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La obra, como pocas, resulta de importante interés desde la obertura misma; y lo que aquí
plasmaré, no sino lo que opino acerca de lo que he leído (el libro), pues tal cual lo dice el
autor, mi tarea no es escribir un libro sobre el libro y menos aún, respecto de un tema que
es tan complejo como interesante y que por ello mismo para hacer una crítica se impone
poseer conocimientos de comunicación y poder provenientes no solo de una vasta
penetración en la literatura, sino también de la realización de investigación (documental y
de campo pongo por ejemplo); asentaré pues mis palabras para expresar lo que he
entendido.
Pienso en principio, que fue una expresa inconformidad con la forma de control social que
en la juventud del autor se daba, lo que le llevó a pronunciarse con los medios que a tuvo a
su alcance contra el sistema que no solo era vigilante sino también represor de la
información. En esa época como ahora, existió la clasificación de la información
determinada por quienes detentaban el poder político, sea pues, por el gobierno mismo que
permitía que se comunicara al pueblo solamente lo que el gobierno quería que el pueblo
supiera; es decir, muy poco, casi nada. La necesidad de libertad de expresión, (que se
sustenta en el conocimiento) buscó combatir los obstáculos que desde la política impedían
la comunicación de la información, lo que a través del tiempo lo llevó a profundizar en
causas y propósitos del control irrestricto dl gobierno en ésta esfera de impedir la difusión
de la información e incluso reprimir tal difusión. Entre esas causas, particularizó la forma
en que la mente humana procesa los mensajes y los efectos de ese proceso en el ámbito
político.
Así, entiendo que el poder en términos generales se genera desde la sociedad por la
necesidad de organización y guía, pero, en lo que compete al aspecto del poder con relación
a la comunicación, sin duda es una de las formas más irregulares (por habitual que sea) de
organizar a la sociedad, ello pues, porque si bien la detentación de un poder debe ser para el
beneficio colectivo, también es un aspecto del que se abusa en su uso y por ello es anómala
su aplicación, es decir, el poder bajo la perspectiva de la inducción a entender los mensajes
de manera focalizada o determinada, constituye un exceso en aquello que al inicio
mencioné como “control social”. Sin embargo, y hablando de la “sociedad red” el poder
implica una gran pérdida de la capacidad de controlar que el Estado ha tenido
históricamente, porque no es posible (por lo menos no hasta ahora) evitar que a través de
esa sociedad red, se haga público el pensamiento de millones de personas, y no sólo el
pensamiento, sino también información que se obtenga de los archivos secretos del Estado,
aspecto de la información que hoy por hoy es incontrolable y aun cuando puede ser
sancionado por el propio Estado por las afectaciones en el ámbito mundial que le pudiese
acarrear una circunstancia de tal naturaleza, ello resultaría poco útil, porque nos
encontraríamos en todo caso ante reacciones represivas (por insufribles que puedan ser) y
no ante acciones preventivas que sería la única forma de evitar que la información se
difundiese con la velocidad que hoy es posible, entendiendo esto último (evitar difusión)
como una forma quizá anhelada por los detentadores del poder para controlar
convenientemente y acrecentar ese poder.
Pareciera pues, que quienes detentan el poder desde la política fuesen los “todo poderosos”
sin embargo, es indudable que existen una serie de componentes de cada ámbito de poder, y
ni entre esos componentes ni entre los ámbitos de poderes existe autonomía ya no absoluta
sino limitada siquiera. Es una especie de maquinaria imperfecta que no puede funcionar sin
la intervención de generadores y destinatarios, es decir, si quienes tienen la capacidad de
inventar, de crear, de hacer para actuar sobre las masas no tuviesen un contrapeso que les
limite su actuar, es probable que se pudiese decir que son quienes tienen un poder absoluto,
sin embargo, aún en su propio ámbito requieren de la asociación, de la intervención de
otros entes individuales que sin ellos no pueden inventar, crear y hacer, luego, si en un
espacio determinado no se tiene autonomía, menos aún se puede tener para controlar
aquéllos a los que está destinada su injerencia; así tenemos que incluso habiendo creado o
inventado buscan asociarse con otros grupos de su misma categoría (que no capacidad) para
penetrar en la colectividad y tener más o menos una influencia en ésta que les permita
cierto control. Si esto sucede en rubros muy acotados del poder y la comunicación,
(digamos locales o particulares) más complejo será que en un sistema mundializado de la
información y por supuesto del poder, existan entes que aún con todas las capacidades
desarrolladas puedan ejercer un control total sobre sus comunidades, pues que si bien
detentan cierto poder, claro resulta que son en todo, sólo una parte de la maquinaria global,
con mayor o menor influencia, pero no es todo lo que influye para el funcionamiento de la
vida global.
Se trata de un actuar de inclusión, puesto que aún siendo selectivos quienes integran los
ámbitos de poder, de ningún modo pueden hacer una exclusión total de los que componen
los diferentes ámbitos de poder, sin embargo, paradójico resulta que todos los grupos de
poder si hacen una exclusión masiva, es decir, excluyen a las masas o colectividad. Pero no
en todo, resultando lógico que la excluyen en cuanto su inclusión representa un riesgo para
los fines incluso de los componentes selectivos conformadores de los grupos de poder, pero
la incluyen en cuento es su razón de inventar, crear y hacer, sea pues, que la excluyen (a la
sociedad) para convertirse en controladores, pero la incluyen para ejercer sobre ella el
control que requieren. Este control lo considero desde el punto de vista que al tener la
sociedad la necesidad de acceder a determinadas plataformas que faciliten su desarrollo,
los creadores de esas plataformas no la incluyen para crearlas, pero si para hacerlas
funcionar y mantenerlas como necesarias haciendo dependiente a la sociedad de este tipo
de servicios, de los cuales por cierto, no tiene la opción de hacer uso sin someterse a las
condiciones propias de funcionamiento de la red, pues son éstas las que la hacen
mantenerse y el usuario al ser atrapado, aun cuando lo deseare tendrá que seguir las reglas o
de lo contrario se excluirá por sí solo, pero si lo hace, dejará de formar parte de la sociedad
ordinaria y ello aunque cuestionable, puede acarrearle perjuicios y, aunque en magnitudes
abismalmente distintas, puede sucederle a un individuo que se aleja de la sociedad red, lo
mismo que en su caso a un País que se niega a conducirse bajo los parámetros de la
Mundialización.
La forma tradicional de la comunicación se determinaba por los alcances de los medios
utilizados, si antes ya se ha dicho que el control de la información y la comunicación de
ésta fuero aspectos que se controlaban, es en mayor medida porque el sistema de
comunicación era de emisor receptor con poca o nula posibilidad de éste último de replicar,
menos aún de debatir, esto es a lo que el autor llama “unidireccional” de tal manera que se
puede pensar en comunicación informativa sin opción a discutirla y por lo tanto con
tendencia controladora de la sociedad imposibilitada a documentarse. Faltaba entonces la
interactividad que hoy día se puede tener en forma grupal, pues por ejemplo, hasta hace no
mucho tiempo, los operadores de los medios de comunicación de radio y televisión, sin
riesgo alguno de ser confrontados podían poner en duda la credibilidad u honorabilidad de
las personas e incluso de las instituciones atribuyéndoles actos falsos, ello, a sabiendas de la
desventaja que la persona o institución en cuestión no poseía la misma infraestructura para
defenderse, es decir, a un periodista o conductor de radio o televisión, cuan más, y
suponiendo que la aceptara, se le podía hacer una llamada telefónica para ejercer el derecho
de réplica respecto de la noticia o comentario que hiciere de alguna persona, pero sólo eso,
pues la persona de la que el comunicador hubiese hablado en la inmensa mayoría de las
veces no podía disponer de un programa de radio o televisión para seguir argumentando en
su favor todo aquello que cambiase e incluso desmintiese lo argumentado contra ella, por lo
que encontraba una gran desventaja contra el comunicador o periodista.
En este contexto, la evolución o revolución de las comunicaciones, representa hoy por hoy
un elemento eficaz de contacto en tiempo real, que la información tiene emisión y
recepción inmediata a través de diversos vehículos y los receptores tienen la posibilidad de
expresarse y hacerse escuchar incluso sin control, puesto que los medios de los cuales
puede hacer uso, no solamente se limitan a responder por ejemplo en forma verbal, sino en
un mismo medio pueden enviar mensajes de texto, de voz, videos, fotografías, documentos
y ello sin duda, desde el punto de vista particular, si representa una evolución de las
comunicaciones, pues aún cuando, la radio y la televisión, pero principalmente ésta última
no ha logrado ser desplazada por el internet que es la base de la comunicación red, todo
cuanto se diga a través de la televisión puede ser no solo investigado sino controvertido a
través de los medios cibernéticos, siendo éstos los que permiten elegir el modo en que se
quiera que esa información llegue, es decir, podemos comunicar uno a uno, uno a varios o
de varios a varios, se pues, en forma limitada o masiva; así, difícilmente puede negarse el
carácter evolutivo de las comunicaciones.
Al hablar de la palabra “Red”, en su forma simple, el Diccionario de la Lengua Española
(Real Academia Española), en sus diversas acepciones hace referencia a los términos
“trabado” y “confluencia”; luego, no muy complicado resulta deducir que todas esas nuevas
formas de comunicación al operar en RED, no pueden actuar aisladamente o por sí mismas,
sino que, requieren inobjetablemente de complementarse y aprovechar la existencia de
otras, puesto que existen pontos de convergencia de los que han de obtener algún provecho
para su mejor funcionamiento, o dicho correctamente para lograr su funcionamiento, y al
confluir con los distintos sectores (económicos, políticos, empresariales, de publicidad) es
donde se convierten en lo que también el autor denominó “Nodos” de la gran red, y por
supuesto, deben confluir con elementos que les hagan subsistir, puesto que, si bien la red
presta un servicio, éste servicio no se vende en muchos casos por sí mismo, sino que, el
servicio debe ofertar la venta de otros elementos, productos bienes o servicios que les hacen
mantenerse en operación porque representan el grueso de sus ingresos, a estos elementos se
le denomina “patrocinadores”. Es indudable que en la red de las comunicaciones existe una
infranqueable interdependencia, pero también es innegable que una de las formas de
aumentar los ingresos (principal fin) de los propietarios de la red es el obtener de otros
operadores o “nodos” que sirven a sus fines, ello por consiguiente hace innecesaria la mano
de obra del hombre y por ello los grandes recortes de personal.
En el tema del aspecto cultural influyente en la comunicación, entiendo que “cultura” es
más un aspecto de comportamiento y costumbres que de conocimiento, pues si bien es
cierto los comunicadores (sea cual fuere el mensaje a comunicar) actúan en atención a la
población a la que pretenden llegar, no menos cierto es que en gran medida la difusión de
los mensajes llevan por fin el logro de un consumismo, así tenemos, que saben que
determinada población tiende a comportamientos de imitación de actividades que por obvio
no se dan en la región en que residen, por consecuencia de ello y ante la ausencia de una
cultura de conocimiento (muchas veces condicionado por los propios mensajes en la
comunicación) diseñan estrategias que sin importar algún beneficio colectivo real y peor
aún, sin importar los perjuicios colectivos, someten a la población al contexto que aún
desconocido para ésta, querrá formar parte de modas y usos que aún no correspondiendo
con su forma de vida adquirirá determinada por la influencia y los efectos de la estrategia
de comunicación. En México, por ejemplo, resulta claro que una forma de dinamizar el
flujo de recursos económicos con participación absoluta de la población de menores
ingresos (y aún la que no tiene ingresos) es la falacia del “BUEN FIN” (mismo que por
desgracia parece irremediablemente arraigado); esta actividad no es una costumbre en
México, es una mala copia de una actividad del extranjero que aparenta beneficios a los
consumidores y es precisamente en esa “apariencia” donde deja de atenderse a la cultura
del conocimiento y se pasa al comportamiento por imitación que trae por consecuencia el
consumismo desmedido, al grado de que en las ocasiones que se ha implementado esta
actividad en la actualidad existen consumidores con deudas generadas desde el primer año
del buen fin, aunado a ello, es de hacer notar que los más altos volúmenes de venta
corresponden a las compañías y marcas vendedores de aparatos electrónicos como tabletas,
teléfonos celulares, computadoras que son hoy día elementos base para la comunicación en
la red, lo cual, por supuesto no es desconocido para los vendedores de los productos y
mucho menos lo es para los vendedores de los servicios de comunicación a través de los
cuales llegarán hasta el consumidor final, sabiendo que éste aún sin poder adquisitivo y
peor aún, sin la necesidad de adquirir el producto que le ofrecen, lo comprarán bajo el
supuesto de la aparente oferta sin reparar en la inutilidad que el bien adquirido les
representa. Debemos decir que, todo este efecto en los destinatarios de los mensajes no
depende necesariamente de un poder económico absoluto, sino de la interacción que se da
entre emisores y destinatarios y propiamente de las estrategias de comunicación y del
diseño de los mensajes y la forma en que se sabe que serán recibidos.
Los mensajes, habiendo llegado al destinatario previamente elegido y seleccionado por el
comunicador, tendrá una interpretación y por consiguiente una modificación y adaptación
de acuerdo a la capacidad y la percepción de las personas a las que es dirigido el mensaje,
en éste quehacer, la intensidad y el medio de la red utilizado para emitir y hacer llegar el
mensaje juega un papel muy relevante, pues también es dable que un mensaje haya sido
diseñado de forma correcta y que contenga los aspectos mínimos que inducirán al
destinatario a prestarle atención, sin embargo, aún lo diseñados deficientemente pueden
llegar a causar el impacto deseado en el consumidor si éste es bombardeado con cientos,
miles e incluso millones de repeticiones del mensaje de tal manera que se vea orillado a
tomar deferencia por lo que siempre será una oferta contenida en el mensaje comunicado
reiteradamente; un claro ejemplo de ello se ve por ejemplo, en las campañas políticas, en
las que, para quienes poca idea tienen de lo que en realidad son los políticos, seguramente
si el político goza de una buena imagen física y es óptimamente publicitado terminará por
convencer al elector de que vote por él, aún cuando el candidato no sirva para algo.
El conocimiento y la emoción si bien son aspectos que influyen en la toma de decisiones no
sólo en la política sino también en la vida cotidiana, forman parte de la modificación y
adaptación que en destinatario pueda hacer del mensaje que le es comunicado, empero, el
conocimiento infortunadamente es el mayormente ausente en la comunicación uno-varios o
bien y retomando la política, en la comunicación del actor político y el mensaje que
pretende comunicar a las masas, y es entonces cuando las decisiones del receptor del
mensaje son adoptadas por circunstancias meramente sentimentales, pues veladamente los
mensajes en la política están altamente rodeados de emociones y temores que introducen en
la mente del elector o del ciudadano, pues no debemos perder de vista que las
comunicaciones generan siempre la creación de imágenes y el procesamiento de ideas a
través de esos mensajes e imágenes estará conectado siempre al conocimiento y al
sentimiento, pero más a éste último y por consiguiente se puede prescindir del
conocimiento, pues incluso, no resulta extraño escuchar en que en la toma de decisiones
que alguna vez todos hemos adoptado o por lo menos hemos visto que alguien más adopta,
se antepone la frase “yo siento que” y muy esporádicamente se escucha o se dice “yo
pienso que”, siendo estos dos contextos que bien pueden marcar la diferencia entre saber y
sentir y sólo saber o solo sentir. Pareciera que las decisiones son cuestión de fe, porque se
toman pensando en lo que se cree y no en lo que se sabe, es quizá aquí uno de los
momentos en que la limitada capacidad de informarse y comunicarse afecte al desarrollo de
las personas y la precaria instrucción (por ausencia o por deficiencia) que al menos en este
País tiene la mayoría de las personas, las orilla a conducirse por presagios las más de las
veces apegados a sus esperanzas y necesidades individuales, lo que sería diferente si
actuasen por conocimiento, pues en este último caso lo que pudiese orillarles a tomar una
decisión equivocada no sería otra cosa que una consciente pero mala intención y no una
aspiración quimérica.
En temas de política, la población amenazada intensamente, también tendrá una reacción
intensa, pero íntimamente ligada con sus sentimientos por la propia amenaza contenida en
el mensaje que le produce inducciones en su conducta, es decir, impacta sus emociones, sin
embargo, va encasillando la información que recibe y dará más importancia a la
información persistente hasta formarse un criterio, el cual no será suyo del todo o por
decisión propia, sino que, en la medida en que la información va captando la atención de la
población se va fortaleciendo la idea de “algo”, es decir, se va logrando el convencimiento
común y ello depende de la selección de la información que los comunicadores hacen antes
de transmitirla, es decir, una clasificación previa para que el receptor la encasille a su vez
pero de acuerdo a un fin especifico no determinado por éste. Con todo, la opinión del
destinatario, acertada o equívoca, dependerá de la información con que cuente y que
adquiera de fuente distinta al comunicador, pues es de tener presente que, por ejemplo en
México los comunicadores atienden a la llamada agenda “settin” que no es otra cosa que el
ordenador de la información de acuerdo a importancia y por supuesto a la “conveniencia”
de la difusión o no de la noticia.
El contenido del los mensajes llevan desde el rubro o título la determinación de lo que
quieren comunicar, y desde ese momento la mente ha de ser capturada si en principio ha
impactado las emociones del destinatario, incluso aún cuando sea falsa la información
proporcionada y el grado de captura de la mente llega a ser irreversible si en las conexiones
cerebrales que la persona hizo en el procesamiento de la información siente que está latente
un ataque a su seguridad, a su vida y por supuesto cuando se atenta contra su País, pues el
patriotismo arraigado históricamente (como en Estados Unidos de Norte América) son
aspecto de alta sensibilidad; y, si el generador del mensaje y de la estrategia para
comunicarlo es asertivo, seguramente lograra capturar la mente del destinatario. En estas
circunstancias, y debido a que ir en contra de la mayoría representa un riesgo político, aún
los que con igual poder que los comunicadores saben que la información contenida en el
mensaje es imprecisa e incluso falsa, en el afán nacionalista y por convenir a sus intereses
si bien no se adhieren al pensamiento mayoritario, tampoco se pronuncian de forma
beligerante contra sus compatriotas, con lo cual de hecho, convalidan el efecto alcanzado
en el proceso de interpretación de la información transmitida, la que, de acuerdo a los
cambiantes contextos, va siendo conducida y adaptada para hacerla empática con los
intereses del común de la población, o bien, va utilizando los instrumentos (sensibilidad,
patriotismo) que le permiten mantener el convencimiento de que es verdad lo que se ha
comunicado y que por ello deben mantener su apoyo a las decisiones que en política son
convenientes en aras de defender lo que en muchas ocasiones ni está siendo atacado y se
está planeando atacar.
En el aspecto de la utilización de los medios de comunicación, es inconcuso que la
actividad política se sustenta en mayor medida en éstos por los múltiples intereses que
representan los medios para los políticos y los políticos para los dueños y operadores de los
medios de comunicación, es decir, que para el político es importante y trascendental que
sus actividades sean conocidas por los gobernados, porque si bien, el autor señala que la
política es el proceso de asignación de poder en las instituciones del Estado, pienso que
también es la forma de mantener y conservar ese poder, además del ejerció de la violencia
permitida que tiene el propio Estado (la amenaza de represión); y, para efectos de
mantenerse presente en ante la sociedad, hacen uso de los medios de comunicación, y como
refiere el autor hacen política mediática. (Esté término de “mediático” usado para referir
que los medios de comunicación son el vehículo para difundir, es quizá el mejor
acercamiento que pudiese tener para un buen empleo de la palabra, puesto que en política
habitualmente es usado para calificar a las actitudes a veces incomprensibles de los que
hacen política). Resulta comprensible esta tendencia a no alejarse de los medios de
comunicación, cuya efectividad de interacción dependerá de la afinidad que tengan para
concertar negocios entre los políticos y los comunicadores, por la pretensión primaria de
estos en la obtención de grandes beneficios, unos llegarán al poder, otros adquirirán más
poder vía aquél con el que negociaron y llegó al poder. Desde este contexto de la presencia
en medios se influye en las preferencias de los destinatarios, se controla la opinión pública,
se refuerzan fortalezas (económicas y políticas principalmente) y se destruyen las no afines
(las de los adversarios). Los medios de comunicación resultan de gran influencia, sobre
todo los visuales, porque a través de las imágenes norman el criterio que han de formarse
los integrantes de la población objetivo, de manera tal que, esta actividad de política
mediática es más eficiente en este tipo de instrumentos de lo que pudiese ser en otros como
la radio o incluso la prensa escrita, pues en ésta última cuando más se pueden imprimir
imágenes captadas previamente en fotografía haciendo limitado el impacto en la percepción
de las personas; en contraste, la televisión por ejemplo, tiene la capacidad de proveer de un
gran número de imágenes incluso videos en un espacio de tiempo muy reducido y acelerar
con ello el proceso de captación y adecuación de esas imágenes en la mente del
destinatario, expandiendo el impacto en sus sensaciones y marcando por supuesto la
tendencia deseada en la sociedad, por lo que un discurso (emitido por el presidente de un
país) que hoy día se pronuncia incluso a través de la televisión pero que está solamente
centrado en la persona que lo emite, en poco tiempo (minutos) dejará de impactar en el
televidente, y es entonces que en las horas y días siguientes, usualmente viene una
andanada de noticieros que todos repiten fragmentos del mismo discurso pero editado e
incorporan imágenes y videos relativos a los temas abordados por el ponente, con el aditivo
también de la propia opinión del comunicador siendo hasta entonces que puede impactar en
el público televidente.
La política en los medios de comunicación abarca un gran número de rubros, desde los
negocios a que se hizo referencia, el tipo de mensajes que han de transmitir de acuerdo a los
estudios previos del tipo de población a la que quieren llegar, la imagen del actor político,
el diseño de las campañas electorales desde sus propuestas y promesas has la forma de
destructiva de las campañas de los adversarios, la política de escándalo, etcétera, y es a
partir de todos estos aspectos que hacen llegar a la mente de la población, que los
ciudadanos (votantes y no votantes) toman las decisiones relativas a la política. Pero debe
tenerse presente, que los medios de comunicación no solo transmiten información con
contenido político, de ser así, se venderían mucho menos aparatos televisores de los que en
la actualidad de venden; se trata entonces de una intromisión de los medios de
comunicación en la programación televisiva que principalmente es de consumo y
entretenimiento, siendo uno de los factores que marcan tendencia para que entonces los
políticos hagan uso de los medios que en determinados tiempos pueden llegar a un gran
número de población que además es población objetivo y a partir de ello con mensajes y
estrategias muy estructuradas, tendrán un impacto en el la masa poblacional a la que
quisieron llegar y llegaron porque se interpusieron en su entretenimiento y les resulta un
interés secundario por los aspectos de la política.
Con todo, existe una marcada lejanía entre votantes-políticos-gobierno, pues como se ha
mencionado los políticos llegan al gobierno como resultado de haber obtenido la
preferencia electoral de los votantes, pero por haberse entrometido en sus vidas a través de
los medios de comunicación, y si bien ello les llevo a tomar una decisión de preferencia
para votar por alguien, ello no disminuye sensiblemente y mucho menos elimina la
percepción de corrupción, tampoco hace más efectivo el ejercicio pleno de la democracia,
pues a ésta prestan importancia los políticos únicamente en cuento les sirve para discurso
propagandístico y de convencimiento de votantes y una vez que llegan al poder, la
democracia se queda en el olvido o por lo menos en desuso hasta la siguiente campaña.
Ante ello, el consiguiente hartazgo del electorado, propicia que éste se vuelva nómada, pues
habitualmente cambia su simpatía política y dará su apoyo a diverso candidato de diverso
partido político también, con la esperanza (al igual que en la toma de otras decisiones) de
que siente que así obtendrá lo que quiere y desea; sin embargo, históricamente ninguna
garantía ha existido de que en realidad ello ocurra, pues aún cuando algún candidato
obtiene mayor número de votos y ocurre así atendiendo a que a otro intencionalmente el
electorado le negó el apoyo, (o lo que es lo mismo, no es que el ganador haya ganado, sino
que su adversario perdió) el nuevo empleado del gobierno también se mantendrá alejado de
la ciudadanía y entonces generará desconfianza respecto de la legalidad de los actos que
desempeñe, misma circunstancia que se presentará incluso cuando decidan incorporarse a
las filas de partido político distinto.
El ser humano, que es animal pensante, está influenciado por infinidad de factores
históricamente presentes en derredor, se dice que la forma en que piensa y siente determina
la forma en que actúa, si lo aplicamos a los acontecimientos actuales esta frase toma una
relevancia enorme, pues los acontecimientos generados a través de la historia que inician en
un núcleo reducido, van moldeando la conducta individual y a su vez buscan modificar las
normas e instituciones que estructuran las prácticas sociales, así, encontramos que el
cambio cultural en el pensamiento de la sociedad está llevando a que se genere un cambio
político que en un futuro cercano producirá el cambio social que se está exigiendo. En la
sociedad actual, la mexicana, para utilizar un marco de referencia, se está produciendo
movimientos sociales por actores sociales que aspiran al cambio cultural, sin embargo los
valores no se encuentran debidamente definidos, la bandera es la indignación y la pérdida
de credibilidad en las instituciones.
Aun no se puede hablar de políticas insurgentes, como proceso que aspira al cambio
político, es decir a un cambio en las instituciones, en razón de que no hay confianza en
ninguna institución, y las formas de manifestarse en contra no van más allá de simples
opositores que sin alcanzar las características de insurrectos, nada tienen que ofrecer a
cambio de lo que no acepta. En distintos países urge un cambio social, entendido este como
aquel que la gente espera alcanzar al movilizarse. Sin embargo los mensajes que utilizan los
actores sociales son en su mayoría de rabia, de destrucción de todo aquello que va en contra
de sus emociones, y la principal la ira. No se percibe un mensaje de esperanza, pues en su
mente obnubilada solo está el deseo de destrucción, jamás de construcción o
reconstrucción, y si bien es cierto se cuenta con un espacio público para promover la
interacción social y que ha llevado a que grupos con diferentes intereses se unan con la
finalidad de ser escuchados por coincidir en ciertas ideas, también es cierto que, cada uno
persigue un interés particular, los actores sociales todavía no tienen definidos los valores
por los cuales pelearan.
Es en esta parte del cambio de pensamiento donde entran las redes de comunicación,
medios de comunicación masiva, llámese prensa escrita, radio, televisión, internet, telefonía
móvil, y tal pareciera son los operadores de los hilos del pensamiento de los actores
sociales; sin embargo para que la influencia de estas redes de comunicación llegue a su
destino, se requiere de una reprogramación, esto en razón de que las personas se forman
una idea de las cosas a partir de las imágenes y la información que les llega a través de
estas redes. La información que llega a los actores sociales a través de reportajes, películas,
programas de entretenimiento, videos musicales y otros más, son esenciales para crear en la
mente del espectador no una conciencia real, sino jugar con sus emociones, ya sean
positivas o negativas, lo que los llevará a promover el cambio social, pero difícilmente será
de manera pacífica, pues lo que la realidad social enseña es que de la violencia es su mejor
bandera.
Es preciso comentar que los medios de comunicación atienden a intereses económicos
particulares y en su afán de comunicar lo que para ellos es redituable, utilizaran a las
personas que trabajen para ellos, de manera más específica a los artistas que buscaran
promocionarse abrazando una causa supuestamente social, esto debido a que la sociedad se
siente identificados con ellos o son objeto de culto. Se debe tener en cuenta que el uso de
las redes de comunicación requiere de una organización avanzada, en ocasiones no es
posible utilizar a las grandes compañías y se deberá acudir a los medios locales,
anteriormente, en el siglo pasado era a través de la comunicación personal de un mensaje
directo; en este nuevo siglo los teléfonos inteligentes y el internet, impersonales como son,
funcionan como medios de intervención que en cuestión de minutos provocan una reacción
en cadena sin precedentes, y aún cuando se trata de medios impersonales, no podemos
olvidar que es importante la capacidad que se tenga para conectar con el otro, para
transmitir adecuadamente el mensaje y obtener el fin que se persigue, que puede ser un
cambio real en el pensamiento que lleve a la aplicación de los mejores valores o que detone
la ira y en consecuencia la destrucción de las instituciones.