hecho y de derecho. De hecho, losrecursos del planeta son limitados. De derecho, seapela con razón a la ética en el desarrollo científicocomo correctivo a los excesos de la revolución científico-técnica.
El actual exceso en la acumulación de saberes ytécnicas ha invertido la tendencia anterior: de la confianza espontánea en el progreso se ha pasado a la
35 Cf. Tomo la idea de «revolución antropológica» de J.-E.Metz, Más allá de la religión burguesa, Sígueme, Salamanca 1982,47.
36 CL el matizado artículo de Ch. Duquoc, «Progreso yespemnza», en J.-J. Tamayo (ed.), Cristianismo.v liberación. Homenaje a Casiano Floristáll, Trolla, Maddd 1996, 83-92.
más sibilina desconfianza. El equilibrio entre la humanidad y su entorno natural resulta demasiado precario como para asegurar un crecimiento indefinido.
g) La modernidad posee en ciernes una filosofíade la alteridad. Es precisamente en los orígenes dela modernidad cuando tiene lugar el descubrimiento de otras culturas distintas de la europea. Dichodescubrimiento constituye en sí una fuente de enriquecimiento cultural.
En la reflexión sobre el choque entre culturasnos encontramos con una variante de la comprensión europea de la alteridad y de la tolerancia: es lallamada «variante latina», que se inicia en el sigloXVI con el pensamiento filosófico-moral de autoresespañoles como Francisco de Vitoria, Vasco de Quiraga, Bartolomé de Las Casas, etc. 37.
Dicha variante se mueve en el horizonte de la relativización de lo cultural, sin caer en el escepticismo; acepta la diversidad, trata de entender los comportamientos del otro y sus razones; se muestracomprensiva con aquellas costumbres del otro quelos contemporáneos occidentales tendían a calificarde «bárbaras». Se muestra crítica con el recurso delos occidentales a la doble moral a la hora de valorar lo que es un comportamiento civilizado y lo quees un comportamiento bárbaro. Mantiene un mismo criterio de valoración de las diferentes costumbres. Posee una conciencia histórica que le lleva acomprender a las otras culturas y a reconocer laexistencia de actos de barbarie en la propia cultura.Defiende una jerarquización de los valores y optapor los grupos oprimidos.
El paradigma de dicha filosofía de la alteridaden el siglo XVI fue el discurso de Bartolomé de LasCasas, crítico de la conquista, látigo de los encomenderos y defensor de los indios americanos 38.
37 Cf. F. Fernández Buey, La gran perturbación. Discurso delindio metropolitano, Destino, Barcelona 1995. Se trata, a mi juicio, de uno de las investigaciones mejor fundamentadas desde elpunto de vista documental y político al respecto. De esta obra mehe ocupado en Colonialismo, alteridad.v tolerancia: Revista de Occidente 184 (septiembre 1996) 152-155.
~8 Cf. L. Hanke, La lucha por la justicia en la conquista de Amé·rica, Buenos Aü'es 1949; A. Losada, Bartolomé de l..o.s Casas a la luz.de la modema ctitica histórica, MaIid 1971; E. Dussel, Los obispos
PARA COMl'JWNDER LA CRISIS DE DIOS l/al' 25
Esta variante de la diversidad cultural es anterior a la filosofía ilustrado-liberal de la tolerancia yno fue debidamente tenida en cuenta por el pensamiento político europeo ilustrado, más centrado enel contrato social que en el diálogo entre culturas.La tolerancia ilustrada era cuhuralmente endogámica, es decir, se movía en el marco de la misma cultura, mientras que se mostraba despectiva y críticapara con las manifestaciones de otras culturas, a lasque calificaba de inferiores.
Buena parte de los ilustrados europeos justificaron racionalmente el expolio colonizador llevado acabo en América, Asia y África, fundándose en la inferioridad del otro, al que se consideraba débil, inmaduro, retrasado, salvaje y propenso a la esclavitud por naturaleza. Hay una conciencia de superioridad, que impide el diálogo intercultural w.
f) Otra de las contradicciones -que P. Barcellonacalifica de «constitutiva»- de la modernidad, comoya indiqué más arriba, consiste en haber negado,por una parte, la comunidad tradicional para construir la nueva comunidad de iguales basada en laigualdad, la fraternidad y la libertad, y en haber terminado por negar, por otra parte, dicha comunidad.Es verdad que anticipa la comunidad de iguales enplano formal de los derechos, pero la hace imposible en el terreno de la realidad.
g) Hay un achicamiento de la razón, hasta elpunto de que en ella no cabe «la razón de los vencidos», la razón pascaliana del corazón, la razónanamnética, la razón simbólica, y menos aún la razón religiosa. Metz llama la atención sobre la doblereducción que lleva a cabo la Ilustración:
- La reducción privatizante, que consiste en considerar la religión como asunto privado y en negarle todo dimensión pública, social, política;
- La reducción racionalizante, que consiste en la
hispanoamericanos y la liberación de los pobres (1504-1620), CTR,México 1979; G. Gutiérrez, En busca de los pobres de Jesucristo. Elpensamiento de Bartolomé de Las Casas, Sígueme, Salamanca 1993.
39 Cf. F. Mires, En nombre de la cruz. Discusiones teológicas vpolíticas frente al holocausto de los indios, DEI, San José de CostaRica 1986; íd., La conquista de las almas. Misión y conquista enHispanoamérica, DEI, Costa Rica 1987.
26 PARA COMPRENDER LA CRISIS DE DIOS lIOY
renuncia radical a los mitos y símbolos, religiosos ono, que dejan de ser pol'l;tdores de sentido, y en lasobrecarga cognitiva, que dOIlJina en el mundo delas ciencias naturales 411.
h) El objetivo de la Ilustración fue, según Horkheimer y Adorno, «liberar a los hombres del miedoy constituirlos en señores», «el desencantamientodel mundo», «disolver los mitos y derrocar la imaginación mediante la ciencia» 41. Sin embargo, los propios autores reconocen que el camino hacia la ciencia desemboca en la «renuncia al sentido». Todo sedoblega al principio del cálculo y de la utilidad. Larelación del conocimiento científico con las cosas separece mucho a la que tiene el dictador con las personas sometidas a su voluntad. El conocimiento quetiene el dictador de sus subordinados coincide conla manipulación de éstos. Por lo mismo, en ámbitode la ciencia, la esencia de las cosas se revela como«sustrato de dominio». En ese sentido, «la Ilustración es totalitaria» 42.
La Ilustración identifica al mundo con las matemáticas, a las que convierte en instancia absoluta yritual del pensamiento.
La Ilustración cae en ideología: «La Ilustraciónconsiste en el cálculo de los efectos y en la técnica deproducción y difusión; la ideología se agota, segúnsu propio contenido, en la fetichización de lo existente y del poder que controla la técnica» 43.
La Ilustración, que nace con la pretensión de disolver los mitos, queda atrapada en la mitología ydesencadena ella misma un proceso de mitologización. Recibe el material de los mitos para pulverizado, y termina cayendo en el hechizo mítico. Quiere terminar con el animismo y, sin embargo, reducea magia animista los conceptos de espíritu, verdad eilustración 44. Más aún, la Ilustración retoma a la
40 Cf. J.-B. Metz, La teología en el ocaso de la modemidad:Concilium 191 (1984) 33.
41 M. Horkheimer y Th. Adomo, Dialéctica de la Ilustración,Trotta, Madrid 1994, 59.
42 lbíd., 62, 78.
43 lb íd. , 56.
44 ibíd., 66.
barbarie y la razón dominante desemboca en irracionalismo.
i) La modernidad se ha desarrollado -y sigue desarrollándose todavía hoy- con tonos dramáticos.Una mitad de la misma ha tenido que luchar contrala otra mitad. La ciencia ha perseguido al sujeto.Los triunfos de la razón se han impuesto negandolas aportaciones más luminosas de la religión cristiana, eliminando la herencia del cristianismo en suconjunto sin discernimiento. La razón ha intentadoanular a la religión. La corriente dura de los ilustrados tiende a oponer las tinieblas de la religión a laluces de la razón, el ser creado de la religión al sujeto creador de la razón. La interacción ciencia-conciencia, sujeto-razón, religión-autonomía, libertadigualdad, imaginación-cáculo, sentimiento-razón,da paso a la oposición ciencia-conciencia, sujeto-razón, religión-autonomía, libertad-igualdad, imaginación-cálculo. La ciencia termina por sofocar laconciencia, la razón desemboca en la anulación delos sentimientos, la libertad acaba por suprimir laigualdad, la razón instrumental fagocita al sujeto, yasí sucesivamente.
No parece que pueda aceptarse alegremente laruptura que impone la modernidad entre las lucesde la razón y las tinieblas de la religión, ya que «elsujeto de la modernidad no es otro que el descendiente secularizado del sujeto de la religión» 45. Entre ambos se da una relación de familia, y no unaenemistad de adversarios. En la modernidad han deocupar un lugar importante las religiones. Ellas lapreservan de caer en el peligro de la racionalización.
LecturasTh. W. Adorno, Dialéctica negativa, Taurus, Madrid
1975; C. Amorós, Crítica de la razón patriarcal, Anthropos,Barcelona 1986; K.-O. Apel, La transformación de la filosofía, 2 vals., Taurus, Madrid 1985; F. Fernández Buey, Lagran perturbación Discurso del indio metropolitano, Destino, Barcelona 1995; J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa, 3 vals., Taurus, Madrid 1984-1987; M. Horkhdmer y Th. W. Adorno, Dialéctica de la Ilustración, Trot-
45 A. Tou¡-aine, o.c., 274.
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«Este (Nietzsche) ha captado como pocos, desdeHegel, la dialéctica de la Ilustración. Él ha formuladosu ambivalente relación con el dominio: es preciso'llevar la Ilustración hasta el pueblo, de modo que lossacerdotes se hagan todos sacerdotes con mala conciencia; y lo mismo hay que hacer con el Estado. Tarea de la Ilustración es mostrar la entera conducta delos príncipes y gobernantes como mentira intencionada.. .' (Nietzsche). Por otra parte, la Ilustración fuesie~pre un instrumento de los 'grandes artistas delgobIerno... El engaño al que se ve sometida la multitud en este punto, por ejemplo, en toda democraciaes extremad~~ente precioso: ¡el enpequeñecimiento yla gobernablhdad de los hombres son perseguidos como progreso!' (Nietzsche). Al aparecer este carácterdual de la Ilustración como motivo histórico fundamental, su concepto, el de pensamiento en constanteprogreso, es ampliado hasta el comienzo de la historia narrada».
M.-Horkheimer-Th. W. Adorno
ta, Madrid 1994 (introducción y traducción de J.-J. Sánchez); E. Husserl, La crisis de las ciencias europeas y la fem!menología trascendental, Madrid 1990; J. Jiménez, Lavlda ~01110 azar. Complejidad de lo n/adema, Mondadori,Madnd 1989; L. Kolakovski, Husserl y la búsqueda de lacerterza, Alianza, Madrid 1977; J. Ladriere, El reto de la racionalidad, Sígueme, Salamanca 1978; R. Mate, ilustración, en C. Floristán y J.-J. Tamayo (eds.), Conceptos fundamentales del cristianismo, Trotta, Marid 1993, 602-611;J.-8. Metz, J. Mo1tmann, W. OelmüIler, Ilustración y teoríateológica, Sígueme, Salamanca 1973· C. Molina Petit Dialéctica feminista de la Ilustración, Ánthropos, Barc~lona19.94; J. Muguerza, Desde la perplejidad, FCE, México-Madnd 1990; J.-E. Rodríguez Ibáñez, El sueño de la razón: la1110demidad a la luz de la Teoría Social, Taurus, Madrid1982;.A. Touraine, .Crítica de la modemidad, Temas de Hoy,J'.;l~dnd 1993; Vanos, Humanismo y renacimiento (selecClon de Pedro Santidrián), Alianza, Madrid 1986; Varios,¿Qué es la Ilustración?, Tecnos Madrid 1989, 2a ed. (estudio preliminar de A. Maestre).
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