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Revista de opinión y literatura mapuche.Tema de este número: resistencia mapuche en la ciudad (warriache)
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Visita, revisa, comenta.http://rufianrevista.org
Escrbenos, [email protected]
Direccin General:CODEMU Colectivo de Estudiantes Mapuche Universitarios
Equipo Editorial:Daniela AcostaPaula ArrietaCamila BralicPaz Irarrzabal Guillermo JimnezAlejandra SalgadoCynthia Shuffer Constanza Villa
Correccin:Camila Bralic
Portada:Cynthia Shuffer
Fotografas:Esencia Mapuche
Diseo y diagramacin:Chilenitox/ Paula Arrieta
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Warriache. Crnicas de la resistencia mapuche en la ciudad.
ndice6
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23
31
35
41
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51
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Editorial Acerca de este nmero La Reivindicacin de la serpiente como espritu de descolonizacinMatas Cayuqueo/Marisela Pealoza Cules son las razones estructurales de la migracin campo ciudad del Pueblo Mapuche de la segunda mitad del siglo XX?Felipe Curin Mapurbe David Aniir Por qu necesitamos educacin intercultural? Daniela Millaleo Montano Del mapuche campesino al mapuche urbanoAlex Huenteo Qu es ser mapuche en la selva de cemento?Germn Len Huichaqueo Rol de la mujer MapucheNorma Hueche Weichafe Matas Valentn Catrileo Quezada (1984-2008)Codemu Poemas Ramn Cayuqueo Reencuentro con la identidad, magia, esperanza y realidad Ramn Cayuqueo
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Acerca de este nmero
Se incendiaban las rucas, se mataban y capturaban mujeres y nios
Se arreaban con los animales y se quemaban las sementeras.
Estamos ante una de las pginas ms negras de la historia de Chile
(Jos Bengoa, Historia del pueblo mapuche, siglo XIX XX)
Editorial Rufin
Son las pginas ms negras que se podran escribir
sobre la historia de Chile, pero es una ms de las
historias de masacre que enlutan las pginas de la
historia mapuche. La cual se cuenta en la lengua de
los pmulos pronunciados, de algn anciano moreno
que relata epew(1) a la silenciosa luz de un fogn
en una comunidad mapuche. Son las heridas de la
historia que cuenta que nunca fuimos los ganadores
de las batallas contra occidente, y es ms, son los
retazos de las cicatrices de un pueblo asesinado por
el progreso y la civilizacin.
Ningn historiador podra ni podr describir tanto
horror y dolor que los antiguos mapuche sufrieron
durante el gran genocidio de la Araucana (o como
lo menciona la historia chilena, la pacificacin
de la Araucana). Tampoco ningn socilogo o
antroplogo entender las fuerzas que nos llaman
a seguir luchando, despus de ms de 500 aos.
Luchas con los espaoles, con los criollos y ahora
con el estado chileno. Antes mano de obra, despus
un estorbo a los intereses econmicos de la poca y
actualmente la persecucin contina, mediante leyes
impuestas en contra de nuestra cultura y nuestra
resistencia. Resistencia que contina a pesar del paso
de los siglos a perdernos como cultura y a perder la
tierra que nos da fuerza para seguir la lucha da a da.
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Nosotros los mapuche del siglo XXI, somos los nietos
de aquellos abuelos que en los 60 migraron hacia
Santiago, para salir del empobrecimiento que dej
aos de usurpacin a los territorios mapuche, y los
hijos de estos mapuche que asentndose en las
poblaciones de las periferias santiaguinas fueron
vctimas en conjunto con el poblador chileno de
los asesinatos y torturas de la dictadura militar a
mediados de los aos 70 y durante todos los 80.
Somos nosotros los cuales cargamos cicatrices que
no pueden ser curadas con pastillas de integracin
social.
La mayora de nosotros, somos los primeros que
tenemos estudios universitarios y nos atrevemos,
aqu en la ciudad o en la dispora como muchos de
nosotros la llamamos, por no ser nuestro lugar de
procedencia original y cultural, donde nos hemos
establecido dentro de comunidades locales, y que
a diario nos formamos identitariamente como
mapuche, lidiando con el occidentalismo, con el
capitalismo y otros males de las sociedades de
consumo. Warriache(2) nos llaman, y con orgullo nos
atrevemos a escribir de nosotros y de nuestro pueblo,
de nuestras luchas, de la pobreza que existe en el
sur, y de nuestro pueblo tan querido, que se niega a
desaparecer.
La ciudad y el orgullo de pertenecer a un pueblo
luchador, nos hacen crear poltica desde las cenizas
y de volver a reinventarnos con conciencia de clase y
conciencia de indio. Haciendo conciencia de la lucha,
y un pueblo en el cual todos y todas, aunque se haya
borrado la morenidad, somos parte.
(1) Epew: Cuentos histricos sobre el pueblo mapuche.(2) Warriache : gente de ciudad
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La Reivindicacin de la serpiente como espritu
de descolonizacin
La reivindicacin de la serpiente, tiene que ver con este proceso del dejar de desconocerse para volver a reencontrarse, es un trnsito y recorrido infinito que no tienen ni inicio ni fin, ni resultado, ni meta, la serpiente est en lo que nos dice el cuerpo o nuestros cuerpos, en lo que nos dicen nuestras emociones, las sensaciones, las percepciones, nuestra intuiciones, en las relaciones, en nuestros sueos, como la naturaleza que tiene sus procesos, sus momentos, sus crecimientos y decrecimientos son todas esas conciencias consideradas otredad: la conciencia colectiva, espiritual, emocional, territorial, corporal, etc.
Matas Cayuqueo/ Marisela Pealoza
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La crisis se vivencia todos los das de esta
estable, concreta y rgida realidad del sistema
financiero mundial, del sistema poltico racional
de convivencia con todas sus normativas, redes
institucionales desde los marcos de la ley, el
derecho, la constitucin y todo su lenguaje
complicado.
Quien dicta las pautas de lo que es y no es,
claramente son quienes tienen el poder poltico,
econmico, militar, cuyas races estn sustentadas
en la configuracin de una continua negacin
de los pueblos antiguos que vivan en base a
la convivencia con la naturaleza, la imposicin
de la visin monotesta judeo-cristiana, las
interpretaciones bblicas, del Olimpo, la Grecia
antigua y la grandiosa Roma, para continuar
en la edad moderna, junto con la Ilustracin,
la conciencia de la Razn, complejizando las
relaciones polticas, econmicas, militares,
potencindose la ciencia analtica-matemtica, la
prctica mercantil, el sistema formal de educacin,
el derecho y la medicina moderna por decir algunos
como sistemas, prcticas exclusivas, superiores,
que fueron desterrando a nivel mundial las ideas,
las prcticas distintas, al igual que los saberes de
pueblos diferentes, como el saber de la serpiente.
La serpiente universalmente est en todos los
pueblos que convivan y conviven con la naturaleza,
cuyo movimiento y forma de ser ha inspirado su
respeto, su simbologa y analoga con la experiencia
de vida en base a la percepcin, al cuerpo, a las
sensaciones, la intuicin, las emociones, la magia y
el misterio del vivir los cambios internos y a la vez
externos.
Las interpretaciones de El orden rgido, esttico,
cuya verdad es nica tanto del Olimpo, como el
orden divino de Dios y despus la Razn, conden
La serpiente vuelve a emerger y el miedo se apodera de la sociedad que no quiere
cambiar, que se contiene el terremoto recuerda con
fuerza lo que est vivo, lo que est presente y no se quiere ver, pronto todo lo negado
se manifiesta como una sombra oscura que recorre los corazones de la sociedad, de la
ciudadana
Cuentan nuestros abuelos que cada cierto tiempo la naturaleza se desordena para volverse a ordenar, se va reordenando fueron en esos soles, en esas lunas cobijadas en la memoria y en los corazones de todo un pueblo
Dicen que los sueos haban avisado y tambin los Ngen (los dueos) el comportamiento de las aves, animales, plantas, peces haba cambiado, las aguas se movan extraas en el mar y en el silencio, lafken se escuch distinto grandes olas se alzaron, una gran serpiente se escuchaba en el mar, la gente huy el mar inund la tierra y solo en los cerros se poda estar aquellos que pudieron arrancar a zonas elevadas percibieron que las montaas estaban muy vivas, que se sintieron en el lomo de una gran culebra que se arrastraba...
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eternamente a la serpiente como smbolo del mal,
de lo oscuro, del caos o como objeto, imponindose
el SER y ESTAR por sobre el ESTAR SIENDO, cuyo
clmax ha sido lo que actualmente es la crisis de
la bsqueda del Progreso, evolucin, felicidad,
con el crecimiento econmico y el surgimiento
de un Otro: extrao, amenazante, peligroso, que
hay que bautizar, salvar, civilizar, eliminar, reprimir,
dominar, negar, experimentar, etc.
Occidente en su camino de autoconocerse,
potenciarse, con la negacin originaria de la
creacin, como la exclusividad de la razn, prctica
mercantil, escritura, ciencia analtica, por nombrar
algunos, se conden a s mismo en un camino de
desconocimiento, desencuentro, permitiendo en
consecuencia el surgimiento oscuro de lo negado:
genocidio, ecocidio, descomposicin social,
dictaduras, pobreza, desigualdad social, etc...
Mantenindose en las relaciones de poder donde
el sujeto se configur desde diversas miradas:
la razn, la ciencia, dios, biblia, derecho, ley y el
objeto o el otro amenazante en: la naturaleza, la
mujer, el entorno, los pueblos, la biodiversidad
Esta relacin ha generado un sinnmero de
parodias, enfermedades, conflictos y graves crisis,
en las cuales el desconocimiento de s mismo y de
los dems ha mantenido una sociedad en la que
a todo se le falta el respeto, en que se permite
sin importar la violencia, que no se origina de los
objetos sino de los sujetos que construyen la
realidad segn su conveniencia e identidad. Para
ejemplificar lo anterior es preciso nombrar lo
siguiente: cuando se habla del conflicto mapuche,
conflicto mapuche?, quin o quines lo dicen?, qu
tal conflicto del Estado?
La serpiente vuelve a emerger y el miedo se
apodera de la sociedad que no quiere cambiar, que
un sinnmero de injusticias e incomprensin de sistemas y marcos culturales, polticos,
econmicos y sociales que se han perdido en la obsesin, adiccin, enfermedad de la verdad, del resultado, de lo
exclusivo, de lo mejor, con la negacin de lo diferente, con
la negacin de s mismo
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cerros, dicen que fue tan fuerte el encuentro que ambos sonidos de las dos culebras quedaron grabadas en el inconsciente colectivo: karrrkar de kay kay, la serpiente del mar y trenng trenng de la culebra de los cerros
La reivindicacin de la serpiente, tiene que ver con
este proceso del dejar de desconocerse para volver
a reencontrarse, es un trnsito y recorrido infinito
que no tienen ni inicio ni fin, ni resultado, ni meta,
la serpiente est en lo que nos dice el cuerpo o
nuestros cuerpos, en lo que nos dicen nuestras
emociones, las sensaciones, las percepciones,
nuestra intuiciones, en las relaciones, en
nuestros sueos, como la naturaleza que tiene
sus procesos, sus momentos, sus crecimientos
y decrecimientos son todas esas conciencias
consideradas otredad: la conciencia colectiva,
espiritual, emocional, territorial, corporal, etc.
Recuperar nuestros cuerpos y nuestras emociones
es una lucha territorial bsica de empoderarnos
de nosotros mismos, recuperar la colectividad
de los diferentes para reconciliarnos de las
relaciones de poder, es tambin sinnimo de
se contiene el terremoto recuerda con fuerza lo
que est vivo, lo que est presente y no se quiere
ver, pronto todo lo negado se manifiesta como
una sombra oscura que recorre los corazones de
la sociedad, de la ciudadana la descomposicin
social, la crisis ambiental es una realidad
La naturaleza, la mujer, la biodiversidad, los
pueblos, los pobladores (trabajadores, ciudadanos,
productores, estudiantes, etc.) histricamente
han sido (nuestros abuelxs) y estamos siendo
continuamente experimento de violencia como
tubos de ensayos para la entretencin y todo un
sinnmero de injusticias e incomprensin de
sistemas y marcos culturales, polticos, econmicos
y sociales que se han perdido en la obsesin,
adiccin, enfermedad de la verdad, del resultado,
de lo exclusivo, de lo mejor, con la negacin de lo
diferente, con la negacin de s mismo: por ejemplo,
la negacin de la conciencia Emocional cuya sombra
se manifiesta actualmente en la depresin, estress,
crmenes, violencia, adiccin, tambin la negacin
de la conciencia corporal cuya sombra se vivencia
en la mala alimentacin, obesidad, pesticidas,
sobreconsumo, sobresaturacin de desperdicios,
crisis ambiental, contaminacin y en otra instancia
la negacin de la conciencia colectiva cuya sombra
est en el egocentrismo, egosmo, individualismo,
la homogeneidad, exclusividad
La Negacin ya es un desconocerse y es lo que se
ha estado haciendo en todo momento frente a
esto, los pueblos que an viven en conexin con
la naturaleza o quienes estn vivenciando en el
riesgo de nuevos saberes tienen la sabidura para
volver a reencantar, volver a cohabitar
no todos pudieron resistir y solo unos pocos sobrevivieron, hasta que las aguas comenzaron a bajar, junto con el temblar de la tierra, de los
Los pueblos que an viven en conexin con la naturaleza o
quienes estn vivenciando en el riesgo de nuevos saberes
tienen la sabidura para volver a reencantar, volver a
cohabitar
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luchas reivindicativas que son alternativas
frente al sistema primitivo que estamos viviendo
actualmente.
Recuperar nuestro cuerpo como lucha territorial propia individual/colectiva desde el vivenciar,
desde el sentir y conocer junto a la naturaleza,
para armonizarnos y revalorar la percepcin,
sensaciones corporales, para volver a tener un buen
pensamiento, un sentir fuerte de cuidarse y cuidar,
de un observarse y observar para mantenerse en
el tiempo.
Recuperar las emociones para vivenciar el sentir de la vida, el expresar junto con los dems y la naturaleza en sintona con el autoconocer el
cuerpo, dejar de sentirnos dueos, autoafirmarnos,
desapegarnos con la libertad de ser, de participar y
a la vez crecer colectivamente.
Recuperar la colectividad con la fluidez de las emociones, con la confianza, empata, complicidad, creando lazos de colaboracin, solidaridad ms
que la competencia e individualidad, sanando
nuestro juicio y pensar en un caminar desde un
nosotros en relacin al entorno y naturaleza.
Partiendo de estas conciencias se genera la lucha
poltica, econmica muy distinta a la poltica y
economa que viene solo de la conciencia de la
razn
.Pocos sobrevivieron de aquel encuentro, entre las dos enormes culebras, pero fueron ellxs quienes repoblaron la Mapu ya todo ahora era distinto y el agradecimiento de un nuevo habitar es posible
Este es un relato mapuche de Kay kay y Treng
treng en donde se da a conocer el saber de la
serpiente que tiene que ver con la vivencia misma
del cambio, de la transformacin, asunto que para
la sociedad actual es una amenaza, un desconocer,
un retraso pero acaso no es eso justamente lo
que hay que aprender a percibir, sentir?
La serpiente justamente tiene que ver con ese
encuentro, con esa vivencia del caos, como una
transformacin natural y no como una amenaza.
La sabidura de los pueblos es intensa y vuelve a
recordar al orgulloso y soberbio sistema mercantil,
ciencia, estado, biblia, ley, constitucin las cuales
dejan ver sus carencias, su estrecho conocer
poniendo en duda y a la vez proponiendo un
nuevo habitar en el que se transforme este otro
amenazante en un reencuentro de s mismo,
dejando el continuar desconocindose para volver
a encantarse de s mismo
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Las causas generales de la migracin mapuche se encuentran en las condiciones de empobrecimiento que experimenta la sociedad reduccional en consecuencia de la ocupacin de la Araucana por el Estado chileno. La escasez de tierra expuls a miles de mapuche que no vieron posibilidades de sobrevivencia en sus comunidades.
Felipe Curin
Cules son las razones estructurales de la migracin campo ciudad del Pueblo Mapuche de la segunda mitad del siglo XX?
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con trabajo espordico y aquellos que no fueron
beneficiados con la nueva poltica, mantendrn su
alta propensin a emigrar. Sin embargo, esta poltica
solo afect de forma tangencial a la poblacin
mapuche, respecto al nmero de migraciones
campo-ciudad.
Esta migracin se potenciar con el trmino del
gobierno de Salvador Allende y el advenimiento
de la dictadura militar, donde se expropia las tierras
readquiridas durante la reforma agraria del 60 por
medio de la reprivatizacin de estas, en conjunto
con la liberacin de los mercados nacionales en pos
de seguir una economa neoliberal.
Adems, el gobierno militar realiza un decreto
ley N 2568, conocida como la ley de divisin de
tierras, que afect radicalmente la dinmica interna
de las comunidades mapuche, provocando la
ruptura de las solidaridades socioculturales, con el
consiguiente aumento de conflictos familiares, lo
cual en conjunto obviamente trajo consigo un alto
impacto en la cohesin interna de las comunidades.
En ese sentido, la investigacin contempornea
sobre la problemtica mapuche apunta a considerar
la aplicacin de dicha ley como el punto de inflexin
en las tendencias migratorias mapuche, puesto
que ello habra provocado un aumento acelerado
de los flujos migratorios mapuche, respecto de los
periodos anteriores(1).
Rol del estado en este periodo
El estado, junto con desproteger a los campesinos
mapuche, as como a otros sectores, brind un
importante apoyo al desarrollo empresarial privado,
que era inaccesible para los mapuche y s alcanzable
para sus competidores o empleadores en los
En los ltimos 35 aos, la poblacin mapuche ha
seguido con las dinmicas de migracin, pero en
este caso, son traslados del tipo campo-ciudad.
Razones? Una de ellas se debe a las consecuencias
del crecimiento demogrfico en minifundios
con una limitada capacidad para mantener una
poblacin ms numerosa. Emigraban, tambin,
para intentar sortear la pobreza asociada a una
crisis estructural de sus economas campesinas, es
decir, se trataba de economas campesinas que se
encontraban incapaces de generar un excedente
sistemtico susceptible de inversin y, por ende,
de hogares que no podan financiar un eventual
desarrollo.
Esta pauperizacin del campesinado y la
constriccin del mercado agrcola rural que obliga a
los campesinos, entre estos, mapuche, proviene de
la creacin e implementacin de la reforma agraria
del 60.
Esta reforma afect en dos dimensiones las
tendencias migratorias del periodo descrito, por un
lado los asentados y dueos de pequeas parcelas
presentan una propensin ms baja a emigrar. Por
el otro, aquellos obreros agrcolas no asentados,
Esta migracin se potenciar con el trmino del gobierno
de Salvador Allende y el advenimiento de la dictadura
militar, donde se expropia las tierras readquiridas
durante la reforma agraria del 60 por medio de la
reprivatizacin de estas.
(1) VALDS, Marcos R. Migracin Mapuche y No Mapuche, notas preliminares de investigacin. Biblioteca virtual universal [online] 2003.
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mercados. Esto se traduce en: privatizaciones de
empresas estatales, la desregulacin del mercado;
los bajos salarios y las garantas del orden pblico se
tradujeron en la formacin y desarrollo de grandes
grupos econmicos y en la poderosa presencia del
capital transnacional. Los mapuche, sin embargo,
quedaron excluidos de todo beneficio que el Estado
otorgaba al pequeo y poderoso grupo econmico
nacional.
Estas acciones provocaron sin duda un xodo
considerable de migraciones indgenas,
particularmente mapuche, del campo a la ciudad,
en busca de mejores oportunidades econmicas
y laborales. Sin embargo, a raz de la falta de
educacin formativa y profesional, la gran mayora
El gobierno militar realiza un decreto ley N 2568, conocida como la ley de divisin de tierras, que afect radicalmente la dinmica interna de las comunidades mapuche, provocando
la ruptura de las solidaridades socioculturales.
de la poblacin se desempear en trabajos poco
calificados y sin preparacin educativa de por
medio. Ante el futuro de estos grupos, el 99,9%, una
vez instalados en la capital, residirn en los barrios
marginales que se encuentran en la periferia de las
grandes urbes.
Ante estos hechos, los pobladores rurales,
principalmente jvenes, se ven obligados a
emigrar hacia los lugares donde se encuentran las
concentraciones de actividades econmicas, como
lo son las principales ciudades del pas, Santiago,
Concepcin y Temuco, entre otras. Entre el grupo
predominante de la poblacin mapuche que emigra
a la ciudad se encuentran los jvenes de 15 a 30 aos
aproximadamente, compuesto principalmente por
mujeres.
Las razones que explican este fenmeno es que
ellas tienen una fuente de trabajo directa en la
cual desempaarse, como lo es el trabajo en casas
particulares, ya que en su comunidad de origen estas
ya han aprendido a desarrollar las labores propias
del hogar y cuidado de nios. Por el contrario, los
hombres se ven en la necesidad de adquirir nuevos
conocimientos para desempearse en las diversas
funciones operarias que ofrece el mercado, antes de
trabajar en l. En el caso particular de las mujeres,
se constata la materializacin de la discriminacin
y el racismo contra los pueblos indgenas, que se
manifiesta en el contrato de la servidumbre que
presta la trabajadora particular ante sus patrones
en el domicilio de estos.
A partir de lo tratado en el encuentro nacional de
mujeres indgenas, se expresa que el elemento
derivado de su origen tnico ha provocado una
mayor marginacin y segregacin, que dificulta
la adecuada integracin al proceso de desarrollo
al que toda persona tiene derecho, respetando
su diversidad e idiosincrasia cultural; esto como
producto de la polticas neoliberales que se han
impuesto a nivel mundial, que empobrecen cada da
ms a la gente con tradicin en la tierra, debilitando
a quienes subsisten de la economa tradicional(2).
(2) RODRIGUEZ, Francisca. Encuentro nacional de mujeres indgenas. Centro de estudios Miguel Enrquez (CEME). [online], 2004.
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Testimonios de la migracin del campo a la ciudad:
El problema es que no tenemos tierra para trabajar.
Por mucho tiempo engaaron a los viejos, a los
abuelos, los engaaron. Mediante engao le fueron
quitando las tierras. Cuando nosotros nacimos, fuimos
varios hermanos y no podamos, no tenamos lugar
para trabajar todos en el campo. Mis padres tenan
tierras. Cuando se mueren los viejos, heredan los hijos,
pero para trabajar, si son 10 hermanos por ejemplo,
en 4, 5, 6 hectreas no podemos trabajar todos,
imposible. Porque en el campo se cran animalitos,
se hace chacra, quiere sembrar trigo uno, y adnde?
Con una poca porcin de tierra uno, diez hermanos,
no puede tener ni pollos. Entonces ese fue el gran
problema, porque como no pude encontrar trabajo
en Temuco, mi hermano mayor me dice Por qu no
prueba en Santiago?. Quera irme a Argentina, pero
all haba nieve y no se poda pasar. Entonces vine a
probar en Santiago y aqu me qued
(Entrevista a Eugenio Paillalef. 31 Enero 2007.
Presidente CONAPAN) (3)
(3) WALTER, Alejandro I; ALVAREZ, Valentina. El pan mapuche. Un acercamiento a la migracin mapuche en la ciudad de Santiago. Revista Austral de Ciencias Sociales [online] 2008. Pp. 32 (4) Ibdem
Distribucin de poblacin mapuche migrante reciente por grupos de edad.
Fuente: Censo Nacional de Poblacin y Vivienda 1992. Tabulados Especiales. CELADE\IEI-UFRO\LULUL MAWHIDA.
Distribucin mapuche en regiones
Fuente: INE
Los itinerarios que cada migrante mapuche sigui
en su trayectoria desde la comunidad reduccional
a Santiago son diversos. En estos itinerarios se
adquieren habilidades para la integracin a la vida
en la ciudad. Para muchos, la primera habilidad
necesaria fue la destreza lingstica, es decir,
aprender el idioma espaol. Para la mayora de
quienes salieron de sus comunidades durante la
segunda mitad del siglo XX el idioma espaol no
corresponda a su lengua materna. Por ese tiempo
la prctica del mapudungun en las comunidades
era muy extendida, emplendose tanto al interior
de la familia como en la mayora de las actividades
cotidianas. La adquisicin del espaol y su manejo
adecuado, por tanto, solo era posible fuera del
espacio de la comunidad, a travs de la participacin
en el sistema formal de educacin o del trabajo
asalariado. Para quien no fue a la escuela, el espaol
se aprende en la vida, como fue el caso de Ambrosio
Raniman, quien no fue a la escuela y debi aprender
el idioma a travs del trabajo en un fundo vecino a
su comunidad(4).
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El problema es que no tenemos tierra para
trabajar. Por mucho tiempo engaaron a los viejos, a
los abuelos, los engaaron. Mediante engao le fueron
quitando las tierras.
Las causas generales de la migracin mapuche se
encuentran en las condiciones de empobrecimiento
que experimenta la sociedad reduccional en
consecuencia de la ocupacin de la Araucana por
el Estado chileno. La escasez de tierra expuls a
miles de mapuche que no vieron posibilidades de
sobrevivencia en sus comunidades.
No existen solo razones econmicas y polticas que
expulsan directa e indirectamente al mapuche de
sus tierras, sino tambin simblicas y fsicas. Hoy en
da, las comunidades sufren allanamientos violentos
por parte de carabineros, lo que obliga a muchos
padres a enviar a sus hijos a otros destinos para que
crezcan lejos de la violencia y la pobreza que sufre
el pueblo mapuche.
La ciudad de Santiago se transform en el principal
centro receptor de migracin. La migracin
mapuche no sigui un itinerario escalonado que
fuera paulatinamente vinculando centros urbanos
de complejidad ascendente. Los migrantes trazaron
rpidamente un trayecto entre la comunidad rural y
el centro urbano ms grande del pas.
Fuentes
- BENGOA, Jos. Historia del pueblo Mapuche.
(Santiago: Sur) 1991.
- MIDEPLAN. Informe de la comisin verdad histrica
y nuevo trato. (Chile: Sergio Molina Monasterios)
2008.
- SAAVEDRA P., Alejandro. Los mapuches en la
sociedad Chilena actual. (Santiago: LOM Ediciones;
Universidad Austral) 2002.
Bibliografa Online
- RODRIGUEZ, Francisca. Encuentro nacional de
mujeres indgenas. Centro de estudios Miguel
Enrquez (CEME). [online], 2004. Disponible en
[http://www.archivochile.com/Mov_sociales/mov_
mujeres/MSmovmujeres0025.pdf]. Consultado el
mircoles 23 de noviembre de 2011.
- VALDS, Marcos R. Migracin Mapuche y No
Mapuche, notas preliminares de investigacin.
Biblioteca virtual universal [online] 2003. Disponible
en [http://www.biblioteca.org.ar/libros/8855.pdf ].
Consultado el martes 22 de noviembre de 2011.
- WALTER, Alejandro I; ALVAREZ, Valentina. El pan
mapuche. Un acercamiento a la migracin mapuche
en la ciudad de Santiago. Revista Austral de Ciencias
Sociales [online] 2008. Pp. 32. Disponible en [http://
mingaonline.uach.cl/pdf/racs/n14/art02.pdf ]
Consultado el 23 de noviembre de 2011.
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Mapurbe
Somos Mapuche de hormign
Debajo del asfalto duerme nuestra madre
Explotada por un cabrn
Nacimos en la mierdopolis por la culpa del buitre cantor
Somos lo que quedamos en pocas partes
El mercado de la mano de obra
Obra nuestras vidas
Y nos cobra
Madre, vieja mapuche, exiliada de la historia
Hija de mi pueblo amable
Desde el sur llegaste a parirnos
Un circuito elctrico raj tu vientre
Y as nacimos, gritndoles a los miserables
MARRI CHI WEW!!!!
En lenguaje lactante
Padre, escondiendo tu pena de tierras tras el licor
Caminaste las maanas heladas enfrindote el sudor
Somos hijos de los hijos de los hijos
Somos los nietos de Lautaro tomando la micro
Para servirle a los ricos
Somos parientes del sol y del trueno
Lloviendo sobre la tierra apualada
La lgrima negra del Mapocho
Nos acompa por siempre
En este transantiagoniko wekufe maloliente.
David Aniir
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Por qu necesitamos educacin intercultural?An el mal gobierno emplea mecanismos homogeneizadores dentro de una sociedad en la cual nuestra cosmovisin no tiene cabida, donde nuestra lengua es una forma primitiva de hablar y se nos impone otra como la adecuada. Se nos obliga a olvidar nuestra educacin y se nos impone otra, con su propia historia, hroes y quehaceres. Mediante la forma ms poderosa de genocidio cultural, la educacin oficial chilena.
Daniela Millaleo Montano
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dejando a todos los individuos en igualdad de
accin sin ser discriminados ni cuestionados
por este accionar.
El problema del otro:
El problema de la otredad(1) lo menciona
claramente Claudia Zapata cuando se refiere a
la concepcin de Said sobre este trmino: El
llamado de Said es a entender la otredad no en
relacin con las culturas no occidentales sino
como un producto de Occidente mismo: ver a
los Otros no como algo dado ontolgicamente,
sino como histricamente constituidos (Said,
1996c:58). El otro sigue siendo para este
pas un gran problema y su expresin ms
negativa deriva en las enfermedades propias
de la actualidad tal como la homofobia y la
xenofobia.
En el caso mapuche la otredad, an imperante
en las sociedades con presencia indgena,
sigue involucrando la disminucin cultural de
aquellos pueblos preexistentes a las colonias
espaolas. Y es esta problemtica la que de
cierto modo trata de abordar la nueva ley
anti discriminacin. Sin embargo, y como ha
pasado durante ms de 500 aos, seguimos
siendo los indios de Amrica invisibilizados
en todas las discusiones sobre las mejoras
de las condiciones culturales, econmicas y
sociales.
An el mal gobierno emplea mecanismos
homogeneizadores dentro de una sociedad
en la cual nuestra cosmovisin no tiene
Durante mucho tiempo en el congreso se habl
sobre una ley la cual consiste bsicamente
en respetar las diferencias propias de cada
ser humano y en penalizar a aquellos que no
toleran estas diversidades. La primera vez que
pens en la posibilidad de la aprobacin de
esta ley que favorece los derechos humanos,
surgi la siguiente pregunta: Por qu las
autoridades de este pas se cuestionan el
penalizar hechos de violencia en contra de
las diversidades existentes? La respuesta de
inmediato surgi en mi mente. Todos somos
diferentes, algunos por diversas orientaciones
sexuales, otros con diferentes apariencias,
religin, poltica, etc. Y as una infinidad de
manifestaciones culturales diferentes unas
a otras. El aceptar que existen diversidades
debiese ser visto como algo positivo para
las relaciones sociales de cada pueblo al
enriquecer los acercamientos culturales entre
s. Sin embargo a esta sociedad claramente
le molestan las diferencias, al borde de llegar
a matar gente que piensa diferente o es
diferente.
Hace unos pocos meses repudiamos el
accionar de un grupo de neo-nazis, que
torturaron salvajemente y asesinaron a un
joven homosexual. El llamado caso Daniel
Zamudio fue la culminacin de la ley anti
discriminacin que sac a la mesa los dilogos
ticos sobre la tolerancia y respeto hacia las
diversidades. Dilogo que otros pases ya
tuvieron hace muchos aos, dando un paso
a la tolerancia de las diferencias individuales,
(1) A esto habra que agregar que todas las culturas son etnocntricas y construyen sus otros, por lo tanto, no es una innovacin de Occidente. El factor determinante es, entonces, el prestigio y la fuerza poltica de Occidente luego de los procesos coloniales. (Zapata. 2008:10. Pie de pgina). La otredad o el otro se manifiestan bajo los cnones occidentales en la actual sociedad.
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cabida, donde nuestra lengua es una forma
primitiva de hablar y se nos impone otra como
la adecuada. Se nos obliga a olvidar nuestra
educacin y se nos impone otra, con su propia
historia, hroes y quehaceres. Mediante la
forma ms poderosa de genocidio cultural, la
educacin oficial chilena.
Historia y contextualizacin:
Esta es la historia acerca de la intolerancia,
acerca de una sociedad que no soporta la
existencia de gente diferente. De un pas espaol,
criollo, europeo, cristiano occidental, que se dice
civilizado y trata de acabar con los brbaros,
los salvajes, los hombres que deambulaban
libremente por las pampas y cordilleras del
sur del continente. Ellos se defendieron del
salvajismo civilizado; hicieron lo que pudieron,
vivieron como mejor supieron, pelearon hasta el
cansancio, y terminaron por morir y ser vencidos
por el progreso (Bengoa, 1985: 5).
A todos nos ensean en las escuelas las
intenciones que tenan los espaoles al
desembarcar en las tierras Americanas. Nos
hablan del progreso de occidente, de barbarie
y civilizacin, de intereses econmicos y los
ms radicales nos hablan de la espada y la
cruz. Cmo los espaoles sometieron a las
civilizaciones de Amrica, imponiendo una
cultura diferente y homogeneizando a los
pensares elevados de aquellas culturas. Que
ramos primitivos y salvajes y necesitbamos
educacin para ser ms que solo indios.
Esta historia, la cual se est enseando por
estos das, se presenta desde la emancipacin
de estos estados criollos y su formacin como
estados nacionales y nos preguntamos: Qu es
lo que ocurri con los indgenas que resistieron
a los ataques del colonizador y posteriormente
a los que pretendan conformar estados
nacionales? Lo mismo que ocurri con los
espaoles invasores, pas con criollos chilenos
que siguieron el exterminio con el eufemismo
de la pacificacin de la Araucana(2), la cual
fue una excusa perfecta para llevar los ideales
Por qu no podemos exigir, nosotros, los pueblos indgenas, que dentro de la educacin tradicional se ensee nuestra lengua
materna en vez de que se nos siga exigiendo hablar lenguas extranjeras en el marco de un mundo globalizado que educa
sujetos en pos de aprender para el funcionamiento de procesos econmicos capitalistas?
(2) En Argentina paralelamente se desarrollaba el peor exterminio de su historia, la campaa del desierto a mando del genocida general Roca es quizs una de las mayores matanzas en contra del pueblo mapuche en el lado del Puelmapu (lado argentino del territorio mapuche).
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progresistas de los intelectuales europeos de
la poca de la ilustracin y de las ideologas
liberales de occidente a la barbarie local de
este fro sur del mundo, a costo del genocidio
de una infinidad de vidas de culturas en
resistencia(3), no tan solo en el caso mapuche,
sino con una infinidad de pueblos en toda la
Latinoamrica colonizada.
Si antes eran los espaoles ahora son los
chilenos, que trataran de terminar con la
barbarie mediante diversas formas; una fue
la muerte de aquellos que iban en contra de
la expansin de territorio y, por otro lado,
fue la educacin mediada por la iglesia, que
asuma su tarea civilizadora imponiendo
otra religin para mitigar las otras creencias
primitivas de estos pueblos. Es decir, nos
homogeneizaron para absorber nuestras
creencias, transformndonos en todos iguales
y transformarnos en chilenos.
Con el advenimiento de la Repblica los
mapuche dejaron de ser vistos como un pueblo
o nacin y comienzan a ser tratados como
chilenos (o si se quiere ciudadanos, aunque con
una ciudadana limitada) (Foerster; 2)
En la actualidad ser la educacin una nueva forma de pacificacin de la Araucana?
Siguiendo con la historia. Estos criollos se
formaron en Europa y tomaron ideologas
occidentales, las cuales implementaron en
las escuelas para as lograr y continuar con la
idea de progreso que tanto motiv al invasor
europeo y en donde la identidad propia de
los pueblos indgenas no tena cabida en
estas nuevas naciones, que se establecan
como un nuevo espejo de occidente. En
consecuencia los pueblos precolombinos en
resistencia son masacrados y homogeneizados
dentro de estas aulas del saber europeo y
con esto son opacadas las propias culturas
maternas indgenas. As como lo hicieron
los espaoles construyendo iglesias sobre
los sitios ceremoniales en Amrica. Esta
poca se caracteriz por la dominacin, el
sometimiento y la opresin, propios de la
situacin de la colonialidad con la consiguiente
patriarcalizacin de las instituciones sociales,
culturales y otras que derivaron en las prcticas
denigrantes de racismo y discriminacin entre
otras (Quenta.2010.1).
Siguiendo estos parmetros, en la actualidad
es la educacin la que sigue repitiendo estas
formas y sigue moldeando al nio dentro de un
determinado tipo de paradigma, el cual es muy
diferente al paradigma indgena. En el caso
local, la educacin chilena es representada
de la siguiente forma por Sergio Curihuentro,
citando a Ricardo Hevia:
En el desarrollo de los temas ticos no se
considera explcitamente el ejercicio del
pluralismo en relacin a los pueblos originarios,
como tampoco se alude a los derechos colectivos
de estos pueblos al plantear el tema de los
derechos humanos. Al abordar el desarrollo de la
autoestima, los OFT se refieren a ella en trminos
(3) En este caso prefiero llamar culturas en resistencia a lo que el formalismo estatal e intelectual occidental llama indgenas, indios, culturas originarias, etc. A nosotros, que tenemos el derecho de autodefinirnos. Aunque es preferible llamarnos como siempre nos hemos denominado como pueblos, ya sea mapuche, aymara, selknan, etc. Sin embargo, tomo esta denominacin para hegemonizar de cierto modo a estos pueblos en su totalidad.
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individuales y no en cuanto a pertenecer o no
a una etnia en particular (Hevia en CNCA,
2005:104).
Queda demostrado, entonces, que a pesar
de que en la actualidad la educacin chilena
se plantea como diversa y multicultural en
la teora, en la prctica no es as, puesto que
se resume en traducir el himno nacional al
mapudungun que necesariamente no es
respetar la multiculturalidad, la cual nos habla
de la coexistencia o la convivencia entre culturas
diferentes, o entre sujetos que pertenecen a
diversas culturas. (Schmelkes, 2011, pp.26) y
es ms, reproduce la accin homogeneizadora
de las escuelas nacionalistas.
Entre otras, la problemtica de la escuela en el
caso de la interculturalidad, la cual estudia las
relaciones entre los miembros de las diferentes
culturas (ibd.), es una problemtica de estado
que deriva en el comportamiento social, ya
que el omitir las creencias de cada pueblo,
el imponer una idea entre otras, es un acto
de discriminacin, de violencia en derechos
humanos. Es un tema (aunque silencioso), una
forma de genocidio cultural a estos pueblos
an preexistentes y en resistencia.
El choque interno de un nio al encontrarse con otra cultura sobrepasa toda investigacin cientfica sobre educacin o
aprendizaje.
Del multiculturalismo estatal al interculturalismo indgena
El problema del estado es el siguiente:
El reconocimiento de la multiculturalidad como
caracterstica definitoria de una nacin conlleva
importantes consecuencias para el gobierno
y la sociedad en general, y para la educacin
en particular. Es el sistema educativo el que
est llamando a asegurar la permanencia de
esta caracterstica multicultural de nuestros
pases, trabajando para fortalecer las lenguas
y las culturas que definen dicha diversidad
(Schmelkes.2008:24).
Pero esta diversidad est lejos de la diversidad
de los pueblos indgenas. En estos das la
multiculturalidad se resume en hablar de
los pueblos originarios como folkloreo;
simplemente ensear en los ramos de historia
los mapuche o aymara como pueblos extintos
de una historia primitiva de Chile.
Pero es otra cosa a lo que apelamos como
pueblos indgenas. Es hacer una educacin
intercultural como un dilogo recproco entre
diferentes paradigmas.
La misma autora anteriormente citada hace
la siguiente salvedad sobre la concepcin de
interculturalismo:
El interculturalismo (Soriano, 2004) rechaza el
racismo y la discriminacin. Plantea la diversidad
como una riqueza. Establece el respeto al otro
como necesario para la identidad personal y
grupal. Reconoce el valor de cada persona por
el hecho de ser persona y de cada cultura por
el hecho de ser cultura. Parte del derecho de cada persona y de cada cultura de ser lo que
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es y de crecer desde ah (Schmelkes.2008:27).
Interculturalidad como derecho humano
Por qu no podemos exigir, nosotros, los
pueblos indgenas, que dentro de la educacin
tradicional se ensee nuestra lengua materna
en vez de que se nos siga exigiendo hablar
lenguas extranjeras en el marco de un mundo
globalizado que educa sujetos en pos de
aprender para el funcionamiento de procesos
econmicos capitalistas?, debemos seguir
permitiendo que se nos imponga una historia,
una lengua o una religin que no es la propia
a la cultura?, debemos seguir permitiendo al
estado que nos imponga una educacin que
va en contra de nuestros derechos humanos,
teniendo en cuenta que todo ser humano tiene
derecho a tener su propia cultura?
Son estos los cuestionamientos que surgen
desde lo ms profundo de los corazones de
quienes nos sentimos parte de un pueblo
originario americano. Donde muchos nios, en
lo particular mapuche, an nacen hablando la
lengua materna (mapudungun) y creciendo a
la orilla de un fogn, de donde posteriormente
son arrancados a la educacin tradicional
obligados por el mal gobierno y llevados a los
centros educacionales normalistas, donde se
les impone otro paradigma. El choque interno
de un nio al encontrarse con otra cultura
sobrepasa toda investigacin cientfica sobre
educacin o aprendizaje. Por una parte se les
obliga a aprender bajo cnones occidentales,
donde el sujeto indgena est invisibilizado
totalmente.
Porque se entendera nuestro lenguaje, nuestras creencias, nuestras historias, nuestras
enseanzas y la forma de entender el mundo. Porque la educacin intercultural es un
derecho humano que exigimos como pueblo.
Esta educacin estatal te impone otro lenguaje,
otra historia, un desconocimiento de los
apellidos propios, una forma de ver al mundo
y es imperante la concepcin del mtodo
cientfico para la explicacin de los procesos de
la naturaleza, donde la experiencia del sujeto
indgena no es vlida. Por ejemplo, se explican
procesos mediante teoras sobre las dinmicas
y trasformaciones del clima, mientras al indio
solo le basta sentarse en el campo o a la orilla
de un ro a escuchar el lenguaje del viento,
para poder entender el ciclo de las cosecha,
si llover maana o si viene un temblor de
la tierra. Claramente nuestros procesos de
entendimiento no se manifiestan dentro de un
libro de ciencias naturales.
Pero as vivimos, entre dos ros dicen los que
hablan kechua, lamentablemente en un yawar
mayu; en un ro donde corre sangre(4). Se nos
ensea que lo viejo se debe eliminar cuando
nuestro culto es hacia los ancestros, se respeta
(4) Traduccin al quechua.
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a los muertos que se vuelven estrellas y a los
ancianos. Se nos ensea a ser individualistas y
qu pasa con nuestras comunidades a ayllus
o lof? Nos ensean a ver a la tierra como medio
econmico donde podemos explotar recursos
naturales a diestra y siniestra. Cuando nosotros
vemos a la tierra como nuestra madre.
Bastaran ms ejemplos para poder explicar
que la educacin actual forma parte de la
principal forma de genocidio cultural? La
educacin actual sobrepasa y va en contra
de todo derecho humano de los pueblos
indgenas actuales.
Necesitamos educacin intercultural, en la
actualidad es importante escuchar la voz de
aquellos que han callado durante dcadas,
adems porque necesitamos reconocernos
como tales y no podemos seguir permitiendo
que en la escuela los nios se burlen de un
nio con apellido indgena.
La educacin intercultural para las
diversidades culturales traera todo un cambio
en el paradigma de la sociedad en su forma
de pensar. Creemos, como indgenas, que
disminuiran considerablemente los rasgos
racistas y xenofbicos de esta sociedad.
Porque la educacin intercultural enseara lo
negativo del racismo hacia nuestras culturas
mediante el conocimiento de la cosmovisin
y el porqu el mapuche se resiste a perder su
tierra ancestral.
Porque se entendera nuestro lenguaje,
nuestras creencias, nuestras historias, nuestras
enseanzas y la forma de entender el mundo.
Porque la educacin intercultural es un derecho
humano que exigimos como pueblo, porque
con una educacin intercultural seguiramos
vivos como pueblo en resistencia, y sin ella
seguimos reproduciendo el genocidio de los
pueblos originarios y con eso, nuestra va
hacia la extincin.
Fuentes
Antileo, Enrique. 2011. Dispora mapuche
y multiculturalismo en Santiago. En: Revista
Kutral, n2. Escuela de Sociologa, Universidad
de Via del Mar.
Bengoa, Jos. Historia del pueblo mapuche (siglo
XIX- XX). Ediciones Sur, Coleccin Estudios
Histricos, agosto 1985, Santiago, Chile.
CNCA (2005). Diversidad Cultural: el valor de la
diferencia. Lom Ediciones, Consejo Nacional de
la Cultura y las Artes, Santiago.
Foerster G, Rolf. Sociedad mapuche y sociedad
chilena, la deuda histrica. Proyecto Fondecyt
N 1000024.
Quenta, Santiago (representante de
Viceministerio de Descolonizacin). La Paz
Bolivia. La descolonizacin: un camino hacia
un estado plurinacional. Seminario-Taller
Estrategias para una educacin superior
descolonizadora intra e intercultural.
Cochabamba, 18 y 19 de noviembre 2010.
Mnica Navarro (Editora)
Schmelkes, Sylvia. Multiculturalismo, educacin
intercultural y universidades. Universidad
iberoamericana. 2008, Mxico.
Zapata Silva, Claudia. Edward Said y la otredad
cultural. 14.01.2008. Aprobado: 29.07.2008.
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Es ilgico pensar que viviendo tanto tiempo en el sur, en el campo, ms aun, evidenciando tradiciones ancestrales, nunca despert ni mucho menos sent mi newen mapuche. Y aqu en Santiago, donde est toda la moda, la influencia europea y norteamericana, donde predomina la cultura occidental, en esta gran ciudad vine a despertar, vine a saber cul es mi identidad.
Alex Huenteo
Del mapuche campesino al mapuche urbano
Nac en Traigun, IX regin, viv ah hasta los cinco
aos, porque al morir mi madre me fui de esa
ciudad, puesto que mi padre se cas con otra seora.
Entonces llegu a Galvarino, pero no al pueblo sino
que al campo. Fue un cambio radical porque hasta
ese momento no saba que mis apellidos eran de
origen mapuche y en ese campo el 99,9% de los
nios del colegio tenan apellidos mapuche, as que
encontr algo en comn. Pero de mapuche tena
slo la cara y los apellidos porque an desconoca
cosas de la cultura mapuche, cosas que la religin se
encarg de extinguir, tanto as que nunca presenci
un guillatn, machitn o algn juego de paln,
estando en la misma regin de la Araucana y, ms
aun, viviendo en una comunidad donde se supone
est todo el kimvn(1) mapuche. A lo ms aprend
palabras bsicas en mapudungun porque la abuela
(madre de mi madrastra), cuando me peda algn
mandado me lo deca en mapudungun y si yo no le
entenda me daba con un colige en la cabeza, as
que obligado a aprender. Pasaron los aos y yo creca
en esa comunidad cristiana al interior de Galvarino,
iba a la iglesia llevado por mis padres, participaba en
el colegio bailando cueca, me gustaban los juegos
(1) Kimvn: Sabidura.
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mapuche, pero sent slo alegra y fuerte emocin
momentnea. Pasaron los aos y termin mi cuarto
medio, fue ah cuando emigr al gran Santiago, la
capital de Chile; volver al mismo proceso que realic
en Temuco, conocer gente nueva, buenos amigos,
compaeros de trabajo, de instituto, etc
Hasta ese momento segua pensando que era
chileno y an vea todos los partidos de la seleccin
con bandera chilena en mano y harto patriotismo
y orgullo en mi corazn. Pero un da todo eso se
derrumb.
Un da, cuando pagaba mis cuentas en Paseo
Ahumada, en pleno invierno del 2010, escuch un
sonido a lo lejos, un sonido que me pareca familiar
y que me traslad inmediatamente a la novena
regin, cmo olvidar el sonido del kultrun(4),
de la trutruka(5), del cacho. Eran sentimientos
encontrados, me qued pasmado, no saba qu
hacer mientras pasaba un grupo de manifestantes
mapuche, la mayora con sus vestimentas y con
lienzos que decan derogacin a la ley antiterrorista,
libertad a los presos polticos mapuche en huelga
de hambre. Yo tena nocin respecto al conflicto del
estado chileno para con los mapuche, pero era algo
que vea en las noticias de la tele, lo encontraba como
un tema tan lejano para m que no me conmova ni
me instaba a apoyar. Pero en ese momento, in situ con
la marcha, me desconect del tiempo y me conect
inconscientemente con la causa, repentinamente
cuando me toqu la cara tena lgrimas en los ojos
que rodaban por mis mejillas, era algo mgico, ms
que una emocin, fue una conexin innata que tuve
con esa marcha, me senta tan igual, no encontraba
diferencia alguna, mi corazn pareca un tambor al
De mapuche tena slo la cara y los apellidos porque an desconoca cosas de la
cultura mapuche, cosas que la religin se encarg de
extinguir.
(2) Wetripantv: ao nuevo mapuche.(3) Pifilka: instrumento de viento de origen mapuche.(4) Kultrun: instrumento de percusin mapuche, usado con mucho respeto para ceremonias.(5) Trutruka: instrumento de viento mapuche.
de la yincana pal 18 de septiembre, en definitiva,
haca lo que cualquier nio chileno hace en diario
vivir, era un patriota de tomo y lomo.
Al iniciar mi enseanza media me mud a la ciudad
de Temuco para realizarla. No me cost adaptarme
en esa ciudad puesto que nac en una ciudad y fui
muy urbano, a pesar de que me fui a vivir al campo.
En Temuco form amistades de diferentes lados
de la regin de la Araucana, chicos que quedaban
internos porque llegaban de muy lejos de la ciudad.
Cada vez me iba encantando ms de la ciudad, la
moda me absorba subliminalmente y yo ni cuenta
me daba, inconscientemente prefera lo occidental
y desechaba lo ancestral, lo poco ancestral que
haba adquirido hasta ese entonces.
Un da en el liceo se me invit a participar en una
actividad pal wetripantu(2) que estaba prximo
a venir y por curiosidad acept participar. Estaba
nervioso porque era primera vez que iba a participar
en algo tan simblico para el pueblo mapuche,
incluso hasta me senta ajeno a la actividad, pero
fue el inicio de una bsqueda.
Llegado el da del wetripantu toqu pifilka(3), era
lo nico que saba tocar en cuanto a instrumentos
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palpitar y mi espritu pareca abandonar mi cuerpo
para manifestarse en ese instante, era todo tan real,
pero a la vez tan mgico. Fue ah cuando sent que
yo era parte de esa causa y no de las cuecas, partidos
de seleccin ni bandera chilena, tuve sentimientos
encontrados y fue recin ah cuando me pregunt,
quin soy, de dnde vengo y para dnde voy. Me di
cuenta que an no tena identidad propia porque
estuve toda una vida pensando que era chileno y
sin embargo en ese momento no me senta nada
de eso, era religioso pero en ese momento no
sent religin alguna, lo que sent fue amor, rabia,
furia, alegra, hermandad, igualdad, sent tantas
cosas al mismo tiempo, me senta tan winka(6) en
mi aspecto externo, pero a la vez me senta tan
mapuche en el mbito interno, del corazn, de la
La abuela (madre de mi madrastra), cuando me peda algn mandado me lo deca en mapudungun y si yo no le entenda
me daba con un colige en la cabeza, as que obligado a aprender.
causa por la cual se estaban manifestando en esa
marcha. Al trmino de la marcha me acerqu a
quienes llevaban la marcha, as que pregunt por
las actividades prximas a realizarse y me sum a
la causa sin conocer casi a nadie, pero era como si
igual los conociese, estaba confundido pero igual
apoy. Por el sistema que nos impone este estado,
me desaparec de las marchas por estudiar en el
instituto, mi tiempo ya era otro. Sin embargo mi SER
MAPUCHE ya haba despertado, por eso en cuanto
poda asistir a marchas o ceremonias lo haca con
gusto, pero aun as me perd ms de un ao y medio,
hasta mi segundo despertar que fue pal wetripantu
del 2012. Fue ah donde despert mi Feyentun(7),
kimvn y Rakiduam(8). Ya no era lo poltico lo que me
llevaba a manifestarme en la marcha, sino que ahora
me mova la cosmovisin mapuche, el pvllv(9), el
newen(10) escondido en m. Pero cuando record el
video que haba visto el 2010 de Matas Catrileo, ya
no tuve ms dudas de que s, yo no era chileno, sino
que siempre fui mapuche, lo soy y lo seguir siendo,
hasta cuando la tierra me haga volver a ella porque
de ella sal.
Es ilgico pensar que viviendo tanto tiempo en el
sur, en el campo, ms aun, evidenciando tradiciones
ancestrales, nunca despert ni mucho menos sent
mi newen mapuche. Y aqu en Santiago, donde est
toda la moda, la influencia europea y norteamericana,
donde predomina la cultura occidental, en esta
gran ciudad vine a despertar, vine a saber cul es
mi identidad, vine a darme cuenta que no soy
slo un indgena, un originario de este pas, sino
que soy ms que eso, mucho ms que eso, porque
soy parte de un pueblo que tiene costumbres,
tradicin, sabidura, un pensamiento, una lengua,
una creencia, un territorio. Vine a reafirmar que no
soy chileno, sino que soy MAPUCHE.
(6)Terminologa ocupada para denominar al otro que no es mapuche. Generalmente se utiliza para describir no en buena forma a este otro. En el caso mapuche utilizamos la palabra wingka para el usurpador occidental. Antiguos relatos nos sugieren que esta palabra proviene del ilka que significara, en el mapudungun, el que codicia, o el we inca trmino que se refiere al nuevo (we) inca. Claramente todo esto sacado de la historiografa oral del pueblo mapuche.(7) Feyentun: el acto de tener fe.(8) Rakiduam: buenos pensamientos.(9) Pvllv : espiritu(10) Newen: fuerza
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Qu es ser mapuche en la selva de cemento?
La intencin de este texto es dejar sealado aspectos que nos caracterizan como mapuche de la gran ciudad, dando cuenta que no es fcil serlo, ya que lo que hacemos es construir una nueva forma de ser mapuche, y que surge por algn acontecimiento o producto de una acumulacin de estos: al igual que nuestros ancestros, quienes tenan diferencias, a nivel cultural, surgidas del lugar de origen de ellos, nosotros somos otro tipo de mapuche, con el mismo valor de un nagche, de un wenteche, de un puelche, de un williche o un pewenche, ya que somos una nueva identidad territorial.
Germn Len Huichaqueo
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Luego del proceso de anexin que sufri el
Wallmapu(1) a finales del siglo XIX, el pueblo
mapuche vivi y sigue viviendo una compleja
etapa de desarme cultural, donde los patrones
constituyentes de lo que es mapuche se ven
desplazados por las formas impuestas del
vencedor: ya, prcticamente, no viven personas
que tengan como lengua nica el mapudungun;
las ruka ya no son habituales en el territorio
ancestral, el uso de las vestimentas tradicionales se
restringen a los guillatun(2) y otras actividades de
supervivencia cultural, siendo la mujer el pilar en la
mantencin de la tradicin (no est de ms decir
que en casi todas las sociedades son ellas las que
transmiten los conocimientos a su prole), etctera.
Y esto se vio agravado por la inmersin forzosa
de los mapuche a elementos homogeneizadores
de la cultura occidental, que son la religin, por
medio de las misiones evangelizadoras, como las
que se mencionan en el texto Lonco Pascual Coa
i tuculpazugun, de Pascual Coa (y redactado por
Wilhelm de Mesbach), o Lecturas Araucanas de
Fray Flix de Augusta, ubicadas en Bajo Imperial
(hoy Puerto Saavedra), Boroa o Panguipulli, y
que dieron paso despus a la propagacin de
la creencia pentecostal en las reducciones; y la
educacin, centrada en incorporar a los pequeos
a las reglas de la sociedad chilena, hacindoles
entrar con sangre, por ejemplo, el castellano a
travs de castigos como arrodillarse encima de
piedras pequeas o semillas.
Ahora bien, muchas personas incluyndome
somos descendientes de mapuche que,
principalmente por razones econmicas, tuvieron
que abandonar su lugar de origen para instalarse
en las grandes ciudades para aspirar a una mejor
calidad de vida y ayudar a la familia que qued
atrs, despidindose en la estacin de trenes...,
desempendose como panificadores, nanas,
operarios de fbricas textiles u obreros de la
construccin, y viviendo en ranchos, ya sea en los
conventillos de antao o en los campamentos de
la periferia, entablando relaciones familiares con
otros mapuche en exilio. Y aqu surge algo que
es paradjico: dentro de los que vienen del sur,
los patrones culturales de la sociedad mapuche
se conservaban, de forma precaria, pero se
conservaban. En cambio, a la hora de transmitir los
saberes y, en especfico, el mapudungun, hubo un
quiebre, ya que a los hijos de estos se les inculc
que deban hablar en castellano, y que cualquier
intento de aprender el idioma ancestral iba a ser
suprimido mediante las negativas. Junto con esto
la escuela, la educacin, los form para que fueran
individuos de un pas que se llama Chile, en que
se habla castellano y en donde cualquier elemento
diferenciador de la poblacin tena que ser abolido,
a lo mejor no con los castigos que recibieron
Somos descendientes de mapuche que, principalmente
por razones econmicas, tuvieron que abandonar su
lugar de origen para instalarse en las grandes ciudades para
aspirar a una mejor calidad de vida y ayudar a la familia que
qued atrs, despidindose en la estacin de trenes...
(1) Denominacin propia del territorio ancestral mapuche.(2) Ceremonia tradicional de peticin y de agradecimiento a los seres superiores.
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por ejemplo), alentar con el corazn al equipo de
nuestros amores, ir a la discoteque de la farndula,
trabajar en la contru, en un supermercado y/o
estudiar para ser alguien en la vida... Cierto que,
en alguna medida, se repite la historia de los hijos
de los que vinieron, sin estacin intermedia de
parada, del corazn de La Frontera?
Segundo que todo, qu es el kultrunazo?: si
reflexionamos en cmo llegamos al mundo
mapuche, aparecer en las mentes algn suceso,
propio o ajeno, que hizo el cambio de switch y
quiebra con todos los paradigmas que poseamos.
Esto es el kultrunazo, que hace referencia al
instrumento tocado por el/la machi(4) y los
kultruntufe(5) en las ceremonias y actividades
de diversin, y que se caracteriza por el fuerte
sonido que retumba, incluso, por varios das: los
que participamos en los guillatun sabemos que
ocurre eso. Dentro de los hitos fundacionales ms
comunes estn el haber sido tratado de indio en la escuela, debido al apellido que cuesta pronunciar
y/o a los rasgos catalogados de indgenas; el
escuchar, alguna vez, de la muerte de un pariente
en el lejano sur, y tus abuelos conversan en
mapuche con el que entreg tal mensaje; el
haberlos acompaado a un guillatun, quedando
impactado por lo presenciado. Pero, especialmente
para la nueva camada de mapuche urbanos,
los asesinatos de Alex Lemun Saavedra, Matas
Catrileo Quezada (nacido y criado en Santiago de
Chile, capital de la dulce patria) y Jaime Mendoza
Collio, son los momentos en que se despert el
lado mapuche de la generacin de recambio... y
se sigue fortaleciendo con las no-noticias que nos
nuestros mayores en el sur, pero introducindoles
en la mente la bandera, el escudo, el himno y el
sentimiento nacionalista. Por esto nuestros padres
dejaron de ser mapuche y se convirtieron en
wingka/ciurra(3). Y nosotros? Qu pas con
nosotros para que tengamos como bandera de
lucha la causa mapuche? Cmo construimos
nuestra conciencia? Bueno, ahora vamos a esto.
Primero que todo, quines somos?: si nos
concentramos y definimos al actual mapuche
que naci, creci, se form y lucha en la ciudad,
podramos decir que la mayora somos mestizos.
Me acuerdo de una vez que, cuando le dije a un no-
mapuche que era mestizo, me dijo que todos (los
chilenos) somos mestizos, respondindole que yo
soy mestizo directo. Qu quiere decir esto? Puedo
caer en la categorizacin clsica de lo mestizo,
pero es simplemente la cruza entre un mapuche
y un no-mapuche. Ahora bien, este mestizaje se
puede ver en lo cultural, as como un bicultural?
La realidad es que la mayora de nosotros, los
neo-mapuche, somos hablantes maternos del
castellano chilensis, que tuvimos como cuna la
pobla perifrica, sea en Recoleta, Huechuraba,
Pealoln, La Pintana, Cerro Navia, Puente Alto...;
deformados por el sistema educativo nacional,
viles cantantes del puro Chile es tu cielo azulado,
bailamos, con un disfraz de huaso/china, una que
otra cueca interpretada por los Quincheros para
alguno de los actos conmemorativos de los lunes,
as como para enaltecer el valor que tiene la patria;
adems de haber escuchado y, quizs, bailado la
msica de moda, habernos aferrado a una forma de
pensamiento juvenil (adherirnos a una tribu urbana,
(3) Denominaciones del que no es mapuche: wingka hace referencia al hombre, ciurra, a la mujer.(4) Autoridad tradicional, encargada de la medicina y de ceremonias religiosas.(5) Gente que toca el kultrun.
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entrega el ciberespacio, y que no aparecen en la
pantalla del canal de todos los chilenos.
Tercero que todo: cul es la idea de lo mapuche?
Puede ser porque estamos en la ciudad y, al
igual que los judos o los gitanos, tiramos races
en tierras que no son las nuestras, necesitamos
tener algn sentido de unidad con las personas
que se quedaron en el Wallmapu, y para tal afn
se echa mano al bolsillo que entrega nuestra
historia... nuestra historia que es contada por
los no-chilenos... por los no chilenos que quieren
integrar al mapuche a la historiografa nacional.
En otras palabras, crear a partir de una visin
intencionadamente distorsionada de nuestro
andar por la Tierra: un ejemplo es la idea que
poseemos sobre Lautaro, quien es elevado a
nivel de guerrero pico en La Araucana de Alonso
de Ercilla y Ziga, y que tambin enaltecemos
como imagen a calcar por los jvenes mapuche
de la selva de cemento: es el ideal de mapuche.
Especialmente para la nueva camada de mapuche urbanos, los asesinatos de Alex Lemun Saavedra, Matas Catrileo Quezada
(nacido y criado en Santiago de Chile, capital de la dulce patria) y Jaime Mendoza Collio, son los momentos en que se despert el
lado mapuche de la generacin de recambio...
(6) Oracin, ceremonia consistente en oraciones.(7) Juego tradicional mapuche.
Tambin lo anterior da pie a caer en los discursos
esencialistas frente a lo mapuche, desconociendo
as la nueva realidad donde nos desenvolvemos
y, por consiguiente, parte de nuestra identidad:
actos como discriminar al mapuche urbano por no
poseer los rasgos caractersticos, por no tener un
apellido que suene mapuche, o por no saludar en
mapudungun, adems del uso obligatorio de las
vestimentas tradicionales en cualquier actividad
mapuche, sea ceremonial donde es lgico o
de difusin donde no es precisamente necesario
usarlas, ya que caeramos en la folclorizacin,
y el denostar la homosexualidad de algunos
individuos mapuche, por ejemplo, porque no es
una actitud de hombre, son propios del carcter
nostlgico que tienen algunos de los que se
encuentran caminando con nosotros en la lucha.
Lo anterior es casi una competencia para medir
cun mapuche eres t, smil del mapuchmetro que
plante Pedro Cayuqueo: sera algo como mientras
a ms guillatun, a ms marchas, a ms llelipun(6),
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a ms palin(7), etc., ms mapuche eres. Ah, y no
est de ms recordar nuestro carcter mestizo
(negaramos parte de nuestro origen), adems de
que nuestro ambiente es el contexto occidental,
wingka, donde, lo ms probable, nuestros mejores
amigos son no-mapuche, y nuestra pareja tambin
es no-mapuche.
En fin, la intencin de este texto es dejar sealado
aspectos que nos caracterizan como mapuche
de la gran ciudad, dando cuenta que no es fcil
serlo, ya que lo que hacemos es construir una
nueva forma de ser mapuche, y que surge por algn
acontecimiento o producto de una acumulacin
de estos: al igual que nuestros ancestros, quienes
tenan diferencias, a nivel cultural, surgidas del
lugar de origen de ellos, nosotros somos otro tipo
de mapuche, con el mismo valor de un nagche,
de un wenteche, de un puelche, de un williche o
un pewenche, ya que somos una nueva identidad
territorial. Tenemos particularidades, la mayora
de ellas generadas por las intensas relaciones
con la sociedad chilena vivimos inmersos en
ella, pero nos configuran. Sin embargo est la
lucha con el pasado glorioso del pueblo mapuche,
que se asimila a la visin que tenemos de los
hroes mitolgicos/legendarios de la tradicin
grecorromana. Acaso buscamos un Hrcules de
la Araucana? Para concluir, si aspiramos a luchar
por nuestro pueblo, es necesario trascender estos
problemas de lo mapuche para erigir una identidad
slida y pertinente al origen nuestro; no dejar
de lado nuestras races pretritas, pero tampoco
nuestras races en la ciudad, donde socializamos
con los no-mapuche. Al final es porque vivimos en
la selva de cemento.
Nuestro ambiente es el contexto occidental, wingka,
donde, lo ms probable, nuestros mejores amigos son no-mapuche, y nuestra pareja
tambin es no-mapuche.
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Rol de la mujer Mapuche
A lo largo de la historia del movimiento mapuche, las mujeres han participado en las organizaciones e instituciones urbanas, en sus propios organismos y en la nueva etapa de recuperacin de territorios, en marchas, manifestaciones, en las propuestas por autonoma.
Norma Hueche
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organizaciones de mujeres mapuche se produjo
en 1937, coincidiendo con el auge del movimiento
emancipador y poltico de las mujeres chilenas.
El 12 de octubre se fund en Temuco la Sociedad
Femenina Araucana Yafuluuyi, cuyos objetivos
eran establecer las bases para la formacin de una
entidad cultural de mujeres de raza aborigen, unir
a todas las mapuche ya existentes en esta ciudad
con fines puramente culturales.
En la dcada de los aos 50 surge la figura de Zoila
Quintremil, quien se transform en la primera
mujer mapuche como candidata a diputada.
Zoila Quintremil se empe en la educacin y en
los problemas sociales de los mapuche y por su
iniciativa fue creada la Escuela Vocacional de Nueva
Imperial, donde las nias mapuche aprendieron
tejidos, bordados y confeccin.
A fines de la dcada de los 70 nacen organizaciones
mapuche en oposicin a la ley promulgada por
la Dictadura Militar la cual divida las tierras
comunitarias. En vsperas de las elecciones de 1989
y al restaurarse la democracia, despus de 16 aos
de dictadura, muchas organizaciones mapuche
firmaron un pacto, con el entonces candidato a la
Presidencia de la Repblica, Patricio Aylwin Azocar,
para trabajar en la elaboracin de una Ley Indgena,
la cual fue promulgada finalmente en 1993.
El inters de las mujeres mapuche por organizarse,
surge de la necesidad de abordar temas especficos
de mujeres, adems de las reivindicaciones propias
de su pueblo.
Entre las demandas de las mujeres mapuche se
encuentra la reivindicacin de su rol ancestral como
productoras de la cultura y sus tradiciones, tanto
en su propia cultura como en la sociedad chilena.
Las mujeres creen que mantienen y trasmiten la
El inters de las mujeres mapuche por organizarse, surge de la necesidad de
abordar temas especficos de mujeres, adems de las
reivindicaciones propias de su pueblo.
Hoy en da la mujer ha tenido un importante
protagonismo dentro de los procesos sociales
de estos ltimos tiempos, y su participacin
ha evolucionado y ha tomado un grado de
importancia y consideracin en los cambios en los
cuales se ha tenido una gran labor, como ente de
sabidura y como participante activa en hechos
y decisiones polticas, lo que ha llevado a que la
mujer se desenvuelva en mbitos que antes se
crean pensados solo para hombres.
Pensando en el mbito de la cultura mapuche,
histricamente el rol de la mujer ha significado
uno de los ejes fundamentales de la resistencia
cultural del pueblo mapuche. Si bien es cierto
que la presencia de ella no fue siempre pblica,
en el mbito de lo cotidiano, en la socializacin
y educacin de los hijos, en la transmisin del
sistema de enseanza y aprendizaje, en la prctica
de los usos, costumbres y rituales, la mujer ha
tenido un lugar de primera importancia.
La primera mujer mapuche en actuar en el escenario
pblico y poltico fue Herminia Aburto Pailahueque,
quien ocup el cargo de Secretaria de la Federacin
Araucana en 1933, y en 1935 se presentaba como
candidata a las elecciones municipales. Este fue
un hecho de notable trascendencia, tomando en
consideracin que recin en el ao 1931 se haba
logrado obtener para las mujeres chilenas el
derecho a voto. Sin embargo, la emergencia de las
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cultura y es as como visualizan su rol dentro del
consejo, un espacio desde el cual pueden ayudar a
fortalecer la espiritualidad y la lengua.
A lo largo de la historia del movimiento mapuche,
las mujeres han participado en las organizaciones
e instituciones urbanas, en sus propios organismos
y en la nueva etapa de recuperacin de territorios,
en marchas, manifestaciones, en las propuestas
por autonoma. La lucha por evitar la construccin
de la represa Ralco en el rio Bio Bio fue un ejemplo.
La resistencia cultural mapuche, sus reivindicaciones
polticas, sociales, econmicas, la recuperacin del
territorio, es una fuerza evidente hoy da en Chile y
se manifiesta tanto en el mbito urbano como rural
a travs de las diversas instancias organizacionales.
En la actualidad, un gran nmero de mujeres
mapuche habita en las zonas urbanas, como
producto del proceso de migracin campo-ciudad
que se viene produciendo desde la dcada de los 40
en nuestro pas. Estas migraciones se originan por
la escasez de tierras en las comunidades mapuche,
provocada por el sistema de reduccin, impuesto
por el Estado chileno, desde los inicios del siglo
XX. En general, las mujeres que han emigrado son
adultas jvenes, entre los 20 y 30 aos, periodo de
mayor fertilidad, lo cual ha incidido en los bajos
ndices de natalidad de la poblacin mapuche
rural. Por lo regular, las fuentes de trabajo a las
que acceden las mujeres mapuche se encuentran
en el sector de los servicios domsticos o el rea
de comercio, pues no cuentan con un oficio o
especializacin requerida para los centros urbanos.
A los problemas propios que presenta la migracin,
como falta de vivienda y desadaptacin, las
mujeres mapuche deben sobreponerse a la
discriminacin no solo por ser mujeres y ser
En general, las mujeres que han emigrado son adultas
jvenes, entre los 20 y 30 aos, periodo de mayor fertilidad,
lo cual ha incidido en los bajos ndices de natalidad de la poblacin mapuche rural.
Por lo regular, las fuentes de trabajo a las que acceden
las mujeres mapuche se encuentran en el sector de los servicios domsticos o el rea de comercio, pues no cuentan con un oficio o especializacin
requerida para los centros urbanos.
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pobres sino tambin por su condicin mapuche.
Deben sobreponerse a dejar atrs su cultura y la
prdida de su lengua ancestral, el mapudungun.
La situacin de discriminacin las lleva muchas
veces a ocultar su identidad, pero en otros casos
a reafirmarla. Esta reafirmacin se demuestra en
su participacin tanto en organizaciones mixtas
como en organizaciones propiamente femeninas
que, desde su perspectiva de gnero, pretenden
aportar al desarrollo de la cultura mapuche,
mejorar la posicin de las mujeres dentro de la
sociedad mapuche y combatir la discriminacin.
En lo cultural:
La participacin de la mujer dentro del mbito
cultural no deja de ser menor, ya que en conjunto
con el hombre hacen el complemento, la dualidad,
fundante de la cosmovisin del mundo mapuche.
Son las mujeres que a lo largo de la historia han
desarrollado la crianza, las mujeres eran las
encargadas de llevar los alimentos recolectados
como el maz, papas, porotos, piones, frutos que
recolectaban entre otros como la carne de los
animales que cazaban los hombres. Ellas han sido
las portadoras de todos los saberes, las maestras
en lo que respecta a los quehaceres prcticos
de la vida. Aunque poco valoradas en algunas
ocasiones, ya que esta labor se torna restringida al
hogar, similares a los embates de la colonizacin.
Durante todos estos aos ha sido la mujer quien
ha mantenido silenciosamente la fortaleza de la
resistencia indgena, recordemos por ejemplo a
la mujer guerrera como Janekeo (quien lider a
tropas militares mapuche en tiempos de la guerra
contra Espaa), a Wakolda y Fresia en el siglo XVI.
Luego en la Invasin del Estado Chileno a nuestro
pas en la llamada pacificacin de la Araucana.
Dentro del mundo espiritual mapuche, la mujer
tiene directa relacin con ciertos ciclos naturales,
que tienen que ver tanto con la fertilidad de ella
como de la Mapu (tierra), en especial con la kuyen,
la luna, y as diversas conexiones, que dejan en
claro la gran sabidura y respeto por la vida de la
naturaleza y la mujer con su conocimiento de la
tierra, sus saberes ancestrales y que son ellas las
principales trasmisoras de ste.
Durante todos estos aos ha sido la mujer quien ha mantenido silenciosamente la fortaleza de la resistencia indgena,
recordemos por ejemplo a la mujer guerrera como Janekeo (quien lider a tropas militares mapuche en tiempos de la guerra contra
Espaa), a Wakolda y Fresia en el siglo XVI.
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Mujer Indgena
Pertenezco a una raza con una cultura milenaria que hoy conservo como un tesoro
Convivo con lo que me rodea, con la lluvia, el viento, la montaa, el cielo
Soy feliz en este paisaje
Tengo tiempo para contar las estrellas
Tiempo para poner mis sueos al da,
Para danzar con los pjaros sintiendo el aire fresco del amanecer y hablar en silencio con los animales, con
las plantas, con los Espritus
S sembrar con la Luna los frutos del alimento,
Teir la lana para hacer el tejido,
Hacer medicina como me ense mi abuela,
Cantar al nuevo da
S amansar sencillamente, con fidelidad y con ternura
Soy mujer Mapuche
Mujer, como la Madre Tierra, frtil, callada, protectora y fuerte
S cuando mi mundo est en peligro
Y s cundo las cosas son buenas o no
No entiendo de muchas cosas:
A la gente del gobierno que vienen con muchas promesas, palabras de aire, cuando hay elecciones, y
despus nada. A los que vienen a querer cambiar mi mundo, mis vestidos, mi espiritualidad. A los que nos
roban. A los que experimentan con nuestros hijos o les sacan sus rganos para los winkas ricos. A los que
mienten. A los que nos sacan de las tierras. A los que nos explotan. A los que intercambian arte y tejidos
por comida o alcohol y me pagan una miseria por el trabajo de meses.
Quiero gritar: - Djenme en paz! Quiero seguir viviendo as simplemente, con la tierra y mi gente, la que
re, la que crea, la que vibra la vida as como es, sin alterar las cosas, la que comparte, la que acaricia, la que
no tiene prisa y ama sin esperar nada; la que no se aburre.
Quiero que nos respeten.
Soy mujer de la tierra, fuerte como el rbol que resiste al viento; como el junco en la corriente;
Firme como la montaa ms alta;
Frgil como el colibr;
Dulce como los atardeceres.
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Esta breve biografa tallada en letras muertas no alcanza a dimensionar la vida de una persona que renunci a los caprichos de la sociedad y supo enamorar sus instintos con su sentimiento a una causa de varios siglos. Matas Catrileo refleja una necesidad de varios jvenes por alcanzar un mundo mucho ms fraterno; son aquellos imprescindibles que inspiran mantener la llama de la esperanza en un mundo que parece cada vez ms fro.
Codemu
Weichafe Matas Valentn Catrileo Quezada (1984-2008)
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Minutos despus lleg el GOPE, quienes cargaron
sus armas y dispararon en contra de los lamngenes
(hermanos) con subametralladoras y escopetas.
Mientras corran y se defendan, una bala le lleg
a Matas. Al momento de saltar un canal, cay al
agua. Bajaron a verlo, pero la bala haba cruzado
su cuerpo quedando ya sin aliento. Los dems
comuneros comenzaron a amarrarlo con alambre
y unas varas para subirlo y poder sacarlo del agua
lo ms rpido, pero ya Matas estaba muerto los
comuneros comenzaron a correr con el cuerpo de
Matas Catrileo mientras los carabineros seguan
disparando. Cruzaron cercos, potreros, las balas
rozaban la cabeza de los jvenes, hasta que llegaron
a una iglesia donde se cubrieron para que los del
GOPE no les quitaran el cuerpo. Mientras ocurra
la represin, llamaron a la Radio Bio-Bio dando
la noticia de un joven asesinado por carabineros.
Pidieron que el obispo de Temuco intercediera para
frenar la persecucin policial y se respetara las vidas
de los jvenes y as poder entregar el cuerpo para
evitar montajes policiales.
Palabras para su vida:
Esta breve biografa tallada en letras muertas no
alcanza a dimensionar la vida de una persona que
renunci a los caprichos de la sociedad y supo
enamorar sus instintos con su sentimiento a una
causa de varios siglos. Matas Catrileo refleja una
necesidad de varios jvenes por alcanzar un mundo
mucho ms fraterno; son aquellos imprescindibles
que inspiran mantener la llama de la esperanza en
Minutos despus lleg el GOPE, quienes cargaron sus armas y dispararon en contra de los lamngenes (hermanos)
con subametrallad