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    Revista Libertas 13 (Octubre 1990)

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    LA TEORIA AUSTRIACA DEL DINERO

    Murray N. Rothbard

    La teora austraca del dinero empieza y termina prcticamente con lamonumental obra de Ludwig von Mises, Theory of Money and Credit, publicadaen 1912.1 El logro fundamental de Mises fue tomar la teora de la utilidadmarginal, postulada por los economistas austracos y otros marginalistas, paraexplicar la demanda del consumidor y el precio de mercado, y aplicarla a lademanda y el valor, o precio, del dinero. A partir de ese momento ya no eranecesario disociar la teora del dinero de la teora econmica general de la acciny la utilidad individuales, de la oferta, la demanda y el precio; la teoramonetarista ya no tendra que sufrir el aislamiento al que estaba sometida en uncontexto de velocidades de circulacin, niveles de precios y ecuaciones de

    intercambio.Al aplicar al dinero el anlisis de la oferta y la demanda Mises se vali del

    concepto wicksteediano: oferta es el stock total de una mercanca en un momentodado y demanda es la demanda total del mercado destinada a obtener y conservarsaldos de caja, creados a partir de los ordenamientos de las utilidades marginalesde las unidades monetarias sobre la base de las escalas de valores de losindividuos actuantes en el mercado. El concepto wicksteediano puede aplicarsemuy bien al dinero por varias razones: primero, porque la oferta de dinero ora esextremadamente duradera con respecto a la produccin, como sucede con elsistema del patrn oro, ora est determinada en forma exgena al mercado por laautoridad gubernamental; segundo, y ms importante, porque el dinero, nicaentre todas las mercancas que la gente desea obtener y demanda al mercado, seadquiere no para su consumo, sino para su tenencia con vistas a un intercambiofuturo. La demanda-de-dinero para su tenencia se convierte as en el conceptoapropiado para analizar la funcin singularmente amplia del dinero y de sutenencia como stockcon el fin de utilizarlo para ulteriores ventas. Mises pudoexplicar tambin la demanda de saldos de caja como una resultante de lasutilidades marginales sobre escalas de valores que son rigurosamente ordinales

    para cada individuo. En el curso de su anlisis, Mises se bas en la lcida idea desu colega austriaco Franz Cuhel para desarrollar el concepto de una utilidadmarginal que era estrictamente ordinal, lexicogrfica, y estaba expurgada detodos los vestigios del error de presuponer la mensurabilidad de las utilidades.

    Las utilidades relativas de las unidades monetarias comparadas con otrosbienes determinan la demanda de saldos de caja de cada persona, es decir, quporcin de su ingreso o su riqueza conservar como saldo de caja, comparadocon la cantidad que habr de gastar. Aplicando al dinero la ley de la utilidadmarginal (ordinal) decreciente, y teniendo en cuenta que su uso ha de

    Traducido con autorizacin del autor de Edwin G. Dolan (comp.), The Foundations of Modern AustrianEconomics, Sheed & Ward, Inc., Kansas City.1

    Ludwig von Mises, Theorie des Geldes und der Umlaufsmittel, 1912; vase la tercera edicin en ingls,The Theory of Money and Credit, Yale University Press, New Haven, 1953.

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    reservarse para su futuro intercambio, Mises lleg implcitamente a una curva dedemanda descendente para el dinero en relacin con el poder adquisitivo de launidad monetaria. Este poder adquisitivo, al que Mises denominaba tambinvalor de cambio objetivo del dinero, estaba determinado entonces, como en el

    anlisis comn y corriente de la oferta-y-la-demanda, por la interseccin delstockde dinero y la demanda de un plan de saldos de caja. Podemos observaresto visualmente si recurrimos al conocido diagrama bidimensionalcorrespondiente al precio de cualquier mercanca y a su cuanta, y colocamos enla coordenaday el poder adquisitivo de la unidad monetaria, y en la coordenada

    x, la cantidad de dinero. Mises termin de redondear el anlisis sealando que laoferta total de dinero en cualquier momento dado no es ni ms ni menos que lasuma de los saldos de caja individuales existentes en ese preciso momento. Enninguna sociedad existe dinero que no tenga dueo: el dinero pertenece siempre aalguien y, por tanto, siempre forma parte del saldo de caja de algn individuo.

    Si bien el anlisis de Mises puede representarse, por razones decomodidad, recurriendo al habitual diagrama de la oferta-y-la-demanda, en elcual el poder adquisitivo de la unidad monetaria hace las veces de precio deldinero, atenerse nicamente a un diagrama tan simplificado falsea la teora. Enefecto, como seal Mises en un brillante anlisis cuyas conclusiones an no hansido asimiladas plenamente por las principales corrientes de la teora econmica,el poder adquisitivo de la unidad monetaria no es simplemente la inversa delllamado nivel de precios de los bienes y servicios. Al describir las ventajas deldinero considerado como medio general de cambio y de qu manera ese mediogeneral apareci en el mercado, Mises haca notar que la unidad monetaria sirve

    como unidad contable y como comn denominador de todos los otros precios,pero sealaba que la mercanca-dinero se encuentra an en un estado de truequecon los dems bienes y servicios. As, en la etapa premonetaria de trueque -antesde la introduccin del dinero-, no existe ningn precio de los huevos unitario;una unidad de huevos (por ejemplo, una docena), tendr muchos preciosdiferentes: el precio de la manteca, en trminos de kilogramos de manteca; el

    precio de un sombrero, en trminos de sombreros; el precio de un caballo, entrminos de caballos, etctera. Cada uno de los bienes y servicios tendr unagama casi infinita de precios en funcin de cada uno de los otros bienes yservicios. Una vez que se elige una mercanca, v.gr., el oro, como medio autilizar para todos los intercambios, cada uno de los otros bienes, excepto el oro,gozar de un precio unitario; de este modo sabemos que el precio de los huevoses de un dlar la docena; el precio de un sombrero es de diez dlares y assucesivamente. Pero mientras que cada uno de los bienes y servicios, excepto eloro, tiene ahora un precio nico en trminos monetarios, el dinero mismo tieneuna gama virtualmente infinita de precios individuales en funcin de cada uno delos otros bienes y servicios. En otras palabras, el precio de cualquier bien omercanca equivale a su poder adquisitivo en trminos de otros bienes yservicios.

    Cuando rige el sistema de trueque, si el precio de una docena de huevos esde un kilogramo de manteca, el poder adquisitivo de una docena de huevos ser,

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    inter alia, de un kilogramo de manteca. El poder adquisitivo de una docena dehuevos ser tambin una dcima parte de un sombrero, etctera. A la inversa, el

    poder adquisitivo de la manteca equivale a su precio en trminos de huevos; eneste caso, el poder adquisitivo de medio kilogramo de manteca es media docena

    de huevos. Despus de la aparicin del dinero, el poder adquisitivo de unadocena de huevos es igual a su precio monetario, que en nuestro ejemplo es undlar. El poder adquisitivo de medio kilogramo de manteca ser cincuentacentavos de dlar, el de un sombrero diez dlares, etctera.

    Cul es, entonces, el poder adquisitivo, o el precio, de un dlar? Ser unavasta gama de todos los bienes y servicios que pueden adquirirse con un dlar, esdecir, de todos los bienes y servicios existentes en la economa. En nuestroejemplo, podramos decir que el poder adquisitivo de un dlar es igual a unadocena de huevos, o a un kilogramo de manteca, o a una dcima parte de unsombrero, etctera. En suma, el precio o poder adquisitivo de la unidad monetaria

    ser una gama de las cantidades de bienes y servicios alternativos que puedenadquirirse con un dlar. Dado que esta gama es heterognea y especfica, no

    puede resumirse en alguna cifra de nivel de precios unitaria.Mises tambin pone de manifiesto la falacia del concepto de nivel de

    precios cuando analiza precisamente cmo aumentan los precios (es decir,disminuye el poder adquisitivo del dinero) en respuesta al incremento de lacantidad de dinero (suponiendo, desde luego, que los planes individuales dedemanda de saldos en efectivo o, en trminos ms generales, las escalas devalores individuales permanecen constantes). En contraste con la hermticaconcepcin econmica neoclsica que separa el dinero y los niveles de precios de

    los precios relativos de los bienes y servicios individuales, Mises demostr queun incremento de la oferta monetaria influye de manera diferente en las distintasesferas del mercado, y con ello modifica inevitablemente los precios relativos.

    Supongamos, por ejemplo, que la oferta de dinero aumenta un 20 porciento. El resultado no ser, como da por sentado la economa clsica, un simpleaumento general del 20 por ciento en todos los precios. Imaginemos, a ttulo desuposicin, el caso ms favorable, que podramos denominar el modelo delArcngel Gabriel, segn el cual el Arcngel Gabriel desciende de las alturas y dela noche a la maana incrementa el saldo de caja de todo el mundo precisamenteen un 20 por ciento. Ahora bien, no todos los precios aumentarn simplemente un20 por ciento, porque cada individuo tiene una escala de valores diferente, unordenamiento ordinal diferente de las utilidades, incluso las utilidades marginalesrelativas de los dlares y de todos los otros bienes de su escala de valores. Amedida que aumenta el stock de dlares de cada persona, sus adquisiciones de

    bienes y servicios variarn de acuerdo con la nueva posicin que stos ocupan ensu escala de valores respecto de los dlares. Por lo tanto, variar la estructura dela demanda, al igual que los precios relativos y los ingresos relativos de la

    produccin, y se modificar tambin la composicin de la gama de bienes yservicios que constituyen el poder adquisitivo del dlar.

    Si en el modelo del Arcngel Gabriel varan las demandas y los preciosrelativos, mucho ms variarn en el mundo real los incrementos de la oferta

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    monetaria. En efecto, como demostr Mises, en el mundo real la inflacinmonetaria es tentadora para los inflacionistas, precisamente porque la inyeccinde nuevo dinero no sigue el modelo del Arcngel Gabriel. Por lo contrario, elgobierno o los bancos crean nuevo dinero para que sea gastado en bienes y

    servicios especficos. Con ello, aumenta la demanda de esos bienes, elevandoestos precios especficos. Gradualmente, el nuevo dinero fluye con rapidez atravs de toda la economa, incrementando a su paso la demanda y los precios. Se

    produce una redistribucin del ingreso y la riqueza hacia aquellos que reciben elnuevo dinero al comienzo del proceso, a expensas de quienes lo reciben mstarde y de aquellos sectores con ingresos fijos que no reciben absolutamentenada.

    A raz de este incremento de dinero sobrevienen dos tipos de cambios enlos precios relativos: 1) la redistribucin de los receptores tardos a los receptorestempranos, que tiene lugar durante el proceso inflacionario, y 2) las permanentes

    variaciones en la riqueza y el ingreso, que continan producindose inclusodespus de que se hayan disipado los efectos del incremento de la ofertadineraria. El nuevo equilibrio reflejar un cambio en la pauta de la riqueza, elingreso y la demanda resultante de los cambios que sobrevienen durante el

    proceso inflacionario. Los grupos de ingresos fijos, por ejemplo, sufrenpermanentemente una prdida en cuanto a su riqueza y su ingreso relativo.2

    Si el concepto de un nivel de precios unitario es engaoso, lo es aun mstodo intento de medir los cambios que se producen en ese nivel. Si seguimosutilizando nuestro ejemplo anterior, supongamos que en un momento dado, conun dlar se puede adquirir una docena de huevos, o la dcima parte de un

    sombrero, o un kilogramo de manteca. Si, en aras de la simplicidad, limitamoslos bienes y servicios disponibles slo a estos tres rubros, estaremos describiendoel poder adquisitivo del dlar en ese momento. Pero supongamos que, en otromomento, los precios aumentan, debido quizs a un incremento en la oferta dedlares, de modo que la manteca cuesta un dlar el medio kilogramo, unsombrero doce dlares y los huevos tres dlares la docena. Los precios suben,

    pero no de manera uniforme, y lo nico que ahora podemos decir, desde el puntode vista cuantitativo, acerca del poder adquisitivo del dlar, es que es igual acuatro huevos, a una doceava parte de un sombrero o a medio kilogramo demanteca. Es inadmisible tratar de agrupar los cambios en el poder adquisitivo deldlar recurriendo a un nico nmero ndice promedio. Cualquier ndice de estetipo evoca una suerte de totalidad de bienes cuyos precios relativos permaneceninalterados, de modo que un promedio general podra llegar a medir lasvariaciones en el poder adquisitivo del dinero mismo. Pero hemos visto que los

    precios relativos no pueden permanecer inmutables, y mucho menos lasvaloraciones que los individuos confieren a esos bienes y servicios.3

    2 Sobre los cambios en los precios relativos concomitantes con la oferta monetaria, vase Mises, Theoryof Money and Credit, pp. 139-145.3 Sobre las falacias de la medicin y los nmeros ndices, vase Mises, Theory of Money and Credit, pp.

    187 194; ibid.,Human Action: A Treatise on Economics, Yale University Press, New Haven, 1949, pp.221 224: Murray N. Rothbard, Man, Economy, and State, D. Van Nostrand, Princeton, 1962, 2:737 740; Bassett Jones,Horses and Apples: A Study of Index Numbers, John Day & Co., New York,

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    As como el precio de cualquier bien tiende a ser uniforme, del mismomodo, como lo demostr Mises, el precio o poder adquisitivo del dineromanifestar esta tendencia en toda su rea de comercializacin. El poderadquisitivo del dlar tender a ser uniforme en todo el territorio de los Estados

    Unidos. De modo anlogo, en la era del patrn oro, el poder adquisitivo de unaunidad de oro tenda a ser uniforme en todas las reas donde estaba en uso el oro.Los crticos que hacen hincapi en la persistente tendencia a que el precio deldinero se diferencie de una localidad a otra no comprenden la concepcinaustraca de lo que constituye realmente un bien o un servicio. Un bien no sedefine por sus propiedades tcnicas, sino por su homogeneidad respecto de lasdemandas y los deseos de los consumidores. Es fcil explicar, por ejemplo, porqu el precio del trigo en Kansas no es igual al precio del trigo en New York.Desde el punto de vista del consumidor de New York, si bien el trigo estcnicamente idntico en ambos lugares, en realidad estamos ante dos mercancas

    diferentes: una , es el trigo de Kansas y la otra, el trigo de New York. Esteltimo, por el hecho de estar ms cerca de su lugar de uso, es una mercanca msvaliosa que el trigo de Kansas, y tendr un precio ms alto en el mercado. De lamisma manera, el hecho de que el alquiler de un departamento tcnicamentesimilar no tenga el mismo precio en la ciudad de New York que en el Ohio ruralno significa que el precio del mismo departamento-mercanca difiera en forma

    permanente: el departamento de New York goza de una ubicacin ms valiosa yprivilegiada y, en consecuencia, alcanzar un precio ms alto en el mercado. Eldepartamento de New York es un bien diferente y ms valioso que eldepartamento situado en la zona rural de Ohio, puesto que las respectivas

    localidades son parte integrante del propio bien. En todas las pocas, un bienhomogneo debe definirse en funcin de su utilidad para el consumidor antes que

    por sus propiedades tcnicas.Ampliando este anlisis, el hecho de que el costo de vida pueda ser

    permanentemente ms alto en New York que en Ohio no niega la tendencia, estoes, que el poder adquisitivo del dlar es uniforme en todo el pas. Las doslocalidades representan un conjunto diferente de bienes y servicios, y New York

    proporciona al consumidor una gama mucho ms amplia de bienes y servicios.4

    En su importante historia de la teora de los precios internacionales, C. Y.Wu puso de relieve el aporte de Mises, e hizo notar que la explicacin misesianasegua la tradicin de Ricardo y tambin la de Nassau Senior, quien fue el

    primer economista que dio una explicacin clara del significado de la doctrinaclsica - segn la cual el valor del dinero era el mismo en todas partes-, ydemostr, adems, que las diferencias en los precios de bienes de composicinsimilar en diferentes lugares eran perfectamente compatibles con el supuesto deuna igualdad del valor del dinero.5 Despus de sealar que Mises lleg a esteconcepto independientemente de Senior, Wu procedi a desarrollar la aplicacin

    1934; y Oskar Morgenstern, On the Accuracy of Economic Observations, 2a. ed. rev., PrincetonUniversity Press, Princeton, 1963.4

    Vase Mises, Theory of Money and Credit, pp. 170 178.5 ChiYuen Wu,An Outline of International Price Theories, George Routledge & Sons, Londres, 1939, p.126.

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    de Mises a las presuntas diferencias en el costo de vida segn la ubicacin de losbienes. Como sostena Wu: Para l [Mises] quienes creen en las diferenciasnacionales que inciden en el valor del dinero no han tomado en cuenta el factorubicacional en la naturaleza de los bienes econmicos; de lo contrario habran

    comprendido que las presuntas diferencias pueden explicarse por las diferenciascualitativas de los bienes que se ofrecen y que la gente demanda. Y conclua conuna cita del libro de Mises, Theory of Money and Credit: La ratio de cambioentre las mercancas y el dinero es en todas partes la misma. Pero los hombres ysus necesidades no son los mismos en todas partes, y tampoco lo son lasmercancas.6

    Si el poder adquisitivo del dinero tiende a ser igual en todas partes, qusucede si coexisten en el mundo una o ms monedas? A modo de explicacin,Mises profundiz el anlisis ricardiano llegando a lo que habra de denominarseteora de la paridad del poder adquisitivo de las tasas de cambio, o sea, que la

    tasa de cambio entre dos monedas independientes tender a ser igual a la ratio desus poderes adquisitivos. Mises demostr que este anlisis se aplica tanto a latasa de cambio entre el oro y la plata sin que importe si las dos monedascirculan juntas dentro del mismo pas o no como a los billetes legalesindependientes emitidos por dos naciones. Wu explic la diferencia entre lateora de Mises y la versin, lamentablemente mucho ms conocida, de la teorade la paridad del poder adquisitivo postulada poco despus por Gustav Cassel. Laversin de Cassel pasa por alto la importancia que los economistas austracosadjudican a las diferencias en el factor ubicacional para explicar las diferenciasen el valor de bienes tcnicamente similares, lo cual complementa, a su vez, la

    posicin austraca clsica ms amplia de que el poder adquisitivo del dineroconstituye una gama de bienes especficos. Este punto de vista contrasta con laopinin de Cassel y de los neoclasicistas, quienes conciben el poder adquisitivodel dinero como la inversa de un nivel de precios unitario. Wu afirmaba alrespecto:

    De acuerdo con la teora de la paridad del poder adquisitivo la tasade cambio estara en equilibrio cuando e1 poder adquisitivo de lasmonedas es igual en todos los pases donde se comercializan esasmonedas. Si el trmino poder adquisitivo se refiere al poder de adquirirmercancas, que no slo tienen una composicin tcnica similar, sinotambin la misma situacin geogrfica, la teora se convierte en la doctrinaclsica de los valores comparativos de las monedas de diferentes pases, yes una doctrina sana. Pero, lamentablemente, el trminopoder adquisitivoen conexin con la teora implica a veces la recproca del nivel general de

    precios en un pas. Interpretada de este modo, la teora pasa a sustentarque el punto de equilibrio para las divisas habr de encontrarse en elcociente entre los niveles de precios de los diferentes pases. Esta es [...]

    6

    Wu, Outline, p. 234; Mises, Theory of Money and Credit, p. 178. Mises desarroll la teoraindependientemente de la de Senior, porque sta slo se public en 1928 en Industrial Efficiency andSocial Economy, New York, 1928, pp. 55-56; vase Wu, Outline, p. 127 n.

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    una interpretacin errnea de la teora de la paridad del poderadquisitivo.7

    Lamentablemente, en lugar de corregir su errado concepto acerca delpoder adquisitivo, Cassel abandon muy pronto la doctrina de la paridad plena en

    favor de una argumentacin diferente y sumamente atenuada (que slo lasvariaciones en las tasas de cambio reflejan las variaciones en el respectivo poderadquisitivo), debido quizs a su deseo de aplicar la teora haciendo uso de lamedicin y de los nmeros-ndices.8

    Cuando Mises emprendi la tarea de aplicar la teora de la utilidadmarginal al precio del dinero, tuvo que enfrentar el problema que ms tarde iba adenominarse el crculo austraco. En suma, cuando alguien clasifica huevos, ozapatos, o carne vacuna en su escala de valores, evala estas mercancas por suuso directo para el consumo. Tales valoraciones son, por supuesto,independientes de la fijacin de su precio en el mercado y previas a l. Pero la

    gente demanda dinero para conservar sus saldos de caja, no con vistas a sueventual uso directo en el consumo, sino precisamente para intercambiar esossaldos por otras mercancas que sern utilizadas en forma directa. Por tanto, eldinero no es til en si mismo, sino porque tiene un valor de cambio previo,

    porque ha sido y presumiblemente ser intercambiable en funcin de otrasmercancas. En resumidas cuentas, la demanda dineraria se produce porque eldinero tiene un poder adquisitivo preexistente; su demanda no slo no esindependiente de su precio en el mercado, sino que se debe precisamente a queya tiene un precio en trminos de otros bienes y servicios. Pero si la demanda, yen consecuencia la utilidad, del dinero dependen de su precio o su poder

    adquisitivo preexistente, cmo puede explicarse, entonces, ese preciorecurriendo a la demanda? Al parecer, la tentativa de los economistas austriacosde aplicar la teora de la utilidad marginal al dinero se encuentrainextricablemente atrapada en una trampa circular. Por esa razn, la corriente de

    pensamiento predominante en economa no pudo aplicar la teora de la utilidadmarginal al valor del dinero y, por tanto, se fue encauzando hacia direccioneswalrasianas multicausales (o no causales).

    Sin embargo, Mises logr resolver este problema en 1912 al desarrollar elllamado teorema de la regresin monetaria. En pocas palabras, sostuvo que lademanda de dinero o de saldos de caja en el momento presente digamos, el daX, se basa en el hecho de que el da anterior, el da X-1, el dinero tena cierto

    poder adquisitivo. El poder adquisitivo del dinero el da X est determinado porla interseccin en el da X de la oferta monetaria existente ese da y de lademanda de saldos de caja existente ese da, la cual est determinada, a su vez,

    por la utilidad marginal que el dinero tena el da X para la gente. Pero estautilidad marginal, y, por tanto, esta demanda, tiene un inevitable componentehistrico: el hecho de que el dinero tena el da X-1 cierto poder adquisitivoanterior y que, en consecuencia, la gente sabe que esta mercanca tiene unafuncin monetaria y, podr ser intercambiada en el futuro por otros bienes y

    7 Wu, Outline, p. 250; la formulacin de Mises se encuentra en Theory of Money and Credit, pp. 179-188.8 Vase Wu, Outline, pp. 251 260

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    servicios. Pero cul es el factor que ha determinado, entonces, el poderadquisitivo del dinero el da X-1? Nuevamente, ese poder adquisitivo estabadeterminado por la oferta y demanda de dinero existente el da X-1, y stadependa, a su vez, del hecho de que el dinero haba tenido cierto poder

    adquisitivo el da X-2. Pero no estaremos atrapados entonces en una regresininfinita, sin posibilidades de escapar de esta trampa circular y sin ningunaexplicacin final? De ninguna manera. Lo que debemos hacer es empujar laregresin temporal hasta el momento en que la gente no usaba la mercanca-dinero como medio de cambio indirecto, sino que la demandaba con vistas a suuso directo para el consumo. Retornemos lgicamente al segundo da en que unamercanca, por ejemplo, el oro, era usado como medio de cambio. Ese da, lademanda de oro responda en parte al hecho de que el primer da el oro tenacierto poder adquisitivo preexistente como dinero o, ms bien, como medio decambio. Pero qu podemos decir de ese primer da? Ese da, la demanda de oro

    dependa nuevamente del hecho de que el oro haba tenido cierto poderadquisitivo preexistente y, por tanto, retrotraemos el anlisis hasta el ltimo dade trueque.

    Ese da, la demanda de oro se limitaba exclusivamente a su uso para elconsumo, y no tena ningn componente histrico referido a cualquier daanterior; en efecto, bajo el sistema de trueque, la demanda de cada mercancaresponda enteramente a su uso para el consumo, y el oro no se diferenciaba enabsoluto del resto de las mercancas. El primer da en que el oro fue utilizadocomo medio de intercambio, su demanda, o utilidad, comenz a tener doscomponentes: primero, un uso para el consumo, como el que haba existido bajo

    el sistema de trueque; segundo, un uso monetario, o uso como medio de cambio,cuya utilidad tena un componente histrico. En suma, la demanda de dinero

    puede retrotraerse al ltimo da de trueque, momento en el cual desaparece elelemento temporal en la demanda de la mercanca-dinero, y las fuerzas causalesde la demanda actual y del poder adquisitivo del dinero pueden explicarse demanera plena y completa.

    El teorema de la regresin monetaria postulado por Mises no slo explicaenteramente la demanda corriente de dinero e integra la teora del dinero a lateora de la utilidad marginal: demuestra tambin que el dinero debe haberseoriginado de esta manera, en el mercado, cuando la gente empez gradualmente ausar como medio de intercambio algn bien anteriormente valioso. Ningndinero puede haberse originado, sea por un convenio social en virtud del cual seconsidera como dinero alguna cosa anteriormente carente de valor, sea por unsbito fiat gubernamental. En efecto, en tales casos, el dinero-mercanca no podatener cierto poder adquisitivo anterior que pudiera hacerse cargo de las demandasdinerarias de la gente. De este modo, Mises demostr que la lcida concepcinhistrica de Carl Menger al postular la forma en que el dinero apareci en elmercado no era simplemente un compendio histrico, sino una necesidad terica.Por otra parte, si bien el dinero tena que haberse originado como una mercancadirectamente til, v.gr., el oro, no hay ninguna razn, a la luz del teorema de laregresin, para que tales usos directos deban continuar una vez que esa

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    mercanca es usada como dinero. Una vez establecidos como dinero, el oro o sussustitutos pueden perder su funcin de uso directo o ser privados de ella, y seguiroperando, sin embargo, como dinero, porque ya habr quedado establecida lareferencia histrica a cierto poder adquisitivo correspondiente a un da anterior.9

    En un importante tratado de economa publicado en 1949,Human Action,Mises refut satisfactoriamente las primeras crticas de Anderson y Ellis alteorema de la regresin monetaria.10 Ulteriormente, J. C. Gilbert y Don Patinkintambin criticaron esa teora. Gilbert afirmaba que la teora de la regresin noexplica cmo puede introducirse un nuevo papel moneda cuando quiebra elsistema monetario anterior. Gilbert se refera presumiblemente a casos como eldel Rentenmark alemn despus de la galopante inflacin de 1923. Pero lacuestin es que el nuevo papel moneda no haba sido introducido de novo: el oroy las monedas extranjeras existan anteriormente, y el Rentenmark podacanjearse, y se canje, en funcin de estas monedas preexistentes; adems, fue

    introducido sobre la base de una relacin fija con el marco anterior, sumamentedepreciado.11 Patinkin critic a Mises por haber sostenido presuntamente que lautilidad marginal del dinero se refiere a la utilidad marginal de los bienes por loscuales se intercambia, antes que a la utilidad marginal de la tenencia misma dedinero; acus tambin a Mises de haber sostenido irreflexivamente la mismaopinin en otros pasajes de su libro, The Theory of Money and Credit. PeroPatinkin estaba equivocado: el concepto misesiano de la utilidad marginal deldinero se refiere siempre a la utilidad de la tenencia de dinero. En el teorema dela regresin, Mises sostiene un punto de vista diferente, a saber, que la utilidadmarginal de la tenencia se basaba en el hecho previo de que el dinero poda

    intercambiarse por mercancas; esto es, se basaba en el poder adquisitivo anteriordel dinero en trminos de mercancas. En suma, Mises afirmaba que los preciosmonetarios de los bienes, el poder adquisitivo del dinero, tienen que existir

    primero para que su tenencia tenga una utilidad marginal; de aqu la necesidaddel teorema de la regresin para escapar a la circularidad.12

    La economa ortodoxa moderna ha abandonado la bsqueda de unaexplicacin causal en favor de un mundo walrasiano de determinacin mutua,adecuado para la moda imperante hoy en da en la economa matemtica. El

    propio Patinkin acept a regaadientes la trampa circular, afirmando que alanalizar el mercado (experimento del mercado) empezaba con la utilidad,mientras que al analizar la utilidad, empezaba con los precios (experimentoindividual).

    9 El teorema de la regresin de Mises puede encontrarse en Theory of Money and Credit, pp. 97-123. Parauna explicacin y una representacin diagramtica del teorema de la regresin, vase Rothbard, Man,

    Economy, and State, pp. 231-237. La concepcin de Menger sobre el origen del dinero en el mercadopuede encontrarse en Carl Menger, Principles of Economy, Free Press, pp. 257-259. Sobre la relacinentre el enfoque de Menger y el teorema de la regresin, vase Mises,Human Action, pp. 402-404.10 Mises,Human Action, pp. 405 407. William A. Scott adopt el anlisis de la regresin o tal vez llegindependientemente a l enMoney and Banking, 6a. ed., Henry Holt & Co., New York, 1926, pp. 54 55.11

    J. C. Gilbert, The Demand for Money: The Development of an Economic Concept, Journal ofPolitical Economy 61 (abril de 1953): 149.12 Don Patinkin,Money, Interest, and Prices, Row, Peterson & Co., Evanston, III., 1956, pp. 71 72, 414.

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    Samuelson y Stigler censuraron con caracterstica arrogancia lapreocupacin de los economistas austracos por escapar a la circularidad con elfin de analizar las relaciones causales. Samuelson recurri a Walras, quiendesarroll la idea de un equilibrio general en el cual todas las magnitudes estn

    determinadas simultneamente por relaciones interdependientes eficaces,opinin que contrastaba con los temores de los economistas literarios (esto es,los economistas que escriben en ingls) acerca del razonamiento circular.13Stigler desech la posicin de Bhm-Bawerk por su incapacidad paracomprender algunos de los elementos ms esenciales de la teora econmicamoderna, los conceptos de determinacin mutua y de equilibrio (desarrolladosmediante el uso de la teora de las ecuaciones simultneas). Bhm-Bawerkrechaza la determinacin mutua, reemplazndola por el antiguo concepto decausa y efecto. Stigler agregaba la sardnica acotacin de que Bhm-Bawerkno es experto en matemtica.14 Por consiguiente, los economistas ortodoxos

    reflejan la infortunada influencia del mtodo matemtico en la economa. Elconcepto de determinacin mutua funcional tan adaptable al enfoquematemtico es pertinente en la fsica, que trata de explicar los movimientos nomotivados de la materia fsica. Pero en praxeologa, es decir, en el estudio de laaccin humana, del cual la economa es la parte mejor elaborada, la causa es bienconocida: el propsito, la intencin del individuo. En economa, por lo tanto, elmtodo adecuado es proceder de la accin causal a sus efectos consecuentes.

    EnHuman Action, Mises formul la teora del dinero, asestando un golpedemoledor al concepto mismo del equilibrio general walrasiano. Para llegar a eseequilibrio deben congelarse todos los datos bsicos de la economa valores,

    tecnologa y recursos, y cada uno de los individuos que participan en elmercado debe comprender que quedarn congelados de manera indefinida. Dadaesta mgica congelacin, la economa terminara convirtindose tarde o tempranoen una infinita ronda de precios y produccin constantes, donde cada empresadevengara una tasa de inters uniforme (o, en algunas estructuras, una tasa deinters cero). La idea de fijeza y certidumbre en una economa en rotacinuniforme, como la denominaba Mises, es simplemente absurda, porque lo queMises procedi a demostrar es que en semejante mundo de fijeza y certidumbre,nadie conservara saldos de caja. Su demanda descendera a cero, pues dado quecada persona tendra perfecta presciencia y conocimiento de sus ventas ycompras futuras, no tendra objeto la tenencia de saldos en efectivo. As, la

    persona que supiera que tendra que gastar u$s 5.000 el primero de enero de1977, prestara todo su dinero para que le fuera devuelto precisamente en esafecha.

    13 Paul A. Samuelson, Foundations of Economic Analysis, Harvard University Press, Cambridge, 1947,pp. 117 118.14 George J. Stigler, Production and Distribution Theories: The Formative Period, Macmillan Co., NewYork, 1946, p. 181; vase tambin la crtica similar, aunque ms corts, hecha a Menger por Frank H.Knight, Introduction, en Menger, Principles, p. 23. Para un anlisis diferente desarrollado por el

    economista matemtico Karl Menger, hijo de Menger, vase Austrian Marginalism and MathematicalEconomics, en Carl Menger and the Austrian School of Economics , John R. Hicks y Wilhelm Weber,(comps.), Clarendon Press, Oxford, 1973, pp. 54 60.

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    Como deca Mises:

    Todo el mundo sabe, con absoluta precisin, la cantidad de dineroque necesitar en cualquier fecha futura. En consecuencia, cada persona

    puede prestar la totalidad de los fondos que recibe, siempre que loscrditos correspondientes venzan en la fecha en que habr de necesitarlos[ ...]. Cuando se alcanzase por fin el estado de equilibrio caracterstico dela economa en rotacin uniforme, ya nadie tendra dinero en efectivo. 15

    Pero si nadie tiene dinero en efectivo, y la demanda de saldos de caja

    desciende a cero, todos los precios subirn hasta el infinito, y el sistema deequilibrio general del mercado, que implica la continuada existencia deintercambio monetario, se desmoronar. Mises conclua:

    En la construccin imaginaria de una economa en rotacinuniforme, se presupone tcitamente la existencia del intercambio indirectoy el uso del dinero [...]. Cuando no existe incertidumbre alguna respectodel futuro, nadie necesita disponer de dinero en efectivo. En consecuencia,el dinero desaparecer [...]. Pero la sola idea de una economa de mercadosin dinero es intrnsecamente contradictoria.16

    La nocin misma de un equilibrio general walrasiano no slo es

    totalmente irreal, sino conceptualmente imposible, puesto que el dinero y elintercambio monetario no pueden sustentarse en ese tipo de sistema. Otro aporte

    de Mises resultante de este anlisis consisti en demostrar que la incertidumbre,lejos de ser slo uno de los muchos motivos para la tenencia de saldos denumerario, es crucial para poseer siquiera algn dinero en efectivo.

    F. R. Hahn revela el hecho de que tales problemas preocupen ahora a lasprincipales corrientes de la economa; este autor ha demostrado que el conocidomodelo de equilibrio general de Patinkin slo puede establecer la existencia deuna demanda de dinero apelando a nociones tales como una presuntaincertidumbre respecto de los momentos exactos en que se producirn las ventasy compras futuras, y a las imperfecciones del mercado crediticio, ninguna delas cuales, como seal Hahn, es compatible con el concepto de equilibriogeneral.17

    Con respecto a la oferta monetaria, Mises retorn a la idea ricardianabsica de que el incremento de la oferta de dinero no brinda nunca beneficioalguno a la sociedad. Ahora bien, el dinero difiere de modo fundamental de los

    bienes de los consumidores y productores por lo menos en un aspecto vital.Ceteris paribus, el incremento de la oferta de bienes de los consumidores

    beneficia a la sociedad puesto que uno o ms consumidores estarn en mejor

    15 Mises,Human Action, p. 250.16 Ibd., pp. 249-250, 414.17

    F. H. Hahn, On Some Problems of Proving the Existence of an Equilibrium in a Monetary Economy,en The Theory of Interest Rates, F. H. Hahn y F. P. R. Breckling (comps.), Macmillan & Co., Londres,1965, pp. 128 132

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    situacin econmica. Lo mismo puede decirse del incremento de la oferta debienes de los productores, la cual se convertir, por ltimo, en una crecienteoferta de bienes para los consumidores, ya que la produccin misma es el

    proceso en virtud del cual los recursos naturales se transforman en nuevas formas

    y nuevos emplazamientos que los consumidores desean y demandan para su usodirecto. Pero el dinero es muy diferente: no se lo usa directamente en el consumoo la produccin, sino que se lo intercambia por esos bienes directamenteutilizables. Sin embargo, una vez que alguna mercanca o algn objeto esestablecido como dinero, realiza el mximo trabajo de intercambio que es capazde hacer. El incremento de la oferta de dinero no ocasiona ningn incremento enel servicio de intercambio del dinero: lo nico que sucede es que el poderadquisitivo de cada unidad monetaria se diluye por el aumento de la oferta deunidades. En consecuencia, no existe nunca la necesidad social de incrementar laoferta monetaria, sea debido a una creciente oferta de bienes, o a un aumento de

    la poblacin. La gente puede obtener una creciente proporcin de saldos de cajacon una oferta fija de dinero si gasta menos y acrecienta con ello el poderadquisitivo de sus saldos de caja, con lo cual eleva en general sus saldos de cajareales. Mises escribi al respecto:

    Los servicios que brinda el dinero estn condicionados por el niveldel poder adquisitivo de ste. Nadie pretende poseer en sus valores enefectivo un nmero definido de monedas o determinado peso dinerario: loque se quiere es disponer de una cantidad definida de poder adquisitivo.En vista de que el funcionamiento mismo del mercado tiende a fijar el

    estado final del poder adquisitivo del dinero en un nivel en el cual la ofertay la demanda de ste coincidan, no podr haber nunca exceso, ni dficit,de dinero. Todas y cada una de las personas actuantes en el mercadodisfrutan siempre plenamente de las ventajas que pueden derivar delintercambio indirecto y del uso del dinero, independientemente de que lacantidad total de dinero existente sea grande o pequea. Los cambios en el

    poder adquisitivo del dinero generan cambios en la distribucin de lariqueza entre los diversos miembros de la sociedad. Desde el punto devista de la gente que ansa enriquecerse gracias a tales cambios, la ofertade dinero podra considerarse insuficiente o excesiva, y dicho afn de

    lucro podra dar lugar a la implantacin de medidas o polticas destinadasa producir modificaciones en el poder adquisitivo inducidas por cambiosen la oferta dineraria. Sin embargo, los servicios que el dinero presta no

    pueden mejorar o empeorar modificando la oferta monetaria [... ]. Lacuanta de dinero disponible en toda la economa basta siempre paraasegurar a todo el mundo la totalidad de los servicios que proporciona y

    puede proporcionar.18

    Un mundo en el cual la oferta monetaria fuera constante sera similar alque existi en gran parte de los siglos XVIII y XIX, caracterizados por el

    18 Mises,Human Action, p. 418

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    florecimiento de la Revolucin Industrial, junto con la creciente inversin decapitales que increment la oferta de bienes, y con la cada tanto de los preciosde esos bienes como de los costos de produccin.19

    Como lo demostr la notable teora austraca del ciclo comercial, incluso

    una expansin inflacionaria del dinero y del crdito que compense simplementela secular cada de los precios ocasionar distorsiones en la produccin que darnlugar al ciclo comercial.

    Ante los abrumadores argumentos en contra de la expansin inflacionariade la oferta de dinero (incluidos aquellos que no detallamos aqu), cmo seexplica la persistencia de la tendencia inflacionaria en el mundo moderno? Larespuesta reside en la forma en que el nuevo dinero es inyectado en la economa,en el hecho de que esta inyeccin no se lleva a cabo, por cierto, de acuerdo con elmodelo antes mencionado del Arcngel Gabriel. Por ejemplo, los gobiernos nomultiplican la oferta de dinero para todos emitiendo un decreto en virtud del cual

    se agrega otro cero a cada unidad monetaria. Cuando la oferta dineraria seencuentra bajo el control del gobierno, de la banca central y del sistema bancariocontrolado, estas instituciones emiten nuevo dinero y lo inyectan en la economagastndolo o prestndolo a deudores favorecidos. Como hemos sealado, elincremento de la oferta monetaria beneficia a los primeros receptores, esto es, algobierno, los bancos y sus deudores o contratistas favorecidos, a expensas de losgrupos de ingresos relativamente fijos que reciben el nuevo dinero ms tarde o nolo reciben en absoluto, y sufren prdidas en su ingreso real y su nivel de riqueza.En suma, la inflacin es un mtodo por el cual el gobierno, su sistema bancariocontrolado y los grupos polticos favorecidos pueden expropiar parcialmente la

    riqueza de otros sectores de la sociedad. Quienes estn facultados para controlarla oferta monetaria emiten nuevo dinero para su propio beneficio, a expensas delresto de la poblacin. Si se otorga al gobierno el monopolio de la emisin y de laoferta monetaria, inflar la oferta para su propio beneficio, en detrimento dequienes carecen de poder poltico. Una vez que adoptamos el enfoquedistintivamente austraco del individualismo metodolgico, una vez quecomprendemos que el gobierno no es una institucin sobrehumana consagrada al

    bien comn y al bienestar general, sino un grupo de individuos dedicados apromover sus intereses econmicos personales, resalta con meridiana claridad larazn del inherente inflacionismo del gobierno como monopolizador del dinero.

    Sin embargo, como demuestra el anlisis del dinero de los economistasaustracos, el proceso de inflacin generada no puede durar indefinidamente

    porque, en ltima instancia, el gobierno no puede controlar el ritmo del deterioroeconmico y la prdida del poder adquisitivo. Una poltica de persistenteinflacin termina por conducir a una inflacin galopante y al colapso total de lamoneda. Segn el anlisis de Mises sobre el curso de una inflacin desbocada(antes y despus del primer caso conocido de un colapso de ese tipo en un pasindustrializado, Alemania, durante el perodo inmediatamente posterior a laPrimera Guerra Mundial), ese proceso inflacionario se desarrolla de la siguiente

    19 Sobre las ventajas del secular nivel de cada de los precios, vase C. A. Phillips, T. F. McManus, y R.W. Nelson,Banking and the Business Cycle, Macmillan Co., New York, 1937, pp. 186-188, 203-207.

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    manera: al principio el pblico considera que el aumento de la oferta monetariapor parte del gobierno y el alza de los precios que la sigue son fenmenostemporarios. Dado que el comienzo de la inflacin es ocasionado a menudo porla extraordinaria magnitud de los gastos blicos, como ocurri en Alemania

    durante la Primera Guerra Mundial, el pblico da por sentado que despus de laguerra las condiciones, incluidos los precios, retornarn al estado normal

    preinflacionario. En consecuencia, aumenta la demanda pblica de saldos decaja, mientras se espera la prevista disminucin de los precios. Como resultado,stos suben en forma proporcional y muchas veces sustancialmente menos que laoferta de dinero y las autoridades monetarias se tornan ms osadas.

    Al igual que en el caso de los billetes asignados que sirvieron de papelmoneda durante la Revolucin Francesa, tenemos aqu una panacea mgica pararesolver las dificultades del gobierno: inyectemos ms dinero en la economa, ylos precios subirn slo un poco! Envalentonadas por el aparente xito del plan,

    las autoridades aplican ms de lo que presuntamente ha funcionado tan bien, y lainflacin monetaria avanza a pasos acelerados. Con el tiempo, sin embargo, lasexpectativas y opiniones del pblico respecto del presente y el futuro econmicosufren un cambio de vital importancia. La gente empieza a comprender que nohabr ningn retorno a la pauta de preguerra, que la nueva norma es la persistenteinflacin de los precios, que stos continuarn subiendo en lugar de bajar. Seinicia entonces la segunda fase del proceso inflacionario, con la continuada cadade la demanda de saldos de caja sobre la base de la siguiente composicin delugar: Ser mejor que gaste mi dinero en X, Y y Z ahora, porque s muy bienque el ao prximo los precios sern ms altos. Los precios empiezan a

    aumentar ms que el incremento de la oferta monetaria. El crtico punto deinflexin ha llegado.

    A esta altura, se considera que la economa adolece de una escasez dedinero que se pone de manifiesto por el hecho de que el alza de los preciossupera a la expansin monetaria. Lo que ahora se denomina grave situacin deiliquidez aparece en vasta escala, y surge el clamor general para que seincremente la oferta de dinero. Como escribi el economista de la escuelaaustraca Bresciani-Turroni, en su excelente estudio sobre la hiperinflacinalemana:

    El alza de los precios ocasion una fuerte demanda en favor delaumento del medio circulante, porque la cantidad de dinero existente no

    bastaba para el volumen de las transacciones. Al mismo tiempo, lanecesidad de dinero del estado se acrecent rpidamente. [...] los ojos detodo el mundo se volvieron hacia el Reichsbank. La presin ejercida sobreste se fue haciendo sentir cada vez con ms fuerza y el aumento de laemisin del banco central apareci como el nico remedio [...].

    Por tanto, las autoridades no tuvieron el coraje suficiente pararesistir la presin de quienes demandaban cantidades cada vez mayores de

    papel moneda y enfrentar la crisis que [...] resultara, innegablemente, delcese de la emisin de billetes. Prefirieron seguir con el cmodo sistema deincrementar la emisin monetaria, lo cual posibilit la continuacin de las

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    actividades comerciales, pero al mismo tiempo prolong el patolgicoestado de la economa alemana. El gobierno aument los salarios en forma

    proporcional a la depreciacin del marco, y los empleadores otorgaron, asu vez, continuos aumentos de salarios, con la condicin de que pudieran

    elevar los precios de sus productos [...].De ese modo, se fue estableciendo un circulo vicioso: se depreci el

    cambio; aumentaron los precios internos; se increment la emisin debilletes; el aumento de la cantidad de papel moneda hizo bajar una vezms el valor del marco en funcin del oro; los precios volvieron a subir; yas sucesivamente [...].

    Durante largo tiempo el Reichsbank que haba adoptado la ideafatalista de que el incremento de la emisin de billetes era unaconsecuencia inevitable de la depreciacin del marco consider que su

    principal tarea consista no en regular el circulante, sino en preparar a la

    economa alemana para que hiciera frente al continuado incremento de lacuanta de papel moneda, incremento requerido por el alza de los precios.Por tanto, se dedic especialmente a la organizacin, en gran escala, de la

    produccin de marcos papel.20

    La siguiente declaracin del presidente del Reichsbank, RudolfHavenstein, permite apreciar cul era el pensamiento dominante entre lasautoridades monetarias alemanas en el momento culminante de la hiperinflacin:

    La extraordinaria depreciacin del marco ha producido, como es

    natural, una demanda rpidamente creciente de papel moneda adicional,demanda que el Reichsbank no siempre estaba en condiciones desatisfacer plenamente. Una produccin simplificada de billetes de grandesdenominaciones nos ha permitido poner en circulacin cantidades cadavez mayores. Pero estas enormes sumas cubren apenas la incesantedemanda de medios de pago, que en los ltimos tiempos ha llegado a unnivel absolutamente fantstico [...].

    La estructuracin de la tarea de impresin de billetes delReichsbank, que ha alcanzado enormes proporciones, plantea exigenciasextremas a nuestro personal.21

    Estados Unidos parece estar entrando en la segunda fase del proceso

    inflacionario (1975), y es digno de atencin el hecho de que economistas comoWalter Heller ya hayan levantado la voz en favor de la expansin de la oferta

    20 Costantino Bresciani Turroni, The Economics of Inflation, George Allen & Unwin, Londres, 1937, pp.80 82; vase tambin Frank D. Graham, Exchange, Prices, and Production in Hyper inflation:Germany 1920 23, Russell & Russell, New York, 1930, pp. 104 107. Para un anlisis de lahiperinflacin, vase Mises, Theory of Money and Credit, pp. 227-230; e Ibd., Human Action, pp. 423-425.21

    Rudolf Havenstein, Discurso ante el Comit Ejecutivo del Reichsbank, 25 de agosto de 1923, traducidoen Fritz K. Kinger (comp.), The German Inflation of 1923, Oxford University Press, New York, 1969, p.96

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    monetaria para restablecer los saldos de caja reales del pblico y paliar de esemodo la escasez de saldos reales. Al igual que en Alemania a comienzos de ladcada de 1920, se argumenta que la cuanta de dinero no puede ser la culpablede la inflacin puesto que los precios suben con mayor rapidez que la oferta

    monetaria.22

    La tercera y ltima fase es la etapa descontrolada de la inflacin: elcolapso de la moneda. El pblico, presa de pnico, huye del dinero pararefugiarse en valores reales, en cualquier clase de bienes o mercancas. La genteno piensa simplemente en comprar algo ahora, en vez de hacerlo ms tarde, sinoen comprar cualquier cosa en forma inmediata. La demanda de saldos de cajadesciende rpidamente a cero.

    La razn del entusiasmo de Mises y otros economistas austracos por elpatrn oro, cuanto ms puro y menos diluido mejor, resulta ahora particularmenteclara. No se trata de que esta primitiva reliquia ejerza alguna suerte de

    atraccin fetichista. La razn es que una moneda sometida al control del gobiernoy de su sistema bancario est sujeta a inexorables presiones tendientes a asegurarla continuidad de la inflacin monetaria. En cambio, las autoridades monetariasno pueden manufacturarad libitum la oferta de oro; es necesario extraerlo de lasentraas de la tierra mediante el mismo proceso costoso que rige el suministro decualesquiera de las otras mercancas existentes en el mercado. En el fondo, se

    plantea la siguiente opcin: oro o gobierno. La eleccin del oro antes que la delas otras mercancas del mercado responde a una experiencia histrica de siglos,segn la cual el oro (lo mismo que la plata) se adecua singularmente parafuncionar como mercanca monetaria, por razones que se explican en el primer

    captulo de todos los libros de texto sobre el dinero y la banca.Podra objetarse que el oro tambin puede incrementarse

    cuantitativamente y que este aumento de la oferta, por muy limitado que sea,tampoco reportara beneficio alguno a la sociedad. Adems de la opcin oroversus gobierno, hay otro punto que importa tener en cuenta: el aumento de laoferta urea mejora su disponibilidad para usos no monetarios, y sta es unaventaja que difcilmente pueden conferir las monedas de curso legal del gobiernoo los depsitos del sistema bancario.

    En contraste con la teora misesiana de los ciclos comerciales y lasobreinversin monetaria, sobre la cual F. A. Hayek y otros economistasaustracos publicaron numerosos trabajos, casi nadie se ha ocupado de la teoradel dinero propiamente dicha, excepto Mises mismo. Hay tres reas nebulosas einterrelacionadas que requieren un estudio ms profundo y elaborado. La primeraes la va por la cual el dinero puede liberarse del control gubernamental. Seria desuma importancia el retorno al sistema del patrn oro puro. Esto implicara,

    primero, elevar drsticamente el precio del oro (rebajar, en realidad, ladefinicin del peso del dlar) por encima del seudoprecio actual de u$s 42,22 laonza, y, segundo, la transformacin deflacionaria de los depsitos bancarioscorrientes en certificados de ahorro no monetarios o certificados de depsito.

    22 Vase Denis S. Karnofsky, Real Money Balances: A Misleading Indicator of Monetary Actions,Federal Reserve Bank of St. Louis Review 56 (febrero de 1974): 2-10.

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    Cul debera ser el precio o la mezcla precisa es un asunto que an est pendientede investigacin. Inicialmente, la propuesta de Mises de un retorno al patrn oroal precio de mercado y la propuesta de tericos monetaristas como los austriacosJaeques Hueff y Michael Heilperin del retorno a un precio deliberadamente

    duplicado de u$s 70 la onza parecan estar muy lejos una de la otra. Pero elprecio actual (1975) de mercado de aproximadamente u$s 160 la onza aproximamucho ms ambas propuestas, la de un precio deliberadamente mas alto y la deun precio de mercado.23

    Una segunda rea que debe ser objeto de investigacin es el problema dela banca libre comparada con los requerimientos de reservas del 100 por ciento

    para los depsitos bancarios en relacin con el oro. La obra de Mises Theory ofMoney and Credit fue una de las primeras que desarrollaron de manerasistemtica la va por la cual los bancos crean dinero a travs de la expansin delcrdito. Sigui luego la famosa distincin del economista austraco C. A. Phillips

    entre las facultades expansionistas de los bancos individuales y las del sistemabancario en su conjunto. Sin embargo, no se prest atencin a uno de losargumentos de Mises, a saber: que bajo un rgimen de banca libre, esto es, unrgimen en el cual las entidades bancarias no estn reguladas, pero deben cumplirestrictamente con sus obligaciones redimiendo los billetes o depsitos en dinerocorriente, las operaciones del mercado controlan la expansin monetaria de los

    bancos. La amenaza de corridas bancarias, combinada con la imposibilidad deque un banco se expanda ms que un competidor, mantiene la expansincrediticia en un nivel mnimo. Tal vez Mises subestim la posibilidad de que uncartel bancario exitoso promueva la expansin del crdito; parece claro, sin

    embargo, que hay menos probabilidad de que se produzca una expansin delcredito bancario en ausencia de un banco central que suministra reservas y que,en ltima instancia, acta como prestador.24

    Por ltimo, existe el problema conexo, que Mises no desarrolltotalmente, de la adecuada definicin del fundamental concepto de ofertamonetaria. De acuerdo con las corrientes de pensamiento prevalecientes hoy enda en la economa, existen por lo menos cuatro definiciones competitivas, quevan de M1 a M4. Pero hay un punto sobre el cual un economista austraco notiene dudas: la definicin debe basarse en la esencia del concepto mismo, y no enla metodologa actualmente en boga, pero cuestionable, de la correlacinestadstica con el ingreso nacional. Leland Yeager critic mordazmente ese puntode vista:

    Un conocido enfoque para definir el dinero rechaza presuntamentea priori cualquier lnea entre dinero y cuasi-dineros. Se inclina, encambio, por la definicin que mejor concuerde con la estadstica. Unafaceta de dicho enfoque [...] busca la cantidad limitada o ampliamentedefinida que se correlaciona en forma ms estrecha con el ingreso en

    23 La propuesta de Mises se encuentra en Theory of Money and Credit, pp. 448 457; vase tambin

    Michael A. Heilperin, Aspects of the Pathology of Money, Michael Joseph, Ginebra, 1968; y JacquesRueff, The Monetary Sin of the West, Macmillan Co., New York, 1972.24 Vase Mises,Human Action, pp. 431 445

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    ecuaciones que se ajusten a los datos histricos [...]. Pero sera engorrosoque la definicin de dinero tuviese que cambiar de un momento a otro y de

    pas en pas. Por otra parte, aun si el dinero definido de manera tal queincluyera ciertos cuasi-dineros se correlacionase algo ms estrechamente

    con el ingreso que el dinero definido en forma limitada, ese hecho noimpone necesariamente la definicin ms amplia. Quiz la cuanta de esoscuasi-dineros dependa del nivel del ingreso monetario y, a su vez, de lacuanta del medio de intercambio [...]. En trminos ms generales, noresulta clara la razn por la cual la magnitud que se correlaciona msestrechamente con alguna otra magnitud deba merecer una atencin

    preferencial [...]. El nmero de baistas que se encuentran en una playapuede correlacionarse en forma ms estrecha con el nmero de autosestacionados en el lugar que con la temperatura reinante o el precio deadmisin; no obstante, la primera correlacin puede ser menos interesante

    o menos til que cualquiera de las otras dos. La correlacin con el ingresonacional podra ser ms estrecha para el consumo o la inversin que parala cuanta monetaria.25

    El dinero es el medio de intercambio, el activo con el cual se negocian enel mercado todos los dems bienes y servicios. Si una cosa funciona como unmedio de este tipo, como medio de pago final para adquirir otras cosas queexisten en el mercado, servir entonces como parte de la oferta monetaria. EnTheory of Money and Credit, Mises distingua entre dinero corriente (dinero en elsentido estricto), y sustitutos monetarios, tales como billetes de banco y depsitos

    a la vista, que funcionan como una oferta de dinero adicional. Conviene hacernotar, por ejemplo, que en The Purchasing Power of Money, la obra clsica de uneconomista no austraco, Irving Fisher, que se public casi en la misma poca(1913), M era slo el dinero corriente, mientras que M1 representaba lossustitutos del dinero en forma de depsitos bancarios a la vista redimibles endinero corriente a la par. En la actualidad, ningn economista pensara en excluirlos depsitos a la vista de la definicin de dinero. Pero si examinamos el

    problema con detenimiento, comprenderemos que si un banco est en camino deir a la quiebra, sus depsitos ya no equivaldrn a dinero, ya no servirn comodinero en el mercado. Slo funcionan como dinero mientras no se produzca el

    colapso del banco.Por otra parte, del mismo modo que M1 (dinero ms depsitos a la vista)

    es ms amplia que la definicin ms limitada, podemos establecer definicionesaun ms amplias, incluyendo los depsitos de ahorro de bancos comerciales, losdepsitos en cajas de ahorro, las acciones o participaciones en bancos de ahorro y

    prstamo y los valores de rescate en efectivo de compaas de seguros de vida,todos los cuales son redimibles en dinero corriente a la par y, por tanto,funcionan como sustitutos del dinero y como parte de la oferta monetaria hastaque el pblico empieza a dudar de que sean redimibles. Los partidarios de M 1

    25 Leland B. Yeager, Essential Properties of the Medium of Exchange, Kyklos (1968), reproducido enMonetary Theory, R. W. Clower (comp.), Penguin Books, Londres, 1969, p. 38.

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    Revista Libertas 13 (Octubre 1990)

    Instituto Universitario ESEADE

    www.eseade.edu.ar

    argumentan que los poderosos bancos comerciales poseen la singular facultad decrear depsitos y que, adems, sus depsitos circulan de manera ms activa quelos depsitos de otros bancos. Supongamos, sin embargo, que en un pas donderige el patrn oro un hombre tuviera algunas monedas de oro en su escritorio y

    otras guardadas en la caja de seguridad de un banco. Las monedas de oro quetiene en su casa circularn ms activamente y las que estn en el banco lo harncon mayor lentitud, pero no cabe duda de que ambas forman parte de su stockdeefectivo.

    Otro ejemplo permitir responder a la objecin comn y corriente de queun depsito en caja de ahorro no es dinero porque no puede ser usadodirectamente como medio de intercambio, sino que debe ser redimido para actuarcomo tal. (Debemos acotar el hecho de que las cajas de ahorro tienen en gradocreciente la facultad de librar cheques y abrir cuentas corrientes)

    Supongamos que, a raz de alguna peculiaridad cultural, todos los

    habitantes de un pas decidieran no usar los billetes de un dlar y de diez dlares,y mantendran sus saldos de caja de ms largo plazo en billetes de cinco dlares.Por ende, estos ltimos tenderan a circular mucho ms lentamente que los otrosvalores. Si un hombre quisiera gastar parte de su saldo de caja, por ejemplo un

    billete de cinco dlares, no podra usar directamente ese billete, tendra que ir aun banco y cambiarlo por cinco billetes de un dlar, que son los que circulan enel comercio. En esta hipottica situacin, el status del billete de cinco dlaressera igual al que tiene hoy en da el depsito en caja de ahorros. Pero si bien eltenedor de ese billete de cinco dlares tendra que ir a un banco y cambiarlo por

    billetes de un dlar para poder gastarlo, nadie afirmara, sin duda, que sus billetes

    de cinco dlares no formaban parte de su saldo en efectivo o de la ofertamonetaria.

    Una definicin amplia de la oferta monetaria excluye, sin embargo, losactivos no rescatables a la vista en dinero corriente a la par, esto es, cualquierforma de pasivos temporales genuinos, tales como certificados de ahorro,certificados de depsito, sean negociables o no negociables, y bonos delgobierno. Los bonos de ahorro, redimibles a la par, son sustitutos de dinero y, portanto, forman parte de la oferta dineraria total. Por ltimo, as como las reservasde los bancos comerciales son excluidas apropiadamente de la principal ofertamonetaria, del mismo modo tendran que excluirse tambin esos depsitos a lavista que funcionan, a su vez, como reservas para los depsitos de estas otrasinstituciones financieras. Incluir a un mismo tiempo la base y el mltiplo decualesquiera de las pirmides monetarias invertidas de la economa constituirauna contabilidad doble.