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En la fría noche
toledana un
joven y apuesto
caballero, Felipe
de
Pantoja, camina
por las calles de
Toledo.
A orillas del
Tajo se
encuentra
con una bella
mujer , una
bruja
toledana
llamada la
“Diablesa”
Don Felipe cortejaba a la más bella judía de la ciudad, pero al ver que no era correspondido, acudió a la Diablesa para poner remedio.
-Bruja, tu conjuro no ha hecho efecto, le dijo:
La bruja contestó que el conjuro era correcto y que la suerte estaba echada.
- Si así ha sido, me acompañarás esta noche a la judería y veremos si el conjuro ha tenido su efecto. Dijo el caballero.
-Marchémonos ahora, o los viejos espíritus que rodean estos parajes
vendrán a nosotros para saber qué tramamos.
A la noche siguiente los dos caminaron por las estrechas calles de Toledo hasta llegar a la sinagoga de Santa María la Blanca….
Esperaron hasta que salió la hermosa Rebeca pero no iba con ella su rival, por lo que la bruja supo que el conjuro había surtido efecto.
Ahora ella será mía…
Esa misma noche encontraron el cuerpo de Samuel, el pretendiente de Rebeca, muerto sin que se pudieran saber las causas.
La misma noche de la boda de don Felipe, la Diablesa y Felipe ajustan cuentas. La muerte de un joven era un precio demasiado alto, pero la bruja sólo quería las monedas de oro prometidas.
Al tocar el oro la bruja se consume en llamas y
miles de susurros empujan a Don Felipe contra el suelo como
muerto.
El olor a azufre se quedó en el ambiente y Don Felipe se incorporó huyendo raudo, dejando atrás las monedas que rozaron las manos del mismísimo Satán.
Desde entonces, como recuerdo de este suceso se llamó este lugar “callejón del Infierno”.
En el Zoco, al compás de una mandolina un ciego cantaba el siguiente romance…..
Ayer murió la “Diablesa”
por el fuego consumida;
ayer murió la “Diablesa”,
la de los ojos de oliva;
la “Diablesa”, la “ Diablesa”,
del demonio poseída.
…Y colorín, colorado
esta leyenda
se ha acabado
