50
PERFIL DEL MÉDICO

Perfil del médico

  • Upload
    coco81

  • View
    375

  • Download
    2

Embed Size (px)

Citation preview

PERFIL DEL

MÉDICO

• “ La salud se ha convertido en mercancía, tiene un precio y un

mercado, un sistema que la produce y un público que lademanda, un instrumental que la obtiene y una publicidadque asegura su consumo. El paciente ha desarrolladoactitudes propias del consumidor y el médico las delintermediario, que asegura la adecuación entre un aparatoproductor de medicamentos, los servicios y una demanda”(Dr. Pablo Latapí)

• Inicialmente la medicina era mágica, posteriormente setransformó en arte y después en ciencia, sin perder una parteimportante de arte y conjuntamente con tecnología, lamedicina como ciencia, logra el balance ideal para ejercerprofesionalmente.

• El cambio de arte a ciencia se da a partir de los principiosgriegos definidos como Juramento y Ley de Hipócrates. En elprimero se indican las normas éticas que debe guardar elmédico durante el ejercicio de su profesión. En la Ley deHipócrates, menos conocida, define a la profesión médica, suprestigio y condiciones que debe reunir el que se dedique a lapráctica de la medicina.

LEY DE HIPÓCRATES

• “La medicina es la más noble de todas las profesiones; y sin embargo, porla ignorancia de los que la ejercen y de los que juzgan de ella conligereza, ha venido a ser colocada en último término. Me parece ser lacausa principal de tan falso juicio el no tener la medicina, en lospueblos, otro castigo que la falta de consideración, la cual no acepta a lossujetos que de ella hacen un medio de vivir; se parecen éstos, en mucho, alos personajes de las tragedias, pues así como los actores usan el traje y lafigura de aquellos a quienes representan, sin ser lo que ellos; de igualmanera entre los médicos hay los que lo son de nombre y no por loshechos. El que se dedica a la medicina necesita reunir las condicionessiguientes: disposición natural, enseñanza, sitio apropiado, instruccióndesde la niñez, amor al trabajo y mucha aplicación”.

• “El médico para saber, debe ser estudioso; en el prescribir

cauto y ordenado; en sus respuestas circunspecto y prudente;ambiguo en sus pronósticos; fiel a sus promesas, pero noasegurarse la salud, porque ello sería usurpar el poder de Diosy ofenderlo; prometa circunstancia y diligencia; en las visitassea discreto; en el hablar comedido; en sus afectos moderadoy benévolo con el paciente.” ( Arnoldo de Vilanova, médicoespañol del siglo XIII)

• La aplicación de las siguientes condiciones que debe reunir elmédico es el llamado perfil del médico, esto es, las cualidadesideales que debe tener para lograr óptimo desempeño de suprofesión y lograr la imagen que la sociedad espera de él.Éstas generalmente se acuñan; esto es, son vivenciasinculcadas en el seno familiar y forman parte del bagajecultural de cada individuo. Las vivenciasposteriores, raciales, ambientales, sociales, puedenrelativamente influir en la aplicación individual, personalidady comportamiento ante estas ideales cualidades.

• Abnegación al enfermo, a la sociedad, a la humanidad, puestoque el médico debe entregarse incondicionalmente al serviciode su profesión todos los días y horas del año, y debe darsesin egoísmo. Conforme avanza en la profesión y edad, eldesgaste intelectual del médico suele ser superior al físico; eljoven requiere de mayor vigor porque su labor operativa esmás intensa; debe mantenerse en condiciones saludables ysaber reconocer cuando se presenta la fatiga que puedeimpedirle actuar con eficiencia. Esta abnegación debe llevarlea ser cada día mejor, adquirir y mantenerhabilidades, conocimientos médicos y de cultura general parasobresalir siempre en su profesión.

• Adaptabilidad al carácter, personalidad, nivel social, cultural yeconómico del paciente y sus familiares, a sus expectativas ydemandas. También debe adaptarse a sus compañeros detrabajo y al nivel profesional que desempeña, tanto en lapráctica privada como en la institucional. Adaptabilidad en sutrato con pacientes, familiares, compañeros y alumnos. Esimposible lograr alivio, consuelo, confianza y estima delpaciente sin trato afable y cortés. El despotismo cierra laspuertas a toda buena relación inter-personal, especialmente ala del médico con el paciente.

• Altruismo no es regalar los servicios. El médico debe cobrarjustamente sus honorarios, sin comercializar con el dolorhumano. En caso de considerarlo conveniente y a su librealbedrío puede obsequiar su trabajo; pero es erróneo pensarque el profesionista de la medicina, no tenga que serretribuido económicamente de acuerdo a las posibilidades delpaciente y muy especialmente de las instituciones que locontratan. El médico en el desempeño honesto de suprofesión debe recibir ingresos económicos que le permitanuna vida decorosa, acorde con el nivel social que lecorresponde.

Amor a la humanidad y a su profesión. DecíaParacelso: “El más hondo fundamento de lamedicina es el amor... si nuestro amor esgrande, grande será el fruto que de élobtenga la medicina; si es menguado,menguados también serán nuestros frutos,pues el amor es el que nos hace aprender elarte y fuera de él, no nacerá ningúnmédico”.

• Apostolado el llamado apostolado de la medicina no implicaservicios gratuitos, el médico también tiene necesidades quesatisfacer y metas que alcanzar. El apostolado, si acaso, debeentenderse como entrega total e impecable ejercicio de lamedicina. Jamás confundirlo con vida de penurias económicaspor no cobrar honorarios.

• Atención esmerada y acuciosa durante elinterrogatorio, exploración y en la interpretación de síntomasy signos, estudios de laboratorio y gabinete, para darconfianza al paciente y demostrarle interés por conocer yresolver el problema médico o social que afecta su salud.Debe además, estar atento en todas sus acciones, sin perdersu concentración durante el trabajo médico y especialmentequirúrgico.

• Autocrítica para conocer sus propios alcances, valías, aciertosy errores, e incluso increparse a sí mismo; “Grave es el pesode la propia conciencia”. Cicerón: De natura Deotum, III, 35.

• Autoestima es importante para valorarse a sí mismo, sinegoísmo ofuscador; “Es propio de los necios ver los viciosajenos y olvidar los propios”. Cicerón: Tusculanos, III, 30. Lomismo asevera el refrán popular: “Ver la paja en el ojo ajeno yno ver la viga en el propio”.

• Calma en momentos de urgencias médicas, quirúrgicas, oambas, dadas las consecuencias mortales que acarrearía sufalta de ecuanimidad; el nerviosismo impide actuar conprecisión y prontitud para resolver situaciones críticas. Debedemostrar calma para tranquilizar la angustia propia delenfermo y lograr ser paciente y comprensivo con él y susfamiliares.

• Capacidad en el trabajo, para laborar intensamente, lo cualimplica vigor físico e intelectual con objeto de estar siempredisponible, sin horarios ni descanso; nunca se sabe cuando serequieran sus servicios. Capacidad de meditación sobre lo queestá haciendo, de discernimiento, de autovaluación, dereconocer errores, fracasos y éxitos. Capacidad de trabajar enequipo, dominando los celos profesionales quecorrompen, reconociendo las propias capacidades y lasajenas; así como el papel que desempeña cada uno dentrodel grupo de trabajo.

• Capacitación para poder practicar la medicina con honestidad. El médicoque no se capacita, que no adquiere conocimientos al máximo de supotencial intelectual, es un fraude. La velocidad con que avanza la cienciaactual es de tal magnitud que “puede asegurarse, sin temor aexagerar, que el médico que se gradúa hoy y deja de estudiarmañana, estará atrasado pasado mañana”. Es imprescindible capacitarsecontinuamente, estar actualizado para que los adelantos científicos ytecnológicos no rebasen los conocimientos necesarios para la óptimapráctica médica. De otro modo, los servicios ofrecidos no son los mejoresy en lugar de ser útil a la sociedad, el médico se convierte en un peligropara ella. Además, debe ampliar otros campos del saber humano eníntima relación con su profesión, que permitan situarlo como individuointegrante de un núcleo familiar, grupo detrabajo, sociedad, comunidad, país, etc. El Dr. Félix Martí Ibáñez dijo alrespecto: “En la noble carrera de la medicina no hay cabida paraaficionados; todos en ella se debe aspirar a ser maestros de lo que sehace, pues los errores de los carpinteros, de la medicina y de los aprendicesde recetadores son gravísimos”. El maestro Dr. Ignacio Chávez sentenció:“Uno debe ser el artífice de su propia formación intelectual”.

• Carácter optimista, entendido como la convicción de lograr alcanzar elmejor resultado posible en cualquier situación, siempre y cuando estédeseoso y decidido a trabajar intensamente para lograrlo. Refiere el Dr.Horacio Jinich “Sólo el optimista puede ser médico; el pesimista no lucharíacon la muerte hasta el final, hasta el último aliento y todavía después deello, intentando y acaso logrando, resucitar al paciente”. Para lograrcredibilidad del enfermo y que se ponga en sus manos, el médico, comoparte de su carácter, debe ser veraz, explícito, realista y congruente en susdiagnósticos, prescripciones y recomendaciones. Solamente conobjetividad logrará confianza. El médico debe tener buen carácter, queimplica cualidades como: sentido delhumor, jovialidad, paciencia, comprensión, ecuanimidad, y que inspireconfianza y sapiencia para propiciar empatía con el paciente.

• Colaboración con todos los miembros del equipo de salud:médicos, enfermeras, paramédicos, personal auxiliar, administrativo ydirectivo, para lograr armonía, satisfacción y eficiencia en el trabajo.

• Compañerismo implica apoyo mutuo en labores y conocimientos. Sinservilismo ni adulaciones, sin cohecho ni presiones, sin cariño ni odios, sinsolapamientos ni acusaciones infundadas, sino con ayudamultidisciplinaria para óptimos resultados laborales. Desgraciadamenteexisten charlatanes de la medicina (hasta con título) que tratando dedesprestigiar hablan mal de sus colegas y espantando a los pacientes condiagnósticos rimbombantes y graves pronósticos pretenden adquirirprestigio al aparentar ser la salvación del paciente.

• Comprensión para los que sufren, dedicando el tiempo suficiente para queexista entendimiento al real problema del paciente. Los clientes debenrecurrir al médico no para recibir una receta, sino comprensión para lograralivio y consuelo a su padecimiento. Refiere el Dr. Eduardo Cesarman: “Losproblemas fundamentales de la existencia del ser humano no son losmicrobios, el cáncer, la arteriosclerosis, etc., sus problemas básicos son lanecesidad, la mezquindad, la pequeñez de espíritu; nada de ellos seráremediado solamente con sofisticados procedimientos dediagnóstico, costosas e innumerables medicinas, equipos electrónicos ohábiles manos de cirujanos; seamos médicos, ocupémonos de la mentecomprendiendo al paciente y podremos curar el cuerpo o cuando menoslograr la aceptación de la enfermedad.”

• Conducta ejemplar debe mantener el médico en todas susactividades, no solamente cuando ejerce la profesión. “Sonraros, en efecto, los que blasfeman con la lengua, pero sonmuchos los que blasfeman con la propia conducta”. SanAgustín: In ioannis Evangelitium Tratatus, 27, 11 (PL 35,1621).El médico debe tener siempre una actitudprudente, cauteloso, comedido, como aseguraba Bias, uno delos siete sabios de Grecia: “nada en demasía” y “la mayorriqueza es no desear nada”.

• Cumplimiento en el deber; de nada servirá acumularconocimientos y no aplicarlos a los pacientes, quienes debenser el principio y el fin de su motivación como médico y laverdadera razón de su existencia profesional. Reza unanónimo “puede tolerarse la ignorancia, pero jamásperdonarse la negligencia”. El médico debe dejar de lado todadesgana en el cumplimiento de su deber; tiene que sentir eldramatismo de la lucha entre salud y enfermedad. Dice el Dr.Julio Roldán “El médico debe ser fiel al deber, a todo sudeber, porque es su deber” y tiene que realizarlo en formaservicial, cortés, amable y humilde. Un proverbio popular dice“La ignorancia puede ser no ética o inmoral; la negligencia ola omisión por apatía es delito”.

• Decisión en sus acciones, los titubeos siempre son malos, pero en medicinapueden ser mortales. Una actitud indecisa hace perder tiempo preciso en el actuarterapéutico, especialmente en casos urgentes o cuando menos deteriora laimagen. “Si el médico titubea en su proceder, el paciente dudará de suconocer”, proverbio popular. Debe entenderse la decisión, como la capacidad paratomar una determinación entre varias alternativas y hacerlo en el momentoadecuado, sin precipitación, sino que se actúe con el propósito firme de realizar loque se desea una vez que se poseen los elementos de juicio necesarios y noesperar tibiamente que los problemas se resuelvan por sí solos. La decisión pararealizar una acción médica puede tardar segundos en caso de urgencia o largotiempo cuando se requieren estudios de apoyo diagnóstico; pero, una vez tomadala decisión, debe ponerse de inmediato en acción, con determinación yfirmeza, supervisando su aplicación y resultados. El filósofo Ortega y Gasset dijo:“Es inmoral pretender que una cosa deseada se realice mágicamente, simplementeporque lo deseamos. Sólo es moral el deseo que acompaña la verdadera voluntadde aprontar los medios para su ejecución”. La decisión debe ser imparcial, jamásanteponer prejuicios; los intereses en ningún caso deben ser factor decisivo en elcurso de un acto médico. Cuando el médico se enfrente a una decisiónjusta, aunque sea desagradable, debe actuar tesoneramente y con habilidad segúnsus más profundas convicciones o enfrentarse con igual valor a las consecuencias.

• Decoro es la dignidad social; el respeto, honor y deferenciaque debe tener y presentar el médico durante el ejercicio desu profesión.

• Destreza y habilidad manual suficiente para realizar laexploración clínica necesaria e integrar un diagnóstico. Encaso que su actividad profesional tenga relación con actosquirúrgicos, su capacidad manual debe rayar en el arte, ycomo todos los artífices debe adiestrarse continuamente. Parael cirujano mantener sus manos hábiles es como laactualización y estudio para el internista.

• Dignidad profesional cuidada al máximo. Incluye la dignidadpersonal, un respeto a sí mismo, evitando dar malaimpresión, alejando cualquier sospecha de vida escandalosa(mujeres, vino, juego, fraudes, abusos, mentiras, etc.). La vidaintachable del médico le ayudará a cimentar su fama profesional.Ser digno es predicar con el ejemplo. Jamás defraudar a lospacientes para no perder su confianza, no prestarse a situacionescomprometedoras que pongan en entredicho su integridad y buenaimagen. El trato con los pacientes debe ser igual, sean amigos oenemigos, ricos o pobres....y de dar preferencia, que sea almenesteroso. La dignidad en el ejercicio profesional implica laaplicación de los principios éticos hasta sus últimas consecuencias.El prestigio de la profesión es el resultado de la suma y resta de losprestigios individuales y cualquier falta de uno de ellos perjudica atoda la clase médica. ¡El médico debe ser digno de tan sublimeprofesión!

• Ecuanimidad para no involucrarse psicológica y sentimentalmente con suspacientes. Ocasionalmente se necesita mucha fuerza de voluntad ymesura para eludir estas acciones.

• Educación esmerada desde la primera infancia; se acuña, se adquiere deconsejos y ejemplos de los padres durante la crianza, es el proceso desocialización en el hogar; posteriormente en las escuelas y facultades seenseñan técnicas, artes, oficios, ciencias y letras, pero jamás educación. Elmédico debe ser amable, cortés, condescendiente, prudente, respetuosode las ideas de pacientes y amigos, en una palabra, debe ser bieneducado. ¡Esto hace la diferencia entre un patán de la medicina y unverdadero médico!

• Habilidad en el ejercicio profesional para aplicar los principiosconocidos a los casos particulares que se presenten; paraconjuntar un diagnóstico entre síntomas, signos, datos delaboratorio y gabinete; para seleccionar el tratamientoadecuado y convencer al paciente de seguir las indicacionesterapéuticas, higiénicas y dietéticas; para formular unpronóstico y en caso de que éste sea mortal, tener lahabilidad para confortar al paciente y a sus familiares. Lamedicina es ciencia y arte, la ciencia se adquiere con elestudio, pero es menester tener la habilidad adecuada paraser artífice de la medicina.

• Honestidad para autoanalizarse y lograr mejor conocimiento de símismo, reconocer fallas, nada se puede hacer si se esconden o ignoran. Esmuy conocida la frase “Se puede engañar con cierta facilidad a muchasgentes, es más difícil engañar a pocas gentes, pero es imposible engañarsea uno mismo”. El médico está obligado a responder con honestidad a laconfianza que el paciente le deposita. No es justo engañarle. Todavía laprofesión médica goza de cierto prestigio y estima, esto compromete aactuar con honestidad. El médico debe dar lo mejor de sí mismo a laspersonas que buscan su guía al atravesar por enfermedades u otraspenurias físicas, mentales o sociales. Este dar debe ser total, al límite delesfuerzo físico y mental; se trata de la salud de un ser humano y acaso suvida. El Dr. Jaime Wooldrich dice con justificada razón refiriéndose a laprofesión médica: “Debe reconocerse y casi proclamarse que la medicinaes uno de los últimos reductos, quizás el último, de la honestidad ycumplimiento del deber; es decir, de lo que queda en la práctica de losconceptos de la ética o la deontología”.

• Humanitarismo en todas las acciones médicas por tratarse depersonas con sufrimiento, que necesitan atención, comprensión,amabilidad, cariño, consuelo; esto es, trato adecuado a su calidadde humanos. ¡El no actuar así colocaría al médico a la altura ycategoría de cualquier burócrata! ¡El humanitarismo es amor alpaciente y su expresión! El paciente es algo más que órganos ytejidos, es un ser humano, con ilusiones, aspiraciones, metas,obligaciones propias, familiares, laborales y sociales, que en esemomento se ven frustradas por la enfermedad. Durante supadecimiento atraviesa por una serie de dificultades físicas,psíquicas y sociales que repercuten en su conducta: se tornaaprensivo, dependiente, exigente y agresivo, por lo que el cuidadode los enfermos exige una vocación especial: dedicada, generosa yhumanitaria. El Dr. Romeo González Constandse refiere: “Losmédicos siempre estaremos a la vanguardia de quienes buscan elcamino hacia un futuro mejor para el hombre”.

• Humildad sin sumisión, pero sin altanería, debe ser patrimonio delcarácter y trato del médico hacia sus pacientes. Al propósito, el Dr. FélixMartí Ibáñez en una recepción de médicos indicaba: “Recordar que loimportante en la vida es ser grande, no enorme. Lo importante no es tratarde ser un hombre poderoso, sino un gran hombre. Que vuestras accionessean grandes, sin que por ello perdáis vuestra humildad y modestiapersonal”. El médico fue tradicionalmente trabajadorindividualista, algunos hasta la soberbia; la medicinamoderna, integral, socializada o no, requiere de trabajo en equipomultidisciplinario, y el médico debe tener la humildad de reconocer suslimitaciones, estar consciente de que en infinidad de ocasiones elindividuo aislado poco o nada puede hacer; que un grupo de personas queunen sus esfuerzos con la mejor voluntad, tienen más posibilidades deéxito; que existe personal experto en ciertos parámetros de lamedicina, los especialistas, que dominan su reducido campo de acción yque los médicos deben utilizar todos los recursos disponibles a su alcancepara el bien de los pacientes, sin celos profesionales que los cieguen. Estaes la única forma de trabajar en equipo.

• Integridad en todos los actos y especialmente durante el ejercicio de la medicina.Decía Gerald Austen: “Integridad es la honestidad vuelta hacia dentro” y definía alhombre íntegro como “el que reconoce en forma realista, tanto sus talentos comosus limitaciones; el que se conoce, acepta, comprende y confía en sí mismo; cuyasacciones nunca están en contradicción con sus convicciones; que vive en armoníaconsigo mismo y que es, por tanto, capaz de vivir en armonía con el mundo”;agregaba además, “la integridad debe atemperarse con el tacto, la humildad, lacompasión y el respeto genuino a los demás...”.

• El médico a su vez, debe respetar la integridad de supaciente, salvaguardarla, plantear los hechos clínicos y terapéuticos, ponderar losriesgos y beneficios, sin explotar los temores o ansiedades del enfermo, sin usar supoder de convicción para forzarlo a conductas que él desea. El médico debe estarconsciente del estado de dependencia que puede crear, dada la vulnerabilidad delindividuo enfermo y debe ser responsable del respeto a su integridad personal.Por tanto, el determinante en última instancia de la decisión terapéutica no debeser solamente el médico, el paciente o la comunidad, lo ético es la determinaciónconjunta con el paciente, sin presiones, con respeto a la integridad de ambos. Asípues, el médico toma la decisión con y por el paciente, velando por sus intereses;esta formulación preserva el derecho legal de la autodeterminación y el derechoético de la integridad de las personas.

• Lealtad es una de las cualidades más estimables en el hombrey debe reflejarse en el propio individuo, en este caso delmédico hacia el paciente, sus familiares, la profesión médica yla humanidad. Refiriéndose a la lealtad alguien dijo “es lapiedra miliar del éxito, porque quien entrega su lealtad a otrola ve regresar multiplicada 100 veces en el mismo número dediferentes formas, principalmente comoreputación, confiabilidad y honradez”.

• La lealtad en el propio individuo es similar a la integridad, estoes, “actuar conforme a convicciones y no de acuerdo aconvencionalismos”.

• Madurez en el carácter para toma de decisionesadecuadas, realizando evaluaciones objetivas, perfectamentesensatas, que generen respuestas acordes a principios ético-médico sociales. Madurez en las relaciones humanas, nodejándose llevar por impulsos o exabruptos correspondientesa personalidad inmadura o pueril, lograrán que se alcance laconfianza y respeto de pacientes, colegas y sociedad.

• Memoria para recordar los conocimientos adquiridos ycapacidad para ejercitarla. A pesar de considerar a la memoriacomo la inteligencia de los tontos, es menester cultivarla pararetener en la mente toda la teoría estudiada. No se concibeun buen médico sin una buena memoria.

• Observación de los fenómenos naturales y patológicos para poderdiscernir entre ellos. El médico debe tener espíritu de observación parapercibir las cosas tal y como se presentan y distinguir los elementosprincipales de los datos a observar, clasificándolos de acuerdo a suimportancia y valor, compararlos y relacionarlos entre sí para llegar a unaconclusión diagnóstica real y objetiva. En presencia de un enfermo, elmédico debe por observación, percibir los fenómenos que presenta elindividuo enfermo (y su diferencia con el sano) para encontrar las causasetiológicas de estas variaciones y su relación con elementosanatomofisiopatológicos y formular un diagnóstico correcto. Laobservación incluye datos de interrogatorio, exploración e interpretaciónde datos de laboratorio y gabinete. El poder de observación debe estardesarrollado al máximo en el médico internista, investigador y el cirujano.

• Personalidad propia, sin estereotipos nipretensiones, adecuada siempre a las circunstancias y sobretodo al paciente en su situación social, económica y cultural.De su personalidad dependerá la cualidad y calidad de larelación con su paciente. Debe lograrse empatía sinesfuerzo, sin tratar de cambiar, darse en su forma normal deser, sin tratar de parecer agradable o desagradable, simpáticoo antipático, bueno o malo. El médico siempre debe pensarque representa una profesión, la más digna de todas y quedebe comportarse con propiedad y prestancia. ¡Ser y vivircomo médico!

• Prestigio logrado con esfuerzo de generaciones médicas que lo precedieron en elejercicio de la profesión y que debe mantener a pesar de la degradación de valoresque se vive actualmente. También ha menguado el respeto a la autoridad, seapaterna, magisterial, ministerial o legal; a la mujer, niños y ancianos; a las normassociales establecidas, tradiciones o patria; y a pesar de ello todavía el médicomantiene un cierto prestigio social, respeto y afecto de sus pacientes, incluso hastaadmiración. Todavía con agradecimiento recibe ocasionalmente obsequiosaspalabras de aliento y gratificación de los pacientes o familiares; en algunospequeños pueblos de provincia existen todavía tres personalidades de prestigio:médico, cura y presidente municipal. Dentro de las profesiones, la medicina tienesituación privilegiada, no alcanzada jamás por ninguna otra y para sostener esteprestigio, por cierto precario, el médico debe actuar como tal, en el más ampliosentido de la palabra: dispuesto a servir con todos los atributos listados yespecialmente cuidar del prestigio de la profesión: evitando intrigas entremédicos, no revelando errores de otros compañeros o imputándoles faltas quequizá nunca cometieron o intenciones que jamás tuvieron; es muy fácil criticar aposteriori. Parece ser que ¡el peor enemigo de la profesión es el propio médico! Elprestigio de la profesión es la suma de todos y el médico que se desprestigia conactos denigrantes (pocos por suerte, pero cualquier mal acto médico es grannoticia) o que difama a otro compañero, además de quedar pésimamente ante sí yla comunidad, ¡traiciona a su profesión!

• Respeto especial que el médico debe a la dignidad humana ysecundariamente a la protección del bienestar ajeno yderechos que tengan como hombres y como enfermos. Elconcepto de respeto a esta dignidad de hombre, va más alláde lo que se pueda adquirir con la preparación académica delmédico. Depende mas bien de la estructura sociocultural delmédico (desde su niñez) que de su formación profesional. Norespetar la dignidad humana es grave falta a la ética médica ydemuestra al mismo tiempo, poca calidad humana delirrespetuoso.

• Responsabilidad es aceptar y responder por la imputabilidad de suspropios actos y se define como la obligación de rendir cuenta antela propia conciencia (responsabilidad moral o ética) o ante lasociedad (responsabilidad civil o penal). La responsabilidadprofesional siempre será patrimonio de la ética o moral; aunqueciertos actos pueden caer bajo el dominio legal, sin que estoexcluya la responsabilidad estrictamente personal y profesionalexige una actitud de apertura al estudio e investigación queconduzca al médico a mayor perfección en su trabajo: ser cuidadosode su información técnica y humanística, a la que debe acompañarun relieve ético y perfil bien definido, capaz de interpretar lasdistintas situaciones presentadas en el quehacer laboral, para saberelegir la correcta. La responsabilidad profesional está determinadapor: la acuciosidad en el trabajo; la lucha sin descanso; mantenerun sitio como servidor incansable de la salud, sinclaudicaciones, ¡con entrega total!

• Remuneración que el médico debe justamente percibir, parasatisfacer necesidades y alcanzar metas. Los emolumentosque recibe por sus servicios, se llaman honorarios porquehonra a quien los proporciona y demuestra el honor que elmédico merece. No hay equivalencia entre el bien producidopor el médico al enfermo y el valor del dinero. ¡La vida y lasalud no tienen precio!, por tanto no cuesta. Como todoprofesionista, el médico beneficia a los que requieren susservicios y tiene derecho a recibir lo necesario para susubsistencia, progreso, desarrollo científico, económico ysocial, en aras de un bien propio y de su familia.Generalmente el monto de los honorarios varía de acuerdo alprestigio, especialidad, tipo de atención prestada y a lasituación económica del paciente.

• Seguridad en sí mismo y en sus conocimientos, le permitendesenvolverse sin temor ni dudas ante los retos planteadospor enfermedades y muerte. El médico transmite estaseguridad durante su proceder y diálogo con enfermos yfamiliares, influyendo confianza. La falta de seguridad en elmédico puede crearle una personalidad estereotipada quepone de manifiesto con palabras rebuscadas, diagnósticosininteligibles, actitud distante y evasiva. Dice un dichopopular: ¡“Unmédico inseguro es un apuro”!

• Servicial, más no servil con los pacientes; esto es, prontaatención, conjuntando todos los esfuerzos para óptimaatención, pasando por alto cualquier interés oformulismo, logrando atención oportuna, de alta calidad y consentido humano.

• Vocación para la profesión elegida. Es difícil, casi imposibleser médico cuando se carece de la mística necesaria paraservir al prójimo, procurar hacer el bien y amar a lahumanidad. Vivir entre enfermedad y muerte no es grato,solamente con verdadera vocación se logra superar la tragediadel dolor humano. La vocación es un llamado interior, y aquelque no sienta este deseo nunca llegará a ejercer cabalmenteninguna profesión; mucho menos entregarse a la medicina,que representa sacrificios, privaciones y dolor.

• Si alguna de las cualidades, disciplinas ovirtudes anteriormente listadas, que debereunir o guardar el médico ideal durante elejercicio en cualquier rama de su profesiónproduce (especialmente en el lector médico)un cambio de aptitud y en consecuenciamodifica, aunque sea cambio mínimo suactitud frente al paciente, esta larga listahabrá logrado su objetivo.

• BIBLIOGRAFÍA.

• CRUELLS, JORGE; CONCEPTOS DE BIOÉTICA YRESPONSABILIDAD MÉDICA, MANUAL MODERNO, TERCERAEDICIÓN, 2005