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Un penalty injusto-I-Rativa

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Cuento de Pedro Pastor, trabajado en tipografía Gill Sans. Diseñador Ivan Rativa.

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La peor desgracia de la humani-dad se consumó a comienzos del siglo XXI, pero el sacrificio de tan-tos millones de inocentes tuvo re-compensa. Todas las armas nuclea-res fueron destruidas y prohibidas. Todos los estados del mundo aco-gieron con fraternidad a los euro-peos afectados, que despoblaron en pocos años sus variados con-trastes geográficos, infestados por cantidades insalvables de radiacio-nes.Una nueva era de fraternidad, de-sarrollo y paz reinó en la Tierra, hasta varios miles de años después. Gracias a este incidente, los hu-manos abandonaron su conducta exterminadora y respondieron al gran evento con éxito. La supervi-vencia de todas las especies de la tierra, incluida la humana; depen-dió en cierto modo de aquel fa-tídico día, aquél que recordamos como el año cero de la segunda era.Por eso, este planeta que hoy co-lonizamos en la región Q de An-drómeda, queda bautizado como

Un penalty injustoPedro Pastor

lbrahimovic ha cogido el balón rápidamen-te, parece que será él el encargado de eje-cutar el penalti, que puede suponer el empate del Barça en el Bernabeu. El público protesta la dudosa decisión arbitral mientras que los jugadores blancos reclaman…”

-Señor Presidente- -He dado órdenes claras de que no se me moleste. Váyase de aquí- respondió, atento al partido, con su bufanda blaugrana al cuello.

“El arbitro despeja el área mien-tras, desafía con la mirada a Casillas.”

-Señor Presidente, me temo que es importante--No hay nada más importante ahora que este partido. Siéntese aquí a verlo conmigo o lárguese- dijo sin apartar la mirada del gran televisor de plasma.

“Ibra lanza y…”-Señor, se ha declarado el nivel 5 de alerta nacional.

AmenazaNuc earl inminente-

“¡¡¡Gol, Goooooool, por toda la escuadra!!!”

Pero el presidente no pudo presenciarlo. Su mirada estaba cla-vada en aquel asesor. El partido dejaba de tener sentido.

-Le esperan en la sala de reuniones-

“Minuto 23 de la primera parte, empate a uno en el Bernabeu”

Apagó la televisión con el mando a distancia y salió de la habi-tación.-¿Qué maldita central nuclear habrá sido ahora? Me van a oír los del CNSN.- se dijo a sí mismo, colocándose la corbata fren-te a la puerta de la sala.Abrió con decisión. Los ministros y ministras presentes se levantaron.

-Bien, pueden sentarse. Espero que alguien me intente explicar porqué no estoy viendo el partido del siglo en mi sofá.- Señor Presidente, hace media hora he recibido la llamada de un comandante del ejército de la marina, desde una pequeña base militar aquí en Madrid.- dijo la Ministra de Defensa.Varios golpes en la puerta anunciaban una nueva presencia.

-Señores, su majestad

JUAN

C RLOSDO

anunció un oficial.Todos los presentes se levantaron y rindieron pleitesía ante el rey de España, ataviado con un traje galés con corbata azulada.El vicepresidente cedió su silla al jefe del estado, que ocupó con presteza. Todos se sentaron de nuevo.

-¿Me he perdido algo aparte de un gol de penalty?

-Lamento estas molestias, su majestad. Yo también estoy tan sorprendido como usted. La ministra acababa de empezar a darme información.-Como le decía al presidente, su majestad; he recibido la lla-mada de un comandante del ejercito de mar, desde una base en teoría inactiva del norte de Madrid. La base de la marina de San Sebastián de los Reyes. Durante décadas fue usada por la OTAN como antena receptora de casi todas las embarcaciones de la organi-zación. También tenemos constancia de que existe un búnker presidencial a quinientos metros de la superficie. Pero lo que no sabíamos es que también hay…- La Ministra hizo una pau-sa- Hay un silo con dos armas nucleares.- finalizó por fin.

el presidente se levantó.

-No puede ser cierto. ¿Cómo no se me ha informado de esto antes?- gritó con las manos en la cabeza.-Señor Presidente, en el CNI tampoco tienen constancia de esto- intervino el Ministro de Interior.- Parece ser que ha sido uno de los secretos de estado mejor guardados.El Ministro de Exteriores entregó un dossier a los recién llegados.-Franco las trajo en el 64. Parece ser que intentó sacar algo de partido del oro que los republicanos entregaron a los rusos en la guerra civil. Lo intentó en el 52, aunque no pudo doblegar la férrea negativa de Stalin, pero en el 63 firmó un tratado oculto con Kruschev, en el que se comprometía a no aceptar lanzaderas americanas. Ellos nos cedían dos armas atómicas, y nosotros nos olvidábamos del oro.- informó el Ministro a la par que el anona-dado presidente ojeaba los documentos.- Esto es increíble. -Los pocos documentos que tenemos indi-

can que ambos silos contienen dos misiles. Uno, con Casa Blanca como objetivo. Es una bomba nu-clear de quince kilotones. La segunda apunta a París, y es una bomba termonuclear de ciento veinte megatones.El presidente escuchaba confun-gido. -¿Pueden hablar en cristiano?- rogó el rey.-Su majestad, esa bomba tiene potencia para bo-rrar del mapa el país entero.- informó apesadum-brado el Ministro de interior.

Las conversaciones inundaron la mesa.Las conversaciones inunda-ron la mesa.Las conversaciones inun-daron la mesa.Las conversaciones inundaron la mesa.

Las conversaciones inundaron la mesa.Las conversaciones inundaron la mesa.Las conversaciones inundaron la mesa.Las conversaciones inunda-ron la mesa.Las conversaciones inun-daron la mesa.Las conversaciones inundaron la mesa.

Las conversaciones inundaron la mesa.Las conversaciones inundaron la mesa.Las conversaciones inundaron la mesa.Las conversaciones inunda-ron la mesa.Las conversaciones inun-daron la mesa.

-Por favor, silencio- inter-vino el Presidente. ¿Pue-de alguien informarme de que riesgos existen?-Por desgracia, altos y fatídicos. El comandante me ha informado que el sistema de lanzamiento se ha activa-do. No pueden desactivarlo.- dijo la Ministra a punto de perder la compostura y romper a llorar.-¿Qué? ¿Podemos evitarlo?- Preguntó exal-tado el presidente, con goterones de sudor recorriendo sus sienes.-El sistema de lanzamiento es ruso y no te-nemos ningún documento sobre sus claves o instrucciones. Estamos contactando con el Kremlin y ya están avisando al primer mi-nistro. Esperamos sus ordenes para avisar a los mandatarios europeos, especialmente el francés, dado el objetivo parisino.-¿Pero cuanto tiempo nos queda?- pregun-tó alarmado.

La ministra miró su reloj.......................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................

minutos exactos.73 tos exactos.

El rey, que llevaba mucho tiempo callado, rompió a llorar.Aquel anciano gimiendo como un niño consternó al resto de la mesa, y encrespó el

ambiente de tensión con una nube de pesimismo.

-El grave problema es que uno de los misiles, el dirigido a Marruecos; no puede despegar, debido a que no entregaron el combustible. Si se activa el comando de

detonación, el misil explotará en el sielo.-Manos a la obra. Tenemos que actuar con rapidez e intentar buscar una solución-

dijo el presidente sudando como un cerdo.-Presidente, Putin al teléfono- un asesor entregó un móvil al presidente del gobierno,

que se retiró a un rincón.-Por favor, preparen una retransmisión en directo para todo el Estado- ordenó el

Rey.

Durante los siguientes minutos, el caos reinó en el Palacio de la Moncloa. Cientos de llamadas y de faxes tenían ocupados a todos los mandatarios presentes.

-Señores, hemos de tomar una decisión- dijo el presidente.Todos guardaron silencio y ocuparon sus asientos.

-Varios agentes de la FSB y del ejército ruso están dando a los operarios de la base instrucciones para detener el comando de ejecución. Parece ser que existen pocas probabilidades de éxito. No se pueden desplazar porque no hay tiempo físico, y las

trabas del lenguaje y de la complicada encriptación no hacen más que restar posibili-dades- informó cabizbajo el Ministro de exteriores.

-En ese caso hay que activar el plan de evacuación en seguida. ¿Cuál es la zona críti-ca?- inquirió el presidente.

-Unos ochenta kilómetros a la redonda de San Sebastián de los Reyes, aunque los efectos a largo plazo llegarán a los trescientos.-¿Se dan cuenta de lo que significa esto? Estamos jodidos. Esta-mos jodidamente jodidos.-En trece minutos varios aviones militares nos llevarán a un bunker de Barcelona. Todos los familiares, incluyendo la realeza, ya están viajando al enclave.

-¿Y que pasará con los ciudadanos?-

preguntó el Ministro de Justicia.

-Sólo les queda rezar- dijo el Rey.-Su majestad, todo está dispuesto.- anunció un cámara.El monarca caminó con firmeza, aunque no podía ocultar el fre-nético ajetreo de su mano izquierda. No le importó demasiado.

-Me dirijo a vosotros, Españoles; para comunicaros algo terrible. Algo horrible va a suceder y sólo la ayuda de Dios puede ayudarnos. Por eso os pido que recéis todos juntos para que dios escuche al pueblo español. En cincuenta minutos, una bomba atómica explotará en la capital de la nación. No es un atentado. Es un error en nuestra historia.- tras una bre-ve pausa y un cambio de plano, continuó-La zona afectada será el centro y norte de Madrid. Me uno a las miles de familias en pedir a Dios que se apiade de nosotros y no permita tal cataclismo. Que el todopo-deroso se apiade de nosotros.

Todas las cadenas retransmitie-ron el escueto y luctuoso men-saje. El partido del siglo se detu-vo, y algunos jugadores caían de rodillas en el césped, mientras que las masas enloquecidas in-vadían el terreno de juego. Los accidentes de coches se suce-dieron uno tras otro y la gente corría por las calles gritando. La capital del país sucumbió ante el terror de sus ciudadanos. Las principales salidas de la ciudad estaban colapsadas, y del aero-puerto despegaban los dos úl-timos y afortunados aviones de pasajeros.

-París se acaba de enterar de la noticia. También reina el caos allí. Sarkozy

amenaza con lanzarnos todos sus misiles tatómicos

amenaza con lanzarnos todos sus misiles tatómicos

El avión presidencial

Despego

Desde la ventana del avión, contempló varios incendiosincendionc

endio

sncendios

en la capital.

incendios

El caos era el jefe de la ciudad.-Señor Presidente, Obama al teléfono-

Tras un par de minutos, reunió a todos los mandatarios en el pasillo del avión.-El presidente de Estados Unidos se muestra dispuesto a activar el sistema antimisiles. Parece que así

evitaría un bombardeo global. Francia también ha amenazado a Rusia; y ésta, a Estados Unidos. Si activase el sistema antimisiles, todas las cabezas nucleares quedarían desactivadas. Me asegura que están dispuestos

a probar el sistema, que utiliza ondas de radio en una frecuencia experimental para desactivar todos los códigos del lanzamiento. Afirma que funcionará con los misiles franceses y rusos, pero no saben si será

eficaz con los madrileños.-¿Qué probabilidades hay de que los técnicos de la base desactiven la ejecución?

-Ninguna. Ya no hay personal en esa base.

-¿Qué? ¡Los mandaré a todos a prisión! ¡Reinstauraré la cadena de

muerte para ellos!- gritó furioso el presidente.

Los minutos pasaron rápidamente.>>>> >>>>

Los mandatarios llegaron al bunker. Quedaban cinco minutos para el fin de la cuenta atrás.Francia ordenó lanzar sus misiles. Objetivos: Barcelona, Madrid y Moscú. Rusia lanzó decenas de bombas sobre Francia y Estados Unidos. El presidente pakistaní, en un ataque de megalomanía, ordenó atacar Tel-Aviv y Bombay. Pero gracias al sistema estado-unidense, todos los lanzamientos fueron abortados. El antimisiles había funcionado a pocos mi-nutos de la desgracia. Todos los dirigentes y familiares saltaban de júbilo y se abrazaban entre ellos tras la noticia. Por fin la tensión bajaba un poco.

Pero la ministra no se mostraba tan feliz.Aún quedaban noventa segundos para el fin de la cuenta atrás. Los americanos dijeron que no aseguraban que el sistema funcionase en los silos de Madrid. La compleja encriptación de los códigos tenía la culpa de ello.Como en la base no había nadie, no existía forma de saber si el sistema había funcionado, salvo esperar a que acabase la cuenta atrás.Los segundos se hicieron eternos.

Todos miraban preocupados a la ministra. No habían recordado aquel detalle. La angustia invadió de nuevo la sala.Los últimos diez segundos parecieron interminables, bajo aquel silencio abso-luto.Cuando el reloj llegó a cero, aún pasaron otros diez segundos hasta que al-guien volvió a hablar.

-¿Qué ha pasado, alguien sabe algo?- pregunto el Príncipe.

Un minuto después, un general del ejército llegaba corriendo a la sala de conferencias.

-Señores…Madrid acaba de desaparecer del mapa.

Cientos de gritos, aullidos y gemidos llenaron la estancia. To-dos los presentes estaban desolados.-Los satélites sólo mandan destellos de luz a cincuenta kiló-metros a la redonda del epicentro. Los sismógrafos registran terremotos a baja escala en toda la comunidad de Madrid y alrededores.El presidente estaba cariacontecido, con los ojos bañados en lágrimas.-¿Qué ha pasado con París?- El misil impactará dentro de siete minutos en la capital gala. Si su potencia estimada es correcta, destruirá el ochenta por ciento de Francia y parte del centro europeo.-Que Dios se apiade de nosotros.

El presidente se desmayó, y se mantuvo inconsciente durante las siguientes cuarenta y ocho horas.

Soñó con el fuego del infierno, con aquel fuego nuclear que había destrozado por completo una región entera.

Cuando despertó, ya había suficiente información sobre da-ños y muertos.

En Madrid, tres millones de personas habían perdido la vida, y donde antes había una ciudad que próximamente debía al-bergar unos ansiados juegos olímpicos; ahora sólo había un enorme cráter. Las comunidades colindantes tendrían serios problemas con la radiación durante el próximo siglo.

Francia había sufrido cuarenta millones de pérdidas. En una noche murieron más personas que en la segunda guerra mun-dial. Alemania tenía otros diez millones de muertos y decenas de millones de habitantes pudriéndose de cáncer de piel.

La vieja Europa había sido condenada y ejecutada.

Extracto de “Yo estuve junto al Presidente”Publicado en el año 5 de la nueva era.

La peor desgracia de la humanidad se co

nsumó a comienzos del siglo XXI,

pero el sacrificio de tantos millones de inocentes tu

vo recompensa. Todas

las armas nucleare

s fueron destruidas y prohibidas. Todos los esta

dos del

mundo acogieron con fraternidad a los europeos afec

tados, que despo-

blaron en pocos años sus variados contraste

s geográficos, infestad

os por

cantidades insalvables de radiaciones.

Una nueva era de frat

ernidad, desarrollo y paz rei

nó en la Tierra, hasta

varios miles de años después. Gracias a este

incidente, los humanos aban-

donaron su conducta exterminadora y r

espondieron al gran even

to con

éxito.

La supervivencia de todas las especies de la tierra, incluida la humana; depen-

dió en cierto modo de aquel fatídico día, aquél que recordamos como el año

cero de la segunda era.Por eso, este planeta que hoy colonizamos en la región Q de Andrómeda,

queda bautizado como Madrid. Esperemos que sus nuevos habitantes pue-

dan honrar a aquellos ciudadanos que dieron la vida por el inicio de la nueva

era.Le deseo a Madrid lo mejor del Universo.-

La peor desgracia de la humani-dad se consumó a comienzos del siglo XXI, pero el sacrificio de tan-tos millones de inocentes tuvo re-compensa. Todas las armas nuclea-res fueron destruidas y prohibidas. Todos los estados del mundo aco-gieron con fraternidad a los euro-peos afectados, que despoblaron en pocos años sus variados con-trastes geográficos, infestados por cantidades insalvables de radiacio-nes.Una nueva era de fraternidad, de-sarrollo y paz reinó en la Tierra, hasta varios miles de años después. Gracias a este incidente, los hu-manos abandonaron su conducta exterminadora y respondieron al gran evento con éxito. La supervi-vencia de todas las especies de la tierra, incluida la humana; depen-dió en cierto modo de aquel fa-tídico día, aquél que recordamos como el año cero de la segunda era.Por eso, este planeta que hoy co-lonizamos en la región Q de An-drómeda, queda bautizado como

MR

auricioativaTaller de Diseño

Ivan

Mau

ricio

Rat

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