8/8/2019 Clave agustina sobre el fracaso de los dilogos en Colombia
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Clave agustina sobre el fracaso de los dilogos
Por Juan Diego Castrillon Cordovez MEP/MBA1
Resumen
Una de las perspectivas que suelen enunciarse en medio de los conflictos sociales en
Colombia es la creencia en los dilogos como un componente fundamental de un proceso
de paz. La propuesta implica una valoracin de la eficacia del lenguaje verbal para
transformar la realidad. No obstante, los dilogos ofrecen opacidades o incertidumbres que
ya haban sido advertidas desde los tiempos de Agustn de Hipona en su obra El Maestro,
que suele leerse sta como un aporte a la teora del signo, pero que puede incluirse como un
venero para la reflexin hermenutica contempornea.
Palabras Clave:
Nombre, verbo, referencia, inferencia, lingstico, extralingstico
1. Introduccin
No es comn cuestionar los dilogos como medio para la solucin de conflictos sinembargo es necesario denunciarlos, para advertir sus limitaciones evidentes en una
tradicin poltica que mientras exalta el uso de la razn ilustrada para expresar su vocacin
humanista, al mismo tiempo hace proclamas de guerra preventiva, viola los derechos
civiles y viola el derecho internacional humanitario.
Se puede argumentar la debilidad de las dinmicas de los dilogos, cuando estos se sesgan
en una fase del proceso comunicativo, predeterminado por aspectos formales. Siguiendo la
tradicin Agustina, la alternativa que se propone frente a la limitacin de los dilogos, (ocio
de la contemplacin) es la negociacin, (el nego-ocio de la predicacin) donde desde un
1 Filsofo de la Pontificia Antoniana de Roma. Especialista en Humanidades Contemporneas de la
Universidad Autnoma de Occidente. Magister en Estudios Polticos de la Universidad Javeriana. M.B.A.Universidad Icesi Cali-Tulane University New Orleans. Estudiante de Doctorado en Humanidades de laUniversidad del Valle. Profesor de tica de las Universidades Autnoma de Occidente de Cali y Javeriana deCali. Este ensayo es exploratorio de la propuesta investigativa sobre fuentes Agustinas para la HermenuticaContempornea.
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discurso contemporneo pueden diferenciarse dimensiones afectivas, referenciales e
inferenciales, que suelen escaparse del dominio logo centrista que ha caracterizado a la
modernidad.
Con la denuncia a los dilogos en cuanto expresin de civilidad, antes que descartarlos
como alternativa se propone cuestionar sus dinmicas desde una tradicin lingstica
cuanto sta ha velado la comprensin de acontecimientos fundamentales en los procesos de
negociacin, entre ellos la discrepancia de conductas que pueden enmascararse por
declaraciones de consensos2, que desconocen lgicas polivalentes.
El problema de los dilogos es que corresponden a un ethos configurado por la modernidad
desde el lenguaje, que lo ubica desde el lado instrumental o desde un sujeto trascendental(Dios, la razn universal). Corresponden a un ethos que ha dejado de ser creble desde los
fracasos del proyecto ilustrado de la modernidad, donde es intil proseguir la bsqueda de
una racionalidad y de una moralidad universales, como pretendi hacer el pensamiento
moderno3.
El problema de los dilogos es que ofrecen una comprensin insuficiente si se apoyan en el
proceso de apalabrar las cosas. Aunque de hecho se piensa en palabras, para hacer venir a
la mente los objetos mismos de los cuales las palabras son signos,4 existen signos que
pueden significar pero no son palabras5, siendo que hay significados a los cuales an no les
corresponden palabras.
Si se advierten sus fracasos, es porque se pretende denunciar la limitada comprensin del
lenguaje, que es sesgada por distintas teoras, como la lingstica, la filosofa del lenguaje,
2Este escrito cuenta como lneas de base la Teora de la Accin Comunicativa y la filosofa de San Agustn,en obras consultadas de la edicin Mign, e igualmente de GARCIA SUAREZ, Alfonso Modos de Significar:Una Introduccin temtica a la Filosofa del Lenguaje. Madrid. Tecnos. 1997. 558 pginas..3 MACINTYRE A., Tras la virtud, Barcelona,Ed. Crtica, 2004. p. 144 Cf. De Magis, I,1.1:Simul enim te credo animadvertere, etiamsi quisquam contendat, quamvis nullumedamus bonum, tamen quia ipsa verba cogitamus, nos Indus apud animum loqui, sic quoque locutione nihilaliud agere quam commonere, cum memoria cui verba inhaerent, ea revolvendo facit venire in mentem resipsasquarum signa sun verba5 Cf. De Magis, I,1.2:Nescire te arbitror non ob aliud nobis praeceptum esse ut in clausis cubiculis moremus
Math VI,6-, quo nomine significantur mentis penetralia, nisi quod Deus, ut nobis quod cupimus praestet,commemorari aut doceri nostra locutionr non quaerit
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la lgica simbolica6. Si se valora del lado instrumental del lenguaje verbal en el dilogo, su
definicin como ofrecimiento al exterior de un signo de la voluntad mediante un sonido
articulado o escrito7 nada impide que pueda abrirse la realidad a la comprensin de
significados no apalabrados.
En cuanto comunicacin verbal no es el nico modo de accin comunicativa, pero s puede
el lenguaje verbal llegar a ser vlido para limitar ambigedades y explicar formas de
comunicacin no verbal. Si se acepta que ofrece una complementariedad de lecturas entre
lo material y lo simblico, lo causal-sistmico con lo comunicativo-discursivo, tampoco es
suficiente definirlo como expresin de sentido de una subjetividad trascendental. Como lo
expresara Habermas8, la accin dramatrgica y expresiva, con las cuales las personas
muestran lo que ellas son y pretenden ser ante un pblico, son acciones que apelan a lacomprensin del sentido de las diversas situaciones, smbolos, compromisos, etc. Como
acciones adems del lenguaje verbal, teleolgicas, instrumentales y estratgicas, pueden ser
organizadas a partir de acuerdos logrados comunicativamente, orientados a obtener
eficiencia y eficacia.
Para plantear sus posibilidades de transformacin social, pueden ser vistos desde una teora
de la accin comunicativa, la cual ha de corresponder al menos a tres pretensiones:
6Como disciplinas que abordan el lenguaje como objeto de estudio, adicionalmente se puede distinguir entre:La lingstica, considerada una teora emprica descriptiva del lenguaje; la Filosofa de la lingstica que seocupa de la metodologa y alcance de las teoras de la lingstica descriptiva; y Lafilosofa del lenguaje, quetrata de dilucidar las relaciones pensamiento-lenguaje, y por medio de ellas, la naturaleza y formas del
pensamiento (del que el lenguaje es manifestacin). Es en este terreno donde ms actuacin ha habido por parte de los representantes de las ms famosas escuelas de filosofa analtica. Las dos escuelas msimportantes son las de Cambridge y la de Oxford. La de Cambridge (Anlisis del lenguaje inspirado porLudwig Wittgenstein,Bertrand Russell yGeorge Edward Moore,John Wisdom). Por su parte, la escuela deOxford ampla las perspectivas y toca el plano psquico. Personajes importantes son Gilbert Ryle y JohnLangshaw Austin. En su afn de aislar los elementos lgicos del razonamiento, crearon la pasigrafa, llamadatambin logstica o lgica simblica. Mediante un simbolismo especial se traduce el discurso en frmulas
anlogas a las matemticas, las cuales ponen de relieve las estructuras lgicas. Verhttp://plato.stanford.edu/entries/identity-indiscernible/, consultado en la web Jun 2010.7 Cf. AURELIO AGUSTN. De Magistro. Madrid. Edicin Trotta. 2003. 180 pginas. Algunas reflexionessobre el lenguaje y el ejercicio interpretativo se encuentran tambin en las obras De Doctrina Christiana,Dialctica, De Lgica y De Retrica, y en Soliloquios, Cap XI: Sobre la Verdad de las Ciencias, la Fbula y laGramtica. En Confesiones se encuentran referencias al Verbo Interior.8Para la comprensin de esta propuesta terica habra que tener en cuenta Adems de las obras Teora de laaccin comunicativa (2 tomos), Teora de la accin comunicativa. Estudios previos y complementarios,Pensamiento post metafsico, tambin los libros de Habermas, El discurso filosfico de la modernidad.Madrid y Buenos Aires, Taurus, 1989; y Conciencia moral y accin comunicativa, Barcelona, Pennsula,1986.
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http://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_del_lenguajehttp://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_de_Cambridgehttp://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_de_Cambridgehttp://es.wikipedia.org/wiki/Bertrand_Russellhttp://es.wikipedia.org/wiki/Bertrand_Russellhttp://es.wikipedia.org/wiki/George_Edward_Moorehttp://es.wikipedia.org/wiki/George_Edward_Moorehttp://es.wikipedia.org/w/index.php?title=John_Wisdom&action=edit&redlink=1http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=John_Wisdom&action=edit&redlink=1http://es.wikipedia.org/wiki/Oxfordhttp://es.wikipedia.org/wiki/Gilbert_Rylehttp://es.wikipedia.org/wiki/Gilbert_Rylehttp://es.wikipedia.org/wiki/John_Langshaw_Austinhttp://es.wikipedia.org/wiki/John_Langshaw_Austinhttp://plato.stanford.edu/entries/identity-indiscernible/http://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_del_lenguajehttp://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_de_Cambridgehttp://es.wikipedia.org/wiki/Bertrand_Russellhttp://es.wikipedia.org/wiki/George_Edward_Moorehttp://es.wikipedia.org/w/index.php?title=John_Wisdom&action=edit&redlink=1http://es.wikipedia.org/wiki/Oxfordhttp://es.wikipedia.org/wiki/Gilbert_Rylehttp://es.wikipedia.org/wiki/John_Langshaw_Austinhttp://es.wikipedia.org/wiki/John_Langshaw_Austinhttp://plato.stanford.edu/entries/identity-indiscernible/8/8/2019 Clave agustina sobre el fracaso de los dilogos en Colombia
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1. Constituirse en una teora de la racionalidad, como apertura a la comprensin de otras
culturas, desde las ciencias sociales como ciencias de la discusin, como una nueva apuesta
a la razn, donde se confronte la lgica de los argumentos, como productos de una
tradicin, la validez de unos procedimientos comunicativos en el presente, y la retrica
como proceso de entendimiento posible (Hoyos, 1996)9.
2. Superar el mero ejercicio acadmico, que trascienda la dimensin lingstica y la
dimensin hermenutica como problema de traduccin e interpretacin.
3 Conectar con el mundo de la vida, como crtica de la moralidad y de la libertad en la
sociedad a la cual se pertenece, (Habermas, 1985)10, de tal manera que se supere ladominacin del logocentrismo que sobrecarga a la razn individual de las tareas del
autoconocimiento, autodeterminacin y autocomprensin y autoconstitucin.
En orden a la discusin, la crtica a la lectura instrumental del lenguaje verbal puede
remontarse hasta el pensamiento agustino, redescubierto a partir de la traduccin en el siglo
XX a lenguas modernas que se hizo a su libro De Magistro como aportante a la teora del
lenguaje.
En clave Agustina, y tambin de la modernidad, dialogar a travs del lenguaje verbal
comporta el uso de signos acerca de las cosas como medio de enseanza. Hablar en ltima
instancia es ensear -insignare- , sobre las cosas, pues implica informar y hacer conocer,
usar seales, signos orales. El habla en este contexto es interpretacin, aunque tambin la
realidad sera interpretacin, signo de otra cosa.11 Refleja la inventiva de los hombres para
9 HOYOS V. Guillermo VARGAS G. Germn, La teora de la accin comunicativa como nuevo paradigmade investigacin en ciencias sociales: las ciencias de la discusin ICFES. Programa de especializacin enTeora, Mtodos y Tcnica de Investigacin Social. 1996. Arfo Editores. Bogot. Pg 21110 HABERMAS, J. Conciencia Moral y Accin Comunicativa. Barcelona, Pennsula, 1985, pg. 24. En estesentido ha afirmado J.Habermas que pensadores revolucionarios en las ciencias sociales como Freud, Marx,Durkheim, Mead, Weber, Piaget y Chomsky "han introducido, si la expresin ha de tener algn sentido, un
pensamiento genuinamente filosfico11 No hay que ir a Nietzsche para plantear que no hay hechos brutos sino interpretaciones. En la msticaagustina y franciscana -San Buenaventura, Itinerarium Mentis in Deo- se plantea que las cosas son comovestigios de la suma verdad. La naturaleza expresa mediante signos vestigios- una intencionalidad superior.El sentido etimolgico del trmino in-vestigare-, es ir tras los vestigios.
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progresar, define la caracterstica diferenciadora, social y comunicativa de valores del
hombre12.
Para abrir el espectro de la comprensin, debiera valorarse tanto la forma contemplativa,
teortica, (ocio de la contemplacin) como otras dinmicas, que se podran relacionar como
el negocio, (Lt.nego-otium) de la predicacin, traducible hoy como la performatividad.
1. Los dilogos como escenarios limitados al lenguaje verbal
Los dilogos comprometen el reconocimiento de una interlocucin. Quien habla pretende
significar, usa signos, ensea, implica el reconocimiento de la alteridad. El dilogocompromete las diferencias entre los actores.
Considerando los dilogos como espacios de encuentro entre actores diversos mediado por
el lenguaje, dada una pluralidad que necesita construir comunidad mediante acuerdos, una
primera limitacin que puede advertirse es el sobre- dimensionamiento de su funcin
referencial, explicativa y comprensiva.
La exaltacin de la experiencia dia-lgica lo que puede conducir es al desconocimiento o a
la subvaloracin de otros aspectos de la experiencia humana que discurren de manera
latente, que no hacen parte del dominio del lenguaje verbal y por los cuales tambin ocurre
el dilogo.
Cmo explicarnos y como comprendernos mejor cuando somos tan diversos? Cmo
entendernos de modo que mantengamos la particularidad y podamos encontrarnos en
planos de generalidad o de universalidad? Si se circunscribe el mbito del lenguaje, es el
problema de los modos de significar, acerca de cmo se hacen entender los actores en un
escenario para garantizar un orden mnimo donde los diferentes se puedan reconocer.
12 ARISTTELES, en Poltica 1253 A, ampla los alcances del enunciado del hombre en cuanto animalracional: La palabra es para manifestar lo conveniente y lo daoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo delhombre, frente a los dems animales Al tener l solo, el sentido del bien y del mal, de los justo y de loinjusto, etc, y la comunidad de estas cosas es lo que constituye la casa y la ciudad
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Puede entenderse por modos de significar, el conjunto de sentidos atribuidos a trminos
del lenguaje en el dilogo, en la consideracin de la palabra como vehculo para el
conocimiento.
En el dilogo necesariamente mediado por el lenguaje, hay aspectos que temporalmente no
son explicables desde un determinado manejo racional, particularmente porque existen
diversas racionalidades.
Un breve ejemplo de la historia colombiana: Dos actores en conflicto se sientan y discuten
inicialmente si se ha de buscar o n de un dilogo entre iguales, cuando primero lo que
requieren aceptar es que son diferentes. Si persisten las dificultades en aceptar al otro sinanular sus particularidades, una opcin que suele proponerse es el dilogo racional, aunque
manejan diversas racionalidades. Intentan un acuerdo sobre lo fundamental, que suele
partir del reconocimiento de la vida humana con un valor en s misma, con unos derechos
humanos mnimos, universales, aunque pueden quedar aspectos de frontera que no
corresponden a un lenguaje comn y que adems de corresponder a distintas
racionalidades, son performativas.
Luego de superada la instancia del reconocimiento de la diversidad y de la igualdad en la
condicin humana y en el ejercicio de derechos fundamentales, el dilogo se realiza en
trminos del lenguaje. No nos detendremos aqu en las posibilidades de anlisis en cuanto
accin comunicativa porque se desborda el propsito de este escrito. En cuanto espacio de
encuentro, es un espacio linggico el trmino lingagico es del filsofo colombiano
Carlos B. Gutirrez, retomado por el filsofo canadiense Jean Grondin, significa que el
quehacer (Lt. agire) es con el lenguaje-. Es adems un espacio de asimetras, que se
muestran no slo entre las palabras de los dialogantes ante las cosas y las acciones, sino
entre las palabras de cada interlocutor con su entorno acerca de las cosas y las acciones.
Las limitaciones del lenguaje como se propone a continuacin, tienen que ver con 4 modos
de asimetra:
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Predominio del interlocutor sobre la locucin. Porque se le de ms peso
al hablante que a lo dicho (Sera mejor hablar con un presidente que con su
ministro). El argumento de autoridad suele imponerse sobre la fuerza de la razn,
respaldada por otros mecanismos de presin.
Predominio del interlocutor sobre las acciones. Porque las acciones
pueden ser negadas (El gobierno no ha ordenado la eliminacin de lderes
opositores de la Unin Patritica). Se rechaza lo dicho, se niega la accin, pero no
se puede negar que hay un interlocutor, as este niegue la accin.
Predominio de los significados construidos desde fuera. Dadas las
determinantes externas del dilogo, es prioritario el carcter social del significado,
frente al carcter individual, o de contextualizacin particular de los interlocutores
que representan sectores en conflicto. El lenguaje de por si no predomina, ni las
acciones en s mismas sino en cuanto que sean significativos. Es el caso del
lenguaje matemtico, cuyo significado es una construccin social y no depende de
casos particulares. Es tambin el caso de la poltica colombiana, para la
denominacin de hechos que deben consultar un lenguaje comn. (Lo nuestro no
es conflicto interno como lo define la comunidad internacional, aunqueinternamente reconocemos el conflicto porque aceptamos que hay vctimas del
desplazamiento forzoso).
Predominio de la generalidad del uso de los signos frente a la
particularidad del uso de las palabras. (Los signos con los cuales se expres el
ataque al campamento guerrillero de Ral Reyes, frente a los anlisis de los
presidentes de Venezuela, Ecuador y Colombia). El lenguaje que resuena
externamente (reverberatio, de Lt. verbum)13 como medio de allegar a la verdad
corresponde parcialmente a la generalidad de los signos emitidos.
13 Cf. AGUSTIN De Magistro.7.20: Alia quippe de causa verba, et alia nomina nuncupari, satis probabiliter disputatum est. Siquidem alterum horum ad auris verberationem, alterum ad animi
conmmemorationem notandam esse competerum, vel ex hoc intelligi potest, quod in loquendo rectissimedicimus, Quod est huic rei nomen, rem memoriae mandare cupientes, Quod est autem huic rei verbum, dicere
non solemus.
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Dadas estas asimetras, la fuerza de la solucin a los conflictos no puede recaer
exclusivamente en el giro lingstico (vuelta al lenguaje formal), en el ejercicio
argumentativo, la accin comunicativa, ni al ilusorio desarrollo de un lenguaje consensual
con rigor explicativo y comprensivo, pues como est visto son determinantes los actores,
las acciones y los significados que desbordan los enunciados lingsticos, puesto que los
modos de significar entre los actores en conflicto no son slo lingsticos, como ciertos
sistemas de rituales y de creencias que no suelen someterse al escrutinio de la razn. Si el
dilogo es lingstico, la interaccin desborda el lenguaje verbal o escrito, la interaccin
requiere adems del dilogo, la negociacin, el nego-ocio entre diversos actores y formas
de praxis poltica humana, preferible al dilogo cuando es una expresin del ejercicio
terico, al ocio.
Las limitaciones del dilogo son extra-lingsticas. Los afectos, las preferencias, las
creencias, ofrecen caminos propios, no racionales, no verbales. Aunque se pueda advertir
las huellas de la razn en el orden de las cosas14 no todo puede incluirse en los cuadros
racionales forjados por nuestro espritu ni reducirse a un orden claro15. No se trata de
establecer una ruptura o separacin entre la racionalidad y la vida, sino de reconocer que la
vida humana no reposa exclusivamente en enunciados racionales. No se trata de aminorar el
logos sino reconocer el potencial de los afectos. La verdad no es logro del puro esfuerzo
especulativo, sino del hombre completo. El amor no es el entendimiento, ni el
entendimiento es la memoria16.
2. Importancia del lenguaje formal
En este contexto, es importante hacer una valoracin de la propuesta del giro lingstico
asumida por la filosofa contempornea, a partir del dictum de Wittgenstein sobre la
existencia de conflictos argumentativos que enuncian proposiciones insensatas con
trminos sin referentes, como subproducto de simples confusiones conceptuales, por un uso
inapropiado del lenguaje.
14 Cf. AURELIO AGUSTN,De Ordine II,1115 Cf. O. C. II,8,2516 Cf. AGUSTIN, De Trinitas. IX, 5.,8: PL 42,965.
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Hay varios problemas con relacin al lenguaje, segn advierte Bertrand Russell en el
prlogo que escribi al libro de Wittgenstein en su Tractatus Logicus Philosophicus,17. Si
se trata de establecer qu ocurre en la mente cuando se tiene la intencin de significar algo
con el lenguaje, es un problema que pertenece a la psicologa. Si se trata de la relacin
existente entre pensamientos, palabras y proposiciones y aquello a lo que se refieren o
significan, este problema pertenece a la epistemologa. En tercer lugar est el problema de
usar las proposiciones, de tal modo que expresen la verdad antes que la falsedad; esto
pertenece a las ciencias especiales que tratan de las materias propias de las proposiciones
-en cuestin. Finalmente, si trata de la relacin debe haber entre un hecho (una
proposicin, por ejemplo) y otro hecho para que el primero sea capaz de ser un smbolo del
segundo, es una cuestin lgica y es precisamente la nica que ocupa a Wittgenstein en su
Tractatus Logicus Philosophicus, con el cual estudia las condiciones de un simbolismocorrecto, es decir, un simbolismo en el cual una proposicin signifique algo
suficientemente definido.
El dictum de Wittgenstein seala que filosofa se compone de pseudo-problemas, de meros
enredos conceptuales. Los problemas filosficos estn directamente vinculados al lenguaje.
Si surgen problemas filosficos ello se deber a alguna clase de malentendido del cmo
opera el simbolismo correspondiente, segn el planteamiento bsico de la filosofa
analtica.
Con este planteamiento, el propsito central de Wittgenstein es diferenciar aquello que
puede ser dicho mediante proposiciones de aquello que no puede ser dicho mediante ellas,
sino solamente mostrado, lo cual es el problema cardinal de la filosofa18.
Para entendernos la alternativa es definir un lenguaje con rigor formal. El llamado a la
precisin el uso de los trminos ha ido ganando terreno, ha sido ms fructfero en las
nuevas disciplinas que se muestran como sistemas lgicos que requieren permanente
revisin para evitar la tendencia al desorden, que transparenten las relaciones entre
expresiones, pensamientos y realidad.
17 Cf. WITTGENSTEIN, Tractatus Logicus-Philosophicus. 4.003-4.11218 Cf.ASCOMBE, G.E.M: An Introduction to Wittgensteins Tractatus, University of Pensilvannia Press1971, p. 161.
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En medio del pluralismo, la lgica ofrece un modo de significar. Otros modos los ofrece la
semntica, la gramtica, la retrica y la teora de la argumentacin. Tambin pueden
considerarse modos de significar, en general las disciplinas filosficas relacionadas con la
concepcin del universo (ontologas, cosmologas), con los modos valorativos tericos
(epistemologas) y con los modos valorativos prcticos (tica, axiologa y sistemas
religiosos)19.
En el plano estrictamente lingstico, se puede precisar un sentido adicional de asimetra20,
reflejada en el caso de una oracin: Yo no orden las interceptaciones telefnicas a mis
opositores. El valor negativo depende de la negacin del verbo, no de la negacin del
sujeto, es decir que el valor sustancial, substantivo de la oracin estara en el sujeto, elcual no se puede negar21.
Ante dos trminos en una construccin lingstica, cada uno de esos trminos desempea
un diferente papel significativo22. El enunciado incluye un nombre que efectivamente
nombra y un verbo que expresa una accin en el tiempo. El modo de negar lo afirmado en
la oracin es mediante la negacin del verbo. La fuerza predicativa se identifica en el uso
del verbo la cual es la que se afirma o se niega para establecer la verdad. Para establecer la
verdad de lo afirmado o lo negado, habra que evitar el error de confundir en cualquier
discurso, aquello sobre lo que se habla con lo que se dice sobre eso, lo que se predica, el
predicado.19 Cf. HESSEN, Johannes. Teora del Conocimiento. Ed. Losada. Trad Jos Gaos. 1987 82 p. En laintroduccin de este libro se ofrece una caracterizacin de los objetos fundamentales del saber filosfico:Cosmovisin, valores tericos y valores prcticos.20Estas relaciones han sido abordadas por la gramtica, la semntica y la lingstica. Aunque la filosofa dellenguaje no se identifica totalmente con estas disciplinas, comparte con ellas el cuestionamiento a lanaturaleza y los usos del lenguaje. Los temas de la filosofa del lenguaje, con base en la tradicin griega, sedesarrollaron entre los nominalistas y conceptualistas de la edad media (Ockam, Scoto), ycontemporneamente, en el anlisis del significado basado en categoras contextualizadas socioculturalmente.21 Por ejemplo, dada la oracin El presidente quiere la guerra su negacin es El presidente no quiere laguerra: La negacin se aplica del lado del verbo. Decir el no presidente carece de sentido.22 Para no excluir prematuramente un enfoque, se puede plantear que se trata de los modos de significar deuna determinada construccin del lenguaje, o expresin lingstica, donde figura un nombre y un verbo.Ese es el planteo original de la discusin. Si se designa como enunciado, frase, definicin, juicio,raciocinio, ya se est optando por un horizonte de modos de significar, ya se estn cerrandoanticipadamente posibilidades de anlisis, limitndose la comprensin. Se puede distinguir adems el trminolingstico, frente al de lingjico, para referirse de manera general a usos del lenguaje. El profesor CarlosB. Gutirrez introdujo en la lengua espaola el adjetivo lingjico. Cf. GRONDIN, Jean El girohermenutico en Amrica Latina. Ed. Universidad del Valle, Cali Septiembre 2009
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En orden prctico, en el dilogo de paz, es posible negar las acciones, definidas
gramaticalmente como verbo, pero no es posible negar gramaticalmente el nombre.
Podemos negar que un presidente vecino apoye al terrorismo. Pero no podemos negar que
exista el presidente vecino. Podemos negar una accin pero no podemos hablar de un no
nombre. Se podrn negar sus acciones, pero n al interlocutor existente, (Lt. ex - stare) el
que est ah afuera. Tampoco se puede negar su nombre que expresa su existencia. Si se
puede negar algo de un sujeto, pero esta parte negada de la oracin es lo que se llama
gramaticalmente el verbo. La construccin lingstica puede ser negativa, su sujeto no. El
otro requiere ser reconocido como interlocutor.
Esto es una aplicacin prctica de la asimetra entre el nombre y el verbo, el sujeto y el predicado, que amerita una reflexin ms detallada con una breve recuperacin de
desarrollos relativamente recientes, de la filosofa del lenguaje23.
Para Frege24, una de las partes de un pensamiento debe ser predicativa; de otro modo no
ensamblaran. Sin embargo, advierte que la distincingramatical entresujeto/predicado/ no
est bien fundada y propone substituirla por la distincin objeto/funcin. Todo es, o un
objeto (a nivel lgico corresponden nombres propios, concretos o abstractos, como los
tridimensionales ordinarios, los nmeros, los valores de verdad) o una funcin (referentes
de los trminos generales, propiedades, relaciones), pero no ambas cosas a la vez. A su
23 La distincin evita el error detectado por Platn en su dilogo El Sofista, Si ante la frase Teeteto-vuela, no distingo entre aquello de que hablo (Teeteto) y lo que de l digo (que vuela), es decir, si nodistingo entre sujeto y predicado o entre referencia y sentido, entonces no puedo establecer la verdad, nohablo de Teeteto sino de Teeteto-volador. Afirmar o negar algo con verdad o falsedad, es negar el verbo,diferenciado del nombre, donde el nombre (noma, en transliteracin del Griego) se refiere y es distinto a lacosa nombrada, y el verbo (reema, en transliteracin del Griego) es la accin que se predica del nombre y que
por tanto es el predicado. Platn denuncia a los sofistas por su confusin entre el nombre de las cosas de quehablamos y lo que decimos de las cosas, referencia y sentido, sujeto y predicado. La crtica a los sofistas,condujo al planteamiento de una la estructura predicativa del lenguaje.El problema que Platn le plantea a la sofstica es que la diferencia entre nombre y verbo es una condicin
para poder establecer el error. Sobre esta base de establecer cundo una interpretacin es verdadera, desarrollaAristteles su Peri Hermeneia. En esta obra, Aristteles sigue a Platn distinguiendo entre nombre (onoma) ylo que se predica de l, (reema). La tesis que expone es que en la combinacin mnima susceptible de verdado falsedad es la oracin enunciativa o declarativa (logos apofntiks) e la que el predicado o verbo afirma oniega algo de algo, el nombre o sujeto. Como Platn, Aristteles distingue el verbo del nombre porque tienetiempo y puede ser negado.24 CF FREGE, Gottllob, Conceptografa: Los Fundamentos de la Aritmtica y otros Estudios Filosficos.Traduccin de Hugo Padilla. Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Instituto de investigacionesfilosficas. 1972. Pag 3-18
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turno, las funciones lingsticas son en dos direcciones; en primer lugar, los signos de
igualdad25y desigualdad entre los operadores, que contribuyen a crear una funcin: adems
se incluye el conjunto de entidades que pueden aparecer como argumentos y como valores,
admitiendo todo tipo de objetos y no solo nmeros.
Este enfoque que considera que es al negar el predicado cuando se obtiene la negacin de la
proposicin, es conocido como el Criterio de la Negabilidad. Contemporneamente, Peter
Strawson y Peter Geach han denominado a esta distincin como la asimetra entre sujeto y
predicado con respecto a la negacin.
Para Strawson26, la expresin predicado comporta una proposicin27 con la cual podemos
decir algo que lo diferencia de una mera lista. As, el predicado funciona como cementoproposicional y hace de la proposicin una unidad y no una mera lista . A esto le llama el
Criterio Asertrico28oProposicional. Lo complementa con el Criterio de Componibilidad:
no slo podemos formar trminos predicados negativos, tambin podemos formar trminos
predicados compuestos.
Por otra parte puede distinguirse el Criterio deUnicidad vs. Pluralidad de Aplicacin: Un
trmino comn es definido como aquel que por naturaleza puede predicarse de varios. Un
trmino singular es el que por naturaleza puede predicarse de una sola cosa. Esta distincin
aristotlica y medieval entre trminos singulares y trminos generales se haca sobre la base
25En Frege aparece como una nocin lgica primitiva, esto es indefinible, ni propiedad ni relacin, que tratade explicar desde las categoras de sentido y referencia. Si se habla de identidad (a=b), lo que se
pretende decir no es que son objetos o signos idnticos o que tengan las mismas propiedades, sino que lossignos tienen diferentes sentidos pero la misma referencia. Sin embargo puede distinguirse enunciados deidentidad, donde el es anticipa lo constitutivo de la identidad. Ej. Este hombre es animal racional. El esque anticipa lo que est compuesto de la misma materia. Este hombre es de carne y hueso. La identidad serauna propiedad. Por otra parte, el es tambin puede ser un anticipo de lo predicativo no necesariamenteconstitutivo de identidad de manera esencialista. Ej. Este hombre es ciudadano del universo. En este sentido,la identidad es una relacin.26 Cf. STRAWSON, P. F. Sobre el Referir en Valds Villanueva, L. (comp.).La bsqueda del significado.Tecnos, Madrid, 199127 Segn Garca Surez, la expresin el estilo asertrico da a entender que la posicin de Strawson es que el
predicado contiene la fuerza asertiva. Esto sera confundir la predicacin con la asercin.28 Cf. FREGE, G. (1891) Funcin y concepto. Traduccin de Funktion und Begriff, Jena, 1891, por L.M.Valds Villanueva, includa en su compilacin: Frege,Ensayos de semntica y filosofa de la lgica, Madrid,Tecnos, 1998. (Hay otras traducciones utilizables).
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de la unicidad o pluralidad de aplicacin de los trminos29. El problema lo aborda tambin
desde enfoques como la Retrica, La Gramtica, y la Dialctica.30
Recapitulando la reflexin que haba realizado la filosofa antigua, ya Aurelio Agustn
haba analizado los usos del lenguaje, como medio para llegar a la verdad, pero no se le
escap hacer un cuestionamiento de las posibilidades limitadas del lenguaje para la
comprensin de verdades estrictamente histricas-31.
La limitacin del lenguaje tiene tambin que ver con los modos de racionalidad sino con el
desbordamiento de lo emocional, que cierras las puertas a la posibilidad de dar una
justificacin racional de la moralidad objetiva. Seala MacIntyre en Tras la Virtud, que "el
yo peculiarmente moderno", el "yo emotivista", cuando alcanz la soberana en su propiodominio, perdi los lmites tradicionales que le haban proporcionado una identidad social y
un proyecto de vida humana ordenado a un fin dado32.Lo anterior significa que en procesos de dilogo no se trata de negar la eficacia de la accin
lingstica, sino de afirmar que existen otras acciones, sin palabras, entre ellas las
emociones, que inciden en el proceso de dilogo y que son significativas. Hay necesidad
tambin de afirmar que hay significados para los cuales no hay palabras sino que se trata de
vivencias complejas.
Se requiere atencin a los hechos algunos de ellos inefables. El dolor de los secuestrados y
de los rehenes, el estallido de una mina antipersona, por ejemplo, no pueden ser descritos
verbalmente en toda su complejidad, pero tampoco pueden conducir a su desconocimiento.
29 Agustn se presenta a s mismo como traductor de Aristteles y de otros autores griegos. Ver en CategoriaeDecem Ex Aristotele-Decerpatae ( Mign, LT. En el Cap XXII se refiere a la obra de Aristteles y de otrosautores clsicos de la filosofa: ..ad utilitaten tuam ad graeco in latinum convertimus. Sin embargo, en De
Vida Beatae, confiesa que ha ledo muy poco la obra de Platn.30 La distincin entre el nombre y el verbo ya estaba propuesta Agustn de Hipona en su obra sobre lasCategoras Aristotlicas:. Cap. I.Itaque solas orationis partes, auctore Aristotele, nomen et verbumdebemus accipere Nomen manque personam demonstrat, verbum quid quisque faciat patiaturve. EnConfesiones va a distinguir en cuanto Verbum un Verbum interior con el cual se puede acceder a launiversalidad, y que est antes de todo lenguaje. Por otra parte, hay otras consideraciones sobre el Verbo enlos 5 primeros captulos de en Principia Dialecticae, los temas son Sobre las palabras y oraciones simples.Palabras complejas.31
Sobre los usos del lenguaje, No debemos de hecho tener fe sino comenzar a tener inteligencia de la
verdad, dice Aurelio Agustn en el dilogo Cf. De Magistro.14.4632 Cf. MACINTYRE, Tras la Virtud. Obra citada.
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Hechos, no palabras Era la expresin paradjica de las viejas escuelas retricas. Para
comprender la alternativa extra lingustica, en trminos de la filosofa del lenguaje
contemporneo, es necesario recuperar la distincin entre las cosas y las palabras, la
referencia y la predicacin, que no se limitan a la naturaleza gramatical de los trminos.
En esta perspectiva se requiere moderar las expectativas logo centristas frente a los usos
lingsticos, entre otras cosas, porque el lenguaje moral contemporneo est en
grave estado de desorden, como plantea Alasdair Macentyre, en Tras la
Virtud. Y agrega: Lo que poseemos son fragmentos de un esquema conceptual, partes a las
que ahora faltan los contextos de los que derivaba su significado. Poseemos, en efecto,
simulacros de moral, continuamos usando muchas de las expresiones clave. Pero hemos
perdido en gran parte, si no enteramente- nuestra comprensin, tanto terica comoprctica, de la moral 33.
Sin descartar aspiraciones a una comunicacin ideal mediante la cual se logren una
comprensin o entendimiento reciproco entre los participantes en el dilogo, lejos de toda
idealizacin, es necesario puntualizar que si bien han sido extraordinarios los avances de la
modernidad en trminos de instrumentalizacin del lenguaje, ste desde ideologas ilusorias
ha servido para legitimar convicciones, que, aunque pretendan estar libres de alguna
restriccin, se sustentan en creencias falsas, como plantea Habermas en su critica a la idea
del poder como consenso.
3. Teoras de la Referencia y de la Relevancia
Ante un ciudadano atado con cadenas a un rbol durante 12 aos, el problema no es si sea
conveniente llamarlo retenido, rehn o secuestrado. No basta con pretender distinciones
entre izquierdista y derechista. Es necesario hacer referencia crtica a factores externos al
sujeto que designa el hecho. Las distinciones anteriores ponen de presente la necesidad de
una teora referencial34.
33 Cf MACENTYRE, A., Tras la virtud, Barcelona, Crtica, p. 1434 Cf. FREGE, G. Sobre sentido y referencia en Valds Villanueva, L. (comp.). La bsqueda del
significado. Tecnos, Madrid, 1991.
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Una teora referencialista del significado puede plantear que una proposicin no tiene
significado, tiene sentido; un nombre no tiene sentido, tiene significado, y su significado es
precisamente el objeto que el nombre representa. Por lo tanto se puede considerar
(Putnam 1975)35 que socialmente se determina tanto la intensin (significado) de un
trmino, como la extensin del trmino. La comunidad lingstica tiene un papel en la
determinacin del significado de las palabras y el contenido de las creencias. De acuerdo
con este externalismo semntico los significados de las palabras y los contenidos de los
pensamientos dependen de factores externos al sujeto, de factores que no pueden ser
caracterizados sin mencin del entorno en que el sujeto est inserto. Lo que se cree es
intrnsecamente dependiente del entorno. A esta posicin, externalista, se opone el
internalismo, en el cual los pensamientos y los significados deben ser caracterizados sinhacer referencia a tales factores externos al sujeto36. Sin embargo, hay objetos, hay
acciones, hay fenmenos, que no tienen nombre. Hay cosas que aunque no puedo decir,
estn dentro de mi mundo. Y significan, y duelen.
Es que socialmente es repudiable negar el deber de observancia de los derechos humanos.
Pero no basta con negar el deber. Y ha sido la dinmica del reconocimiento de eventos
repudiables lo que pone de manifiesto una evolucin del planteamiento de tres generaciones
de formulacin de los derechos humanos, a partir del reconocimiento de los derechos
individuales. De lo que no se ha podido hablar con precisin, cuando se tienen significados
pero no las palabras significantes, antes que el silencio ha originado ejercicios correctivos
de enunciacin de proposiciones.
35 CF. PUTNAM, Hillary. The meaning of "meaning", incluido en Language, Mind and Knowledge.Minnesota Studies in the Philosophy of Science, vol. 7, ed. Keith Gunderson (Minneapolis: University ofMinnesota Press, 1975), pp. 131-193. Repr. en Mind, Language and Reality (1975), pp. 215-271. Vertido alespaol como El significado de "significado" en la revista Teorema, vol. XIV/3-4, versin incluida enVALDES, L. (Ed.): La bsqueda del significado, Tecnos, Madrid (1991). Ver tambin. Putnam, H. (1981)
Razn, verdad e historia, cap. 2 Madrid, Tecnos.36 Explica Garca Suarez (O:C) que el internismo se apoya en slidas intuiciones. Una motivacin para elinternismo tiene que ver con los requisitos de la explicacin de la accin. Por ejemplo, cuando se apela unaexpresin ostensiva y sealo que esa gota de agua es incolora, la explicacin apela a mi creencia en que ahhay una gota de agua. An tratndose de una persona que no ve la gota de agua, podra expresar una creenciasincera aunque errnea. Negarle esa creencia es negar que tengamos autoridad de primera persona sobre loscontenidos de nuestras creencias
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Por otra parte, se requiere explicar no slo la interpretacin de expresiones individuales en
contexto sino tambin los efectos estilsticos, incluyendo la irona y la metfora como
seala la teora de la relevancia de (Sperber y Wilson,1986)37. Plantear que si no se not la
entrada de millones de dlares a una campaa presidencial equivale a decir que no se nota
la entrada de un elefante a la propia casa, constituye una metfora cuya interpretacin no
requiere nada distinto de lo que se necesita para la interpretacin ordinaria. La
interpretacin pragmtica es una cuestin psicolgica que involucra cmputos inferenciales
realizados por representaciones mentales, gobernados por un nico principio cognitivo (el
principio de relevancia).
Este enfoque supone una concepcin modular de la mente y sostiene la distincin entre
representaciones y cmputos de orden lingstico y representaciones y cmputos nolingsticos. La comunicacin se describe como un proceso ostensivo-inferencial, basado
en los conceptos de ostensin (la seal de que el hablante tiene algo que comunicar) e
inferencia (el proceso lgico por el cual el interlocutor deriva significado).
Los hablantes son capaces de acceder a interpretaciones adecuadas sobre los significados de
las expresiones, puesto que pueden restringir el nmero de inferencias habilitadas gracias al
principio de la relevancia. Este reza: cada acto de comunicacin ostensiva comunica la
presuncin de su ptima relevancia, entre un conjunto de suposiciones.
De acuerdo con la teora de la relevancia la respuesta radica en que prestamos atencin a la
informacin que nos parece relevante; el procesamiento de informacin se orienta hacia la
relevancia.
Dados los alcances de las teoras de referencia y de la relevancia, no obstante sigue siendo
iluminador el pasaje del Microcosmos (Lotze, 1864)38: La sombra de la Antigedad, su
nefasta sobrevaloracin del logos, se extiende an sobre nosotros y no nos deja ver, ni en lo
real, ni en lo ideal, aquello por lo que ambos son algo ms que toda razn."
37 Cf. SPERBER Dan. WILSON Deirdre,Relevancia: comunicacin y cognicin. Visor. Madrid. 1994.38 Cf. HESSEN. Johannes. O. Cit. Pag. 92.
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5. Conclusiones
5.1. Los dilogos son indispensables en cuanto que proveen de unos presupuestos mnimos,
entre ellos un lenguaje compartido para el reconocimiento del otro, en su diferencia, y
seguidamente, el reconocimiento del otro en su complejidad, con la cual comparte unos
mismos derechos humanos fundamentales. Sin embargo sus promotores requieren asumir
que una alternativa ms incluyente es la negociacin, que desborda el lenguaje verbal.
5.2. El dilogo es un mtodo insuficiente para establecer relaciones fluidas y armnicas
entre culturas y entre actores en conflicto, en cuanto que depende de los usos del lenguaje
verbal y de modos de significar que adolecen de limitaciones para comprender significados
de la realidad vivida. Una instancia superior al dilogo es la negociacin, que incluye noslo el plano de las declaraciones formales sino la intervencin sobre la prctica social
desde el reconocimiento de experiencias que son significativas pero que no son
estrictamente verbales, como las afectivas en plano de la civilidad.
5.3. Los lmites del lenguaje verbal tienen que ver con las asimetras entre cosas, acciones,
signos y palabras que se advierten entre los interlocutores. Las asimetras se muestran
adems en el lenguaje de cada locutor con respecto a su entorno. Hay necesidad tambin de
afirmar que hay significados para los cuales no hay palabras sino que se trata de vivencias
complejas cuya caracterizacin y solucin no pueden definirse dialgicamente sino en la
vivencia misma.
5.4. Se requiere una apertura del dilogo hacia otros modos de significar de acciones
sociales que requieren comprensin a travs del discurso que de las razones y los motivos
de la accin. Denunciar un antivalor, obrar por un valor es una accin social que requiere
desde el lenguaje verbal su justificacin ltima para su legitimidad, actitud que presupone
adems que los interlocutores no se encuentran en plano de igualdad, puesto que son las
asimetras, las diferencias las que explican el dilogo y posibilitan la negociacin como
instancia superior al dilogo formal.
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5.5. Existen otras acciones que inciden en el proceso de dilogo y que son significativas. La
referencialidad y la relevancia cognitiva que se advierte en los usuarios del lenguaje,
confirman afectaciones extra lingsticas.
5.6. Frente a las limitaciones del lenguaje y por ende de las posibilidades
de soluciones dialgicas, es fundamental el reconocimiento de otras
formas emotivas en la prctica cotidiana que no se ajustan a la
normatividad dialgica o a una racionalidad moderna logocntrica que
flucta entre la visin instrumental del lenguaje verbal que agota la
accin comunicativa, hasta una afirmacin de un sujeto trascendental
fundador de la racionalidad universalista.
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