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tica de protección, una corriente más poderosa que, empuja• da por la concentración paulatina del mercado, acelera la di- visión internacional del trabajo. División que es el resultado de la interferencia de los flujos de capital, tecnología y mer- cancías y para la que la Politica Agraria constituye una iner- cia que puede contrarrestarse. En dicha división corresponde a los países subdesarrollados una especialización de acuerdo con sus bajos costes salariales. Sin embargo, una posición competitiva cimentada sobre los recursos naturales y los bajos costes salariales es extrema- damente vulnerable y puede erosionarse a medida que avan- za la tecnología o emergen nuevas áreas productivas más do- tadas en dicho sentido. La experiencia reciente de Canarias es.el caso más ilustrativo al respecto. Una región que, por su insuficiente articulación sectorial, ha visto escurrir de entre sus dedos segmentos del mercado en los que era dominante sin la posibilidad de acaparar nuevas parcelas del mismo. $. UNA APLICACION DEL CONCEPTO DE DIVISION HORIZONTAL DEL TRABAJO: LA EXPORTACION HORTICOLA ESPAÑOLA A LA C.E.E. La integración española en la C.E.E. y su efecto sobre el comercio hortofrutícola ha sido motivo de múltiples y varia- das especulaciones. Las evaluaciones y pronósticos sobre la suerte de otras áreas competidoras, una vez desmanteladas las barreras arancelarias para lás exportaciones españolas, han sido contrapuestas. Para algunas la entrada española en la C.E.E. puede cuestionar el desarrollo futuro de algunos secto- res exportadores hortofrutícolas; tanto intra como extraeuro- peos, sobre todo los de los países de la ribera mediterránea (Bale, et al. 1986; Hiñton, 1983). Otros, situándose en el con- texto más global del mercado mundial, defienden que la in- corporación española a la C.E.E. no alterará sustancialmente la evolución y dinámica propia en dicho mercado, a pesar de que inclinará la balanza en favor de las exportaciones españo- las aumentando su grado de penetración (Sarris, 1983). Nuestra aportación se adhiere a esta segunda visión. En- 243

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tica de protección, una corriente más poderosa que, empuja•da por la concentración paulatina del mercado, acelera la di-visión internacional del trabajo. División que es el resultadode la interferencia de los flujos de capital, tecnología y mer-cancías y para la que la Politica Agraria constituye una iner-cia que puede contrarrestarse. En dicha división correspondea los países subdesarrollados una especialización de acuerdocon sus bajos costes salariales.

Sin embargo, una posición competitiva cimentada sobrelos recursos naturales y los bajos costes salariales es extrema-damente vulnerable y puede erosionarse a medida que avan-za la tecnología o emergen nuevas áreas productivas más do-tadas en dicho sentido. La experiencia reciente de Canariases.el caso más ilustrativo al respecto. Una región que, por suinsuficiente articulación sectorial, ha visto escurrir de entresus dedos segmentos del mercado en los que era dominantesin la posibilidad de acaparar nuevas parcelas del mismo.

$. UNA APLICACION DEL CONCEPTO DE DIVISIONHORIZONTAL DEL TRABAJO: LA EXPORTACIONHORTICOLA ESPAÑOLA A LA C.E.E.

La integración española en la C.E.E. y su efecto sobre elcomercio hortofrutícola ha sido motivo de múltiples y varia-das especulaciones. Las evaluaciones y pronósticos sobre lasuerte de otras áreas competidoras, una vez desmanteladas lasbarreras arancelarias para lás exportaciones españolas, hansido contrapuestas. Para algunas la entrada española en laC.E.E. puede cuestionar el desarrollo futuro de algunos secto-res exportadores hortofrutícolas; tanto intra como extraeuro-peos, sobre todo los de los países de la ribera mediterránea(Bale, et al. 1986; Hiñton, 1983). Otros, situándose en el con-texto más global del mercado mundial, defienden que la in-corporación española a la C.E.E. no alterará sustancialmentela evolución y dinámica propia en dicho mercado, a pesar deque inclinará la balanza en favor de las exportaciones españo-las aumentando su grado de penetración (Sarris, 1983).

Nuestra aportación se adhiere a esta segunda visión. En-

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tendemos que la progresiva división del trabajo en la produc-ción hortofrutícola es el motor de las transformaciones de di-cho mercado siendo, a su vez, la capacidad tecnológica de cadaregión, uno de los engranajes centrales. La reciente evolucióndel sector hortofrutícola español se ha conducido de acuerdocon este principio. Dentro del proceso de creciente especiali-zación de los distintos países en el mercado hortofrutícola eu-ropeo se nos ha asignado la tarea de exportar productos degran calidad pero poco innovadores. En consecuencia, hemosalcanzado una posición competitiva comprometida; a modode emparedado entre la presión del avance tecnológico en elNorte y la amenaza de los bajos costes salariales en el Sur.

Para probar esta hipótesis vamos a comparar la evoluciónque han tenido las exportaciones hortícolas de Holanda,C.E.E. a ocho, países extracomunitarios (excluida España) y Es-paña a la C.E.E. Combinando dichos movimientos compon•dremos un mosaico en el que quedará dibujada la particularposición que le corresponde a España en la división del tra-bajo europeo en dicha producción. Hemos elegido el capítulohortícola (en el que incluimos fresas y melones) por tres razo-nes importantes: 1°) porque es en el que más agudizada estála división vertical del trabajo; 2°) porque la especializaciónestá más condicionada que en el apartado frutícola por la ca-pacidad tecnológica y, 3°) porque el paquete exportador ca-nario está compuesto fundamentalmente de hortícolas fuerade estación.

Finalmente contrastaremos la trayectoria seguida por losdistintos países en el mercado europeo hortícola y ornamen-tal. La transición de la producción hortícola a la ornamentales factible dentro del mismo entorno natural sin especialestraumas pero denota una superior capacidad tecnológica. Esésta una especialización accesible, por lo tanto, a los países me-jor dotados en infraestructura y tecnología.

EI avance en el mercado europeo de la exportación hor-tofrutícola española ha ido acompañado por un cambio en sucomposición. En efecto, se registra una relativa aceleración delas exportaciones hortícolas sobre las frutícolas, en su tónicacomún ascendente (ver Cuadro n.° IV.24 y Barceló, 1987, a)

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que se produce al unísono y en el mismo sentido que la de-manda comunitaria, donde la preferencia de los consumido-res parece haberse inclinado hacia los productos hortícolas(ver Cuadro n.° IV.25).

Por lo tanto, la exportación hortícola española ha alcan-zado un doble triunfo: se ha ampliado a la vez que se ha adap-tado a las transformaciones de la demanda. Una lectura apre-surada de estos datos nos llevaría a concluir que el sector hor-tofrutícola español es especialmente competitivo; dotado deflexibilidad y versatibilidad suficientes como para asimilar ysuperar los cambios de coyuntura en el mercado. Sin embar-go, una indagación un poco más profunda entre la informa-ción revela otro tipo de comportamiento. Nos centraremosen el apartado hortícola.

En primer lugar, es evidente que a pesar de la gran ex-pansión de las exportaciones hortícolas al Mercado Común,éstas sólo han podido mantener el paso del crecimiento de lasimportaciones en dicha área. En esa carrera se han adelanta-do otros países más desarrollados intra•europeos mientras quehan quedado rezagados los exportadores fuera del recinto co•munitario, la mayor parte de ellos, países menos desarrolla-dos que España (ver Cuadro n.° IV.26).

En efecto, a pesar del prodigioso despegue agronómico delSur de la Península Ibérica, telón de fondo de la ampliaciónde nuestra exportación hortícola, el esfuerzo tecnológico y or-ganizativo está lejos de ser suficiente. El liderazgo en la pro-ducción hortofrutícola, tan ligado a la organización de la in-vestigación y del mercado, es una antorcha en las manos deotros países. Así mismo, el salto hacia adelante de la expor-tación hortícola española al mercado europeo es un procesoque comienza a gestarse previamente a la integración en laC.E.E., tiene como origen fundamental el «descubrimiento»6

6 Más que descubrimiento de nuevas tien-as féniles se podría decir apli-cación de nuevas tecnologías: enarenado, riego por goteo... El papel de Ca-narias en la tranferencia de esta tecnología es mucho más importante delo que González Olivares y González Rodríguez, 1986 han supuesto. El ena-renado es una prácŭca anŭquísima en Canarias. La producción de tomatede invierno en Alicante y Murcia es iniciada en 1960 por firmas exporta•

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de nuevas tierras fértiles; la superioridad organizativa y estruc-tural del sector productivo español; su máyor cercanía al mer-cado respecto a otras áreas competidoras menos desarrolla-das y los menores costes salariales en relación con las másavanzadas. De ahí que la incorporación a la C.E.E. supone uncambio institucional que, sin cambiar la correlación de fuer-zas entre los distintos contendientes, puede acelerar la corrien-te de transformación estructural que está en la base de la evo-lución del mercado. En consecuencia analizaremos los cam-bios en el mercado en un intervalo temporal que finaliza enel año 1986, justo al comienzo del período transitorio.

5.1. La especialización por subsectores

Hemos dividido el capítulo hortícola en tres grandes blo-ques: hortícolas frescas, elaborados y transformados. El gru-po de hortícolas elaborados es, a su vez, muy heterogéneo encuanto a las condiŭiones técnicas de producción. Comprendecinco grandes bloques de productos: 1) hortícolas congeladas,2) hortálizas semielaboradas én solución, 3) hortalizas hidra-tadas o secas, 4) leguminosas secas y, 5) raíces secas con al-midón (22,0; 2,9; 6,9; 25,1 y 43,1 % de las importaciónes to-tales del capítulo, en el bienio 1975^76, respectivamente). En-tre ellas, los congelados se sitúan en el segmento inás dinámi-co del mercado ampliando su participación en el paquete ex-portador de los países desarrollados. A1 contrario que para elresto de los productos en los que la participación extraeuro-pea (excluida España) es mayoritaria, superior a un 60 %(aquídestaca la participación de los países subdesarrollados). -

Esta fragmentación del compacto hortofrutícola es, poraproximación, una clasificación de los productos según el ni-vel tecnológico de sus procesos de producción y comercializa-ción. En el estadio superior se colocan los productos congela-

doras canarias que invierten en esa región. El riego por goteo es una téc-riica inventada por los israelitas pero adoptada y desarrollada ulteriormen•te en Canarias. De hecho, la mayor parte de las empresas de riego que ope-ran en el sur peninsular ha «aprendido» en Canarias.

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dos propios de las economías desarrolladas. Entre el grupo delas hortícolas frescas y transformadas, debido a la gran diver-sidad interna en dicho sentido, es difícil establecer una grada-ción. A pesar de ello, colocaremos a los hortícolas transfor-madas en segundo lugar, por su imposibilidad de implantarsecomo exportaciones en un país que no haya atravesado poruna fase previa de despegue del sector agroindustrial.

Las importaciones de la CEE presentan una tónica desi-gual en estos tres componentes del paquete hortícola. Desta-can los productos elaborados por su pronunciado ascenso quearrastran hacia arriba el resultado fmal del capítulo. A1 con-trario que las cantidades físicas, los valores unitarios agrega-dos de estos tres bloques de productos no registran grandesdiferencias en su evolución, manteniéndose el índice globalde crecimiento alrededor de 140 (ver Cuadro n.° IV.26).

Si ahora comparamos la actuación española con la de otrosexportadores, comprobamos que el sostenimiento de la par-ticipación en las exportaciones hortícolas de dicho país en elmercado europeo han tenido como vehículo los productosfrescos. El comportamiento diverso seguido por cada una delas regiones dentro de cada bloque merece un comentario másextenso.

El aumento de la penetración española en el mercado eu-ropeo de productos frescos se ha realizádo, ante todo, a ex-pensas de sus antagonistas intracomunitarios que pierden po-siciones en el mismo. Los países extraeuropeos mantienen latasa de crecimiento de las exportaciones a ras de la media co-munitaria. La evolución de los valores medios presenta unatendencia opuesta a la de las cantidades equilibrando, en cier-to modo, el resultado fmal de cada región. España es una ex-cepción a esta regla. Su actuación ha sido particularmente po-sitiva; elevando la cotización media de sus productos a la vezque las cantidades exportadas por encima de la media comu-nitaria (ver Cuadro n.° IV.26).

Los valores medios unitarios de la exportación holandesahan resultado prácticamente indemnes tras la avalancha deproductos frescos españoles. Las cantidades, al contrario, hancrecido por debajo de las importaciones comunitarias.

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España no ha terŭdo un ejercicio tan brillante en los capí-tulos de hortalizas elaborados y congelados. Queda aislada delgran impulso hacia adelante recibido por el consumo y co•mercio de hortalizas congeladas y materias primas semielabo-radas (ver Cuadro n.° IV.26).

Son los países intraeuropeos (Holanda a la cabeza) los quetoman un claro liderazgo en la expansión de las cantidades im-portadas. De nuevo los valores unitarios presentan una ten-dencia divergente. Mientras que España y los países extraeu-ropeos se benefician de un incremento de sus cotizaciones re-lativas, el resto de las regiones ve erosionarse los valores uni-tarios de sus exportaciones respecto a la media. Comprensiónque está localizada fundamentalmente en los compartimentosde las materias primas semielaboradas y otras hortalizas ela-boradas. Los productos congelados, como indica el Cuadro n.°IV.26, no disminuyen en precio, a pesar del crecimiento de lacantidad, debido a la concentración de esta rama de la indus-tria. Concentración que discurre en paralelo con una interna-cionalización, presionando sobre el precio de las materias pri-mas semielaboradas domésticas.

España pierde también posiciones en el mercado de las in-dustrias agrarias. A1 contrario que en el caso anterior, debeeste comportamiento negativo a la contracción relativa de losvalors unitarios de sus exportaciones. De forma análoga quesus competidores intraeuropeos (con Holanda a gran distan-cia de los demás), las exportaciones en cantidad crecen por en-cima de la media comunitaria. Ampliación qué empuja el re-pliegue de los exportadores extracomunitarios. La presenciade los países intraeuropeos (Europa a 8 y Holanda) en el mer-cado aumenta tanto el valor como en cantidad. Se detecta, noobstante, un desfase entre el avance de las cantidades y los va-lores que indica una leve disminución de los valores unitariosrelativos. A la misma escala pero en sentido opuesto, el ligeroaumento del valor unitario relativo de las exportaciones ex-tracomunitarias no logra compensar el retroceso de las canti-dades expedidas. -

Una primera interpretación de estos datos nos lleva a asig-nar a España, dentro de la progresiva división del trabajo en

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la producción hortícola en Europa, un papel cada vez más re-levante en el capítulo de hortícolas frescas, completamentemarginal en el de hortalizas elaboradas, a la vez que pierdeprotagonismo en el de hortalizas transformadas.

Todos estos desplazamientos encajan entre sí componien-do un sistema de relaciones de intercambio en el que las dis-tintas regiones se especializan en una producción u otra, deacuerdo con su capacidad Eecnológica, reservándose los paí-ses avanzados intraeuropeos las parcelas más dinámicas delmercado. El repliegue relativo de los mismos en el capítulode hortalizas frescas puede responder a una doble estrategia:una adaptación a los cambios de la demanda y un abandonoprogresivo de determinadas producciones en las que resultadificil competir con la potencialidad agronómica y bajos cos-tos salariales de algunas regiones españolas y extracomunita-rias. Sin embargo, como comprobaremos más adelante en unaulterior desagregación, no se caracteriza España, dentro de es-tos grandes compartimentos, por su presencia en las produc-ciones más punteras.

Se registra también una tónica diferencial entre los miem-bros comunitarios. En Holanda la reconversión es más drás-tica acentuando su especialización relativa en la exportaciónde hortalizas elaboradas y transformadas y sufriendo tan sóloun casi inapreciable retoque en la cotización media relativa desus exportaciones hortícolas frescas. Indica este comporta•miento su propia posición como lider en el mercado: se orien-ta hacia las producciones más innovadoras reservándose e, in-cluso, acentuando su hegemonía en la producción de tecno-logía e insumos y su posición de poder en el aparato comer-cial, que le permiten constituirse en centro de confluencia delos distintos circuitos de mercancías e información, como esel caso de las hortalizas frescas. Las actividades menos diná-micas se desplazan progresivamente hacia las áreas más atrasa-das.

El bloque de los ocho países intracomunitarios restanteses lo suficientemente heterogéneo como para que del simpleanálisis de estas cifras se puedan extraer conclusiones que va-yan mucho más allá de la pura conjetura. Sin embargo, para

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suplir esta deficiencia vamos a utilizar los resultados previosde trabajos que estudian la trayectoria seguida por las expor-taciones de algunos de los integrantes individuales de este gru-po. La reestructuración de las exportaciones se realiza a un rit-mo más pausado que en Holanda. El elemento de contrastelo constituye la actuación en el mercado de hortículas frescas.Aquí se presenta un claro deterioro en las cotizaciones relati-vas a la vez se amplían, por enciina de la media, las cantida-des. Este movimiento puede haber sido condicionado por lacompetitividad en calidad pero, sobre todo, en precio de lasexportaciones hortícolas españolas; que han empujado haciaabajo las cotizaciones medias relativas de los países comuni-tarios con una estructura de exportación similar a la suya: losde la ribera mediterránea (Dono, 1987; Basile, 1985).

Por lo tanto, dentro de la división del trabajo en la pro-ducción hortícola, España pasa a ocupar un lugar preferentecomo suministradora de productos frescos. Participa este pro-ceso de la tendencia actual hacia la de división del trabajo endicha producción entre zonas limítrofes de desigual nivel dedesarrollo. Este ascenso de las exportaciones españolas nocuestionan la posición de líder de países como Holanda, tan-to en el mercado de productos como en el de tecnología. Laerosión de los valores medios unitarios de las exportacionesintracomunitarias se constituye en otra prueba reveladorapara demostrar que existe una corriente, no tan subterránea,de especialización de acuerdo con la capacidad tecnológica decada país. Refleja la superioridad tecnológica de España res-pecto a los países más subdesarrollados que sustituye en elmercado y su capacidad de colocarse en los estratos de cali-dad de algunos mercados con menores precios que sus rivalesintracomunitarios.

La ubicación de España en el resto de los capítulos, com-pleta el cuadro. Queda determinada la especialización de estepaís de acuerdo con el carácter semi-industrial de su econo-mía. Su incapacidad de situarse en el segmento más dinámicodel mercado (los congelados) y la fortaleza de su industriatransformadora tradicional (aunque cada vez más penetradapor multinacionales extranjeras).

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8.2. La dinamicidad del paquete exportador español aun mayor nivel de desagregación del capítulo dehortalizas frescas

Prosiguiendo el análisis a un nivel mayor de desagregaciónqueda demostrada la relativa especialización de España en laexportación de aquellos productos poco innovadores cuyapresencia en el mercado está ya consolidada. Retomamos aquíla metodología puesta a punto por pono (1987), aunque nues-ti as conclusiones divergeran ligeramente de las de este autor.En primer lugar clasificaremos los productos según el gradode dinamicidad de las importaciones de los mismos en el mer-cado europeo. Más tarde verificaremos que en segmentos delmismo se colocan las exportaciones españolas.

En la primera fase, clasificamos los productos siguiendo alcitado autor, en: 1) muy dinámicos (crecen más que la mediaen cantidad y valor unitario); 2) dinámicos (crecen en canti-dad más que la media permaneciendo por debajo de la mis-ma, el índice de valor unitario); 3) estáticos (superan a la me-dia en el índice de valor unitario pero no en las cantidades);y 4) en retroceso (crecen menos que la media tanto en valorunitario como en cantidad). Aplicamos este criterio a cada unode los epígrafes del capítulo de hortalizas frescas (desagrega-do a seis dígitos); de hortalizas elaboradas (desagregado a cua-tro dígitos) y hortalizas transformadas (desagregado a dos dígi-tos).

Para el bienio 1984-85 los productos incluidos dentro decada categoría y el peso de las mismas para el total de las im-portaciones de la C.E.E. se establece como indica el Cuadron.° IV.28, distribuyéndose el total como sigue: 33,8 % para losmuy dinámicos, 9,5 % para los dinámicos; 21,0 % para los es-táticos y 40,3 % para los productos en retroceso. Estas pro-porciones varían cuando se excluyen los productos elabora-dos y transformados. Los resultados son los siguientes: 26,3 %para los muy dinámicos, 3, 2% para los dinámicos, 3 7, 7% paralos eatáticos y 32,8 % para los productos en retroceso. Quedaasí reflejado el importante cambio que están experimentando

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los hábitos de consumo; con un claro sesgo de las preferen-cias hacia los productos ya elaborados.

La calificación del paquete exportador español de acuer-do con esta escala la estableceremos a continuación. Tras unprevio desglose, con el fm de simplificar el análisis, compro-bamos que el grueso de la exportación española se condensaalrededor de trece productos importantes (ver Cuadro n.°IV.29) que juntos suponen el 89,2 % del total de las exporta-ciones hortícolas en fresco, en el bienio 1984-1985. Entre loscinco componentes del grupo de los productos elaborados nin-guno supera el 1% del total del capítulo, sumando juntos el3,3 %. Los transformados constituyen el 11,8 % del total de lasexportaciones hortícolas a la C.E.E. Reduciremos la evalua-ción del paquete exportador a estos 13 productos más las in-dustrias agrarias extrapolando los resultados para el total delcapítulo.

De acuerdo con su condición de país exportador relativa-mente más subdesarrollado, el paquete de bienes ofrecido porEspaña no se caracteriza por su dinamicidad. EI 19,3 % de lasexportaciones y el 7,3 % de las mismas, se sitúan en los seg-mentos muy dinámicos y dinámicos, respectivamente; propor-ciones muy por debajo de la media de las importaciones co-munitarias. Los restantes porcentajes -31,0 % y 32,6 % del to•tal- se encasillan en los grupos de productos estáticos y enregreso, respectivamente. Separados los productos elaboradosy transformados, España alcanza una calificación relativamen-te superior respecto a la media en los productos frescos. Fren-te al 26,2 % correspondiente a la media comunitaria de losproductos muy dinámicos, España sitúa en este grupo el21,0 % de sus exportaciones. Los valores del resto de los gru-pos, de mayor a menor por grado de dinamicidad, son 9,4 %,27,8 % y 41,5 %, respectivamente. Corrobora esta tendenciapositiva lo que se constituye en un índice de mayor diversifi-cación de la oferta: los doce productos básicos han disminui-do su participación en el capítulo de las hortalizas frescas ensiete puntos a lo largo del período (ver Cuadro n.° IV.29).

En definitiva, corresponde a España una especialización enproductos maduros en los que debido a su capacidad tecno-

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lógica es capaz de situarse en los segmentos de calidad (véasela importancia relativa del grupo de los estáticos en el paque-te exportador de este país). No obstante, es una posición cam-biante que mejora gracias al importante esfuerzo en aprendi-zaje y adaptación tecnológica realizada en el sector, que se in-serta en la onda más amplia del intento de impulso y homo-logación de dicha economía al rúvel de sus futuras compañe-ras intra-europeas. Aquí nuestras conclusiones presentan unmatiz que contrasta con el de los autores previamente citados(Dono, 1987).

3.8. Participación del subsector ornamental ycapacidad tecnológica

Para atenuar el optimismo de estas conclusiones, compa-ramos primero la estructura global el capítulo hortofrutícolade España con el de Holanda (ver Cuadro n.° IV.27). Más exac-tamente evaluamos la relativa importancia del sector orna-mental respecto al hortícola para estos dos contendientes. Elsector ornamental se caracteriza por la rápida evolución de sufrontera tecnológica. Es, por lo tanto, una actividad en la quelos recursos I+D tienen una especial importancia y, exceptopara algunos cultivos (rosas y claveles, por ejemplo), su im-plantación en una agricultura es un indicador aproximado delnivel tecnológico de la misma, en sus estratos más altos. Cons-tituye, así mismo, el conjunto de bienes para los que más seha expansionado el consumo (ver Cuadro n.° IV.30).

Por diferentes razones, es la exportación ornamental unaactividad todavía en estado incipiente en España. En primerlugar, porque la demanda interna es mucha menor que la delos países europeos; lo que no ha dado lugar al desarrollo deun sector respondiendo a los incentivos generados por el con-sumo local (el consumo per cápita en 1988 se sitúa en 10 dó-lares U.S.A. frente a los 33 de Francia, los 55 de Alemania y

los 60 de Holanda). Esta estrechez del mercado se debe a doscausas: 1') el consumo, o más exactamente la compra de flo-res y plantas, no es una costumbre arraigada en nuestra cul-tura y 2') al nivel inferior de urbanización de nuestra socie-

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dad y de desarrollo de nuestra economía respecto al resto delos países nord-europeos.

En segundo lugar, la especialización del sector ornamentalespañol refleja el desfase tecnológico entre la horticultura deeste país y de sus vecinos europeos y su incapacidad de situar-se en la línea de avance de la tecnología. La composición delmismo redunda en este sentido. Se ha especializado este paísen la producción de flor cortada de invierno y algunos seg-mentos de la producción de plantas para los que presenta unafavorable climatología y costes salariales, perdiendo el tren deavance de los compartimentos más dinámicos del mismocomo son las plantas de maceta.

En resumen, aunque la reciente actuación de España en elmercado hortícola europeo está plagada de éxitos, este paísdista de haberse colocado en una situación paritaria en el gra-do de competitividad de sus productos respecto a sus rivaleseuropeos. En el marco de progresiva especialización en dichomercado, le corresponde una parcela de acuerdo con su cli-matología, nivel tecnológico intermedio y convenientes costessalariales. Parcela que ha ampliado desplazando los lindes desus antagonistas más subdesarrollados. A1 otro extremo de ladivisión del trabajo, Holanda conserva su hegemonía. Posiciónque está ligada prevalentemente a su capacidad para contro-lar y articular la información de mercado, a la vez que liderael cambio tecnológico.

8.4. Una perspectiva de futuro: articulaciónagroindustrial y capacidad tecnológica

En última instancia la capacidad competitiva y los benefi-cios netos que aporta al país el avance de la exportación hor-tofrutícola van a depender de la articulación y desarrolloagroindustrial. Pues bien, si algo caracteriza a la agroindustriaespanola es la creciente penetración extranjera, capital que selocaliza en las mayores empresas. Es, a nuestro entender, estecontrol exterior de la industria el que está ralentizando el de-sarrollo de la capacidad tecnológica conformándola en una in-vestigación de adaptación e impidiendo un cambio cualitati-

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vo en la especialización del paquete hortofrutícola hacia lasfranjas más intensivas en I+D, y en la división vertical del tra-bajo, hacia la generación de tecnología radical.

Entre las 40 mayores industrias tranformadoras en 1981,6 eran filiales de una multinacional; en 7 la participación ex-tranjera era mayoritaria y en otras 7 estaba en minoría (Gar-cía Peinado, 1985). La tendencia es hacia una mayor penetra-ción del capital extranjero como prueban los datos más re-cientes (ver Cuadro n.° IV.31).

No disponemos de estadísticas apropiadas para las indus-trias de fabricación de insumos. Preferiblemente la penetra-ción es superior; salvo para los fertilizantes convencionalesque ha sido una industria de participación Estatal mayorita-ria. Para analizar como afecta esta inversión extranjera al de-sarrollo de la capacidad tecnológicos vamos a revisar cómohan evolucionado tres variables representativas: la inversiónen I+D; la balanza de pagos tecnológica y la balanza de insu•mos.

3. 4.1. LA INVERSION EN I+D Y LA BALANZA DE PAGOSTECNOLOGICOS

Es evidente que en nuestro país se está realizando un im-portante esfuerzo por el desarrollo de la tecnología agraria,ante todo por parte del sector público. Los gastos en I+D gu-bernamentales, han crecido a una tasa del 8% anual para elperíodo 1978-1983, tasa muy superior a la del Norte de Euro-pa, que se sitúa alrededor de14 %. Esta aceleración nos ha per-mitido equipararnos a dicha zona en el porcentaje de los gas-tos en I+D públicos sobre el valor de la producción (ver Cua-dro n.° IV.32).

Sin embargo, sin sector agroindustrial no hay desarrollotecnológico y, por lo tanto, resulta dificil materializar el cono-cimiento en nuevos insumos. Aquí aparecen dos inconvenien-^tes en el caso español. En primer lugar los gastos en I+D enel sector privado tienen un crecimiento ligeramente inferiorque los públicos; lo que demuestra que un eslabón clave delproceso de generación de tecnología no se está fortaleciendo

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en la misma medida. En segundo, es en las grandes empresas,penetradas en su mayor parte por capital extranjero, en lasque se localiza la mayor inversión en I+D. La dependencia deestas filiales de la investigación fundamental realizada por lamatriz da lugar a que la actividad tenga un carácter principal- •mente adaptativo, con poca ecidencia sobre la capacidad tec-nológica.

Como. demuestra Sánchez Muñoz ( 1984) -debido a las im-portantes economías de escala en las actividades de I+D y alpoder monopolista de las grandes empresas para capturar susresultados- son las empresas de participación mayoritaria ex-tranjera las que más invierten en I+D pero son también lasque más tecnología compran, bajo la forma de patentes o asis-tencia técnica. Lo cual significa que la I+D fundamental se rea-liza en otras latitudes. De hecho, según la misma autora, la ba-lanza de pagos por contratos de transferencia de tecnologíapara el sector tiene un nivel de cobertura muy bajo (el 8%).Nivel que mantiene inmutable a lo largo del período 1974-81.

Un indicador de la dependencia tecnológica lo da el regis-tro de patentes de semillas: el 80 % son patentes extranjeras(Sánchez Muñoz, 1984). Es este un insumo clave, en la produc-ción hortícola y ornamental, que configura el paquete tecno-lógico y del que depende en mcdida la gran capacidad de di-versificar la oferta. '

3.4.2. LA BALANZA DE INSUMOS

Como corresponde a una economía semi-industrial la ba-lanza de insumos agrarios tiene un nivel de cobertura acepta-ble que ha mejorado a lo largo de la última década (ver Cua-dro n.° IV.33), excepto para dos factores cruciales: las plantasvivas y las semillas'. En el capítulo de plantas vivas están in-

^ La balanza es mucho más deficitaria ya que las semillas más pequeñas,con una alta relación precio volumen (en tomate supera el millón de pese-tas por kilogramo y es una de las más baratas entre las hortícolas), se im-portan en la maleta de los empresarios y, por lo tanto, estas transferenciasno se registran. Están incluidas también las semillas oleaginosas, lo que creaun efecto compensatorio en sentido opuesto.

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cluídas las plantas para floristeria. Por esta razón y porque,como hemos repetido, el interés de las empresas privadas poresta investigación es limitado -debido a la dificultad de man-tener los derechos de propiedad de los resultados ; el nivel decobertura es aceptable. No obstante, en cultivos como la rosa,en los que se han creado sistemas para el cobro de royalties,el nivel de cobertura es mucho más deficiente.

Las semillas es el capítulo en el que el grado de autosufi-ciencia es menos satisfactorio. Sin embargo, la generación denuevas variedades es una tecnología media al alcance de nues-tro país. La penetración de capital extranjero en el sector ylas importantes economías de escala y efecto de aprendizajeque tienen la producción de semillas lúbridas y la investiga-ción en este campo impiden que se localice la producción y,ante todo, que florezca este tipo de tecnología. Es ésta una delas manifestaciones más perversas de la dependencia tecnoló-gica. El grueso de la producción de semillas se realiza fuerade nuesro país y el registro de patentes inhibe el desarrollode dicha investigación por empresas locales. La queja de losinvestigadores en mejora genética de los organismos públicospor la ausencia de un interlocutor privado nacional que de-sarrolle sus descubrimientos en la materia es ya proverbial°.

Mientras tanto, las empresas extranjeras tratan de ahogar,mediante adquisiciones de empresas españolas, todo tipo deiniciativa local en dicho sector logrando con éxito de perpe-tuar sú situación hegemónica. De hecho la penetración del ca-pital extranjero, sobre todo holandés en el sector de semillashortícolas, es cada vez más intensa. Preponderancia que seconsolida, también9, manteniendo un acceso privilegiado almercado para imponer nuevas variedades y que demuestraque el de nuestro país es mucho menos avanzado de lo quealgunos han vaticinado.

a Además de esta falta de capacidad de desarrollo ha existido un vacíolegal ya que un investigador no podía ceder en exclusiva un nuevo lúbridoa una casa comercial. Esta imposibilidad de apropiarse de una patente de-sinteresaba a las empresas privadas. Recientemente se ha modificado la le•gislación.

9 Infon^nación recogida en entrevistas.

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En síntesis, somos capaces de fabricar insumos con tecno-logía importada quedando la producción de los factores cla-ves del paquete tecnológico fuera de las fronteras de nuestropaís. La creciente penetración del capital extranjero, que res-ta independencia en las decisiones, impide que el ingente es-fuerzo en I+D público cristalice en la generación de innova-ciones radicales, a través de la actividad de desarrollo en laagroindustria. Esta incapacidad tecnológica va en última ins-tancia en detrimento de la competitividad del sector horto-frutícola, confmándolo en una especialización en productos decalidad e intensivos en trabajo. Situación en la que no sólotransfiere valor a través del comercio sino también interna-mente de los sectores más dispersos a los más concentrados,controlados por multinacionales. El Cuadro n.° IV.34 da bue•na prueba de ello. El deterioro de la relación de cambio entreproducto e insumos se ha agudizado en España con respectoa Holanda en la que el crecimiento de los precios de los fer-tilizantes y pesticidas ha sido menor que en España.

4. LAS EXPORTACIONES HORTICOLAS CANARIAS:FRAGILIDAD DE UNA POSICION COMPETITIVACIMENTADA SOBRE LOS RECURSOSNATURALES Y LOS BAJOS COSTES SALARIALES

La exportación de tomate canario es uno de los casos másprecoces de exportaciones hortícolas fuera de temporada almercado europeo. Comercio en el que ha mantenido el lide-razgo durante medio siglo, para ser depuesta por el vertigino-so avance de las exportaciones peninsulares durante las tresúltimas décadas.

Se repite lo que parece ser una constante histórica en laevolución de la agricultura canaria: su papel de laboratorio se-cular de cultivos de plantación. El cultivo es implantado porcompañías o colonizadores extranjeros. En la medida que laexperencia resulta exitosa, es copiada por productores inde-pendientes locales, absorbiendo gran parte de los recursos delsector. Las compañías extranjeras mantienen en una comple-

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