14
Dijo el Señor: - La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

14 o cicloc

  • Upload
    j-s

  • View
    250

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Dijo el Señor:

- La mies es mucha, y los obreros pocos.Rogad, pues, al dueño de la mies que envíeobreros a su mies.

Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsas, ni alforja,

ni sandalias. Y no saludéis a nadie por

el camino.En la casa en que entréis,

decid primero:“ Paz a esta casa”(…)

Curad los enfermos que haya en ella, y decidles:

“El Reino de Dios está cerca de vosotros”.

(Lc 10, 1-9)

No es fácil ser cristianos hoy.

En realidad nunca lo ha sido.

En nuestros días muchos cristianos son perseguidos, maltratados, ridiculizados.

Seguramente la verdadera “era de los mártires” no se

encuentra en los siglos pasados.

Las dificultades que aguardan a los seguidores de Jesús les fueron ya anunciadas por el Maestro.

Miembros de un pueblo de pastores, empleaba su mismo lenguaje:

“Mirad que os mando como corderos en medio de lobos”.

Les pide que no lleven demasiados atavíos para el camino.

Que no pierdan el tiempo en distracciones ni cumplidos.

Que no respondan al desdén de la ofensa.

Su saludo ha de ser siempre un deseo de paz

Un evangelio de la libertad no puede ser anunciado por quienes no se sienten libres.

El mensajero no es enviado a proponer su propia interpretación

del mundo y de la historia.

No se predica a sí mismo.

Debe fidelidad a un mensaje que le ha sido

confiado.

El discípulo sabe que anunciar los valores del Reino de Dios es su mejor

servicio al hombre y a la sociedad.

Esas palabras condensan el fundamentopara la confianza social

y para la esperanza cristiana.

La vida no es “un cuento imbécil contado para un idiota”, - como diría Hamlet.

La cercanía del reino de Dios redime nuestra historia de la nausea y del fracaso.

En el texto que hoy se proclama, los discípulos vuelven a Jesús felices y contentos

por su primera experiencia misionera.

“No estéis alegres porque se os someten los espíritus;

estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo”.

La respuesta de Jesús trata de darle su sentido exacto.

Ni la Iglesia ni los cristianos pueden poner su satisfacción en los éxitos conseguidos, aunque fueran los de erradicar los males

de este mundo.

Su libertad es pura gracia de Dios.

Señor Jesús, que nos has llamado a seguirte por el camino

y a anunciar el Reino de Dios, concédenos los dones de la fidelidad y de la alegría. Amén.

Texto: José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca -

Presentación: Antonia Castro PaneroMúsica: Autumn Wind