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TEORÍA I SBARRA / MORANO / CUETO RÚA unidad IV: la construcción de la mirada Si consideramos al arquitecto como especialista en la organización del espacio, estamos en condiciones también de fijar el lugar desde donde "mirar el mundo". + NATURALEZA - SOCIEDAD - ARTE

unidad IV: la construcción de la mirada · Talleres de arte para niños. Exposición Klee Expo temporarias Centro de ... Renzo Piano: Sinceramente, jamás pasó por mi mente que

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TEORÍA I

SBARRA / MORANO / CUETO RÚA

unidad IV: la construcción de la mirada

Si consideramos al arquitecto como especialista en la organización del

espacio, estamos en condiciones también de fijar el lugar desde donde

"mirar el mundo".

+ NATURALEZA - SOCIEDAD - ARTE

3 pintores + 3 museos

PAUL KLEE RENZO PIANO

1999 / 2005

“Barcos en reposo" / 1927

“Casas rojas y amarillas en Tunez" / 1914 “Villa ´Nórdica" / 1923

“Calle en el campo" / 1923 “Highway and bigways" / 1929

PAUL KLEE, “Simbad el marino" / 1929

“Klee no merece un museo, sino un paisaje. Cuando conocí el lugar lo

miré como una escultura de tierra. Entonces debía trabajar en ella como

un campesino”. Renzo PIANO

Hall

Lobby

Auditorio con 400 butacas

Talleres de arte para niños.

Exposición Klee

Expo temporarias

Centro de

investigación

Administración

ENTREVISTA A RENZO PIANO

"Un lugar para fertilizar la mente“/ 06 de junio de 2005

Las tres colinas del Zentrum Paul Klee.

P:¿Qué pensó usted del hecho de que su proyecto fuera elegido por el Zentrum Paul

Klee sin someterlo a concurso público?

Renzo Piano: Sinceramente, jamás pasó por mi mente que debiera existir obligadamente

un concurso público. Y no es que los desprecie. Todo lo contrario, mi vida profesional se ha

construido a partir de esos concursos. Es sólo que en un determinado momento dejé de

participar en ellos. Y no por arrogancia, no. Más bien porque enviar un proyecto a concurso

es algo así como enamorarse. Y a mi edad ya no hay tiempo para enamorarme y ver como

mi Dulcinea parte con otro.

P ¿Qué ideas tomó de Klee para concebir su proyecto de museo?

R.P.: Paul Klee es uno de los artistas más prolíficos y complejos del siglo XX. Pero como

tenía un espíritu multiforme, con frecuencia se suscita un malentendido: suponer que uno

puede hacer cualquier cosa sobre Klee.

Ahora bien, con respecto a la gran enseñanza de la Bauhaus, en donde Klee fue uno de los

profesores más brillantes, ésta no es una especie de sopa en la que se puedan mezclar

todas las artes. No. El principio de base era una especie de profundización, de fecundación

recíproca sobre el terreno del otro, basada en los valores más profundos de la poética.

Por ejemplo, la ligereza, el sentido de pertenencia, la luz. En la obra de Klee, hay todo esto,

la naturaleza, campos de trigo, aves, ironía y drama. Es muy profundo y complejo.

Y ciertamente, también está la tierra. De ahí la idea de construir más que un simple edificio,

de crear un lugar, de elevar la tierra, de hacer del terreno disponible una obra de arte.

Casi podría decir que se trata de un trabajo de naturaleza topográfica, o de un campesino

conocedor, más que de un trabajo arquitectónico.

P: A propósito de dimensiones, la obra de Klee es muy intimista. ¿Por qué edificar un

centro así de monumental?

R.P.: Yo estoy convencido de que todo museo y todo lugar de este género tienen una

especie de dimensión sagrada, porque son sitios que protegen a las obras. Y una obra es,

por definición, un objeto de una gran fragilidad, precario en su realidad física. Un museo está

concebido pues para hacerla durar.

Además, está también el aspecto contemplativo. Un museo debe gozar de un contacto íntimo

con la obra de arte.

Y hay también una dimensión más profana que está ligada al rol social que tiene un museo

como punto de encuentro al que uno accede a comprar un libro, a ver gente, escuchar

música o a comer algo en la cafetería.

De ahí que la dimensión del edificio rebase el simple reto de mostrar la obra de Klee, ya que

era necesario considerar toda esta concepción multiforme. Pero tampoco se trata de algo

gigantesco, pues juega a las escondidillas con la naturaleza, se integra a ella.

P: A propósito de la fragilidad de las obras, ¿no hay luz natural en los espacios de la

exposición?

R.P.: La obra de Klee es muy vulnerable, sobre todo las acuarelas sobre cartón, y con

frecuencia también los óleos sobre cartón. Esto se debe a que Klee tenía una hermosa

costumbre: si por la mañana no encontraba tela para pintar, tomaba un periódico, aplicaba

sobre él una capa de material base y luego pintaba encima.

Por esta razón, muchos de sus trabajos son de una gran fragilidad y resulta peligroso

exponerlos a la luz.

Por ello elegimos utilizar luz natural sólo en lo que llamamos la Calle del Museo, que conforma

la dimensión más profana del Centro. Pero en la sala de exposiciones la luz artificial puede

controlarse mucho mejor.

P: Esta división entre sagrado y profano, espacio público y privado, ¿no implicó

problemas de seguridad? También en Suiza, después del 11 de septiembre (2001),

queremos supervisar y protegerlo todo...

R.P.: La arquitectura celebra la convivencia, el placer de estar juntos. Si la arquitectura debe

someterse al terror, es mejor ocuparse de otra cosa. No existe arquitectura antiterrorista. La

sola arquitectura que podría resistir al terror es la arquitectura de las cavernas. Y ese sería el

triunfo del terrorismo, pues obligaría al resto del mundo a vivir dentro de cavernas.

Yo estaba en Nueva York el 11 de septiembre, y viví personalmente la experiencia. Fue un

ataque contra la ciudad, en el sentido de civitas, la civilización. Fue también, por supuesto, el

símbolo del poder estadounidense. Pero si los lugares de cultura tienen que encerrarse en sí

mismos, perderán su función fertilizadora de los espíritus. Si nuestra civilización debe

autocastrarse, cerrarse, entonces se avecina verdaderamente el fin de la civilización.

La parte pública del museo Paul Klee, la calle interior, es muy fácil de supervisar ya que es en

línea recta. No hay escondites. Pero habrá niños, ¡gracias a Dios! Es el museo de los niños.

P: A propósito de los niños, Paul Klee estaba fascinado por los dibujos de su hijo y de

los amigos de éste. ¿Cuál es su opinión sobre la creatividad infantil?

R.P.: Yo los tengo en mi entorno de todas las edades. El más joven, de 6 años. Es

extraordinaria la creatividad de un pequeño. Nadie pensó que los niños vendrían al Zentrum

Paul Klee a realizar actividades, pero sí para disfrutar de su inocencia.

Y debo decir también, para evitar todo equívoco, que existe una lectura un poco tonta sobre

Paul Klee que lo califica de infantil. Es un malentendido recurrente a su respecto. La infancia

es una cosa, la inocencia otra, que no implica carecer de intensidad ni de profundidad.