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TOMOS - Forgotten Books

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TOMOS PUBLICADOS

PERLAS NEGRAS,9

MISTICAS

DE CADA TOMO SE HAN IM .

PRESO CIEN EIEMPLARES

DE HILO R R

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Tomo IV

Reprodacímos aquí algunos di

bujos de julio Ruelas , que apare

cieron en la edición original de

este libro En un estilo poco

arriesgado , Raelas expresaba con

cepciorzes audaces y profundas .

Muchas veces, sus dibujos y agua

fuertes fueron tema de inspiración

para los poetas modernistas deMé

jico . Así, su recuerdo está íntima

mente anido a lajaventad de Ama

do Nervo . La mayor parte de su

obra debe buscarse en la RevistaModerna , de Méjico .

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PRIMERA PAGINA

EL mar es más constante que yo ; las nubes rojasdel orto más que mi alma conservan su vestido ;yo tengo la impacienc i a perenne de las hojas ;mi amor es un eterno gemelo de mi o lvido .

Mi mente es un espejo rebelde a toda huella ;mi anhelo es una pluma funámbula, donairedel v iento ; el aero l i to que cae , esa es mi estrel la ;mis goces y mis penas son trazos en e l aire .

El ansia del misterio me ag i ta y desesperaj inete en m is pegasos o nauta en mi galera,

l l

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A m N e

corr i endo voy tras todo señuelo que lo finge ;mi hermana la c igiieña me ha visto dondequ ieraque el roj o so l proyecta la mitra de la esfi nge .

Amo unos ojos mientras que su matiz ignoro ,amo una boca mientras no escucho sus acentos ;jamás pregunto el nombre de la mujer que ado ro

,

del César po r qu ien lucho , del Diosaquien imploro ,del puerto adonde bogo , n i e l rumbo de los vientos .

Cr iatu ra fug i tiva que cruza e l mundo vano ,temiendo que la alforja sus éxodos imp ida,n i traje amor n i l levo ; y asi voy al arcano ,lanzando con un gesto de sembrador el granofecundo de mis versos al su rco de mi vida .

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EL ULTIMO FRAGMENTO DE IDIOMA

DESPERTEy me acerqué a la ventan il la del tren .

El pabellón americano flotaba al otro lado del r ío ,bajo el abso luto gris del cielo . Una muchacha colorada y alegre que se quedaba en Laredo , y quecon la v o lub ilidad de su conversación hab ía entreten ido a los pasajeros en el camino

,dándome un

cordial apretón de manos , me dijo : <buen viaje » ,y un minuto después el tren pasaba lentamente elrio . Méx ico quedaba atrás con sus últimos j i ronesde cielo azul . El Norte me esperaba con su grisperenne , implacable : un gris que no cede jamás ,que viene conmigo como un si l enc ioso compañeroque hab la de < tú » a mi e3píritu .

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Y comenzamos a atravesar los inmensos planesde T exas , y continuamos y segu imos . Planes l lenosde flo res pomposas, rojas , amari l las , azules y blancas . La primavera aquí t iene un despertar de n iñoalegre . Es frio lenta, pero v ivaracha y retozona ,como esos esco lap ios que juegan con la n ieve . Mas

el c ielo no se sonríe con ella ; e l c ielo no estrenavestido , no deja su jaique de brumas . El horizontese redondea como un inmenso capelo de cuarzo .

Ni un perfi l azu l de montaña . A veces se h incha unpoco la t ierra y parece que va a surgir una col ina ;pero to rna a aplanarse y sigue invariab lementellana, huyendo bajo las ruedas del tren .

Y mientras atravieso el inmenso Estado que fuénuestro , flo ta en mi o ído e l < buen viaj e » de la furtiva compañera de tren

,y se me antoja que esas

dos palabras son e l solo j i rón de patria que meresta . En efecto : el idioma es la patria, una patriaimpa lpable y divina que nos sigue por todas partes . Basta en una ciudad lejana deci rse algunasfrases de la nativa lengua en voz alta, para sentiralgo como la atmósfera de los nuestros .Los confines de una nación no están all í donde

la geografia pol ítica los marca , s ino al l í donde vibra la última palabra del idioma . T exas es una prolongación de México aún ; una pro longación tenue

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O b r a s C o m p l e t a s

ya, apenas visible , po rque consiste en algo comoleve estela de idioma nuestro . Pero yo no tom o aoir una palabra españo la en toda la Un ión . En San

Anton io , reco rriendo las cal les, so rp rendo ta l ocual tipo mexicano, pero tan i nnoble , que no meacerco , porque sé que de sus lab ios sólo han desurgi r frases patibularias

,y no quiero ver profana

do e l armon ioso tesoro de mi v ieja lengua latina.

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ESTAS ciudades americanas no se presienten , nose adivinan . Le salen a uno al paso, lo acechan , loasaltan .

El tren va devorando bosques y l lanadas , bufaque bufa

, a toda velocidad , y de pronto , sin decira gua va »

, ahí está una casa de madera, otra y o tra,cada una con su pedazo de tierra cercada ; luego los< cottages » se aprietan , se enfilan ; v ienen las casas deladril lo clareadas por centenares de ventanas enne

gre c idas por el vapor y e l humo , chorreando agua,tristes , con fisonomía de fábricas londinenses — todavia no he visto Londres , pero así debe de sercasas de cuentos de Di ckens, con sus <mansardes »

azules y de una un iformidad aterradora . De cuando en cuando un edificio gigantesco

,s in arquitec

tu ra , que parece un raro panal , se emp ina sobre losdemás , asoma al maremágnum de casas , y contempla flemáticamente el horizonte gris acero por suscentenas de ojos rectangulares . Y emp iezan a desi i

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O b r a s C o m p l e t a s

lar bloques enormes , y el tren escala puentes de h ierro

,perfora masas de p iedra , masas sudorosas de

agua helada , y por fin , se detiene baj o un inmensocobertizo obscuro , cuyo piso

'

está rayado de rielescomo un papel pautado . ¡Oh , qué déb i l idea tene

mos en nuestras estaciones de México de lo que esun movimiento de trenes ! En St. Louis , por ej emp lo

,cada dos minutos , cuando más, durante el d ía,

entra o sale un rosario de carros para toda la Unión ,s i n contar los innumerables vapores que se muevenen e l turbio y caudaloso río . Y es hermoso ver elaplomo con que las misses van y v ienen en mediode aquel laberi nto , con su maleta en la diestra , trepando o descendiendo de los carros , s in aceptar lamano que el conduc tor les t iende , y desparramandose por la ciudad desmesurada

,hormigueante de

tro leys, de carros , de ómn ibus , de automóvi les ycarruaj es . En St. Lou is , sin sal i r de la estación , puede hal larse todo lo que se desea… hasta hotel . Enuna gran sección de la m isma

,hay instalado una

especie de centro mercanti l , colosal bazar con restaurantes

, bars , cafés , cajones de ropa , expendiosde tabacos , de frutas , du lcerias, etc . El viaj ero puede proveerse de cuanto qu iera

,sobre todo de v i

veres baratos , s i no qu iere verse condenado a loscarros comedores de los ferrocarri les de Pensi lvania, que cobran modestamente un pesopor un humilde almuerzo (s in extras), acaso parahacerse pagar e l atractivo del yantar a todo vapor

,

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a d 0 N e

tomando los huevos al plato dos mil las más adelante de donde se tomó el consomé .

Salvo tal o cual monumento , tal o cual partienlaridad que no alcanza a fisonom iz arlas, las grandes ciudades americanas , vistas a lo menos comoyo las he visto , muy más al vapo r que el maestroSierra, son iguales ; t ienen todas ese aire de formidab les agrupaciones p rovisionales , como i nter inas ,que se nos antoja están ahi <p0r lo pronto » , esperando e l momento oportuno para irse a i nvadir e lmundo . Causan curios idad , pero no desp iertan esasensación hermosa de lo monumental , salvo acasola entrada a la bahia de Nueva York . A l l i se comprende más que en n inguna parte el poder del coloso . Aque l la no es una bahía, es un mar, cuyas riberas están erizadas de edificios

,algunos verdade

ras torres de Babel . Un enjambre de vapores detodas las formas puebla las aguas turbu lentas , ydesde el puente los mi l lares de luces móvi les de losbarcos , los centenares de mil lares de los edificios ,los farol i l los que arden en los topes de las velas ,que se h inchan y alejan < como una esperanza blanca que pasa » , producen el efecto de una feeria extrana, de una infin ita fiesta de Carnaval ante el granespejo de las aguas . Una luz empero se yergue másalta que las otras . Entre la bruma se destaca obscu

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ra , gigantesca, una mujer enorme,que tiene una

estre l la en la mano (si, esa luz es una estrella). Esla estatua de la Libertad i luminando al mundo , a laentrada del país de la l ibertad, de la gran Repúbl icamoderna .

Y el espectáculo de esa bahia compensa de lasfatigas del v iaj e

,de las lentas noches de tren , del

frio que nos aguardaba todavia en el Norte , y haciael cual hemos corrido a pleno ímpetu de lo como

tora , y de la total ausencia de los besos divinamente azules de nuestros cielos mexicanos .

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EN POS

LA enorme bahia . Primero los docks grises , humedos

,obscuros, enfi lándose a lo lej os . Luego la in

mensa cordi l le ra de ed if icios de ladril lo y de madera ; después los islotes sonrientes : Long Island ,Coney Island , perdiéndose en la bruma . Y aquellamujer alta y negra , de p ie sobre un zócalo eg ipcioo azteca aquel la muj er enorme y negra que ha asido una estre lla y que parece , en las noches , quererapedrear con el la la metrópol i . El gigantesco esqueleto del puente de Brook lyn (el macho de la T orreEiffe l), en redando , de una r ibera a otra , sus cab lesde acero . Y minutos después

,un perfi l sombrío y

ondulante en la lejanía. Es América que huye denosotros .ElMar.

Las gaviotas blancas revuelan . Se me antoja queson pañuelos que se escaparon de finas manostemblorosas. Pañuelos que decian < adiós »

, adioses

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N

no , arrúllame ; estoy enfermo , v italiz ame . Creo enDios : espumarajea, yérguete , arru l la , ahonda v érti

pero huye bajo la az uz adora espuela de miesperanza !

Mister está enojado (mister es e l mar). En la sacudida y trep idante cubie rta , una ir landesa pál ida ,de codos sobre la borda , medita a la luz de las primeras estrel las . Es blanca, es diáfana hasta e l hero ísmo . V iste un luengo impermeab le azul , y sobreel alboroto de oro de sus r izos vacila al viento unabo ina obscura . Mi ra e l océano con la ard iente nostalgia de La petite femme de la mer, ese extrañocuento de Lemonn ier . Las gaviotas la rondan . ¿Vaa escaparse por ventura del barco , va a sumerg irseen las ondas? ¿Va a buscar a sus hermanas misteriosas, las que gr itan en los arrecifes en las nochesde tormenta? — Gill iat , dime s i laT i ende la oreja al rumor que pasa , como si escuchara algo que viene de lejos . La l laman del mar .El viento despe ina sus bucles pál idos ; las estre llasdesenmarañan los suyos en irisac iones fugitivassobre las o las… Me alej o lentamente entre las sombras : qu isiera verla parti r a sus ab ismos , pero no

qu iero con mi presencia impedirle que se vaya .

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O b r a s C o m p l e t a s

Vo ime buscando en mi memo r ia un ve rso quehuela a ozono

,un verso bravo y bello como el mar,

y encuentro este de Rimbaud

Et dés lors, je me suis baigné dans le poémede la mer infusé d

'astres et la tescent,

dévoran t [es az urs verts oir, flottaison b léme

et ravie, un noyépensifparfois

La i nmensa monotonía del océano empieza aadunarse al i nmenso enigma de la noche . Me s iento impregnado de una i nfluencia cósmica . Nada medice la colosal maquinar ia que me conduce a Europa . El agua y la sombra hablan sólo a mi e8piritu .

Pienso que del océano primordial surgió la vida yque a él ha de volver, y no sé po r qué me imaginoun mundo que por su conformación especial no sehubiese sol id ificado en parte

,un mundo l íqu ido ,

un planeta de un océano esfér ico . ¿En quérep liegue del inf in ito existi rá ese mundo? Porquedebe exist i r . El sol lejano

,alma de su sistema, atra

v esarálo de parte a parte como a una i nmensa p iedra preciosa . lmaginaos un zafiro esférico , de doso tres k i lómetros de rad io… Pero el agua , que ennuestro planeta fué el génesis de todo , all í no habrá s ido estéri l . Habrá human idades acuáticasmo nstruosamente bel las . Ese es el verdadero planeta de los tr itones y de las s irenas . Si, como dicePlatón , aprender no es más que reco rdar, cuando

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aprendemos ciertas mito log ias reco rdamos acasoque v ivimos en ese océano esfér ico donde la ideade tierra es Van a ver ustede s cómouno de estos dias (quiero deci r , una noche de estas), un astrónomo atrapa con su lente intrusa esezaf iro co loso , ocu lto en el vasto joyero de lanocheRuido de cadenas . La hél ice va paral izándose .

Una l í nea ondulada color de esmeralda se exti endeno lejos .San Patricio ; estamos frente a Irlanda .

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FRENTE A IRLANDA

! UE tristes las olas vana besar tu p laya ignota,donde parece que flotatoda la bruma de Ossián !

¿Saben acaso los maresel tormento de tu raza

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Tomo IV

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N e

que,entre sol lozos , abraza

los Cristos de sus altares?

Lo saben y , con querel las ,sus ondas c iñente en coro…Irlanda

,yo también l loro

tu servidumbre con e llas .

¿Que qu ién soy? Niebla que amasala vida , voz que se ahoga ,un espíritu que bogay un pensamiento que pasa ;

Que al pasar,el duelo ve

en tu augusta faz impreso,

te mira, te manda un besoy te dice… no sé qué.

¡Ad iós, Er in ! Yo , pequeñocomo soy

,también escondo

un sueño ¡tan hondo,tan hondo como tu sueño !

Sólo que tú vivirásaños de años , y tu anhelotal vez cr istalizarás

,

y yo soy ho ja que vuelonada ¡ah ! ¡nada más !

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OLD KINGSMUNSTAR. CORDELIA

EL viejo borracho irlandés , que durante todo e lv iaj e ha beb ido cerveza negra con una sed hered itaria, me dice por centés ima vez antes de separam os :

No o lvide usted que soy descendiente de losviejos reyes Munstar: the o ld Ki ngs Munstar. Has ido éste su estrib i l lo eterno . T aciturno , mudo , i nd iferente a todo , menos a la espuma blanca de suce rveza negra , a su gigantesca p ipa y a su genea

logía, a cada paso pegaba su boca a mi o ído paramurmurarme con trop iezos de lengua

— Soy el descendiente de los viejos reyesMunstar.

Yo le señalo un escuadrón de coraceros inglesesque pasa a galope por la triste y espaciosa cal le deDub lin en que nos encontramos . ¡Pobres reyesMunstar! Esos so ldados son de V i ctoria I.Se apell ida O

'

Conell. Aquí todo el mundo seapel l ida O '

Conell, O'

Donell, O'

Re illy, O'

Bryan.

¡Old Kings Munstarl Sin duda eran grandesbebedores de cerv eza .

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Page 25: TOMOS - Forgotten Books

¡O ld Kings Munstarl

Estoy aburr ido . Sueño noche a noche con anti

guos monarcas celtas de tún ica blanca, que pasanbajo la tormenta por llanu ras de verde suave . Los

re lámpagos les apuntan , pero no les pegan como alRey Lear . ¿Dónde está Cordel ia? ¿Será aquella mujer pál ida que o ía las voces de l mar eterno , apoyada en la borda? ¿Venia con esas voces extrañas lade su rey loco que la l lamaba? <C0me ! Come tWe

two alone wil l sing l ike b irds in the cage . Whenthou dost ask me bless ing , I

'

ll kneel down… Andpray, and sing , and tel l o ldAn

'

d tel l o ld Si, eso escuchaba la blondamuchacha junto a la borda ; viejas leyendas, todas ,todas las q t1e sabe e l mar .U .

t '

Esta es Europa . Seis dias de modorra , se is minutos, y estamos en o tro mundo ; todo es peque ño .

¿Irias a la India?a —T odo es pequeño .

¿A Marte?T odo es

*

pequeño .

—1Dime , ¿te atreverias a hacer e l v iaj e'

de un cdin eta?

— De ¡ame part i r a Londres . Haré e l viaje de unCometa si G . H.

'

We lls me acompaña . He ido con éla Marte , en la Guerra de los mundos ; con él he idoal futuro en la Máquina para explorar el tiempo; mehe estremecido con él en la Isla de lDoc torMoreau;

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Page 27: TOMOS - Forgotten Books

DESDE el v itral de mi balcón dist ingo ,al fulgor del crepúscu lo , la ignotamarejada de calles

,en que flota

la bíb lica modorra del domingo .

La bruma lenta y si lenciosa empieza,fantasmagorizando los perfi les ,a envolver la metrópo l i en suti lesvelos trémulos . Yo tengo tristeza

La b íbl i ca tristeza de este dia,la tr isteza de inúti l romeríaque remata en inviernos agresores ;

el tedio de llov iznas pert inacesy tu spleen , n ieb la l ímb ica , que hacesmanchas grises de todos los colores.

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Page 28: TOMOS - Forgotten Books

J! coUES PIERRE

SHAKESPEARE no era inglés. Una lamentable petulancia sajona dió al t itán sangre de britanos .Shakespeare era latino . Venía de Francia, de

donde viene todo : los perfumes,las cocotas y los

hombres de gen io .

El mundo , decia ha poco un modern ista parisiense

,desde el umbral azul del Mercurio de Francia

,

nos ha env idiado y nos env idiará siempre dos cosas : nuestra l iteratura y nuestra prostitución .

Inglaterra , en mi humilde senti r, en asunto deprostitución nada ti ene que env id iar a Francia , salvo la ingenu idad en la misma . Pero en asunto del iteratura le env idió a Shakespeare y, de acuerdocon su inveterado instinto absorc ionista, puso sobre el b irrete del grande hombre un letrero que dec ía : c Posesión Inglesa .

»

Este Shakespeare , en primer lugar, no es Shakespeare, según los franceses , s ino… Jacques Pierre ,mal pronunciado , pronunciado a la inglesa .

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Jacques Pierre , paris iense de nacimiento, part ióa Inglaterra a l lá por los años de… y tuvo en Iuglaterra un h ijo al cual puso por nombre Guil laume yque firmaba Gui llaume Jacques Pierre . De Guil lanme a Will iam no hay más que un paso (el paso deCalais). Darse cata los ingleses de que el tal Guillaume tenia talento ( lo cual no acaeció p recisamente cuando Shakespeare cu idaba caballos a laspuertas de los teatros), y traduc irle el nombre , fuétodo uno ; Wil liam Jacques muy bien . Peroesos pícaros ingleses pronuncian tan mal el francés(no dicen , por ej emplo , en la igno rancia de su id ioma , Bairon por Biron !) que , a poco andar , e l Jacques Pi erre de marras, anglicaniz ando la pronunciación , tué Shakespeare .

Me parece inúti l i ns istir, señores . Si a lgu ien loduda que lea : As you like it, The merry wives ofWindsor, Much ado about no thing,

y que n ieguedespués que esas y todas las comedias de JacquesPierre están impregnadas del espiritu francés .Si Voltai re hub iese sab ido esto , de fij o no trata

tan mal a Willy (Guillaume). Hugo no lo supo, perolo adivinó . Por eso escr ib ió su maravi l loso l ibro( Shakespeare » .

¡Cómo habria s ido capaz Inglaterra de producirun Shakespeare ! Un Pope , está b ien… ¡pero un Shakespeare t Pues qué , ¿esos geniaz os se fabrican apunta de acorazados? A ver ¿de dónde tomó William (Guillaume) la d ivina salsa de sus comedias?

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O b r a s C o m p l e t a s

En Inglaterra no hay más que mostaza inglesa ;ergo… <Londres t iene cien rel igiones y una salsa .

París , cien salsas y… n inguna rel igión .»

¿No están ustedes convencidos? ¡Oh , esceptic ismo moderno !

Page 31: TOMOS - Forgotten Books

LA PIEDRA DEJACOB

EN un rinconcito de la abadía de Westminster , enuna cap illa medio alumbrada por la glo ria extrañay do l iente de los vitrales , hay un viejo s itial de ro

ble,cuyo as iento es una p iedra , recubierta en sus

dos superfic ies más ampl ias por dos planchas demadera , y como engastada en el las . En ese s itialhan s ido co ronados muchos viejos reyes de Br itania, de los que duermen ahí cerca , en los mausoleospolvosos cuyas inscripciones apenas se descifran ala media luz de las vetustas naves .Pregunto y me dicen :Esa p iedra es la p iedra de Jacob .

¿La p iedra de Jacob?— Sí, la p iedra en que Jacob recl inó su cabeza

para dormir ; la p iedra que fué testigo de aque lsueño " .

Y se me expl ica cómo aquel objeto maravil losov ino de Mesopo tamia a la City, a través de infi n itasvicis itudes .Yo lo creo , lo creo todo… Cuando deje estassombras góticas propensas al m ister io ; cuando sal

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o b r a s C o m p l e t a s

ga a la vida enfermiza y ebria de actividad de lametrópol i , ya no creeré . La sonrisa escéptica vendrá con la sonrisa del Pero ahora si creo , enprimer lugar porque eso es bel lo ; en segundo y entercer lugar… por la misma razón .

¿ Y sal ió Jacob de Beer-seba , y fué a Harán>Y se encontró en un lugar, y durmió all í por

que el sol era puesto ; y tomó de las piedras de aquellugar y puso una a su cabecera, y acostóse en aquel

»Y soñó , y he aqu í una escala que estaba en tierra y su cabeza tocaba en el c ielo : y he aqu í angeles de Di os que sub ían y descendían por el la .

>Y he aquí que Jehová estaba encima de ella,e l

cual d ijo : Yo soy Jehová , el Dios de Abraham tupadre y el Dios de Isaac ; la t ierra en que estás acostado

,te la daré a ti y a tu s imiente .

>Y será tu simiente como el polvo de la t ierra , yte multipl icarás al Occidente y al O riente , y al Aqu ilón y al Mediodía ; y todas las familias de la t ierraserán benditas en ti y en tu s imiente .

»Y despertó Jacob de su sueño y d ijo : Ciertamente , J ehová está en este lugar y yo no lo sabia .

>Y tuvo miedo y dijo : ¡Cuán espantoso es este lu35

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gar! No es otra cosa que casa de Dios y puerta delCie lo ! »Génesis, capitu lo XXV I I I , vers . 10, 1 1 , 12, 13 , 14, 16 y 17.

En Notre Dame de París deb ian mostrarnos másadelante

,a D. Justo Si erra y a mi, la corona de es

p inas de Cristo . Recuerdo que , en medio de una

multitud infin ita,un sacerdote nos la acercó a los

lab ios . DonJusto la besó dic iéndome : — c besotodo lo que besa e l pueblo » , hermosas palabrasque no olv idaré en mi vida . En Roma , más tarde ,tamb ién me mostraron la co lumna a la cual fué atado Jesús durante la flage lac ió n , y la escalera pordonde ascendió al pretori o . Mas n i en Roma n i enParís me sentí presa de una emoción tan grandecomo ante aquella piedra tosca donde el patriarca ,que todav ia no luchaba con Dios n i era fuerte con

tra El, recl inó su cabeza , y soñó qu e veía una escala cuyo remate se perdía en el cielo .

Las almohadas de p lumas forradas de seda,de

nuestros sibaritas, esconden frecuentemente , en susp l iegues , el i nsomn io , hermano de la pesadilla . La

ruda p iedra del des ierto escondía,en cambio

,en su

humilde mole , la g loria de Di os y la vis ión de susángeles .La s imiente de Jacob se hab ia multip l icado ya

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Page 35: TOMOS - Forgotten Books

DE negro?— Si, de negro de noche . Dios no qu ierarobarme el so lo traje que me quedó en m i huida.

Pues , ¿y tus ropas albas? — Flo tando en la r ibera,

allá , lejos , muy lejos , tan lejos… Su amor erala so la veste b lanca que me vestí en la vida .

Al viento t iembla e l fúnebre merino de mis tocas ,al viento de las tardes ; la luna surge , r ielay baña en nácar livido los dientes de las rocas .A l lá se van las velas como esperanzas locas :Una vela, otra vela , todavía o tra

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Page 36: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

¿Vendrá mi nave , aquella trirreme en cuya p ro ratal lado habia un cisne d ivino? ¡cuántoMi a lma es como esa moza bretona que a la auroram iró partir la barca del pescador , y ahora,midiendo con sus ojos el p iélago, la aguarda .

Page 37: TOMOS - Forgotten Books

EN DEFENSA DE LA MENTIRA

LA piedra de Jacob? — Cierto .

¿La corona de esp inas de Jesús? — Cierto .

¿La columna , la santa escala? — Cierto . O falsedad s i ustedes qu ieren ; pero , en ese caso , besemostales objetos con más devoción aún , no en nombrede esa vieja desdentada , enj uta , adusta y malo lie nte que se llama la Verdad , s ino en nombre de esamujer prodigiosa , bel la hasta el milagro , d ispensadora de co lor y de luz , que se l lama la Mentira .

Yo no acepto más que un criterio para j uzgar delo que me rodea : la belleza . Para m i lo que no esbel lo es inmoral , necio y despreciable . Ahora b ien ,sólo la menti ra es bel la . Sólo el la es creadora , sólopor el la la vida vale la pena de ser vivida . Mentiraes ese nácar de la luna que finge, en la sombra,0fel ias vagas que pasan ; mentira esa pol icromia augusta de los crepúscu los y esa melanco lia serena delo toño ; menti ra el azul del c ielo , joyero inmenso delas conste laciones ; mentira la j uventud , el amor, lagloria, e l ensueño , la seda de una tez , e l marfil deunos senos, los diamantes negros de unos ojos.

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O b r a s C o m p l e t a s

¡Oh, Mentira , yo te amo ! T ú eres mi madre , túeres mi d ios . Quitad del mundo la Mentira, y elmundo perecerá de fastid io y de v etuste z . Los amados ya no se buscarán en los ojos la qu imera ; lossexos no irán ya el uno hacia el otro engañados po rel gen io de la especie , que es un gran ment i roso ;las almas sedientas de ideal ya no buscarán en lo sespacios palp itantes de estrellas el rastro de Dios ;la música de los orbes ya no engendrará si nfon íasen el cerebro de Beethoven , n i estrofas en la mente de Hugo . El color se amortajará en un gris ins ip ido como en el disco de Newton ; el agua no murmurará cosas desconocidas , n i cop iará la grac ilidadde la azucena si lvestre o la cabel lera rizada de lossauces ; los pueblos se detendrán en el camino delprogreso , porque ya no podrán segu ir el señuelode una esperanza; las caravanas desfal lecerán enel desierto , porque han anal izado el espej ismo delos oasis ; los luchadores dejarán sus armas a la .

vera del camino , porque ya no pueden enarbolarel lábaro de un ensueño . La gente crist iana enterrara la d ivina leyenda de Jesús, y l lorará sobreese cadáver inmenso ; la Naturaleza , la madre mentirosa y santa , ya no pondrá arrullos en la gargantade la paloma enamorada , n i espolvoreará p iedraspreciosas sobre el p lumaje del pavo rea l ; y los hombres todos , como en el tremendo cuadro que deser ibe Ma l larme en el Fenómeno futuro , se encaminarán hacia su lámpara, con el cerebro ebr io un

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Tomo IV

Page 39: TOMOS - Forgotten Books

N e

instante de una gloria confusa , persegu idos por elr itmo , y con la angustia de existir en una época queha sobrevivido a la bel leza .

No condenéis a los menti rosos . En el fondo delalma de todo aquel que miente no hay quizá másque un instinto confuso de estética y de perfección .

El que relatando un hecho lo exagera, presienteque esta exagerac ión es el solo prestigio del hechom ismo ; sabe por intuición que nada hay en el Universo digno de ser contado y escuchado con interés, s in el d iv ino adorno de la falsedad ; comprendeque todo es feo bajo el fastidio eterno del sol, yque sólo la imagi nación creadora del hombre escapaz de embe l lecerlo todo . ¡Hasta el que calumniaes acaso un artista !Referir las miserias cotid ianas de un hombre ,

es caer en el tedio y en la vu lgaridad . Ni s iqu ieraen el mal somos bellos . Nadie l lega en él a la altez a sombria de Satanás . El calumn iador, aumentando o creando la gravedad de un acto , lo engrandece . De una acción simplemente v i l lana suele haceruna acción monstruosa , y en la monstruosidad hayya una nobleza, la nobleza de la desproporción .

La mentira es la rectifi cación que el cerebro sob erano hace a la vida mezqu ina; es una corrección

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Page 40: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

a la existencia ; es una protesta contra el orden tr iv ial de las cosas ; es un reproche la Naturaleza ,que sólo es bel la cuando miente .

Por lo demás , ¡qu ién sabe si , p enetrando al ab ismo sin fondo del ser, aquello que soñamos es máscierto que aquello que por una aceptación unan ime es! ¡Quién acertará a probar que las vis iones delos grandes i luminados, de esos subl imes mentirosos , no se real izan dentro de la lógica de otro mundo , la cual en e l nuestro es ilogismo e impostura !¡Quién sabe cuándo estamos más desp ie rtos , s i enel sueño o en la vigil ia! ¡Quién podria deci r hastadónde se extiende la verdad en e l paraíso de loslocos !

mas en todo caso la mentira es la unica fuerza de la vida , lo prop io en e l laboratorio de lsab io que en el estudio del p into r y en el gab inetedel poeta . La mentira ha hecho a los héroes , a losgen ios , a los santos . Credo quia absurdum, d ijº unalto espiritu, San Agustin . Y yo digo con él : <Creoporque es absurdo »

Y ahora leed si os p lace esto que he llamado

Page 41: TOMOS - Forgotten Books

VIE10 EsTRIBILLO

¿Qu ien es esa sirena de la voz tan dol iente ,de las carnes tan blancas

,de la trenza tan b runa?

— Es un rayo de luna que se baña en la fuente ,es un rayo de luna…

¿Quién gritando mi nombre la morada recorre?¿Quién me llama en las noches con tan trémulo acento?Es un 80plo de viento que sol loza en la torre ,

es un soplo de

¿Di , qu ién eres , arcángel cuyas alas se abrasanen el fuego divino de la tarde y que subespor la gloria del éter?

Son las nubes que pasan ;mira b ien , son las

¿Quién regó sus co l lares en el agua , Dios mío?Lluvia son de diamantes en azul terciopelo .

Es la imagen del cielo que palp ita en el río ,es la imagen del cielo…

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Page 43: TOMOS - Forgotten Books

UNA postrer convulsión en ese agitado canal dela Mancha ; l uego el l ív ido parpadear de algunosfocos eléctricos ; los superpuestos h i los de luz delas ventanas en los edificios desp iertos aún a esa

hora tan avanzada de la noche . Un poco de frío :el que sacude antes de irse

,de su abrigo blan

co , el Inv ierno , sobre el manto joyante de la Primav era que apunta ; y por fin e l desembarque .

Un gran letrero en los docks dice : <Calais » Estamos en Francia .

¡Estamos en Francia !Lo primero que me sorprende es que no me sor

p rende nada . Mi corazón latecomo de costumbre ; no se aceleran mis pulsos ; micara, enfrente del espejo de un café donde hace

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Page 44: TOMOS - Forgotten Books

o b r a s C o m1 p l e t a s

mos colación antes de tomar el tren que debe llevam os a París (¡a es la misma cara mate ,angu losa ,

de perfi l israel ita , que me ha acompañado por dondequiera . En su obstinada pal idez nohay un solo presentimiento

¡Corazón mío , estamos en Francia !Y la flemática entraña s igue latiendo como s i tal

cosa .

¡Alma mia, vamos a París !Y esa incierta entidad no me oye : cont inúa dor

mida.Las pup ilas lácteas de los focos rayan y estr ían

el Go l fo .<Esas aguas son aguas de Francia ,

¡ohhermana Mas la luz continúa imperturbable .

¡D ios mío ! ¿es que está ya seca la fuente de todaemoción? ¿Es que para mi alma — esa tris te rocaárida, — no hay, como la vara de Moisés , una varataumaturga de i lus ión que extraiga la l infa radiantedel sentimiento? ¿O acaso mi yo adolescente , el

yo que amó esta patr ia lejana y de liró por ella , hamuerto ya? ¿En qué collado andino de nuestro México le enterré? ¡Dónde pude dejarle ! Junto a quétumba, a la vera de qué ruta… 0, si a cuestas la llevo , como el parricida egipcio l levaba el cadáver desu h ij o , ¿por qué no siento su peso sobre mis hombros? ¡Oh ! , nuestros yoes muertos pesan tan poco ,Dios mío ! ¡Un dia caemos en la cuenta de que yano existen , de que los hemos enterrado ha mucho

tiempo en el cementerio de nuestra alma,y de que ,

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Page 45: TOMOS - Forgotten Books

por eso , vanos son l os recuerdos de ayer y vanaslas emociones de un encuentro con el pasado !Buscamos su crucecita b lanca y , pro !z Dolorl , nola encontramos . T odo se ha desmoronado de aquel lo que fué nuestra ese ncia anterio r . Y puesto queno existe n i la emoción presentida , tampoco debeexisti r la responsab i l idad

— Ayer pequé , Señor, pero tamb ién amé y sufr íy, s i por un en igma de resurrecc iones su cesivasque no entiendo , lo que ayer sufrí y amé v o lv iósesombra ante el recuerdo , tamb ién sombra debe volverse lo que fué mi pecado y m i falta . El yo de ehtonces no existe . ¡Señor , no castigues a los muertos : ten p iedad de mi yo actual , que l leno del terrorde tu presencia , se muestra ante ti !

El inglés ha vuelto rígida mi l engua . Qué mielpara la boca m i francés , mi viejo y amado francés ,qu e la duc tiliz a y la

¡Estoy en Francia !Es cierto , corazón , no por eso lates más aprisa ;

pero en el intimo fondo de m i ser, algo como unaflúida y misteri osa corri en te de j úb i lo corre y salta .

El heredismo lat ino exu lta en los más hondos veneros del án ima .

¡Estoy en Francia !

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O b r a s C o m p l e t a s

Los ojos bri l lan , los palabras cantan ; la t ierrabendita me envuelve en sus hál itos .Poco después el obscuro tren galopa en lo infi

n ito de la noche negra .

Voy solo en m i departamento . Dormito al travésde las sombras fugitivas del paisaje .

Antes del amanecer muestran la cara algunasanémicas estrel las .Cuando discretamente el alba desgarra sus péta

los , la aldea custodiada por su aguda to rre , el predio riente , la arboleda , la co l i na, emp iezan a desfantasmagoriz arse .

Un paisaj e jovial , s in incidentes , s in contrastesrudos , un iforme y alegre , con la alegria de Abri l,desfi la ante m is ojos .Veo , al galope de las ruedas de acero , un gran

rótulo : Y p ienso en Hugo d ivino , yhumedezco mi lengua con una gota de aljófar desus versos eternos .La mañana desgan a las nebl inas . Hace fr ío , unode esos alegres fríos de la madrugada que ponenrosas en los pómulos mustios .Las aldeas y los p rados corren , plácidos y ver

degueantes, a la vera del tren .

De pronto , sin p reparación alguna , el dia se obscurece , e l tren resuena bajo e l techo de una ampl iaestación , y un empleado , abriendo bruscamente laportezuela de m i departamento , murmura un maqu inal e indiferente : <París » .

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Page 47: TOMOS - Forgotten Books

¿POR ! UE VA UNO A PARIS?DIVAGACIONES

HE aqu i una pregunta que no s ign ifi ca nada .

¿Por qué va uno ¡a la India como Jules Bo is , aEspaña como Rubén Darío , al Japón como JoséJuan T ablada? (Fí jense ustedes en que en estecomo está toda la clave de la pregunta .)Hay muchos que viajan po r vanidad

,por la van i

dad de decir : <He estado aquí , he estado al l í , hevisto , he hecho .

» Hay otros muchos , superiores alos primeros , que peregrinan por el placer del régreso . La viej a imagen del romero que refiere susaventuras maravil losas al amor de la lumbre , cautiva aún a ciertos esp i ri tus . ya no hay av enturas marav i l losas en la tierra ; desde los tiempos delsagaz Ul ises hasta los nuestros

,el mundo se ha em

pequeñec ido asaz y asaz vueltoO tros hay que viajan por fastid io , muchos son

para ésos escr ib ió el v iejo Campoamor dos versos

¡Ay! , e l camb iar de destino

só lo e s camb iar de do lor50

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O b r a s C o m p l e t a s

Imaginanse los tales lo que el enfermo que p ideque lo remuevan peri ód icamente . Este juzga que la

nueva postu ra desori entará su dolor . Só lo que eldolor es un v iej o zorro que no se desor ientajamás .Pero la caracter íst ica de unos y otros , de todos

los viajeros , es ésta : e l anhelo de novedad . Se va

especialmente de América a París, po rque aqu i senos predica constantemente que en París hay muchas cosas nuevas para nosotros .Debo y qu iero hacer una rectificación a u n acep

tadísimo y añejo lugar común : el hombre , se dice ,va eternamente en busca de la fel icidad . T odas susinqu ietudes , todas sus acciones , todas sus impaciencias tienden a esto . Hemos s ido creados para ladicha , y no descansará el corazón humano hastaque la encuentre . El sab io y el artista, e l hombrede negocios y el mi l lonar io ocioso

,todos , todos ,

para citar unos versos empo lvados de nuestro Calderón (que no era de la Barca)

Corriendo v an tras una sombra mágica

que l laman dicha y que jamás se v e .

¡Menti ra!El hombre no va n i ha ido jamás tras de la dicha .

El hombre va y ha ido s iempre tras de lo nuevo .

De aquí la ley imperiosa del progreso . Las razasse cansan de un do lor viejo

,de un do lor v ie j o que

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Page 49: TOMOS - Forgotten Books

viene a convert irse en una discreta fel icidad , y caminan ansiosas de un dolor nuevo

,que es una

emoción desconocida .

Desde luego , el hombre , maravil losamente organ iz ado para el dolo r , es absolutamente in epto parala fel i cidad . El j úb i lo análogo al dolo r que produce la extracción de una muela , una punzada neurálgica, un . cól ico renal o e l º

alumbramiento en unamujer, mataria al más fuerte . Se sabe de gentesque han en loquecido al anuncio del p remio gordode una lotería; se sabe de o tras muchas para qu ienes é l placer ha s ido mo rtal . Difi ci l es , empero , hal lar seres a qu ienes mate un do lor , a menos que sucapacidad de resistencia esté mermada ya en exceso por muchas causas .El hombre sabe , merced a un instinto seguro ,

que por más que obre y se ag ite no ha de hallar lad icha , puesto que tal cual está c o nstituido es u nsuj eto imperfecto para la misma . A ! trabajar , pues ,al luchar

,al obrar

,busca intu itivamente la nove

dad ; es decir , un estado diferente de los estadospor que ha atravesado , una modalidad d isti nta desu vida , ser otro yo dentro de otro medio . Muchasveces va directamente hacia determinada c ircunstancia , que sabe que es venero de males ; va cons

c ientemen te hac ia el la , desdeñando las miseriasactuales , las penas ya cono cidas, porque éstasestán gastadas

,me l ladas por e l uso , y no agitan n i

su imag inación n i sus centros nerviosos .

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Page 51: TOMOS - Forgotten Books

de acuerdo con esa su naturaleza, debiera ag itarle .Ahora b ien : la l lamada alegría, el l lamado p lacer,agitan , revuelven el cauce más o menos qu ieto dela vida, y dejan un resab io , una crudez eminentemente tormentosos . Se suele tom ar de un bai le l lorando , como de un ent ierro , y hay repiques de r isaque acaban en dobles de llanto . Histeria — diceCharcot ¡Ah ! Es que la man ifestación excesivadel p lacer y la del dolor se parecen de tal suerte ,que se dirían gemelas ; es que la pena y la alegr ia ,pese a muchos ilusos , son dos formas del dolor;es que la fel icidad no existe s ino a titulo de hipotética negación del dolor , que es posit ivo , así comono existe por si la sombra proyectada po r uncuerpo .

¿Quiere deci r entonces que la humanidad va trasla dicha quand meme, como en un sueño se co rretras un fantasma?

No ; la human idad , como decíamos al p rincip io ,no va tras la d icha , s ino tras el dolor nuevo . T odostrabajamos por hallar un nuevo do lor, por refundira lo menos en un nuevo dolor los dolores viej os .T odos los que componen la élite, la aristocraciapensante del mundo , saben que al tender a un nuevo estado social no tienden más que a un nuevopeldaño del dolor . T odos comprenden que esto eslo único cierto y útil

,que un estado de fel icidad

natural ser ía muy semejante al quietismo de Féne

Ion en la beatitud eterna : un estado de inconscien54

Page 52: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

cia o de id iotismo n irvanesco . Mientras haya unátomo de acción en el alma , el alma será más per

fecta, pero más dolorosa . Porque toda acción escomo una creación , y nada se crea s ino merced a

rozamientos perpetuos,ya con la i nercia ambiente ,

ya con fuerzas antagón icas .Adán en el Paraíso es la bestial idad dorada por

el sol,sustentada por las frutas sabrosas , refrescada

por el agua cristal ina , plácidamente estremecidapor funciones fis iológicas que entonces apenas alteraban las ondas dormidas del ser .Si Dios es una entidad consciente, debe ser un

inmenso dolor consciente , un dolor simplisimo e infin ito . Aun aquello que reviste formas plácidas en e lmundo es la man ifestación de un dolor : la yemaque desgarra para ser flor su j usti llo de seda verde

,

el agua que vio la los claustros de la roca, el gorj eoque surge del quebrantamiento del huevo . El gorjeo melodioso y la l infa trav iesa y la flor v istosay perfumada ostentan todas las formas de la alegriacreadora , pero no son para el que p iensa y analizay medita más que sol lozos de pétalos

,de cristales

o de plumas .Pero ibamos dic iendo

Page 53: TOMOS - Forgotten Books

UNA FLOR DEL CAMINO

LA muerta res uc ita cuando a tu amor me asomo ;la encuentro en tus miradas inmensas y tranqu ilas

,

y en toda Sois ambas tan parecidas comotu rostro

,que dos veces se cop ia en mis pup ilas .

Es cierto : aquélla amaba la noche radiosa ,y tú s iempre en las albastu ensueño complaciste .

(Por eso era más l ir io , por eso eres más rosa .)Es cierto , aquel la hab laba : tú vives sil enciosaY aquél la era más pál ida ; pero tú eres más tr iste .

Page 54: TOMOS - Forgotten Books

EL SOL y Los CREP! SCULOS DE PARÍS

UNA mañana glorificada por u n sol cuya juventudsorprende tras de tantos s iglos de alumbrar un continente tan viejo . Pues qué , este sol ¿es joven aún?Pues qué , ¿no está cansado , caduco , enfermo , aqu idonde la civi lizac ión parece haber puesto canas sobre todos los espiritus, aquí donde la trad ic ión parece haber patinado todas las cosas?No

,e l sol no es el mismo , no debe de ser el mismo

en América y en Europa . Vayan ustedes a hacermecreer que eáa mancha amari l lenta que broncea apenas las yermas sabanas de las tierras árticas , quedescribe un segmento de c írculo en e l horizonteboreal

,haciendo que se besen en la boca los cre

púsculos y las auro ras , es el p rop io sol que empolla en nuestras playas los huevos del pelícano y delcocodrilo

,el p rop io so l que j uega en las p ieles

moare de las panteras , que estal la en pol icromiasepticordes en la espuma de nuestras cascadas , quetuesta las arenas de nuestros páramos , que ciega ,reflejándose en las aguas de nuestras lagunas comoen eno rmes espejos ustorios, y que vaporiza la p iel

57TOMO IV

Page 55: TOMOS - Forgotten Books

rizada y alb i — espumosa de nuestros mares… ¡No , noes e l mismo ! ¡no es el mismo ! Desde luego debodecirte

,oh Damiana, h ija mía, que tienes razón :

e l sol cambia de fisonomía durante la semana ; noese l so l del lunes

,— sol ted ioso

, que parece una lámpara de petró leo a la cual leva faltando el ace itee l p rop io sol del domingo . Qué radioso es éste :finge un disco de oropel nuevec ito : su luz es do rada ; se ha ido do rando a fuego más y más a medidaque avanza ese tardo camel lo septenario de la semana, hacia el sábado , víspera de la gloria, v is

pera del dia de fiesta , víspera del ocio , del paseopor Plateros , de los pasteles del Globo y de las langostas en mayonesa de Damiana, t ienes razón : tú sabes más que la ciencia , sabes túmás que los astrónomos . Hay muchos soles , comohay muchas lunas . Cuando yo era n iño y jugabacon mis compañeros en las calles de mi pueblo alclaro de los plen i lun ios , sorprendíanos a todos quee l astro estuviera s iempre sobre nuestras cabezas ,fuese cual fuese nuestro s itio . Uno de mis amigosíbase lejos, yo quedaba en mi puesto , y mi amigome gritaba — <T engo la luna sobre mi cabeza .

» Yyo le respondía a voz en cuel lo : — <La tengo sobrela m ia.

» ¿Era esto posib le? ¿Era aquélla la mismaluna? No por cierto ; había dos lunas : la que tornaba plata los r izos de oro de mi amigo por no sé quéceleste alquimia, y la que llovía n ieve sobre el encrespado basalto de mis rizos negros , como sobre

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O b r a s C o m p l e t a s

un volcán en flor. Después he visto que yo ten íarazón . Oh tú , que has amado y has ten ido diez yocho años

,dime : ¿son por ventura la misma la luna

a cuyo fulgor convaleciente besaste la boca de tuprimera novia y la luna que alumbra hoy, que ya

eres v iejo,tu peregrinación hacia el recuerdo?

¿Verdad que no?Pues tampoco el sol de París podía ser el mismo

sol de mis tróp icos : Dios ha creado muchos soles ;por cierto que , a veces , nuestros so les interioresecl ipsan a los que radian allá arriba , como retinasde esa inmensa pup ila azul que se l lama el éter.

¡Pero qué bello era ese sol de Par ís ! Como que sehab ia ¿Por qué? Abri l sab ia el secreto . Los castaños en flor , cuyos follajes fingíanláminas de una esmeralda milagrosa, cantaban consus mil lenguas diáfanas a lafiance

'

e Primavera . Una

i nmensa multitud pululaba en las calles to rtuosas,

alegres , encauzadas por edifi cios harmón icos demuros grises y techos azules . Parecía que se celebraba una fiesta . Hombres y mujeres marchaban indolentemente , dejando que sus miradas mariposearan en las ascuas de oro de los aparadores .

¿Por qué hay tanta gente?— pregunté ¿Quéfi esta es hoy?

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Y el interpelado me respondióAqu í siempre hay fiesta : esta es la fi esta de

la activ idad humana en la ci udad ún ica,bajo la

ternura del sol .El so l se difundía en oro pero no ,

no era el mismo de mis tróp icos . Esto lo supe mejor después , cuando vino la tarde . Encaramado enla torre Ei ffel esperaba yo e l incendio del crepúsculo . París se extendía a mis plantas en erizac iones de torres y cúpulas multi colores ; en vano rastreaba mi mirada por aquel baratro , buscándo le fin .

A lo lejos , muy a lo lejos , donde la metrópol i delmundo deb ia p robablemente acabar, una brumaazul

,una bruma mi steriosa , desbarataba los con

to rnos , vaporiz aba las fronteras , hacía trampa a lasperspectivas ; de tal suerte , que París no acababanunca , en n inguna parte ; de tal manera , que conclu ípo r creer en el París sin med ida , l lenando el mundo ; en que todo el o rbe era París , en que más al láhab ia aún to rres y cúpulas , y más allá todav ia, ymás ¿Nubes que semejaban góti cas arquitecturas? ¿Nieblas taumaturgas? No ; era París , Parisque l levaba su s oleadas de palacios hasta las ribe

ras del in fin ito ; París que no acababa , que no podiaacabar

,que no ten ía París , que no só lo

era cerebro , sino vísceras y miembros del Un iverso…Y vino e l crepúsculo . Yo me preparé a mirarlo

con la unción y e l asombro con que e l primer hom60

Page 59: TOMOS - Forgotten Books

N e

aquel océano . Y una alma más , enamorada de aquelgigante , y una mariposa más , cortejando a aquel so l .Y me i nvadió e l panteísmo febricitante de la ciu

dad ún ica . Y antes de viv i r la vida del monstruo ,descalz ándome , dije

— <Despójate de tus sandal ias , porque la t ierraque pisas santa es… »

Y adoré a Dios , autor de todas las cosas .

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Page 60: TOMOS - Forgotten Books

UNA FLOR DEL CAMINO

T uvo razón tu abuela con su cabel lo cano ,muy más que tú con rizos en que se enrosca el dia,para templar la fiebre de tu re i r i nsanocon el fulgor de luna de su me lanco lia.

Aun me parece verla contar con mano secay trémula su viejo rosario de amatistasal claro de las tardes

,o h ilándose en la rueca

¡la pálida hilanderal— recuerdos y batistas .

T ú en tanto, acurrucada j unto a sus p ies , con manos

más firmes que las suyas , pero no más hermosas ,de nuestra re ina Blanca de Nieve y sus enanosdesflorabas las bellas páginas milagrosas .

Hoy, si te viera presa de b ravas agon iasella , que duerme al cabo cub ierta por las flores ,quizá te suspirara su queja : <Ya no r íasasí, que tengo miedo de que mañana llores . »

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Page 61: TOMOS - Forgotten Books

N e

Mas tú reias s iempre con ímpetu que espanta ;tu carcajada estaba , como en las satumales,presta a sonar un áureo rep ique en tu gargantao entre tus lab ios , v ivas campanas de corales .

Y al fin di lap idaste tus j ú bilos, Maria;cuitada juglaresa, tus crótalos perdiste .

T uvo razón tu abuela que nunca se re iaya ves , vivió cien años y siempre estuvo triste .

Page 62: TOMOS - Forgotten Books

EL Sena no es un rio , es un pretexto . La Hidrografía de Francia dice que el Sena nace en Langres

(Có te d*

0r) y desemboca en la Mancha , entre e lHavre y Honfleur, que riega ocho departamentos ybaña qu ince ciudades principales ; que tiene un curso de 776 k ilómetros ; que es navegable en buenaparte

,y que es el rio del país que transporta más

mercanc ías y el más tranqui lo de todos . Lo de mástranqu i lo si que lo creo , y de buena gana , porqueaguanta unas cosas… Pero lo otro no es cierto . El

Sena fué hecho para que pasara po r París y algunospueb le c illos cercanos ; para servir de espejo a las torres venerables de l Palacio de Justic ia ; para que setendiesen de un lado a otro de sus márgenes puentes monumentales ; para que temblasen en su moaréonduloso los palacios ; para dar encanto a las exposic iones un iversales ; para reflejar las nutr idas conste laciones amari l lentas o ensangrentadas de los rev erb eros de gas ; para que puedan navegar a i rosamente los vaporcitos golondrinas , que constituyen

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Page 63: TOMOS - Forgotten Books

e l encanto de los extranj eros , en sus ondas ; paraque los par is ienses pesquen a la ligne , soñando plác idamente con hipocampos marav i l losos ; para quelos desesperados se ahoguen , no sin escrib i r antescartas de un h umorismo macabro y para otrascosas por e l est i lo .

No fué el Sena quien decid ió a los viejos galos aestab lecer una colon ia (Lutecia Parisis); fué Parisqu ien decid ió al Sena a correr por all í .

¿Qué hub ieran hecho los parisienses s in un río?¿Cómo constru i r puentes? ¿Cómo edificar muelles?

¿Con qué obj eto? El puente del A lma , el puente dela Concord ia y , sobre todo , el puente de A lejandro ,s in el Sena , estarían en la mente de Dios… o en lamente del Mun icipio . Era preciso inventar el Sena .

La Isla de San Lu is y la de Notre Dame no ostentarían la arcaica coquetería de sus ed ificios monumentales. Era preciso inventar el Sena .

No habría rive gauche (2) n i rive droite; el pais

latino no estaria l im itado por el agua ; es decir , note ndria carácter . Era preciso i nventar e l Sena .

El paris iense que jamás ha traspuesto la l ínea de

( 1) U ltimamente , un iron is ta , que no vac ilo en cal ificarde de l ic ioso , se arrojó al Sena. En sus ropas re ha l ló un papel que dec ia: <No he pretendido su ic idarm

'

e . Pasaba porun pu ente ; se m e ocurrió asomarm e al rio ; perdí e l equ ilibrio , cai al agua y m e ahogué . Conste .

»

(2) La rive gauche ¿ est du có té du coeur, dicen los hab i

tantes del pais latino .

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Page 64: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

las fo rt ificaciones,no podría hacerse la i l usión de

un viaje cuando va al otro lado del agua . Era preciso inventar el Sena .

Las exposiciones un iversales no tendrían gracia ;

¿para qué constru ir palacios s i no han de copiarsefeéricamente en el agua? ¡Ustedes comprenderánque era preciso inventar e l Sena !Y el Sena fué inventado .

Y fué inventado ad hoc: un río manso y dóci l , unrío que jamás dij ese no

,un río sage por excelencia,

voilá l”

ajjaire !

¿Que es necesario agrandarlo? Pues se le agranda . ¿Empequeñecerlo? Pues se le empequeñece .

¿Desviarlo? Pues se le desvía . ¿Ahondarlo? Pues sele ahonda . Un día se le ocurrió a los paris iensesque París debia ser puerto de mar… Pues ¡a modificar e l Sena!Y el Sena no dice esta boca es mía : corre apac i

b lemente , escamándose de oro , de plata y de esmeralda, por donde qu ieren que corra .

Va adonde lo endilgan . Un día de estos , los rib ereños de la derecha querrán ser ribereños de laiz quierda , y viceversa, y camb iarán la corrien te delrío : el Sena correrá en sent ido contrario

,yendo

desembocar en las fuentes de donde nace . ¿Porqué no? El Sena es muy b ien educado .

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Page 65: TOMOS - Forgotten Books

Debo adve rt ir a ustedes que e l Sena es mu jer ;quizá así se expl ique su apti tud para el camb io y lamudanza : Souvent femme dijo el buen reynarigudo . Por lo demás , s i no fuera mu jer , ¿habríatantos su ic idas que se arrojasen al Sena?El Rh in es e l Rhin , el T ámesis es el T ámesis (nodiría otra cosaM. de la Pal ice), el Sena es la Se ine .

Recuerdo que , en la Exposi ción de 1900, en elG rand Palais hab ia un re l ieve que al egorizaba alSena . Era , entre las dos ribe ras erizadas de palacios

,una muj er mue llemente , voluptuosamente ten

dida en el cauce , y que sonreía . ¡Qué lej os estaba sudel i cadeza marmórea de aquel los musculosos riospaganos , cuyas cabezas se mostraban co ronadas deplantas acuáticas, y cuyas ondu losas barbas caianen canalones sobre e l pecho atl éti co ! ¡Esos no sehubieran dejado cansar la pacienc ia ! ¡Id a decir alpadre Rhin , al T ámesis , al bel lo Danub io azul (queno es azu l), que se presten a las exigencias de unamunicipal idad — por más que se trate de munic ipal idad sajona —

y veré is lo que os contestan !El Rhin es sagrado…En sus l imbos de esmeralda,las tres náyades wagnerianas custodian e l oro divino , y ríen de la impotente avari c ia de A lber ich ; e lT ámesis tiene fueros , y la meticu losa trad ic ión inglesa lo escuda ; el Danub io es sobrado flemáticopara serSólo el Sena es río civi l izado , dulce , amable ,

(digo la Sena)y, sobre todo , chic .

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Page 67: TOMOS - Forgotten Books

xv…ROJO Y AZUL

MONTMARTRE es ro jo ; el Barr io latino es azul .Esto si n perju i cio de que cualqu iera ot ro colega míoafi rme que Montmartre es azul y e l Barr io latinorojo.

En cuestión de colores , non disputandum .

Rimbaud hal laba que la A es negra, y a mi me parece que es ro ja . En las demas letras estoy casi deacuerdo con él : la E es blanca ; la U, verde , y la 0,

azul . En cuanto a la I, que él cal ifica de roja , parami es amari l la .

Sin embargo , s i alguno de ustedes p iensa que esvio leta , no me opongo . Mi opin ión y yo nos hemosun ido tras de la iglesia , lo cual qu iere deci r que noestoy casado con ella .

Montmartre nunca ha acertado a gustarme , qu izáporque no me gusta el rojo . Lo ún ico que amo enél es la voúte , porque d esde ella la mirada vuelasobre París .Esas sus cal les ascendentes , s in iestras algunas ,

como para un crimen ; esos sus bu levares bull iciosos donde hormiguea la mujer que ya dilapidó

70

Page 68: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

hasta las reservas ; esos cabarets espantapay os que se llaman del Cielo , y del Infierno , y de la

Nada ; esos antros popu lacheros en que anarqu istasy social istas de pega embaucan a los voyous parae ncaramarse después , sobre sus hombros , a algunaparte ; esas p lazas sombrías donde pulu la e l macrotage decid ido , como la Place Blanche , la Place Pi

gale y la Place Clichy, trin idad negra ; esas cantinasl lenas de risas de bocas desdentadas o p intarrajeadas , me ponen triste . En Montmartre , fuera de lasanta montaña que domina a París entero y so

bre la cual se yergue esa pretensiosa basí l ica semioriental del Sacre Coeur, es dific il hallar algo noble…El Barrio latino , en camb io, es ingenuo aun en

sus p rostituciones ; t iene melancol ias prop icias alarte y al ensueño , y j úb ilos puer iles que c

'

onfortan ;

grises tenues que arropan en inefable misterio lospaisaj es , grise tas que todav ia se acuerdan de Murger y que no han malbaratado e l co razón ; poetasque componen versos al aire l ibre ; talleres dondese aúnan la santa qu ietud y la noble labor ; conventos cuyas quere llosas campanas rezan en la tristezade las tardes de otoño ; un ivers idades donde se pasean las sombras de Gerson

,de Abelardo y de

Dunc io Scoto ; iglesias góticas escondidas en elmisterio de viejas cal lej uelas , como SaintT iene la rue de Nevers , tiene los muel les húmedosdonde el v iento hojea con su mano invisible los l ibros viejos ; t iene e l Panteón y, sobre todo , ese dis

71

Page 69: TOMOS - Forgotten Books

creto y maravil loso edén del Luxemburgo,donde

sueñan , en su eterno sueño de mármo l , Clemenc iaIsaura y Catal ina de Médicis

,Watteau y Chop in ;

donde e l azul de las brumas y el sep ia de los troncos dicen baladas i nvernal es .

Crepusc u lc sombra. e l m an c d .

-ar se sem : au son de : tam bours sou rds du L uxembourg.

O n form e Ia po rte c l ic ru le N om n ous rega rdon s . 6 pa u0rcl e n

'

al plus d'

am our .

'Dcm'

én la po rte s' e'lc in i le c iel sur la feuille m o rte

Asi canta la melanco lía antigua del do l i ente Pau lFort en ese Parque de ensueño , el más amado detodos los parques de París.

En la fuente Médicis el agua obscura duerme,

salpi cada de hojas muertas ; en las bancas de h ierro ,entre los árboles frio lentos, reposan mu jeres so l i tar ias . A lgunas son bellas , otras lo parecen merced alescenario eminentemente embellecedor ; los pájarostiritan esponjando sus p lumas , sus pobres abrigosde invierno , que el buen D ios acaba de cortarlesporque ya viene el fr io .

Llega la noche , y de pronto , en el s i lencio unan ime

, óyese le son des tambours sourds du. Luxem

Los paseantes contemplativos se di rigen alas grandes puertas de h ierro . Yo me diri j o a Montparnasse

, al amplio y sereno y dulce Montparnas

se,que es como un ribazo . A l l i v ivo , al l i p ienso ,

a l l i estudio frente a la risueña y campestre arqui

72

Page 70: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

tectura de Notre Dame des Champs . A ll í v iven también los que me aman .

El bou levard Saint Michel , l leno del bull icio de lahora , desemboca en e l boulevard Montparnasse ,l leno del misterio de la hora .

A l lá ruido . aqui paz . A l lá tabernas luminosas ,aqui s iluetas de edific ios cal lados que se incendianlentamente entre la bruma. A llá vaga la sombra deVerlaine , aqu í la de Strin_dberg… Mi l ibro , e l ú ltimolibro (vien t de paraitre) , me aguarda sobre la mesa .

Cuánta Pax multa in cella !

73Tomo IV

Page 71: TOMOS - Forgotten Books

A UNA FRANCESA

EL mal, que en sus recu rsos es profi cuo ,jamás en vi l parodia tuvo empachos :Mefistófeles es un cristo obl icuoque lleva retorcidos los mostachos .

Y tú , que eres unc iosa como un ruegoy sin mácula y s imple como un nardo

,

tienes trág i ca cr in dorada a fuegoy amari llas pup ilas de leopardo .

74

Page 72: TOMOS - Forgotten Books

ES NOCHE DE ILUMINACION GENERAL

Es noche de i luminación general . Desde e l Puente de la Concordia hasta lapasserelle de Passy, Parisarde en un d iv ino incendio de todos los colores . ElSena se escama de iris . En sus márgenes los palacios exh iben su fantástico bordado de lu z .

La torre Ei ffe l muestra su esqueleto g igantescotodo picado de fuego . Parece d ibujada con un punz ón luminoso en el negro de la noche . Desde sucima envía haces eléctricos , cón icos , haces verdes ,azules y rojos, que giran en plano horizontal o enplano obl icuo , y que semejan las mister iosas aspasde un inmenso y misterioso mol ino .

A veces , los haces preyéctanse sobre la pantal lacobriza de las nubes que encubren la luna

,y en

tonces la maravi la crece ; las nubes se cubren fugitivamente de aquellos colo res que giran ; otras , loshaces , como antenas enormes de un insecto coloso ,que llevaran en sus extremos ojos avizo res

, van yvienen por el océano de casas y torres

,como 5

quis ieran verlo todo , po lic iarlo todo , descubri rlotodo . Se p iensa en una novela de Wells : ¿no serápor ventura ese g igantesco organ ismo de acero e l

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Page 73: TOMOS - Forgotten Books

famoso tripié de un marciano , que desde su atalayaansha?Más lejos , un aro eno rme bordado de focos g i ra

como un vecino an i l lo de Saturno . Es la gran

rueda .

En aque l báratro de lumbre suenan músicas . Unamultitud nunca v ista , acaso un millón de a lmas , seempuja , se oprime , se desbanda , ondula . En elcampo de Marte hay quin ientas mi ! almas entre losjardines , en las galerias, a la vera de los palacios ,en rededo r de los estanques i nteriormente i luminados , en que el agua salta en chorros de o ro .

Y de aque l la babel he teró clita su rge un rumor ,un rumo r sordo , que está hecho de orquestas , detrompas de caza , de murgas , de risas , de voces humanas , y que asc iende, asc iende formidable haciala noche negra .

Surcan el río buques fantásticos . T iene éste laforma del cisne de Leda ; aquél es una trirreme denácar ; el otro , una ideal galera de marfi l . Sobre lasaguas revientan floridas pirotecn ias arrojando susl lamaradas de oro a los palacios donde se dan lamano todas las arqu itectu ras de l mundo .

Sobre el ab ismo de colores dan los puentes grandes zancadas : también el los arden .

Sus arcos son también de fuego .

La Exposición va a conclu ir y celebra la apoteos is latina con una locura de luz .

Es noche de i luminación general .76

Page 75: TOMOS - Forgotten Books

grados , y el O rfeón ha segu ido con especial idad ,hasta hoy, ese camino .

Hay, en una infin idad de ciudades de Europa ,sociedades corales (orfeones) establecidas para lapropagación y el estudio de l canto . El orfeón v ienés que yo o i durante la Expos ición hab ia s idoformado después de una selección laboriosa hechaentre las numerosas sociedades corales del ImperioApostól ico . Se componía de 250voces , y maravi llahá oirlo . No hay duda que la orquesta ha llegadoal hero ísmo de la expresión , conten iendo en si,

como contiene, una enorme cantidad de instrumen

tos de toda índole que pueden traducir , no ya só lolos r itmos exter iores de la creación , s ino los mismos subje tiv ismos hondos del esp iritu , las pasiones que combaten encarn izadamente en el alma,las tristezas , las angustias , las alegrías y aun lasprop ias ideas abstractas ; pero la orquesta , por avanzada que se la suponga , aún neces ita , para sus descripc iones, de la palabra . En real idad , glosa , i nterpreta , comenta una situación dramática creada pore l poeta ; y , cuando nos hemos dado cuenta de estasituación , comprendemos fáci lmente la paráfrasis ocomento o escol io musical ; mas s in la idea previa ,suger ida po r la palabra, difíc ilmente traduciríamosy eso no ya los que somos s imples profanos , s inolos músicos m ismos — lo que dice un trozo musical .Que se qu ite , por ej emplo , el nombre a la <Hilandera » de Chaminade ; que se toque en el p iano , de

78

Page 76: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a :

lante de un maestro , que suponemos no la conoce ,y jamás traducirá él

,en esa música , la idea del

auto r, lo que el autor describe tan notablemente .Cito este caso al azar por citar algo ; pero los ejem

pios abundan .

Es posible que un día, no lejano, una orquesta oun piano

,perfeccionados más aún

,y ante u n pú

blico u ltrarrefinado , expresen , s in neces idad de lapalabra, todo lo expresable e inexpresab le ; que traduz camos, sin auxil io de títu lo n i de letra , e l reflejo moaré de un arroyuelo que zigzaguea por la llanura , la titi lación áurea y medrosa de una estrella,la melanco l ía mansa y augusta de un crepúsculo ,e l abandono de un cementerio al caer la noche , laangustia de un espíritu que se s iente huérfano , lalucha interna de la fe y la duda… Entonces el poetacolgará su l ira en un sauce

,< lud ibrio del viento » ,

para siempre , y la música será la sola rapsoda delas generac iones qu intaesenc iadas. Esto vendrá,¿por qué no? La música , a pesar de su enorme perfecc ionam iento , está aún en manti llas ; pero , entret anto , la orquesta necesita aún dar la mano a la palabra para traducir ideas . Ahora bien

,el O rfeón

tiene esto de superior a la orquesta : que es una orquesta humana, la cual < canta > en un id ioma accesible a todos , una orquesta humana en la que cadauno de los instrumentos tiene

,además de una voz ,

una palabra .

T odos los mati ces de la VOZ humana están allí; y79

Page 77: TOMOS - Forgotten Books

cada matiz , no en una, s ino en varias gargantas ; yestas gargantas articulan todas la misma o distintasfrases , comprens ibles en abso luto .

Ved 250 hombres vestidos de negro y arregladosen grupos alrededor de una batuta sab ia . Cada unotiene un papel en la mano . El director levanta sunegra vara imperiosa , y azota con ella e l aire .

Aquellas 250 voces empiezan a cantar entonces ,con una precisión fantástica . Hay voces que inicianun motivo , voces que lo arrebatan , v oces que lo glosan , voces que lo parafrasean , voces que lo acom

pañan . Es aque llo una sinfonía ún ica , dominadoray misteriosa . La batuta continúa azotando el ai re yrayándo lo con la geometría de sus compases ; y lasvoces se alternan , dialogan , callan unas , surgeno tras , se unen todas en maravi l loso acorde , contrapuntean , l lenan de marginal ia un tema , loDe pronto el un ísono o dispar esfuerzo cede , seab isma

,se anonada , y queda só lo flotando una voz :

la voz de un tenor o de un barítono que canta unafrase , una frase que se va lentamente envolviendoen armonías, que crece en intensidad como unabola de n ieve en tamaño , en la balumba unán ime ,y que a poco resurge

,mas ya no una, sino mult i

p le,diciendo lo mismo

,con diverso timbre , en 250

gargantas .Voces aterc iopeladas

,voces rudas , voces de dia

pasón cristal ino , voces graves de lentas sonorida

des,voces metál icas

,voces que parecen arrancadas

80

Page 78: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

a la dol iente madera negra de las flautas, vocestodas que articulan estrofas de bellas formas me

T odo está al l í en aquel las bocas , en lamagia de aquellas gargantas .No se abren las corolas luminosas de los cobres .

No enarcan su cuell o obscuro los oboes , no se dilatan como nervios distend idos las cuerdas de losv io l i nes, no saltan los arcos l igeros, no bri lla el orode las arpas arcaicas

,no danzan los bo l i l los de los

timbales , no se besan los discos resonantes de losplati l los . 250 hombres están al l í

,s i lenciosos

,s in

más que un papel pautado en la d iestra . Mas labatuta rubrica e l aire ; cerráis los ojos, y oís una o rquesta milagrosa , una orquesta que canta y tocacosas inefab les . T odo estaba en aquel las gargantas . Los 250 enlutados llevaban en su boca su secreto… Y , como en la noble Plainte d%utomne deMallarmé , no hacéis movimiento alguno , no abrissobre todo los o jos, por temor de ver que aque lmaravil loso conjunto < canta solo »

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Page 79: TOMOS - Forgotten Books

DESPUES DE LA EXPOSICION

EN tan to que en su fiebre de goce o de faenaParis a París tom a con ru ido de colmena ,la turba de los cuatro rincones de l planetase aleja como vino

, cóm icamente i nqu ieta ,y en un sueño de fi esta cosmopo lita absorta ,en pos de Roma , Glasgow 0

No impo rtaadónde — Van los buques vest idos de humo denso

,

rayando con sus qu i l las el z in c del mar inmenso ;la pauta de los r ie les resuena a todas horascon la inqu ietud perenne de las locomotoras .

Iberas ideales que son rimas de Bécquer,i ng lesas desabridas de Kodak y Beedeker,

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Page 80: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a

románticas germanas de insíp idos tocados,

eslavas de almas fieras y de ojos en lutados,

latino-americanas aném icas y hermosas ,i nevitab les yanqu is , blue y otras cosasT odas se alejan ; una gran fieb re las abrasa ,y un insensato anhelo de ru ido las < desola » .

¡Partid , aviones locos ! T ambién yo tom o a casami dama la Qu imera me aguarda y está sola !

Ni nguna de vosotras gemela es de mi amada,

para deci r al alma sedienta , que la espera ,con cuál O rión d istante cinti la su mirada,n i a cuál de los bohemios cometas va enredadala crin maravi llosa de su alma cabellera .

Page 81: TOMOS - Forgotten Books

XXIII

EL AMIGO DE LOS PAJAROS

T ODAS las tardes,al obscurecer

,llega al Luxem

burgo un viej ecito en lutado,frági l , tembloroso , de

ancha calva , en el ojal de cuya levita rojea la Leg ión de Honor . Los transeuntes le miran cu riosamente , sobre todo los que acostumbran d ivagar porla sombrosas aven idas del Parque , y le conocen .

Es e l amigo de los pájaros, de los go rr i ones esa

plebe del aire , como les llamó Buffon de los tordos y otras aveci l las que anidan en los matorros yaltas ramas de los árbo les . Lleva en las manos sendos m igajones, y aun no ha entrado al parquecuando ya las aveci l las empiezan a removerse , agarrulear, a descender de sus f lexib les y hoj osasatalayas . Le tratan de tiempo atrás los pájaros adultos, y los pol lue los saben , por hereditario instinto ,que aquel viejecito los ama. El ha manten ido algunas generac iones de pajaritos

,reemplazando en e l

Luxemburgo al Padre Celestial que, según el Sermón de la Montaña , al imenta a las aves del c ie lo ,

que no tienen graneros . Es un delegado de la Providencia . Y en traspon iendo los umbrales de la

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Page 83: TOMOS - Forgotten Books

los privi legios , se encamina al Jardín de las T ullerias o a otros , donde también hay hambrientos quel e aguardan , y es de ver la ansiedad de los pájaros cuando , l legada la hora , aquella prov i denciasen il , vestida de negro , mas para el los luminosa, noaparece .

Yo no soy como el v is i r del su ltán Mahmoud , dequ ien e l Robertson nos cuenta en inglés — a ver s ias í lo aprendemos — que sab ia el lenguaj e de lospájaros : the language of the birds ; pero no estimoque sea menester aguzar mucho el entendimientopara comprender lo que en sus i nqu ietos cuch icheos en las cimas de los árbo les se dicen las avesdesamparadas .Gorrión hay que ha le ído los cuentos de Pe

rrault, y que a una gorriona de su famil ia p regunta

— Ana, hermana Ana, ¿qué ves? (pongo po r casoque Ana es e l nombre de la gon iona).O tro , enviado por los caciques de vigía a la más

alta rama de un castaño , haciendo sube y baja deel la

,atisba para ver de columbrar al viej ec ito .

¿Será aquel que v ien e al lá lejos con un paraguasbajo del brazo? No , porque marcha de pr isa , y a lossetenta años, aunque se va de prisa hacia la muerte ,por una aparente contrad icción se va despacio po rla vida .

¿Estará enfermo?—

¿Estará enfermo? — rep ite la turba vocinglera .

86

Page 84: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

¿Habrá muerto?— insinúa un tordo negro comou n ataúd .

¡Habrá muerto l— ch il la la turba consternada .

¡T enemos hambre l— pian los pol lue los , espanfados ante la p erspectiva de acostarse s in cenar .Y los papás poltrones , acostumbrados a no ga

narse e l pan con el sudor de su rostro,gracias al

migajón de todos los dias, se revuelven malhumorados , pensando que habrá que bajar a las cuarenadas cal lej uelas en busca de u n insecto trasnochador o de los restos de a lguna golosina

, caidos dela mano de un n iño ; que esa i nmensa cosa luminosa que los hombres l laman el sol se ha hundidoya , y que hace frío…Y yo a mi v e z me alejo pensando : ¿Qué harán

los pajari tos el dia en que se muera ese viejo?

87

Page 85: TOMOS - Forgotten Books

XXIV

DIAFANIDAD

Yo soy un alma pensativa . ¿Sabeslo que es un alma pensativa?— T riste ,

pero con esa friame lanco lia

de las suav es

diafanidades. T odo lo que existe ,cuando es diáfano , es sereno y triste .

¡Sabino peregrinoq ue contempla en las vivastransparencias del agua vocinglera

todas las fugit ivasmetamorfosis de su cabel le ra ,

peregri no sab ino !—Nube gemela de su imagen , nube

que navega en las fuentes y que en e lDi os , en hondo mutismo ,

v ié ndose en el espejo de si mismo .

La Vida tocacomo una locatrasnochadora:

<Abridme , es hora! »88

Page 86: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s”

<Desplegad los o ídos — rimadores,a todos los ru idos — exteriores . »

<Desp l iega tus o ídosa todos los ruidos.

»

Mi alma no escu cha , duermen mis sentidos .Mi espiritu y mi oreja están dormidos .

El pecado del rio es su corriente ;la qu ietud , alma mía ,es la sab iduríade la fuente .

Los astros ti enen mie dode naufragar en el pere nne enredodel agua que se riz a en espi rales ;cuan do el agua está en éxtas is, bajan a cr ist ales

Conciencia,sé clara ;pero con esa rarai ncons istencia

de toda proyección en un espejo,

devuelve a la importunavida , sólo un re flej ode su paso furt ivo ante tu luna .

A lma, tóm ate ondapara que cada flor y cada fronda

89

T o mo IV

Page 87: TOMOS - Forgotten Books

cop ien en t i su fug i tiva huel la ;para que cada estre l lay cada nube h i rsutase equ ivoquen de ruta,y en tu claro caudal encuentren una

pro longación d iv ina de su ab ismo :que asi, merced a s ingular fortuna ,e l i nf i n ito y tú seré is lo mismo .

Page 88: TOMOS - Forgotten Books

BULLIER

A Manue l Mercado, para que

no o lvide…

VAMOS camin ito de Bull ie r, camin ito de Bull iervamos , sube que sube el Bou ! Mich, el bohemio yjacarandoso BoulMich . Una luna gibosa y grasientagesticu la en un cielo l leno de cúmulos

,bañando en

medias ti ntas al Luxemburgo,a esa hora qu ieto y

perezoso .

Haced que Pierrot pasee,fi losofando por una

avenida ; que Co lomb ina le espie celosa, y tendréisalgo como un af iche de Leandre .

Vamos camin ito de Bull ier . Adr iana, A l icia ,Mimí , Mignon , Ninon y Ni nette , unas con calzonesde cic l i stas , ¡uf! (las que no t ienen faldas de refac

ción y han acabado con las que ten ían), otras contoilettes más o menos capciosas , i nvaden la acera .

Se l lega a un pórtico abracadabrante , en cuyodintel un gran rel ieve a co lores muestra las conforsiones funambulescas de un cancan bai lado por unagriseta y dos estudiantes

,y se desarma uno de pá

raguas , bastones y abrigos en el vestiaire.

91

Page 89: TOMOS - Forgotten Books

Luego , provisto del correspondiente cartonc ítoroj o (un fran co sábado y domingo ; dos francos eljueves , día de gala), desc iéndese po r una escalera ,desde cuyos peldaños se domina el enorme espectáculo . Una marejada de luz y de perfumes , unabalumba de risas os i nvade , deslumbra , sofoca yensordece . Y veis luego un inmenso hemiciclo l imitado por una plataforma, sobre la cual , en dosalas que i rradian de la tribuna central donde tocala música , hay pequeños palcos y mesas de café .

A la derecha de este salón de baile se abre el

jardin de estío , con algunas aven idas sombreadaspor castaños

,algunas grutas y algunos huecos pro

p ieros al beso y al cuch icheo .

Eso es T odo lo demás son ellas , las grisetas , las herederas más o menos apócrifas de mademo íse lle Pinson (une blonde que l

'

on connait) , lasobreritas de a cuatro francos e l día, que trabajandurante el idem y suelen amar durante la noche ; yuna que otra o unas que otras de esas que, segúnla expres iva locución parisiense

, font les cafés .

Naturalmente , algunas yanqu is, escandinavas einglesas contemplan , a guisa de turistas , el bai le .

No hay que confundirlas , señores estudiantes :aquella <guera > pecosa , de lentes azu les , es de Boston y está escrib iendo una novela parisi ense ; estau ltra— rub ia, de capota de astracán ,

es discípu la deKropotk in , piensa demasiado en el orden social ,para bailar; la dama que muestra sonriendo sus

92

Page 91: TOMOS - Forgotten Books

tar, que g ri tan hasta desgañ itarse , que beben refrescos , que se codean , se cortejan , se enamoran ;que gustan de quol ibets amables y que , -o ídlo ,

compatr iotas mios , — no riñen j amás .Nunca vi en Bull ier u n gendarme . T rasladad el

espectácu lo a México y contad , s i os place , las cuchi lladas . Si; eso es todo . Y , s in embargo , se resp i ra al l í u n hál ito de frescu ra tal, de ingenu idad , dej úb i lo senci llo , que aun a los que sol íamos ir paraconfinarnos en un palco

,frente a una granadina

(no de Granada de España , s ino de jarabe de granada), vagando con la mirada por e l gárrulo panorama, nos acontecia estar contentos .No s iempre , sin embargo ; y la prueba de e llo esque , en cie rta ocasión en que Rubén Darío y yobostezábamos , él me dijo :

¿Por qué no podemos ya estar alegres comoésos?Y yo le respondí

— Porque vin imos a París un poco tarde . A Paris

debe uno ven ir cuando t iene veinte años .

Page 92: TOMOS - Forgotten Books

XXVI

A UN ARTISTA

C UANDO el l is taumaturgo de tu manoal monstruo melod ioso y taci turnoque se l lama p ianoarranca el soberanoy dol iente embeleso de un nocturno ,mi alma qu is iera , de lo humano franca ,y envuelta en esa voz que nada alegra ,morir en una tecla : la más blanca ;yacer en otra tecla : la más negra .

Page 93: TOMOS - Forgotten Books

XXVII

A OTRO ARTISTA

T EN el san to valo r de tu tr isteza ,pues que Dios te h izo tr iste , y no demandesal ajenj o opal inoun rep ique locuaz en tu cabeza

,

donde hay penas más nobles y más grandesque el júb ilo bel laco de tu vino .

T en el santo valor de tu tristezay sé triste hasta el fin del viaj e breve ,como la madre Naturaleza ,

cuando las tardes ,cuando el otoño ,cuando la n ieve .

Page 94: TOMOS - Forgotten Books

XXVIII

EN FLANDES

EL Clavicordio — dqo Clara , la pensativa ,que del viej o casti l lo gusta ser la caut ivay mirar s ilenciosa, en los campos escuetos ,las b lancas ramaz o nes de los b lancos abetos ,es grato a mi alma como la dulce paz campestre ,y como las cari cias de mi burgomaestre .

Dijo Adela , festiva muj er de rizos de oro ,la de opulentos flancos y tez de flo r: — Adoroel son de los viol ines heridos sab iamenteen la <kermesse » , al rayo del sol auricadente ;los viol ines magyares a cuyas blandas notasbai lo

,en los frescos polders , minuetos y gav o tas .

Dijo Baldu ina Van der Rotten : — Más que mis finasb londas de Brujas , más que mis cofias de Ma l i nas ,más que mis granjas úb eres y que mis gordos quesos ,amo y busco la música sono ra de los besos .Asi dijo Baldu ina , la j oven rubicunda ,y entreabría sus lab ios una risa jocunda.

Yo fui j uez,y anhelando ser un juez halagueño ,

dije : — T ú , Clara , eres la re ina del Ensueño :i rás al son de flau tas y pájaros que troven

97

Page 95: TOMOS - Forgotten Books

al país de Mozart y el marmóreo Beethoven .

T ú , Adela, en tanto que tu existencia se enhebre ,hallarás en la danza la glo r ia de la fiebre .

T us i lus iones , fuga vivaz de mariposas ,pasarán por la vida como sobre las rosas .Baldu ina, que prefieres los besos a las artes ,en cuanto a ti , elegiste la mejor de las partes .

En premio de mi fal lo , Clara diome su aladapasión ; Adela, el vértigo de su ronda sagrada,y Balduina , los besos de su boca d ivina .

Yo era , íntimamente , del gusto de Baldu ina .

Page 96: TOMOS - Forgotten Books

XXIX

A L P IN A

HACE varios días que trepo a las montañas alqu iceladas de n ieve , que desciendo a los collados milagrosos, alfombrados de gloria estival estío fresco y discreto de Helvetia que navego en vapore itos blancos y azu les o en esqu ifes graciosos , por e lzafi ro manso de los lagos , perd iéndome a veces enlos recodos m ister iosos , atravesando a veces esosestrechos pasos en que las montañas se nos v ienenencima , se buscan de una ribera a otra , van dandozancadas ante las cuales el agua se estrecha, se encauz a más hondamente ¡medrosilla az ull

— comosi qu is iesen besarse a través del lago .

Desde la cumbre nevada del Rigi he apacentadomis ojos en la radiante opulencia de los A lpes ; heapacentado mis o ídos en la música melancól ica delcuerno pastori l , y en el canto t iro lés que salta , cris

99

Page 97: TOMOS - Forgotten Books

fal ino, del reg istro bajo al agudo , y tom a al p rimeroen traviesa pero triste mov i l idad ; he apacentadomi co razón en la qu ietud de esta tierra. b end ita .

He peregrinado de ciudad en ciudad y de aldeaen aldea , p idiendo al aire que pasa , al césped queaterc iope la las co l i nas , a la e lectricidad que palpitaen las nubes

,a la resina del bosque , a la n ieve de la

montaña, a lo alto y a lo bajo , al lago y al cielo , unal imosna de paz y de salud ; y la montaña , y el lago ,y e l bosque , y el c ielo han ten ido piedad de m i anem ia, y en su regazo santo me he sentido fuerte yfel iz .

Esta comunión con la divina Naturaleza pacifica .

Se l lega al regazo de la santa Gen itriz con el fardode inqu ietudes que nos pone a cuestas la vida

,y

allí las n ieves extrasecu lares, las arboledas harmon iosas

,el agua que corre y espejea , la flor que bro

ta,e l viento que pasa , se apoderan de nuestro esp i

ri tu,nos hacen suyos , nos recuerdan que no somos

más que e l átomo de un gran todo , y nos tornanpacientes como ellos , dulces , mudos y santos comoel los .

Recuerdo , al pasear mis ojos por el panorama deestas nevadas montañas , — iridiscentes al surgir e lsol

,

— de aquel los valles misteriosos , de estos cant iles gigantescos , de esos lagos que sueñan en laplacidez de las hondonadas, salp icado todo el lo de

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su MA [ESTAD EL ÓRGANO

SI me hub iese si do dado eleg i r m i carrera, determinar de antemano mi vocación , s in todas esastrabas que después pone la vida a nuestras acciones , a nuestros proyectos , a nuestros deseos , sinduda que habría s ido un o rgan ista : Maese Pérez , 0cualquier otro , antes que un l iterato y un poeta .

Y es que yo creo que , dada la tendencia a sutilíz ar, a fluidificar, como s i dij éramos , cada dia másla expres ión sensib le de nuestros pensamientos ,dado el refi namiento cada día mayor de nuestrossentidos , dada la agudeza cada vez más intensa denuestras percepciones, la música y sólo la músicapodrá ser en e l porven ir , y en un porven i r relativamente cercano, el idioma de los elegidos , s i no e lidioma universal .Victo r Hugo reprochaba a Verd i que le hub iesemusicado un drama, e irritábase cuando sab ia quealguna de sus composic iones daba pretexto a una

romanza .

— Pues qué— decia ¿mis versos no son bastante mús ica?

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O b r a s C o m p l e t a s

— No , maestro . Ningún poeta, y no ya de los detu época, que entendieron b ien poco del asunto ,excepto tú , s ino aun de los grandes instrumentadores modernos del verso , como Verhaeren , Maeterl inck, Paul Fort, Gustave Kahn , Mallarme. Moreasy el gran Verlaine , ha logrado aún sorp render , asir ,atrapar una de esas infin itas melodías de la naturaleza que insp iraban a Beethoven , a Wagner , a Bú l

low, a Brahms, s iqu iera con '

la perfección de unmús ico mediano .

La palab ra es primitiva, compl icada , rudimentaria, aun en las lenguas más avanzadas . Sus onomatopeyas son infanti les , s i lvestres , salvajes aún . Un

mal compositor valdrá siempre más que un buenpoeta , porque dispone de un instrumento de expresión mucho más perfecto . Y eso que la música , apesar de sus i nm ensos adelantos real izados en breve tiempo , s i consideramos la cantidad de perfec

cionamiento a que está l lamada , se encuentra aúnen mantil las , en tanto que el verso es ya una formaartificiosa de l uengo estudio y honda reforma .

Nunca o lvidaré los deleites de paraíso que meproporcionó muchas veces en diversas ciudades deEuropa una audición de órgano . No qu iero hablarde los conciertos que en Londres , por ejemplo , sontan frecuentes en casi todos los templos, n i de aquel las matinées del T rocadero , durante la Exposición

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Un iversal de 1900, en las cuales hacian el gasto , yaun magn ífico orfeón alemán de 250 voces , que erauna maravil losa o rquesta de gargantas , ya el esplendido órgano que ocupa todo el fondo del teatro ; yreferiré sólo m i impresión de los conciertos de órgano en Lucerna , esa divina c iudad que es un zafiro engarzado en los cuarz os blanc os de los A lpes ,como una pup ila azu l en un rostro de n ieve .

El cantón de Lucerna es cató lico , y la c iudad tiene su catedral , un gótico temple c ito que parece deNochebuena , cuyas dos torreci l las pu ntiagudas escalan graciosamente el c ielo sin mancha . Esta catedral está dedicada a San Ligero , y es aérea , levecomo su nombre . Dos ángeles n iños podrian transportar la en sus alas a las nevadas montañas vecinas

,con menos esfuerzos que aquellos que , según

la leyenda, l levaron por los aires la casa de Loreto .

Mas s i la catedral es pequeña, el órgano es grande , y uno de los más célebres de Su iza . Y en cuanto al o rgan ista

,es digno de una leyenda de la Edad

Media . T odos los jueves hay un concierto que empieza a las dos de la tarde, y cuya entrada vale dosfrancos , y un mundo cosmopol ita l lena , semanapor semana , las al ineadas sille rías de roble que div iden en dos la nave central del templo .

Yo no falte'

j amás , durante mi veraneo en la marav illosa ciudad alp ina, a esos conciertos en que sedesparraman a raudales los tesoros de los grandesmaestros alemanes . Recuerdo que nuestro maestro

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N e

Contemplaba el angustioso latido del mar golpeado por los v ientos , y columbraba a lo lejos al hombre si lencioso y casto que , desde una peña de Patmos , traducía , con una p luma de águila sobre elpapyrus , los rumores formidab les del ju icio final .

Si, como se ha d icho , el p iano es una orquestaen las manos de un ej ecutante , el órgano es másaún : es algo inmenso , es una tempestad en las manos de un hombre .

En los tubos de zinc duermen o cantan todas lasmelodías de los orbes . A llí está lo que dice un arbol a otro árbo l en alas de la brisa que despe ina sucimera ; lo que dice una nube a otra nube , un mara o tro mar , un viento a otro viento y una estre lla aotra estrel la .

Duermen en esos tubos , o cantan por sus hor iz ontales bocas doradas , risas de n iños , voces demujeres , apóstrofes de profetas . cánticos de bienaventurados .En esos tubos está encadenado el ritmo del mun

do . Un Soplo de aire , y basta ; la eternidad habla , lahuman idad l lora , la tr isteza susp ira, la alegria canta

gloria in excelsis .

Ser un gran organ is ta es tener la clave de losrelámpagos y de los truenos

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O b r a s C o m p l e t a s

Cuando yo descendía la b reve escal inata de SanLigero , ante aque l la naturaleza plácida, salp icadade lagos

,como s i el cielo azul se hub iera desmoro

nado sobre los va l les , parec iame que volvía delApocalipsis , como Dante volvió del infierno .

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XXXI

A LUCERNA

YO no sé qué gracia an ima las alburas de tus h ielosen tus cúsp ides alp inas de perfi les s iempre vagos ;s i tus lagos son azules de mirar tanto tus cielos ,o tus cielos son azu les de mirar tanto tus lagos .Pero sé que qu ien te busca,pero sé que a quien túbesas,

ya no más ha de o lvidarte m ientras pene y mientras viva .

¡Vern e , pues , con esos lagos que son húmedas turquesas,que son húmedas turquesas de mirada pensativa !V i rgencita de las aguas

,virgencita de la n ieve

,

pastorc ita de los A lpes , ede lweiss de sus barrancos ,guarda todos mis ensueños , que s i no me muero en breve ,cuando torn e habré de hal larlos más azules

o más blancos !

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antigualla: el Rh in , ampl io , impon ente, arro l lador, ala luz de la luna fingía un jade opu lento . A uno yotro lado ergu ia la ciudad dormida sus techos puntiagudos, hermanos de los techos de Holanda ; lascal lejas culebreantes se desvanecían en misteriososl imbos de sombra .

La segunda vez que l legué a Bále — de nochetamb ién ,acompañado del artista Ramos Martinezluego de dejar nuestras maletas en el hotel , deseendiamos a la calle con án imo de ver el Rh in

,que mi

compañero no conoc ia, y el hotelero se escan

daliz ó :

¿Adónde van ustedes?— A ver el Rh in .

¡A estas horas ! ¿Con qué obj eto?— Con el objeto de… verlo , amigo mío .

El hote lero nos d ió con la puerta en las nar ices.—

¡Aqu i nadie sale después de las nueve (eranlas diez), fuera de la gen te perdida ! ¡A acostarse !Y no hubo remed io : sub imos a nuestra hab itación

para no ser gente perdida .

Hacia ca lor y sal imos al balcón . T odo estabaqu ieto , dormían los hombres y las menoslos gatos . Cada tejado e ra una gatomaquia .

Zapaquilda la bella celebraba sus ru idosas nupcias en todas las corn isas , en todos los caballetes ,en todas las troneras : Bále era el paraíso de los ga

1 10

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O b r a s C o m p l e t a s

tos . A llá iban , encorvando el lomo e i rgu iendo lacola

,allá iban perfi lando , en la media luz de la no

che estrel lada,sus columnas vertebrales , como en

la admirable traducción de Balbi no Dávalos .Ramos y yo adoramos a los gatos tanto como

cualqu ier egipcio de las viejas dinastías, y aquellanoche fuimos fel ices sin ser gente perdida, puestoque no sal imos a ver e l Rh in .

La tercera vez que fuí a Bále , vivi con B(e ck l iny con una vieja emperatriz : la emperatriz Ana, esposa de Rodolfo I de Hapsburgo ,

muerta en 128 1 ,

en Viena. y sepultada en la Catedra l , en un mausoleo que muestra una bel la estatua yacente , con unperro custodio echado al p ie .

A Boecklin iba a buscarle al Museo de Bále ; a laemperatriz , a un crucero de la catedral gótica, hechatoda de asperón roj o , con dos campanarios enormes , y que encierra tamb ién bajo sus bóvedas latumba de Erasmo , y muestra , en su primer p iso , lasala donde se ce lebró , en 143 1 e lConc ilio deBasi lea .

Y ambos muertos , el p intor y la re ina , dieron ami espíritu casa y hogaza .

¡Boecklin ! Más tarde , en Mun ich , me fué dadover muchos de sus cuadros , que con los de Bai lehan dejado no sé qué noción de un mundo utópicamente bello en mi cerebro .

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Amo esa su absurda mitologia, entre pagana yteutón ica ; amo esos tritones obesos que cortejan asirenas diáfanas en el estruendo del oleaje

,esos

centauros trágicamente j oviales,esas ondinas oj i

verdes y misteriosas ; amo su colorido t ib io ; amoesas aguas verdosas de sus cuadros , que huelen aozono ; amo al hombre viejo , de cara homéri ca ,creador ún ico , singularísimo , de un estremecimiento

nuevo en la Pintura .

Amanece . Una bruma ideal cub re el Rh in,que se

vislumbra a través de ella como una gigantesca esmeralda engastada en un ópalo inmenso . El so lentre esa bruma , ha perdido su fuerza ; puede unocontemplarle , sin ser águi la , frente a frente .

De pronto , fan tásti camente , los techos puntiagudos rasgan aquel los flotantes cendales, y Bale aparece en la gloria de la mañana , genti l y alegre , apesar de los siglos que l leva a cuestas

,como un

abuelo sonriente que madruga . El Rhin , ahora excandescente , i rritado , espumarajea y se hincha bajolos puentes centenarios ; el sol asalta e l cielo comoun emperador acorazado de oro

,y asaetea las to

rres, arde en los vitra les , resbala en los techos,t iembla en e l agua turbulenta ; y los trasgos de lanoche , los viejos fantasmas de la vieja ciudad , hu

yen allá lejos,a la Selva Negra, que perfi la su cres

ta vaga en el horizonte .

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XXXIV

DEUTSCHLAND

LLEGO a Zur ich con la lluvia; hace tiempo quenuestra señora la l luvia me sigue por dondequ iera .

Se diría que me ama y que la busco ; que me busc ay que la amo . El lago parece estañado . El humo delas chimeneas empaña el ambiente grisáceo con tonos de sep ia , y un amodorramien to infi n ito se apodera de las cosas . Parece que las cosas ti enen frio ,

que el alma de las cosas tirita dulce y cal ladamentebajo su inexpresiva e insípida envoltura . Esta lluv ia pertinaz , l luvia otoñal que prepara la humedady el estremec im iento continuo de l i nvierno , s ien tab ien a las viejas ciudades alemanas . Es una coqueteria más para el las .Hace ocho días , al l legar por tercera vez a Bale ,

una nebl ina espesa envolvía la esmeralda inqu ietadel Rhin . ¡Y cómo ganaba en embeleso la apoli l laday div ina ciudad de Erasmo y de Holbein con esetocado de blonda ! La roja catedral , antiqu ís ima , sedestacaba imper iosamente en el l ino flotante . Sus

to rres agudas pare c ian desgarrar e l cendal inconsút i l

, y— espectáculo nunca por m i contemplado — al

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O b r a s C o m p l e t a s

día s igu iente , el sol , detrás del amontonamiento debrumas b lanquísimas ,

lív ide cia, empal idecia , noacertaba a herir la pupi la , y parecía una luna, perouna luna extraña , nítida , una lu na de n ieve

¡El dia estaba de medio luto ! De pronto las nebl inas se rasgaron destrozadas por una áurea saetapoderosa , y la ciudad ideal , con sus viejos techospuntiagudos , sus cal les culebreantes y ascendentes ,su Míinster milagrosa , sus ch imeneas transp irantes ,apareció ante la apo teosis matinal , asentada a ambas márgenes del r ío de las leyendas , semejante auna de esas misteriosas vagabundas del oro del

Rhin , cuya v ida glosan las imperecederas instrumentac iones wagnerianas .Y Zurich , el corazón de la Europa , no es menos

bello que Bale , en esta otra mañana en que e l grisl lega hasta el hero ísmo de la monoton ía .

Nada nuevo esconde para nosotros la ciudad ala cual los su izos l laman ingenuamente el Paris deHelvecia ; conocemos todos sus laberi ntos , todossus ri ncones ; nos hemos detenido al borde leprosode todas sus fuentes y al amparo de madera apol illada de las puentes obscuras , desde cuyas ventanas se ven l ívidos paisajes de azogue , que se creyeran holandeses , a ambos lados de l rio verdoso ymurmurador ; a tal grado , que se pensaria uno enAmsterdam vegetando a la ori l la de los p lomizoscanales ; pero como el d ía es prop icio a las anti

guallas, nos dirigimos al Museo , donde encontra

1 15

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d o

mos la suces ión más entera y cabal de interiores,

de conventos y de casti l los medio e vales; y despuésvamos a una pequeña b ibl ioteca, ri ca en autógrafos de Zuinglius, de Lutero y de Juana Gray . Allí

está toda la h istoria de la Reforma . Parece que flotan los miasmas de la hoguera de Juan Huss , y quese escuchan aún las tremendas sáti ras de Erasmode Rotterdam , y se s iente uno b ien ante la l luviamercurial que se desploma en un ri ncón de estaguarida de protestantes , absorto en la contemplac ión de las parsimon iosas te las holandesas , impregnado todo del recuerdo de Zwing l i (para darle sunombre no lat in izado), el tremendo dialéctico ; y deese hombre de cara redonda y plácida, que se l lamó

Luther , el enamorado de Catarina von Bora , el for

midab le reformador , contra el cual d isparó Erasmosu Tratado del libre arbitrio , en tanto que en España , Ignacio , armado de todas sus armas por laV i rgen , en Manresa , j u raba con Salmerón la batal laa muerte a la Dis idencia .

Un t imido sol nos acaricia al día siguiente al sal i r de Zurich , y al l legar a Romanshorn , a la ori l ladel imponderable lago de Constanza , que besa lasplayas de tres naciones , el júbilo de medi odía loinunda todo .

A travesamos el lago bajo ese júb ilo ideal . Lasr iberas se borran en la lejanía tras una bruma tan

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casas y de las torres ; el verde de las arboledas . Yestos dos colores rompen la d iv i na monoton ía denuestro mundo azul y añaden tintas a la opulenciade la mañana .

Esa ciudad amurallada que avanza hac ia e l lago ,es Lindau

,puerto bávaro . Nos acercamos a la me

lancólica A leman ia, madre del Ensueño . Ya sedistinguen perfectamente los dos torreones queguarnecen y franquean la entrada , y en los cuales

gallardean al v iento la bandera azul y blanca deBaviera y la bandera negra y roja de Prusia , hegémona y triunfadora . Ya se ven en las mura l las env eje c idas las herrumbrosas argollas a que se amarran los buques ; ya el mue l le recorta su l inea obscura sobre la transparencia azu l del agua ; yavemos la palp itación de esmeralda y oro de los árboles en que empieza a amari l lear e l otoño .

¡Conque al fin voy a pisar esa Baviera benditade mis ensueños ! ¡La perpetua inqu ietud de mi v idaha ten ido a b ien aventu rarse por e l suelo que tantas veces v i en i lus ión

,en mis horas crepuscu lares

de honda nostalgia y de med itación arcana ! Diosme ha deparado esta incomparable gracia de ven ira sondear e l ensueño de Gretchen en la patria deGretchen misma… ¡Loado sea Dios ! Y con un sentimiento cuasi rel igioso

,piso la tierra de T euton ia

y me aventuro por las cal lejas sombrías y so l i tar iasde Li ndau .

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O b r a s C o m p l e t a s'

Seis horas de tren —

y qué espléndidos trenesestos de A leman ia , sólo comparables a los amer icanos y a los n uestros , americanos tamb ién , escie rto

,pero infin itamente superiores a los carros

franceses que parecen v ictimas de continuos estreme c imientos espasmódicos— .Durante esas se is horas hemos sub id o a través de los A lpes , hastap ies sobre el n ive l del mar, en medio de obscurosbosques de p inos

,salp icados de aldeas y de bur

gos mohosos . Una gran l lanura árida y triste seexti ende a nuestra vista . El cielo es de un azul purisimo en el que bogan , pensativas , muchas estrel las . Hace frio y la farándula de las hojas secas , v en idas de la selva ya lejana , nos hab la del d iv inoautumno , padre de los frutos y de la me lanco lía.

De pronto parece n desfilar ante e l tren algunosedificios , que se van apiñando y al ineando en nufr idas fi las ; lu ego el tren entra , resonante , bajo elenorme cobertizo de acero de una estación . Estamos en Mun ich , la cap ital de Baviera, y el p rimercentro ar tístico d e A lemania : Deutchsland n o saguarda .

Una alegre mul titud l lena las cal les que atrav esamos hasta el hotel Roter Hahn , s ituado en la .Karlsp latz, bu ll iciosa a esas horas y fest iva como pocas ,a la luz de los radiantes reverberos e léctr icos .Y frente a nosotros una sorpresa ideal : una gran

puerta medioeval, obscura , pesada , ancha, comparab le só lo en belleza a esa Por te — Saint-Denis de

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d 0 N e

París,menos viej a qu izá , pero no menos embelesa

dora,bajo cuyo arco he pasado cien veces , temblo

rosa e l alma de leyendas .Y a lo lej os, en el poético retorc imiento de la

ca l le , más puertas , algunas coronadas por pesadastorres ; y po rtalones sombríos en los que se sustentan edific ios de una fisonomía espe c ialísima, inconfundible

,mostrando a unos dos tercios de altura,

en las esqu inas , góticas vírgenes de p iedra y dolientes cristos moribundos ; porque Munchen , cuyonombre mismo (monje) es ascéti co , profesa ferv ientemente el cato l ic ismo . A l l í no ha l legado el sop lode desolación del tremendo fra i le apóstata .

Mi primer recuerdo mexicano es para Gedov ius;master Gedovius, el exqu is ito y atormentado artista nuestro , el humilde y prestigioso autor del autoretrato premiado en nuestra ú ltima exposic ión deBellas Artes ; para Germán Gedov ius, el bueno , e lres ignado , el de alma de n iño y p incel remb randtesco , que aqu í v iv ió y que tantas veces , en suconciso y rudo lenguaj e s in verbos , me de c ia:

¡Ah l ¡Mun ich ! ¡Mun ich ¡Al to , alto ! ¡Bello , bello !

¡Arte , gran arte ! ¡Leubach , Kaulbach !Pobre Pero ¡qu ién sabe ! El porvenirsuele ser más misericordioso que el presente .

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mit sauer kraut y de vapores de Miinchener bier,surgen , bamboleándose por las estrechas escalerasgóticas , estudiantes borrachos , con la cara arañadaen todos sen tidos por la punta de los floretes , gracias a esa monomanía duelistica que hace de cadamuchacho teutón un ingenuo fierab ras , orgul losode que le surquen el mayor número de veces posib le los carri l los y la frente , y de rayárse los él a susrubios congéneres .

— T engan ustedes cu idado — nos ha dicho , exage

rada y sol ícitamente , una estimab le dama bávara ,en Su iza los estud iantes de Munchen son muy

pende c íeros, amantes de buscar camorra y de quere llarse con todo el mundo , por la desabrida van idad de hender la cara al prój imo o que el prój imose las adorne .

Pero la caute la es in út i l . T odos están ah ítos decerveza y apenas puede n con su bel igerante cuerpo . Y luego , que los lat inos tenemos medios másexpresivos que los aranos para sacudirnos a loscarno rristas .

Po r lo demás , nadie nos molesta en la tabernaadonde bajamos a cenar e l i nev itab le chorizo conchouc route , y los spargel que gozan de fama de seraqu i los mejores de l mundo ; o tros í , e l genu ino

Muy a l contrario , las mu chachas quenos s irven , una sobre todo (der liebe schatz l) , nossonríen con una candorosa coquetería — p iensan enlas prop inas que les va ldrán sus sonrisas —

y pro122

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O b r a s C o m p l e t a s

curan que no pase inadvertido para nosotros n inguno de sus encantos .Só lo que , v in iendo de París estas buenas sajonas

nos parecen mode ladas a hacha . Cas i todas sonfeas . Como he ten ido ocasión frecuentemente deobservar

,en A lemania la mujer es inferio r al hom

bre en belleza ; en tan to que en Francia la muj er estodo . El paris iense

,por lo general mal vest ido , ba

j ito y poco airoso,fo rma el menos amable de los

contrastes con la gallardía y el ch ic de la más s im

ple moza .

Más tarde , en la div i na tetralogía wagneriana,¡cómo se echan de menos mujeres que se acerquenun poco a nuestro sueño ! En tan to que Wotan ySiegfri d son tipos de una poderosa majestad , deuna viri l hermosura,Brunilda y las valquirias en general dejan mucho que desear a la i lus ión , qu e seha complacido en mode larlas con plastic idades sob eranas .

Y la tarde sigu iente se pondrá en escena , en elT eatro Nacional de Mun ich , por la propia compañ ía de Bayreuth , el prólogo de la tetralogía : e l Orodel Rhin .

Pienso en el rey Lu is II,cuya locura se expl ica

uno después de haber segu ido la obra del gen iohasta el crepúsculo de los Dioses, cuando Siegfr id ,

123

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N e

l lamado po r las divinas mujeres del lago , rompelos cr istales de esmeraldas y se p recip ita en susbrazos . Hace algún tiempo que lecturas y audic iones frecuentes han i do creándome un conceptocabal de ese gigante germano , cuyo aposto lado fi losófico , l iterario y musical le e leva a la categoría

más alta entre los hombres ; y con honda y misteriosa emoción llego al teatro . Voy b ien acompañado : Federico Ni etzsche , el v iejo profesor de Filosofia clásica en la Un ivers idad de Bále , e l amigo intimo (en un tiempo) del autor de los Maestros Cantóres de Niiremberg, el i lustre muerto , me ll eva dela mano ; y con él , como en otro t iempo el florentino con su Virgi lio , entro a ese ab ismo oceán ico

,

de armonía s in riberas . T ambién va conmigo d'

An

nunzio , en aquel las pág i nas i nmensamente reveladoras de El triunfo de la muerte y del Fuoco ; y bajomi brazo l levo , por ú ltimo , e l poema wagneriano .

<Para que un acontec im iento sea grande — diceNie tzsche en su l ib ro sobre Bayreuth dos condiciones deben encontrarse reunidas : la grandeza delsentim iento en aquel los que lo real izan y la grandeza del sentimiento en aquellos que son sus tesfigos . Por eso , ante la aproximación de todoacontecimiento importante , cada uno se p reguntacon i nquietud s i los que van a as ist ir son realmente

Y con inqu ietud yo mismo me hago esta pregunta , ya en las penumbras rel ig iosas del teatro , donde

124

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A . m

<Ayudadme— decía é l a los que sab ían o írl eayudadme a descub ri r la cu ltu ra que mi mús ica , laexpres ión ha l lada del sen timiento justo , hace presagiar; pensad que e l a lma de la música qu iere ahoracrearse u n cuerpo

,que busca su camino para tor

narse visib le en med io de vosotros , en el conj untode vuestros movimientos , de vuestras acciones yde vuestras costumbres .

»

¡Y qué co laboración tan intima presta , en efecto ,este pu eb lo c u ltisimo a la mis ión aún subsistentede esa música s impl ificadora !Basta ver en rededor :Las mujeres se ecl ipsan en la sombra ; nada tie

nen que hacer aqu í,en este templo , las toilettes

provocativas , que nad ie vería . T odas las damasescuchan en p lena absorc ión y si lenc io . Los hombres s iguen la parti tura que ti enen sobre sus rod il las , nota por nota , o el poema, verso por verso , ala tenue media luz de unos cuantos focos que obligan a sus pupi las a inauditos esfu erzos ; la orquesta está ocu lta como en Bayreuth y como en el teatro de la Corte

,y sólo su alma v ibrante es v is ib le

para los espiritus en arrobamiento .

¡T odo para Wagner ! Negarle u n solo i nstante dereconc entrada atenc ión seria un desacato . Pero encambio , ¡qué recompensa ! ¡Cómo esa música nosva revelando su esenc ia

,emanada de la m isma

esencia de las cosas ! He aqui a la d iosa tal cual

deb ía ser , no profanada por e l teatral ismo y lo con126

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O b r a s C o m p l e t a s

v enc ionalmente mediocre de las emp resas sin conciencia . Estos que cantan son elegidos por la fam il ia de Wagner

,y dirigidos po r el h ij o de Wagner

mismo . El arte , que , merced a Wagner , posee yade nuevo su san tidad y su inocenc ia ; el arte consagrado y purificado , necesita, no intérpretes venales de esos que pasean por los teatros ,

de Europa sus registros medios o agudos y sus gimnásti cosdos de pecho ,

sino verdaderos sacerdotes , elegidosl lenos de amor , de respeto y de fe . Bayreuth fuél evantado como una salvaguardia para la Obra mutilada, desfigurada , teatral izada po r empresarioscomerciales , áv idos de lucro ; y este teatro es unhermano gemelo del de Bayreuth , es dec i r : un santuario .

No lej os de aquí , en ese senci l lo palac io que seyergue en el fondo de la gran p laza de Maxim ilia

no , e l rey loco o ia, entre la sombra , ún ico espectador e n un teatro marav i l loso , la tetralogía d irigidapor Wagner y montada merced a la real mun iticencia de Lu is .Wagner necesitaba, para la real ización de su sueño , no un empresario , s ino un rey, y sesenta añosde su v ida se pasaron hasta que sedestacó , ante sus ojos ya fatigados , la gigan tescasi l ueta de Lu is II, y a un s igno de la real mano , e lMito tomó forma , y en la santa col ina de Bayreuthsurgió como un gran templo de una gran Jerusalénde A rte , de Amor y de Santidad .

127

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XXXVI

SCHLOSSBERG

HE aqu i que han pasado ya dos noches y dosdías, desde que la ú lt ima de las cuatro veladas quese consagran a la tetralogía sonó todas sus horas ,y n i las ya hab ituales v is itas a las p inacotecas antigua y moderna, donde se amontonan Rubens ,Holbeins

,Rembrandts

,Van Dycks, Dureros, Mu

rillos, Velázquez y lo mejor de los grandes maestros modernos ; n i la exposición anual de p intu rasdel Pa lacio de Crista l, donde imperan Kaulbach yLembach ; n i Shakespeare , representado con notab ilísíma prop iedad por los mejores actores de Alemania ; n i los concie rtos que dirige nada menosque un Strauss recién l legado de Berl ín ; n i las frecuentes vis itas a monumentos tan bel los como laBavaria y el Propyleum ,

— bastan a atenuar en m ialma la impresión de aquel motivo , insistente , am

plísimo , de un incalculabl e poder de expresión ,que va y v iene a través de las cuatro obras , desdeEl Oro delRh in hasta El crepúsculo de los dioses .

Y v ibran con la p rop ia fuerza en mi o ído el gr itode las valquirias, y el canto de los n idos en el Siegfrid, y el dúo inmenso entre el joven héroe y Brun i lda, en medio de la apoteosis del día.

128

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A m

do a la Compañ ia de trav esías del Starnberg . Es

demasiado opu lento ; y , por otra parte , ya nadie vaa morar a Schlossberg , a l o que pomposamente sel lama el Palac i o de Estio de Lu is II. Apenas s i elrecuerdo entra al l í de puntillas y con el dedo en la

boca .

— Media hora de navegación,y estamos en

Leone,una bourgade humilde , desde la cual , al

través de un gran parque , se hac en , descansadamente , veinte minutos para visitar el casti l lo . Pocoantes de l legar a éste

,en una col ina , a la oril la de l

lago , se levanta una cap il la de esti lo indefin ido .

A ! pie de la colina , en una plazo leta , se yergueun obel isco que sustenta un fana ! rojo , coronadopor un crucifijo que abre sus brazos de bronce antela movi l idad incansable de las ondas . A l l í fué donde , en 1886, el 13 de Jun io , el rey Lu is , oyendoque del fondo del lago persistían en l lamarle extrañas y melodiosas voces de mujeres, buscó las ,hallando , en vez de sus mórb idos brazos prometedores de ondinas , los de la muerte( 1) En la edic ión original , sigue a este articu lo —

y l levae l núm ero XXXV I I — la poe sia t itu lada <Un Padre nue stro

por e l alm a de l rey Lu is de Baviera» , que com ienza: Aqu ífué donde e l reyLuisSegundo . Apare c e tamb ién una n ota que

dic e : Amado Nervo afecit» . Esta poe s ía fué más tarde incorporada por e l autor e n la c o le c c ión de Mís ticas . Y con las

Mís ticas, en efe cto , se ha pub licado aquí tai po esia (Obras

Comple tas, tom o 1, págs . 209 por lo cua l n os ab ste h e

mo s de reproduc irla e n e ste lugar. No hay variantes de untexto al otro .

— N. del E.

130

Page 128: TOMOS - Forgotten Books

XXXVII

SEPT IEMBRE 9DE 1900.

AVER,KONIG LEAR EN EL TEATRO DE LA

CORTE DE MUNCHEN:

VÍCTOR Hugo .

— d l y a de formidables tours deCathédrales , comme , par exemple , la Giralda deSev i l la , qu i semblent faites tout entiéres, avec leurssp ira les, leurs escal iers , leurs sculptures, leurs cáves , leurs cae cumus, l eu rs cel lules aeriennes, leurschambres sonores

,leurs cloches , leu r plainte , et

leur masse , et leur f leche , et toute leur e norm ité ,

pour porter un ange ouvrant sur leur cime ses ai lesdorées .T e l est ce drame , Le Roi Lear.

»

Yo callo , pues que el Maestro ha hablado .

131

Page 129: TOMOS - Forgotten Books

XXXVIII

EN BOHEMIA

G ITANA , flor de Praga : diez kreutz ers s i me besas .En tanto que tu ose z no fatiga e l tambori l ,esgrimen los kangiares las manos juglaresas,y l loran guzla y flauta

,— tus lab ios dame , fresas

de Abril .Apéate del asno genti l que encascab elaslos n iños atezados ; que bailan churumbe las ,harán al beso coro con risas de cr is tal .Por D ios , deja tu rueca de cobre, y a mi apremioresponde . Si nos mira tu zingaro bohemio ,no temas : ¡en Dalmacia forjaron mi puñal !

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Page 131: TOMOS - Forgotten Books

N e

de ladril lo empenachados de h ierba ,— fué la casa deNerón . Mi rad este fresco : Apo lo con las nueve hermanas (y el fresco ya no existe). Ved esta fuente :en medio de el la estaba el grupo de Laoconte , queahora está en el Vat icano (y la fuente ya dilapidóhace siglos e l tesoro de su agua). Ahí yace Séneca .

(y Séneca ya no yace , s ino en la sab iduría de susl ib ros eternos). En este s i tio , al alado Jesús dij oe l San Pedro tránsfuga : ! uo vadis

, Dom ine? (yuna cap i l la miserab le señala un s itio problemático).En aque l reborde del camino duerme Ceci l ia Metella (y los ojos ven un ci rco mural , desvestido ya demármo les , mostrando la leprosa irnpudic ia de l ladril lo : ánfora vacía de alma y de ensueño). Señor :mire el foro de T rajano , e l más bello de los forosde Roma : Forum Imperatorum . (y el ojo avaro ynostálgico no ve más que bases de columnas mono liticas, de gran ito gris , despo rtilladas y que hacengestos al c ielo i nsolentemente azul de Ita l ia .)Oh cadáveres : s i existis en el recuerdo , ¡a qué

existir para la ignomin ia ! ¡Por qué han remo v ido lacapa de ti erra miserico rdiosa que amparaba vuestrasvértebras deshechas ! ¡Por qué han permitido a la van idad iconoc lasta ( iconoc lasta en el senti do verdadero) de los pontifi ces máximos adornar la cima dela co lumna trajana con un mediano bronce de SanPedro (del que negó tres veces aJesús), embarazado con el peso de las herrumbrosas llaves del herrumbroso rei no de los c ielo s !

134

Page 132: TOMOS - Forgotten Books

O b r a'

s C o m p l e t a s

Y luego , la avaricia i rrespetuosa de los guías, quelucran con las momias de los dioses y de los santosde los primeros sig los de l cristian ismo ; y la inditerencia inj uriosa de los frai les de las catacumbas ,que dejan podri r sus muertos al so l y ruborizan elcadáver de Santa Cecil ia

,mostrándonos , en una re

producc ión del mismo los tres collares sangrientosque el verdugo señalo en su cue l lo de paloma . (Y

¡cómo hubo un césar div ino , capaz de adornar detan cruenta manera el cue l lo de una v i rgen tan hermosa ! El Areópago que abso l v ió a Orestes la . hub iera perdonado e l del ito de ser crist iana .)Roma es ayer : ¡que duerma , que duerma !

135

Page 133: TOMOS - Forgotten Books

GENBALÓGICA

Para Enrique Gómez Carrillo .

EL bach il ler Francisco Pi n tado de Cienfuegos ,mayor que fué entre grandes , máximo entre mayo res,docto en sagradas letras y en ep isodios griegoscomo es usanza, amigo de inqu isic ión y o idores,

me dió el se r; soy lobe z no de la nodriza bru tade los Dioscuros : mi almo perfi l y los analesde mi so lar lo cuentan , y hay en mi faz enj utalas palideces de los o l ivos provenz ales.

Naci con un gran beso de amor entre la ardienteboca

,y un grande anhelo de gloria en l'alma esclava ,

y l levo d iez leyendas en mi brumosa frente ,con otras diez leyendas en mi melena brava .

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Page 135: TOMOS - Forgotten Books

A m a d o N e

Y vi a la Sor más amable de la tierra . Figuraos

diez y ocho años envueltos en un hábito b lanco ,en una toca blanca y en un escapulario azul : sedir ía una herman ita de la v irgen

,o b ien la novicia

de un convento en que María de Lourdes fueseabadesa de un monasterio de palomas .Mi amigo era viejo conoc ido de la hermana, yun diálogo senci l lo fué y vino luego , como si dospájaros hablaran de la gracia de D ios .

¿Y es usted fel íz?—

¡Ahl ¡mucho ! ¡mucho !En los o jos de Paz habia , al decir esto , todas las

inefables l lamaradas de los de liquios de San Francisco .

Paz , y era c ierto : aquel rostro blanco y sonrosado estaba lleno de paz , de una paz no presentidapor el mundo (pax multa in celta) , de esa paz marav illosa que Cris to trajo a la t ierra , y de la cual sehace mérito en innumerables páginas del Evangel io : <Os traigo la paz » , < 1a paz sea con vosotros » ,< os dejo m i paz … »

Pero la n iñ a rectifi có , y con una fresca sonrisa ,díjonos

— Paz ha muerto ; hoy me llamo Sor Maria deSan Fel ipe de Jesús .

En esto llegó Enriqueta . Yo la conocía mucho .

Hace cinco años nos encontrábamos noche a noche “ en el salón de patinar de la A lameda de Mexico . Era una gran patinadora , v estia bien , tenía es

138

Page 136: TOMOS - Forgotten Books

Ó b'

r

'

a s C o m'

p'º

l'

é t a s

belteces de ca'

nefora y pal idez de ensueño . Hoy ,bajo las tocas nevadas , sus ojos b ri l lan con las dulzuras de los de la paloma del A rca… Hermana tórto la ¿tú también eres dichosa?

¡Oh , muy dichosa !—

¿Qué quiere usted que digamos a los suyos enMéxico?

— Que soy muy fel iz,más fel iz de lo que se ima

g inan .

¡Les qu itamos el t iempo !¡Oh! no : nos han permitido venir ; ya h icimos

nuestro examen de concienc ia .

Dios mio , ¡de qué se acusarán ante t i estas dosalmas de elecc ión ! La una, rica, dejó todo por segu i t te , con la s impl icidad subl ime de aquel los d isc ípulos , de quienes en concis ión incomparable diceel Evangel io : <Y dejadas las redes , l e s igu ieron .

»

En México tenia un hogar tranqui lo , mucho amo ry mucha opulencia : era de las que están en un trono social . La otra poseía el tesoro de sus diez ynueve años , una exqu is ita comprensión de la vida,una pequeña corte de idólatras

,y unos enloquece

dores ojos Y las dos, ¡oh imperioso

Jesús ! dejaron su patria, y pasaron los mares , y vin ierou a esta tie rra melancól ica

,abuela de recuer

dos , y de recuerdos cargada como un árbol de frutos , a esconder la diafanidad de su adolescenciainmaculada, a lustrar con el óleo santo sus p lumajes eucar ísti cos, a orar y penar y mo ri r en abla

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Page 137: TOMOS - Forgotten Books

4 m,

N e v,. 9

ción por los que llevamos el pecado como una armadura , y el deseo como un penacho .

A l lá quedaron la fam il ia,los amigos

,el azu l de

la patria , el o ro t ib io de los soles , la placidez de lavida ; porque Jesús las l lamaba a su grey de eleg idas en el r ibazo suave de sus míst icas p raderas .

¿Y mi hermana? — pregunté tímidamente¿mi hermana Catal ina?

— Vá a profesar en laVisitac ión , enMadrid. Le escribiré que estuvo usted aquí . A bordo nos recitabaversos de usted , y frecuentemente discutíamos , sosten iendo , e lla , que su hábito negro es más hermosoque nuestros háb itos azules y b lanco s , y nosotras ,que nuestros hábitos blancos y azul es eran másbellos que su triste hábito negro . ¿Verdad que Sí?

— Sí, son los más bellos que he v isto en mi vida .

¿Son , pues , ustedes muy dichosas?—

¡T an dichosas !Y cada una abria sus ojos grandes como dos

éxtas is .— Mi ren : antes de parti r

,vayan a nuestra cap il la

para que vean la custodia que tenemos . ¡Qué hermosa, qué hermosa es nuestra custodia ! ¡Cuántasp iedras preciosas !¡Ah ! tengo un gran remordimiento : esa custodia

no la vimos . No hab ía t iempo : el coche nos_

aguar

daba a la puerta, y luego el inmenso museo vaticano , ,y después dos de las s iete Basí l icas que novisito aún ; y en seguida la Legación de Méxicó, y

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Page 139: TOMOS - Forgotten Books

me, todos los libros , hallé , como él , que la carne es

triste . Un so l s in calor caía sobre la Roma cesárea ;los tr itones y neptunos de las fuentes púb l icas ten ian entre los brazos flecos de h ie lo . Yo cerrabalos ojos para segu ir contemplando las dos v irgencitas de hábito blanco y escapular io azul , y medecía

¡Ohl Bi e naventurados los co razoneseb rios decastidad y de plegaria — Bic nave nturados los queprefieren la este ri l idad fecunda de la grey de D iosa la fecundidad estéri l de los rebaños de los hombres . — Bienaventuradas las palomas del d ivino palomar del Espiritu Santo !Y púseme a escrib i r después estas lineas, home

naje tan puro como el de Siebel en la ventana deGretchen ; estas l i neas que e llas , afortunadamente ,no leerán jamás.

142

Page 140: TOMOS - Forgotten Books

EL PAPA TIENE FRIO

Enero 6 de 1900.

SON las tres y media de la tarde cuando entramos a San Pedro . La nave central está l im itada, entoda su extensión , por inmensos bast idores de mad

'

era,que forman una angosta v ía.

.

A uno y “ otrolado

,se agrupan gentes de todos los cl imas . Son

fi las raqu íticas al parecer ;mas,después, sé que aquel los cuantos espectadores ascienden a treinta y dos

m il, y aunque no lo sup iera , diríam e lo l a p laza deSan Pedro , i nvadida , durante una hora cuandomenos

,por la multitud que desocupaba la Basílica.

Una hora de espera , durante la cual se oyenvoces de impac iencia en todos los idiomas , y , po r fin,un grito unán ime , sonoroso , que retiemb la en lasgigantescas naves como una tormenta en jaulada .

— Viva i l Papa-RelMis ojos y mis o idos se tienden como la cuerdaque va a disparar la saeta .

Por la estrecha v ia despejada ,' avanza una si l la

de oro soportada por doce hdmbt és. En esa si l la

143

Page 141: TOMOS - Forgotten Books

A m

va sen tado un viejecito v estidº de blanco : esLeón XIII, Pontífice máximo .

¡A qu ién compararlo !¡A qué compararlo !

Pido a qu ien lea que no juzgue exagerado ofan tást ico este s ím i l , porque este simi l es la verdad :parece como si en esa s i l la de o ro fuese e l esque leto de una to rto l ita frio lenta .

La primera idea que me viene a las mientes esésta : e l Papa tiene frío .

Los chorros cri s tal inos de las dos fuentes quedesmenuzan sus diamantes en la plaza de San Pedro están cas i helados : e l Papa tiene fr io .

Desde anoche , con una muda y misteriosa tenacidad , la sorella n ieve cae sobre las calles y lostejados de Roma : el Papa tiene frio .

Las damas ofi ciales , muchas inglesas vesti dascon la rigidez con que se vesti ría un palo de é scoba, y muchas patr icias ital ianas que parecen llevar en sus venas el veneno sab io de los Borgias,fi r ifau baj o sus manti l las de b londa : el Papa tienefrío .

Los romanos están asustados : hace muchos anosque la eterna n ieve no caía sobre la ciudad eterna :e l Papa tiene frío .

Cr istiandad : ¿no ves que ese ancianito que pareceuna momia vestida de blanco t iene agarrotadas las

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Page 143: TOMOS - Forgotten Books

su pecho resuenan en e l mio , suspi ra , l lora , está apunto de desvanecerse de emoción . Yo me acuerdo , aun en instantes tan solemnes , de que homosum , y le tiendo mi brazo misticamente para quese apoye .

Y e l v iejecito de cuerpo de esqueleto de tó rtolafriolento avanza . Es pequeñ ito , casi se ab isma en

la gran si lla ; una nevada sombra de cabel los b lancos le cubre la nuca bajo el blanco sol ideo ; supe rfi l co lomb ino su rge imper iosamente ; su nariz seencorva como la de un César nonagenar io ; s uso jos se ad ivinan como dos ch ispas de sol en la negrura de una ru ina umbría . Es l ív ido , con la l iv idezde un cirio de cien años ; es casi amari llo , como unpanal secu lar . '

Un soplo lo desquebrajaria, y , s inembargo , tre inta y dos mil voces atruenan las naves y pugnam por romper la ampl itud de la cúpula .

Y el nonagenario , hecho de maravi l la y de ancianidad patriarcal , no desmaya . Antes b ien , con unesfuerzo , cuyo gesto quedará eternamente grabadoen mi memoria , y apoyándose en el sin iestro brazode la s i lla , enderezase a medias , y bendice aque lenjamb re de almas d e todos los rincones del planeta , con un gesto torpe , penoso , vacilante , fantas

¡Os digo que el Papa tiene frio !

Con la pars imon ia con que se conduce un fére146

Page 144: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

tro , llévanlo al A l tar mayor, entre el coro b íb licode eunucos , segu ido del Sacro Colegio , de caballeros enco llarados con todas las O rden es , de su izos vest idos de rojo y negro con grandes hachasde armas, eslabonados por ofic ialillos afeminadosy elegantes

,que sonríen mundanamente bajo sus

b igotes retorcidos á la pommade hongroise. Depositanlo como a un dios as i rio cerca de l altar, y com ien z an las letan ias l itú rgicas : León XIII va a darla b endición que clausu ra el Año Santo .

Surgen las antífonas , y él canta, ¡canta , si! ¡El es

que le to salmodia ! Y su voz se oye como un acentoque viene de muy lejos , a través de veinte s iglos .

Dios mio , y aquel las manos agarrotadas a las queabrigaban unos mitones de seda blanca

, ¡tenian aúnel poder de levantar en lo alto tu custodia rutilan

te ! Y tú , Señor , Dios de los Ej ércitos , que en tu ind ice sost ienes al mundo , ¡no pesabas más que una

hostia de harina en los dedos temb lorosos del anc iano l

Firmemente , seguramente , i nflexiblemente , aquelviej ecito , que hab ia cantado , levantó la coruscantecustodia , y tres veces, con la pausa de un Dios , bendij o a la muchedumbre .

Viva i l Papa—Re !

Y tom ando a la s il la gestatoria,el viejecito

,que

1417

Page 145: TOMOS - Forgotten Books

parece un esqueleto de tórto la friolento , repasa lanave .

Alb ean su sol ideo blanco , su sotana blanca y susm itones blancos , entre los cuales lanza su l lamal itúrgica la esmeralda ; y su estola roj a cae cruzadasobre el pecho , como dos llamas en connub io ; ysus dedos , diáfanos , bendicen : en el nombre del Padre , del H ijo y de l Espir itu Santo .

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Page 147: TOMOS - Forgotten Books

MOISES

EL alto poeta A lfredo de V igny pone en los lab iosde Mo isés , centenario ya y mo ribundo , ante la t i erra prometida de Galaad , esta p legaria enorme

Oh Seigneur, J ai veca puissan t et solitaire.

Laissez -moi m'

endormir du sommeil de la terre.

El dístico viene a mi memoria ante el Mo isés deMiguel Angel , y recue rdo también lo que he le idode o rien tal istas : Fabre d'O liv et, e l gran maestro ;Saint— Yves d'

Alveydre , Renan , ¡Ah , no !Este soberano viej o etern izado en mármo l po r elmarti l lo tremendo , po r el b raz o prepotente de unnuevo AngelMiguel, no es el supuesto auto r de lapueri l cosmogon ía que se nos enseñaba en la escuela, de acuerdo con la traducción de los Setenta ;es este Hosarsiph , sobrino de Ramsés II, l lamadodespués Mo isés . Es este el autor de Sepher Bereshit, hermético e inexpugnable ; es aquel de cuyol ibro dice Fabre de d'

O liv e t: .Lo que la Naturalezatiene de más profundo y misterioso , lo que el esp ir itu puede concebir de maravi llas

,lo que la inte l i

150

Page 148: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

gencia t iene de más sub l ime , él lo posee . » Es éstede qu ien dice Schure, aplicándo le las palabras es

critas bajo la estatua de Phtahmer, gran sacerdotede Memphis : <Nada existia que para él estuv iesevelado , y él cubría con un velo la esencia de todolo que habia visto .

» Si,este es el v iejo sacerdote de

Osir is , el v iejo in iciado egipcio , el organizador delmonote ísmo, el m ístico hermano de Zoroastro y deKrishna, y de Hermes , y de Pitágoras , y de Platón »y de Orfeo , y del divino Jesucristo . Si: este v iejoo limpico , que abre sus ojos s in luz en el crucero deun templo cualqu iera de Roma

,es el qu e habló con

! Eloh im ; el que , con una voluntad misteriosa , arrastró cuarenta años por el desierto a un pueblo entero , aisló le de todas las naciones , impúso le la ideade un solo Dios

, con una vara de juego, e h izo deesta idea un simbolo i ndestructib le .

Sólo Miguel Angel podia esculp ir a este titán ,tallado ya por el cielo <a fuerza de rayos » .

Cuando tal medito , un presb ítero regordete y narigudo se acerca ofreciéndome mostrarme las cadenas de San Pedro , que están ahí cerca… y me alejodesilusionado , y salgo al aire l ib re con mi Mo isés ,pensando que su estatua no deb ía estar al l í en aquellacuasi— sacristía , sino en el desie rto , bajo las ru inas de alguna Memph is en igmática , en un n ichoab ierto en el granito eterno de las p irámides , o alamparo de una roca del trágico Sinaí , cuyos peñascos recuerdan aún los rayos de Ievé !

151

Page 149: TOMOS - Forgotten Books

DESPUES de un lento paseo por la v ia Ap ia, húmeda

,herbosa

,obscu ra , desierta — un paseo pensa

tivo en una pensativa tarde — tom amos al Co l iseo, .

nacarado ya por la lu na .

A léjate — digo a mi compañero Quién sabes i n uestras tristezas no son gemelas . T ú

,al lá , en las

graderías agrietadas y lamosas ; yo , aqu í, en la are

na, donde mo rían los márti res .Y nos separamos para no estar so los , para hablar

con nuestros espectros .

Somos tres : el conserje , que dorrn ita a la entrada, mi amigo y yo . Un perro aul la cerca de misomos cuatro . ¿No dice Fonten elle que e l perro esun candidato a la humanidad?A lzo los ojos a lo alto y p ienso . Pienso que aqu í ,

donde estoy , muchos mil lones de ojos se levantaron al cielo e n e l momento supremo del mart i r io ;p ienso que muchos mil lones de miradas rad iante sde fe , en asunción luminosa , fueron , imploradoras ,resignadas y trágicas al prop io tiempo , a lo alto ,en busca de fuerza y de esperanza . queno debo pensar nada, que cal lar es más bueno ,

152

Page 151: TOMOS - Forgotten Books

FLORENCIA

C ON espanto os o igo blasfemar de D ios , que h izoe l c ielo y la t ierra , las montañas de Florencia y lasrosas de Fiesole . Y lo que más me asusta , Messe r

Farinata degl i Uberti, es que vuestra alma comun icaal mal un noble carácter . Si, al revés de la esperanzaque aún conservo , la misericord ia infin ita os abandona, creo que e l i nfierno algo ha de honrarse convuestra p resencia .

» Fra Ambrogio, en el Farinata ,de Anatole France .

Paréc eme , no sé por qué , que este donoso finde un diálogo , i nventado por el más ático de losmodernos escritores franceses , p inta mejor quenada las almas de aquellos tiempos fl orentinos : lasque eran artísticamente perversas —

y hab ia muchas —

y hacian honor al infierno cuando iban a é l .Que Farinata no se escapó , lo sabemos . Nos l o

d ice el Dante , que es el trágico evangel ista de laEdad Media.

154

Page 152: TOMOS - Forgotten Books

O b r'

a s C o m p l e t a'

8

Para mi, Florencia es roja, roja como el lis que

la heraldiz a, (me acuerdo de Le lis rouge , tambiénde Anatole France) roja como la caperuza del Dante

,roja como las flores de Fieso le , como los mo

saicos de la tumba de los Médicis , como el co lorpredilecto de Sandro y del Beato Angél ico .

— Eres misteriosa como una ciudad que se ha

visto de noche — escr ib í alguna vez . Mi primer vis ión de Florencia fué nocturna . T uvo mucho deadivinación y de present imiento , antes que de real idad y detalles . Llegué a las cinco de una tarde deinv i erno , que iba , ya desangrada y moribunda,arrastrando su manto de escarlata por los montesvecinos, y a las s iete empecé a recorre r la ciudad ,al azar

,estremecido a cada paso como si encon

trase el espectro de A l igh ier i .Después

,con la luz vin ieron las v is itas a los mu

seos y a las iglesias , la ob l igada peregrinación artistica.

¡Ohl amiga mia; no hablaré de eso . ¿Paraqué? Tout est bu ,

tout est mange'

,como dij o nuestro

Verlaine — Vi palacios , v i jardines , medité a la or illa desolada o r iente del Am o turb io y lánguido ;tuve aún tiempo para escrib ir mi Beatriz , en que meprometía reconstru i r la Florencia del Dante . Peronada

,nada fué seme jante a aquella m i excurs ión

nocturna . Era como s i todo lo v iese a través de un155

Page 153: TOMOS - Forgotten Books

A m d o N e

misterio ; soñaba que veía . Mis pasos inconscientes me llevaron a la Plaza de la Seño ría ; misinconsci entes pasos me pus ieron fren te a la loggiadei Lanz i . ¡Oh ! en verdad te digo que nada es comparable a mi Flo renc ia nocturna . T al ventura gocé

,

que hub iera querido hu ir , hu ir ante el p rimer presentimiento del alba , por temor de que el so l , al

sal ir,desbaratase la ciudad fantástica, como en

esa mise en scene de los poemas wagner ianos ;po r miedo de adverti r que todo era mentira, quetenia los ojos cerrados y que só lo mi ensueño era

cierto .

Page 155: TOMOS - Forgotten Books

los chapiteles, la gracia frágil de los puentes y lasoberana me lanco lía de las torres ; porque todoaquel con junto se desvanecerá en breve

,y la vi rtud

de la pro le d ivina ha muerto .

Una banda mil i tar toca en la piaz z a , repleta a

esa hora de gente endomingada. Muchas mujeres?de pal idez mate , de oj os enormes , de esbeltez iacomparable , pasean pensativas por …los portales .

Las palomas , como hace s iglos , descienden delcampan il con ru idoso cruj ir de alas . El sol , s iempre

jov en ,dora los mármo les de co lores y hace arder lascúpulas de San Marcos . La cuadriga de Fidias seencabrita impaciente en el pórtico de la Bas íl icapreciosa ; po r las callejuelas l ímb icas , culebreantes,obscuras , av entúrase una multitud cuasi oriental ; elAdriático azu l palp ita con una resp iración suave ;el palacio ducal rojea, gal lardo e incólume aún , albeso de la tarde ¡apresurémonos! Carpe

diem !

Mañana , s i te es dado tom ar en busca del regazo de '

esta Venus amable, ya no la encontrarás .

Los ingleses habrán cegado el gran Canal ; en v e zde torres y cúpulas habrá chimeneas . Su majestadmelancól ica la Góndola yacerá en los museos . Dos'

O tres amer icanas caprichosas habrán transportado ,p iedra por p iedra, los palacios venerables a laspla

158

Page 156: TOMOS - Forgotten Books

o b r a s C o m p l e t a s

yas de Boston o de Nueva York . Los degeneradosdescendientes del Dux habrán enviado de contrabando los l ienzos y las estatuas a Londres y a

Paris : Carpe diem !Hay paisajes tan bellos, dice Flaube rt , que qui

s iera uno estrecharlos contra su co razón . Aprietaéste contra el tuyo . Llévatelo contigo , para que lobeses después locamente en tus horas de nostal

gia, al lá lejos , como se besa el pál ido retrato deuna vieja quer ida muerta ! Carpe diem!

159

Page 157: TOMOS - Forgotten Books

ENMi lán , por no sé qué con juro , torno a encontrarme en México . Cien fisonomías conocidas

“ secruzan conmigo en e l pasaj e Vi ctor Manuel : veintetenores

,tre inta barítonos

,cuarenta tiples de los

que he o ído en e l Nac ional . T odos discuten , gritan , voc i feran .

En la Scala , donde se estrenan y fracasan LosMáscaras , de Mascagni , saludo a media docena decantantes . Voy al co rreo a recoger un dinero ; nome conocen , y me exigen que vaya acompañadode una persona conocida .

¿El cónsu l? ¿Alguna persona del comercio?¡Ah ! , ¡no ! me responden T raiga usted a al

gún tenor o algún barítono ; eso basta .

Hace mucho frío . La selva de mármol del Duomo se transparenta entre una bruma b lanquísíma .

La estatua ecuestre de Victor Manuel hace cabriolas en la nebl ina ; los árboles , escarchados, parecende azúcar candi .

160

Page 159: TOMOS - Forgotten Books

A UN IMPOSIBLE

Parén tesis sentimental.'ñ

Y pensar que habrá ciegosque , loando tus gracias ,no adivinen todala tranqu ila opulencia de tu almay e l dulce parentesco de tus o joscon las pál idasestrel las — esos ojos que parecenestar dic iendo : Sic itar ad astra ,y tu augusta cabeza en que alborea ,y tus alas ! .Y que yo , que el fulgorde los planetas

vi a través de tu santa carne diáfana ;yo

,que anhelo tus besos como una

celestial comunión en cál iz de ágata ;yo , que te amé sin conocer e l nombreque te dieron las hadas ;yo , que tan sólo sorprendí el murmullode tu voz tan tan lejana,

162

Page 160: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

y en ella presentí todo el m isterioque se queja en los nervios de las arpasyo soy digno de lástima, señora ,yo soy digno de lástima !

Porque tú eras m i esp ír itu gemelo ,según revelación del Padre Brahma,y no he de poseerte mientras v iva ;porque , para llegar a tu Walhalla,me faltan dos montañas superpuestasque fatigan el vuelo de mis águ ilas .

Mañana ,cuando apretando mi qu imera incólumecontra mi corazón , desesperadamente, como T arciso , el n iño márti r,sus hostias perseguidas , al fi n parta ;mañana, oh criatura luminosa,mañana ,

ya que en mi v ida inaccesibl e fu iste,como un casti l lo sobre la cumbre de u n H imalaya ,quiero ser a lo menos a la diestra del Padre,en la gloria del Padre que te mima y te salva ,un deste l lo — e l más azul — de tu aureolay una pluma— la más blanca— de tus alas .

163

Page 161: TOMOS - Forgotten Books

<CHEZ NOUS»

PERO , seño r, yo no le he permitido a usted queme bese…

¡Ah , señori ta ! No se alarme ested: chez nous

es la costumbre . Los cabal leros besan a las damasen la boca , una vez que están presentados .

C'

est drole — murmura la francesita entre incré

dula y pensat iva .

Un hispanoamericano fuma en un tranv ía, y e lconductor le reprende con la verbosa so lemn idadfrancesa .

— Usted perdone : chez nous fuma uno dondequ iera .

Chez nous es e l salvoconducto po r excelencia,la disculpa de las disculpas

,el p i latesco lavado de

manos ante todas las in correcciones .164

Page 163: TOMOS - Forgotten Books

N"

e"º

r" *

o

sub i r a untranvia, comprarun<bo leto » . El h ispanoameri cano se adelanta incuestionab lemente , repartedos o tres codazos , y catalo a la vanguardia de losque esperan .

El pueblo protesta .

¡Maladro i t!C'est un abuse .

¡Mal elevel

El ameri cano respondeChez nous on fait pas de queue .

Los franceses exigen pasaporte 0 pape les deidentidad para todo .

El latinoamericano jamás los l leva consigo , yrespo nde solemnemente

— Chez nous , puede uno viajar sin pasaporte.Somos un país l ibre.

Los franceses encienden sus cigarr i llos con pajue las de az ufre .

— Chez nous hay ceri l las m agnifi cas .Los ftanceses fuman un tabaco detestable : <Dans

lescigarrettes du Gouvernement francais decía no

ha mucho un yankee humorista— il y a da

meme du tabac .»

— Chez nous, ¡qué espléndido tabaco !Los tranvías paris ienses caminan con lentitud .

— Chez nous , nueve puntos b ien Contados. ( l )Y las consecuencras

166

Page 164: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

En París las canti nas tienen terrazas . Para beberhay que sentarse .

— Oh ! Chez nous se ingurgita uno d iez cognacs ,de p ie , j unto al most rador.Vous comprennez , c

'

estplus

Pero un dia las costas de Francia se desvanecenante el regiona l ista viajero , y al llegar éste a América , la nostalgia le recibe en la p laya .

¡Oh ! Entonces , ante la real idad implacable , ante eldorado recuerdo lejano , el hombre de l chez nous

se acaba, y nace otro : otro que no c esa de repetiren medio del atraso y la m iseria amb ientes :

¡Oh ! en

Page 165: TOMOS - Forgotten Books

LI

AINO ACKTE“>

A mo Ackté , l i r io del Norte ,Ainó Ackté , gran rosa-té;sueño de los fiords , consortede l os vik ings . — A inó Ackté :

Ducal armiño de Suecia ,flo r de h ielo , alburas delas inmortales de He lvec ia ;ojos de azu r. — Ainó Ackté

En su garganta de ceraesconde al ru iseñor queo ía Lu is de Bavieraentre la n ieve .

— Ainó Ackté

Es la blanca Sinfoniadel viejo T heo Gautier.A inó Ackté : ¡Quién fuera un díaamado po r Ainó Ackté !

( 1) De la Grande Opéra.

168

Page 167: TOMOS - Forgotten Books

N e

casa que yo frecuen taba , y procuré que en aquel lacasa no coincidi ésemos jamás .Le adm iraba demasiado para querer tratarle.

No mucho después , una mujer que se de cia joven y bel la empezó a escrib i rme cartas del ic iosasque remataron en una cita . Respondi a las cartas, ya la cita no acudí.

T uve miedo de romper mi juguete .

¡Qué pudor insti n tivo me gu iaba entonces , quéalto y bello pudor , y po r qué no fué conmigo hastaParís, por qué pudo más en mi e5piritu la vana curiosidad de acercarme a a lgunos de aquel los a qu ienes yo rend ía cu l to perenne en mi corazón que elm iedo de empañar este cu l to para siempre !De todas suertes , fiero fué e l castigo ; porque de

esta excurs ión al país l iterario to rné con muchoscariños menos y con muchos desprecios más ; lamentando la merma de esa serena facu ltad de ad

mirar , que nos l lena e l ánima de paz y como que laengrandece .

Hinchados de vanidad los unos,en búdica con

templac ió n de su omb l igo , tend ida la oreja a todorumo r de adu lac ión , oficiando en un sacerdocio enque no creen ; rab iosos los otros , bajo su fa lso respeto a los maestros, de un cu lto que qu is ieran tanamp l io como el de éstos , comerciando con ideales ,confundiendo el arte con e l métier y la l iteraturacon la bel leza , y convirtiéndose en profes ionalesde ésta ; recurriendo a todos los medios para adqui

170

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O b r a s C o m p l e t a s

ri r una notoriedad provechosa ; e l poeta extranjeroadulando al pari s iense y mendigando de él una alus ión e n un periód i co , el apoyo de una pa labra, deun e logio . o cuando menos pasando l ista de presente a su lado con e l fi n de poder contar después a lacredu l idad de su tierruca , con más visos de certi

dumbre : <Regnier me dij o .

— Moreas me hizo no— Estando cie rto día con Remy de

Y confesando paladinamente de esta suerte su nu lovaler, su neces idad urgente de una consagraciónpobre consagrac ión l

— que en aquel maremágnumde París no puede conqu istarse con otro arb itrio ;el cher maitre exh ib iéndose congestionado de petulanc ia, en donde puede , y diciendo a todo elmundo con su actitud y gesto : <Aqu í estoy : miradme y adoradme .

» El principiante buscando la originalidad en e l traje , en las sortijas art nouveau, enlas costumbres pegadizas y estudiadas

,en tanto que

la encuentra o no por el camino del talento ; proeurando a cada paso e

'

pa ter le bourgeois , y dejandonaufragar en estetismos forzados y femin i l idadesexóticas lo poco de viri l idad que le resta… Y todos ,todos , aborreciéndose , env idiándose , pinchándosecon ep igramas , aguzando iron ías , buscando público , erigiéndose en jefes de cenácu los rid ículos,tristemente poseurs , fict ic ios y o rope lescos. Incapaces todos e l los de sentir y amar e l ideal , cuyaenemiga mortal es la l iteratura ; éstos engañando alas masas con fing idos apostolados; haciendo aque

171

Page 169: TOMOS - Forgotten Books

llos la pose de mártires , los otros de politicos; castrados éstos y aquél los y los o tros para -la fe , parae l entus iasmo y para e l amor .¡Oh! tr iste fué ese v iaj e al país l iterario ; tr iste ,

pero breve . T orné de é l despojado de ensueños yahíto de disgusto ; pero torné a tiempo , curado paras iempre de mi van idad , y hallando pasablementer isib le y lastimosa la de mis paisanos escritores ,que en el estrecho núcleo de este querido acc idente geográfi co que se l lama México se combaten ,teoriz an , doctr inan , fundan part idos y llevan en el

rostro la regocijada suficienc ia de su fama regionalcon el gesto de Atlas soportando e l mundo . Si; to rné de ese viaj e curado para Después ,

¡qué amable e ra mi soledad ! Solo estaba y perdidoen e l Paris inmenso y radioso . Solo , en los brazosde aque l monstruo , que jamás deletrearía mi nombre . Nada era yo , nada podía , s i e l ser . y el poderpendían de tan tristes consagraciones; to rnaba a encontrarme a m i mismo , tornaba a senti r lapu ra integridad de mi yo artistico .

Nunca veria mi nombre en la carátula amari l la deun l ibro de esos que se amontonan en los aparadores ; mi esfuerzo y mi vida pasarían ignorados deaquel las gentes . París , que consagra , no me consagraría jamás , n i yo haria nada para que me consagrase . Pero qué fe l iz era, fel iz con las admirac iones que me quedaban , y apretándolas contra mi corazón po r miedo de que se escapasen ; feliz con mis

172

Page 171: TOMOS - Forgotten Books

elfaisa'

n de oro) —

galantinas modern istas , trufas ultracapc iosas, et cce teris . A las v egadas, un cocktail

< prínc ipe de Ga les » en la taberna del Conti nental ,la b ien amada de Huysmans .La v ida para él , l lena de azares , no ha mermado

sus qui lates interi o res . Es bueno . Es un n iño — un

n iño egoísta o tierno , caprichoso o sereno celoso de sus cari ños

,susceptib le como una v io l eta,

capaz por esta misma suscep tib i l idad de comprender y sen ti r todos los mati ces de una palabra , deun gesto

,de una actitud : un gran n iño nervioso .

Le debo este hermosísimo y raro soneto — escritoen cinco minutos en una noche de París

,de esas

en que una prematura alba azul de estío — e n Páris las albas son azu les , ¿verdad , Manuel Mercado? — da un t inte pensativo al o ro loco del champagne . Lo c0pio s in van idad , y más que todo , pormiedo de que se p ierda :

Amado e s la palabra qu e en querer se concreta,Nervo e s la vibrac ión de los ne rvios de l mal:b endita sea y pura la canción de l poeta,

qu e lanzó sin pensar su frase de c rista l .Fraile de los suspiros, c e leste anacore ta

que t ien es en b lancura l'az úcar y la sal:mué stram e e l l irio puro que sigues en la veta,y hazm e escuchar e l e co de tu a lma sideral .Gen eroso y su t il com o una m ariposa,

encuentra en m i la m ie l de lo qu e soy capaz,y goza en m i la du lce fragancia de la rosa.

174

Page 172: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

No busques en m is gestos el alma de m i fazqu iere lo que se aquie ta, busca lo qu e reposa,

y ten como una joya la perla de la Paz .

En cierta ocasión en que , a propósito de mi cHermana Agua » , discurríamos de cosas suaves y cr istal inas, e l alto poeta díjome :

— En cuanto a m i, yo qu isiera ser un gran topacio , un gran topacio , y que la luz del sol me hiriese por todas partes , po r todas partes me atrav esase , bri l lase en todas mis face tas . Yo no qu is iera sermás que un

DE GROUX

No , yo no creía en los fantasmas hasta que conoc i a De G roux — Henri de Groux el dantesco yatormen tado p intor belga .

¿De qué aque larre vino , de qué noche de Wal

purgis, de qué página de Edgard Poe , de Hoffmann

,de Vill iers de L' lsle Adam o de Ju les Bo is

su rgió este tenebroso cabal lero?Raquítico y desmedrado , pál ido , con una cara de

un raro parec ido con la de Luís Onceno , enmarcada por me lenas lac ias y grisáceas, con una redingote del tiempo lamartin iano y unos ete rnos pantalones a cuadros, así iba por la pesadi l la de su v ida .

175

Page 173: TOMOS - Forgotten Books

d o N e

Un dia se p resentó en nuestra casa a buscar aDarío . Dario estaba enfermo , y yo le rec ib i. Hablamos , natu ralmente , del Dan te , de Baudelaire y dePoe . Era su amada tr i n idad . Después desapa rec iópor largo'

t iempo . Yo , a propósito de una de susincesantes desventuras, le escr ib i , poco más o me .

nos , lo s igu iente :<Amigo De Groux :Dice León Blo is , en el Mendi

go Ingrato , que usted lleva la desgrac ia adondeva: s i entra usted a una casa , cae un rayo, semuere alguno de la famil ia o se derrumban los techos . Yo — no ten iendo nada que perder nadatemo . Venga usted a verme . Parti remos e l pan yla sal . »

Aquello fué foudroyant para e l artista ; me respondió con mi l p rotestas de afecto , y desde entonces v ivió casi con nosotros en nuestra cas ita delFaubourgMon tmartre .

Por la noche sol ia despe rtarme e l rumor fel inode unos pasos . Era De Groux, cubierto con unmanteau roj o , de caperuza (olv idado en la casa poruna amiga de Gómez Carri l lo); De Groux que , nopudiendo conci l iar e l sueño

,iba a despertarme

para leerme sus memorias , tras de lo cual , como unMefistófeles absurdo

,huía de nuevo en pos de sus

tin ieblas,de sus bienheureuses tene

'

bres , como él lasl lamaba en e l abracadabrante d iario .

Cuántas horas ino lvidables, entre la noche que

viene y la tarde que se va , pasé en su talle r con176

Page 175: TOMOS - Forgotten Books

ño de ese instrumento organ izado de la lengua , aacuñar con est i lo prop io e inconfundib le hermosasmeda l las , a imprim ir su garra de león 0 sus suavesdedos de pa loma en páginas vivideras , que yo a

Díaz Rodrígue z no le daba menos de la edad expresada , y con sorp resa vi que era muy joven aún , quelo que otros adqu ieren y afirman tras ago tar esa larga paciencia que se llama el Arte , él hab ialo conqu istado como un A lejandro , en la f lor de los años .Elegante, fi no , de grandes ojos dulces y expresi

vos, delgado , la color levemente morena , l ento enel hablar, i rrad iando todo él una expresión de bondad y simpatía, d ifíci l es que conociéndo le no sele estime y qu ie ra . Nada en sus actos desdice deesta impres ión p rimera . La Naturaleza, que por locomún suele escrib i r un a lerta en las fisonomíasrepulsivas

,sue le as im ismo engañarnos con ciertas

fisonomías agradables o con ciertas figuras armón icas : e l gato, e l más be l lo y e legante de los an imales domést i cos , es cruel , i ngrato e h ipócrita ; e lelefante , primord ial , rudo , feo y tosco , es noble ,f ie l y casio… Esto no es nuevo : creo que lo le í e nmi primer l ibro de lecturas

, ¡ustedes dispensen lCon Díaz Rodríguez la naturaleza ha sido lógica .

No hay contradicc ion entre lo que revela su semb lante y el precio ine stimable de su espíritu . Es

medularmente bueno'

y alto , si se me permite e l ad

v erb io .

Fué mi hermano , y lo es a través de las anchas178

Page 176: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

tierras que separan nuestras manos cordiales , nonuestros espiritus, l igeros como la luz y vagabun

dos como el aire .

Papadiamantópulos (Jean Moreas) saboreaba nosé qué me njurge en no sé qué café de l boulevard,cuando Gomez Carri l lo fué a deci rle

— A l l í , en Cal isaya (Cal isaya es una cantina americana del boul 'evard des Ital iens) está un poetaque ha ven ido de México con el solo ob jeto de cono cer a usted .

Moreas se levantó inmediatamente y , con eseandar elástico y ese aspecto de Fi erabras que lecaracterizan , dirigióse , acompañado de Gómez Cát r i l lo , a Cal isaya .

A l l í , en un rincón sombroso y discreto , estabacon Darío y una actr iz de l Grand Guignol , LolaNoyr, am iga de Carri l lo , e l poeta que hab ia ido aParís

,desde México

,só lo por conocer al griego .

Ese poeta era un servidor de—

¿Dónde está el poeta que ha venido de America a conocerme?— preguntó Moreas con voz estentórea.

Carr il lo me señaló, y yo me levanté respetuosa179

Page 177: TOMOS - Forgotten Books

mente , con el sombrero en la sin iestra y la , diestraextendida hacia la suya .

Papadiamantópulos la estrechó con un sha

kehand franco y efus ivo,y ya general izada la con

v ersac ió n , pude observarle a mis anchas .Su fisonomía es en extremo simpática

,su color

bazo , agu ileño e l rostro , i l uminado por grandesojos expresivos , al cual da aire mil itar el mostachoespeso , reto rc ido y firme ; todo él hace pensar en unso ldado turco o en un sultán persa .

Un monóculo orlado de negro y '

atado a una ancha cinta de seda, y cierta i ndumentaria ti rando ae legante , aunque rebuscada una miajita; otrosí , enlas manos sendos guantec illos colo r de rata , subrayaban aquel la figu ra varon il y refinada a un tiempo m ismo .

Aquel día Papa… etcétera, y yo , no nos separamos . Aquella noche tampoco

,pues que Moreas

nos inv itó a comer a Carri l lo , a Darío y a mi, y después fu imos a recorrer las endiabladas cal les deMontmartre hasta muy avanzada la hora . Yo dabael brazo a Moreas , que me l lenaba de afecto . ( ¡Esclaro ! Un poeta que hab ia cruzado el Océano sólopor verle !) Y más ancho que una col , me decia

— Del brazo con Jean Moréas ¡Vas del brazocon Jean Moreas ! ¡Quién te lo había de decir, hombre ! Quién hab ía de decirte

,cuando jugabas a la

gall ina y e l coyote en las herbosas calles de tupueblo , que un dia — mejor dicho ,

'

una noche — ha

180

Page 179: TOMOS - Forgotten Books

N e

Antes de separarnos, me hizo espontáneamentela promesa de l levarme al dia sigu ien te , a Cal isaya ,su Pelerin Passionné, con la respectiva dedicator ia .

¡Oh glor ia !… Y segu ia yo murmurando para mi coleto : <Quién había de decirte , cuando jugabas a laga l l ina y e l coyote en las herbosas calles de tu pueblo , que un dia — mejor d icho , una noche — habíasde i r po r Paris de Fran cia » , etc .

, etc .

¿Qué pasó al dia siguiente? No lo sé . Acaso estuve enfe rmo

,acaso mi pésima memoria me jugó

una ma la pasada ; lo cierto es que no fu í a Calisaya . Según Dario me refir ió de spués , Moréas mebuscó ; l levaba su l ibro debajo del b razo , ¡su l ibro dedicado ! No me encontró , y enfadado , rompióla página autografiada, la h izo añ icos .

Y eso fué todo.

Papadiamantópulos y el poeta que habia ido a

Paris , desde México , sólo por verle, no vo lvieron a

ser amigos. Cuando se encontraban , el primero fi n

gia no acordarse del segundo ( ¡que habia atrav esado el Océano !)y el segundo acabó por resignarse¡T odo se habia perd ido , menos e l hono r !

Page 180: TOMOS - Forgotten Books

RODEUSE…

Si te tornan pensativa los desastres de las hojasque revue lan crep itando por el amplio bulevar;s i los cierzos te insinúan no sé qu é vagas congojasy nostalgias imprecisas y deseos de l lorar ;

s i el latido luminoso de los astros te da frio ;s i incurab lemen te triste ves al Sena resba lar,y el reflej o de los focos escar lata sobre el ríose te an toja que es la este la de algún trágico nav íodonde l levan los ahogados de la Morgue a sepu ltar ;

¡Pobrecitai Ven conmigo : deja ya las puentes yermas.Hay un alma en estas noches a las fisicas hosti l ,y un vampiro d isfrazado de galán que busca enfermas,que corteja a las que tosen y que , a poco que te duermas,chupará con trompa inmunda tus pezones de marfil .

183

Page 181: TOMOS - Forgotten Books

LOS REYES

No , no se trata de los Reyes Magos . Aque l losiban en lentas caravanas . Los dromedarios engualdrapados proyectaban su sombra preh istórica so

bre la arena roja del desierto . Negros pajec illos lesserv ían . Paran in fos ordenaban su marcha . O rientábalos una fu lgente estrel la . Arrodillábanse los dromedarios para que sus amos descendiesen , y extendían los paje c illos tapices de Persia para que enel los se posaran las reales p lantas , de seda y orocalzadas .

No , no se trata de los Reyes Magos , s ino de lacaravana moderna de testas coronadas que llega ala Babilon ia moderna, y se p ierde en su báratroefervescente , sin despertar ya más que curiosidadesfurtivas .Yo no conocia a n ingún rey . Cuando naci , e l

Princ ipe barba de oro, que dijo Rubén Darío , hab íaya caido en Querétaro , vulnerado po r las balas répub licanas, y la emperatr iz Carlota enhebraba enun casti l lo de Europa la malla misteriosa de su lo

184

Page 183: TOMOS - Forgotten Books

A ¡ II

¡Un rey ! ¡Bah ! C'

est pas ¿patant un Los quemi nodriza Ju l iana cono c ia eran más be l los .Cuántas veces , ya en los bulevares , ya en un

vernissage , ya en el five o'

clock del Elysée PalaceHo te l , una voz indiferente murmuraba cerca de mi:

Tiens ! Le ro i des Belges .

Y aquel viejo de barba bab ilón ica pasaba sinmás ceremon ias entre la multitud , fria y atareada .

Más bello era Kruger, ese nob il ísimo y octogenar io orangután que en una radiosa mañana l legóen tr iunfo a la cap ital del O rbe , en medio del locoy generoso entusiasmo de un mil lón de personasque formaban val la desde la estac ión hasta e l HotelScr ibe , temblando de emoción y de años , austerocomo un Cinc inato ,

trayendo a Europa una Bib l iav ieja y una so la palab ra : ¡Derecho !El shah de Pers ia si que era rey. Se pensaba al

verle en los viejos cal ifas . Llevaba pedrerías dignas'

de Montecristo , tenia esplendide c es de monarcaantiguo . Las muchachas del pueb lo l e enviaban besos en los bulevares . Odiaba la etiqueta , se enjíchaba de todo y hac ia pipi en los jardines públ icos .¡Ese si que era rey ! Sus servidores se acercaban

a él tendiendo la cabe za hac ia ade lante como paraofrecérse la, en acatamiento a su poder , dueño devidas y ¡Ese si que era rey!Adoraba a las muchachas bon itas, lamentando,

s in duda , no poder ejercer en París el derecho de¡Este si que era rey !

186

Page 184: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

Durante su permanencia en Paris se gastó dosmil lones en los almacenes

,e hizo hasta al ú ltimo

de los servidores del hotel en que moraba e l presente de un ¡Ese si que era rey !Me acuerdo de aqu el la vieja de los versos de

Hugo que , viendo pasar al rey de Nápoles , decia,poco más o menos

,y con desdén : ¡En mi tiempo si

que venian reyes ! ¡Napo león los traía uncidos a sucarro !Hoy po r hoy, cualqu ier h ijo de Jonathán hace

mejor papel en Europa : Vanderb i lt, que queríacomprar el Arco de T riunfo para dar una fiesta; oMorgan , que qu iere comprarlo todo , y que lo logra,porque , hoy por hoy, todo se vende .

187

Page 185: TOMOS - Forgotten Books

LA PRINCESA PEINABA SUS CABELLOS

LA princesa peinaba sus cabellos ,pe inaba sus cabel los de oro fi no

,

dis traída , mirando vagamente ,a través de una oj iva del casti l lo

,

la sementera en fruto,

e l po lvoso caminopor donde transi taban los g itanos ,o , mascullando rezos , los mend igos ,o , cub iertos de conchas y de tierra,los peregrinos ,los barbudos romeros que de Ita l iatom aban bajo el rudo so l de estío ,o b ien al ahorcadode ayer , que de una almena del vecinoatalaya mohoso ,pendiendo está , gesticu lante y rígido ,proyectando en e l muro su sombra,absurdo y ridiculo .

La princesa pe inaba sus cabellos ;con la s in iestra, asialos,

188

Page 187: TOMOS - Forgotten Books

VARIAS NOTAS

EN LA PLAYA

LA playa se extiende roja , bri llante , salp icada demil puntos v ivos . Se diría leve arena de oro dondec intilan muchos diamantes ; forma una ampl ia he

rradura que enmarca al verde claro del mar.Como un colmenar se yerguen las casucas de

madera de los baños ; y , l lenando de notas v ivas elpaisaje , desparramadas crep itan al viento las tiendas rojas y blancas , blancas y azu les .Unapo llada de chicuelos , pantorri l las al ai re , ves

tidos de muse linas, j uega en la arena con toda unauti ler ía minúscula de a lbañ i l ; y en las ondas , cogidas de la mano , osten tando sus formas , más omenos exuberantes

,— que el trajec illo de baño azu l ,

empapado ya y pegado a la piel , defi ne asaz , node otra suerte que el l ienzo húmedo que cubre unaestatua de arci lla b ien deja ad ivinar toda la ingenc ia euritmi ca de las curvas, — en las ondas , un grupo

190

Page 188: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

de muchachas se baña , g r ita , chapalea , chapotea .

Sus cofie tas impermeables están guarnecidas delazos coque tos de seda , que flotan al v iento frescoy oloroso .

Los ¡ah ! mi! , se bañan con una imHe ah í un banquero judio , agu ileño y

v entrudo . No tiene verguenza de su obesidad . T am

poco la tiene de su miseria fis iológica ese cabal lero zancudo

,de magras pantorr i l las .

Las muchachas rien de el los y siguen su alocadobaile en las suaves ondas.

A l lá arriba , e l puertecito se extiende en semicírcu lo al p ie de la montaña . Avanza un estr ibo deésta hac ia e l mar, y se desploma a p ico , formandoun canti l majestuoso .

Sobre el canti l , un enorme Jesús abre los brazoscomo una enorme misericordia . A l l í van a orar y aatisbar el Océano pérñdo las muj eres de los p escadores cuando éstos tardan , y el mar se encrespa ,espumarajea y truena.

Mas esta mañana todo sonrie . El mar ostenta enla playa sus leves blondas

,las o las al mori r enre

dan misteriosas fi l igranas de plata .

Las villas de ladri l lo , ci rcundadas de jardinc illoscoquetos, abren al día todas sus vidrieras re lampa

gueantes.

C!

Por la tarde,los bañ istas se congregan en la

glorieta que circunda el faro . Las señoras hacen

191

Page 189: TOMOS - Forgotten Books

N e

labor . Los hombres fuman y conversan . T odosjlirtean .

T odos nos conocemos peu pres y hemos trabado amistades , amistades efímeras que se diso lve rán en e l maremágnum de París .El sábado , en la noche , l lega el tren llamado de

los maridos . En él v i enen los idem que no puedenacompañar a sus mujeres que v e ranean sino losdomingos , porque les affaires los esc lav iz an .

El domingo , pues , sufren una i n terrupción l igeralos flirts de la semana .

El lunes , e l tren de los maridos parte de nuevo ylos tlirts continúan .

Por las noches se baila o se ju ega en el casino .

Muy de mañana , e l mercado es el lugar de cita .

Los pescados de plata , las angu ilas v erduscas ynerviosas t iemblan sobre los mos tradores . Las crevettes enredan sus an tenas d iáfanas en inextricab lelaberinto de hi los , las langostas abren y c ierran susp inzas de coral . Pobres b estie c illas ignorantes desu destino . Den tro de unas cuantas horas , al plato .

¡Bueno , y quél— di rá e l le ctor vaya un cap it ulo monótono .

Si, monótono como el mar

En la edic ión original , apare ce después de este ar

t ícu lo , y b ajo e l t itu lo de VISIÓN,la poesía que com ienza

Una tarde en mi sendero . V. Obras Comple tas, v ol. I I , página 45.

192

Page 191: TOMOS - Forgotten Books

Háceme pensar también en las conchas de nácart i radas por mariposas, que servían de carroza a lashadas , y en todas esas leyendas alemanas cuyo escenár io es la floresta cabe lluda y musical , y en loscuentos de

¡Ah! vosotros que con una cu r iosidad ingenua yvana le con templá is , no sabéis de dónde viene eseprinc ipe : es el ú ltimo ab encerraje de los cuentosmaravi l losos ; una hada le parió en la cuna azu l yondulante del cál iz de un lo to ; los silfos la mecíansobre e l lago do rmido ; la luna, otra hada lejana ,v estiala de plata .

En sus pequeñ itos ojos azu les tiemblan aún medrosas las v is iones de la isla encantada donde moró ,rey de un país de genios ; su rostro , que podria esconderse entre los pétalos de una rosa , está triste ;tr iste y medroso se muestra ante ese enjambre demonstruos que lo miran — los hombres son monstruos para él ; — tr iste porque el princ ipe p iensa ensu re ino , en su re i no cuyos pobladores conversan aún con las hadas , donde las l ibélulas t i ran delas carrozas de nácar

,y en el lago un nenúfar es

un barco de ensueño , y en e l a ire los hilos de lavirgen son hamacas de cristal para las Ariadnas .

194

Page 192: TOMOS - Forgotten Books

a s C o m p !

EUNICE MIERIS (1)

Como una gran flor de l iso rnada de oro en fusión

,

eras . ¡Oh , las musardisesdel poeta de I'A iglon

entre tus lab ios tan tersosy tan rojosl— Sonre íasy , cantándolas , fingiasun ánge l que d ice versos.

Blan ca estrofa eres tú deun r itmo emb e lesador,y Mucha

,p intándote

sobre un pétalo de flor,

acertara .— A todos p lugo

tu r ima, porque Rostande ra

,merced a ti

,tan

e

preciado como el Rey Hugo .

195

t

( i ) Rec itando las Musardises , de Rostand — ¿Se acuerda

usted, don Justo Sierra?

Page 193: TOMOS - Forgotten Books

N e v ºo

Pero merced a t i , estrel laque lo vestias de

¡Cuán absurdamente bel laestabas , bajo de aquel latransfiguración de rizos !

196

Page 195: TOMOS - Forgotten Books

gusto en el pecho la Cruz del Y si mucho teapuro , vas a decirme que prefieres

"

para tu frente laLira… Pero ; qué veo ! T e seduce un topacio : Arturo o Están lej os . No importa .

— Hé pensado que no me convienen los astros ;¡Llevar astros ! esoh rilla demas iado ; es rastaquoere;

¿Qué?

Versos .Y le escribi estas lineas .

198

Page 196: TOMOS - Forgotten Books

Y EL BUDHA DE BASALTO

A quel la tarde , en la A lameda , locade amor , la dulce idolatrada m iame ofreció la eg lant ina de su boca .

Y el Budha de basalto

O tro v ino después , y sus hech izosme robó ; dila cita , y en la

'

umbria

nos trocamos ep ísto las y r izos .

Y el Budhá.de lbasalto

Hoy hace un año del amor perd ido ;al s itio vuelvo

,y como estoy rendido

tras largo caminar,trepo a lo alto

del zócalo en que el simbo lo reposa .

199

Page 197: TOMOS - Forgotten Books

Derrotado y sangriento muere e l dia,y en los brazos derBudha de basaltome sorprende la luna misteriosa .

Y el Budha de basalto

200

Page 199: TOMOS - Forgotten Books

N e

tonos los compases , sob re las tab las empapadas deagua salobre del puente .

¡ Sobre las o las… ! Pensé en el pobre músico mexicano que , en una tarde de verbena y de hastío , alborde del sucio y pobre canal de Santa An ita,v iendo cómo e l v ien to delgado del Valle riz aba lasondas obscuras y nauseabundas , había soñado esasmelodias voluptuosas y tristes que le han hechocélebre en todos los pueb los . Pensé en su humi ldevino inspirador de cosas tan bel las

,en la opulen

c ia de una musa criol la , impaciente de salvar lasbarreras de azur de nuestras montañas ; en la i no

pia del joven maestro i n édito , que en otro país , eno tro medio

,hubiera s ido un Strauss o un Wald

teufel , y me invadió repentina pena , amarga comola h iel del Océano que se h inchaba levemente enrededor de nuestro barco .

Meses después , sorbía yo concienzudamente , enla taberna rumana de la Exposic ión de 1900, un refresco

,en una tarde estival

,de esas que se prolon

gan indefin idamente , co n inde c isiones de crepúscul os i nterminables .La orquesta de la taberna era famosa por el 110

rar de sus vio l ines y de sus vio las,pu lsados po rtaumaturgas manos de zingaros ; por el gemidograve de un violoncel lo maravi l losamente herido y

202

Page 200: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

por el hueco sonar de una si, de unamarimba guatemalteca o ch iapaneca que los músicos exhibían , traducida al bohemio , como instrumento de procedenc ia ragusana .

De pronto también , un va ls que en aquella tardede pereza estival cuadraba con la insouciance delos espiritus: era Sobre las o las. El entusiasmo sedesbordó al o irlo , y recuerdo que una inglesa prem ió con u n luis de oro un bis pedi do a l di rec tor .No lejos de la taberna , entre la multitud de ban

deras cosmopol i tas , ondeaba sobre el humi lde pab e lló n de México la bandera mex i cana , ¡la bandera de Juventino Rosas !¡Pobre Pensé en el loco desborda

m iento de alegria que hubiera determinado en suco razón aquel lu is de oro pagado por o ír su vals,en el corazón de Paris

,en un Certamen que con

gregaba a todo el un iverso ; y tom é a ponerme

Después , en una de esas tardes de l i la y rosa pál ido del otoño

,en un café del boulevard des Ita

liens tomaba yo el aperitivo , contemplando el eterno desfi le de preciosas y de gomosos que invadenlas resonantes aceras , cuando viej os compases familiares despertaron mi o ído . La Orquesta tocabaSobre las o las .

203

Page 201: TOMOS - Forgotten Books

A m

A ! conclu irse el vals , acerquéme a la pianista, unamuchacha en lu tada , de rostro enjuto y nariz israel i ta , en la que cabalgaban los le ntes enmarcadosde oro .

¿De quién es ese v —als?— le pregunté .— Es de… (aquí un nombre francés que no re

cuerdo), un joven músico que promete mucho .

¡Pobre Juventino ! Se hacia célebre despersonalíz ándose .

Y sentí otra vez mi v ieja tristeza.

Y más tarde aún , en e l espléndido salón de concie rtos de Zurich , a la or il la de l lago azul , en una

de esas noches en que todas las constelacionespalp itan en las aguas tersas , en tanto que yo dormitaha en una ban ca, bajo un árbol del riente parque que da acceso al pabel lón, he aqu i que la lenta me lodia prel iminar del vals viene a arru l lar m i

semisueño .

Pero esta vez en el programa figu raba el nombre de Juventino . Los alemanes , más p iadosos quelos par isienses, le dejaban a la sombra el usufructode su glor ia .

Y al l í,a la margen del lago de terciopelo borda

do de todas las l uces de la playa semicircular, comouna enorme amatista montada en una herradura dediamantes

,aquellos compases l lenos de perezosa

204

Page 203: TOMOS - Forgotten Books

SWEDEMEORO

J AIplus de souvenirs qui sij'

avais mille ans , dic eun verso de Baudelaire . A mi me pasa o tro tanto ;pero aun cuando viv i ese el doble de ese mi lenarioacumu lador de recuerdos , aun cuando tuv iese másrecuerdos que s i hub iera v ivido dos mi lenarios , noolv idaria jamás al extraño personaje que es objetode estas no tas

,y que por no sé qué azar encontré

en m i camino .

Creo que Rubén Darío me lo presentó en e l .t iempo ¡ay ! ya l ejano en que los dos vivíamos en elnúmero 29de l Faubourg Mon tmartre , una de las

cal les más end iab ladas y ruidosas del endiablado yruidoso (y div ino) París .

— El maestro X .

Servidor de usted .

Era 0 es,porque todav ia vive (salvo error u omi

s ión), un hombre corpu lento , muy moreno , caido

de hombros,y que asi po r el cuerpo como por e l

corte de cara,se pare c ía notab lemente a Balzac . Un

Balzac más obscuro . Esta observación la h icimos al

prop io tiempo Darío y yo .

206

Page 204: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

— El maestro X .

— Para servi r a usted .

Díjome que en México me hab ía conocido , y yorecordé , como en un sueño , al autor de una danza ,de una l eyenda melód ica y de otras cosas muy h él las , de un romanticismo amable , que aquel hombretocaba y gesticulaba al p rop io tiempo con movimientos de músculos faciales , de hombros y decabeza .

— Compone usted cosas muy hermosas — le d ije .

Pero mi cumpl ido no le gustó . Sw edemborg ylos yanquis hab ianle vuelto apóstol , y e ra un apóstol n i más n i menos el que yo ten ía delante . Su dev oc ió n por el i luminado escandinavo nos h izo darlesu nombre , y con tal nombre lo presentamos a donJusto Sierra cuando estuvo en París , quedándoseéste , mi eminente amigo, tan in trigado como Daríoy como yo ante la en igmática personal idad de lmaestro .

— La — me respondió Si, pero no éstaque toco ; eso no es nada . El ¡fu ! Usted nosabe que he inventado , mejor dicho , que me has ido revelada una teoría musical que va a revo lucionar al mundo entero .

Y comenzó la expl icación .

Aquel hombre había hecho la fusión más <b izarra » del mundo con la Bibl ia y la Música . Sab idoes que los yanquis son furibundos exegetas . El<maestro Swedemborg»

, que , según parece , viv ió207

Page 205: TOMOS - Forgotten Books

luengos años en Nueva York , torrióse exegeta a suvez , y de los más fur ibundos .Empezó por buscar a la Bib l ia u n sentido mus i

cal , y acabó por musicar hasta el e n

teor ía , se entiende . El amor al símbo lo llev ó le a

esas fronte ras en que los videntes y los locos sedan la mano . Según él

, la Virgen Maria , en e l Nue

vo T estamento , simbolizaba la músi ca . He rodessimbol izaba e l d inero .

Quiso expl icarme su teoría , en cuyo programaentraba nada menos que la supresión de las notas .No habia razón para que un son ido determinadose l lamase DO y otro RE. Esto c ircunscrib ía miserablemente el papel de la música, suprema reveladora de la vida

,del más al lá , de todo lo arcano y

m i sterioso .

A! pri ncip io , e l maestro i n tentó crear una nuevateoría musical ; pero navegando en la Bib l ia , tornóse bíbl ico . Vino le el afán inco ntrarrestable de in

terpre tar, de hal lar un símbolo en cada versícu lo ,de desentrañar obscuridades , all í donde todo esabismo ; y un dia, creyéndose invest ido de poderessobrenaturales , partió de Nueva York a Paris, donde , según dec ía , debía surgir la revelació n futura yefectuarse la santa pal ingenesia de la verdad : Francia era la escogida por Dios para hacer br i l lar sobre el mundo la nueva luz .

A veces hab ia en él , ante la ironia de* sus ami3

'

tosos oyentes (yo entre el los), verdade ros re lám208

Page 207: TOMOS - Forgotten Books

LA M! SICA LUMINOSA

LA LUZ ! UE CANTA

NINGUNO de quienes asisti eron a la ExposiciónUn iversal de París de 1900 habrá olvidado , s induda , las maravil las encerradas en ese palacio deensueño . levantado en e l Campo de Marte, y quese l lamaba el <Palac io de la Opti ca » .

Había en este pa lacio , de caprichosa arquite c

tura , in numerables sa las , en las que e l v i aj ero ve iala octilografia luminosa , los aparatos creados parala tel egrafía si n h i los , las proyecciones de microb ios , e l mundo que hab ita en una gota de agua , e lpolon ium y e l rad ium , substancias radioactivas deuna potencia enorme

,los radiófo nos, e l maravi l l o

so aerósc0po , la formación de la ti erra e n ve intecuadros

,las bacterias lum inosas

,la gran luneta ,

cuyo aumento ascend ía a diámetros , etc . , etc .

Pero quienes hayan v isto eso y otras muchas co

sas más , que me ca l lo por no hacer interminableesta l ista

,no han olvidado , de fij o , n i podrán olvi

dar jamás , el ÓRGANO OPT ICO de la <Sala Fran

210

Page 208: TOMOS - Forgotten Books

O b r a s C o m p l e t a s

k l in » , que proporcionaba , con pasmo de los ojos,audiciones co loridas de div i no efecto .

La audición colorida es, dicen los llamados < decadentes » , el p riv i legio de un reducido número depersonas exci tables en grado heroico

, y las cuales ,hay que conven ir en e l lo , no han estado jamás deacuerdo con respecto a l co lor q ue corresponde a

un son ido determinado .

Como cada color y cada son ido — d icen éstossuprasensib les artistas modernos — se deben a v ibrac iones de n úmero conocido , es c ientíficamenteposib l e establecer una gama de co lores cuyos ¿ i ntervalos correspondan — poco más o menos — a losde la gama musical , y po r ende , es pos ible también< poner en co lo res» un n úmero musical .El órgano óptico a que me refiero , y que embe

lesó a todos los enamorados de lo extraño queacud ieron al Palacio de la Optica, l levaba a caboesta audic ión co lo rida .

Cada tec la del tec lado , por min isterio de un interceptor de mercurio y de un h i lo conducto r, encendia, al ser herida , cinco lámparas incandesceu

tes de l mismo color . Veinte tin tes b ien graduados ,según la regla enunciada por Mr. Charles Henry ,comprendiendo e l espectro entero , se i luminabansucesivamente , y su b ri l lo se prolongaba durantetodo el tiempo en que el dedo se man tenía sobre latecla correspondiente

, oprimiéndo lo . Hab ia cincofi las de veinte lámparas , y n inguna <feería » de las

211

Page 209: TOMOS - Forgotten Books

N e

que han hech izado nuestros sueños infanti les podiacompararse a aquella música v is ib le que danzabaen mi ! matices ante nuestros ojos en e l negro salónencantado .

Según los que han estudiado estas cosas , losson idos graves , de gran ampl itud de onda, corresponden a los rojos y a los anaranjados ; los son idosagudos , fis i camente correspo nden a los azules yvioleta s ; y como, por añadidura , la serie de los colo res es de forma cíc lica , e l vio leta , por ejemplo , seaproxima al rojo , y el aparato de que he habladopodia funcionar asim ismo a la i nversa , es dec i r,podia asociar los rojos a los son idos agudos y losvioletas a los son idos relativamente más graves .Constru ido el mágico instrumento

,algu ien se

preguntó si la me lodia co lorida podria aminorarel prestigio de la me lodia mus ica ! , o por el contrario , aumentar su efecto ; s i ésta o aquélla tenía máspoder estético , advirtiéndose que es cosa probadaque los son idos no obran de la prop ia suerte quelos colores

, ya que los co lo res de gran ampl itud deonda excitan más la sensib i l idad visual que losvioletas

,los son idos agudos más que los graves , y

que , baj o e l punto de vista fisio lógico , los rojos corresponden a los son idos agudos .No seré yo quien intente reso lver e l problema ;

sólo, si, d iré que , aunados de la suerte que he d icho ,

el color y la mús ica, eran algo no presentido , algod ivino

,que hub iera sumerg ido en el éxtas is a un

212

Page 211: TOMOS - Forgotten Books

cuerda con gracia a qu ienes han cal ificado a la mús ica de Wagner de escarlata , a la de Meyerbeer devioleta ep iscopa l , a la de Massenet de flava , < ti rando a anaranjada » , a la de Carlos Lec oq de cereza,y a la de de verde manzana ! recordando , a pr0pósito de esto , la conocida anécdotade Liszt, quien ve ia una catedral inmaterial en lamelodia de l < Preludio de Lohengri n »

, y murmuraba en la corte de Weimar , en las repetic iones de suo rquesta : < ¡Un poco más azu l , señores , os lo supl ico l » , 0 b ien : <T odo ese pasaje menos rosa»

,o

< ¡Aq uí , vio leta obscuro ! »

No era , s i n embargo , el viej o Li szt el ú n ico quecreía en estas cosas ; e l gran Hans de Bulow,

tanconocido por sus gen ial idades , n o dudó jamás delco lor de las vib rac iones musica l es y, hoy por hoy ,debe de existi r aún cierto inglés , M. A . W . Ri

m ington , quien inven tó e l COLOR MUS ICAL, una especi e de sistema VlSUAL— AUDIT IVO de lo más peregrino del mundo .

Los poetas han s ido todavía más crédu los quelos músicos , o qu izá , si endo los suprasensib les porexcelencia

,han asido mejor que e l los estas en igmá

ti cas analogías. T estigos : Verlaine , Mallarme,Huysmans y los ya c itados Montesqu ieu y Rimbaud .

El s entido común ríe de estas cosas ; pero esepresent imiento arcano que an ida en lo más secretode las almas artistas se contenta con respondermelancól icamente : ¡Quién sabe !

Page 212: TOMOS - Forgotten Books

LAS NUPCIAS DE LA ESFINGE

HABIA le ido un hermoso poema : e Lo que ha visto la Esfinge .

»

La Esfinge , ¿quépuede hacer sino mirar?

Se derrumbaba el sol en uno de esos pon ientespál idos de París ; mo ria la luz sob re la ú ltima pagina de mi lib ro , y me quedé abstraido , frente a mitaza de café , con mis ojos anegados en el vacío ,que para los poetas tiene m iriadas de puntos deo ro y de h i los de luz , entretej idos como hamacade cristal de los sueños .Pensé entonces — natu ral era — en esa enorme y

extraña mujer,i nmóvi l como la esposa de Lot en

medio del desierto , de mitra ultrajada por los tiempos , de fren te impasib le , de oj os inmensamenteabiertos

,como si quis ieran sondear todas las s imas ,

traspasar todos los arcanos , como si in tentaranabarcar los destinos de todas las generaciones ; enesa mujer c uyos senos de gran ito han amamantadoalY presa de una alucinación poderosa, me sent í

transportado al p ie de l fo rm idab le s imbolo l itúrgico .

La noch e descolgaba sus legiones de trasgos so215

Page 213: TOMOS - Forgotten Books

N e

bre los páramos , y el si lencio se adueñaba de lascosas .

Qué inmensa tri steza— me dr¡e — debe de sentirese monstru o perennemente qu ieto , ante el cual envano encienden los crepúscu los su roj o vivo y g lorioso y despl iegan las albas su nacaradaUn ico y solo , acaso sufro la nostalgia sin limites delos Faraones

,de las dinastías que hoy duermen bajo

las pirámides , cuyos negros pol iedros desgarrancon sus vértices el in fin ito . En su .derredor nadafl o rece , es deci r , nada ama.

Y cuando esto me decia, escuché una voz aguday metál ica como el son ido de las viejas trompetas .

La Esfinge hablaba y me dec ia:— En e l orbe todo ama y yo no me sustraigo a

la ley .

¿Y qu ién es tu desposad0?— pregunté , estremec iéndome .

— El T iempo— respondió y cuando las postre

ras generaciones hayan caido bajo su segu r ; cuando el mundo

,momia cósmica

,v o ltejee como un

cráneo inmenso en el mar abejeante de luceros dela noche

,vendrá a mi e l Prometido , y el desie rto ,

helado ya , será nuestro tálamo ; la n ieve que mecubra , mi traj e nupcial ; sobre m is senos pétreos

posará e l co loso la testa encane c ída, y entoncesp roc lamaremos ante e l planeta vac io en que se sucedieron las teogonías y penaron las razas , e l secreto de vuestra existencia

216

Page 215: TOMOS - Forgotten Books

A m a d o N e

Algo , desde los intimos repl iegues de tu ser, subea tu concienc ia

,y la sombra que ese algo en igmá

tico proyecta es más obscura qu e todas : se diríauna sombra que l leva luto .

Como Midas , embriaga al sáti ro que hay dentrode ti , para que se duerma; y cuando le hayas do rmido, bebe el agua austera del desengaño .

Platón refi ere en su diálogos que Protágoras , alpasar po r las ciudades griegas , arrastraba consigoa multitud de gentes que le seguian, embelesadaspor su voz , como a un O rfeo . Así fu iste tú por loscasti llos almenados de tu re ino . En todos los postigos había unos ojos, y en todos los ojos una promesa .

Bel lo eras como Alc ibíades, que lo era como undios ; fuerte , y e locuente , y guerrero , y nob i lís imoeras como él . Y si él descendía de Jove óptimo

,de

él descendías tú también . Digno fu iste de ser so ldado de Pericles y discípu lo de Platón . Digno fui ste de conversar con Xenofonte .¡Cómo pudiste desvestirte de tanto ideal !¡Ea! marcha, marcha, y de p risa! ¿No ves? Abren

ya las puertas de ,la ciudad; más allá está e l .oro de

la montaña, la selva santa, y en la selva sa_

r_

r.taja

paz. y. sob re » tºdas las cosas .

laaurora.

, rAnde, riíue&

748

Page 216: TOMOS - Forgotten Books

LA Hermana Ni eve ha desatado su inmenso enjambre de alas blancas y s i lenciosas .

— Parece — pensaría un chusco , o un p oeta , quedespluman a los ángeles en el cielo .

Ha nevado toda la noche , y París ha amanee ido como de plata .

En e l amanecer gris , un fulgo r misterioso emanade todas las cosas ; la n ieve radia dulcemente enlos techos , en los alféiz ares, sobre las ramaz onesdesnudas .Yo parto dentro de unas cuantas '

horas.

De pie en uno de los puentes del Sena, he miradopor ú ltima vez al París adorab le que extiende enambas márgenes sus palacios . ¡No puedo llevarmeesta vis ión , no puedo ! Mañana se borraria , se alteraria. Le envio un beso , un beso i nfi n ito y mealejo .

Jamás he sentido una pena tan honda .A lgo intimo me dice que todo lo p ierdo al per

der esto; que algo se descompleta y acaba en mi,qu izá .

219

Page 217: TOMOS - Forgotten Books

O tros , que no aman n i comprenden estas cosas ,se quedan porque son ricos : ¡y yo me voy porquesoy pobre !A la mañana sigu iente estoy en Londres . T engo

frio .

Dos semanas después , estoy en Nueva York .

T engo frio .

Dos semanas aún y estoy en México . ¡T engofrio ,

mucho fr io !

Page 219: TOMOS - Forgotten Books

m N e

l lenos de citas y besos .Veré¡todo, todo lo que amé !

Y_

o tom aré . Me aguardan los castañbsde un verde transparente

,los huraños

muel les mohosos de tu grac il río .

Lejos de ti mis años no son añosson nostalgia y pasión y angustia y

Veré tus brumas l ivianasque te arropan como en tules ,en tu s divinas mañanasazules.Veré tus abriles breves ,l lenos de aromas y broches ,y el armiño de tus n ieves ,y la plata de tus noches .Veré

¡todo , todo lo que amé !

¡Oh , si, yo tornaré .l. ! Mas s i noalcanzam i alma esta dulce asp iración suprema,

¿qué haré? ¡Clavar , sañudo , mi esperanzaen e l ancla d ivina , que es su emblema!

222

Page 220: TOMOS - Forgotten Books

G L O S A

! ltima página del Exodo.

ESTOY tr iste y sereno ante el paisaje ,y desasido estoy de toda cosa .

Ven , ya podemos emprender el v iaj ea t ravés de la tarde misteriosa .

Lleno parto de amores y de o lvidoo lvido inmenso para todo ultraj e ,y amo r inmenso a los que me han querido.

El mar finge un titán de azur, dormido…Estoy triste y sereno ante el paisaje .

T rabajé , padecí , fui peregri noresignado ; en mi ruta borrascosavi los b ienes y males del destinocomo se ven las flores del camino ,y desasido estoy de toda cosa…

223

Page 221: TOMOS - Forgotten Books

a d o N e

¡Oh , mi Señor ! , tu ju icio no me asustani l levo honores n i riquezas traj e,y fué mi vida de pas ión adusta .

Cuán serena la tarde y cuán

¡Ven, ya podemos emprender el viaje!

Los astros que nos miran de hito en hito ,parecen , con pestaña luminosa ,i nv ita mos al viaj e que está escritoese viaje sereno al infin ito ,a través de la tarde m isteriosa .

Page 223: TOMOS - Forgotten Books

XX I I I . — El amigo de los pájaros .

XX IV.— Díafanidad .

XXV.— Bu l l ier. — A ManuelMercado, para que no

XXVI . — A un art ista

XXV I I— A otro artista

XXVI I I . — En FlandesXX IX .

— A lpinaXXX .

— Su majestad e l órganoXXXL— A LucernaXXX I I . — Bále .

— Baz cklin

XXX I I I . — Evocac ión. .

XXX IV .— Deutschland .

XXXV.— Mun ich .

— Wagner.— A Luis ! uin tan illa ,

para que se acuerde

XXXV I . — Schlossberg.

XXXV I I .— Septiembre 9 de 1900.— Ayer Kon ig Lear

en e l T eatro de la Corte de Munchen .

XXXV I I I . — En Bohem iaXXX IX .

— RomaXL .

— Genealógica.— Para Enrique Gómez Ca

XLl . — T ocas b lancas y e scapu lá rios azu les .

XLll .— El Papa tiene fríoXLl l l . — A lma de ItaliaXL IV.

— Mo isés

XLV .

XLV1. — Florenc iaXLVI I . — Vene c iaXLV I I I . — MilánXLIX .

— A un imposible .— Parént es is sentimental .

'I L.

— <Chez nous »Ll.— A ino —Ackté

226

Page 224: TOMOS - Forgotten Books

Ll l. — HABLEMOS DE LITERATOS Y DE LITERA

l . — Darlo .

¡r. — De Groux¡ u.

— Diaz RodríguezW.

— Moreas . .

L l l l . — R6deuse .

U V.— Los Reye s

LV.— La Prin ce sa pe inaba sus cabe llos

LVL— VARIAS NOTAS .

l . — En la playa .

— El Princ ipe co l ibriln .

— Eun ic e Mieris .

Lv Il . — Versos y e stre l lasLv l l l . — Y e l Budha de basa lto sonre íaL ix . a80bre las o las »LX .

— Sw edemborg

LX I .- La música lum inosa.— La lu z que canta

LxIl . — Lo s nupc ias de la esfinge

LXIII. — La c iudad l iterariaLXIV.

— Me v oy .

LXV .

— Esperanzav i. Glosa — U lt ima página de l Exodº

Page 225: TOMOS - Forgotten Books