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Resumen y Comunicaciones... · 2017-10-09 · republicana, ya que la consideramos «la cerámica de la conquista de Hispania por las legiones romanas, de modo que su dispersión geográfica

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ResumenLa romanización en la Carpetania y en concreto en la actual región de Madrid necesita de estu-

dios a fondo e investigación en todas sus vertientes, precisando tanto de trabajos teóricos como

prácticos. Arqueológicamente aún queda mucho por averiguar, siendo ésta una labor de años,

excavaciones sistemáticas y mucha investigación.

Este trabajo intenta proponer un nuevo acercamiento al problema y aporta datos que nos llevan

a pensar en un inicio temprano del proceso de la romanización en zonas tan interiores como la

actual región de Madrid, en contraposición con las tesis tradicionales que consideraban a la

Submeseta Sur como un territorio aislado y marginal, poco permeable a las influencias exterio-

res.

Afortunadamente la investigación acerca de la Carpetania y todo lo que con ella tiene que ver

ha mejorado mucho en los últimos años, especialmente desde el traspaso de competencias a

las Comunidades Autónomas y de la entrada en vigor la Ley de Protección del Patrimonio en

1985, que convirtió en obligatorios los estudios arqueológicos previos a cualquier intervención

urbanística o de infraestructuras. Con ello proliferaron las excavaciones arqueológicas aunque

no tanto las publicaciones.

Las fuentes nos llevan a pensar que la Carpetania ya estaba pacificada a mediados del siglo II

a.C., con lo que la romanización ya estaba comenzando en este territorio. Este hecho se ve ava-

lado por los cada vez mas numerosos hallazgos de materiales romano-republicanos, tanto cerá-

micos como numismáticos, que salen a la luz ante el aumento de excavaciones. Hemos elegido

la actual Comunidad de Madrid como ejemplo del aumento en la documentación de materiales

de este momento (sobre todo de cerámica de barniz negro), pero en el resto de las actuales

regiones que formaron la antigua Carpetania los datos apuntan también en el mismo sentido.

Palabras clave: Romanización, Carpetania, cerámica campaniense, Comunidad de Madrid.

AbstractRomanization in the carpetanian territory and specially in the actual Madrid region is a subject to

be studied more deeply and that also needs to do a research into every practical or theorical

work. Archaeologically there is yet a lot to find out about years of work, sistematic excavations

and research.

This particular work tries to make an approach to the subject giving us pieces of information that

lead us to believe in an earlier beginning for the romanizing process in interior regions as Madrid

and its territory around, against traditional postures considering the South Submeseta as an iso-

lated and marginal territory, not permeable to foreign influences.

Fortunately researching related to the Carpetanian territory has been improved a lot in the past

years, particuliarly since 1985 when the Heritage Protection Law made mandatory to do previ-

ous archaeological works before any urban or infraestructure development was going to take

place. That made increase the archaeological excavations but not publications.

Sources lead us to believe that the Carpetanian territory was already pacified in the middle of the

II Century B.C., wich means that the romanization of this territory was already taking place. This

fact is backed by many roman-republican materials found, ceramic or numismatic, as excavations

increase. We have chosen the Comunidad de Madrid as an example of this materials documen-

tation increase (black glaze ceramics above all), but in the rest of the actual regions wich con-

formed the old Carpetania, pieces of information also point towards the same direction.

Keywords: Romanization, Carpetania, black glaze ceramic, Comunidad de Madrid.

La Carpetania es una amplia zona geográfica cuyos límites

no están totalmente definidos, pero a grandes rasgos

corresponde con la mayor parte de la actual Comunidad de

Madrid, gran parte de la región de Toledo, algunas zonas al

Norte de Ciudad Real, el extremo occidental de Cuenca y

la parte sur-occidental de Guadalajara. El área en la que

nos centramos corresponde a la actual Comunidad de

Madrid, prestando una especial atención a la cuenca baja

del río Henares, por ser ésta la zona en la que se desarro-

lló el núcleo romano más importante de la región:

Complutum.

El término romanización se refiere al proceso completo

de «adopción y difusión de la vida urbana como hecho

esencial que posibilita el nacimiento y configuración de una

nueva cultura» (Ramos Ramos, 1988: 56). Con este traba-

jo nos centraremos en los inicios de dicho proceso a través

de los diferentes hallazgos de cerámica de barniz negro

republicana, ya que la consideramos «la cerámica de la

conquista de Hispania por las legiones romanas, de modo

que su dispersión geográfica sirve de referencia constante

para poder estudiar el fenómeno de la penetración del

mundo romano, desde los tiempos de la conquista hasta la

etapa augustea» (Beltrán Llorís, 1990: 39).

Es un hecho que cada vez se documenta más cerámica

de barniz negro o campaniense en los yacimientos de nues-

tra región lo que consideramos como un elemento indicati-

vo de los tempranos contactos con Roma y el inicio de la

asimilación de sus modos de vida, que no siendo inmedia-

to, sí comenzaba a calar entre los habitantes del centro de

la Península a través del contacto con las legiones romanas

dedicadas a la conquista del territorio. Por tanto el marco

cronológico general en el que nos movemos es el período

en el que se fabrica y exporta este tipo de cerámica roma-

na republicana que llegará a la Península Ibérica (Beltrán

Llorís, 1978: 50-54; Ribera y Marín, 2003: 288).

Campaniense A Finales del s. III a.C.mediados del s. I a.C.

Barniz negro de Cales y de Mediados del s. II a. Corigen etrusco mediados del s. I a.C.

Campaniense C s. I a. C.

Debemos tener en cuenta que determinadas cerámicas

(como las áticas o las campanienses) a las que se les daba

un especial valor, perduraron en el tiempo y se amortizaron

en repetidas ocasiones, por lo que no siempre su presen-

cia en los yacimientos nos asegura una cronología antigua,

siendo necesaria su asociación a otras cerámicas, como

las celtibéricas, para poder asegurar este dato.

Los yacimientos de la Edad del Hierro excavados, en

mayor o menor medida, en la Comunidad de Madrid no son

muy numerosos, contamos entre otros, con los siguientes:

Arroyo Culebro (Leganés) (VVAA, 2001), Cerro Redondo

(Fuente el Saz del Jarama) (Blasco y Alonso, 1985), Los

Altos del Olivar (Valdemoro) (Sanguino et alii, 2001),

Fuente de la Mora (Leganés) (Vega y Martín, 2003: 68) o El

Malecón (Barajas) (Rodríguez Cifuentes, 2003: 70).

Además se han realizado pequeñas intervenciones sobre

otros yacimientos como el Castro de Redueña (Redueña)

(Alfaro y Martín, 1996, 91-105) o Los Pinos (Alcalá de

Henares) (Muñoz y Ortega, 1996, 21-24).

Las excavaciones llevadas a cabo en los últimos años

han permitido sacar a la luz un buen número de yacimien-

tos de esta cronología, pero la escasa publicación de los

resultados hace difícil incluir una lista más exhaustiva.

Menos favorable es el panorama que se presenta ante

el estudio de los yacimientos ubicados cronológicamente

entre el final de la II Edad del Hierro y los inicios de la pene-

El inicio de la romanización en la región madrileña:nuevas perspectivas para la investigación

Sandra Azcárraga Cámara*

*[email protected]

tración romana en la meseta, en época republicana, ya que

en la bibliografía actual se manejan pocos yacimientos car-

petanos con elementos romanos, sobre todo en nuestra

región. Veremos cómo este hecho es debido principalmen-

te a la falta de excavaciones y de investigaciones al respec-

to. Algunos ejemplos relevantes son el Cerro de la Gavia

(Vallecas), que ha sido objeto recientemente de una expo-

sición en el Museo de San Isidro y la consiguiente publica-

ción de su catálogo (Quero et alii, 2005) y el castro de la

Dehesa de la Oliva (Patones-Torrelaguna), excavado en

diversas campañas que comenzaron en los años 50

(Cuadrado, 1991: 191-255, Muñoz Carballo, 1974; 1994;

Montero et alii, en este mismo volumen) y que actualmen-

te está siendo objeto de una revisión.

Afortunadamente este panorama mejorará en los próxi-

mos años ya que el Museo Arqueológico Regional está lle-

vando a cabo la excavación sistemática y prolongada en el

tiempo de uno de estos escasos yacimientos carpetanos

que cuentan con diversos materiales republicanos en su

registro arqueológico: El Llano de la Horca, en Santorcaz.

A través de prospecciones han sido localizados multitud

de yacimientos tanto de la II Edad del Hierro como roma-

nos, datos que nos aporta actualmente la Carta

Arqueológica de la Comunidad de Madrid, pero que no son

recogidos en una publicación dedicada a su sistematiza-

ción y estudio.

Los yacimientos con elementos que indican cronología

romana-republicana conocidos a través de dichas prospec-

ciones tampoco son demasiado abundantes. Este hecho se

justifica debido a la escasez de los hallazgos que permiten

encuadrar en este momento un yacimiento, lo que ha ava-

lado la creencia en una tardía romanización de la

Carpetania y en concreto de la zona de Madrid. Sin embar-

go sí que abundan los yacimientos con materiales tanto de

la II Edad del Hierro como romanos imperiales, por lo que

podríamos pensar que muchos de ellos pudieron tener con-

tactos con Roma en época republicana aunque no se haya

localizado en superficie cerámica campaniense u otro

material de esta cronología. Sólo a través de excavaciones

arqueológicas se podría demostrar esta hipótesis, y docu-

mentar una secuencia estratigráfica continuada.

En lo que se refiere a los yacimientos madrileños de

cronología imperial romana excavados en extensión el más

destacable es Complutum. Son más abundantes los asen-

tamientos rurales y las villas romanas en la Comunidad de

Madrid, por ejemplo la de la Torrecilla en Getafe (Blasco y

Lucas, 2000a), la del Val en Alcalá de Henares (Rascón,

1998: 106-117), la de Villaverde (Andreu y Martínez, 1999;

Pérez de Barradas, 1931-1932), o la de Valdetorres de

Jarama (Arce et alii, 1976), entre otras muchas (Castelo y

Cardito, 2000).

Historia de la Investigación en la Comunidad deMadrid

Investigaciones antiguasTradicionalmente, la protohistoria madrileña ha sufrido la

carencia de noticias e investigación. Ya a mediados del

siglo XIX Madoz habla del total desconocimiento en lo refe-

rente al “origen y antigüedad de Madrid” (Madoz, 1847,

1090), revelando la falta de estudios realizados en la

época.

Esta situación no empieza a mejorar hasta casi un siglo

después, prueba de ello es el hecho de que aún en los

años anteriores a 1930 el período de la Edad del Hierro en

Madrid no era ni mencionado en los diferentes estudios his-

tóricos, “saltando” de la Edad del Bronce a la época roma-

na, como ocurre en distintas publicaciones de Pérez de

Barradas (1930, 171).

No encontramos información relevante de yacimientos

de la II Edad del Hierro hasta 1934, año en que se publicó

la conocida obra de Fuidio “Carpetania Romana”. Esta

recopilación aún hoy nos aporta datos interesantes, en su

mayoría referidos a yacimientos romanos. Se trata del pri-

mer investigador que habla del “período prerromano” y

aporta, además, noticias acerca de materiales, aparte de

fotografías y sus propios dibujos. Significativas del conoci-

miento de la época acerca de la protohistoria de la

Carpetania son las siguientes palabras de Fuidio: «Hay,

pues, una cultura prerromana bastante pobre, que ofrece

un carácter más bien de paso o guerrero que cultural»

(1934: 65).

Por lo tanto, durante el primer tercio del siglo XX la

arqueología de la protohistoria carpetana era inexistente ya

que, o bien se la ignoraba, o bien era considerada tan esca-

sa que no se le otorgaba la suficiente entidad para ser

investigada. Podemos decir que el estudio de la protohisto-

ria en la región de Madrid es una labor reciente, que no

cuenta con mucho más de 70 años.

A finales ya de los años 50 Raddatz nos da noticias

sobre su prospección en el Valle del Henares (Raddatz,

1957: 229-232). Este trabajo aportó nuevos hallazgos e

información acerca de distintos yacimientos que localizó en

la zona, aunque en algunos casos no fuera muy preciso.

Sin embargo éstas son las primeras prospecciones de las

que se puede hablar en Alcalá de Henares y su entorno, en

las que se documentaron, entre otros, yacimientos tanto

con cronologías de la II Edad del Hierro como romanas.

324 Estudios sobre la Edad del Hierro en la Carpetania. Registro arqueológico, secuencia y territorio

A mediados de siglo comienzan los estudios acerca de

los límites de la Carpetania, destacando García y Bellido,

que identifica esta región con Castilla la Nueva (1947: 270).

Sin embargo posteriormente este investigador se retracta-

rá, afirmando que la Carpetania ocupaba «gran parte de

las provincias de Madrid y Toledo» (1968: 73).

Menéndez Pidal publica en 1965 su “Historia de

España” donde se dedica un volumen a la “Historia

Prerromana”, en el que Maluquer habla también de los lími-

tes de la Carpetania, señalando a la Mancha como su cen-

tro (Maluquer, 1963: 25).

Los límites de la Carpetania comienzan a ser, como

vemos, un tema debatido y polémico, polémica que aún hoy

permanece candente, siendo muchos los investigadores

que han escrito sobre el tema como Blázquez (1962: 409

ss.) que en 1962 hablaba de la expansión de los celtíberos

hacia las zonas sur y este peninsulares o Roldán Hervás

(1967-1968: 73-106) que escribía sobre los límites entre

vettones y carpetanos.

En cuanto a los estudios acerca de la época romana en

la región de Madrid, el panorama es más positivo, ya que

han sido más precoces que los de la protohistoria, bien por

ser más evidentes y abundantes sus restos, bien por ser

siempre más vistosos.

Ya en el siglo XVI destacan algunos eruditos como

Ambrosio de Morales que describió, por ejemplo, las ins-

cripciones de Complutum, en su obra “Antigüedades de las

ciudades de España”, donde incluso se preocupa por su

conservación.

En el siglo XVIII Enrique Flórez realizó trabajos impor-

tantes como historiador, entre los que podemos destacar

su “Mapa de todos los sitios de batallas que tuvieron los

romanos en España” (1745). Con esta obra Flórez aporta

una descripción cronológica de los sucesos y nombres anti-

guos de todas las provincias, además de relatar cuánto les

costó a los romanos la conquista. Otra importante obra de

este agustino fue las “Medallas de las Colonias y la España

Sagrada”, trabajo de síntesis sobre la arqueología españo-

la hasta ese momento.

A mediados del siglo XIX Madoz se dedicará al estudio

histórico de España y sus posesiones de Ultramar, creando

su “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico”. En el tomo

dedicado a Madrid hace referencia, por ejemplo, a diversas

inscripciones halladas en la ciudad (Madoz, 1848: 575) o a

la tradicional polémica del antiguo nombre de Madrid, citan-

do las diversas tendencias del momento que identificaban a

la ciudad con Mantua, Miaccum, etc. (1848: 575-579).

A finales del siglo XIX destaca el erudito jesuita Fidel

Fita, dedicado al estudio de la arqueología y de la historia

y que en este caso sobresale por su labor de recopilación

epigráfica de la Península. Respecto a la zona carpetana

Fita publicó artículos como el referido al hallazgo de varias

estelas funerarias romanas en el entorno de Alcalá de

Henares (Fita, 1899: 362).

En 1935 Schulten comienza a publicar su conocida

obra Fontes Hispaniae Anticuae, que supone un hito impor-

tante al ser el primero que nos habla de las fuentes anti-

guas para el estudio de la Hispania romana.

Respecto a las investigaciones sobre el campo son

bastantes los que comenzaron a trabajar la arqueología

madrileña de época romana desde los yacimientos. Por

ejemplo, Pérez de Barradas (1931-1932) realizó tres

campañas de excavación en las villas de Villaverde Bajo,

«de las que procede la mayor parte de la información que

poseemos hasta el momento de la villa» (Castelo y Cardito,

2000: 342). Otros investigadores realizaron diversas

“exploraciones”, como Viloria (1955: 135 ss.) y Fuidio que

las llevaron a cabo dentro de la Casa de Campo y a orillas

del arroyo Meaques donde el primero encontró «cinco

lugares con señales seguras de cultura romana» (Fuidio,

1934: 87).

Investigaciones recientes A partir de los años 70 se realizan importantes prospeccio-

nes y excavaciones en la zona que nos ocupa en yacimien-

tos tanto de la Edad del Hierro como romanos. Destacamos

las excavaciones realizadas en el Cerro Ecce Homo (Alcalá

de Henares) en los años 80, cuyo hallazgo más represen-

tativo fue la documentación de una gran cabaña de la I

Edad del Hierro (Almagro Gorbea y Dávila, 1989). Otra

excavación destacable y de cronología romana fue la lleva-

da a cabo en el Cerro del Viso (Alcalá de Henares) en 1975

y 1978 (Fernández-Galiano, 1984). También hay que desta-

car las excavaciones realizadas en Cerro Redondo (Blasco

y Alonso, 1985) entre 1975 y 1980, yacimiento que se con-

virtió en el mejor conocido de la II Edad del Hierro en

Madrid en aquellos años.

En cuanto a las prospecciones podemos hablar de las

que realizó Fernández-Galiano para su “Carta

Arqueológica”, o las que llevó a cabo en el corredor Madrid-

Guadalajara (Fernández- Galiano y Garcés Toledano,

1978). También contamos con las de Asquerino en

Mejorada del Campo (Asquerino y Cabrera, 1980), o más

recientemente las de Almagro – Gorbea y Benito – López

(1993) en el valle del Tajuña.

En 1976 destaca la publicación de la “Carta

Arqueológica de Alcalá de Henares y su partido”, llevada a

cabo por Fernández-Galiano y que ha sido de obligada

S. AZCÁRRAGA CÁMARA / El inicio de la romanización en la región madrileña: nuevas perspectivas para la investigación 325

referencia hasta la reciente realización de la “Carta

Arqueológica de la Comunidad de Madrid”.

El aumento de la preocupación por las investigaciones

arqueológicas en la Comunidad de Madrid se constata a tra-

vés de la celebración de varias jornadas y exposiciones en

la capital a finales de los 70 y en los años 80. El primer hito

en este sentido fueron las “Jornadas de estudios sobre la

provincia de Madrid”, las primeras celebradas en 1979

donde, aunque se trataron diversos temas, destacan algu-

nas intervenciones referentes a la arqueología madrileña

como la de Mariné sobre “Las vías romanas en la provincia

de Madrid”, la de Lucas y Blasco acerca de las

“Excavaciones arqueológicas en la Torrecilla” o la de Priego

y Quero sobre prospecciones y excavaciones del IAM. Las

“II Jornadas de estudios sobre la provincia de Madrid” fueron

celebradas en 1980. En ellas hay que destacar la ponencia

de Blasco, Alonso y Valiente que hablaron de la Edad del

Hierro en la provincia, así como la de Muñoz que se dedicó

al castro de la Dehesa de la Oliva II o la de Arce que habló

de la presencia romana, por poner algunos ejemplos.

En estos momentos comenzaban a destacar también

otros investigadores como Abascal, cuyos estudios se cen-

traron principalmente en el mundo romano y en su mayoría

dentro de los límites de la Carpetania con obras dedicadas,

entre otros temas, a las vías de comunicación romanas en

Guadalajara (1982) o a la cerámica romana de tradición

indígena (1986).

En 1983 se publicó el “Homenaje al profesor Martín

Almagro Basch” donde se realizó un estudio de la Edad del

Hierro en la provincia de Madrid (Blasco y Alonso, 1983:

119-133). Unos años después se preparó una exposición

en Madrid, en la Academia de Bellas Artes de San

Fernando, con el nombre: “130 años de arqueología madri-

leña”, donde se hacía un repaso de todas las etapas pre-

históricas e históricas de nuestra comunidad. En el catálo-

go publicado Valiente se dedicó a la II Edad del Hierro

(Valiente, 1987: 122-165). En estos momentos las excava-

ciones arqueológicas sistemáticas aún no eran muy abun-

dantes, por lo que los datos que ofrece dicha publicación

no son mucho más avanzados que los que salieron a la luz

en las “Jornadas” a las que hemos aludido más arriba y que

se celebraron 7 años antes.

La labor de investigación comienza a dar sus frutos en

los años 80 a través de la realización de diversas memorias

de licenciatura y tesis doctorales, que aunque en su mayo-

ría permanecen inéditas, señalan el interés en la arqueolo-

gía carpetana. En este sentido destacan tanto la

Universidad Complutense como la Universidad Autónoma

de Madrid. Sirva como ejemplo la tesis doctoral de

Santiago Valiente leída en 1988 en la Universidad

Autónoma de Madrid, bajo el título de “La II Edad del Hierro

en el Valle Medio del Tajo” y considerada el «primer intento

de sistematización de datos arqueológicos en un área» de

la Carpetania (Urbina, 2000: 37).

Volviendo al tema de los polémicos límites de la

Carpetania en estos momentos será tratado por Caro

Baroja, que situará la frontera con los vettones entre

Talavera y Toledo (Caro Baroja, 1976: 167). Cuadrado llevó

a cabo investigaciones en esta área, afirmando que los que

habitaban en la zona de la Mancha eran los oretanos, en

contra de lo que proponía Maluquer (Cuadrado, 1976-1978:

328). Además salen a la luz algunas tesis doctorales sobre

ese tema, como la de Hernández acerca de los castros en

el occidente de la Meseta, donde propone que la frontera

de carpetanos y vettones debería desplazarse más al

oriente de lo que creía Roldán (Hernández, 1976: 382-ss.).

En los últimos años diversos investigadores se han

enfrentado al estudio de dichos límites, como Valiente y

Balmaseda (1983), González Conde (1992: 299-309) o

Blasco y Sánchez (1999: 117-151), por poner algunos

ejemplos. Como última aportación al tema resaltamos la de

Pereira y Carrobles (en este mismo volumen) a través de su

investigación sobre la necrópolis de Palomar de Pintado.

Los años 90 supusieron un avance en la investigación

prerromana en la Comunidad de Madrid, ya que se realiza-

ron diferentes excavaciones que luego se publicaron en la

serie de “Arqueología, Paleontología y Etnografía”. Como

ejemplo hay que citar las excavaciones en el Cerro de San

Antonio (Vallecas) (Blasco et alii, 1991) o las de El Llano de

la Horca (Santorcaz) (Cerdeño et alii, 1992).

Además, a partir de 1983, con la creación del Estatuto

de Autonomía de la Comunidad de Madrid y con la puesta

en vigor de la Ley de Patrimonio Histórico Español en 1985,

se afianza la protección del patrimonio y se multiplican las

excavaciones. En la Comunidad de Madrid fue relevante la

creación de la Dirección General de Patrimonio Histórico,

organismo encargado de gestionar todas las intervencio-

nes arqueológicas realizadas.

Pero en la mayoría de los casos los datos obtenidos no

salen a la luz. Sin embargo algunos yacimientos resultan

un ejemplo a seguir en la difusión de sus resultados, como

el Cerro de la Gavia (Vallecas), que contó con una exposi-

ción a la que ya hemos hecho referencia y cuya memoria

de excavación va a ser publicada en un breve espacio de

tiempo (Morín, comunicación personal). También el yaci-

miento de Arroyo Culebro (Leganés) ha llevado a cabo la

difusión de los resultados de su excavación con una expo-

sición temporal realizada en el Museo Arqueológico

326 Estudios sobre la Edad del Hierro en la Carpetania. Registro arqueológico, secuencia y territorio

Regional entre los meses de diciembre del 2001 y marzo

del 2002 (VVAA, 2001).

Actualmente existen ciertos yacimientos en la

Comunidad de Madrid en los que se vienen realizando

excavaciones prolongadas en el tiempo, que aún no han

finalizado y que nos aportan y aportarán importantes datos.

Me estoy refiriendo a Complutum, que se excava desde los

años 80 y que pasó a las competencias del Taller Escuela

de Arqueología de Alcalá de Henares. Otro ejemplo desta-

cable es El Llano de la Horca en Santorcaz, del que se

ocupa el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad

de Madrid desde el verano de 2001.

Debemos insistir en la importante labor realizada en la

Comunidad de Madrid a través de su Carta Arqueológica,

cuya fase de prospecciones terminó en 1994 y que ahora

es posible consultar. Este nuevo documento nos proporcio-

na un material de gran valor para el conocimiento, en nues-

tro caso, de la realidad protohistórica madrileña así como

de su romanización.

Como ejemplo de publicación recopilatoria más recien-

te (después de esta en la que escribimos), cabe resaltar la

del “Boletín de la Asociación de Amigos de la Arqueología”,

en el año 2000, donde de nuevo Blasco y Lucas nos hablan

de “La Edad del Hierro en la Región de Madrid” (Blasco y

Lucas, 2000: 177-196). En ese artículo ponen énfasis en la

poca investigación de la Edad del Hierro en nuestra región

debido a la escasez de yacimientos excavados sistemática-

mente y los pocos materiales publicados hasta ese

momento. Fuentes se dedica en esa publicación al estudio

de la época romana en Madrid, considerando dicha zona

como un área marginal en esos momentos (Fuentes, 2000:

197-211).

Afortunadamente, poco a poco, van saliendo a la luz

más publicaciones sobre los yacimientos prerromanos y

romanos de la región de madrileña, y más investigadores

se dedican al estudio de la Carpetania, sobre todo en la

zona de Toledo2.

Como prueba del interés y el avance de estas investiga-

ciones destaca la realización reciente, en la Universidad de

Salamanca, de la tesis doctoral de Hurtado Aguña bajo el

título: “Los territorios septentrionales del Conventus

Carthaginensis. Estudio de la romanización de la

Carpetania” (Hurtado, 1999; 2005). Además en estos

momentos se están llevando a cabo otras tesis doctorales

centradas en la romanización de este territorio, tanto en la

Universidad Complutense, como en la Universidad

Autónoma de Madrid. Estas y otras investigaciones ayuda-

rán, sin duda, a avanzar hacia el mejor conocimiento de

una realidad tan compleja como la de la romanización y en

una zona tan poco estudiada como la carpetana.

Las fuentes clásicasLa antigua Carpetania era una zona eminentemente agrí-

cola y objetivo pronto apetecible a los intereses romanos

debido a su carácter de zona de paso desde el valle del

Duero hacia la depresión del Tajo o viceversa. Funcionaba

de frontera natural y de zona de tránsito a través de los

puertos de la sierra y los valles fluviales.

Los datos referentes a la Carpetania en las fuentes anti-

guas son muy escasos, y los referidos a determinados epi-

sodios de la conquista son más reducidos, destacando tan

solo cuatro autores clásicos: Polibio (200- ca.115 a.C.), Tito

Livio (59 a.C.-17 d.C.), Apiano (s. I-II d.C.) y Plutarco (ca.

46 d.C.- ca. 120).

Tras la II Guerra Púnica, una vez vencidos los cartagi-

neses y expulsados de la Península Ibérica, Publio

Cornelio Escipión dividió en dos sus ejércitos: uno que ope-

raba al norte y en las proximidades del Ebro y el otro des-

tinado a conquistar la Baetica. En el 197 a. C. partiendo de

esta división se crean las dos provincias hispanas Citerior

y Ulterior bajo el mando de dos pretores. Pero los constan-

tes abusos de los administradores romanos que tenían

sometidos a sus súbditos a un saqueo continuo provocaron

rebeliones indígenas. En el 195 a. C. Roma, alarmada,

mandó al cónsul M. Porcio Catón con dos legiones a la

Península Ibérica. Ante esto Catón tomó medidas represi-

vas y explotó aún más a la población sometida.

Hacia el 186-185 a. C. los pretores C. Calpurnio Pisón y

L. Quintio Crispino llevaron a cabo diversas campañas en

la Carpetania para fijar la frontera norte de la provincia

Ulterior en la línea del Tajo.Tito Livio nos cuenta que dichos

pretores dirigieron varias campañas contra los carpetanos,

enfrentándose a ellos cerca de Toletum y Aebura (Tito Livio

XXXIX, 30). Los carpetanos resultan vencedores tras esta

lucha, pero la respuesta romana llegó enseguida y fue

relatada de forma exagerada por Tito Livio, ya que hace

responsable a Roma de la muerte de 35.000 carpetanos

(García y Bellido, 2004: 32). En el 181 a.C. (Tito Livio, XL,

30, 32, 33) el gobernador Fulvio Flaco lleva sus ejércitos a

la Carpetania colocando su campamento cerca de Aebura,

donde mantiene una lucha con los celtíberos, asediando

Contrebia que se rinde.

El pretor del año 180 a. C. de la Citerior fue T.

Sempronio Graco que consiguió una pacificación temporal

al no dedicarse al saqueo sistemático y al realizar pactos

S. AZCÁRRAGA CÁMARA / El inicio de la romanización en la región madrileña: nuevas perspectivas para la investigación 327

2. Dionisio Urbina está aportando importantes datos acerca delyacimiento de Villatobas y de la ocupación carpetana del entorno.

con la población. Los pactos con los territorios conquista-

dos de la Citerior fueron: prohibición de fortificar ciudades,

obligación de pagar a Roma un tributo anual, posibilidad de

que los indígenas se integrasen en el ejército romano como

tropas auxiliares y el derecho a percibir una parcela de tie-

rra. Estas medidas fueron aceptadas por los indígenas y se

mantuvo un período de paz de unos 30 años, entre el 180

y el 150 a.C. «Parece que todos los testimonios apuntan a

que los carpetanos no ejercieron demasiada resistencia y

su integración se hizo mediante pactos amistosos» (Polo,

1995-1996: 38). Pero los pesados tributos que debían

pagar (un 5% de los ingresos) y la inestabilidad de otras

regiones no conquistadas llevaron de nuevo a la guerra.

Celtíberos y lusitanos se dedican al bandolerismo sobre los

pueblos más ricos del Sur y Levante, igual que los pueblos

del norte sobre los vacceos, lo que venía bien para justifi-

car las guerras celtibéricas (154-133 a. C.) y lusitanas (154-

137 a.C.) de Roma para la conquista de estos territorios.

A partir de estos momentos Carpetania ya no vuelve a

aparecer en las fuentes como escenario de guerra sino

como lugar donde se ubican los campamentos de invierno

de las legiones, para las guerras celtibéricas. Y es que la

situación central y el macizo como frontera natural en la

Carpetania hacen de ella un territorio de gran valor estraté-

gico para asegurar el dominio romano. En este sentido des-

taca la mención de Apiano a la actuación de Lúculo contra

Cauca en defensa de los carpetanos (Apiano, Ib 50-52;

González Conde, 1987: 32; Abascal y González-Conde, en

este mismo volumen). Por tanto parece claro que los

habitantes de la Carpetania «estaban ya, a mediados del

siglo II a. C., plenamente incorporados a la causa de

Roma, como aliados a los que el ejército invasor defiende

a cambio de poder establecerse libremente en su

territorio» (Abascal y González-Conde, en este mismo

volumen).

Por tanto la Carpetania ya estaba definitivamente paci-

ficada antes del 150 a.C. y sus campos producían el sufi-

ciente cereal para abastecer a las legiones en sus cuarte-

les de invierno. Estas circunstancias favorecerían los inicios

tempranos de la romanización de la zona, momento propi-

cio éste para conocer mejor la cultura de los vencedores y

comenzar a adoptar aquellos avances o modas cerámicas

que más les convinieran.

Otro dato que nos aproxima a esta teoría sería una

pronta circulación monetaria avalada por varios tesorillos

encontrados en la Carpetania, uno en Valeria (Cuenca)

(Almagro Basch y Almagro Gorbea, 1964), otro en Driebes

(Guadalajara) (Raddatz, 1969: 210 ss.; Villaronga, 1993: 70

s.), uno más en la “Muela de Taracena” (Gil Farrés, 1980:

205-216) y el de la Cuesta del Zulema (Alcalá de Henares),

el más abundante en monedas republicanas según la noti-

cia de 1935 que hablaba de mil quinientas, aunque en el

Museo Arqueológico Nacional solo fueron entregadas 51

(Mateu y Llopis, 1940: 178-179).

Comprobamos que las fuentes clásicas nos aportan

datos que hacen pensar en una pronta pacificación de la

Carpetania, ya a mediados del siglo II a.C., momento en el

que comenzaría el proceso denominado “romanización” y

del que también existen cada vez más pruebas arqueológi-

cas como los tesorillos que hemos mencionado y otras que

veremos a continuación.

Yacimientos madrileños con cerámica de barniznegroLa pretensión de este apartado es ofrecer una visión gene-

ral y de conjunto acerca de los nuevos caminos que

comienzan a recorrerse, en la arqueología madrileña res-

pecto a los inicios de la romanización. Los datos ofrecidos

permiten hacer una propuesta prometedora de futuro en

este campo de la protohistoria3.

Las evidencias que poco a poco van saliendo a la luz en

nuestro territorio marcan los tempranos contactos con

Roma de la zona central de la Carpetania y por tanto el ini-

cio de la “romanización” en época republicana en contra de

lo que tradicionalmente se ha pensado. Hasta ahora la

escasa intervención en los yacimientos arqueológicos no

daba oportunidad a que los distintos materiales que indica-

ban los contactos con Roma en época republicana apare-

cieran. La cerámica de barniz negro, conocida mayoritaria-

mente como campaniense, es uno de ellos y puede consi-

derarse “fósil guía” del avance de Roma.

Pero con el aumento de prospecciones y excavaciones

arqueológicas se produce también un incremento en el

hallazgo de materiales con cronologías republicanas.

Hablaremos a continuación de los yacimientos de la región

de Madrid donde se ha documentado cerámica de barniz

negro procedente de diversas zonas de Italia, tanto en

superficie como en contexto estratigráfico. Con este traba-

jo pretendemos dejar constancia del actual mapa de dis-

persión de dichos yacimientos (Fig. 1) en los que deberá

investigarse en un futuro para poder sacar conclusiones

definitivas. La mayoría de estos enclaves no ha sido exca-

vado, por tanto no podemos constatar que se adoptaran

328 Estudios sobre la Edad del Hierro en la Carpetania. Registro arqueológico, secuencia y territorio

3. Debo agradecer muchas de las noticias que aquí se presentana distintos arqueólogos que trabajan en Madrid y Toledo: MiguelContreras, Antonio Dávila, Dionisio Urbina, Jorge Morín, AnaLucía Sánchez, Asunción Martín, Teresa Abades, Daniel Pérez,José Polo, Vicente Marcos Sánchez y Lorenzo Galindo

S. AZCÁRRAGA CÁMARA / El inicio de la romanización en la región madrileña: nuevas perspectivas para la investigación 329

Fig. 1. Mapa de los yacimientos en los que se ha documentado hasta ahora cerámica campaniense: 1, Dehesa de la Oliva (Patones); 2, LaHuelga (Alovera-Guadalajara); 3, El Olivar del Fresno (Fresno del Torote); 4, El Corral/El Grullo (Alcalá de Henares); 5, Villa del Val (Alcaláde Henares); 6, Fuente del Juncal (Alcalá de Henares); 7, Salto del Cura (Alcalá de Henares); 8, Polígono 25 (Alcalá de Henares); 9, Alcalála Vieja (Alcalá de Henares); 10, El Llano de la Horca (Santorcaz); 11, Cerro de la Gavia (Vallecas); 12, La Aldehuela-Salmedina (Getafe);13, P. K. 7+750 (Pinto); 14, El Baldío (Torrejón de Velasco); 15, Sotomayor (Aranjuez); 16, Titulcia; 17, Santa María (Villarejo de Salvanés).

formas de vida romanas desde el principio, pero sí pode-

mos intuir el inicio de la romanización al menos en lo refe-

rente a la cultura material, ya que la cerámica de barniz

negro parece convertirse no sólo en un mero objeto exóti-

co sino que comienza a estar cada vez más presente en

yacimientos de la II Edad del Hierro.

Los yacimientos en los que se tiene constancia desde

hace tiempo de la existencia de cerámica de barniz negro

son tan solo dos:

TitulciaEsta localidad tiene abundantes restos arqueológicos, sien-

do tradicionalmente conocido su yacimiento romano que

responde al mismo nombre. Su ubicación en la confluen-

cia entre el Tajuña y el Jarama, hace de este emplazamien-

to un lugar de interés desde la Antigüedad.

Fuidio habla de este yacimiento en su obra, refiriéndose

principalmente a los restos romanos allí encontrados (como

tejas y ladrillos además de terra sigillata y diversas inscrip-

ciones) y destacando el hallazgo de un anillo de oro roma-

no con letras inscritas (Fuidio, 1934: 92). Pero también se

refiere a diversos objetos más antiguos como un vaso cam-

paniforme, “cerámica amarilla de círculos concéntricos

rojos” o estampilladas, monedas ibéricas, etc. con lo que

concluye que era «una población primitiva y romana muy

importante» (Fuidio, 1934: 94). En 1814 el rey Fernando VII

le cambió el nombre a esta ciudad, llamada hasta entonces

Bayona de Tajuña, bien en recuerdo de la antigua cuidad

romana o bien porque veraneaba en la cercana Aranjuez y

no quería oír el nombre del lugar en el que había pasado 6

años de cautiverio, la Bayona de Francia. Existe la polémi-

ca, desde hace tiempo, de si este lugar fue o no el empla-

zamiento de la antigua Titulciam (Fernández-Galiano, 2001:

29, 30; Rodríguez Morales, 2002: 51-81; Stilow y Von

Hesberg, 2004: 205-266), debate en el que no entraremos.

El emplazamiento de la población de la II Edad del

Hierro estaba localizado en un cerro, donde existen restos

de murallas y abunda la cerámica, tanto de la II Edad del

Hierro como romana. Pérez de Barradas (1936: 79) docu-

mentó la existencia de cerámica de barniz negro campa-

niense asociada a celtibérica, lo que nos indica que la

romanización se inició aquí tempranamente en época repu-

blicana. Posteriormente han sido realizadas en este yaci-

miento otras intervenciones, empezando por una prospec-

ción llevada a cabo por Rosario Lucas Pellicer en 1971,

localizando una tumba de la II Edad del Hierro (Valiente,

1987: 130). Dicha tumba, ubicada en la ladera del cerro,

estaba constituida por una gran urna cineraria hecha a

mano, unos pequeños pomos hechos a torno, unas pinzas

de depilar de bronce y varios fragmentos más de ese mate-

rial (Blasco et alii, 1980: 52-53).

Recientemente se han realizado varias intervenciones

en la localidad4 y hasta el momento de redactar este artícu-

lo no se había documentado cerámica de barniz negro en

ellas (Polo López, comunicación personal). Una se realizó

a las afueras de la ciudad romana y se documentaron dis-

tintos silos en principio con material a mano únicamente.

En la segunda de ellas, realizada en una zona de campo

actual pero perteneciente al asentamiento romano, se

había documentado únicamente material de esa cronolo-

gía, desde la época flavia. En otra intervención realizada en

el casco histórico de la localidad se documentó tanto cerá-

mica pintada celtibérica, como jaspeada y romana de tradi-

ción indígena. Estos datos nos indican tanto la existencia

de una población carpetana como la romanización plena

del lugar.

Salto del Cura (Villalbilla)Este yacimiento se encuentra situado a una altura de 689

m s.n.m. en una peña muy escarpada. Las primeras noti-

cias que tenemos son las de Raddatz que realizó una pros-

pección en la zona del Henares a su paso por Alcalá

(Raddatz, 1957: 229-232). Veamos la descripción que hace

dicho investigador del castro, que luego Fernández-Galiano

utilizará también para la “Carta Arqueológica de Alcalá de

Henares y su Partido”: «en una peña cortada a pico (…)

hay un castro de la Edad del Hierro. Este castro tiene una

superficie de 90x50 m. y está rodeado por un terraplén

poco marcado, que parece contener un muro a juzgar por

los restos existentes en el suroeste. En el interior del cas-

tro abundan los fragmentos de cerámica típica de la Edad

del Hierro y se encontraron algunos tiestos muy grandes y

otros pintados en rojo con dibujo en semicírculo y líneas,

así como un fragmento de cerámica campaniense».

(Raddatz, 1957: 231-232). Por tanto parecía tratarse de

un asentamiento de pequeñas dimensiones, pero muy

significativo.

No existen posteriores intervenciones ni excavaciones

en dicho yacimiento (salvo las prospecciones realizadas

para la Carta Arqueológica), pero ha sido incluido en una

campaña de prospecciones bajo la dirección de

Concepción Blasco, Miguel Contreras y yo misma. Aunque

esta campaña aún no ha finalizado incluiremos aquí los

resultados preliminares referentes a este yacimiento.

330 Estudios sobre la Edad del Hierro en la Carpetania. Registro arqueológico, secuencia y territorio

4. Información que agradecemos al arqueólogo municipal de lalocalidad, José Polo López y los directores de una de las excava-ciones allí realizadas, Jorge Calvo y Teresa Abades.

El posible castro parece más grande de lo que determi-

nó Raddatz, con una Hectárea aproximadamente. Creemos

que Raddatz no introdujo en sus cálculos una zona situada

al sur y que parece que ha recibido un añadido de tierras,

probablemente tras la construcción de los chalets que

están detrás (urbanización Peñas Albas).

Debemos señalar que en nuestras prospecciones halla-

mos multitud de restos cerámicos esparcidos por toda la

superficie, destacando los materiales adscribibles a la II

Edad del Hierro, como cerámicas a torno estampilladas,

bordes “pico de ánade” (Fig. 2), cerámicas oxidantes pinta-

das con líneas rojas o la típica cerámica jaspeada. Como

materiales más destacados podemos hablar de un frag-

mento de fíbula anular hispánica (Fig. 3) y otro de lo que

hemos determinado como cerámica ática (Fig. 4).

El fragmento de fíbula de bronce pertenece a una anu-

lar hispánica, pero no podemos de momento precisar su

tipología exacta al no haberse limpiado aún y al conservar-

se sólo un fragmento del puente. González Zamora da una

cronología para este tipo de fíbulas entre el siglo V y el II a.

C., de manera general (González Zamora, 1999: 81), pero

al no poder definir el tipo concreto hacemos esta aproxima-

ción dando un abanico cronológico bastante amplio pero

que no desentona con los materiales encontrados. Por tanto

lo que tenemos claro es la adscripción del yacimiento a la II

Edad del Hierro, que comenzaría en el siglo V a.C. basán-

donos en la posible cronología de la fíbula y las cerámicas

oxidantes pintadas con bandas que «se documentan en

todos los yacimientos protohistóricos del sur y centro penin-

sular con cronologías entre los siglos V-IV a.C. y la romani-

zación» (Penedo et alii, 2002: 84). El dato del hallazgo de

cerámica campaniense por Raddatz debemos tomarlo con

reservas, teniendo en cuenta que el fragmento hallado por

nosotros es de cerámica ática5 y que este tipo de materiales

no se conocían muy bien en aquellos años, siendo especial-

mente escasos en el interior de la Meseta. Sea como fuere,

debemos tener en cuenta que la cerámica ática era un

material muy valorado por lo que perduró mucho tiempo y

pudo llegar a enlazar con la cerámica campaniense.

El conjunto cerámico representa, en general, unos

momentos antiguos de la II Edad del Hierro, con diversas

tipologías de cerámicas grises y oxidantes que están a la

espera de un estudio detallado.

S. AZCÁRRAGA CÁMARA / El inicio de la romanización en la región madrileña: nuevas perspectivas para la investigación 331

Fig. 2. Borde cerámico de “pico de ánade”.

Fig. 3. Fragmento de fíbula del Salto del Cura (Foto MuseoArqueológico Regional de la Comunidad de Madrid / MarioTorquemada).

5. Clasificación que agradecemos a Dionisio Urbina que amable-mente se molestó en observar dicho fragmento.

La importancia de este enclave también radica en el hecho

de estar muy cerca del Cerro del Viso, primer asentamien-

to de Complutum y considerado tradicionalmente oppidum

de la zona (Polo, 1995-1996: 41). Desde el Salto del Cura

se domina el valle del Henares, con el Viso y el Ecce Homo

como principales hitos en el terreno. El hallazgo de cerámi-

ca ática puede indicarnos la importancia del yacimiento al

que llegaba este tipo de material de importación.

Durante la II Edad del Hierro parece (en base a los

datos de la Carta Arqueológica y de nuestras prospeccio-

nes) que no solo existió un único núcleo de población que

luego formó la Complutum romana, sino que habría multi-

tud de asentamientos de pequeño tamaño articulados en

torno al del Cerro del Viso, entre los que figuraría el Salto

del Cura.

Ante estos datos podríamos decir que el poblamiento

del Salto del Cura fue coetáneo al del Viso durante la II

Edad del Hierro, pero que con la romanización del Cerro

del Viso su población probablemente se trasladó allí.

Los yacimientos en los que se conoce desde momentos

relativamente antiguos la existencia de cerámica de barniz

negro son muy escasos, pero en los últimos años el

panorama está cambiando. Desde los años 80 y sobre

todo en los 90 el avance en la investigación y la realización

de numerosas excavaciones en la Comunidad de Madrid

abre nuevos horizontes y hace que se multipliquen los

hallazgos.

Fuente del Juncal (Alcalá de Henares)Sobre la documentación de cerámica de barniz negro en

este lugar sólo podemos aportar la noticia de Dimas

Fernández-Galiano que en 1986 entrega su “Informe sobre

las excavaciones realizadas en la ciudad romana de

Complutum”. En dicho informe da cuenta de la realización

de varias cuadriculas en el lugar hallando en una de ellas

un fragmento de cerámica campaniense. El contexto en el

que obtuvo tal hallazgo parece responder a un nivel de

revuelto ya que habla también de fondos de cabaña, suelos

de tierra cocida y diversos materiales romanos del siglo I d.

C. Aunque este fragmento no estaba asociado a cerámica

de la II Edad del Hierro y se encontró en un nivel de revuel-

to hay que tenerlo en cuenta debido a que está inmerso en

el yacimiento de Complutum y pudo provenir de una zona

cercana.

La Aldehuela-Salmedina (Getafe)Yacimiento localizado en el valle del Manzanares y consti-

tuido por dos “fondos” con materiales de la II Edad del

Hierro. Entre esos materiales se documentó un plato gris

completo, un molino barquiforme y cerámica de barniz

negro campaniense (Valiente, 1987: 129), con lo que a falta

de excavaciones más extensas, sabemos de la asociación

de cerámica de la II Edad del Hierro con campaniense.

Sotomayor (Aranjuez)Este yacimiento está ubicado en un frente de escarpe que

da al río Tajo. Se trata de un castro de la II Edad del Hierro,

amurallado y con doble foso (Urbina, 2000). El dato del

hallazgo de cerámica de barniz negro campaniense en el

lugar se debe a las prospecciones realizadas por S.

Valiente para la realización de la Carta Arqueológica

(Urbina, comunicación personal) y recogido en una recien-

te publicación (Urbina et alii, 2005: 180).

Dehesa de la Oliva (Patones-Torrelaguna)Yacimiento ubicado en la margen derecha del Lozoya,

cerca ya del Jarama, en un cerro de la ladera sur de la

Sierra de Guadarrama. Tiene varios tramos de muralla aun-

que sólo se conserva un trazado seguro, con un espesor

total de 3.40 m.

Ha sufrido varias intervenciones arqueológicas desde los

años 50 (Cuadrado, 1991). Los datos más recientes se refie-

ren a las excavaciones realizadas en 1990 y 1991 (Montero

et alii, en este mismo volumen), en las que se documentaron

diversos materiales en su mayoría de la I Edad del Hierro,

pero en un nivel “removido” fue hallado un fragmento de

campaniense B.

En las excavaciones realizadas en los años 50 se docu-

mentó cerámica campaniense A (el fondo de una pátera)

asociada a celtibérica, lo que nos estaría indicando un tem-

332 Estudios sobre la Edad del Hierro en la Carpetania. Registro arqueológico, secuencia y territorio

Fig. 4. Fragmento de cerámica ática (Foto Museo ArqueológicoRegional de la Comunidad de Madrid / Mario Torquemada).

prano contacto con el mundo romano, que parece verse

corroborado ante el hallazgo de 1990-91.

El poblado de la II Edad del Hierro estaba localizado en

la parte más alta del cerro, pero con el tiempo necesitó de

una ampliación extendiéndose hacia la ladera y modifican-

do por tanto la línea de muralla. Las viviendas forman man-

zanas longitudinales a partir de dos calles paralelas. Las

casas estaban formadas por tres habitaciones seguidas,

siendo la central en la que solía desarrollarse la vida coti-

diana, correspondiéndose el modelo con el de las típicas

casas de los castros protohistóricos de la Meseta Sur. Los

muros son de mampostería con mortero de barro en la

parte inferior y la superior pudo realizarse de adobe. Los

techos se hicieron con troncos recubiertos y con tablas o

ramajes y unidos con multitud de clavos que se encontra-

ron en el suelo de las habitaciones. Además se encontra-

ron varios hogares y un horno en el interior de las vivien-

das. Uno de los edificios podría relacionarse con un taller

de herrería debido a la gran cantidad de objetos metálicos

encontrados, como clavos, cuchillos, fíbulas, un hacha de

hierro, etc. En cuanto a los materiales cerámicos se docu-

mentaron tanto los típicos de la II Edad del Hierro como

romanos, destacando como ya hemos dicho, el hallazgo de

un fondo de pátera campaniense en la base de un horno.

El estudio de materiales ofrece una amplia cronología que

las monedas fijan entre los siglo II a.C. y V d. C. Destacan

2 albercas o depósitos fabricados para el almacenamiento

del agua de lluvia y localizadas en dos vaguadas que cru-

zan el yacimiento. La zona que se amplió al crecer el pobla-

do no se conserva tan bien como la anterior, pero salieron

a la luz numerosos objetos claramente romanos como fíbu-

las, tijeras, etc. La ubicación primitiva del castro fue en la

zona más elevada, que con la romanización se extendió a

las laderas.

Cerro de la GaviaYacimiento situado en la margen izquierda del Manzanares,

en un punto privilegiado para su defensa y control del terri-

torio ya que está sobre un promontorio en forma de penín-

sula junto al arroyo de Las Barranquillas.

Destaca el lugar de su emplazamiento por su accesibi-

lidad a los recursos hídricos, la existencia de tierras cultiva-

bles y la explotación del bosque.

Pérez de Barradas constató en este cerro los restos de

unas estructuras defensivas a las que se asociaban mate-

riales cerámicos de la II Edad del Hierro (Pérez de

Barradas, 1929: 240-241). Además, junto con Obermaier

y Wernert, recogieron en 1919 varios útiles de sílex

tallados en ese lugar y realizaron diversas investigaciones

centradas en el paleolítico madrileño (Obermaier et alii,

1921).

Fuidio aporta también distintos datos, hablando de los

restos de un poblado y de la abundante cerámica que

encontró, sobretodo de pastas anaranjadas con decoración

pintada en círculos o bandas rojizas. También documentó

cerámica estampillada, incisa, decorada con cordones y

sigillata, aunque en menos cantidad (Fuidio, 1934: 86).

En los años 70 se realizaron prospecciones en el entor-

no, llevadas a cabo por el Instituto Arqueológico Municipal

y centradas en los materiales paleolíticos. Posteriormente

este emplazamiento ha sido muy comentado en la biblio-

grafía de los años 80 a partir de la ponencia de C. Priego

en las “II Jornadas de Estudios sobre la Provincia de

Madrid” (1980: 93-112).

Afortunadamente este cerro ha sido excavado reciente-

mente y los resultados corroboran los hallazgos de Fuidio,

añadiendo la cerámica de barniz negro campaniense al

elenco de materiales, y constatádonse un poblamiento de

la II Edad del Hierro prácticamente ininterrumpido desde el

siglo IV a.C. hasta el I d. C. Dicho poblamiento, en su

momento de más auge (finales del s. III a.C. – comienzos

del II a.C.), se extendió hacia zonas muy próximas, como el

Cerro de San Antonio y otra loma cercana (Quero et alii,

2005: 125-144).

La intervención arqueológica se llevó a cabo entre 1999

y 2004 por una empresa de arqueología madrileña ante la

construcción de la línea de alta velocidad que une Madrid

con la frontera francesa. Las intervenciones realizadas no se

reducen a la excavación de este cerro, como es de suponer,

sino que a lo largo del trazado de la vía se actuó en otros

yacimientos como el de Caserío de Perales, Casas de

Murcia y el Cerro de San Antonio (Morín et alii, 2005: 45 ss.).

El yacimiento ocupa una extensión de 0.4 Ha. y se

excavaron unos 1400 m2 centrados en el núcleo del pobla-

do y sus zonas de expansión, documentándose tres fases

constructivas consecutivas.

Entre el abundante material de la II Edad del Hierro

figura tanto la cerámica oxidante pintada con bandas o

semicírculos (Fig. 5) como la cerámica estampillada, incisa,

etc., aunque en su mayoría se trata de cerámica común,

destacando las ollas con el borde característico de “pico de

ánade”.

Se produce la pervivencia de los recipientes hechos a

mano, sobre todo los de grandes dimensiones destinados

al almacenaje que son los que suelen decorarse con

estampillas e incisiones. Una pieza excepcional fue un frag-

mento de cerámica oxidante celtibérica pintada con repre-

sentación zoomorfa.

S. AZCÁRRAGA CÁMARA / El inicio de la romanización en la región madrileña: nuevas perspectivas para la investigación 333

334 Estudios sobre la Edad del Hierro en la Carpetania. Registro arqueológico, secuencia y territorio

Fig. 5. Cerámica oxidante pintada y sin pintar del Cerro de la Gavia (AUDEMA).

Hay que destacar diversos materiales cerámicos de

producciones foráneas, como un fragmento de cerámica

ática y las de barniz negro campanienses. La cerámica

ática se localizó en los primeros niveles y aporta la crono-

logía más antigua del yacimiento. La cerámica campanien-

se (Fig. 6) está representada por 5 fragmentos, tres de los

cuales se hallaban en contexto estratigráfico y dos en nive-

les superficiales (Morín, comunicación personal). Entre las

piezas más destacadas realizadas en este material

cerámico se encuentra la lucerna clasificada como Ricci B,

con una cronología de mediados del siglo II a. C. (Fig. 7).

En cuanto a las producciones cerámicas romanas más

recientes se documentó TSH, TSHB y las vidriadas roma-

nas que aseguran el poblamiento en un sector del yaci-

miento en los siglos I y II d. C. pudiendo tratarse de una

ocupación marginal. (Urbina et alii, 2005: 185-188)

Además la cerámica pintada romana de tradición indíge-

na, denominada tipo Meseta Sur, también estaba presente,

predominando los temas decorativos de círculos, bandas o

bandas y puntos, de color rojo, marrón o negro y con engo-

bes rojos de muy buena calidad. Las formas más abundan-

tes son cuencos y platos. Probablemente pueden proceder

de los talleres de Clunia, Segóbriga y Villaverde Bajo.

Después de realizar el estudio de este yacimiento, sus

excavadores proponen que la romanización sería más tar-

día que los momentos de fabricación de la cerámica cam-

paniense ya que consideran que «las cerámicas de barniz

negro se insertan como productos exóticos en yacimientos

que conservan la forma de vida indígena, con el mismo

valor que tuvieron antes las cerámicas áticas o de barniz

rojo» (Urbina et alii, 2005: 180).

Santa María (Villarejo de Salvanés)6

Yacimiento con varias fases de ocupación desde la Edad

del Bronce al siglo XIII d. C. Destacamos el castro amura-

llado de la II Edad del Hierro ubicado en una colina amese-

tada y de unos 5500 m2 de extensión. Al pie del yacimien-

to pasaba la vía Segóbriga-Complutum. Se realizaron

diversas campañas de excavación cuyos resultados se

exponen en este monográfico (Pérez Vicente y Bueno

Moreno, en este mismo volumen), por lo que nos centrare-

mos en los datos más relevantes para nuestro estudio.

El yacimiento fue romanizado, y han sido excavadas

varias zonas de ocupación romanas, una al Norte del

Castro donde se desarrolló el urbanismo y otra en la lade-

ra Este dedicada a la producción cerámica.

En cuanto a los materiales de la II Edad del Hierro des-

taca la cerámica pintada con bandas, círculos o semicírcu-

los, etc., la jaspeada y la cerámica gris o negra estampilla-

da (esta última en menor proporción).

Fue en la campaña de 1993 en la que se documentó un

S. AZCÁRRAGA CÁMARA / El inicio de la romanización en la región madrileña: nuevas perspectivas para la investigación 335

Fig. 6. Base de cerámica campaniense del cerro de la Gavia(Fase I). (AUDEMA modificado).

Fig. 7. Lucerna Ricci B del Cerro de la Gavia (Foto MuseoArqueológico Regional de la Comunidad de Madrid / MarioTorquemada)

6. Agradecimientos a Miguel Contreras, arqueólogo que participóen alguna de las campañas de excavación y Daniel Pérez, directorde las campañas de Villarejo entre 1993 y 1999.

fragmento de cerámica campaniense A (M-1321) en la

ladera Este, zona de ocupación romana, asociada a mate-

riales carpetanos como la típica cerámica jaspeada (Pérez

Vicente, comunicación personal). Aunque se trate de mate-

rial de arrastre del castro situado en lo alto del cerro es muy

significativo ya que se puede pensar que en futuras exca-

vaciones se producirían más hallazgos de este tipo, aun-

que la cronología del yacimiento no ofrece dudas y presen-

ta una ocupación continuada que pasa por los momentos

romano-republicanos.

El Baldío (Torrejón de Velasco)Este yacimiento está ubicado en llano, cerca del arroyo

Guatén. Ha sido recientemente excavado y también es pre-

sentado en este monográfico (Martín et alii, en este volú-

men). Se ha documentado una ocupación continuada

desde la Edad del Bronce a la II Edad del Hierro.

Destacamos el hallazgo de un fragmento de barniz negro

campaniense, aunque en el nivel superficial. También salie-

ron a la luz varios fragmentos de una “copa Cástulo”, éstos

sí contextualizados, y uno de terra sigillata también en

superficie. Con estos datos podemos intuir que hubo roma-

nización, si no en el yacimiento de la II Edad del Hierro, sí

en una ubicación cercana puesto que se ha encontrado

tanto campaniense como sigillata en superficie (Martín,

comunicación personal).

El Corral / El Grullo (Alcalá de Henares)Yacimiento localizado durante los trabajos para la realiza-

ción de la Carta Arqueológica de la Comunidad de Madrid,

en cuyas prospecciones (llevadas a cabo por Antonio

Méndez y Sebastián Rascón) fue hallado un fragmento de

cerámica campaniense. Está situado en la C-100 cerca del

río Torote, y en él fueron documentados además otros

materiales romanos como sillares de caliza, tegulae, ímbri-

ces y diversa cerámica romana. Con estos datos el yaci-

miento aparece en la Carta Arqueológica como romano

republicano, imperial y tardío.

No tenemos datos acerca de la realización de interven-

ciones posteriores sobre el yacimiento, pero tenemos pro-

yectada su revisión en nuestras prospecciones.

El Olivar del Fresno (Fresno del Torote)yacimiento localizado también al realizar la Carta

Arqueológica (prospecciones realizadas por Pedro Díaz del

Río y Ana Lucía Sánchez) donde aparece adscrito cultural-

mente a la Primera y Segunda Edad del Hierro así como al

momento romano-republicano y romano-imperial. Por tanto

parece haber tenido una vida larga y continuada, contando

entre sus materiales tanto con cerámica de la Segunda

Edad del Hierro como TSH y TSHB, atestiguando incluso

algún fragmento de cerámica de barniz negro.

Villa del Val y foro de Complutum (Alcalá de Henares)Aunque se trata de una villa romana en la que su momen-

to principal de ocupación fue a finales del III d. C. tuvo tam-

bién una primera fase del siglo I d. C. aunque escasamen-

te documentada (Rascón, 1998: 112). Destacamos la per-

vivencia en ella de cerámica de barniz negro campaniense,

asociada eso sí, a terra sigillata. No se han documentado

fases anteriores de ocupación del yacimiento pero es signi-

ficativa la pervivencia de la cerámica campaniense en el

lugar. Sabemos que la zona ya estaba pacificada en

momentos republicanos, por lo que en un futuro bien podría

hallarse cerámica campaniense asociada a materiales de

la II Edad del Hierro, aunque el primer asentamiento roma-

no de Complutum se ubicó en el cerro del Viso.

Hay que añadir además que durante las excavaciones

en el foro de Complutum también se localizó algún frag-

mento de cerámica de barniz negro, asociado igualmente a

materiales romanos imperiales (Ana Lucía Sánchez, comu-

nicación personal).

Solo nos queda añadir los yacimientos madrileños en

los que más recientemente se ha localizado cerámica de

barniz negro de origen campano o de otras zonas de Italia,

de los que aportamos noticias inéditas y que completan de

manera significativa nuestro mapa de dispersión de dichos

yacimientos en la Comunidad de Madrid:

Polígono 25 (Alcalá de Henares)En la intervención llevada a cabo en 1990 por J. Ortega fue

documentada cerámica de barniz negro en una zona en la

que se hallaron dos estructuras de piedra de la II Edad del

Hierro (Ortega, 1990a; 1990b). En otra de las intervencio-

nes aquí realizadas, la del año 95-96, ubicada unos 100

metros al Oeste de la anterior, se documentaron restos

materiales y estructurales de la Primera y Segunda Edad

del Hierro así como algunas cerámicas romanas (Navarro,

1996). Tras revisar los fondos almacenados en el Museo

Arqueológico Regional referentes a esta intervención he

podido comprobar la abundancia de cerámicas jaspeadas,

pintadas con bandas y semicírculos, estampilladas, otras

de tipo Meseta Sur, además de algún fragmento de terra

sigillata y también cerámicas a mano. Por lo tanto en esta

intervención se habría documentado una ocupación conti-

nuada desde la I Edad del Hierro a la época romana.

Ambas intervenciones estarían descubriendo probable-

mente diferentes zonas de un mismo yacimiento.

336 Estudios sobre la Edad del Hierro en la Carpetania. Registro arqueológico, secuencia y territorio

Llano de la Horca (Santorcaz)Yacimiento ubicado en un gran cerro amesetado de unas

14 Hectáreas de extensión y más de 800 metros sobre el

nivel del mar. La superficie amesetada en la que se des-

arrolla la zona habitable del yacimiento tiene unas 8 hectá-

reas.

Este enclave arqueológico ha venido siendo investigado

desde 1985, año en el que Antonio Méndez realizó una

excavación de urgencia abriendo dos pequeñas catas y

documentando tanto muros como cerámica de la Segunda

Edad del Hierro y un proyectil de honda romano (Cerdeño

et alii, 1992: 133). En 1990 Mª Luisa Cerdeño, llevó a cabo

prospecciones en el entorno y una serie de sondeos (5

catas de 5 x 4 m.) en los que documentó abundante

cerámica de la Segunda Edad del Hierro tanto común

como pintada, además de dos fragmentos de campaniense

B y uno de terra sigillata hallado en superficie (Cerdeño

et alii, 1992: 156). Para Cerdeño la cerámica campaniense

pudo haber pervivido hasta el cambio de era y al fragmen-

to fábrica de terra sigillata (1992: 166). En esa campaña

también se documentaron fíbulas tipo La Tène, un broche

en omega, proyectiles de honda, una moneda ibérica y otra

romana republicana (Cerdeño et alii, 1992: 158).

Este yacimiento es actualmente uno de los pocos que

están siendo excavados de manera sistemática y alargada

en el tiempo para ser convertido en Parque Arqueológico.

Esta labor es llevada a cabo por el Museo Arqueológico

Regional7, habiéndose documentado, en el transcurso de

estas campañas arqueológicas, cerámica de barniz negro,

campaniense en su mayoría, asociada a cerámica carpeta-

na y en una cantidad representativa.

Pero la cerámica no es el único material de cronología

republicana hallado en el yacimiento, ya que se han docu-

mentado tanto monedas hispano-romanas, como ungüen-

tarios (realizados con pastas y decoraciones típicas de la

zona), pasando por varios fragmentos de ánforas vinarias.

Con estos datos se puede actualizar la teoría de Cerdeño,

ya que no se ha documentado terra sigillata ni ningún otro

material que aporte una cronología de más allá del cambio

de era.

El número de fragmentos de cerámica de barniz negro

localizados hasta el momento durante las campañas del

Museo Arqueológico Regional en el Llano de la Horca es

de 126, hallados en 7 campañas de verano consecutivas,

la última aún sin concluir en el momento de escribir el pre-

sente artículo. De los 126 fragmentos 73 se han localizado

en nivel arqueológico y el resto en niveles superficiales.

Esta cifra es muy significativa y sin duda se verá

ampliada con el avance de las excavaciones. Estamos ante

el yacimiento con más cerámica de barniz negro de la

Comunidad de Madrid y que promete unos datos interesan-

tes y novedosos en el campo de la protohistoria madrileña.

Este hecho podría estar en relación directa con el tipo de

excavación realizada ya que hasta el momento unos 2200

m2 han sido excavados y recordemos que en los sondeos

anteriores se localizó una mínima parte de material de

época republicana, representada tan sólo por 2 fragmentos

de cerámica campaniense (lo que llevaba a pensar que

pudieran ser materiales amortizados).

PintoEn el año 2005, durante los trabajos de prospección en la

carretera M-410, tramo M-413, P.K. 7 + 750 llevados a cabo

por una empresa de arqueología madrileña, documentaron

un fragmento cerámico que imitaba la campaniense junto

a un borde oxidante de la II Edad del Hierro8. Se trataba de

un galbo de cerámica oxidante, con desgrasantes muy

gruesos, de un centímetro de grosor y con una capa de bar-

niz negro sólo brillante en la cara interna. Aunque se trate

de un fragmento superficial es un dato relevante puesto

que nos estaría indicando el interés de las gentes de la

zona por un producto que ya conocían.

Alcalá la Vieja (Alcalá de Henares)Aunque este yacimiento es conocido principalmente por los

restos de época medieval y musulmana (Zozaya, 1983) el

emplazamiento privilegiado del que goza, controlando el

valle del Henares, sugiere una ocupación más antigua. Así

lo atestiguó A. Turina en 1984 al realizar excavaciones en

la puerta de la muralla, bajo cuya cimentación documentó

un muro de arenisca que apoyaba sobre el terreno natural

y con material cerámico de la Segunda Edad del Hierro

asociado (Turina, 1983; 1984; 1986). Además, en el cerro

de enfrente a Alcalá la Vieja se encuentra el despoblado

medieval en el que también fue documentada cerámica de

la II Edad del Hierro, aunque en prospección (Cristóbal,

1986).

Recientemente Ana Lucía Sánchez ha estado realizan-

do excavaciones en distintos puntos del yacimiento, docu-

mentando un fragmento de cerámica de barniz negro en un

basurero con cerámica musulmana. Se trata de un frag-

mento de galbo, con el arranque de la base. La pasta es

clara, bastante fina y decantada (Sánchez, comunicación

personal). Aunque en principio pueda extrañarnos su loca-

S. AZCÁRRAGA CÁMARA / El inicio de la romanización en la región madrileña: nuevas perspectivas para la investigación 337

7. Excavaciones dirigidas por Enrique Baquedano, GabrielaMärtens, Gonzalo Ruiz Zapatero y Miguel Contreras.8. Agradecimientos a Vicente Marcos Sánchez y Lorenzo Galindo.

lización en ese contexto sabemos, a través de las excava-

ciones de Turina, que el enclave fue ocupado en la II Edad

del Hierro. Para los romanos no dejaba de ser un punto

importante para el control del territorio aunque, hasta el

momento, no se hayan documentado estructuras de esa

época.

Perteneciente también a la Carpetania, aunque no a la

actual Comunidad de Madrid, se halla el siguiente yaci-

miento que hemos decidido incluir al enclavarse en el valle

del Henares y aportar el dato de la posible presencia de

campaniense:

La Huelga (Alovera)Yacimiento situado en llano en una terraza del río Henares

y muy próximo al límite con la Comunidad del Madrid (Fig.

1). Se conoce a través de las prospecciones llevadas a

cabo para la Carta Arqueológica y realizadas por Anselmo

Gutiérrez Moraga y Raquel Llanos Girón (citado en Dávila

en este mismo volumen). Se localizaron restos cerámicos

pertenecientes al Bronce y a la II Edad del Hierro así como

a los momentos romano-republicanos y romano-imperiales.

Entre los materiales documentados destacan cerámicas a

torno pintadas, un fragmento de barniz negro, cerámica

común romana, paredes finas, TSH y TSG.

ConclusionesDesde las investigaciones más antiguas realizadas en

torno a la arqueología protohistórica de la zona carpetana

y en concreto de la zona actual de Madrid, mucho se ha

avanzado. En un tiempo relativamente corto hemos pasado

de la creencia de Fuidio en la prácticamente inexistencia de

cultura prerromana (Fuidio, 1934: 65) a la adscripción a la

Carpetania de algunas señas culturales propias como la

cerámica jaspeada, muy extendida por la zona carpetana

pero que se encuentra también en zonas vacceas (Blasco

y Lucas, 2000a: 183).

Aunque el tránsito entre la II Edad del Hierro y la época

romana en la Carpetania es un tema que precisa de estu-

dios a fondo el panorama va siendo más favorable ya que

cada vez se hacen más esfuerzos por conocer e investigar

la protohistoria de nuestra región.

Analizando las fuentes y los datos más recientes de las

excavaciones y prospecciones de la Comunidad de Madrid

concluimos con la idea de un inicio temprano de la romani-

zación en este territorio de la antigua Carpetania, como ya

proponía P. Mena para Castilla-La Mancha en 1988.

Hemos constatado que la cerámica de barniz negro de

cronología romana-republicana se documenta cada vez en

más yacimientos de la Comunidad de Madrid. Cuanto más

se prospecta y excava más material de este tipo sale a la

luz. Por estos motivos pensamos que la escasez de mate-

rial republicano documentado se debe, en parte, a la falta

de excavaciones e intervenciones arqueológicas.

La documentación y estudio tanto de cerámicas de bar-

niz negro campaniense como de otros materiales de época

republicana será relevante en la investigación acerca de la

romanización en este territorio, investigaciones que actual-

mente están en marcha a través de diversas excavaciones

y de la realización de varias tesis doctorales en distintas

universidades madrileñas.

Aunque nuestro estudio se ha centrado en la actual

región de Madrid, en otras zonas de la Carpetania se han

documentado y siguen documentándose también cerámi-

cas de barniz negro de cronología romana-republicana,

sobre todo en el territorio de las actuales Toledo y Cuenca

(Urbina et alii, 2005: 180). En la Comunidad de Madrid el

yacimiento que más fragmentos de cerámica de este tipo

posee es El Llano de la Horca, y fuera de ella, pero dentro

de la Carpetania, donde más fragmentos han sido docu-

mentados es en Fosos de Bayona (Cuenca), sobre todo

campaniense A y C (Gras et alii, 1984: 53).

El mapa de dispersión que proponemos señala una

concentración de yacimientos importante en la zona del río

Henares, en relación directa con la fundación de la ciudad

romana más importante de la región madrileña,

Complutum y vía natural de comunicación entre las dos

mesetas a través del valle del Jalón. La mayoría de los

asentamientos con cerámica de barniz negro se encuen-

tran ubicados cerca de ríos importantes en el territorio, des-

tacando el Jarama y el Tajuña aparte ya del Henares.

La romanización «debió comenzar con la sumisión de

los carpetanos a las legiones de Roma, hecho que puede

situarse hacia mediados del siglo II a.C.» (García y Bellido,

2004: 41). Pero los datos que corroboraban esta teoría eran

hasta ahora muy escasos. Con este artículo aportamos un

mapa actualizado de dispersión de los yacimientos de la

Comunidad de Madrid en los que se ha documentado

material de época romana-republicana, sobre todo cerámi-

ca de barniz negro, y que muestra la cada vez más abun-

dante presencia de este tipo de materiales.

Habrá que esperar a los resultados de las excavaciones

que se están llevando a cabo actualmente, especialmente

las de El Llano de la Horca, ya que se trata del yacimiento

prerromano y con cronología republicana conocido más

grande de la Comunidad de Madrid y en el que más cerá-

mica de barniz negro campaniense se ha localizado (recor-

demos, más de 100 fragmentos en 7 campañas).

Afortunadamente dicho yacimiento está en proceso de

338 Estudios sobre la Edad del Hierro en la Carpetania. Registro arqueológico, secuencia y territorio

excavación y sus resultados van saliendo a la luz (Ruiz

Zapatero et alii, en este mismo volumen). No hay duda de

que en un futuro próximo El Llano de la Horca aportará

datos esclarecedores acerca de los inicios de la romaniza-

ción en la Carpetania, sobre todo a través del estudio de

sus diversos materiales republicanos, lo que podría añadir

información muy interesante. Lo mismo podemos decir del

resto de los yacimientos a los que hemos aludido, pero sin

duda es aquel el que promete resultados a priori más inte-

resantes. Parece que la tendencia en los yacimientos de la

II Edad del Hierro en la Carpetania se dirige a la documen-

tación de cada vez más materiales de época republicana, y

pensamos que con el aumento de excavaciones e investi-

gaciones estos datos podrían verse confirmados. Aunque

la presencia de cerámica de barniz negro romano-republi-

cano en los yacimientos no indique necesariamente la

romanización del lugar sí que aporta el dato de los inicios

tempranos de los contactos con Roma. Muchos de esos

yacimientos pudieron ser romanizados plenamente y en

otros casos su población pudo trasladarse a distintos

emplazamientos imperiales de la zona como Complutum

(hipótesis que sólo podría demostrarse mediante la excava-

ción arqueológica de los emplazamientos).

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