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Las primeras civilizaciones

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LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

Muchos restos arqueológicos hallados nos hablan de grupos humanos que vivían de modo diferente a los pueblos del Paleolítico y del Neolítico que ya hemos es-tudiado. Se han encontrado restos de poblaciones con viviendas - incluso algunas rodeadas de murallas de piedra- elaboradas con materiales cada vez más resis-tentes: piedra o ladrillos cocidos; y utensilios de cerámi-ca y también de metales, como el cobre y el bronce. No se trata de hallazgos de aldeas de unos pocos cientos de personas sino de pueblos que han desarrollado una forma de vida más compleja, que han creado una civili-zación, que vivían en ciudades.

1 • UBICACIÓN DE LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

Los restos de las ciudades más antiguas se localizan en la Media Luna de las Tierras Fértiles: Egipto y Meso-potamia-; en India, en China y en América -Mesoaméri-ca y la zona andina-. Es en estas zonas donde surgieron las primeras civilizaciones.

La llamada Media Luna de las Tierras Fértiles, se ca-racterizó -a pesar de estar rodeada por desiertos y me-setas- por la fertilidad de sus tierras gracias al desborde de los ríos. Allí habitaron, entre otros, los egipcios, los sumerios, los babilónicos, los hebreos, los fenicios, los asirios y los persas.

En América, los pueblos mayas, aztecas e incas, y otros pueblos que los precedieron, crearon grandes civilizaciones en territorios de selvas y de montañas, desde el primer milenio a.C.

Observa en el mapa C:1 la localización de todas las zonas nombradas.

I Milenio ac

IV Milenio ac

III Milenio ac

OCÉANO

PACÍFICOMesoamérica

Andes centrales

Egipto

Mesopotamia

India

China

OCÉANO

ATLÁNTICO

OCÉANO

PACÍFICO

OCÉANO

ÍNDICO

IV Milenio ac

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2 • DE LAS ALDEAS A LAS CIUDADES

Pero, ¿cómo hicieron los pobladores del Neolítico que vivían en pequeñas aldeas para construir estas ciu-dades tan complejas?

En algunos lugares donde ya se practicaba la agri-cultura, las condiciones eran especialmente favorables, por ejemplo: tierras fértiles, agua abundante y clima templado. En Egipto, el río Nilo, y en Mesopotamia, el Tigris y el Éufrates se desbordan y fertilizan las tierras a sus orillas. La crecida de los ríos era difícil de controlar y los agricultores debieron organizarse para construir diques y canales, que les permitieran aprovechar mejor el agua.

A partir del IV milenio a.C. algunos pueblos incor-poraron nuevos elementos técnicos como la invención de la rueda, del torno, del arado, el tiro de animales y el uso de los metales. Con los metales lograron construir herramientas más resistentes para trabajar la tierra, y siguieron avanzando en la selección de semillas y ani-males. En estas condiciones la producción de alimen-tos fue creciendo, y produjo un aumento del número de habitantes en la aldea y la posibilidad de sedenta-rizarse. Los agricultores producían el alimento para toda la comunidad, a pesar de su creciente tamaño. Por primera vez, en la Historia de la Humanidad, el trabajo generaba un excedente de producción con el cual se alimentaba un nuevo grupo de personas que no nece-sitaba trabajar la tierra para vivir. Algunos comenzaron a especializarse en tareas no agrícolas, como los arte-sanos. Decíamos que en los restos arqueológicos de las ciudades se han hallado objetos de metales y de cerámica, cada vez mejor elaborada y decorada. Esto supone un artesano -alfarero o metalúrgico- que se ha especializado en su tarea. Otros eran tejedores, ceste-ros, carpinteros, orfebres. El artesano especializado no trabajaba la tierra, pero fabricaba las herramientas, los utensilios o las armas que se necesitaban en la ciudad.

Los restos encontrados muestran que los templos dedicados a las divinidades ocupan un lugar importan-tísimo en las ciudades. Recuerda cómo los habitantes del Neolítico adoraban las fuerzas de la naturaleza. En las primeras civilizaciones también lo seguían hacien-do: la tierra que germina, el sol y la luna, el río que se desborda y puede ser bueno para cultivar, o perjudicial si sus aguas son violentas y arrasan con casas y anima-les. Estas civilizaciones consideraban que los elementos

naturales respondían a fuerzas divinas. Los intermedia-rios entre los dioses y los hombres -los sacerdotes- se convirtieron en otro grupo diferente a los campesinos y artesanos. No necesitaban trabajar la tierra para vivir y su importancia fue creciendo. Se encargaron de con-trolar los tributos que los campesinos entregaban a los dioses. Los sacerdotes tuvieron tiempo para observar las fuerzas de la naturaleza, sus conocimientos astro-nómicos aumentaron y pudieron anunciar el momento de la crecida de los ríos o la iniciación de la siembra. Por lo tanto, estuvieron en condiciones de elaborar un calendario para medir el tiempo. Junto a los templos se han hallado depósitos para los tributos o impuestos que pagaban los campesinos con el producto de sus cosechas.

En muchas civilizaciones, la creciente necesidad de anotar y controlar lo que cada uno entregaba como pago de impuestos hizo necesario crear un sistema de numeración y de escritura. De simples dibujos que re-presentan el objeto que se quiere nombrar (pictogra-mas) se fue pasando a elaborar signos más abstractos, para representar ideas, cantidades, valores (ideogra-mas). Los primeros en dominar esta técnica fueron los propios sacerdotes y los funcionarios a su servicio. A los encargados de inventar y aprender los nuevos signos se les llamó escribas. El escriba también ejerció un tra-bajo especializado.

Muchos artesanos especializados tenían un lugar particular para trabajar, los talleres, y otro para ofrecer sus productos, igual que lo hacían los campesinos que seguían cultivando la tierra de los alrededores. Los res-tos arqueológicos encontrados también nos señalan las viviendas de los artesanos y una plaza o lugar para el mercado, con una fuente donde abastecerse de agua.

La artesanía especializada, la construcción de tem-plos y de viviendas para los sacerdotes y funcionarios, hicieron necesario buscar materiales fuera de la región. Los comerciantes eran quienes llevaban a la ciudad me-tales, piedras, maderas y hasta productos alimenticios, incluso, desde lugares lejanos.

Los restos de murallas en algunas ciudades nos de-muestran que sus habitantes debieron defenderse de pueblos vecinos o proteger su cosecha. Algunos de sus habitantes, pues, ejercieron otra tarea especializada: eran soldados y guerreros que se encargaban de la de-fensa.

A la figura y sabiduría de los sacerdotes se asocia también la aparición del poder político. Los reyes go-bernaban en sus palacios, como representantes de los dioses, apoyados por los sacerdotes, los nobles ©

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guerreros y los funcionarios. A este tipo de gobierno que relaciona el poder político con el religioso se le lla-ma teocracia. Las decisiones políticas las tomaba el rey –con el consejo más o menos influyente de sus cola-boradores- sin participación alguna de los gobernados, de modo que éstos eran súbditos.

Como habrás notado, la organización de las aldeas neolíticas, en que todos sus habitantes compartían la tarea de producir alimentos, fue cambiando hasta con-vertirse en una ciudad más compleja.

3 • LAS CIVILIZACIONES DE LA MEDIA LUNA DE LAS tIERRAS féRtILES

A • UBICACIÓN GEOGRÁfICA

Como ya explicamos, la Media Luna de las Tierras Fértiles es un verdadero oasis rodeado de desiertos y mesetas. Observa en el mapa C:2 su forma particular: desde el valle del río Nilo en el norte de África, bordea el Mediterráneo, sigue el curso de los ríos Tigris y Éufra-tes, hasta su desembocadura en el Golfo Pérsico.

El Nilo es un largo río que corre por más de 6.500 Km., desde sus nacientes en el centro de África hasta la desembocadura en forma de delta en el mar Medi-terráneo. El curso medio del río está interrumpido por cinco cataratas que hicieron su navegación muy difícil. El pueblo egipcio se ubicó en la parte del delta y del va-lle del río Nilo, hasta la primera catarata. El valle del río es muy estrecho, en algunas zonas apenas unos cien-tos de metros. A ambos lados se extiende el desierto. La península del Sinaí -también desértica- comunica a Egipto con Asia y al mismo tiempo lo aísla.

En esta zona con un clima seco, caluroso y con muy escasas lluvias, la vida sólo era posible a orillas del río. En junio, el calor es intenso y las aguas del río descien-den a su cauce más reducido. Se espera ansiosamente el tiempo de la crecida. En los meses de verano, des-de julio hasta octubre, el río se desborda. Las lluvias tropicales en el interior de África son las responsables de este desborde, pero eso los antiguos egipcios no lo sabían. Debían aprovechar esas aguas y evitar que ocasionaran daños. Construían diques, depósitos de agua, y canales para conducirla hasta la zona de cul-tivo. Cuando el agua se retira deja la tierra fertiliza-da con un limo (o fango) natural que permite cultivar aunque, muy cerca del río, se extienda el desierto. Del desierto se podía obtener piedras y metales. En las orillas del Nilo se diferencia la tierra negra, apta para cultivar, de la tierra roja, quemada por el sol. La zona del delta es pantanosa y allí se multiplicaban las aves,

los cocodrilos y las plantas como el papiro, con el que los egipcios ela-boraban el papel.

En Mesopotamia (que significa en griego “tierra entre dos ríos”) se encuentran los valles de los ríos Éu-frates y Tigris. Estos ríos nacen en las montañas de Anatolia, corren hacia el sur con numerosos afluen-tes y desembocan en el Golfo Pérsi-co. Proporcionaban a los habitantes que vivían en sus orillas el agua para regar sus cultivos, para el transpor-te y la pesca. También se desborda-ban pero, a diferencia del Nilo, no lo hacían en forma periódica y eso exigía a los pobladores un gran es-fuerzo de organización para poder aprovechar sus aguas. Los prime-ros pueblos que construyeron ciu-dades en Mesopotamia fueron los

0 600 km

M a r M e d i t e r r á n e o

Mar

Casp io

Mar Muerto

Mar Ro jo

Des ie r to de Arab ia

GolfoPérsico

Río Eufrates

Río Tigris

Río

Nilo

Mar Negro

Des ie r to de l Sahara

Mapa C:2 La Media Luna de las Tierras Fértiles.

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sumerios y los babilónicos. En las zonas pantanosas se podía obtener el único material de construcción abun-dante, el barro, con el que se hacían ladrillos y tablillas para escribir.

En la zona de Siria y Palestina también se formaban pequeños valles fértiles, donde se instalaron los feni-cios y los hebreos.

El resto del territorio es desértico –observa el desier-to de Arabia y el desierto del Sahara- o montañoso.

CRONOLOGÍA

Egipto conoció tres períodos de grandeza:• ElReinoAntiguo(3000a.C.-2100a.C.)conMenfis

comocapital.Elestadoseorganizóyseconstru-yeron laspirámidescercadeMenfis.Esteprimerperíodode reino unificado terminó con el debi-litamientodelpodercentralyelcrecimientodelpoderdelosgobernanteslocales.

• El ReinoMedio (2100 a.C.- 1580 a.C.) con Tebascomocapital,másalsurquelaanterior.Fueunaépocadenumerosasrealizacionesarquitectónicasydeactivocomercioenlazonadeldelta.Sude-sarrolloseviointerrumpidoporlainvasióndeloshicsos,unpueblovenidodelAsiamenor.

• ElImperioNuevo(1570a.C.–715a.C.)fuelaetapadelaexpansiónmásalládesusfronterasnaturales:porCanaánalesteyporNubiaalsur.Seconstruye-ronlosgrandestemplosdeKarnacydeLuxor.

• Desdeel sigloVIII a.C. Egipto fue sucesivamentedominadoporpueblosextranjeros,comolosasi-riosylospersas,integradoalimperiodeAlejandroMagnoenel332a.C.y,mástarde,alImperioRo-manoenel30a.C.

EnMesopotamia,lasciudadesmásantiguascrecieronduranteelIVmilenioa.C.• Haciael3200a.C.,sedestacaronvariasciudades-

estadohabitadas por los sumerios y los acadios: Eridu, Ur, Uruk, Lagash y Umma. Como veremosmás adelante, fueron ciudades independientesunasdelasotras.

• Hacia1780a.C.unreydeBabilonia,HammurabilogródominarbuenapartedelterritoriodeMeso-potamia.

• EnelMediterráneoorientalubicamosalaciviliza-cióndeCreta(IImilenioa.C.),quesedestacóporsucomercio.

• TambiénenlaMediaLunadelasTierrasFértiles,enlazonadeSiriayPalestina,sedesarrollaron,alre-dedordelaño1000a.C.,lasciudades-estadodelosfenicios,grandescomerciantesmarítimos,ydeloshebreos,quieneslograronunreinounificadoentrelossiglosXIyXa.C.,ycuyareligiónestudiaremosespecialmente.

EnelcorrerdelImilenioa.C.seformangrandesim-periosqueconquistantodaestazona:• Entrelosaños722a.C.y680a.C.elImperioAsirio

ocupónosóloMesopotamia,sinoterritoriosveci-noscomolatierradeloshebreosyEgipto.

• El Imperio Persa conquistó a su vez el CercanoOrienteentre550a.C.y479a.C.

B • EGIPtO Y MESOPOtAMIA

a. Economía y sociedad

En Egipto, la actividad económica más importan-te era la agricultura. Como hemos visto, la crecida del Nilo garantizaba la fertilidad de las tierras a sus orillas. El país producía cereales como cebada y trigo, frutas, vides y lino; se criaban cerdos, cabras y ovinos, vacu-nos, ocas y patos. En la zona de pantanos, en el delta del Nilo, los cañaverales, los nenúfares, las plantas de papiro, proporcionaban a los habitantes de sus orillas

Lámina C:1

Tomado de "Histoire Geographie 6º", J. Lambin, p. 28

ciudadaguas altas

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ciudad

Nilo

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ciudadaguas bajas

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los materiales de construcción para sus viviendas y sus botes, además de ser la zona propicia para cazar y pes-car. Después de la crecida, cuando las aguas volvían a su cauce, los campesinos trabajaban la tierra con una azada o con un arado y se sembraban las semillas en la tierra aún húmeda. Para regar sus cultivos utilizaban herramientas (algunas de las cuales son similares a las que hoy se siguen utilizando) [Observa la Lámina C:2], que les permitían construir canales para transportar el agua del río. En los meses de abril y mayo llegaba el tiempo de la recolección y del pago de impuestos, que

podía significar hasta la mitad de la cosecha. Después, el río volvía a crecer y un nuevo año de trabajo reco-menzaba. Además de trabajar la tierra y de pagar los impuestos que mantenían al Faraón, a los sacerdotes y a los funcionarios, el campesino egipcio debía traba-jar en las canteras de piedras, en el mantenimiento de los canales y en las construcciones de los templos y las tumbas. Los campesinos eran la gran mayoría de la po-blación de Egipto. Se los llamaba fellah, hombres libres pero que no eran dueños de la tierra que cultivaban. Se supone que el propietario de todo era el Faraón.

Cairns, T. Los inicios de la civilización, p. 31.

Lámina C:2

Una simple balanza aliviaba gran parte del esfuerzo de sacar agua y se vaciaba en el canal de riego superior.

Lámina C:3 Río Nilo

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También existían los esclavos, propiedad del Faraón. Eran, por lo general, prisioneros de guerra y su número creció a partir del Imperio Nuevo, cuando se conquista-ron nuevas tierras.

A ambos lados del Nilo el desierto proporciona can-teras de piedra caliza blanca, cuarzo de color rojo y granito rosa, gris y negro. Estas piedras eran empleadas en la construcción de templos y tumbas, los palacios y las viviendas de funcionarios y sacerdotes. Al sur, se encontraban minas de oro y piedras preciosas. El cobre llegaba principalmente del Sinaí, pero no era suficien-te; por ello los egipcios debieron importarlo de Chipre y de Siria. A partir de estas materias primas, se desarro-llaron las artesanías.

Los artesanos vivían mejor que los campesinos, sobre todo aquellos que hacían tareas especializadas, como los orfebres, los metalúrgicos y los pintores que trabajaban para los sacerdotes y para el Faraón. Los ebanistas, artesanos especializados, construían mue-bles para los vivos y para los muertos, porque el cuer-po del difunto iba acompañado de un ajuar funerario. También eran especializados los orfebres que fundían el oro y engarzaban piedras preciosas, y los curtidores que trabajaban el cuero a la perfección.

Los comerciantes que se encargaban de los inter-cambios internos lo hacían por trueque y se traslada-ban por el río en botes de papiro o de madera. La na-vegación por el Nilo era muy importante, porque era la forma más rápida para trasladar piedras, productos y personas. Muchas veces se abrían canales para facilitar la navegación, por ejemplo, en la zona de las cataratas.

En el comercio exterior los cretenses y los fenicios –a quienes estudiaremos más adelante- sirvieron sucesi-vamente de intermediarios. Durante el Imperio Nuevo, el comercio exterior se convirtió en una actividad eco-nómica fundamental. Egipto no tenía maderas de bue-na calidad y debía importarlas, lo mismo que ciertos metales como el estaño, necesario para elaborar bron-ce; pero abundaban los cereales para exportar. El co-mercio proporcionaba maderas de Biblos; desde Nubia, navegando por el Nilo, llegaban otros productos como sustancias aromáticas, plumas de avestruz y marfil.

Quienes rodeaban al Faraón ocupaban el lugar más importante de la sociedad. Eran los sacerdotes, los fun-cionarios, los guerreros y los escribas. Los funcionarios y los escribas se encargaban del cobro de impuestos, dirigían la administración y controlaban la economía

del reino; estaban sometidos, a su vez, al control de los sacerdotes. En la época del Imperio Nuevo se llevaba un registro muy eficiente de todas las tierras y sus culti-vos. Desde que Egipto sufrió las invasiones de pueblos como los hicsos, creció el número y la importancia de guerreros y soldados.

VidA COtidiANA

Lavidadelcampesinoeramuysimpleycasinocam-bióenlos3000añosdehistoriadelantiguoEgipto.Vivíaenchozasdebarroseco,vestíaunpobretapa-rrabo,ibadescalzo,comíapandecereales,legumbresy pescado y bebía cerveza. Los propios campesinos-mujeres u hombres- fabricaban el pan, la cerveza,y lostejidosqueconsumían.Comoúnicoanimaldecargausabanelasno.Lavidadelossacerdotesyfuncionarioseradiferentealadelamayoríadelapoblacióncampesina.Teníanaccesoamejoresviviendas,alimentaciónyvestimen-ta. Las pinturas de las pirámides y los templos noshandejadorepresentacionesdeunosyotrossectoressocialesquenospermitenconocersuvidacotidiana.

En Mesopotamia, la principal actividad era tam-bién la agricultura. La mayor parte de tierra pertene-cía a la autoridad, el Rey o el Templo y ésta la repartían en lotes a los campesinos, quienes también podían ser propietarios. Se cultivaba trigo, cebada y sésamo; las palmeras proporcionaban dátiles; se criaban ovejas y cabras. Como en Egipto, los propios campesinos hacían sus manufacturas: telas de lino y de lana, recipientes de alfarería y ladrillos. También se desarrollaron artesanías de lujo, por ejemplo, los objetos de oro, de marfil y de piedras preciosas, que constituían las riquezas más im-portantes. Para el trabajo de las tierras se podía contra-tar jornaleros o disponer de esclavos, capturados en las guerras. El comercio entre una ciudad y la otra era muy activo. Más importante era el comercio con las regiones vecinas, de donde las ciudades mesopotámicas obte-nían los productos que escaseaban en ellas. Era funda-mental comprar maderas finas y resistentes, piedras y metales. Al igual que en Egipto, existían sectores po-derosos, como los sacerdotes, funcionarios y escribas, pero, quizás en Mesopotamia fuera posible cambiar de condición social. Un artesano se podía enriquecer, un esclavo podía llegar a ser un hombre libre o un rico co-merciante empobrecerse y convertirse en esclavo por sus deudas. ©

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b. Organización política

La organización política de Egipto hasta cerca del año 3000 a.C. consistía en dos reinos que se ubicaban al sur (el Alto Egipto) y al norte (el Bajo Egipto) en el valle del río. Fue entonces unificado en un solo reino. Todo Egipto se organizó en forma de Estado centraliza-do, gobernado por un Faraón quien llevaba una doble corona, en representación de los dos antiguos reinos. [Observa mapa C:3] El poder del faraón era de origen di-vino. ¿Recuerdas cómo se denomina esta forma de gobier-no? Desde el Imperio Nuevo, el Faraón era considerado la encarnación viva del dios del sol, llamado al comien-zo Ra y más tarde Amón-Ra. Su función era garantizar el equilibrio del mundo y se creía que él intervenía ante los dioses para provocar la crecida del Nilo. Al comien-zo de su mandato se organizaban grandes fiestas que reconocían su poder divino. Era el dueño de la tierra y hacía las leyes para que todos los egipcios vivieran en orden y en paz. Lee el documento C:1.

La capital (Menfis primero, luego Tebas a partir del Reino Medio) era sede de la administración y el lugar donde residían el faraón, los principales sacerdotes y los funcionarios más importantes. El territorio estaba dividido en circunscripciones denominadas "nomos" administradas por un jefe local.

Los funcionarios estaban organizados jerárquica-mente. El más importante –llamado visir por los his-toriadores- tenía múltiples funciones. Controlaba las obras públicas, las finanzas, los archivos y las aduanas, nombraba funcionarios que recogían los impuestos y se encargaban del cumplimiento de las leyes desde la capital hasta la más pequeña aldea.

Documento C:1

"Yo era el que producía la cebada y amaba el dios gra-no. El Nilo me respetaba en cada inundación. Nadie tuvo hambre durante mis años, ni sed en aquel tiem-po. Los hombres estaban en paz por medio de lo que yo hacía. Todo lo que ordené estaba como debía ser."

Faraón Merenphat Vida, prosperidad, salud.

Los pobladores de Egipto debían pagar impuestos al Estado, por ejemplo, en aceite, vino, miel, sandalias, ropa, esteras de papiro o metales. Todo era guardado en los depósitos del Faraón. Para controlar la produc-ción de los campos los funcionarios medía los terrenos con un cordel y los escribas que los acompañaban ano-taban en sus tablillas.

Además, los pueblos sometidos fuera de Egipto también pagaban impuestos. Éstos eran productos

Mar Rojo

Mar Med i te r ráneo

De l ta

Beni HasanTell el Amarna

Abidos

Tebas

Assuán

MenfisSakkarah

Gizeh

Valle de los Reyes

Corona Blanca del Rey del Alto Egipto

NUBIA

ALTO EGIPTO

BAJO EGIPTOCorona Roja

del Rey del Bajo Egipto

Río

Nilo

Río

Nilo

Península del Sinaí

exóticos como colmillos de elefantes, pieles, metales de todo tipo, arcos o escudos.

Con la invasión de los hicsos, el aislamiento de Egip-to -garantizado por los desiertos que lo rodean- termi-nó. Los hicsos eran un pueblo nómada proveniente de Asia Menor, contaban con una superioridad técnica: el uso del caballo y del carro de guerra. Luego de estar

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sometidos a su poder, los egipcios lograron derrotar-los y crearon el Imperio Nuevo. Organizaron un ejército poderoso, a cuyo frente se ubicaba el Faraón, y con las técnicas de sus invasores conquistaron las tierras cer-canas.

El ejército egipcio se componía de lanceros y de ar-queros. En el carro de guerra tirado por dos caballos iban dos hombres, el conductor y el combatiente. Tam-bién organizaron una marina de guerra y de transporte, no sólo por el Nilo sino también por el mar Mediterrá-neo y el mar Rojo.

En Mesopotamia, cada ciudad-estado era goberna-da por un rey, con poderes también divinos. La autori-dad se ejercía desde el templo (el zigurat, con forma de pirámide escalonada) y desde el palacio real.

Documento C:2

"Un hecho, sobre todo, debe retener la atención: las ciudades empiezan ya a rodearse de murallas. El ejem-plo más típico es el de Uruk, cuya muralla, de 9,5 km. de largo, erizada con más de 900 torres semicirculares, englobaba una superficie de 5 km. cuadrados. La tra-dición ha atribuido su construcción a Gilgamesh, que fue el héroe de varios relatos épicos. Esta última cir-cunstancia, la mención de su nombre en las listas rea-les sumerias al lado de divinidades como Lugalbanda y Dumuzi, y el número fantástico de sus años de reina-do, han inducido a los historiadores, durante mucho tiempo, a dudar de la existencia real de Gilgamesh. Pero su contemporáneo Mebaragesi parecía también una figura completamente legendaria, hasta el día en que se descubrió una inscripción con su nombre. Es, desde luego, evidente que se han exagerado conside-rablemente los hechos, hasta el punto de transformar a Gilgamesh en un héroe sobrehumano, pero hoy en día conocemos mejor los procedimientos de composi-ción de romances primitivos, y no podríamos dejar de considerar los elementos indudablemente antiguos de las epopeyas sumerias.

Estos personajes debieron vivir, sin duda, hacia 2700 a.C. Ahora bien, precisamente en esta época fue cuando se construyó, en la ciudad de Kish, el primer palacio real independiente del templo. Todos estos hechos traducen la misma realidad fundamental: la aparición de una monarquía militar. Y lo que demues-tra, además, las listas reales, es que entre las ciudades sumerias se desarrolló una lucha por la hegemonía."

Garelli, P. "El Próximo Oriente asiático", pp. 31-32

Las ciudades-estado vivían en permanente rivalidad por lo que no lograron crear un estado unificado como en Egipto. Cada ciudad desarrolló una organización centralizada en la figura del rey, y un ejército.

Hacia el 1780 a.C., el rey de Babilonia, Hammurabi, organizó un reino y gobernó en nombre del dios Mar-duk toda la Mesopotamia. Más adelante, estudiaremos el código de Hammurabi, uno de los primeros conjun-tos de leyes escritas.

Documento C:3

"Yo, Hammurabi, el poderoso rey de Babilonia, el rey que sometió los cuatro cuadrantes y a quien Marduk hizo triunfar, construí el canal Hammurabi es la rique-za del pueblo que trae superabundante agua al país de Sumer y Acad y cuidé de ella en comida y bebida. Los apacenté en la plenitud y les proporcioné la paz."

García Pelayo, M.: Las formas políticas en el Antiguo Oriente. p.80

c. Expresión y conocimientos

Para los pueblos antiguos, la religión es una manera de explicar el mundo, desde los fenómenos naturales hasta la conducta humana y los hechos extraordinarios. La evidente relación entre los dioses y algunos elemen-tos de la naturaleza justifica el nombre de naturalistas que se da a estas religiones.

En Egipto, arte y religión están profundamente rela-cionados. La religión egipcia era politeísta, lo que signifi-ca que sus fieles creían en numerosos dioses. Los dioses más importantes se adoraron en todo Egipto; además, cada aldea y cada región tenían sus dioses particulares. Durante el Reino Antiguo, el dios principal era Ra, el Sol, al que luego denominaron Amón-Ra. Los egipcios representaron a algunos de sus dioses con cuerpo hu-mano y cabeza de animal: Horus tiene la cabeza de un halcón; Anubis, la de un chacal; Thot, la de un ibis. [Ob-serva lámina C:4]. Otros dioses representaban las fuer-zas de la naturaleza: el sol, la tierra, el cielo, el río.

El templo era el lugar del culto al dios y su construc-ción seguía un plano similar en todos los casos. [Obser-va la lámina C:5 ] En el templo –construido en piedra- había lugares especiales para la estatua del dios, para la habitación de los sacerdotes y los talleres y depósi-tos. Los egipcios consideraron que el culto a los dioses era necesario para mantener el orden del universo: la sucesión de las estaciones, el curso de los astros en el ©

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cielo y la periódica crecida del Nilo. Solamente los sa-cerdotes y el Faraón podían celebrar el culto y penetrar al interior del templo. En las fiestas, la estatua del dios era transportada por el Nilo pero cubierta para que el pueblo no la pudiera ver. Éste no participaba del culto aunque pagaba los impuestos para el mantenimiento del templo y del culto. Los campesinos rezaban a sus dioses locales y familiares. [Observa la Lámina C:8]

Las fiestas más importantes tenían relación con el ciclo agrícola. A principios de año se celebraba el año nuevo, coincidente con el comienzo de la inundación. Al empezar la cosecha se celebraba a la diosa de la siega, y los campesinos festejaban con grandes comilonas.

Pero, sin duda, el culto más importante –y por el que seguramente tú conoces a los egipcios- era el cul-to a los muertos. Los egipcios entendían que la vida terrenal era un tránsito hacia la vida de ultratumba. La

Lámina C:4

preocupación por la vida en el más allá alcanzó a todos los egipcios, desde los faraones hasta el más humilde campesino, aunque no todos podían practicar los ritos funerarios de la misma manera. Los egipcios creían que la vida después de la muerte era posible si el cuerpo estaba bien conservado, lo que garantizaba también la preservación del alma del individuo. Por esta razón mo-mificaban los cuerpos, tal como habría pasado con Osi-ris. Osiris era el dios de la vegetación, de la agricultura y de la vida después de la muerte. Las leyendas sobre su vida nos explican esta relación. [Lee documento C:4 ] Así como la naturaleza germina en tierras antes anegadas por el río, se creía que Osiris renacía a la vida después de la muerte. Los hombres también podían hacerlo si cumplían con los complicados ritos funerarios. La mo-mificación permitía la conservación del cuerpo que, depositado en un sarcófago, era trasladado a su tumba. [Lee los documento C:5 y C:6 ] ©

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Documento C:4

“Osiris fue un rey bienhechor, que reveló a los egipcios el cultivo del trigo, de la cebada y de la vid, dándoles como alimento el pan, y como bebidas el vino y la cerveza. Más tarde recorrió la tierra entera para civilizarla (...).

A su retorno cayó en una celada que le tendió su her-mano, el maléfico Seth (...) Seth logró, con engaños, que Osiris se metiera en una ataúd, que fue cerrado sobre él y arrojado al Nilo. El ataúd derivó al mar, y las olas lo arrastraron a Biblos, depositándolo al pie de un tamarisco, que creció prodigiosamente ocultándolo en su interior. Allí lo fue a buscar su esposa Isis y, traí-do a Egipto, el ataúd fue descubierto por Seth, quien despedazó el cuerpo de Osiris y dispersó los miembros cortados, por las distintas regiones. Isis se puso a bus-carlos y en el lugar en que los encontraba erigía una tumba. Mientras tanto, Horus, hijo póstumo de Osi-ris, fue criado secretamente por Isis para vengar a su padre. Horus, tras rudos combates, logró arrancar de manos de Seth la herencia de su padre y Osiris revivió triunfalmente en su hijo.

Al mismo tiempo, Isis, con ayuda de Anubis, recons-tituyó a su esposo en un cuerpo entero, inmortal, re-animado por siempre por el poder de su magia. Los dioses, reunidos en tribunal para juzgar los conflictos de los dos hermanos, declararon a Seth vencido y pro-clamaron la inmortalidad de Osiris."

ROSSENVASSER, ABRAHAM Nuevos textos literarios del Antiguo Egipto, tomado de González, A. y otros, Historia 1, p.57

Documento C:5 El descubrimiento de la tumba de Tutankamón.

Fue un momento irrepetible. La tarde del 26 de no-viembre de 1922 el arqueólogo Howard Carter intro-dujo una antorcha en la pequeña abertura realizada en la puerta de la tumba y se asomó en la penumbra apenas esclarecida por la luz. Detrás de él, esperando ansiosamente, Lord Carnavon con su hija.

“Los detalles de la cámara emergían lentamente de la niebla de los tiempos: extraños animales y estatuas, y por todos lados, el resplandor del oro", contó, más tar-de, Carter. Pero en aquel momento ninguna palabra fue capaz de salirle de la boca debido a la sorpresa y Carnavon debió sacudirle para sacarle de su mutismo:

“¿Logras ver algo?"

Y todo lo que Carter fue capaz de responder: “Sí, algo maravilloso"

Delante de ellos, ante la luz trémula, figuraba la única tumba intacta de un faraón, con tesoro y sarcófago, descubierta en las colinas rocosas del Valle de los Re-yes. Las pequeñas estancias estaban llenas de obras maestras del período del Imperio Nuevo, preciados catafalcos, vasijas de alabastro, divanes de oro con cabezas de leones; un esplendoroso carro de oro y un trono también de oro que representa al joven faraón Tutankamón y a la reina recubiertos de joyas de lapis-lázuli y cornalita. El faraón yacía intacto en una serie de sarcófagos dorados metidos en un catafalco rojo

Fletcher, B.: A history of architecture, p. 25.

Lámina C:5 Templo de Khons en Karnak

abertura de iluminación

santuario

sala de la barca

sala hipóstila

patio

pilares

entrada de las esfinges

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cerrado por las alas protectoras y por los brazos abier-tos de varias divinidades.

El descubrimiento de Carter confirmó la grandiosidad de las tumbas faraónicas y el por qué muchos otros templos funerarios habían sido saqueados en busca de tesoros.

Nueva guía de Egipto, tomado de: Bustinza, J. y Ribas, G., De la Prehistoria al siglo XV, p. 69

Documento C:6

“...empiezan metiendo por las narices del difunto unos hierros encorvados y, después de sacarles con ellos los sesos, introducen allí drogas e ingredientes. Abier-tos después los ijares con piedra de Etiopía aguda y cortante, sacan por ellos los intestinos y, purgando el vientre, lo lavan con vino de palma y después con aro-mas molidos, llenándolos luego de finísima mirra, de variedad de aromas, de las cuales exceptúan el incien-so, y cosen últimamente la abertura. Después de estos preparativos, adoban secretamente el cadáver con nitro durante setenta días, único plazo que se conce-de para guardarle oculto: luego se le faja, bien lavado, con ciertas vendas cortadas de una pieza de finísimo lino, untándolo con aquella goma de que se sirven los egipcios en vez de cola.

El método a que suelen echar mano los que tienen me-nos recursos se reduce a limpiar las tripas del muerto a fuerza de lavativas y a adobar el cadáver durante los setenta días prefijados, restituyéndole después al que lo trajo para que lo vuelva a su casa."

HERODOTO, Tomado de Labraga, O. y Viera, S. Textos, documentos e ilustraciones, p. 46

Las tumbas que han resistido el paso del tiempo, porque están construidas en piedra, son las pertene-cientes a los faraones o los funcionarios más importan-tes. La gente común sólo podía enterrar a sus muertos en la tierra o en la arena.

Las primeras tumbas que se han conservado son monumentos en forma de mesa; se las llama mastabas. Los faraones de la IVª dinastía (Keops, Kefrén y Miceri-nos) fueron los que ordenaron construir las grandes pi-rámides entre los años 2600 y 2400 a.C. En las cercanías de las grandes pirámides se encuentran también otras más pequeñas o en forma de mastaba pertenecientes a la reina o a los funcionarios. [Observa la Lámina C:7 y lee documento C:8]

Documento C:7

“Los sacerdotes me han dicho que Keops obligó a to-dos los egipcios a trabajar para él. Tres mil hombres trabajaban a la vez y eran relevados cada tres meses. Era necesario diez años de labor abrumadora para construir la calzada por la que trasladaban las pie-dras (...). En cuanto a la pirámide, se necesitaron vein-te años para construirla."

Adaptado de: HERODOTO, Los nueve libros de la Historia, libro II, pp. 220-221

Documento C:8

“Para la construcción de la pirámide del faraón Keops, en Gizeh, se necesitaron más de dos millones de blo-ques de piedra caliza, algunos de los cuales alcanzan un peso de 15 toneladas. La piedra para la parte infe-rior se labró en el mismo lugar, pero los bloques que recubrían la pirámide eran de una piedra caliza más fina y se extraían de una cantera al otro lado del río. Se han hecho muchas conjeturas sobre el modo como se construyeron las pirámides. La más verosímil de ellas la formuló el erudito norteamericano Dows Dunham, según el cual se construyeron cuatro rampas de barro y mampostería que partían desde cada esquina de la base de la pirámide, en la parte exterior sin recubrir, y que iba extendiéndose hacia arriba a medida que la pirámide iba ascendiendo hilada tras hilada. Tres de las rampas se utilizaban para subir bloques y otros materiales a la hilada que se estaba construyendo, y la cuarta estaba reservada para los hombres que des-cendían con las rastras vacías. El cálculo de Dunham es que sólo 2.500 hombres pudieron operar eficaz-mente en dicha tarea, y que en las fases más avan-zadas de la construcción bastarían menos hombres. Muchos más tuvieron que emplearse en las canteras y en el trabajo de transporte, pero considera exagerada la cifra de 100.000 que dieron a Herodoto los intérpre-tes de su época.

El historiador Petrie ha indicado también que la or-ganización del trabajo debió ser más importante que el número de obreros, y es probable que así como la labor de labrar los bloques y adaptarlos unos a otros ocupó continuamente a hábiles artesanos, el trabajo de subir los bloques a su lugar era ocasional, siendo realizado por trabajadores del campo cuando queda-ban desocupados durante la inundación del Nilo."

ALDRED, C.: Aparición de los reyes-dioses, en El despertar de la civilización, pp.129-130

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En la época del Imperio Nuevo, las tumbas se cons-truían en las montañas vecinas a la ciudad de Tebas, siempre en la orilla izquierda del Nilo, considerada el país de los muertos, porque allí se oculta el sol. En esas tumbas, de modo similar al interior de las pirámides, quedaba oculto el lugar definitivo donde se deposita-ba el sarcófago con el cuerpo, para impedir los robos y garantizar el “viaje" del alma y del cuerpo para su pre-sentación ante Osiris.

El interior de pirámides y tumbas está ricamente de-corado con pinturas, estatuillas y escrituras que relatan la vida de esa persona en la tierra.

Los egipcios pensaban que después de cerrada la tumba el difunto comenzaba un largo viaje en el mun-do subterráneo. Guiado por Anubis se presentaba ante Osiris para ser juzgado. [Observa la Lámina C:6]. Su co-razón era pesado sobre una balanza y el contrapeso era tan sólo una pluma. Si pesaba menos que la pluma te-nía derecho a la vida de ultratumba. De lo contrario, era devorado por una bestia. El muerto llevaba consigo, para defenderse ante el tribunal, una serie de fórmulas contenidas en el Libro de los Muertos [Lee documento C:9] y los adornos de su tumba reflejaban cómo había sido su vida en la tierra. Pero el culto a los muertos no terminaba con el enterramiento. Por el contrario, había que procurarles diariamente ofrendas, alimentación y regalos a perpetuidad.

Documento C:9

“No he cometido pecado contra los hombres.

No hice pasar hambre

No hice llorar

No he matado, no he ordenado matar

No he reducido los alimentos en los templos

No he reducido el pan de los dioses

No he reducido la medida de los granos

No he falseado la medida agraria, no he recargado el peso de la balanza

No he quitado la leche de la boca de los niños

No he cazado los pájaros de los dioses

No he pescado los peces de sus lagos

No he detenido el agua de la inundación"

Libro de los Muertos (extracto), en Histoire Geographie 6º (Ed. Belin), p. 35

La escultura tenía la función primordial de hacer imágenes de los dioses y de los faraones. En el inte-rior de las tumbas, también se representaba al muer-to con una escultura por si su cuerpo era robado antes de llegar a la vida eterna. Es por ello que se hacían de materiales no perecederos como la piedra. También

Lámina C:6 Juicio a los muertos

El Juicio de los Muertos. Editorial Noguer S.A. Historia Universal, pag.32.

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47Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

utilizaron la madera, ya sea para sarcófagos como para pequeñas tallas que acompañaban al muerto en su via-je hasta el más allá. [Observa la Lámina C:9].

Documento C:10

“El ladrillo crudo constituía la totalidad de las aldeas y la mayoría de las ciudades. No pudieron resistir el paso del tiempo. Por otra parte, había grandes cons-trucciones de piedra. El problema era levantar las enormes masas de más de diez toneladas a conside-rables alturas. Los egipcios no conocían ningún siste-ma de levantamiento. Utilizarían seguramente dos de las máquinas simples más antiguamente conocidas, el plano inclinado y la palanca. Para los transportes propiamente dichos utilizaban trineos y rodillos y la fuerza motriz más a menudo utilizada era humana o animal.”

GILLE, B. Histoire génerale des techniques, en Histoire Geographie 6º (Ed. Belin), p. 36

VidA COtidiANA

Sehanconservadoalgunasdelasviviendas,comoladelvisirNakht.Unapartedelacasaestabadestinadaalavidapública–porejemplo,lasaladerecepción,concolumnas-yotraalavidaprivada.Lasviviendasdelosmásricoserancómodasylujosas;empleabanmaderashermosasyresistentescomoabetos,enebrosyroblesdelosfenicios.Enlascasasmáshumildeslosmuebleserandemaderasdelpaís,deacacia,sicomorootamarisco.

Los edificios en las grandes ciudades estaban cons-truidos en su mayoría con adobes, salvo los palacios. Fabricaban adobes mezclando barro y paja picada y se-cándolos al sol en moldes de madera, con técnicas no muy diferentes a las empleadas en el día de hoy. Al ser de adobe, muchos de esos edificios no se han conser-vado. Según Diodoro, un historiador de la Antigüedad, los egipcios construían las casas con adobes y hojas de palmera porque estaban destinadas a los vivos y a du-rar poco tiempo; en cambio, los templos y las tumbas los hacían de piedra porque durarían eternamente.

El uso de las columnas de piedra derivó del empleo de soportes de madera para los techos. En los capiteles se copiaba a la naturaleza, representando hojas de pal-mera, de papiro y de otras plantas.

Lámina C:9 Vida Cotidiana

Egipto vida cotidiana. Editorial Noguer. Historia Universal, pag 41.

La mayoría de los restos artísticos que nos han que-dado del antiguo Egipto (arquitectura, escultura y pin-tura) tienen carácter religioso. Los templos y las tumbas reales no están hechos a escala humana. Su monumen-talidad parece querer reflejar la grandeza de unos dio-ses, al lado de los cuales los hombres eran muy peque-ños... Para nosotros, que estudiamos su historia, son las fuentes que nos enseñan sus costumbres religiosas y nos ilustran sobre la vida cotidiana de los faraones y de los campesinos. ©

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Adaptado de “Faraones y pirámides”. Serie “A través del tiempo”. Ed. Plesa, pag 6-7.

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50 Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

En Mesopotamia, la religión era también el centro de su vida de sus habitantes. Sus divinidades se corres-ponden con el ciclo de la naturaleza y del trabajo de la tierra. Los dioses tenían características humanas y eran representados como tales. Como cada ciudad tenía su dios particular, el número total es muy grande. Se des-tacan los grandes dioses, como Anum, el cielo; Enlil, la tierra; Ea, el agua; Shamash, el sol; Sin, la luna; Ishtar, el planeta Venus. Sobre ellos y sobre los reyes y héroes de las ciudades se crearon y se escribieron mitos que relatan sus hazañas. Algunos de estos relatos son co-nocidos más allá de la región. Eso ocurre, por ejemplo, con el relato del Diluvio (que recoge la Biblia), referido sin duda a la crecida del Tigris y del Éufrates.

Los restos de las tumbas pertenecientes al reinado de Babilonia nos hablan de una religión pesimista. Se temía a los dioses y se les pedía una vida larga y dicho-sa. Para ello, se recurría al culto de los demonios y de los genios.

El dios de cada ciudad –por ejemplo Marduk en Ba-bilonia- residía en el templo, que tenía la forma de una pirámide escalonada, el zigurat, donde se concentraba, además, el culto. Sólo los sacerdotes participaban de él.

La construcción de templos y palacios era la activi-dad artística más importante para los sumerios. Pero los materiales empleados, adobes y ladrillos, hicieron que estas construcciones desaparecieran y llegaran hasta nosotros apenas restos reconstruidos o dibujos antiguos.

Sin embargo, se han encontrado estelas talladas en diorita que representan a los dioses y a los reyes. Tam-bién se han conservado, por cientos de miles, las tabli-llas de arcilla usadas para escribir.

Una de las piedras talladas que ha perdurado -des-cubierta a principios del siglo XX- es el código de Ha-mmurabi, rey de Babilonia que recoge disposiciones legales anteriores, las ordena y las clasifica para ser aplicadas en todo el reino. Para nosotros, significa una fuente muy importante para tratar de reconstruir la vida y la manera de pensar de esa época. Lee el docu-mento C:11.

Documento C:11 CÓDIGO de HAMMURABI (siglo XVIII a.C.)

“Si un constructor edificó una casa para un señor, pero no dio solidez a su obra, resultando que la casa por él construida se desplomó, lo cual produjo la muerte del propietario de la casa, este constructor recibirá la muerte.

Si causa la muerte del hijo del propietario de la casa, recibirá la muerte el hijo de tal constructor.

Si causa la muerte de un esclavo del propietario de la casa, dará esclavo por esclavo al dueño de la casa.

Si un señor destruye el ojo o rompe el hueso de otro señor, se destruirá su ojo o se romperá su hueso.

Si destruye el ojo o rompe el hueso de un semilibre, pa-gará una mina de plata.

Si destruye el ojo o rompe el hueso de un esclavo del señor, pagará la mitad de su valor."

“Supongamos que una mujer habite en casa de su pa-dre, y su marido haya muerto, y los hermanos de su marido no se hayan repartido la herencia, y no tenga hijos de su marido, entonces todas las joyas y adornos que el marido le haya puesto deberán pasar a los her-manos del marido, si no se han perdido. En cuanto al resto, se preguntará a los dioses y se tomará después.

Si un hombre ha incriminado a otro hombre y lo ha acusado de crimen y no ha comprobado su falta, aquel que ha incriminado es pasible de muerte.

Si un hombre golpea en el rostro a un hombre de la misma condición, pagará una mina de plata. Si un es-clavo golpea en el rostro a un hombre libre, se le cor-tará una oreja.

Si un hombre ha arrendado un campo para cultivarlo y si no ha hecho crecer trigo en ese campo, dará al pro-pietario del campo según el rendimiento del vecino."

Textos tomados de: Ballarini, A. y otros, Trabajos prácticos de historia, p. 36.

Además de las expresiones artísticas y religiosas, estas civilizaciones elaboraron otros conocimientos. (Estudiaremos, en especial, la escritura en el punto D de este mismo capítulo). Tanto egipcios como mesopo-támicos observaron los “movimientos" de las estrellas y en particular del sol, hasta entender la regularidad con que esos movimientos se producían. El fruto de esa observación fue la posibilidad de elaborar calen-darios solares de asombrosa precisión. [Lee documento

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51Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

C.12 ] Aplicaban sus conocimientos astronómicos en la arquitectura; por ejemplo, los egipcios determinaron el norte geográfico y orientaron las pirámides hacia él. También utilizaban relojes solares.

Documento C:12

“El año era, para los egipcios, el tiempo necesario para producir una cosecha. Ahora bien, la cosecha depen-de en Egipto de la inundación.(...)

Por regular que sea el fenómeno de la inundación, ha sido difícil establecer el principio del año por la sola observación de la crecida. Pero en la época en que el Nilo comienza a crecer se produce siempre en la misma fecha un acontecimiento que podía servir de guía a los creadores del calendario. La estrella Sirio, cuyo nombre egipcio es Sopdit, que no se ve durante mucho tiempo, aparece por un instante en el oriente precisamente antes de la salida del sol. Los egipcios no tardaron en asociar ambos fenómenos. Atribuían la inundación a las lágrimas de Isis. La estrella pasó por una manifestación de la diosa. Se la nombró pro-tectora del año. El día en que la estrella aparecía se es-tableció como el primer día del año. (...) Cuatro meses después de la primera manifestación de la crecida, el río volvía por entero a su cauce. Este período de cua-tro meses formaba la primera estación del año, akit, la inundación. (...)

Había, después de la estación de la inundación, una estación de la germinación, perit, y luego una esta-ción de las cosechas, chemu. Tres estaciones en lugar de cuatro. (...)

Por comodidad, las tres estaciones fueron igualadas y divididas en doce meses de treinta días: primero, segundo, tercero y cuarto mes de akit, perit y chemu. Añadían cinco días suplementarios al final del cuar-to mes de chemu para completar el número de 365 días."

PIERRE MONTET La vida cotidiana en el antiguo Egipto, pp.39-42

Sus conocimientos matemáticos eran también im-portantes. Los mesopotámicos inventaron un sistema de numeración sexagesimal como el que usamos hoy en día para subdividir la hora o para medir los ángulos. Los egipcios usaban el sistema decimal e inventaron signos para las unidades, las decenas, las centenas...

Documento C:13

“La manifiesta preocupación del egipcio respecto de la muerte y la complicación del equipo y del servicio funerario pueden dejar la impresión de que los anti-guos egipcios eran un pueblo enfermizo, obsesionado con la idea de la muerte, y que consagraba toda la vida a prepararse para su final. Nada más lejos de la verdad. Gastaba extraordinaria cantidad de tiempo y energías en negar la muerte y engañarla, pero su es-píritu no estaba poseído de tétricos presentimientos. Por el contrario, era el suyo un espíritu de triunfo espe-ranzado, de vigoroso goce de la vida y de expectante afirmación de la vida futura contra toda terminación y todo acabamiento por la muerte. La confianza en sí mismo, el optimismo y el ansia de vivir afirmaban la enérgica creencia en una vida eternamente conti-nuada, más bien que suscitar defensas complicadas contra la muerte. Por el momento, anticipamos esta opinión sin establecer diferencias entre el rey-dios, los nobles y la masa del pueblo".

WILSON, J. L cultura egipcia, pp.123-124

C • OtRAS CIVILIZACIONES: CREtENSES, fENICIOS Y HEBREOS

En el Cercano Oriente se destacaron también otras civilizaciones aunque no construyeron grandes ciuda-des ni formaron poderosos imperios: los cretenses y los fenicios por su comercio; los hebreos, por su religión.

En los papiros egipcios aparecen muchas veces nombrados los cretenses. Eran comerciantes que compraban cereales en Egipto y vendían los productos que allí escaseaban. ¿De dónde provenían?

La isla de Creta está ubicada en el Mar Mediterráneo y es la más grande del Mediterráneo oriental. [Observa el Mapa C:4]. En ella se encuentran numerosas ruinas que atestiguan su historia. La mitología griega -que luego estudiaremos- recuerda muchos mitos relaciona-dos con Creta. Pero, ya que el esplendor de la civiliza-ción cretense fue anterior a los griegos y sus relaciones con los egipcios fueron muy intensas, es conveniente estudiarla en este punto del programa.

Entre los años 2100 y 1580 a. C. se construyeron en Creta grandes ciudades como Cnossos y Festos. Hacia ©

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52 Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

el año 1750 sus palacios fueron destruidos, pero no conocemos con exactitud las causas. A partir del año 1700, fueron reconstruidos y el esplendor de Cnossos se impuso sobre toda la isla. Desde entonces aumentó su participación en el comercio con los egipcios, con las islas del mar Egeo y las costas griegas. El palacio de Cnossos nos sigue asombrando aún hoy. Era al mismo tiempo una fortaleza y la vivienda del rey, incluía gran-des almacenes y depósitos, talleres y templos. Parece haber sido la sede de una monarquía centralizada, un rey-sacerdote a quien se recuerda como Minos (de allí deriva el nombre de minoico a este período). Según la leyenda, el hijo de Minos, el Minotauro que tenía cuerpo humano y cabeza de toro, fue encerrado en un Laberinto para que no escapara y era alimentado con hombres y mujeres jóvenes. Lo que la historia nos ex-plica es que en esos años el rey de Creta exigía a los pueblos de las islas del Egeo y de Grecia el pago de tri-butos en especies o en personas. En el documento C:14 puedes leer un relato sobre el encuentro entre Teseo –un héroe ateniense- y el Minotauro.

Documento C:14 TESEO y el MINOTAURO (toro de Minos)

“Vinieron por tercera vez de Creta los que cobraban el tributo... Minos había hecho graves daños a los habi-tantes y, además una fuerza superior había asolado la comarca, ocasionando esterilidad y peste...El Oráculo les ordenó que aplacasen a Minos y se reconciliasen con él, que con esto se apaciguaría la cólera divina; le enviaron pues mensajeros y le hicieron ruegos...

Pactaron que por nueve años le enviarían en tributo siete mancebos y otras tantas doncellas. Llegados a Creta estos jóvenes, eran en el Laberinto despedaza-dos por el Minotauro. También dicen las fábulas trági-cas que perdidos, y no pudiendo acertar con la salida, allí perecían, y que el Minotauro había nacido de toro y hombre, con los miembros mezclados.

Los cretenses dicen que el Laberinto era una fortaleza, sin tener otra cosa de mal que el no poder los presos huir de ella, y como Minos celebrase combates solem-nes, a los vencedores les entregaba como premio a aquellos jóvenes...

Minos eligió a Teseo, siendo lo convenido que los ate-nienses darían la nave, y que muerto el Minotauro ce-saría la pena... Dio el padre a Teseo una vela blanca, previniéndole que al regreso, si volvía salvo, la enar-bolase y, si no, navegase con la negra como indicio de

su desgracia... Arribado a Creta, recibiendo de Ariad-na, que de él se enamoró, el hilo, e instruido de cómo se podía salir de los rodeos del Laberinto, dio muerte al Minotauro, regresó trayendo consigo a Ariadna y a los mancebos, y desfondó las naves cretenses para impedir que lo persiguieran... Olvidó Teseo enarbolar la vela blanca con que habían de anunciar a Egeo (su padre) que volvían salvos, por lo que desesperanzado, éste se arrojó desde un precipicio y acabó consigo..."

PLUTARCO, Teseo, citado en Labraga y Viera, Textos, documentos e ilustraciones, pp.162-163

La tierra no es muy fértil en la isla de Creta. A pesar de ello se cultivaban olivos y vides y también algunos cereales. Sus artesanías fueron importantes: la cerámi-ca para hacer las tinajas donde guardar el vino y el acei-te, la metalurgia y la orfebrería. Pero la actividad más importante de los cretenses fue el comercio.

Durante esos años, Creta controlaba las rutas de navegación por el mar Egeo. Los cretenses exportaban vino y aceite de sus tierras, transportados en tinajas he-chas por sus ceramistas. Pero también hacían de inter-mediarios. Por ejemplo: en Chipre compraban cobre; de la zona de Iberia, plata y el estaño proveniente de las islas Británicas; de las costas de Asia Menor recibían productos orientales como perfumes, marfil, tejidos... Muchos de estos productos eran comerciados en Egip-to en donde, a su vez, compraban cereales, perlas, va-sos y objetos de marfil. Los historiadores consideran que Creta organizó una de las primeras talasocracias (significa: dominio sobre los mares).

Conocieron la escritura, aún en proceso de desci-framiento por los arqueólogos. Los grandes archivos del palacio de Cnossos demuestran que el rey tenía muchos funcionarios que controlaban las compras y ventas.

En el año 1450 comenzó la decadencia de Creta y en 1400 el palacio fue saqueado e incendiado por motivos no totalmente conocidos por los historiadores. La isla de Creta pasó después al dominio de ciudades griegas como Micenas y el comercio en el mar Mediterráneo fue controlado por los fenicios.

Los fenicios poblaron la costa de Siria, al norte de la zona ocupada por los hebreos, hacia el año 2400 a.C. En esa región confluían varias rutas terrestres que unían la costa con el norte de Arabia y con la Mesopotamia. No tiene suelos fértiles pero es rica en árboles -cedros, cipreses y enebros- que producen buenas maderas. Las ciudades–estado de los fenicios se desarrollaron en el ©

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53Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

primer milenio antes de Cristo y alcanzaron su apogeo entre los siglos XI y VIII a.C. Se destacaron Biblos, Tiro y Sidón, ubicadas sobre la costa y que se dedicaron a la pesca y a la navegación. Los fenicios no formaron un estado unificado. [Observa el Mapa C:4].

Han quedado relatos de los intercambios que los fenicios realizaban con los egipcios y con los hebreos. Ya hemos estudiado que los egipcios necesitaban ma-deras para la construcción de templos y palacios. Tam-bién compraban a los fenicios las embarcaciones para navegar por el río Nilo. Por su parte, Salomón, rey de los hebreos, les encargó maderas para construir el templo de Jerusalén.

Otro producto que exportaba los fenicios eran los tejidos teñidos de color púrpura. A partir del múrex (un caracol) lograron varios tonos diferentes por lo que sus tejidos eran muy requeridos.

Además de vender sus propios productos recibían productos exóticos del Lejano Oriente. Llegaban en caravanas de camellos y los fenicios se encargaban de distribuirlos por las costas del Mediterráneo. Para el comercio marítimo construían barcos de quilla plana, con la proa curvada y dos hileras de remeros. Navega-ron por el mar Mediterráneo -heredando las rutas de los cretenses- pero se aventuraron más lejos: por el mar Rojo, el Océano Índico y hasta el Atlántico. En el sur de Iberia compraban hierro y plata; desde Cádiz empren-dían los viajes hasta las islas Británicas en donde con-seguían el estaño, fundamental para elaborar bronce.

Documento C:15

“Allí me detuve siete años y junté muchas riquezas entre los egipcios, pues todos me daban alguna cosa. Mas cuando llegó el octavo, se presentó un fenicio, que ya había causado a otros hombres multitud de males y, engañándome, me llevó a Fenicia, donde se hallaban su casa y sus bienes. Estuve con él un año entero, y cuando las estaciones volvieron a suceder-se, urdió otros engaños y me llevó a Libia con su nave, con el aparente fin de que lo ayudase a conducir sus mercancías, pero en realidad, para venderme allí por un precio cuantiosos. Tuve que seguirle, aunque ya sospechaba algo y me embarqué en su nave."

Adaptado de: HOMERO, La Odisea, canto XIV, pp. 215-216

Los fenicios tenían depósitos para sus mercancías en varios puntos de la costa mediterránea. Eran facto-rías que con el tiempo se convirtieron en ciudades. La más importante fue Cartago en el norte de África. (En el próximo capítulo reencontraremos a Cartago en re-lación con Roma.)

Otro aporte de la civilización fenicia fue la creación del alfabeto, un sistema de escritura que estudiaremos más adelante.

0 200 400 600 km

Zona de procedencia de los Fenicios

Área de comercio e influencia de los Fenicios

Ciudades

Málaga

Badajoz

Huelva

Cádiz

Rachgoun

Cartagena

Rusadir

AlicanteCarmona

Emporion

Tharros

Olbia

Cagliari

Nora

SulcisBithia

Gibraltar

Cartago

Utica

Sousse

PalermoMotys

Cumae

Ischia

Praeneste

Siracusa

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M a r N e g r o

CorintoMicenas

Lindos

Esmirna Marash

Carquemis

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AradusByblos

Sidon

Cabo Bon

Malta

HazorMegidoShechemJericóGaza

AvarisLaquis

Tiro

PalosCurium Amathus

Citium

Encom

Creta Chipre Rodas

Samos

Sicilia

Cerdeña

Karatepe

Sinjerli

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Athlit

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Golfo de Akoba

Cabo Espartel Ibiza

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Mapa C:4

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54 Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

La historia de los hebreos, o judíos, está contada en la primera parte de la Biblia, en el Antiguo Testamen-to. Hacia el 1.800 a.C., algunas tribus abandonaron las márgenes del río Éufrates donde vivían. Llevaban una vida nómada, buscando pasturas para sus rebaños. Conducidos por patriarcas como Abraham, Isaac y Ja-cob cuyo sobrenombre era Israel, los hebreos, es decir “los de más allá del río Éufrates", recorrieron Palestina.

Palestina, o país de Canaán, es una estrecha banda de tierra fértil entre el río Jordán y el Mar Mediterráneo. Estaba habitada por los cananeos, y por un pueblo ve-nido del mar, los filisteos. Los hebreos se establecieron en las regiones montañosas del sur, cultivaban el suelo o se desplazaban con sus rebaños.

Hacia 1.700 a.C., los hebreos entraron en Egipto y se establecieron durante varios siglos. Maltratados por los faraones, abandonaron el delta del Nilo. A través del desierto del Sinaí, Moisés los condujo hacia la “tierra prometida": Palestina.

Para conquistarla, las doce tribus de Israel se unie-ron bajo la autoridad de un Rey. El rey David eligió Je-rusalén como capital. Su hijo Salomón construyó allí su templo. A la muerte de Salomón, en el 930 a.C., el Reino se dividió en dos: el Reino de Israel al norte y el de Judá en el sur.

Las rivalidades de estos dos reinos les impidieron resistir a los conquistadores asirios. En el 587 a.C., Jeru-salén fue tomada y sus habitantes fueron deportados a Mesopotamia. Liberados por los persas, los hebreos permanecieron de ahí en adelante sometidos a reyes extranjeros. Los romanos conquistaron la Palestina; en el 70 d.C., para vengarse de las revueltas de los judíos, destruyeron el Templo de Jerusalén.

Los hebreos adoran a un Dios único: Yahvé. Significa que son monoteístas. Es una religión revelada: la Biblia enseña que Yahvé los eligió para revelarles su ley y ha-cer de ellos el “pueblo elegido".

La Biblia, el libro sagrado de los hebreos, es un conjunto de textos: poemas, leyes, relatos trasmitidos oralmente durante siglos, y escritos a partir del siglo X a.C. En ella se relata que Moisés recibió de Yahvé, en el Monte Sinaí, los Diez Mandamientos, o Tablas de la Ley. Este texto sagrado es guardado en un cofre de madera, llamado el Arca de la Alianza.

El culto consiste en plegarias, en ofrendas y en sa-crificios. Los hebreos celebran los acontecimientos más importantes de la historia judía. Deben también respe-tar el reposo del séptimo día o Sabbat.

A partir de las duras experiencias que sufrieron –consideradas como castigo divino por los pecados

cometidos- se vive entre los hebreos la esperanza de la salvación, vinculada a la llegada de un Mesías (envia-do), anunciado por los profetas y mandado por Yahvé para salvarlos.

Para conocer la historia del pueblo hebreo, la Biblia es una importante fuente, pero debemos recordar que no es un documento histórico, sino religioso.

D • LA ESCRItURA EN EL CERCANO ORIENtE

Todas las civilizaciones que estamos estudiando se destacaron por poseer un sistema de escritura, inven-tado por cada una de ellas. Suponemos que su origen se debió a la necesidad de registrar las cantidades que se cosechaban y los impuestos que se debían pagar. Los primeros signos empleados fueron dibujos, por eso se llama escritura pictográfica. Así, cada dibujo representa un objeto, aunque simplificado. Esos signos se fueron modificando cuando las sociedades necesitaron expre-sar ideas, sentimientos o cualidades: fueron naciendo los ideogramas. Los egipcios, en especial, inventaron signos que representaban sílabas, o sea sonidos. Hubo un mo-mento, en el desarrollo de la escritura, en el que se utiliza-ron los tres tipos de signos indistintamente (ideogramas, pictogramas y notación silábica), por lo que su lectura era muy complicada. Los escribas, como ya sabemos, se especializaron en esta escritura, que contaba con un nú-mero inmenso de signos y requería de un aprendizaje muy largo y especial. Más adelante, la escritura fue utili-zada con otras finalidades, -ni administrativas ni religio-sas- y es por ello que conocemos datos fundamentales de la vida, las costumbres y los sentimientos de estos pueblos antiguos. Muchos de los documentos que tene-mos en este texto provienen de esas fuentes...

Las formas más antiguas que se conservan proce-den de Mesopotamia. Se escribía sobre tablillas de ba-rro, cuando aún estaban húmedas y luego se cocían como si fueran ladrillos. Para marcar las tablillas utiliza-ban una cuña, con el extremo de una caña cortada en forma triangular por lo que se la conoce como escritura cuneiforme. [Observa documento C:16].

Entre los egipcios, las primeras formas de escritura fueron los jeroglíficos, grabados en piedra o en papiros. [Observa documento C:17]. Las hojas de papiros se fabri-caban encolando y apretando varias tiras del interior de la caña del papiro. ©

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55Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

Documento C:16 Cómo se desarrolló la escritura cuneiforme

Pictograma

original

cuneiforme

Asirio

clásico

significado tierra cielo entrada de agua pájaro pez buey grano arar

Tomado de: Cairns, T., Los inicios de la civilización, p.42

Documento C:17 Escritura egipcia. Así se leen hoy día los jeroglíficos egipcios.

Ceram, C. W.: Dioses, tumbas y sabios, p. 210-114.© E

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Lámina C:11

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57Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

La escritura egipcia fue descifrada a partir de las in-vestigaciones de un arqueólogo francés, Champollion. En la expedición a Egipto de Napoleón Bonaparte (año 1798 d.C.) fue descubierta la piedra de la Roseta. [Ob-serva la Lámina C:11]. En ella está escrito el mismo texto en tres formas diferentes de escritura: en jeroglíficos, en demótico (una escritura egipcia simplificada) y en griego. A partir de esta última Champollion pudo tra-ducir todo el texto.

Los cretenses también inventaron una escritura pic-tográfica que les servía para practicar su comercio en el mar Mediterráneo.

Posteriormente, los fenicios fueron capaces de inven-tar un sistema de escritura revolucionario, más simple que todos los anteriores, cuyo uso se extiende hasta el presente: la escritura alfabética. Este sistema se compo-ne de signos que representan sonidos, en especial soni-dos consonánticos. La capacidad de análisis de los feni-cios les permitió advertir cuáles son las unidades meno-res que componen la lengua. Por eso pudieron reducir la cantidad de signos a 20 ó 30. Las excavaciones de las ciudades fenicias nos revelan que en el siglo XIII a.C. ya utilizaban la escritura fonética que podía adaptarse a las distintas lenguas: al fenicio, al arameo u otras.

E • LOS IMPERIOS

A partir del II milenio a.C. se produjo en el Cercano Oriente la llegada de los indoeuropeos, pueblos prove-nientes de las llanuras de Rusia y que hablaban una len-gua común. Fundaron muchos reinos gracias a las nue-vas armas que tenían: el carro de guerra y el caballo y, en muchos casos, el uso del hierro. Algunos de ellos se instalaron en Asia Menor (los hititas) y otros ocuparon el territorio de Grecia y conquistaron a los cretenses (los aqueos). Para la segunda mitad del II milenio sus nove-dades guerreras se habían generalizado permitiendo la formación de numerosos imperios. Ya vimos el caso de los egipcios, cuando alrededor del año 1500 a.C. se vieron invadidos por los hicsos que venían huyendo de los indoeuropeos de quienes habían adoptado el caba-llo y el carro de guerra. Los egipcios a su vez pudieron derrotarlos y formar el Imperio Nuevo.

a. Imperio Asirio

En el siglo VIII a.C., otro pueblo se impuso sobre la región: los asirios, que desde el norte de Mesopota-mia fueron conquistando otras civilizaciones. Eran un pueblo guerrero y de excelentes jinetes. Formaron un Imperio en base al dominio que les dio la guerra. Las

M a r M e d i t e r r á n e o

Casp io

Mar Ro jo

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Montañas

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Rio Eufrates

Rio Tigris

Rio

Nilo

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Jerusalem

Tiro

SidonBiblos

Tebas

Nínive

EGIPTO

BabiloniaISRAEL

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ARMENIOS

CALDEOSARABES

Assur

SusaNippur

Mapa C:5 Imperio Asirio

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58 Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

imágenes que han quedado de ellos, los muestran como fieros guerreros a quienes les gustaba, también, la caza de animales salvajes. Su dominio se extendió por toda Mesopotamia, por la zona ocupada por fenicios y hebreos, y por Egipto. Conocidos por su crueldad, los asirios saqueaban y arrasaban muchas de las ciudades que conquistaban y trasladaban a la población vencida a nuevos territorios. En el caso de los hebreos, la Biblia relata la destrucción de Jerusalén. En el año 612 a. C. los asirios fueron derrotados por pueblos vecinos que se organizaron en su contra. En cada región se volvieron a formar reinos independientes.

b. Imperio Persa

Una nueva conquista y la formación de un Imperio se produjo por la conquista de los persas, un pueblo proveniente de la meseta de Irán. Los persas eran gran-des guerreros que dominaban el arco y flecha como armas de guerra. Ubica en el mapa C:6 su imperio y compáralo con los anteriores que hemos estudiado.

Verás que era el más grande hasta entonces conocido. Comenzó en el 550 a.C. con las conquistas de Ciro y se extendió por más de 200 años, con sus sucesores.

Un imperio tan grande exigía una organización es-pecial. A la cabeza del imperio se encontraba el Gran Rey, considerado, además, de origen divino. Le corres-pondían las principales decisiones, que tomaba acom-pañado por sus consejeros. El territorio fue dividido en numerosas satrapías. Al frente de cada una de ellas ha-bía un sátrapa, que se encargaba de mantener su terri-torio unido al imperio, cobrar los impuestos y controlar el pago en soldados para el ejército persa.

Además de los sátrapas, el rey persa contaba con los servicios de unos funcionarios llamados los ojos y oídos del rey, quienes recorrían el territorio del imperio y lo informaban de la actuación de los otros funcionarios.

Dentro del ejército se destacó la guardia real, inte-grada por los mejores soldados persas. Contaba, ade-más, con un extenso ejército para el que se utilizaron tropas de los pueblos sometidos.

Mar Med i te r ráneo

Casp io

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Des ie r to de Arab ia

Montañas

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Río Tigris

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OCÉANO ÍND ICO

Mar NegroMar

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Tiro Sidon

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Atenas Esparta Sardes Gordion

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Nisibis

Pasagardas

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Mapa C:6 Imperio Persa

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59Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

Para poder desplazarse y dominar un imperio tan extenso fue necesario la construcción de una excelente red de caminos, transitada por los correos reales. Estos caminos permitieron el desarrollo de un activo comer-cio entre las diferentes regiones, facilitado, además, por el uso de una lengua común, el arameo y una moneda de oro, el dárico.

Los persas no basaron su dominio en el terror como lo habían hecho los asirios. Respetaban la religión y las costumbres de los pueblos sometidos, mientras no amenazaran con destruir la unidad imperial. En el año 538 a.C. liberaron a los hebreos (¿recuerdas que éstos estaban exiliados en Mesopotamia?) y los devolvieron a su patria con la condición de que reconstruyeran el templo de Jerusalén.

Por su parte, la religión de los persas se basaba en

la creencia de dos principios espirituales, Ahuramazda, el dios del bien y el orden y Ahriman, el dios del mal y la destrucción. Zarathustra fue el profeta que predicó esta religión, que muestra la lucha que se establece en

el mundo, entre principios del bien y del mal. El hom-bre, como ser libre, debe elegir entre ambos. Los persas se presentaban como los signos del poder bienhechor de Ahuramazda y toda rebelión era considerada como triunfo del mal.

En cuanto al arte, los persas recogieron la influencia de los pueblos sometidos, sobretodo de los mesopotá-micos y de los egipcios.

En la próxima unidad, estudiaremos el enfrenta-miento entre los persas y los griegos y la conquista del imperio persa por Alejandro Magno.

Documento C:18

“Yo, Ciro, rey del mundo, gran rey, rey legítimo, rey de Babilonia, rey de Summer, Akkad, rey de las cua-tro extremidades de la tierra, hijo de Cambises, rey grande, rey de Anshan; nieto de Ciro, rey grande, rey de Ashan; de una familia que siempre ha poseído realeza; yo, Ciro, cuyo dominio contemplan con gus-to Bel y Nebo, que desean verlo como rey para que agrande a sus corazones. Cuando entré en Babilo-nia como amigo y cuando establecí el trono de mi poder en el palacio de los gobernantes bajo el júbilo y el regocijo, Marduk, el gran señor, indujo a los ha-bitantes de Babilonia a amarme, y yo, por mi parte, me esforcé diariamente en adorarle. Mis numerosas tropas caminaron en torno a Babilonia en paz, y no permití que nadie causara terror en ningún lugar del país de Summer y Akkad. Busqué la paz en Babilonia y en el resto de sus ciudades sagradas. Respecto a los habitantes de Babilonia, abolí los tributos que les habían sido impuestos en contra de la voluntad de los dioses, llevé consuelo a sus haciendas devasta-das, poniendo fin a sus quejas. Marduk el gran señor, se agradó mucho con mis obras y me otorgó amoro-sas bendiciones, a mí, Ciro, el rey adorador suyo, y a Cambises, mi hijo, lo mismo que a mis tropas, y todos nosotros alabamos su divina alegría, manteniéndo-nos ante él en paz."

Tomado de Lozano y Mitre, Análisis y comentarios de textos históricos, p.26

Lámina C:12

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60 Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

Lluvias moderadas

No hay lluvias

OcéanoPacífico

Desierto Costero

Laderas frondosas

Cuenca delAmazonas

Muchas precipitacionesAltiplanicie o Puna

VIENTOS LLUVIOSOSDEL ATLÁNTICO

4 • LAS CIVILIZACIONES EN AMéRICA

Como hemos estudiado en el capítulo anterior, en América se practicó también la agricultura y la domestica-ción de animales. Alrededor del año 1500 a.C. comenzaron a desarrollarse civilizaciones. Su período de esplendor fue entre los años 500 a.C. y 1500 d. C. y es así que los conquis-tadores españoles se encontraron con los mayas –aunque ya sin una unidad política– en Yucatán y los territorios de Guatemala; los aztecas, dominando la meseta mexicana y los incas, con un gran imperio en América del Sur.

Como puedes observar en la línea cronológica, se pueden distinguir tres grandes etapas en el desarrollo de estas civilizaciones: el período formativo, el período clásico y el período post-clásico.

La cultura de estos pueblos ha llegado hasta noso-tros de manera mucho más directa que las del Cercano Oriente. Para estudiarlas, además de contar con restos materiales y documentos escritos de mayas y aztecas, tenemos también los relatos y las tradiciones orales recogidos por los cronistas españoles en el siglo XVI y trasmitidos hasta el día de hoy. Los descendientes de aquellos aztecas, mayas e incas pueblan la misma tie-rra de sus antepasados y hablan similares lenguas. Son, por lo tanto, culturas vivas.

A • LOS INCAS

a. Ubicación geográfica y temporal

Los incas, y antes que ellos otros pueblos, se ubi-caron en el área andina que comprende los territorios definidos por la cordillera de los Andes sobre la costa del Pacífico. Pero el área no es uniforme. Podemos dis-tinguir distintas zonas. Sobre la costa, se extiende un desierto. Aunque las tierras son muy secas están esca-samente interrumpidas por ríos que permitieron prac-ticar la agricultura. La corriente fría de Humboldt corre junto a la costa y produce riquísimas fuentes de peces y mariscos. La cordillera de los Andes alcanza los puntos más altos en los actuales países de Perú, Bolivia y Chile. Los valles centrales, o la sierra (hasta los 3200 mts de al-tura) y la puna (más de 3200 mts.) fueron las zonas más pobladas, aunque el agua de lluvia o subterránea no es abundante. En la puna hay grandes diferencias de tem-peratura entre el día y la noche. Como puedes observar en la Lámina C:13, en las laderas de la cordillera, hacia el este, las lluvias son muy abundantes.

A pesar de las condiciones naturales tan adversas esta zona fue ocupada por seres humanos desde hace más de 10000 años y allí se desarrolló la civilización más grande de América del Sur.

De las distintas civilizaciones que ocuparon el área andina, la más destacada fue la de los Incas por haber logrado construir un inmenso imperio.

Lámina C:13

1.500(a.C)

Mayas: TIKAL PALENQUE

Primeras Aldeas

100 (a.C)

1.500(d.C)

1.000 (d.C)

Período Formativo Período Clásico PeríodoPost-clásico

Primeras AldeasTEOTIHUACAN Toltecas

Zapotecas

UXMALCHICHÉN ITZÁ

Aztecas:TENOCHTITLÁN

TIAHUANACONAZCA

ChimúIncas:TAHUANTINSUYO

CUZCO

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61Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

IV Milenio ac

III Milenio ac

OC…ANO

PACÕFICO

Aztecas Mayas

Tahuantinsuyo

Egipto

Mesopotamia

India

China

OCÉANOATLÁNTICO

OCÉANOPACÍFICO

OC…ANO

ÕNDICO

IV Milenio ac

Las leyendas ubican el origen de los incas en el lago Titicaca. De allí habrían salido, en el siglo XIII, los hijos del Sol, Manco Capac y su esposa Mama Ocllo para asen-tarse en la región del Cusco. Fueron los iniciadores de la dinastía que creó y gobernó el Imperio. Dominaron a la población del valle, adoptaron su lengua, el que-chua, y también muchos aspectos de su cultura. Doce emperadores (o Incas) gobernaron sucesivamente, y crearon el Tahuantinsuyo, que nosotros conocemos como el Imperio de las cuatro regiones del mundo. Se extendía, como puedes observar en el mapa C:7, desde el territorio de la actual Colombia en el norte, hasta la zona de Chile en el sur, ocupando toda la zona andina: las montañas, los valles y la costa. El 9° Inca, Pachacuti

Inca Yupanqui fue el responsable de las conquistas en-tre los años 1438 y 1471. El Inca Huayna Capac murió en el año 1525 y sus dos hijos, Atahualpa y Huáscar se disputaron el trono, lo que desencadenó una guerra ci-vil. Cuando aún se estaban enfrentando sucedió la lle-gada de los españoles, con Pizarro a la cabeza, quienes conquistaron el Imperio en el año 1532.

b. La organización del Tahuantinsuyo

El Tahuantinsuyo estaba dividido en cuatro regiones y el centro era Cusco, la capital, “el ombligo del mundo". Para organizar un Imperio tan extenso, el poder estaba centralizado en el Inca. Su poder era considerado de origen divino. Administraba el Imperio con el apoyo de funcionarios que recorrían las distintas regiones. Obser-va la lámina C:14.

Cada provincia era gobernada por un funcionario llamado “el que todo lo ve". Por debajo de ellos se ubica-ban los curacas, cuyas responsabilidades estudiaremos en el punto siguiente. Todos dependían de la autoridad del Inca y podían pertenecer a las etnias sometidas.

Mapa C:7

Lámina C:14

Huayna Capac, el último gran Inca (dibujo de Poma de Ayala).© E

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62 Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

Para el pago de tributos se hacían censos de la po-blación, de las tierras, de los rebaños y de la produc-ción. Los contadores de quipus se encargaban de con-trolar el pago de los tributos. (Observa la lámina C:15). Los tributos y excedentes se almacenaban en grandes depósitos.

El ejército también estaba dirigido por el Inca y sus parientes directos. Los campesinos debían servir obli-gatoriamente en el ejército, por turnos.

Las comunicaciones eran importantes para mante-ner el control, por lo que los incas construyeron una extensa red de caminos con calzadas y puentes, que de Cusco partían y a Cusco llegaban. Por los caminos del imperio, un sistema de chasquis llevaba y traía las órdenes del Inca, mediante un sistema de postas. A los lados del camino, cada cierto trecho, se levantaba un tambo, un refugio o posada donde los viajeros podían conseguir comida, bebida, o pasar la noche si era ne-cesario. En los tambos, siempre había chasquis prontos para llevar mensajes. Observa la lámina C:16.

Los incas establecieron para todo el Tahuantinsuyu una lengua común, el quechua y el culto a Inti (el Sol) y a otros dioses. Para que la nueva cultura fuera aceptada más rápidamente, los hijos de los príncipes o caciques eran enviados a Cusco donde debían cumplir cuatro años de aprendizaje de la lengua, la historia y la religión de los incas. Una vez que estaban asimilados cumplían funciones en el ejército y en la administración. Por otra parte, se permitía que cada etnia o pueblo incorporado conservara sus dioses y sus costumbres. Pero, en caso de rebelión, los pueblos eran trasladados a otra región que estuviera ya adaptada al dominio inca. Lee el docu-mento C:19.

Documento C:19 El Tahuantinsuyu

La expansión inca más allá del Cuzco acabó con mu-chos de los conflictos locales, aunque tampoco esca-searon las rebeliones. Los lupaca, un pueblo de la re-gión del lago Titicaca, se rebelaron contra el Cuzco al darse cuenta que de aliados iban pasando a súbditos sujetos. Derrotada la rebelión sufrieron traslados des-de sus punas en las alturas a orillas del lago (a menos de 3900 m) (...). Muchos de los hombres fueron deste-rrados a lejanas regiones de la actual Bolivia, despo-jados de su autoridad étnica. (...)

Podemos afirmar que el poder cuzqueño abarcaba te-rritorios muy lejanos y en zonas geográficas muy dis-tintas. Esta expansión no siempre fue fácil. (...) Donde

Lámina C:15 Vida Cotidiana

Muestra de un quipucamayoc. (dibujo de Poma de Ayala).

Lámina C:16 Vida Cotidiana

Figura de un ingeniero constructor de un puente colgante sobre un río (dibujo de Poma de Ayala). © E

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hubo resistencia, el régimen cuzqueño instalaba fuer-zas centralizadas. Donde no, las fuerzas estatales eran pocas y dispersas. (...)

Una de las características propias de la organización militar en el Tahuantinsuyu era que el ejército y la bu-rocracia esperaban ser nutridos con maíz, un cultivo suntuario menos accesible que los tubérculos y el chu-ñu en la alimentación campesina. (...)

La presencia victoriosa del Cuzco se percibe mejor si-guiendo la carretera mayor, la cual nos conduce a los centros administrativos. Éstos fueron instalados en todo el territorio, desde el Ecuador hasta Mendoza en Argentina.

Murra, J.: El Tawantinsuyu, en Las sociedades originarias, pp. 482-493

c. Economía y sociedad

La base económica del imperio era la agricultura y a ella se dedicaba la mayor parte de la población. Para trabajar la tierra, en las laderas de la montaña, fue ne-cesario la construcción de terrazas de cultivo. (Observa la lámina C:18). El terreno se rellenaba con piedras, con grava más fina y, finalmente, en la capa superior, con tierra. El agua para regar provenía del deshielo y era conducida por una red de canales y acequias. El cam-pesino usaba la taclla para remover la tierra, sin ayuda de animales domésticos.[Observa la lámina C:17].

En la sierra y los valles centrales se cultivaba maíz, ají, calabazas, maní, mandioca, porotos y algodón. El maíz necesita calor y humedad para crecer, por esa razón se lo cultivaba en las terrazas. En la alimentación, se lo empleaba de diferentes maneras: la mazorca entera, en forma de harina y para fabricar una bebida fermentada llamada chicha. En la puna se cultivaba la papa, la qui-nua y otros productos. Se conocieron más de 220 va-riedades de papa. Para conservarlas fabricaban chuñu: desecándolas en el hielo y exprimiéndolas. La quinua es un cereal de las regiones frías del que se consumen los granos o se los muele como harina.

En los Andes, en la alta puna, se domesticaron ani-males como la llama y la alpaca. La vicuña y el guanaco eran salvajes pero también fueron usados. Aprovecha-ban la lana, en especial de la alpaca y de la vicuña, el cuero –para hacer ojotas- y la carne, consumida, gene-ralmente, en forma de charqui. Los empleaban como animales de carga, aunque soportaban pesos reduci-dos. El estiércol de estos animales servía de combus-tible y de abono para las tierras, así como el guano de

aves marinas recogido en la costa. Además del uso económico, las llamas eran sacrificadas o su sangre em-pleada con fines ceremoniales.

En las zonas tropicales se cultivaba la coca, cuyas hojas eran consumidas con fines ceremoniales y como estimulante, sobre todo en las tierras altas.

En las costas del Pacífico y en el lago Titicaca la pes-ca, abundante, era fuente de alimentación. También criaban cuises y patos para consumir su carne.

Las artesanías se desarrollaron ampliamente: la ces-tería, la cerámica y los textiles, tanto de lana como de algodón. El tejido y el teñido de las fibras posibilitaba tanto la realización de prendas de uso común como de aquellas reservadas al Inca en las que se entretejía lana de vicuña e hilos de oro. La lana se acumulaba en los depósitos del Estado y éste la distribuía a los campesi-nos para que hilaran y tejieran para ellos y como forma de pagar impuestos: en beneficio de los funcionarios y del ejército.

La extracción de metales: oro, plata y cobre (cono-cieron también el bronce), posibilitó el desarrollo de la metalurgia, y de la orfebrería.

Lámina C:17 Vida Cotidiana

La faena agrícola de la siembra (dibujo de Poma de Ayala).

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La mayoría de la población era campesina. Se agru-paban en ayllus. Los historiadores, de acuerdo con las crónicas recogidas en tiempos de la conquista españo-la, suponen que los ayllus eran comunidades pre-incai-cas que los Incas mantuvieron. Cada ayllu recibía tierras de parte del Inca. Pero éstas no estaban ubicadas en un mismo espacio geográfico, sino que se les permitía tener acceso a tierras en la puna, en la sierra e inclu-so en la costa. De esta manera, la comunidad podía obtener alimentos muy diversos y prácticamente se autoabastecía. Todos los años, se redistribuían las tierras del Tahuantinsuyu y también dentro del ayllu. Cada fami-lia, de acuerdo al número de integrantes, recibía un tupu; si la familia crecía, al año siguiente recibía más tierra.

Como comunidad, los miembros del ayllu se consi-deraban descendientes de un antepasado común. Te-nían un jefe, el curaca, encargado de distribuir las tie-rras, las tareas y el uso del agua, y de las relaciones con las autoridades centrales.

La mayor parte del trabajo en el ayllu se hacía en forma colectiva. Cada miembro tenía derecho a que los

demás lo ayudaran en tareas especiales, como la cons-trucción de su vivienda cuando se formaba una nueva familia, por ejemplo. La comunidad era solidaria: se ha-cía responsable de los ancianos, los enfermos, las viu-das y los huérfanos. En la comunidad todos trabajaban. Los niños y niñas aprendían a hilar y tejer, actividad en la que participaban también los ancianos y los lisiados. Los muchachos jóvenes se encargaban de pastorear los rebaños de llamas y alpacas. Los ancianos también tra-bajaban, supervisando el uso de las aguas. La siembra y la cosecha eran compartidas por hombres y mujeres y éstas hacían mayoritariamente los tejidos.

Se consideraba al Inca propietario de todas las tie-rras del Tahuantinsuyu. Además de las que se repartían a los ayllus, se conservaba una parte para beneficio del Estado y otra para el culto al Sol que eran trabajadas también por los campesinos de los ayllus, en forma ro-tativa. Cada comunidad debía proporcionar campesi-nos que trabajaran las tierras del Inca y del Sol para el cultivo de maíz, el pastoreo de llamas y la confección de tejidos. Estas tareas se consideraban una forma de

Lámina C:18

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pagar tributos en trabajo, era la mita. Pero el Inca, o el curaca, debían proporcionar el alimento, la chicha, las herramientas y semillas que precisaban los trabajado-res. Los historiadores consideran que esta organización se basa en el principio de reciprocidad.

Otras mitas que los campesinos debían cumplir eran el mantenimiento de los caminos y puentes, la construcción de templos y depósitos, el servicio mili-tar y el servicio de chasquis. Se consideraba que todos los varones jóvenes y adultos debían cumplir con estas obligaciones pero eso incluía también a la mujer y los hijos.

Como cada ayllu producía la mayor parte de los pro-ductos que necesitaba había pocos intercambios. Los ayllus de un mismo grupo étnico se reunían periódica-mente en las fiestas a sus dioses y, en esas oportunida-des, intercambiaban alimentos y productos artesana-les. El Estado, además, concentraba los excedentes, los almacenaba y los distribuía a los sectores de la admi-nistración, del ejército y del culto a los dioses. También se cree que los alimentos guardados en los depósitos

del Inca podían ser distribuidos a la población campe-sina en caso de hambre provocada por malas cosechas. Aunque se conocieron algunos mercados, el comercio no fue una actividad importante y el uso de la moneda fue desconocido.

La sociedad, además de la mayoría de campesinos, estaba compuesta por otros grupos. Los más impor-tantes eran los que estaban vinculados con el Inca, su familia y los funcionarios.

Los sacerdotes y los nobles no trabajaban la tierra. Se los conoce como los “incas de privilegio". Se alimen-taban gracias al trabajo de los campesinos. Colabora-ban en la guerra y en la administración del Imperio.

Por debajo de ellos encontramos a los señores de los ayllus, los curacas. Recibían tierras del Inca que era trabajada por los campesinos de su comunidad.

Fuera de la comunidad del ayllu existían varios gru-pos. Los artesanos seleccionados, entre los mejores, para trabajar al servicio del Inca: tapiceros, metalúrgi-cos, alfareros, orfebres y contadores de quipus. Otro grupo diferente lo constituían las acllas, o mujeres es-cogidas. Eran artesanas encargadas de tejer para el Inca o fabricar la chicha que éste consumía. Fueron llama-das las "vírgenes del Sol" por los españoles debido a su exclusivo servicio a la divinidad. Los yana eran criados al servicio del Inca y del culto.

VidA COtidiANA

ElIncavestíademaneraespecial:unatúnicadelanadealpaca,unavinchaensucabezayadornosdeoroyunamantacuadradafinamentetejida.Enlascere-monias,sesentabaenuntronodeoromacizoysussúbditosseacercabanaélconlafrenteinclinadaylospiesdescalzosenseñalderespeto.

Elvestidodeloshombrescampesinoserauntaparra-bo,querecibíaalcomenzar lapubertad,ununcoocamisetalargayunacapa.Eldelasmujeressecom-poníadedospiezasdetela,unaarrolladaalacintu-raquelellegabaalospiesyotrasobreloshombrossujetaalcuelloporunalfiler.Lasdiferenciassocialessemostrabanenlariquezadelostejidos,aunqueloscoloreseransimilares.Tambiénerandiferentesloste-jidosusadosenocasionesespeciales:unanoviaensucasamiento,parasellarlapazoelusofunerario.

Lámina C:19 Sacsahuamán

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d. Cultura y religión

La arquitectura incaica llama la atención por la per-fección de la técnica utilizada. La construcción de las ciudades se realizaba de acuerdo a un plano trazado con anticipación, siguiendo la figura de un animal, como el puma en el caso de Cusco, o el lagarto para Machu Picchu. Las calles y las plazas, los palacios, los templos, la ubicación de los centros ceremoniales, todo estaba planificado antes de construir la ciudad y tenía un especial significado. El material utilizado era la pie-dra y se destaca el empleo de inmensos bloques labra-dos por el hombre y colocados de manera encastrada sin el uso de estuco alguno. Hasta el día de hoy se con-servan inalterables, aquellos edificios que no fueron destruidos en la época de la conquista española. Para las viviendas de los campesinos se empleaba, como hoy, el adobe cocido al sol.

Entre las obras públicas se destaca la construcción de caminos y puentes, muchos de los cuales se siguen utilizando [Observa la lámina C:15].

La religión incaica estaba basada en el culto a Vira-cocha (o Huiracocha), el dios creador. Era la divinidad principal, creador de los demás dioses, de los hombres, de las plantas y de los animales. Otros dioses eran el Sol (Inti), la Luna (Qilla), el trueno, las estrellas, la Tierra (Pa-chamama), el mar (Mamacocha). El culto estaba muy organizado. Los centros ceremoniales se multiplicaban y la importancia de los sacerdotes era grande. Momen-tos especiales los constituían el solsticio de invierno y el de verano, cuando se realizaban grandes fiestas en honor al Sol. El estudio del Sol y de los planetas permi-tió la elaboración de un calendario, tanto para uso ce-remonial como agrícola. Además del culto oficial, se ce-lebraban, como se sigue haciendo, el culto a las huacas

Lámina C:20 Machu Picchu

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-lugares u objetos considerados sagrados- y el culto a los muertos, a quienes momificaban. El culto consistía en ofrendas, sacrificios de animales y, en algunas oca-siones, de seres humanos.

Un aspecto particular de la cultura inca fue la uti-lización de los quipus. Los quipus era un sistema que servía para anotar cantidades. De un grueso cordón colgaban varias cuerdas de diferentes colores, según el objeto que representaran. El color amarillo repre-sentaba el oro, el rojo servía para contar soldados y armas. En los hilos se hacían nudos que indicaban uni-dades, decenas o centenas. Fueron utilizados, como ya lo señalamos, para controlar el pago de los tributos. Servían también para recordar hechos importantes y los funcionarios que los utilizaban debían realizar un aprendizaje especial.

B • CIVILIZACIONES DE MESOAMéRICA

Mesoamérica es una región de gran diversidad geo-gráfica y climática. La meseta central de México es una zona de actividad volcánica, con una altura promedio de 2000 metros. Se producen escasas lluvias por lo que la zona es semidesértica aunque hay valles fértiles don-de se dio la temprana domesticación del maíz. En las costas del Pacífico y en las del Golfo de México hay tie-rras bajas. En estas últimas es frecuente la presencia de ríos, pantanos y lagunas. La península del Yucatán es una zona seca, de escasas lluvias pero que cuenta con aguas subterráneas que afloran en los cenotes, conside-rados sagrados por los mayas. Al sur de México actual y en Guatemala hay una zona de tierras bajas tropicales, donde las lluvias son abundantes de mayo a noviem-bre. En la misma zona, pero cerca del Océano Pacífico, la sierra de Chiapas y Guatemala alcanza alturas entre 2000 y 3100 metros.

En Mesoamérica se desarrollaron varias civilizacio-nes que mantuvieron activos contactos entre ellas. Las últimas son las que conocemos como Mayas y Aztecas.

a. Los mayas

Ocuparon el territorio de la península de Yucatán, el sur de México hasta el Pacífico y tierras actuales de Guatemala en América Central. El esplendor de su ci-vilización se ubica entre los años 300 a.C. y 900 d.C.

cuando levantaron grandes ciudades en la selva. Cada ciudad estaba dispuesta en torno a un centro político-ceremonial. Los templos y palacios fueron construidos sobre pirámides escalonadas, en piedra labrada. Las vi-viendas de los alrededores eran de paja o palos.

Los mayas no constituyeron una unidad política, a pesar de tener cultura, dioses y lengua comunes. Vivían en ciudades-estado, independientes unas de las otras. Cada ciudad estaba gobernada por el halach uinic, acompañado por sacerdotes, nobles, guerreros y fun-cionarios. Algunas ciudades se destacaron por el con-trol sobre territorios vecinos. Es el caso de las ciudades de Copán, Tikal, y Palenque que vivieron su momento de esplendor entre los siglos VIII y X. Más tarde, entre los siglos XI y XIII, las ciudades de Uxmal, Mayapán y Chichen Itzá formaron la Liga de Mayapán. A la llegada de los españoles, esta liga se había disuelto, pero exis-tían aún pequeños estados que buscaban reorganizar su poder.

El cultivo de la tierra era fundamental para obtener el maíz, base de su alimentación. Para trabajar la tierra practicaron el sistema de tala y roza: debían limpiar la selva, derribar algunos árboles y quemarlos junto con la maleza. Cada pocos años era necesario cambiar el si-tio de la milpa (es decir, la parcela) porque la tierra se agota rápidamente. Además de este sistema de cultivo extensivo, conocieron también sistemas intensivos que implicaban uso del agua mediante canales y elevación de los terrenos inundables. Estas exclusivas parcelas eran controladas por los grupos que gobernaban, que defendían las ciudades o se encargaban del culto a los dioses mientras que los campesinos trabajaban en las otras tierras con el sistema de roza.

Se especializaron en artesanías como el tejido, la orfebrería y el trabajo de la piedra para la construc-ción. El intercambio comercial fue muy activo, no sólo entre ciudades mayas sino con otros pueblos de Meso-américa.

La religión maya, al igual que las de los otros pue-blos que estudiamos, tiene una fuerte relación con las fuerzas de la naturaleza. Ejemplo de ello son: el dios del cielo (Itzamná), el señor de la lluvia (Chac), el dios del maíz y de la agricultura (Yumkax). Los cenotes, depó-sitos subterráneos de aguas dulces en Yucatán, eran considerados sagrados.

En las ciudades mayas, los edificios destinados a la observación de los astros ocuparon un lugar especial. Su ubicación muestra la importancia que tenía el estu-dio de la astronomía y su empleo, además, en la cons-trucción de pirámides y templos. Lee el documento C:20.

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Documento C:20 Las ciudades mayas

En las ciudades se refleja un claro dominio en el uso de los materiales y de las técnicas de construcción, ade-más de que la arquitectura siempre se adecuó al pai-saje (...) El centro de las ciudades estaba ocupado por los principales edificios públicos, entre los cuales los espacios abiertos o plazas servían de marco para de-sarrollar actividades políticas, religiosas y comercia-les. Ahí residían no sólo los gobernantes y sacerdotes, sino también las familias ligadas al grupo en el poder. En las ciudades vivían igualmente los especialistas que estaban al servicio de la élite; tal vez junto a ellos estarían los esclavos que participaban en la construc-ción y el mantenimiento de las grandes obras públi-cas. En las afueras estaban los campesinos.

Ochoa, L.: La civilización maya en la historia regional mesoamericana, en Las sociedades originarias, p. 185

LA CuLtuRA mesOAmeRiCANA

LospueblosdeMesoaméricacompartieronelementosculturales. Algunos dioses, ciertos elementos arqui-tectónicos–elusodepirámides,lascanchasdejuegode pelota- demuestran que se intercambiaban algomásqueproductos comerciales.Quizás el elementocomúnmásimportanteeselusodecalendarios.Ela-borarondos: uno, deuso ritual, de 260días y otrosolar,de365días,divididoen13mesesde20díasalosqueseagregabancincodíasalcomienzodelaño.Tenían una concepción cíclica del tiempo: conside-rabanquecada52años,eltiempovolvíaarepetirse,porloquehabíaquetratardeconocerloquelosdio-sesteníanpredestinadoparaloshombres.Perohubociertasdiferenciasentrelosdistintospue-blos.Enelcasodelosmayas,susconocimientosas-tronómicosymatemáticoslespermitieronelaboraruncalendariomásexactoqueelqueutilizamosactual-mente.Ademásdecontareltiempoenformacíclica,considerabanunpuntodepartidaparalahistoriadesupueblo(coincidenteconnuestrocalendarioenelaño3113antesdeCristo),quesepodríarepresentarenunalíneadetiempocomolasquehemosconstrui-doenclase.De los sistemasde escritura, el de losmayas fue elmáscomplejoyaqueconocíansignospictográficos, ideográficosysilábicos,mientrasquelosdelosotrospuebloseransóloconsignospictográficos.Delalite-raturamaya,conservamoselPopolVuh,aunquefueescritodespuésdelallegadadelosespañoles.Comorecordarás,relatadelorigenelmundoysucreación.Tambiénelsistemadenumeracióndelosmayaseramásevolucionado.Comotodoslosdemáspueblosdelaregiónteníanunsistemavigesimal,peroeldeellosincluíaunsignopararepresentarelceroy ledabanunvalorposicional(esdecir,suvalordependedelaposición,talcomolohacemosennuestrosistema).

b. Los aztecas

Los aztecas ocuparon la meseta central de México alrededor del siglo XII adoptando la cultura de los pue-blos de la zona. Establecieron un sistema de alianzas con varios de sus vecinos mientras que a otros los do-minaron por la fuerza de las armas. A todos se les impo-nía el pago de tributos en especie o en hombres, que se convertirían en esclavos o podían ser sacrificados.

La organización política de los aztecas estaba centralizada en el poder del Huey Tlatoani, llamado

Lámina C:21 Tikal

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emperador por los españoles cuando conquistaron la región en el siglo XVI. En lo más alto de la jerarquía so-cial estaban los sacerdotes y los guerreros, como gru-pos privilegiados que no trabajaban la tierra para vivir. Los comerciantes y los artesanos constituían grupos especializados. La base social era en torno al calpulli: numerosas familias de campesinos nucleadas para el trabajo de la tierra. También integraban la sociedad los esclavos, obtenidos de las guerras o entregados como pago de tributos.

Tenochtitlán, la capital, estaba construida en el lago de Texcoco, y ocupaba numerosas islas, sobre las que se alzaban el palacio real, los templos, las plazas y las casas. Lee el documento C:21.

En cuanto a la economía, la base era la agricultura. El maíz fue el principal producto. Cultivaban, además, frijoles, tomates, calabazas, cacao, paltas, ají y algodón. Del maguey (una planta de la zona cálida y seca) se aprovechaba la pulpa para una bebida embriagante

y de sus hojas se extraía una fibra usada en la cestería. Para extender la zona cultivable a orillas de los lagos se construían chinampas, es-pecie de islas artificiales, con plan-tas acuáticas y rellenas de lodo del lago, por lo que su fertilidad era constante.

Actividades muy importantes eran el comercio y las artesanías, sobre todo el tejido. El contacto con los otros pueblos de la región les permitió integrar elementos cul-turales y a la vez dominarlos. Los pueblos sometidos pagaban im-puestos con tejidos y otros produc-tos como plumas de aves, piedras raras o alimentos. Los comerciantes eran, además, agentes de espionaje al servicio de las autoridades.

La religión era politeísta. Se destacan el culto a Huitzilopochtli, dios de la guerra; Tlaloc, dios del agua y de la lluvia; Quetzalcoatl, la “serpiente emplumada", dios de la sabiduría. Los sacerdotes organiza-ban un complejo culto que incluía ofrendas y sacrificios humanos.

Documento C:21 Tenochtitlán

Hacia 1500, la Triple Alianza (Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan) controlaba un territorio de cerca de 200.000 km2 y una población de 10 millones de personas. Te-nochtitlán en este tiempo cubría de 12 a 15 km2, con una población residente de 150.000 a 200.000 habi-tantes. La misma ciudad estaba unida mediante ca-nales y calzadas a los centros provinciales cercanos y con los suburbios. (...) No es sorprendente que los es-pañoles que arribaron en 1519 se sobrecogieran al ver el tamaño de Tenochtitlán, más grande que el de las ciudades europeas de su tiempo –por ejemplo, cinco veces mayor que su contemporánea Londres. Los es-pañoles compararon a la capital azteca con Venecia, pues las calles de Tenochtitlán eran canales. Los ca-nales tenían un tráfico constante de canoas con pa-sajeros o carga. Gran parte de Tenochtitlán y sus cam-pos vecinos, productores de alimentos, habían sido hechos mediante un enorme drenaje y un proyecto

Lámina C:22 Tenochtitlán

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70 Capítulo 3 • LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES

de recuperación de tierras. Los canales funcionaban no sólo como vías públicas, sino como diques de drenaje, los cuales reducían el contenido de agua de los panta-nos alrededor de las islas originales hasta el punto que podían ser cultivadas.

En el centro de Tenochtitlán había un recinto sagrado dominado por una pirámide de 60 m. de alto, sobre la cual estaban colocados dos templos gemelos de Tlaloc, el dios de la lluvia, y de Huitzilopochtli, el dios Sol. (...) El recinto también incluía las viviendas de los sacerdotes, una gran cancha de juego de pelota y un tzompantli

sobre el cual se colocaban los cráneos de decenas de miles de víctimas sacrificadas. (...)

Existían dos grandes mercados, uno localizado cerca del recinto del templo, y el otro en Tlatelolco. Observa-dores españoles contaron que el mercado de Tlatelolco era más grande que el de Roma o Constantinopla. Todo tipo de importaciones exóticas, alimentos, incluso es-clavos, eran ofrecidos a la venta en los mercados. Los aztecas usaron como unidades estándar de valor para sus tratos comerciales las semillas de cacao, los mantos de algodón y canutos de plumas llenos con polvo de oro.

Fiedel, S., Prehistoria de América, pp. 339-341

Lámina C:23 Imágenes aztecas. Códice Florentino, siglo XVI.

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