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El síndrome Onoda Sobrevivir en el paraíso, atrapado en mi propia guerra Nota elaborado por Alfredo Arrache Gamboa, para servir de base para el estudio y la discusión y no como ilustración de la acción adecuada o inadecuada en una situación determinada. Nota Técnica NT001 CEPii 15/05/2008 2008 n

Sindrome Onoda

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Nuestra capacidad de crear nuestra propia realidad y vivir en ella

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El síndrome Onoda Sobrevivir en el paraíso, atrapado en mi propia guerra Nota elaborado por Alfredo Arrache Gamboa, para servir de base para el estudio y la discusión y no como ilustración de la acción adecuada o inadecuada en una situación determinada.

Nota Técnica NT001 CEPii

15/05/2008

2008

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CEPii | Nota

El Síndrome Onoda Sobrevivir en el paraíso, atrapado en mi propia guerra

1. Hiroo Onoda

El teniente Segundo Hiroo Onoda (小野田 寛郎 Onoda Hirō; nacido

en Marzo 19, 1922) es un ex oficial de inteligencia militar japonés

que peleo en la segunda guerra mundial y no se rindió sino hasta

1974.

Fue entrenado en la escuela Nakano localizada en la isla Lubang en

las filipinas, aproximadamente a 75 millas al sur oeste de Manila.

En diciembre de 1944, a la edad de 23 años se

unió a la brigada Sugi, con base en esa misma

isla.

La isla fue capturada por las fuerzas aliadas en

febrero de 1945, cerca de la culminación de la

guerra, lo que ocasiono la muerte o captura de

la mayoría de los militares japoneses. Onoda y

tres hombres (Shoichi Shimada, Kinshichi

Kozuka, Yuichi Akatsu) escaparon y se

ocultaron en la jungla.

2. El tiempo escondido

Sobrevivieron en las montañas racionando su arroz, comiendo

cocos y plátanos verdes en la jungla y eventualmente matando

alguna vaca para consumir su carne.

Después de matar una vaca uno de los tres hombres encontro una

nota dejada por el granjero que decía “la guerra terminó en agosto

19. Bajen de las montañas”. Los soldados revisaron la nota con

cuidado y decidieron que se trataba de propaganda aliada para

atraparlos. No fue el único mensaje que encontraron, durante los

años fueron lanzados folletos desde aviones, se les dejaron

periódicos y fotos de parientes con cartas. Todos los intentos

fueron juzgados como intentos de manipulación.

Tienes absolutamente prohibido morir por tu

propia mano. Podría tomar tres años, podría

tomar cinco años, pero sin importar lo que

pase, regresaremos por ti

Mayor Taniguchi,

Comandante de la brigada Sugi

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CEPii | Nota

Los cuatro hombres vivieron en

la jungla por años,

ocasionalmente se involucraron

en escaramuzas y efectuaron

actos de sabotaje como parte de

sus actividades de guerrilla.

Soportaron el calor, los insectos,

la lluvia incesante, y ocasionales

partidas de búsqueda armadas.

Cualquier filipino que veían lo

consideraban espía y era

atacado.

En septiembre de 1949, después

de cuatro años de evasión, uno

de los soldados decidió que era suficiente. Sin informar a los demás

Akatsu se escabulló y, se rindió a las fuerzas filipinas en 1950

confirmando que los otros tres hombres continuaban con vida. Un

día en 1950 encontraron una nota de Akatsu informando que había

sido recuperado por tropas amigas y dejaba la jungla. Para los

demás fue claro que la nota fue redactada bajo coerción del

enemigo y no podría ser tomada como verdadera, lo que los volvió

más cautelosos.

Trece años después, en 1953, Shimada fue herido en la pierna

durante un tiroteo con pescadores. Onoda y Kozuka los ayudaron a

regresar a la jungla y, sin ayuda médica, lo mantuvieron con vida

durante varios meses. Sin embargo se volvió más lento y torpe, por

lo que en un encuentro que tuvieron con fuerzas locales en la playa

de Gotin, Shimada fue herido nuevamente y murió en 1954 a la

edad de 40 años.

Durante otros 19 años Onoda y Kozuka continuaron sus actividades

de guerrilla, viendo en lo profundo de la jungla en refugios hechos a

mano. Cada vez que mataban una vaca los aldeanos alarmados

motivaban una búsqueda armada normalmente infructuosa. Los

dos soldados tenían la firme convicción de que el ejército japonés

tarde o temprano recuperaría la isla y sus actividades se probarían

como invaluables en ese esfuerzo.

En octubre de 1972 salieron de jungla para quemar una cosecha de

arroz en un intento por sabotear las “líneas de suministro del

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CEPii | Nota

enemigo”. Un policía filipino los descubrío y disparó dos tiros que

mataron a Kosuka y terminaron con sus 27 años de ocultamiento.

Onoda puedo escapar y quedo sólo en la jungla para continuar su

misión.

Por 29 años se rehusó a rendirse desatendiendo cualquier intento

de convencerlo que la guerra había terminado y pensando que se

trataba de estratagemas y engaños. En 1959 fue declarado

legalmente muerto en Japón.

La muerte de Kozula fue ampliamente difundida en Japón y generó

sospechas de que Onoda estaba aún con vida, por lo que

numerosas personas fueron a buscarlo, pero él los evito

exitosamente.

Finalmente fue localizado en febrero de 1974, por un estudiante

japonés, Norio Suzuki, después de un año y medio de soledad en la

jungla, y todavía entonces se rehusaba a aceptar que la guerra

había culminado, a menos que recibiera una orden de deposición

de las armas por un oficial superior del ejército japonés.

Suzuki le ofreció ayuda, regresó a Japón con foografías de ambos

como prueba de su encuentro y acordó con Onoda una reunión

después de dos semanas en un lugar pre-acordado. El gobierno

Japonés localizó al oficial comandante de Onoda, mayor Taniguchi,

que para entonces era un vendedor de libros.

Taniguchi voló a Lubang e informó a Onoda la derrota de Japón en

la segunda guerra mundial y le ordenó deponer las armas. Después

de unos momentos de silente ansiedad, Onoda emergió de la

selva. Aceptó las órdenes de su

comandante y se rindió, luego de

29 años, vestido con los restos de

su uniforme, su espada, su rifle de

cargo (Arisaka 99, aún en

condiciones de operación), con

500 cartuchos y granadas de

mano útiles. Después rompió a

llorar.

Había dedicado 29 de sus 52 años

luchando una guerra que había

sido largamente olvidada por el

resto del mundo. Había matado

“Voy a buscar al

teniente Onoda, a un

panda y al abominable

hombre de las nieves. En

ese orden”

Norio Suzuki,

a su salida de japón

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CEPii | Nota

innecesariamente a más o menos 30 personas y

herido a otras 100. Las circunstancias fueron

tomadas en consideración y se le otorgo el

perdón presidencial de Ferdinand Marcos.

3. Despues del infierno

Fue recibido como un héroe en Japón, pero no

pudo adaptarse a la vida moderna en su país.

Recibió el pago por sus años de servicio y escribió

sus memorias en un libro “No rendirse, mi guerra

de 30 años”

Después de su rendición, Onoda, trato de

adaptarse a l vida Moderna en Japón pero no lo

consiguió, por lo que se mudó a Brasil y se dedico

a la engorda de ganado. Regreso a la Isla Lubang

en 1996 y donó $10,000 dólares para la escuela

local. Se casó con una mujer japonesa a la edad

de 74 y se mudó a Japón donde puso un campo

para niños, en el que les enseña lo que aprendió

en la supervivencia, cómo salir adelante sin

recursos y con ingenuidad. En 2008 continúa viviendo en Japón.

4. Consideraciones

¿Cómo es que un grupos de hombres puede aferrase a una idea

con tal fuerza que empeñen en ello 29 años sin una luz de

esperanza?

¿Es posible bloquear al entendimiento a modo que sólo se vea, se

oiga y viva lo que se quiere oír, ver y vivir?

¿Puede la fuerza de la voluntad superar incluso a la realidad y crear

un mundo de fantasía en el que vivimos al margen de lo que

verdaderamente pasa?

¿Cómo saber cuándo estamos luchando con demonios o dragones y

cuándo estamos luchando con hombres y realidades?

¿Cuándo hay que decir basta?

Ilustración 1 Isla Lubang