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De armas tomar: la vida de Francisca Zubiaga y Bernales antes de la presidencia (1803- 1829) Alumna: Claudia Nuñez Flores Código: 20089542 Profesor: María Emma Mannarelli Curso: Género e Historia Semestre 2015-II

De armas tomar: La vida de Francisca Zubiaga y Bernales antes de la presidencia

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De armas tomar: la vida de

Francisca Zubiaga y Bernales

antes de la presidencia (1803-

1829)

Alumna: Claudia Nuñez Flores Código: 20089542

Profesor: María Emma Mannarelli Curso: Género e Historia

Semestre 2015-II

“La excelentísima Sra. Presidenta de la República, dejó su querido suelo natal, la mañana del

martes 17 [de septiembre] para dirigirse a la capital de Lima a los brazos de un esposo, a quién su

amor a la Patria, lo había separado de sus tiernas caricias, llevándolo con gloria al campo del

honor y de la muerte. Un lucido y numeroso acompañamiento salió de la ciudad a dar un

interesante adiós a esta amable Generala” 1 . Así despedía el Cusco a su Mariscala,

Francisca Zubiaga de Gamarra, quien partía a Lima al encuentro de su esposo,

Agustín Gamarra, que acababa de asumir la presidencia de la nueva República

peruana.

Francisca Zubiaga y Bernales o Doña Pancha Zubiaga “La Mariscala” es uno de los

personajes más fascinantes de nuestra historia republicana. Abraham Valderomar

describiría a La Mariscala como “ mujer nacida para grandes destinos, que en el ostracismo

entregara su espíritu a Dios, es una de las más completas figuras en nuestra incipiente

nacionalidad. Su vida fue corriente tumultuosa de vibraciones sonoras, de inextinguibles energías.

Gobernó a hombres, condujo ejércitos, sembró odios, cautivó corazones; fue soldado audaz, cristiana

fervorosa; estoica en el dolor, generosa en el triunfo, temeraria en la lucha. Amó la gloria, consiguió

el poder, vivió en la holgura, veló en la tienda, brilló en el palacio y murió en el destierro. Religiosa,

habría sido Santa Teresa; hombre, pudo ser Bolivar”2.

Pero la historia de Doña Pancha dista mucho de parecerse a la de Santa Teresa o

Simón Bolivar; ella, ha quedado silenciada y diluida dentro de la figura de su esposo,

el famoso caudillo cusqueño Agustín Gamarra. La aproximación desde el enfoque

histórico tradicional a relegado al casi completo anonimato su figura. La bibliografía

existente se remite, únicamente, a un resumen de algunos momentos de su vida que

no llegana calificar como trabajos biográficos. Los pocos datos existentes acerca de

su vida nos llevan a determinar la necesidad de un trabajo de archivo mucho más

cuidado que nos permita alimentar y constatar los datos existentes. Asimismo,

debemos advertir el inmenso reto que infiere la aproximación a una figura femenina

a través de documentos producidos ,en su mayoría, por la tinta masculina.

1 Periódico Minerva de Cuzco 1829, 20 de septiembre. 2 Abraham Valderomar, “ Obras Escogidas”. Lima: Hora del Hombre, 1947 p9

El presente texto pretende contribuir con los trabajos en torno a un personaje tan

fascinante como es Francisca Zubiaga, utilizando una aproximación de género a los

datos existentes sobre su vida antes de asumir la presidencia junto a su esposo el

Mariscal Agustín Gamarra. Consideramos importante realizar un relectura de la

literatura existente desde un enfoque de dinámicas de género para entender las bases

y la construcción de la figura política y militar de la mítica Mariscala, quien se

apropió del espacio público, tradicionalmente reservado para los hombres.

UNA JOVEN FRANCISCA Un 11 de septiembre de 1803 nace Francisca Zubiaga y Bernales en el pueblo de

Huarcaray o Anchibamba, del distrito de San Salvador Oropesa, Cusco. Hija de

Don Antonio Zubiaga, español de Guipúzcoa, y Doña Antonia Bernales, cusqueña

perteneciente a las familias más notables de la ciudad. 3 La primogénita de los

Zubiaga Bernales nace dentro de un núcleo familiar de clase acomodada dentro de

la ciudad de Cusco, esto otorga a Francisca desde su nacimiento una posición

privilegiada en lo que ese entonces era uno de los centros económicos y políticos del

Virreinato. El nacimiento de una niña en un seno familiar como el de los Zubiaga,

implicaba también, un contrato inherente con derechos y deberes determinados4,

relacionados a lo que se esperaba de las clases dominantes cusqueñas.

Sin embargo, es aquí donde podemos encontrar algunos aspectos importantes de

cómo la personalidad y figura de Francisca comienzan a perfilarse. Si bien existen

muy pocos datos de estos primeros años de Doña Pancha Zubiaga, la literatura

coincide en que su padre abandona el continente por razones laborales, dejando a

sus cuatro hijos al cuidado integro de su esposa.5 La figura masculina, sustancial para

justificar su lugar dentro de una sociedad estrictamente estamentaria como la

colonial, no está presente dentro de buena parte de la vida de La Mariscala. Sin

embargo, la ausencia de su padre, por razones laborales, no deslegitima la posición

3 Valderomar Op. cit p33; Jorge Cornejo Bouroncle, Doña Francisca Zubiaga de Gamarra La Mariscala” Cuzco, H.G. Rozas, 1948 p5 4Norbert Elias, El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticas psicogenéticas. México DF: Fondo

de Cultura Económica, 1987. Capítulo segundo, La “civilización” como transformación específica del comportamiento humano, I: p140

5 Valderomar Op. cit p34, Cornejo Op.cit p7

de ella y su familia dentro de la sociedad; es más, puede haber generado un espacio

bastante particular para el desarrollo de la joven Francisca, donde la figura espectral

de su padre le permite seguir gozando de los privilegios de la burguesía cusqueña y

crecer en un ambiente sustancialmente de poder femenino.

Este ambiente, parece haber forjado no solo el carácter de Doña Pancha, sino

también, el de sus hermanas. Valderomar describe a las dos hermanas menores de

Francisca como mujeres de carácter indomable y afectas a subordinar a sus esposos.

Antonia, la segunda hija, es descrita como de carácter extraño; casada con un señor

de apellido Rodríguez6, de espíritu cristiano, débil para contrarrestar el exaltado carácter de su

mujer7; parece que la hermana menor de Francisca con un grito definía el estado de

alma de su marido8. Por su lado, doña Manuela, la menor de las hermanas, parece

haber sido digna hermana de la Presidenta. Valderomar narra que contrajo nupcias

con Pedro Salmón, administrador de la Aduana del Callao, a quien por lo visto también

dominó en su hogar como una reina, llegando a ejercer tal imperio sobre su conyugue, que por las

mañanas, al salir a misa, dejaba al marido encerrado y con llave; demorándose con frecuencia más

de lo que es prudente en quien tiene en prisión a tan importante personaje, y el pobrecillo esperaba a

que la buena doña Manuela concluyera de conversar con las amigas y fuera a darle libertad.9

Otro aspecto frecuentemente citado por los autores es la reclusión de Francisca en

el Convento de Santa Teresa, del cual fue retirada a los cinco años de su ingreso ya

que al parecer, la joven mariscala, ejercía fuertes castigos e incontables ayunos que

atentaron contra su integridad física10. La vida conventual significó para muchas

mujeres, durante el período colonial , el espacio adecuado para el desarrollo de sus

capacidades intelectuales, un espacio donde la soledad de la reclusión y su renuncia a

los placeres carnales, significó el acceso a un mundo de letras y liberación

6 Valderomar Op. cit p28 7 Op. cit p29 8 Op. cit 9 Op. cit 10 Op. cit p31

intelectual11, muchas veces negado a las mujeres que optaron por una vida mucho

más laica.

MATRIMONIO CON GAMARRA No existe registro de qué sucede con Francisca Zubiaga entre sus 17 y 20 años; los

datos proporcionados por la bibliografía sugieren una nueva ausencia del padre y

una relación bastante conflictiva con la madre. Para 1823, Francisca y sus dos

hermanas menores se encuentran recluidas en el Monasterio limeño de La

Encarnación, debido a un proceso iniciado por ellas donde acusaron a su

progenitora de maltratarlas. Rubén Vargas y Manuel Reyna Loli citan: “Las jóvenes

Zubiaga se han refugiado voluntariamente en el monasterio para precaver el maltrato de que se

quejan inferido por Doña Antonia, su madre, de quien reciben un trato áspero y quién, además, ha

gastado un ingente caudal sin medida desde que el padre, Don Antonio, se ha visto precisando a

regresar a España, dada su calidad de peninsular y los avatares de la guerra por la independencia

peruana”12. Vemos, nuevamente, cómo Doña Francisca y sus hermanas muestran un

carácter determinado, que terminaría por encontrar solución efectiva en el

matrimonio de la mayor de ellas.

El matrimonio se presenta así como una estrategia efectiva de empoderamiento13 y

búsqueda por la liberación del núcleo familiar. Los datos no precisan cómo Agustín

Gamarra conoce a Francisca; pero parece que el matrimonio entre ambos responde

a un decisión compartida, donde la familia no representa una opinión de peso y

parece que las nupcias se realizan respondiendo a intereses mucho más individuales

que familiares.

Carlos Neuhaus califica el matrimonio entre Zubiaga y Gamarra como hecho entre

“monjas y media noche”, ya que pese a la reclusión de la novia junto a sus

11 Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz. Las trampas de la fe. México: FCE, 1984. 12 Rubén Vargas y Manuel Reyna Loli (VARGAS, Rubén. Boletín Bibliográfico de la Biblioteca Central de la Universidad de San Marcos. Nros. 1-4, diciembre 1961. Reyna, Manuel. Crónica de Lima. 28 de mayo de 1958 13 Norbert Elias, “El cambiante equilibrio de poder entre los sexos. Un estudio sociológico procesual: el ejemplo del antiguo Estado romano”, en La civilización de los padres y otros ensayos, Bogotá: Ed. Norma, 1998. p209

hermanas, el militar cusqueño se las ingenia para realizar un matrimonio –por lo

visto fraguado- para poder sacar a Francisca de manera “legal” del Monasterio.14 Es

así que, el recién casado, basado en un documento que tiene como fecha de

matrimonio el 20 de diciembre de 1823 y que contó con el oficio del cura José

María Monzón, teniendo como testigos al Capitán Juan Bautista Zubiaga y Antonia

Zubiaga, hermanos de la contrayente; y, el Mayor Manuel Peralta, amigo y

compañero del novio 15 ; solicita que su esposa pueda salir libremente del

Monasterio.16

La solicitud de Gamarra es rechazada, las monjas del Monasterio piden que se

desestime y suprima el acta matrimonial. Sin embargo, Gamarra irrumpe en el

Monasterio llevándose a su esposa con él; Carlos Neuhaus describe así su fuga : “El

11 de febrero la Abadesa comunica que las dos niñas Zubiaga han atropellado a las porteras,

saliéndose corriendo del convento, y haciendo que salieran a contenerlas se encontraron que estaban

con ellas una porción de oficiales a caballo con sables en las manos, por lo que, temieron y se

retiraron..”17. Parece que la joven Francisca estaba decidida a salir de ese Monasterio

liberada del yugo familiar, comenzando una nueva vida al costado del caudillo

cusqueño.

En 1825, Gamarra regresaría victorioso de la Batalla de Ayacucho, iniciando así una

prolífica carrera política que se inicia con su designación como Prefecto del Cusco.

Es a su retorno que la pareja decide nuevamente realizar los votos matrimoniales,

esta vez en Zurite. 18 Es así que, Francisca se convierte en un individuo

autogobernado en su matrimonio, su decisión –como ya hemos mencionado- la

realiza de manera autónoma, desligada de la opinión familiar.

14 Carlos Neuhaus Rizo Patrón, Pancha Gamarra, la Mariscala, Lima: Francisco Moncloa Editores, 1967,p18 15 Op. cit , p 20 16 Op. cit , p 19 17 Op. cit , p 20 18 Op. cit , p 20

Esta decisión individual de la pareja - y sobre todo de Francisca- se verá reflejada en

la incomoda reacción de su padre, quien había estado ausente mientras La Mariscala

tomaba las riendas de su destino. El sobrinonieto de Doña Pancha Zubiaga

describiría así la reacción de su bisabuelo:

“Mi bisabuelo don Antonio llegó al Callao sin tener noticias de este enlace, y parece que fue

empresa algo ardua la de hacerle saber el estado civil de su primogénita. Cuando le contaron al viejo

en el puerto, al llegar dijo: ¡Patriota, patriota! ¡ Es posible que una hija mía…! Prefiero que me

digan que se ha muerto”.19 Nuevamente, podemos ver que la figura paterna, parece no

ejercer sobre Francisca un elemento de poder.

DOÑA PANCHA, LA PREFECTA DE CUSCO Agustín Gamarra es el nuevo Prefecto de Cusco y Francisca Zubiaga ostentará el

mismo cargo, no se llega a delinear bien la forma en que Doña Pancha logra ser

distinguida dentro de la población local con el mismo cargo que su esposo, pero en

adelante será un patrón dentro de su relación. Es durante este período que La

Mariscala conoce a Simón Bolívar. Es febrero de 1825 y Cusco se prepara para

recibir al caraqueño; Doña Pancha Zubiaga, ha preparado días completos de fiesta y

regalos para El Libertador. Es quizá, el regalo más ostentoso, el que marca la

historia de estos dos personajes; la ciudad honra a Bolivar con una guirnalda de

brillantes, la cual es colocada en sus sienes por manos de Doña Francisca 20, la

corona no estaría mucho tiempo adornando la cabeza del libertador; esa misma

noche, durante un baile en su honor, Bolívar se retirará el majestuoso regalo y lo

regresará a manera de obsequio a La Mariscala, quien lo lucirá durante toda la

velada.21 Es dentro de este tipo de pasajes que vemos cómo La Mariscala comienza

a ingresar en el fino juego del simbolismo; el poder requerirá así muestras

inequívocas que coloquen al individuo dentro del sistema estamental al cual

pertenece.22

19 Op. cit , p 22 20 Op. cit , p 33 21 Valderomar Op. cit p33 22 Elias, 1987. Op cit p119

Debemos enmarcar este encuentro en un momento histórico particular; la República

Peruana esta recién fundada. La estructura y configuración de las dinámicas de

género deben también encontrarse en un momento bastante difuso, lo que permitirá

que mujeres como Francisca puedan tener ciertas libertades relacionadas a la

conducta sexual y marital que, dentro de la colonia, hubieran sido imposibles. Es así

que, las relaciones extramaritales femeninas que bajo dinámicas más controladas se

presentaría como la formula infalible de ruina social para las mujeres23, dentro de

los primeros años de República parece haber tenido un comportamiento mucho

más permisible.

Los juegos y atenciones entre el Libertador y la Mariscala no pasarán por alto frente

a los ojos de Agustín Gamarra. Su antipatía por el caraqueño, famoso por sus

conquistas y affaires, serán advertidos en una carta escrita por Sucre a Bolivar:

“…le diré que Gamarra es acérrimo enemigo de usted; procuré indagar los motivos, y por un

conducto secreto, supe que sobre su aspiración a la Presidencia, añadía como pretexto, que

habiéndole hecho tantos obsequios en el Cuzco, le enamoró la mujer; que esta misma se lo habría

dicho..”24.

Pese a la incomodidad de Gamarra, parece que el encuentro con Bolívar genera una

transformación profunda de Doña Francisca. Valderomar describirá así este cambio:

“…ella se muestra integra, completa: su vida se ha definido; ya no caben dudas en su destino.

Comienza a manejar la pistola, el florete; practica la equitación. Asiste a los espectáculos más

varoniles; se apasiona por las riñas de gallos, apuesta; le place el trato de varones; le interesa poco el

de las damas, y comienza a ser el brazo director en los destinos de su marido (…) Así comienza su

vida de campaña; ya no es monja que quiere servir al Señor en las esterilidades apacibles de los

claustros; es la capitana patriota que desea gloria, dominio, una vida más vasta. Y se lanza!.”25

La vida militar de La Mariscala no comienza de manera circunstancial, parece por el

contrario, que las armas son la nueva forma en que ella se libera y empodera. El

23 Elias, 1998. Op cit p220 24 Carta enviada desde Guayaquil el 18 de septiembre de 1828. Jorge Basadre historia de la república pp341 tomo I, Lima, 1961 25 Valderomar Op. cit p34

uniforme militar permitirá que ella cruce cabalgando la frontera de los sexos para

adentrarse en el campo de poder masculino.26

LA CONQUISTADORA DE PARIA La Mariscala consolida su vida militar durante la invasión peruana a Bolivia

encabezada por Agustín Gamarra. La intervención peruana responde a la necesidad

de forzar la salida de las tropas grancolombinas de Bolivia, para así asegurar la

integridad de los límites de la reciente nación peruana. Si bien el conflicto bélico no

es significativo, es sustancial en la construcción de Doña Pancha Zubiaga como

figura política y militar en un grupo social donde los recursos de poder tienen un

carácter estrictamente masculino27 y donde las figuras femeninas parecen no tener

espacio.

Es así que , Francisca Zubiaga y Bernales viste ropas militares y se cubre con una

capa española 28 para dirigir un batallón y tomar la plaza de Paria. Su épica figura

produjo el fanatismo en las tropas y su éxito en la toma de la ciudad trajo consigo la

Capitulación de Pisquiza, en la cual se definen nuestros límites territoriales con

Bolivia. 29 Doña Pancha Zubiaga, ahora Mariscala, con menos de 30 años 30 ha

consagrado su éxito militar y ha marcado de manera definitiva su historia. A partir

de este momento, la voz de La Mariscala parece ser mucho más fuerte, retorna a

Cusco vencedora y su posición en la carrera política de su esposo no es más auxiliar.

El éxito en Bolivia y la firma del tratado de Pisquiza impacta de manera sustancial

en la vida política de Gamarra; su victoria le da el apoyo necesario para comenzar a

planear la estrategia que terminará por llevarlo a la presidencia de Perú. Es así que

el caudillo cusqueño parte al norte para sellar la victoria peruana frente a las fuerzas

grancolombinas; en su ausencia, Francisca Zubiaga, quedará a cargo en Cusco.

26 Cristina de Pizán, La ciudad de las damas. París: Siruela 1995 27 Elias, 1998. Op cit p203 28 Valderomar Op. cit p35 29 Valderomar Op. cit p36 30 Op. cit

La pareja Gamarra-Zubiaga se erige en un período caracterizado por el caudillismo

de inicios de república. El país se encontraba fragmentado económica, social y

políticamente; en este contexto era necesario, para cualquier caudillo, establecer un

centro que abalara su lucha. La ciudad natal de la pareja brindará el soporte

necesario.31 Es, en la usencia de Gamarra en Cusco, que Pancha Zubiaga tendrá que

mantener la estabilidad del eje político de su esposo, lo cual La Mariscala logrará con

bastante éxito. Durante su estancia, a la cabeza de Cusco, un grupo acuartelado de

soldados decide sublevarse, Pancha Zubiaga les hará frente:

“Vistiéndose de sus marciales atavíos de guerra, echándose sobre los hombros su capa española,

colocándose sus kepís, tomó su fuete, y sola, serena, resuelta, se presentó en el cuartel sublevado. La

sorpresa hizo enmudecer el bochinche. Dio un par de fuetazos sobre una mesa, descubriéndose y se

mostró tal cual era, clavando la mirada en los oficiales y dominándolos con su coraje y varonil

postura. Satisfecha del desconcierto que había causado, dijo a los soldados: - ¡Cholos! ¿ustedes

contra mí?- a lo que los soldados contestaron: - ¡Viva la Mariscala! – Ella lanzó muchas

monedas y salió; el motín estaba sofocado”. 32

LA PRESIDENTA Mientras Francisca gobierna en el Cusco, Gamarra consolida su poder por el norte

del país. Como Jefe del Ejercito peruano firma la paz con la República de Gran

Colombia, marcando los límites territoriales e incorporando Maynas, Tumbes y

Jaén, esto además de sellar la exitosa campaña de Gamarra, da como resultado el

derrocamiento del débil Presidente La Mar, quien es exiliado por Gamarra a Costa

Rica.33 El Golpe de Estado se da en colaboración con Antonio Gutiérrez de la

Fuente, quien asume momentáneamente la presidencia, para esperar el retorno de

Gamarra a la capital peruana. Es el 1 de septiembre que el caudillo cusqueño,

31 Charles Walker. De Túpac Amaru a Gamarra: Cuzco y la formación del Perú republicano: 1780-1840, Cuzco. Lima: Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas, 2004. p.256 32 Valderomar Op. cit p38 33 Walker Op.cit p 261

Agustín Gamarra, por votación del Congreso es nombrado Presidente Provisorio

de la República del Perú.34

Gamarra es Presidente, y Francisca Zubiaga no es la Primera Dama. La relación de

la pareja lleva años compartiendo poderes políticos. Si Doña Pancha fue Prefecta de

Cusco cuando Gamarra asumió dicho cargo; ahora ,es ella también, Presidenta de la

República. Como hemos mencionado ella se encuentra en Cusco cuando Gamarra

asume la presidencia, no tardará en dejar su cargo e ir al encuentro de su nuevo

destino:

La excelentísima Sra. Presidenta de la República, dejó su querido suelo natal, la mañana del

martes 17 [de septiembre] para dirigirse a la capital de Lima a los brazos de un esposo, a quién su

amor a la Patria, lo había separado de sus tiernas caricias, llevándolo con gloria al campo del

honor y de la muerte. Un lucido y numeroso acompañamiento salió de la ciudad a dar un

interesante adiós a esta amable Generala, cuyas virtudes llevan tras si, la más dulce memoria y la

más justa gratitud. Salió del Cuzco entre saludos de artillería, y el sentimiento general,

infinitamente más grato que todas las demostraciones que diera una atención extravagante. Las

ventanas y balcones de las calles de su transito, estaban cubiertas de gentes de uso y otro sexo y en

semblantes se retrataba un corazón sensible a las virtudes. Las apreciables lagrimas de la

Excelentísima Sra. Presidenta ha vertido al alejarse de su caro suelo que la miró nacer, han sido

correspondidas con el afectuoso llanto de sus compatriotas. Los toques de campana recordaron a un

pueblo agradecidoel deber implorar las bondades del estreno a favor de la adorable esposa del padre

de los destinos de su patria. ¡Ah! cuanto más dice una sola lágrima fiel del sentimiento que las

sensaciones del más puro recuerdo. La gran Mariscala de Pisquiza no va acompañada de sola la

mitad de caballería que la escolta: los corazones de los buenos la sigues. ¡He aquí el fruto que la

virtud recoge!35

La vida de Francisca ha cambiado, la presidencia junto a Gamarra solo sella una

primera etapa que, como hemos explorado, está marcada por la construcción de una

figura femenina de poder que logra configurarse como imagen de peso dentro del

34 Walker Op.cit p 262 35 Periódico Minerva de Cuzco 1829, 20 de septiembre.

espacio público gracias a la forma en que se relaciona con el poder masculino –

primero su padre y luego su esposo-. Del mismo modo, Doña Pancha Zubiaga

construye su figura en un período de quiebre histórico, el paso de la Colonia a la

República. Es quizá este espacio de reforma,y donde la sociedad se está

reconfigurando, donde figuras como la de la Mariscala pueden encontrar espacios

donde desarrollarse.

Hemos considerado importante explorar estos primeros años de Francisca Zubiaga,

ya que los sucesos antes de la toma del poder presidencial, explican en gran medida

la relación horizontal entre ella y su esposo, que será sustancial en su primer

gobierno. Asimismo, este período de la vida de la Mariscala es el menos explorado

por la ausencia de documentos históricos que refuercen y comprueben lo narrado

hasta el día de hoy sobre su vida antes de llegar al poder. La aproximación a su

historia es, definitivamente, mucho más clara cuando se casa con Gamarra; la vida

de Doña Pancha se ve , nuevamente, subordinada a los documentos existentes

relacionados a su marido. Como mencionamos al inicio de este trabajo, es

importante realizar un cuidadoso trabajo de archivo que permita explorar a la, hasta

ahora poco conocida, Francisca Zubiaga y Bernales.

BIBLIOGRAFÍA

Norbert Elias, El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticas psicogenéticas. México DF: Fondo de Cultura Económica, 1987. Capítulo segundo, La “civilización” como transformación específica del comportamiento humano, I: Norbert Elias, “El cambiante equilibrio de poder entre los sexos. Un estudio sociológico procesual: el ejemplo del antiguo Estado romano”, en La civilización de los padres y otros ensayos, Bogotá: Ed. Norma, 1998. p209 Carlos Neuhaus Rizo Patrón, Pancha Gamarra, la Mariscala, Lima: Francisco Moncloa Editores, 1967 Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz. Las trampas de la fe. México: FCE, 1984. Cristina de Pizán, La ciudad de las damas. París: Siruela 1995 Abraham Valderomar, “ Obras Escogidas”. Lima: Hora del Hombre, 1947

Charles Walker. De Túpac Amaru a Gamarra: Cuzco y la formación del Perú republicano: 1780-1840, Cuzco. Lima: Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas, 2004. FUENTES PRIMARIAS

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Periódico Minerva de Cuzco 1829, 20 de septiembre.