68
C.AR.TELEJ VOL. XVIII- No. 23 LA HABANA, JUNIO 5 • 1932 ALFREDO T. DIRECTOR En este 11umero: "La Cabeza del Chino'' Por Luis CHADOURNE

c.ar.telej - UFDC Image Array 2

Embed Size (px)

Citation preview

C.AR.TELEJ VOL. XVIII- No. 23

LA HABANA,

JUNIO 5 • 1932

ALFREDO T. DIRECTOR

En este 11umero:

"La Cabeza del Chino''

Por Luis CHADOURNE

¡Sabe usted cuál es una ele las causas más frecuentes de la

COLITIS? La putrefacción de materiales alimenticios a nivel del ciego y del colon ascendente, dando lugar al desarrollo de gérme­nes cuyas toxinas se extienden por todo el organismo, crea a nivel de la mucosa del colon una verdadera irritación que lo inf1ama v produce una intensa perturbación en su funcio­namiento. Los ácidos v productos que se desprenden de la putrefacción se encargan de mantener ese estado de espas­mo y de congestión que determinan el dolor del colon; las toxinas se encargan de completar el cuadro morboso haciendo que todos los órganos sufran las consecuencias de aquellos gérmenes que pululan en el intestino enfermo.

Cambiando el medio, es decir, sustituyendo en· su alimen­tación los materiales susceptibles de engendrar putrefacción por carbohidratos especiales, _puede Ud. facilitar el desarro­llo, en su colon, de los bacllos acidofilus y bifidus, gérmenes en cuya presencia no pueden vivir los microbios

de la putrefacción,

ENTERO.DEXTRIN es un alimento especialmente preparado para combatir las_ colitis putrefactivas, la toxemia intestinal y la constipación espasmódica que

la acompaña .. _

Tome tres cucharadas al ·día de Enterodextrin y evitará la COLITIS o se curará de ella.

DIETETIC FOOD Co. VILLEGAS, 76, HABANA,CUBA

RÁDÍiFA,· N BA ES

11!- La hora " tre Música · Poesía" desde el día 11 der -ines d! abril de 1932 abre la inscripción de candidatas para conocer quién es Miss Radiofan 1932, en la pro. vincia de La Habana. •

21!- Este Certamen dará comien­zo el mismo día 11 de abril de 1932 y terminará ~l sábado 12 de agoat.o del mismo ano. -. . • 31!- La inscripción de candidatas quedará cerrada el 31 de mayo de 1932, considerándose nulos t.odos los votos que vengan a nombre de personas que no aparezcan lnB­criptas como candidatas. .

41!- El primer escrutinio lle cele­brará ·el jueves 24 de abril de 1932 y el último el 10 de agosto del mis­mo año, quedando proclamada reina de este Certamen Misl ·Ra­diofan 1932, y una corte de honor

. compuesta de cuatro damas, ·y se-rán éstas las cinco candidata, que más votos obtengan hasta el últi­mo escrutinio de ·este gran Cer-

, tam~n. • 51!- Las señoritas que desi:en fi­

gurar como candidatas en este Certamen deberán solicitar su ins­cripción por correo, acompañando una fotografía, a la calle de Prín­cipe 33, o hacerlo personalmente en la misma dirección, Estación C. M . B. Y ., de 1 a 3 p. m.

61!- Esta hora "Entre Música y Poesía", donará para la'reina y su corte de honor, cinco valiosos re­galos que oportunamente darem0$ a conocer', además de 1os regala$ que gentilmente nos han ofrecido varias casas de comercio.

71!- • Los votos para este Certamen

~~~~~~~t~h~~~~i!~q~~;~~s r:r1vt!: CARTELES, y nunca podrán ser comprados por las candidatas. Los votos serán depositados en el bu• zón de la estación C. M. B. Y.

81!- Cada candidata podrá man• dar un delegado para que presen­cie los escrutinios, pudiendo asls• tir la interesada personalmente. Los escrútlnios serán celebrados en la Estación C. M. B. Y., en Princlpe 33, altos, comenz~do a la 1 p. Jtl. todos los jueves.

• 91!- N~ ~rán ;álidos • los votos que vengan ai escru,tlnio que no traigan el cuño o firma del 118: pletario o gerente del establ-miento que los regala. .

· 10~ La dirección de la hora "En,· tre Música y Poesia" se reserva el derecho de-separar a la candi· data que no se ajustare a estas

ba:,ia.-Para cualquier informe sobre este Certamen, deben lla­dlar a los teléfonos U-59H o U-3300.

CUPÓN

¡QUIÉN SERÁ MISS BAl>IOFA1i 1932?

la G~~a ~r~r;:;e';r,;~~:n:a::.G!. que ,e trasmite loa marte, 11 ~-

!fct.!'" c~n ,J~ ;~h;:, ,:r; :u1f:e,,: 1235 ktlocú:loa. 500 watt,,.

Voto 11 /aoor de la .oriiuriltt

•Callt! • •.••• • • • • •• , N~ • • ·

EHtc Cupón vale 20 vuf.O».

-¿Qut te pasa, Oltvler? -No me digas natla, Mario: que me he

tragatlo una escuatlra. (De "Le Blre".-Parls) .

LA MUDANZA DEL CAPITAN DE BOMBEROS

(De "Lusttge Blatter".-BerHn) .

1l:et:a~~~~Ero!N~~rf:SL df Ef/!~~ra entra en la sala. (De "Nebelspalter".-Suiza).

ÁFRICA HABLA -¡Atención! El rey del desierto va a

pronunciar una con/erencta. sobre · el t~­ma "¿Tienen vitaminas los operadores c,­nematogr4/tcos?" . ..

(De "Lustige Blatter",-Berlln).

CUENTOS

INVENTIVA

En Buenos Aires ha decidido el Gobierno regalar una lupa a cada maestro de escuela, para que cuando cobre el sueldo le parezca que ha cobrado los cuatro meses que se le adeudan. ¿Por qué _no seguimos en Cuba_ ese ejemplo?

INQUIETUD

En uno de esos cafés de los alrededores de los Tribunales, donde se reúnen los procuradores sin bufete y los testigos de estuche, que Juran por Cristo, por Mahoma o Moisés mediante el mó­dico precio de dos pesos; en uno de esos cafés se encuentran dos viejos amigos, unidos siempre .en la desgracia de las pobres victimas de la In­Justicia social que caen entre sus garrl\s, Uno de eJJos le dice al otro:

-Ayer conocl a un sellor que se le parece tanto a usted, que resulta dificil distinguir a uno del otro.

-¡Dios mio! No se le habrá ocurrido devolverle los veinte pesos que le presté hace tres meses.

LA ULTIMA NOVEDAD CINEMATOGBA­FICA DEL JAPON

-Y esa máquina tan grande que está detrás, ¿qué es? •

-El . magnavoz. (Del "Guenn Meschino".- Milán!.

-/Al fin solo•! (De "Le Blre".-Part.).

CAR.TELES

WATAMDO EL TIE~PO SECCIÚ A . CARGO DE LUIS SÁENZ

!.-PROBLEMA DB AJEDREZ.

2.--cJIARADITA:

-Aquel TOTAL que a tu vera, formaba una algarabla un-tres-do$ Sara y Lucia, pues la mayor slmpatla aegunda terda-primera.

3.--0RAFIOO:

4.--CHARADITA :

Tres-primera una TOTAL del armarlo, Pllomena, puesto que es Nochebuen¡i, y quiere después de la cena Ir a doa-tru con Vldal.

5.-PILANTROPIA:

f ARIEDA9 1.--CHABADITA:

-Ten más vergüenza, por Dloa, 7 no admitas que doquiera, urcera primera-dos eae ~•-tercera.

VACA

CARTELES

8.-0R'ITOIORA.MA

33

;:\ó

52

56

60 61

Vertle&1e11:

1--Capltal del Afrlca septentrional. 2-No a recibido daf!.o. 3-Rtftón.

2.8

4-Rlo de Asia 1ue separa a China de Slberla.

~Tubérculo de la capuchina. 8--Marchad. , 7-Forma del pronombre renexlvo. 8--De reir. 9--Cert111caclón.

10-Rey de Troya !undador de Dión. 11-De temer. 12-Planta medicinal. 14-Contlguo, próximo. 17-Confuslón. desorden. 19-Atacador de ln11 caf!.ones de artwe.

ria. PI.

20-Palmera que dll. loa dAtlles. 28--En la poesla. 28--Localldad de la Argentina, en el de­

partamento de Valle Fértil, provincia de San Juan.

29-Padre de Jasón. reJuvenecldo por la maga Medea.

30-Destlno. 32-ConJunclón copula' 'va. 34-Pronombre posesivo. 38--Entendldos. 39-Fruto del olivo. 40-Tela fuerte y muy tupida. 41--Be tuesta al sol. 42-Pledra muy dura y sólida. Pl. 43-Arbol del Oabón, Afrlca. 4~Extremldades de las manos. 48--Nombre Indio de la pifia. 4&-Ho es buena. SO-De arar. 53-AdJetlvo. Semejante. 55--Pecado capital. 57-Nombre de letra. U-Antigua ciudad de la--Oaldea, don de

nació Abraham.

2,'!,

,i9

42 4~

49

54 55

Horizontales: . 1-Peduo largo y estrecho de c•wqu1er

cosa delgada. ~Presentar un cuerpo cualquiera, re­

neJos . luminosos con todos loa colo• res del Iris.

9-AdJ. Aeta. 13-Doctor de la ley mahometana. (PI.) !~Preposición. 18--Cludad del co~dado de Laooaater, In•

glaterra. 18--Planta acuAtlca. 20-Planta dlatomAcea, género de alga. 21-Del verbo ser. 22-Peleo por quimera. 23-Munlclplo de Venezuela, Distrito Bo•

llvar, en el estado de Yaracuy. 24-Verbc. ~Antiguo Jete de estado ruso. 27-Estanque donde se echan las colam•

brea para curtirlas. 30-Lablérnago. 31-Partlcula Inseparable. 33-Famoso pintor Italiano. (1822-1901), 34-Nota. 3~Nota. 36-Vlno considerado como excipiente

medicinal . 37-Art. Indeterminado. 38--Alaba. 40-El que vende latas. 44-Poesla. 47-Artlculo. 48--Corpulencla o bulto grande. 49-Hurta. 51-Preposlclón. 52-Indlvlduo de un pueblo errante.

(PI.) 54-0rden de arAcnldos par'8ltos. 56-Dar forma de óvalo a alguna cosa. 57-Pronombre personal. Sil-De asar. 60-Pleza principal de una C&sl\. 61-Utlles de labranza. 62--0esta para la pes:a.

9.-PROVERBIO;

PIEDRA PIEDRA SUELTA

10.-PROBLEMA DE DAMAS:

BLANCAS OANAN EN 7,

·11,~ADITA:

-l'nma querer, tercfa-doa, y ·aJ darse cuenta cabal, le dló a la pobre un Tq'?AL, que por milagro de Dios 11.0 ha resultado mortal.

12-COMICO:

1000 -~ í T

13.-CHARADITA:

J!:s un-tres-cuatro, Tomasa, Jam'5 en ella. Pascual, se dibuja la TOTAL. -No sé, pues, lo que dos pasa, eso en ella es natural.

14.-DONDE VIVES:

I

NOTA.C I"ON

15.-CHARADITA:

-Me he dado un4-tres TOTAL, de aquella muralla, yo, que una vez que me un-dos sufrí una lesión nasal.

16.--SIEMPRE TIA:

GENIOS

AMARGURA_

1f,-M)k08TIOO NtJMERIOO: -

~ 111ta40 de la Unión Amertoa­.a del Norte ..

'58'790570-M'etal blanco azulado, brt• llante.

U3ff2580-DocWDento de reclamación an, te un Juez.

~PUeblo de la Espafta tarraco• .oenae al N. de Valencia.

JOB'1548-Llatae, 92370-Dlllta lgual de dos extremos.

~PUeblo de La Co~. 502-Patrlarca hebreo. •292---Nombre de letra.

50-Adverblo. · 28--Que exlllte. »-Rio de Aragón.

JJU,W7880-Alarde vano de erudlddD.

18,......cBARADrl'A:

---Sln nlnguna dlllcuslón esa tlple estA muy mal s,nmera declamación, s,nma dos-tres; un TOTAL, y arma una revolución con su cuerpo angelical JI el dos-dos tres-dos, Antón, Entonces don Slmeón ¿OUil es au opinión?

-Tal cual.

111.-JISCABROSIDAI>F.S:

~s POR AS

20.-cBARADITA :

-Tiene Isabel un dos-tres, que le regaló Felino, un dos-primera tan tino l&mú lo VenMI, Glnés. Como s,nma-dos-primera no hay tres-dos-tres que le Iguale. Yo te aeeguro que vale el clol-un, lo que ella quiera.

21.-ENJG:MA:

n l l

4C6mo ,e Ice e,te ferogliffco para que re• llllte un nombre mu11 cllel>re1

22,-cRARADITA:

-un do.,-tres a tu furor y m.-una la TOTAL, la haa de repartir. Marcial, con m'8 equidad y fervor.

23.-¿QUE SON? r---

RIFLEN

ESTADO DEL CONCURSO El

0

Jurado call!lcador, compuesto por los sefiores Arturo Alfonso Ro• selló, Lula Gómez Wangüemert y Lulll s,enz, después de un cuidadoso examen lle las soluciones en.viadas, ha dado el slgulente estado del Con­curso, en el cual todos los concursantes se encuentran empatados con 224 puntos.

Eduardo Blosca, La Habana; Angel Creagh Soria, GuantAnamo; le· mael Castf!llanos, Güines; Darwln Cabrera, La Habana; Hilda D'Scott, La Habana; Narclllo Durán, Baragµ,; E. B. Fern,ndez, Rpto. Almendares; Pedro P. Faura, Vlbora; Miguel A. Gultart, La Habana; Aurella C. de 06-mez, AlgOdones; Fernando o. Gonz,1ez (Santos Suirez) ; Pedro J. Gonzá• lez, Remedios; L. Guerra de Noguelra, Vedado; Félix Garcla Alonso, La Habana; Manuel Gonzilez Soret, Güines; Mano Hem,ndez, Vlbora; Per~ nando Hemández, BeJucal; M. Dlzastegul S., Guant,namo; Ollmpla Jlmé­nez, Repto. Almendares; Marina Juirez, Guantánamo; R. D. Lozano, La Habana; Walterio Leza, San Juan de los. Yeras; Jullo de León, Remedios; Hllda López Ramos, Calbarién; Oiga Liada, Plactas; Amalla Manday, La Habana; Rogello Miraba!, Luyanó; Berta Mufilz, San Lula; Emma Mugléa, Bayamo; Lula J . Marlote, GuantAnamo; Ramón Mi\s Martln, S. Juan de los Yeras; Carlos M. Maleas, c,rdenas; Manuel M'artínez, Martanao; Teo­llnda Maceyras, c,rdenas; LUia P. MoJardln, Santos Suirez; Hermlnla Ma• rleges, Rpto. Almendares; Miguel A. Pérez, Vlbora; Carmen Penelas Lage, Calbarlén; Josefina Peinado, Guant,namo; Adellna del Rlo, Vlbora; José Reyes Folh, Oriente; Eva 8'nchez Montoya, La Habana; Alda E . Sierra, Calbarlén; Victoria o. s,nchez, La Habana; Catalina Serrano, Guant,. namo; Emlllo TruJlllo, Güines; Conrado TruJlllo, Santa Clara; Ricardo de la Torre, Gtlines; Carlos Valdés, Remedios; Allcla Vergel Sánchez, Camagüey.

En vlstll/ del empate general que 114:r, y para pOder dlllcemlr el lugar correspondiente a cada concursante, el Jurado acuerda seg(,n lo eapeclflcan las bases del Concurso, que: los concursantes empatados solucionen todos los pasatiempos de la sección "Matando el Tlempo" de este número, como piglna adicional de desempate.

Las soluciones son v,udas hasta el dia 9 de Junio oróztmo.

.24.--¿QUE VENDICS?

25 . ....::HARADITA:

-Una-tres el dos-tercera todo, tercia-prima-tres, que no se cambia hace un mes lp. ropa como lt'l ves, P.Or ahorrar la la:vandera.

TA

26.-CHARADITA:

--Oaata lo que una-tercera en comer como tú ves, Y no quiere dofia Inés, que le segunda-primera, prfmera-.,egunda-tre.,,

! 500 + PI C 10 ADONIS

28.-cHARAbITA:

-Segunda &1\os primera, que en esa TOTAL, se tres, el matz como tu ves de tan hermosa manera.

;!,0.-::-QUB S:S LO DIOAN A CHINA:

• • 29.-CHARADITA:

-Has llegado retrasada para el entierro, Sotera -Un dos tres un-dos-tercera, seguro, está equtvocada.

31 .-POR FAVOR .. .

NOTA NOTA DO REFA SOL LA SI DA (DORA} E

p p A

EY BUO ' GO CNO·

32.-ARITMBTICA CON LSTBAS :

OAf, P,I D,LR,EF DP PLS.P PI SF - OAl,D

ADIL POSEL,R PAAESP

PRSLEE,F PPDPOPL

PEFRSD

ODFO L PDD

D PísF

F ADTL POLDO

o PAAITP ·

POLODL . L

PPDPOPL.

Encont-rar q"' pa&ar,ra ,e halla COfl'•

:PTm4fda en la operaclón 4nt,rfM. -33.-UJil FRESCO :

Br. Sdenz: E.timando que el hecho de haber 1U•

ted echado mi colaborad6n al cuto ffl•

trafla una gran ofensa para mí, lnotto a ,uted a contender en el campo del ho­nor de acuerdo con l4.! conclfctonu que determinen nuestro, padrino,.

lltte. K.

34.-¿Qt:IB LEEN lCLLOB?

{TOLAI N I DA INU)j

EL 6+3 6-3

35.-CHARADITA:

Los dl,logos de Acebal. son :PTlma-segunda-tre.f :PTlmera, dos-tres, Andrés, que tú no opines lgual,

SOLUCIONES A loa pasatiempos del número anterior .

Al CJ'.UClgrama:

/'1 A M u '-rl A G °A 'p E

·:.i • 'e E. R ,q e R u o · ·p t~•A 0 . 4 L e E. A ■ 'k '"1 " I "' ■ 'A TA 1.1 L F 'a ■ ·o e 11 I R T º· ~ G I T

1Á O 4 'tJ s E o ■ ·4 N 4 L O G O 5

A N !q --- ·,.q L A -. - T I e ~ '~ o ■ 'b V A l'f A ,v

~ R O T /!:. M A ■ .. E G I R A o ·

■ •¡ R E r i -~ RE: N () D 5 A b ■ 'A L A B e ■ •-4 L A o• "e "4 D I •¡ R I .s ■ ~

'e JI N O A 's o I? I ,ql

Al pensamiento: La confla1Ua en uno mismo, que d4

fuerzas para ver el porvenir con segu­ridad, es condlc{ón esencial para el '-n• to; n uno se compara II se ;uzga infe• rtor a los demds, está perdido.

Al salto de caballo: Arrieros somos II en el camino

encontraremos.

CARTELEI

PorHORACJO

CARTELES. 6

[ Modas de la playa

LA temporada de verano nos tnvtta a la pla11a como un re/ugto aenctoao

para calmar el cansancto 11 so¡ocactdn de las fuertes temperaturas, 11 para realzar esta dutracclón tan aproptada a nuestro clima se ha enrlquectdo constderablemente el campo de la Moda, brtnddndole a toda mu1er elegan­

te mil ltndos detalles que completen el atract · ·o de su atlueta moderna. Es un cambto radical el que se ha operado de algunos ptlos a la Jecho en la

Indumentario de la mujer boflt.tta, que llevado con 8UaVúlad 11 dt.tcrectón, permt­te un magnifico margen de comodtdad deporttva 11 una agradable tmprestón de belleza 11 1uventud. SI en la ltoertad de la pla110 va a buscarae por sobre todo de,canso o placer, nada mcb lógfco que recurrtr ,1 trajea que atn perder belle,:o permitan una absoluta comodtdad.

El trafe actual es 11a reglamentartomente de una sola pteza, pero lo mufer mu11 /ementna, puede suavizar la tmprestón voro,tU con una pequefla /oldlto qtui forme parte 'del "one-plece".

La pla11a es ho11, con su. modos ultromodernas, la ezhlbfclón meta abierto de 111 8tlueta, 11 por este prtmora.lol motivo ho11 que conocer el arte del recurso, pues upuesta al baflo comtí.n de sol 11 aguo, solamente los ,¡flos o la elegonclo permt­tlrán una tmprestón agradable.

El trafe, la parte fundamental st presctndtmos de alardes rldfculos 11 chocan­tes, permite un efecto eztremadamente favorecedor. Lo tormo en general es de gran senctllez, 110 que hay mu11 poco espacto donde lmprovt.tar. La stlueta recta, cortada sólo por el a1uste del ctnturón, 11 el escote tan profundo de espalda que en muchos cosos sólo se simula con barretos del mismo material en fOT11UU va­riados. Los que llevan Jaldos son, de largo mu11 escaso 11 de forma bien en corte o de pliegues excesivamente profundos.

El efecto 4e belleza se aatenta prtmordlolmente en los contrastes 11 vlvezos del colorido, 11 dentro de esto la moda actual er mcb liberal que ayer, pue1 los más opuestos tonos son, h01/ las caractertstfcas de los trafes elegantes de pla110. Esta combinación de colores se reparte entre el confunto, bien dándole a la falda un tono opuesto a la blusa o también en dlbufos vanguordútas en una u otr11 pieza. .

Aunque la , capa no ha de1ado de tener su encanto, por mu11 femenina, e• Indiscutible que el ptfama la relega a un uso mu11 llmttado. Como actualtdad, 11011 que darle paso, a más de su ortgtnal belleza, 11 tambtén ¿por q~ negarlo?, por la esperanza moral de que su tmpostctón marque un Hmtte al desnudo desen­frenado, que no defa de tener un mucho de esnobúmo.

En esta nueva prenda ha11 /antostas Ideales, que le permtten a la · mufer de gwto Lucir modelos primorosos. Suelen llevarse en telas ,como warandol, crash, •hantung, franela o ptq~, con el corte del pantalón tllmttadamente ancho por la parte tnfertor 11 afustadutmo de cadera 11 ctntura, para marcar bten la ltnea.

La blusa, unida ol pantalón, será en wn tono 8UaVe, 11 atn mangas, paro darle cabida a la chaqueta, que estará en ormonta con 'pantalones 11 detalles, en forma ortgtnal, sin ser nunca la cruzada, que sólo se empleará para el 11achttng.

Los gro.idea creadores franceses lanzan este afio ol mercado una tnnovactdn eompletamente del dio, trusas muv adaptables a la piel, de Hneos completamente recta,, en tonos ·mu11 fuertes, como rofo, azul nattter o verde, 11 cubiertos con trtcots de malla hechos a mano, en coloridos 8UaVes 11 de ar""1nta con el con­junto. Es algo completamente nuevo 11 práctico para llevarse con ptjomas.

El sombrero, zopatlllAS 11 saco, son detalle¡ imperdonables para tr apropiada Para la areno, nada substttu11e al sombrero .de olas enorme•, en el -numo ,nater1,u, ü la pijama, o en pajas de /anta.na, pero para ejercictos proptos dé fuventud se llevan unos gorritos Ítimtnutos que suelen hacer eztroordtnarto favor.

Potou, Lonvtn, Augustabernord 11 otros grandes casas de nombre conoctdo, lndtcan con preferencia para los amantes de la arena, el. blanco 11 "lul marino, para las decididos· por los ejercictos el beige 11 carmelfta, apropiados para las rocos, 11 a las dedicadas al 11achttng los colores unidos 11 suaves como blanco, agua marina o verde mar. • •

[ LEONOB BABBAQUE.

RUEGO Por Jultdn del Casal

Al blando nido deí natal rtoazo. Quler9 en tt recobrar perdida calma Y, rendirme en tus lobl'cn carme,tes o al extasiarme en tus pupilas bellas, Sentir en las tlnteblas de mt alma Como vago perfume de olheHes, Como cercana irradtaclón de eatrellas

Practícalo

Desde ·nl.1io, como norma de tu vida, pon el prestigio · de tu patria en sitio donde nl tú ni el mundo puedan empa­tiarlo, y no actúes n1 en públlco ni en privado con la falsa· Idea. de que eres duefio único de tus actos, porque el sal· do de tu crédito le pertenece por en­tero a la patria.

Mira su honor como la base del tuyo, labra su bien con generoso esfuerzo, enaltécela para tonltlcarla, no toleres Jam'8 que la ofendan y al esto es poco da la vida por mantener la suya.

No manipules este Ideal como manan­tial de benetlclos y prefiere con genero110 desprendimiento dar antes que recibir su agradecimiento callado pero profun­do, se grabad, Imborrable en la gloria que le cedas.

NI tú, nl yo, n1 el de mis alli, tiene derecho a reclamar. La patria lo es to­do: honor y amor, en su mútma gran­deE&. Lo que hagas por ella, nada es al tasas tu devoción.

ENSALADA DE FRUTAS

Dos cucharaditas de mostaza, medla. de sal, dos de maicena. dos de azúcar, una cucharada de mantequilla derretida, cinco cucharadas de vlnagre, cuatro ye-

m~od~ ~;!';,,vo ~r.:!~m, cocina al báfio-marla. Se bate continuamente, hasta que esté separado todo. Se saca. se bate' y se pone al hielo. Cuando esté bien frlo, se le agrega: media plnta de crema, dos latas de pifia, tres cuartos llbra de altea. media llbra de nuewa.

Se une todo y se le agrega media pln-"ta de crema doble batida. .

Se coloca de nuevo al hielo hasta el momento de servirla.

La playa suele cauuvar en una forma tan radical, que las más de las veces y de modo principal eñtre el elemento Juvenil, se hace abuso desmedido <le su placer, sin calcular que <le este mo­do sus efectos SQD contraproducentes, ya que no sólo anulan los benetlclos <le un buen orden, sino más aún maltratan nuest'ra naturaleza y marchitan lamen­tablemente los encantos <le la belleza.

Se tnlcla. el verano, y corremos a la playa, no como refugio de donde lógi­camente podemos sacar retuerzo y tont­flcaclón para e~ desgaste que nos oca­sionan las fuertes temperaturas, slno como un nuevo medio de vértigo a don­de saetar el ansia de placer desmedido, aunque hecha Jirones se deje en la are­na y entre las olas toda la fortaleza natural y toda la frescura atractiva <le la mujer. No es preciso, para lograr una temporada de playa sensata, ni sacrifi­cios nl compllcactones; es sólo necesario orden y consideración a nuestra propla. naturaleza. No hagamos uso del mar para el bafio mis que una vez al dla, y siempre con hora y tiempo apropiados. 81 lo preferimos por la mafi&na (el mia adecuado), esperaremos dos horas des­pués del desayuno, que no recargaremos nunca, y pasado este tiempo nos mete­remos en el agua en torma general, para sufrir u"'8 Impresión repartida. SI nece­sitamos eJerclclo, ólen· por exceso de pe­so o por conveniencia especial, nadar sln descanso, pero Rlempre a compia re­gular, sln forzar :,ruscamente el movi­miento y sóJn .tl&sta donde nuestras fuerzas lo pe. 'llltan.

En cualqute.· naturaleza serf. contra­producente el entrar· y sal1r sin -motivo que lo Ju 1tlftque, salvo para las tiradas glmnistl• s que manteniendo el cuerpo en movl · mto no permitan el entrll\.­mlento. • el n11io o en las personas de edad avanzada. estas violencias si no se controlan serAn lamentables. ·

Un bafio ordenado, si es de salud, teii,­drA como mAxlmo 20 minutos, y en 1011 <le placer, mis de una hora serf. ago­tador.

Tomaremos después, como reparadQJ', una bebida fresca pero abundante en elementos tonificantes, ya que el mm­une a sus condlclones saludables una acción deprimente que, aumentad& por el ejercicio, debemos saber combatir.

Un bado de sol en la arena sert. un poderoso auxlllar de nuestra salud. pero sin caer en la exageración. CUando el sol ha llegado a la cúspide de su trayec­torla., la lnfluencla. de sus rayos no ae­ri, conveniente a todas las naturalezas, nl tampoco a todas 1&8 edades. 81 hace­mos uso de este recurso natural y gra­tuito que tantos benetlclos apori. cuan­do es a medida, lo haremos siempre con conocimiento de nuestro estado ge­neral y aún mejor bajo cllrecclón fa­cultativa.

En horas de 12 a 3, la playa no brtn­dari gusto y sl permanecemos en ella aerA a la sombra, donde no nos catn <le plano la tuerza solar y pÓdamos re­coger la brisa suave y beneficiosa que esparce el mar. En este intermedio; el re­poso eert. Jo indicado.

Volveremos a la orllla después de esta hora para hacer deportes como remos o yachtlng, y si nuestra costumbre es to­mar el bafio por las tardee, no lo hare­mos Jamé.s después de caldo el sol, por­que la frialdad que guardan las aguas serio un choque peligroso a nuestra nor­mal temperatura.

PONqHE PARA FIESTAS DE NUtoé

Dos pomos de treaas tranceaas; un li­tro ere lllrope <lranadtna); doe lltroe de agua <le Seltz; un lltro de vlllo Jerq dulce; veinte rue<lltas de limón verde, -:::n;¡~8:. el ponche; dl\car y hlelo

Del amargor que noa deja la vfdG '11 de la dulzura que no,otro, pongamo,, por natural bondad o por estudtada re­

• -"-""_,¡¡91!~~•• stgnactón, en nuestro esplritu, ut4 OOffl•

~,~~,i~~T1::S e~ t~~a~ ~~

7

lllda 11 humonm.o en la lfteratura. 1 ¡Blenaventur¿ 'n~troa 1mltadore.,

porque de ellos aenbt todos nueatro, 4e,: fectosf • • •

La tlnlca trútua sin co~lo en la t>lda ea •14 frineN que n he¡ merecidb.

B•N.tV•N'I'•.

CARTELES.

CARTELES

Vea en el próxitno CARTELES la pri­tnera lección de nuestro curso de

, INGLES EN SEIS MESES

Por Elizabeth A. Ferry

8

l~A tN NU~H~O ~RÓXlílO NÚílfRO 11LA CUARTA BAILARINA".

Broadway, cabarets sobre la Gran Vía Blanca, mus1ca, licores, bellas "girls" que agitan sus melenas rubias en el frenesí de los "fox­trots" desarticulados. Y junto a todo eso, las turbias maquinaciones Je los "ga,fters", les complots siniestros de los "bootleggers'', toda la 'l'ida obscura y tormentosa de los bajos fondos de New York. ·

Se ha cometido un crimen. La Policía inter'l'iene, busca, in'>'esti­ga, recoge datos y descubre pistas. Pero todo el trabajo de los detec­tim resulta estéril. Los 'l'Íejos métodos policíacos no dan resultado en este crimen misterioso y nue,,o, cuyo autor ha dado pruebas de sin­gular originaliJaJ.

Sin embargo, hay algo . . . Algo que puede ser una huella ligera, insignificante, apenas perceptible, o una burla cruel de la casualidad. La inteligencia excepcional del gran O'Malley logra, sin embargo, cons­truir una teoría Yerdadera del crimen gracias a esos indicios.

'11LA MARQUESA DE PAIV A".

Flor de la Corte del Segundo Imperio, la marquesa de Pai'Ya_ tu'Yo a sus pies a la más linda, la más fina y la más hueca de todas las épocas de Francia. Alejandro Yon GLEICHEN-RUSSWÜRM re-

Dime lo qae lees, y te dlrf qal6n eres:

Donde haya una majer,­donde haya un joven,­donde haya an nlilo,-alll debe de estar "EL BOGAR",

Para el·hombre hay muchos periódicos;

PARA LA MUJER, sólo .

"EL HOGAR" Revista ilustrada de sólido

prestigio, que contiene lectu­ras interesantes, novelas sen­sacionales de actualidad, mú­sica, cocina·, có.rfsejos domésti­cos, pequeñas industrias, pá­ginas para los muchachos y las niñrts, LABORES FEMENI­LES variadas y novedosas con descripciones detalladas e ilus­traciones perfectas, más un suplemento de dibujos pura ejecutarlos.

ENVIE VEINTE CENTAVOS EN SELLOS CUBANOS Y RECIBIRA EL ULTIMO EJEMPLAR PUBLICADO

Apartado No. 1431. Habana

(Fuera de la Isla, diríjase usted a "EL HOGAR" Apartado No. 1814 • MÉXICO, O. F.).

9

fjere en este artículo la '>'ida complicada y alegre ·de la bella marquesa, cantada por Horacio Je Viel-Castel como "la reina de las cocottel'.

La ,,ida de la marquesa de Pai,,a es más sorprendente. :Y. cauti'Ya•

dora que una noYela.

"UN CASO TREMENDO".

Dana BURNET, autora de este cuento, es ya conocida de nues­tros lectores. Es·piritu sutil el suyo, todas sus historias tienen un sello peculiar de elegancia.

En esta que presentamos hoy a nuestros lectores, mantiene '>'Í'Yo

el interés sobre un punto determinado para sorprender al final con un desenlace impre,,isto, que escapa al más sagaz. de los obser'Yadores.

* * * Lea también las crónicas que escriben expresamente para CART~-

LES, Mariblanca SABAS ALOMA, Leonor BARRAQUE, Mary M.­SPA ULDÍNG, Alejo CARPENTIER, Antonio PENICHET, Artu­ro Alfonso ROSELLO, Louis MAX y otros escritores no menos dis­tinguidos.

Junto a este material literario escogido, insertaremos las seccio­nes de in/ ormación gráfica, nacional y extranjera, que han hecho de CARTELES una re,,ista imprescindible en todos los ho,ares.

Los insectos son enemigos mortale, del hombre. Son pura suciedad y vehículo de enfermedades. Pro• teja su salúd. Mate las mosca, y mosquitos rópidamente, sin esfuer• :r.o alguna. Rocíe FlyoJon, el nuevo y morovilloso insecticido, el cuol

NO DEJA OLOR

; .. i;t~ l~

--<~ IO'.- éJu.w¡<L

H.~~~an 0itlribuidoreo, GENERAL 01STRIIUTORS, INC., Hobono

CARTELES

-¿Por qué estarán tan de moda los terriers de pelo de alambre? -¡Hombre! En algo tenían que emplear los alambres ahora que

todo s~ hace por radio.

CARTELEI ,_ 10

DIQ.H:CTO~ ALFREDO T. OVÍLKZ Publicado en la Ciudad de La Habana, Republica de Cuba, por el Stndlcato de Artes Gráflca3, Avenida de Almendares y Bruzón.-Cable Y Telégrafo "Carteles".-Teléronos: Dirección : U-1651; Redacción : U-5621; Administración: U-2732; Anuncios: U-8121.-Representante en New York : Joshua B. Powers, 220 F,. 42nd St.-Número suelto, 10 cents. ; atrasado, 20 cents.-Acogldo a la franquicia postal y registrado en Correos como correspondencia de segunda clase.-No se devuelven originales, ni se mantiene correspondencia sobre material no

solicitado.

VO;L. XVIII. LA HABANA, JUNIO 5 - 1932 No. 23

···························~ LA PRIMERA FOTO DE AMELITA EN IRLANDA

An!elita E~RHART PU!NAM, lf!, prim_era aviatriz que <;ruza triunfalm<:nte el Atlántico, emulando la ha­zana de Lmdbergh, refiere sus_ tmp~estones a los penodistas británicos poco después de llegar a London-derry (Irlanda). Esta foto fue envia~~c~~aª~if~v1~nª f;s1:ri~ ~~~~:~~ida por radio a New York y des-

( Foto International) .

11 CARTELEI

EDDIE Briggs estaba ner­vioso y la rubia despam­panante preocupada.

-¿Estás seguro de que todo saldrá bien, Eddie?,

-preguntóle por centésima vez. El dinámico hombrecillo de ci­

catriz en la frente, hizo un movi-miento rápido de asentimiento. .

-¿Bien? Seguro. No empieces a decir que no saldrá bien, Ma­bel; ya sabes que no me gusta que mis "amigas" no tengan con­fianza en mi.

-Ya lo sé.,Eddie, ya lo sé. Ten­go en ti toda la confianza del mundo. Lo que me proecupa es saber hasta dónde puedes confiar \m ese hombre de quien me hablas.

-¿Jim Hanvey? -Sí, Jim Hanvey. A los labios de Eddie se asomó

una sonrisa burlona. -¡!Ji te ocupes, Mabel! Jim

Hanvey es la delicia de la gente •. maleante. Como detective es lo

mejor del mundo ... y esa manía tonta suya de nJ faltar a su pa­labra va a ayudar a un hombre a hacer una cosa bien. •

Mabel suspiró. Fué un suspiro lariro que más bien ~dicaba no

CARTELES

·-¡El Collar -=:+ Octá _v.uS

estar en completo acuerdo con las ideas de Eddie,

-Manos a la obra, Eddie,-dijo. -iY buena suerte!

-Está bien eso de buena suer-te, querida.--Se encasquetó el sombrero y se dirigió a la puerta. -En marcha, dulzura. En mar­cha para ir a ver al mismísim6 Jim .Hanvey e!1 l!er~na.

Jim Hanvey miró al pequeño vi­sitante con marcado interés. Se disculpó por no levantarse, ha­ciendo un gesto de lánguida alu­sión a su cuerpo voluminoso por vía de excusa.

-Un hombre con est~ humani­dad como la mía no ouede estar­se levantando y sen~ando conti­nuamente, Eddie. Puedes dar por seguro de que te tengo una sim­patía enorme.

Eddie estudiaba al hombre cor­pulento a través de sus vivos oji­llos semicerrados. Le parecía que cada vez que veía de nuevo a Jim Hanvey, el detectiye había aumen­tado de volumen. Era la cabeza de Jim la que le daba ese aspecto de Gargantúa; una cabeza enorme que parecia descansar sobre tres

12

sotabarbas. Las f a c c i o n e s se . Eddie seleccionó una silla cuyo \ · perdian en una inmensidad _de re~paldo daba a la ventana. Ha­

carne grasienta; boca pequena, , blo secamente, con efectos de nariz minúscula y un par de ojt- staccato. llos de pescado opacos, ojos que -Usted siempre ha estado en daban la sensación de que su due- la brega con ladrones, ¿no es cier-ño no pensaba nunca en nada. : to, Jim? .

Jim no era precisamente un . --Siempre; por lo menos, lo he hombre elegante. Por un inexpli- tratado, Eddie. Puedes estar se­cable juego de prestidigitación guro.

it~n~:~cti01~!~8ve~:~c~rsr g~~;ci: garl!'e;~:~ifa hta~f11:n:i~~t~-.

que la suya, que le caian sobre su ¿no es cierto? ' zepelinesca humanidad como un -Sí, Eddie; lo reconozco. derrame de tela de casimir. Esta- Eddie se incorporó. ba echado hacia atrás en un -Quiero decir que ni aun a enorme sillón de brazos, sus dedos uno de mi clase, Jim. Yo sé que jugando indolentemente con un usted no está acostumbrado a los reluciente palillo de dientes de de mi tipo. Siempre ha tenido que oro, que colgaba de una cadena ver con los de la otra clase. Gen­de reloj con todas las caracterís- te distingujda, educada, de bue­tlcas de .un .cable de_ acero. nas maneras. Yo soy un pobre.

.-¿Que, faenes alg9 en la mo- diablo. Sin cultura, y_ pensé ... llera, Eddie? · Vaya; que tenía miedo que no

-Sí, Jim, tengo .. . y mucho. quísiera ·tratarse con la moralla, . -Acomódate y dispara. ;.Me entiende? ·

B rillantes C O II EN~

Jim sonrió y sacó una tagam1-na negruzca capaz de asfixiar al último mortal.

1 -Puedes confiar en mí, Eddie. Siempre juego a la buena.

-¿Puedo considerar eso como· una promesa?

-Absolutamente. -Bien,-balbuceó Ed<!ie. - No

es que dude de usted, J1m, pero es que voy a "cantarle" un asun­to muy imp<?rtante. Se lo adyier­to, por si quiere V?lverse atras. Y quedo en la segundad de que no hará uso de lo que le diga en con­tra mía en el caso de que no ac­ceda a lo que pretendo.

-Justo,-murmuró Hanvey.­Pero juguemos con todas las car­tas boca arriba.

-Jim,---comenzó el bribón des­paciosamente,-¿se acuerda usted del collar de brillantes robado a la señora Hammersley, hace po·co más o menos un año?

Los ojos de Hanvey se fueron

cerrando paulatinamente, algo asi como si se fuera quedando dormido.

-Si, desde luego que me acuer­do, Eddie.

-El seguro sobre esos brillan­tes fué pagado, ¿no es cierto, Jim? Doscientos mll.

-Sí, exactamente, doscientos mil. Lo pagó la compañia.

-Y .. . Jim, ¿no es cierto que us~ ted es el ·jefe del servicio priva­do que trabaja para esa compa­ñía?

-Tal vez. -Y usted trabajó en ese caso,

¿no es verdad? -Sí, Eddie. Es verdad. - ¿Y que nunca encontró ni un

pelo de esos brillantes? -Ni un destello, Eddie. ¿Por

qué? Eddie respiró como si hubiera

salido a flor de agua después de una zambullida en el mar.

-Yo tengo ese collar, Jim. ..... ..,,.,..,-,-- --------------~

Escrutó la cara del hombre enorme, con la expresión de un buho. Le invadió un sentimiento de fracaso. Había esperado ver saltar a Hanvey fuera de su letar­go habitual. En lugar de ello, Jim se limitó a bostezar, después as­piró el humo de su tabaco inde­cible y se quedó como adormila-

, do. Eddie se salió de sus casillas -¡Le digo que tengo esos bri­

llantes! ¡Yo, Jim! ¡Los tengo! -Sí, Eddie. Ya te he oído.­

Hanvey parecía darse cuenta de la situación.-Yo siempre supe d~ ti como hombre listo. Eddie.

El cumplldo dulcificó un poco a Eddie.

-Vengo a hablarle de esas pie­dras. Jim. Para eso he venido.

-¡Oh! ¿Sí? Eddie llegó al convencimiento

de que Hanvey era un hombre en extremo difícil para hacerlo con­fidente de algo. Siempre parecía interesarse, pero a distancia. Nun­ca preguntaba, jamás inquiria .. dejaba hablar ·y daba la impre­sión de que siempre había dicho demasiado. . -Jim,-irrumpió Eddie brusca­

mente,---quiero tomar la senda del bien.

u

-Maravilloso. -Le digo la verdad. He llevado

una vida despreciable, Jim, y me he dado cuenta de que por esa senda no iré a ningún lado. Me voy a separar de la banda; olvi­daré todos los trucos que conoz­co. Mire, Jim, cuando venía hacia acá, me senté en el tranvía Junto a una mujer que tenía un pen­dantiff de un valor aproximado de quinientos o seiscientos pesos. Me hubiera sido muy fácil qui.: társelo, Jim. Se lo juro; yo siem­pre he sido rapidísimo trabajan­do con los dedos. No lo hice. Jim, ~/~f:ni~

1pura verdad. ¡~ué bien

-Bien, Eddie. Bien. -No he "trabajado" desde la

del collar de Hammersley. Nl una sola vez. Nl nunca más.

-Magnifico, Eddie. Magnifico. -Y ahora le voy a explicar

por qué he venido a verle en lu­gar de tomar la buena senda por mí mismo. Se trata de los bri­llantes de Hammersley, Jlm. Yo los robé y mientras los tenga en mi poder no habrá forma de en­mienda, puesto que puede muy

bien su~b!~u~i~ ~sz~n P133. '~ºf.

CARTELEI

L huérfano abandonado oe -un or:tanate tiene mayo- Mvcnos observaaores de nuestros males sociales afirman que ~i~o~r~:s~un~~ad~n de~;J~ és·,os tienen su origen en la pésima educación de la infancia.

normal, saludable Y feliz ~f;ti:C:: ge ~~~:r;mc~~s:~~toº t~i! 1~n i~~;;;;f:il~i L~ui~a:z~ ~~l 1~ñiitf:0 ~ºá!!c~g~[~i~~~ crianza e indisciplina es el resultado en ambos casos: primero, tos de la rsicología Experimental. de joven, luego de hombre y ciudad.ano. El artículo que aquí ofre-

Los gatícos, cachorros y otros cernos a nuestros lectores toca en la llaga de este gran problema animalitos crecen completamente que realmente no tiene fronteras. El Dr. Arthur Frank Payne, separados de sus padres. y aho- distinguido médico y psicólogo norteamericano hace un resume11, ra. un famoso psicólogo neoyor- de sus interesantes estudios de Psicología Experimental. Aceptando qwno, el doctor Arthur Frank sus premisas Y deducciones, creemos, sin embargo, que la solución Payne, lanza la atrevida teoría de no está en separar a los hijos de los padres, sino en que sean que también los bebitos deben ser éstos los que realicen la obra de la educación ci.Jntifica necesaria.

~~~r~~o~~;iJ~!. padres, poco des-"No mate a su hijo," es la pri­

mera regla que da el doctor Payne a los padres científicos. "No mime a su hijo ni se compadezca nunca de sus penas," la segunda.

"Si su hijo se cae y se raspa las rodillas,'' aconseja el doctor a los padres, "usted, padre, encienda un cigarrillo y simule una abso­luta indiferencia a sus lamentos. 1?i su niña rompe su mejor mu­neca, usted, madre, encójase de hombros y póngase un poco de polvo en la nariz. Es lo más bon­dadoso que pueden hacer."

mal, fuego, perros rabiosos o se­cuestradores."

El amor paterno, el sacrificio maternal, el hogar, el afecto filial y otras altas virtudes son muy bonitas para el canto y el soneto. Pero en lo que respecta a la ver­dad científica, los experimentos del doctor Payne demuestran que el afecto de los padres es con ma­yor frecuencia una maldición que una bendición.

El noble amor maternal, ideali­zado y consagrado en la litera­tura, la poesía, 1a pintura y la escultura, es en realidad la ser­piente del paraíso.

"El amor de madre", dice el doctor Payne, "es tan peligroso

"Años de investigación han de­mostrado que estos males son tan frecuentes en los hijos excesiva­mente mimados, que puede afir­marse con certeza que las venta­jas de una educación de orfanato compensan con creces las bendi­ciones de padres cariñosos y las comodidades, cuidados y oportuni­dades· de un hogar acomodado."

"No simpatice demasiado con l<?s contratiempos de su hijo,'' ad­vierte el doctor Payne. "Si el niño cae y se· rasgy.ña una rodilla, la madre correra a levantarlo; le besará el punto lastimado; lo

"Deje que su hijo salga solo a la calle, y, abandonando la acera, cruce cuantas veces quiera las pe­ligrosas calles de la ciudad. Si quiere mantecado y caramelos en el desayuno, y pastéles y choco­late en la comida, déjelo que se salga con su gusto. Permítale acostarse cuando tenga sueño y levantarse cuando le plazca. Si se rebela a usar abrigo cuando la temperatura está a cero, consién­tale el que no lo use. Déjele rom­per, destruir y regar sus juguetes

El hermoso cuad~o titulado "Las Alegrías de Eoa" , que Ilustra los cuidados ma­ternales que segun el doctor Payne son contraproducentes para el bienestar de

la prole.

a voluntad." "Nunca castigue a su hijo. Deje

que él se castigue a sí mismo su­friendo las consecuencias de lo que haga. Dígale siempre la ver­dad, aunque sus preguntas se re­fieran a asuntos tan 1.ifíciles co­mo Dios, la muerte, el sexo .Y las debilidades o defectos de usted que él observe. Si desea que su hijo crezca valiente, fuerte y honora­ble, evite el infundirle miedo a na­da ni a nadie. sea persona o ani-

El doctor Arthur Frank PAYNE. cuyas úfra" M>hre la educacióv de la lnfan­

ct,, ~011 rennltu:úmarlaa.

CARTELES

La peque11a COSÉTTE. la maltratada huer/anlta de "Los Miserables", quien tm•o un -entrenamiento muy superior al de muchas niñas mimadas. de acuer­do con la nueva pslcologla de la edtt•

cación.

como un alambre eléctrico de al­ta tensión suelto en el cuarto de jugar de un niño."

Las teorías de este psicólogo quizás lleguen a revolucionar nuestro actual concepto de las re­cíprocas relaciones de padres e hi­jos. Las antiguas ideas respecto al amor hacia la madre y respeto hacia el padre, trasmitidas a nos­otros desde la época de los pa­triarcas, serán sustituidas por re­laciones amistosas entre padres e hijos, mucho más cuerdas, lógicas y científicas.

El amor a los hijos, como hoy lo entendeqios. desaparecerá de

14

nuestros hogares, del mismo mo­do que la sangría por sanguijue­las ha desaparecido de nuestros hospitales. ·

"Una madrastra que pega a su hijastra lisiada y la encierra en un escaparate sin alimentarla, co­mo en el caso comentado por la prensa no hace mucho," afirma el doctor Payne, "es mejor madre que la que colma a su hija de mimos y halagos."

El besar constantemente a una criatura, a través de la infancia y la niñez, dice la Ciencia, tuerce de tal modo la naturaleza emo­cional de un niño que éste sólo es capaz de sentir amor por su madre. El hijo excesivamente amado es incapaz de sentir amor por una mujer de su propia edad y llevar una vida feliz y normal como esposo y padre. General­mente acaba por divorciarse. No pudiendo ajustar su vida, cae a menudo en un desequilibrio emo­cional, que puede conducirlo hasta la locura.

"La hija excesivamente ~imada y consentida por sus embobados p~pás, tiene igualmente muy po­cas probabilidades de llegar a ser una buena esposa y madre," ase­gura el distinguido psicólogo. "De recién casada, corre a casa de la madre al primer desacuerdo con el marido. Con sus mejores afec­tos fijos permanentemente en sus padres, pronto sé convierte en una mujer histérica· o neurótica, un ~j:iplo trágico de inadaptabili-

abrazará y le buscará un juguete para que se entretenga y olvidE el golpe. Es ~ ideal ua­ra convertir al niño en un invá­lido crónico."

"Al niño le agrada y satisface tanto la excesiva atención que re-, cibe, que va adquiriendo el hábi­to permanente de exagPrar y aun simular stolores y enfermedades, al objeto de despertar la simpa­tía, atención y cariño de los que lo rodean." .

"Pero cuando la madre se mues­tra indiferente a la caída del hijo, los experimentos prueban que el muchacho se repone rápidamente y continúa jugando. Más tarde este muchacho se convertirá en un hombre que no hará caso de catarros, dolores de cabeza, can- , sancio, y menores accidentes de la vida diaria, y sabrá cumplir las obligaciones de la vida, libre de preocupaciones y males imagina­rios."

El doctor Payne realizó experi· mentos con niños pequeños, pe~­mitiéndoles seleccionar sus all· mentos. Al principio una niñita de seis años escogió para su al­muerzo una buena cantidad -~e

• mantecado y caramelos. Un nini­to de cuatro prefirió unos "perros calientes", col fermentada _Y ~an­tecado. El castigo vino rap1do Y seguro. Ambos sufrieron fuert~s cólicos, y aprendieron por propia experiencia lo dañino de tales al· muerzos.

La ho(~:t1!~~ai: l~a;dg.a,sc'lj

El )\ 1~s

SOKOLS (2J

Oficiales)

(ARTE:LES

El ~mante tdeal@ ~ P~rén<; MOLNÁR...,

[[JA primera vez q~4!- Yl1J-01 ha­blar de aquel a~~e ideal, mis~erioso y fant~tico que tema la esposa de mi ami­

go, fué una noche que éste tne convidó a cenar en su propio ho­gar. Y cosa curiosa, uno y otro, marido y mujer hablaban de tan extraordinario personaje con la

',Jers16n def in glés por f,... Soto Paz.

En este precioso cuemo de Ferén9. Molnár, brilla ·la má~ fin~, su­til y risueña ironía. Nos traza ingeniosamente la historia del "amante ideal" con que sueñan casi todas las mujeres casadas. Y . . . muchas solteras. Es un relato que si nos hace sonreír,

también da motivo para pensar . ..

mayor naturalidad del mundo. Es que hay esposos y esposas que ... Pero, vamos a nuestro cuento.

Todos cuantos conocían a los protagonistas de este relato, los consideraban como los seres más felices de la tierra, como el ma­trimonio ideal por excelencia. Lle­vaban tres años de casados y no se supo que jamás tuvieran la me­nor discordia. Ella era una buena muchacha y pertenecía a lo que se suele llamar una familia hono­rable. Yo la conocía desde la pu­bertad y recuerdo_ que siempre me habían seducido sus maneras gentiles y su grácil belleza, cuali­dades que no la habían abando­nado durante su vida matrimonial. Vestía siempre modestamente, era comedida y cuantos centavos po­día economizar, regateando con mucha cortesía y perseverancia, los depositaba en una pequeña cuenta corriente que secretamen­te había abierto en ün banco.

décimo post comida, la mujer pro­siguió:

-Tienes que ayudarme a bus­carla.

-¿Chokay? ¡Oh, amigo! .... ¡Chokay es un personaje que no existe! ...

fino Y cortés como lo imagino Tan _amable, tan seductor. Siem~ pre tiene para mí las mayores de­licadezas. Y en todo momento no trata sino de halagarme. Por ejem­plo, llega la prima vera. El sabe que yo amo con- delirio las flores Pues, he aquí, que lo que no hace mi esposo, .Chokay, dilie;ente, se apresura a ·hacer con gesto delica­do. Y así todas las mañanas du, rante lo_s meses de abril y mayo me envia un "bououet" de fra~ gan~es rosas ... ¡Dígame si no hay m~tlvos p_ara que yo admire y qwera, mas que a mi esposo a

El marido lanzó una bocanada de humo, y en un tono de voz ape­nas nerceotible, replicó:

-¿Cómo? ¿Que no existe? -Sí. Es un ente fantástico-

Y en cuanto a sus cualidades morales, no era menos admira­ble. Si, por ejemplo, salía de pa­seo y algún don Juan callejero le clavaba la vista o le dirigía ur piropo más o menos florido, in• mediatamente se la veía enroje­cer y bajar los ojos con desprecio, hacia aquel intempestivo galán. En resumen, que hasta la fecha en que se inicia este relato, la com­pañera de mi amigo, era una mu­jer tan encantadora como virtuo­sa, incapaz de infringir las más estrictas reglas conyugales. Y sin embargo, más tarde averigüé que .

-Ya veremos. No hay que pre­cipitarse.

-Es oue si tú no quieres -ar­guyó nonka. que así se llamaba la esposa,-llamaré al Sr. Chokay, para que me auxilie. Tú sabes oue es un hombre amable y di­ligente.

. Al escuchar expresarse así a su · esposa, mi amigo rió estrepitosa­mente, y yo noté que no le daba gran irnuortancia a lo que decía su costilla.

Pasó un gran rato, charlamos de otros asuntos y cuando ya, a las diez de la noche me disponía a partir, Donka, disponiéndose tam­bién a salir, exclamó dirigiéndose a su cónyuge:

-¿No te parece que salgamos a dar un paseo?

-¿De paseo ahora ?-repuso él. -Ya es tarde. Y además, se está tan cómodo aquí, sentado en es­ta silla! ...

Pero, ella insistió: · -Si no tienes ganas de salir,

no importa. Llamaré al Sr. Cho­kay, para que me acompañe.

Era curioso. El nombre de este señor Chokay, repetido tanto por la mujer de mi amigo. suscitó mi !nt~rés y despertado éste, arries­gue una pregunta:

-Disculpen mi curiosidad, pe­ro, ¿quién es ese señor Chokay tan complaciente y que Ilonka in~ voca a cada momento?

Pero, antes, digamos algo de su marido. Se trataba de un hombre corpulento, craso, un poco pere-zoso para el trabajo, pero sí muy --■ ~ . diligente para entregarse a los 11 más pantagruélicos regodeos. Gus- l ~ taba igualmente, con desmedida 1

afición, del tabaco, y otro de sus llli', 1

u'

0. '• t·· más queridos placeres era leer la ,_

je cabo a rabo, comenzaba por l-!1 columna inicial de la primera pla-na y no terminaba hasta que se había deglutido el último anuncio

confirmó mí amigo.-Chocay es un personaje ideal, un ser abs­tracto forjado por la fantasía de mi mujer.

-Ciertamente-agregó ella.-Es un personaje que vo he inventa­do. Y el cual suple a mi esposo, cuando éste no accede a mis rue­gos.

-;Ya comprendo!-exclamé iró nico. Se trata, entonces, de un marido ideal.

-¡Más que marido!-murmuró Ilonka, reflejando en su rostro no sé qué secreta pasión. En mimen­te lo retrato como un joven en­cantador; como uno de esos mu­chachos de bella presencia, finos rnodales y radiante simpatía con que todas las mujeres sueñan. Y llevada por su exaltación, la mu­jer de mi amigo, añadió en tono zumbón:-Como usted ve reúne todas las cualidades opuestas a las de mi esposo. ¡ Ah, Chokay es un hombre ideal! Si yo quiero un v~stido y mi marido se niega a darn:elo, hablo con Chokay y en seguida me obsequia con la más bella. "toilette". ~i deseo salir y no quiere acompanarme este hom­brecito con quien me he casado busco a Chokay y, amable y gen~ til, se dispone a tomarme por un brazo y a salir de paseo conmigo. ¿Verdad que Chokay es un hom­bre encantador?

:-Y algo_ más que encantador senora !-anadL '

-¡Ah, si usted lo conociera! Tan

prensa diaria; leía los periódicos ~

de la página final. Respecto a su f Indumentaria era de lo más vul- í •~ , _ gar. En suma, que se trataba de - ... un marido poco atractivo y de un ~~ ~~:r:~: ~~~e!!,.,~':,~~~~~:~= - - ./ ✓ ~; ; t X,"\,~~ } ~] '

te se dice. Esto es. en su totalidad vl, ..... :j' ', resultaba un tipo vulgarote. , ( • ·

Conocidos nuestros protagonis- ::_ ., ) / • tas, entremos en el asunto. Al ter- ~ --.. / ¿

Chokay! ' Y después de hablar de tal mo­

do, Ilonka lanzó up.a carcajada, c9reada por su mando, que pare­cia escucharla muy regocijado.

Porque todo ello no era sino una broma, sutilmente urdida por Ilonka para despertar el interés del rp.arido hacia su personita. Terminaron por besarse tierna­mente, comentando la ingeniosa treta, y yo me retiré, dejando a ambos cónyuges en el más íntimo y amoroso coloquio.

* * * . Dos meses, después de esta gra­

ciosa escena, recibí la visita del marido de Ilonka, Crisóstomo. Ve­nía a verme, muy preocupado.

-¿Recuerda usted de aquel fa­mosa Chokay?-me preguntó de pronto., apenas me hubo saludado.

-¡Cómo no!-respuse sonriendo. -¡Ay, querido amigo, este di- •

choso hombre me tiene ya locol­exclamó con gesto amargo Crisós­tomo.

-Pues, ¿qué pasa?-interroguá alarmado.

-¡Una hecatombe! ¡Un tor­mento, la obsesión de mi vida! No hay cosa que haga o deje de hacer, que no rp.e salga al paso ese fantástico personaje. Si exis­tiera en la realidad, era capaz de degollarlo. Sin ir más lejos. ayer por la mañana, salía yo de casa. Yo siempre que salgo tengo la costumbre de besar a mi mujer. Pues bien, he aquí que se me ol­vida prodigarle la habitual cari­cia. Tomé el sombrero y partl, cuando al tiempo de cruzar la puerta, oí la voz de Donka que exclamaba sarcástica:-"¿De ma• nera que no me besas hoy? ;No me importa: buscaré a Chokay Y le pediré que me bese!"-Dígame usted, si después de esto no' es pa­ra oedir la cabeza de tan fabulo­so idiota.

-;Oh, eso no tiene imnortan-

~~ªi;;1~nsl~;éd~0:e~~~~a:1t~;;;!~ de Ilonka.

-;Pero, hay más! Anoche re• gresó un poco tarde. Esto me hi· zo preocupar bastante. Podía ha-

minar la cena, recuerdo que la . .> , / ,, , _

:c:fe~~~~sa dijo, dirigiéndo- ~ ..,__ l.~ / l -¿No sabes que se me ha extra- ¡- 1

iliado una perla de los aretei¡? \ ·

~~~~uiflr~~~ ~~d~esh~b1:· ~: tado, y con la mayor frescura del mundo me diio oue ¡en brazos de ese maldito Chokay!

-¡Bah, otra broma también!­comenté sonriente . A lo que él repuso, encogiéndo- \' 1

.11e de hombro!:: A -¿Sí? No sabía nada.-Y di- \'

dendo esto marcó un gesto de indiferencia.

Hubo una larga pausa. Yo, en tanto apuré un sorbo de

~éolromJ~~Vr~~ :i:i~1f :r~~~= CARTELES 16

-¡Pero; es que usted no me ha dejado acabar! Tuvimos unas pa­labras. No es que yo sospeche de la fidelidad de Ilonka. Nunca, ja• más, sé perfectamente cuán vil'· tuosa es. Pero en la disputa me violenté un poco cosa desusada en mi. Y molesto' me fui a la ~­

(Conttnua en la Pág. 60.1•

• AHORA hW.2 ~

Puede Ud. oir todas las nocbes Madrid, de '71/2. a 9, con un Radio R-23 o un adapta­dor Vlctor en combinación con un receptor

VIUDA DE HUMARA Y LASTRA, S. en C. Blcla (llilarallal, 83 y 85 TeH•: A-a,ea y M-eoea

17

RCA-VICTOR -~

_R-:as

·cARTELEI

LA° CADtZ/\ 0 D~L@ €MJNc., POll LOL:JIS CHADOUR.Nt

fls quedaremos veinte y quema a través de las delgadas

cuatro. horas anclados en suelas de goma. Es el momento la rada de Trinidad-dijo de la siesta, y loco es el que se el capitán. - El Mary- aventura por la calle a estas ho­Green debe recoger cacao ras. Pero tengo prisa por encon­

y P e rosa. También hay que trarme con Fred Bossart, mi viejo cargar chinos. Fred, agente de la Steamship

Y aspirando rudamente su Company S. A. y por abrazarlo pipa: una hora antes, renuncio al cock-

-¡Doscientos culis que amarrar tail en el frescor perfumado de en el entrepuente! ¡Como si no vainilla de Queen's Park, y me se pudiera hacerlos viajar sino en expongo a una insolación. un honrado cargo! Con esas caras Un jefe Sioux, con un casco de azufradas no se está seguro plumas, conduce su Buick de 40 nunca . . . ¿Baja usted a tierra? H. P. sobre un fondo de cielo san-

:-Sí, capitán. Tengo un viejo gre de buey. West Indian Oil: amigo que abrazar. piernas coloreadas escalan pirá-

-Partimos mañana al medio• mides de cajas de azur. Y detrás día, con o sin culis . . . de una cortina de perlas de co-

-Seré exacto, capitán. lores del Arizona bar, se adivina --Coja la chalupa de Sanidad .. el suave llamear de los níqueles,

Tiene un toldo ... ¡con este calor ,la nieve derretida, el hielo picado • • • y los arco-iris de los alcoholes--

La rada. Vasto recorte de plo- mixed drinks-en los cubiletes de mo fundido rodeado de brillante cristal. ¡Huyamos de esas dell­verdor. Sobre el cielo tachonado cias! de balones grisientos, un volcán Suspiros asmáticos del acordeón destaca su silueta truncada. En- de un negro atacado de catarata, cima de la mina de azufre se que mueve las pupilas veladas empenacha, indolente, el humo, por una nube. Está sentado en la Veleros y cargos anclados, os- esquina del muelle y Richmond tentan las ropas resplandecien- Street y toca su música aspirando tes que ninguna racha agita. Si el olor del palo de rosa amonto­uno se inclina sobre el agua, un nado en los muelles que cosqui­cuchillo enrojecido atraviesa los • llea la nariz con su aroma silves­párpados. tre. ¿Qué espera? ¿Dos pence de

Tras veinte minutos en la ho- aguardiante de caña tal vez? Sue­guera, la chalupa me pone en el ño vano. Enseguida el Bobby co­muelle. · lonial con su leva azul y su cas-

Los diques atestados de cajas, co puntiagudo, semejante a su fardos, montones de madera y de hermano de Londres, lo deposita­carbón, dormitan en la pereza del rá como una cosa sucia, del otro mediodía tropical. Estamos en ple- lado de una pared. No hay lugar na estación del calor. La larga, para un músico ciego y negro por la interminable galería a la cual añadidura, entre el Nuxley Soap se asoman· las oficinas, los alma- jabón perfumado, el mejor para cenes, los depósitos, está casi de- la toilette, los cafés, !!acao, habas alerta. Apenas me cruzo con al- Tonka y otros Tro-pi.cal W-aaren,

~ :::c1in~: J:J~a~~~ :!r!~~: :rqt!ftr~~ó~c~f~ ::~~~~rp;ººcfé A través de las puertas enrejadas perfumería, etc. -por los mosquitos-la vista se Una mujer hindú entre velos hunde en salones sombríos, don- blancos, pasa al sol; su rostro ha­de rayos de luz polvorienta ju- bano está incrustado de oro. To­guetean entre el hacinamiento de das estas imágenes se agolpan en las cajas de muestras. Chinos en mi cerebro enervado por una rara cucllilas garrapatean sobre el embriaguez. El sol de las dos "post asiento de altas sillas. Un mula- meridiam" se permite a veces esas to en camisa desabrochada, con fantasías a expensas de las gen­una pipa al extremo de su boca tes que con cuarenta grados de bembona, se mece en un sillón, calor, andan a tr!l-vés de los mue­con las piernas cruzadas. Un es- lles, sin advertit que hace rato cribiente se sumerge entre pa~e- han dejado atrás el objeto d~ lotes • la caminata.

En. la sombra sofocante se es- Una plancha de cobre Steam-tanca un silencio de siesta que ship Co. S. A. El buenazo de Fred masculla disimuladamente . un tic está al_ú, detrás de su ventanillo tac de máquina de escribir. Desde i A:11, siempre el miSl;IlO ! Seco l la rada llega el sonido de una pneto como el Virginia que mas-sirena ahogado en seguida. Un tica. • piano mecánico enloquecido, esta- -¡H~la, ~ed! . na en un ragti me rabioso y sepa- -¡Tú aqu1! ¿Y como? ra en seco. -Veinte y cuatro horas de es-

Luego cuando la brisa sople, cala. los dólares repicarán sobre ~as -¿~ Mary-Green?

lanchas de cobre de los camb1s- -S1. fas y de los banqueros; los tri- -¡Viejo amigo! nos estridentes del teléfono sacu- Dos palabras, las _manos sobre dirán a los dormilones; el aullido las espaldas, eso s1gnitica una de los claxons llenará las calles, amistad entre hombres, meses de ue bordean grandes tiendas con destierro, la fie_bre, la sed ... y no

q maletas de Bond Street, las muy m!ll de pipas, ¿verdad? , ~hillerías de Sheffield, tabacos -¡Sientate!, ¡Es una impruden­~ todos los países, el fuego verde cia !enir aq~~ a pie a esta hora! de los licores y el oro del wl7:tsky. -,Bah .... 1Eso no es na~a pa­Los camionei, cargados de nque- ra dos hombres con expenencia

de las islas rodarán sobre el del trópico! Hemos visto bastan­::alto que en 'este momento me te, Fred.. . ¿Siell}pre fuerte?

CARTELEI

• -¡Pst! ... ¡La sinecura aquí! ... Comienzo a cansarme de los claxons, los tranvías, los mulatos enriquecidos y los policías. Echo de menos ... lo de allá ... ¿Y tú? ¿ Te han cambiado en Europa? ... ¿Casado? ... ¿no? Vaya, me ale­gro que permanezcas el mismo .. .

-Tú estás idéntico también, Fred; ni siquiera has engruesado.

-Como una vieja momia. Seco. Además, ¿no estoy conservado entre aromas?

En su rostro curtido, los ojos de un gris cenicienta-el color de la Mancha-tienen el fulgor húmedo que el Loto dona a la mirada de sus fieles.

-¡Vámonos, que nos enmohe­cemos en esta jaula de empleados públicos! ¡ Salgamos l A esta hora no se respira más que en auto. Luego comeremos en el club . .. Después, ¡ una sorpresa! . . . Te re­servo una noche que .te recorda1·á nuestras mejores correrlas a tra­vés del mundo . . . Una verdadera noche de China, camarada. Pe­ro ... ¡pst!. .. ....

Al levantamos, un rostro ama­rillo, grasiento, se asomó al ven­tanillo.

-¿En qué puedo servirte, Tich? Es un chino opulento, vestido

de seda negra, sin edad. Los ojos oblicuos, parpadeantes, descolori­dos. Una especie de sonrisa ilu­mina un segundo esta faz impa­sible. Se expresa en un inglés ce-ceante. .

-¿Quieres un pasaje para el Mary-Green?

-¿Vuelves a tu país, con tu fortuna hecha, viejo Tich?

El chino se confunde en protes­tas, gruñe que es pobre, muy po­bre, cada frase la acentúa con una cabezada. • -¡Bueno! ... ¿tienes el dinero del pasaje?

La mano del celeste explora los ·repliegues de su ropa de seda, de-ja caer dos, tres dólares de oro .. .

-¡Pobre Tich! . . . ¡tan pobre! .. . Vaya, ¡buen viaje, Tich! ,

El chino se inclina hasta el suelo, guarda en su manga los preciosos papeles y se aleja.

-Un viejo culi-dice Fred-que llegó entre un rebaño de obre-

ros amarillos hacinados en un entrepuente. Aqui no hay quien trabaje, sino los amarillos. El hin­dú muere muy pronto. El cull ch!-· no es más resistente. Se le em­plea en las fábricas, en las plan­taciones y también en el lago de betún. El europeo no podria re­sistirlo. Un cráter donde se agol­pan lavas volcánicas negruscaa y, ardorosas. Ni la menor vegeta­ción en muchas millas a la re­donda. ¿Ves de aquí? ... Tich el viejo culi durante cinco años ~x­trajo betún a cincuenta grados de calor. Luego abrió una tienda pa­ra vender de todo. Hoy tiene un buen centenar de libras. Por eso vuelve a su vieja China de amar­go olor: Dormirá en la Tierra de sus Antepasados. Se embarcará mañana, después de haberse abro­chado cuidadosamente el cinto relleno de dólares. ¡ Con tal que sus compatriotas no lo despojen en el camino! ... ¡Pobre dia­blo! . . . Lo echaré de menos. Te­nía Benarés puro y no lo vendía muy caro.

De noche. Desde la galería del club, entre palmas, Fred y yo ve­mos centellear las luces de los na­víos en la rada; ya el rocío moja las alisadas hojas de los pláta­nos.

Antigua amistad la que me une· a Fred. ¡ Una amistad cimentad&· en "la. dtogal"

-¿Recuerdas, Fred? . . . las no-' ches sobre el río, las pipas, el fon­do de la piragua, las estrellas deslizándose .aobre nuestras carai desencajadas ... Las noches en el campamento tendidos Junto a las rejas del vivac, nuestros pechos plenos del buen humo . .. ¡La ho• ra exquisita cuando los mozos ins­talaban nuestras hamacas y nos• otros abríamos la caja de caoba! Las agujas, la lamparilla, el tras• co de jade. Todo el día andába• mos crispados en espera de est& hora, con el estómago atonnen• tado por espasmos. Pero la noche bienhechora se llevaba nuestras fatigas. El olor de las almend~

~~em~c:!s~t~o;~s i~~{~~~e~t;'°!i

miedo y a la muerte, nos hun- azufre y de sangre! ¡Horror! .. . diamos en· la pa.z del Loto . . . ¡Es una cabeza cortada! ...

-Recuerdo-dice Fred. -¿ Quieres que te prepare otra . • • • pipa? ¡Has lanzado un grito co-

El auto se desliza entre la no- mo para despertar a los muertos! che sonora de cigarras hacia la -¿Dormí? cludad china, se detiene un poco . -¡Vamos!... ¡Toma! Esto te antes de la estación de policía. calmará. ·

~::;rda se~~m~r~~!n u~:sa~ar~: dí:~ ci1c~!~~:i:cte;f!s n:i~~= madera rodeadas de jardincill~ cubiertos ... ¡pero si son los ras-' Toscas linternas de papel--ana- gos de Tich, el culi! ¡el rostro ranjado, verde, rojo-arden en ]os amarillo vislumbrado por el ven­bajos portales. Fragmentos de as- tanillo! ... ¡Vamos! ... es una pe­pera música desgarran el silencio sad1lla. Todo se exnlica. Pero este cuando se callan las cigarras. Liang nos ha vendido dross; ¡su-

La casa de Liang es baja como cia mercancía por cierto! Jas otras, algo aislada y nada la • • • señala a las miradas. Un boy El día siguiente. Mediodía. En está sentado entre las sombras. la rada. Ya el Mary-Green tiene del portal; se levanta al acercar- su carga. Doscientos chinos exte­nos, descorre una cortina de tela nuados, mugrientos, están amon-

::dt~s E\r~fessut~b~':i~s at~~; ~n~~rnf~ ~~:n!~~:j;edeE~~ gula hasta el fumadero, donde es- dera ,encerada, entre las piernas. tán los cuerpos extendidos, ba- Al abrigo de los toldos, Fred y fiados por un vapor azul. Aquí yo medimos a grandes zancadas reina el silencio. Una mariposa el puente superior, en espera del ·dora la cera de un rostro que se segundo toque de sirena. apoya en un brazo replegado. . -El nobrP. Tich, el culi de

Entre nosotros dos, la bandeja ayer. ¿Sabes? .. . de porcelana y la lamparilla. · -¿· . ... ? _

-Siguiendo el hilo del pasado- -Lo encontraron esta manana dice Fred-llego hasta los días de con la garganta tronchada .. Fué mi infancia. Los primeros paisa- a dos pasos del fumadero de jes que 1 ojos contemplaron son Liang. .. . ¡El robo, natural­los que · aparecen siempre: los . mente! ... álamos unto al río, la ·chimenea • • ,. humeante por la ·noche . .-. La policía ha subido a bordo y

Pronto estamos inmóviles y si- cuatro agentes negros proceden lenciosos con los ojos enteramen- al registro. balo las órdenes de te abiertos, como los otros .:. un inspector. Echan en el piso el . El vaho se espesa. Sobre la pa- contenido de todas las cajitas de

red, unas colgaduras rojas se in- madera y cuando los agentes se flan con la brisa que viene del van, los culls se golpean, se ara­mar. Pero las cortas llamitás de ñan, se muerden, ruedan por el nuestras lamparillas no se mue- suelo, para recuperar sus bienes. ven en sus globos de vidrio, am- La policía no ha encontrada nada. parados por la tela de araña de -¡Pobre Tlch!-dice Fred-no bronce. Hasta el mismo humo se dormirá en la Tierra de sus An-cr1;:1~~bargo esta noche el opio tenasados . . . Aqui o allá, i qué no me trae la calma. ¿}.{e será más da! · ·· denegada la paz del Loto? ¿Es tal ¿Le contaré mi sueño? ... . ¿pa­vez insuficiente la dosis? Pero a ra qué? Es preciso que olvide esa medida que aspiro bocanadas lar- pesad1lla. gamente; poderosamente, la an- -Hasta la vista, viejo cama-gustia que contrae mi diafragma, rada. >acelera los latidos de mi corazón, El Mary-Green leva anclas. se h'ace más intolerable. ¿De dón- 111 • •

de viene este terror que humede­ce las palmas de mis manos abiertas a lo largo \!e la estera? Es la sensación inmediata, agudi­zada, de que cerca de mí sucede algo in"1sible y atroz. Estoy como un ciego en una cámara de su­pllcios. . . ¡Espero!

¡Y he aquí que nace una extra­ña aurora sobre esa colgadura! ¿Es un astro surgido de un mar hirviente y rojo? ¡Eso es redondo! (Eso rueda sobre un horizonte de

<......:::: ___ ~ ____ __

Por las noches fumo sobre el puente. El capitán conoce mi vi­cio y me · deja desenrollar allí mi estera cambodgiana. ¿No soy aca­so el único pasajero? Sobre mi rostro los astros ruedan sl,g_uien­do el balance del navío. Soplos que vienen de los mares silenciosos, acarician mis cabellos. La sal se deposita sobre mis labios y mi pipa, a1· llevarla a la boca, tiene· un amargor marino. Las brisas

arpegian en el cordaje y cuando costeamos las orillas de una isla obscura, mariposas con alas fos­forecentes vienen a posarse ~ntre mis sueños. .

.. . La cosa ha vuelto. ¿Por qué he de perder en estas noches en­cantadas la tranquila lucidez del opio? ¿Por qué el Señor de las Adormideras no espanta ese es­pectro que me persigue desde la. noche que pasé en casa de Liang?, La cabeza degollada de Tich rue.:. da en el cielo nocturno como un sangrante ~eteoro. ¿Por qué no

. 19

va a atormentar al asesino cuan­do cuente sus dólares? ¿Por qué no · va a mostrarle su sonrisa vio .. lácea? ¿Por qué se ensaña con­migo? ¡Hela ahí empavesando el palo mayor! A veces se ilumina como un disco, -aveces flota co­

-mo una boya. Y cuando se hun­de en. las aguas, deja en la su­perficie un centelleo lívido. Y si yo me sumergiera· también para concluir, esa Medusa me persez guiria aún erí las sombras glaucas del mar.(Continúa ~ la Pág. 54 ).

. CARTELl:1

OL hombre mrus :rico del mundó! Y sin embargo. no puede hacer más de tres comidas al día. Ni puede ponerse más de un

traje a la vez, ni dormir .en más de una cama. En realidad, no vi­ve mejor que si estuviera traba­jando por un salario mínimo aun­que controla la mayor fortuna del mundo. ¡Ocho mil millones de dó­lares!

Para ser exactos, la familia Mel­lon tiene siete mil novecientos noventa y nueve millones, cuatro­cientos veinte y cinco mil, ciento setenta y ocho dólares, lo cual es sin duda una cantidad respe • table de dinero.

Esa fortuna es casi el doble de: Todo el dinero que existe en la

Tesorería de los Estados Unidos ($4,227.n.4,850) .

Todo el oro existente en los Es­tados Unidos $4,955.821,258) .

Todos los gastos del Gobierno federal norteamericano en 1931 ($4,219.950,339).

Todo el dinero presupuestado por el Congreso de los Estados Unidos para cubrir los gastos gu­bernamentales en o!.932 (4,467 mi­~es 73.971 dólares)

CARTELES

. có~o~ HA ENRIQUECJDO,fAMIL~ MlfNTRAS"MUHDO PASA HAMBl...,

fas ./ 8.000. 000.000 de Mellon edi, Íf)$an las fortuna$ de lociekller; ford, Noruan J otros Cre.jo/ modern~

r -- e V .e r s i ó n d e. L. G. W. ) para asumir el cargo de embaja- Bank ~ actúa adem_ás en muchas· dor de su país ante la corte de otras !meas de la finanza.

Andrés W. MEL­LON, el hombre más rico del

mundo.

Todo el dinero en circulación en los Estados Unidos ($4,821.933,457).

Es aproximadamente la mitad de la deuda pública de los Estados Unidos ($16,801.485,143).

Y diez y seis veces mayor que todas las pérdidas ocasionadas anualmente por los incendios en Norteamérica ($500.000,000) .

Convertida en barras de oro del tamaño habitual formaría cerca de 160,000 barras, con un valor de $50,000 cada una.

Distribuída por partes iguales entre toda la población de los Es­tados Unidos, proporcionaría $65 a cada hombre, mujer o niño.

Evidentemente., $7,990.425,178 es una hermosa suma de dinero. y ese es el último y el mejor esti­mado de la vasta fortuna familiar que controla Andrés W. Mellon de Pittsburgh, ,ex Secretario dé Hacienda de los Estados Unidos que acaba d~ deJar el Conttnenti

20

Saint James. · L~ tortuna de 1~s Mellan tuvo

W~i~: ~r~fg~m~er::e~t~~~ap~~ i~m~ci;l:fi~n~1pri~c~e d:na:;

:~~~~ior~:n~l~~ar:~rf'•no~~ ~~t c~~J~t;:~n;;_~11;!h~;~~~~t~~ · bre de tres hermanos-Andres baJo le pernut10 adqumr ciertas Mellon Ricardo B. Mellon Y Jai- informaciones Y de acuerdo con me R. 'Mellon-Y de sus hijos. ellas invirtió algún d~nero en mo-

• • • mentos en que el dmero estaba Andrés Mellon y Ricardo B. escaso.

Mellon son socios y jefes de la Cuatro años después advirtió vasta cadena de industrias y de que "sus economías ascendían a Bancos que lleva el nombre de $12,000". Y se dedicó a los nego­Mellon. Jaime Ross Mellon, que cios de banca. En 1908 murió el" tiene hoy 86 años, es presidente juez Mellon a los noventa y cinco del Pittsburgh's City Deposit ::r1~n~ej~~di~ s$1fo~~tJo~Jts una

El difunto George BAKER, que po-3ela c!oscientos mi llones, 11 Jo h n PIERPONT MOB­GAN, que sigue siendo un "a3" de la3 finanzas, aun­que sólo tiene 75

mfllones.

A los hombres ricos no les gus­ta que se hable mucho de sus_ fortunas. Andrés Mellon, el silen­cioso banquerito de Pittsburgh, que fué Secretario de Hacienda de los Estados Unidos junto a tres presidentes, no es una excepción.

La fortuna familiar de los Mel­lon se descompone en la siguiente forma:

Fortuna personal . . $ 500.000,000 Bancos, fondos a la

vista . . . . • . . ,, 787.300,587 (a) Bienes de com­

pañías controla­das directamen-te . . . . . . . ,,l,120.767,536

(b) Bienes de com­pañías domina­das por medio de acciones o di-rectorados . . . ,,1,506.612,225

(c) Bienes de com­pañías contro­ladas por accio-ciones . . . . ,,4,075.744,830

Total . . . . . $7,990.425,178

(a) Este apartado incluye los $488.000,000 de la Gulf Oil Corp., los $242.786,667 de la Aluminium C9 of America, la Koppers C9, la Carborundum C9, y una docena de corporaciones estrechamente

u1grsEste incluye los $394.460,809 de la United Gas Improvements C9, los $246.152,847 de la Westing­house Electric and Manufactur­ing C9, la National Union Insu-rance Corp. y_ otras. ·

· (Continúa en la Pág. 49 J.

CAPABLANCA DISEBTA. - El genwl maestro de ajedrez, José Raúl CAPA­BLANCA, u campeón del mundo, di­sertando el miércoles en el Club de Afedrez de La Habana acerca del pro­cedimiento inventado 'POT él para con­trarrestar la última defensa hlpermo­derna del gambito del al/U de la dama.

• (Foto LescanoJ.

DEL INCIDENTE PERU-MEJJCO.--El emti.ajador de JléjU:O en La Habana, licenci.ado CIENFUEGOS CAMUS, funto .al gem:,-iJI Juan CABRAL, ministro de Mi11co en L.ima (Perú), que /ué re­tirado 'POT su Gobierno al romperae l.as relacfones 4iplom4ffacq entre ambos paises. El Gobierno de Lima habfa 4eclor.a4o per­&ona "non grata" al general Cabra!, so pretuto de que hClbfa ampara4o en su Legación a vanos enemigos .de 84nc11.ez Cffrro.

(Foto Lescano).

D. Antonto JIAR­TIN RIVl/:BO, pe­rto!Usta II dlplo­m4ttco, e:t direc­tor 4e "La Dis­cusión", que aca-

. ba de fallecer ien La Habana. La muerte del doctor Marttn Rivera ha pro4ucido doloro­sa impresión · en

toda Cuba. (Foto Bettmi).

-- - ....... ~ f'. ... ~.. - í - - -- -

- l

21

L./\ <Continuación del número

anterior.J

IJ 'ENTONCES la señorita Leonor, que está llorando y llamando a los mozos de las perreras, agarra a Red Elfberg por las patas

de atrás, para quitárselo de enci­ma a Jimmy Jock.s, y el bruto del San Bernardo, manteniendo sus patas delanteras sobre el estóma­go de Jimmy, vuelve su cabezota y trata de morderla . ..

Y ya no espero más. Salgo a ca­rrera tendida y me le voy enci­ma. Es tan grande que sólo tengo que dar un salto, cuando llego a unos tres· pies de distanci!I,, para cogerlo de lado por el cuello. Y cierro la mandíbula hasta unir los dientes. No puedo sacudirlo, pero me sacudo yo; y cada vez que lo hago treinta libras de peso le desgarran el pescuezo. Su largo pelo no me deja ver nada; pero oigo a Jimmy Jock.s respirar fuer"' te y comprendo que también está atacando con su boca sin dien­tes. Jimmy, o como debo ahora llamarle, Campeón Woodstock m, ,e está portando como un va­liente.

Pero cuando Red Elfberg está en el suelo y sin sentido, tengo que salir corriendo, porque los mo­zos de las perreras me quieren matar. Me persiguen hasta los es­tablos, y desde mi escondite de­trás de una paca de heno veo cómo, el primer caballerizo coge un látigo y los bota de allí. Por suerte el amo y los otros caballe­rizos están de paseo, si no hay pelea para todo el mundo ... ·

Bueno, por poco acaban conmi­go y con el amo. El caballero Wyndham llega furioso a los es­tablos. Dice que casi he matado a su mejor San Bernardo, que me deben matar a mí, y que mi amo tiene que marcharse.

Pero la señorita Leonor llega también y dice que el culpable de todo fué Red Elfberg, y que yo le salvé la vida a Jimmy Jocks, y que Jimmy Jocks vale más para ella que todos los San Bernardos del mundo. Y que de todos modos yo soy su campeón. Entonces llo­m por mí de lo más bonito, y también por Jimmy Jocks, que es­tá tan cubierto de vendajes que no puede caminar como un pato, cual es su costumbre. Cuando oye todo esto, el caballero Wyndham dice que si mi amo me amarra, loa dos nos podemos quedar.

Así es que todos salen bien me­nos yo. Me alegro que el amo se quede en su colocación. Pero yo nunca he estado amarrado y eso me duele mucho. Además, los San Bernardos no perdonan la zurra que le di a su campeón, y vienen a la verja que hay entre las pe­rreras y los establos y se burlan de mí a través de los barrotE;_s, ladrándome las palabras mas crueles. No comprendo cómo lle­gan a saberlo, pero lo saben. Jlmmy Jocks que es muy ama­ble cf>nmigo después de la_ pelea, me dice que los caballenzos le dijeron a los mozos de las perre­ras que yo era hijo de Regente Real y que cuando los mozos pre­guntaron quién era mi madre, los caballerizos tuvieron que de.­dnelo tambié!t. Quizás f~é asi pero de todos modos el e~andalo

CARTELES

se ha hecho público, y todos los San Bernardos saben que soy un sato, hijo de una perra negra y carmelita.

"Esas uniones irregulares," dice Jimmy Jocks, "ocurren en las me­jores familias; pero ningún perro bien educado le debe echar eso en cara ... Y mira con desprecio a los perros de calidad que ladran del otro lado de la cerca. "Yo re­cuerdo al padre de su padre, cuan­do debutó en el Palacio de Cris­

. tal, de Londres. Ganó cuatro cin-tas azules y tres premios espe­ciales."

Pero tan pronto se va Jimmy J'ocks, los San Bernardos vuelven a insultar a mi madre y a mí. Y cuando tiro de la cadena, tratan­do de soltarme, se burlan más y más, porque saben que están se­guros.

Todo ha cambiado para mí. Sus burlas y sus insultos me cortan el corazón, y la cadena me pesa de un modo atroz. Estoy tan tris­te que muchas veces deseo verme otra vez en la calle, donde !lln­gún perro sea mejor que yo; y al­gunas noches deseo morirme. Si no fuera porque el amo es muy bueno conmigo y porque parece­ria que culpo a mi madre. me ha­bría ahorcad.o con la cadena . . .

Como un mes después de mi pe­lea, corre la voz por las perreras de que pronto viene la Exposición de Perros de New York, y no he visto nunca un trajín igual. Si cada uno de los perros de cali-

dad tuviera que pelear por una bolsa de mil libras esterlinas no los entrenarían con tanto cuida­do. Los mozos de las perreras los limpian y frotan, les cortan el pe-. lo, los rizan y peinan. A algunos los ceban, a otros les quitan el alimento. Nadie habla más que de la Exposición, y de las oportuni­dades de "nuestras perreras" con­tra todas las demás; y si este campeón nuestro le ganará a aquel otro campeón, y si los que pretenden llegar a campeón ten­drán mejor oportunidad en la "categoría abierta" que en la "limitada." Si este perro le ga­nará a su propio padre, o si la hermana de este cachorro le ga­nará a los dos a la vez. Hasta los caballerizos apuestan su dinero; y día y noche no oigo más que celebraciones de "nuestros pe­rros," hasta que yo, ·que estoy tan lejos de todo, no puedo sentirme peor si corriera por la calle con una lata amarrada al rabo. Sé bien que las exposiciones no son para perros satos como yo; y por eso me paso el día echado al extremo de mi cadena, haciéndo­me el dormido y muy agradecido de que me dejen qu\eto.

Pero un día, antes de abrirse la Exposición, la señorita Leonor vie­ne a los establos con el caballero Wyndham, y viéndome amarrado y con la cara tan triste, se acer­ca y me carga.

"Pobre cachorrito," dice muy cariñosa. "Es una crueldad te-

"t.o co1o r,or el cuello ¡¡ cinro 111 n,Gn4'1'1dca lluta Mnlr loa dltnte1",

nerlo amarrado. Se está muriendo de tristeza, Nolan." Y lilego que me quita la cadena le dice a mt amo: "Yo no sé nada de bull­terriers, pero creo que Kid tien, algunos puntos buenos y ustea: debe exhibirlo. Jimmy Jocks tiene ya tres patas en la Copa Rensse-

~~gi 1:ºlu:rti~b!P~sf~\~!~ ~~to~fcribiré también a su pe.

"¿Qué te parece, Kid?" me pre­gunta. "¿No te gusta1'a ver a los perros más bonitos del mundo? Quizás te encuentres con algunos amigos. Quizás te alegres un po­co, ¿no es verdad, Kid?" Pero yo estoy tan excitado que sólo puedo mover violentamente el rabo.

"Dice que sí, Nolan." Aunque en realidad no he dicho nada.

El caballero Wyndham enton• ces sonríe y coge un pedazo de papel azul y se sienta en la mesa del primer caballerizo.

"¿ Cómo se llama el padre de su perro, Nolan?" pregunta; y m1 amo le responde: "El hombre que me lo vendió me dijo que era hi­jo de Campeón Regente Real, ca­ballero. Pero no parece e59 pro­bable."

"No, no lo parece," dice el ca­ballero Wyndham, corto y seco.

"¿No está usted seguro, Nolan?' pregunta la señorita Leonor.

"No, señorita," responde el amo. "Padre desconocido," dice el ca­

ballero Wyndham, y lo escribe. "¿Fecha del nacimiento?" pre­

gunta luego. · "Yo . . . yo . . . desconocida, caba­

llero." Y el caballero Wyndham lo escribe.

"¿Entrenador?" "Desconocido·," dice mi amo, po­

niéndose muy colorado, y yo bajo la cabeza y el rabo. Y el caballe­ro Wyndham lo escribe asi.

"¿Nombre de la madre?" pre-gunta después. ·

"Era una . . . una desconocida." dice .el amo. Y yo me le acerco Y le lamo la mano.

"Madre desconocida," dice el ca­ballero Wyndham, y lo escribe así. ·

Entonces levanta el papel y lee en alta voz· "Padre desconocido; fecha de na~lmlento desconocida;

~~:~~~~:!fa. t:gf ~~ciri~iita~:d~~ Gran Desconocido". ,,

"¿Quién paga la inscripción? pregunta el caballero Wyndham.

"Yo " dice la señorita Leonor. Dos' semanas después todos su•

bimos a un tren que va a New

;;r~. c!~~:ae ~~~!r;N;1:!lnUC: de los San Bernardos en cajas Y jaulas, con cadenas y correas. Nunca he oído una gritería seme­jante. Y cuando ven que yo voy también, parece que van a morir

de .. ;~~é es esto, un circo?" dice

el P~t;!1%e n~ele!f~;o~~~!nto. No quisiera Ir. Sé que no soy perro de exposiciones, a pesar de que la señorita Leonor y el amo ha• cen todo lo que pueden para que no los abochorne. Antes de salir traen a un hombre que me limpia y restrega y me frota el rabo con papel de Íija, que IDP. duele mu•

cho· y me afeita las orejas con la navaja del amo, Y me roela de yeso hasta que brillo como las correas cruzadas de un soldado ln-

gl!~Cáspita ! " dice Jimmy Jocks cuando me ve, usando como alempre palabras muy finas. "¡Qué elegante está usted! Es la vera tmagen de su abuelo cuando de­butó en el Palacio de Cristal de Londres. Ganó cuatro cintas azu­les y tres premios especiales." Pero yo sé que me lo dice sólo para animarme. Porque aunque me limpien y cepillen y me em­barren de yeso, nadie puede blan­quear lo que llevo dentro de mi. . . y eso es negro y carme• Uta ...

Luego llegamos a un edificio llamado Jardín de Madison Squa­re, pero que no es un jardín, slno el salón más grande que he visto en·ml vida. Dentro hl'y hileras y más hileras de bancos y tarimas, donde están todos los perros de América. Si los recogedores de pe­rros de Montreal trabajaran día y noche durante un año, no podrían reunir tantos. Y todos ladran y aúllan de un modo tan atroz que el corazón se me para, porque al principio creo que están furiosos por mi. llegada. Pero después que ocupo ml lugar, veo que conti­núa igual la gritería, ladrándole a cada nuevo perro que entra, re­tándolo a pelear, gritándole que se marche, y preguntándole a qué casta se cree pertenecer.

Jimmy Jocks está amarrado de­trás de mí y me dice que_ nunca. ha visto una exposición tan bue­na. "La clase en que lo han pues­to es muy difícil para usted, mi joven amiiro: •· me dice mirando a lo largo de mi fila, donde hay treinta bull-terriers. Todos son blancos como la crema, y tan hermosos, que si pudiera romper mi cadena saldría: corriendo has­ta casa y me escondería debajo de los pesebres.

Los perros se pasan la noche entera hablando y gritando, y cambiando saludos con amigos antiguos. Los cachorros aúllan de un modo atroz. Los que no pue­den dormir, no dejan dormir a los otros; y todas las luces eléctri­cas del techo están encendidas. Oigo a Jimmy Jocks roncar tran­quilo, pero sólo puedo dormir a ratos. Y cuando duermo sueño co­sas horribles. Todos los perros del salón me vienen encima, por In­truso, con sus mandíbulas abier­tas Y los ojos encendidos como las luces del techo, y me gritan : "¡Perro sato! ¡Sal de aquí, perro sato!" Y cuando me echan del salón, el yeso se me cae y ellos se burlan y ríen. ·y -al bajar la vista para mirarme, veo que me he vuelto color negro y carme­lita.

Fueron sueños horribles, y por la mañana, cuando la señorita Leonor llega y me trae agua pa­ra beber, le suplico r le suplico que me saque de aqu1 y me lleve a casa, pero ella no puede en­tenderme.

~Qué bien luce Kid,'' dice l&. senortta. Y cuando salto en los brazos del amo y tiro de la ca­•dena para romperla, él dice:

"Si supiera la calidad de perros 11ue tiene en su contra, señoritti., no estaría contento." Y lee en un libro los nombres de todos· los b!lll-terriers de pura raza que es­tán inscriptos. Y yo no puedo ha­cer que ·comprendan que sólo qutero escapar y esconderme don­de nadie me vea.

Entonces un hombre llega de Pronto a nuestra hilera y empie­ga a cepillar a los hermosos bull-

"El jue;: está mucho tiempo i!e rodillas antes de 'decid i rse".

ierriers. El amo me frota con una toalla, tan excitado que las ma­nos le tiemblan. Y la señorita Leonor me pellizca las orejas para que la sangre entre en ellas y se :pongan rosadas y derechas.

"Ahora, Nolan," dice la señori­ta, temblándole la voz igual que los dedos, "levántele la cabeza y no deje que el juez lo pierda de vista." Cuando oigo esto las pier­nas se me doblan, porque yo co­nozco bien a los jueces. Dos veces tuvo que ir mi antiguo amo ante el Juez, por pelearme con otros perros, y el juez le dijo que si volvia a hacerlo lo iba a amarrar en un calabozo. Y yo sé que el juez de aquí va a descubrir en seguida que soy un perro sato y no debo estar entre los de pura raza. A un juez no se le puede engañar con yeso. El mira a través de uno y ve lo que hay dentro.

El ring donde está el juez se parece tanto a un ring de pelea, que cuando entro y veo a otros seis perros, me pongo rápido en_ guardia, para que cuando s:? me tiren yo pueda defenderme. Pero el amo me alisa el pelo y me dice bajito : "Quieto, Kid, quieto; esto no es una pelea. Ponte bonito, Kid, ponte bo~ito." Y tira de la cadena hasta que ape­nas puedo fijar las patas sobre el aserrín, y tengo que mantener el hocico en el aire. Hay millones de personas mirando, y tres de los mozos de las perreras están cerca del ring y se burlan de mí -r del amo. La señorita Leonor esta pe­gada a la barandilla y tiene los ojos tan abiertos que parece que va a ·llorar. Es horrible pensar que cuando el juez se pare y me vea toda esa gente y la señorita Leonor van a ver cómo me botan de la Exposición.

El juez es un hombre fiero, con gafas en la nariz y barba roja.

Cuando entro en el ring él {io me ve, porque soy demasiado rápido para él y me escondo detrás del amo. Pero cuando el amo me da la vuelta con la cadena y yo plan­to las patas en el aserrín para que no me pongan delante, el juez me mira como de paso, y luego se para y me mira fijo a través de los lentes, y yo comprendo que todo ha terminado ya. •

"¿No hay más?" dice el juez al caballero que cuida la entrada, pero sin quitarme la vista.

El caballero mira un libro y di­ce: "Siete en la categoría de no­vicios. Todos están aquí. Ya pue­de empezar."

El juez no piensa un minuto. Señala para una esquina del ring y le dice al amo: "Llévelo para allá y quítelo de aquí." Y se vuel­ve y mira muy solemne a los seis hermosos bull-terriers que es­tán a mí lado.

No sé cómo puedo arrastrarme hasta la esquina. Quisiera poder escarbar en el aserrín y hacer 1,m hoyo para enterrarme. Los mozos de las perreras golpe!tll la baran­dilla y se ríen tanto del amo que parece que van a caerse. Me se­ñalan con el dedo y se burlan de un modo atroz. Pero la señorita Leonor aprieta los labios contra el pasamano y veo lágrimas que salen de sus ojos. El amo baja la cabeza como si lo hubiesen casti­gado con un látigo, y hace como si no viera a los mozos de las pe­rreras, y sus ojos pestañean se­guidos.

Si el juez me bota del ring, el bochorno no sería tan grande. Pero lo que me duele es que me tenga aquí delante de todo el mundo, mientras mira a los pe­rros de calidad. ¡Y botarme así tan pronto, sin dudar y sin pre­¡runtar nada! No se .pu~e ~nga-

ñar a los jueces. Ven lo que uno lleva dentro . ..

Pero el juez no puede decidir cual es el mejor de los seis her­mosos bull-terriers. Los mira y' los mira; primero con la cabeza in­clinada de un lado, y luego del otro. Los toca y los manda a- ca­minar por el ring.

El amo se recuesta sobre la ba­randilla y me acaricia. Y la se­ñorita Leonor se acerca a nos­otros, pero no dice nada y sólo se limpia los ojos con el pañuelo. Un hombre se acerca y le dice al amo:

"Parece que al juez no le gusta su perro." ·

"No," dice el amo muy seco. "¿Usted lo ha exhi~ido antes?"

pregunta el hombre. "No," dice el amo, "y no lo vol­

veré a exhibir más nunca. Es mi perro y a mí me parece bueno. No importa lo que piense ningún juez." Y cuando dice estas pala­bras tan amables, yo le lamo una mano muy agradecido.

El juez pone a dos de los seis perros sobre una pequeña tarima que hay en medio del ring, y manda a retirar los otros cuatro a wia esquina, donde se ponen a lamerse el hocico y pretenden que no les importa nada.

Los dos perros sobre la tarima son tan hermosos que el mismo juez no sabe cuál es mejor, ni siquiera después de arrodillarse y sujetarles juntas las cabezas. Pe­ro al fin se levanta y se quita el aserrín de -las rodillas; y camina hacia una mesa que está en el ring, donde un hombre .apunta los que ganan, y hay muchas cin­tas azules, amarillas y rojas. El juez coge unas cintas y se acerca a los dos hombres que sujetan los hermosos bull-terriers y les dice : "¿Cuál es su número?" y le da a cada uno una cinta. Y luego se vuelve rápido y viene a donde es­tá el amo.

"¿Cuál es su número?" pregun­ta el juez. Pero el amo se asusta tanto que no puede responder. Entonces la señorita Leonor se golpea las manos y grita como si estuviera llorando: • "Trescientos veinte y seis." Y el juez lo escri­be en un papel y le pasa al amo la cinta· azul.

Yo me vuelvo loco. Muerdo al amo en juego, y salto y .muerdo a la señorita Leonor, y me muevo tanto que el amo no puede suje­tarme. Cuando salgo del ring la señorita Leonor me carga y me besa en la cabeza delante de todo el mundo y los dos me aprietan tanto que no sé cuál me lleva cargado. Pero si sé una cosa, por que lo oigo bien claro y es el juez quien lo dice:

"¿ Vió el cacharro al que le di el primer premio?" le pregunta al caballero que cuida la entraaa del ring.

"Si lo vi," responde el caballe­ro. "Algo fuera de clase." ju~~e;~~~°:i~~t~e q~!J.8í" dice el

Pero no me importa. No puedep lastimarme ya, con el amo en­señando la cinta y la señorita Leonor acariciándome las orejas, y los mozos de las perreras tra­tando de escabullirse y mirando con sus caras de lástima, como si se hubiesen cogido la nariz con la tapa de un latón de basura.

Nos sentamos los tres, y los tres .nablamos tan de prisa que no se entiende lo que decimos. El amo Y la señorita están tan contentos que no puedo evitar sentirme or­gulloso, y ladro y salto tan alegre que los demás bull-terriers de

(Conttñúa en la Pág. 58 J.

CART

El - almirante Von HIPPER, jefe de los cruceros de batalla alemanes en Jv.t­

landia, que acaba de fallecer.

U telegrama lacónico da a los periódicos la noticia de que ha muerto el almiran­te Hipper, a los 70 años de

edad, en su residencia de Berlín. Así dada, la noticia carece de im­portancia. Nuestros diarios le han concedido apenas el honor de un suelto a columna, en las páginas interiores. Y sin embargo, con el almirante Hipper ha perdido Ale­mania el mejor marino que pro­dujo la guerra europea.

Hipper no mandó flotas al com­bate, como Jellicoe y Scheer, ni encontró muerte gloriosa en una lucha desesperada • con fuerzas aplastantes como Spee. Pero al frente de sus cruceros de batalla, como jefe de la escuadra explora­dora de la Flota de Alta Mar ale­mana, demostró poseer en el gra­do más alto las condiciones fun­damentales del marino de guerra : valor a toda prueba, visión clara y decisión rápida.

Al principio de la guerra fué Hipper el primero que ejecutó operaciones ofensivas contra 1n.:. glaterra : el bombardeo de Scar­borough y de Hartlepool. Esas operaciones le valieron el sobre­nombre de "baby-killer" (mata niños) en la prensa inglesa. Hip­per cayó entonces bajo los fue­gos combinados de la propaganda aliada, que le presento al mundo como un asesino cruel de muje­res y niños. Sin embargo, la con­ducta militar de Hipper fué irre­procllable. Scarborough era una ciudad fortificada. Sus cañones contestaron valientemente al bom­bardeo de los cruceros de bata­lla. Hartlepool había tenido arti­llería hasta pocas semanas antes del ataque. Y aun así, Hipper, con un concepto caballeroso de la guerra que puede parecer extra-

~n~0i 'e~es¡¡::~:ii,ª~r~~~ªl~s ~~; .. artilleros que dispararan única­mente contra las baterías, los fa­ros, las tri~heras y los cuarte­les.

Desde entonces-con excepción de un breve period0-Hlpper re­tuvo el mando de los cruceros de batalla, escuadra selecta, cons­truida por Tirpitz para oponerla a los ramosos "galgos" de lord Fisher. Los cruceros de batalla tenían una peligrosa misión de vanguardia. Por su velocidad y por su fuerza constituían el nú­cleo de los elementos explorado­res. destinado a descubrir la flo­ta adversa y a mantenerse en contacto con ella hasta que la Flota de Alta Mar entrara en fue­go. Sólo un almirante de las

CARTELES

Oil>Ptt«f (RO t fut¡;.¡.~ condiciones de Hip.i)i-,· podía cum­plir esa misión de la manera bri­llante que él lo hizo en la mayor batalla naval de todas las épocas.

No vamos a hacer la historia de Jutlandia. Pero aún sin hacerla, cabría describir la manera admi­rable como entró Hipper en con­tacto con los cruceros de batalla ingleses, comandados por Beatty; cómo les desvió de su ruta, arras­trándoles sobre el grueso de la flota alemana; c◊mo retuvo la ventaja táctica de su posición, pe­se a la mayor velocidad de los navíos ingleses, y cómo les causó por sí mismo. en el duelo de arti­llería, las pérdidas más serias que ha sufrido la escuadra británica desde los tiempos de Trafalgar.

He aquí cómo describe el capi­tán van Hase, oficial artillero del "Derfflinger", los primeros mo­mentos de la batalla:

"¡15,000 metros!" Tal era mi última orden. •mando oí un trueno sordo y ví ar,te mí al "Lützow" tirar su primera salva. En el mis­mo lJlOmento se izaba la señal: "Abrir el fuego". En el mismo se­gundo grité : "¡ Salva! ¡Fuego!". Nuestra salva parte con rugido de trueno. Los navios que nos si­guen nos imitan inmediatamente ; vemos en nuestros adversarios, por todas partes, resplandores de fue­go, pesadas nubes de humo. En­tonces comienza el estrépito es­l)antoso y ensordecedor.

"Es necesario haber asistido una vez a un tiro con obuses de combate a bordo de un buque grande para darse cuenta de Jo que e§o significa. Durante la ,par­tlda de las salvas, imposible ha­cerse comprender. El humo más opaco permanecía constantemen­te en masas en torno a la boca de las piezas, y luego se desplega­ba en nubes altas como casas y permanecía varios segundos ante nosotros como un muro impene­trable hasta que le desplazaban el aire y la velocidad del navío. Gracias a eso estábamos a veces minutos enteros sin ver al enemi­go. Lógicamente sólo podíamos proseguir durante un periodo li­mitado de tiempo ese fuego in­fernal de dos calibres, que exigía esfuerzos casi sobrehumanos por parte de los artilleros y de la do­tación de las santabárbaras. Ocu­rría también con frecuencia que no se podía ya distinguir los pun­tos de caída de las artillerías gruesa y media. Entonces daba la orden : "Alto el fuego de la arti­llería media" y controlaba sola-

mente el fuego de la rtilleria Í:~l0eld~i~ío1e~e c~~!';h~~~l~~t\~!

gri~~~~- minutos después de ini- zow" Y el "Derfflinger" caneen­ciado el combate, vuela el "In~e- tran sobre él sus fuegos a 9,000 fatigable", aplastado. por el tiro metros de distancia. Era el "In-

~f;~!~ef ~á~~~::to1i~i;ui::-~: ll~i~~ral~i~a~~~o~~d.ek1p~~=

corre la misma suerte el "Queen cero de batalla se defendió como Mary", que era el orgullo de la un desesperado, pero una tras flota inglesa. otra las salvas le encuadraban.

Beatty, sintiendo la proximidad Pronto los oficiales artilleros del del desastre, trata de alejarse pa- "Lützow" y el "Derffiinger" ob­ra dar tiempo a que entren en ac- servaron explosiones en el "In­ción los cinco acorazados más vincipJ~". · Los mástiles cayeron, modernos de la flota británica, fragmentos del navío saltaron por que le siguen a corta distancia. Y el aire, enorme nube de humo se en el momento mismo en que los elevó hacia el cielo, nubes. de pol­cañones de 15 pulgadas de los vo de carbón se escaparon de di­cuatro "Queen Elizabeth" comien- versas partes del buque en todas zan a disparar sobre Von Hipper, ·direcciones. Las llamas brotaron aparece en el horizonte la cabeza en el puente, se sucedieron nue­de la Flota Alemana de Alta Mar. vas explosiones y ese poderoso Hipper ha cumplldo pel'fectamen- navío desapareció en las aguas te su misión. heladas del ·mar del Norte.

Von Scheer, jefe de la flota ale- "En el Derffllnger"-dice von mana, se lanza en persecución de Hase-se gritó en los teléfonos: los ingleses hacia el Norte. Beatty "¡Nuestro adversario acaba de hace rumbo hacia la Gran Flota, volar!" y a través del estrépito que avanza a toda marcha. Pero del combate se oyó un ¡hurra! que cuando entra en contacto visual corría como el trueno a través de ~~n¡;]!ªio~ºd~f;f~f:ifo~r~i;r!r 1! todo el navío. Los teléfonos lo posición, velocidad Y ruta del ~~~ei~~n ~~~iis d:l~~::~t~r~í~s~ ~~~~!t~ · corf~~q~is~o.perdido el logrado vengar, en pleno mar del

Iniciada la gran batalla entre Norte, a los cruceros del conde las flotas, Hipper vuelve al lugar von Spee, el "Scharnhorst" Y el de honor que es también el de "Gneisenau", hundidos por el "In­más peligro. La bruma le impide vl:1cible" en las Falklands". ver a sus enemiitos mientras que Herido su buque, el Lützow", estos le ven perfectamente, y sus por los proyectiles enemigos, Von buques reciben obús sobre obús Hipper cambia de barco en el fra­sin poder replicar con eficacia. gor de la batalla y permanece ho­

Pero he ahí que de pronto la ras y horas, bajo la lluvia de _los bruma y los humos del combate obuses. en el puente de un fragll se des~arran al este de los cru- torpedero aguardando el momen• ceros de batalla alemanes y que to propicio para embarcar en otro frente a ellos. en plena luz, apa- de sus grandes navíos.

Por fin von Hipper logra ms• talarse con su estado mayor en el "Moltke". El cansancio de la

t!t!~ª éti 1~ª p~~e~~o q~!c~~c~;¡ asumir de nuevo el mando es or­denar a los cruceros de batalla que corran a 20 nudos hasta ocu· par su puesto a la cabeza de la

flcJi1~ el "Reydlitz" pudo seguir.,, le : el "Decfttlnger" y el "Van der T:mn" no podían dar más de 18 11udos, el primero por las graves a verías sufridas y el segundo a causa del estado de sus calderas.

El crucero de batalla "Se¡¡dltt;;:; " ál ·llegar a puerto des, és de Jutlandta . Nótese co­mo han desaparecido la, pfnas de la torrecflla delantera .

Ese era el hombre que acaba. de morir en Berlín, a los 70 anos de edad.

24

El Incidente: esta fotografia defec­tuosa, fué tomada en el momento mismo en que el obrero Manzana­res se lanzaba sobre don Alfonso, golpeándole por tres veces con el

pu11o en el- rostro.

l.a actividad periodística de nuestro corresponsal especial en Madrid, set\or Santiago Buárez l.ongoria, nos permite o.•recer al público hispano­americano antes que ningún otro periódico estas tres 111-teresantisimas fotograf!as del incidente ocurrido en Marse­lla al ex re11 don Alfonso XIII el día 10 de ma110. Como re­cordarán ntt,P,stro~ lectores,

t,~npa~~~~~fbt:l~~u ªh1foª~';~

f:n~~~u!, ª;J:'':i";;-e1J'~e ;,~ el obrero espaffol Ma11zana­res, recibiendo lesiones en el

rostro.

~• poltclas ae la secreta, destaca­s por el Gobierno para garantl•

•iío:oJ "'feurA~~:n P~~~~~~~o d:1 ~~ bu,to ,estibador espa11ol MANZANA­

BES, después de 1~ aareslón.

e

.[Ai RAVES ~gALDf ATE ~ Ea1·I Dcrr DiOOEl\t

SINOPSIS DE LO ANTERIORMENTE PUBLICADO

El joven novelista Magee • va en invierno al Me.,ón de Baldpate, hotel veraniego. En la. e.,tación de la aldea conoce a una joven que ·le Interesa. Jn3talad<f en el hotel, gracias a la recomendación que lleva para el en­cargad.o, Quimby, "e encuentra am con un tal Bland. A punto de dor­mirse ya, oye un disparo en los bajos, corre a ver qué pasa y de&cubre un nuevo huésped, el profesor Bolton, quien como el otro, explica su pre­sencia en el mesón con un cuento increible. A la mañana siguiente, per­suaden a Peters, ermitaño de las cercanías, a que les cocine mientras re.,id,en allf. Terminad.o el desayuno se pre.,enta la joven de la estación y su madre, y al o&curecer, do., tipos .mds: el Alcalde de R~uf:on y su hom­bre de confianza, Max. En el transcurso de la velad.a, la 1oven de la esta­ción, que ha dicho llamarse la señorita Norton. explica a Magee que lo que trae allf tanta gente es Za búsqueda de un paque~e que contiene $200,000 y le suplica procure apoderarse de él y entregarse!o a el_la, le que logra el joven más tarde, arrebatándoselo a un desconocido, quien st lo habfa quitad.o . a su vez al alcalde de Reuton que lo to!7'ó a Za tuerza de la caja de caudales del Mesón. Con el botln en el bolsillo para entre­gárselo a su amiga, tropieza Magee con otra desconocida, ,la joven Myra Thornh.ill, Za cual hácele idéntico ruego que la señorita Norton. Descon-

=a:io i:~;:,av:~r:~a ~oiªacf:~~!~1~Jrt~f;ª /!..:lra st;,~:t:ny die~=~ que no logra =traerle el paquete y, sospechoso el muchacho, le 1lgue las huellas sobre la nieve y sórprende una conversación entre el profe&or Bolton y el tipo misterioso a quien 'él le arrebatara el :,,aquete de dinero. Al dfa siguiente, con el tuoro a buen recaudo, Magee. acompañado de la &eñorita Norton y Max, va en busca del ermtta11o, desaparectdo el dfa ante&, para persuadirlo de que siga cocinándole.,. En el trayecto le declara su amor a la joven Norton, que le contesta burlona y enojad.a por no haber recibido aún el paquete. Persuadido el ermita11o. vuelven todos al Mesón 11 al ir a buscar el tesoro para dárselo a Za jove1), por quien e&taba 1111 loco, encuéntrase con que el paquete ha desaparecido. Descubre luego que quien lo tiene es Bland, servidor de un ricacho nombrad.o Hayden, quien viene en persona a buscarlo y marcharse, cosa que le Impiden el Alcalde de Reuton 11 Max. Cuando menos esperanzas tenia Magee de recobrar pront(! el tan llevado y . traído paquete, el ermita11o le anuncia habérselo encontrad.o en el refrigerador, y le declara que después se lo _quitó el profe­sor Bolton, quien más adelante se dispone a marcharse, lo que le impiden el Alcalde y los suyos. Magee, seguro de que el víejo le ha entregad.o el paquete a su misterioso cómplice, se dirige en busca de éste, y tropieza con él cuando se · disponía a escapar con el dinero. Se entabla una lucha, y Magee logra arrebatárselo; entrégaselo después II la joven de la moción. a quien se lo prometiera. la cual se marcha presurosa mientr~ el muchacho, con el revólver con que se acaba de suicidar Ha11den, im­tJid,e que nadie se mueva para seguirla; en vista de lo cual, el profesor se le acerca 11 comienza a relatarle por qué se encuentr11 am tanta gente en demanda del paquete.- ·

AGEE dirigió la mirada hacia donde murmuraban muy juntas en las soin­bras las dos víctimas de la deslealtad del suicida,

me diera la llave del edificio anexo. Casi en cuanto llegué ...

-Se alzó el telón y comenzó el melodrama,--sugirió Magee.

y se asombró al recordar la calma con que Kendrick había saludado a Hayden al enfrentarse con él.

-Cuando llegó Kendrick­prosiguió el profesor Bolton-lo primero que hizo fué consultar con su viejo amigo Diayton. Este le informó que no· tenía nada que temer en caso de hacerse públi­ca su falta, . porque después de tanto tiempo no había en realidad delito cometido a los ojos de la Ley. Le puso también al corriente de los sucesos y de la red que es­taba tendiéndole· a Hayden. Aña­dió que tenía cierto temor de en­viar solo al Mesón de Baldpate a un hombre de mi edad. Kendrick le suplicó que le permitiera venír tambl.ón; y de esta manera, sin que en Reuton se supiese su re­greso, hace tres noches que me acompañó a aquí. Tres noches que parecen años. Yo tuve la pre­caución de conseguirme llaves pa­ra los dos con mi amigo John Bentley. Al ascender a la monta­fía, observé la. luz de su habita­ción, y convinimos que sería me­jor que sólo uno de nosotros se presentara a los intrusos del me­són. Por eso Kendrick se introdu­jo por una puerta lateral mien­tras que yo me les presenté a us­ted y 2, Bland en la oficina. _; pasó la noche en el tercer piso; y a la mañana siguiente se lo conté todo a Quimby, conociendo como conocía su interés por Hay­den y Kendrick, y consesruf que

'. CARTELEl

-Exactamente-replicó el pro­fesor.-Antes de anoche era la señalada para pasar en el Con­sejo Municipal la Ordenanza nú­mero 45. Habíase convenido en que cuando así sucediese, Hayden, por medio de su criatura. Rutter, o personalmente, telefonearía la combinación de la caja 'al alcalde de Reuton. Cargan y Bland, como usted recordará, estaban sentados en la oficina, atentos a que se encendiera la lucecilla en la piza­rra telefónica, mientras usted y yo éramos, allá arriba, los cauti­vos de Max. Sucedió algo que echó a perder la combinación. Hayden se enteró de que los tri­bunales emitirían un fallo inva­lidando la Ordenanza número 45. Por eso, ai.mque el Concejo obe­deció las instrucciones de Cargan y aprobó el proyecto de Ley, Hay­den se negó a darle la combina­ción al alcalde. •

El viejo hizo una pausa y mo­vió la cabeza como asombrado.

-Entonces sí que comenzó en serio el melodrama,--continuó.­Yo siempre he sido hombre paci­fico, y la baraúnda en que for­zosamente fuí uno de los prime­ros actores, no se apartará de mi memoria mientras víva. Cargan dinamitó la caja. Kendrick lo asaltó y le arrebató el paquete; y usted se lo arrebató a Kendrick. Yo atisbé al través de su venta­na y vi que lo colocaba usted de­bajo de un ladrillo junto a la chi­menea.

26

-¿Usted ... ? ¡Si las cortinas es­taban bajadas!-interrumpió Ma-

ge.=_Hallé media pulgada de es­pacio abierta,--explicó el yiejo.­Sí a decir verdad, me tend1 boca­abajo en la nieve para vigilarlo. Por la mañana, por vez primera vez en mi vida, practiqué el robo. Mi castigo fué rápido y seguro. Bland me cay.ó encima como una avalancha. De nuevo aquella tar­de, di con el precioso paquete, tras prolongada búsqueda, en ma­nos del ermitaño de Baldpate. Creí que al fin estábamos salvos cuando esta noche, en mi habi­tación, entregué el paquete a Kendrick; pero no había conta­do con las cosas desenfrenadas de que es capaz la juventud por el amor de una doncella intri­gante.

¡Las doce! Así lo proclamó el ayuntamiento de Upper Asque­wan Falls. Magee nunca había es­tado en Reuton y lo sentía mu­cho. Con la imaginación sola te­nía · que construir la gran esta­ción de Reuton la cual debía cru­zar en aquel momento presurosa la muchacha con el dinero; pe­ro ... ¿hacia dónde? No sabía res­ponder a esta pregunta. ¿Sería en verdad, como afirmaba el profe­sor, una intrigante?

-No,-dijo Magee respondién­dose en voz alta.-Está usted equivocado, señor mio. Yo no sé verdaderamente los móviles de la señorita Norton para desear ese dinero. Pero soy capaz de com­prometer mi reputación de honra­do salteador, a que es un móvil muy puesto en razón.

-Tal vez,-replicó el otro no del todo convencido.-Mas ... ¿qué móviles honrados puede ella te­ner? :N"o acierto a asignarle un papel en este pequeño drama. He procurado hacerlo, pero no puedo ver la relación que exista entre ella y los demás personajes. Es que ...

-Perdone ustéd,-ínterrumpió Magee.-¿Pero me haría usted el favor de decirme por qué vino la señorita Thornhill a Baldpate a tomar parte en la caza del pa­quete? __

-Su motivo,-repllcó el profe­sor,-la honra y mucho, por cier­to. Desde hace años su padre Henry Thornhill, se ha visto obli~ gado, a causa de una enfermedad a dejar la administración del fe~ rrocarril a su vicepresidente, Hay­den. Ayer ya tarde el viejo se en­teró en su lecho de enfermo del intentado soborno. Al pensar en la deshonra que ello podría traerle a su nombre, casi se vuelve loco. Quiso levantarl'P. para impedir la entrega ~el paquete. Su hija, una joven vallente y leal, se hizo car­go de la tarea.

-Entonces,--dijo Magee,-la se­ñorita Thornhill no está muy preocupada por la pérdida de la evidencia más importante del caso.

co-;;J~le er,ep;~i!~:d~~fto~~~~ hay la menor posibilidad de que el nombre de su padre aparezca en el asunto. Tanto Drayton como yo tenemos en la más alta esti­ma su integridad. Toda la sucia

negociación se llevó a cabo cuan­do él estaba demasíado enfermo para soñar siquiera con ella. De ningún modo se maculará su nom­bre. El único implicado como so­bornador es el desgraciado que se suicidó allá arriba. El indivi­duo a quien ahora perseguimos es Cargan. La señorita Thornhill ha convenido con nosotros en que en efecto, hacemos bien en tra~ tar de procesarlo. Eso la elimina del asunto.

-¿Se encontraron por vez pri­mera allá arriba, en el número siete, la señorita Thomhill y Kendrick después del regreso de éste?-quiso saber Magee.

-Sí,-respondió el profesor Bol­ton.-Hace tiempo que en una de sus cartas a Kendrick, Hayden le dijo que estaba comprometido pa­ra casarse con la joven. Fué la úl­tima misiva que el desterrado re­cibió de su falso amigo.

Hubo una pausa. -El punto importante ahora,

-prosiguió el viejo--es la identi-dad de la chica a quien ha he­cho usted ese precioso regalo, a. causa de su buen corazón. Tengo el propósito de hablar con la mu­jer que nos ha presentado como su madre, y sacarle los infor­mes que pueda.

Seguido de Magee el profesor se dirig-ió al asiento en que reposa­ba la matrona. Esta alzó la vista con los ojos soñolientes y el as­pecto más charro y cursi que' nunca. •

-Señora,-dijo el profesor con el aire de un juez que inicia un interrogatorio•.-Esta noche su hi­ja se ha escap!\do de este lugar con una considerable suma ·de di­nero. dinero que solicita de un modo muy serio el fiscal del con­dado de Reuton. En nombre de 1a ley, le ordeno a usted que me diga a dónde ha ido su hija y qué se propone hacer con ese paquete de billetes.

La mujer pestañeó estúpida­r ente en la penumbra.

-Esa muchacha no es mi hija.­replicó y a Magee el corazón le dió un vuelco de alegría.-Eso si puedo decírselo. Yo soy dueña de una casa de huéspedes en Reuton y la señorita ... la joven de quin usted habla. . . hace tres años que es una de mis huéspedes. Ella me comprometió a que la acompañara aquí como una especie de chape,., rona, aunque yo no me creo tan vieja todavía para eso. Y esto es lo único que va usted a sacarme, aparte de que es una joven eIJ,­cantadora y su dinero no podr1a estar más seguro en manos del presidente de los Estados Unidos.

raf~r!nti~~;ata~:es~~ d:c:rl!ió

la __:~ci~ .. pe~~ati~~~~~~:..Observó. Magee se sentía capaz de abrazal'. a la desteñida viuda por la noti­cia. Consultó su reloj. Eran las

do~E, sr~~\ii terminado-excla-: mó.-De aquí en lo adelante no tengo el propósito de dirigir sus

!fi~~é ~~ftctr:rg~¡if:al~~ ie:~ aldea y traer al sefíor QuimbY Y al juez de instrucción?

' .,

-¡El juez de instruccíon,-pro­rrumpió el alcalde de Reuton po­niéndose de pie en el acto.-No tengo el menor deseo de verme envuelto en una investigación ju­dicial. Vamos, Max, larguémonos de aqui.

Bland también se puso de pie, con el rostro livido y preocupado, Y sin la expresión burlona que lo ·hacia simpático.

-Me parece que yo también me voy,-anunció mirando espe­ranzado a Magee.

-Ya yo no soy su carcelero.­dijo éste.-Profesor, estos caballe­ros son testigos suyos, ¿quiere us­ted detenerlos?

-Oiga,-gritó el alcalde coléri­co-ya saben ustedes que pueden encontrarme en Reuton cuando me necesiten, en el cuartito de la Calle Principal. Cualquiera puede decirle a la hora que estoy alli; . lá puerta siempre está abierta para el reformista que tenga co­razón para entrar. Búsquenme alll que les aseguro que va a in­teresarles.

-Lo buscaré, no tenga cuidado, -replicó el profesor-y muy pron-

~se ~~:~d;n¡°~c!~ng:el~e p:z~: -Gracias,-contestó burlón el

~calde.-Lo espero; . estaré listo. ••O es la primera vez que he teni-

~s~~Te!s~\J>¡eg:r:io c~f!~a~0

~

cree usted que me han atrapado, ¿eh? Pues es muy mentecato si

:y ~i;g~~~r:n e1u~~~r~eD!!~~:-

rcu . . . ya ie h-ularé yo en cuan'&Q regrese a Reuton.

-Antes de que se vaya, Bland, -<:líjole Magee riendo - quiero preguntarle por Arabella. ¿De dónde la sacó usted?

-Algo de eso le pasó a un amigo mío,-respondió el ex mercero.-Un amigo que tiene una tienda de ropa. Allí me com­pré este flus. Introduje algunos cambios en la historia. Mi amigo no le escribió carta alguna de despedida a su desdeñosa novia, aunque pensó seriamente en ha­cerlo. Tampoco huyó a esconder­se. La última vez que lo vi pro­curaba calmar su dolor vendien­do cuanto podía.

Magee se echó a reir, pero por el rostro flaco y largo de Bland no cruzó ni la sombra de una sonrisa. Veíase que estaba suma­mente asustado.

-Vaya unos tipos que son to­dos ustedes,-terció Max.-Refor­mistas, ¿eh? Pues conseguirán ustedes lo que todos ellos consi­guen siempre. Los amarraremos juntos y los dejaremos a las puer­tas de un asilo de huérfanos an­tes de acabar con ustedes.

-Vamos, Lou,--dijo Cargan.­¡Qué vivo es Drayton! ¿Verdad, doctor? ¿Dónde está su prueba? Se ha fugado con las faldas que encalabrinaron a este joven. Y aún cuando tuviera el dinero ... no es la primera vez que tropiezo

eon algo ásí. Esta uste<1 desper­diciando su talento, doctor. ¡Bue­nas noches! Vamos, muchachos .

Los tres cruzaron a escape el comedor y desde la ventana Ma­_gee los vió desaparecer sobre el camino que conducía a Upper Asquewan Falls.

CAPITULO XVIII

Un naii,e. rojo

El joven novelista se apartó de la ventana y se dirigió al penum­broso interior de la oficina del hotel. El, que había venido al Mesón de Baldpate para buscar la soledad, nunca se sintió tan solo en su vida, porque la babia perdido de vista-en la gran es­tación de Reuton que se pintara en su imaginación, hablase ella deslizado de sus sueños--para ir 11. donde no podía seg•ürla ni con el pensamiento. Sentíase como debía sentirse aquella habitación pelada todos los otoños, cuando morían las últimas risas de los veraneantes en la montaful. de Baldpate y la lobreguez del in­vierno descendia del cielo gris.

Echando mano a un leño de los que el ermitaño habla cortado y colocado junto a la chimenea, Magee h> arrojó al fuego. Siguióse una lluvia de chispas y un res­plandor vivisimo iluminó de rojo la estancia. A través de aquella luz Kendrick se dirigió a Magee, y el primero de los ermitaños amateurs de Baldpate, vió que el rostro del hombre estaba surcado por arrugas de preocupación, que sus ojos mostr.aban cansancio a

27

pesar de la nueva luz que en ellos fulguraba; que en su boca habla un rictuf de amargura.

-Pobre diablo,-pensó Magee. l{~r.drlck arrastró sendas s1llas

pan. él y Magee, y ambos se sen­taron. Detrás de ellos la volu­minosa señora Norton dormitaba, soñando acaso con su casa de huéspedes de Reuton, mientras que ·la señorita Thomhill y el profesor hablaban intermitente­mente en voz baja. Las filas de los huéspedes de Baldpate ibanse espaciando con rapidez; dentro de poco el lugar volvería a sumir­se en la quietud del invierno pa­ra aguardar a la primera E:hica del verane>.

--Señor Magee,--dijo Kendrlck con marcado nerviosismo,--se ha visto usted complicado en un asunto desagradable, trágico. No me refiero al del soborno, sino a la cúestión personal que e~te entre Hayden y yo. Antes de que regrese Peters con los individuos que ha ido a buscar,. qulslera dar­le algunos detalles de esta triste historia.

-8i prefiere usted no hacer- ~ lo ... --comentó Magge.

-No,-replicó Kendrick.-Pre­fiero que usted lo sepa todo. Fué usted qufen le quitó la pistola de la mano. No creo que ni siquiera yo pueda decirle todo lo que lle­vaba sobre su conciencia Hayden cuando entró en esa otra habita­ción y cerró la puerta. A mí me parece absurdo que un hombre como él se quitara la vida en las circunstancias que yo conozco. Creo, no sé por qué, que hay una parte de la historia que hasta yo mismo desconozco. Pero deje-mos esto. ·

Sumió la cabeza entre las ma-nos. (Conttnúa en la Pdg. 48 ),

e

UN LIBRO UTIL.-Los se-liares Victoriano GONZALEZ DE TORRES Y Juan A. MARTI­NEZ, que han editado un Ztbro interesantlsimo acerca de los empréstitos contratados en distintas formas por la República de Cuba. Este volumen contiene datos de valor inestimable para quienes se interesen · en el estudio de la historia de las finanzas

y de las costumbres públicas cubanas.

Mario SORONDO, aplaudido autor de sainetes y d.? revistas, que ha sidc> ob-1eto de un merecido homenaje e,. su

ciudad natal, Matanzas. (Foto Jiménez).

CARTELES

Los señores Fran­cisco DONO, San­tiago GONZALEZ y Antonio DONO, q u e intervienen brillantemente en los programas que Za "Hora Produc­tiva" o f r e c e a través de la esta­ción C. M. B. C. (Foto Godknows).

28

Dr. Harry ROMNEY, 1 ciru¡ano ortopédico cubano, que embar­có para Europa con objeto de represen­tar a Cuba en los Congresos de Orto-pedia que se efec­tuarán en París ¡¡

Bruselas. (Foto Galería&).

El doctor J. Emilio , PAGOLA, distinguido

l e t r a d o habanero, quien por ganar un pleito y dos inciden­tes fué objeto de una denuncia que los Tri­bunales acaban de

rechazar de plano. (Foto Amateur).

El profesor Juan P. ARIAS, director de Za Boston Jll2Z Or­éhestra ¡¡ autor del danzón CARTELES, que le ha valido un

éxifo ruidoso. (Foto Naranjo¡.

LA EXPOSJCION DEL "LYCEUM".-Las

!~~i~~i~':;'ad~::s~i;: :iu~i;:u:i'f.~ ;ira~ para CARTELES después del "vernissage

de la ex13osición, e/eciuado el sábado

~ -------------qDE t u~~ E lºELOR&L

EL CENTRO MEDI­CO QUIRURGICO. -EL cuerpo facul­tativo del Centro Mt!dtco Quirúrgico dt La Habana, del que es administra­dor nuestro queri-­do compañero J . M. VALDES RODRI­GUEZ. Forman par­te del mismo los

:;;¡º itmt ~~= fati NOG U EIRA. CUBAS, Srta. M E-N OC A L. G R A U 1

SA.NCHEZ, REPILA~

:iÁs~~l~.N ¡/:f: LA, SALA.ZAR y

ARMSTRONG. (Foto Godk11ows}.

Gonzalo A. JAUMA MONCLA. i o v e 11 cubano que acaba de gra4uarse de piloto privado en el aeró• dromo de Roosevelt Fteld /New YorkJ . (Foto Estudio Mo-

derno).

VIAJEROS Bl$TIN GUIDOS.-El s~ftGT Virgilio E. CHENEA, administrador ge­neral · de la Pan­american A i r ways Corp. rodeado de lo• Sres. PAWLEY y BOILLOD, que le· recibieron a su lle­gada a La Habana.

(Foto LescanoJ .

29 CARTELES

TIPOS r COSTU~ RES PSABANERAS· ~ IAC-e--- MEDI ~ICL8

~ JUAN- I\JI ATUSALÉN, J~ QUE no sea pr9piamen­un libro de costumbres su autor un costum­

rista, sin embargo, la bra recientemente publi­

cada por el Sr. Wenceslao Gálvez y del Monte, con el título de Cos­tumbres, sátiras y observaciones, t:ontiene algunos que sí pueden considerarse verdaderos artículos de costumbres, pues en esos tra­bajos periodísticos, ahora reuni­dos con otros, en volumen, el Sr. Gálvez nos pinta tipos y co­sas de la vida habanera de hace más de medio siglo, recogiendo ya en la edad madura los recuerdos e impresiones de su niñez y su juventud.

Asi nos habla de los bailes que el Círculo Habanero celebraba en el antiguo teatro Irijoa que dice el poeta Fornaris llamó de las cien puertas, bailes en que "las

, parejas parecían moverse a los suaves compases del lento vals del país, a los de la voluptuosa contradanza y girar raudas si­guiendo las violentas cadencias del strauss" y alternando con las piezas de cuadro: rigodón, lan­ceros y cuadrilla".

Recuerda en otro artículo, las tardes de paseo en la Alameda de Paula, a donde las familias "acudían en quítrfnes y volantas a disfrutar del aire libre, de la brisa marina y de la música". En­tonces, reducida La Habana a "intramuros", o sea la parte de la ciudad que se encontraba ro­deada por las murallas, la Alame­da y la Plaza de Armas bastaban para el esparcimiento de los ha­bitantes. Desde los balcones del Palacio de Gobierno oían el Ca­pitán General y los altos funcio­nari:Js las retretas ofrecidas en la plaza por tas bandas del Ejér­cito y la Marina y presenciaban el desfile de damas y caballeros.

Frecuentes eran en aquella épQ­ca las reuniones y saraos familia­res y oficiales a los que asistían nuestras más linajudas familias conducidas en sus lujosos q~tri­nes.

Abundante era la servidumbre, formada por negros y chinos, es­tos últimos, en su mayor parte, cocineros; une><; y otros prestando todos los servicios de la casa, in­cluso costura y lavado de ropa.

Las amplias casonas habaneras, hoy dedicadas a casas de vecin­dad o almacenes, con sus enor­mes pt1ertas; en los bajos el za­guán cor. su imprescindible por.,. tero durm1e:ndo la siesta, o leyen­do el alcance de "la Marina", la cochera. las caballerizas, la coci­na. el lavadero y los ·cuartos de Jo¡;; criados; en el entresuelo, las oficinas del dueño; en la planta. alta. la sala, comedor y dormito­rios.

Las señoras y señoritas salían ~o y siempre acompañadas de algún familiar y en quitrín; ves­tían largas enaguas y camisas hasta los tobillos, Y las faldas, tanto de los trajes de salir como de !as batas de entre casa termi­naban en cola.

Se almorzaba y comía tem­prano.

Por las calles se vendían dul­ces en tableros y sorbetes; los

CARTELE:S

primeros~ no pregonados, sino se arrojaba dentro una espon­anunciando el vendedor su mer- ja-no para lavar el pasado co­cancía por los golpes en el table- mo inutil o perjudicial a la sa­ro con una varilla. ,lud-sino para recoger y empa-

Tarr.bién había numerosas fru- parse bien de modo que pu~iera terías servidas muchas de ellas prestar mejor servicio. La j1cara por chinos. En' algunas fruterías, iba tras la esponja; era la mitad -ios cuenta Gálvez, se jugaba "a de una _güira cimarrona p~esta .. a .a caña". Consistía el juego "en secar sm la, pulpa y_ semilla, JI­tomar un cuchillo de hoja ancha, cara que mas pequena se usaba poner una extremidad de la caña tam~ié~ para extraer ~l agua de en el piso y sujetar la otra con la tmaJa; _lue~o el_ bano reposa­el lomo del cuchillo, y de pronto d9 con vanas Jab~naduras d~ ja­volver de filo la hoja y cortar de bon fino ~ bien ollente, a mas de arriba abajo la caña, lo más po- un p~queno <;horro de a~ua de sible, corte limpio, sin otra pre- cc:,loma. Termmado el bano ha­sión que la del propio impulso; b1a que verter el agua en el su­luego se separaba del fruto al ni- midero, a cubos, secar el piso al­vel de la cortadura y se entrega- r!?~edor ~e la ~atea que la ablu­ba el cuchillo al ·otro jugador; c1on hab1a vertido y preparar otro después se medían los pedazos y baño y otro hasta la última ba­aquel que logró cortar más can- ñista. Los niños podían bañarse tidad había ganado y no tenía por parejas". que pagar el precio"; juego que Por la noche, después de la recordarán perfectamente por ha- tempran~ comida, o se iba al bet participado en él no pocos de teatro----0pera, zarzuela o drama­mis lectores como también lo re- o se jugaba en casa, los viejos al cuerda y lo 'ha jugado el que es- tresillo y los jóvenes a la lotería tas líneas escribe, allá en su ju- de cartones,, no olvidándose de ventud. cantar los numeras por sus "apo-

A las tres se tomaba la merien­da : frutas, o refrescos hechos en casa, haciendo un alto en las ta­reas de la costura, el repasado de ropa o el estudio del piano por las muchachas.

En las casas no había lu~ar de­terminado para tomar el baño, aunque existiera en algunas un cuarto de baño. Generalmente el baño se tomaba al mediodía y ca­da uno en su cuarto .dormitorio. "Una batea-dice Gálvez-era co­locada en el centro de la alcoba, se le vaciaban los baldes necesa­rios y a manera de vanguardia

dos", vg.: los dos paticos y loi; espejuelos del diablo, en vez del 22 y el 88; después del juego se tomaba la melcocha caliente, o la limonada o el melado.

No sólo fumaban los hombres, sino también las señoras, y no cigarros, sino tabacos; las mucha­chas nunca y los muchachos a escondidas de padres y maestros.

Los maestros eran de los de "la letra con sangre entra", a no ser que dieran clase a domicilio, que entonces, para conservar el pues­to, halagaban a los padres elo­giando a los discípulos, lo mismo seglares que clérigos.

. · :: '¡- .,· . :; ,,. ,, ,, ' ,,, .; • ; <

il 11 llll •1 • ,, _I • 11 11 ¡r,; . . .,,. '' fl f ,

1

,' ' , ,, tf fl il ll•u··· •·••f.,.,. l•io,. I II. I -t • :: 1-11; 1. , ,, ,.fiil■■-■ :-

. LA GUERRA EN LA. LUNA ET d,rtgible "Los Angeles" sorprendido al cruz·ar /rente al disco lunar, durante las

recientes maniobras a~reas. rFoto lnternationalJ.

30

Se cantaban trozos de óperas d~ moda, como el brindis de Ma­rina; La Paloma :

Si a tu ventana llega una paloma,

trátala con cariño que es mi persona,

o la traducción "al criollo" de letras italianas, como

María Panchíbida se cortó un débido con la cuchíbida de un zapatébtdo.

Los remedios caseros estaban en su apogeo, libres entonces de las inyecciones y reconstituyentes de ahora. Toda vía algunos viejos· de hoy nos ponemos para los dolo­res de cabeza. las hojas de o las de llantén, y para los aires los parches de copal. '

de~~é~~~o~:r~a~s~r c~~~::1!~:: mente, nunca en playas sino en las casas del litoral de La Ha­bana, en lo que es hoy Malecón, hombres y mujeres conveniente­mente separados, y cubiertos aque­llas con camisones de colores y estos con trusa.

Ya hace medio siglo había des­aparecido de las barberías el uso de la nuez. que el cliente se co­locaba en los carrillos para que el barbero le pasase mejor la navaja; y la misma nuez servía para todos los clientes· hasta que se rompía. Pocos barberos que­daban que fuesen a la vez, den­tistas y sangradores. En los salo­nes de barbería se jugaba a las damas o se tertuliaba.

Además de los bailes que ha recordado Gálvez en el antiguo Irijoa, se bailaba también, en to• das las reuniones familiares y en las matinées del Calabazar, pri­mero, de la playa de Marianao después. Los hombres, en verano, con su indispensable dril blanco; las damas de blanco o colores, con cintas y flores y sombrero de paja grande y recargado, y su abani­co, de madera y papel recio, com­prado en las abaniquerías de los hermanos Carranza. La Compla­ciente y La Especial.

Las burras de leche pululabv,n por las calles, y el burrero las or­deñaba a la puerta de la casa en el jarro o vaso que sacaba la criada o la propia señora para comprobar la pureza de la leche, libre de las trabas sanitarias de hoy. De vendedores ambulantes su número era no mayor que el de hoy: los de "encajes y puntas de hilo", el . amolador, fruteros, dulceros, ~te.

Todo muchacho empinaba, en la azotea de las casas libres de alambres eléctricos, los papalotes, entablándose verdaderas peleas entre los papaloteros vecinos.

Las ,temporadas se pasaban e}l los ingenios, alegrándolas las vi­sitas de unos a otros bateyes, los oaseos en volanta o carreta, los bailes, los almuerzos.

. .¡.a:1 ~s· ei cuacir~ de· 1; ~ida· ha: 'lanera de hace cincuenta años que nos ofrece en varios de sus artículos el antie:uo periodls~a Y. hov fiscal, Sr. Wenceslao Gálvez y del Monte en el interesante li­bro recientemente publicado.

BOQUEBON. - El muelle de Boque­rón, con dos bu­~• atracados: el "Bancher" y el "luHán Alonso". La Importancia de ute pueblo ittstic /lea que el Go­bierno le provea de un Municipl<:

propio. (Foto Oieda).

t VELASOO. - Los ni11os Salvador O. BETANOOURT 1/ Eduardo y Otilia TEJEDA , que re­presentaron el diá logo "Son males que cur a el cura" en la velada a be-

' ne/icio del bas­ketball.

(Foto Negreira)

CAMAGÜEY.-Un aspecto de la pe­regrinación a la estatua. del gene­ral T gnacio Agro.­monte, organiza­da por la A.socia­clón "Rescate ele Sanguily" el día 11 de mayo, parn e o n m e niorar el q u i n c tt agésimo nono aniver.~nrio ele su caída et1

Jimaguay1l. (Foto PuzoJ.

JI

BOQUEBON.-Un aspecto a.e •148 salinas de Boquerón, donde se produce una gran

parte de la sal que Cuba consume. ... SANTIAGO DE LAS VEGAS.-La sefto­nta Els!I SANCHilZ, que ruultó electa Be«na de Zas Flores en el certamen del

Club de Instrucción 11 Recreo. (Foto Godknows).

CARTEL[I

EmUkma de ZU­BELDJ¿, eminen, te ptantsta y compositora va.a­C4, que recien­temente y desde la escena del Teatro Nacional ofrecuS al pút,11-o.o varfoa de nu · 'JK]e11UU mustca­lo, interpreta­doa por la 01"­questa Ftlarmó­ntca 11 earntuct­dos por 8U hábil

batuta. (Foto Archivo). -Angel BABB/0, popular barítono oriental, que ha obtenúto é:z:ttoa en La Haba1UJ 11 que en breve ofrecerá a nuutro público un conc1erto oo-n lo mejor de ,u

Angel BEYES DE LA FE, joven y notable violinista cubano, que ofreció un con­cierto el último domingo de mayo en la Sala Espa-dero, obteniendo un gran é:z:tto arttsttco. El foven Beyes recorrerá en tour- 'll. née toda la Bepúbltca, an­tes de embarcar para Eu­ropa donde perfeccfo1UJrá

sus e8tudfos. (Foto Gtspert).

Juan PULIDO, el cantante tan admirado en Cuba, que ha logrado populari.:ar siempre las canciones de su repertorio, se ha presentado de nuevo ante el público capitallno, acompañado esta vez por su bella esposa, la seftora Dalla Ii/IGUEZ, artista de e:z;quislto temperamento. Ambos se proponen recorrer en

jira 11rttstlca los patses de Centro y Suramértca. (Fotos Toro).

Maestro Angel BEYES, que ofrecerá e1> toda la Bepúblíca una serie de con­ferencias sobre el sonido 13, la revo­lucionarla teorla mU8ical del maestro _.. 1 C!Jrrillo, Ilustrándola oon fragmentos e1ecutados por su orquesta, donde fi-

repertorio. ._ ___________ __, gu ran instrumentos con diecisélsavos de tonos.

CARTELES 32

, Fotografía tomada c1t 1rna rrcientc Jie,"iLU ar­tfsticn organizada en. l'l elegante 11 tranquilo Pelliam lugar do11dc re­.siden muchos ca11octdu.~ artista,· de New York. En cita i11u1t,idable no­che 90::0 rl lWlcctc,, a1,-

A :1~°:~~-' dtic,:~º"~;i:r~,~~1

de :m,'i rc.vpcctitios artes de /innas tan co,,oci­da.v como · ' B u g ,'i"

BA ER, Ru.<., WESTO­VER. /creador de Til/tr llie Toilcri. Clif/ord STERRETT. la /1111w.,11 Netl BR/NKLEY , Me• MANUS, el c:rcadur ele Duu Pancho y Ramuua.

:Ie? -~c":~.Yoi9t·•;,/f~ 1

e rea J, MASSAGUER, Afilt GROSS /los e/os caricahtrfatas de Ja­ma¡ y Mark HELLIN- '

~tt~C1tg~lab1°:ªd:ftti1::; triun/autc producción de Floren:, Ziegfrld.

(Foto cortesía del Mo11t Vcr1&01i Argu.l;.J

Nülos 11 ni1ias del colegio "Scinchez 11 Tiant" que reprcsentaro11 cuadros plcisticos e11 La velada artistl­

ca celebrada por ese plantel recientemente.

Junta Dircctit•a de la Sociedad "Hijos del Ayu11tamlc11to de Taboadcla", reunida para adoptar ac.,erdos rc/alit·o.< a la celebración del noveno ont.-ersario rte la /1t11dac,ó11

de la e11tidad. ..__ ________________________ _,

33

Estas dos pare­jas obtuvieroll el primero 11 segun­do premio en el concurso de baile organizado por la "Estudiantil América". du­rante la verbena "Voche verde" celebrada en lo; salones del Cen­tro Castellano. Rodeando a las sellorltas Con­chita 11 Lucia MIQUELLI, apa­recen lo.• iót•e­nes David FER­NANDEZ 11 Os-ear MIRANDA.

,.t. DTll:"I r:"t

BL ANIVERSARIO DE LA "MARC­CIA SU ROMA".-El aoga MUSSO­LINI, tefe el.e los "'fruf:Wi" italia­no• saluda a los camiSru negras de,de el balcón del Palazzo Chigi, en el (Ucimo aniversaria el.e la mar­cha .sobre Roma, q!fe dió el poder a .su partido. La carabina es todo un nmbolo en la diestra del jefe el.el

Gobierno.

CART,.Ll:S

LA PRIMERA FAMILIA DE FRANCIA. -El nuevo presidente el.e Fra,ncia, se­ñor Alberto LEBRUN, rodeado el.e su espose, hijos 'JI nietos. La foto fué to­mada en el Palacio el.el Lw:emburgo, el.onde reside el Presidente hasta que ,tejen el Eliseo los familiares el.el di-

/unto señor Doumer.

Actualid~ MUNDI

EL COMITE DE LA LIGA EN LA MAHCHflKrL LIANG, depuesto señor el.e la M<1n"~ur111, ,.~, a los miembros el.e la comisüln o!'i,t;rt¡f,g a le! ¡¡, Naciones. De lZqufercl.a a derecha: Cl!4ng HSJi conde ALDOBRANDINI, Mme. Chang H~UCMI

Welltngton KOO 'JI el ~C~Q\'

EL SEPELIO DEL PRESIDENTE DE FRANCIA .-Clnco personaies reales se reunieron en Parls para 4HU1' r ~J sepelio del prestdente asesinado. De izquierda a derecha: el señor RABIER, vtcepresidente del Senado; el rey ALBERTO de Bélgica; el s~flor Alberto LEBRUN, nuevo presidente de Francta; el prlnctpe de GALES, el duque de AOSTA, primo

del rey de Italia; el príncipe PABLO de Se,bla, y el emperador del , ANNAM.

(Fotos lnternatlonal).

EL NUEVO "PREMIER" DEL JA~ PON.-El almirante vizconde Mako­to SAITO, jefe del nuevo Gobierno japonés. El gabinete Satto carece de. matiz polfttco y es producto de una imposición irreductible de las t=-

zas armadas.

EL PRIMERO DE MAYO EN MOSCU.­Mtentras las manifestaciones desfilan por la Plaza Roja, los peque11.os dtrtgt­bles semirrtgldos del Sovtet vuelan so­bre las cúpulas del Kremltn. El prtme-

...._;;:..;::=.,,!~!,__~~~~!!!!!J ro de mayo T! 'iJ. g;~~s.d~ de /testa de

CAR.TELE:1

Í &ccion&J · da, (oucAc1ÓN po,- ~ 1 ·1-i • a & • I 0 •• M •~---__,

)

I algo hay que delate con exactitud el cuidado y la belleza de un cuerPo, es el abdomen. 1 E·l -abdomen

darnos exacta cuenta de la Vital importancia que resume su cuida­do y desarrollo. Porque el entre-

Al escribir sobre él no podemos menos que sentir una gran satisfacción: sabemos que vamos derechos al "blanco". El abdomen ha sido siempre y es el punto débil de nuestras "belle­zas"; la desesperación de hombres y mujeres celosos de su porte, pero descuidados en lograr o man­tenerlo esbelto; es asimismo la región más delatora del menor engruesamiento formando una comba horrible que estropea la más delicada silueta: martirio de innumerables féminas para el cual se ha inventado el instru­mento torturador y martlrizante del corsé, hoy más humildemen­te, faja.

en~l :~~ :~~tem~ Jm:J de encontrar t>erfect.o y que a la vez posea mayor importancia desde el punto de 'fista de la be­lleza, que el abdomen. Y tar.nbién es, rara ironía, el más descuida­do. Todas las mujeres se preocu­P!Ul, hasta el sacrificio, de sus piernas, sus brazos, su cutis o sus cabellos; pero cuando del vientre se trata se contentan con la­mentar o envidiar a la feliz y ta­lentosa mortal que ha sabido mantenerlo impecable, o con pe­dir un tratamiento que la ma­yoría de las veces no siguen, por­que rezagadas en una cómoda y dañina molicie prefieren refu­giarse, como puedan, en el fácil y contraproducente martirio de la faja.

Pocas, muy pocas son' las que dan el frente con valentía al pro­blema y se deciden a seguir el rudo plan que ha de restituirles o crearles la maravillosa línea que da una figura esbelta. ¡Ah! por­que tener un abdomen bello es difícil, no cabe duda, muy difí­cil; pero no imposible. Si nada hay que afee y reste tanta distin­ción, elegancia y armonía como un vientre deformado ¿por qué no intentar tenerlo normalmente desarrollado cuando ello nos trae­rá grandes beneficios y para lo cual no se necesita sino una bue­na voluntad?

Vamos aquí a estudiar, aunque muy sumariamente, las conse­cuencias de un abdomen atrofia­do para ayudar, a medida de nuestro alcance, a poner fin a ese suplicio, con justo desprecio llamado "barriga", de tantas da­mas . . . y caballeros.

El abdomen es la parte que se extiende desde el borde inferior "del esternón y las costillas, hasta el pubis. La región abdominal como carece de huesos que le sir­van de apoyo, ha de ser fuerte y dura, compuesta de sólidos múscu­los capaces de proteger las im­portantes y delicadas vísceras que encierra: estómago, riñones, in­testinos, etc. Los músculos prin­cipales del abdomen son los gran­des rectos y los grandes oblicuos.

· Del desarrollo de ambos depen­de exclusívaniente su belleza.

Los grandes rectos, músculos

muy visiblemente estos músculos formando dos mazos o manojos fibrosos a lo largo del vientre hasta el ombligo, separados entre sí y rematados lateralmente por tres surcos, los dos últimos situa­dos poco más o menos a la distan­cia media entre el surco central y los bordes laterales del cuerpo.

También pueden observarse otros tres surcos paralelos que atraviesan el abdomen, son las in­tersecciones aponeurótlcas de los grandes rectos que permiten al vientre replegarse en rodetes cuando se flexiona el tronco o cuando se contrae. El primero pa­sa cerca de la punta del esternón, el segundo en la mitad entre ésta y el ombligo y el tercero cerca de este último. Tenemos, pues, seis lineas perfectamente visibles en el abdomen de los sujetos desarro­llados, formadas por los músculos grandes rectos: tres verticales y tres transversales indicando las intersecciones aponeuróticas que dan lugar a los rodetes.

Los grandes rectos son múscu­los fuertes y potentes. Como su misión es proteger los órganos in­ternos, en contracción ellos deben resistir un golpe de puño o cual­quier choque por violento que sea sin "lastimarse ní sentirse afecta­dos. Estos músculos . entran en acción cuando empujamos o lan­zamos un objeto, cuando nos apo­yamos, saltamos, etc., y sobre todo

cuando tratamos de levantar las piernas estando suspendidos dé las manos o acostados, y cuando levantamos el tronco estando eh la última posición mencionada.

Los grandes oblicuos son los encargados de guardar la región lateral del abdomen. Son dos músculos amplios colocados a am­bos lados de los grandes rectos y van desde las costillas hasta los huesos ilíacos donde forman un curvo reborde musculoso y salien­te que cruza de una cadera a la otra uniéndose en el pubis.

Los grandes oblicuos modelan el contorno del tronco, lateralmente, por la éspalda y en el frente, es decir, ellos determinan la forma del talle. Aparece su dibujo sobre la piel ~o el aspecto de. un col­éhon musculoso y ancno de bor­des muy acentuados en las ca­deras. Dicho borde luce más sa­liente en el hombre que en la mu­jer debido a la mayor amplitud de las caderas de esta última. Es­tos músculos entran en acción en los ejercicios o movimientos · de flexiones o torsiones laterales del tronco y cuando se recarga el peso del cuerpo ·en un solo lado; aun­que en puridad, ellos al igual que los grandes rectos, colaboran . en casi todos los trabajos muscula­res.

Conocida ya la anatomía, situa­ción y misión de esta trascenden­tal parte del cuerpo podremos

namiento de los músculos abdo­minales importa tanto a la belle­za como a la salud.

La intervención del abdomen en la belleza salta a la vista: un ab­domen voluminoso afea la silue­ta, destruye la armonía del cón­j un to, · resta elegancia y gracia haciendo a la par al cuerpo anti­estético y desagradable. Existen razones de sobra para odiar esa cosa horrible que llamamos co­múnmente "barriga", y, sin em­bargo, es éste uno de los males qut> más padece la mujer civiliza­da en contraposición con su com­pañera la primitiva activa que presenta siempre la belleza In­comparable de un abdomen des­arrollado, musculoso y :rme.

Un abdomen normal visto de perfil en actitud correcta se pre­sentará de la manera siguiente: la línea que forma la punta del esternón con el pubis no ofrece curvatura alguna o si la ofrece en respiración mediana, es peque­ña e insignificante, muy próxi­ma a la recta que es lo normal. En caso de respiración profunda forzada, la curvatura se acentúa un poco entre el esternón y el om­bligo. Pero de una manera gene­ral puede decirse que en el entre­tiEl'.'lpo de la respiracion, la línea del esternón :i.l pubis es recta, de tal forrr .., que oi nos colocamos de frente a un muro vertical, el úni­co punto que debe tocarlo es el extremo del esternón.

Creemos innecesario añadir que sólo los sujetos que tienen sus· abdominales desarrollados Y ob­servan siempre una actitud co­rrecta son los poseedores de tan deseada como bella "linea recta".

Ahora digamos algo de la in­fluencia del abdomen sobre la sa­lud.

Tiene acción directa en muchas e importantes funciones. Un abdo~ men insuficientemente desarro­llado es débil y flácido, y por Jo tanto incapaz de llenar con utili­dad su cometido, o sea, el de _pro­teger los órganos internos: estos, al no encontrar protección ~ desvían por su propio peso pro­yectando el vientre hacia adelan­te. En dicho caso de insuficien­cia muscular no puede hacerse ningún esfuerzo porque existe el peligro gravísimo de accidentes hernianos, o se forman, por la desviación a n te s mencionada, apelotonamientos de no menos

f~:;:s p~t~~~~~e~~:S;i!~fe ~!~d~ el menor exceso de fuerza, cualto­quier trabajo un poco violen , etc., la respiración también se afecta grandemente porque ullos grandes rectos que. son _rri:úsc os respiradores, si estan deb1les, no funcionan. Muchas veces una constipación obstinada y rebelde no la motiva otra causa qu& la debilidad abdominal cuyos bl~­dos y raquíticos músculos son -capaces de ayudar a la exonera-

importantísimos por SU misión, El ejercicio de eata sema11a es ,mu¡¡ eficaz para liacer desaparecer la grasa del vien• son los que van desde la punta tre. Páreae e" posición correcta con los brazos levantados por e11ci11ta de la cabeza

inferior del esternón hasta el pu- ~/~~.,u;'i!';ºJj,b:?:;er~{:::.ª:::,~~;:d¾ ::r::1:iae. !~c~~b~~'.' 1fsze'::.:~~~s!ª J'~~n~ :t !~r::, e=~~~a :-:1,~~C=~ a 1n,pirar. ari rimard su respl~:f¿ó~ie~¡ 0e;~~~~:~ :::::1e11do doble benefici¿. Repl-

cit~o donde mejor deja sentir su influencia bienhechora el des-

~~~~lfci:1~1~1i~ ~~~i~:l e~ !! parto. Este acto al igual que ta1:1-

tos otro~c~:t~!Jau!~e z!e;~~~r4:1, ..

CARTELEl 36

C re w formada por cuatro aetlo• rita. 'JI un jo-1'ffl, que tomó

·f:!~e :m~~e~ claa de remos celebradtu el do­mingo en el Ha­bana Yacht Club,

l )

Deportes t !emana

Las setlorltas que partt, ciparon en el concurso ~ pi;amas en el Habana Yacht Club. Los tres pri­meros lugares fueron ga­nados por las setloritas Cel_ia llosa MORALES, Cu­quita AZPIAZU II Julieta

DE CAJIDENAS.

(Fotos Lescano).

Figuras de . Oriental Parle. El poderoso industrial 11 gran sportsman, lton Ju­lio BLANCO HERBERA,

~:;,e~ÍUv~~ ~~o~. duran.te la fiesta ht:r,ica ltel domingo, celebrada en honor de los industriales

cubanns.

37

La tripulación• ro/a, integrada por Zas sefforttas Greta KNULTZEN (stroke), Gina ABANGO (timonel), Maria Lui­sa ABANGO (N• 3), Emllia ZAYDIN (N• 2), 'JI Margarita MADBAZO (N• 1), derrotada en Za regata femenina del

H. Y. C.

Maria Luisa KOHLY, del crew azul, ganador en Za regata /ementna del Habana Yacht Club .

CARTELES

~'1~:U~-~ ~~Íl ~ ~ lea lo.1a<M .... No m, atrevo a proseguí, po,

1,a411 Ma'71 HEATR, notab~ aV11JtTfz, que conaen6 públicamente ws vuelos tras­atlántfcos /ementno,.

e ON un mohín de protesta meneaba su cabecita po­blada de guedejas ondu­dulantes y sus ojos claro­azules se tomaban verde

turbios en su dellciQSO enfado ... Su voz chillona; estridente como

la de un niño, majadero, era un vivo contraste con la mayestáti­ca opulencia de su cuerpo,-Mi­nerva de Fidlas.-Atlética, vibran­te, pero con manos aterciopela­das, débiles, q_ue jamás han em­puñado una raqueta o cortado el mar en un sprint. Capacitada pa­ra hacer deporte, físicamente, pe­ro contenta con ser aficionada, fanática. En fin, un cocktail hu­mano, que diría Mauricio Dekobra.

-Los cronistas-protestaba ella --dedican sus cantos al músculo

mujer, divulgando sus conquistas en el campo masculino, sin utili­zar el manido recurso del "caso aislado" y de la "inferioridad fi­siológica de la mujer?" ;Dígame! ¡Contésteme!

Sus frases eran casi una ame­naza. Una coacción, según un re­pórter policíaco. Me revesti de valor. "La complaceré" la dije, y traté de cambiar la conversación. Pero ella insistía en guiarme por los vericuetos de su tema ardien­te. Un amigo fué mi salvador. La oportuna intervención me hizo "recordar co:rnpromisos olvidados en la amena charla".

II

Ahora estoy frente a zní mesa de trabafo empeñado en compla­cer a mi amiga. ¿Pero cómo em­pezar? Fácil ha sido la introduc­ción, relato fiel de nuestro tete-a­tete. El lirismo del cozníenzo me hace comprender que zní azníga tiene un poquitín de razón. ¿Por qué el escritor ha de tratar a la mujer como una cosa bella, creada para el amor, e inútil para otro esfuerzo creativo que no sea el de la especie?

el camino filosófico, tema dema­siado escabroso para un simple cronista deportivo. Despediré esta parte con una exclamación de impotencia: la mujer es un ser complejo. Y me internaré en el aspecto deportivo ...

IIÍ

ACOTACIÓN. - Originalmente, Ja mujer tenía definida sus obli­gaciones en la vida. Las labores propias del hombre eran exclusi­vamente de hombre. En el cam­po deportivo--acepción muy varo­nil-la mujer era un adorno. Hace una veintena de años, con moti­vo de la celebración de las Olim­piadas que preconizó el Barón Pie­rre de Coubertin-Olimpia redivi­va-el comité invitó a un grupo de muchachas que hacían depor­te "muy confidencialmente", pa­ra que asistieran a las competen­cias internacionales, como una atracción pública, un gallardete de belleza para alentar y emo­cionar a los esforzados atletas olímpicos. La~ proezas femeninas de entonces-débiles demostracio­nes deportivas-fueron recibida& y luego comentadas como gracio­sa novedad. La promiscuidad de los sexos fué un evento. Acaso el primer éxito de taquilla en el reino de los deportes. Allí se arrai­gó la idea femenina de abrazar el deporte como nuevo culto. Un

senti~iento de amor propio en­cendio la chispa. Femina reaentla el aplauso galante; anhelaba la ovación emotiva. Los esfuel'7.0a se centuplic~r?!l· En pocos años, el mundo c1v1llzado contemplaba a la mujer venciendo palmo a pal­mo los obstáculos del dePorte masculino. Y hoy, veinte años después, la atleta ha avanzado prodigiosamente.

IV

En tan corto lapso de tiempo es imposible que la mujer iguale o supere al hombre. Ha realiza­do hazañas portentosas en avia­ción, tennis y natación. Deportes rudos como boxeo, base ball y foot ball, están vedados a la mu­jer todavía. Sus incursiones en· estos deportes, han sido meras pantomimas de orden especulati­vo. Nosotros no lograremos en es­ta generación, aquilatar el verda­dero valor de la mujer deportiva en comparación con el hombre. Es necesario esperar una centuria y entonces parangonar al hom­bre y la mujer. El futuro es te­rreno para especular. Vamos a ha-

bl~l diisfl~~!~temás granae que, encuentra la mujer en su penosa. ascensión hacia el pináculo del hombre, es la propia mujer. Bl primer inconveniente es el cultb a las convenciones que establece una inferioridad denigrante PIU'9:

varonil, sus ardores descriptivos al HOMBRE. ¡Nada más que al hom­bre! Si una mujer juega al bas­ket, empuña un volante o cruza el Atlántico en avión, el cronista enfoca el esfuerzo como un gra­ciosd gesto de femina. audaz. "La bella y frágil mujercita que en w1 afán histérico de emular al hom­bre, se lanza a la aventura ]'}­ca ... " es el clisé para la ocasión. ¿Qué van a decir los hombres ahora del vuelo de Amella :fi:arhart, la "IJndy" norteamericana? ¿Se­ria usted capaz de dedicar un ar­tículo al esfuerzo deportivo de la

Pero no; tampoco tiene razón mi amiga. La mujer, huérfana del halago masculino; horra del li­rismo, no se conforma. Aunque clame a toda voz por su emanci­pación. por su igualdad al hom- Helen W/LLS.

CARTELEI 38

la mujer. Es éste un motivo psi­cológico que levanta una barrera ante la iniciativa femenina. La mayoría de las mujeres que han triunfado en los deportes, han ba­rrido con los ridículos prejuicios. Sus hermanas están divididas. Una minoría nos alienta. Una ma­yoría las hiere con el anatema moral.

V

Me referiré ahora a las triun­fadoras, las que han antepuesto la meta de sus aspiraciones a to­do lo demás. Las hay extremistas Y conservadoras. Y abunda el término medio, que tolera el es­trecho prejuicio "in nóinlne". Glorificación de la atleta. ¿Bien? . En Francia, hay una Mlle. Oli­

vier que pesa 190 libras, tiene 5 pies 11 pulgadas de estatura y domina el volante de auto de carrera como el más consumado driver del Indiana polis Speedway. En su afán de masculinizar su esfuerzo, se sometió a una delica­da operación extirpadora de su se­no. Su única explicación fué: "me estorban para manejar". Perdió aus encantos femeninos, pero ella los repudia. Su único anhelo era. ganar justas de velocidad en com­petencias con hombres. Lo ha lo­grado. Lo sigue logrando. Y ella. se siente satisfecha, feliz. ¡Be­llo tema para sentimentalizar, pa­r!!- elucubrar teorías, psicoanali­s1s y derramar palabrerías infla­madas de protesta por el vesanis­mo mutilador! Y la protagonista de este drama contra Natura se reirá y dirá: "He triunfado so­bre los hombres. Nada más im­porta". Esta es la extremista.

Las tres reinas deportistas que descuellan en el mundo se lla­man Elena. La Wills, de fama ten­nística, es una muchacha cuya. afición y perseverancia la lleva­ron a la supremacía de los courts. La Wills no es extremista. Se ha.

Hen HICKS.

casado y comparte el hogar con el court. Aunque es capaz de batir a jugadores inferiores, jamás lo­grará vencer a un tennista de ta­lla. Si alguna vez los hilos del cable nos han anunciado una victoria de la Wills sobre un re­putado tennista, hemos .compren­dido que la derrota ha sido ga­lante.

La Madison, es suprema en las competencias de natación. Sin embargo, no podrá ganarle nun­ca a un Crabbe, o un Weissmuller.

La Hicks, es la mejor golfista del mundo hoy. Pero su juego se­ría muy pobre frente a un Bobby Jones o un Sarazen.

En la pista, no existe mujer al­guna que pueda ii;ualar la velo­cidad de Wikoff, Eastman o Pad­dock, ni la resistencia de Paavo Nurmi.

No hablemos de una ·mujer frente a Schmeling, · en el ring, o resistiendo una llave de cabeza

de Jlm Londos o un "tackle" de un futbolista · .. All-American".

La mujer, sin embargo ha rea­lizad~ verdaderas proezas en el aire. El último vuelo de miss Ame­lla Earhart ha establecido un re­cord mundial; una prueba tras­atlántica, que muchos aviadores prominentes han tratado en vano de realizar.

. La aviación e~ un sector propi­cio. para la muJer. Los requisitos estan al alcance de ella. Temeri­dad, pericia y resistencia física. Pero una resistencia que debe ser s~fri(Ja, como la de un • corredor de maratón .. Y yo creo que es la mujer el ser capacitado para su­frir. Esparta es un grito inmortal que proclama el valor femenino. Podrá sufrir su histerismo, su ataxia, pero sus nervios jamás se quiebran. Son nervios de acero que se doblan, pero nunca se parten.

La historia de la a viaclón mo­derna está repleta de· cánticos de

39

gloria, J?ironel de audacia, de la mujer. Adrienne Bolland realizó el primer vuelo en la historia so­bre los Andes de 20,000 pies de altura. En un aparato primitivo. Laura Bromwell, logró hacer 133 "loops" en un biplano y Laura In­gall 714 vueltas de barril. Ruth Law, fué la temeraria que se pa­ró sobre el ala del aeroplano mientras ejecutado un "loop".

La lista es larga, pero no puedo omitir algunos nombres que glori-

, fican a la aviadora. ¿Quien no re­cuerda la joven inglesa Amy Johnson en su famoso vuelo In­glaterra-Australia, un recorrido de 10,000 millas en 19 -días? Y su raid a Pekín?

¿ Valor y serenidad necesarios e indispensables· en momentos de emergencia? También la mujer los ha demostrado. Elinor Smith, pre­tendiendo· establecer un record de altura, sufrió la rotura de la ca­reta de oxígeno a 25,000 pies so­bre el nivel del mar. Perdió el sentido y su avión descendió ver­tiginosamente. Pero algunos mi­llares de pies antes de llegar a tierra, recobró el sentido y se afe­rró a los controles hasta gobernar el avión y aterrizar sin otra no­;~t:. que un dolor de cabeza ho-

¿ Y la hazaña de Ruth Nichols? Desafiando condiciones atmosfé­ricas adversas, voló de Los Ange­les a Nueva York, en 13 horas y 22 minutos, un tiempc más corto que el mejor de Lindber¡rh y 1 ho­ra de diferencia del record del ca­pitán Hawks.

No obstante estos triunfos de­cisivos de la mujer, una aviadora notable, Lady Mary Heath, por la sencilla razón de que ella "odia y teme al mar" (sic) lanzó un anatema en una revista norte­americana de varios millones de circulación, sobre la locura de los viajes trasatlánticos. El artículo, comienza: "Cuatro wujeres han '!)royectado la travesía del Atlán-

(Continúa en la Pág 48 ).

Amelita EARHART

CARTCLEI

la Forma no es lo Esencial r M'1riltl1nc1 Sab_aJ Alemá L compañero Antonio Pe­nlchet expresa su opinlón contraria a "la. f0rma" del homenaje noral diario an-

. 'te la estatua del Apóstol que venimos organizando Mario Camaeho y yo, de la siguiente manera: "Creo que los 1'iños de­ben Uevar flores a Martí, peré no bafo el injlufo de una or,gmiiza­ctón, que puede muy b1en caer en lo rutinario, aunque ,al priYi­dpio se le dé mucho caZol". Continuando, a renglón seguido: "Más conmovedor 11 elocuente re­sultaría ese acontecimiento tra­ternal y tierno, si los niños, es­pontáneamente, llevaran las flo­res". De acuerdo con la opinlón anteriormente citada, tendriamos que prescindir de toda organiza­ción previa para que el homenaje_ no se convirtiera. en uno de los tan­tos actos rutinarios frecuentes en las prácticas cívicas (sic) de los adultos. Es decir, nuestra labor quedaría reducida a "consegmr por medio de una propaganda COR3cíente, que los niños amen a Martí, en tal forma, que cada vez que aalgan de sus hogares hagan el propósito de llevar unas flores para depositarlas ante la estatua". Seria bueno que nuestros lecto­res, especialmente los maestros y los niños, y más especialmente aún cuanta.$ personas- ~ instltu­cion~s nos han escrito apterior­ment,e expresándonos su acJh~sión sin r*rvas al proyecto de home­naje ~l y como lo habíamos enunclado, nos escribieser¡. nue­vamente diciéndonos -si les pare­ce ~en lo que opina el compa­ñero Penlchet (conste que aun­que en parte no comparto esta opinlón la respeto y la estimo. como lo pruebo al ocuparme de ella> o si, por el contrario, esti­man que nuestro proyecto es más efectivo y debe ser llevado ade­lante.

En realidad, a nosotros nos pa­rece que la forma no es lo esen­cial-; la finalidad expresa del pro­yecto de Mario Camacho, que yo he secundado y secundó con de­voto entusiasmo, es que se cum­pla el deseo (lel Maestro en su sentido más amplio: Yo quiero cuando me muera--,nn patria, pe­ro sin amo--tenP.r en mi tumba un rc,.,,..v---de flores 11 una • ban­dera.--Queria que un ramo de flores fuese a modo de lámpara votiva que mantuviese vivo su re­cuerdo en el corazón de todos los cubanos; de TODOS LO_S CUBA­NOS, porque para Mart1, que vi­vió en épocas bien distintas a laJ actuales el cubano ' ·a. siempre, aún cuii.ndo cier' 1.parienclas e,cteriores indujesen a pensar lo contrario, símbolo de altí~mas virtudes. El quiso una Republlca cordial, con todos y para t.odos ... Nosotros. sin embargo, no preten­demos obligar, inducir o sugerir el cumplimiento de este deber a TODOS los cubanos; nos confoi:­mamos con organizar un acto c1-vico en el cual tomen parte los niños de las escuelas publicas Y privadas. Como lo que importa es que un búcaro de flores. dia­riamente renovado, evidencie an­te el mundo que la niñez cubana abe cumplir. v cumple e:ustosa-

CARTELES

•mente, la voluntad del Maestro, Mario Camacho y yo hemos pen­sado que la mejor manera de que este homenaje se mantenga vivo es confiándolo al amor, a la com­prensión y al cariño de los esco­lares. PERO ESTO NO QUIERE DECIR QUE EXCLUYAMOS FOR­ZOSAMENTE DE LA PARTICIPA­CION EN EL MISMO A LOS NI-1\tOS QUE NO ACUDEN AL CO­LEGIO.

Nuestro proyect.o en nada se opone a los otros del compañero Penichet. El hecho de que cada día acuda una reducida comisión de niños ante la estatua de Mar­ti en el Parque Central a deposl-

~~~i~°q:!mJo dbtJ~• ;,r:~~i~~-se esos "Rincones de Marti",-yo preferiría "Grupos Martistas In­fantiles"--0 esas trasmisiones por radio Que tanta falta nos están haciendo. En el único punto en que diferimos es en el siguientfl:

contra la' opinión sustentada por Penichet, yo sostengo que el me­jor instrument.o, es decir, que el único instrumento susceptible de ser utilizado con pQsitivo éxit.o, ES EL NffiO QUE ASISTE A LAS ESCUELAS. El escolar es el que debe hacerlo, porque es el que mejor preparado se encuentra pa­ra loe:rar un resultado fecundo. Por otra parte, el cumplimiento de este deber cívico debe esta1 estrechamente vinculado al signi­ficado mental y espiritual de 111 vida de la escuela; por su uni­dad de fines educacionales, por su condición de colectividad hu­mana que reúne en un solo haz a niños de diversas posiciones so­ciales y de distintas condiciones morales y económicas, LA ESCUE­LA, pública o privada, (yo prefe­riría la estabilización de un régi­men de Gobierno que excluyese el funcionamient.o . de escuelas privadas) LA ESCUELA, die:o. es

VEINTE PREGUNTAS ¿Quiere usted medir la extensión de sus conocimientos?

Lea estas veinte preguntas, contéstelas mtiitalmente y com­pruebe luego las respuestas en la página 49 CARTELES pa­gará $1.00 por cada pregunta que usted eñv1e y que aparezca publicada en esta sección. ' Dirija los sobres a "Veinte Pre­guntas", Revista CARTELES. AlmendaréS y Bruzón, La Ha• bana, Cuba.

].-¿Cómo se llamd la -Yanta en que los pintares apoyan la mano para pintar?

2.-¿A qué rey de España se le dió el mote de Pepe Botella? 3.-¿A qué equi-Yale la -Yara cubana en el sistema métrico de-

cimal? 1.-¿Cuántos son los órdenes arquitectónicos? ).-¿Quién escribió la ó-pera "Otello"? 6.-¿Quién descubrió la goma ,yu[canizaáa? 7.-¿Dórule está la tumha de Napoleón? 8.-¿A qué nación pertenece la isla de ]a-Ya? 9.-¿A qué grupo Je islás pertenecen las Barbadas?

10.-¿Qué es la catalepsia? 11.-¿Qué es un picapleitos? 12.-¿Cuál es el estado más occidental de los Estados Unidos? 13.-¿A qué se llama bula papal? 14.-¿Quién pintó las Meninas? 15.-¿Dónde está el -Yolcán Momotombo? 16.-¿Cuál es la unidad del sistema inglés más próxima al ki·

l6metro? 17.-¿E~ qaé juego se usan las palabras gambito, enroque y

jaque? 18.-¿Cuáles son los idiomas neolptinos? 19-¿Cuál es la primera uni-Yersidad de Francia? 20.-¿Dórule está el río Miño?

PERSONAS CUYAS PREGUNTAS HAN SIDO ACEPTADAS

José Mf<s, de Mayar!; Hortensia Horroulttner , de Clenfuegos; Eudoxla LorC'nzo. de La Habana; Ramón Garay, de Vueltas ; Dr. K . Nones; Slxto Ardols, de Cirdenas; Horaclo Rodrlguez, de Vieja Bermeja; José Antonio Losada, de La Habana; Alberto Dlz, de La Habana ; Ernestlna Castro Ve­llz, de Clenfuegos; Armandlna Gómez. de Consolación del Norte; Luis Alonso Mantilla, de Gibara ; Orestes Mazón. de Camagüey; Adalberto Gar• zón, de Santiago de Cuba; Alfredo Pastor, de Matanzas ; Glsele. Luis Al• tonso, de México . D. F.; Ullses Loret de Mole.. de Morón ; Carmen Vadlllo, de La Habana ; Néstor Martlnez, de Alto Songo. y Luisa Valdés Certt!.ola, de La Habana.

!BUSQUE LAS RESPUESTAS EN LA PAGINA 49 .)

40

e1. centro natural <1e las actlvt<ta des cívicas de los niños; LA r.a: CUELA,másqueelHOGAR h&C4 a los hombres. Un hogar bueno hace a un hombre bueno, ¡y po. .bres de 10s nomnTP,s de Quienes no se pueaa decir otra cosa que eao que son buenos!, en tanto que una escuela buena hace a un hombre útil. En este sentido· la mejor Escuela será aquella 'que cumpla en toda su intensidad él aforismo de José de la Luz y Ca­ballero: EDUCAR NO ES SOLO DAR CARRERA PARA VIVIR BI­NO TEMPLAR EL ALMA PARA LA VIDA.

Por muy eficaz que resultase nuestra propaganda, jamás logra­ríamos que los niños fuesen es­pontáneamente, (los niños, no al­gunos niños-determinados) a ren­dir el delicado homenaje flora: ante la estatua del Maestro. Bl niño necesita ser "guiado", "con­ducido", suavemente "obligado" a cumplir con sus deberes; hay que darle la sensación de espon­taneidad necesaria para que se le robustezca, y no se le debilite o atrofie, la confianza en sí mis­mo. Actuando nosotros cerca de los niños en sus hogares respec­tivos, y no en la escuela, que es algo así como el hogar de todos los niños de la tierra, lograremos resultados menos ópimos que los que alcanzaríamc;>s incluyendo el homena.1e proyectado en el pro­grama de acción escolar. Yo pre­fiero, en este caso, y en este sen­tido.. actuar en la escuela, mejo­rando la escuela, y no en el hogar, mejorando el hogar. Para lograr que "las familias" de los niños secunden una iniclatlva tan dell• cadamente espiritual como ésta, una hora de propaganda por ra­dio resultaría absolutamente ino­fensiva; ya conocemos, en otros órdenes de la vida, lo que se pue­de esperar de la iniciativa pri­vada.

A nuestro proyect.o no le han sido debidamente estimadas to­davía algunas de sus más intere­santes derivaciones dialéctic~. Lo menos interesante, en efecto, es su forma exterior: 9ue vayan· dos niños o que vayan diez, _que,, rindan el homenaje en su callcfa4 de escolares o en su condición.de hijos de familia. Lo que importa es la esencia. la entraña del h_o~ menaje floral,• la médula· fu{Jda• mentalmente cívica del tributo "organizado" por los escolares 1,u-

~;~~~1 vl:en~~ !~d~~ª!f mg~cJJ "exterior" de deoositar las fJ.(>res junt.o a la estatua, sino en lá oportuna conversación en el aula acerca del · tema c:ívico del día Y en el estímulo al •ejercfcio d~ las

~¿J~~s P~:~es t~~a;ig;~~~ar:~ P~ mismo será requisito indispensa~

~!e1i~:c~~ee~i!:r pif:Jf~1,'E ~~ ~º~~ci~sXcfJ,&~¿:~~;r GACION. La participación de los niños ha de ser absolutamente voluntaria· y entra en nuestro programa ~ecomendar a los maes­ttos que insistan sobre este P~:• secundanj!o, ~d~más, z lªpangic1!1 j.

1 continua en a ·

LASKER

Dr, EmmcmueL LASKEB, que Gltentés riurante 27 all.o, el tttulo ele Cam:t,eón

muncUal del fuego ctencia.

DR. EMMANUEL LASKER

El doctor Emmanuel Lasker na­ció en Berlín, Alemania, el 24 de diciembre de 1868. Se retiró del tablero, con carácter definitivo, el 9 de febrero de 1931. Fué campeón mundial durante 27 años, desde 1894 en que derrotó a Stelnitz, hasta 1921 en que fué derrotado por Capablanca. Antes no babia perdido match alguno. Como el campeón de Cuba, en todos los torneos en que tomó parte que­dó en lugar superior al tercero. Su estilo sólido y su poderosa fa­cultad combinatlva, explican sus innumerables victorias. Los re­cords que en seguida ofrecemos al lector nos han sido facilitados por el fuerte amateur cubano Jaime Baca Arús, publicista do­"'1.Dlentado, que tiene una rica Diblloteca ajedrecística.

RECORD EN MATCHES

Contrarios

Bardeleben . Bird .. Englisch . Mieses . . . Min\ati .. . Lee ... . Blackburne Bird ... . Golmayo .. . Vázquez .... .

G. P. T.

1 2 3 O 3 O 3 O 2 O · 1 O 4 o o O 1 o o

AJEDREZ Por P. de la TORRE

Torneo de la Federación de Ajedrez d~ la Habana. El lunes 23 de mayo finalizó el Campeonato que se venía

efectuando en el Club de Ajedrez de La Habana. Una vez más rllsultó Fra.ncisco Planas el vencedor sin perder una sola par­~lda. Aunque en este torneo no participaron muchos jugado­res de primera fuerza, como Blanco, Corzo, Siero, Adler, Ber­múdez, Meylan, Van der ·Gutch, Pichardo, Lanz y otros. el triunfo de Planas es meritorio. El total de jugadores inscriptos fué de 30, que se distribuyeron en tres equipos de fuerza equi­librada, cada uno de los cuales, integrado por 10 jugadores, celebró un torneo eliminatorio. Los que ocuparon los cuatro primeros lugares en cada grupo compitieron en el torneo final, que tuvo el siguiente resultado:

CUADRO SINOPTICO

Lugar Jugad~res 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 O T P TO TP

F. PLANAS x % j1,~ ~2 ~2 1 1 1 11 1 1 1 7 4 O 9

M.ALEMAN

3 C. PALACIOS

4 H. MONTERO

5 J. FLORIDO

6 M. RECIO

0111011117228

\!, O 1 X O 1 0 ~:z O 1 1 1 5 2 4 6 . 5

o o Ó O 1i, X 1_ o 1 1 1 r s 1 :, s~. 5\2

7 E. PEROZO o 1 o 1 . 9 o 3 4 4 5

8 H. RODRIGO o o X O 0 0 1 4 2 S S·. 6

9 A. BERMUDEZ ¡;;;~:::º~º ..... º ........ 1....._1 ¡_0...¡...;.\2..¡_l..._x :¡_o...¡...;.o..¡_14-4 ~1=-6......-41_,2..,...'''!..

10 M. GALLEGO

11 J. LLANES

12 J. F. VALDFS

..._O O O O •O

o o o O ~2

o o o o o

1 1 X % 1 13 2 _6 4 't

0 0 1 1 ~2 X % 12 3

O O O 1h x O 2 9 1 10

Noticias v Comentarios

e L miércoles 25 de mayo, Ca­pa blanca ofreció a los so­cios del Club de Ajedrez de La Habana una interesan-te conferencia que se dife­

renció de la anterior, dictada · en el Club de Comunicaciones, en que mientras la primera giró en torno a principios generales, la última tuvo un carácter más téc­nico y fué a la vez más objetiva y práctica que teórica.

Capablanca ofreció a los aficio­nados la versión de una de sus partidas con Euwe, ejemplo admi­rable de la importancia posicio­nal en ajedrez. Aun después de

José Antonio Gelabert, el vete­rano ajedrecista que con Porte­la, Blanco, Corzo, Baca Arús y otros brilló sobre el tablero, está jugando ahora de incógnito. En un torneo rápido que se jugó re­cientemente en el Centro de De­pendientes, quedó sexto. Pero no quiere que se publique.

<Canl.inf1q. "11- la. rá5i.na. 7l~ 18). PROBLEMA N•, 3

POR HARVEL . Negras: 3 piezas.

Año

1889 1890 1890 1890 1890 1891 1892 1892 1893 1893 1894

1896 1907 1908 1909 1909

Steinitz (Campeo­nato del mundo) . 10 Steinitz (idem) . . 10 Marshall (ídem) 8 Tai:rasch . · . 8

t ~r~Ii~i~ª era j~g:_~ir éie1'1~s t~;f~;, 7 ~io~Td:c~~!~~~i~:tad~l:~o~f cii~!; g permitió anotarse una brillante

1909 1910

1910 1916 1921

Janowski . . . . 2 Janowski (Cam­peonato del mun­do) . Speyer . . .. Janowski (Cam-peonato del mun­do) ... Schlechter . Tarrasch ..... Capablanca (Cam­peonato del mun­do)

RECORDS EN TORNEOS

!fi~;~~-fe~!f~~nitt>re ª!1 tm~;~ cómo una variante del negro en la apertura del peón de la dama, introducida por Alejin, y que se consideraba liberadora, tiene una

: ~~~f: 3:;e~of e:t~~~tio~ó~~~= 1 res la mencionada partida con los

4 10 ~~f~!::is s~~:~~~i;e~nst1:c~~~!~-

1896 1899

Blancas: 5 ple:r.as.

Año

1899 1899 1899 1890 1892 1892 1893 1893 1895 1895

Ciudad Lugar ~ ~ ~ ~~g~

Nuremberg Londres . París .. Cambridge Springs .. New York . S. Petersbur-

12 19 14

Ju!~~!:~ las Blancas y dan mate en dos

SOLUCION AL PROBLEMA N• 2

-6-A VARIANTES

Amsterdam 2 Breslau 1 Berlín . . . 1 Graz .. . . . 3 Londres . 1 Londres ... • 1 New York . 1 New York . . 1 Hasting . . . 3 S. Petersbur-go . 1

5 1 7 O

18 O 3 1 8 1 5 O

21 2 13 O 14 4

1904 1909

1914

1918 1923

1924 1925

go ..... . S. Petersbur-go ... . Berlín .. . Marisch-Os­tran .... New York . ll4oscú ,.

9 5 P X T l--06A

R X P 2-CS'l' 3-C X 1-'

'l'8C A7C

13 2 2 l--08A 2-D4TR 3-AIR

P X O ~::g:~ Cualqutera Cualqutera

10 3

8 13 10

cualquiera 3--04A

.Han enviado soluciones correctas: Con-5 rado TruJltlo, de Santa Clara; Ildemaro

68 . ~i!1~:i~c~e~!~;!is~~~!~a~~~:~~;!n d:~~ dez, llabana . •

41

BLANCO

BafaeL BLANCO, uno ele nuestro• md, fuertes afedrecüta, 11 varias veces Cam­

peón del Club ele Afedrez.

RAFAEL BLANCO

Rafael Blanco nació en La Ha­bana .el 1 de diciembre de 1885. A la edad de nueve años aprendió a jugar al ajedrez sin maestro, con sólo mirar a los aficionados que asistían al Club. Es uno de los ajedrecistas cubanos de más imaginación y de más impetuoso y brillante estilo. En el torneo in­

: ternacional de maestros que se •efectuó en La Habana en el año 1914, hizo un magnífico papel :ierrotando a Chajes, Jaffe y Kup:. chick. En México, en el año 1921,

, tomó parte en un torneo cuadran­gular de doble vuelta, en el que quedó invicto, obteniendo 7 victo­rias y unas tablas. Entre sus con­trarios se contaba el campeón Araiza. Jugador excéntrico, no conserva sus records, numerosos y brillantes, pór lo que apenas si enumeramos aquí sus hechos más salientes. Su quebrantada salud le mantiene alejado del tablero, pero sigue siendo uno de nuestros más fuertes aficionados.

RECORD EN MATCHES

Contrario G. P . T.

Abraham Kupchick . . 2 3 Juan Corzo . . . . . O 6

Año

1911 1913

1914 1914

1918 1921

1928

1928

RECORD EN TORNEOS

Lugar que

o¡;upo Torneo Handica (In.)-.-1 -Triangular (con t r a Howell y Corzo) . . Club de Ajedrez (In.) Internacional de la Habana ... : .. . Club de Ajedrez . . . C_uadrangular, Méjico (mvicto) . .... . . Cuadrangular, (con Planas, Siero y Pi-oha.rdo) ..... . Torneo de clasifica­ción (Ex a quo con Planas) . . . . . . . r

EJEMPLO DE PARTIDA

DEFENSACARO KARN

(Betfreae del tablero & c. D. d, la., blanca.,J.

Blancas: Negras: ~ O o P4D

B~. Palacl<n }~ ~~ 1-PtR P3AD 2-PID PtR ll-P3AD C3A 4--A3D P3D &-P3TR A2R 8-.A3R O O 7-PiCR P3TR S-O2A CD20

J:¿_pAXP CXPC 13-A2D fnA 14-.AXP CX'l"D 1&-D2C ASA 18-{:ST CXPC

i~ m+ 19-TlCR Real¡na.

CARTELES

42 rADTl="l~i

~

i/_..a. S~~ RAifliFAN ~ 1) (t\_.\),-+-+- '--- _1 9 J

Srta. Graclela Rodríguez piritual para nuestras ambicio- pretac1on "La Bestia del Mar"

_ jl\ ub!r1~; ]: sus labores de aguja, trabajando en INDIAN HEAD (Cabeza de Indio). Esta tela de algodón, firmemente tramada, tiene toda la belleza de la de hilo. Es

~':i:~¡;J~:er:~=b~~c~::~~:~~~ y se hac;e en 31 colores ~ue permiten hacer toda clase de combinaciones de decorado. Use también INDIAN HEAD para vestidos, uajecitos de ni~ .n,pa de cama, etc. Dura más que cualquier ouo género de ~g<:<16~. Se hace en color blanco, en 6 am:hos: 46 cms,

:a:i:~~· l::..!!)~u:xt.: E:<j:':'.• ~1:le:J~¿ de 91 cms. Si se sirve Ud. escribimos le envia­remos muestra y un folleto ilusu,acfe. Busque

~"ri1f:~~~:d~Ny°~Ta ~;fa';f: f.~~r::~"r;r~~ scntan nuestra garantía de alta calidad.

Nasbua Mfg. Co. lnco,pordt/,,m,8:iJ

40 Worth Street, New Yodc

CON gran entusiasmo se vie­nen celebrando los miérco­les de cada semana los es­crutinios de este Certamen,

en las oficinas de la radio-emi­sora C. M. B. Y.

__La lucha entre las señoritas candidatas, por conquistar el tí­tulo de Miss Radiofan es cada día más enconada según lo demues­tra la cantidad de votos obteni­dos hasta el último escrutinio y cuyo resultado damos a continua­ción:

ESCRUTINIO NQ 5

Srta. María Luisa Batista 29,260 Noemi- Lara . . . . 24,730 Terina Gottardi . . 18,140

,. Gisela Echevarría . 15,530 ., María Ortiz . . . 9,730 ,. Emelina Sotolc..1go. 6,390

Carmen Martinez . 6,200 María Sánchez . . 5,520

TIRE Y COLOREA "&I a Caja Gris, con su extensa

~~ :~~;~ ;!:ed~::~ :nea~~~ dadera mirlada de matices. Ad­quiera el Hbíto de re-teilir sus medias en 1,u color de cuando eran nuev.is, o en cualquiera otra de las numerosas sugestiones que le ofrece el surtido Tintex.

La Caja Azul que tille Is>. ~a sin . afectar el encaje de a' ¡ooón es tllmbién un producto muy popu­br para ropa interior femenina.

Una prueba le convencer.i

General Distributors, loe. I.Btporílla S8, -• • Aeuaate HabaM

EJ

-- Santos . . . . . . . 4,870 nes, pero el presente es tan origl- Allí, hermanado lo fantástico con ,. Olga De Beche . . . . 3,920 nal y acertado que supera a todos lo real, el gran 3:ctor luce a ma­" Conchita Mat1;0 . . . 3,740 cuantos le h~n precedido. Posee ravµ1a sus magnificas cualidadea

Josefina Fernandez. . 3,320 además el mérito indiscutible de artISticas. Su cara ~arece tradu­Laura de Zayas Bazan 3,020 ser el primero en su género. cir e~ fiel expresion todas laa Zoraida Beato . . 3,000 -¿Qué revista le entretiene y sensaciones que al través de 111 Carmen Marín . . . 2,550 deleita más? ar~umento sufre el protagonista

,, Lydia Feixas . . . 1,380 -¿Hace falta decirlo? CARTE- inimltab!e. ,, Leopoldina Núñez . . 1,160 LES. Porque en sus páginas todo -¿Que pa!saje de Cuba es para.

María Teresa León 1,140 se encierra: piezas bellísimas de usted el mas pintoresco? ,, Marietta Sánchez . 1,100

INTERVIU POR RADIO CON LA SRTA. GRACIELA CALAS

DAVILA

La estación C. M. B. Y., de Bi­lliken, tiene el honor de poner frente a su micrófono a la seño­rita Graciela Calas Davila, can­didata de nuestro Certamen "¿Quién se r á Miss Radiofán 1932?"

Y abusando de la benevolencia de tan gentil y bella señorita, va­mos a ofrecer a nuestros invisi­bles radioyentes una breve inter­viú con tan popular aspirante al cetro de las radiofáns cubanas.

-Señorita Calas: nuestra pri­mera pregunta es la siguiente: ¿qué poeta y qué poesía son los que más le gustan a usted?

-Cuba, mi patria, ha sido cu­na de grandes e inspirados poe­tas, pero ¿habrá alguno que pue­da superar el genio inmortal del gran bardo oriental José María Heredia? Su "Niágara", parece el tener la inspiración bra via de nuestra Sierra Maestra.

-¿Qué compositor y qué músi­ca de ese compositor le gustan más?

-El genio francés Gounod. Ya dijo el gran crítico Laveix, del maestro; "Su música se apodera del corazón y de la memoria". Su mejor pieza musical, a mi humil-de juicio, su inmortal meditación sobre el primer preludio de Bach, el "Ave María". ¿Quién no ha so­ñado escuchar sus acordes duran­te la ceremonia nupcial en que fi­gure como actor principal?

-¿Qué opina usted del Certa­men de que es usted tan bella aspirante?

-Todo certamen o concurso constituye un franco estímulo es-

El nuevo Radio Víc­tor, modelo R•6. Mo­delo Miss Radiofan 1932. Obsequio para la triunfadora del Certamen "¿Quién serci Miss Radio/an 1932?" Un superhe­terodino de siete tu­bos, equipado con micro-regulador de

matices tonalu.

literatura, historias interesantes, profundos artículos de fondo, de­portes, música, cine, teatro, pági­nas feministas y profusa infor­mación gráfica. Es un verdadero compendio de la vida nacional y ~xtranjera.

-¿ Qué artista y cuál de sus películas es su favorito?

-:-El gran artista yanqui John Barrymore en su magnífica inter-

-La soberbia perspectiva que al viajero ofrece la entrada a la Vtlla del Cobre por la carretera central. Las ásperas estribaciones de la Sierra al unirse con el ver­dor brillante de nuestros valles orientales, forman un contraste ve r d a d e ramente esplendoroso.

Pa~!~z!º sªi!;~f:g~e d~vi~u:~. 1º!i

(Continúa en la Pág. 49 J.

Tras una noche de feslín y holgorio, comiéncese el díu tomando un va110

de agua con una cucharadita de .. Sal de Frula" ENO-el laxante efervescente y antiácido de fama mundial; pero ha de i;~r ENO, insis• la usted en ello,

NADA LE IGUALA

. 1

-~_?----_•'

.,,~,

FOTO

.. AMATEUR

Por

FLASHLIGHT

LA CATEDRAL DE MATANZAS

1/50 de segundo, dl4/. 7'7. Autor: Ed. J. Ha.rla.n. de

la. KelloggC•

){

ACER fotografías es muy fácil: basta apretar el dedo. Pero ha­cer bellas fotografías, que produzcan placer al contemplarlas y que puedan mostrarse a los amigos como una obra de arte menor, es ya algo un poco más difícil, aunque no inaccesible

a cualquier amateur que tenga un poco · de gusto y el deseo de aprender.

Lo primero que necesita el fotógrafo incipiente es aprender a dominarse, aprender a controlar el dedo y aguardar el momento oportuno para que el obturador funcione. Es evidente que todo puede fotografiarse, siempre que se disponga de luz y de aparatos adecua­dos. Pero es evidente, también, que no todo merece el honor de la fotografía ... ¿A qué retratar, por ejemplo, un panorama de tejados, carente ,de tonos y valores que ' den carácter a la fotografía? ¿Para

º qué hacer desde la calle la fotografía del edificio Bacardi-por ejem­plo,--si ya sabemos que las líneas van a salir desagradablemente de­formadas?

Para elegir el asunto, es indispensable que el amateu, se ejercite en ver el objeto, no "como es" al natural, sino como "va a ser" en la fotografía. ·

Con frecuencia se encuentran bellos paisajes, ricos de color, ilu­minados por macizos de flores brillantes, que incitan al fotógrafo a retratarlos. Pero luego los resultados son desconsoladores, porque to­da la belleza del paisaje estaba, precisamente, en lo que la fotografía común no puede reproducir: el color.

El fotógrafo, pues, debe tener en cuenta, no los colores-que son de importancia secundaria,--Sino los contrastes de luz y de sombra y la riqueza de medias tintas que el asunto ofrezca, porque eso es lo que la cámar~ va a reproducir en la fotografía. Y este consejo es de mayor importancia en Cuba que en ninguna otra parte. porque la luz violenta del trópico tiende a "nivelar" el "paisaje", a destruir los contrastes y las medias tintas, produciendo fotos "planas", que care­cen de todo interés artístico.

UN REVELADOR PARA AMA- virtud de compensar en gran par-TEUR te los defectos de exposición, sua-

Si usted prefiere revelar perso- vizando los contrastes excesivos.

::t:i-::::r.a~~~/ºtografías, pruebe EL MEJOR BARO FIJADOR

Después de largas discusiones, los técnicos en fotografía han re­suelto que no hay mejor baño fi­jador que éste:

Hiposulfito . . . 250 gramos Metabisulfito de

potasio . . . . . 25 ., P Agua . . . . . . . 1 . litro

4 ara usarlo se le diluye en 3 o

veces su volumen de agua. Disuélvase el hipo en agua ca-d Este revelador a la glicina pro- liente (50 grados) y cuando esté

'h!;:nO~~g~¿fg~sne;~1:J,pt~s, tt~e ~: !t/ift!~ fría, agréguese el metabi-

LA MÁS ALTA

CALIDAD .

Refrésquese todos los días con Cou-Col• bien Iría. Encontrará usted en este deli­cioso refresco la leli1 solución al calor y la sed. Altamente beneficiosa para la sa­lud. Todo lo que el más exigente pueda pedir en un refresco• y• al alcance de to­dos. La Coca-Cola n.o contiene sustancies artificiales. Sus cualidades de pureu na­tural se 9u1nti11n con 22 pruebes técni­cas de l•boratorlo y con el empleo de botell•.s esteriliradas, llenadas y selladas •utomíticamente .a prueba de •irc.

• Se consumen mis de nueve millones de botellas al di•.

Tengo .dempr'e una.s cuont~ botell~ en el r'efrllrerodo,.

/

/

T HE C OCA - COLA C OMPAN Y Habaae S1ntl190 de Cub•

"TIENE QUE SER BUENA CUANDO SE CONSUMEN fANTAS"

Por muy serlos que seamos, la. vida. es más ,erl4 toda.vio., y si queremos bro­mear con ella., es ma.la. campa.itera. de broma.s; sólo tomándola muy en serio nos permite de vez en cuando alguna. ver­dadera. alegria.; la. vida. no regala. na.da. ni consiente q~ se le robe na.da.; todo ha.y que comprarselo a buen precio, todo hay que ga.na.rlo en ella. a. costa de mu­cho t~a.~afo. ...

A nuestro deber nunca se le conoce mefor que en Zo penoso. Que a.!!( donde estamos más contraria.dos es donde mib necesario, somos segura.mente. Descan­fl4d de loa debe~es y to, sacrificiós 11us-

4S

tosas... El verdadero deber tiene otro sabor: un agridulce, sólo perceptible en lo más hondo de nuestra. conciencia. Alli en donde muchas veces, de puro haber hecho bien, hasta., con un cierto temblor nos parece haber hecho mal . .. •

B~'NAVENTE.

4 !!n~eño de a.mor es lo que enseAa

DAUDET.

En a.mor, el horizonte de lG mu;er :;1,:71~ ;:;:~h~

81';_ el del hombre; pero

ET. BE"!' .

t'ADT~Lllr

LAS CASAi DE SALUD, @ .l LA FEDERACIÓN MGDICA ®

. Y LOS TRADAJADOREJ ~NicHET,

~ L conflicto surgido entre talada su existencia individual, ficarse el origen de los asociados, respeto Y orgullo. El primitivo In­la Federación Médica y haciéndoseles más llevadera la vi- una vez que se permitió perte- migran te. había a~aulrldo ampllos las Casas de Salud, pue- da, lejos de los lugares de su pro- necer a los mismos individuos de compromisos sociales, al fundar de_ ya considerarse endé- cedencia, donde habían dejado los distintas regiones de España y de hogares donde nuevas generaclo­nuco, pues cuando parece afectos de amigos y familiares. otros países, siendo desde enton- nes comenzaron a crecer, con una

q1;1e reina 1~ más perfecta armo- En el período colonial resulta- ces el elemento nativo el que más mentalidad distinta a la origina. ma entre dichos organismos, sur- ban ideales estas organizaciones, decidido se mostró en pertenecer ria de sus progenitores. Rota la ge la lucha enconada, exponién- siendo el punto de mira O la an- a ellos. Esto creó algunos roza-' mancebía de los establecimientoa dose a la consideración pública siada aspiración de los profesio- mientos, al establecer los primiti- con la Ley del Cierre Y sus reper~

~!tuJ¡f~!. d~e~1;;~e~~s 1~:em~~ ~:~~\e~~~ie~do e~:g~1fi~:s!~~= r~~erJíf~~f~~:eJ;!~~e~~oscar1~; ~~sii~~g~~n\~ ~~ª t:~~:ió:l~~ mos que desde el principio se es- lumentos y atenciones fraterna- representativos a determinados padre de familia, ·prisionero, tari-

tt~zn'1a~li~~~0d~0~~fu~~~ai~lr~; ~:· ~c~~:Jt~t1eªb~~tf:i1ifo m~::i~i! t~~~;:~:~isi: !!ofª~~c~~v~~r::. ~uetT01g: !l~~~.sc2:i~ ~:jtose~u!!

agrava, entrando frecuentemente tual. En las Casas de Salvd, mu- tes, se inició una marcha unifor- vos que se forjaron en el de re­e1_1 "~riodos de armisticio", que chos de los pabellones lle 1.n sus me, inspirándose todos los asocia- sidencia. solo Sll'Ven para mantener sub- nombres, que de esa manera han dos en un sentimiento de apoyo, Esta circunstancia produjo un terráneamente una mayor lucha quedado enlazados al porvenir, amplio y comprensivo, contribu- mayor porcentaje en la clientela que la que se aprecia en la super- como en una apoteosis del presti- yendo al mayor auge de los orga- de los profesionales, sobre todo la ficie. gio de la clase a que pertenecen. nismos, que se engrandecían ver- médica. El- asociado utilizaba pa-

Las Casas de Salud, que for- Los Centros Regionales adqui- tiginosamente. . ra su familia al profesional de la man parte del plan cultural y sa- rieron preponderancia tal en Cu- Pero una de las cosas que más Casa de Salud, generalmente, -ea• nitario de las viejas instituciones ba, que llegaron a desenvolverse influyeron en la "penetración" y tableciéndose un grado de iden­creadas bajo el imperativo de la como "pequeños estados", efec- cambio de la ideología de los tificación entre unos Y otros, SO· orfandad en que se encontraba el tuándose sus elecciones con tanta mismos, fué la Ley del Cierre, al cios y profesionales, que jamás se inmigrante español en épocas de actividad, pasión y violencia, co- obligar a determinados establee!- discutieron emolumentos Y aten­la Colonia, han venido desenvol- mo las generales del país, en el mientos a cerrar a las seis de la clones. Muchos profesionales fue­viéndose bajo una ideología mu- período republicano. El agente tarde. Esta medida cambió, ra- ron "mimados" Y aún lo son, tan­tualista, sostenida con la acumu- electoral de estas instituciones en dicalmente, la psicología de sus to por su actividad e Inteligencia, laeión de "los pocos de los mu- nada se diferencia de los agentes componentes. cQmp~estos en su como por el desinterés en sus ac­ebos-'', cuyo ritmo no sufrió alte- de los partidos políticos. Hubo mayona. ae eieim,uoos penmsula- tuaciones. ración, mientras pudieron mante- épocas en que llegaban excursio- res, que llevaban una vida de La familia, presionando lógica­nerse al margen de acontecimlen- nes de los pueblos del interior, cautiverio, neutralizadora de sus mente, indujo a modificar la es­tos locales Y exteriores, que al fin poseídas de un entusiasmo bélico, facultades biológicas. El individuo tructura exclusivamente mascull• se reflejaron en las mismas. el .día de las elecciones y ·las ea- masculino se vió compelido a de- na de los Centros Regionales. En

Las corrientes inmigratorias, es- lles habaneras adquirían un re- jar el encierro fraternal que le algunos se reformaron los re­pecialmente españolas, se verifi- lieve de lucha partidarista, que sirvió de hogar desde que llega- glamentos para convert!1'los en eaban en forma individual mas- en muchas ocasiones producía ra, rompiendo las costumbres del mixtos y cuando ya parecia tomar culina, encaminados la mayoría de serios conflictos entre los parti- celibato, a medida que el cierre vuelos esta renovación, surgieron sus componentes a las actividades darlos de una y otra candidatura se hacía más efectivo en la prác- impulsados por los propios pro• comerciales. Hubo necesidad de Vivían, pues, una vida intensa tlca y más comprensivo en la fesionales de los Centros mascu-habilltar oficinas en el Departa- los Centros Regionales, con fiso- conciencia popular. Pronto ad- linos, asociaciones femeninas, que mento de Inmlgrac)ón para aten- nomía propia y trascendental quirieron estos hombres hábitos inmediatamente se nutrieron de der a los que llegaron bajo el preeminencia. Por eso, el pago de sociales, iniciados en los mostra- asociadas. Muchos han viSto más control de los Centros Regionales. la cuota social constituia un de- dores con la clientela y de esa que altruismo, un sentido mer­Estas oficinas eran una especie ber superior a los demás deberes, manera comenzaron a formalizar- eantilista en estas organtzacloneS, de brazo solidario que se tendía perdiéndose los derechos parcial- se compromisos amorosos, que que impidieron el funcionamien-

:J!~~é~o~i~c~~~tí:uf gr:~o~~ rser:i: ~t:~ia q~:c:cr;e!1 d~~ctl~ ;~~~~~~~~~r:~ :u~~:m!~º~~! to E~:!ra e!lt~!~il~~fatil::iia. de fortante. Así, cuando el inmigran- del mes en cobro y totalmente hoy se encuentran vinculadas al ~~~;t~:;ia~ª J¡~~:~!~ºi:lºrc~

~m~~~!~~o !ª di~~;~~!r inS:!~t~~ ~fo~ng~b~i ;c~:;1~~:np;~~ ~; gf!:re,s1~g~;iónJ:cis~!m~~ie, ~~ económica ha realizado una la• tamente de los beneficios cultu- semestres o por mensualidades el cambio de ideologia de las ins- bor de desintegración en los Cen·

:J:; le ~;:~in~~i~tu~i~~e!c~:~ !~el~~!~~.ª~1 c~i~e~~ái~j~e i~~~ !~tu;!~~t! rJ;fº~:~~Ío q~~rJ!~di~ ~~~~l;;;º:~~~\~~!a~~: c~'ii }: prestado servicios incalculables, inscripción. . la mentalidad del conglomerado ~11~~ r:sec~~~~~~~· sol~sª1~;

:fe!~~! ~svi!~~~s :i~~~ª~e 1~~ ce~i~os la R:!1!na{!:ub~;f~:_; 1g! :~~~ª~~;1~:;~Ki~n BTbi{~ie~!/~= embarcado por no tener. en qué

migrantes afanosos de adquirir manera imperceptible, primero, pulsaron el sport en todas sus mi,.- bem1epmleaardseelic,ªaqdu

0i, 1acreviao~~~cFa /ero~

conocimientos, pues la mayoría bien visible después, una "pene: nifestaciones, obteniendo sus atle- 118 procedía de lugares en que la tración" trascendental, al diversi- tas trofeos que se guardan con merma en las entradas, ª las :l: instrucción era muy deficiente. no es posible nivelar vi~dlf Generalmente entraban analfa- mente también con las betos y salían en magníficas con- µs TRAGEDIAS DEL FRENTE EcONOMICo consignadas en · 1os presupueltf:¡ diciones para defenderse, sobre Entonces surge, envuelta en en todo en las rutas comerciales. EL DEPENDIENTE DE BODEGA agitaciones de estos tiempos, et

Cada casa de comercio alberga- ae a!;fi:a ';0:::r.a:1 e1~~~~;~_::~ ;:{~;~.,::iei:t,:;e:esci: 1'::serfl'aPZ:S ~a d~Uf! que la humanidad busc~ c~~n

ba determinado número de indi- tarde, "horas muertas", que la clientela no uWt2a. Esta serla una gran lógicos a la vida, la Fe er vtduos masculinos, que, al presen- conquista, va alcanzaela en otros patses, dond.e los problemas soclales ocu- Médica de Cuba, rompiendoª'~~~ társeles cualquier enfermedad, ~;-e~;;n;:p,;r;f::/';':'::.;ii:%f6":,iás~e1~s: ifV:t,1',fit':u ~~';::3ie:1e

1°fe ~~:;~; lla compenetración, a9uel se~tmo

constituían un serio problema. De que todavla trabafa ele madrugada a maelrugacla, eleslealmente condenado f~~~~~~~}e q:; 1!~t~~}=~~~n!: de so• ~í de;S:~~1iro1~tya! ¿!!~º~~i~:= ~¡J:,n'áefs~z;~~;:g !::i,":;,.!;/conómtca 11 social, que acusa un meellocre _sen- cios y profesionales. no lud, tanto más cuanto tenían ga- pur ';,,.ºreqq?:i~a;~c:Jn t~o/a :ii:u:~::i:i~ ~w:nft~:!e p~~t!ºtgrá ~~;:i:~ En esta pugna, hast~ ahlia~ca· rantizada la cuota mensual, que pecle que los demds? ¿Qué razón abona su cautiverio? ¿Solamente ha se nota_ una orienta.el ,?1 trar" pagaban los gerentes aun antes d.e d.escansar, cuanelo minado pur la tuberculosis caiga en las garras de la mente encaminada a pené ca de ganar sueldos los' dependien- :=n;:~t ,::~sf;J'ci~e1~e7t.:etu~b~~1!~ªa;tn::iª c~ot~~ra~!10 ~~~es~~t: en las realidades de la unr'lu~ tes domésticos, etc., que en dichas No habrá equielael nt fusticta en la reforma que se pretende llevar a Simplemente observamos que caw comerciales radicaban. cabo al no "se rescata" para la soctec!ad al c!ependlente ele vlveres, el más cha de intereses particular:~adeS

La asistencia médica, combina- ::~1:r~dt::ia1:~si;:s1:b~:;?.Ih1f:O. estos tiempos, V el mds olvidado de nues: se acorazaron e~ ~s n1g~ Médl· da con la instrucción, fueron re- Mtsntras más amplla, generosa v comprensiva sea la reforma, resultará de la clase. La e erac til s que. forzadas con el recreo, dando más humana 11 más lógica. ta humilctaa aez dependiente ele boclega no de- ca aduce razones mercan \irnan oportunidad a los socios a disfru- be servir para olvidarlo, postergarlo 11 conelenarlo al cautiverio en tocia los Centros Regionales f8 aso· tar de bailes. veladas Y ºtros ali- au !'.~mbre, haga quien quiera hacer pueblos". lesivas ª los intereS•lfu d~e°fa Fe· cientes periódicos, que relªJ:lonado.s llagamos ae eso, esclavos, hombres 1urlellcamente considerados, 'JI el ciados. Los argumen s la ética con los permanentes, como juegos pueblo recibirá un aporte apreciable v considerable. En las reforma, so- :ieración se refuerzP_.;1 c~ blaJl de de billar, dominó, ajedrez, etc.1 clales no .caben los prtvl!egto,, que las d.e.mat,iralizan. A. P. profesional y tar-011n do a .al . .ase· contribuyeron a un mayor contro1 la defe9~~n1{;}11a~ f11 'prsg. 50 J. de los asociados, aue veían apun-

va particular de aquellos niños que, no hab_iendo sido designa~os para cumplir la delfcada mision, deseen, sin embargo, realizar el homenaje por sí mismos; en cu­yo caso le deberán ser facilitados los medios para que, en horas que no sean de clases, acudan ante la estatua a depositar las flores en la forma que les parezca me­jor.

Como nosotros sustentamos la opinión de que el niño de edad escolar, mejor dicho, el niño que asiste a la escuela adquiere nue­vas responsabilidades sociales y tiene mayor número de deberes clvicos que cumplir, estimamos que se le debe utilizar como ins­trumento de propaganda, por ejemplo, como mediador, ésta es la palabra, cerca de aquellos otros que, por diversas razones, NO pueden asistir a la escuela. Es más; estimamos que la escuela debe ser el centro dinámico, la potencia energética que actúe di­rectamente sobre el hogar, mejo­rándolo y completándolo, utili­zando al niño como vehículo dE influencia. Por bueno que sea 10 que cada niño lleve a la escue­la desde su hogar, mejor ha de ser siempre, en la escuela bien organizada, lo que lleva de ésta a su hogar; las generaciones nuevas oponen al viejo postula­do de que una madre vale más que una maestra, mejor dicho, que la mejor maestra ha de ser llempre la madre, \a evidencia moderna de que l!A MEJOR EDU­CADORA ES LA MAESTRA CUYA INTELIGENCIA ESTE AMPLIA­MENTE SATURADA DE SAVIAS, ,MAS QUE MATERNALES, HUMA­NAS. Un amplio sentido humano de la vida: he ahí el requisito fundamental del maestro de hoy. No se puede ni se debe actuar co­mo MAESTRO si no se posee este requisito fundamental.

Desde luego, conocemos dema­'liado bien los innumerables de­fectos de nuestras organizaciones escolares para confiar a ojos ven­d'-dos en el éxito. Nuestra escuela -tanto la pública como la pri­vada, aunque justo es reconocer que menos la primera que la se~ gunda-adolece de gravísimos de­fectos, entre los cuales no b0.1 los de menor importancia 1a· escasa preparación pedagógica moderna de la mayoría de los maestros, la desorientación ideológica y des­organización administrativa o téc­' nica de la escuela en general y la calidad del alumnado en un deso­lador tanto por ciento. Pero po­demos anotarle, también, muchas virtudes; nuestros maestros saben J:ie no saben, y estudian y se es-

ho~r::-JJatª~~hªnalign s:~i°J~ cg~

(Contfnuactón de la Pág. '40 ).

decoro, con asiduidad, con sacri­ficios; el alumnado es como blan­da cera cuyos defectos desapare­cen cu.,nñn son hábiles las ma­nos del moae1aaor; a la falta de cooperación de los hogares suple el entusiasmo y la dedicación a ve'ces sacerdotal de la casi tota­lidad de los maestros. Nuestra escuela es, en lineas generales, un excelente material, con sus de­fectos y todo. El proyecto de Ma­rio Camacho ha sido acogido, en toda la República, en todas las 1:!SCUelas de la República, con ver­dadero entusiasmo.

¿ Vamos, ah.ora, como quiere el amigo Penichet, a dejar de lado todo lo quit hemos hecho, tan sólo por el temor de "caer en el ruti­n¡¡.rismo"? ¿Debemos, en realidad, desistir del propósito de instituir erltre los niños de edad escolar

:!tª a~i~ªrf º!!1l:tu~1 d~ib~~esÍ~~~

(decimos ante la estatua porque preferimos que el homenaje sea público y ejemplarizante, no pri­vado, y, por lo tanto, sin proyec­ciones colectivas) ante el temor de un posible fracaso?· No sé. A mi me gusta actuar ~on hechos, más que con palabras. De nada serviría que utilizásemos una ho­ra diaria para trasmitir por ra­dio nuestros conocimíentos acer­ca de la vida y la obra de José Martí, si no fuésemos capaces de actuar directamente sobre las masas e s c o la r e s organízando "efectivamente" una prá~tica cí­vica cuya trascendencia Penichet no niega. Hablar sobre la vida y

~:i~a~e d~~~~r~~loe~~~~eck~ 1á~i sencillo y conmovedor tributo flo­ral; por el contrario, mayor será nuestra autoridad moral para exi­gir que nuestra voz sea oída cuan­do "los hechos" atestigüen que somos capaces de evidenciar con algo más que con mera palabre-. ria nuestra devoción sincera a la· memoria del Fundador.

;Vamos a trabajar, camarada Penichet! Yo ·10 ayudo a usted en su labor de propaganda cerca de los niños que por una razón o por otra no acuden ·a la escuela, yo lo ayudo dedicando algunos minutos de mi vida tan ocupada v actual-_ mente tan precaria de salud a di­fundir por medio rlel radio mis conocimientos ae 1a vtaa y 1a oora de Marti, y usted nos ayuda a or­ganizar la ofrenda floral de mo­do que no pueda convertirse ja­más en ese "rutinarismo" a que usted eón -tan j usttficado recelo se refiere. Sobre estas cosas hay mucho, pero mu.cho, que decir. Es­ta sección está abierta para us­ted y para cuantas personas, in­teresadas en este asunto, deseen ~resar públicamente su opinión.

Martí y los Niños MARTf, NINO

Por Emilio Roig de Leucnsenring

PR:E:.CIO: 40 Centavos De venta en las buenas librerías:

"La Moderna Poesía". "Cervantes". "Minerva", "La Casa Wilson'' Y J'Librería Albela".

Siguiendo al Mundo Por Louis MAX

El jefe de una nu­merosa tribu marro­quí, que cuenta con más de 15,000 jinetes, no sabe leer y escri­bir. Pero no es eso lo peor, sino que se nie­ga a aprender, afir­mando que esos me­nesteres son dema­siado afeminados pa­ra un guerrero como él.

De los experimen­tos realizados, resulta que la oruga puede tirar una carga 25 ve­ces mayor que su propio peso. En el es­carabajo la propor­ción de la fuerza es de 1 por 182, y en la abeja, 1 por 300. Pero el campeón de levan­tar pesos es la tij ere­ta, que transporta fá­cilmente una carga igual a 530 veces su propio peso.

Dos novios japone­ses, desesperados por­que sus respectivas familias no les per­mitían casarse, resol­vieron quitarse la vi­da arrQ,iándose 11,_ un rio. l!.1 a1ca1ae de la ciµdad se impresionó

•por el suceso v pro-puso a los padres que se celebrase la cere­monia nupcial con los cadáveres, a fin de que sus espíritus pu­dieran estar unidos. Los padres accedie­ron y la boda fúnebre se celebró con toda solemnidad.

Los árboles que bor­dean las aceras en las calles de Ba viera son frutales, y cada ve­cino tiene derecho a cosechar los frutos que den los que. están ubicados frente a su casa.

Entre los drusos de las montañas sirias las mujeres comien­zan a pintarse a los dos años de édad. Y no es raro ver a las niñas en los días de fiesta con carmín en los labios, negro en las .pestañas y las uñas teñ!ldas con henné.

ve cada mil casas destruidas por el ta­yo anualmente en los Estados Unidos, 850 son granjas y sólo menos de 20 están protegidas por para­rayos.

Ya van quedando pocos tronos, por lo menos para que se sienten en ello" los­monarcas, y entre 10s· más notables figura el ~e ~,~_ecia, quP. e¡; de plata mac1za, esplén­didamente cincelado y con figuras alegó­ricas.

Según los hindúes, las gemas tienen vir­tudes especiales. La

dEnos accesos del so­nambulismo. La es­meralda asegura tran quila muerte, y el dia­mante atrae los ho­nores.

Harvey Kenedy ga­nó 12 millones por haber ideado los cor­dones para botínes. Los broches de pre­sión también han en­riquecido a su inven­tor, y lo mismo ha ocurrido con el que ideó los tirantes y las ligas.

En Estrasburgo · hay una calle que se lla­ma · "Donde la zorra predica a los patos", y otra, "Sopa de agua".

En Marsella está la "Empedrada de amor", y en Nancy, la del "Moro tocando la cometa".

En Londres, existe el "Pasaje del fin del mundo" y la "Plaza. del baño frío".

La isla más chica del mundo es la de Rockall. en el Atlán­tico, a 296 kfiome-i:;1JS' de las islas brit{ml­cas. Mide 75 metros de circunferencia, pe­ro su elevación sobre las aguas pasa de 22. • Tan abruptos son sus bordes que es casi imposible 11 e g ar .a ella.

amatista ~s~imu]a la La mayor parte .de temperancla, el opalo los diarios chinos só­es bueno para la ~on: 10 llegan a un tira.je :!r;:~}?n p~:s~~v!_lst~é , de tres mil ejempla­la fiebre, y el topacio ~!n~.s~s m~~~!~ v~~

ces todo un barrio se entera de la política y las noticias con un solo diario que ha coml)rado uno de los vecinos más ·esplén­didos.

El cuerpo del filán­tropo Camegie se en­cuentra sepultado en la tumba que él mis­mo hizo const1. utr, En ella se lee el siguiente epi ta r lo~ "Aqui yace un hom­bre que supo uWlzar los servicios de hom­bres mejores que él".

A,EDI\EL No <Continuación de la Pág. 41 J.

T~o. parece indicar que Cuba enviara: un team de ajedrez a competir en el torneo internacio-nal por equipos que se va a ce­lebrar en Pasadena, California en a~osto próximo. Una comisión 'ac­tua con diligencia y entusiasmo para recabar los fondos, que se calcula deberán ascender a la su­ma de $2,000 a fin de cubrir los gastos de transporte y de estancia de los cinco jugadores que repre­sentarán dignamente a Cuba en esas olimpiadas. La Comisión la integran los señores Carlos de Zaldo, Pedro Ignacio Pérez, doc­tor Angel de Albear, Juan Corzo y Arturo Alfons'! ~os!lló.

vendemos ... egalamos .. !

VEA NUESTRA PROPOSICIÓN

Visite cualquiera de las tiendas que anuncian estar en liquidación. ' Tome nota de sus precios v lo que

puede usted adquirir por una suma determi­nada.

Compárelos aho­ra con los de

nuestra Ha sido pospuesto el match por

el campeonato de ajedrez de Oriente, que se había concertado entre José Antonio Quesada, el fuerte jugador manzanillero, y Constantino Santos, campeón de Santiago. Dado el calibre de am-bos jugadores, la afición espera con interés el resultado de ese encuentro, al que debe seguir un

VENTA del PESO Venta

del Peso

match entre el vencedor y el doc-tor Rosendo Romel'O, campeón de Camagüey y retador de Planas, por el que fué vencido en fecha recjente.

Presentando este anuncio obtendrá Ud. un 51• de

descuento en sus compras.

v verá us­tedquepor el mismo dinero no

Lecciones ... EXCLUSIVAIIENTE

ESTE MES sólo comprará

(Continuación de la Pág. 36' J. la intervención directa de los músculos del vientre; es por lo mismo fácil suponer que mientras más potentes sean ellos, menos laborioso y más rápido será aquel. En efecto, la inmensa mayoría de los partos realizados por muje­res de pobre musculatura en ese aspecto, son lentos y muy dolo­rosos, sucediendo todo lo con­trario cuando se han ejercitado en forma, a tal extremo, que se conocen casos de mujeres que han dado a luz casi sin dolor des­pués de eierto tiempo de conti-

, Al recibo de 10 cts. en se­llos de correo, remitire­mos un muestrario con las últimas creaciones en lelas de verano a cualquier lugar de l;t República.

los artículos que desea sino que aún le queda­rá dinero sobrante par~ oa-os gastos. Venga hoy mismo v aprové• chese. .Será Ud. después nues­tro mejor propagandista.

"LA ÉPOCA'·' Neptuno y San Nicolás

nuado y· rudo entrPnamiento. Un acto tan uatmal como el

parto reviste caracteres de grave guardar largos días de cama. y enfermedad en las mujeres que por último, su vientre quedará de­han abandonado los ejercicios fí- formado y lleno de pliegues. sicos o que no los han realizado E!'te es el cuadro no por dolo­~1unca y que, por lo tanto, pade- roso meno5 real que espera a toda :~sc~~r.%~~~;!,,:;~te ?o c~~r:!~ Fo:jer que no ejercita sus mús~u-rio sucede con las primitivas ac- Los antiguos, conocedores cons­tivas que alumbran sin que sea cientes de todo esto, inmortaliza­qel todo necesaria la presencia de ron en su estatuaria la potencia la comadrona y ni son considera- maravillosa del músculo, lo mis­das siquiera como enfermas. mo en los hombres que en las

Otra ventaja de las mujeres que mujeres, dando especial prefe­se ejercitan cor!stantemente es la rencia a los abdominales,.. porque de poder continuar hasta muy consideraban que ellos "consti­tarde en el embarazo todos sus tuían los primeros atributos de J,a quehaceres y labores sin peligro · salud. la belleza y la fuerza". alguno, porque . su gordura abdp- Muchas y variadas son las de­minal es relativamente pequena formaciones que el vientre sufre ya que sus músculos, fuertes Y por la inactividad. Ellas se deben potentes, hacen las veces de un a la insuficiencia muscular a la sólido corsé muS<;ular. Después invasión de la grasa o a ambas del parto, que sera como hemos juntas. Casi todas estas defor­dicho, fácil y seguro, pueden al maciones son de sobra conocidas poco tiempo estas mujeres co- porque. por desgi¡icia, una gran menzar de nuevo sus trabajos •~antidad de personas padecen de acostumbrados, sin sentirse afee- alguna de ellas. tadas y no habiendo suf_r}do su Veamos las más comunes. vientre la menor deformac1on. Por Vientre abombado. cuando se el contrario, cuando en un orga- presenta saliente entre el ombli­nismo reina la atrofia, el vientre go y el pubis siendo su línea re­engorda hasta la monstruosidad, Y donda en esa parte. Esta defor­el menor esfuerzo, un paseo a ve- mación la puede producir lo mis­ces produce fatigas y mareos. mo la insuficiencia muscular que Esé orgarúsmo se verá condenado la invasión grasosa. En el pri­al suplicio de la inactividad tan mer caso será blando al tacto y perjudicial para todo func}ona- en el segundo algo más duro. miento físico, su parto sera te:- Vientre redondo, cuan~o apa­rriblemente doloroso, necesitara . rece bajo un aspecto hmchado

"" & ft"Pl!"'I 11!"'1 48

Teléfono A-4244

desde el esternón hasta el· pubis, aunque su linea parezca casi re­gular. Esta deformación también la puede producir la grasa con las mismas diferencias al tacto que la anterior.

Un vientre caído o colgante no es menos frecuente y entonces su linea en la parte inferior so­bresaldrá y será angulosa.

La grasa también es común que se acumule en la parte su­perior del abdomen entre el om­bligo y el esternón . o en la parte media sobre el primero. De todas maneras siempre presenta una curva anormal.

Otra deformación corriente apa­rece cuando la grasa se deposita arriba y abajo del vientre y forma dos curvas con una hendidura en el ombligo.

En fin, él puede 0frecer las de­formaciones más caprichosas y extravagantes, llegando en casos de gran obesidad hasta lo mons--truoso. ·

Como es natural, cuando é'Xis­ten las imperfecciones citadas, los músculos no se dibujan en la piel, resultando en todos los ca.­sos un vientre completamente li­so y surcado por rodillos grasó'l{ps a la menor flexión.

Todas estas alteraciones' G,es­aparecen al ejecutar los e;ttti­cios apropiados diariamente.

Los movimientos de flexión del cuerpo en cualquiera de sus for-

mas, ya sea levantando las P1er nas o el tronco estando acoaa: dos o suspendidos de las man en la barra fija, son recomen/' bles por su eficacia para ~ desaparecer los defectos critl dos. CI•

Muie1· ... (Continuación de la Pág. 39 J.

tico este verano, completamente s<?las. Creo que tal cosa es suici­dio para una mujer hoy".

Y como mentís al temor tan profundo por la suerte de SUJ hermanas Amella Earhart, cruza. ba el Atlántico, varios días des­pués, ~in asistencia alguna!

. Y~ io· ~e . ~1. simp~tici ~m1ga· que se enojaba y protestaba de nuestros cantos al músculo varo­nil. Ella comprenderá ahora que el mayor obstáculo que encuentra la mujer en su carrera loca en pos del record masculino, es 111' propia mujer.

Cuando yo la vea nuevamente espero su conformidad sobre mi trabajo, que está inspirado en la más sincera apreciación y fideli­dad histórica. Y si no está con­forme aún, espero verla menear su cabecita poblada de guedeJ~ ondulantes y sus ojos claro-azu­les tornarse verde-turbios en su delicioso enfado ...

Lar fiefe..: (Continuación de la Pág. 27 J.

-Desde el momento en que en­tré en esta habitación-prosiguió -me siguen por todas partes los ojos de un hombrecillo pomposo, que no hacen más que recordar­me la pesadilla de mi vida. Creo que habrá usted notado los retra­tos del almirante que adornan estas paredes, ¿no?

-Ya lo creo,-replicó Magee Y contempló con curiosidad el re­trato más próximo. Con cuanta persistencia aquel mítico _hombre almidonado entraba y salla en el melodrama del Mesón de Bald·

pa~Pues bien,-continuó Ken• drick-los ojos del almirante me acosan. Tal vez sepa usted que él acostumbraba jugar un juego ..... de solitario. Tengo razón sobrada para recordar ese juego. Es ~n juego estúpido, sin impor~nc1a. Difícil le será creer que ese ¡uego mandó una vez a un hombre al infierno. ·

~~i;;se~t~~ ~~~~;do por el medio de la historia-d1JO '.'- ~o~o de excusa.-Volvamos al prmc1pio. Hace seis años era· yo un hombr~ muy distinto del que _soy ahora, tenía como veinte anos I!lenos. :y1:~ ~flgi~~:bad:1ba~~~~;~~ Suburbano Habíamos sido mti· mos amigo; en la Unive~sidad; yo

~~e1~d~n sé~b1a e~u~ ct~~{~ab~Íe:f~ flaquezas. Yo era feliz. ~e habia elevado con rapidez, era Joven, e: porvenir se me ofrec1a color d rosa y estaba comprometido parll casarme La hija de Henry Thorn· hill, nuestro jefe, la joven q~~ usted ha conocido hoy en Bal 1 pate, había consentido e~, ser ~­esposa. Hayden fué tamb1~n pr )

rconti11,úa en la Pag. 56 ' j

c•M• ~ HA ... (el Aquí se incluyen los 1,244

millones 929.018 dólares de la Uni­ter states Electric Power C<:>, la Bethehem Steel Corp., la Pullman C9 la Niagara Hudson Light and pÓwer C9, y otras. .

Estas cifras enormes no toman en consideración_ !!l hecho de que, por su intervenc1on en la directi­va de la Pennsylvania Rallroad y sus compañías asociadas, R. B. Mellan tiene derechos sobre bie­nes adicionales que se calculan

en s~1:s~2;:;;8!3

io otro y se tendrá un gran total de casi diez mil mi­llones de dólare~. • •

Mellan no ha exhibido nunca su riqueza. No la ha anunciado nun­ca con la pompa y el fausto pro­pios de los multimillonarios nor­teamericanos.

• Cuando habla de sus negocios Jo hace con calma y dignidad. Le gusta que le tengan por hombre sencillo, como otros muchos Cre­sos norteamericanos.

"La cabeza que soporta una co-

C',., . / ~ / ,ollllOl Jel-a . .. querida ciudad ·natal. Aquélla es la tierra de Dios, nuevo paraíso de promisión.

-¿Qué aparato de radio es el que más le a~rada para oír la ho­ra "Entre Musica y Poesía"? -El radio Víctor, por la pureza

con que son escuchadas las notas trasmitidas desde el estudio. Es la obra más acabada de esta ma­nufactura.

-¿Qué novelista es su favorito y cuál de sus novelas le agrada más?

(Conttnu~ción de la Pág. 20 J.

rona tiene que ser fuerte", tanto si se trata de una corona real co­mo de una hecha por uno mismo con monedas de oro y de plata.

Según los informes oficiales, los diez ciudadanos más ricos de New York son los siguientes:

John D. Rockefeller . $850.000,000 George F. Baker . . .,200.000,000 Charles M. Schwab . ,,125.000,000 Sidbey Z. Mitchell . . ,,125.000,000 Edward S. Harkness ,,100.000,000 Vincent Astor . . . . ,, 85.000,000 Mrs. Edward H. Har-

ríman. . . . . " 80.000.óOOO J. P. Morgan . . . . ., 75.000,000 Arthur Curtis James ., 70.000,000 Payne Whítney . • . ., 70.000,000

En 1931 babia 38,650 millonarios en los Estados Unidos. Y la mayo­ría de ellos poseían más de un millón.

La población de los Estados Unidos es de 125.000,000 de habi­tantes. Es decir, que hay un mi­llonario por cada 3,260 personas.

(Conttnuactón de la Pág. 44 ).

-Muy poco he leido aún. Pero Pérez Lugín en su novela "La Ca­sa de la Troya" estimo que cons­tituye uno de los más resonantes éxitos de literatura.

Esta novela tiene el mérito in­discutible de que mientras más veces se lee, gusta más; el lector parece recordar haber vivido al­guna vez la vida universitaria de Santiago de Compostela y de las rientes campiñas gallegas.

-¿Le gusta _viajar? ¿Qué ciu-

Pianistas, Guitarristas, Mandolinistas y todos los que toquen un instrumento de música Adquieran por e.ste Método fácil y económico, enseñado por correspondencia, el mecanismo y poder interpretatívo de la misma manera que todos los consagrados de

la música l01 han adquirido.

IGNACE: JAN PAD&­R.E:WSKY, que, CO· mo todo, lo& gran de.t in..ttrvmentaH, ta., dl:I mundo, dl:s-

arrolló , u pa.smoaa t«fcntca con la ca­ll•t""IG clentlffca, t al CIUJ.l ae en.te­lla .,,. ,utemltodo.

AFICIONADOS DE LA MÚSICA Adquieran por este Sistema la coordinación preparatoria para poder aprender rápida

y fácilmente a tocar cualquier instrumento.

GRATIS A I.OS QUE RESIDEN EN~ EXTRANJERO

Dirección ·········~-· · ····· "·························•······ •••••••••••••••••••••••••••••••

············ ·· ·· ··· ····· .. ······································································ .... ~ ................. ~ ~ ....................................... ,. ... \ . . . . . . . . . ... .

Ellcantadores dientes Aliento perfumado

La admirarán a usted todas sus amistades si luce dient~ limpios y hermosos, y si su aliento es agra­dable y puro. Lo obtendrá usted fácilmente, cepillándose los dien­tes, por la mañana y por la noche, con Colgate, el dentífrico moderno y científico.

Colgate no sólo limpia los dientes y les da brillo hermosísimo, sino que además,-usted siente que su sabor agradable y delicioso le deja la boca fresca, el aliento puro y perfumado. Obtenga el dentífrico Colgate hoy mismo.

M■I Aliento lo causan a veces 10& residuos ali~ menticios entre los dientes. Colgate corrige esta condicion.

Colgatecontiene más

que los otros de igual precio. tJselo con el

cepillo mojado.

ADC3211S

dad le agradaría conocer? no reconocen en mi concepto, rt­v:al. -Me gustaría viajar no sólo por

el placer que proporciona, sino por lo que ilustra. Me cautiva el atra­yente pasado de la ciudad belga de Bruselas. Se dice de esa pobla­ción que en sí constituye un ver­dadero museo de arte.

-¿Qué espectáculo es el que más entretiene y gusta a usted?

-El teatro con la interpreta­ción del gran actor español Er­nes~ Vilc~es. Sus._ obras "El · Co­razon Manda" y "Calla, Corazón"

-Le pedimos perdón, señorita, por el rato que ha pasado usted ante el micrófono; no queremos pecar de exigentes y damos por terminada nuestra interviú, ha­ciéndole presente que aparecerá en la revista CARTELES y en el libro de interviús que se editará. luego que las candidatas nos den todos los apuntes necesarios para llenar nuestro cometido. Muc:"las gragias.

RESPUESTAS A LAS VEINTE PREGUNTAS DE LA PAG.1()

1.-Tiento.

49

2.-A José I, hermano de Napoleón. 3.-A 84.8 centímetros. 4.-Tres: dórtéo, jónico y corintio. 5.-Verdi. 6.-Carlos Goodyear. 7.-En los Inválidos, de París. 8.-A Holanda. 9.-Antillas Menores.

IO.-~~~~:f::I!it~ ':!;gtJ~ d;;:cifa~iencia y de ta voluntad, 11.-Un aboqado malo. 12.-El de Washington.

1t=ti~~~ c:;treldz~~~~os del Romano Pontífice. 15.-En Nicaragua. 16.-La milla. 17.-En el ajedrez. 18.-~a!3t.ªñol, el francés, el portugués, el jtaliano 'ti el ru-

19.-La Sorbona, de París. 20.-En España.

CAR.TELES

Dr. Jo1té Maria REPOSO.

Habana, mayo 10 de 1932. Sr. Dr. José María Reposo, Presidente de la Federación

Odontológica Latinoamericana, Neptuno 173, altos. Ctudad.

Distinguido señor: Debemos informar a usted que

el resultado de nuestras constan­tes y numerosas ,gestiones, ten­dientes a obtener que los señores doctores Leopoldo Oíz Ramos, pre­sidente de la "Unión Estomatoló­gica de Cuba", y Frank E. Hart Balot, director de la "Revista Den­tal" de La Habana nos ace11taran como tribunal de hono1, enci¡rga­do de dirimir la controversia planteada entre ellos y usted por las graves acusaciones de que lo hicieron objeto, ha sido infruc­tuoso, y esto nos obliga a dar por terminada nuestra misión.

Cuando usted nos escribió ro­gándonos que formáramos dicho tribunal de honor, aceptamos su encargo en la creencia de que los acusadores no pondrían en tela de juicio nuestra capacidad mo­ral para dar un laudo justo, des­pués de conocer las pruebas de sus acusaciones y los descargos de usted, 11 que aprovecharían la oportunidad de poder presentar ante la casi total representación de la Prensa habanera la com­probación fehaciente de las fal­tas que a usted le imputaban.

Acogimos el espinoso encargo con el patriótico deseo y la fun­dada esperanza de poder contri­buir a que se restableciera la cor­dialidad necesaria, entre la va­liosa clase profesional a que u..,te-

CARTELES

:tt ~~~~~al~,~ 19&!!2~~~!t~,~.,~~!~~ enojosa y larga cuestión suscitada entre el distinguido profesional doctor José M. Reposo una legíti ª gloria. de la ciencia dental cubana, y el grupo_ de profeso_res dentistas que lo c<?mbaten, Jormulándol ma putaciones que, hasta el presente, no han podido sustanciar con pruebas en ninguna de las oportu~it des que se les han brindado para hacerlo. Esta declaración-elocuente de por sí,-coloca las cosas en • lugar, coloca muy en alto el crédito y la reputación moral y científica del doctor Reposo y pone pun~u ' final a la cruzada que contra su buen nombre se sigue. He aquí el documento a que nos ref erimos~

des pertenecen, a fin de que pu- indebidamente el carácter de Pre- na con la aquiescencia e diera caber a la ciudad de La Ha- sidente del ,:,róximo Congreso, pa- los' CO'f}Sejos Nacionales xs:e:d~ bana la honra de ser una vez más ra .cuya celebración fué escogida los paises que la integran. Y, fi-la sede de un importante con- la ciudad de La Habana. nal~ente, su nombramiento de greso científico internacional, y Presidente del Cuarto Congre3o que en él los congresistas extran- Hemos visto, en la documenta- y las adhesiones al mismo de cen: jeros vieran a sus compañeros ción suministrada por usted, in- tenares de dentistas cubanos cubanos estrechamente unidos por formes oficiales, cartas, cablegra- prueban clarame~te que éstos no el nexo fecundo de la ciencia y mas y certificaciones de delega- ven en ustJd un denostador, stno

f ;!¡;ª~:!°'c~!~o;:t::ind

;ugf¡;.~~; ~i:ri~;o!~i~:~if:J:,~ c'f!~r~~~s~ un campanero que los enaltece. tenido que pasar por la pena de documentos en los cuales se nie- Finalizamos estos esfuerzos con declararlo a usted culpable y pe- ga que usted pronunciara las pa- una amarga nota de desencanto dirle que se retirara de los altos labras que sus opositores le atri- La produce, en nuestros coraza~ cargos que ocupa en la Federa- buyen, y se confirma que, efecti- nes amantes de Cuba, un párrafo ción Dental de Cuba y la Federa- vamente, fué electo para presidir de la_ carta que recibimos del ción Odontológica Latinoameri- el próximo Congreso de la Fede- Dr. Oiz Ramos, fechada en 26 del cana. ración. Y aun con respecto al Uru- próximo pasado abril, Y que tex-

Pero esa oportunidad ha sido guay, que aparece como excep- tualmente dice: "En lo referente .desdeñada por sus acusadores, y ción, hemos visto una copia cer- ª si el ·Dr. Reposo es o no Pre3i­ello no puede obedecer sino a una .tificada del acuerdo tomado por dente definitivo del Cuarto Con-de estas dos causas: duda de la Asociación Nacional de Dentis- greso Latinoamericano, no no.i nuestra imparcialidad Y de nues- tas Uruguayos, en el que se des- P:eocupa en lo más mínimo, pues tra buena fe, o imposibilidad de autoriza a los profesionales de di- figura entre los acuerdos de nuu­p_resentar pruebas de sus acusa- cho país detractores de usted, de- tro gobierno interior un Jura­cf.ones, las cuales, hasta ahora, clarando que en el mencic1nado mento por todos los miembros de por lo que conocemos del caso, Congreso no representaban a -Za la "Unión" de no darse por ente; se basan solo en ·l,a afirmación clase dental de aquella República. rados de la existencia de dicho personal de ellos, al hacerse so- Si estos documentos son apó- Congreso, Y no concederle la im­ltdarios de las que hicieron . de- erijas, todavía tienen tiempo los portancia que los interesados pre­terminados dentistas uruguayos, acusadores de presentar las prue- tendieron darle". que fueron fervorosos y agresivos bas ante otro grupo ·de personas No tenemos la suerte de ver­contrincantes de usted en las se- en cuya imparcialidad tengan más nos enaltecidos con un título de siones de los dos últimos Congre- Je q_ue ·za que les hemos inspirado dentista, pero aún sin pertenecer sos celebrados por la Federación nosotros. a una clase donde brillan tantos Odontológica Latinoamericana. hombres ilustres, nos satisfizo

Nosotros, mientras transcurrían En resumen, opinamos que ante grandemente que fuese escogida las continuas prórrogas que du- la inconsistencia de los cargos que La Habana para sede del IV Con­rante cerca de cuatro meses estu- a usted se le han hecho y ·por las nreso, y con orgullo veriamm vo pidiéndonos el Dr. Oíz Ramos, inexplicables evasivas con que se triunfante en el mismo a Cuba Y para decidir si nos aceptaba o no ha renunciado a las oportunida- a su digna clase dental. como árbitros, hemos estudiado des de probarlos, en manifiesto Y nos producen un asombro detenidamente la copiosa docu- contraste con las facilidades que enorme determinados juramentos, mentación que usted se sirvió po- usted !ha dado para que se le que parecen incompatibles con los ner en nuestras manos con el fin juzgue, el más severo tribunal ha- científicos avances Y el grado de de que conociéramos a fondo los bría de absolverlo de toda culpa. cultura existentes en este Jl(lü. antecedentes e inc~tes de la Nosotros no podemos hacerlo, Si no como árbitros-puesto que controversia, y hemos llegado a porque, en realidad, se nos ha re- Jué rechazado el ,arbitraje-eomo formarnos el siguiente concepto cusado como jueces; pero •sí po- periodistas cubanos hemos cum·

d~~~ J~s~;;/;J'~;~~~acio- ~!:,º; n:~f;ie juf::t~t~:t:r=:'if~ p-Zie° u~f:d, 1::~:1':s :;e:s~istingul­

~;:_. c::::~~el c~~;Z°g~e;it~eg;-:;~ ::a::~~ie:!!l::~:ieu~~pr~~hi~~ dar#fnJ~~e;g~fi. ~ni·EM: !Dla· por la Federación Odontológica. sele, y no obstante esas acusa.cío- río de la Marina".- (F) FELIZ Latinoamericana en Buenos -Aires, nes, ha sido usted reivindicado CALLEJAS, "El Mundo".-(FJ AL· el año de 1925, se expresó usted por la Federación Dental de Cu- DO BARONI "El País".-(F) MI· despectivamente de la Escuela ba, que anuló el acuerdo del Eje- GUEL A QUÉVEDO, "Bohemia".-Dental de La Habana, y en el Con- cutivo anterior expulsándolo de la ~!/d;'r d~R1f!i!?-~¡f1!fi'}¡Tif¡,

:~~o~i~ R!~ J:s1:;: ;:z;:Jr:i~ ~i~;~fitr~~mbJ:f h3~;ff'n"Jf; s!1 T. QUILEZ, "iCARTELES"-(F) M. para un Congreso Dental Inter- elegirlo Presidente de la Federa- LESCANO ABELLA, "Informa• nacional y que usted se atribuye ción Odontológica Latinoamerica- ción".

,o

11 C.llar. .. (Conttnuación de la Pág. 13 J.

~í~~~ªd!!c~~;!i~~!• Y~ei~í ~l 8;;~i2o~ del robo, ello ~ignificaría ~iez o doce años de carcel para m1. ¿No es así, Jim?

-Parece lógico. -Usted me entiende. No he to-

cado el collar, Jim. Está igual a como estaba la noche aquella en

:;rsi~/1f ~~c~!sªqu~e fis s::;-::;; fué a aquel baile de caridad. Na-. turalmente, si yo hubi~ra q~eri~o seguir siendo un ladro:.1, rungun trabajo me hubiera costado des­montar los brillantes y venderlos separadamente sin despertar las sospechas a nadie. Pero yo no hago esas cosas. Y créalo usted Jim, hay algo mucho más difícil que robarse un collar de brillan­tes: el devolverlo.

·-¿Quieres devolver el collar de Hammersley, E d d 1 e ?-inquiné somnoliento el gigantesco detec­tive.

-Sí,-eontestó ansioso Briggs,­puede estar seguro. A eso vine. Siendo usted el que trabajó en el esclarecimiento del robo, me ima­gino que le servirá de satisfac­ción el ir a la compañía que pagó el seguro y decirle: "He aquí el collar, lo he obtenido a cambio de asegurarle la libertad al ladrón que se lo llevó. ¿Qué dice a eso, Jlm?

-Ha hecho bien -en confiar en mí, Eddie. Nada hay que me gus­te más en el mundo -que se tenga fe en i:r -Con la colilla del que estaba 1uu1ando, Jim encendió un nuevo tabaco.-Tú me entregas el collar y yo te prometo que na­da · te pasará. Es más te ayudaré a ir por la senda del bien. ¿Dón• d~ está el collar, Eddie?

Briggs parecía nervioso. Era pa­tente que actuaba bajo un gran embarazo.

-Ese es el asunto, Jim. Ese es el asunto precisamente.

-¿Qué es ello? -Que yo ... no tengo el collar. -¡Oh! Este monosílabo en boca de

Hanvey tenía una expresión in• definible. Decía mucho y no decía nada.

-Yo no tengo el collar, Jim. Por eso vine a verle. Hay . . . Hay una mujer por el medio.

-Muchas veces sucede eso.­gruñó el detective.

Los ojillos de Eddie cobraron un brillo reluctante.

-¿No ha oído hablar nunca de Nell Garret?

-Me parece, Eddie. -Bien. Nell fué mi "amiga".

Estuvimos juntos durante bastan­te tiempo. La verdad es, Jim, quE yo estaba loco por ella, lo cual le dará la razón de por qué robé el collar de Hammersley. Ella lo ha­bía visto brillar sobre -el pecho de la anciana, y se encantó. Sin pen­sarlo lo robé y se lo dí como re­galo a Nell. Me expuse por ella. Si, ciertamente, y no fué en esa sola ocasión, sino en otras mu­c~as. ¿Me escucha, Jim?

-Si; Eddie, te escucho. -Ya no me llevo con Nell Ga-

rret, Jim. Es una pilla redomada que no tiene la ambición del bien como yo. No quiere abandonar su camino como tampoco ve razones P11-ra que otros lo hagan. Dice que un genio como yo no debe desperdiciarse en eosas honestas Y que no hará la más mínima cosa para ayudarme a tomar la

Los colorantes "DALIA" convierten los trajes

usados en nuevos

26 ATRACTIVOS COLORES DE MUY FÁCIL USO

EN FARMACIAS

v ~o SfDER,

IA5

ruta del derecho y la legalidad. En otras palabras, Jim, Nell Gar­ret no me entregará el collar, y mientras ella lo tenga en su po­der no podré tener tranquilidad, porque ¿cómo vivir con la ame• naza de que algún día se me ave­rigüe este asunto y me manden al emboque?

Hanvey parecía no mirar a ningún sitio concreto. Empezó a hablar como si su voz saliera des­de el fondo de una caverna.

-Tú robaste el collar y se lo regalaste a Nell,--:-eoncretó.-Tú quieres acogerte a la legalidad, pero retornando la joya, para po­der vivir en paz. Nell quiere que tú sigas siendo ladrón y en con­secuencia no te da el collar. Y tú quieres que yo obtenga de ella eesos brillantes. ¿Comprendido? -A la caja, Jim. Usted obtiene

de ella -el collar y se lo entrega a la compañía. Eso me pone a mí a salvo, y me brinda la oportuni­dad de ser bueno, sin el temor de que el día menos pensado me van a detener en la calle y me van a meter en chirona. Creo que todo hombre tiene derecho a que­rer ser honrado, si así lo quiere, ¿no es verdad, Jim?

-Seguro . . . a pesar de que otros no han sido tan vehemeptes en sus deseos como tú, Eddie.­Hanvey parecía reflexionar.-¿Si­gues frecu-entando la amistad de Nell ?

-¡No! Puede usted averiguarlo fácilmente.-El hombrecillo había estallado en furia.-¿Qué haría yo conservando la amistad de una mujer que no quiere ser honrada? A mí me molesta esa pécora. No me dejaría ser bueno. Pero es que ella tiene el collar, Jim, y yo le puedo dar el número de su apar­tamento. Allí lo guarda ella siem­pre, asi es que no se deje sor­prender si le dice que no lo tiene consigo. Yo podría ir y robárselo,

lo mismo que se lo hice a los Hammersley, pero yo sé que Nell está prevenida contra esta even­tualidad, y podría fracasar. Se figuraría que trataba de jugarle una mala partida y me entrega­ría. Pero la joya está allí. Ahora mismo si usted quiere la puede obtener, Jim.

Hanvey se levantó. -Está bien, Eddie. Puedes es­

tar ·seguro de que haré lo que me pides.

Briggs lo miró con cierta duda. -Naturalmente estoy profun­

damente interesado -en conocer los resultados de sus gestiones, Jim. ¿Podría llamarme por teléfo­no cuando tenga en su poder el collar y así hablaríamos de nue­vo antes de entregarlo a la com­pañía? Solamente quiero · estar seguro de que todo salió bien.

-Seguro, Eddie, seguro. Dame la qirección de Nell y el número del teléfono suyo. Tan pronto co­mo esté de regreso te llamaré.

Eddie Briggs le dió al detecti­ve la información solicitada. Jun­tos bajaron en el elevador y ya en la calle Jim llamó un taxí­metro. Eddie permaneció en la esquina hasta que el auto de Jim se perdió en el tránsito. Después tomó el camino de sus habitacio­nes.

Eddie caminaba con pasos _ rá­pidos y alertas. Una sonrisa bur­lona vagaba por sus labios. ·

Mabel esperaba a Eddie. Apa­rentemente la deliciosa rubia no se había movido del sitio en que la había dejado Eddie al partir hacia unos momentos. Se irguió sobre un codo, al entrar. el hom­brecillo, y sus grandes ojos se abrieron aún más en un mirada inquisitiva.

-¿Qué?-preguntó.-¿Tragó el gordo?

-Tragó,-repitió Eddie como

.... ~--r-~:í= -. ~ • • .. ---.t:::. ~, 'Brillantina

RIGAUD t6 rue de la Paix PARIS

51

un eco.-¡Vidita! ¡Y cómo! El grandísimo sapo se tragó el an­zuelo, la pita -y la caña. No verás en tu vida nada como ese hombre. Estuvo a punto de llorar. Se in­teresó muchísimo por esta perso­nita buena que quería ser hon­rada.

Los labios de Mabel se ensan­charon en una risa crepitosa. -i Botaste la pelota, Eddie !

Eres el único ladrón del orbe ca­paz de engañar a Jim Hanvey.

Eddíe asumió una actitud de persona superior.

-Fué sencillísimo, dulzura. Yo conozco mi hombre, ¿sabes? Yo sé que el punto débil de Hanvey es querer llevar por la senda del bien a los ladrones. Le hice el cuento poco a poco y cuando terminé es­tuvo a punto de besarme. Y en este mismo instante estará en el apartamento de Nell, tratando de convencerla de q•1e un hom­bre bueno como yo, no debe seguir viviendo entre ladrones. ¿No es es­to para desternillarse de la risa?

Mabel estuvo de acuerdo en que efectivamente era para dester­nillarse de risa.

-¿Le entregará el collar a Han­vey'T

-¿A Hanvey?-Eddie rió con estrépito.-¡Oye! Ella tiene tanto chance de no dejarse convencer por Hanvey, como yo tengo de dejarte de querer. Se desgañita­rá, vociferará, pero no tendrá más -remedio qtre rendirse a Han­vey, especialmente teniendo en cuenta que yo le dije al •gordo donde estaba escondido el collar. Jim retornará & su casa y desde allí me llamará por teléfono.

-¿Y tú? Eddie Briggs sacó de una ga­

veta de su escritorio algo que pa­recía ser un magnífico collar de brillantes. Lo dejó colgar de sus manos y los- últimos destellos del poniente, filtrándose por la ven­tana, hacían relucir fantástica­mente las piedras.

-Entonces llevaré conmigo es­ta imitación al apartamento de Jim. Examinaré el collar que le cogió a Nell' Garret, y al mínimo descuido del gordete haré el cam­bio oportuno. Entonces regresaré junto a ti, desmontamos los bri­llantes, y después de un tiempo prudencial, los venderemos sepa­radamente. Tan sencillo como el A. B. C.

-¿Pero podrás ... ? -¿Hacer el cambio?-Eddie se

ofendió.-¡Oh, por Dios! ¡No de­bes insultarme en esa forma! Tú bien sabes que en el universo no hay un par de manos más rápi­das que las mías. ¿No escamoteé para ti ese broche que ahora lu­ces en tu pecho? ¿No se lo quit{ de su propio busto a una mujer en la calle? Cuando has necesi­tado dinero, ¿me lo has pedido dos veces? Desde luego que el carterismo no es un trabajo en­comiable para un hombre ~orno yo. Pero no está mal de cuando en cuando, si se anda un poco falto de plata. Fíjate, Jím me cree. No estará en guardia. Puedo dejar caer el collar, y al recoger­lo del suelo, hacer el cambio. ¿Có­mo va a saber que no es el bueno? Dime.

-Pero, ¿y cuándo lo entregue en la compañía?

-Se darán cuenta en el acto. Eso no falla. Jim vendrá a mi in­dignado, a preguntarme qué es lo que· he hecho. Yo me sorprende­ré espantado. ¡Puedes estar se­gura! ¿Que pensará entonces? Pues sencillamente que Nell Ga­rret nos ha engañado a él y a mí. Pensará que Neli lo cambió

CARTEL.El

ESTIME SUS !~tf;lado apareció una sonrisa -¡Que me condenen si no es-

D JENTES ~~:J~\:~t~r~:;to, Nell Garret! -¡Cómo no!-Le indicó con un

gesto preciso una silla del reci­bidor, en la cual se dejó caer el detective.-¿Qué ocurre?

Naturalmente, sus dientes serán mú blancos con CALOX. Los dentista& dan dos razones para ello.

Primen: CALOX es un polvo, y nada como el polvo puede limpiar completa• mente rincones y hendiduras.

Segunda: el CALOX está oxigenado. Es· to impide la descoloraclón del esmalte J la lrritaclón de las enclas. AdemAII, purtflca el aliento y neutraliza todos los ácidos de la boca. Todos se enorgullecer. de su dentadura, al poco de probar CALOX. Pldalo hoy mismo a su far­macéutico.

El nuevo en­ua.se Calas riura y abre con la presión de un dedo.

-¡Oh! ¡nada del otro jueves! El placer de conversar con usted un rato.

Nell abrió los labios, pero los volvió a cerrar sin haber articula­do palabra alguna. No era tonta, no. Hanvey inició la conversa­ción.

-Entrégueme el collar de bri­llantes que Eddie Briggs le rega­ló, ¿quiere?

-¿Qué collar? -El que le robó a la señora

Hammersley. -¿Quién le dijo que yo lo te­

nia? -Eddie. -¿Cuándo se lo dijo? -Hace un minuto. Nell cogió una mano de Jim en­

tre las suyas.

GRATIS : ::1=~:.:!: un-rt~grJi!~;1,r~~~t~~61e %:::

m11e•tra de CALOX. una mala partida a nadie, ¿no es cierto, Jim Hanvey?

McKESSON & ROBBINS, lne. -¡Vaya ¡Hoy no hago más que 79 Clifl Street, Nueva York,E. U.A. oír cumplidos!•

-¿Es cierto o no? Nombre .• .• ..•.. • •.••.•• • • . ..... • .•..•.• -Sí, se dicen tantas cosas. .

-Me arriesgaré,----dijo Nell se-ca11e • • • • • • • • • • • · • · · · · · · · • · • · • · • · · · · • • • · · camente.--Quiero decir que le creo Ciudad .. . .. · · -········ Provincia......... leal. Admitamos que Eddie le dijo g~! }~r~~í~ee\

0cod\j~: veamos en

durante el tiempo que lo tuvo en su poder.

-¿ Y la arrestarán por eso? -Tal vez,-contestó Eddie indi-

ferente.-¿Suponte que lo hagan? ¿No se le debe condenar por no haberme querido devolver, cuan­do nos peleamos, el collar que ro­bé para ella? Estoy cansado de esa mujer. Siempre pensando que era mejor que yo. Cuatro o cinco años en la ratonera no le ven­drían mal del todo.

-¡Y bien !-No hay duda de que Mabel aborrecía a la mujer que le había precedido en el cariño de Eddie.

Mabel estaba genuinamente or­gullosa de su Eddie. Pequeñito co­mo era-casi insignificante~ad­quiría proporciones de héroe en las presentes circunstancias.

Ese collar de onuantes le ha­bía quitado el sueño a Mabel en más de una ocasión. No le impor­taba tanto el que Eddie perdiera 1$a pequeña fortuna que le per­tenecía por derecho de conquista como el que estuviera en pode1 de otra mujer a quien Eddie se lo había regalado en prueba de su amor.

Mientras tanto, Jim había lle­gado al pequeño apartamento que ocupaba Nell Garret. Nell en per­sor.a le abrió la puerta y le fran­queó la entrada. Era una mujer ,>equeñita, tan cuidadosa como Mabel era abandonada, tan lista como la otra obtusa. Trigueña, de pelo negro, miraba la figura cor­pulenta de Jim, con un gesto de sorpresa.

-Usted es Jitn Hanvey,----dljo con resolución.

Sobre los gruesos labios del in-

CARTELES

-Muy racll. Edctie .Briggs quie­re tomar el camino de la honra­dez. Hasta tanto ese collar no sea reintegrado, no podrá hacerlo. Eddie quiere que yo obtenga de usted ese collar y que lo devuelva a la. compañía que pagó el segu­ro. Así· Eddie podrá comenzar su nueva vida con la conciencia lim­pia.

Nell Garret dió una patada vio­ienta sobre el piso.

-¡Una rata asquerosa es lo que es Eddie Briggs!

-Tal vez ... Y puede que usted piense en esa forma, por haberla abandonado por otra mujer.

-¡Quién sabe!--contestó Nell cándidamente.-Pero no lo creo. · No es que no lo crea un espada en su "trabajo". Puede usted te­ner por seguro que Eddie es de­masiado listo para tomar el ca­mino det bien. Con esos dedos ... y ,con esos ojillos de gato. Ade­mas, los nervios más inconmovi-

~~~~/f~e~~~~º;s ~~~o co~~~/:r~ tiene sus atractivos, que es lo mismo; y un hombre como él no tiene muchas ganas de ser bueno.

-Entonces, ¿qué es lo que es­pera: Eddie, con esta historia que :~lv!.endilg¡¡.do?-inquirió el de-

Nell echó hacia atrás su bella cabeza y rió con soltura.

-Usted no conoce las mujeres bien a fondo, Jitn, ¿no es verdad?

-:-Hombre, conocerlas las conoz­co bien, pero no a fondo.

-Ni siquiera eso. Eddie no se resigna nunca a no ganar nada. Pero ¿es que usted no se ha da­do cuenta de que no es Eddie quien ha hecho toda esta trama? Es esa mujer. La rubia. Esa fe­mina no habrá tenido un solo mo-

mento de respiro desde que sabe que yo tengo un collar de doscien­tos mil pesos regalo de Eddie. Ella seguramente prefiere, diez a uno, ver el collar devuelto a la compañía de seguros, qqe saberlo en mi poder. ¿Sabe?

-Eso es ridículo,-dijo Jtm,­y tonto.

-Es de la única forma que me lo explico. Fué a usted sabiendo que era la única persona que me podia hacer devolver el collar. El sabía bien que si se confiaba a otra persona, lo traicionarían, pa­ra cobrar la fuerte indemnización ofrecida al que entregue a la jus­ticia el ladrón del collar de Ham­mersley. Hasta aqui va bien la co­sa. Pero ¿y después? Eddie habrá ganado su confianza y la de la rubia. Ella se sentirá mejor por haberme hecho la jugarreta~ us­ted se sentirá halagado por haber hecho un bien y por haber cum­plido con la compañía. ¿Y yo? Nada. Y todo por la única razón de que Eddie ha encontrado más atractivo el pelo rubio que el negro .

Jim Hanvey movió la cabeza con inl'ertidumbre.

-Tal parece que usted ha vis• to claro en este asunto, Nell. Me siento triste por usted. ¿Qué pue­do hacer?

-¡Nada! No hay más reme­dio que entregarle a usted el co­llar tal como Eddie se lo pidió, Jim. Solamente le suplico que le haga saber a Eddie que ya es­peraba yo esta jugarreta suya, conociéndolo como lo conozco y sabiendo que es una rata in­munda.

Se dirigió al cuarto contiguo sin cerrar la puerta tras de sí. Al minuto estaba de regreso, con un estuche entre las manos. Lo abrió con dedos temblorosos y sacó a la luz del día, ·algo que parecía un rayo de sol cautivo, una sarta de lucecillas resplan­decientes. Jim parpadeó más rá­pidamente que de costumbre.

-iMi madre!-exclamó el gor­do.-¡Es lo suficientemente her­moso para desear que un hom­bre no sea honrado!

La mujer lo miró significativa­mente.

-Si no se tratara de usted Jim, le .haría una proposición. ' -Y s.1 no se tratara de mí, yo

ace~tana_. '!-,o reconozco; soy de­masiado idiota para ser ladrón.

La muier rió, -Es usted un buen sabueso

Jim. Un buen sabueso. Pero créa: me no me puedo quitar a Eddie del pensamiento. Lo conozco bien Jim, y no se crea que quien habla'. es la mujer CP.losá..

-Nadie sabti,-explicó el detec­tive gordiflón pacientemente -Cualquiera es capaz de sentirse honrado aún cuando se trate del más irreductible de los bandidos.

Lo acompañó hasta la puerta. -Hasta la vista, Jim. Cuando

me vea en un apuro, recurriré a usted.

-Ven acá !ln seguida, Eddle -¿En segmda? · -Sí.

su~;ir~~z de Briggs degeneró en -¿Se lo dió? -¡Uh! ¡Uh! El recel?tor cayó sobre el gan.

cho, y tras el tiempo prudencial sonaba el timbre de la puerta del apartamento de Hanvey. Jlm en persona abrió la puerta al hombrecillo.

Eddie estaba más nervioso de lo que se . hubiera dignado con. fesar. Habia llegado el gran mo. mento. un breve esp11.r.in de tiem. po, en el que tenía que realizar el más dificil escamoteo que se le

Emplee Cera Mercolizada y Luzca un Cutia Sec:luctor La Cera Mercolízada es us indis­

pensable auxiliar para hermosear el cutis y conservarlo blanco. Apli­cando la Cera al acostarse, como "cold cream," poco a poco se vau corrigiendo las imperfecciones tale! como espinillas, manchas, descolora­ciones hasta que bajo la marchita capa ext(\rior aparece el cutí~ nuevo, claro, terso, de fina textura. La Cera Mercolizada ayuda a descubrir la belleza oculta. Saxolite en Pol,o refresca r estimula la piel. Reduce los,poros dilatados. Disuélvanse 30 gramos de Saxolite en Polvo en ¼ de litro de extracto de hamamelis y úsese a diario como loción facial. En todas las boticas.

había presentado en su larga vi­da de bandolero.

En uno de los bolsillos del saco tenía e1 collar falso que había de sustituir al legítimo que Jim Han­vey había logrado sacarle a Nell Garret. Considerado desde todos los ángulos y estudiadas todas las posibilidades, era un trabaJo sencillísimo; lo único que podna echar por tierra sus planes era el que Hanvey sospechara.

Pero lo mismo daba, Eddie es­taba decidido. Luchaba por una fortuna frente a un renombrado detective. Solamente lo atrevido del trabajo era pronóstico de triunfo; eso, y la certeza de que después de todo Jim era bastante tonto.

Se sentaron en sentido opuesto, separados por una pequeña me­sita, en el salón recibidor. Eddie luchaba por controlar absoluta· mente sus nervios algo alterados.

-Djjame verlo, J'im,-Supllcó. · Hanvey buscó dentro del bolsi­

llo de sü saco y sacó el collar de Hammersley. El reflejo de los brillantes titilaba en los ojos de Eddie.

La mano de Eddie fué hasta el bolsillo donde guardaba la imita• ción. Allí estaba lista para el cam· biazo. Miró a Hanvey y vió que el detective pestañeaba más des­paciosamente que nunca. Pare­cía aue se iba a quedar. dor~do.

-Hermoso, ¿no es verdad, Ed· die ?-recalcó Jim.

cafmi~;o~ce~nJGe:~n~8~~ti~Jg

-Buenas noches.-Y mientras se dirigía en busca del elevador ~iJ8i81n volver la cabeza:-¡Adiós,

Antes de media hora estaba de regreso en su apartamento, llena 1~ mente de la oromesa que ha-

estas palabras que surtieron en Eddie los efectos de una bomba:

r~féf~~~~o a Eddie. Lo llamó por ,

-Déjame ver el que tienes en el bolsillo, Eddie. Estoy rabiando por saber si es una buena imi­tación.

Velo • 1 d Justicia Correccional

Martínez Illa, ex jefe del Depar­tamento Gráfico de la Secretaría de Obras Públicas, circulaba con su auto por la Calzada de Infanta, cuando otro automóvil procedente de una de las vías perpendicula­res, irrumpió bruscamente, ha­ciendo el choque inevitable.

Consciente de su derecho--por­que los que circulan por las Cal­_zadas tienen preferencia sobre las demás vías--M. TIia solicito el au­xilio de un vigilante, dirigiéndose a la Estación para formular la de­nuncia.

Al día siguiente, comparecieron ante uno de nuestros más simpá­ticos jueces, el acusador, el acu­sado y el policía.

En su pose característica, el decrépito doctor escuchó las de­claraciones, limitándose a desig­nar un perito para que tasara el valor del daño.

En la segunda comparecencia, después de leída el acta, el cono­cido Juez dirigiéndose a la parte acusadora, dijo:

-Según el informe pericial, la máquina no tiene averías de con­sideración ; por lo tanto, ¡ab­suelto!

-Pero. . . señor Juez-.exclamó Martínez Illa sorprendido--{lue yo se{la nadie fué a reconocer mi maquina, que es la que resultó averiada. Soy el acusador y en­tiendo que por un error el auto­móvil examinado es el de este ca­ballero. Usted debe enviar los pe­ritos para que vean el mío.

Entonces, el Juez, honrando con un gesto de imbecilidad la memo­ria de Mr. Magoon y elevando el tono de la voz, se inclinó sobre la mesa, interrogando :

-¿Y usted quién es para decir­le a la Justicia lo que tiene que hacer? ...

Un par de botas, ¿verdad?

Son para 1uyu, al Golf, peru en este caso sirven para recor­darles a los 60,000 automovilistas que leen estas boberías de VE­LOCIDAD, que en La Habana to­do lo relacionado con el tránsito Y la circulación está hecho con los p~es.

Matrículas de

Automóviles, Camiones y Omnibus ( sin incluir los

Estados Unidos)

~~$$~~$~.(~$$"~~$$~$~$"~$-...~

j{~ia~nco~::gt~1eC:'1~rc~~e <1,,~esr!!~-: CEf'::;:i'.~~o ct.g:::,,/:er~i:: /g~/:ta "am.~ As!, el hombre que proclama, orgu- iefe. El chófer, acaba con la ezis-

lloso, "haber aprendido a maneíar en tencia de su patrón, le desbarata la et.os horas", protesta constantemente máquina, pone en peligro de muerte a de lo poco que gana, sin pensar que sus seres mtis queridos, y finalmente, el jornal que percibe está ajustad.o a se da el gusto de leer en el periódico: sus dos horas ele escasos conoclmien- EL CHOFER SALIO ILESO. /Cualquier tos! tiempo ;pasad.o . .. etc .. ete 1

"-~~~~.$,~-8,~~"-.&':&~~~~~~,&'.&~~;-.8 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~,&~~~

'

Apague el motor para .echar gasolina ...

y ahorrará el disgusto de ver su automóvil tal como aparece este 6mnibus.

'H

a

MARIBLANCA HA DICHO :

"Comprendo perfectamente que la simpatía de la gente mediocre se gana adulándole y mintiéndole, y gue, por el contrario, la estima­cion de los honrados sólo se ob­tiene a cambio de verdad y de sin­ceridad".

Utilizo este párrafo para contes­tar públicamente una carta que he recibido, firmada por un co­nocido político "criollo".

En ella me invita a hacer polí­tica, aduciendo como razones fa­vorables a su propósito, el viejo cuento de los "pinos nuevos", la facilidad con que hablo velozmen­te, la agilidad mientras actúo y lo que él estima "mi popularidad".

Disto mucho de ser popular, pe­ro aunque lo fuera, estoy seguro de mi incapacidad para ser "po­pulachero".

Me interesa más la crítica de un intelectual, que el aplauso de la plebe y no hago política de la que se hace en Cuba, porque he com­probado que el cáncer de las na­ciones son los partidos políticos y esta afirmación me resta valor para entrar como lobo, en la jau­ría .. .

EN EL CIELO

Cuando San Pedro le preguntó asombrado al pecador Diego Pé­rez: "¿Pero será posible, hijo mío, que no tengas enemigos en la Tierra?" éste le contestó:

-No los tengo, Señor Santo. Jamt.s hice favores a nadie ni supe lo que fué un solo rasgo de generosidad y mucho menos de nobleza.

Y San Pedro, que por aquel

::~~~di~a 1:e~i-~n uv~rd::sEX, Y lo dejó pasar ...

EMPRESA "CUBA"

Pasajeros transportados duran­te el mes de abril próxinlo pasado:

1.935,757.

;:;)&-~~~~&'~~",&~~~~~~~~

.:){ACE unos días fuimos llamad.os por ~tn Juez para que explicáramos el

origen de_ un accidente en el que per­dió la. vid.a un funcionario judicial. Sostuvimos que el accidente había co­men_zact.o cuatro a,ios atr4s, cuando la victima com~nzó a dar ·vueltas por los repartos, guiad.o por un chófer i,¡ez­perto, Y el Juez quedó convencido et.e nuestra afirmación.

Cursos de $l6.70 y ll6.05.

CARTEUII.

Si sus ojos necesitan atención venga a vernos; se los examinare• mos sin costo alguno. No im• porta lo que Ud. quiera gastar:

siempre le prestaremos el me• jor servicio, la atención es•

crupulosa que los ojos requieren.

/ ~·-··~ _., ...

~ :.~

~ev ~ Es la . º'1, ~e.¡a -~

película '1-1q '.1 --J' para la fotografía perfecta. ·"

El Roll-Filrn Gevaert, debido a su sensi­bilidad, produce fotografías mucho más precisas y da detalles que no se pueden

obtener con ninguna otra.

Los nuevos rollos 116 y 120 tienen 8 exposiciones y los darnos al mismo precio que los de 6 exposiciones. Los fotógrafos profesionales pueden obte• ner materiales de primera calidad sin

mayor costo.

Pruébelos y se convencerá que no tenemos competidores en calidad.

Revelamos e imprimimos Representantes para Cuba:

Belga Photo, S. A. O'Reilly. 90. Habana Teléfono: M-8840

CARTELES

.. . Un demonio se sienta por las noches en mi pecho cuando co­mienzo a adormecerme. Soporto todo el peso de un crimen. ~o puedo quedarme solo en mi ca­marote. ¡Esa cara de muerto me acecha! ¡El humo, el divino l;lumo no tiene ya poder sobre m1 ! No es él quien ha engendrado ese espectro. Pero el espíritu del muerto se ha alojado en mi Y succiona mi vida como un pulpo goloso.

... ¿Es posible que un ser se convierta en la presa de una fuerza tenebrosa oculta en él, en­lazada a él y que pueda "actuar" por él? Me siento dispuesto a eje­cutar actos extrañamente invo­luntarios.

El médico de a bordo me ha prohibido salir de mi camarote. ¿Quién me libertará de la angus­tia sentada a mi cabecera?

* • *

Esta noche, por primera vez desde que salimos de Trinidad, he dormido-dormido con un sueño profundo-sin fantasmas, sin an­gustias. Al despertarme, el médico estaba a la cabecera de mi lecho.

-Me siento mucho mejor-le dije.

Sonrió. -Sin embargo, ha pasado una

noche agitada. -No lo creo, doctor. Y solté una carcajada.

Pero el médico habla:

(Conttnuación de la Pág. 19 J.

tardado~ .. algo bajo lo normal. La respirac10n regular, como la de un hombre que duerme con sue­ño nat~ral. .. ¿Y no conserva us­ted memoria de todo eso? . . . ¿ni el menor recuerdo, ni el más 11. gero rastro en la, conciencia?

-Absolutamente. Tengo sólo la b~~esión de haber <,lormido muy

-¿Ha tenido otras crisis de so­nambulismo?

:__Que yo sepa, no. -¿Ha experime.ltado última­

mente una fuerte conmoción co­mo para determinar un shock. nervioso. . . alguna idea fija u ob­sesión?

Vaciló al responder. -Hable . . . ayúdeme. ¡Estamos

en un terreno tan obscuro! ... No . puede descuidarse ninguna indi­cación. Veamos . .. Concentre to­da su atención... ¡Es usted un "sujeto" de primer orden! ¿sabe usted?

El "sujeto" habló.

Ese chino ayudante del cocine­ro, no tenía, según parece, una situación regular a bordo y ni si­quiera figuraba en las listas .. Con alguna culpable complicidad se introdujo en el barco durante la escala.

Se hizo un registro en su equi­paje. Se encontraron dólares en oro, .una navaja manchada de sospechosa herrumbr? y en fin, un pasaje de entrepuente a nom­br~ de Tich.

El hombre no confesó, pero uno de los culis repatriados lo reco­noció, por haber trabajado cinco años con él y Tlch en las minas de betún.

Está en un aprieto.

* * * Es un hecho. En Colón entre­

garon el chino a los americanos que lo devolverán a la policía in­glesa.

Quise ver el rostro de ese hom• bre. ¿Es un hombre o es un ani· mal de carga convertido en un

an~~i~ {aªz~!':i~ grande del poli• cía, el celeste no es más que una cosa blanda y estropeada, buena para la soga de la horca en breve tiempo. Su cara es igual a las , doscientas del entrepuente, igua~ • a miles que he encontrado en m1 camino. Pero cuando pasó ante mi con la cadenilla de acero en los puños, la luz oblicua de sus ojos me atravesó como una fle­cha.

* * *

-A media noche el capitán y yo nos quedamos rezagados en <.>l puente. De pronto la puerta de su camarote se abrió y usted sa­lió; usted, o por lo menos su apa­riencia terrestre, vestido con un pijama a rayas. Debo decirle que había cierta brusquedad en su andar y que yo no pude resistir al deseo de seguirlo de cerca, sin despertarlo, no obstante, porque querido amigo, usted dormía de píe y me ofrecía un interesante fenómeno de automatismo sonam­búlico. Sus pasos eran rápidos e irregulares; parecía orientarse a maravilla y lo vi tomar el camino del entrepuente. Ante los culis dormidos. se detuvo un instante y respiró muy fuerte. ¡Ah!. .. ¡así! Luego corriendo, ganó la es-· calera de hierro que lleva a las máquinas, de allí a las cocinas e hizo alto ante un camarote en que duerme el ayudante del coci­nero, un chino recientemente en­

.rolado a bordo. El corredor es es­trecho y sombrío: el calor hacía brotar gruesas gotas de sudor so­bre su frente. Y su actitud se hi­zo repentinamente dramática. Dejó usted escapar un gemido; levantó los brazos retorciéndolos con gestos de desesperación. Des­pués subió con lentitud por el mismo camino y parecía que le costaba trabajo avanzar, como si alguien le tirara hacia atrás . .. Lo see:uí hasta su camarote. Se extendió en la litera con los ojos muy abiertos y sin embargo, no advertía mi pre_sencia. !Enfoqué sobre su rostro la luz de mi lin­terna eléctrica de bolsillo y ni el menor estremecimiento agitó sus párpados. Noté entonces una ri­gidez cataléptica en sus brazos y piernas. Me incliné y ausculté su corazón : los latidos estaban re-

El Mary-Green ha reanudado su ruta. Esta noche he sentido en la brisa del oeste, el olor de

la E~~~~cif :t'i!~~inado, fumado felizmente. Mi espíritu desligado de todo lazo material, se mueve libre, sutil, aéreo, a través de !mios espacios estrellados. Para pensamiento, el mundo es tra~s­parente como una esfera de cris­tal.

He vuelto a encontrar la paz del Loto.

* * * NOTA:-Estas páginas est~n

extractadas de unos apuntes, sin fecha ni firma, abandonados en el armario de un camarote.

rversión del francés por Ma­tilde Martínez Márquez.)

LA MAGIA AL ALCANCI: Di; TOD01 LA CIENCIA EN LA FA.t<.MACIA

I A ciencia de la Farmacia surgió de la Química y de la Medicina. En los tiem­pos antiguos se confundía

con la Medicina Y estaba ligada con la Astrología y la Magia. Más tarde, con. el 'desarrollo de la_ Al­quimia y fmalmente de la Qmmi­ca la ciencia de la Farmacia vi­no' a ocupar su puesto científico.

Nos dice la historia que puede considerarse a Galeno, el médico de Marco Aurelio y de Septimio Severo, como el padre de la Far­macia. Sus obras contienen infi­•lidad de medicamentos y fórmu­las que aún se usan hoy día. Se distinguía una parte de la Far­macia con el nombre de "galéni­ca", estableciéndose así una dife­rencia de la Farmacia "química".

Entre los árabes, la cuna de la Farmacia fué Bagdad. Antes del califa Almanzor, los árabes se de­dicaban muy _poco a esta ciencia. El primer qu1mico de los árabes vivió en el siglo vn, Mussah-Ja­saral-Soli y era .>riginario de la Mesopotamia. En su obra sobre la Alquimia, se mencionaban mu­chas preparaciones mercuriales, tales como el precipitado rojo, el sublimado corrosivo, el ácido ní­trico, el ácido nitromuriático y el nitrato de plata.

LA MAGIA COMO CIENCIA

Generalmente, la Magia no es reconocida como ciencia, pero yo la reconozco como tal, la consi­dero así porque estudiándose sus principios fundamem;ales vemos que la Magia, en realidad hace uso de medios físicos de casi to­das las ciencias: la Mecánica, la Química, la Electricidad, la Opti­ca, la Acústica, etc., etc. Su verda­dera aplicación científica está en el estudio de la causa por sus efectos. Una minuciosa observa­ción nos llevará a la comprensión ~l!;~ia~e que en realidad es una

Aparte de que el ilusionista se aprovecha de los recursos de las distintas ciencias conocidas hasta hoy para llevar a cabo sus efec­'tos aparentemente apartados de las leyes naturales, el ilusionista moderno usa también, y en gran escala, de la psicología humana, de la influencia de la sugestión y del grado imaginativo del ser hu­mano. De manera hábil e inteli­g~nt~. lleva la imaginación del publico a donde él qulere y hace pensar y creer a su antojo.

Si nos detenemos a pensar y observar un poco, notamos el im­P~rta!J,_te papel que juega la ima­gmac10n del hombre en la forma­ción de sus ideas.

Un ejemplo bastante común respecto a lo imaginativo que so­mos, es algo que sin duda alguna casi todos nosotros hemós expe­rimentado. Me refiero al hecho de encontrar una persona en la ca­lle, la saludamos y le interroga­mos: "¿Qué tal? ¿cómo está us­ted_?", creyendo 'que era nuestro amigo Juan. Tal es el parecido de este hombre a su amigo Juan, que u~ted, "imaginativamente", había

(~s~~ó~l sri;:r~ J:i~o~n s~~a~~::~ nos __ visuales, sino con su imagi­nac1on.

Si usted hubiera visto quién, en r~alidad, era esa persona por me­dio de sus sentidos naturales de percepción, habría comprendido el gran parecido con su amigo Juan, pero que n_9 era él en persona.

.l!._or e/ PROF.

GIL Jab (agua de rosas), kafur (alcan­for), etc.

Gracias a las relaciones esta­blecfüas entre Oriente y Occiden­te, abundaron los productos im­portados de Oriente.

En aquel período arábigo se pu­blicó la primera farmacopea, que también nos dice la historia que pudo considerarse como el punto de partida de todas la& farmaco­peas escritas con poster-ioridad. °'"' Como bien se ve, la propia cien-

. cia de la Farmacia fué evolucio­nando en tal forma que se vino desligando de la Astrología y la Magia, al igual que ha ocurrido con casi todas las ciencias.

La solución de esta bonita suerte es muy sencilla 31 no requiere gran habilidad. Como la varita que ha de usarse es negra, se toma una hebra de hilo fino, del m:3mo color, 31 se pega con lacre 11 un extremo de aque­lla. Este hilo e ~be ser de doble tamaño que la varita . :;e tomo con la mano izquierda la varita por el extremo opuesto a aqut!l donde se pegó el hilo, Y con la mano derecha se sufeta disimuladamente el otro extremo suelto del hilo. Después se Inserta el anillo en la varita por la punta don­de está pegado el hilo. La figura N• 1 ilustra de manera gráfica cómo debe hacerse esta suerte. Para que el anmo suba y ba1e a travt!s de la varita, todo lo que hay que hacer es separar 31 acercar disimuladamente las dós manos simulando con Za mano derecha que se le están dando pases mag­néticos al anillo

AL EXPERIMENTO N9 10

LA CORR.EA ENGANADORA

Si el lcir.z es insertado e11 la vuelta A, todo lo que hay que hacer es tomar exclusivamente el extremo del cinturón que apa­rece marcado en la figura Ne 2 con la letra c, 31 darle una vuelta hacia la i;i:quierda en la forma que Indican Zas flechas 31 Za linea de puntos, defando el extremo D en su mismo lugar. Cuando el ex­tremo C haya dado la vuelta, se une con el extremo D y setira de los dos suavemente.

t> !;z láre .iu~~~'":-t!,;;/"e1 sil,;~ en la vuelta A, se inserta en la vuelta B, el caso es más sencillo. Se unen de prime-

- - - - -- +. ~.,! nf:";cttn11 ".:! t~8 de~~~;

desenroscando el Zazo. Y también en esta ocasión el lápiz quedará libre. '

En apoyo de esta teoría, daré otro ejemplo común:

Cuando una persona lee en los periódicos algo nada h',onorable acerca de alguna persona de qulen se ha tenido un alto crite­rio, el primer impulso que se pro­duce es creer al periódico. Proba­blemente, usted diría: "¿Qulén hubiera pensado que el señor . . .. estuviera mezclado en una cosa de esa naturaleza?" Después de esta creencia, puede que le venga la reacción y el pensamiento de

que tal vez usted no det,a creer lo que dice el periódico. Con cuán­ta frecuencia admitimos un crite­rio desagradable sobre alguna persona por habérsenos repetido su mal proceder, sin inclinamos a la duda:

A los medlcos y filósofos arabes que sucedieron a Mussah-Jasarel­Soli se debe el impulso dado a la Farmacia por la Química. Intro­dujeron en la Farmacología los nombres de alkoal (alcohol), dju-

EXPERIMENTO N9 11

LO QUE NUNCA USTED VIO Y JAMAS VOLVERA A VER

han A;¡~c~~ ~~ Pv~~~c~ :Ji! ~~e~e!\:e ~s;~!~efa;1f~ 1~u;0~~~~ a ver, ni tampoco persona alguna lo podrá ver después.

EXPERIMENTO NQ 12

LOS CARAMELOS POLICROMOS

Muéstrense 3 caramelos (pero no se los coma antes) envueltos en 3 papeles de colores, o sea uno en papel blanco, otro en papel

az:i tr:~t!~~!~d~~ f:P;¿li~!º·de espalda para el público y un es­pectador le dará entonces un ca-

d!~~10c~~;e~~e~~~~it:fº~olJ;.~d~! decir, s1 el caramelo está envuelto

sa~e en s~guida que es rojo, si en e~a~~E.e11!~c°ó :1st:~s:~ritt!~: bien sabra que es azul. '

. Este experimento p_uede hacerse hasta con una venda en los i~º!;te~::i1~ t~~~1~!~~ta no pueda ver nada en absoluto. El efec­

El profesor Gil le explicará en el próxima. número de CARTE­~:s~ffto~anera de llevar a cabo los dos e,cperimentos anteriormente

55 .

Por otra parte, analizando mi­nuciosamente las distintas etapas

· de todas dichas ciencias, llega­mos al convencimiento del hecho real que la Magia tuvo gran rela­ción con ellas y a pesar de los tiempos y las ·civilizaciones, ac­tualmente poseemos supersticio­nes que en más o menos grado ejercen su influencia en nuestra vida diaria.

Después de haber hecho algún estudio de lo que la historia nos tiene reservado sobre el origen de la Magia y su relación con las ciencias, pasaré a tratar a la pri­mera como ciencia, tal vez no ad­mitida por nadie más como tal, pero que expondré mis razona­mientos en apoyo de mi criterio, con toda la lógica que humana­mente sea posible.

En mis próximas divulgaciones de la Magia como ciencia. trataré

, C;onunúa en la Pág. 58 )

LAS CARTAS FANTASMAS

Se toman 4 cartas "del número 3; 111 muestran en forma de abanico; enton• ces se coloca un As encima del primer 3, se quita ésta a la vez, se sop!" doa veces, 31 todos los 3 se convierten en Ases, como obedeciendo a la influencia de simpatía del primer As. Después se coloca una carta en blanco. que no tiene figura ni por un lado ni por otro, se sustituye por Za primera carta As, se sopla sólo una vez y ahora todas las figuras desaparecen, es decir, s011 blancas completamente. Se puede toma, de nuevo el 3 primero, que hablase desechado, y todas las cartas volverán a ser 3 como al principio. Ha. de adver­tirse que las cartas no tienen figura nada más que por un lado, pudiendo el prestidigitador mostrarlas en todos momentos por un lado 31 por otro, 31 sin embargo, las figuras aparecen 31 desapa­recen a voluntad del artista.

GRATIS Recorte el cupón que aparece abajo •

envie S sellos de correos de a 3 c. para cubrlr el franqueo y costo de las cartas, Y el profesor 011 le obsequ1ari con este asombroso Juego de cartas.

Profesor Gil, Revista CARTELES. Habana, Cuba.

Le envio adtunto s sellos de a 3 c . para cubrir el franqueo, etc., a f i n de que me remita las cartas que son necesarias para llevar a cabo el exper.imento N• B, LAS CARTAS FANTASMAS.

Nombre , . ......................... .

Domicilio ... . . . .................. .

Ciudad. . • • • • • • • . . • • Pafs . ......... .

CARTLLE:S

N ovedad-8 exposiciones por el mismo precio de 6

La Película V erichrome Kodak tiene 2 exposiciones extra por rollo

Loa rolla• de I esporiclonu vi.nen tanto.,. P~ncula JCodlllt N. C. (lo "'"t.nte) CMnO m la nuno yrdpldo Y•khrom•. omba•m lo• tarru,flo16•9y6.5sll c:m.

MI LES de aficionados tornan ahora instantá­

neas mejores porque emplean Película Verichrorne Kodak.

Sí, hasta el principiante con la cámara más económica ob­tiene fotografías que sorpren­den al veterano.

Ahora, esta nueva y notable pell­cula proporciona dos oportunidades más . . . sin aumento ds precio.

Bastará probar la Verichrome en

la primera oportunUlad; y la opor­tunidad puede ser inmediatamente,

· porque haga mal tiempo o bueno, llueva o truene, la Verichrome pro­duce buenas instantáneas bajo malas

· condiciones de luz. En las casas de artículos Kodak

tienen Película Verichrome en rollos de 8 exposiciones : la tercera parte más de película en los dos tamaños más populares : 6 x 9 y 6.5 x 11 cm. Fabricada por un procedimiento exclusivo de la Kodak, no hay pelí­cula "como" la

Verichrome

Kodak Cubana, L'td., Zenea 236, Habana

CARTE:LES 56

lo, Siete ... (Continuación de la Pág. 48 ).

tendiente.ª su mano, pero cuan. do anunciamos nuestro compro ' miso vino a felicitarme como to: do un hombre y yo creí que SUB palabras eran sinceras. Un día Hayden me dijo, que habia una forma de hacernos ricos pronto arriesgando poco. Era un asunto que no estaba del todo dentro de la ley; pero era una de esas cosas que otros hacen a diario y Hayden me aseguró que como él había arreglado el asunto, no existía el ml:nor peligro. Mi gran pecado fue que convine en correr el ries­go. Pecado que he purgado larga y duramente, señor Magee.

Hizo otra pausa durante la cual estuvo contemplando el fuego con fijeza. Magee volvió a notar las sienes grises y las huellas de la fiebre en sus mejillas.

-Pues bien, hicimos el negocio -prosiguió.-Durante algún tiem~ po tod!) marchó bien. De pronto, una fria noche de marzo, Hayden vino a verme y me dijo que era· seguro nos iban a descubrir. AJ. gunos de sus planes habianse tor­cido. Entonces yo confiaba en él ciegamente; era el hombre con quien yo había pasado largas ve­ladas en nuestra énoca de estu­diantes, tratando de resolver el enigma de la inmortalidad, y to­dos los grandes problemas que los jóvenes se plantean en esa época. No tengo la menor duda hoy de que me decía verdad al afirmar­me que estábamos en peligro de ser detenidos. Convinimos en ver­nos a la noche siguiente en el Club Argots y decidir lo que íba­mos a hacer. Nos vimos en la bi­blioteca del club. Hayden vino del adjunto salón de juego, donde había estado contemplando al al­mirante chochear sobre su eterno solitario. El viejo había llegado a ser parte integrante del club, co­mo un mueble, como el portero, como el gran candelabro de1 sa­lón. Nadie le ponía atención; cuando queríai hablar con los jó­venes de su famoso juego todos le huían como a la peste. Pues bien, como le iba diciendo, Hay­den vino a buscarme y en aquel momento el almirante terminó el solitario y se fué. Estábamos so­los en la biblioteca. Hayden me dijo que había reflexionado sobre el asunto y que no veía otra sa­lida que huir de Reuton para siempre. "Pero", arguyó, "¿PO! qué marcharnos los dos? ¿Por que truncar nuestras dos vidas? Mu­cho mejor seria", me dijo, "que uno solo asumiera la culp9: de ambos y se marchara". T?dav1a lo estoy viendo, lo rara y pallda que le lucia la cara a la media luz de la habitación; cómo le tem­blaban las manos. De los dos yo era el más sereno. Acepté su plan. Hayden me condujo al salón do~­de había estado jugando el almi-

~r:1t:iiaNo~ag}~ig~1:;~s p:q::et:er~ naipes boca arriba. Hayde~. cogi~ el más próximo y lo bara¡o ner viosamente. Su rostro_ era como la nieve de la montana. a

Kendrick cerró los ojos Y f s: ,.ee lo miró en silencio con ª ti~Me tendió el paquete-prosi­guió el desterrado en voz qued:;. y me dijo que sacara una ca ra Añadió que si la carta era neg·a' se marcharía él. "Pero si es ro¡ ' David,"-me dijo,-''.entonces . ic; tú. . . tienes que irte". Sin alie~ió casi saqué una carta. Transcu

un minuto antes de que me atre­viera a mirarla. Al fin la volvi y era ... roja. ¡Dos manchas rojas! Me parece que un hombre no se da cuent_a_ nunca en el acto _de lo que sigmf1can mom_entos asi. ~e acuerdo que yo seguia mucho mas sereno que Hayden. Fui yo quien tuve que darle áni!llº· Hasta pro­curé bromear con el. Pero su cara estaba lívida como la de un muer­to Al principio apenas habló; 1uégo, de repente, se volvió lo más charlatán del mundo. Lo dejé ha­blando sin freno, y salí de Reu­ton; y dejé a la much3:cha con quien estaba comprometido.

Para romper el silencio que si­guió Magee se inclinó hacia ade­lante y removió el fuego.

-No· quiero cansarlo, - dijo Kendr!ck, tratando de sonreir.­Fuí "a•una -pequeña población de Sud América. Con aquel país no habla tratado de extradición. Me pasába el día fumando y bebien­do 11~ el balcón de un hotel im­posible y otras veces andaba a tientas por los caminos que con­ducen al infierno. Transcurrido un año escribí a Hayden. Este me instó a que siguiera donde esta­ba. Me intimaba en su carta que lo que habíamos hecho pesaba so­tite mis hombros. Sentí la mayor ,ergüenza y la más desoladora infelicidad. No me atrevía a es­cribirle a ella. La había deshonra­do. Le pregunté a Hayden por ella y me contestó que en breve se iban a casar. Al recibir aquella noticia no quise volver más a Reuton. Deseé morir. Los años :,asaron por el balcón de aquel hotel imposible; ¡seis largos años! El primero lleno de amargos re­cuerdos de un naipe rojo que danzaba diabólicamente ante mis ojos cuando yo los cerraba; el úl­timo con un lancinante deseo de regresar al mundo que había de­jado. Por fin, hace unos meses, escribí a otro amigo y compañero de colegio, Drayton, contándoselo todo. No sabía que lo habían he­cho fiscal de Reuton. Me contes­tó con una carta llena de piedad y al cabo supe la verdad horrible. No había sucedido absolutamente nada. La falta que cometimos ja­más se descubrió. Hayden me ha­bía engañado. En eso como en lo de su compromiso con Myra Thornhill. En esto último lo que hizo fué fingir una realidad con lo que ·era sólo su más ardiente deseo. Ya puede usted imaginarse mis sentimientos. Seis años en una tumba, una especie de tum­ba de opereta, contra la que ba­tía eternamente la resaca y en la que no se oia más que el m"\lrmu­llo de las palmas. Seis años pa­ra nada. Seis años mientras Hayden, más culpable que yo, seguía gozando de las cosas bue­nas de la vida y cortejando a la joven cuyo amante había él des­terrado. No perdí tiempo en re­gresar. Hace tres días penetré en el despacho de Drayton. Me ha­llaba dispuesto y deseoso de que el mal que Hayden y yo habíamos hecho se hiciera público. Drayton me informó que legalmente no había habido delito, que Hayden había arreglado a tiempo las co­sas y que a nadie habíamos de­fraudado. Y añadió que, en su criterio, cualquier falta que yo hubiera cometido estaba más que expiada con mi destierro. Y yo también así lo creo. Acto seguido ~e explicó la trampa que le ha­b1a tendido a Hayden aquí en el Mesón de Baldpate. Yo le rogué que me permitiera ayudarlo. Lo demás usted ya lo sabe.

-Sí, me parece que sí,-convi­no Magee.

f '

/ ( . .\,

/-

,i\ ~

Un baño perfecto , requiere maestría

••. y productosjohnson & Johnson Son productos que deleitan a los niños, porque están hechos especialmente para ellos. Su piel, tan extremadamente delicada, los necesita: - el jabón con su agradable espuma, la suaviza ; la

.. ~ Po~ I Crema quita todo ardor e irritación y corrige el ~:_ f,,f,~J> salpullido ; el Polvo, de purísimo Talco italiano ~~ N -u -- superfino, suave y fragante como el jazmin, re• ~..:;- _,,I fresca la piel y trae un delicioso bienestar. De los

¡_¡~~J~SE~ ~ ·· WeR d Job6n pua ,t bafu>, notuNI•

.., .,, , ~ • •

0

;¡, mente; la Crema después de secarse, ~>.::.i: (.~r,::; y el afamaJo Polv.:. al final, y siem•

pre que se le cambie la ro pita al nene.

-Le he contado la historia en­tera,-replicó Kendrick - y sin embargo a mí me parece que to­davía no está dicha toda. ¿Por qué se habrá matado Hayden? Cierto que me había mentido, pe­ro la vida le sonrió siempre, y di­fícilmente lo creo capaz de ma­tarse sólo porque se haya descu­bierto 1'll engaño. ¿Habrá algún otro acto de crueldad de su par­te, alguna porción de la historia que no conocemos? Tal vez.

Guardó un momento de silen­cio.

-De todos modos, le he dicho a usted cuanto sé,-prosiguió.­¿Debo decírselo también al juez instructor? ¿O dejaremos que el suicidio de Hayden pase como simple resultado de su complica­ción en este asunto del soborno? Solicito su consejo, señor Magee.

-Mi consejo-replicó éste,-es que no asombre usted a ningún pomposo juececillo de aldea con las complicaciones de su desven­turada historia. No, que crean que Hayden se mató al ver que las mallas de la justicia se cerraban sobre él, que le caía encima la ley que castiga a los concusiona­rios ... de vez en cuando. Señor

Kendrick, créame que estoy sin­ceramente a su lado. ¿Sería es­perar demasiado-y esto diciendo miró para donde estaba Myra Thornhill sentada junto al pro­fesor-que la vida todavía le re­serva su mejor parte, que de la ruina en que lo ha convertido ese mal amigo puede usted sustraer aún un poco de felicidad? ·

Kendrick sonrió. -Es usted muy bueno,-dijo.­

Dos veces nos hemos encontrado y combatido cuerpo a cuerpo en la nieve y no le guardo rencor por haber sido las dos veces el ven­cedor. La vida en una ciudad tro­pical, señor Magee, no es precisa­mente para fortalecer los múscu­los. En otro tiempo tal vez el re­sultado habría sido muy distinto. Si, la señorita Thornhill me ha esperado todos estos años creyen -do fielmente en mí. Es una leal-

;f:. -~e u~ter::ie n~o:~~~~J.ª~\~ sabe por qué me marché, y por qué estuve alejado tanto tiempo; y está dispuesta a casarse con­migo. Yo volveré a la administra­ción del Suburbano y trataré de sacarlo del desprestigio en que ha caído. Sí, no es demasiado para

mí (y para usted en su bondad) esperar que una gran dicha me aguarda aún.

-Créame que me alegro de to­do corazón-replicó Mag~1; con juvenil entusiasmo -extend1endole la mano.-Siento haberle echado a perder su pequeño juego aquí,

~e.:.'.:c~~prendo,-sonrió Kendrick. -No por eso me merece usted me­nos estimación. ¿Y quién sabe? Tal vez resulte la solución mejor.

¿Sería cierto? Magee se dirigió a la ventana, meditando en el raro enmarañamiento de los su­cesos que todavía no se habían desenredado del todo. Cierto que los ojos de la muchacha eran de un azul tan honrado como bello, pero, ¿quién sería ella? ¿Dónde estaría en aquel momento? Lavo­luminosa figura de la señora No~­ton movíase inquieta cerca de alh: abriéronse sus ojos abotargados.

-Señor Magee-díjole al descu­brir su figura junto a la vent3:na -usted ha sido un buen amigo fiel para 1in par de mujeres locas que debieran haberse quedado en su casa junto a la chimenea, y por lo tanto voy a pedirle otro fa-V"r mas. Averígueme cuando sale el próximo tren para Reuton y procure que yo esté en la esta­ción una o dos horas antes de su salida.

-Con mucho gusto, seño.ra Norton-sonrió Magee.-Y díga­me, de paso, ¿es Norton su ver­dadero apellido.

-Sí,-respondió la mujer.-Si lo es. Desde luego que no es el de ella, ¿eh? Ese no se lo puedo de­cir.

-No importa,-contestó el jo­ven;-probablemente se lo cam­biará muy pronto. ¿No puede us­ted decirme algo acerca de ella? Breves informes. Indicarme poco más o menos dónde pueda estar ahora, y lo que piensa hacer con esa fortunita que le dí.

-¿Que dónde está ella?-repli­có la señora Norton.-Pues en ca­sa, metida en cama en un cuarto de mi segundo piso que da a la calle, a menos que se haya vuelto loca. Y allí es también donde qui­siera estar yo ahora, en cama, aunque dudo mucho si podré volver a dormir en mi vida con el trastorno y la confusión que deben reinar en estos momentos en mi casa, habiéndola dejado a cargo de una chica alocada. Nor­ton solía decir que si uno quiere que las cosas le salgan bien, las haga en persona, y aunque él no siempre practicó eso dejándome a mí la mayoría de las- cosas quP. quería que salieran bien, mucho de verdad encierran sus palabras. Le aseguro que tengo que v"olver a Reuton en cuanto salga el pri­mer tren.

-¿Y por qué vino usted?-pre­guntó Magee.-¿Por qué dejó us­ted su casa para meterse en esta extraña aventura?

-Sólo Dios lo sabe-replicó la mujer.-Le aseguro que no pensa­ba en semejante cosa. Pero ella 'me rogó y me suplicó y_ cuando

(Continúa en la Pág. 60 }.

''BATUEY'' la cerveza de calidad a precio popular.

Compañía "RON BACARDÍ", S. A. ccaa:a!:::.::•;e ~",.~8381

Habana

Pruébela y compárela con las mejores extranjeras

57 CARTELES

Riza las Pestañas én Breve Tiempo EL KURLASH

E1~~ ~t:t~~6!::tr~u~~j~s,c~~~t~ºp:s~

toñas al momt:nto. No st:· necesitan cos­méticos ni hoy que cdlentdrlo. Se oprimen los pt:stdñds entre lds olmohddillos f: ins-14nt.!nt:omt:nte queddn rizddds. Después de est.l simple operdci6n, mírese ol espejo y se ver.! cu.!nto hdn ganado los ojos en brillantez y hermosura. He aquí lo ru6n de Id populoriddd en Hollywood de este modt:rno elemento de belleza.

Precio: S1 .00 oro •m.

La Pinza Automática TWEEZETTE (sin dolor)

Para arrancar sin dolor los pelos que aleen los cejos y darle formas a és~s. Agarrese el pelo que st: desea elimindr y opriétest: el bot6n ... Al insl4nte el pt:lo Sdle sin el m.!s mlnimo dolor. Miles en uso. Prscio S1 .00 oro am.

EL TWEEZETTE

TH E KUP.L-ASH comP-AílU 77 SOUTH AVE - ijQCHESTER - N Y

fa Mancha_ (Continuación de la Pág. 23 ).

nuestra sección tiran de sus ca­denas y aúllan con rabia.

"¡ Miren a €se!" dice uno de los que derroté. "¿Por qué se enva­nece tanto?"

" ¡Porque ganó una cinta azul!" dice el otro. "Bah, cuando yo era cachorro me las comía por doce­nas; y si ese juez supiera la di­ferencia entre un mastín y un pe­rro de juguete, me la hubiera lle• va.do yo."

"Muy bien, Kid, muy bien. ¿No­se lo dije y_o?" Lo que me dijo fué que quizás me llevase una "men­ción," pero no se lo q~se recor­dar.

"No se lo dije a usted?" sigue diciendo. "Yo vi a su abuelo cuan­do debutó en el Palacio de Cris­tal de "Londres."

"Si, señor, sí, usted me lo dijo, caballero . Bulldog'': Pero yo no siento cariño por ninguno de los machos de mi familia.

Un caballero se acerca y me mira muy fijo.

"Bonito perro el suyo, señorita Wyndhaia,:• dice luego. "¿Quiere 1w.,et.1 'fe.fderlo?"

CARTELES

lat Catat ... (Conttnuactón de la Pág 50 J

Médica y los Centros Regionales, cuyas Casas de Salud han sido la piedra de toque para la discor­dia?

Hay que considerar al núcleo proletario, como el más importan­te en número, por las realidades aquí apuntadas. El período de in­digencia económica será largo y tanto la Federación, como los Centros Regionales, deben dedi­carse a estudiar la forma de ser más útiles y más lógicos, situan­do su existencia en el presente y "auscultando" al futuro para adaptarse a él discretamente. Es­tablecer una pugna entre ricos Y pobres, en tiempos en que la re­gla es el pobre, el asalariado, y el rico la excepción, es girar en un circulo vicioso.

la Majla .. de los casos curiosos ocurridos a famosos ilusionistas de la anti­güedad, por estimarlos interesan­tes y de · alguna importancia para aquellos que quieran saber algo más sobre esta materia, a más de que muchos cásos han de probar tener un mayor aliciente, espe­cialmente para los abogados y to­dos aquellos para quienes el De­recho les sea de interés. Me re­fiero al caso · legal de Ma!:kelyne.

As1 pues, el ilusionista cienti-. fico de hoy puede, utilizando es­tos conocimientos psicológicos, llevar la imaginación de las per-

"No es mío," dice la señorita Leonor. "Ojalá lo fuera."

"No se vende, caballero," dice el amo, y yo brinco de alegría.

"Oh, ¿es suyo?" dice el caba­llero y mira fijo al amo. "Bueno, pues le doy cien .dólares por él."

"Gracias, ·caballero, pero no lo vendo," dice el amo, abriendo inu­cho los ojos.

El caballero se marcha, pero yo lo sigo con la vista, y veo que ha­bla con un hombre que tiene una gorra puesta; y al poco rato el hombre se acerca y se pone a mi­rarme.

"¿Este perro es suyo?" le pre­gunta a mi amo. "¡Lástima que tenga las patas tan largas! Si tu­viera un buen rabo y fuera más largo y las orejas se le pararan mejor, sería un buen perro. Así y todo le doy cincuenta dólares por.él."

Pero antes que el amo· pueda hablar, la señorita Leonor se echa a reír y dice:

Entrese de lleno en el estudio de un amplio programa tle de­fensa para el asociado, que es el eje central, y ·se verá que, tanto la Federación, . como los Centros Regionales pueden poner fin a la endémica polémica, haciendo re­nacer la confianza, resurgie.~do 18 fraternidad y la comprens1on. ~e tiempos pasados, en que se v1v1a con menos complicaciones Y pre­ocupaciones que ahora.

¿Por qué no estudia la Federa­ción Médica la socialización de la medicina?

¿Por qué los Centros Regiona­les con 1:1 experiencia de otras organizaciones mutualistas que aquí P.xisten, no tranforman sus métodos, de acuerdo con las

(Conttnuacfón de la Pág. 55 ).

sonas a una verdadera ilusión de las cosas, cuyos efectos tengan una real apariencia sobrenatural, al extremo de llevar al espectador por algún tiempo a un mundo de ilusión, a una fantasía tal, cuya inocencia, misterio, entreteni­miento y alegría eleven el es­píritu a regiones más infantiles, de más dicha, especialmente en los momentos en que debemos ol­vidar un tanto las vicisitudes y realidades de nuestra vida diaria, para que nos sirva de receso men­tal y hasta de lenitivo en la lucha tenaz por nuestra existencia.

"Me parece que usted es el en­cargado de los perros del señor Polk. Dígale a su amo que este perro no se vende ahora más de lo que se vendía hace cinco mi­nutos, y que cuando esté en ven­ta, él tendrá que pujar contra mí;'

El hombre parece abochorna­do, pero se vuelve al amo rápido y dice:

"Le doy trescientos dólares por él." ·

"¡Ajá! ¿Conque esas tene­mos?" dice la señorita Leonor muy bajito, como hablando sola. Y me mira fijo, eomo si nunca me hubiera visto. El amo se queda mudo, con la boca abierta, pero me sujeta duro. . ·

"No lo vendo," dice el amo co­mo gruñendq; y el ho~bre pone mala cara y se va.

"¡Nolan!" dice la señorita Leo­nor. "¡El señor Polk es el aficio­nado que más sabe de bull-terriers en América! ¿ Qué querrá decir

QUALITY t

~(glPiJ&~@§ ~@

evoluc_iones económicas y menta. ;~~i~f?eradas en- nuestro medio

ló:i:. sería lo importante y lo

Antes que la desintegración 14 adaptación a las necesida.dea' 4, los tiempos que corremos.

Haga gárgaras con Zonite dos veces al día. Este calmante pero poderoso germicida pro­tege la gargan­ta. El Zonite destruye los mi­crobios y evita enfermedades.

esta oferta? Kid es un cachorro todavía. ¡Trescientos dólares por un cachorro!"

"Y no de pura raza," dice el amo. "Es un desconocido. Kid no tiene la culpa, naturalmente, pe­ro su madre, señorita, era ... "

Yo bajo la cabeza. No puedo !l­portar que se lo diga a la seno­rita Leonor. No puedo soportar que ella sepa que me he robado

la c~;;1;; el amo no se lo dijo, porque en eso llegó un caballero gritando : "¡Número trescientos veinte y seis!' Y la s_eñorita .Leo• nor dice : "¡ Aqui esta! ¿Quien lo llama?"

"Tiene que entrar en la Clase de Ganadores," dice el caballero. "Haga el favor de apurarse; el juez espera por él."

El amo trata de quitarme la ca­dena y ponerme una correa de exhibición, pero le tiemblan tanto las manos que casi me ahog!-.

"¿Qué quiere decir eso, senori­ta ?" pregunta mi amo.

"La Clase de los Ganadores, Nolan," dice la señorita Leonor. "El juez lo quiere con los ganado­res de las otras clases, para ver cual es el mejor. Es por pura for­ma. Ahora tiene en contra al campeón de los bull-terriers.

"Sí," dice el caballero. "Temo que sea pura forma para su pe­rro. Pero el juez quiere a todos los ganadores, aún a los de la

c1t~!g~~~~v1cf~s:~trada del ring, y el hombre que la cuida escribe

Si se toman su precio y fina apariencia en conside­ración, el ACCEPT ANCE BOND es el pri­mero que se escoge· para membretes que lleven un mensaje de "Moda''. Contiene trapo y en todo

. m\~:J¡~º· g a n ó la cat~goria Abierta?"- pregunta la senorita

vale más que el papel de sulfito.

Todos los impresores, litograbadores y papeleros lo venden

58

Le,?;Q~lén va a ser? El viejo Campeón," dice el caballero de_•ª entrada. "Ha ganado tres. anos seguidos. Allí está. ¡Mire que her­moso animal!" y señala para un perro arrogan te y orgulloso que está sobre la tarima en f;ll "~e~y~ del ring. (Continúa en la p...,.

(Continuación de la Pág. 14 ).

tarse fué otra cos~ que ªP!endie­ron por experiencia los nmos que estuvieron sometidos a los estu­dios del doctor Payne, en su labo-

.,ratorio. Se les permitió estar de~-

f/;;i~~ Ltid;ri:er~e:~te q:ee a~i~= taron cerca de_ las doce. Pero_ se

~~etªW:g:rº;:it~;d~oraíª c~!~fo~ Esto significó para ellos un bo­chorno y un castigo de la maes­tra En lo adelante se acostaron Afempre temprano por s_y. VQJunt3:d.

Los padres que siguen las teo­rias del doctor Payne nunca cas­tigan a sus hijos. Dejan que la naturaleza, la vida y la escuela se encarguen de hacerlo.

No es suficiente que los padres sean parcos en el uso de la co­rrea. Es necesario que la arrojen a la calle. El niño a qu!en _no se le ha pegado nunca, ·Jamas se ·eonvierte en anarquista potencial, rebelde a toda disciplina y enemi­go de la ley..,

"Se ·debe dejar que los niños experimenten por su propia cuen­ta los peligros de las calles con­gestionadas de una ciuda_d, los drivers imprudentes, los taxis ase­sinos, los aplastantes cami?nes. Los que conocen estos pehgros por experiencia directa son los que están en mejores condiciones de evitarlos. Si se deja a los ni­ños en la calle con plena libertad, podrán pasar algunos sustos y correr algunos riesgos, pero apren­derán pronto a tomar las pre­cauciones necesarias mucho me­jor que los que han sido castiga­dos para que no abandonen las aceras."

El verdadero, inteligente y pro­vechoso amor de padres a hijo sólo existe cuando éste disfruta de completa libertad. Los padres científicos son los que se dan cuenta de que un hijo no es un perro faldero o un juguete con que entretenerse. Ni un hijo debe ser tampoco un desahogo para las ambiciones malogradas del padre o las emociones de la madre.

"Deje usted que su hijo sea li­bre, si quiere que sea feliz," acon­seja el doctor Payne. "No lo abru­me con el NO."

¿Es usted, lector querido, un buen padre o una buena madre?

A continuación van veinte pre­guntas, cada · una equivalente a cinco puntos. ¿Cuántas puede us:­ted contestar verídicamente? El perfecto padre y la perfecta ma­dre deben sumar un total de CIEN.

1.-¿Le ha dicho usted a su hi­jo una mentira alguna vez?

2.-¿Le ha infundido miedo al policía, a la obscuridad, a los duendes, o a cualquier otra cosa? .

3.-¿Ha presenciado él alguna Véz un altercado entre us­ted y su consorte?

4.-¿En alguna ocasión su hijo le ha visto demostrar envi­dia, codicia, malicia, cobar­día, histerismo o cualquier debilidad que lo avergüence y que usted condenaría en él?

5.-¿Ha sido usted alguna vez excesivamente a m I:! i c i o$ o respecto a su hijo, pensando que porque es .suyo tiene forzosamente que sobresa­lir en la escuela, deportes o en el mundo comercial o profesional?

6.-¿.t1a castigado usted .alguna vez a su hijo en un acceso

' ' ,· Cómo c,,mbian lo.~ tit3mpos ! ''

"_AYER convczrsaba c~n mi abuczlita, ¡-\ qucz czs mi confidcznta czn todos mis asuntos, sobrcz un tczma intczrczsan ..

tísimo. ✓.1Ella rczmczmoraba los ticzmpos ro=

mánticos dcz su juvczntud, comparándo• los con los qucz yo czstoy disfrutando ahora. Por supuczsto qucz czlla y czl poda coincidczn czn aquczllo dcz qucz todo tiem• po pasado Íué meíor.

antaño cuando scz trata dcz aliviar los inczvitablczs malczstarczs qucz padczcczmos, porqucz la ciczncia modczma nos propor.­ciona czscz infaliblcz analgisico, qucz goza dcz la confianza profunda cz inaltczrablcz

dcz todo czl mundo.

,..,Sin czmbarso, czlla ha tcznido qucz

hacczr una czxcczpción. iY qui czxcczpciónl Está dcz acuczrdo conmigo czn qucz las mujczrczs dcz hoy avczntajamos a las dcz

.,.,Dcz todo corazón yo rczcomiczndo la

CAFIASPIRINA .. Por czxpczriczncia propia si qucz su podczr calmantcz czs rápido y czficaz, y qucz no dczprimcz ni pczrj..1dica czl organi!imo. T ambifo czs prodigiosa para aliv1c1r dolores de cab.ua, íaque• cas, reumatismo, re;friados, neuralgias y malestare1 en general."

de cólera? 7.-¿Ha dejado alguna vez de

contestar co?l paciencia y buena voluntad las pregun­tas de su hijo?

8.--¿Al hablarle a su hijo ha levantado usted alguna vez la voz a un tono airado?

9.~¿La emprende usted con su hijo cuando se siente mo­lesto, deprimido o amar­gado?

10.-¿Ha castigado usted alguna vez a, su hijo sin antes sen­tarse con calma y darle una ,oportunidad de disculparse?

,11.-¿Le ha dicho usted ·a su hi­jo_ alguna vez que tiene que obedecerlo · implícitamente, sin explicaciones de ningún género, por el hecho ae :sel" ~u padre o madre?

59

12.-¿Cree usted que su hijo le debe gratitud por haberlo traído al mundo, cuidado, mantenido y amado?

13.-.¿Ha criticado o regañado a su hijo alguna vez, sin al mismo tiempo celebrar sus buena cualidades?

14.-¿Cuando . usted quiere que su -hijo cese- de hacer alguna cosa, se l~mita a darle la orden, o le sugiere otra ocupación o entreteni­miento?·

15.-¿Cuando reprende á su hijo manifiesta usted cólera, du­reza o acritud? . ·

16.-¿Trata usted a su hijo con menos delicadeza que a sus 11.mist.ac!es !;Ociales?

17.-¿Es usted de· los que se .. sa­crifican" por sus hiios?

18.-¿Después de un disgusto con su consorte, mira usted a su hijo coi:no compensación a las dificultades y sinsa­bores del mat .monio? ·

19.-¿Si su hijo tiene la opor­tunidad de encontrar el éxi­to o la · felicidad en otro país, donde usted no lo vol­verá a ver, le aconsejará que se quede a su lado?

20.-¿Si su hijo quiere hacer al­go que ustf1 sabe J.e ha de causar daño, le negará usted la libertad . necesaria · para seguir su inclinación y su­frir las consecuencias?

Comience con- cien y quite cinco por cada pregunta. que usted con­teste afirmativamente. Eso le da­rá su score como padre o madre cie~tífico.

CARTUEt

vine a darme cuenta estaba en el · [L § • t.. tren. Es muy zalamera esa chl- a. 1 &: qullla, le roba la voluntad a cual- # S' • • • quiera . . . no sé si usted lo habrá saba de repetirme. Pero le diré notado. _. . . . como ya se lo he dicho antes, que

-Lo he notado--a.smtlo Billy no hay motivos para preocuparse Magee. . _ por eúa . . . a menos que se vaya

-M~ lo figuraba. No, senor usted a figurar que la han asal­M~gee , no puedo decirle nada tado y asesinado por llevar enci­mas acerca de . ella. N<? te~go per• ma tanto dinero. Si usted piensa miso para dec.irselo ru aun a us- en ofrecérsele para cambiar de ted que ha -sido tan buen? con apellido, mi consejo es que no va­nosotras. Me hizo prometerselo. cile Ya es hora de que ella sien­"El pronto lo sabrá todo". no ce- te ~abeza y abandone este ... es­

Camino a la Salud y a la

Fuerza La manera de fortificarse me­jor y retener la fuerza, ener­gía y vigor que le ayude a tra­bajar más y alcanzar más es comiendo alimentos adecua­dos. La naturaleza pone ener­tía y vitalidad en la Maizena Duryea, ese sabroso alimento que se hace del maíz:. Es de un sabor exquisito-puede usarse para preparar cente• nares de platos apetitoso! incluyendo sopas, ensaladas pudines, salsas y repostería

Ayudese a conservarse en salud! Coma Maiz:ena con frecuencia.

Permítanos enviarle un ejemplar gratis de n~stro úl­timo libro de cocina que con­tiene numerosas recetas par, la · preparación de sabrosísi mos platos:

MAIZEN_A DURYEA

111 ~ ~

-- 17. A. LAY ,

6 Apartado 695 Habana

E,mettae un eJempfat GRATIS de su flbro de coclaa.

H-•· •·•••••••·•••••••••••••• • •"•• · ··• ·

c.n. ...•..••.....•...........•.....•.•....

o ................................... . 504-I

CARTELES

to ... esta .. . que lo deje todo an­tes de que algo malo le suceda. Y no se olvide, señor Magee de lo del oróximo tren, ¿eh?

-No me olvido. Por la puerta del comedor entró

a escape Quimby, con el rostro serio, aturdido al haber sido des­pertado a media noche y con él un hombrecillo con aire de im­portancia cuyo deber era investi­gar en Upoer Asquewan Falls co­sas como las que habían sucedi­do aquella noche en Baldpate. Aún despertado en medio de un profundo sueño se levantaba con el aire de un magistrado y gesto de Sherlock Holmes. Durante una hora no cesó de hacer preguntas y al cabo se dispuso a marcharse convencido y satisfecho.

El rostro de Quimby expresaba horror cuando bajó de echar una ojeada a la habitación de arriba.

-¡Pobre hombre!-dijo a Ma­gee.-Lo siento ... era tan joven. -Porque los seres como Quimby no llevan su rencor más allá de la muerte. A continuación se di­rigió a Kendrick y le tomó la. mano.

-Nunca he tenido la ocasión­díjole,-de darle las gracias poi cuanto usted hizo por mí y m invento.

ma. Usted sabe que yo soy un bendito para dormir. Caigo en el lecho y no despierto, hasta el día siguiente. Ma's esta vez no pud,) ser así. Anoche apenas dormí. ¡Qué ~esadilla tuve! Figúrese us­ted, que en una de ellas me pa­reció ver a Chokay, al lado de mi esposa, a quien despertaba, murmurando tiernamente a su oído :-"Ilonka, vida mía, vámo-

~i0~~~ p;sci~ja"~hf,º~~~e~cf gz:~ ese camastro, a este imbécil que te ha tocado de marido!" .. . -Y seguí soñando. Al es~uchar aque­llo, me sobresalté, y recuerdo que, yo también en sueños, le contes­té con gesto -airado :-"¡ Ah, cobar­de, no solo me insultas sino que tratas también de robarme a la mujer que adoro! ¡Ahora sabrás tú quien soy yo!" Y cuando iba a propinarle un estacazo, des­pierto y veo a mi lado, tendida en el lecho, bella y apetitosa, co­co una Venus, a Ilonka ¡Qué her­mosa estaba en su abandono! Sentí vergüenza de mí mismo, me horripilé de esa truculenta pesa­dilla y ... luego ¡pensé tantas! cosas! en confianza, mi amigo ¿qué cree usted de todo esto?

En verdad, no supe qué respon­der al bueno de Crisóstomo. ¡La vida encierra tantos misterios! Además yo no soy un psicólogo. mee lo posible por desentrañar lo que hubiera de verdad en todo aquello del fantástico Chokay. Y después de estrujar mi mente, lle­gué a la conclusión que ·chokay, no era otra cosa sino la concreción mística, en el subconsciente de Ilonka, del marido perfecto, del

60

(Continuación de la Pá.g. 'StJ.

-¿ Y por fin no tuvo ningún resultado?-preguntó Kendrick.

-Ninguno. Tuve que regresar a. :astras a la montaña de Baldpa­te, arruinado y descoraZ<?nado Y :Iesde entonces estoy aqui. Todos mis planos, todos mis modelos, están encer"" tios para siempre en un baúl e1. , desván.

-Para siempre no, Quimby,­replicó Kendrick.-Yo siempre creí en su invente, y todavía creo en él. Cuando vuelva a mi trabajo, estoy seguro de que podré hacer algo por usted.

Quimby movió negativamente la cabeza. Parecía medio dormido.

-Me parece imposible,-dijo.­No . . . hace tanto tiempo que todo está sepultado . .. toda la espe­ranza . . . todos los proyectos . .. lUe no me parece ~uedan re.= sucitar de nuevo.

-Pero pueden y así será,­exclamó Kendrick.-Voy a tender un tramo de vía en Reuton apli­cándole su invento. Eso es cuanto usted necesita; entonces los de­más tendrán que utillzarlo. Obli­garemos a que lo haga El Cívico. Le aseguro que podremos lograr­lo, Quimby.

Este se frotó los ojos con el dorso de la mano.

-Va usted á tender un tramo de vía .. . -repitió.--Que buena, noticia, me da señor Kendrick. Ahora no puedo darle las gracias. -Hablaba con voz velada.-Vol­veré y me haré cargo . . . de él,­dijo señalando con un gesto para el piso de arriba.-Ahora tengo que marcharme, ahora mismo, para darle la noticia a mi mujer. Voy volando a decirle lo que me ha prometido usted.

(Continuación de la Pá.g. 16 ) .

amante ideal, con que toaas las mujeres casadas sueñan. Es decir, de esa clase de hombre simpático, cortés, distinguido. generoso y bien plantado, y siempre Cllspues­to a prodigar caricias, que la men te· femenina se forja y que con­trasta visiblemente con el mari­do con quien tiene que compartir el lecho, así sea éste el compen­dio y suma de los mejores con.: sorteS'. En una palabra, una abs­tracción, un ente novelesco, un personaje ideal que todavía no ha lanzado Dios a la tierra, pero que vive palpitante en el cerebro de toda mujer; para tormento de los maridos y desdicha de los ho­gares.

Mi amigo insistió, demandando una categórica respuesta a su pregunta.

-Dígame, dígame, en confian­za, ¿qué opina usted de todo esto?

Repito que no sabía qué res­ponder yo. Hasta que me vi obli­gado a confesarle mi ineptitud para ayudarle a resolver seme­jante problema._Si 9hokay hubie­ra sido un hombre d.!l carne y hue­so, un ser tangible, fácilmente· yo hubiera resuelto la cuestión. Pe­ro, ¡ay!, si se trataba de un per­sonaje ideal, de un ser mil veces de mayor poder o influencia que un Jesús, un Galileo, un Carlos Marx. . . ¡ De un Carlos Marx que idealmente influye sobre millones de cerebros! ¿Y quién puede con un personaje así?

e • • .

Seis semanas despué¡¡ de la vi­sita de· Crlsóstomo me encontré

_fcontlnüa en lq Pdg. !44 ,.

CAPITULO XIX "Exeunt' Omnes" como dtfo

Shakespeare A las cuatro de la madrugada

el Mesón de Baldpate en brazos del invierno tenía toda la rara alegría y el encanto de un terre­no de base ball en vísperas de Navidad.

Mirando un poco lúgubremente por la ventana, Magee oyó tras de sí pasos en la escalera y las voces quedas de Quimby y dos hombres que había traído de la aldea y que conducían una camilla hacia el negro carricoche que aguarda­ba afuera. El joven no volvió la cabeza. Era un cuadro que que­ría evitar.

¿De modo que aquél era el final, el final de sus dos días y medio de soledad, el final de su volunta­rio y alegre destierro a la monta­ña de Baldpate? Pensó en Bland, flaco y pálido de rostro, chillona­mente ataviado, huyendo a través de la noche con su novela amoro­sa olvidada en la tragedia real subsiguien te. Pmsó en Cargan 'y Max, huyendo también enfureci­dos, y a la vez sarcásticos al lado de Bland. Pensó en Hayden que iba a bajar la montJ.ña en aquel carromato negro. Así terminaba todo ...

Y terminando ya esta complica­da e interesantísi ma novela no se sabe aún el verdadero motivo que indujera a la j oven de la estación. a cargar con el paquete y salir huyendo. Pero no tardárá en des­cubrirse est e misterio para sor­presa de los que siguen la trama de una de las mejores obras dt Earl Derr Biggers, autor de "11 , Camello Negro".

¿A dónde

va usted _____ _ con una cabeza en desorden? Lo van a tomar por loco .. • ¡qué diferencia si el cabello está siempre bien peinado! Sirve, entre otras cosas, para adquirir distinción, para agradar a las damas, para pasar por actor de cine, para economizar el sombrero. ¡Etc., etc.!

¿ Cómo se consigue tener el cabello bien peinado por rebelde que sea ? Usando Stacomb. No es grasiento ni pegajoso; limpia y man­tiene peinado .el cabello todo el santo día. ¡Aunque usted no lo crea!

Cedr ~oma//mr;r~

ON tantas las cartas in­teresantes que he recibido con motivo de dos recien­tes artículos publicados en CARTELES por mí,

do del cedro y del pan de yuca, que me veo obligado a vol-ver a tratar del cedro y de la yuca y al efecto divido en dos ramas es­te trabajo.

CEDRO.-Al señor Riera le reco­miendo, con el fin de tener ca­bales conocimientos sobre árboles maderables entre ellos el cedro, que se dirija a los señores José L. Amargós y al señor ingeniero Fors, que para mí en estas ma­terias es la primera autoridad de Cuba, al Instituto Agrícola de Pi­nar del Río, bien seguro que sal­drá complacido.

Le recomiendo a estos señores, porque sacará mucho mejor pro­vecho oyendo a estos dos distin­guidos agrónomos que oyéndome a mí, que no especializo como ellos esa materia.

Me encanta que tanto el traba­jo publicado en CARTELES sobre el cedro, del señor Amargós, co­mo el mío, hayan determinado que un ilustre abogado y gran terra­teniente de Cientuegos, proceda a sembrar en Cumanayagua nad3 menos que veinte caballerías de cedros.

La copia del contrato que me remite para dichas siembras, la considero perfectamente bien he­cha, y por mi título de cienfue­guero hanorls causa me felicito de la gran riqueza que se propone crear a través de unos años con esos cedros.

¡Veinte caballerías de cedro a catorce mil setecientos cedros por caballería, constituyen algo muy respetable como fomento de una gran riqueza que por desidia crio­lla se nos va yendo de la mano! ¡Cuántos millones de pesos en miles de pies de cedro representa esa riqueza!

Tanto al doctor Felipe Silva, de Cienfuegos, como al guajiro de las Pailas qu,' también me pide an­tecedentes sobre el cedro, los re­fiero para su mejor conocimiento a los señores Fors y Amargós.

YUCA.-Sobre el tema del pan ·de yuca he recibido muchas más cartas y hasta un señor me dice que me ruega dé mi opinión so­bre esta novedad, cuando ya la he dado en dos ocasiones en esta misma revista CARTELES.

Un señor que se firma Un asi­duo lector de CARTELES, consi­dera este asunto del pan de yuca, como un problema muy serlo, que afecta a la salud pública. Un Pa­nadero de la Habana se muestra contrariado con esa ley de la yuca.

nl;;¡~bJe t~~td~~~:cfe ~~c~;;~e t~ bien documentado artículo fir­tnado por el Dr. Alan Kelso de

~~~~~f • d~irt~r:icii~ d1!1sg~~t~ :lea, donde no sale nada bien li-rado el pan de yuca como base

de alimentación y salud porque tnete miedo, lo que dice; y he re­cibido de Guantánamo (mi pue­blo) una gran caja conteniendo Panes con yuca y panes con maíz, mezcladas sus har\nas en varias proporciones.

Este señor que me remitió esa experimental de Santiago de las gran caja es el Presidente de la Vegas. Asociación de Industriales y Pa- La yuca contiene- en su compo-naderos de Guantánamo y me es- slc1ón: cribe censurando la exclusividad Proteína 3.90% que se le da a la yuca y tiene ra- Grasa 0.91 " zón. Carbohidratos 26.62 "

He leído también artículos en Fibra o celulosa 12.00" algunos diarios, que revelan un El maíz contiene en su compo-afán de copiar para escribir de lo sición : (alimento concentrado). que no se conoce, y todo esto por Proteína 8.75% tanto, me obliga por última vez Grasa 2.89 " a volver a tratar el problema del Carbohidratos 72.86" pan de yuca. Fibra o celulosa 1.50"

Quiero declarar que no defien- Debo aclarar que con la deno-do ni ataco este problema de si minación de carbohidratos se in­el pan debe ser hecho con harina cluyen las sustancías amiláceas, de maíz en lugar de harina de los azúcares, y los ácidos orgáni­yuca o viceversa, porque yo esté cos entre los cuales está el áci­defendiendo caballerías que pue- do prúsico o cianhídrico (veneno­da tener sembradas de una u sol que contiene la yuca, y que otra planta ; ni para acusar de está contenido en un 0.37%; pero abusiva la intervención del Esta- en realidad, esto es puramente do en esta cuestión, como con informativo, porque ese ácido con cierta intención poco recomenda- el calor se va. ble, se ha dicho, porque cuando Si ya he dicho en otra ocasión he sido partidario de algún go- que la PROTEINA ES VIDA com­bierno lo he defendido en voz alta parando la cantidad que acusaba y en voz baja, y por la prensa, y la yuca con el maíz, el lector se cuando no lo he sido lo he com- dará cuenta de cuál planta es batido hasta donde me ha sido más nutritiva; si el lector sabe que permitido. Lo que si no he sida las grasas y los carbohidratos pro­nunca gubernamental por delan- ducen abundantes calorías en te y detractor por detrás. el cuerpo humano; comparando

De manera que el pan de yuca también esas dos plantas apre­Y la libertad, y la carabina de ciará cuál es más eficiente para Ambrosio, son tres cosas muy di- la vida; y si en fin miramos al ferentes. 12 por 100 de fibra que tiene la.

Quien con más extensión me es- yuca con el 1.50 del maíz, con­cribe, es el señor de Guantánamo vendremos en que con el maíz le que defiende con todo calor el pa11 llevamos al estómago menos ce­de harina de maíz en la ley ... de lulosa o madera que con la yuca. la yuca. Pero como quiero agotar la ar-

Declaro no sólo que de las mues- gumentación técnica valiéndome tras de panes que recibí es in- de estudios realizados en labora­cuestionable y así lo vieron todos torios; y por lo demás no quiero los que palpamos y probamos esas correr el riesgo de decir dispara­muestras, que el pan de harina de tes como en muchas de estas mais es no sólo más suave, menos cuestiones técnicas se suelen de­recio que el pan con yuca, sino cir, como por ejemplo que la yu­que es MAS NUTRITIVO que el ca es una liliácea, (¡válita.me pan de yuca. Dios!~ voy ahora a transcribir del

Y como no quiero que se me Diccionario Botánico Cubano lo crea como otros pretenden, a tí- que dice nuestro ilustre botánico tulo de magister sin serlo en este Dr. Juan Tomás Roig sobre la caso; voy a publicar los análisis yuca. de yuca y de maíz en sus elemen- "Yuca : Planta nativa de la tos principales, y un por ciento de América tropical continental, per­fibra (que es importante), toma- teneciente a la familia de las dos del Boletín Oficial de Aná- Euforbiaceas, Jatropha Manilwt lisis Bromatológicos de la Estación de Linneo, o el mismo Manihot

LnVAIJ T cuesta poco y rinde mucho

NAVAJA DE ~ SEGURIDAD

V~~»T 61

uca clasificado Cokerell, }' ofrece nu­merosas variedades, siendo las principales la dulce, la agria, la. amarilla, la de Cartagena y la blanca o cristalina. Esta planta constituye uno de los cultivos me­nores del país y se siembra en to­da la Isla. Sus raíce/$ tuberculosas son comestibles, siendo una de las viandas más populares junto con la malanga y el boniato. Planta arbustosa; hojas partidas glaucas en el envés, cáliz coloreado etc."

"La variedad agria de gran des­arrollo crece silvestre en algunos lugares y los indios la utilizaban para hacer casabe que aun se ha­ce en Camagüey. Las raíces de esta planta son venenosas por-· que contienen ácido prúsico: pe­ro estos tubérculos después de hervidos son comestibles porque el ácido es volátil y se elimina por el fuego. En La Habana y Pinar del Río SE APROVECHA POR EL ALMIDON".

Como se ve, este botánico dis­tinguido, no señala a la. yuca co­mo planta :farinácea o de panifi­cación, y si lo fuera en estima.ble condición, lo diría como en estos casos se hace para que resalten sus cualidades sobresalientes.

Finalmente sólo voy a recortar un párrafo del informe técnico del profesor Alan Kelso de Mon­tigui Director del Instituto Na­cional de Nutrición de Costa Ri­ca citado anteriormente. Dice así, refiriéndose a la panificación de la yuca.

"El almidón este (si ocupa un lugar importante en la. alimenta­ción diaria) es uno de los alimen­tos más dañinos que existen. En­tonces causa en un grado muchí­simo mayor las dolencias arriba citadas. Y, ¿por qué? Pues el al­midón extraido de la yuca está privado de los fermentos . y de las sales minerales: calcio, hierro, magnesio, etc., etc. Después de ser quemado tal almidón por el cuer­po (en la forma de azúcar), que­da en la sangre un residuo áci­do que se neutraliza inmediata­mente, arrancando la cal a los 'huesos, a los dientes, al cerebro, a todas las células, arrancando el hierro a los glóbulos rojos, arran­cando magnesio, etc."

Es la opinión de un técnico res­ponsable y parece que algo debe decirle a los que se nutren con li­bros viejos.

La yuca, si, es muy rica en almidón. Es la mejor planta de almidón; pasa del 22 por 100 su riqueza. Ahí sí hay posibilidades industriales, y es cosa que no me cabe en la cabeza que se quiera hacer pan, adulterar el pan de trigo obligatoriamente con la ti­tulada harina de yuca, pero ya he dicho que no sólo encuentro mal que se obligue a usar harina de yuca, sino también de maíz, o de plátano, etc. en la industria de pa­nificación. Lo liberal es, que no se prohiba fabricar pan con esas ha­rinas o con otras, y el que le quie­ra poner el 90 por 100 de cual­quiera de ellas que lo haga y que se las averigüe impepinablemente con sus clientes. El pan de yuca con más del 10 o del 15 por 100 será lmp~pinablemente malo y ey,-

(Continúa P-n ta Pág. 64 J.

CARTEi-ti

~~---(Continuación de la Pág. 58 ). Nunca he visto un perro tan

hermoso, tan fino, limpio y no­ble. Es tan blanco que parece que '3e ha revolcado en albayalde. rtene el hocico levantado y los ojos cerrados como si nadie me­reciera ser visto por él. A su lado, los otros perros, aunque todos lle­vamos cintas azules, parecemos terrones de fango. Es un real ca­ballero, es un señor rey. Su amo no tiene que tkar de la correa para que levante la cabeza. El solo la levanta, y se está quieto como un perro de piedra en un jardín, como si supiera que todo el mundo lo está mirando. Y así es. y nadie alrededor del rine; mi­ra a otro perro más que a él."

"¡Oh, qué hermoso perro!" di­ce la señorita Leonor. "Parece una figura de mármol hecha por algún gran artista. ¿Cómo se llama;> Yo no estoy muy enterada de los bull-terriers." Y mira en un libro que tiene en las manos.

"Oh, usted tiene que conocerlo," dice el caballero. "Es el campeón de los campeones. Se llama Re­gente Real."

La cara del amo se pone colo­rada.

"Y Kid es hijo de Regente Real," dice el amo, y me mete pronto dentro del ring y me pone en la tarima al mismo lado de mi pa­dre.

Yo tiemblo tanto que casi me caigo. Mis patas se doblan como una correa. Pero mi padre ni si­quiera me mira. Sigue con la mis­ma sonrisa somnolienta y los ojos medio cerrados.

El juez no deja que me quede al lado de mi padre. :Me separa. Y luego va poniendo a su lado uno por uno a los otros perros; los mira, los toca y los mide, y va bajando a cada uno; pero a mi padre no lo baja. Y entonces viene a donde estoy yo, me carga, me pone al lado del C::.mpeón Regente Real, se pone de rodillas y nos mira a los ojos.

El caballero que tiene a mi pa­dre le dice al juez: "Nos va a te­ner aquí todo el día, John ?" Pero el juez no lo oye y nos sigue mi· rando. Se pone detrás de nosotros, me pasa la mano por un costado, me echa atrás las orejas, me agarra el hocico. Hay mucha gen­te alrededor. pero nadie dice una palabra. El caballero· que está en la mesa de las cintas nos mira muy fijo y .con los ojo~ muy abiertos, y el caballero que cuida la entrada habla muy b..t.jito con la señorita Leonor, que se pone blanca. Yo me estoy quieto como si fuera de piedra. Pienso en mi madre y ni siquiera respiro. Pe­ro con el rabo 1.el ojo veo a mi padre lamiéndose el hocico y bos­tezando un pocc como si estuvie­ra aburrido.

El juez ya no nos mira tan fiero, ahora mira muy serio. Algo dentro de él parece preocuparlo. Mientras más nos mira, más serio se oone; y cuando nos tc-~a, lo hace !lud.Ve como si nos estuvie­ra acariciando. Está mucho tiem­po de rodillas mirando a mi pa­dre y mirándome a mi, y nadie alre 'edor del rtng dice una pa­labra a n.11die.

De pronto el juez se para, res­pira fuerte, y me toca rápido.

"El premio es de éste," dice en­tonces. Pero casi al mismo tiempo pone la mano en el lomo de mi padre y dice también: "Lo siento."

El caballero que tiene a mi pa­dre suJet-0 grita:

URTElEI

e/jfotel--<FRENTE AL OCEANO ) El .señorLuts 1'. Ar­

dol.t. f<f< del De­JJ(lrtam.ento LaUno tlmer1cano. tendrd mucho s,u.,to en re­cfbfrla J1 haceT'8 gra-

ta ,u eitancfa.

Invita a Ud. a pasar la temporada más deli• ciosa que puede Ud. disfrutar este verano en

LA PLAY A DE MIAMI Este Hotel, el más exclusivo y mejor situado, ofrece a los turistas de Cuba, Centro y Sud América, las comodidades de su propio botar, con todas las di~ versiones que han hecho de esta playa una de las más famosas del mundo. - - - - - -Playa propia, Tennis, Golf, Polo, Paseos en Góndola, Excursiones de Pesca, Yachtlnt, & &.

NUESTRA TARIFA DE VERANO ESTA AL ALCANCE DE SU FORTUNA

Para informes diríjase a:

Sr. Luis F. Ardois, Jefe del Departamento Latino Amencano

Hotel Pancoaat. Mlaml Beacb, Florida

"¿ Quiere usted decir que ... ; "Digo que el otro es el mejor

de los dos," contesta el juez. Lue­go sujeta la cabeza de mi padre y lo mira co, mucha pena. "El rey ha muerto, dice, "¡Viva el Rey! 1Adiós, Regente Real!"

La gente alrededor del ring aplaude y algunos se ríen con ra­bia, y todos hablan muy de prisa; y yo camino hacia la salida del ring tan mareado que no veo el

camino. Pero mi padre pasa por delante de mí, caminando muy bonito, con una sonrisa somno­lienta como si acabara de des­pertar, el hocico levantado y los ojos casi cerrados, sin mirar a nadie.

Y así es como yo "entro en mi herencia," como dice la señorita Leonor. Y por eso, aunque yo no me siento en nada distinto a lo que era antes. la gente me sigue a mi tarima, y me acaricia y me

Ertermi111Jlasrep"4nantes chinches ..

pulverice

~

F'LIT ""'"-.CA. R.QICT".t.04

62

arrulla como si fuera un ~bé un cochecito. y los mozos ti en que vepararlos un poco enen los cabal~eros de los ife~~que to~en m~ retrato; y ;il amo COI mma arriba y abajo de lo ca­orgulloso; y los hombres mu llláa la cabeza y dicen : "No ha even que _es el verdadero tipo d:i ~t~ terner de pura raza." y las h n:iosas damas le dicen a la se~~ r1~a Leonor, que está sentada a m1 lado y me deja lamerle los gua!}tes para que todos vean 1 amigos que somos, "¿No tiene U:. ted miedo que la muerda?" y Jim, my Jocks me grita desde su tar1. ma: "¿No t~ lo dije? Yo siempre sabia que tu eras de los nuestros La buena sangre no puede ocultar­se, Kid. Yo vi a tu abuelo en el Pa~acio de Cristal; , pero nunca !~!sJ•ª clase de perro que tú

D~spués de esto, si yo pud!ese pedir las cosas en el lenguaje de los hombres, nada me negarían Me cuidan de un modo atroz. Co~ mo si fuera un perro de nieve y todos temiesen que me derritie­ra. Si me mojo_ las' patas, el amo me da un bano caliente y me amarra al lado de la estufa; si no puedo comer la comida por­que la cocinera me ha dado de• masiadas golosina&-ahora soy un perro casero y paso al comedor aunque haya visita-el amo corre a buscar al veterinario. Son "pamplinas" como dice Jimmy 1

Jocks. pero lo hacen todo por ca­riño. No puedo , rascarme a gusto, sin que el amo me dé algo muy malo de beber y me frote por fuera hasta quemarme; no me dejan roer huesos, por temor a que me dañe "mi hermosa boca", que es lo que nli madre llamaba "mi mandíbula agresiva". La co­mida me la cocinan de un modo especial, en una estufa de gas. Y la señorita Leonor me hace un abrigo, ele corte muy elegante, co­mo el de los Campeones, para usarlo cuando salimos a pasear en coche.

Después de la segunda Exposi­ción, donde gano tres cintas azu­les, cuatro copas de plata, d~ medallas y cuarenta y cinco do­lares para mi amo, me dan. un nombre registrado, como a J1m­my Jocks. La señorita Leonor quiere llamarme Príncipe Regen• te Real; pero yo me alegro mu­cho cuando el amo dice:

"No, señorita; Kid no le d~bé nada a su padre, sino a la _seno• rita y a él I'ilismo. Si la senorlta Leonor me lo permite lo llama­remos Wyndham Kid." Y asi lo hicieron. Ese nombre puede verse bordado en letras azules sobre mi abrigo y pintado encima de mi perrera particular. ,

Es muy difícil para m1 com­prender todas las cosas que me han pasado. Al principio P~ muchos días pensando si sera verdad o sólo un sueño. Pero m~ alegro que me traten con tan cariño, porque si no fueran ~! buenos conmigo, no me hubles 1 dado lo que más deseaba en e

m~~ta°"sucede un dia que vaios de paseo. Estamos en el coc ~; cito que llaman dog-cart, porq r es el que tiene la señorita Leono para pasear a Jimmy Jocks Y ª mi. El amo va en el pescante

5e~

yo estoy echado al lado de la e ñorita Leonor, con mi abrigo nu y vo. Estoy mirando el camino un pensando lo bueno que es que nó caballo lo pasee a uno, parartar tener que ensuciarse Y sopi~o & un baño del amo, cuando O

110 un perro grtt.r_ Y pedir aux166 ), rco·,ttnúa en za Pág.

TANOO• CANCIÓIV

Piano

me ;f

na - do_ vuel - ve tris - te sin tu..:,a - mor. ri - do_ S!._a mi la - do no_es -ta rás .

63 CARTELES

a Ilonka en una exposición de pinturas.

-¿Ha decidido usted interesar­se en el arte?-la interrogué tan pronto la vi.

Por el tono confuso de su con­testación deduje que se babia dis­gustado con su mart'."'

-¡Ay, no puede u~ . ..:d calcular lo que nos pasa a nosotros!­exclamó nonka, en un tono de voz conmovedoi:. La vida conyu­gal se nos ha hecho horrible. ¿Re­cuerda usted a Chokay? Pues bien. yo no lo nombro ya. Ahora es Crisóstomo quien lo l;iene todo el día en la boca. Para todo tiene que citar a ese ser extraordinario e Ideal. ¿Querrá usted c11eer que ha llegado a decirme que si él se muere, o nos divorciamos, seré capaz de casarme con Chokay? i Oh, un tormento! Al extremo que Crisóstomo y yo, hemos teni­do que separamos. ¡Poco a poco, Y a fuerza de nombrarlo, hemos llegado a materializar a Chokayt tComprende nuestra tragedia? ...

-¡Maravilloso, maravilloso!,­exclamé asombrado.

-¡No se maraville! Cuanto le digo es la realidad. Chokay es ya para nosotros, un personaje que baila, canta, me regala costosas joyas y suntuosos vestidos; en la prima vera me obsequia con flo­res, y todo el tiempo le roba el sueño a mi marido. ¡Una cosa atroz! Crisóstomo no puede verlo, lo insulta, dice que lo va a asesi­nar, y arrastrado por los celos, -porque usted no puede imagi-

tre los panaderos esto causa ma­lestar. Sólo sl, declaro sin que en el orden técnico pueda con­tradecirme nadie, que la mezcla con harina de maíz es MAS NU­TRITIVA que con harina o almi­dón de yuca, y que el pan con ma1z es más suave y seguramente más digestible. Vamos a ver si algún . . . sa.ptente me puede con­tradecir.

También he leido dos cosas que me han llamado la atención:

Esto es que en Francia ten tiem­pos de guerra, hambre y desespe­ración) se recomendó mezclar la harina de trigo con harinas de otros vegetales; y lo que se dispuso fué mezclar con harinas de va­riedades de trigo inferiores, o cen­teno o cebada, y que después que la ·guerra pasó y se sembró tri­go para todos, a nadie se le ocu­rrió seguir comiendo el pan malo y corr~ que en tiempos de ne­cesidad comieron. Esa ley de mez­clas fué una ley de emergencia. En aguellos tiempos de apocalip­sis \Ul bisté de suela de zapatos deblO ser delicioso.

Yo por razones profesionales he

:Ji!i~°so q::., 1!~ .• ~o-::i~z~e Pefá~e! Deherain, y otros sabios autores extranjeros; pero me nutro de ellos, en lo que les queda de bue­nas doctrinas, porque la ciencia en toqo avanza demasiado paTa que lo que ayer pareció verdad si­ga siéndolo hoy si la ciencia lo desecha.

Yo escribí hace 30 años un li­bro de Química Azucarera y Fa­bricación de Azúcar del cual co­pia Noel Deer una página en su famoso libro escrito en Inglés. Co­pia una opinión mía. En aquellos tiempos le dió gran impulso ese pobre libro !Ílio a la ciencia azu­carera en Cuba; pero como esa ciencia como ;odas avanza cada día, ese libro mío ya _Iio si!"e pa­ra nada, oorque lo que_ aun per­sista de él, está contenido en los nuevos libros que tratan de esta

m~te~Íaro que no rec1¡erdo ha-

CARTELEI

~iréo nar qué terribles celos le inspira ya Chokay-, ha amenazado con coli?amos de un farol a él y a mi, ¡si nos sorprendti Juntos!. ....

Lo rnejor que pude consolé a la pobre mujer. Le di alientos, le expliqué el error en que ambos estaban y por cuantos medios. tu­ve al alcance traté de despertar­la del sueño en que vivían.

-¡Ay, pero lo que más mé in-

~~f~~fi~d~ fi~g~~~~~~n1~; soeces 1mproperlos que Crisósto­mo le dirige al pobre Chokayl Lo trata con un lenguaje tan gro­sero que es mi mayor tormento.

Al oírla hablar así quedJ de nuevo estupefacto. ¡ Si esta des­venturada se había enamorado realmente de Chokay! Por fortu­na Chokay no existia. Y respiré por mi pobre amigo. ¡Pobre ee Crisóstomo, de existir aquel aman te ideal de Ilonka ! A Dios gra­cias, no se trataba sino de un ser imaginario, de un hombre incor­póreo, sin existencia tangible. ...

El final de e ~ta historia ya es­tá ¡:,revisto. Tor\os los que cono­cen de amor, saben por anticipa­do en qué terminará nuestro cuento. Pero, como hay otros que no son muy· expertos, para éstos voy a escribir las líneas que si­guen.

Ocurrió, pues, que hallándose un dia trabajando en su oficina

Cedi-o,.,, ber leído que Pozos Dulces dije• ra : Cuba puede vivir tranquila porque a falta de caña ahí está la yuca; pero si mi memoria es mala y el eminente agrónomo Pozos Dulces dijo tal cosa, hav que con-

SAN RAFAEL '8QUINA A SAN NICOLAS, (Altos)

64

(Continuación de la Pág. 60 ).

Crisóstomo, sintió algo así como una premonición. Tomó el som­brero y corrió a su casa. Ilonka no estaba allí. Lleno rfe rabia, se puso · a indigar y revolviendo en­tre unos papeles halló una direc­ción. Salió a la calle, alquiló un taxi y se encaminó al lugar don­de decía el papel. Durante un largo rato dió paseos frente a la casa que señalaba dicha direc­ción escrita y al cabo del tiem­po, vió salir ¡ a . su mujer! de un portal asaz sospechoso. Pero lo curioso es que por primera vez era infiel al marido. Se contem­plaron con sorpresa ambos y cuando Crisóstomo iba a pedirle explicaciones, a la que ya supu­so e,iJentemente adúltera, non­ka, sin dar tiempo a más, llamó un auto que pasaba en aquellos inst<\ntes, subió al vehículo y dió la dirección de la casa de la ma­dre.

Quedó como extático Crisósto­mo, y ya en camino de "averi­guarlo todo", esperó otro rato frente a la casa de la que había visto salir a su esposa. Y en efec­to, transcurrido algo así como media hora, vió aparecer un hom­bre que por cierto no se parecía en nada a Chokay. Era un hom­brecito pálido y esmirriado, ves­tía desastrosamente y se tocaba con un panamá deslustrado.

Crisóstomo, lo "adivinó todo" y sin poderse contener, se abalanzó

(Conttnuación de la Pág. 61 ) .

venir que dijo una gran bobería; porque la yuca no salvará a Cu­ba con su harina para hacer pan, ni aun con su almidón, ni con su tapioca. A lo más que puede aspi­rar es a ser una riqueza de quin-

Se arreglan sombreroa por módicos precios

fi~fº sobre el "ladrón de su sa y se propinaron, ambos :ro; una buena zurra. y luego OS. dos perfectos caballeros se i 111o cleron mutuamente sus t O re. dispuestos a continuar la c~~t1taa, da en el campo del honor en.

Al retirarse, Crisóstomo ·dir!gt6 un vistazo a la pequeña 'cartu]¡ na, Y vió que el nombre auténtl · de Chpkay era Keller, es decir 3, go as1 co~o Dupont, en franc'­Sraj.th, en mglés, o Pérez en;. panol. ' . En verdad, que Chokay mere­

c1a un nombre• "!á! rimbombante,

.En resumidas cuentas, que Crl, sostomo e nonka, se divorcial'On Y yo recuerdo que después q4~ ei juez hubo decretado la disolución del_ vínculo matrimonlal~'ya de retirada, cuando marchábamos a casa, mi excelente Crisóstomo lile decía con !?esto compungido:'

-¡Qué desastre! Para que crea usted en el idealismo de las mu­jeres. ¿Se ha fijado usted en el a51?ecto de mi antagonista? ;He ~I:11 el Chokay con que todos so­nabamos ! Un hombrecillo absur­do e insignificante. ¡Le digo a usted que la realidad nos resena cada sorpresa! ¡Pues si éste hom­bre parece uno de esos pala.col

~g::n~:~d~~:at!~~~~nt• i~ corbatas, Chokayl ¡Para que crea usted en el amante ideal con que sueñan las mujeres casadas!..,

-¡Y las mismas solteras! ... -resumi.

to o sexto o séptimo orden, gyt ya seria. mucho, si las explotacio­nes que Cuba tiene a su disposi­ción en otros sectores, se pusie­ran en inteligente actividad. Yo no soy de liis que hipócritamente dicen que hay que tomar nuestro vino aunque sea agrio, porque pre­fiero un vino bueno; y ese aforu­m" del gran Marti que tuvo su razón en otro tiempo, se cita CO· mo un concepto de patriotismo, del cual se habla mucho; pero se practica poco. .

Yo no combato tampoco Y por tanto nadie tiene por qué trocan­dose en un Don Nuño, defender al guajiro cubano que siembra yuca : lo que no quiero es que mi· ren con 18'-lupa grande a sus de• fensores, para que no se hagan !lusiones y siembren con ese em· bullo, más yuca de la cuenta, por• que van a tener un fracaso,

Crt~~l~l 10 por 100 de ese alml· dón en el pan, no . necesitamos más de 500 caballenas en toda Cuba de yuca, que representAn cuatro o seis caballerias por Mu•

~¡~P!fe !ª 1~º o ~~ i~c~g• p~r 1ii ese ~ será malo Y poco sano.

y tw,.,ra terminar copio de la carta de un panadero oriental el

si~.~r~f\~~fftlº~renere pan con el 10 por 100 de harina de yuca, téngase por seguro que los pan~ deros le daremos pan con e 10 por 100· pero si el público co· mo parece 'por las pruebas que ~­mos hecho en la localidad Y en ~ do Oriente prefiere a ese/ª~ 25 que llegue a contener has a e r por 100 de harina de maiz, rge qué obligarlo a que .. coma e ,. yuca y, no el de ma1z? . ué

Parece ~an razonable es~aier francamente sl se ha de téc· obligatorio contra toda ra1ó~omer nica y de salud púb!,lca, e on e­pan de yuca, los senores e ~e, sistas debieran ~odificar Jª s1no

~tr~!t~~~~a~~o~º~~ e~la:~P.,'s Jl&· tritlvas que la de yuca.

sa - bes bien- que tu pa - do_ Que - da va - cí - 12.,a le - jos -

(':',

Sa - bes

Que- da

o.e. 1

Fin.

CARTELES

·Paro lar. orejas y miro por enci­ma de la cabeza del caballo. Y veo algo que me hace temblar hasta las uñas. En el camino frente a · nosotros tres perros grandes corren detrás de una vie­ja perrita, que lleva una lata amarrada al rabo, y está sucia de fango y ceniza, y mordida de un modo atroz. Está demasiado las­timada para poder huir, y muy vieja para poder defenderse: pe­ro pelea con verdadera furia, mordiendo con sus viejas- encías y vendiendo cara la vida. Todo esto lo veo en un pestañear; y veo también que la acorralan y le caen encima.

No puedo aguantar más. Salto del coche y caigo de cabeza en el suelo. El abrigo elegante que llevo tiene la culpa, y lo maldi":o duro. Pero me levanto rápido y corro hacia el grupo. Oigo detrás de mí que la señorita Leonor le dice al amo : · "¡Van a matar a esa pobre pe­

rra! ¡Coja el látigo, Nolan, y es­pante a esos perros! ¡Deje a Kid; él sabe cuidarse solo!" Y oigo pa­rar al caballo y saltr.r a1 amo.

La vieja perrita está caída en el suelo y los tres la muerden de un modo atroz. Perú yo corro en su auxilio, hacie~do saltar las piedras del camino. Ella me oye y cree que es uno más que viene a atacarla y levanta la cabeza . . . Y mi corazón se abre como si me lo partieran de una mordida; porque debajo del fango y la ce­niza y la sangre, yo veo quien es, y sé que mi madre ha vuelto a ser mía . .. .

Lanzo un aullido que nace tem­blar a los tres perros. "¡Madre!" le grito. "¡Soy yo! ¡Es Kid! ¡Ven­go a ayudarte, madre; vengo a ayudarte!" Y caigo de un salto

entre ellos, y agarro al más gran­de por el cuello, mientras los otros dos clavan sus dientes en mi abri­go y me lo arrancan. Eso me deja. libre y arremeto contra los tres.

Jamás he tenido una pelea tan buena como ésta. Con mi madre al lado viéndome, y el tiempo que llevo sin pelear, me siento como nunca, y antes de tres restrego­nes los tengo aullando. Rápido como el pestañear, mi madre en­tra en la pelea; y yo me río al verla. Me acuerdo de mis buenos tiempos con. ella. Y el amo me hace reír también. Parece una gallina a orillas de un tanque, corriendo de un lado a otro y mo­viendo mucho el látigo, pero sin atreverse a pegar, por temor a alcanzarme.

"¡Pal'a, Kid, para!" me grita. "¿ Quieres que te magullen todo? ¡ Piensa en la Exposición de Bos­ton ! ¡Piensa en la de Chicagor ¿Es que no quieres llegar a ser campeón?

¿ Cómo voy a pensar en todos esos lugares cuando tengo que zurrar a tres perros al mismo tiempo? Pero, pronto, dos piden misericordia, y mi madre y yo los dejamos escapar. El más grande no está en condiciones de esca­par.

Mi madre y yo bailamos enton­ces de alegría. Saltamos y ladra­mos, nos reímos y revolcamos en el suelo. Nunca hubo en el mun­do dos perros tan felices como nosotros. El amo me silba y me llama y me suplica que vaya a su lado; pero yo me r10 y sigo ju­gando con mi madre.

''.Ahora tú vienes conmigo a mi casa," le digo a mi madrf!, "y no

eres el Wyndnam Kid ele qu hl­(Continuación de la Pág. 62 J. blan todos lo~ perros? y e~ton.

ces, como esta muy vieja y débil vuelvas a tratar de escaparte." Y Y nE:rviosa, i;e echa en el suelo le enseño nuestra casa con los emmapd1reezsª. a . llorar como hacen 1~ cinco tejados rojos que está so-bre la colina. Pero mi madre tiem- Bueno, ya queda poco que con bla de un modo atroz y dice : "No tar. La señorita Leonor lo arreg¡· me dejarán entrar nunca en una todo. "Si Kid quiere tener a e~ casa como isa. ¿Vive ahí el virrey, perrita con él, que la tenga" di }{id?" y yo me río. "No, madre, ce la sefiorita. "Usted sabe' No· vivo yo; y si no te dejan vivir a lan, que la madre de Kid era un; ti, volveremos a callejear por los perra negra Y carmelita, y ésta muelles y los solares, porque no es también negra y carmelita· ~º!a'if:;ss ;

0s::J~\~~ó~u~~~-; ~~~!scifr~~o~~o Kid le ha cogido

la casa, mientras el amo trata de "Por mí no importa, señorita,, cogerme y la señorita Leonor se dice el amo; "yo nunca boto a wi ríe. . perro que pide alimento y un lu-

"Kid ha hecho amistades con gar donde dormir. ¿Pero que va la vieja perrita, Nolan," dice la a decir el caballero Wyndham?" señorita. "Quizás la conoció cuan- "El dirá lo que yo diga. Si digo do andaba por las calles. Cójala que se quede, se quedará, y yo y póngala aquí a mi lado, y verá digo que se quede." cómo Kid la sigue." Y así mi madre y el amo y yo

Al oír esto le digo a mi madre hemos encontrado nuestro ho­que vaya con el amo y se siente gar. Al principio ella tiene mucho en el cochecito. Pero mi madre miedo, porque nunca ha estado dice que no, que va a ensuciarle con gente amable; pero como es el traje a la bella señorita. Y yo tan buena Y cariñosa los caba­tengo que decirle que haga lo que llerizos pronto la quieren más que yo le digo. Y así cuando el amo a mí, Y tratan de darme celos la carga y la pone temblando en acariciándola a ella y guardán­~l coche, yo la sigo ladrando con dole los mejores bocados. Así no alegría. pueden lastimarme.

Cuando llegamos a la casa, lle- Y esto es todo. Mi madre es vo a mi madre a mi perrera par- feliz y vive tranquila, echada to­ticular y le digo que esa es su ca- do el día al sol, o detrás. de la es­sa. "El no va a dejarme," dice mi tufa que hay en el despacho del madre. primer caballerizo, y alimentada

"¿Quién no va a dejarte?" digo con regularidad por mi amo, dos yo mirando al amo y gruñendo veces al día, y por los caballerl­un poco feo, para que sepa que zos ~ todas horas. Y en cuanto yo quiero hacer mi voluntad. • a m1, yo voy de un lado para

"Ah, esta perrera es de Wynd- otro, a todas las Expos~ciones ham Kiq," dice mi madre asom- que se c_elebran en el pa1s, ga­brada. nando dmero y copas de plata

"Yo soy Wyndham Kid," le digo. para el amo, y quitándole las " ¡Tú!" dice mi madre. "¿Tú cintas azules a mi padre.

Armandito

baño antes del

se toma un

POLIMALT batido.

El POLIMALT • contiene VITA­MINERALES. MINAS y SALES

ES DELICIOSO .... DIETETIC FOOD Co. VI.LLEGAS, 76. HABANA

CARTELEJ 66 ·

~'¡Palábras ... ·Palabras ... Palabras! ... " NO, SE~OR.:. CARTELES no pretende con meras palabras convencer a los anunciantes acerca de su eficacia inigualable como medio de propaganda... Las

palabras se las lleva el viento.

LAS UNICAS PRUEBAS CONVINCENTES SON LOS HECHOS Y LOS HECHOS SON IRREFUTABLES

PODEMOS COMPROBAR que un comerciante que du­daba de la eficacia de CARTELES ha tenido la triste experiencia, aunque demasiado tarde, de ver a su pro­ducto desalojado del mercado por otro similar que uti­liza a CARTELES como instrumento exclusivo en su campaña de propaganda.

Otro· comerciante escéptico sometió a prueba cinco me­dios distintos de propaganda.incluyendo a CARTELES. En una:fecha determinada había recibido de La Habana y del resto de la República 677 cupones de CARTELES contra 54 del que más se le aproximó. Mucho tiempo después, (más de un año) todavía seguía recibiendo cupones de CARTELES, lo que demuestra la enorme eficiencia de esta revista para multiplicar, casi indefini­damente, los beneficios y ganancias de un anuncio.

Este dato no sólo podemos comprobarlo también, sino que podemos mostrar la carta del experto de propagan­da de la fábrica americana de dicho producto-una de las más gra~des del mundo-expresando su admiración al conocer los resultados y explicando, 1l la vez, el por­qué ~ra de esperarse semejante éxito de un semanario como CARTELES.

Otro comerciante, el más importante en su giro de la República, insertó DOCE anuncios en tres distintos medios de propaganda y UNO SOLO en CARTELES.

Los doce anuncios produjeron una ~ola venta.

Vea ahora lo que este comerciante dice del que apa­reció en CARTELES:

En la Revista •carteles•, solamente hemos publiaado un anuncio en el primer nwnero del año actual, y tenemos la satisfacc'idn de que, tanto del interior de la Repábli­ca, como de la Habana, hemos despachado un buen ndmero de .. . . .. a personas que han hecho menci6n del anuncio de "Carteles•.

Estos son hechos que podemos comprobar con testimonios irrebatibles. Las palabras se las lleva el viento.

Aprovéchese del máximum de 'beneficio que le brinda la enorme tirada de CARTELES· y su Inigualable legibllldad y permanencia cogiéndole la delantera a los que puedan dudar de su eficacia sin someterlo a prueba.

LA TARIFA DE CARTELES ECONÓMICA QUE PUEDE

ES, POSITIVAMENTE, . LA MÁS USTED OBTENER EN CUBA

¡¡PRUEBAS, PRUEBAS!! EL AUTOMOVIL MAS BARATO NO ES EL DE MAS BAJO PRE­CIO.- Compruébelo: exija a todos los carros pruebas de CONSU~O, funcionamiento y confort. Examine la calidad de la carrocería y la cali­dad, sencillez o complicación del mecanismo.-Sume el gasto de gasolina, aceite, gomas, chapa y taller. Compare precio y equipo y comprobará que el

ES.SEX 1I9t3~ ES EL CARRO M A.S BARA10 Y MAS ECONOMl·CO

Coches cerrados es­paciosos, para 5 pa•

sajeros, desde: $81 O enla $1168 enLaHabana,lncluí-fábrica dos los nuevos aran•

con ex:tras. • celes e impuestos.

Completo, con "rueda libre", 6 ruedas de alambre, 6 gomas, 2 fundas, 2 cerraduras, de• feosaa, porta-baúl, vestidura de cuero, deecansa,brazos, arranque por el chucho, farolitos laterales, indicador de la presión de aceite, termómetro y nivel de aceite en la pizarra.

MOTOR MÁ.S. PEQUE~O Y ECONÓMICO (193 pulgadas). NO HAY CARR.O QUE PAGUE MENOS LICENCIA. MAYOR POTENCIA (70. H. P.)

Cambio sincronizado, 2a. silenciosa. BASTIDOR REFORZADO EN X. Carrocerías solidísimas, todo acero.

MENOS REVOLUCIONES (menos desgaste). RUEDA LIBRE SELBCI'IV A (economiza ga10lina).

CORREA QUE SÓLO MUEVE EL VENTILADOR. VÁLVULAS ACCESIBLES Y AJUSTABLES.

4 MUELLES COMPLETOS (menos gasto de gomas.) AMORTIGUADORES realmente graduables a voluntad. 113 PULGADAS de distanda entre ejes, (mayor amplitud). MAYOR COMPRESIÓN · sin cancaneo (economiza ga10lina). BOMBA DE ACEITE. de diM>le acción.

"Mofle" super-heterodino sobre caucho. 6 descansa-brazos (en los tipos especiales). Asientos trasero y delantero ajustables. Carrocerías amplilis y lujosas, diseiw Spring. Y otras ventajas sólo propias de carros finos.

Podemos ordenar 11u carro a fábrica del color que Ud. escoja entre un selecto surtido, con vestidun, -irl-fombraa V ado;nos del mismo tono. Embarques rápidos. .

Paseo de Marti, 3 y 5

FACI_LIDADES DE PAGO

J . ULLOA Y CÍA. 19 A.89S DE Sf:BVICIO CONTINUO

.$1NDl,Ci1TO ilE ARTES GilAFICAS DE LA HAIANA, l. A.

Teléfono: M-7951