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1 de 24 Socialismo: los legados de la historia y las perspectivas de Chávez Vitor E. Schincariol Profesor Asociado - Universidade Federal do ABC Miembro del Programa de Pós-Grado em Economía Política Mundial (PPG-EPM) de la UFABC Research Associate 2019-2021 - School of Oriental and African Studies (SOAS) Introducción 1 Desde 2003, las políticas gubernamentales en Venezuela declararon oficialmente perseguir objetivos socialistas. Según Hugo Chávez, la lucha por el socialismo debería mantenerse durante este nuevo siglo XXI. Pero el argumentó que debería haber un nuevo tipo de socialismo que debería tener en cuenta las tradiciones históricas e intelectuales venezolanas, así como los límites y los peligros de adoptar modelos extranjeros, particularmente el estilo soviético de las políticas económicas. Este artículo aborda la cuestión de los legados del socialismo a fines del siglo XX y cómo Chávez los interpretó. En primer lugar, el texto muestra algunas de las perspectivas teóricas modernas sobre la planificación socialista y sus intentos de reforma, y a la luz de eso se acerca a las ideas de Hugo Chávez sobre el socialismo. Abordamos después la doctrina Bolivariana de Chávez y sus pensamien- tos sobre el socialismo. El trabajo termina con una apreciación de ellos a la luz de la historia del socialismo. 1. Reformando el socialismo La primera experiencia de una economía socialista sin una socialización completa de los me- dios de producción y el control de la asignación de la fuerza laboral se produjo por circunstancias históricas radicales durante la Nueva Política Económica (NEP) en la URSS (1921-1928). Como sa- bemos, frente a la destrucción causada por la guerra civil, los bolcheviques vieron la introducción de 1 Este trabajo es una traducción del capítulo 'Socialism: the legacies of history and Chávez's perspectives', da obra 'Economy and society in Venezuela, an overview of the Bolivarian Period, 1998-2018' (Schincariol 2020). Agradezco a la editora Springer por la amabilidad de la autorización. Agradezco tambien a Fabio Luis Barbosa dos Santos por sus amables comentarios. Todos eventuales errores son de mi responsabilidad.

Socialismo: los legados de la historia y las perspectivas

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Socialismo: los legados de la historia y las perspectivas de Chávez

Vitor E. Schincariol

Profesor Asociado - Universidade Federal do ABC

Miembro del Programa de Pós-Grado em Economía Política Mundial (PPG-EPM) de la UFABC

Research Associate 2019-2021 - School of Oriental and African Studies (SOAS)

Introducción 1

Desde 2003, las políticas gubernamentales en Venezuela declararon oficialmente perseguir

objetivos socialistas. Según Hugo Chávez, la lucha por el socialismo debería mantenerse durante este

nuevo siglo XXI. Pero el argumentó que debería haber un nuevo tipo de socialismo que debería tener

en cuenta las tradiciones históricas e intelectuales venezolanas, así como los límites y los peligros de

adoptar modelos extranjeros, particularmente el estilo soviético de las políticas económicas. Este

artículo aborda la cuestión de los legados del socialismo a fines del siglo XX y cómo Chávez los

interpretó. En primer lugar, el texto muestra algunas de las perspectivas teóricas modernas sobre la

planificación socialista y sus intentos de reforma, y a la luz de eso se acerca a las ideas de Hugo

Chávez sobre el socialismo. Abordamos después la doctrina Bolivariana de Chávez y sus pensamien-

tos sobre el socialismo. El trabajo termina con una apreciación de ellos a la luz de la historia del

socialismo.

1. Reformando el socialismo

La primera experiencia de una economía socialista sin una socialización completa de los me-

dios de producción y el control de la asignación de la fuerza laboral se produjo por circunstancias

históricas radicales durante la Nueva Política Económica (NEP) en la URSS (1921-1928). Como sa-

bemos, frente a la destrucción causada por la guerra civil, los bolcheviques vieron la introducción de

1 Este trabajo es una traducción del capítulo 'Socialism: the legacies of history and Chávez's perspectives', da

obra 'Economy and society in Venezuela, an overview of the Bolivarian Period, 1998-2018' (Schincariol 2020).

Agradezco a la editora Springer por la amabilidad de la autorización. Agradezco tambien a Fabio Luis Barbosa

dos Santos por sus amables comentarios. Todos eventuales errores son de mi responsabilidad.

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una planificación socialista completa como inviable, permitiendo que los mercados privados funcio-

nen hasta la introducción del primer plan quinquenal (1928-1932). La experiencia y la literatura sobre

planificación socialista tuvieron desarrollos adicionales con G. Feldman, A. Preobrazhensky y otros

economistas soviéticos. Fuera de la URSS, la literatura sobre planificación socialista también se desa-

rrolló en los trabajos de M. Kalecki, M. Ellman, M. Dobb e Y. Tinbergen (para un resumen de la

literatura, ver Nove y Nuti [eds.] 1972). Después de 1945, el mundo capitalista también implementó

las nacionalizaciones, así como la planificación estatal parcial y/o indicativa (ver Furtado 1977, Hobs-

bawm 1994 y Pons and Service [eds.] 2010).

La idea de reformar una economía de planificación centralizada a través de la introducción o

el permiso de empresas privadas y la movilidad de la fuerza laboral se remonta a la década de 1960,

tanto en Europa del Este como en la URSS (ver Nove 1992 y Kornai 2008). Ya había algunos argu-

mentos teóricos para eso. Por ejemplo, Oskar Lange había desarrollado durante la década de 1930 un

modelo teórico de un sistema económico dual, donde los bienes de consumo se venderían a precios

de mercado, mientras que los bienes de capital seguirían siendo controlados por la comisión de pla-

nificación (Lange 1936). A pesar de ser un tema controvertido en la URSS, se hicieron algunos in-

tentos para introducir mecanismos de mercado particularmente en Hungría y en Yugoslavia, donde

las empresas administradas colectivamente podían tomar sus propias decisiones sobre precios, deci-

siones de inversión e incluso la selección de clientes (para una apreciación contemporánea, ver Fürst,

Pons y Selden [eds.] 2017; ver también Eatwell, Milgate y Newman 1990). Estas discusiones también

se realizaron en China y Cuba, lo que condujo a diferentes logros (China se distanció con el tiempo,

Cuba se mantuvo fiel al modelo soviético). El álgebra lineal y otros métodos matemáticos fueron

desarrollados por L. Kantorovich para mejorar la planificación estatal (ver Kantorovich 1965 y

Wilczynski 1972), a pesar de que las conclusiones apuntaban a una creciente dificultad de planifica-

ción a medida que la economía socialista moderna se volvió más compleja con el tiempo (Ver Ro-

binson y Eatwell 1973 y Nove 1992). A la luz de eso, la conclusión general fue que una economía

socialista debería de hecho implementar algún tipo de decisiones descentralizadas y permitir algunos

incentivos del mercado privado para lograr un crecimiento más 'intensivo' y no solo 'extensivo' (ver

Brus 1973 ; Wilczynski 1973; Laski y Brus 1991). Sin embargo, estas discusiones se centraron prin-

cipalmente en las economías socialistas ya existentes de la época, y menos en las naciones agrarias o

'en desarrollo' que intentan implementar el socialismo por medios 'democráticos'. En el caso reciente

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de Venezuela, esta diferencia incluía (1) la ausencia de un campo socialista internacional, (2) la au-

sencia del monopolio político del partido socialista en el poder y (3) la ausencia de la propiedad

pública de la mayoría de Los medios de producción. 2

Las discusiones sobre un socialismo de mercado tuvieron un impacto en el curso de las histo-

rias soviéticas y chinas durante la década de 1980, particularmente con la búsqueda de Gorbachov de

'glasnost' y 'perestroika' y la adopción china de mercados privados en la agricultura, así como la acep-

tación de las inversiones capitalistas extranjeras en sectores específicos de la economía (ver Ellman

y Kontorovich 1992 y Brown 2009). La pérdida de control de los acontecimientos en la Unión

Soviética a principios de la década de 1990 y la posterior reintroducción del capitalismo en todo el

antiguo campo socialista, incluidas las naciones africanas donde las fuerzas de liberación socialista

habían ganado la guerra sobre el colonialismo europeo, condujo al abandono de casi todas las discu-

siones sobre una economía socialista y la planificación socialista, teniendo Corea del Norte y Cuba

los últimos restos del viejo modelo de planificación estatal completa.

Al mismo tiempo, los efectos a largo plazo de la crisis internacional de 1971-1973 en el lla-

mado campo socialista, particularmente en su balanza de pagos, impidieron eventuales resultados

positivos derivados de esas reformas. De hecho, es imposible separar por completo los fracasos de

las economías socialistas de sus escenarios políticos internos y también las condiciones internaciona-

les más amplias de los años setenta y ochenta, particularmente en Europa del Este. La mayoría de las

antiguas naciones socialistas, en particular Yugoslavia, Polonia y la Alemania socialista, tenían im-

portantes lazos económicos con Occidente. La caída en el crecimiento económico de las principales

economías capitalistas durante 1973-1982 provocó la caída de las exportaciones y el endeudamiento

externo de los socialistas.

Al mismo tiempo, la Unión Soviética impuso el socialismo a la mayoría de la Europa del Este

después de 1945, y así aquel nunca fue aceptado completamente por la mayoría (conservadora) de las

poblaciones de la región, a pesar de los progresivos logros del modelo socialista (para una discusión

ver Mazower 1999 y Barbosa 2017). Entonces, se podría argumentar que esas formulaciones teóricas

hacia una economía socialista 'reformada' sin una planificación estatal completa no tuvieran condi-

2 Como observó Yaffe, "el sistema electoral venezolano ha presentado un gobierno radicalmente nuevo, pero

no un estado o relaciones sociales completamente nuevos" (Yaffe 2015, p.24).

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ciones económicas o incluso sociales para ser implementadas, particularmente después del surgi-

miento de las agresivas políticas occidentales hacia la URSS después de Ronald Reagan y Margaret

Thatcher.

Así, después de 1991, el socialismo aparentemente se convirtió en un problema para los his-

toriadores, siendo tratado con creciente desprecio y cinismo. Los ex-partidos comunistas y socialistas

se adhirieron a la social-democracia o incluso al neoliberalismo (uno de los casos extremos fue dado

por algunos ex comunistas italianos que una vez en el poder apoyaron el bombardeo de Yugoslavia

de la OTAN). Algunas características importantes de la planificación socialista aún se conservaban

en China (fuerte presencia de planificación estatal y monopolio político del Partido Comunista), pero

el rápido crecimiento de la propiedad capitalista y la desigualdad en esta nación no contribuyeron a

mejorar la desmoralización de los socialistas después de 1991, China se definiendo con frecuencia

más como capitalista que socialista (para una discusión ver Pomar 2004; Tomba 2010 y Piketty 2019).

Por su parte, Cuba, Corea del Norte y las naciones socialistas africanas restantes no tenían el poder

geopolítico o económico para influir en los eventos a escala mundial; sus dificultades económicas

como naciones aisladas ayudaron a difundir la propaganda capitalista.

Entonces, después del final de la URSS y la conversión práctica de China en una economía

predominantemente mixta (por lo menos), incluso se cuestionó la búsqueda de un socialismo de mer-

cado, como en el enfoque neo-Hayekiano del ex-socialista Janos Kornai (ver Kornai 2008). Autores

como Alec Nove aún conservaban que las características socialistas podían mezclarse con empresas

privadas y 'elecciones libres', para lograr más de lo que los estados de bienestar podían dar en términos

de justicia social, pero incluso estas ideas moderadamente socialdemócratas fueron consideradas pro-

gresivamente como anticuadas en un mundo de neoliberalismo estadounidense triunfante (para una

actualización sobre el socialismo y las reformas de mercado, ver Pons and Service [eds.] 2014). El

declive e incluso la desmoralización de la influencia socialista en la década de 1990 también fueron

acompañados por una suposición subyacente de que no se harían más agitaciones políticas en nombre

del socialismo. Es por eso que la revolución política de Hugo Chávez en Venezuela desconcertó el

nuevo sentido común establecido. Quizás no sería así en el caso de otra nación subdesarrollada. Pero

Venezuela tenía las mayores reservas de petróleo del mundo, y esto cambió todo.

2. El ascenso de Chávez

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La ascensión e ideas de Chávez se extienden a través de muchos tipos de fuentes históricas y

ya han recibido mucha atención. 3 Estas fuentes incluyen entrevistas, discursos, documentos políticos

e incluso los libros de Chávez. Estas dos secciones siguientes hacen un breve comentario sobre su

ascensión histórica como líder político y sobre algunas de sus ideas económicas.

Celso Furtado no previó la posibilidad de un cambio político radical en Venezuela durante la

década de 1970 (ver Furtado 1997 y 2008). Hélio Jaguaribe, otro reconocido intelectual latinoameri-

cano, tampoco predijo la posibilidad de un cambio histórico en Venezuela por medio de una alianza

entre las fuerzas de izquierda y los militares. A la luz de la crisis económica de mediados de la década

de 1970, su trabajo 'Crisis y alternativas para América Latina' (Jaguaribe 1976) predijo tres alternati-

vas históricas principales para la región: (1) dependencia continua y la consolidación de un llamado

'colonial'-fascismo' como respuesta a la disminución de las condiciones económicas; (b) la alternativa

revolucionaria, basada en el marxismo-leninismo o enfoques similares "antiimperialistas"; (3) refor-

mismo llevado a cabo por algunos ‘pocos partidos políticos organizados de América Latina’ como,

por supuesto, COPEI (Comité de Organización Política Electoral Independiente) y AD (Acción

Democrática) en Venezuela, o algun 'reformismo radical' dirigido por el ejército, como en Perú (Ja-

guaribe 1976, p.129). Sin embargo, la ascensión de Chávez y su movimiento político centrado en un

"bolivarianismo socialista" podría describirse como una combinación de (2) y (3).

No es necesario ser un anti-chavista para reconocer los límites y las fallas en torno a las ad-

ministraciones de Chávez, y tampoco no es necesario ser un chavista para reconocer sus méritos.

Como observó Dos Santos, 'Chávez era un lector atento y un lector voraz, que tenía la humildad de

aprender con los libros y la vida' (Dos Santos 2018, p.88). Se podría hacer una evaluación psicológica

más precisa de su carácter no solo mediante la interpretación de sus acciones como soldado o político,

sino también por los recuerdos de aquellos que lo conocieron, y también por su comportamiento

durante sus apariciones públicas, especialmente sus varias entrevistas (para quienes vivieron con Chá-

vez, ver Elizalde y Báez 2004). Un estudiante disciplinado, el mestizo Chávez mostró una gran fuerza

de carácter y sentido de justicia social, que puede entenderse a la luz de sus antecedentes familiares

de maestros de escuela y pequeños agricultores en el campo.

La capacidad de Chávez para innovar en términos políticos ayuda a comprender por qué su

proyecto político superaría a los partidos de izquierda tradicionales en Venezuela, que todavía

3 Para la biografía de Chávez, ver por ejemplo Jones 2008; Gott 2005; Carrol 2013; Gonzalez 2014; Ottero

2014; Bistoletti 2011; Mancilla 2014; Para sus escritos y discursos, ver Chávez Frías 2005, 2009, 2012, 2013.

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dependían en gran medida del glosario del marxismo-leninismo. Además de ser un autodidacta en

muchos campos científicos, Chávez estaba dotado de un buen conocimiento académico y militar y

una memoria poderosa. Mostró desprecio por los dogmas, que se podían ver en citas que iban de

Bolívar a Marx, de Nietzsche a la Biblia. Sus muchos tipos de referencias intelectuales no mostraron

eclecticismo superficial, sino sus propias reflexiones sinceras, correctas o incorrectas, y el hecho de

que sus firmes concepciones ideológicas no fueron el resultado de simples creencias o clichés innatos,

sino de una decisión consciente. También era cristiano, enfatizando los aspectos sociales de esta re-

ligión, argumentando que Cristo había sido "el primer revolucionario socialista".

Obviamente, estas características no impidieron conceptos erróneos o eventualmente una re-

tórica vacía, especialmente cuando se trata de macroeconomía, un campo en las ciencias sociales que

Chávez no dominaba tan bien. Hasta 2008, a menudo mostró mucho optimismo con respecto a la

economía venezolana, un optimismo que, como veremos, no se correspondía por completo con la

realidad. En cualquier caso, no le preocupaban los dogmas y las concepciones a priori. Se movió

alrededor de una confrontación dialéctica entre límites teóricos claros, como la justicia social, el anti-

imperialismo, el nacionalismo y la tradición (como lo opuesto a la pura imitación de modelos extran-

jeros), pero siempre argumentando que la novedad y la invención deberían ser un elemento básico de

cualquier proyecto político. 'Inventamos o erramos' fue una de sus citas favoritas de Simón Rodríguez,

el mentor de Bolívar. 4

Pero es obvio que Chávez no inventó solo la doctrina de un socialismo bolivariano, ni su

ascensión es un simple producto de sus cualidades inherentes. Venezuela ya había construido una

tradición de antiimperialismo que se remonta a 1800, partiendo de la lucha por la independencia

coordinada por Simón Bolívar y otros revolucionarios nacionales. Los políticos e intelectuales vene-

zolanos ya habían hecho una reflexión crítica sobre los aspectos negativos de la industria petrolera

para la economía venezolana; Rómulo Betancourt, por ejemplo, a menudo mencionó y discutió el

tema, declarando en 1962 que 'crear nuevas fuentes de riqueza y así diversificar nuestra economía,

aún tan dependiente del petróleo, es una meta de la importancia del capital' (Betancourt 2006 [1962]

p.352). El Partido Comunista de Venezuela fue fundado en 1931 y constituyó un importante grupo

político. Como vimos, AD en sí era una tradición revolucionaria antes de convertirse en uno de los

partidos gobernantes en Venezuela después de 1958. El 'bolivarianismo', la adaptación del marxismo

4 Simón Rodríguez nació en 1769 en Caracas y murió en 1854 en Perú; filósofo humanista, fue el mentor de

Simón Bolívar.

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a América Latina (incluido el legado intelectual de José C. Mariátegui), el desarrollismo y las ideas

correlacionadas ya existían cuando Chávez ingresó a la academia militar. 5 Bajo la influencia de la

Revolución Cubana, los nuevos grupos revolucionarios se extendieron durante las décadas de 1960 y

1970, con muchos abandonando el Partido Comunista, que se consideró demasiado moderado (ver

Löwy 1999 [ed.] Y Hobsbawm 2016). Chávez mantuvo contacto con muchos de esos revolucionarios.

Y durante la ascensión de Chávez, muchos otros grupos de izquierda también disputaron el poder,

como el MAS (Movimiento al Socialismo), La Causa R, Patria para Todos, Proyecto Carabobo, etc.

(ver Bistoletti 2011).

Entonces, la trayectoria de Chávez realizó la clásica situación dialéctica en la historia donde

los grandes individuos son tanto el resultado de la historia pasada como una causa importante de

cambio histórico. El ascenso personal de Chávez es, de hecho, el resultado de un proceso histórico,

la crisis neoliberal en Venezuela a fines de la década de 1980 y la pérdida de prestigio de los grupos

políticos gobernantes que conllevó. Él y sus compañeros de izquierda conspiraron contra el régimen

desde fines de la década de 1970, cuando muchos oscilaban entre la guerrilla o permanecían como

soldados. Al final, no abandonó el ejército, sino que comenzó a desarrollar una llamada 'alianza civil-

militar', viendo esta estrategia como una forma más eficiente de alcanzar el poder (ver Ramonet 2016).

'Al igual que Douglas [Bravo, uno de los revolucionarios venezolanos conocidos en ese momento],

yo estaba totalmente de acuerdo con una alianza civil-militar, pero pensé que la semilla del movi-

miento debería sembrarse y desarrollarse en el corazón del propio Ejército, desde adentro' (Ramonet

2016, p.528).

El plan de un golpe militar ganó condiciones 'subjetivas' para su implementación después del

Caracazo en 1989. Como las manifestaciones populares fueron tratadas con una masacre por la ad-

ministración de Pérez, esto consolidó un clima psicológico para un cambio de régimen. El 4 de

Febrero de 1992 se lanzó la insurrección; fracasó, pero la administración de Pérez se debilitó. La

reputación de Chávez se hizo particularmente fuerte cuando asumió la responsabilidad de la opera-

ción frente a las cámaras de televisión antes de ser arrestado, diciendo que: 'Por ahora, nuestros obje-

tivos aún no se alcanzaron...' José Vicente Rangel, vicepresidente de Chávez entre 2002 y 2007, ob-

servó con razón que esas imágenes constituían una obra maestra en términos de política de masas.

5 Para relatos históricos de las ideas económicas y políticas en América Latina desde diferentes perspectivas

teóricas, ver Jaguaribe 1967; Love 1994; Sader and Jinkings (eds.) 2007; Löwy (ed.) 1999.

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Chávez estuvo encarcelado hasta 1994; mientras tanto, estudió, se reunió con militantes e intelectua-

les y reflexionó sobre varios temas políticos, históricos y económicos. Liberado durante la presidencia

de Caldera en medio de grandes celebraciones callejeras, Chávez dejó el ejército y decidió explorar

estas condiciones favorables por medios pacíficos: en lugar de organizar otra insurrección, convenció

a sus aliados en el MBR-200, no sin dificultades, de que debería luchar por medios políticos, con la

creación de un 'frente popular'. Esta estrategia funcionó y nació el Movimiento V República (MVR).

6 Chávez comenzó a viajar por Venezuela, siempre acompañado de su fiel discípulo, Nicolás Maduro

(nacido en 1962).

Después de esos años de movilización política entre 1994-1998, y luego una campaña presi-

dencial, Chávez fue elegido presidente en 1998. Se postuló contra Henrique Salas Römer,

representando al conservador Projeto Venezuela (que incluía miembros del antiguo COPEI). La vic-

toria de MVR puso fin a la tradicional disputa entre los partidos COPEI y AD, que ya se había termi-

nado con fines prácticos cuando Rafael Caldera fue elegido por segunda vez en 1994 como candidato

de un nuevo partido, la Convergencia, una disidencia de COPEI En términos políticos, Chávez había

tomado una decisión clara en 1994, cuando visitó Cuba después de ser liberado. Sin embargo, en ese

momento no hizo hincapié en el socialismo, sino en la independencia nacional y una nueva constitu-

yente nacional. De hecho, su encuentro con Fidel Castro mostró una fuerza ideológica particularmente

fuerte en un mundo de neoliberalismo triunfante, pero Chávez no declaró perseguir el socialismo

durante su primera campaña presidencial. Insistió en la necesidad de superar el neoliberalismo y los

problemas de Venezuela, relacionados con la corrupción, las viejas prácticas políticas, la deuda ex-

terna y la dependencia del petróleo. En lugar de la revolución, Chávez propuso un camino

'bolivariano' para Venezuela, que comenzaría por medio de una nueva constitución.

3. O projeto Bolivariano

A la luz de todos estos legados intelectuales, Chávez propuso una doctrina social centrada en

la historia de Venezuela, con el fin de obtener un apoyo más amplio y 'nacionalizar' su proyecto

6 Presumiblemente, la primera República se extendió desde 1831, cuando Venezuela se separó de Gran Co-

lombia, hasta el comienzo de la presidencia de Juan Vicente Gómez (1908); las administraciones de Gómez,

Contrera y Angarita formaron el segundo período; el golpe de estado de 1948 y la dictadura de Pérez Jiménez

que siguió hasta 1958 constituyeron la tercera República; la cuarta República se refirió al período inaugurado

por el pacto Punto Fijo en 1958. Según Chávez y sus seguidores, ahora debería ser reemplazado por un nuevo

régimen.

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político. El corto El Libro Azul, escrito en 1991, condensó las ideas que él y sus aliados estaban

discutiendo desde finales de la década de 1970 en el Ejército.

Vivimos, efectivamente, una era donde las ideologías pa- recieran extinguirse. El “fin

de las ideologías”, así la han llamado no pocos estudiosos de la época. El fenómeno adquiere

mayores proporciones en América, particularmente en Venezuela, donde la gran mayoría de

los partidos políticos, surgidos paralelamente al proceso de industrialización, derivaron en

organizacio- nes de corte populista, totalmente vacías de contenido ideológico. Por otra parte,

se ha dado persistentemente la tendencia, en nuestros pensadores contemporáneos, de buscar

modelos en otras latitudes para importarlos y tratar de implantarlos en nuestras sociedades.

Mientras tanto, nuestros pueblos se han ido alejando cada vez más de sus raíces históricas, allí

donde seguramente se encuentran las claves para descifrar el terrible enigma que nos mantiene

en un ir y venir por el abismo de la historia, ya a las puertas del siglo XXI. Las ideologías son

ayudas de navegación para surcar los tiempos y los espacios, dándole rumbos precisos a las

so- ciedades y a las naciones (Chávez Frías 2013 [1991] p.41-42).

Este libro se dividió en tres partes: 'El árbol de las tres raíces', el 'Proyecto nacional Simón

Bolívar' y un 'Sistema ideológico'. Los escritos de Simón Bolívar, su mentor Simón Rodríguez (quien

posteriormente cambió su nombre a Samuel Robinson) y el 'general del pueblo soberano' Ezequiel

Zamora 7 se condensaron en el llamado 'Árbol de las Tres Raíces' o 'Sistema EBR'. (Ezequiel [Za-

mora], [Simón] Bolívar y [Samuel] Robinson). Bolívar fue el revolucionario; Rodríguez, su mentor

intelectual; y Zamora fue quien 'caminó junto a los llanos invocando la traicionada revolución

bolivariana' (Chávez Frías 2013 [1991] p.91).

A la luz de las ideas de Rodríguez, el 'árbol con las tres raíces' debería ser un 'sistema ideoló-

gico' humanista que siguiera la necesidad de 'inventar nuevas instituciones para las nacientes repúbli-

cas latinoamericanas o de errar el camino cayendo en el simplismo de copiar modelos de otros tiem-

pos, otras actitudes, otros hombres. Es decir, si no inventamos, caemos fatalmente en el error' (Chávez

Frías 2013 [1991] p.47). El proyecto nacional Simón Bolívar enfatizó la necesidad de profundizar la

autonomía nacional y la soberanía popular mediante un sistema de elecciones más democrático. El

libro también elaboró sobre el tipo de federalismo propuesto por Zamora y la división de los poderes

estatales entre un poder ejecutivo, un poder legislativo, un judicial, un electoral y un moral (Chávez

Frías 2013 [1991] p. 68). El nuevo modelo para la sociedad debería basarse en la 'participación y

7 Ezequiel Zamora nació en 1817 en Cúa, Venezuela, y murió en 1860, en San Carlos, Venezuela. Fue el lí-

der de los federalistas durante la Guerra Federal de 1859-1863.

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solidaridad', con los 'ciudadanos protagonistas'. Los modelos europeos de organización política y so-

cial siempre deben adaptarse a las condiciones latinoamericanas. Sin embargo, el socialismo no fue

mencionado como tal, como si la expresión en sí no se refiriera a las realidades locales. Con respecto

a la organización política del estado, Chávez observó: 'los ciudadanos que integren los diferentes

consejos electorales serán total y absolutamente independientes de los partidos políticos' (Chávez

Frías 2013 [1991] p. 71), una propuesta que difería del tipo comunista tradicional de organización

estatal, pero que era poco probable que se implementara como tal. Aquí podemos ver cómo se esta-

blecerían posteriormente las perspectivas de Chávez sobre los modelos extranjeros de organización

social: no creía que los modelos extranjeros de socialismo debían ser perseguidos per se. En cambio,

creía en la necesidad de crear algo nuevo para Venezuela, evitando los supuestos errores de mera

imitación.

Otra fuente importante para el pensamiento de Chávez antes de alcanzar el poder fue el corto

'¿Y cómo escapar de este laberinto?' ('¿Y como salir de este laberinto?'), escrito en la cárcel en 1992.

Publicado por El Correo Boliviariano, periódico del MBR-200, y firmado por Chávez y los principa-

les miembros de la organización, el documento pedía una nueva carta nacional, que debería reunir a

todos los diferentes miembros de la sociedad (iglesias evangélicas y católicas, sindicatos, empresarios,

campesinos, partidos políticos, indígenas, estudiantes y intelectuales). La renuncia de Andrés Pérez

debe ser debatida e implementada; entonces debería llamarse un nuevo constituyente nacional. El

sistema ideológico como el expuesto por el El Libro Azul fue invocado indirectamente como los fun-

damentos intelectuales de este nuevo constituyente nacional. El 'gobierno de transición' debería redu-

cir el número de ministerios y eliminar el supuesto 'carácter autocrático' del Ejército.

El documento abordó las medidas económicas que deberían implementarse: el retiro del

'paquete económico' de Pérez; medidas para reducir los costos de vida, fomentar el 'empleo produc-

tivo' y la 'soberanía alimentaria' mediante un nuevo sistema de producción y distribución a nivel na-

cional; la adopción de autogestión y prácticas de apoyo; un nuevo sistema tributario que permitió

menores déficits fiscales; la revisión de la 'carta de intenciones' al FMI; fuerte combate a la corrupción.

Los miembros del MBR-200 estaban adoptando una postura antineoliberal, bajo la influencia de in-

telectuales socialistas y líderes políticos como Carlos Matús, Oskar Varsavsky y Julius Nyerere, pero

no objetivos socialistas, en el sentido de una amplia socialización de la economía. y la adopción de

algún tipo de planificación central. El socialismo todavía no era el objetivo a principios de la década

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de 2000 y la palabra como tal no se mencionaría en los discursos presidenciales hasta 2003 (véase

Chávez Frías 2013b, vols. I-II).

Todavía no habíamos levantado la bandera del socialismo. Al mismo tiempo, siempre estába-

mos inclinados de esa manera. Miramos a Cuba y Nicaragua como ejemplos locales y, más

lejos, a la Unión Soviética como un aliado potencial. La derrota del gobierno de Daniel Ortega

nos golpeó duro ... Por supuesto, la fuerza de nuestro propio movimiento, militarmente ha-

blando, residía en el bolivarianismo. Nuestra organización militar, revolucionaria e insurgente

no se vio afectada en sí misma por esos eventos internacionales. Pero en términos políticos,

obviamente estábamos afectados por esa atmósfera de "fin del socialismo". Particularmente

considerando la dirección que queríamos que tomara nuestra nueva política exterior de Vene-

zuela, buscando nuevos horizontes... (ver Ramonet 2016, p.755).

De hecho, los documentos antes mencionados contenían las pautas políticas y económicas de

la primera campaña presidencial de Chávez en 1998. Criticaron a los grupos políticos gobernantes en

Venezuela, la desigualdad social, el desempleo, el FMI y el neoliberalismo, pero no el capitalismo

per se. La dependencia, el imperialismo, los monopolios y la distribución desigual fueron los princi-

pales objetivos. Estas ideas se fusionaron en las primeras pautas generales de las políticas económicas

contenidas en el documento Plan Nación 2001-2007, escrito en 2001 todavía bajo un tono relativa-

mente conservador (ver República Bolivariana de Venezuela [RBV] 2001). Mostró una combinación

de enfoques heterodoxos y ortodoxos, mostrando incluso algunas perspectivas neoliberales, como la

autonomía del Banco Central y el mantenimiento de un régimen de tipo de cambio flotante. En tér-

minos generales, el plan expresaba ideas genéricas del neodesarrollismo, mostrando las posiciones

cautelosas iniciales de Chávez, y también el clima político prevaleciente hasta 2002. A través del

Fondo Para el Desarrollo Social (FONDEN), el gobierno tenía la intención de utilizar el excedente

proporcionado por PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A., la mayor empresa petrolera de Venezuela,

estatizada en 1999) para mejorar las condiciones fiscales durante las recesiones y diversificar los

recursos petroleros en otras formas de inversión. 8 La autonomía, el crecimiento endógeno, la indus-

trialización, la sustitución de importaciones, la diversificación, etc., aparecieron como los principales

8 En otros términos: diversificar la estructura económica; alcanzar un crecimiento económico sostenible; eli-

minar la severa volatilidad económica; refinar petróleo y desarrollar la producción nacional de maquinaria y

tecnología; desarrollar la 'economía social'; alcanzar saldos fiscales y mayores tasas de ahorro e inversión;

reforzando las empresas de pequeña escala y cooperativas y la producción nacional de alimentos; reforza-

miento de las condiciones institucionales; desarrollo de los mercados financieros internos (ver República Bo-

livariana de Venezuela 2001 y también Campbell y Cömert 2009). La tasa de cambio entre la venta de las

monedas fuertes de PDVSA y el Banco Central se determinaría de acuerdo con el contexto, sin estar vinculada

a ninguna de las tasas de cambio existentes. De acuerdo con la PDVSA, el Acuerdo de Intercambio número

35 'establece las reglas que regirán las operaciones del régimen de control de cambio de moneda extranjera

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objetivos a alcanzar, siguiendo las ideas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe

(CEPAL), incluidas las de Osvaldo Sunkel.

Chávez decidió ‘izar la bandera del socialismo’ después de las dificultades políticas y econó-

micas de 2002-2003, que involucraron un golpe de estado contra él, su secuestro y las huelgas en

PDVSA. Después de regresar al poder, se tomó una decisión clara para reforzar su apoyo popular a

través de un nuevo atractivo político. Chávez comenzó a creer sinceramente en él, comenzando al

mismo tiempo a usar el poder de las ideas socialistas para movilizar a la sociedad y particularmente

a los pobres. Este debería ser el 'socialismo para el siglo XXI', sugiriendo que el 'viejo' debería ser

superado. En términos teóricos, esta fue una instancia legítima e interesante, pero también implicaba

que las lecciones de la historia y la teoría económica también pueden ser ignoradas... Al reclamar un

nuevo socialismo, Chávez estaba tratando de evitar la desilusión general nacida de la historia sovié-

tica y también tratando de desarrollar un proyecto político en torno a los rasgos históricos venezolanos.

Este 'nuevo' socialismo debería basarse en la movilización constante de la sociedad civil, la legisla-

ción progresiva, los servicios públicos gratuitos, así como el fomento no solo de las empresas estatales,

sino también de las cooperativas, las empresas de 'producción social' y la reforma agraria; política-

mente, debería basarse en medios democráticos, un lugar para garantizar el 'mercado', incluidas las

empresas privadas. Debe evitarse la eliminación inmediata de las empresas privadas como tales. La

dependencia del petróleo, el imperialismo y el monopolio fueron los problemas económicos funda-

mentales a los que se enfrentó. Solo las fracciones improductivas de la burguesía deberían ser ataca-

das. No se mencionaron menciones a objetivos físicos y se mencionó un plan de coordinación general

que vinculaba al gobierno central y las 'comunas'; el socialismo debería excluir los medios forzados

para la acumulación de capital, naciendo básicamente de decisiones locales participativas.

que fija el tipo de cambio protegido (DIPRO) a Bs.9.98 por dólar para compras y por dólar para ventas a su

precio de fecha efectiva. Dicho acuerdo de intercambio también indica las actividades a las que corresponde

cada tipo de tipo de cambio. Transacciones de compra y venta de divisas generadas por las operaciones de

exportación y / o venta de PDVSA y sus actividades subsidiarias de hidrocarburos, así como las de las Empre-

sas Mixtas mencionadas en la Ley de Hidrocarburos Orgánicos, la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos

y la Ley Orgánica para El desarrollo de las actividades petroquímicas se completará con cualquiera de los tipos

de cambio previstos en este acuerdo de intercambio (reducido en 0.25% para ventas), teniendo en cuenta la

programación, coordinación y evaluaciones realizadas por la Vicepresidencia sectorial de Economía, el Mi-

nisterio de People's Power for Banking and Finance, y el BCV, sobre la base de las políticas establecidas y la

disponibilidad de monedas extranjeras para satisfacer las necesidades de la economía, regidas por el tipo de

cambio mencionado en este acuerdo' (PDVSA 2016, p.74).

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En consecuencia, las pautas económicas de la economía después de 2003 se basaron en estos

supuestos. Los aspectos intelectuales de esta nueva etapa ideológica y política pueden rastrearse desde

muchas fuentes, incluido el tipo de literatura que Chávez leyó y solía mencionar (Kenneth Galbraith,

Noam Chomsky Istvan Mészáros, etc.), pero principalmente a partir de sus propias palabras. Estos se

condensaron con más claridad en el llamado El Libro Rojo, el estatuto del nuevo Partido Socialista

Unificado de Venezuela (PSUV) creado en 2007. Chávez fue su primer presidente. La mayoría de las

organizaciones políticas anteriores bajo la influencia política de Chávez, como el Movimiento V Re-

pública (MVR), la Unidad Popular Venezuelana, la Liga Socialista, el Movimiento Tupamaro y otros

grupos de izquierda, fueron todos se fusionaron en el nuevo PSUV (pero el Partido Comunista se

quedó afuera).

El PSUV se asumió como un partido socialista que lucha por una Venezuela socialista que

todavía no existía. Destacó los peligros del imperialismo contemporáneo y la necesidad de una inter-

pretación ecológica del crecimiento económico. La mayoría de los medios esenciales de producción

deben ser nacionalizados. Las alianzas tácticas y estratégicas podrían eventualmente hacerse con

'otras fuerzas' en la 'lucha por el socialismo' (PSUV 2010 p.85). La democracia 'burguesa' debe dar

lugar a la 'democracia participativa y protagonista'. Se debería combatir la corrupción y la burocrati-

zación. La dependencia del petróleo y el consumismo deberían dar lugar a la diversificación

económica y la 'plena satisfacción de las necesidades humanas' (PSUV 2010, p.43). También se debe

fomentar la agricultura, así como el equilibrio entre el crecimiento impulsado por las exportaciones

y el crecimiento endógeno (PSUV 2010, p.125-126). Aparentemente, el partido hizo una autocrítica

al observar que durante los primeros años del ahora llamado 'Gobierno Revolucionario Bolivariano',

'se le dio prioridad a la inclusión social [que] exigía respuestas rápidas y masivas'; esto aparentemente

significaba que según el partido, el gobierno no daba prioridad a una tasa rápida de inversiones. Las

misiones (políticas sociales gubernamentales centradas a nivel local) se crearon como un medio para

'superar la estructura burocrática y pesada del viejo estado burgués mediante las rentas petroleras'

(PSUV 2010, p. 28). Ya era hora (2007) de luchar por una Venezuela socialista (p. 29), que debería

construirse de abajo hacia arriba, por medio de más comunas (comunas), consejos locales (consejos

comunales) y 'consejos revolucionarios de trabajadores y estudiantes' (p.33).

Como se puede ver, los fundadores del PSUV aparentemente estaban tratando de recuperar

aspectos de las estructuras soviéticas originales que condujeron a la revolución de 1917; pero a pesar

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de algunas breves menciones a la planificación económica (ver PSUV 2010 p. 32, p.108 y p.130),

aparentemente ignoraron las vicisitudes históricas del estado soviético 'posrevolucionario' y sus equi-

valentes en Europa del Este y Asia. Excluyendo a Mao y Guevara (durante algunos años), la mayoría

de las figuras históricas citadas por el estatuto del PSUV no participaron en la construcción del lla-

mado 'socialismo real', con sus estados centralizados. De hecho, estos estados posrevolucionarios no

fueron tomados como 'estados socialistas' y su funcionamiento relacionado no merecía mucha aten-

ción, incluida la Yugoslavia de Tito, que debería haber sido una referencia obvia a Chávez y al PSUV

no solo porque esa antigua nación se inauguró la discusión sobre el socialismo de mercado y las

empresas autogestionadas en una economía socialista, pero también debido a su papel en el movi-

miento de los países no alineados al que Venezuela también pertenecía. Los fundadores del PSUV no

mencionaron a los principales pensadores socialistas del 'socialismo real existente', incluidos econo-

mistas conocidos como Oskar Lange, Michal Kalecki, Leonid Kantorovich, etc., o incluso el (trots-

kista) Ernst Mandel, quien criticó en detalle la economía soviética (véase, por ejemplo, Mandel 1962,

capítulos XV-XVII). Marx, quien, como sabemos, nunca habló sobre el funcionamiento concreto de

una economía socialista, fue tomado como la principal referencia teórica en términos de políticas

económicas. 'Es necesario tomar los instrumentos teóricos de la crítica de la economía política como

elaborado por Marx y autores marxistas para elaborar una crítica de la economía política para la

transición [socialista] que da soluciones [no solo] a problemas generales sino también a problemas

inmediatos y concretos' (PSUV 2010, p.117).

El Partido se esforzará por formar a sus mili- tantes en el Árbol de las Tres Raíces -el

pensamiento y la acción de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora- y rescatará

con sentido crítico las experiencias históricas del socialismo, adoptando como guía el pensa-

miento y la acción de revolucio- narios y socialistas latinoamericanos y del mundo, como José

Martí, Ernesto Che Guevara, José Carlos Mariátegui, Rosa Luxemburgo, Carlos Marx, Fede-

rico Engels, Lenin, Troski, Gramsci, Mao Tse-Tung y otros que han aportado a la lucha por

la transformación social, por un mundo de equidad y justicia social, en una experiencia hu-

mana que tiene antecedentes remotos, como la cosmovisión indio afro americana, el cristia-

nismo, la teología de la liberación (PSUV 2010, p.38).

Es cierto que el partido adoptó muchas características leninistas. Declaró tener un "líder

eterno" -Hugo Chávez-, y representar los intereses del "proletariado urbano y rural y otros sectores

explotados" sobre la base del centralismo democrático (p.53). Los militantes tenían una lista de obli-

gaciones, centrada en un ethos socialista. Se debería organizar una nueva V Internacional Socialista

(p.95). Pero la llamada comuna debería ser la base de la nueva sociedad y el estado socialista. Podrían

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existir varios tipos de propiedad, pero la mayoría de los medios de producción no deberían pertenecer

a individuos privados o grandes corporaciones privadas; la propiedad privada debe tener una 'función

social' (función social). El gobierno debería fomentar las empresas estatales, incluidas sus eventuales

asociaciones con empresas extranjeras. Pero las empresas estatales deberían transferirse progresiva-

mente a los consejos comunales, es decir, los consejos comunales (PSUV 2010, p.119). Aquí, el mo-

delo propuesto tenía un precedente histórico obvio, que era el tipo de socialismo yugoslavo; Chávez

y el PSUV, sin embargo, no lo dieron por sentado, siendo el caso cubano su referencia favorita, aun-

que no del todo (para una discusión ver Yaffe 2015).

3. Una apreciación

Una cosa interesante sobre Chávez y el entonces llamado Movimiento V República es que, a

diferencia de otros líderes y partidos progresistas después de la caída del muro de Berlín, no recha-

zaron un proyecto socialista como tal. Era como si las fuerzas de izquierda de Venezuela fueran casi

autónomas con respecto a los acontecimientos mundiales posteriores a 1989 (como Chávez le dijo a

Ramonet; ver Ramonet 2016). Por medio de lecturas personales y también estudios académicos,

Chávez llegó a conocer las deficiencias del modelo político y económico soviético y decidió superar-

las, aunque conservando el llamamiento socialista por la igualdad y la soberanía nacional tan común

en África y Asia durante el último siglo. siglo. En consecuencia, él personalmente no propuso una

socialización completa de los medios de producción en Venezuela en 1998, y no pareció proponerlo

incluso después de 2003, a pesar de las declaraciones del PSUV sobre estos asuntos. Todavía pensaba

que, siendo Venezuela una nación pobre, los capitales privados productivos, incluidos los extranjeros,

aún eran necesarios incluso en el socialismo (para una discusión, ver Mancilla 2014).

Inicialmente, Chávez planeó una radicalización de la democracia burguesa o algo más que

eso, también sin perseguir un monopolio completo del poder político para su partido. Teóricamente,

sus partidarios tendrían que convivir con la oposición: conservadora, virulenta, diversificada (hoy

hay más de noventa partidos políticos en Venezuela). Más allá de las creencias originales de Chávez

en la democracia como un aparente 'valor universal', de hecho no había otra forma de comportarse en

1998, dada la cantidad de grupos políticos opuestos en la nación y el estado de ánimo internacional

contra las perspectivas comunistas durante la década de 1990. Así, Chávez propuso en primer lugar

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un modelo político basado en una lucha permanente, en su carisma entre el pueblo y el ejército, y en

acciones concretas hacia los pobres: 'la burguesía y sus aliados -en casa y en el extranjero- nunca nos

abandonarán en paz. Y eso es normal en rivalidad democrática. Tenemos que acostumbrarnos, por lo

tanto, a vivir en un estado de lucha permanente, en conflicto permanente, en revolución permanente

(ver Ramonet 2016, p.976). 9

No hay razón para suponer que estas declaraciones no fuesen sinceras, pero a medida que pasó

el tiempo, Chávez evidentemente se aprovechó del hecho de que el partido estaba creciendo en apoyo

popular para aceptar elecciones más o menos libres, también tomando medidas cubiertas para reforzar

su poder, como reformar las Fuerzas Armadas y crear una milicia popular. Este camino evitó la apatía

política y la crítica extranjera, que también eran importantes en un mundo de feroz oposición a cual-

quier tipo de políticas económicas y sociales radicales. Pero desde el punto de vista de la planificación

estatal y el monopolio del poder político por el partido socialista gobernante, esto se revelaría a sí

mismo como un juego peligroso, ya que la oposición intentó un golpe de estado, ganó algunas elec-

ciones, gobernó administraciones regionales y mantuvo un ataque abierto a través de diferentes me-

dios. El giro hacia un proyecto socialista aparentemente redujo las creencias de Chávez o la defensa

pública de la democracia (liberal), pero el profesó la necesidad de elecciones hasta el final.

De todos modos, los peligros traídos por el golpe de estado en 2002 llevaron al cambio político

de Chávez hacia el socialismo. Pero este socialismo no se basó en los modelos económicos soviético

o chino, lo que había llevado al logro de altas tasas de crecimiento económico a lo largo del tiempo,

bajo diferentes condiciones. Chávez dio por sentado que esos modelos no eran de hecho socialistas,

desestimando sus logros históricos y particularmente la teoría y las técnicas económicas detrás de la

planificación económica. Para evitar la 'burocratización', la propiedad estatal debe transferirse a los

productores locales, pero, curiosamente, no se hizo referencia al modelo yugoslavo de autogestión,

como si el nuevo modelo 'bolivariano' comenzara casi de la nada, o teniendo como principal referen-

cia la experiencia cubana, que no eran exactamente autogestionarias. Las perspectivas yugoslavas

originales de luchar contra la jerarquía y la propiedad ausentista en los lugares de trabajo podrían

9 For positive or balanced discussions of Chávez’s rise and social policies, see Harnecker 2005 and Guevara

2005 (interviews with Chávez); Clairmont 2007; Bruce 2008; Jones 2008; Martinez, Fox and Farrel 2009;

Gonzalez 2014; Cicarello-Maher 2016; Strønen 2017; for typical critiques based on the pejorative notions of

‘populism’, see Hawkins 2010; see also Corrales and Penfold 2011 and Hausmann and Rodriguez 2014 for

neoliberal critiques; for a Laclausian interpretation of Chávez ‘populism’, see Brading 2013; for other critiques,

see also Santos 2016 and Sutherland 2018.

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haberse tomado como un punto de partida paralelo al caso cubano; había mucha literatura sobre este

tema (ver, por ejemplo, Adizes 1977). Por supuesto, nadie puede negar que el modelo soviético

pudiera ser reevaluado e interpretado en perspectiva histórica. Pero las propuestas hechas sobre esta

postura ya se habían probado en otros lugares, y se vio que también tenían problemas. Hubiera sido

muy útil recurrir a estas experiencias pasadas antes de confiar tanto en la autogestión y la descentra-

lización, lo que no podría simplemente tomarse como una herramienta mágica para superar los pro-

blemas de la planificación económica. En cuanto a Yugoslavia,

‘the process of implementation of these ideas [market socialism and self-man-

age- ment] was gradual and by no means straightforward. The problem of de-control-

ling prices and foreign economic relations, both essential for creating competitive

condi- tions, proved to be particularly difficult. [...] Empirical evidence suggests that

the at- tempt to combine market mechanism with self-management of the Yugoslavian

kind generate problems unknown either to capitalist market economy or to full-fledged

co- operatives operating in a market environment. Decentralization of state functions

sub- stantially enhanced the power of local organizations (particularly at level of na-

tional republics and autonomous regions) which led to strong autarkic tendencies that

not only had a disruptive effect on the unity of national market, but also made easier

to overrule the commercial principles of operation (e.g. of the banks) by political-

admin- istrative interference. [...] Excessive fragmentation resulted in some cases. [...]

[T]he end of the 1970s and the beginning of the 1980s brought substantial deteriora-

tion in this respect (slowdown of growth, high unemployment, accelerated inflation,

fall in real earnings), which prompted renewed scrutiny of the effectiveness of the

Yugoslavian model’ (Brus 1990, p. 169-171).

Al reflexionar sobre los escritos sobre "burocratización" realizados por economistas de iz-

quierda, Alec Nove también se mostró escéptico con respecto a muchos aspectos de esas críticas.

It cannot be too strongly emphasised that complexity is not just a quantitative matter:

as Marxists should know, quantity passes into quality. Such vital questions as decentralisation

and centralisation, plan and market, the interests of the part and the interests of the whole, the

identification of the public good, the alienation of individuals, the necessity and dangers of

hi- erarchy and bureaucracy and, incidentally, most of the major problems now plaguing the

So- viet economy, all arise directly or indirectly out of the vast scale and innumerable inter-

depen- dencies of the modern industrial economy. It will not and cannot be ‘simple’. The

economy cannot be planned and run ‘like the post office’. It is not just a matter of technique

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plus ac- counting-arithmetic, as Lenin (before 1918) seemed naively to imagine. [...] Then

some other departments (numerous different departments, because of the scale of the task)

have to ensure that the means are available, or can be produced, or provided from stock. Even

the most ‘moti- vated’ worker, manager, or production-planning department cannot ensure

that action is taken unless the means are provided, and the means (i.e. the various inputs) are

bound to be adminis- tered by several other departments. Hence the paperasserie, interdepart-

mental conferences, regulations, delays, inconsistencies, the need to refer questions to higher

authority, and other well-known examples of bureaucracy. To denounce it is easy, but it has

its vital role in production in a centrally planned marketless economy, and so it grows and

‘flourishes’ (Nove 1992, p.33-35).

En el caso del modelo soviético de planificación económica, Chávez repitió con frecuencia

algunos de los lugares comunes más conocidos, aunque también parecía entender que los problemas

de una economía socialista eran muy complejos y debían ponerse en un contexto histórico.

'Recordemos la Unión Soviética, que se fue con el viento. Nunca hubo democracia en la Unión

Soviética, nunca socialismo; sus líderes nunca se dieron cuenta, o no pudieron hacer nada'; sin em-

bargo, el 'culpable también proviene de las agresiones externas, sabotajes económicos, guerras

biológicas' realizadas por el 'Imperio' (los Estados Unidos) (Chávez Frías 2012, p.16). En cuanto al

caso del modelo chino después de Deng Xiaoping, que mantuvo un papel decisivo para la planifica-

ción estatal incluso después de la adopción de reformas de mercado, Chávez simplemente no habló

de ello. China importaba como un importante socio comercial o aliado geopolítico; pero aparente-

mente a Chávez tampoco le importaba el funcionamiento concreto de la estructura económica híbrida

china, tal vez porque pensaba que China estaba demasiado lejos y era muy diferente (para las refe-

rencias de Chávez sobre China and his silence regarding the Chinese economic model, see Chávez’s

Frías 2013b vols. II-III). 10

Un sistema productivo que quiere ac- tivar la participación plena de los productores

asociados, los trabajadores, requiere de una multiplicidad de proce- sadores “paralelos”, coor-

dinados de la manera adecua- da, así como de un correspondiente sistema operativo que sea

radicalmente diferente a la alternativa operada de manera central, trátese de la economía diri-

gida capi- talista o de sus bien conocidas variedades poscapitalistas presentadas engañosa-

mente como 'planificación' (Chávez Frías 2012, p.24).

10 Durante una entrevista a Daniel Filmus (político argentino), en el Canal 7 del servicio público argentino de

televisión, aquel le preguntó a Chávez qué era el socialismo. Él respondió: "¡Es lo que está escrito en los libros

de Marx y Lenin!". Pero no se hicieron referencias a -por ejemplo- Mao, Tito o Deng. Se puede ver aquí la

influencia de los trabajos de Trotsky en las perspectivas de Chávez.

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Entonces, la idea de que el 'socialismo es una invención' y que nadie 'sabía cómo construirlo',

que Chávez afirmó repetidamente, a menudo se hacía con declaraciones más o menos superficiales.

Las ideas de Chávez y del PSUV sobre el socialismo se colocaron entre la defensa de las experiencias

acumuladas del pasado y la necesidad de nuevas rutas en un mundo en rápida evolución. Pero esta

posición, que estaba anclada en muchos prejuicios inocentes con respecto a la Unión Soviética y el

antiguo campo socialista, a menudo condujo a despreciar la experiencia pasada, desperdiciando co-

nocimientos valiosos y útiles que podrían adaptarse a las condiciones venezolanas. Esta postura con-

dujo a contradicciones. Cuando Chávez afirmó que 'no debemos perder de vista, compañeros y com-

pañeras, la parte medular de este proyecto: no debemos seguir inaugurando fábricas que sean como

una isla, rodeadas del mar del capitalismo, porque se lo traga el mar' (Chávez Frías 2012, p.27),

debería haber concluido que la autogestión y la participación local deberían haber sido equilibradas

con algún tipo de decisiones centralizadas y decisiones de acumulación forzada tomadas por el centro.

De hecho, 'the process of planning and counter-planning involves a mutual submission and discussion

of planning suggestions, designed to lead to the adoption of a plan which is feasible for the enterprise

and ensures that the resources of each enterprise are used in accordance with national requirements'

(Eatwell y Robinson 1973, p. 282); pero, ¿cómo asegurar los requisitos nacionales si los productores

locales toman decisiones independientemente del gobierno central?

Por lo tanto, el estatuto del PSUV, así como los 'planes socialistas' posteriores del gobierno

desde 2003, estaban llenos de indignación moral y tendencias generales a ser alcanzadas, pero no

mencionaron técnicas más específicas históricamente relacionadas con las políticas socialistas. Esta

postura está relacionada con las políticas económicas limitadas adoptadas durante el período 1998-

2018 y puede tomarse al menos como una razón parcial del comportamiento desequilibrado de la

economía. Incluso en el caso de un 'estado comunal' sin una planificación central adoptada, las em-

presas autogestionadas deberían haber sido estimuladas por la implementación de decisiones macro-

económicas que les aseguraran una demanda agregada, como: prioridad a la manufactura, incluidos

los bienes comercializables; medidas más fuertes para impulsar la agricultura, incluso mediante un

tipo de cambio devaluado; mayores impuestos por consumo improductivo e igualación de salarios;

una postura mucho más fuerte sobre la especulación privada con reservas extranjeras y productos

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básicos etc.. Pero la economía experimentó tasas de inversión a la baja en términos del PIB, particu-

larmente en los sectores manufactureros; tasas bajas o decrecientes de producción agrícola per cápita;

creciente propensión a importar; la especulación se extendió rápidamente; y la reducción de los sala-

rios reales aumentó la participación de las ganancias en el PIB sin ser utilizada como una fuente

adicional de ahorro por parte del gobierno, particularmente después de 2013. Los productores locales

no pudieron tomar las decisiones para corregir todas estas tendencias correlacionadas; era tarea del

gobierno central. Junto con la crisis en los mercados petroleros desde 2008 y la feroz oposición interna

de los grupos privados, las políticas macroeconómicas adoptadas por el gobierno también deben te-

nerse en cuenta en una evaluación más amplia de las deficiencias de la economía venezolana durante

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