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En los días a los que no alcanza nuestra memoria, las costumbres tradicionales atraian a los más destacados y los hombres moralmente superiores se apegaban firme- mente a las antiguas costumbres y a las instituciones de sus an:epasados. CICERÓN a) ¿QUÉ CLASE DE HOMBRES ERAN LOS ROMANOS? ¿Qué clase de hombres fueron los' romanos? Se suele decir que los hombres se conocen mejor por sus he- chos; por tanto, para contestar a esta pregunta habrá que recurrir, en primer lugar, a la historia romana para buscar -los hechos y, en segundo lugar, a la li- teratura para encontrar el espíritu inspirador de es- tos hechos. A los romanos les hubiera complacido que se les juzgara por su historia; para ellos historia significaba hechos; en latín se dice res gestae, sim- plemente "cosas hechas". De su literatura se ha afirmado con acierto que "se debe estudiar principal- mente con el propósito de comprender su historia, mientras que la historia griega se debe estudiar prin- cipalmente con el propósito de comprender la litera- tura griega". La respuesta parece entonces que sólo puede darse mediante un estudio de la historia ro- mana, y por consiguiente, que no debería aparecer en el primer capítulo sino en el último. Pero este libro no es una historia de Roma; pretende suscitar la reflexión de si ese pueblo no merece un mayor estudio, y toma la forma de breves bosquejos de ciertos aspectos de la obra realizada por los romanos. A través de toda su historia, los romanos sintie- \ ron de un modo intenso que existe una "fuerza" ajena al hombre, considerado individual o colectiva- .(, mente, que éste debe tener en cuenta. Necesíta el hombre subordinarse a algo. Si rehusa, provoca el de- sastre; si se somete contra su vo~untad, se convierte 11

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Page 1: Texto De Barrow

En los días a los que no alcanza nuestra memoria, lascostumbres tradicionales atraian a los más destacados ylos hombres moralmente superiores se apegaban firme­mente a las antiguas costumbres y a las instituciones desus an:epasados.

CICERÓN

a) ¿QUÉ CLASE DE HOMBRES ERANLOS ROMANOS?

¿Qué clase de hombres fueron los' romanos? Se sueledecir que los hombres se conocen mejor por sus he­chos; por tanto, para contestar a esta pregunta habráque recurrir, en primer lugar, a la historia romanapara buscar -los hechos y, en segundo lugar, a la li­teratura para encontrar el espíritu inspirador de es­tos hechos. A los romanos les hubiera complacidoque se les juzgara por su historia; para ellos historiasignificaba hechos; en latín se dice res gestae, sim­plemente "cosas hechas". De su literatura se haafirmado con acierto que "se debe estudiar principal­mente con el propósito de comprender su historia,mientras que la historia griega se debe estudiar prin­cipalmente con el propósito de comprender la litera­tura griega". La respuesta parece entonces que sólopuede darse mediante un estudio de la historia ro­mana, y por consiguiente, que no debería apareceren el primer capítulo sino en el último. Pero estelibro no es una historia de Roma; pretende suscitarla reflexión de si ese pueblo no merece un mayorestudio, y toma la forma de breves bosquejos deciertos aspectos de la obra realizada por los romanos.

A través de toda su historia, los romanos sintie- \ron de un modo intenso que existe una "fuerza"

ajena al hombre, considerado individual o colectiva- .(,mente, que éste debe tener en cuenta. Necesíta elhombre subordinarse a algo. Si rehusa, provoca el de­sastre; si se somete contra su vo~untad, se convierte

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13J 2 LOS ROMANOS

r en ví lima de una fuerza superior; si lo hace volun- LOS ROMANOS

lari,amente, descubre que pued~ elevarse a la c~~e- I riores, cuando podía. no ser campes~no...ni soldad~;g na d~ cooperador; por ~edlO. de la c00J.?era~lOnEl destino del campesino es el trabajo mapla.zablepued vIslumbrar la dlreCCIOne mcluso la fmalIdad I orque las estacion€s no esperan al hombre. Sm em­de esa fuerza supe~ior. La co?pe~~ción vol~nta.ria da bargo, con sólo su trabajo no logrará nada. Puedea su obra ur; sentIdo de dedIcaclOn; las .fmalIdades hacer planes y preparativos, labrar y sembrar, peros hacen .mas claras, y el hombre se slen!e co~o tiene que esperar pacientement~ la ay~da de .fuer~asagente o mstrumento en su logro; en un mvel mas e no con prende v menos aun domma. SI puedealto, se llega a tener conciencia de una vocación, ~ucer que l~ sean favorables, lo hará, pero con fre­de una misión para sí y.para los hombres que, como c~encia sólo alcanza a cooperar; se entrega a ella~él, componen el Estado. Cuando un general ~.omano ara ue lo utilicen como instrumento, logrando aSlcelebraba su "triunfo" después de una campaña vic- ~u pr2pósito. Las contingencias del tiempo y. las pla­toriosa, cruzaba la ciudad desde las puertas hasta el gas pueden malograr sus esperanzas, pero ~Iene quetemplo de Júpiter (más tarde, durante el Imperio, ace tar el pacto y tener paciencia. La rutm~ es. ~a~

t hasta el templo de Marte Ultor) y allí ofrecía al dios leyPde su vida' las épocas de siembra, germ.maclOIjI"los triunfos que Júpiter había logrado por media- y recolección s~ suceden en un orden establecIdo: St,lción del pueblo romano". .da es la vida misma de la Tierra. Si como c:l~d~­

Desde los primeros días, podemos descubrir eI\ ~Ianose siente atraído al fin por la actividad polItlca,los romanos un sentido de dedicación, vago e inar-, será en defensa de sus tierras o de sus m.ercados o.ticulado al principio e· indudablemente mezclado con del trabajo de sus hijos. Para el campeslr;o el co-

} temor. Luego se va expresando con más claridad, nacimiento nacido de la experiencia vale mas que lay l~~ga con frec~e~cia a. ser móvil principal de la teoría especulativa. S.u~,virtudes so.n l~. honradez ~aCCIOnoEn .1~s ultImas tIempos, se procl~m~ clar~- la frugalidad, la prevlslOn y l~ pacIencIa, .el esfu:J-mente la mISIón de Roma con la mayor mSIstencla zo la tenacidad y el valor, la mdependencIa, la se:I-en el momento mismo en que su realización había ~iÚez y la humildad frente a todo lo que es mascobrado expresión visible y con el mayor entusia~m? Docleroso.P?r gentes ql~e no eran. de .~epa romar:~. Al prmCl- . Éstas son también las virtudes del ~oldado. Tam-

¡',pIO,este sentIdo de dedlcacIOn se mamflesta en for- b' 'n él ha de conocer el valor de la rutma, que formamas h~mildes, en el hogar y. en la fami.lia; s~ am~lía ~erte de la disciplina, ya que tiene que respün.cler

'11 a. la cIUdad·estado y culmma en la Idea Impenal. ~ si instintivamente a cualquier llamada rcpentma.Emplea diferentes cat~gorías ,de pens~miento y diver- ~:be bastarse a sí mismo. El vigor y la tellacid~~lsas formas de expreSIón segun los tIempos, pero su el 1 campesino son necesarios al soldado; su habllI-esenc,ia es, siempre reli~ios~, ya que signific.a.';In sal- d:d práctica contribuye a ha::~r de él lo que. el. sal-to mas alla de la expenenCIa. Lograda la IíllsIOn,sus dado romano debe ser: albaml, zapadar, abndOl debases cam?ian. ., caminos y constructor d.e.bal~~es. Ha. de traza!', un

He aqm la clave para el estudIO del caracter ro- campamento o una fortlflcacIOn, medIr U~l. tenenomano y de la historia de Roma. o tender un sistema de drenaje. Puede VIVIrel: el

La mentalidad romana es la mentalidad del cam- campo porque eso es lo que ha hecho tod~ su v:da.pesino y del soldado; no la del campesino ni la del El soldado también sabe de ese elemento Imprev.Istosoldado por separado, si~o la del soldad,o-camP7sino, capaz de trastornar el mejor de los. pl~ne~,; tle~:.y, en general, esto es aSI hasta en las epocas poste- conciencia de fuerzas invisi?les Y ,atnbuye suett;

a un general victorioso a qUien algun poder ---el des-

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14 LOS ROMANOS ,

, tino o la fortuna- utiliza como instrumento. Esleal con las personas, los lugares y los amigos. •

Si asume una actitud política violenta será con el ,1

fin de conseguir, cuando las guerras terminen, tierrapara labrar y una casa donde vivir, y con una lealtadaún mayor recompensa al general que defiende sucausa. Ha visto muchos hombres y mucl10s lugares,y con la debida cautela imitará lo que le parezcaútil; pero para él su hogar y sus campos nativos for­man "el rincón más risueño de la Tierra", y no de-seará verlos cambiar. .

El estudio de la nistoria romana es, en primerlugar, el estudio del proceso por el que Roma, siem­pre consciente de su misión, se convirtió penosa­mente, de la ciudad-estado sobre las. Siete Colinas,en la dueña del mundo; en segundo lugar, el estudiode los medios por los cuales adquirió y mantuvo su

+) dominio. Estos medios fueron su singular capacidadI de convertir a los enemigos en amigos, y eventual­mente en romanos, aunque siguieran siendo españo­

les, galos o africanos. De ella derivaron su romani­tas, su "romanidad". Romanitas es una palabraapropiada que el cristiano Tertuliano empleó paradar a entender todo lo que un romano da por su­puesto, el punto de vista y la manera de pensar delos romanos. Este vocablo es análogo a "civilizaciónromana" si se toma la palabra "civilización" en unsentido estricto. Civilización es lo que los hombrespiensan, sienten y hacen, así como los valores queasignan a lo que piensan, sienten y hacen. Es ciertoque sus ideas creaC:oras y sus criterios afectivos yvalorados dan por resultado actos que afectan pro­fundamente el empleo de las cosas materiales; perola civilización "material" es el aspecto menos im­portante de la civilización, que en realidad reside enla mentalidad de los hombres. Como dijo Tácito(refiriéndose a los britanos), sólo el ignorante piensaque l<;sedificios .s~tuo.S?S y las ;o~odidades y lujosconstltuyen la ClVIlIzaCIOn.El termmo latino huma·nitás empleado en esta ocasión, era palabra favoritade Cicerón, y el concepto que encerraba peculiar-

LOS ROMANOS· 15

mente romano, nacido de la experienci3; r~mana. Sig­nifica, por una parte, el se~t~do de dignIdad de lapersonalidad propia, peculians:IIl;a y que se debe. cu~­tivar y desarrollar hasta el maXlmo. Po:: otra, SIgl1l­fica el reconocimiento de la personalIdad de lo~demás y de su derecho a cultivarla: y est~ r~cono~I'miento implica transigencia, domimo de SI, ~;¡mpatlay consideración. " .

Pero la frase m~s_concreta--y comun para de~m1fIla civilización es "la paz romana". Con est3; I~ea I

comprendió el mundo máS f,ácilmente el c~mp~Imlen-1/to de la misión que el caracter, la expenencla y ~li! ­

poder romanos habían llevado grad?almente. al ma~ ¡alto nivel de conciencia Y que habla cumplIdo delI·beradamente.

En los primeros tiempos, el caudillo del puebloromano, para descubrir si el acto que el Estado ~eproponía realizar coincidía con la voluntad"de lo~ ~1~ses que regían el mundo, toma\)~ los aUSpICl?Sfijándose en los signos revelados ntualmente. Clce-rón al enumerar los principios fundamentales sobrelos' que descansa el Estado, .c<;m~~deel pr~mer :~ga~ ~a "la religión y a los auspICIOS, y por ausplclOSentiende esa ininterrumpida sucesión de hombres,desde Rómulo en adelante, a quienes se les asignó eldeber de descubrir la voluntad de los dioses. Los"auspicios" y los colegios sagrados, las vest.alei y lodemás, aparecen en las cartas de Síma~o, naci~o elaño 340 d. <;., uno de los IIl;ás.eI?pecmados le~~sde la oposición pagana al ,cnstlams~o, l~ rehglOn

"oficial" del Imperio. Es CIcerón qUIen dIce que ellorigen del poder de Roma~~u desarrollo y su c~:>l1ser·.

vación se debían a la rehgIó~ roma?a; HoracIO de- \ 'clara que la sumisión a los dlOses dIO al Ton:ano s~imperio. Cuatro siglos más ta~de, San AguStIJ?'dedI-ca la primera parte del más VIgoroso de sus lIbros acombatir la creencia de que la grandeza de Romase debía a los dioses paganos, Y que sólo en ellos sehallaría la salvación del desastre que la amenazaba.Puede muy bien decirse, con palabras del grie.go.Po­libio (205-123 a. c.), que por lo demás era esceptlco:

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LAS VlEJ AS COSTUMBRES 17en los fenómenos concretos, se definía lo que eravago, y, por: decido así, se encauzaba su energía ha.tia el fin deseado. Y así como las actividades delcampesino y de su familia, ocupados en labrar elcampo, en tejer y cocinar y en criar a los hijos, eranmuchas, a.sí la acciÓN de' esta fuerza se dividí? eninnumerables poderes nominados, que comunicpbanenergía a los actos de la vida familiar. Todas lasoperaciones diversas de la naturaleza y del hombre~la vida multiforme de los campos, las habitualestareas del labrador, ~l diario trajín de su mujer, lacrianza y el cuidado de los hijos- se realizaban enpresencia y por la energía de estas vagas potenciastransformadas ah0ra en deidades carentes de forma.

I Acompañab,an al acto de "denominar", es decir,, I de invocar, oraciones y ofrendas de alimentos, de le­I che y de vino y, en ocasiones, sacrificios rle animales.I El paterjamilias, que era el sacerdote, conocía las

palabras y los ritos apropiados. Palabras y ritual quefueron pasando de padres a hijos hasta que se fijaroninmutablemente. La más mínima alteración en lainvocación o en la ceremonia podía impedir que elnumen interviniera eID.el acto que el individuo ola familia se propolilía emprender, sobreviniendo en­tonces el fracaso. Los nombres de muchos de estosdioses domésticos han pasado a las lenguas europeas:Vesta, el espíritu del fuego del hogar; 10S Penates,preservadores de la despensa; los Lares, guardianesde la casa; pero había otros muchos. Las oracioneseran diarias; la comida de la familia una ceremoniareligiosa en la que ofrendaban incienso y libaciones.Ciertos festivales se relacionaban con los difuntos, loscuales se consideraban a veces como espíritus hosti­les y que había que expulsar, .por lo tanto, de la casapor medÍo de ritos, otras como espíritus. benévolos.que se asociaban íntimamente a todas las fiestas yconmemoraciones de la familia.

Cuando éstas se unieron para formar una comu·nidad, el culto y el ritual de la familia fQrmaron labase del culto del Estado. Al principio, el rey era elsacerdote y, cuando desapareció la monarquía, pero

\,.'

'"

La religión romana fue primero la religi6n de la fá·milia y, luego, de su extensión, el Estado. La fami·lia estaba consagrada y, por tanto, también el Estado.Las sencillas creencias de las familias y los ritospracticados por ellas se modificaron y ampliaron, enparte por nuevas concepciones debidas a nuevas neocesidades, y en parte por el contacto con otras razasy culturas, al unirse las familias para constituir al·deas y, p@róltimo, la ciudad de Roma.

Los antropólog0s han dado el nombre de "animis·m0" a la etapa de la religión primitiva en la que sesupone que en todas las cosas reside una "fuerza""un "espíritu" o una "voluntad". Para el romano delos primer0s tiempos, el numen, fuerza o voluntad,residía en todas partes o, mejor dicho, se manif~s·taba en todo lugar por medio de una acción.. Lo úni·co que se sabe de esta fuer.za es que es capaz deobrar, pero su manera de actuar es inQeterminada.En el reino del espíritu, cuya característica es laacción, el hombre es un intruso. ¿Cómo podrá mi:tigar el pavor que siente y cómo conseguirá que elnumen realice el acto requerido, logrando para sí "lapaz de los dioses"?

Lo más urgente es "fijar" esta fuerza vaga deuna manera aceptable para ella, limitando o diri·giendo 'Su acción a algún fin vital del hombre. Sepensaba que al dar un nomh-r:ea su manÍfestación

, b) LAS VIEJAS COScTUMBRES

16 LAS VIEJAS COSTUMBRES

"Lo que distingue al Estad0 romaFlOy lo que le colocasobre todos los otros es su actitud hacia los dioses.Me parece que 10 que COrIstitbIyeun reproche para0tras comunidades es precisamente lo que mantieneconsolidado -al Estado romano -me refiero a su re·verente temor a los dioses", y emplea las mismaspalabras de San Pablo en la Colina de Marte en Ate­nas. Polibio no llegó a ver el día en que, cuando losbárbaros invadier0n el Imperio Romano, la idea dela grandeza y la eternidad de Roma fue a su vez la

/ que mantuvo la creencia en los,dioses.

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1918 LASVIEJASCOSTUMBRESduró el [Í(ulo de "rey de las cosas sagradas". Paraayudar al "rey" había "colegios" de sacerdotes, hom­bres cualesquiera, no de una casta especial, colegaspara dirigir el culto y las fiestas. El principal colegioera 1 de los pontífices, que conservaba el saber acu­mulado, dictaba reglas, registraba las fiestas y losprincipales acontecimientos de significación religiosapara el Estado. Los pontífices produjeron un Dere­cho sagrado (ius divinum). Los colegios menores lesayudaban; así las vírgenes Vestales cuidaban delfuego del hogar del Estado, los augures interpretabanlos presagios que veían en el vuelo de los pájaros oen las entrañas de un animal sacrificado; pues se? suponía que los dioses imprimían en los órganosdelicados de un animal consagrado signos de apro­bación o desaprobación. Se concedía importancia na­cional a los festivales agrícolas de los labradores: la.recolección, la seguridad de los linderos, la perse­cución de los lobos.para ahuyentarlos de los campos,se convirtieron en asuntos importantes de la ciudad.Fueron adaptándose nuevas festiviqades que se anota­ban en un calendario del cual tenemos constancia. En

I un l1lrincipie,.l\1arte fue un dios de los campos; los..} campesinos-soldados, organizados para la guerra, lo

I convirtieron en el dios de las batallas. A medidaque el horizonte de los r,omanos se ensanchaba, nue­vos dioses atrajeron su atención, e incluyeron en elCalendario deidades de las ciudades etruscas y de lasciudades griegas de Italia. Júpiter, Ju,"o y Minerva'vinieron de Etruria; el griego Hefaistos me equipa­rado a Vulcano, que los romanos habían adoptadode sus vecinos, etruscos. También había muchas dei­dades ~'itálicas", porque -si bien para simplmcarhemos hablado de "romanos"- Roma misma estabaconstituida por una fusión de tribus itálica s concultos propios, que indudablemente tendrían ciertoaire de familia.

Los colegios se encargaban de establecer, regis­trar y trasmitir, sin alterarlas, las fórmulas de in­vocación y de oración. En siglos posteriores, podíadarse el caso de que un sacerdote utilizase una Jie

\

LAs VIEJASCOSTUMBRES\

turgia expresada en un idioma para él \Í~ompren­sible, y que el pueblo tomara. parte en os, cuyosentido apenas captaba y que, sm e!1?'bargo,.tema,nunsignificado. Procesiones y días de fIesta, dIverSIOnes

y sacrificios, imprimían en la mente yopular el CUl-f

to del Estado. Más tarde ve~emos co.mo el .~lud deideas religiosas griegas y OrIentales IrrumplO sobre

Roma y cómo se adoptar,on los .mitos y las leyenda~para proporcionar el caracter pIntor~sco del que carecia la religión nativa. Pues, espeCIalmente en lossiglos IVy III a C., se introdujeron nuevos cultos en.la práctica religiosa del Estado,. aunque e.n 10 quetoca al mito y al ritual quedaron mconfund~blemen~emarcados con el sello romano. Pero l~ mfluencIade esas ideas nunca llegó hasta el corazon de la an­tigua religión romana, inmutable en .su n,aturalezaesencial. Con el aumento de los testImoDlos de laliteratura y de las inscripciones se ve claram~n~~que, tanto en la ciudad como en el campo, pe~sl~tlOla antigua religión. Los ho~bre.~ cultos d~~ UltlI~Osiglo a. c" versados en la fd{)s~,f¡.a,y la cntIca gne­gas, quizás considerasen esta r-ehglOncomo una "meraforma; pero estos mismos hombres des,empenabancargos en los colegios sagrados y fOI?~ntaban supráctica en el Estado, y has~a.en la famlha. ~ugusto;el primer emperador, no edIfIcaba en el vaclO cuan­do se propuso salvar del colapso al Estado re~tau­randa la antigua religión romana y la morahdadinherente a ella. .

Esta religión fría y un poco informe sostenía unarígida moral, y la mitología, no impedía el desarrol.lode esta moral. Hornero habla plasmado pa~a los grIe­gos leyendas sobre los dioses en. versos 1I~~ortales-hasta que en una época postenor los, cntIcos .ob­jetaron que estos dioses eran menos morales que los.hombres-o Los romanos, aparte de las fórmulas de las '1

oraciones no tenían escrituras sagradas y, por tanto, tno había Ininguna ,moralidad mítica que destrui~. Lo' ­que le inter;esaba al individuo era establecer rel.aclOnes,adecuadás con los dioses, no especlllar acerca de su,.naturaleza. :