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Vida de Santo Domingo Savio Vida de Santo Domingo Savio 1 1 Infancia: un chico con ideas claras Domingo Savio nació el 2 de abril de 1842 en un pueblecito de Ita- lia, San Juan de Riva, relativamen- te cerca del lugar donde nació Don Bosco. Sus padres se llamaban Carlos y Brígida. Le bautizaron el mismo día a las cinco de la tarde, en la iglesia de la Asunción. No existen fotografías de Domin- go Savio. Las imágenes que se co- nocen fueron hechas, con mayor o menor acierto, por diversos pin- tores asesorados por los familia- res, conocidos y amigos. Los ras- gos de Domingo se conocen, so- bre todo, por los testimonios es- critos de compañeros y profeso- res que lo habían tratado. Desde pequeño tuvo una salud delicada, como tantos chicos de su época, dado que no existían buenas medicinas contra la fragilidad de los niños. En cuanto a su manera de ser, Don Francisco Cerruti dice que tenía «un carácter avispado y el ingenio vivo». Alegre, vivaracho, abierto, siempre dispuesto para seguir los buenos ejemplos que veía. Otros autores lo describen como un muchacho con buena personalidad, con actitudes para trabajos precisos y minuciosos, con capacidad para el esfuerzo, constante y rico en fantasía. Después de la temprana muerte de Domingo Savio, Don Bosco comenzó a reunir diversos testimonios, con ellos escribió la pequeña biografía que ha llegado hasta nosotros y que fue publicada a los veintiún meses de la muerte de Domingo. Domingo Savio Domingo Savio Aniversario: 50 años 12

Vida de Domingo Savio

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Page 1: Vida de Domingo Savio

Vida de Santo Domingo SavioVida de Santo Domingo Savio 1

1 Infancia: un chicocon ideas claras

Domingo Savio nació el 2 de abrilde 1842 en un pueblecito de Ita-lia, San Juan de Riva, relativamen-te cerca del lugar donde nació DonBosco. Sus padres se llamabanCarlos y Brígida. Le bautizaron elmismo día a las cinco de la tarde,en la iglesia de la Asunción.

No existen fotografías de Domin-go Savio. Las imágenes que se co-nocen fueron hechas, con mayor

o menor acierto, por diversos pin-tores asesorados por los familia-res, conocidos y amigos. Los ras-gos de Domingo se conocen, so-bre todo, por los testimonios es-critos de compañeros y profeso-res que lo habían tratado.

Desde pequeño tuvo una saluddelicada, como tantos chicos de suépoca, dado que no existíanbuenas medicinas contra lafragilidad de los niños.

En cuanto a su manera de ser,Don Francisco Cerruti dice quetenía «un carácter avispado y elingenio vivo». Alegre, vivaracho,abierto, siempre dispuesto paraseguir los buenos ejemplos queveía.

Otros autores lo describen comoun muchacho con buenapersonalidad, con actitudes paratrabajos precisos y minuciosos,con capacidad para el esfuerzo,constante y rico en fantasía.

Después de la temprana muertede Domingo Savio, Don Boscocomenzó a reunir diversostestimonios, con ellos escribió lapequeña biografía que ha llegadohasta nosotros y que fue publicadaa los veintiún meses de la muertede Domingo.

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2 El despertar de lafe

Se cuentan en la vida deDomingo Savio algunos hechosque reflejan su sensibilidadreligiosa ya desde muypequeño.

El siguiente hecho lo contabaCarlos, el padre de Domingo,y su hermana Teresa locertificó:

Recuerdo haber oído contara mi padre que, habiendovenido una persona un día acomer a nuestra casa yhabiéndose sentado a la mesasin hacer la señal de la cruz,Domingo cogió su plato y semarchó disgustado a comer enun rincón. Preguntado despuéspor mi padre por qué lo habíahecho, le respondió: porqueaquel hombre no había hechola señal de la cruz antes decomer. De este hecho mi padretomaba pie para aconsejarmesobre la forma de educar a los hijoscuando yo fuese madre de familia.

Es sólo una anécdota que notiene mayor importancia, e inclusobien mirado no es más que unareacción infantil con ningúnsentido cristiano; sin embargo,revela una de las constantes delcomportamiento de Domingo:tomarse muy en serio todo loreferido a la vivencia de la fe.

Con fecha del 5 de mayo de 1857don Juan Bautista Zucca, que tenía29 años cuando conoció a Domingoy fue su primer párroco y maestro,escribe entre otras cosas:

En los primeros días que estuveen Murialdo veía frecuentementea un chiquillo de unos cinco añosque venía con su madre a rezar ala iglesia con un recogimientoverdaderamente excepcional.

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12 Fama deSantidad

En la carta que escribió el padrede Domingo a Don Bosco paracomunicarle la muerte de su hijole comparaba con san LuisGonzaga. No era el primero enhacerlo, muchos compañeros ya lohacían mientras vivía, perodespués de su muerte, la fama desantidad de Domingo se extendióaún más.

Esta fama no sólo la tenía dentrodel Oratorio y en los ambientessalesianos, Domingo erareconocido como santo, invocadoy venerado por muchos fieles, suimagen estaba en muchoshogares. A la familia le llegabanpeticiones de algún objeto quehubiese pertenecido a Domingo.Su hermana Teresa cuenta cómotuvieron que repartir todos susobjetos entre los chicos delOratorio que llegaban a visitar latumba de Domingo.

Y la familia se sentía orgullosade ser reconocida como losparientes del niño santo.

La fama de santidad de Domingoaumentaba con el tiempo porquerespondía a las invocaciones quese le hacían.

Con esto, Domingo no hacía másque continuar lo que ya habíainiciado en vida: ser un hilo

conductor de la gracia de Dios paratodos los que le rodeaban.

El entusiasmo y simpatía por lafigura de Domingo Savio fuetambién compartido por los Papas.Con gran alegría y sin ahorrarelogios para el «pequeño gigantede la santidad » Pío XI le declaróVenerable el 9 de julio de 1933,Pío XII lo proclamó Beato el 5 demarzo de 1950, y Santo el 12 dejunio de 1954. Muchos miles deadolescentes llenaban la Plaza deSan Pedro y aplaudieron con fuerzaal primer santo de 15 años.

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3 El encuentro conJesús

Era costumbre de la época quela primera Comunión se recibiesea los doce años, y en casosexcepcionales a los once.

El párroco de Murialdo veía elinterés de Domingo por las cosasreligiosas: asistía casi a diario a laeucaristía, sabía el catecismo,cantaba en la iglesia, rezaba susoraciones y el rosario en familia...

Todo evidenciaba que si habíaalguien preparado para recibir laprimera Comunión ése era el hijodel herrero.

La preparación de Domingo pararecibir a Jesús fue especialmenteintensa aquella mañana del 8 deabril de 1849, aunque ya veníahaciéndolo días antes.

Con esta ocasión se sugerían lospropósitos que se debían hacer.Domingo, como otros compañeros,escribió los suyos y los guardó paraleerlos frecuentemente yrecordarlos.

Fueron cuatro y aún hoy en díase pueden leer:

1. Me confesaré frecuentementey comulgaré cuantas vecespueda.

2. Santificaré las fiestas.

3. Mis amigos serán Jesús yMaría.

4. Antes morir que pecar.

Estos recuerdos impresionaronvivamente a Don Bosco cuando losconoció. Les dio gran relieve en labiografía de Domingo Savio porquepara él era una buena síntesis dela vida del cristiano, y porquepermitían ver que hacer bien laprimera comunión es poner unsólido cimiento para la vidacristiana.

4 Encuentro conDon Bosco

Domingo Savio habíamanifestado a su maestro ypárroco don José Cugliero el deseode seguir estudiando y hacersesacerdote. Éste se lo comentó asu amigo Don Bosco, que narra suencuentro con Domingo de estamanera:

Era el primer lunes de octubrepor la mañana. Un niño,acompañado de su padre, seacerca para hablarme.

–¿Quién eres? ¿De dónde vienes?

–Soy Domingo Savio.

Entonces comencé hablar con élde los estudios y de la vida quehacía en familia; sintonizamosenseguida: él conmigo y yo con él.Después de un buen rato deconversación Domingo me dijo:

–Entonces, ¿qué piensa de mí?¿Me llevará usted a Turín paraestudiar?

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11 Los últimosmomentos deDomingo Savio

En los últimos días que Domingopasó en su casa, recibió la visitadel párroco y estuvo charlando conél durante un buen rato. Despuésde despedirse, Domingo durmiódurante una media hora. Luegodespertó y dijo:

–Papá

–Aquí estoy, Domingo, ¿qué teocurre?

–Querido papá es la hora, toma milibro de oraciones y lee.

El padre hizo lo que Domingo leindicaba y con voz temblorosa fueleyendo las oraciones.

Domingo repetía atenta yserenamente las invocaciones.

Al cabo de un tiempo, como sidespertara, dijo con voz clara yalegre dirigiéndose a sus padres,que estaban acompañados de otrosvecinos:

No lloréis: yo veo ya al Señor y ala Virgen que me esperan con losbrazos abiertos.

Y con estas palabras expirótranquilamente. Eran las diez dela noche del lunes 9 de marzo de1857. Domingo tenía 14 años yonce meses.

Al día siguiente, su padre escribióa Don Bosco comunicándole lamuerte del hijo y los últimosmomentos de su vida. Cuandollegó la noticia al Oratorio todos larecibieron con sentido dolor. DonBosco se lo comunicó a los chicosy les recomendó vivamente que lotomaran como modelo.

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–Me parece que hay en ti unabuena tela

–¿Y para qué podrá servir estatela?

–Para hacer un buen traje yregalárselo al Señor.

–Pues, si yo soy el paño, usted seráel sastre. Lléveme con usted yhará un buen traje para el Señor.

Continuamos el diálogo y,después de manifestarle que podíavenirse a Turín, me dijo:

–Espero portarme de tal modo quejamás tenga queja de mí.

5 La fórmula de laSantidad

Desde los primeros días de suestancia en el Oratorio, DomingoSavio se propuso cumplir todas lasnormas de la casa y adaptarse alo que se le iba indicando. Hastatal punto que llegó a formar ungrupo de amigos que se ayudabanen todos los aspectos de la vidade estudiantes y en las prácticasde vida cristiana.

Además procuraba ayudar a losque llegaban por primera vez alOratorio.

Un día llegó al Oratorio un jovende 15 años llamado Camilo Gavio.Los primeros días no conocía anadie y comenzó a estar solo ysentirse triste.

Dándose cuenta de ello DomingoSavio se le acercó y le invitó apertenecer a su grupo y a seguirsu estilo de vida, que era procurarla santidad.

Camilo agradeció la invitaciónpero quedó desconcertado, por esole dijo:

–Domingo, lo que me propones meagrada, pero no sé cómo actuar.

–No te preocupes, es muy fácil, telo diré en dos palabras: aquíhacemos consistir la santidad enestar siempre alegres. Nosotrosprocuramos evitar todos loscomportamientos negativos queroban la paz del corazón.

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10 Enfermedad deDomingo Savio

La salud de Domingo iba de malen peor. En el mes de febrero de1857 empeoró tan notablementeque se vio obligado a guardar camamuchos días. La tos se hacía másfuerte y las fuerzas leabandonaban.

Todo apunta a que Domingoestaba persuadido de su próximofin y ponía suma atención en haceren todo momento el bien. DonBosco mismo afirma que así se loconfió en alguna conversación.

Los médicos aconsejaron queDomingo se fuera con sus padrespara descansar y tratar derecuperar las fuerzas.

La fecha acordada por Don Boscoy el padre de Domingo para dejarel Oratorio y regresar a Mondoniofue el domingo 1 de marzo.

Los amigos trataban de animarlediciendo que una vez restablecidovolvería con ellos, pero él replicabaque estaba seguro de que ya novolvería nunca. Don Bosco, por suparte, cuenta que Domingo lavíspera del viaje le preguntaba milcosas sobre cómo debíacomportase en la enfermedad paraagradar a Dios, y si después demuerto podría seguir viendo elOratorio, a sus compañeros y sipodría visitarlos en alguna ocasión.Don Bosco trataba de animarle,consolarle con buenos consejos y

recordarle que lo importante erahacer la voluntad de Dios.

La mañana del día 1 asistió porúltima vez a la Eucaristía de DonBosco y durante el resto de lamañana se fue despidiendo detodos sus educadores ycompañeros.

A las dos de la tarde subióDomingo con su padre al carruajey pronto se alejaron del Oratorioperdiéndose por las calles de Turínen dirección a Castelnuovo. Atrásdejaba Domingo su segundo y másquerido hogar, en donde habíaestado feliz durante dos años ymedio con Don Bosco.

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Desde aquel día Domingo Savioy Camilo fueron grandes amigos,y éste no volvió a estar solo.

6 Los chicos de DonBosco y el cólera

Los calores del verano habíanreavivado la plaga del cólera delaño anterior, si bien no con lavirulencia de entonces. De nuevoDon Bosco colaboró con lasautoridades locales y dividió a losvoluntarios de sus muchachos entres grupos para atenderdirectamente a los enfermos.

Domingo Savio estaba ahoraentre los voluntarios. Élprotagonizó un hecho el día 8 deseptiembre, fiesta de la Natividadde la Virgen, que llenó de alegríaa Don Bosco y que no dudó encalificarlo de prodigioso. Domingoiba en el grupo de los que recorríanlas calles buscando enfermos. Alllegar a una casa situada en la calleCottolengo, llamó a la puerta ypreguntó al dueño, que salió aabrir:

–¿Hay aquí alguna personaenferma de cólera?

–No, gracias a Dios, no.

–Sin embargo, creo que aquí hayalgún enfermo.

–Perdona, muchacho, habrásconfundido esta casa con otra,porque aquí estamos todossanos.

Ante esta negativa tancontundente el chico salió unmomento, miró alrededor, ydespués volvió a entrar:

Por favor, busque con granatención, porque en esta casa debehaber una enferma. Ante lainsistencia del muchacho, aquelhombre accedió a mirar.

Acompañado de Domingorecorrieron la casa hasta el últimorincón. Y para su sorpresa, en uncuchitril encontró a la señora dela limpieza gravemente enferma.Desgraciadamente nada se pudohacer por su salud, se avisó a unsacerdote, recibió los auxiliosespirituales y murió.

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9 Grupo de amigospara ayudarse yhacer el bien

En los años que Domingo Savioestuvo en el Oratorio estabareciente la proclamación deldogma de la Inmaculada. Estehecho y la devoción que se tenía aMaría, motivaron a Domingo a darel nombre de Compañía de laInmaculada a un grupo de amigosque se reunían para ayudarse yhacer el bien.

Durante todo el curso le estuvodando vueltas a la idea ypreparando los estatutos. Todoestuvo listo para el 8 de junio de

1856, fecha en que quedóoficialmente constituida.

Entre los compromisos queadquirían los miembros de estaCompañía estaban la frecuencia delos sacramentos, procurar imitar aJesús, y el acercarse a loscompañeros menos ejemplarespara tratar de ayudarles a mejorar.

La idea de esta Compañía fueiniciativa de los muchachos, no deDon Bosco. Domingo inició la de laInmaculada con José Bongiovanni,Miguel Rua, Celestino Durando yotros. Más adelante se formaronotras agrupaciones. En todas ellasel protagonismo era de los jóvenes,tanto para los estatutos, la elecciónde dirigentes, el funcionamiento delas asambleas y los compromisosmarcados. Don Bosco interveníasolamente en caso de producirsegrandes problemas, se marcaranmetas desproporcionadas a susfuerzas o que fueran contra elreglamento de la casa.

Domingo Savio supo escoger alos mejores compañeros para laCompañía de la Inmaculada,justamente los mismos en quienesDon Bosco se fijó después parainvitarles a ser los primerossalesianos.

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7 Una llamada a laSantidad

En uno de los domingos decuaresma, Don Bosco dio unacharla a sus muchachos sobre laimportancia de hacerse santos, yde lo fácil que era conseguirlo. Secentró en tres aspectos: esvoluntad de Dios que todos seamossantos, es fácil lograrlo; un granpremio espera en el cielo a quienlo consiga.

Aquella charla impactóprofundamente a Domingo.Durante unos días no era el mismo,no estaba tan alegre como decostumbre, y algunos compañerosse le acercaron para preguntarlequé le pasaba. Continúa narrandoDon Bosco:

Yo mismo, pensando queestuviera enfermo, le pregunté sipadecía algún mal.

–Al contrario, padezco un bien.

–¿Qué quieres decir?

–Quiero decir que siento un grandeseo y la necesidad de hacermesanto; yo no pensaba que fuesetan fácil, pero ahora que hecomprendido que se puedeconseguir incluso estando alegre,lo deseo con todas mis fuerzas,y tengo necesidad absoluta deconseguirlo.

Dígame cómo tengo quecomportarme para comenzar talempresa.

Alabé su propósito, pero loexhorté a no inquietarse, porquecon el espíritu alterado no seescucha la voz del Señor; y le dijeque yo quería en él en primer lugaruna constante y moderada alegría.

Después le aconsejé que fueseperseverante en el cumplimientode sus deberes de piedad y deestudio, y le recomendé que no seolvidase de jugar en los recreoscon sus compañeros.

Otro día le dije que deseabahacerle un regalo, pero que queríaque lo eligiese él. Sin pensarlo, merespondió:

El regalo que le pido es que mehaga santo. Yo quiero darmetotalmente al Señor y siento lanecesidad de hacerme santo, y sino lo consigo, no hago nada. Diosme quiere santo, y debo lograrlo.

8 La verdaderaSantidad

Con su deseo de hacerse santoDomingo Savio comenzó ainclinarse hacia un estilo de vidacristiana seria, triste y rara; y DonBosco le hacía ver que la amistadcon Jesús es fiesta, alegría,optimismo, confianza y esperanza.Era suficiente la frecuencia de lossacramentos, el deber biencumplido y la ayuda a loscompañeros.

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No le fue fácil a Don Bosco hacercomprender la auténtica vivenciade la fe a Domingo.

Pese a los consejos yprohibiciones claras, en unaocasión descubrió que Domingodormía en pleno invierno sólo conla colcha.

Le preguntó:

–¿Por qué haces esto? ¿Quieresmorirte de frío?

–No. No moriré de frío. Jesús, enla cueva de Belén y en la cruz,estaba menos cubierto que yo.

Desde entonces le prohibióformalmente hacer ningunapenitencia sin su permiso.Domingo quedó triste. Don Boscole insistió:

–La penitencia que el Señor quierede ti es la obediencia. Obedecey te basta.

–¿De verdad que no me permiteninguna penitencia?

–Sí. Te permito la penitencia desoportar con paciencia losinsultos con que te ofendan,aceptar con resignación el calor,el frío, el viento, la lluvia, elcansancio y todas lasincomodidades de la salud queDios te mande.

–Pero esto se sufre por necesidad.

–Lo que tengas que sufrir pornecesidad, ofrécelo a Dios y seconvertirá en virtud y mérito.

Después de algunasconversaciones como ésta,Domingo comenzó a practicar loque Don Bosco le decía y a nohacer cosas raras.

Aprendió a vivir alegre con lossabañones en el invierno y con loscalores del verano; a no quejarsepor la comida o las incomodidadesde la pobreza; a aguantar conpaciencia y sin buscar la venganza,los incordios de los compañeros;a estar siempre disponible paraquien le pidiese ayuda, y aprestarse voluntario el primeropara hacer cualquier trabajo extra.