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1 “Un profeta como yo”: Moises Edición: RegresandoalasRaices.org – [email protected] - Estudio: A.I.N. Deuteronomio 18:15-1 15 “El YHVH tu Elohim hará que surja en medio de ti, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él deberán escuchar” El profeta Moisés, que vivió 1500 años a.E.C., ha registrado en sus libros las más antiguas profecías del Mesías del mundo, las cuales se conservaron durante miles de años en las tradiciones orales del pueblo hebreo.

Un profeta como yo

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“Un profeta como yo”: Moises Edición: RegresandoalasRaices.org – [email protected] - Estudio: A.I.N.

Deuteronomio 18:15-1

15 “El YHVH tu Elohim hará que surja en medio de ti, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él deberán escuchar”

El profeta Moisés, que vivió 1500 años a.E.C., ha registrado en sus libros las más antiguas profecías del Mesías del mundo, las cuales se conservaron durante miles de años en las tradiciones orales del pueblo hebreo.

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Gn 3:15 y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; ella te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Adán y Eva escucharon la primera profecía mesiánica en el Edén, inmediatamente después de probar el fruto prohibido. En esta primera profecía es también notable la denominación del Mesías como "linaje (simiente) de la mujer," Esta profecía relacionada con el nacimiento sobrenatural del Mesías se confirma más aún por una posterior profecía de Isaías (Is. 7:14)

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"En tu descendencia (simiente) se bendecirán todos los pueblos de la tierra, por haberme tú obedecido" (Gen. 22:1).

La segunda profecía mesiánica también figura en el libro de Génesis, y habla acerca de la bendición que se extenderá por Él sobre todos los hombres. Esta profecía fue pronunciada a Abraham, cuando éste al estar listo para sacrificar a su único hijo Isaac, demostró su excepcional fidelidad y obediencia al Creador. En el texto original de esta profecía la palabra "simiente" (descendencia) está en singular, demostrando de esta manera que se trata de un solo Descendiente y no de varios.

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Gn 49:10 No será quitado el cetro de Judá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga SILOH; y a él se congregarán los pueblos.

La tercera profecía acerca del Mesías la pronunció el nieto de Abraham, el patriarca Jacob, al bendecir un poco antes de morir a sus 12 hijos y vaticinando la futura suerte de sus descendientes. El sentido de esta profecía es que los descendientes de Judá tendrán sus propios gobernadores y legisladores hasta que venga el Mesías. Este término pone de manifiesto un nuevo rasgo en Su carácter: Suprimirá la enemistad surgida entre el Creador y los hombres debido a la desobediencia.

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Nm 24:17 Lo veré, mas no ahora; lo miraré, mas no de cerca; SALDRA ESTRELLA DE JACOB, y se levantará cetro de Israel, y herirá los cantones de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set.Nm 24:18 Y será tomada Edom, será también tomada Seir por sus enemigos, e Israel se portará con valentía.

La próxima profecía acerca del Mesías bajo aspecto de "la estrella que se alza" de Jacob fue pronunciada por el profeta Balam (oráculo) que vivió a 1500 a.C. siendo contemporáneo de Moisés. Los príncipes de Moab invitaron al profeta Balam para que maldiga al pueblo hebreo, el cual amenazaba con la invasión de su territorio. Esperaban que la maldición les ayudará a alcanzar la victoria sobre los israelitas. El profeta Balam, mirando desde un monte vio al pueblo israelita que se aproximaba y en su visión profética divisó al lejano Descendiente de este pueblo. En éxtasis espiritual en vez de pronunciar la maldición pronunció estas palabras.

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"Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un Profeta, como tú, pondré en Su boca Mis palabras, y Él les comunicará todo cuanto Yo le mande. A quien no escuchará las palabras que Él dirá en Mi nombre, Yo le pediré cuenta" (Deut. 18:18-19).

Esta profecía fue dada por el Creador a Moisés cuando la vida terrenal de este gran líder y legislador del pueblo judío se aproximaba a su fin. El Eterno prometió a Moisés enviarle al pueblo israelita a su debido tiempo otro Profeta similar por Su importancia y poder espiritual, y que El mismo (el Creador) hablará por Sus labios.El añadido (postdata) incorporado en la parte final del libro del Deuteronomio por los contemporáneos de Esdras a 450 a.C., atestiguan que entre los numerosos profetas, tan abundantes en la prolongada historia del pueblo hebreo, no se ha encontrado ningún profeta comparable con Moisés. Por consiguiente, el pueblo judío desde la época de Moisés esperaba encontrar en el Mesías al grandísimo Profeta y Legislador.

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"Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un Profeta, como tú, pondré en Su boca Mis palabras, y Él les comunicará todo cuanto Yo le mande. A quien no escuchará las palabras que Él dirá en Mi nombre, Yo le pediré cuenta" (Deut. 18:18-19).

En las profecías registradas por Moisés observamos que mucho antes de que se formara la nación judía, en los tiempos remotos patriarcales, los antiguos hebreos ya poseían una sustancial y valiosa información acerca de Mesías.