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Viviendo nuestro bautismo

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Page 1: Viviendo nuestro bautismo

CELEBRACIÓN VOCACIONAL: VIVIENDO NUESTRO BAUTISMO.

AMBIENTACIÓN:Colocar un recipiente con agua, una toalla y un cirio encendido.

MONICIÓN: Nuestra vida cristiana tiene su fundamento un acontecimiento sacramental, es decir un hecho

concreto, histórico, real incluso en el sentido físico, que ha acontecido en un momento determinado de

nuestras vidas: El Bautismo.

El Señor nos ha llamado a unirnos a Él en el momento de nuestro Bautismo. Nuestra vocación es iniciativa

de Dios. Es Él quien llama y quien capacita para responder.

En Dios, llamar es dar. La vocación es un verdadero don. Y los dones de Dios, por ser dones de amor,

enteramente gratuitos, son dones definitivos, sin posible arrepentimiento por parte del mismo Dios. Llamar

para siempre es crear en el llamado o llamada una permanente capacidad de respuesta. La fidelidad de la

persona consiste en apoyarse en la fidelidad inquebrantable de Dios.

Ofrezcamos nuestra oración de hoy por las vocaciones, especialmente en nuestra Congregación. Que el

Señor siga llamando jóvenes que, conscientes de su Bautismo, se sientan interpelados por Él a una misión

específica dentro de la Iglesia y la sociedad.

Canción: Quiero decirte que sí

Lectura: Lucas 3:15-16, 21-22.

Reflexión:El Bautismo de Jesús marca el inicio de su ministerio público. En este acontecimiento Él es

llamado “el Hijo, el Amado, el Elegido.” Nosotras, en virtud de nuestro Bautismo, hemos sido elegidas para

proclamar la Buena Nueva con nuestra vida, siguiendo las huellas de Jesús.

Existe una estrecha correlación entre el Bautismo de Cristo y nuestro Bautismo.En el Jordán se abrió el cielo

para indicar que el Salvador nos ha abierto la vía de la salvación y precisamente nosotras podemos recorrerla

gracias al nuevo nacimiento ‘de agua y de Espíritu’ (Jn 3,5) que se realiza en el Bautismo”.

El compromiso que nace del Bautismo es el de ‘escuchar’ a Jesús: es decir, creer en Él y seguirle dócilmente

haciendo su voluntad, la voluntad de Dios. De este modo, cada una de nosotras puede tender a la santidad,

una meta que, como recuerda el Concilio Vaticano II, constituye la vocación de todos los bautizados”

Canción: Iglesia soy (o cualquier otra relacionada con la reflexión)

Dios, como en el momento de nuestro Bautismo, nos sigue llamando a cada una por nuestro nombre. Ahora

vamos a renovar esta alianza de amor de Dios con nosotras, comprometiéndonos a seguir viviendo con

autenticidad nuestro Bautismo.

Como signo de nuestra disposición para escuchar el llamado de Dios, responderemos “¡Aquí estoy Señor!”,

cuando escuchemos nuestro nombre.

(Nos acercamos de dos en dos hacia donde se encuentra el recipiente con agua. Primero una menciona el

nombre de la hna. que tiene al lado y derrama un poco de agua en sus manos, a la vez que la otra hna.

responde :¡Aquí estoy, Señor! y viceversa)

Oración: Jesús queremos seguirte. Ayúdanos a escuchar tu palabra y tu voz en nuestros corazones y en cada

una de nosotras. Queremos permanecer cerca de ti, para siempre. Amén.

ME HAS LLAMADO SEÑOR

Me has llamado Señor,

en esta etapa de la historia,

a continuar la tarea de anunciar el Reino

que comenzó tu Hijo Jesús.

Con los profetas, quiero gritar:

Mira, Señor, que no soy más que un niño que no sabe hablar

Con María, quiero rezar:

Aquí estoy. Hágase según tu palabra.

Page 2: Viviendo nuestro bautismo

Tú, Señor, conoces toda mi vida

mis dudas y mi fragilidad,

mis pasos vacilantes y mi confianza en ti.

No puedo presumir de nada

solo quiero que mi vida esté

a disposición del Evangelio

para que tu nombre sea conocido

y ensalzado por todos.

Señor, pon calor en mis palabras,

coherencia en toda mi vida,

para que mis gestos y palabras interroguen al que busca,

calienten el corazón de los fríos,

animen los pasos de los que vacilan,

aviven la vida de la comunidad.

Que la fuerza del Espíritu me acompañe siempre

y me inspire lo que es justo y oportuno

para hacer resonar tu mensaje

a quienes confías a mis cuidados

Mantenme en actitud de escucha y de diálogo contigo. Amén.

SALMO DEL DISCÍPULO QUE QUIERE ANUNCIAR A DIOS Aquí estamos, Señor, como tus discípulos en Galilea.

Aquí estamos, Señor, respondiendo a tu llamada.

Aquí estamos, Señor, porque nuestro gozo eres tú.

Aquí estamos, Señor, queremos ser anunciadoras de tu Reino.

Aquí estamos, Señor, con la confianza puesta en ti.

Como los discípulos en Galilea...

nuestro deseo es salir a tu encuentro,

porque en medio de nuestra vida

tú ocupas siempre un lugar importante.

Tú eres nuestro gozo,

porque te hemos visto, sentido y descubierto.

Tú eres nuestro gozo,

porque eres la perla preciosa, el tesoro escondido.

Tú eres nuestro gozo,

porque toda nuestra vida tiene sentido desde tu presencia.

Queremos ser anunciadoras de tu Reino...

porque te hemos sentido cerca;

porque ahora sabemos qué es lo bueno, lo perfecto;

porque cuando algo tan grande como tú se descubre,

ya no es posible guardar silencio.

Aquí estamos, porque sabemos que nos necesitas,

y te ofrecemos lo mejor que tenemos, nuestra propia vida,

para que sea instrumento al servicio de tu Reino.

Con la confianza puesta en ti...

Sabemos que no debemos poner toda la confianza

en nuestras propias fuerzas, sino en las tuyas.

Page 3: Viviendo nuestro bautismo

Por eso acudimos a ti,

porque si nos falta valentía, tú nos darás coraje;

porque si nos falta fe, tú nos la aumentarás;

porque si nos falta el ánimo, tú nos darás la paciencia;

porque contigo, Señor, cualquier cosa es posible.

Aquí estamos, Señor, porque eres nuestro Dios.

Aquí estamos, Señor, porque nos has mirado.

Aquí estamos, Señor, con nosotras puedes contar.

Aquí estamos, Señor, para decirte con el corazón

que nos ayudes en esta nuestra misión.

FUERZA PARA BUSCARTE

Señor y Dios nuestro,

nuestra única esperanza,

no permitas que dejemos de buscarte por cansancio,

sino que te busquemos siempre

con renovada ilusión.

Tú, que hiciste que te encontráramos

y nos inculcaste ese afán de sumergirnos

más y más en tu amor,

danos fuerza para continuar en ello.

Mira que ante ti están nuestras fuerzas

y nuestra debilidad.

Conserva aquellas, cura ésta.

Mira que ante ti están nuestros conocimientos

y nuestra ignorancia.

Allí donde nos abriste,

acógenos cuando entremos.

Y allí donde nos cerraste

ábrenos cuando llamemos.

Haz que nos acordemos de ti,

que te comprendamos,

que te amemos.

Acrecienta en nosotras estos dones

hasta que nos trasformemos completamente

en nuevas criaturas.

Peticiones:

Pidamos al Señor que nos conceda el valor necesario para ser siempre signos de esperanza y semilla

de nuevas vocaciones. Roguemos al Señor...

Por cada una de las que formamos esta familia Mercedaria, para que comprendamos que la mejor

pastoral vocacional que podemos hacer es vivir con gozo y pasión nuestra vocación. Roguemos al

Señor...

Por nuestras familias, para que en su seno vivan y transmitan la fe cristiana; para que ayuden a

descubrir la vocación a sus hijos e hijas y sepan acompañarlos. Roguemos al Señor...

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Señor, enviado por el Padre, que viniste al mundo por medio de María, manda obreros a tu mies y

que, como ella, sean fieles y perseverantes en tu servicio. Roguemos al Señor...

Oración final

Jesús, Hijo de Dios,en quien habita la plenitud de la divinidad,

que llamas a todos los bautizados a "remar mar adentro",

recorriendo el camino de la santidad,

suscita en el corazón de las jóvenes el anhelo de ser en el mundo de hoy

testigos del poder de tu amor.

Llénalos con tu Espíritu de fortaleza y de prudencia

para que lleguen a descubrir su auténtico ser y su verdadera vocación.

Salvador de los hombres, enviado por el Padre para revelar el amor misericordioso,

concede a la Iglesia y a nuestra Congregación

el regalo de jóvenes dispuestas a remar mar a dentro,

siendo entre sus hermanos manifestación de tu presencia que renueva y salva.

Virgen Santísima, Madre del Redentor,

guía segura en el camino hacia Dios y el prójimo,

que guardaste sus palabras en lo profundo de tu corazón,

protege con tu maternal intercesión

a las familias y a las comunidades cristianas,

para que ayuden a las adolescentes y a las jóvenes

a responder generosamente a la llamada del Señor.

Amén.