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REPENSANDO EL DESARROLLO LOCAL SUSTENTABLE DESDE LA ZONA
RURAL DE CIUDAD BOLÍVAR 2012-2016
KATHERINE PARRADO MÉNDEZ
LAURA CRISTINA ROJAS BARBOSA
CAROLINA SANTOFIMIO DELGADO
NATHALIA ZULUAGA BOTERO
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES
ESPECIALIZACIÓN EN AMBIENTE Y DESARROLLO LOCAL
BOGOTÁ
2017
REPENSANDO EL DESARROLLO LOCAL SUSTENTABLE DESDE LA ZONA
RURAL DE CIUDAD BOLÍVAR 2012 - 2016
KATHERINE PARRADO MÉNDEZ
LAURA CRISTINA ROJAS BARBOSA
CAROLINA SANTOFIMIO DELGADO
NATHALIA ZULUAGA BOTERO
Trabajo de Grado presentado como requisito para optar el título de
Especialista en Ambiente y Desarrollo Local
Directora del Proyecto:
CLARA JUDYTH BOTIA FLECHAS
ING. MAGISTER EN AMBIENTE Y DESARROLLO
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS
FACULTAD DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES
ESPECIALIZACIÓN EN AMBIENTE Y DESARROLLO LOCAL
BOGOTÁ
2017
RESUMEN
El debate del concepto de desarrollo es permanente y se presenta como categoría
central para el entendimiento de la sociedad y de la humanidad en sí mismas, pero
que en relación con las bases ideológicas que los sustentan a través de un discurso
predominante se relaciona con la crisis ambiental actual, se considera necesario el
replanteamiento de sus significados, contenidos e implicaciones desde una mirada
compleja de las interacciones de lo social, cultural, ecológico, ambiental, político,
económico, histórico, propias de un contexto.
Por consiguiente, el presente trabajo tiene como objetivo repensar el desarrollo
desde la zona rural de Ciudad Bolívar, buscando poner en diálogo el discurso
predominante y las diversas voces de actores locales, aunado con las problemáticas
y potencialidades del territorio. Suscitando así una reflexión que dé lugar a la
armonización de dichos discursos, a partir de contemplar las dinámicas sociales y
económicas que tienen lugar, inmersas en un marco político e ideológico y
caracterizadas por procesos históricos y culturales que dan forma a las realidades
locales y abren paso a la noción de Desarrollo Local Sustentable que se propone
plantear.
Palabras Clave: Desarrollo, Desarrollo Local, Sustentabilidad, Actores Sociales,
Endogeneidad, Planificación Participativa, Racionalidad Ambiental.
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ............................................................ 10
2. OBJETIVOS .................................................................................................... 12
2.1. General: .................................................................................................... 12
2.1.1. Específicos: ............................................................................................... 12
3. MARCO TEÓRICO ......................................................................................... 13
3.1. Desarrollo, Planificación y Saber Ambiental ............................................. 13
3.2. Estado del Arte ......................................................................................... 14
3.3. Marco conceptual ..................................................................................... 16
3.3.1. Desarrollo .................................................................................................. 17
3.3.2. Desarrollo Local ........................................................................................ 19
3.3.3. Desarrollo Local Sustentable .................................................................... 20
4. MARCO METODOLÓGICO ............................................................................ 22
4.1. El Enfoque ................................................................................................ 22
4.2. Fases metodológicas y técnicas empleadas ............................................. 22
5. RESULTADOS ................................................................................................ 24
5.1. Teoría y debate epistemológico del Desarrollo Local Sustentable ........... 24
5.1.1. El Desarrollo como discurso ..................................................................... 24
5.1.2. Teorías y modelos de Desarrollo aplicados al contexto Colombiano ....... 27
5.2. Mirada al desarrollo para el contexto de la Zona Rural de Ciudad
Bolívar.....................................................................................................................29
5.2.1. Desarrollo y planificación en los contextos nacional, regional y local ...... 30
5.2.2. Desarrollo y planificación desde la escala nacional ................................. 31
5.2.3. Desarrollo y planificación desde la escala local ....................................... 35
5.3. Aproximación a la caracterización del territorio: Problemáticas y
Potencialidades de la ZRCB ............................................................................... 39
5.3.1. Caracterización de actores sociales involucrados ................................... 48
5.3.1.1.El Campesino en la Zona Rural de Ciudad Bolívar ................................. 49
5.4. Análisis reflexivo de significados del Desarrollo Local Sustentable ........ 51
5.4.1. Subjetividades en torno al Desarrollo Local Sustentable ......................... 51
5.5. Repensando las nociones de Desarrollo Local Sustentable ..................... 62
5.5.1. Matriz de Categorías: Desarrollo Local Sustentable .............................. 69
6. CONCLUSIONES ........................................................................................... 71
7. RECOMENDACIONES ................................................................................... 75
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 78
LISTA DE TABLAS, FIGURAS Y GRÁFICAS
Tabla 1. Desarrollo Sostenible y Desarrollo Sustentable ...……………………..……….. 21
Tabla 2. Teorías de Desarrollo.……………………………………………………………… 28
Tabla 3. Modelos de Desarrollo…..………………………………………………………… 29
Tabla 4. Objetivos PD Bogotá Humana vs Informe de gestión 2015…………………. 39
Figura 1. Mapa Básico Localidad 19 Ciudad Bolívar……………………………………… 40
Tabla 5. Interpretación de las Matrices de Problemáticas y Potencialidades.………… 41
Tabla 6. Matriz Interdimensional de Problemáticas de la ZRCB...……………………. 42
Tabla 7. Matriz Interdimensional de Potencialidades de la ZRCB...………………….. 45
Tabla 8. Actores Involucrados …………………………………………………………….. 49
Gráfica. Foto 1. Recorrido Rural CPL: Frente al Relleno Doña Juana….…............... 53
Gráfica. Foto 2. Recorrido Rural CPL: Zona de expansión urbana….……………….. 54
Gráfica. Foto 3. Recorrido Rural CPL: Zona de minería …………………………. …… 57
Gráfica. Foto 4. Diálogo de saberes en Vereda Santa Bárbara...……………………… 59
Gráfica. Fotos 5 y 6. Diálogo de saberes Grupo de mujeres Campesinas
Las Quibanas…………………………………………………………………………………. 60
Gráfica. Fotos 7 y 8. Encuentro ciudadano-Escuela rural Vereda Pasquilla ...………. 62
Gráfica. Foto 9. Vista desde Vereda Pasquilla, ruralidad de Ciudad Bolívar...…………. 66
Figura 2. Matriz de categorias: Desarrollo Local Sustentable …………………………... 71
AGRADECIMIENTOS
De forma especial al Grupo de mujeres Las Quibanas: Gladys Beltrán, Derly Gómez,
Viviana Gómez, Deysi Gómez, Sindy Rodríguez, Valvina Beltrán, Gilma Beltrán,
Nelly Varela, Rosa Firigua, Flor Alba Rodríguez.
A todos los líderes y voceros de las comunidades: la Red de Mujeres que Avanza
Hacia el Poder y la Paz: Bellanir Montes; al Consejo de Planeación Local: Luis
Velásquez; a la Organización Paz y Ambiente: Pedro Barón; al Equipo de Formación
CPL: Natalia Castillo; a las Juntas de Acción Comunal y sus representantes: Camilo
Poveda, Anais Muñoz, María Bermúdez, Mariluz Tibamoso; a la Corregiduría y sus
funcionarios: Martha Torres y Onasis Lamilla.
A la Alcaldía Local de Ciudad Bolívar y los ediles Pablo Hernández y Oscar Duarte.
A la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y los docentes de la
Especialización en Ambiente y Desarrollo Local; principalmente a Clara Judyth Botia
Flechas, Ruth Miriam Moreno Aguilar y Adolfo Izquierdo Uribe, por su asesoría,
apoyo e inspiración.
8
INTRODUCCIÓN
La presente monografía propone un replanteamiento de la noción de Desarrollo y otros
conceptos articulados a la misma, a partir de un análisis conjunto del discurso
predominante de Desarrollo y otras múltiples visiones asociadas a las subjetividades
propias de los actores sociales de la Zona Rural de Ciudad Bolívar, en adelante ZRCB,
frente a esta noción. Se entiende que en su pretensión de universalidad, dicho discurso
ha imbricado cognitivamente las sociedades, determinando dinámicas que según lógicas
totalizadoras y reduccionistas al servicio de relaciones de poder, rigen el curso de la vida
a nivel global, invisibilizando territorios y comunidades locales. Así, se considera que ha
agudizado las brechas entre los territorios, estableciendo formas específicas de actuar
sobre el espacio y la naturaleza.
En Colombia, el discurso desarrollista se ha materializado a través de modelos de
planificación correspondientes a Planes de Ordenamiento Territorial y Planes de
Desarrollo, entre otros instrumentos determinados por las administraciones de turno. Allí
se consignan las acciones a seguir para el alcance de ideales que no siempre
corresponden a realidades locales ni involucran interrelaciones que les dan forma, puesto
que han sido construidos desde una propuesta de participación vertical, exógena,
impositiva y ajena a los procesos territoriales, generando así que el desarrollo perseguido
a través de estrategias, planes y proyectos específicos sea insustentable.1
De acuerdo a esto, este trabajo se pregunta por la forma de repensar el Desarrollo Local
Sustentable, en adelante DLS, desde una mirada crítica a las condiciones inherentes a
un discurso con perspectiva técnico-económica y predominancia en la esfera político-
ideológica, que permita resignificar la idea misma de desarrollo surgida en el encuentro
de distintos actores sociales y la visibilización de sus subjetividades y formas de
comprensión.
1 Se conceptualiza la idea de sustentabilidad en relación con que son las bases ecológicas, sociales, culturales, históricas y políticas propias de los territorios las que sustenten cualquier proceso de desarrollo.
9
Para lo anterior, a fin de encontrar una propia y particular visión de desarrollo acorde al
contexto local sin desconocer sus cualidades históricas, entendiendo que dicho concepto
está enmarcado en el discurso predominante, se analiza el contexto del desarrollo de la
ZRCB. Para ello, es necesario caracterizar el territorio y sus actores sociales,
entendiendo que la cogestión de los procesos de planificación y desarrollo debe ser
coherente a sus realidades, problemáticas y potencialidades, para repensar un desarrollo
que implique la reconfiguración de las interacciones entre seres humanos y no humanos
en su entorno.
En términos teórico-metodológicos, este trabajo toma contribuciones del saber ambiental,
epistemología emergente para el análisis ambiental desde aportes de la complejidad en
busca de una visión correlacional. Se dará uso del diálogo de saberes como principal
método de investigación, implementado con distintos actores de la ZRCB, reconociendo
que solo un intercambio horizontal puede permitir construir una visión colectiva de
desarrollo, equilibrar la relación entre sus dimensiones y dar un nuevo significado a un
desarrollo sustentable con la vida.
Para ello, se aborda en primer lugar, el debate epistemológico del desarrollo para situar
históricamente su origen y disertar en torno a su significado, a los modelos de desarrollo
a nivel global y pretensión local, también, se analiza el marco del desarrollo y la
planificación para el contexto específico de la ZRCB. En segundo lugar, se caracteriza
el territorio a partir del análisis interrelacional de las dimensiones del desarrollo para la
zona de estudio en términos de problemáticas, potencialidades y actores involucrados.
En tercer lugar, se realiza un análisis reflexivo con base en el diálogo de saberes y a las
interpretaciones, resultado de la significación de subjetividades y nociones de los actores
sociales en torno al desarrollo y su articulación al análisis realizado sobre el discurso
predominante, a fin de lograr la aproximación propia de las investigadoras al DLS. Incluye
además, la construcción de una Matriz de categorías que consigna el replanteamiento de
significados asociados al DLS. Finalmente, se hace uso de todos los insumos obtenidos
10
durante el trabajo para agregar la proposición de algunas recomendaciones o alternativas
para el DLS para la ZRCB.
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
El discurso de desarrollo sustentado en lógicas económicas globales ha logrado
profundizar todas las formas de vida, procesos culturales y realidades locales, mediante
diferentes estrategias basadas en teorías y modelos pensados para contextos tales como
América del Norte y Europa, constituyendo así lo que se denomina la planificación.
La planificación se configura como una práctica discursiva que se implementó con gran
fuerza para alcanzar el desarrollo de los territorios, con el fin de identificar las
problemáticas y posibles soluciones de los territorios a nivel local. Sin embargo, se
considera que se ha presentado como forma de intervención vertical de actores
institucionales expertos que predeterminan nuevos modos de control y de poder.
Esta dinámica de desarrollo y planificación, ha interferido negativamente en las relaciones
humanas y no humanas de la ZRCB, como un lugar que ha gestado fundamentos
epistémicos ajenos a la realidad de los actores, construido a partir de unos intereses,
tradiciones, percepciones simbólicas e interacción con el entorno y otras formas de vida.
La ZRCB, está incluida dentro de la Unidad de Planeamiento Rural Tunjuelo, la cual
determina la búsqueda de su desarrollo, como se consagra en los instrumentos de
planificación, con base en su disponibilidad de recursos naturales como el recurso
hídrico, materiales minerales, variedad de suelos y biodiversidad, que establecen su
potencialidad para el desarrollo de acuerdo a su vocación del suelo (POT, 2000; AAL de
Ciudad Bolívar, 2009).
En este contexto, lo ambiental adquiere gran relevancia puesto que las comunidades
rurales están estrechamente ligadas al medio natural, encontrando en la naturaleza su
sustento principal, al tiempo que configura sus prácticas sociales, culturales, políticas y
económicas. Empero, sobre la zona el marco político-ideológico legitima intereses
11
particulares, relacionados a actividades económicas tales como la minería, el relleno
sanitario Doña Juana, la expansión urbana, la agricultura extensiva y el turismo,
generando trasformación de las dinámicas locales, aumento de los impactos ambientales
y diversidad de problemáticas territoriales. (Diagnóstico Local de Ciudad Bolívar, 2009).
Sumado a lo anterior, su cercanía al casco urbano de Bogotá refiere a la comunidad rural,
estilos de vida urbanos, en contra de la permanencia de las dinámicas propias del campo.
Esto refleja que el territorio enfrenta una diversidad de dinámicas que no son
determinadas por las acciones e interacciones propias de las comunidades locales, sino
que responden a procesos relacionados a una visión de desarrollo totalizadora,
economicista, basada en la homogeneización de los territorios y la imposición de
intervenciones y disposiciones pensadas por agentes externos.
Las comunidades locales de la ZRCB dan evidencia de ello, pues sus concepciones y
prácticas tradicionales que en otrora se desarrollaban de formas más armónicas con la
naturaleza, se desdibujan y empiezan a acoger prácticas en muchos casos nocivas de
las formas predominantes; tomando interés por la naturaleza como proveedora de
recursos y susceptible a explotación inconsciente, así como despreocupación por las
trasformaciones irreversibles generadas por dicha inconciencia.
Estas y otras visiones en torno al desarrollo y su forma de entender y materializar la
interrelación ambiente-desarrollo exigen ser analizadas y visibilizadas, no con el
propósito de oponerlas al paradigma desarrollista o pretender reemplazar unas dinámicas
por otras, sino de replantearlas, proponer un diálogo entre las múltiples concepciones de
desarrollo, bajo la premisa de articular miradas, armonizar interrelaciones, planificando
acciones que atiendan la complejidad del desarrollo, de la sociedad y de la vida misma.
De allí parte plantear la pregunta:
¿Cómo repensar el Desarrollo Local Sustentable desde la Zona Rural de Ciudad
Bolívar?
12
2. OBJETIVOS
2.1. General:
Repensar el Desarrollo Local Sustentable desde la zona rural de Ciudad Bolívar.
2.1.1. Específicos:
Analizar el contexto del desarrollo y la planificación de la Zona Rural de
Ciudad Bolívar desde el marco del discurso predominante de Desarrollo.
Caracterizar los actores involucrados, problemáticas, y potencialidades
para el desarrollo de la Zona Rural de Ciudad Bolívar.
Replantear desde los actores involucrados la noción de Desarrollo Local
Sustentable desde la Zona Rural de Ciudad Bolívar.
13
3. MARCO TEÓRICO
3.1. Desarrollo, Planificación y Saber Ambiental
Esta monografía se enmarca teórica y epistemológicamente en el saber ambiental, se
vale de algunos exponentes pioneros de la visión dialéctica del ambiente y el desarrollo,
proponiendo un replanteamiento de nociones tales como ambiente, naturaleza, recursos
naturales, desarrollo, sostenibilidad, sustentabilidad, entre otros. Así, busca tener una
perspectiva cercana a la complejidad, una visión sistémica, articuladora, interdimensional
e interdisciplinaria.
Por tanto, se empieza a orientar desde aportes de Edgar Morín, quien contempla los
elementos de un sistema interrelacionados entre sí a través de sus dinámicas y
fenómenos, comprendiendo múltiples sentidos, formas y componentes que se ubican
dentro de un espacio-tiempo determinado. Por otro lado, considera que el ser humano no
puede ser visto de forma fragmentada ya que es biológico y físico pero también cultural,
social y político, permeado por una diversidad de lenguajes, ideas y formas de reconocer
el mundo. Afirmando, respecto al análisis de los territorios que: “exige ser interdisciplinario
e integral evitando caer en procesos homogeneizadores” (Morín, 1997, p.12).
De la mano de Morín, Enrique Leff (2009) argumenta la urgencia del replanteamiento de
las concepciones y procesos convencionales criticados desde la complejidad, que
implemente alternativas a la crisis de conocimiento que según él, es causa de la crisis
ambiental actual y de una crisis civilizatoria. Lo que crea la necesidad de una racionalidad
ambiental que reivindique los seres, sus perspectivas y deseos, que permita la
construcción de un saber que abra los sentidos y reoriente las acciones, que contemple
integralmente todas las perspectivas posibles, que de paso a una armonización entre
todas las partes del sistema vivo y de esta manera se pueda transformar la realidad socio-
ambiental (Leff, 2009, p.4), la cual “podrá hallarse en el viraje hacia un pensamiento
ecologista e interdisciplinar”, (Leff, 2009, p.5.).
14
Sumado a lo anterior, la interdisciplinariedad y el diálogo de saberes se convierten en
elementos fundamentales que permiten un entendimiento integral, valorando el encuentro
de identidades, racionalidades e imaginarios que configuran las visiones y voluntades
que movilizan a los actores sociales; así un encuentro entre las ciencias objetivas y los
saberes prácticos y existenciales representa una alternativa para hacer frente a la crisis
ambiental. De esta forma, al reivindicar los saberes locales se rechazan los procesos
adelantados en otras zonas, que han generado dependencia suprimiendo formas
situadas de ver y actuar del mundo y por su pretensión de universalidad, generalidad y
totalidad, han destruido a escala local y global los territorios, Leff (2009, p.16).
En relación con dicha dependencia, se suma la influencia de la globalización y el
mercado, entendiendo estos procesos como determinantes reformas estructurales que
configuran el territorio a partir del libre comercio, la privatización y la disminución de la
inversión pública para el fortalecimiento del sector privado. De la misma forma la
intensificación del consumo masivo en el marco de la globalización logra homogenizar lo
social, lo cultural, lo político, lo económico, lo ambiental y todas las particularidades
territoriales, tal como lo plantea Carpio, “Lo que se hace entonces es producir una
permanente homogeneización, mediante procesos de abstracción que desingularizan y
le quitan a cada elemento específico componente todo lo particular y propio, su identidad
y su autonomía” (2010, p.2.).
3.2. Estado del Arte
El concepto desarrollo ha tenido transformaciones de acuerdo a la manera como se
comprende la realidad, son muchos los autores que plantean dicho concepto desde
distintas perspectivas y han ahondado en su resignificación. Es el caso de Múnera
(2007), que en su trabajo de investigación “Resignificar el desarrollo”, realiza un análisis
histórico y comparativo del concepto de desarrollo de diversos autores, con el fin de
proponer un nuevo enfoque del mismo.
15
Según Múnera, el enfoque convencional reduce el desarrollo a un proceso económico,
globalizante y cuantificable, caracterizado por ser hegemónico, unificador y
uniformizante, encaminado a concebir la naturaleza como un recurso explotable. Otro
enfoque dice Múnera, comprende el desarrollo a escala humana, planteado por la
CEPAUR, como un proceso que busca satisfacer las necesidades humanas,
vislumbrando la naturaleza desde un valor humano y de dominio que existe con el fin de
satisfacer las necesidades humanas.
Así, propone un tercer enfoque denominado “Desarrollo como construcción socio-cultural
múltiple”, presentando el desarrollo como un proceso, que parte desde la realización de
los seres humanos como individuos hacia la colectividad y pretendiendo complejizar los
procesos inmersos, como por ejemplo la participación sinérgica, entendida como
estrategia básica y determinante para el desarrollo. Por lo que, abre paso a un cambio
de paradigma, en donde el ser humano es participe del sistema natural. Múnera, brinda
una interpretación de como se está transformando el concepto de desarrollo, permitiendo
tener bases de análisis que nos lleva a ratificar la necesidad de repensarlo con el
involucramiento de actores.
Dentro del contexto de la participación como un factor intrínseco al hablar de Desarrollo
y sobre algunas experiencias en Colombia, se encuentra: La Experiencia De Toribio,
Cauca (Beltrán, citado en Velásquez & González, 2003), expone una caracterización del
desarrollo participativo y los logros alcanzados por la comunidad en los que destaca la
reconstrucción del sistema de producción agrícola tradicional (Beltrán, citado en
Velásquez & González, 2003).
Dicho trabajo entiende la importancia de los procesos pedagógicos, puesto que es uno
de los varios aspectos que han permitido que la comunidad reconozca y defienda su
territorio según sus propias necesidades, desencadenando una apropiación de sus
problemáticas. Otro elemento es la consideración del trabajo organizativo de base a partir
de ejes transversales como los grupos de jóvenes, mujeres y familias, llevando a este
trabajo a plantear la idea de trabajar grupos donde se encuentren personas con alto
16
impacto dentro de sus comunidades como los son las mujeres, líderes comunitarios y
otros actores sociales como el Consejo Territorial de Planeación Local (CPL).
Otro antecedente es el trabajo “Sistema Regional de Participación Participativa del
Magdalena Medio” (Contreras, 2003). Esta experiencia enriquece este trabajo en la
medida que plantea como metodología actividades encaminadas a la participación activa
de la comunidad por medio de talleres, diagnóstico y reconocimiento del territorio. Así
mismo, resalta la importancia de articular los entes institucionales y la comunidad en los
procesos de planeación a través de encuentros donde se fomente el diálogo y se
compartan visiones sobre las realidades propias del espacio común.
Desde lo local, en el contexto de Ciudad Bolívar, un estudio realizado por Hernández &
Rojas (2015) llamado “Territorio, actores y planeación en áreas rurales anexas a
desarrollos urbanos: corregimiento de Pasquilla (Bogotá, Colombia)”, se plantea que la
planeación y ordenación del territorio en Bogotá deben ser revisados en cuanto a sus
objetivos, metodologías y relaciones con lo rural y regional. Esto determinará si el espacio
pensado por la institucionalidad es para los habitantes de la zona o si por el contrario es
un espacio pensado desde la ciudad para satisfacer sus propias necesidades.
En términos generales, son pocos los antecedentes investigativos en torno a la necesidad
de repensar el DLS de manera directa. La mayoría de las investigaciones trabajadas
hasta hoy, se plantean el desarrollo a partir de los procesos de planificación y
participación, sin analizar el discurso hegemónico de desarrollo y la implicación de su
influencia en diversos territorios.
3.3. Marco conceptual
El presente marco conceptual se estructura desde el análisis del DLS, para lo cual se
parte del abordaje del Desarrollo, el Desarrollo Local y el Desarrollo Sustentable. Si bien
estas categorías conforman el eje fundamental del trabajo, durante su despliegue se hace
referencia a algunos conceptos también considerados clave dentro del marco de la
17
investigación tales como endogeneidad, desarrollo rural, subjetividad, sostenibilidad,
entre otros.
3.3.1. Desarrollo
Antes de abordar su constructo histórico y acudiendo al significado que aporta el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), el desarrollo se encuentra
anclado a una dimensión económica sesgada, siendo definido como la “Evolución de una
economía hacia mejores niveles de vida”.
Es necesario aclarar que el planteamiento teórico presentado en este trabajo enlaza la
noción de desarrollo y la trascendental implicación ideológica que ha traído consigo el
capitalismo. Por tanto, el origen de este concepto se encuentra en la teoría económica y
las contribuciones de clásicos como Adam Smith cuna no solo del capitalismo, sino del
desarrollo, imbricando la riqueza económica en la idea de progreso de las naciones
(Valcárcel, 2006). Dicho lo anterior, progreso se puede entender como un término auxiliar
al de desarrollo, adquiriendo la connotación de dominio sobre la naturaleza para el
alcance de la perfección del hombre y su alejamiento del primitivismo (Nisbet, 1986, p.1).
El término desarrollo desde sus orígenes adopta el apellido económico y se convierte en
sustento para la distinción de territorios como desarrollados o subdesarrollados; pero es
en la segunda posguerra que toma relevancia y se consagra dentro de un sólido discurso
económico ligado al capitalismo. Harry Truman, expresidente de Estados Unidos para los
años 50, en una alocución aborda la necesidad de emprender el camino contra el
subdesarrollo, haciendo uso del potencial de los avances de la ciencia y la tecnología de
su país para brindar ayuda a los países subdesarrollados y puedan alcanzar, como lo
menciona Escobar (2007) “…el deseable sueño americano de paz y abundancia” (p.20).
Posterior a esto, los conceptos de desarrollo y subdesarrollo, comenzaron a ser utilizados
comúnmente por los organismos internacionales para hacer referencia a las brechas
sociales y económicas solucionables a partir de la intervención de los países ricos del
norte en los países pobres del sur “…cimentándose sobre la modernización y la
dependencia…” (Valcárcel, 2006 p.6). Así bien, el desarrollo nutrido por aportes de
18
economistas principalmente estadounidenses se articula a la acumulación de capital a
través del crecimiento económico y la modernización del sector industrial, así la
evocación ideológico-política se hace manifiesta, dirigiendo la teorización del desarrollo,
según esta corriente modernizadora, el concepto se justifica a partir de la riqueza material
expresada en un indicador que hasta hoy continúa siendo el principal referente de
progreso de las sociedades: el Producto Interno Bruto (PIB).
Por su parte, el Tercer Mundo como categoría emergente, debe seguir el camino trazado
por los países desarrollados emprendiendo la tarea de la modernización. Así, bajo la
promesa de aliviar el atraso de los países subdesarrollados en la aspiración de sus
habitantes a una mejor vida, se proliferaron las intervenciones para llevar progreso
material a todo el mundo, reproduciendo en los países pobres las condiciones inherentes
al desarrollo, tales como industrialización, urbanización, modernización agrícola,
infraestructura, mayor suministro de servicios sociales y aumento en los niveles de
alfabetismo. De esta forma, los patrones occidentales, son asumidos como los criterios
para medir la situación de los países subdesarrollados, lo que según Escobar (2006)
“sirvió de sustento para legitimar acciones de dominio y determinó las relaciones de
dependencia entre países desarrollados y subdesarrollados…” (p.51).
Son numerosas y diversas las críticas frente a este modelo, que en el caso de los países
latinoamericanos generaron profundas asimetrías en las distribuciones del bienestar de
los pueblos y mayor dependencia (Torres & Labarca, 2009). Como lo afirma Sachs, “Los
beneficios prometidos al Tercer Mundo eran invaluables y el apoyo del primer mundo
necesario…el objetivo de la política internacional de desarrollo fue el crear sociedades
de asalariados y consumidores” (Sachs, 1999 p.19). Los resultados de esta empresa
desarrollista mostraron impactos negativos con relativa velocidad, en relación con la
tercerización de la fuerza de trabajo, el surgimiento de barrios marginales en las ciudades
y aumento de la pobreza y la desigualdad (Valcárcel, 2006, p. 11).
Dichas críticas, incluso efectuadas por teóricos de países desarrollados manifiestan que
“Europa no descubrió los países subdesarrollados, sino que los creó” (Griffin citado por
19
Gianotten y de Wit, 1987), de ahí que en años recientes ha surgido una construcción
teórica con postura decolonial y post-estructuralista, que pone en cuestión el discurso del
desarrollo en sí mismo, como un complejo proceso de estructuración de categorías,
significados y relaciones que significaron las condiciones de desarrollo y subdesarrollo y
establecieron la necesidad de intervención y las formas de desplegar dicha mediación a
favor de intereses económicos, ideológicos y políticos.
3.3.2. Desarrollo Local
Para esta categoría, se contempla la pertinencia de los aportes de Sergio Boisier quien
asigna al desarrollo un carácter intangible e intersubjetivo, proponiendo un cambio de
paradigma frente a la noción economicista y reduccionista del mismo, argumentando que
requiere ser visto desde enfoques holísticos, sistémicos y recursivos. Asimismo, sustenta
cuatro grandes factores que determina todo proceso de desarrollo: crecimiento
económico como base material indispensable, una mentalidad colectiva, el potencial
endógeno del territorio y el conjunto de subsistemas que definen la complejidad del
territorio y que bajo determinadas condiciones permiten la emergencia del desarrollo,
entendiendo esta como sistemas territoriales locales complejos. (Boisier, 2004, p. 15).
De esta forma, ubicando la subjetividad colectiva de una comunidad como punto de
partida para el desarrollo, en la medida que la construcción colectiva de los propios
escenarios asegurara el proceso a largo plazo. Este autor dice que dadas las condiciones
territoriales, los seres humanos podrán potenciarse a sí mismos, a su colectivo y
emprenderán el camino al desarrollo (Boisier, 2004, p.5). Este planteamiento concuerda
con lo expuesto por Güell quien acude al concepto de la subjetividad como requisito
fundamental para el desarrollo, afirmando que la sustentabilidad de un proceso social
depende de que la subjetividad lo defina como un escenario significativo para la acción
(Güell, 2002, p.2).
Por su parte, Carpio (2000) aporta elementos importantes en tanto incluye la cultura y
la apropiación territorial como elementos estructurantes de los procesos de desarrollo
20
local, encontrando en la identidad el fundamento de la búsqueda de un sentido que nace
en la individualidad y orienta toda acción colectiva para proyectar un futuro. Define a su
vez el concepto de Desarrollo Local como “espacio de solidaridad activa donde las
personas son protagonistas y participes de su propio desarrollo” (p.89).
Buarque (1999), resalta la característica endógena del desarrollo con lugar en pequeñas
unidades territoriales y la importancia de las comunidades para dinamizarlas. Para ello,
insiste en la necesidad de la organización de las comunidades locales para explorar sus
capacidades y potencialidades con el fin de lograr un proceso coherente. El referido autor
con aportes de Castells & Borja (1996), manifiesta que la articulación de las posibilidades
endógenas del entorno y de la comunidad permitirá la convergencia de ideas colectivas
promoviendo la transformación de la realidad (Buarque, 1999, p. 9).
3.3.3. Desarrollo Local Sustentable
Inicialmente se considera necesario hacer una pequeña disertación en cuanto a la
diferenciación entre la sostenibilidad y la sustentabilidad (Ver tabla 1), ya que no se
consideran categorías iguales, con el fin de argumentar la pertinencia de insistir en la
consolidación de un desarrollo que se enfoque no solo en la sostenibilidad, sino que se
proponga un carácter sustentable.
Acudiendo inicialmente a la etimología de los conceptos, según la RAE se entiende por
sostenible “Aquello que se mantiene o conserva, adquiriendo el carácter de continuidad
en el tiempo”; por su parte sustentable, hace referencia a “La particularidad de tener
sustento, defenderse con razones”, pues si bien la sustentabilidad debe implicar garantía
en el tiempo se agrega que los procesos tengan soporte en las realidades concretas.
Para argumentar lo anterior, se aborda el concepto del desarrollo sostenible desde la
noción propuesta en el año 1987 por Brundtland, quien abre el camino del discurso de la
sostenibilidad, planteando que el desarrollo sostenible es “…satisfacción de las
necesidades humanas presentes y mejoramiento de calidad de vida, sin generar
21
perturbación para las generaciones futuras de satisfacer las suyas” (Brundtland, 1987
p.1), a partir de esto, la búsqueda de desarrollo incluye en su discurso una dimensión
ambiental y social clara, no obstante, evidenciando prevalencia económica.
Por su parte, la sustentabilidad implica diversidad de elementos comunes a la
sostenibilidad como por ejemplo el mantenimiento de la naturaleza en el tiempo. Sin
embargo, si bien no nace en un discurso eurocéntrico propone de entrada un cambio en
el modelo de civilización dominante, un cambio en el “patrón eco cultural de articulación
“sociedad-naturaleza”” (Guimarães, 1998, p. 62). Dice el autor, un desarrollo sustentable
tiene en cuenta la realidad del territorio y las particularidades de la comunidad buscando
convertir a la comunidad en gestora y protagonista de su propio desarrollo, de esta forma,
hablar de sustentabilidad implica no solo equilibrio, sino un desarrollo “sustentado
ambiental, social, cultural y políticamente”. (p. 54).
En referencia con la sustentabilidad Leff (2009) habla de la necesidad de superar la idea
de sostenimiento a futuro y propone una concepción que involucre una visión
multidimensional relacionada con la perspectiva local, según la cual, lo local supone una
multiescalaridad en espacio-tiempo. Esta concepción presume una integralidad no solo
en términos de la vida humana, sino involucrando todas las otras formas de vida.
Tabla 1. Desarrollo Sostenible y Desarrollo Sustentable
DIF
ER
EN
CIA
CIÓ
N E
NT
RE
DE
SA
RR
OL
LO
SO
ST
EN
IBL
E Y
SU
ST
EN
TA
BL
E
DESARROLLO SOSTENIBLE
DESARROLLO SUSTENTABLE
Satisfacción de las necesidades humanas presentes, priorizando lo económico, sin afectar a las generaciones futuras.
Involucra de manera significativa las
necesidades de la comunidad, aunque en menor medida las características de los territorios.
Aprovechamiento de los recursos naturales de
manera ilimitada.
Desconoce el contexto local, llevando a una estandarización del desarrollo.
Desarrollo desde una visión antropocéntrica.
Tiene en cuenta las realidades del territorio y las necesidades propias de las comunidades.
Democratización desde acciones participativas.
Prioriza las relaciones ser humano-naturaleza y
busca el mantenimiento de estas relaciones en el tiempo.
Pretende un equilibrio desde lo ambiental, social,
cultural, económico y político
Reapropiación socio-cultural de la naturaleza con miras a la conservación de las diversas dinámicas de la vida, desde una visión antropológica.
Fuente: Elaboración propia, basado en Leff, 2009 & Guimarães 1998
22
4. MARCO METODOLÓGICO
4.1. El Enfoque
Para el alcance de los objetivos propuestos, se llevó a cabo un estudio de corte
cualitativo; hallando en el diálogo de saberes el eje metodológico, pero también como fin
en sí mismo del proceso de coherencia con el posicionamiento epistemológico que
sustenta la monografía. De la mano de lo anterior y desde un acercamiento al pos-
estructuralismo, se pretende llevar a cabo un análisis de las nociones de los diferentes
actores vinculados a los procesos de desarrollo; para de esta forma, intentar replantear
la dualidad conocimiento–saber, desde el conocimiento pretendidamente objetivo
asociado al discurso predominante y por el otro lado, el saber como construcción
subjetiva de los actores sociales locales.
4.2. Fases metodológicas y técnicas empleadas
El desarrollo del trabajo se llevó a cabo a partir de cuatro fases metodológicas:
Análisis reflexivo de la teoría y el debate epistemológico del Desarrollo Local
Sustentable
A partir de una revisión documental se llevó a cabo un acercamiento al análisis del
discurso en torno a la categoría Desarrollo, usando fuentes secundarias con aportes
teóricos respecto al tema. Cabe aclarar que la selección de los documentos respondió a
consideraciones particulares de las investigadoras, encontrando sus aportes pertinentes
para el objetivo establecido, en términos principalmente de enfoque y posicionamiento.
Asimismo, con el fin de situar el discurso a la zona de estudio se hizo la revisión de
contenido de los distintos instrumentos y guías para la planificación para obtener una
mirada al contexto del desarrollo y la planificación la ZRCB desde su articulación a
23
diferentes escalas territoriales, realizando principalmente un análisis del enfoque y las
dimensiones reflejadas en estos documentos.
Mirada al desarrollo para el contexto de la Zona Rural de Ciudad Bolívar
Partiendo del trabajo de campo desarrollado y la implementación del diálogo de saberes,
entrevistas no estructuradas y la revisión de los instrumentos de planificación, se realiza
una caracterización del territorio. El contenido se basa en la interpretación del diálogo de
saberes realizado con los actores sociales locales que participaron en el trabajo y se
expresa en las Matrices Interdimensionales de Problemáticas y Potencialidades con el
propósito del alcance de una visión más amplia y compleja de la realidad local y una
síntesis de las interacciones entre las dimensiones del desarrollo para la ZRCB.
Subjetividades en torno al Desarrollo Local Sustentable
Esta fase llevada a cabo mediante el diálogo saberes y estrategias tales como talleres
dialógicos, árbol de problemas y juegos de lenguaje, fue realizado con algunos actores
sociales locales y buscó explorar la identificación de las problemáticas más sentidas y
posibles soluciones, a su vez los distintos significados y las visiones desde subjetividades
asociadas al DLS.
Repensado el Desarrollo Local Sustentable
A modo de sistematización de las fases anteriores, esta última es el resultado del
planteamiento de algunas consideraciones en torno al replanteamiento de la noción de
DLS, por ello, se valió del análisis de discurso y los resultados del diálogo de saberes con
los actores locales; para finalmente presentar como resultado una Matriz de Categorías,
en la que se consignan los significados emergentes del proceso, a partir de la
interpretación de las investigadoras.
24
5. RESULTADOS
5.1. Teoría y debate epistemológico del Desarrollo Local Sustentable
El presente capítulo, inicia situando históricamente en el origen del constructo ideológico
que respalda la noción de desarrollo y aborda las bases al parecer inmanentes que han
determinado el pensar y actuar de esta noción hasta el presente (Izquierdo, 1999).
Posteriormente, aborda la problematización de los modelos que han dado forma a los
procesos de desarrollo a nivel global.
El proceso de conceptualizar el desarrollo se considera una tarea inacabada y
necesariamente continua, no obstante para su entendimiento y más aún para un
pretendido re-entendimiento, es necesario precisar su origen y generar un acercamiento
a la idea comúnmente pensada y conceptualizada del desarrollo, buscando hallar los
significados e implicaciones considerados coyunturales a juicio de las investigadoras,
cuya connotación merece ser re-pensada.
5.1.1. El Desarrollo como discurso
El concepto de desarrollo es tan problemático como trascendental, su conceptualización
ha sido foco de múltiples debates desde distintas posturas teóricas y epistemológicas,
aunque desvirtuado en múltiples ocasiones y exaltado en muchas otras, su vigencia es
indiscutible y se presenta en la actualidad como categoría central para el entendimiento
de la sociedad y de la humanidad en sí misma, siendo si se quiere, el concepto
legitimador por excelencia de las dinámicas de la sociedad a nivel global, empero,
interiorizado en todas las escalas humanas posibles y sintetizado de diversas formas en
las distintas dimensiones de lo social2.
2 Se conceptualiza lo social, más allá de lo relativo a las interacciones y dinámicas propias de la sociedad como el complejo entramado de manifestaciones espacio-temporales relativas al ser. (Izquierdo, 205, p. 207)
25
Aunque el concepto toma mayor fuerza en la segunda posguerra, se encuentra su origen
con la evolución del capitalismo3, consagrado como un poderoso constructo cargado
ideológicamente, se adentra en todo discurso político, económico, de conocimiento e
incluso en el imaginario social, local y global, al punto que, según la ONU, principal
agencia promotora del discurso desarrollista, citada por Escobar:
…el progreso económico acelerado es imposible sin ajustes dolorosos, las filosofías
ancestrales deben ser erradicadas; las viejas instituciones sociales tienen que
desintegrarse; los lazos de casta, credo y raza deben romperse; y grandes masas de
personas incapaces de seguir el ritmo del progreso deberán ver frustradas sus
expectativas de una vida cómoda (ONU, 1951 citado por Escobar, 2006, p. 20).
Con la frialdad que denota la anterior cita, el desarrollo minuciosamente construido se
vale de la estructuración de categorías, significados y relaciones que determinaron las
condiciones de desarrollo y subdesarrollo, estableciendo la necesidad de intervención y
las formas de desplegar la misma a favor de intereses económicos, ideológicos y
políticos.
Lo anterior, dio forma a realidades esencialmente dicotómicas que establecían
condiciones de deber y no deber ser, reconociendo que el deber ser implicaba sacrificios
imprescindibles. Sobre esto, se basaron en adelante dinámicas sociales, económicas y
políticas que hasta hoy no se desdibujan, dando cabida a la configuración de relaciones
de dependencia consideradas toxicas entre territorios, modelos económicos y naturaleza,
naturaleza y posturas político-ideológicas, comunidades y aparatos estatales,
instituciones estatales y organismos supranacionales, entre otros; pero más importante
aún se configuraron las cognitividades que envuelven todo el desarrollo, consideradas
como los factores determinantes de la crisis interdimensional actual.
3 Con aportes de distintos economistas principalmente estadounidenses, se establece y consolida entonces una concepción rígida de desarrollo que se articula al capital y su acumulación. Para profundizar se recomienda acudir a: Nurske (1953), Lewis (1955, 1958) o para su crítica Sachs, (1992).
26
Dicha crisis interdimensional es el resultado de una visión fragmentada de la realidad, la
cual equiparó el desarrollo al progreso material a través de la intervención de la
dimensión físico-geográfica bajo unos preceptos de modernización, relacionada
intrínsecamente con la dimensión técnico-económica y a su vez respaldada por un
marco político trasnacional y un claro posicionamiento ideológico bajo el cual se
hallaron las estructuras de conocimiento. Este posicionamiento dio la espalda a
cualquier aspecto que no hiciera parte de esta idea, incluso a las demás
dimensiones, invisibilizándolas o relegándolas como sacrificios necesarios.
Este olvido intencional de la mayoría de dimensiones ha buscado una rectificación en las
últimas décadas, incluyendo en el paradigma convencional perspectivas ecológico-
ambientales junto con el discurso de la sostenibilidad o perspectivas sociales en relación
con la emergencia de otros campos como el desarrollo social o el desarrollo a escala
humana, no obstante sus alcances no han sido significativos y los cambios al paradigma
son prácticamente nulos, conservándose hasta ahora el fuerte núcleo economicista y el
entramado cognitivo que sostiene todo el discurso.
En este sentido, la visión fragmentada de las dimensiones se efectúa dando prevalencia
a una o varias sobre las otras, el desarrollo no es entendido como proceso sino como
punto de llegada, obtenido a partir de la intervención y solución de hechos específicos
muchas veces aislados de su contexto, un enfoque ahistórico del desarrollo que
desprende a los territorios y a las estructuras humanas y no humanas de su trascurrir en
el tiempo, así como el empeño de excluir la especie humana de la naturaleza y en esta
medida asignarle la imposibilidad de hacer parte armónica de la misma (Moreno, 2012),
ratificando de este modo las relaciones de dominación sobre el medio natural, entre otras
sobre las cuales se ha fundado el discurso del desarrollo convencional.
De esta forma, desde el reduccionismo característico, el viraje necesario al concepto de
desarrollo no ha sido posible en la medida que sigue haciendo frente a la solución del
problema y no a la estructura del mismo, desconociendo así como lo menciona Izquierdo
(1999) “… la precisión de replantear el paradigma en su sentido y su contenido…”,
27
socavar las bases mínimas pues su disfuncionalidad se contempla y surge con el discurso
mismo de reconocer la nocividad de pretender un significado univoco a la noción de
desarrollo y al contrario, repensar el desarrollo desde la contextualidad, la pluralidad, la
diversidad, la subjetividad, la dialéctica social-ambiental, la historicidad, la complejidad y
el diálogo de saberes.
Para lograr esto y dar una nueva mirada desde la complejidad que suscita dicho
concepto, con el fin de contextualizar una realidad teniendo en cuenta dinámicas sociales,
culturales y políticas. Es necesario comprender las maneras como se ha dado forma al
desarrollo a través de algunas teorías y modelos que han surgido y han nutrido el
concepto.
5.1.2. Teorías y modelos de Desarrollo aplicados al contexto Colombiano
Desde el pensamiento latinoamericano, las teorías y modelos pusieron frente a un
conjunto de prácticas y estrategias originadas desde el discurso predominante europeo
y norteamericano, para materializarlas en países que enfrentaban una crisis económica
y que eran dependientes de las economías externas. En países de Latinoamérica se
aplicaron modelos como, tratamiento a sus problemas que eran causa del
“subdesarrollo”, efecto de los procesos económicos y sociales de acumulación capitalista
en donde se consagran relaciones de poder que se reproducen de forma indestructible
con el fin de perpetuar relaciones jerárquicas y una estructura en el sistema pleno
económico y social de consumo.
Frente a esto, a continuación se abordan brevemente algunos aspectos que fueron
aplicados en países “subdesarrollados” dependientes como Colombia y por tanto han
inspirado su desarrollo (Ver Tabla 2 y 3).
28
Tabla 2. Teorías de Desarrollo
Fuente: Elaboración propia con base en Baran & Hosbawn (1963) & Múnera (2007)
Teorías ortodoxas Teorías en Latinoamérica
La modernización
Estados Unidos
Polos de Desarrollo
Europa
Estructuralismo:
Paradigma centro-
periferia
Marxismo: Teoría de la
Dependencia
El economista Rostow (citado en Baran & Hosbawn, 1963) plantea cinco etapas así: se parte de una sociedad tradicional, precondición para el despegue, un proceso de despegue, el inicio del camino hacia la madurez, hasta culminar en una sociedad de alto consumo masivo.
Frente a este proceso lineal, los países del Tercer Mundo, están en un proceso de modernización que se ubica en la segunda etapa, en tanto sus carencias en múltiples aspectos no han permitido su despegue. Rostow, plantea como solución a este atraso, aumento de las inversiones al capital y la imitación de exitosas experiencias como las europeas y americanas basadas en el despliegue de la ciencia y la tecnología. Coleman citado por Durston, afirma que los sistemas políticos modernizados tienen una mayor capacidad que los sistemas políticos tradicionales para tratar con funciones de identidad nacional, legitimidad, penetración, participación y distribución (Durston, 2000), no obstante, el problema central de esta visión modernista el desconocimiento de cada contexto que ha estructurado las dinámicas actuales de cada territorio, recalcando la incapacidad que tienen las regiones puntualmente en América Latina para el despliegue de sus potencialidades en la búsqueda de desarrollo.
El economista Francois Perroux, economista francés (citado en Baran & Hosbawn, 1963) plantea la “teoría de los polos de crecimiento” y concibe 4 características: La producción tiene gran influencia en la región polarizada, la tasa de crecimiento es sensiblemente superior a la medida de la región polarizada, deja ver una marcada interdependencia técnica entre unidades motrices y polos. Esta teoría es sustentada en una categoría llamada “unidad económica dominante”, como espacio homogéneo que se encuentra relacionado con otros que comprenden de una estructura de producción similar, referido esto a empresas, fábricas o industrias determinantes en el desarrollo por la generación de capital, en donde surgen relaciones funcionales para generar dinero. Esto causa el desarrollo desigual, porque concentra el crecimiento en sectores específicos dominantes. Así, el desarrollo se contempla desde relaciones de flujo de capital. Dicha unidad, a su vez es vista como espacio sin territorio, puesto que refiere sólo a un objeto que se relaciona con otro objeto sin importar el territorio, las interacciones sus tradiciones o su contexto. Además el desarrollo de un lugar no resulta de factores singulares, sino de relaciones complejas entre diversos elementos.
La teoría estructuralista para Prebish (1962, citado en Múnera, 2007) en la relación centro periferia aparece como forma de organización del territorio desde un sistema político-económico dominante el cuál ejerce poder de unos países sobre otros, determinando diferencias sociales y económicas, al igual que la sesgada distribución espacial de las mismas. En relación con esto, específicamente para el contexto rural, se plantea que las condiciones ambientales favorables son el primer requisito para responder y satisfacer las necesidades soberanas, situación que no se logra por las pretensiones iniciales frente a la economía mundial haciéndola homogénea e integrada, con alta productividad, técnicas avanzadas; por lo que la periferia basa su economía en procesos atrasados.
Esta teoría según su inspirador Gunder Frank, (citado en Múnera, 2007), refiere al subdesarrollo como causa de la dominación y el desarrollo capitalista, no son aspectos secuenciales sino condicionantes. Países de América Latina han identificado por su experiencia que las fases (época colonial, semicolonial y neocolonial) establecen mecanismos caracterizados por el dominio político, la extracción de recursos y el intercambio de materias primas por bienes tecnológicos. Estrategias que no permiten el desarrollo de países como Colombia. Comprendiendo aún que Colombia es un país con recursos escasos proveedor de materia prima, algo de lo que carece Europa o Estados Unidos y de no ser dominados con intereses a su favor deberían depender de países de América Latina.
29
Tabla 2. Modelos de Desarrollo
Fuente: Elaboración propia con base en Kalmanovitz (1985) & Escobar (1986)
5.2. Mirada al desarrollo para el contexto de la Zona Rural de Ciudad Bolívar
Con el fin de lograr una mirada general del desarrollo y la planificación para la ZRCB en
el período contemplado para el presente trabajo y suscitar unas reflexiones a propósito
del sentido y la visión de desarrollo que se propone esta investigación, es necesario
aclarar que los procesos locales si bien se ubican en un lugar específico de ninguna
manera son desarticulados de su contexto. Contrario a esto, en muchos casos y en la
actualidad con la globalización, responden más a disposiciones y procesos externos que
a dinámicas locales. Por esta razón, este apartado, busca situar el contexto de desarrollo
Sustitución de Importaciones El Neoliberalismo El Consenso de Washington
Surgió luego de la crisis del 29 en Estados Unidos y afectó a los países dependientes de su economía. En países de América Latina, inició en Chile, Argentina, México y Brasil. En Colombia se aplicó como política proteccionista en los 70, con la idea que como país en “vías de desarrollo” debía pensarse en sustituir productos importados, por sustitutos fabricados localmente. Comprendió en una política industrial activa subsidiaria, con creación de redes y barreras de comercialización y predominancia de una política monetaria, para fortalecer la industria y el mercado local, la modernización de la agricultura y coadyuvar al desarrollo del país. Aunque tuvo avances positivos, la deuda externa aumentó, nunca se logró cerrar las brechas entre las economías desarrolladas y subdesarrolladas, no se invirtió en ciencia y tecnología, el campo quedó excluido y débil. Finalmente, este modelo más que política de protección, surgió para remediar la crisis del sector exportador obligada por la crisis del capitalismo.
En los años 70’s se produce una reestructuración del capitalismo a escala mundial. En Colombia, luego del excesivo gasto gubernamental para el desarrollo social paralelo al económico que propendió el Estado de bienestar, entra en crisis y aparece el neoliberalismo, como fundamento ideológico de las políticas en el mundo. La idea de imponerlo fue para la permanencia de librecambio del mercado para la competencia internacional, la disciplina de los trabajadores, la eficiencia, el avance científico y tecnológico, ha implicado pérdida de libertad y explotación laboral y el exceso de competencia de mercado local y externo. Bajo esta perspectiva, la política social debe estar orientada a atender los problemas de corto plazo, como la asistencia a los pobres, ya que en el largo plazo se espera que la dinámica económica genere las condiciones para superar cualquier situación de pobreza sin tener en cuenta problemas sociales y culturales.
Kalmanovitz (1985), señala la idea de la aplicación de un conjunto de prácticas solicitadas por el Banco Mundial que más adelante se llamaría el Consenso de Washington, para buscar la solución al atraso, que según los economistas habría causado las malas políticas y el resultado final de la sustitución de importaciones. Sin embargo, se propendió a la privatización de empresas, el estado desatendió su obligación social se la dejo al sector financiero, quien basó su acción en la disciplina fiscal, tasas altas de interés, la priorización del gasto público y protección de la inversión y propiedad privada. Prácticas que solo fueron congruentes con las necesidades de fortalecer el capital y que fueron impuestas desde una ciudad desarticulada a la realidad mundial de diversos lugares. Una manera más de ver al desarrollo como la homogeneidad de prácticas limitadas y reduccionistas (Escobar, 1986)
30
de la ZRCB en un marco amplio que tiene punto de partida en la escala global y cuyos
antecedentes fueron abordados en el capítulo anterior.
5.2.1. Desarrollo y planificación en los contextos nacional, regional y local
Para iniciar, se abordan los lineamientos de carácter global ligados a los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM), como guías del horizonte de las naciones, siendo
imprescindible su referencia para reflexionar en torno al tema de desarrollo para cualquier
territorio.
La Organización de Naciones Unidas, plantea los lineamientos que deben determinar los
procesos de desarrollo a nivel global para el presente siglo con metas al año 2015. Los
ocho objetivos contemplados inicialmente hasta el 2015, son complementados por los
Objetivos de Desarrollo Sostenible al asumir un enfoque de sostenibilidad, ampliando así
a diecisiete los nuevos objetivos, esta nueva agenda tiene el propósito de promover
sociedades pacíficas e incluyentes, envuelve las realidades ambientales del presente y
la premisa de garantizar la capacidad para hacer frente a las necesidades futuras, pero
se considera que sin cambiar el enfoque económico.
Así, proponiendo una mirada integral, presta especial énfasis en temáticas como la
erradicación de la pobreza y el cambio climático pero presentando grandes vacíos frente
a la pretendida integralidad que suponen estos. Inicialmente cabe destacar, la estructura
jerárquica que caracteriza la relación entre las distintas dimensiones, donde, por un lado
se expresa claramente la importancia de la dimensión social, sobre las otras y por otro
lado, se interpreta como la parte institucional-administrativa tiene un protagonismo
especial, aunque claramente como representación directa de unos planteamientos
político-ideológicos específicos que son transversales a los ODM.
De acuerdo a lo anterior, se evidencia una significativa fragmentación y desarticulación
entre las dimensiones, en tanto se enumeran y describen los objetivos de forma particular
según su carácter, así, se aborda cada dimensión desde enunciados distintos. Según
31
esto, se entrecruzan la dimensión social, la técnico-económica y la ecológica, en algunos
puntos sin lograr una verdadera articulación y dejando por fuera elementos de tal
importancia que no es clara la presencia de los enfoques cultural y ambiental como parte
de las dimensiones en los ODM.
No obstante, se abordan aspectos de vital importancia, como la eliminación de la violencia
de género y la inclusión de otredades, en estos dos aspectos el énfasis cultural se efectúa
sin trascender, limitándose a un reconocimiento de prácticas, patrones o características
culturales como elementos determinantes para el desarrollo.
De forma similar, se contempla como la dimensión ambiental propuesta en los ODM, se
limita a una mirada desde lo estrictamente físico-biótico y las posibilidades de
aprovechamiento del medio natural, sin ahondar en las estrechas interrelaciones y las
complejas dinámicas entre los distintos agentes que son parte de los procesos.
Según lo anterior, se entiende que los ODM son la extensión de la construcción histórica
discursiva del desarrollo al no trascender el enfoque técnico-económico del desarrollo,
materializando la dimensión político-ideológica y que si bien amplía el espectro al incluir
la sostenibilidad como eje central, desde la dimensión ecológico-ambiental no supera la
idea de mantener los recursos naturales para prolongar las dinámicas económicas de la
humanidad, develando así su perspectiva antropocéntrica por excelencia.
5.2.2. Desarrollo y planificación desde la escala nacional
Los Planes Territoriales de Desarrollo en Colombia son reglamentados por la Ley 152 de
1994 que establece los procedimientos y mecanismos para su elaboración, aprobación,
ejecución, seguimiento, evaluación y control. Dicha ley, en aspectos generales determina
los lineamientos para los Planes de Desarrollo correspondientes a las distintas entidades
territoriales a nivel nacional, departamental y municipal. Además de establecer las
autoridades e instancias de planeación.
32
En el marco normativo presentado anteriormente y articulados a los ODM, se acoge del
Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, identificando como principal enfoque el técnico-
económico con una orientación al crecimiento económico urbano desde la producción en
función del mercado global y la dimensión política-ideológica en torno a la capacidad de
competitividad en el mercado internacional. Así, a pesar de promover la sostenibilidad y
la importancia de la esfera social; al intentar una mirada desde la dimensión ecológico-
ambiental presente en la idea de desarrollo del gobierno vigente, es fácil entrever la
concepción de la naturaleza y su potenciamiento específicamente en términos
económicos, como bien y servicio primario para la producción.
Planteada la idea anterior, se evidencia homogenización de las estrategias de desarrollo,
según una visión nacional ligada al gobierno puntual, así, los planes de desarrollo a nivel
local están supeditados a decisiones macro que responden a disposiciones
esencialmente económicas y políticas globales que deben ser acogidas por las entidades
territoriales, en esta medida se desconocen las especificidades y necesidades de las
comunidades. Como ejemplo de lo anterior, se acude a la visión nacional de desarrollo
que inclinada hacia lo económico, con eje central en la actividad minero-energética
asumida dentro del Plan Nacional de Desarrollo, valida la implementación de la minería
a gran escala en los territorios locales, pero que ha sido rechazada por las comunidades
en tanto sus impactos son negativos y en lugar de responder a sus necesidades,
acrecienta sus problemáticas.
Para argumentar lo planteado, se analizó el contenido de las Guías de Plan de Desarrollo,
teniendo en cuenta que son el principal insumo técnico orientador para las entidades
territoriales en su tarea de planificar el desarrollo y son construidas a partir del marco
normativo y legal que envuelve este proceso en Colombia, encontrando en estos
documentos, valiosos insumos para la interpretación de la idea y discursos que orientan
el desarrollo en el país. Para lo anterior, se expone a grandes rasgos la revisión a la Guía:
Planeación para el desarrollo integral en las entidades territoriales. Guía 2012-2016,
buscando suscitar algunas reflexiones.
33
De entrada se resalta el carácter integral que adoptó el desarrollo del país en su más
reciente administración, que como sustenta la guía, sólo es posible con una visión
multidimensional que contemple articulaciones entre dimensiones, siendo estas la
ambiental (natural y construida), poblacional, socio-cultural, económica, y político-
administrativa. Si bien se reconoce que la guía asume dicha integralidad y reconoce la
importancia de armonización entre las dimensiones, se rechaza su fragmentación en
tanto está basada en dualidades, al argumentar la necesidad de multidimensionalidad
bajo ideas tales como que el privilegio de lo económico impactaría irreversiblemente lo
ambiental o que dar predominancia a la conservación de la base ambiental natural por
encima de las demás dimensiones conllevaría a insostenibilidad de la población, entre
otras aseveraciones. (Departamento Nacional de Planeación, 2012 p. 16).
Aunque se halla razón respecto a que la prevalencia de una dimensión sobre la otra solo
conducirá a la insustentabilidad del desarrollo, la reflexión propuesta gira en torno a
criticar la limitada afirmación de que el punto de encuentro de la intervención simultánea
de las dimensiones será innegablemente el desarrollo; sin trascender a considerar sus
intercambios, porque a pesar de afirmar que no debe anteponerse ninguna de las
dimensiones, la prevalencia de la dimensión técnico-económica es trasversal, en tanto
es sobre ella que gira la planificación como materialización de la idea de desarrollo. Así
como se interpreta en enunciados tales como, que la planificación según las guías busca
la determinación de “estrategias de desarrollo económico local incluyente” o que este
proceso se basa en “la dinamización de los actores territoriales y políticas públicas
territoriales para promover competitividad, el desarrollo empresarial, brindando
posibilidades de empleo o generación de ingresos para la población” (p. 46).
En otro sentido, la guia plantea que el desarrollo está orientado a resultados concretos,
verificables y medibles (p. 26), de acuerdo a esto, se cuestiona su carácter integral, en
tanto dejará por fuera aquellos aspectos intangibles en el desarrollo, como el
afianzamiento de las identidades culturales o el potenciamiento de las subjetividades
colectivas de las comunidades.
34
En relación con lo ambiental, se establece en la guía, una perspectiva sustentable del
desarrollo, que para el presente trabajo se considera que no trasciende lo sostenible, ya
que esta se desenvuelve en relación con la dimensión técnico-económica más que
ecológico-ambiental, sobre lo anterior se expresa:
Es necesario posibilitar un desarrollo socioeconómico en armonía con el medio natural,
así los planes de desarrollo deben considerar en sus estrategias, programas y proyectos,
criterios que les permitan estimar los costos y beneficios ambientales para definir las
acciones que garanticen a las actuales y futuras generaciones una adecuada oferta
ambiental (DNP, 2012 p.54).
Retomando la consideración de la existencia de dualidades en la visión de desarrollo en
Colombia y agregando que estas son eje fundamental del modelo predominante de
desarrollo y que su presencia se asocia con la insustentabilidad, en tanto reproduce
dinámicas nocivas de dicho modelo tales como el rechazo a la diversidad, relaciones de
dependencia, entre otras, se critica por ejemplo la distinción entre el ambiente construido
y el ambiente natural, así, según plantea la guía, el primero corresponde a las estructuras
humanas y sociales, mientras que el segundo a la base ecológica de los territorios,
expulsando entonces al ser humano como parte de la naturaleza y desplegando la
dualidad ser humano-naturaleza y sociedad-ambiente.
Por otro lado, la dualidad urbano-rural es percibida en varios apartados en términos de
dependencia de las necesidades rurales a las funciones urbanas y no de codependencia
y bidireccionalidad. Se identifica la prevalencia dada a la urbanización en tanto resalta la
importancia de potenciar las centralidades urbanas y la integración de otras zonas a
dichas centralidades, de esto, se interpreta que la ruralidad no requiere ser potenciada.
Ahora bien, dando un giro complementario en la temática, se hace referencia a los
procesos de participación. Inicialmente cabe resaltar la premisa de que las comunidades
deben ser parte del proceso y tomar decisiones frente a su desarrollo y como afirma la
guía, esto a través de los procesos electorales y de su participación en la gestión pública
35
(p. 14). En esta medida, su capacidad de influir se relaciona con la participación política
y tendrá importancia específica en relación con elegir a sus representantes, teniendo en
cuenta las limitaciones de los actores locales para generar trascendencia en lo que
respecta a la gestión pública.
Con respecto al enfoque participativo, si bien este es acorde a las reglamentaciones de
los instrumentos de planificación a nivel nacional, la participación de las comunidades se
muestra esencialmente funcional y en esta medida se limita a las fases de
implementación y evaluación de los planes aunque como formalismos necesarios, en
tanto el marco normativo no otorga responsabilidad trascendente a la participación de los
distintos actores sociales y por ende el involucramiento del grueso de la comunidad en la
planificación es prescindible.
En ese sentido, los instrumentos de planificación no reflejan mayor incidencia de los
actores locales en la planificación del desarrollo, aún con la existencia de figuras tales
como el Consejo Territorial de Planeación Local, las Juntas de Acción Comunal o las
veedurías ciudadanas, cuyas dinámicas se basan en la socialización en el mejor de los
casos a partir de la discusión y proposición de observaciones a los planes que pueden o
no ser acogidas por las entidades territoriales, ya que la administración incluye en el plan
las observaciones que considere pertinentes, pues la ley no señala obligatoriedad(p. 84).
En cuanto a la falta de apropiación por parte de las comunidades, dichos espacios de
participación no generan mayor subjetividad para las personas del territorio, seguramente
porque están ligados a la visión predominante que no permite una construcción colectiva
y no permite que las comunidades se identifiquen con los diferentes procesos, dando uso
a la participación como forma de legitimar dinámicas en gran medida alejadas del
territorio.
5.2.3. Desarrollo y planificación desde la escala local
36
Habiendo contextualizado de forma general el contexto del desarrollo y la planificación,
se aterriza en el marco espacial del presente trabajo, partiendo de considerar la
implicación para Ciudad Bolívar de hacer parte de la jurisdicción de la capital del país,
ser contemplada dentro de los procesos de desarrollo a nivel municipal y hacer parte de
las disposiciones de los instrumentos de planificación. De esta forma, dentro de los
procesos de planificación de Bogotá aparecen los instrumentos de Plan de Ordenamiento
Territorial (POT) y el Plan de Desarrollo Municipal (PDM). Estos instrumentos, a su vez
dentro de su normativa permiten generar otros instrumentos de carácter local, como el
Plan de Desarrollo Local (PDL) y La Agenda Ambiental Local (AAL).
En relación con el Plan de Desarrollo “Bogotá Humana” 2012-2016, si bien se conserva
la predominancia del enfoque económico se identifica un intento por un cambio de
perspectiva a una más centrada en el desarrollo humano y una mayor relevancia a la
dimensión ecológico-ambiental, puesto que propende una armonización de prácticas y
disminución de impactos sobre el territorio a través de aspectos como la defensa del
agua y la adopción de prácticas de la ciudad frente al cambio climático, revindicando la
importancia de la participación de la comunidad y proponiendo una reconciliación entre
la sociedad con un conjunto vital.
En lo que respecta a la zona rural de Bogotá, el enfoque de este Plan gira en torno al
ordenamiento del territorio alrededor del agua, “…como parte integral de la
sustentabilidad de la ciudad y de la región…” (Plan de Desarrollo Distrital, 2012-2016)
reconociendo al campesino y sus valores culturales rurales, propende específicamente
por el fortalecimiento de las redes sociales, productivas y la garantía de servicios básicos.
Se resalta asimismo el reconocimiento dado en este plan a las comunidades locales
como gestoras de su desarrollo y garantes de su sustentabilidad, dando importancia a
sus características y necesidades, en tanto se propone:
Revalorizar la población campesina como actor central del desarrollo rural y de los
procesos de conservación del patrimonio ambiental… Potenciando los sistemas
37
productivos de la economía campesina y estableciendo mecanismos para articularla a
los procesos de seguridad alimentaria y a mercados justos de la ciudad y la región
(PDD, 2012-2016 p. 66).
El informe de rendición de cuentas del Plan de Desarrollo Bogotá Humana, presenta
algunos proyectos y su cumplimiento de la siguiente manera. (Ver tabla 4):
Tabla 4. Objetivos PD Bogotá Humana Vs Informe de gestión 2015
Fuente. Elaboración propia, a partir del Plan de Desarrollo Bogotá Humana 2012-2016 y su Informa de Gestión.
Posterior al Plan de Desarrollo Bogotá Humana, entró en vigencia el Plan de Desarrollo
Bogotá Mejor para Todos 2016-2020, este destaca un fuerte giro en torno a la dimensión
técnico-económica, dando prioridad al desarrollo de proyectos de infraestructura, entre
tanto la ampliación de las áreas para soportes urbanos. Respecto a la dimensión
ecológico-ambiental se centra en el uso de energía y del ecosistema como bienes y
servicios para el disfrute de los ciudadanos, mas no se reconoce la importancia
ecosistémica y el valor inherente como manifestación de vida.
Con el propósito de sintetizar la revisión del marco general y específico del desarrollo y
la planificación y para concluir este capítulo se aborda la reflexión de la visión de
desarrollo para Colombia y los territorios locales entre estos la ZRCB, el cual responde a
una perspectiva esencialmente antropocéntrica, atravesada por el enfoque económico,
OBJETIVO INFORME
Visibilizar al territorio rural como parte integral de la
sustentabilidad de la ciudad y de la región.
Se logró a través de la vinculación de los mercados campesinos, garantizando un espacio para la comercialización de los productos.
Apoyo a las unidades familiares de economía campesina en actividades de reconvención productiva. Con sistemas agrarios sostenibles y cambios frente al cambio climático.
Capacitación a empresarios rurales, para garantizar la disponibilidad y acceso de alimentos con calidad y a precios justos para el productor y consumidor final.
Promover cambios culturales y facilitar las condiciones para la
transformación de la ciudad
Prácticas culturales y percepciones que generen comportamientos sostenibles y sustentables de ordenación y planeación del territorio.
Aplicación del comparendo ambiental.
Cabildos de gobernanza del agua, ampliando los escenarios y los mecanismos de participación.
Vinculación de 161 familias en procesos de reconversión productiva para la conservación de la biodiversidad, el suelo y el agua en zonas rurales del Distrito Capital.
38
donde la planificación se basa en las disposiciones técnicas para el alcance de objetivos
específicamente materiales que den cuenta de superación de la pobreza, crecimiento
económico, infraestructura, competitividad, desde la premisa de que lo anterior implica
mejoramiento de la calidad de vida de la población y un desarrollo integral de los
territorios.
Asimismo todos los planes incluyen una visión ambiental que se limita a contemplar el
medio natural como insumo, proponiendo una sostenibilidad blanda que promulga una
falsa armonía con la naturaleza pues se establece a esta como proveedora y de modo
restrictivo.
Si bien lo analizado hasta aquí resalta la necesidad de un enfoque territorial, este se
justifica en relación con el desarrollo de intervenciones que tengan en cuenta la
fragmentación creciente de los territorios y se vincula a aspectos estrictamente jurídicos,
institucionales y administrativos que determinan los instrumentos de planificación
articulados a las entidades territoriales, sin contemplar la necesidad de ver la
contextualidad de dichos territorios, su pertenencia a otras escalas más grandes, la
codependencia y la complejidad de la infinidad de dinámicas que superan
jurisdiccionalidades.
Por otro lado, se valora su expreso propósito de ser incluyente y apreciar la diversidad,
argumentando la necesidad de reconocimiento de las diferencias de la población, aspecto
que si bien es de gran importancia, de forma lamentable se circunscribe en el hecho de
garantizar la participación de todos los grupo sociales, etarios y étnicos, sin adentrarse
en considerar que el modelo de desarrollo totalizador, va en contravía de las
particularidades, territoriales y culturales y más allá de considerar las diferencias, no
propende por su potenciamiento.
39
5.3. Aproximación a la caracterización del territorio: Problemáticas y
Potencialidades de la ZRCB
El presente capítulo realiza una breve caracterización de la ZRCB, inicialmente se
presenta el mapa del territorio foco del trabajo (ver figura 1). Luego, teniendo en cuenta
el interés y los alcances de la investigación, se presenta un análisis interrelacional de las
dimensiones del desarrollo en términos de problemáticas y potencialidades de la ZRCB.
Se contempla imprescindible realizar dicha contextualización a la zona de estudio para el
abordaje de las nociones de DLS en tanto a las construcciones conceptuales y a las
subjetividades que los actores locales responden a las realidades territoriales.
Las problemáticas se enfatizan en aquellas actividades consideradas como causales de
los impactos ambientales más sentidos en el territorio rural, identificadas a partir de la
revisión de los instrumentos de planificación, el trabajo de campo realizado y la
implementación de las técnicas de investigación desarrolladas con los actores locales.
Así, se destaca la presencia del Relleno Sanitario de Doña Juana, la actividad extractiva
minera, la actividad agropecuaria extensiva y la expansión urbana sobre la ZRCB.
Por su parte, las potencialidades se plantean a partir de las particularidades endógenas
identificadas y su relación con las problemáticas caracterizadas, para hallar la allí la
capacidad de transformación en potencialidades que serán base de las alternativas al
desarrollo que se abordarán en el apartado de recomendaciones del presente trabajo.
A partir de lo anterior, se sistematizó la información en la Matriz Interdimensional de
Problemáticas y la Matriz Interdimensional de Potencialidades, ambas basadas en una
estructura interrelacional de las dimensiones Ecológico-Ambiental como estructurante,
Político-Ideológica y Técnico-Económica, identificando que sus interacciones, conforman
una dimensión más amplia o como la denomina Izquierdo (1996), la supradimensión
socio-cultural, reflejando esta, la realidad local de la ZRCB.
40
Teniendo en cuenta esto, se ubican en la diagonal las problemáticas y potencialidades
vistas desde la dimensionalidad y en los cuadros laterales el solape de las dimensiones.
En esta medida, en la primera fila (color verde) se aborda la dimensión ecológico-
ambiental desde su interacción con lo político-ideológico y lo técnico-económico, en la
fila color azul, se ubica el análisis de la dimensión político-ideológica desde las
dimensiones ecológica-ambiental y técnico-económica y en la última fila, la dimensión
técnico-económica desde su solape con la dimensión ecológico-ambiental y político-
ideológica respectivamente.
Las matrices que a continuación se presentan, se basan en la Matriz Fractal
Holográmatica adaptada por Moreno (2012) a partir de la Matriz Supradimensional de
Alternatividad al Desarrollo propuesta por Izquierdo (1991).
Tabla 5. Interpretación de las Matrices de Problemáticas y Potencialidades
Socio-Cultural SC
Ecológica-Ambiental EA
Político-Ideológica PI
Técnico-Económica
Ecológico- Ambiental
Visión dimensional Ecológica-Ambiental
Visión interdimensional EA-PI
Visión interdimensional EA-TE
Político-Ideológica Visión interdimensional
PI-EA Visión dimensional Político-Ideológica
Visión interdimensional PI-TE
Técnico- Económica
Visión interdimensional TE-EA
Visión interdimensional TE-PI
Visión dimensional Técnico-Económica
41
Figura 1. Mapa Básico Localidad 19 Ciudad Bolívar
Fuente: Elaboración propia con base en información del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) y la Secretaria Distrital de Planeación
de Bogotá D.C.
42
Tabla 6. Matriz Interdimensional de Problemáticas de la ZRCB4
SC Ecológica-Ambiental Político-Ideológica Técnico-Económica
EA
Diversidad de impactos ecológicos-ambientales derivados de dinámicas socioculturales y económicas entre las cuales se destacan: Relleno Sanitario Doña Juana, Expansión Urbana, Actividad Minera y Prácticas Agrícolas Inadecuadas.
Contaminación atmosférica e hídrica.
Deterioro edafológico y pérdida de cobertura vegetal.
Aumento de demanda hídrica.
Movimientos de remoción.
Desplazamiento de la frontera agrícola.
Ocupación de áreas protegidas.
Cambios significativos al paisaje de la zona.
Aumento y disposición inadecuada de residuos.
Contaminación auditiva y visual.
Conflictos que determinan la falta de apropiación territorial, desinterés frente a las problemáticas que impactan los territorios y resignación generalizada de las comunidades frente a las mismas.
Adopción consentida u obligada de los estilos de vida urbanos en la ZRCB.
Mínimos niveles de conciencia de la ciudadanía en términos generales, de la sinergia ambiental que tenga en cuenta que cada acción conlleva impactos de carácter multiescalar e interdimensional.
Paulatina disminución de la actividad agropecuaria a pequeña escala.
Imposibilidad de las comunidades rurales de subsistir, a partir del aprovechamiento de las potencialidades endógenas de los territorios.
A fin de maximizar ganancias se implementan prácticas que generan mayores impactos y se lleva a cabo una gestión ambiental limitada.
Las soluciones frente a las problemáticas ambientales derivadas de actividades económicas son apenas paliativos que no recuperan la estabilidad ambiental.
PI
La implementación de las dinámicas socioculturales y económicas han sido determinadas por decisiones políticas, sujetas a administraciones distritales de turno y en muchos casos atravesadas por el clientelismo y la corrupción.
Ineficaz administración pública frente a actividades económicas en la ZRCB, e insuficientes disposiciones y regulaciones políticas frente a la minimización de los impactos generados por la explotación de recursos.
Abandono estatal de los territorios más alejados de la urbe dando lugar a que dichas dinámicas nocivas sean concurrentes.
Desconocimiento generalizado de las comunidades frente a la crisis ambiental y legislación ambiental.
Ausencia de empoderamiento frente a las dinámicas sociales, ambientales y en procesos de planificación.
Precariedad en la planificación territorial para la ZRCB.
Ambigüedad en la delimitación de bordes urbano-rurales, que permiten la existencia de dinámicas urbanas en zonas rurales.
Visión cortoplacista de la gestión territorial que no supera el período de administración de cada gobierno distrital, en donde las intervenciones lejos de ser integrales son puntuales sin generar mayor trascendencia.
Falta de involucramiento de las comunidades frente a las dinámicas de desarrollo que se implementan en sus territorios.
Respaldo político a la mercantilización de los territorios, convirtiendo la ZRCB en un foco de intereses económicos.
Apoyos estatales a las comunidades que no superan el asistencialismo y por ende su capacidad de generar desarrollo es limitada.
Falta de promoción de prácticas alternativas a la crisis ambiental existente, dado que impide la continuidad del modelo de desarrollo predominante.
Las intervenciones en el territorio rural se limitan a lo técnico y planificado desde fuera del contexto local.
TE
Implementación de actividades discordantes con la vocación del suelo con beneficio principal a privados.
Precaria planificación previa al establecimiento de distintas actividades en la ZRCB desconociendo su diversidad de impactos a corto, mediano y largo plazo.
Problemas de operatividad pública y privada frente a la gestión ambiental de las actividades económicas en aspectos tales como recuperación o restauración.
Modelos enmarcados en la visión de desarrollo predominante, que dan prevalencia a la vida urbana sobre la rural, implicando que las actividades presentes en la ciudad impacten de forma más directa al campo.
Predominancia de la dimensión económica sobre las demás dimensiones, que determina la permanencia de actividades económicas en la ZRCB desconociendo la gravedad de sus impactos.
Vulnerabilidad económica de los habitantes de la ZRCB, asociada a su dependencia económica a las actividades de carácter urbano.
Intervenciones en la ZRCB con fines económicos de diferentes actores públicos y privados.
4 Basada en la Matriz fractal holográmatica adaptada por Moreno, R. (2012). Elaboración propia a partir de información de campo: Observación, entrevistas no estructuradas y diálogo de saberes y de los Instrumentos de Planificación: Plan de Desarrollo Local Ciudad Bolívar 2012-2016, Plan Ambiental Localidad 19 Ciudad Bolívar 2012-2016, Agenda Ambiental Localidad 19 Ciudad Bolívar, 2009 y Diagnostico de aspectos físicos, demográficos y socioeconómico de Ciudad Bolívar, 2009.
43
En lo pertinente a la Matriz Interdimensional de Problemáticas, se puede concluir que da
un aporte de respuesta a la pregunta planteada dentro de este trabajo, permite un
acercamiento a la interdisciplinariedad, dado que hace evidente la necesidad de evaluar
las problemáticas de una zona y en especial para la ZRCB de una manera
interdimensional y desde un enfoque que permita ver las interacciones y no se base en
la yuxtaposición de una dimensión sobre la otra.
De igual forma se concluye que esta matriz identifica las problemáticas consideradas
centrales para este trabajo y en cierta medida permite entender la compleja realidad
ambiental de la ZRCB, como lo es la presencia del Relleno Sanitario de Doña Juana, la
actividad extractiva minera, la actividad agropecuaria extensiva y la expansión urbana
sobre la ZRCB, realidad que es posible analizar solo desde un acercamiento a todas las
dimensiones del desarrollo y sus interacciones, ya que en ninguna medida dichas
dinámicas son aisladas de su contexto político, ideológico, económico, técnico, social e
histórico, sino que se presentan como resultado de los flujos entre estos.
Siendo una compleja red de interacciones es posible analizar que la relación técnico-
económica y político-ideológica se da en varias vías. Por un lado, la prevalencia de
intereses económicos de distintos agentes en la ZRCB se materializan en dinámicas que
implican vulnerabilidad de los habitantes de la ZRCB en tanto generan contaminación
ambiental, problemas de acceso a los recursos, dificultan sus prácticas tradicionales
basadas en la agricultura y reemplazando dinámicas locales.
Dichas actividades y sus impactos -mencionados en el cuadro verde oscuro de la matriz-
se relacionan con el modelo económico global y los dispositivos ideológicos que lo
sustentan involucrando la dimensión institucional-administrativa (aparato estatal) que a
partir de la dimensión técnica, determina intervenciones a los territorios legitimándolas en
los instrumentos de planificación que para el caso local de la ZRCB evidencian
precariedad, ya que no profundizan en las realidades específicas, los potenciales
endógenos de las comunidades, el involucramiento de los actores locales, lo cual se
traduce en una gestión ineficaz que admite los impactos ambientales y sociales de
44
gravedad, además de reflejar regulaciones débiles frente a la minimización o
recuperación de los mismos.
Por el contrario, asumen disposiciones que afectan específicamente los territorios locales
y favorecen a agentes externos, como ejemplo de esto es la vocación minera de la zona
definida en el POT vigente y ampliamente rechazada por las comunidades del sector
generando distintas movilizaciones populares. (El Espectador, 2015). Otro aspecto que
denota la afectación al territorio, tiene que ver con la presencia del Relleno Sanitario de
Doña Juana, hecho que afecta en gran medida a las comunidades rurales cercanas a la
zona, pero que no son relevantes desde una apuesta ideológica que da prevalencia a la
vida urbana y en esta medida sacrifica a conveniencia la vida en la ruralidad.
Igualmente no se pierde de vista, los vacíos en la planificación urbana y rural de la zona,
permiten dinámicas como la urbanización informal o por invasión en la ZRCB trayendo
consigo otros problemas para las comunidades allí asentadas como mayor demanda de
recursos, contaminación, conflictos territoriales y fenómenos sociales como drogadicción
y delincuencia.
Estas problemáticas hacen parte de otras más amplias y son el resultado de obviar las
especificidades de los lugares, implicando que se generen otras problemáticas de
carácter local, tales como la incidencia en la pérdida de identidad y debilitamiento de la
apropiación territorial de las comunidades. Por lo anterior las comunidades campesinas
en busca de soluciones, se ven obligadas a abandonar el campo e interiorizan
paulatinamente los estilos de vida urbanos, persiguiendo mejores oportunidades en la
ciudad, ya sea migrando y aumentando la población urbana o conservando en la ruralidad
su dormitorio y buscando trabajo en la ciudad, aumentando así la demanda de empleo
urbano y con esto la disminución en la oferta agrícola, generando dinámicas de
dependencia frente a la ciudad. En suma, estas dinámicas generan desequilibrios
sistémicos y arraigan la crisis ambiental, social, cultural y civilizatoria.
45
Tabla 7. Matriz Interdimensional de Potencialidades de la ZRCB5
5 Basada en la Matriz fractal holográmatica adaptada por Moreno, R. (2012). Elaboración propia a partir de información de campo: Observación, entrevistas no estructuradas y dialogo de saberes y la Agenda Ambiental Agenda Ambiental Localidad 19 Ciudad Bolívar, 2009.
SC Ecológica-Ambiental Político-Ideológica Técnico-Económica
EA
Vocación agropecuaria de la ZRCB.
Demanda de alimentos de la zona urbana a la zona rural.
Atractivo turístico relacionado con la riqueza natural de la zona.
Conservación de tradiciones campesinas.
Apropiación territorial.
Vínculos estrechos entre las personas y su entorno.
Existencia de elementos naturales aprovechables por las comunidades.
Reconocimiento colectivo de las problemáticas ambientales y su relación con una visión económica del desarrollo, así como de la necesidad de hacer frente a estas.
Fortalecimiento de vínculos de algunos actores locales con su entorno dinamizan iniciativas de protección y defensa ambiental.
Apoyo de agentes externos a la ZRCB tales como ONG ambientales adelantan acciones de educación, concienciación, protección y defensa ambiental.
Surgimiento de nuevas iniciativas de interacción ambiental que equilibran los intereses económicos de las comunidades locales con una visión ecológica de sus prácticas cotidianas.
Implementación de prácticas agropecuarias amigables con el ambiente y exploración de posibilidades alternativas en otros sectores económicos que buscan minimizar impactos ambientales.
PI
Confluencia de distintos actores sociales tales como comunidad, representantes de la institucionalidad, organizaciones ambientalistas y la academia en espacios de encuentro y de problematización en torno a lo ambiental.
Autonomía de algunos grupos comunitarios para prolongar las acciones ambientales emprendidas por la institucionalidad pero limitadas espacio-temporalmente.
Esfuerzo por visibilizar y reivindicar la ZRCB en el marco de instrumentos de planificación de la administración Bogotá Humana.
Interés de distintos actores sociales especialmente de las comunidades frente a las realidades ambientales propias de la ZRCB.
Se evidencia la iniciativa de las comunidades y de los líderes en participar en los procesos de planificación.
Existe en la comunidad el reconocimiento de la necesidad de replantear los roles de los diferentes actores sociales.
Auto reconocimiento del carácter rural de su entorno y por ello su necesidad de defenderlo frente a dinámicas de urbanización.
Exigencia por parte de la comunidad en continuidad de las acciones ejecutadas por la institucionalidad.
Inversión pública en programas pensados desde visiones más integrales que se proponen beneficios en las distintas dimensiones del desarrollo.
Promoción de estrategias que incursionan en actividades económicas con menor impacto ambiental y beneficios para las comunidades locales.
TE
Necesidades particulares como motor de iniciativas locales y alternativas de interacción con el ambiente para beneficio bidireccional.
Aumento paulatino de la preocupación por prácticas saludables en armonía con el entorno natural, tanto en la zona urbana como rural pueden movilizar actividades económicas para las comunidades de la ZRCB.
Reconocimiento de las comunidades locales de la necesidad del cubrimiento de necesidades técnicas de infraestructura acordes a unos modelos de desarrollo predominante con conciencia de evitar que la modernización llegue a transformar profundamente su territorio rural.
Se evidencia en las comunidades que su relación con la dimensión técnico-económica se basa en la necesidad de subsistencia y no de acumulación, dando relevancia a la calidad de vida brindada por el campo.
La cercanía al casco urbano representa para la ZRCB beneficios tales como la posibilidad de acceder a servicios ofertados por la ciudad y al tiempo de tener la posibilidad de abastecer a la ciudad de productos agropecuarios.
Intereses de diferentes actores que pueden generar prosperidad económica para las comunidades rurales.
46
En lo que respecta a la Matriz Interdimensional de Potencialidades, se puede concluir
que, pese a que en el territorio existen variadas problemáticas, dichos problemas no
deben ser vistos como dificultades, sino como insumos para intentar sobreponerse a las
condiciones y situaciones adversas, dando lugar a las que en el presente trabajo se
evidencian como alternativas.
Teniendo en cuenta que las potencialidades no pueden ser propuestas sin analizar de
forma integral las realidades pasadas y actuales y que la existencia de problemas abre
el camino al cambio, se propuso hallar en dichas problemáticas su capacidad de
transformación en potencialidades y alternativas al desarrollo. Así, partiendo de la
premisa de la sustentabilidad en relación con que son las bases ecológicas, sociales, y
culturales las que deben determinar la búsqueda del desarrollo, se identifican
potencialidades para la ZRCB -plasmadas en el cuadro verde oscuro-. De esta forma la
dimensión Ecológico-Ambiental se construye a partir de contemplar las características
bióticas y abióticas de la zona, las potencialidades endógenas de las comunidades
locales y su interacción con el contexto amplio, ya no en términos de impactos o
intervenciones impuestas sino de codependencia.
A partir de esta, se plantean los intercambios entre las dimensiones, rescatando aspectos
positivos que se identificaron durante el trabajo de campo. En esta medida, la dimensión
político-ideológica se articula a lo ambiental a partir de aspectos como el reconocimiento
y apropiación por parte de los actores sociales de las realidades y problemas ambientales
en términos generales por su territorio apoyados por agentes externos que se han
interesado por estos temas, promoviendo así la existencia de espacios de encuentro que
permitan el análisis y la proposición de alternativas para hacer frente a estos.
Asimismo, ligado a unas tradiciones e identidades campesinas que aún se conservan, se
da la emergencia de nuevas formas de contemplar las relaciones desarrollo y ambiente,
ser humano y naturaleza. Lo anterior, ha tendido a involucrar las dimensiones técnico-
económica y política, logrando adentrar en la dimensión político-ideológica no solo a
algunos de los actores sociales locales, quienes han pensado en dar respuesta a sus
47
necesidades a partir de alternativas de interacción con la naturaleza que impliquen
beneficios mutuos, sino que han imbricado la esfera institucional, en tanto desde espacios
institucionales se han evidenciado intentos por pensar las dinámicas desde visiones más
integrales que se proponen beneficios en las distintas dimensiones del desarrollo.
Frente a lo anterior, en el marco de la administración Bogotá Humana se destaca la
inversión pública en programas tales como Basura Cero, significando profundas
transformaciones al sistema de aseo y a las prácticas de consumo cotidianas o el
fortalecimiento de los mercados campesinos incentivando así, la agricultura orgánica
(PDD, 2012).
Si bien estas iniciativas responden a procesos puntuales determinados por alcaldes de
turno, es de resaltar la intención de cambiar el paradigma contemplando que sienta
precedentes importantes frente a la articulación político-ideológica, ecológico- ambiental
y técnico-económica. De la misma forma, que las comunidades locales están haciendo
frente a esta gestión cortoplacista que no supera los periodos de administración distrital,
se ha interesado en prolongar este tipo de iniciativas basadas en acciones limitadas
espacio-temporalmente, como lo es el caso de las huertas comunitarias en la ZRCB que
han mostrado interés en fortalecerse, aun cuando no cuenten con apoyo del distrito, a
partir de la asociación comunitaria o interinstitucional con ONG’s ambientales o
instituciones educativas como la Uniminuto.
Del mismo modo, el interés creciente de otros sectores de la población por hacer las
cosas de forma más equilibrada; en esta medida tanto sectores de la población rural como
urbana, en busca de mejores hábitos ambientales y de vida, han empezado a replantear
sus dinámicas, implementado la separación de residuos, el reciclaje, la alimentación
orgánica y el uso de energías alternativas, lo anterior, visto como una potencialidad para
la ZRCB, permitirá disminuir impactos e impulsar iniciativas locales tales como las huertas
orgánicas campesinas o la trasformación de residuos para generación de ingresos
económicos.
48
En relación con esto, y frente a la emergencia de nuevas formas de entendimiento y
reconfiguración de distintas prácticas, se está adoptando una racionalidad ambiental y
formas más armónicas de relacionarse con el ambiente tanto en la zona rural como
urbana, como lo es la agroecología, el turismo consciente, el reciclaje, la generación de
combustibles ecológicos a partir de los desechos del relleno. Por su parte la cercanía al
casco urbano deja de ser una problemática para convertirse en potencialidad, en tanto
puede significar la posibilidad de abastecer a la ciudad de distintos productos atendiendo
a demandas de diferentes actores que pueden generar prosperidad económica para las
comunidades rurales, al tiempo que la comunidad puede acceder a servicios de la ciudad.
Así, la dualidad urbana rural dejaría de ser contemplada en términos de oposición y
podría llegar a configurarse a partir de procesos de cooperación, codependencia y
mutualismo, entendiendo que ambas son partes igualmente valiosas del sistema y solo
desde una interacción armónica pueden potenciarse y hacer frente a sus problemáticas
específicas, que en ningún caso están desarticuladas.
5.3.1. Caracterización de actores sociales involucrados
Como parte de la caracterización del territorio, es ineludible la identificación de los actores
involucrados, definir roles, funciones al igual que la influencia y la importancia
determinante de las interacciones y con el ambiente. Con respecto a la influencia, se
debe determinar claramente el poder que tienen los actores sobre el proceso, controlar
las decisiones tomadas y/o ejercer una influencia que afecte al proceso negativamente.
Los roles y funciones están centrados en cada familia de acuerdo a su forma de vida,
existen intercambios que fortalecen su existencia en lo rural aunque otros la debilitan,
especialmente si se tiene en cuenta estos con dinámicas urbanas de la localidad,
conflictos sociales, que cuando permean generan sensaciones de angustia e
intranquilidad, se piensa en la confianza respecto a su relación con las instituciones ya
que consideran que en parte está en sus funciones permitir acciones para la convivencia
sana, el equilibrio social y las dinámicas culturales en cada lugar de la ZRCB. A
49
continuación, se describe brevemente los actores que hacen parte del contexto de
desarrollo, quienes participaron de los distintos encuentros en el trabajo de campo y a
través del diálogo y sus saberes suscitaron este trabajo.
Tabla 8. Actores Involucrados
Fuente: Elaboración propia a partir de su identificación en el trabajo en campo
5.3.1.1. El Campesino en la Zona Rural de Ciudad Bolívar
El campesino en la zona rural de Ciudad Bolívar se define desde un proceso de
construcción social que se le atribuye el sentido cultural de relación directa con la tierra.
Posee distintas habilidades para el trabajo del hogar y del campo, como reparar muebles,
realizar mantenimiento eléctrico, albañilería, costura, pintura, manualidades como el
tejido, actividades agropecuarias para sí y su familia como la agricultura y crianza de
50
animales. También de manera transversal consideran al medio ambiente, factor
preponderante para la vida.
Si bien, el campesino en la zona rural mantiene algunas de sus prácticas, identidad,
memoria, tradiciones y cosmovisiones de su relación con el campo y los elementos
naturales que allí emergen en un espacio-tiempo, estas se han transformado de distintas
maneras. Sus habitantes se han adaptado a una serie de hechos por estar inmersos
cotidianamente a las dinámicas urbanas de la localidad, además que sus acciones
dependen de las políticas y decisiones tomadas por el gobierno local especialmente en
sus formas de participación para la planificación del desarrollo rural, que en ocasiones
invisibiliza y vulnera sus derechos.
De esta forma, al desconocer la funcionalidad del campesino para el desarrollo local se
genera calamidad, inconformidad y desconfianza sobre los procesos políticos,
económicos y sociales que dirigen las instituciones y conllevan a un replanteamiento de
sus formas de relacionarse con el entorno.
Por todo lo anterior, la ruralidad se ha configurado así misma a través de estrategias de
sobrevivencia cuando sus formas propias son excluidas, por lo que si las actividades
rurales no les dan el sustento diario, optan por otras alternativas, como son trabajar fuera
del territorio rural en empresas y fábricas que redefinen de alguna manera el ser
campesino. Así mismo, algunos habitantes urbanos que por distintas razones han llegado
a ser parte de la zona rural, se han apropiado del territorio y sus dinámicas, dando lugar
a que algunos se reconozcan como campesinos, no obstante otros desplieguen su vida
allí por necesidad, sin mayor vínculo subjetivo con el espacio rural que habitan.
Estas y otras dinámicas, complejizan la conceptualización del ser campesino en la ZRCB,
entendiendo que no es posible acudir al término tradicional, en tanto, los intercambios
con la zona urbana son constantes y cada vez más fuertes y las prácticas cotidianas de
los habitantes de la zona son tan diversas y variables que no es posible hallarlas como
prácticas concebidas convencionalmente como rurales, más no obstante, la interacción
51
con algunos de los actores locales deja entrever que en gran medida la identidad
campesina es latente en sus habitantes, así, acudiendo a un término usado por distintos
sociólogos, se considera a los habitantes de la zona como sujetos híbridos rurales-
urbanos.
La anterior consideración para argumentar, que el DLS da lugar al encuentro de múltiples
identidades y que es a través del reconocimiento de su pertenencia, su rol, su repensar
y subjetividades frente a la ZRCB, que sus actores locales han concebido modos de
resistencia y defensa del territorio rural.
5.4. Análisis reflexivo de significados del Desarrollo Local Sustentable
El desarrollo en la ZRCB ha sido visto como un agregado de distintos procesos, planes y
programas que han determinado las formas de vida, la creación de identidades y actores
sociales para lograr fines en relación al progreso, promesa de la visión urbano-industrial.
Así, se ve como la solución al subdesarrollo, como apuesta al cambio de un territorio que
ha permanecido abandonado a su suerte, a los procesos naturales y de supervivencia.
Se ha optado igualmente por crear un tipo de sociedad provista de aspectos y factores
para crear acciones de resistencia a formas de vida impuestas desde dicha visión para
lograr permanecer en el equilibrio sano de las interacciones con otros elementos que a
su vez resisten ante las adversidades locales suscitadas desde afuera. En ese ejercicio
han imperado relaciones de poder y dinámicas interdimensionales que de múltiples
maneras los actores sociales protagonistas de la ruralidad han ejercido dinámicas que
reivindican y visibilizan subjetividades que definen el Desarrollo Local Sustentable.
5.4.1. Subjetividades en torno al Desarrollo Local Sustentable
De acuerdo a las relaciones de poder, en la ZRCB existen mecanismos utilizados por las
instituciones del Estado, que de uno u otro modo no permiten DLS en la zona rural; como
lo es el nuevo modelo del POT de Bogotá, que como ya se mencionó sujeto al Plan de
52
Desarrollo Nacional, insiste en un modelo de ciudad ligado a la desvalorización de los
recursos naturales y la fragmentación para el análisis de problemáticas, sin tener en
cuenta las dinámicas rurales, la pertinencia de la voz de los actores involucrados y la
infinidad de sucesos que puedan ejercer cambios constantes en las relaciones de todos
los elementos y den lugar a nuevas formas de organización.
Sobre la imposición de intervenciones externas a los procesos específicos de su entorno,
los actores locales desarrollan formas de subjetivación individual y colectiva, enfrentando
su contexto histórico, inconformidades y condiciones presentes, así como sus deseos e
ilusiones frente a su devenir.
Por lo tanto, es imprescindible dar cuenta de las voces de los actores locales involucrados
y reflejar en este documento sus subjetividades más sentidas a través de la
sistematización e interpretación de sus relatos y diálogos personales y colectivos en los
distintos encuentros, recorridos y talleres en el trabajo de campo. Su interpretación
supone un acercamiento a los vínculos subjetivos verbalizados en su discurso.
De acuerdo a lo anterior, en la ZRCB los actores involucrados relacionan las
problemáticas históricas y actuales frente al desarrollo con las brechas existentes con los
actores institucionales en un sentido inconformes por las disposiciones en materia de
planificación y de ordenamiento territorial que generalmente son determinadas desde la
externalidad al territorio.
A partir de distintos recorridos para el reconocimiento del territorio rural y abordar las
problemáticas más sentidas, especialmente en el marco de la creación del nuevo POT y
Plan de Desarrollo, se logró identificar algunas concepciones concretas frente a los
procesos de desarrollo y de planificación desde la visión de actores tales como líderes
comunitarios, Consejo de Planeación Local (CPL), sectores como medio ambiente y
habitantes del común. De esta forma, la articulación de ideas, sugerencias, opiniones,
preocupaciones y estrategias entre campesinos, líderes y actores que residen en la zona
53
urbana de la localidad, dio lugar a un diálogo en el que cada uno tuvo en cuenta desde
su propio conocimiento y experiencia, lo que realmente le afecta a su comunidad.
Sobre esto, en uno de los recorridos a la zona rural don Pedro, uno de los líderes
comunales y ambientalista afirmó:
“En el nuevo POT se intensificará la zona minera del Mochuelo y la expansión de
500 hectáreas del relleno sanitario Doña Juana, además de experimentos
generados entre el consorcio CGR y CODENSA para la explotación energética de
la basura teniendo en cuenta las nuevas tecnologías para aprovechar la conexión
de líneas eléctricas de alta tensión y futuros proyectos en la zona sin
consentimiento de los actores que allí habitan”.
Foto 1. Recorrido Rural CPL: Frente al Relleno Doña Juana. Fuente: Las autoras
La participación de los actores sociales, en la toma de decisiones respecto a cualquier
aspecto, efecto o problemática en su territorio ha sido un factor predominante; sus
valores, capacidades, saberes y sentires han permitido esclarecer causas y
consecuencias, al igual que descubrir que no se requieren análisis de expertos para
afrontar los cambios.
“El desarrollo para nosotros no debe ser impuesto de acuerdo a modelos que
segregan, también que inciden en volcar lo natural hacia lo material, a partir de
ahora debemos ser protagonistas de un nuevo concepto de ciudad urbana y rural
pero que se acoja a nuestra lógica, rompiendo con posturas parciales y alejadas de
54
la realidad y valorando procesos constructivos y formales propios que se ajusten a
nuestra cultura y contexto histórico” (Comisionado CPL).
Foto 2. Recorrido Rural CPL: Zona de expansión urbana. Fuente: Las autoras
En ese sentido, el desarrollo para la ruralidad se relaciona con sustentabilidad al
reflexionar acerca de los procesos históricos en la medida del como han surgido y
emergido desde la irracionalidad humana, concibiendo el desarrollo como proceso
exógeno, es decir, aplicando políticas, programas y normas externas gobernadas por
leyes de producción y consumo, hechos que han permitido la destrucción ecológica y la
degradación ambiental en la zona.
Legitimando así el crecimiento económico como el logro de la idea del progreso, idea que
aunque no nace en el seno cultural de la ruralidad local, se asemeja por la comunidad
con el alcance único del desarrollo, no obstante se reconoce que hallan mayor
importancia a su bienestar y satisfacciones básicas que a pretensiones de acumulación
o adopción de estilos de vida ligados al consumo:
“Aquí no sobra, ni falta el dinero, se vive con lo que escasamente se tiene generado
por lo que produce cada familia, no se tiene automóvil, pero no se aguanta hambre,
el costo por el consumo de servicios públicos es asequible comparado con el costo
en la ciudad (Gladys, Campesina de Quiba)”.
Empero, deconstruir esa irracionalidad parte de los saberes históricos arraigados, que
subyacen de la experiencia y el conocimiento aprendido naturalmente e impuesto
55
ideológicamente, arriesgando cuestionar y debatir la causalidad de los mismos, de la
existencia del orden específico en el que se crea la lógica técnico-económica del progreso
y la asociación inmediata con la noción de desarrollo. Así mismo, implica quebrantar lo
establecido desde afuera -el conocimiento científico- para recuperar la existencia
comprendida que se extraña, que se unifica con lo autóctono, lo endógeno y las
interacciones con el entorno, los elementos no humanos.
Las comunidades demuestran amplio interés en los temas ambientales y argumentan que
las problemáticas son esencialmente resultado de dinámicas económicas externas que
son resultado de intereses económicos particulares y cuya satisfacción implica en general
sacrificios y destrucción para el territorio y graves impactos que solo afectan a las
comunidades. Así mismo, vinculan estrechamente el papel permisivo y precario de la
institucionalidad frente a esto:
“En el PD Bogotá Mejor para Todos, lo ambiental brilla por su ausencia y lo
único en lo que básicamente está representando es en la inversión para el tema
de infraestructura. No hay inversión para mitigación, prevención y/o
conservación. Lo ambiental es incompatible con el propósito de los negocios, a
manera de ejemplo: Cuando se trabaja para que un territorio se convierta en
reserva, se pierde la oportunidad de especular con él y que genere plusvalía,
que es lo que al gobierno le interesa. Deslegitimar estudios ambientales de
años, arraigos, costumbres, tradiciones y formas de vida milenarias sobre un
territorio. Eso conduce a la propia destrucción y no a la evolución.
“Nosotros somos los que vivimos y disfrutamos el territorio o los que sufrimos
las pesadillas de un territorio mal manejado. Poseemos graves problemas
ambientales, como el relleno sanitario por lo que deberíamos recibir una
indemnización por recibir las basuras de toda la ciudad, el impacto recae en
nosotros...Reorganizar la localidad alrededor de las fuentes hídricas, pero ello
no hay manera de hacerlo sino a través del empoderamiento de la comunidad”.
(Comisionado CPL).
56
Como lo evidencia el relato anterior, aún conscientes de las relaciones dicotómicas
existentes trasversales al desarrollo local y de comprender que los elementos
naturales son inalienables para la vida, los actores enfrentan el discurso traslapando
la dimensión económica sobre la política, asimismo esta última sobre la ambiental,
lo que demuestra los intereses y análisis propios desde un punto de vista
antropocéntrico, dando mayor importancia a las necesidades humanas y en esta
medida, a ser reparados en términos económicos por los impactos ambientales y
menor relevancia a equilibrar dinámicas ecologicas.
“Lo ambiental es necesario, estamos proponiendo soluciones para lograr el
equilibrio, como pensar en detener la expansión urbana de una manera amable,
por medio de dar uso a esos terrenos de engorde para cultivo o para reubicar
las familias que van a vivir al territorio de bordes…Proponer ante las
autoridades el comercio y muestras de los productos agrícolas cultivados en la
ruralidad en parques y plazas urbanas, propuestas para nuestras necesidades”
(Camilo, Líder Comunitario y Presidente de la JAC Santa Bárbara).
Por su parte, este líder comunitario en lugar de esperar de la institucionalidad la respuesta
y solución a las problemáticas de la ZRCB, plantea propuestas que parten de un principio
de endogeneidad, considerando que los aspectos negativos también son parte de las
particularidades locales y pueden llegar a potenciarse para presentar alternativas de
solución. Al mismo tiempo, reconoce la necesidad de hacer frente a las necesidades
desde una noción de equilibrio que no ataque las condiciones problemáticas, sino que se
base en la generación de nuevos procesos.
Del mismo modo, los actores insisten en la búsqueda de una transformación acorde a su
contexto histórico y dentro de la búsqueda de nociones clave, asocian fuertemente el
concepto desarrollo a la palabra evolución, sobre esto, se interpreta una asociación al
concepto de espacio-tiempo y realidad. Así, desde un sentido práctico se entiende
“evolución” como continuar avanzando con oportunidades, con posibilidades de
realizarse en sus territorios, con toda la libertad de producir y reproducir sus
57
potencialidades. No obstante, dicha evolución está ligada a un proceso con momentos
de “Comienzo y Fin”, articulando así la necesaria dimensión histórica del desarrollo.
“Desde su primer mandato en el año 2000 el alcalde electo ha pretendido erradicar
zonas consideradas de reserva y/o de protección, afortunadamente la resistencia
de la gente no lo ha permitido, o si no todo lo que vemos ya sería minería. En su
potestad para hacer el nuevo POT el alcalde podría borrar la ZRCB si no la
defendemos. Esa es la desventaja que tenemos, porque a diferencia del alcalde
saliente quien replanteo ideas para que el ser humano se conectara con su
entorno y se desarrollara alrededor del agua y los recursos, el nuevo alcalde
continuará con su objetivo depredador". (Comisionado CPL)
Foto 3. Recorrido Rural CPL: Zona de minería Fuente: Las autoras
Respecto a lo anterior, los actores involucran al desarrollo la necesidad de cambio hacia
cosas nuevas, muestran sus sentimientos de incertidumbre frente a la coyuntura política
e imposición del modelo predominante que implica las nuevas disposiciones de la
administración entrante, que entre otros aspectos amenaza con explotar grandes
extensiones de tierra consideradas como de reserva. De esta forma, aseguran que
habrán retrocesos a los avances alcanzados en el gobierno distrital anterior donde se
buscó revindicar el ambiente, visibilizar la ruralidad y a sus actores.
De igual manera, los actores sociales, reconocen la importancia de hacer trasversal la
dimensión socio-cultural en el desarrollo y como la planificación no puede ser más
contemplada desde aspectos meramente técnicos, políticos y económicos. De acuerdo a
58
esto, hallan en los procesos comunitarios y el fortalecimiento del tejido social y su
articulación a la planificación, grandes alternativas para el desarrollo local, pero como lo
manifiestan varios líderes, temen que la institucionalidad haga uso de la forma más efectiva
de imponer intervenciones: quebrantando la unión y empoderamiento de los actores.
Respecto a la necesidad de que sus subjetividades sean escuchadas en los procesos de
planificación se argumentan aspectos tales como:
“Vino Planeación a decir que iban a hacer un diagnóstico y ¿Cómo van hacer un
verdadero diagnóstico sin saber qué es lo que nos duele a nosotros los
campesinos?”
“Estuvimos en una reunión en donde el alcalde mayor visualiza el turismo en estos
territorios como economía campesina, algo que incentiva la visita de extranjeros y
su interés en comprar fincas o lotes para planearse como vivir en ese territorio,
ahí es donde reflexionamos sobre el impacto ambiental, social y cultural que
tendría la región” (Anais, Líder comunitaria de Santa Bárbara).
Asimismo, respecto a la imposición de intervenciones como específicamente contrarias a
las necesidades locales, la líder campesina refirió la idea de ampliar la zona de
urbanización en un sector del parque industrial minero El Mochuelo, “entonces en vez de
sembrar plantas allí como un día se propuso, ahora se sembraran casas, y dónde queda
la vida de la ruralidad que es el agua, que es todo el sentir campesino”. (Anais, Líder
comunitaria de Santa Bárbara).
Foto 4. Diálogo de saberes en Vereda Santa Bárbara. Fuente: Las autoras
59
Por otro lado, dan relevancia a la importancia y el valor que merecen sus saberes
tradicionales, al rechazar la imposición de supuestos conocimientos de personas que no
han tocado su territorio y aun así se consideran con la capacidad de decidir e imponer
acciones que pretenden cambiar sus formas de vida. Además, por las brechas cada vez
más amplias entre sus saberes, ideas, lenguajes, representaciones del ser campesinos y
las dinámicas urbanas desarticuladas de la historicidad rural.
“Nosotros vivimos en conjunto con todo lo que vemos aquí y conocemos como
vivir mejor acá con lo que tenemos, los animales, los cultivos, el agua, las
montañas, nuestros hijos y vecinos”.. “Sabemos que si no cuidamos y
defendemos nuestro territorio todos los recursos se acaban. Tenemos nuestra
propia forma de vida, uno madruga y ordeña sus vacas, vende la leche, aunque
la paguen barata, se recoge lo de la huerta y se vende lo que se pueda”. “Cada
quien tiene sus ocupaciones, también como grupo de mujeres de las dos Quibas
nos reunimos para el taller de tejido mientras construimos ideas, contamos
historias y experiencias de vida” (Campesinas Veredas Quiba Alta y Baja).
Fotos 5 y 6. Diálogo de saberes Grupo de mujeres Campesinas - Las Quibanas
Fuente: Las autoras
Sobre lo anterior, si bien son conscientes de la necesidad de proteger el ambiente en
tanto recursos limitados y necesarios, sus dinámicas y formas de referirse a su entorno
natural liga sus subjetividades del desarrollo a la sustentabilidad en relación a
desenvolver sus acciones e interacciones de forma armónica acorde a las necesidades,
pero sin contrariar las características del territorio ya que insisten en que su presencia allí
debe ser lo menos trasformadora posible para poder conservar su carácter rural.
60
Respecto a esto, han replanteado sus dinámicas articulando actividades como el tejido
que les ocasione rememorar experiencias vividas para la construcción de nuevas ideas
útiles para el presente; también exploran alternativas de vida ligadas a la agricultura
orgánica reconociendo sus enormes beneficios frente a la crisis ambiental y su potencial
para la defensa del territorio frente a la entrada de prácticas que impacten negativamente
sobre el medio natural.
“Llevamos años y años de procesos y procesos y esa lucha para plasmar
nuestros sueños, siguiendo mi convicción desde niña y como proyecto personal,
sembrar orgánico porque así no se daña la tierra, aunque no genere muchas
ganancias y producir sea más costoso, se intenta vender; a veces, no hay quien
compre, no hay redes de comercialización local o quieren igual de barato y no
se puede porque no labramos por cantidades, pero nos da comida saludable y
nos da para vivir bien. (Anais, Líder comunitaria vereda Santa Bárbara)”.
Las subjetividades entran en juego a partir de la permanente relación naturaleza y
sociedad, generalmente y de acuerdo a la interpretación tácita de las mismas en los
distintos espacios dicha relación es vista de forma separada y parcialmente contempla
posiciones equiparadas, es decir, que prioricen todas las dimensiones sin predominancia
de una sobre otra y que se comprenda esa relación como cambiante en el tiempo y en el
espacio local de acuerdo al contexto histórico de los procesos protagonizados por los
actores sociales.
Esto de algún modo ha surgido de esa manera por el traste cultural y apego a las
posibilidades de mejorar y no de transformar las formas de vida en la ruralidad. De
generar ideas, opiniones, soluciones a problemáticas y de expresar formas pasivas de
resistencia carentes de convicción y racionalidad con un enfoque participativo basado en
la tradición política dominante que toma en cuenta parcialmente la voz de los actores y
se evidencia luego en lo expuesto en los instrumentos de planificación y que
corresponden a ejecutar lo planteado desde fuera, aunque teóricamente legitimado por
las comunidades.
61
Ejemplo de ello se evidencia en la realización de los encuentros ciudadanos, que si bien
funcionan como un mecanismo de participación, como fundamento e instancia de la
planeación local que considera tener en cuenta las decisiones tomadas de los distintos
sectores de la comunidad junto a algunas autoridades. En diálogo con los ediles Oscar
Duarte y Pablo Hernández y las lideresas Bellanir Montes y Mariluz Tibamoso, se
coincidió que luego de llevar a cabo los debates en las mesas de trabajo sobre ideas,
estrategias y sentires que surgen de los encuentros y pos-encuentros ciudadanos, no
siempre quedan plasmados en los instrumentos de planificación y no necesariamente
porque la comunidad no realice veeduría al respecto, sino porque la ley no obliga a que
los alcaldes locales lo relacionen allí.
Fotos 7 y 8. Encuentro ciudadano-Escuela rural Vereda Pasquilla
Fuente: Las autoras
No obstante, en esos diálogos, encuentros y espacios de participación se rescatan
elementos que yuxtaponen a su visión de desarrollo el carácter local como forma
diferenciada de concebir el espacio; los actores sociales reconocen la otredad a través
de lo compartido, lo mutuo, del sentido de pertenencia, de la identidad y memoria dentro
de un espacio-tiempo. Lo local contiene la jurisdiccionalidad, la territorialidad y la
funcionalidad de acuerdo a las dinámicas endógenas que hacen resistencia a
racionalidades limitantes, exógenas y pretendidamente universales.
Lo sustentable se enmarca en la lógica de sustentar con bases propias la armonía y la
vida del territorio rural, sus dinámicas diversas y beneficio común, sin tergiversar el
62
significado de su existencia, sino potenciando sus dinámicas particulares a favor de los
sistemas de los cuales hace parte.
5.5. Repensando las nociones de Desarrollo Local Sustentable
La fuerte concepción del desarrollo como crecimiento económico y la forma de asumir
dicho concepto, ha traído consigo una amplitud en la brecha de desigualdad y una
innegable crisis ambiental, que se refleja en un desequilibrio ecológico, escasez de
recursos y pobreza, por ende hace necesario repensar las nociones de Desarrollo Local
Sustentable que determinan nuestra interacción y la relación con la naturaleza como
seres vivos y sociales, a partir de un contexto que va desde lo político, ideológico, cultural
y económico.
Así pues, repensar dichas nociones, nos conduce a reflexionar sobre la necesidad de
reestructurar nuestras dinámicas sociales, que incluyen relaciones humanas y no
humano, el reconocimiento del ser humano como parte del ecosistema, la ética y
múltiples perspectivas que van más allá del modelo económico predominante, en el que
se incluya un sentido cultural para valorar las potencialidades de los territorios y las
comunidades y que conlleve a trascender el paradigma de la naturaleza respecto a
relaciones de costo-beneficio desde un valor utilitarista y de dominio.
La reflexión, se considera debe partir de desligar el hecho de que la esencia del desarrollo
está en el crecimiento económico, la producción, en la visión mercantil que ha venido
excluyendo la idea del desarrollo desde la vida, al tratar a los seres -entre ellos las
personas- como instrumentos para el progreso material, implicando la explotación
desmedida de la vida en todas sus formas.
Con inspiración en el diálogo de saberes, al intentar hallar palabras clave en la
conceptualización del desarrollo, una de las mujeres propuso evolución como sinónimo
de desarrollo. Con base en ello y en la interdisciplinaridad propuesta, buscando ampliar
63
los sentidos de la categoría de desarrollo y complejizar su concepción, se plantea su
analogía con los procesos biológicos, puntualmente con la evolución; resaltando que no
se acude a este término en su forma más común de conceptualización, así, la evolución
no desde la premisa de la competencia, sino desde un planteamiento simbiótico que va
más allá de una alteración genética al azar que genera una transformación:
…Es un mecanismo evolutivo más brusco que una mutación…Una unión
simbiótica que llega a ser permanente. Al crearse organismos que no son
simplemente la suma de sus partes componentes, sino algo más, como la
suma de todas las combinaciones posibles de cada una de sus partes. Estas
alianzas conducen a los seres en evolución hasta esferas inexploradas. La
simbiosis, la unión de distintos organismos para formar nuevos colectivos, ha
resultado ser la más importante fuerza de cambio sobre la Tierra. (Margullis
& Sagan, 1995, p. 51)
El desarrollo se reflexiona entonces desde una noción evolutiva, que relaciona todas las
formas de vida y que se traspone a procesos sociales, donde se generan asociaciones
de ayuda y trabajo conjunto para crear estrategias y enfrentar las diversas problemáticas
que han conllevado, entre muchas otras a la crisis ambiental y sociocultural. Dicha
asociación trasciende a un plano complejo, en cuanto no basta solo la interacción entre
seres humanos, sino que es importante replantear y comprender el como se constituyen
las interacciones entre entes humanos y no humanos, con el fin de transformarse, según
las necesidades que se presentan y que son producto de una historia evolutiva,
ambiental, social y cultural.
En esta medida, sustentando esta idea en Leff, la categoría tiempo es determinante en
tanto, la evolución se ve como proceso conjunto, como simultaneidad de varios tiempos,
que relaciona los ciclos de la naturaleza, la vida, la evolución con los cambios
tecnológicos y las transformaciones históricas. A partir de lo anterior, el proceso evolutivo
se relaciona con la historia natural y los procesos antropogénicos, que van determinando
las dinámicas de desarrollo de los territorios, de ahí que dicho desarrollo se desenvuelva
según la temporalidad de la cultura, lo social y su correspondencia con el ambiente.
64
Esta relación, tiempo, espacio y desarrollo da lugar a la sustentabilidad, dado que es así
como la categoría desarrollo no toma dirección puntual, sino hasta que se le agrega un
adjetivo que le dé un total sentido y complemento. La palabra tomada solo como
sustantivo puede acoplarse a una multiplicidad de contextos, no obstante, para el
presente trabajo cobra sentido cuando le asignamos las características local sustentable.
Foto 9. Vista desde Vereda Pasquilla, ruralidad Ciudad Bolívar. Fuente: Las autoras
Esta adjetivación, lleva a comprender el DLS como un sistema en el que interactúan
infinidad de elementos, donde se ubican la sociedad, la naturaleza, la espacio-
temporalidad, la territorialidad, la cultura, la historia. Dichos elementos pueden
comprenderse como subsistemas, que determinan dicha noción como una simultaneidad
y no como una suma de acciones o elementos. El comprender las dinámicas y las formas
como se relacionan dichos subsistemas, lleva a establecer estrategias propias para
enfrentar las problemáticas a las que se enfrentan los territorios.
Atendiendo a la zona de estudio, comprender las problemáticas e identificar las
potencialidades en la ZRCB, es reconocer los subsistemas inmersos en el sistema del
DLS, como por ejemplo: las características espaciales, la historia natural, cultural y
geográfica, el marco ideológico y político que envuelve este territorio, la economía y las
relaciones de todas estas construcciones sociales con la naturaleza. Pero dicho sistema
65
de DLS, es a su vez un subsistema de un todo o varios todos conformados por otros
ecosistemas, otras comunidades, otras formas de organización social y otras formas de
interacción, que se relacionan entre sí, a partir de flujos energéticos y de información.
De esta forma, se establece el desarrollo sustentable en el caso local, como la implicación
de abordar la complejización de la interacción entre las diferentes dimensiones de la
realidad, en términos de la multiplicidad espacio-temporal, ya que involucra infinidad de
elementos y dinámicas que superan la vida humana, a pesar de que tienen su punto de
partida en la individualidad de las personas, de ahí que sea pertinente emplear lo
propuesto por Enrique Leff (2004) sobre la sustentabilidad, forjada a partir del ser y sus
proyecciones del pasado hacia el futuro, arraigando así nuevas identidades a partir del
encuentro y el diálogo entre seres y sus voluntades, subjetividades y experiencias.
Así, la ZRCB se ve influida de manera directa e indirecta por las dinámicas globales que
lo rodean, tales como las políticas nacionales o internacionales, y las propuestas
homogeneizadoras sobre problemáticas propias de un territorio e ideas sobre como el
modelo económico entiende la ruralidad, siendo esta, una condición central para el
entendimiento de sus prácticas sociales, culturales, políticas y económicas. Comprender
lo anterior desde un marco político-ideológico, ayuda a distanciar la idea del DLS de una
legitimización de intereses particulares, que como se plantea en la Matriz
Interdimensional de Problemáticas, ha traído consigo para la ZRCB actividades
económicas con impactos ambientales que conllevan a una transformación de las
dinámicas sociales y desequilibrios sistémicos.
De acuerdo a lo anterior, es necesario asumir el DLS, desde un contexto, donde se
tengan en cuenta las necesidades propias del territorio, con una multi-espacialidad y
multi-temporalidad que dan lugar a una realidad única e irrepetible, de ahí, que se hable
de lo local, como un lugar donde se articulan y armonizan las identidades culturales y el
mundo natural en un aquí y ahora. Dichos elementos, se originan de los individuos que
habitan el territorio y que son parte característica del mismo, dando importancia a que el
DLS sea un proceso endógeno.
66
Plantear que el desarrollo posee una dinámica endógena, como lo propone Múnera
(2007), significa que el desarrollo sea un proceso que estimula y mantiene las dinámicas
de las sociedades en particular. Sin negar la incidencia de factores coyunturales y otras
dinámicas exógenas, sin depender únicamente de estos estímulos, puesto que, si dichos
estímulos se suspenden o se frenan, puede generar desequilibrios e incoherencias entre
el desarrollo particular de las distintas dimensiones.
Por ello, es necesario generar dinámicas endógenas que no estén sujetas a las
incertidumbres que vienen del exterior, ayudando a aumentar la capacidad de resiliencia
de una comunidad frente a diversas problemáticas. De este modo, partiendo de la
endogeneidad, dichas dinámicas deben ser pensadas de acuerdo a los recursos propios
y se deben soportar con otras, que en lugar de contraponer lo local y lo global, armonicen
su relación sin generar dinámicas de dependencia, sino de coexistencia y
retroalimentación.
En esta medida, al hablar de endógeno, el discurso de la sustentabilidad invita a
diferentes actores, empresarios, académicos, trabajadores, campesinos, instituciones,
ONGs a enlazar esfuerzos para construir un futuro común que se valga del
reconocimiento de las formas en que se han dado las dinámicas en el pasado y con ello,
sus falencias, debilidades y potencialidades, movilice el presente y abra paso a una
construcción colectiva del futuro que permita la coexistencia armónica de las
manifestaciones vivientes y así asegure la permanencia sana de los múltiples sistemas.
Como individuo, ser social y ser vivo, es importante que el humano reconozca y se
apropie de su territorio, que comprenda dinámicas ecológicas, ambientales, sociales,
culturales, políticas y económicas de su realidad inmediata, apropiando su contexto
histórico, con el fin de generar estrategias propias, que lo alejen de un discurso de
sostenibilidad del modelo predominante y lo acerquen a la sustentabilidad de la vida.
Es entonces donde emerge la importancia de integrar las subjetividades de los actores
sociales de la ZRCB, evidenciadas en el anterior capitulo y que consciente o
67
inconscientemente, muchas de sus ideas responden a la visión predominante de
desarrollo, al contemplar aspectos como que la indemnización es una solución inmediata
frente a problemas ambientales como el relleno sanitario, sin anteponer soluciones
relacionadas a la salud ambiental o equilibrio ecológico; o el corresponder el desarrollo
con la adquisición material (infraestructura vial, urbanización, tecnología). Sin embargo,
es evidente que en algunos casos puntuales, las voces de los actores sociales están
concibiendo aspectos de la idea de un DLS, en la medida que exigen una planificación
del territorio desde la participación activa, el respeto por la vida y el encuentro de saberes.
Actores como las mujeres Quibanas, reconocen varios aspectos que apoyan el repensar
del DLS, en cuanto exponen la participación de la comunidad como imprescindible en los
procesos de planificación, con el objetivo de fortalecer los lazos sociales que mediante un
constante diálogo, permite la apropiación del territorio motivando a una defensa del mismo,
esto implica una deconstrucción individual y posteriormente colectiva respecto a como se
establecen allí dinámicas propias de su territorio, las maneras de concebir la naturaleza y
con base en esto dar soluciones a problemáticas que afectan su entorno.
Ahora bien, dicha participación no solo consiste en generar los espacios de diálogo en la
comunidad, sino de lograr un alto nivel de conciencia, reciprocidad activa de las
comunidades, haciéndoles ver y sentir que son protagonistas de sus problemáticas,
realidades, y que sus subjetividades y deseos son valiosos para movilizar procesos de
desarrollo, lo anterior, implica sin duda un replanteamiento de los mecanismos de
participación estipulados en el marco de la planificación en Colombia.
Es por ello que el diálogo de saberes, debe contemplarse para el DLS, ya que al haber un
intercambió no jerarquizado entre actores sociales e institucionales, urbanos y rurales, se
permite re-pensar una visión colectiva de desarrollo, que reconozca la identidad y
autonomía de los campesinos, que son quienes conocen el territorio, viven sus
problemáticas y que con ayuda de la institucionalidad pueden impulsar sus
potencialidades. El DLS, debe ser un proceso sinérgico que reconfigure concepciones de
relación con la naturaleza, trascendiendo en valores de respeto hacia todas las formas de
68
vida, su conservación, no sólo para el mantenimiento de la naturaleza en el tiempo porque
representa recursos necesarios, sino por el hecho de que constituyen la vida.
El ambiente no se define como un simple contenedor ajeno al ser humano, ni se entiende
desde una visión dicotómica que establezca oposición, si se puede contemplar a partir
de dinámicas de sacrificio de los sistemas naturales por el bienestar de los sistemas
sociales o la exclusión de estos últimos para permitir la conservación de la naturaleza,
pues la sociedad es parte del ambiente, el ser humano es parte de la naturaleza.
Los actores sociales están paulatinamente apropiándose de un discurso que obedece a
las dinámicas de la sustentabilidad, en cuanto reconocen la importancia de potencializar
su desarrollo desde lo real, incluso lo utópico como una manifestación de necesidad de
cambio, impulsada por el saber propio de su cultura, de identidades y sentidos sobre la
vida, que los congregan a reconstruir y dar origen a nuevas visiones del mundo.
La sustentabilidad entonces, se concibe desde una mirada antropológica y hologramática
de la realidad, es decir, que acapare todas las manifestaciones de vida y sus
intercambios, que reconozca las particularidades de cada una de las partes de sistemas
más amplios o de un todo que podría ser la vida. Así, el ser humano en lugar de ser el
centro de la realidad, es contemplado como una manifestación viviente de la naturaleza,
no obstante su agencia sobre esta, al ser replanteada podrá dejar de ser impactante e
irreversible para convertirse en un engranaje, en elemento articulador de los flujos de
energía que el mismo ha irrumpido.
Pese a que los actores involucrados reconocen que deben hacer algo por mantener su
territorio rural, estos deben convivir con las necesidades de un mundo globalizado,
requiriendo entonces evitar las miradas que individualizan o fragmentan el territorio. Lo
sustentable pretende pensar en común, desde el potencial ecológico local y las
características y necesidades sociales y así armonizar este sistema de vida común.
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Pensar el DLS desde todas las dimensiones del desarrollo, implica dar una nueva mirada
a como los instrumentos de planificación están comprendiendo y ejecutando el camino
al desarrollo, promover y movilizar iniciativas que ya en el marco de algunos gobiernos
distritales se ha aproximado a integrar la sustentabilidad... De esta forma, las ideas aquí
expuestas, no pretenden ir en contra de los procesos de planificación o los avances
científicos y tecnológicos, lo que pretende es comprender la importancia de armonizar
las dimensiones del desarrollo como parte de un sistema que requiere estar en equilibrio,
a partir de unas realidades propias de las comunidades, reconociendo, valorando y
rescatando los saberes propios construidos históricamente en un territorio.
Se plantea que el DLS supone la necesidad de dinamizar los saberes ancestrales,
campesinos y científicos, que se alejen de la imposición, que lleva a re-evaluar valores,
formas de actuar e ideologías que pretendan reinventar las visiones del mundo y
apropiarse de la naturaleza, desde una particularidad que pertenece a un mundo que
inevitablemente está globalizado.
5.5.1. Matriz de Categorías: Desarrollo Local Sustentable
A partir de los análisis tanto de autores que tratan la sustentabilidad como de las
subjetividades identificadas en la presente monografía, se identificaron categorías que se
interrelacionan, en miras de comprender la complejidad que suscitan en ellas al hablar
de Desarrollo Local Sustentable. Es necesario entender que la existencia de cada una es
esencial en la interpretación sistémica del DLS y permite el equilibrio del desarrollo como
un proceso evolutivo, de codependencia, interdependencia e interrelación.
Cada categoría fue propuesta por la voz de los actores y la puesta en escena de los
distintos significados que desde visiones compartidas fueron interpretados como
resultado del análisis y sistematización de las autoras. Se abordan las siguientes
contempladas como centrales para la monografía, no obstante, reconociendo que hay
infinidad de variables que entran en juego pero que no es posible abordar por los alcances
de este trabajo.
70
La interpretación de la Matriz de Categorías (ver Figura 2) contempla ubicar cada una
dentro de lo que sería la supradimensión socio cultural, evidenciando la interrelación
entre sí y con las tres dimensiones propuestas (Ecológico-Ambiental, Político-Ideológico
y Técnico-Económico). Al atravesar líneas mentales para articular dimensiones y
categorías, se propende hallar los significados que responden a las subjetividades de
distintos actores que situados en un espacio-tiempo cambiante dan lugar a repensar el
DLS.
Finalmente, esta matriz intenta ubicar al lector en la comprensión de lo que se plantea
sobre el DLS en un todo local que para el caso puntual corresponde a la Zona Rural de
Ciudad Bolívar.
71
Figura 2. Matriz de Categorías: Desarrollo Local Sustentable
Fuente: Elaboración propia, construida a partir del proceso de repensar la noción de Desarrollo Local Sustentable.
SUSTENTABLEFormas de interacción
armónicas entre agentes parte de un todo. Implica
una mirada antropológica y no antropocéntrica de la
realidad y una visión integradora que permitiráque las dinámicas entre
dichos agentes se prolonguen indefinidamente ya que sus intercambios de energía están equilibrados y
son acordes a las particularidades de estos y
su entorno.
AMBIENTE
Sistema conformado por todas las
manifestaciones de vida y las interacciones e intercambios entre
estas.
DESARROLLO
Proceso inacabado de transformación, con el
propósito de armonizar las relaciones entre
humanos y no humanos, a través de esfuerzos
interdimensionales de todos los agentes
involucrados desde un enfoque holístico,
sistémico y esencialmente
endógeno.
SOCIEDADSistema de
construcción colectiva donde confluyen cosmovisiones,
flujos de información, y formas de
organización, permitiendo
su permanencia simultánea en el
universo.
LOCALCaracterización del aquí y ahora
como resultado de multi-espacialidades
y multi- temporalidades que confluyen. Se
relaciona con una construcción
individual y colectiva, enmarcada
en un contexto que debe contemplarse de forma
interdimensional.
PLANIFICACIÓNDefinición de estrategias
que permiten llevar a cabo procesos de
transformación de realidades a través de la
realización de propuestas e ideas que cogestionadas
por los actores involucrados
permiten emprender el camino a un desarrollo
común y concertado.
TERRITORIOEspacio de encuentro
de agentes con prácticas y procesos diferenciados,donde confluyen valores culturales, identidades,
concepciones, memoria, prácticas,
subjetividades relativas a las particularidades del
entorno que habitan y que configuran
dinámicas de ocupación, apropiación e
interacción entre diversas formas de vida.
PARTICIPACIÓNInvolucramiento consciente
de los actores sociales en dinámicas de planificación,
reconocimiento yapropiación del territorio.
Implicaasi, la toma de decisiones y
acciones frente a sus realidades y las
problemáticas de su entorno, buscando
alternativas acordes a su
realidad.
LUGARCarácter subjetivo,
individual y colectivo dado al territorio.
Representa simultaneidad de múltiples espacialidades
y temporalidades. Se encuentran y articulan allí
lo local y lo globlal.
Ecológico - Ambiental
72
5. CONCLUSIONES
La noción de Desarrollo Local Sustentable aquí propuesta logra recoger múltiples
consideraciones en torno a la búsqueda de reflexionar y replantear el desarrollo desde la
crítica al discurso predominante y la visibilización de algunas concepciones de actores
locales. En ella, tiene lugar el encuentro de otras categorías que le otorgan los
significados que la desenvuelven y caracterizan los procesos que se proponen sean
transversales al de desarrollo para la Zona Rural de Ciudad Bolívar.
Así, con la pretensión de un acercamiento desde el saber ambiental, se establece
indesligable una mirada holística al desarrollo, al ambiente, a la sociedad, al territorio.
Solo desde ello, los procesos transitarán el camino de la sustentabilidad, entendida
dentro de un entorno sistémico que busca el bienestar de cada uno de los engranajes
que permiten una dinámica continua de la vida, reconociendo al ser humano no como el
centro de la realidad, sino como una manifestación viviente más, pero necesariamente
responsable de hacer frente a la crisis que su devenir en el sistema ha causado.
Se considera que el DLS como proceso, solo será posible desde la simultaneidad de las
dimensiones, desde la generación de asociaciones simbióticas para la evolución de los
territorios, donde la participación consciente y la planificación sean elementos que surjan
a partir de la endogeneidad. Un proceso de DLS determinado por las características del
territorio siendo esta la expresión referente al despliegue de distintos agentes en el
espacio, resultado de sus intercambios físicos, también representación de intercambios
subjetivos que en todo caso deben ser acordes a las particularidades bióticas y abióticas
del lugar donde suceden. Según lo anterior, los territorios y las territorialidades dan lugar
al ambiente, en lo local, regional o escala del planeta, lo cual trasciende considerar al
territorio como inherente a la sociedad, en tanto otras formas de vida expresan también
dinámicas de ocupación y apropiación de su entorno.
Como punto de partida para el DLS de la zona rural de Ciudad Bolívar, se establece el
reconocimiento a profundidad de sus características ecosistémicas, teniendo en cuenta
73
que es la base material y natural de la zona, así como las distintas dinámicas de vida, los
factores que deben condicionar los procesos sociales que allí tengan lugar. Esto debe
reflejarse en la realización de diagnósticos integrales, holísticos, participativos que
desde que complejidad, consideren la ZRCB como parte de un amplio contexto y
atiendan de forma importante la historicidad de los procesos de ocupación y apropiación
del territorio y sea a partir de ello, que se adelanten los procesos de planificación de forma
colectiva y persiguiendo una visión compartida de desarrollo.
Se contempla entonces que solo acercamientos que se propongan dinámicas
horizontales que busquen el reconocimiento de los actores y puedan movilizar
subjetividades, permitirán a la institucionalidad aproximarse integralmente a las
realidades del territorio y así plantear alternativas que hagan frente a las problemáticas
de la ZRCB. De acuerdo a esto, el diálogo de saberes como metodología alternativa para
articular a los actores protagonistas de un lugar con su realidad, permite evidenciar y
rememorar procesos históricos y complejizar la relación entre medio ambiente-sociedad.
La naturaleza cualitativa de dicha metodología, permite centrarse no solamente en
aspectos de saber propio de las comunidades, llevando a comprender desde una mirada
holística problemáticas asociadas a los territorios.
En coherencia con ello, el presente trabajo analizó las problemáticas que aquejan a la
zona de una forma interdisciplinar e interdimensional, sin pretender de forma ambiciosa
manifestar que es la forma correcta de analizar dichos sucesos, pero sí con el
convencimiento de que es una forma valiosa para considerar en un territorio sin entrar a
imponer, sino visibilizar las voces y subjetividades de la comunidad frente a sus
problemáticas, así como tratar de incidir en la apropiación de sus potencialidades.
De acuerdo a lo identificado, abordar una noción de Desarrollo Local Sustentable para la
ZRCB, hace imprescindible hacer una lectura alternativa a las dinámicas urbano-rurales,
entendiendo que sus flujos son cada vez más concurrentes y su relación más estrecha,
no por ello obviar las particularidades propias de cada zona, permitir que el intercambio
desdibuje identidades o de mayor importancia a una forma sobre la otra.
74
La influencia de lo urbano en lo rural es inevitable, pero hacer frente a esta, requiere el
rompimiento de dicha dualidad, contemplando que su relación es multidireccional y solo
desde un abordaje complejo que implique dinamizar procesos de codependencia y
retroalimentación, se podrán superar las relaciones nocivas, reflejadas principalmente
sobre la ruralidad. De acuerdo a esto, convertir los problemas ligados esencialmente a la
cercanía del casco urbano a la zona rural en oportunidades y potencialidades y desde allí
plantear alternativas al desarrollo.
De la misma forma, es relevante valorar las expresiones identitarias que se hallan en las
subjetividades de los actores locales que siendo particularmente híbridas se asientan en
el auto reconocimiento de su ser como campesino y más aún en la necesidad de
protegerlo, evidenciando expresiones de resistencia campesina para hacer frente a
visiones predominantes de desarrollo que se adentran profundamente en su territorio y
sus formas de relacionarse con él. De esta forma, como potencialidad importante para la
búsqueda de DLS, se encuentra el vínculo de las comunidades rurales, de sus prácticas
particulares con su medio y la pretensión de las mismas de recuperarlo, pues será este
deseo el que podrá movilizar la transformación de sus prácticas, la defensa de su territorio
y solución de sus problemáticas.
A partir de esto, entendiendo que los procesos de planificación para el desarrollo deben
darse de abajo hacia arriba, la institucionalidad como parte de la dimensión político-
administrativa debe darle continuidad y soporte a los procesos locales, logrando así sacar
el máximo provecho a las potencialidades endógenas que indudablemente sustentarán
las dinámicas en escalas más amplias.
Este primer ejercicio de proponer un proceso de re-pensamiento de la noción DLS y de
re-conceptualizar algunas categorías asociadas, desde la mirada específica a la ZRCB
corresponde a un intento por continuar la necesaria problematización del desarrollo, con
la conciencia de que acorde a la complejización misma de la vida, la resignificación de
este concepto es inacabada.
75
6. RECOMENDACIONES
Es necesario el reconocimiento de la existencia de una zona rural dentro de Bogotá y de
las particularidades de dicha zona, las caractersiticas físico-geográficas del territorio y
sus comunidades, dando valor a sus expresiones de vida, prácticas específicas,
identidades y los procesos históricos que han dado forma a las dinámicas ambientales,
considerando el impacto de las actividades de carácter urbano en la zona, con el fin de
armonizar las dinámicas que allí se establecen y así disminuir las causalidades de la
crisis ambiental actual.
La vocación agropecuaria, la identidad campesina y la cercanía al casco urbano deben
conjugarse a fin de convertirse en una misma potencialidad que implique a la ZRCB la
posibilidad de fomentar el sector agropecuario como principal actividad económica. No
obstante, desde una visión interdimensional que de cabida al replanteamiento de las
actividades que allí se desarrollen, promoviendo nuevas formas de interacción con la
naturaleza que hagan caso a las ideas, necesidades y subjetividades de las
comunidades, sin representar mayores impactos sobre el medio. Así, iniciativas ya
adelantadas dentro de la comunidad como la agricultura ecológica deben ser promovidas
y potenciadas desde la interdimensionalidad del desarrollo, en tanto representan
alternativas que armonizan las relaciones entre manisfestaciones vivientes, involucran
una perspectiva sistémica y tienden a la sustentabilidad.
Reconociendo que la dimensión histórica debe contemplar los procesos y dinámicas
pasadas, para movilizar el presente y el futuro, problemáticas tales como el Relleno
Sanitario de Doña Juana en la ZRCB son innegables y hacen parte de sus procesos
territoriales, su eliminación es imposible y su expansión latente. Así, interrelacionando la
dimensión técnico-económica a las demás, se deben potenciar las condiciones que
representa el relleno desde la interdiciplinariedad y la interinstitucionalidad, para
emprender proyectos para el aprovechamiento de los residuos, logrando así obtener
beneficios múltiples a partir de la basura, como fuente de energía, de combustible y
abonos. Dichos proyectos podrán convertirse en una conciliación entre los saberes
76
campesinos y científicos, un puente entre la zona urbana y rural y una actividad que
equilibre los impactos con las oportunidades, haciendo frente a una problemática de
mánera interdimensional.
Se insiste asimismo, en la necesidad de contemplar a Bogotá desde una visión sistémica,
reconociento que todas las acciones por pequeñas que sean géneran impactos en todas
las escalas, es necesario promover un entendimiento de codependecia y cogestión que
vea la zona rural y la zona urbana como partes de un mismo todo. Con esto, que se
propenda por procesos que impliquen aumento de los niveles de conciencia en los
individuos y colectividades en general y así promuevan equilibrio y multidireccionalidad
en las relaciones entre lo rural y lo urbano. De este modo, se dará la reducción de
residuos y otras actividades y practicas impactos con significativos, esencialmente
citadinas a fin de buscar equilibrio.
Con el aumento en los níveles de conciencia se busca que el desarrollo sea integral
rural-urbano, en esta medida, se reconocerá que es vital promover las potencialidades
rurales y la importancia de la zona rural para el matenimiento de la sociedad, con ello,
desde iniciativas interinstitucionales el fomento de consumo y generación de productos
orgánicos, será motor económico, social, cultural y ambiental para los campesinos de la
ZRCB. Esto, propiciará el fortalecimiento de la identidad del campesinado y la apropiación
de su territorio, dando lugar a flujos e intercambios saludables entre las partes del
sístema.
Escuchar las voces de los distintos actores locales y promover relaciones dialógicas entre
estos, la institucionalidad, la academia y demás actores involucrados, brindando espacios
donde se reflexione sobre lo que se entiende por Desarrollo Local Sustentable,
incluyendo sus procesos cognitivos y subjetivos y los dispositivos e instrumentos de
planificación estipulados para confluir en la interdisciplinariedad, para la búsqueda de
soluciones a sus problematicas y el alcance de logros comunes.
77
Invertir y aunar esfuerzos que hagan de las comunidades y demás actores responsables
de la cogestión del desarrollo, que parta del reconocimiento de su biodiversidad y
potencial ecológico, el rescate de los saberes propios de las comunidades, la
visibilización de las distintas dinámicas entre actores y la interacción de la ZRCB con
escalas más generales y de allí establecer estrategias que ayuden a solventar la crisis
ambiental.
Es necesario buscar replantamientos desde lo político-ideológico que subsanen la
fragmentación de las dimensiones en los Planes de Desarrollo Nacionales y Locales y a
su vez la desarticulación que se presenta en los mismos, en relación con la atomización
de los territorios desligándolos así de su contexto y desconociendo la corelación entre
estos. De la misma forma, evitar la homogeneización de las estrategias y procesos que
desconocen las particularidades locales.
Superar la visión cortoplacista y reduccionista de desarrollo caracteristica de la
planificación en Colombia y que implica grandes retrocesos tras los cambios de gobierno.
De acuerdo a esto, no planificar en terminos de dar solución a problemas concretos, en
momentos concretos o lugares específicos o para el alcance objetivos puntuales frente a
la dimensiones por separado, al contrario propender por alternativas que den cuenta de
las simultaneidades espacio-temporales, a fin de intervenir en las dinamicas y las formas
de interacción desde todas las dimensiones y así replantear las dinámicas nocivas o
desequilibrantes, solo así se podrá dar continuidad a los procesos y armonizar las
relaciones interdimensionales.
78
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