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EUCARISTÍA IGLESIA SOCIEDAD Curso taller de espiritualidad 7-9 Abril 2015

Taller de Espiritualidad Eucaristia, Iglesia y Sociedad..4

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EUCARISTÍA IGLESIA SOCIEDAD

Curso taller de espiritualidad7-9 Abril 2015

Para quela Eucaristía

sea levadura de una humanidad

fraterna

4.

Jn 6, 51

«Carne para la vida del mundo»

«Nosotros tenemos que ser una hostia en la sociedad»

La IGLESIA como COMUNIÓN:

personas que no conviven yuxtapuestas

sino como «grano triturado»: «trinitizados»,

unidas y distintas,de tal modo que en cada parte,

como en un pedazo de hostia, tendría que estar el Todo

EXCURSUSANTROPOLÓGICO

La IGLESIA como COMUNIÓN:

¿para qué sirve?

¿¿qué relevancia puede tener

para la vida de las personas

y para la sociedad?

Visión universalista del Vaticano II: la persona humana

«Con la encarnación el Hijo de Dios se ha unido de algún modo a cada hombre. […]

Sufriendo por nosotros no nos ha dado sencillametne el ejemplo […] sino que también nos ha abierto el camino […].

El cristiano […] recibe «las primicias del Espíritu» (Rm 8, 23) por lo tanto se vuelve capaz de cumplir la ley nueva del amor. […]

Y esto vale […] también para todos los hombres de buena voluntad, porque en su corazón trabaja invisiblemente la gracia.Cristo, de hecho, ha muerto por todos y la vocación última del hombre es efectivamente una sola, la divina; por tanto debemos retener que el Espíritu Santo de a todos la posibilidad de ser asociados, en el mundo que Dios conoce, al misterio pascual».

Visión universalista del Vaticano II: convivencia humana y sociedad

«Dios que tiene cuidado paternal por todos, ha querido que todos los hombres formáramos una sola familia y se trataran entre ellos como hermanos. […]

Más aun, el Señor Jesús, cuando ora al Padre para que «todos sean una cosa sola, como yo y tú somos una cosa sola » (Jn 17, 21), abriendos perspectivas inaccesibles a la razón humana, nos ha sugerido una cierta semejanza entre la unión de las Personas divinas y la unión de los hijos de Dios en la verdad y en el amor.

Esta semejanza manifiesta que el hombre, en la tierra es la única creatura que Dios haya querido por sí misma, no puede reencontrarse plenamente sino a traves del don sincero de sí mismo».

Vocación humana, vida trinitariay misterio pascual

Creados a imagen de Dios Trinidad, somos desde siempre en la búsqueda de la unidad de los diversos: una gran sed de realizarnosy una gran sed de estar con los otros;estar en comunión con nuestros prójimos, pero estar libres;ser nosotros mismos, en nuestra unicidad, pero no quedarnos solos.

«Deseo natural de la vida trinitaria»

Con nuestras fuerzas, no somos capaces de establecer la unidad de los distintos. Arriesgamos siempre de terminar en el dominio del uno sobre el otro o en la disgregación (cf. relaciones hombre-mujer, relación entre las generaciones, entre culturas, pueblos, etnias...)

Vocación humana, vida trinitariay misterio pascual

¿Las crisis de la democracia, de la economía mundial, del clima y del la ecología, la emergencia educativa, etc., no hay quizás que leerlas como crisis de unidad, o bien como incapacidad de realizar con nuestras fuerzas la armonía del muchos-uno?

La unidad (¡y no solamente el compromiso!) de los distintos es siempre un hecho de gracia. Es solo con el don del Espíritu que seremos capaces de cumplir la ley nueva del amor: vivir aquel vacío de uno frente al otro que permita que dos sean uno, sin que el uno anule al otro.

De la contraposición dialéctica de los diversosa la dialéctica del ágape

que hace que el uno viva en el otro, con el otro, por el otro.

Hubertus Blaumeiser
Cf. approcci della teologia india!

De la contraposición de los diversosa la armonía «trinitaria»

«La diversidad debe ser siempre reconciliada con la ayuda del Espíritu; solo Él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad. Sin embargo, cuando somos nosotros que pretendemos la diversidad y nos encerramos en los particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división; y, por otra parte, cuando somos nosotros los que queremos construir la unidad con nuestros planes humanos, terminamos por imponer la uniformidad, la homologación».

Papa FranciscoEvangelii gaudium 131

Gracia «trinitizante»

La gracia santificante:

nos hace partícipes de la naturaleza divina (cf. 2 Pd 1, 4)

nos hace partícipes del misterio pascual, capaces de vivir la ley del amor,inscrita desde siempre en la persona como vocación (¡se puede realizar solo con el don de sí mismo!)sin embargo, mas allá de las posibilidades humanas (¡vocación divina!) (cf. GS 22)

don del Espíritu que nos llega através de los sacramentos en la comunidad de la Iglesia

La Eucaristía según Jn 6

«El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo» (v. 51)

«En verdad les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes» (v. 53)

«El que come mi carne y bebe mi sangrepermanece en mí y yo en él.Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el Padre,así quien me come vivirá por mí» (vv. 56-57)

No basta el Espíritu; ¡nos debe alcanzar a través de la carne!

Palabra – Eucaristía – Nosotros, personas trinitizadas

Hubertus Blaumeiser
Per tanti noi siamo l'unica Bibbia e l'unica Eucaristia cui si accostano!

«Ser una hostia en la sociedad»

¿Qué efectos?

Encuentro con el anhelo «trinitario» de cada persona

«La Iglesia, como “comunidad de amor”, está llamada a reflejar la gloria del amor de Dios que, es comunión, y así atraer a las personas y a los pueblos hacia Cristo. En el ejercicio de la unidad querida por Jesús, los hombres y mujeres de nuestro tiempo se sienten convocados y recorren la hermosa aventura de la fe. “Que también ellos vivan unidos a nosotros para que el mundo crea” (Jn 17,21). La Iglesia crece no por proselitismo sino “por ‘atracción’: como Cristo ‘atrae todo a sí’ con la fuerza de su amor”. La Iglesia “atrae” cuando vive en comunión, pues los discípulos de Jesús serán reconocidos si se aman los unos alos otros como Él nos amó (cf. Rm 12, 4-13; Jn 13, 34)».

Aparecida, 159; cf. Homilía Benedicto XVI

Hubertus Blaumeiser
Omelia all'inaugurazione della Conferenza di Aparecida (cf. nota nel testo del Documento)
Hubertus Blaumeiser
Cf. esperienza fatta a Lizzano, con la gente in spiaggia

«Alma» del mundo:levadura trinitaria en la sociedad

«La fe nos enseña que Dios vive en la ciudad […]. Las ciudades son lugares de libertad y oportunidad. […] En las ciudades es posible experimentar vínculos de fraternidad, solidaridad y universalidad. En ellas el ser humano es llamado constantemente a caminar siempre más al encuentro del otro, convivir con el diferente, aceptarlo y ser aceptado por él.

El proyecto de Dios es “la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén”, que baja del cielo, junto a Dios, […] que es “la tienda de campaña que Dios ha instalado entre los hombres. […] Este proyecto en su plenitud es futuro, pero ya está realizándose en Jesucristo, “el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin” (Ap 21, 6), que nos dice: “Yo hago nuevas todas las cosas” (21, 5).

Aparecida, 514-515; cf. Evangelii gaudium 71-75

Hubertus Blaumeiser
Cf. Lettera a Diogneto

¡Las aguas que surgen del templohacen fecunda la sociedad!

Ezequiel 47:

Las aguas que surgen del templo e inundan la teirra, sanan todas las aguas y suscitan sobreabundante vida: peces en gran cantidad y árboles de toda especie que dan frutos cada mes y sus hojas son como medicinas.

¡Cuanto má se alejan del templo las aguas, más se vuelven profundas y fecundas!

¿Qué consecuencias para la forma de vivir la misión continental

y la conversión pastoral a una Iglesia «en salida»?

Índole secular de los laicos:superar una visión eclesiocéntrica

«… la tarea de los fideles laicos es insustituible.Su apreciada colaboración intraeclesial no debería implicar merma alguna en el cumplimento de su vocación específica: transformar el mundo según Cristo».

Papa Francisco a los obispos de México19 mayo 2014

«[Los fieles laicos] son “hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia” [Puebla 786]. […] Su misión propia y específica se realiza en el mundo» (política, economía, cultura, arte, familia, educación, trabajo profesional, etc.; cf. Ev. Nuntiandi 70).

Aparecida, 209-210

Pequeñas comunidades y células de ambiente

(también familias)

son hostias en la sociedad: “carne de Cristo” para la vida del mundo, humanidad renovada por el misterio trinitario y pascual.

hacen activa la presencia de Dios allí donde las personas viven: en las familias, en las distintas estructuras parroquiales, en un hospital, en los barrios de una ciudad, en el mundo de las ciencias y de la cultura...

hacen surgir relaciones “nuevas” con Dios y entre las personas: relaciones de comunión y solidaridad, de mutua ayuda y fraternidad, que favorecen la realización de las personas y hacen experimentar todos los días lo que significa la “salvación”.

Através de estas células el Crucificado y Resucitado fermenta desde dentro la convivencia humana: las relaciones políticas, sociales, económicas, el mundo de las comunicaciones, de la educación, etc.

«Expo de Dios»: una Iglesia sierva y

testimonial

Ningún regreso a la Christianitasni sacralización

del profano:la Iglesia no en el vertice

y al centro de la sociedad, sino en el corazón

y en las raíces, como fuente de un suplemento

de amor, fuente de relaciones nuevas

y de un espíritu nuevo.

Para el trabajo de los grupos

¿Dónde individuos y grupos de nuestras comunidades son “Eucaristía” para la sociedad?

¿Qué dificultades? ¿Y qué pasos para hacer?

Consecuencias para la misión continentaly para la conversión pastoral para una Iglesia “en salida”…

Palabra de vida8 abril

«En esto hemos conocido lo que es el

amor: en que Él ha dado su vida por nosotros.

También nosotros debemos dar la vida por

los hermanos»

(1Jn 3, 16)