TEORÍA E HISTORIA DE LA DOCUMENTACIÓN EN … · recogido las voces biográficas de españoles y extranjeros aparecidas en la obra tanto de autores de trabajos documentales como

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN

Departamento de Biblioteconomía y Documentación

TEORÍA E HISTORIA DE LA DOCUMENTACIÓN EN ESPAÑA A TRAVÉS DE LA ENCICLOPEDIA ESPASA

(1905-1934)

TESIS DOCTORAL

María Belén Fernández Fuentes

Dirigida por los Doctores:

José López Yepes Juan Miguel Sánchez Vigil

Madrid, 2007

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN Departamento de Biblioteconomía y Documentación

TEORÍA E HISTORIA DE LA DOCUMENTACIÓN EN ESPAÑA A TRAVÉS DE LA ENCICLOPEDIA ESPASA

(1905-1934)

Trabajo de investigación que presenta María Belén Fernández Fuentes para la obtención del grado de Doctora por la Universidad Complutense de Madrid, bajo la dirección de los Profesores Doctores Don José López Yepes, catedrático de la Facultad de Ciencias

de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, y Don Juan Miguel Sánchez Vigil, profesor titular de la Facultad de Ciencias de la Documentación de la

Universidad Complutense de Madrid

Madrid, 2007

A mis padres y mis hermanos

A Cucho

Teoría e Historia de la Documentación en España a través de la

Enciclopedia Espasa (1905-1934)

Índice

1. Capítulo I. Introducción………………………………………………………………… 1

1.1. Objeto…………………………………………………………………………… 1

1.2. Justificación y estado de la cuestión……………………………………………. 2

1.3. Metodología…………………………………………………………………….. 4

1.4. Fuentes y bibliografía …………………………………………………………... 6

2. Capítulo II. Las enciclopedias y diccionarios como obras de referencia………………..10

2.1. Origen y evolución de las enciclopedias y los diccionarios……………………..10

2.2. Enciclopedias. Definición y tipología…………………………………………... 13

2.3. Diccionarios. Definición y tipología……………………………………………. 15

2.4. Disparidad y similitud entre las enciclopedias y los diccionarios………………. 16

2.5. Elaboración de los diccionarios enciclopédicos como trabajo documental…….. 17

2.5.1. Recopilación y selección de la información……………………………..21

2.5.2. Análisis y tratamiento de la información………………………………...24

3. Capítulo III. La Enciclopedia Espasa como paradigma de las obras

de referencia españolas. Orígenes, estructura y contenidos……………………………..26

3.1. La Enciclopedia Espasa y su influencia en la cultura española

del primer tercio del siglo XX ……………………………………………………26

3.1.1. Estructura y metodología de la obra……………………………………..29

3.1.1.1. Orígenes y desarrollo de la Enciclopedia Espasa.

La editorial Montaner y Simón como punto de partida….29

3.1.1.2. Primera etapa de la Enciclopedia Espasa……………………….31

3.1.1.3. Fuentes utilizadas en la elaboración de la Enciclopedia Espasa..35

3.2. Los autores de la Enciclopedia Espasa. Redactores y colaboradores……………40

3.2.1. Los redactores y colaboradores…………………………………………..43

3.2.1.1. Semblanzas biográficas de los redactores de la obra……………43

3.2.1.2. Semblanzas biográficas de los colaboradores de la obra que

pertenecieron al Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y

Arqueólogos o tuvieron relación con alguna de las

disciplinas documentales……………………………………….56

4. Capítulo IV. Estudio teórico y evolutivo de las disciplinas documentales en

la Enciclopedia Espasa: Archivística……………………………………………………65

4.1. Archivística…………………………………………………………………………67

4.1.1. Introducción histórica. Evolución de la disciplina hasta la actualidad….67

4.1.1.1. Periodo prearchivístico…………………………………..71

4.1.1.1.1. Antigüedad………………………………71

4.1.1.1.2. Edad Media………………………………72

4.1.1.1.3. Antiguo Régimen………………………...75

4.1.1.2. Periodo de desarrollo archivístico………………………..78

4.2. Voces relacionadas con la disciplina archivística en la enciclopedia:

ARCHIVO y ARCHIVERO…………………………………………………………...82

4.2.1. La voz ARCHIVO………………………………………………………….82

4.2.1.1. De los archivos en general y de los archivos en el

extranjero…………………………………………………88

4.2.1.2. De los archivos en España……………………………….84

4.2.1.3. Bibliografía sobre archivos……………………………..92

4.2.2. La voz ARCHIVERO………………………………………………………117

4.3. Síntesis del estudio de la disciplina archivística………………………………...120

5. Capítulo V. Bibliofilia y bibliografía……………………………………………………..122

5.1. Bibliofilia…………………………………………………………………………………122

5.1.1. Introducción histórica. La bibliofilia y el coleccionismo de libros como

actividad relacionada con la documentación…………………………….122

5.1.2. Las voces relacionadas con la bibliofilia: BIBLIOMANÍA y BIBLIOFILIA…...126

5.2. Bibliografía……………………………………………………………………………….135

5.2.1. Introducción histórica. La Bibliografía como ciencia…………………...135

5.2.2. La voz BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………..144

5.2.2.1. De la bibliografía en general…………………………….144

5.2.2.2. Sistemas bibliográficos…………………………………..153

5.2.2.3. Reglas bibliográficas………………………………...…..160

5.2.2.4. Repertorios bibliográficos……………………………….162

5.2.2.5. Bibliografías especiales………………………………….167

5.2.2.6. De la bibliografía en España……………………………..169

5.2.2.6.1. Obras bibliográficas anteriores a

Nicolás Antonio………………………….170

5.2.2.6.2. Trabajos de Nicolás Antonio…………….170

5.2.2.6.3. Obras bibliográficas posteriores a

Nicolás Antonio………………………….171

5.2.2.6.4. De la bibliografía en la Enciclopedia

Espasa……………………………………172

5.3. Síntesis del estudio de las disciplinas Bibliografía y Bibliofilia………………………...…176

6. Capítulo VI. Biblioteconomía y Documentación……………………..…………………..178

6.1. Biblioteconomía……………………………………………………………........179

6.1.1. Introducción histórica. Evolución de la disciplina hasta la actualidad….179

6.1.2. Políticas bibliotecarias en España hasta el siglo XX……………………181

6.1.3. Voces relacionadas con la disciplina biblioteconómica: LIBRO,

BIBLIOTECA, CATÁLOGO……………………………..………………………..184

6.1.2.1. La voz LIBRO……………………………………………..184

6.1.2.2. La voz BIBLIOTECA……………………………………….213

6.1.2.2.1. Historia de la biblioteca………………….215

6.1.2.2.2. La biblioteca en España………………….218

6.1.2.2.3. Lista de las principales bibliotecas del

mundo…………………………………...225

6.1.2.2.4. Organización de las bibliotecas………….226

6.1.2.2.5. Bibliografía sobre bibliotecas……………228

6.1.2.3. La voz CATÁLOGO………………………………………..234

6.2. Documentación………………………………………………………………….237

6.2.1. Introducción. La aparición de la Documentación como disciplina……….237

6.2.2. La disciplina documental en la Enciclopedia Espasa……………………..241

6.2.3. Las voces relacionadas con la documentación:

DOCUMENTACIÓN, DOCUMENTO, DOCUMENTAR………………………...…243

6.3. Síntesis del estudio sobre las disciplinas Biblioteconomía y Documentación……….244

7. Capítulo VII. Museología……………………………………………………………….246

7.1. Políticas y evolución de los museos hasta el siglo XX…………………………246

7.2. Aparición de la museología como disciplina. De la colección privada

al museo………………………………………………………………………...249

7.3. Las voces sobre coleccionismo: GABINETE, COLECCIÓN, COLECCIONISTA……….250

7.3.1. La voz GABINETE………………………………………………………….250

7.3.2. Las voces COLECCIÓN y COLECCIONISTA…………………………………252

7.4. Las voces relacionadas con la museología: MUSEO, ANTICUARIO,

ARQUEOLOGÍA, MUSEÓGRAFO.................................................................................260

7.4.1. La voz MUSEO…………………………………………………………….260

7.4.1.1. Historia de los museos……………………………………………264

7.4.1.2. Edificios de museos………………………………………………266

7.4.1.3. Museos de antigüedades………………………………………….269

7.4.1.4. Museos de Bellas Artes…………………………………………..272

7.4.1.5. Museos científicos españoles y extranjeros………………………275

7.4.1.5.1. Exposición histórica de los museos científicos……….275

7.4.1.5.2. Museos de Historia Natural…………………………...277

7.4.1.5.3. Museos científicos españoles………………………....279

7.4.1.5.4. Descripción de los museos científicos extranjeros

más importantes por orden alfabético de poblaciones..280

7.4.1.6. Museos comerciales………………………………………………280

7.4.1.7. Museos cristianos………………………………………………...281

7.4.1.8. Museos militares………………………………………………….282

7.4.1.9. Museos sociales…………………………………………………..282

7.4.1.10. Legislación acerca de los museos españoles……………………283

7.4.1.11. Enumeración de los principales museos del mundo por

orden alfabético…………………………………………………288

7.4.1.12. Bibliografía de la voz MUSEO……………………………………289

7.4.2. La voz ANTICUARIO………………………………………………………..289

7.4.3. La voz ARQUEOLOGÍA…………………………………………………...…290

7.4.4. La voz MUSEÓGRAFO………………………………………………………290

7.5. Síntesis del estudio de la disciplina museística………………………………………292

8. Capítulo VIII. Repertorio alfabético de voces. Personajes y materias………………….293

9. Capítulo IX. Conclusiones………………………………………………………………546

ANEXOS

I. Repertorio biblográfico…………………………………………………..….549

i. Fuentes…………………………………………………………...……...549

ii. Bibliografía sistemática…………………………………………...…….554

II. Índices……………………………………………………………………….570

i. Índice de semblanzas biográficas……………………………...………..570

ii. Índice profesiográfico……………………………………………...……573

Teoría e historia de la Documentación en España a través de la Enciclopedia Espasa (1905-1934)

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1

CAPÍTULO I.

INTRODUCCIÓN

1.1. Objeto

El objeto de la presente investigación es conocer el contenido de los temas

documentales en la Enciclopedia Espasa y la evolución y repercusión de aquéllos en

relación con nuestros días a través del estudio de las voces relacionadas con esta ciencia

que aparecen en el cuerpo de la obra, constituido por 72 tomos y publicada entre los

años 1905 y 1934.

Ello ha comportado el examen de las siguientes cuestiones:

1. Voces definitorias de materias de carácter documental que constituyen pequeños

tratados sobre los distintos grandes temas que aborda la Ciencia Documental desde sus

orígenes y en el momento histórico de publicación de la Enciclopedia Espasa y que se

ocupan del estudio de las grandes instituciones conservadoras y difusoras de

documentos, en concreto, archivos, bibliotecas y museos.

2. Biografías de autores, españoles y extranjeros, que realizaron de algún modo

tareas documentales, incluyendo las dedicadas a la clasificación de objetos de cualquier

rama del saber; las teóricas sobre cualquiera de las grandes materias que constituyen la

Ciencia Documental y la práctica laboral en las instituciones documentales

mencionadas en el punto 1.

3. Voces definitorias de tipos documentales que estudian los distintos tipos de

documentos desde los aspectos más importantes de cada una de las ciencias que les

atañen o que han sido su origen.


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2

4. Obras e instituciones de carácter documental que aparecen en las voces y

biografías a las que se ha hecho alusión en los puntos 1 a 3.

En suma, el núcleo del trabajo que presentamos ha radicado en el estudio de las voces

definitorias que aparecen en la enciclopedia a la luz de las fuentes para su elaboración y

de las investigaciones más recientes sobre las mismas. Igualmente, las voces definitorias

de tipos documentales se han estudiado en comparación con la producción científica

posterior al Tratado de Documentación de Paul Otlet. En cuanto a las biografías se han

recogido las voces biográficas de españoles y extranjeros aparecidas en la obra tanto de

autores de trabajos documentales como de personajes que de forma teórica o práctica

han aportado alguna cuestión a la historia de la documentación como ciencia.

Es sabido que el punto de partida en España de la Ciencia Documental está representado

por la aparición de la obra de Paul Otlet publicada en 1934, casualmente en este año vio

la luz el último tomo del cuerpo de la Enciclopedia Espasa. Hasta la publicación del

Tratado de Documentación del autor belga en España las ciencias documentales se

encontraban unidas, a principios del siglo XX, sobre todo por la denominación del

Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, siendo consideradas la

archivística y bibliografía como los puntos más importantes de estudio del documento y

constituyendo históricamente las dos disciplinas de mayor importancia para los estudios

diplomáticos, entonces ocultos en la Universidad Central de Madrid, y para el ingreso

en el Cuerpo.

1.2. Justificación y estado de la cuestión.

La fecha de comienzo del ingente trabajo documental que supuso la elaboración de la

Enciclopedia Espasa coincide con la aparición del Compendio del Repertorio

Bibliográfico Internacional de Otlet y La Fontaine en 1905 y su final con la publicación

del Tratado de Documentación, obra que marcó el comienzo histórico de la Ciencia


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Documental. Estos dos hechos que marcan el principio y fin de la obra que ha

constituido la principal fuente de este trabajo convierten, además, a la enciclopedia en el

medio ideal para observar la evolución que las tareas documentales tuvieron en España

con anterioridad a la obra de Otlet, descubierta y difundida principalmente desde los

estudios e investigaciones españolas sobre documentación.

Como todos los descubrimientos de importancia, los estudios sobre el trabajo de Otlet

desde su descubrimiento en España, habían eclipsado etapas anteriores al Tratado de

Documentación que surgen del estudio del Espasa en cuyas páginas quedan libres

muchos de los aspectos de la ciencia documental que estaban asomando ya en Europa y

España anteriormente a la aparición del tratado del erudito belga. El estudio de la

enciclopedia ha ofrecido de esta manera datos y hechos que arrojan luz sobre la

importancia que Otlet y su obra tuvieron en la ciencia que nos ocupa y que vienen a

engrosar la historia de dicha ciencia y la importancia de su evolución como auxilio y

apoyo interdisciplinario.

El trabajo se ha abordado teniendo en cuenta el hecho de que el estudio de la Ciencia

Documental en España ha sido realizado en líneas generales partiendo de la obra de

Otlet, lo que provocaba un vacío en el conocimiento de la producción general sobre

documentación anterior al mismo, y que la enciclopedia fue publicada en los momentos

inmediatos a los dos importantes hechos mencionados.

Dos cuestiones han constituido la base para la elección de la Enciclopedia Espasa como

fuente: por un lado las propias características de la obra que, como ya se ha dicho,

constituye la más importante obra de referencia del panorama cultural en la historia de

España, y que fue elaborada por medio de un sistema de trabajo y una metodología

fundamentalmente documental, a través de la selección, recogida y organización de

datos provenientes de fuentes de muy diversa índole que a su vez han sido estudiadas y

consultadas para el buen desarrollo de la investigación. Por otra parte, la escasez de

datos sobre la evolución de la ciencia anteriormente al descubrimiento de Paul Otlet y


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su obra, sólo recogidos en breves trabajos y como introducción a otros cuyo objeto era

la Teoría e Historia de la documentación a partir del descubrimiento del estudioso

belga. Aún existiendo este vacío, hay que mencionar la importante obra de los

profesores López Yepes, Sagredo e Izquierdo, que trabajaron en este sentido hasta la

publicación en España del Tratado de documentación de Paul Otlet, reflejando la

situación de la documentación en España y recogiendo importantes datos que

constituyeron el precedente para la evolución de la ciencia documental en nuestro país,

especialmente a partir de los años setenta; entre las obras de los mencionados autores

destacan dos que han servido de base para la selección de este tema: La documentación

como disciplina. Teoría e historia del profesor José López Yepes (1978) y Concepción

lógico lingüística de la documentación (1983) de los profesores Félix Sagredo y José

María Izquierdo, amén de la traducción del Tratado de Documentación de Paul Otlet

realizada por Mª Dolores Ayuso en 1996 que ha sido también punto de partida para la

presente investigación.

1.3. Metodología

La presente investigación es de contenido teórico y metodología analítica. Se parte de la

hipótesis de que en la Enciclopedia Espasa no sólo se realizó un trabajo documental que

dio como fruto la propia obra, sino que se trataron todos los aspectos de todas las

ciencias, su situación en el momento de la publicación de la obra y su evolución y

perspectivas de futuro. Debía existir en la enciclopedia, por tanto, una amplia presencia

de las materias que hoy conocemos como disciplinas documentales y que entre los años

1905 y 1934 contaban con el endeble nexo de unión de la denominación del cuerpo de

funcionarios que a ella se dedicaban y de una Escuela llamada de Diplomática que

aparecía y desaparecía en los planes de estudio de la universidad española según los

distintos gobiernos y las diversas políticas educativas y culturales existentes. De hecho,

la Escuela desapareció en 1900 y no volvió a constituirse hasta los años 50; aunque las

disciplinas que se impartían permanecieron, como ya se ha dicho, en los planes de


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estudio de la Facultad de Filosofía y Letras formando parte de las ciencias

historiográficas o auxiliares de la historia.

Para confirmar esta hipótesis de partida se realizó en primer lugar una “cata” del cuerpo

de la Enciclopedia Espasa que ofreció una visión general de la cuestión y que confirmó

la importancia que las disciplinas documentales tuvieron en el contenido de la obra. Así

mismo se confirmó, a través de la obra de Philippe Castellano Enciclopedia Espasa.

Historia de una aventura editorial publicada en el año 2000, que un buen número de los

redactores y colaboradores de la obra que permanecían en el anonimato formaron parte

tanto del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios, como del profesorado

dedicado a la enseñanza de las llamadas ciencias historiográficas que se estudiaban en la

Escuela de Diplomática alojada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad

de Madrid, actualmente Universidad Complutense, que en su mayoría constituyen

disciplinas estudiadas en los actuales planes de estudio de las Ciencias de la

Documentación. La asignatura que tuvo especial relevancia en estos planes de estudio

fue la de bibliografía, como lo confirma el artículo de José Simón Díaz “El

Departamento de bibliografía de la Universidad Complutense de Madrid”, aparecido en

la revista Documentación en las Ciencias de la Información, vol. I, 1976; pp. 17-21.

El siguiente paso lo constituyó la lectura del cuerpo de la obra, a fin de realizar una

selección de voces que recogieran de forma significativa la actividad documental tanto

privada como institucional que se realizaba en España durante los años objeto de la

investigación, es decir, aquéllos en los que se extendió la publicación de la

enciclopedia. Esta selección de voces se perfiló por medio de la creación de una base de

datos relacional en la que se recogían los concernientes a personajes que de una forma u

otra realizaron trabajos documentales, obras de carácter documental, grandes disciplinas

hoy pertenecientes a las Ciencias de la Documentación e instituciones de tipo

documental a fin de observar la presencia y evolución de la Ciencia entre 1905 y 1934

en España.


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Fruto de la selección de voces se ha realizado un repertorio en el que se recoge un

vaciado de lo que la enciclopedia ofrece sobre documentación y se incluyen biografías

de autores y personajes que aportaron algo a la ciencia documental o utilizaron técnicas

documentales para poner las bases de las diversas disciplinas a las que estaban

consagrados. Así mismo se separaron las voces que hacían referencia a las grandes

disciplinas documentales y se estudió su contenido con detenimiento a la luz de

investigaciones posteriores a la obra de Paul Otlet. Constituyendo éste el cuerpo del

presente trabajo.

Para seleccionar las disciplinas documentales se ha tenido en cuenta el tradicional

nombre del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios y la evolución de las

políticas documentales que hicieron referencia al mismo hasta la fecha de publicación

del tomo en el que se encuentran alojadas sus voces. De este modo se han tomado como

grandes materias la archivística, biblioteconomía, museología y documentación y se han

estudiado desde la teoría que ofrece la Enciclopedia Espasa, teniendo en cuenta las

fuentes de las que la obra bebió para redactarlas y viendo la evolución de la teoría de las

mismas hasta la actualidad considerando punto de inflexión la obra de Paul Otlet.

Además de estas grandes materias se ha añadido a las disciplinas la bibliofilia y

bibliografía, consideradas como parte fundamental en la historia y evolución de las

Ciencias de la documentación.

1.4. Fuentes y bibliografía

La principal fuente de información la ha constituido la propia Enciclopedia Espasa,

aunque debido a las características de la obra y a su especial riqueza en datos

bibliográficos, las fuentes de la enciclopedia han sido consultadas con frecuencia a fin

de comparar datos, rectificarlos en caso de necesidad o confirmar otros que resultaban

dudosos.


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Así mismo se ha acudido a las fuentes que fueron origen de la obra con el fin de

comprobar la presencia o ausencia en ellas de algunas voces y otras cuestiones como

metodología de trabajo de los redactores y colaboradores, fuentes originales utilizadas

por los mismos o situación de estos autores dentro del panorama cultural español.

Las fuentes que fueron origen de la enciclopedia se han consultado a la luz de la voz

Enciclopedia, en la que se detallan las más importantes obras de estas características

que existieron en el momento de la publicación de la obra; entre ellas ha sido

fundamental la consulta de la Enciclopedia Meyer, la Británica, la Larousse y el

diccionario enciclopédico de Montaner y Simón que fueron las fuentes directas en las

que se basó en fondo y forma la editorial para elaborar el Espasa. Por otro lado, como

ya se ha dicho, cada una de las voces referentes a disciplinas, cuenta con su propio

aparato bibliográfico que constituye también fuente para el estudio de las mismas.

Como es evidente, el interés de estos repertorios bibliográficos especializados en cada

una de las disciplinas estudiadas residía en la inmediatez de los datos que podrían

ofrecer. Especialmente se han consultado las publicaciones periódicas y artículos

españoles citados por los autores de las voces entre los que destacaba la Revista de

Archivos, Bibliotecas y Museos y el Boletín del Cuerpo Facultativo, ambas órganos de

difusión de la práctica y teoría de las actividades archivísticas, biblioteconómicas y

arqueológicas del momento. De ellas se ha desprendido también la influencia que las

actividades del Insituto Internacional de Bibliografía tuvo sobre la evolución de la

ciencia documental española. Entre las monografías citadas en las bibliografías de las

que estamos tratando, las que han constituido fuente más importante para el presente

trabajo de investigación han sido las aparecidas durante los años cercanos a la

publicación de la obra, así como los trabajos teóricos sobre cada disciplina y los escritos

por los autores de las voces cuando se ha podido averiguar su identidad. Igualmente han

sido consultadas y han suscitado especial interés para el trabajo, las fuentes que

aparecieron como resultado de los distintos congresos, seminarios o reuniones de

carácter internacional que indicaban el comienzo de la evolución de las disciplinas

estudiadas hacia la ciencia documental.


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En cuanto a la bibliografía, se ha consultado y utilizado bibliografía de reciente

aparición sobre teoría e historia de cada una de las disciplinas, a fin de realizar un

estudio de la evolución de las mismas desde el momento en que aparecen en la

enciclopedia hasta la actualidad. Para la selección de esta bibliografía de apoyo, se ha

acudido a los estudios bibliométricos y a los referentes a producción científica sobre

Ciencias de la documentación con el fin de seleccionar aquéllos más actuales y

completos sobre la materia. Entre las obras generales sobre bibliometría y producción

científica en documentación se ha consultado por su especial interés las de la profesora

Rosario Arquero Avilés Análisis de la investigación española en biblioteconomía y

documentación 1975-1984 (2004) que arrojó luz sobre los autores con mayor impacto

en la evolución científica de la materia. Igualmente, el Manual de Ciencias de la

Documentación coordinado por el profesor José López Yepes (2006) ha constituido

punto de partida para el estudio de la evolución actual de la materia documental. Para el

estudio del progreso de las políticas que rigen cada una de las disciplinas estudiadas ha

sido de gran ayuda la obra de la profesora María Teresa Fernández Bajón Políticas de

información y documentación en la España en el siglo XIX (2001) de la que se han

extraído numerosos datos; asimismo la consulta de las bases de datos del BOE y de la

Gazeta han servido para solucionar los epígrafes dedicados a las políticas por las que

han pasado las diversas disciplinas y que de una forma u otra han colaborado al englobe

de las mismas dentro de las Ciencias de la documentación. Sobre la visión documental

de Paul Otlet ha sido imprescindible consultar el trabajo de la profesora María Dolores

Ayuso García sobre el tratado otletiano: El Tratado de Documentación. El libro sobre el

libro. Teoría y práctica (1996) que es traducción de la obra de Paul Otlet. Por fin, la

bibliografía fundamental seleccionada para cada uno de los capítulos ha estado

encabezada siempre por el Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la Documentación

(2004), dirigido y coordinado por el profesor José López Yepes; para lo referente a la

evolución de la profesión se ha consultado el trabajo del profesor Félix del Valle

Gastaminza El profesional de la documentación: perfil histórico y formación

académica (1990) en el que se repasa la historia del concepto de documentación y las


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iniciativas formativas para la formación del profesional de la disciplina tanto a nivel

español como internacional; en este sentido ha sido especialmente útil la obra de la

profesora Esperanza Martínez Montalvo sobre Javier Lasso de la Vega Investigación y

producción científica en documentación (2000), así como La documentación como

disciplina. Teoría e Historia del profesor José López Yepes (1995). Para la evolución

de la archivística se ha utilizado fundamentalmente la obra de José Ramón Cruz Mundet

Manual de archivística (2005); para la de la bibliografía el Manual de Fuentes de

Información de la profesora Gloria Carrizo Sainero y Bibliografía: la palabra y el

concepto de Isabel de Torres Ramírez (1990); para la disciplina museológica entre los

diversos trabajos que se han consultado han sido de gran ayuda los de Francisca

Hernández, especialmente Planteamientos teóricos de la museología (2006); para la

biblioteconomía y documentación se han consultado, además de las ya mencionadas

obra de José López Yepes, las referentes a clasificación y catalogación de las profesoras

Rosa San Segundo Manuel y María Rosa Garrido Arilla Teoría e historia de la

clasificación bibliotecaria en España (2002) y Teoría e historia de la catalogación de

documentos (1996) respectivamente.

Sobre la Enciclopedia Espasa dos obras han sido fundamentales en este estudio: la del

profesor Philippe Castellanos La Enciclopedia Espasa: historia de una aventura

editorial (2000) y la de Juan Miguel Sánchez Vigil Calpe: Paradigma editorial (2005),

ambas han servido como importantes fuentes de de datos acerca de la obra objeto de

estudio en este trabajo.


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Capítulo II.

LAS ENCICLOPEDIAS Y LOS DICCIONARIOS COMO OBRAS DE

REFERENCIA.

2.1. Origen y evolución de las enciclopedias y los diccionarios

Aunque se conoce generalmente a Aristóteles como padre de las enciclopedias,

en realidad su obra no tenía el carácter de tal, ya que no pretendía dar una visión

organizada de los conocimientos de su época, sino simplemente el círculo total de

instrucción escolar y en concreto de Ciencia y Arte. Más apropiado sería considerar

enciclopédica las Disciplinae de Varón (s. II a. de C.) o la Historia Naturalis de Plinio el

Viejo (s. I. d. C.). La tradición enciclopedista fue muy cultivada en la Edad Media,

como lo demuestran las Etimologías de San Isidoro o los múltiples Summa, Speculum,

Imago Mundi, etc. Martínez de Sousa indica la alusión al término enciclopedia en 1531

con el término inglés The circle of doctrine1, que sería empleado dos años más tarde en

Francia por Rabelais. Sin embargo hubo de pasar una década para que el uso concreto

de la palabra fuera empleado en un título: Absolutisima Kyclopaedea, y casi diez lustros

para que el húngaro Scalitzius empleara el término latinizado en la obra Encyclopaediae

Seu Orbis Disciplinarum Episternon, editada en Basilea el año 1599. Entre las más

completas del siglo XVII se encuentra la denominada Encyclopaidea Philosophici

(1630) que se componía de 35 tomos que Johann Heinrich Alsted dividió en ocho clases

con 48 cuadros sinópticos para la búsqueda de información. Es en este mismo periodo

cuando se comienzan a desarrollar diccionarios enciclopédicos especializados en

distintas materias (historia, geografía, ciencias y artes) y la recopilación de las mismas

fue la que daría lugar, a finales del XVII, a obras como el Lexicon Universale,

Historico, Geografphico, Chronologico, Poetico, Philologicum de Jacob Hoffman.

1Martínez Sousa, José: Diccionario de bibliología y ciencias afines. Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 2003.


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En el siglo XVIII, las primeras enciclopedias publicadas en Europa fueron

Lexicon Technicum or an Universal English Dictionary of Arts and Sciencies (John

Harris, 1704), que fue ampliada en 1728 por Efrain Chambers y la alemana Reales

Staats-Zeitungs-und-Converstions-Lexicon, de la misma fecha que la original de Harris

y que también sería reeditada repetidamente hasta finales de siglo. En 1973 y en Leipzig

se reimprimió el Lexicon Aller Wissenschaften und Künste compuesto por 64 tomos y

64.000 páginas, bajo la dirección del librero Juan Enrique Zedler.

El proyecto que resultó la obra enciclopédica por excelencia fue el que comenzó

a desarrollarse en París en 1745: la conocida Encyclopédie de Diderot, D’Alembert y

Condorcet, cuyos primeros tomos (17) se comercializaron a partir de 1751 y fueron

completados con 11 de grabados que se acabaron en 1772. La base del texto francés fue

el inglés de la enciclopedia de Chambers, traducido por John Mills y Godfred Sellius y,

en origen, el planteamiento era de 10 tomos más 2 de grabados ya que se trataría

solamente de una traducción de la obra de Chambers encargada por un librero francés;

sin embargo los investigadores dieron tal profundidad a su trabajo que crearon la

primera enciclopedia universal de los tiempos modernos; así, D’Alembert define en su

prólogo que “la obra que iniciamos (y que deseamos concluir) tiene dos propósitos:

como Enciclopedia, debe exponer en lo posible el orden y la correlación de los

conocimientos humanos; como Diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de

los oficios, debe contener sobre cada ciencia y sobre cada arte, ya sea liberal, ya

mecánica, los principios generales en que se basa y los detalles más esenciales que

constituyen el cuerpo y la sustancia de la misma”2 Además, el interés por la ilustración

denota uno de los objetivos prioritarios de la enciclopedia: divulgar el conocimiento por

medio de la imagen. Para lograr este fin el propio Diderot recorrió personalmente los

talleres tomando notas sobre los oficios, mientras Goucher se encargo de los dibujos y

apuntes para las planchas (125 láminas).

2Jean Le Rond d’Alembert. Discurso preliminar de L’Encyclopédie.


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12

Esta obra fue referente en Europa de publicaciones similares, así en Reino Unido

se editaron la Enciclopaedia Britannica (Edimburgo, 1771), que contenía 2.670 páginas

y 160 grabados. En el siglo XIX vio la luz la Encyclopaedia Metropolitana que ideó

Coleridge y que contaba 27 tomos compuestos por 22.426 páginas y 265 láminas. En

Alemania el impresor Brockaus realizó el Konversation Lexicon, que sería la base del

Illustriertes Konversation Lexicom de 1870, ilustrado con litografías y dibujos lineales.

En Francia, cuna de L’Encyclopédie, se imprimieron el Grand Dictionnaire Universel

du XIX siècle (1864-1876) de P. Larousse, en 15 volúmenes más dos suplementos (1878-

1890), la Grand Encyclopédie (1886) y la Revue Encyclopédique (1800-1900); mientras

en Italia la Enciclopedia Italiana de las Ciencias, Letras y Artes, era editada en Roma

en 1880. Por lo referente a Estados Unidos, la obra más destacada sería la New

American Encyclopaedia, publicada en 16 tomos entre los años 1858 y 1863. En el siglo

XX se algunos de los referentes más importantes de las enciclopedias actuales, la

Enciclopedia Británica (Londres, 1900), Konversation Lexicon de Meyer (Leipzig,

1904) y en España comenzó su andadura el proyecto enciclopédico de Espasa (1908).

En cuanto a los diccionarios, se ha situado su origen en las primeras

compilaciones de palabras que se hicieron en tiempos de Assurbanipal y que recogían

vocablos utilizados de manera habitual en Mesopotamia. En Grecia, la primera

compilación de palabras conocida fue el Lexicon de Apolonio, quien elaboró un listado

de palabras utilizadas por Homero en La Iliada y La Odisea. Más tarde, los árabes

realizaron diversos intentos de clasificación y catalogación de palabras de acuerdo a

diversos criterios. En España fue necesario llegar al siglo XVII para que Sebastián de

Covarrubias publicara su Tesoro de la lengua castellana, primer diccionario histórico.

Un siglo más tarde se publicaría el Diccionario de la Lengua Española que conocemos

actualmente como DRAE, cuyo propósito fue crear un repertorio basado en criterios de

autoridad y que renueva periódicamente su contenido a través de consenso.


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13

2.2. Enciclopedias. Definición y tipología

El concepto de enciclopedia ha estado siempre vinculado a la idea de biblioteca

universal. En 1780 el Diccionario de la Real Academia de la Lengua definía la

enciclopedia como Ciencia Universal Encyclopaedia y en la edición de 2001 se define

como del griego Ev (en), Kuklos (círculo) y Paideia (instrucción). Conjunto de todas

las ciencias || Obra en la que se tratan muchas ciencias || Conjunto de tratados

pertenecientes a diversas ciencias o artes || Diccionario Enciclopédico”,

comprendiendo esta última acepción como la presentación de contenidos en orden

alfabético general, no por materias, como en los diccionarios, que la RAE define como

“libro en que se recogen y explican de forma ordenada voces de una o más lenguas de

una ciencia o de una materia determinada || Catálogo numeroso de noticias

importantes de un mismo género ordenado alfabéticamente.

El Glosario ALA3 define el término enciclopedia como: Libro o conjunto de

éstos que contienen artículos de información sobre todos los campos del conocimiento,

generalmente en orden alfabético, o una obra similar limitada a un campo o tema

especial; la UNESCO las define como: Relaciones ordenadas, alfabética o

sistemáticamente, de términos y nombres, que contienen toda la información posible

sobre la materia considerada. El profesor Martín Vega4 explica que son: Obras de

consulta que presentan los términos conocidos de todos los campos del conocimiento de

manera más profunda y menos escueta que los diccionarios. Incluso las propias

enciclopedias se definen a sí mismas de distintas maneras, especialmente referidas al

tema que tratan, refiriéndose a los diccionarios enciclopédicos o a la forma en que

ordenan los campos de conocimiento si se habla enciclopedias propiamente dichas.

Las enciclopedias constituyen una obra de referencia y fuente documental que se

caracteriza por su valor auxiliar en la búsqueda directa o indirecta de información

3Young: Diccionario ALA de Bibliotecología. Madrid, Díaz de Santos, 1988. 4 Martín Vega, A. Fuentes de información general. Gijón, Trea, 1995.


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14

(directa porque permite el acceso a una información inmediata e indirecta porque

habitualmente remite a otras fuentes con el fin de ampliar la información obtenida).

Además, documentalmente, las enciclopedias responden a una estructura ordenada del

conocimiento (sea cual sea esa estructura: alfabética, sistemática...) y sus contenidos

agrupan a comunidades de usuarios a los que mueve el objetivo común de la búsqueda

de conocimiento desde la documentación.

Hay que advertir que la enciclopedia cuenta con tres características inherentes:

permanencia, uso reiterado y consideración de objeto cultural. Permanencia, referida a

sus contenidos históricos, cuyo caballo de batalla es la actualización, especialmente a la

hora de establecer criterios bien sea por difusión, bien por comercialización; en cuanto

al uso reiterado es necesario señalar que las consultas, aunque no calculadas de forma

oficial, se cuantifican en decenas de miles al año en cada biblioteca, archivo o centro de

documentación; por lo referente al valor de la enciclopedia como objeto cultural sólo

hay que recordar que a comienzos del siglo XX se consideraba como factor indicativo de

la posición social y nivel cultural, lo que llevó a partir de la década de los setenta a

convertir este tipo de obras en decoración de muebles librerías, hasta el punto del dato

curioso cuanto menos, de que se llegaban a vender por metros.

Aunque existe cierta discrepancia en la definición del término, hay algunas

características que las distinguen: son un compendio de conocimientos (generales o

especializados), no explican el significado de los términos, sino que aportan datos sobre

ellos y recogen los conocimientos que tiene la sociedad en los momentos de su

publicación. En cuanto a la tipología podrían establecerse distintas de acuerdo con los

objetivos de estudio, sin embargo, aquí hemos preferido basarnos en el análisis de los

catálogos editoriales de empresas especializadas en la edición de enciclopedias para

configurar la que nos parece más adecuada al objeto de estudio. Para ello clasificaremos

las enciclopedias según su morfología, presentación interna, contenidos y ámbito

geográfico.


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1. Morfología

a. Impresas: edición en papel

b. Digitales: edición en soporte electrónico

c. Mixtas: edición en ambos soportes

2. Estructura interna

a. Alfabética: orden alfabético general de lemas (A-Z)

b. Temática: Orden de materias por tomos

3. Contenidos

a. Generales: Léxico y todo tipo de materias

b. Temáticas: exclusivamente materias especializadas

c. Ilustradas: contienen texto e ilustración

4. Ámbito geográfico:

a. Internacionales: Distribución internacional

b. Nacionales: Distribución en el país de edición

c. Locales: restringidas a una comunidad por su contenido

2.3. Diccionarios. Definición y tipología

Uno de los puntos que deben tenerse en cuenta es la diferencia de las

enciclopedias con los diccionarios, léxicos, diccionarios enciclopédicos y diccionarios

especializados (cómo lo son los biográficos o los referentes a una materia en concreto).

Para dar luz a esta cuestión, definiremos este tipo de obras de referencia:

Diccionarios de la lengua o léxicos

Tienen como objetivo fundamental la definición de la palabra y el estudio de

vocabulario, en el que se incluyen los etimológicos, gramaticales, ideológicos e incluso

sinónimos y antónimos. Un diccionario de la lengua constituye una recopilación de

palabras, locuciones, conceptos dobles y giros propios de una lengua (diccionarios

léxicos), de una materia (diccionarios temáticos), etc., generalmente dispuesta en orden


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16

alfabético. Esta disposición alfabética es una de las diferencias más importantes que los

diccionarios tienen con las enciclopedias, ya que éstas no siempre utilizan esta forma de

organización para los lemas o voces que se suceden de acuerdo al tipo de obra. Así, las

enciclopedias organizan sus voces de forma temática, cronológica, alfabética, numérica,

etc... según su tipología.

Diccionarios enciclopédicos

Añaden a lo anteriormente expuesto temas especiales con una amplitud limitada.

Estamos ante una obra de referencia en la que se combina la descripción lingüística de

las voces (propia de un diccionario léxico) con la descripción enciclopédica. Es decir,

incorpora toda la información de un diccionario de la lengua (a los que suele añadir

traducción de las voces a otros idiomas, sinónimos y antónimos, cuadros de conjugación

de verbos, etc.) completando las definiciones de algunas de esas palabras con

información enciclopédica de extensión variable, y añadiendo voces puramente

enciclopédicas (biografías, países y otras divisiones administrativas, entidades, obras,

etc).

2.4. Disparidad y similitud entre las enciclopedias y los diccionarios

La Enciclopedia, como ya se ha advertido, pretende informar con gran amplitud

de todos los temas, sin recoger información de tipo léxico (salvo que sea este su

objetivo), y se trata de obras que pretenden resumir todo el conocimiento humano de

forma metódica o alfabética. Las enciclopedias metódicas o temáticas organizan los

contenidos por grandes áreas del conocimiento, de manera que toda la información

sobre un determinado tema está concentrado en un determinado lugar de la obra. Las

enciclopedias alfabéticas organizan los conocimientos en estricto orden alfabético, de

manera que la información sobre un tema estará dividida en múltiples voces a lo largo

de toda la enciclopedia. Las mejores enciclopedias son las que mejor organizan los

modos de envíos de una parte a otra de un tema, ampliando a su vez los detalles y


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17

profundización de un tema. Y estas enciclopedias alfabéticas, a su vez, usan dos

fórmulas:

1.- La normalmente adoptada en Alemania, Francia, Italia y España, según la cual una

enciclopedia incorpora en orden alfabético todos los conceptos y nombres importantes

de cualquier disciplina. Y además, documenta, amplía e ilustra determinados temas en

los que la importancia se corresponde con la extensión. Esta, por ejemplo, es la fórmula

de la Gran Enciclopedia Larousse (GEL) de la editorial Planeta o de la Nueva

Enciclopedia Durvan.

2.- La usualmente adoptada por el mercado inglés que no incorpora todos los conceptos,

sino solamente una selección de voces de las diversas materias, atendiendo a su

importancia y extensión. Normalmente, dedican los últimos tomos al Diccionario de la

Lengua o los editan aparte. Esta es la fórmula, por ejemplo del Gran Larousse Universal

de la editorial Plaza & Janés, perteneciente al grupo Bertelsmann.

2.5. Elaboración de los diccionarios enciclopédicos como trabajo

documental

Paul Otlet5 consideró la enciclopedia en profundidad en su Tratado de

Documentación, considerando enciclopedias y diccionarios entre los documentos

bibliográficos. Además de realizar una amplia definición del término y aportar una

tipología, Otlet afirma que “la enciclopedia es la piedra angular de la biblioteca”, y no

sólo esto, sino también la considera “el lazo entre todos los libros”. Con estas dos

afirmaciones ya podríamos considerar la importancia de la enciclopedia como

documento y como base documental. Sin embargo, también queremos considerar la

enciclopedia como trabajo documental y para ello parafraseamos a Otlet cuando, al

hablar sobre los métodos de la enciclopedia, considera que “el trabajo de colección, de

5 Otlet, Paul. Tratado de Documentación. Traducción de Mª Dolores Ayuso. Murcia, Universidad, 1996, pp. 350-380


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18

reedición, de clasificación, de resumen y de definición es algo diferente al trabajo de

creación y síntesis. Son dos cosas diferentes. Dos trabajos igualmente útiles y

completamente necesarios. Cualquier síntesis tiene valor sólo porque descansa sobre

hechos abundantes y controlados, cualquier inventario de estos hechos tiene valor sobre

todo si puede conducir a síntesis”

En este sentido, López Yepes y Ros García consideran la documentación como

ciencia y técnica que tiene por objeto de estudio un proceso informativo denominado

proceso informativo-documental que se basa en la “conservación y retención de

mensajes informativos anteriores, que son recuperados posteriormente transformándose

en mensajes documentarios por obra y gracia de los diversos sujetos del proceso (...) a

fin de que el sujeto receptor o usuario los utilice como base para la producción de un

nuevo mensaje informativo que volverá a entrar de nuevo en el ciclo del proceso sin

solución de continuidad”6. De esta afirmación se desprende, teniendo en cuenta la

intencionalidad de la enciclopedia como fuente de referencia, obra de consulta y

recopilación de datos que nos encontramos ante una obra de carácter básicamente

documental, por su elaboración y por su finalidad.

Volviendo a Otlet, éste propone como fin de la bibliología7:

1. Analizar generalizar, clasificar, sintetizar los datos adquiridos en el entorno del

libro y al mismo tiempo promover investigaciones nuevas destinadas sobre todo a

profundizar el porqué teórico de ciertas prácticas de la experiencia.

2. Elaborar una serie completa de formas documentales donde puedan venir a

diversificarse los datos del pensamiento científico o práctico, desde el simple

documento hasta lo complejo de las grandes colecciones y a las formas elevadas que

6López Yepes y Ros García. ¿Qué es documentación? Teoría e historia del concepto en España. Madrid, Síntesis, 1993, P. 34 7 Otlet, Paul. Op. Cit.


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19

constituyen el tratado y la enciclopedia (aquí entendida como catálogo universal – 4ª

parte del tratado).

3. Hacer progresar así todo lo que puede tender a la exposición más metódica y

más racional de los datos de nuestros conocimientos y de las informaciones prácticas.

4. Provocar ciertos inventos que sin duda podrán quedar largo tiempo aislados y

sin explicación, pero que quizás un día serán el punto de partida de transformaciones tan

profundas que equivaldrán en esta materia a verdaderas revoluciones.

5. La bibliología elabora los datos científicos y técnicos relativos a este cuádruple

objeto:

a. El registro del pensamiento humano y de la realidad exterior en

elementos de naturaleza material, es decir, documentos.

b. La conservación, circulación, utilización, catalografía y descripción y

análisis de estos documentos.

c. La elaboración, con ayuda de documentos simples, de los documentos

más complejos, y con la ayuda de los documentos particulares, el conjunto de los

documentos.

d. En último grado, el registro de los datos cada vez más completo, exacto,

preciso, simple, directo, rápido, sinóptico, de forma a la vez analítica y sintética;

siguiendo un plan cada vez más integral enciclopédico, universal y mundial.

6. Desde el punto de vista científico, el principio bibliológico fundamental,

principio-tendencia de la publicación óptima se expresa en estas cuatro desideratas:

a. Decirlo todo de una cosa

b. Decirlo todo de una vez

c. La verdad sobre todo


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20

d. Bajo la forma más apta para ser comprendida, este principio está

moderado de cuatro maneras

i. Lo que aún es ignorado

ii. La tesis de la verdad, la duda, la discusión, las diversas tesis

iii. La variedad de inteligencias: lengua, grado, edad, preparaciones

anteriores

iv. La pluralidad de las formas posibles, expuestas a razón del gusto

de cada uno y del progreso posible en la presentación, accesibilidad, precio.

Cada uno de estos puntos se adapta al concepto, objetivo y fines de las

enciclopedias. Enciclopedia y documentación son dos términos unidos por sus

definiciones, así como por su contenido y valores. Documentación es el contenido de las

enciclopedias, por ello nos encontramos ante el paradigma de las obras de referencia. En

su elaboración se realiza la cadena documental completa: recopilación, selección,

análisis, tratamiento y difusión. Recopilar información significa elaborar la bibliografía,

hemerografía o webgrafía general y específica, analizarla consiste en la lectura de los

textos en bruto para seleccionar lo fundamental, el tratamiento responde a la

reelaboración de los contenidos o redacción de los mismos y la difusión equivale a la

edición en sus dos fases: editorial y producción.

Por lo referente a la producción, es necesaria una estructura compuesta por

recursos humanos y técnicos según una planificación previa. Dicha estructura implica

altas inversiones a corto plazo, mientras que la rentabilidad se consigue en periodos

medios o largos. Sin embargo, debe considerarse como contraprestación que los textos

de las enciclopedias constituyen una gran base de datos susceptible de ser reutilizada en

nuevas publicaciones: diccionarios biográficos, geográficos, enciclopedias abreviadas,

etc. Evidentemente, la base es actualizable periódicamente, rentabilizando así la primera

inversión en las sucesivas ediciones.


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21

2.5.1. Recopilación y selección de la información para la elaboración de

diccionarios enciclopédicos

En el Discurso Preliminar de la Enciclopedia, D’Alembert advierte algunos

asuntos que son de importancia su elaboración y que no han cambiado desde entonces:

Declaramos, pues, que no hemos incurrido en la temeridad de asumir solos un peso tan

superior a nuestras fuerzas, y que nuestra función de editores consiste principalmente

en poner en orden materiales cuya parte más considerable nos ha sido suministrada.

Efectivamente, la elaboración de una enciclopedia en su más amplio sentido, es decir, el

de compilación del saber universal, sería una temeridad si no se llevara a cabo en

equipo y la función del editor de este tipo de obras se basa en la puesta en orden de los

materiales seleccionados, materiales que, por otra parte son también seleccionados en

gran manera por el editor8.

El trabajo del editor en el caso de las enciclopedias, como se puede deducir, es el

mismo que el del documentalista, quien se ocupa de la búsqueda, selección y

organización de la información para hacerla llegar al usuario final (que en nuestro caso,

es el usuario de la enciclopedia). El propio Otlet afirma que la bibliología elabora sus

productos con un cuádruple objeto y parte de este cuádruple objeto es el registro de los

datos cada vez más completo, exacto, preciso, simple, directo, rápido, sinóptico, de

forma a la vez analítica y sintética; siguiendo un plan cada vez más integral

enciclopédico, universal y mundial.

Sánchez Belda9 considera que la documentación es la actividad que gira y se

desenvuelve en torno a los documentos que les hace cumplir su misión de fuentes de

conocimiento. Esta actividad, dice Belda, tiene cuatro fases:

8Cuando hablamos de editor no nos referimos a la empresa editorial, sino al profesional que se encarga en dicha empresa de la supervisión, organización, revisión y autorización del trabajo propio de la misma. 9Cit. Por López y Ros ¿Qué es documentación? Op.cit. p. 43


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a. Localización y reunión de los documentos

b. Registro, extracción de noticias, ordenación y clasificación

c. Difusión de las noticias o nociones, “comunicación”, en suma

d. Conservación de los documentos recogidos

y quien busca, recoge, despoja, ordena, clasifica, difunde y conserva los documentos es

el documentalista10.

Cada una de estas cuatro fases se produce en la edición de una enciclopedia, bien

sea a través de la recopilación de datos ya establecidos y entregados por los autores,

bien por la recogida de información y utilización de material perteneciente a la propia

Editorial; en el caso que nos ocupa, quien busca, recoge, despoja, ordena, clasifica y

difunde es el editor de la obra.

Phillipe Castellano11 señala que tanto en la elaboración de diccionarios como de

enciclopedias existen tres quehaceres esenciales: juntar datos, clasificarlos (sistemática

o alfabéticamente) y facilitar su utilización por el lector, para lo cual es necesario un

equipo permanente y estable que utiliza documentación propia y suministra trabajo a

colaboradores, estos dos conjuntos serán los mediadores entre el saber y el usuario. De

manera general, afirma Castellano, un diccionario o una enciclopedia siempre se redacta

a partir de las realizaciones anteriores, nacionales o extranjeras, para descartar

procedimientos que pueden quedar obsoletos y adoptar otros nuevos que indican

modernidad (la actualización y modernidad está siempre asociada a este tipo de

publicaciones, hasta el punto de considerarse obsoletas enciclopedias u obras de

carácter enciclopédico que no recogen la actualidad casi al día, además de ser un punto

importante en la distribución la mayor o menor capacidad de actualización de la obra)12.

10 Otlet, Paul. Op.cit. p. 83 11Castellano, Phillipe: Diccionarios y Enciclopedias en la época contemporánea. En: Actas del I Congreso Internacional del Instituto de Historia del Libro y la Lectura. Noviembre, 2003. 12Castellano, Philippe. Op.cit.


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23

Sin embargo, no sólo es tarea del editor de enciclopedias la recogida y

organización de los datos, trabajos puramente documentales se desprenden de estas dos

tareas básicas para comenzar la obra. Dejando al margen la búsqueda y recuperación de

información, o mejor, tomando como base del trabajo estas dos actividades, es necesario

contar con los útiles y herramientas adecuados para organizar estos datos o estas

informaciones ya obtenidas, útiles y herramientas, también puramente documentales:

ficheros, bases de datos, bancos de imágenes, etc... Las bases y bancos de datos son

consideradas por los editores con los que hemos tenido entrevistas para la realización de

este trabajo el punto de partida fundamental para la propuesta y creación de este tipo de

obras. Hemos encontrado dos tendencias muy claras: por un lado la existencia de un

banco de datos editorial, previo a todo proyecto y que en la mayoría de casos viene dado

por lo que podríamos llamar acumulación de materiales (caso de Espasa, Planeta

Actimedia, y otras casas editoriales de relativa solera) y por otro la creación de bases y

bancos de datos específicos para realizar este tipo de obras, tendencia que se produce

con frecuencia en editoriales de nueva creación y concretamente, en editoriales

dedicadas a productos digitales de este tipo. De aquí deducimos que las fuentes

utilizadas para la construcción de estos bancos y bases de datos son diversas, si bien los

editores afirman, en general, surtirse en ambos casos de fuentes tradicionales (“en

papel”). Así, en el caso de editoriales tradicionales la base documental suelen ser, como

fue el caso de Espasa a principios del siglo XX, enciclopedias y diccionarios ya

editados, así como toda la documentación propia del fondo editorial que, además de ser

accesible, no genera gastos de derechos. En cuanto a las “editoriales virtuales” o que

basan su oferta en materiales de tipo digital hemos observado que las fuentes son, en

cierto modo, de “más dudosa procedencia”, es decir, se mantiene la fuente tradicional;

pero la apoyatura documental general se basa más en fuentes del tipo de publicaciones

periódicas, incluidas prensa y publicaciones sobre actualidad, esto debido a la

importancia que en el medio digital se da a la actualización del producto.

Como puede entenderse, la creación y mantenimiento de estas bases y bancos de

datos también debería encontrarse en manos de especialistas en documentación, aunque


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es cierto que las empresas suelen contratar becarios para estos fines, salvo en el caso de

la creación en el que es el departamento informático quien en general se ocupa de ello.

En el caso de las editoriales digitales consultadas, suelen utilizar sus propios productos

(Micronet utiliza como soporte el programa Knosys y con él desarrolla todas las

enciclopedias y diccionarios que edita).

2.5.2. Análisis y tratamiento de la información para la elaboración de diccionarios

enciclopédicos

En lo que se refiere al análisis y tratamiento de la información enciclopédica,

encontramos que el trabajo de edición divide tres etapas en la realización de obras de

referencia enciclopédicas, dichas etapas son paralelas al equipo que se encarga de

ponerlas en práctica: etapa editorial (equipo editorial), etapa informática editorial

(equipo informático editorial) y etapa de desarrollo del software (equipo de desarrollo

del software).

El equipo editorial es el que constituye la parte más importante en la realización

y está formado por personas procedentes de diversas ramas, quienes se encargan de

constituir los contenidos con ayuda de autores externos, entre los que se encuentran los

documentalistas. Se trabaja con bases y bancos de datos partiendo de indizaciones

temáticas que plantea el equipo editorial; pero también a través de desarrollos

específicos de indización automática de tal forma que se crean tablas, índices y tesauros

que pasan al equipo de informatización para su procesamiento13. Este equipo trabaja

fundamentalmente con bases y bancos de datos, diferenciando ambas en la

consideración de que el banco de datos es una colección de bases de datos

independientes o relacionadas entre sí.

13Como idea general podría decirse que el volumen de datos que maneja una enciclopedia es de unos 40.000 artículos indizados en texto integral, a los que se unen gran cantidad de fotografías y otro tipo de imágenes, así como documentos sonoros y vídeos. Toda esta documentación se procesa a través de envíos, reenvíos, índices y tablas para hacerla accesible al usuario final en distintos formatos.


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En general, las enciclopedias digitales se están desprendiendo cada vez con más

fuerza de sus homónimas en papel, puesto que, según algunos editores las necesidades

de gestión y de comercialización de los métodos de trabajo tradicionales obligan a

limitar el número de volúmenes. Como obra abierta que debe ser la enciclopedia, estos

cambios cobran una gran importancia, ya que comienza a concebirse este tipo de obra

de referencia como un intento de agrupar todos los conocimientos de tal manera que,

como proyectaban Buffon o D’Alembert, lleguen a cada hombre en la medida en que

este los necesita. El texto enciclopédico, llevado del papel al ordenador cambia

sustancialmente puesto que cambia su estructura y esto debido al hipertexto, gracias al

cual se puede perder el miedo a estancar los distintos datos independientemente de su

presentación y según los diferentes niveles de abstracción (texto, tipología, título, etc...);

por ejemplo, para algunos datos básicos se utilizarán distintas etiquetas que para otros

de mayor calado; así mismo se realizarán diversas relaciones semánticas para ayudar a

los reenvíos y evitar las incoherencias en los contenidos. En general, las tablas se

establecen en torno a tres árboles conceptuales: materias, lugares y datos, de los que

sólo los temas son obligatorios, puesto que lugares y datos dependen de ellos. El

conjunto de tablas forma una red semántica que está constituida por los extractos del

texto, imágenes y sonidos, pero que es distinta a estos, formando una base de datos

relacional a partir de la que se comienzan a crear los distintos productos editoriales. El

equipo editorial se encargará de establecer los reenvíos manuales que no pueden ser

establecidos por el texto estructurado de forma automática. Este trabajo va dirigido a

abrir posibilidades al usuario, por una parte permitiéndole interrogar al sistema en un

lenguaje casi natural y por otra porque abre nuevos caminos de lectura, de tal forma que

se explotan las posibilidades de la informática según el usuario final, lo que facilita, por

ejemplo, que una misma obra, pueda ir dirigida a distintos usuarios14 (es el caso de los

distintos niveles de especificación).

14En este punto la evaluación es importante, ya que previamente a la obtención del producto final el editor necesita saber a quién dirige toda la carga informativa.


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CAPÍTULO III.

LA ENCICLOPEDIA ESPASA COMO PARADIGMA DE LAS OBRAS

DE REFERENCIA. ORÍGENES, ESTRUCTURA Y CONTENIDOS.

3.1. La Enciclopedia Espasa y su influencia en la cultura española del

primer tercio del siglo XX

La historia de la Enciclopedia Espasa ha sido estudiada por Philippe Castellano15

señalemos a continuación los principales acontecimientos que han tenido lugar a lo

largo de los años de la que indudablemente es la obra de referencia más importante de la

historia bibliográfica española. Así mismo comentemos las fuentes de la Enciclopedia y

a los autores, aunque, como se verá, las noticias sobre éstos no son muy abundantes, si

bien pueden dar una idea de la intención de universalidad de la obra en el momento de

su nacimiento. La obra de Philippe Castellano aporta datos concretos que hacen

referencia a los distintos hechos y cuestiones históricas que propiciaron la aparición de

esta iniciativa editorial que ha marcado la historia de la edición en España, así como la

más reciente de Juan Miguel Sánchez Vigil16. Ambas abordan la historia de la editorial

Espasa Calpe y las diversas fases de la edición de su obra más importante.

El panorama editorial español de los años en los que comienza a publicarse la

obra se encontraba marcado, como toda la vida social, por las recientes crisis en las

colonias hispanoamericanas de las que se había culpado con demasiada frecuencia a la

prensa del momento. Tanto intelectuales como militares, políticos y periodistas, se

planteaban en este momento la necesidad de realizar una revisión profunda en las raíces

de la cultura española que les llevara a destacar nuevamente de alguna forma en el

15 Castellano, Philippe Enciclopedia Espasa, historia de una aventura editorial; traducción, Caty Orero Sáez de Tejada. Madrid : Espasa Calpe, [2000] 16 Sánchez Vigil, Juan Miguel. Calpe Paradigma editorial. Gijón: Trea, 2006


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panorama sociocultural y político europeo. Prueba de ello fue la importancia del

movimiento regeneracionista, movido por la ilusión de forjar una nueva idea de España

y por el desprecio total de las instituciones de cualquier clase que tuvieran que ver, de

una forma u otra, con la situación de decadencia de los años precedentes.

Los intelectuales regeneracionistas intentaban la más amplia difusión de sus

ideas a través de los medios que tuvieran a su alcance y que llegaran al gran público. El

movimiento no comenzó, como ocurre siempre en la historia, en el justo comienzo del

siglo, sino que venía siendo advertido en las distintas publicaciones, especialmente en la

prensa, que se venían difundiendo desde el último tercio del siglo XIX. De este modo,

personajes y publicaciones fueron desfilando por la historia cultural española marcando

una página más o menos acertada de acercamiento a las corrientes europeas. Entre las

publicaciones más destacadas se encontraba La España Moderna que salió a la luz en

1889 y murió con los latigazos de la primera Guerra Mundial, en 1914. Fundada y

dirigida por Lázaro Galdeano, contó con colaboradores de la talla de Ramiro de Maeztu

o Miguel de Unamuno, y su objetivo fue lograr en España un símil con la francesa

Revue des deux mondes, que tuvo importancia internacional. Este movimiento político

intelectual se alargó en el tiempo hasta el estallido de la Guerra Civil española, teniendo

como principales personajes algunos intelectuales que fueron estudiados con

detenimiento dentro de la Enciclopedia como fueron Juan Pío Membrado Ejerique, Luis

Morote, Ramiro de Maeztu o José Ortega y Gasset.

Durante esta época el dominio de los catalanes sobre el resto de España es

patente, como afirma José Luis Abellán en su Historia crítica del pensamiento español,

convirtiéndose en un punto de mira importante no sólo para la cultura española en

general, sino también para lo que se definió como una nueva burguesía intelectual y

económica que marcaría fuertemente la vida política y cultural en España y que, de

alguna manera, se extendió hasta muy entrado el siglo. De este modo y en este contexto,


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nace la Enciclopedia Universal Europeo Americana de la editorial Espasa, que

responde a la necesidad colectiva de adquisición de conocimientos generales.

En cuanto a la importancia de la obra en la cultura y su impacto en la sociedad

española, existen datos suficientes para afirmar su existencia, no sólo en el momento en

que comenzó a publicarse, sino también años más tarde e incluso en la actualidad. Entre

los personajes que han dedicado alguna línea a la Enciclopedia se encuentra Gregorio

Marañón, quien reconocía utilizarla constantemente; Julio Casares, que afirmaba

consultarla a diario y ser uno de los primeros suscriptores de la obra y otros personajes

que, por publicidad o por gusto, hablaron de ella en diversas ocasiones.

Cuando ya se habían publicado varios tomos, apareció un prospecto editado por

Espasa Calpe y firmado por Hubert: “Siguiendo el ejemplo dado en otros países a lo

largo del siglo pasado, un grupo de eruditos españoles ha decidido crear un inventario

completo de los conocimientos humanos, una especie de sumario sobre el estado actual

de la ciencia moderna”.

En 1933 Mª Dolores Calvo presentó en la Columbia University su tesis doctoral

titulada The "Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana": its history and

content17. Hacia mediados del siglo XX, cuando la enciclopedia tenía ya una andadura

importante y había cubierto su etapa de nacimiento, Josefa Emilia Sabor indica18: “La

principal característica de esta obra, llamada generalmente Enciclopedia Espasa, es lo

ambicioso de su plan, sobre todo si se considera que los antecedentes enciclopédicos en

lengua española carecen de importancia. Es eminentemente histórica-popular, y por esa

razón es especialmente útil para cualquier biblioteca, sobre todo de carácter general.

17 Lamentablemente no se ha podido encontrar la obra físicamente, aunque sí la referencia a la misma, que también hace Castellano, aunque él la ubica hacia 1950. El dato que se trae a este trabajo está recogido del catálogo de la Biblioteca de la Columbia University. 18Sabor, Josefa Emilia, Manual de fuentes de información, Editorial Kapelusz, Buenos Aires 1957, páginas 38-40


_____________________________________________________________________________

29

Enciclopedia de país latino, no debe extrañar que las humanidades –en especial la

historia, la literatura y la biografía– constituyan su parte más importante, aun cuando el

aspecto técnico y sobre todo el científico, no hayan sido descuidados. La ordenación de

la enciclopedia es alfabética, salvo en sus apéndices, de los que se hablará más adelante,

y se calcula que incluye más de 8 millones de voces diferentes. Registra la etimología

de las palabras y sus equivalentes en francés, inglés, alemán, italiano, portugués, catalán

y esperanto.” Así mismo, reconoce la riqueza en materia biográfica y bibliográfica de

la obra y el interés de que sea adquirida como obra de referencia en todas las

bibliotecas. La crítica de Sabor, además, refleja la mejor calidad de la enciclopedia en

sus primeros volúmenes, antes de que comenzaran a salir los suplementos, aunque

observa la necesidad de unos índices que faciliten la búsqueda y localización de

materias secundarias y una revisión para actualizar los contenidos. Estos volúmenes,

que llamaremos el cuerpo de la obra, son precisamente la fuente de este trabajo.

En cuanto a la importancia de la obra en la actualidad, hay que decir que todos

los catálogos de bibliotecas nacionales y universitarias consultados para la realización

de este trabajo, cuentan, al menos, con un ejemplar de la obra; estas consultas,

realizadas en los catálogos en línea en Internet incluyen las bibliotecas nacionales

europeas, algunas orientales y las bibliotecas universitarias de facultades de Historia,

Arte, Literatura, Ciencias de la Información y Documentación de España, Francia,

Alemania, Italia y Estados Unidos.

3.1.1. Estructura y metodología de la obra

3.1.1.1.Orígenes y desarrollo de la Enciclopedia Espasa. La editorial Montaner y

Simón como punto de partida

Entre los años 1887 y 1899 se publica en Barcelona el Diccionario

Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias y Artes de la mano de la


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30

editorial Montaner y Simón. La obra constó de 26 tomos que en 1910 se convertirían en

29 con la publicación de un Apéndice segundo, redactado por distinguidos profesores y

publicistas de España y América, bajo la dirección de Pelayo Vizuete y ha sido

reconocida siempre como la predecesora de la Enciclopedia Universal Ilustrada

Europeo-Americana, editada por Espasa Calpe, hasta el punto de afirmarse que ésta es

su heredera directa.

Si se comparan ambas obras se observa que las similitudes son enormes, hasta el

punto de confundirse casi en título y formato, e incluso en su proceso cronológico. El

Diccionario de Montaner y Simón tuvo la siguiente cronología que recorrió los años de

1887 a 1910:

1887 1 (A-All) - 2 (Am-Az)

1888 3 (B-Byz) - 4 (C-Cez)

1890 5-1ª(Cia-Cont) - 5-2ª (Cont-Chuzón) - 6 (D-Dze) – 7 (E-Ezz)

1891 8 (F-Fyt)

1892 9 (G-Gyul) - 10 (H-Izur) - 11 (J-Lluv)

1893 12 (M-Mglin) - 13 (Mi-Ñup)

1894 14 (O-Penas) - 15 (Penat-Polvo)

1895 16 (Polvo-Ovid) - 17 (R-Rzes)

1896 18 (S-Shush) - 19 (Si-Sztr)

1897 20 (T-Tmol) - 21 (To-Uzum) - 22 (V-Vyt)

1898 23 (W-Zyr) - 24 Apéndice A-G

1899 25 Apéndice H-Z

1907 26 Segundo apéndice A-D

1908 27 Segundo apéndice E-Ll

1910 28 Segundo apéndice M-Z y un Suplemento (pp.1393-1412)


_____________________________________________________________________________

31

Ambas constaban de cuerpo, apéndices cuyo objetivo era actualizar lo publicado

anteriormente, y suplementos organizados por materias. Los artículos en ninguno de los

casos iban firmados, aunque este hecho es habitual en las obras de referencia, ya que

suelen tener carácter anónimo, como veremos más adelante.

La importancia de la Enciclopedia de Montaner y Simón trascendió las fronteras

ya que fue reeditada en Gran Bretaña por Walter M. Jackson con el título de

Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias, Artes...

redactado por distinguidos profesores y publicistas de España y América, impreso por

C. H. Simonds Company, de Boston (USA). La reedición se diseñó en 28 tomos con el

mismo contenido que la obra original ya que se trataba de una edición facsimilar. Este

hecho es muy significativo, ya que por entonces Inglaterra contaba ya con la

Enciclopedia Británica, que sería fuente también de la obra que ocupa este trabajo.

Incluso existió, como lo demuestra la correspondencia de Menéndez Pelayo, un

contencioso en torno a la enciclopedia de Montaner y la Británica, que acusaba a la

primera de plagio.

3.1.1.2. Primera etapa de la Enciclopedia Espasa

Es necesario remontarse al año 1905, en Barcelona, para establecer el punto de

arranque de la Enciclopedia Espasa, cuando la casa editorial comenzó a publicarla por

entregas mensuales. El fundador de la editorial, José Espasa Anguera, estableció una red

de distribución de la obra, incluso en Latinoamérica, que a partir de 1922 pasaría a ser

exclusiva de Calpe, con sede en Madrid. El éxito de la comercialización tendría un

papel fundamental en el desarrollo de la nueva editorial Espasa Calpe, S.A.

El proemio de la Enciclopedia (tomo I) constituye una fuente para comprender

las circunstancias e intencionalidad de la obra, que se reflejan en una triple intención de

universalidad, uniformidad y generalidad que fueron difíciles de cumplir debido


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32

fundamentalmente a la forma en que apareció de la obra; aunque se logra a través de los

suplementos y apéndices de los que se hablará someramente por no constituir parte de

este trabajo.

El texto de la voz ENCICLOPEDIA también arroja luz sobre las diversas razones

que motivaron la publicación del Espasa, reflejando un hecho que resulta interesante

reseñar por la actualidad que sigue teniendo: en el concepto de la verdadera erudición,

las recopilaciones enciclopédicas han sido atacadas rudamente y calificadas por

algunos autores como obras ligeras y capaces para producir o formar únicamente

ingenios más superficiales y ligeros todavía19. Pocos son los intelectuales que

reconocen haber recogido sus primeros datos en una obra enciclopédica, sin embargo

estas obras, llamadas de referencia, sirven precisamente para la toma de contacto rápida

y eficaz para comenzar el estudio de un tema o de una materia. La intencionalidad

quedó patente en la declaración anteriormente recogida: A esta objeción, que no carece

de fuerza ni verdad, hasta cierto punto, suele contestarse que las enciclopedias, sobre

todo en nuestros días, constituyen una verdadera necesidad, tanto para el hombre

erudito, al que renuevan en forma manual y asequible los conocimientos profundos que

adquiera anteriormente sobre una materia determinada, como para el profano y menos

versado en conocimientos útiles, al que proporciona, en un momento dado, verdaderas

síntesis y compendios que le sería muy difícil adquirir en los tratados elementales o

especiales20.

Venía entonces la Enciclopedia Espasa a rellenar ese vacío del profano, pero

también y más especialmente a cubrir la necesidad del erudito renovando de forma

manual y asequible sus profundos conocimientos. Al final se expusieron las condiciones

que ha de tener una buena enciclopedia: son básicamente seguidas por nosotros en

nuestra Enciclopedia Universal Ilustrada. Estas condiciones son que rija la mayor

ecuanimidad en todas las materias y un minucioso estudio de depuración,

19 Enciclopedia Espasa. Voz ENCICLOPEDIA 20 Ibid.


_____________________________________________________________________________

33

aprovechando para explicar que la diferencia del Espasa con otras obras de carácter

similar es la existencia de una extensa bibliografía que los documenta (los artículos) y

permite a los estudiosos conocer las fuentes de información y los principales trabajos

hechos sobre el asunto del que se trate21.

El comienzo de la publicación de la Enciclopedia se ha datado en fechas

distintas, comprendidas entre los años 1905 y 1910. Palau y Dulcet afirma que empezó

a publicarse en 1910, mientras que otros autores, como Collison, consideran la fecha de

inicio en 1905. La propia enciclopedia resuelve la duda en su voz ESPASA en la que se

afirma La fecha de 1905 marca una nueva y trascendental transformación de la Casa

Espasa, que dio comienzo entonces a la publicación de esta Enciclopedia22. Por tanto,

el punto de partida fue 1905.

En cualquier caso, la primera alusión a la Enciclopedia apareció, según afirma

Castellano23, en el Diario de Barcelona de 5 de mayo de 1907, en el que se advierte que

la casa editorial Espasa ha comenzado la publicación de la obra y que ésta será vendida

por fascículos para facilitar que el público la adquiera. La Vanguardia da la noticia el

día 1 de junio de 1907 y explica que se ha recibido el primer fascículo y que se espera

que sólo la letra A contenga unas cien mil entradas. Por su parte, El Noticiero Universal

señala el día 3 de junio en términos parecidos a las publicaciones anteriormente

mencionadas, aunque en este caso se ofrecen notas adicionales sobre el diseño de la

cubierta y la dirección artística.

Según se desprende de estos documentos, la obra fue publicada por fascículos,

según la costumbre de la época. En 1908 Espasa comenzó ofrecer la Enciclopedia en

tomos encuadernados según figura en los archivos del registro de la Propiedad

21 Ibid. 22 Op. Cit. Voz ESPASA 23 Castellano, Philippe. Op.cit. p. 15


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34

Intelectual de Barcelona de los años 1908 a 1926. La publicación de los volúmenes tuvo

la siguiente cronología24:

1908 1 (A-Acd) - 3 (Ae-Alak)

1909 4 (Alal-Ally) - 6 (Ard-Azz)

1910 7 (B-Bell) - 9 (Bong-Bz)

1911 10 (C-Canaj) - 12 (Cas-Cq)

1912 13 (Ci-Cold) - 14 (Cole-Const)

1913 15 (Const-Craz) - 17 (Chari-Dellw)

1915 18-1ª (Dem-Dir) - 20 (Enri-Espan)

1916 29 (L-Leon) - 32 (Mae-Marh)

1917 33 (Mari-Mech) - 34 (Med-Micz)

1918 35 (Mich-Monz) - 37 (Mu-Neby)

1919 38 (Nec-Nully) - 40 (Or-Paku)

1920 41 (Pal-Pardz) - 42 (Pare-Pekz)

1921 43 (Pel-Pesz) - 45 (Pis-Poln)

1922 46 (Polo-Predz) - 48 (Pu-Qw)

1923 21 (España) / 49 (R-Reez) - 50 (Ref-Reuz)

1924 22 (España-Ezz) - 25 (Fui-Gibz)

1925 26 (Gic-Guac) - 28-1ª (Ho-Insus)

1926 28-2ª (Int-Kz) / 51 (Rev-Rom) - 53 (Sainte-Sta. Cruz)

1927 54 (Sta.Cubicia-Selh) - 58 (Subo-Talasz)

1928 59 (Talat-Teld) - 64 (Tre-Tumz)

1929 65 (Tun-Urz) - 69 (Vinie-Wef)

1930 70 (Weg-ZZ) / Apéndice 1 (A-Bech)

1931 Apéndice 2 (Bed-Ceq) - Apéndice 5 (F-Hok)

1932 Apéndice 6 (Hol-March) - Apéndice 7 (Mard-Oz)

1933 Apéndice 8 (P-Ree) - Apéndice 10 (T-Zyz)

24Sobre la cronología de la obra, que como se ve no editó sus tomos de forma correlativa, véase la obra de Sánchez Vigil citada anteriormente, páginas 110 y 181-184


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35

El primer suplemento apareció en 1935 y corresponde a 1934. En él se recogían,

organizados por materias y con una estructura sensiblemente distinta (salvo en la parte

dedicada a Biografías), los hechos más importantes acaecidos desde la publicación del

último tomo. Estos suplementos se han seguido publicando hasta el año 2005 en que la

editorial sacó una última tirada numerada de la misma.

3.1.1.3. Fuentes utilizadas en la elaboración de la Enciclopedia Espasa

El prólogo de la Enciclopedia señala que los redactores entre otras numerosas

fuentes consultadas, han podido servirse, de un modo exclusivo, de los mejores y más

modernos diccionarios del mundo, de las últimas ediciones… y de las más prestigiosas

enciclopedias alemanas (Meyer, Brockhaus, Herder, de las que José Espasa adquirió

en exclusividad los derechos de traducción), para las cuales trabajan competentes

eruditos en todos los ámbitos del saber humano, aunque la adaptación y el desarrollo

del original sigan en manos de grandes especialistas españoles25.

Aunque en principio no se menciona a la Encyclopaedia Britannica, de la que ya

se conocían tres ediciones (1895, 1901 y 1908), al proponer el esquema de un

suplemento anual sería mencionada por algunos redactores (1923-1933) como base

imprescindible para su trabajo futuro, junto con las últimas ediciones de Meyer y

Brockhaus, así como la colección del Larousse Mensual. Esos mismos modelos son

analizados en el artículo ENCICLOPEDIA, aunque no todos con la misma fortuna, ya que

la enciclopedia Larousse, en concreto el mensual que completaba el Grand Dictionnaire

universel du XIXème siècle y que era conocido como la Revue Enciclopedique es acusado

de falto de plan metódico y de proporción en sus artículos, así como carencia casi

absoluta de espíritu crítico de sus trabajos, lo que hace que no pueda ser considerada

una verdadera enciclopedia26. Si se consultan los fascículos de la Revue, en la página

web de la Biblioteca Nacional francesa, se observa que su formato y concepción es el de

25 Enciclopedia Espasa. Proemio. Tomo I, 1908 26 Enciclopedia Espasa. Voz ENCICLOPEDIA


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36

una revista más que el de una enciclopedia, incluso los colaboradores de la obra eran

periodistas y corresponsales cuya tarea fue fundamentalmente el envío de noticias sobre

trabajos realizados en Europa y Estados Unidos en la época, funcionando la publicación

más como un boletín bibliográfico al uso del siglo XIX que como obra de referencia. En

cuanto a la Británica se explica en el mismo artículo su historia y se la valora como una

de las obras de referencia más importantes del momento, junto con la Chambers, basada

en la enciclopedia alemana de Brockhaus, también fuente reconocida del Espasa y que

además, le sirvió de inspiración.

Brockhaus comenzó su andadura en Leipzig a finales del siglo XVIII de la mano

de Renato Lövel con el título de Conversations Lexicon y fue comprada por el impresor

Brockhaus en 1808. Este fue ampliando la obra, que en origen tenía seis volúmenes,

hasta convertirla en el Allgemeine Deutsche Real Encyclopaedia für die gebildeten

Stände, cuya edición a la que hace referencia Espasa en la voz es la de 1910. En este

momento Brockhaus contaba con 500 colaboradores y se sujetaba a un plan

matemático y científico en 16 volúmenes y uno de apéndices.

En cuanto a Meyer, se la considera digna competidora de la de Brockhaus, y así

debía ser cuando Espasa tenía firmado con esa casa un contrato para la reproducción de

ilustraciones en la Enciclopedia Universal Ilustrada. Meyer comenzó a publicarse en

Hildburg en 1840 con el nombre de Grosses Conversations Lexicon y su última edición

fue la sexta (1902) y contaba con veinte tomos y apéndices anuales fechados entre 1909

y 1913. La Herder también se cita en el artículo ENCICLOPEDIA en los siguientes

términos: publicada en Friburgo de 1853 a 1857 y de la que se ha hecho una tercera

edición en 9 tomos en 1901.

De las enciclopedias francesas, la más apreciada por Espasa fue la de Berthelot y

Derenbourg, titulada La Grande Encyclopèdie. La idea fue de Camilo Dreyfus y según

Espasa en un principio pensó hacer una obra análoga a la de Brockhaus y al a de

Appleton, acordando después un plan definitivio y dándole las proporciones de una


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37

verdadera enciclopedia. Constaba de 31 volúmenes que vieron la luz entre 1886 y 1903,

fue dirigida por un comité de 12 personajes que cubrían todas las materias desde las

ciencias físicas hasta la filosofía. El uso de estas fuentes explica la existencia de las

numerosas voces, especialmente biográficas, de origen alemán y francés; así mismo y

tras haber consultado algunas de ellas, se ha observado una similitud en forma y fondo

que explica por sí misma el origen y desarrollo de la Enciclopedia Universal Ilustrada.

Sin embargo y como demuestra la estructura de las voces y su tratamiento, la

Enciclopedia no tuvo sólo como fuentes otras enciclopedias. Sus autores y

colaboradores fueron seleccionados entre los mejores conocedores de las disciplinas que

representaban y el equipo de redacción constituyó un verdadero centro documental en el

que se seleccionaban, clasificaban y organizaban noticias, tratados, monografías,

publicaciones periódicas e incluso documentos iconográficos como fotografías, mapas,

dibujos que tenían como fin la construcción e ilustración de la obra de referencia. Según

los datos de Castellano27, la biblioteca de Espasa llegó a contar con unos 10.000

volúmenes, aunque el mismo autor afirma que podría haberse llegado a duplicar esta

cifra. Para redactar los artículos se vaciaba el contenido de diccionarios y enciclopedias,

entre ellos se encontraban los ya mencionados anteriormente y la Enciclopedia

Católica, la Enciclopedia Internacional, el Diccionario de Berthelot, el de Montaner y

Simón, el Diccionario de la Real Academia Española y las enciclopedias de Salvat y

Seguí, coetáneas y rivales de la obra que se estaba produciendo. En cuanto a las

revistas, la redacción contaba con la prensa diaria francesa; la española, concretamente

La Vanguardia y El Diario de Barcelona; El Siglo Futuro, Razón y Fé y La Nature,

entre otros. De estas publicaciones se extraía lo que interesaba a según unas fichas

elaboradas por Luis Espasa.

En su artículo BIBLIOGRAFÍA se dedican unas líneas a explicar la metodología

utilizada para ilustrar bibliográficamente los artículos, demostrando además, como se

verá en el capítulo dedicado a este tema, un amplio conocimiento de las fuentes 27 Castellano, Philippe. Op.cit. p. 46


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38

bibliográficas de cada disciplina y de cada país. En el artículo y apartado mencionados

se justifica la necesidad de ilustrar con una bibliografía cada voz o artículo y se explica

la novedad que esto constituye. La metodología utilizada para citar las fuentes en las

que se han basado las distintas voces es la siguiente:

1. Citar con preferencia autores contemporáneos del personaje biografiado

o del hecho histórico referido y al tratarse de puntos controvertibles de

ciencias o artes mencionar imparcialmente autores de todas las escuelas

y opiniones.

2. Hemos acudido primero a las fuentes bibliográficas ciertas y conocidas;

cuando éstas han faltado o sido escasas, hemos recurrido a las obras

que no son del dominio público por haberse agotado sus ediciones o ser

únicamente referidas como dudosas, citando después las manuscritas o

fragmentarias, y sólo en último lugar las inéditas o en curso de

publicación.

3. Cuando acerca de una voz existe un excesivo número de obras que tratan

de aquella materia, hemos acudido a citas bibliográficas autorizadas que

abarcan el repertorio de fuentes de consulta de la misma y adonde (sic.)

fácilmente puede acudir el investigador o erudito que necesite

conocerlas.

4. En voces o materias de escasa importancia que no se hallan tratadas

extensa ni compendiosamente en obras de mérito, hemos preferido no

añadir la sección bibliográfica antes de molestar al lector o con

repeticiones poco útiles o con vaguedades ociosas.

5. En toda bibliografía se ha procurado citar únicamente las obras que

propia y directamente traten de aquella materia, y no siendo posible

puntualizar siempre el lugar y pasaje de la obra en que la voz se halla

explanada, hemos supuesto que el erudito lector, una vez consulte la

obra que se le indica, dará fácilmente con la materia que le interese

estudiar.


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39

6. Hemos hecho las citas de obras incluyendo el nombre del autor, el título

(y a veces el subtítulo) de la obra, la ciudad en que fue impresa y la

fecha de la impresión. Sólo se cita el editor cuando es compilador,

corrector o autor a la vez de la obra o cuando ésta constituye una

excepcional curiosidad bibliográfica.

7. Finalmente, en algunas ocasiones indicamos la valía o mérito de la obra,

así como si es curiosa o rara, verbigracia: por haber sido prohibido.

La tarea de recopilación de información fue inmensa, como lo fue en

consecuencia la de documentación que incluía el archivo, clasificación y organización

de todo el material que fue base del cuerpo de cada una de las voces o artículos que

llenan sus páginas. Las fuentes en muchos casos procedieron de la actualidad de los

distintos momentos en los que se trabajó en cada uno de los tomos, lo que supuso un

trabajo de carácter documental que encontraría actualidad en la moderna documentación

informativa en su vertiente de reutilización de la información. Resulta importante

señalar que esta utilización de las fuentes informativas cobró fuerza en los suplementos

anuales que bebían directamente de ellas con el fin de actualizar los contenidos tanto en

las materias como en los apartados biográficos que renovaban los distintos currículums

de las personas biografiadas u ofrecían completas noticias necrológicas de aquéllos que

habían muerto.

El aparato bibliográfico de las voces, especialmente las dedicadas a cuestiones

temáticas, que en este trabajo se estudia en los epígrafes dedicados a cada una de ellas,

constituye un verdadero tesoro (en el sentido de recogida de datos valiosos) para saber

cómo evolucionaba cada una de las disciplinas y cuáles eran los nombres punteros en

los momentos de su redacción. Veremos sorprendentes aspectos relacionados con este

hecho y que demuestran la vigencia de los datos vertidos en la obra.


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40

3.2. Los autores de la Enciclopedia Espasa. Redactores y

colaboradores. Semblanzas biográficas

Lamentablemente, en este tipo de obras, la nómina de autores no refleja con la

suficiente precisión quiénes fueron los encargados de cada una de las voces, por lo que

la tarea de dilucidación de las motivaciones que llevaron a éstos a incidir más en unos

aspectos que en otros se hace complicada en algunos casos. Además el archivo de la

editorial en Barcelona fue pasto de las llamas en 1935, lo que complica la investigación,

ya que nos ha privado de importantes documentos.

Existe información recogida por los autores y en la propia obra que ayuda a

iluminar los aspectos concernientes a la autoría. Tanto Castellano28 como Sánchez

Vigil29 proporcionan datos a este respecto que son de interés para completar una

biobibliografía necesaria para el estudio de la Enciclopedia. Por otra parte se cuenta con

una obra que, aunque reconocidamente subjetiva por las circunstancias en que se

escribió, también ofrece una serie de datos fundamentales. Se trata del libro de Pérez

Hervás, quien trabajó en Espasa Calpe como director artístico de la Enciclopedia en

sustitución de Miguel Utrillo hasta 1934. Describe en esta obra, aunque con amargura

debida a su despido, las circunstancias y forma de trabajo del equipo de redacción de la

enciclopedia.30

La primera cuestión que hay que contemplar en lo referente a los autores y

colaboradores de la obra y que atiende a la metodología de la redacción de voces, fue

que la buena crítica hecha a la enciclopedia de Berthelot por parte de Espasa en su voz

ENCICLOPEDIA tuviera como consecuencia la utilización de la misma o parecida

metodología de trabajo que la de la Grande Encyclopedie. Este parece motivo suficiente

para transcribir lo dicho por M. Berthelot en su obra sobre el tema:

28 Castellano, Philippe. Op.cit. 29 Sánchez Vigil, Juan Miguel. Op.cit. 30 Pérez Hervás, José, Espakalpe. Barcelona, Centro Enciclopédico de Cultura, 1935.


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41

Avec l’aide de leurs collaborateurs et de le secrétariat de la rédaction, les

directeurs dressent d’abord, pour chaque lettre de l’alphabet, la liste des

articles qui devront être traités; ce vocabulaire est imprimé, on sait d’avance

quelle doit être la part de chaque lettre dans l’ensemble; on repartit entre les

directions le total des lignes disponibles. Chacun des directeurs procède allors à

la distribution entre ses collaborateurs des articles à traiter, en indiquant a

chacun le nombre de lignes qui lui est assigné et la date de livraison des

articles. (Grande Encyclopédie, XV, pág. 1013)31.

A pesar de la similitud de esta obra con la Enciclopedia Espasa, los autores de la

última no “copiaron” el sistema utilizado por Berthelot, quien en la voz citada ofrece

también los nombres de los directores de cada sección. El progreso cronológico de la

obra no hubiera permitido tal previsión, lo que explica además la falta de uniformidad

que le achacan algunas críticas negativas y que en realidad no es tan frecuente como

podría parecer si no se ha revisado a fondo el texto completo de la obra y si no se tiene

en cuenta el largo periodo de tiempo en el que tardó en terminarse la publicación. Es

importante subrayar que tanto en la lista aparecida en 1923 como en la de 1930

aparecen los mismos nombres que en 1934 continúan trabajando para la editorial

aunque, como reseña Castellano32, ya con sus titulaciones académicas.

El primer responsable de coordinar la redacción de la obra fue Luis Espasa

Escayola, hijo del fundador, que falleció en 1923, año de salida de los tomos XXI, XXII y

LI. En esa fecha se encargó a Dionisio Pérez la revisión de las voces de los tomos ya

publicados para organizar un fichero de erratas, cambios y añadidos con vistas a los

31 Con la ayuda de sus colaboradores y el secretariado de la redacción, los directores establecen primero, para cada letra del alfabeto, la lista de los artículos que tendrán que ser tratados; este vocabulario será impreso; sabemos de antemano la parte que debe ocupar cada letra en el conjunto; se reparte entre los directores el total de líneas disponibles. Cada director procede entonces a la distribución entre sus colaboradores de los artículos a tratar, indicando en cada uno de ellos el número de líneas que le son asignadas y la fecha de entrega de los artículos. 32 Castellano, Philippe. Op. Cit. p. 168


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42

futuros apéndices33. En el equipo formado por Luis Espasa se encuentran distintas

categorías de colaboración que son citadas en la obra ya citada de Castellano y que se

dividían fundamentalmente en colaboradores externos e internos. Entre los internos se

encuentran diferentes periodistas barceloneses que se encargaron de la redacción de

voces de distinta índole; entre los externos se cuentan los que revisaban los textos, para

lo que tenían que acudir a fuentes externas de reciente publicación con el fin de que el

material saliera lo más actualizado posible y que tuviera la mayor homogeneidad. Esta

situación era parte también de la metodología recogida de la obra de Berthelot y que se

ha citado en líneas anteriores34.

El cuerpo de redacción fue extraordinario: Doscientos colaboradores fijos y

numerosos colaboradores externos, tanto españoles como latinoamericanos, entre los

que figuraban diez naturalistas, doce pintores, dibujantes y críticos de arte, doce

músicos, trece periodistas, catorce bibliófilos y personas dedicadas al libro, quince

diplomáticos, veintiún militares, veintitrés médicos y farmacéuticos, treinta y cuatro

directores de museos, bibliotecas y archivos, treinta y cuatro historiadores y

arqueólogos, treinta y seis abogados, cuarenta y un ingenieros y arquitectos, ciento

cincuenta y cinco profesores, sesenta y nueve catedráticos, trescientos diecisiete

escritores; así como académicos de prestigio en diversas disciplinas y un importante

grupo de colaboradores eclesiásticos de todas las órdenes; amén de ilustradores,

diagramadores, etc35.

A lo largo de este trabajo se ha realizado, como se afirma en el capítulo dedicado

a la metodología y se puede comprobar en el vaciado de voces que se ofrece en el

anexo, una doble lectura de las páginas de la Enciclopedia a fin de localizar y extraer las

materias sobre documentación que se encuentran en sus páginas. Durante el proceso se

han localizado también algunos colaboradores de la obra (en tomos anteriores a los de

33 Sánchez Vigil, Juan Miguel. Op. Cit. p. 182 34 Berthelot, Maurice. “Encyclopedie”, en Grande Encyclopédie, inventaire raisonné des sciences, des lettres et des arts. París, H. Lamirault et cie editeurs, 1885-1902. Tomo XV, pp. 1008-1014 35 Fuente http://www.libroantiguo.org, consultada por última vez el 14 de mayo de 2005


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43

1923, 1930 y 1934) que fueron biografiados en ella y que aparecen en las listas que se

publicaron en los años mencionados. Esta es la razón que nos lleva a considerar como

correctas las mencionadas listas y a utilizarlas como fuente del epígrafe que nos ocupa.

3.2.1. Los redactores y colaboradores de la Enciclopedia Espasa.

En este apartado se recogen las semblanzas biográficas de los autores de la

Enciclopedia que aparecen listados en los tomos de 1923 y 1930, dado que el número de

autores asciende a 600, no se ofrecen las biografías de todos ellos, sólo las de aquellos

que aparecen como redactores de plantilla y las de los personajes vinculados al Cuerpo

de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios o Arqueólogos. Así mismo se han recogido

algunos datos de los que fueron profesores de alguna de las disciplinas auxiliares de la

historia y de los bibliófilos, bibliógrafos y coleccionistas o directores de instituciones

culturales en general por su afinidad con el campo que ocupa este trabajo.

Hay que advertir que no todos los autores se encuentran biografiados en la obra,

por lo que en algunos casos se ha tenido que acudir a fuentes externas, lo que se

advertirá cuando corresponda. Por otra parte, la obra se ha consultado para este epígrafe

en toda su extensión, es decir, desde su nacimiento en 1908 hasta su finalización en el

año 2005.

3.2.1.1. Semblanzas biográficas de los redactores de la obra

ARANZADI, TELESFORO DE

Nacido en 1860 y fallecido en 1945. Fue catedrático de Antropología en la

Universidad de Barcelona. Es uno de los personajes más importantes que colaboraron y

fueron autores de la Enciclopedia. Aunque se le conoce sobre todo como antropólogo,

sus primeros estudios fueron los farmacéuticos en los cuales se doctoró en Madrid en

1882. Al tiempo de obtener el doctorado y sobre todo a partir de 1887 – año en que se


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creó la sección de antropología en el Museo de Historia Natural de Madrid – comenzó

su interés por la Antropología, ciencia que había de absorberle durante toda su vida a

pesar de los múltiples campos que llamaron también su atención tales como la Botánica,

el dibujo, la música, la etnología, paleontología, etc. En 1889 se doctoró a su vez en

Ciencias Naturales. Era primo del célebre Miguel de Unamuno, compañero suyo cuando

ambos preparaban distintas oposiciones en Madrid. Su labor de investigador se dio

pronto a conocer, incluso en sus años de estudiante, logrando en estos tempranos años

un premio extraordinario por el Estudio sobre los insectos vesicantes aplicados a la

farmacia. Años más tarde, centrado por completo en sus estudios antropológicos, su

nombre era ya conocido en el extranjero. En 1891, a los 31 años de edad, obtuvo el

premio de la Sociedad Antropológica de París por su trabajo El pueblo euskalduna, uno

de los primeros dedicados al estudio científico de la raza vasca desde el punto de vista

antropológico. En 1895 logró la cátedra de Mineralogía y Zoología de la facultad de

farmacia de la Universidad de Granada, ciudad en la que residió durante algunos años, y

más tarde de la cátedra de Botánica descriptiva en Barcelona, universidad de la que fue

decano hasta 1907, año en que los disturbios estudiantiles le hicieron abandonar el

cargo. En 1897 le fue otorgado el premio de la Real Academia de Ciencias por su

meticuloso trabajo Setas y Hongos en el País Vasco. La Sociedad Imperial de Amigos

de la Historia Natural, Antropología y Etnografía de Moscú le nombra, en 1910,

miembro titular; dos años más tarde, 1912, es socio honorario de la Asociación

Dactiloscópica Argentina. Hombre de pequeña estatura, cojo y de aspecto débil,

Aranzadi no por ello dejó de dedicarse a las exploraciones prehistóricas directamente.

El 15 de agosto de 1917 conoce a Barandiarán, al que lleva 30 años de edad y muchos

de experiencia; por esas fechas comienza su labor conjunta y la primera excavación de

ambos, junto con el Dr. Eguren, de los dólmenes de Aralar. Esta exploración

subvencionada por la Diputación de Guipúzcoa y Vizcaya, Sociedad de Estudios

Vascos y Comisión de Monumentos de Navarra, fue la primera etapa de una vasta labor

de más de 20 años de sucesiva exploración que proporcionó a Aranzadi interesantísimos

datos antropológicos y paleontológicos. En 1919 fue nombrado socio correspondiente

de la Sociedad Portuguesa de Antropología y Etnografía, en 1920 catedrático de


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Antropología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Barcelona, hasta su

jubilación en 1931, y en 1921 miembro correspondiente de la Sociedad Romana de

Antropología. En 1922 viajó a Francia y Alemania (Colonia), junto con Barandiarán y

en 1929 a Suiza y Austria con la misma compañía. Entre estos años citados recibe

nuevos nombramientos de sociedades científicas mundiales: socio correspondiente de la

Sociedad Argentina de Estudios Geográficos y de la cubana de Historia Natural "Felipe

Poey" (1923); académico correspondiente de la Real Academia de la Historia (1924);

miembro del Instituto Arqueológico de Berlín (1926); académico numerario de la Real

Academia de Ciencias de Barcelona (1927), etc. Es vocal de la Junta Permanente de la

Sociedad de Estudios Vascos, colaborador de la Enciclopedia Espasa en la sección de

Ciencias Naturales y Antropología, miembro correspondiente de la Sociedad

Antropológica de Munich y traductor de las obras de G. de Humboldt, Frizzi y

Haberlandt, entre otras. Al estallar la guerra pasó a Barcelona, donde falleció el 12 de

febrero de 1945, a los 85 años de edad. Publicó, además multitud de artículos para

revistas tales como la "RIEV", "Euskalherria", "Euskalerriaren Alde", "Yakintza",

"Hermes", "Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural", "Asociación

Española para el Progreso de la Ciencia", periódicos, revistas extranjeras, "Sociedad de

Estudios Vascos"

ARTAMENDI, JOSÉ G. DE

Escritor. Trabajaba para la editorial como traductor entre los años 1931 y 1935

según se desprende de la bibliografía que se ha localizado. No hay noticias suyas en la

enciclopedia. Según Philippe Castellano fue uno de los tres redactores que quiso

nombrar Luis Espasa para dirigir la redacción; los otros dos eran José Pérez Hervás y

Arturo Masriera).


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BALLESTER, JOSÉ MARÍA

Escritor. Fue redactor de la enciclopedia y según Pérez Hervás cobraba en 1930

mensualmente 450 pesetas por su trabajo. No aparece en la enciclopedia.

BARNILS, PEDRO

Filólogo. Fue uno de los componentes de la llamada excursión filológica que

organizó Antoni María Alcover Sureda a Berlín tras la creación del Institut d’estudis

Cataláns. Estas excursiones eran, en realidad, intercambios de universitarios para

estudiar filología en Alemania y España. Barnils fue seleccionado para cursar sus

estudios en Alemania en el año 1908 y más tarde se convertiría en redactor de la

enciclopedia. Estos datos hacen pensar que fue uno de los colaboradores al comienzo de

la obra, aunque no existen noticias suyas en los tomos de la misma.

BOSCH Y GIMPERA, PEDRO

Catedrático de Historia Universal antigua y media de la Universidad de

Barcelona. Especializado en Prehistoria, realizó estudios en la Universidad y Museo de

Historia de Berlín con ayuda de las becas de intercambio del Institut d’Estudis de

Catalunya.

BRUGUÉS, CASIMIRO

Nacido en 1863. Estudió Farmacia y Ciencias Químicas en Barcelona,

convirtiéndose en doctor por la Universidad Central y trabajando como catedrático en la

Universidad de Barcelona. Fue uno de los revisores y redactores de las voces relativas a

la sección de agricultura, química y farmacia de la obra desde 1907. Aparece ya como

autor de distintos libros en 1900; entre 1908 y 1910 perteneció al consejo de

administración del Ateneu Barcelonés, trabajando como vicesecretario de esta


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institución hasta el año 1922. En 1910 era académico de la Real Academia de Ciencias

y Artes de Barcelona. Fue director de la Revista del Instituto Agrícola Catalán de San

Isidro y de Mundo Científico. En la voz que hace referencia a él en la enciclopedia

puede leerse forma parte de la colaboración de la Enciclopedia Universal Ilustrada

Europeo Americana, lo que confirma su pertenencia a la plantilla de redacción del

Espasa desde los comienzos. Castellano recoge, además, algunas palabras suyas en las

que afirma la importancia que la Enciclopedia tuvo a principios del siglo XX para el

público erudito.

CANIBELL (O CANIVELL) Y MASBERNAT, EUDALDO36

Nacido en 1858 y fallecido en 1928. Dibujante, tipógrafo y bibliógrafo. En 1876

fue uno de los fundadores de la primera Sociedad de Excursionistas de España que se

convertirían en el Centre Excursionista de Catalunya. Escribió sobre imprenta y

tipografía y organizó una estupenda colección de sigilografía que se encuentra en la

asociación mencionada. Intervino en la organización de la biblioteca pública de Arús,

de la que fue bibliotecario jefe. En 1897, junto con el dibujante José Luis Pellicer, inició

la organización del Instituto Catalán de las Artes del Libro, dirigiendo más tarde la

Revista Gráfica, órgano de este centro. En 1904 restauró los tipos góticos incunables de

la imprenta española, dibujando y dirigiendo el grabado de los punzones y que

constituyen una de las más importantes características tipográficas del Modernismo

Catalán. Organizó en 1906 en Barcelona la Exposición del libro Catalán. Se tienen

noticias bibliográficas suyas desde 1891. Amigo personal de Miguel Utrillo, es una de

las figuras clave en el desarrollo de la Enciclopedia, especialmente en lo referente a

ilustración de la obra. Como fundador del Institut Català de les Arts del Llibre

participará en la Escola Práctica d’Arts Grafiques y en la Revista Gráfica junto con

Ramón Miquel Planas. Philippe Castellano lo sitúa en el catalanismo más radical, así

36 La importancia del personaje se manifiesta en las diversas biografías existentes sobre el mismo. Ladaga, Mariano Oscar. Datos históricos bio-bibliográficos de Eudaldo Canivell Masbernat. Cerbera, 1928; Trenc Ballester, Elise. « Eudald Canivell i Masbernat » en Serra d’Or nº 262-263, 1981, cit. por Castellano, Philippe en op. Cit. p. 307.


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mismo observa que fue el redactor de todas las voces de relacionadas con las Artes

Gráficas, además de otras relacionadas con el libro y numerosas biografías. Gracias a la

conservación de su archivo personal, contamos con datos concretos sobre su

contribución en el Espasa como redactor, la siguiente lista es una muestra de las voces

fruto de su trabajo: ARTES GRÁFICAS (HERRAMIENTAS, MÁQUINAS, TÉCNICAS);

BIBLIOGRAFÍA, BIBLIOTECONOMÍA; CARTÓN; ENCUADERNACIÓN; ESTEREOTIPIA;

FOTOGRABADO; FOTOTIPIA; GALVANO; GRABADO; IMPRENTA; INCUNABLES; JAUME I;

LIBRERÍA, PALIMPSESTO; PAPEL; PERIODISMO; REVISTA; M. RIVADENEYRA; SANGRAR;

SANGRÍA; SATINAR; SECANTE; SECCIONES; SEGUNDAS; SENTAR LA FORMA; SIERRA (V.

CREMALLERA); SIGNATURA; SIGNOS; SILÁBICA; SOBRE; SOBRECUADRO; SOMBRA;

SOMBREADA; SOMBRERO; SOMERO; SUBREGENTE; SUERTES; SUMARIO; SUPERIOR (V.

VOLADO); SUPLIR; SURTIDO; TAMAÑO; TEJUELO; TELA (TIRADAS EN); TELAR

(ENCUADERNACIÓN); J. TÉLLEZ; TENER CERA; TEXTO; TIPOGRAFÍA.

CASTILLO ALONSO, GONZALO DEL

Nacido en 1871. Estudió Derecho en Valladolid, obteniendo premio

extraordinario de Licenciatura y Doctorado en la Universidad Central. Fue Decano de la

Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Oñate y más tarde, como figura en el

listado de 1923, Catedrático de Derecho Político Comparado en la Universidad de

Barcelona. En Valladolid dirigió el periódico El Porvenir y publicó La génesis de la

idea socialista moderna. En el tomo que aloja su biografía no se menciona que trabajara

en la Enciclopedia, por lo que debió incorporarse a la redacción en años posteriores a su

comienzo.

COROLEU, WIFREDO

Nació en 1877 y falleció en 1951. Médico Psiquiatra, estuvo encargado de la

redacción y revisión de los artículos de medicina, trabajo por el que, según Philippe

Castellano recoge de Pérez Hervás, cobraba 300 pesetas al mes. En 1899 publicaba con


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frecuencia en la prensa de la época sobre temas de vulgarización científica y

descubrimientos aplicados a la medicina y a la industria. Fue además corresponsal en

Barcelona de periódicos franceses, ingleses y rusos.

DOMENGE Y MIR, MIGUEL

Vivió entre los años 1870 y 1936. Teniente coronel de Ingenieros y escritor. Se

encuentran noticias bibliográficas suyas desde principios de 1900, especialmente

traducciones de libros para distintas editoriales y sobre diversas disciplinas (educación,

socialismo, fotografía, literatura, sociología, etc.).

DURÁN CASALPEU, HERIBERTO

Comandante de Ingenieros y escritor. Entre 1914 y 1918 fue colaborador de Las

Noticias, Ibérica y Hojas Selectas. No aparece ninguna noticia sobre su biografía en la

Enciclopedia.

FAURA Y SANS, MARIANO

Nacido en 1893 y fallecido en 1941. Paleontólogo y geólogo, era además

sacerdote y Catedrático de la Escuela Superior de Agricultura y auxiliar de Ciencias

Naturales en la Universidad de Barcelona. Se ocupó de las voces sobre geología. Según

los datos que ofrece Pérez Hervás era el único eclesiástico de la redacción que trabajaba

como catedrático, y sólo percibía 50 pesetas mensuales por su labor, lo que constituye

menos de la tercera parte de lo cobrado por otros redactores. Debió tener una biblioteca

importante, pues existen noticias – también de Hervás – en las que se afirma que

realizaba préstamos de libros a la editorial para que fueran utilizados en la redacción e

ilustración de la Enciclopedia. Fue miembro correspondiente del Institut d’Estudis

Catalans y uno de los pioneros en excavaciones arqueológicas de carácter prehistórico

en España.


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GILL SILVESTRE, ANGEL

Abogado y escritor. En 1930 cobraba 225 pesetas mensuales por su trabajo de

redacción en la Enciclopedia. Aparece en la lista de fusilados en 1939 en el Fossar de la

Pedrera del cementerio de Montjuic y como abogado de la CNT y perteneciente al

Comité de Salud Pública.

GIRONA Y TRIUS, PEDRO JUAN

Vivió entre 1877 y 1952. Catedrático de la Escuela Especial de Agricultura de

Barcelona. Fue uno de los fundadores de la Escuela de Agricultura en 1911. Formó

parte, además, de la Comisión de Agronomía de la Real Academia de Ciencias y Artes

de Barcelona y se ocupó de buena parte de los artículos referentes a agricultura,

expresando siempre su interés por reformar las prácticas agrícolas españolas según se

estaba haciendo en Cataluña. Entró en la junta directiva del Instituto de Agricultura de

Cataluña en 1908, haciéndose cargo de la biblioteca del mismo en 1911, en su trabajo

como director de la biblioteca demostró una enorme preocupación por estar a la altura

de las últimas investigaciones y dotándola de las más actuales publicaciones periódicas

sobre temas agrarios. Así mismo, en 1919, publicó el catálogo de dicha biblioteca, que

fue editado por la imprenta de la Casa de la Caridad37 y escribiendo algunos artículos

sobre la formación de su fondo38.

GISPERT, FEDERICO MARÍA DE

Nació en 1877. Abogado y escritor. Se ocupó de las voces de Geografía e

Historia. Figura bibliografía suya como traductor a principios del siglo XX.

37 La biblioteca del Institut Agricola catalá de San Isidro, pel Dr. Pere J. Girona. Cataleg. Barcelona, Imprenta de la Casa de la Caridad, 1919 38 Girona i Trius, Pedro Juan. “La Biblioteca” en Revista del Instituto de Agricultura de Cataluña San Isidro, 1921


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GONZÁLEZ LLUBERA, IGNACIO

Nacido en 1893 y muerto en 1962. Catedrático de la Universidad de Belfast,

Irlanda. Trabajó también en la Enciclopedia Geográfica del Instituto Gallach y existe

abundante bibliografía suya como filólogo y estudioso de la cultura árabe. En la

biblioteca Universitaria de Oxford se ha localizado una obra realizada en su honor con

el título de Estudios hispánicos en honor a Ignacio González Llubera, fechada en 1951.

Entre 1910 y 1916 colaboró con la sección de Instituciones Sociales de la España

Musulmana del Centro de Estudios Históricos. Murió en Cambridge.

IGLESIAS, DALMACIO

Vivió entre 1879 y 1933. Doctor en Derecho, se ocupó de las voces de esta

disciplina, percibiendo por ello 250 pesetas mensuales. Según se recoge en la obra de

Castellano su fallecimiento causó el retraso del tomo 8 de los apéndices de la

enciclopedia. Debió tener cierta influencia por lo que se desprende del estudio de

Castellano, quien afirma que fue el que se encargó de convencer a Ignacio de Janer para

que redactara la voz sobre bibliofilia. Por otra parte, en la lista de datos de la página de

biografías Paisos Cataláns aparece reseñado como político y jurista, nacido en

Extremadura. En la primera década del siglo XX publicó una obra sobre derecho

eclesiástico con la editorial; se ha localizado, además, otra obra suya en 1930 sobre la

Isla de Formosa y editada por Gustavo Gili.

MARFIL, MARIANO

Entre 1918 y 1933 fue redactor de La Época y colaborador de El Ejército

Español, Nuestro Tiempo, La Lectura y La Gaceta Jurídica de Guerra y Marina. Era

además Subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros y figura como autor en

algunas obras de otras editoriales como Figuras de la Raza, colección de biografías que


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la imprenta Marzo publicó en Madrid entre 1927 y 1928. Por los datos que facilita

Castellano debió incorporarse a la redacción de la Enciclopedia en la segunda etapa de

su publicación.

MASRIERA Y COLOMER, ARTURO

Vivió entre los años 1860 y 1929. Doctor en Filosofia y Letras, escritor y

catedrático. Fue fundador de la Asociación de la Prensa de Barcelona. Entre 1896 y

1906 trabajó como redactor del Diario de Barcelona, pasando a La Vanguardia ese año

y permaneciendo como redactor en este periódico hasta 1916. En 1917 trabajó para la

editorial Montaner y Simón en el Diccionario de diccionarios. Se encuentra

correspondencia suya con la editorial desde el año 1906 en que colaboró con Miguel

Utrillo en la revista Forma. Igualmente, en 1910 envió el artículo CALDERÓN DE LA

BARCA a la redacción de la obra, que contó con el visto bueno de Luis Espasa. Según

los datos que se desprenden del estudio de Castellano39, era amigo personal de la familia

Espasa y formó parte de la terna elegida por Luis Espasa para dirigir la redacción. En

1905 fue proclamado Mestre del Gay Saber, cuando era encargado de redactar la rúbrica

literaria del Diario de Barcelona. Se dedicó plenamente a la redacción de la

Enciclopedia hasta 1911 en que comienza de nuevo a trabajar como periodista en La

Vanguardia aportando estudios biográficos. La obra que se ha mencionado, Diccionario

de Diccionarios, fue publicada de forma simultánea a su colaboración con la

Enciclopedia. Pertenecía, además, a la Academia de Bones Letres de Barcelona.

MASSAGUER, ENRIQUE

Nació en 1870. Publicista y traductor de lenguas vivas. Encargado de las voces

de literatura, se encuentra amplia bibliografía como traductor desde finales del siglo

XIX. Se mantuvo como redactor hasta 1933 en Barcelona, trabajando en la redacción

39 Castellano, Philippe. Op. cit. p. 295


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como traductor – no olvidemos que la obra ofrece la traducción de las voces al francés,

italiano, inglés, alemán, portugués, catalán y esperanto. Philippe Castellano afirma que

la presencia de Massaguer en el grupo de traductores, junto con José Pérez Hervás

durante los primeros años de publicación de la Enciclopedia es síntoma, además, de la

importancia de las aportaciones extranjeras en la obra y no sólo de la pretensión de que

ésta funcionara como diccionario plurilingüe.

ORTS CLIMENT, TOMÁS

Escritor. Trabajó como redactor de Las Noticias, La Renaixença y La Tribuna;

siendo además director de las publicaciones El Defensor del Asegurado y El Seguro

Moderno. Se ocupó de la parte de la enciclopedia referente a biografías. Trabajó en

estrecha colaboración con Aranzadi y con Utrillo, especialmente en la etapa de creación

de los Suplementos, ya durante la unión con Calpe. Fue también quien presentó, junto

con Telesforo de Aranzadi, a los responsables de la editorial, el proyecto de

suplementos anuales, haciendo clara referencia a los de la enciclopedia británica. Orts

planteó en este sentido la necesidad y conveniencia de contar con colaboradores en los

distintos países hispanoamericanos en los que se distribuyó la obra.

PÉREZ HERVÁS, JOSÉ

Publicista, crítico de Arte y traductor de idiomas. Trabajó en la redacción desde

los inicios de la Enciclopedia y constituye una fuente de información inagotable en

cuanto a datos sobre la evolución tanto de la obra como de la editorial. Fue uno de los

más influyentes redactores en época de Luis Espasa y estuvo dedicado a la dirección

artística de la obra, sustituyendo a Utrillo en 1919 y hasta 1934 año en que abandonó la

editorial de manera poco amigable como lo demuestra su libro Espakalpe en el que

describe la situación de la redacción y denuncia numerosas irregularidades tanto en lo

referente a derechos de autor como al pago de los trabajadores. No aparece biografía

suya en la enciclopedia, probablemente, debido a estos sucesos. Creó el Centro


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Enciclopédico de la Cultura a fin de denunciar el pirateo y en la correspondencia habida

entre él mismo, otras editoriales y archivos extranjeros y Espasa puede leerse que su

responsabilidad en la obra consistía entre otras cosas en escoger las reproducciones que

deberían ilustrar el texto40.

RIOJA MARTÍN, JOSÉ

Catedrático de Zoografía de animales inferiores y moluscos, de la Universidad

Central. Se ocupó de las voces referentes a biología marina. Existe una noticia

bibliográfica que lo sitúa en la Universidad de Oviedo en 1902, año en que leyó el

discurso académico de comienzo del curso.

ROSSELL, PEDRO MÁRTIR

Catedrático de la Escuela Superior de Agricultura de Barcelona. Fue uno de los

fundadores y primeros profesores de la Escuela Superior de Agricultura en el año 1911

y perteneció a la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, formando parte de la

Comisión de Agronomía de dicha institución.

SERRA HUNTER, JAIME

Catedrático de Historia de la Filosofía en la Universidad de Barcelona.

Perteneció a la Sección de Ciencias del Institut d’Estudis Catalàns, creada en 1911 y

que tenía como objetivo publicar obras científicas en lengua catalana, crear laboratorios,

organizar búsquedas y estructurar los estudios científicos de Cataluña dentro de las

corrientes de investigación mundiales. Colaboró en la Enciclopedia desde 1914 con la

redacción de artículos filosóficos. Redactó las voces siguientes: FECHNER, FICHTE,

FILOSOFÍA, GINER DE LOS RÍOS, GNOSEOLOGÍA, HAMILTON, HEGEL, HISTORIA DE LA

FILOSOFÍA, HOBBES, HUME, KANT, LOCKE, LOTZE, LLORENS, MARTÍ DE EIXALÀ, 40 Pérez Hervás, José. Espakalpe. Barcelona, Centro Enciclopédico de la Cultura, 1935. pp. 168-176


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NIETZSCHE, PLATÓN, SABUNDE, SANZ DEL RÍO, SCLEIRMACKER, SCHOPENHAUER,

SPINOZA, TEORÍA DEL CONOCIMIENTO, VIVES, WOLF y WUNDT.

TERRADAS É ILLA, ESTEBAN

Ingeniero, catedrático de la Universidad de Barcelona. En 1920 trabajó para

Calpe dirigiendo la colección Sección de Ingeniería. En la redacción de la Enciclopedia

se ocupó de las voces referentes a matemáticas, física, astronomía y tecnología. Por este

trabajo percibía 550 pesetas mensuales. Fue uno de los siete primeros miembros de la

sección de Ciencias del Institut d’Estudis Catalàns; también formó parte de la Junta para

la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, creada en 1907 y cuyo fin

consistía colmar las lagunas existentes en lo concerniente a investigación científica en

España puestas de manifiesto por el premio Nobel Santiago Ramón y Cajal en 1906. Se

le considera, tanto por su actividad en el Espasa, como por su trayectoria profesional y

por la dirección de las publicaciones técnicas de la Biblioteca Contemporánea de las

Ciencias que era colección de Espasa, uno de los más importantes baluartes de la

vulgarización científica en España. Su contribución en la obra fue intensa y reflejó la

erudición y actualización científica que necesitaba la editorial para dar mayor

trascendencia a la obra, llegando a escribir verdaderos tratados dentro de la

Enciclopedia. Incluso sus amistades personales eran científicos de calado en la esfera

europea, entre otros Einstein, quien fue invitado por él a España y del que dio a conocer

sus descubrimientos a través de una serie de conferencias en Barcelona. El propio

Einstein consideraba a Terradas el hombre “más extraordinario que había conocido” y

el matemático alemán Weyl le dedicaría una de sus obras. Entre otras instituciones,

acogieron y aprovecharon la ciencia de Terradas: la International Telephone and

Telegraph Company, los Ferrocarriles de la Mancomunidad de Cataluña, el Instituto de

las Ciencias de Barcelona, el observatorio astronómico Fabra de Barcelona y el

Deutsche Seismologische Gesellschaft. De la Enciclopedia redactó las siguientes voces:

ACÚSTICA, ACOPLAMIENTO DE ALTERNADORES, AERODINÁMICA, AEROSTÁTICA,

AISLAMIENTO, ÁLGEBRA, ALGEBRAICAS (FUNCIONES, INTEGRALES ABELIANAS,


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SUPERFICIES DE RIEMANN), ALTERNADORES, ALTERNAS (CORRIENTES),

AMORTIGUADORES, ANALÍTICA, ANAMORFOSIS, APERIÓDICO, APLANÉTICOS, ASTÁTICA,

ASTEROIDES, ASTIGMATISMO, BESSEL (FUNCIONES), CALOR, CÁLCULO, CALEFACCIÓN,

CAPILARIDAD, CATEDRAL, CELESTE, CINEMÁTICA, CILINDRO, CILINDROIDE,

DISTRIBUCIÓN, ECUACIÓN, ECUACIONES DIFERENCIALES, ELASTICIDAD, ELECTRICIDAD,

ESTABILIDAD, ESTATICA, ESTEREOMETRÍA, ESTEREOTOMÍA, FUNCIÓN, GRUPO,

GRAVEDAD, HIDRÁULICA, HIDRODINÁMICA, HIDROSTÁTICA, INFINITESIMAL, INTEGRAL,

INTEGRACIÓN, INTEGRODIFERENCIALES, LATITUD, LOCOMOTORA, LUNA, MAGNETISMO,

MASA, MATERIALES, MECÁNICA, MECÁNICA CELESTE, METALOGRAFÍA, MOTOR,

NÚMERO, ÓPTICA, PARALEJE, PILA, PLACA, PLANETA, POLARIDAD, POLARIZACIÓN,

POLIEDRO, POTENCIA, POTENCIAL, POLÍGONO, PRECESIÓN, PROBABILIDAD, PROBLEMA,

PROYECTIVA, PUENTE, PUNIZACIÓN, QUANTA (TEORÍA DE LOS), RELATIVIDAD,

RESITENCIA DE MATERIALES, VIBRACIÓN.

3.2.1.2. Semblanzas Biográficas de los colaboradores de la obra que pertenecieron

al Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios o tuvieron relación

con alguna de las disiciplinas documentales

Se recogen en este epígrafe sólo las biografías de aquellos colaboradores de la obra que pertenecieron al Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios. Las biografías han sido completadas con la obra de Agustín Ruiz Cabriada Biobibliografía del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos.41

ARCO, ANGEL DEL (1862-1925)

Historiador y Jefe del Cuerpo de Arqueólogos y Bibliotecarios. Se licenció en

Filosofía y Letras y Derecho, ingresando en el Cuerpo el 20 de mayo de 1889, fecha en

la que se le destinó al Museo Arqueológico de Granada, hasta 1893 en que se trasladó al

de Tarragona, del que fue director hasta su fallecimiento. Se encargó además del Museo

Diocesano de Tarragona, siendo delegado de Bellas Artes y Académico correspondiente

41 Ruiz Cabriada, Agustín. Biobibliografía del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos (1858-1958). Madrid, Artes Gráficas Estades, 1958.


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de la Real de la Historia. En la biobibliografía del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios

y Arqueólogos de Agustín Ruiz Cabriada se recogen sesenta obras de este autor.

ARCO, RICARDO DEL (1888-1955)

Vivió entre los años 1888 y 1955. Catedrático y cronista de la Provincia de

Huesca. Ingresó en el Cuerpo de Archiveros en 1908, siendo destinado al Museo

Arqueológico y Biblioteca Provincial de Huesca. Formó parte de diversos congresos

internacionales y fue miembro correspondiente de las Reales Academias de la Historia,

Bellas Artes de San Fernando y Buenas Letras de Barcelona y Málaga, así como de la

Hispanic Society of America. Se recogen más de cuatrocientas obras suyas en la obra de

Cabriada.

ARTIGAS, MANUEL

Nació en 1866 y falleció en 1925. Director de la Biblioteca Nacional Filipina.

Biógrafo, bibliógrafo, bibliófilo e historiador. Descendiente de españoles, nació en

Filipinas en 1866, trabajando en la Biblioteca Nacional de Filipinas desde 1907 y siendo

nombrado director de la misma en 1915. Entre sus obras destacan los catálogos de la

mencionada biblioteca y diversos diccionarios sobre temas administrativos; así mismo

fue uno de los más importantes historiadores de las relaciones hispanofilipinas, así

como de las bibliografías referentes a asuntos de este tipo. Fue organizador de diversos

eventos sobre la historia de la imprenta en Filipinas y miembro de algunas de las

Academias históricas más importantes del momento, como la Real Academia de la

Historia de Cádiz.

BERUETE, AURELIANO DE

Nacido en 1845 y fallecido en 1912. Estudió Derecho, llegando a ser diputado

entre 1871 y 1872. Se dedicó a las Bellas Artes, estudiando en París y es considerado


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uno de los primitivos impresionistas españoles, siendo maestro de Sorolla y Casas. Fue

además un importante historiador de Arte, publicando la primera biografía de

Velázquez de importancia para conocer las obras del pintor español. Fue además

Director del Museo del Prado, por esta condición se ha recogido su biografía, ya que no

perteneció al Cuerpo de Archiveros, aunque formaba parte de los conservadores

periciales que se nombran frecuentemente en la Enciclopedia.

BOFARULL, FRANCISCO DE

Ni la Enciclopedia ni Ruiz Cabrada dan fecha de muerte de este colaborador que

nació en 1848. Aparece como Archivero y publicista en el tomo XXX. Estudió Derecho

en Barcelona y se tituló como Archivero Bibliotecario y Bachiller en la Facultad de

Filosofía y Letras de la Universidad Central, ingresando en el Cuerpo en junio de 1864.

Fue destinado a prestar servicios en el Archivo de la Corona de Aragón, del que llegó a

ser director y que clasificó ordenó con gran esfuerzo. Perteneció a diversas academias y

fue colaborador de revistas como la Histórica Latina y la de Ciencias Históricas.

CALVO, IGNACIO

Nacido en 1864 y fallecido en 1930. Escritor y sacerdote. Ingresó en el Cuerpo

en 1897, prestando servicios en la Universidad de Salamanca como bibliotecario y más

tarde como jefe de la sección de Numismática del Museo Arqueológico Nacional. Ruiz

Cabrada recoge diversas obras suyas de materia numismática.

CASTAÑEDA Y ALCOBER, VICENTE

Archivero-bibliotecario del Consejo de las Ordenes Militares. Nació en 1884 y

realizó estudios en la Universidad Central y en la Escuela Superior de Diplomática,

siendo doctor en Derecho. Ingresó en el Cuerpo en 1905, prestando servicios en el

Archivo Regional de Valencia, Histórico Nacional, Biblioteca de Medicina y Biblioteca


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de la Real Academia de la Historia. Además fue vocal de la Junta Facultativa de

Archivos Bibiotecas y Museos e ingresó en la Real Academia de la Historia en 1920,

siendo secretario perpetuo de la misma. Miembro de diversas academias americanas e

iberoamericanas fue condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica. Fue autor de

más de doscientas obras bibliográficas y biográficas.

CATALINA Y COBO, MARIANO

Nació en 1842 y murió en 1913. Arqueólogo y catedrático. Estudió Derecho en

la Universidad Central e ingresó en el Cuerpo de Archiveros en 1866, prestando

servicios en la biblioteca Universitaria de Madrid y más tarde en la de San Isidro. En

1878 fue elegido académico de la Lengua y fue secretario perpetuo de la RAE desde

1881. Además fue Diputado y Senador, así como Consejero de Estado y Presidente del

Tribunal de Cuentas. Perteneció a la Sociedad de Amigos del País de Zaragoza y fue el

creador de la Colección de Escritores Castellanos, siendo el autor de una colección de

leyendas históricas de artistas célebres y de otras piadosas.

FERRÁ, MIGUEL

Nacido en 1885 y fallecido en 1947. Historiador y archivero. Estudió Filosofía y

Letras y Derecho en la Universidad de Barcelona, ingresando en el Cuerpo en julio de

1911. Prestó servicios en la Biblioteca del Instituto Jovellanos de Gijón, en la

Universitaria de Barcelona y en el Archivo de Hacienda. Formó parte de la comisión

editora luliana y de la Fundació Bernat Metge. Además fundó diversas revistas literarias

y perteneció como socio correspondiente a la Real Academia de la Historia.

FOLCH Y TORRES, JOAQUÍN

Nació en 1877 y murió en 1928. Director del Museo Arqueológico de Barcelona.

Vinculado desde muy joven a la política, militó en la Lliga Regionalista catalana. Fue


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además colaborador de diversas publicaciones periódicas de tipo literario y carácter

modernista. Realizó estudios de Derecho a edad madura. Las cuestiones folkloristas

catalanas y su interés por el arte le impulsaron a proponer la creación de un museo

textil, y aunque la idea no prosperó en su momento, en la actualidad el Museo Textil y

de la Indumentaria catalán le considera su fundador. Como director del Arqueológico de

Barcelona realizó el catálogo de piezas románicas de dicho establecimiento. No

perteneció al Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos pero nos ha parecido

importante incorporarlo a estas páginas por su estatus de director del Museo

Arqueológico barcelonés.

FONT DE RUBINAT, PABLO

Nacido en 1860 y fallecido en 1948. Abogado y bibliófilo. No fue miembro del

Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos; sin embargo es uno de los

bibliófilos más importantes que colaboraron en la redacción del Espasa. Estudió

Derecho en la Universidad de Barcelona y formó parte de la fundación de la Asociación

Catalanista de Reus, su ciudad natal. Cultivó amistad con otros de los redactores de la

enciclopedia como Miquel i Planas, Bofarull y Duran i Bas, así como con el exlibrista e

impresor Joan Oliva. Perteneció a la Asociación Agrícola de Reus, a la Real Academia

de la Historia y a la Asociación Artística y Arqueológica de Barcelona;

reconociéndosele además su labor como alma del Centro de Lectura de Cataluña.

GÓMEZ, JULIO

Nacido en 1886. Bibliotecario del Conservatorio de Madrid y musicógrafo. Se

tituló como doctor en Filosofía y Letras en la sección de Historia en la Universidad

Central, ingresando por oposición al Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y

Arqueólogos en 1911, año en que fue destinado como director del Museo Arqueológico

y Biblioteca Provincial de Toledo hasta 1913 en que se le trasladó como jefe de la

sección de Monedas de la Biblioteca Nacional. En 1915 fue nombrado, por concurso,


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Bibliotecario del Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, donde

continuaba en 1958, igualmente por concurso fue designado como bibliotecario del

Círculo de Bellas Artes. Sus inclinaciones artísticas y musicales le llevaron a estudiar

música llegando a ser profesor auxiliar y catedrático de composición en el

Conservatorio de Madrid. Colaboró en diversas publicaciones periódicas especializadas

y fue vocal del Consejo Nacional de Música y académico de la Real de Bellas Artes de

San Fernando.

GONZÁLEZ PALENCIA, ÁNGEL

Nacido en 1889 y fallecido en 1949. Se licenció en Filosofía y Letras en la

Universidad de Madrid en el año 1910, ingresando al año siguiente en el Cuerpo

Facultativo de Archiveros Bibliotecarios y Arqueólogos, en el que fue destinado en el

Archivo de Hacienda en Toledo y en el Archivo Histórico Nacional. En 1927 obtuvo la

cátedra de Literatura Arábigo-Española en la Facultad de Filosofía y Letras de la

Universidad de Madrid y en 1930 fue elegido académico de número de la Real de la

Historia. Fue además miembro correspondiente de otras muchas academias y perteneció

a la Directiva de la Real Sociedad Geográfica Nacional. Igualmente fue profesor en

universidades norteamericanas y colaboró en numerosas publicaciones periódicas

españolas y extranjeras.

GUDIOL, JOSÉ

Nacido en 1872. Sacerdote y arqueólogo español, nombrado Doctor Honoris

Causa por la Universidad de Bonn, se encargó del estudio de distintos objetos religiosos

y arqueológicos españoles a petición del Gobierno. Fue director del Museo

Arqueológico Episcopal de Vich, del que redactó el catálogo de manuscritos anteriores

al siglo XVIII.


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JANER, IGNACIO DE

Nacido en 1869 y fallecido en 1919. No perteneció al Cuerpo de Archiveros,

Bibliotecarios y Arqueólogos, sin embargo fue un bibliófilo de reconocido prestigio y

uno de los que más aportaciones realizó para la enciclopedia Espasa. Entre sus

colecciones destaca la de más de 400 ejemplares de la obra de Kempis Imitación de

Cristo. Sus colecciones fueron donadas a la Biblioteca de Cataluña en la que se

conservan, además, importantes manuscritos de este erudito.

MACHADO, MANUEL (1874-1947)

Nació en 1874 y murió en 1947. Escritor, hermano del poeta Antonio Machado.

Se graduó en Filosofía y Letras en 1897 e ingresó en el Cuerpo de Archiveros,

Bibliotecarios y Arqueólogos el 26 de julio de 1913, prestando servicios en la

Biblioteca de Santiago hasta 1914, de la que fue trasladado a la Biblioteca Nacional un

año más tarde. Fue nombrado en julio de 1925 jefe de la Biblioteca y Museo del

Ayuntamiento de Madrid y elegido académico de la Real Española.

MAGALLÓN, MANUEL

Vivió entre 1862 y 1930. Se licenció en Derecho Canónico en el Seminario de

Sigüenza, ingresando en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos el 14

de julio de 1890. Prestó sus servicios en el Archivo de la Delegación de Hacienda y

Biblioteca de Sria, en la Sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional y en el

Archivo Histórico Nacional, del que fue secretario y director. Fue académico

correspondiente de la Real de la Historia y alcanzó gran renombre como paleógrafo y

latinista. Fundó una academia preparatoria para el ingreso en el Cuerpo junto con

Ricardo de Aguirre.


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MÉLIDA Y ALINARI, JOSÉ RAMÓN

Nació en 1856 y falleció en 1933. Catedrático de Arqueología de la Universidad

Central y Director del Museo Arqueológico Nacional. Realizó estudios en la Escuela

Superior de Diplomática, ingresando en el Cuerpo en abril de 1881, siendo destinado al

Museo Arqueológico Nacional en el que prestó servicios toda su vida profesional y en

el que, además de redactar sus catálogos e inventariar objetos e instalaciones, creó la

Sala de Antigüedades Ibéricas. En 1901 fue nombrado Director del Museo de

Reproducciones Artísticas al frente del cual permaneció catorce años. En 1916 fue

nombrado director del Arqueológico Nacional para el que adquirió importantes

colecciones. En 1912 obtuvo la Cátedra de Arqueología de la Facultad de Filosofía y

Letras de la Universidad Central. Formó parte de las Academias de Bellas Artes y de la

Historia, así como de la de Inscripciones y Bellas Letras de París, que le concedió el

premio Duseigneur de Arqueología; también perteneció al Instituto Arqueológico

Alemán.

OSSORIO Y GALLARDO, CARLOS

Vivió entre los años 1864 y 1921. Publicista, archivero y bibliotecario. Ingresó

en el Cuerpo de Archiveros el 26 de febrero de 1893, siendo destinado a prestar

servicios en la Biblioteca Universitaria de Barcelona. En 1912 pasó a la Biblioteca de

Medicina de esta ciudad y en 1917 fue pensionado para ampliar estudios en Buenos

Aires sobre el régimen de la Biblioteca de Ciencias Médicas de esa ciudad, así como de

sus archivos y bibliotecas. Destacó también como periodista y fue director de algunas

revistas semanales entre las que destaca Noticiero Universal, El gato negro, Pluma y

Lápiz, El Cronisa y El Resumen.


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PEÑA Y GELABERT, ANTONIO MARÍA

Nacido en 1863. Literato y archivero. Se licenció en Filosofía y Letras en la

Universidad de Barcelona y realizó estudios de perito químico y mecánico. Ingresó en

el Cuerpo por oposición en 1915, prestando servicios en la Biblioteca Provincial de

Mahón hasta 1917 en que pasó al Archivo de Hacienda de Palma de Mallorca.

SENTENACH Y CABAÑAS, NARCISO

Vivió entre los años 1853 y 1925. Arqueólogo y director del Museo Nacional de

Reproducciones Artísticas. Realizó estudios superiores de Bellas Artes y se doctoró en

Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. Ingresó en el Cuerpo de Archiveros,

Bibliotecarios y Arqueólogos en 1893, prestando sus servicios en el Arqueológico de

Tarragona hasta 1894, año en que fue trasladado al Museo Arqueológico Nacional en el

que se le adscribió a la sección etnográfica. Desempeñó el cargo de director del Museo

de Reproducciones Artísticas hasta que se jubiló en 1917. En 1907 fue elegido

académico de Bellas Artes de San Fernando y en 1924 bibliotecario de dicha academia,

así como del Círculo de Bellas Artes. Fue secretario del Ateneo de Madrid, donde

organizó la exposición de las obras de la casa ducal de Osuna. Fue encargado de la

Biblioteca del Mapa Geológico en 1901.


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CAPÍTULO IV

ESTUDIO TEÓRICO EVOLUTIVO DE LAS DISCIPLINAS

DOCUMENTALES EN LA ENCICLOPEDIA ESPASA. ARCHIVÍSTICA

En los siguientes capítulos se estudian las disciplinas documentales que aparecen

definidas y desarrolladas en la Enciclopedia Espasa como ya se ha explicado en las

páginas de introducción general al trabajo de investigación. Se han seleccionado los

términos en función de dos aspectos fundamentales: El primero, la relación con el

tradicional nombre del Cuerpo de funcionarios destinados a servicios documentales, es

decir, archiveros, bibliotecarios y arqueólogos; teniendo en cuenta la evolución del

mismo a lo largo del siglo XX, de este modo se ha realizado una revisión de las tres

grandes profesiones que han constituido por tradición la materia de estudio: archivística,

biblioteconomía y arqueología. En segundo lugar se ha tenido en cuenta la actual

situación de las Ciencias de la Documentación con el fin de estructurar el objeto de

estudio a la luz de las nuevas investigaciones, así se ha incluido la museología como

disciplina que tuvo su origen en el coleccionismo y la arqueología. Las materias

relacionadas con el libro reciben en la enciclopedia especial tratamiento por cuestiones

históricas por lo que se ha incluido como disciplina la bibliofilia, aún sin considerarla

propiamente como tal, debido a su especial vinculación con la bibliografía que en la

obra se trata como heredera directa y necesaria del afán coleccionista de libros. En lo

referente a la biblioteconomía se ha preferido incluir en ella la voz Libro como

dependiente de la misma por constituir este material documental el núcleo y objeto de

estudio de los servicios bibliotecarios, aún conscientemente de que como material

podría haber formado parte de las dos voces anteriormente mencionadas: Bibliofilia y

Bibliografía.


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Cada una de las disciplinas se ha estudiado respetando la estructura ofrecida en

el Espasa, motivo por el cual puede observarse distinta organización en cada epígrafe,

aunque se ha intentado siempre ordenar la información del modo más homogéneo

posible.

Para cada disciplina se han consultado en la Enciclopedia las voces que se

indican en el cuadro contiguo. En él se observa, además, la relación tanto entre las

disciplinas objeto de estudio (Archivística, Bibliografía, Biblioteconomía,

Documentación y Museología) como entre las voces aludidas en cada una de ellas en la

obra.

VOCES CONSULTADAS PARA EL ESTUDIO DE LAS DISCIPLINAS

ARCHIVÍSTICA

BIBLIOFILIA BIBLIOGRAFÍA BIBLIOTECONOMÍA DOCUMENTACIÓN MUSEOLOGÍA

Diplomática España: bibliología

Bibliognosia Bibliología

Catálogo Libro

Sistemas bibliográficos Acta Bibliomanía Bibliógrafo Biblioteca Documentación Aficionado

Archivero Bibliófilo Tipografía Documentar Anticuario Archivo Bibliólata Imprenta

Bibliotecas musicales Documento Antigüedad

Diploma Bibliolatría Bibliotecario Arqueología Infidelidad Bibliótafo Bibliotecnia

Bibliotecografía

Institutos arqueológicos

Bibliotecología Coleccionista Biblioteconomía Gabinete

Clasificación Museo Museografía

Librería

Museógrafo


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4.1. Archivística

Para el estudio de esta disciplina se han consultado las voces DIPLOMÁTICA,

ESPAÑA: BIBLIOLOGÍA, ACTA, ARCHIVERO, ARCHIVO, DIPLOMA E INFIDELIDAD.

Aunque tradicionalmente se ha asimilado la disciplina archivística a las ciencias

y técnicas historiográficas se aborda aquí como ciencia independiente por distintas

razones: por un lado debido a que los estudios actuales sobre el tema la dotan de una

madurez que lleva consigo esa independencia de otras disciplinas42; la segunda razón es

de carácter tradicional y se encuentra vinculada al periodo en el que se publicó el

cuerpo43 de la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, entre 1905 y 1933,

haciendo referencia al nombre del Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios

que casi de inmediato añadiría a los Anticuarios a sus filas.

Somos conscientes de que las disciplinas que se tratarán en este trabajo como

parte de las ciencias y técnicas historiográficas (diplomática, epigrafía, sigilografía y

numismática) están casi indisolublemente vinculadas a las tareas archivísticas, sobre

todo en lo que se refiere a cuestiones de reconocimiento y autentificación de los

documentos; sin embargo se estudian en un capítulo aparte por considerare que también

constituyen instrumentos de las otras dos disciplinas que compusieron el tradicional

cuerpo facultativo ya mencionado.

4.1.1. Introducción histórica. Evolución de la disciplina hasta la actualidad

En el periodo de tiempo que ocupa el último tercio del siglo XIX y el primero del

XX el panorama archivístico español se encontraba en situación prácticamente de

42 No cabe duda de este hecho después de haber estudiado los trabajos de Juan José Generelo, José Ramón Cruz Mundet o Ramón Alberch Fugueras, que se irán citando en estas líneas. 43 Ya se ha advertido en este trabajo que la fuente de estudio será solamente la parte de la enciclopedia que comprende lo que se conoce como cuerpo de la obra y que transcurre durante los años que cuentan desde 1905 hasta 1934; es decir los tomos I a LXX y los primeros apéndices.


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abandono como queda reflejado por los historiadores de la disciplina en ese momento

que citan como fuente anterior el Informe de D. Santiago Agustín de Riol44 en 1726 en

el que se insistía sobre el mal estado de los archivos de la monarquía. La cuestión no se

solucionó en el siguiente siglo, que vio cómo los fondos archivísticos españoles eran

saqueados a causa de la Guerra de la Independencia y que tuvo como consecuencia la

Real Orden de 11 de mayo de 1821 que encargaba al Gobierno tomar medidas para

recuperar aquellos documentos que estuvieran en manos de particulares. Además, el

siglo XIX español fue pródigo en complicaciones políticas lo que facilitó la desaparición

de documentos cuestión que vino a complicarse con la desamortización si bien ésta tuvo

una doble función: se perdieron documentos pero otros pasaron a engrosar fondos

estatales constituyendo la base de la formación de nuevos archivos.

Con la caída del Antiguo Régimen aparece también una cuestión importante para

la organización archivística: el interés de conocimiento de la propia historia y por tanto

la necesidad de acceso a todo aquello que ayudara a aportar información que aclare las

raíces de las naciones europeas. De aquí parte el nacimiento de la archivística ya no

como guarda de documentos sino también como organización y clasificación de los

mismos a fin de ponerlos al servicio de los estudiosos, en este caso como disciplina

historiográfica más que como la disciplina independiente en la que se convertirá más

adelante.

Es a partir de la segunda mitad del siglo XIX, ayudada por estos hechos, cuando

se comienza a realizar un verdadero marco legislativo en torno a los archivos,

comenzando por la Ley de Moyano de 9 de septiembre de 1857 y el Real Decreto de 17

de julio de 1858 que creaba la Junta Superior Directiva de Archivos, Bibliotecas y

44 Informe de D. Santiago Agustín de Riol44, dado al Rey Felipe 5º sobre consejos, tribunales, archivos, protocolos, eclesiásticos seculares y regulares, religiones monacales y mendicantes, embajadores, privados, confesores de los reyes y estado de los papeles antiguos y modernos


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Museos45. Esta Ley de Instrucción Pública conocida como “Ley Moyano” subrayaba

entre otras cosas la organización del servicio de archivos, determinando su tipología, la

clase de documentos que debían constituir su fondo y la creación del cuerpo de

empleados de archivos y bibliotecas a los que se “exigirán especiales condiciones de

idoneidad”46.

Esta ley fue la base de todas las demás47, aunque no debe olvidarse la Real

Orden de 20 de abril de 1844 del Ministerio de la Gobernación que fijó las reglas para

facilitar la entrada en los archivos a investigadores. El siguiente paso fue la creación de

la Junta General de Archivos que se convirtió pronto en la Dirección General de

Archivos de España y Ultramar, reglamentada por Real Decreto de 24 de mayo de 1849.

Anterior e importante también es el Real Decreto de 7 de octubre de 1856 creaba la

Escuela de Diplomática en Madrid, con el fin de formar al personal de los archivos y

bibliotecas, de la que se hablará frecuentemente en este trabajo. Las enseñanzas

impartidas en esta Escuela que eran de claro carácter historiográfico, contribuyeron a la

formación de archiveros historiadores.

En el mismo año 1858, como ya se ha dicho, se estableció la existencia de la

Junta Superior Directiva, de carácter consultivo y se ponen las bases para la creación de

archivos y bibliotecas dependientes del Ministerio de Fomento. Unos meses más tarde,

en 1859, se establecieron las bases para la organización de esos archivos y bibliotecas

de nueva creación, la organización general de los mismos y la formación del cuerpo

profesional que se iba a ocupar de ellos. En este Real Decreto se establece la existencia

de archivos de 1ª y 2ª clase que se modificarán con la aparición de la sección de

Anticuarios dentro del cuerpo de facultativos de archivos y bibliotecas por Real Decreto

45 Para cuestiones sobre políticas y evolución del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios véase el trabajo de la profesora Teresa Fernández Bajón Polítcas de información en la España del siglo XIX. Gijón, Trea, 2002 46 Ley de Instrucción Pública de 9 de septiembre de 1857, Tit. IV, art. 166. Consultado en http://www.personal.us.es/alporu/legislacion/ley9set1857_4.htm#titulo4 el 08.08.2006 47 Generelo, Juan José, Historia de los archivos y de la archivística en España. Valladolid, Universidad, 1998; pp. 119-126


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de 12 de junio de 1867, pero que volverán a conservar esta tipología en 1868 al ser

derogada la clasificación anterior. Es en 1871 cuando se establece la triple clasificación

que añade los universitarios, institucionales y locales. El fin de estas idas y venidas vio

la luz en 1901, por lo menos en lo que se refiere a la época que aquí nos interesa puesto

que el tomo de la Enciclopedia fue publicado en 1908.

La Enciclopedia refleja con absoluta claridad la situación de los distintos

archivos durante el primer periodo del siglo XX, motivo por el cual no vamos a

extendernos en este aspecto, que será tratado en el epígrafe correspondiente a la voz

ARCHIVO. Sí vamos a hacer un rápido repaso por los archivos existentes en España en el

siglo XIX que, en ese momento, constituían un auténtico reflejo de la historia y

estructura administrativa de nuestro país. Por un lado existían los archivos

pertenecientes a los distintos reinos y coronas y por otro los de las chancillerías. Entre

los primeros, el de la Corona de Castilla (Simancas); el de la Corona de Aragón

(Barcelona) y el del Reino de Valencia (Valencia); a los que se añadieron en el siglo

XVIII el del Reino de Galicia (La Coruña) y el de Indias (Sevilla). En cuanto a los de las

chancillerías, los de Valladolid y Granada, a los que se unieron en el XIX los de

Mallorca, Navarra, Alcalá de Henares y el Histórico Nacional. Todos ellos quedan

perfectamente reflejados en forma y fondo en la voz ARCHIVO del Espasa, que se verá en

otros epígrafes.

Los estudiosos contemporáneos de los archivos y la archivística insisten en

indicar la dificultad que se plantea entre la historia de la institución y la disciplina

archivística48. Mientras para establecer una cronología de los archivos bastaría con

retrotraerse a los orígenes de la escritura, para situar la archivística se hace necesario

llegar al siglo XIX, momento en el que la organización de archivos se convierte en

ciencia. Este es el motivo que nos lleva a separar la evolución de la institución de la

evolución de la ciencia en el presente trabajo. Así mismo la propia estructura de las

48 Cruz Mundet, José Ramón. Manual de archivística. Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 2001; p. 19


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voces en la Enciclopedia separa la historia del archivo como lugar de custodia

documental de la archivística como disciplina y profesión; por lo que hemos preferido

atenernos a esta separación aunque reconociendo en todo momento que tanto institución

como disciplina son absolutamente inseparables debido a la repercusión de uno sobre

otro.

Cruz Mundet49 define dos periodos para el estudio de la historia archivística

separando de esta manera el momento histórico en el cual los archivos se caracterizaron

por la indefinición en el tratamiento de los fondos y que llama periodo prearchivístico y

el de desarrollo archivístico en el que el tratamiento de los fondos de archivo ha

adquirido autonomía suficiente para poder hablar de la archivística como ciencia de los

archivos. Este segundo momento es el que trataremos en la parte correspondiente a la

archivística como disciplina documental dentro de este capítulo. Así pues, se estudiará

en dos etapas la historia de la archivística. Primero atendiendo a la evolución de los

archivos hasta el fin del Antiguo Régimen y después a la evolución de la archivística

desde ese momento y como consecuencia de la madurez de la archivonomía.

4.1.1.1.1. Periodo prearchivístico

En este epígrafe se verá la evolución del archivo desde la Antigüedad hasta los

inicios del siglo XIX o, como se ha visto en el epígrafe dedicado a los archivos

españoles, hasta el fin del Antiguo Régimen, momento que marca el interés del archivo

como fuente histórica. Se seguirá, para ello, la misma estructura que plantea Cruz

Mundet en la obra citada en párrafos anteriores.

4.1.1.1.1.1. Antigüedad

El archivo surge con entidad propia desde las monarquías de Asia hasta el Bajo

Imperio Romano y Grecia. Los fondos archivísticos en las civilizaciones más antiguas, 49 Cruz Mundet, José Ramón. Op.cit.; p. 20


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si bien no se ordenaban con una sistematización adecuada sí eran organizados ya en

distintos depósitos según la procedencia de la documentación, así mismo los fondos se

conservaban de manera escrupulosa según la clasificación que se les asignaba en cada

uno de estos depósitos. En lo referente a Egipto la situación era similar y en lo

respectivo a Grecia y Roma el conocimiento que ha llegado hasta la actualidad sobre los

archeion y tabularium procede de fuentes indirectas y de deducciones sobre los restos

arqueológicos por lo que se carece de información de primera mano para reconstruir la

historia de estos establecimientos. Lo que sí es cierto es que tanto en Grecia como en

Roma los archivos tuvieron estructuras similares y surgieron como instituciones con

entidad propia, identificándose con toda claridad en la legislación de la época.

Por otra parte, existieron responsables de la custodia de ambas instituciones que

recibieron los nombres de areópago y epístate en Grecia y de prefectos en Roma.

Además la utilidad del archivo en los dos casos fue administrativa y jurídica,

especialmente en lo que respecta a Roma que conservaba la información para su

gobierno estableciendo su Derecho el carácter probatorio del documento escrito.

En lo referente a diferencias entre las instituciones archivísticas romanas y

griegas es necesario advertir que reflejaron los distintos modelos de Estado: el griego

basado en el individuo y el romano en la cosa pública. Este hecho se manifiesta en la

importancia de la centralización archivística en Roma que traía consigo la existencia de

archivos públicos. Por lo que atañe a Grecia la existencia de archivos públicos iba unida

a la de democracia que permitía el acceso de los ciudadanos a los fondos para

consultarlos y copiarlos si así lo necesitaba; en Roma el acceso estaba restringido a los

funcionarios que se servían de los documentos para el ejercicio del poder.

4.1.1.1.1.2. Edad Media

La caída del Imperio romano supuso la apertura a otro tipo de administración

política y legislativa dejando paso al Derecho germánico e influyendo, como no podía


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ser de otra manera, en la situación documental. En primer lugar, como hecho más

importante y que incide de forma más trascendente en la cuestión que ocupa estas

líneas, el documento escrito tiende a reducirse en número fundamentalmente porque el

Derecho germánico imponía el procedimiento oral y la prueba testimonial sobre el valor

que los romanos daban al documento escrito. Por otra parte, la caída del Imperio

Romano llevó a la población a dispersarse y ruralizarse lo que influyó en el descenso

del nivel cultural de la población. La escasez de fondos documentales en este periodo,

especialmente en la Alta Edad Media, dificulta en gran manera el conocimiento directo

de los archivos debido a la lógica falta de información que causa la escasez de

documentación escrita. No obstante existen pautas suficientes para establecer unas

características generales en torno al tema.

Como primera cuestión, y esto se refleja en la Enciclopedia a través del estudio

de las biografías y si se realizara una cronología de tareas documentales por periodos

históricos, marcan la situación las tareas monacales ejercidas por los benedictinos desde

el siglo VI que incluían el cuidado de bibliotecas y archivos casi indistintamente hasta el

punto de dotar a los documentos archivísticos de características de libro a través de la

creación de códices que eran tratados como material librario más que como documento

de archivo propiamente dicho.

Otra de las características de este periodo es el mantenimiento de la tradición

administrativa romana desde las cancillerías pontificias, manteniendo el registro de

documentos a pesar de haber sido éste abolido por la práctica del borrador o copia.

Estos registros constituían el procedimiento de clasificación del archivo, unificando los

documentos por años según su naturaleza (provisiones, privilegios, indulgencias, etc.).

En lo referente a organización de archivos centrales la dificultad de su estudio es

importante debido, principalmente, a la itinerancia de las cortes en la Alta Edad Media,

lo que provocaba la frecuente dispersión de fondos. De la época visigoda se ha podido


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reconstruir la existencia del thesaurus, que seguía la tradición romana y constituía el

lugar de custodia del erario y la documentación real, códigos y tratados internacionales.

El siglo XII representa un punto de inflexión en esta situación debido, entre otras

cuestiones, a la recuperación del Derecho Romano y con él del procedimiento

administrativo que recuperará el documento escrito como portador de valor probatorio

en los procedimientos jurídicos y políticos. En este momento histórico se sitúan una

serie de aspectos que llevan a pensar, aunque de forma muy frágil, en el principio de

prácticas muy similares a las que se revisarán en el periodo de desarrollo archivístico

que se estudiará a continuación. Estas prácticas derivan de la evolución experimentada

por los documentos públicos que debido al cambio de procedimientos administrativos se

simplifican y especializan por áreas de competencia; igualmente influye en este hecho

el volumen documental que, al ser mayor, exige a su vez una más meticulosa

organización de los mismos y por tanto una evolución más rigurosa de las técnicas

como fue el registro que en un principio se adopta en las cancillerías más importantes

para ir extendiéndose a través de la creación de series documentales diferenciadas según

el interés o la naturaleza de los actos que las han provocado.

La aparición de cartularios a lo largo de la Edad Media obedece también a la

situación anteriormente descrita, especialmente a la necesidad de agrupación

documental y de conservación de documentos solemnes o de valor permanente. Autores

como Bautier50 describen tres sistemas de clasificación: “Clasificación sistemática para

las piezas sueltas de los cartularios (tratados, contratos matrimoniales, testamentos,

bulas, adquisiciones de tierras, etc.); es el sistema del trésor des chartes cuya

clasificación se hace a posteriori por los archiveros. Clasificación cronológica en las

cancillerías, donde se llevaban, según el orden de expedición o de recepción de las

unidades documentales, los registros de transcripción, las minutas y los originales

50 Bautier, Robert-Henry. “La phase cruciale de l’histoire des archives: la constitution des dépôts d’archives et la naisance de l’archivistique” en Archivium, n. XVIII, pp. 145-146; cit. por Cruz Mundet, op. Cit. p. 29


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recibidos. En las escribanías y en los tribunales se conservaban en legajos (junto a las

series cronológicas de cuentas o de sentencias) las piezas referidas a un asunto judicial

dado (procuraciones, informes, etc.), así como las piezas justificativas de las cuentas,

estando los paquetes puestos en grupo por orden cronológico en los cofres o armarios”.

La idea de archivo público se encuentra oculta por la existencia de archivos

reales, públicos en esencia pero pertenecientes al rey. En estos archivos la autenticidad

del documento dependía de algunas formalidades diplomáticas como eran la redacción,

sello y autoridad de procedencia, siendo esta autoridad quien confirmaba y confería el

carácter de autenticidad a los documentos que emanaban de particulares e instituciones

no gubernamentales. En este punto es importante subrayar la necesidad de autentificar

los actos privados que trajo consigo la institución notarial como depositaria de fe

pública dando valor auténtico a los documentos y haciéndolos útiles para los ámbitos

del derecho privado, administrativo, mercantil y procesal.

El avance de la Edad Media y el final de la Baja Edad Media se caracterizan por

una mayor complejidad administrativa que perfila una riqueza archivística importante

en cuanto a fondo y forma, comenzando a despuntar lo que más tarde serán fondos

documentales diferenciados y futuros archivos estatales. Además la expansión de entes

locales establece la aparición de archivos propios que cada vez se van haciendo más

importantes. En cuanto a los eclesiásticos, se convierten en auténticas redes

archivísticas que destacan por su coordinación y la estructura de sus fondos. Los

archivos privados aún no cobran la importancia que tendrán en siglos posteriores,

aunque su existencia es un hecho como demostrará su futuro desarrollo.

4.1.1.1.1.3. Antiguo Régimen

Cruz Mundet considera la necesidad de establecer diversos periodos en esta

época al tratarse de un espacio cronológico muy amplio y observa la existencia de

varias fases: siglos XVI y XVII por un lado y siglo XVIII por otro. Sin embargo señala dos


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76

factores que impiden una división tan estructurada: el desarrollo de los archivos de

Estado, que se convertirán más adelante en Nacionales y la importancia que adquiriría

paulatinamente la utilidad histórica de los documentos de archivo, a la que se ha hecho

referencia al comienzo de este capítulo, y que marcará la apertura de los fondos

archivísticos a los investigadores al final del Antiguo Régimen.

En cuanto al primer punto, la creación de archivos del Estado en los que se

acumularon documentos dispersos, el autor de la voz, diferencia tres momentos

esenciales, el primero de los cuales cuenta con España como pionera a finales del siglo

XV en el momento en que los Reyes Católicos ordenaron la concentración de sus

archivos en la Chancillería de Valladolid. Esta decisión constituirá el punto de partida

en el resto de Europa, cuyos monarcas la utilizarán como modelo durante los dos siglos

posteriores. Así Maximiliano de Aubsburgo organizó en Insbruck los archivos del

Imperio como consecuencia de la decisión de centralización de los monarcas españoles.

A mediados del siglo siguiente, Carlos V decidirá trasladar la documentación del reino

castellano a Simancas, lugar en el que se finalizará la concentración de archivos del

Estado en época de Felipe II. A finales del siglo XVI se aprobará el Reglamento del

Archivo de Simancas, expandiéndose desde este momento el modelo español a la mayor

parte de Europa: Francia en 1589, Italia en 1610 e Inglaterra en 1578.

A partir del 1600 los sistemas de concentración archivística se mejoran, alojando

los documentos en grandes depósitos a la vez que comenzaba la organización de

archivos administrativos. Pero es a partir de la primera veintena del siglo XVIII, con la

reorganización en Turín de los archivos del Estado de Saboya cuando se produce una

nueva concentración y reagrupación de archivos. Pedro el Grande instituye en este

momento dos archivos centrales para su territorio con la novedad de establecer periodos

de transferencia de los documentos. A mediados de siglo la emperatriz de Austria

concentra en el Haus-Hof-und-Staatsarchiv de Viena todos los documentos dispersos en

distintos depósitos del imperio. En el último tercio del siglo apareció en Escocia la

Register House y en Sevilla Carlos III concentraba la documentación de ultramar en el


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77

Archivo de Indias. La última época de concentración se sitúa al final del siglo XVIII y

está personificada por Napoleón, quien decidió concentrar en París los archivos de los

países ocupados durante su gobierno con una finalidad de defensa. El proyecto quedó

inconcluso y no volvió a retomarse.

La segunda característica de este periodo es la toma de conciencia por parte de

los gobiernos de que los archivos son un instrumento de poder, de información para el

ejercicio del poder interno y externo; esta concepción, según Cruz Mundet, se

materializa en tres conceptos importantes:

Los derechos del Estado sobre los documentos públicos obligarán a los

funcionarios a devolver toda la documentación emanada del ejercicio de sus funciones

en bien de la autoridad del soberano y de la potestad del propio estado. El resto de

entidades públicas y privadas tomaron conciencia de la importancia de la organización

de sus fondos documentales, lo que llevó a municipios, diputaciones y parlamentos a

emprender la estructuración de los mismos.

Como fuente de poder, el archivo se considera lugar infranqueable, sagrado y

secreto y así se constituye desde los reglamentos de cada uno de ellos; existiendo la

prohibición de acceso sin autorización real, aún para dignatarios de la administración.

Como puede observarse la evolución del valor del documento a lo largo de la

edad moderna lo va convirtiendo en fuente de conocimiento debido a los intereses y

expectativas que suscitan los archivos. Este hecho sitúa la necesidad de crear un marco

teórico y práctico más unificado que facilite el acceso a la información que los fondos

archivísticos guardan en sus documentos. De ahí que surjan, también, desde los campos

del poder, políticas para el mantenimiento y la atención de los archivos, dotando de

importancia histórica y jurídica como parte del patrimonio de cada país.


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En este punto se sitúa el comienzo de la creación de la disciplina como ciencia a

través de tratados y trabajos teóricos que recorren el camino desde la necesidad del

conocimiento de la diplomática como medio de trascripción y autentificación de

documentos respondiendo a la importancia histórica de los mismos, hasta el tratamiento

de los fondos archivísticos como cuestiones relativas a la dominación territorial, los

asuntos internos de los diversos reinos y las relaciones exteriores; pasando por métodos

que tratan la archivística desde el punto de vista jurídico, que son los más abundantes y

que van encaminados a satisfacer las necesidades del poseedor del archivo más que de

los investigadores externos. Esta importancia jurídica del archivo permanecerá durante

mucho tiempo y así se verá reflejado en la Enciclopedia. Sin embargo será necesario

esperar para que la descripción de fondos, su clasificación y otras tareas como el

expurgo o el registro se vieran normalizadas a fin de dar al archivo el lugar que le

corresponde en la sociedad moderna.

Durante la primera mitad del siglo XIX y como fruto de la evolución expuesta

anteriormente se produce un periodo de transición hacia la plenitud de la época del

desarrollo archivístico y aparecerá en este momento una división que marcará la

evolución y la profesión del archivero hasta la actualidad: la surgida entre archivos

administrativos y archivos históricos. Los primeros verán su culminación en la gestión

administrativa; los últimos estarán unidos a la diplomática y la paleografía como

ciencias auxiliares para el conocimiento de la historia y su autenticidad.

4.1.1.2. Periodo de desarrollo archivístico

Los autores actuales consideran que el periodo de desarrollo archivístico es el

que desemboca en la concepción de la archivística como ciencia documental y así nos

parece en este trabajo, sin embargo el tratamiento que la enciclopedia da a las voces

ARCHIVO y ARCHIVÍSTICA hace pensar que el punto de partida de este periodo se

encuentra más avanzado el siglo XX de lo que se expresa en los tratados teóricos. No

hay que olvidar que las voces de la obra fueron redactadas por personajes de


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importancia dentro de la vida cultural española y en algunos casos por componentes del

Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos que era el que conocía

a la perfección el funcionamiento práctico de los archivos. Esto nos hace pensar que

existió una doble vertiente en el campo de la archivística que veremos al analizar el

tratamiento de las voces y que de alguna manera disociaba la teoría y la práctica.

En cualquier caso, es un hecho que los fondos archivísticos evolucionaron y la

necesidad de su mantenimiento y cuidado dio origen a la disciplina archivística y a la

necesidad de convertir al archivero en un profesional que comprendiera no sólo el

contenido del documento a través del conocimiento de los caracteres gráficos, sino

también su utilidad, importancia y proceso vital. Dos son los problemas que había que

resolver según Cruz Mundet en el momento histórico que nos ocupa y en torno a la

situación de los fondos archivísticos en este periodo: por una parte, la necesidad de

localizar la documentación de instituciones desaparecidas o reconvertidas y su

distribución para facilitar labores de investigación de cara a servir al desarrollo cultural.

Por otra parte, estos fondos documentales necesitaban que se concibiera un sistema de

organización que posibilitara su globalización respetando la individualidad de cada uno

de ellos.

El primero de los problemas, la recuperación de fondos perdidos o

desaparecidos, vio solución en el periodo francés revolucionario con la creación de los

Archivos Nacionales. Francia sirvió de pauta a otros países para la organización de

depósitos documentales en los que se concentraron los fondos procedentes de las

instituciones centrales del Estado, paralelamente a un sistema menor que recogiera

fondos de instituciones administrativas más pequeñas o de menor entidad. En el caso

español esto se materializa en la creación del Archivo Nacional en 1866 y la integración

de otros archivos ya existentes como el de Simancas o el de Indias dependiendo del

primero. A este hecho en España no sólo contribuyó la necesidad de recoger

documentación oficial, sino también la de mantener y custodiar la procedente de la


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80

desamortización de instituciones religiosas que sería la base del Archivo Histórico

Nacional.

La creación de estos archivos acelera la necesidad de crear instrumentos de

descripción que, en un principio, tienen como finalidad el control documental más que

el estudio; de esta manera aparecen inventarios, guías, catálogos y se publican

colecciones de fuentes. Este hecho queda también reflejado en el Espasa, concretamente

en la bibliografía que la enciclopedia ofrece para la voz ARCHIVO, constituida

esencialmente por guías, catálogos e inventarios, más que por manuales teóricos en

torno al tema. Estos instrumentos de control necesitan también del análisis documental

para lo que se precisa por parte de los profesionales una formación en las técnicas

historiográficas con la finalidad de describir la mayor cantidad posible de

documentación. Así entre 1830 y 1850 los archivos se convierten en “laboratorios

históricos” en palabras de Bautier51 y se produce una separación infranqueable entre los

Archivos Administrativos y los Históricos, surgiendo además la figura del archivero

como erudito de la historia y pleno conocedor de las técnicas auxiliares de esta ciencia y

apoyando la moda decimonónica de investigar sobre la historia anterior como necesidad

de recuperar el poder perdido del que se ha hablado en el capítulo dedicado a la

enciclopedia en la sociedad de su época.

El verdadero avance de la archivística se sitúa también en el siglo XIX con el

establecimiento del principio de procedencia de los fondos que fue enunciado por el

archivero francés Natalis de Wally en 184152 y que se considera como base de la

archivística teórica y práctica de forma universal. De la aplicación de este principio se

derivan tres cuestiones que quedarán unidas a la noción de fondo a partir de ese

momento: Primero, todo fondo es producto natural de la actividad de una persona física

o moral o de una entidad y como consecuencia es imprescindible la identificación del

51 Bautier, H. R. Op. Cit. p. 149 52 Wally, Natalis. Instructions pour la mise en ordre et le clasement des archives départamentales et communales. Cit por CRUZ MUNDET, op. Cit. p. 230-232


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autor, el área de actividad y la naturaleza y estructura del fondo. Segundo, la concepción

del fondo no depende del uso que se de a sus documentos (sea este jurídico

administrativo o histórico cultural), sino que es debida a la estructura interna del mismo

que viene dada por la forma en que los documentos que componen el fondo han sido

generados y por las funciones que ha desempeñado. Tercero y consecuencia de los

anteriores, la estructura de un fondo de acuerdo con el principio de procedencia exige el

conocimiento de las actividades y procedimientos administrativos del autor del mismo y

de su propia evolución histórica.

En la primera mitad del siglo XX se consolidan los avances expuestos

anteriormente y comienzan a aparecer manuales de diverso tipo y nacionalidad sobre

archivística que se basan en el principio de procedencia del fondo. Aún así la

archivística sigue muy unida a la historia, hecho que se ve aumentado por la aparición

de escuelas de estudio de técnicas historiográficas que amplían el uso de archivos por

interés histórico más que administrativo. Tendrá que llegar el pleno desarrollo industrial

para que las potencias internacionales comiencen a configurar sus fondos archivísticos

administrativos y por tanto sus sistemas de archivos. Pero existieron también hechos

distintos al desarrollo industrial que marcaron la evolución de la archivística en el

momento cronológico que coincide con la II Guerra Mundial: de un lado apareció la

necesidad de investigar y difundir los crímenes nazis contra la humanidad, lo que obligó

a declarar el libre acceso a los archivos del III Reich; por otra parte, la expansión de la

democracia trajo consigo la necesidad de transparencia informativa de tal forma que ya

no sólo se estudia la historia, sino todos los procedimientos administrativos desde los

documentos que han generado.

La segunda mitad del siglo viene marcada por la gestión documental y su

ejercicio práctico que separa al profesional de archivos de documentos vivos, del

conservador de archivos o personal de archivos de documentos históricos. Así mismo,

la evolución de la documentación como ciencia ha planteado la necesidad de responder

a los problemas derivados de la ingente producción documental contemporánea,


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formando profesionales cuyo campo de acción consistirá en el establecimiento de

normas, métodos y sistemas que sirvan al documento administrativo en sus etapas de

creación, utilización y conservación o eliminación. Por otra parte, en esta etapa han

aparecido nuevas necesidades de archivo que derivan de las actividades tecnológicas,

como son las audiovisuales o informáticas, por lo que los profesionales han volcado sus

esfuerzos en el estudio del tratamiento de nuevos soportes y su evolución con el fin de

ofrecer una mejor gestión de los servicios de archivo.

Observando al derecho de libre acceso y a las necesidades informativas también

se han experimentado cambios importantes, como el que atañe al régimen jurídico de la

documentación y que cada vez cobra más importancia; así mismo se ha desarrollado una

necesidad de estudios de usuarios de archivo que ya no sólo necesita consultar los

fondos con fines culturales o científicos, sino también con objeto de acceder a una

información a la que se tiene derecho por ejemplo, en el caso de periodistas de

investigación o simplemente como documentación para el ejercicio de su profesión.

Para terminar es necesario subrayar que en esta evolución se observa un

movimiento de dentro hacia afuera a nivel nacional; es decir, el archivo trasciende a lo

universal y se crean organismos internacionales, principios y técnicas universales

normalizados; llegando a la necesidad de la creación del Consejo Internacional de

Archivos que impulsa y organiza todo lo referente a la disciplina archivística a nivel

mundial.

4.2. Voces relacionadas con la disciplina archivística en la Enciclopedia

Espasa: ARCHIVO y ARCHIVERO

4.2.1. La voz ARCHIVO

El espacio que dedica la Enciclopedia a la voz archivo es muy breve si se


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compara con el dedicado a otras voces que hacen referencia a instituciones

documentales, tan sólo nueve páginas, si bien se completa con la página de la voz

dedicada a España en el tomo XXI. Al igual que en el resto de voces, en primer lugar se

ofrece la traducción de la voz al francés, inglés, italiano, alemán, catalán y esperanto;

después la etimología y las distintas definiciones según los diccionarios de la lengua, y

continúa con el estudio de la voz desde las diversas disciplinas. En este caso se estudian

los archivos desde el punto de vista de la Diplomática y el Derecho, dividiéndolo en tres

partes: i. De los archivos en general y de los archivos en el extranjero. – ii. De los

archivos en España. – De los archivos eclesiásticos (v, p. 1326, 1908). El artículo acaba

ofreciendo una bibliografía sobre el tema.

La etimología de la palabra se sitúa en el griego archeion, de arché, lo que

significa principio, origen, cosa antigua; este significado de principio u origen entronca

perfectamente con una de las cuestiones que ayudaron a convertir el cuidado de los

archivos en la disciplina archivística y que se ha comentado en la evolución de la

ciencia en páginas anteriores: el principio de procedencia de los fondos archivísticos.

En lo que se refiere a las definiciones semánticas o al significado de la palabra,

se ofrecen seis versiones; dos de ellas en sentido figurado, una en el campo

arquitectónico y otra como cultismo. Semánticamente se considera el archivo como el

local donde se custodian documentos públicos o particulares, así como al conjunto de

estos documentos. En sentido figurado es el lugar reservado y secreto o depósito de

cosas curiosas, personalizándose en quien es muy reservado. Esta cuestión dirige el

tema hacia varios puntos, especialmente en lo referente al significado de la palabra en

sentido figurado ya que los dos primeros conceptos concuerdan perfectamente con la

concepción histórica del archivo. El archivo como lugar reservado y secreto o depósito

de cosas curiosas lleva a pensar de forma casi automática en los Gabinetes de secretos

que tanta influencia tuvieron en la aparición de los museos y que también recibieron el

nombre de “gabinetes de curiosidades”. Por otra parte y en el caso de la archivística,

como se ha visto anteriormente, el origen del archivo como depósito de documentos


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evolucionó desde lo secreto o privado en el sentido original del término, es decir aquello

a lo que no se puede tener acceso hasta la situación actual en la que la transparencia

informativa es condición sine qua non en la concepción archivística moderna.

Igualmente ocurre si se tiene en cuenta la también antigua concepción del archivo como

lugar en el que se custodiaban documentos valiosos, tesoros podría decirse si nos

ceñimos a la definición que de la palabra ofrece el diccionario de la Real Academia de

la Lengua y que en su sentido antiguo significa “conjunto de cosas que se tienen en

mucha estimación”53; incluso el propio nombre que los visigodos dieron a sus archivos

– thesauro – hace mención al término de cosa valiosa.

En el sentido “arquitectónico”, se da el nombre de “archivo foral” a la sala o

construcción dedicada especialmente a archivo de manuscritos, documentos históricos,

etc, clara alusión a las cuestiones referentes al foro como cosa pública. En cuanto al

sentido figurado, la enciclopedia dice: En España ha tenido sentido figurado como

equivalente de cuenta, aprecio, estima y por extensión se utilizó por los clásicos como

sinónima de cúmulo, montón, agregado, etc... (ej. San Juan de la Cruz, Subida al

Monte).

4.2.1.1. De los archivos en general y de los archivos en el extranjero

Como ya se ha dicho, se estudia la voz desde el punto de vista de la Diplomática

y del Derecho; además el estudio se basa fundamentalmente en los archivos históricos

como puede comprobarse en la primera parte, dedicada a los archivos en general y los

archivos extranjeros que comienza explicando la etimología de la voz como lugar

seguro y, según la Diplomática, lugar donde se conservan los documentos interesantes

de origen oficial, que como testimonio fehaciente de las edades pasadas, son al mismo

tiempo fuente de autoridad histórica y tesoro inapreciable de investigación para el

hombre de ciencia. Esta definición corrobora la teoría ya expuesta sobre la importancia

del documento de archivo como prueba científica y de veracidad histórica heredada de 53 http://www.rae.es, consultado en agosto de 2006. La consulta se ha realizado desde la voz “thesauro”.


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la moda decimonónica consistente en estudiar los hechos pasados y que fue tan

beneficiosa para la construcción de la ciencia histórica. La tendencia a considerar el

archivo como fuente de información histórica queda también de manifiesto con el hecho

de que fuera precisamente el Archivo Histórico Nacional la institución más cercana a la

Escuela de Diplomática. Por otra parte la enseñanza de la archivística acabaría

confundiéndose con la de otras ciencias historiográficas en la Facultad de Filosofía y

Letras con la consecuencia lógica de que el programa iba más encaminado a la

formación de investigadores que de profesionales de los archivos, por lo que más que

las técnicas de organización de archivos se estudiaban las instituciones archivísticas y

sus fondos como fuente de investigación54. A este hecho contribuyó la supresión de la

Escuela de Diplomática en 1900, puesto que hasta ese momento aún tratándose de una

asignatura que compartía nombre con la bibliografía y que, a juzgar por los distintos

programas que han llegado hasta nosotros, no tenía la entidad que le correspondía como

verdadera ciencia.

El artículo continúa con un brevísimo repaso por la historia en la que se insiste

en el punto mencionado. Se explica que en Egipto han hallado los escritores de todos

los tiempos el copioso manantial de datos históricos que poseemos hay acerca de aquel

antiquísimo pueblo. En cuanto a los hebreos existen datos para creer que tenían el suyo

en el templo de Jerusalem, que fue destruido por el incendio cuando aquella floreciente

ciudad fue tomada por asalto por los romanos, dirigidos por Vespasiano. Continúa la

historia lamentando la falta de datos sobre los archivos asirios o babilónicos que se han

conservado pero aclarando que son suficientes para deducir que existieron; lo mismo

que con los persas de los que se hace mención a su ubicación en los palacios de los

reyes. Como fuente de datos de los archivos desaparecidos se citan a los historiadores

Flavio Josefo y Tertuliano cuyos escritos hacen referencia a los archivos de tirios,

fenicios y caldeos.

54 Torreblanca López, Agustín. “La Escuela Superior de Diplomática y la política archivística en el siglo XIX”, en Historia de los archivos y de la archivística en España. Valladolid, Universidad, 1998. pp. 71-118.


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La cuestión histórica sigue con la explicación de los archivos griegos y romanos,

también muy breve y en la que se afirma que los griegos conservaron sus documentos

importantes en los templos de Demeter (Metroon) en Atenas, Delfos, Saturnos, Ceres,

etc... En Roma se conservaron archivos oficiales y en los tiempos del Imperio existió un

archivo imperial (sacra scrinia) que estaba instalado en el Palatino; cuando éste se

dividió en Oriente y Occidente, también Bizancio guardó y mantuvo su propio archivo,

además de conservarse y organizarse en las provincias desde el reinado de Antonio,

tanto archivos provinciales como locales. En este punto se subraya la importancia de los

archivos como lugares de custodia de documentos literarios, aunque no se hace mención

alguna a la existencia de bibliotecas ni a la diferencia que separan a éstas de los

archivos.

En cuanto a la Edad Media, se coincide con lo estudiado anteriormente en lo

referente a la pérdida de colecciones documentales debido a la costumbre de los

monarcas de trasladar los archivos en las expediciones, se hace excepción de los

archivos de Enrique VII, que quedaron en Italia a la muerte del emperador y que han

sobrevivido aunque con notables pérdidas.

Mientras la perspectiva histórica nos hace pensar que España fue país pionero en

la cuestión de organización de archivos con la concentración en 1489 de los archivos de

los Reyes Católicos en la Chancillería de Valladolid55, la enciclopedia afirma que fue en

Alemania donde se pensó en darles una organización “más acertada”, de tal modo que

en el año 1495 se legisló por primera vez en torno a esta materia, aunque no

proporciona más datos y pasa directamente a explicar la situación archivística en los

Estados Alemanes – que no coinciden con los límites geográficos de la Alemania actual

como se puede suponer – así expresa que se conservan los archivos de la corte imperial

en Viena, donde se encuentran los restos de la cancillería imperial y el de la antigua

cámara imperial. En Alemania, en la época en que se escribe la enciclopedia, no existe 55 Cruz Mundet, J.R.. Op. Cit. p. 31


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aún un archivo propio, sin embargo sí existe una Dirección General de los archivos,

que tiene su sede en Berlín. En Austria todos los archivos en esta fecha están reunidos

en Viena, en el archivo imperial y real de Estado, casa y corte, dependiente del

Ministerio de Asuntos Exteriores y otros de Guerra y Hacienda. A partir de aquí la

redacción se centra en el estudio de la situación que en 1908 tenían los archivos

europeos y puede comprobarse como aparece con demasiada frecuencia la expresión

“archivo secreto” al tratar de archivos de Estado, cuestión que actualmente es

prácticamente impensable para los estudiosos de la archivística debido a la obligación

de transparencia, consecuencia de la expansión de la democracia, ya mencionada en

distintas ocasiones en este capítulo. Además, la expresión, podría afirmarse que hace

más mención al archivo como algo personal y propio que como institución abierta a la

investigación.

En el caso de Austria se hace referencia a archivos privados, concretamente los

de la Orden Teutónica y los de los príncipes de Schwarzenberg y Liechtenstein; así

mismo se mencionan los dependientes del Ministerio de Guerra y Hacienda como muy

importantes, especialmente los Archivos de la Guerra y los Archivos geográficos

militares que conservan dirección propia.

Francia vuelve a aparecer en esta voz como uno de los “lugares comunes” de la

Enciclopedia y se estudia con mayor detenimiento, aunque también de forma breve, la

estructura archivística francesa en los siguientes términos se dividen los archivos en

nacionales, departamentales, comunales, ministeriales, hospitalarios, etc...

dependiendo desde 1884 del Ministerio de la Instrucción Pública. El Archivo Nacional

fue creado en 1796, dividido en dos secciones: hasta 1790 y modernos. Por primera vez,

se hace referencia en la voz a una publicación periódica especializada: el Anuario de

bibliotecas y archivos, en el que se publica el catálogo de los archivos nacionales y que

vio la luz en 1886. En cuanto a archivos ministeriales, se considera el más importante el

de Relaciones Exteriores, creado por Luis XIV y que publica una relación anual de sus

trabajos desde 1882. El de Guerra fue fundado en 1701 y publicaron su primer


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inventario en 1886. Los notariales en Francia se crearon en 1791, coincidiendo con la

reorganización del notariado en este país.

En Inglaterra la figura del Master of Rolls se instituyó en 1849 y su función es

dirigir todos los archivos estatales. Además este país cuenta con numerosos catálogos y

revistas referentes a sus archivos: List of calendars, Indexes, Calendar of Royal

Charters, On the Public Office, Calendars of State papers. En Escocia los archivos

fueron fundados en 1282 y se establecen en Edimburgo en el General Register House,

bajo la dirección de un lord Clerk Register. Los irlandeses se organizaron en 1810 por

una comisión que trabajó durante 20 años hasta ofrecer algún resultado y que se

reorganizó en 1847, la publicación en la que aparecen los documentos catalogados es

Calendars from the Irish patent and close rolls.

Los archivos de Bélgica sufrieron varias vicisitudes, en Bruselas existe el

archivo del reino, donde se reúnen los antiguos eclesiásticos y administrativos y que

dependen de un archivero general que los dirige. Las instituciones archivísticas belgas

son consideradas de gran importancia y riqueza por el autor del artículo, quien afirma

que tienen especial interés, además del mencionado de Bruselas, los de Gante y Brujas.

Se considera que Italia cuenta con archivos capitulares y episcopales

especialmente importantes y se dedica unas líneas al Archivo Vaticano al que no se

permitía la entrada de los particulares hasta los primeros años del Pontificado de León

XIII; desde aquella época, los miembros de la Academia Francesa de Roma

descubrieron en dicho archivo documentos de grandísima importancia para la historia.

En cuanto al resto de archivos italianos se menciona su dependencia del Ministerio del

Interior y su división en diez facciones dirigidas por otros tantos superintendentes.

Esta es la situación de los archivos en Europa y de la que se desprende la

fidelidad de la estructura archivística a la estructura administrativa de cada nación y se

comprueba la preferencia por considerar de mayor importancia las instituciones que


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guardan material que puede llegar a ser fuente histórica sobre la explicación del reflejo

administrativo y social en la estructura archivística. Sorprende la aparición de unos

párrafos destinados a explicar cómo se desarrolla la formación archivística en Europa y

lo hace porque, por primera vez en el estudio de las voces, no se ve continuidad en el

orden lógico que sería haber descrito estas cuestiones en el lugar de cada país, como es

la costumbre de los otros artículos estudiados y como se ha comprobado al revisar el

cuerpo de la Enciclopedia. Por la estructura general de la obra lo razonable es que esta

parte perteneciera a la voz ARCHIVERO o, al menos fuera una continuación de los puntos

dedicados a cada país e incluso, que se desplazara a las voces pertenecientes a cada

nación. En todo caso, se ha preferido respetar el orden que ofrece el artículo, por lo que

se expone a continuación la situación descrita por el Espasa en torno a la formación de

los archiveros europeos.

Para la instrucción técnica de los funcionarios del ramo de archivos, existe en

Francia la École des chartres56 [sic.] en París, cuyos alumnos, después del examen

correspondiente, reciben el título de Archiviste-paléographe; es importante reseñar aquí

que la enciclopedia no dedica un lugar específico a la École des chartes francesa, sino

que la incluye dentro de la voz París y en la subdivisión que se hace en esta voz sobre

los centros de estudios humanísticos en la ciudad francesa. Pero es más importante

destacar que la École des Chartes dedica actualmente sus enseñanzas en especial a

formar archiveros historiadores, dando una gran importancia a la formación en las

ciencias auxiliares de la Historia; la formación archivística desde la concepción

moderna del archivo como lugar de gestión documental se estudia en Francia en las

facultades de documentación o ingeniería documental completamente separada de las

cuestiones de memoria histórica o fuentes historiográficas que, además de en la

mencionada escuela, se estudian en facultades dedicadas a la conservación del

patrimonio, la historia propiamente dicha o lo que se denomina métiers de la culture,

diferenciándose así del gestor de información como personal dedicado a la mejora de la

eficacia administrativa. No obstante, en las distintas escuelas de biblioteconomía y 56 La escuela se llama Ecole des Chartes (escuela de las cartas), no de Chartres, ciudad francesa.


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documentación existe la disciplina archivística también dividida en estas dos vertientes

importantes ambas para la especialización en los distintos aspectos que ofrece el

documento como portador de información57.

En Austria el establecimiento que en 1908 se ocupaba de la formación de

archiveros era el Instituto austriaco de Investigaciones Históricas, de Viena, de lo que

se puede sacar la misma conclusión que de la École des Chartes, aunque sólo sea por lo

que se desprende de su denominación. En Italia existía en los mismos años la Scuola

paleografiche, también dedicada a estudios auxiliares de la historia y que además estaba

agregada a los archivos nacionales; igualmente ocurre con el Instituto Arqueológico de

San Petersburgo o con la Escuela de Archiveros bávara.

Un nuevo salto de orden en el artículo nos lleva a una explicación general de los

archivos y su funcionamiento interno así, según la obra, se dividen los archivos en dos

grandes secciones: una de documentos y otra de actas, a la que sigue unas brevísimas

pinceladas teóricas sobre organización de fondos archivísticos: para la ordenación y

registro de los primeros, lo más natural es seguir el orden cronológico, y en los

grandes archivos, dentro de las divisiones históricas correspondientes, se agrupan los

documentos por reinos, señoríos, abadías, etc... Junto con los originales se inventarían

también las copias. En los registros se anotan los lugares y las personas a que hace

referencia cada documento. Estas palabras parecen contradecir el principio de

procedencia que propuso Natalis de Wally – archivero francés que no se cita en la

bibliografía de la voz – en la circular ya mencionada páginas atrás sobre el arreglo de

los archivos departamentales y comunales en Francia y que se ha mantenido como

cuestión lógica en la archivística moderna y en la organización y clasificación de

archivos, sean estos del tipo que sean. El principio afirma que es imprescindible respetar

la procedencia de los fondos, manteniendo agrupados los documentos de cualquier

57 Fuentes: http://www.enc.sorbonne.fr/enseignement/enseignements.htm y http://www.archivesdefrance.culture.gouv.fr/fr/formation/index.html consultadas en agosto de 2006.


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naturaleza que proceden de una entidad, sea ésta del tipo que sea. La afirmación del

redactor del artículo que nos ocupa rompe este principio desde el momento en que

afirma que los documentos deben ser ordenados en primer lugar cronológicamente. En

cuanto a la separación de documentos y actas ocurre lo mismo, en este caso desde el

punto de vista de la documentación sería imposible la separación ya que las actas

constituyen un tipo de documento. La confusión procede, con toda seguridad, del

concepto que el autor tiene de documento, que en el tomo correspondiente de la

enciclopedia sólo se define como prueba escrita de la existencia de un hecho. En cuanto

a las actas, el autor del artículo sí respeta el principio de procedencia de los fondos ya

que: se agruparán aquéllas atendiendo a las autoridades centrales o provinciales de

que proceden. Efectivamente, en la voz Acta se puede comprobar esta afirmación.

Creemos que esta disociación entre actas y documentos procede también del ámbito del

Derecho, desde el que escribe el autor en algunas ocasiones, aún así, la moderna visión

de las ciencias documentales nos dice que las actas no son otra cosa que tipos

documentales.

Se contempla la importancia de los instrumentos de descripción archivística

como medio de aprovechamiento del caudal de noticias históricas allí (en los archivos)

acumuladas y se consideran principales fuentes para este aprovechamiento los catálogos

y registros. En la publicación de catálogos la nación más aventajada, según el Espasa,

es Francia que cuenta con los Inventaires Sommaires (más de 200 volúmenes en 1906).

En Italia se consideran los archivos toscanos como los más avanzados en descripción de

sus fondos58; por último, Colonia, Francfort y Carlsruhe en Alemania.

Como es habitual, se ofrecen fuentes interesantes y que en el momento tuvieron

la suficiente relevancia como para ser citadas en la obra; así se mencionan:

Publikationen aus den Kóniglich preussischen Staats-archiven (1878) y los Calendars

58 La Enciclopedia no habla de avance teórico, sino práctico, es una cuestión cuantitativa. No se menciona en ningún momento la técnica utilizada para organizar o describir los fondos archivísticos; sólo el número de catálogos o guías que se han localizado en circulación.


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92

of State Papers, del Record Office inglés; en cuanto a órganos de la profesión

archivística se citan como los más importantes el Archivalische Zeitschrif de Munich

(1876), el Nederlandsch Archivenblad (Groninga, 1892) y la Revue Internationale des

archives, des bibliothèques et des musées (París, 1895).

Para concluir se reafirma la idea de la institución archivística y sus fondos como

auxiliar del historiador con las siguientes palabras: aunque los archivos del Estado

sirven en primer lugar para fines administrativos, a medida que se ha ido

desarrollando el sentido histórico ha crecido también su importancia como auxiliares

del historiador, al mismo tiempo que se va extendiendo por la mayor parte de las

naciones un criterio amplio respecto al aprovechamiento del caudal de sus archivos, y

hasta se da el caso de que se remitan copias y fotografías de los documentos de los

archivos a las bibliotecas o corporaciones científicas. Cabe destacar la novedad que en

la época supone la remisión de copias y fotografías de la documentación archivística

que se expresa como una de las grandes innovaciones en la explotación documental.

4.2.1.2. De los archivos en España

La parte dedicada al examen de los archivos españoles es la más amplia del

artículo y se estructura en capítulos en los que se estudia la historia, clasificación,

régimen y cuestiones relativas a particularidades de los archivos más significativos. La

historia archivística española a los ojos del Espasa comienza con la existencia de

archivos en conventos, iglesias y catedrales desde tiempos remotos y el lamento de la

pérdida documentos como consecuencia de la invasión árabe, situando en la época de

Juan II y Enrique IV la recogida y custodia de documentos en el Alcázar de Sevilla y en

el Castillo de la Mota de Medina. La importante decisión de los Reyes Católicos de

centralizar los papeles oficiales en la Chancillería de Valladolid se pasa por alto, aunque

se apunta que pusieron ya mayor atención, ordenando que se recogieran y custodiaran

los papeles oficiales, sin ofrecer ningún dato más. La actuación de Carlos I se considera

perjudicial a causa de la sublevación de los Comuneros y debido a la destrucción de


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93

documentación y dispersión en manos de particulares que tuvo como consecuencia. Sin

embargo se cita la bula de Clemente VII en 1531 como punto de partida para la

recopilación de archivos.

El papel de Felipe II y de la casa de Austria se considera muy favorable debido a

la organización del Archivo de Simancas y a las especiales disposiciones dictadas por el

monarca para su conservación y custodia. Además se citan los favoritos Rodrigo

Calderón y el conde Duque de Olivares, quienes retuvieron en su poder tomándolos de

los archivos valiosos documentos, los retenidos por el primero volvieron a su lugar al

ser ahorcado, sin embargo Olivares no lo hicieron y fueron vinculados a la familia por

autoridad de Felipe IV.

La casa de Borbón constituyó un punto importante en la cuestión archivística,

especialmente al ser confiadas las mejoras a Santiago Agustín Riol, cuya actividad en

este sentido ya ha sido explicada en páginas anteriores de este trabajo. Como en los

actuales estudios históricos de la disciplina, se considera lamentable la dispersión

causada por la invasión francesa, que arrebató gran número de documentos

especialmente en el Archivo de Simancas.

Resulta de gran interés en esta parte del capítulo, la recopilación de

disposiciones en torno al tema de archivos desde el siglo XIX hasta el año 1901. Se cita

como fuente la Novísima Recopilación de Leyes de España para las anteriores a 1806,

de las que únicamente se considera importante la prohibición de que salieran de los

archivos documentos originales, citando exactamente el lugar en el que se encuentra

dentro de la obra mencionada: Nov. Recop. Ley 15 del tít. X, del libro 11. Se mencionan

sin analizarlas, además de las recogidas en la Novísima Recopilación, las siguientes:

1844. Real Orden de 20 de Abril dictando reglas para franquear los archivos a las

personas estudiosas.


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94

1847. Real Orden de 6 de noviembre en la que se dictan normas sobre archivos

dependientes del Ministerio de Gracia y Justicia y se crea una Junta superior directiva

de los mismos, que fue sustituida por una Dirección general según Real decreto de 1 de

diciembre de 1848

1858. Real decreto de 17 de julio que puso los archivos estatales bajo la dependencia de

la Dirección General de Instrucción pública, quitándola de Fomento, y dictó reglas para

su régimen y organización

1859. Real decreto de 8 de mayo de 1859 que estableció las bases para una organización

general de los archivos y bibliotecas del reino

1867. Real Decreto de 12 de junio de 1867 sobre clasificación de los archivos y

organización del cuerpo de archiveros, que fue derogado por decreto de 12 de

noviembre de 1868 y restablecido por el de 12 de febrero de 1875

1868. Decreto de 1 de enero por el que se ordenó la incautación por el Estado de los

objetos de ciencia, arte o literatura que estaban a cargo de las catedrales, cabildos,

monasterios y órdenes militares, cuya expoliación se reparó por decreto de 3 de enero

de 1875, devolviéndose dichos objetos a sus dueños legítimos, excepto a las órdenes

militares.

1884. Real Decreto de 12 de octubre de 1884, que reorganizó el cuerpo de archiveros

1885. Reglamento de 19 de junio sobre archivos, el de 19 de noviembre de 1887 que

derogó el anterior.

1901. Reglamento de 22 de noviembre para el régimen y gobierno de los archivos del

Estado, que ha venido a llenar un verdadero vacío, legislando sobre archivos

independientemente de las bibliotecas y museos. Es importante subrayar que el autor se


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95

está refiriendo al Real Decreto de 22 de noviembre de 1901 del Ministerio de

Instrucción Pública que aprobaba el Reglamento de Archivos del Estado y que estuvo

vigente pasado el año 1953 si tenemos en cuenta los datos ofrecidos por Agustín

Torreblanca59

En el apartado dedicado a la clasificación archivística española se describe la

organización archivística de nuestro país prescindiendo de los archivos de propiedad

privada que poseen algunas personas, concentrando en dos grupos las instituciones

archivísticas españolas: 1º Archivos del Estado, cuyo servicio está encomendado al

Cuerpo facultativo de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos; y 2º Archivos oficiales

no encomendados de una manera general a dicho cuerpo. Se explica la antigua

denominación de cada grupo; el primero bajo la calificación de generales que a su vez

eran de tres clases: primera, segunda y tercera y que sería transformada por el Real

Decreto de 1901 por una subdivisión que a decir del autor era más completa y racional y

que ofrece en el cuadro que reproducimos a continuación y cuya fuente fue, con toda

seguridad aunque el autor no lo cita, la Gazeta del día 26 de noviembre de 1901 en la

que se publicó el mencionado Real Decreto60.

59 TORREBLANCA LÓPEZ, AGUSTÍN. “La Escuela Superior de Diplomática y la política archivística del siglo XIX” en Historia de los archivos y de la archivística en España. Valladolid, Universidad,1998. pp. 105 60 véase la página web del BOE que ya se ha citado en otros puntos de este trabajo.


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En la actualidad el panorama ha cambiado sensiblemente; la estructura es la que

sigue: La competencia en la cuestión de archivos ha pasado del Ministerio de

Instrucción Pública al Ministerio de Cultura y, en cualquier caso según la Constitución

vigente, al Estado en lo que se refiere a la parte patrimonial, cultural y artística; así se

puede leer en el artículo 149.1, apartado 28.a que establece las competencias del estado

en lo referente a “Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental y contra la

explotación y la expoliación: museos, bibliotecas y archivos de titularidad estatal, sin

perjuicio de su gestión por parte de las comunidades autónomas”. En lo que se refiere a

las Comunidades Autónomas, todas ellas han incluido los archivos en sus estatutos con

lo que se reparte de alguna manera la competencia entre el Estado y cada una de las

autonomías; si bien el primero ejerce sobre los órganos dependientes de la

Administración Central, mientras las últimas lo hacen sobre los archivos y organismos

propios. Además, la ley se completa con la de defensa del Patrimonio Histórico de

198561 y los Reales Decretos que la desarrollan. En cuanto a las Comunidades

Autónomas, cada una ha ido desarrollando sus propias leyes, sin embargo existen

todavía archivos de titularidad estatal en proceso de transferencia y un vacío que

impide, en palabras de Cruz Mundet, “definir un modelo autonómico de organización

de archivos”62. Ante esta situación realizaremos la comparación entre el estado de la

cuestión en 1908 y la actualidad obviando el tema de las Comunidades Autónomas, que

además en aquel momento era inexistente y que formaría parte de otro trabajo más

amplio sobre el tema; y nos centraremos en el sistema archivístico estatal para la

comparación, teniendo en cuenta, eso sí, las transferencias de los archivos mencionados

por el Espasa que hayan tenido lugar.

El sistema archivístico estatal se encomienda actualmente al Ministerio de

Cultura y dentro de él a la Dirección General de Libro, Archivos y Bibliotecas que la

desarrolla a través de la Subdirección General de los Archivos Estatales, reduciendo su

61 Ley 13/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. 62 CRUZ MUNDET. Op. Cit. p. 109


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competencia a la actuación sobre los de la Administración Central, los histórico

nacionales, los regionales y los provinciales que aún no han sido transferidos a su

comunidad autónoma correspondiente. La estructura se ha ido complicando desde el

año 1908 si se permite expresarlo así, ya que en la actualidad, además del ministerio

mencionado y la dirección y subdirección correspondientes, existen una serie de

órganos, cada uno de los cuáles encargado de un aspecto referente a los diversos puntos

de vista y situaciones del sistema archivístico presente. Mencionaremos estos órganos y

centros aunque sin descender a detalles que no competen a este trabajo:

1. Centro de Información Documental de Archivos (CIDA), cuya función consiste a

grandes rasgos en hacer accesible la información documental y bibliográfica

archivística a los interesados en ella; para ello desarrolla programas de información

documental, consistente en la difusión de los instrumentos que faciliten la localización y

conocimiento del patrimonio documental como son la elaboración de guías, censos,

guías de investigadores y guías de fuentes; y de información bibliográfica, manteniendo

y divulgando las obras de una biblioteca especializada en archivística que recoge

monografías y publicaciones periódicas sobre el tema y otros relacionados en una base

de datos (BARC) y los difunde a través de un Boletín de Información de carácter

trimestral que comunica a los interesados las novedades de la biblioteca.

2. Junta Superior de Archivos. Se trata de un órgano consultivo encaminado a elevar

propuestas de mejora en todos los aspectos archivísticos al director general del ramo y a

asesorar e informar sobre dichos asuntos cuando así se le requiera.

3. Comisión Superior Calificadora de Documentos Administrativos. Dedicada al estudio

y dictamen de las cuestiones relativas a clasificación, divulgación y uso de los

documentos de la Administración del Estado, así como a su ciclo vital.

4. Servicio de Reproducción de Documentos de Archivos Estatales, cuya misión ya es

indicada por su nombre y que sigue las políticas de microfilmación y digitalización de


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99

documentos a fin de ayudar a su conservación, completar los que faltan y hacerlos

asequibles a la investigación.

Otros organismos, ya no dependientes de la Subdirección de Archivos en

exclusiva son el Instituto del Patrimonio Histórico, el Consejo del Patrimonio Histórico

y la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico

Español.

Retomando el discurso y volviendo al cuadro de 1908 que ofrece la

Enciclopedia, la situación actual ha cambiado dicho cuadro de la siguiente manera: en

cuanto a Archivos Nacionales se consideran éstos el General de Simancas, el Histórico

Nacional, el de la Corona de Aragón (que en el cuadro del Espasa aparece como

regional), el General de la Administración y el General de Indias; como se comprueba,

pocos cambios. Por lo referente a Archivos Regionales, forman parte de ellos el del

Reino de Valencia, el del Reino de Galicia, el del Reino de Mallorca y los de las

Chancillerías (que en el cuadro no se mencionan); igualmente se encuentran pocos

cambios.

El siguiente grupo actual es el formado por los Archivos Históricos Provinciales,

que recogen fondos notariales, contadurías y otros servicios de la administración estatal,

que es la titular pero que cede la gestión a las comunidades autónomas en la mayoría de

los casos. La cuestión aquí ha cambiado de forma llamativa, primero porque el grupo de

Archivos Histórico Provinciales no aparece en el cuadro de la obra y segundo porque

los que en el cuadro aparecen como “especiales” se ubican, como se expondrá ahora, de

otra manera. Efectivamente, en la actualidad los archivos de los poderes ejecutivo,

legislativo y judicial no dependen de Cultura sino que se adscriben a sus respectivas

instituciones y se desvinculan de la adscripción orgánica al Ministerio; y aquí se

aglutinan los que en el cuadro aparecen como especiales u oficiales: Ministerios,

Consejo de Ministros, Universidades, y Judiciales. Pero entre los que se denominan

“oficiales” en el Espasa también algunos pasan al contemporáneo grupo de Histórico


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100

Provinciales: los provinciales, los municipales y los parroquiales63.

El siguiente apartado describe el régimen vigente en 1908 – es decir el del

reglamento de 1901 – para los archivos españoles, subrayando que los artículos 72 a 85

del Reglamento de 1887 no han sido derogados. Aunque no se ofrecen datos del

contenido de estos artículos, lo que hubiera sido de agradecer, sí se indican rasgos

generales que se contienen en los mismos: todos los archivos tendrán una organización

uniforme en lo posible, y lo mismo ocurrirá con la clasificación de documentos y la

formación de índices e inventarios. Esta cuestión que actualmente parece tan lógica, no

lo debía ser tanto en el momento como se verá a lo largo de este trabajo y que

constituye una de las conclusiones que se han sacado al revisar la teoría e historia de la

ciencia y disciplinas documentales en la enciclopedia y que hace evidente que los siglos

XIX y comienzos del XX abrieron el camino y pusieron las bases para la normalización

documental en su más amplio sentido. Ya se ha visto que la organización, clasificación

e indización o inventariado de los documentos archivísticos no siempre fue uniforme, de

hecho no lo llegó a ser del todo hasta que la documentación se estableció como ciencia

(el ejemplo palpable se encuentra en la distinta ordenación que se propone para

documentos y actas y que se ha estudiado páginas más atrás64).

Otra de las cuestiones en cuanto a los archivos en este momento y que es

planteada por la Enciclopedia, es la posibilidad de canje en caso de duplicados. Esta

actividad actualmente pertenece más a la biblioteconomía que a la archivística, pero da

una idea sobre la importancia que se da a los documentos como fuente de la historia

más que como imagen y testigo de una estructura administrativa concreta. Actualmente

la idea de intercambiar documentos duplicados en lo referente a archivos sólo sería

pensable en cuestión de documentos de archivo de tipo multimedia como pueden ser

imágenes, sonidos o documentos informáticos (ya sean programas, archivos,

63 Fuente para la situación actual de los archivos en España ha sido la obra citada en distintos lugares de este capítulo de J.R. CRUZ MUNDET. 64 V. Infra pp. 80-85


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101

aplicaciones...).

También interesa la salida de documentos del establecimiento, que sólo puede

realizarse por orden la Dirección General de Instrucción Pública (el órgano que regía el

sistema) y mediante recibo firmado que exprese plazo para la devolución. Las

tecnologías permiten ahora la copia del documento por distintos medios y con la

mínima agresión al mismo por lo que se hace innecesaria la cuestión de salida de

documentos del archivo si no es para exposiciones u otras actividades de semejante

índole, ello siempre con el debido seguro que cubra robos, pérdidas o daños más que

mediante recibo firmado.

Los artículos que se subrayan de la nueva reglamentación (la de 1901) son los

que hacen referencia a la publicidad de archivos, considerando publicidad en su más

pura acepción: la de hacer algo público y la de pública utilización. Estos artículos, del

108 al 135 establecían las bases y requisitos no sólo para la consulta, sino también para

que la misma se realizara con el debido cuidado y precaución de cara a la conservación

de, certificado o documentos; igualmente se menciona el cobro de derechos por

reproducción, certificado o noticia que percibe el Estado en este momento, apareciendo

como una de las formas de reproducción la fotografía, que también se menciona en el

caso de los museos y que empieza a regularse como medio de copia para fines

científicos o artísticos, no podía dejar de señalarse esta cuestión en una obra que, como

se ha insistido en tantas ocasiones dentro de este trabajo, se valió de la fotografía como

instrumento científico artístico desde sus inicios, ilustrando sus páginas con imágenes a

las que el lector no hubiera tenido otra posibilidad de acceso.

En cuanto a los demás archivos, es decir, los que no son del Estado se rigen por

sus reglamentos especiales, aunque se intenta cubrir el vacío legal afirmando:

aplicándose, en defecto de reglas contenidas en ellos, las dictadas para el régimen de los

archivos del Estado.


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102

El carácter descriptivo de los artículos del Espasa se pone de manifiesto

especialmente en las partes correspondientes a la revisión de las instituciones dedicadas

a cada disciplina documental y se hace, como en la mayoría de los casos, de forma

exhaustiva pero indicando una metodología que refleja las fichas elaboradas por Luis

Espasa de las que se habló en los primeros capítulos de este trabajo. No podía ser menos

en el punto que ocupa estas líneas: se exponen una a una las diversas situaciones de los

archivos españoles en el momento de la publicación de la obra y esta exposición se

realiza en el orden y con la estructura de la clasificación que se ha ofrecido

anteriormente en el cuadro dedicado a la clasificación de las instituciones archivísticas

españolas; de cada archivo se ofrece la localización, fundación y fondos que posee.

Se estudian en primer lugar, los Archivos del Estado, comenzando por los

generales en el siguiente orden: Archivo Histórico Nacional, Archivo Central de Alcalá

de Henares, Archivo de Simancas y Archivo de Indias. En segundo lugar se exponen los

regionales: Archivo de la corona de Aragón – que como se verá se estudia

detenidamente, reflejando el origen catalán de la obra –, Archivo del antiguo Reino de

Valencia y Archivos de Galicia y de Mallorca (el primero expuesto de forma muy breve

y los dos últimos juntos en un par de líneas). Los archivos especiales no se revisan con

la misma profundidad que los anteriores, considerando el autor que merecen especial

mención los de los Ministerios, de las universidades y los provinciales de Hacienda. Por

último se estudian brevísimamente los archivos oficiales, de los que se recuerda que son

el segundo grupo de la clasificación).

La localización del Archivo Histórico Nacional se ubicó en la calle del León de

Madrid, en el mismo lugar que la Academia de la Historia, y el Espasa sitúa su

nacimiento en la Real Orden de 18 de agosto de 1830 por la que se legislaba sobre la

reunión de colecciones procedentes de monasterios y conventos suprimidos por la

desamortización de Mendizábal; en realidad, la legislación que crea el archivo es de

1866 (Real Decreto de 28 de marzo de 1866, publicado en la Gazeta del día 31 de

marzo del mismo año) y en ella se le da la denominación que sigue ostentando. Treinta


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103

años más tarde, en 1896, aunque no lo recoge la enciclopedia, pasó al edificio ocupado

por el Palacio de Bibliotecas y Museos, actual localización de la Biblioteca Nacional y

el Museo Arqueológico. En 1953 fue trasladado a su actual ubicación en la Calle

Serrano de Madrid.

En cuanto a los fondos de esta institución, la enciclopedia considera que es muy

rico, pues contiene más de 200.000 documentos sueltos, aparte de los compilados,

abarcando desde el siglo IX hasta nuestros días. Sobre las series en él contenidas se

citan la de Poblet (20.072 documentos); de los jesuitas (unos 30.000); la de Daroca y la

de Santiago de Uclés (en la que figuran 10.000 expedientes de pruebas de caballeros de

los siglos XVI, XVII y XVIII, con muchos datos genealógicos y biográficos) y se advierte

que últimamente se ha enriquecido con una serie de notabilísimos libros y crónicas

relativas a la América española. Recogió además los papeles de la administración

central dispersos en distintas dependencias de Ministerios y que resultaban tan

inaccesibles como descuidados. Actualmente65 el fondo archivístico se agrupa en tres

grandes bloques: los procedentes de la etapa desamortizadora del siglo XIX

(instituciones eclesiásticas y civiles), los fondos producidos por la Administración

Central del Estado (Consejos y Ministerios), y las colecciones, archivos privados y de

otras entidades menores, encuadrados en la Sección de Diversos.

La organización tradicional los agrupa en las siguientes Secciones:

1.- Clero secular y regular: Formada por los casi 3.000 archivos de monasterios,

conventos, catedrales, parroquias y otras instituciones eclesiásticas, afectadas por las

leyes desamortizadoras del siglo XIX (siglo IX-XIX). También pertenecen a esta

Sección los archivos de los Jesuitas, incautados por el Estado en 1767, con motivo de su

expulsión. Más de 35.000 unidades de instalación.

65 Fuente: http://www.mcu.es Guía del Archivo Histórico Nacional. Consultada en agosto de 2006 para ilustrar la situación actual de los archivos mencionados y explicados en la enciclopedia.


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104

2.- Ordenes Militares: Recoge los archivos de las Ordenes Militares españolas

(Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa) desde su creación en el siglo XI, así como

los fondos del Consejo de las Ordenes, creado en el siglo XV, en su vertiente

gubernativa y judicial. Las Ordenes Militares extranjeras que tuvieron posesiones en

España también se incluyen en esta Sección: San Juan de Jerusalén y Santo Sepulcro.

Más de 20.000 legajos.

3.- Estado: Formada por los fondos de los Consejos de Estado, Italia y Flandes del

último tercio del siglo XVII, y los documentos de la Secretaría de Estado del siglo XVIII

y XIX. Todos referidos a la acción diplomática y militar de España en el extranjero.

Hay también documentos de la Guerra de la Independencia (1808-1814) y expedientes

de caballeros de la Orden de Carlos III y otras órdenes civiles. 9.800 legajos.

4.- Universidades: Su núcleo principal lo constituye el Archivo de la Universidad

Complutense, fundada por el cardenal Cisneros en 1499; y se extiende hasta el siglo XIX

fecha de su traslado a Madrid, bajo control estatal, en 1836. Hay también fondos de la

antigua universidad de Sigüenza (Guadalajara), del Seminario de Nobles (Madrid), y de

la Universidad Central (Madrid) de los siglos XIX y XX.

5.- Sigilografía: Colección de más de 3.000 sellos de cera, plomo, placa y lacre, de

época medieval y moderna; algunos sueltos y otros pendientes de documentos reales,

pontificios o de otras instituciones. Incluye también unos 15.000 sellos en tinta, del

siglo XIX, procedentes de todos los organismos de la Administración Pública.

6.- Inquisición: Conserva cerca de 7.000 legajos y libros, procedentes del Consejo de la

Suprema Inquisición, fundado en el siglo XV, y sus relaciones con los tribunales de

distrito fundados en España, América e Italia. Más de 1.500 unidades son legajos

procedentes de los tribunales de distrito, situados en la Península.


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105

7.- Consejos Suprimidos: Es la Sección más extensa del Archivo pues contiene más de

57.000 unidades (legajos y libros) y numerosísimos planos referidos al Gobierno y

Administración de Justicia de cinco de los Consejos que asesoraban al rey en la Edad

Moderna: Consejo y Cámara de Castilla (S. XV-XIX), Consejo de Aragón (S. XVI-

XVIII), Consejo de Hacienda (S. XVI-XIX), Consejo de Indias (S. XVI-XIX) y

Consejo de Cruzada (S. XVII-XIX).

8.- Códices y cartularios: Es una sección facticia, formada con fondos separados de las

restantes secciones del Archivo, atendiendo al valor excepcional de determinadas

piezas: Beato de Tábara, Catecismo de Pedro de Gante, Libro de Esther, Tumbo Menor

de Castilla... Comprende 1.454 manuscritos y 36 carpetas con fragmentos de códices

visigóticos, documentos musicales y hebreos. S. X-XIX.

9.- Ultramar: Formada por los fondos del archivo del Ministerio de Ultramar, creado en

1863 para la administración de las colonias españolas ultramarinas: Puerto Rico, Cuba,

Filipinas y Santo Domingo. Al desaparecer estas posesiones, por el Tratado de París de

1898, se suprimió este Ministerio. Predominan los fondos referidos a las actividades de

Gobierno, Hacienda, Fomento y Gracia y Justicia. Unos 7.000 legajos, fechados desde

1833 a 1899.

10.- Diversos: Sus fondos los forman archivos municipales y de instituciones, archivos

familiares y colecciones particulares adquiridas por el Archivo por compra, depósito o

donación. Abarcan desde el siglo X al XX y suman más de 7.000 legajos. Merecen

citarse los archivos de la Santa Hermandad Vieja de Toledo y Ciudad Real; los archivos

de Juan Ramón Jiménez, Martínez Barrio, General Vicente Rojo; y las colecciones de

autógrafos, de documentos de Indias o la Colección Diplomática. Recientemente, y

según convenio firmado el 4 de julio de 2002, ha ingresado el archivo "Casa de Borbón

Parma", entregado por S.A.R. D. Carlos Hugo de Borbón Parma, el fondo documental

de indudable valor se encuentra en proceso de restauración, ordenación y descripción.


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También ha ingresado el fondo de la familia Caballero, cuyo personaje central fue D.

José Antonio Caballero, Secretario de Estado de Gracia y Justicia, con Godoy.

11.- Fondos Contemporáneos: Sección constituida hacia 1960, para recoger fondos

procedentes de la Administración Central del Estado, antes de crearse el Archivo

Intermedio de Alcalá de Henares, en 1969. Posee fondos de distintos Ministerios:

Presidencia, Interior, Obras Públicas, Justicia y Hacienda; fondos judiciales del Tribunal

Supremo, Fiscalía General del Estado y Audiencia de Madrid; y fondos institucionales,

como los de la empresa estatal "Minas de Almadén". Predomina el periodo del siglo XIX

y XX; contiene unas 50.000 unidades archivísticas.

La ubicación del Archivo Central de Alcalá de Henares que ofrece la

Enciclopedia es el antiguo palacio arzobispal de Alcalá de Henares, donde continúa en

la actualidad. Se indica que se creó por la Circular de 3 de Julio de 1849 y,

especialmente por el Real Decreto de 17 de Julio de 1858. A fecha de la publicación

contaba, según se recoge en la obra, con más de 40.000 legajos procedentes de la

Inquisición, del Tribunal de Cuentas y de los Ministerios de Fomento, Gobernación,

Estado y Hacienda. Además se subraya que existe una colección de pesas y medidas

españolas del sistema antiguo y copias autorizadas de los índices de los demás archivos.

El archivo recibe el nombre de “Archivo General de la Administración” y se

incendió en 1939 durante la Guerra Civil. En 1969 se creó el Archivo General de la

Administración Civil, concebido como archivo intermedio. Este Decreto de 1969

consolidaba y regulaba las transferencias entre los distintos tipos de archivos, basándose

en criterios jurídico-administrativos y de frecuencia de consulta y fijando con carácter

general los plazos máximos de permanencia en cada uno de ellos. Según la carta de

servicios del archivo: “Sus fondos han sido producidos, en su mayor parte, por la

actividad de los organismos públicos, en el ámbito de la Administración Central. Hay

un volumen importante de documentación procedente de organismos de la

Administración Central Periférica, así como de la Administración española en el norte


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107

de África y los documentos producidos por las instituciones político-administrativas del

período 1939-1975. Destacan por sus características los fondos producidos por la

actividad de los órganos del Poder Judicial, por la Administración Consultiva,

Institucional y Corporativa, así como los producidos por la actividad de sociedades

estatales y empresas mixtas. Merecen especial atención sus fondos fotográficos y

cartográficos. El Centro simultanea sus funciones de archivo intermedio con las de

archivo histórico, recibiendo anualmente documentación con más de 15 años de

antigüedad”66. Según se desprende de la lectura del cuadro de clasificación del archivo,

los fondos más antiguos son de 1711 y pertenecen a los departamentos ministeriales.

El Archivo de Simancas es el antiguo archivo de los papeles de la corona de

Castilla, creado por Carlos V en Real Cédula de 19 de febrero de 1549, se halla

establecido en el histórico castillo de Simancas. Felipe II encargó a Herrera, Salamanca

y Mazuecos su reparación, construyendo ocho salas y el cubo octógono denominado

Patrimonio Real. En época de la publicación del tomo constaba de más de 80.000

legajos repartidos en 50 salas y tres secciones (histórica, legislativa y administrativa).

La invasión francesa causó grandes daños en el fondo archivístico y se concreta que un

tal Guiter arrebató, por orden del Gobierno francés, multitud de documentos del

Archivo de Simancas. Estos, según se explica en el texto del artículo, fueron llevados a

París y entre ellos figuraba la colección íntegra de la correspondencia diplomática entre

Francia y España, la cual no ha sido devuelta, así como tampoco lo han sido otros

legajos, hasta el número 107, según indica la Guía Oficial (p. 1330). La carta de

servicios del archivo explica que su etapa de servicio a la administración acabó en 1844,

cuando pasó de archivo administrativo a archivo histórico. Sus fondos son muy

importantes, siendo considerado uno de los más ricos en fondo documental sobre la

Edad Moderna. La organización de los fondos de Simancas es actualmente como sigue:

66 http://www.mcu.es/archivos/oa/ae/files/carta_administracion.pdf consultado 9 de agosto de 2006


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108

Fondos de los

organismos de la época

austriaca

Fondos de los

organismos de la

época borbónica

Fondos de los

organismos de la

época liberal

Principales

secciones

facticias

-Patronato Real

-Mapas, Planos y

Dibujos

-Consejo Real de Castilla -Consejo de la Cámara de Castilla -Consejo de Estado -Consejo de Italia -Consejo de Flandes -Consejo de Portugal -Consejo de Guerra -Consejo de Cruzada -Contaduría Mayor de Hacienda -Consejo de Hacienda -Contaduría Mayor de Cuentas -Secretaría del Registro General de Mercedes -Casa Real -Junta de Obras y Bosques -Registro del Sello de Corte

-Embajadas -Consulados -Secretaría del Despacho de Gracia y Justicia -Secretaría del Despacho de Guerra -Secretaría del Despacho de Marina -Secretaría del Despacho de Hacienda -Superintendencia de Hacienda -Dirección General de Rentas -Contaduría General de Millones -Contaduría General de Valores -Contaduría General de la Distribución -Tesorería General -Dirección General

de Reales Provisiones

-Consejo Real de

España e Indias

La Enciclopedia sólo dice sobre el Archivo de Indias que fue establecido por

Carlos III en Sevilla y que contiene todos los documentos relativos a los dominios de

España en América. El archivo fue fundado en 1785 con la idea de reunir en un solo

establecimiento todos los documentos de Ultramar a fin de que la burocracia

gubernamental se desarrollara con más agilidad y de contar con documentación para

escribir la historia de España en las Indias con el fin de defenderse de las cada vez más

frecuentes acusaciones de abusos coloniales. Cuenta con cerca de 40.000 legajos

distribuidos en secciones que abarcan desde 1492 hasta 1892, comprendiendo toda

América del Sur, a excepción de Brasil; la América Central; Méjico y la Costa Sur

estadounidense; además de Filipinas y las posesiones del Pacífico. Hay que subrayar

que, durante el siglo XVIII los expedicionarios que visitaron todas estas zonas


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109

ultramarinas españolas, desde Jorge Juan y Antonio de Ulloa hasta Alejandro

Malaspina, recomendaron frecuentemente la necesidad de que la documentación

española dispersa en aquellos parajes fuera centralizada en España.

En lo que se refiere a los archivos regionales, la Enciclopedia comienza por

explicar los fondos del Archivo de la Corona de Aragón. Como ya se ha comentado la

referencia a este archivo ocupa un lugar importante en el artículo, con seguridad debido

al origen catalán de la obra; de hecho el texto sobre esta institución comienza

recomendando la lectura del discurso de Francisco de Bofarull en la Academia de

Buenas Letras de Barcelona con motivo del séptimo centenario del reinado de Jaime i67.

El discurso de Bofarull y Sans, entonces Jefe del Archivo de la Corona de Aragón,

constituye una interesante historia sobre el mismo; el autor del artículo realiza un

resumen de este documento explicando que el rey don Jaime, tras la conquista de

Mallorca y Valencia, se dedicó al arreglo de este archivo, a cuyo efecto dictó varias

órdenes. Pedro IV de Aragón, el Ceremonioso, mandó en 1346 a su escribano Pedro

Paseya que se encargara de las llaves del archivo con obligación de asistir diariamente a

su conservación y arreglo. Este cargo fue perpetuado por una pragmática de 12 de

marzo de 1384, declarándole inherente a una de las escribanías de la Chancillería Real e

imponiéndole varias obligaciones que fueron ampliando los monarcas que le

sucedieron. Próspero de Bofarull y Mascaró. Planificó y organizó el archivo de la

Corona de Aragón, trazando y poniendo en práctica la catalogación y arreglo del

mismo, que consistió en hacer una división cronológica por reinados. La planificación y

organización de Bofarull se divide en cuatro épocas que se describen en la enciclopedia

de la siguiente manera: 1ª época. De los primitivos condes de Barcelona, desde Vifredo

el Velloso a mediados del siglo IX, hasta la muerte de Ramón Berenguer IV, en 1162; 2ª

época. De los reyes de Aragón, condes de Barcelona, desde Alfonso i, en 1162, hasta la

muerte de Fernando II el Católico en 1516; 3ª época. De los reyes de la dinastía de

Austria, condes de Barcelona, desde Carlos i, en 1516, hasta la muerte de Carlos II, en

67 En los anexos de este trabajo (repertorio de voces) se puede ver la voz BOFARULL en la que se indica la obra a la que se está haciendo referencia aquí.


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110

1700; 4ª época. De los reyes de la dinastía de Borbón, condes de Barcelona, desde

Felipe IV de Aragón, V de Castilla, en 1700, hasta Fernando VII.

El artículo facilita información muy interesante sobre fuentes para el

conocimiento de este archivo, en primer lugar se cita el inventario de la colección de

pergaminos en cuatro volúmenes que realizara el propio Bofarull, explicando su

contenido; además de otros índices más antiguos que constituyen también fuente para el

conocimiento de los fondos:

- Índice antiguo de registro, llamado de 21 tomos, que está relacionado con los

siguientes: Índice alfabético de los 21 tomos de índices generales

- Índice general de registros; Alfabeto de los tomos I, II Y III.

- Veintidós volúmenes de Notas Generales.

- Enajenaciones del Real Patrimonio de Cataluña, Rosellón y Cerdaña.

- Índice de Bulas Pontificias

- Índice antiguo de armarios

- Índice alfabético de escrituras en pergamino, sueltas desde el año 875 a 1291

- Procedencias de Simancas, inventario manual razonado de los papeles de la Real

Cámara de Aragón hecho por el canónigo Tomás González

- Antigua Diputación o Generalidad de Cataluña, índice alfabético y traslado de bulas,

privilegios, decretos y Reales órdenes expedidas a favor del general de Cataluña

- Índice cronológico de procesos, deliberaciones, bulas, privilegios y actas, etc. de la

antigua Diputación de los Estamentos de Cataluña y que se relaciona con el Alfabeto de

los tomos I, II Y III

- Índice alfabético de materias importantes que resultan en dietarios y demás papeles del

archivo particular del Brazo militar de la Diputación antigua de los Estamentos de

Cataluña

- Índice de cartas reales, diplomáticas, etc, que según se indica estaba en formación en

el momento de publicación de la obra.


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111

Queda recogida también la información en la página web del archivo en la parte

correspondiente a la historia del mismo en la que se puede leer:

“D. Próspero de Bofarull conectó perfectamente con el sentido histórico del

archivo que se le había encomendado. Rechazó considerarlo "sepulcro de

antiguas escrituras", y se esforzó en restaurarle el carácter de archivo vivo de las

instituciones, al menos de Cataluña, ya que no estaban a su alcance los demás

territorios de la Antigua Corona de Aragón, si bien consiguió la transferencia

desde el Archivo de Simancas de los fondos del Consejo de Aragón que allí se

custodiaban (1852)”. Es muy elocuente, en este sentido, que en 1819 procurara

al incorporación de la documentación del la Junta Superior de Cataluña (1808-

1812), y en 1823 los de las efímeras Universidad de Barcelona (1822-1823) y

Diputación Provincial de Cataluña (1821-1812), que luego se vio obligado a

ceder. En 1828 pudo incorporar en forma definitiva los fondos de la Diputación

de origen medieval, extinguida en 1714. Sus esfuerzo y gestiones para salvar los

archivos de los monasterios y conventos desamortizados e incendiados en 1835,

no obedecían al propósito de conservarlos por su calidad de tesoros de

antigüedad, sino por ser reflejos documentales, antiguos y actuales, de

instituciones desaparecidas.”

Actualmente los fondos de este archivo se dividen en nueve secciones que se

relacionan y describen a continuación:

REAL CANCILLERÍA (S. IX-1727): Comprende los fondos acumulados en el Archivo Real

hasta el siglo XVIII. Están clasificados y ordenados de acuerdo con lo dispuesto en el

Reglamento de 1754: Las escrituras en pergamino, junto con las bulas. Los registros de

la documentación expedida por la Real Cancillería. Las cajas de Cartas Reales

Diplomáticas, junto con los papeles sueltos. Procesos de diversas clases (de Cortes, de

greuges, de infanzonías, judiciales y demás). Otros volúmenes, sueltos o formando

breves series.


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112

CONSEJO DE ARAGÓN (S. XVI-XVII): Fondo trasladado desde el Archivo General de

Simancas en 1852. Corresponde a lo que allí se custodiaba como procedente del

mencionado organismo. Comprende registros de documentos reales expedidos para los

reinos de la Corona de Aragón a través del Consejo, varios volúmenes de cuentas y

relaciones, y mucha documentación suelta de las diversas Secretarías (Aragón,

Cataluña, Baleares y Cerdeña), colocada en legajos.

REAL AUDIENCIA (1372-1900): Fondos que engloban desde el siglo XIV hasta 1900, e

ingresaron al archivo en sucesivas remesas. Reflejan las diversas competencias ejercidas

por la institución que en época medieval asistía al Rey en cuestiones judiciales y

gubernativas, y en época moderna al Virrey o Capitán General. En la separación de

poderes operada en el siglo XIX, la antigua Real Audiencia de Cataluña perdió las

competencias gubernativas, y con el nombre de Audiencia Territorial de Barcelona

quedó circunscrita a los asuntos judiciales. Su documentación propia consiste en

volúmenes de Conclusiones o Sentencias, registros de los siglos XVIII y XIX, expedientes

(desde 1822) y papeles de la Secretaría, más unos 20.000 pleitos civiles. Procedentes de

extinguidos órganos judiciales, figuran los volúmenes y pleitos del Tribunal de

Comercio, continuación del Real Consulado de Comercio (1715-1868); documentación

de la Audiencia Criminal de Manresa (1882-1892).

REAL PATRIMONIO (1372-1900): Fondos que corresponden a dos instituciones: La Bailía

General de Cataluña, y el Maestre Racional. Ingresaron en 1936, poco después de

extinguida la Bailía del Real Patrimonio en Cataluña. Las funciones de la Bailía, regidas

por el Baile General de Cataluña, que residía en Barcelona, eran de tipo administrativo

más que fiscal, y remontan al siglo XIII. En el siglo XVIII, sin alterar su contenido, las

competencias fueron asumidas por el Intendente Real del Ejército y Principado de

Cataluña, y luego se mantuvieron durante la monarquía constitucional. Por otra parte, la

documentación conservada en el archivo de la oficina del Maestre Racional de la Corte,

en Barcelona, de tipo económico, que también remontaba al siglo XIII, quedó bajo la


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113

tutela del Intendente al ser extinguido aquel cargo en 1716. Reputándola afín, e incluso

complementaria, a la de la Bailía General de Cataluña, con ambos archivos se formó, en

1804, al Archivo General del Real Patrimonio.

GENERALIDAD DE CATALUÑA (S. XIV-1716): Las Diputaciones del General se crearon

simultáneamente a mitad del siglo XIV en las capitales de los tres reinos peninsulares de

la Corona (Aragón, Cataluña, Valencia) para la colecta y administración de los

impuestos derivados de los donativos aprobados en Cortes. Fueron abolidas a principio

del siglo XVIII. La documentación de la de Cataluña, que había quedado bajo la custodia

de la Real Audiencia en su mismo palacio de Barcelona, ingresó al archivo en 1829.

ORDENES RELIGIOSAS (S. IX-XIX): Fondos documentales que pertenecieron a casas

religiosas extinguidas o incautadas por el Estado en las varias leyes de desamortización.

Los más numerosos proceden directamente de la Delegación de Hacienda de Barcelona,

y corresponden a casas religiosas de su provincia desamortizadas en 1835, todas

masculinas excepto las religiosas santiaguistas de Jonqueres. Entre los archivos

monásticos y conventuales ingresados directamente, está el de los mercedarios de

Barcelona, los benedictinos de Sant Cugat del Vallès, los prioratos agregados a Sant Pau

del Camp, la Secretaría de la Congregación Claustral Benedictina, y el Gran Priorato de

Cataluña de la orden de San Juan de Jerusalén.

PROTOCOLOS NOTARIALES (S. XIII-XIX): Proceden del Servicio de Recuperación

Documental (1940), y corresponden a algunos distritos notariales de la provincia de

Barcelona, en especial los de Berga, Igualada, Manresa, Mataró y Sant Feliu de

Llobregat.

DELEGACIÓN DE HACIENDA (S. XIX-1967): Fondos producidos y acumulados en la

Delegación Provincial de Barcelona, son homólogos y paralelos a los conservados en

casi todas las provincias españolas. Ingresaron a partir de 1962.


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DIVERSOS Y COLECCIONES (S. XII-XX): Sección que engloba los fondos de escaso

volumen relativo, sean institucionales o patrimoniales, ajenos a las secciones

precedentes. También los depósitos y adquisiciones varias. Entre los depósitos destacan

los archivos patrimoniales del Marqués de Castellbell, del Marqués de Monistrol (y

Conde de Sástago), del Marqués de Montoliu, del Marqués de Sentmenat y de la noble

Casa Centelles-Solferino. Son notables las colecciones de manuscritos de Ripoll,

manuscritos e incunables de Sant Cugat del Vallès, privilegios de la ciudad de

Barcelona, autógrafos reales, sellos de placa, fragmentos de códices, y los mapas y

planos.

En cuanto al Archivo del Antiguo Reino de Valencia sólo se indica que

comprende los documentos políticos, administrativos y judiciales de este reino desde el

siglo XIII hasta la abolición de los Fueros por Felipe v, habiendo ido a parar a él las

existencias de los archivos de la Real Audiencia, de la Generalidad, de la Baylía, de

Gobernación, de las Cortes o Justicias, etcétera. Según Cruz Mundet68, el Archivo del

Reino de Valencia tenía como finalidad la concentración de la documentación de las

instituciones forales y no se hizo efectiva esta cuestión hasta 1810 en que comenzaron a

llegar fondos, continuando esta situación hasta 1959 con el ingreso de los registros de la

Contaduría de Hipotecas. La gestión de este archivo en la actualidad ha sido transferida

a la Comunidad Valenciana.

Los Archivos de Mallorca y Galicia se tratan juntos en la Enciclopedia, que se

limita a informar de la creación del primero por Carlos V en 1529, afirmando la

importancia de su contenido en más de 5.000 legajos de todas clases, parece necesario

dar unas pinceladas sobre la actualidad de estos dos archivos en estas líneas. El primero,

del Reino de Galicia, está formado por los fondos de la Real Audiencia instituida por

los Reyes Católicos y en la actualidad sus fondos se han unido a los de carácter judicial

del Archivo Provincial de La Coruña. En cuanto al segundo, el de Mallorca, está

compuesto por fondos de las instituciones del antiguo reino balear desde el siglo XIII, 68 Op. Cit. p. 116


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115

actualmente también se ha transferido a la Comunidad Autónoma Balear.

Entre los archivos especiales, como se ha visto en el cuadro expuesto en páginas

anteriores, se mencionan en la enciclopedia los de los Ministerios de Fomento, Gracia y

Justicia, Guerra y Hacienda como los más importantes y se indica que en el Real

Decreto de Reorganización archivística de 1850 se refundieron los de las Direcciones,

Tesoro y Contaduría general del Reino y de Marina. En segundo lugar se citan los de

las Universidades, entre los que se consideran de interés los de Madrid, Salamanca,

Barcelona y Zaragoza; pero sobre los que no se da detalle alguno. Por último se hace

mención de los Archivos Provinciales de Hacienda que fueron incorporados a la

Dirección general de Instrucción Pública por los Reales Decretos de 31 de julio y 10 de

septiembre de 1888, y para su régimen y organización rige la Instrucción de 2 de julio

de 1889, que ha substituido a la de 15 de enero de 1854. La actualidad de estos

archivos ya se ha comentado anteriormente y supone la dependencia de cada uno de

ellos a su órgano de origen, estando los de los ministerios en manos de los cada uno de

ellos y pasando después al de Alcalá de Henares; en cuanto a los universitarios

dependen cada uno del rectorado de la universidad correspondiente.

Parecida es la situación de los archivos parroquiales, notariales, municipales y

provinciales que se reúnen en la enciclopedia bajo el grupo de Archivos oficiales, ya se

ha explicado cómo en la actualidad estos archivos han pasado o están en proceso de

transferencia, a manos de las distintas Comunidades Autónomas si no son puramente

privados. La información que ofrece la enciclopedia sobre estos archivos se refiere

especialmente a la legislación que les afecta en 1908, limitándose a destacar que entre

los municipales los hay muy buenos como los de Madrid y Barcelona y reenviando al

lector a la voz Notario para los notariales.

Los Archivos Eclesiásticos son tratados y estudiados en la Enciclopedia por

medio de una brevísima clasificación, distinguiendo entre arzobispales, episcopales y

parroquiales, y expone una también muy breve historia de los mismos marcando las


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116

principales actuaciones que llevaron a su existencia y situación en la fecha del tomo.

Estas pinceladas quedan resumidas en las siguientes líneas: En el año 93 el Papa

Clemente creó en Roma siete notarías para registrar los martirios; en 235 y 236 el

Papa Antero recolectó testimonios de martirios. Algo más de atención se presta al

Concilio de Nicea (325) en el que se habla en el canon XVI de un oficial que cuide los

archivos en los que se deben guardar el registro de las ordenanzas, la expedición de

letras dimisorias, los decretos sinodales y conciliares y el testimonio de la

administración y temporalidades de la Iglesia, empleado que, frente a los archivos

catedrales de la Edad Media era llamado tabularius en Roma y jartophylax en

Constantinopla. Se continúa la historia explicando la existencia entre 366 y 384 de una

organización de archivos conforme con el modelo de los del Estado Romano,

continuando con el concilio de Milevo (402), en Africa, que prescribió una matrícula o

archivos que guardaran los registros de ordenación para evitar disputas acerca de la

antigüedad en los obispos. Por otra parte, a Paulo V (1605-1621) se le debe el actual

Archivo Vaticano, al que se trasladó al final del XVIII lo que contenía el del castillo de

Sant Angelo.

En cuanto a las tres clases de archivo se explica que los arzobispales o

metropolitanos guardan actas de los concilios provinciales, documentos relativos a

sedes sufragáneas, registros de consagraciones de obispos, minutas de juicios

eclesiásticos, de apelaciones y procesos de matrimonios entre la curia metropolitana; los

episcopales o diocesanos, custodian actas de sínodos y otras referentes al obispado y de

los parroquiales se indica que existen en cada parroquia y que el poder civil les concede

de ordinario el carácter de registros públicos contando con documentos relativos al

origen e historia de la parroquia, prescripciones y pastorales, libros de registro de

bautismo, confirmación, matrimonio y defunción y del estado de las almas visitadas

por el cura párroco, así como libro de rentas y un inventario de los bienes de la

parroquia.


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117

4.2.1.3. Bibliografía sobre archivos

La bibliografía de la voz es extensa y está ordenada por países – de los cuáles el

más prolífico es Alemania – y autores de forma alfabética. Destacan, como ya se

advirtió anteriormente, las guías y catálogos de archivos; se encuentran también algunas

obras sobre historia de los archivos y una recopilación, muy breve, de publicaciones

periódicas especializadas en archivística. De ella se han entresacado las obras que no

constituyen catálogos o guías, que son pocas pero parecen importantes para aportarlas a

la investigación. Dichas obras son las tres siguientes: Richou. Traité théorique et

practique des archives publiques (1883) ; Güemes y Villame. Organización del archivo

de la corona (1876); Muhlbauer, Thesaurus resolut. S.C. Concilii (Munich, 1872). Entre

las publicaciones españolas se citan la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos

(Madrid), la obra de Güemes ya mencionada y los índices de documentos procedentes

de los monasterios y conventos suprimidos.

4.2.2. La voz ARCHIVERO

Se define al archivero como el que cuida de un archivo o está empleado en él.

La diferencia con la definición actual del Diccionario de la Real Academia de la Lengua

reside en el reconocimiento de la existencia de una técnica. Es archivero “la persona que

tiene a su cargo un archivo o sirve como técnico en él”. El reconocimiento de una

formación concreta para el llamado históricamente “arreglo” de archivos, se refleja

también en el Espasa, que dedica un amplio espacio a la clase de archiveros formada

por el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos (antes anticuarios), creado

por Real Decreto de 17 de Julio de 1858, y que se rige en la actualidad por el

reglamento de 18 de Noviembre de 1887, reformado posteriormente por otros

sucesivos. Ya se ha visto en otra parte de este trabajo cuál fue la evolución del Cuerpo

en la actualidad y cómo se convirtió la parte referente a arqueólogos en el Cuerpo

Facultativo de Conservadores de Museos.


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118

La voz se estudia desde el punto de vista del Derecho, es decir, atendiendo sobre

todo a las cuestiones de normativa especial del Cuerpo. Se explica que, según el Real

Decreto de 1858 el ingreso en el cuerpo debe realizarse a través de la enseñanza que se

da en la Escuela Superior de Diplomática, de Madrid, creada en 1856. Efectivamente,

tras diversas negociaciones y recomendaciones de expertos y profesionales, el Ministro

de Fomento, José Manuel de Collado, comunicó, a través de Real Orden de 29 de

agosto de 1856, al Presidente de la Academia de la Historia – por aquel entonces el

Director de la Institución era Evaristo San Miguel – que había sido aprobado el

proyecto de creación de una Escuela de Diplomática69, a la vez que solicitaba a la

Academia un informe más concreto sobre la forma de llevar a cabo estas enseñanzas

para establecer un plan de estudios que sirviera para proporcionar ventajosos resultados

a los estudios históricos70. Esta dependencia de la Academia de la Historia y el

concepto del Cuerpo como personal que facilite los estudios históricos tienen mucho

que ver con el concepto de archivo como depósito de documentos históricos que se

desprende de la lectura de la voz en la Enciclopedia.

El Espasa, y también la legislación del momento, subrayaron el respeto por no

perjudicar los derechos de revisores y lectores de letras antiguas que puedan existir de

los que en tiempos anteriores había. En expresión moderna, el resto de revisores y

lectores quedaba “en extinción” con la existencia del nuevo Cuerpo y la Escuela de

Diplomática. En el artículo se explica que el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y

Arqueólogos se cuidaría de archivos, bibliotecas y museos oficiales y que sus

funcionarios formarían un solo escalafón; es decir, pertenecerían todos al mismo grupo

funcionarial. El Jefe superior es a su vez Inspector General y Director de la Biblioteca

69 Las alusiones a la Escuela de Diplomática en la obra son frecuentes. Sin embargo, se le dedica un mínimo de espacio en el tomo de ESPAÑA en el que aparece como parte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central, no se ofrecen planes de estudio ni evolución de la Escuela, ni tampoco ningún dato sobre sus altibajos a lo largo del siglo, como sería de esperar. Este tipo de noticias sólo las encontramos en las voces y se ofrecen simplemente de forma superficial, sin ofrecer datos concretos sobre el tema, por lo que para centrarlo se ha consultado la legislación que hacía mención a dicho establecimiento en la página web del BOE. 70 Tomado de GARCÍA EJARQUE, Luis. La formación del bibliotecario en España. Madrid, ANABAD, 1993. p. 40


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119

Nacional de Madrid, lo que subraya la preponderancia de la biblioteca sobre las otras

instituciones documentales en el momento de creación del cuerpo.

Se cita el Real Decreto de 16 de septiembre de 1902 que rige en el momento de

publicación del tomo la oposición a plazas del Cuerpo71. En él se rectifican las

disposiciones por las que para el ingreso en el cuerpo se debía haber estudiado literatura

(en el caso de archiveros y bibliotecarios) e historia (en el caso de los arqueólogos),

explicando que sería suficiente una oposición única a dicho cuerpo ya que “al haberse

disuelto la Escuela de Diplomática” los estudios en la Facultad de Filosofía y Letras no

parecen suficientes para dividir la oposición y separar a los arqueólogos, además de ser

cada vez más necesario personal en el Cuerpo por las constantes aperturas de

establecimientos72. En cuanto a las facultades y deberes del jefe superior, los

inspectores, jefes de los establecimientos y demás individuos del cuerpo la obra remite

al reglamento de 1887, en el que se detallan las tareas y situación de cada una de estas

cuestiones.

El artículo presta especial atención a los archiveros judiciales, de los cuales

trataba la Ley orgánica del poder judicial de 15 de septiembre de 1870, en el capítulo II

del título IX, lo que es interesante destacar, puesto que entronca con lo ya visto

anteriormente, también en la actualidad, cuando se hacía mención a la independencia de

los Archivos Estatales de estos tipos de archivos, dependientes directamente del Poder

Judicial. Para trabajar como archivero judicial, era necesario ser abogado, además de

tener las condiciones de los demás archiveros pero se nombran por el ministro de

Gracia y Justicia. En el momento de la publicación, sólo existen en el Tribunal

Supremo y en las Audiencias y su tarea era la expedición de fe pública y certificados de

antecedentes, es decir, tareas de escribanía y secretaría de juzgados. Estos archiveros,

según indica la enciclopedia tenían también a su cargo las bibliotecas de los tribunales

71http://www.boe.es/g/es/bases_datos/tifs.php?coleccion=gazeta&anyo=1902&nbo=262&lim=A&pub=BOE&pco=1196&pfi=1197 72 Sobre la oposición véase también la obra ya citada de la Dra. Fernández Bajón en la que expone las circunstancias que tenían que reunir los candidatos.


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120

mencionados, cuestión que cambió en 1885, en que la biblioteca pasó a cargo de los

secretarios de gobierno de los respectivos tribunales, que también se encargaban de los

archivos de juzgados de primera instancia por Real Decreto de 6 de octubre de 1891.

Para finalizar, se remite a las voces ARCHIVO, DIPLOMÁTICA e INFIDELIDAD, esta

última para información sobre delitos cometidos por los archiveros en el ejercicio de su

cargo. La Diplomática, como ya se ha advertido, se estudiará en la parte de este trabajo

dedicada a las ciencias historiográficas.

4.3. Síntesis del estudio de la disciplina archivística

En resumen, las voces ARCHIVO y ARCHIVERO son estudiadas en la Enciclopedia

Espasa fundamentalmente desde el punto de vista de la Diplomática y el Derecho y

considerándose como la disciplina auxiliar del investigador histórico más importante ya

que provee al mismo de las técnicas y herramientas necesarias para la correcta

realización de su trabajo, además de procurarle la información necesaria para el estudio

de su objeto de investigación. En cuanto al estudio de los archivos la Enciclopedia

refleja con exactitud la situación archivística española del momento de la publicación

del tomo en el primer tercio del siglo XX, detallando el contenido de cada archivo y el

destino de los fondos que por una causa u otra fueron objeto de desplazamiento. La

mirada al exterior y las alusiones a los archivos y escuelas profesionales extranjeras

constituyen, además, una fuente de gran interés para reconstruir la evolución de la

ciencia desde el punto de vista histórico. Por su parte, las investigaciones actuales se

encaminan fundamentalmente hacia la evolución de la disciplina que está íntimamente

ligada a la generación de documentos y a la gestión documental añadiendo a la materia

tratada a principios del siglo XX el interés por el documento por sí mismo y alejándose

de la visión, ya obsoleta, que consideraba el documento archivístico sólo desde el

interés histórico. Los estudios actuales, sin olvidar esta importante misión del

documento de archivo, basan sus esfuerzos en la organización del fondo y en su puesta

a disposición del usuario quien también ha cambiado de actitud frente a los fondos


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121

archivísticos. Por último hay que reseñar que la organización archivística planteada por

la Enciclopedia y la que se plantea en la actualidad son reflejo fiel de la organización

administrativa de nuestro país habiendo evolucionado de forma natural al ritmo en que

lo ha hecho la realidad administrativa.


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122

Capítulo V

Bibliofilia y bibliografía

En el presente capítulo se estudian las voces de la Enciclopedia dedicadas a la

bibliofilia y a la ciencia Bibliográfica; se han revisado, para tal fin, las voces siguientes:

Bibliofilia Bibliografía

Diplomática

España: bibliología

Bibliognosia

Bibliología

Libro

Bibliomanía

Bibliófilo

Bibliólata

Bibliolatría

Bibliótafo

Catálogo

Sistemas bibliográficos

Bibliógrafo

Tipografía

Imprenta

5.1. Bibliofilia

5.1.1. Introducción histórica. La bibliofilia y el coleccionismo de libros como

actividad relacionada con la documentación.

Una de las excepciones en la estructura de las voces, que en la enciclopedia

suele ser uniforme, se encuentra en la que se trata en este apartado. Por una parte en la

definición no se ofrece la traducción correspondiente a otros idiomas que aparece en las

demás voces. Por otra, el lema es tratado desde la disciplina histórica como lo

demuestra la abreviatura hist que precede al texto. En lo que se refiere a definición la


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123

enciclopedia no ofrece nada nuevo respecto a otros diccionarios limitándose a decir que

bibliofilia es la Pasión por los libros, especialmente raros y curiosos. La misma que se

encuentra al consultar la voz en el diccionario de la Real Academia Española, que añade

al término, como es habitual, la etimología de biblio (libro) y filia (amor), esta

etimología tampoco se recoge en la enciclopedia. Se dedican al tema tres páginas del

tomo VIII, publicado en el año 1910. La materia se aborda desde el punto de vista

histórico como ya se ha dicho, estudiándose también las Sociedades de Bibliófilos como

apartado de la voz y termina con la bibliografía habitual que se ofrece para completar

los datos recogidos y elaborados por el autor.

En cuanto a sus orígenes históricos se afirma que la bibliofilia, o sea la afición,

el amor a los libros existió desde muy antiguo, aunque esta palabra no se haya

empleado hasta el primer renacimiento de los Estudios Clásicos en la Edad Media (p.

606). El resto de datos históricos que se ofrecen comienzan haciendo alusión a la

conocida obra de Ricardo de Bury, quien puso titulo a su tratado sobre el amor a los

libros como Philobiblion. No se profundiza en las características de esta obra que no

sólo constituyó en su momento un tratado teórico a cerca del tema, sino también un

manual práctico sobre el cuidado y conservación de joyas bibliográficas, así como

también constituyó, junto con otros libros, ya aparecidos en los siglos XVIII y XIX, un

tratado de mantenimiento de bibliotecas salpicado de cuestiones valorativas del libro no

sólo como objeto sino también como continente de ideas y que constituye además la

bibliografía del propio Bury. Algunos autores han llegado incluso a subrayar que esta

obra tuvo también un carácter o una intencionalidad de animación a la lectura, muy

moderna en la actual sociedad de la imagen. Recuérdese que el tratado de Richard de

Bury vio la luz en Inglaterra hacia la mitad del siglo XIV, pero tuvo su verdadero apogeo

en plena ilustración, cuando aún a los bibliófilos se les conocía como filobiblos,

anécdota que recoge la enciclopedia, y antes de que empezaran a utilizarse las voces

bibliofilia y bibliófilo que se usan en la actualidad. Reconoce aquí el autor de la voz73

73 Recuérdese que las voces dedicadas a bibliografía, bibliofilia y derivadas fueron encargadas a Canivell y a Janer, como se ha dicho en las páginas dedicadas a las biografías de los autores y colaboradores de la


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124

que en la antigüedad, cuando los libros eran escasos y de difícil adquisición, los pocos

hombres de letras de entonces eran todos verdaderos bibliófilos (p. 606). Este hecho

que en la actualidad parecería haber sido superado por la facilidad con la que se accede

al documento escrito y al libro en concreto continúa siendo real; posiblemente tanto la

escasez como la superabundancia o la facilidad de acceso al documento provocan una

misma reacción en el usuario.

El autor del artículo hace referencia a las bibliotecas especiales después de

explicar la confrontación entre bibliofilia y bibliomanía (voz que también se define en la

enciclopedia como se verá más adelante) afirmando que lo que diferencia a ambas es la

finalidad o el objeto, en el primer caso científico o de amor al conocimiento; en el

segundo al coleccionismo por sí mismo, a la avaricia de poseer libros cuanto más raros

y especiales le sea posible al coleccionista. Resulta, en este sentido, especialmente

interesante, la literatura de la época de publicación en torno al tema que puede

encontrarse en autores como Thebussen74, el Conde de las Navas y otros colaboradores

de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos75, en los que se exponen verdaderos

delitos cometidos por bibliómanos a fin de que su obra sea única76, para el bibliómano

según se desprende de los documentos consultados para llevar a cabo esta investigación,

lo que contaba sobre todo eran las características formales de los libros –

encuadernación, número de líneas, páginas y paginación irregular, etcétera – mientras

que el verdadero bibliófilo valora estas características que constituyen un valor añadido

que hace del libro joya única, pero también se preocupa por el contenido del documento

que tiene entre manos y de su cuidado, procurándose los medios teóricos y técnicos para

enciclopedia. No se insitirá sobre el tema, pero Canivell fue bibliotecario eficaz y activo y Janer bibliófilo y bibliógrafo impenitente. Intervino también en esta parte, aunque se dedicó más a las cuestiones de coleccionismo Bofarull, otro bibliófilo de primera línea. 74 Aunque ya se ha realizado esta aclaración en otros lugares de este trabajo, el pseudónimo Dr. Thebussen pertenecía a Mariano Dionisio Pérez y Pardo de Figueroa; presente también en la enciclopedia. 75 Precisamente en la mencionada publicación, en el año 1874, se encuentran una serie de artículos sobre la Diferenciación de los vocablos Bibliófilo, bibliógrafo y bibliómano (Tomo 4, pp. 191; 221-222) 76 R. Alvarez Sereix firmaba, por ejemplo, una serie de cuatro artículos en El Correo Español durante algunos meses del año 1906 y que trataban sobre la venta de libros con dedicatorias autógrafas y sus falsificaciones; Albert Cim, ya citado en este trabajo publicó un macabro catálogo en 1902 en su obra Une bibliothèque y que constaba sólo de obras encuadernadas en piel humana.


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que no se deteriore. Así, reza el artículo del Espasa: la bibliofilia, en oposición a

bibliomanía, se propone reunir una colección de libros referente a una ciencia

determinada lo más completa posible, o que a lo menos contenga las obras más útiles

referentes a aquel ramo de conocimientos, o bien formar verdaderas bibliotecas

especiales o generales, pero siempre con el objeto de que sirvan a un fin científico.

Injustamente se ha confundido al bibliófilo con el bibliómano, llegando hasta hacerle

objeto de sátiras acervas, como las de Voltaire y Pous de Verdun, pero aunque muchas

veces sea difícil distinguirlos por los muchos de puntos de contacto que necesariamente

han de existir entre los que dedican sus esfuerzos a un mismo fin (el de reunir libros),

las diferencias entre ambos son esenciales. Todo el mundo puede ser bibliómano, dice

el P. Lacroix, pero se ven contados bibliófilos. La Bruyère hace el retrato de un

bibliómano “que no lee jamás”, pero en cuya casa se percibe desde la escalera el olor

de la piel negra en que están encuadernados todos sus libros y que se esfuerza en

demostrar que posee las mejores ediciones, citando de corrido los ejemplares notables

de aquella que a La Bruyère se le antoja más que biblioteca, tenería. Este verdadero

bibliómano no se propone sacar otro partido de sus libros almacenados que la

vanagloria de tenerlos o lo que en el mercado puedan valer. El autor recoge unas

palabras del bibliógrafo y bibliófilo Jules Janin, quien hablando de los que aman los

libros, realizaba un elogio del pueblo chino: Los chinos, desde el más instruido al

analfabeto, sienten un respeto absoluto por el papel escrito o impresos y nunca los

emplean para envolver los objetos de comercio, pues para ellos la impresión y la

escritura son de institución divina. Este respeto, esta pasión por lo escrito, es lo que

caracteriza científicamente la condición de bibliófilo (p. 606). En cuanto a bibliofilia y

bibliomanía y a pesar del discurso precedente, fruto de la lectura de lo que el Espasa

recoge en sus páginas, no cabe otra posibilidad que la de citar a uno de los bibliófilos

contemporáneos que más ha aportado al tema en los últimos años, Francisco Mendoza

Díaz Maroto, que se autodenomina bibliofilógrafo – lo que en cierto modo es el punto

de partida de lo que se expondrá a continuación – explica en su obra La pasión por los

libros77 que, al ser interrogado por la diferencia entre bibliófilo y bibliómano respondió 77 MENDOZA DÍAZ MAROTO, FRANCISCO. La pasión por los libros: un acercamiento a la bibliofilia.


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“no existe ninguna” y aclara: “ocurre simplemente que el sufijo manía es peyorativo, y

filia ennoblece lo que toca; pero es muy difícil ser bibliófilo sin ser maniático. Es decir,

sin caer en la extravagancia, deseo desordenado o locura, palabras asociadas a manía”.

5.1.2. Las voces relacionadas con la bibliofilia: BIBLIOMANÍA Y BIBLIOFILIA

La voz bibliomanía se define como Pasión de tener muchos libros raros o los

pertenecientes a tal o cual ramo, más por manía que para instruirse. Se expone una

breve historia de la bibliomanía, confrontándola a la bibliofilia y aportando datos

curiosos como la existencia de un Quijote impreso en corcho bajo la dirección de

Eudaldo Canibell o cartas magnas impresas en tintas de colores e incluso algunos

precios de diversas ediciones especiales. Se concluye que en la actualidad los

bibliómanos han disminuido al convertirse en bibliófilos, incluyendo una bibliografía

breve pero interesante sobre el tema y que se refleja en las siguientes líneas:

BOLLIOUD-MARNET. De la bibliomanie (La Haya, 1761)

BURTON. The Book Hunter (Londres, 1887)

DIBDIN. Bibliomania or Bookmanders (Londres, 1811)

F.S. MERRYWEATHER. Bibliomania in the midleages (Londres, 1849)

FIELD. The love affaire of a bibliomanie (Nueva York, 1896)

A. DE FONTAINE. Voyages littéraires sur les quais de Paris, etc. (París, 1844)

PHILOMENESTE JUNIOR (pseudónimo de G. BRUNET). La Bibliomanie en 1878, en 1880,

en 1891, etc, bibliographie retrospective des adjudications les plus remarquables faites

cette anade et de la valeur printice de ces ouvrages (Bruselas, 1873 y ss.)

Por su parte, bibliofilia y bibliografía aparecen muy unidas en la enciclopedia,

igual que en la historia, la búsqueda de libros por parte de los bibliófilos les llevó a

buscar las mejores bibliografías a fin de completar sus colecciones. Estas bibliografías

habían de ser sumamente exhaustivas, puesto que debían contener detalles del libro Madrid, Espasa Calpe, 2002. pp. 42-43.


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interesantes al bibliófilo; en concreto, según el Espasa, las condiciones que avaloran un

libro ante los ojos de un verdadero bibliófilo pueden concretarse en las siguientes: 1º

que el libro sea de primera rareza, es decir, de los que se sabe de cierto o se cree que

fueron impresos sin que se tenga noticia de la existencia de ningún ejemplar, como

sucede con el Buscapié de Cervantes, el tomo 1º de la Viciana, la Biblia lemosina y los

libros impresos con carácter privado (bulas pontificias, cartas pastorales, manifiestos,

promemorias, deducciones, etc.); 2º que sea de aquellos de los que no existe más que

uno o muy contados ejemplares, como la Rosa de Romances y La Turiana de Timoneda,

la primera edición de la Crónica del Cid, la edición valenciana del Tirant lo Blanc y los

que vieron la luz en países muy apartados y que apenas se conocen más que por el

título; 3º Aquellos libros de los que muy rara vez aparece un ejemplar a la venta, como

la colección completa del teatro de Triso de Molina o Lope de Vega, los Cancioneros y

Romanceros y los Libros de Caballerías; 4º Las ediciones de nuestros poetas clásicos

desde la mitad del siglo XVI a principios del siglo XVII y los libros que por motivos

religiosos, morales o políticos, fueron confiscados, prohibidos o quemados; 5º Los

libros que, aunque más recientes, pueden considerarse como escasos por haberse

tirado en corto número (ediciones de cien ejemplares) o cuyas ediciones están

agotadas, como las obras de Gil Vicente impresas en Hamburgo, los impresos en los

primeros tiempos de la invención de la imprenta y los ejemplares no mutilados de obras

después truncadas. (607). Como se puede comprobar, para conseguir no sólo encontrar

los ejemplares que el bibliófilo gustaba tener en su colección, sino también conocer su

existencia, el verdadero bibliófilo debía contar con una cultura de alto nivel y una red de

información que le acercara a cualquier pista sobre el documento ambicionado. Para

ello debía conocer cualquier bibliografía de cualquier tipo ya fuera de tipo comercial,

especializada o de cualquier otra clase que se encontrara a disposición de los

coleccionistas de libros. En este sentido podría afirmarse que el bibliófilo que

coleccionaba ediciones de la Biblia, de El Quijote o de clásicos griegos y latinos, por

citar sólo las mismas que se citan en la enciclopedia, estaban compilando auténticas

bibliografías de autor; en cuanto a los que, también citando la voz de la obra, recogieron

ediciones sobre matemáticas (Boncompagni), géneros literarios especiales (Meusebach,


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128

Soleinne), relativas a un acontecimiento histórico (Guerra de los Treinta años, Jubileo

de la Reforma en Alemania), países o lugares concretos, juegos, etcétera podría

considerárseles autores de bibliografías especiales o específicas.

Antes de entrar en la cuestión relativa a las Sociedades de Bibliofilia, el autor

ofrece una breve nómina de personajes que dedicaron sus vidas a este tipo de afición:

los literatos, eruditos y sabios que merecieron el título de bibliófilos son numerosos. En

la Edad Media se destaca en primer término Ricardo de Bury, autor del Philobiblión;

en el siglo XVI Grollier de Thou y Roberto Cotton, cuyos manuscritos formaron la

biblioteca cottoniana del Museo Británico; del siglo XVII merecen citarse el canciller

Segnier, Mateo Molé, Jerónimo Bignon, Baluze y sobre todo Mazarino y Colbert; en el

XVIII figuran, entre otros muchos, el canciller Arguesseau, el duque de La Vallière, que

llegó a reunir una de las bibliotecas mejores de su tiempo; Lesage, Turgot, de Bure,

Gaignat, Longepierre y el conde de Hoym; en el siglo XIX los bibliófilos llegan a ser

numerosos, distinguiéndose entre ellos el duque de Roxburgh, el conde de Bourtourlin,

el marqués de Coislin, Peignot. Brunet (autor del Manuel du Libraire), de la Serna-

Santander, Pablo Lacroix, que tomó el seudónimo de Bibliófilo Jacob, nombre de un

monje bibliógrafo del siglo XVIII; Golitzin, le Roux, Viollet-le-Duc, el duque de Aumale,

el marqués de Ganay, el conde de Béhagne, el duque de Parma, L. Double y otros

muchos. Este incesante incremento de bibliófilos dio origen a la formación de gran

número de sociedades y a que en el mercado de libros adquirieran elevados precios los

ejemplares que cumplían alguna de las condiciones que dejamos expuestas en la

clasificación correspondiente78. (pp. 607-608)

Las Sociedades de Bibliófilos reciben especial trato en las páginas del Espasa.

Según se desprende de la bibliografía ofrecida en el artículo, dos de las fuentes para

78 La mencionada clasificación es la que se recoge en el artículo libro y que en realidad no figuró luego como tal, sino que sólo se recogían algunos precios que llegaron a alcanzar obras de bibliófilo. El reenvío que se hace en este caso en la enciclopedia (Para precios de libros raros y curiosos, v. El artículo LIBRO) es por tanto, un reenvío a la nada, una de las consecuencias de la aparición de los volúmenes en un espacio de tiempo demasiado grande.


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realizar la selección de las que forman parte de la voz son la Bibliographie des sociétés

savantes de la France (París, 1878), cuyo autor fue E. Lefévre-Pontalis y el manual de

Lowndes The bibliographer’s manual of English literature, publicado en Londres en

1865. Entre estas sociedades, la primera que se cita como la más antigua es la de los

Dilettanti, cuyo origen se encuentra en el primer tercio del siglo XVIII como

consecuencia de la intención de recuperar la cultura clásica y la antigüedad grecolatina

que caracterizó este momento histórico. En el diccionario de la Real Academia se

define al diletante como conocedor o aficionado a las artes; pero también como aquél

que cultiva o se interesa en especial por algún campo del saber como aficionado al

mismo; el origen de la palabra, italiana, viene de deleite. El diletante es el que se deleita

en algo, efectivamente en Inglaterra, la Society of Dilettanti, o sociedad de amateurs,

subvencionó no sólo importantes reediciones de obras clásicas como los Todan

Antiquités que salieron entre 1769 y 1840; sino también excavaciones arqueológicas en

busca del patrimonio de la antigüedad clásica. En 1812 se fundó, también en Gran

Bretaña, el Roxburgh-club, con la finalidad de adquirir el Decamerón de Bocaccio, al

ser subastada la biblioteca del duque del mismo nombre (Roxburgh), el objeto de esta

asociación fue la reproducción de obras especialmente raras o inéditas para hacerlas

accesible a sus socios en exclusividad. El sistema de funcionamiento económico era

especialmente curioso, ya que se realizaba una mínima tirada de ejemplares (máximo

treinta) que eran repartidos entre los abonados. De manera parecida funcionaba el

Bannatyne-club de Edimburgo, fundado en 1823 por un centenar de socios, que

publicaron 150 volúmenes de documentos, crónicas, cartas, etc…79(sic.). Cinco años

después, en 1828 se funda en Glasgow el Maitland-club, especialmente dedicado a

recopilar documentación sobre las regiones occidentales de Escocia, lo que lleva a

concluir que más que como sociedad bibliofílica, funcionó como centro de

documentación o biblioteca especializada en este campo. Se citan en la obra otras

sociedades como la Abbotsford-club; Camden-Society, Parker Society o Sydenham

79 El Espasa, como se demuestra en la cursiva que se ha utilizado precisamente por esta razón, sigue separando los “documentos” de los otros tipos de “papeles”, considerándolos como algo distinto de las crónicas, cartas, etcétera. La voz documento como la consideramos actualmente se refleja en la enciclopedia por primera vez en el año 2000.


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Society; hasta llegar a la Hakluyt Society, actualmente en funcionamiento y que se creó

en 1846 y que continúa dedicándose a la edición y publicación de obras raras, curiosas y

especializadas. En 1853 aparece la primera sociedad inglesa de bibliofilia cuyo nombre

tiene la misma raíz y que fue fundada bajo la protección del príncipe Alberto en

Londres: la Philobiblon Society. Otras sociedades que en la enciclopedia se consideran

de bibliófilos son en realidad gabinetes de colección de otros tipos documentales

(estampas, manuscritos, etcétera) que funcionaron como centros de documentación

especializados; la existencia de estas asociaciones no puramente bibliófilas lleva a

establecer la importancia del coleccionismo, conservación y tratamiento de documentos

no impresos o no sólo textuales mucho antes de la aparición del tratado de Otlet.

Francia fue más tardía que Gran Bretaña en fundar sus primeras asociaciones de

bibliófilos, aunque, como se verá páginas más adelante, fue sin embargo la más

prolífica en las cuestiones referentes a catalogación, organización de fondos y

biblioteconomía en general. Las sociedades francesas de este tipo fueron bastante

efímeras, como demuestra la duración de sólo cuatro años de la Académie des

Bibliophiles de París (1866-1870); pero sobre todo fueron, en su origen, muy dispersas

y especializadas en regiones o departamentos, lo que sin duda es fruto y reflejo de la

organización administrativa del país. Entre las más importantes sociedades de bibliofilia

en Francia destaca la enciclopedia la Societé des Bibliophiles Françaises (1820); la de

Bibliophiles normando (Ruán, 1863); Bibliophiles de la Guyenne (Burdeos, 1866) y la

Bibliographique de Bourdeaux (1868), cuyo nombre da una idea de la diferencia de

actividades que la separan de las de bibliófilos y que demuestra con la publicación de un

boletín mensual sobre cuestiones bibliográficas más que bibliofílicas. En Bélgica, cuna

de la ciencia documental, se instituyeron en Bruselas la de Bibliophiles de Belgique y

en Lieja otra de similar nombre: Bibliophiles liégeois80.

80 No se nombra en esta voz el Instituto Internacional de Bibliografía, creado en 1895, que sí aparece en la voz bibliografía; este hecho da idea de la diferenciación clarísima que se tiene por parte de los redactores del Espasa entre la bibliofilia y la bibliografía. Llama la atención, además, que líneas antes se haya citado la Asociación de Bibliógrafos francesa, de carácter marcadamente bibliográfico y no bibliofílico. El Instituto Internacional iba, por tanto, y como se ha demostrado posteriormente, mucho más allá de


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Por lo que respecta a Alemania, el tema cobra interés puesto que la enciclopedia

explica que en Alemania se confunden con frecuencia las sociedades de bibliófilos con

las sociedades científicas y literarias, muy numerosas en aquel país (p. 608); es decir,

se vuelve de nuevo sobre un comentario realizado anteriormente: algunas sociedades de

bibliófilos funcionaron como auténticos centros de documentación especializada. No

obstante hay que decir que las sociedades literarias y científicas, como ya es sabido,

proliferaron en los siglos de los que estamos tratando en esta parte del trabajo (XVIII-

XIX) por motivos que ya se han expuesto anteriormente (necesidad de prestigio nacional,

racionalización de las ciencias, etcétera). Lamentablemente, la Enciclopedia sólo cita

entre estas sociedades germanas la Unión Literaria de Stuttgart, por lo que quedan en el

anonimato y como materia de otro trabajo el resto. De América del Norte se cita sólo la

Bibliophile Society de Boston, acerca de la cual no se ofrece comentario alguno.

El carácter español del Espasa deja para el final la existencia de sociedades de

bibliófilos en nuestro país tratando el tema con especial amplitud. Se cita como punto de

partida la Sociedad de Bibliófilos españoles (Madrid, 1872) que ha prestado útiles

servicios a la bibliofilia dando a conocer obras de singular mérito en esmeradas y

correctas ediciones (p. 608). Estas sociedades de bibliófilos españolas realizaron

colecciones de especial valor como la de Libros raros y curiosos que se extendió desde

1871 hasta 1901 o la llamada Libros de Antaño; igualmente la fundada en 1909

Sociedad de Bibliófilos madrileños, dio a la luz veinticinco obras de escritores

castellanos que según la enciclopedia fue muy buscada por los amantes de los buenos

libros. En Sevilla nació la Sociedad de Bibliófilos andaluces y en Valencia la del mismo

nombre de “apellido” valencianos. Cataluña fue lugar por excelencia del cultivo de la

bibliofilia y en ella surgieron asociaciones como La Protecció Literaria, fundada por

Manuel Pau en 1877 y que mediante cuotas mensuales adquiría ejemplares de obras de

cualquier intento asociacionista de aficionados, considerándose desde sus orígenes una cuestión encaminada a la profesionalización del ejercicio bibliográfico con el fin de sobra conocido de lograr la creación de una bibliografía universal que facilitara el acceso al conocimiento y el desarrollo científico en todas las áreas del saber.


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nueva publicación para poner a disposición de sus asociados; en 1909 apareció la

Sociedad Catalana de Bibliófilos en Barcelona que publicó facsímiles de obras catalanes

y clásicas; en Lérida se funda en 1865 la Academia Bibliográfica Mariana, cuyo nombre

lleva otra vez a la reflexión sobre cuál es el papel de la bibliografía en la bibliofilia y

cuál el verdadero objetivo de muchas de estas asociaciones. Pero indudablemente la

aparición del Institut Catalá de les Arts del Llibre por parte de eruditos que figuraron en

la Enciclopedia81 tuvo una importancia especial no sólo como difusión de la ciencia

bibliográfica, sino también como institución involucrada profundamente en todo el

proceso de creación del libro. De esta institución formaron parte Font de Rubinat,

Miquel y Planas, Bonsoms, Aguiló, Moliné y Brasés, Lamberto Mata, Canibell, Riquer,

Bulbena, Batllé, Miralles, Oliva y otros eruditos y editores, autores o correctores, es

decir, implicados en las distintas tareas de fabricación del libro; pero también todos

ellos especializados en lo que hoy se conoce como “libro de bibliófilo”, es decir

riquezas bibliográficas raras o curiosas.

La bibliografía que acompaña a la voz está compuesta por una mayoría de obras

bibliográficas, valga la redundancia, sobre libros raros o de colección, seguida de un

tercio del total de trabajos dedicados a la bibliofilia pero en su vertiente de cuidado y

conservación de la colección; además de un pequeño número de obras exclusivamente

bibliófilas que constituyen más bien catálogos comerciales sobre libro raro y curioso. Se

ha ordenado de lo general a lo particular, pero no de forma sistemática, lo que hace

difícil su interpretación, aunque se demuestra que Francia es el país que mayor esfuerzo

dedica a la publicación no sólo de catálogos, sino de tratados sobre el cuidado del

material librario, seguida de Alemania e Inglaterra. Es importante destacar, además, la

presencia de citas a prólogos de obras y artículos de publicaciones periódicas

especializadas o anuarios que ofrecen un dato importante sobre la actualización en la

redacción de la voz.

81 Véase el repertorio que acompaña a este trabajo


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Dentro de este apartado dedicado a la voz bibliofilia se considera adecuado citar

y revisar brevemente las voces derivadas o de la misma familia léxica que aparecen en

la obra y que se transcriben a continuación:

BIBLIÓFILO.

El aficionado a las ediciones originales, más correctas o más raras de los

libros. Íntimamente ligada al artículo tratado anteriormente

BIBLIOGNOSTA.

Inteligente en libros. Entendido como erudito o conocedor de cuestiones

referentes a estos documentos, sin llegar a ser considerado un bibliólogo, es decir, no un

científico, sino un aficionado a ellos.

BIBLIOGNÓSTICA.

Ciencia que da a conocer los libros, más bien por su aspecto material y

mercantil que por su valor intrínseco y literario. Se independiza de la BIBLIOLOGÍA y no

reenvía a ella, por lo que se considera también independiente de esta ciencia, a la que en

la enciclopedia se ofrece mayor entidad.

BIBLIÓLATA.

Muy relacionada con la bibliomanía, se recoge en la obra por haber sido

utilizada por Ateneo en referencia a Dídimo, prolífico escritor, del que se decía no sabía

lo que había escrito. El que posee muchos libros sin conocerlos.


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BIBLIOLATRÍA.

Culto o adoración excesiva a los libros // Entre los protestantes, adhesión

demasiado servil al texto de la Biblia.

BIBLIOLITA.

Destructor de libros. Entre los personajes célebres que cometieron estas

vituperables acciones se cita a Nabonasar, fundador del segundo Imperio Babilónico,

que mandó destruir todos los escritos y monumentos que trataran de anteriores

dinastías, pretendiendo en vano figurar en la historia como primer rey de Babilonia. De

Julio César cuentan que, durante el sitio de Alejandría, hizo quemar en parte la

biblioteca de los Tolomeos, terminando esta obra destructora el califa Omar I, según

asegura la tradición. Las guerras y las luchas religiosas han sido causa de la

destrucción parcial o total de importantes bibliotecas.

BIBLIOLITO.

Nombre dado por algunos mineralogistas a una piedra calcárea esquistosa, de

estructura hojosa en la que existen impresiones de órganos vegetales.

BIBLIOLITOS.

Se ha dado este nombre a los manuscritos antiguos que aparecieron

petrificados entre la lava de las erupciones volcánicas de ciudades como Pompeya y

Herculano. Para reconstruirlos y facilitar su lectura, los bibliófilos y, en especial, Davy

y Sickler (1817 y 1819), idearon procedimientos químicos que dieron buen resultado,

sobre todo en el empleo del éter acético.


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BIBLIOMANCIA.

Adivinación por medio de un libro abierto al acaso.

BIBLIOMAPA.

Colección de mapas, atlas geográfico.

BIBLIOPEGE.

Encuadernador

BIBLIOPEGIA.

Arte de encuadernar los libros

BIBLIOPOLA.

Librero, el que vende libros

BIBLIOSOFOS.

Secretario

BIBLIÓTAFO.

El avaro de sus libros, el bibliómano o bibliófilo egoísta que no se aviene a

que otro lea el libro raro que él posee, y a que a nadie comunica datos adquiridos en la

lectura de ese libro.

5.2. Bibliografía

5.2.1. Introducción Histórica. La Bibliografía como ciencia

El diccionario de la Real Academia de la Lengua define la palabra bibliografía


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136

con dos acepciones: Por un lado se considera así a la “descripción, conocimiento de

libros, de sus ediciones, etc”, y por otro a la “Relación o catálogo de libros o escritos

referentes a una materia determinada”82. Con razón cita Pensato en su Corso di

Bibliografia83 las palabras de Greg, quien en su obra de 1914 What is Bibliography

afirmaba que “la bibliografía está afligida por su nombre”, haciendo alusión a los

diversos sentidos que le han dado a lo largo de la historia. Isabel de Torres84 dedicó

muchas páginas al tema, desde su artículo Bibliografía en los diccionarios de la lengua

española85 hasta los distintos manuales sobre el tema que salieron de sus manos, puede

comprobarse que la definición del término no parece quedar cerrada. Efectivamente,

como se comprueba en la voz del Espasa, bibliografía es una palabra de fácil

etimología, procedente del griego graphein y biblion que significan escritura y libro, y

en su más estricta acepción significa escribir libros a mano. Sin embargo la voz fue

cambiando el sentido por el de descripción de libros, llegando a la significación actual

de lista de libros de la mano de Gabriel Naudé, quien la utilizó como título para su

elenco de libros políticos86.

La bibliografía, en los comienzos del XVIII, se entiende además como el

conocimiento e interpretación de antiguos manuscritos, como puede leerse en el

diccionario de Trevoux87 e incluso en la propia Encyclopedie88 que considera que el

bibliógrafo es aquel que está versado en el conocimiento de manuscritos y libros

antiguos considerando la bibliografía une sorte de science (una especie de ciencia),

incluso en Espasa se considera bibliógrafo quien copia estos manuscritos; así se define

82 Diccionario de la RAE, op. cit. 83 PENSATO, R. Corso di bibliografía. Milán, Editrice Bibliográfica, 1987, p. 17. 84 Esta alusión a la obra de Isabel de Torres pretendo que sea también un pequeño homenaje a su persona, ya que su fallecimiento coincidió, precisamente, con el momento en que me documenté sobre el tema para terminar este trabajo con muchos de sus libros. 85 TORRES RAMÍREZ, ISABEL DE. “Bibliografía en los diccionarios de la lengua española. De Nebrija a la última edición del diccionario académico (1492-1984)”, en Documentación de las Ciencias de la Información, n. 14-1991, pp. 59-74. Madrid, Universidad Complutense. 86 NAUDÉ, G. Bibliographia Politica, Venetus, F. Baba, 1633 (fuente : catálogo de la Biblioteca Nacional) 87 Dictionnaire universel françois et latin, vulgairement appelé Dictionnaire de Trévoux [Document électronique] : contenant la signification et la définition tant des mots de l'une & l'autre langue. Tomo priemero, [A-Boulets], p. 1100 88 Encyclopédie ou dictionnaire raisonnée des sciences des artas et des métiers. Paris, 1751 y ss.


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en los siguientes términos: El que posee gran conocimiento de libros // El que los

describe // ant. Copista de libros (p. 39). En los sucesivos diccionarios de la lengua del

siglo XVIII en Francia, se va aproximando el sentido de bibliografía a esa “especie” de

ciencia de la que hablaba la Encyclopédie, hasta llegar a considerarse, ya en época de

Neé de la Rochelle, es decir a finales de siglo, como una verdadera ciencia, como lo

demuestra el impresor en su Discours sur la science bibliographique et sur les devoirs

du bibliographe de 1782. Como ya hemos comentado, prácticamente toda ciencia

encuentra su punto de inflexión en una necesidad de cualquier tipo, así la bibliografía

vio su momento en la necesidad de organizar el extenso volumen de libros acumulado

que surgió tras las expropiaciones realizadas durante la Revolución; así, se pasa de la

ciencia del libro a la ciencia de la biblioteca, llegando a identificarse la bibliografía con

la bibliología en algunos momentos de la historia, como refleja también la enciclopedia

Espasa.

El progreso de la bibliografía ha podido ser contemplado hasta llegar a formar

parte de las ciencias documentales, que considera esta ciencia la parte de la

documentación que trata de los impresos; pero este tema se estudiará en el capítulo

dedicado a la documentación. Parafraseando a Isabel de Torres, podría hacerse una

evolución en ocho capítulos de la ciencia bibliográfica que serían los siguientes:

1. Descripción de libros (s. XII)

2. Lista de libros (1633)

3. Conocimiento e interpretación de antiguos manuscritos (comienzos del siglo

XVIII)

4. Ciencia del libro (último tercio del XVIII)

5. Ciencia del bibliógrafo (unida a la anterior)

6. Ciencia de las bibliotecas (finales del siglo XVIII y así se manifiesta también en

la Encyclopédie)

7. Ciencia de los repertorios (mediados del XIX)

8. Parte de la documentación que se ocupa de los impresos (mediados del siglo XX,


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138

con el Tratado de Otlet).

Aunque Torres Ramírez89 indica claramente que “cada uno de estos

significados no representa una etapa sucesiva en la evolución semántica del término”

parece cierto que de alguna manera el término sí se ha ido despojando de alguno de los

significados no por abandono, sino porque los posteriores estudios y el desarrollo

evolutivo de la ciencia documental ha desviado éstos hacia otros campos también

incluidos en la documentación; llevándolos hacia la Paleografía, la Diplomática y otras

ciencias bien individuales bien auxiliares de la historia, la biblioteconomía o la propia

documentación.

En España, los diccionarios no recogen el vocablo hasta bien entrado el siglo

XVIII, sin embargo hay que decir que el trabajo de Torres Ramírez deja a un lado la voz

recogida en el Espasa y lo hace explícitamente considerando que “no aporta nada nuevo

al término”. Suponemos que lo que la bibliógrafa quería significar se refería sólo a

cuestiones semánticas, porque el hecho es que la Enciclopedia dedica cincuenta de sus

páginas para explicar el concepto, cuál es su objeto delimitando su campo de actuación

y realizando un breve pero intenso tratado sobre este tema en el que se citan las últimas

tendencias de la época (año 1910) en torno al mismo, incluyendo las intenciones y

actuaciones de Henry La Fontaine, Paul Otlet y el Instituto Internacional de

Bibliografía.

Igualmente, el Espasa, como el diccionario de Chao90, delimita también el

objeto de la bibliografía material y el de la literaria y científica, indicando incluso

algunas de las asociaciones científicas que habían creado ya en la época sus propias

bibliografías especiales, explicando cómo eran estas y llevando a la conclusión de que

89 Torres Ramírez, Isabel de. Op.cit., p. 15 90 CHAO, EDUARDO. Diccionario enciclopédico de la lengua española, con todas las voces, frases y refranes y locuciones usadas en España y en las Américas Españolas. Madrid, Imprenta y Librería de Gaspar y Roig, 1853.


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consistieron en verdaderas publicaciones periódicas documentales dedicadas a indizar y

resumir la literatura científica contemporánea.

El Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la Documentación91 define la voz

bibliografía de la misma forma que lo hace la doctora Torres Ramírez y la Enciclopedia,

recogiendo la cronología de la voz del mismo modo que se ha recogido en páginas

anteriores en este mismo trabajo. Esta obra amplía considerablemente lo dicho hasta

ahora realizando una historia casi contemporánea del término que pone como punto de

partida de la actual concepción la tendencia anglosajona antigua que desembocó en la

llamada “bibliografía tipográfica”, que se especializa en el estudio de libros antiguos,

especialmente incunables. Esta tendencia anglosajona se refleja en la obra de A.M.L.

Robinson Introducción a la bibliografía en la que se afirma que la ciencia bibliográfica

“cubre todo el campo de la ciencia de los libros como entidades físicas: su historia y

formas cambiantes, los materiales y métodos de su elaboración, así como su descripción

y compilación de listas”92, como se ha visto en el capítulo dedicado a la voz LIBRO, lo

que se entiende en el Espasa como bibliología. El Diccionario mencionado recoge,

además, la tendencia llamada tradicional o europeo continental, cuyos antecedentes se

encuentran en la obra de Gabriel Peignot de 1802 Diccionario razonado de

Bibliología93 quien distingue ambas ciencias dejando a la Bibliología la dedicación a la

ciencia del libro y la bibliografía como una rama de ésta, que se ocupa del estudio de los

repertorios bibliográficos. En cualquiera de los casos, la versión moderna del término

viene dada por Malclès en su Manuel de Bibliographie94 en el que queda claro que la

bibliografía para la autora es una parte de la Bibliología o Ciencia del Libro y cuyo

objeto es identificar, describir y clasificar los documentos impresos, a fin de construir

los repertorios adecuados para facilitar el trabajo intelectual. Como se afirma en el

Diccionario Enciclopédico de las Ciencias de la Documentación, es cierto que la

91 LOPEZ YEPES, JOSE (Dir.). Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la Documentación. (op. cit.), pp. 149-164 92 ROBINSON, ANTHONY M. L. Introducción a la bibliografía, guía práctica para trabajos de descripción y compilación. Madrid, Pirámide, 1992. 93 PEIGNOT, GABRIEL. Diccionario razonado de Bibliología. 94 MALCLES, LOUISE NOELE. La Bibliografia. Buenos Aires, Eudeba, 1867


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140

definición de Malclès es en el momento actual restrictiva, ya que se refiere al papel

como único soporte de la bibliografía; no obstante, no consideramos que la definición

esté anticuada, simplemente, el soporte y las herramientas necesarias para realizar los

repertorios han cambiado; por lo demás la bibliografía no ha desaparecido de ninguna

manera tal y como la concibe la autora gala.

Lo que sí ha variado de forma evolutiva ha sido la tipología de bibliografías,

debido a distintos factores entre los que tienen peso fundamental la técnica; la

producción y difusión intelectual y científica; y el precio y valor de la información y el

conocimiento como bienes económicos en las organizaciones (la información es poder

ahora más que nunca). Así, mientras el Espasa se limita a tipificar bibliografías dentro

de su especialización y hace mención a la existencia, recién estrenada en aquella época,

de las bibliografías nacionales aún poco normalizadas y desarrolladas, la tendencia

actual es la tipificación más amplia. El Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la

Documentación ofrece tipos de bibliografía que en 1906 ni tan siquiera podían pensarse,

a pesar de los esfuerzos de Otlet y La Fontaine en la difusión de su Insituto

Internacional de Bibliografía. De este modo en la obra referida se hacen las siguientes

menciones y se definen las bibliografías que se exponen a continuación:

- Bibliografía abierta. La que está en fase de seguir recibiendo información

según ésta se va produciendo.

- Bibliografía acumulativa. Referida a publicaciones periódicas dedicadas a la

refundición en orden alfabético o sistemático de la información bibliográfica que se

ofreció en números anteriores de la misma publicación.

- Bibliografía analítica. Entendida como una de las dos ramas en las que se

divide la tradición anglosajona, siendo la otra rama la bibliografía enumerativa o

sistemática cuyo objeto son los documentos como cosa física, separando el análisis de

los mismos de esta cuestión. Estas bibliografías añaden a la descripción del documento


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141

un resumen y palabras clave; en algunos casos sirviendo una crítica de los mismos

desde el punto de vista científico. En el Diccionario Enciclopédico de las Ciencias de la

documentación, se afirma que merece la consideración de ciencia en sentido estricto,

puesto que tiene un grado suficiente de autonomía en el objeto de estudio que le ocupa,

además de originalidad, especificidad y exclusividad en su método de investigación.

Recibe el nombre también de “bibliografía anotada”.

- Bibliografía de artículos de publicaciones periódicas. Suelen ser bibliografías

especializadas y tienen una especial importancia para investigadores y profesionales.

Habitualmente se presentan de forma periódica, como las propias publicaciones que

analizan y constituyen un trabajo importante de documentación, entendiendo ésta como

la ciencia que extrae el contenido de los documentos a fin de hacerlos accesibles al

investigador de la forma más eficaz y precisa posible.

- Bibliografía de bases de datos. Se refiere a de bases de datos referenciales a

otras bases de datos, la terminología adecuada sería bancos de datos renovables o

periódicos que recogen la existencia de bases de datos referenciales o a texto completo

y remiten a ellas, ofreciendo información de autoría, producción, administración y

distribución.

- Bibliografía de bibliografías. Muy ligada a la producción libraria y ofrecida,

generalmente de forma sistemática. Estas obras son referencia por excelencia y tienen

su origen en la Biblioteca bibliothecarum de Philippe Labbé, seguida por el Répertoire

bibliographique universel de Gabriel Peignot y en el siglo XIX, por el de Julios

Petzholdt titulado Biblioteca biblographica que recoge nada menos que seis mil

bibliografías referidas a todas las ramas del saber y organizadas sistemáticamente. El

cada vez más feroz crecimiento de publicaciones de todo tipo hace actualmente

necesarias este tipo de bibliografías, sean actuales o retrospectivas, generales o

especializadas, nacionales o internacionales. Ejemplos de estos últimos repertorios son

A world bibliography of bibliographies and of bibliographical catalogues, calendars,


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142

abstracs, digest, indexes and the like de Theodor Besterman y que abarca de 1939 a

1941.

- Bibliografía catalográfica.

- Bibliografía cerrada. Obras concluidas que se acaban convirtiendo en

retrospectivas.

- Bibliografía comercial. Editadas para el comercio del libro, aunque tienen una

amplia historia, puesto que las primeras se sitúan en la Grecia Clásica, actualmente han

sido desbancadas por las bases de datos referentes a documentos en su vertiente

comercial. Algunos autores distinguen dentro de estas bibliografías comerciales las

selectivas o analíticas en curso, que presentan novedades que responden a criterios

concretos; las bibliografías comerciales en curso, de periodicidad regular e información

general; las retrospectivas generales, entre las que cabe destacar en España el conocido

como Palau (nombre de su autor)95 y los repertorios de libros en venta o catálogos

editoriales.

- Bibliografías de las Comunidades Autónomas. Son las más modernas de las

citadas hasta ahora, ya que se deben a la actual división en comunidades del Estado

Español desde la Constitución de 1978. En algunas naciones europeas estas

bibliografías se formaron entre los siglos XVIII y XIX, concretamente en Francia tienen

su origen en los catálogos departamentales, que pretendían unificar la bibliografía

nacional a través de la elaboración de repertorios por departamentos. Responden, como

ya se ha dicho, a la organización administrativa del país. En concreto son documentos

de carácter oficial que recogen toda la documentación ingresada por vía de Depósito

Legal en cada límite territorial. En España reciben el nombre de Boletines

95 PALAU Y DULCET, ANTONIO. Manual del librero hispanoamericano: inventario bibliográfico de la producción científica y literaria de España y de la América Latina, desde la invención de la imprenta hasta nuestros días. Barcelona, 1948-1977. 28 vols.


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143

Bibliográficos y difieren entre sí en cuanto a regularidad, formato, presentación,

cobertura y calidad de las descripciones, aunque siguen pautas normalizadas que

facilitan la elaboración de Boletines Bibliográficos nacionales.

- Bibliografías conocidas. Se consideran así a las que se reconocen por sus

títulos; en el caso de el presente trabajo, el Espasa, en Reino Unido la Británica y en

Italia la Treccani, entre otras.

- Bibliografía en curso. Reciben el nombre de bibliografías corrientes y presenta

los documentos a medida que éstos van apareciendo, de forma periódica y en intervalos

relativamente cortos, pertenecen a este tipo de bibliografías las nacionales y boletines de

sumarios. Sus principales características son la cobertura y la actualización, además de

la necesidad de que apliquen con calidad las normas de descripción bibliográfica que les

correspondan.

- Bibliografía documental. También inexistente, o al menos no tipificada, en la

época de edición de la Enciclopedia, designa los repertorios bibliográficos no librarios;

el término es acuñado por Giorgio Ferrari.

El Diccionario Enciclopédico recoge otras voces relacionadas con la

bibliografía, sin embargo no se incluyen en este listado por considerarse que se

engloban bajo la bibliografía especializada considerada esta como la que limita la

descripción a una materia o disciplina; así se citan bibliografías estadísticas, de estudios

de mercado jurídicas, etcétera. En cuanto a las bibliografías materiales, históricas,

nacional y Española se comentan en la parte dedicada a la voz bibliografía del Espasa,

por lo que resultaría redundante su estudio en este apartado.


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144

5.2.2. La voz BIBLIOGRAFÍA

La estructura del artículo sigue las pautas generales ya indicadas y que se

utilizaron como plantilla para casi la totalidad de la obra. En primer lugar se procede a

la traducción de la voz al francés, italiano y catalán, inglés, alemán, portugués y

esperanto, esta última lengua propone dos versiones: bibliografio y libro-raporto, la

segunda de ellas es suficientemente significativa de la corriente que considera la

bibliografía como repertorio de libros. A continuación se ofrece la etimología, del

griego biblion, libro y graphé, descripción; para pasar a la definición Descripción,

conocimiento de libros, de sus ediciones, etc. (p. 609). Se procuran, además, los

derivados de la palabra: bibliográfico, ca. bibliográficamente.

Como en los artículos de especiales características, la Enciclopedia divide la

materia en secciones: i. De la bibliografía en general. – ii. Repertorios bibliográficos. –

iii. Bibliografías especiales. – iv. De la bibliografía en España. – v. De la bibliografía en

esta Enciclopedia. El último de ellos, que se comentará en su momento, se considera de

especial importancia y se ha tenido en cuenta con específico interés en todo este trabajo,

ya que, como se explica en páginas anteriores, constituye una de las características más

significativas en la creación de la obra fuente de este estudio.

5.2.2.1. De la bibliografía en general.

El apartado realiza un intento de delimitar el significado de la voz, separándolo

de otras voces similares, para lo cual lo primero que realiza es un breve estudio de la

definición y concepto del término, alejándose ahora del ofrecido en un primer momento

en lo que podría llamarse la parte diccionario o semántica del artículo y que se ha

comentado en líneas anteriores. Así, se explica que llámase bibliografía y también

bibliognosia, aquella ciencia que se ocupa en la enumeración, descripción y crítica de

las manifestaciones de la actividad intelectual de todos los pueblos y todas las épocas,

que de un modo u otro han sido reducidas a escrito. La bibliografía en sentido estricto


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145

es la ciencia de los libros que trata de los repertorios y suministra los medios de

procurarse, lo más pronto y lo más completamente posible, informes sobre las fuentes

de conocimiento de todas las materias, es decir, lo que se llama Historia Literaria,

distinguiéndose así de la biblioteconomía, que trata de la clasificación, de la

descripción intrínseca de los libros y de la organización e historia de las bibliotecas, y

de la bibliología, cuyo objeto es la historia del libro desde el punto de vista de su

fabricación material (la imprenta, la encuadernación, la librería, etc.). Encontramos

aquí la primera aproximación a la terminología documental que actualmente se maneja,

aunque con una visión bastante más reducida que la actual, ya incorporada a la Ciencia

de la documentación y que no sólo considera el repertorio bibliográfico como una

historia de la literatura en sentido estricto, es decir, como una historia de lo escrito sea

cual sea el grado de especialización o de descripción de este escrito.

La polémica o como poco la discusión estaba ya servida en el momento en que

se escribe el artículo, incluso se adivina que desde dentro del propio cuerpo de

redacción de la obra, ya que se menciona que existen autores que difieren con otros en

concepción terminológica de la ciencia bibliográfica y los mencionados, como se puede

comprobar tanto en el repertorio adjunto como en el capítulo dedicado a los autores de

la enciclopedia, formaban parte del cuerpo de redacción. Luego durante la época de

recogida de información y planificación de la obra de referencia que nos sirve de fuente,

y así lo deja entrever Philippe Castellano96 al explicar cuál era el proceso de redacción,

aunque no matiza detalles. La prueba de esto es que el propio Ureña aparece citado en la

voz en los siguientes términos: Algunos autores, como Ureña, combaten estas

distinciones, entendiendo por bibliología la ciencia general del libro (tanto en su

aspecto interno como externo, estudiado aisladamente o coleccionado en bibliotecas), y

como ramas de ella la bibliografía, la biblioteconomía la bibliotecografía, según se

analice el libro en sí mismo, reunido en grandes colecciones (bibliotecas) o se trate de

descripciones de éstas, definiendo en consecuencia la bibliografía como aquélla rama

de la bibliología que hace la descripción interno-externa del libro, considerado en sí 96 Castellanos, Philippe. Op. cit. (v. infra)


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146

mismo, para determinar el lugar que ocupa en el movimiento intelectual. La verdadera

bibliografía en sentido científico tiene que ser apreciada en esta forma, para no

convertirla en un estudio árido y superficial: un mero trabajo de “papeletaje” (como

dice don Vicente Lafuente) que haría del bibliógrafo un acarreador y faquín de la

república de las letras, según frase de Menéndez Pelayo y del doctor Puigblanc. No hay

duda, después de leer estas palabras, de que hubo discusión a la hora de decidir algunos

de los términos que se incluirían en la obra de referencia y en cuanto a la forma de

tratamiento que recibirían los mismos.

Que la bibliografía se consideraba ya como ciencia y no sólo como una especie

de ciencia lo demuestra la afirmación que sigue y que hace mención, nuevamente – ya

la hizo en la archivística, la museología o arqueología e incluso en las ciencias

auxiliares de la historia o ciencias historiográficas – a la inclusión de la materia como

asignatura obligada en los planes de estudio en todas las naciones para los

bibliotecarios oficiales, en España el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y

Anticuarios o Arqueólogos, al que ya se ha hecho mención en numerosas ocasiones y

uno de cuyos requisitos para incorporarse al mismo era precisamente el de haber

estudiado bibliografía, lo cual se incluía también en las pruebas de acceso al cuerpo

como lo demuestra la documentación en torno al tema existente en la Gazeta en las

páginas en las que se publicaron los concursos y oposiciones para la incorporación. Ello

sin restar la importancia que tiene que en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos

se dedicaran páginas a cuestiones bibliográficas, incluida la presencia española en los

diversos Congresos Internacionales de Bibliografía desde el primero de ellos, si bien en

muchos casos, como el de la intervención del Conde de las Navas – ya citado en el

capítulo dedicado al libro – se tratara más bien de cuestiones catalográficas o de forma

que de delimitar las distintas ramas o tipos de bibliografías que podían encontrarse; esto

debido a que, como se refleja también más adelante en el artículo enciclopédico, los

esfuerzos del momento iban más encaminados hacia la creación de una norma

bibliográfica universal – incluido el formato de las fichas – que hacia la organización de

la ciencia bibliográfica como tal.


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147

En cuanto a este tema la enciclopedia afirma: La importancia de la bibliografía

se reconoce al haber sido incluida como asignatura oficial en todas las naciones para los

bibliotecarios oficiales. Sin embargo no existe escuela especial de bibliografía teórica y

práctica, aunque la ciencia del libro exige un grado de perfección debido a la

considerable multitud de producciones literarias. Merece la pena ser citado el Columbia

College, abierto en 1887 en Nueva York, en el que se viene dando de forma regular un

curso de administración y clasificación de las bibliotecas y que constituye una especie

de instituto de bibliografía y biblioteconomía (p. 610). No se cita la Escuela Superior de

Diplomática por no constituir, en el momento, una entidad independiente, ya que los

estudios formaban parte de los de Filosofía y Letras.

Ebert distingue la bibliografía pura o literaria y la bibliografía aplicada o

material. La segunda se equipara a la bibliofilia, pero ésta – como ya se ha explicado –

no debe confundirse con bibliomanía pues mientras que el bibliófilo toma el libro como

objeto de estudio especial o de colección de las producciones escogidas, el bibliómano

lo considera como materia de loca pasión para satisfacer sus rarezas de coleccionista.

Dentro del apartado dedicado a la delimitación y definición del término, se

ofrece al lector un amplio resumen de la historia de la bibliografía, considerando como

primeras bibliografías los catálogos y tablas que se compusieron en la escuela de

Alejandría; aunque se afirma que la existencia de listas de obras por parte de los

antiguos tiene la dificultad de que a los manuscritos les faltan fechas y títulos fijos, por

ello alega que el verdadero cultivo de la bibliografía comienza con la invención de la

imprenta, a excepción de la obra de Ricardo de Bury Philobiblion escrita en 1287 e

impresa en 1473 (p. 610). Asimismo se advierte que junto con esta obra, la de Rouveyre

(Connaissances nécessaires à un bibliophile) y el Manual de Brunet sería suficiente

para abarcar la bibliografía universal como ciencia. Se consideran bibliografías,

igualmente, los catálogos libreros de la Edad Media como el de Gilles Mallet, el de

Gervais de Tillbury o el del padre Schoeffer. Con la aparición de la imprenta surgen los


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148

catálogos realizados por libreros que prolificaron en el siglo XVI (Aldo, Wechel,

Estienne, Simón de Colines, Plantín, Mannsell, etc...)

En el siglo XVII comenzaron a publicarse las bibliografías periódicas y por

periodos (Cleas, Venegas). Con la aparición de los bolandistas se considera que

aparecen los bibliógrafos profesionales (Labbé) y con Tessier y Bolduano las

bibliografías especiales. En 1654 se publica la Bibliotheca chimica, lo que se considera

primera bibliografía científica. Con Bury la bibliografía encuentra su sistema según el

cual se cultiva en la actualidad (p. 610). Hasta el siglo XVIII las bibliografías recibieron

nombre de biblioteca o catálogo y se cultivaron ligadas a la biografía. Ya en la

ilustración ven la luz los primeros diccionarios de bibliografía, boletines, publicaciones,

trabajos vulgarizados o efemérides, junto con los catálogos de libreros y las obras

literarias sobre bibliografía. De este siglo son Lelong, Tricaud, Lavillette, Bent, Bury,

Fournier, Struve, Tonnelli, Denis, Wolf, Abkoude, Mittaire, Oldys, Despilly y Pierres,

Samuel Ersch, Panzer, Meerman, Damaskin Semenow Rudnew (p. 611). Inglaterra se

distinguió por la bibliofilia publicando catálogos de bibliotecas significativas; este

hecho quedó reflejado en la parte correspondiente al estudio de la voz bibliofilia. En el

XIX Alemania despunta y tras ella Francia, Estados Unidos y los países de lengua

hispana.

Dentro de la historia que hace la enciclopedia de la bibliografía se considera

como una parte especialmente importante, y así se manifiesta al asignarla un apartado

especial y subrayarla tipográficamente, la existencia de la Conferencia e Instituto

Internacional de Bibliografía. Esta mención sorprende especialmente ya que demuestra

el conocimiento del autor de la voz de las corrientes más recientes en torno a la creación

de bibliografías universales y, lo que es más importante, el impacto que en España tuvo

la obra de Otlet más allá del reconocido en personajes particulares por los estudiosos del

tema97 pero que se remontan prácticamente en su totalidad a momentos posteriores a la

97 Por supuesto, en primer lugar el catedrático José López Yepes, es quien escribe un artículo sobre la influencia otletiana en la formación de la ciencia documental en España y que dedica el capítulo IX de su


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149

publicación del Tratado de Documentación de Otlet en 1934. Por primera vez se recoge

en España (excluyendo la varias veces mencionada Revista de Archivos, Bibliotecas y

Museos y alguna publicación periódica de carácter extranjero) antes de la fecha puntera

de la aparición del Tratado de Otlet, una referencia a los trabajos del Instituto

Internacional de Bibliografía en una fuente no especializada, más cuando la obra

describe éstos ampliamente y con detalle; dada la importancia que el tema posee para la

presente investigación se ha decidido transcribir exactamente el texto que, con toda

probabilidad, servirá como base para futuros trabajos:

La Conferencia Internacional de Bibliografía se reunió en Bruselas en 1895 y se

debió a la iniciativa de La Fontaine y Otlet y logró imprimir a los trabajos sobre

bibliografía la unidad posible en este ramo del saber, tan difícil de manejar en su

aspecto comprensivo. El fin de la Conferencia fue el estudio experimental de todo lo

concerniente a la organización de los trabajos bibliográficos, su coordinación,

clasificación y formación de un repertorio de bibliografía universal conforme a una

pauta de bibliografía aceptada comúnmente. Se pensó en adoptar el sistema

bibliográfico decimal de Dewey (v. Más adelante sistemas bibliográficos) pensamiento

que fue recibido con ardor por los sabios y entidades científicas de todas las naciones.

Resultado de la conferencia fue un Real Decreto de 1895 creando en Bruselas un

despacho, órgano ejecutivo del Instituto internacional de Bibliografía, dirigido por cinco

individuos nombrados por el gobierno belga y a cuyas gestiones prestan su concurso los

gobiernos de otras naciones. Este instituto es una federación científica universal, en

cuyo seno se persiguen con unidad de método y acción los estudios relativos a la

bibliografía de cada ciencia, todos en mutua harmonía. (sic). (p. 611)

obra La documentación como disciplina. Teoría e historia. Pamplona, Eunsa, 1995 (segunda edición de Teoría de la documentación) a este hecho, citando a Ortega y Gasset, Lasso de la Vega y otros autores de importancia que se estudiarán en capítulo aparte. En cuanto a otros estudios destacamos también aquí las obras de Sagredo e Izquierdo y gde la profesora Martínez Montalvo, sobre la persona y obra de Lasso de la Vega.


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150

Según la Enciclopedia, este pensamiento fue recibido con ardor por los sabios y

entidades científicas de todas las naciones, sin embargo existe un documento que

contradice la afirmación; en la revista bibliográfica titulada Polibiblion y editada en

Francia, se ofrece una noticia sobre el evento en la que se dice textualmente:

“Du 2 au 4 aout, doit se réunir à Bruxelles, sous le patronage du gouvernement belge, la

deuxième conférence bibliographique internationale. Nos lecteurs savent déjà qu’il y a

deux ans (septembre 1895) que s’est réunie la première conference provoquée en vue

d’établir un programme général de coopération pour la rédaction d’un répertoire

bibliographique universel, et qu’à la suite de cette reunion il s’est fondé un Institut

international de bibliographie, dans le but de dresser ce repertoire d’après la

classification décimale de Mevil Dewey. Le programme du congrès comporte l’étude de

neuf questions: I. Etat général des travaux bibliographiques. II. Organisation générale

du répertoire bibliographique universel. III. Coopération internationale.- Collaboration

apportée au répertoire bibliographique universel: a) par les gouvernements: Dépot

Légal, bibliographies nationales, catalogues des grandes bibliotheques nationales; b)par

les sociétés scientifiques; c) par las bibliothèques; d) par les éditeurs; e) par les auteurs;

f) par les biblographies périodiques existentes. IV. Classification bibliographique

internationale. V. Bibliographie des diverses espèces de documents. VI. Bibliographie

des diverses sciences. VII. Rédaction des titres bibliographiques. VIII. Publication des

bibliographies. IX. Accessoires bibliographiques. Les adhésions doiven être adressées à

l’Institut International de bibliographie, place du Musée, 1, Bruxelles. Le français,

l’allemand et l’anglais seront les langues oficielles de la conférence. Les personnes qui

ne font point partie de l’Institut international de bibliographie pourront y prendre part.

Leur cotisation sera de 20 francs: el elles recevront toutes les publications de la

conférence”.98

Páginas más adelante se recoge el resumen de la conferencia en los siguientes

términos: 98 Polybiblion: Revue bibliographique universelle. T. LXXX. Juillet, 1987, p. 87


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“L’institut international de bibliographie de Bruxelles, qui vient de réunir un congrès

que nous avons annoncé, continue a susciter des discussions entre les partisans et les

adversaires de son système bibliographique et de son project de bibliographie

universelle. Parmi les prèmiers, nous citerons un bibliothècaire de la Bibliothèque

Nationale de Florence, M. D. Chilovi, et parmi le seconde, notre collaborateur M. Henri

Stein. Le prèmier vient de publier la prèmiere partie d’une stude sur I Cataloghi e

l’Istituto internazionale di bibliografia (Firenze, Fratelli Bocca, gr. In-8 de 42 col), où il

prend la défense de la classification Dewey, qu’il déclare non point parfaite, il est vrai,

mais la meilleure et la plus practique qui se puisse imaginer, et fait le procès du

Catalogue général de la Bibliothèque Nationale, en cours de publication. M. Stein au

contraire, dans le numéro de mai-juin du Bibliographe Moderne, insiste sur la parfaite

inanité et la réelle inutilité du système décimal et du projet de bibliographie

universelle”.99

Sabor, en su Manual de Fuentes de Información, ya citado en otras páginas de

este trabajo afirma que “el proyecto y la realización de la obra fueron atacados

enérgicamente desde los primeros momentos”100, aclarando que “entre las muchas

páginas escritas contra el Répertoire pueden consultarse las de Charles Victor Langlois,

en su Manuel de bibliographie historique101”

No obstante estas afirmaciones, es de justicia decir que el impulso que la

conferencia dio a las tareas de normalización bibliográfica fue enorme como lo ha

demostrado la evolución de la Ciencia Documental a lo largo de su historia; igualmente,

la propia enciclopedia, en la voz Catálogo – que se estudiará en el capítulo dedicado a la

biblioteconomía como una de las tareas bibliotecarias – hace alusión al Congreso de

bibliotecarios celebrado en Londres en el año 1877 en el que ya se propuso la creación

99 Op. Cit. p. 374 100 SABOR, JOSEFA E. Manual de fuentes de información. Buenos Aires, Marymar, 1978. pp. 155-156 101 LANGLOIS, CHARLES VICTOR. Manuel de bibliographie historique. Paris, Hachette, 1901-1904, pp. 5-15


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152

de un catálogo colectivo de características internacionales, la propuesta fue capitaneada

por Ludwig y lamentablemente no ha llegado a tiempo el documento que permite

comprobar cuál fue el contexto de la misma, ya que las actas del congreso mencionado

han sido pedidas por correo a la Biblioteca Nacional Francesa y a la British Library al

no encontrarse en ninguna biblioteca española, pero debían ser microfilmadas o

digitalizadas y existir una larga lista de espera; dicha cuestión, por tanto, se deja para

ulteriores investigaciones sobre el tema.

Se enumeran en el Espasa los puntos de los que se cuidará el Instituto

Bibliográfico (repertorio universal, catálogo colectivo, repertorio iconográfico, museo

bibliográfico, biblioteca bibliográfica internacional, congresos bibliográficos,

conferencias), así como las publicaciones que realizará el Instituto, que se detallan a

continuación:

- Bibliographia Universalis

- Manuel du Répertoire bibliographique universel

- Bulletin de l’Institut international de Bibliographie, que estará dividido en

Bibliografía Sociológica (Sumario metódico de las obras y de las revistas de sociología,

de economía política y de derecho, publicado por La Fontaine y Otlet), Bibliografía

Filosófica (Sumario metódico de las obras y de las revistas de filosofía, publicado por el

Instituto Filosófico de Lovaina), Bibliografía astronómica (sumario metódico de las

obras y revistas de astronomía, de geodesia y de meteorología, publicado por la

sociedad belga de astronomía).

- Bibliografías zoológica, filosófica, fisiológica, anatómica, de ferrocarriles del

Uure-et-Loir, de Bélgica, geológica, jurídica portugalensis, médica, bibliográfica,

económica, agronómica y técnica.

Un nuevo dato que aporta la enciclopedia es que por decreto del día 10 de

noviembre de 1909, el gobierno de la República Argentina se propuso crear en Buenos

Aires una oficina bibliográfica nacional, semejante al Instituto de Bruselas. Esta


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153

oficina pretendía ser de índole cooperativa e internacional y reuniría y catalogaría las

obras literarias y de historia documental de la República, en todos los ramos de

estudios históricos y de investigaciones científicas. (p. 611), de este Instituto no se ha

encontrado noticia, sin embargo la alusión al mismo en la obra da pie a confirmar la

importancia y proyección universal que el Instituto Internacional de Bibliografía de

Otlet y La Fontaine tuvo en los ambientes especializados.

Para terminar el apartado la enciclopedia hace referencia a la aparición de

bibliografías de bibliografías, como consecuencia de la ingente producción documental

y de la necesidad de su análisis que a su vez propició la aparición de Revistas de

bibliografía o publicaciones periódicas especializadas en la realización de bibliografías

y de las que se ha hablado en este mismo capítulo en páginas anteriores.

5.2.2.2. Sistemas bibliográficos.

Los primeros sistemas bibliográficos que considera la Enciclopedia son: el

Índice de la biblioteca del Monasterio de Saint Riquier (831), dividido en cinco clases y

el Catálogo de la Biblioteca de Saint Emmeran en Ratisbona (1347), dividido en siete

clases. Según el Espasa, los sistemas bibliográficos que se han inventado hasta la fecha

(1906) pasan de 200 y están recogidos por Edwards en Memoirs of libraries (Londres,

1859) y en Petzholdt en Chronologische Uebersicht von bibliographischen Systemen

(Dresde, 1870), así como en la Bibliotheca Bibliogrpahica (Leipzig, 1866, pág. 20)

[sic.]. Sin embargo, también advierte que algunos autores consideran que existen 130

tipos de sistemas, distribuidos por nacionalidades y que se dividen de la siguiente

manera: 46 alemanes; 42 franceses; 14 ingleses; 14 italianos; 4 españoles; 2 belgas; 2

árabes; 2 rusos; uno suizo; uno holandés; uno danés y uno americano. Hay que aclarar

que, al hablar de sistemas bibliográficos, el autor se está refiriendo a sistemas de

clasificación. Según la Enciclopedia ninguno de ellos es ni puede ser perfecto ya que no

existe base segura para fijar la categoría que las clases primitivas de los conocimientos

clasificables deben tener entre sí, ni es fácil referir a cada clase la cantidad inmensa de


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ramas, vástagos y hojas que envuelve la clasificación. (p. 612). Se mencionan como los

más seguidos los siguientes:

1. Ricardo de Fournival (mediados del siglo XIII), establece tres secciones:

filosofía, ciencias lucrativas y teología.

2. Aldo Manucio el Viejo, publicó en 1498 su catálogo clasificado en cinco

secciones: gramática, poética, lógica, filosofía y sagrada escritura.

3. Roberto Estienne (1546) dividió su catálogo en 14 clases: hebraica, graeca,

sacra, prophana, gramática, poetica, historia, rhetorica, oratoria, dialéctica, philosophia,

aritmética, geometría, medica. Su catálogo se considera el primero de libros impresos

que presenta carácter de clasificación bibliográfica.

4. Conrado Gesner (1545) escribió el primer sistema bibliográfico propiamente

dicho, bajo el título de Biblioteca universalis. En 1548 publicó un segundo volumen en

el que exponía un sistema de clasificación racional bajo el título de Pandectarum sive

partitionum universalium Conradi Gesneri libri XXI: Bibliothecae universalis t. II,

totius philosophiae et onmium bonarum artium atque studiorum locos comunes et

ordines universales simul et particulares comlectens. En 1549 publicó la tercera parte

con el título Partitiones theologicae, Pandectarum universalium Conradi Gesneri liber

ultimus. Este autor tuvo, con sus obras, la intención de conciliar la tradición escolástica

y las innovaciones renacentistas, dividiendo las artes y las ciencias en preparatorias y

sustanciales: aquéllas en necesarias y de adorno; las necesarias en sermonizantes y

matemáticas; las de adorno en Adivinación y Magia, Geografía e Historia, diversas artes

mecánicas, etc... Las artes y ciencias substanciales comprenden: la Filosofía Natural, la

metafísica y la Teología de los gentiles, la Filosofía moral, la Filosofía económica, el

tratado de política y de lo civil y lo militar, la Jurisprudencia, la Medicina y la Teología

cristianas.


_____________________________________________________________________________

155

5. Alejo Venegas. Primera parte de las diferencias de libros que ay en el

Universo (Toledo, 1541). De este se hicieron varias ediciones, una de ellas en

Valladolid en 1583. El autor explica la división de su obra de la siguiente manera: “los

libros que esta primera parte contiene son quatro: el primero, original (predestinación,

libre albedrío); el 2, natural (filosofía visible); el 3, racional (funciones y empleo de la

razón); el 4, revelado (autoridad de la Sagrada Escritura)”. Se considera que esta obra,

al estar escrita en español, era de vulgarización, mientras que la de Gesner, en latín,

estaba dirigida a eruditos.

6. Florián Trefler (benedictino), escribió un sistema menos filosófico que el de

Gesner y considerado “más útil” en 1560.

7. Cristóbal de Savigny. Publicó en 1587 uno propio con las divisiones del de

Gesner abreviadas.

8. Taschköprisade, escritor árabe del siglo XVI, compuso un tratado de

bibliografía teórica en el que toma como base de clasificación las cuatro formas del

saber humano: la Escritura, la Palabra, el Pensamiento y la Ley.

9. Francisco de Araoz, basándose en el de Gesner, dividió el suyo en 15

secciones, que Arias Montano trató de que se adoptaran en la Biblioteca de El Escorial,

aunque su intento fue inútil.

10. Juan Rhode (1631), alemán, distribuyó su sistema de clasificación por

facultades y lo dividió en 12 secciones.

11. Hottinger (1664), realizó uno compuesto de seis secciones principales.

12. Lomeier (1669), colocó la filosofía después de la teología y el derecho civil

después de la medicina.


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156

13. Federico Rostgaard (París, 1698) escribió el Project d’une nouvelle méthode

pour dresser le catalogue d’une bibliothèque selon les matières, en el que «se evitaban

las reformas violentas».

14. Leibnitz inventó un sistema con las secciones capitales: Teología (cuatro

divisiones), Medicina (cuatro divisiones), Filosofía intelectual (siete divisiones),

Filosofía de las cosas de la imaginación o Matemática (catorce divisiones), Filosofía de

las cosas sensibles o Física (nueve divisiones), Filología (cuatro principales divisiones),

Historia civil (siete principales divisiones), Historia literaria y materia de bibliotecas

general y miscelánea.

15. Nicolás Antonio. Se cita como sistema bibliográfico el contenido en el índice

7 o Index materiarum, de la Bibliotheca Nova.

16. Gabriel Martín, que desde 1705 compuso 148 catálogos de bibliotecas, de las

que 22 contenían tablas de autores. Su sistema, claro y sencillo, fue adoptado por los

libreros parisinos y dominó en casi todos los catálogos franceses, está hecho sobre los

cinco capítulos de Teología, Jurisprudencia, Ciencias y Artes, Bellas Letras, Historia

Eclesiástica y profana.

17. Abate Girard, basado en el anterior, tiene seis secciones capitales.

18. Becelli (Verona, 1747), propuso una reforma en su obra De Biblioteca

instituenda ac ordinanda, que consistió en establecer dos grandes divisiones: libros

antiguos y libros modernos, que subdividió en siete clases cada una.

19. Miguel Denis (1777). Presentó en la Einleitung in die Bücherkunde un sistema

que contenía siete partes: Teología, Jurisprudencia, Filosofía, Medicina, Matemáticas,

Historia y Filología.


_____________________________________________________________________________

157

20. Luis Coste, inventó un sistema bibliográfico estableciendo tres divisiones:

Historia, ciencias y artes.

21. Ameilhon, escribió el Project sur quelques changements qu’on pourrait faire

à nos catalogues de bibliothèques pour les rendre plus constitutionels, en el que

modifica el antiguo sistema de facultades, agrega la teología a la metafísica y reemplaza

por la gramática la lógica y la moral.

22. Miguel Casiri, en su obra sobre los Códices árabes de El Escorial adopta una

clasificación en 14 grupos, que pueden resumirse en las cinco clases siguientes:

Humanidades (Gramática, Poética, Filología, Retórica, miscelánea y Lexicología),

Filosofía (Ética y Política), Ciencias Físicas (Medicina, Historia Natural y

Matemáticas), Ciencias del Derecho y Teología y Ciencias históricas (Geografía e

Historia).

23. Gabriel Peignot, escribió en 1802 el Essai d’un système bibliogrpahique

calqué sur les trois grandes divisions de l’Encyclopédie et précédé d’une notice sur

l’ordre observé par Bacon, D’Alembert et Diderot dans le tableau sommaire des

connaissances humaines. En él establece las divisiones siguientes: Historia (historia

literaria, historia de las religiones, historia natural); Filosofía: Ciencia de Dios (teología

natural y revelada), Ciencia del hombre (lógica y moral), Ciencia de la naturaleza

(matemáticas, física, medicina, etc., gimnástica), Imaginación (poesía, literatura, bellas

artes).

24. J.C. Brunet expuso en su Manuel du libraire et de l’amateur des livres un

sistema que fue generalmente adoptado en la Francia del siglo XIX. Este sistema fue

admitido por la Biblioteca Nacional de Madrid, añadiéndose a la sección Enciclopedias

que comprende los periódicos y revistas. El sistema admite, como el de G. Martín, las


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158

cinco secciones (Teología, Jurisprudencia, Ciencia y Artes, Bellas Letras e Historia) que

ramifica según el cuadro siguiente:

Teología Jurisprudencia Ciencia y Artes Bellas Letras Historia

Intr

oduc

ción

Historia de la

Legislación y de los

Tribunales

Estudio y Filosofía del

Derecho

Diccionarios

Sagradas Escrituras

I. Liturgia

II. Concilios

III. Santos

Padres

IV. Teólogos

V. Opiniones

particulares

VI. Religión

judaica

VII. Religión de

los pueblos

orientales

VIII. Apéndice

(obras filosóficas

acerca de la

Divinidad y de su

culto

Derecho natural y de gentes.

Derecho político

Derecho civil y penal

Derecho canónico

I. Ciencias

filosóficas

II. Física y

Química

III. Ciencias

naturales

IV. Ciencias

médicas

V. Ciencias

matemáticas

VI. Apéndice

(Ciencias ocultas,

Alquimia, Astrología)

VII. Artes

VIII. Artes

mecánicas y oficios

IX. Gimnástica

X. Juegos diversos

I. Lingüística

II. Retórica

III. Poesía

IV. Ficciones en

prosa

V. Filología

VI. Diálogos

VII. Epistolarios

VIII. Polígrafos

IX. Colecciones de

obras o de extractos de

obras de diversos

autores

I. Prolegómenos

históricos

II. Historia universal

antigua y moderna

III. Historia de las

religiones y de las

supersticiones

IV. Historia antigua

V. Historia moderna

VI. Paralipómenos

históricos

VII. Miscelánea y

Diccionarios

enciclopédicos

VIII. Periódicos

literarios, científicos y

políticos

25. Menéndez Pelayo. Agrega, en el tercer tomo de La ciencia española, un índice

bibliográfico con un desarrollo similar al del catálogo de la Biblioteca del Colegio

Mayor de Salamanca.

26. La librería Heinrichs de Leipzig (Alemania) ofrecía catálogos en el siglo XIX

organizados de diversas maneras.

27. A.E. Schleiermacher, expuesto en Bibliographisches System der gesammten

Wissenschaftskunde (Brunswick, 1852), estableció 25 divisiones indicadas por letras del

alfabeto.


_____________________________________________________________________________

159

28. Petzholdt, dividió los conocimientos humanos en dos grandes secciones:

Ciencias racionales y Ciencias de los hechos.

29. La librería Brockhaus, editaba un catálogo Allgemeine Bibliographie,

clasificado en once secciones: 1. obras enciclopédicas y bibliográficas, 2. teología y

filosofía, 3. educación, 4. derecho y economía política, 5. matemáticas y ciencias

naturales, 6. medicina, 7. geografía e historia, 8. lingüística, 9. arqueología, 10.

literatura y bellas artes, 11. comercio, industria y ciencias económicas.

30. P. Namur, en Bélgica, dio preferencia a la literatura y la bibliografía en su

clasificación, el autor del artículo considera que gracias a este hecho reviste un visible

carácter de utilidad. (p. 614)

31. Hartwell Horne, en Inglaterra, realiza cuatro divisiones capitales.

32. E. Edwards, Inglaterra, seis divisiones y arreglado a las exigencias del

movimiento de mediados del siglo XIX

33. EE UU imprimió de carácter práctico y universal a las clasificaciones, el

sistema más seguido fue el del Dictionary system, según el que se disponen en un

mismo orden alfabético nombres de autores, títulos, palabras, raíces y citas. Este

procedimiento se introdujo en los catálogos manuscritos del Museo Británico.

34. Melvil Dewey (1885), bibliotecario de la Universidad de Boston, publicó el

sistema llamado decimal que pertenece, según el Espasa, a los sitemas utilitarios y

divide los conocimientos humanos en 10 clases representadas por las cifras de 0 a 9

respectivamente, cada una se subdivide en 10 grupos y cada grupo en 10 subgrupos. Fue

aceptado por el Instituto Internacional de Bibliografía, como base del futuro Repertorio

Universal Bibliográfico. Tanto Otlet como La Fontaine ven en este sistema la facilidad

de que ideas y objetos están enlazados según su filiación o genealogía ya que su


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160

representación se realiza conforme a un orden lógico. Además, como es sabido,

constituyó la base de la Clasificación Decimal Universal. Lamentablemente, la biografía

de Dewey no aparece en la Enciclopedia.

35. Nicolás Antonio en su Biblioteca Nova, realizó una clasificación por orden

alfabético de autores y materias. Tiene, según el Espasa, los inconvenientes de

presuponer el conocimiento de la existencia del libro que se busca (subsanable por el

orden alfabético), disgregar o esparcir los organismos doctrinales y necesidad del

conocimiento del orden alfabético de la lengua de la que se trate.

Evidentemente, no se llegan a exponer los 130 sistemas que se presentan

páginas antes por nacionalidades; lo que sí es evidente es que estos sistemas utilizaron

en su mayoría como base y con más o menos modificaciones los métodos de división

introducidos siglos antes por la filosofía a través de las obras de Bacon, Locke y

Comte102.

5.2.2.3. Reglas Bibliográficas.

Como no podía ser de otro modo, el apartado que la obra dedica dentro de la

voz a las reglas bibliográficas tiene especial interés, sobre todo cuando se ofrece

perfectamente estructurado, además de hacer referencia explícita e incluir las

recomendaciones del Instituto Internacional de Bibliografía. Sabemos y hemos hecho

mención a ello, que España tuvo presencia en las primeras conferencias organizadas por

el Instituto, en concreto, en la segunda de éstas, el Conde de las Navas expuso el trabajo

titulado Sur l’indication du format dans les fiches y que fue publicado en la Revista de

102 V. SAN SEGUNDO, ROSA. Teoría e Historia de la clasificación bibliotecaria en España. Madrid, Universidad Complutense, 2002. La obra de Rosa San Segundo estudia de forma exhaustiva la historia de la clasificación bibliotecaria en España, pero también hace una amplísima revisión histórica de los sistemas de clasificación de las ciencias que, en definitiva, son la base de la clasificación bibliográfica.


_____________________________________________________________________________

161

Archivos, Bibliotecas y Museos y traducido erróneamente como Indicaciones sobre el

formato de los libros103.

La principal sería, según la Enciclopedia que la descripción del libro no ha de

ser sólo externa, sino también interna (doctrina, plan, método, lenguaje) y se cita a

Menéndez Pelayo, quien recomendaba añadir a la descripción bibliográfica una breve

crítica del contenido del libro; este comentario sobre la necesidad de expresar en la ficha

la descripción interna del libro acerca sensiblemente a las recién estrenadas técnicas

documentales recomendadas en la obra de Otlet.

Respecto a reglas particulares, se citan siete y se reenvía a las voces Libro y

Catálogo dentro de la enciclopedia:

1. El nombre del autor ha de expresarse con su nombre y apellidos, agregando sus

títulos y todos los nuevos datos que se conozcan; cuando la obra es anónima se

indicará como tal aunque el autor sea conocido, si bien en este caso se llevará una

referencia al índice de autores; los anagramas y seudónimos figurarán como tales, sin

perjuicio de hacerlo constar en la papeleta y de la referencia correspondiente.

2. El título de la obra debe copiarse íntegro, aunque Molbech y otros bibliólogos

sostienen que basta con los elementos precisos para individualizar la obra y la edición.

Cuando el título es mendoso o figurado (cosa bastante frecuente) es necesario

rectificarlo o aclararlo determinando el verdadero contenido de la obra. En los

incunables, además de transcribir íntegramente las portadas, encabezamientos y

colofones, se marcará con rayas la división de renglones del original. Cuando la obra

carezca de título o encabezamiento, se redactará uno que indique el contenido de la

misma.

103 Conde de las Navas, op. cit. infra.


_____________________________________________________________________________

162

3. Se indicarán también: el nombre, apellidos y datos que se tengan del traductor,

adicionador, anotador y director o editor; los planos, mapas, cuadros sinópticos o

láminas que la obra contenga; la edición tal como la indique la portada, la residencia

del editor o librero, el lugar y el año de la impresión y el nombre del impresor o de la

imprenta.

4. En las obras de autores árabes, hebreos, etcétera, en que la fecha de impresión

se expresa con relación a eras especiales, se transcribirá dicha fecha, colocando entre

corchetes la correspondiente a la era vulgar.

5. Se anotará también el número de volúmenes indicando si cada uno contiene más

de un tomo, el tamaño, el número de páginas, la clase de encuadernación y cualquiera

otra circunstancia extrínseca especial.

6. Tampoco debe omitirse en cada papeleta la clasificación bibliográfica de la

obra y la marca o signatura que indique el lugar del libro en la biblioteca.

7. Finalmente en los manuscritos se indica, no sólo el nombre del autor y con toda

exactitud y concisión los principales datos para su biografía, sino además el contenido,

describiendo con la separación debida las diferentes obras que a veces contiene un

manuscrito; si la obra ha sido o no publicada, si de ella se conocen otros manuscritos y

dónde están éstos; la clase de pergamino o papel, el número de cuadernos, el tamaño

en milímetros, el número de renglones, la clase de letra (con indicación del siglo al que

corresponde), si hubo más de un copista, el nombre de éste o estos, la fecha del

manuscrito o datos para averiguarla, etc. (p. 615)

5.2.2.4. Repertorios bibliográficos

.

Se realiza una tipología de los repertorios bibliográficos en la que se

reconocen 10 agrupaciones:


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163

1. Las que se ocupan de la literatura de todas las épocas y países. Es decir, las

bibliografías universales, se destaca la de Gesner Biblioteca Universales y el Mare

Mágnum, de 112 volúmenes que se escribió en 1702 y se conserva en la Mamaelliana

de Florencia.

2. Las que sólo citan las obras más importantes o significativas de todos los países y

épocas, pero que comprenden las variedades de la literatura. Entre ellas se destaca la

Bibliographie instructive de De Bure; el Bibliographical Dictionary de Clarke; la

Nouvelle Bibliothèque d’un homme de goût de Desesarts y Barbier; el Allgemeines

bibliographicher Lexcikon de Ebert; el Manuel du bibliophile de Peignot; el

Repertorium bibliographicum de Hain; el Nouveau Manuel de Bibliographie

Universelle de Denis, Pinçon y Martonne; el Trésor des livres rares et précieux de

Grasse; el Diccionario internacional de escritores del día de Angelo y el The best books

inglés104.

3. Las que se refieren a las obras literarias de un determinado periodo histórico y que

sirven al estudio de la literatura antigua, las bibliografías históricas; se considera la más

importante la de Georgi citada en líneas anteriores Allgemeines Europ.Bücherlexikon,

que cuenta con cinco volúmenes y fue publicada en Leipzig entre 1742 y 1753, con tres

suplementos que salieron durante los años 1750 a 1758.

4. Las que se concretan a las producciones literarias de un solo país o raza. (p. 615) Se

ofrecen amplias bibliografías alemanas, americanas, austrohúngaras, escandinavas,

eslavas, francesas, hebreas y judías, inglesas, italianas, orientales, portuguesas,

rumanas... Las españolas se estudian en epígrafe más adelante. Se incluyen aquí

también los diccionarios biográficos (p.616). En este punto se ofrece un amplísimo

104 Las obras francesas citadas en este apartado, y las citadas a lo largo del presente trabajo, han podido ser consultadas de primera mano en la página web de la Biblioteca nacional de Francia ya que están digitalizadas y puestas a disposición del usuario, algunas de forma abierta, es decir, sin necesidad de clave.


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164

catálogo bibliográfico estructurado por países en la que se recogen las obras de este tipo

más características de los citados anteriormente. En el apartado dedicado a bibliografías

americanas se hace referencia tanto a las norteamericanas como a las iberoamericanas o

latinoamericanas. (pp. 615-621)

5. Las que se refieren a las obras que tratan de una sola ciencia, reenvía al capítulo III

de la voz bibliografía: bibliografías especiales.

6. Las eclesiástico-religiosas en general y bibliografías referentes a diferentes órdenes

de la Iglesia católica. Se hace un reenvío a las notas bibliográficas que acompañan a los

artículos referentes a cada orden, aunque se citan, por considerarlas de interés especial,

las de los Padres y Doctores de la Iglesia, las de los bolandistas, los Índices de la

patrología latina de Migne, las de Cernitori, Ciampi y Felder; e incluso distintos

diccionarios o catálogos de iconografía, como el de Guenebault. Además de ofrecerse

un catálogo de las bibliografías de los Agustinos, Benedictinos, Bernardos, Carmelitas,

Dominicos, Escolapios, Franciscanos, Jesuitas, Mercedarios y Trinitarios (pp. 621-625).

7. Las referentes a libros raros, muy caros, eróticos, prohibidos, sobre cosas curiosas,

juegos, etc. En este caso también se ofrece un amplio catálogo con expresión del tipo de

libros de los que se ocupa cada bibliografía cuando trata temas eróticos o contrarios a la

iglesia católica. Por supuesto, entre ellos se incluyen las distintas ediciones del Index

librorum prohibitorum y algunos catálogos de tipo comercial como el Catalogue

raisonné des livres rares et difíciles à trouver, publicado en Gottinga en 1750, o que

recogen listados de obras de pequeña tirada o numeradas a fin de informar a los

bibliófilos; entre las bibliografías españolas destaca el Catálogo de la Exposición

celebrada en la Biblioteca Nacional en el Tercer Centenario de la publicación del

Quijote (Madrid, 1905); las Curiosidades Bibliográficas de Rivadeneyra (1865). Por

último se cita la bibliografía especial para incunables encabezada por las obras

alemanas, de las que se dan diez noticias y seguida por las inglesas, de las que se


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165

proporcionan dos noticias; de los italianos y franceses se ofrece una noticia para cada

uno de ellos.

8. Las bibliografías de libros manuscritos, según el Espasa son indispensables de

necesidad. Muchas de ellas bibliografías están a su vez manuscritas y su publicación

reportaría incalculables beneficios a la cultura. Se hace imprescindible aquí hacer

mención a las diversas iniciativas existentes actualmente a nivel mundial de

digitalización de obras manuscritas y de difícil consulta; especialmente a la recientísima

noticia sobre el encargo de digitalización de obras no sujetas a derechos de autor que se

ha firmado con Google en la Universidad Complutense. Si bien no se trata

exclusivamente de obras manuscritas, sí constituye una importante iniciativa de cara a la

facilidad de acceso al documento para usuarios generales e investigadores. Hay que

advertir, también, que la importancia de realizar bibliografías sobre obras manuscritas

tal y como la plantea la enciclopedia tiene como fin la localización y control de dichas

obras para su más cuidadosa conservación. En el apartado se hace especial mención a la

publicación de las obras de los españoles Hervás y Panduro, Gayangos y Ochoa, que

recogieron noticias de manuscritos existentes en diversas bibliotecas españolas y

extranjeras. Se completa este punto con la recomendación de la lectura del epígrafe

dedicado a la bibliografía en España y la voz MANUSCRITO.

9. Las de publicaciones periódicas que tienen por exclusivo objeto dar cuenta de las

producciones literarias que van apareciendo. Para las españolas reenvía al capítulo V de

la voz bibliografía. Se considera ésta una rama de la bibliografía de gran importancia y

de moderna aparición. Se citan obras como el Catalogue hebdomanaire des livres

nouveaux qui se publient en France et chez l’étranger que vio la luz entre los años 1763

y 1789; el Journal tipographique et bibliographique de P. Roux (1797-1810); el

Journal general de l’imprimerie et e la librairie, bibliographie de la France (1811); el

Journal general de la littérature de France ou Indicateur bibliographique et raisonné

des livres nouveaux en tous generes, cartes géographiques, gravures et oeuvres de

musique qui paraissent en France, clases par ordre de matières fundado en 1798 por


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166

boucher de la Richarderie y que continuó hasta 1840 y el Annuaire du bibliophile, du

bibliothècaire et de l’archiviste, de J. Lacour que se publicó en 1860. Especial

importancia tiene la revista bibliográfica Polybiblion, que comenzó su andadura en

1868 y se dividía en dos partes mensuales, una técnica y otra literaria con índices y

extractos de las obras más importantes, incluidas las aparecidas en publicaciones

periódicas. En él se hace referencia en este trabajo al hablar de la polémica surgida en

los primeros congresos del Insituto Internacional de Bibliografía sobre la conveniencia

y forma de realizar un repertorio bibliográfico universal. Entre las bibliografías de

artículos de revistas científicas se citan también algunas especialmente interesantes

como L’Abeille Médicale, Revue des journaux et des ouvrages de Médecine, de

Chirurgie, de Pharmacie, sciences phisiques et naturelles; travaux académiques, etc…

Además se ofrece un catálogo de obras de este tipo publicadas en Alemania, Bélgica,

Austria y Hungría, Polonia, Rusia, América del Norte y América del Sur. (p. 625-627).

Entre las obras belgas existían en los momentos de planteamiento del Repertorio

Bibliográfico Universal, la Revue Bibliographique belgue suivie d’un Bulletin

bibliographique internacional105 y La Bibliographie de la Belgique.

10. Bibliografías de bibliografías. Entre las que incluye las bibliografías de

bibliografías especiales y nacionales y que cita una obra de vital importancia para este

trabajo, ya que es muy anterior a la de Otlet e incluso a la publicación de las iniciativas

del Instituto Internacional de Bibliografía: Plan d’une bibliothèque universelle,

publicada en París en 1837 por Louis Aimé Martín; la existencia de esta obra explica la

indignación producida en Francia a raíz de la comunicación de Otlet y La Fontaine de

su intención de crear un repertorio bibliográfico internacional junto con la ya

mencionada intención secular de crear una bibliografía interdepartamental en el país

galo.

105 En cuanto a esta publicación, que en su título recuerda especialmente al Bulletin del Institut Internacional de Bibliographie, no se ha podido comprobar su fecha ni origen ya que la búsqueda, tanto por título como por subtítulo, como por ambos, ha sido infructuosa en los diversos catálogos (Biblioteca nacional belga, Biblioteca nacional española, Biblioteca europea, Biblioteca nacional francesa, Universidades belgas, francesas, españolas, americanas e inglesas, etc…)


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167

5.2.2.5. Bibliografías especiales.

Se refieren a las obras que tratan de una sola ciencia. En este concepto se

considera que los libreros alemanes son los que han publicado más extensos catálogos o

bibliografías dedicadas a ciencias concretas. Se citan diversos trabajos divididos en:

1. Teología y Ciencias Eclesiásticas. Se enumeran las diversas bibliografías por

órdenes religiosas.

2. Derecho y sociología. En este caso se hace especial mención a los sistemas

bibliográfico-jurídicos y bibliografías jurídicas y se expone la parte de la clasificación

de Dewey que se dedica al Derecho, aunque se explica que adolece de algunos defectos,

también se cita el sistema bibliográfico jurídico de don Manuel Torres Campos y se

expone. Se explica, además, que fue Alemania la primera nación que estableció una

cátedra de bibliografía jurídica en el año 1698. En cuanto a España, se refiere que la

enseñanaza de la bibliografía junto con la de la literatura jurídica, se estableció mediante

Real Decreto de 2 de septiembre de 1883, como incorporada a los estudios preparatorios

de la facultad de Derecho y se trasladó en 1884 por otro Real Decreto, a los estudios de

Doctorado.

3. Geografía e Historia. Se citan varias bibliografías aunque no se hace referencia

a la importancia de los trabajos bibliográficos en estas ciencias.

4. Ciencias Militares. Se explica la importancia que ha tenido en España la

literatura militar y hace especial mención de la Literatura militar española en el siglo

XIX que contiene un índice por materias así como a la bibliografía de Artillería de

Adolfo Carrasco y Sáyz, que cita como modelo de lo que ha de ser una bibliografía de

este género. Se hace una subdivisión sobre bibliografías de Marina en la que se destaca


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168

la labor de Martín Fernández de Navarrete, así mismo se destacan algunos catálogos de

establecimientos dependientes de centros marítimos.

5. Literatura clásica, Filología y Pedagogía.

6. Medicina, Farmacia y Veterinaria. Se explica la necesidad de subdivisión de

estas ciencias como causa de que no exista ninguna obra que recoja en general la

bibliografía médica contemporánea, aunque se citan algunos catálogos sobre médicos y

escritores médicos. Hace especial referencia a anatomía, terapéutica, patología general,

patología interna, cirugía, medicina legal, pediatría, medicina militar, medicina naval y

colonial, medicina dental, psiquiatría, e hidroterapia. Por otra parte se menciona

especialmente la bibliografía de escuelas entre las que se destacan la india, china, judía,

alejandrina, galénica, medicina en la Edad Media, doctrinas de Paracelso, medicina del

siglo XVIII y medicina naturista. Asimismo se citan en España distintas bibliografías

entre las que cabe destacar los Apuntes sobre el periodismo médico y farmacéutico en

España de Méndez Álvaro.

7. Ciencias físico-matemáticas e ingeniería. Se explica la modernidad de este tipo

de bibliografías en la época de la Enciclopedia, poniendo de relieve las publicaciones

periódicas dedicadas a este fin. Se hace especial referencia a la obra de Muller Führer

durch die mathematische Litteratur, publicada en 1909 y en la que se hallan ordenadas

de forma sistemática las principales obras de historia de las matemáticas, biografías de

matemáticos ilustres, obras completas de los mismos, revistas de carácter matemático,

obras bibliográficas, enciclopedias, etcétera. Se incluye la referencia a la colección de

Wolfing en la que, además de monografías aparece un tomo dedicado a los métodos

bibliográficos de las matemáticas. Se citan también las publicaciones periódicas del

momento que se dedican a la publicación de resúmenes e índices de artículos

científicos, haciendo especial mención a los Scientific Papers de la Royal Society y al

Catálogo internacional de la literatura científica de H. Forster Morley, del que

aparecen 17 volúmenes anuales en los que se recoge una bibliografía de los principales


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169

trabajos científicos. Se destaca la importancia que tienen las Memorias de distintas

sociedades científicas en este campo y su influencia en la redacción de bibliografías

científicas ya que incluyen, en algunos casos artículos sobre el plan y método que debe

seguirse para recopilar bibliografías de este tipo. En España se cita como especialmente

importante la obra de Menéndez y Pelayo La ciencia española, en concreto los grupos

XI y XIII; así como los Apuntes para una biblioteca científica española del siglo XVI, de

Felipe Picatoste y la publicación por parte de Z. de Galdeano del Boletín de Crítica,

Enseñanza y Bibliografía Matemática. Especial mención merecen también en este

apartado dedicado a las ciencias los catálogos de academias y bibliotecas, “de

disertaciones doctorales e inaugurales” y los índices de las revistas profesionales.

8. Ciencias Naturales y Química. Destaca en este apartado el Manuel des

répertoires bibliographiques des sciences agricoles établi d’après la classification

décimale de V. Vermorel.

9. Bellas Artes. Se recogen catálogos y biografías de artistas, además de

bibliografías sobre arte. Destaca especialmente en este apartado la bibliografía musical,

catálogos de bibliotecas musicales, así como de obras de teatro y bibliografías de

arquitectura, arquitectos y monumentos.

5.2.2.6. De la bibliografía en España.

La Enciclopedia considera la bibliografía como ciencia que emana de la

existencia del libro, es decir, como ciencia posterior a la imprenta, ya que hasta el

momento de la aparición del libro impreso “era poco menos que imposible analizarlo

con el éxito y método requeridos”. Sin embargo considera la existencia del libro

manuscrito, en forma de volumen, códice, cartulario, etc, en el que se contiene la

esencia del saber humano. Divide las historia de la bibliografía en tres momentos:

anteriores a Nicolás Antonio, trabajos bibliográficos de éste y estudios posteriores,

como lo hace Ureña. Se advierte que en la división se comprenden los trabajos


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170

biobibliográficos y que se citarán las más importantes generales, pero también

regionales o locales.

5.2.2.6.1. Obras bibliográficas anteriores a Nicolás Antonio.

El apartado se abre con Isidoro de Sevilla, al que se adjudica el título de

“príncipe de la bibliografía”, citándose además a Juvencio, Justo de Urgel, Apringio,

Julián de Toledo, Juan de Sevilla. Especial interés para la Enciclopedia tienen los

polígrafos Diego de Campos, que realizó la enciclopedia titulada Planeta y Raimundo

Lulio, sin olvidar a Alfonso el Sabio. En la Edad Media se destacan las obras de San

Agustín y San Benito y a los recopiladores de cancioneros, extractos, extravagancias,

etc... Se cita la Revista de Archivos y Bibliotecas como vehículo para dar a conocer los

inventarios bibliográficos más curiosos de la Edad Media, citando en concreto algunos

trabajos publicados por la propia revista, así mismo se citan el Annuari del Institut

d’Estudis Catalans, la Revista de la Asociación Artístico Arqueológica Barcelonesa y

las bibliografías que en ellas se han publicado, todas ellas fuente, como ya se ha

expuesto de la enciclopedia. Se expone la importancia que tuvo en la bibliografía el

trabajo de autores arábigo hispánicos, rabínicos, etc... En cuanto al Renacimiento se da

a los autores españoles el mérito de haber dotado España de ilustres bibliógrafos,

citando como antecedente inmediato de Nicolás Antonio a Tomás Tamayo de Vargas

con su obra Junta de libros, la mayor que España ha visto en su lengua hasta el año de

1624. Se destacan trabajos de distintas órdenes religiosa y se incluyen los referentes a

epigrafía y numismática.

5.2.2.6.2. Trabajos de Nicolás Antonio.

La Enciclopedia dedica a este bibliógrafo varias páginas fuera de la voz

bibliografía, sin embargo en esta voz no deja de citar la Bibliotheca vetus y la

Bibliotheca nova, describiendo brevemente sus contenidos.


_____________________________________________________________________________

171

5.2.2.6.3. Obras bibliográficas posteriores a Nicolás Antonio.

Se describe el incremento que vivió la bibliografía española a partir del siglo

XVIII, con autores que quisieron completar la obra de Nicolás Antonio y otros que

realizaron trabajos bibliográficos especiales como Sempere y Guarinos o Pellicer y

Saforcada. La contribución de la Compañía de Jesús queda también clara en este

apartado, así como la proliferación de obras bibliográficas de carácter regional o local.

En lo referente al siglo XIX abren la lista Gallardo y Gayangos, seguidos por Zarco del

Valle y Sancho Rayón, cuya obra fue premiada por la Biblioteca Nacional en 1862. Las

bibliografías regionales y locales cobran fuerza por lo que se presentan separadas por

regiones. Además se menciona especialmente el trabajo de don Manuel Ovilo y Otero

Manual de biografía y bibliografía de los escritores españoles del siglo XIX, publicado

en París en 1859, el de Ossorio y Bernard Diccionario de periodistas españoles y el

Diccionario biográfico contemporáneo de los españoles y americanos que se han

distinguido en todas las carreras. Nuevamente se cita a Menéndez y Pelayo en su

intento de reunir en un índice toda la bibliografía científica española; el trabajo de

Menéndez Pidal sobre la Real Biblioteca es también objeto de estudio en este apartado.

Continúa esta sección haciendo mención del concurso bibliográfico de la Biblioteca

Nacional que tuvo su primer certamen en 1857 y que da lugar a trabajos de diversa

índole. En lo referente a revistas bibliográficas se cita como decana el Boletín

bibliográfico español y extranjero (1840) dirigido por Dionisio Hidalgo y desaparecido

diez años después; El Comercio, periódico mensual de la librería universal española

(París, enero-septiembre de 1853); El bibliógrafo español y extranjero (Madrid, 1857-

59); Boletín bibliográfico español (Madrid, 1860-68) que con el mismo nombre publicó

Miguel Almonacid a partir de abril de 1897 y con arreglo a la clasificación decimal; el

Ortodoxon Biblion publicado por la casa Subirana en Barcelona, las publicaciones de la

Asociación de las Artes del Libro de Barcelona; El Eco bibliográfico español o la

Bibliografía Española, órgano de la Asociación de la Librería de Madrid. Se citan

también publicaciones periódicas que ofrecen bibliografías y distintas obras extranjeras

que se ocupan de bibliografía española. Las bibliografías de manuscritos se mencionan


_____________________________________________________________________________

172

como numerosas y se citan especialmente las que fueron fruto de trabajo en bibliotecas

universitarias y públicas.

5.2.2.7. La bibliografía en la Enciclopedia Espasa

En este apartado se justifica la necesidad de ilustrar con una bibliografía cada

voz o artículo de la Enciclopedia y se explica la novedad que esto constituye. Se ofrece

también la metodología seguida para la ilustración bibliográfica de la obra:

Citar con preferencia autores contemporáneos del personaje biografiado o del

hecho histórico referido y al tratarse de puntos controvertibles de ciencias o artes

mencionar imparcialmente autores de todas las escuelas y opiniones.

Hemos acudido primero a las fuentes bibliográficas ciertas y conocidas;

cuando éstas han faltado o sido escasas, hemos recurrido a las obras que no son del

dominio público por haberse agotado sus ediciones o ser únicamente referidas como

dudosas, citando después las manuscritas o fragmentarias, y sólo en último lugar las

inéditas o en curso de publicación.

Cuando acerca de una voz existe un excesivo número de obras que tratan de

aquella materia, hemos acudido a citas bibliográficas autorizadas que abarcan el

repertorio de fuentes de consulta de la misma y adonde (sic.) fácilmente puede acudir el

investigador o erudito que necesite conocerlas.

En voces o materias de escasa importancia que no se hallan tratadas extensa

ni compendiosamente en obras de mérito, hemos preferido no añadir la sección

bibliográfica antes de molestar al lector o con repeticiones poco útiles o con

vaguedades ociosas.


_____________________________________________________________________________

173

En toda bibliografía se ha procurado citar únicamente las obras que propia y

directamente traten de aquella materia, y no siendo posible puntualizar siempre el

lugar y pasaje de la obra en que la voz se halla explanada, hemos supuesto que el

erudito lector, una vez consulte la obra que se le indica, dará fácilmente con la materia

que le interese estudiar.

Hemos hecho las citas de obras incluyendo el nombre del autor, el título (y a

veces el subtítulo) de la obra, la ciudad en que fue impresa y la fecha de la impresión.

Sólo se cita el editor cuando es compilador, corrector o autor a la vez de la obra o

cuando ésta constituye una excepcional curiosidad bibliográfica.

Finalmente, en algunas ocasiones indicamos la valía o mérito de la obra, así

como si es curiosa o rara, verbigracia: por haber sido prohibido.

Debido a la importancia que la voz bibliografía tiene para este trabajo y tuvo

para la elaboración de la Enciclopedia Espasa, se ha decidido transcribir la bibliografía

recogida por la Enciclopedia y que está ordenada de modo cronológico:

Le Gallois. Traité des plus belles bibliothèques de l’Europe (1680)

Legipontius. Dissertiones philologico-bibliographicae (Nuremberg, 1747)

Pfeiffer. Beiträge zur Kenntniss alter Bücher und Handschirften (1786)

Breitkoph. Ueber Bibliographie und Bibliophilie (Leipzig, 1793)

Denis. Einleitung in die Bücherkunde (Viena, 1795)

Peignot. Essai de curiosités bibliographiques (París, 1804)

Boulard. Traité élémentaire de bibliographie (París, 1804)

Achard. Cours élémentaire de bibliographie (Marsella, 1806)

Horne. An introduction to the study of bibliography (Londres, 1814)

Dibdin. The bibliographical decameron (Londres, 1817)

Peignot. Manuel du bibliophile ou traité du choix des livres (Dijon, 1823, 2 vols)


_____________________________________________________________________________

174

F.A. Ebert. Ueber die Geschichte der literarischen Waarenkunde, en “Deutsche

Bücherkunde” por Kayser (Leipzig, 1825)

V. Mortillaro. Studio bibliografico (Palermo, 1832)

Schmeller. Ueber Bücherkataloge des XV und früherer Jahrhunderte, en el “Serapeum”

(1841)

P. Lacroix. Les cent et une lettres bibliographiques à M. L’administrateur général de la

Bibliotèque nationale (París, 1849)

Schwetschke. Codex mundinarius Germaniae literatae visecularis; Mess-Jahrbücher

des deutschen Buchhandels von...1564 bis... 1565 (Halle, 1850-77)

A.M. D’Elci. Lettere bibliografiche con brevi note di Vito Capialbi (Mesina, 1851)

Pierquin de Gembloux. Technologie bibliographique ou vocabulaire de la bibliographie

érudite, en “Quérard” (1856)

R.A. Guild. The librarian’s manual, a treatise on bibliography (Nueva York, 1858)

G. Molini. Operette bibliographiche (Florencia, 1858)

J.Petzholdt. Chronologische Uebersicht von bibliographischen Systemen (Dresde, 1860,

extr. De “Neuer. Anzeiger für Bibliographie”)

Mira. Manuale teorico-pratico di bibliografia (Palermo, 1861)

K. Collan. Om bibliografiska Systemer och Bibliotheksmethoder (Helsingfors, 1861)

Berjeau. Le bibliophile illustre (Londres, 1862-67)

Melzi. Note bibliografiche edite per cura di un bibliofilo milanese (Milán, 1863)

Quérard. De la bibliographie générale au xixè siècle et plus particulierment du manuel

du libraire et de l’amateur de livres (París, 1863)

Paul Lacroxi Jacob. Dissertations bibliographiques (París, 184)

G. de Saint Héraye. Le premier journal bibliographique (Paris) en “Le livre” (1866)

Olphar Hamst. A martyr to bibliography, notice of the life and works of Joseph-Marie

Querard bibliographer (Londres, 1867)

T. Gar. Letture di bibliologia fatte nella R. Università degli Studi in Napoli (Turín,

1868)

A. Chereau. Catalogue d’un marchand libraire du xvè siècle tenant boutique à Tours

(Paris, 1868)


_____________________________________________________________________________

175

Ottino. Brevi cenni di bibliografia (Florencia, 1870)

P Lacroix. Mélanges bibliographiques (París, 1871)

Anónimo. Bibliographische Adversaria (La Haya, 1873-85)

C. Momo. Cenno bibliografico-critico (Conegliano, 1875)

Anónimo. A classification and subject index for cataloging and arranging the books

and pamphlets of a library (1876)

Madden. Lettres d’un bibliographe (Versalles y París, 1878)

G. Pawlowski. Les travaux bibliographiques de 1867 à 1878 (París, 1879, extr. De

Recueil des travaux du congrès bibliographique celebrado en París en 1878)

Rouveyre. Connaissances nécessaires à un bibliophile (París, 1879)

Peignot. Manuel bibliographique (París, 1880)

Rouveyre y Uzanne. Miscellanées bibliographiques (París, 1880)

P.L. Jacob. Les amateurs de vieux livres (París, 1880)

Gee. Works relating to bibliograph, history of printing, etcétera (Oxford, 1880)

Leypoldt. Bibliographical Aids, en “American Catalogue” (Nueva York, 1881)

Beauchamps y Rouveyre. Bibliographie raisonée et pratique, guide du libraire

antiquaire et du bibliophile... précédé de considerations générales (París, 1882)

R. van der Meulen.Boekhandel en Bibliographie (Leiden, 1883)

Sepp. Bibliographische Meded-elingen (Leiden, 1883)

J. Cousin. Bibliographie et bibliothéconomie (París, 1884)

Ottino. Manuale di Bibliografia (Milán, 1885)

A von der Linde. Deri Baseler Verlags-und Lag katalogue aus den Jahren 1553 und

1554, en “Neuer Anzeiger für Bibliographie (1885)

Melvil Dewey. Decimal classification and relativ index for arranging, cataloging and

indexing public and private libraries (Boston, 1885)

J.C. Derby. Fitty years among authors, books and publishers (Nueva York, 1886)

Melvil Dewey. Library notes, improved metods and labor-savers for libarians, readers,

and writters (Boston, 1886, publicada por el Library Bureaux)

Bouchamps y Rouveyre. Guide du libraire-antiquaire et du bibliophile (París, 1888)


_____________________________________________________________________________

176

Guigard. Armorial du Bibliophile (París, 1870-73), Nouvel Armorial du Bibliophile

(París, 1890)

Rogers. Manual of bibliography: being an introduction to the knowledge of the book,

library management and the art of cataloguing (Londres, 1893)

G. Vicaire. Manuel de l’amateur de livres du xixème siècle 1801-1895 (Paris, 1894)

Muhlbreht. Die bibliographie im Dienste des Büchhandlung (Berlín, 1894)

A. Maire. Manuel pratique du bibliothecaire (París, 1896)

Rouveyre. Connaissances nécesaires à un bibliophile, acompagnées de notes critiques

et documents bibliographiques (París, 1889, 10 vols.)

Berthold. Bücher und Wege zu Büchern (Berlín, 1900)

Manuel du Repertoire Bibliographique Universel y Manuel abrégé du repertoire

bibliographique universel (Publicaciones del Instituto Internacional Bibliográfico de

Bruselas)

Clark. The care of books (Cambridge, 1901)

Zeitschrift, für Bucherfreunde. Monatshefte f. Bibliographie u. Verwundte Interessen V.

Jargh 1901 (Bielefeld, 1901)

The international Directory of Booksellers and Bibliophile’s Manual (Londres, 1910)

Kleemeier. Handbuch der Bibliographie

Jouanst. Cabinet du Bibliophile

5.3. Síntesis del estudio de las disciplinas Bibliofilia y Bibliografía

Resumiendo, a través de la Enciclopedia se comprueba que la Bibliofilia es

considerada la actividad precursora de la Bibliografía, especialmente en lo que se refiere

al coleccionismo y almacenamiento de material librario. Sin embargo hay que decir que

la primera no es considerada en ningún momento ciencia, mientras que la segunda se

considera así desde sus inicios ya que va íntimamente unida a una serie de técnicas cuya

culminación se encuentra en los postulados otletianos. Además, se constata que el

impacto de la obra de Paul Otlet y Henry La Fontaine en España entre los especialistas


_____________________________________________________________________________

177

en esta ciencia tuvo gran importancia, como lo demuestra la alusión a la obra de los

autores en el artículo BIBLIOGRAFÍA, utilizada como fuente para la elaboración de la

voz. Así mismo, el catálogo es la herramienta indispensable de organización

bibliográfica cuyo fin es la recuperación eficaz y pertinente de la información, así como

el correcto almacenamiento de los materiales librarios.

Estas cuestiones se ven reflejadas en los estudios actuales sobre el tema,

especialmente en los españoles entre los que destaca la obra de Isabel de Torres, citada

en numerosas ocasiones en el capítulo, y la de Simón Díaz de la que es fruto la

anterior106; igualmente otros autores confirman la importancia de la evolución de la

ciencia bibliográfica como punto de inflexión para la aparición de la ciencia documental

como es el caso de Estivals107 o Capaccioni108

106 Simón Díaz, José. Manual de la bibliografía de la Literatura Española. Madrid, Gredos, 1980. 1156 p. 107 Estivals, Robert (ed.). Théorie, méthodologie et recherche en bibliologie. París, Bibliothèque Nationale, 1991. 235 p. 108 Capaccioni, Andrea. Catalogare l’Universo: Approcci semiotici alla bibliographia. Torino, Testo & Imagine, 2005


_____________________________________________________________________________

178

Capítulo VI

Biblioteconomía y documentación

Para la realización de este capítulo se han consultado las voces que se presentan

en el siguiente cuadro

BIBLIOTECONOMÍA DOCUMENTACIÓN

Diplomática

España: bibliología

Bibliología

Bibliotecas

Bibliotecas musicales

Bibliotecario

Bibliotecnia

Bibliotecografía

Bibliotecología

Biblioteconomía

Catálogo

Clasificación

Librería

Libro

Sistemas bibliográficos

Documentación

Documentar

Documento


_____________________________________________________________________________

179

6.1. Biblioteconomía

6.1.1. Introducción histórica. Evolución de la disciplina hasta la actualidad

El Espasa dedica más de noventa páginas a la voz BIBLIOTECA en las que incluye

un directorio alfabético de todas las bibliotecas existentes en el mundo en el momento

de la publicación de la obra; un verdadero tratado sobre la situación de las bibliotecas a

principios del siglo XX. Las cinco acepciones que el Espasa ofrece de la palabra

biblioteca hacen referencia al término y siguen siendo utilizadas en la actualidad. En el

Diccionario Enciclopédico de las Ciencias de la Documentación109 la voz biblioteca,

además de estudiar el concepto y la tipología de las mismas añade: biblioteca abierta,

biblioteca académica o universitaria, biblioteca de aula, biblioteca braille, biblioteca

de prisión o centro penitenciario, biblioteca cerrada, biblioteca para ciegos, biblioteca

científica, biblioteca circulante o bibliobús, biblioteca de consulta, biblioteca

conventual, biblioteca de departamento, biblioteca de depósito, biblioteca digital,

biblioteca electrónica, biblioteca de empresa, biblioteca escolar, biblioteca

especializada, biblioteca híbrida, biblioteca de hospital o para pacientes, biblioteca

infantil, biblioteca informatizada, biblioteca internacional, biblioteca de investigación,

biblioteca médica, bibliobarco, biblioteca multimedia, biblioteca de museos, biblioteca

de música, biblioteca óptica, biblioteca parlamentaria, biblioteca parroquial, biblioteca

de programas, biblioteca universitaria, biblioteca virtual. Ello sin citar las nuevas

tipologías que surgen de la Unión Europea (biblioteca europea), la organización de

España por Comunidades Autónomas (bibliotecas centrales, bibliotecas nacionales de

algunas comunidades como la de Cataluña, etc…).

En cuanto a Directorios de bibliotecas, actualmente existen gran número de

ellos, se trata, según la norma UNE 50-113-92 de “obras de referencia que contienen

información dispuesta en orden alfabético, cronológico o sistemático y que permite la

109 LÓPEZ YEPES, JOSÉ (coord.). Diccionario Enciclopédico de las Ciencias de la Documentación. Madrid, Síntesis, 2004. pp. 168-230.


_____________________________________________________________________________

180

identificación o localización de personas, objetos, organismos o lugares”. Cítense como

ejemplo los siguientes directorios bibliotecas: Entre los internacionales destaca el World

guide to libraries (desde 1978, recoge información de 40.000 bibliotecas de diversos

tipos); en España se cuenta con el Directorio de centros de documentación y bibliotecas

especializadas, publicado por la Dirección General de Investigación Científica y

Técnica del Ministerio de Educación y Ciencia y que recoge más de 2000 centros

organizados por Comunidades Autónomas y provincias; el Directorio de bibliotecas

españolas, publicado por el Ministerio de cultura desde 1988, recoge 8000 bibliotecas

de todo tipo siguiendo la organización del anterior, este directorio nació como

herramienta de apoyo para la elaboración del Catálogo Colectivo de Publicaciones

Periódicas que realiza la Biblioteca Nacional, organismo que se ocupa de mantenerlo

actualizado; es accesible a través de la página web de la propia biblioteca Nacional y

existe una versión en cdrom desde 1996; la Guía de bibliotecas públicas españolas, que

publica la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y que recoge en sus páginas

información sobre las bibliotecas públicas españolas sean de titularidad estatal o

autonómica. Además se cuenta en la actualidad con directorios en línea que permiten

enlazar con las bibliotecas seleccionadas.

Por lo que se refiere a otros temas relativos a organización y gestión de

bibliotecas, en la actualidad la biblioteconomía ha ampliado su objeto también a la

planificación, evaluación, presupuestos, edificios, equipamiento, etc., realizándose

diversos trabajos de importancia en este sentido. La biblioteconomía, como ciencia

ocupada de la biblioteca cuenta ya con historia suficiente como para que se pueda

hablar de dos etapas: la precientífica y la científica; la evolución de esta última surge en

el siglo XIX y se corresponde con la aparición de las bibliotecas como lugares no sólo de

conservación y clasificación de la colección sino también como centro de información,

educación y recreo. A esta cuestión se une también la aparición de las asociaciones y

federaciones profesionales como la ALA, nacida en Filadelfia en 1876, al hilo de los

primeros congresos de bibliotecarios; la Library Association, casi coetánea y que nació

en 1877 en Inglaterra, y posteriormente la IFLA, nacida en Edimburgo ya en 1927 y que


_____________________________________________________________________________

181

ha tenido gran influencia en la configuración de la doctrina bibliotecaria mundial de tal

manera que se ha puesto a la cabeza de todas las otras asociaciones profesionales. A

esto se une la institucionalización de la enseñanza de la biblioteconomía con la

aparición de las Escuelas de bibliotecarios, la primera de ellas la Columbia School of

Libray Economy, abrió sus puertas en 1887 a instancias de Melvil Dewey, bibliotecario

del Columbia College. A estas alturas de la historia de la biblioteconomía, la ciencia ha

experimentado un crecimiento tal que las aportaciones a la misma han ido

constituyendo escuelas y tendencias de diverso tipo que incluyen también algunas

polémicas cuyas conclusiones han llevado al enriquecimiento de las ideas

biblioteconómicas.

6.1.2. Políticas bibliotecarias en España hasta el siglo XX

110

El origen de la organización bibliotecaria española se sitúa en la

Desamortización de Mendizábal en el año 1835 que fue la que motivó dos años más

tarde la aparición de las Comisiones científicas y artísticas provinciales a fin de

inventariar los fondos bibliográficos y artísticos que fueron removidos y de crear nuevas

bibliotecas y archivos que atendieran las necesidades de estos fondos, tanto internas –

de conservación – como externas – de difusión.

La Ley de Instrucción Publica de 1857 de la que se ha hablado en estas páginas

en el capítulo dedicado a la archivística fue el punto de partida para la creación de la

organización bibliotecaria española, definiendo como bibliotecas públicas a la Nacional,

las universitarias, las provinciales y todas aquellas que se dedicaban a la enseñanza del

público. Además se creaba un cuerpo especial, el Facultativo de Archiveros-

Bibliotecarios y una Junta Superior directiva de Archivos y Bibliotecas del Reino, que

fue el origen de las posteriores Juntas Consultiva, Facultativa, Técnica y Asesora. En el 110 Para el estudio detallado de las políticas bibliotecarias españolas antes del siglo XX, más concretamente, en el siglo XIX, véase la obra de Mª Teresa Fernández Bajón Políticas de información y documentación en la España del siglo XIX. Gijón, Trea, 2001, en la que se recoge la evolución de las mismas hasta 1900.


_____________________________________________________________________________

182

año 1869 se aprobó la creación de bibliotecas populares. En 1890 se creó el Ministerio

de Instrucción Pública como consecuencia del desdoblamiento del antiguo Ministerio de

Fomento; el nuevo se ocuparía del fomento de las ciencias y las letras, las Bellas Artes,

Bibliotecas, Archivos y Museos.

Otras medidas históricas importantes fueron la promulgación del Real Decreto

de 18 de octubre de 1901, que fijaba el reglamento de las Bibliotecas Públicas del

Estado y que estuvo vigente hasta mayo de 1989. La aprobación de las instrucciones

para la redacción de catálogos de bibliotecas públicas del Estado en 1902. La Junta de

Intercambio y Adquisición de libros para las Bibliotecas Populares en 1931 y el

Patronato de Misiones Pedagógicas en 1932. Tras la guerra civil se creó por ley de 25

de agosto de 1939 la Dirección General de Archivos y Biblioteca, dependiente del

Ministerio de Educación Nacional. Esta Dirección General se mantuvo hasta septiembre

de 1974, fecha en la que se unió a la de Bellas Artes bajo el nombre de Dirección

General del Patrimonio Artístico y Cultural111.

Actualmente la gestión bibliotecaria en España112 se encuentra en manos de la

Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, unidad administrativa que

depende de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas y que contribuye al

desarrollo general y coordinación en el sector bibliotecario español. La Constitución

Española y la Ley de Patrimonio Histórico Español establecen dos grandes áreas en

materia bibliotecaria en España: el Sistema Español de Bibliotecas y las Bibliotecas de

titularidad Estatal.

En cuanto al Sistema Español de Bibliotecas, está constituido por las bibliotecas

y servicios de carácter técnico o docente directamente relacionados con ellas que se

111 Constituye una importante fuente para estas cuestiones la consulta de la página del boe citada en otros lugares de este trabajo, concretamente el apartado de bases de datos del Boletín Oficial del Estado en el que pueden obtenerse en línea las Gazetas y Boletines referentes a las leyes, reales decretos y nombramientos que aquí se citan. 112 Véase la página del Ministerio de Cultura referente a Libro y Bibliotecas.


_____________________________________________________________________________

183

incorporen en virtud de lo que se disponga de forma reglamentaria. El Sistema Español

de Bibliotecas surge en la competencia que el artículo 149.2 de la Constitución

Española113 atribuye al Estado en materia de cultura.

Las bibliotecas de titularidad estatal fueron creadas mediante Real Decreto por la

Administración del Estado y se regulan fundamentalmente por la Ley de Patrimonio

Histórico Español, concretamente por el artículo 61 en el que se indica que: La

Administración del Estado podrá crear, previa consulta con la Comunidad Autónoma

correspondiente, cuantas bibliotecas considere oportunas, cuando las necesidades

culturales y sociales así lo requieran, sin perjuicio de la iniciativa de otros organismos,

instituciones o particulares. Las bibliotecas de titularidad estatal y carácter nacional

serán creadas mediante Real Decreto. La Administración del Estado promoverá la

comunicación y coordinación de todas las bibliotecas de titularidad estatal existentes en

el territorio español. Con este fin podrá recabar de ellas cuanta información considere

adecuada e inspeccionar su funcionamiento, además de tomar medidas encaminadas al

mejor cumplimiento de sus fines.

Las leyes relacionadas con las actuales políticas bibliotecarias en España son: el

artículo 66 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español,

Sistema Español de Bibliotecas. El Real Decreto 64/1994, de 21 de enero, por el que se

modifica el Real Decreto 111/1986, de 10 de enero, de desarrollo parcial de la Ley

16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. El Real Decreto 583/1989,

de 19 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado

y del Sistema Español de Bibliotecas.

La actuación del Ministerio de Cultura en el campo de políticas bibliotecarias en

la actualidad se desarrolla en cuatro grandes líneas: La cooperación y coordinación

bibliotecaria, por medio de estructuras de impulso de actividades de cooperación y

113 Constitución, 1978. Madrid, Tecnos, 2006. Biblioteca de textos legales; 13. Edición preparada por Luis López Guerra.


_____________________________________________________________________________

184

coordinación de interés para las bibliotecas con entidades y organizaciones de ámbito

nacional e internacional. El desarrollo y modernización de los servicios bibliotecarios,

realizando actuaciones dirigidas a la consolidación del Sistema Español de Bibliotecas,

así como a la adquisición cooperativa de fondos bibliográficos y a la realización de

proyectos que faciliten a la bibliotecas los procesos de catalogación y clasificación de

sus fondos y que potencien la visibilidad de las bibliotecas públicas en Internet. La

preservación y difusión del Patrimonio Bibliográfico por medio del desarrollo de

proyectos de preservación, conservación y difusión. La creación de bibliotecas digitales,

a través del impulso y ejecución de proyectos de creación de este tipo de instituciones

que faciliten el acceso a la información y amplíen la oferta de servicios bibliotecarios,

preservando así los materiales frágiles existentes en los fondos de las bibliotecas.

6.1.3. Voces relacionadas con la disciplina biblioteconómica: LIBRO, BIBLIOTECA,

BIBLIOTECONOMÍA, BIBLIOTECOLOGÍA.

6.1.3.1. La voz LIBRO

El libro se estudia en la Enciclopedia en todas sus manifestaciones, dedicándose

sólo a esta voz cuarenta y una páginas del tomo XXX, fechado en 1916. La definición es

amplia y se ofrecen ocho acepciones de la palabra, incluyendo las dos biológicas que

hacen referencia al estómago de los rumiantes; una que reseña la concepción de libro

como contribución o impuesto; y otra en la que se define como rueca de hilar lana.

Como es habitual, las definiciones van precedidas de las traducciones de la palabra al

francés, italiano, esperanto, inglés, alemán, portugués y catalán y de la etimología, en la

que se lee del lat liber, libri. La primera de las definiciones hace referencia a la reunión

de muchas hojas de papel, vitela, etc, ordinariamente impresas, que se han cosido o

encuadernado juntas con cubierta de papel, cartón, pergamino u otra piel, etc y que

forman un volumen. En esta acepción no se ofrecen datos sobre cuántas deben ser esas

“muchas hojas de papel, vitela, etc” para constituir un libro, aunque en la actualidad se

considera libro todo aquel conjunto de páginas a partir de cuarenta y una,


_____________________________________________________________________________

185

considerándose folleto toda encuadernación que cuente con menos. La siguiente

acepción explica que un libro es una obra científica o literaria de bastante extensión

para formar volúmenes, por lo que tampoco ofrecen datos concretos sobre cantidad de

hojas, además de limitarse el concepto LIBRO a su contenido. En cuanto a la siguiente,

aún limita más el concepto, llevándolo a la categoría de capítulo y reproduciendo una

definición arcaica: cada una de ciertas partes principales en que suele dividirse la obra

científica o literaria. Por último se incluye en la definición la palabra LIBRETO que,

consultada páginas atrás dentro del mismo tomo, sólo hace referencia a la ópera y la

zarzuela, extendiendo su campo al resumen de una obra dramática. Consultadas diversas

obras de carácter actual sobre Historia del Libro, Libro, bibliotecas, bibliografía y

demás términos que tienen que ver con el que nos ocupa, se encuentra un cuadro

realizado por Carrión Gutiez114 y titulado “El mundo del libro” en el que se recoge una

visión estructurada del libro como objeto, tipificándolo según su forma, variedad

bibliográfica, modo de comunicación y forma reprográfica. Es oportuno reproducirlo en

estas líneas, ya que como se ha dicho anteriormente, la enciclopedia estudia todas las

formas de libro que en 1916 se concebían como tales. Es cierto que el cuadro de Carrión

es un instrumento para ilustrar la cuestión libraria en la biblioteca; pero recoge todos los

tipos de material que se encuentran en la voz del Espasa, a excepción de las

microformas que no se estudian en la enciclopedia y las reproducciones por medios

telemáticos.

La tipología que ofrece Carrión, sí es útil para delimitar cuál era la visión del

libro en la definición que proporciona la obra y que se ha explicado anteriormente y

cuál es la visión actual del libro, dejando al margen las modernas acepciones de libro

electrónico y similares. Como se ha visto en la parte definitoria, dos de las concepciones

hacen referencia a lo que Carrión denomina en su cuadro “variedades bibliográficas”,

aún sin distinguir unas de otras y estas mismas encajarían perfectamente en las formas

de comunicación que puede contener el libro según el mismo autor. De las

114 CARRIÓN GÚTIEZ, Manuel. Manual de Bibliotecas. Salamanca, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1987, p. 68.


_____________________________________________________________________________

186

reproducciones no se habla en la definición, aunque sí en el resto del artículo. Los

primeros modelos que ofrece Carrión, bajo el tipo “formas” podrían asimilarse sin

problemas a la primera definición de libro que se lee en el Espasa.

Formas:

- Rollo

- Códice

- Libro xilográfico

- Incunable

- Libro impreso

Variedades bibliográficas:

- Libro

- Folleto

- Publicación monográfica

- Publicación seriada

- Publicación unitaria

- Publicación en varios volúmenes

- Obra suelta

- Colección

Por la forma de la comunicación:

- Literatura u obras de creación

- Obras de formación o de información sobre una materia:

- De divulgación

- Didácticas

- Científicas

- Obras de referencia

- Literatura infantil y juvenil


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187

- Literatura científica

Formas reprográficas:

- Ediciones facsímiles

- Reproducción anastática, reprint o reimpresión fotomecánica

- Ediciones en fotomecánica (sobre original mecanografiado)

- Microformas

- Fotocopia

- Medios electrónicos y electroópticos

En el cuerpo del artículo se ofrece más información sobre la concepción de la

palabra; así se observan los distintos tipos de libro, que son estudiados según el autor

desde la ciencia diplomática como indica la abreviatura Dipl que precede al texto:

LIBRO A LA RÚSTICA o en rústica; LIBRO AMARILLO, AZUL, BLANCO, ROJO, VERDE, etc;

LIBRO BORRADOR O LIBRO DE COMERCIO; LIBRO BECERRO o tumbo; LIBRO CLÁSICO,

haciendo referencia al contenido y a las obras literarias consideradas bajo esta

calificación de clasicismo; LIBRO CHULETA o chuleta que identifica con folleto; LIBRO

DE ACTAS; LIBRO DE ASIENTO; LIBRO DE CABALLERÍA; LIBRO DE COMERCIO; LIBRO DE

FONDO, haciendo referencia a los libros en venta en un establecimiento dedicado a la

librería y que define como libros que tiene en venta un librero, cada uno de los que ha

impreso por su cuenta o cuya propiedad ha adquirido en gran número a distinción de

los de surtido (p. 592); LIBRO DE HORAS a los que da importancia especial como parte

fundamental de la bibliografía universal; LIBRO DE MANO o de consulta, al que dota de

una doble acepción, definiéndolo como el que está manuscrito y como libro de consulta

de uso frecuente, como diccionario tratándose de traductores; catálogos y bibliografías

con relación a bibliotecarios y libreros y que es el origen de los denominados manuales

u obras de referencia si nos regimos por esta definición; LIBRO DESPAREJADO, o

volumen separado de los demás con los que conforma una obra; Libro de surtido,

haciendo referencia a cada uno de los que reciben los libreros para venderlos en

comisión; LIBRO DE VARIOS o volumen formado por obras distintas; LIBRO DUPLICADO,


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del que existen varios ejemplares en una biblioteca; LIBRO ELEFANTINO o hecho con

intestinos de elefantes; LIBRO ELEMENTAL, que contiene los elementos de una ciencia;

LIBRO ESTEREOTIPADO o estereotipo, el que está realizado en planchas y no con tipos

móviles y sinónimo también de libro plagiado; LIBRO EXPURGADO, no en el sentido

actual, del libro que deja de formar parte del fondo sino en el de censurado o aquel en

que la Iglesia manda tachar algo; LIBRO ILUSTRADO, que concibe también en un doble

sentido: el que contiene dibujos y el que contiene comentarios; LIBRO RARO Y CURIOSO

que llámase así por la materia de que trata o por el escaso número de ejemplares

conocidos; LIBRO ÚNICO, del que sólo se conoce un ejemplar. Todo esto sin tener en

cuenta los libros de cuentas, de hacienda, diarios, etcétera a los que también se hace

mención y se definen brevemente.

El artículo observa el libro desde la Bibliología (p. 533), y que se estudia en

otros lugares de este trabajo junto con la Biblioteconomía y la Bibliografía. En este

aspecto, el artículo se extiende como si fuera voz independiente de la anterior, lo que

lleva a una conclusión previa a las que se saquen al final de este capítulo: la tipología

libraria en su más estricto sentido, es decir los tipos de libros que existen, se estudia

desde la Diplomática, no desde la Bibliología, esta ciencia estudia el concepto de libro,

su evolución histórica, las partes que lo componen, la industria que lo fabrica, su uso y

conservación y su comercio. Se puede afirmar por tanto que la visión de la enciclopedia

concuerda con las modernas definiciones del término, como la de Buonocuore115 y otros

autores116, que la definen como estudio general del libro en sus aspectos histórico y

técnico y que comprende dos partes fundamentales; la primera ocupada de las

cuestiones históricas: origen y metamorfosis del libro a través del tiempo; la segunda

estudia lo que llama la anatomía del libro moderno, es decir, sus procesos técnicos,

estructura y partes que lo constituyen. Sorprende, no obstante, comprobar qué dice la

propia Espasa de la bibliología, voz que recoge en sus páginas y que define como el

115 Buonocuore, Domingo. Diccionario de Bibliotecología. Buenos Aires, Marymar, 1978. Para la definición Buonocuore se basa en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. 116 Véase la obra de Robert Estivals, citada anteriormente en este trabajo y la de Andrea Capaccioni Biblioteche una bussola per non perdersi. Roma, Armando Editore, 1996. 128 p.


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tratado de la definición de las palabras y de las reglas bibliográficas (p. 652 tomo

Biblio.); es decir, la bibliología, según la enciclopedia, es la ciencia que estudia, no sólo

la historia y estructura del libro, sino las definiciones de todo el conjunto de palabras

derivadas de libro, separándola así de la bibliografía como técnica que elabora normas

para la descripción, enumeración y crítica del libro117 como medio para hacerlo más

accesible y de la biblioteconomía, ligada a las bibliotecas y a sus tareas de

administración; pero a la vez englobando éstas en su definición y elevándose sobre ellas

desde el momento en que se encarga de definir las palabras bibliográficas. Se observa

además en la obra una cierta confusión en torno al tema; debida, sin duda alguna, al

espacio temporal que separa unos tomos de otros y por tanto unas voces de otras. En

este capítulo se ha preferido empezar por la voz LIBRO como objeto lógico y, podríamos

decir histórico, de estudio de la biblioteconomía hasta la aparición de la documentación

como ciencia; y, aunque las características de la enciclopedia hubieran permitido

abordar el tema de forma casi alfabética, este hecho, aún pudiendo haber simplificado la

tarea de estudio de la evolución de los términos, habría desgajado la ciencia documental

en partes incoherentes e inconexas separando disciplinas que por su propia naturaleza

deben permanecer unidas118.

Volviendo al tema que nos ocupa, según la bibliología, tal y como ésta se

concibe en la enciclopedia, la derivación etimológica de libro procede de liber, cuyo

significado recto es “corteza de los árboles” y se ofrece la definición latina que da San

Isidoro citando a Orígenes: liber est interior tunica corticis quae ligno cohaeret, in que

antiquis scribebant... Unde et dictur in quo scribimus, quia ante usum chartae vel

membranarum de libris arborum volumina flebant, preciosa definición que incluye la

carta o papel y el pergamino. Los griegos llamaron a este material biblos, origen de las

palabras de la misma familia semántica que libro. Se señala que la palabra libro se

emplea en sentido concreto para indicar conjunto de hojas impresas y que los antiguos

117 En el estudio de la voz bibliografía, se puede observar que no sólo se habla de libro en ella, sino que se tienen en cuenta todas las manifestaciones de la actividad intelectual que han sido “reducidas” a escrito 118 Esta cuestión se desarrolla en el capítulo dedicado a la materia documental en la enciclopedia.


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consideraban libro el conjunto de manuscritos cualquiera que fuera su materia

escritoria.

La voz se divide, a partir de la definición bibliológica y como voz independiente

de la que se define desde el punto de vista diplomático, en apartados que llevan como

títulos: Concepto del libro; Historia; Elementos y formas que integran el libro

actualmente; Las Artes del libro en nuestros días; y Del uso y conservación de los

libros. No hay datos de quién fue el autor de la voz LIBRO, aunque sí se desprende de la

redacción de la primera parte, dedicada al concepto de libro, que debió ser un bibliófilo

en su más original sentido porque vuelca tanta pasión en su redacción que convierte la

columna que ocupa en una loa poética difícil de superar. Aunque el estilo utilizado en la

obra no forma parte de los objetivos de este trabajo, en este caso es importante hablar de

él; las metáforas y comparaciones se suceden, el texto va adquiriendo pasión a medida

que se desarrolla y la implicación de su autor en el concepto de libro no decae hasta el

último punto que enlaza con la historia del libro; la conclusión, el libro es la creación

más importante del hombre, tanto es así que le acompaña El autor se lamenta del poco

cuidado que se pone en la fabricación de libros, considerando que el mercantilismo le

ha dado su muerte en la cuna con el mal papel, la impresión adocenada, las tintas

corrosivas y las encuadernaciones infames. No parece tampoco, el escritor, ser

partidario del préstamo de libros ya que afirma: por lo que respecta a la materia son los

libros vehículo de muchas y grandes enfermedades. El préstamo de aquéllos (los libros)

tiene, entre otros muchos, este peligro más. (p. 534). Cita escritos curiosos sobre el

tema, como la bibliografía de impresos del Conde de las Navas, titulada Amigos y

Enemigos del libro y que fue publicada en el “Polybiblion”, parte literaria, de agosto

de 1904 según el artículo y continúa con una historia de los cuidados a que ha sido

sometido desde el nacimiento de la escritura, remontándose a Alejandro de Macedonia o

a Nabonasar, rey de Babilonia. Como libro español más importante cita El Quijote

calificándolo como la expresión sintética y elocuentísima del alma española, de toda la

raza, de más de 60.000,00 (sic.) hombres repartidos por el mundo. Para terminar, dos

citas, una de un gastrónomo, Carlos Monselet: Para conocer que un libro es bueno


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basta observar que produzca al lector una inquietud, un deseo o un ensueño. La otra de

Plinio el Joven: Nullum esse librum tam malum ut non aliqua parte prodesset. No hay

libro por malo que sea que deje de contener algo bueno. El concepto de libro, por tanto,

se queda en su definición, aunque hay que reconocer que esta personalísima visión del

mismo merecería aparecer firmada en la enciclopedia.

La historia del libro se estudia comenzando con unos breves rasgos sobre la

historia de los materiales escriptorios y citando el primer libro conocido, si bien el autor

afirma que no puede fijarse la época precisa en que se produjo el primer libro, aunque

cita como el más antiguo el llamado Papiro Prisse, descubierto por Prisse d’Avenes en

Tebas. En realidad no se trataba de un libro si no de un documento escrito en caracteres

jeroglíficos que constituía el más largo de los que se habían encontrado hasta el

momento y pertenecía a la III dinastía egipcia, es decir, unos 2600 años antes de

Cristo119. La importancia de este documento y su estudio como primer libro conocido

se debe sobre todo a la apariencia que tiene y que le separa de otros documentos menos

similares al libro como se entiende hoy en día. El artículo continúa explicando la

importancia de otros documentos que podrían considerarse protolibrarios como las

obras bíblicas, documentos de asunto militar, algunos códices, etcétera, aunque se

afirma que la librería nace propiamente con el empleo, para la escritura, de telas,

pieles, hojas y cortezas de árboles, fáciles de enrollar o doblar, o tablillas de oro, de

marfil o de madera, que reunidas se guardaban en cajas, generalmente de cedro (p.

535). El artículo continúa explicando la evolución sufrida por el libro a lo largo del

tiempo, lo que, evidentemente, no ha variado en gran manera de una época a otra, salvo

en nuevos descubrimientos o estudios; pero la esencia es la misma: la evolución del

libro desde su concepción antes de la imprenta hasta el momento de la aparición del

invento de Gutenberg a mediados del siglo XV. Sí resulta interesante el texto por la

119 Sobre este manuscrito ofrece datos muy interesantes Françoise Chabas en su artículo Le plus ancien livre du monde. Étude sur le Papyrus Prisse. El escrito de Chabas está recogido por G. Maspero en la obra Oeuvres diverses de F. Chabas. París, E. Leroux, 1899-1909; pp. 183-214, en ella se recoge también una imagen del manuscrito. El artículo de Chabas está citado en la voz, en la que se afirma que apareció en la Revue Arqueologique de 1858.


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documentación que aporta y cita y que dirige la investigación hacia estudios más o

menos conocidos sobre materiales concretos en el campo del que se está tratando, como

pueden ser los artículos sobre pictografía andaluza de Manuel Gómez Moreno120,

Rodríguez Berlanga e Hinojosa aparecen como estudiosos de la Ley Municipal de

Osuna; Spire Blondel, que estudió el Códice Troano, afirmando que se escribió sobre

corteza de árboles. Igualmente, son interesantes las referencias a historiadores coetáneos

a algunos documentos que explican los orígenes del soporte que los contiene. Siguiendo

con la historia, se explica la etimología del nombre de los archiveros británicos: Master

of Rolls, como origen de los primeros formatos librarios en rollo y la desaparición de

éstos como documento de biblioteca mientras permanecieron como documento de

archivo por diversas razones; en este punto se compara la biblioteca con el archivo,

afirmando que así como durante mucho tiempo el archivo se confunde con la biblioteca,

también es difícil distinguir en ocasiones el libro del documento propiamente dicho,

sólo por la forma material (p. 538). Esta afirmación vuelve a llevarnos al concepto de

documento en la enciclopedia, concepto que, al margen de lo definido en la voz

documento distingue nuevamente el contenido y el continente si puede expresarse así,

es decir: el libro en la actualidad y sin duda ninguna, sin discusión de ningún tipo, es un

documento; en distintas partes del texto del Espasa, se ha observado que la concepción

es diametralmente opuesta121: se separa el tipo documental, o lo que hoy se considera un

tipo documental, del documento; negando a éste la esencia que le otorgan los estudios

actuales. Como muestra del concepto actual de documento, y aunque se redunda sobre

el tema en otras páginas de este trabajo, se ofrece a continuación la definición que

figura en el Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la Documentación, dirigido por

el Dr. José López Yepes122; según esta obra, documento es, desde el punto de vista del

análisis documental, el “resultado de la fijación de la expresión simbólica de un mensaje

120 Manuel Gómez Moreno publicó estos artículos en el Annuari de l’Institut d’Estudis Catalans del año 1912. Fue un bibliógrafo importante y un personaje de calado en la ciencia española. 121 veáse también el capítulo de archivística en el que se habla de esta cuestión en el punto referente a la ordenación del archivo: las actas se clasifican de distinta forma que los documentos, allí se ha expuesto lo mismo que aquí: el acta es un tipo documental y esto no se cuestiona en la actualidad 122 López Yepes, Jose (ed.). Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la Documentación. Madrid, Síntesis, 2004. p. 471


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sobre un campo de representación estable fuera del sistema cognitivo humano”, es

decir, como lo define López Yepes de una forma más directa: “información fijada en un

soporte físico transmisible en el espacio, en el tiempo y susceptible de constituirse en

fuente de información para obtener nueva información”. Como objeto de archivo, es

decir, desde la archivística, la obra citada anteriormente, define el documento como

“información registrada sin que importe el soporte o las características”. Al fin y al

cabo, ambos puntos de vista recogen la misma cuestión: un documento es toda

información que se transmite a través de un soporte; sea desde un archivo, desde una

biblioteca, desde un ordenador o desde cualquier otro medio. Volviendo al tema que nos

ocupa, el libro es un documento propiamente dicho, y así lo entendió Otlet cuando

afirmó “los libros constituyen en su conjunto la memoria materializada de la

Humanidad, registrando día a día los hechos, ideas, acciones, sentimientos, sueños, sean

cuales sean, que han impresionado el espíritu del hombre123”, es decir: son documentos.

Además, actualmente pertenecen a una categoría de documentos: los textuales o

impresos, cuya definición es similar a la que ofrece el Espasa de LIBRO: Documento

textual o impreso es aquél cuyo contenido se encuentra, generalmente, en soporte papel

ya sea de forma manuscrita o impresa.

Después de este inciso sobre archivos y bibliotecas, y libros y documentos; las

cuestiones referentes a la materia libraria continúan en el artículo dedicando

importancia a la evolución del papiro al pergamino que, en España, según reza el texto

enciclopédico, tuvo gran importancia en la ciudad de Segovia, evidentemente por su

origen de piel de cordero. Explicada esta cuestión, se identifican códices y manuscritos,

afirmando códice y manuscrito son la misma cosa y se explica que se entiende por

manuscrito en sentido concreto todo libro anterior a la invención y propagación de la

imprenta. Para mayor información del lector sobre la historia del manuscrito, se reenvía

a los artículos CÓDICE, MANUSCRITO, AUTÓGRAFO, BIBLIOTECA, BIBLIOGRAFÍA, CARTA,

DIPLOMÁTICA y otros similares.

123 citado en López Yepes, José. Op. Cit. p. 474


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La extensa historia del libro no difiere, como ya se ha advertido, de las actuales

historias del libro por lo que no parece necesario detenerse en estos aspectos. Sí procede

indicar que se trata con amplitud de los signos empleados en los códices, ornamentación

de los libros e ilustración, tema especialmente en una obra que cuenta como una de sus

características más importantes la ilustración a la que, como se ha comentado en el

capítulo dedicado a la creación de la enciclopedia, se le dedicó una especial atención. Se

citan aquí, como ejemplos de obras ilustradas las de Cratenas, Dionysios y Metrodoros,

médicos griegos que ilustraron una botánica con profusión, dedicando a cada planta su

ilustración correspondiente; las de Varrón quien en sus Imágenes dio retratos nada

menos que de 700 hombres ilustres (p. 539) y otros menos importantes, aunque como se

verá más adelante, se hará especial mención en la voz al libro ilustrado. En cuanto a

tipografía se habla de Paleografía Bibliográfica que enseña, hasta la aparición de la

imprenta, las distintas clases de letra que fueron empleándose en la redacción del libro,

reenviando al lector a los artículos ALFABETO, ESCRITURA, CÓDICE, MANUSCRITO,

ILUMINACIÓN. Se cita la Societé Française de reproductions de manuscrits à peintures

con sede en París y cuya misión era realizar reproducciones facsimilares de manuscritos

importantes, con esta mención se pasa a la explicación de la aparición de la imprenta,

voz que en la enciclopedia tiene una presencia amplísima y que se estudia en otro lugar

de este trabajo. En cuestiones de imprenta, el autor del artículo cree importante estudiar

el paso del manuscrito al incunable (p. 540) y centra su estudio en España, citando a

Serrano y Sanz y su obra La imprenta en Zaragoza es la más antigua de España.

Prueba documental, que apareció en la revista “Arte Aragonés”, números 9 a 11 de

1914 y en la que el escritor desmiente que la primera imprenta española se encontrara

en Valencia, pues ya existía una compañía de impresores en Aragón antes de la

publicación de “Les Trobes en lahors de la Verge Maria” en el año 1474 aunque no

ofrece el dato concreto de cuál fue el año de existencia de los impresores aragoneses. Se

considera a los venecianos como los pioneros en la utilización de título del libro, en

concreto se menciona el Calendario de Juan Montenegrino (Venecia, 1476) como el

primer libro que ostenta título completo, en forma de portada especial. Aquí el autor

vuelve al discurso apasionado que se ha visto anteriormente en el concepto del libro,


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tachando a la edición actual de cursi en concreto por su influencia modernista y

lamentando especialmente la fuga de joyas bibliográficas españolas que en la época

fueron a parar a Estados Unidos o París, en concreto las primeras ediciones de Ramon

Llull, Luis Vives y Francisco Eximenis. (p. 541)

En lo referente al libro ilustrado, al que se dedica un apartado extenso, se indica

que nace en los Países Bajos en la primera mitad del siglo XV en el taller de Van Eyck.

En sus orígenes la ilustración se limitó a las iniciales y más tarde se refiere a los

iluminadores, que rellenaban los huecos limitados por huellas de impresión. El

nacimiento del grabado se sitúa en Italia en 1472, la obra: el Salterio de Maguncia que

fue publicado en la ciudad de Verona. En España, de esta época se menciona la edición

de la novela de Diego de San Pedro La cárcel de amor que, según cita de Sampere y

Miquel (colaborador de la enciclopedia) cuenta con grabados de origen catalán y cuyo

único ejemplar conocido se encuentra en la Biblioteca del British Museum de Londres.

Para más información sobre ilustración bibliográfica se remite a Pawlowski124. En

realidad, el peso documental del artículo se encuentra más en las citas de autores y

obras que en el texto mismo, una de las desventajas de la enciclopedia que se ha

estudiado en el lugar correspondiente de este trabajo; hay que decir, en cualquier caso,

que en lo que a disciplina documental se refiere, sólo hemos encontrado en este caso la

ausencia de tratamiento riguroso que impide el desarrollo más metódico y sistemático

del tema. Avanzando en la lectura del artículo se encuentra un párrafo de especial

interés y que demuestra la inclinación y conocimiento que el autor posee sobre el arte

del libro, reflejo también de la importancia que en la redacción y evolución de la obra se

dio a estas artes. La cita más interesante es la que se dedica a Eudaldo Canibell – como

ya se ha dicho, uno de los más prolíficos colaboradores del Espasa en cuestiones de

bibliografía y que además fue bibliotecario en Barcelona – en ella además se encuentra

otro dato importante en la enciclopedia, la fecha de 1905, origen de la obra. La cita es la

124 Creemos que se refiere a Gustave Pawlowski (1842-1913), bibliógrafo francés que perteneció a la Societé Bibliographique y del que hemos localizado algunas obras en la Biblioteca Nacional Francesa. No se ofrecen obras suyas en la bibliografía de la voz, lo que dificulta aún más la labor de localización de este autor.


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siguiente: En 1905, bajo la dirección de don Eudaldo Canibell, se imprimió sobre

finísimas hojas de corcho – el propio Canibell recoge esta anécdota en la voz

bibliofilia125 – en San Feliú de Guixols, por Octavio Viader en caracteres góticos, la

obra magna de Cervantes.

El siguiente apartado de la voz se refiere a los elementos y formas que integran

el libro actualmente, fundamentalmente remite a las voces correspondientes a estos

elementos, es decir: PAPEL, IMPRESIÓN, ENCUADERNACIÓN; sin embargo el autor cita el

Almanaque del Instituto Catalán de las Artes del Libro para 1913 en el que se reseña la

inauguración de una fábrica de papel en San Felipe de Játiva, que considera

imprescindible para la elaboración del libro moderno (p. 542), lamentando la mala

calidad que el papel tiene en el momento y recomendando al lector la obra de H. De

Montessus de Ballore sobre la fabricación de papeles con otros materiales distintos a la

madera y la utilización de plantas en papelería126; así mismo remite a la obra de Louis

Colin La fin du livre (París, 1909) que apareció en la revista La Croix del 16 de enero de

ese año127, el título parece de plena actualidad; pero se refiere más a las cuestiones de

conservación del papel que preocupaban en la época que a las modernas preocupaciones

por si el libro desaparecerá a causa de la tecnología; de hecho, títulos alusivos a la

muerte del libro y a su final, se han ido sucediendo a lo largo de los últimos años como

consecuencia de la evolución tecnológica128. Las cuestiones sobre fabricación del papel

tuvieron una importancia enorme en la vida de la enciclopedia, esto ya se ha señalado

antes, tanto Sánchez Vigil como Castellano han tratado el tema en sus obras129.

125 V. infra 126 Montessus de Ballore, H. De. La fabrication des celluloses de papeterie autres que celles du bois. Description et traitement des principales plantes utilisables en papeterie avec figures photomiers graphiques (París, 1913) 127 No han sido localizados ni artículo, ni publicación, ni autor por lo que no se puede afirmar con seguridad qué es lo que se planteaba en el escrito, sin embargo, en el contexto del artículo de la enciclopedia se habla de la pésima calidad del papel y su poca duración. 128 Efectivamente con títulos similares han surgido verdaderos éxitos editoriales en estos últimos años como la obra de G. Numberg El futuro del libro. ¿Esto matará eso?, publicada por Paidós en el año 2004 y que planteaba las consecuencias de los cambios editoriales en cuestiones librarias. 129 Tanto Castellano, Philippe: La Enciclopedia Espasa: Historia de una aventura editorial como Sánchez Vigil, Juan Miguel: Calpe. Paradigma editorial; explican detenidamente en sus obras el acuerdo


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Una de las preocupaciones de los creadores de la Enciclopedia, es indudable, fue

la buena presentación y la creación de una obra elegante en su forma y fondo, esta debe

ser la razón por la cual el autor del artículo se muestra tan preocupado sobre la

importancia de la utilización de papel de buena calidad en las obras editoriales. El

tamaño, es otra de las características del libro, si se observa a la luz de la

biblioteconomía, casi más importante que el papel, especialmente en la actualidad que

el papel tiende a ser un medio de facilitar las cosas entre la vista y la pantalla. El tamaño

del documento cobra importancia incluso en el momento de la catalogación: la norma

ISBD en el área de descripción física sólo hace mención a la materia de la que está

constituido el documento si se trata de materiales especiales, mientras que las

dimensiones se reseñan de forma general para cualquier documento130. El artículo

realiza una somera revisión sobre los distintos tamaños clásicos (in folio, in octavo, in

quarto, etc...). Esta variedad de dimensiones de los libros provocó, en su momento y

según describe el autor, innumerables inconvenientes (p. 543) por lo que se convino en

tomar las medidas de los libros por centímetros, y más exactamente por milímetros. Se

recogen las palabras de Gianolio Dalmazzo131 en su obra La Tipografía que expresaba

en los siguientes términos el problema de las distintas formas de medir los libros: las

exigencias de los eruditos y de los bibliógrafos modernos, plenamente justificadas por

los grandes progresos que la bibliografía realizó, aconsejan adoptar un sistema

uniforme y universal para la descripción de las diversas partes interna y externa del

libro. Igualmente se recoge la intervención del Conde de las Navas en la Conferencia

Bibliográfica Internacional celebrada en Bruselas en 1897 en la que expuso una

comunicación titulada “Sur l’indication du format dans les fiches” y que se tradujo

como “Indicación acerca del tamaño de los libros” en la que se hace referencia, más que

al tamaño de los libros – como hace alusión el título traducido – al reflejo del mismo en

entre Espasa y Calpe para la publicación de la Enciclopedia en el que tuvo que ver mucho el exceso de stock de papel. 130 Reglas de Catalogación. Madrid, Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, 1998. pp. 46 y ss. 131 Dalmazzo, Gianolio. La tipografia : storia, tecnica moderna ed esercizio industriale dell'arte della stampa / nozioni professionali, seguite da un indice dizionario. Torino: Libr. Ed. Internazionale, 1914


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las fichas bibliográficas, considerando la necesidad de que se adopte un sistema

universal y uniforme para la “descripción de las partes externas e internas del libro”132.

No hay que olvidar dos asuntos en esta cuestión; el primero la importancia que en el

Congreso citado se dio al tema de la normalización de los asientos bibliográficos y que

fue ampliamente comentado en Europa a juzgar por los documentos que se han

consultado133, así como por los resultados que el Instituto Internacional de Bibliografía

logró en su esfuerzo por normalizar y que han llegado hasta nuestros días; en segundo

lugar, la importancia que la cita de este trabajo en la enciclopedia tiene por sí misma y

que constituye, una vez más, la demostración de que la obra se basó en fuentes actuales

e inmediatas, además de un nuevo dato que corrobora la presencia española en los

trabajos del Instituto y la importancia de las corrientes documentales españolas y su

proyección internacional. En la misma revista, unos años más tarde, se recoge también

la importancia de esta cuestión en una nota bibliográfica que escribe Manuel Serrano y

Sanz sobre una obra del Conde de las Navas, y en la que afirma, como recoge la

enciclopedia, lo siguiente: el sistema del conde, individualiza el libro que se describe,

pues no es probable que dos ejemplares de la misma obra se hayan recortado

igualmente en encuadernación (p. 542). La cita es curiosa y demuestra la lectura en

profundidad de la Revista de Archivos realizada por el redactor del artículo, ya que la

nota bibliográfica es sobre una obra del Conde de las Navas que nada tiene que ver con

la bibliografía ni con la disciplina libraria salvo que es una bibliografía sobre crianza de

las gallinas que fue presentada en la Exposición Internacional de Avicultura celebrada

en Madrid en Mayo de 1902. Serrano y Sanz estudia el libro, según sus palabras, “desde

el punto de vista bibliográfico”, describiendo minuciosamente el sistema utilizado por

su colega bibliógrafo y que consiste en “señalar gráficamente las dimensiones del libro,

tanto de la caja como los totales y el número de líneas, datos que se apuntan en el centro

y lados de un pequeño rectángulo; con lo cual venimos al momento de si el libro es una

de esas publicaciones francesas en que casi todo se reduce a márgenes o uno de esos

132 Conde de las Navas. “Sur l’indication du format dans les fiches” en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid, abril y junio de 1898, pp. 137-140 y 175-179, respectivamente. 133 V. Polibiblyon, op. Cit. infra


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libros españoles de provincia, amazacotados y de forma cuadrangular, modelos de

pésimo gusto tipográfico” 134. Para ilustrar más el asunto, el autor del artículo ofrece un

gráfico recogido de la ponencia presentada por el Conde de las Navas y copiado en la

Enciclopedia. Este sistema de descripción del tamaño de los libros fue utilizado

también, según el artículo en el Catálogo de la Real Biblioteca: Impresos, Autores,

Historia; el autor subraya además la necesidad de que en los Congresos bibliográficos

venideros se establecieran de una vez tamaños-formas tipos de los libros, así como que

la Real Academia Española aceptase un vocablo análogo al de “format” para evitar

anfibologías en el lenguaje técnico y propio de las bibliotecas de los archivos y de toda

suerte de índices, repertorios y catálogos. Evidentemente, este vocablo ya se ha

aceptado, formato, aunque en la actualidad la consideración de formato hace referencia

más exactamente al soporte o bien a la tipología documental: folleto, libro, separata,

etc... que recoge el cuadro de Carrión Gutiez ofrecido al principio del capítulo y que

este autor llama “variedades bibliográficas”, utilizándose en las reglas ISBD la palabra

“dimensiones” con alusión a las medidas del documento.

Las dimensiones del libro, ahora desde el punto de vista del tamaño del

documento en sí, no del de su descripción, se estudian en el artículo considerando que

se relacionan íntimamente con las condiciones físicas del lector, es decir, con el uso

que se va a dar al documento, se explica así la importancia que para un investigador

tiene que el libro sea manejable y la diferencia que existe entre el libro decorativo y un

manual; incluso se hace alusión a una cuestión que es de actualidad: el libro para

personas con problemas de visión, se trae aquí el texto exacto que utiliza el autor más

que por importante para la materia, por ilustrativa de esa parte de la enciclopedia espasa

que se preocupaba por llegar a todos los lectores: Va siendo escaso el número de los que

pudiéramos (los libros) llamar decorativos, propios de las consolas, en salones de

recepciones y de antesalas a las consultas de letrados, médicos, dentistas y pedicuros.

El tamaño se relaciona íntimamente con las condiciones físicas del lector: désele a un

134 Serrano y Sanz, Manuel. “Notas Bibliográficas: De gallinas y sus concomitancias”. Revista de Archivos... diciembre de 1902, p. 469


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miope un libro grande y se le martirizará: con las justas exigencias del investigador y

del periodista que necesitan libros que viajen con ellos: con el mobiliario construido

tan rutinariamente por lo que respecta a la biblioteca (p. 543). Esta última frase enlaza

perfectamente con la visión de la nueva biblioteconomía que se ocupa, como se verá

más adelante, también del mobiliario y almacenamiento de los libros. Tampoco se deja

de lado la cuestión referente a la bibliofilia, en cuanto que se estudian las curiosidades

bibliográficas, citando así los libros de gran tamaño y los más pequeños, entre los que se

encuentra el libro microfotográfico, procedimiento descrito por el Bulletin del Institut

International de Bibliographie de Bruselas, publicación periódica de Otlet y La

Fontaine en el que se describe éste en los siguientes términos que recoge la

enciclopedia: consiste el procedimiento en la reproducción reducidísima del texto de

una obra por la fotografía, para proyectarlo después, ampliado naturalmente por

partes, la actual microficha, en suma135. Aunque el tema se toca en otro capítulo de este

trabajo, la obra de La Fontaine y Otlet, tanto la institucional como la bibliográfica, tiene

una gran presencia en la Enciclopedia, especialmente en las voces dedicadas a

cuestiones de libro, bibliografía, bibliofilia o biblioteconomía; hay que lamentar, sin

embargo, que no se refleja este asunto del mismo modo en las bibliografías finales que

acompañan a cada voz por lo que si no se realiza una exhaustiva lectura del texto, se

pierden estas alusiones que muestran lo que ya se ha repetido en diferentes ocasiones: el

interés del Espasa por estar actualizada en las últimas novedades referentes a la materia

que trata y el impacto importante que la obra de los padres de la moderna disciplina

documental tuvo antes de la publicación del Tratado de Otlet (1934) en el mundo

bibliográfico. Sobre este tema ofrece datos muy concretos el Dr. José López Yepes en

su trabajo La influencia de Otlet en la documentación española (aportaciones a la

formación del pensamiento documentario español)136en el que se ofrece con detalle y de

forma sistemática y cronológica la materia de la obra otletiana en relación con España,

quedaría tal vez recoger la cuestión inversa: el reflejo de esa influencia en las

publicaciones españolas anteriores al Tratado de Documentación de 1934, que a pesar

135 Bulletin de l’Institut International de Bibliographie, Bruselas, 1911, p. 215) 136 Revista General de Información y Documentación. Vol. 4(2), 1994. Pp. 239-256


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de no ser objeto de este trabajo ha ido revelándose en las tareas de investigación y

localización de fuentes previas al mismo.

Por lo que se refiere a otros aspectos formales del libro, el artículo que ocupa

estas líneas trata también la tipografía, lamentando el autor la ignoracia, el mal gusto y

poco discurso de los impresores del libro, encasillados en la rutina de preceptos y

hábitos tipográficos que pugnan con el sentido común (543), especialmente en lo

referente a la falta de distinción del grueso y altura de los tipos sin tener en cuenta el

contenido que reflejan. También lamenta el autor el gusto modernista por filetes,

bigotes y adornos que proliferan en los libros de principios del siglo XX y que considera

restan importancia al autor de la obra en beneficio del impresor. En este sentido culpa a

la Biblioteca Nacional por haber premiado obras de estas características, convirtiendo

así en moda lo que él considera vicio. Nuevamente cita a Dalmazzo y la importancia de

su tratado sobre tipografía que ya se ha mencionado en páginas precedentes, aunque el

autor considera que deberían existir preceptos sobre el particular; con ello pasa a

exponer una breve explicación sobre encuadernación en la que considera la necesidad

de una obra que trate sobre este tema sólo en el ámbito español y que, según explica,

debería ser firmada por José Lameyer González, poseedor de la biblioteca más copiosa

que se conoce sobre libros que tratan exclusivamente del arte de la encuadernación, no

se ha localizado ninguna obra sobre encuadernación en España firmada por Lameyer,

pero sí una historia de la encuadernación en España firmada en 1972 por Matilde López

Serrano137 y numerosas exposiciones con sus correspondientes catálogos que se han

realizado en los últimos años del siglo XX y primeros del XXI. Por su parte, Lameyer es

citado con frecuencia en la tesis doctoral de Antonio Carpallo Bautista138, en ella se

explica la formación de la colección de Lameyer:

137 López Serrano, Matilde. La encuadernación española: breve historia. Madrid, ANABA, 1972. 138 Carpallo Bautista, Antonio. Análisis documental de la encuadernación española. Tesis Doctoral dirigida por José López Yepes y Adelaida Allo Manero. Leída en la Facultad de Ciencias de la Información, Universidad Complutense de Madrid en 2001.


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En 1900 se crea el Instituto Catalán de las Artes del Libro así como las Escuelas

Salesianas que formarán a los futuros encuadernadores y personal de las artes gráficas.

En Madrid nace la Sociedad Española de Amigos del Arte. Aparece a finales del siglo

XVII el escudo del propietario de la obra en el centro de la tapa. También en Madrid, en

el siglo XIX aparecen las encuadernaciones estilo catedral. En el año 1880 las obras se

mandan a encuadernar a Francia por falta de encuadernadores. Hermenegildo Miralles

fue el impulsor del arte de la encuadernación en Barcelona. Hay que destacar a Rico y

Sinobas y a Lameyer, que comenzaron a buscar viejas encuadernaciones con las que

formaron una importante colección. Así mismo, en el trabajo citado se reseña la

adquisición de estas obras propiedad de Lameyer por parte del Palacio Real en el año

1917 en la noticia que se recoge de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos se hace

una somera mención a las obras que formaban la colección139. Páginas más adelante se

recoge otra noticia que ofrece datos más concretos sobre esta colección; esta vez

publicada por el Conde de las Navas en la Revista Arte Español de 1917, en el artículo

citado se explica que la colección de Lameyer constaba de 249 obras repartidas en 317

volúmenes. El propio Conde de las Navas es citado por el autor del artículo como el

primero y único en realizar una bibliografía sobre la colección de Lameyer en la obra

De Libros, publicada en 1908140.

Las cuestiones relativas a la ilustración se dirimen en el artículo como ajenas a la

composición del libro, la cita esta vez corresponde a la obra de Jacinto Octavio Picón

quien, según se indica era partidario de que toda ilustración es adversa al libro, curioso

dato tratándose de una obra de las características del Espasa, en la que la ilustración

jugó un papel tan importante. El autor se rectifica más adelante advirtiendo que sólo se

refiere a las que acompañan las obras históricas o puramente literarias, afirmando que,

según Picón, si la ilustración supera a la calidad del libro oscurece su contenido, si por

139 Ibid. p. 265 140 Navas, Juan Gualberto López Valdemoro de Quesada, Conde de las (1855-1935). De libros : (menudencias) [S.l. : s.n., 1908] (Madrid : Est. Tip. de Fortanet). - 274 p. ; 15 cm. - (Biblioteca amarilla y verde ; 3er limón). La obrita en cuestión se encuentra en la Biblioteca Nacional, sala de Documentación Bibliotecaria.


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203

el contrario son malas, estropean el contenido de éste. Para terminar este fragmento del

artículo dedicado a las partes del libro y en concreto a la ilustración del mismo, se

ofrecen ejemplos de obras profusa y lujosamente ilustradas entre las que se destaca el

llamado Quijote del Centenario, que contenía 689 láminas de Jiménez Aranda y 11 de

Alpériz, Bilbao, García Ramos, Luis Jiménez, L. Cabrera, Moreno Carbonero, Sorolla,

Sala y Villegas; es decir, los más importantes pintores y grabadores del momento, y que

contó además con un prólogo-juicio crítico a cargo de José R. Mélida y que ocupó nada

menos que ocho volúmenes.

El siguiente apartado trata de las divisiones del libro y en él se expone la

diferencia existente entre tomo y volumen, así como la normativa referente a la cantidad

de páginas que diferencia un folleto de un libro. Según el autor, en la Biblioteca

Nacional de París, los impresos de menos de 49 páginas reciben el nombre de piece,

mientras brochure es aquél que cuenta con menos de 100. En el momento de

publicación no existía, según se indica, una normativa clara para la diferenciación entre

folleto y libro. Exactamente se explica que ni el diccionario académico ni las

instrucciones oficiales para la catalogación de bibliotecas141fijan, en España, los

límites del folleto: la práctica constante entre cuantos manejan libros impresos acepta

para designar aquel las 50 hojas inclusive; excediendo en una sola página ya se

considera libro. (p. 544). Actualmente la extensión del libro no ha variado, según la

definición de la UNESCO, libro es toda obra impresa no periódica que consta de más de

49 hojas, actualmente con la evolución tecnológica sufrida por el libro es evidente que

ni es necesario que sea una obra impresa ni tampoco que conste de un número

determinado de hojas; aunque se sigue considerando folleto lo que está por debajo de

este volumen de papel. En cuanto a los términos intermedios que recoge la enciclopedia

como el francés brochure hay que decir que correspondería a nuestro encarte u

opúsculo, aunque puede traducirse también como folleto. Como cualquier manual de

141 Las instrucciones vigentes en ese momento eran las de 1902, que pueden consultarse en las Gazetas del mes de agosto de ese mismo año y que fueron redactadas por la Junta Facultativa de Archivos Bibliotecas y Museos.


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catalogación en sus primeras lecciones se explica la diferencia entre tirada y edición,

actualmente entre impresión y edición. Queda claramente explicada esta cuestión de la

siguiente manera: las tiradas no implican idea de corrección ni de modificaciones en el

texto, una primera tirada puede ser igual a las sucesivas, es decir a sus reimpresiones.

Edición expresa por el contrario que una obra se revisó, aumentó, corrigió, etc. La

moderna indistinción parte, según el autor, de la costumbre de Benito Pérez Galdós de

llamar a las tiradas o reimpresiones de sus obras ediciones, aún sin haber cambiado nada

en ellas. Lamenta el autor el abuso que en España se dio de los prólogos o proemios

durante el siglo XIX y trae a colación una anécdota sobre Manuel Cañete, quien era

especialmente requerido para escribir estas partes en numerosas obras, tanto es así que

algún literato decidió poner en su portada “sin prólogo de Don Manuel Cañete”. En

cuanto a los capítulos, considera que sirven para reposo del lector parafraseando a La

Granje: el establecer divisiones del texto sirve para rimar el trabajo del lector, para

suspender, aunque no sea más que un segundo, reposando la vista en el blanco del

papel después de haber recorrido las líneas negras de la impresión (545).

Evidentemente, esta visión del capítulo resulta un tanto simplista, puesto que la división

de una obra en partes estructuradas sistematiza su contenido, facilitando la

comprensión, no sólo el descanso de la vista. Por lo que se refiere a tablas e índices

nada se dice de la importancia de estos como directorio que guíe al lector hacia las

materias u otros datos interesantes para su trabajo impidiendo la búsqueda más

complicada, y mucho menos se habla de ellos como aparato y trabajo documental que

completa la obra intelectual; sólo se explica si deben ir al principio o al final de la obra.

Para terminar, se facilita una descripción de las partes del libro moderno en los

siguientes términos: a partir de las tapas o cubierta, la distribución del libro moderno

viene a ser ésta de izquierda a derecha: Guardas u hojas sin texto (que le defienden),

Anteportada, Portada, Preliminares, Texto (dividido en partes, secciones, libros,

capítulos, párrafos, etc.), Índices o Tablas, colofón, Cubierta o Tapa. (p. 545)

El apartado Las Artes del libro en nuestro días, proporciona como fuente el

artículo L’Art du Livre que estudió algunos caracteres tipográficos y apareció en la


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205

revista The Studio en 1914 como número especial; en el mismo se estudia la tipografía

inglesa, la encuadernación de lujo en Inglaterra, las artes del libro en Alemania, Francia,

Austria, Hungría, Suecia y América, de la mano de distintos especialistas como fueron

William Morris o Deubner, el primero estudioso del arte tipográfico inglés y el segundo

del alemán, del que confiesa que nada podía ponerse junto al Faust de la Doves Press

el cual fue publicado entre 1909 y 1910. El aprendizaje del arte tipográfico también se

refleja en este apartado y se citan como punteras las escuelas de Leipzig (Academia de

Artes Gráficos), la de Stuttgart, cuyo profesor más renombrado fue Vicenz Cissarz. La

escritura ornamental y la moda del gusto por el libro precioso, sin embargo, tiene como

principales usuarios a los emperadores austriacos, especialmente la emperatriz María

Teresa y su hijo, José II. En América el papel protagonista es de Teodoro L. De Vinne y

se cita la University Press como impresora de exquisitas obras tipográficas. El autor

lamenta la ausencia de España como país importante en tipografía en las enciclopedias

consultadas142, marcando sólo dos modestos jalones: la Crónica o commentari del

gloriosissim... Rey en Iacme [sic] obra de 1557, impresa en Valencia en la casa de Ioan

Mey Flandro y que está encuadernada en pergamino colorido por Vicente Benito; la

segunda obra española a la que se hace referencia es otro volumen intitulado Rajolas

valencianas y catalanas, per Font y Gumá (Joseph), impreso en Villanova y Geltrú per

Oliva y Milá en MCMV, con ilustraciones en negro y en colores intertextuales y texto

en francés. En cuanto a obras españolas sobre decoración del libro se recomiendan las

Breves notas sobre el decorado de los libros en España143y se celebra la existencia del

Instituto Catalán de las Artes del Libro que fue fundado en 1898 y que contaba con una

Escuela práctica profesional. De los impresores se cita a Ibarra como el más importante

de los españoles y a Monfort, quien en el siglo XVIII ofreció esplendor a la imprenta

valenciana.

142 Esta mención a las enciclopedias consultadas nos lleva de nuevo a las fuentes utilizadas para la redacción de la obra. No se indica de qué enciclopedias se trata, probablemente la de Meyer y la Grande Encyclopedie. 143 VINARDELL, SANTIAGO. Una empresa catalana de arte gráfico: la imprenta Oliva de Villanova. Seguida de unas breves notas sobre el decorado de los libros en España. Barcelona, 1915


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206

Los apartados que siguen a éste forman parte más de cuestiones

biblioteconómicas, bibliológicas o bibliográfícas por lo que tienen de disciplina en torno

al cuidado y atenciones del libro. Teniendo en cuenta que en la enciclopedia se tratan

las voces biblioteconomía, bibliología, bibliografía, y todas las pertenecientes a este

campo, podría considerarse redundante. Sin embargo existen algunas razones que

impiden esta sensación de repetición: por un lado, la enciclopedia es una obra de

referencia, fuente de la que se bebe para obtener datos concretos e inmediatos sobre un

tema; el Espasa, aunque con unas características especiales por la extensión con que se

tratan algunos de sus artículos, no es una excepción en este sentido, por lo que el lector

habitual ni siquiera se percatará de la redundancia. Por otro lado, y también en esto la

voz LIBRO nos sorprende, como lo hizo con la forma de tratar el tema de manera menos

rigurosa que en otros casos, no se hace reenvío a estas otras voces relacionadas, aunque

hay que advertir que sí habla de su existencia. Es decir, en el caso de esta voz ocurre

que se observa un tratamiento distinto al que cabría esperar en una obra de referencia:

describir la voz concreta y reenviar a las relacionadas a través de un véase. Esta

“infracitación” o “autocitación” por darle una denominación concreta, por otra parte

tiene un interés para quien se aproxima a la obra con el fin de investigar un campo

preciso del saber y su punto de vista en ella, ofreciendo puntos de arranque para

desbrozar todo el material que se contiene en sus páginas.

El primero de estos apartados es el titulado del uso y conservación de los libros

y es brevísimo, aunque de intenso contenido. La afición del autor por el material librario

ya se ha comentado en páginas anteriores y tiene sus defectos que le impiden tratar el

tema de forma rigurosa y objetiva; pero le lleva a hacer algunas recomendaciones

importantes para justificar la importancia de la disciplina bibliográfica y documental

como parte integrada en cualquier plan de estudios, en pocas palabras, prueba la

interdisciplinariedad de la ciencia documental. Para comenzar se recomienda que desde

la escuela primaria se enseñe la práctica de buena utilización del libro como una

disciplina más; además se considera necesario el estudio profundo de la conservación,

que conlleva tareas de colocación, limpieza, desinfección y almacenamiento; para ello


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207

se remite a los 33 preceptos dados por H. Klett144 y la consulta de las obras de

Cim145(p. 547). Por lo que hace referencia a la pedagogía del libro, el autor realiza una

loa a las virtudes que el libro tiene sobre la mente humana, llegando a entrar en temas

de actividad cerebral que no vienen al caso. No le falta sentido del humor cuando trata

sobre la importancia del libro vista por el tamaño (p. 547) en la que defiende el

contenido sobre el continente. Acaba el artículo de forma extensa remitiendo al lector a

la voz librería para estudiar temas de legislación y comercio, que tampoco trataremos en

estas páginas y haciendo un breve, pero repetido repaso, de las cuestiones relativas a

historia del libro que ya se habían visto en las primeras páginas de la voz. Es importante

un dato que se ofrece en el artículo y que hace mención a la fundación del Depósito

Legal: En tiempo de Felipe IV se concedió privilegio a la Biblioteca del Real

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, para adquirir gratis un ejemplar de todo

libro impreso que veía la luz pública. Por otra parte existieron, a lo largo de la historia

del libro, momentos amargos que el autor no deja de reseñar, como fue el nacimiento de

la censura, debido a la propagación de las doctrinas luteranas, y la especial atención que

se puso desde el poder (en este caso eclesiástico) sobre la impresión y comercio del

libro, para ello se reenvía a las voces CENSURA, SAGRADA CONGREGACIÓN DEL ÍNDICE y

EXPURGATORIOS, estas cuestiones, según se indica quedan más claras utilizando una

fuente específica como es el Manual legislativo de la propiedad literaria y artística,

publicado en Madrid en 1901; además se subraya la contribución al comercio del libro

de asociaciones como la Baersenverein alemana y el Cercle de la Librairie et de

l’imprimerie en Francia. La crisis del libro está presente en la Enciclopedia, ya se ha

dicho anteriormente, como lo está en la actualidad de cualquier publicación, ya no sólo

manual de disciplina documental o bibliotecaria, sino también en cualquiera de los

periódicos de información general. El autor explica, esto sí, que no parece posible que

mientras haya ideas desaparezca el libro, siquiera la librería tienda hoy, como todo, a

especializarse (p. 548). Lo cierto es que actualmente la librería se ha especializado y

144 En 1909 Harold Klett escribió un artículo titulado Don’t en el Library Journal de Nueva York en el que recogía 30 preceptos relacionados con los libros. 145 Cim, Albert. Le Livre : Historique-fabrication-achat-classement-usage et entretien. Paris : [Lahure], 1905-1908. - 5 v.


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hoy se encuentran no sólo establecimientos dedicados a bibliografía especializada, sino

también secciones especiales en grandes superficies dedicadas al libro146.

Llama la atención por actual, la gran preocupación que manifiesta el autor del

artículo en las cuestiones de “muerte del libro”, la desaparición del libro, la crisis de la

edición, fue un hecho también en la mitad del siglo XX, cuando salía a la luz el tomo de

la enciclopedia, textualmente el autor explica: De algún tiempo a esta parte se planteó

el problema de la muerte del libro, herido por la aparición de enemigos como las

revistas especiales. Como síntoma elocuente del golpe, se ofrecía la creación de una

biblioteca, exclusiva de tales publicaciones, por un individuo de la familia Rothschild.

(548) Para esta investigación hubiera sido de gran interés que el tema se tratara más a

fondo porque la iniciativa del mencionado Rothschild parece acercarse bastante a la

aparición de boletines de noticias científicas o por lo menos a bibliografías

especializadas de carácter científico. Pero la enciclopedia no ofrece más pistas sobre el

tema. El apartado concluye con una breve revisión sobre las estadísticas europeas de

venta de libros y su comparación con España. Los datos no son excesivamente

concretos y están recogidos de las opiniones de libreros realizadas en el momento sobre

adquisición de obras pertenecientes al siglo XVIII por lo que no ofrecen un interés

suficientemente destacado para cotejarlos con los actuales; sin embargo sí aparece la

clara queja sobre la edición de obras de clásicos españoles fuera de España; la cuestión

viene planteada a raíz de una conferencia del 1915 que ofreció Juan de la Cierva en el

Círculo Mercantil de Madrid y cuyas palabras fueron tenemos tipografía adelantada,

fábricas de papel, un idioma que es de medio mundo... y sin embargo, las ediciones e

nuestros clásicos se hacen más en Francia e Inglaterra que en España. De Francia se

surte América y hasta acontece que en París se han hecho más ediciones que en España

del Diccionario de nuestra lengua... (p. 549) Los datos estadísticos de los que habla la

enciclopedia en cuanto a edición fueron obtenidos de las siguientes fuentes: Estatutos de

146 Ejemplos de este hecho en España, concretamente en Madrid podrían ser la librería Ochoymedio, dedicada al cine; La Casa del Libro, vinculada a Espasa Calpe; o las librerías verdes, especializadas en libros sobre ecología.


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la Asociación de la Librería de España de 1908, El Mochuelo, periódico que fue el

órgano de la Asociación de Empleados de Librería y aquel mismo año pasó a llamarse

Boletín de la Librería; y la Federación Nacional de las Artes del Libro que publicó

estos datos en 1914. El Espasa no ofrece estos datos concretos que el lector podrá

encontrar en las fuentes mencionadas, sin embargo se felicita de que la publicación de

la Enciclopedia Espasa constituye un gallardo ejemplo del gran renacimiento de la

cultura patria con que soñamos y que debe resurgir pronto, como el fénix, de las

cenizas de pasadas grandezas (549), lo que supone el reconocimiento de la obra como

manifestación del movimiento regeneracionista del que ya se habla en capítulos

dedicados a la enciclopedia en otras páginas del presente trabajo. Entre otras obras que

hacen referencia a cuestiones de librería se citan, además del artículo LIBRERÍA que no

se trata en este trabajo de forma individual porque su contenido está más dirigido a

cuestiones editoriales que propiamente biblioteconómicas o documentales; y las obras

de J. Hebrard, De la Librairie (París, 1847); Pichon y Vicaire Documents pour servir à

l’histoire des librairies de Paris, aparecido en el Bulletin du Bibliophile de Noviembre-

Diciembre de 1893; y Brunet y Bellet, Notices de algunes llibreries de la Edad Mitjana,

aparecido en la Revista de Catalunya en Noviembre de 1896.

Se dedica, a pesar de contar con voz propia, un breve apartado a la bibliofilia en

el que sólo se hace mención a la distinción entre bibliomanía y bibliolatría, salpicando

el texto de anécdotas sobre distintos delitos encaminados a apoderarse del libro raro y

único. En cuanto a bibliografías se citan algunas curiosas como las de Brunet de libros

imaginarios y de alto precio o la de Thebussen sobre la biblioteca del Quijote. Para

terminar se exponen algunos ejemplos de curiosidades bibliográficas. Las sociedades

dedicadas al libro también cuentan con breve presencia, siendo citadas el Book Club

británico y norteamericano; el Roxburghe Club, fundado en 1812, en el que cada uno de

sus miembros tenían la obligación de imprimir un libro; el Bannatyne Club (1823), la

Camden Society (1838), la Parker Society (1840), Percy Society (1840), Hakluyt

Society (1846); Early English Text Society (1864); Holbein Society; Bibliographical

Society; Guttenberg Gesellschaft; American Spanish Society (fundada por Archer M.


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210

Huntington); la Sociedad de Bibliófilos Andaluces; la de Bibliófilos Madrileños; la de

Bibliófilos Españoles y la de Bibliófilos Catalans; de estas últimas españolas se habla en

el artículo bibliofilia y en la parte sobre bibliología en el tomo dedicado a España.

Como en todas las voces de la obra, se ofrece una amplia bibliografía, en la que

se recogen las obras a las que se ha hecho referencia a lo largo del texto. Destacan las

siguientes: Almanaque del Instituto Catalán de las Artes del Libro para 1913; Anuario

Italiano delle Arti Grafiche (Firenze); De las Librerías (Bibliotecas) de Fray Diego

Arce, que fue impreso en 1888 por Toribio del Campillo y se encuentra en la Biblioteca

Nacional de España (mss. 9525); La Dermotypotemnie, étude sur quelques livres cum

figuris et characteribus ex nulla materia compositis de Ernest Aumerle (Issoudun,

1867) ; La crise du livre de Baillière (París, 1904) ; Arte de la lectura de Rufino Blanco

(ca. 1915) y que contiene importantes datos sobre lectura y libros escolares; Le livre de

Bouchot (París, 1886) ; Livres payés en vente publique 1,000 fr et au-dessus de Brunet

(Burdeos, 1877) ; Recherches sur les editions Elzeviriennes de Brunet (París, 1866);

Amateurs et voleurs de livres de Albert Cim (París, 1903), del mismo autor Une

bibliotheque (París, 1902) ; Regestrum librorum de Fernando Colón, concretamente la

edición facsimilar que se hizo de esta obra en la American Spanish Society de Nueva

York; La tipografía, storia, técnica moderna, ed esercizio industriale dell’arte della

stampa de Dalmazzo (Turín, 1914); La donna nell’industria del libro (Lipsia, 1914); De

l’industrie du livre moderne. Conferences de Geisler; Curiosidades bibliográficas de

Manuel Gómez Imaz, aparecidas en La Controversia, vol. VI, Madrid, 1892); Manuel de

Bibliotheconomie de Graesel (París, 1897); Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos

Revue guide de lectures (1908-) ; El culto al libro, artículo aparecido en el Diario de

Barcelona en octubre de 1905 en el que se tratan temas sobre curiosidades bibliográficas

españolas, de Arturo Masriera, quien fue colaborador de la enciclopedia.

Como se puede observar, la mayoría de estas obras son de origen francés,

aunque no faltan las citas a obras italianas y españolas; este hecho se debe a dos

motivos: por un lado las fuentes de las que bebió la enciclopedia, por otro, la


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211

importancia de los estudios franceses en torno a las cuestiones librarias y

biblioteconómicas.

Aunque no es materia de este trabajo, es necesario dejar constancia de la

existencia de otras voces relacionadas con LIBRO y que también pueden consultarse en

la enciclopedia tras la voz mencionada como son: Libro de los muertos, Libros

apócrifos, Libros sagrados, Libros augurales, u otras similares. Sí se recogen en el

repertorio que se acompaña las que tienen que ver con la ciencia bibliológica:

LIBRO ENCADENADO. Cada uno de los que antiguamente estaban sujetos por medio de

una cadena al estante, pupitre o anaquelería. En el Boletín de Archivos, Bibliotecas y

Museos, Madrid 15 de diciembre de 1896 publicó don Ricardo Torres Valle un artículo

sobre estos libros. Los hubo también colgables.

LIBRO (VENDEDOR AUTOMÁTICO DE). Recientemente en Alemania se han establecido

distribuidores automáticos de libros, en los cuales los volúmenes ocupan una posición

análoga a la que se da en las vitrinas de las librerías. Quien quiere un libro echa una

moneda de un marco en una hendedura del aparato que corresponde al volumen

deseado y se le presenta automáticamente. Un empleado repone las faltas todos los

días.

LIBROS ANAPISTÓGRAFOS. Los que tienen sus hojas escritas o impresas en una sola

cara; esto es, los que contienen lectura en las páginas impares y blanco el verso de las

mismas. Son modelos de esta clase en España, los muestrarios de la Fundición Real de

caracteres de imprenta, publicados a fines del siglo XVIII, en Madrid. Por extensión

pueden clasificarse de anapistógrafos por su forma los libros chinos y japoneses,

impresos en tiras largas de papel, por una sola cara, dobladas y cosidas de manera que

al hojear el libro sólo quedan de manifiesto las páginas estampadas, quedando las

blancas detrás gracias al doblez y al cosido de la parte que corresponde al lomo. Se

reenvía a Arte Japonés.


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LIBROS DE ANTAÑO. Colección de libros españoles de textos antiguos nuevamente

dados a la luz por varios aficionados. Alcanza hasta 15 tomos.

LIBROS XILOGRÁFICOS. Llámanse así los que tienen sus páginas estampadas sobre

planchas grabadas en madera para diferenciarlos de los libros tipográficos que se

imprimen habitualmente con tipos de metal fundidos sueltos.

Como conclusión al estudio de esta voz y debido a las singulares características

del texto del artículo que ha sido exhaustivamente leído y de las que ya se ha hecho

mención al principio de este capítulo, se ha realizado una revisión de toda la bibliografía

citada por el autor con el fin de alcanzar a entender la relación del mismo con su forma

de tratar el tema. En la Biblioteca Nacional se ha podido consultar un librito, citado

frecuentemente en el texto, que recoge diversos aspectos sobre el libro y que firmó el

Conde de las Navas, quien, como ya se ha explicado en el capítulo dedicado a las

biografías de los colaboradores de la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo

Americana, fue uno de los autores principales. El libro pertenece a la colección

“Limón”, está fechado en 1908147 y reproduce el texto del artículo que se acaba de

comentar prácticamente en su totalidad, lo que, en un primer momento, ha llevado a

pensar que, encargado el autor por la editorial para escribir la voz libro, probablemente

debió utilizar sus distintos escritos para realizar el artículo. Profundizando un poco más

en el tema y consultando a algunas personas conocedoras de la evolución editorial de la

Enciclopedia se ha llegado a la conclusión, aunque no se cuenta con los documentos

correspondientes148 por lo que se ofrece como suposición, que posiblemente la editorial

147 La obrita en cuestión ha sido citada anteriormente en este trabajo, sin embargo repetimos la cita, se trata de De libros (menudencias) de Juan Gualberto López de Quesada, Conde de las Navas. Madrid, Fortanet, 1908. Colección Biblioteca Amarilla y Verde, Tercer Limón. En ella se recogen los mencionados artículos del autor, que también pueden consultarse en distintos lugares de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos entre los años 1902 y 1908. 148 Hay que recordar que el archivo de Espasa que contenía gran información sobre la edición e impresión de la enciclopedia se quemó en un incendio como se expone en el capitulo dedicado a la historia de la obra.


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compró los derechos de la obra a fin de poder reproducirla en la Enciclopedia

añadiendo, más tarde como colaborador al Conde de las Navas.

6.1.3.2. La voz BIBLIOTECA

La enciclopedia recoge bajo la voz BIBLIOTECA, como ya se ha dicho, todo lo

referente a estas instituciones desde su historia hasta un amplio directorio con datos

actualizados a fecha del tomo sobre las bibliotecas del mundo. No hay que olvidar que,

como ya se especificó en páginas anteriores de este trabajo149, el autor del artículo fue

con toda probabilidad Eudald Canivell, bibliotecario catalán profundo conocedor de las

cuestiones referentes no sólo a la biblioteconomía del momento, sino también a la

bibliofilia y a las bibliotecas en general.

Como en cada voz, la estructura del artículo responde a la de un diccionario

enciclopédico y se ofrece después de una breve introducción. En primer lugar

encontramos la traducción de la palabra al francés, italiano y catalán, inglés, alemán,

portugués y esperanto; inmediatamente después la etimología seguida de las distintas

acepciones sacadas del diccionario de la lengua. En este caso, antes de ofrecer al lector

el esquema que se seguirá en el estudio de la palabra, se explica la necesidad de tratar el

tema desde el punto de vista más científico posible y se habla de biblioteconomía como

la ciencia encargada de la administración de las bibliotecas; se considera la ciencia de la

biblioteca como ciencia hermana de la bibliografía. Curiosamente no se habla de

bibliología en esta introducción, aunque sí se ofrece la voz en la obra; por el contrario

no se ofrece la voz biblioteconomía, aunque sí se habla extensamente de ella en el

artículo que ocupa estas líneas.

Las definiciones que ofrece la enciclopedia son las siguientes: Local donde se

tienen muchos libros ordenados para la lectura // Conjunto de estos libros // Estante o

149 Concretamente en el capítulo dedicado a la materia documental en la Enciclopedia Ilustrada Europeo Americana y en el dedicado a los autores de la obra


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214

conjunto de estantes para colocar libros // Obra en la que se da cuenta de los escritores

de una nación o de un ramo del saber y de las obras que han escrito. Tal sucede con la

Bibliotheca Hispana de Nicolás Antonio, la Bibliotheca Reulis de Fontana y muchas

otras // Colección de libros o tratados análogos o semejantes entre sí, ya sea por las

materias de que tratan, ya por la época o nación a que pertenecen.

A continuación busca el concepto de la biblioteca como objeto de la ciencia,

expresándose exactamente en los términos siguientes dando un concepto

verdaderamente científico de la biblioteca, puede decirse que ésta es el depósito

indexado de libros para su conservación y custodia y mejor aprovechamiento y uso.

Aunque los romanos también usaron bibliotecas tenían la palabra propia para

nombrarlas: libraria, pero con el tiempo esta denominación quedó para el comercio o

las pequeñas colecciones de libros, reservándose biblioteca para las grandes. La

importancia de los libros en los tiempos modernos ha originado la llamada Ciencia de

la biblioteca, hermana de la bibliografía y como ésta hija de la bibliología. Consta de

dos partes: la Bibliotecografía, que da noticia histórica de las bibliotecas, esto es, su

descripción comparada; y aprecia el valor de las distintas colecciones que las han

formado; y la biblioteconomía, que se refiere a la administración y ordenación de las

bibliotecas, existiendo entre estas dos partes una relación análoga a la que existe entre

la historia y la filosofía, ya que mientras la primera trata de las diversas

organizaciones de las bibliotecas que en la realidad han existido, la segunda expone los

principios generales de la materia. En opinión de Petzholdt la primera es más

importante, sin embargo Zoller, y con él otros muchos sostienen que lo es la

biblioteconomía, a la que reservan el título de Ciencia de las Bibliotecas.

El artículo se divide en cinco secciones: Historia de la biblioteca, las bibliotecas

en España, lista de las principales bibliotecas del mundo, organización de las bibliotecas

y bibliografía.


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215

6.1.3.2.1. Historia de la biblioteca.

En cuanto a historia de las bibliotecas nada tenemos que añadir al artículo; las

obras consultadas coinciden en fechas y datos. Sin embargo es obligado hacer referencia

a la moderna biblioteconomía y al desplazamiento semántico que el término ha

experimentado desde el Tratado de documentación de Otlet hasta la actualidad,

momento en el que la tecnología ha tomado fuerza facilitando el acceso en línea a

bibliotecas de todo el mundo. Un ejemplo claro de ello es el trabajo realizado para el

presente estudio en el que se han podido consultar en red las obras anteriores o

coetáneas al Espasa a texto completo y sin barrera alguna. Lo prometido por Otlet y La

Fontaine en cuanto al acceso libre y universal a la información es ya un hecho, ahora

queda el reto de organizar todo ese volumen de datos y documentos para que resulten

accesibles por completo a cualquiera que quiera consultarlos; pero esto no es objeto de

este trabajo, que se centra en el estado de la cuestión antes de la publicación del Tratado

otletiano.

Otra de las cuestiones que nos ha llamado la atención en el texto de la

enciclopedia es la referente a bibliotecas Escolares que en los últimos años sufrieron un

abandono digno de ser estudiado y que parece que están saliendo de este olvido en la

actualidad. La biblioteca Escolar en época de la enciclopedia merecía, como se

demuestra en las páginas dedicadas a las Escuelas, un lugar específico y una atención

especial, como eran los materiales que contenía y que debe contener. En cuanto al

bibliotecario actual, remitimos al breve artículo de la Dra. Cecilia Fernández titulado El

bibliotecario del futuro en el que afirma: “Es deseable que ese bibliotecario del futuro

sea el garante de la UNESCO cuando en su manifiesto sobre bibliotecas proclama su

confianza en la biblioteca pública como fuerza viva, al servicio de la enseñanza, la

cultura y la información y como instrumento indispensable para el fomento de la paz y

de la comprensión entre las personas y entre las naciones. Este espíritu de biblioteca

debe perdurar con todas las transformaciones que la era multimedia imponga y ha de ser


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216

el bibliotecario el garante de ella”150. Por su parte, Josefina Mateu Ibars, en otro artículo

titulado De re libraria estudia no sólo la cuestión histórica de las bibliotecas, sino

también su proyección futura y basándose en la Clasificación Decimal Universal explica

cuáles deberán ser los puntos fuertes en el momento de hacer un estudio profundo de las

bibliotecas: “Dentro de la CDU, el 02 está dedicado a la biblioteconomía, con la

clasificación: 021: funciones, utilidad, creación y formación de bibliotecas. 022:

Edificios e instalaciones. 023: Personal de las bibliotecas; organización. 024:

Aplicación de las bibliotecas. Reglamentos para su uso. 025: Departamentos

administrativos y trabajos técnicos (dirección, adquisiciones, técnica de los catálogos,

clasificación, indización, thesauri. Obras de referencia. Información bibliográfica.

Préstamo. Encuadernación. Conservación y reparación de libros. Colocación de libros

en los depósitos. Locales, mantenimiento. 026: Bibliotecas especiales. En esta notación

se estructura toda la panorámica del planteamiento de función social de la biblioteca que

debe tener una normativa para el servicio al público lector”151. La cuestión, tal y como

la plantea esta autora, responde perfectamente a la definición de bibliología que ofrece

el Espasa; pero también a la visión de la biblioteconomía que nos deja el autor del

artículo que nos ocupa. Buonocuore, por su parte, habla de economía bibliotecaria,

origen del término biblioteconomía, contraponiendo ésta a la bibliología o parte

doctrinaria y teórica que la convierte en ciencia alejándola de la primera, así niega la

identificación de ambas palabras que, cita, Fumagalli hace sinónimas.152 En cualquier

caso, la voz hace referencia a la biblioteca y a la biblioteconomía, sin mirar hacia la

bibliotecología; este aspecto se toca en otro capítulo del presente estudio153.

Se estudian en el artículo de forma somera las bibliotecas hebreas, egipcias,

asirias, griegas, romanas, la biblioteca y museion de Alejandría, bibliotecas bizantinas,

monásticas de la edad media y árabes. Algo más de espacio se dedica a las bibliotecas

150 FERNÁNDEZ, CECICLIA. “El bibliotecario del futuro” en Revista General de Información y Documentación. Vol. 5, n. 2, Madrid, 1995. p. 4 151 MATEU IBARS, JOSEFINA. “De re libraria”, en Revista General de Información y Documentación. vol 4. Madrid, Universidad Complutense, 1980 152 BUONOCUORE, DOMINGO. Diccionario de Bibliotecología. Buenos Aires, Marymar, 1979, p. 80 153 Capítulo sobre la materia documental en la enciclopedia.


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217

medievales independientes de las monásticas y se hace un rápido repaso por las

bibliotecas privadas y sus destinos, entre éstas se citan la de Pedro de Luna, las del

Comendador Núñez, Arias Montano y Antonio Agustín; la del cronista Pere Miquel

Carbonell; la de Lorenzo Ramiro de Prado, la del Marqués de San Felipe; la de Gabriel

Soria, Ramón Foguet, Cardenal Despuig, Marqués de Montealegre, Marqués de

Morante, Conde de Altamira, José Miró, Casa de Osuna, Montoliú, Miró y Alberti,

Salvá, Gayangos, Grimaldo, Carmena y Millán, José de Salamanca, la musical de Juan

Carreras, Cánovas del Castillo... finalizando con una breve descripción de las

bibliotecas en la edad moderna y su importancia desde la invención de la imprenta.

La colección o fondo bibliográfico que la biblioteca pone, actualmente, en

manos de los usuarios, también ha cambiado sensiblemente desde 1910 y aunque

históricamente el libro es el objeto por excelencia guardado en las bibliotecas, hay que

decir que la concepción de éstas como algo vivo ha ayudado a la mutación del concepto,

ya que ha ido acercando las cuestiones bibliotecarias y biblioteconómicas para que se

conciba como necesario el albergue de otros tipos documentales.

La colección bibliotecaria es, sin duda, singular, es decir, propia de cada

biblioteca, pero no homogénea ya que dentro de cada colección existen partes diversas

con características de muy distintos tipos. Esta es la razón por la que el desarrollo de la

colección debe ser planificado, a fin de recoger todos los documentos que respondan

con mayor pertinencia y eficacia a las necesidades de los usuarios.

En lo referente a la organización, también la situación es distinta a la de 1910.

Cada vez más lo importante es hacer accesible el documento para el usuario; esto

porque muchas de las cuestiones de conservación han sido solucionadas gracias a

procedimientos tecnológicos, como es el caso de la digitalización de fondos antiguos o

deteriorados, que de otra manera quedaban excluidos del acceso público y podían ser

consultados solamente por investigadores muy selectos. Aquí entra en juego, además, la

automatización de los servicios bibliotecarios, cada vez más eficaz, hasta el punto de


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218

que, salvando casos especiales, los documentos que entran en la biblioteca lo hacen

prácticamente catalogados154, el bibliotecario ocupado en estas tareas sólo tiene que

pegar en el documento el tejuelo correspondiente – también preparado para que no

existan errores – y en el peor de los casos, añadir la alarma y el sello del

establecimiento. Avances todos ellos que han permitido que el bibliotecario sea un

profesional cada vez más especializado en cuestiones concretas relativas a las

necesidades de los usuarios.

6.1.3.2.2. La biblioteca en España

En esta sección se nombran las bibliotecas desaparecidas, públicas o privadas, y

se reenvía a las voces referentes a las distintas provincias donde se hallaron ubicadas

para más información. Consideramos que este apartado tiene una especial importancia,

ya que recoge todas las bibliotecas que existieron y fueron eliminadas por cualquier

causa, con noticia de los fondos que contenían y del destino que éstos tuvieron; así

como de los motivos de las desapariciones. En algunos casos fue la ley de

desamortización la culpable de eliminación de fondos, que sin embargo fueron a parar a

establecimientos estatales, ya fueran bibliotecas provinciales o de centros docentes; más

grave creemos la destrucción de algunas de ellas por fuego ya que se trata de fondos

irrecuperables.

Entre las bibliotecas públicas españolas que habían desaparecido en 1910 se

citan concretamente (pp. 665-666):

Salamanca. Fundada por Alfonso el Sabio155, contenía riquezas bibliográficas

tan raras como preciosas. Como en su mayor parte fue a enriquecer la Universitaria y

154 Tal es el caso de algunas bibliotecas en las que la tarea de catalogación se limita ya a pasar el libro por un lector óptico capaz de descifrar el código de barras y añadir al catálogo la ficha. 155 La historia de la biblioteca universitaria salmantina puede verse en http://www.usal.es/~bgh/1024/archivos/historia.pdf. Aunque el dato nos sorprendió en un principio, la lectura del artículo citado explica con claridad la presencia de Alfonso X el Sabio en el origen de esta


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219

Provincial, sólo debe figurar condicionalmente entre las desaparecidas. Existían además

las de los llamados Colegios Mayores y una de las más ricas era la del Colegio Mayor

de Cuenca, algunos de cuyos preciosos libros se guardan hoy en la Biblioteca Real.

Zaragoza. Cuenta la tradición que contenía en los albores de la Edad Media

una biblioteca rabínica y otra arábiga, destruida por azares de guerra antes del siglo

XII. Después poseyó otra, destruida por los franceses en el asedio de 1809.

Córdoba. Contenía la preciosa biblioteca de Almanzor, quemada en el siglo XV y

que en mínima parte pasó a enriquecer la de El Escorial.

Alcalá de Henares. El cardenal Cisneros fundó una riquísima biblioteca en la

Universidad Complutense. Pasó, en su mayor parte, a enriquecer la Biblioteca de la

Facultad de Derecho de la Universidad Central.

Osuna. Encerraba la universidad de esta villa una biblioteca de más de 20.000

volúmenes, que al ser abandonado dicho centro, desapareció por incuria y abandono.

Valladolid. La del Cardenal Pedro González de Mendoza (1480), pasó en 1836 a

engrosar la universitaria.

Bilbao. Era notable y fue destruida en la guerra civil de 1874.

Huesca. Poseyó la de la Universidad Sertoriana y en su provincia radicaban las

de los monasterios de San Juan de la Peña, Sixena y San Victorián, que en parte se

hallan en la Provincial.

biblioteca, a la que otorgó las primeras Constituciones por lo que la Enciclopedia la considera pública. Más tarde, como se reseña en la obra, esta biblioteca pública fue a enriquecer la de la Universidad de Salamanca.


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220

Valencia. Poseía esta provincia las riquísimas bibliotecas del Monasterio de

San Miguel de los Reyes y la del convento del Ara Coeli, que al desaparecer

enriquecieron la universitaria.

Tarragona. La más rica de las bibliotecas españolas desaparecidas fue la del

monasterio cisterciense de Poblet, situado en esta provincia. Dividíase en Biblioteca

vella (fundada por el rey don Pedro III de Aragón) y Biblioteca nova (debida a don

Pedro Antonio de Aragón, cuarto hijo de los duques de Cardona). Pocas bibliotecas se

conocen que poseyesen como ésta una encuadernación uniforme para todos sus

volúmenes. Era de tafilete rojo con escudo partido de Cataluña y Castilla y, como se ve

por alguno de sus volúmenes que han ido a parar a la Provincial de Tarragona y a

bibliotecas particulares (la de don Pablo Font de Rubinat de Reus posee más de 50),

todos los ejemplares de esta biblioteca eran una preciosidad bibliográfica. Fue

saqueada en 1835. (Para su descripción véase la obra de Finestres sobre Poblet). La

del monasterio de Santas Creus, de esta misma provincia, era también notable:

contenía gran cantidad de manuscritos de los siglos XIII, XIV y XV, y además una

colección de incunables de no escaso valor. Fue destruida también en 1835, y algunos

de sus ejemplares hállanse en las provincias de Tarragona y Barcelona. De las

bibliotecas de los conventos de Scala Dei, Cardó, Escornalbou y las de los padres

franciscanos y jesuitas de Reus, sólo se sabe que fueron destruidas en igual fecha.

Lérida. Citaremos, entre las bibliotecas desaparecidas en esta provincia, las de

las universidades de Lérida y Cervera y la del monasterio de premostenses de Bellpuig

de los Avellanes. Algunos de los ejemplares de la primera y segunda figuran en la

Biblioteca Provincial de Lérida y otros en las de igual clase de Tarragona y Barcelona.

Hay que notar que la de Cervera poseía en 1799 un catálogo impreso y que en la de

Bellpuig de los Avellanes se guardaban libros raros y curiosos y muchos manuscritos

allegados por los sabios Carsemar, Pascual, Martí y otros eruditos que en el mismo

cenobio florecieron.


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221

Gerona. Desaparecieron las de los conventos de San Narciso y San Félix, yendo

a parar algunas de sus preciosidades a la Provincial, al archivo de la Delegación de

Hacienda y a la universitaria de Barcelona otras. En el cenobio de Santa María de

Ripoll había rarezas bibliográficas tales como el llamado Psalterio de Carlo Magno,

precioso códice escrito en oro y plata sobre pergamino morado. Por desdicha se

desconoce el paradero de la casi totalidad de las riquezas contenidas en la Biblioteca

de Ripoll.

Barcelona. Desaparecieron con los conventos incendiados en 1835 y 1909 gran

número de ricas bibliotecas. Entre las quemadas en 1835 hay que citar las de los

padres franciscanos, mercedarios y trinitarios, y sobre todo la del convento de Santa

Catalina, notable por sus códices, incunables y manuscritos. En los conventos de San

Jerónimo de la Murtra (Badalona), San Cucufate del Vallés, San Benito de Bages, y en

la ciudad de Vich, desaparecieron también riquísimas bibliotecas. Las del convento de

las Jerónimas y de los Padres Escolapios de San Antonio Abad, incendiadas en 1909,

contenían valiosos incunables, que en parte fueron pasto de las llamas y otra parte fue

robada y vendida al extranjero.

Si es interesante la parte correspondiente a bibliotecas públicas desaparecidas,

no lo es menos la que hace referencia a las bibliotecas privadas o particulares, de las

cuales la más importante – según el Espasa – es la del Marqués de Villena, Don Enrique

de Aragón, que se formó en el siglo XV siendo quemada por Lope de Barrientos en

cumplimiento de una orden de Juan II a la muerte del Marqués; la enciclopedia asegura

que, aún así, una buena parte de esta biblioteca fue a manos del marqués de Santillana y

más tarde a la Biblioteca Nacional, datos que obtiene de la Crónica de Pedro López de

Ayala. Las bibliotecas particulares desaparecidas en 1910 de las que da noticia la obra

son las siguientes:

Biblioteca de Pedro de Luna. Fue formada por el antipapa en el siglo XV,

primero en Aviñón y después en Reus y Peñíscola. Al morir la legó al cardenal Muñoz,


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222

natural de Teruel, pasando después de éste a la familia de su nombre, que fue la de los

barones de Escriche. Era riquísima en manuscritos de época.

Biblioteca del comendador Núñez, de Arias Montano y don Antonio Agustín.

Fueron las allegadas por estos sabios en Salamanca, Valladolid, Zaragoza y

Tarragona. Los códices griegos del primero los donó a la biblioteca de la universidad

de Salamanca. Desaparecieron durante los siglos XVI y XVII.

Biblioteca del Cronista Pere Miquel Carbonell. Formada en el siglo XVII, fue a

parar en parte a Lérida y en parte a la del cabildo catedral de Barcelona. Tenía la

costumbre este cronista de regalar sus libros en vida.

Biblioteca de don Lorenzo Ramiro de Prado. Existió en Madrid desde el siglo

XVII. Poseía catálogo impreso en el XVIII. Se ignora su paradero.

Biblioteca del marqués de San Felipe. Fundada en Madrid en 1704. Tenía un

catálogo en tres tomos, impreso en 1708.

Biblioteca de don Gabriel de Sora, obispo de Albarracín. La organizó este

prelado en su diócesis en 1604. Tenía un catálogo de 1618.

Biblioteca de don Ramón Foguet, canónigo de Tarragona. Databa del siglo XVIII

y era notable por el número de obras de historia y arqueología que encerraba. La legó

al convento de franciscanos de la misma ciudad. Buena parte de ella pasó después a la

provincial de Tarragona.

Biblioteca del cardenal Despuig, de Palma de Mallorca. Era notabilísima y

pasó a poder de los condes de Montenegro, quienes en 1910 la han cedido a la

Biblioteca Vaticana de Roma.


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223

Biblioteca del Marqués de Montealegre. La fundo en Madrid, ignorándose su

actual paradero, como también la del Marqués de la Fuensanta del Valle, del conde de

la Villaumbrosa, la don Evaristo Pérez de Castro, la de don José de Fontagut y

Gargollo y la del Marqués de Moya, todas existentes en Madrid a principios del siglo

XIX.

Biblioteca del Marqués de Morante. Estuvo en Madrid y era notable por su

colección de autores clásicos. Tenía un catálogo razonado, impreso, muy notable. Fue

vendida en París en 1872.

Biblioteca del conde de Altamira y marqués de Astorga. También en Madrid,

notable por el número y pluralidad de materias que contenía. Se vendió en París un año

antes que la anterior.

Biblioteca de don José Miró. Se trataba de la biblioteca de un español residente

en París y contaba con una gran colección de libros de caballerías. Fue vendida, como

las anteriores, en París en el año 1878.

Biblioteca de la casa de Osuna. Esta biblioteca fue adquirida por el Estado por

la Ley de 14 de Agosto de 1884 en la que se autorizaba al Ministerio de Fomento para

comprarla y que fue publicada el 18 de agosto del año mencionado156. Fue comprada

por 900.000 pesetas y se dispersó su contenido pasando a la Biblioteca Nacional

aquéllas obras que ésta no poseía y los manuscritos; mientras los documentos restantes

que trataban de derecho político, historia constitucional y materias afines fueron

entregados a la Biblioteca del Congreso.

Biblioteca del Marqués de Montoliú. Estuvo en Tarragona y fue vendida y

deshecha.

156 http://www.boe.es (consulta agosto 2006)


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224

Biblioteca de la casa Miró de Alberti. Estuvo hasta principios del siglo XIX en

Reus y fue vendida y deshecha.

Biblioteca de Salvà (padre e hijo). Se creó en Valencia y se publicó de la misma

un catálogo razonado e impreso. Fue vendida al conde de Benhavis y se deshizo en

París a finales del siglo XIX.

Biblioteca del marqués de Grimaldo. De manos de éste la adquirió Gaspar

Melchor de Jovellanos quien a su muerte la legó al Instituto de Gijón.

Biblioteca de don Pascual de Gayangos. Pasó a formar parte de la Nacional de

Madrid, para la cual la adquirió el Estado por real decreto de 10 de marzo de 1900 por

el precio de 400.000 pesetas, previo catálogo que se formó al efecto157.

Biblioteca de don Luis Carmena y Millán. Se trataba de una colección

especializada en tauromaquia la compró Mr. Huntington.

Biblioteca del marqués de Jerez de los Caballeros. La formó este prócer en

Sevilla. Tenía especial riqueza por poseer ediciones de El Quijote y contó con catálogo

impreso en 1903. Fue adquirida, como la anterior por los bibliófilos Huntington y

Archer, que la trasladaron a Estados Unidos. Según el Espasa, como biblioteca de

colección de El Quijote, sólo fue superada por la de Bonsoms, de Barcelona.

Biblioteca musical de don Juan de Carreras y Dagas. Formada por este músico

entre 1876 y 1894 en Gerona, se consideró como imprescindible para el conocimiento

de la historia, técnica y arqueología musical. Fue adquirida por la Diputación de

Barcelona. Existieron otras bibliotecas musicales de importancia, entre las que se

157 Ibid. Real decreto autorizando al Gobierno para adquirir, con destino á la Biblioteca Nacional, la biblioteca que fué de D. Pascual Gayangos.


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225

encontraban la de Hilarión Eslava y Mariano Soriano Fuertes en Madrid y Barcelona; se

perdieron y se ignora su paradero.

Biblioteca de don Valentín Carderera. Fundada por el escritor en el siglo XIX en

Zaragoza, era rica en libros sobre bellas artes, historia y en grabados y láminas.

Biblioteca de don Antonio Cánovas del Castillo. Fundad en 1865 en su casa de la calle

Serrano, conocida como La Huerta. Constaba de 35.000 volúmenes y tenía gran

cantidad de obras raras y curiosas y una importante colección de literatura regional,

especialmente catalana. Se deshizo a la muerte del político y fue a parar a manos de sus

herederos. Contaba con un catálogo impreso en tres tomos.

Se considera en este apartado del artículo que la cultura bibliográfica española

está fuertemente ligada a las órdenes religiosas, que se encargaron de difundirla a través

de copias y más tarde como objeto de estudio para las órdenes de enseñanza como

fueron la Compañía de Jesús.

6.1.3.2.3. Lista de las principales bibliotecas del mundo (668-732)

La enciclopedia presenta una exhaustiva lista en tablas en la que se recogen, en

orden alfabético, todas las bibliotecas existentes en el mundo con indicación de sus

fondos, presupuesto y otros datos de interés. Aunque no llega a constituir un directorio

de bibliotecas propiamente dicho, sí ofrece una visión general de la situación en el

mundo en la fecha de edición de la Enciclopedia. Se ofrecen datos sobre presupuesto

anual de cada biblioteca, tipo de establecimiento y número de documentos que

constituyen el fondo.


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226

6.1.3.2.4. Organización de las bibliotecas (732-735)

En este capítulo se revisan algunas teorías de organización de bibliotecas como

las de Schrettinger y Budih (ordenación alfabética) y Franke y Efert (principio histórico

u ordenación cronológica), llegando a la conclusión de que el modo más adecuado es la

clasificación por materias. Se recomienda el uso de dos tipos de catálogos uno

sistemático y otro alfabético y uno especial para manuscritos; igualmente se explica el

contenido de la ficha catalográfica, a la que se denomina papeleta. Se exponen

recomendaciones en cuanto a seguridad y conservación del fondo e incluso en cuanto a

orientación de las salas, citando la recomendación de Vitrubio de que éstas deben

orientarse al Este o al Sur y se proporcionan recomendaciones en cuanto al préstamo de

documentos. Se considera que deberían existir distintas estancias para manuscritos,

música, estampas, mapas, pinturas, etcétera. Por último se describen los edificios de

diversas bibliotecas (Británica, Congreso, Nacional de París, Stuttgart, etc).

Esta parte dedicada a la organización bibliotecaria comienza con una declaración

de principios: se trata de una ciencia, si bien, en 1910 aún la enciclopedia no decide cuál

es ésta, considerando sinónimos o cuasisinónimos los términos bibliotecografía,

bibliotecología, bibliotecotecnia y biblioteconomía, a los que remite en sus respectivas

voces. Como ya se ha mencionado en páginas anteriores, en el tomo España estas

cuestiones relativas a las disciplinas documentales, concretamente la bibliotecografía,

bibliotecología, bibliotecotecnia y biblioteconomía son tratadas bajo la materia

bibliología; en el cuerpo de la obra, sin embargo, se observa cierta confusión, aunque se

suelen asimilar a las materias bibliografía, diplomática o bibliología, según las fechas de

aparición de los tomos que contiene los vocablos; así las materias se asimilan a la

ciencia diplomática en los primeros tomos y a la bibliotecología en los últimos.

A continuación se repiten algunos datos sobre historia de las bibliotecas; pero

sólo los referentes a colocación del fondo según sus características físicas; así se explica

que las bibliotecas romanas contaban con salas de luz suave y agradable y estaban


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227

profusamente decoradas; los libros, o mejor dicho, el material de lectura, era colocado

en cajas dentro de armarios. En lo referente a los rollos, éstos contaban con etiquetas

colgantes en las que figuraba el título de la obra; los códices permanecieron tumbados

durante años y en las partes altas de los armarios se encontraba una cartela que daba

noticia de las obras allí conservadas.

La Edad Media es uno de los momentos clave en la evolución de las bibliotecas

según el Espasa; precisamente por que se trata del comienzo de la costumbre de la

lectura individual y silenciosa, el interés por las ciencias, constituyó, además, una

característica de las clases sociales más altas motivo por el cual las bibliotecas

particulares cobraron importancia y fueron conservadas como cuestión de prestigio

personal. En cuanto a bibliotecas que podrían considerarse más públicas, los volúmenes

se encontraban sobre mesas o pupitres, atados con cadenas; son los conocidos como

barbetos o libros encadenados; de tal manera que pudieran ser utilizados por los lectores

sin que fueran sustraídos; el autor del artículo lamenta que estas obras no seguían orden

ni clasificación en su organización. En el Renacimiento la biblioteca comienza a

convertirse en credencia y aparece la sala reservada en la que las estanterías se fundían

con el muro, quedando un gran espacio central para los lectores. Según la enciclopedia

es en este momento en el que se generalizó la colocación de libros por orden alfabético,

ideada por Schrettinger y Budin; pero también, según el autor, esta ordenación dejó de

utilizarse por su falta de fundamento científico, al igual que la organización cronológica

dispuesta por Franke y Efert. Ambos tipos de organización fueron consecuencia de las

distintas maneras de ordenación de documentos en los archivos158.

A partir de aquí el autor del artículo ofrece su opinión en torno a cuestiones

biblioteconómicas. En primer lugar, en lo referente a ordenación: el único método

aceptable es el fundado en un criterio científico o sistemático, según el cual los libros

se clasifican conforme a la ciencia o materia de que tratan; en este sentido, se ha

158 Estos aspectos sobre la organización de documentos de archivo se tratan en este trabajo en el capítulo dedicado a la Archivísitica.


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228

intentado localizar en la enciclopedia, dentro de la voz clasificación, alguna alusión a la

clasificación bibliotecaria; como se puede comprobar en el repertorio fruto del vaciado

de la obra; en esta voz no se ofrece nada al respecto; sin embargo se hace amplia alusión

a la clasificación de las ciencias y a los diversos sistemas existentes. Sí aparece esta

explicación de los sistemas clasificatorios documentales en la voz bibliografía y a ella

se remite desde estas páginas para completar el capítulo y con el fin de no ser

repetitivos.

El catálogo es otra de las herramientas bibliotecarias por excelencia. El autor

advierte que en toda biblioteca debe haber catálogos de dos clases, uno de autores y

obras anónimas y otro de materias. Actualmente el catálogo es informatizado o

automatizado, por lo que, gracias a la técnica se han podido eliminar los enormes

ficheros que contenían el mismo con sus envíos y reenvíos; en la actualidad existen

diversos tipos de programas informáticos que, a través de la elaboración de bases de

datos de tipo relacional ayudan al usuario a encontrar el documento desde los distintos

puntos de acceso de la forma más eficaz y relevante posible. Sin embargo, esta

herramienta de trabajo sería imposible de diseñar sin los conocimientos adecuados sobre

normalización y organización documental; las tareas informáticas y el conocimiento de

los sistemas automatizados tienen, a su vez, un importantísimo papel en el buen diseño

de catálogos automatizados ya que ayudan al entendimiento y cooperación entre el

profesional de la documentación y el de la informática en tareas bibliotecarias.

6.1.3.2.5. Bibliografía sobre bibliotecas

Sobre las bibliotecas de los antiguos pueblos de Oriente y Grecia

Partey. Das Alexandrinische Museum (Berlín, 1838)

Ristch. Der Alexandrinische Bibliotheken (Breslau, 1838)

Conze. Ueber die pergaminsche bibliothek inder Sitzungsberischter der Berliner

Akademie (1884)


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229

Sobre las bibliotecas de la antigua Roma

Geraud. Essai sur les livres dans l’antiquité, particulièrement chez les romains (París,

1840)

Birt. Das antike Buchwesen in Seiner Verhaltuis zur Litteratur (Berlín, 1882)

Fe. Biblioteche in Italia nell’epoca Romana (Milán, 1894)

Sobre las bibliotecas medioevales (sic)

Waltembach. Das schriftswesen in Mittelalter (Leipzig, 1896)

Golttlief. Ueber mittelalterliche Bibliotheken (Leipzig, 1890)

Sobre las bibliotecas en general, esto es, refiriéndose a las de todos los países y épocas

Egger. Histoire du livre, depuis ses origines jusqu’ à nos jours (París, 1880)

Koheler. Geschischte des literaischen Lebens (1906)

Edwards. Memoirs of Libraries (Londres, 1859) // Libraries and founders of Libraries

(Londres, 1865) // Free town Libraries (Londres, 1869) // Sices of the founders of the

British Museum (Londres, 1870)

Vogel. Literatur europaischer ofentlicher und Korporationsvibliotheken (Leipzig, 1840)

Petzhold. Handbusch deutscher bibliotheken (Halle, 1853)

J. Gautier. Nos bibliothèques publiques, leur situation légal, etc. (París, 1903)

Schwenkes. Adressbuch der deutschen bibliotheken (Leipzig, 1893)

Rhess. Manual of public Libraries (Filadelfia, 1859)

Public Libraries of de United States of America (Washington, 1876)

Library List (Nueva York, 1887)

Peray. Las principales bibliotecas del mundo (Barcelona, 1910)

Ziegerbauer-Legipont. Historia rei literaria ordinis S. Benedicti

J.B. Labiche. Notices sur les dépots litteraires et revolution bibliographique à la fin du

siècle dernier (1880)


_____________________________________________________________________________

230

En cuanto a su administración, organización y arquitectura

Comte de Laborde. De l’organissation des bibliothèques dans Paris (1845)

Victor Advielle. Les droits et les devoirs des conservateurs et administrateurs de

bibliothèques communales

Jules Cousin. De l’organisation et de l’administration des bibliothèques publiques et

privées. Manuel théorique-practique du bibliothécaire (1882)

J.L. Pascal. Les bibliothèques et les facultés de médecine en Angleterre (París, 1884)

Chalonnois. Traité des plus belles bibliothèques publiques (París, 1644)

Durey de Noniville. Dissertation sur les bibliothèques (París, 1768)

Lottin. Coup d’oeil éclairé d’une bibliothèque (París, 1733)

Martins. Plan d’une bibliothèque universelle (París, 1837)

Bailly. Notices historiques sur les bibliothèques (París, 1838)

Petit-Radel. Recherches sur les bibliothèques anciennes et modernes (París, 1819)

Daruty de Grandgné. Vade-mécum du bibliothécaire (París, 1897)

Barbier. Nouvelle bibliothèque d’un homme de goût (París, 1608)

De la Caille. Histoire de l’imprimerie et de la livrairie (París, 1689)

Cousin. Manual teórico práctico del bibliotecario y de la administración y

organización de las bibliotecas públicas y privadas (París, 1882)

Hoe. Catecismo de la ciencia del bibliotecario o Estudio de las bibliotecas (Leipzig,

1877)

Constantin. Biblioteconomía o nuevo manual completo para el arreglo, conservación y

administración de las bibliotecas (Ed. Castellana de Dionisio Hidalgo, 1866)

De la Enciclopedia Británica o Diccionario de ciencias, artes y literatura (Limburgo,

1882)

Quesada. Las bibliotecas europeas y algunas americanas (Buenos Aires, 1877)

Edward. Memoir of libraries including a handbook of library economy (Londres, 1859)

Maire. Manuel practique du bibliothécaire (París, 1896)

Daruty de Grand-Pré. Vadémecum du bibliothécaire (París, 1897)


_____________________________________________________________________________

231

Schleiermacher. Bibliografisches system des gesamten Wissenschftskunde (1852)

M. Dewey. Decimal classification and relativ index (Boston, 1874)

Revistas

Serapeum (Leipzig, 1840-1870)

Anzeiger fur Literatur (1840-1886)

Zentralblin bibliothekswesen (subvencionada por el gobierno prusiano)

The Library Chronicle (1881-1889) la siguió The Library a partir de 1889 (órgano de

las bibliotecas inglesas)

The Library Journal (1876) órgano de las bibliotecas americanas

Bulletin des bibliothèques et des archives (1884) siguió Revue de bibliothèque

(subvencionadas por el gobierno francés)

Rivista delle biblioteche (Florencia, 1888)

Para las bibliotecas de España

J. Ribera. Bibliófilos y bibliotecas en la España Musulmana (Zaragoza, 1896)

Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (Madrid, 1871)

Otras voces relacionadas con las bibliotecas que aparecen en el texto de la enciclopedia

son:

BIBLIOTECA (der)

Estudia la biblioteca desde el punto de vista del Derecho. Se repasan las políticas

bibliotecarias españolas hasta la Real Orden de 1909 en la que obliga a las bibliotecas

universitarias a abrir los domingos. Se hace mención también del establecimiento de

concursos bibliográficos.


_____________________________________________________________________________

232

BIBLIOTECA (lit)

Estudio de las bibliotecas desde el punto de vista de la Literatura. Colección o

serie de libros. Conjunto de obras de un autor o de un determinado número de autores

que suelen tener características especiales. Se citan la Biblioteca de Autores Españoles

de Rivadeneyra, la Biblioteca Universal de Pi y Margall, la Nueva Biblioteca de

Autores Españoles dirigida por Menéndez Pelayo y la Biblioteca jurídica de Autores

españoles publicada por la Revista de Legislación.

BIBLIOTECA DE APOLODORO

Recopilación hecha por el gramático ateniense Apolodoro

BIBLIOTECA HISTÓRICA Ó HISTORIA GENERAL

Estudia la colección de 40 libros de los que se conservan del I al V, fragmentos

del IX y X y del XI al XX completos. Constituía una verdadera historia universal hasta la

conquista de la Galia por Julio César. Su autor Diodoro de Sicilia tardó treinta años en

prepararla a través de la recopilación de documentos de archivo y de citas de distintos

autores.

BIBLIOTECAS MUSICALES

Las especiales destinadas a recoger y guardar partituras, tratados de música,

obras musicales y todo lo que se refiere a este arte. Entre las bibliotecas de esta clase

figuran como más importantes las del Vaticano, Berlín, Viena; las de los conservatorios

de París, Bruselas y Nápoles; la de Munich; el Liceo Musical de Bolonia y en España la

sección de música de la Biblioteca Nacional que guarda la formada por el Maestro

Barbieri, la del Conservatorio de Madrid y las reunidas por José Esperanza y Solá,

Carreras y Dagas, Luis Carmena y Millán y Jesús Monasterio. El Conservatorio de


_____________________________________________________________________________

233

Música de Montserrat tenía una buena biblioteca de este tipo que desapareció en 1811

en el incendio de las tropas napoleónicas.

BIBLIOTECARIO

El que tiene a su cargo el cuidado de una biblioteca // Autor de una biblioteca o

colección de libros análogos.

BIBLIOTECARIO (Der)

La clase de bibliotecarios forma parte del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios

y Arqueólogos. Añadiremos (sic.) que el Real Decreto de 14 de enero de 1910 (Gaceta

del 15) ha derogado la limitación de edad (no tener más de 35 años) establecida por el

de 19 de mayo de 1905 para tomar parte en las oposiciones a plazas de Archiveros,

Arqueólogos y Bibliotecarios.

BIBLIOTECNIA

Arte que comprende la impresión, rayado y la elección de los libros.

BIBLIOTECOGRAFÍA

Descripción y estudio de las bibliotecas // Ciencia bibliográfica en su más lata

acepción.

BIBLIOTECONOMÍA

Arte de conservar, ordenar y administrar una biblioteca.


_____________________________________________________________________________

234

BIBLIOLOGÍA

Tratado de la definición de las palabras y de las reglas bibliográficas

6.1.3.3. La voz CATÁLOGO

Es conveniente introducir aquí la información que en la voz catálogo ofrece la

enciclopedia. En primer lugar se ofrece la definición de la voz catalogar como apuntar,

registrar ordenadamente libros, manuscritos, etc... formando catálogo de ellos.

El CATÁLOGO es, según el Espasa, la memoria, inventario o lista de personas o

sucesos puestos en orden. Se diferencian en el artículo diversos tipos de catálogos: el

catálogo razonado es aquel en el que no sólo se da una clasificación de los objetos, sino

que los describe, discute y hace su historia. En Bellas Artes se considera catálogo a la

lista, enumeración, clasificación alfabética o por escuelas de las obras de arte que

constituyen un museo o una colección particular, o de las reunidas en una exposición o

para su venta. Se llama también catálogo razonado cuando a la lista de las obras

acompaña una exposición seguida de una explicación o comentario. En cuanto a

historia de los catálogos, la enciclopedia explica que en su origen los catálogos eran

inventarios manuscritos. En Francia el primer catálogo impreso apareció en 1611 con

el título de Discours et roole des médailles et autres antiquitez, tant en pierreries,

graveurs, qu’en bas reliefs et autres pierres naturelles admirables, plusieurs figures et

statues de bronze antiques avec autres statues de terres cuites à l’égyptiènne et

plusieurs rares antiquitez qui ont été recueilles et à présent rangées dans le cabinet du

sieur Antoine Agard, maître orfèvre et antiquaire de la ville d’Arlés en Provence.

Mientras que los catálogos de exposiciones comenzaron a fines del siglo XVII con

motivo de las celebradas por la Academia de Pintura y Escultura y uno de los primeros

catálogos de museos que se publicó fue el del pintor y escritor Lépicié en 1752, en el

que ordenó y describió los cuadros pertenecientes a la corona francesa, para él se

inspiró en los trabajos de Félibien y Vasari.


_____________________________________________________________________________

235

En Bibliología – reza el texto de la voz CATÁLOGO – es la ordenada enumeración

y descripción de libros de una biblioteca, según su clasificación y colocación. El

catálogo se diferencia de la bibliografía en que ésta es la relación de libros que tratan de

un asunto determinado, no importa dónde se hallen, mientras que el catálogo enumera

sólo los libros que se guardan en un lugar determinado, aunque se refieran a numerosas

materias. Se distingue del inventario en que los clasifica por grupos por lo que la

palabra INVENTARIO se aplica a las colecciones de archivo. Se ofrece una revisión de los

distintos catálogos de bibliotecas antiguas y se destaca que el más antiguo de libros

impresos fue el de Aldo Manucio, publicado en 1498 y titulado Libri graeci impressi.

Se explica, así mismo, la necesidad de adecuar el catálogo a la movilidad de la

biblioteca, lo que justifica el uso de papeletas bibliográficas y la ordenación de las

mismas. Se expone, además que, en toda biblioteca ha de haber cuatro catálogos

generales: científico (de ordenamiento lógico de materias), alfabético de autores y

materias y el local o topográfico. Aunque, como se ha visto anteriormente en la voz

biblioteca el autor considera suficiente la existencia de dos catálogos.

Junto a los catálogos generales existen otros especiales que recogen manuscritos,

incunables, etcétera, que deben ser redactados por especialistas en la materia. En el

Congreso de bibliotecarios de Londres de 1877159 se propuso la sustitución de los

catálogos por repertorios bibliográficos, en los que se señalaran al margen las obras

existentes, idea que no prosperó, como tampoco el proyecto de Ludivig, que propuso la

formación de un Monocatálogo o catálogo único en el que habían de figurar todas las

obras existentes publicadas, con indicación de las existentes en la biblioteca;

monocatálogo que debía ser redactado por especialistas eminentes, con observaciones

159 Se ha solicitado a la Biblioteca Nacional de Francia y la Británica el libro de actas de este congreso, pero a fecha de la entrega de este trabajo aún no se ha recibido. Lo que sí es cierto y se ha comentado en otros puntos de esta investigación es que fue en estos congresos del siglo XIX en los que se planteó la moderna catalogación y en los que se discutió ampliamente sobre las iniciativas del Instituto Internacional de Bibliografía.


_____________________________________________________________________________

236

críticas y aún fragmentos de algunos libros, constituyendo un repertorio bibliográfico-

literario universal y que, nuevamente, recuerda mucho a la iniciativa de Otlet y La

Fontaine de la creación de un catálogo universal.

Se discute vivamente si deben o no imprimirse los catálogos. Esto, según el

autor, no es necesario en pequeñas bibliotecas y lo es de todo punto tratándose de

colecciones especiales, de manera que la cuestión queda reducida para los catálogos

generales de las grandes bibliotecas. El más fácil manejo y la vulgarización del

contenido, son razones en pro; lo excesivo del coste y la movilidad del fondo

bibliotecario, son argumentos en contra. Para resolver el problema se ha propuesto

sustituir las papeletas manuscritas por las impresas, por lo que, valiéndose de cualquier

sistema de encuadernación mecánica (por ejemplo, el de Sacconi), se podría obtener

fácilmente cierto número de ejemplares del catálogo y tener este constantemente al

corriente de las nuevas adquisiciones160.

Para finalizar, como en todas las voces de alcance, se ofrece una amplísima

bibliografía en la que destacan las obras británicas y francesas, aunque también está

presente la labor española en cuestiones catalográficas. De esta bibliografía se han

seleccionado por parecer las más significativas las siguientes obras:

AVILÉS Y MERINO, ANGEL. Catálogos de las obras de arte del Senado y de la Biblioteca

de la Real Academia de Bellas Artes

BLECKBURN. Hinst on catalogue titles and ond index entries, witha a rougth vocabulary

of terms and abbreviations (Londres, 1884)

BONNANGE. Proyecto de un catálogo de las producciones intelectuales. (París, 1874)

BRUNET, PHILOMNESTE JUNIOR. Livres perdus, essai bibliographique sur les livres

devennus introuvables (Bruselas, 1887)

BRUNET. Livres perdus et exemplaires uniques (Burdeos, 1872)

160 Ya se ha citado también en esta investigación la aportación del Conde de las Navas al Congreso de Bibliografía de Bruselas sobre la medida de las fichas catalográficas.


_____________________________________________________________________________

237

DZIATZKO. Instruction für die Ordnung der Titel im alphabetischen Zettel Katalog der

Kgl. Und Universitäts-Bibliothek zu Breslau (Berlín, 1886)

HAMST. Handbook of fictiotious names, being a guide to autors, chiefly in the ligther

literature of the XIX th. Century, who have written under assumed names, etc. (Londres,

1868)

HAWKINS. Titles of the first books from the earliest presse established in different cities

(Nueva York, 1884)

JEWETT. Plan para la formación de Catálogos impresos (Washington, 1851)

JEWETT. Smithsonian report on the construction of catalogues of libraries ant their

publication by means of separate, stereotyped tables (Washington, 1853)

6.2. Documentación

6.2.1. Introducción. La aparición de la documentación como disciplina

Es indudable que la aparición de la documentación está íntimamente ligada a la

vida y obra de Paul Otlet y Henry La Fontaine, así como a la creación del Instituto

Internacional de Bibliografía; pero también lo es que en España, la evolución de la

documentación como disciplina encuentra su origen en los estudios del Profesor José

López Yepes acerca de la vida y obra de los personajes mencionados. Esta es la razón

que nos lleva a fundamentar este epígrafe en la bibliografía que en torno al tema ha

surgido, fruto de la investigación directa o fruto de la dirección de trabajos de

investigación, del profesor López Yepes. El punto de partida para esta parte de nuestro

trabajo será, por tanto, su obra más importante sobre el tema161; así mismo otra obra,

también del mismo autor escrita en colaboración con el profesor Ros García, arroja luz

sobre este tema: ¿Qué es documentación? Teoría e historia del concepto en España

(Madrid, Síntesis, 1993). Según palabras de López Yepes la consulta de esta obra

“permitirá al lector profundizar y valorar más fehacientemente el cuadro evolutivo del

161 López Yepes, José. La documentación como disciplina. Teoría e Historia. Pamplona, Eunsa, 1995.


_____________________________________________________________________________

238

concepto de la disciplina desde 1935 hasta nuestros días”162. Este es precisamente el

periodo de tiempo que no cubre la Enciclopedia Espasa en la parte de la misma que ha

constituido fuente para el presente trabajo. Así mismo afirma el autor de La

documentación como disciplina que: “no es previsible que la fundación del Instituto

Internacional de Bibliografía, en 1895, causara gran impacto en nuestro país”163,

argumentando que el ambiente institucional bibliotecario descrito por García Ejarque en

su obra La formación profesional de los bibliotecarios en España publicada en 1974,

así lo hacía prever. En efecto, el profesor López Yepes no yerra al afirmar que la

documentación, con tal nombre y considerada como una disciplina, no tuvo gran

impacto en nuestro país; sin embargo la obra de Otlet y la Fontaine personificada en el

Instituto Internacional de Bibliografía sí fue objeto de estudio, crítica y polémica en

España, como demuestran algunas páginas de la Enciclopedia Espasa y la investigación

que ha sido necesario llevar a cabo en las fuentes documentales de las que se sirvieron

los autores de la obra para escribir estas líneas.

La cuestión es que, a pesar de la presencia española en los congresos

organizados por el Instituto Internacional de Bibliografía y los breves artículos

existentes en la fundamental revista profesional del momento (Revista de Archivos,

Bibliotecas y Museos), ciertamente la formación del bibliotecario en España iba por

otros derroteros que, como recoge López Yepes, reseñó García Ejarque en su obra

mencionada anteriormente: los pilares eran la clasificación de archivos y bibliotecas y la

fundación del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios. Sólo los

profesionales a título personal se preocuparon por la existencia del Instituto y de la obra

del padre de la documentación. Así se refleja, desde luego, en la Enciclopedia Espasa en

cuanto a la aparición de voces que indiquen la influencia otletiana en la cultura

española. Se menciona a Otlet y a La Fontaine en la obra, aunque no se recoge a

ninguno de los dos autores ni siquiera para incluir su biografía. Se habla con cierta

frecuencia de los trabajos del Instituto Internacional de Bibliografía en las voces

162 López Yepes, José. Op. Cit. p. 255 163 Ibid.


_____________________________________________________________________________

239

bibliografía y catálogo; pero no se recoge en la voz documentación, ni en la voz

Documento, lo que estos trabajos supusieron para las ciencias bibliotecarias y

archivísticas.

Siguiendo la obra de López Yepes, situaremos el origen histórico de la disciplina

documental en España en los años cincuenta, concretamente en las aportaciones de

Lasso de la Vega, autor del primer manual de documentación español. La actividad de

Lasso de la Vega puede seguirse a través de la obra de la profesora Esperanza Martínez

Montalvo164. Digamos aquí sólo que además de su manual de documentación, aportó la

implantación en nuestro país de la CDU y la aplicación de la disciplina documental a

campos concretos como el Derecho; así mismo, en su obra de 1947 Cómo se hace una

tesis doctoral. Manual de técnica de la documentación, introduce por vez primera el

término en España, así como la obra de Paul Otlet.

En esta misma época se sitúa la fundación en nuestro país de centros de

documentación privados u oficiales, entre los que destaca el Consejo Superior de

Investigaciones Científicas como impulsor de cuestiones técnicas y teóricas en torno a

la documentación científica. Bajo la dirección del documentalista Juan Roger Rivière el

CSIC fue organizando la creación de centros de documentación que recogían fondos

sobre diversas disciplinas y que organizaban la información a través de la recogida de

datos y la difusión a los usuarios de la forma más eficaz y pertinente posible. De estas

semillas surgió el trabajo de Matilla Tascón “Documentación, nuevo campo de

actividad para los archiveros, bibliotecarios y arqueólogos” que apareció en el Boletín

de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas en junio de 1962 y que constituyó

una primera aproximación al concepto de documentación como nueva disciplina

susceptible de ser estudiada, investigada y enseñada.

164 Martínez Montalvo, Esperanza. Investigación y producción científica en documentación. La obra de Javier Lasso de la Vega (1892-1990). Madrid, Fragua, 2000


_____________________________________________________________________________

240

Por su parte, Felipe Mateu y Llopis publicó en la misma revista en esa fecha

catorce conclusiones sobre la documentación encaminadas a unificar la terminología del

concepto y la afirmación de que la disciplina documental engloba a la biblioteconómica,

archivística y otras afines, sirviéndose de ellas y abarcándolas.

Con estas bases verá la luz en los años setenta la corriente que López Yepes

denomina biblioteconómica y que está representada por el ya mencionado profesor Luis

García Ejarque quedando reflejada en su obra La formación profesional del

bibliotecario en España. Historia y situación actual, publicada en Madrid en 1975. En

ella se definía el trabajo bibliotecario como “comunicación de ideas mediante

documentación impresa y audiovisual” y se explicaban las diferencias entre el

bibliotecario especializado y el documentalista, considerando al último un científico de

la información y entendiendo que la documentación englobaba el trabajo

biblioteconómico debido a que el campo de acción se ampliaba cada vez más y

necesitaba ser atendido con mayor especialización; defendiendo de este modo la

biblioteconomía dentro de la profesión documental.

La tercera tendencia recogida por López Yepes es la que hace alusión a un

enfoque archivístico de la documentación, personificada por Sánchez Belda y Carmen

Pescador del Hoyo. El primero de estos autores analizó en 1962 el trabajo documental y

las características que deberían reunir los documentalistas considerando la

documentación como la actividad que hace cumplir la misión para la que los

documentos están destinados por medio de su reagrupación, registro, ordenación,

difusión y conservación; e indicando además que esta es la “meta de documentalistas y

archiveros”, por lo que considera la dificultad de separar ambas profesiones si no es a

través del material que trata cada una de ellas. En cuanto a Carmen Pescador del Hoyo

su aportación a la documentación parte de la utilización de resúmenes como

fundamento del trabajo de análisis documental y considera que esta técnica, novedosa

en las bibliotecas no lo es tanto en los archivos que la han aplicado tradicionalmente; de

este modo Pescador considera la documentación como una técnica auxiliar de la


_____________________________________________________________________________

241

investigación más que como una disciplina propiamente dicha, llegando a afirmar que

existen dos tipos de profesionales de la documentación: el documentalista técnico, quien

aplica las técnicas y pertenece a otras carreras profesionales y el documentalista

director, quien dirige al técnico y debe ser un archivero o bibliotecario.165

Las más importantes aportaciones para la creación de la disciplina documental

en España se dan de forma esporádica pero intensa a través de las publicaciones

periódicas especializadas y de los congresos de bibliotecas, en un afán necesario de

analizar y delimitar las funciones y objetivos de una ciencia y una profesión que

comenzaba a dar sus primeros pasos.

Todas estas manifestaciones en torno a la documentación darían como fruto, en

la década de los setenta, la consolidación de las disciplinas documentales en la

universidad española a través de la implantación de la asignatura documentación en el

Plan de Estudios de la Facultad de Ciencias de la Información que fue dotada de

Cátedra en 1980, a la que siguen otras plazas de disciplinas documentales en las

Facultades de Medicina, Filología y en las Escuelas Universitarias de Biblioteconomía y

documentación, culminándose este camino con la reciente constitución de la Facultad

de Ciencias de la Documentación en la Universidad Complutense de Madrid que no

hubiera visto nunca la luz sin el descubrimiento y la investigación de los que

comenzaron la andadura en la década de los cincuenta y trabajaron para ello en las

fechas posteriores.

6.2.2. La disciplina documental en la Enciclopedia Espasa

Ya se ha explicado en la introducción a este epígrafe y en páginas anteriores que

la Enciclopedia Espasa recibió la aportación de la obra de Otlet y La Fontaine a la

165 Pescador del Hoyo, Carmen. “El documentalismo. Pongamos las cosas en su punto” en Boletín de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, vol. XV, n. 88, marzo-abril, 1966, p. 14. Cit. por López Yepes en Op. Cit. p. 267


_____________________________________________________________________________

242

Bibliografía Universal, así como también recogió las diversas manifestaciones

contemporáneas a la obra de los intelectuales mencionados. Estas manifestaciones, que

han sido comentadas en los epígrafes dedicados a las voces BIBLIOGRAFÍA y CATÁLOGO,

reflejan el impacto que en la profesión bibliotecaria mundial causaron tanto el proyecto

de Repertorio Bibliográfico Universal, como la creación del Instituto Internacional de

Bibliografía y el establecimiento de la CDU como lenguaje clasificatorio universal.

Como ya se ha dicho, el impacto no se reflejó de inmediato en la bibliografía española

especializada en bibliotecas y archivos, aunque tuvo, según se desprende de la

investigación realizada, una importancia considerable si la situamos en el contexto de

las políticas existentes en torno a la profesionalización de bibliotecarios, archiveros y

anticuarios.

A pesar de que en la magnitud de la obra resulta sorprendente encontrar estos

datos, también sorprende que no se refleje en ella la consecuencia directa de la acogida

que recibieron entre los autores que redactaron los artículos en los que aparece. Así se

plantea una seria contradicción al no recogerse ni las biografías de Otlet y La Fontaine,

ni el Instituto Internacional de Bibliografía ni tan siquiera la obra de Dewey, a la que se

da gran importancia como se ha visto, como artículos independientes. La ausencia del

Instituto Internacional de Bibliografía se explica porque no se recogen en la obra

instituciones, o prácticamente no aparece ninguna. Las otras ausencias se deben, tal vez,

a la multitud de autores que intervinieron en la redacción y que también se ha estudiado

ampliamente en estas páginas. No deja de sorprender, además, que en toda la parte de la

obra que se ha estudiado (72 tomos, con una media de 1.200 páginas por tomo) sólo se

ha encontrado una vez la expresión “centro de documentación”, en referencia al Centro

de Documentación Social Católica fundado por el sociólogo francés Gustavo

Desbuquois en 1905 y que se denominaba Action Populaire. En cuanto al documento

como escrito probatorio, aparece con frecuencia en la obra, sobre todo en referencia al

documento de archivo y protagonizando títulos de recopilaciones documentales. Así

mismo en numerosos casos se indica que tal o cual obra están “profusamente

documentadas”, aludiendo al anexo de fuentes que la acompañan; pero siempre


_____________________________________________________________________________

243

considerando el documento como se ha visto en la voz archivo, desde la perspectiva de

acta o prueba escrita.

6.2.2.1 Las voces relacionadas con la documentación: DOCUMENTACIÓN, DOCUMENTO

y DOCUMENTAR

Las voces referentes a la documentación en la enciclopedia no hacen alusión al

término como disciplina, pero han sido recogidas en este trabajo por motivos obvios.

Estas voces son las siguientes:

DOCUMENTACIÓN

Acción y efecto de documentar. Conjunto de documentos que sirven para este fin.

DOCUMENTO

Se recoge en la voz la etimología: Del latín documentum, deriv. de docere,

enseñar y se define como instrumento que se da a uno en cualquier materia, y

particularmente escritura // Aviso o consejo para apartarle de obrar mal // Instrumento

u otro papel autorizado, según los casos, con que se prueba, confirma o corrobora una

cosa // Prueba, dato, noticia acontecimiento, etc., que sirve para notificar algo //

Enseñanza, amonestación, instrucción o consejo. Como se observa, el documento sigue

unido indisolublemente a lo escrito, aunque en su primera acepción se indica que es un

instrumento “en cualquier materia” separando ésta de la escrita por lo que el concepto

parece ampliarse a otro tipo de materiales. Se reenvía al artículo Documental (prueba)

en el estudio de la voz desde el punto de vista del Derecho; en este artículo se hace

referencia solamente a la prueba documental del procedimiento jurídico, y se estudian

las clases y valor legal de los documentos; el concepto de prueba documental y su

importancia jurídica y las reglas para la producción de pruebas documentales.


_____________________________________________________________________________

244

DOCUMENTAR

Sólo se considera la voz desde la acepción tradicional: probar, justificar la

verdad por medio de documentos. Incluir o dar el carácter de documento a algo

(acepción archivística y jurídica). Enseñar, doctrinar, catequizar.

6.3. Síntesis del estudio sobre las disciplinas Biblioteconomía y

Documentación

En síntesis puede afirmarse que, según se desprende del estudio de las voces

referentes a las disciplinas Biblioteconomía y Documentación en la Enciclopedia, la

bibliología y biblioteconomía se confunden en el tratamiento que ésta les dispensa, lo

que se refleja también en otras voces referentes al libro o relacionadas con él. Así

mismo el catálogo constituye la principal técnica de organización libraria seguida de la

importancia de la clasificación en las tareas bibliotecarias y biblioteconómicas. La

existencia de una tendencia a la realización de un monocatálogo queda claramente

confirmada en el artículo CATÁLOGO en el que se insiste sobre la importancia que este

tema tuvo en los foros internacionales dedicados al estudio de las tareas bibliotecarias.

Por su parte la clasificación cobra importancia en la voz BIBLIOTECA, aunque no se

reflejan cuestiones de clasificación bibliotecaria en la voz CLASIFICACIÓN por lo que no

ha sido recogida en estas páginas. La actualidad bibliotecaria muestra la importancia de

la evolución de estas tareas desde la obra de Otlet y La Fontaine y su influencia en la

administración de bibliotecas. En cuanto a cuestiones más modernas, el estudio de las

voces referentes a la Biblioteconomía en diccionarios enciclopédicos especializados

actuales, concretamente en el Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la

Documentación que ha sido citado en este trabajo en diversas ocasiones, demuestra que

esta disciplina ha evolucionado a la vez que la técnica y la tecnología ayudada

indudablemente por las facilidades que éstas han aportado a las tareas bibliotecarias. Por


_____________________________________________________________________________

245

su parte, la Documentación no se reconoce como ciencia en la Enciclopedia, ni tan

siquiera como técnica a pesar de las alusiones continuas a la obra de Otlet y La Fontaine

y a los trabajos de las asociaciones y convenciones europeas en torno al tema de la

organización y difusión de la información.


_____________________________________________________________________________

246

Capítulo VII

Museología

Las voces consultadas para la elaboración de este capítulo han sido:

AFICIONADO, ANTICUARIO, ANTIGÜEDAD, ARQUEOLOGÍA, INSTITUTOS ARQUEOLÓGICOS,

COLECCIONISTA, GABINETE, MUSEO, MUSEOGRAFÍA y MUSEÓGRAFO.

7.1. Políticas y evolución de los museos hasta el siglo XX

Para realizar una aproximación a la museología, o museografía, que es la

denominación que se encuentra en la Enciclopedia y que se verá con mayor

detenimiento más adelante, es necesario estudiar no sólo la historia de la ciencia

museológica y su evolución en el tiempo, sino también revisar cuál fue el desarrollo

educativo y legislativo de los profesionales en España. La evolución de la política de

documentación en este sentido ayudará también a arrojar luz sobre la definición de la

ciencia y de sus disciplinas afines; así como de la variación de las mismas en el ámbito

temporal y cultural. Aunque se hará mención a la legislación del Cuerpo de Archiveros,

Bibliotecarios y Anticuarios del siglo XIX, se remite para esta parte de la historia ver la

obra de la Doctora Fernández Bajón166 en la que se estudia detenidamente la evolución

de las políticas en este sentido a lo largo del mencionado siglo. Una vez aclarada esta

cuestión, se podrá pasar a explicar cuál fue la visión del Espasa en torno a los museos y

cómo esta visión refleja la situación histórica que vivían en el momento de la

publicación del tomo que aloja la voz. Podrá verse, entonces, cómo la profesión se

entiende de una forma u otra y comparar aquella visión con la actual teoría de la

museología.

166 Fernández Bajón, Mª Teresa: Políticas de información y documentación en la España del siglo XIX. Gijón, Trea, 2001


_____________________________________________________________________________

247

La necesidad de organizar administrativa y eficientemente la conservación del

patrimonio histórico español dio su fruto en la Real Orden de 29 de octubre de 1850,

por la que se establecía la posición de bibliotecas, archivos y museos como centros que

facilitaran la investigación de dicho patrimonio; pero fue necesario esperar siete años

más para que se legislara y organizara la existencia de profesionales dedicados a estas

labores. Aún así, el recién creado Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios no contó con

personal especializado en documentos no librarios hasta nueve años más tarde, cuando

se reforma el cuerpo por real decreto de 12 de junio de 1867 y se incorpora a este

cuerpo una nueva sección denominada de anticuarios. La aparición de esta sección

coincide, además, con la creación del Museo Arqueológico Nacional unos meses antes,

el 20 de marzo de 1867.

La creación de este cuerpo supuso la aparición paulatina de disposiciones

específicas para cada una de las instituciones a las que se referían las tres ramas del

mismo: archivos, bibliotecas y museos, respectivamente. Se exigía a los profesionales

que trabajaran en las mencionadas instituciones el paso por la Escuela de Diplomática o

bien por la Facultad de Filosofía y Letras – a la que ésta pertenecía – habiendo cursado

la asignatura de bibliografía o arqueología.

Según Peiró y Pasamar167, la denominación de anticuarios cambió a la de

arqueólogos por voluntad de los propios miembros del Cuerpo, lo que demuestra el

título que ofrece la Escuela de Diplomática en una de sus últimas reformas – la de 1897

– en la que se indica que expediría el título de archivero, bibliotecario y arqueólogo.168

Esta denominación ya no cambió hasta el siglo XX, cuando la Ley 7/1973, de 17 de

marzo, crea el Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos, heredero de la sección

de Arqueólogos del anterior.

167 Peiró Martín, I. y G. Pasamar Alzuria: La Escuela Superior de Diplomática: los archivos en la historiografía española contemporánea, Madrid: ANABAD, 1996, pp. 203-207 168 cit. por Fernández Bajón op.cit. p. 49. La ley 7/1973 no recoge tampoco la denominación de arqueólogo como anterior a la de Conservador de Museo, aunque sí la reconoce como puede verse en el texto de la Ley, BOE nº 69 de 21 de marzo de 1973, p. 5505


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248

En cuanto a las políticas que tienen que ver directamente con la institución

museística, puede considerarse el hito más importante la creación, de la que se ha

hablado anteriormente, del Museo Arqueológico Nacional en 1867, por parte del

Ministerio de Fomento, en concreto de la Secretaría de Instrucción Pública, preocupada

por llevar más allá de las aulas la cultura española. Los sucesivos cambios – en un

momento histórico tan poco estable – de denominación de la Secretaría a Junta y otra

vez a Secretaría de la llamada Instrucción Pública no lograron, sin embargo, hacer

decaer la cultura museística en España, país donde comienzan a florecer museos locales

o provinciales dependientes del Arqueológico, convirtiendo en 1887 en quince aquel

único o casi único museo estatal de antigüedades169 de veinte años atrás, a los que se

añadía además en el año anterior la creación de museos comerciales.

En los albores del siglo XX se configura el marco legal que regula el desarrollo

de los museos en España, primero con la creación en 1900 del Ministerio de Instrucción

Pública y Bellas Artes y la Dirección General de Bellas Artes. Las primeras normas

para el desarrollo de los museos aparecen por Real Decreto en el año 1901 y regulan

tanto la función docente de estos centros como el reglamento para el régimen de los

museos Arqueológicos del Estado. Fue necesario esperar hasta 1913 para que apareciera

un Real Decreto que creara nuevos museos Provinciales y Municipales. En cuanto a los

Diocesanos, surgieron a raíz de la enajenación de bienes histórico-artísticos propiedad

de la Iglesia, enajenación que vio establecidos sus requisitos en un Real Decreto de

1923 que dedicaba un artículo a la conveniencia de crear este tipo de instituciones con

fines preservativos de los bienes o cederlos en depósito a los museos del Estado.

El texto más importante en cuestión de museos es el que regula el Patrimonio

Artístico Nacional en 1933; este texto dedica un título a los museos, otorgando a la

Junta superior del Tesoro Artístico capacidad para promover la creación de museos

169 Existían ya, por supuesto y como demuestra la Gazeta, de 21 de marzo de 1867, en la que aparece el Real Decreto, museos militares, científicos y artísticos con colecciones bastante numerosas y atendidas


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249

públicos en cualquier lugar de España y para ejercer funciones de inspección y

protección de museos, cooperando a la mejor organización de los ya existentes170. En

1942 se regulan, por orden aparecida en la Gazeta del 6 de junio de 1942, unas

Instrucciones para la redacción del inventario general, catálogos y registros en los

museos servidos por el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y

Arqueólogos. A partir de 1940 empiezan a aparecer publicaciones periódicas

especializadas – al margen de la Revista del Cuerpo que se publicaba desde 1871 – y

anuarios, así como obras generales sobre museos españoles, como la de Gaya Nuño de

1955171 que editó, curiosamente, Espasa-Calpe. En los años sesenta se crea el Instituto

Central de Restauración y Conservación de Obras y Objetos de Arte, Arqueología y

Etnología172, el Patronato de los museos173.

La actualidad museística se precipita a partir de 1977 con la creación del

Ministerio de Cultura y la aparición de las autonomías en la Constitución, este cambio

de organización territorial afectará también a la administración de los museos. Por fin,

la Ley de Patrimonio Histórico de 1985174 y el Real Decreto de 1987175

7.2. Aparición de la museología como disciplina. De colección privada

al museo

Es indudable que los orígenes del museo como institución documental residen en

las colecciones de objetos que tanta importancia tuvieron para la salvaguarda del

patrimonio histórico de la humanidad. Tal es así que en la esencia del museo

encontramos esta idea de colección, el museo es el lugar que alberga colecciones. Así lo

170 Gazeta del 25/05/1933 171 Gaya Nuño, Juan Antonio, Historia y guía de los museos de España. Madrid, Espasa-Calpe, 1955 172 Decreto 2415/1961 de 16 de noviembre. Apareció en la Gazeta del 17 de diciembre de 1961 173 Real Decreto 522/1968. BOE nº72 del 23 de marzo de 1968 174 BOE 29 de junio de 1985 175 BOE 13 de mayo de 1987


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250

afirma la definición de museo que proporciona la Real Academia de la Lengua en su

diccionario, en el que, en la primera acepción del término, incluye la palabra colección:

Museo

Lugar en que se guardan colecciones de objetos artísticos, científicos o de otro

tipo, y en general de valor cultural, convenientemente colocados para que sean

examinados.

Así mismo, el principal objetivo de la profesión museológica o museográfica,

según todos los autores que han escrito sobre el tema, consiste en el cuidado,

conservación y puesta en disposición del público de la colección que el museo alberga,

sea ésta de la naturaleza que sea y se considere la museología o la museografía como

punto de partida para describir la ciencia museística. Estas colecciones se refugiaron,

conservaron y admiraron en los llamados Gabinetes o Cámaras, lugares en los que se

albergaban objetos de muy diversa índole, habitualmente traídos de Indias, y que

tuvieron su más alta expresión entre los siglos XVI y XVIII, legislándose incluso, en

1776, la existencia del Real Gabinete de Historia Natural en Madrid.

Como no puede ser de otro modo, la Enciclopedia habla de todas estas

cuestiones, dedicando a los museos y su historia nada menos que 70 páginas. Pero sin

olvidar las colecciones y los gabinetes.

7.3. Las voces sobre coleccionismo: GABINETE, COLECCIÓN,

COLECCIONISTA

7.3.1. La voz GABINETE

En la Enciclopedia se recoge la voz gabinete con distintos sentidos, dos de ellos

interesan a este trabajo: el gabinete de lectura y la visión desde la arqueología de los


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251

gabinetes. La obra subraya que, desde la perspectiva arqueológica, se habla de gabinete

de secretos, definiendo éste como el conjunto de colecciones privadas o públicas de

objetos de arte y curiosidad, cuadros, pinturas, grabados, medallas, etc. Indica además

que se dice todavía Gabinete de medallas, de estampas. En otro tiempo esta voz fue

sinónimo de colección176. En efecto, como se verá inmediatamente, colección y gabinete

venía a ser lo mismo, aunque no se trataba de sinónimos exactamente, sino más bien de

continente y contenido. La palabra Gabinete, de hecho, fue usada desde el siglo XVI,

junto con cámara para designar los espacios en los que se guardaban y exhibían las

colecciones de diverso tipo que, como se verá más adelante, son precursoras de las

colecciones museísticas.

En realidad el gabinete es la institución documental desde la que parte el museo.

Así parece que fue entendido en España cuando se fundó el Real Gabinete de Historia

Natural, es decir, el Museo de Ciencias Naturales, por consejo del marino y

expedicionario Antonio de Ulloa y que albergaba las colecciones bibliográfica, botánica

y zoológica que Carlos III adquiriera para España al coleccionista criollo Francisco

Dávila. La fundación del Real Gabinete tuvo la intención no sólo de acoger aquellos

objetos más o menos interesantes y curiosos que llegaban de las colonias españolas,

sino también la de hacerlos accesibles al público y mantenerlas en buenas condiciones,

dos objetivos de los museos. El Real Gabinete estaba formado por colecciones

clasificadas por materias o temas, cada una de ellas alojada en una sala de tal forma que

el visitante pudiera seguir un cierto orden en la visita y conocimiento de aquellas

maravillas que llegaban de las expediciones científicas. Una visita a la biblioteca del

ahora Museo de Ciencias Naturales y una revisión, por somera que sea, de los índices de

su publicación Anales de Historia Natural, proporciona la idea de los trabajos de

conservación y de investigación científica que salieron de sus salas. Todas aquellas

colecciones estaban constituidas por objetos que confirmaban lo que los expedicionarios

– todos ellos de profunda formación científica, no hay que olvidar que procedían en

muchos casos de las academias de Guardiamarinas o de Medicina y Botánica – 176 No se dice cuáles fueron esos tiempos, pero el tomo tiene fecha de 1924


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252

contaban en sus diarios a la vuelta de sus viajes. La descripción de aquel Real Gabinete

da una clara idea de su carácter museístico, del que, por otra parte, nadie duda: Estaba

formado por varias salas, cada una de ellas dotada de cierta homogeneidad temática;

colecciones zoológicas, minerales, vegetales, máquinas e instrumentos físico

matemáticos, armas, vestimenta y material etnográfico, taller de pulimentación de

piedras duras, laboratorio de química, sala de materiales disecados y conservados en

líquidos, biblioteca y colección de estampas, bronces, medallas y relieves, además de

las habitaciones reservadas para el personal al cuidado del centro y la colección

pictórica de Pedro Franco Dávila.177

7.3.2. Las voces COLECCIÓN y COLECCIONISTA

En lo referente a colecciones se han recogido en el presente trabajo dos voces:

colección y coleccionista178. En cuanto a la primera es menos extensa que la segunda,

fundamentalmente como se verá ahora, porque reenvía al lector a la voz diplomática. El

artículo COLECCIÓN se estructura, como en la mayoría de los casos en la Enciclopedia,

en la etimología de la palabra, la definición de la misma, algunos ejemplos de uso y

varias explicaciones que hacen referencia a las ciencias o disciplinas en las que se

encuadra el concepto. En el caso que nos ocupa la etimología que se ofrece es la

siguiente: Del lat. Collectio, y la definición: Conjunto de varias cosas, por lo común de

una misma clase, que se han elegido o reunido ateniéndose a una norma; con los

ejemplos de uso colección de escritos, de medallas, de naipes. Se realiza, además, un

reenvío de véase a coleccionista. En el cuerpo del artículo, se observa el concepto de

colección desde el punto de vista del Derecho e Historia (colecciones canónicas,

colección diplomática, colecciones de tratados internacionales, colección legislativa y

177 para más información sobre el Real Gabinete, su estructura y fundación, consúltese: Calatayud Arinero, María Ángeles. "El Real Gabinete de Historia Natural de Madrid". En: M. Sellés, J.L. Peset & A. Lafuente (comp.) Carlos III y la ciencia de la Ilustración: 263-276. Madrid, 1987, o bien González Bueno, Antonio. "El Real Gabinete de Historia Natural". En: A. Lafuente & J. Moscoso (eds.) Madrid Ciencia y Corte: 247-251. Madrid, 1999. 178 Por supuesto, como se puede ver en el repertorio anexo, también las voces coleccionador, coleccionar y coleccionamiento, pero son de escaso interés para este epígrafe, ya que se limitan a definirse en función de la palabra colección.


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253

colección legislativa del Ejército); de la Imprenta y de la Patología. En cuanto a la

tipología de colecciones que se contemplan desde el punto de vista del Derecho y la

Historia, es necesario decir que existen dos reenvíos de véase: el ya mencionado de

Colección Diplomática a DIPLOMA, y otro de Colecciones de Tratados Internacionales a

TRATADO. En lo referente al punto de vista de la Imprenta, la obra se limita a decir que

se trata del conjunto de titulares, abecedarios, imposiciones, orlas, filetes, etc. Pero la

enciclopedia advierte al lector que pueden existir colecciones de medallas, de naipes,

etc. e incluso de haber dado en la definición la idea de conjunto de varias cosas, en vez

de “conjunto de documentos” o “conjunto de libros”. Sí se mantiene en las acepciones

que acaban de verse, la idea de ordenación con arreglo a una norma.

En el caso de la voz coleccionista no se ofrece ya la etimología – que se ha

contemplado en la voz raíz – y se hace referencia solamente a la voz en la disciplina de

Bellas Artes; es decir, el coleccionista, según el Espasa, tiene que ver con las Bellas

Artes. Estudiando detenidamente el artículo en la enciclopedia, podemos ver que: el

coleccionista suele ser un aficionado a los objetos que colecciona y con frecuencia,

inteligente en la materia, pero corre el peligro de caer en la monomanía o en la

extravagancia. En este primer acercamiento al término se pueden observar dos

cuestiones interesantes: la afición y la inteligencia en la materia. En cuanto a la afición

se está de acuerdo en que no hace ciencia; sin embargo, la inteligencia en una materia,

el entendimiento de una materia, acerca de forma importante a la especialización. Quien

colecciona objetos sobre los que entiende está, sin duda, más predispuesto, a ser capaz

de organizar esos objetos en virtud de una norma, como se supone que debe ser si

tenemos en cuenta la definición que acabamos de ver en cuanto a colección. Acerca, por

tanto, a la moderna visión del conservador del museo; es decir, a la ciencia museística.

Es más, el hecho de que la falta de entendimiento en la materia haga caer al

coleccionista en la monomanía o en la extravagancia, acerca aún más al entendido a las

modernas tareas de conservación y catalogación de exposiciones.


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254

Como reflejo de la sociedad en la que la Enciclopedia ve la luz – el tomo se

publicó en 1912 – no puede evitarse la anécdota, como lo demuestra el siguiente

párrafo: A esta clase de colecciones (a las recogidas por coleccionistas no entendidos)

pertenece la de cuerdas de ahorcado, que se remontaba a la época de los Plantagenets

(1134-1185) y que fue reunida por el inglés Tomás de Tynvitt, muerto el pasado siglo.

Cada cuerda tenía unido un papel con la biografía del respectivo reo. Quizás la calidad

de la colección de cuerdas de ahorcado se encuentre en las biografías de los reos, más

que en las cuerdas en sí... pero ese es otro asunto que no se tratará aquí.

Continúa el artículo explicando la importancia de los buenos coleccionistas para

el desarrollo de la historia, la ciencia, la literatura y el arte en sus distintas

manifestaciones, momento en que se hace otro reenvío de véase a AFICIONADO,

BIBLIOFILIA, BIBLIOMANÍA, BIBLIOTECA, CABEZAS DE CLAVO, CLAVO, CAMAFEO, etc.

Incluso se considera que son los coleccionistas los salvadores de la destrucción de

objetos antiguos. En este punto se comienza a revisar la historia del coleccionismo,

ofreciendo un somero catálogo de las colecciones de distintos personajes y momentos

históricos: Candaules, rey de Lidia, que en 700 a. C. compró los cuadros de Bularque;

los Tolomeos, que reunieron en Egipto a los principales artistas a fin de poseer sus

obras; Mnaton, coleccionista de obras de Arístides, Aesclepiades y Pericles; Alcibíades

y Alejandro, gracias a cuyas colecciones se enriqueció el palacio del rey Atalo de

Pérgamo. Los conquistadores Romanos, considerados por la obra como auténticos

saqueadores; Marco Antonio; Sila; Salustio; César, capaz de comprar los cuadros de

Timomaques por 80 talentos (unas 400.000 pesetas); Asinio Polión, quien mandó pintar

los retratos de todos los hombres célebres; Ciceron... y una larga lista ya conocida por

los historiadores y que no es el momento de reproducir.

Es importante recoger unas palabras sobre los destinos de estas colecciones tras

las invasiones bárbaras que destruyeron algunos de estos objetos: salvándose

relativamente escasos objetos que se guardan en los museos modernos y que en su

mayoría pertenecieron a antiguos coleccionistas, como Hermafrodita, el Fauno y el


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255

niño y el Jarrón Borghese, que formaron parte de la colección de Salustio; el Afilador,

propiedad de Luculo, y el Júpiter de dimensiones colosales, obra de Mirón, llevado a

Roma por Antonio desde la isla de Samos y colocado en el Capitolio por orden de

Augusto. En el Museo del Vaticano se conservan además otras obras. En el Capitolio el

Cupido de Praxíteles, robado por Verres a Cayo Heius de Mesina y el Toro Farnesio,

que había pertenecido a Polión; y en el Ermitage de San Petersburgo, la Venus que

poseyó Julio César.

El Renacimiento fue el momento de mayor esplendor del coleccionismo,

surgiendo las grandes colecciones que poco a poco se fueron convirtiendo en museos de

arte. Capitanean esta lista Lorenzo el Magnífico, Leopoldo de Médicis, Marchetti,

Benedicto Luti, etc... y se menciona por primera vez en el artículo la España de Felipe

II, gran aficionado y protector de las Bellas Artes, más adelante se cita a Felipe IV que

no contento con atesorar las obras de los pintores que florecieron en su corte, adquirió

las mejores que se producían en Italia y Países Bajos, convirtiendo sus palacios en los

museos más ricos del mundo, ayudado por toda una red de nobles que compraban y

traían a España las mejores obras a fin de enriquecer la colección real. No sólo los

palacios de Felipe IV se constituyeron en museos gracias a las aficiones coleccionistas

del monarca, sino que en 1623 vino de visita el Príncipe de Gales, futuro Carlos I de

Inglaterra quien al volver a su patria, estimulado por el ejemplo que había visto en la

corte española, formó una galería que aumentó al subir al trono. El destino de tan

estupenda colección tras la muerte del rey Carlos I fue, entre otros, el Museo del Louvre

de París.

El afán coleccionista llegaba a todos y se empezaba a crear un mercado de arte

que compraba colecciones y museos: Buckingham, celoso de su rival (el Conde de

Arundel), llegó a pagar más de 1.000.000 de pesetas por el museo que Rubens había

formado en su casa de Amberes. Los coleccionistas ingleses, llegaron a reunir en la

fecha de publicación del tomo (1912) unas 200 galerías particulares, algunas de gran

importancia, gracias al ejemplo de Felipe IV que había importado Carlos I.


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Francia no se quedó atrás, Luis XII y Francisco I fueron grandes coleccionistas,

especialmente este último, que impulsó aquella afición que a principio del siglo XVII

llegó a su apogeo. De este afán coleccionista por parte de los galos nacería la colección

de dibujos y estampas del Abate Miguel de Marolles que más tarde se convertiría en el

núcleo del Gabinete de Estampas. Ya se ha advertido anteriormente que el siglo XVIII

fue pródigo en colecciones: la afición invadió todas las clases sociales (...) formándose

las materias y objetos más curiosos y raros de todo el mundo; así hubo colecciones de

tabaqueras (museo del Louvre), de botones (la del Barón de Perignon), de calzado

(museo de Cluny), abanicos, medallas, monedas, miniaturas, esmaltes, herrajes, sellos,

etc. Fruto de este afán serían algunas obras realizadas por los propios coleccionistas en

las que se ofrecían juicios sobre los objetos a fin de evitar compras no valiosas:

Mariette, cuyos juicios en materia de arte son hoy muy apreciados y otros

coleccionistas de arte recogían catálogos y diccionarios para ayudar a los principiantes.

Una de esas obras sería la de Ernest Bosc publicada en 1883: Dictionnaire de l’art, de

la curiosité et du bibelot, de la que la Enciclopedia dice que citaba más de 1.200

colecciones de importancia, y considera que es una ínfima parte de las existentes. Otro

aficionado de importancia fue Wilitaldo Pirckheimer en el siglo XVI, amigo de Durero y

fundador de su museo en Dresde.

Tras la amplia revisión histórica que se ha intentado resumir, el artículo explica

la existencia de colecciones particulares importantes y los problemas que éstas

encuentran para sobrevivir: Además de las colecciones públicas (...) existen grandes

colecciones particulares de la mayor importancia. Las colecciones privadas sueles

dispersarse las más de las veces al morir quien las reuniera, y sólo en contados casos

son legadas o adquiridas por los museos públicos; existen excepciones de esta efímera

vida de las colecciones particulares, siendo por lo general las que más perduran

aquellas reunidas por las contadas familias que han logrado conservar su fortuna y el

prestigio a través de los tiempos. Se citan las colecciones privadas más relevantes,

como la del Duque de Orléans que se subastó en Inglaterra entre 1798 y 1800; la del


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Duque de Hamilton, vendida en 1882 y otras que acabaron en la almoneda a pesar de

que su valor se estimaba en más de 25 millones de francos. Entre las que fueron legadas

a museos se citan las siguientes: la de sir Richard Wallace, que por sí sola constituye un

museo inestimable de pinturas, esculturas, armas, muebles y toda clase de objetos de

arte, legada a la nación inglesa, con el palacio en el que ya estaba instalada y las

correspondientes rentas para sostenerla; la colección Carrand, legada al museo

nacional de Florencia como protesta por los actos de vandalismo artístico cometidos en

París durante la Commune; las colecciones de La Caze, Dutuit, Thomy Thièrry,

Davillier, Thiers, Chauchard, Camondo y otras, legadas al museo del Louvre; la de

Juan Federico Stadel, que sirvió de base al riquísimo museo de Francfort (...). Continúa

el artículo citando colecciones que se donaron a museos en toda Europa, incluyendo las

españolas de Cerralbo, el duque de Alba, las depositadas en el Museo Arqueológico

procedentes del Conde de Valencia de Don Juan; el museo de Can Ferrat creado por

Santiago Rusiñol... y un largo etcétera.

En este largo listado de coleccionistas, colecciones, donaciones y donantes se

encuentra un dato que ha parecido importante recoger en este trabajo y que hace alusión

a la tradición museística alemana: los coleccionistas alemanes suelen depositar las

obras y objetos reunidos en los numerosos museos que abundan, no sólo en las grandes

ciudades, sino también en muchísimas poblaciones secundarias. Esta costumbre tendría

relación con que fuera precisamente en Alemania donde apareciera una de las corrientes

más importantes para la museografía y museología y que Francisca Hernández recoge al

destacar como figura importante en estas ciencias la del conservador e historiador de

arte Wilhelm von Bode179 que recogió de coleccionistas privados gran número de obras

a fin de enriquecer los museos berlineses. Dicho esto, el artículo concluye con el

lamento por la especulación a la que se ve sometida la obra de arte como consecuencia

de los afanes coleccionistas y que repercute también en la dificultad de adquisición por

parte de los museos, influyendo especialmente en la proliferación de falsificadores que

179 HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, FRANCISCA. Planteamientos teóricos de la museología. Gijón, Trea, 2006, p. 39


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son capaces de engañar incluso a los más grandes museos dirigidos por los hombres de

ciencia más competentes.

No cabe duda de que las colecciones fueron un paso precedente de los museos y

así lo recogen todos los trabajos que estudian la teoría e historia de la museología. Sin

embargo los dos artículos que se han comentado proporcionan algunas cuestiones que

enlazan directamente con la actual visión del museo como lugar de conservación y de

difusión y como institución documental. En cuanto a las tareas de conservación, se

observa ya en la voz la importancia que tiene ésta en la formación de colecciones. No en

vano se advierte y remarca la diferencia entre el coleccionista que conoce la ciencia que

estudia los objetos coleccionados y el que colecciona sin rigor ni método alguno. El

conocimiento de la materia es fundamental para cualquier labor de documentación de la

misma, incluyéndose en estas labores las de datación, organización y descripción tanto

de los objetos coleccionados como de la colección en general.

La importancia de la organización de la colección viene de antiguo, basta con

recordar que en 1565 el flamenco Samuel Quicheberg había publicado un manual sobre

cómo organizar las colecciones que en aquel tiempo se alojaban en las llamadas

cámaras que eran lo mismo que los gabinetes más arriba mencionados y que constituían

los museos de la época. El manual de Quicheberg recomendaba organizar la colección

en cinco bloques bien diferenciados que denominó classes y que subdividió en

inscriptiones o subclases180, esas classes se referían a los siguientes tipos de objetos: los

asociados a la gloria del propietario como podían ser banderas, su árbol genealógico y

otros del mismo estilo; piezas de orfebrería como medallas, monedas y objetos

pequeños y valiosos; curiosa naturali, constituido por elementos de los tres reinos de la

naturaleza, animales, plantas y minerales; productos de las artes mecánicas, como

relojes, objetos musicales y otros ingenios; arte, pintura, grabados y estampas. En

cuanto a la conservación, ya se ha visto que se recoge la importancia del coleccionismo

180 cit. por MARTÍN TORRES, Mª TERESA. Historia de la documentación museológica: la gestión de la memoria artística. Gijón, Trea, 2002, p. 91


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como un medio de conservación de las obras artísticas que podrían haberse perdido si

no hubieran sido recogidas y guardadas, atesoradas, otra palabra, con presencia en el

Espasa que es importante para este campo, el thesaurus, que se ha ubicado en este

trabajo en otro lugar por razones que se verán, pero que en su inicio tuvo el sentido de

conjunto de cosas valiosas, ya fueran palabras, textos u objetos. Por lo que se refiere a la

difusión, la colección es de uso privado, al menos en su inicio, aunque de alguna

manera se puede ver al leer con detenimiento el artículo que en realidad el fin último es

el lucimiento de su dueño, de algún modo, por tanto, el coleccionista difunde su

colección y la acerca al público. Así es como Carlos I de Inglaterra, según se ha visto

anteriormente, difunde la importancia de la colección de Felipe IV, llegando a generar

una necesidad de coleccionar obras de arte en su país estimulado por el ejemplo de la

corte española.

Observando a la cuestión de la documentación de los objetos, queda clara su

necesidad si se lee entre líneas el lamento del escritor sobre la proliferación de copias.

Así mismo, se evidencia desde el momento en que los propios coleccionistas ven la

necesidad de la aparición de obras como la de Mariette cuyo fin era justificar el valor de

la colección y servir de referencia en la compra de nuevos objetos, pero que ofrecía de

paso una clasificación de las obras artísticas181. El objeto como documento no se tiene

en cuenta en la enciclopedia como era de prever en el momento de su publicación, sin

embargo se intuye que algo tendrían los objetos curiosos coleccionados a los que hace

referencia la obra cuando pasaron a formar parte de museos de la importancia del de

Cluny o el Louvre. El valor documental de las colecciones numismáticas es indiscutible,

así como el de las diplomáticas que se anuncian en la voz colección; lo mismo puede

decirse de los botones si éstos están marcados con sellos de diverso tipo o de las

colecciones gliptográficas que contienen marcas familiares; la curiosa manía de aquel

coleccionista de cuerdas de horca y su afán de marcarlas con las biografías de los

ahorcados también tiene su parte documental, aunque en 1912 no causara interés

alguno; probablemente porque lo que le interesara de las cuerdas era quién las había 181 cit. por MARTÍN TORRES, op. Cit. p. 26


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llevado al cuello y no las cuerdas en sí mismas. Para cerrar esta parte del trabajo

dedicada a las colecciones pueden utilizarse las palabras de Paul Otlet, quien en su

tratado de documentación afirmaba que la documentación está en todas partes y decía

textualmente donde se colecciona (museo)182

7.4. Las voces relacionadas con la museología: MUSEO, ANTICUARIO y

ARQUEÓLOGO

7.4.1. La voz MUSEO

Como se ha advertido antes, el artículo museo tiene especial importancia en la

Enciclopedia, en primer lugar por el espacio material que ocupa (setenta páginas) y en

segundo por la exhaustividad con que se trata el tema. La estructura del tratamiento de

la voz es la habitual en el Espasa, es decir, se ofrece primero la etimología de la palabra

para pasar inmediatamente después a proporcionar al lector las diversas definiciones

desde el punto de vista de cada ciencia; por último se estudia la institución ofreciendo

antes un pequeño índice de lo que se va a tratar. Se seguirá en este epígrafe, por tanto,

esa misma estructura.

La etimología y definición del término según el Espasa es la siguiente: (Etim. –

Del lat. Museum; del gr. Mouseion). m. Edificio o lugar destinado para el estudio de las

ciencias, letras humanas y artes liberales. // Lugar en que se guardan curiosidades

pertenecientes a las ciencias y artes, como pinturas, medallas, máquinas, armas, etc. //

Hist. Reunión o sociedad de sabios y de literatos que el rey de Egipto Tolomeo Soter

fundó en la ciudad de Alejandría. // Edificio en que se reunían los individuos de esta

especie de academia. // Fuerte inmediato a la ciudadela de Atenas en el que se veía el

sepulcro del poeta Museo. // Lit. Título de las obras que contienen la representación,

182 OTLET, PAUL. Traité de Documentation. Le livre sur le livre. Thèorie et practique. Bruselas, Mundanaeum, 1934; disponible en pdf en https://archive.ugent.be/handle/1854/5612 (consulta 21 de agosto de 2006)


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por medio de láminas, y la descripción de todos los objetos artísticos reunidos en un

museo. // Mit. Uno de los gigantes que combatieron contra los dioses y que en medio de

la lucha se pasó a éstos. // Hijo de la Luna y de Eumolpo, que se distinguió en la

medicina.

En cuanto a la etimología del término, nada hay que discutir; en lo referente a la

definición lo primero que es necesario reseñar es que estamos ante un término “vivo”, si

se consulta el diccionario de la Real Academia se encuentra la sorprendente situación de

que en tan solo dos ediciones el término se modifica dos veces. En efecto, en la página

del diccionario de la Lengua Española se ha consultado el término museo y aparece en

la vigésimo segunda edición (fechada en 2001) marcado como término revisado en el

avance de la vigésimo tercera (que aún no ha salido). Es sabido que algunas de las

fuentes del mencionado diccionario son “las obras de referencia y estudios

monográficos pertinentes”, además de “las consultas dirigidas a académicos y otros

estudiosos de reconocida solvencia del campo del que se trata”. Pues bien, el término ha

evolucionado lo suficiente en cinco años como para que se considere su revisión por la

Real Academia. Quiere decirse con esto que la evolución desde el año 1918 se prevé

importante antes de abordar su estudio183. El diccionario de la RAE ofrece, en las dos

versiones que se han mencionado, cuatro definiciones del término museo como

sustantivo – la marcada con m en la Enciclopedia – la obra de referencia objeto de este

estudio, sólo dos. Según el Espasa, MUSEO, como sustantivo masculino es el edificio o

lugar destinado para el estudio de las ciencias, letras humanas y artes liberales, o bien

el lugar en que se guardan curiosidades pertenecientes a las ciencias y artes, como

pinturas, medallas, máquinas, armas, etc. El diccionario de la lengua ofrece también la

visión del museo como edificio o lugar en el que se conservan colecciones de diverso

tipo y como lugar destinado al estudio en sus acepciones primera y cuarta. La diferencia

está en los fines de la institución museística como conservadora y expositora de

colecciones, en la segunda y tercera acepciones de la RAE, la finalidad es variada, no

183 La referencia al diccionario de la R.A.E. se hace en virtud de la consulta en www.rae.es realizada el día 21 de agosto de 2006


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262

sólo científica: ilustran sobre las actividades humanas, sirven de atracción turística, o

guardan objetos “culturalmente importantes para el desarrollo de los conocimientos

humanos”, este último matiz desaparece en la vigésimo tercera edición junto con el de

ilustración de las actividades humanas.

El museo entendido como en 1918, fecha de publicación del tomo, es un lugar

de reunión de científicos de cualquier tipo para discutir sobre las ciencias y estudiarlas,

se intuye que por ayudar al desarrollo y evolución de los conocimientos científicos,

además del edificio en el que se guardan, conservan o custodian esas colecciones,

constituidas por curiosidades, que son su origen. En el diccionario de la Real Academia

se observa además la intencionalidad, por parte de la institución, de adquisición. Esta

acepción de los museos como instituciones dedicadas a adquirir objetos supone una

especialización del profesional en la ciencia a la que se dedique el museo. En la

enciclopedia de la que se ocupa este trabajo, las tareas de adquisición en los museos no

aparecen en una primera definición, aunque sí se ha visto en el epígrafe dedicado a las

colecciones y coleccionistas cómo esta necesidad de especialización va surgiendo poco

a poco en el ámbito histórico de la creación de las colecciones, valga la redundancia,

para que éstas posean un mínimo de calidad, pero sólo se hacía referencia a las

colecciones de Bellas Artes, aunque se intuía en la propia definición cuando se hacía

alusión a los aficionados entendidos o no en la materia coleccionada. Las otras

acepciones del Espasa, vistas desde la historia y la literatura184 hacen referencia por un

lado al origen de la institución que se encuentra en la época de Tolomeo y la gran

Biblioteca Alejandrina y a la Academia que se albergaba en ella y que era lugar de

reunión de sabios. La definición referente al poeta Museo si bien tiene su parte histórica

es más bien de carácter literario. En cuanto a la definición desde el punto de vista de la

Literatura, puede decirse y se verá más adelante, que es en ella en la que se encuentra el

origen de los catálogos o guías de museos, producto documental fruto de los trabajos de

clasificación, catalogación y organización de las colecciones; aunque sigue haciendo

referencia a las Bellas Artes y no a las Ciencias, como sería adecuado según se trata el 184 la definición mitológica del término se obvia en estas líneas por considerarse puramente anecdótica


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263

término en la misma obra y en la misma página, en la que como se verá

inmediatamente, se ofrecen una serie de apartados a museos científicos, comerciales,

cristianos, militares e incluso sociales.

Podría haberse titulado este apartado “Breve tratado sobre museos ofrecido en la

Enciclopedia Espasa” porque lo que brinda la obra, después de la definición, es casi un

tratado del museo como institución. Para ello se ofrece, en primer lugar, un índice del

orden en que se va a tratar el tema, advirtiendo que dada la importancia que en la

actualidad revisten las instituciones denominadas museos, haremos de ellas un detenido

estudio por el orden siguiente. El orden es como se ofrece a continuación:

I. Historia

II. Edificios de museos

III. Museos de antigüedades

IV. Museos de Bellas Artes

V. Museos científicos españoles y extranjeros

VI. Museos comerciales

VII. Museos cristianos

VIII. Museos militares

IX. Museos sociales

X. Legislación acerca de los museos españoles

XI. Enumeración de los principales museos del mundo

XII. Bibliografía

Antes de entrar en el tema a fondo se puede observar que el índice y el orden que

se ha establecido confirma lo que se vienen advirtiendo en páginas anteriores, la

importancia de las antigüedades y las bellas artes como objeto principal de los museos,

se diría que se considera que ambas constituyen el contenido natural de la institución

museística; que si no existieran las antigüedades y las bellas artes el resto de museos no


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264

hubieran pasado de ser meras colecciones. A continuación se estudiará cada uno de los

capítulos que constituyen este pequeño tratado inserto en la Enciclopedia.

7.4.1.1. Historia

La revisión histórica sobre el museo que se plantea transcurre desde la primera

acepción de la institución como templo de las Musas, lugar consagrado a las Musas o

sea a la erudición, ciencias y artes, etc hasta las sociedades de lectura y obras de

catalogación y sus revistas, pasando por un largo listado de los museos considerados

más importantes del mundo y que se citan uno a uno en el apartado que nos ocupa. Se

explica la importancia del Museo de Alejandría que se sitúa entre los años 285 y 247 a.

de C. ofreciendo una descripción del mismo: En él predominaban los estudios

filosóficos, pero había asimismo lugar para la poesía, la medicina y las ciencias

exactas. La época de su mayor florecimiento fue la de los Tolomeos, pero en tiempo de

la dominación romana estuvo también en actividad. Al museo estaba aneja la

Biblioteca que ya en tiempo de Tolomeo II contaba 400.000 volúmenes, y que en la

guerra contra César fue pasto de las llamas.

A continuación se habla de la Edad Media, en la que se dio el nombre de museo,

en sentido lato, al edificio destinado a guardar las colecciones de objetos interesantes

en el terreno de la Historia Natural o del Arte. Como se puede observar, es indudable

que el origen de las colecciones estuvo siempre unido al coleccionismo de curiosidades

(Historia Natural) y de obras de arte, pero sobre todo de éstas ya que se hizo extensivo

(el concepto) a los edificios que albergaban pinturas artísticas. Como se vio con

anterioridad, las colecciones de historia natural se albergaban en gabinetes, aún no

habían recibido éstos la denominación de museo.

En la época moderna la palabra museo es sinónima de colección de objetos de

arte o de ejemplares científicos de cualquier género que sean. Los hay anatómicos,

mineralógicos, botánicos, zoológicos, geológicos, etnológicos, físicos, históricos,


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265

prehistóricos, de técnica, de comunicaciones, comerciales, etc, según la rama de las

ciencias a que pertenecen los objetos que forman las colecciones. Los museos se hallan

en casi todas las grandes ciudades y están generalmente combinados con algún centro

docente. Al lado de estos museos científicos se hallan los artísticos, agrupándose en

museos de arte (pintura, plástica) y de arte industrial. En este punto se encuentra la

diferenciación entre museos de arte y museos científicos. Los museos de arte y

antigüedades no solían estar combinados con centros docentes, sino que eran privados o

bien dependientes de la administración, de ahí que los profesionales destinados a

museos formaran parte de un cuerpo que se llamó de anticuarios y de arqueólogos y que

recibía formación en la Escuela de Diplomática, especializándose sobre todo en el

reconocimiento de las obras artísticas, paleográficas, epigráficas o arqueológicas, así

como en la lectura de códices y diplomas como se estudia en otros lugares de este

mismo trabajo.

Según la documentación consultada para realizar la primera parte de este

capítulo dedicado a la museología y que ha constituido fundamentalmente la lectura de

las Gazetas en las que se daba noticia sobre museos o colecciones, los profesionales de

los museos científicos combinados con centros docentes se buscaban entre el

profesorado de estos centros, habitualmente facultades de medicina, ciencias naturales,

geografía o mineralogía, así se puede ver en cualquiera de las plazas anunciadas en la

mencionada Gazeta, que fue el Boletín Oficial hasta bien entrado el siglo XX.185

Continúa la historia explicando que se da también el nombre de museo a los

locales destinados a guardar las obras de los grandes maestros y que éstos pueden

llevar el nombre del autor de esas obras o el del fundador del museo. Se expone,

además, que los primeros museos de arte se establecieron en Florencia y que después se

dio en ellos cabida a colecciones de monedas y piedras preciosas; más tarde a bustos y

185 No se enumeran aquí estas plazas por lo elevado de su número, pero bastará para ello que el lector consulte la documentación referente a museos en la base de datos del BOE que recoge las Gazetas. Disponible en la página www.boe.es y que ha sido consultada por la autora en agosto y septiembre de 2006.


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266

retratos (...) objetos de arte antiguos y modernos. Se citan en este punto como los más

importantes los Museos Vaticanos, el Louvre, el Británico, el Ermitage de San

Petersburgo, el Imperial de Berlín y el Hofmuseum de Viena, para inmediatamente

ofrecer el listado por ciudades de los museos europeos; aunque se destaca el hecho de

que en los Estados Unidos hay gran número de museos, los más costeados por

particulares.

Antes de finalizar el capítulo dedicado a la historia se ofrece la acepción ya

mencionada antes del museo como gabinete o sociedad de lectura, que también aparece,

como se ha visto, en el caso de los gabinetes y se ofrecen algunas publicaciones

periódicas realizadas al amparo de este tipo de sociedades que merece la pena citar aquí:

Deutscher Museum (Leipzig, 1776-88), fundado por Dohm y Boil y continuado con

nombre de Neues Deutscher Museum (Leipzig, 1879-91); la revista del mismo nombre

fundada por Prutz en 1851; el Attische Museum de Wieland (1796 y siguientes) y el

Rheinische Museum fur Philologie, fundado en 1883 por Welcker.

7.4.1.2. Edificios de museos

Como en cualquier manual de museología que se haya escrito y editado en la

actualidad, se dedica en este punto un amplio apartado para la edificación y

organización espacial de los museos y que se correspondería con la etapa del comienzo

de las investigaciones museográficas y museológicas186. El capítulo comienza con una

descripción histórica de los edificios dedicados a albergar colecciones, afirmando que el

desarrollo histórico de los edificios para museos siguió la marcha de los museos

mismos, afirmación que se considera correcta desde el punto de vista de los estudios

museológicos actuales. Se recoge en el texto la carencia de edificios destinados a

museos en la antigüedad y la etapa en que los coleccionistas guardaban sus colecciones

artísticas en palacios y villas, residencia de los propios coleccionistas, tratando a dichas

186 Véase a este respecto el capítulo 1 y concretamente, el epígrafe 1.4 de la obra ya citada de FRANCISCA

HERNÁNDEZ, pp. 38-57


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267

colecciones como objetos de decoración más que como documentos susceptibles de

deterioro; esta situación se reflejó con claridad en la obra de von Bode187 mencionada

anteriormente en la que argumenta la necesidad de un espacio especial para las obras de

arte que fuera de las paredes de un edificio especialmente diseñado para ellas no podían

ser ni bien cuidadas y conservadas, ni tampoco bien observadas por el espectador

debido a las condiciones en que se mantenían.

Como punto de partida del primer edificio dedicado a ser museo y que contaba

con las condiciones apropiadas para ello se cita el Museo Nacional de Nápoles,

antiguamente Museo Borbónico; pues aunque primitivamente había servido para otros

usos, en 1790 se le erigió en museo, pareciéndose ya en su plano a las modernas

instalaciones. El capítulo continúa explicando la necesidad de que cada colección sea

alojada según los objetos que la componen: Así como los museos, según su naturaleza,

se dividen en museos de artes industriales, museos científicos, históricos, etc... así

también los edificios para museos. Cada colección en su edificio adecuado, aunque se

prevé la existencia de instalaciones generales que serían iguales en todos los edificios

dedicados al fin que nos ocupa: lo principal y peculiar son las salas en donde se

guardan las colecciones; siguen luego los patios, gabinetes de estudio y trabajo,

oficinas de administración, habitaciones del personal, guardarropas y locales para

conferencia y talleres de encuadernación de libros. Importante para la elección del local

es que éste tenga buena luz y que esté cubierto de peligro de incendio, dos datos obvios

que proceden de la mera prudencia, sin embargo también es muy importante que el

local elegido sea capaz de ensanche, y no lo es menos la cuestión del sistema según el

cual se va a instalar la colección, o sea si se van a colocar los objetos de manera que

estén a la vista del gran público o sólo de los inteligentes. Actualmente pocos museos

tienen sus objetos sólo a la vista de los entendidos, aunque es cierto que siguen

187 BODE, W. “¿Deben llevarse las obras de arte a los museos?”, en M. BOLAÑOS (ed.): La memoria del mundo. Cien años de museología, 1900-2000. Gijón, Trea, pp. 45-49, cit. por HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, F. Op.cit.


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268

existiendo colecciones que por sus características y necesidades de conservación tienen

visitas más restringidas.

Otro dato que es necesario tener en cuenta, según el artículo del Espasa, es si la

colección se guardará en un sólo edificio o si resulta más conveniente la existencia de

varios locales, uno para cada sección para lo cual hay que tener presente que los objetos

que forman las colecciones han de estar en animada conexión con el ambiente que les

rodea, visión muy moderna del edificio destinado a museo, en el que el entorno y la

colección están íntimamente ligados y se citan aquí como ejemplo de este hecho los

nuevos edificios para museos como el Nacional de Munich y el Provincial de Zurich,

como ya se ha visto anteriormente, Alemania a la cabeza de la corriente museológica en

casi todos los sentidos. Llegados a este punto, ya se pueden concretar sobre los distintos

tipos de museo existentes las necesidades de distribución espacial: En los museos

artísticos, lo primero es tener en cuenta si el edificio ha de albergar una sola clase de

obras de arte o toda clase de obras artísticas sin distinción. El primer caso es raro,

para el segundo son modelo los museos antiguos de Munich, la Glipcoteca y las dos

pinacotecas. Se describen estos museos y se adjunta al texto un plano de los mismos.

Como otros modelos interesantes de arte se citan los de Berlín, que han sido

mencionados anteriormente al hablar de la labor de von Bode.

Debió existir en los años de publicación del tomo o en los precedentes alguna

discusión sobre la importancia de que la luz fuera cenital o no en los museos dedicados

a bellas artes, ya que se le da mucha importancia al tema, citando incluso la existencia

de escritos referentes al tema. Se habla también de luz artificial y se considera la más

adecuada la de dispersión indirecta por ser la más parecida a la natural. Las técnicas de

iluminación actuales no permiten comentar este particular, pues lo han superado

notablemente. Los museos de industrias artísticas, según el artículo, necesitan salas

espaciosas para que tanto los objetos grandes como pequeños puedan estar expuestos,

ya al aire libre, ya en vitrinas y de manera que sea fácil su traslado. Además, se

puntualiza que el plano ideal es el utilizado por el Museo Victoria y Albert de Londres


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269

en el que se aprovechó la estructura metálica de la Exposición de 1851. Se explica que

estas construcciones, en general, fueron destinadas a otros fines, lo que hace que

generalmente se trate de galerías que dan a patios interiores cubiertos con cristal.

En el caso de los museos científicos, la arquitectura consiste ante todo en la

manera de instalar los armarios: lo más usual es que se instalen armarios adosados a

los paneles de las paredes entre los cuales se encontrarán los gabinetes. El paso libre

que queda se utilizará para colocar las muestras más grandes, así se afirma que están

dispuestos los museos zoológicos y de Historia Natural europeos. Aún así, se plantea

una disposición en espina de pescado que impide la ausencia de luz en algunos rincones

y facilita la visión de las salas. En cuanto a los objetos pequeños deben ser colocados en

estantes en galerías de circunvalación. Los museos etnográficos utilizarán también este

tipo de distribución, como lo hace el de Berlín.

Por último se estudia cuál debe ser la forma del nuevo sistema de museos, es

decir, los de técnica y comunicaciones que, según se desprende de lo que se estila en

Europa deben utilizar las propias instalaciones en las que se desarrolla la actividad

técnica o comunicativa, como es el caso del Postmuseum de Berlín, instalado en las

dependencias administrativas y el Museo de Construcciones y Ferrocarriles de la misma

ciudad, que se encontraba en la antigua estación de Hamburgo.

Para todos ellos se tiene en cuenta la diferencia de la exposición si ésta va

destinada a ser contemplada por el público o si servirá como punto de partida para el

estudio de los científicos o inteligentes.

7.4.1.3. Museos de antigüedades

En primer lugar se define qué se entiende por antigüedades en el capítulo: se

limita la palabra a los objetos provenientes de la llamada Edad Antigua, es decir, a los

descubrimientos arqueológicos. Se esta hablando, pues de Museos Arqueológicos. Se


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270

parte de las expediciones egipcias de Napoleón a quien se considera, junto con

Champolion, el introductor del interés por culturas distintas a la griega y la romana y se

proporciona la pista del porqué del éxito de estos nuevos museos: el misterio. Esta

moda, fruto de la curiosidad, no sólo influyó en la nueva concepción del museo de

antigüedades, que se vio obligado a cambiar sus colecciones para hacer sitio a los

nuevos descubrimientos que llevaban los orígenes de la cultura más allá de los tiempos

griegos y romanos, sino también en el afán de descubrir y adquirir piezas nuevas que

pasaban de considerarse cosas curiosas o raras que excitaban sólo la admiración o la

codicia, a constituir colecciones de valor netamente científico.

Desde tiempos antiguos se considera que el afán coleccionista ha hecho mella en

el espíritu humano, bien por necesidad de saber más, bien por codicia y ambición de

poder, como ocurría con los tesoros guardados en Roma para demostrar el poderío del

Imperio frente a los bárbaros. Aquí aparece un pensamiento que es interesante para el

presente trabajo: En Roma se conocieron también los museos en el sentido propio de la

palabra, pero en todo caso no se les aplicó nunca la denominación de museo, ni en

Grecia tampoco la de museion. Así es, se trataba de botines de guerra o de verdaderos

tesoros económicos que acabaron en el saqueo de la época de Constantino y que ningún

museo del mundo ha logrado volver a reunir, se citan aquí increíbles estatuas forradas

de oro y bronce, etc. Los tesoros que se pudieron recuperar y que procedían de las

antiguas Grecia y Roma fueron a parar en la Edad Media a los museos papales de tal

forma que se desarrolló en Roma, a mediados del siglo XV, una verdadera corriente

museística en torno a las antigüedades, creándose los cimientos de los Museos

Capitolinos y Vaticanos. Los Médicis incluso influyeron en la intensificación de las

excavaciones a fin de enriquecer sus colecciones. Poco a poco el suelo romano daba sus

frutos en forma de antigüedades que se acumulaban en manos de los coleccionistas y se

llegó a la necesidad de establecer un orden con el fin de que no se perdieran, así

nacieron los museos Farnesio y el del Colegio Romano. Incluso otros países compraban

antigüedades a Italia para establecer sus museos de antigüedades: Madrid, Praga, París,


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271

Munich... se aprovecharon de la creciente pobreza de las familias romanas en el siglo

XVIII para comenzar la formación de sus museos.

En el Renacimiento Francia comenzó a crear sus colecciones de antigüedades,

pero fue Napoleón quien creó el Museo de Antigüedades en París, se comenta en este

punto que lo único censurable fue el procedimiento del que se valió para reunir en la

capital de la República el inmenso tesoro que sirvió de base al Louvre de nuestros días.

Así fue, Napoleón se cobró sus treguas en obras de arte antiguas y objetos de todo tipo,

incluidos manuscritos y estatuas. Para ello contaba con comisarios que entendían de la

materia y que fueron, de algún modo, los primeros profesionales dedicados a la

adquisición de obras para el museo. De una forma o de otra el Louvre creció hasta llegar

a lo que hoy es y a publicar, en aquella época diversos y preciosos catálogos de las

nuevas adquisiciones realizadas por el emperador. La desaparición de Napoleón supuso

también el descenso de interés por el museo del Louvre, aunque en el siglo XIX se

intensificaron las exploraciones y se realizaron importantes descubrimientos en el

campo del orientalismo que fueron a parar al museo francés pero también al Británico

de Londres.

En los últimos años del siglo XIX y primeros del XX ven la luz museos de

antigüedades de todo tipo: chinas, ibéricas, griegas, romanas, minoicas, aborígenes

americanas, etc, y de todas las clases: públicos y privados. Entre los últimos se destaca

el fundado en Lyon por Emilio Guimet que se trasladaría a París más tarde y del que se

hizo un catálogo en 1910. En este catálogo se afirma que contiene objetos referentes a

las civilizaciones china, japonesa, de los parsis, brahmanismo, taoísmo, religiones de la

Indo-China, Grecia, Italia, Galia, Egipto, etc...

Para finalizar se afirma que los museos de antigüedades tuvieron mucha más

importancia que la debida a la colección y a su valor material, ya que se convirtieron en

verdaderos focos de cultura, publicando eruditas guías explicativas, revistas, libros y

celebrando conferencias, y lo que es más importante para la ciencia documental


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272

clasificando sus objetos de una manera sistemática. Gracias a la existencia de estas

colecciones que luego se convirtieron en museos arqueológicos ha sido posible

determinar los hechos capitales de cada monarca, el derecho vigente, la moral por sus

máximas, las funciones del sacerdocio, el nombre de los animales ofrecidos en

sacrificio, los objetos de culto y un sin fin de instituciones que en otro caso hubieran

permanecido envueltas en el mayor de los misterios. Es decir, estos objetos son el

documento, la prueba testimonial, de la historia pasada y como tales se estudian y por

ello se interesan los distintos países por su colección. Indudablemente, los museos

arqueológicos fueron los de mayor importancia debido tanto a su valor económico como

a su valor documental cuando no existía la escritura.

7.4.1.4. Museos de Bellas Artes

Es en este capítulo donde se encuentra una de las visiones modernas que

impresionan al lector de la enciclopedia y que explican cómo esta fue escrita no sólo por

eruditos seleccionados entre los mejores de España, sino por personajes de su época,

preocupados por las cuestiones culturales del momento. Tras una breve referencia a la

necesidad del museo como institución educativa y a la influencia que tuvo su aparición

y desarrollo en la evolución de la ciencia y la educación se afirma: los museos antiguos

eran colección de objetos artísticos reunidos sin orden ni plan alguno, por lo cual

carecían de valor didáctico y en nada contribuían al progreso artístico. Como su

disposición no era científica, poco o nada ganaba el público con su existencia. En

efecto, cualquier manual de museología que se lea en la actualidad explica la necesidad

del museo de estar organizados de modo sistemático y científico para cumplir uno de

sus fines: el didáctico. Los estudiosos actuales de la museología observan en todos los

casos que el museo tiene como fin primordial la conservación y protección de los

objetos que constituyen el patrimonio de la sociedad; el nuevo museo, sin embargo,

trata de confrontarse con la vida real del lugar en el que se ubica y pretende convertirse

en elemento que dinamice la sociedad, aportando pautas que incentiven la curiosidad


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por el aprendizaje y el descubrimiento de la propia identidad social.188 Es cierto que la

visión de la Enciclopedia no es tan avanzada como esto, entre otras razones, porque no

existían ni los estudios sobre el tema, ni las técnicas, ni la diversidad de tipos

museísticos actuales; pero ha de reconocerse que, aunque sólo en el caso de los museos

de bellas artes, el autor de la voz tenía una clara visión de la verdadera misión del

museo como transmisor de cultura, es decir, como institución documental.

Continúa el artículo subrayando la importancia de que la colección se encuentre

en buenas condiciones de conservación y organización para cumplir su cometido

didáctico: Para que tengan valor docente, debe estudiarse con detenimiento la

disposición y clasificación de los objetos custodiados. Las adquisiciones deben

colocarse en sus propias secciones y debe evitarse la compra irreflexiva de

curiosidades. Esta compra irreflexiva era lo que distinguía la voz coleccionista entre el

coleccionista inteligente y el que se movía sólo por motivos menos sublimes. Sigue la

explicación afirmando débese también poner cuidado en la exposición y catalogación

de los objetos y antigüedades reenviando al lector a la voz ARQUEOLOGÍA en su apartado

Conservación de Antigüedades. Se considera, además, al museo organismo viviente y se

indica que la labor de la dirección ha progresado haciéndose cada vez más científica,

con toda seguridad debido a la formación que se exigía para el ingreso en el cuerpo y

que se ha expuesto al principio de este capítulo. Pero continúa sorprendiendo el artículo:

En lo que se ha hecho mayor progreso ha sido en la clasificación de los objetos, parte

principalísima del trabajo de museo. Para a continuación explicar los tipos de

clasificación que están siendo usados en el momento de la publicación: Existen tres

sistemas de clasificación: el de fechas o cronológico, el de materias y el de

nacionalidades, empleándose a veces combinados (...) ninguno de estos sistemas tienen

preferencia sobre los otros. Los principios de la clasificación no son fáciles y los

objetos deben clasificarse prescindiendo de su naturaleza, con arreglo a la calidad

sobresaliente en ellos (...) La clasificación no debe impedir la elasticidad de los museos

188 HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, F. Op. Cit. pp. 173-175


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274

ni la movilidad de los objetos, siempre ha de ser posible retirarlos para examinarlos de

cerca o para enviarlos prestados a otros museos y escuela de arte.

Se encuentran en este párrafo varios principios de importancia: la clasificación

por medio de tres sistemas permite combinar en un mismo objeto sus diversas

características, se pone un ejemplo en el texto, el de un mosquete con incrustaciones

marfileñas y rica decoración, debe estar en la sección de armas como objeto etnográfico

pero su decoración obliga a que sea clasificado además como obra artística de una época

determinada; estos tres puntos deben ser digamos “intercambiables” de tal manera que

cuando la pieza “viaje” a una exposición en intercambio pueda hacerlo tanto como

arma, como objeto etnográfico o como obra artística. Por otro lado está el principio que

hace referencia al estudio y conservación: la movilidad de los objetos, para su estudio,

limpieza, restauración, etc. Se ofrece, además, un discurso que se está manejando en la

actualidad como se ha visto anteriormente en las definiciones dadas por la RAE a la

palabra museo y por supuesto por los conservadores y museólogos que actualmente

trabajan en el tema de forma práctica y teórica: Los museos tienden en todos los países

a ser factores importantes en el sistema educativo, siendo muy íntima la cooperación

entre los artísticos y las escuelas públicas. De esto resulta que la finalidad de los

museos no es la conservación, sino la educación y la inspiración. La existencia de un

museo se mide por su conservación, su eficacia por la inspiración que sugiere y su

valor educativo en el acrecentamiento de la capacidad individual para la comprensión.

Una de las formas para lograr este fin del museo, según la voz, es la edición de guías

internas y externas, las primeras para la buena organización interna y las últimas como

consecuencia de ella y fruto del deseo de servir como instrumento cultural.

Se reenvía, para terminar, a las voces en las que se recoge la descripción de los

museos más importantes de Bellas Artes, pero también a las que relacionan el museo

con la actividad documental. Así mismo se ofrece un reenvío a las voces dedicadas a las

distintas poblaciones en las que se encuentra referencia a sus museos, bibliotecas y

archivos.


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275

7.4.1.5. Museos Científicos Españoles y Extranjeros

El capítulo consta de cuatro partes:

A. Exposición histórica de los museos científicos

B. Museos de historia natural

C. Museos científicos españoles

D. Descripción de los museos científicos extranjeros más importantes por orden

alfabético de poblaciones

7.4.1.5.1. Exposición histórica de los museos científicos.

En esta parte se trata sobre la evolución de los museos científicos, para ello se hace una

introducción en la que se explican las características del museo ideal, que debería

abarcar todo el vasto campo de conocimientos humanos y enseñar las verdades de

todas las ciencias, incluso la antropología, ciencia que trata del hombre y sus obras en

todas las edades. Todas las artes y las ciencias tienen relación entre sí (...) la

separación arbitraria de éstas tiene origen en la falta de espacio en los edificios.

El origen de las grandes colecciones de Historia Natural se sitúa en Alejandro el

Grande, quien envió expediciones para recoger muestras de la historia natural dando

lugar al gran Museo de Alejandría. Se ubica, por tanto, el origen de los museos en las

colecciones de ciencias naturales. Este hecho se refleja a lo largo de toda la

Enciclopedia a través de las voces dedicadas a personajes que acompañan este trabajo

en el anexo y en las cuáles se observa una inusitada frecuencia de botánicos, zoólogos y

otros científicos, cuyo principal trabajo consistió en la clasificación, ordenación y

catalogación de colecciones de plantas, animales o minerales. No hay que olvidar que

una de las clasificaciones científicas más importantes, aún en vigor, es la realizada por

Linneo en torno al mundo botánico. De todos modos, se percibe en la enciclopedia esa


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276

íntima conexión que existe entre el museo y la colección artística y que marca los

antecedentes de la museología moderna, porque se vuelve de nuevo al interés por la

antigüedad clásica en lo que se refiere a estatuaria, numismática y manuscritos. Cuesta

desprenderse de esa idea del museo como guardián de la obra de arte. Pero

inmediatamente se retoma el discurso para explicar que las modas siempre están

acechando, también para ayudar al crecimiento de la ciencia. En el Renacimiento y tras

la fuerza que tuvo el coleccionismo de antigüedades, nace la nueva afición de ir a tierras

lejanas para formar colecciones de plantas, minerales y animales exóticos, desde 1490

aparecen personajes dedicados a la colección y clasificación de estos materiales Jorge

Agrícola, padre de la mineralogía; Conrad Gesner, el Plinio Alemán; Worm, que

coleccionó huesos craneales y que es considerado el primero en cultivar lo que ahora se

conoce como la ciencia de la arqueología prehistórica. Los siglos XVII y XVIII fueron

más ricos, si cabe, en estas aficiones, con toda seguridad por la facilidad de realizar

expediciones científicas a tierras ignotas, surgiendo Jardines de Plantas o Botánicos e

incluso algún zoológico.

Fue Francis Bacon en su obra New Atlantis el primero en proponer la creación

de una institución que reuniera todo aquello que el hombre pueda estudiar, ver y desear

e hizo el primer bosquejo de museo nacional de ciencias y artes. En cualquier caso, la

primera institución semejante a esta idea fue el Ashmolean Museum de Oxford; pero

también las fundaciones de Academias de las Ciencias en distintos países y ciudades

dieron un impulso importante a la necesidad de la investigación científica, provocando

la necesidad de que se crearan instituciones con medios para conservar y divulgar los

descubrimientos que se iban realizando. Así se hizo costumbre que los eruditos fueran

entregando sus colecciones a estas nuevas instituciones, formándose museos científicos

de diversa índole. Así expone la enciclopedia la situación: A mediados del siglo XIX los

museos se convirtieron no solamente en depósitos de archivos científicos y asientos de

descubrimiento original, sino en poderosos agentes de instrucción, mediante los cuales

las más importantes verdades de las ciencias podían ser comunicadas al público por

medio de lecciones objetivas. A principios del siglo XX el movimiento en favor de la


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277

fundación de museos tomó un incremento tan grande como el del movimiento en favor

de la difusión de las ciencias populares por medio de las bibliotecas públicas.

7.4.1.5.2.Museos de Historia Natural.

Se vuelve sobre la idea del museo como medio didáctico y se explica la

existencia de nuevos museos cuyo fin es exclusivamente docente: los nacidos en las

cátedras de universidades e institutos. Las agrupaciones de seres extraños o raros,

producto de la naturaleza y del arte, son consideradas como exposiciones menores, cuya

principal finalidad es hallarse reunidos por su rareza y expuestos al público para

suscitar su curiosidad y admiración. Los verdaderos museos científicos, según el

artículo, requieren ser expuestos sistemáticamente para dar a conocer relaciones de

origen o procedencia con que se demuestran los fenómenos naturales, procurando, al

mismo tiempo hacer resaltar la utilidad o las aplicaciones a que pueda dar lugar lo

presentado, con lo cual es evidente que se trata de conseguir que todo país busque su

prosperidad en el conocimiento y acertado empleo de sus productos naturales. Idea que

ya se ha expuesto anteriormente y que se subraya en cualquier manual de museología

moderno que pueda hojearse en la actualidad, el museo acerca el medio al individuo y el

individuo al medio, así cumple una de sus finalidades. En cuanto a los museos nacidos

en el seno académico y universitario constituyen gabinetes que pueden ser atendidos y

más fácilmente utilizados por las respectivas enseñanzas, por eso estos museos no

tienen como fin entrar en la cultura general. Así pues, se dejan de lado y no se habla

más de ellos, por considerarse que la importancia estriba en los museos públicos.

Conocemos hoy, sin embargo, museos creados en distintas facultades (Medicina,

Geología, Geografía, etc...) que por su importancia y la dedicación de sus profesionales

tienen carácter de museo público en la actualidad. Se insiste en que la clasificación y

ordenación de las colecciones reunidas en estos museos constituye una de las

principales tareas del personal a ellos destinado. Este personal de los museos científicos

debe tener conocimiento de la más exacta nomenclatura científica, sea zoológica,

mineralógica o botánica y todo conocimiento de la historia natural, como de las letras


_____________________________________________________________________________

278

del alfabeto, es indispensable, pero sin olvidar las denominaciones vulgares para ser

más fácilmente comprensible por el público.

El personal dedicado al cuidado de estas colecciones preocupa especialmente al

autor del artículo ya que le dedica un amplio espacio antes de ofrecer la habitual lista de

museos. Merece la pena reproducir aquí algunos fragmentos de lo que se expone: Estas

diferentes funciones de los museos requieren un personal variado y de aptitudes y

conocimientos muy diversos, desde el colector que recoge los objetos en el campo y el

taxidermista que los prepara, hasta los profesores que trabajan en los laboratorios

para la clasificación de los ejemplares teniendo en cuenta la distribución geográfica, la

organización interna y externa de los seres y todos cuantos problemas integran hoy las

ciencias de hecho y de observación, aquéllas que los filósofos llamaban físicas y hoy

llamamos Ciencias Naturales. (...) Las cualidades y aptitudes de las que ha de estar

dotado el personal científico del museo dedicado al fomento de las colecciones y a los

trabajos que se realizan en sus laboratorios son tan difíciles de encontrar reunidas en

una misma persona que en su elección ponen todos los Gobiernos especial cuidado,

procurando reunir personal propio, independiente del de las Universidades, cuya

función es bien distinta, llegando a veces los reglamentos a prohibir que los profesores

formen parte del museo a excepción del director, y este porque no tiene cargo en el

laboratorio. Esta visión resulta enfrentada con lo explicado al principio del capítulo y

con lo comprobado en las distintas Gazetas de la época, en ellas se pueden encontrar

reales órdenes nombrando jefes de sección a algunos catedráticos, un ejemplo es el

nombramiento de D. Luis Lozano Rey como jefe de sección del Museo de Ciencias

Naturales en 1912; acompaña al nombramiento la lista de méritos del Dr. Lozano, entre

los que se encuentran el haber sido conservador del museo y su situación como

catedrático de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central. Lo que sí queda claro

en la conclusión de este capítulo dedicado a la voz MUSEO es que las colecciones

deberán estar sujetas a un plan sistemático de carácter natural y de conformidad con

las clasificaciones aceptadas por los grandes museos. Esto significa que para cada uno

de los tres grandes reinos naturales, deberá existir un sistema especial de agrupación.


_____________________________________________________________________________

279

Estos sistemas de agrupación se describen en otro lugar de la enciclopedia y no han sido

recogidos en este trabajo por no constituir en sí mismos parte de la teoría de la

documentación, si no más bien pertenecientes al estudio de las Ciencias Naturales en sí

mismas, lo que da pie a observar que la importancia de la organización, clasificación y

documentación es interdisciplinar ya que toda ciencia cuenta con la necesidad de

establecer formas de organización del material que le es propio. Así un herbario no es

otra cosa que un catálogo botánico, un bestiario un catálogo de animales y un lapidario

lo es de minerales o piedras.

7.4.1.5.3.Museos científicos españoles

La descripción de los museos científicos españoles se realiza en el tomo

dedicado a España por lo que se remite al lector que quiera conocer de sus fondos,

presupuestos y situación en la época de publicación de la obra a este tomo donde

encontrará la información necesaria. En cuanto a la evolución de los museos científicos

en España, la voz plantea como punto de partida el año 1752, en el que Fernando VI

dictó disposiciones a fin de crear el Museo de Ciencias Naturales que fue el Real

Gabinete de Historia Natural por fin inaugurado en época de Carlos III. La Enciclopedia

proporciona, no obstante, como fecha definitiva del nacimiento del Museo de Ciencias

Naturales con todos los esplendores en 1910, afirmando que tras un largo periodo de

desorganización se han podido ordenar las numerosísimas colecciones ya existentes, al

propio tiempo que en estos últimos años el material adquirido ha sido verdaderamente

extraordinario. Se citan otros museos españoles en orden de importancia como el de

Historia Natural de Cataluña (Museo Martorell) o el Museo Botet de Valencia, de

carácter paleontológico. Todos ellos dotados de valiosísimas colecciones científicas

útiles para la enseñanza superior. Se hace mención a las ya anunciadas colecciones

académicas, destacando especialmente las realizadas en la Universidad de Barcelona

gracias a Planellas y a Odón de Buen; la de Sevilla que surgió bajo la mirada de

Calderón y Barras de Aragón; y la de Zaragoza, que desapareció en un incendio pero

que intentaba en aquel año reconstruir el dr. Ferrando. De las colecciones universitarias


_____________________________________________________________________________

280

se separan las de los institutos, aunque coinciden topográficamente, Barcelona, Valencia

y Zaragoza; pero también Logroño, Madrid, Castellón, Pamplona, Teruel, Orense y

Reus tenían en sus institutos preciadas colecciones científicas.

La novedad en este punto son las colecciones científicas que se han introducido

recientemente también en los seminarios, destacándose el de Barcelona, que guardaba

predominantemente material paleontológico. Por otra parte, existieron otras

corporaciones oficiales y comunidades religiosas que acogieron sus propias colecciones

científicas, especialmente dedicadas a la enseñanza técnica, destacando los museos

botánicos de los padres jesuitas o de las Escuelas de Ingenieros de Minas y Montes en

Madrid. Tuvieron también gran importancia en el desarrollo de estas colecciones las

sociedades excursionistas y los laboratorios de biología marítima; sin olvidar las

colecciones particulares que más tarde y una tras otra fueron engrosando las de los

distintos museos españoles de ciencias naturales como puede verse en los

agradecimientos de las Gazetas de aquellos años.

7.4.1.5.4.Descripción de los Museos Científicos extranjeros más importantes por

orden alfabético de poblaciones.

No se dedicará a este punto más espacio que el de decir que la enciclopedia

presenta un verdadero directorio crítico de instituciones museísticas de cada una de las

ciudades europeas y americanas más importantes desde Amsterdam hasta Washington.

Material sin duda muy interesante para quien quisiera trabajar en la comparación de

estos museos en aquella época a nivel mundial.

7.4.1.6. Museos Comerciales

Los museos comerciales nacen de la necesidad de enseñar las mercancías objeto

de comercio entre unos países y otros. Son considerados por la Enciclopedia como

factor importantísimo para el desenvolvimiento económico por la íntima relación que


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281

establecen entre productores y consumidores, cuyas aspiraciones y necesidades llegan

a armonizarse del modo más perfecto. Los museos comerciales, tal y como se presentan

en este punto, no son otra cosa que el precedente de las Ferias y de las Exposiciones que

mueven la economía en la actualidad. Algo curioso tenían estos museos comerciales y

esto lo explica la enciclopedia: existen en estos museos departamentos dispuestos ad

hoc en los que pueden copiarse los objetos expuestos y hay, además, bibliotecas

dotadas de numerosas obras técnicas y de consulta, así como valiosísimas colecciones

fotográficas por cuyo medio se divulga y dan a conocer de modo fácil, estructura,

condiciones, centros de producción, mercados principales, etc. de los distintos

productos que se exhiben. Antes de continuar es necesario hacer referencia a algunos

puntos del párrafo anterior: existían bibliotecas en las que el comprador podía consultar

las excelencias de lo que compraba, es decir, verdaderas bibliotecas especializadas en

técnicas muy concretas. Por otra parte se encuentra aquí el documento fotográfico como

parte integrante del catálogo comercial, como documento, es más, como documento

capaz de sustituir al original, casi como documento secundario. Ello a pesar de que la

voz FOTOGRAFÍA en la enciclopedia no trata a ésta como documento, sino tan sólo como

técnica y en todo caso como técnica artística. Indica el texto que los museos comerciales

tuvieron especial importancia en Suiza y Alemania, donde se rodearon de toda una

escenografía que los convirtió en instituciones documentales de importancia, con

publicaciones monográficas y periódicas propias, sedes estables, oficinas de

información, bibliotecas de consulta en las que se encontraban fuentes fácticas y

literatura gris de todo tipo y oficinas de informes que funcionaban como auténticos

centros de documentación. Además, estas instituciones, contaban con apoyos

gubernamentales y de las clases mercantiles e industriales.

7.4.1.7. Museos Cristianos

Con esta denominación que, a priori, parece dedicada a los conocidos como

Museos Diocesanos, clasifica la enciclopedia aquellas instituciones que conservan

objetos cristianos anteriores a la Edad Media, sobre todo sarcófagos, inscripciones y


_____________________________________________________________________________

282

productos de artes menores. Se inicia esta institución con el descubrimiento de las

Catacumbas romanas, considerándose el primer museo cristiano propiamente dicho el

Museo Vaticano que al ser fundado por Benedicto XIV recibió del pontífice el nombre

de Museum Christianum, de ahí algunas colecciones pasaron al Museo Lateranense,

fundado por decreto de Pío IX. Se advierte, no obstante, que no existe museo alguno que

supere al Lateranense y que fuera de Italia estas colecciones son escasas, aunque en la

zona de Oriente se encuentran las de El Cairo, Alejandría y Tréveris; a las que se unen

las colecciones de tesoros de las catedrales, también de origen medieval. A parte de

estos museos denominados cristianos, se dedica un breve espacio a los museos

diocesanos, también custodios de objetos pertenecientes a la tradición cristiana y que se

consideran de propiedad eclesiástica hasta el punto de que se explica que es necesario

lograr por todos los medios imaginables que no se venda ninguna obra artística

propiedad eclesiástica y que estas obras se presenten a la veneración de los fieles y se

facilite, a este fin, su estudio por parte de los eruditos.

7.4.1.8. Museos Militares

Brevísima la nota referente a estos museos, se limita a exponer que en España se

ha creado recientemente el museo de Infantería y la intención del almirantazgo de

unificar todos los museos de los ejércitos en uno solo, citando el proyecto del conde del

Serrallo de 1915, de similares intenciones pero que nunca llegó a término.

7.4.1.9. Museos Sociales

Reciben este nombre los establecimientos dedicados a la exposición permanente

de objetos, productos y gráficos relacionados con la vida social y destinados

especialmente a la información y la enseñanza. No hay que confundir estos museos con

los pedagógicos que estaban legislados de otro modo y tenían finalidades distintas. Se

trataba de establecimientos dedicados a resolver cuestiones que tuvieran relación con el


_____________________________________________________________________________

283

trabajo y los trabajadores. De algún modo funcionaban como departamentos de

formación.

7.4.1.10. Legislación acerca de los museos españoles

Anteriormente se ha ofrecido un repaso por la legislación sobre museos en

España, en este punto se presenta un resumen de lo que la Enciclopedia recoge en torno

al tema. Como punto de partida se ofrece una definición de museo como

establecimientos dependientes del ministerio de Instrucción pública en los cuales se

conservan objetos o trabajos científicos, artísticos o de aplicación de tiempos pasados y

modernos para su exposición y estudio. Se diferencian de las bibliotecas en que éstas

son colecciones de libros, mientras que los museos lo son de objetos. Continúa el texto

citando los Reales Decretos que regulan los museos provinciales y municipales (24 de

julio y 18 de octubre de 1913, respectivamente) y que ya se han comentado en otro

lugar de este trabajo. La obra se centra en los museos oficiales, revisando primero

algunos temas de tipo general para estudiar después los más importantes en España, que

ofrece en orden alfabético. En cuanto a la legislación general se indica la gratuidad de

entrada en todos los museos y demás establecimientos análogos dependientes del

Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes para autoridades, corporaciones

oficiales, grupos escolares, centros de enseñanza obreros y cualquier otra clase de

asociación docente; y durante todos los días del año. Para el resto del público la

gratuidad sólo se ofrecerá los jueves y domingos y la cuota de entrada quedará fijada en

virtud de la importancia y naturaleza de las colecciones. Las cantidades recaudadas por

este medio se destinarán a la reparación, conservación y mejoras de los museos, según

decidan las comisiones al efecto nombradas por el Ministerio ya mencionado

(nuevamente la fuente es un Real Decreto, esta vez de 19 de noviembre de 1908, el que

regulaba el nombramiento de las mencionadas comisiones).

Se subraya la autorización para tomar notas, sacar copias, fotografías u otra

clase de reproducciones de las obras que se conserven. He aquí una diferencia con la


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284

legislación actual: no se pueden tomar fotografías salvo que la dirección del museo

autorice tal actividad, ello por una cuestión de conservación de la colección ya que está

comprobado que el flash daña los objetos. En lo referente a fotografía digital el

problema es debido además a los derechos adquiridos por los fotógrafos que el propio

museo contrata para realizar las reproducciones. Por su parte, la dirección del museo

tiene la obligación de la custodia de los objetos que deben estar expuestos con rótulos

explicativos, cuidando de que haya rótulos generales para designar series, rótulos

especiales para los grupos y rótulos individuales para los ejemplares importantes.

También deben organizar series o cursos de conferencias prácticas que sirvan para

difundir los conocimientos generales. En las secretarías de los museos existe la

obligación, además, de llevar un libro de registro de las ya mencionadas conferencias o

visitas pedagógicas, así como estadísticas, de las que se dará cuenta al ministerio de

forma anual, ello según Real Decreto de 7 de septiembre de 1901. La prohibición de

sacar de los museos obras y objetos es absoluta, incluyendo la directiva de que deberán

hacerse copias de las obras que tengan que viajar a causa de exposiciones

internacionales, a excepción de las obras de artistas vivos, cuyo permiso para viajar

deberá firmar el autor, adquiriendo así el compromiso de restaurarla por sus medios si

ello fuera necesario o bien de reponerla con otra de iguales condiciones, en este caso se

trata de la directiva de una Real Orden de 19 de agosto de 1901.

Los museos seleccionados por la Enciclopedia y de los que se transcribe la

información por ser interesante para la historia de los mismos, son los siguientes:

Museo Agronómico. Creado por R.D. de 17 de febrero de 1882, contiene

instrumentos y máquinas utilizados en el cultivo y en las industrias de él derivadas.

Pertenece al Instituto Agrícola Alfonso XII.

Museo Anatómico. Creado en el Hospital General de Madrid en 1851 a expensas

de los profesores del mismo, con piezas representativas de los órganos en estado de

salud y enfermedad y que fueron modelados por Don Pedro González Velasco. Un Real


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285

Decreto de 22 de junio de 1857 dispuso que se creara otro en el Hospital Militar de

Madrid. Hoy desempeñan este oficio los Gabinetes anatómicos de las Facultades de

Medicina.

Los datos del Museo Antropológico se estudian con los del de Ciencias

Naturales.

Museos Arqueológicos. A pesar de que estos ya se han visto anteriormente, se

recogen aquí algunos datos que no se habían recogido ya que los proporciona la

enciclopedia. Se explica que el museo arqueológico de Madrid tuvo su origen en una de

las salas de la Biblioteca Nacional con una colección de objetos procedentes de

Pompeya y Herculano fundamentalmente. Se explica que estos objetos fueron

trasladados con la fundación del Museo Arqueológico en la fecha ya conocida de 1867

y que el establecimiento fue inaugurado en 1871 con cuatro secciones: Civilizaciones

primitivas y Edad Clásica, Edad Media, Numismática y Etnografía. Así mismo se indica

que en el R.D. de fundación se ordenó la formación de museos arqueológicos en otras

provincias que por sus características e historia contaran con colecciones similares. Con

la creación de estos museos provinciales se clasifican los Museos Arqueológicos en tres

clases, de primera (Arqueológico Nacional), de segunda (Reproducciones Artísticas y

Arqueológico de Tarragona) y de tercera los de Barcelona, Granada, Sevilla, Valladolid,

Toledo, Cádiz, Córdoba, León, Burgos, Murcia y Santiago. Todos ellos reglamentados

por el R.D. de 1901 y a cargo del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y

Arqueólogos189. En 1914 se incluyó entre estos museos el Numantino de Soria. El

Museo Arqueológico Nacional, por ser establecimiento de primera clase, contará con

una Junta de Gobierno en la forma en que establece el reglamento orgánico del Cuerpo

Facultativo de Archiveros. Los directores de estos museos y los jefes de sección

deberán facilitar a los visitantes las noticias arqueológicas que éstos pidan sobre los

189 Nótese que el término “arqueólogo” ya ha desbancado el de “anticuario”, aún sin existir una ley que lo aprobara, como se vio anteriormente, fue por tanto una cuestión de uso que salpicó, incluso a las publicaciones oficiales como ya se ha advertido.


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286

objetos y acompañar a los profesores que en unión de sus alumnos asistan al mismo. Se

regula también la existencia de una biblioteca o colección de libros especial y de

carácter particular, aunque podría ser utilizada por el público. No se podrá emplear

sustancia alguna que dañe las piezas ni obtener moldes o troqueles para falsificarlas. Sí

pueden reproducirse obras con los cuidados necesarios con el fin de enriquecer las

colecciones de otros museos que no tienen los medios para hacerlo con piezas

originales. El reglamento de 1901 dispuso también la reunificación de piezas de distinta

índole que se encontraban en otros centros como archivos, bibliotecas u otras

dependencias del estado; igualmente se aceptarán donaciones y colecciones en depósito

siempre que las condiciones del establecimiento lo consientan y sean expuestas al

público.

Museo comercial. Creado en Madrid por el Ministerio de Fomento en 1913,

tenía por objeto facilitar informes sobre los productos expuestos, su procedencia,

condiciones de fabricación, medios y vías más económicas para su importación y

exportación. La obligación de fomentar estas instituciones estaba en manos de las

Cámaras de Comercio, debiendo también enviar muestras de sus productos y organizar

museos provinciales (incluso en las colonias africanas). La dirección de este museo

estaba en manos de una Junta Patronato formada por el director general de Comercio,

un miembro del Consejo Superior de Fomento, los presidentes de las Cámaras de

Comercio e Industria de Madrid, el presidente de la Sociedad Económica Matritense, el

jefe de la sección comercial del ministerio de Estado, el jefe de la sección de comercio

del Ministerio de Fomento (que será además el director del museo); dos profesores que

expliquen en la Escuela de Comercio las asignaturas de mercancías y geografía

comercial y el secretario del Centro de Expansión Comercial.

Museo criminológico. Pertenece a la Escuela de Criminología.

Museos de Bellas Artes. Legislados por el artículo 154 de la Ley de Instrucción

Pública de 1857, existía uno en cada capital de provincia y estaban muy ligados a la Ley


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287

de Desamortización de 1837. El reglamento de 24 de noviembre de 1865 en el capítulo

cuarto regulaba que las colecciones se formaran con los cuadros y objetos de arte

pertenecientes a las órdenes y corporaciones suprimidas, objetos de antigüedad

interesantes fruto de derribos de edificios enajenados o de excavaciones; obras artísticas

y monumentos que adquiriesen las provincias y objetos artísticos e históricos donados

por las corporaciones o particulares. En cuanto a estos museos también contarán con

una biblioteca de obras relativas a Historia del Arte e Industrias Artísticas que formará

parte del museo y estará abierta al público; además se publicará un Boletín como obra

de vulgarización artística. Se legisla también la formación de colecciones circulantes. Al

igual que los arqueológicos deberán redactar un inventario anualmente en el que

aparezca un registro de obras, de entrada de objetos, de obras depositadas o donadas

con su historial correspondiente y un registro de copiantes y reproducciones

fotográficas.

Museo de Ciencias Naturales. Se ha hablado sobradamente de esta institución

por lo que se remite al lector al punto correspondiente.

Museos de Historia Natural. Creados en las Universidades e Institutos por RD

de 29 de noviembre de 1901, su objetivo es la enseñanza práctica y debe procurarse que

exista un Jardín Botánico, estando obligados los trabajadores a hacer excursiones para

recoger muestras.

Museo Pedagógico. Reglamentado por R.O. de 6 de mayo de 1882 y se propone

la obligación de que exista uno en cada Escuela Normal y que se compondrá por

modelos útiles para la enseñanza, siendo dirigido por el director o directora de dicha

escuela.

Museo Nacional de Artes Industriales. Creado en Madrid en el Palacio de Cristal

por R.D. de 30 de diciembre de 1912, con reglamento de 1913. Su objetivo es promover

la cultura artística y técnica en las artes aplicadas. Igualmente deberá contar con una


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288

biblioteca y su director será nombrado por un patronato. El museo debe dar

conferencias de extensión cultural, facilitando el estudio de sus colecciones. Así mismo

deberá organizar concursos con premios en metálico, quedando los trabajos premiados

en manos del museo. Tiene obligación de publicar anuarios.

Museo Nacional de Arte Moderno. Formado por las obras de pintura y escultura

más destacadas desde la extinción de las Escuelas Regionales, personalizadas en

Francisco de Goya. Se reorganizó por Real Decreto de 19 de febrero de 1915. El

régimen interno del museo fue dado por R.O. de 12 de junio de 1916 y trata del

nombramiento, atribuciones y obligaciones del personal del mismo. En 1917 se le

otorgó la calificación de Nacional.

Museo Nacional de Pintura y Escultura. Constituido por las obras de los museos

del Prado y de la Trinidad. Cuenta con un patronato especializado en la adquisición de

obras de valor artístico y capaz de establecer relaciones con otros museos nacionales y

extranjeros.

Museo Naval. Regido por reglamento del 7 de enero de 1895 con objeto de

reunir y coleccionar los navíos de todas clases y épocas, máquinas, materiales de

construcción naval, cuadros de hechos o combates gloriosos, retratos y bustos de reyes,

descubridores o sabios de la marina, etc. Su director será un jefe de la Armada y contará

además con un contramaestre, un conservador, un modelista y personal subalterno. Las

visitas serán restringidas, salvo dos días en semana.

7.4.1.11. Enumeración de los principales museos del mundo por orden alfabético

Consiste en un listado que constituye, como ya se ha dicho, un directorio de los

museos más destacados del mundo y su especialización, con valoración sobre su interés,

si existe o no catálogo, precio, fecha de fundación, presupuesto y orden dentro de la

clasificación de museos de primer, segundo o tercer orden.


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289

7.4.1.12. Bibliografía de la voz MUSEO

Al final del artículo se ofrece una amplísima bibliografía de catálogos de museos

ordenada por ciudades alfabéticamente. Lamentablemente no aparecen numerosos

tratados de museografía o museología, citamos por ello un artículo que nos ha llamado

la atención: La museographie en 1895 aparecido en la Revue internationale des

archives, des bibliotheques et des musees (pp. 1-23, París, 1895) y firmado por S.

Reinach; aparecen publicaciones periódicas o estudios generales sobre un tipo concreto

de museo, por ejemplo el de Antolín López Peláez Museos Diocesanos (Madrid, 1914)

o el Bulletino dei Musei (Milán, 1905 y ss.); algunos tratados sobre antigüedades como

el de Rathiger Presservation of antiquities (Nueva York, 1905) y una Bibliographie des

musées en Suede de S. Kruse, aparecido en Le bibliographe moderne (t. I, pp. 16-25,

París, 1897).

7.4.2. La voz ANTICUARIO

El que se dedica particularmente al estudio y conocimiento de las antigüedades.

El anticuario, como sabio, ha sido reemplazado por el arqueólogo // Archivero //

Sociedades anticuarias: las que tienen por objeto la colección y conservación de

antigüedades. Son dignas de mención: la Societé National des Antiquaries de Francia

(seccionada en la de Ciencias) que se llamó en su fundación en 1804 Académie

Celtique. Se fundó con objeto de estudiar los monumentos antiguos de Francia. En 1814

se reorganizó tomando el nombre de Societé des Antiquaries de France. Publica

memorias, anuarios y boletines. La Society of Antiquaries fundada en Londres en 1717,

publica un Boletín. La Antiquariam Society, en Estados Unidos. Obsérvese que se

considera a la voz sinónima de Archivero en su segunda acepción. Así mismo se

advierte el ya mencionado cambio de denominación a arqueólogo.


_____________________________________________________________________________

290

7.4.3. La voz ARQUEOLOGÍA

La voz aparece unida al artículo Anticuario, desde el que se envía a ella; sin

embargo se estudia como ciencia auxiliar de la Historia, definiéndose como el estudio

de los monumentos antiguos y en general de la antigüedad. Si se halla en la voz una

brevísima referencia al Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, al que se

hace referencia en los siguientes términos, bajo la voz ARQUEOLÓGICOS (INSTITUTOS):

en nuestra patria, si bien no existe hasta hoy una institución organizada sobre las bases

de las instituciones europeas, sí hay en Madrid, la Real Academia de Bellas Artes de

San Fernando, la Real Academia de la Historia y el Cuerpo oficial de archiveros,

bibliotecarios y arqueólogos, que publican, respectivamente, memorias, revistas,

boletines y periódicos. Se citan también algunas asociaciones arqueológicas en

Tarragona y Barcelona y la existencia de museos dedicados a la arqueología. La voz

arqueólogo es inexistente.

7.4.4. La voz MUSEÓGRAFO

La museografía y museología son disciplinas distintas, la primera es la técnica o

el conjunto de técnicas y prácticas que hacen posible el buen funcionamiento de un

museo y el logro de sus objetivos; la segunda es la ciencia que estudia los museos, la

historia de éstos como instituciones y las técnicas específicas de catalogación y

conservación que forman parte de la museografía. Como ya se ha indicado, en el

Espasa, la museología no cuenta con voz propia, aunque sí se tiene en cuenta en la voz

MUSEO, en cuanto a la voz MUSEOGRAFÍA se entiende como catálogo o descripción de

uno o más museos, por tanto el MUSEÓGRAFO es el autor de una museografía.


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291

Francisca Hernández en su trabajo Problemas de la museología como ciencia de

la documentación190 trata la situación de la museología como ciencia documental desde

la perspectiva del museólogo como documentador de los objetos que componen las

diversas exposiciones museísticas, de tal manera que su labor sería la de organizar y

mantener tanto los materiales que están a su cargo, como la forma más adecuada de

exponerlos. En efecto, “un cuadro, una estatua se convierten en documento cuando

somos capaces de situarlos en un entorno histórico y poseen un valor probatorio en

relación con él”191. Sostiene igualmente que el “documentalista de museos ha de prestar

unos servicios y unas funciones de colección, registro y clasificación de los objetos; así

como de toda la documentación que se pueda extraer de ellos en el proceso de

información para el posterior archivo, que facilite su localización para cuando sea

necesario suministrarla a aquellas personas que los soliciten”192. Otro de los problemas

que plantea Hernández y que también han podido verse a lo largo del presente capítulo

es la absoluta dedicación de los museos en las tareas de adquisición, exposición y

publicación de obras propias, que han tenido como consecuencia la escasez de una

planificación en la que se tuviera presente la situación de la documentación museística y

las necesidades de información y desarrollo de las colecciones como instrumento de

información para su administración y para sus usuarios.

Si, como se ha podido ver a lo largo de este capítulo, las primeras colecciones en

los museos procedieron de la antigüedad, parece lógico pensar que es ahí donde se

esconde el motivo por el cual el cuerpo de facultativos de museos tuviera su origen en la

arqueología y el anticuariato. Además, porque uno de los objetivos de las distintas

directrices sobre museos hasta el siglo XX era la adquisición de obras y su conservación.

190 HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, FRANCISCA. “Problemas de la museología como ciencia de la documentación”. En I Congreso Universitario de Ciencias de la documentación: Teoría, historia y metodología de la documentación en España (1975-2000). Madrid, UCM, 2000; pp. 41-59 191 Hernández Hernández, Francisca. Op.cit. p. 43 192 Hernández Hernández, Francisca. Op.cit. p. 49


_____________________________________________________________________________

292

7.5. Síntesis del estudio de la disciplina museística

La Enciclopedia presenta una amplia visión sobre el origen y evolución de los

museos y del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios creado para el cuidado

y mantenimiento de los mismos, tratando la disciplina desde el punto de vista de la

arqueología y el anticuariato y entendiéndo éstas como auxiliares de la historia. Sin

embargo la extensión hacia otro tipo de instituciones museísticas de carácter no

arqueológico favorece que se perfile en la obra la necesidad y existencia de personal

experto capaz de comprender y tratar los objetos conservados en los museos en virtud

de la naturaleza de los mismos a fin de facilitar el acceso a ellos por parte de

investigadores provenientes de diversas ciencias. Este hecho acerca la visión del Espasa

en el primer tercio del siglo XX a las más modernas aportaciones sobre museología y

museografía, aún sin diferenciar ambas disciplinas como se distinguen actualmente.

Sorprende, especialmente, la variedad de museos recogidos en las páginas de la obra así

como la visión del museo como centro educativo y de promoción de la más variada

diversidad de ciencias y actividades humanas.


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293

Capítulo VIII

Repertorio alfabético de voces. Personajes y materias.

El presente repertorio es fruto de la lectura del cuerpo de la Enciclopedia Espasa

y de la base de datos que sirvió como punto de partida para este trabajo. En él se

recogen ordenados alfabéticamente personajes y materias relacionadas con el tema

objeto de estudio. Los datos son exclusivamente los obtenidos de la Enciclopedia sin

añadidos, aunque se han eliminado aquellas cuestiones biográficas o temáticas ajenas a

las disciplinas estudiadas. La selección de voces se realizó conforme a las pautas ya

descritas en páginas anteriores, concretamente en el primer capítulo en el epígrafe

dedicado a la metodología utilizada para elaborar esta memoria de investigación. La

riqueza de material biográfico y temático que presenta la obra objeto de estudio es

indudable y constituye un instrumento de singular valor como fuente para profundizar

tanto en los estudios conducentes al conocimiento de la evolución de la teoría e historia

documental como en la demostración de que todas las ciencias necesitan de la

Documentación para su estudio y evolución, lo que confirma la interdisciplinariedad de

la ciencia documental.

Hay que advertir que algunos de los autores citados en la obra no contaron con

voz propia en la Enciclopedia, así mismo ocurre con otros personajes de reconocido

mérito por su actuación en cualquiera de las disciplinas tratadas, esto se debe

fundamentalmente a los criterios de selección de los autores del Espasa así como al

largo espacio de tiempo en el que se publicó la obra que refleja la evolución sociológica

y científica española. Estas lagunas fueron en gran parte subsanadas en los apéndices y

suplementos que completan la Enciclopedia y que no se han estudiado en profundidad

por no constituir objeto de este trabajo.

Los encabezamientos de las voces se recogen en negrita y versales, seguidos de

las fechas de nacimiento y muerte de los personajes si la Enciclopedia los facilitara, en


_____________________________________________________________________________

294

el caso de no existir fecha de muerte se recoge sólo la de nacimiento y en el caso

contrario la fecha va precedida de una cruz para indicar el fallecimiento. Los datos

biográficos se reflejan en redonda y las obras en cursiva inmediatamente detrás de estos

y con las fechas en que fueron publicadas si éstas aparecen en la Enciclopedia.

AARÓN HACCOHEN (XIV)

Bibliógrafo. Fue expulsado de Francia en 1306. Escribió una recopilación de sentencias

morales.

Archoth Khagin Heruk

AARÓN HA-LEVI

Bibliógrafo. Recopiló en una obra todas las oraciones usadas por la comunidad israelita

de la ciudad de Selihhot.

Seder-Selihhot

AARÓN DE ALEJANDRIA (610-640 D. C.)

Bibliógrafo. Sacerdote cristiano, médico y filósofo. Escribió una compilación de

asuntos sobre medicina, de autores griegos, escrita en Sirio y traducida al árabe,

dividida en 30 partes.

Pandectas

AARON-BEN ASSER (X)

Bibliógrafo español. Examinó manuscritos existentes en las bibliotecas de Occidente a

fin de realizar su obra sobre variantes del texto hebreo de la Biblia.

Tratado sobre la acentuación de la lengua hebrea y de las variantes del texto hebreo de

la Biblia.


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295

AARÓN-BEN JOSEPH–SASON (XVI-XVII)

Bibliógrafo. Recopiló doscientas treinta y dos decisiones sobre cuestiones relativas a los

alquileres, ventas (1616)

Tortath Emeth

ABAD Y LASIERRA, MANUEL (1729-1806)

Obispo español

Indice de los archivos de la Congregación Benedictina

ABADALLAH BEN BASSEN BEN KALAPH ALLAR

Bibliógrafo español

Historia de la España árabe

Origen de las familias

Biblioteca de los escritores españoles

ABADÍA BEN MOHAMED (1194)

Bibliófilo árabe.

Biblioteca Hispana

ABADÍA BEN SOLIMAN ABU MOHAMAD ALANSARI (1154)

Bibliógrafo árabe


ABADÍA IBN MUSLIN IBN KOTEIBA (889)

Erudito árabe, escribió una enciclopedia en la que intentaba condensar todo el saber de

su época.

ABALFAT (XVI)

Bibliófilo. Reprodujo a versión árabe los tres últimos libros de Apolonio de Persa, que

estaban perdidos


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296

ABANCOURT, FRANCISCO JUAN VILLEMAIN (1745-1803)

Bibliófilo francés. Coleccionó obras teatrales.

ABARCA DE BOLEA, JERÓNIMO (XVI)

Genealogista portugués

Historia de los ínclitos reyes de Aragón

Genealogía de las casas ilustres del reino de Aragón

ABAUZIT, FERMÍN (1679-1767)

Bibliotecario. Ejerció en Ginebra.

Sur la connaissance de Christ et sur l’ honeur qui lui est du, 1773

ABBAL, ABATE BASILIO JOSÉ (1799-1890)

Hagiógrafo francés.

Vidas de Santos

ABBA-MARI (XIV)

Bibliógrafo. Escribió una obra en la que realizó una recopilación de los principales

documentos de los dos bandos en que se dividieron los rabinos judíos.

Minhat genaot

ABBONDANZA, VICENTE (XVIII)

Biógrafo italiano

Dizionario Storico delle vite di tutti i monarchi ottomani fino al regnante gran signore

Achmet, 1700


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297

ABBOT, EDWIN (1838)

Clérigo y escritor inglés, fue director de varios colegios de gran prestigio. Publicó

varios tomos de sermones y recogió en una obra los aspectos gramáticos de la obra de

Shakespeare.

Shakespearian Grammar, 1869

ABBOT, EZRA (1819-1884)

Bibliotecario inglés. En 1856 fue bibliotecario auxiliar en Harvard. Al morir dejó una

biblioteca de 5000 volúmenes que pasaron a engrosar el fondo de la de Harvard. Hizo

una revisión minuciosa de Holy living and daying de Jeremy Taylor y publicó la misma

en una nueva edición en 1864. También realizó un catálogo de libros que sirvió de

apéndice a la Critical history of a future lilfe

ABBOT, JOSÉ HALE (1802-1873)

Fue profesor de matemáticas y lenguas vivas en la academia de Exeter

Worcester diccionario de la lengua inglesa, 1860

ABBOTT, BAZINGUE (1711-1791)

Numismático británico de origen francés. Trabajó durante veinte años en

investigaciones sobre la acuñación de monedas, reflejó éstas en un tratado que publicó

en forma de diccionario.

Traité des monaies, 1764

ABBOTT, BENJAMIN VAUGHAN (1830-1890)

Se dedicó a la recopilación de digestos. Tuvo el encargo de revisar los Estatutos de

EE.UU, en el que trabajó durante tres años y que dio como resultado la consolidación de

16 volúmenes de leyes en el año 1873.

Recopilación de Leyes (1873)

Dictionary of terms in America And English Jurisprudence (1879)


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298

ABD-EL-CAHER (XV)

Referencia

Compendio del Diccionario árabe de Djenhary, 1471

ABDALLAH BEN ASSEN BEN KALAPH ALLAR KHAMITA, ALHARIRI († 1240)

Realizó una biobibliografía de escritores españoles.


ABDAHLLA IBN MUSLIN IBN KOTEIBA (828-889)

Escribió una enciclopedia que fue publicada en el año 1900 por la editorial alemana

Brockelmann.

Ojun el Achbar (1900)

ABDALLAH BEN MOHAMED ABUL WALIS (962-1013)

Historia de los poetas en Andalucía

Diccionario biográfico de los más notables teólogos musulmanes

ABDALLAH BEN ABDERRAHMÁN EBN ALABAR ALCODAI (962)

Erudito valenciano de origen árabe.

Historia de los poetas insignes españoles

ABDALLAH BEN IAIHA AL HADHRAMI († 1182)

Recopiló una biobibliografía de autores árabes y cristianos.

Biblioteca arábigo-hispana

ABDALLAH BEN MOHAMED († 1194)

Bibliófilo árabe nacido en Guadalajara. Reunió una biblioteca que fue valorada en

30.000 dinares de oro.


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299

ABD-EL-MELEC BEN SIRACH ABADÍA BEN MOHAMED BEN SIRACH (400 DE LA

HÉGIRA)

Sus conocimientos versaban sobre la interpretación del Corán, realizó un índice o

catálogo (sic. Espasa) sobre este libro sagrado.

Barnamech

ABD-EL-MELEK EBN KOZEYB ALBAHELY (834)

Vivió en la corte del Califa Harun-al-Raschid, en la que se dedicó a recoger más de

treinta volúmenes que describían las costumbres árabes de la época.

Costumbres de los Arabes

ABD-EL-MELEK EBN MOHAMED (740-822)

Colección de proverbios y noticias biográficas extractadas de los poetas más célebres

de Oriente.

ABD-EL-MELEK EBN HISCHAM EL HIMARI (961-1037)

Vida de Mahoma

Genealogías de los Himjaritas y sus reyes

ABEILLE, ANTONIO (1841)

Desempeñó la secretaria del Ayuntamiento de Nápoles, escribió un tratado para la

enseñanza de los secretarios municipales y una obra muy extensa con notables y

curiosos documentos sobre la muerte de Víctor Manuel.

Documentos sobre la muerte de Víctor Manuel

ABELA Y SAINZ DE AUDINO, EDUARDO JOSÉ (1836)

Fue Jefe del Cuerpo de Ingenieros Agrónomos.

El libro del vinicultor, resumen de las prácticas más útiles para la elaboración de los

vinos, con una clasificación y sinonimia de vides.


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300

ABELL, JUAN (1660)

Musicógrafo. Fue maestro de la capilla de los reyes: Carlos II, Jacobo II y Guillermo III

Colección de canciones en diferentes idiomas

ABELLA, MANUEL (1753-18??)

Filatélico español. Estudió los archivos y bibliotecas de España, y publicó en 1795 una

memoria sobre la situación de los mismos y los documentos que en ellos se

encontraban. Recogió además una biobibliografía de autores que escribieron sobre

Historia de España.

Noticia y plan de un viaje literario para conocer archivos y formar la colección

diplomática de España (1795)

Historia de los escritores de la historia de España

Excerptas de autores latinos pertenecientes a España

ABELLA Y BLAVE, FERMÍN (1832-1880)

Dirigió la copiosa biblioteca jurídico-administrativa formada por más de 60 obras que

apareció anexa a la publicación de algunos periódicos de la época (El consultor).

Diccionario general de formularios (1881)

ABELLA Y FUERTES, JOAQUÍN

Códigos españoles vigentes en España de Ultramar

ABEN ALBEGI

Libro bibliográfico

ABEN MODAIR (†1248)

Se alaba su veracidad como historiador. Se le atribuyen una Biblioteca de médicos y

otra de jurisconsultos.


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301

ABEN JAIR (502)

Orador y bibliófilo de origen árabe. Realizó trabajos considerados de capital

importancia para la bibliografía. Un bernamech, un repertorio y un índice.

ABEN BEITHAR († 495)

Clasificó filosóficamente las plantas analizando sus virtudes, viajó por España y Egipto

para adquirir conocimientos.

Tratado de los limones (1588)

Colección de medicamentos y alimentos simples

ABEN AFFIUN EL XATHIBI (512)

Colección de las poesías de Aben Chobair

Compendio sobre la ciencia del notariado.

ABRAHAM BEDERSI BEN ISAAC (XII)

Realizó un diccionario de sinónimos hebreos.

HotamToknit (El sello de la perfección)

ABRAHAM BEN SAMUEL ZACUT (XV)

Libro de las genealogías

ABRAHAMS, NICOLAS CRISTIAN (1798-1870)

Descripción de los manuscritos franceses de la Edad Media de la Biblioteca Real de

Copenhague, precedida de una nota histórica sobre esta biblioteca.

De Roberti Waci Carmine quod Inscribitur Brutus (1841)

ABRAHAMSON, WERMER JUAN FEDERICO (1744-1812)

Colección de Cantos Populares Dinamarqueses de la Edad Media (1812)


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302

ABBOTT, CARLOS CONRADO († 1843)

Arqueólogo. Fue, durante varios años, director del museo Peabody de Cambridge al que

regaló 20.000 ejemplares de objetos arqueológicos.

Primitive Industry, 1881

ABREU, SEBASTIAN DE (1610-1647)

Biógrafo. En Roma fue censor de Libros

Vida y virtudes del Padre Cardin, 1727

ABREU Y BERTODANO, JOSÉ ANTONIO DE (1717)


Colección de todos los Tratados de Paz y Alianza celebrados por los soberanos de

España con los gobiernos de diversas naciones, 1748

ABSTEMIO, LORENZO (XV-XVI)

Fue bibliotecario del Duque Guido Ubaldo.

Cien fábulas, 1499

ABU ABADIA MOHAMED BEN ABI NASR (420-488 DE LA HÉGIRA)

Bibliógrafo. Después de alcanzar en España gran celebridad, pasó a oriente viajando por

África, Siria e Irak y trabajó en tareas biobibliográficas.

Brasa ardiente acerca de la historia de los españoles de carácter bibliográfico, 450 de

la Hégira

ABU ALÍ HOSAIN MOHAMED BEN AHMED EL (1305)

Bibliógrafo. Se le consideró el más sabio de la época, según la Enciclopedia Espasa.

Realizó una colección de noticias bibliográficas del que fue su maestro: Abu Dand el

Sechemi.

Bamamech


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303

ABÚ AMIR MOHAMED BEN AHMED BEN ISMAIL BEN IBRAHIM (456)

Estudioso árabe dedicado a realizar búsquedas para documentar los trabajos biográficos

de su maestro sobre otros estudiosos. Recibía un sueldo por sus búsquedas.

ABU OMAR AHMED BEN MOHAMED BEN FALID BEN (349-432 DE LA HÉGIRA)

Escribió un diccionario biobibliográfico de los sabios que trató a lo largo de su vida.

ABUL, HASAN († 1251)

Dejó una biblioteca con 100 000 volúmenes que están enumerados en Abú-Osaibah

ABUL ABBAS AHMWED MED MOHAMED BEN IBRAHIM (†1282)

Obituario de varones ilustres en la historia de los hijos del tiempo.

Diccionario bibliógrafico, 1273

ABUL BARCAT MOHAMED BEN MOHAMED

Bibliografía de autores españoles

ABUL GHAZI BAHADUR (1605-1664)

Genealogista. Fue rey de Cima

Historia genealógica de los Tartaros

ABUL HACHACH YUSUF BENSUELEIMAN ISA († 1804)

Bibliógrafo. Fue famoso por sus estudios gramaticales y realizó un catálogo de sus

maestros y de las obras con ellos aprendidas.

ABUL HASAN ABDERRAMAN AHMED BEN ABDERRAHMAN (519-585 DE LA HÉGIRA)

Bibliógrafo. Realizó una bibliografía de las obras de sus maestros.


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304

ABUL KASIM BEN ABADÍA BEN MOHAMED (1245-723 DE LA HÉGIRA)

Bibliógrafo. Fue profesor mahometano de teología y derecho, su obra contiene

numerosas noticias biográficas y bibliográficas.

Fihrist (Biblioteca de juriscultos)

ABUL KASIM BEN ABADÍA MOHAMED AL-ARSARI (XIII)

Bibliógrafo. Aunque su obra lleva el nombre de Biblioteca, él también la denominó

“Catálogo”

Biblioteca de teólogos

ABUL KASIM JALAF BEN ABD-EL MELEK (494-578 DE LA HÉGIRA)

Biógrafo. Notario cordobés, uno de los jurisconsultos e historiadores más eminentes del

siglo XII, escribió un diccionario biográfico de sus maestros.

El Mochan

El libro de las anotaciones selectas y las narraciones peregrinas

ABUL KASIM MOHAMED ABADÍA BEN FARTIM EL (1274-1349)

Bibliógrafo. Fue consejero del rey granadino Yusuf I. Su obra es un compendio de

noticias biobibliográficas.

Barnamech

ABUL MONDER HESCHAM MOHAMED ALKALBÍ (CA. XI)

Genealogista

Equorum genealogía et historia, 1058

ABUL WALID ABADÍA BEN MOHAMED BEN YUSUF EL (351-403 DE LA HÉGIRA)

Se distinguió como orador, poeta y bibliófilo

Historia de los sabios de España


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305

ACCARÍSIO, ALBERTO (S. IV)

Vocabulario gramática ortografía della lingua vulgare, 1543

ACTON, S.

Arquitecto inglés que desde 1791 hasta 1802 expuso diversos proyectos de museos en

las exposiciones de las Academias Reales.

ACHERY, LUCAS DE

Fue bibliotecario de la abadía de St. Gemain hasta 1685. Ordenó dicha biblioteca y

colaboró con Mabillon.

ACHERSON, ERNESTO FRANCISCO

En el año 1893 fue presidente de la Asociación de Editores de Washington.

ADAM, GRAEMER MERCER

Editor canadiense, escribió sobre el oficio de librero en 1876 y editó diversas

publicaciones periódicas de tipo cultural.

ADAM, HANS

Librero de Nuremberg en 1568

ADAM, LAMBERTO SIGISBERTO

Publicó un catálogo ilustrado con 65 planchas de antigüedades griegas y romanas.

Collection des sculptures antiques grecques et romaines trouvées à Rome

ADAMI DE BOLSENA, ANDRÉS (1664)

Músico italiano. Recopiló en un catálogo los datos y organización de todos los maestros

músicos que dirigieron la capilla pontificia vaticana.


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306

ADAMS, ENRIQUE

Publicó una colección de documentos relacionados con el federalismo en Inglaterra.

ADAMS, GUILLERMO DAVENPORT

Periodista inglés

Dictionnary of english literature (1877)

Dictionnary of the Drama (1899)

ADAMS, JORGE MOULTON

Enciclopedia bíblica

ADAMS, OSCAR FAY

Publicó en 1901 un diccionario de autores americanos

ADDA, JERÓNIMO, MARQUÉS DE

Arqueólogo, bibliófilo y escritor italiano. Escribió distintos ensayos bibliográficos y

bibliografías de documentos inéditos existentes en bibliotecas italianas.

ADDALLAH EBN MOSLEM EBN KOTEYBAH (828-890)

Genealogía

Historia Genealógica de los Arabes

AD-DEMIRI MOHAMED IBN MUVA (1341-1406)

Escritor árabe, cuya obra más importante es un diccionario que se conserva en Oxford,

Leiden, Paris y Roma y en el que aparecen gran número de biobibliografías.

Diccionario de la vida de las criaturas animadas

ADDISON, JOSÉ (1672-1719)

Literato inglés que fundó “The Spectator”, publicación periódica de carácter

estrictamente literario que llegó a 300.000 ejemplares.


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307

ADDISON, JULIA WOLF

Escritora y dibujante norteamericana que a principios del siglo XX fue directora del

Museo de la Escuela de Brooklyn.

ADEE, ALVEY AUGUSTO

Escritor americano, nacido en Astoria. Fue director de la Enciclopedia Judía y publicó

obras sobre bibliografía.

ADELUNG, FEDERICO DE

Filólogo y literato alemán que realizó en 1796 una bibliografía de los manuscritos de los

antiguos poetas alemanes de la Biblioteca de Heidelberg.

ADELUNG, JUAN CRISTÓBAL

Director de la biblioteca de Dresde en 1787

ADEMARS, GUILLERMO

Catálogo de les dones illustres

ADER, JUAN JOSÉ

Historiógrafo francés que colaboró en el “Mercure del XIXème siècle”, “La Revue

Enciclopedique” y “Le Pandore”.

ADRIAN, JUAN BENJAMIN (1837-1875)

Escritor rumano que fundo un periódico literario llamado “Steluta”.

ADRIAN, JUAN VALENTÍN (1793-1864)

Literato alemán que fue conservador de la biblioteca de Giesen en 1830, publicando el

catálogo de códices manuscritos que existían en el año 1840 en la biblioteca de la

academia de Giesen.


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308

ADRIANI, JUAN BAUTISTA (1823)

Escritor y religioso italiano.

Documentos inéditos de la historia subalpina en los s. XII Y XIII

Cartas y monedas inéditas del s XVI

ADRY, JUAN FELICÍSIMO (1749-1818)

Bibliófilo francés. Transcribió documentos para que Grosley pudiera escribir su Histoire

de Troyes. Fue bibliotecario en la congregación del Oratorio en París y durante la

Revolución salvó los libros enviándolos a la Biblioteca Nacional Francesa.

AIX, ALBERTO D' (S. XI-XII)

Cronista de las cruzadas, canónigo y custodio de la iglesia de Aquisgrán

Historia Hierosolymitanae expeditionis

ALANTAYA, LUIS († 1515)

Bibliógrafo español que recopiló los privilegios del reino de Valencia, y murió cuando

había empezado a recopilar en otro volumen los Fueros y Leyes de dicho reino.

Aurem opus regalium privilegiorum civitatis et Regni Valentiae cun historia

cristianissimi Regis Jacobi ipsius primi conquistatoris (Valencia, 1515)

ALBERI, EUGENIO (1817-1878)

Biógrafo italiano, fundador del “Anuario Storico Italiano”.

Vita di Caterina di Medici (en la que incluyó documentos históricos inéditos)

Historia de los Estados Italianos

Assedio di Firenze illustrato con inediti documentii

ALBERTI, EDMUNDO CRISTÁN (1827)

Bibliotecario de la universidad de Kiel.


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309

Lexicón de los escritores del Schleswich-Holstein, desde 1829 a 1885

ALBERTI, PEDRO (XII)

Genealogista

Nobiliario de las casas esclarecidas de Aragón ó libro de linajes ilustres del reino de

Aragón, de orden del cardenal Luna.

ALBERTINI, FRANCISCO (XVI)

Bibliófilo y anticuario italiano

Opusculum de mirabilibus novae et veteris urbis Romae

Tractatus brevis de Laudibus Florentine et Sanoe

ALBINO, JUAN (XV)

Bibliotecario e historiador, abad de Piamonte-di-Casserta y bibliotecario de Alfonso II,

duque de Calabria

Joannis Albinis Lucani de gestis regué Neapol, ab Aragonia qui extant lib quator

ALBIÑANA Y DE BORRÁS, JUAN FRANCISCO (1868)

Museólogo español. Arqueólogo, jurisconsulto y fundador y director del Museo

arqueológico de Tarragona.

Tarragona monumental

Memoria sobre la primacía de la silla arzobispal de Tarragona, del ceremonial en el

que antiguamente eran recibidos los obsipos.

ALCOCER, PEDRO DE (XVI)

Historia de la imperial ciudad de Toledo

Relación de algunas cosas que pasaron en estos Reinos desde que murió doña Isabel

hasta que se acabaron las Comunidades en la Ciudad de Toledo


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310

ALDING, ENRIQUE (XV)

Impresor establecido en Mesina, introdujo la imprenta en esta ciudad. Hizo una edición

de Vita di San Hieronimo.

ALDINI, TOBÍAS (XVI)

Fue director del Jardín Botánico del cardenal Eduardo Farnesio. Describió en un

catálogo las plantas raras de dicho jardín y lo ilustró con 28 láminas.

Exactisima descriptio rariarum quae continentur Romae in horto Farnesiano (Roma,

1625)

ALDOBRADINI, ULISES (1522-1605)

Estudio derecho, medicina y filosofía. Viajó por Europa y se dedicó después al estudio

y modelado de estatuas antiguas y a coleccionar plantas y peces, hasta que en 1561

ocupó la cátedra de Botánica en la Facultad de Medicina de Bolonia, y en 1568 fundo el

Jardín Botánico de esa ciudad. Sentía verdadera pasión por la Historia Natural; recogió

numerosas colecciones que reflejó en sus obras.

Ornithologiae libri XII

De animalibus insecto libri VII

Deontogiae naturales libri II

ALEANDRO, JERÓNIMO (1574- 1629)

Fue secretario de los cardenales Octavio Blandini y Barberini, y miembro de la

Academia de los Humoristas.

Psalmi Paenitentiales versibus elegiacis expressi

Gaii, veteris jurisconsulto

Institutionum fragmenta, cum commentario;

Explicatio veteris tabulae marmoreae, solis effigie simbolisque excúlpate.


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311

ALEGRET, ANTONIO († 1817)

Disertación sobre la ortografía catalana

Disertación sobre los nombres que se han dado en Cataluña desde el año 800

Cómo y con qué auxilios recobró Cataluña con su libertad, después de la invasión de

los moros.

ALEJANDRO POLIHISITOR CORNELIO (I A C – II A C)

Vivió en Roma hacia el año 80 a C, ciudad a la que fue conducido en calidad de

prisionero de guerra por Sila y Eslavo. Fue comprado por Cornelio Léntulo, que le

confió la educación de sus hijos y le libertó, autorizándole a llevar su nombre y le

facilitó el medio de obtener el derecho de ciudadania en el año 82 a C. Según Plutarco,

escribió una Historia de los músicos frigios.

ALEMANNI O ALAMANNI, NICOLÁS (1583-1626)

Fue profesor de retórica y lengua griega en Roma. Fue bibliotecario el Vaticano.

Escribió obras sobre historia.

ALENDA Y MIRA, JENARO (1816-1893)

Fue sucesivamente oficial y jefe de la Biblioteca Nacional de Madrid. La bibliografía y

la paleontografía le deben valiosos trabajos de investigación, entre ellos un buen

número de documentos y noticias para una bibliografía de la tauromaquia, cuyos

apuntes se conservan en la Biblioteca Nacional.

El libro de los toros

Colección de documentos inéditos para la historia de España

Fiestas y solemnidades públicas

ALEU, ANTONIO P. DE (1847)

Fue miembro de la Comisión de Escuelas y Bibliotecas populares, fundador de la Cruz

Roja argentina. Escribió trabajos jurídicos, históricos y literarios.


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312

ALEXANDRE, NICOLÁS (1754-1829)

Diccionario Botánico y Farmacéutico

ALEXANDRE Y APARICI, JOAQUÍN MARÍA DEL ROSARIO (1855)

Trabajó en la organización del Congreso Internacional de Higiene y Demografía del año

1898. Colaboró con varias revistas profesionales.

Colección legislativa de baños y aguas minero-medicinales

ALEXIAS (XII A C)

Científico griego que, según Teofraso, hizo una clasificación de plantas.

ALEXIS, PABLO (1847-1901)

Después de estudiar jurisprudencia se dedicó a la literatura, siendo uno de los cinco

literatos que, con Zola, publicaron el tomo de la novela Les Soirées de Medan. Realizó

una biobibliografía de Emil Zola.

Emil Zola, notes d'un ami

ALFANI, AUGUSTO (1844)

Bibliógrafo italiano, fundó la revista La Scuola y enseño filosofía en el colegio Dante en

Florencia. Realizó diversas recopilaciones de documentos.

I caracteristi degli Italiani

Cartas selectas de Santa Catalina

ALFANI, BERNANDINO (XVI)

Bibliógrafo italiano, jurisconsulto, realizó recopilaciones de leyes. Se doctoró en

Derecho en la Universidad de Perugia.

Collectanea seu reportata juris civilis in centurio decem


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313

ALFAY, JOSÉ (XII)

Mercader de libros, recopiló algunos trabajos y publicó las obras de poetas españoles de

su época.

Poesías varias de grandes ingenios españoles

Obras en prosa y verso de Salvador Jacinto Polo de Medina.

ALFENO VARO, PUBLIO (VIII)

Seud. Catón. En su juventud fue zapatero como su padre; discípulo de Servio Sulpicio

Rufo y contemporáneo de Aulo Ofilio, en jurisprudencia superó a su maestro; llegó al

Consulado. Recopiló una colección de dictámenes o respuestas que más tarde sería

extractada por Paulo y de la que se han tomado 54 fragmentos para el Digesto

Justinianeo.

Digestorum libri quadraquinta

ALFIERI, PEDRO (1800-1863)

Musicógrafo. Coleccionó obras de Palestrina que publicó en antologías.

Raccolta de Moteti (Anerio, Palestrina y Victoria)

Raccolta de musica sacra.

ALFIRUZABADI, ABU-TAHER-MOHAMED-IBN (1328-1414)

Realizó, a petición del sultán del Yemen, un diccionario árabe.

El Kamous

ALFONSO X EL SABIO (1221-1284)

Erudito español, hijo de Fernando III el Santo y de Beatriz de Suabia. Reunió en Toledo

a sabios cristianos y árabes para escribir las Tablas Alfonsinas.

Tablas Alfonsinas

ALÍ BEN DARI (520)

Diccionario de hechos históricos.


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314

ALÍ MUCSINSADE (XVII)

Recopiló las leyes fundamentales del Imperio Otomano.

ALÍ MUSTAFÁ BEN AHMED BEN (1542-1599)

Recogió en una obra la historia del Imperio Otomano, desde su origen hasta principios

del siglo XVI

Mina de conocimientos

ALÍ ABUL HASAN (XIII)

Realizó un Catálogo de Letrados.

AL-JOXANI MOHAMMAD BEN HARITIS (391)

Compuso libros por encargo de Alhacán II. También escribió sobre los varones ilustres

de España, la Historia de los Cadhies de Córdoba constituye un completo diccionario de

todos los que ocuparon el cargo mencionado y se conserva en la Biblioteca de Oxford.

Historia de los Cadhies de Córdoba

Historia de los africanos

Clases de jurisconsultos de la Secta de Málik

ALKEMADE, CORNELIO VAN (1654-1732)

Anticuario holandés.

Colección cronológica de las monedas que se acuñaron en tiempo de los condes desde

Floris III a Felipe II

Historia de la guerra de los Hocks y los Cabillauds

Disertación sobre los torneos

ALLAN, JORGE († 1800)

Colecciones referentes al hospital de Sherborn

Vida y carácter del obispo de Trevor


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315

Vida de San Cuthbert

ALLEGRANZA, JOSÉ (1713-1785)

Ingresó en la orden dominicana y pasó la mayor parte de su vida en el convento de San

Eusturgo.

Arqueología Cristiana

De sepulcris christianis in aedibus sacris

ALLIER, AQUILES (1808-1836)

Dio un gran impulso a los estudios arqueológicos. Siendo muy joven fundó un

periódico. En su obra recogió noticias con datos curiosos.

Esquises bourbonaisses

Ancien Bourbonnais

ALLMER, LUIS CRISTOBAL AUGUSTO (1815-1899)

Fue conservador de los museos de epigrafía, sigilografía y numismática de Lyon.

Sur la question de l'emplacement de Rome et d'Auguste, au confluent de la Saône et du

Rhôde

Inscriptions antiques et du moyen-âge de Vienne en Dupheriné

ALLOQUETTE, FRANCISCO DE LA (1530-1608)

Fue baile del conde de Vertus.

Histoire et description généalogique de l'ancienne maisón de Coucy

Généalogie de las trés illustre maisón de Lamarck

ALMACÉN, JORGE (1223-1273)

Historia de los Muslimes.

ALMAGRO, MANUEL DE (XIX)

Fue catedrático de árabe en Granada y de hebreo en Salamanca.


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316

Colección de estudios arqueológicos sobre los monumentos árabes de Granada

Museo granadino de antigüedades árabes

Compendio léxico y gramatical del árabe vulgar de Marruecos

Sinposis histórico-geográfica del reino de Granada

ALMANAQUE

Catálogo que comprende la distribución del año en meses, semanas y días, con datos

astronómicos y otras muchas noticias. El almanaque contiene noticias sobre otras

materias, tanto científicas como literarias o artísticas, anécdotas, efemérides, consejos...

Se diferencia del calendario en que en éste sólo se conocen los días del año. El más

antiguo de los almanaques de la Edad Media cristiana que se conoce es el de

Estrasburgo, de finales del sigo X o principios del XI, que se publicó con el título de

Martyrologyum Ecclesiae Germanicae por Beckio, en 1637. También aparecen

almanaques para un año concreto que podrían compararse con los libros del año.

Algunas fuentes que cita la Enciclopedia para saber qué almanaques vieron la luz son:

Diccionario Matemático de Hutton y Bibliografía Astronómica de Lalande. Es a partir

de la invención de la imprenta cuando los almanaques comienzan a reflejarlos sucesos

más notables ocurridos, acompañados de retratos de reyes o personajes de importancia,

lo que los convierte en fuente historiográfica de importancia. A partir del siglo XVIII se

utilizan para acercar al pueblo los conocimientos vulgarizados y comienzan a recibir el

nombre de Ephemerides, en esta época aparece el Gotha y el Mathieu de la Drome,

ambos se siguen publicando en la actualidad (sic.). Algunos almanaques publicados ya

en el siglo XIX son verdaderos anuarios o recopilaciones de datos y biobibliografías;

entre estos cabe destacar Almanach des Muses, Nouvel Almanach des Muses,

Almanach litteraire où les étrennes á Apolion y Almanach des prosateurs que podrían

ser considerados como colecciones de obras poéticas o literarias. Para el objeto del

presente trabajo no se puede dejar de citar el Almanach historique raisoné des

architectes, peintres, sculpteurs, graveurs, etc que se publicó entre 1776 y 1777,

publicado por Le Brunn. La misma importancia tendrían el Almanach historique et


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317

chronologique de toutes les spectacles, Etat actuel de la musique du roi, Annales des

théatres et de la musique o las Guías de forasteros madrileñas, por citar algunos de ellos.

ALMAZA, JOSÉ (1814-1860)

Su biblioteca era considerada como la más rica en manuscritos orientales. Su obra Abné

sicarón constituye un estudio sobre una colección de antiguas inscripciones tumularias.

Una biografía de Moisés Hayjm Luzzatto

Abné Sicarón

ALMENDINGEN, LUIS HARCHER DE (1766-1827)

Fue nombrado profesor de la universidad de Herbonn, colaboró en la Biblioteca de

derecho penal e ingresó en la magistratura, siendo consejero de la Audiencia de

Hadamar. Formó parte de la comisión legislativa nombrada para estudiar el Código de

Napoleon.

Investigaciones sobre las materias de los delitos y de las penas

ALMIRANTE Y TORROELLA, JOSÉ (1823-1894)

Ingresó en el Clegio Militar en 1835, en la Academia de Ingenieros de Guadalajara y

salió teniente en 1842, ascendió hasta general de división.

Diccionario Militar

Guía del oficial en campaña

Estudio sobre la guerra franco-prusiana

ALNANDER, OLAO JUAN (XVII-XVIII)

Historia artis typographicae in Suecia

ALONSO CORTÉS, NARCISO (1875)

En 1906 obtuvo la cátedra de lengua y literatura castellana. Fue impresor y escribió

obras sobre modelos literarios y otras de investigación histórico literaria.


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318

ALONSO MARTÍNEZ, MANUEL (1827)

Desde 1854, que fue elegido diputado a Cortés, intervino casi constantemente en la

política, desempeñando elevados cargos. En 1885 obtuvo la cartera de Fomento,

firmando la ley, iniciada por Bravo Murillo, en la que se otorgaban recursos para el

Canal de Isabel II; hizo concesiones de ferrocarriles, fundó las escuelas central y

regionales de Agricultura; combatió la desamortización y aprobó los planos de la

Biblioteca y Museo Nacionales; también consiguió que la reina firmase el nuevo

reglamento de la servidumbre de palacio. En 1881 fue ministro de Gracia y Justicia,

dedicando entonces preferente atención a la publicación del Código Civil y legislación

de imprenta.

ALONSO Y QUINTANILLA, JOSÉ (1793-1860)

Fue catedrático del Jardín Botánico de Madrid

Catálogo de las plantas del Jardín Botánico de Madrid

ALOPHANEL, JUAN CARLOS ADOLFO (1817-1891)

Después de servir en su profesión fue nombrado en 1853 primer ingeniero del

municipio de Paris, adquiriendo gran renombre por el trazado de parques y bosques, y

por los parterres de los Campos Elíseos y de monceaux. En 1869 se le concedió la cruz

de la Legión de Honor. Tomó parte principal en los trabajos de las Exposiciones

Universales de 1878 y 1889.

Les promenades de Paris

Aboretum et Fleuriste de la ville de Paris, l'art des jardins (1886)

ALSIUS Y TORRENT, PEDRO (1839)

Fue presidente de la Asociación Literaria de Gerona, además forma parte de la Real

Academia de la Historia, de la de Ciencias y Artes de Barcelona y de varias

corporaciones científicas extranjeras. Figura en un lugar muy principal en el

renacimiento de los estudios históricos y científicos de Cataluña. Es autor de

interesantes trabajos sobre geología e históricos.


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319

Nomenclator geográfico-histórico de la provincia de Gerona desde la más remota

antigüedad hasta el siglo XV

Ensaig historich sobre la vila de Banyolas

Restos romanos en La Garriga

Santuario de Nuestra Sra de Monserrat

Serinyá y Caldas de Malavella

ALSTON, CARLOS (1683-1760)

Estudió en Leiden con Boerhaave y a su vuelta a Edimburgo, se propuso reformar los

estudios de Medicina y Botánica, con Alexandro Mouro.

Index plantarum

Index medicamentorum

Tirocinium botanicum Edimburgense

ALTMEYER, JUAN JACOBO (1804-1877)

Arqueólogo. Fue profesor de antigüedades griegas y romanas en la Universidad libre de

Bruselas.

Introduction á l'étude philosophique de l´historie de l'humanité

Cours de philosophie de l'histoire

Histoire des relations commerciales et diplomatiques des Pays-Bas avec le nord de

l'Europe pendant le XVI siécle

Panthéon National illustré: Les belges

ALTOLAGUIRRE Y DUVALDE, ÁNGEL (1857)

Biógrafo español. Ingresó en el cuerpo de Administración militar, tras conseguir el

grado de oficial estudió la carrera de Derecho; pertenece a la Academia de la Historia y

a la Real Sociedad Geográfica.

D. Alvaro de Navia Osorio, Marqués de la Santa Cruz de Marcenado

Don Alvaro de Bazán

Llegada de Colón a Portugal


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320

Descubrimiento del Océano Pacífico

ALVAREZ DE ALCOCER, ANTONIO

Cronista español. Su obra se conserva en la biblioteca del conde de Villaumbrosa.

Crónica de España

ÁLVAREZ FROVO, JUAN (1608-1682)

Sacerdote portugués que trabajó como bibliotecario musical de Juan IV

ALVINCZY, PEDRO (†1701)

Bibliógrafo. Fue Primer Juez Superior y encargado de redactar los documentos y

decretos que sirvieron de base a la unión de Transilvania con Austria.

Diplomatarium Alvinczianum 1684-1688

AMADEI, CARLOS ANTONIO († 1720)

Médico y botánico italiano. Se ocupó del estudio de las plantas bajo la dirección de

Zanoni. Estudió la flora de su país, descubriendo y clasificando nuevas especies.

AMADESI, JOSÉ LUIS (1701-1795)

Canonista italiano, fue conservador del archivo arzobispal de Rávena, ordenando y

catalogando gran número de documentos.

Jurisdictione Rabennantum Archiepiscoporum in civitate et dioces ferrariense (1752)

AMALRIC, AUGERI (XVI)

Historiador que dedicó al Papa Urbano V una historia de los Papas hasta Juan XXII para

la que trabajó con más de 200 documentos.

Chronicon Pontificate (1362)

AMARETTI, FRANCISCO (1829)

Poeta italiano que trabajó como bibliotecario en Turín.


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321

AMAT DE PALOU Y FONT (1750)

Prelado y escritor español que recibió el presbiterado en Sabadell y se graduó como

doctor en la Universidad de Gandía. Fue catedrático de Teología en el seminario de

Sabadell y bibliotecario de la pública episcopal. Mientras desempeñó este cargo ordenó

e inventarió 10 000 documentos. Utilizó el pseudónimo de Don Macario Padua Melató.

AMATI (AMATO) (1831-1904)

Geógrafo e historiador italiano. En 1848 peleó en defensa de la unidad de su patria y

después se dedicó a la enseñanza, fundando varios colegios.

Dizionario Ortografico dell’Italia

Il Risorgimento del commune di Milano

AMATO, JOSÉ (1757-1832)

Misionero, la Sociedad de la Propagación de la Fe le envió a Asia en 1783. Fue párroco

en Dibayen. Reunió y clasificó un herbario de mas de 200 especies y una colección

zoológica que se perdió durante la guerra de los birmanos en 1834.

AMBARACH, PEDRO (1663-1742)

Jesuita de origen maronita. Cosme III de Médicis le encargó la organización de una

imprenta oriental. Clemente XI le nombró miembro de la comisión que debía preparar la

Biblia Pontifical Griega de los Setenta. Publicó varias obras con el pseudónimo de

Benedictus.

AMEILHON, HUBERTO PASCUAL (1730-1811)

Anticuario francés, miembro de la Academia de Inscripciones y de la Comisión de

Monumentos, que en 1793 pudo salvar de la destrucción gran número de libros

procedentes de las bibliotecas particulares o religiosos confiscados durante la


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322

Revolución. Organizó la biblioteca del Arsenal, de la que fue conservador hasta su

muerte.

Historie du comerce des Egyptiens sous le règne des Ptolomées (París, 1766)

Eclaircissement sur l’inscription grecque de Rosette (París, 1803)

AMICO, ANTONIO (1553-1641)

Anticuario italiano, cronista del rey de España Felipe IV. Su principal mérito estriba en

los numerosos documentos que transcribió y catalogó en los museos de El Escorial,

Barcelona, Vaticano y Nápoles relativos a la historia de Sicilia, perteneciente a las

épocas de los suevos, normandos, árabes, aracones, etc.

AMMON, CLEMENTE (XVIII)

Grabador que continuó, con los tomos VII y VIII, la colección de retratos publicada por

Bry en la Biblioteca calcográfica.

AMOREUX, PEDRO JOSÉ († 1824)

Médico y naturalista francés, desempeñó el cargo de bibliotecario de la facultad de

medicina de Montpellier.

ANASTASIEVITCH, IVÁN (1845)

Bibliógrafo ruso. Se deben a él los catálogos de las bibliotecas de Plavitschikow y de

Smerdina. Concluyó la bibliografía rusa de Sopikow, además de numerosas

traducciones.

ANASTASIO EL BIBLIOTECARIO (IX)

Escritor que fue en Roma abad del monasterio de Santa María y bibliotecario del

Vaticano.


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323

ANATOLIO (VI)

Jurisconsulto bizantino. Justiniano le llamó a Constantinopla para que trabajase en la

compilación del Digesto y de las Pandectas, y le nombró cónsul.

ANDRADE, ENRIQUE (XVII)

Historiador sevillano que realizó importantes trabajos históricos. De ellos se conservó

sólo un infolio en el que recopiló sucesos de su ciudad natal.

Casos raros y particulares sucedidos en Sevilla.

ANDREA CAPELLANUS

Escritor latino, capellán en la corte de Francia. Escribió una obra en la que recopiló las

frases sobre cuestiones de amor de célebres princesas, como la condesa Ermengarda de

Narbona, la condesa Margarita de Flandes y la condesa María de Champagne. Ha sido

traducido al francés, al alemán y al italiano.

Tractatus de amore

ANDRÉS DE GUSSEME, TOMÁS

Arqueólogo español, autor de un manual de numismática que se imprimió entre los años

1773 y 1777.

Diccionario numismático general para la perfecta inteligencia de las medallas

antiguas, sus signos, notas e inscripciones.

ANDRÉS DE UZTARROZ, JUAN FRANCISCO (1605-1677)

Historiador aragonés, fue archivero municipal y se dedicó con preferencia a los trabajos

históricos y críticos. La bibliografía y la arqueología le deben también notables

estudios.

ANDREU, JAIME (1850-1902)

Escritor y coleccionista barcelonés.


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324

Catálogo de una colección de impresos referentes a Cataluña en los siglos XVI, XVII,

XVIII y XIX

ANGELONI, LUIS (1759-1842)

Publicista y revolucionario italiano.

Vite ed opere di Guido Arezza (París, 1811)

ANNERSTEDT, CLOES (1839)

Historiador sueco, estudió en París. Amante de las antigüedades logró reunir una

magnífica colección.

ANTICUARIATO

Denominación que los autores del siglo XVIII aplicaban indiferentemente a museos,

colecciones y ciencia de las antigüedades.

APELICÓN DE TEOS (I A DE C.)

Filósofo peripatético y bibliófilo griego, hombre de gran posición y fortuna que residía

en Atenas. Adquirió los manuscritos de las obras de Aristóteles y de Teofrasto, su

discípulo, que habían permanecido mas de un siglo ignorados en una caverna,

proponiéndose revisarlos y publicarlos, pero tuvo que desistir de su empresa, pues

parece era hombre de mas voluntad que talento real.

APELL, JUAN DAVID (1754-1833)

Compositor alemán que recopiló en una obra vidas de místicos.

Galería de místicos de Cassel desde 1500 a 1681.

APOLODORO (II A DE C.)

Gramático y escritor griego. Compuso un buen número de obras, de las que nos quedan

solo tres libros en que se describe con sencillez la mitología griega primitiva hasta la

guerra de Troya.


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325

Biblioteca

APOLODORO

Médico griego, que dedicó al rey Tolomeo de Egipto un tratado, en el que hacía una

enumeración de los vinos más convenientes para la salud.

Tratado sobre los vinos

APRÉS DE MANNEVILLETE, JUAN BAUTISTA NICOLÁS DIONISIO (1707-1780)

Marino e hidrógrafo francés. Dedicó la mayor parte de su vida a coleccionar y corregir

las cartas de navegación de la India, que se publicaron en 1747.

Neptuno Oriental

APROSIO, ANGÉLICO (1607-1681)

Religioso agustino-italiano, que poseía una magnífica colección de libros, abundante en

ejemplares raros y manuscritos inéditos. Con estos materiales fundó una biblioteca

pública que regaló al estado.

AQUARONTE, BARTOLOMÉ (1815)

Historiador y catedrático italiano. Escribió obras sobre historia y algunas biografías.

Vida de Jerónimo Saavedra

Los últimos años de la historia republicana

Biografía de Franklin

AQUINO CABRERA, FRANCISCO (1869)

Poeta español, nació en Almería, de cuya diputación fue archivero y secretario

particular de la presidencia de la citada corporación.

ARANTEGUI Y SANZ, JOSÉ

Escritor militar contemporáneo a la Enciclopedia. Escribió numerosos artículos y

memorias sobre los mas variados asuntos y que vieron la luz en el Memorial de


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326

Artillería, o en otras publicaciones profesionales. Fruto de largos años de paciencia y

concienzuda investigación en los archivos de Simacas y de la Corona de Aragón fueron

sus dos obras más importantes.

Apuntes históricos sobre la artillería española en los siglos XIV y XV (Madrid, 1887)

Apuntes históricos sobre la artillería española en la primera mitad del s. XV (Madrid,

1891).

ARBELLOT, FRANCISCO (1816-1887)

Arqueólogo francés, fue nombrado canónigo honorario de la Catedral de Limoges, de la

que escribió su historia.

Historia de la Catedral de Limoges

Biografía de Francisco Rouzieu

Biografía de hombres ilustres de la antigua provincia de Lemosín

ARBOIS DE JUBAINVILLE, ENRIQUE DE (1827)

Historiador, arqueólogo y filósofo francés, que sobresalió en el estudio de los idiomas

célticos. Desde 1852 a 1888 ha sido archivero del departamento de Aube.

Histoire des ducs el des comptes de Champagne (1859-1869).

ARCANGELI, JOSÉ (1807-1885)

Literato italiano, colaboró en la redacción del Diccionario de la Academia de la Crusca,

de cuya asociación era vicesecretario, y que se le deben buenas traducciones del griego.

ARCANGELI, JUAN (1840)

Botánico italiano.

Compendio della flora italiana.

ARCELIN, GODOFREDO MARIA VÍCTOR ADRIANO (1838)

Arqueólogo y paleógrafo francés. Perteneció al cuerpo de archiveros y paleógrafos y,

como tal, fue destinado a los departamentos del Alto Mame y Saona y Loira,


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327

sucesivamente hasta que obtuvo el nombramiento de secretario perpetuo de la academia

de Macón y de conservador del Museo Arqueológico. Se dedicó principalmente a los

estudios prehistóricos referentes a la región en que habitó.

L’âge de Pierre et la clasification prehistórique dáprés le source égyptiennes (1873)

La clasification prehistórique del âges de Pierre, de bronze et du fer (Louvain, 1877)

Histoire du château de la Rocha de Solutré (Macón,1879)

La classification archéologique appliquée á l’époque quaternaire (Bruselas, 1880).

ARCHINTO, OCTAVIO († 1656)

Arqueólogo que reunió importantes documentos y datos referentes a su familia, que

publicó más tarde.

Collectanea antiquitatum in ejus domo

ARISTÓTELES (384 A.C. - 322 A.C.)

Filósofo griego. Se le debe la primera enciclopedia, en la que recogió todos los

conocimientos del siglo IV y con la que contribuyó a la clasificación de las ciencias en

historia de la filosofía, lógica, metafísica, física general, botánica, ética, política,

arqueología, historia literaria, filología, gramática, retórica, poética y filosofía del arte.

En filosofía natural, mecánica, fisiología e historia natural aprovechó gran número de

ideas y los datos de los primitivos escritores griegos, médicos y viajeros, cuyas obras

cita. De los escritos aristotélicos la Enciclopedia cita tres catálogos: el de Diógenes

Laercio, el anónimo de Ménage y el anónimo árabe de Casiri. Tanto Plutarco como

Estragón refieren que Aristóteles legó su biblioteca al morir a su amigo y sucesor

Teofrasto, de éste pasó a Neleo que la trasladó a Asia Menor por temor a la usurpación

del rey de Pérgamo que recogía materiales para su biblioteca. En el año 100 a.c. fue

comprada por Apelicón que la llevó a Atenas y en el 86 a.c. Sila la trasladó a Roma, fue

arreglada por Tiranion y Andrónico editó las obras que contenía en el 50 a.c. Los

escritos aristotélicos fueron clasificados por los comentadores griegos de los primeros

años del cristianismo, especialmente por Adrastro (150) que lo hace atendiendo a la


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328

forma de redacción y a la naturaleza de la materia tratada. Aldo Manucio realizó una

edición de esta clasificación entre 1494 y 1498.

BAILLET, ADRIÁN (1649-1706)

Literato francés. Fue nombrado bibliotecario del abogado francés Lamaignon que le

encargó un catálogo de sus libros que realizó en 35 volúmenes.Sus trabajos están llenos

de erudición y muy bien documentados.

Jugements des savants sur les principaux ouvrages des auteurs (1685

Des enfants devenus célèbres par leurs études et leurs écrits (1688)

Auteurs déguisés sous de noms étrangers, etc. (1690).

BALE, JOHN (1495-1563)

Teólogo, poeta y biógrafo inglés. Aún cuando sus obras biográficas son con frecuencia

inexactas y de un espíritu de parcialidad censurable, cabe considerarle como el

verdadero padre de la biografía y de la bibliografía inglesas.

Illustrium Majoris Britanniae Scriptorum (1557)

BARBOSA MACHADO, DIEGO (1682-1772)

Bibliógrafo y escritor portugués. Empezó su labor publicando seis memorias sobre la

historiografía de Portugal entre los años 1722 y 1735. Durante más de 18 años recopiló

documentos para acometer la obra gigantesca que debía inmortalizar su nombre y ser

uno de los fundamentos de la bibliografía, ciencia que tanto desarrollo ha alcanzado en

nuestros días; tomo por modelo la Biblioteca hispana nova de Nicolás Antonio (1672), y

siguiendo aquel mismo plan publicó un vasto repertorio biobibliográfico de todos los

escritores portugueses que acredita a su autor como uno de los hombres más eminentes

de su época. La publicación constaba de cuatro tomos, de los cuales los tres primeros

son rarísimos por haberse perdido la mayor parte de sus ejemplares en el terremoto de

Lisboa. El escritor Bento José Fariuha hizo un extracto, bastante descuidado, por cierto,

de esta obra titulado: Summario da Bibliotheca lusitana (1786-87).


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Biblioteca lusitana historica, critica e chronologica na qual se comprehende a noticia

dos autores portugueses e das obras que compuzendo desde o tempoda promulgaçao da

ley de graça, até o tempo presente (1741-1759)

BARTOLOMÉ CASAL, PEDRO (1816-1886)

Filólogo franciscano que fue catedrático en la Universidad de Santiago de Compostela

Epitome de Literatura Griega y Latina

BEMBO, PEDRO (1470-1547)

Cardenal y literato italiano. Fue bibliotecario de San Marcos

Rerum Veneticarum

Gli Asolaini

Disputaciones Tusculanas

Le Prose

Carmina

Terze Rime

BENCIVENNI PELLI, JOSE (1729-1808)

Historiador y escritor de arte italiano, director de la Real Galería de su ciudad natal.

Nuovi dialoghi dei morti

La decrizione delle Galeria di Firenze

Gli elogi degli uomini illustri toscani

Vita di Dante

Epoche di storia florentina fino al 1292

BENDALL, CECILIO (1856-1906)

Orientalista inglés, profesor de sánscrito en la University college de Londres y ayudante

de la sección de manuscritos y libros orientales del Museo Británico.

Catalogue of Buddhist Sanscrit mss. in the University Library Cambridge

A Journey of Literary Archeological Research in Nepal and Northen India


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Cikshasamuccaya.

BENDTSEN, BENITO (1763-1830)

Arqueólogo y erudito danés

Historia de Eric Ezegod

Noticia histórica sobre el colegio de Frederiksburgo

BENECKE, JORGE FEDERICO (1762-1844)

Bibliotecario, filólogo y literato alemán, estudió en la universidad de Gotinga y fue

bibliotecario jefe de la misma.

Beiträge zur Kenntnis der altdeutschen Sprache und Literatur

Edelstein

Wigalois von Wirnt von Gravenberch

Irvein von Hartmann von der Aue

Wörterbuch zur Hartmann's Irvein

BENEDEN, PEDRO JOSÉ (1809-1894)

Museólogo y zoólogo belga, conservador del Museo de Historia Natural de Lovaina.

Exposé méthodique du regne animal : Basé sur l'anatomie, I'embryogénie et la

paléontologie

Iconographie des Helminthes et des vers parasites de l'homme

La vie animale et ses mystéres

Les Fouilles au trot des Mutons de Furforz

BÉNÉDITE, JORGE (1857)

Arqueólgo y orientalista francés agregado al departamento egipcio del Museo del

Louvre, donde llevó a cabo una completa reorganización.

A propos d'un buste égyptien caquis par le Musée du Louvre

Una nouvelle représentation d'Horus legionnaire


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BENGEL, JUAN ALBRECHT (1687-1752)

Teólogo protestante alemán que emprendió una clasificación de los libros sagrados

Notes on the New Testament

Erklärte Offenbarung St. Johannis

BENHAM, GUILLERMO (1831)

Dirigió la publicación de la Biblioteca de Teología antigua y moderna editada por

Griffilth y Farran.

English Ballads with introduction and notes

Companie to the lectionary

Memoirs of Catherine and Crawfurd Tait

Readings on the Life our lord and his Apostles

BENJALIPA, ABU-BEN MUHAMMAD BEN (XII)

Bibliógrafo hispanoárabe

Catálogo de los libros contenidos en las bibliotecas de España hasta el año 1141

BENLOEW, LUIS (1818-1901)

Filólogo francés. Fue bibliotecario de la Sorbona y catedrático de literatura antigua.

De l'accentuation dans les langues indo-européennes

Théorie générale de l'accentuation latine

BENNDORF, FEDERICO AUGUSTO OTÓN (1838)

Arqueólogo alemán, estudió filología en Erlangen y Bonn

Die antiken Bildwerke des Lateranischen Museums

Beiträge zür Kenntuis des athenischen Theaters

BENNETT, ALFREDO GUILLERMO (1833-1902)

Botánico inglés. Estudió en la universidad de Londres, fue nombrado examinador de

botánica en la universidad de Gales.


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Gryptogamic Botany

Flora of the Alps

BENOIT, CAMILO (1852)

Compositor y literato belga, conservador del Museo del Louvre

Merlin l'Enchanteur

La Fête des Roses y Cléopatre

Polypheme

BENTKOWSKI (1781-1852)

Historiador y escritor polaco. Director del gabinete numismático y de los archivos del

reino.

Noticias sobre los más antiguos libros impresos en Polonia

Catálogo de las medallas polacas

Historia de la literatura polaca

Catálogo de las actas conservadas en los archivos del reino

BENVOGLIENTI, HUBERTO (1668-1733)

Historiador italiano. Fue considerado restaurador de los estudios históricos.

Annales venenses

Chronicon venense italice

BENZELIUS, ERICO (1657-1743)

Sabio prelado sueco. Bibliotecario de la Universidad de Upsala.

Ulphilas illustratus

Joannis Vastovii

Supplementa homiliarum Joannis Chrysostomi


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333

BÉRALDI, ENRIQUE (1849)

Bibliófilo e iconógrafo francés, coleccionó libros del siglo XVIII, estampas y retratos

grabados, llegando a reunir más de 10.000 de éstos últimos.

L'ouvre de Moreau le Jeune (1874)

Les graveurs du XVIII eme siecle (1880)

Bibliotheque d’un bibliophile (1885)

Les graveus du XIX siècle (1893)

Propos de bibliophile

BEREDNIKOV, JACOBO IVANOVITCH (1793-1854)

Arqueólogo e historiador ruso. Pertenecía a la Academia de ciencias y a la comisión

geográfico-arqueológica de San Petesburgo y publicó numerosos artículos para el

Diccionario eslavo.

Rusia bajo el zar Alejo Mihailovitch

Las crónicas rusas

Actas de expedición arqueológica

BERGENROTH, GUSTAVO ADOLFO (1813-1869)

Historiador alemán. El gobierno inglés le pidió que estudiase los documentos referentes

a las relaciones hispanoinglesas, por lo que realizó sus investigaciones en el archivo de

Simancas.

Calendar of letter, despatches and states papers relating to the negociations between

England and Spain, preserved in the archives of Simancas and elsewhere

BERGER, FELIPE (1846)

Orientalista y político francés. Estudió en la facultad de teología protestante de

Estrasburgo. La Academia de Inscripciones le confió la redacción del Corpus

inscriptionum semiticarum y posteriormente fue nombrado subbibliotecario del Instituto

en 1874.


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Mémoire sur un bandeau dans les environs de Batna et conservé au Musée de

Constantine

BERGER, SAMUEL (1843-1900)

Escritor y teólogo protestante. Estudió en Estrasburgo y Tubinga. Fue bibliotecario y

secretario de la facultad de teología protestante de Paris, donde desempeñó la cátedra de

arqueología cristiana. Pertenecía a la Sociedad Nacional de anticuarios de Paris.

De Glossariis et Compendiis biblicis quibusdam medii aevi

BERGH, SEVERINO (1858)

Historiador sueco perteneciente al cuerpo de archiveros.

Handlingar rörande Sveriges historia

BERGIER, NICOLÁS (1567-1623)

Historiador francés que obtuvo el título de historiógrafo de Francia

Historie des grands chemins de l'empire Romani

BERMIS, MIGUEL DE (†1444)

Cronista del condado de Foix. Le cabe el mérito de haber sido el primer organizador de

los archivos de su custodia con arreglo de un sistema racional e ingenioso a la vez.

BERMUDEZ DE PEDRAZA, FRANCISCO (1585-1655)

Historiador y jurisconsulto español. Estudió humanidades y jurisprudencia en la

universidad de Granada. Fue nombrado por el gobierno tesorero de la catedral de

Granada y allí se dedicó a repasar archivos y crónicas con objetivo de reimprimir su

obra, Antigüedades de Granada.

Historia eclesiástica de Granada y de su Arzobispado, con la cronología de sus

Obispos y Arzobispos, mártires y varones ilustres que han florecido en esta grande,

popular y noble ciudad de Granada.


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335

BERNARD, AUGUSTO JOSÉ (1811-1868)

Historiador e impresor francés. Fue corrector de la imprenta real e inspector general de

la imprenta y la librería nacionales.

De l’origine et des débuts de l’imprimerie en Europe (1853)

Cartulaire de Savigny (1853)

Antoine Verard et ses livres à miniatures au xveme siècle (1860)

Inventaire des titres de Bourbon aux archives nationales (1867)

Historie de l’imprimérie royale du Louvre (1867)

Recueil des chartes de l’abbaye de Cluny (1876)

BERNARDO Ó BERNHARD, JUAN ADÁN (1688-1771)

Historiador alemán y archivero de Hannóver

Historia abreviada y curiosa de los sabios.

BERNER, ERNESTO (1853-1905)

Historiador alemán. Después de trabajar breve tiempo en el archivo secreto del Estado

prusiano fue nombrado en 1879 Jefe del archivo de la real casa de Prusia.

Geschichte des Preussischen Staates

BERONIE, NICOLÁS (1742-1820)

Filólogo y jesuita francés. Fue bibliotecario de la Escuela Central de Corréze

Dictionnaire du patois du bas limousun.

BEROSO Ó BEROSIO (III A C)

Historiador y astrónomo caldeo. Fue sacerdote y esto le permitió consultar los archivos

de los templos de Babilonia, cuya historia escribió en tres libros

Berosi historiarum quae supersunt.


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336

BERTA, LUIS FRANCISCO (1719-1787)

Escritor y sacerdote italiano. Fue conservador de la biblioteca real de Turin y colaboró

en el catálogo de manuscritos de este centro.

Codices manuscripti

BERTHELET, GREGORIO (1680-1745)

Sacerdote benedictino francés. Fue bibliotecario de la abadía de San Leopoldo de Nancy

Traité historique et morale de l'astinence des viandes, depuis le commencement du

monde jusqui aujourd hui

BERTHEREAUD, JORGE FRANCISCO (1732-1794)

Religioso benedictino de la abadía de Vendome. La congregación le encargó el examen

de los manuscritos árabes existentes en varias bibliotecas, escribió 31 volúmenes acerca

de la historia de las Cruzadas.

BERTHIER, GUILLERMO FRANCISCO (1704-1782)

Jesuita francés. Nombrado bibliotecario real en Francia.

Histoire des premiers temps du monde

BERTHOD, CLAUDIO (1733-1788)

Religioso benedictino e historiador francés. Bibliotecario de la abadía San Vicente de

Besanzón y archivero del arzobispado de Besanzón. Prestó servicios a la historia por sus

trabajos de clasificación e investigación de archivos, especialmente los del Cardenal

Grenvelle y en Besanzón y en Belgica.

Memoire concernant quelques manuscrits de l'abbaye de Saint Vicent de Besançon.

BERTI, ALEJANDRO POMPEYO (1686-1752)

Teólogo italiano, fue bibliotecario del Marqués del Vasto.

Scienza delle medaglie.


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337

BERTI, JUAN LORENZO (1696-1766)

Bibliotecario y religioso agustino y teólogo italiano. Prefecto de la gran biblioteca

agustiniana en Roma.

De Theologicis Disciplinis.

BERTRAND, ALEJANDRO LUIS JOSÉ (1820-1902)

Arqueólogo francés. Fue director del museo de Saint Germain y profesor de arqueología

del Museo de Louvre, dirigiendo además la “Revue d'Archéologie”.

Etudes de mythologie et d'archéologie grecques

BESCHERELLE, LUIS NICOLAS (1802-1883)

Gramático francés. Fue bibliotecario del Louvre.

Grand dictionnaire critique de la Langue française.

BESORA, JOSÉ JERÓNIMO (†1665)

Bibliófilo y teólogo español. Formó una importante biblioteca con ejemplares rarísimos.

BESS, BERNARDO (1863)

Historiador alemán, fue bibliotecario de la Universidad de Halle

Johannes Gerson.

Frankreichs Kirchenpolitik

BETANCOURT, TOMÁS PÍO (XIX)

Botánico cubano que descubrió y clasificó varias plantas, y recogió numerosos e

interesantes datos para la historia de Puerto Príncipe. Sus trabajos fueron publicados en

las Memorias de la Sociedad económica de la Habana.

BETHAM, GUILLERMO (1779-1853)

Arqueólogo inglés. Fue heraldista del Ulster y de la orden de San Patricio, y

subconservador de los archivos de Dublin.


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338

The Origin and history of the constitution of England

BETTIO, PEDRO (1787-1846)

Erudito y sacerdote italiano. Fue bibliotecario de San Marcos de Venecia y durante más

de cuarenta años trabajó en clasificar dicha biblioteca.

BEUCHOT, ADRIÁN JUAN QUINTÍN (1777-1851)

Bibliógrafo francés, fue bibliotecario de la Cámara de los Diputados durante veinte

años.

Bibliographie de la France.

Biographie universelle

Dictionnaire des inmóviles

BEUGHEM, CORNELIO DE (XVII)

Erudito alemán.

Bibliographia juridica et politica (1680)

Bibliographia mathematica et artificiosa (1685)

Bibliographia historica, chronologica et geographica (1685)

Bibliographia eruditorum curiosa (1689)

Bibliographia medica et physica (1691)

BEUGNOT, AUGUSTO ARTURO, CONDE DE (1797-1868)

Historiador francés. Ganó un concurso por su trabajo Essai sur les institutions de Saint

Louis y desde entonces se dedicó por completo a los estudios de investigación histórica

alcanzando otros premios.

Essai sur les institutions de Saint Louis

Historie de la destruction du paganismo en Occident


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339

BEVY, CARLOS JOSÉ (1738-1830)

Religioso benedictino e historiador francés. Fue archivero de la Camara de Cuentas e

historiógrafo del rey. En Inglaterra fue empleado de los archivos reales y en Francia

bibliotecario del ministerio de la Guerra.

Histoire des inaugurations des rois, des empereurs et des autres souverains de

l'univers.

BEYER, JORGE (1665-1714)

Jurisconsulto alemán, fue el primero que abrió en Wittemberg un curso de bibliografía

del derecho.

Notitiae auctorum juridicorum et juris arti inservientium, tria specimina.

BEZSONOV, PEDRO ALEJO (1828-1898)

Literato ruso. Bibliotecario de la universidad de su Moscú entre 1867 y 1879. Su

primera obra es una colección de cantos populares búlgaros, la segunda una antología

de poesías y cantos populares rusos.

Bolgarskiya Pyesni (1855)

Lazarica (1857)

BHAU-DAJI (1822-1874)

Arqueólogo y médico indio. Estudió medicina en el Grant Medical College. Descubrió

la primitiva numeración sánscrita durante el curso de unos estudios sobre la lepra.

Documentó con sus trabajos el estado de la medicina india en la antigüedad.

BIADEGO, JOSÉ (1853)

Sacerdote, historiador, poeta y archivero italiano. Fue inspector de los monumentos

públicos de Verona.

Dei cataloghi di una biblioteca pubblica e in particolare del catalogo reale.

Da libri e manoscriti: sipogolature (1885)

Saggio bibliografico degli scritti a stampa di Giac. Zanella (1888)


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340

Catalogo descrittivo dei manoscritti della Biblioteca comunale di Verona (1902)

Storia della Biblioteca comunale di Verona con documente e tavole statistiche (1892)

BIAGI, CLEMENTE (†1803)

Arqueólogo y camaldulense italiano que se dedicó al estudio de las antigüedades.

Monumenta graeca, ex musaeo J. Nanni illustrata.

BIAGI, GUIDO (1855)

Literato italiano que ocupó el puesto de director de la biblioteca Marucelliana y de la

Laurenziana. Fue el traductor del Manual del Bibliotecario de Petzholdt.

Anuario storico-stadistico-legislativo delle biblioteche italiane

BIART, LUCIANO (1829-1897)

Literato y naturalista francés. Por su afición a la zoología marchó a Méjico para estudiar

la fauna de aquel país, remitiendo ricas colecciones de pájaros e insectos al Museum de

Paris. Escribió artículos sobre este tema en la “Revue des deux Mondes”, “La France” y

“Les Mexicaines”.

BIASOLETTO, BARTOLOMÉ (1793-1858)

Botánico austriaco. Reunió interesantes colecciones botánicas y descubrió especies

nuevas, algunas de las cuales llevan su nombre en las clasificaciones. Escribió

numerosas relaciones y monografías y lecciones de economía actual y de botánica.

BIECIKOWZKI, PEDRO DE (1865)

Arqueólogo polaco, vicedirector del Museo arqueológico de Cracovia.

De Fontibus et auctoritate scriptorum historiae Sertorianae (1890)

Studien zur Geschichte und Chronologie des sertorianischen Kriegs (1891)

BIELEFELD, JACOBO FEDERICO, BARÓN DE (1716-1770)

Publicista alemán, fue nombrado inspector general de universidades prusianas en 1747.


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341

Progresos de los alemanes en las ciencias, las bellas artes y las artes (1752)

BIELIAEV, JUAN DEMETRIO (1810-1873)

Historiador ruso, uno de los escritores que más contribuyeron al renacimiento de los

estudios históricos en Rusia.

Colección de documentos de la sociedad de historia y antigüedades rusas.

BIELOWSKI, AUGUSTO (1806-1876)

Historiador polaco que dirigió en Instituto Ossoliuski de Lemberg desde 1869. Su obra

es una recopilación de todas las crónicas polacas desde los tiempos de Duigosz y reviste

gran interés para la reconstrucción de la historia antigua de Polonia, por lo que la

Academia de Ciencias de Cracovia decidió continuarla tras su muerte.

Monumenta Poloniae vetustissima (1864-72)

BIESTER, JUAN ERICO (1749-1816)

Escritor alemán, jefe de la Biblioteca Real de Berlin

BIGELOW (1817)

Escritor, periodista y diplomático norteamericano, estudió en la Unión College, fue

destinado a la fundación y el sostenimiento de la biblioteca pública de Nueva York cuyo

consejo de administración presidía en 1895

Some recolletions of the late A.P. Bevreyer.

Jamaica in 1850 or the effect of six years of freedom on a Slave Colony.

BIGLAND, JUAN (1750-1832)

Historiador inglés, escribió tratados sobre la historia de Inglaterra, de Francia y de

historia política y militar de Europa.

Letters on the study and use of Ancient and modern history.

Geographical and historical view of the World

The history of Spain to 1809.


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342

BIGNE, MARGUERIN DE LA (1546-1590)

Sacerdote y teólogo francés, imprimió la primera colección de los Santos Padres.

Biblioteca veterum Patrum et antiquorum scriptorum ecclesiasticorum.

Appendix sive tomus nomus.

BIGNON, ARMANDO JERÓNIMO (1711-1772)

Escritor francés, sucedió a su tío Juan Pablo en el cargo de bibliotecario del Rey.

BIGNON, JUAN PABLO (1662-1743)

Escritor francés, predicador y bibliotecario del rey. Fue miembro de la Academia de

Inscripciones y colaborador del Journal des Savants.

Vie de François Lévesque, prêtre de l'Oratoire.

BIGNON, LUIS PEDRO EDUARDO, BARÓN DE (1771-1841)

Historiador y hombre de Estado francés. Trabajó por expreso encargo de Napoleón en

una obra histórica sobre la época napoleónica.

Histoire de France depuis le 18 brumaire jusqui a la paix de Tilsitt.

BILBASOV, BASILIO ANDRES (1837-1904)

Literato e historiador ruso, estudió en San Petesburgo. Publicó numerosos trabajos

históricos referentes a Rusia, Alemania y países eslavos.

Cirilo y Metodo.

Diderot en San Petesburgo

Historia de Catalina II

BILDT, CARLOS (1850)

Diplomático e historiador sueco. Trabajó en una investigación en los archivos de Italia

que más tarde dio como fruto algunas de sus obras.

S. Birgittas hospital och den svenska kolonien I Rom under 1600 talet.


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343

BILLOUET, FELIPE (1684-1720)

Monje benedictino. Fue bibliotecario del monasterio de Bonnenouvelle de Orleans y

comenzó el catálogo de dicha biblioteca.

BIMBENET, JUAN EUGENIO (1801)

Historiador francés. Fue conservador de su biblioteca municipal, figuró entre los

fundadores de la Sociedad Arqueológica departamental de Orléans.

Histoire de l'université et des lois d'Orleans.

BINDI, VICENTE (1853)

Literato e historiador italiano dedicado especialmente al estudio de la historia de Capua

y de los Abruzos

L'arte e la XII Esposizione Promotice di Napoli.

BINYON, LORENZO (1869)

Crítico de arte e historiador inglés. Fue nombrado jefe de la sección de impresos del

Museo Británico y después pasó a la de estampas y dibujos. Se le debe como crítico un

catálogo de los dibujos ingleses del Museo Británico.

Dutch Etchers, Tomás Girtin, John Crome and John Sell Cotman.

BIONDI, LUIS, CONDE DE (1776-1839)

Anticuario, jurisconsulto y escritor de arte italiano. Descubrimientos arqueológicos le

llevaron a una obra explicativa de las excavaciones en las que estuvo presente.

Odi anacreontiche

Cantico in morte di Giulio Perticari

Vita di Alessandro Tafioni


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344

BIONDO, FLAVIO (1388-1463)

Historiador y filólogo italiano. Terminados sus estudios se trasladó a Milán, en cuyas

bibliotecas descubrió y copió el manuscrito único que existía del diálogo de Ciceron De

claris oratoribus.

Italia illustrata per regiones seu provincias XVIII

BIRCH, SAMUEL (1813-1885)

Sabio arqueólogo inglés. Conservador del gabinete de antigüedades de Oriente y de la

Edad Media del Museo Británico.

Catalog of greek vases.

Introduction to the study of Hieroglyphics.

BIRON, JOSÉ REGINALDO (1876)

Benedictino de la congregación de Francia. Colaboró en diversas revistas y obras

enciclopédicas.

Table génerale de l'Année liturgique du R.P. Dom Prospére Gueranger, abbé de

Solesmes.

BISCIONI, ANTONIO MARÍA (1674-1756)

Literato italiano. Fue canónigo de la colegiata de San Lorenzo y bibliotecario de la

Laurenciana.

BISHOP, LEVI (1815-1881)

Jurisconsulto e historiador norteamericano, nombrado historiógrafo de la Ciudad de

Detroit

Historical Notes

The Dignity of Labor

BISTICEI, VESPASIANO DE (1421-1498)

Biográfo y librero italiano


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345

Vite degli Uomini illustre.

BITTER, CARLOS HERMANN (1813-1885)

Hombre de Estado y musicógrafo. Publicó una serie de trabajos de la historia de la

música.

Johann Sebastián Bach.

Emmanuel und Wilhelm Friedmann Bach und deren Brüder.

BJERREGAARD, CARLOS ENRIQUE ANDRÉS (1845)

Escritor botánico y filósofo dinamarqués. Se marchó a América del Norte ocupando la

dirección de la Biblioteca Astro de Nueva York.

Being, and the Philosophical History of the Subject.

Mysticism and Nature Worship.

BJOERNER, ERICO JULIO (1696-1750)

Erudito arqueólogo y folklorista sueco. Secretario de la Comisión de Antigüedades, por

encargo recorrió toda la parte norte de su país para recoger antigüedades. También hizo

varios trabajos sobre arqueología sueca.

Nordiska Kaempadater.

BLAAU, GUILLERMO ENRIQUE (1793-1869)

Arqueólogo inglés, miembro de la Sociedad de Anticuarios de Londres y fundador de

una sociedad arqueológica.

Memorias de la Sociedad de los Anticuarios.

La guerra de los Barones.

BLADES, GUILLERMO (1824-1890)

Impresor inglés establecido en Londres.

The Pentateuch of Printig (1890)


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346

BLAINVILLE, CARLOS ENRIQUE (1771-1759)

Compositor y musicógrafo francés

L'Harmonie Théorique-practique

Histoire générale critique et philologique de la musique.

BLAIR, JUAN (1720-1783)

Cronologista y geógrafo escocés, miembro de la Sociedad Real de Londres y de la de

Anticuarios.

Tablas cronológicas.

Lecciones sobre los cánones del Antiguo Testamento.

BLANC, EDMUNDO (1841)

Publicista, anticuario y geógrafo francés. Director de la biblioteca de Niza.

Mémoire su tumulus de l'age de bronze, situé á Nores prés Vence.

BLANCARD, LUIS (1831)

Paleógrafo, anticuario y numismático francés. Archivero del departamento de las Bocas

del Ródano. Ha escrito numerosos trabajos sobre historia y numismática.

Théorie de la monnaie romaine au III siécle

Iconographie des sceaux et bulles conserveés dans la partie antérieure á 1790 des

archives départamentales des Bouches du Rhone

BLANCHARD, EMILIO (1820-1900)

Naturalista francés. Se le debe la organización de la colección de reptiles en el Museo

Zoológico de París.

Recherches sur l'organisation des vers

Catalogue des collections de coléopteres du Museum (1850)


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347

BLANCHEMAIN, JUAN BAUTISTA PRÓSPERO (1816-1879)

Erudito literato y bibliófilo francés. Dirigió valiosas ediciones de los poetas franceses

del XVI y XVIII que le han conquistado renombre como bibliógrafo. Fue bibliotecario

del Misterio del Interior.

BLAQUIER, PEDRO (1747-1803)

Agustino español. Se dedicó a reunir libros, folletos y documentos, con los que formó

una interesante biblioteca.

La verdadera política de las personas de calidad.

Indice de las cosas más notables que contienen los pastorales de Benedicto XIV, según

la edición de Madrid de 1775.

BLARAMBERG, IVAN PAVLOVITCH (1772-1831)

Arqueólogo ruso, fue enviado a ocuparse de la arqueología de las regiones de Odesa,

siendo nombrado después director del Museo Arqueológico de dicha ciudad.

Choic de medailles antiques d'Olbionopolis

BLASCO Y MESEGUER, ANTONIO DE LA VIRGEN DEL PILAR (†1810)

Religioso carmelita español. Fue bibliotecario del convento de San José en Zaragoza.

Colección de refranes curiosos latinos, griegos, españoles, franceses e italianos.

BLASTARES, MATEO (XIV)

Monje y canonista griego. Escribió dos catálogos en verso de las dignidades de la corte

y de la Iglesia Constantinopla. Además fue autor de un Syntagma alfabético de derecho

canónico (ca. 1335) que contiene canónes de concilios, decisiones de los santos padres y

leyes de los emperadores referentes a materias religiosas. Así mismo recopiló en una

obra cuestiones referentes al matrimonio que se insertaron en el Jus graeco romanum de

Freher.


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BLAT Y BLAT, AGUSTÍN (1806-1874)

Impresor valenciano que murió en la pobreza. Entre otras obras imprimió una Colección

de trozos escogidos de los mejores autores griegos (1841)

BLAVET, JUAN LUIS (1719-1809)

Benedictino, agrónomo y traductor francés. Fue bibliotecario del príncipe de Conti y

censor real.

Théorie des sentiments moraux.

BLAZE, FRANCISCO ENRIQUE JOSÉ (1784-1857)

Musicógrafo francés

Dictionnaire de musique moderne.

BLIN DE SAINMORE, ADRIAN MIGUEL JACINTO (1733-1807)

Notable literato y poeta francés. Nombrado archivero e historiógrafo de la orden del

Espíritu Santo y conservador de la biblioteca del Arsenal.

Histoire de Russie depuis l'an 828 jusqu'au regne de Paul I

BOCANDÉ, BELTRÁN (1804-1881)

Naturalista y geólogo francés. Clasificó más de 45.000 insectos.

Notes sur la Senégambie méridionale.

BOCANEGRA, RAFAEL (1852-1902)

Historiador español. Colaboró en el nuevo Diccionario Etimológico de la Lengua

Castellana.

Historia Universal

BOCÁNGEL Y UNZUETA,GABRIEL

Escritor español. Fue bibliotecario del infante don Fernando de Austria.

Fiestas a la reina Nuestra Señora


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La lira de las musas de humanas y sagradas voces.

BOCK, CARLOS AUGUSTO (1782-1833)

Médico alemán. Fue profesor de disección de la universidad de Leipzig, para cuyo

museo hizo numerosas preparaciones anatómicas.

Die Beschreibung des fünften Nervenpaars.

BOCK, JERÓNIMO (1498-1554)

Pastor protestante y botánico alemán. Fue el primero en intentar una verdadera

clasificación de los vegetales y en investigar los nombres que llevaron en los catálogos

de los antiguos.

Hieronimus Tragi de stirpium maxime earumm quae in Germania nascuntur.

BOCKEL, OTÓN (1859)

Político antisemita alemán. Fue ayudante de la biblioteca de la universidad de

Marburgo.

Deutsche Volkslieder aus Oerhessen.

BODE, GUILLERMO DE (1845)

Historiador y crítico de arte alemán. Estudió derecho, sin embargo su afición al arte y a

la arqueología le hizo dedicarse a estas ciencias. En 1872, tras un viaje por Europa en el

que visitó los principales museos fue nombrado conservador de las galerías de pintura y

escultura del Museo Real de Berlín y director del mismo en 1890. Autor de numerosos

catálogos y monografías sobre museos en 1909 fue objeto de polémica tras la

adquisición de un busto que atribuyó a Leonardo da Vinci, mientras los conservadores

británicos lo atribuían a Ricardo Cockle Lucas.

Studien zur Geschichte der holländischen Maleri.


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350

BODLEY, TOMÁS (1544-1612)

Fundador de la Biblioteca Bodleyana de Exeter, en 1597 se consagró a ella por

completo enviando peritos a comprar libros para enriquecer el fondo a España, Italia,

Alemania, Francia y Holanda. Adquirió 21.000 volúmenes, la mayoría raros en los que

gastó más de 200.000 libras esterlinas. En su testamento dejó legados considerables

para esta biblioteca universitaria y para el sueldo de los bibliotecarios. La universidad

de Oxford conmemora cada año su nombre el 9 de noviembre en sesión pública. En la

actualidad esta biblioteca contiene 700.000 volúmenes y 30.000 manuscritos, el libro

más antiguo impreso en Inglaterra, la primera Biblia de Gutenberg, el Nuevo

Testamento de Wycliff de 1380, un Psalterio de 1430 con miniaturas, una colección de

20.000 monedas, y un largo etcétera... Los libros no pueden ser sacados de la biblioteca

y ésta se halla autorizada por ley a pedir un ejemplar de cada libro impreso en

Inglaterra. Anexa a la Biblioteca se encuentra la Ratcliff Library o Camera que contiene

las adquisiciones desde 1850.

BOECK, THORVALD OLOF (1835)

Escritor noruego. Reunió una biblioteca de 20000 volúmenes.

Sumario a las obras concernientes a la pesca en Noruega.

BOFARULL Y BROCÁ, ANTONIO DE (1821)

Historiador y literato español. Halló reposo en el Archivo de la Corona de Aragón,

cargo que desempeñó por espacio de 16 años. También hizo el inventario del archivo y

biblioteca de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona.

Historia del rey de Aragón don Jaime I el Conquistador.

BOFARULL Y CENDRA, JAIME (1870)

Sacerdote e historiador español. Ha escrito notables monografías sobre arqueología,

historia y bibliografía catalana.

Codex y manuscrits catalans existents en la Biblioteca Provincial de Tarragona.


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BOFARULL Y DE BROCÁ, ANDRÉS DE (1811-1882)

Historiador y abogado español. Fue archivero del ayuntamiento de su ciudad natal.

Anales históricos de Reus.

Guía de Reus.

BOFARULL Y DE SARTORIO, MANUEL (1816-1892)

Escritor y bibliófilo. Se dedicó a la carrera especial de archiveros y bibliotecarios,

siendo agregado en 1830 al archivo de la Corona de Aragón.

Levantamiento y guerra de Cataluña de D. Juan II

BOFARULL Y SANS, CARLOS (1852)

Director del museo Municipal de Barcelona, se le confió la sección arqueológica.

Catálogo de la colección de cerámica de D. Juan Prats y Rodés.

Catálogo de la sección de encajes del Museo de arte decorativo y arqueológico.

BOFARULL Y SANS, FRANCISCO DE (1843)

Director del museo Municipal de Barcelona, se le confió la sección arqueológica.

Códices de la exposición Universal de Barcelona.

BOFILL Y POCH, ARTURO (1846)

Naturalista español. Pertenece a la sociedad Mejicana de Historia Natural, al Museo

Nacional de Méjico. Fue nombrado conservador del Museo Martorell.

Catálogo de los moluscos testáceos terrestres del llano de Barcelona.

BÖHME, FRANZ MAGNUS (1827)

Musicógrafo alemán. Se hizo conocer por numerosos trabajos históricos y

bibliográficos.

Aldeutsches Liederbuch.


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352

BOISLISLE, ARTURO ANDRES GABRIEL MIGUEL DE (1835-1908)

Historiador francés. Fue segundo director del archivo del ministerio de Hacienda.

Une liquidation communale sous Philippe le Ardi.

BOISNORMAND, FRANCISCO PABLO EMILIO DE (1801-1875)

Historiador francés. Ingresó en el cuerpo de archiveros siendo nombrado en 1830

conservador de la biblioteca de Saint-Cloud

Historie de France

Historie Sacrée.

BOJNITCHITCH, JUAN (1858)

Historiador Hungaro-Croata. Fue conservador del Museo Nacional croata y director del

archivo de Agram.

Der Adel von Kroatien und Slavonien

BOLANDISTAS O BOLANDOS

Agrupación de escritores eclesiásticos, principalmente de la Compañía de Jesús

destinados a publicar y depurar los relatos de las vidas de los santos de todos los países

y tiempos, en vistas a “buscar y proclamar la verdad histórica”. Recopilaron numerosas

bibliografías y biobibliografías para lograr su fin.

BOLANDO O VAN BOLLAND, JUAN (1596-1695)

Hagiógrafo de la Compañía de Jesús de quien tomó nombre la labor biográfica de los

bolandistas, fue destinado a planear y redactar la gran obra Acta Sanctorum (v.

Bolandistas, sic.), que reuniría en una sola obra todas las vidas de los santos.

BOLETÍN

Periódico noticiero de cortas dimensiones destinado a tratar asuntos especiales. Incluye

los boletines oficiales y el ámbito de aplicación de cada uno de ellos.


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353

BOLIN, ANDRES GUILLERMO (1835)

Filósofo e historiador ruso. En 1873 fue bibliotecario de la Universidad de Helsingfors

Die familie

BÖMER, ALÖIS (1868)

Filólogo alemán. Es bibliotecario de la universidad real de Münster

De correptione vocabulorum natura iambicorum Terentiana.

BONANI, FRANCISCO (1806-1874)

Historiador italiano. Estudió leyes y fue sucesivamente profesor y bibliotecario en Pisa.

Archivio storico italiano.

BOND, EDUARDO AUGUSTO (1813-1898)

Bibliográfo inglés. Ayudante en la sección de manuscritos del Museo Británico, director

de manuscritos y primer bibliotecario del Museo Británico. Publicó en 1870 un catálogo

de las colecciones del Museo Británico.

Statutes of the University of Oxford.

BONGARS, JACOBO (1554-1612)

Coleccionista francés. Dejó una numerosa colección de manuscritos y documentos

Epistolae.

Gesta dei per Francos

BONNET, LUIS (1743)

Dibujante, grabador y editor de estampas francés. Creó un catálogo ilustrado donde se

citan más de mil estampas.

BONOLA, FEDERICO (1839)

Geógrafo italiano. Fundó en el Cairo un museo de geografía y etnografía en 1894.

I viaggiattori italiani in Africa


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354

BORDEAD, JUAN ROMEYN (1817-1873)

Estudió leyes en el Rutgers College, pero abandonó la práctica de la abogacía a poco de

haber terminado los estudios.

History of the State New York (1853-71)

An oration on the conques of New Netherland (1864)

Govermente of Sir Edmund Andros over New England Reprts historical agent of State

of New Yok

BORDES, CARLOS (1865-1909)

Compositor francés. Hizo una recopilación de los cantos populares vascos, reuniendo

una colección de documentos referentes a historia de la música sagrada y antologías de

maestros antiguos.

BORGHESI, BAROLOMÉ (1781-1860)

Arqueólogo italiano. Catalogó las monedas de Milán y del Vaticano. Tuvo el proyecto

de coleccionar todas las inscripciones del mundo romano, esta obra la llevó a cabo la

Academia de Berlín al publicar el Corpus inscriptionum latinarum.

Nuovi frammenti dei fasti consolai capitolini (1818)

BORSON, ESTEBAN (1758-1832)

Eclesiástico italiano. El cardenal de Borgia le encomendó la clasificación de su

colección de antigüedades.

BOSTON, JUAN († 1410)

Bibliófilo inglés de la orden de San Benito. Recorrió las bibliotecas del reino para

componer la obra titulada Catalogus Sciptorum Ecclesiae.


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355

BOTURINI BENADUCCI, LORENZO (1702-1751)

Arqueólogo italiano nacionalizado español. Reunió muchas cartas geográficas sobre

algodón, sobre piel o sobre papel de fibras de magüey en sus viajes a Méjico.

Idea de una nueva historia general de América septentrional, fundada en copiosos

materiales de figuras, símbolos, caracteres, jeroglíficos, cantares y manuscritos de

autores indios, nuevamente descubiertos (1746)

BOUMMATTEI, BENITO (†1647)

Profesor de lengua toscana de Florencia en 1632 y rector del colegio de Pisa.

Della lingua toscana

BOURGUIGNON D'AUVILLE, JUAN BAUTISTA (1697-1782)

Reunió una valiosa colección de cartografía (10.500 ejemplares)

Atlas de la Chine

Histoire romaine.

BOUTARIC, EDGARDO PABLO (1829-1877)

Historiador francés, perteneció al Cuerpo de Archiveros fue catedrático en la Escuela

de Diplomática. Colaboró eficazmente en la creación del Museo de los Archivos

Nacionales.

Notice et extraits des documents inédits relatives a l’histoire de France sous Phillippe

le Bel (1861)

Vicent de Beauvois et la connaisance de l’antiquité classique au XIIIéme siecle.

BOWERBANK, JACOBO SCOTT (1797-1877)

Geólogo inglés. Fundó el London Clay Club con el fin de estudiar los fósiles de las

formaciones terciarias para completar la lista de los mismos. Reunió una notable

colección de esponjas que fueron adquiridas por el Museo Británico

Contributions to a General History of the Spongiade

Fossil Fruits of the London Clay (1847)


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356

BRADSHAW, ENRIQUE (1831-1886)

Biblióflilo y filólogo inglés que contribuyó al estudio y catalogación de los manuscritos

existentes en la Biblioteca Universitaria de Cambridge. A él se debe el descubrimiento

del ejemplar más antiguo de la literatura valdense.

Collected papers (1886)

BREASTED, JACOBO ENRIQUE (1865)

Arqueólogo orientalista norteamericano. Revisó y clasificó las inscripciones egipcias

que se encuentran en Europa por encargo de las academias de Berlín, Munich, Leipzig y

Gottinga.

Himnos al sol compuestos durante el reinado de Amenofis IV.

BREVIARIO

Libro que contiene el rezo eclesiástico de todo el año// Epítome, compendio.

BREVOORT, JAIME CARSON (1818-1887)

Bibliófilo y naturalista norteamericano. Estudió ingenieria y fue embajador americano

en España. Coleccionó ejemplares de libros, pero también de numismática, entomología

e ictiología. Colaboró en revistas científicas.

Early Spanish an Portuguese Coinage in América.

Verrazano the Navigator (1871)

BREWER, EBENEZER (1810-1897)

Bibliógrafo inglés.

A guide to scientific Knowledge (1850)

A guide to scripture history (1860)

A guide to everyday knowledge (1864)

A dictionary of phrase and fable (1870)

The reader's hardbook (1880)


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357

History note book (1890)

BRICKA, CARLOS FEDERICO (1845-1903)

Historiador dinamarqués. Fue bibliotecario de Copenhague y auxiliar archivero de la

misma ciudad en 1881, ocupando el puesto de jefe de archivos en 1897. Redactor de

Dansk Historisk Tidsskrift

King Frederik II'S ungdomskjärlighed (1873)

King Cristian IV's egenhändige Breve (1878-1891)

Kancelliets brevböger vedrörende danmarks indre forhold 1551-60 (1888)

Indberetminger fra Charles de Dancay til det Franske hof om forho dene i norden

1567-73

BROCAR, BROCARIO O BROCAS, ARNALDO GUILLERMO DE (XV-XVI) Impresor

español que residió en Logroño y Valladolid y fue encargado por Cisneros para trabajar

en la Biblia Políglota.

BROCCHI, JUAN BAUTISTA (1772-1826)

Nauralista y arqueólogo italiano. Profesor de Botánica en Brescia en 1801, dirigió el

Jardin de Plantas y fundó un gabinete de historia natural.

Belvedere, Ricercher sopra la scultura presso gli egiziani (1792)

Trattatello circa il modo de osservasi nella coltura delle piautre odorifere e di bella

vista (1796)

Trattato mineralogico sulle miniere di ferro del departamento dez Melta (1807)

BRONNER, FRANCISCO JAVIER (1758-1850)

Bibliotecario y archivero alemán. Trabajó en Aarau. Profesó en el convento de

benedictos de Donauworth y en 1803 fue redactor de la revista Suiza Zuricher Zeitung,

se dirigió más tarde a Argovia donde enseñó ciencias naturales y realizó trabajos

estadísticos.


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358

BROTERO, FÉLIX DE AVELLAR (1744-1828)

Botánico portugués. Estudió el derecho canónico y de lenguas muertas. Fue director del

Jardín Botánico de la Universidad de Coimbra

Flora Lusitánica (1804)

Phytographia Lusitaniae (1816-1827)

BROTIER, GABRIEL (1727-1789)

Literato francés. Perteneció a la Compañía de Jesús y publicó excelentes ediciones de

obras antiguas.

Examen de l'Apologie de l'abbe de Prados (1753)

Conclusiones ex universa teologica (1754)

Traité des monnaines, grecques et hébraïques comparées avec les monnares de France

(1769)

Memoires du Levant (1780)

BROWN, HORACIO ROBERTO FORBES (1854)

Erudito y escritor inglés. Doctórose en la universidad de Edimburgo y fue escritor de

interesantes estudios sobre Venecia, también miembro de diferentes academias literarias

y científicas, editó el Calendar of State papers for the British Governement.

Life on the Lagoons (1884)

Venitians studies

The venitian printing press (1891)

Venice an historial Sketch (1893)

The Venitian Republic

BROWN, RAWDON LUBBOCK (1803-1883)

Erudito y anticuario inglés. Buena parte de los manuscritos que estudió se publicaron

con el título de Calendar of the State Papers in the Archives of Venice (6 volúmenes,

1864-86)


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359

BRUCHET, M.

Historiador y literato francés contemporáneo a la Enciclopedia, bibliotecario de la

Societé Florimontane, de Annecy.

Catalogue raïsonné des ouvrages cocernant la Svoye, conservé á la Biblioteuque de la

Societé Florimontane (1894)

Le plébiscite occulte du dépatement du Mont-Blanc en 1815 et la Restauration en

Savoye (1903)

BRUNET, JACOBO CARLOS (1780-1867)

Bibliógrafo francés, hijo de librero demostró desde muy joven su afición por la

bibliografía. Publicó distintos catálogos de venta y añadió un suplemento al

Dictionnaire bibliographique de livres rares de Cailleau y de Duclos (1802). Su primera

obra original fue el Manuel du libraire et de l’amateur de livres (1810), al que

acompañaba los precios de las obras y un índice metódico de materias. A la muerte de

su padre se consagró por completo a la bibliografía. Además publicó una edición de las

Poesies françaises de J. G. Alione d’Asti, escritas entre 1494 y 1520.

Manuel du libraire et de l’amateur de livres (1810)

Notices sur les differentes editions des Heures gothiques (1834)

Nouvelles recherches bibliographiques (1834)

Notice su deux anciens romans intitules les chroniques de Gargantua et Gargantua et

Rabelais (1834)

Recherches bibliographiques et critiques sur les éditions originales des cinq livres du

roman satirique de Rabelais (1852).

BRUSCHI, ANGEL (1858)

Bibliotecario italiano. Director de la Biblioteca Marucelliana de Florencia. Ha

publicado interesantes trabajos eruditos de bibliografía en diferentes revistas.

Vocabulario della lengua italiana de Pietro Fanfani.


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360

BRUUN, CRISTIAN GUALTERIO (1831-1906)

Erudito bibliógrafo y biógrafo danés. En 1863 se le nombró director general de la

Biblioteca Real de Copenhague en la que clasificó 70.000 obras que forman la sección

dinamarquesa, publicando su catálogo de 77 tomos.

Biblioteca Danica (1872)

Aarsberetninger fra det store Krongl.Bibliohek (1870)

Holbergs Epistler (1865)

Gunde Rosenkranz (1885)

Kaj Lykke (1886)

Enevaeldens Inof Órelse i Danmark (1887)

Viser fra Reformationstiden (1864)

Frederik Rostgaards Liv og levnet (1870)

Det store Kgl. Bibliotheks Stiftelse (1873)

BRYDGES, SAMUEL EGERTON (1792-1837)

Bibliófilo y genealogista inglés. Se dedicó a la reproducción de obras raras y olvidadas.

Publicó excelentes ediciones del Theatrum Poetarum Anglicanorum (1800), de Eduardo

Phillips.

Censura literaria (1805-1809)

The British Bibliographer (1810-1815)

Colin's Peerage of England (1812)

Restituta, or Titles, Extracts and characters of old Books in English literature (1816)

Res Litteraria (1821-22)

Poliantea Librorum Vestustiorum (1822)

Cimelea (1823)

Lake of Geneva (1831-34)

BRYSTOV, JUAN PAVLOVITCH (1797-1850)

Bibliófilo, empleado por espacio de diez años en la Biblioteca de San Petesburgo.

Essai d'Index alphabetique (1841)


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361

BULARIO

Colección de bulas y parecidos documentos pontificios. Obedecen a la necesidad de

suplir por medio de compilaciones cronológicas la falta de clasificación auténtica de la

legislación de los pontífices cuyas constituciones no ingresaron en el Corpus Iuris

Canonici. El nombre lo inventó el canonista Laercio Cherubini en el siglo XVI.

BURE, JUAN (1568-1652)

Sabio sueco. Preceptor del rey Gustavo Adolfo y arquitecto del reino. El primero que

recorrió Suecia para describir sus monumentos. Escribió así mismo varios tratados de

gramática sueca y algunas poesías.

Elementa runica usurpata a suedo gothicis veteribus

Lapides rucini

Monumenta hesingica (1824)

Tabula runica

BURGER, COMBERTO (1858)

Escritor, profesor de historia en el Liceo de Harlem desde 1881 y director de la

Biblioteca Universitaria de Amsterdam a partir de 1890.

Diss de bello cum Samnitibus secundo (1884)

Neue Forschungen z. Ält. Geschichte Roms (1894-96)

Amsterdamsche boekdrukkers en uitgevers in de 16 eeuro (1907)

BURNELL, ARTURO KOKE (1840-1882)

Estudió en la universidad de Cambridge y en 1860 pasó como empleado a Madrás.

Regresó a la India, ejerciendo la magistratura en Mangalora y en Tandjora.

Commentary on the Paracasmriti of Madhava (1868)

The Law of Parition and Succession from the manuscript Sanskrit Text of Varadaraaja's

Vyanahara-nirnaya

Catalogue of a Collection of sanskit mss. Part I (1869)


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362

Copies of Indians Inscritions (1870)

BURTY, FELIPE (1830-1890)

Coleccionista, crítico de arte y escritor francés. Se dedicó al estudio de estampas y

grabados de los que formó una buena colección. Eugenio Delacroix lo designó en su

testamento para catalogar y clasificar sus dibujos, publicando este catálogo en 1864. En

1881 fue inspector general de Bellas Artes. Reunió una notabilísima colección de aguas

fuertes y litografías y es considerado el primer coleccionista francés de objetos

japoneses. Publicó diversas obras en las que recogió biografías y obras artísticas.

BURY, RICARDO (1730-1794)

Jurisconsulto e historiador francés.

Histoire abrégée des philosophes et des femmes célebres (1772)

BUSCHMAN, JUAN CARLOS EDUARDO (1805-1880)

Filólogo alemán. Catedrático de filología, ingresó por elección en la Academia de

Ciencias de Berlin. En 1832 entró a trabajar en la Biblioteca Real de Berlín donde

permaneció hasta 1853. En 1862 realizó el índice del Cosmos de Humboldt.

Die Kawisprache auf der insel Java (1836)

Apercu de la langue des les Marisques et de la langue taitienne (1843)

Die aztekischen ortsnsmen (1853)

Die spuren der aztekischen sprache im norld Mexico (1859)

Der athapaskische Sprachtastamm (1863)

Das Apache als eine athapaskische Sprache ervessen (1863)

BUTTURA, ANTONIO (1771-1832)

Literato italiano. Fue archivero del ministerio de relaciones exteriores italiano y del

consulado de Iliria. Dirigió la publicación de la Biblioteca poetica italiana scelta y de la

Biblioteca di prosa italiana.

Il ritratto (1812)


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363

Saggio sull'historia di Venecia (1816)

I quattro poeti italiani con una scelta di poesie italiene (1832)

Dictionnaire italen-francais (1832)

BUTURLIN, DEMETRIO PETROWITSCH (1790-1849)

Coronel y ayudante de campo del emperador ruso, 1829 desempeñó el cargo de jefe de

estado mayor del ejército ruso de operaciones de Turquia y de Jefe de la Biblioteca

Imperial y del Archivo privado. Fue uno de los más importantes bibliófilos rusos y

logró una importante biblioteca, cuyo catálogo imprimió en Paris en 1805. El objeto de

este catálogo se quemó en el incendio de Moscú de 1812, sin embargo Buturlin volvió a

recopilar nuevos ejemplares e incluso muchas obras desconocidas por los bibliófilos de

la época. Esta segunda colección fue subastada en Paris en 1841.

Relation de la campagne en Italia 1799 (1810)

Tableau de la campagne de 1813 en Allemange (1820)

Precis des evenements militaires de la cerniere guerre en Espagne (1817)

Historia de la invasión de Napoleón en Rusia (1820)

Historia de las contiendas políticas en Rusia a principios del siglo XVII (1839-46)

BUZÓN, FELIPE GERARDO (1804-1883)

Fundó un semanario con Gavarni titulado Le Temps.

Memories, fragments historiques et correspondance de la duchese d'Orleans, princesse

palatine, mére du Regent (1832)

Chef's d'oeuvres poétiques des dames francaises depuis le XIII (1841)

BYVANCK, W.G.C. (1848)

Literato holandés, que fue bibliotecario de la Real Biblioteca de La Haya en 1896, pasó

a ocupar la dirección del Museum Nieermann-Westreenianum

Essai sur Francois Villón

La poesía y la vida en el siglo XIX

Un Hollandais a Paris


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364

La juventud de Da Costa

BZOWSKI O BZOBIO, ABRAHAM (1576-1637)

Teólogo polaco, Urbano VIII le confió escribir una historia eclesiástica que dejó

inconclusa.

Annales Historiae Ecclesiasticae (1616)

Thaumaturgus polonus (1606)

Nomenclator sanctorum ex profesione medicorum (1621)

CABALLERO, EUGENIO MANUEL ALVAREZ (XVIII)

Jurisconsulto español. Fue alcalde mayor y corregidor del Ferrol. Intervino en el

proceso llamado de El Escorial, contra el príncipe Fernando y su camarilla.

Genealogía de la casa de Caballero

Notas al submarino de armas y linajes de Asturias del canónigo don Tirso de Avilés

Carta al Ilmo. Sr. D. Pedro Rodríguez Campomanes sobre diversos sucesos, industrias

y mejoras de Asturias (1780)

CABALLERO, RAIMUNDO DIOSDADO (1740-1820)

Jesuita español que se dedicó a la literatura en Roma al ser expulsada su orden de

España. Escribió dos de los suplementos a la Biblioteca de Escritores de la Compañía

de Jesús que se publicaron en Roma.

Bibliotheca Scriptorum Societatis Iesu Supplementa. Supplementum primum (1814)

Supplementum alterum (1816)

CABANES, JOSÉ MARIANO (1776-1842)

Fue alcalde de Barcelona, vocal de la junta de Sanidad de la Real de Cataluña y de la

Comisión de Instrucción publica de esta provincia, senador por la de Lérida e individuo

correspondiente de la Real Academia de la Historia.

Sobre la importancia de la Numismática (Barcelona 1816)


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365

Memoria sobre vestidos, armas, monedas, pesos y medidas que se usaron en Cataluña

antes de la entrada de los romanos (Barcelona, 1817)

Disertación sobre las 800 monedas de oro godas halladas en la provincia de Tarragona

(1818)

CABAT, AGUSTÍN (1848)

Jurisconsulto y escritor francés.

Du calcul de la derée des peines (1878)

Etude sur L'oeuvre d'Honorat de Balzac (1888)

Napoleon Pacifique (1898)

La vérité dans l'art (1905)

CABEZA LEÓN, SALVADOR (1864)

Jurisconsulto y escritor español. Fue vicepresidente de la Sección arqueológica de la

Exposición Regional Gallega de 1909. En 1907 ingresó como archivero-bibliotecario de

la Sociedad Económica de Santiago. Ha dirigido la edición de las obras de Díaz de

Rábago, escribiendo su prólogo.

CABISSOL, GUILLERMO BALTASAR (1749-1820)

Anticuario francés. Miembro de la Sociedad de Emulación de Ruán, hizo

investigaciones sobre las antigüedades de esta ciudad y las publicó en las Memorias de

dicha Sociedad.

CABOT, VICENTE (1621)

Fue durante catorce años profesor de la universidad de Orleans.

Laudatio funebris D. Michaelis violaei (Orleans 1592)

Viriarum juris publici et privati Dissertationum libri duo (Orleans 1598)

Les Politiques de Vicent Cabot (Tolosa, 1630)


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366

CABRERA DE CÓRDOBA, LUIS (1559-1623)

Historiador y hombre de estado español. Entró muy joven al servicio de la

administración pública, y en 1584 era escribano de ración del duque de Osuna, a la

sazón virrey de Nápoles.

Historia para entenderla y escribirla (Madrid, 1611)

Relaciones de las cosas sucedidas en la corte de España desde 1599 hasta 1614 (1857)

CABRERIZO, MARIANO (1785-1868)

Impresor y escritor español. Se estableció muy joven como editor en Valencia , donde

fundó el primer gabinete de lectura por suscripción.

Memoria de mis vicisitudes políticas desde 1820 a 1836 (Valencia, 1856)

Colección de canciones patrióticas.

CABROL (1855)

Escritor y religioso benedictino francés.

Bibliographie des Bénédictins de la Congrégation de France (1889)

CADOT, TIBALDO (XVII)

Tratadista de heráldica francés. Consejero de la Cámara de las Monedas.

Blason de france ou Notes curieuses sur l'èdit concernant la police des armoiries (Paris

1697)

CAETANI LOVATELLI, ERSILLA (1840)

Escritora y arqueóloga italiana. Hija del duque Miguel Angel y viuda del conde

Lovatelli, de la Romaña, dominó el griego y el latín y fue mujer de gran cultura,

especialmente referente a la antigüedad clásica y a la arqueología romana. Doctora

honoris causa por la Universidad de San Andrés de Escocia.

Miscellanea archeolgica

Un caso cinerario di marmo con reppresentanze relative ai misteri di Eleusi

Nuova miscellanea archeologica


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367

CAFFI, FRANCISCO (1780-1874)

Musicógrafo italiano. Estudió derecho y hasta 1824 fue magistrado del tribunal de

apelación en Milán y desde aquella fecha dimitió de su puesto para entregarse

exclusivamente a sus estudios sobre la historia de la música.

Storia Della musica nella sacra giá capella ducale di San Marco in Venecia del 1318

CAFFIAUX, FELIPE AUGUSTO (1712-1777)

Erudito benedictino francés, nombrado historiógrafo de la Picardía fue encargado de

continuar la Historia general de dicha provincia.

Trésor généalogique ou extrait des titres anciens qui concernent les maisons et familles

de France (1777)

Essai d’une histoire de la musique (1757)

Mémoires historiques, philosophiques et critiques pour servir d’apologie aux femmes

(1753)

CAGNACCI, ALFONSO (XVII)

Arqueólogo italiano del que sólo se conserva una obra que fue traducida al latín por

Bernardo Moretto y que figura en el Thesaurus antiquitatum graecarum et romanarum

de Graevius.

Las antigüedades de Ferrara (Venecia 1676)

CAGNY, PARCEVAL (1377-1438)

Cronista francés, escribió la historia de la casa de Alençon de la que sólo se conserva

una copia realizada por Duchesne. La parte referente a Juana de Arco y a su proceso fue

publicada por Quicherat en la Bibliothèque de l’École de Chartres.

Chronique des Duch d'Alençcon


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368

CAHIB AÇALOT, ABEN (1182)

Literato, jurisconsulto, poeta e historiador hispanoárabe. Enseñó humanidades en Játiva

y más tarde se hizo cargo de la educación de los hijos del rey árabe de Valencia.

Biblioteca arábigo-hispana

CAHIER, CARLOS (1807-1882)

Jesuita y arqueólogo francés. Escribió diversos artículos para el Bulletin des antiquaires

de France.

Monographie de la Cathédrale de Bourges (Paris, 1841-1844)

Mélanges d'archeologie, d'histoire et littérature (París, 1874-77)

2.228 proverbes rasemblées en divers pays (1854)

Quelques six mille proverbes et aphorismes usuels (1856)

CAID BEN AHMED, ABUL KASIM (1029-1069)

Jurisconsulto hispano árabe.

Anales de España

Historia de los mahometanos

Instrucción sobre las clases de gentes.

El colector de las historias de los pueblos

CAILLE

Familia de impresores franceses que se extiende desde el siglo XVI hasta el XVIII, cuyo

fundador, Juan I entró de aprendiz en la imprenta de Nicolás Delabrosse. Obtuvo la

patente de librero impresor el 12 de diciembre de 1641 y el nombramiento de miembro

adjunto de la dirección del gremio de libreros e impresores en 1663, del que llegó a ser

decano. Su hijo Juan II (†1723) obtuvo el diploma de impresor librero en 1664 y editó

una Histoire de l’imprimerie et de la librairie où l’on voit son origine et ses progrés

jusqu’au 1689, que fue publicada en ese mismo año y que se considera obra de

referencia sobre los orígenes de la imprenta en Francia.


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369

CAILLEAU, ANDRÉS CARLOS (1734-1798)

Literato y editor francés que ejerció en París la profesión de impresor librero. Escribió

obras literarias y editó distintos tipos de almanaques. Su obra más importante fue el

Dictionnaire bibliographique, historique et critique des livres rares en tres tomos y

editado en 1790, sin embargo, la Enciclopedia afirma que: “estudios posteriores han

demostrado que esta obra perteneció al abate Duclos, así como el Supplément añadido

en 1802, es de J.C. Brunet, sobre el cual se basó el Manuel du libraire.

Almanach polisson ou Etrennes bouffonnes et grossières (1759)

Almanach des halles et des ports (1770)

Almanach couleur de rose (1771, 1772 y 1778)

Etrennes historiques (1774-75)

Dictionnaire bibliographique, historique et critique des livres rares (1790)

CAILLEMER, EXUPERIO (1837)

Jurisconsulto francés. Colaboró con Daremberg y Saglio en el Dictionnaire des

Antiquités grecques et romaines, para el que escribió los artículos referentes al derecho

griego.

Papyrus grecs du Louvre et de la Bibliothèque Imperiale (1867)

La proprieté litteraire à Athenes (1868)

Les manuscrits de Bouhier, Nicaise et Peiresse de la Bibliotheque du Palais des Arts de

Lyon (1878)

CAIRE, GAUDENCIO (XIX)

Abogado y escritor italiano. Coleccionista de autógrafos e inspector de monumentos de

Novara.

CALASANZA, ALFREDO CABALLERO DE ARNETH (1819-1887)

Historiador austriaco. Fue diputado en la Asamblea de Frankfurt, miembro de Landtag,

presidente de la Academia de Ciencias y Senador vitalicio, considerándosele como el

primer historiador austriaco de su época.


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370

Leben des Feldmarschalls Grafen Guido von Starhemberg (Viena 1853)

Geschichte Maria Theresias (Viena 1863-79)

CALASANZA, JOSÉ CABELLERO DE ARNETH (1791-1863)

Numismático austriaco. A los 22 años era conservador del gabinete de medallas y

antigüedades de Viena. Viajó por Alemania, Italia y Suiza y a su regreso fue nombrado

director del Gabinete de medallas y profesor de la universidad de esta ciudad.

Synopsis nummorum graecorum (Viena, 1837)

Syinopsis nummorum romanorum (Viena 1842)

Die Cinque-Cento Kameen und Arbeiten des Benvenuto Cellini und seiner Zeitanossen

(Viena 1858)

Studien Über Benvenuto Cellini (Viena 1859)

CALCHI, BARTOLOMÉ (1508)

Literato y erudito italiano. Escribió sobre lingüística, gramática y humanidades

De veris etymologiis (1506)

Lexicon linguae graecae (1507)

CALDERINI, BARTOLOMÉ (1458)

Jurisconsulto italiano

Summa de legibus (1460)

CALDERINI, GASPAR (†1399)

Jurisconsulto italiano autor de diversas recopilaciones de leyes.

CALDERÓ, FRANCISCO JOSÉ (1832)

Jurisconsulto y escritor español. Fue concejal del ayuntamiento de Vich, y diputado

provincial de 1864 a 1865.

Memoria sobre la codificación española (1880)

Apuntes para un Diccionario de catalanismo


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371

CALÍMACO (CA. 310 A.C.-240 A.C.)

Erudito y poeta griego que se fijó en Alejandría y fue nombrado conservador de la

Biblioteca y del Museo. Escribió un catálogo de la Biblioteca de Alejandría.

CALMELS, ANTONIO EDUARDO (1818)

Jurisconsulto francés.

De la falsificación de obras artísticas (1850)

De la falsificación de patentes y privilegios (1852)

Propiedad y falsificación de obras artísticas y literarias (1856)

Dibujos y marcas de fábrica (1870)

CALMET, AGUSTÍN (1672-1757)

Erudito benedictino y teólogo francés. Publicó numerosas obras de exégesis,

arqueología, historia y teología acompañadas de importantes documentos y noticias que

sacó de los archivos de Lorena.

Bibliothèque lorraine ou histoire des hommes illustres qui se sont distingués dans la

Lorraine et dans les Trois-Evéchés dans la cience, dans la pitié et les beaux arts (ca.

1751)

CALONNE D'AVESNE, LUIS MARIA ALBERICO, BARÓN DE (1843)

Historiador francés. Desde 1875 pertenece a la Societé des antiquaires de Picardie, en

cuyas Mémoires ha publicado numerosos escritos.

Histoire des abbayes de Dammartin et de Saint-André-au-Bois, ordre de Prémontré, au

diocése d'Arras (Paris 1875)

La vie municipale au XV siécle dans le nord de la France (Paris, 1880)

CALVI, EMILIO (1874)

Bibliógrafo italiano, auxiliar de la biblioteca Alessandrina de Roma. Se le deben los

volúmenes III y IV de la Bibliothecca Bibliographica empezada por Ottino y Fumagalli.


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372

Biblioteca di Bibliografia storica italiana (1903)

Bibliografía analitica Petrarchesca 1877-1904 (1904)

Bibliografia di Roma nel Medio-Evo 476-1499 (1905)

Tavole storiche dei Comuni Italianini, y parte II: Marche, Ascoli (1905)

CAMARA, PAULO PERESTRELLO DA (1810-1854)

Escritor portugues.

Diccionario geopgraphico, historico, politico e litterario de Portugal

CANALE, MARTÍN (†1275)

Cronista italiano. Recopiló en su obra las ordenaciones del Consejo de San Marcos de

Venecia

Historia de la institución de los Dux

CANALES, ANTONIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN (1727)

Religioso español

Especie de Martirologio métrico o epigramal de todos los santos del Martirologio

CANCELLIERE, FRANCISCO JERÓNIMO (1751-1826)

Religioso italiano. Bibliotecario del Cardenal Antorelli, perteneció a la Academia de los

Arcades, se le conocía como el Nuevo Varrón

Descrizione della sagrestia vaticana eretta da Pio VI (1784)

De secretariis basilicae vaticanae (1784)

CANCIANI, PABLO (1725-1810)

Religioso y erudito italiano.

Barbarom leges antiquae cum notis et glosariis (1781)

CANCIONERO

Colección de diversas poesías, recogidas, por lo común, de varios autores.


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373

CANELLA Y SECADES, FERMÍN (1849)

Jurisconsulto y escritor español. Organizó la exposición del centenario del Quijote con

ediciones de esta obra.

Iconoteca asturiano universitaria

Historia bio bibliográfica de la literatura jurídica española (1911)

Historia de la Universidad de Oviedo y noticia de los establecimientos de enseñanza de

su distrito (1874)

CANEVAZZI, JUAN (1870)

Escritor italiano

Profili di scrittici italiane

CANGA ARGÜELLES, FELIPE

Periodista y escritor español. Salvó documentos de la desamortización de Mendizábal

que luego regalo al Archivo Nacional y a la Academia de la Historia

CANIBELL Y MASBERNAT, EUDALDO (1858)

Dibujante, tipógrafo y bibliógrafo español. En 1876 fue uno de los fundadores de la

primera Sociedad de Excursionistas de España que se convertirían en el Centre

Excursionista de Catalunya. Escribió sobre imprenta y tipografía y organizó una

estupenda colección de sigilografía que se encuentra en la asociación mencionada.

Intervino en la organización de la Biblioteca pública de Arús, de la que fue bibliotecario

jefe. En 1897, junto con el dibujante José Luis Pellicer, inició la organización del

Instituto Catalán de las Artes del Libro, dirigiendo más tarde la Revista Gráfica, órgano

de este centro. En 1904 restauró los tipos góticos incunables de la imprenta española,

dibujando y dirigiendo el grabado de los punzones. Organizó en 1906 en Barcelona la

Exposición del libro Catalán.

Álbum caligráfico universal (1901)


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374

Defectos de los que adolece la imprenta española ortoprosódica y topográficamente

considerada (1898)

Efemérides de la tipografía española y americana (1891)

Heribert Mariezcurrena la introducción de la fototipia y el fotograbado en España

(1900)

Estudio iconográfico del Rey Jaime el Conquistador (1910)

CANISIO, ENRIQUE (1548-1610)

Canonista holandés, formado en Lovaina.

Summa iuris canonici in libros quator institutionum contracta Antiquae lectines

(Ingolstadt, 1601-1608)

Thesaurus monumentorum ecclesiasticorum (1725)

CANNEGIESSER O CANGIESSER, LEONARDO ENRIQUE LUIS JORGE DE

(1716-1772)

Jurisconsulto y hombre de estado alemán.

Collectio notabiliorum decissionum supresui tribunalis apellationum Hasso-Casselani

CÁNOVAS DEL CASTILLO, EMILIO (1830-1910)

Jurisconsulto español que fue Diputado a Cortes desde 1872. Reunió en su casa más de

35.000 volúmenes que catalogados comprendían tres tomos, considerada una de las más

ricas de España.

Diccionario de derecho administrativo español (1860)

CANTO, ERNESTO DE (1831-1900)

Escritor portugués en su obra se recogen datos importantes para la historia bibliográfica

de su país.

Archivo das Açores

Ensaio bibliográfico

Bibliotheca Açoriana


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375

CAÑADA LÓPEZ, FACUNDO

Militar y escritor contemporáneo a la enciclopedia

Nomenclátor militar de los batallones de reserva y depósito de infantería (1881)

Álbum de la guardia civil

CAPASSO, BARTOLOMÉ (1815-1900)

Arqueólogo italiano. Fue director del Archivo de Nápoles.

CAPECELATRO, ALFONSO (1824)

Arzobispo de Capua, bibliotecario de la Iglesia Romana y Prelado Doméstico de León

XIII.

CAPELLA, MARCIANO MINEO FÉLIX

Enciclopedista africano del siglo V de nuestra era. Escribió el Satyricon, especie de

enciclopedia dividida en nueve libros dedicados a las artes liberales. Su obra tiene el

mérito de haber sido fuente inagotable de consulta para los hombres del Renacimiento.

CAPPI, ALEJANDRO (1801-1867)

Erudito escritor y poeta italiano. Fue secretario de la Academia de Bellas Artes de

Rávena y vicebibliotecario de la Classense.

Biblioteca Classense illustrata nei principale suoi codici e nelle più pregevoli edizioni

del secolo XV.

CAPPONI, ALEJANDRO GREGORIO, MARQUÉS DE (1683-1746)

Arqueólogo y bibliófilo italiano. El Papa Clemente XII, del que era mayordomo, le

encargó la clasificación de las riquezas acumuladas en el Museo Capitolino que hasta

entonces permanecían desordenadas y sin catalogar. Sólo pudo publicar el primer tomo

del catálogo ya que murió antes de poder hacer lo mismo con el segundo, continuado

por Giorgi. Reunió una colección particular de libros raros que legó a la Biblioteca del


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376

Vaticano, así como un gabinete de medallas que dejó en herencia al jesuita Contucci y

que más tarde pasó al Museo Kricher.

Museo Capitolino, contenente imagini di nomini lillustri (1741)

Catalogo della libraria Capitolina (1747)

CAPPONI, LUIS (1583)

Cardenal italiano que fue prefecto de la Biblioteca Vaticana.

CAPPONI, VICTORIO (XIX)

Bibliógrafo italiano.

Bibliografia Pistoiese, compilata (1848-1883)

Progetto di un catalogo scientifico o per materie per la biblioteca Foteguerri di Pistoia

(1871)

Le scienze, le lettere e le arti in Pistoia, noticie degli scrittori e artisti pistoiesi

contemporanei (1892)

CAPRA, MARCELO (1862)

Musicógrafo italiano que fundó en Turín la casa editorial de la música Edizione

Marcello Capra que más tarde se convertiría en la Società Tipografica Editrize

Nazionalle. Dirigió en 1899 la revista musical Santa Cecilia.

CAPRARA, JUAN BAUTISTA (1733-1810)

Cardenal y prelado italiano. Celebró el casamiento de Napoleón con Hortensia de

Beauharnais.

Concordato y colección de Bulas y Breves de N.S.P. el papa Pio VII, sobre los asuntos

de la iglesia de Francia (1802)

CAPRE, FRANCISCO († 1705)

Jurisconsulto y tratadista de heráldica saboyano.


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377

Catalogue des Chevaliers de l’ordre du collier de l’Announciade avec leurs noms,

surnoms, qualitez, armes et blasons, depuis son institution par Amé VI, compte de

Savoye... iustifié par les anciens et nouveaux statuts et registres de l’ordre; par

l’obituaire des chevaliers (1654)

CAPURON, JOSÉ (1767-1850)

Médico ginecólogo francés que publicó y fundó el léxico de medicina conocido con el

nombre de Nysten.

Nouveau Dictionnaire des termes de médecine, de chirurgie, de chimie et des autres

sciences accessoires (1807)

CARACCIOLO, CAYETANO

Escritor italiano contemporáneo a la Enciclopedia que trabajó como bibliotecario en la

universidad de Messina.

Relazione sulla R. Biblioteca universitaria di Messina (1872)

CARAFFA, ANTONIO (†1591)

Cardenal y diplomático italiano, perteneció a la congregación instituida para traducir la

Biblia y fue bibliotecario apostólico durante el pontificado de Gregorio XIII. Publicó

una recopilación de las cartas de los pontífices, desde San Clemente a Gregorio VII.

Catena veterum Patrum in omnis Sacre Scripturae cantica

CARAVANTES, VICENTE (XIX)

Jurisconsulto español originario de Aragón. Se le debe una curiosa obra sobre crímenes

ilustrada con vistas de los lugares donde éstos se cometieron, retratos de víctimas y

reos, etc...

Anales dramáticos del crimen o causas célebres españolas y extranjeras (1861)

CARAYÓN, AUGUSTO (1813-1874)

Historiador y jesuita francés.


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378

Documents inédits concernant la Compagnie de Jésus (1863-1875)

Bibliographie historique de la Compagnie de Jesus ou catalogue des ouvrages relatifs a

l’histoire des Jesuites depuis leur origine jusqu’a nos jours (1864)

CARBÓ Y DE ALOY, NARCISO (1826-1890)

Médico español, fundador del Ateneo de Barcelona, fue catedrático de física y química

médica en Mataró y perteneció a la Academia de Ciencias de Barcelona, al Instituto

Médico, a la Sociedad Económica de Amigos del País y a la Academia

Médicofarmaceútica de la misma ciudad.

Catálogo general de las aguas mineromedicinales de España y del extranjero, de

antiguo y reciente uso, con indicación de su composición y aplicaciones terapéuticas

(1889)

CARBÓ Y FERRER, MATÍAS († 1888)

Escritor español perteneciente al cuerpo facultativo de archiveros, bibliotecarios y

anticuarios y que prestó servicios en la Biblioteca provincial y universitaria de

Barcelona. Escribió artículos sobre filosofía, religión, literatura, moral e historia.

Choix des morceaux littéraires tirés des meilleurs écrivains français (1875)

CARBONERO Y SOL, LEÓN (1812-1902)

Escritor y periodista español que fue colaborador de la revista literaria El Mosaico.

Socio de la Real Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación, de la Española

de Arqueología y fundador de las mismas en Sevilla. En 1856, descubrió, junto con

Gregorio López, el paradero de las obras del monje ilustrado Fernando Ceballos.

Colección de autores españoles (1840)

Extracto alfabético de cuanto contienen todos los tomos de Decretos (1841)

Cánticos orientales e imitaciones bíblicas (1873)

Indice de libros prohibidos por el Santo Oficio hasta 1819 y por los reverendos obispos

españoles desde aquella fecha a fin de Diciembre de 1872 (1873)

Indice de libros prohibidos mandados publicar por Su Santidad el Papa Pio IX (1880)


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379

CARBONERO Y SOL Y MERÁS, LEÓN MARÍA († 1894)

Abogado español del Colegio de Madrid. Su Enciclopedia de la prensa periódica, de

107 tomos fue premiada en la Exposición de Escritores y Artistas de Madrid y en la

Universal de Chicago. Coleccionó además, sellos de correos, autógrafos y monedas.

Enciclopedia de la prensa periódica

CARBONERO Y SOL Y MERÁS, MANUEL (1843-1911)

Conde pontificio y publicista español, hijo de León Carbonero. Estudió Filosofía y

Letras y Derecho.

Indice de los libros prohibidos por la Congregación del Indice

Indice de los libros prohibidos por la Inquisición y los Obispos españoles

CARCAVY, PEDRO (†1684)

Bibliógrafo, geómetra y matemático francés al que Colbert encargó la custodia de su

biblioteca particular. En 1667 se encargó también de la del rey, organizando y

clasificando el gabinete de medallas. Dirigió la ordenación de las Memorias del

Cardenal Mazarino en 536 volúmenes.

CARDELACH Y BUSQUETS, PABLO (1814-1879)

Jurisconsulto y notario español. Influyó en el proyecto de Ley del Notariado en 1847.

Dejó unos apuntes para un diccionario de derecho acompañados de numerosas citas

legales.

Diccionario biográfico eclesiástico

CARDERERA Y SOLANO, VALENTÍN (1796-1880)

Arqueólogo, escritor y pintor español. Trabajó en el levantamiento de planos del Pirineo

aragonés, fue discípulo de Mariano Salvador Maella y asistió a la Escuela de Bellas

Artes de San Fernando. Se esforzó por sacar a la luz, a través de sus dibujos, los

monumentos que yacían olvidados por España que dieron lugar a su gran obra


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380

Iconografía española. El conde de Toreno le encargó el proyecto de restauración de

algunos monumentos. Colaboró en el diccionario de Ceán Bermúdez. Legó su colección

iconográfica a la Biblioteca Nacional y muchas de sus obras a los museos provinciales

de Zaragoza y Huesca, del que fue iniciador.

Iconografía española

Colección de noticias, documentos y estudios para la historia del grabado en España

CARDILE-CIÓFALO, JOSÉ (1829)

Médico y bibliógrafo italiano, fue director de la biblioteca pública de Palermo.

Ensayo sobre la vida y obras de Goethe (1852)

Catálogo de la biblioteca del duque de Monteleone (1856)

CARDILLO DE VILLALPANDO, BALTASAR (1570-1637)

Monje cisterciense que acabó en el claustro la carrera de Filosofía y Letras y fue

encargado por el Abad Hibero para recorrer archivos y bibliotecas de los primitivos

monasterios del Císter europeos a fin de escribiera la historia de la orden. Fruto de su

trabajo vieron la luz De viris illustribus Ordinis Cisterciensis, Historia Monasterii

Superatenis y Lignum vitae ordinis cisterciensis, que fueron escritas por el Abad Hibero

debido a la muerte de Cardillo.

CARDONA, GASPAR

Escritor español que tradujo del francés la obra Iconografía de la persona de María

Santísima, premiada en el certamen de la Sociedad Bibliográfica de Lérida en 1884.

CARDONNE, DIONISIO DOMINGO ( 1720-1783)

Sabio orientalista francés que trabajó como conservador en la Biblioteca Real. Colaboró

en la Bibliothèque des romans con Paulmy.

Mélanges de differentes manuscrits turcs, arabes et persans de la Bibliotheque du roy

(1770)

Bibliothèque des romans (1775-1780)


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381

CARDOSO, JORGE (1606-1669)

Hagiógrafo portugués, recorrió los archivos españoles y portugueses en busca de

documentos para escribir sobre los santos portugueses.

Agilogio lusitano dos santos e varoes illustres em virtude do reino de Portugal e suas

conquistas (1652-1666)

CARDWELL, EDUARDO (1787-1861)

Teólogo anglicano e historiador eclesiástico.

Documentary annals of the reformed church of England being a collection of injuctions

declarations, orders, articles of inquiry, etc... from 1547 to 1717 (Oxford, 1842)

CARESMAR, JAIME (1717-1791)

Eclesiástico, teólogo, bibliógrafo e historiador español. Se dedicó a ordenar y restaurar

los documentos antiguos existentes en los archivos de Cataluña, empezando por el de su

convento de Bellpuig y siguiendo por el de Ager, durante diez y seis años trabajó en el

de la Catedral de Barcelona ordenando y extractando su colección de códices,

descubriendo gran número de documentos valiosos para la historia.

Historia litteraria sive bibliotheca scriptorum Catalanorum

Diccionario histórico general

Diccionario de la provincia de Cataluña

Indice cronológico de los antiguos códices que existen en la biblioteca de la catedral de

Barcelona.

CARINI, ISIDORO (1845-1895)

Eclesiástico, literato y anticuario italiano. Fundador del Archivio Storico Siciliano en

1872. Fue segundo jefe del archivo vaticano. Colaborador de las Nuove Effemeridi

Siciliane y del Bulletino della commissione d’Antichità e Belle Arti.

Las veinte inscripciones en las catacumbas de Siracusa (1873)

Las cartas de los papas, manual de siglas y abreviaturas de la Epigrafía clásica (1886)


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382

Vida y Obras del Padre Alejandro Narbone

CARIOLA, ANTONIO (XVII)

Historiador italiano

Ritratti dei principi d'Este, sinori de Ferrara con l'aquiunta de loro fatti (1641)

CARION (XIX)

Botánico francés

Catalogue raisoné des plantes du departament de Saône et Loire croissant

naturellement ou soumises a la granae culture (1859)

CARLI, DIONISIO

Musicógrafo español, fue compositor y crítico musical

Raconti dei costumi e religioni dei popoli dell'Asia, África, América e Europa

CORSI, CARLOS (1736-1862)

Militar francés que colaboró en la Enciclopedia Popular, escribiendo también trabajos

de etnología.

CARRIÈRE, AUGUSTO (1838-1902)

Orientalista francés.

Ancien glossaire latin armenien (1886)

Moïse de Khoren et les Généalogies patriarcales (1891)

CARSUGHI, CRISTÓBAL (XVIII)

Bibliógrafo italiano. Se le debe la descripción de la biblioteca Lancisi de Roma.

La biblioteca Lancisiana, ovvero distinto raggnaglio della publica eretta 1718 da Viov.

Maria Lancisi (Roma, 1718)


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383

CARTA, FRANCISCO (1847)

Literato y bibliotecario italiano. Estuvo al frente de la Biblioteca de Turín y tras el

incendio de ésta fue destinado a la de Módena.

Codici, corali e libri a stampa miniati nella biblioteca nazionale di Milano (1891)

CARTARI, CARLOS (1614-1692)

Complilador italiano. Fue abogado del Colegio de Roma y más tarde inspector de los

Archivos de la Santa Sede.

Pallade Bombina; ovvero biblioteca degil opuscoli volanti che si conservano nel

palazzo degli signori Altieri (Roma, 1681)

CARTOFILIACIO

Dignatario de la iglesia de Constantinopla encargado de archivar los documentos, actas

y diplomas eclesiásticos.

CARTULARIO

Archivero que tenía a su cargo la conservación de las escrituras y otros documentos

públicos // Escribano // Notario // Libro donde se inscribían, antes del Renacimiento, los

títulos y contratos // Se ha denominado también así a los libros de censos, repertorios de

reconocimiento su homenajes, colecciones de estatutos u oficios, libros de registros,

actas constitutivas de fundaciones de misas o aniversarios, e incluso memorias y anales

o cartas originales unidas en volúmenes.

CARY, ENRIQUE FRANCISCO (1772-1844)

Literato inglés, traductor de Dante y bibliotecario del British Museum.

Lives of the english poets

Lives of the early French poets


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384

CASADEMUNT, JOSÉ (1804-1868)

Arquitecto español a quien la Junta de Comercio dio encargo de la redacción de una

memoria descriptiva, acompañada de planos detallados, del convento de los Dominicos

de Santa Catalina. Fue su hijo Adriano quién publicó su trabajo.

CASAGRANDE , VICENTE (1848)

Historiador, geógrafo y literario italiano.

Diocleziano Imperatore

Sul volume XIV Della Storia d'Italia antica di Ato Vanucci

Agrippina minore

Le prime tre fasi delle rivoluzione

Storia e archeologia Romana

II fonte e la geología dell Calpurni Pisone

le « minore gentes » ed y patres minorum gentium

L'idéale di Roma antica; Roma o Morte

Storia e cronología mediovale e moderne in 2000 tabole sinottiche

Catalecto di Storia antica

La congiura di Randazzo al tempo dei Vespi Siciliani

La monetazione catanese sotto Federico III de Aragone

CASALBÓN Y GELÍ, RAFAEL (1787)

Escritor y Sacerdote español. Fue director de la Biblioteca Real hasta su muerte.

Biblioteca Griega

Actas de San Cosme y San Damián

Médicos Árabes

Pruebas de la inverosimilidad con que se ha pretendido otros Santos con este nombre.

CASAL, JOSÉ (1744-1797)

Numismático y arqueólogo italiano.

De Duobus Lacedamoniourum Nummis, ad Heur


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385

San Clemente: Epistola

Lettera su una anticua Terra cotta trovata in Palestina nel'anno

Conjectura de nummiculis

CASAMATA O CASANATTA, JERÓNIMO (1620-1700)

Sabio cardenal italiano. Fue Fundador de la Biblioteca Casanatense en Roma. Inocencio

X, le animó para que continuara con su vocación, y esto se vio recompensado cuando

este fue elegido Papa, le nombro Camarlengo. En 1693 fue nombrado bibliotecario del

Vaticano.

CASAS Y ARRIÓLA, EUDORO (1859)

Historiador español, fue profesor en San Milán (Logroño)

Compendio de Historia de España

CASAS Y GÓMEZ ANDINO, HIPÓLITO (1849)

Catedrático y escritor español.

Historia del Real Monasterio benedictino de Valvanera

CASAS Y GUAL, ANTONIO DE (1735-1808)

Notario español.

Compendium Actis Notariae

CASAS Y QUIJANO, JOSÉ GONZALO DE LAS (1826-1894)

Notario español que ejerció en Ciempozuelos

Diccionario general del Notariado de España y Ultramar

CASINELLI, LUIS († 1848)

Matemático italiano.

Novi commentari Instituti


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386

CASIODORO, FLAVIO MAGNO AURELIO (CA. 488)

Senador romano.

Recopilación de Ortografía

Instituciones Divinarum et humanorum literatum

CASIRI, MIGUEL (1710-1791)

Orientalista siromanorita. En 1748 llegó a Madrid, donde fue nombrado Bibliotecario de

El Escorial por decreto de Fernando VII, que le encargó formar un índice de los códigos

arábigos existentes en dicha biblioteca. En su obra, que fue revisada por Darenbourg, se

describen 1851 manuscritos y se extractan numerosas obras históricas referentes a la

dominación arábiga. Ha sido completada por Villaamil (1889) y Llacayo (1878) y el P.

Lazcano ha emprendido una nueva catalogación de todos los manuscritos árabes de la

Biblioteca. En la memoria que Isidro Bonsoms y Sicar leyó en la Real Academia de

Buenas Letras de Barcelona en 1909, se halla un apéndice bibliográfico que enumera

todos los antecesores y predecesores de Casiri en materias de bibliografía arábigo-

hispana.

Bibliotheca arábigo hispana escurialensis (Madrid, 1750-70)

CASTAIGNE, EUSEBIO (1804-1866)

Bibliógrafo francés, fue bibliotecario de la ciudad de Angulema.

Notice biographique et litteraire sur Marguerite d’Angouleme (1837)

Essai d’une bibliothèque historique de l’Angoumois (1847)

CASTALDI, PÁNFILO (1398-1490)

Impresor y médico italiano, desde 1456 se ocupaba de trabajos de imprenta, pasando

más tarde a Capodistra donde se estableció como médico. En 1472 fundó imprenta en

Milán. Los italianos le atribuyeron la invención de los caracteres móviles para la

imprenta. A pesar de la falta de documentos que le atribuyen el invento, se le considera

descubridor del mismo.


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387

CASTÁN, AUGUSTO (1833)

Erudito y anticuario francés, estudió en la Escuela de Diplomática de París y fue

bibliotecario de Besanzón. Colaboró con la Bibliothèque de l’Ecole de Chartres y en

otras publicaciones dedicadas al anticuariato y la arqueología.

Catalogue des musées de Besançon (1886)

CASTANYS Y SOLÁ, FRANCISCO (1810-1859)

Jurisconsulto y escritor español que fue director de la Biblioteca provincial de

Barcelona.

CASTAÑEDA, GABRIEL DE (XVI)

Escritor Mexicano

Recopilación de las costumbres, armamento y uniformes que utilizaban los guerreros

Aztecas al servicio de España

CASTAÑEDA DE NÁJERA, PEDRO DE (XVI)

Cronista español.

Voyages... pour servir d l'histoire de la découverte d' Amerique(1838)

CASTAÑEDA Y PERÉS, ISIDORO DE (1763-1845)

Profesor de música español. Gozó del favor de Floridablanca y fue músico del rey.

Escribió obras curiosas para la revista La Iberia Musical de Madrid.

Diccionario musical español

CASTELLANI, CARLOS (1822-1897)

Bibliófilo y helenista italiano. Tras haber estado expatriado por causas políticas ocupó

la dirección de la Biblioteca Víctor Manuel y más tarde la de San Marcos de Venecia.

Catálogo razonado de las obras y estampas geográficas que se conservan en la

biblioteca del Colegio Romano (1875)


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388

Estudio sobre las bibliotecas más célebres que existieron desde los tiempos más

remotos hasta la caída del imperio de Occidente (1884)

CASTELLVÍ Y OBANDO, FRANCISCO († 1754)

Historiador español.

Narraciones históricas de España desde 1700 a 1725

CASTILLO, DIEGO DEL (CA. XVI)

Jurisconsulto español.

Leyes de Toro Glosadas

CATELINOT, ILDEFONSO (1671-1756)

Benedictino francés que realizó viajes literarios a Francia y Alemania a fin de recopilar

las obras de sus hermanos de orden. Ha sido fuente para diversos trabajos bibliográficos

y literarios.

Bibliotheca litteraria benedictina in tres partes divisa a ortu Ordinis nostri ad nostra

usque tempoca.

Supplement a la Bibliotheque sacre du P. Clamet.

Lettres et opuscules de Bossuet

CATELLACCI, DANTE (1873)

Individuo del cuerpo de archiveros de Italia, jefe de los archivos de Florencia.

CATINEAU-LAROCHE, PEDRO MARÍA SEBASTIÁN (1772-1828)

Editor francés.

Réflexions sur la librairie (París, 1807)

Observations et projet de décret sur la librairie (París, 1808)


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389

CAXTON, GUILLERMO (1422-1491)

Impresor inglés e introductor de la imprenta en Inglaterra. Sus intererses literarios le

llevaron a traducir algunas obras a instancias de la princesa Margarita, esposa de Carlos

el Temerario. Fue impresor muy conservador, rechazando la reforma de las iniciales en

madera tallada, la numeración de páginas o la impresión en rojo y las portadas. En 1877

se celebró en Londres una exposición en su honor.

CEÁN BERMÚDEZ, JUAN AGUSTÍN (1749-1829)

Pintor, historiador y crítico de arte español.

Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España (6

vols. Madrid, 1800)

Noticias de los arquitectos y arquitectura en España (4 vols, Madrid, 1829)

Sumario de las antigüedades romanas que hay en España (1832)

Colección de cuadros del Rey de España que se conservan en sus Reales Palacios,

Museo y Academia de San Fernando, con inclusión del Real Monasterio de El Escorial

(Madrid, 1826-1828)

Catálogo de las pinturas y escrituras que se conservan en la Academia de San

Fernando (manuscrito)(Madrid, 1824)

Descripción de las primeras cuarenta y seis estatuas de la colección litográfica de

cuadros del Museo de Pintura (ms)

CECCHETTI, BARTOLOMÉ (1838-1889)

Historiador italiano que dirigió el Archivio Veneto, publicando importantes trabajos

para la archivística.

Programma dell I e R Scuola di Paleografia in Venezia (Venecia, 1862)

Gli archivii della Repubblica veneta dal secolo XIII al secolo XIV (Venecia, 1865)

Titoli e note cronologiche degli archivii della Repubblica Veneta e dei governi succesivi

(Venecia, 1866)


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390

CEILLIER, REMIGIO (1688-1761)

Benedictino francés cuya obra constituye una biobibliografía de los autores eclesiásticos

hasta el siglo XIII, a esta obra añadieron Roudet y Douet unas tablas generales de

materias en el año 1782.

Histoire générale des Auteurs sacrés et ecclésiastiques (París, 1729-1763, 23 tomos)

CERDÁ Y RICO, FRANCISCO (1730-1792)

Erudito y literato español que fue oficial de la Biblioteca Real de Madrid, lo que le dio

acceso a importantes manuscritos y documentos que enriquecieron sus obras sobre

historia de España.

Alfonsi Garciae Matamori Hispalensis et Rhetoris primarii Complutensis opera omnia

(Madrid, 1769)

Obras que Fr. Cervantes de Salazar ha hecho, glosado y traducido (Madrid, 1772)

Poesías espirituales escritas por Fr. Luis de León (Madrid, 1779)

De vita et scriptis Joannis Genesii Sepulvedae Cordubensis commentarius (Madrid,

1780)

Clarorum Hispanorum opuscula selecta et variora, tum latina, tum hispana, magna ex

parte nunc primum in lucen edita, collecta et ilustrata (Madrid, 1781)

CERIANI, ANTONIO MARÍA (1828-1907)

Sacerdote, paleógrafo y orientalista italiano. Fue prefecto de la Biblioteca Ambrosiana

de Milán. Dirigió los Monumenta sacra et profana opera collegii doctorum bibliothecae

ambrosianae.

Le edizioni e i manoscritti delle verzioni siriache del Vecchio Testamento (1869)

CERNITORI, JOSÉ

Escritor y jesuita italiano.

Biblioteca polémica degli scrittori che dal 1770 fino al 1793 raro o difesi o impugnati i

dogmi della Catholica Romana Chiesa (Roma, 1793)


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391

CERQUEIRA, FRANCISCO DE SOUZA († 1711)

Genealogista Portugués

Arvares de costados de varias familias de Portugal e Castella

CERQUETTI, ALFONSO (1830)

Filólogo italiano. Escribió diversos artículos para algunos diccionarios.

Bibliografia e Lessicografia (Forli, 1871)

Pietro Fanfani e le sue opere (Florencia, 1880)

CERROTI, FRANCISCO (1806-1887)

Literato italiano que fue jefe de la Biblioteca Alejandrina.

Bibliografia di Roma meidioevale e moderna.

CERUTI, ANTONIO (1830)

Historiador italiano, subdirector de la Ambrosiana, de la que rehizo el catálogo.

Apunti di bibliographia storica venetta, contenuta nei manoscritti dell’Ambrosiana

(1877)

CHEVALIER, ULISES (1841)

Sacerdote y escritor francés. Considerado un bibliógrafo aventajado y hombre muy

erudito.

Recueil de documents historiques inédites sur le Dauphiné (1872)

Repertoire des sources historiques du moyen age (1877-83)

Collection de cartulaires dauphinois (1888)

Repertorium hymnologicum (1888)

CIAMPI, SEBASTIÁN (1769-1847)

Sacerdote y escritor italiano.

Bibliographia critica delle antiche reciproche correspondenze dell’Italia colla Russia,

Polonia, etc. (1834)


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392

CIASCA, AGUSTÍN (1835-1902)

Cardenal italiano. Orientalista y prefecto de los Archivos del Vaticano.

I papiri copti dei Museo Borgiano della S.C. de Propaganda Fide (Roma, 1881)

Sacrorum Bibliorum fragmenta copto-sahidica Musei Borgiani (Roma, 1889)

CICOGNA, MANUEL ANTONIO (1789-1868)

Historiador, bibliógrafo y arqueólogo italiano. Recopiló una biblioteca de 40.000

volúmenes entre los que se encontraban unos cinco mil códices manuscritos. Publicó

sus obras con el seudónimo de Angelo Eugenio Mentico Montovano.

Delle iscrizione veneziane racolte e ilustrate (1824-1853)

Saggio de bibliographia veneziana (1847)

CICOGNARA, LEOPOLDO, CONDE DE (1767-1834)

Escritor de arte, erudito y coleccionista italiano. En los últimos años de su vida

coleccionó más de tres mil estampas de los siglos XV y XVI.

Memorie storiche dei letterati ed artisti ferraresi (Ferrara, 1811)

Catalogo ragionato dei libri d’arte e d’antichità (Pisa, 1821)

CIENCIA

Cuerpo de doctrina metódicamente formado y ordenado, que constituye un ramo

particular del humano saber. Ciencia en sentido amplio equivale a conocimiento, sin

embargo este conocimiento, para ser científico exige ser: total (es decir que el objeto

este todo él presente a nuestro espíritu), sistemático (ordenado según la naturaleza del

objeto, sus partes y las relaciones de éstas con el todo), verdadero y cierto.

Clasificación de las ciencias. La multiplicidad de los grandes objetos de conocimiento

humano hace que sea muy grande el número de las ciencias, número que aumenta

constantemente en virtud de un proceso de diferenciación y desintegración de

conocimientos de cada rama, obtenido merced al progreso de los estudios. De ahí la


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393

dificultad de hacer una clasificación de las ciencias. Se revisan las distintas

clasificaciones filosóficas de las ciencias que existen desde la Edad Media.

Asociaciones para el adelanto de las Ciencias. En las principales naciones europeas y

americanas se han formado asociaciones cuyo prinicpal objeto es ayudar a la evolución

de la ciencia. En 1899 se proyectó la formación de una gran Asociación Internacional

para el adelanto de la ciencia, arte y método de enseñanaza, cuya primera reunión se

celebró en París en 1900. La Asociación Americana se fundó en 1847 y publica cada

año todos los trabajos y gestiones de sus socios, quedando asociada al periódico Science

en 1901. La Asociación Británica nació en 1831, celebra una asamblea general cada

verano y en las distintas secciones (10 departamentos) se leen los trabajos de los socios.

En Francia nació en 1865 y en España en 1908, presidida por Moret. En Alemania la

asociación celebra una asamblea cada verano y se leen síntesis sobre el estado de las

diversas ramas científicas realizadas por especialistas de cada una de ellas.

CIHAC, JACOBO (1800-1884)

Médico y naturalista rumano. Fundó numerosos museos y la primera sociedad de

médicos y naturalistas en su país. Es además fundador del Boletín de los museos.

CINELLI CARVOLI, JUAN (1625-1706)

Médico y literato italiano. Su amistad con el bibliotecario del Gran Duque de Florencia

le dio ocasión de visitar aquella colección de libros, lo que le llevó a comenzar su

catálogo, bajo el título de Biblioteca volante, que fue publicada en 1734.

CIREY, JUAN DE (1434-1503)

Abad general del Císter. Realizó un catálogo de los manuscritos de su orden hasta el

siglo XIV.

CITA

Llamada o aclaración que se pone al pie de la plana, relativa al texto.


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394

CITAR

Mentar, mencionar, memorar, recordar // Referir, anotar o sacar a la margen o al pie de

algún escrito los autores, textos o lugares que se alegan en comprobación de lo que se

dice o escribe.

CLARK, LEWIS GAYLORD (1810-1873)

Editor norteamericano. Fue propietario de la Knicherboker Magazine, de la que se

reservó dos secciones: Editor’s Table y Gossip with readers and Correspondents. Se vio

obligado a cerrar la revista y se retiró, publicando dos volúmenes antológicos.

CLARKE, ADAN (1760-1832)

Bibliógrafo, predicador y teólogo metodista irlandés. Dio cuenta en su obra de las

principales ediciones de las obras escritas en griego, latín o en otra lengua oriental desde

la invención de la imprenta hasta el año 1800. Escribió además una bibliografía

cronológica de autores que escribieron de religión desde el año 345 de nuestra era hasta

1446.

A Bibliographical Dictionnary (Londres, 1802)

The sucession of sacred litterature (Londres, 1807)

CLASE

Orden en el que, con arreglo a determinadas condiciones o cualidades, se consideran

comprendidas las distintas cosas. De la aplicación que los naturalistas dieron al

concepto de clase como grupo primordial y distinto de los demás se deriva el concepto

de clase y clasificación científica, que es independiente de las veleidades del hombre y

está sujeto a reglas fijas.

CLASIFICACIÓN

Acción y efecto de clasificar. Las clasificaciones reportan innegables ventajas a la

investigación científica:


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395

1. Puede el entendimiento en medio de la variedad indefinida de los seres, dar

fácilmente y sin riesgo de confundirse con los que le prometen más fecundo estudio.

2. Fijados los objetos en su orden correspondiente, el solo nombre de ellos

descubre a la inteligencia preciosos caracteres que, juntados a los que reúnen las

denominaciones superiores, allanan por sí dilatan los caminos de ulteriores

investigaciones

3. A su favor quedan esquematizados los trabajos de los que nos precedieron en la

labor científica, deslindados y con nueva luz los horizontes por donde más importa

continuarla y a punto los registros donde dejar inscritos los nuevos descubrimientos que

la fecunden.

Durante la Exposición Universal de Barcelona de 1888 se realizó una clasificación de

productos en 4 secciones, 10 grupos y 187 clases, que contaba, además con índices

alfabéticos. Se ofrecen en la Enciclopedia las tablas de clasificación básicas.

CLAUDIN, ANATOLIO (1832-1906)

Escritor y librero francés. Fundó una librería en París y fue perito en paleografía. Su

obra versa sobre historia de la imprenta y la tipografía.

Antiquités typographiques de la France.

Histoire de l’imprimerie en France au XV et au XVI siècles

Origines de l’imprimerie dans quelques villes ou régions françaises

CLAUSSIN, J.J. DE (1766-1844)

Arqueólogo francés. Recopiló una gran colección de grabados y dibujos que publicó en

distintos catálogos.

Catalogue raisonné des estampes qui forment l’oeuvre de Rembrandt (París, 1818)

CLAVENA, SANTIAGO ANTONIO (XVII)

Botánico italiano. Extrajo de L’Histoire des plantes (de Delechamp), una nomenclatura

alfabética de las plantas y sus cualidades

Clavis Clavenae; aperiens naturae thesauros (Trévise, 1648)


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CLAVIJERO, FRANCISCO JAVIER (1721-1787)

Historiador mejicano. Poseyó una gran colección de documentos y antigüedades de los

aztecas en la biblioteca del colegio de San Pedro y San Pablo y otros datos que recogió

en sus excursiones entre indios, inclinaron su atención a la historia de Méjico.

Cavata de migliari Storici spagnuoli’e da manoscritti e Picture antione degli Indiani

(Cesena 1780-1781) (4 vol.)

CLEARCO DE SOLES (IV A. DE C.)

Filósofo griego. Perteneció a la escuela peripatética y escribió distintas colecciones de

biografías de sus contemporáneos, recogiendo además colecciones de enigmas y

cuentos galantes de la época.

CLEASBY, RICARDO (1797)

Reunió una colección de textos antiguos e inéditos que no publicó por muerte

CLEEMAN, FEDERICO JUAN CRISTÓBAL (1770-1826)

Sabio alemán. Coleccionó datos y documentos referentes a la historia de Mecklemburgo

que publicó en distintas obras.

Diccionario histórico genealógico y biográfico de los eclesiásticos y de las iglesias de

Mecklemburgo

Repertorio universal para la historia del luteranismo en el Mecklemburgo.

CLEME, ENRIQUE GUILLERMO (1725-1775)

Fue bibliotecario en Stuttgart

CLEMEN, PABLO (1866)

En 1890 se encargó de inventariar los monumentos artísticos en la provincia de Rhin de

los que fue nombrado primer conservador provincial en 1893

Kunstdenkmäler der Rheinprovienz (1891)


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CLEMENCET, CARLOS (1703-1778)

Trabajó en la edición de la biblioteca de Focio (Myriobiblon, que daba noticias y

reseñas en 250 vols sobre prosistas griegos e historiadores)

CLÉMENT, CARLOS (1821)

Se doctoró en la universidad de Tubinga en filosofía en 1846. Fue conservador del

Museo Napoleón III. También ingresó en la redacción del Journal des Débats (1864).

CLÉMENT, JOSÉ PEDRO (1809-1870)

Estuvo empleado en el Ministerio de Hacienda, luego se ocupó del puesto de

bibliotecario, dándose a conocer con la publicación de artículos librecambistas en el

Correspondans Journal des Economistas, dedicándose después a estudiar la historia de

la Administración francesa.

CLÉMENT, NICOLAS (1650-1720)

Redactó el catálogo de todos los libros de la Biblioteca Real y reunió en una obra todos

los tratados sobre la Paz de Munster.

Mémories et négociations secretes de la paix de Munster

CLEWBERG, ABRAHAM NIKLAS (1754-1821)

Escritor y mecánico sueco. Profesor de física, filosofía e historia. Bibliotecario de la

Universidad de Abo.

CLICTHOVE, JOSÉ DE († 1543)

Teólogo belga. Fue bibliotecario de La Sorbona. Se ocupó de reunir en un volumen

todos los argumentos producidos en contra del protestantismo por encargo del cardenal

Duprat.


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Compendium veritatum ad fidei pertinentium, contra erroneas Lutheranorum

assertiones, ex dictis et actis in concilio provinciali semonensi apud Parisios celebrato

(París, 1529)

CLIDEMO (V-IV A. DE C.)

Bibliógrafo griego. Recopiló todas las antiguas leyendas y tradiciones del Atica

Atthis

CLODIO, ENRIQUE JONATAS (XVIII)

Bibliógrafo alemán. Bibliotecario en Dresde, donde publicó entre 1757 y 1763.

CLOUET, ALBERTO (1624-1687)

Residió un tiempo en Roma donde grabó varios retratos de pintores para la obra Vite de

Pittori, publicada por Bellori en 1675.

COCCHETTI, CARLOS (1817)

Literato, periodista e historiador italiano, escribió la tragedia histórica Manfredi,

prohibida por la censura austriaca.

Documenti per la storia patria (1851)

COCCHI, ARNALDO

Arqueólogo italiano contemporáneo a la Enciclopedia.

La croce nell'iconografia cristiana (1897)

COCÍ, JORGE (XVI)

Impresor establecido en Zaragoza. Se conoce a su imprenta como una de las mejores de

su tiempo y de ellas salieron ediciones de las Constituciones Synodales de 1500


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COCHERIS, HIPÓLITO (1829-1882)

Estudió en la escuela de Diplomacia, obteniendo el título de archivero paleógrafo

(1852) con la tesis Essai sur la chancellerie en XIV siècle. Destinado a la biblioteca de

Mazarino como ayudante, permaneció en ella con el destino de conservador adjunto

hasta su muerte.

Essai sur la chancellerie en XIV siecle

COCHIN, DIONISIO CLAUDIO (1698-1786)

Reunió una colección de plantas raras que catalogó. Este catálogo fue publicado por

Herissaut y Coquereau.

COCHRANE, ROBERTO (1844)

Inspector general de Monumentos Antiguos en Irlanda

COCK, ENRIQUE (CA. 1550)

Se trasladó a España en 1574 con la idea de establecer una librería. En 1585 figuraba

como archivero en la compañía de guardias del rey acompañándole en sus viajes

CÓDEX

Nombre que se aplicó a los primeros libros de los que se tiene noticia.

CÓDICE

Libro manuscrito en el que se conservan obras o noticias antiguas. Está formado por

varias hojas de forma cuadrada o rectangular. El artículo es largo (1224-1239), sin

embargo no se ha resumido aquí entero porque es básicamente descriptivo de los

códices existentes en el mundo.

CÓDIGO

Colección de normas aplicadas a una ciencia o a un arte.


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400

CODINOS, JORGE (†CA.1454)

Recopilador bizantino, conocido como Curopalato. Se ocupó de los inicios de la

topografía en Constantinopla, de sus edificios, sus estatuas y de la construcción de la

catedral de Santa Sofía.

COELHO GUIMARAES, ANTONIO JOSÉ (1805)

Archivero y bibliotecario portugués, considerado hábil calígrafo. Ocupó un destino en la

biblioteca Nacional en 1827

COFMAN, CRISTÓBAL (XV-XVI)

Impresor alemán establecido en Valencia entre los siglos XV y XVI

COFTHY, GERMAL EDDIN ALÍ BEN (1172-1249)

Bibliófilo copto. Estudió en el Cairo y en Alepo y desempeñó cargos importantes en las

cortes de Al-Maimun. Llegó a reunir una biblioteca de casi 600.000 documentos.

Kitab Fail al Hokama

COGGIOLA, JULIO (1878)

Historiador italiano que fue subbibliotecario de la Nacional Marciana de Venecia

Notizie e documenti nuovi (1900)

COGSWELL, JOSÉ GREEN (CA. 1800)

Bibliotecario y bibliógrafo americano. En 1814 era profesor de Harvard. En 1820 fue

nombrado bibliotecario, entre otros puestos, del colegio de Harvard. Fundo la Biblioteca

Astor con Juan Jacobo Astor.

COHEN DE VINCKENHOEF, ALBERTO (1820-1856)

Historiador francés. Director de la revista L'Oriflamme y subbibliotecario de Santa

Genoveva.


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401

COHEND, MIGUEL (1811)

Archivero del Departamento de Puy-de-Dome

Inventaire de toutes les chartes anterieures au tresième siècle

COIGNARD, JUAN BAUTISTA (1660-1737)

Impresor y librero francés.

Diccionario de la Academia

COLER, ALBINO GUSTAVO EDMUNDO (1831-1901)

Médico militar alemán. Con ocasión de su septuagésimo aniversario, se fundó la

Bibliothek V. Coler, colección de obras médicas con referencia especial a la milicia. En

1892 se le nombró profesor honorario de la universidad de Berlín. Formó parte del

cuerpo de sanidad militar del Ministerio de la Guerra, creó el cuerpo de oficiales de

sanidad militar, cursos de perfeccionamiento, cura antiséptica de los heridos y

ordenación sanitaria en paz.

COLERIDGE, DERWENT (1800-1883)

Escritor y sacerdote que estudió en la universidad de Cambridge y muy joven aún se dio

a conocer como poeta distinguido, siendo nombrado, después de haber sido ordenado

presbítero, director de una escuela de gramática de Helston. Introdujo considerables

reformas en la enseñanza.

The scriptural carácter ofthe English Church (1839)

COLERIDGE, HERIBERTO (1830-1861)

Filólogo y literato inglés. Colaboró en el Diccionario de la Sociedad Filológica.

Thirteen Century Glossarial índex (1859)

COLES, ELÍSEO (1640-1700)

Lexicógrafo inglés. Trabajó como profesor de latín y lengua inglesa en Londres.

Diccionario Inglés- Latino y Latino-Inglés (1677)


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402

COLETTI, JAIME (1734-1827)

Religioso italiano perteneciente a la Compañía de Jesús. Entró en la Compañía de Jesús

en 1752 y después de enseñar retórica en Pádua se dedicó a la predicación sin

abandonar nunca otras tareas literarias. continuó la historia eclesiástica de Iliria titulada

Lyiricum sacrum, añadiendo a los materiales recogidos por P. Farlati, los que adquirió

con sus propias investigaciones. Continuó la edición hasta el tomo VIII, dejando

manuscrito el IX, que no llegó a publicarse.

De artis criticae inscitia antiquitatis objectae (Venecia 1777)

COLETTI, JUAN ANTONIO (XVIII)

Librero e impresor italiano. Tradujo al italiano algunas poesías de San Gregorio

Nacianceno y trabajó en varias obras de bibliografía.

COLINES, SIMÓN DE (170-1546)

Impresor francés, sucesor de Enrique Estienne. Fue el primer impresor francés que

introdujo el empleo de la cursiva. Su casa era centro de reunión de hombres de letras.

COLLETET, GUILLERMO (1598-1659)

Poeta y abogado francés que recopiló una Vie des poètes français que se quemó en el

incendio de la biblioteca del Louvre sin llegar a publicarse.

COLMEIRO, MANUEL (1818-1894)

Economista y jurisconsulto español. Fue individuo de la Academia de Historia y de la

de Ciencias Morales y Políticas, de la que fue bibliotecario perpetuo, perteneciendo

además a los Institutos de Francia y Ginebra, a la Real Academia de Bélgica, a la de los

Licei de Roma y a otras muchas; jubilado en 1881, a petición propia, el gobierno para

recompensarle, le nombró fiscal del Tribunal Supremo.

Historia de la Economía política en España, noticia de Francisco Martínez de la Mata

y sus escritos (1865)


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COLMEIRO, MIGUEL (1816-1901)

Botánico español. Estudió medicina hasta doctorarse y después, la carrera de ciencias.

En 1842, obtuvo por oposición la cátedra de Agricultura y Botánica de Barcelona, en

donde más tarde pertenecería al claustro desde 1845. Doctor en ciencias en 1846 y fue

trasladado en 1847 a la universidad de Sevilla. Creó el Jardín de Plantas de la capital

andaluza, en el que introdujo algunas especies nuevas. Fue además director del Jardín

Botánico y del Museo de Historia Natural, decano de la facultad de Ciencias de Madrid

y rector de la universidad central e individuo de las academias de la Lengua, de

Ciencias y de Medicina y primer presidente de la Sociedad Española de Historia

Natural.

Ensayo histórico sobre los progresos de la botánica desde su origen hasta el día,

considerados más especialmente con la relación a España (1842)

Principi che devono regulare una flora, applicati particularmente a la formazione de la

spagnola (1843)

Catálogo metódico de plantas observadas en Cataluña (1846)

Memoria sobre el modo de hacer las herborizaciones y herbarios (1847)

COLNET DEL RAVEL, CARLOS JUAN AUGUSTO MAXIMILIANO DE (1768-1832)

Literato francés. Estudió en la Escuela militar de Brienne, donde tuvo a Bonaparte como

condiscípulo, pero abandonó esta carrera y se decantó más por el sacerdocio. Estudió

medicina en París. En 1797, regresó a París y estableció un comercio de librería, que fue

bien pronto el centro de reunión de los realistas, por lo que fue detenido por los Cien

Días, siendo puesto en libertad. Fundó el Journal des arts, des sciences et de la

littétature y Mémoires secrets de la république des lettres ou Journal de l'opposition

litéraire, revista mensual que fue suspendida por la policía.

La fin du XVIII siécle (1799)

Recueil des satiriques du XVIII siécle (1800)

Correspondance turque, pour servir de suite a la Correspondance russe de la Harpe

(1802)


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404

COLOMA DE SATINES, PABLO (1811-1855)

Bibliógrafo italiano. Se aficionó a la bibliografía y a causa de reveses económicos que

sufrió fundó una librería en París que acabó de arruinarle y le obligó a refugiarse en país

extranjero. Publicó excelentes trabajos de bibliografía.

Bibliographie des patois du Dauphiné (1835)

Matériaux pour servir á une histoire de l'imprimérie en Dauphiné (1837)

Catalogue des Dauphinois dignes de mémoire (1840)

COLOMBAN (IX)

Religioso e historiador francés. Ha sido considerado el autor de De origine atque

primordiis gentis Francorum, que fue escrita hacia 840 en honor a los reyes de Francia

de la segunda rama y dedicada a Carlos el Calvo. La publicó por primera vez en París

en 1644 el religioso carmelita Tomas de Aquino de San José. Bouquet la reprodujo en el

tomo III de la Collection des historiens de France. Chifflet atribuye esta obra al diácono

Lotario.

COLOMBO, FELIPE (1623-1684)

Religioso mercedario español. Fue cronista de su orden , dedicándose a la investigación

en archivos y documentos y a los estudios históricos.

Vida y obras del R v. P. Fr. Juan Falcan (Madrid, 1670)

Vida del glorioso patriarca S. Pedro Nolasco, fundador de la religión de la Merced

(Madrid, 1674)

Relación de la fiestas del convento de Sta. Catalina de Toledo en la extensión del culto

de S. Pedro Pascual (Madrid, 1676)

Vida de S. Ramón Nonato, etc. (Madrid, 1676)

Compendio de la vida de S. Pedro Armengol

Noticia cronológica de la Merced, desde 1218 a 1674

Historia General de la Merced


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405

COLOMÉS Y PEYDRO, DAMIÁN (1849)

Filólogo e historiador español, perteneciente al Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y

Anticuarios. Después de doctorarse y estudiar en la escuela diplomática, obtuvo, previa

oposición, la plaza de ayudante del cuerpo de archiveros con destino a Teruel, donde en

ocho meses organizó la biblioteca recién creada en dicha ciudad.

Memoria sobre el trabajo y Biografía crítica de D. Isidoro Antillón

COLÓN, FERNANDO (1488-1539)

Hijo bastardo e historiador de Cristóbal Colón. Reunió en sus viajes con Carlos V una

rica biblioteca que fue la base de la Biblioteca Colombina y que legó a la Catedral de

Sevilla. Fue considerado bibliófilo metódico e ilustrado y tenía la costumbre de anotar

en la última página de los libros que adquiría el lugar y fecha donde los había

comprado. Escribió una obra en cuatro libros sobre la vida y descubrimientos de su

padre que ha sido objeto de tremendas polémicas.

COLONIA, DOMINGO DE (1660-1741)

Literato francés que enseñó retórica en la cátedra de Lyon durante diez años y más tarde

teología durante otros veintinueve.

La Religión chrétienne autorisée par le temoignage des anciens auteurs paiens

Bibliothéque janséniste

Neuvaine de Saint-Franqoís Xavier (Trevaux, 1710)

Histoire littéraire de la ville de Lyón, avec une bibliothéque des auteurs lyonnais sacres

et profanes disposés par siécles (Lyon, 1728-1730)

COLONNA, FERNANDO (1837-1907)

Arqueólogo italiano. Fue inspector de monumentos en Benevento, secretario de la

comisión civil para la conservación de los mismos, inspector de excavaciones del

distrito de Nápoles y miembro de la Comisión Heráldica y de otras sociedades

arqueológicas.

Le grotte del monte Taburno; descrizione, richerche storiche e congellure(1889)


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406

Notizie storiche di Castelnuovo in Napoli (Nápoles, 1892)

Scoperte di antichitá in Napoli, dal 1876 a tutto il 1897 (Nápoles, 1898)

Il Museo cívico di Napoli...e scoperte di antichitá in Napoli del 1898 al tutto agosto

1901 (Nápoles, 1902)

COLONNA, FRANCISCO MARÍA POMPEYO (1649-1726)

Filósofo y alquimista francés. Sus numerosas obras forman una enciclopedia de ciencias

ocultas. Firmó con seudónimo (Crosset de Hameric y Alejandro Lecrom).

Sécrets les plus caches de la philosophie des anciens découverts et expliques (1722)

Abrégé de la doctrine de Paracelse et ses archidoxes, avec une explication de la nature

des principes de la chimie (1724)

Les principes de la nature selon les opinions des anciens philosophes, ou Abrégé de

leurs sentiments sur la decomposition des corps (1725)

Nouveau Miroir de la Fortune, ou Abrégé de géomancie (1726)

Principes de la nature et de la génération des chases (1731)

Histoire naturelle de l'univers, dans laquelle on rapporte les raisons physiques sur les

effets les plus curieux et les plus extraordinaires de la nature (1734)

Plusieurs Expériences útiles sur la medicine (1719)

Suite des Expériences útiles (1725)

COLONNE, GUIDO DE LA (XIII)

Recopilador italiano del siglo XIII. Refundió las historias de Troya de Daves el Frigio y

Dictis de Creta, que publicó con el título de Historia Troyana a Guidone de Columna

prosaice composita (Colonia, 1477).

COMMELIN, JERÓNIMO († 1598)

Impresor holandés. Publicó excelentes ediciones de clásicos griegos y romanos,

ejerciendo su arte en su ciudad natal, entonces perteneciente a los Países Bajos

españoles, pero habiendo abrazado el protestantismo, pasó a Ginebra y después a

Heidelberg, llamado por el elector palatino para dirigir la Biblioteca de esta ciudad.


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407

COMMERSON, FILIBERTO (1727-1773)

Médico y naturalista francés. Estudió en Montpellier y por encargo de Linneo

coleccionó y describió los peces del Mediterráneo para el museo de Estocolmo. Poco

después hizo un viaje a Suiza y a Saboya para estudiar la flora de ambos países y a su

regreso a Chantillón estableció un jardín botánico. En 1764 fue designado para formar

parte de la expedición de Bougainville alrededor del mundo, pero no llegó más que

hasta la Isla de Francia, donde recibió orden del ministro de Marina de estudiar la fauna

y flora de dicha Isla y de las de Borbón y Madagascar, llevando a acabo su cometido

con tanto celo que la Academia de Ciencias le eligió socio, pero murió antes de

enterarse de la distinción de que había sido objeto. Recogió un notable herbario que, así

como algunas notas, observaciones y materiales para una importante obra que

preparaba, legó al museo de Historia Natural de París. Se le debe el género Hortensia y

estableció la familia de las Flacourtiaceas.

COMPILACIÓN

Obra escrita en vista de otras anteriores haciendo resumen de ellas // Es trabajo de

erudito y requiere gusto y rectitud de juicio. Actualmente han aumentado debido a la

evolución de la ciencia y a su divulgación.

COMPILAR

Allegar y reunir en un solo cuerpo de obra partes, extractos o materias de otros varios

libros o documentos.

CONCEPCIÓN, ANTONIO DE LA (1797-1843)

Religioso filipino. Profesó en la orden de San Francisco en Manila, donde se reconoció

su cultura, por lo que fue instituido como predicador en 1825. Desempeñó después la

administración del pueblo de Atizonan, en la Isla de Luzón, pasando luego a ser

bibliotecario del convento de San Francisco, de Manila. Fue más tarde misionero en el

pueblo de Pungean.


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408

CONDE, JOSÉ ANTONIO (1765-1820)

Arabista español. Fue archivero-bibliotecario del ministerio de Gobernación y de la

Real Sociedad matritense y corresponsal de la Academia de Berlín. Desterrado de

España por Fernando VII por razones políticas (1814), dicen algunos de sus biógrafos

que terminó su vida en Francia, sumido en la miseria, lo que no es exacto, pues consta

que falleció en Madrid, si bien en situación precaria, sostenido principalmente por

Moratín, Ticknor y otros amigos.

Historia de la dominación de los árabes en España.

Historia de la dominación de los árabes en España, sacada de varios manuscritos y

memorias arábigas (Madrid, 1820-1821)

Abes Abdullah Muhammad al Sharif al Edoisi

Descripción de España, con traducción y notas (1799)

Carta en castellano, con posdata políglota, en la qual responden a la carta que un

anónimo dirigió al autor de las notas del Don Quixote... (1800)

CONDE Y HERRERA, CRISTÓBAL (1726-1798)

Presbítero español. Hallándose en Granada en 1754, fue cuando intervino, asociado con

otros compañeros, en el simulado descubrimiento de varios documentos y otras

antigüedades, que tuvo lugar en la Alcazaba de Granada. Aquellos objetos, enterrados

de antemano por la camarilla, perfectamente falsificados para hacerlos pasar por

antiguos, fueron reconocidos y estudiados detenidamente por personas técnicas, quienes

declararon que eran totalmente apócrifos. Este acontecimiento dio origen a un ruidoso

proceso contra los falsificadores, y Conde y Herrera, lo mismo que sus compañeros, fue

condenado a cuatro años de reclusión en un convento, con la prohibición, además, de

tratar y escribir los sucesivo sobre asuntos históricos o arqueológicos.

Granada abierta a Dios en la fundación de la casa de Santa María Egipciaca, de

Madres Recogidas: Historias desde su origen hasta el presente

Vidas de sus fundadores y rectoras, con un compendio del gobierno de Regimiento

(1760)


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409

Cuatro cartas del sacristán de Pinos de la Puente D. Tiburcio Cáscales, al autor de

Caxón de Sastre, acerca de una conversación del domingo de Carnestolendas sobre los

descubrimientos de la Alcazaba de Granada (1761)

CONESTÁBILE DELLA STAFFA, JUAN CARLOS, CONDE DE (1824-1877)

Arqueólogo italiano que realizó estudios de arqueología y de arte, que más adelante

aplicó principalmente a investigaciones sobre la antigua Etruria. Fue profesor de

arqueología etrusca y publicó los resultados de sus descubrimientos.

Monumento di Perugia etrusca e romana (1855-70)

Iscrizioni etrusche ed etrusco-latine in monumento che si conservano nelle Gallerie

degli a fresco e suppellenttili etrusche etc., scoperte in una necropolipresso Orvieto

(1865)

CONIAC, HIPÓLITO AGUSTÍN DE (1731-1802)

Colecciona gran número de manuscritos de la Biblioteca Real del colegio de Luís el

grande y de la Casa profesa de los jesuitas. También trabajó en la edición de las obras

de Bossuet, obispo de Meaux, por cuyo motivo cedió la parte de los Concilios al padre

Lavat, que se le había asociado.

Concilios de las Galias

CONRADO EL FILÓSOFO (†1241)

Monje benedictino bávaro.

Catalogus Pontificum Romanorum et. Rom. Imperatorum et omnium Regum qui fuerunt

ab initio mundi usque ad Papam Honorium IV et usque ad Imp. Friedericum qui et Rex

Siciliae, et Henricum filium ejus.

CONSTANTIN, ROBERTO (1502-1605)

Médico y filósofo francés.

Nomenclator insignium scriptorum (París, 1555)


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410

CORON, ALEJANDRO ESTEBAN (1722-1834)

Compositor y musicógrafo francés. Fundó en 1817 un instituto para música religiosa, el

Conservatoire de Musique Classique et Religieuse, dirigido más tarde por L.

Niedermeyer.

Diccionario biográfico de músicos (1810-1811)

CORRADINI DALL AGLIO, FRANCISCO (1708-1743)

Publicó varios comentarios y estudios críticos sobre autores antiguos y modernos.

Tradujo además en verso la Elena, de Coluto. Debe especialmente su celebridad a haber

publicado un supuesto manuscrito de Catulo.

Léxico latino crítico

Obras académicas de Tulio

CORRAL Y OÑA, TOMÁS (1807-1882)

Médico español. Estudió en Madrid. Fue encargado de la Biblioteca de la Facultad de

Medicina, organizó aquel servicio y adquirió numerosas obras nuevas para enriquecer

sus fondos.

CORREARD, JOSÉ (1792-1870)

Publicista e ingeniero francés. Estableció en París una librería militar y publicó entre

1825 y 1869.

CORREAS, MAESTRO (XVII)

Filólogo español.

Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras fórmulas comunes de la lengua

castellana

CORREIA, PEDRO (1837-1893)

Fundó los diarios Ilustración Portuguesa, Diario Ilustrado y el Correo de Europa

Diccionario Universal


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411

Portugal Pintoresco

CORSI, RAIMUNDO MARÍA (XVIII)

Religioso dominico italiano.

Delle vite degli uomini illustri in santità e dottrina, dei primi secoli della Chiesa (Roma,

1759)

CORTAMBERT, PEDRO FRANCISCO EUGENIO (1805-1881)

Fue profesor de geografía de la institución Massin de la Escuela Superior de Comercio

y de otros establecimientos libres de enseñanza. Fue jefe de la Biblioteca Nacional.

Colaboró en el Diccionario geográfico universal de Carlos Picquet.

Petit Dictionnaire des decouverts et inventions (1836)

CORTAMBERT, RICARDO (XIX)

Fue secretario de la Sociedad de Geografía y agregado a la Sección Geográfica de la

Biblioteca Nacional francesa

Notice sur la vie et les oeuvres de Jomard (1863)

CORTÉS, JOSÉ DOMINGO (1830-1884)

Fue director general de bibliotecas en Bolivia. Publicó antologías, historias y obras

biográficas.

Diccionario biográfico americano (1876)

CORTÉS, MARIANO († 1835)

Botánico español que era monje cartujo.

Diccionario de los vegetales de Mallorca, sus usos descubiertos hasta el presente y

semillas de todas las clases (1820)


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412

CORTUSI O CORTUSIO, JACOBO ANTONIO (1593)

Fue profesor en Padua y director de su Jardín Botánico.

Catálogo del Jardín Botánico de Padua

COSTE, H.

Botánico francés.

Flore descriptive et ilustrée de la France

COTELIER, JUAN BAUTISTA (1624)

En 1667 el ministro Colbert le designó, junto con el filólogo Du Cange, para la

investigación y catalogación de los manuscritos de la Biblioteca Real francesa.

COTON, ROBERTO BRUCE (1570-1631)

Anticuario británico. Viajó a Londres, donde comentó las investigaciones arqueológicas

consideradas de gran utilidad para historiadores posteriores. Como la disolución de los

monasterios había dispersado muchas colecciones valiosas que estaban en manos de

particulares, se puso en su búsqueda y adquirió todos los manuscritos que le fue posible,

reuniéndolos en una obra.

Biblioteca Cotoniana

COU, HERBERTO DE (1868-1911)

Arqueólogo americano. Dejó inédita una descripción de la colección Boscoreale que se

conserva en el Field Museum de Chicago.

COURCELLES, JUAN BAUTISTA PEDRO JULIÁN, CABALLERO DE (1759-1834)

Genealogista francés que compró el gabinete biblioteca genealógico de Saint-Alais

(1820)

Dictionnaire universal de la noblesse de France (1820)

Dictionnaire universal de la historique des generaux francais despois le sicle XI.


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413

COUSIN, CARLOS IVO (1769-1810)

Llamado Avalon, escribió y recopiló todo tipo de materiales, desde colecciones de

anécdotas hasta de autógrafos.

Dictionnaire pittoresque donnant une nouvelle définitions des mots, des aperçus

philosophiques et critiques formant un cadre de pensées neuves et saillantes (1835)

COUSIN, JULIO (1835)

Bibliófilo y escritor francés que fue bibliotecario de la Facultad de Douai.

De l’organisation et de l’administration des bibliothèques publiques et privées, manuel

théorique practique du bibliothècaire (1882)

Bibliographie et Bibliothècomanie: de la Classification des bibliothèques (1884)

CROK, JERÓNIMO (1510)

Pintor y grabador flamenco. En Roma conoció a Vasari, ayudándole a la redacción de

las biografías de algunos grabadores flamencos. Grabó los retratos de la mayoría de

estos pintores.

DAAE, LUIS LUDVIGSSON (1834-1910)

Historiador noruego, fue bibliotecario en la universidad de Cristianía.

Symbolae ad historiam ecclesiasticam provinciarum septemtrionarum magni dissidii

synodique Constantiensis temporibus pertinentes (1888)

DABELOW, CRISTÓBAL CRISTIANO, BARÓN DE (1768-1830)

Pensador y jurisconsulto alemán. Hacia 1815 se instaló en Gottinga y Heidelberg con el

fin de explotar las riquezas bibliográficas de estas ciudades para sus obras. Fundó la

Gaceta bibliográfica del Derecho en 1799.

Historia de las fuentes del Derecho Positivo en Alemania (Halle, 1797)

Archivos para el Código de Napoleón (1808-09)


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414

DACIER, BON JOSÉ, BARÓN DE (1742-1833)

Historiador francés que fue el fundador de la comisión de manuscritos de la Academia

de Inscripciones. Esta comisión publicó las Notices des extraits de las obras inéditas de

la biblioteca de París. En 1800 fue nombrado jefe primero de la Biblioteca Nacional.

Rapport sur les progrès de l’histoire et de la littérature anciennes depuis 1789 jusqu’au

1808 (1810)

DACTILOGRAFÍA

Descripción de una colección de anillos o de piedras preciosas grabadas.

DACTILOTECA

Sortijero o cofrecillo para guardar esta clase de joyas. Las colecciones más importantes

de este tipo son las del gabinete numismático de Viena, de la Biblioteca Nacional de

París, del Ermitage de San Petersburgo, de la Biblioteca Real de La Haya, de los Uffici

de Florencia y del Museo de Nápoles // Se da también este nombre a una colección de

vaciados de gemas o de grabados de cobre que los reproducen.

DAGUERRE, LOUIS JACOB MANDÉ (1787-1851)

Pintor y físico francés, inventor del Daguerrotipo

Historique et description des procédés du daguerréotype et du diorama (París, 1839)

DAGUERREOTIPO

Procedimiento por medio del cual se fijan las imágenes de la cámara obscura sobre

planchas metálicas preparadas convenientemente // retrato que se obtiene por los

procedimientos de dicho arte.

DAHL, WLADIMIRO IVANOWITCH (1801-1872)

Literato ruso, fue marino de guerra y luego médico militar, coleccionó dichos y

proverbios rusos que publicó en 1862.


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415

DAHLBERG, ERICO, CONDE DE (1625-1703)

General e ingeniero militar sueco. Fue coleccionista de grabados y otros documentos

que sirvieron a distintos historiadores suecos, como Pufendorf. Publicó sus grabados en

una obra.

Suecia antiqua et moderna (1716)

DAHLGREN, CARLOS FEDERICO (1816-1895)

Poeta, lingüista e historiador sueco. Estuvo empleado en los Archivos nacionales por

espacio de veinte años. Publicó un cancionero y estudió los teatros de Estocolmo.

Vocabulario sueco

Notas sobre los teatros de Estocolmo (1866)

Canciones (1875)

DAHLGREN, ERICO GUILLERMO (1848)

Geógrafo y bibliógrafo sueco. Fue bibliotecario auxiliar en Estocolmo y en 1893

bibliotecario de la Academia de las Ciencias, convirtiéndose en jefe de la biblioteca real

en 1903.

Sveriges offentliga bibliotek. Tioarsregister 1886-1895 (1897)

DAIRE, LUIS FRANCISCO (1713-1792)

Religios celestino francés. Fue bibliotecario en la cas de los celestinos en París,

dirigiendo el Almanach de Picardie durante muchos años.

Dictionnaire des epithètes francaises (Lyon, 1758)

DALMAS, JUAN B. (1811)

Geómetra y geólogo francés, fue encargado del estudio geológico y mineralógico del

departamento de Ardèche. Fundó un Museo de Mineralogía en Privas. Publicó artículos

en diversas revistas científicas.


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416

DALMASES Y ROS, PABLO IGNACIO DE († 1718)

Historiador y bibliófilo español, fue cronista del principado de Cataluña, embajador del

gobierno catalán en Inglaterra y uno de los fundadores de la Academia de Buenas

Letras.

Notas a la Biblioteca de Nicolás Antonio

DALMAU, JERÓNIMO (XVI)

Jurisconsulto español que ejerció en Barcelona a mediados del siglo XVI.

Diccionario Jurídico

D’ALMEIDA, JOSÉ JOAQUÍN (1821-1887)

Bibliógrafo y arqueólogo portugués. Perteneció a diversas academias portuguesas y

españolas y escribió diversos artículos sobre arqueología.

DALTON, RICARDO (1715)

Dibujante y grabador inglés que fue nombrado bibliotecario del príncipe de Gales y

conservador de las colecciones reales en 1760.

DALY, CARLOS PATRICIO (1816-1899)

Jurisconsulto americano que fue presidente de la Sociedad Geográfica y Estadística de

América.

Historical Sketch of the Judicial Tribunals of New York (1855)

First Settlemente of Jews in North America (1875)

What We Know of Maps and Map-Making Before Mercator (1879)

DALY, CÉSAR DIONISIO (1811-1893)

Arquitecto y escritor francés. En 1840 fue nombrado arquitecto de edificios diocesanos

y monumentos históricos. Restauró la Catedral de Santa Cecilia de Albi. En 1840 fundó

la Revue générale de l’Architecture et des Travaux publics.

L’Architecture privée au XIX e siecle sous Napoleon III (1860)


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417

Motifs historiques d’architecture et de sculpture d’ornement, pour la composition et la

décoration exterieure des édifices (1869)

Motifs historiques d’architecture et de sculpture. Décorations interieures; Architecture

funéraire (1873)

Choix de tombeaux modernes (1879)

DAMAME-DEMARTRAIS, MIGUEL FRANCISCO (1763-1827)

Pintor y grabador francés. Realizó diversas series de dibujos y grabados.

Collection compléte des différents genres de voitures russes

Collection complète des maisons de plaisance impériales de Russie

Vues des principales villes de Russie, Paris et ses alentours

Collection de Costumes du royaume de Naples (1818)

DAMASTES (V. A.C.)

Historiador griego, discípulo de Heládico de Lesbos.

Tratado de los poetas y de los sofistas

Genealogía de los héroes de Troya

DAMBACH, OTÓN GUILLERMO RODOLFO (1831-1899)

Jurisconsulto alemán.

Der deutsch-französische Literarvertrag (1883)

DAMM, CRISTIAN TOBIAS (1699-1778)

Literato alemán, fue rector del gimnasio de Berlín.

Lexicon Homericum et Pindaricum

DANEO, FÉLIX (1825-1890)

Escritor italiano

Vite scelte di Piemontesi illustri (Turín, 1858)


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418

DANET, PEDRO (640-1709)

Latinista francés.

Dictionnaire latin des antiquités grecques et romaines (1798)

DANCIÉ O DANITCHITCH, JORGE (1825-1882)

Filólogo servio, en 1856 fue bibiliotecario de la Nacional de Belgrado.

DANIEL, FRANCISCO SALVADOR (1830-1871)

Musicógrafo español. Fue profesor de música en Argelia y escribió diversos artículos

sobre música en España, llegando a ser director del Conservatorio de París, si bien de

forma efímera.

La musique arabe, ses rapports avec la musique grecque et le chan grégorien (Argel,

1863)

Album de chansons arabes, mauresques et kabiles

Histoire de la chanson

DANIELE, FRANCISCO (1740-1812)

Historiador y anticuario italiano. Nombrado historiógrafo real.

Le Forche Aucine illustrate (Caserta, 1788)

Moneti antiche di Capua (Napoles, 1805)

DANILOVICZ, IGNACIO (1789-1842)

Historiador y jurisconsulto polaco.

Colección de cartas, documentos, etc... concernientes a la historia de Lituania, Rusia

Lituánica y países limítrofes (Vilna, 1862)

DAOIZ, ESTEBAN (†1619)

Jurisconsulto y benedictino español. Fue profesor del colegio español de San Clemente

en Bolonia y canónigo de la catedral de Pamplona.

Index juris civilis tam textus quam glosae (Venecia, 1610)


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419

Index juris pontifici (Burdeos, 1623)

DARCEL, ALFREDO (1818-1893)

Arqueólogo francés. En 1871 fue director de la manufactura de los gobelinos y en 1885

director del Museo de Cluny.

Album manuscrito de Villard de Bonnecourt

Les arts industriels du moyen age et de la renaisance

Guide de l’amateur de faiences et de porcelaines (1864)

Notices des faiences peintes italiennes, hispano-mauresques et françaises et des terres

cuites émaillées du musée de la Renaisance (1864)

Recueil de faiences italiennes (1869)

Catalogue de l’exposition retrospective de l’art français du Trocadero (1889)

DARDER Y LLIMONA, FRANCISCO DE A. (1851)

Naturalista y veterinario español, fundador del parque zoológico y del Museo

zootécnico de Barcelona, también ha dirigido estos lugares.

Catálogo ilustrado del Museo Darder

D’ARIENZO, NICOLÁS (1842)

Musicógrafo italiano.

Il melodrama delle orgini a tutti el secolo XVIII

Le origini dell’Opera comica

La musica in Napoli (1900)

DASIPODIUS, CONRADO (1529-1600)

Matemático y mecánico suizo.

Dictionarium mathematicum (Estrasburgo, 1573)


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420

DASSANCE, NEREO (1801-1856)

Teólogo francés, fue vicario general en Montpellier y profesor de literatura sagrada en

la Sorbona.

Nouvelle Bibliothèque des predicateurs (Paris, 1838)

DATA

Nota o indicación del lugar y tiempo en que se hace y sucede una cosa, y especialmente

la que se pone al principio o fin de una carta o de cualquier otro documento

DATI, CARLOS (1619-1675)

Filólogo y literato italiano. Discípulo de Galilleo y Torricellli, desde 1640 perteneció a

la Academia Crusca. Colaboró en el diccionario de esta academia.

Prose florentine (1663)

Vitte de pittori antichi (1667)

DATO

Antecedente necesario para llegar al conocimiento exacto de una cosa o para deducir las

consecuencias legítimas de un hecho // Documento, testimonio, fundamento.

DAUBRÉE, GABRIEL AUGUSTO (1814-1896)

Geólogo francés. En 1861 obtuvo la cátedra de geología del museo de Historia Natural

de París.

Classification de la collection des roches du Muséum d’histoire naturelle (París, 1867)

DAUD BEN SULEIMÁN BEN DAUD, ABEN HAUTALLA († 1225)

Escritor hispano arábigo nacido en Valencia. Viajó por toda España con objeto de oir

las lecciones de los más reputados maestros de la época. Entre sus obras figura una

especie de diccionario biográfico en el que se recogen más de 200 sabios y literatos.


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421

DAULETSCHAN, BEN ALA UD DAULA BACH TISCHAH (XV)

Literato persa que recopiló en una obra dividida en cinco tomos y un apéndice, los

estudios biobibliográficos de unos 150 poetas persas y literatos árabes. Esta obra fue

publicada en 1901 por Brown.

Teskiret uschshu’arâ (1447)

DAVANNE, LUIS ALFONSO (1824-1912)

Químico francés que se dedicó a la fotografía, sobre la que escribió diversas obras.

Le Musée retrospectif de la photographie dans l’Exposition Universelle de 1900

DAVIES, GUILLERMO GUALTERIO (1848)

Filólogo y sacerdote norteamericano, perteneció al Instituto Victoria de Londres y ala

Sociedad Arqueológica bíblica.

Enciclopedia universal bíblica.

DAVIS, JOSÉ BERNARDO (1801)

Médico y antropólogo inglés nacido en Nueva York.

Crania Britannica (1855)

Thesaurus craniorum (1867 y 1875)

DAVIS, JUAN D. (1854)

Orientalista norteamericano que fue profesor de lenguas orientales en la Universidad de

Princeton.

Diccionario completo de la Biblia.

DAY, JUAN (1552-1584)

Impresor inglés a quien se dio el sobrenombre de Plantin de Inglaterra. Fue quien

introdujo el empleo del carácter sajón, haciendo también uso del italiano y algunos de

sus libros están impresos en caracteres romanos. Editó las obras de Juan Poynet, Tomás


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422

Beacon y Fox, así como muchas composiciones musicales. Su obra más notable es el

Book of Martyrs de Foxe

DAYOT, ARMANDO PEDRO MARÍA (1856)

Crítico de arte francés. Inspector general de bellas artes y director y fundador de la

revista L’Art et les Artistes.

Les albums illustrés et commentés (desde la Revolución a la Comune)

Napoléon raconté par l’image

L’imagen de la femme dans l’art

DE AGOSTINI, JUAN (1863)

Geógrafo italiano

Cenno storico e bibliografia de la Terra del Fuoco (Florencia, 1893)

DE BACKER, AGUSTÍN (1809-1873)

Religioso jesuita y escritor belga

Essai bibliographique sur le livre de imitatione Christi (Lieja, 1854)

Bibliothèque des écrivains de la Compagnie de Jésus ou notices bibliogrpahiques (7

vols)

DE BIASI, ESPIRIDIÓN (1854)

Literato grecoitaliano. En 1887 fundo la Biblioteca Foscoliana en Zante.

Gli storiografi delle isole Jonie (Zante, 1900)

Viaggiatori italiani in Grecia (Atenas, 1904)

DEBURE, GUILLERMO (1734-1820)

Bibliógrafo y librero francés. Publicó 43 catálogos y fue librero de la Academia de

Inscripciones y de la Biblioteca del rey y miembro de la Comisión de monumentos.


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423

DEBURE, GUILLERMO FRANCISCO (1731-1782)

Librero y bibliógrafo francés, primo de Guillermo Debure. Su bibliografía fue

censurada por Mercier y por Desbillons.

Bibliographie instructive

Appel aux savants et aux gens de lettres (1763)

DÈCEMBRE-ALONNIER (1836)

Literato francés, llamado Edmundo Alonnier.

Dictionnaire populaire illustré d’histoire, de géographie, de biographie et de

technologie (1865)

Dictionnaire de la Revolution française (1866-1868)

DECKER

Familia de impresores y editores alemanes entre los que figuran:

JORGE DECKER (1596-1661)

Vivió en Basilea donde instaló una imprenta universitaria y más tarde se trasladó a

Colmar donde fundó una imprenta de la Corte y el Parlamento francés, ambas

estuvieron en poder de la familia hasta 1802, fecha en que las compró Thurneissen.

JORGE JACOBO DECKER (1732-1799)

Trabajó en Berlín donde se hizo cargo de la imprenta de Grynaus, sacándola adelante.

Obtuvo el título de impresor real y convirtió la imprenta en negocio editorial.

DECHAUFFOURBOISDUVAL, JUAN ALFONSO (1801-1879)

Médico y naturalista francés. Escribió sobre las mariposas europeas y americanas.

Genera et index methodicus europeorum lepidopterum (1840)

DEERING, CARLOS (1690-1749)

Médico, botánico y anticuario alemán. Miembo de la Sociedad de Botánica en 1720.

Catálogo de plantas de Inglaterra, particularmentne de los alrededores de Nottingham.


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DEHAISNES, CRISTIAN CÉSAR AUGUSTO (1825)

Religioso y erudito francés que fue archivero en Douai y en la universidad católica de

Lila.

Inventaire sommaire des archives municipales de Douay (Lila, 1874)

DÉHERAIN, ENRIQUE (1867)

Subbibliotecario del Instituto de Francia, secretario de redacción del “Journal des

Savants”.

Catalogue des manuscrits du Fond Cuvier, conservés à la bibliothèque de l’Institut de

France (1908)

DEI, JUAN BAUTISTA (1702-1789)

Genealogista italiano, director de los archivos secretos del príncipe Fernando. Puso en

orden la mayoría de los archivos de Florencia y formó las ramas genealógicas de

algunas familias ilustres de la Toscana.

Genealogia della casa ducale de Medici (Florencia, 1761)

DEJOB, CARLOS (1847)

Escritor francés. Ha realizado profundos estudios sobre literatura italiana.

Madame de Stael et l’Italie, avec una bibliographie de l’influence française en Italie, de

1796 à 1814 (París, 1890)

DELAHAYE, HIPÓLITO

Escritor bolandista contemporáneo a la Enciclopedia.

Legendes hagiographiques (1905)

DELALAIN (XVIII)

Familia de impresores francesa que arranca de Nicolás Agustín (1764). Su sucesor

Augusto Enrique Julio (m. 1877) fue nombrado impresor de la Universidad y se

distinguió por sus trabajos en defensa de la propiedad literaria, fundando el Cercle de la


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425

librairie et de l’imprimèrie. Escribió obras sobre tipografía francesa y una Notice sur la

vie et les travaux de M. Ambroise Firmin-Didot. En 1840 sus descendientes continuaron

con el negocio fundando Detalain Frères y continuaron con la publicación de obras

clásicas y la imprenta universitaria. Publicaron el Chartularium Universitatis

parisiensis, estudios sobre la legislación de imprenta, un Inventaire sur les marques

d’Imprimèrie y Les libraires et imprimeurs de l’Académie française de 1634 à 1789 y

un Etude sur la libairie parisien du XIII au XVeme siécle.

DELANDINE, ANTONIO FRANCISCO (1756-1820)

Literato erudito escritor francés, fue bibliotecario de la Academia de lyon y más tarde

bibliotecario de la ciudad de Lyon. Publicó un catálogo de 800 manuscritos de aquellas

bibliotecas además de enriqueceer sus colecciones.

Bibliothèque historique et raisonnée des historiens de Lyon et des ouvrages manuscrits

et imprimés qui ont quelque rapport a l’histoire des assemblées nationales en France

(Paris, 1788)

Le conservation et utilité des sociétés littéraires dans les départements (1791)

DEL BADIA, JACOBO (1842)

Archivero e historiador italiano que fue jefe de negociado de la Dirección de los

Archivos Florentinos.

DEL BALZO, CARLOS (1853)

Jurisconsulto y literato italiano, fundador de la Societé Littéraire Internationale.

La vita e i libri a Parigi (1882)

DELEHAYE, HIPÓLITO (1859)

Teólogo belga que formó parte en 1891 de la redacción del Acta Sanctorum en

Bruselas.

Bibliotheca hagiographica graeca (Bruselas, 1909)


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DELEUZE, JOSÉ FELIPE FRANCISCO (1753-1835)

Naturalista francés que fue ayudante naturalista y bibliotecario del Museo de Historia

Natural.

Histoire et description du Muséum histoire naturelle (1823)

DELFAU, FRANCISCO (XVII)

Benedictino de la congregación de San Mauro que fue encargado de emprender la

edición de las obras de San Agustín en 1675. Se le atribuye el Index Librorum que se

halla en el Tratado de los estudios monásticos del P. Mabillon.

DELGADO, SINESIO (1859)

Autor dramático español fundador de la Sociedad de autores, cuya historia documentada

publicó en la obra titulada Mi teatro.

DELGADO Y HERNÁNDEZ, ANTONIO (1805-1879)

Arqueólogo e historiador español que ingresó en la Academia de la Historia en 1847.

Visitó y estudió todos los gabinetes y colecciones numismáticos existentes en España y

clasificó y ordenó el de la Real Academia de la Historia, formando un índice y detallado

catálogo descriptivo. Explicó las monedas árabes de García de la Torre para el catálogo

Gaillard. También clasificó el monetario del real patrimonio. En 1860 ocupó la cátedra

de Epigrafía Antigua en la Escuela de Diplomática

Historia de la numismática hispanoárabe, como comprobante de la dominación

islamita en la Península.

Nuevo método de clasificación de las medallas autónomas de España.

Catalogue des monnaies et medailles de Mr. G. D. De Lorichs

DELISLE, CLAUDIO (1644-1720)

Geógrafo e historiador francés.

Atlas historique et généalogique (París, 1718)

Abregé d’histoire universelle depuis la création du monde jusqu’en 1714 (París, 1731)


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DELISLE, LEOPOLDO VÍCTOR (1826-1910)

Paleógrafo e historiador francés formado en la Ecole de chartres. En 1852 entro en la

Biblioteca Nacional como conservador del departamento de Manuscritos y más tarde

como administrador general. Fundó el Bulletin des publications étrangeres y el Bulletin

des publications françaises. En 1905 se jubiló y recibió el nombramiento de

administrador del Museo Condé.

Catalogue des actes de Phillipe Auguste (París, 1856)

Le cabinet de manuscrits de la bibliothèque imperiale (Paris, 1868 y 1881)

Melanges de paleographie et de bibliographie (Paris, 1880)

Inventaire général et méthodique des manuscrits français.

DELOCHE, JULIO EDUARDO MAXIMINO (1817-1900)

Historiador y arqueólogo francés. Ingresó en la Academia de Inscripciones en 1871.

Etienne baluzes, sa vie et ses ouvres (parís, 1858)

Descriptions des monnaies mérovingiennes du liemousin (1863)

Des monnaies d’or au nom du roy théodebert (1886)

Etudes de numismatique mérovingienne (1890)

Etudes historiques et archeologiques sur les anneaux sigilaires, etc. Des prèmiers

siècles du myen âge (1899)

DELOYE, AGUSTÍN (XIX)

Arqueólogo francés. Fue archivero del departamento del Indre y Loira y conservador

del Museo Calvet, de Aviñón, de 1852 a 1890. Colaboró en la colección de los

cartularios franceses, de Guerard.

Notice de statues, bustes et ouvrages, de sculpture de la Renaisance, exposées au Musée

Calvet (Aviñón, 1881)

DELPECH, FRANCISCO SERAFIN (1778-1825)

Dibujante francés.


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Iconographie de nos contemporaines.

DELPIT, MARCIAL (1813-1887)

Político y literato francés.

Memoire sur les sources manuscriptes de l’histoire municipale d’Amiens (1841)

DELTEIL, ELISEO ENRIQUE

Grabador y escritor de arte francés. Su obra contiene reproducciones de las obras de los

más célebres pintores y grabadores.

Le Peintre-Graveur illustré (siglos XIX y xx)

L’amateur d’estampes au XVIII siècle

DEMALE, EUGENIO (1850)

Arqueólogo suizo que fue conservador de gabinete de medallas de Ginebra

Les greveurs et les essayerurs de la monnaie genevaise de 1535 a 1792 (1885)

Jetons inédits de savoie, de Genève, de Léveché de Genève et de Vand (1887

DEMANTEZON, FORTUNATO (1800)

Religioso francés que ayudó al P. Ravignon en la búsqueda de documentos para su obra

Clément XIII et Clément XIV.

DEMPERE, ANSELMO (1727-1799)

Religioso mercedario español, recogió noticias para la historia de su orden y fue

nombrado archivero de la misma.

Nieralegio o biblioteca genealógica de los religiosos de la Orden de la Merced

Archivo del Puig en la mano

Indice de las cosas que se contienen en el Archivo en la mano


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DENGEL, FELIPE IGNACIO (1874)

Se dedicicó a profundas investigaciones para lo cual se le franquearon los archivos

secretos del Vaticano. Colaboró con artículos en revistas austriacas e italianas.

Documentos de la Nunciatura Apostólica

Palazzo di San Marco

DENIFLE, ENRIQUE SUSO (†1905)

En 1880 fue nombrado segundo archivero del Vaticano

Die popstlichen Register bande de XIII Jahr.n. des Inventar dersalben vom.j. 1339

(1886)

Specimine palaeographice regestorum romanorum pontificum ad Innocencio III ad

Urbanum V (1888)

Chartularium Universitatis parisienses(1889)

DENINA, CARLOS JACOBO MARIA (1731-1813)

Literato e historiador italiano. Fue nombrado bibliotecario de Napoleón en 1804.

Bibliopea o l’arte di compor libri (Turín, 1776)

DENIS, JUAN MIGUEL COSME PEDRO (1729-1800)

Bibliólogo que fue conservador de la biblioteca de la corte de Viena.

Grundriss der Bibliographie und Bucherkunde (1774)

Einleitung in die Bucherkunde (1777)

Merknurdigkeiten der Garellischen Bibliothek (1780)

DENISSART, JUAN BAUTISTA (1713-1765)

Jurisconsulto. Fue el primero en coleccionar las sentencias por orden alfabético.

Collection de décisions nouvelles et de nations relatives à la jurisprudence

Almanach des plaideurs (1745)


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430

DEONNA, WALDEMORO (1880)

Especializado en asuntos de historia del arte. Escribió interesantes monografías sobre

este tema en las revistas Revue Archeologique y Revue de l'historie des Religions

DENSUSIANU, NICOLÁS (1846)

Historiador rumano. En 1878 visitó los archivos oficiales de Hungría y Transilvania y

en 1901 fundó la Sociedad Histórica Rumana, de la que dirigió la Biblioteca. Dirigió

igualmente la Biblioteca del gran Estado Mayor de Rumanía.

Documente privitore de la istoria Româniclor: 1199-1575 (1887-1897)

DERENBOURG, HARTWIG (1844-1908)

Orientalista francés. A los veintidós años entró en el departamento de manuscritos de la

Biblioteca Imperial. Perteneció a la Academia de Inscripciones.

Les manuscrits arabes de L’Escorial (Paris, 1885)

The Glaser Collection in the British Museum (Londres, 1888)

DEROME, LEOPOLDO (1833)

Literato francés, fue bibliotecario de La Sorbona y colaboró en la Revue contemporaine.

Le luxe des livres (1879)

Platique d’un amateur des livres (1887)

DESACHY, PABLO (1872)

Periodista y escritor francés

Bibliographie de l’affaire Dreyfus

DESBUQUOIS, GUSTAVO (1869)

Sociólogo francés. Fue desde 1905 director de la Action Populaire, centro de doctrina y

documentación social católica, que divulga por medio de la enseñanza oral y escrita.

Este centro publica cada año la Guide social y la Année sociale international.


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431

DESCHAMPS, GASTÓN (1861)

Crítico y novelista francés, especialista en Víctor Hugo

La vie et les livres (1894-1897)

DESCHAMPS, LUIS FRANCISCO JOSÉ (1816-1890)

Arqueólogo francés. Miembro correspondiente de la Academia de Inscripciones

Orfèvrerie du XIII siècle (1855)

Sceaux des comtes dÁrtois (1857)

Orfèvrerie du moyen age (1858)

DESCHAMPS, PEDRO CARLOS ERNESTO (1821)

Fue redactor jefe de la Gazette Musicale y bibliotecario del banquero Félix Solar.

Essai bibliographique sur Cicerón (1863)

Dictionnaire de géographie ancienne et moderne à lúsage du libraire et de lámateur

de livres (1870)

Supplément au Maual du libraire, de Brunet (1878-1880)

DESCORDES, JUAN (1570-1643)

Bibliófilo y escritor francés. Formó una importante biblioteca que fue adquirida por

Mazarino y que constituyó la base de la Biblioteca Descordes.

DESCOUSU, CELSO HUGO (1480-1540)

Jurisconsulto francés, fue profesor de Derecho Canónico en Brujas, Montpellier,

Barcelona, Madrid y Toledo, llegando a figurar como fiscal del Consejo de Castilla.

Repertorio de todas las leyes del Reino de Castilla (Valladolid, 1547)

DESCRIBIR

Delinear, dibujar, pintar, figurar una cosa, representándola menudamente y por partes //

Representar personas o cosas por medio del lenguaje, refiriendo sus distintas partes,


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432

cualidades o circunstancias // Definir una cosa no por sus predicados esenciales, sino

expresando con minuciosidad sus partes o propiedades.

DESEINE, FRANCISCO JAIME (†1715)

Escritor y viajero francés. Estableció una librería en Roma tras haber viajado por toda

Italia.

Catalogue de la bibliothèque du cardinal Slusi (Roma, 1690)

DESFONTAINES, PEDRO FRANCISCO GUYDOT, ABATE (1685-1745)

Literato y jesuita francés. Colaboró en el Journal des Savants ralizando críticas

literarias, así como en las Observations sur les écrits modernes y en los Jugements sur

les ouvrages nouveaux.

Dictionnaire néologique à l’usage des beaux-sprits, avec l’éloge de Pantalon Phaebus

(1726)

DESFONTAINES, RENATO LOUICHE (1750-1833)

Botánico francés, fue profesor del Jardin de plantas y mejoró las colecciones del museo.

Choix des plantes du Corollaire des instituts de Tournefort (París, 1804)

DESGENETTES, NICOLÁS RENATO DUFRICHE, BARÓN (1762-1837)

Médico francés.

Essais de biographie et de bibliographie médicale (París, 1825)

DESJARDINS, ERNESTO EMILIO ANTÓN (1832-1886)

Epigrafista e historiador francés. Ingresó en la Academia de Inscripciones y sucedió a

León Renier en la cátedra de epigrafía del Colegio de Francia.

Le Pérou avant la conquete espagnole, dáprés les principaux historiens originaux

(1858)

Notice sur le musée Napoleón III et promenade daus les galeries (1862)


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433

Atlas de géographie ancienne de lÍtalie, composé de sept cortes et dún dictionnaire

(1852)

Acta mussei nationalis hungarici (1873)

Notice sur les monuments epigraphiques de Bavai et du musée de Douai : incriptions,

cachets d’oculistes (1874)

DESJARDINS, GUSTAVO ADOLFO (1834)

Literato y cronista francés. Fue alumno de la Escuela de diplomática y archivero del

departamento del Oise.

Eveques de Rodez au ixe, au xe et au xiie siècle (Paris, 1863)

Cartulaire de l’abbaye de Conques (1879)

DESMAZIÈRES, JUAN BAUTISTA ENRIQUE JOSÉ (1786-1862)

Botánico francés.

Catalogue des plantes omises dans la botanographie belgique et dans les Flores du

nord de la France (Lila, 1823)

DESNOYERS, JULIO PEDRO FRANCISCO ESTANISLAO (1800-1887)

Geólogo e historiador francés. Fue ayudante naturalista del Museo de Historia Natural y

bibliotecario del mismo establecimiento.

Bibliographie historique de la France (1834)

DESPARS, NICOLÁS, SANTIAGO (1380-1458)

Médico francés llamado Jacobus de Partibus.

Summula alphabetum super plurimis remendiis ex ipstus Mesue libris exceprtis (1500)

DEVALS, JUAN URSULO (1814-1874)

Arqueólogo e historiador francés. Archivero de su ciudad natal y del departamento del

Tarn y del Garona.


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434

Inventaire sommaire des archives comunales antérieures a 1790 de Verdun-sur-

Garonne (1876)

DEVARIS O DEVARUS, MATEO (1510-1570)

Filósofo griego. Secretario y bibliotecario del Cardenal Rodolfo y corrector de

manuscritos griegos en el Archivo Vaticano.

DEVAULT, FRANCISCO EUGENIO (1717-1790)

General francés que fue director del depósito de guerra y profesor de táctica militar de

Luis XVI y sus hermanos.

Extrait de la correspondancela cou´r et des géneraux (117 volúmenes)

DEVERIA, CARLOS TEÓDULO (1831-1871)

Egiptólogo francés. En 1850 ingresó en el departamento de Estampas de la Biblioteca

Nacional, pasando luego al Museo del Louvre y al egipcio del que fue conservador.

Notice des manuscits egyptiens du Louvre

DEVILLERS, LEOPOLDO (1830)

Historiador belga, fue conservador de los archivos del Estado de Mons.

Description analytique des cartulaires et chartriers du Hainaut (Mons, 1865)

Le depot des archives de l’Etat à Mons (Mons, 1871)

Inventaire analytique des archives des commanderies belges de l’ordre de Malte (Mons,

1876)

Cartulaire des comptes de Hainaut (Bruselas, 1887)

DE VIRIS.

Abreviatura del título de la obra de Lhomond De viris illustratibus urbis Roma. Se usa

mucho en bibliografía.


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435

DEZEIMERIS, JUAN EUGENIO (1799-1851)

Médico y erudito francés. Subbibliotecario y bibliotecario de la Facultad de Medicina y

diputado de Agricultura de la Dordoña. Colaboró en gran número de revistas y

diccionarios.

Dictionaire historique de la médicine ancienne et moderne (París, 1839)

DEZEIMERIS, REINALDO (1835)

Literato francés, hijo de Juan Eugenio. Fue conservador de la Biblioteca de Burdeos.

DIARIO

Relación histórica de lo que ha ido sucediendo por días o de día en día // Periódico que

se publica todos los días

DIARIUM EUROPEUM

Publicación periódica del siglo xvii, precursora del moderno periodismo, fundada en

Hayn (Silesia) por Martín Meyer con el pseudónimo de Philemerus Irenicus Elisius. El

primer volumen comprende los años de 1657 y 1658 apareció en 1659 y el último (41)

relata los sucesos acaecidos en 1681, viendo la luz en 1683. La parte 30ª comprende los

años 1672 y 1673, es la primera de la nueva organización de la publicación, llamada

Diarii Europei, se distingue de la primera en que relata los sucesos en orden de materias

en vez de seguir el cronológico. El propietario de este diario fue el librero alemán

Guillermo Serlin, a cuya muerte en 1676 sustituyó su viuda.

DÍAZ BENITO, JOSÉ (1824-1890)

Médico y escitor español. Fundó el gabinete de anatomía normal patoógica del hospital

Militar de Madrid.

Catálogo de los objetos existentes en el gabinete anatómico sifiliográfico del doctor

Díaz Benito (1865)


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436

DÍAZ DE ESCOVAR, NARCISO (1860)

Se dedicó a la erudición y a la investigación, en la historia de nuestro teatro. Escribió

numerosos artículos para revistas y periódicos de España y América. Poseía una

importante biblioteca junto con su hermano en Málaga muy visitada. Colaboró en la

Enciclopedia Espasa. Fue muy prolífico, escribiendo más de trescientas obras.

Biografías de actrices

Actores antiguos

Bibliografía teatral

DÍAZ MARTÍN, MANUEL

Escritor español. Ha recogido con exquisito gusto las costumbres, dichos y

manifestaciones poéticas populares de su tierra.

Colección de cantares andaluces anotados (1884)

Piropos andaluces (1885)

Maldiciones gitanas (1901)

DICCIONARIO

Libro en que, por orden alfabético, se contienen y definen o explican todas las dicciones

de uno o más idiomas, o las pertenecientes a una facultad o materia determinada //

catálogo de noticias importantes de un mismo género o de términos científicos,

geográficos, históricos, médicos, botánicos, etc. ordenado alfabéticamente.

Una ordenación alfabética de las palabras de un autor u obra, con expresión a los

pasajes donde se encuentran, se llama también Índice; si seguida de cada palabra se

citan las frases que la contienen y la referencia de la obra se llama Concordancia y

Onomasticón cuando registra los nombres propios.

Existen diccionarios biográficos, referentes a hombres de todos los países, de un sólo

país o de una profesión determinada y de bibliografía universal o particular de un país o

región, si no es por orden de materias; existen también diccionarios de artes y ciencias

que, por las materias que abarcan reciben el nombre de Enciclopedias y que incluyen

todas las ramas de los conocimientos humanos.


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437

Se revisa la historia de los diccionarios de la lengua en España, Francia e Inglaterra y se

explica cuál es la metodología adecuada para seleccionar las voces ilustrándola con el

siguiente ejemplo: “así como un bibliotecario no puede elegir los libros y publicaciones

que ha de guardar su biblioteca sin atender a su mérito, tampoco el que haga un

diccionario puede erigirse en juez de las palabras”, explicando que la tarea de la persona

que hace un diccionario consiste en “coleccionar, corregir, depurar y completar la obra”.

Según la Enciclopedia, “los diccionarios son obras de gran utilidad cuando se pretende

hacer sobre una palabra o frase un estudio completo y científico”.

Para terminar el artículo se ofrece una amplia bibliografía de diccionarios de la lengua

ordenados por países.

DICCIONARISTA

Coleccionador o manoseador de diccionarios

DICETO (1120-1202)

Deán de San Pablo en Londres.

Abbreviationes Chronicorum

Imagines Historiarum

DICK, JAIME (1825-1902)

Inventor del calzado de goma. Al morir dejó un legado de 25.000 libras esterlinas parte

de las cuales eran para una biblioteca pública y un museo en Killmarnock.

DICKENS, ASOCIACIÓN

Sociedad fundad en Inglaterra en 1902 para la difusión y propagación de las obras de

Carlos Dickens.

DICKSON, JACOBO (1738-1822)

Botánico inglés

Catalogus plantarum cryptogamicarum britanniae


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DICQUEMARE, JACOBO FRANCISCO (1733-1789)

Sabio francés, naturalista y astrónomo

Index geographique (París, 1769)

DIDEROT, DIONISIO (1713-1784)

Escritor y filósofo francés que publicó l’Enccyclopédie, en la que escribió sobre

distintas materias.

DIDOT, PEDRO (1761-1853)

Impresor, hijo de una familia de impresores franceses que adquirieron el privilegio de

ciudadanos de Paris por la calidad de sus trabajos en el siglo xvii. Pasaron de tener

imprenta y librería a reformar el material del arte de la imprenta, inventando el papel

continuo en 1780 (papier velin). En 1801 editaba en el local del Louvre, por lo que se

comenzó a conocer su negocio como Editions du Louvre.

Epitre sur les progrès de l’imprimerie (1784)

DIDOT, AMBROSIO FERMÍN (1790-1876)

Impresor francés, hijo de Pedro Didot. Fue un gran bibliófilo, reuniendo una biblioteca

de libros antiguos, manuscritos, impresos y estampas que constituyeron la base de

muchas de las obras que editó. Presidió el círculo de la imprenta y librería, la Cámara de

impresores y fue miembro relator y jurado de la Exposición de Londres de 1851 y de la

de París de 1855. Su biblioteca y colección de estampas fueron vendidas en subasta

pública tras su muerte.

Essai sur la typographie (1851)

Essai de clasification methodique et synoptique des romans de chevalière (1876)

Alde Manucci et l’Hellenisme a Venise (1875)

Les graveurs de portraits en France (1875-1877)


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439

DIDRON, ADOLFO NAPOLEON (1806-1867)

Arqueólogo francés. En 1878 explicó en la Biblioteca Real un curso de iconografía

cristiana. En 1844 fundó los Annales Arquéologique que fueron en Francia en órgano

más importante de la arqueología de la Edad Media.

Histoire de Dieu, iconographie des persones divines (1844)

Iconographie grecque et latine (1845)

Iconographie des capitaux du palais ducal de Venise (1857)

Iconographie de l’Opéra (1868)

DIEFENBACH, LORENZO (1806-1883)

Filólogo y etnólogo alemán. Desempeñó durante muchos años los cargos de párroco y

blbliotecario en Solms-Laubach, en Francfort del Main, le nombraron director de la

Biblioteca Municipal.

Glossarium latino-germanicum mediae et infimae aetatis (Stuttgart, 1857)

DIEHL, MIGUEL CARLOS (1859)

Erudito y arqueólogo francés. Fue catedrático de arqueología bizantina.

Figures byzantines (1908)

DIENNE, LUIS EDUARDO MARÍA HIPÓLITO (1870)

Escritor, agrónomo y sabio francés.

Documents historiques sur le vicomte de Carlat (1900)

DIETRICHSTEIN, MAURICIO JOSÉ JUAN (1775-1864)

Fue jefe de la Biblioteca Imperial austriaca, una de las mas considerables y preciosas de

Europa.

DIEUDONNE, ADOLFO (1868)

Jefe de sección de Numismática y arqueología de la Biblioteca Nacional francesa

Manual de Numismatique française


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440

Melanges Numismatiques (1919)

DIEZE, JUAN ANDRÉS (1729-1785)

Erudito alemán conservador de la biblioteca de Maguncia. Fue el traductor de las

Noticias físicas e históricas sobre América de Antonio de Ulloa (1775)

DIGES ANTÓN, JUAN (1855)

Académico español que fue secretario de la Comisión provincial de monumentos

históricos de Guadalajara.

Biografías de hijos ilustres de Guadalajara

El periodismo en Guadalajara, apuntes para su historia connoticia de las imprentas

que hubo en la referida provincia

DIGESTO

Colección de las decisiones del derecho romano

DIGITAL, IMPRESIÓN V. IMPRESIÓN

DIHIGO Y MESTRE, JUAN MIGUEL (1866)

Bibliógrafo y filólogo cubano.

La Biblia desde el punto de vista lingüístico (1913)

Léxico cubano (1930)

Bibliografía de la Universidad de la Habana desde su fundación hasta nuestros días.

DILLINGHAM, JUAN HOAG (1839)

Filólogo y pedagogo americano. Bibliotecario de la Friend´s Library, editor de The

Friend, secretario de la Text-Book Asociation of friends de Filadelfia.

The society of friends in Barnstable Country


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441

DIMITZ, AUGUSTO (1827-1886)

Historiador austriaco. Especialista en historia de Carniola.

Bibliotheca Carniolae (1874)

DINAUX, ARTURO MARTÍN (1793-1864)

Historiador y bibliógrafo francés. Miembro asociado de la Academia de Inscripciones,

fundó las publicaciones Archives historiques et litteraires du nord de la France et du

midi de la Belgique y Les petites affiches de Valenciennes

DINI, PEDRO (1570-1625)

Poseía una hermosa biblioteca, rica en manuscritos italianos del siglo XIII y xiv, en la

que se encontraba la famosa traducción de las cartas de San Bernardo.

DINISI, JUAN JACOBO (1724-1808)

Bibliotecario del Cabildo de Verona, en el que prestó grandes servicios

Divina Comedia, Spicilegio di documenti, Apologetiche Riflessioni (Verona,1755)

Vite dei santi martirie vescori Veronesi (1786)

DIODATI, DOMINGO (1736-1801)

Llegó a reunir una numerosa colección de monedas sicilianas y otras riquezas

arqueológicas.

Illustrazioni delle monete nominate nelle nostre constitución (Nápoles, 1788)

DIODORO DE SICILIA (I A DE C)

Su obra tenía como objeto reunir en un libro-biblioteca cuantos conocimientos

históricos podían alcanzarse en su tiempo. Escribió 40 libros en tres grandes grupos

hacia el año 30 a. de c. a principios del Imperio de Augusto.

Biblioteca histórica o Biblioteca de historias


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442

DIONISIO DE GÉNOVA (1536-1591)

En su obra se dan datos de 1.082 autores franciscanos, incluyendo las manuscritas. El

padre Bernardo de Bolonia, capuchino, la continuó hasta 1745.

Biblioteca scriptonum Ornidis Míronum S.Francisci Capuccinonum (Génova, 1680-

1691)

DIPLOMA

Despacho, bula, privilegio u otro instrumento autorizado con sello y armas de un

soberano, cuyo original queda archivado. De esta voz procede la moderna acepción que

significa también, impropiamente, el documento o título de una distinción honorífica,

grado académico, etc.

DIPLOMÁTICA

Arte que enseña las reglas para conocer y distinguir los diplomas y otros documentos

solemnes.

Según la paleografía y la historia, la diplomática tiene por objeto el estudio y la crítica

de una cierta clase de fuentes históricas. Se remite al lector a las voces ARCHIVERO,

BREVE, BULA, CRÓNICA, CARTULARIO, CHANCILLERIA, CARTA, COLECCIÓN DIPLOMÁTICA,

CRONOLOGÍA, CRÍTICA HISTÓRICA, DATA, DIPLOMA, FÓRMULA, HISTORIA, LETRAS,

NOTARIO, PALEOGRAFÍA, REGESTO, REGISTRO, RESCRIPTO, SELLO, SIGNO, SIGNATURA,

SUBSCRIPCIÓN, por “contenerse en todas ellas la materia complementaria de este

estudio”.

Durante más de cincuenta años el libro de Mabillon fue considerado como el ńico

código de materia diplomática y no le faltaron imitadores, compiladores y

comentadores, hasta tal punto que constituyó una corriente de investigadores. A partir

del siglo XVIII los trabajos de erudición histórica se multiplicaron, dando lugar a nuevas

observaciones sobre la autenticidad de los documentos que sirvieron para que

aparecieran nuevos manuales sobre la ciencia diplomática. Sin embargo, todos estos

trabajos, según la Enciclopedia, no fueron otra cosa que refundiciones y adaptaciones de

la obra de Mabillon a las que se añadían observaciones y curiosidades.


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443

La organización y funcionamiento de l’Ecole de Chartres en Francia produjeron,

también según la Enciclopedia, trabajos importantes para la historia y sus ciencias

derivadas.

Se citan los trabajos alemanes, austriacos, ingleses, italianos; pero advirtiendo que no

existe una obra general que contenga conclusiones definitivas y que abarque todos los

frutos de las investigaciones realizadas entre los siglos XVIII y xx.

En el caso español se citan como de especial importancia los trabajos de José Pérez y de

Masdeu, sin olvidar otros autores que han trabajado sobre el tema y que se relacionan,

sobre todo, con la crítica histórica.

Como instituciones españolas se citan la Real Academia de la Historia y su boletín, las

Reales Academias de Buenas Letras de Barcelona y Sevilla, las sociedades

excursionistas de Madrid, Barcelona y Valladolid, las arqueológicas de Zaragoza,

Valencia, Barcelona, Sevilla, Granada, Palama de Mallorca y Gerona y el Institut

d’Estudis Catalans de Barcelona, además de las revistas que publican estudios

relacionados con la diplomática y que no se citan particularmente.

El artículo relaciona la diplomática con la crítica, hermenéutica, arqueología, historia y

paleografía, explicando la importancia de los estudios de Mabillion sentando los

principios de esta ciencia.

La bibliografía que se ofrece es una recopilación de obras, en orden alfabético de

autores, sobre los estudios realizados en la materia. Se cita especialmente la obra de

Menéndez y Pelayo La Ciencia Española en su volumen tercero y las colecciones de las

revistas: Histórica-Latina (Barcelona, 1875), Revista de Archivos y Bibliotecas

(Madrid, 1898-1912) y Bibliofilia (Barcelona, 1910-13).

DIPLOMÁTICA, ESCUELA SUPERIOR DE

“Con este nombre se entendía en España, hasta fines del siglo xix, la facultad en que se

seguía la carrera del cuerpo de archiveros, bibliotecarios y anticuarios. Hoy se halla

refundida con la Facultad de Filosofía, Letras e Historia (V.)”


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444

DIRECTORIO

Libro que contiene lo necesario para dirigir en alguna ciencia o negocio.

DISCIPLINA

Arte, facultad o ciencia

DISRAELI, ISAAC (1766-1848)

Escritor inglés consagrado a los estudios clásicos y a la literatura.

Curiosites of literature (1791-1823)

Calamities of authors (1812)

DITTRICH, JUAN JORGE (1783-1842)

Pomólogo alemán que fue maestro cocinero de palacio. En su obra da noticia de todas

las clases de frutas conocidas, clasificándolas en orden sistemático y separando las de

verano, otoño e invierno y sus épocas de madurez.

Systematisches handbuch der Obstkunde (Jena, 1837-41)

DIXON, JACOBO MAIN (1856)

Pedagogo y escritor americano.

Dictionary of Idiomatics English Phrases (1891)

DJORDANI, ZEIN ED DIN ABUL HASAN BEN MOHAMED (1339-1413)

Polígrafo árabe, entre sus obras se encuentra un diccionario técnico científico que fue

editado por Huegel en 1845.

Taarifat

DJUVARA, FRANDAFIL (1856)

Literato y diplomático rumano.

Ensayo sobre la literatura rumana (1893)

Bibliografía de la cuestión nacional (1895)


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DOCUMENTACIÓN

Acción y efecto de documentar // conjunto de documentos para este fin

DOCUMENTADO

Dícese del memoial, pedimiento, etc... acompañado de los documentos necesarios

DOCUMENTADOR

El que se apoya en documentos para probar lo que dice

DOCUMENTAL

Correspondiente o relativo a los documentos // Se dice de la narración, escrito o prueba

apoyada en documentos.

DOCUMENTALMENTE

Con documentos

DOCUMENTAR

Probar, justificar la verdad de una cosa por medio de documentos. Incluir documentos o

dar el carácter de documento // enseñar, doctrinar, catequizar

DOCUMENTISTA

Colector de documentos o entendido en el arreglo de ellos

DOCUMENTO

Instrumento que se da a uno en cualquier materia // Escritura, instrumento u otro papel

autorizado, según los casos, con que se prueba, confirma o corrobora una cosa // (fig)

Cualquier prueba, dato, noticia, acontecimiento, etc... que sirve para fundamentar una

cosa.


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446

DOCHNAHL, FEDERICO JACOBO (1820)

Pomólogo alemán.

Bibliotheca hortensis von 1750-1860 (Leipzig, 1896)

DODERLEIN, LUDOVICO (1791-1863)

Filólogo alemán

Homerisches Glossarium (1850)

DOMÍNGUEZ, RAMÓN JOAQUÍN (1811-1848)

Filólogo y político español. Libró varias campañas en prensa, perseguidos por sus

predicaciones. Influído por las ideas revolucionarias provocó en Madrid el movimiento

de mayo del 48. Conocido por sus Diccionarios.

Gran diccionario clásico de la lengua española

Diccionario francés español y español francés

Compendio del diccionario nacional de la lengua española

DOPPERT, JUAN (1671-1735)

Sabio alemán.

De Scriptoribus qui doctrinae thesauris et styli ornatu saeculum septimum, octavum,

nonum et sequentia sicque ipsam barbariem illustrarunt programmata octodecim

(1725-35)

DOREZ, LEÓN LUIS MARÍA (1922)

Escritor francés que ingresó en la Biblioteca Nacional como bibliotecario en 1905.

Escribió numerosas biografías, archivos, recopilación de formaciones de bibliotecas.

Recherches et documents sur la biblioteque du cardenal Sirletto (1891)

La biblioteque privée du Pape Jules II

Catalogue de la collection Dupuy (1899)

Les arichives du gouvernement á Louxembourg


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447

DOUAIS, JOSÉ MARÍA CELESTINO (1848)

Historiógrafo y obispo francés.

Hérétiques du midi au xiiième siecle (1891)

Hérétiques du comte de Toulouse (1892)

Documents pour servir a l’Histoire de l’Inquisition dans le Languedoc au xiiieme siècle

(1892)

DOUCE, FRANCISCO (1757-1834)

Anticuario inglés, conservador del departamento de manuscritos de Museo Británico.

Reunió una magnífica colección de libros, medallas, manuscritos que dejó a la

biblioteca Bodleyna.

Illustrations of Shakespeare (1807)

DOUET D’ARC, LUIS CLAUDIO (1808-1883)

Arqueólogo y erudito francés que estudió en la Escuela de diplomática y fue agregado a

los trabajos de Guizot, entrando a trabajar en los archivos del reino.

Catalogue de la collection des sceaux des archives de l’empire (1863-68)

Inventaire de la bibliothèque du roi Charles VI fait au ouvre en 1423 (1867)

DOUTTÉ, EDMUNDO

Arabista francés contemporáneo a la Enciclopedia. Su obra es un índice de las obras

relativas al islam escritas en francés, latín, alemán, inglés, castellano, italiano y árabe.

Bulletin bibliographique de l’Islam Maghribin (1899)

DOUGLAS, ROBERTO KENNWAY (†1923)

Hasta 1907 tuvo el cargo de conservador de libros chinos y japoneses en el Museo

Británico

Chinese Manual (1889)

Chinese Stories (1893)


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448

DOW, HOWARD MALCOM (1837-1912)

Estudió canto y solfeo, órgano, piano y composición. Fue organista de diversas iglesias.

I cannot Always Trace the Way

The Sacred Orpheus

DOWDEN, EDUARDO (1843-1913)

Síndico de la Biblioteca Nacional de Irlanda, comisario general de educación en Irlanda.

Robert Browning (1904)

Cymbeline (1903)

DOZY, RENIERO (1820-1883)

Orientalista e historiador holandés. En 1844 entró en la sección de manuscritos

orientales de la Biblioteca de Leiden. Visitó archivos y bibliotecas, especialmente

españoles con cuyos datos pudo deshacer muchos errores de historiadores anteriores a

él.

Supplément aux dictionnaires arabes (1877-81)

Dictionnaire detaillé des noms des vétements chez les Arabes (1845)

Notices sur quelques manuscripts arabes (1847-51)

Le Cid d’après nouveaux documents (1863)

Glossaire des mots espagnols et portugais derivés de l’arabe (1869)

DRAUD O DRAUT, JORGE (1573-1630)

Filólogo y bibliógrafo alemán. Entró en una imprenta en Franckfort en calidad de

corrector. Es considerado uno de los bibliógrafos más competentes y eruditos de su

época.

Bibliotheca classica

Bibliotheca librorum classica (Francfort, 1625)

Typographicus discursus experimentalis varius utilis et jucundus (Francfort, 1625)

DREYER, JUAN LUIS EMILIO (1852)


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449

Astrónomo sueco. Fue astrónomo del observatorio del conde de Rosse y del de la

Universidad de Dublín. En 1882 fue nombrado director del observatorio de Armagh.

Second Armagh Catalogue of 3.300 stars (1886)

New General Catalogue of Nibulae and Clusters of Stars (1888)

Tycho Brahe, a picture of scientific life and Work in the 16th century (1890)

DROZ, ALFREDO EDUARDO (1846)

Magistrado y publicista francés.

La propieté litteraire et artistique (1906)

DRUJON, ALBERTO FERNANDO (1845)

Literato y bibliógrafo francés. Ha publicado en Livre y Nouveau Livre

Catalogue des ouvrages écrits et dessins de toute nature, poursuivits, supprimés depuis

le 21 octovre 1814 jusqu’au 31 juillet 1877, avec tables et notes bibliographiques et

analytiques (1879)

Les livres à clef; étude de bibliographie critique et analytique pour servir à l’histoire

litteraire (1885-88)

Essai bibliographique sur la destruction volontaire des livres ou Bibliophilie (París,

1889)

DRUON, PEDRO PABLO (1775-1833)

Benedictino de San Mauro que cooperó con Brial y Clement en el Recueil des

Historiens des Gaules et de la France. En 1789 se le nombró bibliotecario y se le

empleó en la clasificación de los archivos franceses.

DUBUISSON, FRANCISCO RENATO ANDRÉS (1763-1836)

Naturalista francés que abrió al público uno de los gabinetes de historia natural más

ricos de finales del siglo xix. Fue director del Museo de historia Natural de Nantes.

Catalogue de la collection mineralogique et géognostique du Dép. De la Loire

Inferieure (1830)


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DU CLEUZION, ENRIQUE RAISON (1833-1896)

Arqueólogo y dibujante francés. Levantó el plano de París cuando la reforma y fundó y

colaboró con algunos periódicos, dibujando y explicando los cambios que estaba

sufriendo la ciudad.

L’art national (1881-83)

L’Oeuvre de Delacroix (1885)

La france artistique et pittoresque (188-88)

Les monuments historiques de la France (1887-88)

DUCROS, JUAN PEDRO (1785-1855)

Publicista y pedagogo francés.

Documentes relatifs a la fondation de l’oeuvre des petits savoyards (1844)

DUCHESNE, ANDRÉS (1584-1640)

Historiador francés que figura junto a los historiógrafos bolandistas. Fue geógrafo e

historiógrafo del rey de Francia y protegido de Richelieu.

Bibliotheca Cluniacensis (1614)

Bibliotheque des auteurs qui ont ecrit l’histoire et topographie de la France (1618)

Historiae francorum scriptores coaetanei ub ipsus gentis origine ad Philippi IV tempora

(1633)

DUFOUR, TEÓFILO ANDRÉS (1844)

Magistrado y escritor suizo. En 1873 obtuvo el título de archivero paleógrafo. Fue

director de la biblioteca de Ginebra.

Notice bibliographique sur le cavalier de savoie, le citadin de geneve et le fleu de

l’aristocratie genevoise (1877)

Notice bibliographique sur le Catéchisme et la confession de foi de Calvin (1878)


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451

DUFOUR, VALENTÍN CARLOS (1826)

Arqueólogo francés que fue bibliotecario segndo del ayuntamiento de París. Colaboró

en el Bibliophile Français, Bulletin du bouquiniste y otras revistas.

Bibliographie artistique, historique et litteraire de Paris avant 1789 (1882)

DUPIN, LUIS ELÍAS (1657-1719)

Teólogo y publicista francés. Su obra se vio acosada por grandes críticas e incluso fue

incluida en el Indice y consta de 58 volúmenes, siendo una de las más importantes de la

bibliografía mundial. Escribió también en el Diccionario de Moreri y en el Journal des

Savants.

Nouvelle Bibliothèque des auteurs ecclesiastiques, contentant l’histoire de leur vie, le

catalogue, la critique, la chronologie du leur ouvrages (1686-

Bibliotheque universel des historiens (con el seudónimo de Clarival) (París, 1707)

DUPPLESSIS, JORGE VICTOR ANTONIO GRATET (1834-1899)

Iconógrafo francés. Trabajó como conservador de la sección de Estampas de la

Biblioteca Nacional Francesa.

Catalogue de l’ouvre d’Abraham Bosse (París, 1859)

Le Livre des peintres de Michel de Marolles (1855)

Le Departement des Estampes (1860)

Bibliographie biographique (1866)

Catalogue de l’oeuvre de Claude Gellée (1875)

Icones veteris testamenti de H. Holbein (1884)

Les portraits dessinés par J.A.D. Ingres (1895)

Dictionnaire des marques et monogrames de graveurs (1886-87)

DUPONT, PABLO FRANCISCO (1796-1879)

Impresor, librero y político francés. Estableció una imprenta destinada a documentos

administrativos y más tarde se dedicó a editar obras de educación.

Essais d’imprimerie (1849)


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Histoire de l’imprimerie (1854)

Une imprimerie en 1867 (1868)

DUPUY, SANTIAGO (1586-1656)

Erudito francés, llegó a reunir una rica colección de manuscritos que legó al rey, del que

era bibliotecario. Otra parte de su colección fue vendida a Charon de Menars, quien se

la cedió a Joly de Fleury.

Index de tous les noms latinisés contenus dans l’Histoire de Thou (1664)

Catalogus bibliothecae Thuanae ordine alphabetico digestus (1679)

DURÁN, AGUSTÍN (1793-1862)

Literato, bibliógrafo y erudito español. Fue director de la Biblioteca Nacional, desde

donde hizo una gran divulgación de la cultura española. Reeditó obras clásicas

españolas especialmente en la Biblioteca de Autores españoles.

Colecciones de romances antiguos o Romanceros

DURAND, CARLOS ESTEBAN (1762-1840)

Arquitecto francés que restauró la Maisson Carrée de Nimes.

Description des Munuments antiques du Midi de la France

DURICH, WENCESLAO MIGUEL (1732-1802)

Filólogo checo.

Bibliotheca slavica antiquissimi dialecti communis (1795)

DURINGER, FELIPE JUAN (XIX)

Escritor y musicólogo alemán.

Albert Lortzing, sein Leben und Wirken (1851)


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453

DUSEVEL, FRANCISCO JACINTO GUIDO (1796-1881)

Arqueólogo francés, fue inspector de Monumentos Históricos del Somme y uno de los

fundadores de la Sociedad de Anticuarios de la Picardía.

Biographie des hommes celebres, des savants, des artistes et des litterateurs du

departement de la Somme (1835-1837)

DUTHILLOEUL, HIPÓLITO ROMÁN JOSÉ (1788-1862)

Bibliógrafo francés.

Bibliographie douaisienne (1835-1842)

Catalogue des manuscrits de la Bibliotheque de Douas (1846)

DUTUIT, AUGUSTO (1812-1902)

Coleccionista francés. En compañía de sus hermanos Eugenio y Eloisa heredo una

cuantiosa fortuna de sus padres que emplearon en la formación de una de las mejores

colecciones de arte francesas. Los objetos que componían la colección fueron legados a

la muerte de Augusto a la ciudad de París. Las colecciones se instalaron en el Palacio

Menor de los Campos Eliseos.

DUTUIT, EUGENIO (1807-1886)

Coleccionista e iconógrafo francés. En 1869 publicó el catálogo ilustrativo de su

colección de arte que había sido expuesta el año anterior en París.

Souvenirs de l’exposition de 1868 (1869)

Oeuvre complete de Rembrandt (1884)

Manuel de l’amateur d’estampes (1881-84)

DUVERDIER, ANTONIO (1544-1600)

Literato y bibliógrafo francés. Dotado de una gran fortuna decidió dedicarse a sus

aficiones bibliográficas, logrando formar una gran biblioteca que contenía manuscritos

griegos y latinos y a la que facilitaba la entrada a cuantos lo solicitaban.


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La bibliographie d’Ant. Duverdier contenant le catalogue de tous ceux qui ont écrit ou

traduit en français aven un discours sur les bonnes letres (Lyon, 1585)

DUVERGER, EUGENIO (1801-1863)

Impresor francés que fue encargado de la imprenta real. Se le debe la invención de un

sistema de tipografía musical que consiste en una serie de tipos sin pentagrama.

Specimen des caractères de musique gravés, fondus, composés et stéreotypés par les

procédés de E. Duverger (1834)

DUVERNOY, CARLOS LEOPOLDO EVEDARDO (1774-1850)

Erudito francés que, siendo juez de paz en Audincourt se dedicó a clasificar los archivos

del antiguo principado de Montbeliar y publicó los datos reunidos en el Annuaire du

Doubs a partir de 1834.

DVORSKY, FRANCISCO (1839)

Escritor checo, archivero de Bohemia.

Documentos históricos sobre Woldstein (1867)

Documentos referentes a las mujeres de Bohemia (1872)

DZAJIRA

Obra escrita por el bibliófilo árabe Abolhacen Alí Ben Bessam que vivió en el siglo xii.

El título de esta obra significa Tesoro de los merecimientos de los hijos de la península

y constituye una colección de biografías de poetas a la vez que una antología de sus

poesías. Parece que esta obra es una continuación de la de Abú Omar Aben

Muhammad. Contiene interesantes datos bibliográficos. La obra completa constaba de

cuatro tomos cada uno dedicado a una zona de la península.


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455

DZIATZKO, CARLOS (1842-1903)

Filólogo alemán que fue bibliotecario en la universidad de Friburgo y más tarde en

Breslau. En 1886 fue nombrado numerario de ciencias auxiliares del bibliotecario en

Gottinga.

Instruction fur die Ordnung der Titel (1886)

Sammluny bibliothekivessenschaftlicher Arbeiten (1888)

Untersuchunger uber ausgewahlte titel des ant. Buchwesesn (1900)

ECHARD, LORENZO (1617-1730)

Escritor inglés.

Diccionario de Geografía

EADIC, JUAN (1810-1876)

Teólogo escocés

Biblical Cyclopedie (1848)

Ecclesiastical Encyclopaedia (1861)

EADMER (1055-1124)

Cronista inglés. Perteneció al monasterio de Christ Church de Canterbury. Fue asistente

de Anselmo de Aosta, arzobispo de Canterbury (1093).

Vita Anselmi

Historia Novorum in Anglia

EANDI, JOSÉ ANTONIO FRANCISCO JERÓNIMO (1735-1799)

Físico italiano.

Notizzia storica sugli studi del padre Beccaria (1783)

EARLINGER, JORGE († 1542)

Encuadernador, tipógrafo y astrónomo alemán.

Libro original sobre los planetas


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EASTLAKE, CARLOS LOCKE

Literato inglés. Conservador de la Galería Nacional de Londres.

Pictures in the National Gallery

EBERT, ALFREDO LEOPOLDO (1878)

Especializado en historiografía musical, y publicó notables estudios biográficos de

Mozart y de Beethoven

Ueber die Geschichte der literarischen Waarenkunde

EBERT, JUAN GASPAR (XVII)

Bibliógrafo y filólogo alemán. Recogió en su obra la biobibliografía de mujeres

alemanas sobresalientes en las ciencias.

Galería de mujeres ilustres

EBRARD, FEDERICO (1850)

Bibliógrafo alemán. Bibliotecario Jefe de Francfort del Maine

Biblioteca municipal de Francfort

ECCHELLENSIS, ABRAHAM (M. 1664)

Sabio maronita.

Catálogo de literatura caldea (1653)

ECHARD, SANTIAGO (1644-1724)

Historiador francés de la orden de Santo Domingo. Reunió una bibliografía de los

escritores de su orden.

Scriptores O. Praedicatorum recensiti notisque historicis et criticis illustrati

ECHEGARAY Y CORTA, CARMELO (1865)

Historiador español, cronista de las provincias vascongadas.


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Archivos municipales de Guipuzcoa, orden en que han de ser arreglados y sistema

defiitivamente adoptado para la organización de los mismos (1898)

ECHEVSKY, ESTEBAN VASILIEBITCH (1829-1865)

Historiador ruso, recogió importantes documentos sobre la masonería en este país.

Biographies et Caractéristiques (1882)

ECKEL, JOSÉ HILARIO (1737-1753)

Numismático y religioso jesuita austriaco. Fue conservador y director de la colección

del museo que el colegio jesuita tenía en Viena. Fue además director del Museo

Imperial de numismática y profesor de antigüedades en Austria.

Catalogus Musaei Cesarei Vindobonensis Nummorum Veterum

Musei Franciani desciptio, sive specimen artis criticae nummariae

Doctrina Nummorum Veterum

ECORCHEVILLE, JULI ARMANDO JOSE (1872-1915)

Musicógrafo francés que catalogó los fondos de música de diversas bibliotecas.

Catalogue du fonds de musique ancienne de la Bibliteque Nationale

Catálogo general de la biblioteca de Ecorcheville

EDER, GREGORIO (1523-1586)

Erudito teólogo austriaco.

Catalogus rectorum et illustrium virorum archigymnasii viennensis de 1237 a 1559

(1559)

EDICIÓN

Impresión o publicación de un libro o escrito // Conjunto de todos los ejemplares de la

msma obra impresos de una vez sobre el mismo molde.

En bibliografía a la primera edición de una obra clásica se le llama edición príncipe, que

algunos suelen designar en latín, y cuando la edición no es de la obra manuscrita o


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458

inédita, sino qu ese trata de una nueva edición de una obra publicada, suele ir

acompañada de algún comentario, de notas y aclaraciones. Se llama edición crítica a la

que se propone fijar o reconstruir, aunque sea de modo hipotético, el texto primitivo,

alterado o truncado ya por errores o descuidos de sucesivos copistas, a través de los

tiempos, en las obras anteriores a la invención e la imprenta, o por erratas de caja en las

impresas o bien por otras causas debidas en ocasiones a exigencias del momento en las

obras muy propagadas por medio de la tipografía. El valor de una edición crítica

depende de la ciencia o del talento del editor comentador. Tanto la primera edición de

una obra clásica o moderna suelen tener gran valor en bibliografía, la una porque

además de su valor filológico y literario, puede reproducir el texto de un manuscrito

desaparecido, la otra porque aparece en su estado primitivo. Desde elpunto de vista

bibliográfico, una nueva edición no ofrece interés alguno, ni se considera como nueva si

se limita a la simple reimpresión sin variación alguna en el texto. En el siglo XVII los

libreros, para dar salida a los ejemplares no vendidos recurrieron a la superchería de

cambiar la cubierta haciéndolos pasar por nuevas ediciones.

En ciertos países existen boletines bibliogáficos que advierten al público cuando se

trata de una nueva edición o cuándo de una reimpresión. Como ejemplo de alteración o

mutilación del texto quedan ediciones llamadas ad ususm delphini. Las ediciones

impresas en Maguncia por Guttemberg, Fust y Schaeffer con caracteres góticos

recibieron el nombre de incunables, siendo en su mayoría ediciones príncipe. Cuando

una edición reproduce el texto manuscrito sin alteración,se llama diplomática. En la

actualidad para la reproducción de docmentos, se recurre a procedimientos del

fotograbado y fototipia, y da a conocer los caracteres paleográficos. (reenvía a códice,

bibliografía, imprenta y libro)

Edición (derecho). Mucho más amplia que la bibliográfica. Proporciona información

sobre los tipos de contrato.

EDITAR

Publicar como editor, costear por medio de la imprenta una obra, periódico, folleto, etc.


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EDITOR

El que saca a la luz o hace imprimir o publicar por su cuenta, o por la del autor, o la del

propietario una obra, un perióidco, folleto, etc...

En su origen esta voz designaba a un erudito, un sabio u hombre de letras que publicaba

una obra ajena por darla a conocer cuando era inédita, o bien por presentar un texto

mejorado o comentarios sobre la obra cuando ya era conocida.

Hacia fines del siglo XVII se daba este calificativo al librero que imprimía o hacía

imprimir por su centa o por cuenta de los autores.

Editor responsable. El que publica una obra, ajena por lo general y cuida de su

impresión.

Se examinan las etapas por las que ha pasado la legislación española en cuestión de

responsabilidad de los editores.

EDITORIAL

Perteneciente o relativo a editores o ediciones.

EDMOND, JUAN FELIPE (1850-1906)

Bibliógrafo escocés. Fue bibliotecario en el Sion College de Londres y más tarde en el

condado de Wigan. Desde 1894 fue administrador de la biblioteca de la sociedad

Writers to the Signets de Edimburgo.

Historia de la imprenta en Escocia

Estudio sobre los impresores de Aberdeen desde 1620 hasta 1736

Anuncios y carteles ingleses de 1505 a 1897

Periódicos ingleses a partir de 1641

Boletines de la Asamblea Nacional y de la Convención

Colección de 1500 folletos de Martín Lutero y sus contemporáneos

EDWARD, TOMÁS (1814-1886)

Zoólogo y coleccionista inglés. Llegó a recopilar una colección de 8.000 especies que

recogió en un catálogo.


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EDWARDS, EDUARDO (1812-1886)

Publicista y bibliógrafo inglés. Formuló, bajo la dirección de Panizzi, las bases para el

catálogo de la gran biblioteca de Londres. Fue bibiliotecario en la primera Free Library

de Manchester. Catalogó las bibliotecas del Queen’s College, Oxford y Niton.

Memoir of libraries including a handbook of library economy (Londres, 1859)

Libraries and their Foundiers (1865)

Chapters on the bibliographical History of the French Academy (1870)

Lives of the founders of the British Museum (1870)

EDWARS, JAIME TOMÁS (1829-1906)

Musicógrafo inglés. Publicó numerosas obras de musicografía y una Historia de la

ópera.

Life of Rossini

The life and artistic career of Sims Reever

EFEMÉRIDES

Libro o almanaque histórico en que se refieren los hechos o sucesos notables que en el

mismo día del año acaecieron en diferentes épocas.

EGGELING, JULIO (1842)

Orientalista inglés que en 1869 fu nombrado secretario y bibliotecario de la Real

Sociedad Asiática.

Catalogue of Buddhist Sankrit Mannuscripts in the Library of the India Office (1887-

89)

EGGER, EMILIO (1813-1885)

Helenista francés , miembro de la Academia de Inscripciones y Bellas Letras.

La vie et les travaux de Litronni Polémon le voyageur archéologique.

Examen critique des historiens anciens de la vie et du regne d’Auguste


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EGIDI, PEDRO (1872)

Archivero italiano. Ha publicado notables estudios históricos y ha dirigido numerosas

revistas.

L'archivio della catedrale di Viterbo (1906)

Soriano el Cimino e l'archivio suo (1903)

L’archivio comunale fiorentino

EGLESTON, TOMÁS (1832-1900)

Mineralogista norteamericano que fue encargado de las colecciones mineralógicas de la

Institución Smithsoniana

EGUÍA, MIGUEL DE (XVI)

Impresor español. Aunque tuvo talleres en Sevilla y Estella, desarrolló la mayor parte de

su actividad en Alcalá de Henares, donde imprimió un gran número de obras

humanísticas y literarias, en latín y en castellano. Realizó varias estampaciones de obras

de Erasmo (1525) e imprimió la traducción del Enquiridion por A. Fernández de

Madrid, los Comentarios de César traducidos por D. López de Toledo (1529) y De orbe

novo de P. Mártir de Anglería (1530). Su sobrino J. de Brocar continuó su trabajo.

EGUIARA Y EGUREN, JUAN JOSÉ (1706-1763)

Erudito y bibliófilo mexicano. Cursó estudios eclesiásticos en la Universidad de

México, donde ocupó altos cargos en el cuerpo docente. Reunió y catalogó una

Bibliotheca mexicana (1775), de la que sólo llegó a publicar el primer tomo.

EHRHART, BALTASAR († 1757)

Médico alemán, socio de la academia leopoldina.

Herbarium vivum recens collectum in quo centuriae V plantarum officinalium

repreaesentatur.

Catálogo de las plantas del Tirol


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EHRLE, FRANCISCO (1845)

Teólogo e historiador inglés. Se consagró al estudio de los archivos y recorrió los

principales de Europa. Fue prefecto de la Biblioteca del Vaticano.

Bibliotheca theologiae et philosophiae scholasticae selecta

EKWALL, BROR OSCAR EILBERT (1877)

Shakespear's vocabulary (1903)

ELGIN, TOMÁS BRUCE, CONDE DE (1766-1841)

Se llevó varios moldes y fragmentos de esculturas antiguas de Atenas. En 1816 vendió

su colección al Museo Británico. Esta colección se conoce por el nombre de los

Mármoles de Elgin

ELÍAS DE MOLÍN, ANTONIO (1909)

Pertenecía al cuerpo de archiveros, bibliotecarios y anticuarios. Fue el jefe del Museo

Provincial de Antigüedades de Barcelona, vocal de la Comisión de monumentos

históricos y artísticos de la provincia. Escribió importantes obras de carácter técnico,

entre ellas una sobre Numismática.

Bibliografía de escritores y artistas catalanes del siglo XIX (1888)

ELOY, GERARDO (1590-1641)

En 1612, en la orden de Cartujos fue encargado por sus superiores de clasificar los

archivos del Convenio de Bruselas.

ELZAHARWI, ABU HAFC OMAR BEN (370-454) OBAIDALLAH BEN YUSUF BEN

Poseyó una enorme biblioteca

EMINESCU, MIGUEL (1848-1889)

Fue inspector de escuelas y bibliotecas en Jassy


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ENCICLOGRAFÍA

Colección o reunión de tratados sobre todos los ramos de los conocimientos humanos o

sobre todas las divisiones y subdivisiones de una ciencia // Llámase también así a la

enciclopedia en forma de monografías o tratados especiales.

ENCICLOPEDIA

Conjunto de todas las ciencias // Obra en que se trata de muchas ciencias // Conjunto de

tratados pertenecientes a diversas ciencias o artes // Diccionario enciclopédico // Por

antonomasia, obra que se publicó en Francia en el siglo XVIII bajo la dirección de

Diderot y D’Alembert // Parte de los diccionarios enciclopédicos en que se desenvuelve,

con la debida extensión, la materia de que anteriormente se ha dado la definición

escueta.

Historia. Nombre que daban los griegos al encadenamiento de todas las nociones que

debían entrar en la educación de un hombre libre, es decir, del que nada debe ignorar de

lo que le concierne.

Derecho. Enciclopedias jurídicas. Conjunto de las tres ramas (filosofía, historia y

ciencia filosófico histórica) del Derecho. Tambiénlas obras en que se expone el Derecho

de un pueblo.

Literatura e Historia. Se da el nombre de enciclopedia a la obra que reúne el conjunto de

los conocimientos humanos, distribuyéndolos bajo una forma metódica, de modo que

resalte la íntima cohesión de las distintas ciencias y artes y ordenándolas según los

cuadros racionales. El sistema más empleado en la actualidad es el orden alfabético,

distinguiéndose del diccionario en que éste se limita a tratar de un solo asunto, en tanto

que la enciclopedia los abarca todos. Existen, no obstante, a parte de las enciclopedias

generales o universales, las especiales que se refieren sólo a una ciencia o a un grupo de

ciencias que se relacionan entre sí.

Tras esta definición se realiza una revisión por la historia de las enciclopedias, desde

Grecia hasta el momento de la edición del Espasa, entre las de la fecha se dedica

especial atención a las publicadas en Inglaterra, Alemania y Francia (fuentes de la


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Enciclopedia Espasa) y la variedad de enciclopedias en España se estudia con mayor

detenimiento. Como en cada voz, se presenta una amplia bibliografía de enciclopedias

antiguas y recientes.

Por último se hace referencia a parte a Enciclopedias Especiales, es decir, las que se

dedican a una ciencia determinada, de éstas se ofrece también bibliografía.

En artículo separado se ofrece la voz Enciclopedia filosófica, que hace referencia a la

Enciclopedia de Diderot. Se explica su publicación, que duró varios años y el impacto

que tuvo en la época.

ENCICLOPÉDICO

Perteneciente a la enciclopedia // Extenso, variado, universal, aplicado a los

conocimientos, saber, instrucción, talento, etc.

ENCICLOPEDISMO

Conjunto de doctrinas profesadas por los autores de la Enciclopedia publicada en

Francia a mediados del siglo xviii, y por los escritores que siguieron sus enseñanzas en

la misma centuria // Conjunto de conocimientos generales reunidos en una misma

persona.

En rigor, significa la universalidad del conocimiento o el conjunto de todas las ciencias

en un momento dado de su primer desarrollo histórico. Se toma muchas veces a mala

parte como incluyendo la nota de poca profundidad o diletantismo en la ciencia, efecto

de su demasiada extensión que indica la imposibilidad de haber estudiado

detenidamente los pormenores y haberlos podido digerir.

Otro mal sentido tiene la palabra y es la heterodoxia de los escritores y escritos en la

Enciclopedia francesa de Diderot y demás enciclopedistas. En esta parte coincide con la

palabra volterianismo.

ENCICLOPEDISTA

Dícese del que sigue las doctrinas profesadas por los autores de la Enciclopedia // Autor

o colaborador de una enciclopedia.


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ENDEL, PABLO (1837-1911)

Abandonó los negocios para consagrarse al coleccionismo, su afición dominante.

Escribió varias crónicas respecto a su especialidad.

Champfleury sa vie, son oeuvre (1891)

ENDLICHER, ESTEBAN LADISLAO (1804-1849)

Fue nombrado bibliotecario de la Corte de Viena. Se dedicó las ciencias naturales,

especialmente a la botánica y a las lenguas orientales

ENDRÖDY, JUAN (1756-1824)

Coleccionó las obras dramáticas en magiar compuestas hasta los primeros años del siglo

XIX

ENDRULAT, BERNARDO F. JULIO (1828-1886)

Empleado en los archivos de Dusseldorf en 1876

ENGEL, ARTURO (1855)

Estudió su ciencia en las escuelas francesas de Roma y Atenas, dedicándose

preferentemente a la rama de monedas y medallas

Documents pour servir à la numismatique de l’Alsace (1874)

ENGEL, FRANCISCO (1834)

Fue viajero y naturalista, cuando volvió de sus viajes fue nombrado Bibliotecario de la

Escuela Superior de Agricultura de Berlín

ENGEL HARDT, CARLOS AUGUSTO (1768-1834)

Ingresó en la carrera administrativa como archivero de la cancillería de Dresde


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ENGELMANN, GUILLERMO (1808-1878)

Fue librero en Leipzig y se dedicó a realizar bibliografías científicas y a la publicación

de obras de arqueología, historia y ciencias afines.

Bibliotheca jurídica (1750-1839)

Biblioteca mechanico-technologica (1834)

ENGESTRÖM, LARS, CONDE DE (1751-1829)

Poseía una colección de libros y manuscritos reunida por los Eneström, Benzelios y los

Benzelstjerna que él mismo aumentó considerablemente

Memorias y notas (1876)

ENGHIEN, JUAN DE

Realizó resúmenes de crónicas que más tarde recopiló en una obra

Livre de les Chroniques de Bravant

ENGUIX Y GINER, VICENTE (XIX)

Fue archivero de la iglesia de Santa María de Concertaina

Varones ilustres en virtud y letras de la villa de Concertaina

ENRIQUE DE VALENCIENNE

Historiador francés

Historiens de France

ENSEÑAT Y MORRELL, JUAN B. (1854)

Autor dramático, periodista e historiador español

Compendio de Historia Universal

Refundició del diccionario francés-español


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ERATÓSTENES DE CIERNE (275-194 A.C.)

Científico y literato griego. Fue discípulo de Calímaco, y más tarde estudió en Atenas

con Arcesilao. Por invitación de Ptolomeo Evergetes sucedió a Apolonio Rodio en la

dirección de la biblioteca de Alejandría. Muy conocido por su actividad y por la

diversidad de sus intereses, fue denominado por sus colegas el Beta (segundo en todo) o

el Pentatlo (atleta de muchas especialidades). En crítica literaria se opuso a la

interpretación alegórica de Homero, sosteniendo que la finalidad de la poesía era

deleitar, no instruir. Escribió un tratado fundamental Sobre la comedia antigua, que fue

utilizado por otros estudiosos de su tiempo. Se ocupó de temas de cronología,

sistematizó los datos de la historia política y literaria y compiló una lista de los

vencedores de los Juegos Olímpicos. En matemáticas se le conoce por su método para

hallar números primos llamado criba de Eratóstenes, y por haber realizado, para

resolver el problema de Delos, el primer instrumento de cálculo del que se tiene noticia,

el mesolabio. Se le considera el fundador de la geografía matemática (su obra Geografia

fue muy elogiada y utilizada en la Antigüedad), e intentó construir un mapa del mundo.

Sostuvo (en el tratado Sobre la medida de la Tierra) la esfericidad de la Tierra y calculó

con notable precisión la longitud de la circunferencia terrestre. También escribió

filosofía, poemas épicos y una elegía, muy apreciada por la crítica literaria antigua. De

todas sus obras sólo quedan fragmentos.

ERBEN, GUILLERMO (1864)

Colaboró en alguna ocasión como diplomático. Ha editado el Catálogo del Museo del

Ejército.

ERMAN, ADOLFO (1854)

Egiptólogo alemán. Fue director de la sección egipcia del Museo Real de Berlín.

Die plurabilding des Aegyptisches

ERMAN, GUILLERMO (1850)

Filósofo alemán. Fue director de la Biblioteca de Bonn


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468

Comunicadores de la Sociedad africana en Alemania

ERMAS, JOSÉ (1736-1805)

Bibliógrafo belga.

De Reifferenborg

ERMISCH, HUBERTO MAXIMILIANO (1850)

Historiador alemán. Director de la Real Biblioteca Pública de Dresde

Documentos de Freiberg

Archivo para la historia y documentación de Sagaria

ERSCH, JUAN SAMUEL (1766-1828)

Bibliógrafo alemán

Allegmeine politiche zeitung fu ralle stande

ERSLEW, TOMÁS HAUSEN (1803-1870)

Literato dinamarqués.

Diccionario general de los escritores dinamarqueses

ESCAMPS, ENRIQUE (1815)

Literato y arqueólogo francés.

Descripción de los manuscritos antiguos del Museo Campana

ESCAVAS, PEDRO DE (XV)

Publicista español

Repertorio de príncipes de España

ESCHENBURG, JUAN JOAQUÍN (1743-1823)

Publicista alemán. Escribió biografías de escritores alemanes antiguos y modernos y

terminó la primera traducción alemana de las obras de Shakespeare.


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469

ESCHOLER, RAIMUNDO (1882)

Colaboró en numerosos periodicos y revistas, conservador del Museo Victor Hugo.

Le Nouveau Paris, En vie glorieuse de Victor Hugo (1929)

ESCOTO, JOSÉ AUGUSTO (1864)

Se dedicó a la investigación y acumulación de materiales para la historia de la literatura

cubana. Director de la Biblioteca pública de Matanzas. Publicó numerosos artículos y

folletos referidos a la historia de Cuba y numerosas biografías.

Crítica y bibliografía de la Literatura Cubana

ESCUDERO Y PEDROSO, FRANCISCO (1828-1878)

Publicista español.

Tipografia Hispalense

ESPERANDIEU, EMILIO JULIO (1857)

Conservador de los Museos Arqueólogicos de Nimes y de los monumentos del Gard.

EVANS, DAVID EMLYN (1843-1913)

Editó varias revistas profesionales, realizó una importante biografía para la colección de

Masters-Musicians.

Diccionario de músicos Gaélicos, Alawon F y Ngwlad

EVANS, EDWIN (1844-1923)

Colaborador de la revista Musical Times y del Dicctionary of music and musicians. Ha

consagrado diversos libros al estudio de las obras de Brahms y Beethoven.

FABRA, POMPEYO

Trabajó en el seno de la Sección Filológica del Institut d'Estudis Catalans.

Diccionario ortográfico


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470

FABREGUES SINTES, BERNARDO (1838-1910)

Descendiente de familia de tipógrafos

FACCHINETTI, VICTORINO (1883)

Profesó en la orden Franciscana y es profesor de Historia de la Edad Media en la

Universidad Católica. Se dedicó a estudios sobre iconografía cristiana en sus diversas

manifestaciones.

Iconografía franciscana

Tomaso da Celano

La storia di San Bernandino de Siena

San Francesco d'Assisi nella storia nella legenda nell'arte

FAGE, RENATO (1848-1929)

Erudito francés

Un demi-siècle de théâtre á Tulle 1800-1850

La vie á Tulle au et XVIII siécle

FAIRCLOUGH, ENRIQUE RUSTON (1862)

Profesor de literatura clásica de la Leland Stanford Jr. University

The attitude of the Greek Tragedians Toward Nature

The adria of Terence

The Antigone of Sophocles

Virgil. The Classic and our Twentieth Century Poets

FALCO, FRANCISCO (1835)

Torcuato Tasso filósofo

Giordano Bruno

Melchiore Gioia

Pensieri filofici di S. Caterina da Siena


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471

Niccolo Machiavelli, suo caractere e suoi principi

FALKE, OTÓN (1862)

Director del museo de Arte e Industrias de Viena, auxiliar de la dirección Real Museo

de Berlin.

FALOCI-PULIGNATI, MIGUEL (1856)

Archivi Storici per le Marche e I'Umbria

Archivi per la Storia Ecclesiastica della Umbría

Le relazioni tra San Francesco d'Assisi e la cittá di Foligno

Guida illustrata di Foligno

FARINA, JULIO (1889)

Inspector del Museo Egipcio de Florencia, profesor de Egiptología en el Instituto de

Estudios Superiores de esta ciudad.

Gramatica della lengua egiziana antica in caratteri georglifici

Compendio di sociologia generale de V. Pareto

Le aventura di Sinuhe

FARMAKOVSKIJ, BORIS VLADIMIROVICH (1870-1928)

Profesor de la Universidad de Petrogrado, secretario del Instituto Arqueológico Ruso,

miembro de la Comisión Imperial de Arqueología.

Pintura parietal de la época micena.

FAUCHILLE, PABLO AUGUSTO JOSÉ (1858-1926)

Tratado de derecho internacional público

La guerra de 1914: Ruecueil de document intéressant le droit international

Recueil international des traités du xxè siécle contenant l'emsemble du droit

conventionel entre les États et les sentences arbitrales.


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472

FAUST, ALBERTO BERNARDO (1870)

Charles Sealsfield. List of Swiss emigration in the XVIII century of the american

colonies

FAVA, DOMINGO (1873)

Bibliotecario de la Braidense. Director de bibliotecas Istense y universitaria de Módena.

Intendente de las bibliotecas de Emilia.

La biblioteca della Certosa di Pavia

Gli epigramme di Platone

I sinonimi latini

Catalogo degli incunabili della Reale biblioteca Estense

FAXON, FEDERICO WINTHROP (1866)

Secretario y director de la Asociación Americana de Bibliotecarios (es secretario y

director)

Bibliography of Ephemeral Bibelots

Bibliography of Literary Annuals and Gift Books

FAY, SYDNEY BRADSHAW (1876)

Estudió en Harvard, dónde se doctoró en Filosofía. Fue profesor de Historia.

Fueter's World History 1815-1929

The Records ot the Town of Hanover

FAYOLLE

Diccionario biográfico de músicos (1810-1811)

FEA, ALLAN (1860)

King Monmouth. Memoirs ot the martyr king

Seymour Lucas R.A a monograph

The real captain Cleveland. Recollections of sixty years


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473

James II and his wives

FELDER DE LUCERNA, HILARIO (1867)

Los Estudios en los primeros tiempos de la orden Franciscana.

FELGEL, ANTONIO VICTOR, SEÑOR DE FARNHOLZ (1845)

Archivero austriaco. Jefe de Sección y Vicedirector de los reales archivos

FERNÁNDEZ Y MEDINA, BENJAMÍN (1873)

Doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca

Figuras, doctrinas y empresas hispánicas

FERRARI, FERRUCCIO

Noticia bibliográfica di alcuni rari opuscoli pubblicati dai Giunti dal 1537 al 1591

Bibliografía Boccaccesca

Le bibliografie degli incunabili

FERRARI, GIANNO (1887)

Bibliógrafo italiano. Catedrático de las Universidades de Mesina, Siena y Florencia. En

1931, lo fue de Derecho romano y comparado en la de Padua.

I documenti medioevali di diritto privato dell'Italia meridionale

L'ordinamento giudiziario a Padova negli ultimi secoli della Repubblica Vaneta

FERRERO, GUILLERMO (1871)

Characters and events of Roman History

Ancient Rome and modern America

La Guerra europea

La ruine de la civilisation antique

Roma antica


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474

FIJALEK, JUAN (1864)

Cursó estudios canónicos historicopaleográficos.

La muerte de San Wenceslao

Resumen de la literatura histórica medieval

Maestro Jacobo de Paris

FILIPPOV, ALEJANDRO NIKITICH (1853)

Catedrático de derecho en la Universidad de Jurjev

Los documentos del Gabinete ministerial

El castigo según la legislativa de Pedro "El Grande"

FIRTH, CARLOS HARDING (1857)

Obtuvo la cátedra Ford de historia de Inglaterra en la universidad de dicha capital.

Life of Colonel Hutchinson

The life of the duke of Newcastle

Ludlow's Memoirs

Journal of Joachim Hane

Oliver Cromwell

FIRTH, JUAN BAUTISTA (1868)

Periodista que entró a formar parte del cuerpo de redacción de The Daily Telegraph

Augustus Caesar

Constantine the Great

FISCHER, EDMUNDO J. OTÓN (1886)

Doctor en filología por la Universidad de Berlin. Director del Museo de Artes Gráficas

de Stuttgart.

FLEISCHER, OSCAR (1856)

Profesor de ciencias musicales en la Universidad de Berlin


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475

Die German. Neumen (1923)

FLEMING, DAVID HAY (1849)

Register of St Andrews Kira-Session 1559-1600

Diary of Sir Archibald Johnston of Wariston 1650-1654

Register of the Privy Seal of Scotland 1529-1542

FLETCHER, GUILLERMO (1844-CA. 1915)

Public libraries in America

Poole's index to Periodical Literatura

FLICHE, MARIA JOSÉ ENRIQUE (1884)

Miembro de la Sociedad de Historia Eclesiástica. Catedrático de la facultad de Letras de

Montpellier.

Le régne de Philippe 1er, roi de France 1060-1108

La vie de St. Savinien, premier éveque de Sens

Etudes sur la polémique religieuse á l'epoque de Grégoire VII

Saint-Grégoire VII

FLING, FIDERICO MORROW (1860)

Fundó la Sociedad de profesores de Historia en el estado de Nebraska.

Mirabeau an opponent od absolutism

Mirabeau, a victime de lettres de Cachet

Mirabeau et Calonne

FLIPPIN, PERCY SCOUT (1874)

William Gooch Successful Royal Governor of Virginia

Life and letters of Herschel V. Johnson


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476

FLOOD, GUILLERMO ENRIQUE (1859)

History of Irish Music

Story of the Harp

Catholic Hymnal for Ireland

FORREST, JORGE GUILLERMO (1849-1926)

Biógrafo. Fue secretario del departamento de Educación de Bombay (India). Estudió

Derecho

Life of Sir Nevile Chamberlain

Life of Lord Roberts

Life of Lord Cline

FRACCARO, PLINIO (1883)

I processi degli Scipioni. Studi varroniani

FRANCESA, GIL (†1535)

Profesor de francés del príncipe Arturo y de la princesa Mª de Inglaterra y bibliotecario

del primero, así como de Enrique VII y de Enrique VIII

FRATI, CARLOS (1863)

Director de las Bibliotecas Estense, Nacional de Turin, Marciana de Venecia y la de la

Universidad de Bolonia.

Richerche sul "Fiori di virlú"

Bibliographia malpighiana

Saggio di un catalogo dei coddici Estensi

FRATI, LUDOVICO (1855)

Director de la biblioteca universitaria de Bolonia, conservador de manuscritos.

Indice della carte di P.Bilancioni

Storia di Castel San Pietro


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477

Indice de coddici latini della Reale Biblioteca universitaria di Bologna

FRIEDERICH, GUSTAVO († CA. 1922)

Los dos documentos más antiguos del convento de Rajhrad

Prolegómenos de la diplomacia checa.

FUIREN, ENRIQUE (1614-1659)

Médico y naturalista dinamarqués. Reunió un rico gabinete de Historia Natural y una

biblioteca que legó a la Universidad de Copenhague

Praelectiones medicae de ascite (Basilea, 1645)

FUIREN, JORGE (1581-1628)

Médico y botánico dinamarqués. Tomó nota de numerosas plantas desconocidas hasta

entonces, pero no las publicó por lo que más tarde lo hizo Bartholin en su Cista medica

(1662)

FULGENCIO, FABIO PLANCIADES (500-550)

Escritor y gramático latino nacido en Africa.

Expositio sermonum antiquiorum

Aetatibus mundi et hominis

FULIGATTI, JAIME (†1653)

Jesuita, predicador y escritor italiano.

Vita del cardinale Bellarmino della Compagnia di Gesu (Roma, 1624)

Vita del P. Pietro Canisio della Compagnia di Gesu (Roma, 1649)

FULIN, RINALDO (1824-1884)

Historiador italiano. Fundó el Archivio Veneto.

Relazione di Francesco Corner, Ambasciatore in Spagna

Archivio degl’inquisiatori de Stato


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478

FULLER-MAITLAND (1856)

Crítico musical inglés. En 1893 ordenó junto a A.H. Mann el catálogo de la sección de

música del museo Fitzwillam de Cambridge. Fue el redactor del tomo IV de la Oxford

History of Music.

FUMAGALLI, CARLOS (1828)

Escritor italiano.

Dei primi libri a stampa in Italia (1875)

La vita domestica e pubblica dei Greci e dei Romani (1893)

FUMAGALLI, JOSÉ (1863)

Bibliógrafo italiano. Fundador de la Escuela del Libro y de su almanaque y director de

la biblioteca Brera de Milán.

Catalogui di Bibliotechi e indici bibliographici (1887)

Biblioteca bibliografica italica (1889)

FUMI, FAUSTO GERARDO (1840)

Filólogo italiano.

Carmina graeca, latina, hebrea (1860)

Civittà e istruzione (1865)

Glottologia e i Noegrammatici (1881)

FUMI, LUIS (1845)

Historiador italiano.

Codice diplomatico della Città de Orvieto (Florencia, 1888)

FUNCK, JUAN NICOLÁS (1693-1777)

Filólogo y bibliotecario alemán

De origine linguae (1720)


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479

Epistolas de Ciceron (1739)

FUNCK-BRETANO (1862)

Historiador francés. Fue conservador del departamento de manuscritos y grabados de la

biblioteca del Arsenal de París.

Catalogue des archives de la Bastille (1895)

FUNKE, ERNESTO (1860)

Escritor y bibliotecario alemán. Fue nombrado bibliotecario de Dortmund y Berlín.

FURNESS, GUILLERMO ENRIQUE (1802-1896)

Teólogo y escritor norteamericano.

Jesus and his biographers (1838)

FURNIVALL, FEDERICO JACOBO (1825)

Filólogo y crítico literario inglés.

The Early English Text Society (1864)

FURST, RODOLFO (1868)

Escritor alemán

Der Vorlanfer der moderner Novellen (1879)

Deutschlands Roman im 19 Jahrhundert (1903)

Deutsche Erzählung des 18 Jahrhundert (1897)

FURTWÄMGLER, ADOLFO (1853)

Arqueólogo alemán

Eros in der Vasenmalerei (1875)

Die Bronzefunde aus Olimpia (1880)

Der Satyr aus Pergamon (1880)


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480

FUSÉE AUBLED, JUAN BAUTISTA CRISTÓBAL (1720-1778)

Botánico francés, fue el primero en penetrar en las selvas vírgenes y llegó a coleccionar

400 nuevas especies de plantas que publicó.

Histoire des plantes de la Guyane française, rangées suivant la méthode sexuelle, etc...,

et une notice des plantes de l’ile de France.

GALBIATI, JUAN (1881)

Prefecto en la Biblioteca Ambroisiana, profesor de árabe en la Universidad Católica,

etc. Bibliotecario, prelado y escritor italiano.

GALLE, LEÓN (1854-1921)

Presidió la Sociedad de Bibliófilos de su ciudad natal.

Histoire du Beaujolais

Mémoires de JC Trolieur de la Vaupierre

GALPIN, FRANCISCO GUILLERMO (1858)

Musicógrafo inglés. Rector de Faulkbourne y canónigo honorario de Chelmsford.

The Church Plate of Essex

The Sumerian Harp of Ur

GANTVOORT, ARNOLDO JUAN (1857)

Director del Colegio de música de Cincinnati. Decano de algunas universidades.

The High School Ideal

The Model Music Course

Shorter Music Course

Familiar Talks on the History of Music

GARCÍA-ARISTA Y RIVERA, GREGORIO (1876)

Publicó en el Heraldo de Aragón y en el Diario de Avisos, escribiendo diversas obras de

carácter biobibliográfico.


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481

Martín Miguel Navarro y Moncayo, gran poeta y escritor aragonés del Siglo de Oro

Dos cartas históricas: Felipe II y Antonio Pérez

GARNER, JAIME WILFORD (1871)

Historiador norteamericano

Encyclopaedia of American Government

GASCÓN Ó CASCÓN, MIGUEL (1880)

Perteneció a la Compañía de Jesus. Profesor de distintas universidades.

Boletín de la biblioteca de Menéndez y Pelayo.

Reseña bibliográfica de la provincia de León.

Bibliografía pedagógica de la Compañía de Jesus en España.

GASTOUÉ, AMADEO (1873)

Musicógrafo francés. Formó parte del Claustro de profesor de la Schola Cantorum y del

Instituto Católico de chant grégorien.

Cours théorique et pratique du chant grégorien (1904): La musique d'église

Nouvelle Méthode pratique du chat grégorien (1920)

L'orgue en France, de l'antiquité au début de la période classique (1921)

GATTI, GUIDO MEGGIORNO

Fundó la revista II Pinaforte

Debora e Jaele di I Pizzetti (1922)

Le Barbier de Seville de Rossini (1925)

Dizionario di Musica (1926)

GEBHARDT, PEDRO ADALBERTO (1888)

Estudió en Leipzig y ha cultivado especialmente la Genealogía


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482

GEER, GUALTERIO (1857)

Licenciado en derecho y letras. Biógrafo de la estirpe napoleónica.

Napoleón de Third

Napoleón the First

Napoleón and Josephine

Napoleon and Marie-Louise

Napoleón and his family

GEGENER, GASPAR FEDERICO (1802-1893)

Historiador Real. Siguió al ejército dinamarques registrando los archivos. Formó parte

de la Asamblea Nacional siendo nombrad director de los Archivos.

Programa de las solemnidades celebradas en Soröe con ocasión de los funerales de

Federico VI

Documentos auténticos relativos a la Historia de Dinamarca

GENEQUAND, CARLOS (1869)

Pastor protestante y publicista suizo.

Résumé d'histoire réligieuse (1907)

Rapport génerale sur l'avant-projet de Constitution de l'église nationale protestante de

Géneve (1908)

J.J. Rousseau (1912)

GENESTAL DE CHAUMEIL, LEÓN ENRIQUE ROBERTO (1872)

Profesor de Historia del Derecho en la Universidad de Caen. Nacionalidad Francesa.

La Tenure en bourgage dans les pays régis para la coutume en Normandie (1901)

Le parage normand (1912)

GESSLER, EDUARDO AQUILES (1880)

Historiador y arqueólogo suizo


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483

GILLIODTS VAN SEVEREN, LUIS (1827)

Essai d'archéologie brugeoise.

Coutumes des Pays et comté de Flandre Quartier d'Ypres.

Coutumes de la ville et commune de Roulers (1919)

GIULIANO, BALBINO (1849-1903)

Director de la Biblioteca filosófica de Florencia

L'idea religiosa di Marsilia (1904)

Il torto di Hegel (1911)

La religiositá del misterio G. Pascoli (1919)

GLASSCHRÖRDER, FRANCISCO JAVIER (1864)

Filólogo alemán. Ocupó el puesto de Archivero del Estado por oposición en

GOLDBERG, ENRIQUE (1845-1915)

Director de la biblioteca filozoficziana

GOLDFREIDRICH, JUAN A. (1870)

Bibliotecario de la Börsenverein d. Dtsch. Buchhändler, de Leipzig.

GOMEZ VILLAFRANCA, ROMAN (1929)

Fue archivero y bibliotecario de Hacienda y de la Diputación provincial de Badajoz.

Viejas costumbres de Extremadura.

Extremadura en la guerra de Independencia.

GONZÁLEZ DE AMEZUA Y MAYO, AGUSTÍN (1881)

Bibliófilo español. Desempeñó un importante labor al frente de la Sociedad de

Bibliófilos Españoles. Fue secretario del Archivo Histórico Español.

Catálogo general de las ciencias no jurídicas

Obras completas de Menéndez y Pelayo


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484

Apuntes biográficos de D. Jacinto Octavio Picón

GÖTZ, JORGE (1849)

Profesor de la Universidad de Jena

Corpus glossarium Latinorum (1888)

GRABERG DE HEMSOE, JACOBO, CONDE DE (†1847)

Poseyó una biblioteca de más de 4000 vols y perteneció a más de 70 academias y

sociedades

Specchio geografico e statistico dell’ impero di Marocco

Essai géografique et stalistique sur la régence d’Alger

GRADIC, ESTEBAN (1613-1683)

Fue conservador de la Biblioteca del Vaticano.

De vita, ingenio et studiis Junii Palmottae

Dissertationes quator mathematicae

Commentaribus de origine et incremento urbis rhacusanae

GRAESEL, ARMINIO (1849-1917)

Es el fundador de las Hojas para bibliotecas populares y salones de lectura.

Refundición del catecismo de la ciencia bibliográfica del Doctor Petzhold

Guía del visitante de bibliotecas

Manual de bliblioteconomía

GRAIÑO Y MARTÍNEZ, ANTONIO (1870)

Dedicóse al comercio de libros, distinguido como bibliólogo y erudito. Posee una

coleccioón admirable, considerada como la más compelta del mundo, de libros

pertenecientes a la colonización española en América. Actualmente se encuentra en la

Biblioteca de la Agencia Española de Cooperación Internacional (antes Cultura


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485

Hispánica) catalogada separadamente del resto de fondo bibliográfico de la institución

bajo el nombre de “colección Graiño).

La industria del libro en españa y la codicia del libro español en los mercados

extranjeros

GRAJALES, FRANCISCO MARTÍ (1862)

Obtuvo 2 veces el premio de 2000 pesetas al mejor trabajo bibliográfico en el concurso

de la biblioteca nacional. Este concurso se sigue celebrando en la actualidad.

Bibliografías de Felix Julian Rodriguez, Melchor de Villena y Miguel vilar Martí de

Viciana Estudio históricocrítico de los poetas valencianos de los siglos XVI, XVII y XVIII

GRAND, ROGER (1874)

Historiador y arqueólogo francés

L'histoire du droit francais; ses régles, sa méthode, son utilité (1920)

GRAND CARTERET, JUAN (1850-1927)

Escribió historia a través de la imagen

Études iconographiques. Vieux papiers, vieux images, carton d'un collectionneur (1896)

L'oncle de l'Europe devant I'objectif caricatural (1906)

GRANDMAISON, PEDRO CARLOS ARMANDO LOISEAU DE (1824-1903)

Se le destinó al Departamento de Manuscritos de la Biblioteca Nacional Francesa. Fue

alumno de la escuela diplomática, publicó numerosos documentos y trabajos referentes

a la Turena.

Documents inédits pour servir d l’Histoire des arts en Touraine

GRAS, NORMAN SCOUT BRIEN (1884)

Evolution of English Corn Market (1915)

An Introduction to Economic History (1922)

A History of Agriculture in Europe and America (1925)


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GREIN, MIGUEL (1825-1877)

Cursó estudios en Marburgo y Jena, fue nombrado secretario del Archivo de Cassel y se

dedicó especialmente a estudios sobre literatura anglosajona.

Bibliothek der angelsächsischen Poesie

Bibliothek der angelsaschischen Prosa

Quellen des Heliand

GRISAR, HERMAN (1845)

Pertenece a la Academia Romana pontificia de Arqueología

GRONOVIOUS, ABRAHAM (1695-1775)

Fue bibliotecario de la universidad de Leyden. Ejerció mucho tiempo la medicina.

Realizó ediciones de diversos autores antiguos.

GROTEFEND, HERMAN (1845)

Director de los Archivos de Schwerin

GRUEBER, HERBERT APPOLD (1846-1927)

Conservador del Departamento de medallas del Museo Británico y Vicepresidente de la

Real Sociedad de Numismáticos.

GRUNSKY, CARLOS (1871)

Musicógrafo alemán

GRUTER O GRUTERUS, JUAN (1560-1627)

Nombrado profesor de Historia en Wittemberg. Mas tarde dimitió y se trasladó a

Heidelberg como profesor y bibliotecario

Inscriptiones antiquae totius orbis Romani in absolutissimum corpus redactae


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487

GUALDAMA SANGUILANI, ANTONIO CAVAGNA (1843-1913)

Director del Bolletino Storico Pavese y fundador y director del Bollentino della societá

di Storia Patria

Il castello e gli statuti di Stefanago (1891)

La chiesa di San Marcello in Montalino (1893)

Il tempietto di San Fedelino sul lago in Pavia (1894)

GUARNIERI-CITATI, ANDRÉS (1894)

Doctor en Paleografía

Bulletino dell'Instituo di Diritto Romano

Annali del Seminario Giuridico

Indice delle parole, frasi e costrutti ritenuti interpolati nei testi giuridiche romane

(1927)

GUDBRAND, VIGFUSSON (1827-1889)

Filólogo y Arqueólogo. Fue profesor de la Universidad de Oxford.

An Icelandic-English Dictionary

GUDE, MARQUARD (1635-1689)

Filólogo y arqueólogo alemán, profesor de la Universidad de Zurisburgo

Antiquae inscriptionis quum graecae tum latinae (1713)

GUDIOL I CUNILL, JOSÉ (1872)

Sacerdote y arqueólogo español, nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de

Bonn, se encargó del estudio de distintos objetos religiosos y arqueológicos españoles a

petición del Gobierno.

Las cruces en la orfebrería catalana

El pintor Lluis Borrassa

Catáleg del Manuscrits del Muséu Episcopal de Vich anteriors al segle xviii.


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488

GUENEAU DE MONTBEILARD, FILIBERTO (1720)

Naturalista francés que contribuyó con diversos artículos a al Enciclopedia de Diderot

GUEPIN Y LE CONIAC, ILDEFONSO (1836-1917)

Novísimo santoral español

GUERARD, BENJAMÍN CARLOS (1797-1854)

Fue fundador de la Sociedad de Historia Francesa

Polyptique de l'abbé Irmion (1836-1844)

GUERARD, MAURICIO (1808-1888)

Gramático francés que trabajó como profesor del Liceo de Saint Louis.

Dictionnaire genérale de la langue Française

GUERBER, GABRIEL (1641-1688)

Jurisconsulto francés. Coleccionó las principales sentencias de todos los Parlamentos

franceses

Journal du Palais (1672-1695)

GUERNSEY, ROCELLUS SHERIDAN (1836-1913)

En 1836 figuraba entre los letrados del Tribunal Supremo norteamericano.

Classification of medico-legal sciences (1882)

GUERRA, JUAN CARLOS DE (1860)

Genealogista español

Estudios de heráldica vasca (1910)

GUERRAZZI, FRANCISCO DOMINGO (1804-1873)

Recopiló vida de hombres ilustres

Vidas


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489

GUERRI, FRANCISCO (1874)

Il registrum clero cornetani

Lo statuto dell'arte ortoloni di Corneto Tarquinia.

GUERRINI, PABLO (1880)

Archivero de la cura de Brescia y director de la biblioteca Quiriniana

Rassegna archivi storici Lombarda.

Archivi venetti

Bagnolo Mella

GUESNAY, JUAN BAUTISTA (1585-1658)

Hagiógrafo francés. Fue rector del Colegio de Marsella

Provinciae Massilensis et reliquiae Pnocensis Annales (1567)

GUESSARD, FRANCISCO (1814-1882)

Fue profesor de la Escuela de Diplomática

Dictionnaire de Molière

GUETTARD, JUAN ESTEBAN (1715-1876)

Médico francés, fue conservador del Museo de Mineralogía del Duque de Orléans

Atlas et description minéralogique de la France (1780)

GUETTE, AMADO FRANCISCO (1816-1892)

Histoire des Jésuites (1858-1861)

GUEVARA, MARÍA DE (XVIII)

Genealogista española

Memorial de las genealogías de las Casas de Guevara


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490

GUIBOURS (1625-1694)

Histoire genealogique et chronologique de la maison de France (1674)

GUICHENON, SAMUEL, CONDE DE (1607-1664)

Histoire génealogique de la royale maison de Savoir (1660)

GUICHOT Y PARODI, JOAQUÍN (1820-1890)

Perteneció a la Escuela de Ingenieros

Colección de sellos reales existentes en el Archivo Municipal de Sevilla

GUIDO DE AREZZO (1895)

Musicógrafo italiano.

Escritores eclesiásticos de música sagrada

GUIEYSSE, PEDRO PABLO (1841-1914)

Les inscriptions historiques du grand temple d'Istamboul

GUIFFREY, JULIO (1840-1918)

Fue administrador de la manufactura de los Gobelinos

Notes et documents inédits sur les expositions de XVIII siècle (1873)

GUIGNIAUT, JOSÉ DANIEL (1794-1876)

Arqueólogo francés. Director de la Escuela Normal y profesor de geografía en la

Facultad de Letras de París

Religions de l'antiquité considerées principalement dans leur formes symboliques et

mytologiques

GUIJO, GREGORIO MARTÍN DE (†1676)

Recopiló documentos del Cabildo mejicano, del que fue secretario

Colección de documentos para la Historia de Méjico


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491

GUILHERMY, ROQUE FRANCISCO Mª NOLASCO, BARÓN DE (1808-1878)

Inscriptions de la France du Vème au XVIIIème siècle (1873-1875)

GUILLEM, ARÍSTIPO (XIX)

Dirigió los trabajos estadísticos de la Provincia de Toledo a finales del siglo xix

Almanaque estadístico, geográfico, político y administrativo de España (1877)

GUILLÉN DE ROBLES, FRANCISCO (†1920)

Jefe de la sección de Manuscritos de la Biblioteca Nacional y cronista de Málaga

Málaga Musulmana (1880)

GUILLET DE SAINT-GEORGES, JORGE (1625-1705)

Primer historiógrafo de la Academia Real de Pintura y Escultura de París

La vie de Mahomet II (1681)

GUILLIAIN, CARLOS (1808-1875)

Marino francés

Documents sur l'histoire, la géographie et le commerce de la Partie Occidentale de

Madagascar (1845)

GUINOT Y VILLAR, SALVADOR (1867)

Bibliófilo español. Recopiló documentos para realizar numerosos trabajos de

investigación histórica y literaria

La poesía Eucarística en España (1894)

GUIRAUD, LUISA (†1918)

Historiadora francesa

Recherches topographiques sur Montpellier au moyen âge (1895)

La Reforme á Montpellier (1918)


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492

Le procés de Guillaume Pellicier, évêque de Maguelone, Montpellier 1527-1767

GUÍSEME, TOMÁS (1712-1773)

Perteneció a la Real Academia de la Historia y a la de Buenas Letras en Sevilla, también

fue jurisconsulto

Varones insignes de Andalucía

GUITARD, EUGENIO HUMBERTO (1884)

Secretario general de Sociedad de Historia de la Farmacia

Colbert de Seignalay contre la réligion reformée

Deux siécles de presse au service de la pharmacie

L'écoles gothique du Midi de la France

GUNTER, ENRIQUE (1870)

Fue archivero municipal en Rottweil y profesor de historia de la Universidad de

Tubinga

Kaiser Heinrich II der Reilige (1904)

GURLIT, WILIBALDO (1889)

Musicógrafo

Diccionario Musical.

GUTIÉRREZ BONILLA, FRANCISCO (XVII)

Religioso español que recopiló en tomos los archivos del cabildo de la villa de Morón

GUTIÉRREZ BRAVO, PATRICIO (1713-1795)

Diccionario numismático

GUTIÉRREZ DE QUINTANILLA, EMILIO (XIX-XX)

Escritor, novelista, crítico e historiador peruano, contemporáneo a la Enciclopedia.


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493

Francisco Gonzalez Gamarra, dibujante (1914)

El catálogo de la biblioteca de Historia Nacional (1914)

GUTIÉRREZ DEL CAÑO, MARCELINO (1861-1922)

Jefe del archivo de Hacienda de Sevilla

La península ibérica en tiempo de Augusto (1888)

GUY, ENRIQUE (1863)

Profesor de literatura en el Liceo de Troyes y en la Facultad de Toulouse

La vie et les oeuvres d'Adam de la Halle (1898)

GUYOT, JOSÉ NICOLÁS (1728-1816)

Jurisconsulto francés. Fue magistrado y desempeñó diversos cargos administrativos

Le grand vocabulaire français

HACHETTE, JUAN NICOLÁS PEDRO (1769-1834)

Miembro de la Academia de las Ciencias desde 1823

Dictionnaire Technologique

HAEBLER, CONRADO (1857)

Director de la Biblioteca del Estado de Berlin

HALBHERR, FEDERICO (1857-1930)

Arqueólogo italiano

Sopra un catalogo inédito di Keos

Inscrizioni di varie cittá cretesi

HALECKI, OSCAR (1891)

Historiador austriaco

El pacto de Sendomir el año de 1570


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494

El linaje de los Lodzia en la Edad Media

Sobre la periodización de la Historia Universal

HAMPE, CARLOS (1869)

Historiador alemán, doctor en Filosofía. Colaboró en Monumenta Germaniae historica.

Catedrático de Historia de la Universidad de Heidelberg. Perteneció a la Academia de

Ciencias de Heidelberg y a la Comisión de Historia de Baden.

Monumenta Germaniae historica

HANTZCH, VICTOR (1868)

Historiador y geógrafo alemán. Fue administrador de la biblioteca Real

Landkartensammlung

HARO, ALFONSO LÓPEZ DE (XVII)

Sus obras son conservadas en la sección de manuscritos de la Biblioteca de la Academia

Nacional de la Historia

Nobiliario genealógico de los Reyes y títulos de España (1622)

HARVARD, OSCAR (1845-1922)

Les femmes ilustres de la France (1885)

HASHAGEN, RUPERTO ERNESTO ENRIQUE (1877)

Fue bibliotecario del Real Seminario de Historia en la Universidad de Leipzig. Sirvió

voluntariamente en el archivo de la ciudad de Colonia.

HASSELT, ANDRES VAN (1806-1874)

Fue conservador de la Real Biblioteca de Bruselas

Histoire de P.P. Rubens (1904)


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495

HAUBEN, ENRIQUE ALBERTO (1875)

Fundador y hasta 1907 secretario de la sociedad alemana de bibliografía. Desde 1907

hasta 1919 director literario de la editorial F.A de Brocklans. Gran parte de su actividad

ha sido la edición de obras de autores de primera nota y colecciones importantes.

HAUG, FLAMINIO H. (1880)

Fue archivero jefe del archivo de Löwestein.

HAUSSOULLER, BERNARDO (1853-1926)

Fue un notable helenista

Constitution d'Athénes (traducción de Aristóteles) 1891

Rapport sur les travaux des écoles d'Athénes et de Rome (1909)

Mémoires de J.B. Benée 1773-1855. (1910)

HAUTCOEUR, EDUARDO (1830-1915)

Rector y canciller de la Univesidad Católica de Lila. Era sacerdote y prelado doméstico

de su Santidad.

Cartulaire de l'abbaye de Flines (1873-74)

Actes de sainte Tharaïlde, vierge (1882)

Cartulaire de l'eglise collégiale de Saint-Pierre de Lille (1895)

HAWKES, ARTURO JUAN (1885)

Fue director de la Biblioteca Nacional de Gales, pasando también con el mismo cargo

por la de Borough.

Bibliography of Robert Owen

HEBERT, JUAN ALEJANDRO (1810-1862)

Conservador de manuscritos del British Museum

Catalogue of romances in the department of Mss. Titus and Vespasian


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496

HEDENBEORG, JUAN (1787-1865)

Formó notables colecciones de historia natural, arqueológicas y etnográficas que más

tarde fueron adquiridas por la Universidad de Upsala y el Museo de Estocolmo

HEER, JACOBO CRISTOBAL (1859-1925)

Tobias Heider, autobiografía (1923)

HEGEL, CARLOS DE (1813-1901)

Historiador alemán. Realizó estudios sobre el método hegeliano, lógica, filosofía de la

naturaleza, filosofía del espíritu y filosofía de la historia

Biografías y relaciones históricas

HEHN, VICTOR (1813-1890)

Jefe de la Gran Biblioteca Imperial

Gendanken über Goethe

Italien Ansichten und Streiflichter

HEIGI, FEDERICO HERMAN (1878)

Archivero del Estado. Colaboró en el Hist.biogr. Lexikon der Schweiz.

HELLANIKOS (480 A C-400 A C)

Fue el primero en realizar un ensayo en su sistema cronológico de los tiempos míticos e

históricos de Grecia

Historicorum graecorum fragmenta

HELLSTENIUS, JUAN AUGUSTO CONSTANTINO (1834-1888)

Considerado un erudito, fue bibliotecario de la Universidad de Upsala. Escribió

numerosas obras historiográficas

Noticias sobre las bibliotecas extranjeras

Notas para la historia de la Compañía Sueca de Indias Orientales


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497

HELMOLT (1865)

Publicó una bibliografía, y las cartas de la Duquesa Isabel Carlota de Orléans,

correspondencia de la que ordenó un índice.

Deutsche Volkstum Weltgeschichte

HELVE O HELVAS (†1475)

Impresor suizo

HELVEG, LUIS NICOLAS (1818-1833)

Colecciones de historia eclesiástica

Salmografía dinamarquesa

Historia de la iglesia dinamarquesa antes de la reforma

HENDERSON, BERNARDO GUILLERMO (1871)

Bibliotecario de la Universidad de Oxford, fue historiador y literato

History of Merton college

HENDERSON, T.T. (1844)

Uno de los redactores de la Enciclopedia Británica. Recopiló biografías que publicó más

tarde en un diccionario

Dictionary of national biography

HENISCH, JORGE (1549-1618)

Lexicógrafo húngaro. Considerado un erudito, publicó varias ediciones de Hesíodo,

Areteo y otras obras de carácter lexicográfico alemán

Thesaurus linguae et sapietiae germanicae

HENRY, CARLOS (1859)

Bibliotecario en la Sorbona, fue considerado un erudito por sus contemporáneos


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498

Galilée, Torricelli, Cavalieri, Castelli, lettres inédites de Mr. Lespinasse

HERBERT, FELIX (1874-1917)

Jurisconsulto francés

Dictionnaire de la fôret de Fontainebleau

HERDER, BARTOLOME (1774-1839)

Librero alemán. Fundó comercio de librería con imprenta y se convirtió en editor

HERGENROETHER, JOSE DE (1824-1890)

Tuvo el cargo de Archivero del Vaticano

Abriss der Papstgeschichte Leonis X

HERGOTT, MARQUARD (1694-1762)

Pinacotheca principum Austriae

Genealogia diplomatica augustae gentis Habsburgiae qua continentum vera gentis

huius exordio...

HERGUETA Y MARTIN, DOMINGO (1855)

Fue inspector técnico del Timbre en Burgos

Noticias históricas de Haro (1906)

Fuero de Cuevacardiel y Villalmundar (1907)

El fuero de Logroño (1907)

Noticias históricas de D. Jerónimo Aznar (1907)

Remembranzas de la batalla de las Navas de Tolosa (1912)

HERNANDEZ, ANDRES (1744-1817)

Botánico español.

Flora menorquina


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499

HERNANDEZ, JOSE (1640-1714)

Compendio de las cuatro sentencias del iluminado doctor y mártir de Jesucristo el B.

Raimundo Lullio

HERNANDEZ, PABLO (1843-1919)

Fue funcionario del Archivo Nacional. Colaboró en los periódicos de El Figaro, la

Habana Elegante y El Almendares.

HERNANDEZ, PABLO (1852-1921)

Realizó investigaciones históricas en los archivos oficiales y en el resto de los

monumentos levantados por la orden de los Jesuitas, a la que perteneció.

La casa de San Ignacio de Loyola en Barcelona

HERNANDEZ DE OVIEDO Y VALDES, GONZALO (1478-1557)

Historiógrafo español.

Colección de documentos inéditos para la historia de España

Sumario de la natural historia de las Indias

Catálogo Real de Castilla y de los Reyes de la España, de Nápoles, de Sicilia y de los

Reyes y señores de las casas de Francia, Austria, Holanda y Borgoña

HERNÁNDEZ PINTEÑO, JOSÉ

Abogado, alto funcionario y publicista español

Enciclopedia jurídica.

HERNANDEZ SANAHUJA, BUENAVENTURA (1810-1891)

Estudió fuentes de consulta en la historia del arte para convertirse en el restaurador y

descubridor de las piezas arqueológicas de la Tarragona Romana

Catálogo del Museo Arqueológico de Tarragona


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500

HERNANDO, BERNARDINO (1865-1914)

Perteneció a los Agustinos

Indice del archivo del Colegio de Valladolid

Catálogo de obras catequistas

HERRE, PABLO (1876)

Archivero alemán. Fue director del Archivo de Potsdam

Pappstum und Papstwahl im Zeitaller Philipps II

HERRERA, GRIMALDO CRISTOBAL (XVII)

Jurisconsulto mejicano. Recogió en una obra de 22 tomos resoluciones civiles y

canónicas y algunas alegaciones jurídicas.

Resoluciones civiles y canónicas y varias alegaciones jurídicas

HERRERA, JUAN DE († CA 1635)

Agustino autor del manuscrito 246 (sic) de la Biblioteca Nacional de Madrid, en el que

se propone a Felipe III fundar una Catedral

Compendio de las informaciones de la vida, santidad y milagros del V.P.F.R.A. De

Orozco

HERRERA, TOMAS (1585-1654)

Agustino español.

Breve compendio de los prelados eclesiásticos y ministros de Sumos Pontífices, Reyes y

Príncipes

Catálogo de los obispos de Tortosa

Catálogo de los Arzobispos de Sevilla, Granada, Santiago y de los obispos de Avil,

Calahorra, Cartagena, Coria, Cuenca...


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501

HERRERA Y CHIESANOVA, ADOLFO (1847-1925)

Ingreso en la Academia de la Historia gracias a sus trabajos sobre numismática y fue

director de la revista “Archivos”.

Medallas españolas

Medallas de las proclamaciones y juras de los reyes de España

HESIQUIO DE ALEJANDRIA (VI)

Fue gramático y realizó las biografías de los filósofos de la Antigua Grecia a la manera

de Diógenes Laercio

Pseudos-Hesychios

HEUTERUS, PONTUS (1535-1602)

Se dedicó al estudio de las bibliotecas y archivos

Rerum belgicanum libri quindecim

HEZTEL, JULIO (1814-1886)

Librero francés, el primero en editar en Francia colecciones en miniatura

HIDALGO, DIONISIO (†1866)


Biblioteconomía

Diccionario general de Bibliografía Española

HILDEBRAND, EMILIO (1848)

Fue director de la sección de administración de archivos de Suecia

Svenska rigsdagsakter 1512-1718

Engelska samhaellsforhallanden fore den normandiskaer ofrigen Gustav Vasa

HILL, JORGE FRANCISCO (1867)

Fue director del departamento de monedas y medallas del Museo Británico.


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502

Guide to Renaissance Medals in the British Museum (1923)

Becker the Counterfeiter (1924-25)

Select Greek Coins (1927)

A Corpus of Italian Medals of the Reinassance before Cellini (1930)

Catálogo de las monedas griegas del British Museum

Handbook of greek and romans coins

Medals of the renaissance

HINOJOSA Y NAVEROS, EDUARDO (1852-1919)

Ingresó en el cuerpo de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos siendo destinado al

Museo Arqueológico de Madrid. Fue además jurisconsulto.

Los sellos romanos

Historia del derecho romano según las más recientes investigaciones

HOLOSWORTH, GUILLERMO SEAKIE

Alumno en la Universidad de Oxford, profesor del colegio universitario de Londres

(1903-1908). También impartió cursos en América del norte y colaboró en diversas

revistas especializadas.

Sources & literature of english law (1927)

HOLTZMANN, ROBERTO (1873)

Ex alumno de Estrasburgo y Berlín. Doctor en filosofía por la primera (1987). Colaboró

en la obra Monumental Germanine Histórica (1897-1903). Profesor numerario en

Griessen (1913) y en Italia (1923)

Weltchoen Allgen archiv

Monumental Germanine Histórica

HOMES, SAMUEL JACKSON (1868)

A bibliography of Eugenios (1924)


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503

HOOGEWEG, ENRIQUE (1887)

Trabajó sucesivamente en el servicio de archivos de: Hasburgo (1883), Münster (1894),

Düsselderf (1886), Münster (1889), Hannóver (1895), Wetzler (1910) y Stettin (1913).

Colaborador asiduo de la Allgen

HUBERT, ENRIQUE PEDRO EUGENIO (1872)

Museólogo francés, estudió en el liceo Luis el Grande. Conservador de los museos

nacionales de Saint Germain y director de estudios en la escuela de estudios superiores.

Miembro de la sociedad de antropología

HUICI, AMBROSIO

Escritor español contemporáneo a la Enciclopedia. Catedrático en Valencia.

Colección diplomática de Jaime I.

El Cartás, noticias de los reyes del Magreb (1918)

Jaime el Conquistador, colección diplomática (1919)

HUISMAN, JORGE MAURICIO (1889)

Archivero, paleógrafo y escritor francés. Realizó sus estudios en los liceos de Janson-

de-Sally y Luis el Grande. Fue también alumno de la Fundación Thierers. En 1917, fue

secretario en el Subsecretariado de Estado de la Aeronáutica Militar y Marítima y en el

Colegio Sévigne. Es caballero de la Corona de Italia y posee la cruz de guerra. Colaboró

en: Revue de France, Revue Hebdomadaire, Opinión, Revue Historique, Revue de

Syntheses, Historique,

Bibliotheque de l'Ecole des Chartes, Moyen Age intransigeant, Eclair, Progrès Civique.

HÜLSEN, CRISTIAN (1859)

Filólogo y arqueólogo alemán. Doctor honoris causa por Oxford y por la universidad de

Columbia en Nueva York, desde 1917 fue profesor numerario honorario de la de

Heildeberg

Mirabilia romae V, stepahn Planck (1925)


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504

Forum und palatin (1926).

Le chiese di Roma del medio evo (1927)

HUNGERLAND, HEINZ FEDERICO GUILLERMO (1873)

Filólogo, poeta y escritor alemán. Fundador y durante largos años director del archivo

de etnología de Osnabrück. Pertenece a la sociedad de antropología y geografía de

Estocolmo; a la sociedad para el fomento de la prehistoria de Berlin, a la asociación de

cultura histórica de Luna (Suecia), así como otras muchas.

IGUINIZ, JUAN B.

Bibliotecario y escritor mejicano contemporáneo a la Enciclopedia. Perteneció a la

Biblioteca Nacional de su país.

La imprenta en la nueva Galicia (1793-1821) (Méjico, 1911)

Las publicaciones del Museo Nacional (1912)

Catálogo de seudónimos, iniciales y anagramas de escritores mexicanos (Paris, 1913)

Los historiadores de Jalisco (Méjico, 1918)

ILCHESTER, GILES ESTEBAN HOLLAND FOX STRANGWAYS (1874)

Conservador de la Galería Nacional de Retratos

INGPEN, ROGERIO

Publicista inglés contemporáneo a la Enciclopedia. Desde 1896 hasta 1900 formó parte

de la redacción de Cornhill magazine.

Letters of Mary Wollstonecraft (1908)

Letters of Percy Bysshe Shelley (1909)

A selection of Shelley's writings in the regent library (1912)

IRELAND, ARTURO JOSE (1874)

Despues de estudiar en la escuela Corry de Kingstown, en la Escuela Naval y en Fild

Lodge College. Fue maestro auxiliar en la Forest Hill House Schoow. Trabajó como


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505

editor de varias publicaciones y fue corresponsal especial de numerosos periódicos entre

los que destacan: Daily Mirror, Daily Graphic, Daily Mail, The Estandar, The central

news. Fundó el Press Photographic.

ISRAEL, FEDERICO ENRIQUE (1884)

Erudito alemán. Doctor en filosofía por la universidad de Munich (1907). En 1908

trabajó en el archivo oficial de Breslau en 1909 en el de Berlín y Magdeburgo. Después

de aprobar el examen de archivero en 1911, fue nombrado auxiliar de Magdeburgo, en

1916 archivero segundo y en 1922 archivero jefe.

Adam adamis und sein Arcana pacis, en Hist Studiem (1909)

Wittenb. Archiv, seine Geshichte (1913)

Aus natur und Geisteswelt (1918)

JACOBOUS, MELACHTON GUILLERMO (1855)

Escribió la parte relativa al Nuevo Testamento de la New International Enciclopedia.

Standart Bible dictionary (1909)

JAMES, MONTAGUE RODES (1862)

Orientalista e historiador inglés. En 1929 obtuvo la medalla de oro de la sociedad

bibliográfica de Londres.

Catalogue of Medieval Mss in pepas library (1923)

Westminster Abbey, Introduction to inventory commission of historical monuments

Catalogheof Mss St Catherine's college Cambridge

Abbeys on the GWR System

List of MSS, formerly in Petesborough Abbey library

JAMESON, JUAN FRANKLIN (1859)

Historiador Norteamericano. Fue administrador de la American Historical Review y

presidente de la Sociedad Americana de Historia. Director de investigaciones históricas


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506

del instituto Washington y desde 1928 jefe de la sección de manuscritos de la Biblioteca

del Congreso de Washington.

Original narration of early american history (1906-1917)

JECKLIN, FEDERICO (1863)

Escritor suizo. Doctor en Filosofía y archivero de Suiza.

JENCKINS, CLAUDIO (1877)

Sacerdote y erudito inglés. Ordenado de presbítero en 1904. Desde 1910 bibliotecario y

conservador de los manuscritos de Lambeth Palace.

Cranmer's collections de divortio in Dibdin and Haley's English Church Law (1912)

JONSON, ALLEN (1870)

Historiador norteamericano. Estudió en Amberes en la escuela de Ciencias Políticas de

Paris. Se graduó en la universidad de Columbia y fue profesor de historia en diversos

centros, entre ellos Yale.

Dictionary of American biography

Report on the archives of Maine (1910)

JONSON, THOMAS CARY (1859)

Teólogo protestante norteamericano. Ocupó el seminario teológico de Richmond.

Obras de Tomas E Pech.

JONES, HOWARD MUMFORD (1892)

Literato norteamericano. Estudió en la Crosse y en las universidades de Wilconsin y

Chicago. Fue profesor de literatura y de inglés.

A Bibliography of works and Mss of Byron (1924)

The poems of Allan Poe (1929)


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507

JONES, IFANO (1865)

Polígrafo inglés. Fue lector en un establecimiento de libros y magazines y desde 1896

hasta 1926 bibliotecario de la biblioteca Cardiff. Participó como crítico en varios

periódicos y publicaciones.

A classical Catalogue of the cardiff Welsh Library

Llenyddiaeth henner Ola'r Ddeunawfed ganrif

The bible en Wales

Bibliography of Wales

Sir Matthew Cradock and some of his contemporaries

WT Samuel biografía

History of printersin

Wales abd montmouthshir

JOSEPHSON, AKSEL GUSTAV SALOMON (1860)

Estudio en la escuela de bibliología del Estado. Se encargó de dirigir la catalogación de

la biblioteca pública de Nueva Cork y de la biblioteca de Juan Crear de Chicago.

Organizó la sociedad bibliográfica de Chicago. Perteneció a la Sociedad histórica y

bibliográfica de América y a la historia de Grecia.

Proposition for the establishment of a Bibliographical Institute (1905)

The John Crerar libray list of book on the history of industry (1911)

Supplement (1916)

JOUGET, PEDRO FELIX AMADEO (1869)

Arqueólogo e historiador francés. Fue premiado por la academia de inscripciones y

bellas artes y por la sociedad para el fomento de estudios griegos. Colaboró en diversas

revistas científicas.

Papirus de Théadelphie y papyrus grees.


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JOUVENCEL, ALDEGUNDO MARIA ENRIQUE DE (1876)

Abogado y escritor francés. Hizo sus estudios en el colegio de jesuitas de Paris y se

doctoró en derecho.

Catalogue des gentils hommnes du Lyonnays, Forez et Beaujolais aux élections de 1789

(1911)

JUAN, CINELLI CARVOLI (1625-1706)

Visitó la gran biblioteca del duque de Florencia y encontró muchos opúsculos raros con

los que comenzó a publicar su catálogo.

Biblioteca volante

JUNKER, CARLOS (1867)

Escritor austriaco. Fue redactor en varios periódicos importantes.

Allgem bibliografia. Repertorium (1896)

Desimalkssifikation (1897)

Eueber d. Stand Bibliographie in Oesterreich (1897)

Index Librorum in Austria prohibitorum Suplem, 102

Oesterr. Bibliographie 1899-1901

KAEMMERER, C. LUIS (1862)

Crítico de arte alemán. Fue director de Kaiser Friedrmuseum Posen y profesor en

aquella Real Academia. Más tarde fue nombrado conservador provincial de los

monumentos artísticos.

KARACSANI, JUAN (1828-1929)

Historiador húngaro. Ordenado sacerdote, fue profesor del seminario episcopal de

Grosswardein. Perteneció a la academia de Hungría.

Vida y obras de San Gerardo (1887)

Los documentos de San Esteban y la bula del papa Silvestre II (1891)

Monumentos de la reforma (1902)


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KARGE, PABLO (1862)

Historiador alemán. Fue consejero de archivos del archivo oficial de Königsberg

(Prusia)

K. Friederich II, und Maximil Iungarsishepolitik und ihre Beziehungen su Moskau

1486-1506, en Zeitschrift fürgeschichtsewesen (1909)

KARUTZ, ENRIQUE LUIS MATIAS (1867)

Médico y etnógrafo alemán. Fue director del museo etnógrafico de Lübeck (1898-1921)

KATTERBACH, BRUNO (1883)

Paleógrafo y archivero alemán. Cursó los estudios de filosofía y teología. Presbítero en

1901, se dedicó hasta 1912 a los estudios históricos en la universidad fransciscana de

San Antonio de Roma. En 1913 fue profesor y archivero en el Archivo Secreto

Pontificio de Roma

Inventario dei registri delle suppliche 1342-1899 (1928)

KAUFFUNGEN, G.R.A.W KUNZ VON

Erudito y escritor alemán. Doctor en filosofía en 1902. Fue admitido en el archivo de la

ciudad de Dresde, de donde, al año siguiente pasó de archivero a la de Mühlsausen. En

1907 archivero de la ciudad de Metz; en 1908 bibliotecario y director de archivo de

esta ciudad. En 1920 fue archivero imperial y en 1921 archivero mayor hasta 1923,

cuando fue jubilado.

KEEN, FRANK NOEL (1869)

Fue uno de los fundadores de la Sociedad de las Naciones en 1915. Ejerció como

abogado.

Tramway companies and local authorities


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510

KEEN, GREGORIO BERNARDO (1844)

Erudito norteamericano. Profesor de matemáticas en el seminario de San Carlos

Borromeo de Filadelfia. De 1887 1897 fue bibliotecario de la universidad de

Pennsylvania.

Catalogue of the chess collection of George Allen (1878)

New sweden and new Albiont, en history of America, de Justino Winsor (1884-1886)

Catalogue of collection of Autographs of Ferdinand J. Dreer (1890-1893)

The Descendant of Jöran Kynof New Sweden

KEHHR, PABLO (1860)

Archivero alemán. Fue profesor supernumerario en marburgo. Director del Instituto

prusiano de historia en Roma. En 1915, director general de los archivos de Prusia.

KENDRICK, ALBERTO FRANK (1872)

Crítico de arte. Conservador de la sección de tapices y tejidos del Museo Victoria y

Alberto. Fellow de la sociedad anglosueca.

English embroidery (1905)

Burlingtonfine arts club, catalogue of english Embroidery (1905)

A book of old embroidery en Studio (1921)

Oriental Carpets (1922)

Art history society of Stockholm (1920)

Catálogos y Guías del museo Victoria y Alberto

KENNEDY, GUILLERMO PABLO MCCLURE (1881)

Realizó sus estudios en Paris, Viena, Berlin y en el Trinity College de Dublin. Se

doctoró en derecho y obtuvo el premio Vice-Chancellor's para la prosa inglesa. Fue

editor general de la Nacional History of Canada y participó en revistas de derecho.

Documents of the Canadian Constitution 1713-1926 ...


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KENYON, FEDERICO JORGE (1863)

Filólogo inglés. Hasta 1930 desempeñó el cargo de director de la biblioteca de British

Museum.

Ancient books and modern discoveries (1928)

Libraries and museums (1930)

KETRZYNSKY, ADALBERTO (1838)

Historiador polaco. Fue director del Instituto Ossoliñski y director de la biblioteca de

Lemberg. Colaboró además en varias publicaciones de corte científico.

La población polaca en Rusia (1882)

Catálogo de los manuscritos conservados en la biblioteca Ossoliñski (1881)

KEYS, DAVID REID (1856)

Realizó sus estudios en la Universidad de Toronto y en la de Columbia. Fue profesor de

historia y lengua inglesa.

Dictionary of National Biography

British Empire Universities English Dictionary.

KIDD, A. STANLEY (1869)

Escritor e historiador inglés. Fue examinador de la universidad de El Cabo de 1902 a

1917. De 1900 a 1903 fue secretario de la biblioteca pública Albany y de la

Grahamstown Athenaaeum Society.

KING, LEONARDO GUILLERMO (1869)

Orientalista inglés. Realizó sus estudios en Cambridge. En 1913 fue nombrado director

del departamento de antigüedades asirias y egipcias del British Museum. Realizó

artículos para la enciclopedia británica.

Cuneiform text in the british museum (1896-1914)

Babylonian religión and mythology (1899)

Annals of kings of Assyria (1902)


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512

Seven tables of creation (1902)

Sculptures and Inscription of Darios at Bakistum (1907)

Bounday-stones in the British Museum

KINGSFORD, CARLOS LETHBRIDGE (1862-1925)

Historiador y literato inglés. Cursó sus estudios en Oxford y fue uno de los redactores

del Dictionary of Nacional Biography. También colaboró en la Enciclopedia Británica y

en la Cambidge Medieval History.

The crusades (1894)

Henry V (1911)

English historical literaturas in 50 th century (1913)

Chronicles of London (1905)

Sir Otho de Grandison (1909)

The first english life of Henry V (1911)

The earlie history of Piccadilly (1925)

KIRCHNER, JOAQUIN (1890)

Bibliotecario alemán. Alumno de las universidades de Berlin, Heidelberg, Munich ... Se

licenció en Filosofía en 1913 e ingresó en el servicio de bibliotecas del Estado.

KLINKENBORG, MELLE G. (1872)

Archivero alemán. Doctor en filosofía por la Universidad de Berlin. Desde 1896 fue

colaborador de la sociedad de eruditos de Gotinga para la edición de documentos de

pontificios. En 1898 fue auxiliar del instituto de historia de Roma. En 1906 es

nombrado archivero secreto de Berlin y más tarde director del mismo.

KNIGHT, LUCIANO LAMAR (1868)

Historiador norteamericano. Fue director literario de varias publicaciones y editor de

otras tantas.

Dictionary of southern authors and historical sideligths (1909)


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513

Reminiscences of famous Georgians (1907-1908)

Gerogia's Land-Marks Mermorials and legends (1913-1914)

Standar History of Georgia and Georgians (1916)

Memorials of Dixielans (1919)

KOCH, TEODORO WESLEY (1871)

Bibliólogo norteamericano. Realizó parte de sus estudios en Francia. Fue director de la

biblioteca universitaria de la Universidad de Northwestern.

Library Assistant manual (1913)

Books in Camp

KOOPMAN, ENRIQUE LYMAN (1860)

Bibliólogo norteamericano. Estudió en Colby y en Harvard. Prestó sus servicios como

bibliotecario en Cornell, Columbia, Rutgers y en la Universidad de Vermont. Fue

profesor de bibliografía de la Universidad de Brown y más adelante bibliotecario de la

misma.

Catalogue of the Library of George p. Marsh (1892)

Historical Catalogue of Brown University (1895)

The mastry of books (1896)

KRANS, HORACIO SHAFE (1872)

Escritor norteamericano. Ha sido director literario de diversas casas editoriales. Co-

editor del Internacional Year Book (1913-1915); Colaborador de la New International

Encyclopedia (1913-1916) y de otras publicaciones.

Irish life in Irish fiction (1903)

William Butler yeats and the irish literart revival (1904)

Oliver Goldsmith a critical biography (1907)

Hand book for american students in France (1926)


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514

KRASNOHORSKA, ELISKA (1817-1926)

Musicógrafa húngara. Fue la principal proveedora de libretos de ópera para los

compositores de su pais durante la segunda mitad del siglo XIX, especialmente para

Beadi, Fibish y Smetana. De este último escribió una documentada biografía y estudio

crítico.

Biografía de Bredish Smetana (1835)

KUNZ, JORGE FEDERICO (1856)

Gens and the precius stones of North America

The book of the peral (1908)

The curius lore of precius stones (1913)

E. Roly and his work (1914)

Shakesperare and precius stones (1916)

LABANDE, LEON HONORATO (1867)

Archivero y escritor francés. Ha sido inspector de la sociedad francesa de arqueología.

Consejero de Estado del principado de Mónaco, conservador de la biblioteca y museo

de Aviñón así como conservador de los archivos del palacio de Mónaco.

Historie des institutions de la ville de Verdum

la Charite á Verdum

Les Doria de France

Etudes d'histoire et d'archéologie romane

Avignon au XV siécle

LACOMBE, PABLO (1848)

Bibliógrafo y literato frances. Perteneció a la sociedad histórica y al Comité de trabajos

históricos de Paris. Formó una gran biblioteca con casi todas las obras relacionadas con

la historia de Paris.

Essai d' une bibliographie des ouvrages relatifs á l'historie religieuse de Paris pendant

la Revolution (1884)


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515

Les nomd desrues de Paris sous la revolution (1886)

Bibliographie parisienne (1887)

Les travaux d'un amateur parisien, Nicolas-Michel Troche

LANDAETA ROSALES, MANUEL (1847)

Historiador y bibliógrafo venezolano. Actuó en política militante. Hizo estudio grave y

metódico de la bibliografía y los archivos venezolanos. Su trabajo a este respecto dio

grandes resultados aquilatándose en numerosas estadísticas, datos históricos,

compilación de documentos preciosos, iconografías, referencias militares...

Documentos relativos a la vida pública del general Joaquín Crespo

La batalla de Carabobo

Biografía de Miguel Antonio Vazquez

Sacerdotes que sirvieron a la causa de la independencia

La casa donde nació el libertador

LANGDON, ESTEBAN HERIBERTO (1876)

Orientalista inglés. Cursó estudios en Nueva York en la unviersidad de Columbia .En

1913 se naturalizó súbdito británico.

Building inscription of the Neo-Babylonian empire

Sumerian and babylonian psalms

Inscriptions from the archivs of Drehem

Historical and religious texts

Epical and liturgical texts from Nippur

University of Pennsylvania, publications of the Babylonian

LÄNGIN, TEODORO JORGE (1867)

Desde 1904, director de la biblioteca badense en Carlsruhe.

LANGLOIS, CARLOS VICTOR (1863)

Historiador y archivero francés. Fue director de los archivos nacionales.


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516

La connaissance de la nature et du monde, d'après quelques écrits á l'ussage des laies

Les etudes historiques

État sommaire des documents enirés aux arhives nationales par de voies

extraordinaires

Les papiers de Guillaume de Norgarel

LAPAUZE, ENRIQUE (1867-1925)

Literato francés

Catalogue sommaire de la collection Dutait

Catalogues sommaires des collections municipales

Les museés de province

Le palais des Beaux-Arts de la ville de Paris

Ingres, sa vie et son ecuvre; le roman d'amour de M. Ingrés

L'académie de France de Rome.

LATCAM, RICARDO E.

Escritor chileno contemporáneo a la Enciclopedia.

Bibliografía chilena de ciencias antropológicas (1915)

La capacidad guerrera de los araucanos (1915)

Costumbres mortuorias de los indios (1916)

LAUER, JUAN FELIPE (1870)

Archivero e historiador frances. Se doctoró en letras y obtuvo el título de archivero-

paleógrafo. En 1932 ocupó el cargo de bibliotecario en el departamento de manuscritos

de la biblioteca nacional francesa.

Le régne de Louis IV d'Outremer

Les annales de Flodoard

Le trésor des Sancta Sanctorum

Les diplomas originaux des mérovinges

Robert I et Raoul de Bourbogne


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517

Le palais de Letran

Inventaire des collection manuscrites de la bibliotheque nationale conc

LAZZARESCHI, EUGENIO (1882)

Un contadino poeta (1909)

Santa Caterina da Siena ed i Luchéis (1912)

La poesia popolare dell'Amaiata (1913)

Lo statuto della corte dei mercant di Lucca dal 1376 (1927)

LEACH, HOWARD SEAVOY (1887)

Bibliógrafo norteamericano.

List of collections of english drama in american libraries

An eassay towards a bibliography of the Publisher writings and addreses of Wooddrow

Wilson; Mars 917-Mars 1921 (1923)

Bibliography of Horward Crosby Butler (1924)

Bibliography of Woodrow Wilson

LEMAITRE, ENRIQUE (1881)

Archivero y escritor francés. Después de conseguir el titulo de archivero paleógrafo,

pasó a ser bibliotecario de la biblioteca nacional francesa. Fue administrador de la

Sociedad de antiguos textos franceses. Miembro de las Sociedades de la escuela

diplomática de la historia de Francia, de bibliografía y de los bibliotecarios franceses.

Además colaboró con la Bibliotheque de l'ecole de Chartes.

Histoire du depot legal (1910)

Le musit (1906)

Trente noels poitevins (1908)

Roman de Renart le Contrefait (1914)


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518

LESLIE, JUAN ENRIQUE

Militar y publicista. Fue editor honorario del Journal of Society of army historical

reserarch.

History of Stewart Lodge (1896)

Services of N18 Company En.Div.RA (1897)

A list of officers of the Madras Artillery 1748 to 1861 (1908)

Bibliography of works by officers (1909)

The Story of a British flag captured by the french a quatre bras

LEVILLIER, ROBERTO

Diplomático y escritor argentino contemporáneo a la Enciclopedia. Fue distinguido

como cuentista e historiador, de ideas enciclopédicas.

Orígenes argentinos

Correspondencia de los oficiales reales de hacienda con los reyes de España

Antecedentes de política económica en el Rio de la plata

Plan de trabajo y obras del año 1918

Santiago del Estero en el siglo XVI

LEVY, JOSE (1859)

Erudito y escritor alemán. Ha cultivado la historia, arqueología, numismática y filatelia.

Documents inedits et notes concernant la grande Revolution dan la haute-alsace 1789-

1801 (1904-1926)

LEWIN, PERCY EVANS (1876)

Erudito australiano. Fue auxiliar de biblioteca pública de Woolwich y de la de Australia

del sur. En 1918-1919 fue incorporado al servicio de información (sección geográfica)

del Almirantazgo y como tal, redactó una luminosa memoria para el ministerio de

estado a cerca de la administración alemana en Africa.

Catalogue of Porth Elizabeth library (1906)

History of the prairie of Australia (1914)


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519

History of Canada (1914)

The people of Australia (1914)

The resources of the empire (1924)

LIBRO (VENDEDOR AUTOMÁTICO DE). Recientemente en Alemania se han establecido

distribuidores automáticos de libros, en los cuales los volúmenes ocupan una posición

análoga a la que se da en las vitrinas de las librerías. Quien quiere un libro echa una

moneda de un marco en una hendedura del aparato que corresponde al volumen deseado

y se le presenta automáticamente. Un empleado repone las faltas todos los días.

LIDDEL HART, BASILIO ENRIQUE (1895)

Militar y escritor inglés. Fue corresponsal militar del Daily Telgraph y redactor de la

parte militar de la Enciclopedia Británica. Perteneció al Historian Institute of Historical

Research y a la Royal Historical Society.

New methods of infantry training (1918)

Science of infantry tacties (1921)

Paris or the future war (1925)

A grater than Napoleon Scipio Africanus (1926)

Great captains unveiled (1927)

The decisive war of history (1929)

Sherman (1929)

LLAVERIAS Y MARTINEZ, JOAQUIN (1875)

Historiador y publicista cubano. En 1902 fundó el Boletin del archivo nacional. Dirigió

los archivos de folklore cubano y otras publicaciones de carácter histórico.

Historia de los archivos de Cuba (1912)

Cartas inéditas de Marii (1920)

Inventario general del archivo de la delegación de partido revolucionario cubano en

New York (1921)

Diccionario geográfico de Cuba (1925)


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520

LODGE, GONZÁLEZ (1863)

Latinista norteamericano. Doctor en Letras por la Universidad de Columbia. Dirigió el

Classical Weekly (1907-1913)

Lexican plautinum (1901-1924)

Vocabulary of High School latin (1907)

LODOLINI, ARMANDO (1889)

Publicista. Se licenció en jurisprudencia y ejerció como archivero paleógrafo.

Perteneció al Archivo del Estado de Roma.

Hilaria trista (1929)

Bibliografía mazziana (1922)

Le vie dello Statu pontificio (1923)

La República italiana (1925)

La diplomática (1926)

LOEVENICH, JOSÉ CARLOS (1861)

Publicista. Fundó el Museo Arndt que donó a la ciudad de Bonn el 3 de octubre de

1922. En 1914 fundó el Rhein National Museum. Toda su labor literaria está

relacionada con Arndt y su museo. En 1910 ordenó la 3ª edición del catálogo del museo.

Bibliografía de Arndt

LÓPEZ DE AYALA Y ALVAREZ DE TOLEDO, JERÓNIMO (1862)

Fundó en Madrid la Sociedad de Historia Hispanoamericana, de la que fue presidente.

Fue socio, secretario y vocal de la sociedad de bibliófilos españoles. Dirigió la

publicación de algunos de sus volúmenes.

Dos tratados históricos tocantes al Cardenal Cisneros, gobernador del reino

La leyenda de palacio

Paseos y excursiones por tierra segoviana

La arquitectura franciscana en España.


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521

LÓPEZ Y FERNÁNDEZ CABEZAS, NICOLÁS MARÍA (1863)

Literato español. Perteneció el cuerpo de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos.

Libro de Granada (1908)

Tristeza andaluza (recopilación de artículos de prosa poética)

LOSCH, FELIPE RICARDO (1869)

Historiador alemán. Doctor en filología y bibliotecario jefe de la oficial Berlin

LULVES, JUAN (1866)

Auxiliar del archivo municipal de Aquisgrán de 1893 a 1901. Miembro del Real

Instituto prusiano de historia en Roma. Fue archivero de archivo oficial de Hannóver en

1917

LUZIO, ALEJANDRO (1857)

Literato e historiador italiano. Fue hasta 1918 director de archivos de Mantua. Fue

nombrado superintendente del archivo de estado de Turín. Sus numerosas obras se

refieren principalmente a las épocas del Renacimiento y del Risorgimiento.

MACKINLEY, ALBERTO EDUARDO (1870)

Historiador. Fue doctor de filosofía y profesor de historia en la U. Pensylvania.

Public Archive of Filadelfia (1902)

MAHAFFY, JUAN PENTLAND (1839)

Historiador. Fue miembro de la academia de Viena, Berlin, Roma, Atenas, Alejandría,

etc. Presidió la Real Academia de Irlanda.

12 lectures on primitive civilisation

Prolegomena to ancient history

Report in the irish grammar schools, the art of conversation

Sketch of the life and preaching of Descartes


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522

MANTENER, JORGE DE (1867)

Paleógrafo y archivero. Licenciado en derecho. Fue bibliotecario de la fundación Thiers

y archivero de los Altos Alpes.

Le nom et deux premieres enceintes de Gap

Les jouilles de Faudum (1184-1214) (1908)

La province du I au XII (1908)

La pierre de Gap (1910)

L'offre de paix separeé de l'Autriche 1916-1917 (1921)

MCDONALD, GUILLERMO (1863)

Historiador. Colaboró en prensa y perteneció a las Sociedades de arqueología, historia

problemas coloniales, artes y ciencias políticas.

Documentary source book of American history (1908)

Oregon trail de Parkman (1911)

From Jefferson to lincoln (1913)

A new constitution for a new America (1921)

Reconstruction in France (1922)

Three centurys of American democracy (1923)

MONTFANCON

Collectio nova et scriptorum grecorum (1707)

PÍO, ZABALA Y LERA (1879)

Historiador . Licenciado en las facultades de Filosofía y Letras y Derecho. Fue diputado

a Cortes por el distrito de San Clemente-Belmonte. Regentó la Dirección general de

primera enseñanza y fue subsecretario de Instrucción pública.

Las universidades y los Colegios Mayores en tiempo de Carlos III


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523

PREISS, CORNELIO (1884)

Musicógrafo alemán. Fue profesor de historia de la música del Instituto Buwn

Anton Rubinsteins Pianistische Bedeutung

PREMOLI, PALMIRO (1856-1917)

Colaborador del Secolo

Vocabulario nomenclatore

PREOBRAJENSKY, ANTONIO VICTORIO-WITCH (1870)

Musicógrafo ruso

Léxico del canto eclesiástico ortodoxo (Moscú 1897)

Bibliografía del canto eclesiástico (1900)

PREOBRAJENSKY, BASILIO (1864-1900)

Obras de Leibniz

La teoría del conocimiento de Schopenhauer

Nietzsche y la moral del altrismo

PREPOSIT, PABORT O GUILLERMO DESPABORT

Doctorum practicorum Catheloniae super constituyen

Abecedarium seu Repertorium

Alphabetu juris patriae

PRESL, JUAN SUA TEPLUK (1791-1849)

Profesor y director del Gabinete de Historia Natural de la Universidad de Praga.

Manual de Botánica

Flora Cechica

Manual de quimica experimental

Los mamíferos

Manual sistemático de mineralogía


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Symbolae botanicae (Praga, 1832-33)

Flora simula (Praga, 1826)

PRESMLA, SABBETAI (XVI)

Tratado gramatical de Moisés Kimbí (Dublin, 1622)

Una compilación de Amsterdan (1707): texubbat ha-Gueorim

PRESTAGE, EDGARDO (1869)

Don francisco Manuel de Mello; esbozo biographico

Enciclopedia Británica

Enciclopedia Católica

PRESTON, HOWARD WILLIS (1859)

Miembro de varias sociedades históricas de los EEUU

Documents illustratives of American History (1886)

Illustrated Key to thae Trees of the Northeastern United States (1912)

PRESTON, TOMAS JEX (1862)

The bronze doors of the Monastery of Monte Cassino and Saint Paul's at Rome (1915)

PREUSKER, CARLOS BEJAMIN (1786)

Oberlausitzische. Al tertümer (1828)

Lieber Jugerbildung (1837-39)

Lieber offentliche Vereinsund Privatbibliotheken (1839-40)

Gutenberg und Franklin (1841-44)

Die Dorfbibliothek (1843)

PREUSS, CONRADO TEODORO (1869)

Conservador del Museo Imperial de Etnografía de Berlin

Archivs fur Religionswissenschaft


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525

PREUSS, JUAN DAVID HERMAN (1785-1868)

Historiógrafo de la casa de Brandeburgo. Publicó las obras de Federico El Grande.

PREVITE-ORTON, CARLOS GUILLERMO (1877)

Political satire in English Poetry

Early history of the house of Savoy

Outlines of Medieval History

PREVOST, CLAUDIO (1693-1752)

Histoire d'Auxerre

Bibliotheque de chanoines réguliers

PREVOST, ISAAC BENITO (1755-1819)

Annales de Chimie

Bibliotheque Britanique

Magasin Encyclopédique

PREVOST, JUAN (1600-1660)

Catalogue des plantes qui croissant en Bearn, Navarre, et Bigorre et les côtes de la mer

des Basques (1655)

PREVOST, LUIS CONSTANCIO (1787-1856)

Clasification chronolgique des terrains

Investigations expérimentales sur les dépots sédimentaires.

PREVOST DE LONGPERIER, ENRIQUE ADRIANO (1816-1882)

Documents numismatiques pour servir a l'histoire des arabes d'Espagne

Le Museé Napoleón III (1864-74)

Antiquités de la Perse (1833)


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526

PRIBAM, ALFREDO FRANCISCO (1859)

Aus englischen und franzosischen Archiven und Bibliotheken

PRICE, DAVID (†1835)

Cuadro cronólogico o memorias acerca de los principales acontecimientos de la historia

mahometana hasta el advenimiento de Akbar.

PRICE, FEDERICO G. HILTON

Presidente de la Society of Biblioteque Archaelogy

Catalogue of Egyptian Antiquities in Grice's Collection

PRICE, IRA MAURICIO (1856)

Profesor de griego y de lenguas modernas.

Hasting`s Dictionary ot the Bible Dictionary

Encyclopedia Americana

Hasting´s Dictionary of Religion

PRICE, JORGE W. (1840-1914)

Musicógrafo. Fundó la Academia Nacional de Música

Tratado elemental para la enseñanza de los instrumentos de cobre

Biografía de dos ilustres próceres y mártires de la Independencia y de un campeon de

la libertad

PRIDEAUX, GUILLERMO FRANCISCO (1840-1914)

Realizó numerosos estudios de arqueología y numismática

Notes for a Bibliography of Edward Ftzzgerald

A Bibliography of Robert Louis Stevenson


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527

PRIDIK, ALEJANDRO (1864)

Director del Museo de Arte

De Cei insulae rebus (1892)

Die sechste Rede des Isaeus

Papiros griegos (1907)

PRIETO Y PRIETO, MANUEL († 1885)

Apuntes biográficos de D. Vicente Parrodo (1865)

Diccionario Enciclopédico de Agricultura

PRIETO Y VILLAREAL, EMILIO (1840-1911)

Diccionario portátil de la lengua castellana

PRIEUR, FELIPE LE (†1680)

Profesor de la Universidad de Paris

De litteris canonicis, de tractonis et synodicis (Paris, 1675)

PRIMAT

Historiógrafo

Crónica Letire

Recueil des histories de france

PRIME, EDUARDO DORR GRIFFIN (1814-1891)

Geneological, Biographical and Bibliographical of the Prime Family (1888)

PRINCE, NICOLAS TOMAS (1750-1818)

Empleado de la Biblioteca Nacional de París

Essais historiques sur l'origine et les progrés de l'art dramatique


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PRINCETON, ROBERTO (1832-1894)

Empleado de la Biblioteca Nacional de Paris

Los indígenas primitivos de Indianápolisl.

PRINS, A. WINKLER (1817-1908)

Winkler Prins Encyclopedia (1869-82)

PRISSE, D'AVENNES (1807-1879)

Facsimilé d'un papyrus égyptien eu caractères hiera tiques archaiques

PRITSCH, VICENTE (1776-1853)

Diccionario grecolatino

PRIVAT-DESCHANEL, AGUSTIN (1821-1883)

Dictionaire genéral de sciencies théoriques et appliquées.

PROLOGO, ARCÁNGEL (1836)

Le carte che sé conservano nell Archivio metropolitano della cita di trami.

PROMIS, CARLOS (1808-1872)

Profesor de arquitectura de la Universidad de Turin. Colaboró en las colecciones

Miscellanea della Deputazione y Monumento Storicie Patria

Storia di Torino antica, Archeologia architettonica (1862)

Lessico delle voci architetoniche scanosciute a Vitruvio y Julia Augusta taurinorum

(1869)

PROMIS, DOMINGO CASIMIRO (1804-1874)

Director de la Real Biblioteca de Turin

Documenti, sigilli e monele appartenerti alla storia della monarca di Savoia, racoolti in

Isvizzera ed in Francia


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529

Monete ossidinali del Piemonte edite ed inedite

PROMIS, VICENTE (1839-1889)

Auxiliar en la biblioteca Real de Turín

Bibliografía Storica degli statu della monarchica di Savoia

PROMPSAULT, JUAN ENRIQUE ROMANO (1798-1858)

Dictionaire raisonné de droit et de jurisprudente civile et eclesiastique

Recueil géneral des actes relatifs aux affaires éclésiastiques de France

PROMPSAULT, JUAN LUIS (1820)

Extrait du catalogue de la Bibliothéque de vingt-cinq á ving-six milles volumes de feu

M. I'abbé J.H.R, Notices sur Louis de Blois, Thomas de Kempis, le cardinal Bona, Le

prince Lilnick de Brunswick et Saint-Grégore le Grand.

PROROK, CONDE BYRON DE (1896)

Arqueólogo mejicano. Dirigió las excavaciones de Cartago y Utica, descubriendo la

tumba de la reina Tin Hinan en Hoggar, y exploró las ruinas Submarinas de una isla de

Tunez

The Temple of Tanit, The Sahara in antiquity (1930)

PROSDOCIMI, ALEJANDRO (1843)

Profesor del Instituto de Este, Director de la Escuela Técnica de la misma y director del

Museo.

Bolletino di Paletrologia

Notizie Degliscaui

Intorno alla pubblica istruzione maschile in Este ed Analoghi provvedimenti

Vittorio Emanuele II

Notizie di archeologie, arte e storia.


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530

PROSSER, CARLOS SMITH (1860)

Doctor en ciencias y filosofía

The Classification ot the Upper Palaeozole Rocks of Central Kansas

The Classification of the Hamilton and Chemung Series of NY

Reused Nomenclature of the Ohio geological Formations

PROTH, MARIO (1832-1891)

Bibliotecario del Ministerio del Interior de Francia.

Aux jeunes, comment on lutte

Silhovette de la Révolution

Bonaparte, commediante, tragediante

PORTERO, JORGE GUALTERIO (1848-1922)

Colaborador de la Enciclopedia Británica y del Dictionary of National Biography.

Life and Times of Simon of Montfort

History of Great Britain and Ireland to 1910

PROTOBACELLI, DAMIÁN (1642-1710)

Conservó y organizó varios archivos de la diócesis siracusa.

Dell'origine della chiesa siracosana

Cronica siciliana

Gli rapporti da Michelangelo Buonarrotti e la Vittoria Colonna

PROU, MAURICIO (1861)

Paleógrafo francés.

Les registres d'Honorius IV

Raoul Glaber, les cinq livres de ses histories

Mannuel de paleographie latine et française du VI au XVII siécle, suivi d'un dictionaire

des abreviations

Catalogue des monnaies françaises de la Bibliothéque Nationale


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531

PROUSTEAU, GUILLERMO (1628-1715)

Bibliotheca Prustelliana

PROZOROVSKI, DEMETRIO IVANOVICH (1820-1894)

Catedrático de historia del arte y profesor de arqueología en el Instituto Arqueológico

de San Petesburgo

Monedas y pesos en la Rusia antigua hasta fines del S XVIII

S. Petesburgo, Copias de manuscritos antiguos conservados en el Museo de la Sociedad

Imperial de Arqueología

Iconografía de Rudakov.

PRUDHOMME, LUIS MARIA (1752-1830)

Dictionaire universal geographique, statistique, historique et politique de France

Répertoire universal historique, biographique des femmes célebres

PRUGENT Y LOBERA, ENRIQUE

El mundo civil (1871), lo que pasa en Madrid

Los hombres de la Restauración (1880)

Memoria bibliográficas de trabajos referentes a Colón y al descubrimiento del Nuevo

Mundo (1892)

PRUSIK, FRANCISCO JAVIER (1845)

Los manuscritos de Kralave Dvur y Zelena Hora (Praga, 1886)

Origen del nombre checo (Praga, 1885)

El Manuscrito de Pilsen de la Apostilla de Juan Hus (Praga, 1887)

Crónica de Alejandro Magno

PRZEZDIECKI, ALEJANDRO (1814-1871)

Bibliógrafo polaco


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532

Estudios bibliográficos sobre los manuscritos de las bibliotecas y de los archivos

extranjeros. (Varsovia, 1850)

PRZYBOROWSKI, JOSÉ (1823-1896)

Vida y obra de Juan Kochanowski (Posen, 1857)

PSAUME, ESTEBAN (1769-1828)

Dictionnaire bibliographique on Nouveau Mannuel du libraire et de I'amateur de

Livres (Paris, 1824)

RENSIS, RAFAEL DE (1880)

Crítico musical del Mesagero y del Giornale d'Italia

Anime Muscali (1910)

Mussolini Musicista (1927)

STEWART MACALISTER, ROBERTO ALEJANDRO (1870)

Filólogo y arqueólogo. Profesor de arqueología celta en la universidad de Dublin. De

1925 a 1928, presidente de la Real Academia Irlandesa y de la Sociedad de Anticuarios

de Irlanda.

Studies in irish Epigraphy (1897-1907)

Excavations in Palestine (1902)

Bible sidelights from the mound of the Gezer (1906)

The vision of Merlino (1903)

A history of civilization in Palestine (1912)

A Grammar of the nuri lenguage (1914)

ALMELOVEEN, TEODORO JANSON DE (†1712)

Estudió medicina, enseñó historia, retórica y griego. Su mayor mérito estriba en la

publicación de diferentes obras de los médicos de la antigüedad.

Historia crítica de la medicina


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533

Hippocratis aphorismi

Aurelii Celsi de medicina libri octo

TOURGEE, ALBIN WINEGAR (1838-1905)

Participó en el ejército federal norteamericano y después trabajó como periodista y

abogado.

North Carolina Code of Civil procedure (Procedimiento del Codigo Civil de Carolina

del Norte)

A digesto of cited cases

TOURNEMINE, RENATO JOSÉ (1661-1739)

Fue profesor de humanidades, filosofía y teología sucesivamente. Abandonó la

enseñanza para dirigir la importante publicación de las Memorias de Trévoux.

Dissertation sur le systeme des dynasties de l'Egypte par le chevalier Marsham

Dissertation sur l'origine des divers peuple de l'Afrique, á l'ocasión d'un passage de

Josephe, touchant Jesuchrist

TOURON, ANTONIO (1686-1775)

Enseñó filosofía y teología en Toulouse, pero en los últimos años de su vida se dedicó a

la historia y apologética, publicando una serie de obras muy importantes para la historia

y literatura de la Orden de los dominicos, a la que perteneció.

Vie de saint Thomas d'Aquin

Vie de Saint Dominique avec un histoire abrégée de ses premiers disciples

Histoire des hommes illustres de l'ordre de Saint Dominique

TOURTOULON, CARLOS JUAN MARÍA (1836-1913)

Dotado de posiciones para investigaciones históricas, constituyó en 1868 la Sociedad de

las lenguas romanas, fundó la Revue du Monde Latin. Estudió a fondo la personalidad

del rey de Aragón, Jaime el conquistador, y fue correspondiente de la Real Academia de

la Historia de Madrid. Su seudónimo era Charles Rodunat.

Notes pour servir aux nobiliares de Montpellier


_____________________________________________________________________________

534

De la noblesse dans ses rapprts avec nos moeurus et nos institutions

De l'hérédité de la noblesse

Jacques le Conquérant, roi de Aragón, comte de Barcelone

La procédure symbolique en Aragón

Des dialectes

TOWERS, JOSÉ (1737-1799)

Ministro disidente de la secta de los presbiterianos, fue pastor de una congregación de

Highgate y tomó parte en la conferencia de Newington Green.

Biografía Británica

Observaciones sobre la historia de Inglaterra de Hume

Historia del Reinado de Federico II de Prusia.

TOYNBEE, PAGET (1855)

Se consagró al estudio de la literatura francesa e italiana y en especial de Dante, del que

es uno de los mejores comentaristas.

A Dictionary of Proper Names and Notable Matters in the Works of Dante

Vision of Dante

Dante studies and researches

TOSÍ, ALFREDO (1877)

Profesor de antropología en la Universidad de Harvard. Pertenece a numerosas

instituciones científicas y literarias, entre ellas la Hispanic Society

A comparative Study of the Mayas and Lacandones

Ruins of Tikal

Ruins of Nahum

Maya Grammar


_____________________________________________________________________________

535

TRABER, JUAN (1859)

Bibliotecario del Cassianeum y archivero municipal de Donaiwörth (Suabia). Realizó

profundos estudios históricos

Das Cassianeuum in Donaiwörth

Die Afhebung d.adel. Benediktinerinnenstiftes

Holzen

TRAP, JUAN PEDRO (1810)

Secretario del gabinete de Federico VII y Cristian IX. Se dedicó también a la estadística,

topografía y a la historia de su patria.

Manual de estado de Dinamarca

Semblanzas de los hombres célebres de Dinamarca 1867-69

TRAQUAIR, RAMSAY HEATLEY (1840-1912)

Profesor de zoología en el Real Colegio de Ciencias de Dublin y conservador de las

colecciones de historia natural del Museo escocés de Edimburgo. Se dedicó al estudio

de los peces fósiles.

Report on fossil fishes collected by the Geological survey of Scotland in the Silurian

rocks of the south Scotland

TRASK, JUAN GUILLERMO (1877)

Médico británico que se dedicó a los estudios sobre el higiene, recopilando las leyes

dedicadas a este tema.

A digest of the laws and regulations of various status relating to the reporting of cases

of sickness, primer of personal hygiene.

TRATTINICK, LEOPOLDO (XVIII)

Genera plantarum methodo naturali disposita

Fungi Austria


_____________________________________________________________________________

536

TRAUT, HERMÁN (1866)

Filólogo alemán. Trabajó en la Biblioteca Municipal de Francfort del Main como

archivero bibliotecario.

Kurfurts Joachim Iiv Brandenburg u.d. Türkenfeldsugv 1542-1592.

VERACRUZ, ALONSO DE LA

Fundó el colegio de San Pablo, dotándolo de biblioteca y arsenal científico.

Dialectica Resolutio

Phisica Speculatio

VILLAESCUSA Y ROS DE MEDINA, MODESTO (1869)

La Inmaculada Concepción y las Universidades Españolas

VILLEDIEU, ALEJANDRO DE († 1240)

Fue doctor de la Universidad de Paris y se le conoció también por el nombre de

Alexander Dolensis

Doctrinale pueorum o gramática de versos leoninos

Divinae scripturae compendium, 212 versibus hexametris comprehensum

Massa computi

De arte numerando

VISTO, PEDRO (1630-1696)

Numismático francés, canónigo en la diocésis de Bourges

Histoire métallique de la République de Hollande.

WATSON, JUAN (1836-1917)

Director del Daily Journal de Evansville. Ministro plenipotenciario.

Biography of Matthew Watson Fostn


_____________________________________________________________________________

537

WEIDENER, REVERE FRANKLIN (1851-1915)

Se ordenó ministro. Profesor de teoría dogmática y de exégesis del Seminario de Rock

Island y de Chicago.

Theological encyclopedia

Historical theology

WEIGALL, ARTURO EDUARDO PEARSE (1880)

Egiptólogo. Inspector general de antigüedades del Gobierno de Egipto.

A report on the Antiquities of Lower Nubia

A cataloque of the weights and balances in the Cairo Museum

A guide to the Antiquities of Upper Egypt

WEIGEL, JUAN AUGUSTO GOTTLOB (1773-1846)

Librero y erudito alemán. Fundó una librería de libros antiguos y editó un gran número

de obras.

WEIL, MAURICIO ENRIQUE (1845-1924)

Historiador. Comandante retirado. Se dedicó a historia militar y fue correspondiente de

la Real Academia de Historia de Madrid

Mémoires du général russe baron de Loewenstein

WEILL, RAIMUNDO CARLOS (1874)

Egiptólogo. Se doctoró en letras. Fue oficial de ingenieros y es director de estudios de

egiptología en la Escuela Práctica de Estudios Superiores.

Recueil des inscriptions égyptiennes du Sinaí.

WEIS, JUAN EVANGELISTA (1870)

Historiador y arqueólogo. Doctor en filosofía y teología. Presidente de la

Kunstmarktstelle de Munich.


_____________________________________________________________________________

538

WERUNSKY, EMILIO (1850)

Historiador alemán. Profesor agregado y numerario de historia universal y ciencias

auxiliares en la Universidad de Praga.

WESSELY, CARLOS (1860)

Paleógrafo alemán. Obtuvo un título de maestro superior y realizó trabajos para la Real

Biblioteca.

WESTRIN, TEODORO (1850)

Historiador y lexicógrafo. Funcionario del Archivo Nacional de Estocolmo, publicó

gran número de índices de documentos y un trabajo sobre los principales tratados de

neutralidad en Suecia. Colaboró en el diccionario enciclopédico "Nordisk Familjebok"

WETZER, LEANDRO VON (1840)

Ingresó en la Escuela Austriaca de Infanteria de Tulln. Compuso los volúmenes III y IV

de la obra de veinte tomos del Estado Mayor General. Trabajó en el departamento de

historia de la guerra del Real e Imperial Archivo Militar, encargándose también de la

dirección del mismo.

WHEATLEY, ENRIQUE BENJAMÍN (1838)

Bibliógrafo y escritor británico. Perteneció a la Real Sociedad y luego tomó parte

principal en la fundación de la Sociedad para publicar textos antiguos ingleses.

Historical and Posthumous memoirs

Pepy's Diary

Diary and Correspondence of John Evelin

WHITE, ANDRÉS DICKSON (1832-1918)

Historiador y diplomático. Estudió en Yale y luego en Berlin. Fue elegido senador de

Nueva York y presentó a su pais en la Exposición internacional de Paris. Fue

diplomático y embajador de Berlin


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539

Lectures on mediaeval and modern history

Asyllabus of lectures on modern history

Studies on general history and the history of civilization

WICHNER, SANTIAGO (1825-1895)

Historiador y archivero. Avanzó la vida monástica en la abadía de San Blas de Admont.

Fue nombrado archivero y bibliotecario en su monasterio, siendo nombrado socio

correspondiente de la Academia de la Historia.

WIEGAND, GUILLERMO (1851-1915)

Historiador y archivero alemán. Fue jefe del archivo de la Baja Alsacia. También fue

profesor honorario y profesor de número. Formó parte de la Comisión histórica de

Baden.

WIENER, LEÓN (1862)

Escritor y bibliógrafo. Fue profesor de griego, latin y matemáticas en Odesa, de alemán

y lenguas romances en Misuri, y de lenguas y literaturas eslavas en Harvard.

Yiddish literature in the Nineteenth Century

Commentary to the Germanie Laws and Medieaval Documents.

WIFFEN, BENJAMIN BARRON (1794-1867)

Escritor y bibliógrafo británico. Escribió trabajos biográficos, siempre interesado por la

literatura y la historia de España.

Obras antiguas de los españoles reformados.

Life and writings of Juan de Valdes.

WILBERFORCER, EAMES (1855)

Sabin's Dictionary of books relating to America (1892)

Indian Biliography


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540

WILKEN, FEDERICO (1777-1840)

Historiador. Profesor de historia en Heidelberg y director de su biblioteca universitaria.

Bibliotecario-jefe y profesor en Berlin. Admitido socio de número en la Academia de

las Ciencias. Su historia de las Cruzadas es de un valor positivo y permanente.

WILSON, ESTEBAN (1884)

Filósofo francés

La Cosmogenie de Bernardus Silvestris (1924)

Archives D'Histoire Doctrinale et Littérature du Moyen Âge (1928)

Recherches sur la formation du systéme cartésien (1929)

WINCHELL, NEWTON HORACIO (1839-1914)

Geólogo. Entró al servicio de la Inspección Geológica de Michigan, luego en Ohio y

después fue geólogo en Minnesota

Catalogue of the plants of the State of Michigan

WINSOR, JUSTINO (1831-1897)

Fue director de la Biblioteca Pública de Boston y bibliotecario de la de Harvard

University hasta su muerte.

History of the town of Duxbury

Bibliography of original quartos and folios of Shakespeare

Memorial history of Boston

WINTER, CARLOS (1856-1917)

Historiador y archivero alemán. Doctor en filosofía en Gotinga e ingresó en el cuerpo de

archiveros del Estado, llegando a ser director del Archivo de Magdeburgo

WINTER, JORGE (1856-1912)

Historiador y archivero alemán. Ingresó en el servicio de archivos de Prusia.


_____________________________________________________________________________

541

WITTERT, ADRIANO (1824-1903)

Coleccionista y escritor belga. Especializado en el estudio del grabado antiguo, reunió

una importante colección de dibujos y estampas.

Lambert Lombard

Lettre á Vasari

WITTMANN, PÍO (1849-1922)

Historiador y archivero alemán. Doctor en filosofía, ex consejero del Archivo Imperial

Bávaro, cultivó la historia, la paleología y la etnografía.

WOJCICKI, CASIMIRO LADISLAO (1807)

Historiador y bibliotecario polaco. Estudió en la Univesidad de Varsovia. Dirigió la

biblioteca de Varsovia y colaboró con la Enciclopedia General Polaca.

Refranes populares

Cantos patríoticos

Biblioteca de autores antiguos polacos

WOODWARD, ARTURO SMITH (1864)

Geólogo y paleontólogo británico. Director del departamento geológico del Museo

Británico, dedicó 15 años a la elaboración de un catálogo de peces fósiles del Museo

Británico.

Catalogue of fosil fishes in the British Museum

WORNUM, RALPH NICHOLSON (1812-1877)

Escritor, bibliotecario y museólogo británico. En Londres se dedicó a la pintura de

retratos. Fue nombrado bibliotecario del "Board of Trade", pasando a ser conservador y

secretario del Museo Nacional.

Catálogo de medallas de la sección de arte.

Catálogo biográfico de los principales pintores italianos de la colección nacional.


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542

Catálogo descriptivo e histórico de los cuadros de la escuela inglesa en el museo

nacional

WRANGEL, FEDERICO ULRICO, CONDE DE (1850-1929)

Genealogista. Fue secretario del protocolo en el negociado del mariscalato imperial.

Huyó a América acosado por sus acreedores.

WRIGHT, GUILLERMO (1830-1889)

Orientalista británico. Profesor de lengua árabe en la Universidad de Londres y Dublin

Catalogue of the Syriac manuscripts in the British Museum

Catalogue of the Ethiopic manuscripts in the British Museum

XENOPOL, ALEJANDRO DEMETRIO (1847)

Historiador rumano. Doctorado en derecho y filosofía. Profesor de historia de Rumanía,

socio de la Academia Rumana y correspondiente del Instituto de Francia.

Annales de I'institute de l'Histoire

Memorias acerca de la enseñanza superior en Moldavia

YACUB, ABÚ ABD-ALLAH (1178-1227)

Escritor y bibliógrafo árabe. Vendido como esclavo hizo varios viajes con su

comerciante. Una vez en libertad, continuó viajando hasta llegar a los confines de la

India.

Genealogía de los árabes

Manual de los literatos

Diccionario de los poetas

YANGUAS Y MIRANDA, JOSÉ (XIX)

Historiador y archivero español que desarrolló su trabajo en la Diputación de Navarra.

Diccionario histórico-político de Tudela

Diccionario de los fueros del reino de Navarra


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543

Diccionario de antigüedades del reino de Navarra

YELA UTRILLA, FRANCISCO (1893)

Catedrático y publicista. Licenciado y doctorado en filosofía. Obtuvo una oposición de

cátedra de latín en Lérida. Fue nombrado director de la Escuela Norma de Maestros de

la misma ciudad.

Documentos para la historia del Cabildo Saguntino

Documentos reales del antiguo archivo de Roda anteriores al s. xiii

Antología del primer curso y del segundo curso de lengua italiana.

ZAMORA, ALFONSO DE (†1531)

Por el dominio que tenía del hebreo, caldeo, griego y latín, el cardenal Jiménez de

Cisneros le encargó la corrección del texto griego de su Biblia políglota.

Grammaticae hebraicae libri tres

Nominun et verborum hebraicorum dictionarium copisum

Declarationis vocabulorum artis grammaticae et commentarum biblicorum

Tractatus de vera orthographia hebraicae descriptionis

ZAPATA, ANTONIO LUPIAN (†1667)

Historiador y archivero español, que desarrolló sus funciones en la Catedral de Burgos.

Más tarde obtuvo la dignidad de pavorde de la Catedral de Ibiza

Arbol genealógico de los vizcondes de Rocaberti

Príncipes y obispos de España

Dos compendios de las dicciones latinas, griegas y hebreas

ZAPATER Y MARCONELL, JOSÉ (1834-1892)

Sacerdote, literato y geólogo. Estudió en el Colegio de las Escuelas Pías. Se trasladó al

Seminario Conciliar de Cuenca y fue nombrado capellán de número de la parroquia de

San Sebastian.

Catálogo de moluscos terrestres de las cercanías de la Granja y Albarracin.


_____________________________________________________________________________

544

ZARCO-BACAS Y CUEVAS, EUSEBIO JULIÁN (1887)

Agustino español. Profesó en el Escorial en 1905, fue agregado a la Biblioteca de la que

se le nombró auxiliar. Fue correspondiente de la Real Academia de la Historia , la cual

le concedió el Premio al Talento

Catálogo de los manuscritos castellanos de la biblioteca de El Escorial

Relaciones de pueblos del Obispado de Cuenca, hechas por orden de Felipe II

ZEISSBERG, ENRIQUE, SEÑOR DE (1839-1899)

Historiador austriaco. Fue nombrado profesor auxiliar y numerario de la historia de la

Universidad de Lemberg. En Viena enseñó historia al príncipe heredero, Rodolfo,

siendo nombrado director de la Biblioteca Imperial.

ZIMMERMANN, FRANCISCO J. (1850)

Historiador. Estudió en las universidades de Leipzig y Viena y ha sido archivero de su

ciudad natal y de la Universidad de Dresde.

ZINGELER, CARLOS TEODORO (1845-1922)

Archivero-bibliotecario, escritor y filólogo

Poseyó la medalla de oro para artes y ciencias de Rumanía y la medalla de oro para

"Benne merenti" de la casa Hohenzollern

ZINNY, ANTONIO (1821-1890)

Escritor y pedagogo. Profesor de los colegios de Pers y de Larroque en la República

Argentina. Catedrático en la Universidad de Buenos Aires. Arregló los archivos de la

municipalidad. Fundó el Colegio de Mayo y dirigió el Colegio Argentino. Arregló el

archivo del ministerio de Relaciones Exteriores y la sección librería argentina en la

Exposición Universal de Paris.

Bibliografía histórica de las provincias del Río de la Plata


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545

Catálogo razonado de las obras adquiridas en las provincias argentinas para la

Biblioteca Pública de La Plata

Cronología de los obispos de Paraguay y de Misiones

Indice analítico del periódico “El Redactor del Congreso”

Indice analítico de la “Gaceta de Buenos Aires”

Efemeridografía argirometropolitana

Historia de la prensa periódica de la República Oriental del Uruguay

ZOEGA, JUAN JORGE (1755-1809)

Arqueólogo y orientalista. Estudió en Gontinga y se dedicó por entero a la Arqueología.

Fue nombrado cónsul general de Dinamarca.

Catalogus codicum copticorum manuscriptorum qui in Museo Borgiano Velitris

adservantur

ZURITA Y CASTRO, JERÓNIMO (1512-1580)

Historiador. Estudió en la Universidad de Alcalá. Fue secretario de la Inquisición en

Madrid e historiógrafo. Llegó a su biblioteca a los Cartujos de la casa de Dios.

El índice de las cosas más notables que se hallan en la historia de Aragón

Colección de seis textos históricos referentes a Sicilia

Recopilación de documentos relativos a las Cortes de Cataluña (1926) y sucesos del

Rosellón

Colección de textos jurídicos

ZWIEDINECK VON, JUAN SUDENHORST (1845-1908)

Historiador. Estudió historia en Graz y se revalidó en aquella universidad. Fue director

de la Biblioteca de la Marca de Estiria y profesor de la universidad de Graz.


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546

Capítulo IX

Conclusiones

1. La Enciclopedia Espasa constituye una base documental de primera mano para

el estudio de la evolución de las Ciencias de la Documentación en España en dos

aspectos: En primer lugar a través de la riqueza de aportaciones bibliográficas

muy actualizadas en el momento de publicación de cada una de las voces

dedicadas a las disciplinas documentales y en segundo lugar por medio de la

aportación de datos inéditos o de difícil localización sobre estudios, técnicas,

personajes y publicaciones acerca de la materia documental.

2. El tratamiento que reciben las disciplinas documentales en la Enciclopedia

Espasa refleja la situación de la teoría e historia de la documentación en España

anterior al descubrimiento y publicación de la obra de Otlet en nuestro país.

3. La existencia del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios y la

pertenencia a él de un elevado número de autores de la Enciclopedia Espasa

hace pensar que estos personajes fueron los encargados por antonomasia de

redactar las voces y artículos definitorios de estas disciplinas, a pesar de

encontrarnos ante una obra anónima por su naturaleza, debido a las especiales

características y metodología de trabajo utilizado por la Editorial Espasa en la

creación de su Enciclopedia.

4. Así mismo, los autores pertenecientes al citado Cuerpo constituyeron una fuente

de información para completar con amplia bibliografía otras voces definitorias

de disciplinas distintas a las documentales ya que algunos de ellos contaban con

excelentes bibliotecas en muchos casos especializadas.

5. Las fuentes utilizadas para definir y estudiar las tres disciplinas objeto de este

trabajo fueron contemporáneas a la publicación de las mismas como se


_____________________________________________________________________________

547

demuestra en las citas a las leyes que regían el Cuerpo de Archiveros,

Bibliotecarios y Anticuarios que aparecen en los distintos tomos de la obra que

han sido estudiadas en la presente investigación y los artículos referidos de

aparición contemporánea a la enciclopedia que son citados al final de cada una

de las voces.

6. Los estudios sobre biblioteconomía, archivística y museología en España se

realizaban, en la época de publicación de la enciclopedia, desde el punto de vista

de ciencias como el derecho, la literatura, la diplomática y la bibliografía,

siendo esta última disciplina la raíz del concepto otletiano de Ciencia de la

Documentación.

7. La archivística se considera desde las páginas del Espasa la disciplina más

importante de apoyo y auxilio al investigador histórico. La archivística,

efectivamente, es la única ciencia, en la enciclopedia, en la que se trata sobre el

documento, aunque se considera éste de manera distinta a la actual. Existe, así

mismo, una cierta confusión entre el documento y de los tipos de documento tal

y como los concibe hoy la documentación, como se demuestra en la voz archivo

a través de las diversas recomendaciones en las que se diferencia entre la

organización de documentos y actas.

8. La bibliografía es, en el momento de la publicación de la obra, la disciplina

origen de la actual ciencia documental –de acuerdo con los postulados

otletianos- y de ella emanan las técnicas fundamentales que aplica la

documentación para la consecución de sus fines.

9. A mayor abundamiento, procede constatar que el impacto de la obra de Paul

Otlet y Henry La Fontaine en España entre los especialistas en bibliografía y

biblioteconomía fue importante, como lo demuestra la aparición de estos

personajes en la voz bibliografía y en las obras citadas como fuente en esta voz.


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548

Sin embargo no se ha recogido en la obra otra alusión a estos autores y no

cuentan con voz propia ni siquiera en años posteriores a 1935.

10. El catálogo constituye la principal técnica de organización libraria a la que

presta atención la enciclopedia en los estudios sobre bibliografía y

biblioteconomía. Es esta herramienta de organización documental, además, la

que más impacto causa en la enciclopedia y la que conduce a los autores de las

voces dedicadas a las ciencias del libro a recoger las tendencias de mayor

actualidad en el resto de Europa poniendo de relieve la importancia del

nacimiento del Instituto Internacional de Bibliografía.

11. La bibliología y la biblioteconomía se confunden en el tratamiento que la

enciclopedia ofrece a las voces definitorias de disciplinas relacionadas con el

libro debido a las diferentes visiones que los distintos autores de las mismas

tenían sobre la materia.

12. La documentación no es reconocida en la enciclopedia como ciencia, ni tan

siquiera como técnica antes del año 2.000, en que se recoge la voz en los

apéndices con la definición de ciencia que se ocupa de la organización,

conservación y difusión de los documentos con el fin de apoyar y facilitar el

crecimiento científico.

13. La museología es tratada en la enciclopedia desde el punto de vista de la

arqueología y el anticuariato, entendiéndose como disciplina auxiliar de la

historia, aunque se perfila la necesidad y existencia de personal experto capaz de

comprender y tratar los objetos museísticos con el fin de facilitar su acceso a los

investigadores provenientes de las distintas ciencias.

14. La Enciclopedia Espasa debe considerarse un instrumento de singular valo como

fuente para profundizar en los estudios conducentes al mejor conocimiento de la

teoría y la historia de las Ciencias de la Documentación en España.


_____________________________________________________________________________

549

Repertorio bibliográfico

FUENTES

ACTAS y trabajos del II Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía. Madrid-

Barcelona, 20-30 de mayo de 1935. Madrid, Librería de Julián Barbazán, 1935. 318 p.

BERTHELOT, Marcelin. Grande Encyclopédie. Inventaire raisonné des sciences, des

lettres et des arts en 31 vols (1885-1902). Paris, H. Laumirault, 1885-1902. 31 v.

CHAILLOT, Pierre. Manuel du libraire, du bibliothécaire et de l'homme de lettres :

ouvrage très utile aux bibliophiles, et a tous eux qui achètent des livres. Paris :

Thoisnier-Desplaces, 1829. 216 p.

CHAO, EDUARDO. Diccionario enciclopédico de la lengua española, con todas las

voces, frases y refranes y locuciones usadas en España y en las Américas Españolas.

Madrid, Imprenta y Librería de Gaspar y Roig, 1853. 2 v.

CIM, ALBERT. Le Livre: Historique-fabrication-achat-classement-usage et entretien.

Paris : [Lahure], 1905-1908. - 5 v.

COMUNICACIONES enviadas para la Asamblea del Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios

y Arqueólogos. Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos,

1924. 278 p.

CONDE DE LAS NAVAS. “Sur l’indication du format dans les fiches” en Revista de

Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid, abril y junio de 1898, pp. 137-140 y 175-179,

respectivamente.


_____________________________________________________________________________

550

CONSTANTIN, Leopold Auguste. Bibliothéconomie ou Nouveau manuel complet pour

l'arrangement, la conservation et l'administration des bibliothèques. Paris, Librairie

Encyclopédique de Roret, 1841. 266 p.

CROZET, Léo. Manuel pratique du bibliothécaire. Paris, Librairie Emile Nourry, 1937.

340 p.

DALMAZZO, GIANOLIO. La tipografia : storia, tecnica moderna ed esercizio industriale

dell'arte della stampa: nozioni professionali, seguite da un indice dizionario. Torino:

Libr. Ed. Internazionale, 1914.

DICCIONARIO enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias y Artes.

Barcelona, Montaner y Simón, 1887-1910. 29 v.

Dictionnaire universel françois et latin, vulgairement appelé Dictionnaire de Trévoux

[Document électronique] : contenant la signification et la définition tant des mots de

l'une & l'autre langue.

ENCICLOPEDIA ilustrada Segui: Diccionario Universal con todas las voces y locuciones

usadas en España y en la América Latina. Barcelona, Foto tipografía literaria del

Album Salón, 1910.

ENCICLOPEDIA universal ilustrada europeo-americana. Barcelona, J. Espasa e Hijos,

1905-1934. 72 v.

THE ENCYCLOPAEDIA Britannica: a dictionary of arts, sciences, and general literature.

Edimburgo, A&C, 1875-1889. 25 v.

ENCYKLOPEDIE (Allgemeine deutsche Real-) für die getildeten Stände: Conversations-

Lexikon. Leipzig, F.A. Brockhaus, 1864-1868. 15 v.


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551

FERNÁNDEZ BAJÓN, María Teresa. Políticas de información y documentación en la

España del siglo XIX. Gijón : Trea, D.L. 2001.

GIRONA I TRIUS, Pedro Juan. “La Biblioteca” en Revista del Instituto de Agricultura de

Cataluña San Isidro, 1921

GIRONA, Pedro Juan. La biblioteca del Institut Agricola catalá de San Isidro, Cataleg.

Barcelona, Imprenta de la Casa de la Caridad, 1919

LADAGA, MARIANO OSCAR. Datos históricos bio-bibliográficos de Eudaldo Canivell

Masbernat. Cerbera, 1928

LANGLOIS, CHARLES VICTOR. Manuel de bibliographie historique. Paris, Hachette,

1901-1904

LAROUSSE, Pierre. Gran Dictionnaire Universel du XIX siècle. Paris, [s.n.], 1866-1876.

17 v.

LASSO DE LA VEGA, Javier. La clasificación decimal. San Sebastián, Ed. Internacional,

1942. 300 p.

LASSO DE LA VEGA, Javier. Cómo utilizar una biblioteca. Madrid, Universidad de

Madrid, 1935. 126 p.

LASSO DE LA VEGA, Javier. Manual de biblioteconomía: organización técnica y

científica de las bibliotecas. Madrid, Mayfe, 1956. 637 p.

LANGLOIS, CHARLES VICTOR. Manuel de bibliographie historique. Paris, Hachette,

1901-1904


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552

LAROUSSE, Pierre. Gran Dictionnaire Universel du XIX siècle. Paris, [s.n.], 1866-1876.

17 v.

LASSO DE LA VEGA, Javier. La clasificación decimal. San Sebastián, Ed. Internacional,

1942. 300 p.

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Madrid, 1935. 126 p.

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MASPERO, G. Oeuvres diverses de F. Chabas. París, E. Leroux, 1899-1909

MONTESSUS DE BALLORE, H. DE. La fabrication des celluloses de papeterie autres que

celles du bois. Description et traitement des principales plantes utilisables en papeterie

avec figures photomiers graphiques (París, 1913)

NAUDE, G. Bibliographia Politica, Venetus, F. Baba, 1633

NAVAS, JUAN GUALBERTO LÓPEZ VALDEMORO DE QUESADA, CONDE DE LAS. De libros:

(menudencias). Madrid: Est. Tip. de Fortanet. 274 p.

ORTEGA Y GASSET, José. Misión del bibliotecario y otros ensayos afines. Madrid,

Revista de occidente, 1967. 183 p.

OTLET, PAUL. Traité de Documentation. Le livre sur le livre. Thèorie et practique.

Bruselas, Mundanaeum, 1934; disponible en pdf en

https://archive.ugent.be/handle/1854/5612 (consulta 21 de agosto de 2006)


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PALAU Y DULCET, Antonio. Manual del librero hispanoamericano: bibliografía general

española e hispano-americana desde la invención de la imprenta hasta nuestros

tiempos: con el valor comercial de los impresos descritos. Barcelona, Librería Palau,

1948-1977. 28 v.

PEIGNOT, Gabriel. Dictionnaire raisonné de bibliologie: contenant 1.º l'explication des

principaux termes relatifs à la bibliographie, à l'art typographique, à la diplomatique,

aux langues, aux archives, aux manuscrits, aux médailles, aux antiquités, etc.; 2.º des

notices historiques détaillées sur les principales bibliothèque anciennes et modernes;

sur les différentes sectes philosophiques ; et sur les plus célèbres imprimeurs...; 3.º

Enfin, l'exposition des différens systèmes bibliographiques, etc... Paris : chez Villier,

1802-1804. 3 v.

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ARCHIVÍSTICA

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BIBLIOTECONOMÍA Y DOCUMENTACIÓN

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570

Índice de semblanzas biográficas

Aranzadi, Telesforo de

Arco, Angel del

Arco, Ricardo del

Artamendi, José G. de

Artigas, Manuel

Ballester, José María

Barnils, Pedro

Beruete, Aureliano de

Bofarull, Francisco de

Bosch y Gimpera, Pedro

Brugués, Casimiro

Calvo, Ignacio

Canibell (o Canivell) y Masbernat, Eudaldo

Castañeda y Alcober, Vicente

Castillo Alonso, Gonzalo del

Catalina y Cobo, Mariano

Coroleu, Wifredo

Domenge y Mir, Miguel

Durán Casalpeu, Heriberto

Faura y Sans, Mariano


_____________________________________________________________________________

571

Ferrá, Miguel

Folch y Torres, Joaquín

Font de Rubinat, Pablo

Gill Silvestre, Angel

Girona y Trius, Pedro Juan

Gispert, Federico María de

Gómez, Julio

González Llubera, Ignacio

González Palencia, Ángel

Gudiol, José

Iglesias, Dalmacio

Janer, Ignacio de

Machado, Manuel

Magallón, Manuel

Marfil, Mariano

Masriera y Colomer, Arturo

Massaguer, Enrique

Mélida y Alinari, José Ramón

Orts Climent, Tomás

Ossorio y Gallardo, Carlos

Peña y Gelabert, Antonio María

Pérez Hervás, José


_____________________________________________________________________________

572

Rioja Martín, José

Rossell, Pedro Mártir

Sentenach y Cabañas, Narciso

Serra Hunter, Jaime

Terradas é Illa, Esteban


_____________________________________________________________________________

573

Índice profesiográfico

Archiveros

Abella, Manuel

Amadesi, José Luis

Andrés De Uztarroz, Juan Francisco

Aquino Cabrera, Francisco

Arbois De Jubainville, Enrique De

Arcelin, Godofredo Maria Víctor Adriano

Bergh, Severino

Bermis, Miguel De

Bermudez De Pedraza, Francisco

Bernardo o Bernhard, Juan Adán

Berner, Ernesto

Berthod, Claudio

Betham, Guillermo

Bevy, Carlos Jose

Biadego, José

Blancard, Luis

Blin De Sainmore, Adrian Miguel Jacinto

Bofarull y Brocá, Antonio De

Bofarull y Cendra, Jaime

Bofarull y de Brocá, Andrés De

Bofarull y de Sartorio, Manuel

Boislisle, Arturo Andres Gabriel Miguel de

Boisnormand, Francisco Pablo Emilio de

Bojnitchitch, Juan

Bömer, Alöis


_____________________________________________________________________________

574

Bricka, Carlos Federico

Bronner, Francisco Javier

Buttura, Antonio

Cabeza León, Salvador (1864)

Cocheris, Hipolito

Cock, Enrique

Cohend, Miguel

Dempere, Anselmo

Denifle, Enrique Suso

Descoqs, Pedro

Desjardins, Gustavo Adolfo

Devals, Juan Ursulo

Devrient, Ernesto Ad. Edmundo

Di Tucci, Rafael

Dinaux, Arturo Martin

Donati, Bienvenido

Dorsey, Ella Loraine

Douglas, Roberto Kennway

Duran Y Sampere, Agustin

Egidi, Pedro

Eloy, Gerardo

Endrulat, Bernardo F. Julio

Engel Hardt, Carlos Augusto

Enguix y Giner, Vicente

Felgel, Antonio Victor, Señor De Farnholz


_____________________________________________________________________________

575

Friedensburg, Walter

Gegener, Gaspar Federico

Glasschrörder, Francisco Javier

Gomez Villafranca, Roman

Guerrini, Pablo

Gunter, Enrique

Gutiérrez Bonilla, Francisco

Gutiérrez Del Caño, Marcelino

Haug, Flaminio H.

Heigi, Federico

Hergenroether, Jose De

Herman

Hernandez, Pablo

Herre, Pablo

Hildebrand, Emilio

Hoogeweg, Enrique

Huisman, Jorge Mauricio

Israel, Federico Enrique

Katterbach, Bruno

Katterbach, Bruno (1883)

Kehhr, Pablo

Kehhr, Pablo (1860)

Klinkenborg, Melle G.

Labande, Leon Honorato

Langlois, Carlos Victor


_____________________________________________________________________________

576

Lauer, Juan Felipe

Lemaitre, Enrique

Llaverias Y Martinez, Joaquin

Lodolini, Armando

López Y Fernández Cabezas, Nicolás María

Lulves, Juan

Luzio, Alejandro

Mantener, Jorge de

Protobacelli, Damián

Prou, Mauricio

Traber, Juan

Traut, Hermán

Weawwly, Carlos

Westrin, Teodoro

Wichner, Santiago

Wiegand, Guillermo

Wilson,Esteban

Winter, Carlos

Winter, Jorge

Wittman, Pío

Yanguas y Miranda, José

Zapata, Antonio Lupian

Zimmermann, Francisco J.

Zingeler, Carlos Teodoro


_____________________________________________________________________________

577

Zinny, Antonio

Bibliófilos

Abalfat

Abancourt, Francisco Juan Villemain

Abbot, Ezra

Abbott, Benjamin Vaughan

Abdallah Ben Mohamed

Abul Walid Abadía Ben Mohamed

Abul, Hasan

Albertini, Francisco

Alcocer, Pedro De

Alenda Y Mira, Jenaro

Aleu, Antonio P. De

Alfieri, Pedro

Almaza, José

Almeloveen, Teodoro Janson De

Alsius Y Torrent, Pedro

Altolaguirre Y Duvalde, Ángel

Ameilhon, Huberto Pascual

Andreu, Jaime

Apelicón De Teos

Apell, Juan David

Aprosio, Angélico

Archinto, Octavio

Arias Montano

Ariño Y Gastón

Arinyo, Gabriel Luis


_____________________________________________________________________________

578

Ben Yusuf El

Béraldi, Enrique

Berger, Samuel

Besora, José Jerónimo

Biondi, Luis, Conde De

Blanchemain, Juan Bautista

Blaquier, Pedro

Boeck, Thorvald Olof

Bofarull Y Brocá, Antonio De

Bofarull Y Cendra, Jaime

Bofarull Y De Brocá, Andrés De

Bofarull Y De Sartorio, Manuel

Bofarull Y Sans, Carlos

Bofarull Y Sans, Francisco De

Bongars, Jacobo

Bordes, Carlos

Brevoort, Jaime Carson

Brown, Rawdon Lubbock

Brunet, Jacobo Carlos

Bruschi, Angel

Brydges, Samuel Egerton

Brystov, Juan Pavlovitch

Buturlin, Demetrio Petrowitsch

Cabat, Agustín

Caetani Lovatelli, Ersilla

Caffiaux, Felipe Augusto

Caire, Gaudencio

Calchi, Bartolomé

Canella Y Secades, Fermín


_____________________________________________________________________________

579

Canga Argüelles, Felipe

Canibell Y Masbernat, Eudaldo

Cánovas Del Castillo, Emilio

Cappi, Alejandro

Capponi, Alejandro Gregorio, Marqués De

Caprara, Juan Bautista

Caravantes, Vicente

Carbonero Y Sol Y Merás, León María

Carbonero Y Sol, León

Cardonne, Dionisio Domingo

Cicogna, Manuel Antonio

Claudin, Anatolio

Claussin

Clavijero, Francisco Javier

Cleasby, Ricardo

Cleema, Federico Juan Cristóbal

Cofthy, Germal Eddin Alí Ben

Cogswell, José Green

Coton, Roberto Bruce

Courcelles, Juan Bautista Pedro Julián, Caballero De

Denissart, Juan Bautista

Deonna, Waldemoro

Descartes, Juan

Deschamps, Pedro Carlos Ernesto

Díaz De Escovar, Narciso

Díaz Martín, Manuel

Dini, Pedro

Diodati, Domingo

Diodoro De Sicilia


_____________________________________________________________________________

580

Dixson, Zella Allen

Duocet, Jacobo

Ecorcheville, Juli Armando Jose

Ekwall, Bror Oscar Eilbert

Elzaharwi, Abu Hafc Omar Ben

Endel, Pablo

Endrödy, Juan

Engelmann, Guillermo

Engeström, Lars, Conde De

Escoto, José Augusto

Evans, David Emlyn

Fabra, Pompeyo

Faxon, Federico Winthrop

Ferrari, Ferruccio

Ferrari, Gianno

Fraccaro, Plinio

Friederich, Gustavo

Galle, León

García-Arista Y Rivera, Gregorio

González De Amezua Y Mayo, Agustín

Graberg De Hemsoe, Jacobo, Conde De

Graesel, Arminio

Graiño Y Martínez, Antonio

Grajales, Francisco Martí

Guerber, Gabriel

Guichot Y Parodi, Joaquín

Guijo, Gregorio Martín De


_____________________________________________________________________________

581

Guinot Y Villar, Salvador

Hachette, Juan Nicolás Pedro

Hauben, Enrique Alberto

Hedenbeorg, Juan

Hellstenius, Juan Augusto Constantino

Henisch, Jorge

Henry, Carlos

Herder, Bartolome

Hernandez De Oviedo Y Valdes, Gonzalo

Hernandez Sanahuja, Buenaventura

Herrera, Grimaldo Cristobal

Heztel, Julio

Hidalgo, Dionisio

Hinojosa Y Naveros, Eduardo

Hinojosa Y Naveros, Ricardo

Huici, Ambrosio

Hungerland, Heinz Federico Guillermo

Israel, Federico Enrique

Kauffungen, G.R.A.W Kunz Von

Klinkenborg, Melle G.

Knight, Luciano Lamar

Koch, Teodoro Wesley

Koopman, Enrique Lyman

Krasnohorska, Eliska

Lacombe, Pablo

Landaeta Rosales, Manuel


_____________________________________________________________________________

582

Lemaitre, Enrique

Levy, Jose

Liddel Hart, Basilio Enrique

Llaverias Y Martinez, Joaquin

Loevenich, José Carlos

López De Ayala Y Alvarez De Toledo, Jerónimo

López Y Fernández Cabezas, Nicolás María

Montfancon

Preston, Howard Willis

Prevost De Longperier, Enrique Adriano

Prezdini, José

Price, Federico G. Hilton

Prisse, D'avennes

Prompsault, Juan Luis

Próspero

Prugent Y Lobera, Enrique

Psaume, Esteban

Tosí, Alfredo

Tournemine, Renato José

Tourtoulon, Carlos Juan María

Toynbee, Paget

Trask, Juan Guillermo

Weigel, Juan Augusto Gottlob

Weil, Mauricio Enrique

Westrin, Teodoro

Wheatley, Enrique Benjamín


_____________________________________________________________________________

583

Wiffen, Benjamin Barron

Wittert, Adriano

Wittihc, Carlos

Wittmann, Pío

Zurita Y Castro, Jerónimo

Bibliógrafos

Aarón De Alejandria

Aarón, Haccohen

Aarón, Ha-Levi

Aarón-Ben, Joseph-Sason

Abadallah Ben, Bassen Ben Kalaph

Abalfat

Abba-Mari

Abdallah Ben Mohamed

Abd-El-Melec Ben Sirach Abadía Ben Mohamed Ben Sirach.

Abd-El-Melek Ebn Mohamed.

Aben Beithar

Aben Jair

Aben Jair

Abreu Y Bertodano, José Antonio De.

Abu Abadía Mohamed Ben Abi Nasr

Abu Alí Hosain Mohamed Ben Ahmed El

Abu Omar Ahmed Ben Mohamed Ben Falid Ben .

Abul Hachach Yusuf Bensueleiman Isa


_____________________________________________________________________________

584

Abul Hasan Abderraman Ahmed Ben Abderrahman

Abul Kasim Ben Abadía Ben Mohamed

Abul Kasim Ben Abadía Mohamed Al-Arsari

Abul Kasim Mohamed Abadía Ben Fartim El

Abul, Hasan .

Alantaya, Luis


Alexis, Pablo

Alfani, Augusto

Alfani, Bernandino

Almeloveen, Teodoro Janson De

Alvinczy, Pedro

Anastasievitch, Iván

Antón Ramírez, Braulio

Antón, Carlos Gottlob

Antonio, Nicolás

Benjalipa, Abu-Ben Muhammad Ben

Bentkowski

Béraldi, Enrique

Berger, Samuel

Bernardo De Bolonia

Besora, José Jerónimo

Beuchot, Adrián Juan Quintín

Beyer, Jorge

Bielowski, Augusto

Bigland, Juan

Bigne, Marguerin De La


_____________________________________________________________________________

585

Bilbasov, Basilio Andres

Bildt, Carlos

Bindi, Vicente

Biondo, Flavio

Biron, José Reginaldo

Bisticei, Vespasiano De

Bisticei, Vespasiano De

Blanchemain, Juan Bautista Próspero

Blaquier, Pedro


Bock, Jerónimo


Bofarull Y Cendra, Jaime

Böhme, Franz Magnus

Böhme, Franz Magnus

Bongars, Jacobo

Bonnet, Luis

Bordes, Carlos

Boturini Benaducci, Lorenzo

Bourguignon D'auville, Juan Bautista

Bowerbank, Jacobo Scott

Brewer, Ebenezer

Brunet, Jacobo Carlos

Bruun, Cristian Gualterio

Cabanes, José Mariano

Cadot, Tibaldo

Cagnacci, Alfonso

Cahib Açalot, Aben

Calvi, Emilio


_____________________________________________________________________________

586


Canto, Ernesto De

Capponi, Victorio

Carcavy, Pedro

Clidemo

Coelho Guimaraes, Antonio José

Cogswell, Jose Green

Cortés, Mariano

Cortusi O Cortusio, Jacobo Antonio

Coste, H.

Cotelier, Juan Bautista

Courcelles, Juan Bautista Pedro Julián, Caballero De

Denis, Juan Miguel Cosme Pedro

Denissart, Juan Bautista

Díaz Martín, Manuel

Díaz Quijano, José

Dickinson-Wildberg, Heino

Dickson, Federico Stoever

Dieckmann, Hermán

Dihigo Y Mestre, Juan Miguel

Dionisio De Genova

Dreyfus, Bing

Ecorcheville, Juli Armando Jose

Eguiara Y Eguren, Juan José

Ehrle, Francisco

Elías De Molín, Antonio

Elzaharwi, Abu Hafc Omar Ben

Endel, Pablo


_____________________________________________________________________________

587

Engelmann, Guillermo


Evans, David Emlyn

Ferrari, Gianno

Frau Marsal, Lorenzo

García-Arista Y Rivera, Gregorio

Gascón Ó Cascón, Miguel

González De Amezua y Mayo, Agustín

Helmolt

Henderson, T.T.

Hesiquio de Alejandría

Hidalgo, Dionisio

Joshepson, Aksel Gustav Salomón

Juan, Cinelli Carvoli (1625-1706)

Lacombe, Pablo

Landaeta Rosales, Manuel

Leach, Howard Seavoy

López De Ayala Y Alvarez De Toledo, Jerónimo

Portero, Jorge Gualterio

Prevost De Longperier, Enrique Adriano

Prevost, Claudio

Prevost, Isaac Benito

Prevost, Juan

Prevost, Luis Constancio


_____________________________________________________________________________

588

Pribam, Alfredo Francisco

Price, David

Price, Ira Mauricio

Price, Jorge W.

Prideaux, Guillermo Francisco

Prieger, Erico

Prieto Y Prieto, Manuel

Prieto Y Villareal, Emilio

Prieur, Felipe Le

Primat

Prime, Eduardo Dorr Griffin

Primisser, Casiano O Carlos

Prins, A. Winkler

Prisse, D'avennes

Pritsch, Vicente

Privat-Deschanel, Agustin

Prologo, Arcángel

Promis, Carlos

Prompsault, Juan Enrique Romano

Prosser, Carlos Smith

Prousteau, Guillermo

Prudhomme, Luis Maria

Prugent Y Lobera, Enrique

Prusik, Francisco Javier

Przezdiecki, Alejandro

Przyborowski, José

Psaume, Esteban

Rensis, Rafael De


_____________________________________________________________________________

589

Tourgee, Albin Winegar

Tournemine, Renato José

Touron, Antonio

Tourtoulon, Carlos Juan María

Towers, José

Wetzer, Leandro Von

Wheatley, Enrique Benjamín

Wiener, León

Wiffen, Benjamín Barron

Wilberforcer, Eames

Wilken, Federico

Wondward, Arturo Smith

Wrangel, Federico Ulrico

Wright, Guillermo

Yacub, Abú Abd-Allah

Zamora, Alfonso

Bibliotecarios

Abauzit, Fermin

Abbot, Ezra

ABELLA Y BLAVE, FERMÍN

ABEN MODAIR

Abstemio, Lorenzo

Alberti, Edmundo Cristán

Albino, Juan


_____________________________________________________________________________

590

Alemanni O Alamanni, Nicolás


Alfonso, Capecelatro, Arzobispo De Capua

Almaza, José

Álvarez Frovo, Juan

Amaretti, Francisco

Amoreux, Pedro José

Anastasio el Bibliotecario

Bembo, Pedro

Bendall, Cecilio

Benecke, Jorge Federico

Benham, Guillermo

Benloew, Luis

Benzelius, Erico

Berger, Felipe

Berger, Samuel

Beronie, Nicolás

Berta, Luis Francisco

Berthelet, Gregorio

Berthier, Guillermo Francisco

Berthod, Claudio

Berti, Alejandro Pompeyo

Berti, Juan Lorenzo

Bescherelle, Luis Nicolas

Bess, Bernardo

Bettio, Pedro

Bevy, Carlos José

Bezsonov, Pedro Alejo

Biagi, Guido


_____________________________________________________________________________

591

Biester, Juan Erico

Bigelow

Bignon, Armando Jerónimo

Bignon, Juan Pablo

Billouet, Felipe

Bimbenet, Juan Eugenio

Biondo, Flavio

Biscioni, Antonio María

Bjerregaard, Carlos Enrique Andrés

Blanc, Edmundo

Blanchemain, Juan Bautista Próspero

Blaquier, Pedro

Blasco Y Meseguer, Antonio De La Virgen Del Pilar

Blavet, Juan Luis


Bocángel Y Unzueta, Gabriel

Bockel, Otón


Boisnormand, Francisco Pablo Emilio De

Bolin, Andres Guillermo

Bömer, Alöis

Bonani, Francisco

Bond, Eduardo Augusto

Bricka, Carlos Federico

Bronner, Francisco Javier

Bruchet, M.

Bruschi, Angel

Bruun, Cristian Gualterio

Brystov, Juan Pavlovitch

Burger, Comberto


_____________________________________________________________________________

592

Buschman, Juan Carlos Eduardo

Byvanck, W.G.C.

Cabeza León, Salvador

Calímaco

Calvi, Emilio

Cancelliere, Francisco Jerónimo

Canga Argüelles, Felipe


Capecelatro, Alfonso

Cappi, Alejandro

Capponi, Luis

Caracciolo, Cayetano

Caraffa, Antonio

Carbó Y Ferrer, Matías

Carcavy, Pedro

Clement, Jose Pedro

Clement, Nicolas

Clewbwrg, Abraham Niklas

Clicthove, Jose De

Clodio, Enrique Jonatas

Coelho Guimaraes, Antonio José

Coggiola, Julio

Cogswell, Jose Green

Cohen De Vinckenhoef, Alberto

Cortambert, Ricardo

Cortes, Jose Domingo

Cotelier , Juan Bautista

Denina, Carlos Jacobo Maria


_____________________________________________________________________________

593

Descartes, Juan

Deschamps, Pedro Carlos Ernesto

Devaris O Devarus, Mateo

Devolx Y García, Jose

Dewey, Melvil

Dezeimeris, Juan Eugenio

Dickinson, Asa Don

Diefenbach, Lorenzo

Diesch, Carlos

Dietrichstein, Mauricio José Juan

Dieudonne, Adolfo

Dillingham, Juan Hoag

Dinisi, Juan Jacobo

Dixson, Zella Allen

Dodd, Gualterio Fairleigh

Dodge, Melvin Gilberto

Drury, Francisco Keese

Duocet, Jacobo

Dupont, Esteban

Ebrard, Federico

Eckardt, Eduardo Alejandro

Edwards, Eduardo

Eguiara Y Eguren, Juan José

Ehrle, Francisco

Elías De Molín, Antonio

Endlicher, Esteban Ladislao

Engel, Francisco

Ermann, Guillermo

Ermisch, Huberto Maximiliano


_____________________________________________________________________________

594


Fava, Domingo

Faxon, Federico Winthrop

Francesa, Gil

Frati, Carlos

Frati, Ludovico

Galbiati, Juan

Giuliano, Balbino

Goldberg, Enrique

Goldfreidrich, Juan A.

Graberg De Hemsoe, Jacobo, Conde de

Haebler, Conrado

Hashagen, Ruperto Ernesto Enrique

Hehn, Víctor

Hellstenius, Juan Augusto Constantino

Henderson, Bernardo Guillermo

Henry, Carlos

Hinojosa y Naveros, Eduardo

Iguiniz, Juan B.

Jenckins, Claudio

Keen, Gregorio Bernardo

Kirchner, Joaquin

Koch, Teodoro Wesley

Koopman, Enrique Lyman


_____________________________________________________________________________

595

Längin, Teodoro Jorge

Lewin, Percy Evans

Losch, Felipe Ricardo

Previte-Orton, Carlos Guillermo

Prezdini, José

Price, Federico G. Hilton

Prince, Nicolas Tomas

Princeton, Roberto

Promis, Domingo Casimiro

Promis, Vicente

Prompsault, Juan Luis

Proth, Mario

Traber, Juan

Traut, Hermán

Wenck. Carlos Roberto

Winsor, Justino

Wittert, Adriano

Wojcicki, Casimiro Ladislao

Wornum, Ralph Nicholson

Zarco-Bacas Y Cuevas, Eusebio Julián

Zeissberg, Enrique, Señor De

Zwiedineck Von, Juan Sudenhorst


_____________________________________________________________________________

596

Museólogos

Albertini, Francisco

Albiñana Y De Borrás, Juan Francisco

Alkemade, Cornelio Van

Allmer, Luis Cristobal Augusto

Altmeyer, Juan Jacobo

Ameilhon, Huberto Pascual

Amico, Antonio

Andrés De Gusseme, Tomás

Andrés De Uztarroz, Juan Francisco

Arbellot, Francisco

Arbois De Jubainville, Enrique De

Arcelin, Godofredo Maria Víctor Adriano

Archinto, Octavio

Bendall, Cecilio

Bendtsen, Benito

Beneden, Pedro José

Bénédite, Jorge

Benndorf, Federico Augusto Otón

Bennett, Alfredo Guillermo

Benoit, Camilo

Berednikov, Jacobo Ivanovitch

Berger, Felipe

Bertrand, Alejandro Luis José

Bertrand, Alejandro Luis José

Betancourt, Tomás Pío

Betham, Guillermo


_____________________________________________________________________________

597

Bhau-Daji

Biagi, Clemente

Biecikowzki, Pedro De

Bimbenet, Juan Eugenio

Binyon, Lorenzo

Biondi, Luis, Conde De

Birch, Samuel

Bjoerner, Erico Julio

Blaau, Guillermo Enrique

Blair, Juan

Blanc, Edmundo

Blancard, Luis

Blanchard, Emilio

Blaramberg, Ivan Pavlovitch

Bock, Carlos Augusto

Bode, Guillermo

Bofarull Y Sans, Carlos

Bofarull Y Sans, Francisco De

Bofill Y Poch, Arturo

Bojnitchitch, Juan

Bond, Eduardo Augusto

Bonola, Federico

Borghesi, Barolomé

Borson, Esteban

Boturini Benaducci, Lorenzo

Boutaric, Edgardo Pablo

Breasted, Jacobo Enrique

Brocchi, Juan Bautista

Cabissol, Guillermo Baltasar


_____________________________________________________________________________

598

Caetani Lovatelli, Ersilla

Cagnacci, Alfonso

Cahier, Carlos

Calasanza, José Cabellero De Arneth

Calímaco

Calmet, Agustín

Calonne D'avesne, Luis Maria Alberico, Barón De;

Capponi, Alejandro Gregorio, Marqués De

Carbó Y Ferrer, Matías

Carderera Y Solano, Valentín

Coton, Roberto Bruce

Cou, Herberto De

Demale, Eugenio

Destaing, Renato

Dieze, Juan Andres

Dupont, Esteban

Elgin, Tomás Bruce, Conde De

Escholer, Raimundo

Esperandieu, Emilio Julio

Eye, Juan Luis Augusto De

Facchinetti, Victorino

Falke, Otón

Farina, Julio

Farmakovskij, Boris Vladimirovich

Fay, Sydney Bradshaw

Feis, Segismundo

Fijalek, Juan


_____________________________________________________________________________

599

Firth, Carlos Harding

Fischer, Edmundo J. Otón

Graevius

Guettard, Juan Esteban

Hernández Sanahuja, Buenaventura

Hubert, Enrique Pedro Eugenio

Hülsen, Cristian

Ilchester, Giles Esteban Holland Fox Strangways

Jouget, Pedro Felix Amadeo

Kaemmerer, C Luis

Kendrick, Alberto Frank

Levy, Jose

Loevenich, José Carlos

Pridik, Alejandro

Prorok, Conde Byron De

Prosdocimi, Alejandro

Prozorovski, Demetrio Ivanovich

Stewart Macalister, Roberto Alejandro

Wilcken, Ulrico

Witter, Adriano


_____________________________________________________________________________

600

Woodward, Arturo Smith

Wornum, Ralph Nicholson

Wright, Guillermo

Zoega, Juan Jorge