7
1 INTRODUCCIÓN Nos reunimos en esta noche como Iglesia para orar delante del Buen Pastor, pa- ra pedirle por las vocaciones a los diversos estados de vida, para suplicar «al Dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies», y también para decirle al Señor: «¡Qué bueno caminar contigo!». Nos unimos así a los sentimientos de la Iglesia, pidiendo por las vocaciones nativas. Dispongámonos a participar de este momento de oración, en el que nos encontramos con el Señor cara a cara.

Vigilia Buen Pastor - TDKラムダ [HWS1500-5 ...jmve.org/files/pdf/encuentros/asamblea_nacional/2015/VigiliaBuen... · No es solo estar . ... da, ese camino que es el tuyo, ... él

Embed Size (px)

Citation preview

1

INTRODUCCIÓN

Nos reunimos en esta noche como Iglesia para orar delante del Buen Pastor, pa-ra pedirle por las vocaciones a los diversos estados de vida, para suplicar «al Dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies», y también para decirle al Señor: «¡Qué bueno caminar contigo!». Nos unimos así a los sentimientos de la Iglesia, pidiendo por las vocaciones nativas. Dispongámonos a participar de este momento de oración, en el que nos encontramos con el Señor cara a cara.

2

RUAH, RUAH ALIENTO DE DIOS EN NOSOTRAS RUAH, RUAH, ESPÍRITU DE NUESTRO DIOS.

• Espíritu Santo ilumina, transforma y anima nuestra vida

para entender y cumplir la voluntad del Señor….

• Espíritu Santo ven y ayúdanos en nuestra tarea solidaria…

• Expresiones espontáneas….

….

¡Qué bueno caminar contigo!

Qué bueno es estar junto al Señor.

No es solo bienestar. Es estar bien con el Señor, tenerle como compañero de camino, experimentar su cercanía, saberle cerca.

No es solo estar. Es disfrutar de la belleza de la vida, los olores y colores de la naturaleza, los frutos de la creación. Es caminar de la mano del Señor, junto a Él, siempre detrás y nunca delante.

No es ir solo. Es ir Contigo, presencia siempre nueva y siempre antigua, miste-riosa presencia que me acompaña y nunca me abandona.

No es ir por libre. Es saber que es con el mismo Dios con quien nos encontra-mos en el camino de la vida.

Paso 1: Asombro

(Iniciamos a continuación una dinámica de interiorización con estas palabras o similares)

Céntrate en tu respiración; siente cómo el aire entra por tu nariz y llega a tus pulmo-nes; expúlsalo despacio, vuelve a coger aire; toma conciencia de lo que significa, déjate lle-var… Imagínate en el lugar de tus sueños, ese lugar que te invita a la calma, al silencio, que te hace sentir bien, en paz contigo mismo, con el mundo, con Dios…

Intenta ver, sentir el mundo que pasa delante de ti; mira rostros diferentes, de gente que ríe, sufre, corre, duerme…; deja que el mundo te cale, míralo implicándote en él… Quizá te surja el deseo de aportarle algo, de pararte en alguna necesidad, en alguna situa-ción concreta…

Imagina que alguien se acerca despacio, puedes percibir su perfil pero aún no puedes percibir sus rasgos…; según se aproxima vas descubriendo quién es, es alguien de tu entor-no cercano al que quieres mucho, alguien por el que te sientes querido. Te abraza, sientes su calor y se sienta a tu lado. Dialogáis sobre tu vida, sobre puntos que tengáis en común, sobre tu mirada sobre las cosas que te rodean; permanecéis disfrutando el estar el uno junto al otro. Y, sin más, se levanta y se va.

� Vengo aquí, mi Señor, a olvidar las prisas de mi vida, ahora, sólo importas tú, dale tu paz a mi alma.

3

Vengo aquí, mi Señor, a pedir que me enseñes tu proyecto, ahora, sólo importas tú, dale tu paz a mi alma.

Vengo aquí, mi Señor, a adentrarme en tu paz que me serna, ahora, sólo importas tú, dale tu paz a mi alma.

«Aquel mismo día, dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusa-lén unos sesenta estadios; iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: “¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?”».

� Quiero caminar por tus senderos, dejarme guiar,

con tu luz, ilumíname.

A veces pensamos que estamos solos en el camino de la vida, y no nos damos cuenta de que Él va con nosotros. De pronto esa presencia se hace evidente, y con asombro descubrimos que en realidad nunca estuvimos solos. Descubrir al Señor junto a nosotros se convierte en una sorpresa maravillosa.

¿Me dejo acompañar por el Señor? ¿Está Él ahí, conmigo, o no? Sabemos que el Señor está presente y que camina con nosotros… Nos lo dice la fe, nos lo confirma el corazón enamorado. Y, sin embargo, a menudo no lo sentimos; ¿se nos habrán em-botado los sentidos?

Cuando al caminar nos sentimos tristes, aburridos o desalentados, y totalmente solos, nos parece que el viaje dura mucho más tiempo. Todos sabemos que cuando alguien se nos junta en el camino, entonces el viaje se hace más ligero. Hoy, y cada día, Jesús quiere ser nuestro compañero en el camino de la vida.

� Quiero caminar por tus senderos, dejarme guiar, con tu luz, ilumíname.

Paso 2: Gratitud

Estás solo/sola nuevamente, disfrutando del sabor que te ha dejado el encuentro an-terior.

Ahora sientes que otra persona se acerca, camina hacia ti, vas poco a poco distin-guiendo sus rasgos. Te sorprende que la persona que llega hasta ti eres tú mismo... Como la anterior, se te acerca, te abraza y se sienta a tu lado, y también conversas con ella. Dialo-gáis sobre las cosas que os gustan, sobre aquello que os preocupa. Te pregunta: ¿cómo te sientes?, ¿cuál es tu momento actual? Tú le preguntas que cómo te ve, si está contento con la persona que eres? Se levanta despacio, te abraza y se marcha…

Vuelves a quedarte solo, en silencio, saboreando el encuentro.

Oremos, para que Jesús sea nuestro compañero en el camino de la vida.

4

� El Señor es mi pastor, nada me falta, el Señor es mi pastor.

Oh, Dios y Padre nuestro: nuestro camino en la vida es con frecuencia pesado y molesto, ya que es un camino propio de peregrinos. Danos a Jesús, tu Hijo, como nuestro compañero que viaja con nosotros y que anima nuestros corazones con amor y alegría. Que él siga partiendo para nosotros el pan de sí mismo, que nos da valor y fortaleza.

Abre nuestros ojos para que sepamos reconocerle en nuestros hermanos desalentados y afligidos, para que estos vean en nosotros algo de nuestra fe firme en que nuestro Señor ha resucitado y vive por los siglos de los siglos.

� El Señor es mi pastor, nada me falta, el Señor es mi pastor.

Paso 3: Adoración

Ahora sientes otra presencia, alguien que se acerca nuevamente; cuando percibes quién es sientes una inmensa alegría, una fuerza, una seguridad que no nace solo de ti. Sientes que estás viviendo un momento único, sientes que tienes delante a Jesús. Te abraza y sientes su presencia, su calor, su vida en ti; se sienta a tu lado, mantiene tus manos entre las suyas y te dice: «Eres precioso a mis ojos y te amo; te llevo tatuado en la palma de mi mano, en mi corazón». Le preguntas cuál es el camino que te conduce a sentirte plenamen-te vivo, y Él te dice que cuenta contigo para hacer real su Reino hoy en nuestro mundo, que te llama a seguirlo y ser feliz con Él. Y sientes en lo profundo el sueño de Dios sobre tu vi-da, ese camino que es el tuyo, que es tu tesoro, que despierta en ti el deseo de venderlo todo para adquirirlo. Te abraza fuerte, y tú te abandonas en ese abrazo… Y ahora se levanta y se va… ¿o se queda? Sientes que su presencia continúa e impregna tu vida…

� Tú vales mucho más que todo el oro, tú eres el aire que respiro, mi razón, lo primero, lo mejor que me ha pasado, mi Señor.

EL AMOR ES CREATIVO HASTA EL INFINITO

Nos hemos reunido... gente de bien que desea hacer realidad el reino de Dios hoy y aquí. Pero en este contexto, desde un carisma particular que nos mostró San Vicente.

Desde un trozo de su película vamos a ver cómo San Vicente fue consciente de la po-

breza de su tiempo y cómo se sintió interpelado por la misma. (Visionado: San Vicente y

el encuentro con los pobres)

5

No podemos decir como Vicente, yo no lo sabía. Conocemos bien la situación actual de miseria y pobreza y por eso nos encontramos aquí. Solo tenemos que abrir los ojos para encontrarnos con necesidades urgentes que nos llaman, nos interpelan y nos instan a dar una solución. Por ello San Vicente hoy nos dice:

“Amemos a Dios, hermanos míos, amenos a Dios, pero que sea a costa de nuestros brazos, que sea con el sudor de nuestra frente”.

Y recordamos su expresión más significativa: El amor es creativo hasta el

infinito. Porque sólo cuando se ama se lucha, se buscan soluciones, diferentes alternativas… cuando se ama, se da uno por completo, se entrega hasta la vida.

� Canto: “CREO EN EL AMOR”

El amor no se impone, el amor no se exige, el amor se entrega. El amor no toma cuenta.

fácilmente no recuerda aquellos gestos y dolores, todo lo excusa, todo lo acepta.

El amor no es prisionero, es ave libre y con sus alas va cruzando la tormenta,

El amor no se impone, el amor se entrega.

Creo en el amor y en su gratuidad creo en el Señor que me ha enseñado a amar, creo también en ti con tu fragilidad (bis)

El amor no se impone, el amor no se exige, el amor se entrega. El amor jamás se cansa,

él no sabe que es el tiempo, el amor siempre espera. El amor siempre es regalo,

que se estrena cada día renovando las promesas el amor no se impone, el amor se entrega.

Creo en el amor…

El Señor ha dejado en nuestras manos a aquellos que él más ama: LOS POBRES. Es una gran tarea el servirles, y estamos llamados a ser testigos ante ellos de la bondad de Dios. Ante los pobres hay que descalzarse, hay que des-pojarse de todo lo que impida sentir la vida en profundidad, de todo lo que im-pida ver al mismo Dios en aquel a quien sirves, porque el pobre, el necesitado, a quien sirvo… es Dios, es tierra sagrada. Y así nos lo recuerda San Vicente:

“Vuestro principal empleo, después del amor de Dios… tiene que ser ser-vir a los pobres enfermos con mucha dulzura y cordialidad, compadeciéndoos de su mal y escuchando sus pequeñas quejas, como tiene que hacerlo una buena madre; porque ellos os miran como a … a personas enviadas por Dios para asistirles. Por eso estáis destinados a representar la bondad de Dios de-lante de esos pobres enfermos. Pues bien, como esta bondad se comporta con los afligidos de una forma dulce y caritativa, también vosotros tenéis que tra-tar a los pobres enfermos como os enseña esa misma bondad, esto es, con dulzura, con compasión y con amor: pues ellos son vuestros amos, y también los míos” (S.V. 11-11-1657).

6

� CANTO: Descálzate

DESCÁLZATE, DESCÁLZATE, BAJO TUS PIES LA TIERRA ES SAGRADA, DESCÁLZATE. (Bis)

Como cada día sales buscando los mejores pastos,

un poco de agua, una brisa suave, no esperas nada más;

atrás quedaron los tiempos de ideales y utopías,

ahora sólo deseas poder vivir en paz.

Pero sin buscar, encuentras; cuando callas hay respuesta,

él te quema con su fuego si te dejas abrasar.

DESCÁLZATE...

Una zarza que arde con un fuego que no se consume,

una voz que te llama y te invita a despertar.

DESCÁLZATE, DESCÁLZATE, BAJO TUS PIES LA TIERRA ES SAGRADA, DESCÁLZATE.

DESCÁLZATE, DESCÁLZATE, QUÍTATE LAS SANDALIAS, DESNUDA TUS PIES, DESCÁLZATE.

Es Dios quien nos empuja, nos insta, nos urge a servir, a cuidar, a ense-ñar, a sanar a asesorar… al pobre. Somos las manos, los pies, la voz, el instru-mento por el que Dios se vale para salvarlo y liberarlo.

Y es precisamente en este servicio, razón de nuestro ser y hacer, donde sentimos también el amor de Dios. El nos llama y nos ama y en nuestra acción, nuestro servicio corporal y espiritual, afectivo y efectivo descubrimos la reci-procidad del don.

TESTIMONIOS MISIONEROS

� Canto: En los pobres yo te vi

En los pobres yo te vi, maltratado, marginado, crucificado, y tuve que acercarme, puede sentir que en ellos siempre tú me amas (bis).

Nada de todo esto podríamos llevar adelante si no es desde una vida interior fuerte, desde la

unión con quien nos llama y dirige nuestra vida.

“Dadme un hombre de oración y seré capaz de todo”

Y es precisamente en la oración donde el Señor nos va a inspirar lo que quiere de nosotros, lo

que espera de cada uno de nosotros… porque “no puedo amar a Dios si mi prójimo no le ama” nos

diría San Vicente.

� Canto: Sigue habiendo tantos pies que lavar

Sigue habiendo tantos pies que lavar. Sigue habiendo tanta oscuridad que iluminar, tantas cadenas que romper. Pan y vino para el pobre quiero ser (bis). 2bis - (fortalece, Señor, mi poca fe.)

7

Oración por las vocaciones nativas (estampa oracional de la Jornada):

Gracias, Señor, por aquellos a los que llamas a servirte como sacerdotes, encomendándoles el cuidado de su comunidad y la evangelización de quienes no te conocen. Gracias por hacerles ministros tuyos atentos a las necesidades de todos, con afán de servir y compromiso misionero.

Gracias por quienes, movidos por tu Espíritu, viven con radicalidad el Evangelio. Gracias por los que, con su oración comunitaria, interceden sin cesar por toda la humanidad, y por los que hacen de la actividad caritativa un testimonio de tu amor y tu misericordia.

Gracias, Señor, por todas las vocaciones, que, aquí y en los territorios de misión, son signo de la vitalidad de tu Iglesia. Que la libertad y entrega de sus vidas siga mostrándonos que es bueno caminar contigo para anunciar el Evangelio por toda la tierra. Bendición

Despedida:

Somos enviados como buenos pastores para conducir a nuestros hermanos al buen pasto de la fraternidad y del amor. Lo hemos aprendido del Señor, y nos sen-timos orgullosos de haber descubierto que podemos ser como Él, Buen Pastor. En es-ta Jornada, nuestro compromiso con la Iglesia se puede concretar en orar al Buen Pastor para que siga enviando otros pasto-

res a su Iglesia, nuevas vocaciones, y en colaborar para que aquellos que han sido llamados puedan disponer de los recursos necesarios para ser fieles hasta el final.

� Canto final: Magníficat YO CANTARÉ AL SEÑOR UN HIMNO GRANDE, YO CANTARÉ AL SEÑOR UNA CANCIÓN (bis). Mi alma se engrandece, mi alma canta al Señor. Mi alma se engrandece, mi alma canta al Señor. Proclama mi alma la grandeza de Dios; se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

Porque ha mirado la humillación de su sierva, la humillación de su sierva. Cantad conmigo la grandeza de Dios. Todas las naciones alabad al Señor. YO CANTARÉ…