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Revista de Geografía Agrícola no. 42

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Revista de Geografía Agrícola núm. 41 / 9

Nuevo método de mejoramiento genético para resistencia a sequía en maíz

Fidel Márquez Sánchez1, Luis Sahagún Castellanos1

y Erasmo Barrera Gutiérrez1

ResumenEn nuestro país más de la mitad de la superficie del cultivo del maíz se lleva a cabo bajo condicio-nes de temporal. En esta situación, la suspensión de lluvias o canícula se presenta generalmente en las dos primeras semanas de agosto (Muñoz et al., 1973), justo en el periodo de floración de la planta. Esto puede causar reducciones en la productividad del grano muy severas hasta el grado, en algunos casos, de perderse completamente las cosechas. Como en muchos aspectos fisiológicos de las plantas, la resistencia a sequía para la producción de grano se debe a complicados fenómenos hereditarios, y a los que interaccionan con el medio ambiente. Desde luego que en esta interacción se encuentra la presencia esporádica de lluvias y lloviznas, la estructura y la textura del suelo y las labores de fertilización, cultivo y escarda. En este artículo se presentan los resultados de un nuevo método de mejoramiento para resistencia a sequía en maíz, diseñado por los autores. Los resultados arrojan un mejoramiento de la productividad del grano bajo sequía de hasta 40% en un lapso de cuatro ciclos de selección.

Palabras clave: sequía, Zea mays L., métodos genotécnicos, variedades resistentes a sequía, interac-ción genotipo-ambiente.

A new genetic method for drought resistance in maize

AbstractIn our country more than half of maize crop is made under rain fall conditions. In this situation rain fall suspension or canícula takes place during the first two weeks of August (Muñoz et al., 1973), a time that coincides with the flowering period of the maize plant. This may cause strong lost of grain productivity to a point of totally lost of the complete crop. As in many fisiologycal aspects of plants, drought resistance for grain production is due to complicated hereditary phenomena and to those which interact with the environment. In this interaction there are the sporadic of rains and lloviznas, the structure and texture of soils and the practices of fertilization, cultivation and herbs elimination. In the present article results are presented of a new method of genetic breeding for drought resis-tance designed by the authors. Results show an increase of grain productivity under drought condi-tions up to 40% for four selection cycles.

Key words: drought, drought resistance, Zea mays L.

1 Profesores investigadores del Centro Regional Universitario de Occidente, CRUOC. Guadalajara, Jal. Univer-sidad Autónoma Chapingo. Correo electrónico: [email protected]

Recibido: 19/12/2008 Aceptado: 30/03/2009

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Fidel Márquez Sánchez, Luis Sahagún Castellanos y Erasmo Barrera Gutiérrez

IntroducciónEn México el cultivo del maíz se lleva a cabo fundamentalmente en la temporada de lluvias en las estaciones de siembra denominadas pri-mavera-verano, que ocurren desde junio hasta noviembre. Durante este periodo, en las tierras eminentemente temporaleras no hay auxilio de agua de riego y frecuentemente se presentan periodos de sequía generalmente en la canícu-la, durante las dos primeras semanas del mes de agosto. Esto conduce a reducciones en los ren-dimientos hasta llegar a producciones nulas del grano.

La resistencia a sequía en la producción de planta de maíz está regida por fenómenos here-ditarios, del medio ambiente y de la interacción genético-ambiental. El primer fenómeno se debe a la presencia de muchos genes que a su vez interaccionan entre sí: la interacción dentro de un mismo sitio cromosómico o dominancia de un gen sobre su alelo y la interacción entre sitios cromosómicos o epistasis. A su vez, los efectos de las interacciones dominante y epistá-tica trabajan con los efectos del ambiente; en-tre éstos los más importantes son la presencia de lluvias, los rocíos y las lloviznas, la textura y la estructura del suelo, además de las labores agrí-colas como cultivos, escardas y fertilización.

Para mejorar los caracteres cuantitativos, es decir, aquéllos determinados por muchos ge-nes con efectos acumulativos para la resisten-cia a sequía, es menester que en el ambiente de selección se manifiesten en grado extremo las condiciones que favorecen el factor adverso, en este caso la sequía. Así como que las condi-ciones de adversidad sean lo más homogéneas posible a fin de evitar “escapes” de plantas apa-rentemente resistentes. Para nuestro propósi-to, la selección se lleva a cabo directamente en terrenos del campo agrícola experimental en la estación otoño-invierno, de los meses de di-ciembre a mayo del año siguiente, bajo sequía controlada.

Investigaciones en MéxicoEn la literatura mexicana, Palacios et al. (1963) informan sobre la población Michoacán 21 o “latente”, que suspendía su crecimiento mien-tras prevalecían las condiciones de sequía, y lo reanudaba al desaparecer ésta. En el mismo sentido se estimó que en estado de plántula en esta misma variedad la mayor parte de la re-sistencia era genética aditiva, es decir igual a la suma de los alelos en cada sitio cromosómico. Con base en estos estudios, Muñoz et al. (1973) hicieron un esquema de selección masal (pro-piamente selección individual, como veremos adelante) en el cual en un recipiente de un litro lleno de arena se sembraron 100 semillas; des-pués se les sometía a niveles bajos de humedad hasta que sobrevivían sólo cinco plantas que eran transplantadas a una parcela donde se les dejaba polinizar libremente. De acuerdo con Falconer (1961) la selección individual se lleva a cabo cuando se entrecruzan las plantas selec-cionadas como sucede en el presente estudio. Cuando éste no es el caso y las plantas seleccio-nadas y no seleccionadas se cruzan libremente el método es selección masal. Los resultados fueron satisfactorios por lo que desde este mo-mento se comprobó que la selección podía ser sumamente sencilla.

Posteriormente, en los años sesenta y seten-ta, se diseñaron metodologías más complicadas para la resistencia a sequía, ya que se trataba de obtener no sólo plantas resistentes sino tam-bién más rendidoras. En este contexto Molina (1978) hizo selección masal en 11 ciclos bajo rie-go y nueve bajo temporal, evaluándolos en las dos condiciones. Los resultados indicaron que la selección bajo temporal fue más eficiente al evaluarse bajo temporal que bajo riego; en tan-to que la selección bajo riego fue más eficiente al evaluarse bajo riego que bajo temporal. Estos resultados parecen indicar que la selección para una condición dada, riego o temporal, debe ha-cerse y evaluarse en la misma condición.

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Tanto en el Colegio de Postgraduados, en donde se llevó a cabo la metodología riego-se-quía, como en el Cimmyt, donde ésta se practi-có por varios años, se llegó a la conclusión que las variedades resistentes podían asimismo tener rendimientos superiores tanto en sequía como en condiciones de no sequía. En esencia, la metodología consiste en evaluar bajo riego y bajo sequía a las familias de hermanos comple-tos de la variedad por mejorar, y con la semilla remanente de las familias seleccionadas hacer recombinación genética entre sus plantas por medio de entrecruzamiento para generar nue-vas familias en las cuales se seleccionan para rendimiento (Fischer et al. 1984). Como puede verse, este sistema requiere por lo menos dos años por ciclo de selección y lotes de riego y de sequía, más el equipo adicional para la determi-nación de ésta. En los resultados evaluados bajo riego la ganancia fue de 1.8% por ciclo, en tanto que bajo sequía fue de 9.5%. Como en el estu-dio de Molina (1978), también indicaron que el mejor ambiente de selección y evaluación para conferir resistencia a sequía es, justamente, el de sequía. Un hallazgo adicional en el Cimmyt fue que las plantas con mayor sincronía floral resultaban también las más resistentes a sequía (Castleberry y Lerette, 1979).

De la información revisada pueden resu-mirse los siguientes puntos: 1) que la selección para resistencia a sequía se puede iniciar desde el estado de plántula; 2) que la presencia de ca-nícula hace necesario practicar la selección en la época de floración de la planta; 3) que deben usarse plantas que se acerquen a una sincronía máxima en la floración, lo que se favorece más si se autofecundan las plantas sobrevivientes a la sequía que si sólo se entrecruzan, y 4) que la parcela de selección debe sufrir sequía variable a todo lo largo del ciclo de vida de la planta.

Materiales y métodosTomando en cuenta esta información, un ciclo de selección para resistencia a sequía del Centro Nacional de Rescate y Mejoramiento de Maíces Criollos (Cenremmac) comprendió las siguien-tes etapas: 1) selección de plantas individuales en un lote bajo sequía de 400 plantas, cruzando entre sí sólo a las sobrevivientes; 2) formación de un compuesto balanceado (cb) con la semilla cosechada de estas plantas, siembra del cb bajo la condición de riego y recombinación genética por polinización manual de sus plantas, y reini-ciación del siguiente ciclo de selección.

En el punto 1 las polinizaciones entre plan-tas sobrevivientes pueden hacerse por cruza-mientos planta-a-planta o bien cruzando una planta macho con dos o tres plantas hembras (Márquez-Sánchez, 2003); además, si hay co-incidencia entre las floraciones masculina y fe-menina de las plantas sobrevivientes (lo cual es deseable para la resistencia a sequía, según lo vimos atrás), éstas se podrían autofecundar; como esto causa un incremento de la endoga-mia se recomienda autofecundar sólo por una o dos generaciones y conforme la población se vaya homogeneizando hacer cruzamientos en-tre las plantas sobrevivientes. También es con-veniente hacer ensayos de rendimiento bajo sequía controlada después de cada dos o tres ciclos de selección a fin de observar cómo va cambiando el rendimiento a través del avance generacional.

Se usaron 25 variedades de maíz mejoradas por retrocruza limitada (Márquez et al., 2000)que fueron resultado de cruzar la variedad ori-ginal (v) con un maíz mejorado (m) y luego re-trocruzar hacia la v. En la progenie resultante se seleccionan plantas segregantes de mazorca si-milar a la de v con las características favorables de una m como son: menor altura de planta, ma-

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yor rendimiento y adaptabilidad más amplia. A estas variedades se les llama también “varieda-des 3/4” por contener tres cuartas partes de la v, y pueden ser usadas comercialmente como variedades mejoradas.

Cada una de las 25 variedades se sembró en un lote de 400 plantas a las cuales se les aplicó riegos de germinación, brotación y pos-teriormente otros dos o tres más de los que el tercero o cuarto coincidieron con la época de floración. Al iniciarse la aparición de los estig-mas se usó una bolsa de papel manila especial en cada espiga y se cerró provisionalmente con un clip. Uno o dos días después, se pusie-ron bolsitas transparentes de glassine en los jilotes unos días antes de iniciarse la aparición de los primeros pelillos en cada una de las plantas. Una vez hecho esto, dentro de cada una se comenzaron a cruzar las plantas en las cuales había polen y jilote viables, a los pocos días se les aplicó un riego de llenado de grano.

En la cosecha se observó que del total de las 400 plantas de cada variedad, solamente alre-dedor de 60 habían producido pequeñas ma-zorcas. De este grupo se escogieron visualmen-te las 20 mejores, lo que representó una presión de selección de 5%. Las 20 mazorcas se desgra-naron y mezclaron masivamente para formar un cb e iniciar el siguiente ciclo de selección en la forma como lo hemos descrito.

ResultadosUna forma condensada de presentar los resul-tados en condiciones de sequía controlada es considerar las ganancias de los cuatro ciclos de selección y la variedad original. El experimen-to involucrado se hizo en El Grullo, Jalisco. En el cuadro 1 se muestran los rendimientos en kilogramos por parcela de las variedades que fueron sobresalientes en el cuarto ciclo de se-lección, las cuales superaron a sus versiones originales en un promedio de 32.12%, de modo

que en los cuatro ciclos de selección la respues-ta genética por ciclo fue de 8.03%. Este resulta-do es superior al obtenido para la selección ma-sal (2%) y para la selección familiar (6%) para el rendimiento de grano.

Recientemente apareció una convocatoria para proyectos de mejoramiento de resistencia a sequía de variedades de maíz de la Sagarpa y el Conacyt para un periodo de cinco años, con el fin de elevar los rendimientos bajo sequía en 40%, o sea, en 8% por ciclo. Como se puede apreciar con los resultados de nuestro estudio, si escogemos a las ocho mejores variedades mostradas en el cuadro 1, se habrá logrado di-cho propósito. Desde luego, al considerar el promedio de las 25 variedades, no hubo ganan-cia alguna; pero el propósito de este artículo es mostrar cuál puede ser la respuesta en aquellas variedades que sí respondieron a la presión de la sequía; posteriormente se discutirán las cau-sas por qué en muchas variedades no hubo tal respuesta.

Discusión¿Por qué el Cenremmac obtuvo variedades que, además de ser resistentes a sequía tienen altos rendimientos? Esto se ha logrado también por las investigaciones en el Cimmyt mediante com-plicadas investigaciones para dar resistencia a sequía y para dar altos rendimientos de las varie-dades seleccionadas. En los resultados de nues-tro estudio las variedades resistentes a sequía se expresaron como porcentajes de las variedades originales. Ahora, si se calcula la correlación en-tre dichos porcentajes con los rendimientos y ésta resulta positiva, se verá que las variedades resistentes conservan al menos el rendimiento de sus contrapartes originales. En este estudio las correlaciones entre el mejoramiento para se-quía y el rendimiento variaron desde 0.341 has-ta 0.989 que fue el valor más alto obtenido en El Grullo, donde se hizo la selección. Con estos re-

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sultados se puede concluir que con este méto-do las variedades resistentes fueron además las más rendidoras. Por otra parte, también pudie-ron existir variedades resistentes cuya ganancia en rendimiento fuera cero o que rindieran me-nos que la variedad original, pero desde el punto de vista agrícola ninguna de ellas tiene sentido; sólo lo tienen las variedades resistentes superio-res en rendimiento a la variedad original.

La falla de las variedades que no respondie-ron a la selección para sequía pudo haber sido por dos causas: que las variedades de por sí ya eran resistentes a sequía y tuvieron rendimien-tos altos tanto en temporal como en sequía, o bien que no fue posible hacer las polinizaciones entre las plantas sobrevivientes de una variedad dada justo en el momento en que lo requería, ya que hay que tener presente que el campo de se-quía controlado se encuentra a cuatro horas de la ciudad de Guadalajara, donde está la oficina de nuestro centro regional.

El costo total del presente proyecto fue de $342 500.00 durante cuatro años (2000 a

2003), 78% proporcionado por el Conacyt y 22% por la Universidad Autónoma Chapin-go. Si las 25 variedades hubieran sido mejora-das, se habrían gastado $13 400.00 por cada una. Sin embargo, considerando sólo a las del cuadro 1, el costo real por variedad sería de $43 000.00 aproximadamente.

Se ha expuesto que el maíz es una planta paradigmática en muchos sentidos; lo que nos interesa en este escrito es la gran diversidad de métodos de mejoramiento que pueden apli-carse. Márquez-Sánchez (1987) describió con cierto detalle más de treinta metodologías de mejoramiento genético o metodologías geno-técnicas para el maíz. La selección del método específicamente más adecuado depende de los recursos con que el investigador cuente, inclu-yendo en éstos su capacidad e imaginación y los medios materiales disponibles en el centro de investigación y de la gravedad del problema del caso. Inclusive, hay ocasiones en que para la mejora de la productividad de un cultivo no es necesaria ninguna metodología genotécnica,

Cuadro 1. Rendimientos en kilogramos por parcela, de los ciclos 0 y 4 de selección para resistencia a se-quía de las variedades que respondieron favorablemente. El Grullo, Jal. OI-2003/2004.

Núm. Variedad C0 C4 %C4/C0

1 Elotes Occidentales 2.078 3.317 59.622 Tuxpeño Norteño 1.248 1.910 53.043 Pepitilla 1 1.543 2.254 46.084 Pepitilla 2 1.696 2.265 33.545 Vandeño 1.746 2.243 28.466 Compl. Serr. Jalisco 1.840 2.270 23.377 Ratón 1.745 2.013 15.368 Tabloncillo 2.423 2.645 9.16

Media 1.790 2.365 32.12

C0 ciclo original, C4 ciclo cuarto de selección.

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por ejemplo, en ocasiones es suficiente aplicar una fórmula ligera de fertilización o bien al-macenar la cosecha con una protección barata contra los ataques de insectos.

En todo caso, dentro de la amplia gama de las metodologías genotécnicas, lo natural es iniciarse con las más sencillas para ver la factibi-lidad de los resultados iniciales de la selección, y después pasar a metodologías cada vez más complicadas que echen mano no sólo de los efectos genéticos aditivos sino también de los de dominancia y epistasis y, paralela o consi-guientemente, aprovechar los efectos positivos de la interacción genético-ambiental.

BibliografíaCastleberry, R. M. and R. J. Lerette. 1979. “Laten-

te, a now type of drought tolerance?” Proc. 34 th Ann. Ind. Res. Corn and Sorghum Conf. 46-56.

Falconer, D. S. 1961. Introduction to Cuantitative Genetics. The Ronald Press Company, New York. 365 pp.

Fischer, K. S.; E. C. Johnson y C. O. Edmeades. 1984. Mejoramiento y selección de maíz tro-pical para incrementar su resistencia a sequía. Cimmyt. El Batán, Texcoco, México. 20 p.

Márquez-Sánchez, F. 1987. “Sistemas, métodos y estrategias en el mejoramiento genético del maíz (Zea mays L.)”. Ciencia 38:205-216.

Márquez-Sánchez, F.; L. Sahagún C.; J.A. Carre-ra V. y E. Barrera G. 2000. Retrocruza limitada para el mejoramiento genético de maíces crio-llos. Universidad Autónoma Chapingo. Cha-pingo, México. 53 p.

Márquez-Sánchez, F. 2003. “Inbreeding in recu-rrent selection in mayze: II. Selfing and re-combination”. Maydica 48:259-261.

Molina G., J. D. 1978. “Selección masal visual es-tratificada para resistencia a sequía en maíz”. En: Avances de Enseñanza e Investigación del Colegio de Postgraduados. Chapingo, México. pp. 112-113.

Muñoz O., A.; F. Márquez S. y J. Ortiz C. 1973. “Es-tudio preliminar sobre un método de selec-ción para resistencia a sequía en maíz”. Agro-ciencia 11:15-28.

Palacios de la R., G.; L. Martínez V. y A. Aguado T. 1963. “Cruzas biparentales de la línea latente de maíz sometidas a castigos progresivos”. Agric. Téc. México. 3: 98-102.

AgradecimientosSe agradece al Conacyt y a la Universidad Autó-noma Chapingo la aportación económica para el presente estudio. Asimismo reconocemos la desinteresada ayuda de los doctores José Espinoza Velázquez (Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro), Hugo Córdova Orellana (Cimmyt) y Mauro Sierra Macías (inifap) en el es-tablecimiento de los experimentos de campo.

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Desarrollo rural regional a partir de las movilidades poblacionales

Luis Alberto Luna Gómez1

Caminante son tus huellas el camino y nada más;

caminante, no hay caminose hace camino al andar...

(Machado, A. Cantares)

ResumenEste artículo aborda dos maneras de analizar el desarrollo rural regional, fenómeno que ha sido im-pactado por la movilidad espacial, cada vez más creciente en los territorios del campesinado. El es-tudio de caso y el análisis muestral son estas formas. Con cada una de éstas se expone un ejemplo. El primero se llevó a cabo en la región del Valle del Mezquital, y el segundo, en tres municipios: Cu-quío, Jalisco; San Dionisio, Oaxaca, y Terrenate, Tlaxcala. Ambos análisis, de carácter empírico, nos muestran que la movilidad, fenómeno estructural de las unidades domésticas, favorece el arraigo del campesinado y modifica la estructura económico-social del territorio, la cual es modelada en un plano cartesiano de dos ejes, que da pie a cuatro formas de representación espacial: territorio tipo I,II,III y IV.

Palabras clave: desarrollo territorial, movilidad, estudio de caso, análisis muestral, tipo de territorio (I, II, III, IV), chi-cuadrada.

Population mobility and regional rural development

AbstractTwo ways of analysis are tackled in this article about regional rural development, a phenomenon affected by geographic mobility whose growing impact is observed in peasant territories. The two ways are the case study and sample analysis, each of which is exposed here with an example. The first one took place in the Valle del Mezquital region and the second one in three territories: Cu-quío, Jalisco; San Dionisio, Oaxaca, and Terrenate, Tlaxcala. Both empirical analyses show mobility

1 Académico de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Cuajimalpa. Correo electrónico: [email protected]

Recibido: 17/01/2009 Aceptado: 20/05/2009

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Luis Alberto Luna Gómez

as a structural phenomenon of domestic units that sets the conditions for peasant settlement and modifies the socio-economical structure of the territory. The structure is presented through a two-axed Cartesian plane, thus generating four types of space representation: territory types I, II, III and IV.

Key words: territory development, mobility, case study, sample analysis, territory type (I, II, III, IV), chi square distribution.

IntroducciónEl presente documento trata la problemática de los métodos para el análisis del desarrollo rural regional, a partir de la movilidad poblacional. Para ello se hace una revisión teórico-metodo-lógica de lo que en la actualidad se ha denomi-nado: “enfoque del desarrollo rural territorial” (drt), así como las características de la movili-dad poblacional, decantando en la aplicación de tales métodos el fenómeno planteado como condición.

Dentro de las ciencias sociales existe una gran cantidad de métodos, enfoques y pers-pectivas teóricas que derivan en técnicas de investigación para analizar los problemas del desarrollo rural regional, por citar algunos: los enfoques participativos y la investigación ac-ción, que cobran, en la actualidad, mayor im-portancia. En el presente documento nos enfo-caremos a los métodos de muestreo y estudios de casos, dichos métodos, tal como señala Van Evera (2002), se encuentran en el mismo nivel, pese a que en una gran cantidad de ocasiones se han intentado desvalorizar los estudios de casos, por ser análisis particulares de un deter-minado fenómeno e imposibles de generalizar;

no obstante, el actual paradigma de la comple-jidad, acuñado por Morín (1994), acoge ambos métodos como dialógicos. Si bien, tienen sus propias especificidades en la búsqueda del conocimiento científico, uno a otro, se com-plementan. De esta manera, el presente tie-ne la finalidad de mostrar las potencialidades que ambos tienen en el análisis del desarrollo rural regional a partir de las movilidades po-blacionales, asentando que para dicho tema, la particularidad se encuentra en el aspecto terri-torial, ya que este ámbito no es sólo un fenómeno heurístico para el método, dejado de lado por los análisis que buscan causales exclusivamente temporales, sino un pilar explicativo que per-mite avanzar en las condiciones de anquilosa-miento y la falta de accesibilidad hacia procesos de concertación social y vínculos económicos efectivos y favorables.

Una vez mostrada la finalidad del artículo se expondrá de manera puntual las características de cada uno de los métodos que nos ayudarán a comprender los procesos de desarrollo rural re-gional en algunos territorios del campo mexica-no, donde continuamente son partícipes de la denominada movilidad territorial.

Movilidad poblacional desarrollo regional y rural

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Dos formas de hacer caminoEl método de muestreo tiene una característica básica que consiste en determinar qué parte de la realidad en estudio debe auscultarse con la fi-nalidad de hacer inferencias sobre la población.2

La característica principal del método mues-tral radica en la posibilidad de generalizar los re-sultados porque los datos son aleatorios, y la re-lación entre variables puede ser contundente. A continuación se presentan las fórmulas utiliza-das para obtener el tamaño de la muestra (cua-dro 1). Se debe mencionar que existen técnicas para distribuir el instrumento diseñado, cuyo fin es obtener información. Dichas técnicas deter-minan de manera geográfica o azarosa la repar-tición de los instrumentos.

Por otro lado, de los estudios de casos se ha dicho que es un método débil de contrastación, por dos razones: la primera, argumenta que los estudios de casos proporcionan la menor opor-tunidad para controlar el efecto perturbador de terceras variables, y la segunda, señala que los estudios de uno o unos pocos ca-sos son el peor método, porque los datos no son aleatorios y las correlaciones parciales no son factibles, ya que los datos son demasiado escasos (Van Evera, 2002). Otra crítica atribui-da a este método, refiere que los resultados de los estudios de caso no pueden generalizarse a otros casos que tienen más mérito, no obstante, esto sucede en los estudios de caso único.3

La comunidad científica ha acordado como la versión más plausible del origen de los es-

2 El tamaño muestral depende de la variabilidad del parámetro a estimar, lo cual corresponde a estudios piloto a utilizar; precisión, donde se pone a prueba el intervalo de confianza; y, nivel de con-fianza, el cual se complementa con el error admitido.

3 No obstante, a pesar de las críticas, el método de casos es útil para contrastar teorías. ¿Es firme una teoría?, ¿cómo aplica? Inclu-so estudios de único caso pueden dar respuestas claras. No obs-tante, son menos capaces de identificar las condiciones y antece-dentes de una teoría. ¿Cuán amplio es el alcance de los casos que la teoría gobierna? Los estudios de casos dicen poco sobre esto a menos que se realicen varios estudios. El estudio de casos es opor-tuno cuando se desea inferir o contrastar hipótesis explicativas.

tudios de caso, la investigación médica y psi-cológica, donde se realiza el análisis minu-cioso de un proceso individual que explica la dinámica y la patología de una enfermedad (Arzaluz, 2005).4 Dicho método admite que es factible conocer un fenómeno partiendo de la explicación concienzuda de un solo caso.5

Los estudios de casos tienen cinco propósi-tos fundamentales, según Van Evera (2002):

• Contrastación y desarrollo de teorías.• Creación de teorías.• Identificación de condiciones antecedentes.• Verificación de la importancia de estas condiciones antecedentes.• Explicación de casos de importancia intrínseca.

Después de comparar y presentar los aspec-tos que distinguen cada método para el aná-lisis de desarrollo rural regional, se proseguirá con la exposición del significado que tiene el fenómeno desarrollista.

Hacia el desarrollo con enfoque metodológico espacial Sobre el tema del desarrollo se empezó a inda-gar a mediados del siglo XX, para lo cual se cons-

4 Dentro de las ciencias sociales, el sociólogo Spencer fue el pri-mero que hizo un uso intensivo de los materiales casuísticos, a partir de los corresponsales que tenía en todo el mundo, quienes le proporcionaban una gran cantidad de documentos etnográfi-cos. No obstante, se considera a la Escuela de Chicago, como una institución que favoreció el auge de la utilización de los estudios de caso como método de análisis de los fenómenos sociales.

5 De esta manera, el estudio de caso es: "Un dato que describe cualquier fase o el proceso de la vida entera de una unidad en sus diversas interrelaciones dentro de su escena-rio cultural –ya sea que esa unidad se halle en una persona, una fa-milia, un grupo social, una institución social, una comunidad o una nación−. Cuando la unidad de estudio es una comunidad, sus insti-tuciones sociales y sus miembros se convierten en las situaciones del caso o factores del mismo, porque se está estudiando la significación o el efecto de cada uno dependiendo de sus relaciones con los otros factores dentro de la unidad total”. (Yung, 1939).

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Luis Alberto Luna Gómez

truyó un andamiaje teórico-metodológico que al mismo tiempo de dar cuenta de las condicio-nes de marginalidad y pobreza en diversas re-giones y comunidades rurales de México, Amé-rica Latina, la Comunidad Europea y Canadá proporciona algunos lineamientos para detonar los avances anhelados. Con base en Kay (2005), podemos destacar las siguientes teorías: estruc-turalismo, modernización, dependencia y neoli-beralismo. A continuación se realizará una breve descripción de cada una de las diferentes teo-rías. El modelo estructuralista para el desarrollo fue moldeado para América Latina por profesio- nales de la Comisión Económica para América Latina (cepal), quienes tipificaron característi-cas del fenómeno a partir del territorio: centro y periferia, a través de esta polarización se des-entrañaban las condiciones de comercio y los procesos de industrialización. En este proceso estaba excesivamente implicado el Estado para intervenir en el mercado y alentar la sustitución de importaciones. Este paradigma develó el par de ganancias de los países del centro, quienes la obtenían al doble al acaparar la tecnología y la productividad, ya que son los países periféricos quienes, exportan cada vez más cantidad de materia prima para importar, de forma estanca-da, el mismo monto de procesados.

Por otro lado, el paradigma de la moderniza-ción estableció dos categorías aplicables al ám-bito territorial: tradicional y moderno, la primera se atribuía a los espacios con características par-ticularistas, carácter difuso y adscriptivo, mien-

tras que la segunda, se le asignaba a regiones con valores universalistas, especificidades fun-cionales tendientes hacia la colectividad y me-tas. Es a partir de este paradigma que se pone en boga el término marginalidad, desarrollado ampliamente por Stavenhagen (1974) quien cuestiona el arquetipo de la modernización se-ñalando que éste no contradice el desarrollo, sino que lo promueve, al ser parte del modelo aunque en un nivel más bajo.

La teoría de la dependencia es el modelo consecutivo al de la modernización y el origen del planteamiento del “sistema-mundo” acu-ñado por Wallerstein (1997) que concibe a las regiones como zonas de relación de domina-ción-dependencia y mediante el cual se hace una crítica al paradigma de la modernidad y al neoclásico. La propuesta de éste radicaba en fortalecer la autonomía nacional, mediante el control de los procesos propios de desarrollo.

Por otro lado, el paradigma neoliberal es-tablece un modelo de desarrollo aplicable por igual a todas las regiones, aunque la vocación de éstas sea distinta entre sí, pues sólo en algu-nas existen condiciones para cierto sector y no para otro, nos referimos a la agricultura, indus-tria y los servicios. Dicho modelo se concentra en al menos cinco áreas principales: gestión fis-cal, privatización, mercados de trabajo, comer-cio y mercados financieros (cuadro 4).

Cabe mencionar que los anteriores cuatro enfoques teórico-metodológicos del desarrollo recibieron críticas que hoy tienen gran fuerza y

Cuadro 1: Fórmulas para obtener el tamaño de la muestra.

Donde n: tamaño muestral; N: tamaño de la población, número total de historias; Z: valor correspondiente a la distribución de Gauss: 1.96 para 0,05 y 2.58 para 0,01; q: 1-p (si p=30%, q=70%); i: error que prevé cometer. Por ejemplo para un error de 10% introduciremos en la fórmula el valor 0,1.

Tamaño de la población desconocido Tamaño de la población conocido

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Desarrollo rural regional a partir de las movilidades poblacionales

bien podrían constituirse en un encuadre: pers-pectiva de género, saberes indígenas y ecología.

Después de describir los cuatro paradigmas que anteceden al actual paradigma del desarro-llo territorial, señalaremos algunas estrategias y programas de organismos que permitieron la conformación del actual modelo, no sin antes de-finir qué se debe entender por dicho desarrollo.

La conformación del actual modelo de desa-rrollo rural regional tiene una vocación funda-mental por el territorio ya que se define como un proceso de transformación productiva e ins-titucional en un espacio determinado, cuyo fin es reducir la pobreza (Schejtman y Berdegué, 2003), su objetivo es incidir en la forma económica y social a través de articular competitiva y susten-tablemente la economía del territorio a merca-dos dinámicos, además de estimular y facilitar la interacción y concertación de los actores. Los desafíos de este nuevo paradigma son el anclaje de relaciones locales a la globalidad, donde im-pera el mercado de dinero y no el de productos. Como bien señalamos anteriormente, existen algunas estrategias que le fueron dando forma al actual paradigma del desarrollo territorial, las cuales se mostrarán a continuación.

Una estrategia que proviene de los organis-mos internacionales es la del Fondo Internacio-nal de Desarrollo Agrícola (fida), la cual tiene como prioridad la descentralización y el empo-deramiento de las unidades domésticas, para tal aspecto define que son prioritarios el diagnósti-co y la propuesta. Asimismo se indica en esta es-

trategia que las personas que viven en el campo no pueden unilateralizarse a lo agropecuario, sino que deben combinar sus actividades con otros sectores (fida, 2002).

La segunda estrategia es del Banco Intera-mericano de Desarrollo (bid), en la cual se reco-mienda la descentralización y se enfatiza en la competitividad sistémica territorial, señalando que los procesos deben consolidarse desde lo social hacia lo económico (bid, 2000).

La tercera, generada por el Banco Mundial identifica áreas prioritarias como salud, nutri-ción y educación rural, asimismo señala la prio-ridad en el apoyo a las actividades agrícolas y no agrícolas que se mezclan en las distintas re-giones (Banco Mundial, 2002).

La cuarta, aportada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Ali-mentación (fao) se centra en los temas de se-guridad alimentaria, inserción dinámica en el comercio exterior, gestión sustentable de los recursos naturales y reconstrucción de las insti-tuciones agrarias (fao, 2002).

La quinta estrategia, del Instituto Interame-ricano de Cooperación para la Agricultura (iica) establece un balance entre lo rural y urbano (iica, 2002).

Antes de dar cuenta de lo que representa el desarrollo territorial se describirán programas, tanto a nivel nacional como internacional que impulsan la tendencia hacia el desarrollo que nos interesa afianzar.

Cuadro 2: Las formas del desarrollo.

Paradigma Periodo Concepción del desarrolloEstructuralismo 50’ y 70’ del siglo XX Centro-periferiaModernización 50’ y 70’ del siglo XX Tradicional-modernoDependencia 60’ y 70’ del siglo XX Dominación-dependenciaNeoliberalismo 80’ y 90’ (aunque sigue) Modelo aplicable por igual

Elaboración propia con base en Kay (2005).

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En el nivel nacional, la Ley de Desarrollo Ru-ral Sustentable (2001) señala que el territorio se conceptualiza como el ámbito estructura-do de uso y apropiación de recursos natura-les, donde se generan procesos productivos, culturales, sociales y políticos; dicho ámbito es considerado por el índice de marginación, para determinar las 263 microrregiones6 que integran 1 338 municipios de alta y muy alta marginación. La acción para modificar las con-diciones de injusticia socioespacial se concre-tan en los territorios de influencia denomina-dos Centros Estratégicos Comunitarios (cec), localidades con condiciones de infraestruc-tura, servicios básicos y vocaciones econó-micas desde las cuales se pueda atender las demandas de otras localidades. Se identificaron 2 966 centros, que acompañan los procesos de construcción y mejoramiento de vías de comu-nicación, construcción de redes de vía eléctrica, red rural de comunicaciones, agua potable y alcantarillado, empedrado de calles y servicios educativos y de salud.

El programa Leader de la Comisión Europea acuñó para el desarrollo territorial su énfasis en la conformación de un grupo de acción local con financiamiento, enfoque territorial, enfo-que multisectorial, redes y cooperación extrate-rritorial (Ray, 2000).

El programa Canadian Rural Partnerships se enfocó a mejorar el acceso de los habitantes rurales a los servicios gubernamentales inte-grados y a los recursos financieros; a promover oportunidades focalizadas a la juventud; a im-pulsar el fortalecimiento institucional; a asegu-rar la capacidad de generar y mantener la infra-estructura; a conectar a la población rural con la economía y con la sociedad basada en el co-

6 Una microrregión está conformada por uno o varios municipios que tienen en común, además de la marginación, otros factores como el étnico o el lingüístico, determinada vocación productiva, el factor geográfico o climático.

nocimiento; a fortalecer la diversificación eco-nómica y a proveer a la población de educación (Maillant, 1995).

Finalmente, mencionaremos el modelo de clusters, pilar que da pie a los criterios operativos del drt debido al carácter sistémico que éste modela en el territorio social. La estructura de conglomerados, favorece el acercamiento geo-gráfico de diferentes voluntades para facilitar la construcción total de un producto cualquiera.7

Los criterios operativos del drt son: 1) la transformación productiva y el desa-rrollo institucional de manera simultánea; 2) el concepto ampliado de lo rural; 3) el espa-cio con identidad y concertación social; 4) la heterogeneidad entre territorios;8 5) la con-vocatoria a diversidad de agentes del territorio; 6) la diversidad de rutas para salir de la pobreza; 7) la arquitectura institucional, y 8) los horizon-tes de mediano y largo plazos.

Para hacer efectivos los planteamientos del drt es indispensable partir de las condiciones materiales del espacio social, para ello es im-prescindible la modelación a partir del cruce de dos factores clave: el social y económico. Dicho cruce nos permite plantear cuatro tipos ideales de territorio (figura 1).

El territorio tipo I está constituido por carac-terísticas sociales favorables, donde se pueden observar concertación e inclusión, asimismo se muestran vínculos competitivos con mercados dinámicos.

7 Las premisas del cluster son: 1) competitividad: difusión del pro-greso técnico del conocimiento; 2) innovación tecnológica; 3) sis-témico: articulaciones multisectoriales en espacios determinados; 4) demanda externa al territorio como motor; 5) vínculos urbano rurales; 6) desarrollo institucional; 7) construcción social.

8 Véase figura 1 donde se pueden observar dos líneas: la hori-zontal representa la condición social: hacia la derecha las caracte-rísticas son positivas, es decir, hay concertación e inclusión social, y hacia la izquierda se encuentra la fragmentación y el conflicto; la línea vertical representa las condiciones económicas: hacia arriba vínculos competitivos con mercados dinámicos, mientras que ha-cia abajo se representa una economía estancada.

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Desarrollo rural regional a partir de las movilidades poblacionales

Figura 1: Tipología de territorios.

Fuente: Schejtman y Berdegué (2003).

El territorio tipo II comprende características positivas en el ámbito económico debido a que es un espacio donde los vínculos son competi-tivos con mercados dinámicos, no obstante, las relaciones sociales son de conflicto y se encuen-tran fragmentadas.

El territorio tipo III, tiene aspectos positivos en las relaciones sociales, aunque sus condicio-nes económicas son desfavorables debido a la dinámica estancada y en declive.

El territorio tipo IV posee condiciones mate-riales y sociales desfavorables ya que las relacio-nes sociales son de fragmentación y conflicto y la economía se encuentra estancada y en decli-nación.

Aunque el enfoque del drt es relativamente novedoso y se gestó en gabinete para aplicarse en campo, algunos investigadores han encon-trado algunas fallas. Ramírez (2006), conside-ra que el enfoque drt conlleva una tendencia homogeneizante de aquellas acciones que se

muestran como un peligro a las formas sociales y culturales que pueden representar una opo-sición a la máxima rentabilidad del capitalismo en el campo.

Finalmente, podemos mencionar que lo pri-mordial del desarrollo rural es ser un proceso generado por las comunidades a partir de sus objetivos y metas, en el cual se forman como sujetos, estructuran procesos organizativos, in-tentan lograr sus metas con acciones sociales dentro de un espacio regional. Estos aspectos fundamentales, tal como señala León (1990), interactúan entre sí, por lo que nunca se pre-sentan de manera aislada, juntos conforman un proceso que está en permanente construcción.

Una vez abordado el fenómeno desarrollista con enfoque espacial en el ámbito rural regional con fines de reducir la pobreza, continuaremos con la presentación de la movilidad poblacio-nal, fenómeno que ha venido creciendo en las distintas localidades del país.

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Movilidad poblacionalRecientes trabajos reconocen en los estudios de la movilidad lo que algunos han llamado el nue-vo paradigma de las ciencias sociales (Kaufman, Bergman et al., 2004; Urry, 2005; Sheller y Urry, 2006). Estos trabajos resaltan la centralidad y proyección científica que tiene “el paradigma de las nuevas movilidades” para analizar muchos de los fenómenos sociales contemporáneos re-lacionados con el espacio y el tiempo.

La movilidad es definida como el desplaza-miento de un lugar a otro, proceso que com-prende tres etapas, 1) equilibrio, 2) traslado y 3) estabilización9; con respecto al tiempo se puede clasificar en temporal, estacional y circular; tam-bién hay diferentes tipos de origen a destino, como son rural-urbano, rural-rural, urbano-ur-bano, urbano-rural, nacional e internacional.

Una modalidad específica de la movilidad a Estados Unidos es la migración laboral de carác-ter temporal, que en muchas ocasiones ante-cede al desplazamiento permanente. Desde la década de los años setenta aumentó este tipo de migración y actualmente sigue siendo repre-sentativa, pues se estima que alrededor de 437 mil mexicanos que trabajaron un tiempo en ese país más tarde regresan a sus comunidades de origen en México (Bartra, 2005).

9 El momento del desequilibrio se caracteriza por la desestructu-ración o crisis que se presenta dentro de un espacio social deter-minado, ya sea por la falta de recursos, riñas comunitarias, factores climatológicos que vulneran el poblado y la perturbación del eco-sistema, es decir, cuando hay más necesidades que recursos (lo que causa empobrecimiento y escasez de tierra). El traslado es el segundo momento del proceso, en el cual las personas atraviesan varias peripecias antes de llegar a establecerse en un determinado lugar, el capital social es el factor fundamental utilizado, la acción de las redes sociales permite concretar la migración. Los aspectos que componen esta parte del proceso son: distancia, medios de transporte, redes sociales, carácter de los migrantes (edad, sexo, composición étnica y escolaridad), y aspectos espaciales y tem-porales. La estabilización es la parte final del proceso, en la cual se llega al destino propuesto desde el principio del trayecto con el fin de salvaguardar los riesgos producidos por el desequilibrio. Los factores que intervienen son: el proceso de acumulación ori-ginaria y adaptación al nuevo nicho ecológico (religión, creencias y costumbres).

Algunas características estadísticas del inegi (2001), muestran que de todas las movilidades la de más relevancia es la temporal, ya que 97% de la población realiza este tipo de movimiento. En el periodo 2001-2003 se presentó un incre-mento de 53% en el rango de edades de entre 25 a 34 años, 35% que había sido en el corte an-terior (1993-1997), contrario al grupo de adoles-centes y jóvenes en donde la cifra decreció de 29% (1993-1997) a 19% (2001-2003).

Ya señalado el enfoque teórico-metodo-lógico del desarrollo y las características de la movilidad, continuaremos el análisis de los métodos a través de un ejemplo de cada uno de ellos.

Camino 1: estudio de caso La intención del presente estudio de caso es ex-plicar la relación de la movilidad territorial con el desarrollo rural en la comunidad llamada El Botho, perteneciente al municipio de Cardonal, ubicada dentro de los límites del Valle del Mez-quital, Hgo. Los aspectos clave analizados son la movilidad y el desarrollo rural regional. Las téc-nicas de recolección de información fueron la observación y entrevistas.

En el municipio de Cardonal, Hgo., el Cen-so Económico de 1999 muestra que el sector 11 “agricultura, ganadería, aprovechamiento forestal, pesca y caza”, tiene cifras de cero en las variables de unidades económicas, total de remuneraciones y personal ocupado total; no obstante, para el mismo año, en el sector 21 “mi-nería”, aunque no tiene ninguna unidad econó-mica, sí cuenta con 66 personas ocupadas y 196 remuneraciones. Los mismos datos para 2004 muestran que en el sector 11, sólo hay dos per-sonas ocupadas y existen cuatro remuneracio-nes, sin que haya unidad económica alguna; no obstante, para el sector 21 las remuneraciones crecieron a 576 con sólo 15 personas ocupadas en dicha actividad y cero unidades económicas.

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Los datos mostrados representan el estanca-miento que el municipio tiene en las activida-des del sector primario, sobre todo en las agro-pecuarias y forestales. Aunado a lo anterior, la consolidación económica en torno a la minería no es favorable pues aunque crece el número de remuneraciones se reduce la cantidad de po-blación dedicada a esta actividad.

De acuerdo con el inegi (2001), la población total del estado de Hidalgo es de 2 235 mil 591 personas, de las cuales 150 mil trabajan en Esta-dos Unidos enviando remesas superiores a 504 millones de pesos anuales.

La movilidad espacial en el Botho es una ac-tividad que se realiza con el fin de obtener ga-nancias que puedan generar un proyecto pro-ductivo para abastecer las necesidades a partir de las remesas, puesto que en la comunidad los recursos no son suficientes. En la comunidad no hay ni una sola familia sin algún pariente en el estado de la Florida, Estados Unidos de Nortea-mérica. El número de hombres que migran es

mayor, sin embargo, la cantidad de mujeres cre-ce constantemente.

Algunas de las personas que se desplazaron de manera temporal hacia Estados Unidos ya no están dispuestas a volver a repetir su acción, porque destacan que a pesar de obtener una buena remuneración económica también se presentan muchos gastos y peligros, además de la doble jornada.10

La unidad económica familiar se sostiene de las remesas, por lo cual el campo se encuentra supeditado al trabajo asalariado; la subsunción formal se adapta a las condiciones de esta rea-lidad objetiva vista en la comunidad del Botho. Existe un sometimiento de las relaciones de producción rurales a las urbanas a causa de la movilidad.

Los migrantes obtienen el dinero para su traslado, a través de un préstamo que general-

10 Este fenómeno atrae principalmente a muchachos recién egresados de la secundaria, por lo que la población que se queda en Botho es infantil, de edad avanzada y mujeres.

Figura 2: La movilidad internacional en el Valle del Mezquital.

Elaboración propia con datos del INEGI (2000).

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mente lo hace un familiar que se encuentra vi-viendo en Estados Unidos de Norteamérica. La cantidad solicitada a esta persona es aproxima-damente de $15 000, de los cuales $5 000 se utili-zan para el traslado, $8 000 para quien los ayuda a pasar la frontera y $2 000 para la familia. Lle-gando a este país deben apresurarse a conseguir trabajo para pagar el préstamo y enviar dinero a la casa.

En la figura 3 se muestra el esquema de una red concéntrica que muestra la cantidad de rela-ciones del migrante promedio de la localidad el Botho, el cual es representado por el círculo más pequeño y los círculos subsecuentes muestran las personas con las que éste conforma díadas basadas en la confianza y solidaridad, las cuales permiten el intercambio de favores, información y objetos con el fin de apuntalar lazos sociales que permiten la supervivencia en las condicio-nes materiales adversas, dado que el municipio de Cardonal fue catalogado por Conapo (2005) como de muy alta marginación.

La red de apoyo del varón casado inicia con el acuerdo que establece con la esposa, quien se

va a responsabilizar del cuidado de la parcela, el hogar, los hijos y, a veces, hasta del suegro, cuan-do éste es viudo; posteriormente el tío o primo materno son quienes envían dinero o mandan traer al prospecto desde Estados Unidos, ya que ellos tienen más tiempo trabajando allá; al mo-mento de instalarse en el lugar de arribo, que casi siempre es el estado de Florida, se juntan más de cuatro personas para pagar los gastos por cuarto en común, es decir, por departamen-to hay alrededor de doce personas en prome-dio. A veces puede mantenerse con los mismos familiares que prestaron el dinero al migrante, pero no es una buena experiencia porque sufren muchos abusos. Por ello, entre los compañeros de trabajo buscan mudarse, porque con ellos, el migrante, percibe una ambiente más agradable. Aunque, hay que señalar que éstos son del mis-mo escalafón y no tienen un cargo de manager (sic); pues con este tipo de personas no se enta-blan relaciones de reciprocidad ya que los ma-nager son paisanos que ya tienen más de cinco años viviendo allá y son los encargados de dirigir a la gente, pero de acuerdo a lo que comentan

Figura 3. Red concéntrica de relaciones de migrantes de Botho.

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los migrantes de Botho, son ellos los que tienen actitudes vejatorias contra los iniciados en el desplazamiento hacia Estados Unidos.

El intercambio de favores que comúnmente se da en la red del migrante casado y con hijos es de la siguiente manera:

Entre el marido migrante y la esposa se enta-bla la reciprocidad más intensa porque el hom-bre delega en la mujer las tareas comunitarias que le corresponden, aspectos de la paternidad, el trabajo productivo en las tierras y el cuidado de los suegros, a cambio del envío continuo de remesas, fidelidad, realización y mejora de la vi-vienda, aportación al fondo para la formación educativa de los hijos.

La relación del migrante y el tío o primo ma-terno se basa en el intercambio de dinero, ropa, cobijas y aparatos eléctricos. Como el migrante tiene la desventaja de no contar con capital para responder a este tipo de intercambio aporta su trabajo en las labores del hogar y realiza algu-nos favores, además del pago del préstamo.

La díada migrante y compañeros de cuarto y departamento se entabla principalmente con el préstamo de ropa, cobijas y aporte para la comi-da en común, así como para la renta del depar-tamento.

La díada compañeros de trabajo y migrante se basa en el intercambio de consejos, infor-mación y enseñanza del habla inglesa, es decir componentes del capital social.

La gran mayoría de las mujeres que migran lo hacen acompañadas de sus esposos y cuan-do no son casadas en compañía del tío o primo materno.

A partir de las condiciones materiales y es-paciales en las que están los sujetos del lugar, éstos deciden trasladarse temporalmente a otra zona, para llevar a cabo proyectos como la cons-trucción de viviendas, talleres y capacitación, además de añadir otros elementos a su dieta; lo cual reafirma una concepción de desarrollo ru-ral integral.

Para saber si verdaderamente se está gene-rando desarrollo rural en la comunidad estu-diada se darán respuestas a las siguientes pre-guntas: 1) ¿Qué conciencia de la realidad y de sí mismos existe en las personas de Botho?, 2) ¿cuáles son los objetivos de transformación que se plantean los habitantes de la localidad?, 3) ¿cuáles son las formas de organización en la co-munidad para lograr los fines que se proponen?, y 4) ¿cuáles han sido los aportes de la migración para conseguir que las metas se lleven a cabo? Con las preguntas anteriores se busca observar en el poblado del Botho la existencia de fac-tores básicos como la condición de sujetos, la elaboración de objetivos y organización, indis-pensables para considerar que las personas de allí generan desarrollo rural y cómo la movilidad cumple una función primordial en tal proceso.

Se considera que sí existe desarrollo rural en Botho:

• Porque con el dinero de las remesas se construyen casas que brindan mejor calidad de vida al ser más amplias y ofrecer más protección contra el frío que las hechas con pencas de ma-guey; cuentan también con cuarto de baño, lo que previene las enfermedades gastrointestina-les, puesto que todavía hace unos años, se de-fecaba al aire libre sin enterrar los desechos, lo que pocas personas hacen ya en la actualidad.

• Porque las remesas se invierten en la pro-ducción con la compra de camionetas, tractores y cegadoras y, con ello, los agricultores obtienen recursos para el fondo mínimo calórico.

• Porque con las remesas se construyen pro-yectos productivos como los negocios de ropa, zapatos, casa de cambio y nuevas empresas como la de talador.

• Porque las remesas solventan los gastos de los jóvenes que continúan estudiando ya sea en el nivel medio superior, en el dgta de Ixmiquil-pan y el bachilleres de Cardonal o en las univer-sidades de Coahuila, San Luis Potosí o del Valle del Mezquital.

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• Porque con el desplazamiento de los hom-bres hacia Estados Unidos, las mujeres, además de realizar multiactividades, se fortalecen y des-empeñan cargos a través de los cuales adquie-ren mayor capital social y la condición de suje-tos. Esto se muestra con su participación en el hogar y la comunidad, pero fundamentalmente en la capacidad de éstas para colocarse en el centro del discurso.

Camino 2: muestreo en tres comunidadesA través de un instrumento con el que se bus-ca establecer la relación entre la movilidad, planteada como emigración, y su impacto en el refuerzo de las redes sociales, percibido en el nivel de confianza, ambas estrategias, cataloga-das como de supervivencia (Kay, 2005 y cepal, 1999), son puntales para el desarrollo territorial, pues a través de la movilidad se generan víncu-los con el mercado de trabajo, sin que ello des-encadene una ruptura en la concertación social (territorio tipo I). Dicha dependencia se analizó en municipios de tres estados de la República Mexicana (figura 4), en este ejercicio se obtuvo una muestra de 410 entrevistas, donde 33.42% pertenecen al municipio de Cuquío11, Jalisco; 33.22% a San Dionisio Ocotepec12, Oaxaca; y, el

11 La población es de 16 236 habitantes de los cuales el porcen-taje de 15 años o más analfabeta es de 14.06%; el porcentaje de ocupantes en viviendas sin drenaje ni servicio sanitario exclusivo 14.86%, los ocupantes en viviendas sin energía eléctrica 1.69%; ocupantes en viviendas sin agua entubada 61.01%, viviendas con algún nivel de hacinamiento 38.89%, ocupantes en viviendas con piso de tierra 14.38%, población ocupada con ingreso de hasta dos salarios mínimos 56.67%, por lo cual el índice de marginación es alto (Conapo, 2005).

12 De acuerdo a los resultados que presentó el II Conteo de Po-blación y Vivienda en 2005, el municipio cuenta con 9 487 ha-bitantes; con un total de 2 032 viviendas de las cuales 2 029 son particulares, la cobertura de agua potable es de 66%, alumbrado público 83% y drenaje urbano 11%. De acuerdo con cifras al año 2000 presentadas por el inegi, la población económicamente ac-tiva del municipio asciende a 2 542 personas. Dichas cifras arrojan un alto grado de marginación.

municipio de Terrenate13, Tlaxcala es represen-tado por 33.34% (cuadro3).

Las personas que contestaron la encues-ta eran mujeres (73.6%) y hombres (26.4%). La concentración de edad, para ambos sexos, se presentó entre el rango de 30 a 40 años.

La movilidad es un elemento constante en las comunidades de estudio, pero las propor-ciones varían; en Cuquío, Jalisco, hay una migra-ción de 55.07%, mientras que en San Dionisio, Oaxaca, es de 30.06%, y en el municipio de Te-rrenate 27.61% de la población son migrantes.

Dichas cifras corresponden con el II Conteo de Población y Vivienda, realizado por el inegi (2005), donde se observa que el estado de Jalis-co genera movilidad internacional de nivel alto, Oaxaca medio y Tlaxcala bajo, como se muestra en el siguiente análisis geográfico.

Para el planteamiento de emigración y nivel de confianza para la consolidación de las redes sociales se estableció una muestra (cuadro 4) que proporcionase una represen-tación del fenómeno a través de la fórmula donde el tamaño de población es conocido, asimismo a través de la cartografía se hizo el esfuerzo para que geográficamente fuese re-presentativa. El valor Z, correspondiente a la distribución de Gauss, fue 1.96 para α=0,05; el valor P, prevalencia de movilidad, fue de 10% (basados en los datos de migración del inegi, 2005); para el valor q= 1-p: donde p=0,1; susti-tución: q=1-0.1=0,9; finalmente, el valor, i, error que se prevé cometer, es de 0,05.

13 Cuenta con 12 629 habitantes de los cuales el porcentaje de población analfabeta de 15 años o más es de 13.22%, el porcen-taje de ocupantes en viviendas sin drenaje ni servicio sanitario ex-clusivo 8.91%, el porcentaje de ocupantes en viviendas sin energía eléctrica 3.63%, el porcentaje de ocupantes en viviendas sin agua entubada 1.74%, el porcentaje de viviendas con algún nivel de ha-cinamiento 65.24%, el porcentaje de ocupantes en viviendas con piso de tierra 10.89%, la población ocupada con ingreso de hasta dos salarios mínimos 82.4%, por lo tanto, el índice de marginación es alto (Conapo, 2005).

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Desarrollo rural regional a partir de las movilidades poblacionales

Figura 4: Migración en estados y los tres municipios analizados.

Cuadro 3: Tamaño muestral por municipio.

Municipio Pobla-ción

Migración a Estados Unidos

Mues-tra

Instrumento aplicado

Cuquío 16 236 107 137.13 138San Dionisio Ocote-

pec 9 487 66 136.32 143Terrenate 12 629 4 136.81 135TOTAL 38 352 177 410.27 416

Se tienen mucha

confianza

Confían poco entre sí

No se tienen confianza

Desconfían mucho unos

de otrosNo sabe Total

No 120 69 27 10 28 254Si 81 50 11 10 3 155No contesto 1 1 2 0 1 5Total 202 120 40 20 32 414

¿Algún miembro de su familia trabaja fuera de esta

población?

¿Cómo piensa que son las relaciones entre las personas de la comunidad?

¿Algún miembro de su familia trabaja fuera de esta población? * ¿Cómo piensa usted que son las relaciones entre laspersonas de la comunidad? Crosstabulation

Count

120 69 27 10 28 25481 50 11 10 3 155

1 1 2 0 1 5202 120 40 20 32 414

NoSiNo contesto

¿Algún miembro de sufamilia trabaja fuera deesta población?

Total

Se tienenmucha

confianzaConfían poco

entre síNo se tienen

confianza

Desconfíanmucho unos

de otros No sabe

¿Cómo piensa usted que son las relaciones entre las personas de lacomunidad?

Total

Cuadro 4: Matriz de la emigración y las relaciones sociales en los tres municipios analizados.

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Se realizará la prueba estadística Chi-cuadra-da de Pearson para examinar la independencia entre las dos variables categóricas para una muestra aleatoria de observaciones sobre tales variables. En virtud de que para el análisis de asociación entre variables categóricas o nomi-nales se requiere saber si existe asociación entre las variables, las hipótesis nula y alternativa son:

Ho: Las variables migración y relaciones de confianza entre la comunidad son estadística-mente independientes.

Ha: Las variables migración y relaciones de confianza entre la comunidad no son estadísti-camente independientes.

En efecto, partimos del supuesto de inde-pendencia y mediante la prueba Chi-cuadrada se confirma o rechaza tal hipótesis. El rechazo de la hipótesis nula implica favorecer a la hipó-tesis alternativa.

El “valor p” (o valor de significancia) asociado a la prueba Chi-cuadrada permite decidir para un nivel de confianza (o de significancia) dado el resultado de la prueba estadística. Así, en la práctica es común establecer un nivel de con-fianza de 95% (equivalentemente 5% de signi-ficancia).

A 95% de confianza (o 5% de significancia), si el “valor p” es mayor a 0.05, entonces no pode-mos rechazar la hipótesis nula. En otro caso, esto es, si el “valor p” es menor o igual a 0.05, la hipó-tesis nula se rechaza. El caso en que el “valor p” es exactamente igual a cero es ideal en la práctica, ya que permite de manera contundente afirmar que la hipótesis nula se rechaza y nos convence de que la muestra de datos es lo suficientemen-te grande para concluir tal resultado.

Luego de introducir los datos en el programa Statistical Package for the Social Science (spss), se pudo observar una asociación muy evidente (.007) entre la emigración y las relaciones de con-fianza, por lo que se descarta su independencia.

Conclusiones En el desarrollo del documento se revisaron los enfoques teórico-metodológicos que dieron pie al desarrollo territorial y de la misma forma se presentaron las características del llamado por diferentes autores, nuevo paradigma de las ciencias sociales: paradigma de la movilidad y en específico de la poblacional; asimismo, se lo-gró establecer relación entre ambos fenómenos a través de dos métodos de análisis, fundamen-tales en las ciencias sociales: estudio de caso y muestreo, representados por los dos ejemplos expuestos (cuadro 5).

Se pudo observar para el primer ejemplo, el estudio de caso de una comunidad del Valle del Mezquital, la escala ampliamente afinada y centrada en una comunidad, donde a partir de técnicas como la observación y las entrevistas se relacionó el fenómeno de la movilidad pobla-cional con el desarrollo territorial. Para entablar dicha relación se recurrió a las teorías generadas para analizar el desarrollo regional y rural, don-de se estipulan los criterios operativos: 1) trans-formación productiva y desarrollo institucional, donde se aprecian modificaciones en la unidad doméstica y en las redes sociales de confianza de ambas instituciones; 2) concepto ampliado de lo rural, situación que se puede ver a través de la diversificación de sus estrategias de super-vivencia, que la unidad doméstica realiza con su introducción a los mercados de trabajo, accesi-bles con el desplazamiento de la movilidad po-blacional; 3) espacio con identidad y concertación social, a partir del arraigo con su comunidad por parte de quien realiza la movilidad, manifestado en la construcción de su casa y la concertación social mostrada en las redes sociales de confian-za.14 A partir de estos criterios podemos inferir que el acceso a los mercados de trabajo por me-dio de la movilidad es un criterio que detona el desarrollo territorial regional.

14 Cabe señalar, que la transición genérica es otro factor del de-sarrollo en esta comunidad rural.

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Desarrollo rural regional a partir de las movilidades poblacionales

Por otra parte, el estudio muestral realiza-do en los municipios de Cuquío, San Dionisio y Terrenate, nos permitió hacer una inferencia a través de los datos obtenidos por el instrumen-to construido con valores de tipo nominal. Se realizó la prueba estadística Chi-cuadrada de Pearson para examinar la independencia en-tre dos variables categóricas para una muestra aleatoria de observaciones sobre la movilidad poblacional y los niveles de confianza en la co-munidad.

La dependencia entre las dos variables ana-lizadas nos permite concluir que existe desarro-llo en estas comunidades debido a que el crite-rio 2 (el concepto ampliado de lo rural) permite inducir que el acceso a mercados de trabajo (no agropecuario) a partir de la movilidad impacta en el desarrollo regional y rural, sin que por ello se vean afectadas las relaciones de confianza.

Hay que señalar que el territorio, es un ámbi-to fundamental en los métodos para su análisis y los estudios expuestos nos llevan a concluir que Cardonal, Cuquío, San Dionisio y Terrenate se encuentran ubicados en el tipo de territorio I, donde hay una dinámica económica y social fa-vorable, impulsada por los mercados de trabajo alcanzados a partir de la movilidad poblacional.

Finalmente, mostramos las características que cada uno de los métodos proporciona al análisis del desarrollo regional y rural detona-

do por la movilidad: el método muestral nos sirve para explicar fenómenos a partir de los di-ferentes tipos de relaciones como las causales, directamente proporcionales o inversamente proporcionales, mientras que el estudio de caso nos permite exponer los fenómenos y explicar los procesos.

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Cuadro 5: Métodos para el desarrollo a partir de las movilidades.

Métodos Instrumentos Datos Propósitos Deber ser

Muestral Aplicación de cuestionarios

NominalOrdinalEscala

Realizar inferencias

Explicación de fenómenos

Estudio de casos ObservaciónEntrevistas

Nominal Escala

Aplicación,contrastación y desarrollo de

teorías

Exponer y en el mejor de los casos, explicar

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Luis Alberto Luna Gómez

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Revista de Geografía Agrícola núm. 41 / 31

Diferenciación de productores de frijol (Phaseolus vulgaris L.) en una zona de alta

migración en Zacatecas, México

Elivier Reyes Rivas1, Oscar Pérez Veyna2,

Luz Evelia Padilla Bernal3

ResumenMéxico está participando activamente dentro de la integración económica internacional, para pro-mover la apertura de las fronteras y la desregulación de la agricultura; al paso del tiempo, éstos son aspectos que es necesario evaluar. En este trabajo se hace una diferenciación de productores de frijol con base en particularidades específicas e ingresos económicos que la actividad genera en una zona de alta migración en Zacatecas bajo el contexto del tlcan. Dadas las características extensivas de producción de frijol de temporal y los niveles tecnológicos aplicados en Zacatecas, las nuevas circunstancias de integración regional y apertura comercial han agudizado la precaria situación pro-ductiva de la región y el creciente abandono de la actividad. Con base en ingresos netos fue posi-ble distinguir tres categorías: los que pierden, los que se encuentran en situación de reproducción simple y los que logran mayores ingresos. Se determinó que el deshierbe, el uso de fertilizantes y la depreciación de equipo, fueron las variables con mayor incidencia al diferenciar los estratos. Las características de producción, el tipo de productores, la problemática de la zona, así como las asime-trías productivas entre México, Estados Unidos y Canadá, son evidencias irrefutables que vulneran la viabilidad del frijol en la zona.

Palabras clave: rentabilidad, sistema de producción, tipología de productores, desregulación de la agricultura, integración regional .

Differentiating farming activity among bean (Phaseolus vulgaris) producers in a high migration area of Zacatecas, Mexico

Summary Mexico is participating in the international economic integration. This integration is promoting the opening of frontiers and the regulation of the agriculture, over time these aspects are necessary to evaluate. In this work is carried out a differentiation of dry bean growers based on specific producti-ve characteristics and economic revenues that the activity generates in an area of high migration in Zacatecas under the context of the nafta. Given the extensive characteristics of production of storm dry bean and the technological levels applied in Zacatecas, it assumed that the new circumstances of regional integration and commercial opening have exacerbated the precarious productive situa-

1 Docente-investigador. Centro de Estudios Prospectivos, Universidad Autónoma de Zacatecas. Correo electrónico: [email protected]

2 Docente-investigador. Doctorado Interinstitucional en Administración, Universidad Autónoma de Zacatecas. México.

3 Docente-investigador. Universidad Autónoma de Zacatecas. México.

Recibido: 20/08/2008 Aceptado: 30/04/2009

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Elivier Reyes Rivas, Oscar Pérez Veyna y Luz Evelia Padilla Bernal

tion of the region and the progressive abandonment of the activity. Based on money net income it was distinguished three categories of producers. Those that lost money, those that were in a situa-tion of simple reproduction, and these that obteined higher revenues. It was determined that weed out, use of fertilizers and depreciation of equipment, were variables with more incidence in the di-fferentiation among producers strata. Production characteristics, type of producers, problematic in the area, as well productive asymmetries among Mexico, United States and Canada, are irrefutable evidences that to damage the viability of the dry bean in the area.

Key words: bean, profitability, production system, typology producers.Introducción

Al inicio de los años ochenta empieza en Méxi-co el proceso de modernización de la agricul-tura, en cuyas bases se fincó la reestructuración productiva mediante el impulso de reformas económicas (Carton de Grammont, 2000). Esta orientación hacia la internacionalización de los procesos productivos, conjuntamente con la reforma del Estado, se han convertido en los principales referentes de la nueva fase de adap-tación y cambio, en la que tanto la producción como el consumo de cultivos tradicionales son sustituidos por otros.4 Tendencias que se carac-terizan también por la expansión y dominio de empresas transnacionales5 que asumen mayor capacidad productiva e intercambio de bienes alimenticios (Novoa y De la Paz, 2001), donde se evidencian, en el ámbito de la competitividad, las desigualdades en el acceso a recursos entre los productores rurales de países desarrollados con sus similares de países menos desarrollados (Espinel, 2006).

El presente trabajo tiene como objetivo ana-lizar mediante la aplicación de técnicas multi-variantes la diferenciación de productores de frijol en una región de alta migración en Zaca-

4 Cambios de estilos alimenticios y de costumbres que incluso van logrando modificar las visiones de desarrollo de los países (Drucker, 2007).

5 Cuyo auge provino de las pugnas entre Estados Unidos, Alema-nia y Japón por generar áreas de influencia y dominio económico, mediante el control de precios internacionales, comercio y distri-bución de productos (Rubio, 2004).

tecas (principal estado productor de este grano en el país), bajo el contexto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) y las ca-racterísticas productivas específicas y proble-mática del productor local, tanto en el proceso de producción como en el de comercialización, considerando que dentro de las negociaciones del tratado se incluyó el producto, y que a partir de enero de 2008 se redimió el libre flujo de esta mercancía.

El documento se estructura de la siguiente manera: en el primer apartado se exponen pau-tas generales que definieron las negociaciones del tlcan; en el segundo, se analiza el capítulo agropecuario que especifica los términos pac-tados para el sector y el frijol en particular. El tercero destaca la relevancia de la leguminosa entre los tres países firmantes. En el cuarto, se describen algunas de las características que po-seen los productores agrícolas. En el quinto, se exponen los rasgos metodológicos. En el sexto, se muestran los resultados encontrados que definen las características de la actividad y los productores de frijol en el área de estudio. Final-mente se presentan las conclusiones.

Pautas generales sobre la integración regionalEl tlcan surge como estrategia comercial adop-tada dentro del proceso de globalización (De Janvry y Sadoulet, 1998). En América Latina uno

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Diferenciación de productores de frijol (Phaseolus vulgaris) en una zona de alta migración en Zacatecas, México

de los referentes principales de la globalización es el cambio en el paradigma de desarrollo, que al pasar del esquema nacional instrumentado por el modelo de sustitución de importaciones6 a la implementación de nuevas estrategias basa-das en la liberalización económica que promue-ven nuevos sistemas de producción y consumo integrados a la economía internacional (Cortez, 1999). Se trata de un proceso de internaciona-lización de la producción y de los flujos finan-cieros y comerciales (Petras y Veltmeyer, 2003), donde el mercado surge como eje regulador de la producción agropecuaria, que establece, en función de la capacidad competitiva, quienes pueden quedarse en el sector y quienes deben encaminarse a buscar nuevas alternativas de subsistencia (Massieu et al., 2005).

Bajo estos principios de integración de las economías nacionales, se anuncia la nego-ciación del Acuerdo de Libre Comercio entre México y Estados Unidos en junio de 1990, para septiembre del mismo año se revela la incor-poración del gobierno de Canadá (Carlberg y Rude, 2004; Flores, 2003). Acuerdo comercial que por su relevancia económica era compara-do con la Unión Económica Europea (De Janvry y Sadoulet, 1998).

El tlcan fue puesto en vigor el 1 de enero de 1994, el tratado establece los compromisos bi-laterales entre México y Canadá; México y Esta-dos Unidos y Canadá y Estados Unidos. Sin em-bargo, para algunos no es sólo una agrupación comercial con reglas de origen estrictas, es ante todo un bloque de inversión que busca adecuar la normatividad mexicana sobre el régimen de propiedad para dar seguridad a la inversión de capitales (Saxe-Fernández, 2002).El capítulo agropecuario en el tlcan

6 No obstante que la agricultura estaba subordinada a la indus-tria, resultaba rentable, pues por un lado, se mantenía a los cam-pesinos como principales abastecedores de alimentos básicos y, por el otro, la política de control de precios de los alimentos imple-mentada, generaba excedentes salariales entre los obreros que a su vez consumían bienes industrializados (Rubio, 2006).

Como parte de la política de ajuste estructural impulsada a principios de los ochenta con el fin de cumplir con los compromisos económicos derivados de la crisis de la deuda externa de manera unilateral, México inicia una reorganiza-ción del sector agropecuario mediante dos ejes fundamentales: la desregulación, por la cual el Estado reduce su ámbito de participación como gestor del desarrollo, y la liberalización econó-mica, con una fuerte orientación y fomento a la exportación (Mella y Mercado, 2006). Un propó-sito que más tarde inserta al país en una dinámi-ca de pecios internacionales no sólo de bienes manufacturados sino también de productos primarios, como parte de los convenios para ingresar al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (gatt)7 firmado en 1986 (Rello y Trápaga, 2001). En 1988 se promueve la apertura de fronteras y la desregulación de la agricultura.8 De manera que al entrar en vigor el tlcan, el sector agropecuario ya mostraba un avance importante en la adopción de acuerdos de libre comercio.El primer apartado del capítulo agropecua-rio aborda las prácticas y normas relacionadas con las obligaciones entre las partes, el acceso al mercado y los subsidios como: a) los grados de distorsión de los apoyos al mercado o la producción, sean mínimos o inexistentes, y b) el compromiso de reducir los apoyos con base en la normatividad del Acuerdo General Sobe Aranceles y Comercio (gatt). En el segundo apartado se detallan las reglas

7 De acuerdo con Rello y Trápaga (2001), el gatt surge en 1947 con el objetivo de reducir las barreras al comercio y fomentar el desarrollo económico, concebido originalmente, no como organi-zación internacional sino como protocolo para reducir tasas aran-celarias, donde los países se comprometían a adoptar formas de organización y conducción del comercio internacional.

8 Antes del tlcan, 9% del comercio exterior de productos agro-pecuarios mexicanos ya estaba libre de tarifas arancelarias; des-pués de su firma, más de la mitad de las partidas arancelarias fue-ron liberalizadas (Mella y Mercado, 2006). Entre 2000 y 2001 los aranceles a las importaciones habían disminuido de 6.1 a 4%.

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Elivier Reyes Rivas, Oscar Pérez Veyna y Luz Evelia Padilla Bernal

sobre medidas sanitarias y fitosanitarias, y se especifican las disposiciones trilaterales para la protección de la vida humana, animal o vegetal. El artículo 703 se refiere al acceso al mercado y se definen los plazos y condiciones de liberali-zación y salvaguarda especiales, con el propó-sito de proteger productos que cada país con-siderara sensibles a las importaciones. Para ello, México negoció con Estados Unidos y Canadá la aplicación de aranceles-cuota para el maíz y el frijol, entre otros, estableciendo un régimen de importación libre de arancel hasta cubrir una cuota que para el maíz fue de 2.5 millones de to-neladas, cuando el origen fuera Estados Unidos y de mil toneladas cuando fuera para Canadá.

La importancia del frijol en los países firmantes del tlcanCuando se firmó el tlcan, se acordó que Méxi-co importaría hasta 50 mil toneladas de frijol de Estados Unidos y 1 500 toneladas de Canadá, las cuales se incrementarían 3% en un periodo de 15 años a partir de 1994; así, para 2007 las im-portaciones alcanzarían 73 426.69 toneladas provenientes de Estados Unidos y 2 202.8 tone-ladas provenientes de Canadá (cefp, 2005). Sin embargo también se acordó que, en caso de que dichas importaciones rebasaran las cuotas fijadas para cada año, México aplicaría un aran-cel-cuota de 139% ad-valorem. Este arancel-cuota también iría disminuyendo en un lapso de 15 años. Mientras en 1994 era de 133.4%, para 2007 llegaría a 11.8% y, en 2008 desaparecería. Esto significa que en 1994, por cada kilogramo que haya sobrepasado la cuota acordada de importación, México cobraría 0.46 dólares esta-dounidenses, que en 2005 se reduciría a 0.121 dólares; al 1 de enero de 2007 sólo se tendría el derecho de cobrar 0.040 dólares y al comienzo de 2008 quedarían libres de arancel todas las importaciones de leguminosas provenientes de los países socios.

De acuerdo con el Centro de Estudios de las Fi-nanzas Públicas de la Cámara de Diputados de la lix Legislatura, los términos no fueron cum-plidos pues no sólo se importó más de lo pacta-do9 sino que México dejó de recibir ingresos por más de 248 millones de dólares (cuadro 1). Esta situación resulta de la ambigüedad de los tér-minos en que fue suscrito el acuerdo (Fristcher, 2005), en el cual las cuotas de libre importación para México son mínimas, lo que permite por tanto, ingresar mucho más del volumen pacta-do, mientras que para Estados Unidos los cupos son máximos y no incluyen ninguna reducción hasta cumplir el plazo acordado, lo que de-muestra circunstancias aún más desventajosas. Para 2004, el volumen importado había supera-do 7.53% de lo que debió importarse durante las quince etapas acordadas, esto sin tomar en cuenta los compromisos con Canadá.

Por tanto, se vislumbran tiempos difíciles en un escenario de apertura total no sólo para la producción de frijol en sí, sino en términos de soberanía alimentaria al perder a través del tiem-po la capacidad de producir los requerimientos del país. Más aún, con la posición infranqueable e irreversible del gobierno mexicano a pesar de los riesgos que implica dicha apertura para los productos básicos. Las declaraciones de Sergio García de Alba exsecretario de Economía, corre-lacionaban este hecho:

En cuanto cualquier gobierno mexicano pro-ponga la renegociación del capítulo agrícola del tlcan, enseguida Estados Unidos y Ca-nadá pondrán en la mesa la revisión de por lo menos una veintena de temas más10 […], la autosuficiencia alimentaria de un país no se debe ver como la capacidad de producir

9 Según Carton de Grammont (2001) algo similar ha ocurrido con el maíz, donde las importaciones realizadas en el marco del tlcan no se ajustan a sus reglas. El autor señala que a partir de 1996 se han importado entre 5 y 6 millones de toneladas extras, lo que equivale a más del doble de lo pactado.

10 Como es el caso de las hortalizas, frutas, cárnicos e incluso el azúcar.

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Diferenciación de productores de frijol (Phaseolus vulgaris) en una zona de alta migración en Zacatecas, México

Cuadro 1. Cuotas aplicables en el tlcan a importaciones de frijol (Phaseolus vulgaris) originarias de Estados Unidos (Fracción arancelaria 0713.33.99).

AñoCupo mínimo

(ton métricas)

Total importado SobrecupoTasa por

sobrecupo

Arancel no cobrado

sobrecupo arancel ad-

valorem (mdlls)

Valor

(mdlls)1/

Volumen

(ton/m) 2/

Valor

(mdlls)

Volumen

(ton/m)1994 50,000.00 37.5 54,964 3.39 4,964 133.4 4.521995 51,500.00 14.3 24,048 n.a. n.a. 127.8 n.a.1996 53,045.00 80.0 119,972 44.63 66,927 122.3 54.581997 54,636.35 51.5 86,628 19.02 31,992 116.7 22.201998 56,275.44 119.8 189,973 84.31 133,698 111.2 93.751999 57,963.70 66.7 122,113 35.04 64,149 105.6 37.002000 59,702.61 38.6 84,708 11.39 25,005 93.9 10.702001 61,493.69 51.6 115,557 24.14 54,063 82.1 19.822002 63,338.50 61.9 73,404 8.49 10,066 70.4 5.982003 65,238.66 11.7 23,298 n.a. n.a. 58.7 n.a.2004 67,195.82 17.4 29,415 n.a. n.a. 46.9 n.a.2005 69,211.69 25.8 35,122 n.a. n.a. 35.2 n.a.2006 71,288.04 38.5 66,853 n.a. n.a. 23.5 n.a.2007 73,426.69 11.82008 LibreTotal 854,316.19 551.0 923,899.5 230.4 248.55

1/ Millones de dólares.

2/ Toneladas métricas

n.a. No aplicaFuente: Adaptado de CEFP, 2005. p. 7-15; 2006 y 2007 con datos de SIAVI 2, Secretaría de Economía.

lo que la población requiere, sino en fortale-cer el cultivo de los productos en lo que se es bueno y abastecerse del resto en el mercado […] la autosuficiencia “es un tema que ya no es necesario” (Posada, 2006).

Peor aún, el mismo exsecretario consideraba que “el frijol no era un producto sensible” (Quin-tana, 2006).

El convencimiento de no dar marcha atrás, llega incluso a considerar que la problemática de la producción de frijol no tiene relación al-guna con la liberalización comercial sino sólo con cuestiones meramente climáticas, como la sequía. Esto indica dejar de lado factores no menos importantes como los precios del pro-ducto, el costo de los insumos11 (fertilizantes, insecticidas, diesel, etc.), la falta de créditos

11 Y consumibles (refacciones de la maquinaria y equipo).

accesibles, la escasa infraestructura de comu-nicación hidráulica y de almacenamiento, así como la asistencia técnica y la dificultad de los productores para comercializar las leguminosas, entre otros. Además, el mismo De Alba sostenía que el descenso en las importaciones de frijol a partir de 2001 se debía “a que entre las familias mexicanas se había reducido el consumo por efectos del costo del gas lp” (González, 2006). Esto alejaba cualquier cuestionamiento sobre las interrelaciones culturales y posibles efectos en los hábitos de consumo que trae consigo el proceso de integración global.

En el mismo sentido, la Subsecretaría de In-dustria y Comercio de México en ese momento, Rocío Ruiz Chávez, esgrimía declaraciones que dejaban entrever la profunda convicción guber-namental en la línea trazada hacia el comercio externo: “[…] no existen motivos para esperar que la apertura afecte a los productores nacio-

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Elivier Reyes Rivas, Oscar Pérez Veyna y Luz Evelia Padilla Bernal

nales” (Posada, 2007). Los supuestos impactos que generen los productos sensibles como el maíz, más que relacionarlos a la liberación de las fronteras, tendría como causales las desventa-jas productivas y de comercialización, en tanto el gobierno mexicano asumiría el compromiso de instrumentar programas de apoyo a fin de incrementar la competitividad de los producto-res. Por tanto cabría cuestionarle hacia dónde se dirigirían los apoyos, a productores de básicos o a productores-exportadores.

Situación del frijol en MéxicoEn México, el frijol ha sido considerado un pro-ducto tradicional y estratégico para el desarro-llo rural del país (Sagarpa, 2003; Sagarpa 2005; Serrano, 2004). Éste como el maíz, además de ser una importante fuente alimenticia para la sociedad mexicana, formaba parte de los me-dios de control gubernamental antiinflaciona-rios cuando se empleaban precios de garantía y que a su vez lograban reducir el valor de los salarios industriales (Romero, 1993).

De las 20.8 millones de hectáreas dedica-das a la agricultura en México, 10.5% se dedi-ca al cultivo del frijol y ocupa cerca de 650 mil productores,12 es decir, 11.2% de la población económicamente activa (pea) agropecuaria.13 La producción de la leguminosa tiene también un fuerte impacto en la economía rural, pues se estima que ocupa más de 78 millones de jorna-les al año, con un promedio de 35 jornales por hectárea (Serrano, 2004).

12 El Centro de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados (lix Legislatura) registra 570 mil en todo el país (cefp, 2004).

13 El inegi en el Censo de Población y Vivienda del año 2000 con-tabilizó 97 millones de habitantes en México, de los cuales 5.8 mi-llones (16.4%) constituían la población económicamente activa (pea). Sin embargo, dado que este organismo emplea distintas metodologías y definiciones para el Sistema de Cuentas Naciona-les, la pea agrícola en 1998 se ubicó en 7.8 millones de habitantes, lo que representaría 20.4% del total.

Situación del frijol en ZacatecasDe 4 042 059 hectáreas dedicadas a la actividad agropecuaria en Zacatecas, 33.4% se destina a la agricultura; 64.8% se clasifica como agosta-dero; 1.5% corresponde a bosques, y 0.3% es superficie sin vegetación (inegi, 1999). De 1980 a 2005, sólo 55.3% se cultivó con frijol (riego y temporal) que representa casi el doble de lo que se siembra con maíz grano, segundo cultivo con mayor superficie (Sagarpa, 2006). En cuanto al valor de la producción generado, la misma fuen-te registra para ese periodo una contribución de 31.5% del total generado14 por el sector agrí-cola en el estado.15 De las 678 mil hectáreas que se cultivan con frijol, sólo 6.1% se sembró bajo condiciones de riego, correspondiendo 93.9% se destinó a cultivos de temporal, modalidad mediante la cual se producen poco menos de 240 mil toneladas anuales, con un rendimiento promedio de 445 kg/ha; 9.9% menor al prome-dio nacional y 24% al mundial (FAOSTAT, 2006; Sagarpa, 2004).

Ahora bien, de un total de 58 municipios que conforman el estado, el de Sombrerete16

es el principal productor de frijol. Entre 1987 y 2005 se cultivaron más de 105 mil hectáreas17

y se produjeron más de 65 mil toneladas de fri-jol, con rendimiento promedio de 628 kg/ha, 29% superior al promedio estatal, no obstante que 96% de la superficie sembrada es de tem-poral (Sagarpa-Sedagro, 2005). En este muni-cipio se involucran 5 245 productores, 8.5% del total de los productores del estado que se encuentran inscritos en Procampo. Asimismo, 14 Pesos constantes a diciembre de 2005.

15 Sagarpa ha registrado en promedio 17 cultivos cíclicos y 23 perennes, tanto en primavera-verano como en otoño-invierno.

16 Según INEGI (2002), este municipio representa 4.9% (3 627.05 km2) del área territorial del estado.

17 Esta cantidad equivale a 16.4% de la superficie cultivada con frijol en todo el estado, incluso por arriba de Fresnillo, que es otro de los municipios que mayor extensión destinan al cultivo de tem-poral, y el principal bajo la modalidad de riego.

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Diferenciación de productores de frijol (Phaseolus vulgaris) en una zona de alta migración en Zacatecas, México

de 207 localidades que conforman el municipio, la colonia González Ortega es la que mayor su-perficie cultiva, ya que alcanza 10.6% del total (Sagarpa, 2002).

Caracterización de productores agrícolas en MéxicoEl trabajo realizado por el Centro de Investiga-ciones Agrarias (cdia)18 durante la década de los setenta, representó una de las primeras for-mulaciones que describen las características tipológicas de productores agrícolas donde se demuestra una gran heterogeneidad en la es-tructura agraria en México.19 De acuerdo al de-sarrollo económico y social del país, la situación sobre la tenencia de la tierra y la distribución del ingreso en particular, en el trabajo basado en el Censo de 1960 se propuso una estratifi-cación de productores en función del valor de producción,20 el tamaño de unidad y el empleo de la fuerza de trabajo, como indicadores refe-renciales distinguen cinco categorías de pro-ductores (CDIA, 1979). Los predios de infrasub-sistencia se identifican como aquellas unidades productivas con menos de cinco hectáreas, con las cuales una familia no tiene posibilidades de subsistir por los bajos ingresos que gene-ra ni absorber la fuerza de trabajo misma. Los subfamiliares concentran aquellos productores de 5 a 15 hectáreas donde tampoco alcanzan a ocupar la mano de obra de una familia. Un rasgo distintivo es que una pequeña parte de su producción la destinan al mercado, con lo

18 Estudio coordinado por Sergio Reyes Osorio, Rodolfo Staven-hagen, Salomón Eckstein y Juan Ballesteros.

19 De acuerdo con González (1999:6), desde 1957 se había clasi-ficado a la agricultura mexicana como arcaica, atrasada, avanzada y moderna.

20 Como en el Censo de 1960 sólo se expresa la producción a nivel ejido, la estratificación por valor de producción total se es-tablece tomando como referencia la unidad ejidal como una sola explotación.

que contribuyen con otros sectores de la eco-nomía. En el caso de los familiares, con 15 a 50 hectáreas se tiene la posibilidad de ocupar has-ta cuatro hombres en la actividad, sin embargo, son predios donde sigue predominando la fuer-za de trabajo familiar y no existe la necesidad de que los miembros de la familia se ocupen en ac-tividades distintas a las desarrolladas en la uni-dad. Los multifamiliares medianos poseen entre 50 y 130 hectáreas no obstante basarse en el trabajo familiar también llegan a contratar fuer-za de trabajo externa, puesto que una unidad de estas características tiene la capacidad de absorber hasta 12 hombres durante el año, lo-gran mantener una relación con otros sectores económicos mediante el mercado de produc-tos. Finalmente, la categoría de multifamiliares grandes con más de 130 hectáreas logran em-plear a más de 12 hombres en el año.

Otro de los trabajos relevantes tendientes a caracterizar los productores agrícolas en Méxi-co fue el que realizó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal)21, cuya tipología señaló las diferencias entre una agri-cultura campesina y empresarial, bajo el su-puesto de que las unidades pequeñas trabajan con esquemas diferentes a los de las empresas agrícolas. Así, tomando como base los datos del Censo Agropecuario de 1970, el área cultivada y la mano de obra contratada por unidad, se iden-tificó a tres grandes grupos: productores cam-pesinos, empresarios agrícolas y un grupo inter-medio que se caracteriza por no corresponder a uno u otro (cepal, 1982).

Bajo estas consideraciones, Schejtman defi-ne a la unidad campesina como “aquella cuyos gastos en remuneraciones no sobrepasan los

21 Dicho trabajo fue encomendado a Alejandro Schejtman que fungía como asesor de ese organismo internacional.

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25 salarios mínimos”.22 El segundo grupo (de tipo empresarial) se encuentra conformado por unidades de producción que contratan predo-minantemente fuerza de trabajo asalariada su-perior a los 500 jornales por año.

Dentro de los campesinos se identifican cua-tro categorías: la primera de infrasubsistencia,23 estrato en el que dadas las necesidades alimen-ticias básicas de una familia, tiene la capacidad de subsistir con un tamaño mínimo de unidad de cuatro hectáreas. Esto indica que no existe posibilidad alguna en generar fondos de reposi-ción o excedentes económicos necesarios en la renovación o adquisición de herramientas para el proceso de producción. Son de autoconsu-mo. La segunda categoría comprende a campe-sinos de subsistencia que poseen una superficie equivalente entre cuatro y ocho hectáreas, cuya producción sobrepasa la alimentación básica y logra generar ingresos que permiten alcanzar el consumo esencial de una familia. En la terce-ra categoría se ubica al campesino estaciona-rio cuyo tamaño de unidad se encuentra entre ocho y 12 hectáreas, es un grupo autosustenta-ble o de reproducción simple, ya que además de producir los alimentos necesarios tiene la capa-cidad de disponer de excedentes para la adqui-sición de los medios de producción. Finalmente, dentro del bloque de los campesinos se identifi-ca una cuarta categoría denominada exceden-taria o de producción superavitaria, cuyo tama-

22 La cantidad de jornales contratados se obtuvo de la suma del gasto que la unidad pagó por los jornales ocupados, tanto tempo-rales como permanentes, dividido por el salario mínimo rural de la entidad correspondiente (CEPAL, 1982).

23 Para definir esta categoría, Schejtman tomó como base la equivalencia del gasto que compone una dieta campesina en re-lación al tipo de productos consumidos y su cantidad. En términos de nutrición sobre el total de calorías y proteínas promedio que consumen por día (2 076 calorías, 63 gramos de proteínas). De esta forma, estableciendo una dieta básica rural con base en esos requerimientos convertidos a toneladas de maíz (1 036 ton/ha) y un promedio de 5.5 integrantes por familia, se determinó que con 3.98 toneladas/maíz/año resultaban suficientes para subsistir esa familia (CEPAL, 1982).

ño de unidad es mayor a 12 hectáreas y logra sobrepasar las necesidades de reproducción simple con mayores fondos de reposición.

El grupo intermedio entre unidades cam-pesinas y unidades de tipo capitalista lo con-forman los agricultores transicionales, en cuya descripción se destaca fundamentalmente la contratación de la fuerza de trabajo asalariada entre 25 y 500 jornales por año. Por lo que no puede definirse propiamente como un campe-sino, sino más bien como pequeños agricultores capitalistas, no obstante su reducida y errática capacidad de acumulación.

El tercer grupo corresponde a las explotacio-nes agrícolas empresariales que se diferencian por las remuneraciones pagadas. Aquí se iden-tifican tres categorías: empresarios pequeños, medianos y grandes, los cuales llegan a contra-tar entre 500 y 1 250, entre 1 250 y 2 500 y más de 2 500 jornales al año.

Por otro lado, De Janvry et al. (1995), con la idea de caracterizar la actividad de los productores en función de la lógica de producción,24 incorporan dos variables ana-líticas de diferenciación: los niveles de con-tratación de mano de obra y el destino de la producción. En este caso determina cuatro grandes categorías: la primera incluye a los productores sin tierra, que aunque no da nin- guna definición, es de suponer que se refiere a jornaleros o trabajadores agrícolas. La que se re-fiere a los minifundistas,25que son pequeñas uni-dades de producción donde se produce princi-palmente para autoconsumo con una extensión menor a 4 hectáreas de temporal. Un estrato en el que la mayor parte de los ingresos familiares

24 En el estudio De Janvry, et al. (1995) se utilizan como criterios referenciales los efectos de las reformas institucionales y de pre-cios que se implementaron en México y las estrategias de desa-rrollo rural.

25 Un estrato con las mismas características de los campesinos de infrasubsistencia propuesta por Schejtman.

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se obtiene fuera de la unidad productiva. Según De Janvry et al. (1995), este grupo constituye el 50% del total de productores en México, pero cultiva sólo 10% de la superficie laborable del país y se concentra en la región Centro y el Pa-cífico sur. La tercera categoría la conforman los pequeños productores, que producen a mayor escala que el estrato anterior, lo cual permite contar con un excedente de productos, pero sobre la base del trabajo familiar; este grupo se subdivide en pequeños productores de subsis-tencia26, con una extensión de tierra laborable entre 4 y 12 hectáreas. El otro subgrupo lo cons-tituyen los pequeños productores capitalizados que, además de cubrir las necesidades de sub-sistencia y mantenimiento de los recursos pro-ductivos, obtiene un nivel de recursos económi-co capitalizable, cuya unidad laborable supera las 12 hectáreas de temporal o un equivalente a 3 hectáreas de riego. Este subgrupo mantiene una equivalencia con la de campesinos exce-dentarios de Schejtman.

La última categoría corresponde a produc-tores comerciales, principales empleadores de mano de obra, cuya producción es destinada de manera fundamental al mercado. El área que cultivan sobrepasa las 10 hectáreas, la mitad bajo condiciones de riego. Es un grupo de pro-ductores que asemejan las categorías a produc-tores transicionales y empresarios propuestos por Schejtman.

Por su parte Hernández (2000), partiendo de la definición del inegi (1996) sobre productores y trabajadores agropecuarios, considera el gra-do de integración de éstos al mercado, el tipo de ocupación, tamaño de los predios, régimen de propiedad, actividades desempeñadas, des-tino de la producción, acceso al crédito y tec-nología empleada, y establece siete categorías:

26 Esta categoría asemeja en conjunto a campesinos de subsis-tencia y estacionarios.

campesinos, pequeños agricultores tradicionales, los terratenientes semifeudales, y los agricultores capitalistas, que se subdividen en terratenientes capitalistas y pequeños y medianos productores capitalistas. Estas categorías, además de esta-blecer relaciones de subordinación, mantienen ventajas en el mercado funcional en virtud del tamaño de las unidades de producción. Son productores que se encuentran plenamente in-tegrados al mercado mediante cadenas produc-tivas, tanto de productos como de insumos. Las otras categorías se refieren a los jornaleros y tra-bajadores remunerados y no remunerados, que no entran en las de los agricultores capitalistas.

Pautas generales de diferenciación sobre productores agrícolas en el contexto deliberalización económica Aunque el presente trabajo se orienta a una cuestión particular sobre productores de frijol, es pertinente referenciar los múltiples factores que se involucran no sólo en el contexto de la apertura comercial, sino en la reorientación de la estructura productiva que imprime el nuevo proceso global de desarrollo.

Es ahí donde las tipologías y clasificaciones expuestas por los autores sin lugar a dudas han resultado de gran utilidad para el diseño de po-líticas públicas de apoyo a los campesinos y, en general, al campo. No obstante, en la circunstan-cia actual de tan importante sector, ante la aper-tura total de enero de 2008 del tlcan, hay nue-vos elementos de análisis que quizás sean más decisivos que los factores que se consideraron anteriormente. Así y en virtud de los elementos expuestos, se advierte un amplio horizonte de análisis donde no sólo se conjugan los sistemas de producción y la tipología de productores con base en parámetros de supervivencia o, en todo caso, de su condición productiva; sino la necesi-dad de encontrar referentes que sirvan de apo-yo en la operación de políticas públicas rurales

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dirigidas hacia estratos específicos de produc-tores, congruentes con los nuevos escenarios que imprime la etapa global.

Materiales y métodosUniverso de estudio. A partir del listado de be-neficiarios del Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) de 2002, proporciona-do por Sagarpa, se contabilizaron en el área de estudio27 399 productores de frijol, mismos que fueron el referente (universo de estudio). Se diseñó y aplicó un cuestionario piloto a 25 productores con el fin de probar su funciona-lidad y fiabilidad de las respuestas. Una vez efectuado el procedimiento anterior, en el que algunas preguntas tuvieron que replantear-se, se estructuró el cuestionario definitivo que incluyó la identificación del productor, carac-terísticas sociodemográficas, superficie cul-tivada, tipos de subsidios, fuerza de trabajo utilizada, estrategia productiva, costos de pro-ducción, comercialización del producto, tecno-logía empleada y expectativas del productor. La aplicación definitiva de la encuesta se llevó a cabo en la segunda quincena del mes de sep-tiembre de 2006.

Tamaño y diseño de la muestra. El universo de estudio se conformó con productores que dis-ponen de superficie muy variable de tierra para el cultivo de frijol. La variabilidad fue una carac-terística que se consideró para la estimación del tamaño de muestra con base en un diseño de muestreo aleatorio estratificado que consiste en la separación de los elementos de la pobla-ción en subgrupos denominados estratos, en los cuales puede seleccionarse una muestra aleatoria simple entre cada uno (Scheaffer et al. 1987). Sin embargo, también hay la posibili-

27 El estudio se llevó a cabo en la colonia González Ortega, en el municipio de Sombrerete, Zacatecas.

dad de que, una vez que la población haya sido dividida en estratos, pueda seleccionarse una muestra proporcional o no proporcional (Mason y Lind, 1995). Para Mason y Lind, en una mues-tra no proporcional el número de integrantes a estudiar, según sean los estratos predetermina-dos, suele ser desproporcionado con respecto a la población. El presente trabajo toma como referente este criterio en función de la despro-porcionalidad en el número de productores por los estratos preestablecidos.

Con base en los fundamentos revisados, y considerando la diversidad de variables a eva-luar y la heterogeneidad de las mismas, se deci-dió utilizar la siguiente fórmula:28

Donde: n = Tamaño de muestra N = Población total D2 = Error de estimación d2 = Límite del error de estimación

2/2

αZ = Grado de confiabilidad=Ni Tamaño del estrato=Si Desviación estándar del i- ésimo

estrato

De tal forma que al dar valores a la fórmula con una población total de 399 productores, error de estimación de 3.8 hectáreas, grado de confiabilidad de 95% (1.965 como valor de Z, tablas de la distribución normal estándar) y una

28 Según Pardinas (2002) existen varias fórmulas para definir el tamaño de la muestra, no obstante que cada una de ellas deman-da cierto grado de precisión, generalmente determinado por el investigador. Las fórmulas para definir el tamaño de la muestra va-rían porque también varían los parámetros que se buscan. En este caso, la fórmula propuesta es en virtud de las variables múltiples a analizar y el tipo de muestreo utilizado, en el cual la estratificación permitió controlar y cuantificar la variabilidad en las respuestas y distribuirla proporcionalmente sobre los indicadores. Esto garan-tiza las características según su peso relativo.

=

=

+= k

i

k

i

NiSiDN

NiSiNn

1

222

1

2

2/2

22

αZdD =

y

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varianza poblacional estimada para cada estra-to, se determinó un tamaño de muestra de 107 productores, cuya distribución de las unidades de muestreo por estratos se realizó extrayen-do de manera aleatoria una a una con base en los rangos de clasificación utilizados por Sche-jtman (1982). Se optó por considerar un error permisible de 3.8 hectáreas, procurando reducir a un nivel mínimo el error estadístico y lograr la mayor representatividad posible.

Fuentes secundarias de información. Una parte de la información se obtuvo a través del acceso a páginas web de organismos internacionales y dependencias nacionales, el precio de mercado de los insumos (agroquímicos, diesel, materia-les diversos, etcétera) y maquinaria (tractor e implementos) necesarios para la estimación de costos de producción, y otra mediante consul-tas directas a establecimientos comerciales ubi-cados en Zacatecas, Calera, Sombrerete y Río Grande.

Análisis de datos. En el análisis de correlaciones se utilizó el coeficiente de Pearson, que permi-tió medir el grado de asociación entre dos va-riables en una escala de intervalo o razón entre

-1 y 1; los valores próximos a 1 indicarán una fuerte asociación lineal positiva, por el contra-rio, si los valores son cercanos a -1 dicha asocia-ción se tornará en una relación inversa (Ferrán, 2003:72).

Adicionalmente, se hace uso de la técnica de análisis discriminante. Ésta permite al inves-tigador contar con las denominadas funciones lineales discriminantes de Fisher, mismas que permitirán la clasificación de nuevos elementos (campesinos) en grupos definidos previamente. Para el caso de esta investigación, los grupos han sido conformados con base en los niveles de rentabilidad.

Diferenciación de productores. La diferenciación por tipo de productores se efectuó en función de los ingresos netos obtenidos mediante el uso de la técnica de análisis discriminante, donde se buscó separar los elementos de una población en grupos o subpoblaciones bien definidas a priori, que establecen los valores de la variable dependiente (Ferrán, 2003). De manera esque-mática, esta técnica se representa de la siguien-te manera:

*/ Para los cálculos y determinación del tamaño de muestra.Fuente: Cálculos propios de acuerdo con los parámetros preestablecidos.

Cuadro 2. Estimación de tamaño de muestra por rangos de superficie.

Rango dehectáreas Ni 2Si 2NiSi ∑

=

k

iNiSiN

1

2

Distribución muestral por límite de

estimación y rangos de ha*/

< 4 23 0.4376 10.064 6

> 4 y < 8 74 1.4471 107.085 20

> 8 y < 12 55 1.1276 62.017 15

> 12 247 886.4746 218 959.221 66

Suma 399 219 138.387 87 436 216.35 107

Ni2 Si2

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pp XaXaXaaY ++++= .....22110

donde:Y= Variable dependiente (no métrica)

paaa ,....,10 + = Pesos discriminantesX1, x2,…Xp = número de variables expli-cativas (métricas).

Para comparar las desviaciones entre los grupos se utilizó el estadístico Lambda de Wilks (Λ ),29 técnica que tiene como objetivo medir las desviaciones dentro de cada grupo con respecto a las desviaciones totales sin dis-tinguir los grupos. Las categorías se definieron en función de los ingresos netos obtenidos en correspondencia con las ganancias que podrían obtener en caso de haber decidido invertir el capital en alguna institución financiera30 (cua-dro 3).

Teniendo como referente este paráme-tro se definieron tres grupos (cuadro 3). Cabe señalar que en esta misma diferenciación se consideraron los apoyos directos que a través de las dependencias gubernamentales obtiene

29 Generalmente, esta prueba estadística suele apoyarse en otros estimadores como una forma de fortalecer la interpretación sobre el grado de significación, tal es el caso del estadístico V de Barlett que es una función de Λ , cuya distribución es asintótica (recta donde la distancia de una curva a la misma recta tiende a cero cuando el punto se aleja hacia el infinito sobre la curva). El estadístico se expresa de la siguiente manera:

( ) kkgpnV Λ

+

−−−= ln2

1

Donde: n = número de individuos; p = número de variables; g = número de grupos. En este caso, si los valores de kV son superiores al valor crítico se rechaza la hipótesis por igualdad entre grupos, pero si los valores son pequeños indica que las funciones (variables) extraídas resul-tan suficientes y que las demás no tienen ningún valor suficiente discriminatorio.

30 La estimación de las ganancias o rendimiento de la inversión se estimó con base en la tasa de interés que pagaron los bancos durante 2005. Dicha tasa promedio fue de 4.7% anual que paga-ron seis bancos (Banco del Bajío, Inbursa, Banco Azteca, Scotia-bank, Banorte y Banamex) que operan regionalmente en Zacate-cas.

el productor, como el Procampo y el programa de apoyo al diesel.

Estimación de costos de maquinaria y equipo. Para determinar los costos de depreciación31 de maquinaria y equipo agrícola que implica la realización de las actividades mecanizadas, se recurrió a la metodología utilizada por Matus y Puente (1994), que establece: los costos de re-cuperación del capital por desgaste de maqui-naria y equipo32 agrícola, que a su vez permitió determinar los costos por tipo de labor mecani-zada por hectárea.

Resultados y discusiónEl área objeto de estudio corresponde a la lo-calidad denominada colonia González Ortega. De acuerdo con el inegi-snim (2007) se encuen-tra localizada entre los meridianos 23º 57´ 37´´ latitud norte y 103º 27´ 28´´ longitud oeste y a una altitud de 2 210 msnm. Esta localidad for-ma parte de las 207 que conforman el munici-pio de Sombrerete33 en el estado de Zacatecas, y ocupa una extensión territorial total de 16 808 hectáreas,34 4.1% con respecto al total del mu- 31 Se refiere a la recuperación de capital, procedimiento conta-ble que tiene como fin distribuir sistemáticamente el valor de un activo menos el valor de desgaste a través del tiempo (IMCP, 2003, 10).

32 Se incluye sólo la maquinaria y equipo que según los entrevis-tados utilizan mayormente.

33 Con una extensión de 4 105.33 km2 equivalente a 4.9% del te-rritorio estatal.

34 Superficie expropiada a la hacienda De Vergara (16 286 ha; 5 753 ha de labor y 10 533 ha de agostadero), misma que contaba con más de 68 mil hectáreas. Dicha expropiación fue publicada en el Diario Oficial del Estado el 8 de agosto de 1932 con núme-ro de expediente 598. Sin embargo, en la rectificación de linderos realizada en 1946 se contabilizaron 522.93 hectáreas más, por lo que el fraccionamiento de la colonia González Ortega compren-de una extensión de 16 808.93 hectáreas en total. Se agradece la colaboración del Lic. Salvador Ortiz García, jefe de la Coordinación General Jurídica de la Dirección de Fraccionamientos Rurales de Zacatecas por las facilidades otorgadas para la revisión de dicho expediente.

1n

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Cuadro 3. Parámetros de diferenciación entre estratos de productores.

Estrato Características

1Productores cuyos costos de producción llegan a igualar a sus ingresos, es decir,

sus ganancias son < $0.00

2

El segundo, corresponde a aquellos productores cuyos ingresos se ubican con

una tasa > $0.00 pero < a la tasa promedio de rendimiento sobre la inversión con-

siderada (4.7%)

3Incluye a los productores cuyos ingresos llegan a superar (>) la tasa bancaria refe-

rida

Fuente: Elaboración propia en función de los parámetros preestablecidos.

nicipio. Es una región con un clima semiseco templado cuyas precipitaciones promedio al-canzan los 472.4 mm anuales, no obstante que la mayor cantidad de lluvia se concentra en los primeros tres meses de la segunda mitad del año: julio 99.5 mm, agosto 117 mm y septiem-bre 80.1 mm. Además, son los meses en los que también se registra el mayor número de días con lluvia, 12, 13.3 y 9.9, respectivamente, su-mando en total 60.6 días durante el año. Esto sugiere que los cultivos de temporal en esta zona cuentan al menos con tres días por sema-na con lluvia durante el ciclo vegetativo, que la corrobora de cierta forma como una de las re-giones con menor siniestralidad por sequía en el estado. De cuerdo con el segundo Conteo de Población y Vivienda realizado por inegi en el 2005, la comunidad registra una población de 3,911 habitantes35 que equivale a 6.7% de todo el municipio. La misma referencia añade que de la población total 35.97% no culminó la ins-trucción primaria36, 10.79% terminó la primaria, 14.14% cuenta con educación pos básica y sólo 2.9% cursó alguna carrera profesional.

35 2.9% menos que la población registrada en el XII Censo del año 2000.

36 Población de 15 años y más.

En cuanto a la actividad económica, po-see una pea de 941 habitantes, 7% de todo el municipio, la cual prácticamente se encuentra ocupada en su totalidad (98.5%). No obstante, la mayor parte de esa población (40.9%) se de-dica a la actividad primaria; 14.1% trabaja en el sector secundario; 37.8% en el de servicios y 7.2% no especifica alguna actividad. Lo que in-dica que a pesar de la precariedad productiva detectada por Delgado y Rodríguez en el es-tado de Zacatecas (2005); en esta zona de alta migración, la producción primaria figura como principal fuente de ocupación en la comunidad.

Estructura y posesión de la tierraLa región de González Ortega se ubica en una zona donde se promovió el sistema de fraccio-namiento agrario. Forma de asignación que tuvo sus inicios con la ley promulgada el 20 de noviembre de 1917 durante el gobierno del general Enrique Estrada.37 Régimen de dota-ción que propició el arraigo, la reproducción campesina y un tipo de productor empresa-rio-capitalista donde las extensiones conce-

37 Gobernador de Zacatecas de 1917 a 1920, considerado el im-pulsor de la primera ley agraria en México (Moctezuma, 1998).

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didas de manera individual superaban con mu-cho el promedio asignado bajo la estructura ejidal que fue de 9.26 hectáreas en el estado,38 8.33 de temporal y 0.93 de riego (INEGI, 1991; INEGI, 1995).

Características generales de los productores de frijolDe los 107 productores entrevistados, la edad promedio fue de 55.93 años, y se distribuyen de la siguiente forma: 3.8% cuenta con menos de treinta, 17.8% tiene entre 31 y 40; 18.7% entre los 41 y 50; 13.7% entre los 51 y 60; 26.3% entre los 61 y 70, y 19.7% supera los 71. Consideramos necesario precisar que un alto porcentaje (46%) de productores tiene más de 60 años, y menos de una cuarta parte (21.6%) alcanza 40. Esto in-dica que la producción de frijol en el noroeste del estado se halla sustentada de manera fun-damental por productores de edad avanzada y en menor medida por jóvenes.

Diferenciación tipológica de los productores de frijol La diferenciación de productores como ya se dijo en la sección anterior, se hizo con base en la retribución generada como una forma de distinguir las características económicas del sistema de producción utilizado bajo la técnica multivariante de análisis discriminante, toman-do como variable dependiente los ingresos ob-tenidos por cada productor con las ganancias que podrían obtener en caso de haber decidido invertir en alguna institución financiera. Cabe señalar que si bien la diferenciación entre estra-tos se hizo con base en los niveles de ingresos,39

38 El inegi (1991 y 1995) reporta para Zacatecas 100 227 ejidata-rios/comuneros y una extensión total ejidal/comunidades agríco-las de 3 736 265 ha (928 469 ha de labor, 2 739 437 de agostadero, 52 323 hectáreas de bosque y 16 035 hectáreas con otro tipo de uso). De la superficie de labor, 835 319 hectáreas de temporal y sólo 93 150 hectáreas cuentan con agua para riego.

39 Con fines de comparación se hizo el análisis separando el cos-to de la semilla (en promedio $ 180.0/ha) y sin él.

cada estrato en particular se encuentra influen-ciado por otras variables que en mayor o menor medida definen su condición como extensión cultivada, volumen producido,40 y precio de mercado,41 entre otros. El análisis incluye, con fines comparativos, rendimiento estandarizado del total de productores y precio medio rural registrado por Sagarpa para 2005 en esa región de Sombrerete, cuyo promedio se ubicó en 675 kg/ha y un precio medio rural (pmr) de $4.00/kg, respectivamente.

Prueba de igualdad de medias entre estratos Al realizar la prueba de igualdad de medias, utilizando los ingresos netos como variable dependiente y todas las demás como indepen-dientes (costos directos, indirectos y recupera-ción del capital por desgaste de maquinaria y equipo),42 se determinó que sólo 12 de un total de 29 variables tuvieron mayor incidencia en la diferenciación entre los estratos (cuadro 4).

De acuerdo con la prueba Lambda de Wi-lks43, herramienta que utiliza el análisis dis-criminante como medida de selección, pue-de destacarse que las variables con mayor grado de significación para discriminar entre los tres estratos considerados son los costos totales, mismos que se hallan influenciados en mayor medida por el costo en deshier-be, depreciación de la maquinaria y equipo, y los ingresos. Las variables para las cuales 40 Resultado de la superficie y los rendimientos promedio por hectárea que cada productor obtuvo. En este caso hubo un pro-medio general de 637 kg, cuyo rango fue de entre los 400 y 800 kg.

41 Que generalmente se encuentra determinado por la calidad y la época de comercialización. El promedio general fue de $4.80, cuyo rango se ubicó entre los $3.00 y $6.00.

42  Para fines prácticos se le denomina depreciación.  

43 Tiene como función principal la medición del grado de desviación de cada estrato diferenciado con respecto a la desviación total en las que no se distinguen estratos (Ferrán, 2003: 212).

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la prueba de Lambda no fue significativa (Sig.> 05) son las que no contribuyen a discriminar la agrupación en los tres estratos definidos previa-mente.

El resultado de la prueba de igualdad de me-dias indica que las variables para las que es fac- tible el rechazo (Ho: μ1= μ2= μ3), son costos de deshierbe, aborregado, indirectos, costo to-tal con semilla, depreciación de la rastra, depre-ciación de cultivadora, depreciación de corta-dora, ingresos netos con semilla y depreciación, ingreso bruto con semilla.

Las diferencias detectadas por el análisis dis-criminante en los gastos realizados por el costo de deshierbe está motivado por el hecho de que mientras algunos productores realizan la actividad con fuerza de trabajo familiar, otros la llevan a cabo con jornales contratados. En rela-ción con los costos indirectos, hay productores que manifestaron no solicitar algún tipo de cré-dito, ya sea por costear ellos mismos el proce-so productivo con recursos provenientes de la misma actividad, o bien, por recibir algún apo-yo externo (remesas, Procampo, etcétera). En el caso de los implementos agrícolas dependen básicamente del tipo y costo de equipo utiliza-do. Ahora bien, hay productores que no poseen maquinaria y que desempeñan la actividad con

.980 1.037 2 103 .358

.822 11.130 2 103 .000

.962 2.045 2 103 .135

.912 4.951 2 103 .009

.936 3.522 2 103 .033

.914 4.831 2 103 .010

.962 2.061 2 103 .132

.944 3.046 2 103 .052

.908 5.226 2 103 .007

.782 14.332 2 103 .000

.304 117.898 2 103 .000

.712 20.835 2 103 .000

Costo fertilizante Costo deshierbesCosto pesticidas Costo aborregado Costos indirectosDepreciación rastraDepreciación sembradoraDepreciación cultivadora Depreciación cortadora Costo total con semilla y depreciaciónIngresos netos con semilla y depreciación Ingreso bruto con semilla

Wilks' Lambda F df1 df2 Sig.

maquila o apoyo solidario de otros productores en labores específicas.

La forma de llevar a cabo el proceso produc-tivo y las estrategias entre productores marcan también la diferencia tanto en los costos de pro-ducción como en los ingresos. Puede observar-se en el cuadro 5 la manera cómo influyen las variables consideradas en la separación de gru-pos; en este caso, la diferenciación de los tres es-tratos son explicados con base en dos funciones discriminantes, la primera explica a 85.6% cómo se dan los cambios entre uno y otro estrato. La función dos explica el complemento a 100%.

De acuerdo con los coeficientes y el signo de los mismos, se explica la contribución en la di-ferenciación de los estratos; en la búsqueda de una interpretación más sencilla es importante mantener los puntos más característicos de cada estrato bajo cada una de las funciones discrimi-nantes. Así, para la función 1 se encontró que el punto más característico (centroide) del grupo de productores que gana menos 264; para el intermedio o vulnerable es 2.508, y para el que pierde es de 3.535 (cuadro 6). En consecuencia, el ingreso bruto con semilla, la depreciación de la sembradora y los ingresos netos con semilla y depreciación, son variables que contribuyen a que el productor gane mientras que los costos

Fuente: Elaboración propia con base en la información procesada de trabajo de campo.

Cuadro 4. Prueba de medias entre los estratos diferenciados.

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de deshierbe, costo de fertilizantes, pesticidas, indirectos, depreciación de rastra y cultivadora, son variables que tienden a incidir en un desti-no perdedor para el productor.44 Los centroides que definen los puntos más característicos de los tres estratos bajo la primera función discri-minante son: para el estrato 1, el centroide es de 3.535 para el grupo 2, es 2.508, y para los que realmente ganan es de menos 0.264. Los cen-troides muestran que no hay mucho margen entre los vulnerables y los que pierden.

De esta forma podemos especular que, si se tratase de mantener el sistema de producción de frijol en la colonia González Ortega, se de-bería pensar en cómo hacer que los del grupo 1 (pierden) y 2 (vulnerables) pasaran al 3, esto se traduce en las variables que bajo la ecuación discriminante, tienen coeficientes negativos o bajos aunque positivos.

44 Situación similar puede observarse en el análisis por estrato principalmente en las labores de deshierbe e insumos agroquí-micos como fertilizantes y pesticidas. Lo que hace posible atribuir mayor incidencia de estas variables en la definición de las condi-ciones productivas.

Comparación entre estratos incluyendo los subsidiosEn este apartado se analiza la influencia que tie-nen los apoyos gubernamentales (Procampo y diesel)45 en los niveles de ingreso. Utilizando los mismos parámetros de diferenciación pue-de concluirse su impacto en la factibilidad de la actividad pero reducida; mientras que en el estrato 1, 45.8% de los productores (escenario I) dejarían de ganar sin recibir ningún tipo de subsidio, sólo 2.8% quedarían en tal situación,

45 En total, para 2005 sumaron 1 419 pesos ($963.00 de Procam-po y $456.00 de diesel). Cabe señalar que el Distrito de Desarro-llo Rural de Río Grande estima un apoyo de 85 litros de diesel por hectárea y el precio al 5 de marzo del 2006 fue de $5.36.

-.495 .051 .146 .249 .325 .276

.934 - .040

.246 .456 -.738 -1.337 .485 .779

-.001.076 -1.071

Ingreso bruto con semillaCosto fertilizanteCosto deshierbesCosto pesticidas

Costos indirectosDepreciación rastraDepreciación sembradoraDepreciación cultivadoraDepreciación cortadora Costo total con semilla y depreciación Ingresos netos con semilla y depreciación

1 2Function

.057 Costo aborregado .156 .001

.336

.373

-1.001 - .212

Cuadro 5. Coeficientes de las funciones discriminantes de los estratos.

Fuente: Elaboración propia con base en la información procesada de trabajo de campo.

Cuadro 6. Centroides de la función discriminante.

Fuente: Elaboración propia con base en la información procesada de trabajo de campo.

Ingresos por estrato

1 2 3

1 2 Function

3.5352.508-.264

-1.541

1.056 -.018

Función

Función

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Diferenciación de productores de frijol (Phaseolus vulgaris) en una zona de alta migración en Zacatecas, México

es decir, 43.0% de esos productores verán me-jorada su condición económica por efecto del subsidio (gráfica 1). Una tendencia similar pue-de observarse en el caso del estrato 3, donde los subsidios llegan a impactar poco más de 149% en los ingresos obtenidos. Por tanto, es posible deducir que la producción de frijol en Zacatecas se encuentra subsidiada, lo que explica de algu-na forma, por qué los productores lo cultivan. Sin embargo, es evidente que los subsidios a la producción son mínimos si se comparan con los apoyos otorgados en Estados Unidos, principal competidor con la producción,46 toda vez que el productor no cuenta con garantías que miti-guen los riesgos que implica la siembra de tem-poral, situación que se complica con la apertura comercial.

Ahora bien, bajo el supuesto de que los productores hayan obtenido un rendimiento promedio de 675 kg/ha y comercializado a un precio de $4.00/kg, el impacto de los subsidios sería aún más importante, al grado que los 78 productores del estrato 1 que estarían perdien-do (escenario II), al ser considerado el subsidio, 91% mejoraría dicha condición. En la figura 3 se observa que el subsidio incide en forma clara en el reagrupamiento de los productores, pasan-do inicialmente del estrato 1 al 2. Es decir, no se puede partir de un reagrupamiento importante del 1 al 3 sino que los productores del estrato 2 son desplazados de manera progresiva al 3; aunque sí hay una proporción que pasa del 1 al 3 puesto que existen productores del estrato 1 que sus pérdidas son relativamente menores a las de otros, razón por la cual se da ese reagru-pamiento.

46 Si se convierte el total de los apoyos directos (Procampo y diesel) al tipo de cambio que prevaleció durante 2005 ($10.8939/dólar) tendrían una equivalencia de 132.69 dlls. al año, o bien, 32.2 salarios mínimos de la zona geográfica “C” en la cual se ubica Zaca-tecas.

ConclusionesLa colonia González Ortega es una de las zonas agrícolas mayormente mecanizada del Estado, cuyas unidades de producción tienden a su-perar el promedio de las unidades ejidales, se encuentra en una de las regiones con mayor potencial para la producción de frijol. Sin em-bargo, la eventualidad de las precipitaciones y la inexistencia de pozos profundos para riego, se convierten en elementos que condicionan severamente la continuidad del sistema ante un escenario de libre competencia, incluso estas circunstancias limitan la promoción de medios alternativos de diversificación productiva.

Dadas las características de producción y los niveles de rentabilidad estimados, se determi-nó que menos de la mitad de los productores se encuentra con problemas de persistir en la actividad, si acatamos un sentido estrictamen-te económico y el supuesto de cancelar todo tipo de apoyo gubernamental. Los apoyos di-rectos otorgados mediante programas como Procampo o diesel agropecuario, se convier-ten en un paliativo de subsistencia productiva, pues si bien logran mejorar los ingresos de los productores que son beneficiados, no llegan a compensar los gastos que el productor realiza, y mucho menos podrían compararse con los sub-sidios que reciben los productores de Estados Unidos y Canadá.

En la evaluación realizada de costos de pro-ducción vs ingresos obtenidos por hectárea, in-dica que cualquier movimiento desfavorable en el precio o en el rendimiento puede llevar a es-tos productores a situaciones desventajosas. Si bien, el grado de mecanización tiende a incre-mentar los niveles de productividad por unidad de superficie, las condiciones eventuales en que se lleva a cabo el cultivo de frijol se convierten en la principal condicionante, a tal grado, que no es posible asegurar una producción mínima en la que el productor pueda compensar la in-versión.

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Elivier Reyes Rivas, Oscar Pérez Veyna y Luz Evelia Padilla Bernal

Dado el bajo nivel educativo y la edad que poseen los productores del área de estudio, es posible adicionarlo como una limitante más en la búsqueda de una rápida conversión de los sistemas de producción tradicionales y la evi-dente apertura comercial, puesto que diversos estudios la señalan como una de las restriccio-nes fundamentales para la adopción de innova-ciones tecnológicas.

En referencia a otras tipologías, la propuesta en este trabajo atiende a una realidad captada mediante la evidencia empírica, realidad que requiere ser entendida por los investigadores para sortear mediante la propuesta de políticas públicas pertinentes. Esto sugiere que en el año 2008 no tenía que resolverse tácitamente todo, sino que los escenarios mostraron cuáles serían los rangos en los que las variables pueden mo-dificarse.

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Revista de Geografía Agrícola núm. 41 / 51

De las metas a los procesos: la evaluación de proyectos de desarrollo rural exitosos en el área del Corredor

Biológico Mesoamericano-Chiapas

Arturo Arreola1, Víctor Peresgrovas2, Cristina Reyes3, Reyna Pérez4 y Rabiel Martínez5

ResumenEn este artículo se aborda la temática de las experiencias exitosas de las organizaciones sociales en el Corredor Biológico Mesoamericano a partir de una evaluación participativa de la cual surgieron 22 indicadores que permiten medir, ya sea de forma cuantitativa o cualitativa el desarrollo de los proyectos. Para la realización de este trabajo se utilizó una metodología que abarcó la consulta a académicos, integrantes de organizaciones no gubernamentales y funcionarios de dependencias de gobierno, quienes aportaron los elementos necesarios para la generación de lineamientos con los cuales se evaluaron los proyectos. Los resultados principales se enfocan a partir de que con la evaluación empírica de procesos se pueda iniciar la construcción de una metodología basada en la observación de la realidad, ésta como base indispensable para transitar de la formulación de políti-cas gubernamentales a políticas públicas.

Palabras clave: evaluación rural participativa, proyectos exitosos, corredor biológico,

Of targets in the process: the evaluation of successful rural development projects in the area of the Mesoamerican Biological Corridor, Chiapas.

AbstractThis article addresses the theme of the successful experiences of social organizations in the area of the Mesoamerican Biological Corridor, from a participatory assessment of which emerged 22 indica-tors to measure, either qualitatively or quantitatively the development of projects. For this work we used a methodology that ranged from consultation to academics, NGOs and dependence on gover-nment, which provided the necessary elements for the generation of guidelines with which the pro-jects were evaluated. The main results focus on that from the empirical evaluation process can begin 1 Profesor de asignatura de la Maestría en Ciencias en Desarrollo Rural Regional. Universidad Autónoma Chapingo. Estudiante del Docto-rado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable, Director General del Instituto para el Desarrollo Sustentable en Mesoamérica A.C.

2 Consultor de Servicios de Capacitación y Asesoría para el Desarrollo S.C.

3 Coordinadora de Proyecto B del Instituto para el Desarrollo Sustentable en Mesoamérica A.C.

4 Técnica B del Instituto para el Desarrollo Sustentable en Mesoamérica A.C. Estudiante de la Maestría en Ciencias en Desarrollo Rural Regional Universidad Autónoma Chapingo.

5 Técnico B del Instituto para el Desarrollo Sustentable en Mesoamérica A.C.

Recibido: 22/01/2009 Aceptado: 25/05/2009

Revista de Geografía Agrícola núm. 42 / 52

Arturo Arreola, Víctor Peresgrovas, Cristina Reyes, Reyna Pérez y Rabiel Martínez.

building a methodology based on observation of reality, this move as an indispensable basis for the formulation of government policies to public policy.

Keywords: participatory rural appraisal, successful projects, biological corridor,

IntroducciónSe presentan los resultados obtenidos de un estudio realizado para la identificación de “proyectos exitosos” de desarrollo rural en el área del Corredor Biológico Mesoamericano-Chiapas (figura 1). Para ello se abordan algunos conceptos básicos de la evaluación de políticas y programas de desarrollo, enfatizando tres as-pectos: las metas, el impacto y los procesos. En

un sondeo preliminar se identificaron 84 pro-yectos, de los cuales se seleccionaron 46, a los que se les aplicó una encuesta basada en un sis-tema de evaluación que considera categorías, variables e indicadores en los ámbitos tangibles e intangibles, las escalas estatal, microrregional

y comunitaria y en los subsistemas social, eco-nómico y ambiental. La evaluación sugiere que los proyectos basan su éxito en una estructura organizativa sólida, pero el nivel microrregional no facilita que los éxitos sociales se “encuentren” con las políticas gubernamentales y que éstas, a pesar de estar bien diseñadas, no incidan en el éxito de los proyectos comunitarios, razón por la cual no pueden considerarse como políticas públicas.

La evaluación de programas de desarrollo ruralLa evaluación de programas de desarrollo ru-ral en cualquiera de sus formas, consiste en un examen sistemático y riguroso de los resultados de una política o intervención, realizada a partir de criterios y premisas específicas y con relación a las metas inicialmente propuestas, así como con los impactos y procesos esperados por los grupos sociales identificados como beneficia-rios de las acciones (Subirats, 1995).

La evaluación se plantea como una herra-mienta fundamental para la planificación y pro-gramación del desarrollo rural. La concepción tradicional de la evaluación parte de conside-rarla como la etapa final del ciclo de planeación; sin embargo, se debe entender como una prác-tica continua y sistemática.

La evaluación debe ser consistente con su significado político e histórico; los diferentes enfoques de abordaje de la evaluación respon-den, en principio, a dichos contextos. Torgerson (1996), sugiere que dichos enfoques pueden enmarcarse en lo que él define como “las tres caras del análisis de políticas”. Desde esta pers-

Fuente: CBM-M, 2006.

Figura 1. Ubicación del Corredor Biológico-Mesoamericano. México

Revista de Geografía Agrícola núm. 42 / 53

De las metas a los procesos: la evaluación de proyectos de desarrollo rural exitosos en el área del Corredor Biológico Mesoamericano-Chiapas

pectiva, la evaluación se ha implementado en tres formas básicas (cuadro 1):

Primera cara: evaluación de metasDefinido por Subirats (1995), como el enfoque clásico, se caracteriza por corresponder con los postulados racionalistas y positivistas, pretende medir los logros de los programas en función de las metas inicialmente planteadas a alcanzar, con el fin técnico de mejorar la toma de decisio-nes gerenciales y la reprogramación de accio-nes. Besse (2000) reconoce a este enfoque como aquél que opta por un abordaje cuantitativo.

Esta evaluación trata de explicar las discre-pancias entre lo programado y lo alcanzado con la preocupación de que los resultados ten-gan una repercusión práctica (Muench, 1999). Para ello requiere definir una línea de base que

permita comparar la situación inicial con la ob-tenida al concluir el programa; este tipo de eva-luación permite la medición del desempeño sin considerar necesariamente sus causas. Hartle (1978, citado por Torgerson, 1996) la denomina como el análisis convencional, el cual “con su orientación tecnocrática, era ciego a la realidad política; no lograba entender la naturaleza de su contexto”.

Segunda cara: evaluación de impactosComo una respuesta, las ciencias sociales desa-rrollaron una amplia crítica sobre las limitacio-nes de la evaluación de metas. Los enfoques dieron paso a propuestas que ahora ponen én-fasis en el contexto, la historia y la complejidad de la vida política. De acuerdo con Wolin (1969, citado por Torgerson, 1996) “la vida política no

Cuadro 1. Tipos de evaluación.

Caras de la evaluación

Conceptos clave Actores con interés predominante

Utilidad identificada

Evaluación de metas

Medición de logros.Revisa el cumplimiento de metas

inicialmente planteadas.Valora el desempeño en el

cumplimiento de resultados.

Beneficiarios directos.Ejecutores y

administradores directos.

Permite hacer una cuantificación de

resultados.Sirve para definir líneas

de base.Evaluación de

impactoMide la efectividad del programa.

Valora los efectos directos e indirectos del programa en la

población y área objetivo.Establece relaciones de causalidad entre los efectos y la intervención

del programa.

Instituciones gubernamentales.

Investigadores. Organismos

multinacionales.

Permite hacer tanto una cualificación como una

cuantificación de los resultados y efectos del

programa.

Evaluación de procesos

Detecta los problemas en la ejecución de un programa.

Mide la cobertura del programa y la efectividad de éste hacia los

beneficiados.Tiene un carácter

formativo-participativo.

Organizaciones sociales y comunitarias

autogestivas.Organismos no

gubernamentales.

Impulsa el desarrollo de capacidades locales.

Favorece la autoevaluación.

Fuente: Elaboración propia.

Revista de Geografía Agrícola núm. 42 / 54

Arturo Arreola, Víctor Peresgrovas, Cristina Reyes, Reyna Pérez y Rabiel Martínez.

revela su orientación en hipótesis sencillas (...). El contexto es fundamentalmente importante, ya que las acciones y los eventos ocurren en un escenario”.

Es por ello que la evaluación de impactos tra-ta de estudiar los efectos que se hayan produ-cido en una población, en una región o en una situación determinada, como consecuencia de la ejecución de las políticas o programas; por lo tanto, trata de establecer relaciones de causali-dad entre las acciones del programa y las nue-vas condiciones del desarrollo.

Las estrategias metodológicas de esta eva-luación buscan determinar los efectos netos de las políticas y programas sobre los elementos del contexto. Por tanto, tienen la necesidad de superar las limitaciones propias de las técnicas analíticas convencionales, ya que requieren de la identificación de “asuntos transcientíficos” (Torgerson, 1996) que rompen con la expectati-va de soluciones precisas y concretas. El proble-ma central es lograr identificar las “medidas” de los impactos, las cuales deben ser muy sensibles (Muench, 1999). Para Besse (2000) este enfoque se puede definir como pragmático, el cual se ca-racteriza por un abordaje ecléctico, “cuanticua-litativo”.

Tercera cara: evaluación de procesos o evaluación formativa“La tercera cara comienza a surgir con la com-prensión de que la teoría y la práctica del análi-sis de políticas se enraízan en las decisiones po-líticas” (Torgerson, 1996). En ella se hace énfasis en los medios sistémicos por medir: la cobertura de los programas, el grado en que las acciones están llegando a la población objetivo, y el se-guimiento a los procesos que se desarrollan en el interior (Sulbrandt, 1993; citado por Muench, 1999). Acepta la discusión sobre la identifica-ción de los mecanismos para obtener los valo-

res base y el proceso analítico; por lo que busca hacer participar a los principales actores en el proceso de evaluación (Subirats, 2000).

Esta forma de evaluación se realiza paralela-mente al desarrollo de las acciones del progra-ma y no expost como se hace en los dos casos anteriores, ya que “considera el análisis de polí-ticas como un proceso” (Torgerson, 1996). Me-todológicamente, corresponde a un modelaje de tipo lógico que representa conceptual y grá-ficamente una determinada estructura teórica basada en una hipótesis de equivalencia, que intenta mostrar lo que ocurre en un programa o política (Muench, 1999). Besse (2000) caracte-riza esta evaluación como el enfoque crítico, “el cual si bien privilegia los abordajes cualitativos, al presentarse como una opción ético-política más que teórica-metodológica, no descarta el uso de técnicas cuantitativas”.

La evaluación de procesos ha sido identifi-cada como una evaluación de tipo formativo, es decir, que tiene un carácter participativo (Blauert y Zadeck, 1999; Subirats, 1995). En ella los procesos de evaluación se realizan junto con la población involucrada para asegurar la res-ponsabilidad social y la relevancia económica y ambiental del trabajo de las comunidades y re-giones, para lo cual propone una combinación de métodos que favorecen la autoevaluación a manera de auditoría y aprendizaje social. La ca-pacidad para formar de manera gradual a una sociedad en la evaluación de políticas y progra-mas de desarrollo, tiene como requerimientos: i) establecer un sistema de formación de evalua-dores locales, ii) desarrollar un esquema de con-trol interno de las metas, normas e indicadores y, iii) sistematizar socialmente los resultados y la aplicación colectiva de las medidas de transfor-mación (Blauert y Zadeck, 1999).

Revista de Geografía Agrícola núm. 42 / 55

De las metas a los procesos: la evaluación de proyectos de desarrollo rural exitosos en el área del Corredor Biológico Mesoamericano-Chiapas

Diagnóstico de proyectos exitosos en el área del cbm-mBasado en el concepto de conectividad del pai-saje (Forman, 1995), el Corredor Biológico Meso-americano-México (cbm-m) es un programa financiado por el Global Environmental Facility (gef ) que pretende extender en los territorios ubicados entre dos o más Áreas Naturales Pro-tegidas (anp) los beneficios en términos de con-servación de la biodiversidad y del desarrollo de modelos de manejo sostenible de los recursos naturales. Para la evaluación de proyectos exito-sos en el área del cbm-m, así como de las políti-

cas y prácticas vinculadas, se utilizó como base la metodología propuesta por Blauert y Zadeck (1999); Arreola et al. (2002) y García (2004) para la evaluación de procesos (figura 2).

Concretamente, la estructura de este tipo de evaluación es codificar la experiencia práctica, en el sentido de que el desarrollo sustentable produce resultados en tres niveles: beneficios directos a las comunidades; fortalecimiento de las regiones, y un impacto más amplio a nivel estatal o nacional. Estos resultados son tangi-bles e intangibles. Tangible se refiere a los resul-tados materiales que se pueden contar, medir y

Figura 2. Modelo para la evaluación de procesos.

Revista de Geografía Agrícola núm. 42 / 56

Arturo Arreola, Víctor Peresgrovas, Cristina Reyes, Reyna Pérez y Rabiel Martínez.

corroborar por evidencia directa. Los resultados intangibles son las ganancias o pérdidas que se pueden observar e inferir pero que son difí-ciles de medir directamente (Blauert y Zadeck, 1999).

Tal estructura presenta tres escalas y dos ti-pos de impacto, los cuales forman seis ventanas que engloban los principales tipos de resulta-dos que pueden ser observados y documenta-dos. Dentro de cada ventana se proponen tres categorías: sociales, económicas y ambientales, las cuales están definidas por un conjunto de variables. La lógica del modelo de evaluación de procesos es avanzar desde categorías y lue-go variables hasta el nivel de indicadores espe-cíficos. Este modelo pretende que las variables se enfoquen a los resultados y no a las activida-des (Blauert y Zadeck, 1999).

Materiales y métodosLa propuesta de categorías y variables con-sidera las líneas estratégicas definidas por el Consejo Estatal del cbm-m en Chiapas (cbm-m/utr-Chiapas, 2006) y los criterios instituciona-les establecidos en la Guía de Subproyectos del cbm-m (cbm-m, 2006).

Los indicadores propuestos para la realiza-ción de la evaluación fueron:

1. Estructura organizativa.2. Toma de decisiones.3. Rentabilidad.4. Superficie bajo manejo derivado del proyecto.5. Claridad en funciones, derechos y obligaciones.6. Apropiación del proyecto y de capacidades.7. Impacto en la calidad de vida.8. Contribución de prácticas amigables con el medio ambiente.9. Claridad en funciones, derechos y obligaciones.

10. Importancia del proyecto para el cbm-m.11. Importancia del proyecto en la región.12. Importancia de las actividades de producción sustentable.13. Normatividad para el manejo sustentable del territorio.14. Participación con equidad de género.15. Formación de recursos humanos.16. Reorientación de la economía regional.17. Contribución de las capacidades y habilidades aprendidas para el manejo de los recursos naturales.18. Criterios de clasificación de las comunidades elaborados por el cbm-m.19. Clasificación de subproyectos elegibles por parte del cbm-m.20. Efecto multiplicador en prácticas y proyectos.21. Integración vertical de las cadenas de producción y valor.22. Conservación o restauración de corredores biológicos.

De acuerdo con la metodología definida, como primer paso se realizó la fase denominada sondeo preliminar, en la que se tuvo como resul-tado un listado de 84 experiencias de proyectos significativos, interesantes y considerados con un grado de éxito local, regional, técnico o de innovación. Del total de proyectos 9% corres-pondió a la microrregión Norte Zoque, 19% a la Selva Lacandona y el restante 72% a la Sierra Soconusco.

Se realizó una primera selección, priorizan-do los proyectos que fueron mencionados por lo menos dos veces por los entrevistados, tam-bién se separaron de acuerdo al área temática, buscando representatividad a pesar de que el tema del café predominaba; finalmente se con-

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sideraron también los casos de mayor tamaño y cobertura.

En función de lo anterior, se seleccionaron 46 proyectos para la siguiente fase denominada diagnóstico de experiencias. Para ello se realizó una encuesta en el domicilio de cada proyecto, que en los casos de proyectos realizados por or-ganizaciones o grupos sociales, se aplicó a sus directivos, y en los casos en que los proyectos son iniciativas institucionales, de ong o de cen-tros de investigación se encuestó a los respon-sables de los proyectos. La distribución por área focal de los proyectos encuestados fue de: 16% Norte Zoque, 23% Selva Lacandona y 61% Sie-rra Soconusco.

Con el fin de sistematizar la información se utilizó una hoja de cálculo en Excel, para hacer una evaluación comparada de los 46 proyectos a partir de una matriz simple. Ésta tiene como factores determinantes los 22 indicadores in-cluidos en el modelo y utiliza una valoración bi-naria correspondiente a:

0=no tiene el atributo, 1=sí tiene el atributo. Los valores obtenidos se indexaron 100%, el

valor presentado es dicho porcentaje.

Resultados y discusiónEl resultado general de la evaluación tiene un valor de 61.75% es decir, apenas un par de pun-tos porcentuales por encima de una calificación aprobatoria. Desde el punto de vista de las escalas territoria-les, las mejores calificaciones se obtuvieron en el nivel comunitario, seguido del nivel cbm-m y al final el nivel microrregional, por lo cual se in-fiere que éste es un “cuello de botella” debido a que los éxitos del nivel comunitario y la estra-tegia del cbm-m no confluyen. Esto indica que las políticas gubernamentales, a pesar de estar bien diseñadas no incidieron en el éxito de los proyectos comunitarios, razón por la cual éstos no pueden transitar a política pública (figura 3).

La calificación de los aspectos intangibles (70.19%) es muy superior a la obtenida en el caso de los tangibles (53.86%); esta condición se reafirma en el nivel comunitario donde la di-ferencia es mayor a 20 puntos porcentuales (fi-gura 4).

Es difícil hacer una valoración sobre las cau-sas de esta notable diferencia, sin embargo, una primera explicación puede ser, que existe una sobrevaloración (sin que esto signifique un juicio de valor) de los éxitos obtenidos. Por ejemplo, en el caso del subsistema económico a nivel comunitario, la calificación obtenida en el ámbito tangible fue de 27.54%, en cambio, la del intangible fue de 76.81%; en el primer caso, el indicador valorado fue rentabilidad y en el se-gundo, impacto en la calidad de vida. Esto pue-de ayudar a explicar la discrepancia: aunque el proyecto no tiene una relación costo/beneficio positiva, los actores locales estiman que éste ha servido para mejorar su calidad de vida.

La calificación por subsistema ubica al social como el primero, seguido del ambiental y al fi-nal el económico. Esto sugiere un hecho poco controvertible: los valores del nivel comunita-rio y los del subsistema social tienen la más alta valoración; ello puede indicar que los proyec-tos exitosos están basados en el esfuerzo y la organización comunitaria. Por el contrario, las calificaciones más bajas vinculan a un subsiste-ma económico que tiene escaso impacto a nivel microrregional. En el nivel de las microrregiones del cbm-m, los proyectos mejor evaluados son los de la Sierra Soconusco con una calificación promedio de 65%, seguidos por los de Norte Zoque con 60% y finalmente los de Selva Lacan-dona con 55%.

Los indicadores (figura 5) con mejor califica-ción fueron conservación o restauración de corre-dores biológicos, que obtuvo un valor de 97.1%, pues casi todos los proyectos se ubican territo-rialmente en un área natural protegida, en una área prioritaria terrestre o en una región hidroló-

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Figura 3. Evaluación de experiencias exitosas en el CBM-M Chiapas.Calificación por escala territorial.

Fuente: Elaboración propia.

Gráfica 2. Evaluación de experiencias exitosas en el cbm-m Chiapas.Calificación por ámbito tangible e intangible.

Fuente: Elaboración propia.

gica prioritaria; en seguida con 90.22% se ubica el indicador importancia para el cbm-m, puesto que los proyectos en su gran mayoría coinciden con las líneas estratégicas y ejes transversales identificados para los corredores en Chiapas. A continuación se presentan otros tres indicado-res correspondientes al subsistema social, el de

toma de decisiones con 82.61%, el de claridad de funciones con 81.52% y el de apropiación del proyecto con 80.46%, por cierto, estos últimos tres ubicados en la escala comunitaria.

Ahora bien, si se consideran los indicado-res con menor calificación se tiene en orden descendente que los proyectos coinciden en

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42.75% con los criterios establecidos por el cbm-m referentes a los subproyectos elegibles y financiables en el indicador de manejo y restau-ración de ecosistemas; con 42.03% se encuentra el indicador que hace referencia a la contribu-ción de los proyectos a reorientar la economía regional, ya sea por innovar o diversificar la co-mercialización hacia mercados especializados o la implementación de sistemas de control de calidad; un indicador relevante y que tiene una calificación baja (39.13%) es el de equidad de gé-nero, ya que la mayoría de las veces las mujeres no participan en la toma de decisiones, el dise-ño o la generación de iniciativas; en el penúlti-mo sitio se ubica otro indicador del subsistema económico, el de rentabilidad con 27.54%, y fi-

nalmente con 13.04% está la vinculación de los proyectos con los programas de política ambien-tal orientados a la conservación, como la exis-tencia de ordenamientos, áreas protegidas co-munitarias o el pago por servicios ambientales.

Finalmente, en relación con los resultados que se tuvieron por el tipo de proyecto se con-cluye que los proyectos con valores más altos son los de cacao, seguidos de los de café y el de pita. Los que tienen una evaluación más baja fueron las artesanías, la creación de una anp y el monitoreo ambiental por voluntarios. Específi-camente los proyectos con más alta calificación son: Campesinos Ecológicos de la Sierra Madre de Chiapas (Cesmach), Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla (Ismam) y Finca Triunfo

Figura 5. Evaluación de experiencias exitosas en el CBM-M Chiapas.

Calificación por indicador.

Fuente: Elaboración propia

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Verde. Los más bajos fueron: Aires del Cambio, Monitoreo de población de anfibios por volun-tarios y Grupo Forestal Nueva Palestina.

Evaluación y propuesta de fortalecimiento de proyectos pilotoCon los 24 proyectos mejor calificados se realiza-ron talleres participativos para la identificación de sus propios criterios de éxito, la construcción de éste como proceso, así como la detección de las propuestas de innovación para continuar su desarrollo.

Como uno de los resultados del proyecto de experiencias exitosas se presenta la sistema-tización que identifica los elementos que son comunes y que, a nuestro entender, pueden re-presentar indicios de las características funda-mentales que debe contener un proyecto para que presente expectativas de éxito.

Organización campesinaUno de los factores que están presentes en to-dos los proyectos es la organización social es-tructurada y operando legalmente. El primero se refiere a que la organización cuenta con me-canismos de representación y democráticos en la toma de decisiones. El segundo, a que las organizaciones solventaron todos los procesos de la legislación mexicana para operar formal-mente. Desarrollando los conceptos anteriores podemos señalar lo siguiente:

En cuanto a los mecanismos de representa-ción, todas las organizaciones que fueron selec-cionadas entre las experiencias exitosas cuentan con alguna estructura de representación formal: consejos directivos, consejos de administración o comités ejecutivos. Estos mecanismos tienen la función de representar formalmente a la or-ganización hacia el exterior con las dependen-cias gubernamentales y no gubernamentales, pero también operan como un mecanismo ge-

rencial que mantiene el control de la operación de la organización.

Los organismos de representación en la to-talidad de los casos estudiados cuentan con un mecanismo colectivo de discusión y están for-mados por una trilogía común: presidente, se-cretario y tesorero, aunque pueden ir acompa-ñados por otras personas que ocupan diversos cargos y ayudan en los mecanismos de análisis y discusión de los problemas que ocurren en la operación cotidiana de la organización. En algunos casos son secretarios auxiliares de co-mercialización, de crédito y de proyectos, como es el caso de Cesmach, y en otros, es la partici-pación de los consejos de vigilancia como en el caso de la Unión de Ejidos San Fernando.

En todos los casos seleccionados opera un mecanismo de discusión y consulta hacia la to-talidad de los socios de las organizaciones. Este procedimiento que consiste en la realización de asambleas generales de socios, o bien de asam-bleas de delegados y consultas hacia las asam-bleas comunitarias, permite mantener un alto nivel de información, consulta y decisión entre la mayoría de los asociados, lo que da como resul-tado una mayor apropiación de los procesos y consistencia en los acuerdos y en la operación de los procesos económicos de las organizaciones.

Todas las organizaciones seleccionadas han cubierto los trámites de la legislación mexicana para poder contar con el reconocimiento for-mal para su operación. Esto representa tanto un mecanismo interno de identificación común, en el sentido de pertenencia, pero también signi-fica una manera en que el gobierno mexicano reconoce el funcionamiento de figuras asocia-tivas de la sociedad civil y como tales, autoriza su operación dentro del marco normativo mexi-cano. Se tiene que contar con una protocoliza-ción del acta constitutiva y del acta de nombra-miento de los representantes ante un fedatario público, ya sea el Registro Agrario Nacional o un notario público, se necesita también contar

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con el registro ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y estar asentados en el Registro Público de la Propiedad. Con estos requisitos las organizaciones pueden operar y contar con reconocimiento ante cualquier dependencia gubernamental y no gubernamental en nues-tro país. Un caso de excepción lo constituye el Centro de Agroecología San Francisco de Asís (casfa), que le da cobertura formal a grupos de trabajo que pueden estar o no legalmente cons-tituidos, pero que al amparo del centro pueden operar proyectos sustentables y tener represen-tación en el interior y exterior del grupo.

Rentabilidad económicaEn términos de sustentabilidad, el que los pro-yectos tengan éxito económico representa una ventaja indispensable para que los miembros de la asociación sigan invirtiendo sus recursos materiales y su tiempo. Si bien en algunos casos se contó con una rentabilidad baja, en el largo plazo los socios verán que el proyecto tendrá una rentabilidad alta y continuarán participan-do en él. De todos los proyectos seleccionados, 78% tuvo una tasa de retorno superior a 1.25. Esto significa que de manera importante las asociaciones tienen procesos económicos via-bles, aunque los socios individuales tienen un proceso de ahorro incipiente, apenas superior a 25% de los casos seleccionados. Este aspecto fue apreciado por la consultoría como el prin-cipal punto débil de varios de los proyectos se-leccionados, que hay que resolver de manera positiva en el corto plazo para asegurar que los proyectos sigan funcionando en el futuro.

Inserción en el mercadoTener un producto con demanda entre los consumidores, es decir, con mercado para el bien o servicio ofrecido, representa una garan-tía de éxito. Esta demanda puede ser ubicada

en términos del producto en sí, muy fácilmen-te ubicable en las organizaciones cafetaleras, pero también como un servicio con potencial de desarrollo como en el caso del ecoturismo.

La inserción en el mercado, queda ubicada como la posibilidad real de que el bien o servi-cio ofrecidos cuenten con una demanda que les permita obtener un ingreso por su venta. En 100% de los casos seleccionados, las organiza-ciones cuentan con un producto con potencial de mercado, lo que puede considerarse como uno de los aspectos fundamentales del éxito de los proyectos. El caso contrario, no contar con un producto apto para el mercado, pone a los proyectos en una clara desventaja con res-pecto a su sustentabilidad a mediano y largo plazos. Para ejemplificar lo anterior se puede se-ñalar al proyecto de monitoreo ambiental, que solamente podrá existir mientras cuente con una fuente de financiamiento externa, pero en cuanto ésta desaparezca el proyecto tendrá una alta posibilidad de desaparecer también.

Estructura técnica operativa y de acompañamientoLa mayoría de los proyectos seleccionados cuentan con una estructura técnica de acom-pañamiento; esto es, tiene un grupo de técnicos que les permite resolver los problemas operati-vos, administrativos y de mercado que surjan en el proceso.

Los grupos o cuerpos técnicos pueden ser propios y pagados por la asociación de manera directa para el proyecto o para un grupo de pro-yectos, o bien, ser externos a la asociación pero participar activamente en el proyecto seleccio-nado.

El primer caso lo podemos ejemplificar con varias organizaciones cafetaleras seleccionadas: Cesmach, Ismam, Finca Triunfo Verde, opcaac, y la Unión de Ejidos San Fernando. Todas ellas cuentan con un grupo de técnicos y administra-

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dores que les permite trabajar con certeza téc-nica en todo momento. No solamente referida la estructura a técnicos “externos o venidos de fuera”, sino al equipo de promotores comunita-rios y técnicos campesinos que generalmente han surgido en el mismo proceso de implemen-tación del proyecto, y que le dan solidez a los procesos de generación y divulgación de tecno-logía, así como al flujo cotidiano de información y consulta sobre el desarrollo mismo de las acti-vidades del proyecto.

En el segundo caso se ubican un conjunto de proyectos que si bien no cuentan con técnicos propios de manera permanente, pueden tra-bajar asesorados por un grupo técnico externo, o bien, acompañados de la experiencia de or-ganizaciones vecinas. En estos casos se puede ejemplificar el éxito del Centro de Agroecolo-gía San Francisco de Asís, que es una estructu-ra “independiente y autónoma” aunque realiza un trabajo permanente de acompañamiento en los aspectos productivos, administrativos y de mercado de los grupos. También es posible señalar el caso de la organización sss Nuevo Mi-lenio, que si bien señaló como una de sus prin-cipales debilidades la carencia de un equipo técnico propio, en cierta medida la suple con el acompañamiento de los técnicos de una or-ganización hermana: J’amteletic, lo que le per-mite resolver algunos de los problemas críticos de su funcionamiento y operación, tanto en los aspectos productivos, como en la comercializa-ción y en la administración.

Las organizaciones que no cuentan con es-tas estructuras de acompañamiento, presentan alta vulnerabilidad ante los problemas cotidia-nos de la producción y la comercialización.

Por lo anterior, es posible señalar que uno de los factores de éxito en los casos estudiados, lo representa contar con una estructura técnica in-terna o independiente, pero ligada íntimamen-te al proyecto.

Diversificación productivaEn la medida en que una agrupación pueda ma-nejar varios productos o actividades diferentes como objetivo de su trabajo, puede tener una mayor resiliencia o flexibilidad para afrontar cual-quier variación negativa en el entorno. Esto se consigue mediante uno de los preceptos funda-mentales de la sustentabilidad: la diversificación.

Entre los proyectos seleccionados se en-cuentran casos de alto nivel de diversificación, tanto en los aspectos productivos, como en los de comercialización. Uno de los ejemplos más claros es el de la sss Cesmach, que tiene entre sus actividades las siguientes:

• Producción y comercialización de café orgánico.• Comercialización de café tostado y mo-lido al mercado nacional.• Comercialización de café oro a merca-dos de Europa y Estados Unidos.• Tienda de abasto comunitario.•Proyectos de producción de hortalizas y granjas de aves para la seguridad ali-mentaria.• Proyectos productivos con mujeres cafetaleras.• Venta de servicios ambientales.

Con lo cual consigue además, un incremen-to en los beneficios económicos que se logran para cada una de las familias participantes y se asegura así la sustentabilidad del proyecto.

En el caso contrario, los proyectos que mane-jan únicamente una actividad o producto, están sujetos de manera dependiente a cualquier si-tuación negativa del entorno, ya sean condicio-nes productivas (como pueden ser la presencia de una plaga, una enfermedad o una crisis cli-mática) o bien de mercado (como una baja en el precio internacional o escasez temporal de pro-ducto que provoque una competencia insoste-nible con los intermediarios internacionales).

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ConclusionesLos resultados expuestos son una primera, pero valiosa aproximación a una aparente nueva he-chura de políticas públicas en México. En este caso, un programa gubernamental ha solicita-do una evaluación de experiencias exitosas en su territorio de intervención con el fin de dirigir sus esfuerzos en un sentido estratégico, recono-ciendo los temas en donde deberá canalizar su inversión, sin duplicar acciones y diferenciando aquellos proyectos que se encuentran en la van-guardia en lo referente a autoorganización, ma-nejo de recursos naturales, y producción o co-mercialización especializada; con aquéllos que, incipientes aún, requieren de mayor acompa-ñamiento institucional. En este ejemplo la eva-luación empírica de procesos permitió iniciar la construcción de una metodología basada en la observación de la realidad, base indispensable para transitar de la formulación de las políticas gubernamentales a políticas públicas. Se trata de un efecto sinérgico en el que las estructuras gubernamentales pueden fortalecer

“su legitimidad al abrirse al estudio exter-no de los expertos –además de aprender de las observaciones de ellos− y simultá-neamente, el campo de estudio de las po-líticas ha podido desarrollarse a partir del acceso a experiencias e información públi-ca de las políticas” (Cabrero, 2000).Los resultados permiten obtener conclusio-

nes desde un enfoque complejo acerca de cuá-les son los aciertos y los problemas que tienen los proyectos exitosos en su proceso de cons-trucción de sustentabilidad. Al mismo tiempo dan evidencia de cuáles son los aspectos que inciden desde un modelo top-down o down-up en la consecución de resultados positivos, pro-fundizando la discusión de cuáles son los alcan-ces de la participación social en la construcción de políticas públicas y cuál es la distancia que este tipo de experiencias exitosas guardan con las políticas gubernamentales (Canto, 2000).

La metodología permite visualizar, desde los diversos subsistemas considerados, en dónde se ubican de manera temática las principales fortalezas y debilidades de los proyectos exito-sos, lo cual permitiría desarrollar mejor los enfo-ques de acompañamiento de programas como el cbm-m. La metodología refuerza también la noción de que en una evaluación no sólo son relevantes los aspectos tangibles, concretos o cuantitativos, sino los intangibles, subjetivos o cualitativos y cómo la percepción social puede valorar de manera distinta un proyecto (Besse, 2000).

Los avances obtenidos a la fecha no permi-ten saber, si estos resultados superarán lo que Cabrero (2000) denomina el “ciclo de las descon-fianzas”, ya que en realidad los actores locales poco creen en este tipo de estudios “pagados” por el gobierno y éste poco atiende en realidad a la opinión de los ciudadanos y los expertos. Se espera sin embargo, que esta propuesta meto-dológica pueda seguir el concepto de institu-cionalización de Thoenig (2002) que se refiere a crear las condiciones para que la evaluación se convierta “en un proceso de aprendizaje que se comparte mediante la acción”. Que así sea.

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Tecnología agrícola tradicional en la producción de vino mezcal (mezcal y tequila) en el sur de Jalisco, México.

Daniel Zizumbo-Villarreal1Patricia Colunga-GarcíaMarín1, Ofelia Vargas-Ponce2, Jesús Juan Rosales-Adame3

y Roberto Carlos Nieto-Olivares3

ResumenEn las ultimas tres décadas, la producción industrial de tequila ha provocado contaminación, erosión edáfica, erosión genética y desplazamiento de cultivares nativos. Se analiza la racionalidad de la pro-ducción tradicional de vino mezcal (tequila), en términos de sustentabilidad ecológica y social. Este sistema se basa en el cultivo de plantas de Agave angustifolia Lem., y A. rhodacantha Trel., asociadas con la milpa. La conformación de cercos vivos de agave que limitan y seccionan la parcela permite compaginar la producción pecuaria, agrícola y forestal. El reforzamiento de bordos y terrazas junto con la conformación de surcos perpendiculares a la pendiente, incrementan la captación e infiltra-ción de agua y diminuyen la erosión edáfica. La riqueza de especies manejada en la milpa, genera alta heterogeneidad de nichos que abaten la incidencia de plagas y enfermedades. La alta diversi-dad genética dentro y entre los cultivares de agave incrementa la seguridad productiva y permite la diversificación de productos. La siembra alternada y la precocidad diferencial de los cultivares de agave favorece una producción continua durante el año. En términos socioeconómicos el productor mantiene constante la oferta de materia prima alternando la siembra y la cosecha, y genera valor agregado al elaborar y comercializar directamente el licor. Parte de los recursos financieros gene-rados son reinvertidos en la propia parcela haciendo posible la continuidad del sistema agrícola. El manejo tradicional puede constituirse en un modelo de conservación de los recursos culturales y fitogenéticos tanto de la milpa como de los agaves en la región aledaña a la reserva de la biosfera Manantlán-Cerro Grande dedicada al género Zea.

Palabras clave: agave, conservación, recursos culturales y fitogenéticos, sustentabilidad.

Traditional farming technology in the production of mezcal in the South of Jalisco, Mexico

AbstractAn analysis was done of the ecological and social sustainability of the traditional production of mez-cal (the predecessor of tequila) in its place of origin: southern Jalisco state, Mexico. The traditional system uses Agave angustifolia Lem. and A. rhodacantha Trel. in association with corn-bean-squash

1 Unidad de Recursos Naturales. Centro de Investigación Científica de Yucatán. Calle 43 Núm. 130. Col. Chuburná de Hidalgo. Mérida, Yucatán, México. CP 97070. Correo electrónico [email protected]

2 Instituto de Botánica, Departamento de Botánica y Zoología, cucba.

3 Departamento de Ecología y Recursos Naturales imecbio-cucsur. Universidad de Guadalajara.

Recibido: 24/08/2008 Aceptado: 15/05/2009

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Daniel Zizumbo Villarreal, Patricia Colunga-GarcíaMarín, Ofelia Vargas Ponce, Jesús Juan Rosales Adame y Roberto Carlos Nieto Olivares

intercrops and livestock. Soil management and use of the agave to form fences increase rainfall re-tention and filtration, thus diminishing edaphic erosion. Growers exploit the ecological complemen-tarity of different species to generate niche heterogeneity and control pest and disease incidence. The agave cultivar selection is focused on integrating agriculture, livestock and forestry activities so as to increase productivity. The use of a broad genetic diversity enhances production security and allows product diversification. In socioeconomic terms, growers use this system to maintain a cons-tant raw material supply by alternating planting and harvesting. They also generate added value by elaborating and selling agave liquor. The resulting financial resources are reinvested in the system to keep it functioning. These characteristics provide an example that could be applied to solve critical problems in the tequila industry. The traditional management of agave constitutes a model for the conservation of regional phytogenetic and cultural resources.

Key words: agave, cultural conservation, phytogenetic resources, sustainability, tequila.

IntroducciónEvidencias arqueológicas encontradas en el sur de Jalisco muestran la alta relevancia cultural de la fibra de agave pues su uso era común en ropa e implementos agrícolas a finales del periodo formativo (74 d.C.) (Benz et al., 2006), mientras que en las estribaciones de los volcanes de Coli-ma indican alta relevancia en la elaboración de alimentos y bebidas alcohólicas fermentadas con fines ceremoniales, desde el periodo Preclá-sico tardío al Postclásico (500 a.C.-1500 d.C., Ke-lly, 1980) (Zizumbo et al., 2009). Dibujos en va-sijas de cerámica de plantas de agave suponen su cultivo en cercos vivos y bordos, así como la intensificación agrícola para la fase Comala del periodo Clásico Temprano, hacia100-700 d.c., Kelly, 1980; Zizumbo et al., 2009).

Durante el periodo Postclásico tardío, ha-cia1100-1500 d.c. (Kelly, 1980), las poblacio-nes humanas nativas en las estribaciones de los volcanes de Colima obtenían dos cosechas al año de maíz ( Zea mays L. ), fríjol (Phaseolus vulgaris L.), calabazas (Cucurbita argyrosperma Hort. ex L. H. Bailey, C. moschata (Duchesne ex Lam, Duchesne ex Poir y C. pepo L.) y chile (Cap-sicum annun L.) utilizando el sistema bajo riego por derivación de los ríos denominado apamile o apamilli, y una cosecha anual con el sistema

de temporal bajo roza-tumba-quema, llama-do coamil en terrenos bien drenados de pie de monte (Lebrón de Quiñónez, 1554; Bautista, 1580). Durante el periodo Colonial Tempra-no (1523-1580), los excedentes de maíz, frijol, chile, algodón (Gossypium hirsutum L.) y cacao (Theobroma cacao L.), de la población indígena, eran otorgados como diezmos a la Iglesia, y en poblados cercanos a la costa de Colima incluían telas y alpargatas de algodón e ixtle (Agave sp.) (Lebrón de Quiñónez, 1554). Así para toda la región, el agave tenía alta relevancia económi-ca y cultural porque proporcionaba alimentos, medicamentos, bebidas alcohólicas y fibras (Alcalde de Rueda, 1580; Bautista, 1580; Dávila-Quiñónez, 1580; Romano, 1580).

Entre 1523 y 1554, la población nativa en los valles y alrededores de Colima, calculada en 140 000 personas, se redujo drásticamente (entre 85% y 95%) (Lebrón de Quiñónez, 1554; Sauer, 1948), a causa de la guerra y los malos tratos. La población de la provincia de Amula fue relocalizada en Zapotitlán, a la vera del ca-mino real entre Colima y la ciudad de México; el área contigua a los volcanes de Colima se con-virtió en el refugio de la población nativa expul-sada de los valles fértiles de Colima y Autlán, de pobladores de raza negra que trabajaba en las

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Tecnología agrícola tradicional en la producción de vino mezcal (mezcal y tequila) en el sur de Jalisco, México.

minas y de población filipina que escapó de las plantaciones de coco (Sauer, 1948; Zizumbo, 1996; Zizumbo y Colunga, 2008a).

Hacia 1525, se estableció en esa región el sis-tema de estancias ganaderas, donde el ganado pastoreaba y ramoneaba libremente en selvas, pastizales y en las parcelas de los indios (Bautis-ta, 1580; Keyes y García Moya, 2001). Bajo este esquema, dicho ganado se convirtió en una fuerte presión para la producción agrícola y los agaves se utilizaron como parte esencial para poder cultivar la milpa y sirvieron como cerco vivo.

La elaboración comercial de destilados con los fermentos del agave se inició con la intro-ducción de tecnología filipina a finales del si-glo xvi, y se difundió rápidamente a través de ríos y rutas preexistentes (Zizumbo y Colunga, 2008b). La producción del llamado vino mezcal se estableció en sitios cercanos a los comple-jos mineros. Durante el periodo colonial, esta denominación fue común en las bebidas desti-ladas de agave las cuales se distinguían por la localidad en donde se elaboraban: vino mezcal de Quitupan, Tuxpan o Tuxcacuesco en Jalisco, vino mezcal de Jaral de Berrio en Guanajuato, vino mezcal de Pinos en Zacatecas, vino mezcal del Mezquital y de Nombre de Dios en Duran-go y Chihuahua etc. Su elaboración llegó a ser una actividad económica relevante gracias a la alta demanda en las zonas mineras. Debido a la competencia con licores importados de España, la producción de vino mezcal en la época colo-nial se prohibió en varios periodos por lo que se realizó de manera clandestina y perduró en esta condición hasta finales del siglo xx (Zizumbo y Colunga, 2008a).

En Jalisco, durante la segunda mitad del siglo xix, la creciente demanda del vino mezcal favo-reció el surgimiento y desarrollo de la industria mezcalera (tequilera) en los valles de Tequila y Amatitán, en haciendas que establecieron sus propias destilerías y dedicaron sus tierras al mo-

nocultivo de agave. Utilizaron el proceso pre-hispánico para el cocimiento y fermentación, además, adaptaron el proceso de molienda de la caña de azúcar y el destilador árabe de ser-pentín (Luna, 1999; González, 2002).

El proceso revolucionario en las primeras dé-cadas del siglo xx desembocó en la repartición de las tierras a los campesinos, quienes las des-tinaron al cultivo de la milpa, provocando en-tre 1910 y 1940 un decremento en la oferta de plantas que pasó de 47 millones a 4 millones al año, mientras la demanda de licor creció (Luna, 1999). En 1950, 50% del volumen de tequila fue producido por las destilerías de las haciendas y la otra mitad por los campesinos milperos, quie-nes lo destilaban de manera clandestina en las barrancas de los ríos, utilizando plantas silves-tres cultivadas en su milpa (Luna2003).

La escasez de materia prima y la inseguridad para satisfacer la demanda creciente de licor, obligó a la industria tequilera a presionar al Es-tado para incrementar la superficie cultivada mediante financiamientos y contratos que ase-guraran la siembra, el desarrollo de la planta y su venta (González, 2002). Entre 1950 y 2008, el proceso industrial entró en un esquema de exceso y desabasto de materia prima cada 8 o 10 años, conforme el ciclo de vida de la planta. El incremento en superficie y materia prima, más allá de la demanda de licor, provocó la caí-da de precios y repercutió en la economía de los campesinos quienes no sembraban por ser una actividad carente de financiamiento. En los momentos de escasez, se logró atenuar los efectos al bajar las exigencias de calidad en las normas oficiales: 100% agave en 1950, 70% en 1960 y 51% en 1970. Se intentó bajarlo 30% en el año 2000 pero no fue posible (Luna, 2003), de tal forma que la industria incorporó en periodos de escasez otras especies de agave con el con-siguiente deterioro de las poblaciones silves-tres (Colunga y Zizumbo, 2007; Martínez et al., 2007).

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Daniel Zizumbo Villarreal, Patricia Colunga-GarcíaMarín, Ofelia Vargas Ponce, Jesús Juan Rosales Adame y Roberto Carlos Nieto Olivares

Con el fin de evitar la escasez, en la última década la industria aceleró el proceso de renta de tierras y la intensificación agrícola para incre-mentar la densidad del cultivo, la labranza y el uso de agroquímicos (fertilizantes, herbicidas, plaguicidas), además expandió el cultivo en áreas bajo condiciones ecológicas limitativas en cuanto a clima, topografía y suelo (Pimienta et al., 2001; Ruiz et al., 2002; Gobeille et al., 2006). Esto provocó problemas de erosión edáfica, contaminación de agua, suelo y atmósfera (Co-lunga y Zizumbo, 2007; Martínez-Rivera et al., 2007).

El incremento en los montos de inversión y el establecimiento de contratos que obligaban al campesinado a implementar paquetes tec-nológicos tendientes a la alta rentabilidad y a la reducción de la mano de obra, repercutieron en el abandono de la actividad y en la expulsión de la fuerza de trabajo hacia las zonas urbanas y a Estados Unidos (Bowen y Gerritsen, 2007).

Para resolver algunos problemas ambienta-les, la industria implementó medidas biotecno-lógicas como la clonación de plantas sanas para solucionar a corto plazo las deficiencias fitosa-nitarias y la productividad (Valenzuela-Sánchez et al., 2006; Portillo et al., 2007), así como la apli-cación de “vinazas” a manera de fertilización orgánica para revertir la contaminación y el de-cremento en la fertilidad de los suelos (Gobeille et al., 2006). Para solucionar la crisis socioeconó-mica provocada por la reducción en los precios en periodos de exceso de materia prima, el Esta-do implementó acciones tendientes a la diver-sificación de productos como mieles y licores artesanales (Leclert et al., 2008).

En el presente trabajo analizamos la raciona-lidad de la tecnología agrícola tradicional en la producción de vino mezcal (mezcal y tequila), en términos de sustentabilidad ecológica y so-cioeconómica. Se discute su relevancia para sol-ventar problemas ecológicos y socioeconómi-cos planteados por la tecnología aplicada en el

sistema industrial y la pertinencia para impulsar el sistema tradicional como la base de un mo-delo de conservación de los recursos fitogené-ticos, tanto de los agaves como de los cultivos asociados en la milpa en la región circunvecina de la reserva de la biosfera de Manantlán-Cerro Grande, dedicada a la conservación del género Zea.

MetodologíaSelección de sitio de estudio. Se eligió la comu-nidad de Zapotitlán en las estribaciones de los volcanes de Colima colindante con la reserva de la biosfera de Manantlán-Cerro Grande, por sus antecedentes históricos durante la época pre-hispánica relacionados con el uso e importancia del agave para la elaboración de bebidas alco-hólicas e implementos agrícolas desde la época colonial temprana hasta nuestros días (Bautista 1580; Colunga y Zizumbo, 2007).

Seleccionamos una unidad productiva con prestigio comunitario, la cual incluye tres gene-raciones con continuidad productiva de más de 70 años, constituida por los señores Apolinar Partida (81 años), Macario Partida (68 años) y Miguel Partida (28 años) quienes participan en una destilería comunitaria denominada taber-na “La Parota”, junto con otras cinco unidades que también producen sus propias plantas y vino mezcal.

Localización y características ecológicas del sitio. La parcela de cultivo de la unidad productiva estudiada, se localiza en la periferia de la cabe-cera municipal de Zapotitlán de Basilio Vadillo, Jalisco, a los 19º 32’ 17” latitud norte y 103º 50’ 33” longitud oeste, a una altitud de 1140 msnm (figura 1). Cuenta con una extensión territorial de seis hectáreas y un perímetro de 1 471.16 metros, limitada en tres de sus lados (este, oes-te y norte) por un bordo de tierra reforzado con plantas de agave y por el lado sur sólo con

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Tecnología agrícola tradicional en la producción de vino mezcal (mezcal y tequila) en el sur de Jalisco, México.

alambre de púas. Está situada en una loma cón-cava, con pendientes que van de planos ligera-mente inclinados (0-4%) a empinados (>25%) (figura 2). El suelo está formado por depósitos de escurrimientos volcánicos producidos por avalanchas de material ígneo del Pleistoceno y con aportaciones de cenizas del volcán de Coli-ma (Luhr y Prestegaard, 1988), tiene más de un metro de profundidad, textura franco-arenosa, con grava y piedras, materia orgánica mayor a 1% del tipo regosol eutrico, muy susceptible a

la erosión hídrica. Registramos fragmentos de cerámica diagnóstico para la fase Comala (100-700 d.c.) (Kelly, 1980) y se concluye que esta par-cela pudo ser utilizada durante esa época.

El clima es semicálido y semiseco, con pre-cipitación media anual de 665 mm y tempe-ratura media anual de 17.5 0C, con un largo periodo seco (octubre-junio), con lluvias du-rante julio-septiembre y una temporada corta de sequía en agosto (A) C w0 (w) (García 1990). La vegetación natural está conformada por re-

Figura 2. Localización de cultivares en cercos y filas:

(0) Ixtero amarillo, (1) Telcruz, (2) Brocha, (3) Prieto, (4) Limeño, (5) Presa grande, (6) Chancuellar, (7) Cenizo, (7) Perempiz, (9) Ixtero verde, y secciones con diferente grado, dirección de la pendiente y manejo agronómico: B,C,D,I (pendiente plana a ligeramente inclinada de 0 a 4%); D, K (pendiente moderada a fuerte inclinada de 4 a 15%); A,E,F,H (pendiente moderadamente empinada de 15 a 25%); G (pendiente empinada mayor a 25%), en la parcela estudiada en Zapotitán de Vadillo, Jalisco, México.

Figura 1. Localización de la zona de estudio

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lictos de bosque tropical y matorral espinoso (Rzedowski y McVaugh, 1966), especies tolera-das por su uso alimenticio, forrajero, forestal o cerco vivo, como: Acacia spp. (huizaches); Bur-sera ssp. (palo mulato), Enterolobium cyclocar-pum (Jacq) Griseb, (Parota), Fouqueria formosa (Coral), Jacaratia mexicana (A. DC.) L. O. Williams (bonete), Leucaena esculenta DC. Benth. (Guaje), Nopalea karwinskiana (SalmDick) Schumann (nopal) Opuntia spp. (tunas), Pithecellobium dulce (Roxb.) Benth. (guamúchil), Prosopis lae-vigata (Willd) M.C. Jhonst. (mezquite), Spondias purpurea L. (ciruela), Stenocereus querataroensis (Weber) Buxbaum (pitaya) y Videx mollis HBK (amole).

Investigación participativa. Durante un ciclo agrícola 2006-2007, desarrollamos observa-ciones participativas en visitas mensuales con duración de una semana. Registramos las prác-ticas involucradas en la preparación de terreno para la siembra, el establecimiento de los culti-vos, las prácticas de deshierbe, de cosecha, de almacenamiento y de elaboración de licor ten-dientes a describir su dinámica y racionalidad. Análisis del patrón de variación morfológica en los agaves cultivados. Estudiamos diez indivi-duos en etapa reproductiva de los diez cultiva-res presentes en la parcela, utilizando 12 carac-terísticas morfológicas de hoja. Calculamos los valores medios, los coeficientes de variación de las diez variables (cuadro 1) y obtuvimos con los primeros, los patrones de variación mediante análisis multivariados de ordenamiento como el análisis de componentes principales (apc) y de clasificación al agrupamiento jerárquico (upg-ma) (ver en detalle: Vargas et al., 2007). Todos los estudios se realizaron utilizando el paquete sas, 1992.

Diversidad y estructura genética de los cultivares de agave en la parcela. Utilizamos 69 loci puta-

tivos generados con marcadores moleculares issr, 33 con el iniciador (gaca)3 rg y 36 con el iniciador yr (gaca)3, calculamos: 1) el porcenta-je de loci polimórficos (PS), asumiendo el criterio de 99% (P); 2) la heterocigocidad panmicitica Bayesiana no asumiendo equilibrio Hardy-We-imber (HB), y 3) los intervalos de credibilidad a 95% de la heterocigocidad (CrI) (Vargas et al., 2009). Para estructura genética calculamos: 1) la varianza dentro de los cultivares y entre los cul-tivares (análisis de varianza molecular o amova) (Excoffier et al., 1992); 2) el estimador Bayesiano θB , su desviación estándar (SD) y sus intervalos de confianza 95% (CrI) (Holsinger, 1999) y 3) el estimador ΦST (Weir and Cockerham, 1984), con sus intervalos de confianza (CI) (ver Vargas-Pon-ce et al., 2009).

Producción de vino mezcal. Registramos durante un evento de destilación la cantidad de licor que se obtuvo a partir de una tonelada de materia fresca (peso fresco de las cabezas) con una con-centración a 50% v/v, como es vendida. La to-nelada de materia fresca se hizo por una mezcla de variantes. Con la cantidad de licor obtenida, el peso fresco promedio alcanzó la cabeza de ocho individuos al momento de la cosecha de cada variante; con la edad promedio que alcan-zaron los individuos al tiempo de la cosecha y el número total de plantas de cada cultivar dentro de la parcela, se estimó la producción potencial anual y mensual de mezcal en el predio.

ResultadosSelección y manejo de plantas de agave en la par-cela. El productor maneja diez cultivares perte-necientes a dos especies taxonómicas: Agave angustifolia Lem. y A. rhodacantha Trel. (cuadro 1) que siembra con una separación de 1.5 m entre sí para reforzar el cerco perimetral y los bordos que dividen la parcela en secciones con diferente grado y sentido de la pendiente. De

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Tecnología agrícola tradicional en la producción de vino mezcal (mezcal y tequila) en el sur de Jalisco, México.

las plantas del cerco perimetral 95% correspon-dieron al cultivar Ixtero Amarillo (63.2% del total de plantas en la parcela). Este cultivar presenta hojas largas rígidas, con punta grande y persis-tente, que impide el paso del ganado y adicio-nalmente proporciona mejor sabor y aroma del destilado. El 5% restante del cerco perimetral correspondió al cultivar Telcruz (12.3% del total de plantas), con hojas verdeazuladas, rígidas, con espina terminal corta y delgada pero persis-tente con dientes laterales grandes y fuertes.

Para reforzar los bordos internos de la par-cela, el productor utilizó cultivares con carac-terísticas relevantes por precocidad y sabor. El cultivar Brocha (9.8% del total de plantas) tie-ne hojas verde claro, delgadas y flexibles, con espina terminal café rojiza, aguda, alargada y curva, con dientes laterales rojizos, largos y es-paciados. El cultivar Limeño (7.6% de total de plantas) presenta una espina terminal café roji-za, clara, corta, con dientes laterales pequeños y aplanados. El cultivar Prieto (2.7% del total de las plantas) muestra hojas verde oscuro, cortas, anchas y gruesas, con borde amarillento y espi-na terminal corta, café rojiza obscura. El cultivar Presa Grande (2% del total de las plantas) con hojas verde amarillentas, claras, con una línea de color amarillo en el borde, espina terminal

corta y ancha en la base y numerosos dientes laterales de color café oscuro casi negros. El cul-tivar Chancuellar (1.4% del total de plantas) con hojas anchas aplanadas, con margen recto y una línea amarilla tenue clara, con espina termi-nal aguda de color café rojizo y dientes laterales rojizos. El resto de cultivares representaron 1% del total de plantas en la parcela, cuya función puede interpretarse como el “darle un toque” de sabor o aroma a la mezcla de licores. El cultivar Cenizo con hojas verdes cenizas; el cultivar Pe-rempitz de color verde intenso, un poco cenizo, y el cultivar Ixtero Verde, de color verde intenso claro, antiguamente era el cultivar más usado para la obtención de fibra.

Prácticas de captación y conservación de agua y suelo. El productor subdividió la parcela en 11 secciones y utilizó bordos sembrados con plantas de agave (figura 2). En cada sección con diferente grado y dirección de la pendiente, se realizaron labores de preparación del suelo an-tes de la siembra de manera diferenciada; se in-tentó captar alta cantidad de agua y disminuir los escurrimientos y la erosión del suelo. En las secciones B, C e I, con pendiente plana a lige-ramente inclinada (0 a 4%), la preparación del terreno se realizó con maquinaria, pasando la

Cuadro 1. Clave, nombre tradicional y especie de diez cultivares estudiados en la parcela bajo manejo tradicional en Zapotitlán de Vadillo, Jalisco, México.

Clave Nombre Identificación taxonómica0 Ixtero Amarilla Agave rhodacantha Trel.1 Telcruz Agave angustifolia Lem.2 Brocha Agave angustifolia Lem.3 Lineño Agave angustifolia Lem.4 Prieto Agave angustifolia Lem.5 Presa Grande Agave angustifolia Lem.6 Chancuellar Agave angustifolia Lem.7 Cenizo Agave angustifolia Lem.8 Perempitz Agave angustifolia Lem.9 Ixtero Verde Agave angustifolia Lem.

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Daniel Zizumbo Villarreal, Patricia Colunga-GarcíaMarín, Ofelia Vargas Ponce, Jesús Juan Rosales Adame y Roberto Carlos Nieto Olivares

rastra a una profundidad de 0.15 cm; posterior-mente se conformaron los surcos de 60 cm de ancho y 15 cm de profundidad perpendiculares a la pendiente, con arado de vertedera y fuerza animal. En las secciones D y J, con pendientes de moderada a fuertemente inclinada (4-15%), la preparación se realizó con el paso de un ras-trillo de tracción animal, se incorporaron raíces y restos de esquilmos de la cosecha anterior, se conformaron los surcos de 60 cm de ancho y 15 cm de profundidad, perpendiculares a la pen-diente y se cambió el fondo del surco del año anterior con arado de vertedera y fuerza animal. En las secciones A, E y H, con pendiente modera-damente empinada (15 a 25 %), se dispusieron filas de plantas de agave separadas cada tres metros perpendiculares a la pendiente. Entre las filas, la preparación del terreno se realizó con rastrillo y tracción animal, conformando tres sur-cos de 60 cm de ancho y 15 cm de profundidad, perpendiculares a la pendiente. En la sección G, con pendiente empinada (>25%), no se cultivó la milpa y los árboles se dejaron en pie.

En los sitios donde se iniciaron problemas de erosión, el agricultor acomodó hojas de aga-ve cosechado para intentar disminuir los es-currimientos. Para mejorar las condiciones de fertilidad, incorporó esquilmos de los cultivos, arvenses y heces del ganado caballar que per-manecieron seis meses después de la cosecha de la milpa dentro de la parcela, en la sección K.

Selección de cultivos y semillas. El campesino asoció a los cultivares de agaves cuatro varian-tes precoces de maíz de las raza Tabloncillo (con granos de color amarillo, blanco y rojo) y Ta-bloncillo perla (con grano blanco perla), ambas con ocho hileras de granos. Seis variantes inter-medias y tardías de la raza Chapalote con 10 y 12 hileras (con granos de color amarillo, blanco, rojo, morado y negro o azul). Tres cultivares pre-coces de frijol, con hábito de crecimiento ma-teado: Frijola, Colodarito y Apetito, y tres culti-

vares tardíos con hábito de crecimiento de guía: Berrendo rayado, Garbancillo y Bayo. Tres espe-cies de calabazas: Cucurbita argyrosperma Hort. Ex L.H. Bailey, C. moschata (Duchesne ex Lam.) Duchesne ex Poir y C. pepo L. Durante los des-hierbes, el campesino toleró arvenses comes-tibles como tomates (Physalis spp), jaltomates (Jaltomata sp.), quelites (Amaranthus hybridus L.) y verdolagas (Portulaca oleracea L.) que fue-ron cosechadas posteriormente.

La selección de semilla para la siembra se realizó en plantas obtenidas en la propia parce-la de la cosecha anterior. En cuanto al maíz, se basó en las características de la mazorca que mantienen su identidad, con individuos que mostraron buen desempeño y producción, utili-zando los granos del centro de la mazorca. Para las calabazas, se seleccionaron frutos que man-tienen su identidad y alta producción de semi-lla, utilizando semillas sanas y grandes. Para el productor no es común intercambiarla, pero en años secos en los que se ha perdido la cosecha la consiguen con productores locales.

Patrón de variación morfológica de los cultivares de agave. Promedios y coeficientes de varia-ción de 12 caracteres morfológicos de hoja en los diez cultivares se presentan en el cuadro 2. Observamos consistencia en los patrones de variación con los dos métodos utilizados (figu-ras 3 y 4). En el análisis de acp, los tres primeros componentes explicaron 90% de la variación; el primero explicó 44% y las variables con mayor aporte (valor absoluto mayor a 0.38) fueron: a) relación número de dientes laterales en la hoja /longitud de la hoja; b) relación longitud de la espina terminal/ancho de la base, y c) longitud de los dientes laterales. El segundo componen-te explicó 32% de la variación y las variables con mayor aporte (valor absoluto mayor a 0.39) fueron: a) largo de la hoja y b) proporción largo/ancho de la hoja. El tercer componente explicó 14% de la variación y las variables con mayor

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Daniel Zizumbo Villarreal, Patricia Colunga-GarcíaMarín, Ofelia Vargas Ponce, Jesús Juan Rosales Adame y Roberto Carlos Nieto Olivares

aporte (valor absoluto mayor a 0.34) fueron: a) relación largo de la hoja/espina terminal, (b) lar-go de la espina terminal.

El cultivar Ixtero Amarillo mostró los valores más altos en el primer componente (espinosi-dad), y se separó del resto (figura 3-I), mientras que el Presa Grande silvestre (recientemente in-corporado al cultivo) mostró los valores más ba-jos y posteriormente también se separó (figura 3-II). El resto de cultivares conformaron dos gru-pos: Telcruz, Brocha, Limeño e Ixtero Verde (fi-gura 3-III), con valores mayores de espinosidad y Perenpiz, Prieto, Cenizo y Chancuellar con va-lores menores (figuras 3-IV y 3). El patrón de va-riación con el análisis upgma, indica los mismos conglomerados (figura 4).

Diversidad y estructura genética. El cultivar Ixte-ro Amarillo registró valores altos de diversidad genética (PS = 72.5; HB =0.22), y en los nueve cul-tivares de A. angustifolia también se registraron valores altos (PS entre 64 y 93; y HB entre 0.25-0.34), así como alta diversidad genética total (PT =100, HBT 0.437 ± 0.003, y HB CRI 0.43, 0.44) (cua-dro 3). Sólo el cultivar Presa Grande mostró valo-res bajos PS = 18; HB =0.14, debido posiblemente al bajo número de individuos introducidos en la parcela. Asimismo se reconocieron altos valores de estructuración, ya que 40% de la diversidad genética se encontró entre los cultivares (cua-dro 4) lo que señala que el campesino maneja genotipos altamente diferenciados dentro de la parcela.

Figura 3. Análisis de componentes principales (ACP) de diez cultivares de agave.

Se utilizan valores medios de 12 caracteres morfológicos cultiva-dos en la parcela estudiada de Zapotitlán Jalisco, México. Primer componente principal explica 40% de la variación, el segundo componente principal 32%. Cultivares: (0) Ixtero amarillo, (1) Tel-cruz, (2) Brocha, (3) Prieto, (4) Limeño, (5) Presa grande, (6) Chan-cuellar, (7) Cenizo, (8) Perempiz, (9) Ixtero verde.

Figura 4. Análisis de conglomerados jerárquicos UPGMA de diez cultivares de agave.

Se utilizan valores medios de 12 caracteres morfológicos cultiva-dos en la parcela estudiada de Zapotitlán Jalisco, México. Cultiva-res: (0) Ixtero amarillo, (1) Telcruz, (2) Brocha, (3) Prieto, (4) Limeño, (5) Presa grande, (6) Chancuellar, (7) Cenizo, (7) Perempiz, (9) Ixte-ro verde.

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Cuadro 3. Estimadores de diversidad en diez cultivares en la parcela bajo manejo tradicio-nal en Zapotitlán de Vadillo, Jalisco, México.

Clave Nombre N PS HB CrI 95%

0 Ixtero Amarillo 18 72.5 0.22 (0.183, 0.260)

1 Telcruz 18 81.2 0.25 ( 0 . 218, 0.287)

2 Brocha 20 92.8 0.34 (0.316 ,0.354)

3 Lineño 20 76.8 0.30 (0.279, 0.315)

4 Prieto 9 78.3 0.32 (0.296, 0.343)

5 Presa Grande 18 18.8 0.14 (0.115, 0.173)

6 Chancuellar 26 84.1 0.30 (0.281, 0.323)

7 Cenizo 23 87.0 0.32 (0.306, 0.340)

8 Perempis 14 63.8 0.24 (0.206, 0.270)

9 Ixtero verde 18 76.3 0.30 (0.283, 0.322)

Notas: N= número de individuos muestreados, PS = porcentaje de loci polimorficos asumiendo HWE, HB =heterocigocidad pancmitica esperada no asumiendo HWE; CrI=intervalo creíble.

Cuadro 4. Estimadores Bayesianos de diferenciación genética, análogos al estadístico F de Wright (1951) dentro y entre cultivares de A. angustifolia en la parcela estudiada en Zapotitlán, Jalisco,

México.

AMOVA Excoffier et al. (1992) Estimador Bayesiano,

Holsinger (1999)

Weir and Cockerham

(1984)

Fuente de

variación

d.f SS VC %V ΦST CI θB SD CrI θ CI

Entre cultivares 10 1315.4 6.52 41.94 0.42 0.36,0.44 0.405 0.02 (0.37, 0.44) 0.36 0.31,0.40

Dentro cultivares 197 1776.7 9.02 58.06

Notas: d.f.= grados de libertad; SS suma de cuadrados; VC = componente de la varianza; %V = porcentaje de variación; CI= intervalo de confianza; SD = desvío estándar; CrI= intervalo creíble.

Conformación de cercas y filas. Las plantas del cerco perimetral, de edades diferentes, son re-novadas por el campesino por secciones. Las que refuerzan los bordos internos de la parcela son renovadas al mismo tiempo, pero cada bor-do en diferente año, de tal forma que se obser-van filas de distinta edad. Sólo cuando una o va-rias de ellas mueren al ser atacadas por alguna plaga como el mayate prieto (Rhynchophorous sp.), pueden ser reemplazadas por otras de di-

ferente cultivar en la fila. El transplante de las plántulas a los sitios donde se cosecharon o se eliminaron plantas se realizó después de las pri-meras lluvias a principios del mes de julio para intentar asegurar que las plántulas resistan y continúen su desarrollo.

Prácticas de cosecha y elaboración del vino mez-cal. Cuando la planta inicia su desarrollo del es-capo floral, éste es cortado a una altura aproxi-

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mada de 50 cm y se espera un mínimo de entre seis meses y un año para cosechar la cabeza (ta-llo y restos de base de la hoja) con la finalidad de que ésta se ensanche y produzca más azúcares. Dado el tiempo diferente de floración de cada variante y de siembra, la cosecha tendrá un ca-rácter secuencial y continuo a través del año.

El proceso de elaboración del licor consta de cuatro pasos: cocimiento de las cabezas, molido, fermentación y destilación. Hasta hace poco, en los tres primeros pasos se utilizaba tecnología precolombina, mientras que la destilación se realizaba con los procedimientos tecnológicos introducidos por trabajadores filipinos en el si-glo xvi (Colunga y Zizumbo, 2007). El proceso fue aprendido por Apolinar Partida hacia 1935 en la taberna “El Campanario” en los márgenes del río Alseseca y lo aplicó por más de 50 años en la taberna “El Puente” y finalmente, por más de diez años en la taberna “La Parota” de Zapo-titlán. Este procedimiento fue aprendido tam-bién por Macario Partida, quien trabajó en la taberna de “El Puente” junto a su tío Apolinar.

Con una tonelada de materia prima (cabezas de agave) se obtuvieron 600 litros de fermento, que en la primera destilación produjeron 220 litros, y en la segunda 100 litros de mezcal a una concentración cercana a 50% (v/v). Así, de 1 000 kgs de peso fresco se obtuvieron 100 litros de vino mezcal a 50% (v/v).

La productividad potencial anual promedio con las plantas presentes en la parcela se calcu-ló en 2 700 litros, 225 litros mensuales (cuadro 5), sin embargo durante el año de estudio, la producción anual registrada fue de sólo 1 500 litros (125 litros en promedio al mes), volumen que varió entre 100 y 150 litros dependiendo de la temporada. Esto nos indica que la parcela está conformada por plantas jóvenes y la produc-ción tenderá a incrementarse en los próximos años. Los precios por litro en el año de estudio variaron de 60 (cuando se vendió a conocidos en la localidad y no en periodo de fiesta) hasta 200 pesos cuando fue vendido en las fiestas de la localidad o a través de la organización Mezca-les Tradicionales de México.

Cuadro 5. Productividad potencial anual promedio de la parcela estudiada.

Clave Nombre A B C D E F G

0 Ixtero Amarillo 1747 9.7 180 94 16,920 1,690 140.8

1 Telcruz 340 9.7 35 117 4,095 409.5 34.1

2 Brocha 270 8.1 33 92 3,036 303.6 25

3 Lineño 211 8.2 26 33.5 871 87.1 7.3

4 Prieto 112 8.5 13 65 845 85.5 7.1

5 Presa Grande 57 9.3 6 133 798 79.8 6.7

6 Chancuella 40 10 4 82.5 330 33 2.8

7 Cenizo 7 10 0.7 90 63 6.3 0.5

8 Perempis 6 9 0.7 90 63 6.3 0.5

9 Ixtero verde 5 10 0.5 70 35 3.5 0.3

Producción anual promedio estimada: 2704.3 litros de alcohol al 50% (v/v).

Producción mensual promedio estimada: 225.3 litros de alcohol al 50% (v/v).

(A) Número de plantas en la parcela, (B) Edad promedio a cosecha (años); (C) Individuos promedio que llegan a madurez por año (D) Peso promedio de la cabeza (kilos); (E) Materia fresca por cultivar al año (kilo/año); (F) Volumen de licor estimada por variante al año (50% v/v); (F) Volumen de alcohol por cultivar al mes (50% v/v), en la parcela estudiada en Zapotitlán de Vadi-llo, Jalisco, México. Total de plantas en la parcela: 2 795

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Discusión y conclusionesLa conformación del cerco vivo perimetral con cultivares de agave que repelen el ganado, per-mite al campesino compaginar la producción agrícola y forestal con la pecuaria, al proteger las plantas de agave susceptibles al ganado, a las especies asociadas en la milpa y a los árbo-les útiles dentro de la parcela como amoles, bo-netes, ciruelas, guajes, guamúchiles, nopales, parotas, pitayas y tunas. El uso de este tipo de cerca viva desde la época colonial, permitió la producción agrícola y forestal ante la presión del ganado libre, la cual se incrementó en la re-gión en los últimos 50 años (Louette et al. 2001, Gerritsen y Ploeg 2006).

La división de la parcela por secciones que conforman bordos reforzados con plantas de agave, junto con las prácticas de roturación o preparación del suelo y el surcado perpendi-cular a la pendiente principal en cada sección, permitieron al campesino mejorar la infiltración y la distribución del agua, y cosechar ante una cantidad limitada de agua de lluvia. Este tipo de prácticas fue reportado por diversos grupos de agricultores mesoamericanos y del suroeste de Estados Unidos desde tiempos precolombinos hasta nuestros días (Wilken, 1987; Evans, 1992; Zizumbo y Colunga, 1993; Fisher et al., 1999; Trombold e Israde, 2005; Parker et al., 2007; An-deries et al., 2008). El productor considera haber mejorado las condiciones de humedad y ferti-lidad dentro de su parcela, dado que ahora el suelo es más blando, oscuro y presenta mayor producción.

La asociación de diferentes especies y cul-tivares permitió al campesino establecer una alta heterogeneidad espacio-temporal dentro de la parcela, que incidió en la ausencia de en-fermedades y plagas por lo que no requirió uti-lizar fungicidas o insecticidas. La baja inciden-cia de enfermedades y plagas también pudo ser debido a las condiciones semisecas de la atmósfera durante prácticamente todo el año.

La selección de los cultivares de agave estu-vo dirigida en primer término a compaginar su producción de agave con la de maíz-frijol, cala-bazas, frutales y ganado.; en segundo, a incor-porar mejores cultivares en cuanto a cantidad y calidad del licor (dulzura, aroma, sabor), y en ter-cero, a agregar cultivares de rápido crecimiento, finalmente, a introducir variedades que “com-plementan” o “ligan” las cualidades del licor.

La propagación vegetativa de plantas de cada cultivar de agave se realizó trasplantando hijuelos de plantas maduras seleccionadas por desempeño con cualidades productivas, lo que permitió al campesino mantener las caracte-rísticas deseadas. La precocidad diferencial de cada cultivar y la siembra alternada por seccio-nes del cerco o los bordos, también le permitió establecer una producción continua dentro y entre años.

En cuanto al maíz, frijol y calabaza, el produc-tor ha sido capaz de mantener las características distintivas de sus cultivares al seleccionar año con año individuos que mantienen su identi-dad, eventualmente al intercambiar semillas en la localidad, proceso similar al descrito por otros agricultores de la región (Louette et al., 1997; Louette y Smale, 2000; Montes et al., 2005). La siembra de la milpa se realiza al inicio del perio-do de lluvias, durante la última semana de junio y la primera de julio. Al utilizar cultivares preco-ces el productor intenta aprovechar el agua de las lluvias que se presentan antes del periodo de sequía intraestival de agosto; al usar cultiva-res tardíos intenta que éstos inicien su floración después del periodo seco intraestival y así uti-lizar las lluvias de septiembre-octubre para el llenado de los granos.

La espinosidad resultó el carácter morfológi-co más importante en la diferenciación de cul-tivares: número de dientes laterales/longitud de hoja, longitud/ancho de la espina terminal y longitud de los dientes laterales. Este carácter también explicó el patrón de variación en los

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cultivares de Agave foucroydes Lem. utilizados en la producción de fibra en el área maya (Co-lunga et al., 1996), aunque de manera inversa, ya que los campesinos mayas son expertos en seleccionar individuos con menor espinosidad para tratar de reducir el riesgo de heridas du-rante el corte manual continuo de las hojas (Co-lunga et al., 1996).

Los altos niveles de diversidad observados en el acervo de A. angustifolia dentro de la par-cela, resultaron mayores a los reportados para una población silvestre de Zapotitlán (Vargas et al., 2009): (P=100; PS=0.61; IS=0.49; HB=0.43; CrI=(0.43-0.44) y (P=89; PS=0.46; IS=0.31; HB=0.33; CrI=(0.32-0.36) respectivamente; va-lores similares para un conjunto de poblaciones silvestres del sur y centro de Jalisco P=100;PS =0.57; IS=0.37; HB=0.43; CrI=(0.40-0.45), mostra-ron que la parcela estudiada se comporta como un conjunto de poblaciones silvestres que le confieren alta adaptación ambiental.

Registramos que cerca de 60% de la diversi-dad en el acervo A. angustifolia de la parcela se encuentra dentro de los cultivares, por lo que se deduce que el productor incorporó individuos de poblaciones silvestres para compensar la re-ducción de la diversidad promovida por la pro-pagación vegetativa. La diferenciación genética entre cultivares resultó dos veces mayor (θB = 0.40) a nueve poblaciones silvestres de A. angus-tifolia distribuidas en el sur y centro de Jalisco (θB = 0.21) reportadas por Vargas et al. (2009) lo que indica que el productor introdujo cultivares altamente diferenciados genéticamente. Tanto la alta diversidad genética dentro de los cultiva-res como la diferenciación entre ellos, permitió al productor asegurar la producción ante con-diciones ambientales limitativas y cambiantes en cuanto a clima, plagas y enfermedades, así como el de disponer de plantas con diferentes cualidades para elaborar su licor.

La racionalidad en términos ecológicos del sistema tradicional de producción de mezcal

resultó estar centrada en: 1) compaginar la pro-ducción agrícola (agave, milpa y frutales) con la producción pecuaria para incrementar la pro-ductividad de la tierra y el trabajo campesino; 2) mejorar la captación e infiltración de agua y disminuir la erosión edáfica, para con ello am-pliar las condiciones de humedad y fertilidad edáfica; 3) disminuir la probabilidad en la inci-dencia de plagas y enfermedades y estructurar un ambiente heterogéneo en espacio y tiempo; 4) hacer más eficiente el uso de los recursos luz, agua y nutrientes para lograr una mayor diver-sidad de especies y cultivares con diferentes re-querimientos; 5) favorecer la diversificación pro-ductiva al utilizar alta diversidad intercultivares de agave; 6) obtener gran cantidad de azúcares y mayor rendimiento de alcoholes mediante el corte de los escapos florales seis meses antes de cosechar las cabezas, práctica que incrementa-rá significativamente la producción de alcohol (Rendón et al., 2009).

Las bondades tecnológicas del sistema tra-dicional podrían atenuar algunos de los proble-mas derivados del manejo agrícola industrial del tequila como erosión edáfica, contaminación de suelos y agua, impacto negativo en salud hu-mana y pérdida de biodiversidad (Martínez et al., 2007). Sin embargo, su implementación ori-ginó incrementos en los costos de producción y mano de obra, así como algunas inconvenien-cias en cuanto a heterogeneidad de los produc-tos, costos que la industria tequilera no está dispuesta a asumir, así como tampoco aceptaría los costos ecológicos que acarrea la pérdida irre-mediable del suelo y la biodiversidad, que dis-minuyen la capacidad de respuesta ante nuevas plagas, enfermedades y el cambio climático, sin mencionar las nuevas exigencias del mercado en términos de productos novedosos.

La racionalidad en términos socioeconómi-cos del sistema tradicional está centrada en: 1) producir de manera continua todo el año y en-tre años al sembrar y cosechar de manera con-

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tinua; 2) adecuar la oferta con la demanda a tra-vés de cosechas escalonadas, de intercambio y de compra de plantas a productores locales; 3) generar valor agregado al elaborar y comerciali-zar directamente el licor, y 4) reinvertir parte de las ganancias de la comercialización en el siste-ma de cultivo milpa para lograr su continuidad.

El productor al tener en sus manos la produc-ción de la planta, el proceso de elaboración de licor y la comercialización, puede adecuar esos niveles y ajustar la oferta con la demanda por medio del intercambio o la compra de materia prima con sus compañeros vinateros (también productores de agave) organizados en “la ta-berna”. Las unidades productivas tradicionales históricamente han aportado mano de obra es-tacional a empresas hortícolas y frutícolas esta-blecidas en los valles de Tuxcacuesco, Zapotlán, Colima y Tecomán, lo cual ha modificado la ra-cionalidad productiva a través del abandono de sus cultivos (maíz reventador y dulce, frijoles y calabazas), las prácticas manuales de deshierbe y la asociación de cultivos. Actualmente enfren-tan una acelerada pérdida cultural bajo presio-nes para incorporarlas al sistema industrial de tequila vía créditos y renta de la tierra bajo con-trato (Leclert et al., 2008).

La conservación de la racionalidad tradicio-nal depende en gran medida de la vinculación de las unidades productivas tradicionales con mercados que ofrezcan “pago justo” a los pro-ductos, por ello es importante que los apoyos institucionales estén dirigidos a fortalecer esta vinculación, a mejorar las prácticas para man-tener la calidad de los productos, y a desarrollar nuevos productos y nuevos mercados (Colunga et al., 2007). Los apoyos institucionales pueden tener un impacto conservacionista relevan-te puesto que el sistema agrícola tradicional permite, tanto conservar los recursos edáficos como fitogenéticos, en la región donde se pre-sentan los acervos genéticos de agave, maíz, frijol y calabaza importantes para el estableci-

miento de sistemas productivos sustentables a nivel mundial (Zizumbo y Colunga, 2008b).

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Daniel Zizumbo Villarreal, Patricia Colunga-GarcíaMarín, Ofelia Vargas Ponce, Jesús Juan Rosales Adame y Roberto Carlos Nieto Olivares

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Agradecimientos.A los productores Apolinar, Macario y Miguel Ángel Partida por sus enseñanzas y su amable colaboración en el trabajo de campo. El proyec-to fue financiado parcialmente por Sinarefi-Sa-garpa (P-007).

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Estrategias de vida, sistemas agrícolas e innovación en el municipio de Oxchuc, Chiapas

Pedro Pablo Ramos Pérez1

Manuel Roberto Parra VázquezSalvador Hernández Daumás

Obeimar Balente Herrera HernándezJosé Nahed Toral

ResumenEl estudio se realizó en las tres microrregiones del municipio de Oxchuc, Chiapas, con el propósito de comparar de qué manera las diferentes formas de uso de los recursos naturales y las distintas es-trategias de vida de los productores favorecen o restringen la posible introducción de innovaciones.Oxchuc se caracteriza por su población tseltal dedicada a la agricultura (milpa, café y frutales) en condiciones ambientales limitantes. En las últimas décadas el crecimiento poblacional ha generado un incremento de la presión sobre la tierra, la reducción de la base de recursos per capita, la pérdida de la sustentabilidad del sistema milpa, el incremento de la incertidumbre y la diversificación de las estrategias de vida.

Ante esta situación el gobierno municipal propone una diversificación productiva basada en la fruticultura orientada al mercado regional. La investigación evalúa las percepciones y las respuestas de los campesinos a la propuesta y las posibilidades para lograr una mayor sustentabilidad de la agricultura.

Palabras clave: uso de recursos, innovación tecnológica, medios de vida, milpa, fruticultura.

Living strategies, agricultural systems and innovation in the municipality of Oxchuc, Chiapas

Abstract This study took place in the three micro-regions of the town of Oxchuc, Chiapas. Its objective was to observe how the different ways of using natural resources and the different living strategies of far-mers may influence the possible introduction of innovations.

Oxchuc is mainly inhabited by the Tseltal people, whose agricultural practices include milpa, coffee and fruit growing that are carried out under unfavorable environmental conditions. Several problems have arisen in the last decades as a consequence of overpopulation: more pressure on land regulation, reduction of the per capita resource, failure of the milpa system sustainability, more uncertainty and diversification of living strategies.

1 El Colegio de la Frontera Sur, México. Carretera Panamericana y Periférico Sur (s/n); San Cristóbal de las Casas, Chiapas, CP. 29290.

Recibido: 10/08/2008 Aceptado: 15/05/2009

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Pedro Pablo Ramos Pérez, Manuel Roberto Parra Vázquez, Salvador Hernández Daumás, Obeimar Balente Herrera Hernández y José Nahed Toral

IntroducciónEste trabajo propone demostrar que las políti-cas públicas focalizadas han fallado al intentar disminuir la pobreza en las áreas más pobres del país. Atribuimos esta falla tanto al hecho de que estas políticas han sido definidas a partir de criterios estrictamente económicos, ignorando la naturaleza de la agricultura campesina.

Hace un cuarto de siglo Shanin (1983) habla-ba del campesinado ruso como la "clase incó-moda", haciendo referencia a su permanencia, pese a las severas condiciones económicas y a la crisis de la sociedad global. Si bien los producto-res rurales han cambiado mucho, su presencia económica, cultural y política sigue siendo sig-nificativa en América Latina.

En su estudio del campesinado argentino Allub y Guzmán (2000) tomaron como unidad de análisis al grupo familiar. Según estos auto-res, los rasgos fundamentales comunes a los pe-queños productores son:

• Pequeñas unidades productivas con bajo nivel de tecnología.• Producción llevada a cabo por el grupo doméstico, pues el único recurso abun-dante en la economía campesina es la fuerza de trabajo. Se vinculan la unidad de residencia y la unidad de consumo.• Venta de sus productos subordinada a los grandes propietarios y a los agentes de comercialización. • Pequeños productores sin acceso al crédito por no contar con títulos de pro-piedad.

De esta manera se conforma un círculo vicio-so que impide que los campesinos salgan de la pobreza. Palerm (1980) señalaba hace casi trein-ta años que

“La resurrección de los estudios campesinos en la segunda mitad del siglo XX se debe, ante todo, a los campesinos mismos. Ellos continua-ron ignorando las profecías de los científicos sociales y de los marxistas sobre su inminente extinción, y siguieron resistiendo los esfuerzos del complejo urbano-industrial capitalista (pri-vado y estatal) para destruirlos”. “Los campesinos sobreviven porque son capa-ces de adaptarse a estas situaciones difíciles, complejas y cambiantes2 (p. 183). “El éxito de las adaptaciones campesinas exige la presencia de cuando menos tres condiciones esenciales. [… ] La primera condición esencial es que el campesino mantenga cierta suerte de acceso a su principal medio de producción, la tierra. […] La segunda condición esencial es que el campesino mantenga un cierto grado de control sobre su propia fuerza de trabajo, a fin de poder emplear estrategias diversifi-cadas de acuerdo con las oportunidades que le presenta el mismo sistema capitalista. […] La tercera condición esencial para el éxito de

2 “La adaptación biológica comienza con las variacio-nes al azar, prosigue con la herencia genética y termina con la selección natural. La adaptación cultural opera por variaciones que tienen propósitos y que se mantie-nen, transmiten, abandonan y modifican de manera selectiva y crítica. Dicho de otra manera, la adaptación cultural es un proceso creador, y es libre en la medida en que puede decidir entre alternativas determinadas.” (p. 184).

In order to cope with this situation, the local government has proposed a productive diversifica-tion model based on fruit farming destined for the local market. This research work is aimed at eva-luating the perceptions and responses of farmers to the government proposal and its possibilities, so as to enhance agriculture sustainability.Key words: use of resources, technological innovation, ways of living, milpa, fruit growing.

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Estrategias de vida, sistemas agrícolas e innovación en el municipio de Oxchuc, Chiapas

la adaptación campesina es que sus formas de producción mantengan algunas ventajas comparativas con las formas capitalistas de producción, aunque estas ventajas no siempre sean susceptibles de ser medidas en términos capitalistas” (p. 184-185).

Con este trasfondo, constatamos que en el sureste de México y en América Latina se ha pro-fundizado el empobrecimiento rural. Estudios de la cepal (1999) mencionan que en México las familias que tienen menos de dos hectáreas de tierra para la producción agrícola obtienen 10% de sus ingresos anuales a partir de activi- dades agrícolas; la fao (De Janvry, 1999) reporta que sin ingresos ajenos al predio se requerirían al menos 25 hectáreas de temporal para salir de la pobreza en las condiciones institucionales y a precios vigentes. El Banco Mundial (1999), por su parte, ha documentado que en el agro mexi-cano sólo 44% del ingreso total es propiamente agropecuario.

A grandes rasgos, la política social de México ha pasado por cuatro fases: (i) la de sustitución de importaciones; (ii) la de crisis por la deuda de los ochenta; (iii) la de reformas estructurales de la segunda mitad de los ochenta y principios de los noventa, y (iv) la de recuperación del creci-miento económico a partir de 1996 (Székely, 2002).

Aunque se han realizado avances considera-bles en el abatimiento de muchos de los reza-gos sociales que caracterizan a México, es evi-dente que todavía existen grandes segmentos de la población que viven en condiciones de pobreza, vulnerabilidad social, precariedad, in-defensión, impotencia, inseguridad y exclusión. Paradójicamente, esta situación prevalece a pe-sar de que han existido múltiples programas y esfuerzos contra tales rezagos (Gonzales, 2005 y Székely, 2002).

A partir de esta perspectiva histórica nos planteamos tres preguntas: ¿cuáles son los fac-

tores que explican las tendencias recientes de empobrecimiento rural en Chiapas?, ¿cuál es el impacto que han tenido las políticas públicas sobre la pobreza rural? y ¿qué elementos debe-ría incluir una política pública alternativa?

Tendencias recientes de empobrecimiento rural

Factores internos Indudablemente existen factores que dinami-zan el empobrecimiento en el seno de las fami-lias rurales, entre ellos podemos mencionar el crecimiento poblacional, los recursos naturales restrictivos (degradación ambiental) y la falta de alternativas ante un mundo crecientemente competitivo, donde los productores rurales son los que tienen menos opciones por estar suje-tos a las fluctuaciones de precios.

Crecimiento poblacionalDurante varios años el concepto teórico que ha prevalecido en la discusión acerca de cómo procurar el acceso a los medios de producción y mantener los costos del metabolismo social es la escasez. En ese sentido Malthus enunciaba en 1798 que la producción de alimentos era insufi-ciente para mantener a una población que cre-ce de manera exponencial, ya que los límites del crecimiento poblacional están definidos por el espacio, la disponibilidad de recursos naturales y el crecimiento económico como condicionan-te de producción de alimentos y empleo para acceder a recursos económicos.

Ante este postulado, la preocupación por re-solver el problema del crecimiento poblacional se ha enfocado y atendido a través de políticas públicas para incrementar la capacidad de pro-ducción de alimentos. Ante la inminente dismi-nución de la superficie agrícola disponible y la degradación de los recursos naturales, la pobla-

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ción está alcanzando los límites que como re-sultado han originado sobreoferta de mano de obra y déficit económico para la adquisición de los bienes de subsistencia.

Recursos naturales restrictivosSe han planteado alternativas para que la po-blación pueda sortear con mayor suerte los límites al crecimiento, mediante el uso de su principal medio de supervivencia: los recursos naturales. En este sentido Scherr (2000) men-ciona que las familias rurales hacen uso de sus recursos naturales hasta cierto grado, cuidan-do su base mínima y estableciendo límites a su explotación. Sin embargo, conforme la pobreza aumenta, los recursos naturales disminuyen en una espiral descendente, que pone en riesgo su único medio de subsistencia. Garrabou et al. (2003) mencionan que la deforestación, la de-gradación ambiental y la pérdida de fertilidad de los suelos, entre otros, se deben al alto con-sumo de energía originado por el costo del me-tabolismo social.

Pasar del aprovechamiento de los recursos naturales a la industrialización es una propuesta más para generar mejores condiciones de vida; en este sentido (1954) plantea que el desarrollo urbano industrial absorbería los excedentes de mano de obra en el campo y abarataría los cos-tos de los medios de producción, se intensifica-ría la producción agrícola y la población dismi-nuiría la presión sobre la tierra.

Boserup (1979) menciona que los problemas de crecimiento poblacional y su repercusión en la producción de alimentos puede disminuirse a partir de que se use la mano de obra disponi-ble para incorporarla a las parcelas grandes y de este modo fortalecer la unidad de producción. Pero este proceso no puede darse por sí solo, sino que las políticas gubernamentales deben orientarse a prestar mejores condiciones para acceder a la tecnología mediante la promoción

de precios justos en el mercado para la produc-ción de las comunidades.

Según Cleveland (1998) “las innovaciones tecnológicas mediante el acompañamien-to de las políticas contextualizadas al entor-no socioeconómico, ambiental y cultural de la agricultura puede contribuir a mantener la producción de alimentos ante el crecimiento poblacional”. De esta manera podríamos pensar en la agricultura como respuesta al problema del crecimiento poblacional; sin embargo, las políticas públicas se orientaron a fomentar la producción agrícola apoyando con insumos a productores con grandes extensiones de tierra y dejaron a un lado la producción minifundista que caracteriza a gran parte de la población rural.

El fin de la reforma agraria en México fomen-ta en mayor medida el aumento de la propiedad privada, donde la política favorece mayormente a la agricultura tecnificada y deja con menores oportunidades a la agricultura minifundista con prácticas culturales tradicionales como la roza-tumba-quema (rtq). De este modo la ma-gra producción de las familias rurales se destina en su mayor parte al autoabasto. El gobierno ha dejado de atender la producción minifundista, enfocándose ahora a generar políticas focaliza-das que pretenden subsidiar los costos de los insumos productivos. Sin embargo, la produc-ción de alimentos deja de ser suficiente y limi-ta la adquisición de productos alimenticios por sus altos costos.

Ante esta situación los pobres rurales no tie-nen más opción que diversificar sus estrategias productivas y generar cambios en su estructu-ra social. Jóvenes y adultos deben migrar para asegurarse mejores condiciones de vida. En palabras de Rello (2001) las familias diversifi-can sus actividades aumentando la migración, el asistencialismo, la intensificación agrícola, el empleo no agrícola y la multiactividad o plu-riactividad. Estos esfuerzos para generar me-jores medios de vida, surgen ante las políticas

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Estrategias de vida, sistemas agrícolas e innovación en el municipio de Oxchuc, Chiapas

focalizadas que ignoran la naturaleza del cam-pesinado rural.

Impacto de las políticas públicas sobre la pobreza ruralPara analizar el impacto de las políticas públicas en el medio rural se realizó un estudio en el su-reste mexicano, en el estado de Chiapas dentro de la región Altos en el municipio de Oxchuc, con la metodología de medios de vida sosteni-ble (mvs), mediante la técnica de grupos focales en tres microrregiones del municipio.

Entendemos que los medios de vida de una familia están compuestos por activos (naturales, físicos, humanos, financieros y sociales) y el ac-ceso a éstos (mediados por instituciones y rela-ciones sociales) que juntos determinan la forma de vivir de los individuos o del hogar (Ellis 2000). Las estrategias de vida las entenderemos como un término englobante utilizado para referirse a la gama y a la combinación de actividades y de-cisiones que los pueblos realizan y toman para lograr sus objetivos en materia de medios de vida (incluidas las actividades productivas, las estrategias de inversión, las decisiones repro-ductivas, etc.) (dfid, 1999).

El análisis de los modos de vida sostenibles (mvs) integra varios elementos que permiten una visión integral de la situación de vida de las familias (figura 1). La influencia mutua entre los activos de modos de vida y el contexto de vul-nerabilidad por un lado, y las estructuras y los procesos transformadores por el otro, condu-ce a las metas o logros de modos de vida. Éstos pueden variar con las prioridades y necesidades de la población rural: entre mayor sea el ingre-so, mayor bienestar y control sobre las titulari-dades, menor vulnerabilidad, mayor seguridad alimentaria y uso más sostenible de los recursos naturales (Gotrett 2001).

Objetivo general de la investigaciónAnalizar las estrategias de vida de las familias de tres microrregiones del municipio de Oxchuc.

Objetivos específicosAnalizar los medios de vida de las familias de tres microrregiones del municipio de Oxchuc y conocer los procesos de adopción e incorpora-ción tecnológica en los sistemas de producción agrícola.

Figura 1. Marco conceptual de los modos de vida.

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Hipótesis de la investigación Los medios de vida restrictivos de las familias de Oxchuc inciden en la diversificación de las es-trategias. Existe un déficit en la producción de alimentos por las restricciones que imponen los recursos naturales, la escasa aplicación de mano de obra sobrante debido al crecimiento pobla-cional (desempleo) y la falta de innovaciones técnicas. En el mismo sentido, el crecimiento poblacional propicia el minifundismo y la dis-minución de la cantidad de tierra por familia.

Es posible que las políticas locales diversifi-quen las actividades productivas orientándolas al mercado mediante innovaciones tecnológi-cas, y que se sustenten en la aceptación y la par-ticipación de los campesinos.

MetodologíaPara la presente investigación se parte de mé-todos participativos centrados en las personas con la finalidad de conocer, desde su perspecti-va, las estrategias que desarrollan para vivir día a día en su entorno sociocultural y ambiental. Nuestra unidad de análisis es la unidad familiar en su contexto comunitario.

La presente investigación es parte del diag-nóstico municipal del municipio de Oxchuc, Chiapas. Los resultados se utilizarán para pro-poner estrategias de intervención agrícola en el municipio mediante un acuerdo con el ayunta-miento y un equipo de trabajo perteneciente al área de sistemas de producción alternativos de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).

La información se obtuvo en dos etapas: una en el ámbito comunitario y la otra con grupos de productores. Durante la primera se realiza-ron talleres participativos en tres microrregio-nes (El Corralito, Pashtonticja y Oxchuc), en los cuales se desarrollan mediante la formación de grupos focales y técnicas cualitativas con el fin de obtener información de parte de las familias del municipio de Oxchuc.

Para realizar el taller participativo con enfo-que de medios de vida fue necesario seguir una secuencia de pasos, y se utilizaron diversas he-rramientas del Manual de Medios de Vida (Herre-ra, et al., 2005) con la incorporación de nuevas técnicas para conocer de manera comunitaria la estrategias de vida.

En la segunda etapa de la investigación se organizaron grupos focales con productores en las localidades de Manzanilja (pertenecien-te a la microrregión Pashtonticja), Barrio Inde-pendiente (de la microrregión Oxchuc) y en el Centro Estratégico Microrregional El Corralito, para conocer el manejo de los sistemas de pro-ducción agrícolas (milpa tradicional, frutales, café) introducidos por Inmecafé y la presidencia municipal) e identificar los elementos que per-miten conocer a través de las personas la acep-tación de una innovación tecnológica (criterios de adopción de nuevos cultivos). Durante esta etapa el Departamento Agropecuario de la Pre-sidencia Municipal de Oxchuc, en colaboración con Ecosur, realizaron la gestión, la implemen-tación y el monitoreo de dos proyectos agríco-las, Aguacate Hass y Durazno Diamante, en las comunidades que solicitaron participar en los procesos de innovación tecnológica en los ta-lleres participativos con enfoque de medios de vida.

Estrategias de vidaLos productores han desarrollado una estrate-gia de multiactividad en la que la agricultura ya no contribuye a la economía campesina y es sustituida por un conjunto amplio de activida-des que pueden agruparse de la siguiente ma-nera:

• Actividades productivas agropecuarias de bajo rendimiento.• Actividades productivas no agropecua-rias.• Actividades extrafinca.

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• Migración.• Conformación de redes sociales de ayu-da mutua.

Aunque cabe aclarar que esta estrategia no ha impedido la profundización del empobreci-miento.

De esta manera se configuró una situación que Sen (1990) denomina privación endémica, fenómeno persistente que fuerza a la gente a vivir en un estado de desnutrición, enfermedad y debilidad. La privación endémica aflige a cien-tos de millones y los mantiene en un estado de

debilitación y la enfermedad, por lo que se in-crementan las tasas de mortalidad y el acorta-miento de la vida.

Las familias del municipio de Oxchuc desa-rrollan diferentes estrategias de vida (figura 2) para procurarse el sustento. La actividad agrí-cola es importante por constituir la base de la identidad campesina, sin embargo no aporta lo necesario al ingreso familiar, por lo que han te-nido que realizar otras actividades.

Sin embargo las innovaciones tecnológi-cas en la producción agrícola no han quedado del todo remplazadas, están en un proceso de

Figura 2. Estrategias de producción agrícola. Construcción propia.

Sistemas

de producción

Pashtonticja Oxchuc

Milpa

Emigración

Milpa

frutales

Tierra fría Tierra templada

El Corralito

café

Milpa

Tierra caliente

Reconversión

Aguacate/Durazno

Reconversión

Aguacate

Reconversión

Durazno Aguacate

Café

Frutales

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cambio de estrategia en la que sustituyen pau-latinamente la producción de autoabasto por una mercantil, con la finalidad de comercializar los alimentos producidos para obtener ingresos que les permitan satisfacer sus necesidades bá-sicas. Bajo esta lógica están desarrollando un proceso de cambio hacia una economía fami-liar regida por el mercado.

Este proceso se inició en el municipio con la introducción del café. Ahora las familias se de-dican a producir productos con valor comercial y altamente dependientes de las fluctuaciones del mercado para comprar alimentos. Sin em-bargo este cambio tecnológico ya fue rebasado y la producción ya no es suficiente para acceder a alimentos, de esta manera la estrategia agríco-la se mueve hacia la pluriactividad.

Estrategia agrícola Ante una situación de subsistencia agrícola, se estudian las estrategias identificadas en los ta-lleres de mvs: producción de café-milpa para el caso de Tzay, frutales-milpa para Pashtonticja y producción de milpa y la renta de mano de obra para Oxchuc, analizando las unidades de pro-

ducción tipo, construidas desde la percepción de los habitantes de las tres comunidades.

a) PashtonticjaEl manejo de los recursos naturales por los ha-bitantes de la microrregión de Pashtonticja muestra una tendencia a incrementar las áreas de agricultura y a disminuir la dotación fores-tal que en la actualidad es de 22%, y paulatina-mente han aumentado las áreas de café y milpa. Una pequeña parte del territorio la destinaron al establecimiento de frutales dispersos, sin un arreglo espacial definido (figura 3).

Sin embargo, en un escenario optimista para el año 2030 esperan tener menos bosque y abrir más espacio al establecimiento de café y de frutales conservando el cultivo de la milpa en 30%. No obstante, en un escenario negati-vo, podrían no tener más superficie de bosque, conservar la milpa para el autoabasto familiar y producir café. Asimismo los participantes en el taller mostraron preocupación por el cambio cli-mático (sobrecalentamiento), la disminución de la captación de agua en los acuíferos que provo-ca desabasto, y el crecimiento poblacional.

Figura 3. Cambio del uso del suelo en la micorregión de Pashtonticja, Oxchuc, Chis.

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b) TzayPara los productores de la comunidad del Tzay, la superficie de bosque fue desplazada paula-tinamente por la de café, cultivo que es una de las innovaciones tecnológicas más importantes del municipio, ya que su producción fue adop-tada por las familias, y en su momento, fue una fuente muy importante de ingreso; así como la producción de milpa la cual ha disminuido en menor grado, pues desempeña un papel muy importante para la alimentación del hogar. En 1975 el bosque ocupaba más de 40% de la su-perficie territorial, mientras que en 2007 el bos-que representó tan solo 10% de la superficie, las áreas de producción agrícola se incrementa-ron y adquirió mayor importancia la producción de café. En la gráfica 4 se observa el cambio en el uso del suelo según la percepción de los pro-ductores de la microrregión de El Corralito.

Hacia 1975 la disminución de la superficie del bosque se originó por la introducción de nuevos cultivos, uno de ellos el café, en la mayor parte de la región. El cultivo de café y la milpa son las principales actividades productivas, ra-zón por la cual la microrregión de El Corralito es considerada como una zona cafetalera. La pro-ducción de café aumentó en la medida en que aumentaban las ganancias y abrían las rutas

de acceso (caminos y carretera) que facilitan el transporte del producto para comercializarlo. Uno de los principales problemas que aquejan a esta microrregión es la constante división de las parcelas. La renta de tierra para el cultivo en otras localidades es una de las soluciones para la mayoría de los propietarios de las parcelas fraccionadas. De este modo pueden disponer de una extensión para el cultivo de autoconsu-mo (maíz principalmente) y otra de cafetal para la comercialización y entrada de capital.

c) OxchucEn Oxchuc las tierras destinadas al cultivo se dividen en dos tipos: tierra fría y tierra caliente. De este modo los cultivos de manzana, ciruela, pera y durazno, principalmente, se cultivan en la primera zona, mientras que café, naranja y aguacate lo son en la segunda (figura 5).

El principal uso que le han dado a la tierra desde 1975 es forestal. Los ejidatarios poseían más de una hectárea de tierra (estimación de los productores asistentes al taller de MVS) para cultivar maíz para autoconsumo. De 1985 a 1995 aumenta la cantidad de tierra disponible y empiezan a diversificar sus actividades agríco-las, con esto la superficie destinada al bosque disminuye a 40% en la actualidad, mientras que

Figura 4. Cambio en el uso del suelo en la microrregión de El Corralito, Oxchuc, Chis.

Bosque

Milpa y frijol

Café

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otros habitantes que no tienen acceso a tierras migran en busca de empleo no agrícola a dife-rentes destinos.

En síntesis, el territorio de Oxchuc posee di-ferentes componentes naturales que ayudan a

explicar la distribución de las alternativas pro-ductivas en el paisaje. Es importante considerar todos los elementos ambientales ya que cada zona del municipio necesita diferentes inversio-nes para el desarrollo agropecuario. Y las nuevas

Figura 5. Cambio en el uso del suelo en la microregión de Oxchuc, Chis.

Figura 6. Transecto microrregional de Oxchuc, Chis.

Maíz y frijol

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alternativas deben ser ubicadas de acuerdo con su potencial ambiental y la vocación del suelo, que predominantemente es forestal, y en muy baja proporción para actividades agropecua-rias. De esta manera las estrategias agrícolas en las diferentes zonas climáticas se han diver-sificado, la milpa es la actividad agrícola más importante en el municipio: en la zona de tierra caliente, el cultivo del café; en la zona fría, los frutales y la milpa; mientras que en la zona tem-plada se establecen cultivos de frutales y café, es donde hay mayor disponibilidad de agua a lo largo del año ( figura 6). De tal manera las tres zonas: fría, templada y caliente orientan su es-trategia de vida a diferentes actividades para obtener el ingreso familiar. Debido a la estrate-gia de producción hacia la especialización por zona, la producción de la milpa ha perdido es-pacio e importancia con el consiguiente riesgo para el abasto familiar, por tanto la producción especializada deberá ser suficiente para cubrir los gastos de alimentación de las familias.

La producción agrícola en el municipio de Oxchuc tiene la función de brindar alimentos para el abasto familiar, pues la producción agrí-cola para el mercado es escasa siendo la más significativa la de café. La inversión financiera en las actividades agrícolas es casi nula, pues las condiciones de precios bajos y los satisfactores encarecidos dificultan la posibilidad de invertir en mejoras en las unidades de producción, ade-más de las costumbres arraigadas de la produc-ción de autoabasto (figura 7).

La inversión de recursos financieros para mejorar las unidades de producción es casi nula, con la ligera excepción de la microrregión de El Corralito cuyos ingresos agrícolas son mayores a los gastos ocasionados por los insumos de producción, sin embargo en las microrregiones de Pashtonticja y Oxchuc las inversiones para fortalecer las unidades de producción son prác-ticamente inexistentes Así, contar con transfe-rencia agrícola permite mejorar ligeramente el nivel de inversión agrícola.

Figura 7. Nivel de inversión agrícola en tres micorregiones del municipio de Oxchuc, Chis.

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Actividad migratoria estacional y empleo no agrícolaPara completar su ingreso familiar los habitan-tes de las microrregiones señaladas recurren a la emigración para buscar nuevas fuentes de empleo que representan una aportación signifi-cativa al ingreso anual, que para Tzay es de 25%, para Pashtonticja de 43% y para Oxchuc de 60% de tal manera que la suma de actividades es im-portante para cubrir los gastos de alimentación, salud y educación. Estas actividades se realizan en periodos cuando la población no tiene tra-bajo agrícola, principalmente después de la co-secha de café y antes de la siembra de maíz.

Los préstamos son utilizados principalmen-te para el mantenimiento de la unidad de pro-ducción y para comprar alimentos cuando no son suficientes; para pagar los préstamos los jó-venes y los jefes de familia salen a trabajar em-pleándose como jornaleros, albañiles y emplea-dos de mostrador en las localidades cercanas al municipio y fuera del estado como Cancún y Playa del Carmen; muy pocas personas emigran al extranjero debido a que estas actividades las realizan en los tiempos de descanso de los siste-mas agrícolas.

El dinero obtenido por trabajar fuera de la comunidad se utiliza para pagar los préstamos y cubrir los gastos de alimentación, salud y edu-cación. Las familias de Oxchuc desarrollan me-canismos de apoyo mutuo e intercambian su fuerza de trabajo por alimentos como maíz, frí-jol, peras, duraznos, café, entre otros. Por ejem-plo, en la comunidad de Barrio Independiente las familias intercambian duraznos por algunos kilos de maíz y frijol. Asimismo los jóvenes mi-gran hacia la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, donde cambian su fuerza de trabajo por hospedaje y alimentación mientras realizan sus estudios de secundaria y preparatoria.

Ingresos por transferenciasLas transferencias gubernamentales, de las cua-les un ejemplo es el programa Oportunidades, desempeñan un papel importante en la con-formación del ingreso familiar; en las tres mi-crorregiones las aportaciones de los programas corresponden a más de 30% del ingreso anual familiar, a lo que hay que sumar los programas de transferencias productivas.

Debido a su importancia las familias buscan mecanismos para que la madre y los hijos acce-dan a los subsidios a través del programa Opor-tunidades, en tanto que el jefe de familia trata de generar mecanismos para ser partícipe de los programas de ayuda agrícola. Esto no signi-fica que las transferencias cumplan con la fina-lidad de los programas, sino que los subsidios son empleados para comprar alimentos y otros satisfactores, y así subsistir a lo largo del año.

Los medios de vida en el municipioAnte las condiciones restrictivas del capital natu-ral, combinadas con el crecimiento poblacional, las familias de Oxchuc desarrollan tres estrate-gias para salir de su estado de pobreza y buscar mejoras en la calidad de vida, sin embargo éstas no son suficientes ya que el ingreso familiar no alcanza para cubrir las necesidades básicas de alimentación. Con base en datos del Coneval (2006) estimamos la línea de pobreza en $43 106.00 para una familia tipo (en el taller de mvs se llegó al consenso de que una familia tipo está constituida por seis personas) cifra que no es alcanzada por ninguna de las tres microrregio-nes. En respuesta, se discurren procedimientos que les permiten mantener el sistema agrícola actual y adquirir los demás satisfactores nece-sarios para su vivir cotidiano, para lo cual recu-rren al trabajo desligado del campo, y emigran hacia otros estados o al extranjero (figura 8).

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Las familias de Oxchuc están inmersas en un sistema paternalista: dependen de lo que pue-dan ofrecerles desde afuera y dejan a un lado las capacidades locales. Sus ingresos anuales se distribuyen de la siguiente manera: en la micro-rregión El Corralito los ingresos anuales son de $25 992.00 de los cuales 28.63% proviene de la producción de café y milpa, 47.61% de transfe-rencias y 23.76% de jornales y préstamos; en la microrregión de Pashtonticja son de $24 335.00

de los cuales 11.20% proviene de la producción de milpa y frutales, 45.30% de trasferencias y 43.50% de la migración y préstamos; en la mi-crorregión Oxchuc los ingresos anuales son de $34 901.00 de los cuales 7.45% proviene de la producción agrícola, 32% de transferencias y 60.55% de jornales y préstamos.

Las familias del municipio de Oxchuc diver-sifican sus estrategias para acceder a mejores condiciones de vida sin abandonar la estrategia

Figura 8. Ingresos anuales de las familias de tres microrregiones del municipio de Oxchuc, Chis.

Figura 9. Crecimiento poblacional y disponibilidad de tierras en el municipio de Oxchuc, Chis.

Fuente: Construcción propia con datos de los censos estadísticos de Población y Vivienda, INEGI,. 1940, 1950,1960,1970,1990, 2000. Los datos de 1980 son una estimación a partir de los datos de los censos de 1970 y 1990.

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agrícola, aunque es claro que en general la ma-yor parte proviene de las transferencias guber-namentales, lo que genera y reproduce el círcu-lo de pobreza y de dependencia de condiciones externas a las comunidades.

Estructuras y procesos La población económicamente activa (pea) en relación con la agricultura ha crecido en el mu-nicipio de Oxchuc. Según datos de los censos de Población y Vivienda del inegi, desde el año 1900 hasta el 2000 se observa un proceso de incremento en el número de personas ocupa-das en la producción de alimentos y una menor disponibilidad de tierras por persona, lo que de-nota una parcelación de las áreas productivas que llega a ser de menos de media hectárea por persona (figura 9).

La atomización de las tierras destinadas a la agricultura ha ocasionado que algunas familias compren zonas de bosque o que disminuyan su propia dotación para que los jóvenes pue-dan sostener a las nuevas familias e incluso di-viden el patrimonio familiar; es decir, a menor cantidad de tierra disponible por jefe de familia menor será la capacidad de producir alimentos para el año. Se observa que la cantidad de tierra destinada a la agricultura disminuye, por tanto su fertilidad se ve afectada por el incremento de las áreas agrícolas y por su uso continuo, con lo que la presión de la población sobre la tierra y la demanda de alimentos es mayor.

En los últimos cuarenta años el municipio de Oxchuc ha sufrido cambios en la cobertura forestal y en el uso del suelo se observa una dis-minución de la cantidad de bosque de pino-en-cino y bosque de niebla debido a la ampliación, incrementa la frontera agrícola, y sólo quedan pequeños manchones de bosques primario y secundario.

La parcelación de la tierra es un factor que limita la conservación de la superficie boscosa,

pese a que el bosque aporta productos para el mantenimiento del hogar, ya sea madera para la construcción o leña para combustible. Existe un proceso paulatino de disminución de la su-perficie de bosque de niebla y de pino-encino, a favor de la superficie agrícola.

Este proceso de acelerada disminución del área forestal puede apreciarse en las tres mi-crorregiones, debido a que las diferentes estra-tegias agrícolas establecidas trajeron consigo un cambio en el manejo del suelo. También se puede observar un crecimiento de las zonas ha-bitadas.

PolíticasEn el municipio de Oxchuc existen políticas de intervención social y productiva orientadas a resolver problemas puntuales mediante pro-gramas como los de Oportunidades y Procam-po, fomento productivo y precios compensato-rios para el café, los cuales son implementados mediante la intervención de dependencias gu-bernamentales en los ámbitos estatal y federal que impactan en la población para mejorar las condiciones de vida. Sin embargo esta forma de intervención responde a problemas puntuales y a necesidades de corto plazo y dejan vulnera-bles a las personas ante problemas de mediano y largo plazos, como la pobreza y la inseguridad en el abasto alimentario. Este proceso de inter-vención responde a una planeación external con impacto local.

En este contexto ante las condiciones restric-tivas de recursos naturales, los bajos rendimien-tos y baja capacidad de inversión en los sistemas agrícolas, el municipio de Oxchuc se encuentra inmerso en un estado latente de vulnerabilidad social, por lo que su presidente municipal ha im-plementado una política agrícola en al ámbito local, con la finalidad de generar un desarrollo que parta de las capacidades locales mediante proyectos agrícolas en el municipio y así poder

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formar cadenas y redes de valor para fomentar la participación y apropiación de las personas, aprovechando las capacidades dentro del ám-bito regional con políticas públicas focalizadas. De esta manera se plantea desde el nivel local un desarrollo con base en las estructuras y pro-cesos presentes en el municipio, mediante una intervención agrícola, con criterios consensua-dos entre los productores, ayuntamiento y Eco-sur; es decir, planteando una forma diferente de hacer las cosas, con retos y obstáculos dinami-zados por la estructura de desarrollo imperante.

VulnerabilidadLas familias del municipio de Oxchuc sufren se-veras restricciones como hemos mostrado en

páginas anteriores, por las condiciones ambien-tales, la baja calidad de los recursos naturales y la pérdida de la rentabilidad de los sistemas de producción. Esto obliga a las familias a seguir una serie de estrategias para salir de la pobreza alimentaria y de capacidades.

Las condiciones ambientales restringen so-bre todo la producción de alimentos y la dispo-nibilidad de agua, pues es una zona de suelos calcáreos y el agua de lluvia no es retenida, por lo que es escasa para el consumo humano y li-mita la producción agropecuaria. Otros factores temporales, como las heladas, los vientos y las granizadas también afectan los cultivos, hasta ocasionar que las familias pierdan toda su cose-cha y por tanto el abasto de alimentos para el año.

Figura 10. Círculo vicioso de la pobreza en el municipio de Oxchuc, Chis.

Implementación de programas

asistencialistas

Transferencia al ingreso

familiar mayor

Ingreso productivo

menor a 30%

Poca inversión en los sistemas de

producción

Mayorvulnerabilidad

Pobreza

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Entre los mecanismos que desarrollan para ser partícipes de las transferencias guberna-mentales, como ya se mencionó, está el incre-mentar el tamaño de la familia para acceder a una serie de beneficios, lo cual genera aún ma-yor presión aún sobre los recursos naturales, se debilita la capacidad de gestión local y aumenta la dependencia de las condiciones externas a la comunidad y a la familia (figura 10).

Un problema que profundiza la vulnerabili-dad de la comunidad ante esta situación de po-breza y marginación es la actitud paternalista y la falta de iniciativa proactiva para buscar mejo-res condiciones de vida.

Elementos que debe incluir una política pública alternativaLas familias del municipio de Oxchuc se enfren-tan a varias restricciones ambientales como la carencia de agua, suelos con baja productivi-dad atribuible a la alta pedregosidad y pendien-tes pronunciadas que limitan el desarrollo pro-ductivo de las comunidades. Aunado a estas limitantes, el crecimiento de la población ejerce presión sobre los recursos naturales y da origen al crecimiento de las áreas agrícolas, a la parce-lación de las tierras y a la apertura de nuevos es-pacios para la producción agrícola (incremento de la frontera agrícola), y a la deforestación de las áreas de bosque de pino-encino con meno-res capacidades productivas.

En su Ensayo sobre el principio de la pobla-ción, Malthus (1798) sostiene que las familias rurales presentan problemas por el desempleo, el incremento en los precios de los alimentos, la disminución de la superficie de la tierra por familia ocasionada por el crecimiento exponen-cial de la población contra el ritmo aritmético de la producción de alimentos, a lo que hay que agregar la pérdida del valor de la producción, la disminución de los tiempos de descanso de las tierras, la fluctuación de los precios, condicio-

nes que están presentes en Oxchuc por lo que las familias no pueden desarrollar de manera eficiente los sistemas agrícolas.

Las familias de este municipio han toma-do varias alternativas para producir alimentos y optan, por razones culturales, por producir maíz en su parcela que ha mantenido por cien-tos de años a la unidad familiar; sin embargo en un estudio en la región Altos de Chiapas, Parra y Moguel (1998) encuentran que existió una crisis de abasto de alimentos a partir de la década de los años sesenta del siglo pasado. Este momen-to de crisis abrió la puerta a la variación, es de-cir, a la búsqueda de alternativas para asegurar los alimentos. Las condiciones identificadas por Malthus se presentaron en Oxchuc en los años sesenta y se sufrió hambruna; actualmente los ingresos económicos no son suficientes pues las familias no rebasan la línea de la pobreza ali-mentaria.

La población, en vez de imponer los frenos morales propuestos por Malthus para evitar el crecimiento poblacional, optó por la variación y abrió opciones productivas. En este sentido Boserup (1978) plantea que, en situaciones si-milares, abrir las puertas a nuevos cultivos per-mitiría aprovechar la sobrepoblación ocupando los brazos disponibles en las áreas agrícolas, mediante una política orientada a la innovación tecnológica.

En el municipio de Oxchuc la migración es-tacional fue la que abrió paso a la experimen-tación de nuevos cultivos pues los productores al migrar hacia las fincas de producción de café, principalmente en el Soconusco, introdujeron semillas de café en sus parcelas en la década de los ochenta. La política agrícola, mediante el In-mecafe, apoyó el proceso de innovación tecno-lógica mediante la asistencia técnica y el empleo de tecnologías externas para mejorar la produc-ción de café. Aunado a esta política de interven-ción se intensificaron las áreas de producción de milpa y los tiempos de descanso se acortaron o

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desaparecieron al ampliarse el tamaño del cafe-tal; tal intensificación de los sistemas agrícolas incrementó los ingresos para comprar alimen-tos. En consecuencia, la estrategia productiva cambió y de la producción para el autoabasto se pasó a la producción para el mercado. Sin em-bargo, en la actualidad esta estrategia produc-tiva es nuevamente insuficiente para sostener una mayor población dependiente de prácticas de producción encarecidas por el precio de las tecnologías externas, a lo que se suma el dete-rioro ambiental y el agotamiento de las áreas de expansión de la frontera agrícola.

La variación en los sistemas agrícolas se pudo observar claramente en la zona donde las condiciones físicas ambientales permitieron el establecimiento de café apoyado por la polí-tica de intervención externa del Inmecafé. Sin embargo este proceso no se realizó en todo el municipio; en la tierra fría los productores in-tensificaron la producción de maíz, parcelando las tierras para que los jóvenes tuvieran acceso a ellas. Una vez más la migración temporal permi-tió a los productores conocer nuevos cultivos y probarlos en sus parcelas, como es el caso de al-gunos frutales. Si las innovaciones tecnológicas encaminadas por el Estado o por la experimen-tación campesina no se adaptan a las condicio-nes del contexto de la agricultura local y si no se interiorizan las prácticas culturales, no tendrán éxito o serán altamente dependientes de las condiciones externas de precios para mantener el sistema de producción. Por tanto, la intensi-ficación agrícola mediante la innovación tecno-lógica observada en Oxchuc en los años ochen-ta fue suficiente para incrementar los ingresos sólo durante dos décadas.

Otro fenómeno que desempeña un papel importante para hacer frente a los problemas del crecimiento poblacional, la falta de tierras y la necesidad de tener acceso a alimentos su-ficientes, es la migración hacia los centros ur-banos. Lewis (1954) planteó que el desarrollo

urbano industrial absorbería los excedentes de mano de obra en el campo y abarataría los cos-tos de los medios de producción, con lo que se intensificaría la producción agrícola y la pobla-ción disminuiría la presión sobre la tierra.

En el municipio de Oxchuc la población optó por migrar en busca de empleos agrícolas, por la deficiente capacidad de ofrecer empleos ur-banos y porque no se cuenta con la infraestruc-tura o con industrias que permitan generarlos; por otra parte, el magisterio, entre 1970 y 1980, absorbió parte de la población, sin embargo el estancamiento económico posterior no permi-tió absorber la población restante. Para que el empleo urbano tenga impacto y disminuya la presión sobre los recursos naturales se requie-re establecer empresas e industrias en la región, así como capacitar y formar a los jóvenes en ofi-cios ligados a las nuevas necesidades de las in-dustrias.

Ante esto, las familias del municipio de Ox-chuc han apostado por aumentar el número de actividades económicas ya sean endógenas o inducidas por las políticas gubernamentales: producción de maíz en el sistema milpa, el café y la introducción de frutales, así como migrar en búsqueda de empleos no agrícolas para acce-der a mejores condiciones de vida y cubrir sus requerimientos alimentarios.

La crisis ha propiciado la aparición de diver-sas actividades como la migración, la estrategia agrícola y el empleo no agrícola, lo que en pa-labras de Rello (2000) sería la pluriactividad o multiactividad, sin embargo, para Acosta (2005) esto oculta el fenómeno central de la pérdida de valor del producto campesino, originando la disminución de la rentabilidad de las unidades de producción, ya que éstas dejan de tomar el papel central dentro de las economías campe-sinas rurales y provocan un deterioro de los ac-tivos, situando a las familias en un contexto de mayor vulnerabilidad. No obstante, considera-mos que la pauta que permite entender el pro-

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blema que está detrás de la multiactividad es la disminución de los activos con que cuentan las familias.

Ante esta situación las familias necesaria-mente deben realizar otras actividades, como la migración o el empleo no agrícola. Sin embargo, a los productores les resulta difícil desligarse de la actividad productiva, ya que a su alrededor se articulan varias actividades culturales como la organización por linajes, bajo su estructura de división social del trabajo en torno a las unida-des domésticas. Esta forma de organización les ha permitido hacer frente a las limitantes de los recursos naturales y ante el incremento de la población, prolongan la capacidad de acceso a los alimentos. Por ejemplo: para realizar las ac-tividades agrícolas que requieren mucha fuerza de trabajo (como la preparación del terreno, la siembra y la cosecha), los parientes y vecinos se ayudan (mano vuelta); de igual manera se orga-nizan para realizar los ritos que giran alrededor de la milpa.

Por tanto, pensar en crear o desarrollar acti-vidades que permitan a las familias abandonar la agricultura e incorporarse a una actividad no agrícola resulta un reto, ya que no existe la po-sibilidad económica de incorporar a los jóvenes en empleos en torno a la red de valor. Sin em-bargo, las políticas sociales apuntan a la trans-ferencia de recursos monetarios a las familias, y no a la inversión en proyectos productivos.

En resumen, se considera que las críticas al modelo malthusiano para hacer frente al pro-blema de producción de alimentos y crecimien-to poblacional (escasez) es válida, entendiendo que la población sigue su propia dinámica de crecimiento, y más bien habría que enfocar los esfuerzos a generar opciones que disminuyan la presión sobre los recursos naturales y aseguren el acceso a los alimentos. En ese sentido toman importancia los planteamientos de diversos au-tores:

• La innovación tecnológica acompaña-da por una política asistencialista (Bo-serup, 1979).• La absorción de la mano de obra so-brante en empleos urbanos (Lewis, 1954).• Las innovaciones tecnológicas con-textualizadas al entorno sociocultural acompañados de una política local (Cle-veland, 1998).

Estas acciones son válidas en ciertos contex-tos espaciales y temporales, tomando en cuen-ta que su vigencia es temporal. En el apartado siguiente nos enfocaremos en el examen de la innovación tecnológica como una alternativa viable para escapar a la predicción malthusiana.

Políticas para el desarrollo social y agrícolaLas políticas sociales y agrícolas en el munici-pio de Oxchuc han contribuido parcialmente a responder al problema del abasto de alimentos en el corto plazo, principalmente mediante el programa Oportunidades y los subsidios agrí-colas, los cuales no sólo cubren con esta función sino que permiten a las familias acceder a otros satisfactores. A la política orientada a sustituir la agricultura tradicional por la agricultura co-mercial se le ha denominado modernización de la agricultura. La transformación de la agri-cultura implica cambios profundos en las con-diciones socioeconómicas y de alimentación de las comunidades y las familias (Arnon, 1987; Hewitt, 1978 citado en Pat, 2007). Aunque se han realizado avances considerables para aba-tir muchos de los rezagos sociales que caracte-rizan a México, es evidente que todavía existen grandes segmentos de la población que viven en condiciones de pobreza, vulnerabilidad so-cial, precariedad, indefensión, impotencia, in-

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seguridad y exclusión. Paradójicamente, esta situación prevalece a pesar de que han existido múltiples programas y esfuerzos contra tales re-zagos (Gonzáles, 2005; Székely, 2002).

Para contextualizar las implicaciones en las políticas ante una estrategia multiactiva retoma-mos a Rello (2000), quien plantea que para cada estrategia que las familias realicen (estrategia agrícola, multiactividad y empleo no agrícola) se deben establecer políticas diferenciadas, es decir, los focos de atención son diferentes. Sin embargo las políticas actuales se focalizan y no distinguen las diferentes estrategias familiares.

Para la estrategia agrícola es necesario ase-gurar el acceso a las tierras mediante los dere-chos agrarios, el mejoramiento de las condi-ciones de la tierra (riego, organización de los usuarios), el acceso a créditos, la minimización de riesgos, la transferencia de tecnologías ade-cuadas e información de mercados, la asistencia técnica y capacitación, la organización para la comercialización y la utilización sostenible de los recursos naturales. Adicionalmente Dixon et al. (2001) plantean que para que los sistemas de producción agropecuaria evolucionen, es necesario prestar atención a cinco puntos: 1) recursos naturales y clima; 2) ciencia y tecnolo-gía; 3) liberación del comercio y desarrollo de mercados; 4) políticas, instituciones y bienes públicos y, 5) información y capital humano. En el municipio de Oxchuc se han establecido políticas tradicionales agrarias que focalizan la atención en entrega de plantas, herramien-tas o apoyo económico; por tal razón, el desa-rrollo de los sistemas productivos es limitado.

Para apoyar la estrategia de multiactividad es necesario que las políticas se orienten: al fomen-to de las actividades agrícolas, a programas de desarrollo regional, a la creación de empleos y eslabonamientos, al fomento de actividades es-tratégicas intensivas en mano de obra, al acceso a créditos agrícolas y no agrícolas, a la capacita-ción profesional, a la información sobre fuentes

de empleo y otras oportunidades, al programa de desarrollo de ciudades intermedias, al me-joramiento de las actividades de subsistencia (parcela y traspatio) y a la utilización sostenible de los recursos naturales.

En relación con lo que se ha planteado, en el municipio de Oxchuc se comienza a ver los pri-meros esfuerzos para fortalecer los activos de las familias dentro de la estrategia multiactiva; para ello la intervención de las políticas sociales en mejorar la infraestructura y brindar transfe-rencias directas, agrupando a la población en microrregiones que tendrían la función de arti-cular a las comunidades pequeñas y fomentar un conjunto de acciones, como la de brindar ser-vicios básicos en materia de salud y educación, así como ser centros articuladores para poder generar canales de mercado. Sin embargo, aun-que el programa de microrregiones funciona en el territorio, no ha logrado generar la conectivi-dad entre los servicios públicos, la producción y la población, ya que se siguen mecanismos dife-renciados entre sí.

Por otro lado, la política social se ha imple-mentado por medio de transferencias directas, como es el caso del programa Oportunidades, que son de suma importancia para las familias del municipio de Oxchuc pues de ellas depende más de 30% de los ingresos familiares; sin em-bargo, sus implicaciones en el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias no se pue-den observar claramente, ya que estas políticas focalizadas no permiten fortalecer los activos de las familias para que salgan de su estado de pobreza ni exigen un mínimo de corresponsabi-lidad, por lo que únicamente dejan a los sujetos como receptores de los apoyos.

En la estrategia del fomento al empleo no agrícola se debe considerar la elevación del sa-lario real y el mejoramiento de condiciones de trabajo; para ello es necesario establecer pro-gramas de desarrollo regional y crear empleos y eslabonamientos; fomentar actividades estra-

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tégicas; intensificar la mano de obra; capacita-ción profesional; información sobre fuentes de empleo y otras oportunidades; programas de desarrollo de ciudades intermedias y mecanis-mos adecuados para invertir las remesas y los ingresos migratorios.

El empleo no agrícola en el municipio de Oxchuc se establece por la migración, ya que la población busca empleos en centros urba-nos cercanos y desempeña algunas actividades de manera temporal debido a que la oferta de empleos urbanos es deficiente, por la falta de infraestructura o industrias y por el el estanca-miento económico. Por tal razón se requieren intervenciones puntuales para generar empleos no agrícolas.

En materia de políticas respecto al campo, el ayuntamiento de Oxchuc trabaja en un pro-yecto de diversificación agrícola, al que se han destinado $1 781 909.25 para dar apoyo a 642 productores que han decidido variar su produc-ción mediante la plantación de 160.5 hectáreas de frutales, de tal manera que se tiene una in-versión de $2 775.56 por productor. Bajo esta lógica se tendrían que cambiar ciertas prácti-cas agrícolas y formas de organización social; en este sentido la política definida localmente se propone promover la participación social y la corresponsabilidad mediante un proceso de aprendizaje social. Para cambiar el esquema pa-ternalista que ha imperado hasta hoy es nece-sario:

•Definir el proceso de manera participativa.• Cambiar la actitud de los sujetos, de pasivos a activos. •Realizar la gestión ante varias agencias fi-nanciadoras (mezcla de recursos).•Planear de forma bidireccional los procesos de capacitación, seguimiento y evaluación.•Establecer espacios de diálogo y de toma de decisiones entre los actores involucrados.

•Capacitar y dar seguimiento en las diferen-tes etapas del proyecto.•Conocer experiencias que despierten y vi-sualicen el interés de los beneficios de las plantaciones comerciales.•Dar seguimiento, evaluar y retroalimentar el proceso.

Algunas personas que se oponen al cambio piensan que los beneficios deben de ser “para todos o para ninguno” y en el caso de participar en un proyecto productivo no están dispuestos a contribuir monetariamente, sino que esperan que el municipio cubra los costos y las aporta-ciones que le corresponden a la comunidad. Esta situación condiciona el buen funcionamiento de las innovaciones tecnológicas, aun cuan-do parten de las expectativas de la población.

Por otro lado, la actual política municipal está generando innovaciones en materia de gestión de recursos financieros productivos en corresponsabilidad con las personas.

Realizar estas modificaciones dentro de la planeación tradicional resulta todo un reto, pero si al mismo tiempo no se desarrollan métodos para disminuir la tasa de crecimiento poblacio-nal, la innovación difícilmente logrará acceder a mejores ingresos en el tiempo. Se debe tra-bajar con la Secretaría de Salud para establecer estrategias que contribuyan a disminuir la tasa de crecimiento poblacional. También la gene-ración de empleos no agrícolas en la región es una oportunidad. Aunque es necesario pensar en actividades que permitan producir más ali-mentos, ya que la población sigue su propia di-námica de crecimiento.

Si no se modifican las políticas de atención social y se continua apoyando a la población mediante ingresos directos, como el caso de Oportunidades, lejos de erradicar la pobreza y corresponsabilizar a la población de su desa-rrollo se seguirá ampliando el círculo vicioso de

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pobreza y vulnerabilidad en detrimento de los medios de vida familiares, y la estrategia mul-tiactiva no podrá encaminarse hacia la especia-lización y la formación de valor agregado.

La administración 2008-2010 busca que la planeación para el desarrollo rural parta de los procesos y de las estructuras comunitarias, y que las personas decidan mediante criterios definidos colectiva y explícitamente cuáles son las alternativas viables. Por otro lado, se debe generar un proceso que cubra las necesidades de la población en el corto, mediano y largo plazos; en este sentido, la planeación median-te el aprendizaje social permite centrarse en la acción (innovación tecnológica) y aprender e involucrar a los sujetos en el proceso de pla-neación. La creencia esencial de la tradición del aprendizaje social es que la práctica y el apren-dizaje están concebidos como procesos correla-tivos, de forma que un proceso implica otro. El conocimiento se deriva de la experiencia y se valida en la práctica y es íntegramente parte de la acción (Friedmann, 2001; Cazorla et al., 2007).

La actual política social debe enfocarse, precisamente, a instrumentar programas y me-canismos para que la población de menores recursos deje de estar sujeta a las restricciones enumeradas anteriormente; si las políticas pú-blicas logran eliminarlas se podrá generar un círculo virtuoso de acumulación de activos y de generación de oportunidades productivas que permitirá a los individuos crearse una fuente de ingreso por su propio esfuerzo.

El reto consiste en delinear una estrategia que, en lugar de apuntar a las consecuencias de la pobreza, se concentre en sus causas y al mismo tiempo contribuya al desarrollo regio-nal permitiendo canalizar los esfuerzos hacia un objetivo deseable; sin embargo, debe ocurrir un cambio de actitud entre las instituciones y sus clientes, que permita un compromiso de corres-

ponsabilidad, de lo contrario las familias rurales seguirán reproduciendo los mecanismos que les impide salir de la pobreza y seguirán depen-diendo de las transferencias gubernamentales.

Conclusiones Los medios de vida de las familias de Oxchuc son restrictivos e inciden en la diversificación de las estrategias; en respuesta las familias han desarrollado tres estrategias: la agricultura (tra-dicional hacia una diversificada comercial), el empleo no agrícola (carreras profesionales, tra-bajo doméstico), la migración (temporal y esta-cional) hasta llegar a ser multiactivos, pero con una alta dependencia hacia las transferencias gubernamentales generadas por las políticas focalizadas.

Dentro de las actividades agrícolas se encon-traron tres sistemas de producción, la milpa, el café y los frutales, los cuales aportan hasta 30% al ingreso familiar en la zona de café, que po-see la máxima diversificación agrícola. La zona de maíz y frutales solamente 7.45% y 11.20% respectivamente, con una producción modera-damente diversificada, lo cual ocasiona que la producción de alimentos no sea suficiente y se deban invertir los ingresos obtenidos de las de-más actividades para adquirir alimentos. De tal manera, existe un déficit en la producción de ali-mentos causada por las restricciones que impo-nen los recursos naturales, la escasa aplicación de mano de obra en sistemas de producción rentables y la carencia de innovaciones técnicas. En el mismo sentido, el crecimiento poblacio-nal propicia el minifundismo y la disminución de la cantidad de tierra por familia. Bajo las con-diciones actuales las familias se encuentran por debajo de la línea de pobreza alimentaria.

Mediante una política local realizada por el ayuntamiento del municipio de Oxchuc, fue

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posible diversificar las actividades productivas, orientándolas al mercado mediante innovacio-nes tecnológicas, sustentadas en la aceptación y participación de los campesinos.

Ante la situación generada por las políticas focalizadas, realizar una innovación tecnológica que cambie el papel de los campesinos es todo un reto ya que ellos están acostumbrados a ser sujetos receptores de programas de atención social y productiva sin un mínimo grado de in-volucramiento, razón por la cual han generado dependencia de las condiciones externas en la conformación de sus ingresos.

La oportunidad para reforzar la estrategia multiactiva debe basarse en un proceso que desarrolle la corresponsabilidad y contribuya al cambio de viejas prácticas generadas por el pa-ternalismo; a la par es necesario establecer polí-ticas de control de crecimiento de la tasa pobla-cional, de lo contrario cualquier esfuerzo para prolongar la capacidad de producir alimentos será insuficiente, se confirma el modelo malthu-siano pero su vigencia es temporal.

El problema fundamental de los procesos de innovación tecnológica es ocasionado por la ac-titud paternalista enraizada en las costumbres y prácticas cotidianas de las familias rurales lo que, sumado a las condiciones restrictivas de los medios de vida, permite llegar a razona-mientos tales como “es para todos o para nin-guno”. El problema de fondo es la resistencia al cambio de una estrategia de autoabasto hacia una mercantil.

Para generar un proceso que permita a las fa-milias de Oxchuc salir del estado de pobreza ali-mentaria se debe cambiar el rol de las familias, para que sean sujetos partícipes de las innova-ciones y que a la vez cubra las necesidades de la población en el corto, mediano y largo plazos.

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Revista de Geografía Agrícola núm. 42 / 105

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Agradecimientos• Al proyecto Manejo de Recursos Naturales en la Frontera Sur de México, del fondo Semarnat-Cona-cyt por el apoyo para la realización de la tesis.• Al H. Ayuntamiento de Oxchuc por las facilidades y el apoyo otorgado para desarrollar el trabajo que se expone en este documento. • Al Departamento de Proyectos Productivos del H.

Ayuntamiento de Oxchuc por su interés, entusias-mo y participación corresponsable en la realiza-ción de este trabajo. • A los representantes de comunidades, muchos de ellos agentes municipales, por su participación en los tres talleres realizados en el municipio.