Rev Humanidades 6

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    INCLUYE FOLLETO:

    Reflexiones sobre las situacinactual de las Human idades y l

    FilosofaEscrito por:

    Gabriel Vargas Lozano y Jos Alfredo Torres

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    Revista de Humanidades Populares

    ISSN 0719-0999

    Volumen n 6Diciembre - 2012

    Academia Libre y PopularLatinoamericana de Humanidades

    volumen 6, marzo de 2013

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    Revista de Humanidades

    volumen n6

    ao 2013

    ISSN 0719-0999

    Director: Alan Quezada Figueroa

    Co-Editor Jefe: Ismael Cceres Correa

    Co-Editora Jefe: Jessica Visotsky

    Presidente del Consejo Editorial: Rogelio Romn Martnez

    Organizacin editora: Academia Libre y PopularLatinoamericana de Humanidades

    Unidad responsable: Produccin y Publicacin

    Coleccin fotogrfica: Jorge Luis Valenti Jimnez, Estado de Chiapas, Mxico. Pasantede la carrera de Filosofa de la Universidad Autnoma Metropolitana, apasionado

    luchador social y ferviente creyente de la Revolucin Socialista.

    Diseo de la Cubierta anterior y posterior: Jessica Adriana Guilbert Casillas

    Organiza: Academia Libre y PopularLatinoamericana de Humanidades

    URL: academialibre.wix.com/revistadehumanidades

    Mail: [email protected]

    Esta obra puede ser utilizada, reproducida, facilitada en cualquier medio y en cualquierformato para fines educativos. Queda absolutamente prohibida su comercializacin.

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    Equipo de Revista de Humanidades Populares

    Directivos:

    DirectorAlan Quezada Figueroa

    Maestro en Estudios Visuales por la Universidad Autnoma del Estado de Mxico. Licenciado enFilosofa por la Universidad Autnoma Metropolitana, Iztapalapa, Mxico; Director Institucional, Unidad

    de Gestin Institucional de la Academia Libre y Popular Latinoamericana de Humanidades.

    Co-Editor JefeIsmael Cceres Correa

    Miembro de la Direccin de Coordinacin de la Academia Libre y Popular Latinoamericana deHumanidades. Colaborador Acadmico en Ctedra Libre Edgardo Enrquez Frdden de la Universidad de

    Concepcin, Chile. Bachiller en Humanidades por la Universidad de Concepcin, Chile. Estudiante dePedagoga en Historia y Geografa por la Universidad de Concepcin, Chile.

    Co-Editora JefeJessica Visotsky

    Doctora en Historia. Licenciada en Ciencia de la Educacin mencin en Investigacin Educativa. Profesorade Ctedra en Educacin de Adultos y Alfabetizacin de la Facultad de Ciencias de la Educacin de la

    Universidad Nacional del Comahue, Argentina.

    Presidente del Consejo EditorialRogelio Romn Martnez

    Maestro en Estudios Visuales por la Universidad Autnoma del Estado de Mxico. Licenciado enPedagoga por la Universidad Nacional Autnoma de Mxico.

    Consejo Asesor:

    Dr. Gabriel Vargas LozanoProfesor-investigador del Departamento de Filosofa de la Universidad Autnoma Metropolitana (UAM-

    Unidad Iztapalapa) y profesor definitivo de la ctedra de Filosofa de la Historia en la Facultad de Filosofay Letras de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM). Observatorio Filosfico de Mxico.

    Dr. Mauricio Hardie Beuchot PuenteUniversidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM). Fundador de la propuesta llamada Hermenutica

    Analgica. Coordinador del Seminario de Hermenutica del Instituto de Investigaciones Filolgicas de laUniversidad Nacional Autnoma de Mxico. Doctor Honoris Causa por la Universidad Anhuac del Sur,

    Mxico.

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    Consejo Editorial:

    Anglica Len lvarezDoctora en Artes por la Universidad de Guanajuato; Maestra en artes visuales por la Universidad

    Nacional Autnoma de Mxico; Profesor de tiempo completo en la Facultad de Artes de la UniversidadAutnoma del Estado de Mxico.

    David Guzmn RosasMaestro en Filosofa Social por la Universidad La Salle, Mxico. Licenciado en filosofa por la Universidad

    Autnoma Metropolitana-Iztapalapa,

    Mara Cora PaulizziLicenciada y Profesora de Filosofa. Especialista en Polticas Sociales. Becaria doctoral CONICET-

    Universidad Nacional de Salta- UNSa.

    Vctor Carrera Camacho

    Licenciado en Filosofa por la Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, Mxico.

    Julin NaranjoEstudiante de la Licenciatura en Filosofa por la Universidad de Antioquia, Colombia.

    rea de Difusin:

    Andrea Anairda Snchez ReynosoPasante de Licenciado en Ciencias de la Comunicacin Universidad Nacional Autnoma de Mxico.

    Facultad de Ciencias Polticas y Sociales.

    Responsable de Diseo:

    Jessica Adriana Guilbert CasillasEstudiante de Licenciatura, Mxico.

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    ndice

    Presentacinpp.7-8.

    Alan Quezada FigueroaRevista de Humanidades PopularesDIRECTOR

    Entre lo Econmico y Visceral:Nacionalismo Comercial y Progresismo...pp.10-14.Leonardo Pizarro ChailaoUniversidad de ChileAcademia Libre y PopularLatinoamericana de Humanidades

    Tras la lucha de las clases populares peruanas

    por obtener su liberacin del Calibn norteamericano...pp.16-24.Adriana Espinoza SaucedoUniversidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo

    El mito de la Raza Paisa o la construccin de una identidad ..pp.26-39.Julin NaranjoUniversidad de Antioquia,Medelln, Colombia

    Los candombes como Memorias Vivas: Reflexionesen torno a africanidades en la provincia de Salta, Argentina.pp.41-51.

    M. Cecilia Espinosa

    Universidad Nacional de Salta CONICET

    La permanencia de la lengua nhuatl en el espaol de Mxico:historia del sincretismo de dos universos lingsticospp.53-60.Olivia Medina MartnezUNAM, Facultad de Filosofa y LetrasColegio de historia, licenciatura en Historia

    La II Conferencia Latinoamericana De Difusin CulturalY Extensin Universitaria (1972): Un Debate Vigente.pp.62-68.Minerva Rojas RuizUniversidad Nacional Autnoma de Mxico

    ANEXO (desde la pgina 71)

    Reflexiones sobre las situacin actual de las Humanidades y la FilosofaGabriel Vargas Lozano y Jos Alfredo Torres

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    Mural de la Universidad de El Salvador

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    Presentacinn los tiempos presentes el mundo atraviesa por una serie de situacionescrticas. La renuncia del Papa Benedicto XVI, ha dado lugar a la eleccin,

    por primera vez, de un Papa latinoamericano de nombre Jorge MarioBergoglio de nacionalidad argentina; es ciertamente un acontecimiento importante anivel mundial y muy notorio que se trate de alguien de Nuestra Amrica. Sin embargo,seguido de dicha noticia podramos reflexionar en el gran impacto que ha tenido, todoel planeta tiene la mira puesta hacia la nueva decisin del Vaticano, pero ha depensarse ms all en un pluriverso laico, en el que las diferentes religiones fueranigualmente importantes, es decir, que tendramos que estar al pendiente de la mismamanera, de las decisiones que se toman en la religin juda, la islmica, el budismo, etc.No obstante, el catolicismo parece ser la forma religiosa que genera ms adeptos o porlo menos que acapara tambin los medios masivos de comunicacin. Ojal la Iglesiacatlica, como el recinto ms rico del planeta, decidiera acabar con el hambre en elmundo y diera as lugar a la que parece ser la verdadera intencin de dicha religin.

    Por otro lado, hemos sido testigos de la lamentable noticia del fallecimiento delpresidente de Venezuela, Hugo Chvez. Un personaje que sin duda ha sido muypolmico y que, sin embargo, nos demostr que s es posible una mejor condicin devida para los latinoamericanos. Las opiniones al respecto estn divididas, no obstante,es reconocible el valor de nuestro revolucionario mandatario acaecido. Chvez logrcon varias de sus acciones, mejores condiciones para los venezolanos, al nacionalizarvarias empresas y medios, para el bienestar de su pas. Es de esta forma que, como semencion antes, fallece un personaje valioso, que se suma a las pginas de la historiade nuestra Amrica Profunda y de quien saldrn muchos detractores, pero tambin

    nuevas ideas y valores de nuestros hermanos comprometidos con nuestra regin, esas, que menciona Fidel Castro a los medios: Falleci el mejor amigo que tuvo elpueblo cubano. Concluimos esta lamentable noticia a especie de recomendacin:hemos de aprender de los grandes personajes, su espritu por hacer un mundo mejorpara los dems y no detenernos en encontrar sus fallas, es menester ir siempre a favorde la vida aunque en ello se nos vaya la propia.

    En Mxico ha ocurrido tambin un suceso sin precedentes. Un par de nmerosatrs, hemos publicado la situacin suscitada en la Universidad Autnoma de la Ciudadde Mxico (UACM); esta institucin ha cumplido ya varios das en inactividad, debido aun conflicto surgido por una rectora irresponsable. Los alumnos de dicha institucin

    llevaron a cabo acciones legtimas, al tomar las instalaciones, pues se exiga ladestitucin de la rectora. El 12 de marzo se present a Enrique Dussel como rectorinterino de dicha Casa de Estudios, lo que significa un paso gigantesco para laeducacin en Mxico; el filsofo menciona que no se trata de detentar un cargo, sinodel trnsito de ste, para poder llevar a cabo un proyecto pedaggico, que no depoder, nos dice: "no podemos solamente bosquejar un proyecto egosta personal.Debemos tener una responsabilidad de justicia con respecto de ese pueblo que nospaga los estudios no para tener xitos personales, sino ante todo para hacer un servicio

    E

    pp.7-8.

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    a nuestra comunidad", esto ltimo va, justamente, en relacin con su tesis sostenida enlas 20 tesis de poltica, donde nos recuerda que un cargo como ste, se tiene que llevara cabo con una actitud de obediencia y servicio a los dems.

    Nos honra dar a conocer una noticia muy especial para la Revista deHumanidades Populares: se integran a nuestro Consejo Asesor, el Dr. Gabriel Vargas

    Lozano de la Universidad Autnoma Metropolitana (UAM) y el Observatorio Filosficode Mxico, incansable defensor de la filosofa y de las humanidades en dicho pas y enLatinoamrica e impulsor del pensamiento nuestroamricano, l es uno de los filsofosms influyentes en Mxico y en Amrica Latina; tambin se ha integrado a este Consejoel Dr. Mauricio Hardie Beuchot Puente, creador de la Hermenutica Analgica teorareconciliatoria que detenta el espritu mediador de las humanidades, de modo que nocaigan en un totalitarismo que cree llegar a una verdad nica, pero tampoco en unrelativismo que no permita salida alguna e investigador del Instituto deInvestigaciones Filolgicas de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM),es reconocido como uno de los principales filsofos de Iberoamrica.

    Recomendamos de manera muy especial, la lectura del folleto que publicamosen el presente nmero, llamado Reflexiones sobre la situacin actual de las humanidadesy la filosofa, escrito por Gabriel Vargas Lozano y Jos Alfredo Torres, por parte delObservatorio Filosfico de Mxico (OFM). Esperamos que el presente volumencontribuya desde su espacio limitado, a generar el dilogo y la integracin de nuestrospueblos, y de la misma forma, a la defensa de nuestras humanidades, como un espaciopara los humanos y no slo para los acadmicos.

    Alan Quezada FigueroaRevista de Humanidades Populares

    DIRECTOR

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    Las primeras mujeres universitarias de El Salvador(Universidad de El Salvador)

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    Entre lo Econmico y Visceral:Nacionalismo Comercial y Progresismo

    Prof. Lic. Leonardo Pizarro ChailaoUniversidad de ChileAcademia Libre y Popular

    Latinoamericana de Humanidades

    1- Introduccin: Primeras reflexiones latinoamericanistas

    Latinoamrica apuesta hoy por construir un espacio relacional diferente al sostenidohace dcadas atrs. Desde los gobiernos se espera y aspira conformar un eje poltico-econmico fortalecido en la confianza y el respeto mutuos, acompaado de una vuelta al

    sentido identitario. Pese a los reveses relacionales que obligan a los gobernantes de turno arecurrir cada cierto tiempo al valor de los tratados alguna vez suscritos por vencedores yvencidos, se comprende cada vez con mayor precisin que lo que nos separa no es un territoriode facto o una memoria histrica, sino los dilogos jams realizados desde el poder ejercido poruna cifra menor de ciudadanos, que desde las posiciones que ocupan, incluyen o des-integran larazn pblica.

    Por ello he querido analizar de manera sucinta algunos aspectos histricos que hacenruido a la hora de encontrar caminos de apertura. Este anlisis se remite a como Chile se hadesenvuelto antes y durante la imposicin neoliberal y como lo transforma en un actuarprogresista. En algunos momentos leern aspectos que les parecern comunes, hecho quecreo se da en la forma de pensar la poltica a nivel global.

    1.1A travs de la historia, los distintos gobiernos nuestros americanos han tenido que lidiar

    contra diversos elementos entrpicos. Empero, creo que hay un elemento que es transversal acualquier estratagema para el dominio pleno en su calidad de materia prima de la accinhumana: el alimento. Por tanto, la lucha social entre las dcadas de los sesenta a los ochentaentre el campesino y el latifundista; o la existente entre el empresario fabril y el trabajador,plantea una lucha por la subsistencia fsica. El hambre se convirti as en el motor de laindustrializacin, tomando en cuenta que una mala nutricin es el mejor ingrediente para la

    Resumen: La experiencia poltica en Latinoamrica en los ltimos 40 aos no ha sido dispar. La visin

    socialista reemplazada por el neoliberalismo y las dictaduras, forjaron el nacimiento de una sociedad

    cada vez menos idealista. Por tanto el anlisis que se hace aqu del caso chileno, va unido con

    consecuencias vividas en toda nuestra Amrica.

    Este texto pretende evidenciar que la consecuencia democrtica del neoliberalismo es hoy

    un progresismo limitado (o neoliberalismo corregido), donde las corrientes ideolgicas una vezclaramente demarcadas en el ejercicio poltico, son hoy clara expresin y defensa de los intereses

    econmicos de unos pocos, encubrindose en un engrose del gasto fiscal y el entrega de beneficios a

    una mayor cantidad de poblacin.

    pp.10-14.

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    falta de oportunidades al daar severamente el desarrollo de una cognicin sana dentro delmodelo clsico de aprendizaje, basado en la memoria y repeticin.

    Antes del advenimiento de las dictaduras, la escasez de alimentos se convirti enherramienta para el futuro control social, por ser clave detonante de una animadversin enescalada contra los administradores del estado. El acaparamiento y la usura de loscomerciantes se transformaron en elementos combustibles frente a una ciudadana que yadesestimaba el proyecto socialista. Con la llegada de las dictaduras, el hambre deba sermuchas veces suprimida ante la angustiosa represin y el incierto panorama econmicofragilizado por la dicotmica expresin de las clases sociales.

    Robert Macnamara, presidente del Banco Mundial entre 1969-1981, comprueba conlstima que el cerebro de los pobres piensa un 25% menos... (Galeano, 2003:p.5). Estaspalabras marcaban no slo la poderosa presencia del imperio norteamericano en las relacioneseconmicas, sino tambin una fuerte demostracin de que el control o la sumisin en el futuropasaran netamente por estar o no insertos en la mundializacin del neoliberalismo. Lafortaleza conjunta que hoy demuestran Cuba, Venezuela, Ecuador y Uruguay, parecen abrir uncamino contrario y esperanzador.

    La expresin visceral del poder tomara asiento por un largo periodo en nuestros

    pueblos, alienndonos a una superficie vaca de encuentros y plena en desencuentros. Losgobiernos de facto instruan as a toda una generacin a vivir de una manera correcta,coartando las libertades personales para congregarse e incluso divertirse. La propagandatendenciosa, instrumentalizaba el rechazo hacia la diferencia, pero proclamaba la individuacin.

    Las dcadas de los setenta y ochenta, fueron fiel expresin de la decadenciademocrtica y la exacerbacin de los rituales totalitarios.

    II- El caso chileno

    El gobierno del dictador Pinochet incitaba a la poblacin a confiar en las propuestaseconmicas neoliberales, tradas desde la escuela de economa de la Universidad de Chicago. A

    este conjunto de medidas se le llam el ladrillo, haciendo alusin a un formato concreto demedidas que impulsaran a la economa chilena a los mercados internacionales, desterrando laspropuestas que el Dr. Salvador Allende haba implantado en la llamada va chilena alsocialismo. El 12 de septiembre de 1973 los nuevos gobernantes tenan el plan en susrespectivos escritorios (Boeninger, 1997: p. 254)

    La implantacin de estas polticas econmicas en Chile, transformado en el sacrotemplo de las ideas de Milton Friedman, tuvo como una de sus primeras acciones laeliminacin del escudo como moneda nacional. Se volvi al peso, moneda que tuvoregular circulacin hasta 1960. En 1975, ya con el peso en circulacin (cuya equivalencia con elescudo era de: 1 peso=1000 escudos), fueron muchos los pequeos propietarios agrcolasquienes perdieron todo a causa de este nuevo cambio de moneda. La crisis campesina quehaba tratado de palear la reforma agraria desde 1962 a 1973, fue negada por el gobierno militar

    impulsando una poltica que devuelve los terrenos y el poder a los latifundistas.En las ciudades se demarcaban los radios de movimiento y la persecucin a los

    movimientos marxistas se profesionalizaba con el nacimiento de la DINA (Direccin deInteligencia Nacional) y la CNI (Central Nacional de Informaciones). A los revolucionarios se lesacus de traicionar a la patria concepto que pas a ser sinnimo de trabajo y obediencia en lalgica del gremialismo a travs de prcticas extremistas. Si bien movimientos como elFrente Patritico Manuel Rodrguez (FPMR) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR)enfrentaron a las fuerzas represivas del gobierno de Pinochet por la va armada, no es menos

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    cierto que la lucha que intentaban miristas y rodriguistas era nimia en comparacin con las en aquellos aos desconocidas acciones que la CIA implementaba en todo el globo paraeliminar organizaciones de izquierda. El atentado del canciller Orlando Letelier en el ao 1976en la ciudad de Washington, fue una clara muestra de la internacionalizacin del terrorismo deestado.

    En sociedades en extremo divididas, el descontento atraviesa las distintas capas delsustrato social sin tener grandes obstculos que impidan su internacin. En aquellos das dedictadura fsica, afectiva y moral, era tan comn, como lo es hoy, lidiar en una esquinacualquiera con detractores y seguidores del gobierno militar. La diferencia estaba en ladelacin, herramienta de los Pinochetistas para acabar con la vida de personas que seguan unideal.

    Estos defensores, eran y son hasta hoy, individuos pertrechados de una elocuenciainundada de dogma y sordera funcional: Se escucha lo que se cree y quiere creer; nulidad total.

    poca decadente y absurda, donde nuestros pueblos fueron inoculados de silencio porlos medios de comunicacin y las armas. Mientras tanto, en el polo opuesto, se cauterizaba lapirmide social con una mala educacin y una oferta restringida de productos culturales. Elcongreso era suprimido y el pensamiento esconda su manifestacin por un discurso que

    relativizaba el valor de la felicidad, enalteciendo la vida simple del trabajo que, aunque malpagado, demostraba ante la comunidad internacional un clima de estabilidad que no pudo servivido sino bajo la propuesta neoliberal. Neoliberalismo: valor sacrosanto de las dictaduras.

    III- Lo visceral y el patriarcado ideolgico

    Querra expresar con lo anterior, un denominador3 comn en nuestras sociedades. Untipo de nacionalismo al que denomino visceral. Lo visceral se identifica con los patriarcadosideolgicos- dictatoriales sufridos por nuestros pases latinoamericanos durante parteimportante de su historia y en donde se implantaron por la va de los poderes de facto unreformado capitalismo fabril1, aqul que se desarrollaba desde la sociedad decimonnica. Por

    esta va se apelaba a instaurar una demarcacin territorial y cultural con los pases vecinos,especialmente con aquellos proclives al levantamiento social.Le llamo as al establecer entre sus caractersticas la inadecuada presentacin que se

    hace de la realidad contingente (el estar siendo2) frente a la realidad histrica o realidadinterpretativa. El nacionalista visceral superpone una realidad histrica definida desde un palcointelectual y expertocrtico a la condicin vital del presente, tornndose absoluta yhomogeneizante.

    En esta homogeneizacin de los nacionalismos viscerales nace el pblico, conceptoque interpreta a las necesidades como procesos colectivos, pares y por tanto exclusivos del serindividual. El pblico se convierte en un espectador que presiona, y sobre el cual sepresiona, para que despliegue nuevos estilos de vida, en el sentido de una individualizacin-diferenciacin que se vive como obligatoria.3 Es la propuesta mejor planteada de un olvido

    sistemtico de si mismo. Aunque se piense que tal diferenciacin produce notoriedad, es parte

    1Recordemos que en las primeras dcadas del capitalismo fabril del siglo XX, la incertidumbre poltica y econmica impulsaba la

    reflexin existencial marcada por dos guerras mundiales. La humanidad daba cuenta de un abierto rechazo a los desacuerdos y a laguerra, aversin que se concretiza con la fundacin de la Organizacin de Naciones Unidas.2 Aunque esta expresin es bastante utilizada, querra aportar una definicin: Se puede estar sin descubrir si ese Ser tiene algntipo de limitacin o potencial negativo, o bien, se puede esperar a descubrir si existe alguna forma de romper con la limitacin.3 (Costa, Rodrguez, 2010:152)

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    del juego del que nos hacen parte estas sociedades que buscan la trascendencia a travs delpensamiento egosta.

    En conclusin, el nacionalismo visceral se caracteriza por una profunda idea degobernabilidad, pero basada en el control del movimiento, del cuerpo. Desde la perspectivafoucalteana y bajo los anlisis que hacen dos estudiosos de la obra del filsofo francs, elnacionalismo visceral podra homologarse a:

    Estados mnimos bio-tanato- polticos (all donde el capital financiero y especulador ya no necesitapotenciar todos los cuerpos para valorizarse , y por tanto crea las condiciones para que unos se valoricenmientras gestiona malamente o incluso se abandona al resto), se pasa de un modelo disciplinario bajo lamirada vigilante, donde se busca inscribir a los cuerpos al aparato productivo y se desestima a los cuerposimproductivos, a otro modelo de control- estimulacin tecnolgicamente mediado y a distancia4

    Con todo lo anterior, no he querido establecer un tipo de nacionalismo exclusivo de lasdictaduras castrenses, ya que de un nacionalismo visceral a uno con mayor democracia slo lossepara su capacidad de intervenir en las decisiones del poder central.

    IV. Nacionalismo comercial chileno: Progresismo

    La relacin que tuvo el gobierno militar con la ciudadana fue claramente exclusiva,entregando plena potestad a la lite del pas. A principios de los aos ochenta, se vive unadelicada crisis econmica, elevando las cifras de desempleo y el descontento social. A fines deesta dcada, ocurre un acontecimiento histrico y tremendamente emotivo; el hecho quemarcaba la transicin a la democracia negada por 17 aos: el plebiscito de 1988.

    El bloque concertacionista gana con la opcin NO y Patricio Aylwin era el nuevoPresidente de la Repblica. Bajo su administracin se dan a conocer amplios antecedentessobre violaciones a los derechos humanos, hecho que elev las sensibilidades de lasautoridades militares y adherentes a la dictadura.

    Chile creca en trminos macroeconmicos gracias a la continuidad que dio el gobierno

    de Aylwin a las polticas neoliberales. Creo que el principal hecho que posibilit esa paz entensin del primer gobierno democrtico, fue el llegar a este acuerdo, quiz tcito, de impulsary mejorar las prcticas econmicas de la dictadura, teniendo como condimento el aumento delgasto social.

    Comenzaba as una "democracia sin apellidos" para excluir, no slo la idea de unademocracia real" en el estilo marxista, sino, sobre todo, la idea de una democracia social,autonomizando as a la democracia de la sociedad y, en particular, de todo compromiso con lareduccin de las desigualdades o el fin de las exclusiones generadas por la economa demercado total, impulsada precisamente por las dictaduras. (Ruiz Schneider, 2009: 1)

    Este enfoque econmico de la nueva democracia chilena, es al que llamo nacionalismocomercial.Ahora, as como se puede homologar lo visceral con los gobiernos de izquierda,puedo Identificar el nacionalismo comercial con las prcticas progresistas de la concertacin,

    las que incrementando el gasto en una ciudadana que se senta alienada en la dictadura, volvaa utilizar los conceptos inclusin y equidad

    Los chilenos nos sentamos capaces de dialogar con nuestras instituciones, sin miedo alas represalias. El trato con los pases vecinos tambin se fraterniza, mejorando las relaciones

    4 Ibd., 156

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    en algn momento estancadas. Cada ao se respira un aire ms cosmopolita, que con gracia ypicarda, renueva nuestras formas de entender a los otros.

    De eso se trata el nacionalismo comercial: se pertenece a una tierra sin fronterasideolgicas que subyuguen el desarrollo personal; tierra que adems esta abierta a todosquienes deseen hacer de ella su hogar y su patrimonio. Sin embargo, su lado menos amablecastiga a quien no produce para poder conservar lo entregado. Ese es la renovada ydemocratizadora visin econmica.

    V. Entonces es la economa la que regenta todo?

    No. Para otro tipo de control, tenemos las mismas prcticas humanas anquilosadasdesde la conformacin de nuestro ADN: el racismo, la homofona, la exclusin por nacer pobre,la exclusin que genera una mala educacin. Al parecer la economa se ha transformado en laconcrecin de todo aquello que nos asusta de nosotros mismos y lo que no queremos que losotros hagan por nosotros. En fin, estos temas no han alcanzado el status progresista de laequidad y la inclusin post- dictadura.

    Para tener una visin ms amplia de esta forma de nacionalismo, como dije

    anteriormente, es necesario entender lo que es el progresismo democrtico chileno. Unabuena definicin nos dice que es:

    una corriente no homognea que buscaba plantear alternativas al discurso del pensamiento nico,como se caracteriz la hegemona cultural neoliberal y el acallamiento de toda crtica. Al finalizar la dcadadel noventa, debilitados el pensamiento y las polticas ms ortodoxas de la izquierda clsica tras la cada delos socialismos reales, y ante el fracaso de los ajustes y polticas neoliberales, resurgi en el debate social ypoltico occidental la pregunta sobre las posibilidades de compatibilizar la profundizacin de lasdemocracias con el desarrollo del mercado capitalista. (Garretn, 2002:p.42)

    Lo que se nos presenta entonces es slo una medida de ajuste; un neoliberalismocorregido, segn palabras de Manuel Antonio Garretn. La tremenda necesidad de mantenerfuera la beligerancia, nos ha hecho sutiles; la experiencia sensible, nos llama a luchar; La ley nosllama a callar antes de buscar la lucha y todo esto en su conjunto sigue siendo igual.Polticamente humano.

    Bibliografa

    Boeninger, Edgardo (1997). Democracia en Chile, Chile, Editorial Andrs BelloCosta y Rodrguez (2010), Michel Foucalt: neoliberalismo y biopoltica, en Vanesa Lemm (editora)

    Galeano, Eduardo (2005), Las Venas Abiertas de Amrica Latina, Chile, Reimpresin de Editorial Pehun.

    Garretn, Manuel Antonio (2012), Neoliberalismo corregido y progresismo limitadoLos gobiernos de la Concertacin en Chile, 1990-2010, Editorial ARCIS-CLACSO-PROSPAL

    Ruiz Schneider, Carlos (2009), La democracia en la transicin chilena. Posibilidades y lmites, ApuntesUniversidad de Chile.

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    Tras la lucha de las clases populares peruanas porobtener su liberacin del Calibn norteamericano

    Adriana Espinoza SaucedoUniversidad Michoacana de San Nicols de Hidalgo

    ara hablar de Per en el siglo XIX y XX es necesario tomar en cuenta lahistoria de este espacio territorial y de sus formas de dominacin que hantenido desde tiempos remotos y contextualizar su situacin desde el

    imperio inca como referencia de las formas de gobierno que se establecieron. El

    desarrollo que alcanz la civilizacin preincaica fue notable como la mesoamericana ola mesopotmica. Las primeras, tuvieron tcnicas agrcolas muy avanzadas, eranexcelentes mdicos y cirujanos, su forma de gobierno era centralizada y autoritaria.

    Los descubrimientos hechos por el hombre antiguo sobre la naturaleza humana y las leyes que rigen elmundo externo permitieron a los incas organizar una sociedad de alto nivel en cuanto a tcnicas quehicieron posible la abundancia de bienes, un sistema de creencias religiosas y artes (Arguedas, 1986: 768).

    Toda la tierra perteneca al inca5 y slo un tercio de ella iba a manos de los ayllulocales. Sin embargo, este gran imperio tuvo su derrumbe con el llamadodescubrimiento del nuevo mundo: En 1532 Francisco Pizarro desembarc en Tumbes y

    comenz la matanza de de miles de indios peruanos y en 1533 la capital del Cuzco cay enmanos de los espaoles (Cockcroft, 2001: 524), con este acontecimiento se comenz laexplotacin y esclavitud de los indios del Per, fueron despojados de sus tierras,riquezas y suplantado las formas de gobierno y costumbres religiosas. Per por ser unsitio rico en minas de oro y plata, la mayor forma de trabajos forzados de los indios sesituaba en la extraccin de metales en las minas de Potos y Hancavelica.

    5 La parcelaba entre sus subordinados burocrticos es decir; los dioses, sacerdotes y los cortesanos reales

    P

    Resumen: Despus de su independencia, Per comenz un periodo de caos y de conflicto interno,iniciando una lucha por la primaca del poder, dos lites surgieron: el ejrcito y la burocracia. stosgeneraron gastos excesivos provocando una deuda externa, la cual el pas no pudio solventar yhacia finales del siglo XIX comenz a ceder a las empresas britnicas; las industrias, riquezasnaturales y numerosas cantidades de dinero. Sin embargo, a principios del siglo XX comenz unaalianza y dependencia con Estados Unidos apoderndose ste de casi todas las industrias mineras,petroleras, invirtiendo adems en la agricultura, comercio, manufacturas textiles y azcar, de talmanera el Calibn norteamericano no slo intervino en la economa peruana sino que logradentrarse en la poltica, provocando un desgarramiento de la sociedad en particular de los sectores

    medios y populares que respondieron polticamente al pensamiento y la accin de Haya de la Torre yMaritegui.

    Palabras clave: independencia, oligarqua, ejrcito, burocracia, lites, campesinos, obreros, lucha,poder, dependencia, gobierno, deuda.

    pp.16-24.

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    A diferencia de la Nueva Espaa, en el Per a mediados del siglo XVIII yprincipios del XIX haba una opresin hacia los indgenas. Las ideas de la ilustracin, lasconspiraciones y otras formas ideolgicas de libertad no eran parte del contextoperuano. Pese a que en 1730 y 1814 hubo un centenar de levantamientos popularesfueron dominados con violencia, incluso los criollos eran de la ala conservadora y

    tomaron las guarniciones militares espaolas para ayudarlos a controlar a los indios ycastas rebeldes.

    La desvinculacin entre la corona espaola y Per, se dio gracias a lasintervenciones extranjeras, pero en consecuencia trajo la dependencia y deudaextranjera que en la actualidad padece. Los criollos peruanos carecan de unaideologa libertadora, ya que teman que una guerra de independencia pudiera alentar aotros levantamientos indgenas y se sublevaran.

    Per careci adems de lderes del mismo territorio, por ello tuvo que esperar que los libertadores deAmrica del sur se introdujeran, primero San Martn tom Lima en 1821 empujando a las fuerzas realistashasta los Andes y en 1824 el ejrcito de Bolvar aplast al ejrcito realista en las batallas de Junn yAyacucho (Cockcroft, 2001: 527).

    En una contextualizacin de la situacin del Per con la Nueva Espaa sobre susindependencias, se considera que en sta ltima; los indgenas, las castas y los criollosde la clase media se unieron en contra del sistema colonial y las formas ideolgicas ypolticas en las que buscaron la desvinculacin espaola fue a travs de estos criollosintelectuales que conocan las ideas de: la Ilustracin, la Constitucin de Cdiz, laindependencia de las trece colonias, la revolucin francesa y la independencia de Hait.Estos procesos externos ayudaron a que esta clase criolla comenzara a idear yorganizar formas de gobierno y de sociedad en las que se sustituyera a lospeninsulares.

    En la independencia del Per slo el indgena y las dems castas se encontrabanen antagonismo con el sistema colonial ya que stos eran los que sufran lasexplotaciones en minas y en el campo, por ello la necesidad de combatir a su opresorcolonial. Sin embargo, la clase criolla no luch contra el peninsular, ms bien fue sualiado ya que era hacendado y le convena que el indgena siguiera oprimido para suprovecho.

    Frente a la falta de una base ideolgica interna, con la desvinculacin de la corona espaola se vino unperiodo de caos poltico, ms de 34 presidentes asumieron el gobierno en Lima por corto tiempo, 27 destos fueron oficiales de las guerras de independencia que formaron alianzas con las lites provinciales,mientras estos caudillos regionales peruanos continuaron luchando por el control de Lima-Callao, laeconoma se encontraba devastada por las continuas guerras (Muoz, 1988:245).

    En sus primeras dcadas de independencia, Per contrajo una deuda externa aconsecuencia de los excesivos gastos al ejrcito y a la burocracia del estado en la quenuevamente el indgena fue utilizado como principal fuerza de trabajo y sostenimiento

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    econmico. El guano6, fue la produccin econmica en la que se trat de sostener y desolventar los gastos.

    No obstante, las deudas externas fueron aumentando entre 1868 y 1872cuadruplicndose debido a que el pas: quiso financiar la construccin de dosferrocarriles transandinos con el empresario estadounidense Henry Meiggs para el

    desarrollo de la produccin del guano en otros pases (Cockcroft, 2001: 530), pero elgobierno agot los depsitos de esta materia y se encontr en bancarrota.

    Se intent levantar de la crisis y de la deuda acreedora con la sustitucin delguano por el nitrato de Sodio, fertilizante ms fuerte que el primero, sin embargo:Per en 1881 contrajo una guerra con Chile en la cual se apoderaron de los campos denitrato y en 1883 invadieron Lima y Callao (Cockcroft, 2001: 532). Frente a esta situacinPer decidi firmar el contrato de Gracia con sus acreedores extranjeros en su mayorabritnicos.

    El costo que tuvo por este contrato fue que a finales del siglo XIX se le cancelarala deuda a cambio del control de sus ferrocarriles, del guano y de algunas tierrasselvticas, as como pagos anuales de 80 mil libras britnicas durante 33 aos. De estamanera Gran Bretaa y posteriormente Estados Unidos intervendran en las decisionespolticas y econmicas de Per perdiendo su autonoma y desarrollo capitalista hastanuestros das.

    Las empresas estadounidenses a principios del siglo XX se apoderaron de casi todas las industrias mineras ypetroleras de Per. El cerro del paso Mining Company era duea de las mejores minas de la Sierra Central,la Nothern Peru Mining Company obtuvo el control en la parte septentrional de la sierra, la VanadiumCorparation posea un depsito de vanadio en Per. La International Petroleum Company adquiricompaas petroleras peruanas en 1913. Las compaas estadounidenses invirtieron adems en laagricultura, el comercio, las manufacturas textiles y el azcar peruano, prosperando as la empresanorteamericana de productos qumicos, embarques y agroindustria (Valderrama, 1984: 422).

    Los capitalistas extranjeros realizaron una alianza con la naciente oligarqua,esta ultima la conformaban aproximadamente 40 familias, dicha coalicin ayud a queambas partes explotaran a los indgenas en la industria, en las minas y en los campos.En consecuencia el desarrollo capitalista acarre un dislocamiento y un remozamientode las estructuras sociales coloniales, promoviendo un proceso de desgarramiento enla sociedad, en particular los sectores medios y populares respondieron polticamenteal pensamiento y la accin de Haya de la Torre y Maritegui. Por otra parte, los sectoresdominantes internos conceban que asegurando el orden, el Estado podra alentar a lasinversiones extranjeras y las exportaciones, contribuyendo a la modernizacin del pasmediante su articulacin con los centros de civilizacin occidental.

    A raz de la emergencia de los sectores populares y medios en contra del capitaly los rentistas del pas, Haya de la Torre y Maritegui desde diferentes perspectivaspropusieron polticas de estilo nacionalista y socialista. De esta manera el primeroformul un proyecto poltico basado en la constitucin de un movimiento pluriclasistallamado el Frente nico de Trabajadores Manuales e Intelectuales (Pierre, 1985: 110).

    6 Materia excrementicia nitrogenada de aves marinas utilizada como fertilizante.

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    Maritegui por su parte propona un programa socialista basado en la organizacinclasista del campesinado indgena y del proletariado.

    El movimiento de Haya de la Torre propona arrastrar al conjunto de la sociedad, ya que logrando el poderestatal se estatizaran las empresas extranjeras y el orden terrateniente, se fomentara el cooperativismo ylos derechos de la ciudadana, eliminando el Estado oligrquico y decretando la construccin del Estado-

    nacional. Maritegui en cambio al sostener la alianza obrero-campesina, conceba la reivindicacin de latierra para movilizar revolucionariamente al campesinado que constituan las 4/5 partes de la poblacin(Valderrama, 1984: 382).

    Maritegui siendo un periodista se considera el fundador del Partido Comunistade Per, era consciente que la clase ms desprotegida de su pas se encontraba en elindgena campesino, siendo la mayora de la poblacin. Pensaba que: al restituirle sustierras dejaran de depender de los terratenientes y el ncleo del problema se eliminara(Arguedas, 1986: 769), adems siendo stos la fuerza productora, la oligarqua y losinversionistas extranjeros no seguiran explotando al campesinado ya que ste podratrabajar en sus tierras y pagar sus deudas con el b eneficio de las mismas.

    La breve apertura democrtica ocurrida entre 1945- 1948 durante el gobierno delFrente Democrtico por Bustamante y Rivero revitaliz la movilizacin campesina y unaintensificacin del movimiento popular, el apoyo de los partidos Aprista y comunistaque participaban en el gobierno se produjo en reconocimiento y constitucin desindicatos y federaciones campesinas en haciendas, zonas azucareras, algodoneras ylaneras.7

    Pronto el desarrollo de los sindicatos campesinos fue reprimido por la dictaduradel general Odra, ste tom el poder para anular la influencia de los partidos de tipoAprista. La razn a su rechazo por estos sindicatos fue que mantena una estrecharelacin con las compaas petroleras y mineras de Estados Unidos. Con la represin delos sindicatos y partidos apristas y comunistas, nuevamente el estado permaneci enmanos de la oligarqua peruana y orientada hacia la exportacin.

    La fortaleza poltica y econmica que implant el dictador Odra min todahuelga general o revolucin callejera. Sin embargo, en 1956 fue derrotado gracias a queel APRA8 dio su apoyo a Prado, desde esa fecha hasta 1964 las luchas ocurridas son lasms importantes dentro de la historia peruana contempornea de las movilizacionesrurales, durante este periodo sucedieron huelgas orientadas a obtener elreconocimiento de los sindicatos y a rechazar la poltica de racionalizacin ymecanizacin impulsada por los hacendados.

    No obstante, estos movimientos se enfrentaron a las fuerzas policiales delgobierno peruano, sufriendo en algunos casos derrotas, una de ellas en 1959 cuando la

    movilizacin en el principal complejo azucarero fue reprimida por el ejrcito. Esnecesario dejar claro que la clase dominante se encontraba aliada con las fuerzasmilitares, por ello se encontraba en ventaja ante la falta de experiencia militar por partede la masa campesina.

    7 La accin sindical comenz a presionar por mejoras salariales y condiciones laborales, llegando incluso a una huelga general de lostrabajadores rurales que abastecan Lima (Muoz, 1988: 255).8 Alianza Popular Revolucionaria Americana fundada en 1924 por Haya de la Torre.

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    El Partido Aprista buscaba que los trabajadores tuvieran derechos frente a suspatrones y empresas donde trabajaban, la constitucin de sindicatos promovera evitarlos abusos de los dueos de las compaas y mejorar su situacin laboral. Un xito quetuvo la movilizacin azucarera fue la de una poltica de creciente coalicin con la patronal,

    impulsada por el Partido Aprista en 1962 (Pierre, 1985: 128).

    Por su parte en las empresas algodoneras costeas se generaliz la conformacin de sindicatos bajo lainfluencia principalmente del APRA y en menor medida del Partido Comunista. Tambin en este periodo seextendi masivamente en la sierra, la organizacin sindical de los colonos, surgiendo organizacionesregionales campesinas con una base social heterognea: comuneros, colonos, semiasalariados, campesinosy parcelarios, ante la creciente sindicalizacin de estos grupos, se obtuvo un impacto social y poltico enPer (Valderrama, 1984: 385).

    Se inici una lucha campesina por la tierra, la servidumbre precipit la crisis de lahacienda tradicional, permitiendo una expansin de la economa campesina y el iniciode la reforma agraria. Por otra parte los movimientos campesinos aceleraron el

    resquebrajamiento del viejo sistema de dominacin oligrquico-tradicional provocandouna crisis poltica. Los movimientos campesinos rompieron el viejo predominio de loshacendados logrando el acceso de nuevos sectores sociales principalmente de la clasemedia: comerciantes, transportistas, pequeos empresarios e intelectuales, induciendoa una modernizacin del Estado y cuestionamiento sobre la legitimidad de la oligarquaagraria.

    Pese a la desestabilizacin del poder existente, estos sectores no tuvieron lafuerza suficiente para imponer un proyecto poltico y establecer un rgimen. En 1963Fernando Belande Terry fue elegido Presidente movilizado por los planteamientosnacionalistas, reformistas y el apoyo de la iglesia, la fuerza armada y el sector burgus.Con el triunfo de Belande el sector popular nuevamente fue reprimido, ste rechaz lamovilidad popular, cedi a las presiones oligrquicas atacando el movimientocampesino y sindical urbano, aplastando los focos guerrilleros que se iniciaron. Sugobierno acogi gustosamente el capital extranjero, en los ltimos meses de 1968 losinversionistas extranjeros controlaban tres cuartas partes de la minera de Per, la mitadde las manufacturas, dos terceras partes de la banca comercial y una tercera parte de lapesca(Cotler, 1990: 350).

    La suerte que tuvo en adelante el sector popular fue reprimente, tanto que elAPRA se vio obligado a aliarse con la oligarqua. Sin embargo el poder que alcanzEstados Unidos sobre este pas atrap al mismo presidente y el 3 de octubre de 1968los comandos y soldados entrenados lo sacaron de la cama y lo depositaron en

    Argentina.A partir de stas acciones se comenz a estructurar una revolucin desde arriba

    con la intervencin del ejrcito peruano. Por ello los militares comprendieron que suxito dependa del control total del poder estatal y del mantenimiento de su autonomacon respecto a la sociedad.

    A estas medidas siguieron radicales transformaciones de la propiedad agrar ia, el general Velasco con apoyode numerosos profesionales e intelectuales nacionalistas impulsaron una serie de estatizaciones en la

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    banca, minera, industria, pesca, transportes, comercio exterior y medios de comunicacin que en 1974quedaron bajo el control del Estado (Cotler, 1990: 353).

    Con el objetivo de financiar la revolucin, el llamado gobierno militar de Velascopropici cuantiosas inversiones norteamericanas en las industrias mineras y petroleras.El resultado de todas estas medidas fue el desarrollo de la economa en beneficio de lascapas sociales de ms alto ingreso, result ser una revolucin burguesa que por suasociacin dependiente al capital imperialista no logr resolver la integracin nacionalde las regiones, de las clases y en particular del campesinado indgena.

    Mientras el gobierno revolucionario asumi un papel autnomo en los forosinternacionales y desarroll una poltica de estatizaciones, mantuvo permanentementelas negociaciones con Estados Unidos, ofreci adems seguridades para las inversionesen minera, petrleo y concedi facilidades para el desarrollo del capital multinacional.Por ello la relativa nacionalizacin y democratizacin de la sociedad peruana se realizpor vas polticamente antidemocrticas en este sentido el gobierno comenz a ser dela fuerza armada.

    El gobierno militar impuesto por Velasco pronunciaba discursos en los queatacaba al pasado oligrquico, pero tambin al sistema de representacin partidista,particularmente al APRA. De esta manera el gobierno resolvi formar estructuras derepresentacin corporativa, organizadas y controladas por los servicios de inteligencia,logrando as la intervencin subordinada de la sociedad en el Estado.

    La razn por la cual el gobierno rechazaba la existencia partidistas como elAPRA se deba a que segn Velasco, estas organizaciones estaban condenadas asometerse a las leyes de la oligarqua. La ausencia del APRA en el nuevo ciclo de luchassociales y polticas aunado a su prdida de legitimidad popular, la colaboracin delPartido Comunista con los militares obedeciendo las consignas internacionales, fueron

    factores que crearon las condiciones para que las insurgentes masas populares delcampo y la ciudad se encontraran con los grupos de la izquierda revolucionaria y vieran laposibilidad de un movimiento poltico de contenido marxista que se fue concretando apartir de 1978 (Fernndez, 1982: 93).

    El gobierno militar comenz a tener fracturas internas, ya que un sector militarfavoreca la formacin de un partido poltico que disciplinara violentamente a lasociedad alrededor de las bases ideolgicas de la revolucin, el otro se inclinaba poruna represin a las alzadas expresiones polticas populares. El general Velascopersonificaba esta revolucin, as que los mismos comandos militares decidieronremplazarlo por el general Morales Bermdez.

    Morales decidi abrir el dialogo con la sociedad pero sin salirse de las pautas militares del gobierno, retirdel Estado a los elementos radicales tanto militares como civiles, fue recortando las medidasrevolucionarias para una recuperacin econmica. Sin embargo, la crisis fiscal y el endeudamiento nopodan ser resueltos sin acuerdo previo del Fondo Monetario Internacional, el cual provocara la reduccindel dficit fiscal y con ello la eliminacin de compras de equipo blico (Cotler, 1990: 359).

    La situacin poltica y econmica en las ltimas dos dcadas del siglo XX fueronde inestabilidad, ya que ex lderes y antiguos presidentes vuelven a la escena: Haya de

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    la Torre y Fernando Belande (1980-1985), ste ltimo determin el retiro de losmilitares a sus cuarteles.9

    Frente a esta orientacin econmica, la reaccin de la oposicin centradaalrededor del APRA y de la Izquierda Unida represent una reaccin y un rechazopermanente. Las organizaciones de los sectores populares y medios crecieron desde el

    gobierno de Velasco, asumieron desde entonces perfiles clasistas y marxistas en contrade los presidentes en turno. Por ello el gobierno de Belande dependiente de losEstados Unidos, pidi a Israel y Argentina le enviaran expertos en contrainsurgencia,desde el inicio de su presidencia proclam una ley de seguridad en la que autoriz a losmilitares a detener todo aquel que fuera sospechoso de terrorismo (Cockcroft, 2001:537).

    El nuevo ciclo presidencial de Alan Garca Prez, comprendi la situacin decrisis, violencia y anarqua, por ello estableci un conjunto de medidasantiinflacionarias, aument los salarios, prometi restablecer la reforma agraria ypromover los intereses del 70% de la poblacin marginal. Respecto a la poltica exteriorGarca renov las relaciones con Cuba y dej en claro por primera vez en la presidenciade Per que la derecha es nuestra enemiga; dejemos que la izquierda participe en lalucha bajo nuestra direccin (Fernndez, 1982: 97).

    Pese a los intentos y proclamas a favor del pueblo y de los partidos populares,en realidad era un corrupto que deposit fondos pblicos peruanos en el banco BCCI,dominado por el escndalo de la CIA y los grandes narcotraficantes. El saldo de lapresidencia de Alan Garca fue que los bancarios extranjeros socavaron la monedaperuana y desemboc en una inflacin, guerras internas y la debilidad econmica.

    En las elecciones de 1990 los peruanos eligieron a un presidente extranjero,Alberto Keinya Fujimori, la decisin de depositar el poder en este sujeto fue la peordecisin que pudieron haber hecho, ya que:

    En un inicio dej que los costos del combustible aumentaran 3 000% y los alimentos bsicos y lostransportes entre 200 y 300%, junto a esta inflacin miles de trabajadores fueron despedidos. Ademsprivatiz las compaas estatales petroleras, mineras, industriales y financieras, este programa deprivatizacin dio al gobierno mil millones de dlares en 1993 (Muoz, 1988: 255).

    El gobierno de Fujimori se dio a la tarea de capturar a los dirigentes guerrilleros,eliminando a ms de 1500 rebeldes. La razn se deba a que la gente comenzaba aprotestar y se apoyaban en huelgas que incluan a maestros, trabajadores de salud,mdicos y empleados universitarios, por ello decidi el Gobierno aplastar elmovimiento encarcelando y desapareciendo a sus dirigentes. De esta manera Fujimoriestableci una dictadura militar, el ejrcito envi tanques a las calles para desalentar losintentos populares, esta autoridad llev a establecer una nueva constitucin dominadapor l, la cual le permiti reelegirse con la posibilidad de durar en el poder por 12 aosms (Valderrama, 1984: 385).

    9 La institucionalidad liberal signific el abandono del papel del Estado en la economa, otorgndosela a las fuerzas del mercado algran capital (Fernndez, 1982: 96).

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    El saldo que deja este presidente peruano es que los poderes siguen estando enmanos de los financieros nacionales, extranjeros y militares. Per sigue siendodependiente de Estados Unidos, la explotacin de la masa indgena campesina sigue enpie como en los primeros tiempos de colonizacin. Este territorio necesita unainstalacin de unidad y democracia popular para combatir la inestabilidad poltica y

    librar la deuda externa que acarre desde inicios del siglo XIX.

    Consideraciones finales

    Per ha estado rodeada de represiones tanto internas como externas, por ellosu ausencia entre los pases de mayor desarrollo econmico, tecnolgico o cientfico yde un adecuado modelo poltico. La independencia de la corona espaola no trajo laestabilidad ni el desarrollo, antes bien se desencaden una inestabilidad interna entrela lucha por el poder, dejando de lado al indgena, la clase ms desprotegida que hastanuestros das se encuentra luchando por ser tomado en cuenta.

    La deuda externa que contrajo principalmente con Gran Bretaa produjo eldeclive de su economa, posteriormente Estados Unidos como nueva potencia mundialrealiz el control de prcticamente todas las industrias y producciones peruanas. Lanaciente oligarqua se ali con el capital extranjero, provocando la unin de loscampesinos y trabajadores a favor de movimientos populares impulsados porMaritegui y Haya de la Torre, de este ltimo se desprende el Partido Aprista que en laactualidad tiene importancia popular.

    Los presidentes en turno desde inicios de siglo XX hasta nuestros das secaracterizaron por la dependencia con Estados Unidos y alianzas con la oligarquaperuana y terrateniente. As la inestabilidad de cada uno de los periodos gobernativosse reflej en las acciones y luchas populares representadas por sindicatos y huelgas

    generales. Pese a la movilidad que realizaron estos movimientos populares, no tuvieronla fuerza para imponer un proyecto poltico.

    Los movimientos adems fueron reprimidos y controlados por la fuerza armadano slo del pas, sino de refuerzos norteamericanos, por ello fue imposible dar un golpede Estado debido a la carente experiencia militar de la clase trabajadora y media. Porotra parte las mejoras salariales y laborales no eran convenientes para la oligarquaperuana ni para su aliado el Calibn estadounidense ya que representaban la fuerzade trabajo y la clase productora del pas.

    Por ello la situacin de miseria y de retroceso se debe como en muchos otrospases de Amrica Latina, por el esparcimiento de Estados Unidos y su extensin

    econmica y poltica. En este sentido la pobreza que rodea a Per hace imposible quese pueda desprender de este expansionismo. La solucin podra ser su cambio demodelo por el socialismo y mantener una alianza con Cuba o Venezuela, lo cual causaraun posible enfrentamiento con actual la potencia mundial.

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    Mural de la Universidad de El Salvador

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    El mito de la Raza Paisa o la construccin de unaidentidad

    Julin NaranjoUniversidad de Antioquia,Medelln, Colombia

    Introduccin:

    urante el siglo XIX, surge en Antioquia una elite de intelectuales, viajeros,literatos y eruditos empeados en responder a la pregunta: qu es ser

    antioqueo?, en este esfuerzo, se producen discursos en los que seacaba por construir la imagen de una Antioquia que se presenta como un territorio degran homogeneidad cultural, en un intento por explicar la identidad del antioqueo; setrata de favorecer un criterio homogenizador en aras de construir una identidad; sinembargo, toda construccin de identidad implica un proceso de exclusin. Eldepartamento de Antioquia se caracteriza por ser una zona de gran contrastegeogrfico y cultural, tradicionalmente, al antioqueo se le ha representado como uncampesino fornido con sombrero, carriel y ruana, pero no todos los nacidos enAntioquia se identifican con esta imagen; esta imagen identifica slo al habitante de lamontaa, no al antioqueo de las tierras bajas y clidas, y menos an al antioqueo deUrab. El mito unificador que sustenta la supuesta antioqueidad, fue construido a

    partir de la omisin10 de la diversidad; la Antioquia homognea se construy negando ala Antioquia heterognea. As pues, la identidad antioquea se construye a partir de lahegemona poltica de las elites regionales, y se construye, exaltando el trabajo decampesinos y arrieros, favoreciendo la construccin de una identidad excluyente que

    10 Esta omisin es posible gracias a una serie de enunciados que, como veremos, se articulan alrededor de diferentes discursosentre los que cabe destacar el discurso geogrfico y el discurso literario.

    D

    Resumen: Al hablar de latinoamericanismo surge inmediatamente la pregunta por la identidad: ques ser latinoamericano?, o tambin: cmo se ha construido la identidad latinoamericana? Estaspreguntas resultan sumamente complejas, dado que un proceso de construccin de identidad,especialmente en el contexto latinoamericano, implica un proceso de exclusin. Ahora, este trabajoes un intento por responder a estas preguntas en una regin determinada de la repblica deColombia, partiendo de un anlisis de lo que en el departamento de Antioquia se ha dado en llamar laRaza Paisa. Teniendo en cuenta la gran diversidad tnica, cultural y geogrfica de Antioquia, elanlisis de la construccin de identidad en esta regin, constituye un claro ejemplo de la enormecomplejidad inherente a la identidad latinoamericana.

    Palabras clave: Antioquia, Diversidad, Identidad, Exclusin, Raza Paisa.

    pp.26-39.

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    niega la diversidad. En este punto surge una pregunta fundamental: existe unconjunto de manifestaciones que englobe y represente a toda Antioquia, es decir,existe actualmente una antioqueidad que fundamente y legitime el mito fundadorconocido como Raza Paisa, trmino que define la pretendida identidad homogneadel antioqueo? Para responder esta pregunta, es necesario describir la nocin de

    Raza paisa como formacin discursiva, y por lo tanto, como objeto de descripcinarqueolgica, abordando el problema desde los discursos y desde las practicasdiscursivas, para as realizar un anlisis de las condiciones histricas de posibilidad (dela priori histrico) que han hecho que en un determinado momento slo ciertosenunciados y no otros hayan sido efectivamente posibles. De este modo, la descripcinarqueolgica del problema planteado, mostrar que el trmino Raza paisa, no serefiere a la unidad tnica que el vocablo implica, ni a ciertos rasgos biolgicos quecabra pensar, sino ms bien a unas formaciones y prcticas discursivas que propendena una unidad cultural de solida integracin.

    Ahora bien, Michel Foucault propone un trabajo de descripcin sobre el archivo,esa ser la forma de abordar el problema, entendiendo por archivo, no la masa dedocumentos recuperados de una poca sino el conjunto de las reglas que en un tiempoy lugar definen sobre qu se puede hablar, cules discursos circulan y cules seexcluyen, cules son vlidos, quines los hacen circular y a travs de qu canales. Eneste sentido, no se trata de interpretar el documento para determinar si dice la verdado sealar su valor expresivo, sino ms bien de aislar los documentos, agruparlos,establecer relaciones y reunirlos segn niveles de pertenencia, pues como explicaFoucault la tarea primera de la historia ya no consiste en interpretar el documento,determinar si dice la verdad o sealar su valor expresivo, sino ms bien en trabajarlodesde el interior:

    la historia ha cambiado de posicin respecto del documento: se atribuye como tarea primordial, no elinterpretarlo, ni tampoco determinar si es veraz y cul sea su valor expresivo, sino trabajarlo desde elinterior y elaborarlo. La historia lo organiza, lo recorta, lo distribuye, lo ordena, lo reparte en niveles,establece series, distingue lo que es pertinente de lo que no lo es, fija elementos, define unidades, describerelaciones.. (Foucault, 1979: 9-10)

    Esto implica que, cuando se investiga, no corresponde leer entre lneas, nitampoco interpretar los diferentes discursos con conceptos preconcebidos, o juzgarlosde acuerdo a ideas elaboradas anteriormente por el investigador, pues lo no dicho enun texto (pero ledo o percibido "entre lneas" por el intrprete) est dicho en otraparte. Por ello, en este trabajo se trata, no slo de establecer relaciones entrediscursos, sino tambin de identificar aquellos discursos que dicen lo no dicho en el

    discurso oficial, con el fin de ponerlos a consideracin del lector, fundamentando asuna explicacin, o utilizndolos para mostrar por qu el texto en estudio atribuyedeterminada significacin a determinado fenmeno social.

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    El discurso geogrfico:

    Durante todo el siglo XVIII la geografa goz de gran popularidad en Europa yAmrica. La corona espaola otorga un lugar privilegiado a la geografa en sus

    ambiciones geopolticas, pues gracias a la geografa no slo es posible medir y conocerlos territorios sometidos, sino tambin levantar un mapa general de la poblacin y delos recursos naturales en las colonias. De este modo, en 1768 el fiscal Francisco Morenoy Escandn informa al virrey Messa de la Cerda que la geografa, la historia natural y laagricultura exigen una ctedra especial en los currculos universitarios; por otra parte,en 1783, entre las razones que esgrime Jos Celestino Mutis ante el virrey Caballero yGngora, para realizar la Expedicin Botnica, se encuentra la posibilidad de adelantarun plan de observaciones astronmicas, geogrficas y fsicas, argumentando que:

    Careciendo su majestad de un plan geogrfico y puntual de todos sus dilatados dominios, a excepcin delas costas y puertos, se podr formar en el curso de nuestro viaje un mapa exacto, sin los inmensos gastos

    que producira una expedicin de esta clase (Mutis, 1783: 143. Citado por Castro, 2005: 230).

    La geografa se va perfilando como una ciencia con caractersticas propias, graciasa la invencin de instrumentos que permiten medir con precisin los ngulos, lasdistancias, la posicin de los planetas, el calor, la presin atmosfrica y la altura de lasmontaas, hasta llegar a ser una ciencia con identidad propia, digna de ser incluida enlos currculos acadmicos. As pues, la geografa se perfila como una valiosaherramienta de gobierno y no solo una actividad reservada para las elites aristocrticas.De este modo, a finales del siglo XVIII el Nuevo Reino de Granada comenz a prestarmayor atencin a los recursos naturales del virreinato. Dicha atencin se correspondecon los intereses de la corona, debido a que informa sobre qu riquezas se puedenaprovechar, y, en consecuencia, los primeros esfuerzos se centran en la botnica, lamineraloga, la zoologa y la geografa, favoreciendo los viajes por toda la extensin delvirreinato. En este contexto, el abogado antioqueo Jos Manuel Restrepo, escribe unensayo sobre la geografa antioquea, en el que afirma: La provincia de Antioquia, unade las ms ricas y frtiles del nuevo reino de granada, ha sido hasta el presentedesconocida de todos los gegrafos: su posicin geogrfica, sus principales ciudades, susros navegables, sus bosques y montaas no existen en los mapas o estn situados con milequivocaciones. (Restrepo, J.M. 2007 [1809]: 35). El ensayo, publicado en el semanariodel Nuevo Reino de Granada, con el ttulo Ensayo sobre la geografa, producciones,industria y poblacin de la provincia de Antioquia, se convirti en la fuente de

    inspiracin de la idea de una Antioquia poseedora de grandes riquezas naturales yhabitadas por una raza pujante y emprendedora.

    Para fines del siglo XVIII, la poblacin de la provincia de Antioquia se habaestablecido alrededor de numerosos ncleos denominados Pases; un pas era unterritorio relativamente pequeo, que consista en el espacio que poda abarcarse conla mirada desde las torres parroquiales o desde la cima de una colina; entre estospases se destacaban: Medelln, Rionegro, Marinilla, Los Osos, Urrao, Los Remedios,Antioquia y Bajo Cauca entre otros; los habitantes de estos pases al encontrarse

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    fuera de su patria chica, se hacan llamar paisas porque provenan del mismo pas; aspues, el termino paisa, en su origen, se refera a los antioqueos que se encontrabanfuera de Antioquia.

    Ahora bien, a la llegada de la independencia, Antioquia contaba con un proyectopoltico integrador. Desde finales del siglo XVIII, surgi una elite econmica, poltica e

    intelectual, cuyas actividades econmicas se basaban en la extraccin del oro y elcomercio de mercancas; sta elite se apodero del control poltico de Antioquia, graciasa la coyuntura desatada por el proceso de independencia. Sobresalen las figuras deJos Manuel Restrepo, Juan del Corral y Jos Flix de Restrepo, quienes con otrospersonajes reconocidos fueron configurando un proyecto regional; este proyecto logrodarle a la regin antioquea unas caractersticas propias, diferentes de las que tenanlas otras provincias del pas. No obstante, dicho proyecto inclua una visin restringidasobre los habitantes de la provincia; el territorio que tenan en mente era el de lasmontaas, el de la pequea economa agrcola y minera, excluyendo completamente,los territorios de los valles interandinos, las sabanas y las costas, dejando tambin porfuera a los negros, mulatos, zambos y por supuesto, a los indios11. Durante el sigloXIX surge una elite de intelectuales, viajeros, literatos y eruditos empeados enresponder a la pregunta: Qu es ser antioqueo?, en este esfuerzo, se producendiscursos en los que se acaba por construir la imagen de una Antioquia que se presentacomo un territorio de gran homogeneidad cultural, en un intento por explicar laidentidad del antioqueo; dicha identidad se fundamenta en una exclusin que, comoseala el historiador Juan David Montoya Guzmn, se articula sobre la percepcin dediferencias fsico-culturales, es decir, raciales, consideradas como innatas y por lo tantoinamovibles (Montoya, 2009: 47). As pues, la identidad antioquea se construye apartir de la hegemona poltica de las elites regionales 12, y configura una identidadexcluyente que niega la diversidad: Antioqueo es el campesino de la montaa, no el

    negro y mucho menos el indio.

    El discurso literario y la construccin del indio

    La novela Lejos del nido, del escritor antioqueo Juan Jos Botero, constituye elprincipal referente a la hora de hablar de poblacin indgena en la regin del orienteantioqueo. La amplia difusin de la novela, su popularidad, mltiples adaptaciones alteatro, la radio y la televisin, sumadas al hecho de ser durante aos novela de obligadalectura en los colegios del oriente antioqueo, configuran una imagen del indio,construida a partir del discurso literario.

    11 En este trabajo, la palabra indio aparece siempre entre comillas; no slo por las connotaciones negativas del trmino: todo eldolor, el sufrimiento, las ofensas que el vocablo evoca; si no tambin por respeto a las comunidades indgenas, sus luchas sociales ylos movimientos indgenas, que desde hace varios aos, reivindicaron el termino indgena para identificarse y definirse.12 No significa esto que las elites, por s solas, puedan crear identidades; sin embargo, las elites pueden producir referentesidentitarios que, al aparecer como deseables o presentarse como manifestacin del deseo colectivo, terminan por instalarseculturalmente.

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    Lejos del nido narra la historia una nia de buena familia13, que fue raptada poruna pareja de indios que la cran como nieta suya. Durante el cautiverio, la nia, hijade un hogar blanco y catlico, conserva la pureza y virtudes heredadas de sus padres,mientras la bestial ferocidad de los indios se transmite espontneamente degeneracin en generacin. Los raptores de la nia, al igual que los dems indios

    mencionados en la novela, son descritos como seres sanguinarios, bestiales, criaturastoscas y salvajes, representantes de una humanidad criminal cuya semilla debe serborrada de la tierra. As describe el autor a los raptores de la nia:

    Contaba Mateo Blandn largos aos, si bien es cierto que no lo demostraba; de baja estatura, rechoncho,sin pelo de barba como indio de pura sangre, sus ojos pequeos y torcidos, con vetas coloradas como los dealgn venenoso reptil; color cobrizo, estevado y de andar incierto;[]. Aprendi a deletrear de chiripa,habiendo entrado de nio a servir en la casa de un sacerdote, quien a fuerza de coscorrones y de rejo le hizoconocer la lectura, aunque bien titubeada.Tapadsimo era Mateo hasta decir, upa!, especialmente para expresarse; pero marrullero como l soloentre los de su clase era tenido por mdico (yerbatero). Lea a medias en un libraco manuscrito que tena,titulado Artculos de secretos de naturaleza y del conocimiento de achaques....Romana Grisales, un poco menor que su cnyuge, delgada, asmtica, de frente achatada, brazos y cara

    descarnados, ojos de viaje, crneo adentro, para la nuca ,voz chillona, india de la cepa como Mateo, el peloapelmazado y en mechones, lo que le daba el aspecto de bruja.

    Ambos, Mateo y Romana, sin pizca de educacin, de trato grosero y ms negras intenciones que un gato(Botero, 1964: 34)

    Estas descripciones no son gratuitas, son el resultado de los prejuicios ysupuestos que, desde la conquista, han ido construyendo las imgenes de alteridadencarnadas por los indios. De manera similar, se describe a todos los indios queaparecen en la obra; cada vez que se describe un indio, se le representa concualidades semejantes a las de Mateo y Romana, lo cual no es de extraar, ya que,desde la conquista, existe la opinin de que todos los indios son iguales; as por

    ejemplo, en la Carta de Coln anunciando el descubrimiento, Coln afirma: En todasestas islas no vi mucha diversidad de la hechura de la gente, ni en las costumbres ni en lalengua (Coln, 1493. Citado por Todorov, 1987: 45); y en el diario del primer viaje escribe:Esta gente es de la misma calidad y costumbre de los otros hallados (Coln, 1493. Citadopor Todorov, 1987: 43); por su parte, Gonzalo Fernndez de Oviedo, al desembarcar enPanam, afirma: Estos indios de Tierra Firme son de la misma estatura y color que los delas islas (Oviedo, 1995 [1526]: 114). Afirmaciones semejantes se encuentran en lasdiversas crnicas del siglo XVI, constituyendo as un criterio de homogeneidad,simplificado y plasmado en la frase atribuida a Antonio de Ulloa: visto un indio, fueronvistos todos. Hasta hace unos aos, siempre se describa a los indios de una solamanera: todos desnudos, todos nmadas, todos canbales, todos pequeos; Coln y engeneral los espaoles, con algunas excepciones, desconocen la diversidad de losindgenas, no quieren conocer la diferencia de los indios, y, al no conocerla, laimaginan, y lo hacen a partir de valores etnocntricos que, como seala el socilogo

    13 La expresin de buena familia, significa en Antioquia, proveniente de una familia adinerada de Medelln o Rionegro, que, comodice la Psicoanalista Clarita Gmez de Melo (2004) en su obra Colombia en el divn eran un poco ms blancos que los dems.

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    Lannec Hurbon, se sustentan en la inferiorizacin del otro. De este modo, Hurbonconcluye: Los contenidos de la diferencia se vacan y slo quedan sus estereotiposnegativos, la imaginacin de un desconocido deshumanizado (Hurbon, 1993: 7).

    Sin embargo, paralelo a este discurso, surge en Antioquia otro discurso en el queel indio se integra en la construccin de la raza. El mestizaje, es un elemento que no

    puede obviarse y necesariamente el elemento indgena debe integrarse en laconstruccin de la identidad antioquea, pero atenuando todos los vicios que se le hanadjudicado; as pues, el Doctor Manuel Uribe ngel, luego de explicar que los indiostienen gran aficin por los licores y que les gusta entregarse a libaciones en excesoaclara que: Este habito de la embriaguez parece haber tomado cuerpo entre ellosdespus de la conquista, y lo pensamos as porque siendo de origen Cato, sabemos por latradicin que aquella gente no se daba a las borracheras. (Uribe, 2004 [1885]: 602)

    Se delimita una frontera, un antes y un despus donde se ubican respectivamentevirtudes y vicios; en Lejos del nido, encontramos un personaje que nos puede ilustrar alrespecto: el indio Jos Jurado, a quien Luisa, su viuda, recuerda con profundo cario,citado pocas veces en la novela, deja en el lector la impresin de haber sido un hombreintegro; una imagen que no se corresponde con la de sus congneres indgenas; sinembargo, si tenemos en cuenta que Jos Jurado ha muerto mucho antes de sucederlos eventos narrados en la novela, el mensaje es claro: un indio bueno, es un indiomuerto. Este tipo de discursos produce un sujeto escindido: por una parte, el indgenacomo sujeto de exterminio, perteneciente a un pasado remoto y mtico, un hijo delparaso en armona con la naturaleza, es el representante del ancestro, origen de laraza y depositario de todas las virtudes; y por la otra, el indio como sujeto dealteridad, salvaje, miserable y despreciable, culpable de todos los males de la llamadaRaza Antioquea termino que define la pretendida identidad homognea delantioqueo.

    Paralelo al criterio de homogeneidad, se desarrolla el inters por la unificacinlingstica del imperio espaol; dicho inters tiene por objeto facilitar el comercio,desterrar la ignorancia y asegurar la incorporacin de los vasallos americanos a unmismo modo de produccin. Las lenguas vernculas aparecan as como un obstculopara la integracin del Imperio espaol al mercado mundial y el castellano se convirtien la nica lengua que poda ser hablada y enseada en Amrica 14, como ordena eledicto real de 1770:

    Que se instruya a los Indios en los Dogmas de nuestra Religin en Castellano, y se les ensee a leer y escribiren este idioma, que se debe extender y hacer nico y universal en los mismos Dominios, por ser el propio delos Monarcas y Conquistadores, para facilitar la administracin y pasto espiritual a los naturales, y que estos

    puedan ser entendidos de los Superiores, tomen amor a la Nacin Conquistadora, destierren la idolatra, secivilicen para el trato y Comercio; y con mucha diversidad de lenguas, no se confundan los hombres, como

    en la Torre de Babel (Citado por Tanck, 1985: 37)

    Desde la llegada de Coln se implantaron en el imaginario espaol una serie deprejuicios sobre el lenguaje indgena; la creencia en que los indios carecen de lenguaje

    14 Cfr. Castro (2005).

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    proviene del desconcierto de Cristbal Coln frente al lenguaje indgena, tal comoexplica Tzvetan Todorov: Coln desconoce pues la diversidad de lenguas, lo cual, frentea una lengua extranjera slo le deja dos posibilidades de comportamientocomplementarias: reconocer que es una lengua pero negarse a creer que es diferente, oreconocer que es diferente pero negarse a admitir que se trate de una lengua (Todorov,

    1987: 18).Ahora, en la construccin del imaginario inferiorizador sobre los indios, ocupan

    espacio importante adjetivos como brbaros, brutos, o salvajes, entre otros,que fueron ampliamente utilizados por los cronistas; estos adjetivos hacen parte delconjunto de representaciones que configuran, en el imaginario europeo, la figura delbrbaro del viejo mundo. Sin embargo, para los espaoles, los indios tenan estigmaspropios: idolatra, canibalismo, brujera, tratos con el demonio etc. Uno de los atributosclave en la inferiorizacin y deshumanizacin del indio fue y sigue siendo- labrujera, entendida como un conjunto de creencias y prcticas religiosas prohibidas y alservicio del demonio; Lejos del nido hace alusin directa a este hecho, como se puedever en las descripciones de Mateo Blandn y su esposa, pues lo nico que el indio aduras penas lee es un libraco que le sirve para su oficio de yerbatero, as como suesposa tiene aspecto de bruja. En la novela, esta imagen del indio se realza an ms,mediante el contraste con la descripcin del campesino, el cual es sencillo, trabajador,honesto y posee todas las virtudes de las que carece el indio. En la novela elarquetipo del campesino, se encuentra encarnado en el personaje de Luisa, personajedescrito en los siguientes trminos: Era esta mujer de alta estatura, derecha yregocijada como una resurreccin [] Luisa era de porte aseorado, una virtuosamatrona amiga de hacer el bien por el bien, sin exigir remuneracin o recompensa; debuen expediente, oportuna para prestar sus servicios (Botero, 1964: 41).

    El campesino y la identidad antioquea

    En los siglos XVI y XVII Espaa consolido su dominio en Amrica sobre la idea deque existen por naturaleza razas superiores y razas inferiores; esta idea sirvi comolegitimacin cientfica del poder colonial europeo en los siglos posteriores.

    El texto de Kant Qu es la Ilustracin? nos advierte que el primer requisito de laIlustracin, es la salida del hombre de su auto culpable minora de edad, es decir, de suincapacidad para servirse de su propio entendimiento sin la gua de otro. En Kant, laexpresin y el compendio de ser humano es, adulto varn, y habra que agregar, blancoeuropeo (los dems poseen el estatus de sujeto en estado de sumisin dependencia),

    pues, como seala Santiago Castro-Gmez, el propio Kant-gegrafo, esgrime la tesis deque existen razas que pueden salir de su minora de edad, servirse de su propiaconciencia educndose a s mismas a travs de las artes y las ciencias; mientras queotras (los africanos, los asiticos y los indios americanos) no pueden elevarse a laautoconciencia y desarrollar una voluntad de accin racional por su incapacidad de

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    superar el determinismo de la naturaleza15. Segn el filsofo nigeriano Emmanuel Eze,la tesis de Kant ofrece: la ms fuerte, si no la nica justificacin filosficasuficientemente articulada de la clasificacin superior / inferior de las razas del hombre,de cualquier escritor europeo hasta ese tiempo (Eze, 2001: 249).

    La idea de la superioridad racial y las tesis kantianas se articulan alrededor de un

    discurso de limpieza de sangre que produce un imaginario de blancura; este imaginariode blancura se convirti en una aspiracin de muchos sectores de la sociedad colonial yactu como el eje alrededor del cual se construa la subjetividad de los actores sociales;as pues, el ser blanco, no tena que ver tanto con el color de piel, sino ms bien conla escenificacin personal de un imaginario cultural tejido por creencias religiosas, tiposde vestimenta, certificados de nobleza, modos de comportamiento y formas deproducir y transmitir conocimientos. La ostentacin de aquellas insignias culturales dedistincin asociadas con el imaginario de blancura era un signo de status social; es ascomo emerge una colonialidad del poder, o en palabras de Foucault:

    Surge entonces y es una paradoja con respecto a los fines mismos y la forma primera de ese discurso del

    que les hablaba un racismo de Estado: un racismo que una sociedad va a ejercer sobre s misma, sobre suspropios elementos, sobre sus propios productos; un racismo interno, el de la purificacin permanente, queser una de las dimensiones funda-mentales de la normalizacin social. (Foucault, 2001 [1976]: 66)

    Sin embargo, frente a este imaginario de blancura se escuchan voces deresistencia, otros discursos surgen en oposicin al oficial; resistencia que se evidenciaen el discurso literario y del cual podemos considerar enunciado el siguiente soneto deLuis Carlos Gonzales (1966):

    RAZARaza? Raza de qu tanto pregonan

    mi vecino y el cura y el tendero,y la altiva seora del banqueroquien tuvo un hijo negro, siendo mona?

    Raza? Raza de qu, si desentonala ley de Dios con la que explica el clero

    y al coraje ni andante, ni escuderolo castran el responso y la corona?

    Raza de Hidalgos? Raza de Caciques?Imperio de trabucos y alambiques

    sobre estril solar de cobarda.De la maraa que el ancestro escruta

    slo nos queda puro: el hijueputay lo estamos negando todava!

    15 Segn Castro-Gmez en su Physische Geographie, Kant establece claramente que: La humanidad existe en su mayor perfeccin() en la raza blanca. Los hindes poseen una menor cantidad de talento. Los negros son inferiores y en el fondo se encuentra unaparte de los pueblos americanos. (Kant, 1968; 316). Traducido y citado por Castro (2005: 41).

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    Ahora, al lado de este ser blancos, el reconocer el potencial natural de la regin

    representa uno de los puntos ms importantes para la creacin y afirmacin de la conciencia

    criolla. Alrededor de 1810 el ensayo de Jos Manuel Res trepo, arriba citado, contribuyefectivamente a la construccin del orgullo antioqueo al promover una conciencia ms

    restringida, reducida a un espacio abarcable, delimitado y conocido, como lo era Antioquia.

    Esta conciencia y este orgullo, se fundamentan en la exaltacin de la naturaleza y en laafirmacin de sus caractersticas propias que la diferencian del resto de las regiones delimperio espaol y en el conocimiento de la tierra. En el ensayo mencionado el autor se

    refiere al campesino en estos trminos: Es cierto que ama el trabajo, pues ya rompe lasduras piedras, corta las colinas, ahonda los ros y saca el ms precioso de los metales; ya

    con la cortante hacha, la azada, el arado, derriba los bosques, limpia las malezas y abre el

    seno feraz de la tierra (Restrepo, 2007: 65)

    La cortante hacha, aparece como smbolo del pueblo antioqueo, smbolo deltrabajo manual, smbolo del espritu colonizador del antioqueo y smbolo que iguala alcolono en cuanto propietario; smbolo tambin de la independencia y la autonomaproducto del trabajo, y por ltimo, en el poema El canto del antioqueo, ms tarde

    adoptado como himno de Antioquia, el hacha es smbolo de libertad. Sin embargo, enla otra cara de la moneda, el hacha aparece como smbolo de destruccin y desolaciny como tal se enuncia en el discurso literario, especialmente en la obra del escritor EfeGmez quien afirma: El hacha del antioqueo y el caballo de Atila sern en adelante enla historia los smbolos definitivos de la desolacin; con la sola diferencia de que Atila

    asolaba para saquear y los antioqueos para sembrar maz. Y saquear ha continuado

    siendo un magnfico negocio, en tanto que sembrar maz no ha dado nunca los gastos.

    (Gmez. 1987: 21)

    La construccin de la identidad antioquea se articula alrededor del trabajomanual; mientras en el Nuevo Reino de Granada, las prcticas culturales dominantesdesprestigiaban el trabajo manual y otorgaban un lugar de privilegio al ocio creativo, es

    decir, al inters por la teologa, las artes y la filosofa, en Antioquia se exaltaba eltrabajo manual. En la sociedad antioquea de finales del siglo XVIII, no existan muchosmarqueses ni condes y por otra parte la poblacin era mayormente mestiza ymulata16, por lo que el trabajo manual era bien visto, sobretodo aplicado al potencialaurfero de Antioquia, lo que motivo una inmensa movilidad geogrfica de los h ombres;de este modo, la identidad antioquea se empieza a construir con la colonizacin, en elmomento en que los habitantes de la provincia ocupan espacios despoblados otraspasan sus fronteras; el trabajo de mineros, campesinos y arrieros aporta el germende la llamada Raza Antioquea, trmino que define la pretendida identidadhomognea del antioqueo y sustenta el mito de La Raza Paisa.

    16No se trata tanto del fenotipo o de la biologa, sino ms bien de percepciones socioculturales fundamentadas

    en las condiciones sociales, el monopolio de los recursos, los modos de conduccin, etc.

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    Trabajo, Comercio y Raza Paisa

    Como hemos visto, en Antioquia la construccin de la identidad se articulaalrededor del trabajo manual; las exigencias de sustento de una poblacin en continuo

    crecimiento, estimularon la construccin de vas de penetracin del propio territorio yvas de desembotellamiento de la regin; la conquista del hbitat se hizo posible enAntioquia gracias al trabajo manual de campesinos y arrieros y la exaltacin de sutrabajo se tradujo en trminos de creacin econmica; por otra parte, el trabajo manualaplicado al potencial aurfero de Antioquia, motiva una inmensa movilidad geogrficade los hombres y permite que el oro se transforme en smbolo de independenciaeconmica, progreso y bienestar, en otras palabras, el oro se convierte en smbolo, noslo de riqueza, sino tambin de autonoma. No significa esto que en el resto del pasno se hayan realizado aportes en las mismas reas ni tampoco que las tareas decampesinos y arrieros slo se hayan ejecutado en Antioquia; pero los discursosconstruidos alrededor de ambas figuras han determinado gran parte de la identidad yel ethos propio del antioqueo.

    La imagen bsica de esa categora abstracta que el imaginario colectivodenomina Raza Paisa, identificndola con el hombre de la cultura antioquea, seconfigura alrededor del comercio. El discurso geogrfico, el imaginario de blancura y laexaltacin del trabajo manual, se traducen en verdaderas prcticas discursivas quedeterminan la proyeccin de metas que propone la cultura antioquea; as pues, lavaloracin ltima del individuo se asienta en su capacidad de forjar riquezas; de ah queen Antioquia, desde el siglo XIX, la sabidura popular ponga en boca del padremoribundo frases como esta: Consigue plata, hijo mo, consguela honradamente, y sino puedes Entonces consigue plata, hijo mo. Podemos reconocer en esta frase, un

    enunciado que prescribe a todo sujeto posible, en la cultura antioquea, una posicin.La capacidad de forjar fortuna, entendida como valor y aspiracin vital de la Razapaisa, es un poderoso indicador al cual se subordinan valores subjetivos como ladiferencia racial.

    Como ya se menciono, el ser blanco, no tena que ver tanto con el color depiel, sino ms bien con la escenificacin personal de un imaginario cultural tejido porcreencias religiosas, tipos de vestimenta, certificados de nobleza, modos decomportamiento y formas de producir y transmitir conocimientos. De este modo,prejuicios y discriminacin racial se traducen en trminos econmicos, en otraspalabras, en Antioquia biolgicamente se es negro por raza, pero culturalmente se es

    negro por ausencia de riquezas. Por ello, en el complejo cultural antioqueo s