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IV TEMÁTICA SOBRE LA ACCIÓN HUMANA «Las acciones del alma brotan sólo de las ideas adecuadas; las pasiones dependen sólo de las inadecuadas […] Entiendo por bueno lo que sabemos con certeza que nos es útil […] En la medida en que una cosa concuerda con nuestra naturaleza, es necesariamente buena» ( Baruch de Espinosa: Ética demostrada según el orden geométrico, Ed. de V. Peña, Madrid, Editora Nacional, 1980, III, prop. III, y IV, def. I y prop. XXXI) «En el gran costado [de la catedral de Palma] que mira al sur parece que el arquitecto se contentó con representar la sola idea de robustez y grandeza, como si reservase la de riqueza y elegancia para lo interior del santuario. No negaré a V. que su primer aspecto choca notablemente a la vista y subleva la imaginación, pues que tiene el aire de un vasto edificio escondido todavía tras de su enorme andamiada, y recuerda a la idea aquellos grandes castillos de madera que se construían en la guerra de ultramar […] Mas a pesar de que estas faltas de eurit - mia y de una forma tan extraña prometen poco favorable efecto, el que produce el todo de esta obra, sin ser bello ni elegante, tiene un no sé qué de grande y majestuoso que sorprende y agrada notablemente a la vista» ( Jovellanos: «Descripción del Castillo de Bellver. Segunda parte», en Obras en Prosa, Ed. de Caso, Madrid, Castalia, 1987, págs. 336-337)

Tema 13

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«Las acciones del alma brotan sólo de las ideas adecuadas; las pasiones dependen sólo de las inadecuadas […] Entiendo por bueno lo que sabemos con certeza que nos es útil […] En la medida en que una cosa concuerda con nuestra naturaleza, es necesariamente buena» (Baruch de Espinosa: Ética demostrada según el orden geométrico, Ed. de V. Peña, Madrid, Editora Nacional, 1980, III, prop. III, y IV, def. I y prop. XXXI)

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IVTEMÁTICA

SOBRELA ACCIÓN HUMANA

«Las acciones del alma brotan sólo de las ideas adecuadas; las pasionesdependen sólo de las inadecuadas […] Entiendo por bueno lo que sabemos concerteza que nos es útil […] En la medida en que una cosa concuerda con nuestranaturaleza, es necesariamente buena» (Baruch de Espinosa: Ética demostradasegún el orden geométrico, Ed. de V. Peña, Madrid, Editora Nacional, 1980, III,prop. III, y IV, def. I y prop. XXXI)

«En el gran costado [de la catedral de Palma] que mira al sur parece que elarquitecto se contentó con representar la sola idea de robustez y grandeza, comosi reservase la de riqueza y elegancia para lo interior del santuario. No negaré aV. que su primer aspecto choca notablemente a la vista y subleva la imaginación,pues que tiene el aire de un vasto edificio escondido todavía tras de su enormeandamiada, y recuerda a la idea aquellos grandes castillos de madera que seconstruían en la guerra de ultramar […] Mas a pesar de que estas faltas de eurit -mia y de una forma tan extraña prometen poco favorable efecto, el que produceel todo de esta obra, sin ser bello ni elegante, tiene un no sé qué de grande ymajestuoso que sorprende y agrada notablemente a la vista» (Jovellanos:«Descripción del Castillo de Bellver. Segunda parte», en Obras en Prosa, Ed. deCaso, Madrid, Castalia, 1987, págs. 336-337)

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1. ¿Qué entendemos por acción humana?1.1 Los valores «son» «círculos, radios y ángu-

los». 1.2 El deber ser.1.3 El «mundo» de los valores.

2. ¿Qué es la ética? 3. ¿Qué es la política, en el marco e-p-m? 4. ¿Qué es la moral? 5. Principales corrientes ético-morales.

5.1 Las teorías positivistas. 5.1.1 Valoración del positivismo.

5.2 Las teorías materialistas ético-morales.

5.2.1 El hedonismo epicúreo. 5.2.2 La ética material de los valores. 5.2.3 Valoración del materialismo.

5.3 Las teorías formalistas ético-morales5.3.1 El formalismo de la autonomía racional

kantiana. 5.3.1.1 Valoración de Kant.

5.3.2 Otros formalismos. 5.3.2.1 Propuestas formalistas desde la

psicología. 5.4 La teoría del «materialismo formalista ético-

moral»

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Podría decirse que «somos lo que hacemos». Pero ¿todo lo quehacemos tiene la misma importancia? En este tema (y en las temá-ticas generales de la acción y de la sociedad) trataremos de enten-der la lógica interna de lo que hacemos con el fin de delimitaraque-llas «acciones» que no se diluyen en la escala individual, sino queperduran socialmente y en el t iempo. Estas acciones fraguadassocial e históricamente tienen la capacidad de definirnos ellas anosotros. (Act. III.1 ó III.3)

1. ¿Qué entendemos por acción humana?

La acción más específica del ser humano se constituye como conduc-ta de un «sujeto corpóreo proléptico» (planificador) dirigida por normas.Este scp ha de concebirse como transcendental e histórico .

La actividad de la naturaleza está regida por leyes naturales, la acti-vidad animal por conductas pautadas y la actividad humana por normas o«conductas normadas». Las normas nacen de rutinas exitosas socialmen-te establecidas como cocinar, bailar, &c.). Por ello para que pueda hablar-se de acción humana, la actividad ha de formar parte de algún plan, pro-grama o fin previsto, como sucede en las técnicas, el ar te , la política o laactividad prudencial. Llamaremos acción pro l é p t i c a a toda actividad pla-neada, que necesariamente ha de ser lo sobre experiencias anteriores concapacidad de proyectarse en el futuro. De esta manera, consideraremos alsujeto humano, que es siempre corpóreo, como un sujeto corpóreo prolép-tico (s c p), es decir, como alguien que actúa a escala del cuerpo (¿qué es elespíritu sino cuerpo que actúa?) con una capacidad previsora determina-d a .

Podría decirse que la esencia del ser humano es lo que es capaz de hacerdistinto del resto de los animales. Se trata de una esencia histórica, pero quetiene la vir tud de transformarse en t r a n s c e n d e n t a l, es decir, en lo que afec-ta al ser humano constituyéndole . No se define a sí mismo al pintarse la carapero sí al realizar c e re m o n i a s, de las que no puede ya desprenderse como sifuera pintura en la casa . La acc ión que define a l scp específicamente le defi-ne también esencialmente, y por ello la t é c n i c a, la c i e n c i a, la t e c n o l o g í a yel a rt e definen al ser humano histór ico (basta aquí que unos pocos expertosla desarrollen para que afec te a toda la comunidad); pero además el serhumano ha ido desar rollando c iertas formas de existencia que pasan a serparte integrante , no de unos pocos técnicos, sino de todos los miembros dela humanidad. La acc ión ét ica, m o r a l y p o l í t i c a (e-p-m) son modos cons-titutivos del ser humano a partir de algún umbral en el desarrollo evolutivo.Esta doble dimensión constitutiva del scp la de jó P latón señalada en el cono-c ido «mito de Pro m e t e o», donde seña la que a Prometeo le debemos las a rtesy las técnicas (el fuego) y a Hermes los saberes ético-políticos.

Veremos que el desar rollo del s e r é t i c o afecta a todos los seres huma-nos, distr ibutivamente: a todos y cada uno; aunque puede haber «imbecili-dad ética» al igual que se puede perder la razón. El desarrollo del s e r m o r alle viene dado directamente por el hecho de vivir en grupos determinadoscuando tiene que aprender a sobrevivir no solamente como un miembro de laespecie en general, sino que ha de convivir además en el marco de las nor-mas sociales y ha de cooperar a la propia supervivencia del grupo y ya nosólo de sus individuos. La actividad moral conecta con la ética (porque e lmismo individuo es ético y moral) como con la política (porque el gruposocial es uno entre varios dentro del gran grupo político). Estudiaremos estaac tividad trascendental, que nace ligada al v a l o r de la supervivencia y guia-da por una actividad racional ca racter ística, siguiendo la dialéc tica que se daentre estos tres niveles, que llamaremos e-p-m.

Imagen de Zeus.Epimeteo dejó al hombre en desventaja frente a los animales. Prometeo

favorece entonces a los hombres entregándoles el fuego (los conocimientos téc -nicos). Zeus castiga a Prometeo por haber robado el fuego a los dioses. Entre -gados los hombres a la destrucción mutua, Zeus temió la extinción de la espe -cie humana y, por ello, se decide a ayudarlos y ordena al inteligente dios Her -me s que les conceda a todos los hombres las cualidade s ético-m orales y elsaber político (el pudor y la justicia).

Rubens, La unión de La Tierra y el Agua (1618). Los mitos encarnanen personajes antropomorfos el imaginario colectivo.

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Los valores «son» «círculos, radios y ángulos»Los valores son producciones humanas que nacen de los distintos modos de relación

humana.El ser humano establece tres modos característicos de dar valor en las acciones realizadas

según cuál sea la realidad con la que se relacione (tema 8: «espacio antropológico»): a) con lanaturaleza (como cuando tala un árbol para una casa o busca oro: relación radial), b) con los«númenes» (como cuando se prosterna para el perdón de sus pecados ante su Dios: relación angu-lar), y c) con los otros seres humanos (relaciones circulares). La acción e-p-m tiene carácter fun-damentalmente circular, lo que no significa que no incorpore «radios» y «ángulos» en esas accio-nes. La acción e-p-m cuenta con las «cosas valiosas» del mundo natural o «sobrenatural» perono se ocupa directamente de ellas sino de la valoración que añade a las propias actividades recí-procas entre los seres humanos. Las virtudes y los derechos éticos, morales y políticos son valo-res circulares. No hay nada que tenga valor «en sí mismo» (en contra de algunas teorías) porquelos valores surgen de nuestras operaciones. Los valores pueden provenir de estimaciones arbi-trarias, gratuitas o relativas y en ese caso son valores fugaces, ficticios o puramente subjetivos.Todos los valores están sujetos a su devenir histórico y en ese orden son relativos pero algunosafectan de manera trascendental al ser humano y en esa medida pueden ser tan estables comola misma identidad que se va constituyendo del propio ser humano.

Los valores pueden implicar una gradación (un más o un menos) y necesariamente una pola-ridad (positivo y negativo). Útil-inútil, verdadero-falso, bello-feo, bueno-malo son los referen-tes más generales de los valores. En el contexto de la bondad-maldad «circular» nos referimos avirtudes y vicios (o defectos), donde cabe hablar de acciones éticas/«cacoéticas», morales/inmo-rales, y eutáxicas/ distáxicas (tema 17).

1.2 El deber ser

El «deber ser» es un modo transcendental de acción en el hombre, que consiste en lacapacidad de determinarse a incorporar «beneficios» o «bienes» en los fines promovidosen las relaciones humanas.

Establecemos valores según dos escalas valorativas: 1º) Valor de primer grado. Cuando tra-ducimos lo que «es» por lo que vale. Es el mundo de los valores económicos, útiles, epistémi-cos, estéticos y religiosos. Se trata de una forma de valoración de «cualidades» que existirían dealgún modo externas a nosotros; incluso un ateo tiene que admitir aquellas cualidades que vie-ron nuestros antepasados en los númenes reales con los que se relacionaban de hecho (tema 11).2º) Valor de segundo grado. Cuando traducimos lo que vale por lo que «debe ser». Cuando alas «cualidades» de nuestras propias relaciones y operaciones (actitudes de simpatía, hábitos detrabajo...) les asignamos valor estable las dotamos de «calidad» o valor e-p-m; este valor depen-de ahora de la voluntad, de la libertad (tema 15), es decir de que lo incorporemos o no en los finesque nos mueven. El «deber ser» es la distancia que hay entre lo que «es» y lo que se propone unser humano en cuanto es capaz de calcular, desear y reconocer a la vez el valor a alcanzar. Estaoperación no puede darse solipsista o aisladamente, porque aunque el cálculo y el deseo es unaoperación individual, la valoración no puede ser sino fruto de la dialéctica social; de esta mane-ra el «deber ser» es una valoración típicamente circular, que puede recorrer dos tipos de distan-cia: 2ºA) la constitución de «valores simples» e-p-m, que producen «beneficios» y 2ºB) la cons-titución de «valores completos» e-p-m, que producen «bienes», como veremos.

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Valores, radios y ángulosEn las relaciones H-A (angulares) y H-N (radiales) pueden constituirse valores religiosos y valores de las

cosas pero los valores ético-morales surgen en las relaciones circulares H-H.

Ortega y Gasset

«...al topar las gentes de Occidentecon los terribles conflictos públicos delpresente, se han encontrado pertrecha -dos con un utillaje arcaico y torpísimo denoc iones sobre lo que es sociedad,colectividad, individuo, usos , ley, justi -cia, revolución, &c. Buena parte del azo -ramiento actual proviene de la incon -gruencia entre la perfección de nuestrasideas sobre los fenómenos físicos y elretraso escandaloso de las “cienciasm o r a l e s ” » (Ortega y Gasset: «Prólogopara franceses», en La rebelión de lasmasas,Altaya, pág. 17)

Transcendental

Si lo transcendente es lo que vamás allá («trans») de un ente deter-minado (por antonomasia Dios res-pecto del creyente; entre dos entes,uno respecto de otro), lo transcen-dental, al contrario, reside en el ente,le es inmanente. Cuando se aplica acualquier ente la escolástica entien-de por transcendental aquellascaracterísticas constitutivas que seextienden a todo el ser de un ente (lasustancia, cantidad, cualidad... sehallan en todo el ente, no en parteconcreta aislada). Según Kant, es elsujeto humano quien posee unaestructura transcendental (posee lascategorías: cantidad, &c.) que le per-mite «coincidir» con el objeto y cono-cerlo. Según el materialismo filosófi-co las determinaciones transcenden-tales han de pertenecer desde luegoal objeto. Aplicado al sujeto humano,y desde el materialismo filosófico, sehabla de «ego transcendental» cuan-do se const ituye en persona, y, portanto, revestido de atributos éticos ymorales; la persona se hace posible,históricamente y en cada individuo, apartir de un umbral en las relacionestransitivas y simétricas entre losseres humanos que le permite alcan-zar por ello un nivel de reflexividad o«personalidad racional». A través dela sociedad civilizada (escritura) y enel seno de normas sociales queapuntan a un contexto abierto de«iguales» (la «humanidad), se haceposible la constitución del individuohumano como persona, y, por tanto,como sujeto transcendental.

H1 H2

HnH3

H1 H2

HnH3

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1.3 El «mundo» de los valores

Los valores se constituyen en el interior de las acciones humanas, ya asimilados a algúnser, ya como deber ser de la propia acción. El deber ser ha de referirse a valores políticos,morales o éticos simples (como «beneficios») o a valores éticos y morales completos (como«bienes»).

Puede haber tantos valores como número de operaciones valorativas realizadas. Ahora bien,cabe ordenarlos según el tipo de relación establecida: circular, radial o angular; y según que seande primer o segundo grado, simples o completos. La axioantropología del espacio antropológi-co cabe ordenarla así:

1. Eje radial (valores de las cosas). 1.1 Registro de la cualidad (primer grado valorativo:valor = ser): valores útiles, estéticos y epistémicos o de la verdad. La cualidad aquí puede sercuantificable en parte.

2. Eje angular (valores religiosos). 2.1 Registro de la cualidad (primer grado valorativo:valor = ser): el poder, el temor sobrenatural, la protección que inspiran los númenes, en cuan-to que éstos están encarnados en animales o seres con voluntad no humanos. 2.2 Registro de lacalidad (segundo grado valorativo: valor = deber ser angular): algunos defienden el «deberser» de valores como la piedad o la santidad referidos a una «religación» con los «númenes»,pero ¿en qué consiste hoy una relación efectiva con los «númenes», fuera de nuestra propia apre-hensión o de nuestras ceremonias circulares (un funeral)? Para que hubiera relación debería habero comunicación extraterrestre o comunicación con máquinas inteligentes y con voluntad o reve-lación de demiurgos que nos tuvieran en cuenta.

3. Eje circular. 3.1 Registro de la cualidad (primer grado valorativo: valor= ser): el valorque conferimos a las cosas, a los númenes y a las demás personas en tanto se incorporan al true-que de valores en la reciprocidad y transitividad de las relaciones circulares: los valores útiles,económicos, epistémicos, estéticos, religiosos en tanto estos valores se incorporan al haber desujetos humanos y en esa medida actúan directamente como valores de las propias relacioneshumanas entre sí. «Tanto tienes tanto vales». También los valores e-p-m en tanto virtudes y viciosque se consideran descriptivamente en función de su influencia en las relaciones sociales sinentra r a valorar ningún grado de cumplimiento de deber racional. 3 . 2 Registro de la calidad(segundo nivel valorativo: valor = deberser circular): 3.2.1 Tramo simple de la calidad.: valo-res simples e-p-m: los «beneficios» éticos, políticos y morales. 3.2.2 Tramo completo de la cali-dad: valores completos e-m: los «bienes» éticos y morales.

Los valores de un plano determinado de operaciones más complejo toman su ser de estra-tos anteriores más simples sin los cuales no subsistirían. Cuando los valores no enlazan con valo-res más básicos pasan a ser ficciones, y, así, todos entran en algún tipo de dialéctica (de la que

nacen) con valores útiles o estéticos o verdaderos. Los valores en general no pueden entrar encontradicción con los epistémicos sin que peligre que muden en contravalores, porque ¿en quéconsiste un valor que es falso?. Los valores éticos comparten una frontera con los estéticos en laque ambos pueden traducirse de unos en otros. A pesar de la distinción analítica según los tresejes, los valores pueden incorporarse unos en otros, como le sucede con gran facilidad a los valo-

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La arquitectura del mundo de los valores

Distintas teoríassobre la virtud yel «deber ser»

Aristóteles, Kant, Espinosa

La virtud está en el justo mediopero no en la mediocridad, segúnA r i s t ó t e l e s: La virtud ocupa el justomedio entre dos extremos viciosos, eluno por exceso y el otro por defecto [...]Pero toda acción y toda pasión no admi -ten un punto medio, porque ni la realiza -ción de la virtud ni el rechazo del viciodebe hacerse a medias si se quiere servirtuoso. [...] La vida feliz no puede sepa -rarse de una vida virtuosa. (Aristóteles:Ética a Nicómaco, II, 6 y I, 10. Texto leve-mente adaptado)

El bien y toda virtud nacen de labuena voluntad como deber autóno-mo, según Kant: No hay nada en elmundo, ni tampoco fuera de él, que pue -da ser tenido por bueno sin limitaciónsino la buena voluntad. [...] Se ha consi -derado al ser humano atado a leyes porsu deber, pero no se ha comprendidoque sólo está sometido a su propia legis-l a c i ó n que, sin embargo, es u n i v e r s a l .[…] denominaré a este princ ipio comoprincipio de la autonomía. (Kant: Funda -mentación de la metafísica de las cos -tumbres, cap. I y II).

La virtud es la razón que se impo-ne a los afectos haciéndose ella mis-ma un afecto, según Espinosa: La ver -dadera virtud no es otra cosa que vivirsegún la guía de la razón […] La felici -dad no es un premio que se otorga a lavirtud, sino que es la virtud misma, y nogozamos de ella porque reprimamosnuestras concupiscencias, sino que, alcontrario, podemos reprimir nuestrasconcupiscenc ias porque gozamos deella. […] El conocimiento verdadero delbien y el mal no puede reprimir ningúnafecto en la medida en que ese conoci -miento es verdadero, sino sólo en lamedida en que es considerado él mismocomo un afecto. (Ética, IV, Prop. XXXVII,Esc. I, V, Prop. XLII y IV, Prop. XIV)

Eje radial:no hay calidadañadida al ser

Valor # deber ser

Eje angular:piedad, santidad...

Valor#(=) deberser

Eje circular:«calidad» simple:

«beneficios»«calidad» completa:

«bienes»Valor=deber ser

Eje radial:valores útilesepistémicosy estéticos

Eje angular:valores de

protección y temorsobrenaturales

Eje circular:trueque

de valoresrecíprocos

Valor # deber ser o Valor = deber serValor = cualidad del ser

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res religiosos que se transforman en éticos (el amor al prójimo), mora-les (la justicia en nombre de Dios) o incluso políticos (el reino de Dioscuando tiene que ver con El Vaticano, por ejemplo). Es absurdo que eldeber del hombre más alto o complejo («obrar bien») incluya el recha-zo de lo útil o de lo beneficioso; ahora bien, las contradicciones en lasque pueden entrar los valores harán que el deber no siempre coincidacon lo inmediatamente más útil o beneficioso para un sujeto particular.El resto de valores no mencionados se incluirían en alguna de estas cate-gorías, y, por ejemplo, los económicos pueden ser útiles o alcanzar elrango de políticos; los vitales son «beneficios» éticos (como veremosmás adelante); el valor de la fuerza o es ético, o moral o político o útil,depende de qué fuerza sea.

2. ¿Qué es la ética?

La ética tiene que ver con un conjunto de derechos y deberesdel ser humano: con los referidos a la vida (por imperativo mate-rial) y a la igualdad (porimperativo formal), como dos caras de unamisma realidad.

Algunas teorías pretenden asignar a la ética una función teórica(convirtiéndola en una «cuestión de razón») y a la moral una funciónpráctica, la de las costumbres buenas o malas («cuestión de hecho»).Preferimos en su lugar decir «comportamientoético» o «comportamiento moral» y «teoría éti-ca» o «teoría moral». Nosotros conservaremos ladistinción entre ética y moral, con una preten-sión de mayor alcance. La ética y la moral tienenmucho en común porque ambas son actividadesguiadas por el deber ser con capacidad de cons-truir «valores completos». Pero cabe ver unadiferencia fundamental cuando entendemos queel ser humano puede formar parte de un grupo (oenclasarse) de diversas formas: a) cada indivi-duo puede relacionarse con los demás conser-vando las propiedades reflexiva, simétrica, tran-sitiva y de equivalencia o b) dentro de relacionesno simétricas y no equivalentes. En el primercaso los seres humanos mantienen relacionesguiados por el criterio formal de la igualdad; enel segundo caso el contexto de asimetría imposi-bilita que las relaciones sean entre iguales. El«mundo formal» de la igualdad lo identificamoscon el mundo ético, posible dentro de clasestomadas de forma distributiva. El «mundo for-mal» de la desigualdad lo identificamos con elmundo político y moral, dentro de clases atribu-tivas (véase el tema 3 de lógica).

Pero la ética no se eleva idealmente sólosobre un pretendido mundo de iguales, como criterio formal, porqueasienta su base en el hecho (material) de que los sujetos humanos sonc o r p ó re o s (sujetos corpóreos prolépticos: scp). De las condiciones deesta corporeidad proléptica nacen todas las valoraciones, los deberes yderechos éticos. La valoración fundamental (juicio práctico prudencial)reside en la conservación del propio cuerpo vivo y del de los seres que-ridos del entorno o familia. El derecho a la vida y el deber de la preser-vación de los seres humanos a los que me ligo con lazos de identidad naceinmediatamente. Los cuidados del cuerpo y de la vida, cuando se reali-zan en el contexto de relaciones simétricas y transitivas, y, en definitiva,de igualdad, configuran la base de la vida ética. Las relaciones familia-res o entre amigos se guían con esta lógica. Se despliegan desde aquí (des-de el valor de la vida y las relaciones familiares y entre próximos) todoel amplio abanico de virtudes (o defectos; vicios, si se quiere) que tienenque ver con la preservación de la buena vida, que viene denominándoseen las teorías éticas e u d e m o n i s t a s (eudaimonía = felicidad) mundo de la«felicidad» como objetivo fundamental del obrar humano. La primeravirtud que precisa el bienestar buscado es la f o rt a l e z a, sin ella todo sevuelve más perecedero y volátil para el sujeto. El bienestar, a su vez, pro-pende al placer (hedonismo). La fuerza vital (salud) y mental (el valor yla voluntad que dan las ideas) son las virtudes que cooperan directamen-te al buen mantenimiento de la vida (Nietzsche centró su teoría ética en

este plano). Tras la fortaleza del que posee energía se sigue la f i r m e z ad equien la mantiene para sí y la posibilidad de trasmitirla, es decir, la g e n e-ro s i d a d, que cuando es buena no puede consistir en la mera piedad sinoen favorecer el crecimiento de la fortaleza de los que queremos. Ala for-taleza y generosidad le son afines la amistad, la fidelidad, la confianza,la veracidad, el buen juicio, el equilibrio, la mesura, la valentía, la liber-tad… y todas las virtudes que cooperan al mantenimiento de la «buenavida» (e u d a i m o n í a) dentro del grupo de próximos.

Pero obviamente el ser humano hace ya tiempo que convive en unmarco que va más allá de los ámbitos familiares o de clanes. En la medi-da que las relaciones de transitividad van afectando a radios más y másamplios la amistad puede traducirse en solidaridad o fraternidad. Losllamados «derechos humanos» son la regla ética general que la huma-nidad se ha dado recientemente. ¿Por qué ha sido posible transitar des-de los cuidados del cuerpo (tan reales) hasta los derechos humanos (tanideales)? Las relaciones humanas en contextos de igualdad ética, quese dan como relaciones lógicas de clases distributivas (las que cumplencon el carácter reflexivo, simétrico, transitivo y de equivalencia), estánabocadas, por la misma fuerza racional de los caracteres éticos que seponen en juego, a ser universalizadas, porque de otra manera ¿cuál seríala norma racional capaz de poner una barrera a la transitividad de lasrelaciones humanas?, o, de otra manera ¿qué razón hay para excluir a

algún ser humano de los bienes éticos? Podemos encontrar estas razo-nes negativas en el plano moral (en parte) y, desde luego, desde unaperspectiva puramente política, pero no desde un anclaje ético. Hay«beneficio» ético cuando se incorpora a un sujeto concreto un valor éti-co: la salud, el saber, el placer... Hay «bien» ético cuando al perseguiruna virtud o un derecho ético se obra siguiendo el criterio formal ético,la igualdad, que tiende lógicamente a ser universal. Puede haber «bene-ficio» sin búsqueda de «bien», pero no al revés.

3. ¿Qué es la política, en el marco e-p-m?

La política persigue la pervivencia de la sociedad (el Estado)en su conjunto mediante la eutaxia o buen orden general. La euta -xia puede operar al margen de los valores éticos, pero ha de entraren dialéctica con la justicia social.

Hemos indicado ya que la política (también la moral) la concebi-mos como relaciones humanas entre d e s i g u a l e s. Las relaciones lógicasde la política funcionan como una clase a t r i b u t i v a, es decir, como rela-ciones que son a s i m é t r i c a s (el presidente del gobierno, el guardia de trá-fico y un ciudadano cualquiera no se dan como primera función la pre-servación de las vidas –aunque de entrada tampoco la niegan- sino la deo rganizar la convivencia política dentro de un orden social, y, en esa

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«La ética «nace» del mismo cuerpo, de las relaciones de los cuerpos que desean vivir, y se completa cuando las rela-ciones entre los cuerpos amplían universalmente el derecho a la vida guiado por el criterio racional de la igualdad»

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medida, son asimétricos, cada cual con su función). A diferencia de lamoral, la política persigue la e u t a x i a («buen orden») que no se identifi-ca con la j u s t i c i a, porque mientras que la norma universalizadora de lajusticia no puede excluir a nadie (en teoría), el buen orden social puedemantenerse mirando a la globalidad y no a todos y cada uno. Otra cosaserá que la e u t a x i a y la justicia no tengan más remedio que entrar en unadialéctica propia y entenderse de alguna manera. Entre la política y lamoral (que gestiona la justicia social) surge todo un campo de relacióncomún, que es el D e re c h o, conectado a las instituciones políticas delpoder legislativo y judicial, de una parte, y, de otra, a la defensa por par-te de los grupos morales del reequilibrio siempre injusto de fuerzas.Pero, de hecho, la política supone el arte de la supremacía de un gruposocial frente a otros, aunque debiendo no basarse en la fuerza destructi-va (puesto que este poder sería más perecedero, y desde luego d i s t á x i -c o) sino articulando la sociedad en su conjunto dentro de un orden esta-ble. La eutaxia es un «beneficio» político (tema 17).

4. ¿Qué es la moral?

La moral nace de las distintas morales, concretas, grupales yenfrentadas en cuanto se relaciona con la política, pero no puedelimitarse a ser «ideología política» porque no alcanza a sustraerseal deber ser que marca la idea de justicia, con la que entra en dia-léctica tanto con la política como con la ética.

Mientras que la é tica se promueve fácilmente a escala individual(la de un individuo que está, no obstante, siempre enclasado o envuel-to en las relaciones grupales) la moral se desarrolla como expresióndirecta de la dinámica de los g r u p o s que conforman una sociedad. Esfác il apelar teóricamente a una ética universal, puesto que basta conaplicar los valores defendidos a todos los seres humanos, uno a uno,pero es mucho más difícil (incluso teóricamente) apelar a una moraluniversal, puesto que la moral tiene que ver con el modo cómo se pre-tende regular la convivencia entre los distintos grupos, desde distintosvalores y apreciaciones.

Pero hemos de decir que la moral tiene fuertes conexiones tantocon la ética como con la política. La ética y la política tienen sus pun-tos de contacto ideales, pero necesitan en la práctica casi siempre laintermediación de la moral. La moral está anclada como la ética en lasoperaciones de construcción de valores de segundo grado (basados enel «deber ser») a escala universal, mientras que la política se sustraede este carácter universalizador. Sin embargo, mientras la ética desarro-lla sus virtudes en contextos de igualdad, la moral ha de hacerlo ya enclaros escenarios de desigualdad y disimetría (como la política). Peroa diferencia de la política, a la moral le corresponde la justicia social yno ya exclusivamente la eutaxia.

Las relaciones morales seguirían una lógica inercial distributiva sipudieran, como la ética, porque en definitiva las conductas moralesincluyen siempre al sujeto ético, pero el contexto social de fuertes disi-metrías entre los distintos grupos sociales que configuran la sociedadimposibilita una lógica distributiva abocando a la lógica atributiva (pro-pia de la política). Esta tensión entre las reglas del juego atributivas (lossujetos morales son desiguales porque pertenecen a grupos distintos,incluso enfrentados, con distintas ideologías) y la exigencia de univer-salización distributiva (los sujetos morales desean idealmente que losderechos éticos se hagan efectivos entre todos y que «reine la justicia»)se expresa en la realidad social en el doble plano en el que funcionanlos grupos sociales:

A1) En cuanto que grupos combinatorios (siguen la lógica de lasclases combinatorias) buscan la supervivencia del propio grupo, sucohesión, porque han de articular a sujetos que son heterogéneos (unosmandan y otros obedecen, &c., y externamente sus miembros quedandiferenciados, enfrentados, a los de otros grupos) e integrar actitudesindividuales (convirtiéndolas en grupales) que no son armónicas sinodisyuntivas y a veces mutuamente excluyentes. Se trata aquí de conse-guir los «beneficios» que todo grupo busca para sí, y, en consecuencia,de la realización de los v a l o res morales simples ( «b e n e f i c i o s»), esdecir, de la propia supervivencia del grupo. Pero caben también valo-res morales completos («bienes») en otro nivel.

A2) En cuanto que grupos combinatorios, pero constituidos for-malmente como grupo moral (y no simplemente como grupo ético,

ocupado en la supervivencia y en la felicidad entre iguales), los gru-pos y los sujetos morales han de tender a u n i v e r s a l i z a r las normasque ellos defienden para sí, extendiéndolas a todos los demás en nom-bre de la justicia. La justicia, aquí, es el modo que tiene un grupo socialde terminado de concebir el mayor grado de igualdad posible en el con-texto de las desigualdades sociales. La igualdad sigue siendo el motorde la universalización de los valores pero, ahora, las desigualdades quese oponen no son sólo de tipo ético (distinta fuerza personal, distintota lante, distintos gustos e inclinaciones, &c.) sino que comportan dife-rentes formas de concebir y experimentar la organización social. Es,por decirlo claramente , una igualdad que resulta imposible de realizar,incluso en el plano ideal. Las utopías siempre han soñado con unahumanidad confraternizada, unida, sin diferencias: esto es posible enel plano ético -y sólo en su idealidad, porque las dife rencias interper-sonales seguirán siendo siempre fuente de conflictos- pero no en elmoral, porque las fuertes diversidades entre los grupos y el elevadonúmero de componentes de la especie humana imposibilita que se for-me un solo gran grupo humano operativo moralmente. La justiciaarrastra, de esta manera, algo negativo: la imposibilidad de la igual-

dad; pero también arroja algo positivo: la determinación de corregirlas injusticias siempre f luyentes en la dialéctica social de los grupos yde l conjunto de la sociedad. Si no operara la búsqueda de la justiciauniversal (que es imposible) el desorden moral se acrecentaría, de for-ma que su finalidad real no es la justicia (¿qué es la justicia?) sino lalucha por la justicia, es decir, operar en el enfrentamiento ideológi-co y de fuerzas sociales introduciendo el criterio formal de la univer-sa lización de la norma que se haya estimado buena. La justicia es sóloeso: un criterio formal de universalización de una norma ( la luchapor la justicia o «justicia social»), que no se realiza nunca en la prác-tica sino que sólo idealmente funciona como geometría de ideas queo rganiza la acción. Tras de un caso resuelto de justicia, fluyen otrasinjusticias al correr de las nuevas situaciones y circunstancias siempreen proceso de renovación. El afán de justicia es el «b i e n» m o r a l p o rantonomasia que resume en él todas las acciones que puedan llamarsemorales (en sentido completo).

183Tema 13

Sesión del Concilio de Trento (1545-1563). Museo Vaticano.Los grupos morales cerrados son promotores de mode los morales

bien delineados.

Page 8: Tema 13

B1) Pero los grupos no se rigen sólo por una lógica combinato-ria sino que también funcionan como clases porfirianas. (Véase e ltema 3 de lógica: clases distributiva, atributiva, porfiriana, combina-toria). La clase combinatoria reúne a sujetos heterogéneos (que pro-ceden del mundo ético afectados por modos distintos de se r y com-portarse, sujetos a una práctica de virtudes diferentes) con sus defec-tos, virtudes y concepciones generales de la vida en disensión (dis-yuntos), pero estos mismos sujetos se someten a una lógica porfiria-na cuando su actividad queda gobernada por una ideología común,que es capaz de conjuntar las ideas en un dogma o credo único; mer-ced a la ideología compartida, ahora, los miembros de un grupo mora lpasan a ser h o m o g é n e o s, todos iguales (en cuanto que todos compar-ten la misma norma de organización social) , y es a título de esta ide-ología como pasan a se r relevantes en la actividad política, que podrá

utilizar estas fuerzas mora les para sus propios fines políticos. El valorde la ideología se mide por el número de adeptos a los que se irradiay, en definitiva, por la fuerza del mecanismo conjuntivo, es decir porel p ro s e l i t i s m o. Estamos en e l nivel (como en A1) de los valoresmorales primarios.

B2) En tanto que clases porfir ianas, los grupos son tambiéncapaces de promover valores universales (de lo contrario no ejercita-rían su máxima capacidad formal raciona l) y buscarán, en consecuen-cia, la justicia, que en este nive l han de entenderla como la lucha porque coinc idan los valores de la ideología con los valores éticos. Estaintersección sólo es posible y efectiva en la medida que los derechoséticos pasan a consagrarse políticamente en los códigos jurídicos delos Estados, que es la forma de hacerlos comunes y generales; sólocomo derechos formales porque como derechos reales se ven refre-

nados de continuo por el choque dispar de intereses que f luyen de lasdiferencias personales (éticas), morales y políticas. De ahí que la jus-ticia se traduzca en este segundo sentido como «igualdad de dere-chos de todos ante la ley» (i s o n o m í a) . (Act. I, texto 1. Act. III.2 y/0III.4)

5. Principales corrientes ético-morales

Los problemas ético-morales y político-morales han sido obje-to de consideración teórica de los distintos sistemas filosóficos, quehan planteado diferentes modelos prácticos a seguir. Varios con-ceptos han vertebrado estas teorías: fines, consecuencias, felicidad,deber, principios, justicia, responsabilidad, &c. En todo caso, cabediferenciarlos, además de por sus doctrinas concretas, en cuatro

variantes: a) unos plantean la radical relatividad históri-ca de los valores (teorías positivistas), b) otros postulan quelos valores se adscriben a realidades o materialidades cuyologro constituye el bien e-m (teorías materialistas), c) los ter-ceros creen que el bien sólo lo pone la actividad (formal)voluntaria del ser humano con independencia de las cosasy del cuerpo (teorías formalistas) y d) los últimos defiendenque los valores nacen de exclusivas operaciones (formales)humanas guiadas por el «deber ser» pero que no cristali-zan como «beneficios» y «bienes» e-m si no surgen enrai-zados al scp (teoría del materialismo formalista).

Desde el punto de vista de la teoría ético-moral sonmuchos los modelos a seguir que se han propuesto a lo largode la historia. Se habla de teorías cognitivistas frente a emoti-vistas, de sistemas autónomos frente a los heterónomos, demodelos contractualistas, utilitaristas, intuicionistas, perfec-cionistas, naturalistas, egoístas, subjetivistas, rela tivistas,consecuencialistas, prescriptivistas, comunitaristas, universa-listas, del bien, de la virtud, de los derechos, de los valores, dela felicidad, de la justicia, de mínimos, de máximos, del dis-curso, dialógicos, procedimentales, &c.

Una de las clasificaciones más vigentes propone dosmodelos enfrentados:

A) los sistemas «teleológicos» (finalistas) que planteanla e-m en función de determinados fines a alcanzar: la felici-d a d, el bienestar, el placer, la buena convivencia, la salva-ción… En general, los sistemas teleológicos vienen a coinci-dir con los sistemas eudemonistas, que priman algún modo de

entender la felicidad. Las consecuencias de la acción e-m son el ele-mento que define estos modelos. David Ross ha hablado del «ideal grie-go» (teleológico), frente al «ideal hebreo» que encajaría más con ladeontología.

B) Los sistemas «deontológicos» o del deber, interesados en seña-lar los principios que han de guiar las conductas e-m. Las consecuen-cias pasan a segundo plano y lo que importa ahora es preservar lo esen-cial de toda conducta e-m. Ya no será aquí tan importante la conductafeliz como la justa. Coincidiría globalmente con lo que Max Weber lla-mó «ética de la convicción», frente a la «ética de la responsabilidad»,de carácter finalista y consecuencialista.

Pero la dicotomía felicidad/deber (teleología/deontología) encie-rra una deficiencia, porque no nos presenta alternativas excluyentessino complementarias. De hecho, todos los sistemas e-m si se miran

184 Tema 13

«La justicia social y las libertades sociales no pertenecen a un hombre primigenio que las haperdido y quiere recuperarlas, sino que históricamente ha habido que conquistar distintos modos deentender la justicia y de repartirse las libertades y aún han de seguir conquistándose sin interrup -ción»

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bien contienen las dos perspectivas. La teoría axioantropológica que sedefiende aquí ha mostrado que la estructura formal de los valores e-p-m se desarrolla bajo la dialéctica de la aplicación de la igualdad (comoprincipio formal) que en las relaciones humanas racionales tiende a seruniversalizado. Pero ha mostrado, también, que esta estructura formalsería arbitraria e idealista si no estuviera apoyada en el componentematerial del que nacen todos los valores e-m: el cuerpo humano. El suje-to capaz de proyectar acciones e-m, es un sujeto corpóreo (que no pue-de relegar la importancia radical e-m de la vida, y conella, de eso que se ha llamado «felicidad»), que se definepor la escala que alcanzan los fines que se propone, y quedesde una perspectiva trascendental e-m su capacidadracional le lleva a cerrar sus cálculos de forma universal.Es un sujeto corpóreo proléptico (scp) con capacidad uni-versalizadora, que se relaciona en contextos de igualdadpor imperativos vitales que proceden del propio cuerpo(la afirmación de la vida corpórea) y racionales: su capa-cidad previsora (proléptica), que alcanza un poder uni-versalizador, el de la especie humana. Todo ello sobre unfondo de diferencias: las interindividuales y las que sur-gen de las distintas costumbres morales y las enfrentadasrelaciones políticas. Por tanto, toda teoría e-p-m ha deincluir las perspectivas de la «felicidad» y de los fines, ydel deber y de los principios, si no quiere ser parcial.

Desde esta perspectiva e-p-m que defendemos comocompleta, las grandes corrientes teóricas que se han dadoa lo largo de la historia habría que clasificarlas así: A)Teorías parciales: I) Teorías positivistas: positivismo,rela tivismo, subjetivismo o escepticismo. II) Te o r í a smaterialistas. III) Teorías formalistas. B) Teorías com-pletas: IV) Teoría del «materialismo formalista» (inclu-ye el engranaje e-p-m y la materia-forma a la vez).

5.1 Las teorías positivistas: positivismo, relativismo,subjetivismo o escepticismo ético-moral

Entienden que los fenómenos e-m son históricos, relativos y exclu-sivamente positivos (no trascendentales), referidos a circunstanciasdefinidas, a ambientes culturales diversos y que no hay ningún princi-pio (ni material ni formal) capaz de definir el campo e-m. Son esencial-mente parciales porque no admiten la dimensión trascendental del serhumano.

Presentamos algunos ejemplos históricos representativos de esteenfoque relativista. En primer lugar el relativismo de los sofistas Gor-gias, Critias, Calicles, Trasímaco y Protágoras. El más escéptico entrelos sof istas, G o r g i a s (ca. 483-375 a.n.e.), puso en primer plano laseducción de la oratoria en el seno de una sociedad entendida como tea-tro, donde el engaño estaría justificado. Critias (450-404 a.n.e), Cali-cles (s. V a.n.e) y Trasímaco (s. V a.n.e) entendieron la justicia comoun dominio de los fuertes sobre los débiles. Para Protágoras (ca. 481-401 a.n.e.), que se esfuerza por unir lo convencional de las costumbresa lo natural, el nómos (ley o costumbres) no está basado en la naturale-za sino que es invención de cada cultura (convención de la Polis), aun-que para remediar esta limitación la areté (virtud) ha de ser practicadapor todos los que viven en sociedad. El iniciador de la escuela escépti-ca, Pirrón de Elis (360-270 a.n.e) planteó la huida de las angustias des-de el rechazo del dogmatismo, invitando al ejercicio de la suspensióndel juicio (epoché) ante las doctrinas enfrentadas, defendiendo el silen-cio (a p h a s í a) y la indiferencia (a d i á p h o r a) del escéptico (actitud debúsqueda e indagación continua pero sin apego a doctrina alguna) comovías para alcanzar una vida imperturbable (ataraxía).

En el Renacimiento, N. Maquiavelo (1469-1527) toma como ejesu doctrina de que «el fin justifica los medios» y plantea que los finespolíticos están llamados a desbordar e imponerse sobre los criterios éti-co-morales, que sólo habrá que aparentar respetar hasta que consegui-dos los fines exitosos de la política los medios e-m transgredidos que-darán justificados. En el siglo XVII, Hobbes, entre los contractualis-tas, defiende el derecho natural a la fuerza (ético) pero relegado por elequilibrio de egoísmos (moral) que ha de renunciar a la fuerza a favordel poder del Estado (la política como el mejor de los órdenes).

En el XIX, Nietzsche (1844-1900) reniega de los valores genera-les defendidos por la unión de los débiles, seguidores del deber socrá-tico y de los valores cristianos basados en la fraternidad, postulando elnihilismo de esos valores y propugnando una inversión axiológica queha de basarse en la voluntad de poder como criterio subjetivo y vitalcontra la falsa objetividad. En el XX, S. Freud (1856-1939) introducecomo protagonista de las motivaciones el inconsciente personal queestá gobernado por las pulsiones, relegando la racionalidad humana del

Yo a una actividad de defensa ante nuestro propio inconsciente. Ade-más, el Yo racionalizador está limitado también por el Súper-Yo, quees la expresión de las normas e-p-m que la sociedad ha de imponerle.R. Rorty, representante del neopragmatismo, critica el sin sentido de«principios objetivos» fundamento de las normas morales y propone la

185Tema 13

Los animales y los humanos vencen unos sobre otros. Las ideas también, pero en ocasiones su «lucha»supone una relación en symploké, porque en su pugna continua consiste su unión: de la felicidad que buscaEudaimonía y del cumplimiento del deber que busca Deontología surge la symploké ética

Nietzsche por MunchYo niego, en primer lugar, un tipo de hombre considerado hasta aho -

ra como el tipo supremo, los buenos, los benévolos , los benéficos; yo nie -go, por otro lado, una especie de moral que ha alcanzado vigencia y domi -nio de moral en sí, -la moral de la décadence, hablando de manera más tan -gible, la moral cristiana- (F. NIETZSCHE: Ecce Homo )

Page 10: Tema 13

evaluación de los valores de la conducta exclusivamente desde criterios pragmáticos. La corrien-te post-moderna, en general, defensora de la diversidad y de la multiplicidad propugna unasreglas de juego pero que no estén basadas en míticos grandes relatos o en los maestros-pensado-res sino en lo que los sujetos individuales concretos sean capaces de defender.

5 . 1 . 1 Valoración del positivismo: estas teorías son parciales pero apor tan el hecho deponer de relieve la importancia de la constituc ión histórica de los valores e-p-m contra los inten-tos de hipostasiar metafísicamente su supuesta consistencia autónoma. Insiste en el hecho deque los valores no están dados independientemente sino que son construidos. Pero su crítica,excesivamente plegada a los fenómenos positivos, es incapaz de ver la estructura formal uni-versal que da unidad al campo e-p-m, estructura que es trascendental al ser humano.

5.2 Las teorías materialistas ético-morales

Entienden que los valores e-m existen con antelación a cualquier relación humana capaz deconstruirlos como «bienes» naturales o sobrenaturales. Existen diversos enfoques: para unosestos «bienes» pueden encontrarse directamente expresados en las cualidades materiales quedan las cosas (la salud de una buena alimentación o de una vida «natural»…), para otros estarí-an radicados en nuestra constitución psico-biológica (el placer, el afán de felicidad, la paz espi-ritual…) y todavía podrían encontrarse, según otros, en el propio reconocimiento intelectual,intuitivo o emocional de valores objetivos «ideales» que al apropiárnoslos realizan más nues-tra vida y la mejoran. Cuando Pascal defiende que hay que apostar religiosamente por la salva-ción eterna antes que ceder al riesgo de la incredulidad se apunta al valor eterno del cielo prome-tido por el cristianismo, concebido de forma material.

Ejemplos históricos representa tivos de este enfoque son el hedonismo epicúreo ( a ldefender como criter io último de reconocimiento de los valores el placer y el dolor) ; los i u s-n a t u r a l i s m o s y los contractualismos iusnaturalistas: el l i b e r a l i s m o de L o c k e frente a las res-tricciones que puede imponer el Estado, al reconocer la fuente de los derechos (a la vida, lalibertad de conciencia y la propiedad) en el estado de naturaleza del individuo. El n e o l i b e r a-l i s m o e-p-m de R. Nozick (1938-2002) a l defender frente a los socia lismos el derecho natu-ral individual a la propiedad como intocable. El tradiciona lismo político-moral del siglo XIXy XX, en cuanto pretende encontrar en la historia e l conducto re trógrado que le pone en con-tacto con la fuente trascendente «espiritual» de donde manarían los valores. Por su parte, losdiversos tipos de s o c i a l i s m o (comunismo, socialdemocracia , &c.) en la medida que propen-dan a traducir e l valor formal de la igualdad y de la justicia social por la creencia de que todossomos «realmente» iguales, porque establecerían la «utopía de la igualdad» como un bien realtrascendente, sólo que postulado en el futuro. En general, todos los sistemas que apoyan losvalores humanos en bienes divinos o preterna turales son defensores del materialismo e-p-mporque para éstos los bienes además de ser naturales son transmundanos, es decir, transcen-dentes en estado puro. El p e r s o n a l i s m o del siglo XX (Mounier.. .) entiende que todos los valo-res están contenidos en la p e r s o n a humana y se expresan a su través, pero no en virtud de surelación ordinaria, fenoménica y positiva con el resto de seres sino porque la persona es esen-cialmente a p e rt u r a y en esa medida el mundo, los otros seres humanos y Dios mismo sehallan esencialmente conectados con ella. Es este esencialismo metafísico de la persona elque expresa el valor de la persona como un a priori puro y no como una construcción histó-rica , soc ial y trascendental

.5.2.1 El hedonismo epicúreo. Frente a los «materialismos espiritualistas» que tratan de

alcanzar la «paz del espíritu» mediante el goce de algún bien espiritual meta-corpóreo, se pre-senta históricamente un «materialismo hedonista» con una propuesta muy estructurada quesigue teniendo vigencia: el epicureísmo. Epicuro de Samos planteó en el siglo IV-III a.n.e. quepara alcanzar la eudaimonía (vida feliz), había que lograr una tranquilidad psíquica que llamabaataraxia, que exigía previamente un autogobierno (autarquía)que además de perseguir la ausen-cia de dolor corporal (aponía) debía completarse con la liberación de los miedos psicológicos;para ello propuso un cuádruple remedio (tetrafármaco, medicina del alma): 1) vencer el temor alos dioses (su existencia no influye a los mortales); 2) superar el miedo a la muerte (porque cuan-do se está vivo ella no nos afecta, y cuando hemos muerto tampoco porque ya no somos: no hay«más allá»); 3) liberarse de la falsa idea del destino, que atenaza y amenaza al hombre; 4) apren-der a llevar, mediante el ejercicio de buenas costumbres, una vida con el mínimo dolor y el pla-cer conveniente; las necesidades naturales apetitivas son fáciles de cumplir y la mayor parte delos males son evitables fácilmente. Estos fármacos o remedios nos los da la Filosofía. A su vez,superados los miedos psicológicos injustificados a los dioses, la muerte y el destino, con el finde que nuestros mismos apetitos o deseos no sean fuente de dolor, señala que hay a) deseos natu-rales y necesarios, que han de satisfacerse; b) deseos naturales pero no necesarios, que han delimitarse (para no depender de ellos) y c) deseos no naturales ni necesarios, que son fuente dedolor. El sabio epicúreo supone la superación del «hedonismo vulgar» de los cirenaicos (queidentifican llanamente la vida feliz con el máximo de placeres) y concede la máxima importan-cia a la prudencia (frónesis) como directriz de la vida. Su propuesta representa un modelo bienperfilado pero limitado a la ética, rehuyendo la vertiente político-moral, porque es mejor vivirescondido en «el Jardín» o huerto cultivando la amistad y rehuir las molestias que proceden de

186 Tema 13

«El uso no sabían aún del fue -go/ ni el de las pieles, ni cubrirse elcuerpo/ con despojos de fieras... /[ ... ]no podían/ por el público bieninteresarse; ni leyes ni morales rela -ciones/ entre sí establecer ellossabían/ [...] Cuando por fin, supie -ron hacer chozas/ y de pieles y fue -go hicieron uso/ [. .. ] e n t o n c e sempezó la especie humana/ a sua -vizarse por la vez primera:/ el fuegohizo los cuerpos más sensibles/...; ylas fuerzas/ disminuyó la Ve n u sexcesiva,/ y las t iernas caricias delos hijos/ blando y suave hicieron sintrabajo/ el natural altivo de lospadres./ Entonces los que estabanmás vecinos/ entre sí establecieronrelaciones,/ se abstuvieron de dañoy de violencia,/ protegían sus hijos ymujeres,/ y en sus gestos y vocesbalbucientes/ indicaban ser muestrade justicia/ de la imbecilidad compa -decerse./ Mas no podían dominar entodos / es ta concordia, bien queexactamente guardaban estos pac -tos los más buenos,/ que eran enmayor número: sin es to/ la razahumana fuera destruida/ entera -mente ya desde aquel tiempo;/ no sehubiera hasta ahora propagado»

(LUCRECIO: De la naturalezade las cosas, Altaya, 1995, Libro V,1364-1366; 1371-1373; 1452-1453;1460-1462; 1465-1484)

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la vida política, si se pretende alcanzar la ataraxia (ausencia de inquietud o imperturbabilidad:ideal perseguido también por los estoicos y los escépticos dentro de otro esquema de ideas).Lucrecio (ca. 96-55 a.n.e) defendió el epicureísmo en su célebre poema De rerum natura («Dela naturaleza de las cosas»). (Act. I, texto 2)

En general, el u t i l i t a r i s m o moderno y contemporáneo que se afianza con las teorías deJeremy Bentham, John Stuart Mill y Henry Sigdwick practican un tipo de «materialismomoral» (por su objetivo redistributivo que abarca el mayor número posible de personas), aunqueel bien a repartir tiene características éticas (el mayor número de placeres para el mayor númerode personas). Completan el hedonismo clásico dirigido a la vida personal y de los grupos de ami-gos con un objetivo de tipo social (felicidad pública), que es, por otra parte, un lugar común delas demandas políticas del siglo XIX.

5.2.2 La ética material de los valores de Max Scheler defiende directamente que los valo-res son objetivos, lo que quiere decir que no solamente son estimaciones mentales sino que exis-ten; son captables por la intuición emocional, facultad estimativa capaz de descubrirlos a todoslos seres humanos por igual (salvo en los casos de ceguera de los valores); se estructuran armó-nicamente en una jerarquía preestablecida de valores: 1) del sentir sensible (agradable-desagra-dable; gozar-sufrir), 2) del sentir vital (noble-vulgar, habilidad-ineficiencia, salud-enfermedad,&c.), 3) espirituales de orden a) estético (bello-feo), b) jurídico (justo-injusto) y c) del conoci-miento (verdadero-falso), y 4) los valores religiosos de lo santo y lo profano (beatitud-desespe-ración), los más elevados. Los valores éticos resultan de realizar todos los demás respetando suorden jerárquico, pero ellos mismos no tienen realidad fuera de la acción humana; el sujeto sien-te el deber de la realización de los valores intuidos. Nicolai Hartman corrige esta jerarquía recha-zando los valores religiosos que al contrario son negativos cuando son admitidos puesto que con-tradicen la autonomía y libertad del ser humano. Ortega y Gasset sigue los pasos de estos dosfenomenólogos, pero retoca también la jerarquía scheleriana disponiéndola así: valores útiles,vitales, espirituales (intelectuales, morales y estéticos) y religiosos. Esta corriente, como vemos,realiza aportaciones de mucho detalle, aprovechables en varios aspectos, pero aunque reconocela historicidad de los valores les ha dado el estatuto de la trascendencia con lo que permanecenhipostasiados, lejos de lo que la historia y la antropología nos muestran: que son una construc-ción social de carácter trascendental al ser humano y no una «realidad objetiva trascendente».

5.2.3 Valoración del materialismo : el error del materialismo e-m, en general, estriba enque delimitan los valores entendiéndolos desde una escala bien física, ora psicológica, ya ideal,de manera que estas realidades hunden su último fundamento en la capacidad que tienen los suje-tos individuales de alcanzar los valores trascendentes, poniendo entre paréntesis su gestación his-tórica y social, desde algún anclaje exclusivamente subjetivo: el cuerpo, el psiquismo o la men-te. Esta propuesta podría tener algún sentido (no del todo) en planos exclusivamente éticos, peroen ningún caso en los político-morales. De ahí que sean afines a este tipo de materialismo e-mlas religiones salvíficas (de las almas individuales) o los defensores de un orden ideal trascen-dente prefijado de forma estable, más preocupados en los planteamientos teóricos que reviertensobre la ética que en los político-morales. Lo que esta postura nos aporta para retener en la pro-puesta que nosotros defendemos es que efectivamente los valores, para serlo, han de estar radi-cados también en el cuerpo o en algún tipo de función suya, es decir, que los valores han de teneruna dimensión material. Pero los valores e-m, en todo caso, no son trascendentes a la historia nia la sociedad, porque no se pueden situar fuera de estas dos coordenadas. El materialismo e-mpretendería superar las posturas positivistas postulando un sujeto «deificado» o dotado de valo-res «naturales» radicales (el «valor de la persona humana») por su relación individual con valo-res trascendentes. Frente al formalismo, no necesita fundar la e-m en criterios formales trascen-dentales, porque ya ha encontrado el valor en una instancia trascendente que es el afán de su bús-queda.

5.3 Las teorías formalistas ético-morales

5.3.1 El formalismo de la autonomía racional kantiana. Kant representa la teoría forma-lista por antonomasia. Parte de considerar al resto de sistemas éticos como erróneos, porqueponen el bien en los objetos apetecidos por la voluntad y no en el mismo querer racional. Losdemás modelos son para Kant éticas de los fines o de la felicidad, y éstas no pueden prescindirde los intereses y las inclinaciones en el momento de la acción ética. La voluntad racional quese confunde con la buena voluntad no puede guiarse por una lógica basada en hipótesis o en pro-blemas sino categóricamente, es decir siguiendo la necesidad que impone el deber racional. Lavoluntad ética ordena obrar por deber, según una ley que no puede provenir externa a nosotrosni de nuestros intereses e inclinaciones (norma heterónoma) sino de la razón pura práctica (nor-ma autónoma). Esta norma aunque nace subjetivamente tiene valor universal. La voluntad nosabe con antelación qué fin debe desear (porque el bien no depende de los fines) sino sólo cómodebe obrar, es decir, cuál es el criterio formal universal de toda voluntad racional (razón purapráctica): «obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiem-po, en ley universal». Este es el «imperativo categórico» o ley universal de la conducta ética.La ética de Kant pretende ser la de la autonomía de la razón y no la de la heteronomía del bien,de los intereses o de las inclinaciones. Una orden que no esté dada por nuestro tribunal racional

187Tema 13

Nicolai Hartmann (1882-1950)toma como referenc ia la teoría de losvalores de M. Scheler, pero es tablecealgunas diferencias importantes, entreellas no admite los valores religiosos.Hace notar en su Ética de 1926 una leyentre la altura y la fuerza de los valores:cuanta más altura alcanzan los valores(o cuanta mayor espiritualidad tienen)menor será su fuerza, y viceversa, cuan-to menos elevados sean (cuanto másarraigados corporalmente, podríamosdecir) tanto más fuertes serán los valo-res.

Inmanuel Kant (1724-1804)«Dos cosas llenan el ánimo de

admiración y respeto, siempre nuevos ycrecientes, cuanto con más frecuencia yaplicación se ocupa de ellas la reflexión:el cielo estrellado sobre mí y la ley moralen mí ».

(I. KANT: Crítica de la razón prácti -ca)

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superior no adquiere la categoría ética y debe actuar no buscando el bien sino por deber. Para elde Königsberg, como para los estoicos, el premio de la virtud (el bien) es la virtud misma (sucumplimiento). En Kant un acto será ético sólo porque se ajuste a la forma (de la ley racionalpráctica).

5.3.1.1 Valoración de Kant. La razón práctica kantiana, al se r «pura», func iona como unfinísimo reducto del alma cristiana que debe obrar en pureza, siguiendo la voluntad de Dios quese expresa en lo más profundo de la conciencia, convertida ahora en una func ión racional. Diosfunciona textualmente como postulado que sostiene el sentido final del actuar humano. Por ello,contra Kant, hay que decir que aunque el ser humano tenga capacidad operatoria formal, éstano nace pura sino que se despliega desde algún objeto de deseo. De hecho, cuando el mismoKant sale del estrecho planteamiento ético basado en la autonomía racional y se plantea el pro-blema político-moral de la justicia, de los cambios sociales de la revolución francesa, de cómoel Derecho ha de imponerse a la norma de los sujetos éticos, se ve impelido él mismo a salir delrígido formalismo donde había entrado, formalismo que no es rígido por su estructura lógicasino por pretender ser «puro». Contra esta postura el materialismo formalista plantea que no esposible desligar la ética de sus componentes mater iales y que, en la misma medida, no es posi-ble una voluntad racional «pura». Ahora bien, la aportación kantiana ha sido fundamental alseñalar la fuerza de una ley formal universal, aunque no se derive de la razón «pura» a priorisino de operaciones ejecutadas a escala del sujeto corpóreo proléptico que incluye precisamen-te los intereses e inc linaciones. En suma, Kant representa el caso extremo de formalismo ético,porque rechaza la apetencia de los bienes (materiales) en las decisiones éticas; los demás mode-los formalistas añaden además algún tipo de reconocimiento hacia la materia o el contenido delos actos.

5.3.2 Otros formalismos. Fuera de la ética kantiana ningún otro sistema ha pre tendidoun formalismo e-m radical, pero son a lgunos los modelos que han puesto de relieve la impor-tancia de los componentes formales. La ética estoica que trató de distanciarse de las pasio-nes y elevarse a una actividad guiada por los d e b e re s, que dimanaban igual que en Kant dela razón, es un ejemplo de aproximación al formalismo pero sin olvidar los fines a los quese aspiraba: la f e l i c i d a d entendida como impasibilidad (a p a t h e i a), basada en la libertad inte-rior que conecta con las leyes necesar ias del cosmos. Alguna versión del i u s n a t u r a l i s m o e ncuanto heredera de un orden de la Naturaleza , impreso en la racionalidad, estaría señalandoel criterio de l que habría de guiarse la voluntad humana. Alguna versión c o n t r a c t u a l i s t a e nla medida que insiste en el hecho dialógico del contrato está señalando el cr iterio formal fun-damental. El n e o c o n t r a c t u a l i s m o de John Rawls insistiría también en los componentes for -males de la ético-moralidad: la justicia procede de proponer reglas extraídas de una situa-ción originaria en la que un «velo de ignorancia» (supuesto) suspende formalmente nuestrascircunstancias vita les concre tas impidiendo partidismos no equitativos y promueve, así, lae q u i d a dde una distribución más justa basada en el m a x i m i n o maximización de la parte míni-ma, compensando a los desfavorecidos con la parte precisa de los aventajados. La é t i c ac o m u n i c a t i v a de Jürgen Habermas y de Kar l Otto Apel también incide en aspectos forma-les a l insistir en los p ro c e d i m i e n t o s que son precisos para la toma de acuerdos consensua-dos: la búsqueda cooperativa en la argumentación, la simetría de los interlocutores y el prin-cipio de la universalizac ión de la norma, que no es tal si no es aceptada por los afectados.(Act. I, texto 3)

En otro sentido, la ética del sentimiento moralde Hume, A. Smith y de los emotivistas bri-tánicos representarían otro modelo formalista (que el formalismo racionalista no admitiría), sóloque la estructura formal que guía la conducta no residiría en una función racional sino emocio-nal (sin perjuicio de que ésta tuviera carácter universal). Sin embargo, el emotivismo contempo-ráneo (A. J. Ayer, Ch. Stevenson) bascula ya, más bien, hacia un modo de positivismo ético-moralen la medida que los juicios de bondad y maldad no captan la realidad bueno-malo sino que pre-tenden transmitir la aprobación o desaprobación de carácter subjetivo con el fin de provocar acti-tudes en los demás similares a las nuestras.

5.3.2.1 Propuestas formalistas desde la psicología. Kohlberg, basándose en los estudiosde Piaget sobre la maduración de las estructuras psicológicas en el niño hasta la madurez, des-arrolló un estudio experimental con niños a los que sometió a la solución de múltiples dilemasético-morales, llegando a la conclusión de que el ser humano evoluciona a través de tres etapas:1ª) la preconvencional, en la que se obra en función de la obediencia por miedo al castigo (esta-dio 1), o porque sirve a las necesidades del yo desde una perspectiva en donde los valores sonrelativos (estadio 2). 2ª) La convencional, en la que se tiende a la aprobación y al agrado de losdemás (estadio 3), y a mantener y respetar las normas sociales porque vienen impuestas por unaautoridad (estadio 4). 3ª) La postconvencional, en la que el deber surge del contrato, del consen-so y del juego de derechos comunes (estadio 5), y aparece la conciencia de principios lógicos uni-versales que se imponen incluso sobre las normas consensuadas del orden social establecido lle-gado el caso (estadio 6). Muchos sujetos y, en particular, en algunas culturas concretas, no alcan-zarían el último estadio, que sería el más maduro. Según esta perspectiva evolutiva, habría unasestructuras (formales) psicológicas en todo ser humano, que serían las responsables de su con-ducta ético-moral.

188 Tema 13

«Algunas teorías afines al «mate-rialismo formalista».

A r i s t ó t e l e s (que entronca con elproyecto de Sócrates y Platón, aunquedesde una ópt ica renovada) dis tingueentre virtudes «éticas» (ética de los afec-tos) y «dianoéticas» (ética del intelecto),y apunta que a la vida personal del hom-bre, se le une inexorablemente la vidapolít ica (político-moral) del zoon politi -kon, a la que se transita a través de lajusticia. Viene a proponer como materiade la ética la búsqueda de la felicidad(eudaimonía) y como forma la estructu-ra teleológica de la razón humana queha de tender al bien y a la virtud si quie-re ser racional. Y, en el plano polí tico-moral, tomaba a la justicia como articu-lación entre la ética y la política, distin-guiendo entre justicia distributiva (justomedio entre dos injusticias o equidad) yjusticia conmutativa (referida al cumpli-miento del contrato estipulado entre laspartes afectadas). En el plano estricta-mente político las constituciones justasde los estados son aquellas que tiendenal «bien común», pudiendo ser losgobiernos justos: monarquía, aristocra-cia o democracia, frente a los injustos:tiranía, oligarquía y demagogia (o falsademocracia)»

«Las virtudes según Aristóteles.Virtudes «éticas»: 1) regulan la propiaalma: templanza, fortaleza y modest ia;2) regulan las acciones con los demás:liberalidad, veracidad, amabilidad, &c.Virtudes «dianoéticas»: 3) virtudes de larazón teórica: la intuición, la ciencia y lasabiduría, y 4) virtudes de la razón prác-tica: el arte y la prudencia. Virtud [moral]:la justicia. Virtud política: el bien común»

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El formalismo plantea con mayor fuerza que otras opciones la confrontación entre la auto-nomía (la norma que procede de uno mismo) y la heteronomía (la norma que no procede de unomismo o de lo importante de uno mismo). Ahora bien, según que consultemos a Inmanuel Kant(Fundamentación de la metafísica de las costumbres) o a Jean Piaget (El criterio moral en elniño, 1932) la respuesta difiere. Para Kant sólo una voluntad racional pura que obre por deberpuede llamarse autónoma, mientras que para Piaget el concepto del deber va aparejado psicoló-gicamente a una norma externa constrictiva (heterónoma) y la autonomía e-m surge al perseguirbienes que aparecen en marcos cooperativos y en procesos de consenso, y en donde la sanciónse rige por el principio de la igualdad (o de la equidad cuando se tienen en cuenta las circunstan-cias).

5.4 La teoría del «materialismo formalista ético-moral»

El «materialismo formalista» defiende que la materia y la forma de la ético-moralidad sedan necesariamente unidas, hasta el punto de que la disociación mental materia/forma no hay quetomarla por una división o escisión en la actividad real. La formulación explícita de este mode-lo se debe a Gustavo Bueno (en Symploké y en El sentido de la vida) que establece la diferen-cia fundamental entre ética y moral que aquí defendemos, y propone el «materialismo formalis-ta» frente al mero positivismo, formalismo o materialismo.

Partiendo de esta propuesta, recordaremos y diremos aquí que las relaciones e-p-m lo sonentre scp (suje tos corpóreos prolépticos), y que su primer principio ha de ser la defensa de lavida humana o de la supervivencia de la especie (empezando por los próximos). Sobre estefundamento puede progresar la capacidad que tienen los scp para guia rse por principios racio-nales que tienden a universalizar los «beneficios» y «bienes» que van ligados a la vida hastaabarcar el radio de la humanidad ente ra. El c riterio que irradia esta universalización lo encuen-tra en el formalismo de la igualdad, superador de las desigualdades de partida que siemprerebrotan mater ialmente, en una dialéctica inacabada. La igualdad se despliega, de hecho, mate-rialmente, a través de re laciones e fectivas de simetría, transitividad y reflexividad. Con ello sedesarrolla un efectivo mundo de relaciones éticas, pegadas a las necesidades de l cuerpo, enprimer lugar, y capaces también de implantar nuevos modos de convivencia y, por tanto, defraguar valores éticos históricamente constituidos; pero estas relaciones no se dan ingenua-

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«Algunas teorías afines al «mate-rialismo formalista». Espinosa

Espinosa eleva toda su geometríade afectos pasionales y de ideas rac io-nales del asentamiento que el alma t ie-ne en el cuerpo. Seguimos aquí, enalgunos aspectos fundamentales, lasinterpretac iones del erudito espinosis-ta Vidal Peña. Las operaciones delalma (modo del pensamiento) no sedesarrollan extrañas a las operacionesdel cuerpo (modo de la extens ión), as ícomo tampoco la «libertad» (del espí-ritu) es un fenómeno que pueda sus-traerse a la necesidad (de la Naturale-za y de la naturaleza corporal). Para elfilósofo de Amsterdam se trata de queel ser humano, que es a la vez deseoautoconsciente y razón, alcance la feli-cidad, que se concibe como vida dep l a c e r, como utili dad, como «alegríapermanente» y como «felicidad inte-lectual» o beatitud («amor intelectual aDios: Deus sive Natura»). Y, en cuantoa la forma de alcanzar la felic idadmaterial, se trata de organizar los afec-tos buscando la alegría y rehuyendo latri steza y siguiendo la geometría deideas adecuadas que genera la razóny que completa y unifica la intuic iónrac ional globalizadora. La ét ica persi-gue la f o r t a l e z a como expresión de laafirmación del propio cuerpo y como«crecimiento en el ser» de cada uno, alorganizar los afectos según la lógicasuperior de las ideas. De la fortaleza(la fortaleza es la utilidad de carácterontológico y antropológico: nos hacefuertes lo que nos resulta út il desde elpunto de vista de la razón, no de la ima-ginac ión. El «deseo de la razón» esexpresión de nuestra fortaleza) sederiva la generosi dad (cl aramentetransit iva), la firmeza (reflexiva, por-que tiende a conservar el propio ser) yla amistad (simétrica). Es bueno lo quenos hace conocer y lo que, a su vez,nos hace saber con certeza que nos esútil, porque en definit iva nos producealegría y aumento de nuestra potencia(fortaleza). La ética es pos ible porqueno somos libres (individualmente), encuanto que no somos enteramenterac ionales; si conociéramos a la per-fección seríamos libres, es decir sabrí-amos s iempre lo que deberíamosh a c e r, sin embargo la ét ica surge parallenar esta imposibilidad, es decir, sur-giría del ordenamiento que hacemosde nuestras acciones en cuanto bue-nas o malas (utilidad racional) pero noporque el bien o el mal podamos cono-cerlo, porque es imposible al no existiren la naturaleza. Una vez que constru-ye su ét ica bajo estas líneas maestrasno se olvida de enclavar al sujeto en elcontexto del Estado.

Van Gogh, La pena. Para Espinosa la fortaleza es una virtud ética básica. Laalegría es indicio de crecimiento; la pena, de pérdida de ser.

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mente o naturalmente separadas de las relaciones sociales en general, que son ante todo re lacionespolíticas, y relaciones morales, en la medida que la dinámica de los grupos internos a esa sociedadpolítica «luchan por la justicia». Pero porque la ética no se da separada ni autónomamente de las cir-cunstancias político-morales es por lo que el «mundo de los valores» se encuentra en una continuadialéctica material que incluye fuertes c o n t r a d i c c i o n e s entre los tres distintos planos e-p-m, no sóloporque de las diferencias individuales broten continuamente enfrentamientos reales y naturales, sinoporque además el bien ético, el bien moral y el bien político no coinciden porque el sujeto entra encada uno de estos planos en una lógica diversa cuyas circunstancias no siempre se acoplan bien. A h o-ra bien, la é t i c a no puede dejar de afectar a la m o r a l y viceversa , y éstas a la p o l í t i c a y, por ello, n opueden sustraerse ni a sus oposiciones ni a su engranaje mutuo. Aquí es donde entra el formalis-mo que es capaz de proyecta r la razón humana, que propone en e l tramo ético la igualdad como «ide-al» de acción (que nace de la defensa universal de la vida humana), en el moral la justicia y en el polí-tico la e u t a x i a.

El materialismo formalista defiende, en definitiva, que ha de diferenciarse entre el plano de losvalores éticos (derechos/deberes, virtudes/defectos) y el de los morales y, a su vez, éstos, de los políti-cos. Desde aquí, propone que hay una materia y una forma e-m y un scp trascendental. La «materia éti-ca» radica en el hecho de que el scp incorpora en él el valor de la vida (una buena vida basada en la for-taleza y la generosidad) como un principio irrenunciable a la racionalidad (proléptica). La «forma éti-ca» que dota de energía y despliegue histórico a esa materia consiste en la introducción del criterio deigualdad en las operaciones o relaciones humanas. La «materia moral» se constituye cuando el mismocriterio de pervivencia de los scp tomados de uno en uno se aplica ahora a los grupos humanos. La«forma moral» que dota de energía y despliegue histórico a esa materia reside en los distintos modosde «lucha por la justicia social». Las distintas alternativas de justicia social en dialéctica no se mate-rializan sino a través de la eutaxia política (tema 17). (Act. II, IV y V)

Conexión ético-política en Espinosa. El orden éticocarece de autonomía, porque dependería, desde luego, delorden político-moral. El orden social es superior a la ordena-c ión part icular de cada individuo por cuanto expresa unamayor potencia o realidad, es decir, una mayor perfección.El Estado es una «naturaleza pensante», «individuo de indi-viduos». Un Estado (que siendo unión de almas puede com-portarse como una sola alma) es superior a otro, cuando lautilidad que genera se funda en una legislación racional yno en la intervención de las pasiones particulares, lo que lepermitirá perseverar más en su ser. Superior a un Estadosería la unión de Estados (y, entre éstos, más los democrá-t icos) que históricamente pudieran componerse. Yendo deuna organización menos estable a otra más estable, encon-tramos la monarquía, oligarquía y democracia jerárquica-mente concebidos , s iendo la e s t a b i l i d a d una forma depotencia y por tanto de perfección. La just if icación de cadaEstado viene dada por su capacidad de durar [e u t a x i a], perola gradación jerárquica entre los estados procede de la com-pletud que el gobierno pueda alcanzar, que será tanto mayorcuanto más crezca el número de voluntades de ciudadanosincorporadas a la voluntad de la asamblea de gobierno (prin-cipio moral democrático), y esto porque ganará en estabili-dad y potencia.

«Ningún pensador despertó, probablemente,en su siglo tanto temor ni tanto odio -tan tiránicaseducción, por tanto- como Baruch de Espinosa»(G. Albiac). B. de Espinosa (1632-1677)

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A C T I V I D A D E S

Actividad I. Te x t o s

Texto 1: Las morales como moldeamientos ét icos

Hay una psicología religiosa, tradicional del pecado,que ningún psicólogo moderno puede aceptar. Se suponía,especialmente por los protestantes, que la conciencia re v e l aal hombre cuándo es pecaminoso un acto al que es tentado, yque una vez cometido ese acto, puede experimentar una dedos sensaciones aflictivas: o la llamada re m o rdimiento, queno tiene mérito alguno, o la llamada arrepentimiento, que tie -ne la v irtud de extirpar su pecado. [...] Sabemos que la con -ciencia ordena actuar de manera distinta en partes difere n -tes del mundo [ ...] ¿Qué es, pues, lo que ocurre re a l m e n t ecuando la conciencia le re m u e rde al hombre? La palabraconciencia encierra sentidos diferentes, el más sencillo delos cuales es el temor a ser descubierto [...como pasa al]d i rector de un Banco, que desfalca en un momento de apuroo al clérigo que cae en la tentación del pecado carnal. Estosh o m b res pueden olvidar su crimen mientras parece que nohay peligro de su descubrimiento; pero cuando se les descu -b re o están en peligro inminente de e llo, quisieran haber sidomás virtuosos, y adquieren la percepción clara de la enormi -dad de su pecado. Muy relacionado con éste se halla el mie -do de perder la fama [...] La razón [del concepto de pecado]en casi todos los casos, se halla en la enseñanza moral querecibe el hombre antes de los seis años en las faldas de sum a d re [...] Nada es tan triste como encerrarse dentro de símismo, nada tan exultante como dirigir la atención y la ener -gía al exterior. Nuestra moralidad tradicional ha sido exce -sivamente concentrada, y el concepto del pecado forma par -te de este inmoderado enfoque de la atención hacia sí mismo.(Bertrand RUSSELL: La conquista de la felic idad [ 1 9 3 0 ] .Madrid, Espasa-Calpe,1973, págs. 60-69)

C u e s t i o n e s: 1) ¿Qué relación establece Russell entre elpecado, el ser descubierto, e l miedo de perder la fama y la edu-cación de la infancia?, ¿estás de acuerdo con él? 2) ¿Crees queel concepto de vir tud ha de construirse centrándose en unomismo o en dialéctica con los demás?, ¿por qué? 3) ¿En quémedida interviene uno mismo en la forja de su carácter ético,en qué medida influye la sociedad? Lo mismo ¿en qué medi-da con la moral?

Texto 2: La felicidad según Epicuro

«Según las ganancias y los perjuicios hay que juzgars o b re el placer y el dolor, porque algunas veces el bien se tor -na en mal, y otras veces el mal es un bien.

La autarquía la tenemos por un gran bien, no porq u edebamos siempre conformarnos con poco, sino para que, sino tenemos mucho, con este poco nos baste, pues estamosconvencidos de que de la abundancia gozan con mayor dul -zura aquellos que mínimamente la necesitan, y que todo lo

que la naturaleza reclama es fácil de obtener, y difícil lo quere p resenta un capricho.

Los alimentos frugales pro p o rcionan el mismo placerque los exquisitos, cuando satisfacen el dolor que su falta noscausa, y el pan y el agua son motivo del mayor placer cuan -do de e llos se alimenta quien tiene necesidad.

Estar acostumbrado a una comida frugal y sin complica -ciones es saludable, y ayuda a que el hombre sea diligente enlas ocupaciones de la v ida; y, si de modo intermitente part i -cipamos de una vida más lujosa, nuestra disposición frente aesta clase de vida es mejor y nos mostramos menos temero -sos respecto a la suert e .

Cuando decimos que el placer es la única finalidad, nonos referimos a los placeres de los disolutos y crápulas, comoafirman algunos que desconocen nuestra doctrina o no estánde acuerdo con ella o la interpretan mal, sino al hecho de nosentir dolor en el cuerpo ni turbación en el alma [ … ]

El principio de todo esto y el bien máximo es el juicio, ypor ello el juicio –de donde se originan las restantes v irt u d e s -es más valioso que la propia filosofía, y nos enseña que noexiste una vida feliz sin que sea al mismo tiempo juiciosa,bella y justa, ni es posible vivir con prudencia, belleza y jus -ticia, sin ser feliz. Pues las v irtudes son connaturales a unavida fe liz, y el vivir felizmente se acompaña siempre de la vir -tud (EPICURO: «Carta a Meneceo» [130-132], en O b r a s,Barcelona, Altaya, 1994, págs. 62-64)

C u e s t i o n es: 1) Resume la idea que se plantea y clasifí-cala siguiendo la tipología del tema. 2) ¿La vida feliz queplantea Epicuro está exenta de deber?; explícalo. 3) ¿Sonimportantes para e l epicureísmo, según todo esto, los proble-mas sociales?; acláralo, teniendo en cuenta los análisis reali-zados en el tema.

Texto 3: John Rawls: Kant frente al utilitarismo

F rente a la larga tradición del pensamiento utilitarista,más recientemente se han revitalizado las ideas de Kant. Enello ha tenido un papel nuclear la obra de John Rawls. Sul i b ro Una teoría de la justicia (1971) intenta demostrar cómose pueden justificar principios de acción correcta, al menosen el ámbito de la justicia, independientemente de la canti -dad de bien que produce la acción correcta. Además, Rawlsha argumentado con vigor que ninguna explicación utilitariade la justicia puede incorporar tan bien nuestras conviccio -nes del sentido común como su idea kantiana de que lo corre c -to es anterior a lo bueno.

La obra de Rawls no sólo señala un nuevo rechazo delpensamiento utilitarista. Significa el abandono de la pre o c u -pación por considerar la moralidad estructurada alre d e d o rdel individuo autónomo, y concebir que la filosofía moral tie -ne por tarea explicar cómo puede cooperar semejante indivi -duo. Rawls afirma que los problemas de la justic ia no puedenresolverse por las decisiones que los individuos toman por

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separado. Las cuestiones son sencillamente demasiado com -plejas. Sólo se puede alcanzar la justic ia mediante algo comoun contrato social, en el que todos acordamos autónomamen -te cómo hay que estructurar las instituciones básicas de nues -tra sociedad para que sean justas. Rawls intenta así unir e lreconocimiento hegeliano de la prioridad de la comunidad auna re i n t e r p retación de la insistencia kantiana en la autono -m í a. (J. B. SCHNEEWIND: «La Filosof ía moral moderna»,en Peter Singer, Editor: Compendio de Ética [1991], Madrid,Alianza, 1995, págs. 228-229)

C u e s t i o n e s: 1) ¿Qué propone Rawls según este texto? 2)¿Qué se quiere decir con lo correcto es anterior a lo bueno? ,¿en qué sentido está más cerca de Kant que del utilitarismo?3) ¿cómo solucionarías tú el problema que se plantea de si hayque estructurar la teor ía ético-moral en torno al individuo obasándose en el consenso?; razónalo utilizando la diferenciae-p-m que has estudiado.

Actividad II. Sobre asimilación de contenidos

II.1. Conviene re s u m i r. Conviene esquematizar

Resume lo esencial de los siguientes epígrafes: 1, 1.1,1.2, 2. y 3.

Realiza esquemas de los siguientes epígrafes: En 1.3completa el esquema propuesto. En 4. distinguiendo los dis-tintos planos de la moral. Realiza un esquema general con elapartado 5. y sus subepígrafes (del 5.1 al 5.4) Puedes avanzarpor partes (5.1, 5.2, 5.3 y 5.4) y ensamblar las al final.

II. 2. Revisa los contenidos respondiendo a:1) ¿Qué quiere decir que los valores e-p-m nacen de rela-

ciones circulares? 2) Enumera los valores que se citan en eltema y elabora con ellos y otros que añadas una jerarquía per-sonal en función de tus valoraciones actuales. 3) ¿Por qué noes posible separar, salvo en falso, la ética, la moral y la polí-tica? 4) ¿Qué crítica cabe hacer al positivismo e-m? 5) ¿Quécr ítica cabe hacer al materialismo e-m? 6) ¿Qué crítica cabehacer al formalismo e-m? 7) El «materialismo formalista» e-p-m ¿qué toma de las otras teorías, y qué le añade? 8) ¿Quépiensa Kolhberg sobre cómo aparece la conciencia e-m? 9)¿En qué no se pondrían de acuerdo Kant y Piaget? 10) Defi-ne: trascendental; valor; «deber ser»; ética; igualdad; clasedistributiva; derecho a la vida; fortaleza; firmeza; generosi-dad; solidaridad; «beneficio» ético; «bien» ético; política encontexto e-p-m; e u t a x i a; moral; clase atributiva; justicia ;«beneficio» moral; «bien» moral; i s o n o m í a ; ética f rente amoral; sistemas: teleológico, e u d e m o n i s t a y deontológico;teorías: positivismo e-m, materialismo e-m, formalismo e-my «materialismo formalista» e-p-m; epicureísmo; hedonismo;utilitar ismo; «ética materia l de los valores»; formalismo kan-tiano; estoicismo; neocontractualismo; «ética comunicati-va»; emotivismo; sistema e-p-m de Aristóteles; sistema ético-político de Espinosa. 11) Identifica a los siguientes autorespor la teor ía que defienden y ubícalos en el tiempo histórico:Aristóteles, Epicuro, Espinosa, Kant, Nietzsche, Scheler,Ortega, Rawls, G. Bueno.

Actividad III. Sobre aplicación e investigación

III.1. Va l o res éticos, sent imientos morales y pro b l e-mática política en el enfrentamiento de dos pueblos:

P e l í c u l a: P ro m i s e s de Justine Shapiro, B.Z. Goldberg yCarlos Bolado. País: Israel-Estados Unidos. Año: 2001. Dura-

ción 112 minutos. Género: documental (Cuenta la vida y lasopiniones de varios niños entre 9 y 13 años –judíos y musul-manes- que viven en directo los enfrentamientos árabe-israe-líes)

Los a lumnos seleccionan y apuntan: a) la mitad de la c la-se los datos de los niños árabes (biografía, ideas); b) la otramitad, los datos de los niños israelitas. Después cada grupounifica los datos distinguiendo 1) los valores éticos que se tra-tan –defendidos o postergados-, 2) los sentimientos moralesdel grupo y 3) los problemas estrictamente políticos). Poste-riormente los dos grupos exponen sus análisis y se procede auna valoración guiada por la idea de determinar hasta quépunto son válidas las ideas morales (de preservación del pro-pio grupo y la concepción de lo que es justo de cada par te) quese esgr imen. Cada alumno debe anotar en su cuaderno losdatos iniciales, los datos del grupo y la reflexión final perso-n a l .

(La actividad puede hacerse utilizando otras películas odocumentos alternativos, que planteen enfrentamientos entrecolectivos humanos o entre intereses distintos) (Puede plan-tearse bien como actividad inicia l bien como aplicación pos-t e r i o r )

III.2 Vida privada/vida pública y casuística e-p-m.

Todo el mundo tiene vida privada; todo el mundo tienetambién, aunque no quiera, una vida pública. Sería tentadorasimilar la vida pr ivada con la ética y la pública con la moral,pero son realidades que no encajan tan simplemente. Per te-nece a mi «vida privada» (a mis secretos) e l f raude que hagoen la declaración de hacienda; sin embargo, declarar ahacienda es un acto moral, que tiene que ver con la redistri-bución «justa» de la riqueza. Pertenece a mi vida pública elhecho de asistir al trabajo; sin embargo, aunque la puntuali-dad tiene que ver con un problema moral (el rendimientosocial: es injusto para con los demás rendir poco cuando setransgrede un contrato justo) es, a la vez, ético/«cacoético»mi carácter desidioso, como lo es que trabaje alegre o triste,o en camaradería o no, &c. Partiendo de este enfoque, anali-za tú los casos siguientes habituales hoy en día, aplicando loscriterios público/privado, é tico/«cacoético», moral/inmorale indicando la solución ideal. Verás que los problemas pue-den tener distintas vertientes y que no siempre son concilia-bles: 1) Copiar en un examen. 2) Favorecer a un amigo paraque obtenga un empleo que depende de la suer te . 3) Favore-cer a un amigo para que obtenga un trabajo que se halla enuna lista oficial de empleo. 4) Casarse por unos buenos obje-tivos políticos, sabiéndolo el cónyuge. 5) Mentir a un enfer-mo terminal (soy médico). 6) Disolver una manifestación ile-gal a golpes (soy policía). 7) Fotografiar a un famoso a quienperjudicaré con ello (soy periodista). 8) Aprobar a un alum-no que se por ta y me cae bien, aunque no ha madurado aca-démicamente ... ¡ya madurará! (soy profesor). 9) I r a unamanifestación que corta el tráfico. 10) Tomar droga reciéntraída de Colombia (es muy buena) en la discoteca. 11) Des-preciar a a lguien por su raza, sexo, condición física o econó-mica. 12) No alquilar el piso a los extranjeros por descon-fianza. 13) Contratar a los extranjeros porque me sale másrentable (me ahorro bastante; son menos reivindicativos y lespago «lo justo»). 14) Defender la cadena perpetua en casosde crímenes horrendos (criminal ir recuperable). 15) A p l i c a rpenas no de rehabilitación sino de resarcimiento (venganza:«que lo paguen») a los crímenes de violación, asesinato(voluntar io, no simple homicidio), malos tratos graves hacialos niños, terrorismo de Estado (ETA), estafas económicasgraves, tramas políticas corruptas (para a lcanzar benef ic ios

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par ticulares). 16) Entender como un delito del «orden políti-co establecido» determinadas situaciones (por d i s t á x i c a s) ,por las que el gobierno debe compensar a los perjudicados:paro involuntario, pobreza extrema, situación de abandono(infancia, vejez...). 17) Entender como un delito del ordenpolítico internacional, que habría de ser juzgado y penaliza-do por organismos internacionales: las guerras «injustas»,los genocidios, los gobiernos despóticos. 18) Busca en laprensa dos o tres últimos casos e-p-m más importantes y ana-l í z a l o s .

III.3 Elaboración de materiales de síntesis:

Composición de un mural. Cada alumno aporta tresnoticias de prensa o Internet (apoyadas también, si se puede,en imágenes), una que se refiera a un problema ético, otra auno moral y la última a uno con ambos componentes. Porequipos de cuatro o cinco se clasif ican, según el criterio delgrupo, en los casos é ticos, los morales y los mixtos. Seránmixtos todos los que ofrezcan dudas. Se reúnen en un muralque contenga tres secciones, la ética, la moral y la mixta. Cadaalumno aporta una idea que explique qué tensión se da en lasmixtas y qué problemática de las dos adquiere más relieve: laética o la moral (o si no hay modo de preferir y por qué) . Sialgún alumno (o grupo) es bueno dibujando puede hacer,mientras que los demás realizan el mural, un cómic alusivo alproblema, que se añadirá al mural. (Puede plantearse biencomo actividad inicial bien como aplicación posterior)

III.4 Debate

Sobre los casos que se mencionan en «Vida privada/vidapública y casuística e-p-m» más arriba, puntuar de 0 a 10según su importancia ético-moral. Sumar las puntuaciones detoda la c lase y de entre los tres temas más destacados selec-cionar uno para debate . En el debate se par te de los análisissobre el problema elegido, indicando cada alumno si es untema privado/público, ético/cacoético, moral/inmoral, o mix-to en cualquiera de sus posibilidades, como forma de clasif i-carlo para proceder a su análisis. Luego, reunión por equiposde 4 ó 5 miembros, según la convergencia de las respuestas(que se insista más en los temas éticos, morales o político-morales). Cada grupo indica dónde radica fundamentalmen-te el problema y cuál sería su solución (si habr ía que empezarpor soluciones de índole ética, política o moral). Se procedeal debate como intercambio de ideas razonadas. Para termi-nar cada alumno redacta entre tres y cinco soluciones al pro-blema señalando el orden de ejecución o el orden de impor-tancia de mayor a menor.

Actividad IV. Resuelve tus dudas

Vuelve sobre los conceptos dificultosos del tema queestimes de interés. Acláralos indagando más: 1) Haz unalista con los conceptos dif íciles de al menos cinco de ellos. 2)Si son conceptos que pertenecen al materialismo filosóficopuedes indagar en el Diccionario filosófico de Pelayo GarcíaSierra, que encontrarás en la página Web de la FundaciónGustavo Bueno; puedes empezar por el índice sistemático opor el alfabético de términos. 3) Si son conceptos que puedenaparecer en una enciclopedia, un diccionario general o un dic-cionar io filosóf ico estándar, consúltalos y toma nota . 4)Explica (por escrito u oralmente a tu profesor) cuál de los con-ceptos queda todavía sin aclarar.

Actividad V. Ensayo filosófico

Tomando ideas de partida de alguna de las actividadesIII.1, II I.2, I II.3, III.4, IV y/o, sobre todo, basándote en las teo-rías e-p-m del tema, desarrolla tu modelo ético-moral. 1º)Indica qué valores (virtudes, derechos y deberes éticos ymorales) tomarías como fundamentales y cómo los ordenarí-as. Idealiza un personaje que fuera tu modelo ético y moral,concretando sus virtudes. 2º) Tu propuesta debe establecerconexiones con al menos tres teorías conocidas. 3º) Debesaplicar tu teoría a la solución de 3 ó 4 problemas del mundoactual que consideres relevantes para la persona o para el ciu-dadano. 4º) Incluye alguna imagen alusiva (cómic, fotos...),que puedes extraer de la prensa, Internet, &c. 5º) Relacionatodas las fuentes que hayas utilizado ( libros, páginas We b ,prensa...); cuando hayas citado directamente no te olvides deseñalar lo entrecomillándolo; y, en los demás casos, señala lafuente con notas a pie de página. El ensayo tendrá valor enfunción de la cantidad de datos (2 puntos), de la pertinenciade los datos (4 puntos), de la justificación de las fuentes (1punto), de la unión y cohesión de las partes (3 puntos).

Bibliograf ía (para el alumno):

VA R I O S : Lecturas para estrenarse en Ética, Va l e n c i a ,Ed. Diálogo, 1999. Caps. 3 (p. 49-74), y 5 (p. 11 3 - 1 2 4 )

SARAMAGO, José: Ensayo sobre la ceguera, Madrid,Alfaguara, 1999. (La especie humana cambia su modo de seral generalizarse la ceguera)

RUSSELL, Bertrand: Ensayos filosóficos [1910 y 1966],Madrid, Alianza, 1985. Caps. 1.2 «bien y mal»; y 1.3 «justo-i n j u s t o »

(Bibliografía para el profesor: consúltese e l CD ROM)