UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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    ENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA – UNIDAD 1DESARROLLO: TEXTOS ESCOGIDOS

    LAS NUEVAS VISIONES

    Por Carl Rogers del libro “El Camino del Ser”

    Creo que la mayoría de los educadores coincidirán con que una prioridad tope de la educación es ayudar a

    los individuos para que adquieran el aprendizaje y el crecimiento personal que les permita intervenir más

    constructivamente en él “mundo real”. Éste es a menudo el tema de los discursos de inauguración donde

    uno expresa esperanzas o temores referidos a cómo los nuevos graduados encararán y sobrellevarán el

    “mundo real". Es, a menudo, un tema en las horas finales de intensivos grupos de encuentro cuando

    individuos que han aprendido muchísimo sobre sí mismos y sobre sus relaciones interpersonales se

    preocupan por cómo se comportarán cuando regresen a sus vidas reales fuera de allí. ¿Qué es el mundo real? Lo quiero explorar en esta pregunta, y creo que la dirección en la cual el

    pensamiento ha marchado inexorablemente será ilustrada mejor dando un número de ejemplos personales

    y corrientes.

    Hace algunas semanas estaba sentado, tarde de noche, en el balcón de una cabaña playera al norte de

    California. Mientras estuve allí sentado durante varias horas en el horizonte una brillante estrella se elevó

    hasta resultar bien visible. Un planeta brillante se desplazó con la misma lenta y majestuosa velocidad

    desde, directamente, encima de mi cabeza hasta un punto a mi derecha. La estrella y el planeta fueron

    acompañados en sus movimientos por la Vía Láctea y todas las demás constelaciones. Obviamente, yo erael centro del Universo y los cielos se desplazaban lentamente a mi alrededor. Fue una experiencia de

    humildad (¡qué pequeño soy!) y a la vez de exaltación: qué maravilloso es ser semejante punto focal!!!.

    Estaba observando el mundo real. 

    No obstante en otro rincón de mí mente, sabía que yo, la tierra debajo de mí, y la atmósfera circundante

    estaban moviéndose a una velocidad sobrecogedora -más rápido que un jet moderno- en la dirección

    llamada este, y que las estrellas y los planetas se hallaban en referencia a la tierra comparativamente

    inmóviles. Aunque no podía ver lo que acabo de describir, sabía que esto -no la percepción más obvia- era

    realmente mundo real. 

    En algún otro nivel percibía que yo era una motita en un insignificante planeta en una de las galaxias

    menores (de las que hay millones) en el universo. Sabía que cada una de esas galaxias se estaba

    moviendo a increíble velocidad, a menudo estallando lejos de las otras ¿Era esto la realidad también? Me

    sentí confundido. 

    Pero al menos había una realidad de la cual podía estar seguro: la dura silla de madera sobre la cual estaba

    sentado, la sólida tierra sobre la que se posaba la cabaña, la pluma de acero inoxidable que sostenía en mi

    mano. Ésa era una realidad que no sólo podía ser vista, sino también sentida y tocada. Esos objetos podían

    sostener peso y presión. Eran sólidos. 

    Pero no, sabía lo suficiente de ciencias como para desafiar todo eso. La silla está hecha con células otrora

    vivientes, intrincadas en su composición, compuestas más por espacio que por materia. La tierra es una

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    masa fluida en lento movimiento que tiembla muy frecuentemente a medida que se encoge se quiebra y se

    arruga. El camino por el que manejé ayer ha sido parte de uno de esos temblores. Un día de 1906 la tierra

    se contrajo un poquito y el camino se partió, y el lado occidental de la grieta fue llevado seis metros al norte

    de su continuación al otro lado. ¡Tierra sólida sin duda! 

    ¿Y qué hay de la tranquilizante dureza de mi lapicera metálica? Me dicen que está compuesta por átomos

    invisibles, moviéndose a gran velocidad. Cada átomo tiene un núcleo, y años recientes han traídodescubrimientos de más y más partículas en esos núcleos. Cada partícula esta dotada con características

    fantásticamente increíbles: se mueve en trayectorias posiblemente al azar, posiblemente en orden dentro de

    un gran espacio interior de cada átomo. Mi lapicera es difícilmente el firme objeto sólido que yo claramente

    sentía y sostenía. El “mundo real” parece estar disolviéndose. 

    Me tranquiliza pero al mismo tiempo me deja perplejo, la declaración del gran científico de la física Sir

    James Jeans. Dice: “La corriente del conocimiento humano está conduciendo imparcialmente hacia una

    realidad no-mecánica: el Universo comienza a parecer más un gran pensamiento que una gran máquina.”

    Pruébenlo con un amigo práctico el plomero o el agente de bolsa. Díganles: “El mundo real es apenas un

    gran pensamiento”. Bajo cualquier cálculo la concepción del mundo real, obvia para cualquiera, se está

    resbalando rápida y completamente de mi capacidad para asirla. 

    Pero por lo menos en el mundo interpersonal, conozco a mi familia y a mis amigos; este conocimiento es

    una base sobre la cual puedo actuar. Pero entonces mis recuerdos me hacen una zancadilla. Uno necesita

    solamente la simple ocasión de un suavemente facilitado grupo de encuentro, donde se da permiso para

    que uno se exprese, para descubrir qué débil es el propio conocimiento interpersonal. Los individuos han

    descubierto en sus amigos íntimos y en los miembros de sus familias grandes ámbitos de sentimientos

    ocultos. Son miedos previamente desconocidos, sentimientos de inadecuación, resentimientos, mitos,

    fantasías y deseos sexuales extraños, ocultos estanques de esperanzas y sueños de goces y temores, de

    urgencias creativas y amores espontáneos. Esta realidad, también, parece tan incierta tan llena de

    desconocidos, como cualquiera de las otras consideradas en este relato. 

     Así el individuo es conducido de regreso al uno mismo. “Por lo menos sé que soy yo. Yo decido lo que

    quiero hacer, y lo que hago. Eso es real." ¿Pero, lo es? Si le hablo a un conductista me dice: “No eres nada

    excepto la suma de las respuestas condicionales que emites. Y todo lo demás es ilusión. Bueno finalmente

    tenemos la realidad. No soy otra cosa que un robot mecánico. ¿O es eso todo? ¿De donde provienen mis

    sueños? Tal vez tal cosa pueda ser explicada. Entonces pienso en Jean, la mujer que me contó que su

    hermana gemela estaba manejando por una ruta familiar rumbo a casa cuando Jean despertó en medio deun pánico de certidumbre. Telefoneó a la policía de carreteras y les dijo: "Ha habido un accidente en tal y

    cual carretera. Es un auto blanco con esta patente y una conductora que va sola.” Hubo una pausa el oficial

    dijo con voz intrigada y levemente de sospecha: “Pero ¿cómo lo sabe usted señora?. Nosotros recibimos el

    informe del accidente sólo hace dos minutos.” ¿Que hacemos con esta clase de realidad? 

    Este pequeño episodio abre un completo tren de pensamiento sobre los mundos interiores y las “realidades

    separadas” ¿Qué hacemos con la visión o sueño que Carl Jung (1961) tuvo a la edad de tres años? Vio una

    enorme y misteriosa caverna subterránea, con todas las luces enfocadas sobre un gran pilar de carne con

    algo como una cabeza al tope entronizado en una silla regia. Pasaron cincuenta años hasta que comprendió

    plenamente esta experiencia cuando descubrió esta misma visión en los rituales fálicos de tribus primitivas.

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    ¿Cómo es que le sobrevino esa visión a la edad de tres años? ¿A qué mundo real pertenece este

    fenómeno? 

    Lean la historia de Robert Monroe (1971), un comerciante cabeza dura, que después de algunas

    experiencias desconcertantes se encontró a sí mismo una noche flotando por el techo de su habitación

    mirando hacia abajo su propio cuerpo y el de su esposa. Su narración de esta experiencia en la que habla

    del miedo inicial y luego la creciente voluntad de hacer viajes fuera del cuerpo, es estremecedora y amenudo muy convincente. Uno no puede evitar el rumiar la pregunta: ¿Qué “realidad” puede abarcar tales

    experiencias, así como las experiencias reales que conozco? 

    ¿Y que pasa con Don Juan, el indio Yaqui sin edad que, le abrió nuevos mundos, íntegros al

    obstinadamente escéptico antropólogo Carlos Castaneda? Mundos de acontecimientos mágicos, de vuelos

    por el aire, de una realidad no corriente donde la muerte no es diferente de la vida, donde el “hombre de

    conocimiento” tiene un espíritu aliado, donde lo imposible es experienciado. Sus propias experiencias fueron

    suficientes como para forzar a Castaneda (1969, 1971) a reconocer que existen realidades separadas

    completamente extrañas al pensamiento de la mente científica moderna. 

    Pienso en John Lilly (1973), científico formado en el Instituto Tecnológico de California, que se metió a

    estudiar neuroanatomía, medicina y psiquiatría, y que quizás es mejor conocido por sus doce años de

    trabajos con los delfines, tratando de comunicarse con esos animales que considera por lo menos tan

    inteligentes como los seres humanos. Recorrer la pista de su itinerario desde sus inicios como científico que

    creía sólo en los modelos mecánicos de la realidad hasta su visión actual de que hay variados niveles de

    conciencia alterada (que él ha alcanzado y ha ayudado a otros a alcanzar), es algo que hace recular a la

    mente. A lo largo del camino se convenció de que los delfines podían leer sus pensamientos. Las

    experiencias de Lilly en el tanque de privación sensorial donde él flotaba en agua caliente con un ingreso

    absolutamente mínimo de luminosidad, sonido, tacto o sabor -fueron fascinantes. Descubrió que el mundo

    interno sin estímulos externos, era increíblemente rico, a veces intimidante, a menudo rarísimo. Tratando de

    comprender este mundo interior, experimentó con LSD, con resultados a la vez iluminadores y aterradores.

    Esto condujo a la meditación, transmisión espontánea de pensamiento y estados más y más elevados de

    conciencia donde él -como muchos otros que lo precedieron y que eran llamados místicos- experimentó el

    universo coma una unidad, una unidad basada en el amor. ¡Bastante distancia de su entrenamiento en el

    Tecnológico californiano! 

    Este y otros relatos no pueden ser simplemente descartados por desdén o por ridículo. Los testigos son

    demasiado honestos y sus experiencias demasiado reales. Todos estos testigos indican que un vasto ymisterioso universo -tal vez una realidad interna o quizás un mundo del espíritu del cual somos todos una

    porción sin saberlo- parece existir. Tal universo asesta un aplastante golpe final a nuestro confortable credo

    de “que todos sabemos cuál es el mundo real”. 

    ¿Adónde me han conducido mis pensamientos en relación con un mundo objetivo de realidad?  

    Este claramente no existe en los objetos que podemos ver sentir y sostener. 

    No existe en la tecnología que admiramos tan prominentemente. 

    No se encuentra en la sólida tierra o en las titilantes estrellas. 

    No reside en el sólido conocimiento de quienes nos rodean. 

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    No se encuentra en las organizaciones o costumbres o rituales de la cultura unitaria. 

    No está siquiera en nuestros propios universos personales. 

    Debo tomar en consideración misteriosas y habitualmente insondables “realidades separadas",

    increíblemente distintas de un mundo objetivo. 

    Yo y muchos otros hemos llegado a darnos cuenta de algo nuevo. Se trata de esto: la única realidad que

    puedo visiblemente conocer es al mundo tal como yo percibo y experimento en este momento. La única

    realidad que posiblemente puedes conocer es el mundo como tú lo percibes y experimentas en este

    momento. Y la única certidumbre es que esas realidades percibidas son diferentes. ¡Hay tantos "mundos

    reales" como la gente existente! Esto crea un dilema de los más molestos como nunca se experimento

    antes en la historia.

    Desde tiempos inmemoriales, la tribu o la comunidad o la nación o la cultura han coincidido en lo que

    constituye el mundo real. Con seguridad diferentes tribus o diferentes culturas pudieron haber sostenido

    visiones del mundo rigurosamente distintas pero al menos existía un grupo grande relativamente unificado

    que se sentía afirmado en su conocimiento del mundo y del universo y que sabía que su percepción eraverdadera. Así la comunidad repudiaba condenaba perseguía y hasta mataba a aquellos que no estaban de

    acuerdo, que percibían la realidad de modo diferente. Copérnico, aunque mantuvo en secreto sus hallazgos

    durante mucho tiempo fue eventualmente declarado hereje. Galileo estableció pruebas de las visiones de

    Copérnico, pero a los sesenta años fue forzado a retractarse de sus enseñanzas. Giordano Bruno fue

    quemado en la pira en 1600 por enseñar que había muchos mundos en nuestro universo. 

    Los individuos que se desviaban de su percepción de la realidad fueron torturados y asesinados A

    mediados del siglo XIX, Ignaz Semmelweis, intenso y joven científico húngaro fue enloquecido por sus

    perseguidores por que formuló un entonces absurdo diagnóstico sobre la fiebre puerperal, temible flagelo delas salas de maternidad, diciendo que era portado de una mujer a otra por gérmenes invisibles en las manos

    e instrumentos de los doctores. Insensatez obvia, en términos de la realidad de esos días. En nuestras

    propias colonias americanas, aquellos de los que siquiera se sospechaba que poseían poderes psíquicos

    eran considerados brujos y eran ahorcados o aplastados con grandes rocas. La historia ofrece una serie

    continua de ejemplos del terrible precio pagado por aquellos que perciben una realidad distinta del mundo

    real sobre el que existe acuerdo. Aunque la sociedad ha llegado a menudo a un acuerdo eventual con sus

    disidentes como en las instancias que he mencionado, no cabe duda a que esta insistencia sobre un

    universo cierto y conocido ha sido parte del cemento que sostiene cohesionada una cultura. 

    Hoy nos enfrentamos con una situación diferente. La facilidad y rapidez de la comunicación significa que

    cada uno de nosotros es consciente de una docena de "realidades"; incluso aunque pensemos que algunas

    de ellas son absurdas (como la reencarnación) o peligrosas (como el comunismo), no podemos dejar de

    percibirlas. Ya no podemos existir más en un seguro capullo, sabiendo que todos vemos el mundo de la

    misma manera. 

    Debido a este cambio quiero formular una pregunta muy seria: ¿podemos hoy darnos el lujo de tener "una"

    realidad?, ¿Podemos todavía preservar la creencia de que existe un "mundo real” sobre cuya definición

    todos estamos de acuerdo? Estoy convencido de que se trata de un lujo que no podemos afrontar, un mito

    que no osamos mantener. Sólo recientemente en la historia esto ha sido plena y exitosamente logrado.

    Millones de personas estuvieron completamente de acuerdo sobre la naturaleza de la realidad cultural y

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    social un acuerdo logrado por la magnetizante influencia de Hitler. Este acuerdo sobre la casi marcó la

    destrucción de la cultura occidental. No lo veo como algo que deba ser emulado. 

    En la cultura occidental durante este siglo -especialmente en los Estados Unidos- también ha existido un

    acuerdo establecido sobre la realidad de los valores. Este evangelio puede resumirse muy brevemente:

    "Más es mejor, más grande es mejor y más rápido es mejor y la tecnología moderna va lograr estas tres

    eminentemente deseables metas”. Pero ahora este credo es un desastre desmoronado en el que pocoscreen. Se está disolviendo en el smog de la polución, el hambre de la superpoblación, la espada de

    Damocles de la bomba nuclear. Hemos alcanzado tan exitosamente la meta de "una explosión más grande

    por un dólar", que estamos en peligro de destruir toda la vida de este planeta. 

    Nuestros intentos, entonces, de vivir en un "mundo real" que todos percibamos de la misma manera nos ha

    llevado, según mi opinión, al borde de la aniquilación como especie. Seré tan osado como para sugerir una

    alternativa. 

    Me parece que la modalidad del futuro será basar nuestras vidas y nuestra educación sobre la suposición

    de que hay tantas realidades como personas, y que nuestra prioridad más elevada es aceptar tal hipótesis yproceder a partir de allí. ¿Proceder hacia dónde? Proceder, cada uno de nosotros a explorar con la mente

    abierta las muchas, muchísimas percepciones de la realidad que existen. Podríamos creo, enriquecer

    muestras propias vidas en el proceso. Podríamos también ser más capaces de enfrentarnos con la realidad

    en que existe cada uno de nosotros, porque seríamos conscientes de muchas más opciones. Esto bien

    podría representar una vida llena de perplejidad y elecciones difíciles demandando madurez, pero sería

    llena de vida excelente y aventurera. 

    Puede formularse la cuestión, sin embargo, de si podríamos tener una comunidad o sociedad basada en

    esta hipótesis de realidades múltiples ¿No sería una sociedad así una anarquía completamente individual?

    Esta no es mi opinión. Supón que mi refunfuñante tolerancia de tu visión separada del mundo se convirtiera

    en una completa aceptación de tu persona y tú derecho a tener tal punto de vista. Supón que en vez de

    cancelar las realidades de los demás como absurdas o peligrosas o heréticas o estúpidas, yo estuviera

    dispuesto a explorar y aprender acerca de esas realidades. Supón que estuvieses dispuesto a hacer lo

    mismo. ¿Cuál sería el resultado social? Pienso que nuestra sociedad no estaría basada en un compromiso

    ciego con una causa o credo o visión de la realidad, sino en el compromiso común hacia cada uno como

    personas separadas acertadas, con realidades separadas. La tendencia muy humana natural de cuidar al

    otro ya no sería "me importas porque eres igual que yo", sino "te aprecio y valorizo porque eres diferente a

    mí". ¿Idealista, dicen? Por supuesto que sí. ¿Cómo puedo ser tan ingenuo a ultranza e "irrealista" para tener

    esperanza de que un cambio tan drástico pueda ser concebible y concretable? Baso en parte mi experiencia

    en la visión de la historia del mundo tan aptamente testimoniada por Charles Beard: "Cuando los cielos se

    oscurecen, las estrellas comienzan a brillar." Así que puede ser que veamos el surgimiento de líderes que

    se muevan en esta nueva dirección. 

    Baso mi esperanza, todavía más sólidamente, en el punto de vista enunciado por Lancelot Whyte,

    historiador de ideas, en su libro final previo a su muerte. En su teoría, en la cual no está solo, sostiene que

    los grandes pasos de la historia humana son anticipados, y probablemente logrados, por cambios en elpensamiento inconsciente de miles y millones de individuos durante el período que precede al cambio.

    Entonces, en un espacio de tiempo relativamente corto, una idea nueva, una nueva perspectiva, parece

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    encenderse en la escena mundial, y el cambio tiene lugar. Da como ejemplo que antes de 1914, el

    patriotismo y el nacionalismo eran virtudes incuestionables. Entonces comienza al tenue cuestionamiento

    inconsciente que construyó una tradición inconsciente revirtiendo una pauta íntegra del pensamiento. Esta

    nueva perspectiva irrumpió a la vista entre 1950 y 1970. "Mi país, acertado o equivocado”, ya no es un

    credo por el cual se vive. Las guerras nacionalistas están fuera del calendario y fuera del favor público

    inclusive aunque sigan ocurriendo. La opinión mundial se halla hondamente opuesta a ellas. Whyte (The

    Universe of Experience, 1974), señala que “en cualquier momento los niveles inconscientes están adelante

    de los conscientes en la tarea de unificar la emoción, el pensamiento y acción” (p. 107). 

    Para mí, esta línea de pensamiento es congenial. He sostenido que somos más sabios que nuestros

    intelectos, y que nuestros organismos como un todo tienen una sabiduría y un propósito que va bien más

    allá de nuestro pensar consciente. Creo que esta idea se aplica a los conceptos que he venido presentando

    en este relato. Pienso que los hombres y las mujeres, individual y colectivamente, están interior y

    orgánicamente rechazando la idea de una realidad única aprobada por la cultura Creo que nos estamos

    moviendo inevitablemente hacia la aceptación de millones de percepciones de la realidad, individuales,

    separadas, desafiantes, excitantes, informativas. Considero posible que esta visión -como el repentino, yseparado descubrimiento de los principios de la mecánica cuántica por parte de los científicos de diversos

    países, podría comenzar, a tomar existencia efectiva en muchas partes del mundo a la vez. De ser así

    estaremos viviendo en un mundo totalmente nuevo, diferente de cualquier otro en la historia. ¿Es

    concebible que un cambio tal pueda llegarse a producir? 

     Aquí reside ese desafío a los educadores –probablemente los más inseguros y asustados entre todas las

    profesiones- cañoneados por las presiones públicas. Limitados por restricciones legislativas esencialmente

    conservadoras en sus reacciones ¿Podrán posiblemente defender una visión de múltiples realidades como

    la que he estado describiendo? Podrán comenzar a desencadenar los cambios en las actitudes lasconductas y los valores que demanda tal visión del mundo. Ciertamente por ellos mismos no pueden. Pero

    con el cambio subyacente en lo que Whyte llama "la tradición inconsciente" y con la ayuda de la nueva

    persona que yo y muchos otros vemos emergiendo en nuestra cultura, es concebible que tal cosa suceda. 

    Concluiré diciendo que si las naciones siguen sus sendas del pasado, entonces, debido a la velocidad de la

    comunicación mundial de puntos de vista separados, cada sociedad tendrá que ejercer más y más coerción

    para lograr un acuerdo forzado en lo que constituye el mundo y sus valores. Estos acuerdos coercionados

    diferirán de nación en nación de cultura en cultura. La coerción destruirá la libertad individual. Detonaremos

    nuestra próxima destrucción mediante choques causados por diferentes visiones del mundo. 

    Pero he sugerido una alternativa. Si aceptamos como un hecho básico de toda la vida humana que vivimos

    en realidades separadas; si podemos ver estas realidades diferenciadas como el más promisorio recurso

    para el aprendizaje en toda la historia del mundo; si podemos vivir juntos a fin de aprender el uno del otro

    sin miedo, entonces una Edad Nueva puede estar amaneciendo. Y quizás -solamente quizás- la honda

    sensorialidad orgánica de la humanidad este pavimentando la ruta hacia semejante cambio.

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     UNA CONCEPCIÓN HUMANISTA DEL HOMBRE

    Por Miguel Martínez Mígueles, La Psicología Humanista, Cap. 4, Edit. Trillas, México,

    1999 http://prof.usb.ve/miguelm/psicologia.html

    Una Concepción Humanista del Hombre

    Muchos siglos antes de que comenzara la era actual, un salmista se había preguntado: ¿qué es el hombre?

     Aún hoy día estamos tratando de buscar una respuesta adecuada a esta urgente interrogante.

    La filosofía griega creó una imagen del hombre centrada en la virtud y la razón: el hombre alcanzaba la

    virtud a través del uso de la razón y siguiendo sus demandas. El pensamiento cristiano le añadió los

    conceptos amor y  pecado. El Renacimiento introdujo los aspectos de  poder y voluntad, plasmando la

    imagen política del hombre. Los siglos XVIII y XIX racionalizaron el interés de los hombres por la propiedad,

    las cosas y el dinero. La imagen freudiana de la primera mitad del siglo XX enfatizó el aspecto impulsivo,

    irracional e inconsciente del ser humano, y la psicología conductista puso el acento en la presión que

    ejercen los factores ambientales.

    El estudio del hombre puede ser realizado desde muy diferentes ángulos y perspectivas complementarios 

    entre sí. Su riqueza resulta siempre inagotable y desafiante. Nuestro enfoque es uno, el psicológico, que

    tratará de incluir todo  lo que es humano, pero haciendo énfasis en aquellas dotes y características que

    mejor distinguen al hombre.

    La psicología del siglo XX ha seguido, básicamente, tres orientaciones: la psicoanalítica, la conductista y,

    más recientemente, la humanista. Señalaremos la génesis de las dos primeras y trataremos de presentar

    una caracterización más detallada de la tercera, con el fin de esclarecer la naturaleza del objeto que estudia

    la psicología y sentar, con ello, la base para poder examinar, más adelante, el nivel de adecuación de la

    metodología, los procedimientos y las técnicas utilizadas para ello.

    El hablar de una concepción "humanista del hombre" no es una tautología, pues hay en circulación

    concepciones del hombre que no son humanistas y, ni siquiera humanas, sino más bien robóticas,

    zoológicas y hasta ratomórficas, ya que ésos han sido los modelos descriptivos referenciales, reduciendo lo

    humano a algo que es inhumano.

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     Concepción newtoniana del hombre

     Al hablar de la concepción newtoniana, como más adelante, de la darwiniana, es necesario aclarar que

    Newton y Darwin se convirtieron, a través de la historia, en simples epónimos; pues así como Marx, al oír

    hablar a los marxistas, dijo que él no era marxista, y muchos han dicho, con razón, que Cristo no era

    cristiano ni Gotama budista, igualmente resulta cierto que Newton no tenía una concepción "newtoniana" del

    hombre.

    En su concepción del hombre, Newton era, muy probablemente, un escolástico. En sus escritos sobre

    teología Newton acepta dos mundos: el natural y el sobrenatural; el natural está regido por leyes físicas y el

    sobrenatural, al cual pertenece el hombre, está gobernado por un cuerpo diferente de leyes. Pero los

    discípulos de Newton redujeron ambos mundos a uno. Quizá, el esfuerzo más clásico haya sido la

    admirable obra de La Mettrie, L'homme machine (1748), que intenta reducir los fenómenos psíquicos a los

    fenómenos concomitantes de las leyes físico-químicas que rigen en el organismo.

    Sin embargo, quien tendió el puente entre el mundo físico newtoniano y las ciencias humanas fue John

    Locke, que fue un gran admirador de Newton. Efectivamente, Newton publicó su obra más famosa, Principia

    Mathematica, en 1687. En ella reduce la naturaleza física a cinco categorías fundamentales:  partículas

    materiales, existentes en un espacio y tiempo absolutos, puestas en movimiento por una fuerza

    determinada. En 1690 –tres años más tarde–, Locke publica su Essay Concerning Human Understanding,

    en el cual trata de hacer con la mente humana lo que Newton había hecho con el mundo físico: Locke

    concibe la mente humana como una realidad compuesta de partículas (las ideas) que existen en un espacio

    y tiempo determinados y que se funden, amalgaman o cambian por la acción de fuerzas exteriores a ellas

    mismas.

    De acuerdo con las ideas de Locke, podemos tener una ciencia de la mente humana análoga a la ciencia de

    la naturaleza física. Esto implica el  presupuesto de que los elementos mentales son análogos a las

    partículas físicas y el presupuesto de que explicar toda realidad compleja consiste en descomponerla en sus

    elementos simples.

    La concepción "newtoniana" de la mente fue elaborada en el siglo XVIII por Condillac, quien ambicionaba

    ser "el Newton de la psicología", y, en el siglo XIX, por los asociacionistas ingleses James Mill y John S. Mill,

     Alexander Bain y otros, en Alemania por Wundt y Helmholtz, en Rusia por los pavlovianos y, más tarde, en

    Norteamérica por Watson y sus seguidores. Aunque posteriormente se comenzó a hablar más de conductaque de mente, la concepción básica, positivista, del hombre y de la ciencia permaneció inalterada. La

    ciencia explica reduciendo todo a elementos y a las leyes de la interacción de éstos, y el hombre ha de

    explicarse por medio de la reducción a sus elementos mentales o conductuales y a las leyes de su

    asociación. El representante contemporáneo más conocido de la doctrina "newtoniana" sobre el hombre y

    de las "formas lockianas de psicología", como las llama Allport, es B. F. Skinner, quien no hablaba de ideas

    sino en sus conversaciones privadas, pero cuyo sistema teórico de base pertenece decididamente al siglo al

    XIX.

    Creemos de gran importancia hacer notar el hecho de que tanto tiempo después de que las ciencias físicas

     –aguijoneadas por Einstein, Planck y Heisenberg–, dejaron de lado la explicación elementalista de la

    naturaleza física y rechazaron los "absolutos" newtonianos, haya psicólogos que insisten en que una

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    explicación psicológica adecuada del hombre consiste en reducir lo complejo a lo simple; y que lo que ya no

    es válido para explicar los cuerpos estáticos e inermes de la física, lo sea para dar razón plena de la vida y

    conciencia de los seres humanos. También es muy sugerente el hecho de que Wertheimer y Köhler,

    fundadores de la escuela de la Gestalt, diametralmente opuesta a esta concepción, hayan sido, el primero,

    gran amigo de Einstein y, el segundo, discípulo de Max Planck.

    Hay que hacer notar también que el conductismo actual no ha permanecido estático, sino que se ha idoalejando bastante de las posiciones rígidas que mantuvo en los primeros tiempos. Sigmund Koch –quien ha

    sido considerado el organizador del estudio más comprehensivo de la psicología del siglo XX (1959, 1963)–,

    "no dudó en predecir la muerte del conductismo clásico como estrategia viable para la investigación sobre la

    conducta humana" (Tageson, 1982, pp. 6-7). El conductismo clásico ha ido abandonando el "modelo

    ratomórfico" y se ha ido adhiriendo al "modelo computacional" por medio de la psicología cognitiva.

    Es cierto que, al asimilar la psicología cognitiva, ésta le abrió el estrecho espectro que tenía el conductismo;

    sin embargo, "la psicología cognitiva, en lugar de describir y reflexionar sobre la vida psicológica de las

    personas, va adelante tomando conceptos prestados de la ciencia computacional, de la ciencia de las

    comunicaciones y de la neurociencia "fisiológica", todos los cuales se refieren ya sea a los sistemas físicos,

    ya a los sistemas formales lógico-matemáticos" (Wertz, 1998, p. 54).

    Por todo ello, Koch "es de la opinión que, al adherir a un paradigma que ya no prevalece ni siquiera en las

    ciencias naturales, el conductismo mismo es una causa perdida" (Tageson, 1982, p. 126).

    Sin embargo, la misma psicología cognitiva, en años recientes, ha comenzado a estudiar procesos

    complejos –como la creación artística y otros– y ha encontrado que el modelo computacional es insuficiente

    para explicar estos procesos mentales de mayor nivel de complejidad (Polkinghorne, 1994, p. 111).

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     Concepción darwiniana del hombre

    La concepción newtoniana del hombre es esencialmente estática y, en su forma extrema, es una doctrina

    ambientalista. Concibe al hombre en esencia como nada, inicialmente como una tabula rasa in qua nihil

    scriptum est, plasmada, posteriormente, por fuerzas externas a sí misma. Los darwinianos, en cambio,

    "descubrieron" que la conducta humana podría estar movida desde adentro.También en este caso debemos afirmar que Darwin no fue "darwiniano"; en cambio si fue plenamente

    "newtoniano", pues dedicó su esfuerzo de por vida a introducir la biología, y eventualmente la psicología, en

    el reino de la ley natural. La obra básica de Darwin, Origin of Species (1859), está presentada en términos

    estrictamente newtonianos; no hay allí lugar alguno para la teleología ni para eventos no causados. Fueron

    los "darwinianos" –y quizá en contra de la voluntad del mismo Darwin– quienes reintrodujeron cierta

    teleología.

    Darwin argumentaba, en lenguaje aristotélico, que las causas finales, es decir, la aparente direccionalidad

    de los procesos vitales, pueden ser explicados plenamente en términos de las simples causas material yeficiente.

    Darwin propuso la variación al azar y la selección natural como elementos explicativos suficientes.

    Lógicamente, ésta era una doctrina estrictamente newtoniana, no teleológica. Sugería que el mundo de la

    vida, como el de la materia, podía seguir adelante sin asistencia de divinidad alguna.

    Sin embargo, la misma terminología usada por Darwin facilitó la entrada de la teleología. Efectivamente, él

    hablaba de selección natural; pero era difícil pensar en una naturaleza que selecciona sin revivir la

    concepción de la Naturaleza (con N mayúscula) del siglo XVIII, que era una especie de sustituto de Dios.

     Así pues, la concepción darwiniana del hombre, aunque esencialmente mecanicista, contenía una velada

    teleología. El hombre darwiniano no es una masa inerte, manipulado por fuerzas externas a él mismo; es un

    organismo autopropulsado, con sus propias metas, implícita o explícitamente establecidas, que se ajusta a

    un ambiente que también ha seleccionado de alguna manera él mismo (MacLeod, 1970).

    La psicología instintivista de McDougall sigue particularmente esta línea de pensamiento y habla de instintos

    humanos derivados de sus antepasados animales. Pero quien ha llegado a ser el más exitoso de los

    darwinianos de este siglo es, sin duda alguna, Freud con su doctrina psicoanalítica basada en los instintos

    primitivos como fuentes primarias de la motivación humana. Para Freud, el hombre era el producto de

    poderosas y dañinas fuerzas biológicas regidas por las historia pasada de cada individuo. Freud, incluso,había confiado en reducir la conducta humana a fórmulas físico-químicas.

    Sin embargo, hay freudianos más o menos ortodoxos que han propuesto diferentes sustitutos para los

    instintos: reflejos prepotentes, impulsos, necesidades básicas, deseos, propensiones, etc., y que nos piden

    que miremos hacia atrás, si no a la historia racial, al menos a la primera historia individual, para poder

    encontrar una explicación de la conducta del hombre.

    También aquí hay un reduccionismo, aunque más mitigado que el de los newtonianos. Mientras que éstos

    reducen los altos niveles de la vida humana al comportamiento de las partículas elementales, los

    darwinianos lo reducen a los orígenes individuales o raciales. Con todo esto no se quiere afirmar que todoslos seguidores, conscientes o no, de la concepción "newtoniana", por un lado, o de la "darwiniana", por el

    otro, deban confundirse automáticamente con la orientación filosófica que subyace en cada una.

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    Sin embargo, es necesario señalar muy claramente que existen ciertos linderos o  puntos diacríticos, cuya

    aceptación o rechazo ubican a un pensador en una corriente psicológica determinada. Así, por ejemplo,

     Allport, al comentar la posición sostenida por los psicólogos "neofreudianos" del yo, que reconocen

    claramente una "autonomía del yo", señala que "esto equivale a volver del revés la psicología freudiana

    tradicional" (1966, p. 261). Evidentemente, reconocer que existen, como dicen ellos, "funciones del yo libres

    de conflicto" es aceptar que vivimos nuestra vida, por lo menos en parte, de acuerdo con nuestros intereses,

    valores, planes o intenciones conscientes, y que nuestras motivaciones son autónomas (por lo menos

    relativamente) respecto de las presiones, impulsos, instintos y situaciones ambientales. En fin de cuentas, el

    mismo Freud fue siempre una figura que osciló entre dos tradiciones: la de la ciencia y la de las

    humanidades.

    Igualmente, Koch, al describir las tres fases por las que ha pasado el conductismo (conductismo clásico,

    neoconductismo, neo-neoconductismo), habla de este último como de quien ha perdido su carácter

    distintivo. Efectivamente, cita a Guthrie que dice: "nosotros nos descubrimos y sorprendemos a nosotros

    mismos describiendo inevitablemente los estímulos en términos perceptuales", es más, "es... necesario que

    tengan significado para el organismo respondiente" (1974, p. 17).

    Por lo tanto, Guthrie reconoce que estímulos muy diferentes pueden dar origen a las mismas percepciones

    y, viceversa, el mismo estímulo puede producir percepciones muy diferentes: con la misma imagen en la

    retina, un sujeto ve un conejo y otro ve un antílope. Ahora bien, dos grupos cuyos miembros tienen

    percepciones sistemáticamente distintas al recibir el mismo estímulo, viven, en cierto sentido, en mundos

    diferentes. Y, de una manera mucho más abierta, recientemente, Bandura (1974, 1978) habla de

    "discernimiento", "conciencia", "pensamiento", "elección", "autodirección", "libertad", "responsabilidad" y

    otros conceptos que de ningún modo pueden entenderse dentro del marco de referencia en que se ubica el

    paradigma conductista.

    Creemos que en ambos casos los nombres neofreudiano y neo-neoconductista señalan un punto de partida,

    más que una designación de la posición actual que tales corrientes sostienen, pues el punto diacrítico

    determinante que diferencia el freudismo y el conductismo de la posición que mantiene la psicología

    humanista es la aceptación del determinismo y el rechazo de la libertad humana. Pero en los dos casos

    señalados –psicólogos del yo y neo-neoconductistas– hay una aceptación implícita y, a veces, explícita de

    un nivel más o menos amplio de la autodeterminación en la conducta humana. Por lo tanto, en la medida en

    que acepten la libertad humana (con las inherentes e inseparables secuelas que ella trae) deberán ser

    considerados como psicólogos de orientación humanista más que bajo cualquier otra denominación.

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    Caracterización de la concepción humanista del hombre

    Berelson y Steiner publicaron en 1964 un estudio sobre 1045 investigaciones científicas relacionadas con la

    conducta humana, y concluyeron que la imagen del hombre que emerge de ellas es "incompleta". He aquí

    sus palabras:

     A medida que uno vive la vida o la observa a su alrededor (o dentro de sí mismo) o la encuentra en unaobra de arte, ve una riqueza que de alguna manera cayó a través del presente tamiz de las ciencias de la

    conducta. Este libro, por ejemplo, tiene muy poco que decir sobre los siguientes aspectos humanos

    centrales: nobleza, coraje moral, tormentos éticos, delicada relación de padre e hijo o del estado

    matrimonial, estilo de vida que corrompe la inocencia, rectitud o no rectitud de los actos, malignidad

    humana, alegría, amor y odio, muerte y el mismo sexo (Misiak, 1973, p. 110).

    La psicología humanista es una reacción contra este estado de cosas y las orientaciones psicológicas

    responsables de las mismas; es un movimiento contra la psicología que ha dominado la primera mitad de

    este siglo, y que se ha caracterizado como mecanicista, elementalista y reduccionista.

    Ciertamente, todos los aspectos arriba señalados (y otros más, como la conciencia, la reflexión, la libertad,

    la creatividad, los valores, los ideales, el goce y disfrute del arte, etc.) son, como dicen los autores, aspectos

    centrales de la vida humana y, como tales, exigen una metodología de estudio que no los deje escapar por

    su tamiz.

    El objetivo básico de este capitulo, al señalar la gran riqueza de la naturaleza del hombre, es enfatizar

    claramente que el estudio de la misma exige métodos más sensibles y adecuados que los comúnmente

    utilizados, los cuales, hasta ahora, han sido extrapolados de las ciencias naturales.

     Aunque en el ambiente de la psicología americana la orientación humanista es muy reciente, en Europatuvo sus orígenes con Leibniz, y sus raíces se remontan hasta las doctrinas del intelecto activo de

     Aristóteles y Santo Tomás. Leibniz, contemporáneo de Locke, se enfrentó a la teoría de la tabula rasa de

    éste. La tesis básica de Locke sostenía que nihil est in intellectu nisi prius fuerit in sensu (nada puede haber

    en el intelecto que no haya estado antes en los sentidos). A esto Leibniz agrega un complemento

    desafiante: excipe, nisi ipse intellectus (a excepción del mismo intelecto). Para Leibniz el intelecto está

    perpetuamente activo por derecho propio y es autoimpulsado. Franz Brentano, la Escuela de Würzburg,

    Ehrenfels, el movimiento de la Gestalt, Dilthey, la filosofía fenomenológica y existencial y la "segunda

    generación" de teóricos psicoanalistas enriquecieron ampliamente las ideas de Leibniz.

    Como señala Matson (1981), "sin los antecedentes y precedentes europeos, es muy dudoso que alguna de

    las versiones estadounidenses del humanismo psicológico se hubiera desarrollado en absoluto" (p. 298). Y

    no sólo el humanismo psicológico, sino toda la psicología: el comercio transatlántico ha sido siempre en una

    sola dirección, pues, como bien señala Allport (1988):

    Hemos recibido de Europa casi todos nuestros conceptos clave. Con dedos cuidadosos hemos tomado las

    actitudes de Würzburg, el condicionamiento de Leningrado, las manchas de tinta de Zurich, el gestaltismo

    de Berlín, el subconsciente (así como el neopositivismo) de Viena, el cociente intelectual de Breslau y de

    París, la estadística de Inglaterra y la patología de Francia. A éstos les hemos agregado la rigidez de un

    método tieso, una pizca de nuestro pragmatismo y un destello de optimismo.

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    Nos hemos dedicado incluso a la cohabitación conceptual de unir el psicoanálisis con el concepto de

    estímulo-respuesta, así como con el concepto de cultura; también hemos unido a Pavlov con la psicoterapia,

    sin mencionar al existencialismo con Elvis Presley (p. 22).

    Los aspectos característicos de la concepción humanista del hombre, que se señalan a continuación, son

    algunos de los puntos que más resaltan, de acuerdo con una visión y experiencia personal. Ciertamente,

    hay otros y, quizá, de mayor importancia para otras personas.Estas características son aquellas que hemos encontrado y vivido más frecuentemente y en forma más

    intensa, a lo largo de muchos años de actividad pedagógica, asesoramiento psicológico y relación

    psicoterapéutica.

    Muchas de ellas han sido descritas y enfatizadas de diferentes maneras por autores representativos de la

    orientación humanista: G. Allport, C. Rogers, A. Maslow, R. May, M. Buber, G. Kelly, Ch. Bühler, S. Jourard,

    K. Goldstein, J. Nuttin, H. Murray, G. Murphy, K. Horney, E. Fromm, F. Perls, C. Moustakas, V. Frankl y

    otros.

    El hecho de que estas características se presenten separadamente se debe sólo a que es imposible hablarde todas al mismo tiempo; pero, por su naturaleza, se sobreponen, se entrelazan y poseen una fuerte

    interacción, de tal manera que al pensar en una hay que tener siempre presente la realidad de las demás.

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    El hombre vive subjetivamente

    Charles Dickens, al hablarnos de los miembros del Club Pickwick, señala que se habían reservado el

    derecho de dar significados especiales a las palabras comunes. Quizá ésta fue una anticipación de la tesis

    fundamental de la psicología fenomenológica.

    Quiérase o no, consciente o inconscientemente, los sentimientos, emociones y percepciones de toda

    persona están llenos de elementos y matices que los hacen muy  personales y, cuando trata de describirlos

    con palabras, sentirá que nunca le puede hacer plena justicia.

    El hombre comienza su labor cognoscitiva tomando conciencia de su mundo interno experiencial, de sus

    vivencias, de su Erlebnis; se puede decir que "en el principio de la vida humana como tal existe la toma de

    conciencia". Percibimos el mundo externo de acuerdo con nuestra realidad personal y subjetiva (nuestras

    necesidades, deseos, aspiraciones, valores, sentimientos, etc.), es decir, con un enfoque "de-adentro-hacia-

    afuera".

    Ésta es una realidad de la que el hombre no puede escapar. Ya Descartes y San Agustín fueronconscientes de ello. El cogito, el sentio, el dubito, son una afirmación de la tesis que sostiene que antes de

    poder alcanzar cualquier conocimiento seguro tenemos que escrutar nuestra experiencia del conocer, y que

    el mundo externo forma parte de esta experiencia interna. La psicología humanista rechaza el punto de

    partida de la ciencia tradicional que comienza con el  presupuesto de la existencia de un mundo objetivo

    externo, del cual el hombre es una parte. Esto podrá ser un punto de llegada, pero jamás de partida.

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     La persona está constituida por un núcleo central estructurado

    Sin un núcleo central estructurado –que puede ser el concepto de  persona, el yo o el sí mismo– resulta

    imposible explicar la interacción de los procesos psicológicos. "La memoria –dice Allport– influye en la

    percepción y el deseo en la intención, la intención determina la acción, la acción forma la memoria y así

    indefinidamente" (1966, p. 642).

    El estudio de este núcleo central resulta muy esquivo a toda observación, pues implica un acto reflejo en

    sentido total: el yo trata de conocer su propia naturaleza, aun en ese mismo acto de autoconocimiento.

    Este proceso da lugar a un fenómeno psíquico análogo al efecto que se produce en una sala con espejos

    paralelos, donde las imágenes de las imágenes se multiplican, teóricamente, en número infinito y,

    prácticamente, en un número inalcanzable para nuestra observación. William James decía que querer

    aprehender plenamente el yo en la conciencia es como intentar pisar la sombra del propio cuerpo.

    Este núcleo central parece ser el origen, portador y regulador de los estados y procesos de la persona.

    Efectivamente, no puede haber adaptación sin algo que se adapte, ni organización sin organizador, ni

    percepción sin perceptor, ni memoria sin continuidad de sí mismo, ni aprendizaje sin cambio en la persona,

    ni evaluación sin algo que posea el deseo y la capacidad de evaluar.

     Allport escogió el vocablo latino  proprium para denominar este núcleo central y trata de ilustrar con un

    ejemplo cómo coexisten y se fusionan en nuestra experiencia cotidiana los siete aspectos que, según él, lo

    constituyen:

    Suponga el lector que se halla sometido a un examen difícil y de gran importancia para él. Se dará cuenta,

    indudablemente, de cuán rápidamente le late el corazón y le parecerá que se le revuelve el estómago (sí

    mismo corporal); también se dará cuenta de la significación del examen en relación con el pasado y el futuro

    (identidad de sí mismo), de cuánto afecta el amor propio (estima de sí mismo), de lo que el éxito o el fracaso

    pueden significar para la familia (extensión de sí mismo), de sus esperanzas y aspiraciones (imagen de sí

    mismo), de su papel en cuanto solucionador de problemas en el examen (agente racional) y de la relación

    de la situación global con los objetivos a largo plazo (esfuerzo orientado). En la vida real, en la práctica, es

    de regla la fusión de los estados del  proprium. Y tras estos estados experimentados del sí mismo tendrá

    algunos atisbos indirectos del propio sujeto como conocedor (1966, p. 172).

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     El hombre está impulsado por una tendencia hacia la autorrealización

    La tendencia hacia el pleno desarrollo físico en el ser humano es sumamente patente; es natural, constante

    y eficaz, mientras no se opongan obstáculos externos; esta tendencia es natural y propia de todos los

    organismos vivos, y tiene una dirección clara que persigue sistemáticamente: llevar a cada uno de los

    órganos físicos y al organismo en su totalidad hacia una plena madurez estructural y funcional. Este procesorequiere de ciertas condiciones ambientales indispensables de nutrición, así como de la ausencia de

    posibles obstáculos para que sea armónico y llegue a feliz término.

    El enfoque humanista considera que la naturaleza humana no puede ser una maravilla en su desarrollo

    físico y un caos en el desarrollo  psíquico. Por el contrario, sostiene y prueba la tesis de que hay un pleno

    paralelismo entre ambos aspectos. Esta tendencia es un  principio  teleológico, una causa final , una fuente

    direccional intrínseca, y ha recibido varios nombres: "tendencia actualizante" (Rogers), "tendencia hacia la

    autorrealización" (Goldstein), "tendencia hacia la autoactualización" (Maslow), etc. En su esencia consiste

    en un impulso natural a actualizar, mantener y mejorar el desarrollo y vida del organismo viviente; en el

    fondo, es la esencia de la misma vida. Rogers le da tanta importancia a esta tendencia básica y fundamental

    que llega a afirmar: "me parece posible que esta hipótesis pudiera constituir una base sobre la cual

    pudiéramos construir una teoría para la psicología humanista" (1980a, p. 133); "esta tendencia actualizante

    es el único motivo que se postula en este (mi) sistema teórico" (1959).

    El hombre muestra capacidad, y también deseo, de desarrollar sus potencialidades. Parecería que esto se

    debiera a una motivación suprema: una necesidad o motivo fundamental que orienta, da energía e integra el

    organismo humano. Este impulso natural lo guía hacia su plena autorrealización, lo lleva a organizar su

    experiencia y, si lo puede hacer en ausencia de factores perturbadores graves, esta organización se

    orientará en el sentido de la madurez y del funcionamiento adecuado, es decir, en el sentido de la conducta

    racional y social subjetivamente satisfactoria y objetivamente eficaz.

    Quizá el área donde más claramente se puede observar esta tendencia básica hacia la autorrealización es

    en la experiencia terapéutica. Cuando el terapeuta trata de ayudar y facilitar  a una persona la remoción de

    obstáculos negativos que están deteniendo este proceso, ofreciéndole un clima vivencial plenamente

    auténtico y genuino, una comprensión empática profunda y una aceptación y aprecio incondicionales –como

    se hace en la orientación rogeriana (enfoque centrado en la persona)–, inmediatamente se desencadena un

    proceso reorganizador y reestructurador, que parecía oprimido, y la persona comienza a sentirse diferente:

    libre, ágil, feliz y segura de sí misma.

    Si este clima benéfico perdura, el proceso señalado continúa y, después de cierto tiempo, la persona dará

    todos los signos de una vida humana normal.

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    El hombre es más sabio que su intelecto

     Aunque ésta es una expresión de Rogers, es compartida por todo psicólogo humanista. Es frecuente definir

    al hombre como un "animal racional" (Aristóteles). Se considera su inteligencia, su razón y su lógica como la

    nota distintiva. Cuando no sigue este camino o, mejor, cuando va en contra de él, se dice que el hombre

    procede en forma irracional. Pero el ser humano puede también seguir un tercer procedimiento, que no es

    racional ni irracional, sino simplemente arracional, y constituye otra dimensión de la vida humana. Se puedeobservar frecuentemente este proceder en el compromiso total con una fe, una religión, una filosofía, una

    vocación, etc., y, en general, casi siempre que hay juicios de valor.

     Ahora bien, en la orientación humanista se afirma que este camino puede ser más sabio que la misma vía

    racional. Cuando un individuo está libre de mecanismos defensivos, actúa espontáneamente, observa y

    ausculta todas las reacciones de su propio organismo, dispone de un cúmulo inmenso de conocimientos

    que el organismo procesa, a veces, inconscientemente y genera conclusiones que se le presentan como

    intuiciones. Estos juicios pueden ser más sabios que el pensamiento consciente, tomado en sí mismo, ya

    que el carácter racional del hombre le lleva, a veces, a negarse a sí mismo y a desconocer aquella parteque se presenta con una aparente incoherencia.

    Parece que esta confianza en la reacción total del propio organismo, y no sólo en la propia mente, tiene

    mucha relación con la creatividad. Einstein, por ejemplo, al tratar de explicar cómo se fue acercando hacia la

    formulación de la teoría de la relatividad, sin ningún conocimiento claro de su meta, expresa que confiaba

    en la reacción de su organismo total:

    durante todos aquellos días existía un sentimiento de dirección, de ir derecho hacia algo concreto. Es muy

    difícil expresar aquel sentimiento con palabras; pero ése era decididamente el caso, y debe distinguirse

    claramente de las consideraciones posteriores sobre la forma racional de la solución (en: Rogers, 1965b, p.23).

    El enfoque de este tipo de funcionamiento racional, total, intuitivo y organísmico, va muy de acuerdo con la

    filosofía oriental: es un aspecto central del pensamiento Taoísta, como también es parte de la orientación

    Zen. Ellos señalan que "la mente verdadera no es ninguna mente", algo ciertamente desconcertante para la

    mentalidad occidental. También va de acuerdo con los nuevos conocimientos de la neurociencia actual, la

    cual señala que el sistema cognitivo (los dos hemisferios) y el afectivo (el sistema límbico) no son

    independientes uno de otro, sino que forman un suprasistema de orden superior que integra la razón y el

    sentimiento. Ya Pascal había señalado mucho antes que "el corazón tiene razones que la razón noentiende".

  • 8/19/2019 UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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     El hombre posee capacidad de conciencia y simbolización

     Al contemplar la naturaleza, el paso de los seres inorgánicos a los orgánicos, a las plantas, a los animales,

    al hombre, se observa una gradación en la cual el ser primigenio se va inclinando, cada vez más, sobre sí

    mismo con grados más altos y dimensiones siempre nuevas, hasta comprenderse y poseerse íntegramente

    en el hombre. En cada uno de esos  pasos aparece una diferencia radical, esencial o, como decían losautores clásicos, una diferencia que implica una "metábasis eis állo génos" (transición a otro género).

    Como ya señalamos al hablar del núcleo central del ser humano, el hombre posee la capacidad de

    autorrepresentarse. Esta posibilidad de contemplarse a sí mismo desde afuera, de autoproyectarse, de

    autoduplicarse, de autorreproducirse, esta capacidad de tomar conciencia plena de sí mismo es una

    característica distintiva del hombre y es la fuente de sus cualidades más elevadas.

    Esta capacidad le permite distinguirse a sí mismo del mundo exterior, le posibilita vivir en un tiempo pasado

    o futuro, le permite hacer planes para el porvenir, utilizar símbolos y usar abstracciones, verse a sí mismo

    como lo ven los demás y tener empatía con ellos, comenzar a amar a sus semejantes, tener sensibilidadética, ver la verdad, crear la belleza, dedicarse a un ideal y, quizá, morir por él. Realizar estas posibilidades

    es ser persona.

    Como el proceso de toma de conciencia y su simbolización es tan importante en el hombre, la distorsión del

    mismo trae graves consecuencias: puede conducir a una neurosis o psicosis, a reacciones paranoicas de

    sospecha y odio, así como a extremos de crueldad y aberraciones sexuales.

    Pero si el ambiente social en que se desenvuelve una persona es agradable, no amenazante, pacífico y

    acogedor, se desarrollará en la misma un movimiento que deja de usar todo tipo de defensas perceptivas,

    no distorsionará la realidad y tendrá una gran apertura hacia sus auténticas vivencias.

    Esto le llevará a ser más hábil en escucharse a sí mismo, a captar y simbolizar mejor sus sentimientos de

    miedo y pena, de ternura y valor, y la amplia gama de vivencias profundas con sus infinitos matices.

    Esta conciencia no distorsionada de lo que vive y siente, esta apertura plena a las propias vivencias y su

    correcta simbolización, conducirá inevitablemente a una vida más sensible con un radio de acción más

    amplio, de mayor variedad y riqueza personal.

  • 8/19/2019 UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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     Capacidad de libertad y elección

    El problema de la libertad siempre ha tenido un mayor enredo y confusión de conceptos y de términos, y es

    natural que así sea debido a la autorreferencia que implica.

    La conciencia es el alfa y omega de la libertad: el conocimiento y reconocimiento de la necesidad constituye

    un verdadero proceso de liberación que el ser humano puede llevar a cabo respecto a la "naturaleza".

    Cuanto más se estudia detenidamente el problema de la libertad en el hombre, más fácilmente es posible

    percatarse de la paradoja y contradicción epistemológica que implica la refutación de la misma. La tesis

    básica del determinismo afirma que todo lo que el hombre piensa, cree o hace está determinado por fuerzas

    que están más allá de su control. Si piensa algo es porque tiene que pensarlo; si cree algo es porque tiene

    que creerlo, y si hace algo es porque tiene que hacerlo. Si esto fuera cierto, se seguiría que ningún

    conocimiento o comprensión de la realidad externa sería posible para el hombre. Efectivamente, las

    acciones y el contenido de la mente estarían determinados por factores que no tendrían nada que ver con la

    razón ni con la lógica y, por lo tanto, nunca conocería si sus conclusiones son verdaderas o falsas. Estaafirmación negaría la posibilidad de que el hombre pueda conocer, lo cual es una autocontradicción.

    Si todos los pasos que da un científico están plenamente determinados por factores que no puede controlar,

    ¿cómo podría llevar a cabo un experimento significativo? En efecto, necesita conocer no solamente las

    medidas que tiene que tomar, sino ser libre de hacer las observaciones pertinentes y realizarlo todo de

    acuerdo con el plan establecido, sin interferencias externas. Hebb, por ejemplo, un conductista clásico, dice

    sin ambages, que "la única esperanza de que la psicología siga siendo científica es suponer que el hombre

    es básicamente un mecanismo" (1966, pp. 7-8). Habría que oír a este autor explicando cómo un

    mecanismo, un robot o un autómata, estudia "científicamente" y "comprende" a otro similar.

    El determinismo es una teoría cuyo clamor por la verdad es incompatible con su mismo contenido. Lejos de

    ser necesario para la existencia de la ciencia, más bien, la haría imposible. El argumento ad hominem es

    más que suficiente para apoyar y avalar la refutación del determinismo absoluto.

    Por otro lado, el determinismo haría totalmente inexplicable toda una serie de realidades humanas como la

    responsabilidad, la imputación, la culpa, el arrepentimiento y, en general, toda la ética, el derecho y la

     jurisprudencia. Ante el atropellamiento, por ejemplo, de un peatón, por parte de un conductor descuidado, la

    autoridad policial debiera detener tanto a éste como a su automóvil: ambos serían igualmente

    "responsables". Tampoco tendrían ningún sentido la educación, la terapia u otras actividades culturales osociales, ya que los acontecimientos seguirían siempre y necesariamente el propio curso.

     Algunos autores, ante este fatalismo lógico e inevitable que se sigue rigurosamente de la negación de la

    libertad, hablan de un "determinismo parcial", entendiendo con este concepto los "actos no enteramente

    determinados por eventos anteriores" (Berlin, 1968, p. 680). Evidentemente, esto es un contrasentido: si hay

    actos que no están totalmente determinados por los eventos anteriores, no están determinados en absoluto.

    No hay un término medio.

    Cómo es que el hombre es libre en un mundo físico sometido, en gran parte, a leyes deterministas, es

    ciertamente un misterio metafísico, pero no más misterioso de lo que podría ser su ilusión de libertad si suconducta fuera plenamente determinada. Por otro lado, todo hombre tiene clara conciencia de sí mismo

    como ser libre.

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    Sin embargo, la libertad de que goza el hombre no es absoluta; hay grados de libertad. Si sólo poseo dos

    opciones o conozco dos soluciones, únicamente tendré un grado de libertad.

    Pero si tengo muchos conocimientos relacionados con la situación en que me encuentro, si poseo una

    amplia educación y cultura y una extensa experiencia, tendré más grados de libertad y mi acción posible

    será más libre.

    Cuando una persona llega a la terapia, generalmente presenta un cuadro de falta de libertad y se describe así misma como "manejada", "conducida", incapaz de conocer o elegir lo que quiere, y experimenta

    diferentes grados de insatisfacción, tristeza, conflicto o desesperación.

    Pero, a medida que la terapia avanza, se advierte un proceso que va del condicionamiento, control, rigidez y

    estaticidad hacia la fluidez y flexibilidad, hacia la espontaneidad y la libertad.

    El nivel y los grados de libertad aumentan a medida que la persona se abre y acepta sus vivencias, a

    medida que la persona es ella misma y da entrada y hace accesibles a su conciencia todos los

    conocimientos disponibles relacionados con la situación: las demandas sociales, sus complejas

    necesidades y conflictos posibles, sus memorias de situaciones similares, su percepción de la singularidadde la situación presente, etc..

    Se podría decir que en la terapia se constata en forma paradigmática la naturaleza, dinámica y desarrollo de

    la libertad humana.

  • 8/19/2019 UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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     El hombre es capaz de una relación profunda

    Spinoza recordó aquello de que: "el hombre es un animal social". Los pensadores existencialistas han

    puesto un énfasis particular en los dilemas que vive el hombre contemporáneo en una sociedad de masas y

    estandarizada, en la cual se siente enjaulado, alienado y deshumanizado.

    En esa situación, aunque rodeado de gente por todas partes, el individuo se siente solo ante su propia

    existencia, que le obliga a encarar sus dudas, miedos y ansiedades, y busca la compañía de los demás

    solamente como un medio para superar su soledad. Así, esta tendencia, natural en el hombre, se ve

    aumentada en los últimos tiempos. Esa tendencia se presenta como positiva y constructiva en sí; pero

    también puede llegar a ser negativa y destructiva cuando es una consecuencia reactiva de la frustración de

    necesidades básicas.

    Donde mejor puede observarse la verdadera naturaleza de esta característica es en el proceso de

    crecimiento humano (educación) o en el proceso de reconstrucción humana (psicoterapia): en este contexto,

    es fácil observar que el ser humano está sediento de relaciones auténticas y profundas, de relacioneshumanas donde pueda ser él mismo en todas sus dimensiones y aceptado plenamente como es, sin que se

    le utilice para cualquier tipo de diagnóstico, evaluación o análisis y sin que se le pongan barreras

    cognoscitivas o emocionales.

    Martín Buber describe esta relación profunda, de persona a persona, como una relación "yo-tú", es decir,

    una mutua experiencia de hablar sinceramente uno a otro como personas, como somos, como sentimos, sin

    ficción, sin hacer un papel o desempeñar un rol, sino con plena sencillez, espontaneidad y autenticidad.

    Este autor considera que ésta es una experiencia que hace al hombre verdaderamente humano, que no

    puede mantenerse en forma continua, pero que si no se da de vez en cuando, el individuo queda afectado

    seria y negativamente en su desarrollo. Es más, Karl Marx –en sus Tesis sobre Feuerbach, y como veremos

    en el capítulo 12– considera que "la esencia del hombre no es una abstracción inserta en cada ser humano,

    sino que, en su auténtica realidad, es el integración de las relaciones sociales".

    Este tipo de relación es la que constituye la mejor forma educativa y, cuando ésta ha fallado, la mejor

    práctica terapéutica. En su más feliz realización, esto da la sensación a sus participantes de haber vivido un

    momento fuera del tiempo y del espacio, algo similar a un sentimiento de trance del cual se sale como de un

    túnel y se regresa a una vida cotidiana completamente distinta.

  • 8/19/2019 UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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    El hombre es capaz de crear

    Si es cierto que en algunos animales se pueden observar procesos ínfimos de pensamiento o rudimentos

    del fenómeno de la conciencia, de ninguna manera se les puede atribuir la característica típicamente

    humana de la creatividad . En efecto, el pensamiento y la conciencia se hallan, en condiciones normales, en

    todo representante de la especie humana; en cambio, la creatividad es una dotación que aparece

    especialmente en sus miembros más selectos y destacados en una u otra área de la actividad: artes,ciencias, filosofía, etc. Es más, se distingue claramente de la inteligencia y del cociente intelectual que

    miden muchos tests, ya que éste tiene una alta correlación con el pensamiento "convergente", mientas que

    la creatividad correlaciona altamente con el pensamiento "divergente", abierto, que ve los viejos problemas

    en forma nueva.

    Torrance puntualiza que el pensamiento creativo consiste en el proceso de percibir elementos que no

    encajan o que faltan, de formular ideas o hipótesis sobre esto, de probar estas hipótesis y de comunicar los

    resultados, tal vez modificando y volviendo a probar la hipótesis. El Premio Nobel de medicina Szent-

    Györgyi dice que "el pensamiento creador consiste en ver lo que todo el mundo ve y pensar lo que nadiepiensa". De esta manera, la realización creativa tendría un carácter novedoso y original, podría ser más o

    menos extraordinaria y, de alguna manera, enriquecería con su aporte a la sociedad y a la cultura.

    También hay formas menores de creatividad, quizá cualitativamente diferentes de las realizaciones

    extraordinarias, algo que se da en cada persona humana en diferentes formas: un escaparatista, un técnico

    en publicidad, un diseñador de automóviles, un creador de modas o un estudiante normal pueden ser

    frecuentemente creativos en ese nivel. Siempre que el producto logrado sea algo nuevo y desconocido para

    quien lo realiza (ya sea una actividad de imaginación, una síntesis mental, la formación de un sistema nuevo

    o una nueva combinación de informaciones o realidades ya conocidas), podría considerarse como fruto de

    un proceso creador. La gran dificultad que ha existido siempre en dar una explicación satisfactoria del

    proceso creador, da razón de las interpretaciones de tipo místico y parametafísico a que se acudió

    frecuentemente: inspiración, iluminación, estado de trance, ruego a las musas, etc.

    Parece ser que, en gran parte, los procesos creativos se dan al margen de la dirección del yo y que, incluso,

    requieren de una renuncia inicial al orden. Cuando las personas creadoras tratan de describir cómo lograron

    determinada realización, frecuentemente dicen que la idea se les ocurrió "de golpe", "sin hacer nada", "como

    por inspiración", "mientras no pensaban en el problema", "como una gran intuición", "como un rayo de

    claridad deslumbrante", etc.

    Sin embargo, a veces, el proceso creativo se presenta apremiante y la persona se siente literalmente

    acosada por sus ideas y tiene que atenderlas. El poeta "tiene que escribir", el pintor "tiene que pintar" y el

    músico "tiene que" proyectar sus ideas en notas. Si lo que está en juego es la solución de un problema,

    entonces puede ir acompañado de un sentimiento de tensión y desasosiego.

    En todo caso, una vez obtenido el resultado, se produce un estado y sentimiento de alivio y, con frecuencia,

    profundas vivencias emocionales de felicidad.

  • 8/19/2019 UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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    El hombre busca un sistema de valores y creencias

     Al analizar unas doscientas biografías, Charlotte Bühler (1967) observó que cada vida estaba ordenada y

    orientada hacia uno o varios objetivos. Cada individuo tenía algo especial por lo que vivía y trabajaba, un

    propósito principal, una misión, una vocación, una meta trascendente, que podía variar mucho de un

    individuo a otro. En cada persona existía un proceso evaluador interno que iba estructurando un sistema de

    valores, el cual, a su vez, se convertía en el núcleo integrador de la personalidad y formaba una filosofíaunificadora de la vida.

    Para Allport, "el valor es una creencia con la que el hombre trabaja de preferencia. Es una disposición

    cognitiva, motora y, sobre todo, profunda del proprium" (1966, p. 530).

    La estructura de los valores que se buscan, la filosofía unificadora de la vida, la claridad de las metas y de

    los objetivos que se desean, van creciendo paralelamente con el nivel de madurez de cada persona y

    puede, como los demás aspectos de la personalidad, sufrir determinados retrasos. Los jóvenes

    frecuentemente "no saben lo que quieren", pero la persona adulta y madura debe saberlo. Lo que en un

     joven puede ser normal, no lo sería en personas mayores.La búsqueda de valores en una persona no consiste en un examen de conceptos vagos e irrelevantes para

    su vivir cotidiano, sino en un esfuerzo continuo por encontrar significados profundos que validen su

    autoidentidad y que establezcan y apoyen los compromisos y las responsabilidades que toma: pueden estar

    referidos al campo filosófico, al científico, al moral y al religioso, etc.

    En medio del cúmulo de incertidumbres, dudas y probabilidades que rodean al ser humano, es lógico que

    éste busque algunos puntos de anclaje, algunas certezas, alguna fe que le sirvan como guía que ilumina su

    camino o como bálsamo benéfico que mitigue las inevitables frustraciones y ansiedades que la vida

    engendra.

    Lógicamente, en la medida en que determinada creencia brinda resultados y efectos satisfactorios se va

    afianzando en un individuo y, por el contrario, será separada del núcleo de valores o escépticamente

    rechazada cuando del hecho de seguirla se derivan consecuencias desastrosas o, simplemente, sin valor ni

    significación para el mismo.

  • 8/19/2019 UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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     Cada persona es un sistema de unicidad configurada

    Escritores contemporáneos como Canning (1970), Fromm (1968), May (1967), Moustakas (1967) y Royce

    (1964) han descrito con gran detalle el dilema que encara el hombre moderno en su lucha por autonomía e

    individualidad, en medio del asolamiento de deshumanización, conformismo y encapsulamiento que

    produce la sociedad tecnológica. El hecho de la individualidad, singularidad y unicidad de cada persona esalgo sobradamente firme. Cada hombre es una creación única de las fuerzas de la naturaleza. Nunca hubo

    una persona igual a él ni volverá a haberla. Lo que sucede en las huellas digitales es extensible a muchos

    otros aspectos del ser humano y, sobre todo, a la unicidad de la persona que resulta de su conjunto

    configurado. Ya Aristóteles distinguió claramente entre los principios generales (koinaí àrchaí), que rigen la

    naturaleza de todos los seres, y los principios especiales propios (ídiaí àrchaí) de cada ser en particular, en

    los cuales se debe basar, y a los cuales vuelve, toda demostración relacionada con él.

    El proceso seguido por la naturaleza en la formación de un nuevo ser humano, da una base biológica

    segura a su singularidad: cada uno de los 46 cromosomas lleva unos 30.000 genes, que son los portadores

    de los caracteres hereditarios. Ahora bien, el total de combinaciones que estos genes pueden formar (con

    sus posibles mutaciones), según calcula el gran biólogo Dobzhansky, "excede ampliamente el número total

    de átomos del universo entero. Es evidente que únicamente una mínima parte de todas las combinaciones

    posibles de genes ha sido realizada o será realizada en el mundo... Cada ser humano es portador de un

    genotipo único" (Allport, 1966, p. 21). Es lógico que esta inconmensurable variabilidad genética, –

    aumentada todavía por la variabilidad estructural y bioquímica– determine una amplísima gama de

    diferencias en el temperamento, la motivación, la inteligencia, las emociones, la imaginación, la memoria y

    todas las funciones psicológicas. Las implicaciones que esto trae para el ejercicio de la medicina, la

    educación y la terapia son enormes, pues nadie es normal, es decir, nadie se halla en el término medio, másque en un reducido número de cualidades.

    "Cada persona –señala Allport– se aparta en millares de aspectos del hombre medio hipotético. Pero su

    individualidad no es la suma del total de desviaciones de los promedios" (1966, p. 24). Cada individuo es un

    sistema de unicidad configurada. Por consiguiente, la ciencia y, en este caso, la psicología no puede

    contentarse con el estudio de las dimensiones comunes, como si la persona fuera un mero "punto de

    intersección de cierto número de variables cuantitativas" –como piensa Eysenck–, sin estructura interna ni

    coherencia ni sentido; la psicología debe enfrentar la verdadera naturaleza de la estructura personal, la

    mutua interdependencia e interacción de los sistemas parciales dentro del sistema entero de la

     personalidad. Esta peculiar naturaleza del hombre como sistema de individualidad configurada, al lado de

    las demás características señaladas anteriormente, hacen ver que para una plena comprensión del hombre

    se requiere más de lo que cualquier ciencia empírica puede ofrecer. Y la inadecuación de esta ciencia

    implica, a su vez, que también son inapropiados los métodos y técnicas comúnmente utilizados, trasladados

    de las ciencias naturales y fundados en sus mismos presupuestos: una concepción newtoniana o

    darwiniana del hombre. Todo esto será objeto de un análisis riguroso y sistemático en los capítulos

    siguientes. Leyendo a Shakespeare, Dostoievsky o San Agustín, frecuentemente se tiene la impresión de

    que estos hombres tuvieron una comprensión más profunda del ser humano que la que se encuentra en

    nuestros mejores libros de psicología. Quizá esto se deba precisamente a que estos escritores noatomizaron al hombre ni lo desintegraron en elementos para estudiarlo, sino que lo describieron vivo, en

    acción, en su totalidad y en los contextos concretos de lugar y tiempo.

  • 8/19/2019 UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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    PSICOTERAPIA HUMANISTICA: UN MODELO INTEGRATIVO

     por Andrés Sánchez Bodas (Revista Observador n° 3 y 4, Bs. As., Enero – 1994) 

    Todo modelo integrativo tiene un punto de partida: el nuestro es la Psicología Humanística. En las décadas

    de los cincuenta y los sesenta apareció en los Estados Unidos este modelo psicológico, se planteó como la

    "Tercera Fuerza", junto al Psicoanálisis y al Conductismo.

    Psicólogos y psiquiatras como Kurt Goldstein (considerado el padre de la Psicología Humanística), Erich

    Fromm, Fritz Perls, Charlotte Buhler, Ruth Cohn y otros, llegan a ese país emigrados luego del acceso de

     Adolf Hitler al poder en Alemania.

    Casi todos ellos tenían las ideas incipientes de la Psicología Existencialista. Estados Unidos estaba

    reponiéndose de su crisis económica, en un periodo de prosperidad con el programa del "New Deal", con el

    presidente Roosevelt como mentor.

    El pragmatismo, la democracia, una filosofía de vida liberal, se vincula con las ideas europeas existencialesfenomenológicas. Autores americanos como Carl Rogers, Abraham Maslow, Rollo May, Gordon Allport y

    otros, construyendo nuevas teorías y modalidades terapéuticas.

    Karen Horney desde una concepción Psicoanalítica Culturalista, Harry Stack Sullivan desde lo interpersonal,

    Wilhelm Reich y la Vegetoterapia, Alexander Lowen y su análisis Bioenergético, la Logoterapia de Víktor

    Frankl, Eric Berne y lo Transaccional, más la importancia decisiva de la obra del rumano Iacov Moreno

    (emigrado a Estados Unidos en 1925), da cuenta de un caleidoscopio que como tal junta y multiplica dando

    origen a ese importante movimiento psicológico.

    Éste es entonces, el resultado de la vinculación de variadísimos abordajes, reunidos no tanto por una teoríacomún cuanto por una imagen del hombre bastante homogénea y concordancias en principios básicos de

    trabajo terapéutico.

    Mientras que la Terapia Conductista y el Psicoanálisis, en sus variadas formas, se fundan desde un edificio

    teórico relativamente homogéneo, y con un solo autor "padre", John Watson el primero y Sigmund Freud el

    segundo, la Psicología Humanística y sus terapias tienen varios fundadores (ya citados), heterogeneidad

    teórica, homogeneidad en su paradigma científico, metodologías congruentes entre sí que permite su

    confluencia y facilita la búsqueda de un modelo integrativo.

  • 8/19/2019 UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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     1. Postulados básicos

    En 1962 se forma la AAHP (American Association of Humanistic Psychology); su principal objetivo era

    nuclear esfuerzos para "abrir la vasta y crucial vida interior del hombre, con vistas a liberar su potencialidad

    y lograr la máxima autorrealización" (Anthony Sutich). Carl Rogers escribió en 1963: "La Psicología

    Humanística conducirá a formulaciones teóricas que resultarán sorprendentes para los psicólogos

    convencionales como lo fueron las teorías del espacio no eucliniano para los físicos convencionales...

    Conllevará una visión del hombre como arquitecto responsable de sí mismo, subjetivamente libre y que

    elige". En 1964 Bugental compara apasionadamente la aparición de esta Psicología con el Descubrimiento

    de América y con una ruptura similar al final del feudalismo, el descubrimiento de la electricidad o el de los

    trabajos de laboratorio de la Psicología experimental. Hubo un gran entusiasmo y cierta utopía

    (¡bienvenida!) en estos fundadores, a los cuales se integraron los que habían llegado de Alemania. Esta

     Asociación tenía también como motivo el agrupar un conjunto de personas e ideas que permitieran de

    manera explícita (organizada) deslindarse de la concepción determinista, mecanicista, causalista (en sutendencia) del hombre, ya sea que tuviera bases biológicas (psicoanálisis) o de mecanismos estímulo-

    respuesta (conductismo). Lecturas reduccionistas y parciales según el Humanismo Psicológico.

    En 1964 J.F. Bugental enumera cinco principios básicos de esta postura:

    1- El ser humano es más que la suma de sus componentes.

    2- La existencia se consuma en el seno de las relaciones humanas (interhumanas).

    3- El hombre vive en forma conciente, más menos asequible, esa es la base para la comprensión de

    la experiencia humana.

    4- Desde lo disponible conciente, el ser humano está en situación de elegir y decidir. No es pasivo

    espectador de su existencia sino que la recrea.

    5- La persona vive orientada hacia una meta, objetivos y valores que son la base de su identidad.

    Tiende a la tranquilidad y la excitación.

    En síntesis, la persona como tal supera a la suma de sus partes, existe en un contexto interhumano, posee

    la capacidad de darse cuenta conciente (awareness), puede elegir y elegirse, es intencional y como tal es

    proyecto, siendo.

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     Ante estas características la Psicología Humanística:

     A- Toma como centro a la Persona.

    B- Se vuelve contra la exigencia científica clásica de objetividad.

    C- Construye su propio modelo de ciencia humana, basado en la experiencia.

    D- Confiere más importancia al sentido y la significación que a los procedimientos metodológicos.Se centra en las relaciones de significado.

    E- Utiliza métodos estadísticos y de convalidación tradicionales, pero los subordina al criterio de la

    experiencia subjetiva.

    F- Contrapone a la concepción de la vida entendida como funcionamiento, la de la vida entendida

    como experimento. En la primera se añaden años a la vida, en la segunda vida a los años. En la

     primera se convalida desde afuera, en la segunda desde adentro de la experiencia vivida.

    G- Todo conocimiento es relativo, por lo tanto se invita a experienciar, aprovechando las infinitas

     posibilidades humanas de representación mental y creatividad para ampliar nuestro conocer.

    H- No desecha, sino por el contrario, integra los logros de las otras líneas confiando en la

    Fenomenología como modo de completar y agregar a la total relación una concepción de la

    experiencia humana.

    I- Confluye con el nuevo paradigma denominado Holístico.

    Es entonces que la Psicología y la Terapia Humanísticas desean producir una renovación de la psicología,

    entendiendo a ésta última menos como término que como "topos". Término, que refiere a conceptosteóricos en alusión a disciplinas científicas el primero, y el segundo implica en cambio guías de acción. En

    función de esto último sintetizaremos sus raíces filosóficas, las psicológicas y su noción y/o imagen del

    hombre, que están implícitas o explícitas y que nos indican el camino para comprender el aporte de este

    movimiento por un lado, y el que debemos proseguir aquellos que estamos en la búsqueda de modos de

    ayuda que puedan integrarse desde una nueva metateoría. A mediados del siglo se da esa gran

    transformación, por sobre lo que S. Freud y J. Watson iniciaron a principios del mismo. Quizás cerrando el

    siglo XX podamos sentar bases para un modelo integrativo, desde el cual comenzar el siglo XXI. Un camino

    de 100 años...prosiguiendo.

  • 8/19/2019 UNIDAD 1 enfoque centrado en la persona

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    2. Raíces filosóficas

    El Humanismo (tal como ahora lo entendemos) se manifestó por oposición al dogmatismo de la Edad

    Media, en el Renacimiento. Es redescubierto el hombre como individuo en su singularidad, tomando como

    modelo a los antiguos griegos y romanos se apunta a la autorrealización en libertad. La persona es el eje

    de sí, dueño de su posibilidad emancipatoria. El hombre es inventor y garante de los valores, es el sujeto de

    la opción moral. Estos conceptos se redondean y hacen fuertes en la época de la Ilustración, en el sigloXVIII: Lo que se inició en el marco de los siglos XV y XVI como una reacción en favor de la libertad se

    concreta y define trescientos años después con Herder y otros filósofos idealistas que tomaron a la

    educación como eje para favorecer un desarrollo libre de los seres humanos. Este pensador es el

    representante principal de lo que se denomina Humanismo Clásico, a diferencia del Humanismo Socialista

    ideado por Karl Marx, donde la liberación sólo es posible a través de la lucha revolucionaria llevada a cabo

    por la clase obrera. Marx, si bien coincide con los objetivos de Herder y los suyos, tilda de utópico y

    burgués a su planteo. Aparece aquí una clara diferenciación entre aspectos idealistas y otros materialistas,

    polaridades que se verán repetidas en los diferentes autores del Humanismo, tanto filosófica como

    psicológicamente.

    Tenemos entonces un Humanismo Clásico y uno Socialista. Mientras Karl Marx sitúa la fuerza del cambio

    hacia la libertad en la unión de los hombres bajo metas comunes, aparece (en la tradición clásica) Soren

    Kierkegaard diciendo: "cada uno debe trabajar para sí en lo referente a su propia salvación".

    Este autor danés es considerado el padre del Existencialismo. Ambos llaman a los hombres de su tiempo

    (S. XIX) a luchar por su liberación. Los dos apelan a dos conceptos esenciales del Humanismo:

    responsabilidad y decisión. "Hay que encontrar una verdad (dice Kierkegaard), que puede ser una verdad

    para mí, encontrar la idea por la cual quiero vivir y morir". Lo característico de lo humano es la "experiencia

    personal", el conocimiento del abismo, la muerte, el desgarramiento y el miedo. Sometidos al miedo

    existencial tenemos varias posibles respuestas, tenemos que decidirnos, "lo tremendo que se ha otorgado

    al hombre es la elección, la libertad". Para Kierkegaard la realización se hace a través del trabajo, mediante

    éste el hombre demuestra que es algo más que naturaleza. Se rompe con las antiguas tradiciones al

    centrarse en la experiencia.

    Dentro de estas líneas se entroncan Friedrich Nietzsche, Gabriel Marcel y Paul Tillich (en el

    Existencialismo), pero es sobretodo en la obra de Martin Buber, donde se funda la Psicología Humanística.

    Este autor destaca en el siendo humano en el mundo con el otro, en la relación yo-tú en tanto "encuentro"

    es donde