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Historia
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Murilho de Carvalho: “Desigual avance de los derechos (1930-1964)”.
En Octubre de 1930, el presidente Washington Luis, fue depuesto por un movimiento armado
dirigido por civiles y militares de 3 Estados de la federación. Así terminó la primera república. Se
conoce como la Revolución del ´30.
La Revolución del ´30
La Primera República se caracterizaba por el gobierno de las oligarquías regionales, principalmente
San Pablo y Minas Gerais. A partir de 1920, acontecimientos externos e internos comenzaron a
influir en el status quo oligárquico; entre los externos deben mencionarse la 1GM, la Revolución
Soviética y la Crisis de 1929.
Internamente, la fermentación oposicionista comenzó a ganar fuerza en la década de 1920. Después
de los obreros comenzaron a agitarse los militares (nace el movimiento tenentista). El fermento
oposicionista también se manifestó en el campo cultural e intelectual. En la educación hubo
reformas, la enseñanza debía ser más técnica y menos académica. En un país de analfabetos, esa
postura enfocaba un problema central en la formación del ciudadano.
Todos los reformistas estaban de acuerdo en un punto: la censura al federalismo oligárquico. Se
consideraban hermanos gemelos al federalismo y a la oligarquía, pues aquél les abría un amplio
campo de acción y les proporcionaba los instrumentos del poder. Se robusteció entre los reformistas
la convicción de que era necesario fortalecer de nuevo el poder central como medio para implantar
cambios indispensables. Para Torres, quizás el pensador más influyente de los años veinte, la
sociedad brasileña estaba desarticulada, carecía de un centro de referencia y de un propósito común.
Tocaba al Estado articularla y suministrarle ese propósito común.
El candidato opositor, Getulio Vargas, ganó simpatía en la oposición, y se convirtió en un símbolo
renovador. La Alianza Liberal también representaba una amenaza para el sistema porque había
colocado en campos opuestos las dos principales fuerzas políticas de la república: El estado de Sao
Paulo y el de Minas Gerais, que se alternaban en la presidencia. En 1930 se rompió el acuerdo
cuando San Pablo insistió en que un candidato paulista sustituyera a un presidente también paulista.
Una vez roto el acuerdo los conflictos latentes de las oligarquías se manifestaron. La elite política
mineira, frustrada en sus ambiciones, se alió a la elite gaucha, siempre descontenta con el dominio
de paulistas y mineiros. A ambas se unió la elite de Paraíba, y los 3 estados se enfrentaron a Sao
Paulo y el resto del país.
Hubo fraude electoral y el gobierno se declaró triunfador. Parecía que las cosas no se alterarían,
pero el gobernador de Paraíba fue asesinado y fue el pretexto político de los elementos más
radicales de la alianza liberal para reanudar la lucha, ahora abiertamente revolucionaria. Era lógico
buscar el apoyo de los tenentes de las revueltas de 1922 y 24 y se consumó así, la alianza entre las
disidencias oligárquicas y la disidencia militar.
De esta alianza surge la revuelta cívico militar de 1930, que se inició en los 3 estados con la toma
de los cuarteles del ejército, dominando pronto el noreste y sur del país. Luego se dirigieron a Sao
Paulo y río de Janeiro. El gobierno superaba militarmente a los rebeldes, los jefes militares sabían
que la joven oficialidad y la población estaban del lado de los rebeldes. Una junta depuso al
presidente y decidió entregar el poder al jefe del movimiento rebelde. Así, sin grandes batallas, cayó
la 1era república.
Si bien el pueblo no estuvo ausente como en 1889, es verdad que allí, como en 1930 fue necesaria
la presencia militar; ya que las fuerzas civiles opuestas a la oligarquía no eran suficientemente
poderosas para prescindir de su apoyo. Los dos regímenes nacieron inevitablemente bajo la tutela
del ejército. Pero también hay que recordar que el ejército no estaba aliado con las oligarquías en
ninguno de los dos momentos. En esta materia el ejército brasileño era diferente de los demás
ejércitos latinoamericanos, ya que no surgieron en Brasil caudillos militares vinculados al
latifundismo gracias a la inexistencia de guerras civiles al momento de lograr la independencia. El
ejército de formó en un ambiente de predominio civil. Además, todos ellos eran hijos de oficiales o
pertenecían a familias pobres, habiendo pocos hijos de propietarios rurales o de familias ricas.
2. Ensayos de participación política (1930-1937)
1930-37: fue un período de gran agitación política. La movilización llegó a varios estados y a la
capital de la república e incluyó a: obreros, clase media, militares, oligarquías, industriales.
Respecto de la organización, se multiplicaron los sindicatos y otras organizaciones clasistas;
surgieron varios partidos políticos y, por primera vez, se formaron movimientos políticos de
grandes masas en el ámbito nacional.
El movimiento que puso fin a la Primera República era heterogéneo desde el punto de vista
ideológico y social. Los aliados de la victoria terminaron luchando entre sí para apoderarse del
gobierno. Los dos bloques principales estaban compuestos por las disidencias oligárquicas y los
jóvenes militares. Las primeras deseaban, a lo sumo, algunos ajustes a la situación anterior, los
segundos, aliados a revolucionarios civiles, buscaban reformas más profundas que afectasen los
intereses de la oligarquía: La principal de ellas era la Reforma Agraria. En el lado opuesto, los
enemigos de la revolución, las viejas oligarquías y el estado de Sao Paulo, buscarían aprovechar las
divergencias para bloquear las reformas.
Los reformistas pedían el control del poder a través de la centralización política y la representación
por clases sociales en el congreso; el control sobre las policías militares de los estados, el
fortalecimiento de las FFAA y de las defensa nacional; demandaban una legislación sindical y
social, una política de industrialización y una reforma agraria. Esto constituía una amenaza para la
oligarquía.
El prolongamiento del gobierno revolucionario hizo también que aumentara la oposición, sobre
todo en sao Paulo, donde las elites se unieron para pedir el fin de la intervención federal en el estado
y el retorno del país al régimen constitucional. Parte de la elite paulista apoyó la revolución, pero el
nombramiento de interventores militares para el estado provocó indignación general. Las elites
paulistas se unieron y rebelaron contra el gobierno federal en 1932.
Esta revolución constitucionalista duró 3 meses y fue una guerra civil sin precedentes. Los paulistas
demandaban el fin del gobierno dictatorial y elecciones. Se trataba de una causa inatacable: la
restauración de la legalidad; pero su inspiración era conservadora: buscaban detener la marcha de
las reformas, detener el tenentismo, restablecer el control del gobierno federal por los estados. Se
aliaron a los paulistas otros descontentos, incluso oficiales de alto grado de las FFAA, en
desacuerdo con la inversión jerárquica provocada por los tenentes. Rio Grande do Sul y Minas
Gerais apoyaron al gobierno federal, temiendo que una victoria paulista redundase en un poder
excesivo para ese estado.
Los paulistas perdieron la batalla pero las elecciones se llevaron a cabo en el 33 con un nuevo
reglamento electoral que introdujo el voto secreto y el tribunal electoral para reducir el fraude. Por
primera vez las mujeres obtuvieron el derecho a votar y la ciudadanía política. Otra innovación fue
la introducción de la representación clasista, esto es la introducción de diputados por electores
escogidos entre los sindicatos; el objetivo era reducir la influencia de los propietarios de la tierra y
de las oligarquías estatales en el Congreso.
La asamblea constituyente confirmó a Getulio Vargas como presidente de la república y elaboró
una constitución.
La lucha política se recrudeció y se formaron dos grandes movimientos: La Alianza Nacional
Liberadora (ANL); encabezada por Prestes y siguiendo la orientación de la 3era Internacional. El
otro, de orientación fascista se llamó Acción Integralista Brasileña (AIB). Si bien ambos partidos
divergían ideológicamente entre el comunismo y el fascismo, se asemejaban en varios puntos: eran
movilizadores de masas, combatían el localismo, preconizaban el fortalecimiento del gobierno
central, eran defensores del estado intervencionista, despreciaban al liberalismo, pugnaban por
reformas económicas y sociales; ambos chocaban con el viejo Brasil de las oligarquías.
Ambas atraían a sectores de la clase media urbana, que se sentían perjudicadas por la oligarquía.
También ambos tenían simpatizantes en las FFAA, pero mientras que los integralistas influían en
los oficiales de la marina, la ANL tenía mayor apoyo en el ejército, con el grupo más radical de los
tenentes. El anticomunismo de los integralistas les conquistó también el apoyo de la jerarquía
católica y buena parte del clero. Fueron apoyados en el sur por inmigrantes italianos y alemanes, a
causa de su afinidad con el fascismo y el nazismo.
Bajo la influencia del PC la ANL decidió radicalizar su posición y promover una revolución
popular en 1935, que sólo estalló en 3 capitales: Río de Janeiro, Recife y Natal. La acción se
concretó en los cuarteles del ejército, con poca participación popular. El gobierno derrotó a los
rebeldes. La poca participación popular se explica porque Prestes modificó la orientación obrerista
del PC, para desviarlos hacia los cuarteles. Este error se manifestó en la escasa repercusión del
movimiento entre los obreros.
Los levantamientos permitieron que los nuevos jefes del ejército expulsaran a los radicales y
opositores. Para ellos, las FFAA no debían ser instrumentos de los dirigentes civiles, como en la
1era República, ni factor de Revolución Social, como querían los tenentes. Debían desempeñar un
papel tutelar en el gobierno y en la nación, era un proyecto de poder moderador, que recordaba el
papel que desempeñaba el emperador. Ellos fueron aliados de Vargas en su proyecto destinado a
poner fin al régimen constitucional.
El fin de la democracia llegó en 1937. Por principio se depuso al gobernador de Rio Grande do Sul,
derrotando el último reducto de la vieja política oligárquica provincialista. Acto seguido el gobierno
inició una campaña contra uno de los candidatos de la sucesión presidencial, acusándolo de
comunista. Por último, un documento redactado por los integralistas, que describía un supuesto plan
comunista para derribar al gobierno, sirvió de pretexto final para disolver el Congreso y decretar
una nueva Constitución.
El golpe de 1937 contó con el apoyo entusiasta de los integralistas (pocos días antes habían
organizado un desfile por Rio de Janeiro, similar a la Marcha sobre Roma). Solo dos gobernadores
expresaron su inconformidad y se les destituyó sin dificultad.
Una razón para la pasividad general era el hecho de que los integralistas se encontraban entre los
partidarios al golpe. Otra razón se encuentra en la bandera de lucha contra el comunismo. El tercer
motivo se relacionaba con la postura nacionalista e industrializante del gobierno. Vargas anunció la
disolución del Congreso, el desarrollo económico, el crecimiento industrial y construcción de
FFCC, el fortalecimiento de las FFAA y de la defensa nacional. Ante el golpe hasta la izquierda se
dividió.
“Retroceso, reconquista y expansión de los derechos (1964-1994)”
Igual que en 1937, el incremento de la participación política condujo en 1964 a una reacción
defensiva y a la imposición de un régimen autoritario en el que la represión y la violencia
sacrificaron los derechos políticos y civiles. Los dos períodos se asemejan por la importancia que se
dio a los derechos sociales y por una gran actividad del Estado en la promoción del desarrollo
económico. La diferencia entre ambos períodos consiste en que en 1964 se conservó el Congreso y
el sistema electoral. A partir de 1985, Brasil conoce una ampliación de los derechos políticos que
reduce la eficacia de los derechos sociales y agrava la situación de los derechos civiles.
VIII. Retroceso: La represión política (1964-1974)
Una vez derrotado Goulart, los políticos civiles que apoyaron al golpe (sobre todos los de la Unión
Democrática Nacional) se sorprendieron cuando los militares decidieron asumir el poder
directamente. Se impuso el presidente Castelo Branco. Se inició una intensa actividad
gubernamental en lo político para suprimir la oposición, y en el plano económico para contener la
inflación.
Gobiernos Militares
La presencia de los militares en la política se inició con la proclamación de la República, pero las
oligarquías lograron detenerlos instaurando el sistema coronelista. En 1930 regresaron con mayor
fuerza e hicieron propuestas sobre la centralización política, la industrialización, el nacionalismo.
Vargas logró aprovecharlos y controlarlos. En 1945 se dividieron en nacionalistas y populistas de
un lado y, liberales y conservadores del otro. La división alcanzó a los soldados y, sobre todo a los
sargentos.
Podría explicarse la actitud más radical adoptada en 1964 por la amenaza que la división ideológica
representaba para la supervivencia de la organización militar. Para liberarse de los enemigos era
necesario controlar el poder. Además, los antivarguistas se habían preparado para gobernar en la
Escuela Superior de Guerra (ESG), donde elaboraron una doctrina de seguridad nacional y
realizaron estudios sobre los principales problemas nacionales. También se aproximaron a
dirigentes empresariales por medio del Instituto de Investigaciones y Estudios Sociales (IPES, por
su nombre en portugués), fundado en 1962 por empresarios de Rio de Janeiro y Sao Pablo. Luchaba
contra el comunismo y a favor de la preservación de la propiedad privada, y proponían varias
reformas económicas y sociales. Varios miembros de IPES participaron del gobierno de Castelo
Branco (1964-1967) y varias de sus ideas fueron implementadas.
Los gobiernos militares pueden dividirse en tres fases:
1. De 1964 a 1968. Corresponde al gobierno del General Castelo Branco y al primer año de
Administración de Costa e Silva. Se caracterizo al principio por una intensa actividad
represiva, seguida de indicios de moderación. Económicamente fue un período de combate
a la inflación, baja en los salarios y poco crecimiento.
2. De 1968 a 1974. Son los años más negros en cuanto a las libertades civiles y políticas.
Dominaron los militares más autoritarios, apoyados por Garrastazu Médici, elegido
presidente tras el retiro de Costa e Silva por razones de salud. En este período se combinó la
represión política más violenta de la historia del país con índices de crecimiento
económicos nunca vistos. Sin embargo bajo el valor adquisitivo del salario.
3. De 1974, con la toma de posesión del general Ernesto Geisel, a 1985 con la elección
indirecta de un presidente civil, Trancedo Neves (15 de marzo de 1985). Se caracterizó en
un principio por la tentativa de Geisel de liberar el sistema, contra la fuerte oposición de los
órganos represivos. La liberación continuó durante el gobierno de Batista (1979-1985).
Poco a poco se fueron revocando las leyes represivas, y la oposición se hizo escuchar. En la
economía, la crisis del petróleo redujo los índices de crecimiento, que a principio de los ´80
llegaron a ser negativos.
Las medidas represivas estuvieron presentes siempre, pero se endurecieron más aun entre 1964
– 1965 y entre 1968 – 1974. Los instrumentos legales de la represión eran “actos
institucionales” emanados de los presidentes militares. Se decretó la suspensión durante 10 años
de los derechos políticos de líderes políticos, sindicales, intelectuales e incluso militares; otro
mecanismo fue el retiro forzoso de funcionarios públicos; muchos sindicatos fueron
intervenidos; se crearon varias comisiones investigadoras para aclarar supuestos delitos de
corrupción y subversión. Era muy marcada la paranoia anticomunista y cualquier sospecha
podía costar el empleo, los derechos políticos e incluso la libertad del acusado.
En 1966 se celebraron elecciones estatales y el gobierno fue derrotado en 5 de ellas. En
represalia los sectores militares radicales exigieron nuevas medidas represivas. El Acto
Institucional número 2 (AI-2), de octubre de 1965, puso fin a la elección directa del presidente,
disolvió los partidos creados a partir de 1945 y estableció un sistema bipartidista. El AI-2
aumentó mucho los poderes del presidente, a quien concedió autoridad para disolver el
parlamento, intervenir en los estados, decretar el estado de sitio, despedir funcionarios, etc.
Reformó el poder judicial aumentando el número de jueces de los tribunales superiores, con el
fin de nombrar para esos nuevos puestos a partidarios del gobierno. Se restringió el derecho a
opinar y se habilito a los jueces militares para que juzgaran a civiles en causas relacionadas con
la seguridad nacional.
En 1968 tuvo lugar una nueva reconquista autoritaria. Ese año volvieron a movilizarse contra el
gobierno algunos sectores de la sociedad, sobre todo entre los obreros y los estudiantes. El Acto
Institucional número 5 (AI-5) fue el más radical de todos, el que más lesionó los derechos
políticos y civiles. Se disolvió el Congreso, y el Presidente Costa e Silva, comenzó a gobernar
dictatorial dictatorialmente. Se suspendió el Habeas corpus cuando se consideraba que el delito
cometido iba en contra de la seguridad nacional, y todos los actos relacionados con la AI-5
quedaron fuera de la apreciación judicial. Cuando el presidente sufrió un infarto en 1969 los
militares no permitieron que el vice asuma y una junta militar tomo el poder escogió un nuevo
presidente Garrastazu Médici y reinstaló el Congreso para que legalizara la elección. Se
promulgó una nueva Constitución, a la cual se incorporaban los actos institucionales.
Durante el régimen de Medici llegaron al máximo las medidas represivas. Se introdujo una ley
de seguridad nacional, la cual incluía la pena de muerte por fusilamiento. En 1970 se introdujo
la censura para periódicos, libros y otros medios de difusión. Frente a la falta de opciones para
oponerse legalmente algunos grupos de izquierda comenzaron a actuar en la clandestinidad y a
adoptar tácticas militares de guerrilla urbana y rural. A los secuestros y asaltos de bancos que
cometían los guerrilleros, las fuerzas de la represión contestaban con encarcelamientos
arbitrarios, la tortura de los presos, los asesinatos. Se registraban a los opositores asesinados
como desaparecidos o muertos en accidentes automovilísticos. La prensa tenía prohibido
divulgar cualquier noticia que contradijese la versión de las fuerzas de seguridad. La
maquinaria represiva creció rápidamente y se volvió casi independiente del gobierno. Dentro de
cada ministerio y de cada empresa estatal se crearon organismos de seguridad e información
dirigidos por militares. Fueron años de miedo en que los organismos de seguridad y de
información obraban sin ningún control.
Crecimiento económico
Después de 1968 las tasas de crecimiento económico comenzaron a subir. Bajo el gobierno de
Medici se da el mayor crecimiento económico y la mayor represión simultáneamente. Por un
lado se reprimía mucho a la oposición, a quién además los civiles criticaban tras la onda
nacionalista, xenófoba y conservadora que vivían por haber ganado el mundial de futbol de
1970. Además, el famoso “milagro” económico fue luego desmitificado, si bien hubo un
crecimiento económico, los beneficios fueros distribuidos de una manera muy desigual, los
ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres. Esta expansión de la economía produjo
cambios demográficos y en la composición de la oferta de empleos. Hay un desplazamiento del
campo a la ciudad; para la década del ´80 la población urbana aumentó cerca de 50 millones.
Por ello, descendió la ocupación del sector primario de la economía y creció en el sector
secundario (obreros industriales) y sector terciario. Esto ocasionó una falsa sensación de
mejoría en la calidad de vida.
Nuevamente los derechos sociales
Lo que Vargas y Goulart no lograron en lo relativo a la unificación y a la universalización de la
previsión social, los militares y los tecnócratas lo lograron después de 1964. Desde 1966 se crea
el Instituto Nacional de Previsión Social que centraliza a los empleados, con excepción de los
públicos. Los sindicatos su influencia en los campos de la previsión social, que quedo integrada
bajo el control de la burocracia estatal. En 1971 se logra la universalización de la previsión
social con la creación del FUNRURAL (Fondo de Asistencia Social), la cual estaba financiada
por los impuestos de los productos del campo. La distribución de los beneficios quedaba en
manos de los sindicatos rurales. Los derechos sociales se ampliaron en una época en que se
reprimían los civiles y políticos.
IX. Reconquista de los derechos civiles y políticos
1974 el Gral. Geisel dio señales de que estaba dispuesto a proceder a un lento retorno a la
normalidad democrática. La oposición aprovecho y contribuyo. Once años después se eligió al
1° presidente civil.
1- iniciativa del gobierno
El grupo de Geisel eran oficiales partidarios del Gral. Castello Branco (1°presidente militar).
Nunca pretendieron eternizar la presencia militar en el gobierno (liberales conservadores de la
Escuela Superior de Guerra). Les desagradaba el populismo vargista pero no estaban a favor de
la dictadura. Eran liberales pero no democráticos. Derrotaron al Gral. Castello los mas
autoritarios de las fuerzas armadas. Con Geisel regresaron los liberales conservadores.
Además, en 1973 sobrevino el primer shock petrolero promovido por la OPEP. Los precios
triplicados afectaron mucho a la industria de Brasil. Los años económicos estaban agotados y
Brasil necesitaba otras estrategias. Convenía promover la democratización y convenía hacerlo
cuando se mantenía la prosperidad económica y no en época de crisis para ejercer más control
de los acontecimientos.
Un tercer argumento se refería a las FF.AA. La imagen de la corporación militar quedo muy
manchada luego de que las fuerzas se asentaron en la vida política. La ambición de dinero y
poder tomo primacía en ellos y minó la moral de oficialidad. Intervinieron en la represión y la
tortura. Esa imagen les repugnaba a los oficiales con una visión más amplia del papel de las
FF.AA. Ese era el caso de Geisel y sus adictos.
En 1974 Geisel permitió una propaganda electoral más libre para los comicios legislativos de
ese año. La oposición tuvo acceso a los canales televisivos y pudo expresarse con alguna
libertad. En elecciones para senadores el gobierno fue derrotado de modo serio.
Así, aun no se altero la dirección general del movimiento de apertura. En 1978 el Congreso
voto el fin del AI-5, el término de la censura previo en la radio y la televisión, el
restablecimiento del habeas corpus para delitos políticos. Promulgo una ley de seguridad y dicto
1979 una ley de amnistía que amnistiaba a torturados y torturadores. Permite el regreso de
exiliados.
En 1979 se abole el bipartidismo forzoso. Arena y MDB desaparecieron, lo cual dio lugar a la
formación de 6 nuevos partidos. La mayor novedad fue la creación en 1980 del Partido de los
Trabajadores (PT). Surge de una reunión amplia y abierta en la que participaron centenares de
militantes. Se cimentó en tres grupos principales: el ala militante de la Iglesia Católica, los
sindicalistas renovadores (metalúrgicos paulistas) y algunos destacados intelectuales. Eran
grupos heterogéneos que lograban convivir en el seno de un partido donde había espacio para la
discusión interna.
Otra medida permite las elecciones directas para gobernadores estatales. Se realizaron en 1982
y la oposición triunfa en 9 de 22 estados, incluyendo los más importantes (Sao Pablo, Minas
Gerais y Rio) y obtuvo mayoría en diputados. Finalmente, los militares se abstienen de imponer
a un general como candidato a la sucesión presidencial de 1985, si bien mantenían el sistema de
elección indirecta. Una coalición opositora venció cuando Neves gana en enero del ´85, pero
muere antes de asumir. Toma posesión el vice, Sarney.
Geisel procuró restablecer el control en los organismos de represión, que habían obtenido gran
autonomía entre el ´75 y el ´76. Era la primera vez, desde 1964, que un presidente militar
desautorizaba un acto represivo (en referencia a la desaprobación del presidente a una muerte
por represión en una celda en 1976). Esa desautorización mostró que algo cambiaba. En 1977
despide Geisel a un Ministro de Guerra para reafirmar su autoridad sobre la línea dura. La
derecha militar siguió oponiendo resistencia durante la administración de Figueiredo, y en
1980-81 recurrió al terrorismo. Este no tenía la energía ni la voluntad de Geisel. No castigó a
los autores del acto terrorista. El desmantelamiento del sistema represivo se hizo en los ´90.
Renacen los movimientos oposicionistas
A partir del ´74 crecen los movimientos opositores. Renacen o se renuevan. El MDB en su
mayoría decide seguir adelante a pesar de las constantes anulaciones. Los resultados políticos
de esta decisión se ven a partir del ´74. En el ´73 lanzan un candidato para oponerse a Geisel,
pero el electorado lo controlaba el Arena. En 1974 ya acceden a la TV y a la gente. Motivan al
electorado y derrotan al gobierno en las elecciones. Logró que Neves fuera el primer civil electo
desde 1960.
Se crea el PT y se innova el Movimiento Sindical, sobre todo de los obreros de los sectores
nuevos de la economía que fueron creciendo durante el milagro del período del general Medici:
el de los bienes de consumo durables y el de los bienes de capital. Metalúrgicos de empresas
automovilísticas transnacionales y a trabajadores de empresas nacionales en siderurgia, de la
maquinaria y del equipo en las ciudades industriales cercanas a Sao Pablo. Primera huelga
desde 1968.
El nuevo movimiento se organizaba de abajo a arriba, comenzando en la fábrica, dirigida por
obreros salidos de la línea de producción, contrastando con la estructura burocratizada de los
pelegos. Las decisiones se tomaban en asambleas. Los nuevos líderes eran carismáticos, sobre
todo el principal de ellos, LULA. De líder de las asambleas, entre 78 y 79 pasó a presidente del
partido de los trabajadores en 1980. 10 años después fue candidato a presidencia.
El nuevo sindicalismo insistía en no estar al control del estado, contrastando con el antiguo
sistema. Los trabajadores dividieron en dos tendencias principales. Los vinculados a Lula, que
insistían en el fortalecimiento de las bases y en la huelga como instrumento de acción, y los
vinculados al PC, que como anteriormente, seguían pensando en el control de las cúpulas y en
las alianzas políticas.
El movimiento se dividió en la Central Única de los Trabajadores (CUT), de los que se
llamaban “auténticos” vinculados al PT; y la Coordinación General de la Clase Trabajadora
(CONCLAT), vinculada al DMDB y al PC. La postura más agresiva de la primera logró
mayores beneficios en las luchas sindicales y mayor influencia en las categorías profesionales
más modernas.
Era nueva la presencia de los sindicatos rurales aumentando en número. También se registraron
grandes modificaciones en el movimiento popular. Con el fracaso de la guerrilla a principios de
los ´70 desaparecieron las organizaciones militarizadas formadas a partir de 1968. Además, el
gobierno reprimía a la iglesia pero se convirtieron en un baluarte contra la dictadura.
En la segunda mitad de los ´70 se difundieron los movimientos sociales urbanos. A los
favelados se les unieron las asociaciones de moradores de clase media. Se caracterizaban por un
enfoque directo de los problemas concretos de la vida urbana. La expansión demográfica fue
causa de la degradación de las condiciones de vida. Los movimientos solicitaban servicios
elementales.
Se difundieron en gran escala, las asociaciones de profesionales pertenecientes a la clase media.
Muchos coexistieron con los sindicatos. A medida que desaparecía el milagro, la huelga de los
sectores medios se hacía más frecuente que la de los obreros.
La movilización popular culminó en la campaña a favor de las elecciones directas en 1984. La
oposición bajo el liderazgo del PMDB lanzó una campaña callejera para elección directa del
presidente. El objetivo era obligar el Congreso a que permita la elección directa. Fue sin duda la
mayor campaña popular en la historia del país, considerando el número de personas que
participaron. Las manifestaciones se transformaron en grandes fiestas cívicas en las que
participaron los dirigentes de los partidos opositores y gente de la cultura. Los colores
nacionales aparecían en todos lados. La bandera nacional se volvió de nuevo símbolo cívico. La
última vez que figuró públicamente fue en las concentraciones del nacionalismo conservador y
xenófobo de Medici. El pueblo revaloró y conquistó el himno nacional.
Balance del período militar
¿Cómo evaluar los 21 años del gobierno militar desde el punto de vista de la formación de la
ciudadanía? Los gobiernos militares copiaron al Estado Nuevo; ampliaron los derechos sociales
y restringieron los derechos políticos: el período 1945 – 64 se caracterizó por lo contrario: se
ampliaron los derechos políticos y se paralizaron los derechos sociales. El autoritarismo
brasileño posterior a los años 30 procuró siempre compensar la falta de libertad política con el
paternalismo social. El corporativismo sindical y el concepto del poder Ejecutivo como el
dispensador de beneficios sociales quedaron grabados en la experiencia de toda una generación.
La movilización política anterior al golpe fue mucho mayor que la anterior al ´30. También le
costó más al gobierno suprimir los derechos políticos. El costo interno y externo era tan alto,
que los militares conservaron una fachada democrática y permitieron el funcionamiento de los
partidos y del congreso.
Una razón más: uno de los aspectos de la política social de los gobiernos militares lesionaba
intereses corporativos de la maquinaria sindical montada por el Estado Nuevo. La
racionalización de la previsión social representó para ella una pérdida política y un costo para el
gobierno.
Tercera razón: se relaciona con el sector rural. Sobre este la acción social del gobierno se hizo
sentir. La clase obrera era más combativa y crecía. Neutralizarla y atraerla fue toda una hazaña.
La ganancia política lograda al extender la previsión social al campo fue inferior a la que
obtuvo Vargas.
El milagro económico hizo feliz a la clase media, dispuesta a cerrar los ojos ante la pérdida de
los derechos políticos. Los trabajadores rurales sentían que por primera vez se les prestaba
atención. Los urbanos no perdieron su derecho, e incluso ganaron algunos. Cuando cesó el
milagro, hacia 1975, se agotó rápidamente el prestigio del régimen. La clase media comenzó a
votar por la oposición. Solo los rurales continuaron siendo oficialistas.
La población demostró que, llegado el momento oportuno, era capaz de revalorar la
representación popular y de emplearla contra el gobierno. Mayor participación política que en
el derrocamiento del Estado Nuevo debido al desarrollo del mercado de consumo, mayor
empleo y crecimiento de las ciudades durante el período militar a crecentaban las condiciones
favorables a las manifestaciones populares. Los brasileños iniciaron la Nueva República
sabiendo que habían participado de una transformación nacional. El progreso de los derechos
sociales y la reconquista de los derechos políticos no desembocaron en avances de los derechos
civiles. Estos últimos sólo los tuvieron las clases adineradas. Los favelados se encontraron entre
la policía que dependía del ejército y el tráfico de drogas y los criminales. La precaria situación
de los derechos civiles ensombrecía el futuro de la ciudadanía.
X. Situación actual de la ciudadanía
Expansión final de los derechos políticos
En 1985 se reconquista la supremacía civil y se da la nueva república. En 1988 la Asamblea
General Constituyente crea la Constitución más democrática y liberal de la historia. El voto es
universal, se le da el derecho de voto al analfabeto y termina así la discriminación injustificable
y la edad baja de los 18 a los 16. Los únicos que no votan son los soldados. En 1989 se celebran
por primera vez las elecciones para presidente desde 1960, vota el 49% de la población (72
millones) y se dan derechos políticos más amplios. La democracia no resuelve la crisis
económica.
De las excesivas restricciones se pasa a una excesiva liberalidad. Se garantizan los derechos
civiles, siendo el más importante el Habeas data, que es el derecho de exigir acceso a la
información del gobierno y los derechos sociales, como por ejemplo salario mínimo,
jubilaciones y pensiones y 5 días de licencia para el padre cuando nace un hijo. Esta
constitución es conocida como la “Constitución Ciudadana”, se cree que en ella se llega a la
plenitud de la madurez democrática.
Problemas económicos:
1987 la economía está estancada.
1988 las tasas de crecimiento son negativas
Hay un fuerte peso de la Deuda Externa por los créditos del gobierno de Geisel.
Fuerte inflación, donde los asalariados son los más perjudicados y un clima de
desconfianza hacia el gobierno por el fracaso de los planes para combatirla.
Debido a la imagen negativa de los partidos políticos, los políticos y el poder legislativo, las
esperanzas de la población se colocan en las elecciones de 1989. Estos comicios exponen los
defectos de la legislación y la inmadurez cultural cívica nacional. Quien es electo presidente gana
sin el apoyo del partido y sin el apoyo en el congreso, frente a ello no pudo gobernar y fue
denunciado por delitos de corrupción. A los dos años y medio de mandato, la gente pide su renuncia
en las plazas mediante el “impeachment” (acusación), lo que se considera una victoria cívica
importante porque los ciudadanos experimentaron la sensación de poder ejercer un control sobre sus
gobernantes; y asume el vice.
Para el segundo semestre de 1993 había una inflación el 30 % mensual y por ello la constitución
obligaba al Estado a conceder beneficios y asistencia a los ciudadanos, pero el problema era que los
recursos para ello eran inexistentes. Hay un agravamiento de la situación de los derechos civiles,
por falta de educación, salud y seguridad. La policía entrenada por militares no se siente garante de
los derechos civiles, ve a todos como enemigos y son temidos por la sociedad entera.
Conclusión
En el Brasil se da un orden inverso a la cronología y lógica a la adquisición a los derechos de la
ciudadanía, vinieron primero los derechos sociales en un período que suprimió los derechos
políticos un dictador que alcanzó popularidad. Después vinieron los derechos políticos, la gran
ampliación del derecho al voto se presentó en otro período autoritario, en el cual los organismos de
representación política se transformaron en ornamentos del régimen. Por último, incluso ahora,
muchos derechos civiles están fuera del alcance de la mayor parte de la población. La pirámide de
los derechos se colocó de manera que descansaba sobre el vértice (los que tienen más plata tienen
más derechos).
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