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Teoría de la Comunicación Humana Paul Watzlawick - Janet Beavin Bavelas – Don D. Jackson Marco de referencia Un fenómeno permanece inexplicable en tanto el margen de observación no es suficientemente amplio como para incluir el contexto en el que dicho fenómeno tiene lugar. La imposibilidad de comprender las complejidades de las relaciones que existen entre un hecho y el contexto en que aquel tiene lugar, entre un organismo y su medio, o enfrenta al observador con algo “misterioso” o lo lleva a atribuir a su objeto de estudio ciertas propiedades que quizás el objeto no posea. En comparación con la amplia aceptación que este hecho tiene en la biología, las ciencias de la conducta parecen basarse todavía en una visión monadica del individuo y del método, consagrado por el tiempo, que consiste en asilar variables. Ello resulta particularmente evidente cuando el objeto de estudio es la conducta perturbada. Si a una persona que exhibe una conducta alterada (psicopatológica) se la estudia en aislamiento, entonces la investigación debe ocuparse de la naturaleza de su estado y, en un sentido más amplio, de la naturaleza de la mente humana. Si los límites de la investigación se amplían con el propósito de incluir los efectos de esa conducta sobre los demás, las reacciones de estos últimos frente a aquellas y el contexto en que todo ello tiene lugar, entonces el foco se desplaza desde la monada artificialmente aislada hacia la relación entre las partes de un sistema más amplio. El observador de la conducta humana, entonces, pasa de un estudio deductivo de la mente al estudio de las manifestaciones observables de la relación. El vehículo de tales manifestaciones es la comunicación El estudio de la comunicación humana puede subdividirse en las tres áreas, sintáctica, semántica y pragmática, establecidas por Morris y seguidas por Carnap, para el estudio de la semiótica (la teoría general de los signos y los lenguajes). Así, aplicadas al marco de la comunicación humana, la sintáctica abarca los problemas relativos a trasmitir información y, por ende, constituye el campo fundamental del teórico de la información, cuyo interés se refiere a los problemas de codificación, canales, capacidad, ruido, redundancia y otras propiedades estadísticas del lenguaje. Tales problemas son de índole esencialmente ~ 1 ~ 1

Teoría de La Comunicación Humana. Capitulo 1,2,3

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Teoría de la Comunicación Humana

Paul Watzlawick - Janet Beavin Bavelas – Don D. Jackson

Marco de referencia

Un fenómeno permanece inexplicable en tanto el margen de observación no es suficientemente amplio como para incluir el contexto en el que dicho fenómeno tiene lugar. La imposibilidad de comprender las complejidades de las relaciones que existen entre un hecho y el contexto en que aquel tiene lugar, entre un organismo y su medio, o enfrenta al observador con algo “misterioso” o lo lleva a atribuir a su objeto de estudio ciertas propiedades que quizás el objeto no posea. En comparación con la amplia aceptación que este hecho tiene en la biología, las ciencias de la conducta parecen basarse todavía en una visión monadica del individuo y del método, consagrado por el tiempo, que consiste en asilar variables. Ello resulta particularmente evidente cuando el objeto de estudio es la conducta perturbada. Si a una persona que exhibe una conducta alterada (psicopatológica) se la estudia en aislamiento, entonces la investigación debe ocuparse de la naturaleza de su estado y, en un sentido más amplio, de la naturaleza de la mente humana. Si los límites de la investigación se amplían con el propósito de incluir los efectos de esa conducta sobre los demás, las reacciones de estos últimos frente a aquellas y el contexto en que todo ello tiene lugar, entonces el foco se desplaza desde la monada artificialmente aislada hacia la relación entre las partes de un sistema más amplio. El observador de la conducta humana, entonces, pasa de un estudio deductivo de la mente al estudio de las manifestaciones observables de la relación.

El vehículo de tales manifestaciones es la comunicación

El estudio de la comunicación humana puede subdividirse en las tres áreas, sintáctica, semántica y pragmática, establecidas por Morris y seguidas por Carnap, para el estudio de la semiótica (la teoría general de los signos y los lenguajes). Así, aplicadas al marco de la comunicación humana, la sintáctica abarca los problemas relativos a trasmitir información y, por ende, constituye el campo fundamental del teórico de la información, cuyo interés se refiere a los problemas de codificación, canales, capacidad, ruido, redundancia y otras propiedades estadísticas del lenguaje. Tales problemas son de índole esencialmente sintáctica, y a este teórico no le interesa el significado de los símbolos-mensaje.

El significado constituye la preocupación central de la semántica. Si bien es posible transmitir series de símbolos con corrección sintáctica, carecería de sentido a menos que el emisor y el receptor se hubieran puesto de acuerdo de antemano con respecto a su significado. En tal sentido, toda información compartida presupone una convención semántica. Por último, la comunicación afecta a la conducta y este es un aspecto pragmático, si bien es posible efectuar una separación conceptual clara entre estas tres áreas, ellas son interdependientes.

Noción de función y relación

En toda percepción hay un proceso de cambio, movimiento o exploración. Se establece una relación, se la pone a prueba en un rango tan amplio como las circunstancias lo permiten y se llega a una abstracción que, según sostenemos, es idéntica al concepto matemático de función. Las variables no tienen un significado propio,   sino   que   resultan   significativas   en   su   relación  mutua,   esto   constituye   el concepto de   función.Así las esencia de nuestras percepciones no son “cosas” sino funciones y estas, no constituyen magnitudes

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aisladas, sino “signos que representan una conexión… una infinidad de posiciones posibles de carácter similar…” Por esta razón la percepción que el hombre tiene sobre si mismo es en esencia, una percepción de funciones, de relaciones en las que participa, por mucho que después pueda cosificar esa percepción. Cabe destacar, que la ya vasta literatura acerca de deprivación sensorial corrobora todos estos hechos, desde los trastornos sensoriales hasta los problemas de la autopercepción.

Información y retroalimentación

La retroalimentación, es una cadena en la que el hecho A afecta al hecho B, y B afecta luego a C y C a su vez trae consigo a D, etc., tendría las propiedades de un sistema lineal determinista. Sin embargo, si D lleva nuevamente a A, el sistema es circular y funciona de modo totalmente distinto. Exhibe una conducta que es esencialmente análoga a la de los fenómenos que han desafiado el análisis en términos de un determinismo lineal estricto.

La retroalimentación puede ser positiva o negativa; la negativa caracteriza la homeostasis (estado constante), por lo cual desempeña un papel importante en el logro y el mantenimiento de la estabilidad de las relaciones. Retroalimentación positiva lleva al cambio, esto es, a la perdida de estabilidad o de equilibrio. En ambos casos, parte de una salida de un sistema vuelve a introducirse en el sistema como información acerca de dicha salida. La diferencia consiste en que, en el caso de la retroalimentación positiva, la misma información actúa como una medida para aumentar la desviación de la salida y resulta así positiva en relación con la tendencia ya existente hacia la inmovilidad o la desorganización.

Los sistemas interpersonales (grupos de desconocidos, parejas, familias, relaciones psicoterapéuticas o internacionales), pueden entenderse como circuitos de retroalimentación, ya que cada persona afecta la de cada una de las otras y es, a su vez, afectada por estas. La entrada a tal sistema puede amplificarse y transformarse así en cambio o bien verse contrarrestada para mantener la estabilidad, según que los mecanismos de retroalimentación sean positivos o negativos.

Se trata de un tipo indeseable de estabilidad. Puesto que las manifestaciones de vida se distinguen claramente tanto por la estabilidad como por el cambio, los mecanismos de retroalimentaciones de vida se distinguen claramente tanto por la estabilidad como por el cambio, los mecanismos de retroalimentación positiva o negativa que necesariamente poseen presentan formas específicas de interdependencia o complementariedad. La estabilidad no es un punto final estéril incluso en un medio relativamente constante sino más bien, para utilizar la frase de Claude Bernard “la estabilidad del medio interno es la condición para la existencia de la vida libre”.

Redundancia

Cada uno de nosotros posee vastos conocimientos acerca de la legitimidad y la probabilidad estadística inherente tanto a la sintáctica como a la semántica de las comunicaciones humanas.

La redundancia pragmática es esencialmente similar a la redundancia sintáctica y semántica. También aquí contamos con un monto elevado de conocimientos que nos permiten evaluar, modificar y predecir la conducta. En esta área, la conducta que esta fuera de contexto o que muestra algún otro tipo de comportamiento al azar o de falta de restricción nos impresiona de inmediato como mucho más inadecuada de los errores meramente sintácticos o semánticos en la comunicación. En esta área donde menos percibimos aquellas reglas que se siguen en la comunicación eficaz y se violan en la comunicación perturbada. La comunicación nos afecta de continuo; como ya se señaló incluso nuestra conciencia depende de la comunicación.

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Hora dice “para comprenderse a si mismo, el hombre necesita que otro lo comprenda. Para que otro lo comprenda, necesita comprender al otro”. Pero, si la comprensión lingüística se basa en las reglas de la gramática la sintáctica, la semántica, etc. ¿Cuáles son las reglas para el tipo de comprensión al que se refiere Hora? Una vez más se tiene la impresión de que las conocemos sin saberlo. Estamos en comunicación constante y, sin embargo, somos casi por completo incapaces de comunicación acerca de la comunicación.

La búsqueda de configuraciones constituye la base de toda investigación científica. Cuando hay configuraciones hay significación, una máxima epistemología que también resulta válida para el estudio de la interacción humana. Este estudio seria relativamente fácil si consistiera tan solo en interrogar a quienes participan en la interacción y averiguar así, a través de ello, que configuraciones siguen habitualmente, o en otras palabras, que reglas de conducta han establecido entre ellos.

Ejemplo de redundancia pragmática de la comunicación humana; la programación de computadoras consiste en ordenar un número relativamente pequeño de reglas específicas (el programa); tales reglas guían a las computadoras hacia un elevado número de operaciones pautadas y muy flexibles. Precisamente lo opuesto sucede si, como se sugirió, se observa la interacción humana en busca de redundancias. A partir de la observación de un sistema particular en funcionamiento, se trata de postular reglas subyacentes a su funcionamiento, esto es, su “programa”, siguiendo nuestra analogía con la computadora.

Metacomunicación y el concepto de cálculo

Un cálculo según Boole, es “un método que se basa en el empleo de símbolos, cuyas leyes de combinación son conocidas y generales, y cuyos resultados admiten una interpretación congruente”.

Lo importante de reconocer la distinción entre matemáticas y metamatemáticas no puede exagerarse. El  hecho de no haberse respetado tal distinción ha dado lugar a paradojas y confusión. El reconocimiento de su importancia nos ha permitido exhibir baja una luz clara la estructura lógica de razonamiento matemático. El método de la distinción radica en que implica una codificación cuidadosa de los diversos signos que intervienen en el desarrollo de un cálculo formal, libre de supuestos ocultos y de asociaciones de significado irrelevantes. Además, requiere definiciones exactas de las operaciones y reglas lógicas de la construcción y la deducción matemáticas, muchas de las cuales los matemáticos habían aplicado sin tener conciencia explicita  de que era lo que utilizaba.

Cuando dejamos de utilizar la comunicación para comunicarnos, y la usamos para comunicar algo acerca de la comunicación, utilizamos conceptualizaciones que no son parte de la comunicación sino que se refiere a ella. Siguiendo la analogía con las metamatemáticas, hablamos aquí de meta comunicación. La investigación sobre la meta comunicación presenta dos desventajas significativas. La primera consiste en que, en el caso de la comunicación humana, no hay por el momento nada comparable al sistema formal de un cálculo. La segunda dificultad está estrechamente relacionada con la primera: mientras que los matemáticos poseen dos lenguajes, nosotros estamos básicamente limitados al lenguaje natural como vehículo tanto para la comunicación como para la meta comunicación.

¿Cuál es, la utilidad de la noción de un cálculo de la comunicación humana, si lo específico de ese cálculo pertenece de hecho al futuro remoto? Su utilidad inmediata radica en que la noción misma proporciona un modelo poderoso de la naturaleza y el grado de abstracción de los fenómenos que queremos identificar. Buscamos redundancia pragmática, sabemos que no son magnitudes o cualidades simples y estáticas, sino configuraciones tendrán las características que habitualmente se encuentran en los sistemas tendientes a objetivos prefijados y que contienen mecanismos de control de errores.

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Toda interacción puede definirse en términos de la analogía con el ajedrez, esto es, como secuencias de “movimientos” estrictamente gobernados por reglas acerca de las que es correlevante que estén o no en el campo de conciencia de los comunicantes, pero con respecto a las cuales pueden hacerse aseveraciones metacomunicaciones significativas. Ello implicaría que, existe un cálculo aun no interpretado de la pragmática de la comunicación perturbada. En el estado actual de nuestros conocimientos, la existencia de ese cálculo puede compararse a la una estrella cuya existencia y posición han sido postuladas por la astronomía teórica pero que los observatorios aún no han podido descubrir.

Efecto versus causa

Las causas posibles o hipotéticas de la conducta asumen importancia secundaria, y el efecto de la comunicación surge como el criterio de significación esencial en la interacción de individuos estrechamente relacionados. Los síntomas pueden así mostrarse como una constricción, como una regla del “juego” interaccionar en que está inmerso el sujeto más que como el resultado de un conflicto no resuelto de hipotéticas fuerzas intrapsiquicas. Un síntoma es un fragmento de conducta que ejerce efectos profundos sobre todos los que rodean al paciente. En tal sentido podría establecerse una regla empírica: cuando el porqué de un fragmento de conducta permanece oscuro, la pregunta ¿para qué? Puede proporcionar una respuesta válida.

La circularidad de las pautas de comunicación

Todas las partes del organismo forman un círculo. Por lo tanto, cada una de las partes es tanto comienzo con fin. Hipócrates.

En un círculo no hay comienzo ni fin. El hecho de pensar en términos de tales sistemas nos obliga a abandonar la noción de que, por ejemplo, el hecho A ocurre primero y el hecho B esta determinado por la aparición de A, pues utilizando la misma lógica deficiente se podría afirmar que el hecho B precede a A, según donde se decida arbitrariamente romper la continuidad del círculo.

La relatividad de lo “normal” y lo “anormal”

La noción de “anormalidad” se vuelve cuestionable, pues ahora se acepta en general que el estado del paciente no es estático, sino que caria según la situación interpersonal y según la perspectiva subjetiva del observador. Cuando los síntomas psiquiátricos se entienden como la conducta adecuada a una situación interaccional dada, surge un marco de referencia que es opuesto a la visión psiquiátrica clásica. La importancia de este cambio es máxima.

Algunos axiomas exploratorios de la comunicación

1. La imposibilidad de no comunicar.

Para las diversas unidades de comunicación (conducta), hemos tratado de elegir términos que ya son generalmente comprendidos. Se llamará mensaje a cualquier unidad comunicacional singular o bien se hablara de una comunicación cuando no existan posibilidades de confusión. Una serie de mensajes intercambiados entre personas recibirá el nombre de interacción.

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Un vez que se acepte que toda conducta es comunicación, ya no manejamos una unidad-mensaje monofónica, sino más bien con un conjunto fluido y multifacético de muchos modos de conducta verbal, tonal, postural, contextual, etc., todos los cuales limitan el significado de los otros.

Hay una propiedad de la conducta que no podría ser más básica: no hay nada que sea lo contrario de conducta. En otras palabras, no hay no conducta, es imposible no comportarse. Si se acepta que toda conducta es una situación de interacción tiene un valor de mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por mucho que uno lo intente, no puede dejar de comunicar. Actividad o iniciativa, palabras o silencio, tienen siempre valor de mensaje: influye sobre los demás, quienes, a su vez, no pueden dejar de responder a tales comunicaciones y, por ende, también comunican.

No podemos decir que la comunicación solo tiene lugar cuando es intencional, consciente o eficaz, esto es, cuando se logra un entendimiento mutuo. Que el mensaje emitido sea o no igual al mensaje recibido constituye un orden de análisis importante pero distinto, pues, en última instancia, debe basarse en evaluación de datos específicos, introspectivos y proporcionados por el sujeto.

La imposibilidad de no comunicarse es un fenómeno de interés no solo teórico; por ejemplo constituye una parte integral del dilema esquizofrénico. Si la conducta esquizofrénica se observa dejando de lado las consideraciones etiológicas, parecería que el esquizofrénico trata de no comunicarse. Como veremos, cualquier comunicación implica un compromiso y, por ende, define el modo en que el emisor concibe su relación con el receptor, cabe sugerir que el esquizofrénico se comporta como si evitara todo compromiso al no comunicarse.

En síntesis cabe postular el primer axioma meta comunicacional de la pragmática de la comunicación: “no es posible no comunicarse.”

2. Los niveles de contenido y relaciones de la comunicación

En los párrafos precedentes sugerimos otro axioma cuando señalamos que toda comunicación implica un compromiso y, por ende, define la relación. Esta es otra manera de decir que una comunicación no solo transmite información sino que, al mismo tiempo, impone conductas. Siguiendo a Bateson, estas os operaciones e conocen como los aspectos “referenciales” y “conativos”. Bateson ejemplifica: supongamos que A, B y C constituyen una cadena lineal de neuronas. Entonces, el disparo de la neurona B es al mismo tiempo “información” de que la neurona A ha disparado y una “instrucción” para que la neurona C lo haga.

El aspecto referencial de un mensaje transmite información y, por ende, en la comunicación humana es sinónimo de contenido de mensaje. Puede referirse a cualquier cosa que sea comunicable al margen de que la información sea verdadera o falsa.

Por otro lado, el aspecto conativo se refiere a que tipo de mensaje debe entenderse que es, y, por ende, en última instancia, a la relación entre los comunicantes.

Queremos aclarar que las relaciones rara vez se definen deliberadamente o con plena conciencia. De hecho, parecería que cuando más espontánea y “sana” es una relación, más se pierde en el trasfondo el aspecto de la comunicación vinculado con la relación. Del mismo modo, las relaciones “enfermas” se caracterizan por una constante lucha acerca de la naturaleza de la relación, mientras que el aspecto de la comunicación vinculado con el contenido se hace cada vez menos importante.

Ahora bien, lo importante para nuestras consideraciones es la conexión que existe entre los aspectos de contenido (lo referencial) y relaciones (lo conativo) en la comunicación.

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El primero transmite los “datos” de la comunicación, y el segundo, como debe entenderse dicha comunicación. “Esta es una orden” o “solo estoy bromeando” constituyen ejemplos verbales de esa comunicación acerca de una comunicación. La relación también puede entenderse claramente a partir del contexto en el que la comunicación tiene lugar, por ejemplo, entre soldados uniformados o en la arena de un circo.

Limitándonos a resumir lo antedicho y establecer otro axioma de nuestro calculo tentativo: “Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional ales que el segundo clasifica al primero y es, por ende, una metacomunicación.”

3. La puntuación de la secuencia de hechos.

La siguiente característica básica de la comunicación que deseamos explorar se refiere a la interacción- intercambio de mensajes- entre comunicantes. Para un observador, una serie de comunicaciones puede entenderse como una secuencia interrumpida de intercambios. Sin embargo, quienes participan en la interacción siempre introducen lo que, siguiendo a Whorf, ha sido llamado por Bateson y Jackson la “puntación de la secuencia de hechos”.

La puntuación organiza los hechos de la conducta y, por ende, resulta vital para las interacciones en marcha. Desde el punto de vista cultural, compartimos muchas conversaciones de puntuación que, si bien no son ni más ni menos precisas que otras visiones de los mismos hechos sirven para reconocer secuencias de interacción comunes e importantes. Por ejemplo a una persona que se comporta de determinada manera dentro de un grupo, la llamamos “líder” y a la otra “adepto”, aunque resultaría difícil decir cual surge primero o que sería del uno sin el otro.

Una puntuación puede entenderse como poner un orden y un límite que permiten cerrar ideas, es decir corresponde a hacer gestos, movimientos de la mirada, tonalidad de voz. Es decir, es el significado que damos las personas, en función de los gestos de otra persona a la comunicación que estamos entablando. En una secuencia prolongada de intercambio, los organismos participantes, de hecho puntúan la secuencia de modo que uno de ellos o el otro tiene iniciativa, predominio, dependencia, etc. Es decir, establecen entre ellos patrones de intercambio y dicho patrones constituyen de hecho reglas de contingencia con respecto al intercambio de refuerzos.

La falta de acuerdo con respecto a la manera de puntuar la secuencia de hechos es la causa de incontables conflictos en las relaciones. Por ejemplo: Supongamos una pareja que mantiene un conflicto marital al que el esposo contribuye un retraimiento pasivo, mientras que la mujer colabora con sus críticas constantes. Al explicar sus frustraciones el marido dice que su retraimiento no es más que defensa contra los constantes regaños de su mujer mientras que ésta dirá que esa explicación constituye una distorsión, ya que asegura que lo que sucede en su matrimonio es que ella lo critica debido a su pasividad. Es decir que sus discusiones consisten en un intercambio monótono de mensajes: “me retraigo porque me regañas” o “te regaño porque te retraes”.

Recordar ejemplo de clase: undulcelamentardedospatores. UN DULCE LAMEN TARDE DOS PASTORES.

Así podemos incorporar un tercer axioma de la metacomunicación: “La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación entre los comunicantes.”

4. Comunicación digital y analógica

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En la comunicación humana, es posible referirse a los objetos en el sentido más amplio del término de dos maneras totalmente distintas. Se les puede representar por un símil. Tal como un dibujo, o bien mediante un nombre. Por ejemplo: “un gato atrapo a un ratón” los sustantivos podrían reemplazarse por dibujos.

Estos dos tipos de comunicación, uno mediante semejanza autoexplicativa y el otro, mediante una palabra son, desde luego, equivalentes a los conceptos de las computadoras analógicas y digitales, respectivamente.

¿Qué es la comunicación analógica? Virtualmente todo lo que sea comunicación no verbal. Opinamos que el termino debe incluir la postura, los gestos, la expresión facial, la inflexión de a voz, la secuencia, el ritmo y la cadencia de las palabras mismas, y cualquier otra manifestación no verbal de que el organismo es capaz, así como los indicadores comunicacionales que inevitablemente aparecen en cualquier contexto en que tienen lugar una interacción.

El hombre es el único organismo que utiliza tanto los modos de comunicación analógicos como los digitales. Por un lado, no cabe duda de que el hombre se comunica de manera digital: de hecho, la mayoría, si no todos, sus logros civilizados resultarían impensables sin el desarrollo de un lenguaje digital.

Sin embargo, existe un vasto campo donde utilizamos en forma casi exclusiva l comunicación analógica, a menudo sin introducir grandes cambios con respecto a la herencia analógica recibida de nuestros cambios con respecto a la herencia analógica recibida de nuestros antepasados mamíferos. Se trata aquí del área de la relación.

Quienes aman a los animales domésticos a menudo están convencidos de que aquellos “comprenden” lo que se les dice. Evidentemente, lo que el animal si entiendo o es por cierto el significado de las palabras, sino el caudal de comunicación analógica que acompaña el habla. De hecho, puesto que la comunicación se centra en aspectos relacionales comprobamos que el lenguaje digital carece casi por completo de significado.

Si recordamos que toda comunicación tiene un aspecto de contenido y uno relacional cabe suponer que comprobaremos que ambos modos de comunicación no solo existen lado a lado, sino que se complementan entre sí en casa mensaje.

Así mismo, cabe suponer que el aspecto relativo al contenido se transmite en forma digital, mientras que el aspecto relativo a la relación es de naturaleza predominantemente analógica.

El material del mensaje digital es de mucha mayor complejidad, versatilidad y abstracción que el material analógico. Específicamente, comprobamos que la comunicación analógica no tiene nada comparable a la sintaxis lógica del lenguaje digital. Ello significa que en el lenguaje analógico no hay equivalentes para elementos de tan vital importancia para discurso como “si…luego…”, “o…o”, y que la expresión de conceptos abstractos resulta tan difícil, si no imposible, como en la escritura ideográfica primitiva, donde cada concepto solo puede representarse por medio de una similitud física.

En su necesidad de combinar estos lenguajes, el hombre, sea como receptor o emisor, debe traducir constantemente de uno al otro, y al hacerlo debe enfrentar curiosos dilemas. En comunicación humana la dificultad inherente a traducir del modo digital analógico implica una gran pérdida de información, sino que lo opuesto también resulta sumamente difícil: hablar acerca de una relación requiere una traducción adecuada del modo analógico de comunicación al modo digital.

Para resumir: “Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis lógica sumamente compleja y poderosa pero carece de una semántica adecuada

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en el campo de la relación, mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.”

5. Interacción simétrica y complementaria

La cismogénesis, término definido por Bateson, es un fenómeno de interacción definido como un proceso de diferenciación en las normas de la conducta individual resultante de la interacción acumulativa entre los individuos. Se debe considerar que las relaciones entre individuos pueden sufrir alteraciones de tanto en tanto, incluso sin ninguna perturbación procedente del exterior. No sólo debemos considerar las reacciones de A, ante la conducta de B, sino que también debemos examinar la forma en que ello afecta la conducta posterior de B y el efecto que ello tiene sobre A.

Estos dos patrones pueden describírselos como relaciones basadas en la igualdad o en la diferencia. Cuando los participantes tienden a igualar especialmente su conducta recíproca, su interacción puede considerarse simétrica. Sean debilidad o fuerza, bondad o maldad, la igualdad puede mantenerse en cualquiera de esas áreas.

En el primer caso, los participantes tienden a igualar especialmente su conducta recíproca y así su interacción puede considerarse simétrica.

En el segundo caso, la conducta de uno de los participantes complementa la del otro, constituyendo un tipo de Gestalt y recibe el nombre de complementaria. La interacción simétrica se caracteriza por la igualdad y por la diferencia mínima, mientras que la interacción complementaria está basada en un máximo de diferencia.

En una relación complementaria hay dos posiciones distintas que ocupa cada sujeto: Posición superior primaria e inferior secundaria. Esto se determina según el carácter de mutuo encaje de la relación en la que ambas conductas, disímiles pero interrelacionadas tienden a favorecer una a la otra. Ninguno de los participantes impone al otro una relación complementaria, sino que cada uno de ellos se comporta de una manera que presupone la conducta del otro, el tiempo que ofrece motivos para ella; sus definiciones de la relación encajan.

Ejemplo:

Paciente (mecánico) con dolencia ---- médico lo cura.

Cliente (médico) con auto roto---- mecánico lo arregla

Médico y mecánico tuvieron una relación de complementariedad y ahora van al OCULISTA (relación de simetría).

Se ha sugerido un tercer tipo de relación, a saber, la “metacomplementaria”, en la que A permite u obliga a B a estar en control de la relación mediante idéntico razonamiento, podríamos arreglar la “pseudosimetria”, en la que A permite u obliga a B a ser simétrico.

Nuestro último axioma tentativo: “Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según que estén basados en la igualdad o en la diferencia.”

Es necesario volver a señalar ciertas reservas con respecto a los axiomas en general. Debe quedar aclarado  que tienen carácter tentativo, que han sido definidos de modo bastante informal y que son, por cierto, más  premilitares que exhaustivos. Son heterogéneos entre sí en tanto tienen su origen en observaciones muy  

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variadas de los fenómenos de la comunicación. Su unidad no surge de sus orígenes, sino de su importancia  pragmática.

La comunicación patológica

Introducción

Cada uno de los axiomas descritos implica ciertas patologías inherentes que se examinarán ahora. La mejor manera de ilustrar los efectos pragmáticos de esos axiomas consiste en relacionarlos con trastornos que pueden desarrollarse en la comunicación humana. Es decir, dados ciertos principios de comunicación, se examinará de qué maneras y con qué consecuencias pueden verse distorsionados esos principios. Se comprobará que las consecuencias de tales fenómenos a nivel de la conducta a menudo corresponden a diversas psicopatologías individuales, de modo que, además de ejemplificar la teoría, se sugiere otro marco de referencia desde el cual pueden entenderse aquellas conductas habitualmente considerados como síntomas de enfermedad mental.

Axioma 1: La imposibilidad de no comunicarse.

Ya nos hemos referido al dilema de los esquizofrénicos al señalar que estos pacientes se comportan como si trataran de negar que se comunican y luego encuentran necesario negar también que esa negación constituye en sí misma una comunicación. Pero es igualmente posible que el paciente dé la impresión de querer comunicarse aunque sin aceptar el compromiso inherente a toda comunicación. Sin embargo, ese fenómeno no solo se limita a la esquizofrenia, sino que tiene consecuencias mucho más amplias en la interacción humana. Cabe suponer que el intento de no comunicarse puede existir en cualquier otro contexto en que se desea evitar el compromiso inherente a toda comunicación. Una situación típica de esa clase es un encuentro entre dos desconocidos, uno de los cuales quiere entablar conversación y el otro no, por ejemplo dos pasajeros en un avión que comparten asiento. La persona, puede tomar cualquiera de las siguientes posibilidades:

RECHAZO DE COMUNICACIÓN: La persona, comunica de manera más o menos descortés que no desea entablar una comunicación. Pero esto es reprobable desde el punto de vista de la educación, ya que se necesita valor para hacerlo y da lugar a un silencio más bien tenso o incómodo, de modo que de hecho, no se ha evitado una relación con el otro.

ACEPTACIÓN DE LA COMUNICACIÓN: Se termina cediendo y se entabla conversación, probablemente la persona se odiará a sí mismo y a la otra persona por su debilidad. Un vez que la persona comienza a responder, le resultará cada vez más difícil detenerse.

DESCALIFICACIÓN DE LA COMUNICACIÓN: La persona descalifica, es decir hace que su propia comunicación y la del otro queden inválidas. Esto abarca una gama de fenómenos comunicacionales, tales como auto contradicciones, incongruencias, cambio de tema, oraciones incompletas, malentendidos. No es sorprendente que habitualmente recurra a este tipo de comunicación todo aquel que se ve atrapado en una situación en la que se siente obligado a comunicarse pero, al mismo tiempo, desea evitar el compromiso inherente a toda comunicación.

EL SÍNTOMA COMO COMUNICACIÓN: La teoría de la comunicación concibe a un síntoma como un mensaje no verbal: “no soy yo quien no quiere hacer esto, sino algo fuera mi control” por ejemplo: mis nervios, mi enfermedad, mi mala vista, etc. La persona sabe que está engañando al otro que quiere comunicarse, pero la treta comunicacional está en que la persona se convenza a si

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misma de que realmente tiene el síntoma, o está a merced de fuerzas. Por ejemplo: persona recurre a excusas como “Me duele la cabeza, o tengo un mal día y no tengo ganas de conversar, o estoy apurado”.

Axioma 2: La estructura de los niveles de la comunicación (contenido y relación)

El fenómeno del desacuerdo, permite estudiar bien los trastornos debido a la confusión entre contenido y la relación. El desacuerdo puede surgir en cualquiera de los dos niveles, y en ambas formas dependen una de la otra. Posibilidades DEFINICIÓN DEL SELF Y EL OTRO: El tipo de interacción que surja, será a partir del sarcasmo, dolor, o

rabia. Debido a que el desacuerdo equivale algo que es mucho más importante desde el punto de vista pragmático que el desacuerdo en el nivel de contenido, es decir, el nivel de contenido es conocido por los dos participantes. Por ello, hay un desacuerdo a nivel relacional, en otras palabras en el campo meta comunicacional. En el nivel comunicacional las personas no comunican nada acerca de hechos externos a su relación, si no que proponen mutuamente definiciones de esa relación y por implicación de sí mismos. Por ej.: “Sé que piensas que soy un completo idiota, pero debo confesarte que durante algunos años fui a la escuela”. O se le dice directamente: estás equivocado.

CONFIRMACIÓN: Donde uno niega el contenido y la propuesta relacional, pero lo reconoce. Sin este efecto la comunicación humana no se habría desarrollado mas allá de los estrechos limites de los intercambios indispensables para la supervivencia, no habría motivos para comunicarse por la comunicación misma.

RECHAZO: La segunda respuesta posible consiste en rechazar. El rechazo presupone un reconocimiento limitado de lo que se rechaza, y por ende, no niega necesariamente la realidad. De hecho, ciertas formas de rechazo pueden ser incluso constructivas.

DESCONFIRMACIÓN: Esta posibilidad es la más importante, tanto desde el punto de vista pragmático como desde el psicopatológico. La desconfirmación no se refiere a la verdad o falsedad de lo que se dice, sino mas bien se niega de quien deriva lo que se dice. Se hace sobre todo de una manera analógica y no hace falta reconocer, directamente le hace saber a la persona que no existe. Lo ignora.

NIVELES DE PERCEPCION INTERPERSONAL: Las tres respuestas mencionadas anteriormente tienen un denominador común, por medio de ellas, el otro comunica: “Así es como te veo”. Y en el discurso metacomunicacional a su vez hay otro mensaje: “Así es como yo veo que tú me ves”. Cualquiera de estos mensajes puede ser sometido por el receptor a la confirmación, rechazo o desconfirmación. Esto lleva a contextos comunicacionales cuya complejidad hace tambalear la imaginación y sin embargo, tiene consecuencias pragmáticas muy específicas.

IMPENETRABILIDAD: La visión que el otro tiene de mi es tan importante como la visión que tengo de mi mismo, pero en el mejor de los casos, ambas visiones solo son mas o menos similares. Lo que hace que la impenetrabilidad sea tan difícil de resolver desde la terapia es el hecho de que las relaciones no son realidades concretas, sino experiencias puramente subjetivas o construcciones hipotéticas.

Axioma 3: La puntuación de la secuencia de hechos.

Las discrepancias no resueltas en la puntuación de las secuencias, pueden llevar directamente a impases interaccionales en lo que, eventualmente, se hacen acusaciones mutuas de locura o maldad. Niveles de información:

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PUNTUACIÓN DISCREPANTE: Esto ocurre en los casos, donde una persona no cuenta con la misma cantidad de información que el otro, pero no lo sabe. Por ej.: En las películas de amor, siempre ocurre lo típico, el enamorado ve a la chica abrazándose con otro chico, se enoja, hace planteos, se pelean y luego se entera que era el hermano.

CAUSA Y EFECTO: Hay una circularidad de la interacción. Esto nos lleva a la profecía auto cumplidora, la cual puede entenderse como el hecho de que una conducta provoca en los demás una reacción apropiada. Por ejemplo: una persona que dice “nadie me quiere” se comporta con desconfianza o a la defensiva ante lo cual es probable que los demás reaccionen con desagrado, corroborando su premisa original. Lo que caracteriza a este punto, es que el individuo cree que solo está reaccionando ante ciertas actitudes, y no que las provoca.

Axioma 4: Errores de traducción, entre material analógico y digital.

A veces, el material de los mensajes analógicos es antitético; se presta a interpretaciones digitales muy distintas y a menudo incompatibles. Así no solo le resulta difícil al emisor verbalizar sus propias comunicaciones analógicas, si no que surge una controversia interpersonal en cuanto al significado de una comunicación analógica particular. Por ejemplo: el hecho de traer un regalo, constituye una comunicación analógica, empero según la visión que tenga de su relación con el dador, el receptor puede entenderlo como una demostración de afecto, soborno o una restitución. O si se rompen las reglas del “juego matrimonial”, y un marido le lleva flores a su esposa, puede entenderse como una culpa inconfesa. Al traducir el material analógico al lenguaje digital, deben introducirse las funciones lógicas de la verdad, pues éstas faltan en el modo analógico. Se puede hablar de doble vínculo en este axioma: Es una doble atadura donde se dan dos mensajes a la vez, y ambos son contradictorios. Ejemplo: Digitalmente una padre le dice a su hijo que lo quiere, pero analógicamente lo está abrazando con rabia o con desprecio. También se puede nombrar la violencia de género.

Axioma 5: Patologías potenciales en la interacción simétrica y complementaria.

Ambos conceptos se refieren simplemente a dos categorías básicas en las que se puede dividir a todos los intercambios comunicacionales. Tipos: ESCALADA SIMÉTRICA: En una relación simétrica sana, cada participante puede aceptar la mismidad del

otro, lo cual lleva al respeto mutuo y a la confianza en este respecto, e implica una confirmación realista y recíproca del self. Cuando una relación simétrica se derrumba, por lo común observamos más bien el rechazo que la desconfirmación del self del otro. Por ej.: Muchas parejas, van a terapia familiar, y plantean desacuerdos a nivel de contenido, pero en realidad es una lucha de poder, o de escalar un poco más que el otro.

COMPLEMENTARIEDAD RÍGIDA: En las relaciones complementarias puede darse la misma confirmación recíproca, sana y positiva. Las patologías de complementariedad equivalen a desconfirmaciones antes que a rechazos del self del otro.

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