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DiCapacidad El mundo de la literatura ha reflejado en nu- merosas ocasiones personalidades con pin- celadas paranoides o múltiples delirios. Un claro ejemplo lo podemos encontrar en el papel de Otelo, que Shakespeare descri- bió como un hombre de celos enfermizos, también el caballero cervantino Don Quijote, perdido entre fantasias delirantes que acaba- ron en lucha de molinos o el músico Mozart, quien compuso un Requiem convencido de que era víctima de un complot para terminar con su vida. Sin embargo, este trastorno no está sólo pre- sente en libros o películas, también supone el 5% de los ingresos anuales por psicosis no relacionados con una enfermedad médica o abuso de sustancias. El trastorno delirante es un trastorno psicó- tico caracterizado por la aparición de una o más ideas delirantes sin que exista otra pato- logía significativa relacionada. Los individuos que lo padecen encuentran dificultades para distinguir entre un inciden- te real y uno imaginario. “En efecto, rematado ya su jui- cio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante...” Cervantes (Extracto de Don Quijote de la Mancha) Trastorno delirante, una lucha contra gigantes «Anualmente, se dan entre 1 a 3 casos nuevos por cada 100.000 habitantes.» Para que se considere trastorno, las ideas de- lirantes deben existir como mínimo durante un mes. Síntomas Las personas afectadas, presentan ideas fic- ticias o creencias falsas, por lo que están to- talmente convencidas de cosas que no son realmente ciertas, pero que podrían ocurrir en la vida real. Por ejemplo, piensan que son objeto de un complot, que alguien les quie- re hacer daño, que son brillantes en algun aspecto y que se han hecho famosos o han ganado algún premio, etc.. También pueden darse situaciones prácticamente imposibles, que no ocurren en la vida cotidiana como creer que uno es un personaje de una novela, o que es el salvador del mundo… Estos delirios les pueden llegar a causar un gran tormento y angustia y por lo general, un factor ambiental favorece su desarrollo. Características de las personas con de- lirios Quienes tienen trastorno delirante suelen te- ner una idea o creencia persistente que influ- ye de forma muy directa en su vida cotidiana. «Los usuarios que padecen trastorno delirante encuentran dificultades para distinguir entre un incidente real y uno imaginario.»

Trastorno delirante, una lucha contra gigantes

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En el mes de marzo, Grupo SIFU publica un nuevo reportaje esta vez sobre el Trastorno delirante, una patología que debe enfrentarse a la incomprensión de la mayoría.

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El mundo de la literatura ha reflejado en nu-merosas ocasiones personalidades con pin-celadas paranoides o múltiples delirios.

Un claro ejemplo lo podemos encontrar en el papel de Otelo, que Shakespeare descri-bió como un hombre de celos enfermizos, también el caballero cervantino Don Quijote, perdido entre fantasias delirantes que acaba-ron en lucha de molinos o el músico Mozart, quien compuso un Requiem convencido de que era víctima de un complot para terminar con su vida.

Sin embargo, este trastorno no está sólo pre-sente en libros o películas, también supone el 5% de los ingresos anuales por psicosis no relacionados con una enfermedad médica o abuso de sustancias. El trastorno delirante es un trastorno psicó-tico caracterizado por la aparición de una o más ideas delirantes sin que exista otra pato-logía significativa relacionada.

Los individuos que lo padecen encuentran dificultades para distinguir entre un inciden-te real y uno imaginario.

“En efecto, rematado ya su jui-cio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caballero andante...”

Cervantes (Extracto de Don Quijote

de la Mancha)

Trastorno delirante, una lucha contra gigantes

«Anualmente, se dan entre 1 a 3 casos nuevos por cada 100.000 habitantes.»

Para que se considere trastorno, las ideas de-lirantes deben existir como mínimo durante un mes.

SíntomasLas personas afectadas, presentan ideas fic-ticias o creencias falsas, por lo que están to-talmente convencidas de cosas que no son realmente ciertas, pero que podrían ocurrir en la vida real. Por ejemplo, piensan que son objeto de un complot, que alguien les quie-re hacer daño, que son brillantes en algun aspecto y que se han hecho famosos o han ganado algún premio, etc.. También pueden darse situaciones prácticamente imposibles, que no ocurren en la vida cotidiana como creer que uno es un personaje de una novela, o que es el salvador del mundo…

Estos delirios les pueden llegar a causar un gran tormento y angustia y por lo general, un factor ambiental favorece su desarrollo.

Características de las personas con de-liriosQuienes tienen trastorno delirante suelen te-ner una idea o creencia persistente que influ-ye de forma muy directa en su vida cotidiana.

«Los usuarios que padecen trastorno delirante encuentran dificultades para distinguir entre un incidente real y uno imaginario.»

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Generalmente la actividad social y laboral de quienes la sufren no se ven afectadas salvo que las ideas delirantes guarden relación con alguna actividad, pero sí es verdad que aca-ban desarrollando un estado de ánimo irrita-ble y antisocial.

Por todo ello, son personas con pensamien-tos incoherentes y desorganizados, pero que para quienes los tienen en su mente cobran pleno sentido.

Tipos de trastornoPueden existir varios subtipos de trastorno dependiendo del tema delirante que predo-mine:

- Erotomático: el tema principal de la idea delirante consiste en el pensamiento de que otra persona está enamorada del sujeto. Fre-cuentemente la persona sobre la que recae esta convicción es de un status superior o un personaje público, aunque también puede ser un desconocido. En la mayoría de los ca-sos, el afectado intenta ponerse en contacto con la persona que es el objeto de esta idea.

- De grandiosidad: la persona cree que tiene un talento extraordinario o que ha hecho un descubrimiento importante. Con menor frecuencia, pueden aparecer temas como re-cibir un mensaje de Dios, ser alguien impor-tante o estar con alguien muy relevante.

- Celotípico: el tema central de este delirio, es creer que la pareja es infiel. Esta idea apare-ce sin ningún motivo aparente y se apoya en pequeñas situaciones erróneas que le confir-man la infidelidad. (Por ejemplo manchas en las sábanas…)

- Somático: el tema central se refiere a funcio-nes o sensaciones corporales. Las más habi-tuales son la convicción de que uno emite un olor insoportable por la piel, boca o genita-les, e incluso que está infestado por insectos dentro de la piel o parásitos internos…

- Persecutorio: el sujeto cree que está siendo objeto de una conspiración, perseguido, en-gañado, espiado, drogado…

CausasSe desconocen las causas que propician este tipo de reacciones, pero existen ciertos fac-tores que podrían afectar directamente al desarrollo de esta enfermedad:

- Genético: se ha detectado que muchos pa-cientes presentan una historia familiar con rasgos de personalidad delirantes o paranoi-cos. Por lo tanto se podría decir que existe un componente genético.

- Biológico: los trastornos neurológicos, son generalmente un resultado de anormalida-des en ciertas regiones del cerebro, que a menudo pueden dar lugar al desarrollo de ideas delirantes.

Fases El trastorno delirante pasa por diferentes fa-ses:

- Comienzo: al principio los usuarios pasan por un estado de tensión, donde la idea deli-rante aparece normalmente relacionada con un acontecimiento preciso y al que el pacien-te le atribuye una particular importancia.

- Primera fase: ante frustraciones, rechazo o amenazas y sin tener nadie en quien confiar, la persona recurre al aislamiento y a la regre-sión, tratando de comprender lo ocurrido. De este modo, la persona se mantiene en un estado de vigilancia buscando situaciones, hechos y cosas que le confirmen su idea de-lirante. Esta fase se puede prolongar durante mucho tiempo.

- Desarrollo: en esta fase, el delirio crece y se expande, provocando que se confirmen sus pensamientos con ciertos hechos o situacio-nes. Este periodo suele generar muchísimo estrés en la persona.

«La edad media de inicio está alrededor de los 40, aunque puede iniciarse entre los 18 y los 90 años.»

«Los usuarios que padecen trastorno delirante encuentran dificultades para distinguir entre un incidente real y uno imaginario.»

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¿Qué particularidad tiene el trastorno delirante?El trastorno delirante, tiene como caracterís-tica principal que la persona interpreta y cree que situaciones o hechos concretos (frases que oye, noticias que lee, gestos de otras per-sonas…), tienen algún tipo de relación con él mismo.

Casi siempre aparece la sensación de amena-za de fondo, y por tanto tiende a potenciar que la persona se defienda y se mantenga muy alerta para evitar posibles consecuen-cias negativas relacionadas con lo que ha interpretado.

Las ideas delirantes más frecuentes son: pen-sar que te están espiando, que pueden estar leyendo los pensamientos, que haya algún tipo de conspiración para producir un daño, creer que se tiene el conocimiento de todas las cosas y que nadie se está percatando de que existe algún tipo de complot.

Pocas veces el trastorno delirante va unido a alucinaciones.

¿Cómo cree que son percibidas por su entorno las personas que lo padecen?Si están asintomáticas son personas que se relacionan normalmente con su entorno y no suelen destacar en exceso rasgos que provo-quen miedos o rechazo. En los momentos en los que se producen los brotes (es el modo en el que puede expresarse este trastorno),

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«La personalidad de los enfermos, se puede asociar con frecuencia a la excentrici-dad: formas de combinar la ropa, hábitos diferen-tes en los hora-rios...»

TratamientoEste tipo de pacientes presentan en muchos ocasiones serias dificultades para seguir un tratamiento.

Por lo general, suelen ser recelosos, y evitan acudir a la consulta y cumplir las indicaciones médicas, porque no confían en el terapeuta. Por ese motivo, muchas veces son los familia-res los que con numerosas trabas, consiguen llevar al paciente a tratarse.

Si el usuario es receptivo al tratamiento, se puede ofrecer una terapia que le permita convivir de una forma más adecuada con su trastorno delirante. Debe procurar evitar factores estresantes y trabajar las respuestas alternativas a las paranoias.

La intervención más adecuada es la que combina dos tipos de tratamiento distintos:

- Farmacoterapia: por lo general el tratamien-to se basa en los anti psicóticos. Es recomen-dable iniciar la terapia con dosis muy bajas para evitar los efectos secundarios que pue-den provocar el abandono de la medicación.

- Psicoterapia: aunque no hay datos que demuestren la eficacia del tratamiento psi-coterapéutico de forma aislada, si se ha comprobado que las terapias conductuales, cognitivas y familiares dan buenos resulta-dos de forma combinada, ya que ayudan al paciente a trabajar nuevas estrategias y alter-nativas en su pensamiento con el objetivo de contrarrestar las ideas delirantes.

Grupo SIFU entrevista a la Fernando Azor Lafarga, psicólogo clínico y director de Ga-binetedePsicologia.com y del Centro de Psiquiatría y Psicología Clínica y Jurídica de Madrid, donde son especialistas en el asesoramiento y tratamiento de este tipo de cuadros psicológicos mediante diferen-tes terapias.

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es más evidente y observable desde fuera, aun así es frecuente que solo se perciba algo extraño cuando se habla con la persona de los temas relacionados con los delirios.

La personalidad de los enfermos, se puede asociar con frecuencia a la excentricidad. Comportamientos peculiares que no acaban de ser muy llamativos pero que no son fre-cuentes dentro de la población general: for-mas de combinar la ropa, hábitos diferentes en los horarios, los tipos de aficiones…

Los usuarios que tienen trastorno deli-rante, muy a menudo, evitan acudir al médico. ¿Qué recomendaciones haría en este sentido?Según el estado en el que se encuentre el pa-ciente, el rechazo a un tratamiento es mayor o menor.

Puede ocurrir que la persona dude de la ve-racidad de sus propias ideas y que no sea ca-paz de creer completamente en lo que está

«El factor que suele determinar la aceptación de la ayuda suele ser el nivel de an-gustia que siente el paciente ante los pensamientos delirantes.»

diciendo. Aún así el factor que suele deter-minar la aceptación de la ayuda suele ser el nivel de angustia que siente ante los pensa-mientos delirantes.

Algunos consejos para los familiares podrían ser:

• Escoger un buen momento y un lugar ade-cuado para proponer la opción de visitar a un psicólogo. Evitar hablar durante las reunio-nes familiares o cuando exista algún conflic-to abierto.

• Ser empático. Preguntar sobre sus senti-mientos, escuchar activamente, hablar de experiencias que uno ha vivido y que tengan similitud.

• Aprovechar los momentos en los que la persona se siente mal para hablar sobre una posible psicoterapia. Puede que resulte más fácil ver la necesidad de ayuda.

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«Es necesario que la familia conozca en qué consiste el tras-torno delirante y que aprendan a detectar y favo-recer el trata-miento antes de que se agraven los síntomas.»

• Dejar que el otro se sienta molesto y a la de-fensiva y no buscar cambios rápidos.

• No presuponer o interpretar causas o razo-nes que no esté manifestando la otra perso-na. Hablar de una percepción propia. No po-ner en boca del otro frases u opiniones.

• Pedir una oportunidad para acudir al psi-quiatra o psicólogo, aunque sea una primera cita.

• Explicar la diferencia entre psicólogo y psi-quiatra.

• Facilitar el proceso de búsqueda de un psicólogo o psiquiatra, concertar una cita, y aunque el paciente no vaya, acudir uno mis-mo de todos modo.

• Ofrecerse a pagar o subvencionar el trata-miento. Una excusa frecuente es que la tera-pia es demasiado cara.

• Ofrecerse a acompañar al paciente en la pri-mera consulta.

¿Qué tipo de tratamiento es el más ade-cuado y cuáles ofrece su gabinete para estos usuarios?El tratamiento más indicado para el trastorno delirante es combinado. Suele ser necesario el uso de medicamentos para poder paliar los síntomas: tanto en el caso de que aparez-can de manera paulatina interpretaciones y comportamientos extraños, como cuando se manifiesta en forma de brote, los fármacos ayudan a parar la evolución del trastorno.

La intervención psicoterapéutica normal-mente se plantea en un momento posterior, cuando el paciente se encuentra más re-ceptivo y motivado para cambiar actitudes y aprender nuevas estrategias para reducir fuentes de estrés que potencien nuevos epi-sodios, y para ayudar al paciente a identificar

las ideas y sensaciones que se asocian a la posibilidad de una nueva recaída.

Del mismo modo es necesario trabajar con la familia para orientarles sobre la manera de proceder en este tipo de casos.

¿Cuál es el papel que debe desempeñar la familia ante un caso de este tipo?Los familiares, a menudo se sienten perdidos e incapaces de gestionar la situación, espe-cialmente cuando se producen los primeros síntomas del trastorno delirante.

Es necesario que conozcan en qué consiste y que aprendan a detectar y favorecer el trata-miento antes de que se agraven los síntomas.

Cuanto mejor conocen la evolución y las ca-racterísticas del trastorno delirante, se ven menos atrapados por la impotencia. Los usuarios no buscan convencer al familiar para que las interpretaciones delirantes des-aparezcan.

Comprenden que el origen es multicausal, pero entienden que hasta que no se equili-bre nuevamente la química de su organismo, es difícil llegar a producir un cambio durade-ro y eficaz en la persona.

Nos puede recomendar alguna herra-mienta o publicación para los afectados?Tanto la FEAFES como la Asociación Madri-leña de Salud Mental disponen de bastantes recursos en este sentido.

Para solicitar cita con uno de los es-pecialistas del Centro de Psiquiatría y Psicología Clínica y Jurídica de Ma-drid, llama al 91 803 55 84.

También puedes escribirles a [email protected] o vi-sitarles en C/ Goya, 69 – 1º Ext. dcha. – 28001 Madrid.