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El maestro en Colombia disputas y configuraciones En el siglo XX. SEMINARIO COMÚN PEDAGOGICO Semestral José Bernardo Galindo Ángel Y Claudia Ximena Herrera Profesora invitada Lunes 5 a 7 pm JUSTIFICACIÓN Hoy el maestro colombiano es centro del debate a propósito de las responsabilidades que le atañen: investigar, planear actividades y proyectos, además de realizar clases; las nuevas dinámicas instauradas dentro de la escuela incluso no hablan ya de maestro, sino en algunos casos de docente y en otros de un profesional de la educación; en otras palabras estamos frente a unas condiciones de posibilidad del oficio de enseñar distinta, de allí la importancia de realizar una mirada a ese oficio del maestro,- tal y como lo mencionara Saldarriaga (2003)- atravesado por el contexto social, político y económico que produjo tres modos de su ejercicio durante el siglo XX, un oficio que vale la pena revisar – también- bajo la categoría de “huellas congénitas” que Martínez, Noguera y Castro (1999), encuentran al rastrear al primer maestro público de la Colonia Don Agustín Joseph de Torres. En tal sentido, se tratará por un lado, de mostrar el momento de emergencia de los conceptos maestro, docente y profesor, así como las fuerzas que hicieron posible dicha emergencia. De otro lado interrogar el oficio de la enseñanza a partir de la

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El maestro en Colombia disputas y configuraciones En el siglo XX.SEMINARIO COMÚN PEDAGOGICOSemestralJosé Bernardo Galindo Ángel Y Claudia Ximena HerreraProfesora invitadaLunes 5 a 7 pmJUSTIFICACIÓNHoy el maestro colombiano es centro del debate a propósito de las responsabilidades que le atañen: investigar, planear actividades y proyectos, además de realizar clases; las nuevas dinámicas instauradas dentro de la escuela incluso no hablan ya de maestro, sino en algunos casos de docente y en otros de un profesional de la educación; en otras palabras estamos frente a unas condiciones de posibilidad del oficio de enseñar distinta, de allí la importancia de realizar una mirada a ese oficio del maestro,- tal y como lo mencionara Saldarriaga (2003)- atravesado por el contexto social, político y económico que produjo tres modos de su ejercicio durante el siglo XX, un oficio que vale la pena revisar – también- bajo la categoría de “huellas congénitas” que Martínez, Noguera y Castro (1999), encuentran al rastrear al primer maestro público de la Colonia Don Agustín Joseph de Torres.En tal sentido, se tratará por un lado, de mostrar el momento de emergencia de los conceptos maestro, docente y profesor, así como las fuerzas que hicieron posible dicha emergencia. De otro lado interrogar el oficio de la enseñanza a partir de la categoría de “huellas congénitas” con la idea de comprender el modo en que dicho oficio ha sido objeto de visibilización y control, analizando las rupturas o continuidades que plantea cada una de esas nominaciones, y revisar las condiciones de posibilidad que lo configuran actualmente; de allí que sea posible reconocer aquellas nuevas fuerzas que están ubicando al maestro en otros espacios y le están asignando responsabilidades diferentes. Se trata en últimas de reflexionar sobre ese maestro, docente y profesional que circula hoy por la escuela, lo anterior nos obliga entonces a remitirnos al pasado, no para pensar de manera nostálgica sino para reconocer lo que ya no es; en ese orden de ideas hacer uso de la arqueología y la genealogía propuesta por Foucault que nos permitirá dar cuenta de los discursos que a propósito del maestro circularon y, a su vez posibilitará registrar las distintas superficies sobre las cuales se inscribe la configuración actual del oficio.Para este seminario la emergencia del maestro se asume en el marco de la emergencia de la escuela, es decir que si bien la nominación “maestro”, existía antes de la escuela, aquí la pondremos en juego y en relación con la escuela, por ser ese espacio el que va a configurar los modos de existencia y las condiciones de posibilidad del oficio, es allí donde se va a definir un nuevo estatuto para ese sujeto llamado maestro, tal y como nos lo muestran Varela y Álvarez (1990): “este nuevo estatuto del maestro en tanto que autoridad moral, implica que además de poseer conocimientos sólo él tiene las claves de una correcta interpretación de la infancia, así como el programa que los colegiales han de seguir para adquirir los comportamientos y los principios que corresponden a su condición y edad”; en otras palabras el maestro más que autoridad del conocimiento, será una autoridad moral, ello marca sin lugar a dudas una de las características que acompañarán la nominación de maestro, a quien se le comparará con el sacerdote en términos de su vocación evangelizadora y se le instaurará una autoridad, una dignidad y una respetuosidad a las que deberá adecuarse no sin dificultades, para responder a esa institucionalidad llamada “Escuela”.En Colombia no fue distinta la situación de ese maestro, una de las características que acompañó la emergencia del oficio del maestro fue ese rasgo de moralidad, “Podríamos decir que el estatuto de estos primeros maestros de escuela estaba dado por su carácter de “hombres virtuosos” sin más exigencias de saber que el de las primeras letras y las cuatro operaciones aritméticas.” Martínez, Noguera y Castro.(19

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El maestro en Colombia disputas y configuraciones

En el siglo XX.

SEMINARIO COMÚN PEDAGOGICO

Semestral

José Bernardo Galindo Ángel Y Claudia Ximena Herrera

Profesora invitadaLunes 5 a 7 pm

JUSTIFICACIÓN

Hoy el maestro colombiano es centro del debate a propósito de las responsabilidades que le atañen: investigar, planear actividades y proyectos, además de realizar clases; las nuevas dinámicas instauradas dentro de la escuela incluso no hablan ya de maestro, sino en algunos casos de docente y en otros de un profesional de la educación; en otras palabras estamos frente a unas condiciones de posibilidad del oficio de enseñar distinta, de allí la importancia de realizar una mirada a ese oficio del maestro,- tal y como lo mencionara Saldarriaga (2003)- atravesado por el contexto social, político y económico que produjo tres modos de su ejercicio durante el siglo XX, un oficio que vale la pena revisar – también- bajo la categoría de “huellas congénitas” que Martínez, Noguera y Castro (1999), encuentran al rastrear al primer maestro público de la Colonia Don Agustín Joseph de Torres.

En tal sentido, se tratará por un lado, de mostrar el momento de emergencia de los conceptos maestro, docente y profesor, así como las fuerzas que hicieron posible dicha emergencia. De otro lado interrogar el oficio de la enseñanza a partir de la categoría de “huellas congénitas” con la idea de comprender el modo en que dicho oficio ha sido objeto de visibilización y control, analizando las rupturas o continuidades que plantea cada una de esas nominaciones, y revisar las condiciones de posibilidad que lo configuran actualmente; de allí que sea posible reconocer aquellas nuevas fuerzas que están ubicando al maestro en otros espacios y le están asignando responsabilidades diferentes. Se trata en últimas de reflexionar sobre ese maestro, docente y profesional que circula hoy por la escuela, lo anterior nos obliga entonces a remitirnos al pasado, no para pensar de manera nostálgica sino para reconocer lo que ya no es; en ese orden de ideas hacer uso de la arqueología y la genealogía propuesta por Foucault que nos permitirá dar cuenta de los discursos que a

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propósito del maestro circularon y, a su vez posibilitará registrar las distintas superficies sobre las cuales se inscribe la configuración actual del oficio.

Para este seminario la emergencia del maestro se asume en el marco de la emergencia de la escuela, es decir que si bien la nominación “maestro”, existía antes de la escuela, aquí la pondremos en juego y en relación con la escuela, por ser ese espacio el que va a configurar los modos de existencia y las condiciones de posibilidad del oficio, es allí donde se va a definir un nuevo estatuto para ese sujeto llamado maestro, tal y como nos lo muestran Varela y Álvarez (1990): “este nuevo estatuto del maestro en tanto que autoridad moral, implica que además de poseer conocimientos sólo él tiene las claves de una correcta interpretación de la infancia, así como el programa que los colegiales han de seguir para adquirir los comportamientos y los principios que corresponden a su condición y edad”; en otras palabras el maestro más que autoridad del conocimiento, será una autoridad moral, ello marca sin lugar a dudas una de las características que acompañarán la nominación de maestro, a quien se le comparará con el sacerdote en términos de su vocación evangelizadora y se le instaurará una autoridad, una dignidad y una respetuosidad a las que deberá adecuarse no sin dificultades, para responder a esa institucionalidad llamada “Escuela”.

En Colombia no fue distinta la situación de ese maestro, una de las características que acompañó la emergencia del oficio del maestro fue ese rasgo de moralidad, “Podríamos decir que el estatuto de estos primeros maestros de escuela estaba dado por su carácter de “hombres virtuosos” sin más exigencias de saber que el de las primeras letras y las cuatro operaciones aritméticas.” Martínez, Noguera y Castro.(1986), en pocas palabras, ser maestro era ser el mejor o el máximo ejemplo moralmente hablando, no en vano a él se le asignarán responsabilidades con un sentido cultural y un referente intelectualmente bastante diferenciables: “El hombre será lo que sean sus maestros”, “la sociedad será lo que sean sus maestros” y “el ciudadano será lo que sean sus maestros” Saldarriaga (2003), esa es pues una de las condiciones de posibilidad que acompaña el ser maestro y que bien vale la pena mirar en las condiciones actuales de la escuela, que se dice acerca de ello.

Si bien decir maestro parece ser remite a un asunto de lo moral, ¿qué podríamos decir del docente y el profesor?; estos ya ubicados en otros terrenos que nos

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muestran el alto grado de institucionalización que ha alcanzado el proceso de enseñanza – aprendizaje y la complejización del saber que ha de llegar en forma serial y eficiente a los niños, lo anterior requiere otro tipo de sujetos ya no en relación con el método de enseñanza sino en relación con el saber que transmite; allí es donde hacen su emergencia el docente y el profesor: “Existen dos sujetos de la enseñanza. Por una parte, aquel que se relaciona con las ciencias o con los saberes a partir de un método, es decir el maestro. Pero existe por otra parte, otro sujeto que enseña y al que se llama docente, reconocido a partir del saber que transmite, él puede ser profesor de matemáticas, profesor de física, etc. Sin embargo, los dos sujetos enseñan, pero la diferencia entre estos dos sujetos es una forma resultante de la forma de institucionalización y de la adecuación social de los saberes, más no es una distinción que se derive de la naturaleza de la pedagogía” Zuluaga (1987).

Mirar, los discursos que a propósito de cada uno de ellos circula, analizar sus relaciones con la pedagogía y contrastar su relación con el marco cultural y social que actualmente configura la escuela, se hace necesario, pues ello permite problematizar lo que hoy vive el maestro, ubicar las manifestaciones de aquello que marca las condiciones de posibilidad de maestro y cuestionar la naturalización del profesor, del docente y del profesional como habitantes de la escuela.

OBJETIVOS

-Mostrar el surgimiento del oficio del maestro en Colombia y las fuerzas que lo configuraron.

-Acercarse a la historia del maestro en Colombia, para dar cuenta de las rupturas y continuidades que es posible hallar en los discursos que sobre él han circulado.

-Esbozar algunas relaciones entre la configuración del maestro colombiano con la pedagogía y con otros discursos que atraviesan también actualmente a la escuela.

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UNIDADES TEMÁTICAS

1. Formación de un cuerpo de especialistas

El maestro: autoridad moral

Maestro de primeras letras y de urgencias lloradas.

2. El maestro como dueño de un saber

Intelectual, pedagogo y maestro.

Los cuerpos civilizados

3. El maestro, el docente y el profesor.

La dilución del maestro.

El maestro, el docente y el formador.

METODOLOGÍA

El seminario está organizado en torno a problematizaciones a cuyo planteamiento contribuyen las lecturas de referencia. En primer lugar, en cada unidad se dedica un espacio a considerar el alcance de la problematización, en segundo lugar se hace una aproximación al documento central de referencia, en tercer lugar se desarrollan ejercicios de análisis que ilustren el alcance de las estrategias consideradas; así mismo a lo largo del desarrollo del seminario los estudiantes construirán un ensayo que dé cuenta de esas configuraciones y sus relaciones con el modo del ser del maestro de hoy.

EVALUACIÓN

En el seminario la discusión, la participación en las diferentes actividades y la realización del ensayo final a partir de los documentos trabajados en clase y consultados en las diferentes visitas a la biblioteca se convierten en los principales elementos a tener en cuenta dentro del seminario para ser valorados. La participación en clase tendrá un 10% de la nota del seminario, la elaboración de dos fichas analíticas de documentos propuestos para clase tendrá un valor del 15% de la nota del seminario. La construcción del archivo tendrá un valor del 25%. La elaboración y presentación del ensayo final, usando al menos tres de las fuentes trabajadas en clase tendrá un valor del 50%.

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BIBLIOGRAFIA

1. Varela J. y Álvarez F. (1990). Arqueología de la Escuela. Genealogía del poder. N° 20. Editorial La Piqueta. Madrid.

2. Martínez A. y Alvarez A. (Compiladores). (2011). Figuras contemporáneas del maestro en América Latina. Colección Pedagogía e historia. Tomo 13. Editorial Magisterio. Bogotá.

3. Martínez Alberto. (1986). Escuela, maestro y método. Universidad Pedagógica Nacional. Bogotá.

4. Saldarriaga O. (2003). Del oficio de Maestro. Prácticas y teorías de la pedagogía moderna en Colombia. Editorial Magisterio. Bogotá.

5. Duschattzky L.(2008) Una cita con los maestros. Los enigmas del encuentro entre discípulos y aprendices. Buenos Aires.

6. Ranciere J. (1987). El Maestro ignorante. Editorial Laertes. Madrid.7. González F. (1941) el maestro de escuela. Tomado de

http://www.otraparte.org/ideas/1941-maestro.html.