89
Pharus Academiæ Revista de divulgación e investigación del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas Abril 2008 Año i 02

Revista de divulgación e investigación del Instituto de ... · Prometeo, hijo de Jápeto y la oceánide Asia, aunque en otras versiones su madre es la oceánide Clímene, aunque

Embed Size (px)

Citation preview

Pharus AcademiæRevista de divulgación e investigación del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas

Abril 2008Año i 02

PrometeoObra escultórica de Rodrigo Arenas Betancourt

Prometeo

Prometeo (en griego antiguo Προμηθεύς, previsión, pros-pección) es en la mitología griega, el titán amigo de los mortales, que roba el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, y lo dio a los humanos por lo que fue cas-tigado. Al ser introductor del fuego e inventor del sacrificio, a Prometeo se le considera protector de la civilización hu-mana. En la Academia de Platón en Atenas había un altar a Prometeo, desde donde, en su honor, partía una carrera de antorchas y la ganaba el primero que alcanzaba la meta con la antorcha encendida. Prometeo, hijo de Jápeto y la oceánide Asia, aunque en otras versiones su madre es la oceánide Clímene, aunque Esquilo afirma en su Prometeo encadenado que era hijo de Gea o Temis. Era hermano de Atlas, de Epimeteo y de Menecio, a los que superaba en astucia. No tenía miedo alguno a los dioses, y ridiculizó a Zeus y su poca perspicacia. Su primer engaño contra Zeus fue al sacrificar un buey al que dividió en dos partes: en una puso la piel, la carne y las vísceras, y en la otra puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres quemarían en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses pero la carne se la comían. A raíz del engaño, Zeus privó a los hombres del fuego. Por lo que Prometeo planeó robarlo. Lo cogió del carro de Helios (en mitología posterior, Apolo) o de la forja de Hefesto y lo llevó a los hombres en el tallo de una caña. De esta forma la humanidad pudo calentarse. En otras versiones —notablemente, en el Protágoras Platón— Prometeo robaba las artes de Hefesto y Atenea, llevándose también el fuego con lo que proporcionó a la humanidad los medios para ganarse la vida.

Zeus, vengativo, ordenó a Hefesto que hiciese una mu-jer de arcilla a la que llamó Pandora. Zeus le infundió vida y ordenó a Hermes llevarla a Epimeteo, hermano de Prometeo, junto a una jarra que contenía todas las des-gracias (plagas, dolor, pobreza, crimen, etcétera) con las que Zeus quería castigar a la humanidad. Epimeteo se casó con ella a pesar de las advertencias de su hermano de que no aceptara ningún regalo de los dioses. Pandora terminaría abriendo la jarra, y ya se sabe la historia. Tras vengarse de la humanidad, Zeus hizo lo propio con Prometeo llevándolo al Cáucaso, donde fue encadenado por Hefesto con la ayuda de Bía y Cratos. Zeus envió un águila para que se comiera el hígado de Prometeo. Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecerle cada día, y el águila volvía a comérselo cada noche. Este castigo había de durar eternamente, pero Hércules pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las Hespé-rides y lo liberó disparando una flecha al águila. A Zeus no le importó que Prometeo evitase su castigo, ya que su liberación dio más gloria a Hércules, que era hijo de Zeus. Prometeo fue así liberado, aunque debía lle-var con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado. Agradecido, Prometeo reveló a Hércules el modo de obtener las manzanas de las Hespérides. Sin embargo, en otra versión Prometeo fue liberado por Hefesto tras revelar a Zeus el destino que le esperaba si tenía un hijo con la nereida Tetis, ese hijo llegaría a ser más poderoso que él. Por ello Zeus evitó tener a Tetis como consorte.

Pharus Academiæ

Sobre el futuro de la filosofía en México

Elementos de identidad arquitectónica:Apuntes sobre el imaginario colectivo en la era de la información

Análisis de la obra de teatro Repentina Desgracia

1845­–1846 Notas para la historia de Tampico en la guerra con Estados Unidos (2.a parte)

Los derechos reprográficos en la universidad: «Un caso para la araña del capitán Garfio»

Círculos en el jardin

Mauricio Beuchot

Silvano De la Llata González

Fernando Hernández Quintero

Emilio Lamadrid

José Villaseñor

Fr ancisco Gámez

08

17

26

39

74

82

Directorio / Contenido

PrólogoJosé Villaseñor

iv

Ensayo

Trabajo de Investigación

Recensión sobre libro

RectorC.P. David Gómez Fuentes

Vicerector académicoC.P. Rodolfo Vega

Comité editorial

José Villaseñor

Alberto Bazaldúa

Enrico Martínez

Emilio Lamadrid

Francisco Gámez

Blas Gibler

Fernando Hernández

Diseño y Formación

Ernesto Peña

Pharus Academiæ, Revista de divulgación e in-vestigación del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas. Número 2, año i. Este número se terminó de editar en marzo de 2008, el tiraje total de esta edición es de 1 000 copias.

Marzo 2008Año ii 02

Prólogo

Me ha correspondido ahora, por determinación del comité editorial de la revista Pharus Academiæ, la honrosa y no menos laboriosa tarea de presentar a nues-tros lectores la diversidad de artículos que conforman el texto de este segundo número de la revista, con la suge-rencia de nuestro brillante diseñador de que debo encon-trar un factor común a todos los artículos para que les dé unidad e ilación en sus presentaciones en este prólogo. Espero entonces poder cumplir de la mejor manera posible tal cometido. Para ello echaré mano del término y concepto de ámbito, que tiene una gran sinonimia por una parte y por la otra, la noción que ofrece el dicciona-rio esencial de la lengua española la considero de valiosa ayuda, la cual es la siguiente: «espacio ideal configurado por las cuestiones y los problemas de una o varias activi-dades o disciplinas relacionadas entre sí». Lo interesante de esta noción, es que alude al estudio de las relaciones entre los humanos y sobre todo del ambiente que ellos crean o en el que se desenvuelven. El resultado de tal ac-tividad trae consigo además, una modificación concomi-tante del entorno. La tradición investigadora en lo que se refiere al ám-bito, ambiente o entorno es interdisciplinar y entre las áreas principales en que se centra, es la sociología del co-nocimiento, la disciplina que estudia el entorno cogniti-vo-cultural y la que puede auxiliar para lograr tal unidad e ilación a los estudios presentados en este número de la revista, ya que el estudio del entorno cognitivo-cultural trata de conocer, basándose en los productos culturales, cuáles son los parámetros y estructuras cognitivas que permiten representar el ambiente. Además, se hace necesario utilizar el sentido que le da al término entorno el filósofo español Xavier Zubiri, muy a propósito del nombre de nuestra revista Pharus, faro de la academia. Dicho maestro dice: entorno es respectivi-dad y luz es brillo en respectividad, la cual es el mundo en sentido trascendental. El mundo es brillo en función del entorno luminoso, de claridad, de luz; y la realidad es de suyo clarificante, es de suyo respectiva.

Por lo tanto, no queda más que explicar la noción de entorno como respectividad, para darle unidad e ilación a los estudios que conforman el presente volumen. Es de-cir, los artículos de la presente Revista, son producto del entorno o ámbito que sólo la luz de la academia del iest es capaz de generar o producir. Así, en primer término tenemos los artículos rela-cionados con el ámbito de las investigaciones entorno a las ciencias filosóficas, como lo son: el trabajo «Sobre el futuro de la Filosofía en México» del doctor Mauricio Beuchot y el análisis filosófico que realiza el maestro Fer-nando Hernández Quintero de la obra teatral Repentina Desgracia de Daniela Fisherova. El estudio de Don Mauricio Beuchot es una reflexión acerca del futuro de la filosofía mexicana. Las conjeturas que alcanza a realizar versan sobre la aplicación de la filo-sofía de la historia de la filosofía de México, considerando algunos fenómenos actuales que proporcionan el rumbo hacia el cual deberá ir la filosofía mexicana, siendo uno de ellos el cultivo de la historia de la filosofía en México. El medio idóneo elegido por Don Mauricio, es el de la hermenéutica, que por un lado evita los excesos del cien-tificismo y el postmodernismo y por el otro, es la aper-tura al bloqueo de la discusión filosófica provocada por aquellas dos corrientes, dándole un cauce distinto desde la filosofía analítica sin caer en los extremos de la pos-modernidad. El autor asume que en México, la filosofía tiene un camino fructífero en tal dirección y que todavía hay mucho camino por recorrer, beneficiando entre otras cosas, el estudio de los símbolos en México, así como la relación entre culturas diferentes, y las condiciones para una política que reúna la justicia y el bien. El estudio analítico-filosófico realizado por el maestro Fernando Hernández sobre aquella obra de teatro ya cita-da, es una valoración ideológica sobre la misma, así como la consideración de su antecedente literario A puerta ce-rrada de Jean Paul Sartre. Este trabajo, resalta la impor-tancia temática que aborda la obra analizada, al situar a

Marzo 2008Año ii 02Pharus Academiæ

los personajes ante la desgarradora experiencia de la tra-gedia o desgracia de la incertidumbre de la existencia del Paraíso. Además, el autor del análisis, ha considerado la valiosa orientación que el Papa Benedicto XVI establece en su Carta Encíclica Spe Salvi de la cual se tomaron va-rias ideas que responden a las grandes interrogantes en las que nos deja anclados la obra de Fisherova. Por ellos la reflexión que suscita la obra en cuestión, tiene que ver con la dimensión existencial del ser humano que tarde que temprano cada persona debe afrontar. Sin embargo, como dice el autor de este estudio, analizar expresiones artísticas tan completas como el teatro resulta un deleite y una ocasión importante para profundizar en el conoci-miento de nosotros mismos. Relacionados con el ámbito de las ciencias humanísti-cas o como diría W. Dilthey con las ciencias del espíritu, presentamos, primero, un estudio de carácter histórico, que sobre la guerra de México y EE.UU. realizó el maestro Emilio Lamadrid Sánchez, quien por medio de la revisión de periódicos y documentos de la época, relacionados con la guerra entre México y los Estados Unidos de Nor-teamérica entre 1846 y 1847 continúa con la crónica de los eventos que llevaron al estallido de la guerra y los sucesos ocurridos en Tampico, así como en los ámbitos nacional e internacional alrededor de aquellos hechos que desem-bocaron en la escaramuza Thornton, en lo que entonces era la parte septentrional de Tamaulipas, en el Rancho de Carricitos en el Municipio de Matamoros, causa efi-ciente de la declaración de guerra, al dar el pretexto al presidente norteamericano James K. Polk, quien alegó «(el gobierno mexicano) por fin ha invadido nuestro te-rritorio, y derramado sangre de nuestros conciudadanos sobre nuestro propio suelo». Dentro del mismo ámbito de las ciencias humanas se presenta el trabajo del profesor Silvano Adrián de la Llata González, intitulado «Elementos de Identidad Arquitec-tónica. Apuntes sobre el imaginario colectivo en la era de la información» en el cual se analizan tres condicionan-tes que pueden contribuir a aproximar una arquitectura

a la identidad contextual y temporal: los avances tecno-lógicos disponibles y legislación vigente, la respuesta al medio ambiente y la individualidad creativa del proyec-tista por contradictorio que parezca. En la primera parte de la citada ponencia, se hace un análisis de algunas corrientes arquitectónicas desde mediados del siglo xviii y los ideales de la arquitectura moderna en donde se exponen las motivaciones del cons-tante revisionismo a veces crítico y otras arbitrario, que contemplan la sustitución sucesiva de corrientes arqui-tectónicas y su relación con otras artes. Posteriormente, en una segunda parte se describen las causas que propi-ciaron la concepción de los principios de la arquitectura funcionalista y sus bases en el racionalismo de la primera mitad del siglo xx, y finalmente se refieren algunos ele-mentos que históricamente han contribuido a la identi-dad de una obra arquitectónica. También dentro del ámbito humanístico se ubica el estudio de un caso, que presenta el Dr. José Luis Villase-ñor Dávalos, que se denomina «Los Derechos Reprográfi-cos en la Universidad. Un caso para la araña del Capitán Garfio», que expone el problema de la reprografía ilícita en la Universidad y la solución supuestamente adecuada y oportuna de carácter jurídico a tal problema. Expone tres posturas que se ocupan del problema: la democrati-zadora, la criminalizante y la más apropiada, referente a la postura jurídica propia de una universidad.En el texto de tal artículo se encuentra un análisis del marco jurídico normativo de la reprografía del fotoco-piado descartando en primer término la costumbre de la piratería fotocopiadora, que es sancionada por las leyes autorales y penales. Luego, sugiere que la Universidad se ajuste a la legalidad de la reprografía lícita, y difunda además, la cultura del respeto a los derechos de autores y editores, puntualizando en las conclusiones, cuáles son los derechos de los usuarios para obtener legalmente fo-tocopias. Para concluir la presentación de los documentos per-tenecientes al ámbito de las ciencias humanas, se en-cuentra la reseña del libro Círculos en el Jardín, del autor

Marzo 2008Año ii 02Pharus Academiæ

Hernán Galindo realizada por el Lic. Francisco Gámez Valdés, el cual afirma que Círculos en el Jardín es una obra de su tiempo, que con sus diálogos con-centrados y acciones precisas, mantiene al lector en una continua sucesión de presiones encontradas, tratando de desentrañar la historia de un árbol genea-lógico que creció ligeramente. Además, el reseñador, abarca también la obra contenida en el mismo texto de Hernán Galindo que se intitula Los niños de Sal, que complementa dicho volumen, refiriéndose a la historia de un hombre encadenado a su pasado, condenado por tanto a no superar sus miedos, sus insatisfacciones y la muerte de un amigo querido. Así, las dos obras: Círculos en el Jardín y Los niños de sal, afirma el Licenciado Gámez, son dignas repre-sentantes de la dramaturgia que se hace en el Norte del país, siendo Hernán Galindo uno de sus mejores exponentes. En fin, la suma de las partes, es decir de cada uno de los ámbitos, da por resultado, aplicando uno de los principios de la Gestalt, una totalidad mayor que la suma de aquellos ámbitos, proporcionando un entorno de respecti-vidad y de luz o resplandor académico debido a las contribuciones valiosas de los profesores que colaboraron para obtener este segundo volumen de la Revista Pharus Academiæ.

Atentamente, Por la Fe y la Razón

— Dr. José Villaseñor

Marzo 2008Año ii 02Pharus Academiæ

Marzo 2008Año ii 02Pharus Academiæ

Aquel que me sucede, hijo del hombre,lleva el fuego sagradoque eternamente riela,ya lo azoten los siglos con sus alaso el viento furibundo,el fuego del espíritu, herederodel imperio del mundo.

— Olegario Víctor AndradePrometeo, fragmento

Pharus Academiæ

Ensayo

10

Pharus academiæ

Sobre el futuro de la filosofía en México

Mauricio Beuchot Puente es Investigador Titular c de tiempo completo, definitivo, del Centro de Estudios Clásicos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la unam. Tiene el grado de Doctor en Filosofía por la Universidad Iberoamericana.

Resumen

El trabajo del Dr. Mauricio Beuchot es una reflexión acer-ca del futuro de la Filosofía en México. Las conjeturas que alcanza a realizar versan sobre la aplicación de la filoso-fía de la historia de la filosofía de México, considerando algunos fenómenos actuales que proporcionan el rumbo hacia el cual deberá ir la filosofía mexicana, siendo uno de ellos el cultivo de la historia de la filosofía en México. El medio idóneo elegido por el Dr. Mauricio es el de la hermenéutica, que por un lado evita los excesos del cien-tificismo y el posmodernismo y por otro es la apertura al bloqueo de la discusión filosófica provocada por aquellas dos corrientes, dándole un cauce distinto desde la filoso-fía analítica sin caer en los extremos de la posmoderni-dad. El autor asume que en México, la filosofía tiene un camino fructífero en tal dirección y que todavía queda mucho por recorrer, beneficiando el estudio de los sím-bolos en México, así como la relación entre otras culturas diferentes y las condiciones para una política que reuna la justicia y el bien.

Abstract

Dr. Mauricio Beuchot’s paper is a reflection about Philosophy’s future in Mexico. His surmises are related to the implementation of History’s Philosophy to Mexico’s Philosophy history, taken into account some current phenomena that provide the course towards mexican Philosophy should go, one of them the cultivation of phi-losophy history in Mexico. Hermeneutics is the suitable mean chosen by Beuchot that avoids cientificism excesses and postmodernism one one hand and on the other opening of the besieged phi-losophic discussion provoked by both schools of thought, giving it a different course from the analitic philosophy avoiding postmodernity extremes. The author accepts that philosophy has a fruitful path in such direction, and that there is a long way to go, benefiting the study of sym-bols in Mexico, as well as the relation amongst other cul-tures and the conditions to create a policy that gathers together justice and goodness.

11

Marzo 2008, número 2

INTRODUCCIóN

Nos ocupará ahora la reflexión acerca del futuro de la filosofía en México. Ya de suyo, esta reflexión sobre el futuro se apoya en la del pasado y del pre-sente. Pero, sin poder detenernos a hacer esa reflexión histórica, y confiados en el trabajo que ya muchos otros han estado realizando, alcanzamos a hacer algunas conjeturas, que esperamos no se reduzcan a ser de filosofía ficción, sino de aplicación de lo que podemos llamar filosofía de la historia de la filo-sofía en México. De esta manera, apoyados en el pasado y el presente, podre-mos avizorar el futuro. ¿Qué queda del panorama de la filosofía mexicana en la actualidad? El tratar de comprender este panorama actual nos permitirá plantear algunas hipótesis de lo que puede ser o incluso debe ser la filosofía mexicana en el fu-turo. En efecto, para que nuestra reflexión no se quede en profecías sin funda-mento o en predicciones astrológicas, hemos de atender a algunos fenómenos actuales. Ellos nos darán una base para poder darnos cuenta de por dónde irá y, lo que es más importante, por dónde deberá ir la filosofía mexicana. Uno de esos fenómenos que anotaremos será el cultivo de la historia de la filosofía en México, el cual abordaremos en primer lugar.

La inevitable historia de la filosofía en México

Y es que una cosa que podemos asegurar como tarea pendiente, o asigna-tura en suspenso, a saber, la de la historia de la filosofía en México. Para en-tender nuestro presente y planear nuestro futuro, hemos de conocer nuestro pasado. La investigación de la historia de la filosofía en México, sobre todo la historia reciente, es algo que tendremos que promover en el futuro filosófico mexicano. Gadamer no se cansaba de insistir en que pensamos dentro de una tradición, y tenemos que conocerla para poder hacer alguna aportación sig-nificativa a ella, e incluso para poder superarla o romperla.¹ ¿Cómo vamos a aportar algo a la filosofía mexicana o cómo vamos a superarla o a atacarla y roturarla si ni siquiera la conocemos? Hay que conocerla bien para poder ha-cer lo otro, y ésta es una tarea pendiente para el futuro. Por eso se impone promover trabajos de estudio de la filosofía mexicana en su historia, sobre todo la del siglo xx, la cual ya es historia, y es, además, una preparación obligada para filosofar en este nuevo siglo xxi. Sobre todo, hace falta realizar una evaluación de lo que fue la filosofía mexicana en el si-glo pasado, para poder sacar los frutos, y promover líneas ya dadas o buscar nuevos derroteros más promisorios. Eso no podrá hacerse en abstracto; tiene que preceder un estudio serio de los autores, corrientes y temas que se abor-daron.² Mas también, después de ese trabajo descriptivo o narrativo, viene el eva-luativo; conviene sopesar, a la luz de la experiencia dejada, qué cosas hay que retener y hasta propiciar, y qué cosas hay que mitigar y hasta abando-nar. Podemos decir que una mínima filosofía de la historia, en este caso no solamente filosofía de la historia de México, sino filosofía de la historia de la filosofía en México, puede ayudarnos a decidir qué ha sido fructífero, para se-guir apoyándolo, y qué no lo ha sido, para registrarlo, pero no para retomarlo y promoverlo. Siguen siendo las enseñanzas de la historia, la historia como maestra de la vida, en este caso como maestra de la vida filosófica, que es fun-damental para nuestra sociedad.

1 H.-G. Gadamer, Verdad y método, Salamanca: Sígueme, 1977, pp. 344 ss.

2 Afortunadamente, ya hay proyectos que asumen esta empresa, como el de Margarita Vera, en la unam, y el de Gabriel Vargas y Jaime Labastida en la uam. cf. G. Vargas Lozano, ¿Qué hacer con la filosofía en América Latina?, México: uam, 1990; M. Vera Cuspinera, Filosofía, universidad y sociedad, en Varios, La filosofía hoy, México: unam, 1993, pp. 65-67.

12

Pharus academiæ

Mirando hacia el futuro

Como ejemplo de esto, de la evaluación de los movimientos filosóficos de nues-tro pasado, podemos preguntarnos: ¿conviene resucitar la polémica acerca de la naturaleza de lo mexicano? Fue un debate que se dio en los años 5­0,³ que muchos consideran ya periclitado, e incluso piensan que no dejó nada posi-tivo; sin embargo, no está nada claro que le cuadren estos calificativos tan negativos. Tal vez haya que replantearlo de manera diferente, siguiendo ex-pectativas e hipótesis distintas. Con todo, como resultado de una elemen-tal observación de la historia de la filosofía en México del siglo xx, podemos decir que ya pasó el momento en que se buscaba la esencia de lo mexicano; ahora ya ha dejado de ser un tema. Pero, por lo menos, eso hizo darse cuenta de que era necesario estudiar la historia de nuestra patria, y ahora ha sido mejor conocida. La naturaleza o esencia de lo mexicano, en todo caso, saldrá como resultado y fruto de esa reflexión sobre nuestra historia y, además, so-bre la historia de nuestro pensamiento. Por otra parte, una de las reacciones ante estos debates fue el tratar de pro-fesionalizar la filosofía, preparando a los filósofos en las técnicas y métodos más estrictos y rigurosos (como los analíticos). Y así se recibió en México la filosofía analítica.⁴ También se buscó liberar al mexicano de su opresión, con los marxistas y los filósofos de la liberación.⁵ De esto no se logró mucho en la práctica; pero, en fin, la situación ha cambiado, y ni vemos una literatura marxista como la que se veía en los años 60 y 70, ni los filósofos de la libera-ción asumen sus consignas de manera igual. Muchos filósofos de la liberación han adoptado un discurso que poco se parece ya al marxista, como el de la ética discursiva de Apel y Habermas;⁶ y de los marxistas pocos son ya los que sostienen lo mismo que antes, y más bien, unos y otros han quedado muy re-ducidos; y los que antes militaban en sus filas ahora se han alineado en las vagarosas pero divertidas filas de la posmodernidad. Podemos señalar el cultivo de una filosofía que puede seguir llamándose analítica, aunque ha cambiado al paso de lo que la misma ha venido siendo en la escena mundial, en la que a veces ya se habla de filosofía post-analítica. También ha habido, de una manera intermedia a la filosofía analítica y a la filosofía posmoderna, una corriente en México, que es la filosofía hermenéu-tica. A veces se la ha querido identificar con la posmoderna, pero es diferente; a veces se la ha querido contraponer a la analítica, pero tampoco es justo; simplemente, se distingue de una y de otra. Por eso me parece que es impor-tante reflexionar sobre estas corrientes. Hace falta estudiar los rasgos prin-cipales de la filosofía analítica tal como se dio en México, asimismo los de la posmoderna y también los de la hermenéutica.

Lo mexicano de la filosofía mexicana

Mas, a pesar de que la polémica en torno a lo mexicano ha decaído mucho hasta casi desaparecer, es inevitable preguntarnos si al filosofar en México tenemos cierta obligación de darle un matiz mexicano a nuestra filosofía, o ya por el hecho de ser mexicanos filosofando, la filosofía que resulte será por ello mismo mexicana. José Gaos llegó a decir eso, que lo importante era ha-cer buena filosofía y, como era hecha por mexicanos, ipso facto sería filosofía mexicana y, además, buena.⁷ Leopoldo Zea parece retomar esa tesis en su libro La filosofía americana como filosofía sin más (1969),⁸ donde señala que el filosofar americano tiene que ser hecho consciente de su relación con el filosofar universal o mundial. Pero en otro libro, Filosofía latinoamericana (1976),9 dice que hay ciertos problemas que el filósofo latinoamericano debe privilegiar, esto es, problemas de su contexto, que no surgen en el europeo y

3 A. Villegas, El pensamiento mexicano en el siglo xx , México: fce, 1993, pp. 149-163.

4 Mucho de la recuperación de la historia de la analítica en México se debe a Guillermo Hurtado. cf. los reportes que ha hecho de la historia del Instituto de Investigaciones Filosóficas en el boletín del mismo.

5 Han hecho trabajos de recopilación de estas corrientes en México Horacio Cerutti y Mario Magallón. cf. H. Cerutti, Filosofías para la liberación, ¿Liberación del filosofar?, Toluca: cisyh-uaem, 1997.

6 E. Dussel, Ética de la liberación. En la edad de la globalización y de la exclusión, Madrid: Trotta, 1998 (2.ª ed.), pp. 201 ss.

7 J. Gaos, «Cuarto a espadas. ¿Filosofía ‘americana’?», en el mismo, Pensamiento en lengua española, México: Ed. Stylo, 1945, p. 360.

8 L. Zea, La filosofía americana como filosofía sin más, México: Siglo x xi, 1992 (14a. ed.), pp. 42 ss.

9 El mismo, Filosofía latinoamericana, México: anuies, 1976, pp. 18 ss.

13

Marzo 2008, número 2

el estadounidense, por ejemplo, y que marcarán esa especificidad latinoame-ricana. O sea que no basta con hacer cualquier tipo de filosofía en abstracto, sino aplicada a los problemas mexicanos. Es algo que también aceptó Luis Villoro, en un artículo que recogía el texto de una conferencia en el Congreso Iberoamericano de Filosofía en Guadalajara en 1985­.¹⁰ Villoro, después de ha-ber sido reticente a la filosofía de lo mexicano, llegó a aceptar allí que era im-portante buscar el sesgo mexicano, que no mexicanista, que se puede dar a nuestro filosofar. Esto hay que tomarlo en cuenta, pues es ciertamente muy válido hacer fi-losofía en México como si se hiciera en Oxford, en Heidelberg o en Princeton, pero eso quedará incompleto si no la usamos para reflexionar sobre México. Así, da gusto ver que tenemos especialistas en ciertos autores, como Platón, Leibniz o Wittgenstein, de la talla de muchos extranjeros, o en ciertos temas, como en lógica, filosofía de la ciencia o filosofía política, comparables a los de otros países. Pero también podemos señalar que hace falta aplicarlos a nuestra realidad, e incluso que mucho de lo original, creativo y propositivo vendrá del contacto con esos problemas. Por eso se ha visto que filósofos ex-tranjeros no acuden tanto a los escritos de autores mexicanos que siguen una corriente, pues en sus países tienen igualmente analíticos o posmodernos, y hasta mejores, pero les interesa el sesgo o el matiz latinoamericano que pue-dan tener esos planteamientos. Por eso, ni lanzarnos a un filosofar abstracto que prescinda de nuestra situación concreta cultural, ni tampoco hacer una filosofía demasiado atada a las circunstancias, pues podrá quedarse en ser fi-losofía de circunstancias, en el mal sentido de la expresión. Es tan importante manejar autores, corrientes y métodos venidos de fuera como aplicarlos a los problemas nuestros. En efecto, cualquier filósofo tiene derecho de enfrascarse en los interminables problemas de la semántica de los nombres propios, o en las lógicas paraconsistentes, pero tarde o temprano tendrá que aterrizar en problemas de filosofía moral y de filosofía política, y allí sí tendrá que filosofar más en concreto, en función de los problemas reales y acuciantes que le presenta el país. Por ejemplo, uno de esos problemas, que ha sido atacado por diversos fren-tes, es el del multiculturalismo. El tipo de relaciones que se da entre las cultu-ras indígenas y las occidentales en México puede ser muy aleccionador para participar y colaborar con la discusión mundial que se da acerca del multicul-turalismo, el pluralismo cultural, la interculturalidad, etc. Además de arrojar luces sobre el problema concreto que nos resulta acuciante, puede ayudar a aportar algo a la discusión a nivel internacional. Es algo que ya ha sido asu-mido por Fernando Salmerón,¹¹ Luis Villoro,¹² León Olivé,¹³ Alejandro Sal-cedo,¹⁴ Samuel Arriarán y yo,¹⁵ al igual que por otros. El multiculturalismo es un problema real que tenemos en nuestro país, y hay que reflexionar sobre él filosóficamente. Tanto desde la ética, como desde la filosofía del derecho, la filosofía política y aun desde la antropología filosó-fica —aunque suene demasiado abstracto el planteamiento—, se puede hacer un abordaje filosófico de este problema y aportar esclarecimientos que pue-dan servir a los politólogos, a los juristas y a los antropólogos. De esta manera se podrá buscar un modelo de pluralismo cultural o de interculturalidad que pueda servir lo mejor posible para reducir las diferencias sin perder la capaci-dad de algo universal. Esto se ve, por ejemplo, en la reflexión de la aplicación de los derechos humanos en los distintos ámbitos culturales —que pueden entenderlos de diversa manera o incluso no entenderlos ni aceptarlos. Aquí hay una veta muy buena, un filón interesante de trabajo para nuestro pensa-miento.

10 L. Villoro, Sobre el problema de la filosofía latinoamericana, en Cuadernos Americanos, nueva época, 1/3 (1987), pp. 93 ss.

11 F. Salmerón – L. Olivé (ed.), La identidad personal y la colectiva, México: unam, 1994.

12 L. Villoro, Estado plural. Pluralidad de culturas, México: Universidad Nacional Autónoma de México - Paidós, 1998.

13 L. Olivé, Multiculturalismo y pluralismo, México: unam – Paidós, 1999.

14 A. Salcedo, Hermenéutica analógica, pluralismo cultural y subjetividad, México: Ed. Torres Asociados, Colección Hermenéutica, Analogía e Imagen, 2000; el mismo, Multiculturalismo: orientaciones filosóficas para una argumentación pluralista, México: unam, enep-Acatlán, Plaza y Valdés, 2001.

15 S. Arriarán – M. Beuchot, Filosofía, neobarroco y multiculturalismo, México: Ed. Ítaca, 1999; M. Beuchot, Universalidad e individuo. La hermenéutica analógica en la filosofía de la cultura y en las ciencias humanas, Morelia: Ed. Jitanjáfora, 2002.

14

Pharus academiæ

Papel social

Y es aquí también donde se da un papel importante del filósofo como conse-jero de la sociedad, si podemos llamarlo así. Es decir, el filósofo siempre ha tenido la función de conciencia de su sociedad. Es la voz de la conciencia de su tiempo. No se olvide la ética social y la filosofía política. Y eso que desde Nietzsche llamamos crítica de la cultura. El filósofo critica, critica para cons-truir, no para destruir. Para transformar, no para regocijarse en señalar la cri-sis y dejarla como está, o empeorarla y lucrar de ella. El filósofo comparte con los demás hombres la obligación de favorecer a su sociedad, pero con los instrumentos de que dispone, que lo caracterizan como pensador: la razón y la teoría. Claro que le compete la praxis, no debe desentenderse de ella. Pero sobre todo le toca la teoría, porque es desde ella desde donde mejor se puede guiar la práctica. Esto es, tiene que elaborar la comprensión de lo que pasa en su momento histórico, desde su pasado, para prever el porvenir, el futuro. Y esto lo hace inserto en una tradición, no puede sin más desligarse de esa historia que lo constituye. Tiene que asumirlo, y eso será su condición de posibilidad para trascender, para superar su propia tra-dición. Si hacemos caso a Gadamer, todos los filósofos efectuamos un diálogo con nuestra tradición.¹⁶ Yo diría que hay tradiciones múltiples; sobre todo en México, donde es tan rica y compleja nuestra herencia cultural. Tratando de comprenderla, de dialogar con ella, es como podemos aportar algo, ha-cer avanzar y progresar el desenvolvimiento del pensamiento mexicano. Hay un inmenso campo, que se abre a futuro, en la filosofía moral, social y polí-tica, para reflexionar sobre los problemas de México.¹⁷ Creo que también debe continuarse en la línea de un planteamiento de lo femenino, de lo cual ya hay inicios en algunos hombres y mujeres que asumen ese tema.¹⁸ Por eso tienen razón los filósofos como Gaos, Zea, Villegas, Villoro y otros, que nos instan a estudiar la historia de la filosofía en México. Pero no para quedarnos en su cultivo como quien visita un museo, y se regodea admirando lo bueno y denostando lo malo. El estudio de la filosofía mexicana es, en pri-mer lugar, para atender a nuestra problemática específica, a las arduas cues-tiones que son propias de nuestro ámbito; pero también es, en segundo lugar, para ver nuestra relación con la filosofía universal, con ese entorno mundial que nos rodea, y del cual no podemos permanecer ajenos. Tenemos la obliga-ción de ver nuestra ubicación dentro de la filosofía universal; pero, sobre todo, en el de la filosofía mexicana, ya que, como hemos dicho, nuestra reflexión tiene que incidir en la sociedad, transformarla paulatinamente. La misma historia sirve de argumento para esto, pues en ella vemos que casi todo movimiento sociopolítico tiene detrás al pensamiento filosófico. Puede haber movimientos que se produjeron por la fuerza de la necesidad o de manera completamente aleatoria y fortuita, y después se reflexionó filosó-ficamente sobre ellos; pero la mayoría de esos movimientos fueron gestados por las ideas de los filósofos morales, o filósofos sociales o filósofos políticos. La filosofía política tiene un deber de comprensión y clarificación; en defini-tiva, de crítica.¹⁹ Por eso es tan delicada y arriesgada. Si no se tiene una alta responsabilidad y una denodada búsqueda del bien común, se corre el peligro de lanzar a empresas humanas que van a desembocar en el fracaso, con el consiguiente daño a los que forman parte de la sociedad. Por eso he insistido tanto en que la crítica que tenemos que hacer como filósofos es para la trans-formación en algo mejor. Dentro de ello, y en la línea de la hermenéutica, tene-mos que trabajar por restablecer o innovar los símbolos que nos constituyen.

16 H.-G. Gadamer, op. cit., pp. 365 ss.

17 En estos temas han trabajado mucho A. Velasco, Paulette Dieterlen, Luis Salazar, Francisco Piñón, Jorge Velázquez, María Herrera, Teresa Santiago y Enrique Serrano. cf., también, G. Escobar Valenzuela (comp.), El pensamiento filosófico de México, México: Ed. Torres Asociados, 1996; C. Morales, «La investigación filosófica en la unam», en A. Azuela (coord.), Universidad nacional y cultura, México: unam – M. A. Porrúa, 1990, pp. 155-178.

18 De entre los varones, cf. E. Dussel, Filosofía de la liberación, México: Primero Editores, 2001 (7a. ed.), pp. 101 ss.; de entre las mujeres, sobre todo G. Hierro, Ética y feminismo, México: unam, 1985, y otros textos.

19 E. Dussel, Hacia una filosofía política crítica, Bilbao: Desclée de Brouwer, 2001, pp. 43 ss.

15

Marzo 2008, número 2

Papel hermenéutico

Así, una labor más que se plantea para ser asumida y continuada en el futuro de la filosofía mexicana es la del filósofo como intérprete del sentido. Tanto del sentido de la historia como del sentido de la realidad. Esto es lo que ha hecho el filósofo de la historia, y cada gran filósofo ha tenido algo de esto. Es cierto que hoy se coloca a la filosofía de la historia como uno de los metarre-latos que la posmodernidad ha puesto en tela de juicio.²⁰ Pero, ya sea como microrrelato o como día-relato, esto es, con unas pretensiones no tan desme-suradas como antes (sobre todo en la modernidad), el filósofo tiene que se-guir estudiando la historia y el decurso presente de su país para interpretarlo, para saber qué sentido tiene o debe adquirir. Tal vez ya sea mucho enredarse a interpretar el sentido que tiene, como para emprender además el que debe tener, pero lo cierto es que no podemos dejar de atisbar algo de esto, inclusive para situarnos en el contexto de nuestra historia más reciente. Se dijo al principio de estas páginas que el trabajo iba a ser una suerte de aplicación de la filosofía de la historia a la historia mexicana, concretamente a la historia de la filosofía, esto es, una filosofía de la historia de la filosofía en México, y esto en su historia reciente. Pues bien, el filósofo de la historia ha-cía eso, a saber, tratar de desentrañar el sentido de la historia —lo hacía hasta hace poco, en que ya no se atreve nadie a buscar el sentido del curso histórico, ni mucho menos predecir a dónde se dirige o a tratar de dirigirlo—, y es algo que nos compete como filósofos. Si el historiador e incluso el histogeógrafo sienten que no tienen obligación de detectar ese sentido y de buscar los vesti-gios de su rumbo, el filósofo sí lo tiene, como filósofo de la historia, y a partir de los vestigios que nos han quedado del paso de los acontecimientos históri-cos y de los pensamientos en la historia, hemos de reconstruir su sentido y de adivinar su dirección, en un auténtico ejercicio icónico-analógico de descu-brir el todo en los fragmentos dispersos y hasta inconsistentes. Por eso creo que ha faltado asumir, desarrollar y promover el papel de her-meneuta que todo filósofo tiene, y promoverlo en el ámbito específico de la filosofía mexicana, es decir, a medio camino entre lo propio de lo mexicano y lo común de la filosofía universal o mundial.²¹ Porque a través de su inter-pretación de la historia de México, en relación con la historia mundial, que le sirve de contexto amplio, y a través de su reflexión comprensiva de los acon-tecimientos y problemas recientes en nuestro entorno, que le sirve de con-texto más inmediato, el filósofo mexicano ayudará a esclarecer la identidad del país. Aquí sí se podría hablar de una identidad narrativa, como quieren MacIntyre y otros,²² y no de una identidad forzada y prepotente; ya que se parte de la memoria histórica del país para ir vertebrando esa identidad a se-mejanza de la conciencia de la identidad individual o personal, que tanto de-pende de la memoria de la misma. Ahora bien, la memoria, como sabemos, nunca es directa e inmediata; es reconstruida, y en ello interviene mucho la interpretación. Y, al ser interpre-tada, no podemos evitar el generar hipótesis abarcadoras sobre su sentido, es decir, no solamente ponderar el sentido inmediato que pueda tener nuestra historia, sino aventurarnos a conjeturar el que tendrá a más largo plazo. Y esto es importante, y repercute en nuestra filosofía social o política, ya que de estas conjeturas del sentido futuro de una historia, que suelen tener mu-cho de utopías, es de donde surge el proyecto para impulsar hacia el futuro una sociedad. Inclusive tiene aspectos de filosofía moral o de ética, pues com-prende una parte valorativa, que es la que hace buscar el bien, además de la justicia, y éste depende de la idea de hombre que se tenga. Por eso nos vemos conducidos hasta la filosofía del hombre o antropología filosófica, en la cual, de manera particularizada o más especificada, estudiamos el modelo de ser humano que se da o que deseamos para nuestro pueblo en el futuro. Y también

20 cf. J. F. Lyotard, La condición posmoderna, Madrid: Cátedra, 1987, pp. 63 ss.

21 Son ya muchos los que trabajan en hermenéutica en México, y sería largo enumerarlos. Entre ellos se encuentran Mariflor Aguilar, Ambrosio Velasco, Raúl Alcalá, Alejandro Salcedo, Manuel Velázquez, María Rosa Palazón y otros.

22 cf. A. MacIntyre, Tres versiones rivales de la ética, Madrid: Rialp, 1992, pp. 244 ss.

16

Pharus academiæ

queda, por supuesto, a través de la hermenéutica, lugar para la metafísica, para la ontología, pues ya comienza a hablarse de un giro ontológico de la fi-losofía, después de un largo giro lingüístico que tuvo.²³ Inclusive puede decirse que la filosofía mexicana tiene aquí un importante papel, en el apoyo y promoción de ese giro ontológico que hemos mencionado. Ya los tiempos se han cansado de ese giro lingüístico tan largo que se ha dado y que bien poco nos ha redituado. Ciertamente el giro lingüístico ha sido fun-damental e imprescindible, y nos ha ayudado a rectificar muchas posturas que se habían adoptado en ontología; pero rebajó demasiado la ontología, le impuso un yugo muy fuerte, más allá de lo justo y conveniente, y ahora toca el turno al aprendizaje de la lección, pero también al intento y al esfuerzo por volver a levantar la ontología, y en eso la experiencia mexicana del filosofar tiene mucho que aportar. Si ya el empeño de Gadamer y Ricoeur ha sido el de propulsar una hermenéutica ontológica, en México trabajan muchos herme-neutas que pueden propiciar una ontología que saque el provecho de la expe-riencia hermenéutica. Y, sobre todo, me parece que esto será factible si se adopta, como tanto me he esforzado por avisar, un tipo específico de hermenéutica que mantenga a la ontología en sus justos límites. A saber, tiene que ser una hermenéutica que supere el reduccionismo de las hermenéuticas univocistas, que han pro-piciado ontologías fuertes, prepotentes y monolíticas, pero que también su-peren el relativismo de las hermenéuticas equivocistas, que acaban con toda ontología posible; tiene que ser, pues, una hermenéutica analógica,²⁴ es decir, que conduzca a una ontología no univocista y cerrada, pero que tampoco se deslice a una ontología equivocista y demasiado abierta que, a la postre, acaba por desintegrarse. Digo que la experiencia mexicana de la filosofía puede co-laborar a esto porque ya se nota en ella un deseo de superar el impasse en que nos ha puesto la discusión entre modernos y posmodernos a ultranza, esto es, entre univocistas y equivocistas. Ha sido aquí donde se han visto surgir voces, sobre todo nuevas y jóvenes, que ya protestan por ese callejón sin salida en el que se ha sumido la filosofía reciente, y ya buscan la puerta de salida, en una postura intermedia y más fructífera.

CONCLUSIóN

Como se ve, el futuro de la filosofía en México es el de seguir con las funciones que tradicionalmente se han asignado a la filosofía, de comprensión, explica-ción y proyección. La comprensión abarca el sentido; la explicación, la refe-rencia; y la proyección, el estudio de las condiciones del bien y de la justicia. De esta manera, se ve como una fuerza que dará impulso a ese giro ontológico que, a través del giro hermenéutico, nos hará superar el mero giro lingüístico en el que estamos desde hace tiempo. Sobre todo, veo un papel muy importante que toca a la hermenéutica, para servir de mediación que evite los excesos del cientificismo y del pos-modernismo. Si bien cada una de estas corrientes tiene aciertos y ha dado inmejorables lecciones, sus exageraciones han bloqueado la discusión, que se encuentra ya en un grave impasse. Y la hermenéutica puede abrir un poco esa discusión, dándole un cauce distinto. Asimismo, desde la hermenéutica se pueden conectar los logros de la filosofía analítica y las lecciones de la pos-modernidad, sin caer en los extremos a que se ha llegado. Creo que en México la filosofía tiene un camino fructífero en esa dirección y que todavía queda mucho por recorrer. Eso beneficiará el estudio de los símbolos en México, la relación entre las culturas diferentes, las condiciones para una política que conjunte la justicia y el bien, así como otras cosas importantes.

23 A ello han colaborado mucho Juliana González y Lizbeth Zagols, quienes, en seguimiento de E. Nicol, nunca han dejado de cultivar la metafísica. En otro sentido, también ha colaborado Greta Rivara (El ser para la muerte. Una ontología de la finitud, México: unam-Ítaca, 2003).

24 M. Beuchot, Tratado de hermenéutica analógica, México: unam-Ítaca, 2000 (2a. ed.).

17

Marzo 2008, número 2

Elementos de identidad arquitectónicaApuntes sobre el imaginario colectivo en la era de la información

resumen

A lo largo del siglo xx las representaciones de las dife-rentes corrientes de vanguardia en la Arquitectura han clamado ser depositarias de la identidad cultural y co-yuntural de los pueblos y la idea de que la arquitectura fuera fiel reflejo del tiempo y pensamiento de la época se convirtió en un valor tan deseable como inasible. Se pretende en cada proyecto encontrar la vigencia a través del lenguaje arquitectónico y los avances tecnológicos adecuados que sepan dar testimonio de la civilización en que fueron creados. Pero ¿Es posible lograr que una obra plasme plenamente el espíritu de una civilización y su época?, más aún ¿es pertinente plantearse esta pre-gunta en tiempos en que la mundialización de la cultura hace en muchos casos intercambiables las siluetas de al-gunas de nuestras ciudades? A lo largo del siglo anterior la discusión entorno a estos cuestionamientos desveló a los teóricos de la arquitectura moderna y como en otros temas, distintas facciones se proclamaban poseedores de una verdad defendible y absoluta. Lo cierto es que cualquier intención alquimista por se-parar el «elemento activo» en el concepto de identidad en una obra arquitectónica dista de ser una empresa alcan-zable. Por otro lado existen algunas condicionantes que

pueden constituir elementos que contribuyan a alejar o acercar a una corriente arquitectónica a ser representa-tiva de un momento histórico o civilización específica. En esta ponencia se analizarán tres condicionantes que pueden contribuir a aproximar una arquitectura a la identidad contextual y temporal: los avances tecno-lógicos disponibles y legislación vigente, la respuesta al medio ambiente y, por contradictorio que parezca, la in-dividualidad creativa del que proyecta. En la primera parte se hará un análisis de algunas co-rrientes arquitectónicas desde mediados del siglo xviii y los ideales de la Arquitectura moderna, donde se expon-drán las motivaciones del constante revisionismo a veces crítico y otras arbitrario que contemplan la sustitución sucesiva de corrientes arquitectónicas y su relación con otras artes. Posteriormente se describirán las causas que propiciaron la concepción de los principios de la arqui-tectura funcionalista y sus bases en el racionalismo de la primera mitad del siglo xx y finalmente se referirán algunos elementos que históricamente han contribuido a aportar identidad a una obra arquitectónica.

Silvano Adrián de la Llata González Arquitecto por la Facultad de Arquitectura, Diseño Gráfico y Urbanismo de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y con Maestría en Estudios y Gestión de la Ciudad por la Universidad Iberoamericana. Catedrático de tiempo parcial en el iest de materias como Urbanismo y Ecología, Diseño urbano y Comunidad y Taller de diseño arquitectónico, entre otras.

18

Pharus academiæ

Abstract

Throughout the xx century, the representations of the various Architecture avantgarde schools of thought had claimed to be the only cultural identities and people’s uses repositories and that the idea that architecture should be a faithfull reflection of times and thoughts of a certain point in time became a value as desirable as it was unattainable. It’s demanded that each project finds validity through architectural styles and appropriate technological ad-vances to evidence the civilization in which it was created. But, is it possible to capture completely in a work the spirit of a civilization and its era? More-over, is it relevant to ask the question in such times as ours that the cultural globalization makes some of our cities outlines interchangeable? During last century the discussion around this questions kept awake to the modern ar-chitecture theoreticians and, as in a number of other themes, different fac-tions claimed to be in possession of absolute truth. Without a doubt, any alchemist intention to split up the “active element” in the identity of an architectural work is not an easy enterprise. On the other hand there are conditions that certain architectural school of thought, may have constituents that might remove or move closer to a certain historical moment or specific civilization. This work analyzes three constituents that might contribute to provide a context for and temporary setting to architec-ture: the technological advances and current law, the answer to environment and, as contradictory it may seem, the creative individuality of the designer.An analysis will be made in the first part of the work, of some architectural currents from mid xvii century and the ideals of modern architecture, ex-posing the motifs of the constant revisionism, some times critical and others arbitrary that considers the successive substitution of Architectural schools of thought and how it relates to the rest of the arts. Afterwards, the causes that contributed to the first notions of architectural functionalism and its bases in the first half of the xx century rationalism and lastly, a recount will be made of some of the elements that, historically, contributed to give an ar-chitectural work its identity.

19

Marzo 2008, número 2

I N TRODUCCIóN

A través de los más de dos siglos de arquitectura moderna la intención de que las obras capturaran fielmente el espíritu de una civilización y su mo-mento histórico se convirtió en un tema de discusión para los teóricos de la arquitectura, pero fue evidente que paralelamente a las hipótesis realizadas por éstos, se estaban produciendo cambios que habrían de marcar definitiva-mente la forma en que concebimos la arquitectura y su lenguaje. Los avances tecnológicos y estructurales marcaron verdaderas revoluciones en la forma arquitectónica, y a medida que éstos se volvían costeables, los pueblos iban imprimiendo su sello de identidad a lo mismos. La forma en que la aplicación de estas tecnologías, sistemas constructivos y formas arquitectónicas eran reguladas, marcó elementos para que el lenguaje pudiera ser de algún modo homologado. Al difundirse nuevos métodos constructivos, materiales y sistemas de tra-bajo a lo largo de todo el globo y por medio de sistemas políticos que no con-templaban la disidencia en ninguno de sus ámbitos, la arquitectura completó su proceso de retroalimentación formal y filosófica que había iniciado desde el renacimiento. La pregunta fundamental en este ensayo es ¿existe realmente una arqui-tectura que aporte una identidad plena a un pueblo y su contexto histórico en una era en que casi todos los individuos tienen acceso a la más extensa gama de información y cuyos efectos son evidentes en la construcción de sus imaginarios colectivos?

DESA R ROLLO Genealogía de la modernidad en la arquitectura

No podemos hablar de modernidad sin hablar de la Ilustración. Este proceso que se da en escenarios aislados pero que tiene repercusiones inequívocas en el redireccionamiento de las veletas políticas y la redefinición de los mapas en Europa y América, la fe en la razón, la secularización de los estados y la apuesta por el orden civil, se convierten en directrices de los proyectos de na-ción que han de cristalizar al término de la Revolución Francesa y las guerras libertarias del Nuevo Mundo. «El proyecto de la Ilustración (…) tomo como axiomático que había sólo una respuesta posible a cada pregunta» (Harvey, 1990: 27), y por primera vez desde la antigüedad clásica el hombre sintió que era posible vislumbrar y planear puntualmente la civilización que se añoraba. Pero dentro de este espíritu libertario existía también una vena totalitarista, incluso en el momento de meras teorizaciones, por lo que Rousseau, por ejem-plo, afirmaba que «la humanidad debería de ser forzada a ser libre» (Harvey, 1990). Las naciones y sociedades que no comprendieran la santidad de los nuevos valores modernos debieron contemplar la contención, la vigilancia y eventualmente la aniquilación ante los jóvenes regímenes. Las ciudades se convertirían por tanto en virtuales laboratorios para la aplicación de medi-das políticas y urbanas con miras a redefinir el rostro de las mismas. La mo-dernidad naciente rescata de la antigüedad clásica los conceptos de república y democracia y la joven sociedad deberá acatar el nuevo orden. Para aquéllos que se mantengan al margen de tales cambios, existirá una maquinaria de represión y nulidad que verá en la arquitectura uno de sus principales alia-dos. La creación de edificios para tal efecto dará testimonio del espíritu de la época: escuelas, fábricas, edificios públicos pero también prisiones, cuarteles de policía y manicomios. Las llamadas políticas de higiene urbana contem-plan la erradicación de elementos maliciosos que entorpezcan la buena vida moderna y a esto se verán sumadas también las personas.

20

Pharus academiæ

Paralelamente a estos cambios políticos se produce también una revolución tecnológica. La invención de la máquina de vapor y el desarrollo difundido del acero como material de construcción son factores importantes en la con-formación de una nueva concepción de la arquitectura. «Por primera vez en la historia de la arquitectura apareció un material de construcción artificial: el hierro, que sufrió un desarrollo cuyo ritmo se aceleró en el transcurso de un siglo» (Walter Benjamín en Frampton, 2000: 29) Por otro lado, la fecha precisa del nacimiento de la arquitectura conside-rada moderna, es incierta:

«…cuanto más rigurosamente se busca el origen de la modernidad, más atrás parece encontrarse. Se tiende a proyectarlo hacia el pasado: si no hasta el Renacimiento, al menos hasta ese momento de mediados del siglo xviii en el que una nueva visión de la historia llevó a los arquitectos clásicos a cuestio-nar los cánones de Vitruvio y a documentar los restos del mundo antiguo con el fin de establecer una base más objetiva sobre la cual trabajar» (Frampton, 2000: 8)

La concepción de la modernidad, como hemos comentado líneas arriba, contempla una serie de contradicciones en cuanto a sus principios y postu-lados, puesto que se da en el contexto de la pugna entre corrientes de pensa-miento liberales y conservadoras que luchan por el derrocamiento del orden establecido y la reforma de las antiguas instituciones de herencia medieval, y al mismo tiempo buscan hacer prevalecer un orden que pueda aportar cohe-sión al endeble andamiaje de la modernidad:

«El desarrollo de la arquitectura moderna después de la Ilustración parece haberse dividido entre el utopismo de la vanguardia, formulado por vez pri-mera a comienzos del siglo xix en la fisiocrática ciudad ideal de Ledoux, y esa actitud anticlásica, antirracional y antiutilitaria de la reforma cristiana promulgada… Desde entonces, en su esfuerzo por trascender la división del trabajo y la dura realidad de la producción industrial y del proceso de urba-nización, la cultura burguesa ha oscilado entre dos extremos: por un lado, las utopías totalmente planeadas e industrializadas; y por otro la negación de la propia realidad histórica de la producción maquinista» (Frampton, 2000: 9)

En la arquitectura como en otras disciplinas, el concepto de moderno im-plica la destrucción definitiva de un modelo antiguo o su reinterpretación para la incorporación de uno totalmente nuevo y revolucionario. El materia-lismo dialéctico de Marx (1848) prevé un revisionismo histórico que examina los sistemas sociales anteriores para su cabal aniquilación. La publicación del Manifiesto del partido comunista se da justamente en el año de las re-voluciones socialistas de 1848 y que Marx interpreta como el principio del fin de un sistema cuyo derrumbe comienza con la Revolución Francesa. Este proceso de destrucción–creación (Harvey,1990) es el sello característico de la modernidad. La única constante de este periodo que en algunos ámbitos aún prevalece consiste justamente en que nada es constante en apariencia. Rimbaud (1999) afirma: «hay que ser absolutamente modernos», refiriéndose al poco aprecio a tener por el orden establecido. Desde la segunda mitad del siglo xviii, el edificio del pensamiento occidental construido a partir de las ruinas de la antigüedad grecolatina, experimenta un sacudimiento genera-lizado que no se interrumpe. «De 175­0 en adelante, los arquitectos actuaron por motivaciones que no habían tenido vigencia hasta entonces, o la habían tenido muy escasa, y estos ideales no sólo se sucedieron en continuos cam-bios, como en una serie evolutiva, sino que reaparecieron en modos y combi-naciones diversas durante los dos siglos siguientes.» (Collins, 2001: 9)

21

Marzo 2008, número 2

Desde una perspectiva meramente formal sería imposible reconocer, sin una continuidad, algún atisbo de homogeneidad en este periodo que comprende más de dos siglos:

«La afición de los arquitectos de la segunda mitad del siglo xviii a las alu-siones históricas, las justificaciones analógicas, las perspectivas asimétricas, un brutal detallismo, la utilización de tipos orientales y técnicas pictóricas, no solamente los diferencia de la tradición de los siglos anteriores, sino que los relaciona íntimamente con los arquitectos de hoy» (Collins, 2001: 9)

El eclecticismo se convierte en una respuesta cuyas motivaciones combinan el cosmopolitismo resultante de los viajes colonialistas europeos y un cre-ciente capitalismo que admite todo tipo de motivos arquitectónicos y ele-mentos decorativos con el objetivo de obtener las lealtades y preferencias de una clientela que se ha sofisticado visiblemente. La justificación para las for-mas arquitectónicas que antaño emanaban de su acercamiento o distancia-miento de la antigüedad clásica, ahora estará basada en valores utilitarios y productivos. En la primera fase de la modernidad la arquitectura y las bellas artes empiezan a cobrar un sentido mucho más revolucionario, pues por pri-mera vez los artistas se perciben como importantes agentes de cambio en la sociedad moderna. Esta maquinaria termina de accionarse cuando los em-presarios e industriales (que vienen a sustituir a la aristocracia como mece-nas de los artistas y arquitectos) se reconocen a sí mismos también como los nuevos empleadores de la moderna estirpe de artistas. La justificación para cualquier obra arquitectónica que al estar supeditada a los valores y órdenes de la civilización grecorromana será sustituida por el desprecio por el antiguo orden y la visión revolucionaria:

«Los historiadores de la arquitectura tienen razón al enfocar la impor-tancia de la arquitectura como producto final, considerando el aspecto del edificio, su construcción y la eficiencia con que cumple su propósito. Pero los arquitectos que crearon tales edificios también estaban preocupados por problemas más filosóficos así como por justificar la elección de unas formas materiales en vez de otras. El arquitecto no define su obra solamente por una serie de racionalizaciones como las de un científico (…) piensa las formas in-tuitivamente e intenta justificarlas racionalmente» (Collins, 2001: 10)

La moda entonces adquiere un carácter protagónico en la producción crea-tiva de los artistas. Aquel que quiera dirigir los reflectores hacia sí mismo de-berá romper algún patrón y establecer un nuevo orden y si es suficientemente astuto advertirá la posibilidad de que su propuesta será en breve obsoleta.Esto es la vigencia en el pensamiento moderno. El hombre decimonónico por primera vez desde tiempos del Imperio Ro-mano se percibe como parte de una sociedad mundial, se da cuenta que es contemporáneo del resto de los hombres (Paz, 195­8). El arquitecto, por en-cima de cualquier artista, sabe que su obra debe ser testimonio de su época, pues él mismo ha retomado los órdenes clásicos y los ha convertido en ley. Por tanto sabe de la importancia potencial que una obra arquitectónica tiene en el tiempo. Permanecerá igual que la del escultor o el pintor sólo que a la vista de todos. La arquitectura es un arte de evidente difusión pública. El análisis que ya se ha realizado sobre las obras de los nuevos clásicos (Renacimiento y barroco) será volcado ahora sobre la obra de reciente factura y «la tarea del historiador no (será) saber lo que hizo la gente, sino entender lo que pensa-ron». (R. G. Collingwood en Collins, 2001: 9)

22

Pharus academiæ

R acionalismo y consolidación del proyecto de la Ilustración

Se ha dicho que el siglo xix fue el de los grandes inventos y el xx el de las grandes aplicaciones. Nada es más cierto para la arquitectura moderna. Al término de las revoluciones burguesas de Europa y América, el Romanticismo se pronunciaba en contra del clasicismo e inauguró un siglo cuya única conti-nuidad debería consistir en el cambio social. Los principios de la Ilustración que fue vislumbrando la joven sociedad decimonónica se establecieron con dificultad durante todo el siglo. A lo largo de éste se emprendió una decidida campaña por establecer el nuevo orden en todos los aspectos. Al término de la Primera Guerra Mundial, en lo que se ha llamado el periodo entreguerras, los regímenes de corte dictatorial y las jóvenes democracias habían perfeccio-nado sus tecnologías y habían podido establecer un pensamiento más acorde a la modernidad industrial que estaba ya bien consolidada. Dos elementos fueron clave en el afianzamiento de la arquitectura mo-derna del siglo xx: los principios de la producción en serie ( fordismo) y aqué-llos de la administración científica (taylorismo). En la arquitectura, el primero de ellos podía garantizar la producción de grandes volúmenes de material a un bajo costo y el segundo, la mecanización de la parte humana del sistema. En Por las cuatro vías, Le corbusier (1972) afirma que la modernización de la arquitectura no se ha producido porque el hombre no ha aprendido a pensar y a ser «en serie», en su visión de la Europa de posguerra el ser humano no podrá sobrevivir a la escasez de recursos a menos que se decida a convertirse en un engrane más de la maquinaria industrial. La identidad en la arquitec-tura fija sus ojos en los motivos industriales. Trata de reducir al máximo los costos y se decide a cientifizar la arquitectura. Ésta ya no deberá de ser más un arte puro que base su éxito en efímeros momentos de inspiración mágica, aquél que se jacte de ser arquitecto deberá aprender a dominar la técnica que conlleva la teoría y la práctica y por tanto se convertirá plenamente en un profesional. El espíritu apocalíptico que se respira en el sexenio de la guerra se convierte en un triunfalismo renovado de la truncada carrera hacia el ra-cionalismo iniciada en el periodo entreguerras. Van der Rohe es conciente de la responsabilidad histórica de la arquitectura y afirma lo siguiente:

«La arquitectura es la voluntad de una época trasladada al espacio. Mien-tras no se reconozca esta verdad tan sencilla, la arquitectura permanecerá insegura y vacilante. Hasta entonces, seguirá siendo un caos de fuerzas sin dirección definida. La cuestión de la naturaleza de la arquitectura tiene una importancia decisiva. Es preciso entender que toda arquitectura está vincu-lada a su tiempo, que es un arte objetivo que solamente puede regirse por el espíritu de su época. Nunca jamás ha sido de otra manera» (Mies Van der Rohe, Ludwig (1924) en Roth, 2000: 5­01)

El cofundador de la Bauhaus secunda esta afirmación y está de acuerdo en que «ya hemos tenido demasiadas reproducciones arbitrarias de estilos his-tóricos. En nuestro progresar desde las extravagancias del mero capricho ar-quitectónico hacia los dictados de la lógica estructural, hemos aprendido a buscar la expresión concreta de la vida de nuestro tiempo en las formas claras y vigorosamente depuradas» (Gropius, Walter ( 1935­) en Roth, 2000: 5­01) En México vivimos una versión muy particular del pensamiento raciona-lista-funcionalista en la primera mitad del siglo xx. Al término de la Revolu-ción Mexicana que se da a comienzos de los años veinte se difunde un abierto desprecio por los principios de la arquitectura y la filosofía positivista impe-rante durante el régimen de Porfirio Díaz, de modo que busca una identidad en esa ruptura. La arquitectura moderna de los maestros europeos cobra un

23

Marzo 2008, número 2

importante impulso en México durante el periodo que sucedió a la segunda década del siglo:

«La diversidad que presenta la arquitectura de México entre los años veinte y los cuarenta fue también, en parte, el resultado de factores externos que afectaron la producción arquitectónica, tales como las nuevas tecnologías, los objetivos sociales y la agenda ideológica del gobierno posrevolucionario, así como las presiones económicas ejercidas por el capital sobre la profesión» (Méndez- Vigata en Burian, 1997: 85­-86)

Figuras como Mario Pani y Juan O’Gormann rescatan los principios del ra-cionalismo y añaden motivos de la antigüedad prehispánica a sus diseños. La voluntad por definir una identidad mexicana, desligada del pasado porfiriano (que remonta al pasado europeo) se vuelve una empresa de importancia vital para la legitimación del joven gobierno revolucionario:

«La ambición de alcanzar una identidad colectiva y de expresarla tangible-mente a través de la arquitectura, aún existe (todos los gobiernos que se han sucedido en México a partir de los años veinte han tenido un proyecto ar-quitectónico destinado a simbolizar ese periodo presidencial), con todo, el impacto de estos proyectos es aún tan limitado e intrascendente como siem-pre.» (Méndez- Vigata en Burian, 1997: 86-87)

Igual que en México, a lo largo de todo el globo la arquitectura moderna ra-cionalista se convierte en instrumento de gobiernos totalitarios. En países cuyo gobierno era de corte fascista tanto como en aquellos comunistas, el funcionalismo servirá de instrumento para la consolidación física de los idea-les políticos imperantes. «En consecuencia, los esquemas artísticos operantes en el régimen anterior y su capacidad de establecer un proyecto de realidad cultural, fueron seriamente cuestionados y sustituidos en un breve lapso por programas alternativos que no sólo correspondieron al momento histórico por el que transitaba el país.» (De Anda, 2006: 163) Por esta razón al término de los años cincuenta prolifera un movimiento que no se manifiesta oficialmente pero que reconoce un abierto rechazo a la arquitectura funcionalista y se pronuncia como un moviendo que rescata la arquitectura emocional (De Anda, 2006: 163), Luis Barragán es el más céle-bre de sus exponentes, aunque sabemos que O’Gorman después de su larga penitencia y autoconfinamiento producido por la repulsión que los ideales del funcionalismo llegaron a representarle, termina sus días proyectando vi-viendas dentro del más puro espíritu emocional. Durante este periodo hay un claro acercamiento a los valores campiranos y rurales que son comunes a los mexicanos de cualquier orientación política. De hecho Barragán afirma que gran parte de la inspiración para sus obras le vino de los recuerdos de su infancia más remota, a la que considera como una justificación tan válida como los más altos principios e ideales del racionalismo de la primera mitad del siglo xx. Las teorizaciones de la primera mitad del siglo xx y la continuidad que guardaban con la modernidad iniciada a finales del siglo xviii, encaminaban la arquitectura hacia la cientifización y el racionalismo. Ésta debía, según es-tos conceptos, de ser resultado de un profundo análisis y proceso creativo que apuntaba a la universalización de las corrientes arquitectónicas hacia un punto convergente. Por otro lado, dentro de este proyecto democratizante de la arquitectura y su enseñanza, se encontraba un profundo fundamentalismo que nulificaba toda vena inspiracional y restaba a ésta su carácter artístico. El estilo internacional empezó a evidenciar que la consolidación del proyecto

24

Pharus academiæ

iniciado con la Ilustración era tan vislumbrable como ejecutable físicamente. En el caso mexicano la idea de que los maestros del funcionalismo posrevolucionario habían encontrado el «elemento activo» en la identidad arquitectónica del país fue mellada al tiempo que los mexicanos se percataban que no había sólo un México y que lejos de estar unifi-cado el país estaba conformado por la más diversa índole de grupos étnicos, religiosos, culturales, etc. La voluntad de la época captada por un edificio de la que hablaba Van der Rohe estaba lejos de ser encapsulada. La identidad propone por principio que algo contiene relación con otro objeto o los ideales que éste representa y esta rela-ción está medida por la cercanía o lejanía que se tiene en cuanto éste es idéntico. Para finales de los años sesenta era más que evidente que en México distábamos mucho de ser idénticos unos a otros. Habiendo advertido lo ante-rior, la pregunta acerca de la identidad vuelve a surgir.

Elementos de identidad arquitectónica

Avances tecnológicos y legislación urbana Desde la consolidación del Proyecto de la Ilustración en las postrimerías de la Revolución Francesa ha sido claro que las nuevas tecnologías y sistemas de trabajo apor-taron gran parte de la identidad a la arquitectura de la época. En los albores de la civilización el ingenio y la técnica también definieron formalmente a los edificios. Puede afirmarse con seguridad que los cambios tecnoló-gicos importantes han sido los principales detonantes de los cambios que han marcado tipologías arquitectónicas características de una época. El dominio del mármol por sobre otros materiales, la aparición del arco y sus varian-tes (bóvedas y cúpulas) fueron elementos determinante para la consolidación de la arquitectura romana. Sería absurdo negar la influencia de la arquitectura helénica en su ornamentación pero la diferenciación entre ambos estilos y aquello que imprime una identidad particular y perdurable, son precisamente los avances en los sistemas estructurales. Lo mismo sucede en la arquitectura bizan-tina, gótica, islámica. En todas esas corrientes estilísti-cas fue reinterpretada la visión estética del movimiento anterior y le fue incorporado un avance tecnológico en la estructura. En la arquitectura moderna existen conceptualizacio-nes y justificaciones teóricas que acompañan a las varian-tes formales que se vieron transformadas entre los siglos xviii y xx, pero podemos identificar claramente en qué momento la arquitectura dio un salto definitivo en la vi-sualización estética: la aparición del acero a principios del siglo xix, la difusión del hormigón y los productos poliméricos (plásticos) como elementos estructurales o decorativos en los edificios. Paralelo a las teorizacio-nes más profundas de los arquitectos modernos, estos

cambios tecnológicos otorgaban una plasticidad y flexi-bilidad formal mayor a las arquitecturas. Una vez apa-recidas las nuevas tecnologías, los alcances morfológicos son inmensamente mayores. Erich Fromm (1975­) afirma que una vez producida la conciencia en el hombre no hay vuelta atrás, del mismo modo una vez aparecido un cam-bio en las potencialidades de la estructura en la arquitec-tura no hay modo de ignorarlo o de dejarlo fuera de los cánones de la identidad local. Esto no quiere decir que dichas potencialidades no puedan coexistir con los sis-temas estructurales vernáculos, sino que al encontrarse el nuevo sistema en el rango de lo posible, adquirirá por tanto un valor de identidad potencial para cualquier cul-tura. La legislación urbana en una ciudad puede producir o regular por otro lado la medida de lo que es posible en una ciudad. Por tanto la arquitectura que está copada o delimitada por una serie de lineamientos técnicos, jurídi-cos y tecnológicos, adquirirá una identidad respecto de la que es vecina, que no tendría de no haber tales regulacio-nes. El espacio entre viviendas, la medida de las cornisas, ventanas, puertas, etc. La regulación sobre materiales de construcción puede marcar también el rumbo de la morfología en una región dada. Cabe mencionar que esta puede revertir también el efecto avasallante que a veces pueda tener en una región la aparición de una nueva tec-nología o material de construcción. El patrimonio en este caso es la respuesta de una comunidad que tiene su iden-tidad arquitectónica bien identificada. Entendiendo que éste no es aquél que recupera todos los elementos forma-les de una época y decide repetirlos indefinidamente, sino que recopila todas las arquitecturas de todos los actores y todos los tiempos que en su momento fueron vigentes. Esta visión contempla un patrimonio dinámico y permite que la memoria histórica de la arquitectura local pueda seguirse nutriendo y siendo testimonio de su época.

La respuesta al medio ambienteSabemos que el lenguaje arquitectónico en una ciudad se construye además de por los avances disponibles y legis-lación en una región, por los elementos plásticos que su-ponen una respuesta adecuada a los recursos naturales y al medio climatológico. La forma de las techumbres y aleros, el tamaño y dis-posición de las ventanas, la orientación, los materiales y los sistemas aprovechables en una región disponen una serie de elementos en el lenguaje arquitectónico que van dando identidad a las distintas arquitecturas. Reciente-mente se ha llamado a esto arquitectura bioclimática, pero no es otra cosa que la respuesta racionalizada al medio ambiente. Toda la arquitectura debería ser biocli-mática (Reyes, 2007) y no debería constituir una moda o una serie de aplicaciones que hacer a un proyecto. Ésta debe ser concebida de manera integral y desde el inicio del proceso creativo.

25

Marzo 2008, número 2

La originalidad del arquitecto.Montaigne afirmaba «El estilo es el hombre» y esto es aplicable también a la identidad en la arquitectura. ¿Qué convierte a una arquitectura en eminentemente mexi-cana, japonesa o finlandesa?, que ésta sea realizada por alguien que habite en estos sitios. Desde que el hombre sa-lió de África a poblar el globo fue cargando su imaginario cultural cada vez más. Tratar de despojar a una arquitec-tura de su bagaje histórico en aras de otorgarle identidad es una labor inútil y peligrosa. ¿Cuan familiar es la arqui-tectura persa y romana a la arquitectura islámica? ¿Cuan ajena es la influencia árabe en la arquitectura española del siglo xvii? ¿Cuan afín es la arquitectura hispánica en la arquitectura colonial peruana? Todas ellas obtuvieron elementos de una y otra influencia para incorporarla a la suya propia. Y hoy en día la influencia puede ser directa o indirecta. Leer un libro, ver una revista o navegar en internet marcarán de forma definitiva el banco de imá-genes de un creador y ya no podrá mantenerse ajeno a tal efecto. El límite de este libre ejercicio de la imaginación (el manejo de las imágenes) estará dado por los elemen-tos de identidad anteriores: la tecnología disponible–cos-teable para una comunidad, el respeto a su patrimonio y legislación y una cabal respuesta al medio.

CONCLUSION ES

Dicho lo anterior, podemos afirmar que la búsqueda del «elemento activo» en la identidad de la arquitectura y el arte de una comunidad y su contexto histórico está dada por varios factores, y por la experiencia obtenida en el siglo xx sabemos que proclamarse dueño del lenguaje de identidad vigente (por más fruto del análisis racional que éste provea) es un trabajo soberbio pero inútil. Sabemos también, por otro lado, que sí hay elementos que pueden acercar a una obra arquitectónica a la identidad de su pueblo y su época. La influencia que mantienen otras geografías y la reinterpretación de elementos de otra época no son necesariamente una negación de la iden-tidad. La respuesta al medio y el empleo de materiales y tecnología de la zona darán testimonio de las latitudes en que fue creada una obra y la regulación en relación al cabal funcionamiento del orden público, así como la originalidad del arquitecto que realiza un proyecto, po-drán ser testimonio de los más altos valores e ideales de un pueblo.

BIBLIOGR A Fí A

Reyes, José, www.arquisolar.com.ar.Álvarez Mor a, Alfonso/ Valverde, Francisco (2004), Ciudad, territorio y

patrimonio: materiales de investigación II, Lupus Inquisidor, Puebla.Burian, Edward R. (ed. ) Modernidad y Arquitectura en México, Gustavo

Gili, BarcelonaChing, Francis D. K (1998), Arquitectura: forma, espacio y orden, Gustavo

Gili, BarcelonaCollins, Meter (2001), Los ideales de la arquitectura moderna; su evolu-

ción (1750- 1950), Gustavo Gili, Barcelona.Corbusier, Le (1972), Por las cuatro rutas, Gustavo Gili, Barcelona. De Anda, Enrique X (2006), Historia de la arquitectura moderna, Gustavo

Gili, Barcelona.Fr ampton, Kenneth (2000), Historia crítica de la arquitectura moderna,

Gustavo Gili, Barcelona. Harvey, David (1990), The condition of postmodernity, Blackwell, MaldenPaz, Octavio (1958) El laberinto de la soledad, Fondo de cultura económica,

México, D. F. Roth, Leland M. (2000), Entender la arquitectura. Sus elementos, historia y

significado, GustavoGili, Barcelona.

26

Pharus academiæ

Análisis de la obra de teatro Repentina Desgracia

Fernando Martín Hernández Quintero, Licenciado en Filosofía por el iest, Bachillerato en Teología por el Seminario Arquidiocesano de Monterrey y Maestría en Educación por el iest. Traducción: Lic. Karen Beaton Arves, M. Ed., Coordinadora del Departamento de Lenguas Extranjeras del iest.

R esumen

El presente análisis de la Obra de Teatro Repentina Des-gracia de Daniela Fischerova es una valoración ideológica acerca de la misma así como la consideración de su ante-cedente literario A puerta cerrada de Jean Paul Sartre. Re-sulta de sumo interés la temática que aborda dicha obra, al situar a sus personajes ante la desgarradora experien-cia de la tragedia, desembocando esta última en la des-gracia de la incertidumbre de la existencia del paraíso. Asimismo, se ha considerado la valiosa orientación que el Papa Benedicto xvi establece en su Carta Encíclica Spe Salvi de la cual se han tomado algunas ideas que respon-den a las grandes interrogantes en las que nos deja an-clados la obra de Fischerova. El teatro es un medio muy importante en la difusión de la cultura, máxime cuando las temáticas que aborda son de tal profundidad como la de la obra mencionada. Reflexionar en los grandes te-mas que tienen que ver con dimensión existencial del ser humano es un quehacer que tarde o temprano cada per-sona debe afrontar. Analizar expresiones artísticas tan completas como el Teatro resulta un deleite y una oca-sión importante para profundizar en el conocimiento de nosotros mismos.

A bstr act

This analysis of the play Sudden Misfortune (Soudain Malheur – Nahle Nestesti) by Daniela Fischerova is an ideological evaluation of the work considering its literary predecessor Huis-Clos (No Exit) by Jean Paul Sartre. The interesting theme contained in this play places charac-ters in a heart-rending tragic experience, this misfortune leading to the disgrace of the uncertainty of the exis-tence of Paradise. At the same time it takes into con-sideration the valuable guidance that Pope Benedict x v i establishes in his Encyclical Spe Salvi, using some ideas that answer major questions that Fisherova leaves unan-swered in her work. The theater is an important means of spreading cul-ture, chiefly when it deals with such profound themes as does the above mentioned play. It reflects upon subjects that have to do with the existence of the human being, something that sooner or later each person has to face. Artistic expressions as complete as the theater are a pleasure and an important opportunity for deepening the knowledge we have about ourselves.

27

Marzo 2008, número 2

DESCR I PCIóN GEN ER A L

Daniela Fischerova, escritora checoslovaca, en 1993 escribe un intere-sante diálogo dramático para una mujer y un hombre a través de la obra Re-pentina Desgracia (Soudain malheur, nahle nestesti). Fischerova es conocida principalmente en Europa por su trabajo en el género dramático, y pertenece a la generación de escritores checos de la Post Primavera de Praga, entre los que figuran Vaclav Havel, Ivan Klima, Milan Kundera y Josef Skvorecky. La traducción de esta obra es de Alejandro Ramírez. Su publicación está reser-vada hasta el momento para ser utilizada por la Compañía de Teatro de la República Checa Les Rescapés. La trama se desarrolla en un cuarto que tiene una de sus paredes como un gran espejo, en el que se encuentran un hombre y una mujer. Tal pareciera que el lugar se trata de un cuarto de manicomio, sin embargo, la trama hace ver como si estuvieran en la antesala del cielo, no es concluyente en la determina-ción del verdadero lugar, sino que juega con ambas interpretaciones. En el aspecto humano la obra se desarrolla en varias fases; una de encuen-tro entre las personas mostrándose a través de «máscaras», ya que no revelan su verdadero modo de ser, posteriormente se da una confrontación tal, en la que los personajes experimentan a tal grado un angustioso desgarre exis-tencial que les hace mostrarse finalmente tal cual son, aceptándose mutua-mente y concluyendo en un abrazo. La obra empieza en una escena en la que está un hombre esperando a una mujer, poco después aparece una dama ante la cual él se muestra decepcio-nado ya que no era la que esperaba. La mujer con actitudes libertinas (fumar, lenguaje prosaico) y el hombre con actitudes de recato entran en una serie de diálogos en los que confrontan sus ideas. El argumento central bajo el cual se da el conflicto es que ambos piensan que están en la antesala del paraíso. El hombre se muestra como un individuo crédulo, con rasgos propios de la religión judía, en cambio la mujer se mani-fiesta como una persona atea, con ideología propia del paganismo griego. La mujer lee el expediente propio del hombre, ya que por tener problemas con la vista él no puede hacerlo, asimismo va agregando información sobre la vida de ambos a la vez que juegan con los datos de los mismos para expresar su modo de pensar. Los datos principales de los expedientes considerando algunos comenta-rios de los personajes son los siguientes:

Del Hombr e

Nombre: Job.Apellido del Padre: Creador.Estado: Casado.Creencia: Infrangible… inquebrantable… Sólo hay un

Dios.Servicio: «Repentina Desgracia… soy un conejillo de

indias… del Doctor en Jefe».Nacionalidad: Judío.Diagnóstico: Depresivo obsesivo

De l a Mujer

Nombre: NiobeNombre del Padre: Tántalo.Profesión: Reina de Sipyle.Estado: Viuda. «Mi querido marido, ese idiota se empaló en una es-

pada… Al primer problema estaba tan sorprendido de no ser feliz, que él se atravesó…»

Desesperanza infinita, odio, rencor, sedienta de ven-ganza.

Nacionalidad: Griega.Diagnóstico: toxicómana, histérica, narcisista.

28

Pharus academiæ

Interpretación temática de algunas expresiones de los parlamentos de la obra que indican la ideología de ambos personajes

• Estado en el que se encuentran

En repentina desgracia por encontrarse en un experi-mento por el «Doctor en Jefe», «Creador».

Él Élla

(Sacudiendo la cabeza) ¿En qué servicio estás?R.D.¿Qué es eso?Repentina Desgracia.¿Te volviste loco de una repentina desgracia?No estoy loco. Soy un conejillo de indias.¿Ah sí? ¿El conejillo de quién?Del Señor Doctor en Jefe. (Repentina Desgracia pág. 7-8)

Ella:Él:

Ella:Él:

Ella:Él:

Ella:Él:

• Creencia vs. educación

Creencia en un solo Dios. Implora misericordia divina. Los pensamientos del hombre no son los pensamientos de Dios. Se debe salir del pecado.

Él Élla

Incredulidad, paganismo. «Grecia observa todo alrededor de ella, el judío escru-ta los horizontes lejanos, pero no ve la punta de su na-riz. Maldito el pueblo que reemplaza la educación por la creencia.»

…Creencia.Infrangible.¡¿Qué?!Inquebrantable, sólido.¡Infrangible! ¡¿Quién te preguntó si era infrangible?! ¿Eres budista

o bautista?(Severamente) Sólo hay un Dios.(Sinceramente sorprendida) ¿Por qué?Yo no busco saber porqué… (Repentina Desgracia pág. 7-9)

Ella:Él:

Ella:Él:

Ella:

Él:Ella:

Él:

• Existencia del paraíso

Existe

Él Élla

No existe. «Grecia es la infancia de la humanidad. Los judíos su senectud… te morirás de hambre… el paraíso es Real Destrucción. El paraíso es ahora. Un festín de perezosos de costumbres libertinas. Una plenitud sin hambre y sin mérito. Y jamás habrá nada más.»

En repentina inconformidad

[…]El judío escruta los horizontes lejanos, pero no ve la punta de su nariz. Ya está contando las nubes del paraíso, maúlla de impa-ciencia, para que lo dejen entrar… sólo que el paraíso no existe, judío.

Ella:

29

Marzo 2008, número 2

Él:

Ella:

Él

• Pruebas a las que somete la divinidad

«A Dios no se le pone a prueba. Él no pide sacrificios hu-manos. Le decía a mi hijo: Sabes hijo, ¡no hay rosas sin espinas!»

Él Élla

«A los dioses se les puede desenmascarar (Zeus). Ponen a prueba, piden sacrificios humanos de niños. Lleva a la cámara de gas.»

¡Su alteza, su majestad, el Gran Trueno! ¡Sí, Zeus en persona! ¡Mi padre lo atrapó! ¡Él no es todo poderoso! Mi padre lo ha desen-mascarado. Es un amateur. ¡Y alcohólico! ¿Has puesto tu Dios a prueba, eh?

Ella:

Puesta en escena de la obra Repentina desgracia en las instalaciones del iest en agosto de 2007

¡¿Qué es lo que está diciendo?! ¡Claro que existe! ¡Póngase lentes y lo verá usted misma! ¡ Y deme esos cerillos, es ridícula!

(Ella encendiendo un cerillo) ¡Paraíso, paraíso! Mi padre está en el paraíso. El néctar hasta las rodillas, sobre frutas deliciosas…

Grecia es la infancia de la humanidad. Los judíos su senec-tud. Mi padre tiende la mano, el árbol retira malintencionada-mente sus ramas (Ella levanta los dos brazos riendo) y toc, ¡sigue corriendo, te morirás de hambre! ¡Eso es el paraíso, judío! ¡Real Destrucción. R.D!

¡Real Desvergonzada R.D!... ¡Tal vez usted piensa que puede juzgar al Creador! ¿Con qué

derecho? ¿Tal vez usted es más pura que Él? ¿Puede el hombre ser más puro que su Creador?... (Repentina Desgracia pág. 10-13)

30

Pharus academiæ

• Esperanza

«La esperanza es el don más grande de Dios»

Él Élla

Desesperanza infinita.

¡Estado: viuda! ¡Estado: Desesperanza infinita! ¡Estado: odio, ren-cor, sedienta de venganza!...

…Una niña bien educada llora cuando rostizan a su hermano. ¿Us-ted lloró?

(Después de una pausa) No. (Repentinamente y con desafío) Espera-ba que estuviera muerto. Lloré cuando él resucitó. Lloré cuando él resucitó. Salió del horno, con sus mocos que le escurrían de la nariz… Yo esperaba que se hubiera quemado.

(Él junta sus manos) ¡Bah qué bonito! ¡Esperaba… ella esperaba! ¡Se-ñora! ¿Desde cuándo tiene usted esperanza? ¡La esperanza es el más grande don de Dios! ¡Usted, usted sólo conoce los celos y la malicia!... (Repentina Desgracia pág. 9, 14)

Ella:

Él:

Ella:

Él:

• Libertad personal

«¿Qué libertad? Todos estamos entre las manos de Dios»

Él Élla

«Mi hermano Pelops renegó en público de su padre por atentado contra la libertad personal. Los dioses nos tie-nen agarrados, hay una roca encima de nosotros que está por caer, que no deja ser feliz al hombre.»

Él estaba delante de los jurados, un mocoso repugnante y lastimoso, su primer pelo en el mentón. Yo ya no lo reconocía. Él renegó a su padre en público. Pidió que agravaran su pena por «atentado contra la libertad personal». Fue Hermes quien se lo aconsejó, esa basura. Los olímpicos se quedaron boquiabiertos. Nunca ha-bían escuchado algo así. ¡Libertad personal!

(Enojado) ¡Pues porque son tonterías! Por favor ¿qué libertad? To-dos estamos entre las manos de Dios. ¡Libertad! ¡Ese pequeño merece la cárcel! ¡Yo conozco a los delincuentes de su tipo, ellos gritan viva la libertad y después hacen… cochinadas. Pero Dios los va a castigar!…

No solamente está suspendida encima de Tántalo. Pesa sobre cada uno de nosotros. Son los celos de los dioses: Nadie debe ser com-pletamente feliz. ¿Cómo estás? ¿Bien? ¿Sabes que la roca puede caer? Puede doler, ¿sabes? ¿Amas a alguien? Tal vez se va a mo-rir. Las malas noticias de Job ya están en el buzón… en las ra-diografías ya se ven las manchas… la orden de arresto ya está

Ella:

Él:

Ella:

(Se persigna) ¿Quién soy yo para poner a prueba al Creador?Pero él te pone a prueba, ¿no? ¡Hace experimentos contigo! ¡Te lleva de las

orejas, apuesta sobre ti, te empuja en la cámara de gas! ¡Te come las orejas! ¿Él puede?

Él puede.(De manera ofensiva) ¿Por qué?Él puede… (Repentina Desgracia pág. 11-14)

Él:Ella:

Él:Ella:

Él:

31

Marzo 2008, número 2

Antecedente literario de la obra Repentina Desgracia de Daniela Fischerova en la obra A puerta cerrada de Jean Paul Sartre.

Jean Paul Sartre, filósofo francés, escribió en 1944 la obra teatral A puerta cerrada, la cual tiene como argumento central el que tres personas egoístas y manipuladoras comparten la muerte por la eternidad, condenadas al infierno de tener como castigo las relaciones que se establecen entre ellos con el an-helo de poder tener una mirada de aceptación por parte del otro.¹

sellada… En un segundo tu vida caerá en ruinas. ¡Un solo resba-lón es suficiente!... Esto es tu libertad, ¿entiendes? Te tienen aga-rrado… Esto es tu libertad, ¿entiendes? Tú entiendes. Entonces vete y sé feliz si puedes. De todos modos es imposible… (Repen-tina Desgracia pág. 15­, 16, 20-21)

1 http://www.motuproprio.org/exlibris/?p=84

¡Abran! ¡Abran! Lo soportaré todo: los cepos, las tenazas, el plomo derretido, las pinzas, el garrote, todo lo que quema, todo lo que desgarra; quiero sufrir normalmente. Antes cien mordeduras, antes el látigo, el vitriolo..., todo antes que este sufrimiento inte-rior, este..., este fantasma de sufrimiento que roza, que acaricia y que nunca hace demasiado daño. (Coge el picaporte de la puerta y lo sacude.) ¿Abrirán de una vez? (La puerta, bruscamente, se abre, y Garcin está a punto de caer.) ¿Qué es esto? (Un largo silencio.)…

Bueno, ¿a qué esperas tú? Haz lo que te dice. Garcin, el cobarde, tiene en sus brazos a Estelle, la infanticida. Quedan abiertas las apuestas... El señor Garcin ¿la besará? ¿No la besará? Cómo os veo, cómo os veo. Yo sola soy una multitud, la muchedumbre, Garcin, la muchedumbre, ¿oyes? (Murmurando.) Cobarde. Co-barde. Cobarde. Cobarde. Aunque me huyas, no te vale; yo no te suelto. ¿Qué vas a buscar en sus labios? ¿El olvido? Pero yo no voy a olvidarte a ti; yo, no. Es a mí a la que tienes que convencer. A mí. Anda, ¡ven, ven! Te espero. ¿Lo ves, Estelle? Afloja el abrazo, es dócil como un perro... ¡No va a ser tuyo nunca!

¿Y no será de noche nunca?Nunca. ¿Y tú me verás siempre?Siempre. (Garcin abandona a Estelle y da algunos pasos por la habi-

tación. Se acerca a la estatua.)La estatua... (La acaricia.) ¡En fin! Éste es el momento. La estatua

está ahí; yo la contemplo y ahora comprendo perfectamente que estoy en el infierno. Ya os digo que todo, todo estaba previsto. Habían previsto que en un momento..., éste..., yo me colocaría junto a la chimenea y que pondría mi mano sobre la estatua, con todas esas miradas sobre mí... Todas esas miradas que me de-voran... (Se vuelve bruscamente.) ¡Cómo! ¿Soo, sois dos? Os creía muchas más. (Ríe.) Entonces esto es el infierno. Nunca lo hu-biera creído... Ya os acordaréis: el azufre, la hoguera, las parri-llas... Qué tontería todo eso... ¿Para qué las parrillas? El infierno son los demás. (A Puerta Cerrada… pág. 32 y 35­)

Garcin:

Inés:

Garcin:Inés:

Garcin:Inés:

Garcin:

Según Manuel Delgado los conceptos centrales bajo los cuales Sartre desarro-lla la obra son los siguientes²:

2 http://www.clubdelibros.com/archisartre.htm

32

Pharus academiæ

Señor, ¿no tendrá un espejo? (Garcin no contesta.) Un espejito de bolsillo, cualquier cosa. (Garcin no contesta.) Si me va a dejar sola, procúrese por lo menos un espejo. (Garcin sigue con el ros-tro entre las manos, sin responder.)

(Con precipitación.) Yo tengo un espejito aquí, en mi bolso. (Busca en él. Decepcionada.) Ya no lo tengo. Han debido de quitármelo en el registro de entrada.

¡Qué fastidio! (Una pausa. Cierra los ojos y vacila. Inés se precipita, y la sostiene.)

¿Qué le sucede?(Vuelve a abrir los ojos y sonríe.) Me siento rara. (Se palpa.) ¿No le

ocurre a usted algo parecido? Cuando no me veo, tengo que pal-parme... Me pregunto si existo verdaderamente.

Tiene usted suerte. Yo me siento siempre desde el interior.¡Ah, sí!... Desde el interior. Pero todo lo que pasa dentro de las cabe-

zas es tan vago... Me da sueño... (Una pausa.) Yo tengo seis espe-jos grandes en mi dormitorio. Los veo. Yo los veo. Pero ellos no me ven a mí. Reflejan la coqueta, la alfombra, la ventana... ¡Qué vacío está un espejo en el que yo no estoy! Cuando hablaba, me las arreglaba para que hubiera siempre uno en el que poder mi-rarme. Hablaba, me veía hablar. Me veía tal y como los demás me veían, y eso me mantenía despierta. (Con desesperación.) ¡El car-mín! Seguro que me lo he puesto mal. Sea como fuere, no puedo quedarme sin espejo para toda la eternidad.

¿Quiere que yo..., que yo misma le sirva de espejo? Venga, venga; la invito a mi casa. Siéntese aquí, en mi canapé. (A Puerta Ce-rrada… pág. 15­-16)

Estelle:

Inés:

Estelle:

Inés:Estelle:

Inés:Estelle:

Inés:

b. La fosilización de la libertad: La muerte se convierte en la ausencia de un proyecto de ser, de la imposibilidad del cambio, del decidir y por lo tanto, de la incapaci-dad de responsabilizarse de los actos (concepto medular sobre la libertad en el existencialismo sartreano); así pues, tenemos que los muertos devuelven a los vivos su propia calidad de muertos. En la obra sartreana A puerta cerrada, los tres difuntos quieren señalar a los vivos que son más muertos que los muertos, encerrados entre otros millares de seres como ellos que, juzgándose recíprocamente y espiándose, se impiden mutuamente la verdadera vida. El infierno de los difuntos no tiene nada que envidiar al infierno de los vivos. A este respecto se puede considerar lo que Garcin señala en su parlamento:Comprendo perfectamente que mi presencia la importune. Y, personalmente, también preferiría estar solo: tengo que poner en orden mi vida y necesito un poco de recogimiento. Pero estoy seguro de que podremos adaptarnos el uno al otro; yo no hablo, apenas me remuevo y hago muy poco ruido. Únicamente, en fin, si es que puedo permitirme un consejo, creo que debemos conservar

a. La mirada: esta capacidad que tenemos los humanos de ser observados y de observar a otros nos determina en cierto sentido, ya que nos hace conscientes de nues-tra existencia, oscuramente nos hace existir. Ya que dependiendo de cómo percibamos que nos miran los demás acotamos nuestros actos. Ser visto se confunde con ser juzgado, la mirada del otro es un juez. Por consiguiente, al ser juzgados a través de la mirada de los demás el hom-bre se limita en su libertad y queda su conducta pendiente de la libertad del otro. A este respecto un fragmento de la obra que tiene este sentido es el si-guiente:

33

Marzo 2008, número 2

entre nosotros una extremada cortesía. Ello constituiría, creo yo, nuestra me-jor defensa. (A Puerta Cerrada… pág. 35­)

«El infierno del que nos habla Sartre, con sus tres muertos-vivos (es decir, que parecen haber sobrevivido a su muerte terrena), está ubicado en el plano de lo mítico,… a través del cual, quiere Sartre presentarnos situaciones de los vivos, y concretamente aquélla en que se encuentra el existente cuando se vive fundamentalmente a través de su dimensión para-otro, abandonando su libertad y su responsabilidad a los demás. El estar muerto es pues utilizado aquí por Sartre en una forma casi simbólica para mostrarnos unos existen-tes cuya libertad se ha empastado, que ya no son sujeto de sus posibilidades, origen de significaciones en el mundo, sino que, como los muertos, son pura exterioridad, objeto-presa de los demás, quienes otorgan a sus actos, desde afuera, significaciones que el sujeto no puede controlar. El muerto-mítico de la obra, muerto que sigue viviendo, es pues el equivalente paradigmático del existente vivo reducido a su pura exterioridad, a su pura objetividad.»³

Comentario sobre la relación entre las obras señaladas

En general, ambas obras coinciden en colocar un pequeño grupo de perso-nas, tres, en el caso de A puerta cerrada y dos en Repentina Desgracia, recha-zándose mutuamente, procurando concordar posteriormente, en A Puerta cerrada sin éxito al concluir que están condenados en su propio infierno, en Repentina Desgracia, terminan consolándose mutuamente ante la incerti-dumbre, al parecer perenne, en la que se encuentran. Es interesante la temática que ambas obras abordan. Sin duda, las proble-máticas existenciales tan profundas que aquejan al hombre se ven refleja-das en las mismas. Sartre con su genio filosófico y literario analiza el modo como las relaciones humanas pueden convertirse en un verdadero infierno para aquellos condenados después de la muerte, incluso, mediante algo que pareciera no ocasionar ningún daño, la mirada, se descubre lo limitante que sería al acechar a las personas. Fischerova aborda en su obra no el tema de la condena del infierno, pero de igual modo, considera el tema de lo que puede acontecer después de la muerte. En su obra Repentina Desgracia, sus personajes confrontan sus ideas uno a favor de la existencia del Paraíso otro negándolo, esa duda cimbra en gran sentido a las personas implicadas a tal grado de quedarse neutralizadas mutuamente, lo cual, invita al espectador a sacar sus propias conclusiones. No cabe duda que ambas obras nos ponen a reflexionar en el más allá de la muerte del ser humano. Exponiendo las grandes incógnitas que aquejan a la sociedad. Se convierten en un verdadero reto para recapacitar sobre nuestra existencia terrena y el porvenir acerca del más allá. En A Puerta Cerrada in-dagan mutuamente los motivos por los cuales terminan siendo condenados al infierno, y en Repentina Desgracia, se cuentan las tragedias sufridas por cuenta propia insertos en un mundo que lidia con la desesperanza amena-zándoles incluso en el mundo sobrenatural.

3 Comesaña-Santalices, Gloria: A Puerta Cerrada. Análisis de las figuras femeninas en el teatro sartreano, pág. 8. «Revista de Filosofía». Vol. 24. Centro de Estudios Filosóficos, Universidad de Zulia, luz, Maracaibo (Venezuela).

c. El infierno son los demás: con esta frase se señala en la obra que las relaciones hu-manas están enviciadas de insinceridad. Ya que los personajes conllevan sus vicios, obsesiones, miedos, deseos e intentan establecer las mismas dinámi-cas entre ellos, convirtiéndose en «verdugos recíprocos para la eternidad». (A Puerta Cerrada… pág. 32 y 35­) En este tema Maracaibo y Comesaña-Santalices afirman que:

34

Pharus academiæ

Algunas respuestas a las grandes interrogantes en la obra de Repentina Desgracia Considerar temas tan cruciales como los de la obra Repentina Desgracia son una importante ocasión para incluir reflexiones que iluminen ante la incerti-dumbre en la que nos deja anclados esta obra. Un aspecto fundamental es el tema de la esperanza. La desgracia desar-ticula y pone a prueba al ser humano según la ocasión, incluso al grado de aniquilarlo. A este respecto el Papa Benedicto XVI en su Carta Encíclica Spe salvi co-menta que a pesar de la experiencia de sufrimiento y crueldad se puede en-contrar la esperanza narrándonos el caso de santa Josefina Bakhita:

Escena de la obra Repentina Desgracia de Daniela Fischerova

«Cuando tenía nueve años fue secuestrada por traficantes de esclavos, gol-peada y vendida cinco veces en los mercados de Sudán. Terminó como es-clava al servicio de la madre y la mujer de un general, donde cada día era azotada hasta sangrar; como consecuencia de ello le quedaron 144 cicatrices para el resto de su vida. Por fin, en 1882 fue comprada por un mercader ita-liano para el cónsul italiano Callisto Legnani que, ante el avance de los ma-hdistas, volvió a Italia. Aquí, después de los terribles ‘dueños’ de los que había sido propiedad hasta aquel momento, Bakhita llegó a conocer un ‘dueño’ to-talmente diferente; que llamó paron en el dialecto veneciano que ahora ha-bía aprendido; al Dios vivo, el Dios de Jesucristo. Hasta aquel momento sólo había conocido dueños que la despreciaban y maltrataban o, en el mejor de los casos, la consideraban una esclava útil. Ahora, por el contrario, oía decir que había un Paron por encima de todos los dueños, el Señor de todos los se-ñores, y que este Señor es bueno, la bondad en persona. Se enteró de que este Señor también la conocía, que la había creado también a ella; más aún, que la quería. También ella era amada, y precisamente por el Paron supremo, ante el cual todos los demás no son más que míseros siervos. Ella era conocida y

35

Marzo 2008, número 2

amada, y era esperada. Incluso más: este Dueño había afrontado personal-mente el destino de ser maltratado y ahora la esperaba ‘a la derecha de Dios Padre’. En este momento tuvo esperanza; no sólo la pequeña esperanza de en-contrar dueños menos crueles, sino la gran esperanza: yo soy definitivamente amada, suceda lo que suceda; este gran Amor me espera. Por eso mi vida es hermosa. A través del conocimiento de esta esperanza ella fue ‘redimida’, ya no se sentía esclava, sino hija libre de Dios. Entendió lo que Pablo quería decir cuando recordó a los Efesios que antes estaban en el mundo sin esperanza y sin Dios; sin esperanza porque estaban sin Dios.» (Spe Salvi n. 3)

Otro aspecto importantísimo es el de la existencia del Paraíso, los opuestos establecidos en la obra al plantear una fe en el paraíso y una incredulidad del mismo son ocasión para socorrernos de una orientación adecuada al res-pecto. El mismo Benedicto XVI certeramente nos indica una explicación de San Gregorio Nacianceno:

«[...] en el mismo momento en que los Magos, guiados por la estrella, adora-ron al nuevo rey, Cristo, llegó el fin para la astrología, porque desde entonces las estrellas giran según la órbita establecida por Cristo. En efecto, en esta es-cena se invierte la concepción del mundo de entonces que, de modo diverso, también hoy está nuevamente en auge. No son los elementos del cosmos, las leyes de la materia, lo que en definitiva gobierna el mundo y el hombre, sino que es un Dios personal quien gobierna las estrellas, es decir, el universo; la última instancia no son las leyes de la materia y de la evolución, sino la ra-zón, la voluntad, el amor: una Persona. Y si conocemos a esta Persona, y ella a nosotros, entonces el inexorable poder de los elementos materiales ya no es la última instancia; ya no somos esclavos del universo y de sus leyes, ahora somos libres. Esta toma de conciencia ha influenciado en la antigüedad a los espíritus genuinos que estaban en búsqueda. El cielo no está vacío. La vida no es el simple producto de las leyes y de la casualidad de la materia, sino que en todo, y al mismo tiempo por encima de todo, hay una voluntad personal, hay un Espíritu que en Jesús se ha revelado como Amor.» (Spe Salvi n. 5­)

Permitirnos el conocimiento personal del Hijo de Dios hecho hombre nos per-mitirá encontrarle a la vida humana un sentido distinto al material, la vida espiritual impregnada del Amor a Dios. En cuanto a la condición de incertidumbre ante la existencia del Paraíso nos explica Benedicto XVI considerando al sabio San Agustín:

«En el fondo queremos sólo una cosa, la vida bienaventurada, la vida que sim-plemente es vida, simplemente felicidad. A fin de cuentas, en la oración no pe-dimos otra cosa. No nos encaminamos hacia nada más, se trata sólo de esto. Pero después Agustín dice también: pensándolo bien, no sabemos en abso-luto lo que deseamos, lo que quisiéramos concretamente. Desconocemos del todo esta realidad; incluso en aquellos momentos en que nos parece tocarla con la mano no la alcanzamos realmente. ‘No sabemos pedir lo que nos con-viene’, reconoce con una expresión de san Pablo (Rm 8,26). Lo único que sa-bemos es que no es esto. Sin embargo, en este no-saber sabemos que esta realidad tiene que existir. ‘Así, pues, hay en nosotros, por decirlo de alguna manera, una sabia ignorancia (docta ignorantia)’, escribe. No sabemos lo que queremos realmente; no conocemos esta ‘verdadera vida’ y, sin embargo, sa-bemos que debe existir un algo que no conocemos y hacia el cual nos sen-timos impulsados…En el Evangelio de Juan, Jesús lo expresa así: ‘Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría ’(16,22).» (Spe Salvi n. 11-12).

36

Pharus academiæ

Así pues, no es sino en la experiencia de encuentro con Cristo en la que la vida terrena y la del paraíso encuentran su sentido, la ausencia de Cristo en la vida humana en el mundo natural y en el sobrenatural ofusca profundamente a la humanidad, así lo vemos plasmado en los personajes de Repentina Desgracia y de igual modo en los graves problemas de nuestra sociedad posmoderna tan llena de contrastes.

CONCLUSIóN

Este ejercicio de análisis ideológico acerca de la obra Repentina Desgracia ha resultado ser un pequeño acercamiento a la reflexión escatológica, es decir al estudio sistemático acerca de las realidades más allá de la vida terrenal. Esto ha sido en cierto modo necesario para iluminar las angustiosas preguntas en las que quedan envueltos los personajes de “Repentina Desgracia”: ¿Qué hacer ante la desgracia?, ¿Existe el paraíso? Job, el personaje creyente que ante la desgracia de su hijo asesinado se deja morir al parecer mediante una sobredosis de medicamentos; al considerarse en la antesala del cielo, tiene la confianza de ser salvado por su fe, sin embargo, es puesto a prueba por Niobe, la mujer que resulta junto con él, después de la desgracia de haber muerto en un accidente al encontrar a su marido en infi-delidad. Ambos personajes terminan necesitándose mutuamente para con-solarse ante la incertidumbre de lo que les acontecerá después de la muerte. Benedicto XVI nos orienta poniendo énfasis en la necesidad del encuen-tro con Cristo para hallarle el verdadero sentido a nuestra existencia, aún en aquellas experiencias que conlleven la desgracia; asimismo es la fe en Cristo la que llena de esperanza el corazón humano al experimentar la muerte te-niendo la serenidad de llegar al encuentro de Amor con el Creador en la vida eterna.

Los jóvenes actores de este montaje fueron Aurélie Clonrozier y el tampiqueño Alejandro Ramírez, quien ha logrado hacer una carrera como actor en Europa; ellos fueron dirigidos por Matej Hofmann.

37

Marzo 2008, número 2

Bibliografía

Benedicto XVI, Spe Salvi, Carta Encíclica, Roma 2008.comesaña-santalices, Gloria: A Puerta Cerrada. Análisis de las figuras

femeninas en el teatro sartreano, pág. 8. Revista de Filosofía. Vol. 24. Centro de Estudios Filosóficos, Universidad de Zulia, luz, Maracaibo (Venezuela).

Fischerova Daniela: Repentina Desgracia, guión de teatro reservado hasta el momento para el uso de la Compañía de Teatro Les Rescape, puesta en escena en mayo del 2000 en la Sorbona y en agosto de 2007 en Tampico, Tamaulipas México.

Sartre, Jean Paul: A Puerta Cerrada, Editorial Losada s. a., Buenos Aires 2004

http://www.motuproprio.org/exlibris/?p=84, Recuperado el 30 de octubre 2007.

http://www.clubdelibros.com/archisartre.htm, Recuperado el 5 de noviembre 2007.

Pharus Academiæ

Trabajo de investigación

40

Pharus academiæ

1845-1846 Notas para la historia de Tampico en la guerra con Estados Unidos ¹ (2.ª parte)

1 Aclaración pertinente. Siempre que se puede y no impide su lectura, en los documentos que se trans-criben en este trabajo, ya sea traducidos o simplemente transcritos, se mantiene la grafía original de la época. Cuando no ocurre así, se moderniza el texto, para hacerlo más comprensible. Por ejemplo México y Texas se escribían con j —Méjico y Tejas— jefe, con g —gefe— y palabras que hoy tienen un significado, con el que tenían en el siglo xix, v:gr: aportar —tomar puerto o arribar a él— etc.

Resumen

Por medio de la revisión de periódicos y documentos de la época, relaciona-dos con la guerra sostenida entre México y Estados Unidos entre 1846 y 1847, en la segunda parte de este trabajo, se continúa con la crónica de los eventos que llevaron al estallido de la guerra, los sucesos ocurridos tanto en Tampico, como en los ámbitos nacional e internacional alrededor de los hechos que desembocaron en la escaramuza Thornton, en lo que entonces era la parte septentrional de Tamaulipas, en el Rancho de Carricitos, en el Municipio de Matamoros, causa eficiente de la declaración de guerra al dar el pretexto al presidente americano James K. Polk, quien alegó «(el gobierno mexicano) por fin ha invadido nuestro territorio, y derramado sangre de nuestros conciuda-danos sobre nuestro propio suelo».

Abstract

Through the review of newspapers and documents from the time, related to the Mexican War, 1946-1847, in the second installment of this paper, it con-tinues the chronicle of events that lead to the outbreak of war, events that happened so much in Tampico, as in the national and international bounda-ries about the facts that ended in the Thornton skirmish, in what then was Tamaulipas’ northern territory, in the Carricitos Ranch in Matamoros’ Muni-cipality, that gave reason for the declaration of war to the American president James K. Polk, who invoked that “have (México) at last invaded our territory, and shed the blood of our fellow-citizens on our own soil”.

Palabras clave: México, Tampico, Tamaulipas, Guerra, Polk, periódicos.

Emilio LamadridPeriodista, editorialista y ensayista, ha publicado una novela histórica Santa Anna de Tampico, saga de una familia, investigador en el iest, Coordinador del Consejo de la Crónica Municipal para el Municipio de Tampico.

41

Marzo 2008, número 2

La política expansionista de Estados Unidos

La guerra sería parte de la política expansionista de Estados Unidos iniciada desde la independencia de las trece colonias originales. El despojo territorial a México fue una operación encubierta, planeada y ejecutada muchos años antes. Estados Unidos comenzó por dar gente, armas y dinero a la rebelión de los tejanos; reconoció su independencia y a la larga, la admitió como Estado y acabó por ampliar las fronteras de Tejas, a expensas de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, tomando la nueva frontera como pretexto para declarar la guerra. Si no hubiera sido así, si el gobierno de los Estados Unidos, una vez anexada Tejas, se hubiera limitado a defenderla, México no estaba en capaci-dad de quitársela. ¡Si no había podido recuperarla en 10 años! Pero el gobierno de Polk quería más, por lo que era preciso provocar una reacción para iniciar así la guerra. Obtenida la victoria, ocupado México por las tropas norteamericanas y en vísperas de las negociaciones de paz, el presi-dente Polk informaría en diciembre de 1847, sus verdaderas motivaciones.

SEGUNDA PARTE – LA HISTORIA DE ESOS DíAS.

«Bien sabido es que la única indemnización posible de parte de México a las justas y largo tiempo desatendidas reclamaciones de nuestros ciudada-nos, y su único medio de reembolsarnos de los gastos de la guerra, consisten en la cesión de una parte de su territorio a los Estados Unidos. México carece de dinero para pagar y de cualesquiera otros medios de efectuar la indemni-zación exigida.»

En el periódico Richmond Whig and Advertiser del 7 de enero de 1845, leemos: Palabra clave: Rebelión en México contra Santa Anna

El buque Eugenia, su capitán Biscoe, arribó ayer a este puerto desde Vera Cruz de donde zarpó el 12 de diciembre, El Capitán B. Mos informó que los pueblos principales y, de hecho, todo el país, se han declarado contra Santa Anna, quien, con una pequeña fuerza se encontraba en Yucrefaro (sic). La revolu-ción pasó muy tranquilamente, sin derramamiento de sangre: las anteriores revoluciones en las que se enfrentaron unos sectores del ejército contra otros, resultaron en gran pérdida de vidas, pero este movimiento al provenir tanto del pueblo como de las milicias, se transforma en algo generalizado, por lo que pierde su carácter sanguinario, Santa Anna tiene muy pocas posibilida-des de controlar esta rebelión, y es cuestión de conjeturas si intentará huir o se entregará. Lo más probable es que procure ganarse al General enemigo por medio de mordidas u otro medio igual de corrupto, pero se piensa que esto no sucederá. En caso de ser tomado prisionero, es probable que el pueblo exija su ejecución, ya que se piensa que estando en libertad podría ser peligroso para la seguridad pública. Más adelante respecto a Santa Anna dice: «(...) Aún si una porción de tropas suficientes se le adhiere, para permitirle continuar la guerra, conti-nuará rodeado de dificultades, hallándose en pleno corazón de la República, con Jalisco y los Departamentos que concurren con éste contra él desde el Pacífico por una parte y por otra México y los Departamentos del Golfo que concurren con éste. »Podría recuperarse por alguna vuelta de la rueda de la fortuna, y retomar su puesto como Presidente constitucional propietario, pero esto es muy im-probable, ya que el sentimiento público en su contra es casi unánime en casi todos los Departamentos.

Enero de 1845­

42

Pharus academiæ

»Por todo ello, lo más probable es que tenga que inclinarse ante la tor-menta y, si no es privado de su vida, podría escapar hacia Estados Unidos con una súbita marcha sobre Tampico, o hacia Sur América, por medio de la costa del Pacífico.

1845 Ley que convoca a los mexicanos a la defensa de la independencia nacional

Ante la anexión de Tejas, el presidente provisional José Joaquín de Herrera pu-blica una ley enviada por el Congreso, en cuya exposición de motivos se daba cuenta que el Congreso de Estados Unidos había resuelto la incorporación de Tejas a su territorio y que esto, a pesar de las declaraciones norteamericanas de amistad, ponía en peligro la soberanía de las naciones y la paz mundial, atacaba los derechos de México sobre ese territorio y violaba todos los tra-tados límites firmados por Estados Unidos: Por lo tanto, México tenía el de-recho de usar los recursos disponibles para impedir este despojo injusto. En consecuencia, la ley convoca a todos sus hijos a la defensa de la independencia nacional, amenazada por la usurpación del territorio de Tejas, que se intenta realizar con el decreto de agregación dado por las cámaras, y sancionado por el presidente de los Estados Unidos del Norte.

Aquí un extracto de este desconocido documento que, finalmente le costaría una buena parte de sus respectivos territorios a México y a Tamaulipas.

Marzo de 1845­ El 1.º de marzo de 1845, el Congreso de Estados Unidos publica una resolución conjunta ofreciendo términos de anexión a la República de Texas.

«Por resolución del Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en Congreso, que el Congreso concede consen-timiento para que el territorio contenido propiamente dentro y legalmente perteneciente a, la República de Texas, con forma de gobierno republicana, para que sea adoptado por el pueblo de dicha República, por representantes reunidos en convención, con el consentimiento del gobierno existente, a fin de que el dicho (Estado) sea admitido como uno de los estados de esta Unión. »Y sea además resuelto que el anterior consentimiento de Congreso sea otorgado bajo las siguientes condiciones, a saber. »Primero, dicho Estado será formado, sujeto al ajuste por el gobierno en todas las cuestiones de límites territoriales que se presenten con otros Gobiernos – y con evidencia de que la constitución ha sido adoptada por el pueblo de la dicha República de Texas, deberá ser transmitida al Presidente de los Estados Unidos para que la presente al Congreso para su acción final antes del primer día de enero de mil ochocientos cuarenta y seis. »Segundo, dicho Estado, cuando sea admitido en la Unión, después de ceder a los Estados Unidos todos los edificios públicos, fortificaciones, ba-rracas, puertos y bahías, marina y astilleros, muelles, santabárbaras, armas y armamentos, y todas otras propiedades y medios que tengan que ver con la defensa pública que pertenezcan a la dicha República de Texas; deberán retener todos los fondos públicos, deudas, impuestos y créditos de todo tipo que puedan pertenecer o ser adeudadas a dicha República de Texas; y de-berá también retener todos los terrenos vacantes y sin propietario que haya dentro de sus límites, para disponer de ellos al pago de adeudos y pasivos de dicha República de Texas, y el resto de dichos terrenos, después de abonar dichos adeudos y pasivos, para ser dispuestos como dicho Estado desee; pero de ninguna manera dichos adeudos y pasivos serán cargados al Gobierno de los Estados Unidos.

43

Marzo 2008, número 2

»Tercero, nuevos estados, de tamaño adecuado, que no excederán de cuatro además de dicho Estado de Texas, que tengan suficiente población, podrán ser formados del territorio actual, con el consentimiento de dicho Estado, que podrán ser admitidos bajo las prevenciones de la constitución federal. Y los Estados que sean así formados de la porción de dicho territorio al sur a trein-ta y seis grados treinta minutos latitud norte, conocido comúnmente como la línea de compromiso de Missouri, serán admitidos en la Unión, con o sin esclavitud, tal como el pueblo de cada Estado lo desee al solicitar la admisión. Y en el dicho Estado o Estados que se formen del dicho territorio al norte de dicha línea de compromiso de Missouri, la esclavitud o servidumbre involun-taria (excepto por delincuencia) será prohibida. »[...] sea resuelto que un Estado, formado a partir de la actual República de Texas, con una superficie y fronteras adecuadas y con dos representan-tes en el Congreso, hasta que se haga un nuevo prorrateo, será admitido en la Unión, por virtud de esta resolución, en igualdad de condiciones que los demás Estados, una vez que los términos y condiciones de tal admisión y la cesión del territorio texano sobrante a los Estados Unidos sean acordados por los Gobiernos de Texas y de los Estados Unidos. Y la suma de cien mil dólares, y tal cifra es por este media asignada para sufragar los gastos de misiones y negociaciones para acordar los términos de dichas admisión y cesión, ya sea por un tratado para ser presentado al Senado o artículos que serán presenta-dos ante ambas Cámaras, como lo decida el Presidente. »Aprobado el 1.º de marzo de 1845­.

Texas se incorpora a la Unión Americana. México rompe relaciones con los Estados Unidos.

La aceptación del Congreso de Estados Unidos a la anexión se votó el 1.º de marzo de 1845­. Ante el hecho, el gobierno Mexicano envió una nota de pro-testa al de Washington y a mediados de abril, llegó a Veracruz el encargado de negocios mexicano en EE.UU., Juan N. Almonte, llamado por el gobierno mexicano y al mismo tiempo, escoltado por cuatro buques de guerra yanquis, llegó un comisionado de aquel gobierno con instrucciones para su ministro en México, Shannon, de retirarse de México, en respuesta a la retirada de Al-monte de Washington. El 12 de mayo el Sr. Shannon recibió sus pasaportes y regresó a su país. Herrera, el nuevo presidente mexicano veía la cuestión de Texas bajo un punto de vista más realista que su antecesor, Santa Anna, quien tal vez con la inquina de la derrota de San Jacinto, insistía en someter a los tejanos por las armas, por lo que no aceptaba su independencia. Herrera juzgaba que con la declarada protección que daban los Estados Unidos a los tejanos, para agregar ese territorio a la Unión Americana, era preferible reconocer la independencia de los tejanos, levantando así una nueva nación, que sirviera de valladar entre México y los Estados Unidos. El Congreso Mexicano autorizó al Presidente Herrera a entrar en tratos con el gobierno tejano, bajo las siguientes condiciones:

Juan Nepomuceno Almonte (1803-1869)

México consentiría en reconocer la independencia de Texas; Texas se comprometería formal y solemnemente a no agregarse a

ningún otro país; Debía hacerse un convenio sobre indemnizaciones, por los territo-

rios cedidos; Se debían determinar los límites del Estado Tejano.Si Texas consentía en agregarse a los Estados Unidos, la negocia-

ción sería considerada nula y sin valor.

44

Pharus academiæ

El Richmond Enquirer, el martes 18 de marzo de 1845, reportaba lo siguiente: Del New Orleans Courier del 8 de marzo. México.

Con la arribada del bergantín Leopold, su capitán Donnel, recibimos perió-dicos de Vera Cruz del 17 de febrero –en los que no encontramos noticias de mucha importancia. Santa Anna aún se encontraba detenido en la prisión de Perote, contrario a la inteligencia recibida desde Yucatán. Es opinión generalizada de que no será fusilado. El Sr. Gómez Farias partió de Vera Cruz hacia la Ciudad de México el 25­ de febrero: lo esperaba una favorable recepción. Encontramos en la Gaceta de Tampico del 12 de febrero, los siguientes pá-rrafos:

«La Junta de protección dirigió el 10 de febrero una apelación al Congreso del departamento, solicitando se pase una ley al tenor siguiente: Hacer de Tampico de Tamaulipas puerto de almacenamiento igual que Vera Cruz, en conformidad con el decreto del 11 de abril de 1837. Reformar la tarifa actualmente en vigor, adoptando los principios de aque-lla de 1842, reteniendo lo que aquella tarifa contenga con relación a la canti-dad y calidad de las mercancías. Permitir la libre circulación de dinero en metálico en el interior. Cuando las mercancías extranjeras hayan pagado derechos en un puerto, pueden ser transportadas a cualquier parte de la República sin ser sometidas a otros impuestos.»

El Viernes 28 de marzo de 1845 el mismo periódico Richmond Enquirer reportaba desde Tampico:

El extracto de una carta de Tampico publicada en el Mobile Advertiser, fecha-da el 23 de febrero, dice: «La revolución en este país está lejos de haber con-cluido; más aún, consideramos que aún no ha comenzado verdaderamente. En breve debes esperar oír de derramamientos de sangre. Simplemente nos deshicimos de un tirano para hacer espacio a una legión.»

«¡Importantes noticias! México- Habana. – El bergantín Titi, y Brown, su capitán, arribó ayer por la mañana después de 8 días de travesía de la Habana, de donde tenemos noticias hasta el 10 del presente, inclusive. El vapor británico Thames, de Vera Cruz y Tampico, en 5­ días, trae noticias de México al 28 y de Vera Cruz al 30 del pasado mes. Los periódicos mexicanos informan de una propuesta del gobierno de Texas al Presidente interino de México, para entrar en negociaciones, cuyo objeto sea el reconocimiento de este último de la independencia tejana, en bases honorables para ambas repúblicas. Herrera inmediatamente sometió la propuesta a la atención del congreso por medio de Cuevas, Ministro del Exterior.»

Mayo de 1845­ El viernes 30 de mayo, el Richmond Enquirer dedica 2 390 palabras a lo que cabecea como Emocionantes noticias del Sur

Del periódico The Jeffersonian Republican de Nueva Orleáns, el 20 de mayo.

45

Marzo 2008, número 2

Los esposos Chase y el General Parrodi

Los días anteriores y posteriores a la caída de Tampico, una gran cantidad de cartas se cruzaron entre diferentes actores del drama. Posiblemente las más importantes sean las de los personajes principales. La correspondencia cruzada entre Santa Anna, Parrodi, los enemigos de éste y el Ilustre Ayun-tamiento, junto con las emanadas de la pluma de Ann Chase, la esposa del cónsul Franklin Chase, cartas todas que, paso a paso, dan a conocer el estado de indefensión en que quedaba el Puerto y que finalmente llegarían a manos del Comodoro Conner, quien tomaría la decisión y dictaría las medidas para que en un término de 20 días, Tampico cayera en manos del Ejército y Marina de Estados Unidos, como cuartel, campo de entrenamiento y trampolín para la primera invasión anfibia —de muchas— de Estados Unidos. La correspondencia entre el Cónsul Franklin Chase y James Buchanan res-pecto a México, Texas, la anexión y la guerra se inician cuando el 28 de junio de 1845­, Franklin escribe a Buchanan que a la llegada de un pequeño navío danés, con despachos de los Cónsules Británico y Mexicano en Nueva Orleáns al comandante militar en la ciudad que: regimientos de tropas de Estados Unidos, han entrado recientemente en la República de Texas y tomado posi-ciones cerca de la frontera de la República Mexicana y que también, una gran fuerza naval se encontraba en la costa de Texas, observando los movimientos del Gobierno Texano. Estas noticias han causado alguna preocupación y existen temores de que el Gobierno Mexicano recurra de inmediato a duras medidas contra las per-sonas y propiedades de nuestros compatriotas que residen dentro de esta ju-risdicción. Si la ambición de este Gobierno llegara tan lejos como para confiscar la propiedad de los ciudadanos de Estado Unidos, los que residen aquí están te-merosos de que la ayuda de la Armada de Estados Unidos no alcance a llegar a tiempo, ya que este puerto no ha sido visitado por alguno de nuestros buques de guerra desde el 24 de diciembre de 1843. En El Gején, periódico publicado por Sebastián Perillos en Tampico, en su ejemplar del 21 de junio, repetía lo aparecido en el periódico la Hesperia del 4, el acuerdo del congreso de la República que decía:

2 José Joaquín De Herrera Nació en Jalapa en 1792. En 1809 entró al ejército Real y en 1814 fue promovido a Capitán. En 1820 se retiró a Perote, donde estableció una botica. En febrero de 1821, al pronunciar la indepen-dencia Iturbide, los oficiales del regimiento de granaderos de Jalapa se pronunciaron por la independencia, depusieron a su Co-ronel y llamaron a Herrera. Se unió al Plan de Iguala en marzo de 1821. Ocupó Córdoba y fue derrotado en Tepeaca. Combatió en el sitio de Puebla bajo Nicolás Bravo, y entró en la capital como parte del ejército Tri-garante. De 1822 a 1823 fue diputado por Veracruz al primer Congreso Constituyente. Desavenencias con Iturbide provocaron que fuera encerrado, acusado de conspiración. Obtuvo su libertad y se reintegró al Con-greso que aceptó la abdicación del empera-dor en marzo de 1823. En este mismo año, fue designado capitán general de la Ciudad de México por el Supremo Poder Ejecutivo, tiempo después fue jefe político de Guada-lajara. Fungió varias veces como secretario de Guerra y Marina, y fue comandante militar de Michoacán y Yucatán, comandó el cuerpo Nacional de Caballería, y en 1828 volvió a ser diputado federal por Veracruz. Fue Gobernador de la ciudad de México durante el motín de La Acordada, del 4 de noviembre al 3 de diciembre de 1828; co-mandante militar de Puebla y Oaxaca y en 1829 jefe del Ejército de Reserva. Fungió como inspector general del ejército; pre-sidente del Tribunal Militar. En 1844 era presidente del Consejo de Estado cuando el senado nombró presidente a Valentín Ca-nalizo, pero debido a su ausencia Herrera ocupó su lugar del 12 al 21 de septiembre. El 7 de diciembre de ese año fue otra vez nombrado presidente de la República por el senado y por Santa Anna. El 14 de Junio de 1845 fue elegido presidente Constitucional y lanzó un manifiesto para reorganizar el ejército y concertar la paz con los Tejanos, pero acusado de pacifista, el 30 de diciem-bre fue destituido por Mariano Paredes.

«José Joaquín Herrera2 & c. »El Congreso nacional de la república mexicana, considerando: »Qué las cámaras de los Estados Unidos del Norte, por un decre-to que su egecutivo ha sancionado, ha resuelto incorporar el terri-torio de Tejas a la Unión americana. »Que este modo de apropiarse territorios estraños sobre que tie-nen derecho otras naciones, de grave atentatoria de la soberanía de las naciones. »Que esta usurpación, hoy consumada en daño de México, ha estado preparándose insidiosamente hace mucho tiempo, a la vez que se ha proclamado la mas cordial amistad, y mientras que por parte de la república se respetaban escrupulosa y lealmente los tra-tados existentes entre ella y aquellos estados. »Que la referida agregación de Tejas a los Estados Unidos con-culca todos los principios conservadores de las sociedades, ataca todos los derechos que México tiene sobre aquel territorio, es un insulto a su dignidad, como nación soberana, y amenaza su inde-pendencia y su ser político. »Que la ley de los Estados Unidos sobre agregación de Tejas a la Unión americana en nada destruye los derechos que tiene y sosten-drá, sobre aquel departamento.

José Joaquín De Herrera (1792-1854)

Junio de 1845­

46

Pharus academiæ

»Que conculcados por parte de los Estados Unidos los principios que sirven de base a los tratados de amistad, comercio y navegación, y muy especialmente el de límites, fijados con precisión en tratados anteriores al de 183?, los considera violados por aquella nación. »Y finalmente, que el despojo injusto de que se quiere hacer víc-tima a la nación mexicana, la constituye en el buen derecho de usar todos sus recursos y poder para resistir hasta el último trance di-cha agregación, decreta:

1.º La nación mexicana convoca a todos sus hijos a la defensa de la independencia nacional, amenazada por la usurpación del terri-torio de Tejas, que se intenta realizar con el decreto de agrega-ción dado por las cámaras, y sancionado por el presidente de los Estados Unidos del Norte.

2.º En consecuencia, el gobierno pondrá sobre las armas, toda la fuerza del ejército, conforme a la autorización que le conceden las leyes vigentes, y para la conservación del orden público, sos-tén de las instituciones, y en caso necesario, servir de reserva al ejército, el gobierno usando de la facultad que se le concedió en 9 de Diciembre de 1844, podrá levantar los cuerpos de que habla el mismo decreto, bajo el nombre de ‘Defensores de la indepen-dencia y las leyes’.

Miguel Artistan, diputado presidente.Francisco Calderón, presidente del Senado.José Joaquín de Rosas, senador secretario.

Aprobado, y se ordena su impresión y publicación.José Joaquín De Herrera.A. D. Luis G. CuevasPalacio Nacional, Ciudad de México, a 4 de junio de 1845­.»

26 de julio de 1845 Taylor y el Ejército de Ocupación

El Ejército encabezado por Taylor que se convertiría en el instrumento del Destino Manifiesto de Polk, fue agrupado 25­ millas al sur de Natchitoches, en el Estado de Luisiana. El primer contingente de tropas salió de Nueva Orleáns en el buque Alabama, mientras que los Dragones, la caballería que peleaba como infantería y los carros con la impedimenta viajaron por tierra. Cuando el Alabama llegó a Puerto Aransas la mañana del 26 de julio de 1845­, un teniente saltó a la orilla y en una duna de la isla de San José plantó la bandera de las barras y las estrellas, donde varias unidades del tercero de Infantería comandado por Tte. Cor. Ethan Allen Hitchcock, acamparían tem-poralmente. Pronto los soldados limpiaron el terreno y levantaron un bosque de blancas tiendas de campaña El General Taylor quería llegar a Corpus Christi que había sido elegida para base de operaciones por dos razones: la primera, que estaba dentro de la franja del Nueces en disputa y el presidente Polk quería provocar la reacción de México y en segundo lugar porque el fundador del pueblo, un tal Kinney había bombardeado Washington con cartas en las que alababa las virtudes del lugar para un ideal campamento del ejército. Obviamente Kinney se hizo rico con esto. El pueblo al que llegaron la tarde del 1.º de agosto de 1845­, era apenas un caserío de 100 habitantes, dedicado a la venta de mercaderías prohibidas en México, comprada por contrabandistas mexicanos.

Imagen más antigua de Corpus Christi ca. 1846

Julio de 1845­

47

Marzo 2008, número 2

Un oficial escribió: «Después de gozar de la espléndida vista desde los ris-cos, paseamos por la hermosa pradera en cuyas orillas residen muchas de las familias mexicanas. Sus residencias son más bien primitivas, nada más que cobertizos, parcialmente construidos con torcidas ramas de mezquite y los techos cubiertos con unas hierbas largas que crecen en las marismas llamada tule.»

Decisiones unilaterales

El 16 de julio de 1845­, el Ministro de Relaciones exteriores, Luis G. Cuevas se presentó ante el Congreso para informar las condiciones que se habían pues-to a la república de Texas para ser reconocida como nación independiente por el gobierno Mexicano, pero 12 días antes, el 4 de ese mes las autoridades de Texas en convención ratificaron por unanimidad su anexión a los Estados Unidos. El 21 de julio, las Cámaras Mexicanas de Diputados y Senadores emitieron un comunicado que decía: Desde el momento en que el gobierno sepa que el Departamento de Texas se ha agregado a la Unión Americana, o que tropas de ella la han invadido, declarará hallarse en guerra con los Estados Unidos de Norteamérica. En ese mismo documento facultaba al Ejecutivo para con-tratar un préstamo por quince millones de pesos, para hacer frente a los gas-tos de la guerra declarada contra Estados Unidos. El 25­ de junio 1845­, el General Zacarías Taylor acampó en Corpus Christi, en la desembocadura del río Nueces, frontera natural entre Texas y Tamauli-pas. Para fines de ese año, la mayor parte de las tropas del ejército regular de Estados Unidos, alrededor de tres mil quinientos hombres, se encontraban acantonadas en ese punto.

Punta Isabel, donde acampó Taylor y su ejército

El Richmond Whig and Advertiser del 28 de julio de 1845 reportaba:

«La goleta Sarah Ann, capitán Davidson dejó Tampico el 1.º de julio y arribó a Filadelfia el pasado jueves. Era tal el temor de una orden de embargo sobre las naves norteamericanas en los puertos mexicanos que la partida del Sarah Ann fue apresurada. A su llegada recibimos nueve copias del Gején publicado en Tampico en las cuales encontramos editoriales urgiendo la inmediata de-claración de guerra contra los Estados Unidos, como último recurso del Go-bierno puesto en tal situación por la consumación de la anexión de Tejas. El

Zacarías Taylor (1784-1850)

48

Pharus academiæ

26 de junio llegó a la barra, río arriba de Tampico, un pequeño navío que envió un paquete sellado, que supuestamente contenía oficios y el cual inmedia-tamente fue entregado al General Arista. El navío continuó viaje hacia Vera Cruz. -Balt. Pat.

El 20 de agosto, el Cónsul Franklin Chase enviaba a Buchanan dos periódicos

En la carta, le informa que adjuntaba dos periódicos, que contenían la infor-mación política y militar más importante relacionada con este Gobierno. Por los relatos militares parecería que el Gobierno Mexicano hace grandes esfuerzos para mandar una gran fuerza a la frontera de Texas pero que, bajo el exhausto estado de sus actuales finanzas, es probable que la actual expe-dición esté colocada en la posición de no poder proceder más al norte de San Luis Potosí.

El Richmond Enquirer del 12 de septiembre de 1845 noticiaba

En el Baltimore Republican del pasado martes por la tarde publica una carta del 31 de agosto de Pensacola, recibida por el buque de guerra de EU Saratoga, dice:

«El Congreso ha autorizado al ejecutivo a pedir un préstamo de quince millones de pesos y llamar al ejército a veinticinco mil soldados... Está equi-pando su marina de guerra e incrementando el número de buques artillados... Se han enviado tropas a Tampico en el vapor Moctezuma... México está con-vencido que Inglaterra lo ha persuadido de tomar un paso en falso al ofrecer el reconocimiento de la independencia de Tejas y no esperan ayuda de aquel país... Los periódicos continúan muy agresivos con los EE.UU....

El Niles National Register del 13 de septiembre de 1845: rumor de movilización de tropas Mexicanas hacia Texas

El capitán Gómez de la goleta Joaquín informa que, al zarpar de Tampico, había rumores de que el General Herrera se había reelegido como Presidente y que mil quinientos soldados marchan del interior a reunirse con el General Paredes, que tiene dos mil más; que una vez que las tropas se reúnan, mar-charán sobre Galveston por la ruta del norte, mientras el Gral. Arista ataca al Gral. Taylor. El Capitán Gómez también dice que los mexicanos han enviado emisarios a alborotar a los esclavos en Tejas.

El Richmond Whig and Advertiser del 16 de septiembre de 1845 informó

Del New Orleans Tropic, septiembre 5­. Un Regimiento de Dragones al mando del Cor. Twiggs llegó a Corpus Christi el 26 pasado. Al mismo tiempo llega-ron tres grupos de comerciantes mexicanos al campamento del Gral. Taylor con un buen número de reportes, pero de cuya certeza no hay mayor seguri-dad. Uno de esos reportes es que un Regimiento Mexicano de alrededor de 700 hombres partió de Tampico hacia Matamoros hace seis semanas, pero que su número se redujo a 300 debido a enfermedades y deserciones durante la marcha, inducidas por la falta de alimento y agua. Las deserciones son ex-tremadamente frecuentes en casi todos los puestos militares del Noreste de México.

Agosto de 1845­

Septiembre 1845­

49

Marzo 2008, número 2

El Niles’ National Register del 4 de octubre de 1845 informaba

No se hacen preparativos en las defensas en Tampico, donde alrededor de 20 hombres trabajaban montando un cañón. En la mañana de 15­, llegó un reporte a Vera Cruz, vía México, que nuestras tropas estaban avanzando en Matamoras (sic)³ 3 000 regulares y 1 800 tejanos. Se dice que llevan 18 pie-zas de artillería y van precedidos de 700 indios, quienes no se considera es-tén aliados con los Estados Unidos. La noticia causó gran revuelo tanto en México como en Vera Cruz. Se me ha dicho que la artillería es particular-mente temida por los soldados mexicanos.

La situación política en México en 1845

El 15­ de septiembre de 1844, el Congreso había desconocido el gobierno de Santa Anna, y después de un breve interinato del general José Joaquín He-rrera, y del General Valentín Canalizo, el 6 de diciembre de 1844, el Congreso nombró Presidente interino al general José Joaquín Herrera, que nombró Se-cretario de Relaciones exteriores a Luis G. Cuevas. En las elecciones efectua-das el 1.º de agosto de 1845­ resultó electo el mismo General Herrera, quien nombró en lugar de Luis G. Cuevas, al Lic. Manuel de la Peña y Peña. A éste le tocaría entonces afrontar la situación con el gobierno de los Estados Unidos.Aunque México y Estados Unidos habían retirado a sus respectivos Ministros, quedó en México como Cónsul de los Estados Unidos John Black quien, el 13 de octubre de 1845­ preguntó al gobierno Mexicano si estaría dispuesto a reci-bir a un plenipotenciario. Manuel de la Peña y Peña aceptó el 15­ de octubre po-niendo dos condiciones: que viniera con carácter de extraordinario y no como Ministro residente, y que antes se retiraran de las aguas de Veracruz las naves americanas que estaban desde abril. La administración del Presidente Herrera contaba con el apoyo del Congreso, pero la idea de la paz no era popular. La prensa clamaba contra la disposición pacífica y los partidos calificaban como traición a la patria y perfidia, todo lo que no fuera guerra, considerando la lucha como único me-dio de salvar la honra nacional. Tomando como pretexto la debilidad con que Herrera trataba la cuestión tejana, el 14 de septiembre de 1845­, se levantó en armas el General Mariano Paredes Arrillaga, para derrocar a Herrera. El 3 de diciembre de 1845­, en plena revolución, llegó a México el enviado Norteamericano, Senador John Slidell. Manuel de la Peña y Peña se entrevistó con el Cónsul Norteamericano, y le pidió que dijera a Slidell que no pasara a la capital, pues su presencia podía ayudar a derrocar al gobierno. Black se reunió con Slidell en Puebla, y trató de convencerlo de que esperara algunos días; pero éste siguió su viaje a la capital, a donde llegó el sábado 6 de diciem-bre. Al día siguiente, avisó oficialmente su llegada al presidente José Joaquín Herrera y pidió audiencia para presentar sus cartas credenciales. El 15­ de diciembre, el Sr. Slidell envió una nota al gobierno Mexicano, pro-testando por tan larga demora. Sólo habían transcurrido siete días de su llegada. A esta nota contestó el Ministro Mexicano diciendo que la demora nacía de la naturaleza de su comisión, que un asunto tan grave como la cues-tión de Texas debía ser tratado concienzudamente por el Consejo de gobierno y el Congreso. El 17 de diciembre, Slidell comunicó al gobierno de los Estados Unidos el curso de su asunto. Al día siguiente de haber recibido la comuni-cación de Slidell, Washington dio orden al General Taylor para que marchara hacia el río Bravo.Mientras tanto, en los mentideros políticos mexicanos, particularmente de los «puros», se rumoraba que el objeto de Slidell no era tratar la cuestión de

Octubre de 1845­

Diciembre de 1845­

3 Matamoras. A lo largo de las comunicaciones periodísticas nos encontramos con esta gra-fía para designar la ciudad de Matamoros. Por economía de sicuts, a partir de ahora se escribirá con la grafía correcta.

50

Pharus academiæ

Texas, sino la cesión de Nuevo México y las Californias a cambio de dinero y cancelación de la deuda, alrededor de veinticinco millones de dólares (o pe-sos, estaban al uno por uno) en total. Slidell nunca fue recibido por el Presidente José Joaquín Herrera, ya que el 30 de diciembre de 1845­, el General Gabriel Valencia, jefe de la guarnición de la capital, se pronunció a favor de la revolución de Paredes y el Presidente José Joaquín Herrera le entregó el poder. El 3 de enero, conforme al artículo 2º del Plan, se eligió Presidente interino. La Junta fue presidida por el Arzobispo de México, Manuel Posada. Al caer la noche, obviamente por unanimidad, eligieron Presidente a Paredes.John Slidell se retira de México. Luego que supo el gabinete de Washington el cambio político ocurrido en la república, dio instrucciones a Slidell para que presentara sus credenciales de Ministro Plenipotenciario al nuevo gobierno. El 1º, de marzo Slidell escri-bió una nota en la que aseguraba que estando los destinos de la República Mexicana en otras manos, quería hacer otro esfuerzo para apartar la gran calamidad de la guerra. El 12 se comunicó a Slidell la decisión del Consejo de Gobierno de no recibirlo como Ministro Plenipotenciario. El 17 de marzo, Slidell pidió sus pasaportes para salir del país. El gobierno de México los extendió el 21 y Slidell zarpó el 30 a bordo del vapor Mississippi. También el 17 de marzo Paredes había dirigido un Manifiesto a la nación di-ciendo:

«No es mío el derecho de declarar la guerra a los Estados Unidos…. México no cometerá una sola agresión, como no la ha cometido nunca contra el pue-blo y el gobierno de los Estados Unidos; pero la que le fuere cometida, se recha-zará con toda la extensión de nuestro poder y con toda la energía de nuestro carácter, porque la defensa no es más que el derecho de la conservación.»

Bellas palabras. En la realidad el país no tenía capacidad económica ni mi-litar para enfrentar al ejército de los Estados Unidos ni a ningún otro.

El 10 de enero, el periódico The New York Sun invitaba a México a unirse a EE. UU.

El 10 de enero de 1846, el periódico The New York Sun Weekly, trataba no sólo de que los habitantes de la república Mexicana miraran como un bien que Texas formara parte de los Estados Unidos, sino que los invitaba a unirse a una nación que daría la paz y la felicidad de que se había visto privado México desde la independencia, decía: ¿Qué ha ganado México con su revolución con-tra España? ¿Qué mejoras se han hecho en las condiciones del pueblo desde la independencia? Ningunas. La independencia y el republicanismo no tienen una existencia real en el país; todo ha sido anarquía o despotismo. Bajo los españoles, el país no tenía deudas; ahora debe ochenta millones de pesos y apenas puede pagar el interés de ellos. ¿No sería mejor agregarse a la Unión como un estado libre de la Confederación Norteamericana? Y añadía una serie larga de bondades que vendrían con la anexión: bancos, ferrocarriles, carreteras, buenas cosechas de algodón, azúcar, trigo, etc., las propiedades de la Iglesia católica serían protegidas, habría ley, orden, buen go-bierno, y el pueblo mejoraría en todos los aspectos, y sería el Estado más rico y poderoso de la Unión. Este artículo llenó de indignación a todos los mexi-canos, pero el Sun Weekly, expresaba las miras del gobierno de Washington respecto a México. En su insaciable codicia de ensancharse, no se limitaban ya a absorber a Texas, sino que querían extender su dominio a todo el país.

Enero de 1846

51

Marzo 2008, número 2

En esta guerra tan poco conocida, Estados Unidos ganó un territorio que contenía enormes riquezas, y un muy bien entrenado cuerpo de oficiales, quienes pondrían en práctica su experiencia militar para destruirse mutua-mente en la Guerra Civil: Robert E. Lee, Ulysses S. Grant, Stonewall Jackson, y William T. Sherman, entre otros, adquirieron su primera experiencia militar en México. Y todos ellos pasaron por Tampico y algunos escribieron acerca de la ciudad, como veremos más adelante. La victoria también confirmó y reforzó actitudes yanquis que los mexica-nos encontraron siempre amenazadoras: la idea de que al igual que indios y negros la mexicana era una raza inferior y la creencia de que la gente que no habla inglés es ignorante. Estas mismas actitudes yanquis provocaron la creación del batallón de San Patricio, formado por soldados irlandeses cató-licos que desertaron para pelear por México y rebeliones armadas en Nuevo México y California, después de que ambos estados, sin oponer mayor resis-tencia, fueron absorbidos por EE.UU. Después de la guerra, esas mismas actitudes continuaron dirigidas en con-tra de los mexicanos que habían vivido por generaciones en los territorios conquistados. Muchos perdieron sus tierras ancestrales por la fuerza o por disputas jurídicas. Otros no pudieron soportar la agresión contra sus cos-tumbres y tradiciones. Desterrados de sus propias tierras se fueron a México o a estados como Luisiana, en donde la diversidad cultural era más aceptada. Algunos mexicanos permanecieron en el suroeste yanqui, volviéndose ciuda-danos de los Estados Unidos y sus territorios. Estos conocidos como chicanos, han ido aumentando con los que emigraron desde recién terminada la gue-rra, ya fuera por las continuas revoluciones o por la falta de tierra, trabajo y oportunidades.

El 19 de enero de 1846 el Brooklyn Daily Eagle cuestionaba los intereses ocultos de Inglaterra con esta breve nota:

En suma, no puede haber ninguna duda que el Gobierno de Herrera ya ha sido sustituido por una Dictadura Militar y que el pobre, aturdido, tambaleante México, corre hacia su caída. La pregunta al ave de rapiña Británica parece ser ¿qué porción del cadáver elegirá para cebarse en consideración del prés-tamo de $40 000 000 —California o todo México? El nuevo estado de cosas en Inglaterra, difícilmente tenderá a mejorar las dificultades respecto a México.

De nuevo surge la idea monárquica

El 24 de enero de 1846, vio la luz el primer número del periódico El Tiempo, que tomaría la defensa de los principios monárquicos, por las plumas de Lu-cas Alamán, Diez de Bonilla, Tagle, Elguero, y otros escritores de excelente reputación en la república. Todos ellos habían sido fervorosos defensores del sistema republicano. El 12 de febrero, los redactores de El Tiempo, enarbolaron con toda fran-queza su bandera monarquista. Después de manifestar su amor a la inde-pendencia, el tino con que la verificó Iturbide en 1821, destinando el trono de México a un príncipe Español, hacían una pintura del mal estado en que se encontraba el país por sus desaciertos políticos, y decían: La libertad civil se ahogó en continuas revueltas; de un ejército aguerrido y disciplinado se hizo un instrumento de ambición y anarquía. Los Presidentes y los Congresos ca-yeron en sangrientas revoluciones. La guerra civil en los campos, los desór-denes en las ciudades han sido desde entonces nuestro estado casi normal; los Estados Unidos nos arrebatan Texas y preparan la usurpación de las Ca-lifornias. Por eso, creemos que nuestra república ha sido un ensayo costoso, un escarmiento duro, pero que tiene remedio aún. Queremos una monarquía

Robert E. Lee

Stonewall Jackson

William T. Sherman

52

Pharus academiæ

representativa, queremos la unidad de la nación, queremos el orden junto con la libertad política y civil, queremos la integridad del territorio Mexicano; en fin: queremos todas las promesas y garantías del Plan de Iguala, para asegu-rar en cimientos estables nuestra gloriosa independencia. La clase acomodada se suscribió a aquel periódico, que indicaba como re-medio único para restablecer la paz y acabar de una vez por todas con las bastardas aspiraciones de mando, un nuevo sistema político para México. Sin embargo, ante la lucha que se avecinaba, el principio monárquico no te-nía más defensor que El Tiempo; la generalidad de la gente era republicana, pero la idea monárquica empezaba a ganar fuerza ante los desaciertos de los que habían gobernado al país. La renuncia del General Almonte, avanzado republicano, al Ministerio de guerra, hecha el mismo día en que El Tiempo se manifestó monárquico, se tomó como prueba que el resto del Gabinete era monarquista.

El Niles’ National Register del 14 de febrero de 1846: Daba a conocer la fuerza del Ejército de Ocupación yanqui y sus dificultades para avanzar al Río Bravo.

Febrero de 1846

Estas fuerzas están al mando del general brigadier graduado Zachary Taylor.

Ejército de Ocupación Oficiales Soldados Total EnfermosCuartel General 24 24

2.o de dragones 10 compañías 41 555 596 80Artillería 12 compañías 81 842 923 97

Infantería 5­0 compañías 200 2 336 2 536 324Total 246 3 723 4 079 501

Nada nuevo se supo de Corpus Christi esta semana. Un párrafo de New York Journal of Commerce informa, que el ejército tiene órdenes de tomar posicio-nes sobre el Río del Norte, pero la riqueza del suelo pone el fango tan exquisito como para prevenir todo movimiento.

Ese mismo día una carta informaba de buques de guerra yanquis frente a California

California, 8 de octubre de 1845­. Las noticias aquí son que pronto habrá en-frentamientos con México. Si hubiera tal guerra, nosotros nos quedaremos aquí hasta que termine. Confío en que no será así.

Nuestros buques están rondando por estas costas, en tan gran número que los nativos empiezan a preocuparse. Los cañones (de nuestros buques) han erizado frente a Monterrey durante el último mes, y en caso de declara-ción de guerra, media docena de buques más estarán aquí enseguida, y en-tonces California será nuestra. Este año ha sido especialmente bueno para los negocios, ya que sólo ha llovido en la mitad de la costa, en la parte de barlovento.

El London Times del 12 de febrero, publica una carta de Tampico

El 12 de febrero el London Times publica una carta de un corresponsal —por lo que dice, posiblemente un inglés avecindado en Tampico— que habla del comercio británico en México.

53

Marzo 2008, número 2

«(De nuestro corresponsal) San Juan de los Lagos, 18 de diciembre de 1845­. Recién he concluido el negocio que me trajo a la feria de San Juan de los Lagos, y le escribo estas líneas con la esperanza de que algunos particulares puedan ser de interés para usted. »El pueblo de San Juan está situado en un pequeño valle, en el estado de Jalisco (o Guadalaxara [sic]), y su feria anual para conmemorar la fiesta de La Purísima el 8 de diciembre, ha adquirido gran importancia como merca-do principal para todos los departamentos del norte de la República, para todo tipo de productos del campo y manufacturas, tanto extranjeros como domésticos. En la actual ocasión, hubo una cantidad inusualmente grande de personas y creo que decir 100 000 a 15­0 000, no sería sobreestimar el número de personas que se agolparon en este pequeño punto. Las principales casas (de comercio) extranjeras de México, Tampico, Guanaxuato (sic), Zacatecas y Guadalaxara (sic), están representadas en la feria, y el volumen de artículos extranjeros traídos aquí para su venta, deben exceder el millón de libras es-terlinas, aunque es imposible calcularlo con gran exactitud. La competencia entre los comerciantes extranjeros fue, del mismo modo, mayor que la usual; y ésta puede deberse a la ansiedad de deshacerse de sus almacenes antes de que las nuevas tarifas entren en operación. »Hubo una nueva modalidad en la feria este año, a la cual ruego le preste la mayor atención, ya que no puede dejar de interesar a quienes, como usted, observan con cuidadosa mirada la perpetua intromisión de nuestros vecinos del norte —y me refiero a la llegada de 100 carretas norteamericanas cargadas con manufacturas de los Estados Unidos. Trajeron principalmente artículos para el hogar o mercancía de algodón blanco. Por una norma extraordinaria de la Aduana Mexicana, se permitió el paso a estas carretas, tras el pago de un impuesto fijo, v: gr. 75­0 dólares por carreta, sin importar su contenido; y he escuchado afirmarse que este impuesto no excede mucho el 10 por ciento. »Por una concesión extraordinaria de la Aduana mexicana, se permitió el paso de estas carretas por la frontera con un pago único de 75­0 dólares por carreta, independientemente de su contenido; y escuché que computado esto, no excederá el 10 por ciento de los impuestos que, en promedio, se cargan a esos mismos géneros importados por Vera Cruz o Tampico y, la consecuencia irrebatible es que los mismos géneros británicos no tienen ninguna oportu-nidad competitiva. La anexión de Texas tenderá, sin duda, a promover este tipo de tráfico por lo que quisiera impresionar en usted, de la manera más enérgica, la necesidad de abrir los ojos a las autoridades Británicas sobre este importantísimo hecho, ya que de continuar esta enorme preferencia por más tiempo, y ahora las oportunidades de lograrlo aumentan día a día, es probable que a poco, las manufacturas americanas suplantarán las europeas a través de los departamentos del norte de la República.»

El The Daily Picayune del 7 de Marzo de 1846 daba noticias de Tampico.Marzo de 1846

«El buque francés Anax, su capitán Pomparres, llegó ayer desde Vera Cruz, de donde zarpó el 23 del pasado mes, trayendo nuevas de dos o tres días des-pués que las que trajo el bergantín norteamericano Lawrence. Las noticias no son importantes, si podemos juzgar por los reportes parciales que hemos recibido.

»La noticia más importante es la discusión abierta de erigir una monar-quía constitucional en México. Tal es el tema de conversación en Vera Cruz, y en el último número de Memorial Histórico —sucesor de El Siglo xix— que afirma que las monarquías no están más libres de disturbios revolucionarios que las Repúblicas. La cuestión se basa en la historia universal para ilustrarlo,

54

Pharus academiæ

y especialmente la de España. El tema ha tenido cabida seriamente en todas las mentes, y la probabilidad de una revolución basada en el deseo de lograr un gobierno fuerte y más estable era el tema en el pueblo.

»El Sr. Slidell aún en Jalapa, en espera de instrucciones de Washington.»Los buques Falmouth, St. Mary y Porpoise, del escuadrón del golfo de

EE.UU., estaban anclados frente a Vera Cruz cuando el Anax zarpó el 23 tra-yendo $65­ 000 en efectivo, y veinticuatro pasajeros.

»El vapor Mexicano Guadalupe zarpó de Vera Cruz el 22 último para Tampico, con 600 soldados a bordo.

»El vapor Británico Teviot tocó Vera Cruz el 16, y procedió para Tampico. »Don Ángel Trías, Gobernador del Estado de Chihuahua, renunció al ne-

gar su adhesión a Paredes.»Los robos continúan siendo muy frecuentes en México. El pasado 9 ocu-

rrió uno frente al Palacio Nacional, con un saldo de tres mil dólares en efec-tivo robados. Las calles son patrulladas por militares, pero no hay una policía eficiente.

»Tan apretadas están las finanzas del nuevo Gobierno en México, que em-pleados de diversos departamentos no han recibido su salario desde que el nuevo gobierno tomó el poder. Se ha pedido al Ministro del Tesoro, recupe-rado de una enfermedad, que atienda este reclamo, para prevenir males ma-yores.

»Un nuevo periódico, El Boletín Militar, asegura al público que el General D. Juan Álvarez no ha dispuesto de nada que pertenezca a la expedición a las Californias, como había sido acusado. ¡Cosas como ésta ocurren a veces en México!

»Gral. Ampudia aparentemente no ha pasado de Celaya, en su marcha a reunirse con el Ejército del Norte. Algunas noticias escandalosas sobre él han circulado, pero en un periódico se desestiman.»

El London Times del 15 de abril publica una información recibida desde Tampico, acerca de Los Estados Unidos y México.

Abril de 1846

«Hemos recibido lo siguiente de Tampico, con fecha 25­ de febrero. - Hoy recibimos un expreso con la información de que tropas norteamericanas han tomado posesión del Frontón de Santa Isabel, situado cerca de Mata-moros —tan cerca, que se considera que Matamoros ya ha sido tomada por los norteamericanos, porque ¿qué pueden hacer los norteamericanos con tal clientela? El Frontón de Santa Isabel fue tomado sin disparar un solo tiro, y sólo había unos cuantos oficiales de Aduana y pilotos mexicanos que fueron hechos prisioneros.»

El 25­ de abril, tropas mexicanas atacan un fuerte de tierra (Fort Texas después Fort Brown, en Brownsville, Texas) construido por Taylor, según él, en el lado Americano del Río Bravo frente a Matamoros. O sea, en territorio de Tamaulipas que, siempre, tuvo su frontera con Tejas en el Río Nueces. Esto precipitará el inicio de la Guerra.

El 25­ de abril de 1846 se libra lo que se conocerá como la Escaramuza Thorn-ton, en el Rancho de Carricitos, del municipio de Matamoros, en territorio Ta-maulipeco al norte del Bravo, entre un destacamento de 70 Dragones yanquis y dos mil soldados Mexicanos al mando del Coronel Anastasio Torrejón que se hallaban acampados en una hacienda, cuando llegó el grupo de dragones. Por no existir un relato mexicano del hecho, recurrimos al reporte hecho por el Capitán William J. Hardee que explica que el destacamento, encabezado

25­ de Abril de 1846

55

Marzo 2008, número 2

por el Capitán Seth Thornton, fue llevado por un guía local a dicha hacienda. Obviamente el encuentro de ambos destacamentos militares se tradujo en un tiroteo en el que 14 yanquis murieron y todos los demás fueron tomados prisioneros —entre ellos Thornton— y llevados a Matamoros. Al enterarse Polk de lo sucedido, pedía al Congreso reconocer el estado de guerra con México, bajo el argumento: Sangre Americana ha sido derramada en suelo Americano. Aquí un extracto de su Mensaje de Guerra al Congreso de su país el 11 de mayo de 1846.

«El Fuerte deseo de establecer la paz con México en términos liberales y honorables y la presteza con que este Gobierno ha actuado para regular y ajustar nuestra frontera y otras causas de diferencia con esa Potencia en prin-cipios de justicia y equidad como deben existir en la permanente relación de la más amigable naturaleza, me indujeron en septiembre pasado a reanudar las relaciones diplomáticas entre las dos naciones... »Un enviado de los EE.UU. llegó a México investido con todos los pode-res para ajustar todas las diferencias. Pero a pesar de estar presente en suelo mexicano por acuerdo entre los dos Gobiernos, investido de todos los poderes, y evidenciando la disposición más amigable, su misión fue inútil. El Gobierno Mexicano no sólo se rehusó a recibirlo o escuchar sus propuestas, sino que después de una larga serie de veladas amenazas, al fin han invadido nuestro territorio y derramado la sangre de compatriotas nuestros en nuestro propio suelo... »La fuerzas Mexicanas en Matamoros (al sur del Río Grande) asumieron una actitud beligerante, y el pasado 12 de abril, el General Ampudia entonces al mando, notificó al General Taylor que debía levantar su campamento den-tro de veinticuatro horas y retirarse más allá del Río Nueces, y que en caso de no cumplir con esta orden, le anunció que las armas y sólo la armas decidi-rían la cuestión. Pero no fue sino hasta el pasado 24 de abril que se cometió un acto de abierta hostilidad. Ese día el General Arista que quedó al mando de las fuerzas Mexicanas, comunicó al General Taylor que él consideraba inicia-das las hostilidades y que las continuaría. Un destacamento de Dragones de sesenta y tres hombres y oficiales, fueron enviados ese mismo día del campa-mento Americano a fin de confirmar si tropas mexicanas habían cruzado o se preparaban para cruzar el Río (Bravo) y de pronto se vieron enfrentados a un gran contingente de tropas mexicanas y, después de una corta escaramuza, en la que alrededor de 16 (dragones) fueron heridos y muertos, y parece que se vieron rodeados y fueron obligados a rendirse. »Para la total reivindicación de nuestro derecho de defender nuestro terri-torio, invoco la pronta acción del Congreso para reconocer la existencia de la guerra y que ponga a disposición del Ejecutivo los medios para proseguir la guerra con vigor y así, alcanzar rápidamente la restauración de la paz.»

La escaramuza Thornton de 25 de abril de 1846, fue el pretexto para declarar la guerra. Nacía una nueva nación imperialista.

En diciembre de 1845­, la noticia de que el gobierno de Herrera no había recibi-do a Slidell provocó que Polk ordenara a Taylor marchar hacia el río Grande del norte, es decir, que se adentrara en territorio mexicano o, en el peor de los casos, territorio en disputa. Con tropas norteamericanas frente a Matamoros construyendo el fuerte Brown, tenía que producirse un incidente sangriento en cualquier momento. Éste tuvo lugar el 24 de abril y Taylor, de acuerdo con sus instrucciones, informó de inmediato en un escueto mensaje: La guerra puede considerarse iniciada. Polk lo recibió el día 8 de mayo, cuando ya tenía listo su mensaje de declaración de guerra, con las consabidas acusaciones de

56

Pharus academiæ

agravios inflingidos por México a Estados Unidos, a las que agregó uno más: «haber derramado sangre norteamericana en suelo norteamericano». El 11 de mayo, cuando el Congreso recibió el mensaje de Polk y aprobó el presupuesto, ya habían tenido lugar las primeras derrotas mexicanas en Palo Alto y Resaca de Guerrero los días 8 y 9 de mayo. El gobierno norteamericano tenía listos los planes para atacar a México por todos los flancos. Los secretarios de Guerra y Marina se apresuraron a dar órdenes para que las flotas bloquearan los principales puertos del Golfo y del Pacífico y para que los generales John Wool y Stephen Kearny se movilizaran, uno hacia el centro y el segundo rumbo a Nuevo México y California, que es-taban totalmente desprotegidos. Taylor continuó su avance hacia el interior, lo que desmentía su afirmación de que su presencia pretendía garantizar la frontera del nuevo estado de Texas. Nadie en México estaba preparado para recibir tan malas noticias cuan-do empezaron a llegar el 22 de mayo. Mas las derrotas eran previsibles. La asimetría que mostraban los dos países en 1821 se había agudizado para la década de 1840. Mientras Estados Unidos contaba ya con unos veinte millo-nes de habitantes y su economía, a pesar de las cíclicas depresiones, estaba en expansión, México apenas alcanzaba los siete y medio millones, no lograba ni estabilizar su gobierno ni superar la bancarrota hacendaria y su economía permanecía estancada. El 13 de mayo, Polk emite una proclama. En ella dice que el congreso de su país, por virtud de su autoridad constitucional, ha declarado que «por el acto de México, existe un estado de guerra entre ese Gobierno y el de los Estados Unidos». Ambas Cámaras, con una abrumadora mayoría, (174 contra 14, y 40 contra 2), votaron llamar 5­0 000 hombres a las armas y $10 000 000 para fi-nanciar la guerra. Adicionalmente autorizaba a Polk adicionar a las fuerzas navales, comple-tando el armamento de los barcos en existencia y comprar buques y vapores que pudieran ser convertidos fácilmente en naves armadas. Por su parte el Senado añadió la autorización de aumentar el ejército de lí-nea, aumentando el número de hombres por compañía de 40 a 100 y extender el tiempo de servicio obligatorio de tres a cinco años. Aquí un resumen de la proclama de Polk:

«Proclama del Presidente de los Estados Unidos de América »Dado que, por la autoridad constitucional investida en el Congreso de los EU, ha declarado este día que por un acto de la República de México, existe estado de guerra entre ese Gobierno y los Estados Unidos. »Por tanto, ahora, Yo, James K. Polk, Presidente de los Estados Unidos de América, por este medio proclamo lo mismo a todo el que esté interesado; y lo hago especialmente a toda persona que ocupe un puesto oficial, civil o militar, bajo la autoridad de los Estados Unidos, que deben estar vigilantes en el cumplimiento de sus deberes...»

Y siguiendo con el lenguaje del legalismo inglés, termina firmándolo el día trece de mayo de mil ochocientos cuarenta y seis; y de la independencia de los Estados Unidos el septuagésimo. Lo firma por el Presidente James K. Polk: James Buchanan, Secretario de Estado. El 1º de mayo, el Cónsul de EE.UU. en Tampico, Franklin Chase, escribía a James Buchanan, Secretario de Estado:

57

Marzo 2008, número 2

«Tampico, mayo 1.º de 1846 »Me permito informar a usted que un correo express llegó aquí de Matamoros, alrededor de las 10 de la noche pasada con información conte-nida en el periódico marcado con a que le adjunto. »La excitación que causó (la noticia) aquí, está más allá de ser descrita. La banda militar marchó toda la noche por las calles tocando la Diana, seguida de Mexicanos de toda clase, gritando ‘Muerte a Texas y a los Americanos’ y cuando pasaron por mi casa asaltaron la puerta sobre la que se encuentra colocado el escudo de los EE.UU., lanzando piedras contra él y gritando, al mismo tiempo, ‘Mueran los Americanos’.⁴ »Bajo este estado de cosas, no se pueden considerar seguras ni las vidas ni las propiedades de ciudadanos Americanos. Sin haber recibido instrucciones de mi Gobierno con relación a las crecientes dificultades entre los EE.UU. y este país, no he hecho ningún cambio en mis asuntos particulares ni en los Oficiales, y, por lo que hace a los negocios comerciales, mis paisanos aquí han seguido mi ejemplo, pero después de atestiguar las escenas de la noche pa-sada, tenemos razones para temer las más desastrosas consecuencias. »Sin embargo, confío en prontas y eficientes medidas que resuelvan la si-tuación (ilegible) »Yo tengo una bodega llena de mercancías y otras que pronto aportarán desde Liverpool, por lo que en caso de que mis propiedades sean confiscadas o destruidas, no perderé tiempo en hacer las debidas denuncias ante usted. »Estoy ansioso por ver la Escuadra del Golfo de EE.UU. en las afueras de esta barra, porque creo que su aparición servirá de freno a estos semibárba-ros. »Sabiendo que mi comunicación podría caer en manos de las autoridades locales, dirigirla a usted en forma oficial sería inmediatamente interceptada, he decidido recurrir a esta forma de comunicación. El periódico adjunto mar-cado con b, contiene otras informaciones del General Arista, que respetuosa-mente recomiendo a usted leer. «Soy, con gran respeto y estimación, su más obediente servidor, Franklin Chase.»

4 En español, en el original.

El primero de los periódicos a que hace referencia Chase, es una copia impresa por Perillos y Groizard del correo extraordinario de Matamoros, de fecha 30 de abril de 1846

«División del Norte General en Gefe.- El Sr. General D. Anastasio Torrejón, que según indiqué a V. S. pasó á la margen izquierda del río Bravo con la Brigada de Caballería, me avisó ayer desde Carrisitos, (sic) haber batido 70 hombres de la caballería enemiga, haciéndoles prisioneros un capitán, un te-niente y 48 individuos de tropa, quedando los restantes muertos en el campo de batalla. Hoy probablemente seguirá el fuego de cañón entre unas y otras trincheras por estar de por medio el río. »Dios y Libertad. Cuartel general en Matamoros Abril 26 de 1846.—Mariano Arista.—Sr. General D. Anastasio Parrodi. »Como habíamos anunciado hace muy poco, nuestro primer encuentro ha sido un triunfo. El corazón nos lo decía: así debió ser: fiábamos en la justicia Divina, y Dios no falta jamás á las buenas causas, y la nuestra es la de la pa-tria, el honor, y la independencia y dignidad Nacional. La tiranía que se quiso introducir por medio de la conquista, no puede hallar séquito entre los mexi-canos, porque México no alienta traidores, y traidor sería quien no maldijese

58

Pharus academiæ

el yugo extranjero, y ansiase derramar su sangre en las aras de la patria y el honor nacional. ¡Una y mil veces, honor y gloria a nuestros valientes! Nosotros sabíamos que así sucedería, y así también sucederá siempre: el soldado mexi-cano es tan leal y patriota que sería una injusticia desconfiar de su valor y en su entusiasmo bélico: la presencia del enemigo le da ardor y entusiasmo que dará la victoria. ¡Victoria! Nombre dulcísimo que suele comprarse de her-manos, pero que esta vez no ha costado la de nuestros valientes y buenos hermanos. Una y mil veces dichosos, los que habéis dado los primeros el grito del honor y hecho flamear el brillante pabellón mexicano con todo su esplen-dor. Pronto os tendremos nuevas aun más gratas: si la humanidad nos pide compadecer la justicia, la patria grita en nuestros corazones con todo el ardor que presta a los buenos. Mueran los tiranos: mueran los opresores: mueran los conquistadores: Honor, patria, y libertad: esta es la enseña de los mexicanos: es la santa bandera enarbolada por el valiente General Arista, a cuya sombra pelean siempre con entusiasmo los bravos ya que él lo es también, y esta es la palabra a cuyo eco sucumben aterrados los enemigos de la libertad. ¡Honor y gloria al Exmo. Sr. General Arista; pres (sic) y lauros a sus valientes. ¡Gratitud eterna a los buenos soldados! ¡Viva la República Mexicana! ¡Viva la indepen-dencia! ¡Mueran los tejanos!

El segundo de los periódicos a que hace referencia Chase, es ejemplar de La Esperanza. Periodico (sic) del puerto de Tampico de Tamaulipas, de Perillos y Groizard, de fecha 30 de abril de 1846, que era jueves. Este ejemplar publica varios partes oficiales. El primero, de Mariano Arista al Sr. Ministro de guerra y marina, fechado el 12 de abril:

«División del Norte.-. General en gefe.-. Núm. 1.-. Exmo. Sr.- La nota de V. E. Fecha 4 del presente, que he recibido por estraordinario, me impone con la más pura satisfacción, de que el E. Sr. Presidente interino ha tenido a bien nombrarme general en gefe de la división del Norte. »Mi corazón entusiasmado padecía fuertemente, porque me hallaba en la inacción. La idea de que podía promover la anarquía o atribuirse a miras re-volucionarias mi espontánea presentación en las tropas más inmediatas al enemigo, me retraía siempre y prolongaba mi padecer. »Este relato lo hago a V. E., solo para que conozca si será pura mi satisfac-ción, y sinceramente elevada mi gratitud al supremo gobierno, por haber sa-cado mi espíritu de tal conflicto; encontrándome libre de retraerme para dar gusto a mis ardientes deseos de sacrificarme en defensa de los más sagrados intereses de mi amada patria.»

Una circular confidencial del Departamento de Estado, el 14 de mayo de 1846, comunica la proclamación del Presidente, declarando que existe guerra entre los Estados Unidos y México ... [Washington, 1846].

El día 14 de mayo, en una circular confidencial al personal diplomático y con-sular de los Estados Unidos, el Departamento de Estado, anexa la proclama-ción del presidente, informando que hubo 14 votos en contra en la Cámara de Representantes y dos en la de Senadores. Después se lanza en un largo discurso en el que dice:

«La verdad es que hemos soportado tantos insultos y daños lamentables de México, con una paciencia ejemplar, que parece haber sido confundida con pusilanimidad. Probablemente animado por este equívoco, el ejército mexi-cano ha cruzado el Río del Norte —ha invadido territorio de nuestro país— y ha derramado sangre americana en suelo americano.

59

Marzo 2008, número 2

»El voto del Congreso servirá para convencer al mundo que, este país, ante una crisis, cuando se hace necesario mantener el derecho nacional, y vindicar el honor nacional, la división de partidos desaparece. »Observará en el mensaje del Presidente, copia del cual se anexa, la gran renuencia con la que Estados Unidos ha iniciado esta guerra. Es de nuestro interés, tal como ha sido nuestra inclinación, que México sea una Repúbli-ca independiente y poderosa, y que nuestras relaciones con él deberían ser del carácter más amistoso. Las sucesivas revoluciones que lo han afligido (a México) y los hombres que se han puesto a la cabeza de su gobierno, ambicio-sos y faltos de principios, han llevado al país al borde de la ruina. Nosotros tenemos un profundo interés de que logre establecer un gobierno estable, suficientemente poderoso y pacífico que prevenga y castigue las agresiones contra sus vecinos. Por algunos años, en nuestra relación con México, hemos incurrido en enormes gastos y sufrido muchos de los inconvenientes de la guerra, mientras nominalmente estábamos en paz. Ese estado de cosas llegó, por fin a ser intolerable. »Vamos a la guerra con México solamente con el propósito de conquistar una paz honorable y permanente. Mientras que planeamos hacer la guerra con vigor, tanto por mar como por tierra, llevaremos la rama de oliva en una mano y la espada en la otra; y cuando quiera que México acepte la primera, nosotros envainaremos la segunda. »Se establecerá de inmediato un estricto bloqueo de los puertos mexica-nos, en el Atlántico y en el Pacífico. »Al referirse a los objetivos y propósitos de la guerra, usted deberá guiarse por los sentimientos expresados en el mensaje del Presidente y este despa-cho.»

Los norteamericanos decían entonces: La anexión de Tejas fue una tran-sacción perfecta. Por nueve años, desde la victoria de San Jacinto, Tejas había sido una república independiente, y México no tenía la menor oportunidad de reconquistarla. Aún más, al momento de la anexión, el Gobierno Mexicano, por sugerencia de Inglaterra había aceptado reconocer la Independencia de Tejas, bajo la condición de que esa república no se anexara a los Estados Uni-dos. Por tanto, no estábamos tomando territorio mexicano al anexarnos Te-jas. El nuevo Estado había llegado a la Unión asegurando que el Río Grande era su frontera al sur y al oeste. Por los términos de la anexión, todas las dis-putas de límites con México, fueron referidas por Tejas al Gobierno de los Es-tados Unidos.

Es oportuno hacer aquí una aclaración: A raíz de la independencia de México de España, cartógrafos europeos y americanos fijaron la frontera de Tejas con Tamaulipas en el Río Nueces. Antes de la independencia de Tejas, el Río Nueces era reconocido como la frontera norte de México. España fijó el Nueces como frontera en 1816 y Estados Unidos lo ratificó en el tratado Adams-Onís de 1819 por virtud del cual, Estados Unidos compró la Florida y renunció a cualquier reclamación sobre Tejas.

El Jueves 14 de Mayo de 1846, el Martinsburg Gazette dedicó miles de palabras a la Guerra —aún no declarada— con México. Cabecea: El mensaje del Presidente & c.

Referimos a la atención del lector a las importantes noticias de nuestros «Ejér-citos de Ocupación». Se podrán encontrar en otra columna. Se podrá ver que «la guerra» ha comenzado –no hay forma de predecir cual será el final de todo

60

Pharus academiæ

esto. Gran entusiasmo prevalece en todo lugar del país a donde ha llegado la noticia. Nutridas reuniones se han celebrado en Nueva Orleáns, Mobile & c., y nuestro pueblo está respondiendo con gran alacridad,⁵ al llamado de su pa-tria. No tenemos ningún comentario esta semana y nos contentamos deta-llando los detalles tal como se presentan. »[...] El Ejército ha avanzado de Corpus Christi el 11 de marzo y se encon-traba el 29 del mes pasado en la margen izquierda del (Río) del Norte, frente a Matamoros donde ha acampado en una posición ventajosa, que desde en-tonces ha sido reforzada con la construcción de fortificaciones.— Se han esta-blecido almacenes en Punta Isabel, cerca del (Río) Brazos Santiago, a treinta millas a la retaguardia del campamento. La selección de este punto fue, nece-sariamente, confiada al juicio del general al mando. »[...] Nuestro comercio con México está virtualmente aniquilado. Era de gran beneficio para ambas naciones; pero nuestros comerciantes fueron di-suadidos de entablar juicios por el sistema que las autoridades Mexicanas utilizaron en su contra, mientras que sus solicitudes de indemnización por medio de su propio gobierno se hacían vanamente. Nuestra paciencia llegó a tal extremo que se confundió su carácter. Si hubiéramos actuado con vigor en rechazar los ultrajes y resolver los daños infligidos por México desde el principio, seguramente habríamos escapado de todas las dificultades en que estamos ahora involucrados. »Sin embargo, en lugar de ello, hemos extremado nuestros mejores es-fuerzos para propiciar la buena voluntad de México. Bajo el pretexto de que Texas, una nación tan independiente como México creyó propio unir sus des-tinos con los nuestros, México ha tratado de hacer creer que nosotros hemos amputado una parte de su territorio y en proclamas y manifiestos oficiales, repetidamente ha amenazado con hacernos la guerra con el propósito de re-conquistar Texas. Mientras tanto, hemos hecho todos los intentos posibles por reconciliarnos. Pero nuestra paciencia ya fue colmada, aún antes de la reciente información de la frontera del (Río) del Norte. Pero ahora, después de reiteradas amenazas, México ha cruzado la frontera de los Estados Unidos, ha invadido nuestro territorio, y derramado sangre norteamericana en suelo Americano. México ha proclamado que las hostilidades han comenzado, y que ambas naciones están, ahora, en guerra. »Si hay guerra, a pesar de todos nuestros esfuerzos por evitarla, existe por acciones de México, y somos llamados a ella por todas las consideraciones de deber y patriotismo, para vindicar⁶ el honor, el derecho y los intereses de nuestra patria.»

5 Del latín alacritas, -atis. 1. f. Alegría y presteza del ánimo para hacer alguna cosa.

6 Del latín vindicare. 1. tr. vengar. Ú. t. c. prnl. 2. [tr.] Defender, especialmente por escrito, al que se halla injuriado, calum-niado o injustamente notado. Ú. t. c. prnl. 3. [tr.] Der. Recu-perar uno lo que le pertenece, reivindicar.

Ese mismo Jueves 14 de mayo, desde territorio Tamaulipeco el Martinsburg Gazette escandalizaba por la muerte de un Coronel Cross.

¡De Texas y México! ¡El Cor. Cross, asesinado! Fue encontrado su cuerpo Del New Orleans Picayune del primero de mayo.

7 f. Golpe que se da con la lanza. 2. [f.]Herida que con ella se hace. Es conocido que los lanceros mexicanos a caballo, eran grandemente temidos por los yanquis por su eficacia en el uso de su arma.

«El bergantín Apalachicola su Capitán Smith, arribó a Nueva Orleáns ayer,... dejó Punta Isabel el pasado 22, donde el Mayor Thomas, Furriel a cargo, informó al capitán Smith que se había encontrado el cuerpo del Cor. Cross a cuatro millas del campamento del General Taylor sobre el Río Grande. De las heridas que presentaba el cadáver se colige que fue muerto a lanzadas.⁷ »Se reportó además que una persona en Matamoros había dado a conocer que él era el asesino y tenía el reloj y la ropa del Cor. Cross en su poder. »El New Orleans Commercial Times del pasado 1.º tiene la siguiente infor-mación que fue la última que llegó a esa ciudad. Se supo que el 24 pasado, la goleta mexicana Juanita fue tomada por la goleta americana Flirt y enviada a Brazos Santiago como trofeo de guerra.

61

Marzo 2008, número 2

El General Ampudia ordenó al Cónsul y los Comerciantes americanos re-sidentes en Matamoros, dejar el pueblo y dirigirse a Victoria, con sólo vein-ticuatro horas para dejar en orden sus negocios. Esta es una violación de los términos existentes entre México y los Estados Unidos de que en caso de gue-rra, los ciudadanos de ambos países, respectivamente, no serían molestados en sus negocios, y se les concedería para cerrar sus operaciones y abandonar el país, seis meses a aquellos que vivieran en puertos de mar y doce meses a los que vivieran en el interior.

El 14 de mayo, aparecía en el mismo semanario un relato del incidente Thornton, causa eficiente del inicio de la guerra

«Importante del Ejército —Una batalla— Quince americanos muertos, seis tomados prisioneros y cortada la línea de abastecimiento del Gral. Taylor.»

El pasado 23 de abril 2 000 soldados mexicanos cruzaron el río. El Cap. Har-deen y el Cap. Thornton fueron enviados con dos compañías de Caballería, 63 hombres en total, a una patrulla de reconocimiento. El viernes por la ma-ñana, cayeron en una emboscada del enemigo, en la que el Tte. Kane y quince hombres fueron muertos, el Capitán Thornton desaparecido y el Capitán Har-deen y 46 hombres prisioneros. Más adelante publicaba un comunicado del Teniente W. S. Henry desde el fuerte Brown acerca del asunto. El Capitán Thornton, sorprendido y derrotado.En el New Orleans Picayune del 3, encontramos la siguiente carta desde el Campamento.

«Campamento frente a Matamoros 26 de abril de 1846: »Caballeros-Conociendo que en el presente estado de alarma del público, se cuelan en los periódicos los más exagerados reportes respecto de nuestros asuntos con México, y el bienestar de nuestro pequeño ejército, llevando por ende, dolor y ansiedad al pecho de amigos y familiares de muchos oficiales, siento que es mi deber dar a ustedes una rápida pero correcta relación de la captura del Capitán Thornton, un escuadrón del segundo de Dragones por una fuerza Mexicana al mando del Gral. Torrejón. El 24, el Gral. Taylor había recibido reportes de que el enemigo estaba cruzando Río arriba del Campamento. El Capitán Thornton y su grupo fueron enviados en la tarde del mismo 24 a observar el terreno Río arriba y comprobar si el reporte era cier-to. Su grupo estaba compuesto por el Capitán Hardee, los Tenientes Kane y Mason, cinco sargentos, cuatro cabos, un corneta y 49 soldados rasos. Su guía mexicano regresó esta mañana explicando que habían sido atacados a las ocho de la mañana del 25­ por un gran contingente del enemigo y que todo el grupo había sido capturado o destruido. El guía le advirtió (a Thornton) que el enemigo se hallaba cerca y se rehusó a continuar. Esperó hasta la noche, pero al ver que ninguno del grupo regresaba, decidió retornar (al campamento). Alrededor de las nueve de esta mañana, un Dragón herido fue traído en una carreta. El hombre que lo trajo, traía también una nota del General Torrejón, que en síntesis decía que debido a que él no llevaba hospital en su comando, en nombre de la humanidad, tenía el privilegio de enviarle dos Dragones he-ridos en el combate habido por la carga que un oficial Americano de caballe-ría hizo contra su destacamento de 200 hombres. Después informaba que el resto del grupo de Dragones eran sus prisioneros y decía que serían tratados con toda la consideración debida a los prisioneros de guerra, de acuerdo a las costumbres de las naciones civilizadas.

62

Pharus academiæ

Del Dragón herido obtuvimos los siguientes hechos: Que la carga fue hecha en campo abierto; que cuando se dio la orden de cargar, sólo se veían unos cuantos enemigos; pero que al pasar una loma se pudo ver el total del des-tacamento Mexicano. Se hizo fuego sobre ellos y enseguida fueron toma-dos prisioneros. Ellos no sabían lo ocurrido al Capitán Thornton. El Capitán Hardee y el Teniente Mason eran prisioneros pero estaban bien. Reportan que el Teniente Kane recibió balazos y temían que estuviera muerto. Diez hom-bres habían sido heridos. Antes de que la carreta dejara el lugar, uno de los dos hombres mencionados en la carta había muerto. Por el tono la nota del General Torrejón parece ser que acusa al Capitán Thornton de haber cargado contra su destacamento. Uno no puede imaginarse de tal locura de cargar contra doscientos hombres con 63, y es de presumirse que había sido rodeado y se lanzó a la carga para intentar huir. El tiempo aclarará todo esto. La cap-tura del destacamento del Capitán Thornton, y la triste muerte del Coronel Cross, son el melancólico inicio de la guerra. Digo guerra; porque no hay duda de su existencia, y a menos que se firme un armisticio en diez días, habrá algunos duros combates. El enemigo se está agrupando en grandes números, y creo que fácilmente su fuerza se puede estimar en alrededor de los cinco mil. El Gral. Taylor está apresurando el trabajo en las fortificaciones, y tengo entendido que ha solicitado cuatro mil voluntarios –dos mil de Luisiana y dos mil de Texas. Si el enemigo pelea limpio, no dudo en nuestra capacidad para derrotarlos, pero si nos van a presentar una segunda edición de la Guerra de Florida, esto será un asunto muy enojoso. De ustedes, atentamente, W. S. Henry, Teniente EE.UU.

15 de mayo de 1846 decreto aparecido en el Diario Oficial del Gobierno Mexicano

El Congreso, viendo que se desmoronaba el gobierno de Paredes, el 7 de julio decretó que las atribuciones del mismo estarían sujetas a los artículos 76, 77 y 78 de las Bases Orgánicas. Esto quería decir que las Bases Orgánicas eran la ley fundamental del país. Declaración fuera de tiempo, porque el régimen de Paredes estaba por desmoronarse. El 28 de julio, Nicolás Bravo se hizo cargo del gobierno, pocos días antes de que estallara una nueva revolución contra el general Paredes y Arrillaga. El Richmond Enquirer del 19 de mayo de 1846, reportaba el lunes por la ma-ñana el deseo de los virginianos de colaborar en la guerra y su análisis del tema.

«[...] Parece que muchos no le dan importancia al conflicto con México, pero debe ser aparente para cualquiera que conozca el carácter de los Mexi-canos, con la topografía de su país, y la naturaleza de nuestro propio gobier-no, que esta guerra Mexicana, que hoy está en marcha, no será ni corta ni fácil. En vista de tal estado de cosas, proponemos la inmediata formación de una Legión, que sería conocida como La Legión de Virginia, que consistiría en ocho compañías de Infantería, cuatro de Artillería y cuatro de rifleros, que ofrecerá sus servicios al Presidente de los Estados Unidos para la invasión de México. No incluimos caballería, ya que no entra en los planes que tenemos en mente. »El Gral. Taylor ocupa la margen izquierda del Río Grande, y, tenemos la con-fianza absoluta de que, con los refuerzos que pronto recibirá será suficien-temente fuerte para tomar Matamoros y empujar hacia atrás al ejército de Arista al interior de su propio país. A fin de alcanzar la porción más impor-tante y rica de México al dejar atrás el Río Grande, tenemos entendido que es necesario cruzar a través de ciertos sitios muy escabrosos, otros excesi-vamente montañosos, con extensas planicies más allá, muy expuestas a la

63

Marzo 2008, número 2

sequía; todo ello habitado por una población muy resistente, que se puede decir vive a lomos de caballo, que están familiarizados con todos los pasos y recovecos para la defensa, que están acostumbrados a las emociones y las ad-versidades de las revoluciones, y quienes, llevando frente a ellos sus manadas de ganado, dejarían a un ejército invasor a expensas totalmente de sus pro-pios abastecimientos, que para ser transportados a tan grandes distancias implicaría inmenso trabajo y gasto. No dudamos que el Presidente de Estados Unidos esté perfectamente informado de estas realidades. »[...] Tenemos todas las razones para creer que un bien diseñado y no me-nos pronto y vigoroso plan de opresiones sea adoptado por el Ejecutivo; y se nos ocurre como probable, pensando en todas las circunstancias, que una parte de ese plan sea, enviar fuerzas por mar a atacar Tampico y Vera Cruz. Estos son dos grandes e importantes puntos del golfo de México, y los úni-cos puntos, excepto el poco importante de Tuzpan (sic) a través de los cuales México recibe todos los suministros del exterior. Vera Cruz fue elegido por los Franceses para su ataque en 1837, cuando el Castillo de San Juan d’Ulloa (sic) cayó bajo el fuego de sus cañones. Tampico fue elegido por los españoles para desembarcar miles de tropas al mando del General Barradas en 1829, cuando hicieron su último intento de reconquistar sus posesiones en el Continente Americano. Enviemos nuestras fuerzas a Vera Cruz y Tampico, y mientras el Gral. Taylor avanza de Matamoros a Leona Vicario,⁸ y cae sobre Zacatecas, enviemos al destacamento de Tampico sobre San Luis Potosí (la clave del rico tesoro de las minas mexicanas), y una vez que se unan ambas fuerzas, podrán bajar sobre Guanaxuato y Querétaro, mientras el destacamento de Vera Cruz, habiendo desembarcado en el río Alvarado y atacado la ciudad por retaguar-dia, mientras la escuadra atacará el Castillo por el frente, podrá marchar a través de Jalapa, Perote y Puebla, y reunirse con el otro destacamento en la ciudad de México, la capital del país y centro de su riqueza. »Permítase, pues, la formación de una Legión de Virginia, constituida por hombres que brazo con brazo, como hermanos, animados con el orgullo del nombre, —quienes, imbuidos con el espíritu del bravo Nelson de York-Town, cuando ordenó derruir su propia casa porque protegía al enemigo— dejarán sus negocios y sus intereses, ya echarían hacia delante para emular a sus an-cestros, que no tienen, en la historia del mundo, hasta ahora, quien los supere y que constituyen el alto honor y la devoción patriótica.»

8 Hoy Saltillo.

Más adelante, el mismo ejemplar, al reportar la votación en el Congreso, demuestra que no todos los políticos estaban a favor de la guerra: El siguiente incidente, que ocurrió en la cámara de Representantes, al ser considerada la ley para proveer para la continuación de la guerra existente entre los Estados Unidos y la República de México, el Martinsburg Gazette publica como parte de la historia este pasaje:

«Cuando los procedimientos de la Cámara ordenaban ponerla en limpio para una tercera lectura, el Sr. Garret Davis se levantó y dijo: Sr. Presidente, pido a la Cámara me disculpe de votar en esta ley, y referiré brevemente las razones que tengo para no hacerlo. »Ésta es una medida, directa e indirectamente, de gran importancia pero, sin embargo, no se ha permitido a ningún miembro del Partido Whig una oportunidad, un solo instante de decir una sola palabra respecto a ella. Por lo que veo respecto a la suerte que tendrá el valiente General y su pequeño ejército en la ribera del (Río) del Norte, realmente no hay necesidad de urgir que, por medio de esta asamblea, se tome una medida tan extraordinaria sin paralelo en la historia.

64

Pharus academiæ

»Él (Taylor) está en una frontera a tres mil millas de distancia. En ejercicio del poder discrecional con que fue investido por el Ejecutivo, ha solicitado 10 000 hombres a los Gobernadores de los Estados vecinos . en este momento, el destino del General Taylor y su valiente banda está sellado, y no dudo que el pronto socorro que hasta el momento ha recibido de los estados contiguos a su teatro de operaciones le ha dado tal fortaleza que ha derrotado y hecho retroceder al enemigo, y que su estandarte victorioso flota en este momento sobre Matamoros. Como quiera que sea, su destino está sellado, y cualquier cosa que hagamos ahora, será muy tardío para influir en los acontecimientos. Por tanto, no debe haber ninguna objeción válida para dar un día más a la consideración de esta ley, y nadie podría desear nada más. Pero la altiva ma-yoría dominante no permitirá ni esto. »Sin embargo, Sr. Presidente, yo tengo una objeción al preámbulo⁹ de esta ley. Éste refiere que existe guerra entre los Estados Unidos y México, y que esta guerra fue iniciada por México. No se puede negar que existe un estado de guerra informal entre ambos países; pero que México la inició es absoluta-mente falso, y yo objeto el preámbulo porque establece tan enorme falsedad. Estoy totalmente a favor de asignar el dinero y alzar en armas la fuerza que la ley provee. Para estos propósitos es suficiente para mí el que nuestra pa-tria esté en guerra, sea ésta formal o informal, ya sea que la haya empezado México o nuestro Gobierno. Sólo pido se nos informe si nuestro ejército se haya en peligro, y si esto ocurre en territorio de Estados Unidos o de México, y para rescatarlos, yo estoy listo votar por todos el dinero y los hombres aunque sea hasta los últimos recursos del país. Pero me opongo solemnemente el pro-fanar esta medida con la mentirosa afirmación de que México empezó esta guerra. Esta afirmación no es necesaria para dar algún efecto especial a la ley. De haberse omitido y rechazado, no dudo que la ley tendría el voto unánime de la Cámara. Pero éste no era el objetivo de sus autores. Su propósito era hacer que los Whig votáramos en contra o forzarlos a ayudar a construir un refugio a la administración, votando una ley que adelanta, innecesariamente, que la guerra fue iniciada por México.

»Señor, si la ley debiera contener una afirmación en verdad y justicia, ésta debía ser que esta guerra fue iniciada por el Presidente. El río Nueces es la ver-dadera frontera occidental de Texas. El territorio entre ese río y el Del Norte, es parte de México y que esa potencia tenía poblaciones y habitantes ahí. Meses atrás, el Presidente, por su voluntad, ordenó al Gral. Taylor y su ejército tomar posiciones en Corpus Christi, en la ribera derecha del Nueces, donde se mantuvieron por un tiempo considerable después del inicio de esta sesión del Congreso. En marzo pasado, bajo estrictas órdenes del Presidente, él se mo-vió a través del territorio disputado hasta el (Río) del Norte. Las autoridades Mexicanas le advirtieron en varios puntos, que había invadido su territorio, protestando por la agresión. Le advirtieron que, a menos que se retirara al Este del Nueces, se considerará que está en pie de guerra contra México y ellos tendrán que recurrir a la fuerza. Él hace referencia a las estrictas órdenes del Ejecutivo, y en su ejecución avanza sobre Matamoros fortifica una posición que domina la ciudad y monta una batería de cañones a trescientas yardas de la ciudad. Apuntando contra su plaza pública, y desde ahí podría en pocas horas destruir la ciudad. Después bloquea el puerto de Matamoros, expulsa buques británicos y americanos, y dirige la captura de una goleta española. El Comandante Mexicano considera todo esto como actos de guerra y, el 25­ de abril, el Gral. Taylor es informado por un mensajero del campo mexicano, que las hostilidades existen y que ellos las continuarán de acuerdo a los usos de las naciones civilizadas. Esa noche un destacamento del ejército mexicano cruza el río Grande, El Gral. Taylor envía una patrulla de reconocimiento que ataca a los mexicanos, y así, tenemos una sangrienta guerra en marcha.

9 Del latín praeambulus, que va delante. 1. m. Exordio, prefación, aquello que se dice antes de dar principio a lo que se trata de narrar, probar, mandar, pedir, etc.

2. [m.] Rodeo o digresión antes de entrar en materia o de empezar a decir claramente una cosa.

65

Marzo 2008, número 2

»Fue nuestro Presidente quien empezó la guerra. Él ha cometido por meses una serie de acciones. Él no se ha dignado consultar, no digamos ya solici-tar su autorización al Congreso, que está investido por la Constitución de la exclusiva capacidad de hacer la guerra. Ahora, en verdad, cuando inespera-damente ha resultado en reveses sangrientos, los amigos del Presidente en el Congreso para protegerlo acusan a México de ser el iniciador de la guerra, y él, con toda sangre fría, enseña a otros a sacrificar a un veterano y valiente ofi-cial, siempre que sea necesario para cubrir sus errores y su incompetencia.Tengo aún otra objeción contra la ley. Todo lo que se propone para votar por esta ley se le está confiando a él. Él deberá conducir esta guerra. Él es nuestro comandante en jefe, nuestro Generalísimo de ejército y armada. Él sabe, o debería saber, cuánto dinero y cuántos hombres requiere su exigencia actual; y sin embargo no ha dado una cifra o un número de tropas, como ha sido uso invariable de anteriores Presidentes en estos casos. Él nos deja actuar a nues-tro juicio de acuerdo a la información que existe en este recinto. ¿Debemos entender con esto que abandona todas las responsabilidades y deberes de presidente y Comandante en Jefe en la conducción de esta guerra? ¿Acaso él pretende que el Congreso entienda como si les dijera (lo que debe ser evidente ahora a toda la nación): No tengo lo que se necesita para la alta posición que ocupo. No sé qué decirles respecto a las cantidades de dinero y hombres que ustedes deben autorizar para rescatar el renombre militar del país de la oscu-ra nube que ahora lo oscurece. En este importante tema ustedes deben asu-mir mis deberes y responsabilidades, y adoptar las medidas necesarias para vindicar el herido honor de la nación? Si ésta fuera la situación del Presidente, él está exhibiendo más sentido común que en todos los actos de su adminis-tración; de no ser así, él muestra, como siempre, su reprobable usual actitud secretista.¹⁰ »Pero en suma, señor Presidente, la esencia del Proyecto de Ley son los per-trechos de guerra que serán requeridos antes de que la nación salga de esta dificultad. Aprobaré los abastecimientos del Proyecto de Ley con absoluta y sincera alacridad, al mismo tiempo que protesto contra las falsedades. Desde que la comedia empezó, yo he estado por pelear contra México en nuestro suelo, en el de México, en todos lados, hasta que los hagamos retroceder más allá del Río Grande, y recuperemos nuestro antiguo prestigio y renombre. Entonces, yo estoy a favor de retirar nuestro ejército más allá de la margen izquierda del Nueces, y entonces, establecer por medio de un tratado todos los temas en disputa con un país débil y aturdido en los términos más libe-rales. [El Sr. Davis fue frecuentemente interrumpido con llamados al orden, y finalmente, al sentarse declaró que retiraba su solicitud de que se le excusara de votar, y dijo que aprobaría la Ley. »Los miembros que votaron contra la Ley fueron: los Sres. John Quincy Adams, Ashmun, Cranston, Culver, Delano, Guildings, Grinnel, Hudson, Daniel P. King, Root, Reverance, Strohm, Tilden, Vance —14 en total.Cuando se procedió a la última votación, los siguientes miembros dieron a conocer la razón para votar o no: »Cuando se nombró al Sr. Bayly, él se levantó y dijo: Sr. Presidente, solicito se me excuse de votar. No puedo votar en silencio sin ubicarme en una situa-ción paradójica.¹¹ Considero esta Ley como una virtual declaración de guerra, hecha sin la recomendación del Ejecutivo; ya que entiendo que el Ejecutivo no está recomendando una declaración de guerra, y es hecha también, sin saber si la invasión de nuestro territorio y los actos de agresión fueron aprobados o no por el Gobierno de México. Éste podría repudiar los hechos y hacer las reparaciones del caso. Por tanto, no tengo deseos de aprobar esta declaración de guerra. No considero necesaria tal declaración para enfrentar la emergen-cia. Por otro lado estoy más que dispuesto a aprobar el abastecimiento de tantos pertrechos, hombres y medios como sean necesarios para socorrer a

10 2. [adj.] poco usado Dícese de la persona que habla mucho en secreto.

11 1. adj. Que incluye paradoja o que usa de ella y esta del latín paradoxa, t. f. de -xus, parado-jo. 1. f. Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de los hombres. 2. [f.]Aserción inverosímil o absurda, que se presenta con apariencias de verdadera. 3. [f.] Ret. Figura de pensamiento que consiste en emplear expresiones o frases que envuelven contradicción. Mira al avaro, en sus riquezas, pobre.

66

Pharus academiæ

nuestro ejército y rechazar la invasión. Por tanto, dada la situación en que me encuentro, debo declinar hacer esto o aprobar la Ley frente a la Asamblea. Si no se me excusa, aprobaré la Ley, ya que considero que negar los abasteci-mientos en estas circunstancias, es un mal mayor. El Sr. B. Retiró su petición de ser excusado.

Cuando el Sr. Albert Smith fue nombrado, él se levantó y dijo: Sr. Presidente, apruebo la Ley, pero lo hago bajo protesta por el preámbulo de la misma, tan falsa en sus planteamientos y que opera como un fraude a la nación.

Y en el mismo periódico se publica una interesante nota acerca de la geografía de México. La geografía de México & c., desde el campo de batalla.

«El periódico The New York Sun publica la siguiente descripción de Méxi-co, de Matamoros a las salas de los Moctezumas, que seguramente serán de interés en estos momentos: »El Ejército de EE.UU. está apostado en la margen izquierda del Río Grande, frente a Matamoros, a una distancia de 90 millas de la costa por el tortuoso canal del río, pero sólo a 30 o 40 por la ruta de Punta Isabel, una bahía de la costa de Texas, a unas diez millas al norte del Río Grande. Este último es la frontera entre Texas y México, como asegura Estados Unidos. México afirma que el Río Nueces es la frontera real ya que ese río era la frontera de Texas con Tamaulipas del antiguo estado de Tejas antes de su Independencia. Pero Texas pretende que es el Río Grande, ya que gente de ese distrito se unió a ellos en la defensa de la Constitución Mexicana de 1824, y en la guerra de Independencia que exitosamente libraron contra la tiranía Mexicana. »De Matamoros a la ciudad de México hay un buen camino, con cinco o diez puestos militares a todo lo largo de la ruta. »Un ejército Americano de cincuenta mil hombres, cruzando el Río Grande en Matamoros, podría fácilmente marchar a través del país hasta la ciudad de México. Yucatán, en el sur, está actualmente en pie de guerra contra los déspotas que gobiernan en la capital; y el pueblo de Vera Cruz y otros Estados del centro de México, están reclamando el regreso de Santa Anna, (que está actualmente en Cuba) y la restauración de la República. Las facilidades para la movilización de nuestro ejército y el trato con el pueblo mexicano favore-cen la rápida ejecución de las operaciones militares. Desde Galveston a Punta Isabel hay 320 millas. De Nueva Orleáns a Punta Isabel hay 802. De Nueva Orleáns a Vera Cruz 1 5­00. De Yucatán a la ciudad de México hay 900 millas — La población de la ciudad de México alcanza los 180.000 habitantes. Altas montañas se alzan a la distancia a todo el alrededor de la ciudad, pero su ubicación , a pesar de estar debajo del Trópico de Cáncer es notable por su sanidad y en verano el calor es menos severo que en Nueva York o Filadelfia. »A la ciudad se llega por excelentes caminos que la alcanzan desde todas direcciones, y por los cuales se transportan los minerales de plata y oro, pro-venientes de un centenar de las minas más ricas del mundo. »La magnificencia de los edificios principales —algunos con incrustacio-nes de oro y plata valuadas en muchos millones, y que contienen ricos tesoros escondidos por los avariciosos— ha excitado la admiración de los viajeros. Sin embargo, con todas sus riquezas, México es pobre. Su pueblo es mante-nido en la ignorancia por la tiranía de unos cuantos, y su riqueza es llevada a otras tierras, a hinchar las utilidades del comercio que ellos jamás gozarán. El mexicano pobre se arrastra indiferente en las descuidadas minas de plata, perdido en la contemplación de su abyecta condición. ¡La mano de hierro del despotismo está sobre él!»

67

Marzo 2008, número 2

Más adelante el periódico cuestiona ¿Por qué estamos en guerra? y un corresponsal en Washington da una interesante respuesta

«El corresponsal en Washington del New York Herald hace la pregunta y responde como sigue: »¿Cómo o (ilegible), fueron obligadas las tropas del Gral. Taylor a avanzar hasta la margen izquierda del Río de Norte? Es una pregunta que se hace fre-cuentemente pero que rara vez se responde en forma satisfactoria. Ahora le daré a usted la respuesta correcta a la pregunta. Por los términos de anexión de Texas, ese Estado utilizará las tierras públicas para pagar su deuda. Una investigación encontró que en el territorio de Texas propiamente dicho, todas las tierras públicas habían sido despilfarradas por el Gobierno de la República y, consecuentemente, los tenedores de papeles de deuda Tejana, perdieron la esperanza de recibir el pago. »Por tanto, se hizo necesario saquear a México de esa gran porción de los Estados de Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua, que se encuentran entre el Río Bravo del Norte y el río Nueces, al occidente del cual la República de Texas jamás tuvo jurisdicción, ni civil ni militar, ni la más pálida sombra de pose-sión aparte de la que surgió de un acto de su Legislatura, que declaró que el Bravo era su frontera occidental, pero si ahora, a un enorme costo de sangre, dinero y honor nacional, los Estados Unidos robarán a México el vasto terri-torio que se extiende entre el Bravo y el Nueces, el Estado de Texas lo recla-mará como de su propiedad, para así poder pagar su deuda nacional. ¿Alguien sabrá cuantos papeles de deuda Tejana estarán en manos de miembros del partido en el poder, que han proyectado este saqueo y latrocinio?»

El 21 de mayo, Juan Martín de la Garza y Flores, Gobernador de Tamaulipas, emite un proclama:

«Juan Martín de la Garza y Flores, Gobernador Constitucional de Tamauli-pas a todos sus habitantes sabed: »Que ocupada la ciudad de Matamoros el día 18 del mes actual por las fuer-zas de los Estados Unidos del Norte, ha quedado segregada de hecho del resto del Departamento, mientras dure su ocupación militar y que en tal concepto, este Gobierno se halla en el caso de dictar las medidas que demanda la ac-tual situación de dicha Ciudad: Por tanto, ínterin el Gobierno Supremo de la Nación emite las que entienda ser más conducentes, he venido a acordar y decretar:1.º Queda suspensa el día de hoy toda comunicación entre los habitantes del

Departamento y la Ciudad de Matamoros.2.º Se prohíbe todo tráfico entre los mismos habitantes y la expresada

Ciudad.3.º Los infractores de las precedentes disposiciones quedan sujetos a las pe-

nas establecidas por las leyes.»Y para que llegue noticia de todos, y ninguno alegue ignorancia, mando

se imprima, publique y circule a quienes corresponde para su cumplimiento.Ciudad Victoria, Mayo 21 de 1846. Juan Martín de la Garza y Flores José A,

Fernández primer oficial.»

En una Extra del periódico Union, el sábado 23 de mayo refrita algo aparecido a su vez en una Extra de lunes 18 a las 10 de la mañana del Mobile Daily Advertiser respecto a la que ya se alude como guerra Mexicana

«Union—Extra. Sábado, 23 de mayo de 1846. De la extra del Mobile Daily Advertiser del lunes 18 de mayo a las 10 a. m.

68

Pharus academiæ

«Del teatro de la guerra.- ¡Gloriosas noticias!- ¡Triunfo de las armas Ameri-canas- ¡El General Taylor victorioso de nuevo! ¡Ruta del ejército Mexicano! »Por el vapor Col. Harney en New Orleans. [Corresponsalía del Tropic.] »Anuncio de la llegada de voluntarios – Inesperada llegada del Comodoro Conner al Brazos Santiago. —El General Taylor inicia marcha hacia Matamoros. —El Comodoro Conner refuerza Point Isabel. —Noticias del campo de batalla. -Retirada. -Captura de Artillería. —Oficial Mexicano muerto por sus propios hombres .—El Capitán Page herido. —Los voluntarios de Louisiana. —Marinos del Tío Sam en tierra.

»10 de mayo Brazos Santiago. (Punta Isabel)»Desde mi última (no recibida) ha habido dos arribadas, el Nueva York y el bergantín Millaudon. Este último trajo noticias de que seis vapores con cua-tro mil voluntarios iban a zarpar cuando él lo hizo. Esta noticia nos dio mucha alegría, ya que no esperábamos los resultados que han alcanzado nuestras tropas. »El General T (Taylor) ha enviado despachos a Vera Cruz, cuyo contenido no conocemos, pero había el rumor de que el mencionado Vera Cruz sería bombardeado. Juzguen, entonces, nuestra sorpresa cuando al amanecer del día siguiente, todo el escuadrón, (Excepto el Falmouth) apareció frente a nues-tro puerto. El Comodoro no había recibido los despachos, pero se le informó en Vera Cruz que los Mexicanos habían enviado 6 ó 7 mil soldados para asis-tir al Gral. Arista en destrozar al Gral. Taylor. »Por tanto, el Comodoro C (Conner), pensó, muy sagazmente, que su pre-sencia aquí haría algún bien para reforzar al Gral. T. Él fue bien recibido, ya que el General Taylor se había marchado la tarde anterior para encontrar y conquistar al enemigo, llevando con él dos mil doscientos hombres, incluidos los carromateros, con doscientos cincuenta carromatos cargados con muni-ciones, provisiones & c., que seguramente era sabido por los mexicanos ya que los vehículos habían sido cargados desde el pasado lunes, para cumplir de in-mediato la orden de marcha. El General T. dejó Punta Isabel con apenas poco más de cuatrocientos hombres para defenderla. El Comandante aquí, Mayor Munroe, solicitó al Comodoro Conner tantos hombres cuantos pudiera man-darle, ya que se comenzó a oír cañoneo a eso de las 2 de la tarde del 8, que continuó con pocas interrupciones hasta anochecer. El Com. C. envió a tierra 25­0 hombres y el día 9, 400 ó 5­00 más, que deja el lugar con fuerza suficiente para resistir un ataque de 20 000 hombres. »Créanme cuando digo que aquí hubo el más grande entusiasmo toda la tarde del 8, ya que podíamos oír claramente los cañonazos del campo de ba-talla. »En la tarde del 8, los Sres. Murray y Bacon se ofrecieron para ir y enterarse de lo sucedido. »En la mañana del 9, un muchacho negro llegó al campamento, y contó una historia de la batalla, pero dado que había huido dejando a sus compañeros carromateros, no se le creyó. »A las 3 de la tarde del 9 los sres. M. y B. regresaron y relataron lo que sigue: Llegaron al campamento actual del General Taylor, a dieciséis millas de aquí a las 3 de la tarde; ahí supieron que el ejército había marchado hasta unas 13 millas de aquí, cuando vieron a los mexicanos formados en batalla a lo an-cho del camino. Inmediatamente ordenó que los carromatos se detuvieran hasta pasar la 2.ª brigada. Los Mexicanos estaban en un prado cerca del ex-tremo de un chaparral. Cuando el General Taylor llegó a unos tres cuartos de milla, ellos (los Mexicanos) abrieron fuego con su artillería ligera. El General Taylor llegó con las compañías del Capitán Duncan y del Mayor Ringgold, y en eso estuvieron hasta el anochecer, cuando los Mexicanos se retiraron al borde del chaparral y cesaron el fuego.»

Zachary Taylor (1784 – 1850)

69

Marzo 2008, número 2

»Entonces el General Taylor disparó diez o quince cañones contra ellos, y empezó a construir dos parapetos. Al amanecer los mexicanos estaban en el borde del chaparral. En una reunión de estrategia con el Gral. Taylor, se deci-dió que una brigada avanzara hasta el chaparral, con la esperanza de atraer a los Mexicanos a reanudar el combate, pero mientras más tropas avanzaban, menos Mexicanos había, pues se retiraron dejando tres piezas de artillería, gran cantidad de municiones, entre cuatro y seiscientos muertos sobre el campo, y sólo Dios sabe cuántos heridos que se llevaron. Un Mexicano que estaba en una de las baterías, dijo que todos los que manejaban los cañones habían muerto y sólo él quedaba con vida. Aseguró que la rapidez de tiro de nuestros cañones es algo que nunca habían soñado. Un oficial Mexicano, tra-tando de reagrupar a sus hombres, se encontró con que no lo obedecían y empezó a darles sablazos cuando sus propias tropas lo acribillaron. Nosotros tuvimos 11 muertos y alrededor de 10 heridos de muerte. »El Cap. Page del 3.º, perdió la parte baja de su cara de un cañonazo —se cree que se recuperará, aunque horriblemente mutilado. El Mayor Ringgold recibió balazos en ambos muslos no fracturaron ninguno de sus huesos, a pesar de que las balas mataron a su caballo, lo que es una maravilla. Nuestro informante dice que el campo de batalla estaba cubierto de cadáveres, y que en el campo del Gral. Taylor, se oyeron toda la noche los lamentos de los Mexicanos heridos. El comandante de los Mexicanos era el Gral. Mejía. No hay duda de que se han retirado y cruzado el río. Cuando los voluntarios regresen ustedes podrán escucharlos decir de los ‘ jolgorios en las salas de los Moctezumas’, o paz y buena voluntad serán correados en esos ampulosos Mexicanos. Es una sorpresa el que hayan muerto tan pocos en nuestro lado. »En esa decisiva batalla el General Taylor perdió alrededor de sesenta sol-dados entre muertos y heridos, entre los heridos que se hallan [...] el Tte. Cor. Payne del 4º de Artillería. »El Mayor Ringgold, bien conocido comandante de las Artillería volante, también murió el día 11 de las heridas recibidas en la acción del día 8.

»El fuerte. »Los mexicanos han continuado disparando sus cañones sobre el fuerte frente a Matamoros, casi desde que el General Taylor marchó hacia Punta Isabel. »El bravo y galante Mayor Brown murió de las heridas recibidas en un muslo por la explosión de una granada del enemigo. Su herida no se consideró de peligro, pero al ser colocado en una de las madrigueras a prueba de balas, su muerte ocurrió por falta de aire fresco. Su muerte es profundamente de-plorada por el ejército; su intrépida conducta en frustrar todos los intentos del enemigo de destruir el fuerte, los preparó para darse cuenta del resultado que les espera con nuestro valiente ejército. La resistencia del fuerte y la habilidad con la que es defendido es incomprensible para los Mexicanos; y en realidad así es, ya que han disparado al menos 1 400 tiros de balas y granadas contra la construcción y cada mañana presenta la misma apariencia; nuestras pérdi-das han sido de dos o tres en el fuerte. La práctica constante que ha tenido el enemigo disparando contra él, les ha enseñado a dar la adecuada puntería a sus cañones y casi todos los tiros caen dentro de la construcción. Por su parte los cañones del fuerte no están quietos, y las murallas, terraplenes y casas de Matamoros exhiben ruinas como las de una ciudad con cientos de años que se abren al cielo cantando su lamento por su desolación. »La corbeta de guerra St. Mary arribó de Pensacola el día 10; el vapor Mississippi el 12 de Vera Cruz. El Bainbridge está a las afueras del Río Grande reforzando el bloqueo. La goleta Flirt zarpó para Nueva Orleáns el día 7.

70

Pharus academiæ

»El Gral. Vega es el Cor. Vega que fue capturado por las fuerzas tejanas en la matanza de San Jacinto. Él estuvo también en la caída del Álamo y es un oficial valiente y cumplido. »En una nota de último minuto del Picayune, encontramos lo siguiente: »El ejército Mexicano estaba tan confiado en la victoria que se habían he-cho toda clase de preparativos para celebrarla, pero todo lo preparado cayó en manos de los Americanos, en su huída, muchos de los Mexicanos fueron al río y se ahogaron en su intento de atravesarlo a nado. »El General Taylor llegó al fuerte la tarde del combate y la mañana siguien-te dejando toda la fuerza ahí, regresó a Punta Isabel a donde llegó la tarde del 10 sin ser molestado. La mañana del 11 regresó al campo frente a Matamoros. Es innecesario decir que él y su ejército se encuentran con el mejor de los ánimos.

El Richmond Enquirer del 26 de mayo habla de la inexistente Armada Mexicana.

«Un periódico Mexicano publica la lista de los barcos a los que, por órdenes del Presidente Paredes, se deberá reducir la Armada Nacional. »En Vera Cruz, los bergantines Libre y Mexicana y una cañonera con 62 hombres en cada bergantín. »En Tabasco, las goletas Águila, con 5­3 hombres y Libertad, con 30. »En Tampico las cañoneras Queretana, Poblana, y Victoria, con 30 hombres cada una. »En Matamoros las cañoneras Guerrero y Unión, con 30 hombres cada una.»

El Martinsburg Gazette del jueves 28 de mayo empezaba a usar términos ofensivos para calificar a los mexicanos.

«Las noticias que publicamos esta semana desde el teatro de operaciones, están bien calculadas para producir la más poderosa sensación por todo el país. Es cierto, la victoria —la gloriosa victoria corona nuestras armas, sin embargo, algunas de las mejores sangres han sido derramadas por el enemi-go. Esta sangre deberá ser vengada —esperamos ver los 5­0 000 voluntarios llamados de una vez al servicio— y a nuestra armada bombardear todos y cada uno de los puertos mexicanos al alcance de nuestros cañones. El trabajo ha comenzado —no nos detengamos sino hasta los salones de los moctezu-mas. La conducta infiel y desagradecida de México merece el látigo del escar-miento —ha insultado nuestra bandera —invadido nuestro suelo —robado y asesinado a nuestra gente y, aunque por sentir lástima de su debilidad nos hemos controlado, ahora la paciencia ha cesado de ser una virtud. Si México no puede entender paciencia y magnanimidad de parte de su hermana Repú-blica, deberá entender la fuerza a punta de bayoneta. »Recomendamos el extracto de un artículo en el New Orleans Courier a to-dos nuestros lectores. A nuestro juicio, apunta a la forma adecuada para una campaña corta y victoriosa.»

Marcha inmediata a la Ciudad de México

«Cuando los refuerzos que partieron de este lugar anoche y esta mañana se unan al Gral. Taylor, el total de tropas bajo su mando ascenderá a unos 8 000 incluyendo las de Punta Isabel y frente a Matamoros. Esta fuerza será sufi-ciente para rechazar cualquier asalto en ambas fortalezas y para mantener abierta la línea de comunicación entre las dos. Pero para ocupar una posición en la margen derecha del río y penetrar al interior de México, se necesitará una mucho mayor fuerza.

71

Marzo 2008, número 2

»[...] Esta guerra con México no terminará con una batalla, la captura de dos o tres pueblos, el bombardeo de los puertos de mar y el bloqueo de la costa. Los Mexicanos son una raza orgullosa e ignorante, y por tanto obstina-da. No cejarán, pasivamente, hasta que su capital sea ocupada por el ejército Americano y la mayor parte de su país invadido. »[...] Es inútil en este momento especular acerca del plan para conducir la guerra que adoptará nuestro gobierno. Los puertos Mexicanos en el Pacífico están a la merced de la escuadra.

El Richmond Enquirer del 29 de mayo publica lo siguiente:

«El N. O. Picayune da más información sobre las noticias de México por el Mandar »El pasado día 7, se recibió en Vera Cruz una carta de Tampico, en la que se anuncia la muerte del Cor. Cross de nuestro ejército. Las circunstancias de su cruel destino se detallaron: Fue aprehendido por una partida de Rancheros armados que lo colgaron de inmediato en un árbol. »En el periódico oficial encontramos los documentos que acompañaron al Manifiesto del Gral. Paredes del pasado día 23. Consisten en los reportes Mexicanos de los eventos ocurridos en el Río Grande hasta el 14 de abril, con la correspondencia entre los Grales. Ampudia y Taylor. »Respecto a la revocación de la comisión del Gral. Almonte, El Tiempo supo-ne que se hizo, ya sea porque el Gobierno ha obtenido prueba de sus proyectos revolucionarios, o desconfiaba de sus sentimientos hacia la Administración. De cualquier forma, se le ordenó permanecer en La Habana. »El Locomotor está muy satisfecho de la pronta preparación que se ha hecho del Castillo de San Juan de Ulúa para dar una cálida recepción a la Escuadra del Comodoro Conner. »El Editor del mismo periódico habla en los más encomiásticos términos, del estado de las fortificaciones del castillo. Desde 1838 una batería sobre el glacis¹² del Castillo con 40 ó 5­0 morteros de enorme tamaño. De que los ca-ñones y la pólvora en el Castillo están bien, no tenemos ninguna duda, ¡ya que fueron comprados en Estados Unidos! Con relación a esto podemos añadir que un caballero que llegó aquí ayer de Vera Cruz, quien viene aquí con el expreso propósito de comprar pólvora para el Gobierno Mexicano. »Los Mexicanos alejados del teatro de la guerra estaban absolutamente convencidos de la victoria en el Río Grande. Fundan sus esperanzas en la sim-ple superioridad numérica. Calculan el número de sus tropas en por lo menos 10 000 y el del Gral. Taylor en menos de 3 000.»

12 Del fr. glacis, de glacer, helar. 1. m. Fort. En una fortificación permanente, declive desde el camino cubierto hacia el campo.

El Picayune de Nueva Orleáns y la guerra

La información de los sucesos de la guerra en México, las victorias de Taylor y lo que se decía en México en esos momentos llegaba con gran rapidez a Estados Unidos gracias a la actividad de un corresponsal. George Kendall,¹³ reportero del The New Orleans Picayune, sentó alta como voluntario en el ejér-cito de Taylor y cubrió los eventos para su periódico. Kendall empezó por crear una serie de puestos de correo a lo largo de la marcha del ejército y ofrecía altos estipendios para atraer a Mexicanos con-fiables que llevarían los despachos a vapores en la costa para que fueran lle-vados a Nueva Orleáns. Una vez allí, los despachos eran enviados por correo express al norte a otras ciudades Americanas. Los despachos ofrecían una recopilación de los hechos de la guerra día a día. Se convirtieron en una herra-mienta muy útil para la nomenclatura de Washington, manteniendo el apoyo político a la guerra muy alto entre el pueblo Americano.

13 Corresponsal que junto a otros anónimos periodistas cubrió la guerra entre EE.UU. y México, por lo que se le considera como el primer corresponsal de guerra de Estados Unidos. Kendall enviaba su información al Picayune de Nueva Orleáns, del cual era cofundador y editor. Utilizaba mensajeros a caballo y vapores que llevaban sus reportajes hasta las terminales de las líneas del recién construido sistema de telégrafos yanqui, haciendo llegar informes de batallas y diversos hechos, antes de que los reportes oficiales llegaran y su periódico y asociados, las daban a conocer antes de los anuncios oficiales del Gobierno. Aunque la historia de esa guerra, y los hechos en que incurrieron esos héroes anónimos del periodismo, son virtualmente desconocidas hoy en día.

72

Pharus academiæ

La historia de Kendall nos lleva a la infausta expedición tejana a Santa Fe en Nuevo México, durante la cual fue tomado prisionero y obligado a caminar hasta la ciudad de México junto con otros tejanos como Antonio Navarro, y permaneció preso por más de un año. A su regreso, Kendall escribió sus re-portes que fueron publicados por el Picayune como una serie y después en dos volúmenes de los cuales se vendieron 40 000 ejemplares. Cubrió las batalla de Monterrey y Angostura y después desde Veracruz hasta la toma de la capital mexicana. Después de la guerra escribió un libro y comisionó al artista alemán Karl Nebel, para hacer las ilustraciones que hoy en día son, virtualmente, casi la única memoria de la guerra. El libro jamás se publicó y solo se imprimió lo que se conoce como: The War Between the United States and Mexico, Illustrated. Embracing Pictorial Drawings of All the Principal Conflicts by Carl Nebel, With a Description of Each Battle, By Geo. Wilkins Kendall, editado por D. Appleton & Company de Nueva York en 185­1. El ma-nuscrito se encuentra actualmente entre los documentos de la Universidad de Texas en Arlington.

73

Marzo 2008, número 2

Los derechos reprográficos en la universidad«Un caso para la araña del capitán Garfio»

Resumen

Este articulo trata de exponer el problema de la reprografía ilícita en la Uni-versidad y como caso de estudio, ofrecer una solución adecuada y oportuna de carácter legal. Expone las tres posturas que se ocupan del problema, a sa-ber: la democratizadora, la criminalística y, la más propia, que se refiere a la postura jurídica propia de la Universidad. Se analiza primero el marco normativo de la reprografía del fotocopiado, descartando la costumbre de la piratería fotocopiadora, que es sancionada por las leyes autorales y penales. Sugiere que la Universidad, se ajuste a la le-galidad de la reprografía lícita y difunda la cultura del respeto a los derechos de los autores, cuales son derechos de los usuarios para obtener lícitamente fotocopias.

Abstract

In this article, the author tries to explain the problem of unlawfull reproduc-tion of books in the University and, as research case, offers a legal, suitable and appropriate solution. Expounding three stances that deal with the pro-blem, to wit: democratic, criminalistic and, the exact one, that relates to the legal position of the University. The paper first analizes the normative framework of the fotocopies repro-duction, dismissing the customary photocopier piracy, penalized by autho-ring and penal codes. Sugests that the University agreeds to a lawful repro-duction and to spread a respect for a lawful culture of respect to the autors rights, and the right of the users to obtain legal photocopies.

Dr. José Luis Villaseñor DávalosLicenciado en Derecho y con Maestría en la misma disciplina. Doctorado en Educación por la Universidad de Houston, Texas, EE.UU. Actualmente funge como Director de Investigación en el iest, en donde se imparte además, algunas materias de licenciatura y posgrado.

74

Pharus academiæ

1 Pl a nte a miento del problem a

La práctica de sacar fotocopias dentro o fuera de la Universidad, se suele ver tan normal, que no se da ocasión a pensar que se están cometiendo ilícitos o incluso hasta un delito. Tampoco se puede soslayar que hay maestros que dejan una carpeta en los centros de fotocopiado con la información requerida para sus respectivos cursos y con ello proporcionar comodidad y economía a sus alumnos. De acuerdo con un estudio realizado en 2003 por la empresa más grande del fotocopiado en México denominada Kinko s, dicho mercado generaba 5­2 800 millones de copias al año, de los cuales el 25­% correspondía a estu-diantes. Además, si se considera como precio promedio 5­0 centavos por co-pia, el producto estaría valuado en 26 400 millones de pesos, cantidad no percibida por autores y editores en las obras fotocopiadas, estimaciones ba-sadas en reportes de socios de cempro, quienes representan el 95­% del mer-cado editorial privado del país, muestran pérdidas de más de 110 millones de pesos anuales por concepto de regalías.¹ José Angel Quintanilla D’Acosta, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (caniem) afirma que la industria editorial mexicana atraviesa por su peor momento, reporta perdidas anuales por 18 mil millones de pesos debido a tres factores que detienen su desarrollo: la piratería, el fotocopiado no autorizado de libros y la competencia desleal del gobierno federal que edita el 65­% de los volúmenes que se producen en el país, los libros de texto gratuitos. Según el mismo presidente del Caniem, las pérdidas por piratería y fotocopiado representan para los autores 75­0 u 800 millones de pesos en regalías que no reciben; para los editores unos 6 mil 5­00 millones de pesos que tampoco reciben y para los libreros 10 mil millones de pesos; si se suman tales montos, son 18 mil millones de pesos al año que no se venden.² En una entrevista hecha por la reportera Érika Perea del Periódico El Dia-rio de Chihuahua a la directora general de cempro en Octubre 21 de 2007, ésta denunció que: «en Chihuahua las 12 facultades y el Instituto de la uach permiten el fotocopiado de libros al igual que las decenas de instituciones privadas que avalan el fotocopiado de libros dentro de sus instalaciones». An-teriormente en Mayo del presente año, la Directora de tal entidad, cempro, acudió ante el Rector de la uach, y le expresó que rechazaba que la uach fo-menta la piratería de textos y que el fotocopiado de libros —dijo—: «no tiene fines de lucro, sino simplemente ser el medio para que los estudiantes acce-dan al material bibliográfico». Añadió que reconoce que es una práctica que se da en algunos casos por estudiantes de bajos recursos, y que espera que sea cempro quien se ponga en contacto con la uach para analizar la posibili-dad de adquirir una licencia y con ello regularizar el fotocopiado de libros en las unidades académicas.³

2 Inter pr etación de los hechos na r r a dos en el problem a

En las cifras manejadas por Kinko’s: 26 400 millones de pesos; por los asociados de cempro: 110 millones de pesos anuales y por el presidente de la caniem: 18 mil millones de pesos por año, todos en pérdidas de regalías, se nota una discrepancia enorme y por lo tanto no son confiables. Por otra parte, no distinguen al hacer la sumatoria entre las pérdidas de-bidas al pirataje de libros y las que corresponden a las derivadas del fotoco-piado, ni tampoco discriminan los porcentajes derivados del tipo de libros piratas relativos al género de literatura popular y los de carácter técnico o científico. No se considera tampoco el hecho de que el libro, en relación con otros bienes culturales como los cd musicales o dvd de obras cinematográ-ficas o software, es menos afectado pero no por ello hay que prestarle menos

1 Giovanni Rueda; las fotocopias vs. los derechos de autor; <http://www.profeco.gob.mx/encuesta/brujula/bruj_2006/bol27_fotocopia.asp>

2 Dirección: <http//www.latinoamerican-markets.com/mexico---industria-editorial>

3 Perea, Érika; «Fomenta uach, la piratería editorial»; El Diario; Chihuahua, Chih.- Octubre 31, 2007

75

Marzo 2008, número 2

atención, pues como dice Richard Uribe Schroeder, consultor internacional del cer l ac, «por el contrario hay que desarrollar más acciones para impedir que se incremente como se percibe que está pasando en muchos países.»⁴ Y sin embargo, todo ello lo presentan en un solo stock de información. Lo más grave de tales datos, es que se criminaliza a las universidades, para variar y sobre todo a las universidades particulares; las cuales; según la Di-rectora General del cempro avalan el fotocopiado de libros dentro de sus instalaciones.

3 Consideraciones metajurídicas del problema

La generalidad de las personas más o menos letradas estimamos que debe estimularse y protegerse la producción de bienes artístico–intelectuales, pero en la práctica dicha estimación se pierde, por cuanto que los bienes y servi-cios culturales no se consideran de primera necesidad o porque flota en el ambiente la convicción de que la ciencia y la cultura se defienden solas. Lo peor de todo esto, afirma Humberto Massachio⁵ es por la carencia de respeto hacia los derechos de autor que son vistos por las autoridades y la sociedad con indiferencia o como algo normal. El mismo autor citado asienta que por la ineficacia judicial, la comodidad y la costumbre, el fotocopiado de páginas sueltas y la recopilación de partes de textos sobre un mismo tema —la plaga de los llamados digestos o antologías, ha llegado a ganar una amplia «legiti-midad social» al extremo de que se abundan los defensores de este delito, quienes lo ven como un mecanismo de compensación social. Yendo más a fondo, Juan Pablo Pampillo⁶, considera que a los mexicanos nos acompañan la ilegalidad y la corrupción como condición irremediable de nuestra naturaleza; pues la sociedad mexicana sería esencial, natural y cons-titutivamente propensa al incumplimiento de la ley y a la corrupción. Sin embargo, este mismo autor citado, reflexiona que este problema se reduzca, en el fondo, a una cuestión de perspectiva, y que tal tendencia a la ilegalidad sea una auténtica manifestación cultural y no contracultural, que expresa un sentido fundamental de justicia arraigado entre los mexicanos, los cuales estamos concientes de la separación que parte entre sociedad política y so-ciedad civil; que a partir del siglo xix, la pretensión de la primera ha sido la de reformar la sociedad civil por medio de leyes desconcertadas de nuestra realidad y contrarias a nuestra idiosincrasia y nuestra cultura, generada por una élite o secta gobernante separada de la sociedad gobernada, que se ha obstinado en inventar a capricho un país distinto del nuestro, acorde a sus propios intereses de grupo o con su propia ideología, o con modelos extranje-ros desquiciados de nuestra realidad. Hay que advertir que la opinión acabada de expresar, no se está usando para justificar la piratería reprográfica del fotocopiado dentro de la Univer-sidad, sino al contrario para destacar la labor educativa que aquella desem-peña, instruyendo y educando a sus alumnos en la legalidad y en la justicia, sin otorgar tampoco patentes de corso a la fotocopia interna.

3.1. Posturas respecto a la reprografía ilegal. Jaime Vargas Luna⁷, identifica dos tendencias fundamentales en materia de reprografía ilegal:

4 Uribe Schroeder, Richard; El Concepto de Cero Tolerancia con la piratería editorial; Pensar El Libro; Ediciones 02, junio 2005; p.4.

5 Massachio, Humberto; La Impunidad del Capitán Garfio; Foro de reflexión; México: 2007; p.3.

6 Pampillo Baliño, Juan Pablo; «La Cultura de la Ilegalidad en México», Metapolítica; Vol. 11; No. 55; sep.-oct.; México: 2007; pág. 68.

una, a la cual denomina Democratización de la fotocopia; la otra, la identifica como la criminalización de la reprografía ilegal. A continuación trataremos de cada una de ellas.

3.1.1. La tendencia democratizadora. Con ocasión de las reflexiones sobre el origen y fin de la imprenta, que es abaratar el acceso a los libros, es decir al saber; y so-bre el estado actual del precio de los libros, convertidos en saber-mercancía, se ha concluido en un elogio de la fotocopia como método democratizador

7 Vargas Luna, Jaime; Las Fotocopias, ¿piratería democratizante? Dirección: <http://herramientaeditorial.blogspot.com/2007/05/lasfotocopias-pirateria-democratizante>...31/10/2007

76

Pharus academiæ

contemporáneo, pues acerca el conocimiento y la cultura a los estudiantes de bajos recursos económicos. Esta consideración parece también originarse en un problema de acceso a bibliografía especializada, que muchos lectores resuelven fotocopiando en detrimento de editores y autores. Por tales razo-nes, tal tendencia pretende justificar la reprografía ilegal. Ésta, no deja de ser una forma de piratería, pues viola derechos de autor, aunque a diferencia de las ediciones piratas, quien piratea el libro al fotocopiarlo, puede ser que no busque comercializarlo, sino beneficiarse con su lectura; lo cual es válido para el lector, pero no para quienes posean o trabajen fotocopiando libros en las universidades. Además, quienes fotocopian libros, ya leen, sobre todo los especialistas; pero en el caso de niños o jóvenes que a veces no entienden lo que leen, se van convirtiendo, en homovidens, sin desarrollar un pensamiento crítico, a quienes tampoco beneficia la reprografía ilegal.

3.1.2. La tendencia criminalizante. Por lo que se refiere a la tendencia a criminalizar la reprografía, el mismo Vargas Luna⁸ considera que no beneficiaría a los edi-tores, por cuanto que los lectores seguirían sin acceder a los libros que ac-tualmente fotocopian pero sí perjudicaría a los lectores . Sin embargo, en el medio, están los dueños de las máquinas fotocopiadoras que se benefician del negocio, mientras afuera, al lado del camino, el Estado se desentiende del problema cuando es su responsabilidad no criminalizar la fotocopia, sino fa-cilitar que los libros fotocopiados estén al alcance de los lectores, ya sea a través de bibliotecas públicas y las universidades públicas o particulares, o en las librerías a precios accesibles o ambas cosas. También podría incentivar el buen funcionamiento de las sociedades de gestión colectiva, instituciones de-dicadas a regular el uso de las fotocopias de libros para que el lector acceda, a libros necesarios y el editor y autor reciban por ello las regalías debidas. Todo ello orientado por el principio clave de subsidiariedad.

3.1.3. La tendencia jurídica de la Universidad.- Es necesario advertir, cómo en el pano-rama de los derechos reprográficos en México dentro de las universidades, éstas se inclinan más como es obvio, por la tendencia democratizadora, em-pleándola erróneamente como justificativo de la reprografía ilegal.

En cambio, la tendencia criminalizante es utilizada en su mayor parte por autorida-

8 Ibídem, p. 2 de 3

des o enemigos de las universidades privadas para denunciarles como solapa-doras o cómplices de la reprografía ilegal, al igual que los monarcas ingleses del siglo xvi expiden patentes de corso a las piratas fotocopiadoras para ob-tener beneficios económicos para ambos, sin respetar los derechos autorales y editoriales. Por otra parte, es también necesario advertir a quienes criminalizan el fotocopiado ilícito de las universidades privadas, que éstas en ningún mo-mento desconocen los derechos de autores y editores, porque «es propio de la vida universitaria: la ardiente búsqueda de la verdad y su transmisión des-interesada a los jóvenes y a todos aquellos que aprenden a razonar con rigor, para obrar con rectitud y para servir mejor a la sociedad».⁹ En consecuencia, la universidad particular no busca conculcar derechos autoriales y editoriales, pues muchos de sus egresados e investigadores que han logrado especializarse dentro de las aulas, son hoy autores, investigado-res y editores que producen el acervo cultural que es explotado por expresas editoriales. Además, resultaría inconcuso que la misma «Alma mater» des-conociera derechos que ella misma forjó en sus hijos. Por último, las universidades privadas son las primeras en reconocer aque-llos derechos y si es necesario que se ajusten a los trámites administrativos de la lfda, estén en la mejor disposición de hacerlo; lógicamente partiendo de la iniciativa del cempro, entidad que tiene a su cargo el trámite de licencias para el fotocopiado dentro y fuera del ámbito universitario.

9 Juan Pablo II; Constitución Apostólica sobre las Univer-sidades Católicas; Editora de Revistas, S.A. de C.V.; México: 1990 p.6

77

Marzo 2008, número 2

4 M a rco nor m ati vo de l a r eprogr a fí a del fotocopi a do

Con el objeto de seguir un orden conceptual y de contenido sobre las fuentes regulatorias de tal actividad reprográfica, echaremos mano de la guía que nos proporcionan los artículos 133 y 14 de la Constitución Federal, así como lo estipulado por el artículo 19 del Código Civil del D.F. equivalente al artí-culo 19 del Código Civil del Estado de Tamaulipas que completa el listado de fuentes formales del Derecho Mexicano y que a la letra dice: «Los asuntos judiciales del orden civil deberán resolverse conforme a la letra de la ley o a su interpretación jurídica. A falta de ley se decidirá conforme a los principios generales del derecho.»

4.1. La costumbre como práctica en contrario. A pesar de que la práctica del fotoco-piado se vea como una costumbre usual o habitual porque no se tiene la con-ciencia o convicción de que tal negocio sea ilícito, tal práctica por más normal que se contemple y por más generalizada que sea, no puede convertirse en lícita o legal. En otras palabras, la ley no se extingue por desuso o costum-bre en contrario, sino a impulsos de un poder de igual eficacia que la misma ley.¹⁰ Además, la fuerza «obligatoria» de la costumbre contraria a la ley no puede derivar de un simple hecho, es decir de un hábito colectivo. Por ello, la costumbre contraria a la ley carece de todo valor, porque desconoce o con-traría la voluntad de legislador.¹¹ Por ello, los artículos 10 del C.C. del D.F. y su correlativo artículo 3 del C.C. de Tam.; expresan idénticamente: «Contra la observancia de la ley no puede alegarse desuso, costumbre o práctica en contrario.»

4.2. Marco normativo constitucional.- La Constitución Federal reconoce los derechos de autor en el artículo 28, párrafo viii que expresa: «Tampoco constituyen monopolios los privilegios que por determinado tiempo se conceden a los au-tores o artistas para la producción de sus obras y los que para el uso exclusivo de sus inventos, se otorguen a los inventores y perfeccionadores de alguna mejora.» Además, en el artículo 7 del mismo ordenamiento se consagra como garantía individual, la libertad de expresión, con lo cual se declara inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia. Como no existe consignada en forma expresa, la facultad del Congreso de la Unión de legislar sobre Derechos de Autor, los del prd proponen un aña-dido a la fracción xxv del artículo 73 constitucional, pero tal añadidura esta-ría de más porque es bastante clara la disposición citada del 28 párrafo viii. Además, en el artículo 89 de la Constitución que regula las atribuciones del Ejecutivo, en la fracción xv se dice que: Las facultades y obligaciones del Pre-sidente son: Conceder privilegios exclusivos por tiempo limitado, con arreglo a la ley respectiva a los descubridores inventores o perfeccionadores de algún ramo de la industria. Por lo que respecta a la actividad del fotocopiador siempre y cuando sea lícita, su derecho está consagrado como garantía individual en el artículo 5­ de la Constitución Federal.

10 Muñoz, Luis y Castro Zavaleta, Salvador; Comentarios al Código Civil; Cárdenas Editora y Distribuidora; 2.ª Edición; México: 1983; Tomo i, p.124

11 Rojina Villegas, Rabel; Derecho Civil Mexicano, Introducción y Personas; Editorial Porrúa, s.a. 5.ª ed. México: 1986; Tomo i, p. 249

4.2.1. Antecedentes del Corso Fotocopiador. El precedente histórico y más conocido del corso reprográfico, es el corso marítimo, que fue la empresa naval de un particular contra los enemigos de un Estado, realizada con el permiso —pa-tente—, y bajo la autoridad de la potencia beligerante, con el exclusivo objeto de causar pérdidas al comercio enemigo. El fundamento o principio del corso es la piratería, la cual es tan antigua como la navegación. La historia enseña que grandes ladrones han llegado luego a ser almirantes por haber favorecido sus iniquidades las ambiciones de los gobiernos de los Estados. Son prueba de ello los piratas ingleses Cavendish y Drake, a los que la misma reina Isabel y el gobierno de su nación tanto distinguieron y tan altamente honraron. Este

78

Pharus academiæ

tipo de corso fue abolido en la Declaración de París en 185­6, a la que México se adhirió el 13 de febrero de 1909.12 El conceder patentes de corso, fue una de las facultades del Presidente en México. Atribución que fue regulada por nuestras Constituciones desde la de 1812 hasta la vigente; y que a pesar de que México se adhirió a la Declaración de París de 185­6, en Febrero de 1909, dicha facultad no fue derogada hasta el 21 de octubre de 1966 en virtud de la cuarta reforma al artículo 89 constitucio-nal, en el período presidencial del Lic. Díaz Ordaz.13 En la actualidad, una de las modalidades del corso marítimo histórico, es el corso reprográfico al cual se combate ineficientemente y atribuyéndolo erró-neamente o de mala fe a instituciones educativas mexicanas particulares.

4.3. La normatividad del derecho de autor y de sus limitaciones. Sanciones.- La lfda y su reglamento en sus respectivos artículos 40 y 19 reconocen a los auto-res y titulares de derechos conexos, la facultad de exigir una remuneración compensatoria por la realización de cualquier copia o reproducción hecha sin su autorización y sin estar amparada por las limitaciones previstas en los artículos 148 y 15­1 de aquella ley. Las tarifas para el pago de regalías serán propuestas por el Instituto Nacional del Derecho de Autor según lo dispone el artículo 212 de la lfda.

12 Enciclopedia Jurídica Ameba; Tomo; p.

13 Reformas publicadas en los D.D.O.O. de 24 de diciembre de 1996.

Las limitaciones a los derechos patrimoniales de autores y editores consis-ten en que las obras literarias y artísticas ya divulgadas, podrán utilizarse, siempre que no afecte la explotación normal de la obra, sin autorización del titular del derecho patrimonial y sin remuneración, citando invariablemente la fuente y sin alterar la obra, como es el caso de la reproducción por una sola vez, y en un solo ejemplar, de una obra literaria y artística, para uso personal y privada de quien la hace y sin fines de lucro. Además, las personas morales no podrán valerse de lo dispuesto en esta fracción salvo que se trata de una institución educativa, de investigación, o que no esté dedicada a actividades mercantiles. (Art. 148, fracción iv lfda) Por otro lado, son consideradas como infracciones en materia de comercio, las conductas realizadas con fines de lucro directo o indirecto, cuando se pro-duzca, reproduzca, almacene, distribuya, transporte o se comercialice copia de obras, fonogramas, videogramas o libros, protegidos por los derechos de autor o por los derechos conexos, sin la autorización de los respectivos titula-res en los términos de la lfda. (artículo 231, fracción iii) Tales infracciones, serían sancionadas por el Instituto Mexicano de la Pro-piedad Industrial con multa de cinco mil hasta diez mil días de salario mí-nimo en los casos que previene la citada fracción iii. Es decir, con multa que oscila entre $243 35­0,00 hasta $486 700,00 pesos. Las sanciones de carácter penal, están reguladas por el Código Penal Fede-ral en sus artículos del 424 al 429 de dicho ordenamiento, por cuanto que la violación a los derechos de autor es considerada como delito. Así el artículo 424, establece: se impondrá prisión de seis meses a seis años y de trescientos a tres mil días multa: iii.- A quien use en forma dolosa, con fin de lucro obras protegidas por la lfda.

4.3.1. Licencias para reproducir libros por fotocopiado. El artículo 30 de la lfda, per-mite que el titular de los derechos patrimoniales, autores o editores, pueda libremente transferir tales derechos y otorgar licencias de uso exclusivo o no exclusivo. Aparentemente es bastante sencillo lo que permite tal disposición, sin em-bargo, nosotros como usuarios, cuando necesitamos fotocopiar algún artículo o capítulo de algunas publicaciones, sería prácticamente inviable si es que im-posible solicitar permiso directamente a los autores o editores dispersos por

79

Marzo 2008, número 2

todo el mundo: prueba de ello son la información incluida en cursos de forma-ción impartida en universidades; los artículos de diarios, los boletines y otras publicaciones periódicas utilizadas con fines informativos o investigación en las empresas.¹⁴ Debe entenderse que cuando se habla de licencias se hace referencia a un acto de carácter administrativo por el cual se levanta o remueve un obstáculo o impedimento que la norma legal ha establecido para el ejercicio del derecho de un particular; pues hay un derecho preexistente del particular pero es su ejercicio el que se encuentra restringido porque puede afectar la tranquilidad, la seguridad o la salubridad públicas o la economía del país y sólo hasta que se satisfacen determinados requisitos que dejan a salvo tales intereses es cuando la administración pública permite el ejercicio de aquel derecho previo.¹⁵ Nótese que cuando se habla de licencias, éstas las expide una autoridad pú-blica, en cambio cuando la lfda se refiere a las licencias, se refiere al permiso que una persona particular, un autor, confiere autorización de uso a otra per-sona de una determinada obra. Quizás por eso, en el párrafo ii del artículo 30 de la citada ley, se aclara que: «los actos, convenios y contratos por los cuales se trasmiten derechos patrimoniales y licencias de uso.» Por otro lado cempro, define a la licencia como un permiso legal que bajo ciertas condiciones otorga en representación de sus socios a los usuarios para que puedan reproducir mediante fotocopia o de manera digital, las obras lite-rarias de su repertorio a cambio de una remuneración económica.¹⁶

14 Koskinem-Olsom, Tarja, La Gestión Colectiva en el ámbito de la reprografía, ompi-ifrro; Publicaciones de la ompi No. 924 (s); Bruselas: 2005; p.10

4.3.2. Gestión colectiva de derechos de autor y el cempro.- Para que los usuarios pue-dan tener a su alcance un servicio de fotocopiado lícito, la lfda ha creado un agente intermediario entre autor, fotocopiador y usuario al cual se conoce como Sociedad de Gestión Colectiva —sgc— la cual es definida por la lfda como la persona moral que, sin ánimo de lucro, se constituye bajo el amparo de la ley con el objeto de proteger a autores y titulares de derechos conexos tanto nacionales como extranjeros, así como recaudar y entregar a los mis-mos las entidades que por su concepto de derechos de autor o derechos co-nexos se genera a su favor. (Artículo 192) El cempro, Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor, es una entidad o sociedad de gestión colectiva que agrupa a más de cien editores mexicanos y casi cinco mil autores, aunque la lfda permite a las universidades el fotocopiado de libros para fines de enseñanza y divulga-ción científica, y restringe la práctica cuando se afecta la explotación de una obra.¹⁷

Las finalidades del cempro como Sociedad de Gestión Colectiva son:

Ejercer los derechos patrimoniales de sus miembros, Tener en su domicilio, a disposición de los usuarios los repertorios que admi-

nistre; Negociar en los términos del mandato respectivo las licencias de uso de los

repertorios que administre con los usuarios, y celebrar los contratos res-pectivos;

Recaudar y entregar las regalías que se generen a favor de los titulares de de-rechos de autor o conexos que les correspondan (artículo 202 ldfa).

iii

iii

v

16 cempro.- http://www.cempro.com.mx/doc/licencias.php;p.l

Entre las obligaciones del CEMPRO como sociedad de gestión colectiva se encuentra:

Intervenir en la protección de los derechos morales de sus miembros; Aceptar la administración de los derechos patrimoniales o derechos conexos

que le sean encomendados de acuerdo con su objeto o fines;

iii

15 Fr agga, Gabino; Derecho Administrativo; Editorial Porrúa, S.A. 45ª ed., México: 2006; p.236

17 El Debate, www.debate.com.mx, http://www.debate.com.mx/eldebate/Artículo General.asp-¿Id Art=4033048cldC...oi/11/2007?

80

Pharus academiæ

4.4. La normatividad internacional de derechos de autor y reprográficos.- El Convenio de Berna, es la base de las modernas leyes sobre derechos de autor y el dere-cho reprográfico. El tratado de la ompi, también sobre derechos de autor y reprográficos de 1996, consagra el mismo principio protector que el Convenio de Berna. La legislación de la Unión Europea, contiene artículos relevantes en mate-ria de derechos reprográficos como lo son respectivamente el artículo 2; y el artículo 5­ establece que los Estados miembros pueden regular limitaciones a los derechos de autor y a la actividad reproductora de sus obras, entre las que se contempla la compensación equitativa relativa a la reprografía. La causa por la que se genera este tipo de normatividad, ha sido el nivel creciente de las máquinas fotocopiadoras no autorizadas a partir de finales de la década de los años 60 y principios de los 70 del siglo pasado. Se han pro-puesto soluciones adecuadas que permitan convertir dicha práctica en legal, garantizando el acceso a los usuarios y la remuneración a los autores y edi-tores. La primera rro —Reproduction Rights Organization—, en la gestión de la reprografía, la bonus se creó en Suecia en 1973. En septiembre de 2004 existían rro en 5­0 países, estableciéndose más rro cada año. El desarrollo explosivo de tales organizaciones a nivel mundial durante la década de 1980 y posteriormente, es ejemplo de una acción colectiva exitosa en respuesta a los desafíos de la tecnología. La expansión de tales entidades, que son las que la lfda llama sociedades de gestión colectiva, es uno de los desarrollos más importantes para autores y editores habidos en décadas.¹⁸

5­ Conclusiones y sugestiones

Entre lo más destacado del presente caso de estudio que podemos subrayar es lo siguiente:

La tendencia correcta que debe seguir nuestra casa de estudios, es la que denominamos la tendencia jurídica universitaria.

Promover entre nuestro cuerpo docente y alumnado la cultura de la legalidad y no ad-mitir la reprografía ilícita.

Estar enterados de lo que se puede o está permitido fotocopiar: a) obras del dominio público, que no se trate de ediciones actuales o traducciones recientes, o del Diario Oficial, pues no tienen derechos de autor; b) en el caso de obras protegidas nacional o internacionalmente, se permite obtener una sola copia para uso personal o privado, y la obra fotocopiada sea propia. Sin embargo, no se permite sacar varios juegos de copias para otras personas, y más, si se trata de libros que no son de la propiedad del usuario, como es el caso de obras derivadas de préstamos bibliotecarios.

Se sugiere verificar si los concesionarios de las máquinas fotocopiadoras tienen licencia.

1

2

3

4

18 Koskinem-Olson, T. op.cit., p. 11

iv

ix

Negociar el monto de las regalías que corresponde pagar a los usuarios del repertorio que administran, y en caso de no llegar a un acuerdo, proponer al instituto de adopción de una tarifa general presentando elementos jus-tificativos;

Liquidar las regalías recaudadas por su conducto así como los intereses ge-nerados por ellas en un plazo no mayor de 3 meses, contados a partir de la fecha en que tales regalías hayan sido recibidas por la sociedad.

4.1

4.2

Si no la tienen, se puede optar, por una solución radical: echarlos fuera del iest; o exi-girles que obtengan la licencia del cempro.

Si se decide mantener en el interior del iest a tales concesionarios, regular su servicio en el Reglamento de la Biblioteca.

81

Marzo 2008, número 2

Pharus Academiæ

Recensión sobre libro

84

Pharus academiæ

«¿Se da cuenta? Somos la raíz», parlamento significativo con el que inicia el texto dramático de Hernán Galindo, Círculos en el jardín; teatro inte-ligente en el que el público debe completar los espacios vacíos de la historia, además de armar el rompecabezas mostrado a lo largo de veinte cuadros y un epílogo. Hernán Galindo (Monterrey 1960), nos ofrece de principio a fin, una saga familiar fragmentada, compleja y susceptible de ser acomodada en nuestra mente. Círculos en el jardín presenta con el minimalismo del teatro contem-poráneo (escasos elementos escénicos y espacios sugeridos), dos historias cir-culares: la aparición de una casa, en medio de la nada y la reducción a la nada de la misma casa; así como el nacimiento y la muerte de una familia. A lo largo de los cuadros vemos también otras historias: la obsesión de Jacinto (semilla de la estirpe), por la descendencia, por el futuro, por saber quiénes serán sus hijos, sus nietos, qué dirán de él; y la obsesión de Eduardo (penúltimo de la estirpe), por el pasado, por conocer a cada ancestro y com-prender su papel desempeñado en el árbol genealógico. Le interesa además, rescatar a la familia que se desmorona. Hábilmente, la obra nos sitúa en diferentes planos del tiempo. Elementos como la música de charleston, el uso de tirantes en la ropa de uno de los perso-najes, la laptop, el ferrocarril, son cronotopos ingeniosos usados por el autor para ubicarnos en épocas determinadas. Las metáforas escénicas descritas en el texto son muy variadas y efectivas: un jardín con estaciones que se repiten; el espectro de Albahaca, una niña pequeña siempre presente en la casa; la danza final de los protagonistas, tra-tando de resolver sus problemas desde «el más allá»; el abrazo de Jacinto al deprimido y moribundo Eduardo, como una forma de cerrar el círculo. Sin duda, Círculos en el jardín, es una obra de su tiempo. A través de diálo-gos concretos y acciones precisas, mantiene al lector en una continua suce-sión de pasiones encontradas, tratando de desentrañar la historia de un árbol genealógico que creció ligeramente torcido.

Círculos en el Jardín

Hernán GalindoPublicaciones del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo LeónPrimera edición: marzo de 2007Prólogo de Reynol Pérez Vázquezisbn 968-572479-2(Incluye Los niños de sal, del mismo autor)

85

Marzo 2008, número 2

Por otra parte, Los niños de sal, texto dramático que com-plementa este volumen, presenta la historia de un hombre encadenado a su pasado, prácticamente condenado a no superar sus miedos, sus insatisfacciones y una muerte. Es sobre todo esta última, la muerte de un amigo querido, la que provoca que los sueños y esperanzas de todos los per-sonajes se acaben, haciéndolos caer en una vida insípida. Raúl, el protagonista de la historia, vive tratando de huir de si mismo, del pueblo y de su pasado, pero no hace más que cargarlo a cuestas. A través de 20 breves cuadros, escritos con un lenguaje igualmente breve y con situaciones propias de la adoles-cencia, Hernán Galindo nos muestra los recuerdos de un grupo de amigos que se divertían, que visitaban prosti-tutas, que fumaban, que peleaban. Para representar todo esto en el escenario, Galindo utiliza recursos dramáticos, casi cinematográficos. De un cuadro a otro los persona-jes cambian de edad: van de la niñez, a la adolescencia y a la juventud según el episodio de la historia. Los planos del tiempo se alternan a voluntad del dramaturgo. El fantasma del amigo muerto y el de una prostituta conviven en el presente con Raúl, analizando el pasado y comprendiendo el presente, esto como una especie de guiño al Realismo Mágico. La imagen final, la metáfora escénica del hombre encadenado a sus amigos y fantas-mas de la adolescencia es sin duda de lo mejor en este trabajo. Incluso, el título de la obra, ya nos sugiere desde el inicio una fragilidad, misma que está presente en to-dos los personajes.

Por otra parte, la escenografía marcada en el texto no puede ser más sencilla: un escenario blanco con arena; esto y otros elementos como sombras proyectadas para determinar ciertas áreas y cambios de luces, complemen-tan las acotaciones escénicas. En resumidas cuentas, Círculos en el jardín y Los niños de sal son dignas representantes de la dramaturgia que se hace en el norte y Hernán Galindo, uno de sus mejores exponentes.

— Lic. Francisco Gámez Valdés

Requisitos para el envío y publicación de colaboraciones en Pharus Academiæ

Pharus Academiæ es una revista semestral de investigación y divulgación, que busca publicar trabajos producto de investigaciones originales genera-das por alumnos y académicos del Instituto de Estudios Superiores de Ta-maulipas (iest).Dado que este medio busca promover la apertura y el intercambio de cono-cimiento dentro de nuestra universidad, la convocatoria se hace a todos los miembros de la comunidad del iest.Se recibirán artículos originales, resultados y resúmenes de tesis de todos los niveles académicos a partir de licenciatura, y recensiones de libros incluidos en el acervo bibliográfico de la institución. A criterio del comité editorial de la publicación, esta abierta la posibilidad de incluir textos de carácter diverso. Quien desee colaborar con Pharus Academiæ, deberá entregar el texto en un documento electrónico de procesador de palabras (word, preferentemente) con extensión *.doc o *.rtf. Los textos deberán tener una extensión mínima 1 600 palabras (2 cuartillas), y máxima de 8 000 palabras (10 cuartillas) en tipografía Arial, tamaño 10 a espacio sencillo y márgenes de 3 cm.El comité editorial podrá considerar artículos de mayor extensión en casos especiales.Los trabajos podrán estar en inglés o en español. En todos los casos, se deberá incluir un resumen no mayor a 15­0 palabras en inglés y español y un breve currículo del autor. Deberán incluir también un resumen de palabras clave, y bibliografía completa al final del texto.En caso de ilustraciones, tablas o gráficas, se deberá buscar que estas tengan la mayor calidad y resolución (300 dpi mínimo) posibles.Todos los textos recibidos serán puestos a consideración del comité editorial, y solo se publicarán aquellos que sean aprobados por dos dictaminadores por lo menos.Los autores aceptan desde el envío de sus trabajos, que los que sean acepta-dos quedarán a disposición del comité editorial de Pharus Academiæ para su publicación en distintos medios (impreso y/o electrónico). Aun cuando el comité editorial apruebe la publicación de un artículo, la res-ponsabilidad del contenido será de su autor, y no reflejará necesariamente el punto de vista de la publicación o del mismo iest.

Cartas al comité editorial de Pharus Academiæ

Para el comité editorial es muy importante conocer la opinión de los lectores de esta revista, por lo que los invita a hacer llegar sus comentarios, sugeren-cias o dudas al correo electrónico: [email protected]

1

2

3

4

6

7

8

9

10

11

12

Aviso para colaboradores de la revista y comunidad en general