REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD FERMÍN TORO FACULTAD DE POSTGRADO
Integrante:
Adriana Guzmán CI: 7273779
Grupo 8
Barquisimeto, Julio 2015
INTRODUCCION
En la actualidad es vital, indispensable el enlace para el logro de la
vinculación universidad - sector productivo. En el cual la confiabilidad, la
especialización y el éxito de los conocimientos que se generen, es
indudablemente el tipo de conocimiento requerido para mejorar la productividad
científico - tecnológica para fortalecer el potencial económico del país. En otras
palabras, la consolidación de esquemas tecnológicos competitivos que va a
depender de la confiabilidad del proceso.
Este acelerado proceso de innovaciones, producción de nuevos
conocimientos, la lucha de las organizaciones para mantenerse competitivas
están marcando la pauta del desarrollo y movilización en los puestos de
trabajo del profesional en esta sociedad del conocimiento, donde las
personas están siendo valoradas no por su honestidad o capacidades físicas, sino
por el conocimiento. Donde el capital humano es el factor crítico para el desarrollo
de los negocios, lo que significa entonces, que la educación en sí misma,
esta desligada de la actividad productiva, lo que contribuye a elevar el nivel
cultural de la población, pero muy poco a desarrollar una actividad hacia el
emprendimiento, el descubrimiento, la generación de riqueza, a través de
una real vinculación de la universidad con la sociedad productiva. Esta actitud es
particularmente trascendente en cuanto a la Educación Superior venezolana,
ya que en este nivel se deben generar los grandes procesos de descubrimiento,
de construcción del saber y solo así las universidades podrán convertirse en la
herramienta garante de la convivencia de un mundo sin fronteras.
LA RELACIÓN UNIVERSIDAD Y SECTOR PRODUCTIVO.
La relación entre la universidad y el sector productivo, desencadena el
surgimiento de una serie de consideraciones en cuanto a los valores, fines y
medios que se articulan para la materialización de tal hecho. Para Schavino
(1998), destaca que axiológicamente las universidades se orientan hacia la
formación de recursos, el cultivo del saber, la intelectualidad en contextos
académicos y el crecimiento científico, mientras que las organizaciones del sector
productivo apuntan hacia la producción de bienes y servicios, la obtención de
beneficios económicos, la comercialización y la rentabilidad. De tal manera que
para el logro de una adecuada vinculación universidad - sector productivo, debe
establecerse un puente axiológico orientado hacia el beneficio mutuo, el
mejoramiento continuo, la excelencia, la competitividad, la productividad, la
solución de problemas y la satisfacción de necesidades.
El nuevo estilo de relación entre la universidad y el sector productivo
trasciende los intereses particulares de cada uno de ellos. La visualización que se
tiene de una sociedad global, de una nueva economía global, donde los cambios
constantes son esenciales para poder competir exitosamente, colocan a la
universidad y al sector productivo en un escenario donde las alianzas estratégicas
son de fundamental conveniencia para enfrentar las fuerzas que regulan, modelan
tanto la actividad económica como las de naturaleza social, política, científica,
educacional en los espacios internacionales, nacionales y regionales. Considerar
la relación entre la universidad, el sector productivo en un ámbito concreto como el
venezolano, conduce a una revisión de las implicaciones sociales que ello tiene
para ambas partes y la sociedad como un todo.
Cada vez mayor la afirmación que los países tienen que hacer un uso más
intenso del capital intelectual de las universidades, como parte de su esfuerzo
para competir efectivamente en el mercado mundial y hay un crecimiento de la
conciencia pública, de que la revitalización de la economía puede ser solamente
lograda si todos los sectores de la sociedad, actúan conjuntamente. El enfoque
económico para fundamentar la explicación de la relación universidad - sector
productivo se centra en la consideración de que el desarrollo económico es un
proceso de innovación que incrementa la capacidad de los individuos, las
organizaciones para producir bienes y servicios, en consecuencia se crea riqueza.
Este proceso puede conducir en las comunidades, estados o regiones a la
creación de empleos, flujo de ingreso y una base de impuestos. La participación
ideal de la universidad en el desarrollo económico se expresa en el uso
estratégico de los recursos basados en el conocimiento para sustentar el
desarrollo de la economía local, estatal y regional.
En este marco de consideraciones, se señalan algunos roles de la
universidad en el desarrollo económico, que tocan su relación con el sector
productivo para la creación de riqueza. Espinoza (1999), destaca los siguientes:
La primera función coincide con los tradicionales objetivos de calificar y desarrollar
recursos humanos. La visión de la función que debe cumplir la educación en el
proyecto de desarrollo de la sociedad parte de asumir que el conocimiento
actualmente es “el verdadero capital y el principal recurso para la producción de
riqueza de los países y por tanto, contrario a los criterios manejados hasta el
momento, no son los recursos naturales y los capitales monetarios los que
determinarán el nivel de desarrollo posible, sino el conocimiento y la capacidad de
obtener y manejar información.
.
En consecuencia se plantea que para alcanzar posiciones ventajosas en un
contexto de globalización, de transformaciones en los ámbitos tecno - económico y
socio - cultural, la educación debe estar dirigida a formar un capital humano
altamente calificado. En este punto es importante precisar que los cambios que se
están dando en el ámbito tecno - económico, implican una transformación
profunda en las formas y dinámicas de producción, requiriendo de organizaciones
que se adapten a los cambios, debido a que están constituidas por trabajadores
creativos, capaces de innovar, de incorporar aprendizajes a sus labores
cotidianas, de tomar decisiones de obtener y manejar información. Desde esta
óptica, se plantea que la productividad de una empresa, la capacidad competitiva
de un país están asociadas con la calificación y formación de sus trabajadores,
vinculado entonces al perfil laboral de los egresados de las instituciones
educativas, en este caso específico de las universidades.
Diversidad de trabajos muestran, que la empresa valora la Educación
Superior por sus productos de profesionales. Hoy la rápida obsolescencia del
conocimiento y la necesidad de nuevas habilidades intelectuales demandan
programas de educación continua, como un medio para actualizar habilidades e
inculcar el aprendizaje permanente. La segunda función en correspondencia con
la investigación, se destaca de acuerdo con Schavino (1998), la necesidad de
concebir a las universidades como organizaciones proveedoras de un conjunto
coherente de conocimientos útiles en las tomas de decisiones y gestiones que
dinamicen la economía del país. En este orden, enfatiza la urgencia en la
utilización efectiva del conocimiento generado a través de un proceso sistemático
de investigación, donde los mejores talentos y recursos de las universidades estén
al servicio de las verdaderas y reales expectativas del país. La necesidad de un
cambio en las universidades de corte tradicional, para asumir el reto planteado por
las exigencias del desarrollo científico y tecnológico, la urgencia de replantear el
papel, forma de organización y administración de la investigación en la
universidad. En esa orientación, la realidad científica, social y económica demanda
el establecimiento de vínculos estrechos entre los centros generadores de
conocimientos y los sectores productivos que los transforman en tecnología.
La asistencia técnica y gerencial específica para un cliente o para una
comunidad de intereses, es el tercer tipo de función para el desarrollo económico.
Una cuarta función que involucra a la universidad en el desarrollo económico se
refiere a la disposición de sus espacios e infraestructura física y humana al
servicio del sector empresarial. La quinta y última función es aquella que conlleva
a que las universidades desarrollen en sus campos específicos un medio ambiente
positivo para logros comerciales. La creación de una estructura flexible y de
respaldo como compensación a los académicos por su participación en el
desarrollo de investigación con fines comerciales. Un factor de vital importancia
para sustentar la conveniencia de la relación entre la universidad y el sector
productivo lo constituyen sus implicaciones en el proceso educacional para la
formación y desarrollo de los nuevos profesionales. Las organizaciones y la
tecnología cambian tan rápido que se ha dicho que el conocimiento técnico tiene
un promedio de vida de siete años. En tal sentido, los frecuentes cambios
necesitan personas, que tengan la capacidad para aprender, desarrollar y cambiar
con las necesidades de la organización.
En los escenarios de formación de profesionales en Educación Superior,
parece ser una constante la demanda de habilidades transferibles. Las habilidades
más valoradas en la actividad industrial, comercial y en la actividad profesional,
son las habilidades intelectuales y sociales transferibles. Tanto para las
instituciones educacionales como para los empleadores, las demandas proliferan
en cuanto a la preparación de los estudiantes con las características adecuadas a
los nuevos lugares de trabajo.
En este contexto teórico, se contempla considerar la participación de
representantes del sector industrial en el espacio
universitario para la identificación de las necesidades que deben satisfacer los
diseños curriculares, en atención no sólo a los conocimientos técnicos,
sino también a las habilidades intelectuales fundamentales para el
funcionamiento de las organizaciones en estos nuevos escenarios.
Tomando en consideración, la reiterada afirmación de que el bienestar de la
humanidad en el futuro o en cualquier lugar del mundo depende del desarrollo de
la actividad económica, con base en una alta productividad y eficiencia, soportada
por una creciente innovación tecnológica, De acuerdo
con esta visión, resulta impostergable la consolidación de
estratégicos acuerdos entre la universidad y el sector
productivo, para concretar la satisfacción del reto para el cambio. Según
el Modelo de Correspondencias de Schavino (1998), el logro de la vinculación
universidad - sector productivo, se define previa integración de tres sistemas
teóricos: Teoría Económica de Mercado, Teoría de la Organización y Teoría de la
Investigación. La inclusión de la Teoría Económica de Mercado obedece a la
necesidad de reestructurar las redes macrosociales de producción y consumo,
ya que los factores tradicionales de producción (tierra, trabajo y capital)
han sido desplazados por un nuevo paradigma: el conocimiento. Este factor de
producción, además de colocarse por encima de los ya mencionados, genera el
desarrollo social y económico de los países, el cual se orienta básicamente en la
capacidad de innovación tecnológica.
Una importante derivación es que si los centros generadores por excelencia
de conocimientos válidos y confiables son las universidades, entonces en estas
descansa la gran responsabilidad de responder ante tal desafío, de ajustarse al
nuevo paradigma y conformar redes investigativas en función de satisfacer las
necesidades de conocimientos del país. Si las macroestructuras de producción
necesitan conocimientos y tecnología, entonces las universidades deben
organizarse para constituirse en referencia a estos requerimientos. En esta
orientación, la realidad científica, social y económica demanda el establecimiento
de vínculos estrechos entre los centros generadores de conocimientos y los
sectores productivos que los transforman en tecnología. Como elemento asociado
a las ideas anteriores, la concreción del puente vinculante entre ambos sectores,
constituye una posibilidad viable de autogestión financiera para las universidades,
en un momento histórico donde el insumo más valioso es el conocimiento y donde
el desarrollo económico se perfilará básicamente por la capacidad de innovación
tecnológica de las sociedades.
LA VINCULACIÓN UNIVERSIDAD SECTOR PRODUCTIVO
En referencia a esta calificada opinión, es precisamente en la Universidad
donde deben discutirse las contradicciones entre lo local y lo global, de modo tal
que se produzcan ideas transformadoras del contexto social, tal y como lo
comenta Fernández (1998), quien refiere que “ante los efectos demoledores de la
globalización de la economía mundial, la universidad debe reivindicar la postura
ética de la ciencia, la tecnología, la cultura, al equilibrar unidad y diversidad,
estimular así nuevas modalidades de vinculación Estado - Educación Superior,
empresa y comunidad” En este sentido, la Universidad debe educar para una
nueva sociedad, con una visión global o regional al mismo tiempo, apuntar hacia lo
sustantivo y trascendental, sobre todo, educar para apropiarse de la historia y la
cultura del mundo, pero teniendo como gran destinatario, al pueblo; pero en
realidad esto implica adelantar un profundo proceso de transformación de la
estructura universitaria.
Ahora bien, en el contexto de la Educación Superior, asumiendo este
momento de cambio de paradigmas evolutivos y de apertura hacia la
multidimensionalidad del saber, las Universidades deben asumir el reto de
colocarse en sintonía con los avances científicos - tecnológicos - sociopolíticos.
Esta consideración propone, lógicamente que el individuo se constituya en actor y
autor de su propio proceso de aprendizaje donde la relación dialógica entre
hombre y sociedad se concrete sobre el saber construido en colectivo. Los países
latinoamericanos deberán asumir la educación filosófica y epistémica como un
conjunto organizado de componentes integrados que permita desarrollar acciones
socializadoras que conduzcan a la solución o evolución de problemas funcionales
u organizacionales para garantizar la visión y misión de una sociedad en
permanente cambio. De modo tal, que en el marco de una sociedad globalizada, la
universidad como instancia generadora de saberes, para poder enfrentarse al
escenario socio - económico y cultural del futuro, necesita generar
transformaciones profundas, tanto en la revalorización del conocimiento
trascendente, como en lo ético valorativo y deontológico de la profesión de
egresados.
La innovación educativa se puede concebir desde un plano funcional, donde
se articulen los temas transversales como un mecanismo idóneo para dar sentido
a la globalización y a la interdisciplinariedad, definidos como formas de
aprendizaje a través de proyectos de trabajo complementarios. Dentro de esta
concepción, la visión de una educación transversal conforma los fundamentos
para la práctica pedagógica con sentido crítico, al integrar el campo del ser, del
saber, el hacer, el convivir a través de conceptos, procesos, valores y actitudes
que orientan la enseñanza y el aprendizaje. Esto se corresponde con las
exigencias de un mundo que exige respuestas oportunas en el marco de un
complejo proceso de integración socio – cultural; esta visión, transversal del
conocimiento en una sociedad global es compartida
Pero no hay dudas de que las tradicionales instituciones de Educación
Superior deben igualmente impulsar transformaciones, para ajustarse a los
modelos educativos de la sociedad de la información e incorporar al paradigma
que se está configurando hacia el futuro de un modelo educativo para la sociedad
del conocimiento. En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior
promovida por la UNESCO, celebrada en París, entre el 5 y el 9 de octubre de
1998 se hizo un análisis sobre el cambio del modelo educativo requerido para
enfrentar los retos del nuevo siglo.
LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN (NTC):
En este cuadro se puede apreciar la evolución del sistema educativo, desde
el modelo tradicional, pasando al más reciente modelo de información, hasta el
paradigma futuro de educación para la sociedad del conocimiento. En estos
procesos de transformación están cumpliendo un papel fundamental las nuevas
tecnologías de información y comunicación como instrumentos motores de estos
cambios.
Por otra parte, al analizar los factores claves de estos cambios, según la
UNESCO (1998), encontramos que vamos hacia un sistema educativo
asincrónico, en donde el estudiante estará libre del imperativo temporal, es decir,
que el tiempo no será un factor limitante; como tampoco lo será el espacio, pues
con la incorporación masiva del computador personal, de Internet y del aula virtual,
ni la distancia ni el espacio serán factores críticos. En cuanto al costo del nuevo
modelo; si bien este podrá ser elevado como inversión inicial, a mediano o largo
plazo significará un ahorro económico, ya que no habría limitaciones de
superficies y locales para desarrollar el sistema de enseñanza - aprendizaje y se
podrá lograr una masiva incorporación de participantes.
De acuerdo con esta realidad, el sistema de relaciones se transformará de un
modelo tradicional de verticalidad a uno de horizontalidad en el cual el docente
actuará como facilitador y el estudiante será el agente protagónico del proceso,
actuando en forma adaptable a los requerimientos de un aprendizaje en equipo;
mediante un proceso relacional que facilitará el aprender a adquirir información y
transformarla en conocimiento. El mercado del paradigma educativo del Siglo XXI
al no estar limitado por el tiempo, ni el espacio, será un mercado global que
permitirá al interesado, por la vía de las computadoras Internet, incorporarse al
sistema, en cualquier tiempo y en cualquier lugar. Será un mercado altamente
competitivo, pero que igualmente permitirá participar eficientemente en el mismo,
a través de alianzas estratégicas con las diversas instituciones que operen en el
sistema. Los mecanismos de evaluación de esta nueva educación no se
fundamentarán en resultados específicos, sino en procesos y en la capacidad de
investigación, adaptación, comunicación y colaboración de los
participantes. Finalmente serán sustituidos los tradicionales niveles de todo el
sistema educativo por la educación permanente.
No hay dudas de que para enfrentar la velocidad de los cambios de la
producción de nuevos conocimientos, se requiere, como hemos indicado,
desarrollar nuevas metodologías del aprender, es decir, se requiere aprender a
aprender. Aprender a conseguir datos, analizarlos y aplicarlos; se impone la
conveniencia del trabajo en equipo y de enseñarse entre pares; aprender a
planear u organizarse para poder mantener el ritmo de aprendizaje que impone la
sociedad del conocimiento. Igualmente los programas de educación continua se
incrementarán sustancialmente, pues para ser competitivas, las empresas
requieren mantener a sus recursos humanos en un proceso continuo de
aprendizaje, desarrollo profesional, proceso en el cual lo importante es el
conocimiento actualizado, no solamente el título o el diploma formal.
Finalmente, un desafío fundamental que debe atenderse a nivel de todo el
sistema educativo, es el relativo al desarrollo de valores y del componente ético,
que deben incorporarse como material básico de los contenidos, de los procesos
educativos para asegurar la formación de buenos ciudadanos con sólidos valores,
responsables ante la sociedad y el medio ambiente. Todo lo anterior supone que
debe hacerse un gran esfuerzo para lograr la excelencia en el sistema educativo.
Es decir, no sólo para educar, sino para educar con calidad. Es obvio que la
universidad de la sociedad del conocimiento deferirá en muchos aspectos de la
vieja escuela o institución universitaria tradicional, y, dada la profundidad y ritmo
de los cambios impulsados por el desarrollo tecnológico, el sistema educativo en
su conjunto deberá transformar radicalmente su objetivo.
Este planteamiento resulta relevante, dado que en el contexto de una
sociedad cada vez más teologizada, especialmente en las áreas de la información
y la comunicación, se debe hacer un replanteamiento profundo de las relaciones
entre las instituciones educativas, especialmente las del contexto universitario, la
sociedad; entre educandos y educadores, entre la tecnología y la educación, toda
vez que el paradigma tradicional que orienta al proceso educativo está rezagado y
se impone optimizar esquemas mentales u operacionales acordes con la evolución
social – tecnológica de la época.
Por su parte, la UNESCO (1998), en su declaración mundial sobre la
educación superior del siglo XXI, al referirse al potencial y desafíos de las
tecnologías señala que, los rápidos progresos de las nuevas tecnologías
de la información, la comunicación seguirán modificando la forma
de elaboración, adquisición y transmisión de los conocimientos. También
se destaca que las nuevas tecnologías brindan posibilidades de renovar el
contenido de los cursos, los métodos pedagógicos, de ampliar el acceso a
la Educación Superior, que debe dar el ejemplo en materia de
aprovechamiento de las ventajas, el potencial de las nuevas tecnologías de la
información, la comunicación velando por la calidad, manteniendo niveles
elevados en las prácticas, los resultados de la educación, con un espíritu
de apertura, equidad y cooperación internacional.
CONCLUCIONES
La temática de la interacción universidad - sector productivo, se consolida
progresivamente como una necesidad vital, para el desarrollo estratégico de la
capacidad científica y tecnológica del país, para la renovación de la infraestructura
de recursos humanos, con altas habilidades intelectuales para la criticidad,
creatividad e innovación, capacidades indispensables para asegurar la producción
el consumo de conocimiento científico, el cual representa la base para intervenir
en una sociedad cada vez más global, con una economía exigentemente
competitiva. La relación universidad - sector productivo puede definirse como
cualquier acuerdo formal o informal entre estos dos contextos, en el cual los
recursos son compartidos, utilizados por las partes para llevar a cabo una
actividad académica, científica, técnica y de negocios. La actividad de relación
ocurre constantemente entre entidades que producen transforman investigan y
desarrollan la tecnología en sus resultados o productos.
La transformación de una sociedad tecnológicamente dependiente con poca
competitividad, productividad e innovación a una auto-suficiente, está basada en
conocimiento próspero, pero su establecimiento requiere cambios en todos sus
componentes. Es por ello que la sociedad del conocimiento debe garantizar la
construcción de elevados niveles de calidad, de reglas de acceso en forma
equitativa, con la implantación de un modelo de conocimiento basado en la
mediatización de informaciones por medio de nuevos sistemas telemáticos de
amplio espectro. El surgimiento de nuevas tecnologías, como la computación
multimedia y las redes de alta velocidad o autopistas de la información, han
creado nuevas posibilidades de desarrollo tecnológico, su aplicación en los
procesos educativos son un apoyo eficiente en el manejo de la información, de
determina estrategias. La tecnología multimedia junto con el uso de las redes
telemáticas son consideradas como la nueva revolución informática en el proceso
educativo.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
- http://lineai.entretemas.com/ArticulosAnteriores/schavinno.htm
- Espinoza, R. (1999). Naturaleza y Alcance de la Relación Universidad -
Sector Productivo. Universidad del Zulia.
- Fernández, C. (1999). Universidad y Globalización. Revista Tiempo
Universitario N° 186. Caracas. U.C.V.
- Schavino de V., N. (1998). Investigación Universitaria y Sector Productivo.
Un Modelo de Correspondencias. Tesis Doctoral, Mención Publicación
Universidad Santa María. Caracas.
- UNESCO (1998). Documento UNESCO. II Seminario Virtual.
Globalización y Educación. Santiago de Chile.