160
Tarzán y el Imperio Perdido Por Edgar Rice Burroughs

Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

  • Upload
    others

  • View
    4

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

TarzányelImperioPerdido

Por

EdgarRiceBurroughs

Page 2: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

I

Nkimadanzaba excitadamente sobre el hombromorenoydesnudode suamo.ParloteabaychillabamirandoalternativamenteaTarzánalacara,comointerrogándole,ydespuéshacialajungla.

—Algoseacerca,bwana–dijoMuviro, subjefede loswaziri–.Nkima lohaoído.

—YTarzán–declaróelhombremono.

—El oído del gran bwana es tan fino como el de Bara, el antílope –prosiguióMuviro.

—Sino lohubierasido,Tarzánhoynoestaríaaquídijoelhombremonoconunasonrisa–.NohabríallegadoalaedadadultasiKala,sumadre,nolehubieraenseñadoaempleartodoslossentidosqueMulunguledio.

—¿Quéesloqueseacerca?–preguntóMuviro.

—Ungrupodehombres–respondióTarzán.

—Talveznosonamistosos–sugirióelafricano–.¿Avisoalosguerreros?

Tarzán miró alrededor del pequeño campamento donde una veintena dehombresluchadoresestabanpreparandosucolaciónnocturnayvioque,comoeracostumbreentreloswaziri,teníansusarmaspreparadasyamano.

—No–dijo–.Creoqueseráinnecesario,yaqueestagentequeseacercanovieneconsigilocomoloharíaunenemigo,nisunúmeroestangrandecomoparaquelestemamos.

PeroNkima,pesimistanato,esperabalopeor,yamedidaqueelgruposeacercaba su nerviosismo iba en aumento. Bajó de un salto del hombro deTarzánalsueloydiovariosbrincos;luego,volviójuntoaTarzán,lecogióelbrazoytratódehacerleponerenpie.

—¡Corre,corre!–gritóenellenguajedelosmonos–.Seacercanextrañosgomangani.MataránalpequeñoNkima.

—No tengas miedo, Nkima –respondió el hombre mono–. Tarzán yMuvironopermitiránquelosextrañostehagandaño.

—Hueloauntarmanganiextraño–insistióelanimal–.Hayuntarmanganiconellos.Lostarmanganisonpeoresquelosgomangani.VienenconpalosdetruenoymatanalpequeñoNkimaya todossushermanosyhermanasde laselva.Matanalmangani.Matanalgomangani.Lomatantodoconsuspalosdetrueno.ANkimanolegustaeltarmangani.Nkimatienemiedo.

Page 3: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

ParaNkima,comoparalosdemáspobladoresdelajungla,Tarzánnoerauntarmangani,noeraunhombreblanco.Éleradelajungla.Eraunodeellos,ysileconsiderabanalgodistintoasimplementeTarzánloclasificabancomounmangani,ungransimio.

Elavancedelosextrañosahoraeraaudibleparatodoslosintegrantesdelcampamento.Losguerreroswazirimiraronhacialajungla,enladireccióndedonde procedían los sonidos, y después a Tarzán y aMuviro, pero cuandovieron que sus jefes no estaban preocupados, prosiguieron su tareatranquilamente.

Unaltoguerreronegrofueelprimerodelgrupoqueaparecióalavistadelcampamento. Cuando vio a los waziri se detuvo, y un instante después unhombrebarbudoseparóasulado.

Poruninstante,elhombreblancoexaminóelcampamentoyluegoavanzóhaciendo la señal de la paz. Desde la jungla le siguieron una docena deguerrerosomás.Lamayoríaeranporteadores,ynoseveíanmásque tresocuatrorifles.

Tarzán y los waziri se dieron cuenta enseguida de que era un gruporeducidoe inofensivo,e inclusoNkima,quesehabía retiradoa laseguridadque le ofrecía un árbol cercano,mostró su desprecio correteando sinmiedohastasuamoysubiéndoseasuhombrootravez.

—¡Doctor von Harben! – exclamó Tarzán, y el extraño barbudo seaproximó–.Alprincipioapenaslehereconocido.

—Dios ha sido bueno conmigo, Tarzán de losMonos –dijo vonHarbentendiéndolelamano–.Veníaaverteyteheencontradodosdíascompletosdemarchaantesdeloqueesperaba.

Vamos tras un carnicero de ganado –explicó Tarzán–. Ha venido variasnoches aquí y hamatado algunas de lasmejores piezas de nuestro ganado,peroesmuyastuto.DebedetratarsedeunleónviejoparasuperareningenioaTarzándurante tanto tiempo.Pero¿qué le traea la tierradeTarzán,doctor?Esperoqueseasólounavisitadevecindadyquenotenganingúnproblema,aunquesuaspectoindicalocontrario.

—Yotambiéndesearíaquefueraunavisitaamistosaynadamás–dijovonHarben–, pero, en realidad, estoy aquí para pedirte ayuda porque tengoproblemasmuyserios,metemo.

—Nomedigaquelosárabeshanvueltoavenirabuscaresclavosoarobarmarfil,oque loshombres leopardoacechanasugenteen loscaminosde lajunglaporlanoche.

—No,noesnadadeesto;hevenidoaverteparaunasuntomáspersonal.

Page 4: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Setratademihijo,Erich.Noleconoces.

—No–dijoTarzán–,pero estáustedcansadoyhambriento,ordenea sushombresque acampen aquí.La cena está preparada;mientras comemos,medirádequémanerayo,Tarzán,puedoservirleausted.

Mientras los waziri, obedeciendo las órdenes de Tarzán, ayudaban a loshombres de von Harben a preparar su campamento, el doctor y el hombremono estaban sentados en el suelo con las piernas cruzadas y comían lostoscosalimentosqueelcocinerowazirideTarzánhabíapreparado.

Tarzán se dio cuenta de que lamente de su invitado estaba llena de laspreocupacionesquelehabíanllevadoenbuscadelhombremono,yporestono esperó a terminar la comida para abordar el tema, sino que urgió a vonHarbenacontinuarsuhistoriaenseguida.

—Deseoexplicaralgoantesdecontarteelmotivodemivisita–comenzóvon Harben–. Erich es mi único hijo. Hace cuatro años, a los diecinueve,terminó sucursouniversitario conhonoresy recibió suprimer título.Desdeentonces ha pasado lamayor parte del tiempo prosiguiendo sus estudios endiversasuniversidadeseuropeas,enlasquesehaespecializadoenarqueologíayelestudiodelenguasmuertas.Suúnicaafición,apartedelamateriaquehaelegido, ha sido escalar montañas; durante sucesivas vacaciones de veranoescalótodoslospicosalpinosimportantes.

»Unos meses atrás, vino a visitarme a la misión e inmediatamente seinteresóporlosdiversosdialectosbantúesquelasdiferentestribusdenuestrodistritoydelosadyacentesemplean.

»Mientrasrealizabasuinvestigaciónentrelosnativos,seencontróconesaviejaleyendadelatribuperdidadelosmontesWiramwazi,conlaquetodosestamos tan familiarizados.Sumentede inmediatoquedó imbuida,comohaocurridoconlamentedetantosotros,conlacreenciadequeestafábulapodríaderivar de unos hechos reales y que, si lograba seguirle la pista, tal vezencontraradescendientesdealgunadelastribusperdidasdelahistoriabíblica.

—Conozcobienlaleyenda–declaróTarzán–,ycomoestanpersistenteylosdetallesdesunarraciónporpartedelosnativossontancircunstanciales,hepensado queme gustaría investigarla, pero hasta ahora nome ha surgido lanecesidaddeacercarmealosmontesWiramwazi.

—Debo confesar –prosiguió el doctor–, que yo también he tenido ganasmuchasveces.Endosocasioneshehabladoconhombresde la tribubagegoqueviveenlas laderasdelosmontesWiramwazi,yenamboscasosmehanaseguradoqueenalgúnlugardelasprofundidadesdeesagranestribaciónviveuna tribu de hombres blancos. Estos hombres me dijeron que su tribu hacomerciado con estagentedesde tiempo inmemorial ymeaseguraronque a

Page 5: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

menudo habían visto a miembros de la tribu perdida comerciandopacíficamenteydurante las incursionesguerrerasque losmontañerosdevezencuandoefectuabansobrelosbagego.

»El resultado es que cuando Erich sugirió realizar una expedición a losWiramwazi yo más bien le animé, ya que estaba bien preparado paraemprenderlaaventura.Suconocimientodelbantúysuintensa,aunquebreve,experiencia entre los nativos le supuso una ventaja, que pocos estudiososprovistos de educación tienen, para aprovechar semejante expedición; y suconsiderableexperienciacomoescalador lemantendría,meparecíaamí, enbuenaformadurantelaaventura.

»En conjunto me parecía que él era un hombre ideal para dirigir laexpedición,yloúnicoquelamentabaeraqueyonopodríaacompañarle,puesme era imposible en aquellos momentos. Le ayudé todo lo que pude en laorganizacióndesusafariyenelequipamientoyaprovisionamientodeéste.

»No ha transcurrido suficiente tiempo para haber concluido ningunainvestigaciónyregresadoalamisión,perohacepocomedijeronquealgunosmiembros de su safari habían regresado a sus aldeas. Cuando quiseentrevistarlesmeesquivaron,peromellegaronrumoresquemeconvencieronde que no todo iba bien con mi hijo. Por tanto, decidí organizar unaexpedición,peroentodomidistritosólopudeencontraraestoshombresquese atrevieran a acompañarme a los montes Wiramwazi, los cuales, segúnaseguransus leyendas,estánhabitadosporespíritusmalignos;porque,comosabes, consideran que la tribu perdida de los Wiramwazi es una banda defantasmassedientosdesangre.ViconclaridadquelosdesertoresdelsafarideErichhabíandifundidoelterrorentodalaregión.

»Dadaslascircunstancias,meviobligadoabuscarayudaenotrapartey,naturalmente,enmiperplejidad,mehedirigidoaTarzán,SeñordelaJungla…Ahorayasabesporquéestoyaquí.

—Le ayudaré, doctor –dijo Tarzán cuando el otro hubo terminado dehablar.

—¡Bien! – exclamó vonHarben–; sabía que lo harías. Tienes aquí unosveintehombres,calculo,yyotengounoscatorce.Mishombrespuedenhacerde porteadores, mientras que los tuyos, que están reconocidos como losmejoresluchadoresdeÁfrica,puedenservirdeaskaris.Sitúnosguías,prontoencontraremos lapistay, con semejante fuerza, aunque seapequeña,nohayregiónenlaquenopodamospenetrar.

Tarzánmeneólacabeza.

—No, doctor –replicó–, iré solo. Siempre lo hago así. Solo puedo viajarmuchomásdeprisay la junglano tienesecretosparamí;podréobtenermás

Page 6: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

informacióndelaqueseríaposiblerecogersifueraacompañado.Yasabequeloshabitantesdelajunglameconsideranunodeellos,nohuyendemícomohuiríandeustedydelosotroshombres.

—Tú lo sabesmejor–respondióvonHarben–.Megustaría acompañarte,sentirqueparticipo,perositúdicesqueno,acatarétudecisión.

—Vuelvaasumisión,doctor,yespereallíhastaquetenganoticiasmías.

—¿YporlamañanapartiráshacialosmontesWiramwazi?–preguntóvonHarben.

—Partiréahoramismo–afirmóelhombremono.

—Perosiyahaanochecido–objetóvonHarben.

—Hay luna llena, y quiero aprovecharla –explicó Tarzán–. Puedodescansar todo loquequieradurante el calordeldía.–Sevolvióy llamóaMuviro–. Regresa a casa con mis guerreros, Muviro –ordenó–, y manténpreparadosatodoslosluchadoreswaziriporsimeparecenecesarioenviaraporvosotros.

—Sí, bwana –respondióMuviro–, ¿y cuánto tiempo debemos esperar elmensajeantesdepartirhacialosmontesWiramwazientubusca?

—MellevaréaNkimaysiosnecesitoloenviaréabuscarosyélosguiará.

—Sí, bwana –dijo Muviro–. Estarán preparados, todos los luchadoreswaziri.Tendránlasarmasamanodíaynocheypinturadeguerrafresca.

Tarzánsecolgóelarcoyelcarcajdeflechasa laespalda.Enelhombroizquierdoybajoelbrazoderechollevabaenrolladasucuerdadehierbayenlacadera le colgabael cuchillode cazade supadre.Cogió la lanza cortay sequedóunmomentodepie con la cabeza levantada, olisqueando labrisa.Laluzdelafogataensombrecíapartedesupielbronceada.

Por un momento permaneció así, con todos los sentidos alerta. Luegollamó aNkima en la lengua de los simios y, cuando elmonito se le acercócorriendo,TarzándelosMonossevolviósindecirunapalabradedespedidayseadentrósigilosamenteenlajungla;suagilidad,supasosilencioso,suportemajestuoso sugirieron a von Harben la personificación de otro poderosoanimaldelajungla,Numaelleón,reydelasfieras.

II

ErichVonHarbensaliódesutiendainstaladaenlasladerasdelosmontes

Page 7: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Wiramwaziysepercatódequeelcampamentoestabadesierto.

Al despertar, la inusual quietud de la zona le había hecho tener unmalpresentimiento, que aumentó cuando las repetidas llamadas a su criado,Gabula,noobtuvieronrespuesta.

Durantesemanas,amedidaqueelsafariseibaacercandoalazonadelostemidosmontesWiramwazi,sushombreshabíanidodesertandodedosendosydetresentreshastaquelanocheanterior,unavezmontadoelcampamentoen las laderas de la montaña, sólo quedaba un aterrado resto del grupooriginal. Pero incluso éstos, vencidos durante la noche por los terroresprovocados por la ignorancia y la superstición, permitieron que el miedosustituyeraalalealtadyhuyerondelospeligrosinvisiblesquelesacechabanen estas montañas, dejando a su amo solo con los espíritus de losmuertossedientosdesangre.

Un apresurado examen del campamento reveló que los hombres se lohabíanllevadotodo.Lossuministroshabíandesaparecidoylosportadoresdearmas habían huido con los rifles y todas lasmuniciones, con excepción deunapistolaLugeryunacananaqueestabanenlatiendaconél.

Erich von Harben tenía suficiente experiencia con estos nativos paracomprender bastante bien los procesos mentales, basados en su arraigadasuperstición,que leshabíanempujadoaesta accióndeslealyaparentementeinhumana;porello,noseloreprochótantocomohabríahechoalguienquelesconocieramenos.

Sabíanperfectamente sudestinoal embarcarse en la empresa,y suvaloreraentoncestangrandecomoladistanciaquelosseparabadelosWiramwazi,peroamedidaqueestadistanciaseacortabaconcadadíademarcha,suvalordisminuíaproporcionalmentehastaqueseencontraronenelumbralmismodehorroresqueescapabanalamentehumanayelúltimovestigiodeautocontrolleshabíaabandonado,porloquehuyeronprecipitadamente.

Quesehubieranllevadolasprovisiones,losriflesylamuniciónlehabríaparecidounabajezadenoconocervonHarbenlasinceridaddesucreenciadeque no había esperanza posible para él y que su muerte inmediata era unaconclusión sabida. Sabía que habían razonado que, dadas las circunstancias,seríaundesperdiciodejarlacomidaparaunhombrequeyaestabacasimuertomientras que ellos la necesitarían en el viaje de regreso a sus aldeas, yasimismo, como las armas del hombre mortal no podrían nada contra losfantasmasde losWiramwazi,habríasidounderroche innecesarioabandonarunosbuenosriflesyunagrancantidaddemuniciónquevonHarbennopodríautilizarcontrasusenemigosdelmundodelosespíritus.

VonHarben se quedó un rato contemplando la ladera de lamontaña en

Page 8: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

direcciónalbosque,encuyasprofundidadessushombresseapresurabanhaciasu propia región.Alcanzarles era una posibilidad, pero enmodo alguno eraunacerteza,ysinoloconseguíanoestaríamejorasolasenlajunglaqueenlasladerasdelosWiramwazi.

Levantólamiradahacialasaccidentadasalturasqueseerguíanjuntoaél.Habíavenidodemuy lejosparaalcanzarestameta,queahoraseencontrabajustodetrásdelamelladalíneadelcielo;además,noteníaganasderegresarderrotado. Un día o una semana en estas accidentadas montañas podríarevelarleelsecretodelatribuperdidadelaleyenda,ysindudaunmesseríasuficienteparadeterminarconrazonablecertezaquelahistorianosebasabaen ningún hecho, pues vonHarben creía que en unmes podría explorar laspartes de la zona que condujeran, de forma natural, a cualquier poblaciónhumana, donde esperaba encontrar, como mucho, reliquias de la tribu enforma de ruinas o de monumentos funerarios. Porque un hombre con lainteligencia y la formación de vonHarben, no podía ni pensar que la tribuperdida de la leyenda, si jamás había existido, fuera nadamás que un vagorecuerdorodeandoalgunosmohososartefactosyalgunoshuesosquebradizos.

El joven no tardó en tomar una decisión y entonces se volvió hacia sutienda, entró en ella ymetió en unamochila ligera algunos artículos que lehabían dejado, se puso la canana y elevó la mirada una vez más hacia losmisteriososWiramwazi.

Además de su Luger, von Harben llevaba un cuchillo de caza y con élcortóunarobustaramadeunodelosescasosarbolitosquecrecíanenlaladeradelamontañaporsienalgúnmomentoleresultabaindispensableutilizarunbastónmontañero.

Un riachuelo le proporcionó agua pura y fresca para calmar su sed, yllevaba la pistola cargada, con la esperanza de poder cazar algún pequeñoanimal para satisfacer el hambre. No había ido muy lejos cuando vio unaliebre,ycuandoéstacayóabatidapor laLuger,vonHarbenagradecióhaberdedicadotantotiempoaperfeccionarseenelempleodearmascortas.

Allímismohizo fuegoyasó la liebre, tras locualencendiósupipay setumbó a descansar mientras fumaba y hacía planes. Su temperamento notendíaa ladepresiónnialdesánimodebidoa losaparentesreveses,yestabadecididoanodejarsellevarporlaagitación,yconservarsusfuerzasentodomomentodurantelasagotadorasjornadasquesabíaqueleesperaban.

Durantetodoeldíaascendió;elegíaelcaminomáslargocuandoleparecíamásseguro,poníaenprácticatodoslosconocimientosdeescaladaquehabíaacumuladoydescansabaamenudo.Lanochelesorprendiócuandosehallababastantecercadelacimadelamontañamásaltavisibledesdelabase.Loquehabía detrás no podía siquiera adivinarlo, pero la experiencia le sugería que

Page 9: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

encontraríaotrospicosanteél.

Había cogido una manta del campamento y la extendió en el suelo. Lellegaban de abajo los ruidos de la jungla, amortiguados por la distancia: elgañidodeloschacalesydébilmente,delejos,elrugidodeunleón.

Pocoantesdelamanecerledespertóelgritodeunleopardo,procedentenode la jungla, que se hallabamuy abajo, sino de algún lugar cercano en lasladerasdelamontaña.Sabíaqueestemerodeadornocturnosalvajeconstituíaunaauténticaamenaza,quizá lamayorcon laque tendríaqueenfrentarse,ylamentóhaberperdidosufusil.

No tenía miedo, pues sabía que, al fin y al cabo, existían pocasprobabilidadesdequeelleopardolesiguieraoleatacara,perosiemprecabíaestaposibilidady,paraprotegerse,encendióunfuegoconleñasecaquehabíarecogidoconestefinlanocheanterior.Agradecióelcalordelasllamas,pueslanochehabíasidofría,yestuvounratosentado,calentándose.

Unavezleparecióoírunanimalquesemovíaenlaoscuridad,detrásdelcercodeluzdelafogata,peronovioelrelucirdeojosyelruidonoserepitió.Yentoncesdebiódequedarsedormido,puesdeprontosediocuentadequeyaera de día y sólo quedaban unas brasas para recordar dónde había ardido elfuego.

Von Harben tenía frío y hambre, pero prosiguió la ascensión desde elprecario campamento, con los ojos siempre alerta al alimento, pues suestómagoreclamabalaracióndiaria.Elterrenoofrecíapocosobstáculosparaunmontañeroexperimentado,einclusoolvidóelhambreconlaemociónqueleproducíapensarenlasposibilidadesqueescondíalamontañacuyacumbresehallabaahoraapocadistancia.

La cima de la siguientemontaña es lo que incita al explorador a seguiradelante.¿Quénuevasvistasaguardandetrás?¿Quémisteriosdesvelaráalosojos impacientesdelaventurero?Elbuen juicioy laexperienciaunieronsusfuerzasparaasegurarleque,cuandollegaraalacima,severíarecompensadocon otra montaña similar para abordar; siempre existía esta otra esperanza,comoun faro encendidobajo el horizonte, sobre el cual los rayosde su luzescondida servíanpara iluminar las quimerasde sudeseo, y su imaginacióntransformabalasquimerasenrealidades.

VonHarben,aunquenohabíaperdidolaserenidadyelsentidocomún,seencontrabasumamenteagitadocuandoescalólabarrerafinalyseirguióenlacrestadelamontaña.Anteélseextendíaunaondulantemeseta,salpicadadeárboles esmirriados, y a lo lejos se hallaba la siguiente montaña que habíaprevisto,peroborrosayoscurecidaporlaneblinadeladistancia.¿Quéhabíaentre ély aquellasmontañas lejanas?Se le aceleró elpulsoalpensar en las

Page 10: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

posibilidades de exploración y descubrimiento que tenía ante sí, pues elterreno que contemplaba era completamente distinto de como se lo habíaimaginado.Noseveíancumbresempinadassalvoalolejos,yentreélyéstasdebíadehaberfascinantesbarrancosyvalles,camposvírgenesalospiesdelexplorador.

Impaciente, completamente ajeno al hambre o a la soledad, vonHarbenavanzóhacia el norte por lameseta.El terreno seondulabaunpoco, estabasembradoderocasyeraáridoycarentedeinterés,ycuandohuborecorridounkilómetroymedioempezóarecelar,puessicontinuabasincambioshastalascolinasquesevislumbrabanaloslejos,comoahoraparecíabastanteprobable,noleofreceríaniinterésniposibilidadesdesubsistir.

Cuandoestospensamientosempezabanaoprimirle,percibiódeprontounvago cambio en el aspecto del terreno. Tan sólo era una impresión deirrealidad:lasdistantescolinasqueteníadelanteparecíanelevarseenungranvacío, y era como si entre él y éstas no existiera nada. Igual podría haberestadomirandoporencimadeunmarinteriorhacialejanasyconfusasorillas–unmar sin agua, pues no había nada que sugiriera la presencia de ésta– yentonces, se paró de pronto, sobresaltado, asombrado. La ondulante mesetaterminaba bruscamente a sus pies, y abajo, extendiéndose hasta las lejanascolinas,seencontrabaungranabismo,ungrancañónsimilaralquehahechofamosaenelmundoenterolagargantadelColorado.

Peroexistíaunanotablediferencia:habíaseñalesdeerosión.Lasoscurasparedesestabanmelladasyestropeadasporelagua.Desdeabajoseelevabantorres, torrecitas y minaretes, excavados en el granito original, pero semantenían cerca de la pared del cañón, y justo detrás de ellas vio la anchaextensióndelsuelodelcañónque,desdelagranalturaalaqueseencontraba,aparecíalisacomounamesadebillar.Laescenaledejócomohipnotizadodeasombroyadmiracióncuando, alprincipio rápidamenteydespuésdespacio,susojosrecorrierontodalasuperficiedearribaaabajo.

Elsuelodelprofundocañónseencontrabaquizáunkilómetroymediomásabajo,yapenaspodíacalcularladistanciaqueleseparabadelaotrapared,queseríadeentreveinticincoytreintakilómetrosalnorte,yéstaeraladimensiónmenordelcañón.Asuderecha,haciaeleste,yasuizquierda,haciaeloeste,vio que el cañón se extendía a lo largo de una considerable distancia; hastadóndellegaba,nopodíaadivinarlo.Pensóquesiibahaciaelestepodríaseguirlaparedque lobordeabaporaquel lado,puesdesdedondeseencontrabanoeravisible laextensióncompletadelcañónhaciaeloeste;pero sabíaqueelsueloqueveíadebíademedirunoscuarentaocuarentaycincokilómetrosdeesteaoeste.Casiasuspieshabíaungranlagoopantanoqueparecíaocuparlamayorpartedelextremoorientaldelcañón.Pudoverunasvíasdeaguaqueserpenteaban por lo que parecían ser grandes extensiones de juncos y, más

Page 11: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

cerca de la orilla norte, una gran isla. Tres ríos, líneas sinuosasmuy abajo,desembocaban en el lago, y a lo lejos se veía otra línea que podría ser unacarretera.Aloesteelcañóneramuyboscoso,yentreelbosqueyellagoviofigurasenmovimientoqueleparecieronanimalesdecazapaciendo.

Loqueobservóalláabajodespertóelentusiasmodelexplorador,puessindudaallíteníasuorigenelsecretodelatribuperdidadelosWiramwazi,yerafácilmentecomprensiblelobienquehabíaprotegidolanaturalezaestesecretocon unos colosales acantilados que actuaban como barrera, ayudada por lassupersticionesdelosignoranteshabitantesdelasladerasexteriores.

Porloquepodíaver,losacantiladosparecíanmásescarpadoseimposiblesde descender, y sin embargo sabía que tenía que encontrar un camino, queencontraríaunmododedescenderaaquelvalleencantado.

Avanzandodespacioporelborde,ErichvonHarbenbuscóalgúnpuntodeapoyoparaelpie,porligeroquefuera,dondelanaturalezahubierabajadolaguardia.Erayacasidenoche,aunquehabíarecorridounadistanciamuycorta,cuandoencontróunatisbodeesperanzadequeelcañónestuvierabordeadoenalgún punto por algo diferente a acantilados ininterrumpidos, cuyas carasperpendiculares, en su puntomás bajo, se elevaban unos trescientosmetrossobrecualquiersuperficieenlaqueelserhumanopudieraponerlospies.

Elsolyasehabíapuestocuandodescubrióunaestrechafisuraenlapareddegranito.Algunosfragmentosdesmenuzadosdelarocamadrehabíancaídodentro y la llenaban en parte, demodo que casi en la superficie, almenos,ofrecíaunmedioparadescenderdelacimadelacantilado,peroenlarecienteoscuridad no pudo determinar hasta dónde le llevaría este tosco y precariocamino.

Vioabajo losacantiladosqueseelevabanenalmenas terraplenadashastaunostrescientosmetrosdedondeseencontraba,ysilaestrechafisurallegabahasta la siguiente terraza, le parecía que los obstáculos a partir de allípresentarían menos dificultades que las que ya había encontrado hasta elmomento;puessibienaúntendríaquedescenderunosmildoscientosmetros,la formación de los acantilados era mucho más accidentada al pie de laprimera caída en picado y, en consecuencia, cabía esperar que ofrecieraalgunasvíasdedescensoqueunexperimentadoescaladorpodríaaprovechar.

Hambriento y helado por el frío, se sentó bajo la creciente noche,contemplandoelnegrovacíoqueseextendíaasuspies.Después,cuando laoscuridadsehizomásprofunda,viouna luzque titilabamuyabajo,y luegootrayotray,concadaunaqueveía,suexcitaciónibaenaumento,puessabíaqueseñalabanlapresenciadelhombre.Enmuchospuntosdellagoqueparecíaunpantanorelucíanlashogueras,yenunpuntoqueidentificócomoellugardondeseencontrabalaisla,vioungrannúmerodeluces.

Page 12: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

¿Qué clase de hombres eran aquellos que encendían fogatas? ¿Seríanamistososuhostiles?¿Serían tansólootra tribudeafricanos,oseríaposibleque la vieja leyenda se basara en una verdad y que allá abajo los hombresblancos de la tribu perdida cocinaran su cena sobre aquellos misteriososfuegos?

¿Qué era aquello? Von Harben aguzó los oídos para captar la mínimasugerencia de un débil sonido que surgía del negro abismo, un sonido queapenas le llegabaa losoídos,peroqueestaba seguronopodíaconfundir: elsonidodevoceshumanas.

Enaquelmomento,delvallelellegóelgritodeunabestiaydenuevounrugidoqueretumbócomoeldistantetrueno.Conestossonidosdefondo,vonHarbenalfinsucumbióalagotamiento;elsueñodemomentoleofrecióaliviodelfríoyelhambre.

Cuandollególamañanarecogióleñadelosesmirriadosárbolesquehabíacerca y encendió fuego para calentarse. No tenía comida, ni el día anteriorhabía comido nada, ya que al llegar a la cima no vio ninguna criatura vivaapartedeaquellafieraamásdeunkilómetrodedistancia.

Sabíaqueteníaqueencontraralimentoyteníaquehacerlopronto,perolacomida se encontraba a más de un kilómetro de distancia en cualquierdirección.Eraconscientedequesidecidíarodearelcañónenbuscadeunavíade descensomás fácil, tal vez no encontrara ninguna en todo el tramo quetendría que recorrer. Claro que podría dar la vuelta. Estaba seguro de quepodría llegar a la base de las laderas exteriores de los Wiramwazi, dondeencontraríaanimalesdecazaantesdequeelagotamientolevenciera,peronotenía intención de dar la vuelta, y la idea del fracaso era sólo una vagasugerenciaquenuncacruzóelumbraldesumenteconsciente.

Después de calentarse ante el fuego, se volvió para examinar la fisura aplenaluzdeldía.Depiejuntoalbordevioqueseextendíavarioscientosdemetros hacia abajo, pero allí desaparecía. Sin embargo, no estaba seguro deque terminara, ya que no era una grieta vertical, sino que se desviabaligeramentedelaperpendicular.

Desde donde estaba veía que había lugares en la fisura en los que seríaposible el descenso, aunque podría sermuydifícil volver a ascender. Sabía,por tanto,que si llegabaal fondode la fisuraydescubríaqueera imposibleseguirdescendiendo,habríacaídoenunatrampadelaquetalveznopudieraescapar.

Aunqueseencontrabafuerteyenbuenaformacomosiempre,comprendióque en realidad no era así y que su fuerza debía de estarmenguandoy queseguiría menguando aún más rápidamente cuanto más tiempo se viera

Page 13: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

obligado a gastarla en arduos esfuerzos para descender el acantilado sinningunaposibilidadderestituirlaconalimento.

InclusoaErichvonHarben,queerajovenyentusiastayposeíaunagranseguridadensímismo,elsiguientepaso leparecíapocomásquesuicida.Acualquieralehabríaparecidounalocuralasimpleideadeintentardescenderesos altísimos acantilados, pero von Harben siempre había encontrado uncamino al enfrentarse a otras montañas, y con este delgado hilo en el quecolgarsusesperanzasafrontóeldescensohacialodesconocido.Estabaapuntodebajarporelbordedelagrietacuandooyó,detrásdeél,ruidosdepasos.SegiróenredondoyapuntóconsuLuger.

III

El pequeño Nkima llegó corriendo a través de los árboles, parloteandoexcitado, y se dejó caer sobre la rodilla deTarzán de losMonos, que yacíasobrelaramagrandedeungiganteárboldelajungla,conlaespaldapegadaaunásperotronco,despuésdehabermatadounanimalyhabersealimentado.

—¡Gomangani!¡Gomangani!–chillóNkima–.¡Vienen!¡Vienen!

—Tranquilo–dijoTarzán–.Eresmáspesadoque todos losgomanganidelajungla.

—Matarán al pequeño Nkima —exclamó el mono–. Son gomanganiextraños,ynohayningúntarmanganientreellos.

—Nkima cree que todo el mundo quiere matarle –lijo Tarzán–, y sinembargohavividomuchosañosyaúnnoestámuerto.

—Sabor,SheetayNuma,losgomangani,hicieronqueaHistahlaserpientelegustaracomeralpobrecitoNkima–gimióelmono–.Porestotienemiedo.

—No temas,Nkima—respondió el hombremono–. Tarzán no permitiráquenadietehagadaño.

—Veaveralosgomangani–urgióNkima–.Veamatarles.ANkimanolegustanlosgomangani.

Tarzánselevantóperezosamente.

—Yavoy–contestó–.Nkimapuedeveniropuedeesconderseenlasramassuperiores.

—Nkima no tiene miedo –balbuceó el monto–. Irá a pelear contra losgomanganiconTarzándelosMonos.–Saltóalaespaldadelhombremonoy

Page 14: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

se agarró allí rodeandocon losbrazos el bronceadocuellodeTarzán, desdedondeatisbótemerosohaciadelante,primeroporencimadeunanchohombroydespuésporencimadelotro.

Tarzán avanzaba veloz y silenciosamente por los árboles hacia el puntodondeNkima había descubierto a los gomangani, y entonces vio abajo unaveintenadenativosavanzandoendesordenporelsenderodelajungla.Unoscuantosibanarmadosconriflesytodosllevabanfardosdediversostamaños,fardosqueTarzánsabíadebíandeperteneceralequipodeunhombreblanco.

El Señor de la Jungla les hizo parar y, sobresaltados, los hombres sedetuvieronconcaradeespanto.

—SoyTarzándelosMonos.Notengáismiedo–lestranquilizóTarzán,yalmismotiemposedejócaerconagilidadenelsendero;peroalhacerloNkimasaltófrenéticodesushombrosysealejócorriendoparairaunaramaalta,enlaque se sentó,parloteando,habiendoolvidadoporcompleto susalardesdeunosmomentosantes.

—¿Dónde está vuestro amo? – preguntó Tarzán. Los africanos miraronhaciaelsueloesquivamenteynorespondieron.

—¿DóndeestáelbwanavonHarben?–insistióTarzán.

Unhombrealtoqueseencontrabacercaserebulló,intranquilo.

—Estámuerto–farfulló.

—¿Cómohamuerto?–preguntóTarzán.

Elhombrevacilódenuevoantesderesponder:

—Unelefantealquehabíaheridolemató–dijoalfin.

—¿Dóndeestásucuerpo?–Nolopudimosencontrar.

—Entonces,¿cómosabéisquelematóunelefante?–preguntóelhombremono.

—Nolosabemos–intervinootro–.Sefuedelcampamentoynoregresó.

—Habíaunelefantecercaycreíamosquelehabíamatado–dijoelhombrealto.

—Mentís–exclamóTarzán.

—Yo te diré la verdad –dijo un tercero–. Nuestro bwana ascendió lasladeras de los Wiramwazi y los espíritus de los muertos, que estabanhambrientos,lecapturaronyselollevaron.

—Yoosladiré,laverdad–lijoTarzán–.Habéisabandonadoavuestroamoyhabéishuido,dejándolesoloenelbosque.

Page 15: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Teníamosmiedo–replicóelhombre–.LeadvertimosquenoascendieralasladerasdelosWiramwazi.Lerogamosqueregresara,perononosescuchó,ylosespíritusdelosmuertosselollevaron.

—¿Cuántotiempohacedeesto?–preguntóelhombremono.

—Seis,siete,quizádiezdíasdemarcha.Norecuerdo.

—¿Dóndeestabacuandolevisteisporúltimavez?

Los hombres describieron con toda la exactitud que les fue posible laposicióndesuúltimocampamentoenlasladerasdelosWiramwazi.

—IdavuestrasaldeasdelaregiónUrambi;sabréencontrarossiquiero.Sivuestrobwanaestámuerto,seréiscastigados.–SubióalasramasbajasdeunárbolydesapareciódelavistadelosdesgraciadosnativosendirecciónalosWiramwazi, mientras Nkima, chillando estridentemente, corría entre losárbolesparaalcanzarle.

Por laconversaciónmantenidacon losmiembrosdesertoresdel safaridevon Harben, Tarzán estaba convencido de que el joven había sidotraidoramenteabandonadoyque,contodaprobabilidad,regresaríasoloporelcaminoquehabíantomadolosdesertores.

Como no conocía a Erich vonHarben, Tarzán no podía adivinar que eljovenseguiríasolohacialasprofundidadesdesconocidasyprohibidasdelosWiramwazi y supuso, por el contrario, que adoptaría la alternativa másprudente y trataría de alcanzar a sus hombres lo más rápidamente posible.Convencidodeesto,elhombremonosiguióelsenderodelsafari,esperandoencontrarencualquiermomentoavonHarben.

Esteplanredujoengranmedidasuvelocidad,peroaunasíviajabamuchomásdeprisaquelosnativosyllegóalasladerasdelosWiramwazieltercerdíadespuésdehaberhabladoconloquequedabadelsafaridevonHarben.

Le costómucho localizar por fin el punto en el que el joven había sidoabandonadoporsushombres,yaquelafuertelluviayunatormentadevientohabían borrado el rastro, y cuando al fin dio con la tienda derribada noencontróningúnrastrodevonHarben.

Como no había hallado señal alguna del hombre blanco en la jungla niningunaindicacióndequehubieraseguidoa losmiembrosdelsafarihuidos,Tarzán llegó a la conclusión que si von Harben no estabamuerto debía dehaberafrontadosololospeligrosdelodesconocidoyahorasehallabavivoomuertoenalgúnlugardelosmisteriososmontesWiramwazi.

—Nkima–dijoelhombremono–,lostarmanganidicenquecuandoresultainútilbuscaralgoescomobuscarunaagujaenunpajar. ¿Creesqueenestagrancadenamontañosaencontraremosnuestraaguja?

Page 16: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Volvamosacasa–replicóNkima–;allíseestácaliente.Aquíhacevientoymuchofrío.NoeslugarparaelpequeñoManu,elmono.

—Noobstante,Nkima,vamosairallí.

El mono levantó la mirada hacia las alturas. – El pequeño Nkima tienemiedo–exclamó–.

EnestoslugaresesdondehabitaSheeta,lapantera.

Ascendiendo en diagonal y en dirección al oeste, con la esperanza deencontrar el rastro de von Harben, Tarzán avanzaba constantemente en ladirección opuesta a la que había tomado el hombre al que buscaba. Sinembargo, su intención era, al alcanzar la cima, si entretanto no habíaencontrado señales de von Harben, desviarse directamente hacia el este ybuscarenunpuntomásalto,enladirecciónopuesta.Amedidaqueavanzabalaladerasehizomásempinadayaccidentadahastaqueenunlugarcercadelextremo occidental de la masa montañosa, tropezó con una barrera casiperpendicular a la falda de la montaña, en cuya base emprendió el caminoentrepiedrassueltasquehabíancaídodearriba.Desdeelbosquedemásabajohasta la base del vertical acantilado, se encontraban esparcidos un grannúmerodematorralesyarbolitosescuálidos.

Tanconcentradoestabaelhombremonoenlapeligrosatareadeproseguirsu camino que prestó poca atención a lo que no fueran las dificultades delavanceysuconstantebúsquedadelrastrodevonHarben;asípues,novioelpequeño grupo de guerreros que le miraban desde la protección delbosquecilloquehabíamásabajo,niNkima,quenormalmenteestabatanalertacomosuamo, teníaojosuoídosparaotracosaquenofueran lasexigenciasinmediatasdel camino.Nkimano estaba contento; hacíavientoy estono legustaba. A su alrededor olía el rastro de Sheeta, la pantera, mientrasconsiderabaloescasosyesmirriadosqueeranlosárbolesqueencontrabanasupaso. De vez en cuando observaba, con desaliento, los salientes de los quepodríasaltarSheeta;elcaminoresultabaterroríficoparaelpequeñoNkima.

Llegaronaunpuntoparticularmenteinseguroenlafaldadelamontaña.Asuderechaseelevabasobreellosunpeñascototalmenterecto,yasuizquierdalafaldadelamontañadescendíaenunapendientetanpronunciadaqueTarzánavanzaba con el cuerpo pegado a la cara de granito del despeñadero paraencontrarpuntosdeapoyo.Frenteaellos,elempinadodespeñaderoseelevabacontraeldistantecielo.Quizádespuésdeaquellaescarpadaesquinaelavancesería más fácil. En caso contrario, Tarzán sabía que se vería obligado aregresar.

Enunlugardondeelpuntodeagarredelpieeraunapiedraestrechísima,queporun instantehizoperderel equilibrioaTarzán,Nkima,creyendoque

Page 17: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Tarzánibaacaer,chillóysaltódesuhombrodetalformaquedioalcuerpodelhombremonoelímpetuquerequeríaparaperderelequilibrio.

Lafaldadelamontañaeraempinada,aunquenoperpendicular,ysiNkimano hubiera empujado al hombre mono hacia atrás, sin duda sólo habríaresbaladounacortadistanciaantesdepoderdetenersucaída,peroseprecipitódecabezayrodódandotumbosenuncortotrechoderocasueltahastaquesucuerpo paró al chocar con uno de los muchos arbolitos que se aferraban,tenaces,alaladera.

Aterrado,Nkimacorriójuntoasuamo;chillóyleparloteóaloídoytiródeélenunesfuerzoporlevantarle,peroelhombremonoyacíainmóvil,conunestrechoreguerodesangrequelebrotabadeuncorteenlasien.

MientrasNkima lloraba, losguerreros,que leshabíanestadoobservandodesdeabajo,ascendieronrápidamentelaladerahaciaélysuindefensoamo.

IV

Cuando Erich von Harben se volvió para mirar aquello que había oídoaproximarse a él por detrás, vio a un negro armado con un rifle que seacercaba.

—¡Gabula! – exclamó el hombre blanco bajando el arma–. ¿Qué hacesaquí?

—Bwana –dijo el guerrero–, no podía abandonarte. No podía dejar quemurierassoloamanosdelosespíritusquehabitanenestasmontañas.

VonHarbenlemiróconincredulidad.

—Perosipensabaseso,Gabula,¿notienesmiedodequetambiéntematenati?

—Esperomorir, bwana –respondióGabula–. No entiendo por qué no temataronlaprimeranocheolasegunda;seguroquenosmataránalosdosestanoche.

—¡Ysinembargomehasseguido!¿Porqué?

—Has sido bueno conmigo, bwana –respondió el hombre–; tu padretambién ha sido bueno conmigo.Cuando los otros hablaronme llenaron demiedo,yhuiconellos,perohevuelto.¿Quéotracosapodíahacer?

—Nada, Gabula. Tal y como vemos las cosas no teníamos otra opción,perolosdemásteníanunaopinióndiferenteyactuaronenconsecuencia.

Page 18: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Gabulanoescomolosdemás–replicóorgullosoelhombre–.GabulaesunBatoro.

—Gabulaesunvalienteguerrero–exclamóvonHarben–.Nocreoen losespíritus,yportantonohayrazónporlaquedebamostenermiedo,perotúylosdemáscreéisenellos,por loqueesunactomuyvalientepor tuparteelhabervuelto,peronoteretendré.Puedesvolver,Gabula,conlosotros.

—¿Sí?–preguntóGabulaconansia–.¿Elbwanasevuelve?Estoestábien,entoncesGabulavolveráconél.

—No, voy a bajar a ese cañón –contestó von Harben, señalando haciaabajo.

Gabula miró, con la sorpresa y el asombro reflejados en sus ojosdesorbitadosylabocaabierta.

—Pero,bwana,aunqueunserhumanoencontraralamaneradedescenderestosempinadosacantilados,enlosquenohaysitioniparalospiesniparalasmanos,seguroquemoriríaencuantollegaraalfondo,puessindudaéstaeslatierra de la tribu perdida, donde los espíritus de los muertos viven en elcorazóndelosWiramwazi.

—No es necesario que vengas conmigo, Gabula –le aseguró Harben–.Vuelvecontugente.

—¿Cómobajarásahí?–preguntóelnegro.

—Nosécómo,nidónde,nicuándo.Ahoravoyadescenderporestagrietamientraspueda.Quizámásabajoencontraréuncamino,oquizáno.

—Pero ¿y si no hay puntos de apoyo después de la grieta? – preguntóGabula.

—Tendréqueencontrarlos.

Gabulameneólacabeza.

—Ysillegasalfondo,bwana,ytienesrazónrespectoalosespíritusynohayningunoonotematan,¿cómovasasalirdeahí?

VonHarbenseencogiódehombrosysonrió.Luego,letendiólamanoalnegro.

—Adiós,Gabula–exclamó–.Eresunhombrevaliente.

Gabulanocogiólamanoqueleofrecíasuamo.

—Voycontigo–respondió,simplemente.

—¿Aunque comprendes que si llegamos al fondo vivos tal vez nuncapodamosregresar?

Page 19: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Sí.

—No te entiendo,Gabula. Tienesmiedo y yo sé que deseas volver a laaldea de tu gente. Entonces, ¿por qué insistes en ir conmigo cuando te doypermisoparamarcharteacasa?

—Hejuradoservirte,bwana,ysoyunBatoro–respondióGabula.

—YyosólopuedodargraciasaDiosdequeseasunBatoro–contestóvonHarben–,pueselSeñorsabequenecesitaréayudaantesdellegaralfondodeestecañón,ydebemosllegarallí,Gabula,amenosquenoscontentemosconmorirdehambre.

—Hetraídocomida–dijoGabula–.Sabíaquetendríashambreyhetraídounpocodelacomidaquetegusta–ysacódelfardoquellevabavariasbarrasde chocolate y unos paquetes de comida concentrada quevonHarbenhabíaincluidoentrelossuministrosparauncasodeemergencia.

Para el hambriento von Harben la comida fue como el maná para losisraelitas,ysinperdertiempoaprovechólasprovisionesdeGabula.Eliminadala fuerte punzada del hambre, von Harben experimentó una sensación derenovadasfuerzasyesperanza,yconesteánimoalegreyboyanteoptimismoinicióeldescensoalcañón.

Gabula,cuyolinajeseremontabaalejanísimasgeneracionesdehabitantesdelajungla,quedóabsolutamenteasombradoalcontemplarelgranabismoalquesuamoleconducía,perotanprofundamentesehabíainvolucradoconsusdeclaraciones de lealtad y orgullo tribal que siguió a von Harben sin dejartraslucirelauténticoterrorqueleconsumía.

Eldescensoporlagrietafuemenosdifícildeloqueparecíadesdearriba.Lasrocasquehabíancaídoy llenadoparcialmente labrechaproporcionabanmás que suficientes puntos de apoyo y sólo en algunos lugares precisaronayuda;enunadeestasocasiones,vonHarbensediocuentade lasuertequehabíasidoparaélelregresodeGabula.

Cuandoporfinllegaronalfinaldelagriegaseencontraron,enlaaberturaexterior,conlacaradelacantiladoyvariasdecenasdemetrosmásabajodelborde.ÉsteeraelpuntodondeterminabaloquevonHarbenpodíaverdesdearriba y al que se había ido aproximando con profunda ansiedad, ya queexistíanmuchasprobabilidadesdeque lasmalas condicionespusieran fin aldescensoporestaruta.

VonHarbengateósobreloscascotesdelfondodelafisurahastaelbordeexterior y allí descubrió una caída de unos treintametros hasta la siguienteterraza;leinvadióeldesaliento.Regresarpordondehabíanvenidoera,temíaél,unaproezaqueestabafueradelalcancedesusfuerzasyhabilidad,puesen

Page 20: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

algunos lugares habían descendido con la mayor dificultad y seríaprácticamenteimposibleescalarlosenelviajederegreso.

Como era imposible ascender y como si se quedaban allí seguramentemorirían de hambre, no quedaba alternativa.VonHarben se tumbó sobre elvientre, con los ojos en el borde exterior de la fisura, y dio instrucciones aGabula de que le sujetara con fuerza los tobillos; luego, se arrastró haciadelantehastaquedivisótodalacaradelacantiladodesdeallíhastalasiguienteterraza.

Aunospasosdelnivelenelqueestabavioquelagrietaseabríaotravezalabasedelacantilado;lainterrupciónenelpuntoenelqueseencontrabateníasu causa enun fragmentograndede rocaque sehabía encajado firmementeentrelosladosdelagrietaylaasfixiabaporcompleto.

La grieta, que se había estrechado considerablemente desde que habíanpenetrado en ella en la cima, no tenía más de unos sesenta o noventacentímetros de amplitud directamente debajo de la roca en la que él seencontraba,ysuanchuravariabapocoenlosrestantesmetrosquelaseparabandelnivelinferiorque,encomparación,eraliso.

Si él y Gabula podían meterse en esta grieta, sabía que les sería fácilafianzarsecontralosladosdetalformaquedescenderíanasalvoladistanciaque les quedaba, pero ¿cómo iban a salvar la roca que tapaba la grieta yarrastrarsedenuevohastaéstamásabajo?

VonHarbenbajósutoscobastóndemontañaporelbordedelfragmentoderoca. Cuando extendió los brazos por completo la punta del palo estabaconsiderablementemásabajode larocaen laqueélseencontraba tumbado.Eraconcebiblequeunhombrequecolgaradelapuntadelbastóndemontañasemetieraenlagrieta,peroseríaunaproezaacrobáticaqueestabamuyfueradelospoderesdeélmismoodeGabula.

Una cuerdahabría resuelto el problema, perono teníanninguna.Conunsuspiro,vonHarbenseretirócuandosuexamendelagrietaleconvenciódeque debía encontrar otro camino, pero no tenía ni idea de en qué direcciónbuscarunasolución.

Gabulaseagachóenlagrieta,aterradoalanticiparlaexploraciónquevonHarbenhabíasugerido.Lasolaideademirarporelbordedeaquellarocaquesobresalía de la cara del acantilado dejaba a Gabula helado y medioparalizado,ylaideadequetalveztuvieraqueseguiravonHarbenprodujoenelnegrounataquedetemblores;sinembargo,sivonHarbenhubierasaltadoporelborde,Gabulalehabríaseguido.

El hombre blanco permaneció largo rato sentado, sumido en suspensamientos. Una y otra vez sus ojos examinaron todos los detalles de la

Page 21: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

formación de la grieta que quedaban al alcance de su vista.Una y otra vezvolvían al gran fragmento en el que estaban sentados, que se hallabaincrustado entre los lados de la fisura. Si sacaban esta roca, le parecía quepodríanavanzarsinobstáculoshastalasiguienteterraza,perosabíaquenada,salvo una carga de dinamita, podría mover aquella pesada losa de granito.Justodetrásde ellaobservóunos fragmentos sueltosdediversos tamaños,ycuando sus ojos se volvieron una vez más hacia ellos, se le ocurrió laposibilidadquesugerían.

—Vamos,Gabula–exclamó–.Ayúdameasacaralgunasdeestasrocas.Meparece que es nuestra única esperanza de escapar de la trampa en que noshemosmetido.

—Sí, bwana –respondió Gabula, y se puso a trabajar al lado de vonHarben,aunquenoentendíaporquérecogíanaquellaspiedras,algunasdelascuales pesaban mucho y costaba empujarlas hasta el borde del fragmentoplanoquetapabalagrieta.

Lasoíaestrellarseabajoyestoleinteresóyfascinóhastaelpuntodequetrabajabafebrilmenteparaaflojarlaspiedrasmásgrandesporelplacerqueleproducíaoírelfuerteruidoquehacíancuandogolpeabanelsuelo.

Alcabodeunosminutos,vonHarbendijo:

—Empiezaadarlaimpresióndequevamosaconseguirlo,amenosquealsacarestas rocas lasdearribaresbalenyhagancaer toda lamasaencimadenosotros; en cuyo caso, Gabula, el misterio de la tribu perdida dejaría deinteresarnos.

—Sí, bwana –dijoGabula, y levantó una roca inusualmente grande y lahizorodarhaciaelbordedelafisura.

—¡Mira,bwana!–gritó,señalandoellugardondeantesestabalaroca.

VonHarbenmiróyviounaaberturadeltamañoaproximadodelacabezadeunhombrequepenetrabaenlagrieta,abajo.

—GraciasaNsenene,elsaltamontes,Gabula–exclamóelhombreblanco–,siésteeseltótemdetuclan,puesenverdadhayuncaminohacialasalvación.

Los dos hombres se apresuraron a ponerse a trabajar para agrandar elagujero sacando otros fragmentos que antes estaban apretados y cerraban lafisuraenestepunto,ymientraslosfragmentoscaíanconestrépitoalasrocasdeabajo,unguerreroaltoyerguidoqueseencontrabaenlaproadeunacanoaenelpantanosolagolevantólamiradayllamólaatencióndesuscompañeros.

Oíanclaramentelosecosdelosfragmentosquealcaergolpeabanlasrocasalpiedelagrietay,comoteníanbuenavista,veíanmuchosdelostrozosmásgrandesquevonHarbenytabulaarrojaban.

Page 22: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Elgranmuroestácayendo–gritóelguerrero.

—Sólosonunascuantaspiedras–replicóotro–.Noesnada.

—Estas cosas no suceden más que después de las lluvias –comentó elprimero–.Asíescomosehaprofetizadoqueelgranmurocaerá.

—Quizá se trata de un demonio que vive en el muro –sugirió el otro–.Démonosprisaydigámosloalosamos.

—Vamosaobservarunpoco–ordenóelquehabíahabladoprimero–,hastaquetengamosalgoquedecirles.Sivamosylesdecimosquesehancaídounasrocasdelgranmurosólosereirándenosotros.

VonHarbenyGabulahabíanaumentadoeltamañodelaaberturahastaquefuelobastantegrandeparapermitirelpasodelcuerpodeunhombre.Atravéssuyoelhombreblancoviolosásperosladosdelagrietaqueseextendíahastaelniveldelasiguienteterrazaysupoquelasiguientefasedesudescensoyaestabahecha.

—Bajaremosdeunoenuno,Gabula–indicóvonHarben–.Yoiréprimero,porque estoy acostumbrado a este tipo de terreno. Ve con cuidado y bajaexactamenteigualqueyo,esfácilynohaypeligro,tansóloasegúratedequetieneslaespaldapegadaaunaparedylospiesenlaotra.Perderemosunpocodepielconeldescenso,porquelasparedessonásperas,perollegaremosabajosanosysalvossinoslotomamosconcalma.

—Sí,bwana; túvasprimero–respondióGabula–, si teveohacerloquizáyopuedatambién.

VonHarbenbajópor laabertura,afianzadoen lasparedesopuestasde lagrieta, e inició el lentodescenso.Unosminutos después,Gabula vioque suamosehallabaasalvoenelfondo,yaunqueteníaelcorazónenunpuñoelnegrolesiguiósinvacilar,perocuandoporfinsehallóalladodevonHarben,exhalóunsuspirodealiviotanfuertequevonHarbennopudopormenosdereírseenvozalta.

—Es el demonio mismo –exclamó el guerrero de la canoa cuando vonHarbenhubobajadodelagrieta.

Desdelacanoaenlaquelosobservadoresflotaban,medioescondidosporpapiros,laterrazadelabasedelafisuraeraapenasvisible.VieronemergeravonHarbenyunosmomentosdespuéslafiguradeGabula.

—Vaya–exclamóunodeloshombres–,ahorasíquenosapresuraremosacontárseloalosamos.

—No –replicó el que había hablado primero–. Puede que esos dos seandemonios, pero tienen aspecto de hombre y esperaremos hasta que sepamos

Page 23: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

quiénessonyporquéestánaquí.

Lossiguientestrescientosmetroseldescensodesdelabasedelafisuranofue difícil, pues se trataba de una tosca pendiente que llevaba, en direccióneste,haciaelfondodelcañón.Mientrasbajabansuvisióndellagoydelcañónamenudoquedabacompletamentebloqueadaporlasmasasdegranitogastadoporeltiempoenlasqueaveceslescostabaencontraruncamino.Engeneral,el descenso más fácil se encontraba entre estos elevados fragmentos delcuerpoprincipaldelacantilado,yenestosmomentosenqueelvallequedabaocultotambiénellosquedabanocultosalavistadelosobservadoresdellago.

Cuandohabíandescendidounatercerapartedelaescarpadura,vonHarbenllegó al borde de una estrecha garganta, cuyo fondo estaba densamentepobladodeverde,puesel follajede losárbolescrecíaconprofusión, loqueseñalaba sin lugar a dudas la presencia de agua en abundancia.VonHarbendescendióalagarganta,encuyofondoencontróunmanantialdelquesalíaunarroyueloquebajaba.Allísaciaronsusedydescansaron.Luego,siguieronelarroyueloynodescubrieronningúnobstáculoquenopudieranvencer.

Duranteunbuenrato,encerradosporlasparedesdelaestrechagargantaycircunscritasuvisiónpor ladensavegetaciónde lasorillasdel riachuelo,noveían el lago ni el fondo del cañón; pero finalmente, cuando la gargantadesembocó en las laderas inferiores, von Harben se detuvo para admirar elpaisajequeseextendíaanteél. Justoabajo,otro riachueloseuníaconaqueljuntoalquehabíandescendido,formandounpequeñoríoqueibaapararaloque parecía ser una verde pradera y por la que discurría sinuoso hasta elenormepantanosituadoalotroladodelvalle.

Tanrepletoestabaellagodeplantasacuáticasdepuntaplumosa,quevonHarbensólopudoadivinarsuextensión,pueselverdedelasplantasacuáticasyelverdedelaspraderascircundantessefundíanenuno;aunqueaquíyallásepodíanverseñalesdeaguaqueparecíansenderosopasajes tortuososqueibanentodasdireccionesatravésdelpantano.

Mientras von Harben y Gabula contemplaban este mundo nuevo ymisterioso (al menos para ellos), los guerreros que estaban en la canoa lesobservaban atentamente. Los extranjeros estaban aún tan lejos que loshombreseranincapacesdeidentificarlos,perosucabecillalesaseguróquenoerandemonios.

—¿Cómosabesquenosondemonios?–preguntóunodeellos.

—Veo que son hombres –respondió el otro. – Los demonios son muysabios y muy poderosos –insistió el incrédulo–. Pueden adoptar cualquierforma,podríanvenirenformadepájarosocomoanimalesocomohombres.

—Nosontontos–espetóelcabecilla–.Siundemoniodesearadescenderla

Page 24: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

gran pared no lo haría de la formamás difícil, se transformaría en pájaro ybajaríavolando.

El otro se rascó la cabeza, perplejo, pues se daba cuenta de que era unargumento difícil de discutir. Como no se le ocurrió nada mejor que decir,sugirióquefueranenseguidaainformardelasuntoasusamos.

—No–exclamóel cabecilla–.Nosquedaremosaquíhastaque esténmáscerca. Será mejor para nosotros si se los llevamos y mostramos a nuestrosamos.

LosprimerospasosquediovonHarbenenlaherbosapraderapusierondemanifiestoelhechodequeeraunpantanopeligrosodelquesóloconlamayordificultadpudieronsalir.

Al volver a tierra firme, vonHarben hizo un reconocimiento para ver sihabía alguna otra vía en el fondo del cañón, pero descubrió que en amboslados del río el pantano se extendía hasta el pie de la terrazamás baja delacantilado,yaunqueéstasseencontrabanmuyabajoencomparaciónconlasdemásarriba,seguíansiendobarrerasinfranqueables.

Posiblemente, reascendiendo lagargantapodría encontraruncaminoquelellevaraportierramássólidahaciaeloeste,perocomonopodíaestarsegurode ello, y tanto él como Gabula estaban completamente exhaustos por latensiónfísicadeldescenso,prefirióencontraruncaminomásfácilparallegaralaorilladellagosieraposible.

Vioque,sibienelríoenestepuntonoerarápido,lacorrientesíloeraparasugerir que el fondo estaría lo bastante libre de barro para poder utilizarlocomocaminoparallegarallago,sinoerademasiadoprofundo.

Paraprobarsiestaideaerafactible,semetióenelagua,sujetándoseaunextremodesubastóndemontañamientrasGabulaagarrabaelotro.Encontróqueelagualellegabahastalacinturayqueelfondoerafirmeysólido.

—Vamos,Gabula.Ésteesnuestrocaminoparallegarallago–exclamó.

CuandoGabulasedeslizóalaguadetrásdesuamo,lacanoaenlaqueseencontraban losguerreros avanzó en silencio: entre lospapirosy con remossilenciosos era impulsada velozmente hacia la boca de la corriente quedesembocabaenellago.

En el momento en que von Harben y Gabula descendieron la corriente,encontraron que la profundidad del agua no aumentaba mucho. Una o dosveces tropezaron con agujeros más profundos donde se vieron obligados anadar,peroenotroslugareselaguasólolesllegabaalasrodillas,yasífueronavanzandohaciaellago,encuyaorillasuvisiónsevioobstaculizadaporlosgrupos de papiros que se elevaban tres o cuatro metros por encima de la

Page 25: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

superficiedelagua.

—EmpiezaaparecerdijovonHarben–comosinohubieratierrafirmeenla línea costera, pero las raíces de los papiros nos sostendrán y si podemosavanzar hacia el extremo occidental del lago, estoy seguro de queencontraremostierrafirme,puesnomecabedudadequehevistotierramáselevadamientrasdescendíamoselacantilado.

Avanzandoconcautela,porfinllegaronalprimergrupodepapirosy,justocuando von Harben estaba a punto de poner el pie en las raíces, salió unacanoadedetrásde lamasadeplantas flotantesy losdoshombres sevieronapuntadosporlasarmasdeunosguerreros.

V

Lukedi,elBagego,llevóunacalabazaconlecheaunachozadelaaldeadesugente,enlasladerasinferioresdelextremooccidentaldelacordilleradelosWiramwazi.

Dosfornidoslancerosmontabanguardiaantelapuertadelachoza.

—Nyutomeha enviado con lechepara el prisionero –dijoLukedi–. ¿Suespírituharegresadoaél?

—Entraaverlo–leespetóunodeloscentinelas.

Lukedi entró en la choza y a la débil luz vio la figura de un gigantescohombre blanco sentado en el suelo de tierramirándole. El hombre tenía lasmuñecasatadasalaespalda,ylostobillostambiénatadosconresistentestirasdefibra.

—Aquí tienes comida –exclamóLukedi, dejando la calabaza en el suelocercadelprisionero.

—¿Cómo voy a comer con las manos atadas a la espalda? – preguntóTarzán.Lukediserascólacabeza–.Nolosé–dijo–,Nyutomehaenviadoconlacomida,peronomehadichoquetesueltelasmanos.

—Cortalasligaduras–pidióTarzán–,delocontrarionopodrécomer.

Unodeloslancerosentróenlachoza.

—¿Quédice?–preguntó.

—Dice que no puede comer si no tiene las manos libres –respondióLukedi.

Page 26: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—¿Nyutotehamandadoqueledesateslasmanos?–preguntóellancero.

—No–respondióLukedi.

Ellanceroseencogiódehombros.

—Entoncesdejalacomida;estodoloquetehanpedidoquehagas.

Lukedisevolvióparasalirdelachoza.

—Espera–gritóTarzán–.¿QuiénesNyuto?

—EseljefedelosBagegos–respondióLukedi.

—Veadecirlequedeseoverle;diletambiénquenopuedocomersitengolasmanosatadasalaespalda.

Lukediestuvofueramediahora.Cuandovolvió,trajounaviejayoxidadacadenadeesclavoyunantiguocandado.

—Nyutodicequeleencadenemosalpalocentralydespuéslecortemoslasatadurasdelasmanos–indicóalguardia.

Lostreshombresentraronenlachoza,dondeLukedipasóunextremodela cadena alrededor del palo central, pasó el extremo libre por el cuello deTarzánycerróelviejocandado.

—Cortalascuerdasdelasmanos–ordenóLukediaunodeloslanceros.

—Hazlo tú mismo –espetó el guerrero–. Nyuto te ha enviado a ti parahacerlo,amínomehadichoquelecortelasataduras.

Lukedivaciló,eraevidentequeteníamiedo.

—Tendremos las lanzas preparadas –le tranquilizaron los guardias–; nopodráhacertedaño.

—Noleharédaño–replicóTarzán–,¿quiénessoisyquiéncreéisquesoyyo?

Unodelosguardiasseechóareír.

—¡Nospreguntaquiénessomos,comosinolosupiera!

—Sabemosquiéneres–exclamóelotroguerrero.

—SoyTarzándelosMonos–espetóelprisionero–yestoyenpazconlosBagegos.

Elguardiánquehabíahabladoelúltimovolvióareírse.

—Puede que te llames así –manifestó–, tus hombres de la tribu perdidatienennombresextraños.TalveznoestésenguerraconlosBagegos,perolosBagegosloestáncontigo–ysindejardereírsaliódelachozaseguidoporsu

Page 27: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

compañero; pero el joven Lukedi se quedó, al parecer, fascinado por elprisionero,alquemirabafijamentecomosisetrataradeunadeidad.

Tarzán cogió la calabaza y bebió la leche que contenía, y ni un soloinstanteapartóLukedilosojosdeél.

—¿Cómotellamas?–preguntóTarzán.

—Lukedi–respondióeljoven.

—¿YnuncahasoídohablardeTarzándelosMonos?

—No–contestó.

—¿Quiéncreesquesoy?–quisosaberelhombremono.

—Sabemosquepertenecesalatribuperdida.

—Perosiyocreíaquelosmiembrosdelatribuperdidaeranlosespíritusdelosmuertos–exclamóTarzán.

—Nolosabemos–declaróLukedi–.Algunoscreenunacosa,otroscreenotra;perotúeresunodeellos.

—No soy uno de ellos –replicó Tarzán–. Vengo de una región que estámuchomásalsur,peroheoídohablardelosBagegosyheoídohablardelatribuperdida.

—Notecreo–exclamóLukedi.

—Tedigolaverdad–replicóTarzán.

Lukediserascólacabeza.

—Talvez–declaró–.Nollevasropacomolosmiembrosdelatribuperdidaylasarmasqueencontramoscontigosondiferentes.

—¿Habéisvistoamiembrosdelatribuperdida?–preguntóTarzán.

—Muchasveces–respondióLukedi–.UnavezalañosalendelasentrañasdelosWiramwaziycomercianconnosotros.Traenpescadoseco,caracolesehierroyacambiosellevansal,cabrasyvacas.

—Sicomercianconvosotrospacíficamente,¿porquémehacéisprisionerosicreéisquesoyunodeellos?–preguntóTarzán.

—Desdeelprincipiohemosestadoenguerraconellos–contestóLukedi–.Es cierto que una vez al año hacemos tratos, pero siempre son nuestrosenemigos.

—¿Yporqué?–preguntóelhombremono.

—Porqueencualquiermomento,nosabemosnuncacuándo,susguerrerospuedenatacarnosycapturarhombres,mujeresyniños,alosquesellevancon

Page 28: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

ellosalosWiramwazi.Nadieregresajamás.Nosabemosquéesdeellos, talvezseloscomen.

—¿Quémeharávuestrojefe,Nyuto?–preguntóTarzán.

—Nolosé–respondióLukedi.Estándiscutiendolacuestión.Todosdeseandarte muerte, pero algunos creen que esto podría provocar la ira de losfantasmasdetodoslosBagegosmuertos.

—¿Porquélosfantasmasdevuestrosmuertosdeseanprotegerme?–quisosaberTarzán.

—Muchoscreenquevosotros, losmiembrosde la tribuperdida, sois losfantasmasdenuestrosmuertos–explicóLukedi.

—¿Ytúquécrees,Lukedi?–preguntóelhombremono.

—Cuandotemirocreoqueeresunhombredecarneyhuesocomoyo,yportantopiensoquequizámeestásdiciendolaverdadcuandoafirmasquenoeres unmiembro de la tribu perdida, porque estoy seguro de que ellos sontodosfantasmas.

—Pero cuando vienen a comerciar o a pelear con vosotros, ¿no podéissabersisondecarneyhueso?

—Sonmuypoderosos–dijoLukedi–.Podríanvenirenformadehombresdecarneyhuesoocomoserpientesoleones.Porestonoestamosseguros.

—¿Yquécreesquedecidiráhacerconmigoelconsejo?–preguntóTarzán.

—Yocreoquenocabedudadequetequemaránvivo,porqueasíquedarándestruidostucuerpoytuespíritu,paraqueéstenopuedavolveraacosarnosymolestarnos.

—¿Hasvistoúltimamenteaalgúnotrohombreblanco,ohasoídohablardealguno?–preguntóTarzán.

—No–respondióeljoven–.Hacemuchosaños,antesdeloqueyopuedorecordar,vinierondoshombresblancosquedijeronquenoeranmiembrosdela tribu perdida, pero no les creímos y lesmataron. Ahora tengo que irme.Mañanatetraerémásleche.

Cuando Lukedi se hubo ido, Tarzán empezó a examinar la cadena, elcandado y el palo central de la choza, en un esfuerzo por descubrir algúnmodode escapar.La choza era cilíndricay teníaun techocónicodehierba.Las paredes laterales eran estacas clavadas unos centímetros en el suelo yunidas en la parte superior e inferior por enredaderas. El palo central eramuchomáspesadoyestabafuertementefijado.Elinteriordelachozaestabaenlucidoconbarro,quehabíasidoarrojadoconfuerzaydespuésalisadoconlapalmadelamano.EraalgocorrientequeTarzánconocía.Sabíaqueexistía

Page 29: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

la posibilidadde quepudiera levantar el palo central y retirar la cadenapordebajo.

Desde luego, sería difícil conseguirlo sin llamar la atención de losguardias,ycabíalaposibilidaddequeelpalocentralestuvieratanhundidoenel suelo que fuera imposible sacarlo. Si tuviera tiempo, podría excavaralrededor de la base, pero como uno u otro de los centinelas asomabacontinuamente la cabeza en la choza para ver si todo iba bien, Tarzán viopocasposibilidadesdeliberarsesinserdescubierto.

Cuandosehizodenoche,Tarzánsetumbóenelduroysuciosuelodelachozaytratódedormir.Duranteunratolosruidosdelaaldealemantuvierondespierto,peroalfinsedurmió.Cuántoratotardóendespertarsenolosabía.Desdeniñohabíacompartidoconlasbestias,entrelasquesehabíacriado,lacapacidaddedespertarenseguidayconplenodominiodetodassusfacultades.Esto hizo ahora, inmediatamente consciente de que el ruido que le habíadespertadoprocedíadeunanimaleneltechodelachoza.Fueraloquefuese,trabajabaensilencio,peroconquéfinelhombremononopodíaimaginarlo.

LasfogatasdelaaldeadesprendíanunhumoacrequeimpedíaqueTarzáncaptara el olor de la criatura que estaba en el tejado. Repasó con atencióntodoslosposiblesfinesporlosqueunanimalpodíaestarsobreuntechadodehierbayporunprocesodeeliminaciónllegóaunaconclusión:elanimalqueestabafueradeseabaentraryonoteníasuficientecerebroparasaberquehabíauna puerta, o era demasiado astuto como para arriesgarse a ser descubiertointentandopasarpordelantedeloscentinelas.

Pero ¿por qué iba a desear cualquier animal entrar en la choza? Tarzányacíadeespaldas, contemplando laoscuridadendirecciónal techomientrastrataba de encontrar una respuesta a esta pregunta. Entonces, justo sobre sucabeza, vio un pequeño rayo de luz. Fuera lo que fuese lo que estaba en eltejadohabíahechounaaberturaquecadavezeramásgrandeamedidaquelacriaturadesgarraba,sinhacerruido,latechumbre.Laaberturaestabacercadelapareddondelasvigasestabanmásseparadas,perosiestoeraintencionadooaccidental Tarzán no lo podía adivinar. A medida que el agujero se hacíamayoryTarzánvislumbrabafugazmentelasiluetadelacriatura,unaampliasonrisa iluminóel rostrodel hombremono.Enesemomentovio los fuertesdeditosquetrabajabanconlasramitasqueestabanpuestaslateralmenteenlasvigas para sostener el techo y después de sacar varias de ellas, la aberturaquedó completamente cerrada por un cuerpecito peludo que se introdujoretorciéndoseysedejócaeralsuelojuntoalprisionero.

—¿Cómomehasencontrado,Nkima?–preguntóTarzánenunsusurro.

—Nkima os ha seguido –respondió el monto–. He pasado todo el díasentadoenunaramaaltasobrelaaldeaobservandoestelugaryaguardandola

Page 30: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

oscuridad.¿Porquéestásaquí,TarzándelosMonos?¿PorquénotevasconelpequeñoNkima?>

—Estoyencadenado–replicóTarzán–,nopuedosalir.

—NkimairáabuscaraMuviroyasusguerreros–exclamóelmono.

Por supuesto, no utilizaba estas palabras, sino que lo que decía en ellenguaje de los simios transmitía este significado a Tarzán. «Simios negroscon palos largos y afilados» es la expresión que utilizó para describir a losguerreroswaziri,yelnombredeMuviroeradesupropiaacuñación,peroélyTarzánseentendían.

—No –contestó Tarzán–. Aunque voy a necesitar a Muviro, no llegaríaaquíatiempoparaservirmedeayuda.Vuelvealbosque,Nkima,yespérame.Alomejormereúnocontigomuypronto.

Nkimaprotestó, pues noqueríamarcharse.Teníamiedode estar solo enaquel extraño bosque; en realidad, la vida deNkima había sido una larga ycomplicada vida de terror, aliviado sólo en las ocasiones en que podíaacurrucarseenelregazodesuamo,salvoentrelassólidasparedesdelbungalóde Tarzán. Uno de los centinelas oyó voces dentro de la choza ymedio seasomó.

—¿Vesloquehasconseguido?–riñóTarzánaNkima–.AhoraserámejorquehagasloqueTarzántediceysalgasdeaquíparairalbosque,antesdequetepillenysetecoman.

—¿Conquiénhablas?–quisosaberelcentinela.Oyó ruidodepequeñospasos que huían y al mismo tiempo vio el agujero del techo y, casisimultáneamente,vioquealgooscurodesaparecíaporallí–.¿Quéeraeso?–preguntó,nervioso.

—Eso –respondió Tarzán– era el fantasma de tu abuelo. Ha venido adecirmequetúytusesposasytodostushijosenfermaréisymoriréissialgomeocurre.TambiénhatraídoelmismomensajeparaNyuto.

Elcentinelasepusoatemblar.

—Vuelvea llamarle–rogó–ydilequeyonohe tenidonadaqueverconesto.Nosoyyo,sinoNyuto,eljefe,quienvaamatarte.

—Nopuedohacerlevolver–replicóTarzán–y serámejorque ledigas aNyutoquenomemate.

—Nopuedoverlehastamañana–gimióelcentinela–.Quizásentoncesseademasiadotarde.

—No–dijoTarzán–.Elfantasmadetupadrenoharánadahastamañana.

Page 31: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Aterrorizado,elcentinelaregresóasupuesto,dondeTarzánleoyódiscutirelasunto,asustadoyexcitado,consucompañerohastaqueelhombremonoporfinvolvióaquedarsedormido.

Era ya casi mediodía cuando a la mañana siguiente alguien entró en lachozaenlaquesehallabaconfinadoTarzán.EraLukediytraíaotracalabazallenadeleche,estabamuynervioso.

—¿EsciertoloquediceOgonyo?–preguntóaTarzán.

—¿QuiénesOgonyo?–quisosaberTarzán.

—Unodelosguerrerosqueanochehacíaguardiaaquí,y lehacontadoaNyotoyatodalaaldeaquehaoídoalfantasmadesuabuelohablandocontigoyqueelfantasmadijoquemataríaatodoslosdelaaldeasiteocurríaalgúndaño,yahoratodostienenmiedo.

—¿YNyuto?–preguntóTarzán.

—Nyutonotienemiedodenada–respondióLukedi.

—¿Nisiquieradelosfantasmasdelosabuelos?–exclamóTarzán.

—No.Éleselúnicodelosbagegosquenotienemiedodeloshombresdelatribuperdida,yahoraestámuyenfadadocontigoporquehasasustadoasupuebloyestanochequierequemarte. ¡Mira!–Lukediseñalóhacia lapuertadelachoza–.Desdeaquípuedesverlescolocandolaestacaalaqueteatarán,ylosmuchachosestánenelbosquerecogiendoleña.

Tarzánseñalóelagujerodeltecho.

—Allí–dijo–estáelagujeroquehizoelfantasmadelabuelodeOgonyo.VeabuscaraNyutoyquelovea,talvezentoncesmecrea.

—Noservirádenada–leadmitióLukedi–.Sivieramilfantasmasconsuspropiosojos,notendríamiedo.Esmuyvaliente,perotambiénesmuyterco,ynecio.Ahoramoriremostodos.

—Sindudaalguna–respondióTarzán.

—¿Nopuedessalvarmeamí?–pidióLukedi.

—Simeayudasaescapar,teprometoquelosfantasmasnoteharánningúndaño.

—Sipudierahacerlo…–suspiróLukeditendiéndolelacalabazadelechealhombremono.

—Sólometraesleche–exclamóTarzán–.¿Porqué?

—EnestaaldeapertenecemosalclanBulisoy,por lo tanto,nopodemosbeberlalechenicomerlacarnedeTimba,lavacanegra,asíqueguardamos

Page 32: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

esacarneylecheparacuandotenemosinvitadosoprisioneros.

Tarzán sealegródequeel tótemdel clanBuliso fueraunavacaynounsaltamontes,oelaguadelluviadelostejadosdelascasasounodeloscientosdeotrosobjetosque losdiferentesclanesveneran,puessibien la formacióntemprana de Tarzán no había despreciado a los saltamontes comoalimentación,preferíaconmucholalechedeTimba.

—Ojalá Nyuto me viera y hablara conmigo –insistió Tarzán de losMonos–. Entonces sabría que sería mejor tenerme como amigo que comoenemigo. Muchos hombres han intentado matarme, muchos jefes másimportantesqueNyuto.Estanoeslaprimerachozaenlaquemehantenidoprisionero,nieslaprimeravezqueunoshombreshanpreparadounahoguerapara quemarme, y sin embargo sigo vivo, Lukedi, ymuchos de ellos estánmuertos.Ve,pues,aNyutoyaconséjalequemetratecomoamigo,puesnosoydelatribuperdidadelosWiramwazi.

—Tecreo–afirmóLukedi–;iréylerogaréaNyutoquemeescuche,perometemoquenolohará.

Cuando el joven se hallaba en el umbral de la puerta de la choza, seprodujodeprontoungranalborotoenlaaldea.Tarzánoyóalgunoshombresquedabanórdenes,niñosque llorabanyel retumbardepiesdesnudosenelduro suelo. Después, los tambores de guerra resonaron y escuchó elentrechocar de armas y escudos y fuertes gritos. Vio que los guardias queestaban ante la puerta de su choza se ponían en pie de un salto y corrían aunirsea losdemásguerrerosyentoncesLukedi,en lapuerta, retrocedióconungritodeterror.

—¡Quevienen!¡Quevienen!–chilló,ycorrióhastaelfondodelachoza,dondeseagazapó,aterrorizado.

VI

Erich Von Harben miró los rostros de los altos guerreros semidesnudoscuyasarmasleamenazabandesdesucanoabaja,yloprimeroquelellamólaatenciónfuelanaturalezadeaquellasarmas.

Sus lanzas eran diferentes de todo lo que había visto hasta entonces enmanos de salvajes modernos. En lugar de la lanza corriente del salvajeafricano,llevabanunajabalinapesadayformidableque,aljovenarqueólogo,le sugirió nada menos que la pica de la antigua Roma, y esta similitud laconfirmódespuéslaaparicióndelasespadascortasyanchas,dedosfilos,quecolgabanenfundassujetasconcorreasquepasabanporelhombroizquierdo

Page 33: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

delosguerreros.VonHarbentuvolasensacióndeque,siestaarmanoeralagladiusHispanusdellegionarioimperial,todossusestudioseinvestigacionesnohabíanservidoparanada.

—Pregúntalesquéquieren,Gabula–ordenó–.Alomejorteentenderán.

—¿Quiénes sois y qué queréis de nosotros? – preguntó Gabula en eldialectobantúdesutribu.

—Deseamos ser amigos –añadió von Harben en el mismo dialecto–.Hemosvenidoavisitarvuestropaís,llevadnosconvuestrojefe.

Unnegroaltoqueestabaenlapopadelacanoameneólacabeza.

—No os entiendo –respondió–. Sois nuestros prisioneros, y vamos allevaros inmediatamente con nuestros amos. Venga, subid a la canoa. Si osresistísocausáisproblemas,osmataremos.

—Hablanunaextrañalengua–comentótabula–,nolesentiendo.

ElrostrodevonHarbenmostrabasorpresae incredulidad,yexperimentóunasensacióncomosimiraraaunhombrequedeprontohubieraresucitadotrashaberestadomuertocasidosmilaños.

VonHarbenhabíasidounatentoestudiantedelaantiguaRomaysulenguamuertadesdehacíamuchotiempo,peroquédiferenteeralalenguaviva,queoyóyreconociógraciasalasmohosaspáginasdemanuscritosantiguos.

Entendió lo suficiente de lo que el hombre había dicho para captar susignificado,peroreconocióquelalenguaeraunhíbridodelatínypalabrasderaízbantú,aunquelasinflexionesparecíanser,demanerauniforme,lasdelalengualatina.

Ensuépocadeestudiante,vonHarbenamenudosehabíaimaginadoasímismo como ciudadano de Roma. Había elevado oraciones en el Fórum yhabía dirigido a sus tropas por el campo deÁfrica y en laGalia, pero quédiferenteparecíatodoaquelloahoraqueseencontrabafrentealarealidadynoenlaimaginación.Suvozlesonabaextrañainclusoasusoídosylaspalabraslesalieronconvacilacióncuandohablóconelhombrealtoenlalenguadeloscésares.

—No somos enemigos –explicó–, hemos venido como amigos a visitarvuestro país –y entonces esperó, sin creer apenas que aquel hombre leentendiera.

—¿SoisciudadanosdeRoma?–preguntóelguerrero.

—No,peromipaísestáenpazconRoma–afirmóvonHarben.

Elhombreparecióasombrado,comosinoentendieralarespuesta.

Page 34: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—¿SoisdeCastraSanguinarius?–Suspalabrasteníanuntonodedesafío.

—SoydeGermana–respondióvonHarben.

—Nuncaheoídohablarde semejantepaís.Sois ciudadanosdeRomadeCastraSanguinarius.

Llévameantetujefe–exigióvonHarben.

—Esa esmi intención. Subid aquí, nuestros amos sabrán qué hacer convosotros.

VonHarbenyGabulasubieronalacanoa,contantatorpezaqueestuvieronapuntodevolcarla,paragrandisgustodelosguerreros,quelesagarraronnocondemasiadaamabilidadylesobligaronaagacharseenelsuelodelafrágilembarcación.Entoncesdieron lavueltay remaronporun sinuosocanalqueestabaflanqueadoporabundantespapirosqueseelevabantresocuatrometrossobrelasuperficiedelagua.

—¿A qué tribu pertenecéis? – preguntó von Harben, dirigiéndose alcabecilladelosguerreros.

—Somos bárbaros del Mare Orientis, súbditos de Vahdus Augustus,emperador del Este; pero ¿por qué me haces estas preguntas? Sabes estascosasigualqueyo.

Trasmediahoraderemardeformaregularportortuosossenderosdeagua,llegaronaunacoleccióndechozasconstruidassobrelasraícesflotantesdelospapiros,cuyasaltasplantashabíansidocortadaslosuficienteparadejarsitioparalamediadocenadechozasqueconstituíanlaaldea.AquívonHarbenyGabulaseconvirtieronenelcentrodeatencióndeuncuriosoyexcitadogrupode hombres, mujeres y niños; von Harben oyó que sus capturadores lesdescribíanaélyaGabulacomoespíasdeCastraSanguinariusyseenteródequealdíasiguienteseríanllevadosaCastrumMare,quesupusosetratabadela aldea de los misteriosos «amos» a los que sus capturadores aludíancontinuamente.Los negros no les tratabanmal, aunque era evidente que lesconsiderabanenemigos.

Cuando fueron entrevistados por el jefe de la aldea, von Harben,despertada sucuriosidad, lepreguntóporquéno leshabíanmaltratado si sugentecreía,comoparecíaser,queeranenemigos.

—Eres un ciudadano deRoma –le explicó el jefe– y éste es tu esclavo.NuestrosamosnonospermitenalosbárbaroshacerdañoaningúnciudadanodeRoma,aunqueseadeCastraSanguinarius,exceptoendefensapropiaoenelcampodebatallaentiemposdeguerra.

—¿Quiénessonvuestrosamos?–preguntóvonHarben.

Page 35: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Bueno, los ciudadanos de Roma que viven en Castrum Mare, desdeluego,comocualquieradeCastraSanguinariussabe.

—PeroyonosoydeCastraSanguinarius–insistióvonHarben.

—DíseloalosoficialesdeValidusAugustus–replicóeljefe–.Talvezellostecrean,perolociertoesqueyono.

—¿Son negros esa gente que viven en Castrum Mare? – preguntó vonHarben.

—Lleváoslos –ordenó el jefe–, y confinadlos en una choza. Allí podránpreguntarseunoaotrotonteríascomoéstas,noquieroescucharlesmás.

UngrupodeguerrerossacaronavonHarbenyGabulaylesllevaronaunade las pequeñas chozas de la aldea. Allí les dieron de comer pescado ycaracolesyunplatopreparadoconlamédulacocidadepapiros.

A la mañana siguiente, volvieron a servir a los prisioneros una comidasimilaralaqueleshabíandadolanocheanteriorypocodespuéslesordenaronsalirdelachoza.

Enelcursodeaguaquehabíaantelaaldeaflotabamediadocenadecanoasocupadasporguerreros.Llevaban la carayel cuerpopintadoscomopara laguerra y parecían haberse puesto todos los adornos de collares, tobilleras,brazaletes,brazalesyplumasquepodíanllevarencima;inclusolaproadelascanoaslucíaextrañosadornosdevivoscolores.

Había muchos más guerreros de los que podían alojarse en las pocaschozasdelpequeñoclaro,pero,comosupovonHarbenmásadelante,veníandeotrosclaros.VonHarbenyGabularecibieronlaordendesubiralacanoadel jefe y, unos instantes después, la pequeña flota salió al agua. Fuertesremeros impulsaban las canoas por el sinuoso curso del agua en direcciónnordeste.

Durante la primera media hora, pasaron por varios claros pequeños, encada uno de los cuales se encontraban algunas chozas de las que salíanmujeres y niños que se acercaban a la orilla para verles pasar, pero en sumayor parte el curso de agua discurría entre monótonos muros de altospapiros,quebradosdevezencuandoporcortostramosdeagua.

Von Harben trató de entablar conversación con el jefe, en especial conrespectoasudestinoyalanaturalezadelos«amos»acuyasmanosibanaserentregados,peroeltaciturnoguerrerohizocasoomisodetodossusintentosyporfinvonHarbencayóenunresignadosilencio.

Llevabanhoras remando,y el calory lamonotonía casi sehabíanhechoinsoportables,cuandounrecodoenelcursodeaguarevelóunpequeñocuerpodeaguaabierta,encuyaorillaopuestaseextendíaloqueparecíasertierrabaja

Page 36: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

coronadaporunamuralladetierra,sobrelaquehabíaunafortaleza.Elrumbode la canoa se dirigió hacia dos altas torres que aparentemente señalaban laentradadelamuralla.

Se veían figuras de hombres pululando cerca de esta puerta, y cuandovieronlascanoassonóunatrompetayunaveintenadehombressalieronporlapuertayseacercaronalaorilladelagua.

—Quedaos donde estáis –ordenó uno de los soldados, evidentemente unsuboficial,cuandolacanoallegóalaorilla–,hemandadoquevayanabuscaralcenturión.

VonHarbenmiróconasombroalossoldadosreunidosenelembarcadero:vestían las túnicas y capas de los legionarios del césar, calzaban las caligasromanas; un casco, una coraza de piel, un antiguo escudo con pica y unaespada completaban la imagen de la antigüedad. Sólo su piel traicionaba suorigen,noeranhombresblancos, tampocoerannegros,eranmásbiendeuncolorcastañoclaroconfaccionesregulares.

Sólo parecían sentir curiosidad por vonHarben, y en conjunto daban laimpresióndeestarmásaburridosqueotracosa.Elsuboficialinterrogóaljeferespecto a las condiciones de la aldea. Fueron preguntas informales sobreasuntos que no concernían a aquelmomento en particular, pero indicaron avonHarbenunarelaciónaparentementeinteresadayamistosaentrelosnegrosde la aldea que estaba en el pantano de papiros y la gente morena,evidentemente civilizada,de tierra firme; sin embargo, el hechodeque sólohubieranpermitidoacercarseatierraaunacanoasugeríaqueexistíantambiénentre ellos otras relaciones menos agradables. Más allá de la muralla, vonHarben veía los tejados de los edificios y muy lejos, detrás de éstos, loselevadosacantiladosqueformabanelladoopuestodelcañón.

En aquel momento salieron dos soldados más de la puerta opuesta alembarcadero. Uno de ellos era a todas luces el oficial al que estabanesperando, pues su capa y coraza eran de materiales más finos y llevabanadornosmáselaborados,mientrasqueelotro,quecaminabaunospasosdetrásde él, eraun soldadocorriente, probablemente elmensajeroquehabía ido abuscarle.

Y ahora se añadió otra sorpresa a las que von Harben ya habíaexperimentadodesdeque se había dejado caer por el bordedel acantilado aeste pequeño valle de anacronismos: el oficial era, incuestionablemente,blanco.

—¿Quiénesson,Rufinus?–preguntóalsuboficial.

—Un jefe bárbaro y guerreros de las aldeas de la orilla occidental –respondióRufinus–.TraenadosprisionesalosquehancapturadoenelRupes

Page 37: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Flumen.Como recompensa piden permiso para entrar en la ciudad y ver alemperador.

—¿Cuántosson?–leinterrogóeloficial.

—Sesenta–contestóRufinus.

—Puedenentrarenlaciudad–sentencióeloficial–.Lesdaréunpase,perodebendejar las armas en las canoas y estar fuera de la ciudad antes de queanochezca. Envía a dos hombres con ellos. En cuanto a ver a ValidusAugustus,estonopuedoconseguirlo;peropodríanirapalacioypreguntaralprefecto.Ahora,desembarcadalosprisioneros.

CuandovonHarbenyGabulasalíandelacanoa,lacaraquepusoeloficialfuedeperplejidad.

—¿Quiéneres?–preguntó.

—MellamoErichvonHarben–respondióelprisionero.

Eloficialmeneólacabezaengestodeimpaciencia.

—NoexistesemejantefamiliaenCastraSanguinarius–replicó.

—NosoydeCastraSanguinarius.

—¡NoeresdeCastraSanguinarius!–seburlóeloficial.

—Es la historia que me ha contado –exclamó el jefe, que había estadoescuchandolaconversación.

—SupongoqueacontinuacióndiráquenoesciudadanodeRoma–dijoeloficial.

—Estoesexactamenteloqueafirma–declaróeljefe.

—Espera–exclamóeloficial,excitado–.¡TalvezseasdelapropiaRoma!

—No,nosoydeRoma–leaseguróvonHarben.

—¿PuedeserquehayabárbarosblancosenÁfrica?–preguntóeloficial–.Es evidente que tu vestimenta no es romana. Sí, debes de ser un bárbaro amenos de que, como sospecho, no me estés diciendo la verdad y seas enverdaddeCastraSanguinarius.

—Quizásesunespía–sugirióRufinus.

—No–replicóvonHarben–,nosoyespíanienemigo–yconunasonrisaañadió–:Soybárbaro,peroamistoso.

—¿Yquiénesestehombre?–preguntóeloficialseñalandoaGabula–.¿Tuesclavo?

—Esmicriado,peronounesclavo.

Page 38: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Venconmigo–ordenóeloficial–,megustaríahablarcontigo.Despiertasmiinterés,aunquenotecreo.

VonHarbensonrió.

—Noteloreprocho–dijo–,porqueapesardequeteveoconmispropiosojosapenaspuedocreerqueexistas.

—Noentiendoloquequieresdecir–declaróeloficial–,perovenconmigoamisaposentos.

DioórdenesdequerecluyerantemporalmenteaGabulaenlacasetadelaguardiaydespuéscondujoavonHarbenaunadelastorresqueprotegíanlaentradaalamuralla.

La puerta se hallaba en un plano vertical formando ángulo recto con lamuralla, que tenía una alta torre a cada lado; la muralla se curvaba haciadentroenestepuntoparaunirsealatorreenelextremointeriordelapuerta.Estoformabaunaentradacurvadaqueforzabaalenemigoqueintentaraentraradescubrirsuladoderechoodesprotegidoalosdefensoresdelamuralla,unaformadefortificacióndecampoquevonHarbensabíahabíasidopeculiarenlaépocadelosantiguosromanos.

Los aposentos del oficial consistían en una única habitación, pequeña yaustera,directamenteal ladodeunahabitaciónmásgrandequeeraocupadaporlosmiembrosdelaguardia.Conteníaunescritorio,unbancoyunpardetoscassillas.

—Siéntate –ordenó el oficial cuandohubieron entrado–y cuéntame algode timismo.SinoeresdeCastraSanguinarius,¿dedóndeeres?¿Cómohasllegadoanuestropaísyquéhacesaquí?

—SoydeGermana–respondióvonHarben.

—¡Bah! – exclamó el oficial–. Son bárbaros y salvajes. No hablan lalenguadeRoma;nisiquieratanmalcomotú.

—¿Cuánto tiempo hace que habéis estado en contacto con bárbarosgermanos?–preguntóvonHarben.

—Oh, yo nunca, por supuesto, pero nuestros historiadores les conocíanmuybien.

—¿Ycuántohacequehanescritosobreellos?

—Bueno,elpropioSanguinariuslosmencionaenlahistoriadesuvida.

—¿Sanguinarius?–preguntóvonHarben–.Norecuerdohaberoídonadadeél.

—Sanguinarius luchó contra los bárbaros deGermania en el año 839 de

Page 39: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Roma.

—Esofuehacemilochocientostreintaysieteaños–recordóvonHarbenaloficial–,ycreoquetendrásqueadmitirqueesposiblequesehayaprogresadomuchodesdeesaépoca.

—¿Yporqué?–replicóelotro–.Enestepaísnohahabidocambiosdesdela época de Sanguinarius y él hace más de mil ochocientos años que estámuerto. No es probable que los bárbaros hayan cambiado mucho si losciudadanosromanosno lohanhecho.DicesqueeresdeGermania.Quizá tellevaron a Roma como cautivo y allí adquiriste tu civilización, pero tuindumentariaesextraña.NoesdeRoma,tampocoesdeningúnlugardelqueyohayaoídohablar.Adelante,cuéntametuhistoria.

—Mi padre es misionero médico en África –explicó von Harben–. Amenudo,cuando lehevisitado,heoídocontar lahistoriade la tribuperdidaquesesuponíaviveenestasmontañas.LosnativoscontabanextrañashistoriasdeunarazablancaquevivíaenlasprofundidadesdelosmontesWiramwazi,decíanquelasmontañasestabanhabitadasporlosfantasmasdesusmuertos.En resumen, he venido a investigar la historia. Todos mis hombres menosunos,aterradoscuandollegamosalasladerasexterioresdelasmontañas,meabandonaron.Elquesequedóconmigoyyoconseguimosdescenderalsuelodelcañón,peroinmediatamentefuimoscapturadosytraídosaquí.

Duranteunmomentoelotropermaneciósentadoensilencio,pensando.

—Talvezmeestéscontandolaverdad–dijoalfin–.TuvestimentanoesladeCastraSanguinariusyhablasnuestralenguaconunacentopeculiarycontangrandeesfuerzoqueesevidentequenosetratadetulenguamadre.Tendréqueinformardetucapturaalemperador,peroentretantote llevaréacasademi tío, SeptimusFavonius. Si él cree tu historia podrá ayudarte, puesto queposeeunagraninfluenciasobreelemperador,ValidusAugustus.

—Eresmuyamable–contestóvonHarben–,ynecesitaréunamigosi lascostumbres de la Roma imperial aún prevalecen en tu país, como sugieres.Ahoraquesabestantosobremí,talvezquierascontarmealgodeti.

—Haypocoquecontar–replicóeloficial–.MellamoMalliusLepusysoycenturión del ejército deValidusAugustus.Quizá te extrañe, si conoces lascostumbresromanas,queunpatricioseacenturión,peroenesteasunto,igualque en algunos otros, no hemos seguido las costumbres de Roma.Sanguinarius admitió a todos sus centuriones en la clase patricia, y desdeentonces, durante más de mil ochocientos años, sólo los patricios han sidonombradoscenturiones.

»PeroahívieneAspar–exclamóMalliusLepus,cuandootrooficialentróenlahabitación–.Havenidoarelevarmeycuandosehayahechocargodela

Page 40: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

puertadelamuralla,túyyoiremosacasademitío,SeptimusFavonius.

VII

TarzándelosMonosmirósorprendidoaLukediyluegoporlapuertabajadelachozaenunesfuerzoporverloquehabíallenadodeterroraljoven.

La pequeña sección de la calle que quedaba enmarcada en la puertamostrabaunamasaenmovimientodecuerposmorenos,lanzasqueseagitabanymujeresyniñosaterrados.¿Quépodíasignificar?

AlprincipiopensóqueLukediqueríadecirque losbagegosveníanaporTarzán,peroahora supusoque losbagegosestabanagitadospor suspropiosproblemas, y por fin llegó a la conclusión de que alguna otra tribu salvajehabíaatacadolaaldea.

Pero, fuera cual fuese la causadel alboroto, pronto terminó.Vioque losbagegossevolvíanyhuíanentodasdirecciones.Extrañasfiguraspasabanantesus ojos y, durante un rato, hubo un cierto silencio, sólo se oían pasosapresuradosyalgunaordenocasionalydevezencuandoungritodeterror.

Entonces irrumpieron en la choza tres figuras, guerreros enemigos queregistrabanlaaldeaenbuscadefugitivos.Lukedi,temblando,paralizadoporel miedo, se agazapaba junto a la pared del fondo. Tarzán estaba sentado,apoyado en el palo central al que estaba encadenado. Al verle, el guerrerocabecillasedetuvo,conlasorpresadibujadaenelrostro.Suscompañerosleimitaron y, por unos instantes, conversaron excitadamente, evidentementediscutiendosuhallazgo.EntoncesunodeellossedirigióaTarzán,peroenunalenguaqueelhombremononocomprendió,aunquesediocuentadequehabíaalgovagamentefamiliarenella.

DeprontounodeellosdescubrióaLukedi,cruzólachozaylearrastróalcentro.SedirigierondenuevoaTarzán,haciéndolegestosparaordenarlequesaliera de la choza, pero en respuesta él señaló la cadena que le rodeaba elcuello.

Unodelosguerrerosexaminóelcandadoqueasegurabalacadena,hablócon sus compañeros y salió de la choza. Enseguida volvió con dos piedras,indicóaTarzánquesetumbaraenelsuelo,colocóelcandadosobreunadelaspiedrasylogolpeóconlaotrahastaqueserompió.

Encuantoestuvolibre,TarzányLukedirecibieronlaordendesalirdelachoza, y cuando hubieron salido al aire libre, el hombre mono tuvo laoportunidaddeexaminarmásdecercaasuscapturadores.Enelcentrodela

Page 41: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

aldea había alrededor de un centenar de guerreros de pielmorena clara querodeaban a sus prisioneros bagego; unos cincuenta en total entre hombres,mujeresyniños.

Tarzánsabíaquenohabíavistonuncahastaentonceslastúnicas,corazasysandaliasdelosincursores,ysinembargoleeranvagamentefamiliares,comoellenguajequehablabanlosquellevabanestasprendas.

Lasgruesas lanzasy las espadasque les colgabanen el ladoderechonoeranprecisamentecomolaslanzasyespadasqueélhabíavistosiempre,yaunasíteníalasensacióndequenoleeranobjetoscompletamentedesconocidos.El efecto que causaba la apariencia de estos extranjeros era fascinante enextremo.Noesraroquetengamosexperienciasquevanseguidasdeinmediatoporuna sensaciónde familiaridad tal quepodríamos jurarqueya lashemosvividoantesconelmásminuciosodetalle,ysinembargosomosincapacesderecordarlaépoca,ellugarocualquierhechocoincidente.

Esta era la sensación que Tarzán experimentaba ahora. Pensó que habíavistoantesaestoshombres,queleshabíaoídohablar;casileparecíaqueenalgúnmomentoélhabíacomprendidosulengua;pero,almismotiempo,sabíaquenuncaleshabíavisto.Entoncesseaproximóunafiguradesdeelextremoopuesto de la aldea; era un hombre blanco, ataviado de forma similar a losguerrerosperoconherrajesmásrelucientes,yderepente,TarzándelosMonosencontrólaclaveylasolucióndelmisterio,pueselhombrequeseacercabaaélparecíasalidodelpedestaldelaestatuadeJulioCésarquehayenelPalazzodeConservatorideRoma.

¡Eran romanos! Mil años después de la caída de Roma, había sidocapturado por una banda de legionarios del césar, y ahora sabía por qué lalengua le resultaba vagamente familiar, pues Tarzán, en su esfuerzo porencontrarunlugarenelmundocivilizadoalqueaveceslanecesidadenviaba,había estudiado muchas cosas y entre ellas latín. Pero la lectura de los deCésaryVirgilionoproporcionaeldominiodelalengua,porloqueTarzánnopodíanihablarnicomprenderlaspalabrashabladas,aunquelasnocionesquetenía del idioma eran suficientes para que le fuera familiar cuando lo oíahablaraotros.

Tarzánmiróconatenciónalhombreblancoqueparecíauncésaryqueseaproximaba a él y a los oscuros y fornidos legionarios que le rodeaban. Seestremeció;sindudadebíadetratarsedeunsueño.EntoncesvioaLukediconlosotrosprisionerosbagego,viotambiénlaestacaquehabíanpreparadoparaquemarleaélycomprendióqueéstaseran realidadesyque también loeranlosextrañosguerrerosquelerodeaban.

Cadasoldadollevabaunacortacadenaencuyosextremoshabíaunaanillametálica y un candado, y con ellos fueron encadenando rápidamente a los

Page 42: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

prisioneroscuelloconcuello.

Mientras estaban ocupados con esta tarea, se unieron al hombre blanco,que evidentemente era un oficial, otros dos hombres blancos ataviados deforma similar. Los tres vieron a Tarzán y de inmediato se acercaron y leinterrogaron,peroelhombremonohizogestosdenegaciónconlacabezaparaindicarquenoentendíasulengua.Entoncesinterrogaronalossoldadosquelehabíanencontradoenlachoza,yporúltimoeljefedelacompañíadioalgunasinstruccionesrelativasalhombremonoysemarchó.

ElresultadofuequeTarzánnofueencadenadoa lahileradeprisioneros,sinoqueaunquevolvíaallevarelcollardehierro,elextremodelacadenaerasostenido por uno de los legionarios a cuya custodia era evidente que habíaquedado.

Tarzánsólopodíacreerqueestetratopreferencialseleotorgabadebidoasucoloryaladesganadelosoficialesblancosaencadenaraotroblancoconlosnegros.

Almarcharselosincursoresdelaaldea,unodelosoficialesyunadocenade legionarios iban delante. A éstos les seguía la larga fila de prisionerosacompañadosporotrooficialyunguardia.Detrásdelosprisioneros,muchosdeloscualesestabanobligadosallevargallinasvivasqueformabanpartedelbotín, iba otro contingente de soldados acompañando a las vacas, cabras yovejasdelosaldeanos,ydetrásdetodoibaunalargaretaguardiaformadaporlamayorpartedeloslegionariosbajoelmandodelterceroficial.

La marcha prosiguió por la base de las montañas en dirección norte ydespuéshaciaarriba,endiagonal,porlascuestasdelaparteoccidentaldelosmontesWiramwazi.Tarzánocupabaunaposiciónenlapartedeatrásdelafiladeprisioneros,acuyofinalmarchabaLukedi.

—¿Quiénes son esta gente, Lukedi? –preguntó Tarzán cuando el grupohuboadquiridounritmoregular.

—SonelpueblofantasmadelosWiramwazi–respondióeljovenbagego.

—Han venido para impedir que matásemos a su compañero –intervinootro, mirando a Tarzán–. Yo sabía que Nyuto no debía hacerle prisionero,imaginaba que algún mal nos acarrearía. Nos está bien empleado que loshombresfantasmavinieranantesdequelematáramos.

—¿Quéimporta?–preguntóotro–.Preferiríaquemehubieranmatadoenmialdeaqueserllevadoalpaísdelpueblofantasmaymatadoallí.

—Alomejornonosmatan–sugirióTarzán.

—Atinotemataránporqueeresunodeellos,peromataránalosbagegosporqueseatrevieronahacerteprisionero.

Page 43: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Perotambiénlehanhechoprisioneroaél–dijoLukedi–.¿Novesquenoesunodeellos?Nisiquieraentiendesulengua.

Los otros hombres menearon la cabeza, pero no estaban convencidos.Habían decidido queTarzán era unmiembro del pueblo fantasmay estabanresueltosaquenadaalteraraestaconvicción.

Trasdoshorasdemarchaelsenderogiróbruscamentealaderechayentróenuna estrechay rocosagarganta, cuya entrada estaba tan asfixiadapor losárbolesylamalezaquenoseveíadesdeningúnpuntodelasladerasdeabajo.

La garganta pronto se estrechó hasta que un hombre con los brazosextendidospodíatocarlasparedesrocosas.Elsuelo,sembradodefragmentosirregularesdegranitoprocedentede losaltosacantiladosdel lugar, resultabaunpuntodeapoyoescasoypeligroso,porloquelarapidezdelacolumnaseredujonotablemente.

A medida que avanzaban Tarzán se dio cuenta de que, aunque estabanpenetrandoenlasmontañas,lainclinacióndelagargantaerahaciaabajoynohacia arriba. Los acantilados se elevaban cada vezmás altos a ambos ladoshasta que en algunos lugares les rodeaba la oscuridad de la noche y, muyarriba,lasestrellastitilabanenelcielomatinal.

Duranteunalargahorasiguieronlosvaivenesdelasombríagarganta.Lacolumnasedetuvounoodosminutoseinmediatamentedespuésdereanudarlamarcha,Tarzánvioquelosqueestabanjustodelantedeélpasabanporunaentrada en arco insertada en la pared hecha de sólida albañilería y quebloqueabaporenterolagargantahastaunaalturadealmenostreintametros.Asimismo,cuandoletocóalhombremonopasardichapuerta,vioqueestabacustodiadaporotrossoldadossimilaresaaquellosencuyasmanoshabíacaídoyqueestaba reforzadaporungranportónhechodegrandesmaderasquesehabíaabiertoparaquepasaraelgrupo.

Másadelante,Tarzánviounacarreteramuytrilladaquedescendíahastaundensobosqueenelquepredominabanlosrobles,aunqueentremezcladosconotrasvariedadesdeárboles,entrelosquereconocióacaciasyunavariedaddepalmeraasícomounoscuantoscedros.

Poco después de pasar por la puerta, el oficial a cargo dio la orden depararse en una pequeña aldea de chozas cónicas que estaba habitada pornegros muy parecidos a los bagego, pero armados con lanzas y espadassimilaresalasquellevabanloslegionarios.

Inmediatamente se hicieron preparativos para acampar en la aldea; losnativos cedían sus chozas a los soldados con cierta desgana, a juzgar por laexpresión de su cara. Los legionarios tomaron posesión de todo lo quedesearonydabanórdenesasusanfitrionescontodalaautoridadylaseguridad

Page 44: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

delosconquistadores.

En esta aldea entregaron a los prisioneros una ración demaíz y pescadoseco.Nolesdieronrefugio,perolespermitieronquerecogieranleñaehicieranfuego,entornoalcualseagruparon,aúnencadenadosunoaotro.

Numerosospájaros,queTarzándesconocía,seposabanenlasramasdelosaltosárbolesyalgunosmonosparloteabanychillaban,perolosmonosnoeranningunanovedadparaTarzán,aquien le interesabamuchomásobservar lasactitudesycostumbresdesuscapturadores.

Entonceslecayóunabellotaenlacabeza,perocomoesprevisiblequedelosroblescaiganbellotas,noprestóatenciónaestehechohastaquelecayeronunasegundayunatercera,enrápidasucesión,yallevantarlamiradaviounmonitoposadoenunaramabajajustoencimadeél.

—¡Vaya,Nkima!–exclamó–.¿Cómohasllegadohastaaquí?

—Viquetesacabandelaaldeadelosgomangani.Osseguí.

—¿Hasvenidoporlagarganta,Nkima?

—Nkimateníamiedodequelasrocascayeranyleaplastaran–contestóelmonito–,porestotrepóhastaarribaybajólasmontañasporelborde.Lejos,muyabajo,oíaalostarmanganiylosgomanganicaminando.Lejoselvientosoplaba y el pequeñoNkima tenía frío y olía el rastro de olor deSheeta, elleopardo, en todas partes, y había grandes mandriles que perseguían alpequeñoNkima, y se alegró cuando llegó al final de lasmontañas y vio elbosque muy abajo. Era una montaña muy empinada. Incluso el pequeñoNkimateníamiedo,perohaencontradolamaneradebajarhastaelfondo.

—Nkimaharíamejorencorreracasa–exclamóTarzán–.Estebosqueestállenodeextrañosmonos.

—Notengomiedo–replicóNkima–.SonmonospequeñosytodostienenmiedodeNkima.Sonmontos corrientes.No tanbonitos comoNkima, peroNkimahavistoquealgunashembraslemirabanyleadmiraban.NoesunmalsitioparaNkima.¿QuéharánlostarmanganiconTarzándelosMonos?

—Nolosé,Nkima—respondióelhombremono.

—EntoncesNkimairáabuscaraMuviroyloswaziri.

—No–dijoelhombremono–.Esperaaqueencuentrealostarmanganiquebuscamos, entonces podrás regresar tranquilamente con un mensaje paraMuviro.

AquellanocheTarzánylosotrosprisionerosdurmieronalrasoeneldurosueloy,cuandohuboanochecido,elpequeñoNkimabajóyseacurrucóenlosbrazos de su amo y allí pasó toda la noche, feliz de estar cerca del gran

Page 45: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

tarmanganialqueamaba.

Cuando amaneció, Ogonyo, que había sido capturado con los otrosbagegos, abrió los ojos y miró a su alrededor. En el campamento de lossoldadosapenashabíamovimiento.Ogonyovioquealgunosdeloslegionariossalíandelaschozas,vioasuscompañerosprisionerosacurrucadosmuyjuntosparaestarcalientes,yqueapocadistanciadeellosyacíaelhombreblancoalquehacíatanpocotiempohabíaretenidoenlaprisióndelaaldeadeNyuto,sujefe.Cuandosusojosseposaronenelhombreblanco,pudoverlacabezadeun monito que asomaba entre brazos del durmiente. Se percató de que elmontolanzabaunamiradaenladireccióndeloslegionariosquesalíandelaschozas, y entonces lo vio salir corriendo hasta un árbol cercano y saltarágilmentealasramas.

Ogonyo lanzó un grito de alarma que despertó a los prisioneros queestabancercadeél.

—¿Quéocurre,Ogonyo?—preguntóunodeellos.

—¡Elfantasmademiabuelo!–exclamó–.Lohevistootravez,hasalidodelabocadelhombreblancoquesehace llamarTarzán,ynosha lanzadounamaldiciónporquehicimosprisioneroalhombreblanco.Ahoranosotrossomosprisionerosyprontonosmataránysenoscomerán.–Losotrosasintieronconlacabezasolemnemente.

Loslegionariosdieronalosprisioneroscomidasimilaralaqueleshabíandadolanocheanterior,ydespuésdequetodoshubierancomido,reanudaronlamarchaendirecciónsurporelpolvorientocamino.

Hastamediodíacaminaronhaciaelsur,pasandoporotrasaldeassimilaresa aquella en la que habían acampado para pasar la noche, y luego girarondirectamentehaciaeleste, tomandouncaminoquenacíadelprincipal.Pocodespués, Tarzán vio ante él una altamuralla, que se extendía a izquierda yderecha en todo lo que le abarcaba la vista, coronada por empalizadas yalmenas.Justoenfrente,elcaminotorcíaalaizquierdayentrabaenlalíneaexterior de lamuralla y cruzaba una puerta que estaba flanqueada por altastorres. En la base de la muralla se encontraba un ancho foso por el quediscurría lenta y pacíficamente una corriente de agua; un puente cruzaba elfosodeladoalado.

El grupo se detuvo un momento ante la puerta, mientras el oficial quedirigíalacompañíahablabaconelcomandanteguardiadelapuerta.DespuésloslegionariosysusprisionerosentraronyTarzánvioqueanteélseextendíanounaaldeadechozassinounaciudaddesólidosedificios.

Losqueseencontrabancercadelapuertaerancasasestucadasdeunpiso,al parecer construidas en torno a un patio interior, pues veía el follaje de

Page 46: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

árbolesqueseelevabanporencimadelostejados,peroaciertadistanciadelalarga avenida percibió los contornos de edificios más imponentes que seelevabanamayoraltura.

Mientrasavanzabanporlaavenidavieronaunbuennúmerodehabitantesdelaciudadenlascallesyenlosumbralesdelascasas;gentemorenaynegra,vestidaensumayorpartecontúnicasycapas,aunquemuchosdelosnegrosibansemidesnudos.Enlasproximidadesdelapuertaseencontrabanalgunastiendas,peroamedidaque recorrían laavenidaéstasdieronpasoamoradasque seguían en una considerable distancia hasta que llegaban a una secciónaparentemente dedicada a tiendas de más categoría y a edificios públicos.Aquíempezaronaencontrarseconhombresblancos,aunquelaproporcióndeéstosenrelaciónconlapoblacióntotalparecíamásbienescasa.

Lagentecon laquesecruzabanseparabaparamirar los legionariosyasus prisioneros; en los cruces se formaban pequeñas multitudes y un buennúmerolessiguieron,aunqueensumayoríaeranchiquillos.

Elhombremonosepercatódequeélllamabamucholaatenciónylagenteparecía hacer comentarios y especular sobre él. Algunos interpelaban a loslegionarios,quienesrespondíandebuengrado,yhuboconsiderablesbromasyburlas;probablemente,supusoTarzán,acostadelosinfortunadosprisioneros.

Duranteelbreve recorridopor laciudad,Tarzán llegóa laconclusióndeque los habitantes negros eran los criados, quizás esclavos; los hombresmorenos,lossoldadosytenderos,mientrasquelosblancosconstituíanlaclasepatriciaoaristocrática.

Bienentradaenlaciudad,lacompañíagiróalaizquierdayseadentróenotra ancha avenida. Poco después se acercaron a un gran edificio circularconstruido con bloques de granito tallado. Aberturas en forma de arco,flanqueadas por elegantes columnas, se elevaban hasta una altura de doce ocatorce metros, y sobre el primer piso todos estos arcos estaban abiertos.Tarzánvioatravésdeellosqueelrecintocarecíadetechoysupusoquelaaltaparedencerrabaunapista,yaqueguardabaunnotableparecidoconelcoliseodeRoma.

Cuando llegaron frente al edificio, la cabeza de la columna se volvió yentró en él pasando por debajo de un arco bajo y ancho; allí fueronconducidos,atravésdenumerososcorredores,porelprimerpisodeledificioydescendieron una escalera de granito hasta llegar a unas lóbregas cámarassubterráneas. Se trata de un largo corredor cuyos extremos se perdían en laoscuridadenambasdirecciones,yacuyosladosseabríanunaseriedepuertasestrechas ante las cuales había unas gruesas rejas de hierro. Los prisionerosfueron liberadosdesuscadenasengruposdecuatroocincoy lesordenaronqueentraranenlasmazmorras.

Page 47: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Tarzándioaparar, juntoconLukediyotrosdosbagegos,aunapequeñahabitación construida enteramente con bloques de granito. Las únicasaberturaseranlaestrechapuertaconrejas,porlaqueentraron,yunventanucoenrejadoenloaltodelaparedfrentealapuerta,pordondeentrabaunpocodeluz y de aire. Cerraron la reja, pusieron el candado y les dejaron solos,preguntándosequédestinofatallesaguardaba.

VIII

MalliusLepuscondujoavonHarbenfueradelosaposentosdelcapitándelaentradasurdeCastrumMare,llamóaunsoldadoyleordenófueraabuscaraGabula.

—Vendrás conmigo como invitado mío, Erich von Harben –anuncióMalliusLepus–y,porJúpiter,sinomeequivoco,SeptimusFavoniusmedarálasgraciasportraertalhallazgo.Suscomensalesansíannovedades,pueshacemucho que ha agotado todas las posibilidades deCastrumMare. Incluso hatenidoaun jefenegrodelbosqueoccidental como invitadodehonor,yunavezinvitóalaaristocraciadeCastrumMareaconoceraungransimio.

»SusamigossevolveránlocosporconoceraunjefebárbarodeGermania;porque eres un jefe, ¿no? –Y cuando vonHarben iba a responder,MalliusLepuslehizocallarconungesto–.¡Noimporta!Seráspresentadocomojefe,siesoesloúnicoquesénopuedoseracusadodefalsedad.

Von Harben sonrió al darse cuenta de lo parecida que era la naturalezahumanaentodoelmundoyentodoslosperíodos.

—Aquí está tu esclavo –dijo Mallius–. Como invitado de SeptimusFavonius tendrás a otros que obedecerán tus órdenes, pero sin duda querrástenertambiénatucriadopersonal.

—Sí –respondió vonHarben–,Gabula ha sidomuy fiel, nome gustaríasepararmedeél.

Mallius lesguiohastaun largoedificioqueparecíauncobertizo, situadobajo la cara interior de la muralla. Allí había dos literas y un grupo deporteadores. Cuando Mallius apareció, ocho de éstos se situaron en suspuestos delante y detrás de una de las literas, la sacaron del cobertizo y lapusieronalospiesdesuamo.

—Y dime, si has visitado Roma recientemente, ¿mi litera se puedecompararfavorablementeconlasqueutilizanlosnobles?–preguntóMallius.

—Hahabidomuchoscambios,MalliusLepus,desdelaRomasobrelaque

Page 48: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

escribió vuestro historiador, Sanguinarius. Si te contara los más mínimossiquiera,metemoquenomecreerías.

—Pero seguro que no ha habido ningún gran cambio en el estilo de lasliteras –adujo Mallius y no puedo creer que los patricios hayan dejado deutilizarlas.

—Ahorasusliterasvansobreruedas–explicóvonHarben.

—¡Esincreíble!–exclamóMallius–.Seríaunatorturairdandobandazosporlostoscospavimentosycaminosruralesenlasgrandesruedasdemaderadeloscarros.No,ErichvonHarben,metemoquenopuedocreerestahistoria.

—En la actualidad, el pavimento de la ciudad es liso y el campo estácortadoentodasdireccionesporanchascarreterasporlasquelasliterasdelosmodernosciudadanosdeRomacirculanagranvelocidadenruedaspequeñasquetienenblandosneumáticos,noseparecenalasruedasgrandesdemaderadeloscarrosenlasquepiensas,MalliusLepus.

Eloficialdiounaordenasusporteadores,quienesecharonacorrer.

—Teaseguro,ErichvonHarben,quenohayliterasentodaRomaquesemuevanamayorvelocidadqueésta–alardeó.

—¿Aquévelocidadviajamosahora?–preguntóvonHarben.

—Amásdeochocientoscincuentapasosporhora–respondióMallius.

—Cincomilpasosporhoranoesnadainusualconlasliterasderuedasqueexistenenlaactualidad–dijovonHarben–.Lasllamamosautomóviles.

—Serásungranéxito–exclamóMalliusdandounapalmadaenelhombroavonHarben–.QueJúpitermehagacaermuertosilosinvitadosdeSeptimusFavoniusnodicenquehehechounbuenhallazgo.DilesquehoyenRomahayportadoresde literasquepuedencorrercincuentamilpasosenunahoray teaclamarán como el mayor actor y el mayor mentiroso que Castrum Marejamáshavisto.

VonHarbenseriodebuenagana.

—Perotendrásqueadmitir,amigomío,queenningúnmomentohedichoquehayaporteadoresquepuedancorrercincuentamilpasosenunahora–lerecordóaMallius.

—Pero ¿no me has asegurado que las literas viajan a esta velocidad?¿Cómo puede viajar una litera si no la transportan porteadores? Quizá lasliterasdehoyendía sonarrastradasporcaballos. ¿Dóndeestán loscaballosquepuedencorrercincuentamilpasosenunahora?

—Lasliterasnilastransportanhombresnilasarrastrancaballos,Mallius–

Page 49: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

explicóvonHarben.

Eloficialseapoyóenelblandocojíndelcarruaje,riendoestrepitosamente.

—Entonces vuelan, supongo –bromeó–. Por Hércules, tienes que contarestootravezaSeptimusFavonius.Teprometoquetodosteadorarán.

Pasabanporunaanchaavenidabordeadadeárboles,nohabíapavimento,yla superficie de la calle tenía una gruesa capa de polvo. Las casas llegabanhastaelbordedelacalle,ydondehabíaespacioentrecasascontiguasunaltomuro cerraba la abertura, demodo que cada lado de la calle presentaba unsólido frente de albañilería interrumpido por entradas arqueadas, gruesaspuertasyventanucossincristalesperocongordosbarrotes.

—¿Esto son residencias?–preguntóvonHarben, señalando los edificiospordelantedeloscualespasaban.

—Sí–respondióMallius.

—A juzgar por las robustas puertas y ventanas con gruesos barrotes sediríaquevuestraciudadestállenadecriminales–comentóvonHarben.

Malliusmeneólacabeza.

—Alcontrario–replicó–,tenemospocoscriminalesenCastrumMare.Lasdefensas que ves son contra el posible levantamiento de los esclavos oinvasionesde losbárbaros.Envariasocasionesdurante lavidade la ciudadhan ocurrido ambas cosas, y por esto construimos estas protecciones por sivolvieran a suceder esos desastres; pero, aun así, las puertas raras veces secierrancon llave,nisiquierapor lanoche,puesnohay ladronesquepuedanentrararobar,nohaycriminalesqueamenacenlavidadenuestropueblo.Siunhombrehacealgomaloaotro,puedeesperar ladagadelasesino,perositienelaconciencialimpia,puedevivirsinmiedoaseratacado.

—Noconcibounaciudadsincriminales–comentóvonHarben–.¿Cómoloexplicas?

—Essencillo–respondióMallius–.CuandoHonusHastaserebelóyfundólaciudaddeCastrumMareenelaño953deRoma,CastraSanguinariusfueinvadida por los criminales, de talmodo que nadie se atrevía a salir por lanochesinunguardaespaldasarmado,ytampocoseestabaasalvoencasa.PoresoHonusHasta,queseconvirtióenelprimerEmperadordelEste,juróquenohabríacriminalesenCastrumMareydictóleyestandrásticasquenovivióningún ladrón ni asesino para propagar su especie. En verdad, las leyes deHonusHastadestruyeronnosóloaloscriminales,sinoatodoslosmiembrosdesufamilia,demodoquenoquedónadieparatransmitiralaposteridadlasinclinacionescriminalesdeundescendientedepravado.

»MuchoscreyeronqueHonusHastaerauntiranocruel,peroeltiempoha

Page 50: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

demostrado la sabiduría de muchos de sus actos y, sin duda, el hecho decarecerdecriminalessólopuedeseratribuidoaquelasleyesdeHonusHastaimpidieronque se engendrara esa clase dehombre.Así que ahora, tan rarasvecesapareceningúnindividuoquerobeoasesinequecuandosucedesetratade un gran acontecimiento, y la ciudad entera se toma el día libre para verdestruiralreoyasufamilia.

Al entrar en una avenida de casas más pretenciosas, los porteadores deliteras se detuvieron ante una adornada entrada donde Lepus y Erichdescendierondelalitera.Comorespuestaalallamadadelprimero,unesclavoabrió la puerta, y von Harben, siguiendo a su nuevo amigo, pasó al jardíninterior, dondea la sombradeunárbolhabíaunhombreancianoy robusto,escribiendo sentado ante un escritorio bajo. Con cierta emoción reparó vonHarbeneneltinteroromano,laplumadejuncoyelrollodepergaminoqueelhombre estaba utilizando con tanta naturalidad, como si estos objetos no sehubieranextinguidomásdemilañosatrás.

—¡Saludos, tío! – exclamó Lepus, y cuando el anciano se volvió haciaellosanunció–:TehetraídouninvitadocomoningúnciudadanodeCastrumMarehaconocidodesdelafundacióndelaciudad.ÉsteesErichvonHarben,tío,jefebárbarodelalejanaGermania.–SedirigióentoncesavonHarben–:Mihonorabletío,SeptimusFavonius.

SeptimusFavoniusselevantóysaludóavonHarbencongranafabilidad,aunqueconciertamedidadedignidad,conscientedequeunbárbaro,aunquefuerajefeeinvitado,nopodíaserrecibidoenunplanodeigualdadsocialporunciudadanodeRoma.

Muy brevemente, Lepus contó los hechos que habían conducido a suencuentro con von Harben. Septimus Favonius secundó la invitación de susobrinoasuinvitadoyluego,asugerenciadelanciano,LepusllevóaErichasusaposentosparavestirleconropanueva.

Una hora después, Erich, afeitado y ataviado como un joven patricioromano, saliódel aposentoquehabíanpuesto a sudisposicióny entró en lacámara contigua, que formaba parte del conjunto de aposentos de MalliusLepus.

—Bajaaljardín–leindicóLepus–,ycuandomehayavestidomereuniréallícontigo.

Al cruzar el hogar de Septimus Favonius para ir al jardín, von Harbenquedó impresionado por la peculiar mezcla de culturas diversas en laarquitecturaydecoracióndelacasa.

Lasparedesycolumnasdeledificioseguían lasmássimples líneasde laarquitectura griega; mientras que alfombras, colgaduras y adornos murales

Page 51: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

mostraban evidentes influencias orientales y africanas. Estas últimas lascomprendía,peroelorigendelosdiseñosorientalesenmuchosdelosadornosquedabafueradesualcance,yaqueeraevidentequelatribuperdidanohabíatenidointercambiosconelmundoexterior,apartedeconlossalvajesbagegos,durantemuchossiglos.

Ycuandosalióaljardín,queeraconsiderablementeextenso,pudoobservarotrasmezclasdeRomaylasalvajeÁfrica,puesmientraslaparteprincipaldeledificio estaba techada con tejas hechas a mano, varios porches estabancubiertos con techumbres de hierbas nativas; y el pequeño edificio anexo alfondodel jardín erauna réplicadeuna chozabagego salvopor las paredes,queestabansinenlucir,demodoquelaestructuraparecíaunacasadeverano.SeptimusFavoniushabíasalidodeljardínyvonHarbenaprovechóestehechoparaexaminarconmásatenciónloquelerodeaba.Antesusojosteníapaseossinuososcubiertoscongrava,bordeadosdearbustosyflores;yconalgúnqueotroárbol,muchosdeloscualesdebíandeserbastanteantiguos.

Lamentedeljoven,susojosysuimaginaciónestabantanocupadosconelentorno que experimentó casi una conmoción cuando, después de seguir uncaminito que daba la vuelta a un gran arbusto ornamental, se topó con unamujerjoven.

Ella se sorprendió también, pues la consternación sehizo evidente en surostrocuandomiróconojosdesorbitadosavonHarben.Duranteunbuenratoseobservaron el uno al otro.VonHarbenpensóquenunca en la vidahabíavistoaunamuchachatanhermosa.Loquelamuchachapensó,vonHarbennolosabía.Fueellaquienrompióelsilencio.

—¿Quiéneres?–preguntó,conunavocecitaqueeracasiunsusurro,comocabríaimaginarqueunosedirigiríaaunaapariciónquesurgieradeprontoeinesperadamente.

—Soy extranjero –respondió von Harben– y te debo una disculpa porentrometermeentuintimidad.Creíaquemehallabasoloeneljardín.

—¿Quiéneres?–repitiólamuchacha–.Nuncahevistotucaranianadiecomotú.

—Yyo –replicó vonHarben–, jamás he visto a unamuchacha como tú.Quizás estoy soñando. Quizá no existes, pues no parece creíble que en elmundodelasrealidadesexistaalguienasí.

Lamuchachasesonrojó.

—NoeresdeCastrumMare–afirmóella–;estoya loveo.–Su tonoeraalgofríoyligeramentealtivo.

—Teheofendido–prosiguióvonHarben–.Tepidoperdón,noqueríaser

Page 52: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

ofensivo,pero tropezarmecontigode forma tan inesperadamehaquitadoelaliento.

—¿Ytusmodales también?–preguntó lamuchacha,peroahorasusojossonreían.

—¿Mehasperdonado?–preguntóvonHarben.

—Antes de responderte tendrás que decirme quién eres y por qué estásaquí–replicó–.Porloquesé,podríasserunenemigoounbárbaro.

VonHarbenrio.

—MalliusLepus,quemeha invitadoavenir aquí, insiste enque soyunbárbaro–dijo–,peroaunasísoyelinvitadodeSeptimusFavonius,sutío.

Lamuchachaseencogiódehombros.

—Nome sorprende–murmuró–.Mipadre es famosopor los invitados alosquehonra.

—¿EreshijadeFavonius?–preguntóvonHarben.

—Sí,soyFavonia–respondiólamuchacha–,peronomehasdichonadadeti.Teordenoquelohagas–exigióentonoimperioso.

—SoyErichvonHarben,deGermania–respondióeljoven.

—¡Germana!–exclamólamuchacha–.CésarescribiósobreGermania,ytambiénSanguinarius.Parecequeestámuylejos.

—Jamásmehaparecido tan lejos comoahora–afirmóvonHarben–; sinembargo, los casi cinco mil kilómetros de distancia no parecen nada encomparaciónconlossiglosqueseinterponen.

Favoniafrunciólascejas.

—Noteentiendo–dijo.

—No–replicóvonHarben–,ynomeextraña.

—¿Eresunjefe,verdad?–preguntóella.

Él no lo negó, pues había sido rápido en ver, por la actitud de los trespatricios a los que había conocido, que la posición social de un bárbaro enCastrumMare podía fácilmente ser discutible, a menos que su barbarismoestuviera un poco mitigado por un título. Orgulloso como estaba de sunacionalidad,vonHarbencomprendióqueexistíaunagrandistanciaentrelosbárbaros europeosde la épocadeCésary sus cultosdescendientesdel sigloveinte, y que probablemente sería imposible convencer a esta gente de loscambiosquehabíantenidolugardesdequeseescribiósuhistoria.Además,eraconscientedequeteníaclarosdeseosdecausarbuenaimpresiónalosojosde

Page 53: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

estaadorabledoncelladeedadindefinida.

—¡Favonia!–exclamóvonHarbenapenasenunsusurro.

Lamuchachalemiróconaireinterrogador.

—¡Sí!

—Quénombretanencantador–dijoél–.Nuncalohabíaoídopronunciar.

—¿Tegusta?–preguntóella.

—Mucho,deveras.

La muchacha frunció las cejas pensativa: tenía unas cejas bellamentedibujadasyuna frente quedenotabauna inteligencia quenonegabanni susojos,nisuactitudnisuformadehablar.

—Mealegrodequetegusteminombre,peronoentiendoporquédeberíaalegrarme.Dicesqueeresbárbaro,ysinembargonoparecesunbárbaro.Tuaspecto y tu actitud son los de un patricio, aunque quizás eres demasiadoatrevidoconunajovenalaqueacabasdeconocer,peroestoloatribuyoalaignoranciadelosbárbarosyportantoteloperdono.

—Serbárbarotienesuscompensaciones–seriovonHarben–,yquizásoybárbaro.Talvezpuedaserperdonadodenuevosidigoqueereslamuchachamásbellaquejamáshevistoylaúnica…queyopodría…vaciló.

—¿Quéesloquepodrías?–preguntóella.

—Nisiquieraunbárbaroseatreveríaadecirloqueibaadeciraalguienaquienhaceapenasdiezminutosqueconozco.

—Seasquienseas,muestrasunexcepcionalbuengusto–oyeronquedecíaentonosarcásticounavozdehombrejustodetrásdevonHarben.

Lamuchacha levantó lamirada, sorprendida,al– tiempoquevonHarbensedabalavuelta,puesningunodelosdossehabíapercatadodelapresenciadeotrapersona.VonHarbenviofrenteaélaunhombrejovendebajaestatura,moreno y de aspecto grasiento, vestido con una elaborada túnica y con lamanoapoyadaenelmangodelacortaespadaquelecolgabadelacadera.Enelrostrodelreciénllegadohabíaunasonrisasarcástica.

—¿Quiénestuamigobárbaro,Favonia?–preguntó.

—Es Erich von Harben, un invitado en casa de Septimus Favonius, mipadre–respondiólamuchachaconaltivez;ydirigiéndoseavonHarbendijo–:Éste es Fulvus Fupus, que acepta la hospitalidad de Septimus Favonius contantafrecuenciaquesecreelibredecriticaraotroinvitado.

Fupusenrojeció.

Page 54: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Pidodisculpas–contestó–,perounonuncasabecuándohonrarocuándoridiculizaraunodelosinvitadosdehonordeSeptimusFavonius.Elúltimo,sinorecuerdomal,eraunsimio,yantesdeéstefueunbárbarodealgunaaldeaexterior;perosiempresoninteresantesyestoysegurodequeelbárbaroErichvonHarbendemostraránoserunaexcepciónalaregla.–Eltonodevozdelhombre era sarcástico y desagradable, y a von Harben le costó reprimir sucrecienteenojo.

Porfortuna,enestemomentoseunióaellosMalliusLepusyvonHarbenfue presentado formalmente a Favonia. Fulvus Fupus prestó después pocaatenciónavonHarben,puesdedicó su tiempoaFavonia.VonHarben sabíaporsuconversaciónquesehallabanentérminosamistososeíntimosysupusoqueFupusestabaenamoradodeFavonia,aunqueporlaactituddelachicanopodíasabersiellalecorrespondíaconsuafecto.

HabíaotracosadelaquevonHarbenestabaconvencido:tambiénélestabaenamorado de Favonia. En varias ocasiones en la vida había creído estarenamorado, pero sus sensaciones y reacciones en estas otras ocasiones nohabíansidolasmismasnienformaniengradoalasqueexperimentabaahora.SediocuentadequeodiabaaFulvusFupus,aquienapenashacíauncuartodehora que conocía y cuya mayor ofensa, aparte de mostrarse amoroso conFavonia,habíasidociertaformadehablarsarcásticayunaactitudarrogante.Sin duda aquello no era suficiente para que un hombre en su sano juiciodesearamatar,ysinembargoErichvonHarbenacariciólaculatadesuLuger,lacualhabíainsistidoenllevarademásdeladelgadadagaconlaqueMalliusLepuslehabíaarmado.

Más tarde, cuando Septimus Favonius se reunió con ellos, sugirió quefuerantodosalosbañosyMalliusLepussusurróavonHarbenquesutíoseencontrabaansiosoporexhibirsuhallazgo.

—Nos llevará a los Baños de César –anunció Lepus–, que sonfrecuentadossóloporlospatriciosmásricos,oseaquetenpreparadasalgunashistorias,peroguárdatelasmejores,comolaquemehascontadoamídelasmodernas literas romanas, para la cena que mi tío seguramente dará estanoche.AllíestarálomejordeCastrumMare,posiblementeinclusoelpropioemperador.

LosBañosdeCésarestabanalojadosenunimponenteedificio,cuyapartequedabaalaavenidaestabadestinadaaloqueparecíansertiendasexclusivas.LaentradaprincipalconducíaaungranpatiodondelacalidezconquefueronrecibidosporungrupodeclientesdelosbañosallícongregadosdiofedelapopularidaddeFavonius,suhijaysusobrino,mientrasquefueevidenteparavonHarbenquemanifestabanmenosentusiasmoporFulvusFupus.

Loscriadoscondujerona losbañistasa losvestuarios,estandoseparados

Page 55: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

losde loshombresy losde lasmujeres.Unavezdesnudo,elcuerpodevonHarben fue untado con aceites en una habitación caldeada y luego fueconducidoaunahabitacióncalienteydeallí,conlosotroshombres,pasóaungranaposentoqueconteníaunapiscinadondehombresymujeressebañabanjuntos.Cercadelapiscinahabíaasientosparavarioscentenaresdepersonas,éstosestabanconstruidoscongranitomuypulido.

AunquevonHarbendisfrutabadelaideadedarseunbañoenlafrescaytransparente agua del frigidarium, le interesómuchomás la oportunidad devolveraestarconFavonia.Lamuchachanadaba lentamentecuandoélentróenlaestanciadondeestabalapiscina.Conunazambullidalargayrápida,vonHarben se deslizó ágilmente por el agua, y tras unas cuantas brazadas llegóhastaella.LosaplausosdelospresentesnosignificaronnadaparavonHarben,puesignorabaquezambullirseeraunartedesconocidoentrelosciudadanosdeCastrumMare.

FulvusFupus,quehabíaentradoenel frigidariumdetrásdevonHarben,sonriócuandoviolazambullidayoyólosaplausos.Nuncahabíavistohaceresto, pero se dio cuenta de que aquello eramuy fácil y, comprendiendo lasventajasdeestaacción,decidióenseguidamostraralospatriciosallíreunidos,yenespecialaFavonia,queéleratambiénunmaestroenestearteatlético.

Fulvus Fupus corrió, como había visto hacerlo a von Harben, hacia elbordedelapiscina,diounelevadosaltoenelaireycayódeestómagoenelagua,conloqueprodujounchasquidotanfuertequesequedósinalientoyelaguasalpicóentodasdirecciones.

Respirandoentrejadeos,consiguióllegaralbordedelapiscina,dondeseagarrómientraslasrisasdelospatriciospresenteslehacíansonrojar.Aunqueantes había mirado a von Harben con desprecio y cierto recelo, ahora leobservaba con absoluto desprecio, recelo y odio. Irritado, Fupus salió de lapiscinayvolviódeinmediatoalvestuario,dondesevistiódenuevo.

—¿Ya te vas, Fupus? – preguntó un joven patricio que se estabadesnudandoenelapodyterium.

—Sí–gruñóFupus.

—MeheenteradodequehasvenidoconSeptimusFavoniusy sunuevohallazgo.¿Cómoes?

—Escuchabien,CaeciliusMetellus–respondióFupus–.EstehombrequesehacellamarEricvonHarbendicequeesunjefedeGermania,peroyocreoqueesotracosa.

—¿Quéesloquecreestú?–preguntóMetellus,educadamente,aunqueeraevidentequenoteníamuchointerés.

Page 56: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Fupusseacercóalotro.

—CreoqueesunespíadeCastraSanguinarius–susurró–,yquesólofingequeesunbárbaro.

—Perodicenquenohablabiennuestralengua–replicóMetellus.

—Lahablacomolahablaríacualquierhombrequequisierafingirquenolaentendíaoqueeranuevaparaél–explicóFupus.

Metellusmeneólacabeza.

—Septimus Favonius no es tonto –afirmó–. Dudo que exista alguien enCastraSanguinariuslobastantelistoparaengañarlehastaesepunto.

—Sólohayunhombreconderechoajuzgarle–espetóFupus–,yconoceráloshechosantesdeunahora.

—¿Aquiénterefieres?–preguntóMetellus.

—AValidusAugustus,emperadordelEste;voyaverleenseguida.

—No seas tonto, Fupus –aconsejó Metellus–. Sólo conseguirás que seburledetioalgopeor.

¿NosabesqueSeptimusFavoniusgozadelmayorfavordelemperador?

—Talvez,perotambiénsesabequeeraamigodeCassiusHasta,sobrinodel emperador, a quien Valius Augustus acusó de traición y desterró. NocostaríamuchoconvenceralemperadordequeestetalErichvonHarbenesunemisariodeCassiusHasta,dequiensedicequeestáenCastraSanguinarius.

CaeciliusMetellusserio.

—Ve, pues, y haz el ridículo, Fupus –dijo–. Probablemente acabarás alfinaldeunacuerda.

—Elfinaldeunacuerdapondráfinaesteasunto–declaróFupus–,peroenélestarávonHarben,noyo.

IX

CuandocayólanocheenlaciudaddeCastraSanguinarius,lapenumbradelasmazmorras de granito bajo el coliseo de la ciudad se convirtió en negraoscuridad,sóloaliviadaporelrectángulodefirmamentoestrelladoqueseveíadesdelaventanaconbarrotes.

Agachadoeneltoscosuelodepiedra,conlaespaldaapoyadaenlapared,Tarzánobservabalasestrellasquesemovíanenlentaprocesión.Comoerauna

Page 57: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

criaturaacostumbradaaviviralairelibre,elhombremonosufríalaangustiamental de las bestias enjauladas; tal vez debido a su mente humana, susufrimientoeramayorde loquehabría sidoparaunanimal, sin embargo losoportabaconmayorestoicismoquelasbestias,quepaseanarribayabajoparaescapardelosbarrotesquelaconfinan.

Si los pasos de un animal podían haber medido las paredes de sumazmorra,lomismohizolamentedeTarzán,yenningúnmomentosumentenopermanecióocupadaporlasideasdeescapar.

Lukedi y los otros presos de la mazmorra dormían, pero Tarzán seguíaobservando las estrellas libresy envidiándolas, cuando sedio cuentadequeoía un sonido,muy leve, que venía de la pista, cuyo suelo estaba almismonivel que el ventanuco de lamazmorra. Algo semovía de forma regular ycautelosaenlaarena.Entonces,enmarcadoenlaventana,susiluetarecortadasobre el firmamento, apareció una figura conocida. Tarzán sonrió y susurróunapalabra tanbajaqueeloídohumanoapenas lahabríaoído,yNkimasedeslizó entre los barrotes y se dejó caer en el suelo de la mazmorra. Uninstante después el monito se acurrucaba cerca de Tarzán, cuyos largos ymusculososbrazoslerodeabanelcuello.

—Venacasaconmigo–suplicóNkima–.¿Porquétequedasenesteoscuroyfríoagujerobajotierra?

—¿HasvistolajaulaenlaqueavecestengoaJad-Bal-Ja,elleóndeoro?–preguntóTarzán.–Sí–respondióelmono.

—Jad-Bal-Ja no puede salir si nosotros no le abrimos la puerta –explicóTarzán–. Yo también estoy en una jaula, no puedo salir si no me abren lapuerta.

—Iré a buscar aMuviro y a sus gomangani con los palos afilados dijoNkima–.Vendránytesoltarán.

—No,Nkima—ordenóTarzán–.Siyonopuedosalirdeaquí,Muvironopodrállegaratiempodesalvarme,ysivinieramuchosdemisvalienteswazirimorirían,puesaquíhay luchadoresennúmerosmuchomayoresque losqueMuviropodríatraer.

Al cabo de un rato, Tarzán dormía y, enroscado en sus brazos, dormíaNkima, el monito, pero cuando Tarzán despertó por la mañana, Nkima sehabíamarchado.

Hacia media mañana vinieron los soldados, abrieron la puerta de lamazmorray entraron algunosde ellos, incluidoun jovenoficial blanco, queibaacompañadoporunesclavo.EloficialsedirigióaTarzánenellenguajedela ciudad, pero el hombre mono meneó la cabeza para indicar que no lo

Page 58: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

entendía;luego,elotrosevolvióaunesclavoconunaspalabrasyesteúltimohablóaTarzáneneldialectodelosbagegos,preguntándolesiloentendía.

—Sí –respondió el hombre mono, y a través del intérprete el oficialinterrogóaTarzán.

—¿Quién eres y qué hacías, tú, un hombre blanco, en la aldea de losbagegos?–preguntóeloficial.

—Soy Tarzán de los Monos –contestó el prisionero–. Buscaba a otrohombreblancoqueestáperdidoenalgúnlugardeestasmontañas,peroresbaléenelacantiladoycaí,ymientrasestabainconscientelosbagegosmehicieronprisionero, y cuando vuestros soldados entraron en la aldea bagego, meencontraronallí.Ahoraqueyasabesquiénsoy,supongoqueseréliberado.

—¿Porqué?–quisosabereloficial–.¿EresciudadanodeRoma?

—Claroqueno–replicóTarzán–.¿Quétieneestoquever?

—SinoeresciudadanodeRoma,esbastanteposiblequeseasunenemigo.¿CómosabemosquenoeresdeCastrumMare?

Tarzánseencogiódehombros.

—No lo sé –replicó–, puesto que ni siquiera conozco lo que significaCastrumMare.

—Esto es lo que dirías si quisieras engañarnos –afirmó el oficial–, ytambién fingirías que no sabes hablar ni entiendes nuestra lengua, perodescubrirásquenoesfácilengañarnos.NosomostantontoscomolagentedeCastrumMarecree.

—¿DóndeestáCastrumMareyquées?–preguntóTarzán.

Eloficialseechóareír.

—Eresmuyhábil–exclamó.

—Teaseguro–dijoelhombremono–queno tratodeengañarte.Créemeporuninstanteyrespóndemeaunapregunta.

—¿Quédeseaspreguntar?

—¿Havenidoavuestropaísotrohombreblancoenlasúltimassemanas?Eselqueestoybuscando.

—Ningúnhombreblancohaentradoenestepaís–replicóeloficial–desdequeMarcusCrispusSanguinariusacaudilló laTerceraCohortede laDécimaLegión en victoriosa conquista de los bárbaros que lo habitaban hace milochocientosveintitrésaños.

—Y si hubiera un extranjero en vuestro país, ¿lo sabríais? – preguntó

Page 59: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Tarzán.

—Si estuviera en Castra Sanguinarius, sí –respondió el oficial–, pero sihubieraentradoenCastrumMare,enel extremoorientaldelvalle,yono losabría; pero vamos, nome han enviado aquí para responder preguntas, sinoparallevarteanteunoquetelasharáati.

Aunaordendeloficial,lossoldadosqueleacompañabansacaronaTarzándelamazmorra,lecondujeronporelcorredorporelqueeldíaanteriorhabíavenido y lo llevaron a la ciudad. El destacamento recorrió un kilómetro ymedio por las calles de la ciudad hasta llegar a un edificio imponente, a laentrada del cual estaba apostada una guardia militar cuyas complicadascorazas,cascosycimerassugeríanqueformabanpartedeuncuerpomilitardeélite.

Las placasmetálicas de sus corazas le parecieron aTarzán de oro, igualque elmetal de sus cascos,mientras que las empuñaduras ymangos de susespadas estaban tallados con elaborados dibujos y adornados también conpiedrasdecoloresincrustadasdemodoingeniosoenelmetal,yasuatractivoaspectoseañadíaeltoquefinaldelascapasdecolorescarlata.

EloficialquesereunióconelgrupoantelapuertadejóentraraTarzán,alintérpreteyaloficialquelehabíatraído,perolossoldadosfueronsustituidosporundestacamento, cuyoshombres llevaban armasmuy similares a las deaquellosqueprotegíanlaentradadepalacio.

Tarzán fue conducido de inmediato por un ancho corredor, al que dabannumerosas cámaras, hasta una gran estancia rectangular flanqueada porcolumnas.Alfondohabíaunhombrecorpulentosentadoenunenormesillóntalladosobreunatarimaelevada.

En la habitación se encontrabamás gente, casi todos vestidos con capassobretúnicasdevivoscoloresycorazasdecueroometaladornadas,mientrasqueotrosvestíansimplestogas,engeneralblancas.Constantementeentrabany salían de la cámara esclavos, mensajeros y oficiales. El grupo queacompañabaaTarzánseretiróentrelascolumnasdeunladodelaestanciayesperóallí.

—¿Quéesestesitio?–preguntóTarzánalintérpretebagego–,¿yquiéneselhombrequeestáalfondodelahabitación?

—Ésta es la sala del trono del emperador del Este, y él es el propioSublatusImperator.

Duranteunbuenrato,Tarzánobservólaescenaquesedesarrollabaanteélconinterés.Viogentedetodaslasclases,desdeluego,queseaproximabaaltronoysedirigíaalemperador,yaunquenoentendíasuspalabras,supusoque

Page 60: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

efectuabanpeticionesasugobernante.Entrelospeticionariosseencontrabanpatricios, tenderosdepielmorena, bárbaros resplandecientes en sus adornossalvajeseinclusoesclavos.

Elemperador,Sublatus,presentabaunafiguraimponente.Sobreunatúnicade hilo blanco, el emperador llevaba una coraza de oro. Las sandalias eranblancas,conhebillasdeoro,ydeloshombroslecaíalatúnicapúrpuradeloscésares.Unfiletedehilobordadosobrelafrenteeraotrainsigniadesurangoquelucía.

Justo detrás del trono, colgaban unas gruesas cortinas ante las que sealineabanunafiladesoldados.Éstosportabanpaloscoronadosporáguilasdeplata y estandartes, cuyo significado y propósito Tarzán desconocía. De lascolumnasdelaparedcolgabanescudosdediferentesformassobreestandartessimilares a los que estaban detrás del emperador. Todo lo referente alembellecimientodelahabitacióneramarcial,ylosadornosmuralesconsistíanenescenasdeguerrapintadasconcrudeza.

Enaquelmomento,unhombre,queparecía serunoficial de la corte, seacercóaellosysedirigióaloficialquehabíatraídoaTarzándesdeelcoliseo.

—¿EresMaximusPraeclarus?–preguntó.

—Sí–respondióeloficial.

—Preséntateconelprisionero.

CuandoTarzánavanzabahaciaeltrono,rodeadoporeldestacamentodelaguardia, todas las miradas se volvieron hacia él, pues su figura destacabainclusoenesteconjuntodecortesanosysoldadosataviadosdeunmodo tanllamativo,aunquelasúnicasprendasquellevabaeranuntaparrabosyunapielde leopardo.Supiel bronceadapor el sol, sumatadepelonegroy susojosgrises no sólo le hacían resaltar de forma especial en aquel ambiente, pueshabíaotraspersonasconlapieloscura,elpelonegroylosojosgrisesentrelospresentes,sinoqueeraelúnicoqueseelevabavarioscentímetrosporencimadeellos.Laondulantesuavidaddesupasofácilsugería,inclusoalamentedelorgullosoyaltivoSublatus,el fieroysalvajepoderdel reyde lasbestias, loque tal vez explicó el hecho de que el emperador, con la mano levantada,hicierapararalgrupounpocomáslejosdeltronodeloacostumbrado.

Cuando el grupo se detuvo ante el trono, Tarzán no esperó a serinterrogado,sinoquesevolvióalintérpretebagegoydijo:

PregúntaleaSublatusporquémehanhechoprisioneroydilequeexijoquesemedejeenlibertadahoramismo.

Elhombresequejó.

—Hazloquetedigo–ordenóTarzán.

Page 61: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—¿Quédice?–preguntóSublatusalintérprete.

—Temorepetirsuspalabrasalemperador–murmuróelhombre.

—Teloordeno–dijoSublatus.

—Hapreguntadoporqué lehanhechoprisioneroypidequese lesuelteenseguida.

—Pregúntale quién es –ordenó Sublatus, enfadado–, que se atreve a darórdenesaSublatusImperator.

—Dile –respondió Tarzán después de que las palabras del emperador lehubieransidotraducidas–quesoyTarzándelosMonos,perosiestosignificapocoparaél,comosunombresignificapocoparamí,tengootrosmediosdeconvencerledequeestoyacostumbradoadarórdenesyaserobedecidoigualqueél.

—Llevaos a este perro insolente –replicó Sublatus con voz temblorosacuandolehubierondicholaspalabrasquehabíapronunciadoTarzán.

LossoldadosagarraronaTarzán,peroélselibródeellos.

—Dile–espetóelhombremono–quedehombreblancoahombreblancolepidoquerespondaamipregunta.Dilequenohevenidoaestepaíscomoenemigo,sinocomoamigo,yqueharé todo loposibleparaquesemedéeltratoquemerezco,yestoantesdesalirdeestahabitación.

CuandoestaspalabrasfuerontraducidasaSublatus,elcolorpúrpuradesurostroenfurecidoeracomoelpúrpuraimperialdesucapa.

—Lleváoslo–gritó–.Lleváoslo.Llamadalaguardia.EncerradaMaximusPraeclarus y encadenadle por permitir que un prisionero se dirija así aSublatus.

DossoldadosagarraronaTarzán,unoporelbrazoderechoyelotroporelizquierdo,peroelhombremonojuntódeprontolosbrazosantesíycontantafuerza chocaron las cabezas de los dos hombres que soltaron a Tarzán ycayeroninconscientesalsuelo;entonceselhombremonosaltóconlaagilidaddeunfelinoalestradodondesesentabaelemperador,Sublatus.

Estaacciónsehabíarealizadotandeprisa,ydeformataninesperada,quenadieestabapreparadoparainterponerseentreTarzányelemperadoratiempodeimpedirlaterribleindignidadqueTarzánleinfligió.

Agarróalemperadorporloshombros,lolevantódeltronoylehizogirar;luegoleagarróporlanucaylolevantódelsuelojustocuandovarioslancerosavanzabanpararescataraSublatus.Perocuandoestabanapuntodeamenazara Tarzán con sus picas, él empleó el cuerpo de Sublatus, que no paraba degritar,comoescudo,demodoque lossoldadosnoseatrevieronaatacarpor

Page 62: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

miedoamatarasuemperador.

—Diles –dijoTarzán al intérprete bagego– que si algún hombre semeteconmigoantesdequehayallegadoalacalle,retorceréelcuelloalemperador.Dilequelesordenequeseretiren.Silohace,ledejarélibrecuandoestéfueradeledificio.Siseniega,seráasucosta.

CuandoelmensajefuetransmitidoaSublatus,éstedejódegritarórdenesasushombresparaqueatacaranalhombremono,yencambiolesmandóquepermitieran que Tarzán abandonara el palacio. Con el emperador sobre lacabeza, Tarzán saltó del estrado y al hacerlo los cortesanos se retiraronobedeciendo las consignas de Sublatus, quien ordenó que se volvieran deespaldas para no presenciar la indignidad que estaba soportando sugobernante.

TarzándelosMonosllevóaSublatusImperatorporencimadesucabezaalo largo de la sala del trono y por los corredores que conducían al patioexterior;yalaordendelhombremono,elintérpretenegropasódelante,peroallínoeranecesario,yaqueSublatusmanteníaelcaminolibredandoórdenesconunavozquetemblabaderabia,miedoyhumillación.EnlapuertaexteriorlosmiembrosdelaguardiasuplicabanqueselespermitierarescataraSublatusy vengar la afrenta de que era objeto, pero el emperador les ordenó quepermitieran que su capturador saliera de palacio sano y salvo, siempre quecumpliera su palabra y liberara a Sublatus cuando hubieran llegado a laavenidaquehabíatraslapuerta.

Laguardiadelacapaescarlataretrocedióaregañadientes,llenosdeiraporla humillación que sufría su emperador. Aunque no le amaran, era lapersonificacióndelpoderyladignidaddesugobierno,ylaescenaquehabíanpresenciado les llenaba de humillación. Mientras, el bárbaro semidesnudocruzabalaspuertasdepalaciollevandoasucomandanteenjefeen'elaire,ysalíaalaavenidabordeadadeárboles,conelintérpretealfrente,quenosabíasiestarabatidoporelterroroanimadoporelorgullodeestanotoriedad.

LaciudaddeCastraSanguinariushabíasidoconstruidaenunbosquequearropaba el extremo occidental del cañón, y con una visión inusual losfundadores de la ciudad habían despejado sólo los espacios necesarios paraavenidas,edificiosypropósitossimilares.Unosárbolesantiquísimoscubríanconsufollajelaavenidaanteelpalacio,yenmuchoslugaressusramajessedesparramaba por encima de las casas bajas y se mezclaba con las de losárbolesdelospatiosinteriores.

Amediocaminodelaanchaavenida,elhombremonosedetuvoydejóaSublatus en el suelo.Volvió los ojos en dirección a la puerta por la que lossoldadosdelemperadorsalíanentropel.

Page 63: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Diles –dijoTarzán al intérprete– que vuelvan a palacio; sólo entoncesdejaréenlibertadasuemperador–puesTarzánhabíaobservadolasjabalinasenlasmanosdemuchosdelosguardiasysuponíaqueenelmomentoenquesucuerpodejasedeestarprotegidopor lapresenciapróximadeSublatus,élseríaladianayelobjetivodeunaveintenadearmas.

Cuando el intérprete dio el ultimátum del hombre mono, los guardiasvacilaron,peroSublatuslesordenóqueobedecieran,pueselfuerteapretóndelbárbaroenelhombroleconvenciódequenohabíaesperanzasdequepudieraescapar convidao ileso amenosque él y sus soldados accedieran a loquepedíaaquellacriatura.Cuandoelúltimoguardiaentróenelpatiodepalacio,Tarzánsoltóalemperador,quienseapresuróhacialapuerta;enesemomentosalieronrápidamentealaavenida.

Vieronquesupresasevolvíaydabaunospasosrápidos,saltabaenelaireydesaparecíaentreelfollajedeunroble.Unadocenadejabalinasllegaronalasramasdelárbol.Lossoldadosseprecipitaronhaciaallí,aguzandolavista,perolapresahabíadesaparecido.

Sublatusibapisándoleslostalones.

—¡Rápido!–gritaba–.¡Aporél!Mildenariosparaelhombrequeabataalbárbaro.

—¡Allíva!–chillóuno,señalando.

—No–gritóotro–.Lehevistoentreelfollaje.Hevistomoverselasramas–yseñalabaenladirecciónopuesta.

Entretanto,elhombremonoavanzabavelozporlosárbolesporunladodelaavenida,saltóauntejadobajoylocruzó,luegosaltóaunárboldeunpatiointerioryallísedetuvoparaoírsileperseguían.Moviéndosecomounabestiasalvajeenlajungla,avanzótansilenciosocomolasombradeunasombra,demodoqueahora,aunqueagazapadoapenasaseismetrosporencimadeellas,supresenciaresultabaajenaalasdospersonasqueestabanenelpatio.

PeroTarzánnoloeradelasuyay,mientrasaguzabaeloídoparaapreciarelruidodelapersecución,queahoraseexpandíaentodasdireccionesporlaciudad, se fijó en la muchacha y el hombre que se encontraban abajo. Eraevidentequeelhombreestabaarrullandoa ladoncella,yTarzánnonecesitóconocer su lenguaje hablado para interpretar los gestos, las miradas y lasexpresiones faciales de apasionada súplica por parte del hombre o de fríaaltivezdelamuchacha.

Avecesellaladeabalacabezayofrecíaalhombremonounavistaparcialdesuperfil,yTarzánsupusoqueeramuyhermosa,peroel rostrodel jovenqueestabaconlamuchachalerecordabaelrostrodePamba,larata.

Page 64: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Eraevidentequeestecortejonoprogresabasegúnlosdeseosdeljovenysutonodevozdiomuestrasdeira.Lamuchachaselevantóconaltivez,ledirigióunasfríaspalabrasysemarchó.Entonceselhombreselevantódelbancoenelque estaban sentados y la agarró bruscamente por el brazo. Ella se volvió,sorprendidayenojada,lemiróymediolanzóungritopidiendoayudacuandoelhombreconcaraderataletapólabocaconunamanoyconelbrazolibrelaestrechócontrasí.

Todo aquello no era de la incumbencia de Tarzán. Las hembras de laciudaddeCastraSanguinariusnoleimportabanalhombremonomásquelasdelaaldeadeNyuto,jefedelosbagegos.NoleimportabanmásqueSabor,laleona, ymuchomenos que las hembras de la tribu deAkut o deToyat, lossimiosreyes.PeroTarzándelosMonosamenudoeraunacriaturaimpulsiva,ysediocuentadequenolegustabaeljovenconcaraderataydequenuncapodría gustarle, mientras que la muchacha a la que maltrataba parecíadoblementeagradableporsuevidenteaversiónasuatormentador.

El hombre había inclinado el frágil cuerpo de la muchacha hacia atrássobreelbanco.Suslabiosestabancercadelosdeellacuandoderepenteoyóunestruendoenelsuelo,juntoaél,yalvolverse,atónito,violafiguradeungigantesemidesnudo.Unosojosgrisescomoelaceroseclavaronenlossuyos,unamanofuertecayóenelcuellodesutúnicaysevioseparadodelcuerpodelamuchachayluegoarrojadobruscamenteaunlado.

El jovenviocómosuatacante levantabaasuvíctimadelsuelo,perosusdiminutosojostambiénsepercatarondeotracosa:¡elextrañonoibaarmado!Entonces Fastus desenvainó su espada y Tarzán de los Monos se encontróenfrentadoalacero.LamuchachasediocuentadeloqueFastusibaahacer.Vioqueelextranjeroquelaprotegíaibadesarmadoyseinterpusoentreellos,gritandoalmismotiempocontodassusfuerzas:

—¡Axuch!¡Sarus!¡Mpingu!¡Venid!¡Rápido!

TarzánagarróalamuchachayrápidamentelaescondiódetrásdesucuerpoaltiempoqueFastusselanzabasobreél.Peroelromanohabíacalculadomallafácilconquistadeunhombredesarmado,quelehabíaparecidosencilladellevaracabo,puescuandosuafiladaespadadescendióparahendirelcuerpodesuenemigo,ésteyanoestabaallí.

NuncaensuvidahabíapresenciadoFastussemejanteagilidad.EracomosilosojosyelcuerpodelbárbarosemovieranmásrápidamentequelaespadadeFastus,ysiempreunafraccióndecentímetromásallá.

Tresveceshizocaerlaespadasobreelextraño,ytresveceslahojacortóelairevacío,mientras lamuchacha, con losojosdesorbitadospor el asombro,observabaeldueloaparentementedesigual.Sucorazónsellenódeadmiración

Page 65: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

porelextrañogigantequien,aunqueatodasluceseraunbárbaro,parecíamáspatricioqueelpropioFastus.TresveceslahojadeFastuscortóelaire,yluegosu antagonista hizo unmovimiento rápido como un rayo. Lamanomorenapillódesprevenidoalromano,losdedosdeaceroleagarraronlamuñecayuninstante después su espada caía en el suelo enlosado del patio. En esemomento,doshombresblancosyunnegroentraroncorriendoyjadeanteseneljardínyseprecipitaronhaciaellos,conunadagaenlamanocadaunoyelnegroconunaespada.

VieronaTarzándepieentreFastusylamuchacha,aljovenenmanosdeun extraño, y la espada caía en el suelo. Naturalmente, llegaron a la únicaconclusiónqueparecíaposible:Fastusestabasiendoatacadoenunintentodeprotegeralachicacontraunextraño.

Tarzán lesvioacercarseaélycomprendióque tresaunoesuncombatedesigual.EstabaapuntodeutilizaraFastuscomoescudocontrasusnuevosenemigoscuandolamuchachaavanzóantelostresyleshizoseñasdequesedetuvieran.Denuevooyó aquella lenguaque él no comprendía,mientras lachicaexplicabalosucedidoalosreciénllegadosyTarzánseguíasujetandoaFastusporlamuñeca.

Luego la joven se volvió hacia Tarzán y se dirigió a él, pero el hombremonomeneólacabezaparaindicarquenolaentendía;entonces,cuandolosojos de Tarzán se posaron en el negro, se le ocurrió un posible medio decomunicarseconestagente,pueselnegroseparecíamuchoalosbagegosdelmundoexterior.

—¿Eresbagego?–preguntóTarzánenlalenguadeesatribu.

Elhombrepareciósorprenderse.

—Sí–respondió–,losoy,pero¿quiénerestú?

—¿Yhablaslalenguadeestagente?–supusoTarzán,señalandoalajovenyaFastuspasandoporaltolapreguntadelhombre.

—Por supuesto –contestó el negro–. He sido prisionero suyo durantemuchos años, pero haymuchos bagegos entremis compañeros y no hemosolvidadolalenguadenuestrasmadres.

—Bien–dijoTarzán–.Estamujerpuedehablarconmigoatravésdeti.

—Ellaquieresaberquiéneres,dedóndevienesyquéhacíasensujardín,ycómohasllegadoaquí,ycómoesquelahasprotegidodeFastus,y…

Tarzánalzóunamano.

—Deunaenuna–exclamóelhombremono–.DilequesoyTarzándelosMonos, un extranjero de un lejano país, y he venido aquí en son de paz en

Page 66: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

buscadeunodelosmíosquesehaextraviado.

Entonceshubounainterrupciónenformadefuertesgolpesygritostraslapuertaexteriordeledificio.

—Veaverloqueeseso,Axuc–ordenólamuchacha,ycuandoelaludido,evidentemente un esclavo, se volvió con humildad para hacer lo que ella leordenaba,ellasedirigióunavezmásaTarzánatravésdelintérprete.

—TehasganadolagratituddeDilecta–afirmóella–yserásrecompensadoporsupadre.

Enestemomento,Axuchregresóseguidoporunjovenoficial.CuandolosojosdelreciénllegadoseposaronenTarzán,sedesorbitaronporelsobresaltoyeljovensellevólamanoalaempuñaduradesuespada,yalmismotiempoTarzánlereconociócomoMaximusPraeclarus,eljovenoficialpatricioquelehabíallevadodelcoliseoapalacio.

—Deja tu espada,Maximus Praeclarus –dijo lamuchacha–, porque estehombrenoesningúnenemigo.

—¿Estássegura,Dilecta?–preguntóPraeclarus–.¿Quésabesdeél?

—Séque ha llegado a tiempode salvarmede este cerdo, quemehabríalastimado–dijolamuchachaconaltivez,lanzandounamiradadedesprecioaFastus.

—Noloentiendo–comentóPraeclarus–.Eselprisionerodeguerrabárbaroque se hace llamar Tarzán y a quien esta mañana he llevado del coliseo apalacio a requerimiento del emperador, para que Sublatus pudiera echar unvistazo a esta extraña criatura, que algunos creen que es espía de CastrumMare.

—Siesunprisionero,¿quéhaceaquí?–preguntó lamuchacha–.¿Yporquéhasvenido?

—Este tipo ha atacado al propio emperador y luego ha escapado depalacio. Están registrando la ciudad entera y yo, como estoy a cargo de undestacamento de soldados asignado a este distrito, he venido de inmediato,puestemíaloqueprecisamentehaocurrido,queestesalvajeteencontraraytehicieradaño.

—Era el patricioFastus, hijo del césar imperial, el quemehabría hechodaño–replicólamuchacha–.Elsalvajeeselquemehasalvado.

Maximus Praeclarus dirigió una rápida mirada a Fastus, el hijo deSublatus,ydespuésaTarzán.Eljovenoficialparecíahallarseanteundilema.

—Ahí está tu hombre –exclamó Fastus con una sonrisa torcida–.Devuélveloalasmazmorras.

Page 67: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Maximus Praeclarus no recibe órdenes de Fastus –replicó el joven– yconocesudebersintenerqueconsultárselo.

—¿Arrestarásaestehombrequemehaprotegido,Praeclarus?–preguntóDilecta.

—¿Quépuedohacersino?–balbuceóPraeclarus–.Esmideber.

—Entonces,hazlo–espetóFastus.Praeclaruspalideció.

—Meresultadifícilmantenermismanoslejosdeti,Fastus–exclamó–.SifueraselhijodelmismoJúpiternomecostaríatantoestrangularte.Sisabesloqueteconviene,temarcharásantesdequepierdalosestribos.

—Mpingu–dijoDilecta–,acompañaaFastusalaavenida.

Fastusenrojeció.

—Mi padre, el emperador, se enterará de esto –amenazó–; y no olvides,Dilecta,quetupadrenogozadedemasiadaestimaciónporpartedeSublatusImperator.

—Márchate, Fastus –exclamó la muchacha– antes de que ordene a miesclavoquetearrojealacalle.

ConunasonrisatorcidayuncontoneoFastussaliódeljardín,ycuandosehuboidoDilectasevolvióaMaximusPraeclarus.

—¿Quéharemos?DeboprotegeraestenobleextranjeroquemehasalvadodeFastus,yalmismo tiempo túhasdecumplircon tudeberydevolverleaSublatus.

—Tengounplan–anuncióMaximusPraeclarus–,peronopuedollevarloacaboamenosquepuedahablarconelextranjero.

—Mpinguleentiendeypuedehacerdeintérprete–replicólamuchacha.

—¿PuedesconfiarenMpingu?–preguntóPraeclarus.

—Absolutamente–afirmóDilecta.

—Entonces haz marchar a los demás –ordenó Praeclarus, señalando aAxuc y Sarus; y cuandoMpingu volvió de acompañar a Fastus a la calle,encontróaMaximusPraeclarus,DilectayTarzánsoloseneljardín.

PraeclarusindicóaMpinguqueseacercara.

—Dilealextranjeroquemehanenviadoparaarrestarle–dijoaMpingu–,pero dile también que, debido al servicio que ha prestado a Dilecta, deseoprotegerlesisiguemisinstrucciones.

—¿Cuáles son? – preguntó Tarzán cuando le hubieron planteado la

Page 68: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

pregunta–.¿Quédeseasdemí?

—Quiero que vengas conmigo –anunció Praeclarus– como si fueras miprisionero.Tellevaréendirecciónalcoliseoycuandoestéfrenteamipropiacasa, te haré una señal para que entiendas que aquella casa es mía.Inmediatamentedespuésharé todo loposibleparaqueescapesa losárboles,como has hecho cuando ha salido del palacio con Sublatus.Ve entonces deinmediato a mi casa y quédate allí hasta que yo regrese. Dilecta enviará aMpinguparaavisaramiscriadosdeque irás.Si se loordeno, teprotegeránconsuvida.¿Loentiendes?

—Entiendo–respondióelhombremonocuandoMpingulehuboexplicadoelplan.

—Más tarde –continuó Praeclarus– podremos encontrar la manera dehacertesalirdeCastraSanguinariusydecruzarlasmontañas.

X

Loscuidadosdel estado reposaban levementeen loshombrosdeValidusAugustus, emperador del Este, pues aunque su título era imponente sudominioerapequeñoysussúbditosescasos.LaciudadisladeCastrumMareconstabadeunapoblacióndepocomásdeveintidósmilpersonas,delasqueunas tres mil eran blancos y diecinueve mil de sangre mixta, mientras quefuera de la ciudad, en las aldeas de los moradores del lago y por la orillaoriental de Mare Orientis, vivían el resto de sus súbditos, que eran unosveintiséismilnegros.

Esedía,unavezterminadosinformesyaudiencias,elemperadorseretiróal jardín de palacio para pasar una hora conversando con algunos de susíntimos, mientras los músicos, escondidos en un cenador cubierto con unaparra, le entretenían. Cuando se hallaba así ocupado, se aproximó unchambelánqueanuncióqueelpatricioFulvusFupussolicitabaaudienciaconelemperador.

—Fulvussabequehaceunahoraquesehaterminadolaaudiencia–espetóelemperador–.Dilequevuelvamañana.

—Insiste, glorioso césar –dijo el chambelán–, en que el asunto es de lamayor importancia y en que se ha atrevido a venir únicamente porque estásegurodequelaseguridaddelemperadorestáenjuego.

—Tráele, pues –ordenó Validus, y, cuando el chambelán se volvió,rezongó–:¿Nuncapodré tenerunmomentodedescansosinquealgúnnecio

Page 69: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

comoFulvusFupusmeinterrumpaconalgunatontería?

Cuando Fulvus se acercó al emperador unos momentos más tarde, fuerecibidoconfrialdadyunamiradaaltiva.

—Hevenido,gloriosocésar–comenzóFulvus–,paracumplirconeldeberdeunciudadanodeRoma,cuyoprincipalinterésradicaenlaseguridaddesuemperador.

—¿Dequéhablas?–espetóValidus–.¡Rápido,dímelo!

—Hay un extranjero en Castrum Mare que afirma ser un bárbaro deGermania, pero yo creo que se trata de un espía de Castrum Sanguinariusdonde, según sedice,CassiusHasta esun invitadodehonordeSublatusenaquellaciudad.

—¿QuésabesdeCassiusHastayquétienequeverconesto?–preguntóValidus.

—Sedice…serumorea–balbuceóFulvusFupus–que…

—HeoídodemasiadosrumoresdeCassiusHasta–exclamóValidus–.¿NopuedoenviaramisobrinoenunamisiónsinquetodoslosneciosdeCastrumMaresequedendespiertosporlanocheparaconjurarmotivosquepuedanmástardesermeatribuidos?

—Sóloesloqueheoído–murmuróFulvusenrojeciendo,incómodo–.Yonosénadadeello.Nohedichoquelosupiera.

—Bien,¿quéhasoído?–preguntóValidus–.Venga,dilo.

—SediceenlosbañosqueenviasteaCassiusHastalejosdeaquíporqueconspiraba para traicionarte, y que éste acudió inmediatamente a Sublatus,quienlerecibiódemodoamistoso,yquejuntosestánplaneandounataqueaCastrumMare.

Validusfruncióelentrecejo.

—Un rumor sin fundamento –replicó–, pero ¿qué me dices de esteprisionero?¿Quétienequeverconelloyporquénosemehacomunicadosupresencia?

—Esonolosé–dijoFulvusFupus–.Porestomehaparecidodoblementequemidebererainformarte,yaqueelhombrequecobijaalextranjeroesunpatriciomuypoderosoyquepodríamuybienserdemasiadoambicioso.

—¿Dequiénsetrata?–preguntóelemperador.

—SeptimusFavonius–respondióFupus.

—¡SeptimusFavonius!–exclamóValidus–.Imposible.

Page 70: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—No es imposible –prosiguió Fupus con osadía–, si el glorioso césarrecuerda la amistad que siempre ha existido entre Cassius Hasta yMalhusLepus,elsobrinodeSeptimusFavonius.ElhogardeSeptimusFavoniuseraelotrohogardeCassiusHasta.¿Aquién,por tanto,acudiríaantesenbuscadeayuda sino a este poderoso amigo cuyas ambiciones son conocidas fuera depalacio,aunquetalvezaúnnohayanllegadoaoídosdeValidusAugustus?

Nervioso,elemperadorsepusoenpieyempezóapaseararribayabajo,mientras los otros le observaban con atención; los ojos de Fulvus seentrecerraronmalignamente.

EntoncesValidussedetuvoysevolvióhaciaunodesuscortesanos.

—¡QueHérculesmehagacaermuerto–exclamó–sinohayalgodeverdaden lo que Fulvus Fupus sugiere! – y se dirigió a Fupus–: ¿Cómo es elextranjero?

—Es un hombre de piel blanca, aunque de aspecto y tez ligeramentediferentes a las del patricio usual. Finge hablar nuestra lengua con ciertatorpeza, con lo que intenta sugerir falta de familiaridad. Yo creo que estosimplementeformapartedeunafarsaparaengañarnos.

—¿CómoesquehallegadoaCastrumMareyningunodemisoficialesmehainformado?preguntóValidus.

—EstopuededecírteloMalliusLepus–contestóFulvusFupus–,pueseraquienestabaalmandodelaPortaDecumanacuandoalgunosdelosbárbarosde las aldeas del lago le trajeron, presuntamente como prisionero. Sinembargo,elcésarsabequéfácilhabríasidosobornaraestascriaturasparaqueinterpretaranestepapel.

—Loexplicastanbien,FulvusFupus–comentóelemperador–quecabríainclusosospecharquetúhassidoelinstigadordelaconspiración,oalmenosquehaspensadomuchoenplanessimilaresaéste.

—Elbrillanteingeniodelcésarnuncaleabandona–replicóFupusconunasonrisaforzadaaunquehabíapalidecido.

—Yaveremos–espetóValidus,sevolvióaunodesusoficialesyordenó–:Que arresten a Septimus Favonius, a Mallius Lepus y a ese extranjeroenseguida.

Una vez dicho esto, entró en el jardín un chambelán y se dirigió alemperador.

—Septimus Favonius pide audiencia –anunció–. Mallius Lepus, susobrino,yunextranjerovanconél.

—Veabuscarles–ordenóValidus,yluegosedirigióaloficialqueestabaa

Page 71: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

punto de salir para arrestarles–: Espera aquí, veremos lo que SeptimusFavoniustienequedecir.

Un momento después, entraron los tres hombres y se acercaron alemperador.FavoniusyLepussaludaronaValidus,yluegoelprimeropresentóavonHarbencomojefebárbarodeGermania.

Yahemosoídohablardeeste jefebárbaro–dijoValidusconunasonrisa.Favonius y Lepus miraron a Fupus–. ¿Por qué no se me notificóinmediatamentelacapturadeesteprisionero?–EstavezelemperadordirigiósuobservaciónaMalliusLepus.

—Ha habido un pequeño retraso, césar –respondió el joven oficia. Fuenecesarioquelebañarayvistieraantesdetraerleaquí.

—No era necesario que le trajeras aquí –replicó Validus–. En CastrumMarehaymazmorrasparaprisionerosdeCastraSanguinarius.

—ÉlnoesdeCastraSanguinarius–señalóSeptimusFavonius.

—¿Dedóndeeresyquéhacesenmipaís?–preguntóValidus,volviéndoseavonHarben.

—Soy de un país que tus historiadores conocían como Germana –respondióErich.

—Y supongo que aprendiste a hablar nuestra lengua enGermania –dijoValidusconunasonrisaburlona.

—Sí–afirmóvonHarben–,asíes.

—¿YnuncahabíasestadoenCastraSanguinarius?

—Nunca.

—SupongoquehasestadoenRoma–serioValidus.

—Sí,muchasveces–respondióvonHarben.

—¿Yquiénesahoraemperadorallí?

—Nohayemperadorromano–contestóvonHarben.

—¡Quenohayemperador!–exclamóValidus–.SinoeresespíadeCastraSanguinarius,eresun loco.Quizáseas lasdoscosas,puesnadiemásqueunlocoesperaríaquecreyerasemejantehistoria.Quenohayemperadorromano,nadamenos…

—Nohayemperadorromano–insistióvonHarben–porquenohayimperioromano.MalliusLepusmehadichoquevuestropaísnohatenidointercambioconelmundoexteriordesdehacemásdeochocientosaños.Enesteespaciodetiempopuedenocurrirmuchas cosas, ydehechohan sucedido.Romacayó,

Page 72: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

hacemásdemilaños.Ningunanaciónhablaactualmentesulengua,quesólola entienden los sacerdotes y los estudiosos. Los bárbaros de Germania, deGaliaydeBritanniahanconstruidoimperiosycivilizacionesdeuntremendopoder,yRomasimplementeesunaciudaddeItalia.

MalliusLepusestabaencantado.

—Yatedije–susurróaFavonius–quetegustaríamucho.PorJúpiter,ojalácontaraaValiduslahistoriadelasliterasqueviajanacincuentamilpasosporhora.

Habíaalgoenel tonoyactituddevonHarbenque inspirabaconfianzaeinducía a creerle, demodo que incluso el recelosoValidus dio crédito a lashistorias aparentemente extrañas del extranjero y se encontró haciéndolepreguntas.

PorfinelemperadorsevolvióaFulvusFupus:

—¿Con qué pruebas acusas a este hombre de ser espía de CastraSanguinarius?–preguntó.

—¿Dedóndepuedeser,sino?–preguntóFulvusFupus–.SabemosquenoesdeCastrum.

Mare,oseaquetienequeserdeCastraSanguinarius.

—¿Notienesningunapruebaqueapoyetusacusaciones?

Fupusvaciló.

—Vete–ordenóValidus,enojado–.Meocuparédetimástarde.

Abrumado por la humillación, Fupus salió del jardín, pero las miradasmalévolasque lanzó aFavonius,LepusyErichnopresagiabannadabueno.ValidusmiróatentamenteavonHarbendurantevariosminutosdespuésdequeFupus hubiera abandonado el jardín, como para intentar leer el alma delextranjeroqueestabaanteél.

—AsíqueenRomanohayemperador–masculló–.CuandoSanguinariusguioasucohortefueradeAegyptus,Nervaeraemperador.Estofueelsextodíaantesdelascalendasdefebrerodelaño848delaciudad,elsegundoañodelreinadodeNerva.DesdeaqueldíanohallegadoningunanoticiadeRomaalosdescendientesdeSanguinariusysucohorte.

Von Harben calculó rápidamente, buscando en su memoria las fechashistóricas y datos de la historia antiguaque conservaba frescos en sumentecomolosdelaépocaactual.

—El sexto día antes de las calendas de febrero –repitió–, esto sería elveintisietedeenerodelaño848delaciudad;vaya,elveintisietedeenerodel

Page 73: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

añodenuestraeraeslafechadelamuertedeNerva–dijo.

—Ah,siSanguinariuslohubierasabido–suspiróValidus–.PeroAegyptusestáamuchadistanciadeRoma,ySanguinariusseencontrabademasiadoalsurparaque le llegara lanoticiadequesuenemigohabíamuerto.¿YquiénfueemperadordespuésdeNerva,losabes?

—Trajano–respondióvonHarben.

—¿Cómo es que tú, siendo bárbaro, sabes tantas cosas de la historia deRoma?–preguntóelemperador.

—Soyunestudiosoenesamateria–contestóvonHarben–.Miambiciónesconvertirmeenunaautoridadeneltema.

—¿Podrías poner por escrito los sucesos que tuvieron lugar desde lamuertedeNerva?

—Podría escribir todo lo que recordara –dijo vonHarben–, pero esomellevaríademasiadotiempo.

—Loharás–ordenóValidus–ytendrástiempoparaello.

—Pero yo no tenía intención de quedarme en tu país –se quejó vonHarben.

—Tequedarás–afirmóValidus–.TambiénescribiráslahistoriadelreinadodeValidusAugustus,emperadordelEste.

—Pero…–intentóreplicarvonHarben.

—¡Basta!–ordenóValidus–.Yosoyelcésar,yesunaorden.

VonHarbenseencogiódehombrosysonrió.Sepercatódeque,hastaesemomento, Roma y los césares nunca le habían parecido más que mohosospergaminoseinscripcionesestropeadasporeltiempotalladasenpiedra.

Allí, en verdad, había un césar real. ¿Qué importaba que el imperio nofueramásqueunoskilómetroscuadradoscenagosos,enunaislapantanosaalfondodeuncañóndesconocido,oquesussúbditosfueranmenosdecincuentamilalmas?ElprimerAugustomismonoeramáscésarqueValidus.

—Vamos–prosiguióValidus–.Tellevaréyomismoalabiblioteca,porqueésteseráelescenariodetustareas.

En labiblioteca,queeraunahabitaciónabovedadasituadaal finaldeunlargo corredor, Validus mostró con orgullo varios centenares de rollos depapiropulcramentecolocadosenestantes.

—Aquí –explicó Validus, eligiendo uno de los rollos– se encuentra lahistoriadenuestropaíshastalafundacióndeCastrumMare.Llévateloyléelo,

Page 74: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

pues mientras permanezcas con Septimus Favonius, a quien con MalliusLepus hago responsable de ti, cada día vendrás a palacio y yo te dictaré lahistoriademireino.Ahora,veteconSeptimusFavoniusymañanaaestahoravuelveaquí.

CuandosehallaronfueradelpalaciodeValidusAugustus,vonHarbensevolvióaMalliusLepus.

—Quisierasabersisoyprisionerooinvitado–dijo,conunasonrisatriste.

—Quizáseresambascosas–respondióMalliusLepus–,peroesunasuertequeseasun invitado,aunquesólo loseasparcialmente.ValidusAugustusesvanidoso,arroganteycruel.Tambiénesreceloso,puessabequenoespopular,yFulvusFupus evidentemente casi ha logradoque te condenaranydepasoarruinarnosaFavoniusyamíantesdequellegáramos.Quéextrañocaprichohaalteradolamentedelcésarnolosé,peroesunasuerteparatiquelahayahecho;tambiénesunasuerteparaSeptimusFavoniusyMalliusLepus.

—PerotardaréañosenescribirlahistoriadeRoma–declaróvonHarben.

—Y si te niegas a escribirla estarásmuertomuchosmás años de lo quetardaríasencumplirlatarea–replicóMalliusLepusconunasonrisa.

—CastrumMarenoesunlugardesagradableparavivir–afirmóSeptimusFavonius.

—Talveztengasrazón–murmuróvonHarbenaltiempoqueelrostrodelahijadeFavoniusacudíaasumente.

Unavezdevueltaalhogardelanfitrión,el instintodelarqueólogoydelestudiosoincitóavonHarbenarealizarunalecturaatentadelantiguorollodepapiroqueelcésar lehabíaprestado,demodoqueencuantoseencontróenlosaposentosquelehabíansidoasignadosseestiróenunlargosofáydesatóelcordelqueatabaelrollo.

Cuando la desenrolló, tuvo ante sus ojos unmanuscrito en latín antiguo,estropeadoporcambiosyraspaduras,amarillentoporeltiempo.Eradistintoatodo lo que hasta entonces había caído en sus manos durante susinvestigaciones de la historia y literatura de la antiguaRoma, puesmientraslos otros manuscritos antiguos originales que había tenido la fortuna deexaminareranobrasdeestudiosos,unamiradaaéstelebastóparaverenélellaboriosoesfuerzodeunsoldadopocohábilenlasempresasliterarias.

Elrolloestabaescritoeneltoscolenguajedeloslejanoscampamentosdelegionarios veteranos, con el argot de Roma y Egipto de casi dosmil añosatrás,yhacíareferenciaagentesylugaresquenoaparecíanenlashistoriasogeografías conocidas por el hombre moderno; lugares pequeños y gentesencillaquenofueronfamososensupropiaépocaycuyorecuerdohabíasido

Page 75: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

borradotiempoatrásdelaconscienciadelhombre.Sinembargo,enestetoscomanuscrito vivían de nuevo para Erich von Harben: el quaestor que habíasalvadolavidaaSanguinariusenunaciudadegipciaquenuncahabíaestadoen ningún mapa, y allí estaba el propio Marcus Crispus Sanguinarius, quehabíasidolobastanteimportanteparaganarselaenemistaddeNervaenelaño90 de nuestra era, mientras que este último era cónsul; Marcus CrispusSanguinarius,elfundadordeunimperio,cuyonombrenoapareceenningúnsitioenlosanalesdelaantiguaRoma.

ConcrecienteinterésleyóvonHarbenlasquejasdeSanguinariusysuira,pueslaenemistaddeNervahabíahechoquelerelegaranalasarenasdeestedistante puesto más abajo de la antigua ciudad de Tebas, en el lejanoAegyptus.

Escribiendoentercerapersona,Sanguinariushabíadicho:

Sanguinarius, prefecto de la Tercera Cohorte de la Décima Legión,estacionado bajo Tebas en Aegyptus desde el año 846 de la ciudad,inmediatamente después de queNerva asumiera la púrpura; fue acusado dehaberconspiradocontraelemperador.

Elquintodíaantesdelascalendasdefebrero,enelaño848delaciudad,llegóanteSanguinariusunmensajerodeNervaconlaordendequeelprefectoregresara a Roma y se pusiera bajo arresto. Pero Sanguinarius no teníaintención de hacerlo, y como nadie más en su campamento conocía lanaturaleza delmensaje que había recibido deNerva, Sanguinarius golpeó almensajero con su daga e hizo correr la voz entre sus hombres de que elhombre era un asesino enviado desde Roma y que Sanguinarius le habíamatadoendefensapropia.

También contó a sus tenientes y centuriones queNerva estaba enviandounagranfuerzaparadestruiralacohorte.Sanguinariuslespersuadióparaquele siguieran Nilo arriba, en busca de un nuevo país donde pudieranestablecerse, lejos del maligno poder de un césar celoso; y al día siguienteiniciaronlalargamarcha.

Sucedióquepocoantesdeesto,unaflotadecientoveintebuquesllegaronaMyos-hormos, una especie deAegyptus situado en el SinusArabius.EstaflotamercantetraíaanualmentericasmercancíasdelaisladeTaprobana:seda,cuyo valor era igual a su peso en oro, perlas, diamantes, y una variedad deespecias y otras mercancías, que se trasladaban a lomos de camellos y sellevaban al interior desde Myos-hormos hasta el Nilo y río abajo hastaAlejandría,dedondeeraenviadaaRoma.

Con esta caravana iban centenares de esclavos de la India y deCatai, eincluso gente de piel clara capturada en el distante noroeste por incursores

Page 76: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

mongoles. La mayoría de estos reos eran jovencitas destinadas a sersubastadas en Roma. Y así sucedió por casualidad que Sanguinarius seencontróconestacaravana,llenaderiquezasymujeres,ylacapturó.Durantelos siguientes cinco años la cohorte se estableció varias veces en lo queesperabanseríauncampamentopermanente,peroquedurósólohastaelaño853deRomacuando,poraccidente,descubrieronelcañónescondidodondeahoraseencuentraCastraSanguinarius.

—¿Tepareceinteresante?–preguntóunavozdesdelapuerta,yallevantarlacabezavonHarbenvioaMalliusLepusdepieenelumbral.

—Mucho–respondióErich.

Lepusseencogiódehombros.

—Sospechamos que habría sido mucho más interesante que el viejoasesino hubiera escrito la verdad –dijoLepus–.En realidad, se conocemuypocorespectoasureinado,queduróveinteaños.Fueasesinadoenel20AnnoSanguinario,quecorrespondealaño873deRoma.Eseviejobribónpusosunombrealaciudad,decretóuncalendariopropioehizoestamparsuperfilenmonedasdeoro,muchasdelascualesaúnexisten.Inclusohoyutilizamossucalendario casi tanto como nuestros antepasados romanos, pero en CastrumMarehemostratadodeolvidarentodoloposibleelejemplodeSanguinarius.

—¿QuéesesaotraciudadqueheoídomencionaramenudoyquesellamaCastraSanguinarius?–preguntóvonHarben.

—Es la ciudad original fundada por Sanguinarius –respondió Lepus–.Durantecienañosdespuésdelafundacióndelaciudad,lascondicionescadavezfueronmásintolerableshastaquenohubovidahumananipropiedadqueestuvieraasalvo,amenosqueunoaceptaraversereducidocasialestadodeesclavoyconstantemente adulara al emperador.Entonces fuecuandoHonusHasta se rebeló, trajo a unos centenares de familias a esta isla situada en elextremoorientaldelvalle,y fundó laciudadyel imperiodeCastrumMare.Aquí,durantemilsetecientosaños,losdescendientesdeaquellasfamiliashanvividoenrelativapazyseguridad,perocasienestadodeguerraconstanteconCastraSanguinarius.

»Por necesidadmutua, ambas ciudades llevan a caboun comercio que amenudoesinterrumpidoporincursionesyguerras.Elreceloyelodioqueloshabitantesdecadaciudadsientenporloshabitantesdelaotrasonalimentadossiemprepornuestrosemperadores,que temenque lacomunicaciónamistosaentrelasdosciudadesproduciríaelderrocamientodeunodeellos.

—¿YahoraCastrumMareestá felizy contenta conel césar?–preguntóErich.

Page 77: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Estaesunapreguntaquenoseríaseguroresponderconsinceridad–dijoLepusencogiéndosedehombros.

—Si voy a ir a palacio cada día para escribir la historia de Roma paraValidus Augustus y recibir de él la historia de este reino –sentenció vonHarben– estaría bien que supiera algo del hombre; de lo contrario existe laposibilidad de que tenga dificultades serias, lo cual podría repercutirnegativamente en ti y en Septimus Favonius, a quien el césar ha hechoresponsabledemí.Simeprevienes,teprometoquenorepetirénadadeloquemedigas.

Lepusseapoyó levementeen lapareddeal ladode lapuertay jugueteódistraídoconelmangodesudagaantesderesponder.DespuéslevantólavistaymiródirectamentealosojosdevonHarben.

—Confiaréenti–anunció–,enprimerlugarporquehayalgoentiquemeinspiraconfianzay,ensegundolugar,porquenoteconvieneperjudicarnosniamíni aSeptimusFavonius.CastrumMarenoestá contentacon sucésar: esarrogante y cruel, no como los césares a los que Castrum Mare estabaacostumbrada.

»El último emperador era un hombre bueno, pero a la muerte de suhermano,ValidusAugustusfueelegidoparasucederleporqueelhijodelcésar,enaquellaépoca,sóloteníaunañodeedad.

»Estehijodel antiguoemperador, sobrinodeValidusAugustus, se llamaCassiusHasta.YdebidoasupopularidadhadespertadoloscelosyelodiodeAugustus, quien hace poco le envió a una peligrosa misión en el extremooccidentaldelvalle.Muchosloconsideranunauténticodestierro,peroValidusAugustus insiste en que no es así. Nadie sabe cuáles eran las órdenes deCassiusHasta: semarchódenoche,ensecreto,ysólo leacompañabanunoscuantosesclavos.

»Se cree que se le ha ordenado infiltrarse como espía en CastraSanguinarius,ysiesciertosumisiónesprácticamenteunapenademuerte.Siesto se supieraconcerteza, elpueblo se levantaríacontraValidusAugustus,puesCassiusHastaeselhombremáspopulardeCastrumMare.

»Peroyabasta,noteaburriréconlaspenasdeCastrumMare.Llévatetulecturaaljardín,dondealasombradelosárbolesseestámásfrescoqueaquí,ydespuésmereunirécontigo.

Mientras vonHarben yacía tumbado en el césped bajo la sombra de unárbolenelfrescojardíndeSeptimusFavonius,sumentenoestabaocupadaenla historia de Sanguinarius, ni en los enemigos políticos de CastrumMare,sinoentrazarplanesdehuida.

Page 78: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Como estudioso, explorador y arqueólogo, le hubiera gustado muchoquedarseallítodoeltiempoquefueranecesarioparaefectuarunaexploracióndel valle y estudiar el gobierno y las costumbres de sus habitantes, peropermanecerencerradoenlabibliotecadelemperadordelEste,escribiendolahistoria de la antigua Roma en latín con una pluma de junco en rollos depapiro,noleatraíaenmodoalguno.

Elcrujidoderopaylossuavespasosdeunospiescalzadosconsandaliasen el jardín de grava interrumpió sus pensamientos, y cuando levantó lamirada vio a Favonia, la hija de Septimus Favonius. En aquel momento lahistoriadelaantiguaRoma,juntoconlosplanesdehuidamedioformulados,sedisiparondesumenteconladulcesonrisadelamuchacha,comosedisipalanieblamatinalconelsolnaciente.

XI

CuandoMaximusPraeclarussacóaTarzándelosMonosdecasadeDionSplendidus,enlaciudaddeCastraSanguinarius,lossoldados,agolpadosjuntoa lapuerta, expresaron su satisfaccióncon juramentosy exclamaciones.Lesgustabaeljovenpatricioquelesmandabayestabanorgullososdequehubieracapturadoalsalvajebárbaro.

UnaordendePraeclarusleshizocallaryaunapalabrasuyaformaronentornoalprisionero,yseiniciólamarchahaciaelcoliseo.Habíanrecorridounacorta distancia cuando Praeclarus detuvo el destacamento y se acercó a lapuertadeunacasaquedabaalaavenidaporlaquepasaban.Sedetuvoantelapuerta,sequedóunmomentopensativo,yluegosevolviódenuevohaciaeldestacamento como si hubiera cambiado de opinión, y Tarzán supo que eljovenoficialleestabaindicandocuálerasuhogar,enelqueelhombremonopodríaencontrarrefugiounpocomástarde.

Varioscentenaresdemetrosmásadelante,despuésdehaberreanudadolamarcha,Praeclarusdetuvoasudestacamentobajolasombradeunosgrandesárboles que estaban frente a una fuente. Al lado de la fuente, que estabaconstruidaenelexteriordelmurodeun jardín,habíaunárbol inusualmentegrande,cuyasramasseextendíansobrelaavenidaporunladoysobreelmuroporelotro,mezclándoseconlasdeotrosárbolesquecrecíanenelinteriordeljardín.

Praeclarus cruzó la avenida y bebió de la fuente, y al regresar preguntómediante señas aTarzán si quería beber. El hombremono hizo un gesto deasentimiento y Praeclarus dio orden de que se le permitiera cruzar hasta la

Page 79: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

fuente.

Tarzáncaminódespaciohastaelotroladodelacalle,sedetuvoybebiódela fuente.Asu ladoseencontrabael troncodelárbol,cuyoespeso follaje leocultaría y le protegería de los proyectiles de los soldados. Se volvió deespaldasalafuenteydandounpasorápidosecolocódetrásdelárbol.UnodelossoldadosgritóparaadvertiraPraeclarus,y todoeldestacamento,quedeinmediatosospechóloqueocurría,cruzóatodaprisalaavenida,conducidosporel jovenpatricioque lesmandaba,perocuando llegarona la fuenteyalárbolsuprisionerohabíadesaparecido.

Congritosdedecepción,miraronhaciaelfollaje,peroallínohabíaseñalesdel bárbaro. Varios de los soldados más activos treparon a las ramas yentoncesMaximus Praeclarus, señalando en la dirección opuesta a la de sucasa,gritó:

—¡Poraquí!¡Ahíva!–yechóacorrerporlaavenida,mientrasdetrásdeélcorríasudestacamento,conlaspicaslistasenlasmanos.

Tarzán se movió en silencio por las ramas de los grandes árboles quecubrían la mayor parte de la ciudad de Castra Sanguinarius y se puso enparaleloconlaavenidaqueconducíaalacasadeMaximusPraeclarus,yalfinse paró en un árbol que daba al patio interior o jardín amurallado, que alparecereraunadistinguidacaracterísticadelaarquitecturadelaciudad.

Abajo vio a unamujer robusta de la clase patricia, que escuchaba a unnegro alto que se dirigía a ella excitadamente. Rodeaban a la mujer,escuchandoconimpaciencialaspalabrasdelmensajero,ungrupodeesclavos,hombresymujeres.

Tarzán reconoció a Mpingu y, aunque no entendía sus palabras,comprendió que el hombre les estaba preparando para su llegada, según lasinstrucciones que le había dado Maximus Praeclarus en el jardín de DionSplendidus, y que estaba contando una buena historia, a juzgar por susexcitadosgestosylosojosdesorbitadosybocasabiertasdelosqueleoían.

Lamujer,queescuchabaconatenciónyserenadignidad,parecíaencontrarlahistoriaalgodivertida,perosieralahistoriaensímismaoelnerviosismonocontenidodeMpinguloquelehacíagraciaTarzánnolosabía.

Era una mujer de aspecto regio, de unos cincuenta años, con el pelogrisáceo,ylaactitudyelportedeaquellaperfectaseguridadensímismaqueeselmarchamodeunaposiciónacomodada;queerapatriciahastalamédularesultaba evidente, y sin embargo en sus ojos y pequeñas arrugas en lascomisurashabíaalgoquedabaaentenderunagranhumanidadydisposiciónbondadosa.

Page 80: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Mpingu había llegado al punto en que su vocabulario no era capaz deproporcionar superlativos adecuados para describir al bárbaro que habíarescatadoasuamadeFastus,yestabaefectuandounaexageradapantomimadelaescenaquesehabíadesarrolladoeneljardíndesuamacuandoTarzánsedejó caer ágilmente a su lado. El efecto producido en los negros por estainesperadaapariciónfuecasiridículo,perolamujerblancanodiomuestrasdesorpresa.

—¿Ésteeselbárbaro?–preguntóaMpingu.

—Loes–asintióelnegro.

DilequesoyFestivitas,lamadredeMaximusPraeclarus–dijolamujeraMpingu–,yqueledoylabienvenidaennombredemihijo.

AtravésdeMpingu,TarzándiolasgraciasaFestivitasporsuhospitalidad,traslocualelladioinstruccionesaunodesusesclavosparaquecondujeranalextranjeroalosaposentosquesepusieronasudisposición.

Era media tarde cuando Maximus Praeclarus regresó a casa y fue deinmediatoalosaposentosdeTarzán.Conél ibaelmismohombrequehabíahechodeintérpreteporlamañana.

—Tengo que permanecer aquí contigo –anunció el hombre a Tarzán–,comointérpreteycriado.

—Meatrevoaafirmar–dijoPraeclarusatravésdelintérprete–queesteesel único lugardeCastraSanguinariusquenohan registradobuscándote; lascenturias incluso están peinando los bosques de fuera de la ciudad, aunqueSublatus ya está convencido de que has escapado. Te esconderás aquí unosdías,hastaqueencuentrelamaneradehacertesalirdelaciudadcuandoseadenoche.

Elhombremonosonrió.

—Puedomarcharmesiemprequequiera–replicó–,dedíaodenoche,peronoquieroirmehastaquehayacomprobadoqueelhombrequeestoybuscandono se encuentra aquí. Pero, en primer lugar, déjame darte las gracias por tubondad,cuyarazónnoentiendo.

—Esfácil–afirmóPraeclarus–.LajovenalaqueestamañanahassalvadodelataqueesDilecta,lahijadeDionSplendidus.Ellayyovamosacasarnos,creoqueesoexplicamigratitud.

—Entiendo –dijo Tarzán– y me alegro de haber tenido la suerte detropezarmeconellosenelmomentoenquelohehecho.

—Si te vuelven a capturar, no tendrás tanta suerte –advirtió Praeclarus–pueselhombredelquehassalvadoaDilectaesFastus,elhijodeSublatus,y

Page 81: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

ahora el emperador tendrá dos ofensas que vengar; pero si te quedas aquíestarás a salvo, pues nuestros esclavos son leales y existen pocasprobabilidadesdequetedescubran.

—Simequedoaquí–dijoTarzán–ysedescubrequemehasayudado,¿nocaeríalairadelemperadorsobreti?

MaximusPraeclarusseencogiódehombros.

—Cada día lo espero –declaró– no por tu causa, sino porque el hijo delemperador desea casarse con Dilecta. Sublatus no necesita ninguna otraexcusaparadestruirme.Noestaríapeorde loqueyaestoy si seenteraradequeteheayudado.

—Entonces,talvezpuedaayudartesimequedo–replicóTarzán.

—Noveo cómopuedes hacer nada pero quédate –sentencióPraeclarus–.Todohombre,mujeryniñodeCastraSanguinariusestaráalertaporsi teve,puesSublatushaofrecidounagran recompensapor tucaptura;yademásdeloshabitantesdelaciudadhaymilesdebárbarosfueradelasmurallasquelodejarántodoparairacapturarte.

—DosveceseneldíadehoyhasvistoconquéfacilidadheescapadodelossoldadosdeSublatus–contestóTarzán,sonriendo–.Conlamismafacilidadpodréabandonarlaciudadyesquivaralosbárbarosdelasaldeasexteriores.

—Entonces,¿porquétequedas?–preguntóPraeclarus.

—He venido en busca del hijo de un amigo –respondió Tarzán–. Hacemuchas semanas que el joven partió con una expedición para explorar losmontesWiramwazienlosqueestásituadotupaís.Sugenteleabandonóenlasladerasexteriores,yestoyconvencidodequeseencuentraenalgúnlugarentrelasmontañas,ymuyposiblementeenestecañón.Siestáaquíyvive,sindudatarde o temprano vendrá a tu ciudad, donde, según mi propia experiencia,estoysegurodequenorecibiráuntratoamistosoporpartedetuemperador.Estaeslarazónporlaquedeseoquedarmecerca.Además,ahoraquemehasdichoquetehallasenpeligro,tambiénpuedoquedarmeentuhogar,dondeesposiblequetengaoportunidaddedevolvertetubondadparaconmigo.

—Si el hijo de tu amigo se encuentra en este extremo del valle, serácapturado y traído a Castra Sanguinarius –declaró Maximus Praeclarus ycuandoestoocurrayo losabré,yaqueestoydestinadoalcoliseo, locualesuna señal de que he caído en desgracia anteSublatus, pues es el debermásdesagradablealquepuedendestinaraunoficial.

—¿Esposiblequeestehombrealquebuscoestéenalgunaotrapartedelvalle?–preguntóTarzán.

—No–respondióPraeclarus–.Sólohayunaentradaalvalle,porlaquete

Page 82: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

trajeron,yaunquehayotraciudadenelextremooriental,nopodría llegaraella sin pasar por el bosque que rodea Castra Sanguinarius, en cuyo casohabríasidocapturadoporlosbárbarosypresentadoanteSublatus.

—Entoncesmequedaréaquí–dijoTarzán–duranteuntiempo.

—Serásuninvitadobienrecibido–señalóPraeclarus.

TarzánpermaneciótressemanasencasadeMaximusPraeclarus.Festivitascobró un gran afecto por el bárbaro bronceado, y como pronto se cansó demantenerlaconversaciónconélatravésdeunintérprete,empezóaenseñarlesulengua,conelresultadodequenopasómuchotiempoantesdequeTarzánpudiera mantener una conversación en latín; tampoco le faltó ocasión depracticarestenuevoconocimiento,yaqueFestivitasnuncasecansabadeoírhistoriasdelmundoexterioryde losmodosy costumbresde la civilizaciónmoderna.

Y mientras Tarzán de los Monos esperaba en Castra Sanguinarius elmensaje de que von Harben había sido visto en el valle, el hombre al quebuscaballevabalavidadeunjovenpatriciounidoalacortedelemperadordelEste,yaunquegranpartedesutiempoloempleabaenlabibliotecadepalacio,lemolestabasaberqueeraprácticamenteunprisioneroyamenudoformulabaplanes para escapar, planes que a veces olvidaba cuando se hallaba bajo elhechizodelahijadeSeptimusFavonius.

Yamenudoenlabibliotecadescubríaunplacerauténticoensutrabajo,ylospensamientosdehuidaerandesplazadosdesumentepordescubrimientosdegemas como traducciones latinas originales deHomeroydemanuscritosdesconocidosdeVirgilio,CicerónyCésar;manuscritosfechadosenlaépocade la joven república y en el curso de los siglos hasta incluir una de lasprimerassátirasdeJuvenal.

Asítranscurríanlosdías,mientraslejosdeallí,enotromundo,unmonitocorríaysaltabaporlasramasdelosárbolesdeunlejanobosque.

XII

La tendencia a alardear no es prerrogativa de ninguna época, raza oindividuo,sinoqueesmásomenoscomúnatodos.AsíquenoesextrañoqueMpingu, crecidode importanciapor el secretoque sólo él compartía con suamay la servidumbredeMaximusPraeclarus,dejaracaerdevezencuandoalgunapalabraconlaqueimpresionarasusoyentes.

Mpingonoteníaintencióndehacerningúndaño,eralealalacasadeDion

Page 83: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Splendidusyporiniciativapropianohabríaperjudicadoasuamanialamigodesuama,peroocurreamenudocon laspersonasquehablandemasiado,yMpingusindudaesasí.Elresultadofuequeciertodía,cuandocomprabaenelmercadoprovisionespara lacocinadeDionSplendidus,notóqueunamanofuerteseposabaensuhombro,yalvolverseseasombróalencontrarseanteuncenturión de la guardia de palacio, tras el que se encontraba una fila delegionarios.

—¿EresMpingu,elesclavodeDionSplendidus?–preguntóelcenturión.

—Losoy–respondió.

—Venconnosotros–ordenóelcenturión.

Mpingudiounpasoatrás,temeroso,yaquetodosloshombrestemíanalossoldadosdelcésar.

—¿Quiéneresyquéquieresdemí?–preguntó–.Yonohehechonada.

—Ven,bárbaro–exigióelsoldado–.Nomehanenviadoacharlarcontigo,sino a llevarte conmigo. – Y dio un tirón aMpingu y le empujó entre lossoldados.

Secongregóunamultitud,comoocurríasiemprequearrestabanaalguien,peroel centuriónhizocomosinoexistierany lagente seapartócuando lossoldadossealejaronconMpingu.Nadiepreguntóniinterfirió,pues¿quiénseatreveríaapreguntaraunoficialdelcésar?¿Quiéninterferiríaenfavordeunesclavo?

Mpingupensóquelellevaríanalasmazmorrasquehabíabajoelcoliseo,queeralacárcelcomúnenlaqueeranconfinadostodoslosprisioneros;perodespuéssediocuentadequesuscapturadoresnolellevabanenestadirección,ycuandoporfinseleocurrióquesumetaeraelpalacioleinvadióelterror.

NuncahastaentonceshabíapisadoMpinguelrecintodepalacio,ycuandolapuertaimperialsecerrótrasélsehallabaenunestadomentalquerozabaelcolapso.HabíaoídocontarhistoriasdelacrueldaddeSublatus,delaterriblevenganza que infligía a sus enemigos, y tuvo visiones que le paralizaron lamentede talmodoquesuestadoerade semiconscienciacuandopor fin fuellevado a una cámara interior donde se encontraba un alto dignatario de lacorte.

—Éste–dijoelcenturiónquelehabíatraídoesMpingu,elesclavodeDionSplendidus,aquienmehanordenadotetraiga.

—¡Bien! – exclamó el oficial–. Tú y tu destacamento podéis quedarosmientrasleinterrogo.–Luego,sevolvióaMpingu–.¿Conoceselcastigoporayudaralosenemigosdelcésar?–preguntó.

Page 84: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

LamandíbulainferiordeMpingusemovióconvulsivamentecomosifueraaresponder,perofueincapazdeencontrarsuvoz.

—Mueren –gruñó el oficial en tono amenazador–. Mueren de un modoterriblequerecordarándurantetodalaeternidad.

—Nohehechonada–sequejóMpingu,recuperandodeprontoelcontroldesuscuerdasvocales.

—Nomemientas, bárbaro –espetó el oficial–. Tú ayudaste a escapar alprisioneroquesehacellamarTarzányahoraleescondesdetuemperador.

—Yonoleayudéaescapar.Yonoleescondo–gimióMpingu.

—Mientes.Túsabesdóndeestá.Hicistealardedeelloanteotrosesclavos.Dimedóndeestá.

—Nolosé–insistióMpingu.

—Sitecortaranlalenguanopodríasdecirnosdóndeestá–dijoelromano–.Si tepusieranen losojoshierros candentesnoveríaspara conducirnos a suescondrijo, pero si le encontramos sin tu ayuda, y seguro que leencontraremos,nonecesitaremosnitulenguanitusojos.¿Entiendes?

—Nosédóndeestá–repitióMpingu.

Elromanoseapartóydiounsologolpeenungong,traslocualsequedóen silencio hasta que entró en la habitación un esclavo en respuesta a lallamada.

—Veabuscarunastenazas–ordenóelromanoalesclavo–yunbraserodecarbónconhierroscandentes.Deprisa.

Cuando el esclavo se hubomarchado, se hizode nuevo el silencio en lasala.EloficialestabadandoaMpinguunaoportunidaddepensar,yMpinguestabatanocupadopensandoqueleparecióqueelesclavoapenashabíasalidodelaposentocuandoregresóconunastenazasyunbraseroencendido,decuyorelucienteinteriorsobresalíaelmangodeunhierrocandente.

—Ordenaatussoldadosqueleechenalsueloylesujeten–dijoeloficialalcenturión.

Era evidente paraMpingu que el final había llegado; el oficial no iba adarleotraoportunidaddehablar.

—¡Espera!–chilló.

—Bueno–dijoeloficial–,¿estásrecuperandolamemoria?

—Sólosoyunesclavo–gimióMpingu–.Tengoquehacerloquemisamosmeordenan.–¿Yquéteordenaron?–preguntóelromano.

Page 85: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Sólo hice de intérprete –dijo Mpingu–. El bárbaro blanco hablaba lalenguadelosbagegos,queesmipueblo.Atravésdemílehablaronyélleshablóaellos.

—¿Yquédijeron?–siguiópreguntandoelinterrogador.

Mpinguvacilóybajólamiradaalsuelo.

—¡Vamos,rápido!–espetóelotro.

—Loheolvidado–dijoMpingu.

Eloficialhizoungestoafirmativoalcenturión.LossoldadosagarraronaMpingu y le arrojaron bruscamente al suelo, sujetándole cuatro de ellos,sentadosencadaunodesusmiembros.

—¡Lastenazas!–ordenóeloficial,yelesclavoleentregóelinstrumento.

—¡Espera!–gritóMpingu–.Telodiré.

—Dejadqueselevante–ordenóeloficial;ydirigiéndoseaMpingudijo–:Estuúltimaoportunidad.Sivuelvesacallar,tecortaránlalenguaytesacaránlosojos.

—Hablaré–dijoMpingu–.Yosólohicedeintérprete,estoestodo.Notuvenadaquevercondejarleescaparoesconderle.

—Sinosdicestodalaverdad,noseráscastigado–dijoelromano–.¿Dóndeestáelbárbaroblanco?

—SeescondeencasadeMaximusPraeclarus–respondióMpingu.

—¿Quétienequevertuamocontodoesto?–preguntóelromano.

—Dion Splendidus no tiene nada que ver con ello –respondióMpingu–.MaximusPraeclarusloplaneó.

—Esto es todo–dijo el oficial al centurión–.Llévatelohastaque recibasnuevaorden.Asegúratedequenohablaconnadie.

Unosminutosmás tarde,eloficialquehabía interrogadoaMpinguentróenelaposentodeSublatusmientraselemperadorestabaconversandoconsuhijoFastus.

—Helocalizadoalbárbaroblanco,Sublatus–anuncióeloficial.

—¡Bien!–exclamóelemperador–.¿Dóndeestá?

—EncasadeMaximusPraeclarus.

—Deberíahaberlosospechadoantes–murmuróFastus.

—¿Quiénmásestáimplicadoenello?–preguntóSublatus.

Page 86: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Le cogieron en el patio deDion Splendidus –respondió Fastus–.Y elemperador ha oído, igual que todos, que Dion Splendidus hace tiempo hapuestolosojosenlapúrpuraimperialdeloscésares.

—ElesclavodicequesóloMaximusPraeclarusesresponsabledelahuidadelbárbaro–replicóeloficial.

—Era uno de los esclavos de Dion Splendidus, ¿verdad? – preguntóFastus.

—Sí.

—Entoncesnoseríaextrañoqueprotegieraasuamo–supusoFastus.

—Arréstalesatodos–ordenóSublatus.

—¿Te refieres a Dion Splendidus, Maximus Praeclarus y al bárbaroTarzán?–preguntóeloficial.

—Me refiero a estos tres y a todos los que viven en casa de DionSplendidusyMaximusPraeclarus–respondióSublatus.

—Espera,cesar–sugirióFastus–,estebárbaroyahaescapadodosvecesdeloslegionarios.Sirecibelamásmínimainsinuacióndeestovolveráaescapar.Tengounplan.¡Escucha!

Unahoramástarde,llegóunmensajeroacasadeDionSplendidusconunainvitaciónparaelsenadorysuesposaaasistiraunbanqueteaquellanocheencasadeunfuncionariodealtorango.OtromensajerofueacasadeMaximusPraeclarus con una carta en la que se urgía al joven oficial a asistir a unespectáculo que se ofrecía aquellamisma noche en casa de un rico y jovenpatricio.

Comoambasinvitacionesprocedíandefamiliasquegozabandegranfavorporpartedelemperador,equivalían,enrealidad,casiaunaorden,inclusoparaun senador de tanta influencia como era Dion Splendidus, y por tanto noestabaenlamentedelosanfitrionesnienladelosinvitadosotracosaqueelaceptarlainvitación.

La noche había caído sobre Castra Sanguinarius. Dion Splendidus y suesposa descendían de su litera ante la casa de su anfitrión y MaximusPraeclarusyaestababebiendoconlosotrosinvitadosenelsalóndebanquetesdeunodelosciudadanosmásricosdeCastraSanguinarius.Fastustambiénseencontraba allí, y Maximus Praeclarus se quedó sorprendido y un pocoperplejoantelaactitudamistosadelpríncipe.

—SiempresospechoalgocuandoFastusmesonríedijoauníntimo.

En casa de Dion Splendidus, Dilecta estaba sentada entre sus esclavas,mientras una de ellas le contaba historias de la aldea de África de donde

Page 87: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

procedía.

Tarzán y Festivitas se hallaban en casa de Maximus Praeclarus y lamatronaromanaescuchabaconatenciónlashistoriasdelasalvajeÁfricaydelacivilizadaEuropaqueconstantementepedíaasuinvitadoextranjeroquelecontara.OyerondébilmentequellamabanalapuertaexteriorydespuésentróunesclavoenelaposentodondeseencontrabanparadecirlesqueMpingu,elesclavodeDionSplendidus,habíavenidoconunmensajeparaTarzán.

—Que entre –dijo Festivitas, y poco después, Mpingu entró en lahabitación.

Si Tarzán y Festivitas hubieran conocido mejor a Mpingu, habríancomprendido que se hallaba bajo una gran tensión nerviosa; pero no leconocían bien y por tanto no vieron nada extraño en su forma de hablar ocomportarse.

—Me han enviado a buscarte para ir a casa de Dion Splendidus –dijoMpinguaTarzán.

—Quéextraño–comentóFestivitas.

—Tu noble hijo se ha parado en casa de Dion Splendidus cuando ibacaminodelbanqueteycuandosemarchabamehallamadoymehadichoqueviniera aquí y llevara al extranjero a casademi amo–explicóMpingu–.Estodoloquesésobreelasunto.

—¿El propio Maximus Praeclarus te ha dado estas instrucciones? –preguntóFestivitas.

—Sí–mintióMpingu.

—Nosécuálpuedeser larazóndijoFestivitasaTarzán–,pero tienequeserunarazónmuybuena,onocorreríaelriesgodequeteatraparan.

—FueraestámuyoscurodijoMpingu–.Nadieleverá.

—No hay peligro –dijo Tarzán a Festivitas–. Maximus Praeclarus nohabríaenviadoabuscarmesinofueranecesario.¡Vamos,Mpingu!–SepusoenpieysedespidiódeFestivitas.

TarzányMpinguhabíanrecorridounbrevetrechoporlaavenidacuandoelnegrohizoseñasalhombremonoparaquefueraaunladodelacalle,dondehabíaunapuertecita.

—Ésta no es la casa de Dion Splendidus –dijo Tarzán, recelando deinmediato.

AMpingulesorprendióqueesteextranjerorecordaratanbienlasituacióndeunacasaquesólohabíavisitadounavez,yellomásdetressemanasatrás,

Page 88: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

peronoconocíael entrenamientoquehabía seguidoelhombremonoen loslargos años que había vivido en la jungla y que le había aguzado tanto lossentidosqueposeíaunaextraordinariacapacidaddeorientación.

—Noes lapuertaprincipal–seapresuróa replicarMpingu–;aMaximusPraeclarus no le ha parecido seguro que te vieran entrando por la puertaprincipal de la casa de Dion Splendidus en el caso de que, por algunacasualidad, fueras observado. Por aquí se va a un sendero que conecta convarioshogares,yunavezdentronohayposibilidadesdequetecojan.

—Entiendo–dijoTarzán–.Vetúdelante.

Mpinguabrió lapuertaehizoseñasaTarzán,ycuandoelhombremonoentró en la negrura le cayó encima lo que le pareció era una veintena dehombres y fue abatido en el mismo instante en que se daba cuenta de quehabía sido traicionado. Sus agresores fueron tan rápidos que sólo tardaronunossegundosenponergrilletesalhombremono,loúnicoquetemíayloquemásodiaba.

XIII

MientrasErichvonHarbencortejabaaFavoniabajolalunadeveranoenel jardín de Septimus Favonius, en la ciudad isla de Castrum Mare, undestacamento de los legionariosmorenos deSublatus Imperator arrastraba aTarzán de los Monos y a Mpingu, el esclavo de Dion Splendidus, a lasmazmorrasdelcoliseodeCastraSanguinarius,ylejos,haciaelsur,unmonitoseestremecíade fríoyde terroren las ramassuperioresdeungigantede lajungla,mientrasSheeta, lapantera,avanzabasigilosaporlasnegrassombrasdeabajo.

En la sala de banquetes de su anfitrión, Maximus Praeclarus estabareclinadoenundivánlejosdeFastus,elinvitadodehonor.Elpríncipe,conlalenguasueltaporlosfrecuentestragosdevino,parecíainusualmentedebuenhumore irradiabaautosatisfacción.Variasveceshabíasacadocomo temadeconversación al extraño bárbaro blanco que había insultado a su padre yescapadodosvecesdelossoldadosdeSublatus.

—Jamáshabríaescapadodemíaqueldía–alardeó, lanzandounasonrisaburlonaendirecciónaMaximusPraeclarus–nidecualquierotrooficialfielalcésar.

—Estabas con él, Fastus, en el jardín de Dion Splendidus –replicóPraeclarus–.¿Porquénoleretuviste?

Page 89: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Fastusenrojeció.

—Estavezleretendré–soltó.

—¿Estavez?–preguntóPraeclarus–.¿Havueltoasercapturado?

Nohabíanadaenlavozolaexpresióndeljovenpatriciomásqueeducadointerés, aunque las palabras de Fastus habían sido tan inesperadas como unrayoenuncielodespejado.

—Quierodecir–seapresuróaexplicarFastus,conciertaconfusión–quesivuelveasercapturado,yopersonalmentemeocuparédequenoescape–perosuspalabrasnodespejaronlaaprensióndePraeclarus.

Durante toda la larga cenaPraeclarus tuvounmalpresentimiento.HabíaunaamenazaenelairequeeraaparenteenlaveladahostilidaddesuanfitriónyotrosvariosqueerancompinchesdeFastus.

Tanpronto como leparecióprudente,Praeclarus se excusóy semarchó.Esclavos armados acompañaron su litera por las oscuras avenidas deCastraSanguinarius,dondelosrobosyasesinatosentrelassombraseranfrecuentes,pueselelementocriminal sehabíadejadopropagar sin limitación;ycuandoporfinllegóalumbraldesucasayhubodescendidodelalitera,sedetuvoyungestodeperplejidad leenturbióel rostrocuandovioque lapuertaestabaentreabierta,aunquenohabíaningúnesclavopararecibirle.

Lacasaparecíainusualmentesilenciosaysinvida.Laluznocturna,quedeordinariounesclavomanteníaencendidaenelpatiocuandoalgúnmiembrodelacasasehallabafuera,faltaba.PoruninstantePraeclarusvacilóenelumbralyluegoseapartólacapadeloshombrosparaliberarsusbrazosyempujólapuertaparaentrar.

Enelsalóndebanquetesdeunaltofuncionariode lacorte, los invitadosdisimulaban tras la mano los bostezos de aburrimiento, pero nadie osabamarcharse mientras el césar se quedaba, pues el emperador era uno de losinvitados aquella noche. Era tarde cuando un oficial trajo un mensaje aSublatus,unmensajequeelemperadorleyóconunasatisfacciónquenohizoesfuerzosporocultar.

—He recibido un mensaje importante –dijo Sublatus a su anfitrión–referente a un asunto que interesa al noble senadorDion Splendidus y a suesposa.Esmideseoqueteretiresconlosotrosinvitadosynosdejesalostresasolas.

Cuandosehubieronido,sevolvióaDionSplendidus.

—Hace tiempo que se rumorea, Splendidus –observó–, que aspiras a lapúrpura.

Page 90: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Esunrumorfalso,Sublatus,comodeberíassaber–replicóelsenador.

—Tengo razones para creer lo contrario –dijo Sublatus lacónico–. Nopuede haber dos césares, Splendidus, y 'conoces muy bien el castigo portraición.

—Sielemperadorhadecidido,simplementeporrazonespersonalesoporcualquier otra razón, destruirme, discutir no me servirá de nada –contestóSplendidusconaltivez.

—Pero tengo otros planes –dijo entonces Sublatus–, planes que podríanfracasarsicausaratumuerte.

—¿Sí?–preguntóSplendidusconeducación.

—Sí –asintió Sublatus–. Mi hijo desea casarse con tu hija, Dilecta, ytambién es mi deseo, pues así las dos familias más poderosas de CastraSanguinariusseuniríanyquedaríaaseguradoelfuturodelimperio.

—Pero nuestra hija, Dilecta, está comprometida con otro –aseveróSplendidus.

—¿ConMaximusPraeclarus?–preguntóSublatus.

—Asíes–respondióelsenador.

—EntoncesdéjamedecirtequejamássecasaráconMaximusPraeclarus–declarótajanteelemperador.

—¿Porqué?–preguntóSplendidus.

—PorqueMaximusPraeclarusestáapuntodemorir.

—Noloentiendo–dijoSplendidus.

—Quizácuandotedigaqueelbárbaroblanco,Tarzán,hasidocapturadoentenderásporquéPraeclarusestáapuntodemorir–afirmóSublatusconunasonrisaforzada.

DionSplendidushizogestosdenegaciónconlacabeza.

—Lamentonoseguiralcésar–murmuró.

—Meparecequesílesigues,Splendidus–respondióelemperador–,perono importa, porque es la voluntad del césar que no haya ni un hálito desospechaenelpadredelapróximaemperatrizdeCastraSanguinarius.Asíquepermítemeexplicar loqueestoyseguroyasabes.Despuésdequeelbárbaroblanco escapara demis soldados fue hallado porMaximus Praeclarus en tujardín. Mi hijo, Fastus, presenció la captura. Uno de tus esclavos actuó deintérpreteentreelbárbaroyMaximus,quienplaneóqueelbárbaroescaparayse refugiara en su casa. Esta noche ha sido hallado allí y capturado, y

Page 91: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Maximus Praeclarus está arrestado. Ambos están en las mazmorras delcoliseo.Esimprobablequeestascosasocurrieransintuconocimiento,perolodejarécorrersimedastupalabradequeDilectasecasaráconFastus.

—Durante toda la historia de Castra Sanguinarius –exclamó DionSplendidus–hemosalardeadodequenuestrashijassonlibresdeelegirasusesposos; ni siquiera un césar puede ordenar a una mujer libre que se casecontrasuvoluntad.

—Estoescierto–convinoSublatus–,yporestamismarazónnoloordeno,sóloloaconsejo.

—Nopuedoresponderpormihija–prosiguióSplendidus–.QueelhijodelcésarlacortejecomohacentodosloshombresdeCastraSanguinarius.

Sublatussepusoenpie.

—Yo sólo aconsejo –pero su tono no correspondía a sus palabras–. Elnoble senador y su esposa pueden retirarse a su casa y pensar en lo que elcésarhadicho.DentrodeunosdíasFastusiráabuscarlarespuesta.

Alaluzdelaantorchaqueiluminabaelinteriordelamazmorraenlaquesuscapturadoreslehabíanarrojado,Tarzánvioaunhombreblancoyavariosnegros encadenados a las paredes. Entre los negros se hallaba Lukedi, perocuando éste reconoció a Tarzán dio muestras de muy poco interés, pues lareclusiónhabíaalteradosumente.

Elhombremonofueencadenadoalladodelotroúnicoblancoquehabíaenla mazmorra, y no pudo por menos de observar el gran interés que esteprisionero demostró hacia él desde el momento en que entró hasta que lossoldados se retiraron, llevándose la antorcha y dejando la mazmorra en laoscuridad.

Como había sido su costumbre mientras estaba en casa de MaximusPraeclarus,Tarzán sólo llevaba su taparrabos y la piel de leopardo, con unatoga y sandalias por cortesía hacia Festivitas cuando estaba con ella. Estanoche, cuando salió con Mpingu, llevaba la toga como disfraz, pero en larefriegaquetuvolugarantesdesercapturadoselahabíandesgarrado,conloquesuaspectoeralobastantellamativocomoparadespertarlacuriosidaddelosotrosprisioneros,yencuantolosguardiasseencontraronfueradelalcancedesuoído,elhombrelehabló.

—¿Puedeser–preguntó–queseaselbárbaroblancocuyafamahallegadoinclusohastalaoscuridadyelsilenciodelamazmorra?

—SoyTarzándelosMonos–respondióelhombremono.

—¡Y te llevaste a Sublatus de palacio sosteniéndolo por encima de tucabezayteburlastedesussoldados!–exclamóelotro–.Porlascenizasdemi

Page 92: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

padreimperial,Sublatusseocuparádequemueras.

Tarzánnorespondió.

—Dicen que corres por los árboles como un mono –dijo el hombreblanco–.¿Cómohaspermitidoqueterecapturaran?

—Lo han hecho a traición –respondió Tarzán–. Sin esto –y sacudió lasesposasensusmuñecas–nomehabríancogido.Pero¿quiéneresyquéhacesenlasmazmorrasdelcésar?

—Noestoyenlamazmorradeningúncésar–replicóeldesconocido–.EsehombrequesesientaeneltronodeCastraSanguinariusnoescésar.

—¿Quiénes,pues,elcésar?

—Sólo los emperadores del Este tienen derecho a ser llamados césar –sentencióelotro.

—DeduzcoquenoeresdeCastraSanguinarius–sugirióelhombremono.

—No–respondió–.SoydeCastrumMare.

—¿Yporquétehicieronprisionero?–preguntóTarzán.

—PorquesoydeCastrumMare.

—¿EstoesuncrimenenCastraSanguinarius?–preguntóelhombremono.

—Siempre hemos sido enemigos –respondió el otro–. En ocasionescomerciamosconunabanderadetregua,puestenemoscosasqueellosquierenyellostienencosasquenosotrosdeseamos,perotambiénsehacenincursionesyamenudo luchamos losunos contra losotros,y entonces el ladoque salevictoriososellevaporlafuerzalascosasquedeotromodoseveríaobligadoapagar.

—¿Quéhayenestevalletanpequeñoqueunaciudadpuedatenerylaotrano?–preguntóTarzán.

—LosdeCastrumMaretenemosminasdehierro–explicóelotrohombre–y tenemos los pantanos de papiros y el lago, que nos proporcionanmuchascosas que los de Castra Sanguinarius sólo pueden obtener de nosotros. Lesvendemoshierroypapel,tinta,caracoles,pescadoyjoyas,ymuchosartículosmanufacturados.Ensuextremodelvalleellostienenlaminadeoro,ycomocontrolan la única entrada al país desde el mundo exterior, nos vemosobligados a obtener esclavos a través de ellos así como nuevo ganado paracrianza.

»Como los sanguinarianos son por naturaleza ladrones e incursores ydemasiadoperezososparatrabajarydemasiadoignorantesparaenseñarasusesclavosaproducircosas,dependenporcompletodesuminadeoro,desus

Page 93: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

incursionesydelcomercioconelmundoexterior,mientrasquenosotros,quetenemos a muchos expertos artesanos, hemos estado, durante muchasgeneraciones,enposicióndeobtenermuchomásoroymuchosmásesclavosde los que necesitamos a cambio de nuestros artículos manufacturados.Actualmentesomosmuchomásricosquelossanguinarianos,vivimosmejor,somosmás cultos,más felices; y los sanguinarianos sienten celos y su odiohacianosotroshaaumentado.

—Sabiendoestascosas–dijoTarzán–,¿cómoesquevinistealpaísdetusenemigosytedejastecapturar?

—Fui entregado a traición a las manos de Sublatus por mi tío, ValidusAugustus,emperadordelEste–respondióelotro–.MellamoCassiusHastaymipadreeraemperadorantesdeValidus.Validustienemiedodequeyoquieraarrebatarle la púrpura, y por esta razón conspiró para deshacerse demí sinasumir ninguna responsabilidad por esa acción; así que concibió el plan deenviarmeaunamisiónmilitardespuésdesobornaraunode loscriadosquemeacompañóparaquemeentregaraaSublatus.

—¿QuéharáSublatuscontigo?

—Lomismoqueharácontigo–respondióCassiusHasta–.Nosexhibiráeldíadel triunfodeSublatus,quesecelebraanualmente,ydespuésen lapistalesdivertiremoshastaquenosmaten.

—¿Ycuándotendrálugartodoesto?–preguntóTarzán.

—No tardarámucho –contestó Cassius Hasta–. Ya han reunido a tantosprisionerosparaexhibiryparticiparen loscombatesquesevenobligadosaconfinaranegrosyblancosenlasmismasmazmorras,algoquenormalmentenohacen.

—¿Yestosnegrosestánaquíconestepropósito?–quisosaberelhombremono.–Sí–contestóelotro.

Tarzán se volvió en dirección a Lukedi, a quien no veía debido a laoscuridad.–¡Lukedi!–gritó.

—¿Quéocurre?–replicóelnegroconapatía.

—¿Estásbien?–preguntóTarzán.

—Voyamorir–respondióLukedi–.Medaránacomera los leonesomequemaránenunacruzomeharánpelearconotrosguerreros,peroelfinalseráel mismo para Lukedi. Fue un día triste cuando Nyuto, el jefe, capturó aTarzán.

—¿Todosestoshombressondetualdea?—preguntóTarzán.

—No–respondióLukedi–.Lamayoríasondelasaldeasqueestánfuerade

Page 94: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

lasmurallasdeCastraSanguinarius.

—Ayer éramos como hermanos –intervino un hombre que entendía lalengua de los bagego y mañana harán que nos matemos uno a otro paraentreteneralcésar.

—Debéisdesermuypocosennúmeroomuypobresdeespíritu–declaróTarzán–siossometéisasemejantetrato.

—Somoscasieldoblequelagentedelaciudad–dijoelhombre–ysomosguerrerosvalientes.

—Entoncessoistontos–observóTarzán.

—No seremos tontos siempre. Ya haymuchos que estarían dispuestos alevantarsecontraSublatusylosblancosdeCastraSanguinarius.

—Losnegrosdelaciudadytambiénlosdelasaldeasexterioresodianalcésar–señalóMpingu,alquehabíanllevadoalamismamazmorraqueTarzán.

Todo lo que habían dicho estos hombres hizo que Tarzán reflexionara.Sabíaqueenlaciudaddebíadehabercentenares,yquizámiles,deesclavosafricanos ymuchosmilesmás en las aldeas exteriores. Si surgiera un líderentre ellos podría ponerse fin a la tiranía del césar. Habló del asunto conCassius Hasta, pero el patricio le aseguró que jamás surgiría semejantecabecilla.

—Leshemosdominadodurantetantossiglos—explicó–queelmiedoquenos tienen es un instinto hereditario. Nuestros esclavos jamás se levantaráncontrasusamos.

—Pero¿ysilohicieran?–preguntóTarzán.

—No lo conseguirían a menos que tuvieran un líder blanco –respondióHasta.

—Entonces,¿porquénodarlesuncabecillablanco?

—Esimpensable–dijoHasta.

Su conversación fue interrumpida por la llegada de un destacamento desoldados,ycuandosedetuvieronantelaentradadelamazmorrayabrieronlapuertadeunempujón,Tarzánvio,alaluzdesusantorchas,quetraíanaotroprisionero. Cuando metieron al hombre a rastras reconoció a MaximusPraeclarus.VioquePraeclaruslereconocía,perocomoelromanonosedirigíaaél,Tarzántambiénguardósilencio.LossoldadosencadenaronaPraeclarusalaparedycuandosehubieronidoylamazmorravolvíaaestaraoscuras,eljovenoficialhabló.

—Ahoraentiendoporquéestoyaquí–murmuróPraeclarus–,perocuando

Page 95: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

mehanarrestadoenelvestíbulodemicasayalohesupuesto,despuésdeatarcabosconlasinsinuacionesquehahechoFastusestanocheenelbanquete.

—Temíaquesimeayudabastearrastraríaaturuina–dijoTarzán.

—No te lo reproches –replicó Praeclarus–. Fastus o Sublatus habríanencontradocualquierotraexcusa.EstabacondenadodesdeelmomentoenquelaatencióndeFastus se fijó enDilecta.Paraalcanzar sumetaeranecesarioque yo fuera destruido. Esto es todo, amigo mío, pero me pregunto quiénpuedehabermetraicionado.

—Hesidoyo–dijounavozdesdelaoscuridad.

—¿Quiénhahablado?–preguntóPraeclarus.

—Es Mpingu –contestó Tarzán–. Le han arrestado cuando íbamos decaminohaciacasadeDionSplendidusparareunirmecontigo.

—¡Parareunirteconmigo!–exclamóPraeclarus.

—Mentí–confesóMpingu–,peromeobligaron.

—¿Quiénteobligó?–pidióPraeclarus.

—Losoficialesdelcésarysuhijo–respondióelnegro–.Mearrastraronalpalacio del emperador, me sujetaron y trajeron tenazas para arrancarme lalenguaehierroscandentesparaquemarmelosojos.Oh,miamo,¿quépodíahaceryo?Sólosoyunpobreesclavoyteníamiedoyelcésaresterrible.

—Loentiendo–dijoPraeclarus–.Noteloreprocho,Mpingu.

—Me prometieron dejarme en libertad –continuó el esclavo–, pero encambiome han encadenado en estamazmorra. Sin dudamoriré en la pista,peroestonomedamiedo.Fueronlas tenazasy loshierroscandentes loqueme hizo un cobarde. Ninguna otra cosa me habría obligado a traicionar alamigodemiamo.

Lasfríasyduraspiedrasdelsuelodelamazmorraofrecíanpococonsuelo,peroTarzán,acostumbradoa laspenalidadesdesdequeerapequeño,durmióprofundamente hasta que la llegada del carcelero con comida le despertóvariashorasdespuésdehabersalidoelsol.Losesclavosencargadosdeello,vestidosconeluniformedeloslegionarios,repartieronaguaypanduroalosprisioneros.

Mientras comía, Tarzán examinó a sus compañeros prisioneros. Allí seencontrabanCassiusHasta, deCastrumMare, hijo de un césar, yMaximusPraeclarus,unpatriciodeCastraSanguinariusycapitándelegionarios.Ellosyel propio Tarzán eran los únicos blancos. Estaba Lukedi, el bagego que sehabíahechoamigodeélenlaaldeadeNyuto,yMpingu,elesclavodeDionSplendidus, que le había traicionado, y ahora, a la luz que entraba por el

Page 96: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

ventanucoconbarrotes,tambiénreconocióaotrobagego,Ogonyo,quienaúnlanzaba miradas temerosas a Tarzán como haría alguien que estuviera entérminosfamiliaresconelfantasmadesuabuelo.

Además de estos tres, había cinco robustos guerreros de las aldeasexteriores de Castra Sanguinarius, hombres elegidos por su soberbio físicopara las competiciones entre gladiadores que constituirían una parte tanimportante de los juegos que pronto tendrían lugar en la pista paraglorificación del césar y edificación de las masas. La pequeña habitaciónestaba tan llena que apenas había espacio en el suelo para que los onceestiraran el cuerpo; sin embargo, quedaba una anilla vacía en la pared depiedra,loqueindicabaqueaúnnosehabíacolmadolacapacidadplenadelamazmorra.

Transcurrieron lentamente dos días y dos noches. Los prisioneros de laceldasedivertíancomomejorpodían,aunque losnegrosestabandemasiadoabatidos para interesarse por lo que no fueran sus propios y tristespresentimientos.

Tarzánhablabamuchoconellosyenespecialconloscincoguerrerosdelasaldeasexteriores.Porsulargaexperienciaconellosconocíalamenteyelcorazóndeestoshombresynolefuedifícilganarsesuconfianza,ydespuéspudo inspirar en ellos algo de su propia seguridad en sí mismo, que jamásaceptabaniadmitíaladerrotaabsoluta.

Habló con Praeclarus de Castra Sanguinarius y con Cassius Hasta deCastrum Mare. Se enteró de todo lo que pudieron contarle acerca de lospróximos juegosydíadel triunfo;de losmétodosmilitaresde sugente, susleyes y sus costumbres hasta que fácilmente habría podido ser tildado delocuaz, él que siempre había sido taciturno, por parte de sus compañerosprisioneros, y sin embargo, aunque no se dieran cuenta, no les preguntabanadasinunpropósitobiendefinido.

El tercerdíade suencarcelamiento, trajeronotroprisioneroa la atestadaceldaenlaqueTarzánestabaencadenado.Eraunjovenblancovestidoconlatúnica y la coraza de un oficial. Fue recibido en silencio por los otrosprisioneros,comoparecíaserlacostumbreentreellos,perodespuésdequeleataran a la anilla que quedabay de que los soldados se hubieranmarchado,CassiusHastalesaludóconteniendosuexcitación.

—¡CaeciliusMetellus!–exclamó.

Elotrosevolvióendireccióna lavozdeHasta,puessusojosaúnnosehabíanacostumbradoalapenumbradelamazmorra.

—¡Hasta!–exclamóasuvez–.ReconoceríaesavozaunquelaoyerasurgirdelasmásnegrasprofundidadesdeTártaro.

Page 97: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—¿Quémalafortunatehatraídoaquí?–preguntóHasta.

—No es la mala fortuna lo que me une a mi mejor amigo –replicóMetellus.

—Cuéntamecómohasucedido–insistióCassiusHasta.

—Muchas cosas han sucedidodesdeque dejasteCastrumMare –declaróMetellus–. Fulvus Fupus se ha arrastrado como un gusano para obtener elfavor del emperador, hasta el punto de que todos tus antiguos amigos estánbajo sospecha y corren verdadero peligro. Mallius Lepus está en prisión.SeptimusFavoniushaperdidoelfavordelemperadoryestaríaenprisióndenoserporqueFupusestáenamoradodeFavonia,suhija.PerolanoticiamásindignantequetengoquecomunicarteesqueValidusAugustushaadoptadoaFulvusFupusylehanombradosusucesoralapúrpuraimperial.

—¡Fupus un césar! – exclamó Hasta en tono de burla–. ¿Y la dulceFavonia?¿NopuedeserqueofrezcasusfavoresaFulvusFupus?

—No–respondióMetellos–,yenestehechoresidetodoelproblema.Ellaamaaotro, yFupus, en sudeseoporposeerla, hautilizado los celosque elemperador siente por ti para destruir todos los obstáculos que hay en sucamino.

—¿Y a quién ama Favonia? – preguntó intrigado Cassius Hasta–. ¿NopuedeseraMallitusLepus,suprimo?

—No–respondióMetellus–,esunextranjero.Unoaquiennoconoces.

—¿Cómopuedeser?–preguntóCassiusHasta–.¿NoconozcoatodoslospatriciosdeCastrumMare?

—ÉlnoesdeCastrumMare.

—¿Noseráunsanguinariano?–quisosaberCassiusHasta.

—No,esunjefebárbarodeGermania.

—¿Quétonteríaesésta?–exclamóHasta.

—Te digo la verdad –replicó Metellus–. Llegó poco después de que temarcharas de Castrum Mare, y como es un estudioso muy versado en lahistoriade la antiguay lamodernaRoma, sehaganadoel favordeValidusAugustus, pero ha causado su ruina y la de Mallius Lepus y de SeptimusFavoniusalganarseelamordeFavoniayconélloscelosyelodiodeFulvusFupus.

—¿Cómosellama?–preguntóCassiusHasta.

—SehacellamarErichvonHarben–respondióMetellus.

Page 98: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—¿ErichvonHarben?–repitióTarzán–.Leconozco.¿Dóndeseencuentraahora?¿Estáasalvo?

CaeciliusMetellusvolviólosojosendirecciónalhombremono.

—¿CómoesqueconocesaErichvonHarben,sanguinariano?–pregunto–.Quizá lahistoriaqueFulvusFupuscontóaValidusAugustusseacierta,queestetalErichvonHarbenesenrealidadunespíadeCastraSanguinarius.

—No –intervino Maximus Praeclarus–. No te pongas nervioso. Este talErichvonHarbenjamáshaestadoenCastraSanguinarius,ymiamigonoessanguinariano. Es un bárbaro blanco delmundo exterior, y si su historia escierta,yno tengomotivosparadudardeella,vinoaquíenbuscadeeste talErichvonHarben.

—Puedes creerte esta historia,Metellus –dijo CassiusHasta–. Estos dossonhombreshonorablesy comohemosestado juntos enprisión,noshemoshechobuenosamigos.Loquetedicenesverdad.

—Dime algo de von Harben –insistió Tarzán–. ¿Dónde está?, ¿correpeligrodeservíctimadelasmaquinacionesdeestetalFulvusFupus?

—Está en prisión con Mallius Lepus en Castrum Mare –respondióMetellus–ysisobrevivealosjuegos,cosaquenoocurrirá,Fupusencontraráalgúnotromediodedestruirle.

—¿Cuándosecelebranlosjuegos?–preguntóTarzán.

—Empiezanenlosidusdeagosto–respondióCassius.

—Yahoraestamosmásomenosenlasnonasdeagosto–dijoTarzán.

—Mañana–precisóPraeclarus.

—Entonceslosabremos–dijoCassiusHasta–,porqueesaeslafechafijadaparaeltriunfodeSublatus.

—Mehandichoquelosjuegosduranunasemana–dijoTarzán–.¿EstamosmuylejosdeCastrumMare?

—Aunasochohorasdemarchaenel casode tropasqueestán frescas–afirmó Caecilius Metellus–; pero ¿por qué lo preguntas? ¿Tienes quizá laintencióndehacerunviajeaCastrumMare?

Tarzánobservólasonrisadelotroyeltonoirónicodesuvoz.

—VoyairaCastrumMare

—Talvezquierasllevarnoscontigo–seburlóMetellus.

—¿EresamigodeErichvonHarben?–preguntóTarzán.

Page 99: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Soy amigo de sus amigos y enemigo de sus enemigos, pero no leconozcolobastantebiencomoparadecirqueesmiamigo.

—PeronoapreciasaValidusAugustus,elemperador,¿verdad?–preguntóTarzán.

—No–respondióelotro.

YsupongoqueCassiusHastatampocotieneningúnmotivoparaquererasutío–prosiguióTarzán.

—Tienesrazón–convinoHasta.

—Entonces,esposiblequeosllevealosdos–dijoTarzán.

Losdoshombresseecharonareír.

—Estaremos listos cuando tú estés listo para llevarnos contigo –afirmóCassiusHasta.

—Puedes incluirme también a mí en el grupo –intervino MaximusPraeclarus–siCassiusHastasiguesiendoamigomíoenCastrumMare.

—Teloprometo,MaximusPraeclarus–respondióCassiusHasta.

—¿Cuándonosvamos?–preguntóMetellus,sacudiendolacadena.

—Puedoirmeenelinstanteenquemequitenestosgrilletesdijoelhombremono–yhayquehacerlocuandomellevenalapistaapelear.

—Habrámuchoslegionariosvigilandoquenoescapes,deesopuedesestarseguro–lerecordóCassiusHasta.

—MaximusPraeclarustediráqueheescapadodosvecesdeloslegionariosdeSublatus–observóTarzán.

—Es cierto –declaróPraeclarus–.Rodeado por la guardia del emperadorescapódelasaladeltronomismadeSublatusysellevóalcésaragarrándoleporencimadesucabezaportodopalacioyporlaavenida.

—Pero si tengo que llevarte conmigo será más difícil –dijo el hombremono–, y te llevaría porque me gustaría frustrar los planes de Sublatus ytambién porque vosotros dos, al menos, me seríais útiles para encontrar aErichvonHarbenenlaciudaddeCastrumMare.

—Meinteresas–dijoCassiusHasta–.Casimehashechocreerquepuedesllevaracaboestedescabelladoplan.

XIV

Page 100: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Ungransol,queascendíaenuncielosinnubes,brillabaen lasnonasdeagosto sobre las arenas recién rastrilladasde ladesiertapistadel circoy lasmultitudes que bordeaban la Via Principalis, que dividía en dos CastraSanguinarius.

Artesanos y comerciantes morenos vestidos con elegantes túnicas seempujaban para conseguir lugares con buena visibilidad en la sombreadaavenida.Entreellossemovíanbárbarosdelasaldeasexteriores,queexhibíansus mejores plumas y más valiosos adornos y pieles, y con ellos seencontrabanlosesclavosdelaciudad,aguardandoimpacienteseldesfilequeinauguraríaeltriunfodeSublatus.

En los techos bajos de sus hogares los patricios estaban reclinados enesterasentodoslospuntosdesdelosqueseveíalaavenidaentreopordebajodelasramasdelosárboles.TodaCastraSanguinariusestabaallí,teóricamenteparahonraralcésar,peroenrealidadtansóloparadivertirse.

Enelairezumbabanlaconversaciónylasrisas;losvendedoresambulantesdedulcesychucheríasseabríanpasoacodazosentrelamultitudanunciandoagritos sus mercancías; los legionarios apostados con intervalos en toda ladistancia entre el palacio y el coliseo mantenían despejado el centro de laavenida.

Lamultitudsehabía idocongregandodesdeelatardecerdeldíaanterior,durante la fríanoche sehabíanacurrucadoabrigándoseconapretadascapas.Habían charlado y reído, reñido y casi revolucionado, y muchos de elloshabían sidoarrestadosy llevadosa lasmazmorras, sobrecuya fríapiedra seenfriaríasuexcitación.

Por la mañana, la multitud estaba inquieta. Al principio, cuando algúnpatricioqueibaaparticipareneldesfilepasabaensuornamentadalitera,eracontemplado en un silencio respetuoso e interesado, o si era conocido y lamultitudteníabuenaopinióndeél,eraposiblequefuerasaludadoconvítores;peroamedidaquepasabaeltiempoyaumentabaelcalordeldía,cadaliteraquepasabaprovocabagruñidosyrechiflaspueslapacienciadelagenteseibaagotando.

Pero después, desde lejos, en la dirección de palacio, sonaron las notasmarcialesdelastrompetas.Lagenteolvidósufatigaysuincomodidadcuandolasestridentesnotasleshipnotizaroncongozosaexpectación.

Poco a poco el desfile fue recorriendo la avenida, encabezado por unaveintena de trompeteros, detrás de los cuales marchaba un manípulo de laguardiaimperial.Crestasondulantescoronabansusbruñidoscascos;elmetaldedoscientascorazas,picasyescudosreflejaba la luzdelsolquesefiltrabaporlosárbolesbajolosquemarchaban.Realizabanunaorgullosaexhibición

Page 101: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

caminandoaltivamenteentre las filasdeojosque lesadmiraban,conducidosporsusoficialespatriciosataviadosconoro,cueroehilobordado.

Cuando pasaron los legionarios, surgió un gran aplauso. Un rugido devoceshumanasqueempezabaenelpalaciosepropagóde laViaPrincipalishasta el coliseo amedida que el propio césar, resplandeciente en púrpura yoro, recorría lentamente la avenida en un carro tirado por leones que eranguiadosconcorreasdoradasporcorpulentosnegros.

El césar tal vez esperaba para él los aplausos del populacho, pero no sesabíasiéstoseranprovocadosporlapresenciadelemperadoroporlavisióndeloscautivosencadenadosasucarro,puesésteestabayamuyvistoparaelpueblodeCastraSanguinarius,mientrasquelosprisioneroseranunanovedady,además,algoqueprometíadiversiónenlapista.

Jamás en la memoria de los ciudadanos de Castra Sanguinarius habíaexhibido un emperador cautivos iguales a éstos en el día del triunfo. AllíestabaNyuto,el jefede losbagegos,CaeciliusMetellus,uncenturiónde laslegiones del emperador del Este; y Cassius Hasta, el sobrino de eseemperador; pero quizás el que despertaba mayor entusiasmo, debido a lasdescabelladas historias que se habíannarrado sobre sus hazañas de fuerza yagilidad,eraelfornidobárbaroblanco,conunamatadepelonegroysuajadapieldeleopardo.

Elcollardeoroy lacadenadoradaquelesujetabana lacorreadelcarrodel césar no conferían a su aspecto ni asomo de miedo o de humillación.Caminabaconorgullo, lacabezaalta–un leónatadoa leones–,yen la fácilsinuosidaddesupasohabíaaquelloqueacentuabasusimilitudconlasbestiasdelajunglaquearrastrabanelcarrodelcésarporlaanchaViaPrincipalisdeCastraSanguinarius.

Amedidaqueeldesfileavanzabalentamentehaciaelcoliseo,lamultitudencontróotrascosasporlasqueinteresarse:loscautivosbagegoencadenadospor el cuello y los fornidos gladiadores resplandecientes en su nuevaarmadura.Entreellos ibanhombresblancosymorenos,ymuchosguerreros,delasaldeasexteriores.

Marchaban en número de doscientos –cautivos, criminales condenados ygladiadores profesionales–, pero antes que ellos y detrás de ellos, a amboslados, les acompañaban legionarios veteranos cuya presencia indicabaclaramenteelrespetoenelqueelcésarmanteníaelpoderpotencialdeestossalvajesluchadores.

Porlaavenidadesfilabanflotasquedescribíanacontecimientoshistóricosde Castra Sanguinarius y de la antigua Roma, literas que portaban a altosoficialesde la cortey a los senadoresde la ciudad,y al final desfilaban los

Page 102: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

rebañosdelosbagegos.

QueSublatus no exhibiera aMaximusPraeclarus en su triunfo ponía demanifiesto la popularidad de este noble joven romano, pero Dilecta, quecontemplaba laprocesióndesdeel tejadode lacasadesupadre, se llenódeansiedadcuandoobservólaausenciadesuamante,puessabíaqueavecesnovolvíaasabersejamásnadadeloshombresqueentrabanenlasmazmorrasdelcésar;peronadiepodíadecirlesiMaximusPraeclarusvivíaono,yporestosedirigió al coliseo con su madre a presenciar la inauguración de los juegos.SentíaunaopresiónenelpechoporsiveíaqueMaximusPraeclarusentrabaallí, y su sangre en la arena blanca, sin embargo también temía no verle ysaber así, casi con toda seguridad,que los agentesdeFastus lehabíandadomuerteensecreto.

Una gran multitud se había congregado en el coliseo para presenciar laentradadelcésaryeldesfiledesutriunfo,ylamayoríapermanecieronensusasientosparalainauguracióndelosjuegos,quecomenzabaaprimerahoradela tarde. Hasta entonces no empezó a llenarse la sección reservada a lospatricios.

El palco reservado para Dion Splendidus, el senador, estaba cerca delcésar. Desde allí se disfrutaba de una excelente vista de la pista y estabadecoradoconcojinesyalfombrasparaproporcionarelmáximoconforta losqueloocupaban.

Elcésarnuncahabíatenidounafiestatanpretenciosa;allíteníanlugarlasdiversionesde lamás raradescripción; sinembargo, jamásen suvidahabíaodiadoytemidotantoDilectacualquierentretenimientocomoahoraodiabaytemíalosjuegosqueestabanapuntodeempezar.

Hastaentonces,suinterésporloscontendienteshabíasidoimpersonal.Losgladiadores profesionales no eran la clase de hombres con la que serelacionabalahijadeunpatricio.Losguerrerosyesclavosnoteníanparaellamayor importanciaque lasbestiascontra lasqueaveces luchaban,mientrasqueloscriminalescondenados,muchosdeloscualesexpiabansuspecadosenlapista,despertabanensucorazónúnicamentelamásremotacompasión.Ellaeraunamuchachadulceyencantadora, cuya sensibilidad sinduda sehabríaresentido con la brutalidaddel boxeoounpartidode fútbol deuniversidad,peropodíacontemplarlassangrientascrueldadesdeuncircoromanosinunaqueja,porqueporlafuerzadelacostumbreyporherenciaformabanpartedelavidanacionaldesupueblo.

Pero hoy temblaba. Veía los juegos como una amenaza personal a supropia felicidad y a la vida de aquel a quien amaba, sin embargo no queríademostrar su inquietud. Tranquila, serena y bella, Dilecta, la hija de DionSplendidus,aguardabalaseñalqueinauguraríalosjuegosyqueconsistíaenla

Page 103: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

llegadadelcésar.

LlegóSublatusy,cuandohubotomadoasiento,saliódeunadelaspuertasconbarrotesdelfondodelapistalacabezadeunaprocesión,encabezadadenuevoportrompeteros,queeranseguidosporlosqueibanaparticiparenlosjuegosdurantelasemana.Lamayorpartelaconstituíanlosmismoscautivosexhibidos en el desfile, a los que se añadió un número de bestias salvajes,algunas de las cuales eran conducidas o arrastradas junto con los esclavos,mientrasqueotras,máspoderosasyferoces,ibanenjaulasconruedas.Éstaseranprincipalmenteleonesyleopardos,perotambiénhabíaunpardebúfalosyvariasjaulasenlasqueibanconfinadosgrandessimiosmuyparecidosaloshumanos.

Los participantes formaban una sólida falange, frente a Sublatus, que sedirigió a ellos y prometió la libertad y una recompensa a los ganadores; yentonces,hoscosyabatidos,fuerondevueltosalasmazmorrasyalasjaulas.

LosojosdeDilectaexaminaronaloscontendientesmientraspermanecíande pie ante el palco del césar, pero no descubrió entre ellos a MaximusPraeclarus.Tensaysinaliento, llenade temerosaaprensión,se inclinóhaciadelanteensuasientocuandounhombreentróenelpalcopordetrásysesentóenelbancoasulado.

—Noestáaquí–dijoelhombre.

Lamuchachasevolvió.

—¡Fastus!exclamó,¿Cómosabesquenoestáaquí?

—Porqueloheordenado–respondióelpríncipe.

—Estámuerto–gritóDilecta–.Lehasmatadotú.

—No–negóFastus–,estáasalvoensucelda.

—¿Quéserádeél?–preguntólamuchacha.

—Su destino está en tus manos –respondió Fastus–. Renuncia a él yprométeme que serás mi esposa y me ocuparé de que no sea obligado aaparecerenlapista.

—Élnoloquerría–murmurólamuchacha.

Fastusseencogiódehombros.

—Como quieras –replicó Fastus–, pero recuerda que su vida está en tusmanos.

—Con la espada, la daga o la pica no tiene igual –declaró Dilecta conorgullo–.Sientraraenlacontienda,saldríavictorioso.

Page 104: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Elcésaraveceshacesalirahombresdesarmadosalucharcontraleones–lerecordóFastus,¿Dequésirveentonceslahabilidadconcualquierarma?

—Esoseríaasesinato–declaróDilecta.

—Untérminomuyfuerteparaaplicarloaunactodelcésar–espetóFastusentonoamenazador.

—Digoloquepienso–sentenciólamuchacha–;césaronocésar,seríaunactocobardeydespreciable,peronodudoqueelcésarosuhijosoncapacesinclusodecosaspeores.–Lavozletemblabadedesprecio.

Conunasonrisatorcidaensuslabios,Fastusselevantó.

—No es algo que pueda decidirse sin pensarlo –dijo–, y tu respuesta nosólotienequeverconMaximusPraeclarus,contigoyconmigo.

—¿Quéquieresdecir?–preguntóella.

—EstánDionSplendidusytumadre,yFestivitas,lamadredePraeclarus.–Yconestaadvertenciasevolvióysaliódelpalco.

Los juegosavanzabanentreelestruendode las trompetas,elestrépitodelas armas, los rugidos de las bestias y elmurmullo del gran público, que aveces se levantaba para aclamar o para abuchear. Bajo los ondeantesestandarteslamultitudcontemplabalasangreyelsufrimientodeloshombres,comiendogolosinasmientrasunavíctimamoríay contandochistesgroserosmientraslosesclavossacabanarastraselcuerpoyrastrillabanlaarenasobrelasmanchasrojas.

Sublatushabíatrabajadomuchoyconesmerojuntoalprefectoqueestabaa cargo de los juegos para que el programa resultante ofreciera la mayordiversión posible al césar y al populacho, con el fin de que el emperadoradquirieralapopularidadquesupersonalidadnoatraía.

Los actos más exitosos eran siempre aquellos en los que participabanhombresdelaclasepatricia,yporestoconfiabamuchoenCassius.

HastayCaeciliusMetellus,perodemayorvaloraúnparasupropósitoerael gigantesco bárbaro blanco, que ya había despertado la imaginación de lagentedebidoasushazañas.

Como deseaba utilizar a Tarzán en tantos actos como fuera posible,Sublatus sabía que sería necesario reservar a los luchadoresmás peligrosospara la última parte de la semana, y así pues la primera tarde de los juegosTarzán se encontró arrojado a la pista, desarmado, en compañía de uncorpulento asesino, a quien el director de los juegos había ataviado contaparraboypieldeleopardosimilaresalosdeTarzán.

Un guardia les acompañó a la pista y les hizo parar en la arena ante el

Page 105: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

emperador, donde el director de los juegos anunció que los dos pelearíandesarmadosde la formaenque lesparecieraadecuadayqueelquequedaravivoosoloenlapistaalfinaldelcombateseríaconsideradovencedor.

—La puerta de las mazmorras quedará abierta –anunció– y si algúncombatiente tiene suficiente puede abandonar la pista, pero el que lo hagaentregaráeltriunfoalotro.

Lamultitudlanzóabucheos.Noeraparaverexhibicionescomoéstaporloquehabían idoal coliseo.Querían sangre, querían emoción;pero esperaron,puesquizásestacompeticiónseríaunacomedia,que también lesgustaba.Siunosuperabaengranmedidaalotro,seríadivertidoverescaparalmásdébil.VitorearonaTarzányanimaronalvulgarasesino.Profirieroninsultoscontraelnoblepatricioqueeradirectordelosjuegos,puesconocíanlaseguridadeirresponsabilidaddelosnúmeros.

Cuando se dio la señal de que los combatientes se atacaran, Tarzán sevolvió paramirar al corpulento bruto contra el que se enfrentaba y vio quealguien se había tomadomuchasmolestias para seleccionar un contrincantedignodeél.ElhombreeraunpocomásbajoqueTarzán,perocorpulento,conlosdurosmúsculosquelesobresalíanbajolapielmorena,tanabultadosenlaespaldayloshombrosquecasisugeríanunadeformidad.Suslargosbrazoslecolgabancasihastalasrodillas,ysuspiernasgruesasynudosassugeríanunaestatuadebronceenunpedestaldegranito.EltipodiolavueltaalrededordeTarzán, buscando. Fruncía el ceño ferozmente como si quisiera asustar a suadversario.

Ahíestálapuerta,bárbaro–dijoconvozronca,señalandoelotroextremodelapista–.Escapamientrasestásvivo.

Lamultitud rugió su aprobación. Le gustaban las frases gloriosas comoésta.

—Teromperémiembroamiembro–gritóelasesino,ydenuevoaplaudiólamultitud.

—Aquíestoy–respondióTarzánconcalma.

—¡Huye! – exclamó el asesino, y bajó la cabeza para atacarle como untorofurioso.

El hombre mono dio un salto y cayó sobre su contrincante, y lo quesucedió fue tan rápidoqueningunode lospresentes, apartedeTarzán, supocómo había ocurrido; sólo él sabía que había dado un revés de cabeza alasesino.

Lo que lamultitud vio fue que la enorme figura era lanzada y caía conpesadez. Le vieron yacer medio aturdido en la arena, mientras el gigante

Page 106: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

bárbaropermanecíadepieconlosbrazoscruzados,mirándole.

Lainconstantemultitudselevantódelasiento,gritandocondeleite.

—¡Habet,Habet!–chillaban,yextendíanelbrazoconelpuñocerradoyelpulgarhaciaabajo,peroTarzánselimitóaesperar,mientraselasesinosacudíalacabezaparadespejarsucerebroyseponíaenpiepesadamente.

Eltipomiróalrededor,semiaturdido,yluegosusojosencontraronaTarzány,conunrugidoderabia,atacódenuevo.Ocurriólomismoqueantesyestavezfuelanzadoconfuerzaalsuelodelapista.

Lamultitud gritaba de placer. Todos los pulgares señalaban hacia abajo;querían que Tarzán matara a su adversario. El hombre monomiró hacia elpalcodelcésar,dondeeldirectordelosjuegossesentabajuntoaSublatus.

—¿Noessuficiente?–preguntó,señalandolafigurapostradadelaturdidogladiador.

Elprefectohizoungestoconlamanoqueabarcóatodoelpúblico.

—Pidensumuerte–sentenció–.Mientraspermanezcavivoenlapista,noereselvencedor.

—¿El césar exige quemate a un hombre indefenso? – preguntó Tarzán,mirandodirectamentealacaradeSublatus.

—Yahasoídoalnobleprefecto–respondióelemperadorconaltivez.

—Bien–dijoTarzán–.Secumpliránlasreglasdelacontienda.–Seagachóycogiólaformainconscientedesucontrincanteylolevantóporencimadesucabeza–. ¡Así llevé a vuestro emperador desde la sala del trono hasta laavenida!–gritóalpúblico.

Losalaridosdeplacerdabanlamedidadelagradodelpúblico,mientraselcésarenrojecíaderabiayhumillación.Semedioincorporódesuasiento,peronopudoacabardelevantarse,puesenaquelinstanteTarzánbajóelcuerpodelasesinoyloechóhaciaatráscomosifueraunpéndulodegrantamañoyluegohaciaarribaconunpoderosoimpulsoyloarrojóporencimadelapareddelapistahastaelpalcodeSublatus,aquiengolpeóehizocaeralsuelo.

—Estoy vivo y solo en la pista gritó Tarzán volviéndose al público–, ysegún las reglas de la contienda soy el vencedor –y ni siquiera el césar seatrevióaponerendudaladecisión,queeraaceptadaporlamultitudmediantechillidosyaplausos.

XV

Page 107: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Días sangrientos siguieron a noches inquietas en las incómodas celdas,donde pulgas y ratas unían fuerzas para impedir el descanso. Cuando losjuegosempezaronhabíadoceprisionerosenlaceldaocupadaporTarzán,peroahorahabía tresanillasvacíascolgandoen lapareddepiedra,ycadadía sepreguntabanquiénseríaelpróximo.

Losotrosno reprocharonaTarzánelnohaber logrado liberarles,yaquenunca se habían tomado en serio su optimismo. No concebían que ningúncontendienteescaparadelapistadurantelosjuegos.Eraalgoquesimplementenoocurríaynohabíanadaquehacer.Jamásocurriría.

—Sabemosquetuintenciónerabuena–afirmóPraeclarus–,perosabíamosquenoeraposible.

—Las condiciones todavía no han sido las adecuadas –replicó Tarzán–,perosiloquemehancontadodelosjuegosescierto,yallegaráelmomento.

—¿Quémomentopodríaserpropicio–preguntóHasta–mientrasmásdelamitaddeloslegionariosdelcésarabarrotanelcoliseo?

—Tiene que haber un momento –le recordó Tarzán– en que todos loscontendientes vencedores estén juntos en la pista.ConSublatus como rehénpodemossolicitaraudienciayconseguirla.Meatrevoadecirquenosdaránlalibertadacambiodelcésar.

—Pero¿cómollegaremoshastaelpalcodelcésar?–preguntóMetellus.

—En un instante podemos formar escalones con hombres inclinados,mientrasotrossubenporsusespaldasigualquelossoldadosescalanunmuro.Quizás algunos resulten muertos, pero quedarán suficientes para agarrar alcésaryarrastrarlehastalapista.

—TedeseosuertedijoPraeclarus–,y,porJúpiter,creoqueloconseguirás.Loquemegustaríaesestarcontigo.

—¿Nonosacompañarás?–preguntóTarzán.

—¿Cómoquieresquelohaga?Metendránencerradoenestacelda.¿Noesevidentequenotienenintencióndehacermeparticiparenloscombates?Meestánreservandoalgúnotrosino.Elcarceleromehadichoqueminombrenoapareceenningúnprograma.

—Puesdebemosencontrar lamanerade llevarteconnosotros–sentencióTarzán.

—Nohayforma–negóPraeclarusmeneandolacabeza.

—Espera–exclamóTarzán–.Túmandabas laguardiadel coliseo, ¿noescierto?

Page 108: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Sí–respondióPraeclarus.

—¿Yteníaslasllavesdelasceldas?–preguntóelhombremono.

—Sí–contestóPraeclarus–,ytambiéndelosgrilletes.

—¿Dónde están? – quiso saber Tarzán–. Pero no, es inútil. Debieron dequitártelascuandotearrestaron.

—No lo hicieron dijo Praeclarus–. En realidad, no las llevaba conmigocuandomevestíparaelbanqueteaquellanoche.Lasdejéenmihabitación.

—Peroquizásenviaronaporellas.

—Sí, enviaron a buscarlas, pero no las encontraron. El carcelero mepreguntóporellasaldíasiguientedearrestarme,peroledijequelossoldadosse las habían llevado. Le dije esto porque las había escondido en un lugarsecretodondeguardoobjetosvaliosos.Sabíaquesilesdecíadóndeestabannosólosellevaríanlasllaves,sinotambiénmisobjetosdevalor.

—¡Bien! – exclamó el hombremono–. Con las llaves nuestro problemaestáresuelto.

—Pero ¿cómo vas a cogerlas? – preguntó Praeclarus con una sonrisaburlona.

—Nolosé–respondióTarzán–.Loúnicoqueséesquedebemosconseguiresasllaves.

—También sabemos que deberíamos conseguir nuestra libertad –dijoHasta–,perosaberlononoshacelibres.

Suconversaciónfueinterrumpidaporlaaproximacióndesoldadosporelcorredor.Entoncesundestacamentodelaguardiadepalaciosedetuvoantesucelda.El carcelero abrió lapuertay entróunhombre condosportadoresdeantorchasdetrás.EraFastus.Miróentornoalacelda.

—¿Dónde está Praeclarus? – preguntó, y después exclamó–: ¡Ah, estásahí!

Praeclarusnorespondió.

—¡Pontedepie,esclavo!–ordenóFastusconarrogancia.Poneostodosdepie. ¿Cómo os atrevéis a permanecer sentados en presencia de un césar? –exclamó.

—Cerdoesmejortítuloparaalguiencomotú–seburlóPraeclarus.

—¡Hacedqueselevanten!¡Golpeadlesconlaspicas!–gritóFastusalossoldadosquesehabíanquedadoenelumbraldelapuerta.

Elmandodelaguardiadelcoliseo,situadodetrásdeFastus,bloqueabala

Page 109: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

puerta.

—Apartaos–ordenóa los legionarios–.Aquínadiedaórdenesexceptoelcésaryyo,ytúnoerescésartodavía,Fastus.

—Loseréalgúndía–espetóelpríncipe–,yseráundíatristeparati.

—Será un día triste para todos los de Castra Sanguinarius –replicó eloficial–.¿HasdichoquedeseabashablarconPraeclarus?Diloquetengasquedeciryvete.Nisiquieraelhijodelcésarpuedeinterferirenmisfunciones.

Fastustemblabadeira,perosabíaquenopodíahacernada.Elcomandantedelaguardiahablabaconlaautoridaddelemperador,alquerepresentaba.SevolvióaPraeclarus.

—Hevenidoainvitaramibuenamigo,MaximusPraeclarus,amiboda–anunció con una sonrisa perversa. Aguardó, pero Praeclarus no respondiónada–. No pareces impresionado como debieras, Praeclarus –prosiguió elpríncipe–.Nopreguntasquiéneslafeliznovia.¿NoquieressaberquiénserálapróximaemperatrizdeCastraSanguinarius,aunquetúquizánovivasparaverlaeneltronoalladodelcésar?

ElcorazóndeMaximusPraeclarusseparóunosinstantes,puesahorasabíaporquéFastushabíaidoasucelda,peronodiomuestrasdeloquepasabaporsu pecho, sino que permaneció sentado en silencio en el duro suelo, con laespaldaapoyadaenlafríapared.

—Nomepreguntasconquiénmecasonicuándo–siguióFastus–,perotelo diré.Debería interesarte.Dilecta, la hija deDionSplendidus, no tendrá aningún traidorni villanopor esposo, pues ella aspira a compartir la púrpuraconuncésar.Latardedespuésdelúltimodíadelosjuegos,DilectayFastussecasaránenlasaladeltronodepalacio.

Relamiéndose,Fastusesperóaconocerelresultadodesuanuncio,perosihabíapretendidosorprenderaMaximusPraeclarusyhacerledarmuestrasdeaflicción no lo consiguió, pues le prestó tan poca atención que era como siFastusnoestuvieraenlacelda.

MaximusPraeclarussevolvióyhablócon indiferenciaaMetellusyestaafrentaavivó lacreciente iradeFastushastaelpuntodequeperdióelpococontrolqueteníadesímismo.Avanzóconpasorápido,seinclinóyabofeteóaPraeclarus en la cara y luego le escupió, pero al hacerlo se había acercadomuchoaTarzányéstelecogióporeltobilloylehizocaer.

Fastus gritó una orden a sus soldados.Quiso sacar su daga o su espada,peroTarzánselasarrebatóyarrojóalpríncipealosbrazosdeloslegionarios,quienes se precipitaron a la celda pasando por delante de la guardia delcoliseo.

Page 110: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Vete, Fastus –dijo el jefe de la guardia–. Ya has causado suficientesproblemasaquí.

—Pagaréisporesto–siseóelpríncipe–, todosvosotros–yseñalóa todoslosprisioneroslanzándolesunamiradaamenazadora.

Muchodespuésdequesehubieranido,CassiusHastaseguíariendo.

—¡César!–exclamó–.¡Cerdo!

MientraslosprisioneroscomentabaneldesconciertodeFastuseintentabanprofetizarlasconsecuenciasqueellotendría,vieronunaluzvacilantereflejadadesdelejosenelcorredordelantedelacelda.

—Vamosatenermásinvitados–dijoMetellus.

—AlomejoresFastusquevuelveparaescupiraTarzán–sugirióCassiusHasta,ytodosrieron.

Laluzavanzabaporelcorredor,peronoibaacompañadaporelruidodepiesdesoldados.

—Quienquiera que venga lo hace en silencio y solo dijo MaximusPraeclarus.

—EntoncesnoesFastus–dijoHasta.

—Peropodríaserunasesinoenviadoporél–sugirióPraeclarus.

—Estaremospreparadospararecibirle–dijoTarzán.

Uninstantedespuésapareciótraslarejadelapuertadelaceldaeljefedela guardia del coliseo, el que había acompañado a Fastus y que se habíainterpuestoentreelpríncipeyelprisionero.

—¡Appius Applosus! – exclamó Maximus Praeclarus–. No es ningúnasesino,amigosmíos.

—No soy el asesino de tu cuerpo, Praeclarus –dijo Applosus–, pero enverdadsoyelasesinodetufelicidad.

—¿Quéquieresdecir,amigomío?–pidióPraeclarus.

—Ensuira,Fastusmehacontadomásdeloquetehadichoati.

—¿Quéesloquetehacontado?–preguntóPraeclarus.

—MehadichoqueDilectahadadosuconsentimientoacasarseconélsólocon la esperanza de salvar a su padre, a sumadre y a ti, Praeclarus, y a tumadre,Festivitas.

—Llamarle cerdo es insultar a los cerdos –declaró Praeclarus–. Llévalerecadoaella,Applosus,dequeprefieromoriraverlacasadaconFastus.

Page 111: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Yalosabe,amigomío–dijoeloficial–,perotambiénpiensaensupadre,ensumadreyenlatuya.

Praeclarusbajólabarbilla.

—Había olvidado eso –gimió–. Oh, debe de haber algún modo deimpedirlo.

—Eselhijodelcésar–lerecordóApplosus–yquedapocotiempo.

—¡Losé!¡Losé!–exclamóPraeclarus–,peroesdemasiadoespantoso.Nopuedeser.

—¿Este oficial es amigo tuyo, Praeclarus? preguntó Tarzán señalando aAppiusApplosus.

—Sí–respondió.

—¿Confiaríasenélplenamente?–quisosaberelhombremono.

—Conmividaymihonor–dijoPraeclarus.

—Dile dónde están tus llaves y déjale que vaya a buscarlas –pidió elhombremono.

Praeclarusseanimóalinstante.

—¡Nosemehabíaocurrido!–exclamó–,perono,pondríaenpeligrosuvida.

—Ya lo está –afirmó Applosus–. Fastus jamás me perdonará lo que hedichoestanoche.Tú,Praeclarus,sabesqueyaestoycondenado.¿Quéllavessonlasquequieres?¿Dóndeestán?Iréabuscarlas.

—Talveznoquierasircuandosepasdóndeestán–advirtióPraeclarus.

—Loadivino–dijoAppiusApplosus.

—¿Hasestadoamenudoenmisaposentos,Applosus?

Elotroasintió.

—¿Recuerdas los estantes que hay cerca de la ventana donde tengo loslibros?

—Sí.

—Lapartetraseradeltercerestantecorreaunladoydetrás,enlapared,encontraráslasllaves.

—Bien,Praeclarus.Lastendrás–dijoeloficial.

LosotrosobservaronlaluzquedisminuíaamedidaqueAppiusApplosussealejabaporelcorredorbajoelcoliseo.

Page 112: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Habíallegadoelúltimodíadelosjuegos.Elpopulachosedientodesangrese había reunidouna vezmás, impaciente y entusiasta como si estuvieran apuntodeexperimentarunaemociónnuevaydesconocida,pueslosrecuerdosdelasangrevertidahabíandesaparecidocomolasmanchasdesangredeldíaanteriorlohabíanhechodelaarenadelapista.

Porúltimavez losprisionerosde lacelda fueron llevadosa recintosmáspróximosalaentradadelapista.Leshabíaidomejor,quizá,queaotros,puesde las doce anillas cuatro ya estaban vacías. Tan sólo dejaron en la celda aMaximusPraeclarus.

—Adiós–sedespidió–.Losquesobreviváisaldíadehoyseréislibres.Novolveremosavernosnuncamás.Buenasuerteyquelosdiosesosdenfuerzayhabilidaden losbrazos, es loúnicoquepuedopedirles, puesni siquiera losdiosespodríandarosmásvalordelqueyaposeéis.

—Applosusnoshafallado–observóHasta.

Tarzánparecíapreocupado.

—Sivinierasconnosotros,Praeclarus,nonecesitaríamoslasllaves.

Desde el interior del recinto donde estaban confinados, Tarzán y suscompañerosoían los ruidosdel combatey los rugidos,gritosy aplausosdelpúblico,peronoveíanlapista.

Era una habitación muy grande con ventanas y una puerta con gruesosbarrotes.Avecesdoshombres,avecescuatro,avecesseissalíanjuntos,perosólouno,dosotresregresaban.Elefectoqueestoproducíaenlosnerviosdelosquequedabansinque los llamaraneraabsolutamenteenloquecedor.Paraalgunos,elsuspensesehacíacasiintolerable.Dosintentaronsuicidarseyotrostrataron de pelearse con sus compañeros, pero habíamuchos guardias en lahabitaciónylosprisionerosibandesarmados,pueslasarmasselesentregabanfueradelrecinto,cuandoestabanapuntodesaliralapista.

Latardellegabaasufin.Metellushabíapeleadoconungladiador,amboscon armadura completa.HastayTarzánhabíanoído losgritos excitadosdelpopulacho. Habían oído los vítores, que indicaban que los dos hombrespresentabanunahábilyvalerosapelea.Hubouninstantedesilencioyluegogritoslejanosde«¡Habet!¡Habet!».

—Yaestá–dijoenunsusurroCassiusHasta.

Tarzán no respondió. Estos hombres le gustaban, pues les encontrabavalientes,sencillosylealesytambiénélestabaconmovidointeriormenteporlaemociónquehabíaquesoportarhastaqueunouotroregresabaalrecinto;pero no dio muestras de perturbación, y mientras Cassius Hasta paseabanerviosoarribayabajo,TarzándelosMonospermanecióensilencio,conlos

Page 113: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

brazos cruzados, mirando la puerta. Al cabo de un rato ésta se abrió yCaeciliusMetelluscruzóelumbral.

CassiusHasta profirió un grito de alegría y se precipitó hacia su amigoparaabrazarle.

Denuevoseabriólapuertayentróunoficialdemenorcategoría.

—Vamos–gritó–,todos.Eselúltimoacto.

Fueradelrecintoentregaronacadahombreunaespada,daga,pica,escudoyunared,yamedidaqueestabanequipados,eranenviadosalapista.Todoslossupervivientesdeloscombatesdelasemanaestabanallí:uncentenar.

Fuerondivididosendosgruposigualesyataroncintasrojasaloshombrosdeungrupoycintasblancasaloshombrosdelotro.

Tarzánestabaentrelosrojos,igualqueHasta,Metellus,Lukedi,MpinguyOgonyo.

—¿Quésesuponequetenemosquehacer?–preguntóTarzánaHasta.

—Losrojospelearáncontralosblancoshastaquetodoslosrojos,otodoslosblancos,esténmuertos.

Ahoraveránsangrehastaquedarsatisfechos–comentó.

—Nuncatienensuficiente–replicóMetellus.

Losdosgrupossefueronalosextremosopuestosdelapistayrecibieroninstruccionesdelprefectoencargadodelosjuegos,yluegoformaron,losrojosaunladodelapistaylosblancosalotro.Sonaronlastrompetasyloshombresarmadosavanzaronlosunoshacialosotros.

Tarzánsonrióparasíalconsiderarlasarmasconlasquedebíadefenderse.La pica le daba seguridad, pues los waziri eran grandes lanceros y Tarzáninclusolessuperaba,yconladagasesentíamuycómodo,puesdurantemuchotiempoelcuchillodecazadesupadrehabíasidolaúnicaarmadeproteccióndelaquedisponía;perolaespadaleparecíaque,probablemente,seríamásunestorboqueunaventaja,mientrasque la redensusmanosnoseríamásqueunatristebroma.Lehabríagustadodeshacersedelescudo,puesnolegustabanlosescudos,yaquelosconsideraba,engeneral,unestorboinútil,perocomoloshabíautilizadocuandoloswazirihabíanpeleadoconotrastribusnativas,ysabía que estaban construidos como defensa contra las armas que susoponentes utilizaban, lo conservó y avanzó con los demás hacia la líneablanca. Había decidido que su única esperanza residía en dar cuenta delmáximonúmerodeadversariosposibleenelprimerchoquedearmas,yhabíahecho correr esta sugerencia en toda la fila con la advertencia de que en elinstanteenqueunhombrehubieraacabadoconunadversariosevolvierade

Page 114: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

inmediatoparaayudaralrojoqueestuvieramáscercaoalmásacosado.

Amedidaque lasdos filas seacercaban,cadahombreeligióaloponenteque tenía delante y Tarzán se encontró frente a un guerrero de las aldeasexteriores. Se acercaron más. Algunos de los hombres, más impacientes onerviososquelosotros,seadelantaron;otros,mástemerosos,serezagaron.EloponentedeTarzánselevinoencima.Laspicasyavolabanporelaire.Tarzány el guerrero lanzaron sus proyectiles en el mismo instante, y en ellanzamientodelhombremonohabíatodalahabilidad,losmúsculosyelpesoqueposeía.Tarzán levantósuescudoy lapicadesuoponentecayóenéste,pero con tanta fuerza que la lanza casi se partió,mientras que la deTarzánatravesóelescudodesuoponenteyseleclavóenelcorazón.

Hubootrasdosbajas–unmuertoyunheridoyelcoliseoeraunaconfusiónde voces y ruido. Tarzán se levantó enseguida para ayudar a uno de suscompañeros, pero otro blanco, que habíamatado a su oponente rojo, corriópara interponerse.La reddeTarzán se lo impidió,por loque se arrojóaunblancoqueatacabaaunodelosrojosyatacóasunuevooponente,quehabíasacado su espada. Su adversario era un gladiador profesional, un hombreentrenadoenelusodetodassusarmas,yTarzánprontosediocuentadequesólomedianteunagranfuerzayagilidadpodíaesperarconservarlasuyaconsuoponente.

El tipo no se precipitó. Se acercó despacio y con cautela, valorando aTarzán.Eraprecavidoporqueeraexpertoenelasuntoyestabaimbuidodeunaúnicaesperanza:vivir.Leimportabanpocolosgritosyvítoresdelpueblo,asícomosusaplausos,yodiabaalcésar.ProntodescubrióqueTarzánadoptabatácticassólodefensivas,perosilohacíaconelfindecalibrarasuoponenteosielloformabapartedeunplanqueconduciríaaunataquesúbitoyrápido,elgladiadornolosabía,nileimportabaenparticular,puessabíaqueeramaestroenelusodesusarmasymuchoscuerposhabíansucumbidopensandoquelesorprenderían.

Juzgando la habilidad de Tarzán con la espada por su habilidad con elescudo,elgladiadorpensóqueseenfrentabaaunadversariomuyexperto,yesperóconpacienciaaqueTarzániniciarasuataqueyrevelarasuestilo.PeroTarzán no tenía estilo que pudiera compararse con el del gladiador. Lo queesperaba era una oportunidad, lo único que creía que le podía asegurar lavictoria sobre este cauto y gran experto espadachín; pero el gladiador noatacabayesperabaqueunodesuscompañerossequedaralibreparavenirensu ayuda, cuando, de pronto, y sin previo aviso, una red le cayó sobre loshombrospordetrás.

Page 115: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

XVI

CassiusHasta partió el casco de un corpulento ladrón que se enfrentabaconél,ycuandosevolvióparabuscarunnuevooponente,vioqueunblancoarrojaba una red a la cabeza y hombros de Tarzán por detrás, mientras elhombremonopeleabaconungladiadorprofesional.CassiusestabamáscercadelgladiadorqueelotrooponentedeTarzány,lanzandoungrito,seabalanzósobreél.TarzánvioloqueCassiusHastahabíahechoysegiróenredondo,yentoncesviolacaradelblancoquelehabíaatacadopordetrás.

El gladiador vio queCassiusHasta era un rivalmuy distinto de Tarzán.Quizánoeratanhábilconelescudo.Quizánoeratanfuerte,perojamásentodasuvidadegladiadorhabíaésteconocidoaunespadachínigual.

LamultitudhabíaestadoobservandoaTarzándesdeelprincipiodelacto,puessugranaltura,sudesnudezysupieldeleopardolehacíandestacardelosdemás.Observaronqueelprimerlanzamientodepicahabíapartidoelescudodesuoponenteyhabíahechocaermuertoaéste,yvieronsuencuentroconelgladiador,quenolesgustóenabsoluto.Erademasiadolentoylesabuchearony lanzaron rechiflas. Cuando el blanco le arrojó la red encima aullaron deplacer, pues no sabían de un día al otro, o de unminuto al siguiente, cómosería su propiamente al día siguiente o alminuto siguiente. Eran crueles yestúpidos,peronoerandiferentesdelasmultitudesdecualquierlugaroépoca.

CuandoTarzán,atrapadoenlared,sevolvióparaverlanuevaamenaza,elblancosaltóhaciaélpararematarleconladagayTarzáncogiólaredconlosdedos de ambas manos y la desgarró como si fuera papel, pero el tipo yaestabasobreél.LamanoquesujetabaladagagolpeóaTarzáncuandoéstelecogíalamuñeca.Corriólasangrepordebajodelapieldeleopardodebidoaunaheridaenelcorazón, tancercahabíaestadode lamuerte,perosumanodetuvo al otro justo a tiempo y ahora unos dedos de acero se cerraron enaquellamuñecahastaqueelhombrelanzóungritodedoloralnotarquesushuesoseranestrujadoshastaromperse.Elhombremonoatrajoasuoponentehaciasí,lecogióporlagargantaylesacudiócomounperrohaceconunarata,mientraselairetemblabaconlosgritosdesatisfaccióndelamultitud.

Un instante después Tarzán arrojó la forma inerte a un lado, cogió laespadayel escudoquesehabíavistoobligadoaabandonarybuscónuevosenemigos.Así se desarrollaba la batalla en la pista, cada grupo tratando deconseguir la ventaja en número para poder lanzarse sobre los oponentesrestantes y destruirles. Cassius Hasta se había desembarazado del gladiadorque había apartado de Tarzán y estaba luchando con un espadachín cuandootroselanzósobreél.Dosaunoesuncombatedesigual,peroCassiusHastaintentómantener a raya al segundohastaqueotro rojopudiera acudir en su

Page 116: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

ayuda.

Sinembargo,estonoentrabaen losplanesde losblancosque leestabanatacando y cayeron sobre él con redoblada furia para impedir lo que élesperaba.Viounaaberturay,rápidacomoelrayo,suespadase introdujoenella,cortandolavenayugulardeunodesusoponentes,peroelotrolediounfuertegolpeenelcascoy,aunquenolotraspasó,lehizocaeralsuelo,medioaturdido.

—¡Habet!¡Habet!–gritabaelpueblo,puesCassiusHastahabíacaídocercadeunladodelaarenadondeungrannúmerodegenteleveía.Depiejuntoaél,suoponentelevantóeldedoíndicealpúblicoytodoslospulgaresseñalaronhaciaabajo.

ConunasonrisaelblancolevantólaespadaparacortarleelcuelloaHasta,perosedetuvouninstante,mirandohacialamultitud,paraproducirunefectoteatral, y Tarzán, actuando como una bestia, le saltó encima y le arrancó laespadayelescudoparasalvarasuamigo.

Fuecomoelataquedeunleón.Lamultitudlovioysequedóparalizadayensilencio.Levierondarunaszancadasantesdellegaralgladiadory,comounabestiadelajungla,cayósobreloshombrosylaespaldadesupresa.

LosdoscayeronalsueloalotroladodelcuerpodeHasta,peroalinstanteelhombremonosepusoenpieysujetabaasuoponente.Lezarandeócomohabíazarandeadoalotro,ledejóinconsciente,puesleasfixiabaalsacudirle,yalfin,cuandomurió,loarrojóalsuelo.

Lamultitud enloqueció. Se pusieron en pie sobre los bancos y chillaba,agitandopañuelosycascos,ylanzaronfloresygolosinasalaarena.TarzánseinclinóyayudóaCassiusHastaalevantarsecuandovioquenoestabamuertoyquerecuperabaelconocimiento.

Examinórápidamentelapistayvioqueaúnvivíanquincerojosysólodiezblancos.Eraunabatallaporlavida,nohabíareglasniética,eratuvidaolamía, y Tarzán cogió a los cinco sobrantes y los puso contra el blancomásfuerte, que entonces, rodeado por seis espadachines, cayó muerto en uninstante.

AunaordendeTarzán, los seis sedividieronycada tresatacaronaotroblancoconelresultadodequesiguiendoestastácticaselespectáculollegóaunbruscoysangrientofinalconquincerojossupervivientesyelúltimoblancomuerto.

Lamultitud aclamaba a Tarzán, pero Sublatus estaba furioso. La afrentaque le había hecho este bárbaro salvaje no había sido vengada como élesperaba, y en cambio Tarzán había conseguido una popularidad personal

Page 117: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

muchomayorquelasuya.Quefueraefímerayestuvierasujetaaloscambiosdelavolublementedelpúbliconoreducía la indignacióndelemperador.SumentesólopodíaacariciarunpensamientohaciaTarzán:aquellacriaturadebíaser destruida. Se volvió al prefecto que estaba a cargo de los juegos y lesusurróunaorden.

La multitud pedía a gritos que se otorgara la corona de laurel a losvencedoresyqueselesconcedieralalibertad,peroencambiofueronllevadosdenuevoalinterior,todosexceptoTarzán.

Quizá, sugirieron algunosmiembros del público, Sublatus le honrará enparticular,yesterumorsepropagórápidamenteentrelamultitud,comoocurreconlosrumores,hastaqueseconvirtióenunaconvicción.

Vinieronlosesclavosysellevaronarastras loscadáveres,recogieronlasarmasyesparcieronarenanuevaylarastrillaron,mientrasTarzánpermanecíadondelehabíandichoquesequedara,bajoelpalcodelcésar.

Estaba con los brazos cruzados, aguardando con seriedad lo que noconocía, y luego unmurmullo de queja surgió de las atestadas gradas, unaquejaquefuesubiendodetonohastaconvertirseengritosdeiraporencimadelos cuales Tarzán captaba algunas palabras que sonaban como «¡Tirano!»,«¡Cobarde!», «¡Traidor!» y «¡Abajo Sublatus!». Miró alrededor y les vioseñalando hacia el otro extremo de la pista y, dirigiendo la vista en aquelladirección,violoquehabíadespertadosuira,puesenlugardeunacoronadelaurelylalibertadseencontrabaallí,observándole,ungranleónhambrientodenegramelena.

Sublatus exhibió hacia la ira del populacho una actitud arrogante eindiferente, aunque sólo en apariencia. Desdeñosamente permitió que sumiradadiera la vuelta a las gradas, pero lo únicoquehizo fue enviar a trescenturiasdelegionariosentreelpúblicoatiempodeatemorizaraunoscuantosagitadoresquehubieranpodidoguiaralasmasascontraelpalcoimperial.

Peroahorael leónavanzaba,yelcruelyegoístapúblicoseolvidódesumomentánea iracontra la injusticiayesperaba laemocióndeotroencuentrosangriento.AlgunosqueunmomentoanteshabíanaclamadoaTarzánahoraanimaban al león, aunque si el león fuera vencido aclamarían de nuevo aTarzán. Esto, sin embargo, no lo esperaban, sino que creían haber tomadopartidoporelganadorseguro,yaqueTarzánsólo ibaarmadoconunadaga,puesnohabíarecuperadolasotrasarmasdespuésdehaberlastiradoalsuelo.

Desnudosalvoporeltaparrabosylapieldeleopardo,Tarzánofrecíaunamagnífica imagen de perfección física, y la gente deCastra Sanguinarius leadmiraba,mientrasqueapostabansusdenariosysustalentosalleón.

Aquellasemanahabíanvistootroshombresenfrentarseconvalentíaysin

Page 118: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

esperanza a otros leones, y vieron el mismo porte valiente en el gigantebárbaro,peroladesesperanzaquedabanporsupuestaelhombremononolasentía.Conlacabezabaja,medioagazapado,elleónavanzódespaciohaciasupresa, moviendo la cola con nerviosa anticipación, sus flacos costadosansiososdeserllenados.Tarzánesperó.

Si hubiera sidoun león, nohabría sabidomejor loquepasabapor aquelsalvaje cerebro. Se dio cuenta al instante de en quémomento empezaría elataquefinal.Sabíalavelocidaddeaquellavelozymortalembestida;cuándoycómoel leónsepondríaenpie sobre suscuartos traserosparaagarrarleconsusgrandeszarpasyfuertescolmillosamarillentos.

Comosabíaconquéexactitudlabestiahabíacalculadosuembestidafinal,midiendoladistanciahastalafraccióndeunpaso,comocuandouncazadorseacerca, el hombre mono sabía que la manera más segura de conseguir laprimera ventaja era desconcertar a la bestia haciendo lo que haría elmenosexperto.

Numa,elleón,sabequesupresanormalmentehaceunadedoscosas:osequedaparalizadodeterrorosedamediavueltayhuye.TanrarasvecesatacaaNumaqueelleónnuncatieneencuentaestaposibilidad,yesofueloquehizoTarzán.

Cuando el león atacó, el hombremono saltó para ir a su encuentro, y lamultitud permaneció callada, sin aliento. Incluso Sublatus se inclinó haciadelanteconloslabiosseparados,olvidándose,porunosinstantes,dequeeraelcésar.

Numaintentódetenerseyencabritarsepararecibiraestapresuntuosacosa-hombre,peroresbalóunpocoenlaarenaylagranzarpaquegolpeóaTarzánfueinoportunayfalló,pueselhombremonosehabíainclinadohaciaunladoy hacia abajo, y en la fracción de segundo que Numa tardó en recuperarsedescubrióquesusposicionessehallabaninvertidasyquelapresasobrelaquedebíahabersaltadosehabíavueltoágilmenteyhabíasaltadosobreél.

Ungigantescoantebrazorodeabalagargantacubiertaporlamelena;unaspiernascomoelacerosecruzaronbajoeldelgadovientreysecruzaronallí.Numaretrocedióintentandodargolpesconlaspatas,ysevolvíaparamorderalasalvajebestiaqueteníasobresulomo,peroelfuertebrazoquelerodeabalagargantacadavezapretabamásylesujetabadetalmodoquesuscolmillosnollegabanasuobjetivo.Diounsaltoenelaireycuandoaterrizóenlaarenasesacudióparadeshacersedelhombre-bestiaqueseaferrabaaél.

Tarzán,manteniendosuposiciónconlaspiernasyunbrazo,buscóconlamanolibrelaempuñaduradesudaga.Numa,alnotarqueseasfixiaba,sepusofrenético. Se empinó sobre las patas traseras y se arrojó al suelo, rodando

Page 119: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

sobresucontrincante,yentonceslamultitudencontródenuevosuvozylanzógritosdesatisfacción.Jamásenlahistoriadelcircosehabíapresenciadounacontienda igual.El bárbaro estaba ofreciendouna defensa que jamás habíancreído posible y le animaban, aunque sabían que al final vencería el león.EntoncesTarzánencontrósudagayclavólafinahojaenelcostadodeNuma,detrásdesucodoizquierdo.Unayotravezclavóelcuchillo,perocadagolpesólo parecía aumentar los salvajes esfuerzos de la bestia para sacudirse alhombredesulomoyhacerlepedazos.

La sangre semezclaba con la espumade las fauces deNuma cuando sequedójadeandosobreunaspatastemblorosastrasunúltimoesfuerzoinútilpordeshacerse del hombremono. Se balanceó lentamente. El cuchillo volvió ahundirseensucarne.Ungranreguerodesangrebrotabadelabocaylasfosasnasalesdelabestiamoribunda.Diounasacudidahaciadelanteycayóinerteenlaarenateñidaderojoporlasangre.

TarzándelosMonossaltóalsuelo.Elsalvajecombatepersonal,lasangre,elcontactoconelpotentecuerpodelcarnívoro lehabíaarrebatadoelúltimovestigiodelafinavenadecivilizaciónqueposeía.Noeraunlordingléselquepermanecíaallídepie sobre supresaycon losojosentrecerradosmirabaalpopulachoque rugía y gritaba.No era unhombre sinounabestia salvaje loquelevantólacabezayemitióelsalvajegritodevictoriadelsimio,ungritoquehizocallaralamultitudyhelólasangreatodos.Peroenuninstante,elhechizoque lehabíaposeídodesaparecióysuexpresióncambió.Lasombradeunasonrisalecruzóelrostrocuandoseagachó,secólasangredesudagaconlamelenadeNumaydevolvióelarmaasufunda.

Los celos del césar se habían convertido en terror al darse cuenta delsignificadode la tremendaovaciónque el gigantebárbaro estaba recibiendodel pueblo de Castra Sanguinarius. Sabía muy bien, aunque trataba deocultarlo, que no gozaba del favor popular y que Fastus, su hijo, eraigualmenteodiadoydespreciado.

EstebárbaroeraamigodeMaximusPraeclarus,aquienhabíaengañado,yMaximus Praeclarus, cuya popularidad con las tropas no era inferior, eraamadoporDilecta,lahijadeDionSplendidus,quienfácilmentepodríaaspiraralapúrpuraconelapoyodeesteídolopopularenelqueseconvertiríaTarzánsileconcedíalalibertaddeacuerdoconlascostumbresylasreglasquerigenel combate. Mientras Tarzán esperaba en la pista y el público le aclamabahastaquedarsesinvoz,sesituaronmáslegionariosenlasgradasarmadosconrelucientespicas.

Elcésarconsultóalprefectodelosjuegos,luegosonaronlastrompetasyelprefectoselevantóylevantólamanoabiertapidiendosilencio.Pocoapocoelestruendoseacallóylagenteesperó,escuchando,aguardandoloshonores

Page 120: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

que era costumbre otorgar al héroe destacado de los juegos. El prefecto seaclarólagarganta.

—Este bárbaro ha proporcionado una diversión tan extraordinaria que elcésar, como favor especial a sus leales súbditos, ha decidido añadir un actomásalosjuegosenelqueelbárbaropuedavolverademostrarsusupremacía.Esteacto…–pero loqueelprefectodijoquedóahogadoenunmurmullodesorpresa, desaprobación e ira, pues el público había percibido ya la malavoluntaddeSublatushaciasufavorito.

Eljuegolimpionolesimportaba,puesaunqueelindividuohagaalardedeelloencasa,notienecabidaenlapsicologíadelamultitud,peroéstasabíaloque quería. Quería convertir en ídolo a un héroe popular. No le importabaverlepelearotravezaqueldía,yqueríadesbaratar losplanesdeSublatus,alque odiaban. Los gritos dirigidos al césar eran amenazadores, y sólo lasrelucientespicasmanteníanarayaalamultitud.

Enlapistalosesclavostrabajabanconrapidez;sehabíanllevadoaNuma,barrieron la arenay, cuandoelúltimoesclavohubodesaparecido,dejandoaTarzán solo, aquellas puertas amenazadoras situadas en el otro extremo seabrieronunavezmás.

XVII

CuandoTarzánmiróhaciaelotroextremode laarenavioquesacabanaseissimiosa lapista.Habíanoídoelgritodevictoria lanzadodesde lapistaunosmomentosantesyveníanahoraprocedentesdesusjaulasconexcitaciónyferocidad.Yahacíaratoqueestabanirritadosporsuconfinamientoyporlasburlasybromasalasqueleshabíansometidoloscruelessanguinarianos.Anteellosvieronaunacosa-hombre,unodiado tarmangani.Él representabaa lascriaturasqueleshabíancapturado,molestadoyhechodaño.

—SoyGayat–gruñóunodelossimios–.Mato.

—SoyZutho–gritóotro–.Mato.

—Matadaltarmangani–gritóGo-yadmientraslosseisavanzaban,aveceserectos sobre las patas traseras, otras veces oscilando con los abultadosnudillosrozandoelsuelo.

Lamultitudaullabayrugía.«¡Abajoelcésar!»,«¡MuerteaSublatus!»,seoíaclaramenteporencimadeltumulto.Sepusieronenpie,perolasrelucientespicaslesdetuvieroncuandounoodos,conmásvalorquecerebro,intentaronllegar al palco del césar y acabaron en las picas de los legionarios. Sus

Page 121: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

cuerpos,queyacíanenlospasillos,sirvierondeavisoalosdemás.

Sublatussevolvióysusurróauninvitadodelpalcoimperial:

—Estodeberíaserunalecciónparatodoslosqueseatrevenaenfrentarsealcésar.

—Está bien –respondió el otro–. Glorioso es el césar, en verdad, ytodopoderoso –pero los labios del tipo estaban azulados a causa del terrorcuando vio lo grande y amenazadora que era la multitud y qué delgadas yescasas parecían las brillantes picas que se interponían entre el público y elpalcoimperial.

Lossimiosseacercaron,Zuthoeraelcabecilla.

—SoyZutho–gritó–.Mato.

—Escucha, Zutho, antes de que mates a tu amigo –replicó el hombremono–.SoyTarzándelosMonos.

Zuthosedetuvo,perplejo.Losotroslerodearon.

—Este tarmanganihahabladoenel lenguajede losgrandessimios–dijoZutho.

—Leconozco–dijoGo-yad–.Erareydela tribucuandoyoeraunjovensimio.

—Es,enverdad,Pielblanca–dijoGayat.

—Sí –dijoTarzán–, soyPielblanca.Todos somos prisioneros aquí.Estostarmanganisonmisenemigosylosvuestros.Deseanquepeleemos,peronoloharemos.

—No–dijoZutho–,nopelearemosconTarzán.

—Bien–exclamóelhombremono–mientraslasbestiasseacercabanaél,oliscandoparaquesuolfatopudieravalidareltestimoniodesusojos.

—¿Quéocurre?–gruñóSublatus–.¿Porquénoleatacan?

—Leshahechizado–contestóelinvitadodelcésar.

El público miraba con asombro. Oían a las bestias y al hombre que segruñíanmutuamente.¿Cómopodíanadivinarquesehablabanensulenguajecomún?VieronqueTarzánsegirabaysedirigíahaciaelpalcodelcésar,supiel bronceada rozando los negros pelajes de las bestias salvajes queavanzabanpesadamente a su lado.El hombremonoy los simios se pararonbajo el césar imperial. Los ojos de Tarzán recorrieron con rapidez la pista.Había una fila de legionarios tapando el muro para que ni siquiera Tarzánpudierapasarporallí.LevantólamiradahaciaSublatus.

Page 122: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Tu plan ha fallado, césar. Éstos que tú creíasme destrozarían sonmipropia gente. Nome harán daño. Si tienes a otros a los que quieres volvercontramí,hazloya,peroapresúrate,puessemeestáagotandolapacienciaysidijera una palabra, estos simios me seguirían hasta el palco imperial y teharíanpedazos.

Y esto es exactamente lo queTarzán habría hecho de no haber sabido aciencia cierta que, si bien él habría matado a Sublatus, su fin habría sidoinmediatobajolaspicasdeloslegionarios.Noestabasuficientementeversadoen lascostumbresde lasmasascomoparasaberque,enelestadoenquesehallabaenaquelmomento,elpúblicosehabríaprecipitadoaprotegerleyqueloslegionarioshabríanunidosusfuerzasconelloscontraelodiadotirano.

Lo que Tarzán deseaba particularmente era llevar a cabo la huida deCassiusHastayCaeciliusMetellusalmismotiempoquelasuyapropia,parapodergozardesuayudaensubúsquedadeErichvonHarbenenel imperiodelEste;porlotanto,cuandoelprefectoleordenóqueregresaraasucelda,lohizo,yllevóalossimiosasusjaulas.

Cuandolaspuertasdelapistasecerrarontrasélvolvióaoír,porencimadelrugirdelamultitud,elinsistentegrito:

—¡AbajoSublatus!

Cuandoel carcelero abrió la puerta de la celda,Tarzánvioque suúnicoocupanteeraMaximusPraeclarus.

—¡Bienvenido, Tarzán! – exclamó el romano–. No creía que volvería averte.¿Cómoesquenoestásnimuertonilibre?

—Es la justicia del césar –respondió Tarzán con una sonrisa–, pero almenosnuestrosamigosestánlibres,puesveoquenoestánaquí.

—No te engañes, bárbaro –dijo el carcelero–. Tus amigos estánencadenadosenotracelda.

—Perosisehanganadolalibertad–observóTarzán.

—Y tú también –replicó el carcelero con una sonrisa triste–, pero ¿estáslibre?

—Esunultraje–dijoPraeclarus–.Estonosepuedehacer.

Elcarceleroseencogiódehombros.

—Peroyaestáhecho–sentenció.

—¿Yporqué?–preguntóPraeclarus.

—¿Creesqueunpobresoldadogozadelaconfianzadelcésar?–preguntóasuvezelcarcelero–,peroheoídorumoressobreelmotivo.Lasediciónestá

Page 123: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

enelambiente,yelcésarostemeatiyatusamigosporqueelpuebloestáavuestrofavorytúapoyasaDionSplendidus.

—Entiendo –respondió Praeclarus–; y nosotros tenemos que quedarnosaquíindefinidamente.

—Yo no diría indefinidamente –insinuó el carcelero mientras cerraba lapuertaconllave,dejándolesasolas.

—No me ha gustado su mirada ni su tono de voz –observó Praeclaruscuandoeltipoestuvofueradelalcancedeloído–.Losdiosesnosonpropicios,pero¿cómovamosaesperarotracosasiinclusomimejoramigomefalla?

—¿TerefieresaAppiusApplosus?–preguntóTarzán.

—Aningúnotro–respondióPraeclarus–.Sihubieraidoabuscarlasllaves,podríamosescapar.

—Tal vez lo hagamos igualmente dijo Tarzán–. Nunca perdería laesperanzahastaqueestuvieramuerto,yhastaahoranuncahemuerto.

—Túnoconocesnielpodernilaperfidiadelcésar–replicóelromano.

—NielcésarconoceaTarzándelosMonos.

La oscuridad acababa de envolver la ciudad, apagando incluso la escasaluzdelamazmorra,cuandolosdoshombrespercibieronunaluzoscilantequereducía laoscuridaddel corredor.La luzaumentóy supieronquealguien seacercaba,iluminándoseconunaantorcha.

Durante el día las visitas a la mazmorra del coliseo eran escasas. Losguardias y carceleros pasaban de vez en cuando y dos veces al día unosesclavos les traían comida, pero por la noche la silenciosa aproximación deuna única antorcha auguraba conmás seguridad algomalo que algo bueno.Praeclarus y Tarzán dejaron la conversación con la que se entretenían yesperaronensilencioaquienquieraqueseacercara.

Quizás el visitante nocturno no era para ellos, pero el egotismo de ladesgraciasugeríadeformanaturalqueloerayquesusintencionespodíansermás siniestras que amistosas. Pero no tuvieron que esperar mucho y sussospechasexcluyeroncualquierposibilidaddesorpresacuandounhombresedetuvo ante la puerta conbarrotes de su celda.Cuando el visitantemetió lallaveenlacerradura,Praeclaruslereconocióatravésdelosbarrotes.

—¡AppiusApplosus!–exclamó–.¡Hasvenido!

—Chsst–previnoApplosus,yabrióenseguida lapuerta,entróyvolvióacerrarla.Echóunarápidamiradaalaceldayapagólaantorchacontralaparedde piedra–.Es una suerte que estéis solos –dijo, hablando en susurros, y sedejócaeralsuelojuntoalosdoshombres.

Page 124: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Estástemblando–dijoPraeclarus–.¿Quéhasucedido?

—Noesloquehasucedidosinoloquevaasucederloquemealarma–respondióApplosus–.Probablementeoshabréispreguntadoporquéno trajelas llaves.Sindudahabéispensadoqueosera infiel,pero larealidadesquehastaesteinstantehasidoimposible,aunqueyaestabaapuntodearriesgarmividaenelintento,comoestoyhaciendoahora.

—Pero¿porquéeratanextraordinariamentedifícilparaelcomandantedelaguardiadelcoliseovisitarlamazmorra?

—Yanosoycomandantedelaguardia–respondióApplosus–.Algodebedehaberlevantadolassospechasdelcésar,porquemedestituyeronencuantoos hube dejado. Si alguien nos oyó e informó de nuestro plan o si fuesimplementepormiconocidaamistadcontigosólopuedosuponerlo,pero larealidad es que estoyde guardia constantemente en laPortaPraetoria desdeque me trasladaron allí. Ni siquiera se me ha permitido volver a mi casa,dandopormotivoqueelcésaresperaunlevantamientodelosbárbarosdelasaldeasexteriores,locual,comotodossabemos,escompletamenteridículo.

»Lo he arriesgado todo al dejarmi puesto hace una hora, y ello por unchismequemehallegadoenbocadeunjovenoficialquehaidoarelevaraotroenlapuerta.

—¿Quéhadicho?–preguntóPraeclarus.

—Hadichoqueunoficialdelaguardiadepalaciolehabíadichoasuvezquelehabíandadoórdenesdevenirestanocheavuestraceldayasesinarosatiyalbárbaroblanco.MeheapresuradoairaveraFestivitasyjuntoshemosencontradolasllavesqueteprometítraerte,peromientrasmedeslizabaporlassombrasde lascallesde laciudad,con intenciónde llegaral coliseo sin servisto ni reconocido, temía que fuera demasiado tarde, pues las órdenes delcésar son que se os mate enseguida. Toma las llaves, Praeclarus. Si puedohaceralgomás,dímelo.

—No, amigomío –respondió Praeclarus–, ya te has arriesgadomás quesuficiente.Veteenseguida.Vuelveatupuesto,noseaqueelcésarseentereytedestruya.

—Adiós,pues,ybuenasuerte–lesdeseóApplosus–.Siosmarcháisdelaciudad,recordadqueAppiusApplosusestáenlaPortaPraetoria.

—No lo olvidaré, amigo mío –dijo Praeclarus–, pero no impondré másriesgosatuamistad.

AppiusApplosussevolvióparasalirdelacelda,perosedetuvodeprontoantelapuerta.

—Demasiadotarde–murmuró–.¡Mirad!

Page 125: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

El débil resplandor de una distante antorcha atravesaba la oscuridad delcorredor.

—¡Yavienen!–susurróPraeclarus–.¡Apresúrate!–Peroenlugardedarseprisa,AppiusApplosusseapartóysequedóaunladodelapuerta,fueradelalcancedelavistadesdeelcorredor,ysacósuespadaespañola.

Laantorchaavanzabarápidamenteporelcorredor.Seoíaconclaridadelruidodelassandaliassobrelapiedrayelhombremonosupoquequienquieraqueseacercaraibasolo.Unhombreenvueltoenunalargacapanegraseparófrentealapuertaconbarrotes,levantólaantorchayatisbódentro.

—¡MaximusPraeclarus!–susurró–.¿Estásahí?

—Sí–respondióPraeclarus–.Noestabasegurodequefueraestacelda.

—¿Quérecadotraes?–preguntóPraeclarus.

—Vengodepartedelcésar–dijoelotro–.Teenvíaunanota.

—¿Unanotadesagradable?–preguntóPraeclarus.

—Desagradableylamentable–contestóelhombredelacapa.

—Losuponíamos,puesconocemosalcésar.

—Entonces, haz las paces con tusdioses–exclamóel oficial, sacando laespadayempujandolapuertaparaabrirla–,porqueestásapuntodemorir.

Teníaunafríasonrisaenloslabioscuandocruzóelumbral,pueselcésarconocíaasushombresyhabíaelegidobienaltipoadecuadoparaestaacción,una criatura sin conciencia en la que Praeclarus había suscitado envidia ycelos;ylasonrisaseguíaensuslabioscuandolaespadadeAppiusApplosusle partió el casco hasta el cerebro. Cuando el hombre se abalanzó haciadelante,muerto,laantorchalecayódelamanoyseapagóenelsuelo.

—Ahora vete –susurró Praeclarus a Applosus y quizá la gratitud deaquellosalosquehassalvadoseaunaproteccióncontraeldesastre.

—No podía haber salido mejor –susurró Applosus–. Tienes las llaves,tienes sus armas y ahora tenéismucho tiempo para escapar antes de que sesepalaverdad.Adiósotravez.Adiós,yquelosdiosesosprotejan.

MientrasApplosusavanzabaconcautelaporeloscurocorredor,MaximusPraeclaruspusolasllavesenlosgrilletesyamboshombresquedaronlibresalfindelasodiadascadenas.Noeranecesarioformularplanes,puesnohabíanhablado de otra cosa durante semanas, cambiándolos sólo amedida que lascondicionesvariaban.AhorasuprincipalpreocupacióneraencontraraHastaya Metellus y a los otros en cuya lealtad podían confiar y reunir a tantosprisioneros como estuvieran dispuestos a seguirles en la osada aventura que

Page 126: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

ibanacorrer.

Enlaoscuridaddelcorredorfuerondeceldaenceldayenlaspocasenqueaúnhabíaprisionerosnoencontraronaningunoquenoestuvieradispuestoaofrecersulealtadacualquiercausaoacualquiercabecillaquelesofrecieralalibertad. Lukedi, Mpingu y Ogonyo se encontraban entre los que fueronliberados.Casihabíanperdidolaesperanzadeencontrara losdemáscuandodieron conMetellus yHasta en una celda junto a la entrada a la pista.Conellosseencontrabaunbuennúmerodegladiadoresprofesionales,quehabríansido liberadoscon losotrosvencedoresal finalde los juegos,peroqueeranretenidosporalgúncaprichodelcésarqueellosnopodíanentenderyquesólolesenfurecíacontraelemperador.

SecomprometieronaseguiraTarzánhastaelfinal.

—Pocos saldremos con vida –anunció el hombremono cuando todos sehubieronreunidoenlagranestanciareservadaaloscontendientesantesdeserllevadosalapista–,perolosquelohagansehabránvengadodelcésarporelmalqueleshahecho.

—Los otros serán recibidos por los dioses como héroes dignos de todofavor–añadióPraeclarus.

—Nonosimportaquelacausaseabuenaomala,osivivimosomorimos–dijoungladiador–,siemprequehayabuenapelea.

—Habrábuenapelea,osloprometo–respondióTarzán–,yseráenorme.

—Entonces,adelante–dijoelgladiador.

—Perodebemosliberaralrestodemisamigos–ordenóelhombremono.

—Hemosvaciadotodaslasceldas–afirmóPraeclarus–.Nohaynadiemás.

—Sí,amigomío–replicóTarzán–.Quedanotros:losgrandessimios.

XVIII

En las mazmorras de Validus Augustus, en Castrum Mare, Erich vonHarben y Mallius Lepus aguardaban el triunfo de Validus Augustus y lainauguracióndelosjuegosaldíasiguiente.

—No podemos esperar sino la muerte –balbuceó Lepus con aflicción–.Nuestros amigos han caído en desgracia o están en la cárcel o en el exilio.Fulvus Fupus ha utilizado los celos de Validus Augustus hacia su sobrino,CassiusHasta,contranosotrosparaalcanzarsusobjetivos.

Page 127: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Ylaculpaesmía–afirmóvonHarben.

—No te lo reproches –replicó su amigo–.No se te puede acusar de queFavonia te diera su amor. La culpa sólo es de los celos y de la menteconspiradoradeFupus.

—Miamorha traído la tristezaaFavoniayeldesastrea susamigos–sequejóvonHarben–,yaquíestoy,encadenadoaunmurodepiedra,incapazdedarunsologolpeensudefensa.

—¡Ah,siCassiusHastaestuvieraaquí!–exclamóLepus–.Quéhombre.SielcésaradoptaraaFupus,todalaciudadselevantaríacontraValidusAugustussiCassiusHastaestuvieraaquíparaacaudillarnos.

YmientrasconversabantristementeysinesperanzasenlasmazmorrasdeCastrum Mare, los nobles invitados se reunieron en la sala del trono deSublatus, en la ciudad deCastra Sanguinarius, en el otro extremodel valle.Allíseencontrabansenadoresataviadosconricastúnicasyaltosoficialesdelacorteydel ejército, resplandecientesde joyasy telasbordadas,quienes, consus esposas e hijas, formaban una espléndida compañía en la estancia concolumnas,puesFastus,elhijodelcésar,secasabaaquellatardeconlahijadeDionSplendidus.

En la avenida, tras las puertas de palacio, se había congregado una grancantidad de gente, una multitud que empujaba e iba de un lado a otro,apretándose a laspuertashasta laspicasmismasde los legionarios.Eraunamultitudruidosa,quelanzabafuertesgritosdeira.

«¡Abajoeltirano!»,«¡MuertealmalvadoSublatus!»,«¡MuerteaFastus!»eranlasfrasesdesuhimnodeodio.

Lasnotasamenazadorasinvadieronelpalacioyllegaronalasaladeltrono,perolosaltivospatriciosfingieronnooír lavozdelaplebe.¿Porquéibanatemernada?¿NohabíadistribuidoSublatusdonativosatodaslastropasaquelmismo día? ¿Las picas de los legionarios no protegerían a la fuente de sugratificación? Le estaría bien empleado al desagradecido populacho queSublatussoltaralaslegionessobreellos,pues¿noleshabíaofrecidoundesfileyunasemanadejuegoscomoCastraSanguinariusjamáshabíaconocido?

Su desprecio hacia la chusma no conocía límites ahora que se hallabandentrodelpalaciodelemperador,peronohablabanentresídelhechodequelamayoría había entrado por una puerta trasera después de que lamultitudvolcaralaliteradeunnoblesenadoryarrojaraasuspasajerosalsuelo.

Anticipaban con placer el banquete que seguiría a la ceremoniamatrimonial,ymientrassereíanycharlabandeloschismesdelasemana,lanoviaestabasentadarígidayfríaenunacámarasuperiordelpalacio,rodeada

Page 128: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

porsusesclavasyconsoladaporsumadre.

—Noloharé–dijo–.JamásserélaesposadeFastus–yenlosplieguesdesuelegantetúnicaaferrabaelpuñodeunadelgadadaga.

Enelcorredordedebajodelcoliseo,Tarzándirigíaasusfuerzas.LlamóaLukediyaun jefedeunade lasaldeasexteriores,quehabíasidoprisioneroconélyconquienhabíapeleadohombroconhombroenlosjuegos.

—IdalaPortaPraetoria–ordenó–ypedidaAppiusApplosusqueosdejepasar por la muralla de la ciudad como favor a Maximus Praeclarus. Identoncespor lasaldeasy reunidguerreros.Decidlesquesiquierenvengarsedel césar y ser libres para vivir su vida a sumanera, deben alzarse ahora yunirsealosciudadanosqueyaestánlistospararebelarseydestruiraltirano.Daosprisa,nohaytiempoqueperder.ReunidlosenseguidayconducidlesalaciudadporlaPortaPraetoria,directamentealpalaciodelcésar.

TarzányMaximus advirtieron a sus seguidores queguardaran silencioylescondujeronendirecciónalosbarraconesdelaguardiadelcoliseo,dondeestabanalojadosloshombresqueformabanlacohortepersonaldePraeclarus.

Formaronunaabigarradamultituddeguerrerossemidesnudosprocedentesde lasaldeasexteriores,esclavosde laciudadymorenosmestizos,entre losque se hallaban asesinos, ladrones y gladiadores profesionales. Praeclarus,Hasta,MetellusyTarzánlesconducían,ycercadeTarzánibanGayat,ZuthoyGo-yadylosotrostressimios.

Ogonyo ahora estaba convencido de que Tarzán era un demonio, pues¿quién, si no, podría dirigir a los hombres peludos de los bosques?Indudablemente en cada uno de estos fieros cuerpos residía el fantasma delalgún gran jefe bagego. Si el pequeñoNkima era el fantasma de su abuelo,éstosdebíandeserlosfantasmasdehombresmuyimportantes.Ogonyonoseacercabademasiadoaestosaliadossalvajes,nienrealidadlohacíanadie,nisiquieralosgladiadoresmásferoces.

Enlosbarracones,MaximusPraeclarussupoconquiénhablaryquédecir,puesentrelasfilasdeloslegionariosabundabalaideadelmotín.

Sólo su afecto por algunos de sus oficiales, entre los que se encontrabaPraeclarus,leshabíacontenido,yahorarecibíanconagradolaoportunidaddeseguiraljovenpatriciohastalaspuertasmismasdelpalaciodelcésar.

Siguiendounplanquehabíandecidido,PraeclarusenvióundestacamentoconunoficialalaPortaPraetoriaconórdenesdetomarlaporlafuerza,sinopodíanpersuadiraAppiusApplosusdequeseunieraaellos,y laabrieranalosguerrerosdelasaldeasexteriorescuandollegaran.

Por la amplia Via Principalis, cubierta por gigantescos árboles que

Page 129: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

formabanuntúneldeoscuridadenlanoche,TarzándelosMonosconducíaasus seguidores hacia el palacio detrás de los portadores de antorchas quealumbrabanelcamino.

Cuandoseacercabanasumeta,alguiensituadoenlaparteexteriorde lamultitud,queapretabaalaguardiadepalacio,sevioatraídoporlaluzdesusantorchas y pronto se corrió el rumor de que el césar había enviado a porrefuerzos y venían más tropas. El ánimo de la multitud, ya inflamado, nomejoró con esta noticia, que se extendió rápidamente por sus filas. Unospocos,siguiendoaunoquesehabíadesignadoasímismocabecilla,avanzabaamenazadoramenteparairalencuentrodelosreciénllegados.

—¿Quiénes?–preguntóunoagritos.

—Soyyo,TarzándelosMonos–respondióelhombremono.

El grito que se oyó como respuesta a esta declaración demostró que elinconstantepopulachoaúnnosehabíavueltocontraél.

Enelinteriordelpalaciolosgritosdelpueblohicieronfruncirelentrecejoal césar y sonreír a muchos patricios, pero su reacción habría sido muydiferentesihubieranconocidolacausadeljúbilodelamultitud.

—¿Porquéestáisaquí?–gritabanlasvoces–.¿Quévaisahacer?

—HemosvenidoarescataraDilectadelosbrazosdeFastusyaapartaraltiranodeltronodeCastraSanguinarius.

Unrugidodeaprobaciónsaludóelanuncioymilesdevocesgritaron:

—¡Muertealtirano!

—¡Abajolosguardiasdepalacio!–¡Matadles!¡Matadles!

Lamultitudempujaba.Eloficialde laguardia,alver losrefuerzos,entrelosqueseencontrabanmuchos legionarios,ordenarona sushombresqueseretiraran en el recinto del palacio y cerraran y barraran la puerta, pero encuantopasaronloscerrojoslamultitudselanzócontralassólidasbarrerasdehierroymaderaderoble.

Unmensajero de rostro pálido se apresuró a ir a la sala del trono y seacercóalcésar.

—Elpueblosehalevantado–susurróconvozronca–ymuchossoldados,gladiadores y esclavos se han unido a ellos. Se están arrojando contra laspuertas,quenoresistiránmuchorato.

Elcésarselevantóysepusoapasear,nervioso,arribayabajo,ydespuésseparóyllamóalosoficiales.

—Enviadmensajerosatodaslaspuertasytodoslosbarracones–ordenó–.

Page 130: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Reunidalastropashastaelúltimohombrequesepuedaahorrardelaspuertas.Ordenadlesqueselancensobrelamultitudamatar.Quematenhastaquenoquede vivo ni un solo ciudadano en las calles de Castra Sanguinarius. Nohagáisprisioneros.

Igual que el rumor se abre camino a través de unamultitud, como si lohiciera por algún medio telepático, pronto se supo que Sublatus habíaordenadoatodosloslegionariosdelaciudadquedestruyeranhastaelúltimodelosrevolucionarios.

El pueblo, animado por la presencia de los legionarios conducidos porPraeclarus, había renovado sus asaltos a las puertas, y aunque muchosmurieron a causa de las picas, sus cuerpos eran apartados por sus amigos yotrosocupabansusitio,paraquelaspuertassecombaranydoblaranbajosupeso;sinembargo,resistieronyTarzánvioquepodíanresistirmuchorato,oalmenos el tiempo suficiente para permitir la llegada de refuerzos que, siseguíanlealesalcésar,podríanvencerfácilmentealaindisciplinadaturba.

Tarzánreunióaalgunosdeloshombresalosqueconocíamejoryexplicóunnuevoplanquefuerecibidoconexclamacionesdeaprobación,llamóalossimios y avanzó por la oscura avenida, seguido por Maximus Praeclarus,CassiusHasta,CaeciliusMetellus,MpinguymediadocenadelosgladiadoresmásfamososdeCastraSanguinarius.

LabodadeFastusyDilectaibaatenerlugarenlosescalonesdeltronodelcésar.ElsumosacerdotedeltemploestabadecaraalpúblicoyjustodebajodeélyaunladoaguardabaFastus,mientraslentamente,porelcentrodelalargacámara, se acercaba la novia, seguida por las vírgenes vestales, que seocupabandelossagradosfuegosdeltemplo.

Dilecta estaba pálida, pero su paso no era vacilante al dirigirse hacia sucondena.Muchossusurrabanqueyaparecía laemperatriz, tannobley regioerasuporte.Noveíanlapequeñadagaqueaferrabaconlamanoderechabajolasondulantes túnicasnupciales.Avanzabapor elpasillo, perono sedetuvoanteelsacerdotecomohabíahechoFastus–ycomodeberíahaberhechoella–sino que pasó de largo, subió los primeros escalones hacia el trono y sedetuvo,mirandoaSublatus.

—AlpueblodeCastraSanguinariusse lehaenseñadodurantesiglosquepuedemiraralemperadorenbuscadeprotección–exclamó–.Elcésarnosólohace la ley:éles la ley.Éleso lapersonificaciónde la justiciaoun tirano.Sublatus,¿túquéeres?

Elcésarenrojeció.

—¿Qué tontería es ésta, hija? – preguntó–. ¿Quién te hace hablar así alemperador?

Page 131: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Nadie–respondiólamuchacha–.Esmiúltimaesperanzay,aunquesabíadeantemanoqueerainútil,mehaparecidoquenodebíadescartarlaantesdeponerlaaprueba.

—¡Vamos! ¡Vamos! – espetó el césar–. Basta de esta tontería.Ocupa tulugaranteelsacerdoteyrepitetusvotosmatrimoniales.

—Nopuedesrechazarme–insistiólamuchacha,terca–.Apeloalcésar,aloque tengo derecho como ciudadana de Roma, la ciudad madre que jamáshemos visto, pero cuyo derecho a la ciudadanía nos ha sido entregado pornuestrosantepasados.Amenosquesenosnieguelachispadelalibertad,nopuedesnegarmeestederecho,Sublatus.

Elemperadorpalidecióyluegoenrojeciódeira.

—Venavermemañana–dijo–.Tendrásloquedesees.

—Si no me escuchas ahora, no habrá mañana –replicó ella–. Exijo misderechosahora.

—Bien–dijoelcésarconfrialdad–,¿quéfavorpretendes?

—Nobusconingúnfavor–afirmóDilecta–.Quieroelderechodesabersielmotivo por el que estoy pagando este horrible precio se ha cumplido, talcomosemeprometió.

—¿Aquéterefieres?–preguntóSublatus–.¿Quépruebadeseas?

—Deseo ver a Maximus Praeclarus aquí, vivo y libre –respondió lamuchacha–, antes dedarmi consentimiento almatrimonio conFastus.Éste,comomuybiensabes,eselpreciodemipromesadecasarmeconél.

Elcésarmontóencólera.

—Noesposible–exclamó.

—Sí, sí que lo es –gritó una voz desde el mirador de la sala– puesMaximusPraeclarusestádetrásdemí.

XIX

Todos losojossevolvieronendirecciónalmiradordedondeprocedía lavoz.Unjadeodeasombroseelevóenlaabarrotadasala.

—¡Elbárbaro!¡MaximusPraeclarus!–exclamaronunaveintenadevoces.

—¡La guardia! ¡La guardia! – gritó el césar cuando Tarzán saltó delmirador a una de las altas columnas que sustentaban el techo y se deslizó

Page 132: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

rápidamentealsuelo,mientrasdetrásdeélentrabanseispeludossimios.

Una docena de espadas salieron de sus vainas cuando Tarzán y los seissimios se precipitaron hacia el trono. Las mujeres chillaban y algunas sedesmayaron. El césar se agazapó en su asiento dorado, momentáneamenteparalizadoporelterror.

UnnobleconlaespadaenlamanosaltódelantedeTarzánparaimpedirleel paso, pero Go-yad se abalanzó sobre él. Los colmillos amarillentos seincrustaron en el cuello del noble, y el gran simio se puso en pie sobre elcuerpodesupresaylanzósugritodevictoriaquehizoencogerdemiedoalosotrosnobles.Fastustambiéngritaba,sevolvióyhuyó,yTarzándiounsaltoparaponerse al ladodeDilecta.Cuando los simios subían los escalonesdeltrono, el césar, temblandode terror, se escurrióde su asientoy se escondió,mediodesmayado,detrásdelgrantronoqueeraelsímbolodesumajestadysupoder.

Perolosnobles,oficialesysoldadospresentesnotardaronenrecuperarlapresenciadeánimoquelarepentinallegadadeestahorriblehordahabíahechodesaparecer.En esemomento, al ver sólo al salvajebárbaroy a seis bestiasdesarmadas que les amenazaban, se atrevieron a avanzar. En aquel instanteunapuertecitaquehabíabajoelmiradorporelquehabíaentradoTarzánenlasala del trono se abrió y entraron Maximus Praeclarus, Cassius Hasta,Caecilius Metellus, Mpingu y los demás que habían saltado con Tarzán lamuralladepalacio,alasombradelosgrandesárbolesdesdelosqueelhombremonoylossimioshabíanayudadoasubiralosmenoságiles.

Cuando los defensores del césar avanzaron toparon con algunas de lasmejores espadas de Castra Sanguinarius, ya que en primera línea seencontraban los mismos gladiadores cuyas hazañas ellos habían aclamadodurantelasemana.TarzánpasóDilectaaMpingu,puesélyPraeclarusdebíanecharunamanoenlalucha.

Pocoapoco,losdefensoresdeDilectaseretiraronanteelmayornúmerodenobles,soldadosyguardiasqueveníandeotraspartesdepalacio.Sefueronacercandoalapuertecitamientras,hombroconhombroconlosgladiadoresyjuntoaMaximusPraeclarusyHastayMetellus,Tarzánluchabaylosgrandessimios sembraban la confusión por su disposición a atacar tanto a amigoscomoaenemigos.

LamultituddelaViaPrincipalishervíadeagitaciónylasgrandespuertascedieron ante un vociferante gentío que entró en tropel en los terrenos depalacio,sobrepasandoalosguardiasypasandoporencimadesusmuertosydesuspropiosvivos.

A lo lejos sonaron las trompetasdesde laPortaDecumana,yde laPorta

Page 133: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

PrincipalisDextra llegó el estruendode tropas que avanzaban.Al principio,los que se hallaban en la parte exterior de la multitud y habían oído estealboroto no lo interpretaron correctamente y lanzaron vítores y gritos. Esoscobardes que siempre se quedaban en el exterior de cualquier multitud,dejandoqueotroscorrieranlosriesgosypelearanporellos,pensaronquesehabíanrebeladomástropasyquelosrefuerzoseranparaellos.Perosualegríadurópoco,pueslaprimeracenturiaqueentróenlaViaPrincipalisporlaPortaDecumanacayósobreellosconpicayespadahastaquelosquenoresultaronmuertosescaparon,gritando,entodasdirecciones.

Llegaron centuria tras centuria. Despejaron la Via Principalis y cayeronsobrelaturba,queestabaenelpatiodelpalacio,hastaquelosrevolucionariossedispersaronhuyendoy lanzandogritos en la oscuridadde los terrenosdepalacio, buscando cualquier refugio que pudieran encontrar, mientras loslegionarioslesperseguíanconantorchasencendidasyespadasensangrentadas.

Tarzánysusseguidoresentrarondenuevoenlapequeñahabitacióndelaquehabíansalido.Erapequeñaynofuedifícilqueunoscuantoshombreslaocuparan,perocuandosehubieronretiradopor laventanapor laquehabíanentradoyhubieronvueltoalosterrenosdepalacioparahuirporlasmurallas,vieronqueelsueloestabasembradodelegionariosysedieroncuentadequelaretaguardiadelarevueltasehabíadispersado.

Laantesalaenlaquesehabíanrefugiadoapenaserasuficienteparatodos,peroprobablementeeraelmejorrefugioquehabíanpodidoencontrarentodoelpalaciodeSublatus,puessóloteníadosaberturas:lapuertecitaquedabaala saladel tronoyunaventanaaúnmáspequeñaquedabaa los jardinesdepalacio. Las murallas eran de piedra y a prueba de cualquier arma de quedispusieran los legionarios; sin embargo, si el levantamientohabía falladoyloslegionariosnosehabíanunidoalpueblo,talcomoesperaban,¿dequélesservía el santuario temporal? En el instante en que el hambre y la sed lesasaltaran,estamismaestanciaseconvertiríaensuceldacarcelariayencámaradetortura,yquizáparamuchosdeellosseríalaantesaladelatumba.

—Ah,Dilecta–exclamóPraeclarusenelprimerinstanteenquepudoestarasulado–.Teheencontradosóloparavolveraperderte,mitemeridadtalvezsignificarátumuerte.

—Tullegadamehasalvadodelamuerte–replicólamuchacha,sacandoladaga de debajo del vestido ymostrándosela a Praeclarus–. Prefería esto poresposo que a Fastus –dijo–, por lo que si ahora muero habré vivido mástiempodelquelohabríahechosinohubierasllegado;yalmenosvivofeliz,puesmoriremosjuntos.

—No esmomento de hablar demorir –sentenció Tarzán–. ¿Creías, haceunashoras,quejamásvolveríaisaestarjuntos?Bueno,yaloves.Quizádentro

Page 134: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

de unas horas todo habrá cambiado y te reirás de los temores que ahoraalbergas.

Algunosgladiadores,quesehallabancercayhabíanoído laspalabrasdeTarzán,menearonlacabeza.

—Elquesalgavivodeestahabitación–anuncióuno–seráquemadoenlahoguera,oentregadoalosleones,odesgarradoporelbúfalosalvaje.Estamosacabados,perohasidounabuenapelea,ydoygraciasaestegranbárbaroporestegloriosofinal.

Tarzánseencogiódehombrosysegiró.

—Todavía no estoy muerto –afirmó– y hasta que no lo esté no quieropensarenello,yentoncesserádemasiadotarde.

MaximusPraeclarusseechóareír.

—Tal vez tengas razón dijo–. ¿Qué sugieres? Si nos quedamos aquí nosmatarán,¿tienes,pues,algúnplanparasalir?

—Sinopodemos teneresperanzasdehuirmediantenuestrosesfuerzos–observóTarzán–debemosbuscarotracosayesperarlosfavoresdelafortunaque pueden llegarnos desde el exterior, o a través de la intervención denuestrosamigosqueestánfueradelosterrenosdelpalaciooporeldescuidodelpropioenemigo.Admitoqueenestosmomentosnuestrasituaciónparecedesesperada, pero aun así no pierdo las esperanzas; al menos podemosalegrarnos porque suceda lo que suceda, serámejor, ya que nada podría serpeor.

—No estoy de acuerdo contigo –replicó Metellus, señalando por laventana–.Mira, estáncolocandounapequeñaballesta enel jardín.Después,nuestrasituaciónserámuchopeordeloqueyaesahora.

—Las paredes parecen robustas –observó el hombremono–. ¿Crees quepuedenecharlasabajo,Praeclarus?

—Lo dudo –respondió el romano–, pero cada proyectil que entre por laventana se cobrará su precio, pues estamos tan apretados que no podemosquedartodosfueradesualcance.

Los legionarios que habían sido llamados a la sala del trono fueronconducidos a la puertecita por un puñado de gladiadores y los defensoreshabíanpodidocerrarybarrarlarobustapuertaderoble.Duranteunratoreinóelsilencioenlasaladeltronoynosehizoningúnintentoporentrarenlasalapor aquel lado; mientras en el lado del jardín se habían desbaratado tresintentos de entrar por la ventana, y ahora los legionarios se manteníanapartados mientras la pequeña ballesta era arrastrada y colocada sobre lamuralladepalacio.

Page 135: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

HabíansituadoaDilectaenunrincóndelahabitación,dondeestaríamásasalvo, y Tarzán y sus lugartenientes observaban las operaciones de loslegionarioseneljardín.

—Nodalaimpresióndequeapuntendirectamentealaventana–observóCassiusHasta.

—No–dijoPraeclarus–.Creo que intentan hacer una brecha en la paredparaquepuedaentrarporellaunnúmerosuficienteparavencernos.

—Si pudiéramos tomar por asalto la ballesta –reflexionó Tarzán en vozalta–, les pondríamos las cosas muy difíciles. Vale más que estemospreparadosparaello,porsisusproyectilesnoslosponendemasiadodifícilanosotros. Tendremos alguna ventaja si prevemos su ataque mediante unasalidapornuestracuenta.

Ungolpeapagadoenlapuertadelotroextremodelahabitaciónatrajolaatencióndelosdefensoresdeaquellugar.Lapuertaderoblesecombó;ylasparedesdepiedratemblaronconelimpacto.

CassiusHastasonrióconironía.

—Hantraídounariete–exclamó.

Yentoncesunpesadoproyectilsacudióelmuroexterioryuntrozodeyesocayóalsueloenlaparteinterior:laballestahabíaentradoenacción.Unavezmáselpesadoarietehizotemblarlasmaderasdelapuerta,quegruñían,ylosque estaban en el interior de la habitación oyeron a los legionarios quecantabanelhimnodelarieteconlacadenciaconlaquelohacíanoscilarhaciadelanteyhaciaatrás.

Las tropas situadas en el jardín cumplían su deber con callada ymilitareficiencia.Cadavezqueunapiedradelaballestagolpeabalaparedseoíaungrito, pero no había nada espontáneo en esta demostración, que parecía tanrutinaria como la operación mecánica del antiguo artefacto de guerra quelanzabasusproyectilescasiconlaregularidaddeunreloj.

El mayor daño producido por la ballesta al parecer era en el yeso delinterior del muro, y los golpes con el ariete eran lentos pero seguramenteestabanrompiendolapuertadelotroextremodelahabitación.

—Mira dijoMetellus–, están alterando la línea de la ballesta.Han vistoquenosirvedenadadispararcontralapared.

—Ahoraapuntanhacialaventana–dijoPraeclarus.

—Losqueestáisenlíneaconlaventanatumbaosalsuelo–ordenóTarzán¡Rápido!,elmartilloyacaesobreeldisparador.

Elsiguienteproyectildioenunladodelaventanaysellevóuntrozode

Page 136: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

piedra,yestavezelresultadofueseguidoporungritoentusiasmadoporpartedeloslegionariosdeljardín.

—Esto es lo que deberían haber hecho desde el principio –comentóHasta–.Sidisparanalbordedelaventana,conseguiránunabrechaantesqueencualquierotraparte.

—Es evidente que es lo que tratan de hacer dijo Metellus, cuando unsegundoproyectildioenelmismolugaryunfragmentograndedelaparedsedesmoronó.

—Cuidadoconlapuerta–gritóTarzán,mientraslasdebilitadasmaderassecombabanbajoelimpactodelariete.

Una docena de espadachines estaban listos, esperando recibir a loslegionarios,cuyaarremetidaesperabanenelinstanteenquelapuertacayera.A un lado de la habitación se agazapaban los seis simios, gruñendo, y semanteníanarayasóloporlasrepetidaspalabrasdetranquilidaddeTarzán,quelesasegurabaqueloshombre-cosasqueestabanenlahabitaciónconelloseranamigosdelhombremono.

Cuando la puerta se partió, hubo un instante de silencio, como si cadabandoaguardaraaverloquehacíaelotro,ydespuésdeestacalmapasajera,elairese llenódeun tenebrosoyamenazador rugido,y luego losgritosde loslegionarios de la sala del trono y de los legionarios del jardín ahogaroncualquierotrosonido.

La brecha junto a la ventana se había agrandado. Los proyectiles de laballesta habían desmoronado la pared desde el techo hasta el suelo. Loslegionariosatacaronalmismotiempo,ungrupoembistiendolapuertadesdelasaladeltronoyelotrolabrechadelaparedopuesta.

Tarzánsevolvióalossimios,señalóendirecciónalabrechadelaparedygritó:

—¡Páralos,Zutho!¡Mata,Go-yad!¡Mata!

Los hombres que estaban cerca le miraron con sorpresa y quizá seestremecieronaloírquedelagargantadelgigantebárbarobrotabangruñidosde bestia, pero al instante se dieron cuenta de que estaba hablando a suspeludoscompañeros,yentoncesvieronque lossimiosavanzabanmostrandolos colmillos y gruñendo de un modo espantoso y se lanzaban sobre losprimeros legionarios hasta llegar a la ventana. Dos simios cayeron,atravesados por picas romanas, pero ante la bestial rabia de los otros lossoldadosdelcésarseretiraron.

—Trasellos–gritóTarzánaPraeclarus–.Seguidlesal jardín.Capturad laballestayvolvedlacontraloslegionarios.Asediaremoslasaladeltronohasta

Page 137: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

quehayáiscogidolaballesta,ydespuésiremosconvosotros.

Detrásde los simios seprecipitaronal jardín los trespatricios,MaximusPraeclarus, Cassius Hasta y Caecilius Metellus, los primeros gladiadores,ladrones,asesinosyesclavos,aprovechandolaventajatemporalquelossimiosleshabíanconseguido.

Tarzánpeleócodoconcodoconlosrestantesgladiadoresparaapartaraloslegionariosde lapuertecitahastaque el restode sugrupo llegara a salvo aljardín y tomara la ballesta. Tarzánmiró atrás y vio aMpingu que sacaba aDilectadelahabitaciónenlaretaguardiadelosprisioneroshuidos.Luegoseentregódenuevoaladefensadelapuerta,enelquesupequeñogruporesistíatercamente hasta que Tarzán vio la ballesta en manos de los suyos, y,retrocediendopasoapasoenlahabitación,salieronporlabrechadelapared.

A una orden de Praeclarus, saltaron a un lado. Elmartillo cayó sobre eldisparadordelaballesta,quePraeclarushabíaalineadoconlaventana,yunapesadarocadiodellenoenelgrupodeloslegionarios.

PorunmomentoeldestinohabíasidofavorableaTarzánysusseguidores,pero pronto se hizo evidente que no estaban mucho mejor allí que en lahabitaciónqueacababandeabandonar,pueseneljardínfueronrodeadosporlegionarios.Laspicasvolabanporelairey,aunque laballestaysuspropiasespadas mantenían al enemigo a una distancia respetable, ninguno de elloscreía que pudieran resistir durante mucho tiempo el número superior y elmejorequipamientodesusadversarios.

Hubounapausaenlalucha,loqueesnecesarioenloscombatescuerpoacuerpo, y como por tácito acuerdo los dos bandos descansaron. Los tresblancosobservarondecercaalenemigo.

—Se están preparando para un ataque conjunto con las lanzas –dijoPraeclarus.

—Estopondráfinanuestraempresa–observóCassiusHasta.

—Quelosdiosesnosrecibanconjúbilo–exclamóCaeciliusMetellus.

—Me parece que los dioses les prefieren a ellos y no a nosotros dijoTarzán.

—¿Porqué?–preguntóCassiusHasta.

—Porqueestanochesehanllevadoamuchosmásdeellos–respondióelhombre mono, señalando los cadáveres que yacían por el jardín, y CassiusHastasonrió.

—Enseguidaatacarán–advirtióMaximusPraeclarus,ysevolvióaDilecta,lacogióensusbrazosy labesó–.Adiós,amormío–dijo–.¡Quéfugazes la

Page 138: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

felicidad!¡Quéinútileslasesperanzasdelhombremortal!

—Nodigas adiós,Praeclarus –replicó lamuchacha–, pues allí adonde túvasyotambiéniré–ylemostróladelgadadagaquellevabaenlamano.

—¡No!–exclamóelhombre–.Prométemequenoloharás.

—¿Yporquéno?¿NoeslamuertemásdulcequeFastus?

—Tal vez tengas razón –convino él con tristeza. – Ya vienen –indicóCassiusHasta.

—¡Listos! – gritó Tarzán–. Dadles todo lo que tenemos. La muerte esmejorquelasmazmorrasdelcoliseo.

XX

Desdeelotroextremodeljardín,porencimadelestruendodelabatalla,sealzó un grito salvaje, una nueva nota que atrajo la atención de loscontendientes de ambos bandos. Tarzán volvió la cabeza y olfateó el aire.Tomó conciencia de lo que sucedía y sintió agradecimiento, esperanza,sorpresa e incredulidad mientras permanecía con los ojos bien abiertosmirandoporencimadelascabezasdesusadversarios.

El rugido salvaje aumentabade volumen al acercarse al jardín del césar.Los legionarios se volvieron para ponerse de cara a la vanguardia de unejércitoacaudilladoporunahordadeguerreros,relucientesgigantesencuyasorgullosas cabezas flotabanunos cascosdeguerra conplumasblancas, ydecuyasgargantasbrotabaelgritodeguerrasalvajequehabíallenadoelcorazóndeTarzán:loswazirihabíanllegado.

AsucabezaTarzánvioaMuviroyconél seencontrabaLukedi,pero loqueelhombremononovio,yloquenadieeneljardíndelcésarviohastamástarde,fuelahordadeguerrerosdelasaldeasexterioresdeCastraSanguinariusque, siguiendo a loswaziri a la ciudad, ya estaban invadiendo el palacio enbuscadelavenganzaquedurantetantotiemposeleshabíanegado.

Cuando el último de los legionarios del jardín bajó las armas y suplicóprotecciónaTarzán,Muvirocorrióhastaelhombremono,searrodillóasuspiesylebesólamano,almismotiempoqueunmonitosedejabacaerdesdeunaramadeunárbolalhombrodeTarzán.

—Los dioses de nuestros antepasados han sido buenos con los waziri –exclamóMuviro–,delocontrariohabríamosllegadodemasiadotarde.

—NoentendíacómomehabíaisencontradohastaquehevistoaNkima—

Page 139: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

dijoTarzán.

—Sí, fue Nkima—afirmóMuviro–. Regresó al país de los waziri, a latierradeTarzán,ynoscondujoaquí.Muchasveceshabríamosvueltoacasapensandoqueestabaloco,peronosinsistíaenquesiguiéramosyleseguimos,yahoraelgranbwanapodráregresarconnosotrosacasa.

—No–negóTarzánmeneandolacabeza–.Todavíanomepuedoir.Elhijode un buen amigo mío aún está en este valle, pero llegáis a tiempo paraayudarmearescatarle,yesmejornoperderunmomento.

Loslegionariosdejaronsusarmasysalieroncorriendodepalacio,delquellegabanlosgritosyquejidosdelosmoribundosylosalaridossalvajesdelahordavengadora.PraeclarussepusoalladodeTarzán.

—Los bárbaros de las aldeas exteriores están atacando la ciudad yasesinandoatodoelquecaeensusmanos–explicó–.Debemosreuniratodoslos hombres que podamos y resistir. ¿Estos guerreros que acaban de llegarlucharánconnosotros?

—Lucharán si se lo ordeno –respondió Tarzán–, perome parece que noserá necesario pelear contra los bárbaros,Lukedi, ¿dónde están los oficialesblancosquedirigenalosbárbaros?

—Cuandosehanaproximadoalpalacio–respondióLukedi–losguerrerossehanagitadotantoquesehandispersadoyhanseguidoasuspropiosjefes.

—Veabuscaraljefemásimportante–ordenóTarzán.

Durante lamediahoraque siguió,Tarzány sus lugartenientesestuvieronocupadosreorganizandosusfuerzasalasqueseincorporaronloslegionariosquesehabíanrendidoaellos,cuidandoalosheridosytrazandoplanesparaelfuturo.DesdepalaciollegabanlostoscosgritosdelossoldadossaqueadoresyTarzán casi había abandonado la esperanza de que Lukedi persuadiera a unjefeaacudiraélcuandoLukediregresó,acompañadopordosguerrerosdelasaldeasexteriores,cuyoporteyadornosproclamabanqueeranjefes.

—¿ErestúelhombrellamadoTarzán?–preguntóunodeellos.

Elhombremonohizoungestodeasentimiento.

—Losoy–dijo.

Te hemos estado buscando. Este bagego dice que has prometido quenuestra gente no volverá a ser esclavizada y nuestros guerreros ya no seráncondenadosalapistadelcirco.¿Cómopuedesgarantizarnosesto,sitúmismoeresunbárbaro?

—Sinopuedogarantizarlo,vosotrosmismostenéiselpoderdehacerlo–respondióelhombremono–yyoconmiswaziriosayudaremos,peroahora

Page 140: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

debemosreuniravuestroshombres.Apartirdeahoranomatéisanadiequenoseopongaavosotros.Reunidavuestrosguerrerosyllevadlosalaavenidaquehayfrentealpalacio,ydespuésvenidconvuestrossubjefesalasaladeltronodel césar. Allí pediremos y recibiremos justicia, no momentánea sino parasiempre.¡Ve!

PorfinlahordaquesaqueabafuecalmadaporsusjefesyllevadaalaViaPrincipalis.Losguerreroswaziriabrieronlapuertadestrozadadelpalaciodelcésarysealinearonenelcorredorqueibahastalasaladeltronoyelpasillohasta el pie del trono. Formaron medio círculo alrededor del trono y en eltrono del césar se sentaba Tarzán de los Monos rodeado por Praeclarus,Dilecta, Cassius Hasta, Caecilius Metellus y Muviro, mientras el pequeñoNkima estaba sentado en su hombro y se quejaba amargamente, pues elmonito,comodecostumbre,estabaasustadoyhambrientoyteníafrío.

—Envía legionarios a buscar a Sublatus y a Fastus –ordenó Tarzán aPraeclarus–puesesteasuntodebeconcluirseenseguida,yaquedentrodeunahoramemarchoaCastrumMare.

Enrojecidos por la excitación, los legionarios que habían ido a buscar aSublatusyaFastusirrumpieronenlasaladeltrono.

—¡Sublatusestámuerto!–gritaban,¡Fastusestámuerto!Losbárbarosloshanmatado.Lascámarasyloscorredoresdearribaestánllenosdecadáveresdesenadores,noblesyoficialesdelalegión.

—¿Noquedanadieconvida?–preguntóPraeclarus,palideciendo.

—Sí–respondióunodelos legionarios–,muchossehabíanhechofuertesen otro apartamento y resistieron la matanza de los guerreros. Les hemosexplicado que ahora están a salvo y ya vienen a la sala del trono –y por elpasillocentralmarchabanlosinvitadosalabodaquequedaban,yelsudorylasangre en los hombres daba fe de las calamidades de las que les habíanrescatado, y lasmujeres aún estaban nerviosas e histéricas.A la cabeza ibaDionSplendidus,yalverleDilectadejóescaparungritodealivioyplacerybajócorriendolosescalonesdeltronoparairaarrojarseensusbrazos.

ElrostrodeTarzánseiluminódealiviocuandovioalviejosenador,pueslas semanas que había pasado en el hogar de Festivitas y su largoencarcelamientoconMaximusPraeclarusenlamazmorradelcoliseolehabíanfamiliarizado con la política deCastra Sanguinarius y ahora la presencia deDionSplendiduseraloquenecesitabaparacompletarlosplanesalosquelatiraníaylacrueldaddeSublatuslehabíanobligado.

Se levantó del trono y alzó una mano para pedir silencio. El rumor devocescesó.

Page 141: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Elcésarestámuerto,peroalguiendebevestirlatúnicadelcésar.

—¡VivaTarzán!¡Vivaelnuevocésar!–gritóunodelosgladiadores,yalinstantetodosanguinarianopresenteenlahabitaciónleimitó.

Elhombremonosonreíaehizogestosdenegaciónconlacabeza.

—Nodijo–,no,perohayalguienaquienofrezcoladiademaimperialconlacondicióndequecumpla laspromesasquehehechoa losbárbarosde lasaldeasexteriores.

»Dion Splendidus, ¿aceptas la púrpura imperial, entendiendo que loshombres de las aldeas exteriores serán libres para siempre, que ni susmuchachas ni sus jóvenes serán obligados a la esclavitud ni sus guerreros apelearenlapistadelcirco?

DionSplendidus inclinó lacabezaparaexpresarsuconsentimiento,yasíTarzánrechazóladiademaynombróauncésar.

XXI

EltriunfoanualdeValidusAugustus,emperadordelEste,habíasidopobreen comparación con el de Sublatus de Castra Sanguinarius, aunque lapresencia delmuy anunciado jefe bárbaro, que avanzaba encadenado detrásdelcarrodelcésar,prestabadignidadeinterésalaocasión.

Lavanidosaexhibicióndepoder imperialcomplacíaaValidusAugustus,engañandoquizásasussúbditosmásignorantes,yhabríasidomotivoderisaparaErichvonHarbensiéstenohubierasidoconscientedelagravedaddesusituación.

Ningún cautivo encadenado al carro del césar se había enfrentado a unasituación más desesperada que él. ¿Y qué si sabía que un regimiento demarinesounescuadróndeulanoshabríanpodidoreduciraesteimperioenteroal vasallaje? ¿Y qué si sabía que el alcalde de muchas ciudades modernashabría podido mandar una fuerza de combate mucho mayor y mucho másefectivaqueestepequeñocésar?Sabertodoestosóloleatormentaba,pueslarealidaderaqueValidusAugustusaquíerasupremoynohabíaniregimientodemarines ni escuadrones de ulanos que cuestionaran su conducta hacia elsujetodeunagran república quehabría podido tragarse todo su imperio sindarmuestrasdeincomodidadalguna.Eltriunfohabíaterminado.VonHarbenhabíasidodevueltoalaceldaqueocupabaconMalliusLepus.

—Has vuelto pronto –dijo Lepus–. ¿Te ha impresionado el triunfo deValidus?

Page 142: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Nohasidoungranespectáculo,ajuzgarporelentusiasmoexhibidoporelpúblico.

—LostriunfosdeValidussiempresonespectáculospobres–dijoLepus–.Preferiría ponerse diez talentos en el vientre o a la espalda que gastar undenarioendivertiralpueblo.

—¿Ylosjuegos–preguntóvonHarben–seránasídepobres?

—Nosongrancosa–contestóLepus–.Aquíhaypocoscriminalesycomotenemos `que comprar todosnuestros esclavos, sondemasiadovaliososparamalgastarlosdeestemodo.Muchascompeticionessonentrebestiassalvajes,devezencuandoseponeaunladrónoasesinofrenteaungladiador,peroensumayorparteValidusdependedelosgladiadoresprofesionalesyprisionerospolíticos,enemigososupuestosenemigosdelcésar.Frecuentementesoncomotúyyo:víctimasdelasmentiraseintrigascelosasdelosfavoritos.Ahorahayunosveinteen lasmazmorras,y seránel entretenimientomás interesantedelosjuegos.

—¿Ysisalimosvictoriososnosliberarán?preguntóvonHarben.

—Nosaldremosvictoriosos–respondióMalliusLepus–.FulvusFupussehabráocupadodeello,puedesestarseguro.

—Esterrible–murmuróvonHarbenparasí.

—¿Tienesmiedodemorir?–lepreguntóMalliusLepus.

—Noeseso–contestóvonHarben–.EstoypensandoenFavonia.

—Lo entiendo –dijo Mallius Lepus–. Mi dulce prima sería más felizmuertaquecasadaconFulvusFupus.

—Mesientoindefenso–selamentóvonHarben–.Sinunamigo,nisiquieramilealcriadopersonal,Gabula.

Ah,estomerecuerdaunacosa–exclamóLepus–.Estamañanahanestadoaquíbuscándole.

—¿Buscándole?¿Noestáenlamazmorra?

—Lo estaba, pero anoche le sacaron con otros prisioneros para queprepararanlapista,ysesuponequedurantelaoscuridaddelamadrugadahaescapado;perosealoquesea,lacuestiónesquelebuscaban.

—¡Bien!–exclamóvonHarben–.Mesentirémejorsóloconsaberqueélestálibre,aunquenopuedahacernadapormí.¿Adóndepuedehaberido?

—Castrum Mare está mal protegida en la orilla del agua, pero el lagomismo y los cocodrilos forman una barrera tan eficaz como muchoslegionarios.PuedequeGabulahayaescaladolapared,perolomásprobablees

Page 143: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

queseescondaenlaciudad,protegidoporotrosesclavoso,posiblemente,porelpropioSeptimusFavonius.

—Ojalá supieraqueel pobrey lealGabulahapodidoescapardelpaísyregresadoconlossuyos–observóvonHarben.

MalliusLepusmeneólacabeza.

—Estoesimposible–afirmó–.Aunquebajaseporelacantilado,Gabulanopodría regresarporallí,yaunquepudierapasaralmundoexterior,caeríaenmanosdelossoldadosdeCastraSanguinariusodelosbárbarosdelasaldeasexteriores.No,nohayposibilidadesdequeGabulahayaescapado.

Eltiempotranscurrióconrapidez,condemasiadarapidez,entrelahoraenqueErichvonHarbenfuedevueltoasucelda,despuésdela'exhibicióneneltriunfo de Validus Augustus, y la llegada de los guardias del coliseo parallevarlesalapista.

El coliseo estaba abarrotado, los palcos de los patricios rebosaban. Elaltivo césar del Este se sentaba en un ornado trono, a la sombra que leproporcionaba un dosel de hilo de color púrpura. Septimus Favonius estabasentadoensupalcoconlacabezainclinadayconélseencontrabansuesposayFavonia.Lamuchachapermanecíasentadaconlosojosfijosenlapuertaporlaquesalíanloscontendientes.Vioasuprimo,MalliusLepus,yconélaErichvonHarben,yseestremecióycerrólosojosunosinstantes.

Cuando volvió a abrirlos se estaba formando la columna y loscontendientes cruzaban las blancas arenas para recibir las órdenes del césar.ConMellitusLepusyvonHarbenibanlosveinteprisionerospolíticos,todosellos de clase patricia. Después marchaban los gladiadores profesionales,hombres bruscos y brutales cuyo trabajo consistía en matar o morir. A lacabezadeellos,conunatrevidocontoneo,ibaunoquehabíasidocampeóndegladiadoresdeCastrumMaredurantecincoaños.Sielpuebloteníaunídoloeraéste.Bramaronsuaprobacióncuandolevieron.

—¡ClaudiusTaurus!¡ClaudiusTaurus!–seoíagritarsobreunaconfusióndevoces.

Unos cuantos ladrones y algunos esclavos asustados, junto con mediadocenadeleones,completabanelgrupodevíctimasqueibanaprotagonizarlafiestaromana.

ErichvonHarbensehabíasentidofascinadoamenudoporlashistoriasdelos juegosdelaantiguaRoma.Amenudosehabía imaginadoelcoliseoconmilesdeespectadoresyloscontendientesenlablancaarenadelapista,peroahorasediocuentadequenohabíansidomásqueimágenes,fotografíasdesuimaginación. La gente que aparecía en aquellos sueños no era más que

Page 144: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

personas en imágenes, autómatas que se mueven sólo cuando nosotros losmiramos.Cuandohabíaacciónenlaarenaelpúblicoestabacallado,ycuandoel público bramaba y bajaba los pulgares los actores permanecíanmudos einmóviles.

¡Qué diferente era esto!Vio elmovimiento constante en las abarrotadasgradas, el mosaico de miles de pinceladas de color que se hacíancaleidoscópicas con cada movimiento de la multitud. Oyó el murmullo devocesypercibióelolorofensivodelosnumerososcuerposhumanos.Vioalosvendedores ambulantes pasando por los pasillos anunciando a gritos susmercancías,violegionariosapostadosentodoslados,alosricosensuspalcosadoseladosyalospobresbajoelardientesolenlosasientosbaratos.

Elsudorresbalabapor lanucade lospatriciosquemarchabandelantedeél.MiróaClaudiusTaurus.Sepercatódequesutúnicaestabadescoloridayque sus peludas piernas estaban sucias. Siempre había pensado que losgladiadoresibanlimpiosyresplandecientes,ClaudiusTauruslesorprendió.

Mientrasformabanensólidasfilasanteelpalcodelcésar,vonHarbenolióa los hombres que se apretaban detrás de él. El ambiente era caluroso yopresivo, todo el asunto era desagradable, y no había grandeza en ello, nidignidad.SepreguntósienRomahabríasidoasí.

Enaquelmomentolevantólamiradaalpalcodelcésar.Vioaunhombreataviadoconunatúnicaespléndida,sentadoensutronodemaderatalladayaunos esclavos desnudos que balanceaban abanicos de plumas con un largomango por encima de la cabeza del césar, vio hombres corpulentos conmagníficastúnicasycorazasderelucienteoro.Pudocontemplarlariquezaylapompayboatodelpoder,yalgoledijoque,despuésdetodo,todalaantiguaRomaprobablementehabíasidomuyparecidaatodoesto,quesupopulachoolíamal y que sus gladiadores tenían piernas peludas y sucias y que a suspatricioslesresbalabaelsudorpordetrásdelasorejas.

QuizáValidusAugustuseratangrancésarcomocualquierotro,pues¿nogobernabaen lamitaddesumundoconocido?Pocoshabíanhechomásqueesto.

Paseó los ojos por la fila de palcos. El prefecto de los juegos estabahablandoyvonHarbenoyósuvoz,pero laspalabrasquepronunciabano lellegaronalcerebro,puessusojosdeprontohabíantropezadoconlosdeunamuchacha.

Observólaangustiayelhorrorreflejadosensurostroytratódesonreírlealmirarla,unasonrisadeánimoyesperanza,peroellasólovioeliniciodelasonrisa,pueslaslágrimasacudieronasusojosylaimagendelhombrealqueamabasóloeraunaconfusamanchacomoeldolorquesentíaensucorazón.

Page 145: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

UnmovimientoenlasgradasdetrásdelospalcosllamólaatencióndevonHarbenylehizofruncirelentrecejo,aguzandosussentidosparaasegurarsedequedebíadeconfundirse,peronoeraasí.HabíavistoaGabula,queavanzabahacia el palco imperial, donde desapareció detrás de los cortinajos queformabanelfondodeltronodelcésar.

Enaquelmomentoelprefectolesordenóquesalierandelapista,ycuandovon Harben cruzaba la arena trató de encontrar alguna explicación a lapresenciadeGabulaallí;¿quétarealehabríallevadoaunlugartanpeligroso?

Loscontendienteshabíancruzadolamitadde lapistapararegresarasusceldascuandoungritorepentino,quesonódetrásdeellos, leshizovolverlacabeza.VonHarbenvioqueeldisturbioprocedíadelpalco imperial,pero laescenaquevieronsussorprendidosojosparecíademasiadoabsurdaparatenermayor sustancia que un sueño. Quizá todo aquello era un sueño, quizá noexistía Castrum Mare, quizá no había ningún Validus Augusto, quizá nohabía…ah,peronopodía ser cierto, habíaunaFavoniay esta cosa ridículaquesusojosestabanviendotambiéneracierta.Vioaunhombrequesujetabaalcésarporlagargantaconunamanoyleclavabaunadagaenelcorazónconlaotra,yelhombreeraGabula.

Todosucediótandeprisayterminótanrápidoqueapenaselgritodelcésarhubocruzadoelcoliseo,sucuerpocaíamuertoalpiedesutronoyGabula,elasesino,deunsolosaltofranqueabaelmurodelapistaycorríaporlaarenahaciavonHarben.

—¡Tehevengado,bwana!–gritóGabula–.Hagan loquehagancontigo,estásvengado.

Ungranrugidobrotódelpúblicoyluegoseoyeronvítorescuandoalguiengritó:

—¡Elcésarhamuerto!

VonHarben tuvo un destello de esperanza. Se volvió y cogió aMalliusLepusporelbrazo.

—Elcésarestámuerto–susurró–.Éstaesnuestraoportunidad.

—¿Quéquieresdecir?–preguntósorprendidoMalliusLepus.

—Enlaconfusiónpodemosescapar.Podemosescondernosenlaciudady,porlanoche,llevarnosaFavoniaymarcharnos.

—¿Adónde?–quisosaberMalliusLepus.

—¡Yoquésé!–exclamóvonHarben–,perocualquiersitioserámejorqueesto, pues Fulvus Fupus es ahora el césar y si no salvamos a Favonia estanoche,serádemasiadotarde.

Page 146: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Tienesrazón–dijoMalliusLepus.

—Hazcorrer lavoz–ordenóvonHarben–.Cuantosmás intentenescaparmásprobabilidadeshabrádequealgunosloconsigan.

Los legionarios y sus oficiales, así como la gran multitud, sólo podíanmirarloqueestabasucediendoenelpalcodelcésar.Tanpocoshabíanvistoloque realmentehabíaocurridoque todavíanohabíanempezadoaperseguiraGabula.

MalliusLepussegirórápidamentehacialosotrosprisioneros.

—Losdioseshansidobuenosconnosotros–gritó–.Elcésarestámuertoyenlaconfusiónpodemosescapar.¡Vamos!

CuandoMallius Lepus echó a correr hacia la puerta que conducía a lasceldas de debajo del coliseo, los prisioneros, lanzando gritos, le siguieron.Sólolosgladiadoresprofesionales,queeranhombreslibres,semantuvieronensusitio,peronohicieronningúnesfuerzopordetenerles.

—¡Buenasuerte!–gritóClaudiusTauruscuandovonHarbenpasóporsulado–.Ahora,sialguienmataraaFulvusFupuspodríamostenerauncésarqueescésar.

La súbita embestida de los prisioneros que escapaban confundió ytrastornó tanto a los pocos guardias que había bajo el coliseo que fueronsuperadosfácilmente,yuninstantedespuéslosprisionerosseencontraronenlascallesdeCastrumMare.

—¿Adóndevamos?–gritóuno.

—Hemos de dispersarnos –indicó en esemomentoMalliusLepus–.Quecadaunovayaporsulado.

—Nosotros nos mantendremos juntos, Mallius Lepus –respondió vonHarben.

—Hastaelfinal–respondióelromano.

—YahíestáGabula–dijovonHarben,cuandoelnegroseunióaellos–.Élvendráconnosotros.

—No podemos abandonar al valiente Gabula –exclamóMallius Lepus–,peroloprimeroquetenemosquehaceresencontrarunescondrijo.

—Hayunmurobajoalotro ladode la avenida–observóvonHarben–ydetráshayárboles.

—Vamos,pues–continuóMalliusLepus–.Demomentoestanbuenlugarcomocualquierotro.

Page 147: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Lostreshombrescruzaronapresuradoslaaveniday, trasescalarelmuro,se encontraron en un jardín tan lleno de maleza y malas hierbas quesupusieronqueestabaabandonado.Avanzaron sigilososabriéndosepasoporentrelamaleza,yllegaronalapartetraseradeunacasa.Unapuertarota,quecolgabadeungozne,ventanascuyaspersianasdemaderahabíancaído,unaacumulación de escombros en el umbral indicaban que la desvencijadaestructuraeraunacasavacía.

—A lomejor es el lugar ideal para esconderse hasta la noche elijo vonHarben.

—Suproximidadalcoliseoessumayorventaja–observóMalliusLepus–,pues seguro que creerán que nos hemos ido lomás lejos posible de nuestramazmorra. Vamos a investigar, hemos de estar seguros de que no estáhabitada.

Lahabitacióndeatrás,quehabíasidolacocina,teníaunhornodeladrillosmedio roto enun rincón,unbancoyunaajadamesa.Tras cruzar la cocina,entraronenunaposentoyvieronqueestasdoshabitacionesconstituíantodoloquehabíaenlacasa.Lahabitacióndelanteraeraampliay,comolaspersianasdelasventanasquedabana laavenidanohabíanderrumbado,dentroestabaoscuro.Enunrincónvieronunaescaleraquellegabahastaunatrampillaeneltecho,queevidentementeconducíaaltejadodeledificio,yatreintaocuarentacentímetrosdebajodeltecho,yyendodeunladoaotrodelahabitacióndondeestabalaescalera,habíaunfalsotechoqueformabaunpequeñodesvánjustodebajo de las vigas del techo, un lugar utilizado por los antiguos inquilinoscomoalmacén.Unexamenmás atentode lahabitación revelóquenohabíamásqueunmontóndesuciosharaposjuntoaunapared,losrestosquizádellechodealgúnmendigo.

—Nopodríasermejor–dijoMalliusLepus–silohubieranconstruidoparanosotros.Tenemos tres salidas si nos acosan: una al jardín trasero, otra a laavenidadedelanteylaterceraaltejado.

—Podemos quedarnos –observó von Harben hasta después de queanochezca,cuandodebería ser fácil irpor lascallesoscurashasta lacasadeSeptimusFavoniussinquenosvean.

XXII

Hacia el este, por laViaMare deCastra Sanguinarius,marchaban cincomil hombres. Las plumas blancas de los waziri se balanceaban detrás deTarzán. Fornidos legionarios seguían a Maximus Praeclarus, mientras los

Page 148: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

guerrerosdelasaldeasexterioresformabanlaretaguardia.

Sudorosos esclavos arrastraban catapultas, ballestas, enormes arietes yotros antiguos artilugios de guerra. Había escalas de cuerda y ganchos depared y también artefactos para lanzar bolas de fuego a las defensas delenemigo. Las pesadas armas ralentizaban lamarcha yTarzán se impacientóporelretraso,perotuvoqueescucharaMaximusPraeclarus,aCassiusHastay a Caecilius Metellus, que le habían asegurado que la fortificación quedefendía laúnicacarreteraque llevabaaCastrumMarenopodíaser tomadaporasaltosinlaayudadeestosartefactosdeguerra.

Loswaziri avanzabanpor lacalurosaypolvorientaViaMare,entonandocancionesdeguerradesupueblo.Losduroslegionarios,conelpesadocascocolgadodelcuelloconcuerdaoscilandocontrasupecho,labolsadepalosdepuntabifurcadacruzadasobreloshombros,elgranescudooblongocolgadoala espalda en su funda de cuero, maldecían y gruñían como veteranosconsumados,mientraslosguerrerosdelasaldeasexterioresreían,cantabanycharlabancomoharíaungrupodeexcursionistas.

Mientras se aproximaban a la fortificación, unos esclavos llevaban elcuerpodeValidusAugustoalpalacioyFulvusFupus,rodeadoporsicofantesque le abanicaban, se proclamaba a sí mismo césar, aunque interiormentetemblabaalcontemplareldestinoquetalvezleaguardaba,puesaunqueeraunnecio sabía que no era popular y que muchos nobles patricios con muchopoderdeatracciónteníanmásderechoalapúrpuraimperialqueél.

En todos los rincones de la ciudad de Castrum Mare los legionariosbuscabanalosprisioneroshuidos,yenespecialalesclavoquehabíamatadoaValidusAugustus,aunqueelhechodequenadiehubierareconocidoaGabulaeraun inconveniente,pueshabíapocosen la ciudad,y sindudanadie enelentorno del césar, que estuvieran familiarizados con el rostro del negro dellejanoUrambi.

Algunos de los ladrones y cinco o seis gladiadores, que eran criminalescondenadosy nohombres libres, se habían agrupado al salir en busca de lalibertadyseencontrabanescondidosenlapartebajadelaciudad,enunantrodonde se podía conseguir vino y otras clases de entretenimiento para gentecomoellos.

—¿QuéclasedecésarseráesteFulvusFupus?–preguntóuno.

—PeorqueValidusAugustus–respondióotro–.Lehevistoen losbañosdonde yo antes trabajaba. Es vanidoso e ignorante; incluso los patricios leodian.

—DicenquevaacasarseconlahijadeSeptimusFavonius.

Page 149: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Hoylahevistoenelcoliseo–intervinootro–.Laconozcobiendevista,pues solía venir a la tienda demi padre y hacer compras antes de quemeenviaranalasmazmorras.

—¿AlgunavezhasestadoencasadeSeptimusFavonius?–preguntóuntercero.

—Sí –respondió el joven–. Dos veces llevé allí mercancía para que laviera;fuihastaeljardíninterior.Conozcobienellugar.

—Sialguiencomoellacayeraenmanosdeunospobresconvictos,talvezconsiguieran la libertadyungran rescate–sugirióun tipoconpoca frenteyojosastutosyperversos.

—Ytambiénseríandestrozadosporbueyessalvajes.

—Moriremosdetodosmodossinosatrapan.

—Esunbuenplan.

Bebieronduranteunosminutosensilencio,loquedemostrabaqueelplanlesestabadandovueltasenlacabeza.

—Elnuevocésarpagaríaunrescateenormeporsunovia.

Eljovenselevantóimpaciente.

—OsllevaréacasadeSeptimusFavoniusyosgarantizoquemeabriránlapuerta yme dejarán entrar, porque sé lo que tengo que decir. Lo único quenecesito es un fardo y diré al esclavo que contienemercancía quemi padredeseaqueFavoniavea.

—Noerestantontocomopareces.

—No,ymellevaréunabuenapartedelrescatepormiparteenelplan–dijoeljoven.

—Siesquehayalgúnrescate,locompartiremosporigual.

CaíalanochecuandoelejércitodeTarzánsedetuvoantelasdefensasdeCastrumMare.CassiusHasta, a quien se le había confiado la reduccióndelfuerte,dispusosusfuerzasysupervisólacolocacióndelosdiversosaparatosdeguerra.

Enlaciudad,ErichvonHarbenyMalliusLepusdiscutíanlosdetallesdesusplanes.EraopinióndeLepusqueesperaranhastalamedianocheantesdehacerningúnintentodeabandonarsuescondrijo.

—Lascallesestaránvacías–observóMalliusLepus–,salvoalgunapatrullaocasionalenlaavenidaprincipal,quepuedeesquivarsefácilmente,yaquelasantorchas que llevan proclaman su presencia mucho antes de que exista

Page 150: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

peligrodequenosvean.Tengolallavedelapuertadeljardíndemitío,loqueaseguraquepodemosentrarensilencioysinserobservados.

—Talvez tengas razóndijovonHarben–,pero temo la largaesperay laideademásinacciónsemehaceinsoportable.

—Ten paciencia, amigo mío –respondió Mallius Lepus–. Fulvus Fupustambién estará muy ocupado con su nuevo puesto de césar y no prestaráatenciónanadamásdurantealgúntiempo,yFavoniaestaráasalvodeél,almenosdurantelaspróximashoras.

Ymientras discutían el asunto, el joven llamó a la puerta de la casa deSeptimus Favonius. Bajo la sombra de los árboles, junto al muro, seagazapabanunasoscurassombras.Unesclavoconunalámparafueaabrirlapuerta y, hablando por una rejilla, le preguntó quién era y la naturaleza delasuntoquelellevabaallí.

—SoyelhijodeTabernarius–explicóeljoven–.TraigotelasdelatiendademipadreparaquelahijadeSeptimusFavoniuspuedaverlas.

Elesclavovaciló.

—Debes de recordarme –siguió el joven–. He venido a menudo –y eleslavoacercóunpocolaluzalarejillayatisbó.

—Sídijo–.Turostromeresultafamiliar.Iréapreguntaramiamasideseaverte,túesperaaquí.

—Son tejidos valiosos –replicó el joven, sosteniendo en alto un paquetequellevababajoelbrazo–.Déjameentraryquedarmeenelvestíbulo,noseaquevengaalgúnladrónymerobe.

—Muybien–afirmóelesclavo,yabriólapuertaparapermitirqueeljovenentrara–.Quédatehastaquevuelva.

Cuando el esclavo desapareció en el interior de la casa, el hijo deTabernariussevolviórápidamenteycorrióelcerrojoqueasegurabalapuerta.Laabrió,seasomófueraehizounaseñal.

Alinstante,lasdensassombrasdedebajodelosárbolessemovieronyseconvirtieron en figuras de hombres. Se apresuraron a franquear la puerta yentrar en la casa de Septimus Favonius y en la antesala que había junto alvestíbulo adonde les empujó el hijo de Tabernarius. Luego, cerró las dospuertasyesperó.

Despuésllegóelesclavo.

—LahijadeSeptimusFavoniusnorecuerdahaberencargadomercancíaaTabernarius–afirmó–ni tieneganasdever telasestanoche.Devuélveselasatu padre y dile que cuando la hija deSeptimusFavonius desee comprar, irá

Page 151: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

ellamismaalatienda.

Estonoera loqueelhijodeTabernariusdeseabay seestrujóel cerebroparadarconotroplan,aunquealesclavoleparecióunjovenestúpido,quesehabía quedado mirando hacia el suelo demasiado turbado incluso paramarcharse.

—Vamos–dijoelesclavo,acercándosealapuertayabriendoelcerrojo–,debesirte.

—Espera–susurróeljoven–.TengounmensajeparaFavonia.Nodeseabaquenadiemáslosupierayporestarazónhetraídolastelascomoexcusa.

—¿Dóndeestáelmensajeydequiénes?–preguntóelesclavo,receloso.

—Esparaellaúnicamente.Díseloyellasabrádequiénes.

Elesclavovaciló.

—Hazla venir aquí –ordenó el joven–. Será mejor que ningún otromiembrodelacasamevea.

Elesclavomeneólacabeza.

—Se lo diré –dijo, pues sabía que Mallius Lepus y Erich von Harbenhabíanescapadodel coliseoy suponíaqueelmensaje seríadeunodeellos.Cuandoseapresurabaavolverjuntoasuama,elhijodeTabernariussonrió,puesaunquenoconocíatanbienaFavoniacomoparasaberdequiénpodríaesperarunmensajesecreto,sísabíanoobstantequepocasmujeresjóvenesnoesperaban, o al menos no tenían esperanzas de recibir, una comunicaciónclandestina.NotuvoqueesperarmuchohastaqueregresóelesclavoyconélFavonia.Elnerviosismodeéstaeraevidentecuandoseacercó,impaciente,aljoven.

—Dime–exclamó–,¿metraesnoticiasdeél?

ElhijodeTabernariussellevóundedoaloslabiosparaquebajaralavoz.

—Nadiedebesaberqueestoyaquí–susurró–,yningúnoídosalvoeltuyopuedeoírmimensaje.Hazquesemarchetuesclavo.

—Puedes irte –indicó Favonia al esclavo–.Abriré la puerta a este jovencuandosemarche–yelesclavo,alegrándosedequelehicieranirse,satisfechoalversealiviadodelaresponsabilidad,sealejóensilencioentrelassombrasde un corredor y de allí pasó a un limbo desconocido en el que entran losesclavosyotrasgentesinferiorescuandoseprescindedeellos.

—Dime–exclamólamuchacha–,¿quérecadometraes?¿Dóndeestáél?

—Estáaquí–susurróeljoven,señalandolaantesala.

Page 152: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—¿Aquídentro?–preguntóFavoniaconincredulidad.

—Sí,aquí–dijoeljoven–.Ven–ylacondujoalapuerta;cuandoseacercóéllacogiódepronto,letapólabocaconunamanoylametióalafuerzaenlaoscuraantesala.

Unas manos toscas la agarraron enseguida y la amordazaron y ataron.Favonialesoíaconversarconvocessusurrantes.

—Nos separaremos aquí –ordenó uno–. Dos de nosotros la llevarán allugaracordado.Unodevosotros tendráquedejar lanotaparaFulvusFupusparaquelosguardiasdepalaciolaencuentren.Elrestoosdispersaréiseiréispor diferentes rutas a la casa desierta que hay al otro lado del coliseo.¿Conocéisellugar?

—Loconozcobien.Muchasnocheshedormidoallí.

—Muy bien –dijo el que había hablado primero, que parecía ser elcabecilla–.Ahora,vamos;nohaytiempoqueperder.

—Espera–ledetuvoelhijodeTabernarios–,nohemosdecididoladivisióndelrescate.Sinmínohabríaispodidohacernada,deberíarecibiralmenoslamitad.

—Cierraelpicootendrássuertesirecibesalgo–gruñóelcabecilla.

—Uncuchilloentrelascostillasleiríabien–mascullóotro.

—¿Nomedaréisloquepido?–preguntóeljoven.

—Cierraelpico–espetóelcabecilla–.Vamos–yarrastrandoaFavonia,alaqueenvolvieronconunacapahechajirones,salierondelacasadeSeptimusFavonius sin que nadie les viera; y mientras dos hombres arrastraban unpesado fardo por las oscuras sombras de debajo de los árboles, el hijo deTabernariusechóaandarendirecciónopuesta.

Unjovenvestidoconuna túnicamanchadayharapientayunassandaliastoscas seacercóa laspuertasdelpalaciodelcésar.Un legionario ledetuvo,manteniéndoleadistanciaconlapuntadesulanza.

—¿Qué haces merodeando por el palacio del césar a estas horas de lanoche?–preguntóellegionario.

—Traigounmensajeparaelcésar–respondióeljoven.

Ellegionarioresopló.

—¿Entrarásodebohacerqueelcésarvenga?–preguntóconironía.

—Puedes recibir elmensaje túmismo, soldado –respondió el otro–, y sisabesloqueteconvieneloharássintardanza.

Page 153: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

Laseriedaddelavozdeljovenporfinllamólaatencióndellegionario.

—Buenodijo–,adelante.¿Quémensajetienesparaelcésar?

—ApresúrateydilequelahijadeSeptimusFavoniushasidosecuestradayque,sisedaprisa,laencontraráenlacasaabandonadaqueestáenlaesquinaopuestaalaentradadecarrosdelcoliseo.

—¿Quiéneres?–preguntóellegionario.

—Noimporta.Mañanavendréabuscarmirecompensa.–Sevolvióysealejóatodaprisaantesdequeellegionariopudieradetenerle.

—Aestepasolamedianochenollegaránunca–dijovonHarben.

MalliusLepuspusounamanoenelhombrodesuamigo.

—Estás impaciente, pero recuerda que será más seguro para Favonia, yparatodosnosotros,queesperemosaquepaselamedianoche,puesahoralascallesdebendeestarllenasdegentequenosbusca.Todalatardehemosoídosoldadospasar,esunmilagroquenohayanregistradoestacasa.

—Chsst–chistóvonHarben–.¿Quéhasidoeso?

—Ha sonado como el chirrido de la cancela delantera de la casa –dijoMalliusLepus.

—Yavienen–murmuróvonHarben.

Los tres hombres asieron las respectivas espadas con que se habíanarmado,trashaberatacadoalaguardiadelcoliseo,ysiguieronunplanqueyahabíandecididoporsillegabaelcasodequefueranaregistrarsuescondrijo,subieron la escalera de mano y salieron al tejado. Dejaron la trampillaligeramenteabiertaporunladoyescucharonlosruidosqueveníandeabajo,listosparaactuarenseguidasioíanalgunaindicacióndequealguiensubíalaescaleraqueconducíaaltejado.

VonHarbenoyóvoces.

—Bien,lohemosconseguido–dijouno–,ynadienoshavisto.Ahívienenlosotros–yvonHarbenoyóquelacancelavolvíaachirriar;luego,lapuertadelacasaseabrióyoyóentraravariaspersonas.

—Buentrabajo–exclamóuno.

—¿Estáviva?Nolaoigorespirar.

—Quítalelamordazadelaboca.

—¿Ysiseponeagritarpidiendoayuda?

—Laharemoscallar.Muertanonossirvedenada.

Page 154: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Deacuerdo,quítasela.

—Oye,tevamosadesatarlaboca,perosigritasserápeorparati.

—No gritaré –respondió una voz femenina en un tono que aceleró loslatidosdelcorazóndevonHarben,puesleparecióreconocerla,aunqueestabasegurodequenoeramásqueproductodesuimaginación.

—Noteharemosningúndaño–dijounavozdehombre–siestáscalladayelcésarenvíaelrescate.

—¿Ysinoloenvía?–preguntólamuchacha.–Entonces,talveztupadre,SeptimusFavonius,pagueelprecioquepedimos.

—¡Santo cielo! – exclamó en voz baja von Harben–. ¿Has oído esto,Lepus?

—Loheoído–contestóelromano.

—Entonces,ven–susurróvonHarben–.Vamos,Gabula.Favoniaestáahíabajo.

Arrojandoladiscreciónalviento,vonHarbenabriólatrampilladeltejadoysedejócaerenlaoscuridaddeabajo,seguidoporMalliusLepusyGabula.

—¡Favonia!–gritó–.Soyyo.¿Dóndeestás?

—Aquí–respondiólamuchacha.

VonHarbenseprecipitóaciegasenladireccióndesuvozytropezóconunodelossecuestradores.Eltipolepalpómientras,aterrorizadosporelmiedodequeloslegionariosestuvieransobreellos,losdemássalieroncorriendodeledificio.Al irsedejaron lapuertaabiertay la luzdeuna luna llenadisipó laoscuridad del interior y dejó ver a von Harben luchando con un tipocorpulentoquehabíaagarradoalotroporlagargantaeintentabasacarladagadelafunda.

AlinstanteMalliusLepusyGabulasaltaronsobreélyunrápidogolpedelaespadadelprimeropusopuntofinalalaterrenapicardíadelcriminal.Librede su contrincante, von Harben se puso en pie de un salto y corrió haciaFavonia, que yacía sobre un montón de sucios andrajos junto a la pared.Rápidamentelecortólasatadurasyprontoseenterarondesuhistoria.

—Sinofueraporelsusto–observóMalliusLepus–,podríamosdargraciasa estos bribones por simplificarnos la tarea, pues ya estamos listos paraintentarescapartreshorasantesdeloqueesperábamos.

—Entonces, no perdamos tiempo –sentenció von Harben–. No respirarétranquilohastaqueestemosalotroladodelamuralla.

—Creo que ahora tenemos poco que temer –lijo Mallius Lepus–. La

Page 155: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

muralla está poco protegida. Hay muchos puntos por donde escalarla, yconozco una docena de sitios donde podemos encontrar botes que sonutilizadosporlospescadoresdelaciudad.Loquenosesperadespuésestáenmanosdelosdioses.

Gabula, que había permanecido en el umbral de la puerta, cerró éstarápidamenteyseacercóavonHarben.

—Se aproximan luces por la avenida, bwana –advirtió–. Creo que seacercanmuchoshombres,debensersoldados.

Loscuatro aguzaroneloídohastaquedistinguieronconclaridadelpasomesuradodehombresquemarchaban.

—Seránmáshombresquevanaregistrarlascasas–dijoMalliusLepus–.Cuandohayanpasado,estaremosasalvoparamarcharnos.

La luz de las antorchas de los legionarios se fue acercando hasta quepenetró por las rendijas de las persianas de madera, pero no pasó de largocomoellosesperaban.MalliusLepuspegóunojoaunaaberturadeunadelaspersianas.

—Sehanparadodelantedeestacasa–dijo–.Unoscuantosdanlavueltaalaesquina,peroelrestosehaquedado.

Permanecieronensilenciodurante loquepareció largo rato,aunquesólofueronunosminutos,yluegooyeronruidosprocedentesdeljardíntraserodelacasaylaluzdeantorchassehizovisibleporlapuertaabiertadelacocina.

—Estamosrodeados–exclamóLepus–.Vienenpordelante.Vanaregistrarlacasa.

—¿Quévamosahacer?–preguntóFavonia.

—Nuestraúltimaesperanzaeseltejado–susurróvonHarben,peroapenashubohabladooyeronruidodepiescalzadosconsandaliaseneltejadoylaluzdelasantorchasbrillóporlatrampillaabierta.

—Estamos perdidos –dijo Mallius Lepus–. No podemos vencer a unacenturiaenteradelegionarios.

—Peropodemospelearcontraellos–replicóvonHarben.

—¿YarriesgarlavidadeFavoniainútilmente?–protestóLepus.

—Tienesrazón–dijovonHarbencontristeza,yañadióEsperad,tengounplan. Vamos, Favonia, rápido. Túmbate en el suelo y te taparé con estosharapos.Nohayrazónparaquenoscojanatodos.MalliusLepus,Gabulayyotalveznoescapemos,perojamásadivinaránqueestásaquí,ycuandosehayanmarchadoteseráfácilirhastalacasetadelguardadelcoliseo,dondeeloficial

Page 156: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

queestédeguardiatedaráprotecciónyunaescoltaparavolveratucasa.

—Dejadquemecojan–pidió lamuchacha–.Si te capturana ti, tambiénquieroquemecapturenamí.

—No serviría de nada –replicó von Harben–. Nos separarán, y si teencuentran aquí con nosotros, esto levantará sospechas hacia SeptimusFavonius.

Sin discutir más, la muchacha se arrojó al suelo, resignada ante elargumentodevonHarben,ysetapóconlosharaposquehabíanconstituidoellechodeunmendigo.

XXIII

Para cuando Cassius Hasta había dispuesto sus fuerzas y colocado susartefactos de guerra ante las defensas de CastrumMare, descubrió que erademasiadotardeparainiciarelasaltoaqueldía,peropodíallevaracabootroplan que tenía y, por ello, avanzó hacia la puerta, acompañado por Tarzán,MetellusyPraeclarusyprecedidoporportadoresdeantorchasyunlegionarioquellevabaunabanderadetregua.

En el interior del fuerte había reinado una gran excitación desde elmomentoenquesehabíanavistadolas tropasqueseaproximaban.Sehabíaenviado recado a Fulvus Fupus y habían llegado refuerzos. Todos suponíanque había iniciado una nueva incursión a escala mucho mayor que decostumbre, pero estaban preparados para hacerle frente y no preveían enningúnmomento laderrota.Cuandoeloficialquemandabaa losdefensoresvioqueelgruposeaproximabaconunabanderadetregua,preguntódesdeunatorredelaentradalanaturalezadesumisión.

—Tengo dos peticiones que hacer a Validus Augustus –dijo CassiusHasta–.UnaesquelibereaMalliusLepusyaErichvonHarben,ylaotraesquemepermitaregresaraCastrumMareydisfrutardelosprivilegiosdemipuesto.–¿Quiéneres?–preguntóeloficial.

—Soy Cassius Hasta. Deberías conocerme bien. – ¡Alabados sean losdioses!–exclamóeloficial.–¡VivaCassiusHasta!¡AbajoFulvusFupus!—gritóunroncocorodevoces.

Alguien abrió las puertas y el oficial, buen amigo de Cassius Hasta, seapresuróasalirparaabrazarle.

—¿Quésignificatodoesto?–preguntóCassiusHasta–.¿Quéhaocurrido?

Page 157: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—Validus Augustus está muerto. Le han asesinado hoy en los juegos yFulvusFupus se ha apoderadodel títulode césar.No cabedudadequehasllegadoatiempo;todoCastrumMaretedarálabienvenida.

AlolargodelaViaMare,desdelafortalezahastalaorilladellago,ysobreel puente levadizo que iba hasta la isla, marchó el ejército del nuevoemperadordelEste,mientras lanoticia corríapor la ciudady lamultitud secongregabaygritabasubienvenidaaCassiusHasta.

En una casa desierta al otro lado de la avenida donde estaba el coliseo,cuatrofugitivosaguardabanlallegadadeloslegionariosdeFulvusFupus.Eraevidentequelossoldadosnoqueríancorrerriesgos.Rodearonporcompletoeledificioyalparecernoteníanprisaporentrar.

Von Harben había tenido mucho tiempo para cubrir a Favonia con losharapos,demodoquequedóabsolutamenteocultaantesdequeloslegionariosentraranalmismotiempodesdeeljardín,laavenidayeltejado,alumbradosucaminoporlosportadoresdeantorchas.

—Esinútilresistirse–observóMalliusLepusaloficialqueacompañabaalos hombres procedentes de la avenida–. Regresaremos a las mazmorraspacíficamente.

—Notandeprisa–replicóeloficial–.¿Dóndeestálamuchacha?

—¿Quémuchacha?–preguntóMalliusLepus.

—LahijadeSeptimusFavonius,claroestá.

—¿Porquéíbamosasaberlo?–preguntóvonHarben.

—Vosotros la habéis secuestrado y traído aquí –respondió el oficial–.Registradlahabitación–ordenó,yuninstantedespuésunlegionariodescubríaaFavoniaylahacíaponerenpie.

Eloficialseechóareírydiounaordenalostreshombresdesarmados.

—EsperadelijovonHarben–.¿Quévaisahacercon lahijadeSeptimusFavonius?¿Osocuparéisdequelaescoltenhastalacasadesupadre?

—Yoreciboórdenesdelcésar–replicóeloficial.

—¿Quétienequeverelcésarcontodoesto?–preguntóvonHarben.

—ÉlnoshaordenadoquellevemosaFavoniaapalacioyquematemosasussecuestradoresaquímismo.

—Entonces el césar pagará con la vida de los legionarios –gritó vonHarben,yblandiendosuespadacayósobreeloficialqueestabaenelumbralde la puerta, mientras Gabula y Mallius Lepus, espoleados por unadeterminación similar a vender sus vidas al precio más elevado posible, se

Page 158: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

precipitaronsobrelosquedescendíanlaescaleradeltejadoylosqueentrabanpor la puerta de la cocina. Tomados por sorpresa y momentáneamentedesconcertados por este ataque repentino e inesperado, los legionarios seretiraron. El oficial, que había logrado esquivar el golpe de von Harben,escapódeledificioyreunióaunnúmerodelegionariosqueibanarmadosconlanzas.

—Ahídentrohaytreshombres–gritó–yunamujer.Matadaloshombres,peroaseguraosdequenohacéisdañoalamujer.

Enlaavenida,eloficialviogentequecorríayoyógritos.Vioquelagentese detenía cuando algunos de sus legionarios, a los que había dejado en laavenida,preguntaban.Nohabíadadolaordendefinitivaasuslancerosdequeentraran en el edificio porque su curiosidad le había distraídomomentáneamente.Sinembargo,cuandosegiróparaordenarlesqueentraran,su atención volvió a distraerse por un tumulto de voces que se alzabanlanzando vítores y venían por la avenida procedentes de la dirección delpuentequeuníalaciudadconlaViaMareyelfuerte.Cuandosediolavueltaparamirar,vioelresplandordeungrannúmerodeantorchasyoyóentonceselestruendodelastrompetasylosgolpessecosdepiesquemarchaban.

¿Quéhabíaocurrido?Sabía,como todoelmundoenCastrumMare,quelasfuerzasdeSublatusestabanacampadasanteel fuerte,perosabía tambiénquenosehabíaproducidoningunabatallay,por tanto,nopodía tratarsedelejércitodeSublatusentrandoenCastrumMare;peroera igualmenteextrañoque los defensores de Castrum Mare salieran del fuerte cuando estabanamenazadosporunejércitoenemigo.Noentendíaestascosas,nientendíaporquélagentevitoreaba.

Mientrasestabacontemplandolacolumnaqueseaproximaba,losgritosdelagentecobraronformayoyóclaramenteelnombredeCassiusHasta.

—¿Quéhaocurrido?–preguntóagritosaloshombresqueestabanenlacalle.

—Cassius Hasta ha regresado a la cabeza de un gran ejército, y FulvusFupushahuidoyestáescondido.

Lapreguntaformuladaagritosylarespuestaigualmentedadacongrandesvocesfueronoídasportodoslospresentesenlahabitación.

—Estamossalvados–exclamóMalliusLepus–,puesCassiusHastanoharádaño a ningún amigo de Septimus Favonius. Apartaos, necios, si sabéisreconocervuestraderrota–yseadelantóhacialapuerta.

Atrás,hombres–gritóeloficial–.Atrás,alaavenida.Nolevantéislamanocontra Mallius Lepus ni ninguno de estos otros amigos de Cassius Hasta,

Page 159: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

emperadordelEste.

—Supongoqueeste tiposabedequé ladoleconvieneponerse–comentóvonHarbenconunasonrisa.

Favonia, vonHarben, Lepus yGabula salieron del desierto edificio a laavenida.Vieronacercarseaellos lacabezadeunacolumnadehombresquemarchaban; la escena estaba iluminada por antorchas encendidas en tantacantidadqueparecíaquefueradedía.

—AhíestáCassiusHasta–exclamóMalliusLepus–.Esél,sinduda,pero¿quiénessonlosquevanconél?

—Deben de ser sanguinarianos –comentó Favonia–. Peromirad, uno deellosvavestidocomounbárbaro,ymiradquéextrañosguerreros,conplumasblancas,marchandetrásdeellos.

—Jamáshabíavistonadaigual–exclamóMalliusLepus.

—Niyo–coincidióvonHarben–,peroestoysegurodequelesreconozco,pues su fama es grande y responden a la descripción que he oídomiles deveces.

—¿Quiénesson?–preguntóFavonia.

—El gigante blanco es Tarzán de los Monos, y los guerreros son susluchadoreswaziri.

Al ver a los legionarios delante de la casa, Cassius Hasta detuvo lacolumna.

—¿Dóndeestáelcenturiónalmandodeestastropas?–preguntó.

—Soy yo, glorioso césar –respondió el oficial que había venido paraarrestaralossecuestradoresdeFavonia.

—¿Sois por casualidad uno de los destacamentos enviados por FulvusFupusparabuscaraMalliusLepusyalbárbaro,vonHarben?

—Estamosaquí,césar–dijoMalliusLepus,mientrasFavonia,vonHarbenyGabulaleseguían.

—¡Alabadosseanlosdioses!–exclamóCassiusHasta,mientrasabrazabaa su amigo–. Pero ¿dónde está el jefe bárbaro de Germania, cuya fama hallegadoinclusoaCastraSanguinarius?

—AquídijoMalliusLepus–.ÉsteesErichvonHarben.

Tarzánseacercómás.

—¿EresErichvonHarben?–preguntó.

Page 160: Tarzán y el Imperio Perdido - epedagogia.com.br · amo. Parloteaba y chillaba mirando alternativamente a Tarzán a la cara, como interrogándole, y después hacia la jungla. —Algo

—YtúeresTarzándelosMonos,losédijovonHarben.

—Tienestodoelaspectodeunromano–exclamóTarzánconunasonrisa.

—Sinembargomesientotodounbárbaro–sonrióvonHarben.

—Romanoobárbaro,tupadresealegrarácuandotedevuelvaaél.

—¿Hasvenidoenmibusca,TarzándelosMonos?–preguntóvonHarben.

—Yalparecerhellegadojustoatiempo–afirmóelhombremono.

—¿Cómopodréjamásagradecértelo?–exclamóvonHarben.

—No me lo agradezcas a mí, amigo –respondió el hombre mono–.¡AgradéceseloalpequeñoNkima!

¿Tegustóestelibro?Paramáse-BooksGRATUITOSvisitafreeditorial.com/es