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BARRAS CONSTRUYENDO PAÍS

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APORTES DEL BARRISMO SOCIAL A LA CONSTRUCCIÓN DE POLÍTICA PÚBLICADE SEGURIDAD, COMODIDAD Y CONVIVENCIA EN EL FÚTBOL - COLOMBIA.

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BARRAS

CONSTRUYENDO

PAÍS

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APORTES DEL BARRISMO SOCIAL A LA CONSTRUCCIÓN DE POLÍTICA PÚBLICA DE SEGURIDAD, COMODIDAD Y CONVIVENCIA EN EL FÚTBOL

BARRASCONSTRUYENDO

PAÍS

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COLDEPORTES

Andrés Botero PhillipsbourneDIRECTOR COLDEPORTES Juan Carlos Peña QuinteroSUBDIRECTOR GENERAL

Alexandra Herrera ValenciaSECRETARIA GENERAL Carlos Iván Bermeo AndradeDIRECTOR POSICIONAMIENTO Y LIDERAZGO DEPORTIVO

Perla Esther Álvarez CervantesDIRECTORA (E) RECURSOS Y HERRAMIENTAS DEL SISTEMA Victor Felix Cedeño VillegasDIRECTOR (E) FOMENTO Y DESARROLLO

Alirio Amaya DiazPROFESIONAL ESPECIALIZADO

Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto

Jyefferson Figueroa Rivera REPRESENTANTE LEGAL

Adriana Esther Castillo HernándezDIRECTORA BARRAS CONSTRUYENDO PAÍS

EQUIPO DE APOYO Luiz Fernado Soarez De Oliveira Francisco Eduardo Castillo HernándezJhon Harrys Rubio HenaoLiliana María Mojica MojicaEdwin Stiven Caballero Osma Andres Mauricio Guzman PolaníaPaola Andrea Vásquez Velázquez

AUTORES Adriana Esther Castillo Hernández Edwin Enrique Marulanda BernalFrancisco Eduardo Castillo HernándezLuiz Fernado Soarez De OliveiraJyefferson Figueroa Rivera

CORRECCIÓN DE ESTILOJorge Martínez Gualdrón

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓNJuly Andrea Navarro Salinas

Bogotá D.C. 2013

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CONTENIDO

PRESENTACIÓN

ACERCA DE ESTA PUBLICACIÓN

CAPÍTULO I BARRAS CONSTRUYENDO PAÍS

Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto

CAPÍTULO II PRODUCCIÓN SOCIAL Y CULTURAL DE LAS ORGANIZACIONES BARRISTAS

CAPÍTULO III HACIA UNA POLÍTICA PÚBLICA Y PARTICIPATIVA QUE PROMUEVA LA CONVIVENCIA,

LA COMODIDAD Y LA SEGURIDAD EN EL FÚTBOL

CAPÍTULO IV PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE COMISIONES LOCALES DE SEGURIDAD,

COMODIDAD Y CONVIVENCIA EN EL FÚTBOL

CAPÍTULO V PENSANDO LA POLÍTICA PÚBLICA DE SEGURIDAD, COMODIDAD Y CONVIVENCIA

EN EL FÚTBOL

CRÓNICAS DEL ENCUENTRO

AGRADECIMIENTOS

bibliografía

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H

presentación

Hablar de seguridad, comodidad y convivencia en el fútbol parece sencillo desde la relación que establecemos como afi -cionados; sin embargo, desde el año 2009, con la entrada en vigencia de la Ley 1270 por la cual se creó la Comisión Nacio-nal Para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol, estas categorías son el eje articulador de una serie de activi-dades que, a lo largo de casi un lustro, se han venido desarro-llando en las ciudades y municipios donde se juega el Torneo Profesional de Fútbol Colombiano. La Comisión Nacional es el organismo asesor del Gobierno Nacional en la implementa-ción de políticas, planes y programas, así como en la ejecución de estrategias que redunden de manera positiva en el desarro-llo de los eventos futbolísticos.

Coldeportes, con el propósito de cumplir con lo regulado en los numerales 20 y 21 del Artículo 3° de la Ley 1270 de 2009, los cuales le asignan a la Comisión Nacional de Seguridad, Co-modidad y Convivencia en el Fútbol la función de diagnosticar las causas de la violencia en dicho deporte y proponer solu-ciones acordes con las expresiones del Barrismo Social, -así como proponer la adopción de medidas pedagógicas, espacios de encuentro y refl exión en los que se estudien los problemas sociales que afectan a la juventud e inciden negativamente en el comportamiento de los hinchas, y el desarrollar activida-des que promuevan la convivencia, participación y ejercicio de la ciudadanía, acorde con los pilares del Barrismo Social-,

programó la realización de mesas con los afi cionados para re-conocer, impulsar y diagnosticar los avances en la implemen-tación de la ley.

Con la convicción de generar y desarrollar espacios de pla-neación participativa y de elaboración colegiada de propuestas de política para el sector, nos dimos a la tarea de sistematizar el proceso adelantado con los afi cionados y las entidades que integran las Comisiones Locales de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol.

En los 44 años de historia de Coldeportes, es la primera vez que se asignan recursos para un proceso de esta naturaleza, en tanto la construcción de políticas públicas requiere nece-sariamente de un diálogo directo con las personas; esta publi-cación resume la labor desarrollada desde Coldeportes como marco referencial para la Construcción del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol.

Nuevos retos trazaremos desde la inversión, siendo conse-cuentes con las propuestas obtenidas en este primer ejercicio de diálogo nacional. Nuestra labor está fundamentada a partir de un constante trabajo etnográfi co que facilita la interpreta-ción y la construcción de propuestas acordes con la realidad.

ANDRÉS BOTERO PHILLIPSBOURNEDirector COLDEPORTES

PRESENTACIÓN

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presentación

Vale la pena hacer un reconocimiento muy especial a los afi cionados que participaron de este ejercicio: su entusiasmo, dinamismo y mirada crítica constructiva permiten que todos nos pensemos como responsables en la búsqueda de alternati-vas para la convivencia, no solo en el fútbol, sino en cualquier espacio donde nos relacionemos con los demás.

En la última parte, y dando cumplimiento a la Planeación Estratégica, sistematizamos los principales resultados del Primer Encuentro Nacional de Comisiones Locales de Segu-ridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol. El diálogo, que inició con los afi cionados, fi nalizó en el nivel institucional, ya que era necesario hacer posibles estos espacios para poder trazar una ruta que nos permita avanzar fundamentados en diagnósticos.

ALEXANDRA HERRERA VALENCIASecretaria General COLDEPORTES

LLa Dirección de Inspección, Vigilancia y Control durante el año 2013, proyectó desde su Plan de Acción una serie de actividades orientadas a fortalecer el trabajo de las Comisio-nes Locales de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol. Para dar cumplimiento a lo establecido, y luego de un minucioso análisis de las situaciones que se presentan alre-dedor de la afi ción por el fútbol, iniciamos un diálogo con las barras futboleras de trece ciudades de la nación.

Barras Construyendo País denominamos a este proceso, el cual en articulación con la Fundación Juan Manuel Ber-múdez Nieto mediante Convenio de Asociación conto con la participación activa de 387 hombres y mujeres integrantes de barras futboleras.

El presente análisis, desde un lenguaje propositivo, evi-dencia el proceso adelantado y se constituye en un referente único sobre los avances del Barrismo Social en Colombia, el cual fue incluido en la Ley 1270 de 2009 y cuya conceptuali-zación y dimensiones fueron señaladas en el Decreto 1007 de 2012: “Por el cual se establece el Estatuto del Afi cionado al Fútbol en Colombia”.

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ACERCA DE ESTA PUBLICACIÓN

acerca de las acciones de la política pública relacionada con el fenómeno barrista; mientras el rótulo Producción Cultural, defi ne las estrategias y contenidos comunicativos creados por dichas organizaciones sociales.

A su vez, el numeral tres ofrece un panorama de las expec-tativas y problemáticas identifi cadas por los representantes de barras participantes en la estrategia Mesas de Barrismo Social y su aporte a las defi niciones de seguridad, comodidad y convivencia en la perspectiva de la formulación del Plan De-cenal 2013-2023; ampliando con esto el espectro de análisis.

El cuarto apartado presenta un análisis del papel de la implementación de una política pública integral en el campo de la seguridad, la comodidad y la convivencia en el fútbol en medio de la relación entre barras populares, instituciones, empresa privada y sociedad; estableciendo algunos antece-

ACERCA DE ESTA PUBLICACIÓN

eEl texto es sus manos tiene como propósito central presen-tar argumentos que, reconociendo las experiencias de vida de las y los participantes en las estrategias propuestas por Barras Construyendo País: 1. introduzcan nuevos elementos para el debate nacional acerca del fenómeno barrista; 2. visibilicen las acciones propositivas de estas organizaciones y; 3. propor-cionen a los gobiernos, nacional y locales, orientaciones para la formulación de lineamientos, acciones y planes de trabajo relacionados con las problemáticas de la población involucra-da.

La presente publicación está organizada en 6 apartados. El primero de ellos resume los fundamentos y estrategias conju-gadas en Barras Construyendo País, relevando la perspectiva pedagógica de la experiencia. El segundo capítulo se dedica a caracterizar, bajo el titulo Producción Social, el conjunto de percepciones de las y los integrantes de barras futboleras

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dentes de orden conceptual y político, contextualizando a su vez el papel que desempeñan diversos actores involucrados en el ejercicio del fútbol profesional como espectáculo en nuestro país, para posteriormente presentar una serie de sugerencias y recomendaciones en el camino de la prevención y reducción de las violencias asociadas a las barras de fútbol y la mitiga-ción de sus impactos de forma coordinada y conjunta.

El quinto apartado presenta los resultados del Primer Encuentro Nacional de Comisiones Locales de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol, realizado por COL-DEPORTES y el cual, al igual que Barras Construyendo País, hace parte de la estrategia institucional para la promoción de la participación amplia en la formulación del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2013-2023.

Por último, se presenta una crónica que relata la experien-cia del equipo de trabajo de la Fundación Juan Manuel Ber-múdez Nieto y busca resaltar la relación entre la cotidianidad de las barras y la realidad nacional.

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Cada una de las palabras escritas constituye la muestra del incansable propósito de construir una estrategia de trabajo que brinde, sin distinción de género a los jóvenes integrantes de las barras futboleras y organizaciones sociales la posibili-dad de participar con argumentos y herramientas propias en la construcción de alternativas de desarrollo integral y digno. Hoy junto a Coldeportes, la Fundación Juan Manuel Bermú-dez Nieto aporta otro grano de arena a la Colombia que todos queremos y necesitamos, la que respeta y garantiza los dere-chos de cada ciudadano, que supera cada día la pobreza y que cada vez camina con mayor determinación hacia la paz.

¡Aguante, fútbol y libertad: Barrismo Social!

JYEFFERSON FIGUEROA RIVERA Director

Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto

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C APÍTULO

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capítulo UNO

“BARRAS CONSTRUYENDO PÁIS” Una propuesta de trabajo con organizaciones barristas del país

C APÍTULOUNO

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capítulo UNO

RResulta apasionante cómo el fútbol, como deporte, sigue posibilitando el encuentro de los colombianos, y más aún des-de la pasión que despierta. Escribir sobre lo que lo rodea pue-de sonar así de simple: “encontrarnos”; no obstante, aunque la tecnología nos ofrece infi nitas alternativas, termina siendo limitada para describir lo que compromete en su más entera esencia, lo que provee ese contacto físico.

Si al estrés de la ciudad sumamos el cumplimiento de las tareas laborales, familiares y sociales, frases como: “no tengo tiempo” o “apúrele que tengo afán”, se vuelven la constante, debilitando el espacio con los otros, mellando ese cara a cara que considero fundamental para entendernos y reconocernos en las diferencias de cada uno. De esta manera, con el aisla-miento ruidoso de los tiempos modernos, nos acercamos a los fenómenos culturales, sociales y políticos mediados por los canales de comunicación. De ahí que, dependiendo del medio

1UNA PEDAGOGÍA DEL ENCUENTRO EN LA DIVERSIDAD Alirio Amaya Díaz

Profesional EspecializadoDirección de Inspección, Vigilancia y Control

Coldeportes

utilizado, cada uno construya sus imaginarios y conceptos, desconociendo o menospreciando el punto de vista ajeno.

De hecho, y en especial sobre lo que ocurre en el mundo del fútbol, no es extraño que cada uno se sienta con la su-fi ciente capacidad para opinar de cualquier aspecto, dado el carácter universal de este deporte. Somos técnicos, jugado-res, expertos en barras, sabios en logística deportiva, etc. En cualquier tertulia sobre el tema, surgen soluciones de todo ta-lante y todo nivel. Las ciencias de la opinión son la constante, y más si el referente es un hecho asociado con la intolerancia de los afi cionados.

En el proceso de Planeación de la Dirección de Inspección, Vigilancia y Control de Coldeportes establecimos como meta elaborar una propuesta pedagógica para el trabajo con barras de fútbol. En el análisis previo, fi jamos como algo primordial

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CAPÍTULO UNO

realizar un trabajo de campo en las regiones, desde ese cara a cara con los afi cionados y los funcionarios de las entidades que integran las Comisiones Locales de Seguridad, Comodi-dad y Convivencia en el fútbol. Determinar líneas de inter-vención para un tema tan complejo implicaba inicialmente un diálogo directo.

No se trataba de escribir una propuesta y presentarla como un recetario de cocina. Lo que sistematizamos en esta publicación son los resultados del “encuentro”, las voces de to-dos, que nos permiten trascender de la opinión y pasar a un proceso de conceptualización, convencidos de que entre más posibilitemos el diálogo constructivo, gradualmente las co-

sas pueden cambiar, y de que las tensiones no debilitarán los procesos si entendemos que, independiente de cada rol, todos buscaremos el mismo objetivo.

Este fue el ejercicio realizado, con el cual comprobamos que es posible hacerlo, porque tuvimos la fortuna de desa-rrollarlo en trece ciudades del país. Los resultados y cambios vendrán en la medida en que sigamos fortaleciendo el diálogo regional y nacional.

Esta es la propuesta, un referente más que habla de lo tra-bajado. El hacer es una acción que tiene más sentido cuando se han comprobado sus resultados.

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capítulo UNO

EEn el año 2002, como respuesta al asesinato de Juan Ma-nuel Bermúdez Nieto y Álex Julián Gómez, jóvenes perte-necientes a la barra Disturbio Rojo Bogotá1, a manos de un grupo armado al margen de la ley durante el viaje de regreso de la ciudad de Medellín después de acompañar a su equipo durante un partido de fútbol, un grupo de profesionales, edu-cadores populares y jóvenes barristas bajo la iniciativa de los padres de Juan Manuel, deciden conformar un escenario de análisis y comprensión del fenómeno barrista en Colombia, con miras a desarrollar estrategias sociales que permitieran redimensionar las lógicas y prácticas de las barras futboleras, entendiendo dicho fenómeno como un fenómeno emergente relacionado con las dinámicas juveniles a lo largo del territo-rio nacional.

Esta iniciativa se materializó con la creación de la Funda-ción Juan Manuel Bermúdez Nieto (FJMBN), Organización No Gubernamental sin ánimo de lucro, promotora del Ba-

rrismo Social y con más de una década de experiencia en un trabajo amplio, incluyente y crítico que le ha ofrecido a orga-nizaciones sociales e integrantes de barras futboleras de todo el país el acceso a propuestas alternativas para su desarrollo integral.

Durante los años de trabajo de la FJMBN, se han empeza-do a sumar una multitud de voces de profesionales, educa-dores, académicos, funcionarios del sector gobierno, jóvenes barristas entre otros, a lo largo y ancho del país, quienes des-de diferentes ópticas han encontrado un cúmulo de proble-máticas recurrentes y ven pertinente la revisión propositiva del fenómeno barrista; entre todos han fortalecido el Barris-mo Social como perspectiva de trabajo y acción, siempre en construcción y revisión constante, que por demás evidencia resultados asertivos en el mejoramiento de las condiciones de vida de un gran número de personas vinculadas al fenómeno futbolero.

2la fundación juan manuel bermúdez nieto

Jyefferson Figueroa Rivera Director

Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto

1Barra hincha del equipo América de Cali en la capital del país.

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CAPÍTULO UNO

MMediante la implementación de este enfoque de acción lla-mado Barrismo Social, se han logrado defi nir ejes de análisis que amplían el espectro de abordaje de las problemáticas con-cernientes a la infancia y la condición juvenil, se formulan a partir de la identifi cación de las necesidades particulares de las organizaciones barristas; y construyen a través del diálogo permanente entre las dinámicas del contexto, los conceptos y los saberes presentes en el desarrollo del trabajo cotidiano.

En cuanto al proyecto social y político, el Barrismo Social busca rebasar las experiencias marcadas por la violencia físi-ca, simbólica y de exclusión política, social y económica que vivencian amplios sectores de niños, niñas y jóvenes, quie-nes han encontrado en ‘el parche’, ante la ausencia de otros escenarios de constitución del sujeto, la oportunidad para reorganizar identidades y gozar de algún tipo de reconoci-miento social. Igualmente, le interesa promover escenarios de encuentro para analizar a profundidad las problemáticas asociadas al fenómeno barrista, formular estrategias princi-

palmente de carácter cultural para el abordaje no violento de las controversias, la participación con incidencia, el fortale-cimiento de la organización social y el mejoramiento de los niveles de calidad de vida de las hinchadas populares. Lo an-terior, relevando los valores de aguante, solidaridad, creativi-dad, pasión por el fútbol, el equipo y la camiseta, o mejor, sin perder la esencia de la barra futbolera.

Hoy en día, hablar de Barrismo Social es referirse a un proyecto social y político, cuyo propósito más amplio consiste en transformar las relaciones de desigualdad, exclusión y las prácticas con contenidos de violencia, en medio de las cuales constituyen su personalidad los niños, niñas y jóvenes en con-diciones de vulnerabilidad y asociados a los ‘parches’ y barras futboleras; lo anterior, otorgándole un papel fundamental y responsable a quienes hacen parte de estas formas de organi-zación social y protagonizan sus acontecimientos cotidianos.2

Para la FJMBN actuar en esta perspectiva le ha demanda-do hacer un ejercicio de construcción conceptual y metodo-lógica que acude al campo de la pedagogía crítica, al diálogo constante y a la formulación de modelos que giran en torno al respeto por la diferencia; en este marco, la pregunta con la cual se da inicio a los procesos educativos está orientada a defi nir ¿formar para qué?

3el barrismo social:Perspectiva social y política de trabajo con organizaciones sociales y juveniles

2Textos tomados del articulo Barrismo Social Hoy, en prensa.

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capítulo UNO

Es en esta línea que la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto ha logrado establecer criterios enmarcados en la apues-ta por el fortalecimiento y el aporte a la constitución de un su-jeto crítico, con total capacidad para transformar su contex-to -un sujeto barrista social-. En términos más amplios: “la formación se interesa por contribuir a la generación de otras formas de participación social y política que, en articulación con la dimensión productiva de los niños, niñas y jóvenes par-ticipantes de la propuesta, produzcan prácticas sociales para la vivencia plena de sus derechos” (FJMBN; 2013). Lo ante-rior, lleva a pensar en la necesidad de asumir cualquier ejerci-cio pedagógico como un ejercicio, en sí mismo, emancipador; pero en el cual dicha emancipación está ligada a la vivencia plena de los derechos.

Son estos los lineamientos de un modelo de trabajo que integra las dimensiones social, política, cultural, productiva y educativa del sujeto, de carácter amplio e incluyente, que en principio se orienta a las organizaciones barristas; pero dada la complejidad del fenómeno y su relación con las diversas es-feras de la vida cotidiana y sus protagonistas, resulta perti-nente para otros sectores sociales y poblacionales. Esta es la Escuela de Barrismo Social.

El ejercicio pleno de las ciudadanías, acompañado de la exigibilidad de derechos y la asunción de deberes, se convier-te en la primera forma de vivenciar diversas prácticas organi-zadas a partir de la resignifi cación de dinámicas, ejercicios y liderazgos en las organizaciones que participan en los proce-sos de la Escuela de Barrismo Social; permitiendo construir y potenciar aquellas formas, otras formas, de converger en el escenario social del cual han sido excluidas.

Ahora bien, estos procesos de resignifi cación y transfor-mación permiten trastocar una serie de aspectos que llevan

a los participantes a interpretar la realidad de una manera diferente, y es en este marco que aparece un segundo fi n de la formación: en principio se forma para emancipar, pero tam-bién se forma para la vida.

Esto último implica una diversidad de posiciones que dan paso a amplias discusiones. Sin embargo, desde la perspec-tiva del Barrismo Social se busca aportar criterios y herra-mientas para la confi guración de posturas que expresen el respeto por la vida de cualquier ser y, a la vez, la celebre en cada escenario.

Con el modelo de trabajo Escuela de Barrismo Social, ha sido posible consolidar una apuesta por la vida, desde la in-clusión de las y los jóvenes en escenarios en donde se plantean ejercicios de resignifi cación de la propias prácticas sociales y de debate acerca del papel de las barras futboleras en sus territorios, ciudades e incluso en el país.

La defensa y el derecho a una vida digna adquieren en-tonces un papel central en la transformación de las prácticas colectivas y de las condiciones de vida; entre tanto, a medida que cada sujeto la asume como el centro de cualquier ejercicio desde la cotidianidad misma, termina asumiéndola como for-ma de reconocimiento del otro diferente y de respeto por las formas particulares de cada individuo.

De esta manera, se hace necesario poner en marcha pro-pósitos de transformación social en un espectro macro, y es en este punto en donde se requiere plantear la necesidad de incidencia de los integrantes de las barras futboleras en la toma de decisiones y posturas sobre lo que debe ser el país, dando paso a la participación decidida en la construcción de política pública.

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CAPÍTULO UNO

un plan decenal encargado del tema, el cual se denominó Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol (PDSCCF).

En este panorama aúnan sus esfuerzos COLDEPORTES y la FJMBN para la realización de la propuesta: Barras Cons-truyendo País, cuyo propósito central fue propender por la participación de los jóvenes de barras futboleras en la formu-lación de los lineamientos del Plan Decenal de Seguridad, Co-modidad y Convivencia en el Fútbol.

LLa formulación participativa de política pública se hace imperativa en el marco de la aparición o el aumento de nece-sidades o problemáticas, relacionadas con un sector poblacio-nal en particular. Es en este contexto que el fútbol -entendido como un fenómeno de masas que genera identidades, altos fl ujos de capital y una cantidad enorme de sentires y parece-res-, se vuelve objeto de la construcción de una política pú-blica sectorial que pueda brindar alternativas de solución de esas necesidades o problemáticas, y a los actores sociales que hacen parte del fenómeno.

Colombia ha realizado varios esfuerzos por reglamentar la asistencia al espectáculo del fútbol, sin embargo, desde la apuesta por la participación, es necesario vincular a todos los actores que hacen parte de dicho espectáculo para defi nir los lineamientos (dimensiones, planes, programas, proyectos, etc.) a partir de los cuales se desarrollarán las políticas públi-cas al respecto. Es este escenario el que hizo posible que en la agenda política nacional aparezca la necesidad de construir

4LA PROPUESTA BARRAS CONSTRUYENDO PAÍSMetodología participativa para la formulación de lineamientos de política pública seguridad, comodidad y convivencia en el fútbol

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capítulo UNO

Las estrategias se llevaron a cabo en la ciudades de Bu-caramanga, Cúcuta, Barranquilla, Cartagena, Manizales, Pe-reira, Armenia, Tunja, Medellín, Pasto, Cali, Santa Marta y Bogotá D.C., vinculando a 387 jóvenes barristas y contando además con la participación de funcionarios adscritos a la ad-ministración local y representantes de la Policía Nacional.

La propuesta metodológica de Barras Construyendo País, conjugó cinco estrategias de acción en adelante resumidas.

Caracterización social:

Esta estrategia buscó dar una mirada amplia a las prácti-cas de producción social y cultural de las barras participan-tes en la propuesta, recogiendo las historias no contadas.

Mesas de Barrismo Social:

Con representantes de las barras La Banda Tricolor (Pas-to), Holocausto Norte (Manizales), Barón Rojo Sur (Cali), Frente Radical Verdiblanco (Cali), La Mancha Ajedrezaja (Tunja), Patriotas (Tunja), Artillería Verde Sur (Armenia), Re-belión Auriverde, Barón Rojo Sur (Cartagena), Los Del Sur (Cartagena), Bloque Capital, Frente Rojiblanco, Los Kuervos (Barranquilla), La Banda del Indio (Cúcuta), Lobo Sur (Perei-ra), Garra Samaria Norte (Santa Marta), Rexixtenxia Norte (Medellín), Fortaleza Leoparda (Bucaramanga), ‘el parche’ de la Akademia de Bosa perteneciente a la Guardia Albi-roja (Bogotá), Disturbio Rojo (Bogotá), el Ala Izquierda de los Co-

mandos Azules (Bogotá) y la Nación Verdolaga (Bogotá), un total de 22 barras del país abrieron escenarios de discusión y formación de cara a la formulación de propuestas para ser incluidas en el PDSCCF, siempre desde la perspectiva del Ba-rrismo Social.

Fortalecimiento de las prácticas de participación:

Junto a las autoridades locales de cada ciudad, los inte-grantes de las barras discutieron y desarrollaron una serie de refl exiones y propuestas sobre formas de participación de di-chas organizaciones en la agenda pública.

Sistematización de la experiencia:

Con el material recopilado a lo largo de los procesos ante-riores, y con los aprendizajes adquiridos durante los mismos, se elaboró este texto basado en la experiencia del trabajo del proyecto: Barras Construyendo País.

Difusión de los resultados: la necesidad de relevar las pro-puestas planteadas por las organizaciones barristas en las diferentes ciudades requiere que la información obtenida en el proceso sea presentada en distintos escenarios de carácter local, regional y nacional mediante la publicación de un texto propositivo y la producción de un material audiovisual.

Con esto último se cierra el primer capítulo de contextualiza-ción y presentación de la propuesta Barras Construyendo País.

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C APÍTULO

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capítulo DOS

PRODUCCIÓN SOCIAL Y CULTURAL DE LAS BARRAS FUTBOLERAS

Aportes para la compresión del fenómeno barrista en Colombia

C APÍTULODOS

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capítulo DOS

BBarras Construyendo País se dio a la tarea de visibilizar aspectos concernientes a la producción social y cultural agen-ciada por quienes hacen parte de las organizaciones barris-tas, asumiendo que bajo estas dimensiones de realización de los sujetos, éstos han construido contenidos (defi niciones) y sentidos (razones), con la capacidad sufi ciente para movilizar prácticas individuales y colectivas que contribuyen a la inclu-sión social y vivencia plena de la ciudadanía.

Lo anterior, mediante un ejercicio de caracterización cen-trado en el reconocimiento de las percepciones que los par-ticipantes en las mesas de barrismo social han construido acerca de las acciones derivadas de la política pública y un

acercamiento a las estrategias comunicativas producidas por los barristas (sin distinción de género). Lo anterior a través de la aplicación de una encuesta abierta, el levantamiento de registros de observación y la realización de grupos focales.

Este capítulo, además de contener los resultados del ejer-cicio investigativo, presenta a los lectores algunos breves li-neamientos conceptuales que fueron el telón de fondo para la caracterización de la producción social y cultural de los sujetos y organizaciones barristas.

1INTRODUCCIÓN

Adriana E. Castillo HernándezDirectora

Barras Construyendo País

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CAPÍTULO DOS

CComo se anunciaba antes, bajo este numeral se presenta-rán en primera instancia algunos referentes de análisis, para luego pasar al conjunto de percepciones acerca de las acciones provenientes de la política pública de seguridad, comodidad y convivencia en el fútbol, de las prácticas de participación de las organizaciones barritas en escenarios promovidos por el sector gobierno, incluyéndose aquí las acciones de correspon-sabilidad social emprendidas por estas mismas.

2.1 Una mirada crítica a la implementación de las políti-cas públicas en Colombia

La tarea de un Estado Social de Derecho se resume en la garantía, protección, promoción y restablecimiento de los De-rechos Humanos, Sociales, Políticos, Culturales y Ambienta-les; lo cual supone dentro de este marco, que todo propósito y orientación de la acción estatal en Colombia encamine las políticas públicas hacia la tarea de crear las condiciones nece-sarias para el mejoramiento de la calidad de vida de todas las personas, siendo esta obligación del Estado.

En esta perspectiva, las políticas públicas se constituyen, precisamente, en instrumentos de carácter político mediante los cuales los ciudadanos participan de manera efectiva en la formulación e implementación de las mismas, contribuyendo así a la construcción de una sociedad más justa y democrá-tica. Esto supone la formulación de lineamientos de política ‘de abajo hacia arriba y formas de relación entre personas e instituciones más incluyentes y con tendencia a la correspon-sabilidad social.

Teniendo en cuenta este argumento, diversos autores -con-tando a Libreros (2002), Roth, (2003), Estrada (2002 y 2003), Escobar (2004), Useche (2011), Estrada (2011), Amador (2011), Pinilla y Lugo (2011), Serna y Gómez (2011)- concluyen, entre otros asuntos, que las políticas públicas concertadas para me-jorar los indicadores de inclusión, cerrar las brechas de des-igualdad y fortalecer los escenarios de participación ciudada-na, como estrategia para prevenir y transformar el confl icto violento en Colombia, solo han alcanzado parcialmente sus objetivos, en tanto se han desarrollado de manera sectorizada (educación, salud, recreación); y focalizada a un tipo de po-

2LA PRODUCCIÓN SOCIAL: percepciones acerca de la política pública y prácticas de participación social

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capítulo DOS

blación (niños, mujeres, jóvenes) contingente, respondiendo a los problemas más notorios en un momento y lugar específi -cos. Además, y quizá lo más preocupante, con arreglo al be-nefi cio (en la mayoría de los casos) de los intereses de ciertos sectores minoritarios y gremiales con poder económico.

En una perspectiva histórica, la implementación de las ac-ciones derivadas de las políticas públicas no atiende los asun-tos de orden estructural, genera formas de resistencia social y fi nalmente, depende en gran medida del enfoque y compro-miso de los gobiernos de turno.

En esta misma línea de análisis, aparece la pregunta por la manera cómo han sido puestas en práctica las políticas pú-blicas relacionadas con los temas asociados a las identidades de las barras futboleras, con la certeza de que para el gobier-no nacional y local, estas se han inscrito e inscriben en los asuntos relacionados con el sector juvenil3 . Derivado de lo anterior, se propone “echar un vistazo” a algunos rasgos del telón de fondo de la formulación e implementación de las po-líticas públicas de juventud en Colombia, con el propósito de mirar críticamente los impactos de la implementación de las medidas.

La vinculación de las jóvenes generaciones a prácticas de confl icto violento de naturaleza prolongada y mutante en el país -ya sea como forma de resistencia a condiciones crecien-

tes de desigualdad y exclusión cultural y económica, estrate-gia de protección y preservación de la vida o mecanismo para acceder a bienes de consumo permanente negados-, ha con-tribuido a la construcción de imaginarios sociales de carácter contradictorio y estereotipado.

Por un lado, se deposita en la juventud una pesada car-ga de compromiso social y político: son ellos (los jóvenes) quienes tienen a su cargo la realización de condiciones que las generaciones anteriores no pudieron alcanzar, o en otras palabras: “la juventud constituye la esperanza de un futuro mejor”. Entretanto, en la otra orilla del imaginario colectivo se percibe a las nuevas generaciones como peligrosas, incon-trolables y sin futuro, resulta entonces más útil y menos cos-tosa la implementación de medidas disciplinantes, de control y judicialización, las cuales requieren para su aplicación efec-tiva una clasifi cación de estas subjetividades -no incluidas-, con arreglo a las percepciones colectivas alimentadas por la presencia de problemáticas que atentan contra la seguridad de los ‘ciudadanos de bien’.

Entonces, hacen su aparición en el trasfondo de la acción de las políticas públicas los estereotipos como puerta de en-trada a la estigmatización de lo rebelde, de los consumos de substancias psicoactivas, de las prácticas de violencia, de lo percibido como peligroso, de la pobreza, en fi n, de lo no com-prendido.

3Históricamente tanto el gobierno nacional como local han identificado a quienes asumen la identidad barrista con este sector de la población (juventud), con su conse-cuente inclusión a la hora de determinar los grupos beneficiarios de las acciones de la política pública.

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CAPÍTULO DOS

Finalmente, predominan “reacciones contradictorias y coercitivas que intentan someter a los jóvenes y las jóvenes, al orden social establecido” (Pinilla y Lugo; 2011).

Otra consecuencia, que para las nuevas generaciones ha tenido su vinculación al confl icto violento en Colombia, se re-sume en la asistencia a procesos de descapitalización simbóli-ca, concepto planteado por Amador (2011) y fundamentado en la categoría de capital simbólico presentada por Pierre Bou-rdieu (2008). Para este autor cada persona confi gura su pro-pio capital simbólico relacionado con el prestigio, el recono-cimiento, la legitimidad, la estima social y la autoridad, pues este funciona a manera de recurso invertido en un campo o espacio social construido históricamente.

Siguiendo la idea, la adquisición de esta variedad de ca-pital depende en gran medida de las formas de relación de los sujetos con las diversas instituciones sociales y políticas (familia, escuela, academia, partidos políticos, ‘el parche’, la organización comunitaria...), y permite -en cuanto medios básicos- que las personas ocupen un lugar tanto en el campo social, entendido como el mundo de las reglas, las institucio-nes y los valores, como en el campo autónomo, es decir, en el mundo subjetivo e interiorizado, constituido por formas de representación, percepción, sensibilidad y conocimiento.

Por esto, una buena parte de las nuevas generaciones colombianas vinculadas a múltiples expresiones de confl ic-

to -con su consecuente exclusión y casi imposible acceso a servicios e instancias necesarias para el desarrollo humano (educación, salud, producción cultural, participación políti-ca…), además expuestas a contenidos materiales y simbólicos provenientes de los circuitos mercantiles y de escenarios de actuación en donde, casi siempre, responden a intereses de otros sectores sociales-, se aboca permanentemente a la pér-dida progresiva de capitales simbólicos y culturales, necesa-rios para el ejercicio de la ciudadanía, el respeto a la diferen-cia y la vivencia de los derechos humanos. En otras palabras, se promueven formas de descapitalización4 creciente para las nuevas generaciones que van adquiriendo peso en la cotidia-nidad de la nación.

Con exclusión y autoexclusión progresiva de las nuevas generaciones de los escenarios (escuela, familia, recreación, productividad), en donde se adquieren y resignifi can los ca-pitales sociales y simbólicos, se corre el riesgo de carecer de recursos culturales para enfrentar y resolver los retos que les impone la vida cotidiana; por ejemplo, para resolver los con-fl ictos de manera asertiva, sin que ello implique acudir a la violencia como estrategia única, para expresar los intereses y expectativas frente al mundo.

A pesar de todo esto, el impulso creativo y de resisten-cias de los actores jóvenes evidencia la producción de otros capitales, culturales, simbólicos y políticos, aplicados a la resolución de problemas de la vida cotidiana, tal y como se

4Por ejemplo, la carencia de recursos culturales para resolver los conflictos de manera asertiva, podría considerarse como materiali-zación del proceso de descapitalización social de los jóvenes en los contextos urbanos.

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capítulo DOS

comentará más adelante en los numerales de participación y corresponsabilidad social y de estrategias de comunicación y contenidos culturales, incluidos en este texto.

Otro parámetro de análisis crítico de la aplicación de la política pública de juventud se resume en el resquebrajamien-to del proyecto de ciudadanía, otrora agenciado por una ins-titucionalidad constitucional que pierde constantemente su legitimidad social, pues no logra garantizar la vivencia de los derechos fundamentales de todos y todas.

El concepto de ‘ciudadanía’ del proyecto de sociedad vi-gente, o mejor, el instituirse como ciudadano, consiste en ac-ceder “a un conjunto de garantías sociales, a una plataforma mínima de seguridad que equilibre los desniveles sociales desde una “política social de Estado” (Estrada; 2011). Al con-trario, en nuestra nación, en muchos de los casos, el disfrute de las garantías consagradas en la Constitución Nacional se ha convertido en un privilegio.

Para sumar complejidad al tema, este concepto de ciuda-danía estándar del proyecto de sociedad vigente deja por fue-ra de su ámbito de reconocimiento lo anunciado por Muñoz (2011) en términos la ciudadanía cultural, la cual “se defi ne desde el género, la etnia, la religión, las opciones sexuales, las identidades, las formas de expresión, los juegos mediáticos”; por derivación, acceder a la oferta institucional para la inclu-sión social implica el aplanamiento de las diferencias.

Un demarcador más de este proyecto de ciudadanía acu-de a la institucionalización de prácticas de representación de amplios sectores poblacionales, quienes deben contar con formas de organización reconocidas por el Estado o con tra-yectoria para ser tenidos en cuenta en los escenarios de for-mulación y decisión de la política pública; sustituyendo de un solo tajo formas de participación diferenciada que hoy día contribuyen a la constitución de nuevas subjetividades e identidades colectivas, no siempre incluidas en los escenarios de acción política existentes y demandantes de estrategias de participación más ajustadas a sus intereses y lenguajes.

Así las cosas, las nuevas generaciones no se identifi can con un proyecto de ciudadanía que, en defi nitiva, no le otorga re-cursos y condiciones para su desarrollo individual y colectivo o para constituirse en sujetos sociales con capacidad de agen-ciar políticamente formas de relación más democráticas.

Para concluir este aparte, es necesario considerar el sur-gimiento de nuevas subjetividades y formas de organización de niños y jóvenes, resultado de “expresiones estéticas y los diversos tipos de consumo, las diferencias económicas y la di-versidad sexual, la utilización de las nuevas tecnologías y el nomadismo laboral y de los ofi cios, y sobre todo, las nuevas prácticas políticas realizadas principalmente a través de di-versas expresiones culturales (como la música, el teatro y la literatura) y las tecnologías info-comunicacionales” (Muñoz; 2011), esto último, en tanto plataforma de posibilidad e impe-rativo ético para la formulación de políticas públicas, de abajo hacia arriba.

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CAPÍTULO DOS

Lo anterior implica actuar en el contexto de la emergencia de nuevos sentidos empecinados en la supervivencia frente a las problemáticas cotidianas, las formas de expresión, la or-ganización y las relaciones de poder; ampliando la mirada, en la actualidad se percibe la existencia de una diversidad de ex-presiones productoras de sentido, que evidencian la construc-ción de percepciones propias del mundo, y sumado a esto la confi guración de prácticas de resistencia frente a la hegemo-nía de sectores particulares o el surgimiento de movimientos sociales, políticos y culturales de naturaleza transversal, di-versa, incluyente.

2.2 Percepciones relacionadas con la ejecución de políticas públicas

Ahora, en el plano que compromete los propósitos de la propuesta: Barras Construyendo País, la percepción de los sujetos barristas (sin distinción de género) respecto a las ac-ciones de la política pública de seguridad, comodidad y con-vivencia en el fútbol, evidencia matices particulares frente al carácter de las acciones puestas en marcha por los gobiernos locales y los impactos de las medidas en la cotidianidad de las organizaciones barristas. Dicha diversidad de voces y plan-teamientos, permitió la confi guración de un panorama gene-ral resumido en los siguientes aspectos.

Una claridad para comenzar: se asume que el propósito gubernamental e institucional que orienta las acciones de po-lítica pública se resume en la disminución de los indicadores de violencia y el aumento de la percepción de seguridad en los escenarios urbanos del país. Con esta nota previa se da inicio a la presentación del tema.

Un primer sello de las acciones de política pública redunda en la intención, mostrada por los gobiernos locales de facilitar tanto el acceso a instancias de participación, formación y pro-ductividad (principalmente); como a recursos soporte de pro-yectos de inversión social. La percepción de este asunto por parte de quienes integran los ‘parches’ futboleros se resume en la idea según la cual, en la gran mayoría de los casos, no se cumple con lo prometido o la cobertura resulta fi nalmente reducida. Las siguientes afi rmaciones permiten ilustrar esta percepción:

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capítulo DOS

“…el Sena, hubo por hay unas voces que iban a dar unos cupos. Estamos esperando esos cupos, porque tenemos varios muchachos con las ganas que se han inscrito al Sena, mas no han quedado. Todo ha quedado en palabras”5. Mínima (refi -riéndose a la oportunidad de acceso a la educación). “En 10 años hemos conseguido: una vez 20 cupos que nos dieron para el Sena y otro día que también nos dieron la oportunidad de hacer unas especializaciones. Imagínate, en 10 años esas dos oportunidades (…), osea que no existe el compromiso de las entidades para decirle a las barras: ‘mire, vea, necesitamos saber si están interesadas en terminar el bachillerato, si están interesadas en especializarse en un arte’, no nada, no, no”6.

También perciben que las oportunidades de acceso a la oferta estatal para a los barristas, además de resultar siempre reducidas, obedecen al criterio de lo considerado por los fun-cionarios del gobierno local, en tanto preparar a la persona para desempeñar los roles socialmente asignados, pues con su vinculación a la red de servicios sociales deben suplirse los conocimientos no adquiridos en la escuela, la familia o la iglesia, para hacerse un buen ciudadano. Se manifi esta así la aplicación de medidas de carácter compensatorio, que no contribuyen a la apertura de opciones reales, y a luz de un enfoque de desarrollo integral o de derechos, se queda corto para cumplir con los propósitos de inclusión social esperados.

En esta perspectiva, las y los integrantes de barras com-parten la ausencia estatal que abunda en los sectores pobres de la nación y conviven con acciones institucionales orienta-das a la disminución de los indicadores de violencia y al au-mento de la percepción de seguridad.

También se percibe una contingencia de las medidas en el siguiente sentido: “La participación de la administración local siempre ha llegado después de que pasa algo alrededor del espectáculo del fútbol, alrededor de la vida futbolera, allí es que entra la participación de la administración local, an-tes en muy pocas ocasiones se ha presentado”7. Este primer planteamiento se complementa con la idea según la cual el mejoramiento de la seguridad en los estadios representa el eje de dirección de las acciones de la política pública, por así decirlo, “…ha generado una percepción de seguridad que su-puestamente dice que la violencia del fútbol sólo se presenta alrededor de los estadios o que las dinámicas futboleras sólo van alrededor de los estadios; entonces busca disminuir esa violencia que se vivía alrededor de los estadios; pero lo que ha causado realmente es un efecto que, si lo ponemos en el plano real, la violencia alrededor del fútbol no se ha disminuido. Es decir, se reduce la violencia alrededor del estadio, pero lo que se hace en realidad es trasladar y agravar la violencia que se está viviendo en los barrios”8.

5Grupo Focal. Barra Bloke Central. Barranquilla octubre de 2013.6Grupo Focal. Barra Barrón Rojo Sur. Cali octubre de 2013

7Grupo Focal. Barra Rebelión Auriverde. Cartagena octubre de 20138Grupo Focal. Barra Artillería Verde Sur. Armenia, octubre de 2013

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CAPÍTULO DOS

Otro aspecto demarcador del carácter de las acciones de política pública se relaciona con la aplicación de medidas de orden restrictivo, y en ocasiones de prejuzgamiento, frente al comportamiento de las hinchadas antes, durante y después del cotejo deportivo; en sus propias palabras: “todo lo que va a pasar alrededor del estadio el día del partido le van a echar la culpa a la barra. También otra cosa, pues que los policías en

vez de decirle a uno, “joven una requisa”, le dicen a uno: “¡oe pelao, la requisa!”. Uno también es estudiado y uno sabe cómo debe ser el trato”9.

Ampliando los matices de esta percepción se comenta: “lo único que han hecho es reprimir a la hinchada, en medio del desespero por su ignorancia (refi riéndose a autoridades locales), toman medidas a la carrera sin ir al fondo del pro-blema, muchas veces han tomado medidas de represión ha-cia toda una hinchada que ha cumplido con ir alentar a su equipo, cuando el delito lo ha cometido una persona equis, un delincuente por allá en otro lado y, aparte de eso, lo que han hecho es violar los derechos humanos que están en la Consti-tución de Colombia; por ejemplo, la no entrada de las gorras, de las chaquetas, de las prendas de su equipo, eso está en la Constitución, están violando el libre derecho a la expresión, ¿si me entiende? Entonces, se basan en el poder que tienen para tomar medidas de represión, pero no tienen en cuenta las prioridades en sí y las propuestas de las barras como tal”10.

Complementando este último demarcador del carácter de las acciones de la política pública, se reconoce el papel de me-diación-negociación de los programas creados para atender de manera explícita los asuntos relacionados con el fenómeno barrista en algunas ciudades del país, por cuanto se confi gu-ran en escenarios de diálogo sobre la base de compromisos

9Grupo Focal. Barra Rebelión Auriverde. Cartagena octubre de 201310Grupo Focal. Barra Barón Rojo Sur. Cali octubre de 2013

del cotejo deportivo; en sus propias palabras: “todo lo que va a pasar alrededor del estadio el día del partido le van a echar la culpa a la barra. También otra cosa, pues que los policías en

Ampliando los matices de esta percepción se comenta: “lo único que han hecho es reprimir a la hinchada, en medio del desespero por su ignorancia (refi riéndose a autoridades locales), toman medidas a la carrera sin ir al fondo del pro-blema, muchas veces han tomado medidas de represión ha-cia toda una hinchada que ha cumplido con ir alentar a su equipo, cuando el delito lo ha cometido una persona equis, un delincuente por allá en otro lado y, aparte de eso, lo que han hecho es violar los derechos humanos que están en la Consti-tución de Colombia; por ejemplo, la no entrada de las gorras, de las chaquetas, de las prendas de su equipo, eso está en la Constitución, están violando el libre derecho a la expresión, ¿si me entiende? Entonces, se basan en el poder que tienen para tomar medidas de represión, pero no tienen en cuenta las prioridades en sí y las propuestas de las barras como tal”

Complementando este último demarcador del carácter de las acciones de la política pública, se reconoce el papel de me-diación-negociación de los programas creados para atender de manera explícita los asuntos relacionados con el fenómeno barrista en algunas ciudades del país, por cuanto se confi gu-ran en escenarios de diálogo sobre la base de compromisos

9Grupo Focal. Barra Rebelión Auriverde. Cartagena octubre de 201310Grupo Focal. Barra Barón Rojo Sur. Cali octubre de 2013

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capítulo DOS

asumidos tanto por las instancias institucionales como la or-ganización barrista, principalmente para regular el compor-tamiento en la previa y durante el cotejo deportivo: “… porque no nos dejaban entrar ni astas ni nada, hoy en día, sí dejan en-trar astas, también tiene que ver el comportamiento de noso-tros”11. Obviamente el carácter de las prácticas institucionales se relaciona de forma directa con el historial de cada barra.

En este marco, resulta importante relevar el consenti-miento otorgado por las organizaciones barristas a las medi-das de sanción y juzgamiento individualizado a quienes, en su lenguaje cotidiano, “la cometen”. Para mayor claridad: “…con respecto a las leyes que se han creado últimamente, ha pasado que anteriormente en las tribunas no eran peleas entre barras sino que ya habían llevado las cosas a violencia entre barrios, y las leyes lo que han hecho es que han disminuido un poco la violencia dentro de las tribunas y dentro de las mismas barras en sí mismo (…), me ha gustado porque han sancionado a las personas como son”12.

En la voz de quienes hacen parte de las barras futboleras, otro demarcador del carácter de la ejecución de las políticas públicas se resume en el planteamiento según el cual: el de-recho a la libre asociación se tramita con arreglo a los ima-ginarios sociales encarnados en los funcionarios estatales a cargo de su implementación, “…exactamente porque somos

discriminados por muchas personas por ser barristas, de pronto personas jóvenes que no son barristas pueden tener ese derecho cuando nosotros no los podemos adquirir por ser barras. Osea, por ser barra, tú tienes la negatividad de todas las entidades del Estado”13.

Aparecen en la escena de la relación Sociedad-Estado-Barra, rasgos de estigmatización social agenciando la gestión de las estrategias propuestas institucionalmente para garan-tizar la vivencia plena de los derechos de estas expresiones juveniles.

Con esto, concluye el primer acercamiento al conjunto de percepciones que los sujetos y organizaciones barristas han construido sobre las acciones de la política pública orientada a la seguridad, la comodidad y la convivencia.

2.3 Participación y corresponsabilidad social

Bajo este título se presenta de manera sencilla un conjun-to de contenidos, prácticas y sentidos (entre otros), que por demás se posicionan en este primer intento escrito a manera de argumentos con potencia sufi ciente para contribuir a la re-construcción del tejido social en sus escenarios de existencia de los sujetos y organizaciones barristas.

11Grupo Focal. Barra Bloke Central. Barranquilla, octubre de 201312Grupo Focal. Barra Rebelión Auriverde. Cartagena octubre de 201313Grupo Focal. Barra Bloke Central. Barranquilla octubre de 2013

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CAPÍTULO DOS

En un primer acercamiento, se manifi estan una serie de prácticas de participación para la inclusión, atinentes a la vin-culación de las y los integrantes de ‘parches’ barristas a esce-narios de carácter institucional, tipo programas de inversión social, directamente agenciados por Secretarias de Gobierno, Cultura o Recreación, institutos descentralizados para la par-ticipación o instancias encargadas de promover condiciones para ejercicio pleno de los derechos; en todo caso, adscritas a las alcaldías de cada ciudad.

Dichas prácticas se presentan en el contexto de un amplio espectro de respuestas de orden institucional y gubernamen-tal frente a las problemáticas asociadas al fenómeno barrista, que van desde la inexistencia absoluta de cualquier de tipo alternativa de atención a los temas de preocupación, hasta la permanencia de programas con equipos humanos especiali-zados, asignación de recursos de infraestructura y fi nancieros y áreas de trabajo bien defi nidas (ya consolidados); los cua-les además cumplen funciones de articulación entre diversas instancias con responsabilidad en el tema. “… la participación es bastante buena, de hecho (...) nos han dado una mejor par-ticipación (Secretaria de Gobierno), nos ha unido con todas

las Secretarías para un benefi cio nuestro, bien sea de salud, educación, deporte; nos hemos llevado muy bien, una muy buena relación”. 14

Otro tipo de prácticas de participación se caracteriza por constituirse a partir de la representación de la organización barrista15 en escenarios de formulación, debate y, en escasas ocasiones, de toma de decisiones respecto a acciones deri-vadas de las políticas públicas asociadas al fenómeno de las barras, al estilo de cabildos, foros, encuentros ciudadanos, mesas de barrismo social y congresos, entre otros, convoca-dos por instituciones de gobierno. “…una vez estuvimos tres integrantes en un cabildo de barras, colaboramos porque de todas maneras integrarse sirve, ósea, nosotros en este mo-mento estamos integrados, estamos hablando de un tema de barras en el que tú nos haces unas preguntas y nosotros te las estamos respondiendo; osea, integrarse es algo bueno, ¿sí me entiendes?. No importa que camisa tengas puesta”.16

En una vía distinta, otros integrantes de parches futbo-leros se han dado a la tarea de reconfi gurar sus prácticas de participación hacia una suerte de acciones marcadas por un

14Grupo Focal. Barra Bloke Central. Barranquilla, octubre de 2013.15Este tipo de prácticas de participación, han sido asumidas principalmente por líderes de parche de cada barra.16Grupo Focal. Barra Frente Rojiblanco. Barranquilla, octubre de 2013

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capítulo DOS

distanciamiento y pérdida de credibilidad en las instituciones e instancias de promoción, deliberación y formulación de es-trategias de atención a las problemáticas que les atañen; en donde la percepción de los dolientes reitera el oportunismo de ciertos sectores políticos, por poner un ejemplo: “la mayoría de las veces ellos (los funcionarios) utilizan las barras siem-pre que las necesitan. Cuando tienen que cumplir algunos de los puntos del programa de gobierno que tiene que ver con jóvenes, por así decirlo, cuando ellos tienen que mostrar que han apoyado las organizaciones juveniles”.17

Sumado a esto se intuye la exclusión de dichos escenarios -aunque los líderes hagan presencia en ellos-, el acallamiento de su opinión y, lo más grave aún, de sus experiencias frente a los asuntos que se propone transformar. “Es una discusión unilateral, lo que ellos quieren es negarnos lo que somos, su-primir, y nosotros no vamos a dejar de ser, esa es clara, ya hemos crecido y podemos asumir la responsabilidad de cam-biar”18. En la voz de otros participantes de la estrategia de caracterización de Barras Construyendo País: “ausencia de escenarios y estrategias pertinentes que nos permitan tomar alguna decisión que nos afecte o benefi cie como barra. Nos dan participación, pero no decisión”.19

Auscultando en un plano subyacente se anuncia la confi -guración de contextos con profundas contradicciones. Por un lado, la constitución de ciudadanías de segundo orden o aque-llas que participan pero no toman decisiones sobre los temas que incidirán en su desarrollo personal y el mejoramiento de los niveles de vida; mientras en la otra orilla se percibe la emergencia de formas resistencia a prácticas institucionales incapaces de tramitar las demandas sociales y materializar estrategias efectivas de inclusión, y de hecho contribuyen a la re-signifi cación de ver y hacer lo político.

Esta última refl exión remite al escenario de las Comisio-nes Locales de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol, y a las percepciones acerca de sus funciones y proce-dimientos, construidas por quienes hacen parte de las barras populares. Las declaraciones hablan por sí solas: “No, no so-mos invitados a ninguno de esos escenarios ni a esas estra-tegias, en estos momentos no tenemos ni voz ni voto, somos el problema principal, según ellos, el tema de discusión cada ocho días, pero no tenemos participación ni acceso ni voz ni voto ni nada, simplemente parecemos unos títeres”20. “No-sotros llegamos con una serie de propuestas a la comisión, y como ya sabemos que no nos dejan hablar, la pasamos por

17Grupo Focal. Barra Rebelión Auriverde. Cartagena, octubre de 2013.18Grupo Focal. Barra Barón Rojo Sur. Cali, octubre de 2013.19Grupo Focal. Barra Banda Tricolor. Pasto, octubre de 2013.20Grupo Focal. Barra Barón Rojo Sur. Cali, octubre de 2013.

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CAPÍTULO DOS

escrito, esas propuestas se discuten, se toma la decisión entre ellos y sacan un comunicado de qué va a suceder, cuáles van a ser las directrices en el partido”21. “Lastimosamente las deci-siones son tomadas por las Comisiones Locales de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol”22.

Otras vivencias amplían este asunto: “No hemos ido a nin-guna reunión y no se nos invita a una sola. Nos invitaron a la de la fi nal y fue virtual, a ninguna más; y si nos invitan tenemos voz más no voto, se repite la historia de siempre en la reunión, se llega a una conclusión y cuándo tú llegas al estadio ya es otra, es otra diferente”23.

Aún así, quienes asistieron a los escenarios instalados por la propuesta Barras Construyendo País, consienten en valo-rar altamente las experiencias de participación en instancias y organismos del gobierno local, véase el tema. “Pues nosotros hemos participado en muchos escenarios en donde hemos tra-tado de trabajar esas problemáticas, para enviarle un mensaje positivo a nuestros integrantes. Hemos participado de mu-chos escenarios, donde esas entidades o esos medios se han dado cuenta que las cabezas de las barras sí tienen un rumbo defi nido ya, y que se le ha cambiado totalmente el ‘chip’, cuan-do nos han escuchado. Pero lastimosamente eso que es la par-

te positiva, ni los medios de comunicación ni las autoridades competentes lo han sabido valorar”24. Otros afi rmaron que: “…son escenarios de diálogo, escenarios de una buena comuni-cación entre las instituciones, tanto privadas como públicas, y los barristas”25.

Para concluir este numeral, se resaltan las prácticas de participación conducentes a la corresponsabilidad social, en manos principalmente de liderazgos que están creciendo en edad y experiencia. Estas se diferencian de otras formas de actuación cuando reconocen la necesidad de asumir respon-sabilidades en la formulación y realización de las acciones de-rivadas de la política pública, en el marco de una lectura es-tructural de los contextos sociales, y a la vez como estrategia de gestión ante el sector público y privado para el desarrollo de sus iniciativas, ya sean de orden productivo en la perspecti-va de la economía solidaria, de producción musical, fusionado y re-creando ritmos, o de trabajo comunitario. Estos ejerci-cios constituyen la ‘puerta de entrada’ al camino de la institu-cionalización y legalización de las organizaciones barristas en pos -por lo menos en el discurso- del benefi cio colectivo.

En esta línea se percibe un crecimiento en el número y complejidad de acciones orientadas a la reconfi guración de

te positiva, ni los medios de comunicación ni las autoridades . Otros afi rmaron que: “…

son escenarios de diálogo, escenarios de una buena comuni-cación entre las instituciones, tanto privadas como públicas, y

Para concluir este numeral, se resaltan las prácticas de participación conducentes a la corresponsabilidad social, en manos principalmente de liderazgos que están creciendo en edad y experiencia. Estas se diferencian de otras formas de actuación cuando reconocen la necesidad de asumir respon-sabilidades en la formulación y realización de las acciones de-rivadas de la política pública, en el marco de una lectura es-tructural de los contextos sociales, y a la vez como estrategia de gestión ante el sector público y privado para el desarrollo de sus iniciativas, ya sean de orden productivo en la perspecti-va de la economía solidaria, de producción musical, fusionado y re-creando ritmos, o de trabajo comunitario. Estos ejerci-cios constituyen la ‘puerta de entrada’ al camino de la institu-cionalización y legalización de las organizaciones barristas en

En esta línea se percibe un crecimiento en el número y complejidad de acciones orientadas a la reconfi guración de

21Grupo Focal. Barra Mancha Ajedrezada. Tunja, octubre de 2013.22Grupo Focal. Barra Rexixtexia Nortea. Medellín, octubre de 2013.23Grupo Focal. Barra Garra Samaria. Santa Marta, octubre de 2013.

24Grupo Focal. Barra Barón Rojo Sur. Cali, octubre de 2013.25Grupo Focal. Barra Mancha Ajedrezada. Tunja, octubre de 2013.

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capítulo DOS

las relaciones trazadas con quienes se comparte el territorio social y geográfi co de existencia, y por esta vía de la decons-trucción de los imaginarios construidos socialmente que fun-gen como soporte de diversas prácticas de estigmatización juvenil. La recuperación de parques, la celebración de fechas conmemorativas, las campañas de donación a aquellos más necesitados, las jornadas de desarme, dan muestra de este compromiso con la comunidad.

En su conjunto, los participantes de la propuesta Barras Construyendo País asumen que el fortalecimiento de la or-ganización, de la barra, del ‘parche’, constituye el reto más importante y la estrategia clave para hacer frente al amplio espectro de problemáticas a las cuales se enfrentan cotidia-namente.

Lo anterior, en el marco del reconocimiento de la inciden-cia que ha tenido el aumento de los índices de consumo de sustancias psicoactivas en el reforzamiento de imaginarios sociales que asocian al barrista con agentes peligrosos, sos-pechosos y delincuentes y de la presencia de altos niveles de intoxicación en personas vinculadas a hechos de violencia. Esto último ha servido a los ‘parches’ como pretexto para dar inicio a profundos debates relacionados con el consumo res-ponsable y la reducción del mismo.

24Grupo Focal. Barra Barón Rojo Sur. Cali, octubre de 2013.25Grupo Focal. Barra Mancha Ajedrezada. Tunja, octubre de 2013.

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CAPÍTULO DOS

C

3PRODUCCIÓN CULTURAlESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN Y CONTENIDOS CULTURALES

Este título presenta en su primer numeral un acercamien-to al concepto de identidades juveniles, como telón de fondo para leer las estrategias de comunicación y contenidos cultu-rales, en tanto son una síntesis de las experiencias de produc-ción cultural agenciadas por los sujetos y las organizaciones barristas participantes en los escenarios propuestos por Ba-rras Construyendo País.

3.1 Identidades Juveniles

Las nuevas generaciones, siguiendo su propio impulso creativo, se han dado a la tarea de producir contenidos, me-dios y sentidos de resistencia y oposición, que por demás co-munican a otros de manera abierta y contundente sus viven-cias y representaciones del mundo.

Se trata de actores no pasivos con capacidad para recrear y darle otro signifi cado a capitales culturales y simbólicos esta-blecidos socialmente, tanto por los medios masivos de comu-nicación, como por las industrias culturales y las estructuras

de poder institucionalizadas, cuya intención, en el trasfondo, es mantener los deseos de consumo de todo tipo de mercancía y condiciones de subordinación social y política.

En otras palabras, quienes integran las nuevas generacio-nes poblacionales producen sus propias expresiones cultura-les y comunicativas para decir “éste soy y aquí estoy”; o mejor, con el propósito de dar a conocer los rasgos de una identidad en permanentemente construcción, de naturaleza dinámica y con posibilidad para transitar de un escenario social a otro.

Ahora, la construcción de estas identidades juveniles no depende estrictamente de variables sociales y demográfi cas delimitadas, en la medida en que para su constitución dichas variables acuden a representaciones sociales del mundo que, compartidas colectivamente, determinan formas de conoci-miento para la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social. Así, las comunidades están abocadas a ma-nifestaciones de múltiples identidades que rebasan el rango de edad, el estrato económico, la raza, el lugar de nacimiento

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capítulo DOS

e inclusive la afi nidad por una tendencia musical o estética; condiciones que hasta hace poco habían sido consideradas las claves para la delimitación de las identidades juveniles.

Bajo esta perspectiva, quienes hacen parte de las barras futboleras y constituyen su identidad en el escenario de la vi-vencia del futbol, el amor por la camiseta, la pertenencia al ‘parche’ y hasta el estigma social asociado a esta afi nidad, se posicionan como sujetos y colectivos productores de estrate-gias y contenidos culturales que comunican la cotidianidad del ‘barra’, y tienen como objetivo principal expresar su ma-nera de relacionarse con los otros, su entorno y las institucio-nes sociales en general.

Es indispensable reconocer que ciertos contenidos cultu-rales, producidos especialmente durante el escenario del en-cuentro deportivo por los ‘parches’ futboleros, contienen una carga signifi cativa de violencia simbólica. Lo anterior, posi-blemente debido a la intención de imponer sus propias mar-cas diferenciadoras frente a otras formas de identidad y de llamar la atención -en voz alta- de diversos actores sociales, quienes por acción u omisión han decidido hacer invisibles sus expectativas y demandas o desconocer las potencialida-des del sujeto perteneciente a la barra.

Claro está, ello no obvia la necesidad de avanzar hacia la transformación de expresiones comunicativas más asertivas e incluyentes.

3.2. Estrategias de comunicación

Así las cosas, los integrantes de las barras futboleras pro-ducen estrategias de comunicación para socializar conteni-dos culturales cargados de sentidos acerca de sus prácticas y deseos, buscando con ello establecer comunicación con un mundo que asumen como externo, con el cual están en con-frontación permanente y cuya atención pretenden captar.

En palabras simples, las estrategias de comunicación se refi eren a la creación de producciones, medios y piezas de or-den cultural y mediático que los ‘parches’ futboleros fabrican o reconfi guran para dar a conocer de manera clara y expedita sus experiencias y perspectivas acerca de los asuntos relacio-nados con las prácticas barristas. Lo anterior, a través del uso de múltiples formas de lenguaje, como se observará más ade-lante.

En consonancia con lo expresado, se evidencia la realiza-ción de diversas puestas en escena y estrategias de comuni-cación, según la siguiente organización.

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44

CAPÍTULO DOS

ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓNPRODUCCIÓN, MEDIO O PIEZA

DE COMUNICACIÓN

Act

ivid

ad a

rtís

tica Incluyen puestas en escena con referencia a crea-

ciones artísticas, culturales y folklóricas, realización de pinturas, diseños y muestras musicales en el marco de eventos de conmemoración, tradición cultural, celebración social y de carácter comuni-tario.

• Comparsas folklóricas • Murales conmemorativos y alusivos a temas

futbolísticos • Eventos de lanzamiento de producciones reali-

zadas por las barras • Fiestas de celebración e integración entre barras • Conciertos de aniversario del equipo y la barra • Eventos de tradición cultural • Jornadas de recuperación ambiental

Act

ivid

ad

depo

rtiv

a

Concernientes a competencias y prácticas de fútbol con un trasfondo competitivo, casi siempre, de integración entre parches y barras.

• Campeonatos internos de fútbol masculino y femenino

• Torneos de fútbol y microfútbol inter barras • Prácticas deportivas

Crea

ción

mus

ical

Incluye la composición de letra y música original de cortes alusivos a las prácticas barristas, a los equi-pos de preferencia y de carácter conmemorativo.

A esta actividad se vinculan las prácticas musicales como ejercicio preparatorio para la producción original.

• Álbum musical de carácter instrumental (sin canciones).

• Álbum musical compuesto de cortes con letra y música original.

• Prácticas musicales previas a la producción.

Act

ivid

ad a

rtís

tica

tario.

Act

ivid

ad

depo

rtiv

a

Concernientes a competencias y prácticas de fútbol con un trasfondo competitivo, casi siempre, de integración entre parches y barras.

Crea

ción

mus

ical

Incluye la composición de letra y música original de cortes alusivos a las prácticas barristas, a los equi-pos de preferencia y de carácter conmemorativo.

A esta actividad se vinculan las prácticas musicales como ejercicio preparatorio para la producción original.

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capítulo DOS

Prod

ucci

ón a

udio

visu

al

Esta estrategia comunicativa hace referencia al registro audiovisual, editado o no, de los acon-tecimientos y experiencias de las organizaciones barristas.

• Producciones que recogen acontecimientos conmemorativos, de celebración o de trabajo comunitario

• Documentales de experiencias de vida de los barristas y acontecimientos significativos de la barra

• Programas de televisión que destacan las viven-cias futboleras y de la barra

• Videoclips y cortes de video que muestran acon-tecimientos significativos

Med

ios

viru

tale

s

Incluye la producción de piezas comunicativas de carácter virtual y de amplia difusión.

• Emisoras virtuales de radio. • Sitios de internet. • Redes sociales: Facebook, Twitter, Ustream,

Fanpage etc.

Impr

esos

y p

ublic

acio

nes

Material escrito que evoca al fútbol y cuenta con diseños originales que representan rasgos de la identidad barrista.

• Revistas seriadas • Boletines y pasquines informativos de tiraje

periódico • Fanzines que tipo artístico • Cancioneros con temas que alientan al equipo o

alusivos a la barra • Volantes y plegables informativos de carácter

esporádico

Dis

eño

y es

tam

pado

en

tela

y o

tros

mat

eria

les

Confección de banderas y prendas de vestir con diseños, símbolos y marquillas alusivas al fútbol.

• Banderas y trapos insignia de parches y barras • Tapa tribunas (banderas gigantes) • Prendas deportivas y de promoción de la barra• Prendas conmemorativas o representativas de

acontecimientos significativos para la barra y el equipo

• Prendas distintivas para el ejercicio de funciones

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CAPÍTULO DOS

En su conjunto, las estrategias comunicativas anuncian un amplio campo de producción cultural, plagado de sentidos y contenidos de uso colectivo más allá de fronteras territoriales y de afi nidad a un equipo determinado. Manteniendo la pers-pectiva, se ampliarán las implicaciones de cada una de ellas.

Las actividades artísticas permiten a la organización ba-rrista el contacto directo con la diversidad de actores sociales con quienes comparte un territorio de existencia, a partir del reconocimiento de los intereses de la comunidad, tal y como lo expresaron los participantes de Barras Construyendo País en la siguiente afi rmación: “Paratener un espacio (refi riéndo-se a las comparsas) en el cual mostremos una cara diferente de lo que la gente piensa, mezclamos las dos pasiones de los barranquilleros: Junior y Carnaval”26. Con estas estrategias, los hinchas pretenden contribuir a una resignifi cación, más positiva, de los imaginarios sociales contenidos en el concep-to de ‘barra brava’, generalizado en la población colombiana.

De igual manera, estas apuestas culturales tienen como intención de fondo comprobar públicamente las potenciali-dades y atributos de jóvenes considerados “peligrosos” y por ello condenados a la permanente sospecha; en palabras de los mismos barristas “…demostrar el arte que pueden desempe-ñar nuestros muchachos”27.

De otro lado, en consonancia con la pertenencia a un terri-torio defi nido social e históricamente, interesa a las organiza-ciones barristas evidenciar su relación con la ciudad; es decir: “un gesto de tipo social donde mostramos nuestra apropia-

ción por nuestra ciudad”28. En otra latitud de la nación, la rea-lización de estas puestas en escena constituye “otras formas de alentar al equipo”29, con la consecuente renovación de ras-gos que fortalecen la identidad del barrista.

Las actividades deportivas alrededor del fútbol, constitu-yen otro tipo de prácticas colectivas de permanente realiza-ción entre las organizaciones barristas. Algunas de las inten-cionalidades que animan su puesta en marcha reivindican el mejoramiento de la convivencia interna de la barra mediante la confi guración de un escenario de carácter competitivo que, jugando a la rivalidad, traza rutas para la integración no sólo de quienes pertenecen a los ‘parches’, sino también de sus fa-milias, y en especial de los niños y niñas que inician su cami-no de afi ción por un equipo.

Obviamente, disfrutar de una sana recreación comple-menta la pertinencia de este tipo de actividades. Ampliando lo dicho: “familiaridad y unión entre los diferentes combos de la barra e hinchas del común”30. Un asunto interesante, tiene que ver con la reciente participación de mujeres barristas en este escenario de competencia, considerado otrora privilegia-do para los hombres.

La creación musical se erige como una de las estrategias de producción cultural de mayor complejidad y riqueza social. Esta demanda tiempo y esfuerzo, en tanto para los integran-tes de una barra la producción musical, o el CD de la barra, conjuga la fi esta, la alegría y la pasión contendidas en el fútbol con las expresiones de aguante y aliento al equipo; todos ras-

26Encuesta abierta: producción cultural. Barra Frente Rojiblanco Sur. Barranquilla, octubre 2013. 27Encuesta abierta: producción cultural. Barra Bloke Central. Barranquilla, octubre 2013. 28Encuesta abierta: producción cultural. Barra Barón Rojo Sur. Cali, octubre 2013.

29Encuesta abierta: producción cultural. Barra La Banda Tricolor. Pasto, octubre 2013.30Encuesta abierta: producción cultural. Barra Rexixtenxia Norte. Medellín, octubre 2013.

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capítulo DOS

gos característicos de la identidad barrista.

Las composiciones originales disponen discursos propios y socialmente compartidos, cuyos contenidos presentan una radiografía de los deseos, demandas y problemáticas de quie-nes integran los parches futboleros, en palabras de los barris-tas, “es el alma de la barra”31., mediante el uso y reproducción de un lenguaje particular, comunican sus maneras de percibir el mundo, recreando al mismo tiempo las representaciones sociales del mismo. En otras palabras, la manera cómo el ba-rrista se siente y experimenta su relación con el entorno.

Para los integrantes de las barras la producción de un CD tiene como propósito, entre otros, “…promocionar nuestra ba-rra”32 y extender el conocimiento de los cantos como estrate-gia de unión entre parches y demostración de fuerza frente a otras organizaciones similares.

Al igual que sucede con otras identidades juveniles, las expresiones musicales ambientan y conducen a un escenario donde se ritualizan las pasiones futboleras y los cánones ba-rristas.

Por su parte, la producción audiovisual tiene el privilegio de comunicar a un público más amplio y no necesariamente vinculado al mundo de la barra futbolera, las experiencias y acontecimientos de la cotidianidad de los ‘parches’. Gracias a la disponibilidad de dispositivos tecnológicos y el fácil acce-so a las redes sociales, la difusión de contenidos de carácter

propositivo e incluyente tienen la posibilidad de una mayor cobertura, aunque en las sociedades del reality show acos-tumbradas al morbo promovido por los medios masivos de comunicación, las prácticas de violencia y delictivas cobran un mayor impacto en los imaginarios colectivos.

Las organizaciones barristas y sus ‘parches’ han encontra-do en las estrategias de comunicación virtual y las redes so-ciales aliados potentes para ampliar coberturas de contenidos producidos desde sus propias perspectivas, mediante el uso de un lenguaje compuesto por códigos, cuya función es mar-car una diferenciación frente a otras identidades juveniles.

Asimismo, la comunicación virtual actúa a manera de dis-positivo de convocatoria inmediata y de respuesta a asuntos considerados de importancia por los integrantes de la barra. Por ejemplo, a través de las redes sociales ha sido posible ga-rantizar la participación en acontecimientos de la organiza-ción, ultimar detalles de viajes de acompañamiento al equi-po, coordinar movilizaciones de carácter social y asistencia a eventos, entre otros.

En la perspectiva de la comunicación alternativa, los con-tenidos creados por los integrantes de los ‘parches’ futboleros cobran sentido en cuanto buscan “…promocionar nuestra ba-rra y dar información”33; “informar a los jóvenes de la barra de las actividades”34; “comunicarnos con nuestros mucha-chos”35 y; “mostrar y socializar lo que sucede con la barra y el equipo”36.

31Encuesta abierta: producción cultural. Barra Artillería Verde Sur. Armenia, noviembre de 2013.32Encuesta abierta: producción cultural. Barra Frente Rojiblanco Sur. Barranquilla, octubre 201333Encuesta abierta: producción cultural. Barra Frente Rojiblanco Sur. Barranquilla, octubre 2013

34Encuesta abierta: producción cultural. Barra Rexixtenxia Norte. Medellín, octubre 201335Encuesta abierta: producción cultural. Barra Los Kuervos. Barranquilla, octubre 2013 36Encuesta abierta: producción cultural. Barra Garra Samaria. Santa Marta, octubre 2013

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CAPÍTULO DOS

Otra de las estrategias comunicativas que representa la producción cultural de la barras incluye el diseño, ilustración y producción de textos para publicaciones escritas de amplia difusión y las cuales tienen como intencionalidad central “…promocionar y dar información de la barra y actividades cul-turales”37; sin embargo, la ausencia de una fi nanciación esta-ble condiciona la continuidad de estas publicaciones.

Al cierre de este recorrido por las estrategias comunicati-vas que informan acerca de la producción cultural de las or-ganizaciones barristas participantes en el escenario de carac-terización propuesto por Barras Construyendo País, se instala el diseño y estampado en tela y otros materiales, el cual cobra signifi cado en términos de la creación de una estética particu-lar con distintivos visibles que contribuyan a la confi guración de una imagen pública diferenciada de otras fi guras; es un “medio expresión de la barra”38.

Ampliando esta afi rmación, tres intencionalidades distin-tas parecen orientar la fabricación de esta estrategia.La pri-mera de ellas, se asimila a la confección de elementos sim-bólicos e insignias con atributos para identifi car el parche y la barra en los escenarios públicos de encuentro, estos estan-dartes son depositarios de la trayectoria de la organización y refl ejo de su fortaleza, por esta razón los trapos y tapatribu-nas son considerados las pertenencias colectivas más valiosas en el mundo de las barras futboleras. Se trata del “logotipo de nuestra barra, camisa para identifi carnos de otra barra social”39, y tiene sentido en tanto sirve “para identifi car a los

37Encuesta abierta: producción cultural. Barra Fortaleza Leoparda Sur. Bucaramanga, noviembre de 201338Encuesta abierta: producción cultural. Barra Frente Rojiblanco Sur. Barranquilla, octubre 2013

39Encuesta abierta: producción cultural. Barra Bloke Central. Barranquilla, octubre 201340Encuesta abierta: producción cultural. Barra Garra Samaria. Santa Marta, octubre 2013

Lo anterior, en el contexto de una época histórica en don-de, parafraseando a Muñoz (2011), las nuevas generaciones: digitalizadas, convergentes, hipermedializadas, experimen-tan cada vez más, consumos mediáticos activos, que implican la compresión de los textos, la formación de juicios y repre-sentaciones sociales, y la utilización asertiva de herramientas tecnológicas aplicadas a la comunicación de masas.

Otra de las estrategias comunicativas que representa la producción cultural de la barras incluye el diseño, ilustración y producción de textos para publicaciones escritas de amplia difusión y las cuales tienen como intencionalidad central “…promocionar y dar información de la barra y actividades cul-turales”ble condiciona la continuidad de estas publicaciones.

Al cierre de este recorrido por las estrategias comunicati-vas que informan acerca de la producción cultural de las or-ganizaciones barristas participantes en el escenario de carac-terización propuesto por Barras Construyendo País, se instala el diseño y estampado en tela y otros materiales, el cual cobra signifi cado en términos de la creación de una estética particu-lar con distintivos visibles que contribuyan a la confi guración de una imagen pública diferenciada de otras fi guras; es un “medio expresión de la barra”

Ampliando esta afi rmación, tres intencionalidades distin-tas parecen orientar la fabricación de esta estrategia.La pri-mera de ellas, se asimila a la confección de elementos sim-bólicos e insignias con atributos para identifi car el parche y la barra en los escenarios públicos de encuentro, estos estan-Lo anterior, en el contexto de una época histórica en don-

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capítulo DOS

integrantes de la barra, como a la barra misma, para que nos reconozcan como hinchas” 40.

Una segunda intencionalidad, radica en el deseo de ac-ceder a formas de vestir que conjuguen la estética deportiva impuesta por el mercado del fútbol, con contenidos sociales producidos mediante la vivencia de las experiencias como ba-rrista; no le basta al integrante del parche usar gorra marca “Adidas” si esta no comunica su propio mensaje a otros. Aquí el cuerpo se hace discurso y el escenario de un lenguaje que comunica al mundo quién se es, cuáles sus representaciones de la sociedad y a qué forma de organización se pertenece.

Un tercer propósito, recoge el impulso por darle forma a iniciativas de corte productivo, aprovechando experticias, afi -nidades y la facultad creativa propia de las nuevas generacio-nes. Aquí la productividad se transforma en actividad social que se inscribe en las redes del consumo, pero que también hace resistencia cuando los productos son creados por las ma-nos de los barristas y no se compran en los circuitos del mer-cado. Retomando las palabras de los integrantes de las barras, se trata de una “…forma de conseguir recursos fi nancieros”41, y para “…la generación de ingresos de algunos jóvenes de la barra”42.

Con lo anterior, se evidencia la manera como este tipo de expresiones culturales se posiciona en la cotidianidad de las organizaciones barristas, en tanto estrategia de comunicación

efectiva y producción de contenidos culturales con respecto al reconocimiento de la diversidad, la apertura de espacios te-rritoriales y el dejar a un lado el interés individual a favor del bien colectivo. En otras palabras, se abren los caminos para la “construcción de otras lógicas, ajenas a los saberes que se han instaurado; y la reconstitución de la dimensión de sí mismo” (Useche, 2009: 38).

Posiblemente, en lo profundo de este tipo de agrupaciones, antes exclusivamente juveniles, hoy con la asistencia de niños y niñas, se estén reconstruyendo formas de acción que se re-sisten a la mera representación estética y pretenden transcen-der en medio sociedades que de antemano les han declarado su transitoriedad e irrelevancia, en especial cuando se estos se niegan a ceder ante la disciplina y el control instituidos. Es por ello, que se opta por la creación y sostenimiento de estrategias comunicativas productoras de cultura, sentido y memoria.

Las palabras fi nales de este capítulo, dedicado al reconoci-miento y visibilización de la producción social y cultural de los sujetos y organizaciones barritas participantes en las estrate-gias propuestas por Barras Construyendo, anuncian la exis-tencia de un conjunto de prácticas colectivas que, hace ya un tiempo, desbordaron los escenarios institucionales y tradicio-nales de la participación, demostrando el talante de la auto-gestión de las barras, el continuo aprendizaje y, sobre todo, la creación de posibilidades para la confi guración de nuevas for-mas de ciudadanía, esto en clave de corresponsabilidad social.

41Encuesta abierta: producción cultural. Barra Frente Rojo y Blanco Sur. Barranquilla, octubre 201342Encuesta abierta: producción cultural. Barra Rexixtenxia Norte. Medellín, octubre 2013

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C APÍTULO

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HACIA UNA POLÍTICA PÚBLICA Y PARTICIPATIVA, QUE PROMUEVA LA CONVIVENCIA, LA COMODIDAD

Y LA SEGURIDAD EN EL FÚTBOL

TRESC APÍTULO

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capítulo tres

El documento presentado hoy es el resultado de largas jor-nadas de trabajo, posibles gracias a la voluntad de Coldepor-tes y la experiencia de la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto en el campo del fenómeno barrista. A su vez, pretende expresar una sincera gratitud a cada uno de los hombres y mujeres que participaron en las diferentes mesas de barrismo social y sin los cuales no sería posible acercarse a una visión acertada de las problemáticas asociadas a las barras futbole-ras, sus causas y posibles soluciones.

No es de extrañar que hoy uno de los principales temas de la agenda nacional sea el futbol, a menos de cinco meses de participar nuevamente en un mundial y luego de 16 años de pasar como simples espectadores de una fi esta con cele-bración en persona y sentimientos ajenos, Colombia vuelve a existir para el mundo del fútbol, y esta vez con una cita en el continente americano.

Cuando se hace referencia al mundo del fútbol, en reali-dad no solo se habla del cotejo deportivo que se lleva a cabo en un terreno rectangular con dimensiones que oscilan entre los 90 y 120 metros de largo y los 45 y 90 metros de ancho, el cual según la defi nición formal tiene por objeto utilizando una pelota esférica (de cuero u otro material con una circun-ferencia no mayor a 70 cm. y no inferior a 68 cm., y un peso no superior a 450 g. y no inferior a 410 g. al comienzo del partido), donde dos equipos de once jugadores cada uno (diez jugadores “de campo” y un arquero) compiten por encajar la misma en la portería rival, marcando así un gol. El equipo que más goles haya marcado al fi nal del partido es el ganador; si ambos equipos no marcan, o marcan la misma cantidad de goles, entonces se declara un empate (http://es.wikipedia.org/wiki/F%C3%BAtbol).

EEl documento presentado hoy es el resultado de largas jor-EEl documento presentado hoy es el resultado de largas jor-nadas de trabajo, posibles gracias a la voluntad de Coldepor-Enadas de trabajo, posibles gracias a la voluntad de Coldepor-tes y la experiencia de la Fundación Juan Manuel Bermúdez Etes y la experiencia de la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto en el campo del fenómeno barrista. A su vez, pretende ENieto en el campo del fenómeno barrista. A su vez, pretende

1INTRODUCCIÓN

Edwin E. Marulanda BernalProfesional de Apoyo

Barras Construyendo País

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capítulo tres

No, en verdad el ¡Mundo Futbolero! es ese en el cual par-ticipan más de 270 millones de personas y que es capaz de insertarse y paralizar las dinámicas de gobierno de los esta-dos más fuertes; el que se convierte en tema de discusión de un proceso de paz que busca solucionar un confl icto de más de 50 años; aquel que se transforma en el motor económico, pues activa la economía formal e informal; ese que mantiene los sueños de los niños corriendo tras una pelota buscando con ella la fama y la gloria.

Ese futbol que, según muchos de los hinchas, es como el primer amor, el que nunca se olvida, el que los mantiene afe-rrados a él, en el triunfo o en la derrota, por el cual son capa-ces de aguantar el sol o la lluvia, la crítica y la burla; ese que más que un deporte es considerado, para quienes lo manejan, un fructífero negocio, y para quienes lo siguen, como una pa-sión.

Según los estudiosos de los fenómenos sociales, el fútbol es a su vez el lugar común en el cual se pueden apreciar, todos y cada uno de los paradigmas grupales y culturales, permitien-do un laboratorio constante en los estadios, en los barrios, en

los parques y las carreteras. Este espectáculo en el país hoy se vive no solo en los estadios, sino que presenta expresiones en todos y cada uno de los espacios del territorio nacional; es en esta medida que las barras organizadas y populares plan-tean, en su propio lenguaje, las expectativas acerca del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2013-2023, y avanzan en el estudio de las causas de cada una de las problemáticas, así como en la puesta en discusión de alternativas para el trazado de soluciones.

En este capítulo el lector podrá realizar un recorrido, per-mitiéndose encontrar la posición que tienen los integrantes de las barras futboleras participantes en Barras Construyen-do País, en cuanto a la identifi cación de las problemáticas aso-ciadas al fútbol, a sus posibles causas y a las propuestas que resultaron, gracias a la metodología de las mesas de barrismo social; que contó con diferentes herramientas para la recolec-ción de la información, y conjugó tanto momentos de traba-jo individual, como colectivo, en los cuales se consideraron aportes a la redacción de un Plan Decenal para promover la seguridad, la comodidad y la convivencia en el futbol colom-biano.

No, en verdad el ¡Mundo Futbolero! es ese en el cual par-ticipan más de 270 millones de personas y que es capaz de insertarse y paralizar las dinámicas de gobierno de los esta-

los parques y las carreteras. Este espectáculo en el país hoy se vive no solo en los estadios, sino que presenta expresiones en todos y cada uno de los espacios del territorio nacional; es

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capítulo tres

En el marco de una breve presentación del alcance de un Plan Decenal en el contexto nacional, como de importancia de la participación con incidencia de las barras futboleras en la formulación de una política pública para la seguridad, como-didad, convivencia, de todos aquellos que participan directa o indirectamente del espectáculo, en los diferentes espacios en donde se vive la pasión por el futbol, quienes participaron en las mesas de barrismo social expusieron sus expectativas acerca del tema, dándole vida a un espacio de construcción social desde la posición de quienes asisten al espectáculo or-ganizados en una barra popular.

En términos generales, la gran mayoría de los barristas expresan la necesidad puntual de conocer a fondo las leyes y la reglamentación vigente en el territorio nacional aplicada a los asuntos del fútbol y, por supuesto, a quienes integran las

barras futboleras; esta es una de las grandes preocupaciones y de las mayores expectativas mencionadas por estos actores, ya que hasta el momento, y como se pudo evidenciar, el des-conocimiento de las normas es muy profundo, y es una de las principales causas de los malentendidos con los gobiernos lo-cales y el cuerpo policial en cada una de las ciudades.

Existe un profundo desconocimiento del Estatuto del Afi -cionado al Futbol en Colombia y de la Ley 1270 de 2009, si-tuación que compromete la actuación de la barra cuando no se asume el límite de los términos legales por los cuales debe-rían regirse.

A su vez, el desconocimiento de la ley no es solo una si-tuación experimentada por los barristas, la interacción con diferentes actores de la ciudades, como otra de las estrategias propuesta por Barras Construyendo País, dejo en claro que en algunas ocasiones ni la institucionalidad local ni la fuerza pú-blica conocen la normatividad, aplicando la ley por voluntad propia y a distancia de lo establecido.

EEn el marco de una breve presentación del alcance de un EEn el marco de una breve presentación del alcance de un Plan Decenal en el contexto nacional, como de importancia de EPlan Decenal en el contexto nacional, como de importancia de la participación con incidencia de las barras futboleras en la Ela participación con incidencia de las barras futboleras en la formulación de una política pública para la seguridad, como-Eformulación de una política pública para la seguridad, como-

1LAS EXPECTATIVAS FRENTE A LA FORMULACIÓN DE POLÍTICA PÚBLICA

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capítulo tres

De otro lado, se manifi esta expectativa frente a la posibi-lidad de ahondar en el conocimiento del signifi cado del Ba-rrismo Social en cuanto plataforma de formulación y presen-tación de alternativas al grueso de sus barras, en tanto, los líderes relatan no contar con las herramientas conceptuales y metodológicas necesarias para desarrollar una mejor labor con los hombres y mujeres que componen su organización. La mayoría de los barristas reconocen que una las difi cultades asociadas al fútbol están dadas por las difíciles condiciones sociales y económicas que atraviesan los jóvenes en cada ciu-dad, pero también con un enfoque autocrítico afi rman que el mal ejercicio del liderazgo y la falta de horizontes organizati-vos puntuales han permitido que la situación “se salga de las manos”, generando problemas de violencia tanto en los esta-dios como en los sitios en donde habitualmente se reúnen las barras.

Como hecho relevante, los barristas quieren aportar el co-nocimiento fruto de lo vivido para la formulación de solucio-nes a sus problemáticas más sentidas; manifi estan que nadie mejor que ellos mismos conocen en dónde se han presenta-do los errores y, posiblemente, gracias a esta experiencia su aporte sea un factor fundamental en la formulación de una política pública pertinente, adecuada, participativa y efectiva para mejorar las condiciones actuales del fútbol colombiano y de vida de los hinchas que siguen sus equipos a todas partes.

Expresan en esa medida un cansancio frente a la violen-cia y solicitan la colaboración del Estado colombiano y de los

gobiernos locales, así como de la Policía Nacional para gene-rar programas que permitan promover entre los hinchas ex-presiones culturales, deportivas, educativas y organizativas, diferentes y mejores de las que hoy se vienen promoviendo.

Señalan, como una necesidad prioritaria capacitarse, no sólo en el Barrismo Social, sino también en todo aquello re-lacionado con el ámbito de la educación formal y no formal, la formación para el empleo, la productividad y el empren-dimiento. Los participantes en las mesas de barrismo social sitúan como una de las causas fundamentales de la proble-máticas sociales la falta de oportunidades, en el contexto de ciudades con equipos de fútbol profesional colombiano con altos índices de desempleo y ausencia de incentivos por parte de las autoridades locales para el fortalecimiento de las orga-nizaciones juveniles. En este orden de ideas, afi rman que la presencia de gobierno local (en la mayoría de los casos) va de de la mano de mano de la represión y la estigmatización de quienes hacen parte de la barra popular.

Frente a la redacción del Plan Decenal de Seguridad, Co-modidad y Convivencia en el Fútbol, los representantes de ba-rras futboleras plantean como expectativa fundamental la ne-cesidad de ser incluidos con sus propuestas en el marco de la sociedad y el fútbol; argumentan una posición fuerte frente a la dirigencia de los clubes de fútbol, afi rmando que de su par-te no existe ninguna preocupación acerca de lo que ocurre con el hincha, pues los dirigentes frente a un negocio muy renta-ble, no atienden las necesidades de quienes son sus clientes.

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capítulo tres

Argumentan como eje articulador, ir más allá de la defi ni-ción del hincha como el “cliente del fútbol”, quien hace cambio de una determinada cantidad de dinero para acceder a una oferta deportiva o cultural; plantean que la actual defi nición de cliente en el centro del negocio del fútbol colombiano está más encaminada a quien desde la comodidad de su casa ob-serva lo que, a juicio de la Dimayor y los canales privados de televisión, es el mejor partido de la fecha, dejando de lado la real dimensión del cliente del fútbol, la del hincha, la de quien acompaña por todas las ciudades su club.

Este particular cliente requiere un tratamiento especial, requiere unas condiciones especiales para apreciar el fútbol, sin lugar a dudas el fútbol es un espectáculo especialmente particular, ya que en su desarrollo incorpora la música, el arte, el teatro y otras manifestaciones culturales que lo acom-pañan y que hacen parte de la fi esta del fútbol.

Quienes participaron en las estrategias de Barras Cons-truyendo País, reiteran la defensa de la idea según la cual el joven perteneciente a una barra, que exige sus derechos en el estadio, es el mismo ciudadano que exige sus derechos frente al Estado colombiano: el derecho a ser tratado con igualdad, el derecho ser tratado con respeto, el derecho a no ser estig-matizado, el derecho a ver y sentir el espectáculo por el cual el paga en las mejores condiciones posibles, pues asume los costos fi nancieros exigidos por los clubes deportivos para ello.

Argumentan como eje articulador, ir más allá de la defi ni-ción del hincha como el “cliente del fútbol”, quien hace cambio de una determinada cantidad de dinero para acceder a una oferta deportiva o cultural; plantean que la actual defi nición de cliente en el centro del negocio del fútbol colombiano está más encaminada a quien desde la comodidad de su casa ob-serva lo que, a juicio de la Dimayor y los canales privados de televisión, es el mejor partido de la fecha, dejando de lado la real dimensión del cliente del fútbol, la del hincha, la de quien

Este particular cliente requiere un tratamiento especial, requiere unas condiciones especiales para apreciar el fútbol, sin lugar a dudas el fútbol es un espectáculo especialmente particular, ya que en su desarrollo incorpora la música, el arte, el teatro y otras manifestaciones culturales que lo acom-

Quienes participaron en las estrategias de Barras Cons-truyendo País, reiteran la defensa de la idea según la cual el joven perteneciente a una barra, que exige sus derechos en el estadio, es el mismo ciudadano que exige sus derechos frente al Estado colombiano: el derecho a ser tratado con igualdad, el derecho ser tratado con respeto, el derecho a no ser estig-matizado, el derecho a ver y sentir el espectáculo por el cual el paga en las mejores condiciones posibles, pues asume los costos fi nancieros exigidos por los clubes deportivos para ello.

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capítulo tres

LLos jóvenes participantes, dedicaron en cada una de las mesas un tiempo considerable para acercarse la defi nición de los ejes centrales del Plan Decenal para la Seguridad, como-didad y Convivencia en el Fútbol.

De allí que en este escrito planteamos un acercamiento a las defi niciones que, desde su visión como hinchas del fútbol, agremiados en una barra popular, tienen acerca de seguridad, comodidad y convivencia en el futbol y en su cotidianidad.

3.1 SEGURIDAD

El concepto “seguridad” para quienes hacen parte de una barra popular, si bien no dista totalmente, sí se diferencia y defi ne tomando en cuenta variables no todas las veces con-sonantes con la defi nición formal adoptada por los gobiernos nacional y local, así como por la Policía Nacional.

Estos jóvenes defi nen la “seguridad” como la verdadera posibilidad que tiene el individuo para desarrollar su perso-

nalidad, disfrutando sus derechos y respetando sus deberes, permitiéndosele sentir la tranquilidad de vivir el futbol en el estadio, la calle, el parque y la carretera, sin temor a ser vícti-ma de agresión por el hecho de ser natural de otra ciudad, por seguir a otro club o portar una camiseta distinta.

También, plantean diferencias puntuales con el esquema de seguridad establecido por la institucionalidad para la re-gulación de los encuentros deportivos, ya que desde la percep-ción de su enfoque del barrista, hoy el concepto de seguridad en el futbol está asociado a las dinámicas presentes princi-palmente en el estadio y sus alrededores, desconociendo con esto que en la mayoría de los casos los hechos asociados a la violencia se presentan en lugares diferentes al escenario de-portivo.

Desde la institucionalidad, el término “seguridad” posee múltiples usos. A grandes rasgos, puede afi rmarse que este concepto proviene del latín securitas hace foco en la caracte-rística de “seguro”, es decir, realza la propiedad de un lugar o situación en donde no se registran peligros, daños ni riesgos.

3APORTANDO A LAS DEFINICIONES DEL PLAN DECENAL

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capítulo tres

Una cosa segura es algo fi rme, cierto e indubitable. La seguri-dad, por lo tanto, puede considerarse como una certeza.

Así como existe y se aplica el término de seguridad en escenarios tales como el derecho, la política alimentaria, el trabajo, etc., y en cada uno de estos escenarios se defi ne el tér-mino como seguridad jurídica, seguridad alimentaria, segu-ridad laboral, es necesario defi nir con claridad a que se refi ere el término seguridad en el fútbol.

Al tomar como referente la defi nición anterior, se abraza la capacidad de sentirse seguro, en tanto la certeza que se tiene en cualquier escenario en donde se lleva a cabo el espectáculo del fútbol, de no estar expuesto a peligros, daños ni riesgos mientras se goza del mismo.

Pero esto no es sufi ciente, es necesario vincular la defi ni-ción de seguridad al contexto particular en donde se desarro-lla la afi ción por el fútbol. Es decir, en todos y cada uno de los espacios dentro y desde los cuales los colectivos de ciudada-nos organizados, siguen y alientan a cada uno de los equipos del rentado colombiano.

La diferencia entre la apreciación del concepto de seguri-dad puede ser en gran medida la causante de muchos de los problemas que se suscitan alrededor del fútbol colombiano, si no existe unidad de criterio en lo que signifi ca el término, muy difícilmente los actores, tanto institucionales como ciu-

dadanos encontrarán coincidencias en la forma en cómo el espectáculo puede realizarse con seguridad, para todos los hinchas, ya sea asociados en barras populares o como simples asistentes al estadio sólo por el sentimiento que despierta en ellos uno u otro club de fútbol.

La ruta pedagógica propuesta por la Fundación Juan Ma-nuel Bermúdez Nieto y Coldeportes, en la perspectiva del Ba-rrismo Social, defi nió tres momentos para el desarrollo de las mesas con la participación de integrantes de barras futbole-ras y la recolección de la información. Tanto para el eje de seguridad, así como para los ejes de comodidad y conviven-cia, el escenario enmarco un primer momento en el cual que se delimitaron las causas, otro en el que se identifi caron las consecuencias y, a la forma de ver del equipo de trabajo de la Fundación, el más importante en el cual cada uno de los integrantes de las barras futboleras aportaron ideas para la posible solución de las problemáticas. Es por la importancia que cobra este momento que dichas propuestas y conclusio-nes serán tratadas en un capítulo dedicado a este tema, mien-tras una síntesis de causas y consecuencias se presentara a continuación.

Las y los jóvenes barristas identifi can entre las causas aso-ciadas a la inseguridad en el fútbol, la precariedad social al lado de la cual desenvuelven su vida y la ausencia de oportu-nidades para acceder a la educación, la recreación, la forma-

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capítulo tres

ción para el trabajo, entre otras; asumiendo un lugar central en este conjunto de factores los relacionados con desajustes de carácter familiar.

Los jóvenes afi rman sentir el peso de una sociedad que exige una forma de comportamiento, que ni siquiera las ge-neraciones mayores han practicado. Tal como si los adultos descargaran toda la responsabilidad del país que han cons-truido en poblaciones juveniles sin mayores oportunidades, que buscan a toda costa pertenecer o hacer parte de algo, ser reconocidos en algún espacio o escenario social, sentir afecto, cariño y respaldo.

El desarrollo de estas mesas le brindó a Coldeportes y a la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto nuevamente la posi-bilidad de compartir con cada uno de los y las barristas de las ciudades colombianas, en su tiempo y sus escenarios natura-les. Este modelo de trabajo de campo permite confrontar los puntos de vista de la institucionalidad con los confi gurados por este sector juvenil frente a los asuntos de la política pú-blica, y a juicio de quienes participaron en la elaboración de este documento, un camino viable para aportar a la reducción del distanciamiento entre los lineamientos institucionales y las necesidades cotidianas de las comunidades relacionados la violencia callejera y los consumos desmedidos; esta última

identifi cada como la segunda causa de la violencia en el fút-bol, según las apreciaciones de los integrantes de barras del país.

Adicionalmente, los participantes plantean el consumo de sustancias alucinógenas a manera de conducta generali-zada en muchos de los jóvenes del territorio nacional, y no solo como una situación presente en los jóvenes de las barras futboleras, aunque no esconden que es una situación espe-cialmente preocupante dentro de sus colectivos. El contacto con la cotidianidad de los jóvenes permitió observar la gran dimensión del problema y cuán diversa es la variedad de sus-tancias alucinógenas a su disposición. Hoy día no es solamen-te el problema relacionado con el consumo de la marihuana, cocaína, sacol o bazuco, el fenómeno incluye una amplia di-versidad de sustancias psicotrópicas, alucinógenas y alco-hólicas según el contexto social. No en todas las ciudades se consumen los mismos productos, depende en gran medida de la situación social, de los actores violentos que intervienen en los territorios y del tráfi co ilegal presente allí.

A este respecto y para contar con datos verídicos, se hace referencia al Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psi-coactivas (Ministerio de Justicia y del Derecho - Observatorio de Drogas de Colombia; 2011), pues la gran mayoría de jóve-

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nes pertenecientes y en proceso de vinculación a las barras populares se encuentran en el rango de edad tomado por este estudio entre los 8 y los 18 años de edad.

El documento presenta una síntesis acerca del uso de sus-tancias psicoactivas de la siguiente manera: En primer lugar, se destaca que el 64,7 por ciento de los estudiantes del país declararon haber usado alguna sustancia “alguna vez en la vida”; un 58 por ciento, las usó en el último año y; un 41,3 por ciento, en el último mes. Claramente, la sustancia de mayor uso entre los escolares es el alcohol, seguida del tabaco. Si se considera la prevalencia del último año escolar como indica-dor, a las dos anteriores le siguen marihuana, dick, cocaína, pegantes y/o solventes, popper, alucinógenos y éxtasis. Si se excluyen tabaco, alcohol, tranquilizantes y estimulantes, se concluye que un 12,1 por ciento de los estudiantes ha usado alguna sustancia en la vida, un 8,7 por ciento en el último año y, un 4,7 por ciento en el último mes. Esta que es la última estadística consolidada por el Gobierno Nacional, sin lugar a dudas da cuenta de la crítica situación del consumo de sus-tancias en el momento de la publicación del estudio.

Hoy en día, la percepción colectiva acerca de esta proble-mática asegura que el escenario del consumo en las diferentes ciudades del país es aún más grave. Por ejemplo, los partici-

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pantes a la pregunta por las problemáticas más sentidas de las agrupaciones barristas aseguran lo siguiente: un promedio del 40 por ciento de los integres de la barra consume pegante, el otro 40 por ciento consume cocaína y el otro 20 por cien-to marihuana. Lanzan aseveraciones tales como ¡…casi toda la barra consume cocaína, marihuana y pepas!, anunciando también una asociación entre condiciones de seguridad y el consumo de sustancias.

Por esta razón, se hace necesario atender el concepto de percepción del riesgo asociado al consumo de sustancias líci-tas como ilícitas, en tanto el tipo de percepción determina la perspectiva social del problema. Por ejemplo, el uso de sus-tancias se asocia actualmente a la habitabilidad en calle, las enfermedades de trasmisión sexual, la delincuencia común, entre otros factores, lo cual permite asegurar que un gran porcentaje de la sociedad colombiana asume como cierta la tesis que donde existe consumo de alucinógenos, existe inse-guridad, tesis que al parecer es compartida por un gran sector de integrantes de barras.

Entonces, la asociación entre consumo y delincuencia le ha permitido a diferentes actores sociales acopiar la aseve-ración no siempre cierta, según la cual si en la barra algunos de sus integrantes presenta problemas de consumo de sus-

tancias alucinógenas, este es un grupo de hombres y mujeres agrupados para delinquir. Este convencimiento se origina en la no compresión y atención prestada a los diferentes tipos de consumo, pues no todo consumidor se encuentra relacionado con un medio delincuencial y no todo consumidor presenta problemas de comportamiento social distintos a los que el resto de la sociedad considera aceptados.

La magnitud del problema del consumo de sustancias alu-cinógenas se evidencia en que, como lo muestra el estudio an-tes mencionado, no solamente los integrantes de barras futbo-leras populares son los consumidores por excelencia. Esta es una práctica que involucra amplios sectores de la población.

Siguiendo las percepciones de los jóvenes pertenecientes a las barras populares, quienes manifi estan su total recha-zo a la estigmatización que vienen sufriendo por parte de los medios de comunicación nacional, pues no en pocos casos, se ha presentado a las organizaciones barristas como eje de de-lincuencia organizada, asociación de asesinos, agentes de in-seguridad en torno a los estadios. Plantean un justo reclamo, asegurando que si bien es cierto que se han presentado algu-nos casos que vinculan a integrantes de las barras populares a prácticas delictivas, no se puede hacer un señalamiento ge-neral a todo un colectivo por los errores que cometen algunos de sus integrantes.

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Cuando describen las condiciones en medio de las cuales surgieron los problemas y las posibles causas, se remiten a la inestabilidad de sus familias y a la descomposición de los entornos sociales en que habitan y se desenvuelven cotidia-namente; hacen énfasis en lo que ellos denomina los ‘chin-ches de la barra’ refi riéndose a los integrantes más jóvenes, planteando la difi cultad que ellos mismos en calidad de líde-res tienen al momento de tratar con estos ‘chinches o cólicos’. Es de parte de estos niños y jóvenes que se percibe la mayor parte de los excesos cometidos por las barras.

Exigen que la apuesta para la construcción de una segu-ridad adecuada, dentro y fuera de los estadios, implique el decidido compromiso de diferentes actores gubernamentales, empresariales, de los medios de comunicación, de la Policía Nacional, y de los propios barristas, para dejar de lado la do-ble moral que ha venido caracterizando la discusión sobre la violencia en el fútbol y permitiendo ver la relación entre esta y la violencia histórica en Colombia.

Proponen que hoy en el marco del Proceso de Paz y fren-te al Plan Decenal de Seguridad, Comodidad, Convivencia en el Fútbol, es necesario plantearse la posibilidad de construir una política pública para la seguridad sin que esto implique el abuso de la fuerza, o el desconocimiento del otro como ser hu-

mano. En otras palabras, una política de seguridad que per-mita el desacuerdo y la diferencia de opiniones no sólo en el fútbol sino en la cotidianidad de la vida del país; una política de seguridad que no radique en eliminar la diferencia sino en involucrarla en la construcción de un país diverso, pluralista y civilista, con capacidad para enaltecer la condición demo-crática anunciada en la Constitución de 1991 y garantizar la igualdad, la libertad y el acceso a las mismas oportunidades para todos y todas.

Son enfáticos al decir que si no existe una intervención inmediata, los problemas de seguridad pueden extenderse y detonar en confl ictos sociales de mayor envergadura; desean sentirse apoyados en las diferentes iniciativas que vienen rea-lizando autónomamente para combatir las causas generado-ras de violencia e inseguridad dentro de sus barras y en los territorios donde conviven con el resto de la sociedad.

Entonces la seguridad en el fútbol no solo se relaciona con el cotejo y el escenario deportivo, el asunto abarca una multi-plicidad de aspectos por demás complejos y requiere del tra-bajo y compromiso de todos los actores sociales para defi nir abierta y democráticamente un concepto de seguridad en el fútbol que incluya tanto la diversidad territorial, como la de la nación colombiana.

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Un factor considerado determinante para los problemas de seguridad en el fútbol, y el cual se viene suscitando en las diferentes ciudades, responde al cierre de fronteras. En todas y cada una de las jornadas de trabajo propuestas por Barras Construyendo País sin distingo de color o ciudad, los participantes, aseguraron que un punto detonante de las con-diciones de inseguridad se relaciona con la implementación -a rajatabla- de esta medida consistente en no autorizar el tránsito de barras organizadas y la entrada de estas mismas a las ciudades en donde se llevan a cabo los partidos de fútbol.

Los integrantes de barras manifi estan que con esta medi-da se está violando abiertamente su libre derecho a la loco-moción por el territorio nacional y, lo más grave, incentiva el regionalismo, la segregación y la exclusión de unos colombia-nos por parte de otros. Esta decisión tomada conjuntamente por agentes públicos y privados está muchas veces justifi cada en una determina percepción de seguridad por parte de los ciudadanos del común, y sobredimensionada por los medios masivos de comunicación, especialmente cuando se presen-tan situaciones de alteración del orden público.

Para los naturales de cada ciudad resulta más conveniente asumir que los problemas vienen con los visitantes, decisión

que cómodamente permite designar al forastero como el eje del problema. Así las cosas, la administración pública de las ciudades, instancias encargadas de brindar la seguridad en los estadios, no reconoce la existencia de problemas inheren-tes a toda la sociedad colombiana relacionados con los temas de seguridad y convivencia en el fútbol.

Los relatos acerca de las difi cultades que han sorteado los jóvenes barristas cuando se desplazan por las carreteras del país hacia otras ciudades, de las miles de peripecias que han realizado para acceder a los estadios, asumiendo una acti-tud que reta las decisiones de los mandatarios locales de no permitir el ingreso de las hinchadas visitantes al territorio y la realización del cotejo deportivo, la celebración de la fi esta del fútbol con los ingredientes de la expresión cultural (ca-misetas, las sombrillas, la murga, los trapos, el tapatribuna, el tifón, los rollos de papel, las bombas de humo, los cantos), serían motivo para la redacción de un libro dedicado solo al tema.

A este respecto se encuentra abierta la discusión, pues a pesar de la ocurrencia de situaciones lamentables en ciudades como Cartagena, Medellín, Manizales, Bogotá, la estrategia “anfi triones”43, ha permitido la reducción de situaciones de

43Propuesta agenciada por la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto y el Colectivo Barrista Colombiano, consistente en la planeación y recibimiento con el ofrecimiento de lugares de tránsito y alimentos de hinchadas visitantes por parte de las barras de origen de las ciudades en donde se llevará a cabo el partido de futbol.

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confl icto violento y un enaltecimiento de la tradición colom-biana de buenos anfi triones. En este sentido, la trayectoria del Colectivo Barrista Colombiano es un ejemplo de prácticas de convivencia y expresión de voluntades para la solución de formas de confl icto violento vivido entre hombres y mujeres con las mismas condiciones sociales, las mismas expectativas, virtudes y los mismos problemas, pero que provienen de dife-rentes regiones y visten un color diferente de camiseta.

3.2 COMODIDAD

Muchos años han pasado desde que fue reconocida la Liga de Fútbol Profesional Colombiano, cuando el expresidente Al-fonso López Pumarejo y los dirigentes de la DIMAYOR ante la CONMEBOL y ante la FIFA presentaron la documentación requerida para decretar con la Resolución número 072 del 8 junio 1936, la ofi cialidad internacional de la Liga. Este largo periodo de 77 años de existencia implica una especial atención a las condiciones de crecimiento del fútbol colombiano en tér-minos de comodidad y el lugar del hincha. En el libro la Gran Historia del Fútbol Profesional Colombiano, se describen 60 años de logros hazañas de grandes hombres (Ruiz, 2008); leer sus lineas es pasear por el tiempo y transportarse a los ini-cios del deporte nacional, allí se resalta no sólo la grandeza de

los clubes deportivos durante épocas como la de “El Dorado”, sino también del papel del hincha en la transformación de lo que hoy son clubes profesionales de fútbol; este último plan-teamiento refuerza la necesidad de revisar las condiciones de comodidad en los estadios.

La FIFA cuenta con un libro que se denomina “Recomen-daciones Técnicas y Requisitos para la Construcción o la Mo-dernización de los Estadios de Fútbol”. Este libro en su capí-tulo seis, defi ne lineamientos básicos para brindar comodidad en los escenarios dedicados al espectáculo del fútbol; allí se resaltan las condiciones que debe cumplir el escenario ta-les como un techo para proteger a los espectadores, asientos adecuados, servicios higiénicos, instalaciones de aprovisio-namiento públicas e infraestructura de hospitalidad corpo-rativa. Si bien estas consideraciones hacen parte del manual de la FIFA (2007) para la construcción de los escenarios de-portivos, es posible asegurar que un buen número de estadios en el país no cumplen a cabalidad con estas condiciones, por ejemplo, la existencia de baterías sanitarias insufi cientes, el expendio de alimentos de regular calidad, el trato diferencial según la localidad adquirida, la ausencia de instalaciones para la atención adecuada de emergencias entre otros.

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Esto último lleva a recomendar a las Comisiones Locales la instalación de servicios y la implementación de protocolos que garanticen el disfrute del espectáculo futbolístico en igualdad de condiciones, con independencia de la clasifi cación de la lo-calidad según el valor de la entrada y de la pertenecía a una forma de organización particular, cuando todos los afi ciona-dos han cumplido con el requisito de adquirir su entrada.

La Comisión Nacional para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol produjo un documento denominado Protocolo para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol, una herramienta que permitiría a las diferentes auto-ridades locales y de policía desarrollar un control más efectivo de lo acontecido en los estadios; en su capítulo tres defi ne cuá-les son los requerimientos técnicos, de seguridad y comodi-dad para los estadios, atravesando por diferentes defi niciones y diferentes situaciones dentro del espectáculo; mientras en el parágrafo del numeral 3.6 fi ja un término perentorio hasta el 31 de julio del año 2012 para evaluar el cumplimiento de cada uno de los estadios de buenas condiciones estructurales, que garanticen la seguridad de los usuarios, las mínimas condi-ciones de comodidad e higiene y una buena visual al terreno de juego (CNSCCF).

En todo caso, resulta de gran importancia revisar el nivel de cumplimiento de las disposiciones nacionales, la manera cómo estas han sido implementadas hasta el momento.

De otro lado, los integrantes de las barras populares le plantean al concepto de comodidad en el fútbol diversas in-

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quietudes. Para buen número de hinchas gran parte de los problemas que se suscitan dentro de las tribunas se deben a una defi ciente organización logística de los estadios; manifi es-tan sentir altamente vulnerados sus derechos e indignación gracias a los procedimientos aplicados durante el acceso a los escenarios deportivos. La discusión gira en torno a cuáles son las condiciones de comodidad para quienes hacen parte de la fi esta del fútbol, no solo como espectadores sino como actores vivos en la tribuna alentando a su equipo con cánticos y ban-deras, ya que muchos de los casos sienten el desconocimiento y ocultamiento de su aporte al espectáculo por parte de quie-nes el organizan el evento deportivo.

La defi nición de “comodidad” involucra diferentes aspec-tos, desde la defi nición formal es posible afi rmar que hace referencia a la abundancia de cosas necesarias para vivir a gusto, o a la buena disposición de algunos recursos que brin-dan ventaja u oportunidad para el desarrollo de la acción, o a las facilidades que hacen la vida más placentera y confortable (http://es.thefreedictionary.com/comodidad).

Si bien esta defi nición es bastante amplia, al igual que con el tema de la seguridad, es necesario defi nir qué es la como-didad en el fútbol y si ésta se presenta sólo en el escenario deportivo o también fuera de él.

En lo referente a la caracterización y defi nición de las pro-blemáticas asociadas a la comodidad en el fútbol, los integran-tes de diferentes organizaciones barristas participantes en Barras Construyendo País, presentan el siguiente panorama.

Defi nen como uno de los aspectos más relevantes la ausen-cia de un protocolo único nacional capaz de impactar positi-vamente en materia de movilidad de las hinchadas a lo largo del territorio nacional, las condiciones de permanencia de los parches futboleros visitantes en cada ciudad, la disposición oportuna de la boletería, el acceso al estadio, ingreso de ban-deras, instrumentos y papel, y la ubicación, permanencia y disfrute del espectáculo completo.

Manifi estan la necesidad puntual de contar con un marco legal unifi cado, con una sola normatividad que permita su-perar las condiciones difíciles y proclives a las prácticas de violencia que hasta el día de hoy se vienen presentando.

Plantean también el desconocimiento parcial y total de la normatividad vigente, en el marco de la desinformación no solo de los barristas, sino también de las autoridades locales encargadas de controlar el espectáculo; aducen que en la ma-yoría de los casos las decisiones tomadas por las comisiones locales son modifi cadas por quienes las ejecutan, generando medidas descontextualizadas e irrespetando lo acordado con anterioridad.

La información recogida desde la visión de los participan-tes en las estrategias propuestas por Barras Construyendo País, ofrece argumentos para entender porqué el hincha agre-miado en una barra popular plantea exigencias diferentes a las de otros espectadores del fútbol; propone a su vez dife-rentes retos de carácter logístico y organizativo para quienes administran el fútbol y rompe los límites de la percepción del

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fútbol solamente desde el estadio y de la comodidad en la tribuna, pues se abren las fronteras del escenario deportivo, incluyendo en la vivencia del goce y la comodidad a los re-corridos a los lugares de la confección de las banderas, del ensayo instrumental, de realización de las iniciativas pro-ductivas usando la imagen publicitaria de los clubes de fút-bol profesional, a los barrios en donde conviven barristas seguidores de diferentes equipos. Es decir, abre la defi nición de comodidad a todo el territorio colombiano y a todos los sitios en donde existen seres humanos dispuestos a seguir a un club, a portar los colores de su camiseta, a sentirse vivos con la victoria o tristes con la derrota.

3.3. CONVIVENCIA

En Colombia adentrarse en el concepto de convivencia resulta una tarea compleja, pues no es desconocido el difícil trascurrir de su pueblo por los caminos del respeto a la di-ferencia y la aceptación del otro como sujeto con los mismos derechos; como es obvio, el futbol no está exento a dichas formas de relación social.

La manera en cómo han sido asumidas las diferencias a través de la historia ha aportado a la conformación de ban-

dos y al fomento de rivalidades en torno a los colores y adhe-rencias partidistas, creando actuaciones violentas entre las partes en contienda que ha cobrado la vida de miles de co-lombianos, ha desplazado comunidades enteras y alcanzado índices aún no determinados de personas desaparecidas. En otras palabras, una nación de víctimas, en donde, por su-puesto, se presentan hechos de violencia asociados al fútbol, pues este no es ajeno a lo que lamentablemente ha sufrido nuestro país, más bien se convierte en un escenario de des-fogue de la rabia reprimida por muchos colombianos; este es el espacio en donde se encuentran mujeres y hombres, jóvenes y adultos con sus diferentes identidades.

Colombia es un país con una larga herencia cultural y futbolística, esta herencia no solo ha transferido valores de generación en generación, también sentimientos regionalis-tas radicales y de rivalidad entre los habitantes de diferentes ciudades del país, los cuales afortunadamente se canalizan a través del fútbol, en un escenario en donde 22 hombres entran en batalla para determinar un empate, la derrota o la victoria de mi barrio, ciudad o país.

Esta es la complejidad que plantea el fútbol cuando lo-gra reunir en un solo escenario actores que asumen su di-ferencias con el otro como irreconciliable, que encuentran

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en un mismo escenario la expresión simbólica de la guerra, que gritan, agitan, expresan y manifi estan sus sentimientos y su pasión por una bandera y unos colores buscando izarla por encima de las otras. Entonces, los escenarios más difíciles para la concreción de la convivencia son aquellos en los cuales se despiertan las mayores pasiones, en los que se arriesga todo por defender un símbolo, un signo, la identidad, la honra; sin lugar a dudas, la construcción histórica del fútbol está aso-ciada a la defensa de los asuntos anteriormente nombrados, el fútbol es la expresión más pacífi ca de lo que muchos otros hombres han traducido en guerra.

Quien podría olvidar la reacción a un sentimiento de ven-ganza que la acción de “gol con la mano” y, luego de esto, “el mejor gol del mundo” ejecutado por Diego Armando Marado-na en el Mundial de Fútbol del año 86 produjo en el pueblo argentino, ante la muerte de sus hombres en la guerra de las Islas Malvinas.

Para hablar del tema de la convivencia en el fútbol es nece-sario acercarse a la comprensión de las pasiones que es capaz de despertar, al sentimiento y el amor del hincha por su equi-po, o mejor, ponerse a menor distancia de lo que representa en el ámbito de la constitución de identidad la pasión por el fútbol.

Los estadios de futbol son escenarios de emoción y fasci-nación, recintos donde la gente celebra el futbol (Recomenda-ciones Tecnicas y Requisitos para Estadios de Futbol, 2007);

la frase anteriormente citada menciona rasgos particula-res de lo que puede signifi car la convivencia en el fútbol, pero también del sentimiento que hoy suscita diferentes confl ictos en términos de prácticas de convivencia entre los hinchas del país.

Cuando se involucran todos estos ingredientes, sumado el no sentirse cómodo y mucho menos seguro, se está frente a un escenario en el cual se hace extremadamente difícil la convi-vencia humana, en tanto cada uno asume la realización de sus deseos de forma distinta. Así las cosas, la defi nición de convi-vencia implica muchos más factores a simple vista.

Estrictamente hablando, puede entenderse como con-vivencia la acción de convivir (vivir en compañía de otro u otros). En su acepción más amplia, se trata de un concepto vinculado a la coexistencia pacífi ca y armónica de grupos hu-manos en un mismo espacio. (http://defi nicion.de/conviven-cia/). Ahora, el ejercicio propuesto consiste en defi nir los con-ceptos de seguridad, comodidad y convivencia con respecto al fútbol y, en especial, qué implica en medio del fenómeno del fútbol en Colombia, en esta perspectiva el término de convi-

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vencia se refi ere posiblemente a aprender a vivir con los demás en el fútbol.

Pero esto último empieza por dejar de lado el sobredimen-sionamiento que, gracias al infl ujo de los medios de comu-nicación, han cobrado las prácticas de violencia en el futbol, en tanto es un espectáculo seguido por millones de personas y cualquier noticia relacionada con este mismo capturará la atención del público en general, y mejor reconocer la vincula-ción de la violencia en el fútbol con otras formas de violencia asociadas a condiciones estructurales de desigualdad cultu-ral, política y económica del pueblo colombiano, al regiona-lismo ampliamente sembrado por las anteriores generaciones; podría decirse que esta es la cosecha de lo sembrado hasta hoy y que para sobrepasar esta difícil y lamentable situación se necesitan nuevas semillas de hombres y mujeres con capaci-dad y decisión para vivir en paz.

Cualquier situación de violencia enmarcada en un escena-rio de barras, o en el cual alguien porte una camiseta de algún club del torneo colombiano de inmediato, será asumida por la sociedad como una situación causada por el sentimiento que genera el fútbol. En caso de atender con ojo crítico las circuns-tancias asociadas a los escenarios de la violencia en el fútbol, será posible entender que los factores que determinan la falta de convivencia y la agresión en el fútbol están presentes en todo el territorio colombiano y no son exclusivos a los colec-

tivos organizados en torno a la pasión futbolera y los equipos deportivos; es más común encontrar que la gran mayoría de actos violentos y la ausencia de prácticas de convivencia en las ciudades colombianas están atravesados por el consumo de licor, sustancias alucinógenas y la falta de mesura para tomar decisiones.

Las muertes más sonadas en los medios de comunicación durante los últimos años, no siempre han tenido que ver con jóvenes identifi cados por su pertenencia a una barra seguidora de un club del rentado colombiano; los asesinatos también se han relacionado con expresiones de intolerancia a la diferen-cia, incapacidad para establecer un diálogo, negociar o ceder el interés propio, especialmente cuando se está bajo el infl ujo de bebidas alcohólicas o de sustancias psicoactivas, y se opta por la agresión física grave de uno de los contradictores como la estrategia primera de abordaje del confl icto.

Lo anterior, sin dejar de lado conductas motivadas por la falta de oportunidades y el recurrir a la delincuencia común para obtener el sustento diario, inclusive por quienes aún te-niendo oportunidades recurren al delito para aumentar su ca-pital fi nanciero.

Este es el escenario que pretende plantear que la falta de convivencia entre diferentes actores no solamente está aso-ciada al fútbol, lamentablemente este es un problema de ocu-rrencia general en el territorio colombiano.

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Si bien las ideas anteriormente expuestas presentan un primer marco de compresión de la ausencia de prácticas de convivencia en el territorio colombiano, no se pretende excluir ni excusar, los hechos de violencia asociados a la afi ción por el fútbol tanto en los estadios como en otros escenarios.

Los integrantes de las barras populares del país, partici-pantes en los encuentros de mesas de barrismo social, advier-ten que una buena parte de los problemas presentados en el estadio y en sus lugares habituales de reunión se deben a la ausencia de liderazgos propositivos y de proyección social de la organización para perseguir fi nes distintos a los que tradi-cionalmente han venido orientando las acciones.

Siguiendo con el conjunto de consideraciones alrededor de la convivencia aportadas por quienes hicieron parte de las mesas de barrismo social, aparecen otros elementos a tener en cuenta.

Al defi nir las causas de la ausencia de prácticas conviven-cia, argumentan la carencia de una estrategia de seguridad in-tegral en el territorio que promueva acciones y escenarios de diálogo y negociación de intereses dentro de la propia barra, con las barras de otros clubes y con la comunidad; además de la realización de propuestas para mitigar el abuso del consumo de sustancias y que cree una verdadera escuela para la vida, la tolerancia y la convivencia pacífi ca. También aseguran que

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capítulo tres

estas formas de confl icto atraviesan cada una de las acciones de su vida y determinan no solo su futuro, sino el de su familia y la sociedad en general, y refl exionaron sobre las difi cultades de la convivencia con el trascurrir de los días, pues los jóvenes y niños recientemente llegados a la barra desconocen códigos para convivir en paz en las organizaciones, no asumen orien-taciones de corte democrático y lamentablemente encuentran en quienes piensan y actúan como ellos a su “familia”.

Pasando a otro ámbito del asunto el Plan Decenal de Se-guridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2013-2023, es una oportunidad valiosa para generar una política pública clara, con enfoque de derechos y concertada con los barristas. Al respecto los barristas afi rman que esto no quiere decir que hagan lo que queremos, sino que al participar y aportar en la construcción de las normas el sentido de propiedad haga más fácil la aplicación y aceptación de las mismas.

Como puede verse en cada una de las líneas recogidas, los jóvenes tienen un fi rme compromiso con la confi guración de más amplios espacios de convivencia, tanto en los estadios como en los barrios; esta intención compartida con el Gobier-no Nacional, la Policía Nacional, en especial la Dirección de Seguridad y Convivencia, es también una intención de cada

uno de los habitantes del territorio colombiano, quienes es-tán a la expectativa de un año fuertemente futbolero y que se espera traiga el mejor de los resultados para la selección colombiana.

En los términos de un escenario de convivencia y para la vivencia plena de la ciudadanía, no existe un lugar que con-gregue más público, ninguna camiseta que logre unir como la camiseta de combinado nacional; incluyendo a quienes no les gusta el fútbol, todos están pendientes de lo que pasará con 11 jugadores al salir a la cancha de los estadios de Brasil; sin embargo, esto no puede alejar la refl exión de los asuntos pro-puestos por el Plan Decenal, preocupado no solamente por el rendimiento de 11 jugadores del mismo equipo, sino por miles de jóvenes que merecen vivir en las mejores condiciones tanto el espectáculo del fútbol, como su vida misma en todos los ámbitos.

Cuando se propone un fútbol en paz, se propone también un país en paz, en donde la convivencia refl eje el estado de alegría y de fi esta que esperan sentir prontamente los colom-bianos.

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C APÍTULO

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PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE COMISIONES LOCALES DE SEGURIDAD, COMODIDAD Y

CONVIVENCIA EN EL FÚTBOL

cuatroC APÍTULO

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capítulo cuatro

Bogotá D.C. fue la sede del Primer Encuentro Nacional de Comisiones Locales, organizado por Coldeportes dentro del proceso planifi cado para el año 2013 que se inicio con las Me-sas de Barrismo Social y, como se anunció a los afi cionados, culminaría con dicho evento.

Es importante referenciar este antecedente, la estrategia metodológica planteada implicaba establecer diálogo entre los representantes de las barras futboleras y pertenecientes a las entidades que integran las Comisiones Locales (Alcaldía, Po-licía y Clubes Profesionales de fútbol). Se busco en términos de lenguaje una interlocución entre pares, con capacidad de evidenciar las tensiones y las propuestas para la Seguridad, Comodidad y Convivencia, en el marco del proceso consultivo del Plan Decenal Para la Seguridad, Comodidad y Conviven-cia en el Fútbol 2013-2023 y el cual se materializo en la reali-zación de ocho foros regionales.

BBogotá D.C. fue la sede del Primer Encuentro Nacional de BBogotá D.C. fue la sede del Primer Encuentro Nacional de Comisiones Locales, organizado por Coldeportes dentro del BComisiones Locales, organizado por Coldeportes dentro del proceso planifi cado para el año 2013 que se inicio con las Me-Bproceso planifi cado para el año 2013 que se inicio con las Me-sas de Barrismo Social y, como se anunció a los afi cionados, Bsas de Barrismo Social y, como se anunció a los afi cionados, culminaría con dicho evento. B

culminaría con dicho evento.

1INTRODUCCIÓN

Alirio Amaya Díaz Profesional Especializado

Dirección de Inspección, Vigilancia y ControlCOLDEPORTES

La respuesta a la convocatoria para el Encuentro Nacional de Comisiones Locales fue exitosa; el apoyo brindado por los integrantes de la comisión Técnica Nacional fue primordial, en especial por la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Po-licía Nacional, la Federación Colombiana de Fútbol y la Dima-yor. A nivel regional los Secretarios Técnicos de las Comisio-nes Locales facilitaron la participación de los representantes de las alcaldías.

Como se diría en el lenguaje futbolístico “las tribunas es-taban llenas”, la responsabilidad estaba focalizada en estable-cer un programa y una metodología que lograra en tan poco tiempo obtener los mayores insumos para un plan de acción a corto plazo, facilitar el diálogo regional y, en el ejercicio de la plenaria, garantizar el tiempo sufi ciente para encontrarse y escucharse.

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CAPÍTULO CUATRO

tema conferencista

Acto de InstalaciónAndrés Botero – Director Coldeportes MG. Jorge Hernando Nieto Rojas - Disec

Presentación Programa Alirio Amaya – Coldeportes – Secretaría Técnica

Marco normativo para el funcionamiento de las CLSCC e implementación Ley 1445 de 2011

Alexandra Herrera – Secretaria General Coldeportes

Planes de Emergencia y ContingenciaGustavo Morelli – Federación Colombiana de Fútbol – Comisión Técnica Nacional

Gestión del Riesgo en Eventos de Afluencia Masiva de Público Nelson Hernández – UNGRD – Comision Técnica Nacional.

Balance Proyecto “Barras Construyendo País” Adriana Castillo – FJMBN

Balance proceso consultivo Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol

Hubert Ariza – Ministerio del Interior

Propuesta ProtocoloMayor Richard Mejía – Policía Nacional – Comisión Técnica Nacional

Trabajo en grupo, división de delegaciones por RegiónJusto Serrano – Director Cultura Ciudadana. Escuela de Gobierno y Liderazgo de Cartagena.

Plenaria Modera: Justo Serrano - Coldeportes

Conclusiones Alirio Amaya Comisión Técnica Nacional

Clausura Alexandra Herrera Valencia – Secretaria General Coldeportes

Esta es la agenda detallada del programa fi jado y cumplido durante el encuentro.

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Durante los dos días fue sobresaliente la participación activa de todas las delegaciones, al interior de cada regional primero se presentó una alta valoración del escenario del en-cuentro, nunca habían tenido la oportunidad de reunirse con los pares regionales para comentar los avances, difi cultades y retos en la aplicación de la normatividad vigente para la segu-ridad, comodidad y convivencia en el fútbol.

La metodología planteó preguntas orientadoras para co-nocer el avance en la implementación de las normas vigentes. Los documentos que orientaron el taller fueron el Estatuto del Afi cionado, Decreto 1267 de 2009, Circular del Ministerio del Interior y Coldeportes; Decreto 1717 de mayo de 2011y un mo-delo de Protocolo de Seguridad y Convivencia para construir en las mesas.

Las preguntas que trabajaron los representantes de las seis regionales se relacionan a continuación.

✔ ¿Qué no debe tener un Protocolo de Seguridad Comodidad y Convivencia en el Fútbol?

✔ ¿Qué le adicionaría a la propuesta presentada?

✔ ¿Qué aspectos considera fundamentales para la formula-ción, aprobación y validación de un Protocolo de SCC?

✔ De acuerdo a lo establecido en la circular 003, Decreto 1267, Decreto 1717, mencionen el nivel de desarrollo de cada una de ellas en sus regiones.

✔ ¿Qué difi cultades existen para la aplicación y cumplimien-to de las normas referenciadas?

✔ Para un proceso de capacitaciones a nivel regional qué te-mas sugieren?

✔ ¿Está de acuerdo con la división regional proyectada en este encuentro?

✔ ¿Qué acciones se pueden programar para activar el trabajo regional?

✔ ¿Con qué periodicidad considera que se deben realizar es-tos encuentros?

✔ ¿Existen articulación entre los programas de convivencia y las comisiones locales?

capítulo cuatro

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✔ Frente a los temas expuestos, que preguntas consideras?

Por último, se presenta una síntesis de las conclusiones más relevantes del encuentro

• Resultó interesante el ejercicio de construcción del proto-colo regional, aunque se evidenció la necesidad de unifi car criterios y reconocer las condiciones de los estadios. Como no todas las Comisiones Locales han realizado el ejercicio de construir el protocolo para su ciudad, esta se constituyo en una de las tareas prioritarias para el mes de enero del año 2014 en la previa al inicio del torneo. Es importante destacar que la directriz del nivel central en relación con la elaboración del Protocolo de Barras es que debe estar fi rmado antes del inicio del torneo. La ausencia de proto-colos infl uye de manera contundente en el desarrollo de las reuniones de las comisiones locales y genera problemas de comunicación con los afi cionados en todo el país.

• Fortalecer los procesos de capacitación para las Comisio-nes Locales. “No se puede aplicar lo que no se conoce” ex-presaron los participantes en la plenaria. Reconocen los

CAPÍTULO CUATRO

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avances a partir de la entrada en vigencia de la Ley 1270 de 2009, pero es fundamental profundizar en los decretos re-glamentarios y demás normas que han salido, entre ellas, el Estatuto del Afi cionado y la Ley 1445 de 2011. Sobre esta última se hizo énfasis en su forma de aplicación, al igual que en la difi cultad de implementar medidas para restrin-gir el ingreso de los hinchas sancionados a los estadios.

• Frente a la división regional planteada, los representantes de la Comisión de Tunja solicitaron ser ubicados en la re-gional. 1. Acordaron además reunirse cada tres meses las Mesas Regionales y en esta primera etapa la propuesta del encuentro Nacional es para que se realice dos veces al año. Con el proceso que adelanta el Ministerio del Interior para la construcción del Plan Decenal para la Seguridad, Como-didad y Convivencia se va garantizar la realización de las primeras mesas regionales entre el mes de enero y febrero del año 2014. En este punto del Plan Decenal las regiona-les llamaron la atención para que el avance del proceso de consulta se conozca y comparta en las comisiones locales.

• Unifi car los canales de comunicación entre las Comisiones Locales de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fút-

capítulo cuatro

bol y la Comisión Nacional. Tal como lo establece la Ley 1270 de 2009 la función es de las Secretarias Técnicas.

• Articular los Programas de Convivencia al trabajo de las Comisiones Locales. Para la elaboración de los Protoco-los de Barras este apoyo es fundamental. Las restricciones que se generan a nivel colectivo deben ser elaboradas con los afi cionados dentro de un ejercicio de construcción de acuerdos el cual debe estar explicito en el protocolo. Lo in-terpretado como restricción o sanción debe propender por modifi car conductas a partir de acciones pedagógicas.

• El tema de recursos económicos fue expresado con preocu-pación, la normatividad ha sido muy clara en las funciones de las Comisiones Locales sin embargo, no sitúa recursos en el presupuesto público y determina las fuentes de fi nan-ciación y los responsables directos de esta tarea. Instan a que el gobierno central promueva convenios de apoyo.

De esta manera fi naliza el escrito que da cuenta de los pro-pósitos, metodología y avances de esta estrategia de partici-pación y fortalecimiento de las Comisiones Locales de Seguri-dad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol.

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C APÍTULO

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capítulo quinto

PENSANDO LA POLÍTICA PÚBLICA

C APÍTULOQUINTO

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Tal como hemos apreciado en los capítulos anteriores, el fenómeno de la violencia en el fútbol se debe a diferentes cau-sas y compromete a diferentes actores, que van desde la insti-tucionalidad hasta los clubes de fútbol, dejando claro que no se trata de un fenómeno que se debe abordar solamente desde los barristas, aunque estos sean su principal actor y promotor.

La búsqueda de soluciones a la problemática no debe ser encarada de una manera simple, ni debe estar sujeta a accio-nes únicas. Al contrario, dada la complejidad de esa violencia (que es una más de las múltiples violencias de nuestra socie-dad), es necesaria la participación de todos los actores invo-lucrados; es prioritario despertar una suerte de generosidad y

TTal como hemos apreciado en los capítulos anteriores, el TTal como hemos apreciado en los capítulos anteriores, el fenómeno de la violencia en el fútbol se debe a diferentes cau-Tfenómeno de la violencia en el fútbol se debe a diferentes cau-sas y compromete a diferentes actores, que van desde la insti-Tsas y compromete a diferentes actores, que van desde la insti-tucionalidad hasta los clubes de fútbol, dejando claro que no Ttucionalidad hasta los clubes de fútbol, dejando claro que no se trata de un fenómeno que se debe abordar solamente desde T

se trata de un fenómeno que se debe abordar solamente desde

1INTRODUCCIÓN

Luiz Fernando Soares de OliveiraFrancisco Castillo Hernández

amplitud que permita a todos aportar su grano de arena en la construcción de mejores y más placenteras condiciones para disfrutar el fútbol en Colombia.

Este capítulo busca determinar el papel de cada actor en la problemática y, sugerir, desde sus especifi cidades, accio-nes concretas que puedan contribuir para que la tribuna y los territorios sean espacios más acogedores y generosos para el goce total del deporte y todo lo que este puede brindar. En esas acciones, ojalá concertadas entre todos, pueden residir los caminos para erradicar defi nitivamente la violencia que con demasiada e indeseada frecuencia toca a nuestros jóvenes y adolescentes en todos los rincones del país.

capítulo quinto

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CAPÍTULO quinto

L

2EL ESTADO SOCIAL DE DERECHO Y EL FENÓMENO DE LAS BARRAS POPULARES DE FÚTBOL

La manera de entender el funcionamiento del Estado co-lombiano y el papel que ejercen las autoridades en el desarro-llo integral de la sociedad, tuvo un cambio sustancial a partir de la promulgación de la Constitución Política de Colombia en 1991, de hecho, uno de los cambios más notables se concreta en la defi nición de Estado Social de Derecho en contraposi-ción al enunciado de Estado de Derecho vigente en la consti-tución de 1886.

La transformación resulta esencial por cuanto trasciende el concepto de leyes como un complejo estructural que da for-ma a la sociedad colombiana, por la fi nalidad de la norma y cuyo propósito es propender por el desarrollo social de todos los colombianos, entendiéndolas mejor como herramientas para el desarrollo integral de todas las personas que habitan el territorio nacional.

De otra parte, en el Capítulo Primero de la Carta Magna se puede observar cómo la ley de leyes pone al ciudadano en el centro de las preocupaciones del Estado. Es decir, que el sentido del funcionamiento del Estado debe estar en función del pueblo en el cual reside la soberanía del poder. Este en-tendimiento sitúa entonces los derechos y los deberes de los ciudadanos en el centro del sentido de la estructuración de la sociedad colombiana.

Asimismo, la Carta Constitucional reconoce la compleji-dad de las miradas, sentires y formas de entender de los diver-sos ciudadanos y grupos culturales, tal como bien lo defi ne el Artículo Primero. Al mismo tiempo, pone en manos de todas y todos la responsabilidad del funcionamiento y el desarrollo de la sociedad colombiana, al tiempo que fundamenta las re-laciones entre los ciudadanos en la norma y la ley, siendo estas

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el instrumento de intermediación y regulación de las condi-ciones de convivencia de la sociedad.

Resulta importante destacar el anterior planteamiento, de-bido a que, dado el largo historial de violencia sufrido por el país, cuando se habla de seguridad y convivencia, la tendencia ya sea en la voz de funcionarios, autoridades e incluso ciuda-danos, es asumir que la fuerza se constituye en el instrumento necesario y adecuado para poner orden a las relaciones entre ciudadanos.

Seguramente, esta visión acerca de la forma de interme-diación entre ciudadanos tiene diversos orígenes, que van desde elementos aportados por ciertos campos discursivos de la cultura, la sociología, la política y la economía, hasta el reconocimiento de las inmensas diferencias sociales que al-berga esta nación, uno de los cinco países con mayor índice de concentración de renta en el mundo, lo cual por supuesto genera bajas oportunidades para el desarrollo de recursos cul-turales y capitales sociales en cada ciudadano, siendo este el caldo de cultivo para las prácticas de violencia y el ejercicio de la fuerza como instrumento de intermediación de las relacio-nes sociales.

Si bien el confl icto armado colombiano, el más longevo del mundo, y la cultura mafi osa narcotrafi cante de los años ochenta ayudaron de manera decisiva a alimentar imagina-rios violentos, es necesario destacar que en la actualidad los índices de violencia más altos se presentan con mayor rele-vancia en ciudades y por fuera de esas históricas realidades confl ictivas. De hecho, estudios recientes destacan que la ter-cera parte de las muertes violentas (5.000 en el último año) se producen en el marco de riñas callejeras entre ciudadanos al margen -según estas investigaciones- del confl icto armado colombiano.

La conclusión es algo obvia: la violencia colombiana no obedece solamente a las condiciones socioeconómicas y polí-ticas derivadas del confl icto armado, ni es una exclusividad de los círculos marginales y mafi osos que orbitan el narcotráfi co y la delincuencia organizada, sino que está profundamente enquistada en la psique colectiva.La manera en cómo se re-suelven los confl ictos o se manifi estan las diversas formas de expresión, pasa por el ejercicio de la fuerza y el ataque físico y simbólico del otro diferente o que representa la contradicción.

capítulo quinto

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Con este preámbulo, se propone abordar el fenómeno de la violencia en el fútbol como una manifestación juvenil, ejer-cida por individuos o grupos que no constituyen la excepción según la manera en cómo funciona la sociedad colombiana. Por poner un caso, los protagonistas de estos enfrentamientos urbanos son en su inmensa mayoría hombres menores de 25 años, es más, alrededor de la mitad de la cifra total de muertes violentas registradas en el país son de hombres entre los 14 y 28 años de edad, un rango en el cual se inscriben los integran-tes de las barras de fútbol en Colombia.

Lo anterior, para decir que las manifestaciones violentas en las cuales aparecen involucrados integrantes de las barras populares de fútbol, son apenas un rostro más del modo en que se resuelven las contradicciones en cualquier contexto nacional. Ahora, si bien es un fenómeno importante que a su vez debe ser encarado de manera seria por todos los actores involucrados en el tema del fútbol, las prácticas de violencia no resultan exclusivas ni se manifi estan con mayor intensidad en las barras populares.

Entonces, las prácticas de violencia no vinculadas a acto-res armados se hacen condición instalada en la sociedad co-lombiana que, de la misma forma que el confl icto interno y los mecanismos de guerra soporte de las estructuras del narco-

CAPÍTULO quinto

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tráfi co, necesitan de una generosa dosis de recursos, creativi-dad y disposición de los organismos del Estado y los estamen-tos de la sociedad civil para ser abordada de manera adecuada y sufi ciente, con capacidad para traspasar la simple aplicación de la ley, si es acaso esta se da en los términos establecidos.

Aún más preocupante el asunto, cuando diferentes orga-nismos44 señalan para el año 2011 alrededor de 15.000 meno-res y una cifra no cuantifi cada de jóvenes están vinculados a grupos guerrilleros, paramilitares, bracrim45 y al Ejército Na-cional, es decir, hacen parte de estructuras de guerra en don-de se aprende y vivencia formas muy defi nidas de resolución de los confl ictos, por ejemplo el uso reiterado de la fuerza, de la eliminación física y con sevicia de quien o quienes repre-sentan la contradicción o son obstáculo para la consecución del interés particular, inclusive a nombre de la Nación.

Como toda problemática multicausal, la violencia en el fút-bol debe ser tratada con una lógica de sumatoria de esfuerzos que trascienda el uso de la fuerza por quien considera tiene el derecho hacer uso de ella, aunque sea la fuerza estatal. Es una apuesta que demanda una voluntad, apertura, compromiso para entender a cada una de las partes involucradas, las admi-nistraciones locales, la Policía Nacional, los clubes deportivos, la Federación Colombiana de Fútbol, las barras, los hinchas,

capítulo quinto

44Procuraduría Nacional, Defensoría del Pueblo y Organizaciones No Gubernamentales. 45Nombre con el cual se hace referencia a organizaciones de delincuencia organizada que tiene sus orígenes en integrantes desmovilizados de grupos paramilitares.

el señor comerciante, etc., o mejor trabajar con una visión de Estado Social de Derecho, desde la cual todos los actores, ciudadanos, empresas y gobierno -el conjunto de la sociedad diversa- contribuya a su desarrollo y a la superación de las problemáticas ya defi nidas; un Estado Social de Derecho, en el cual la norma es el instrumento sine qua non para resolver los asuntos relativos al mejoramiento de las condiciones de vida de todas y todos.

Entonces, las preguntas giran alrededor de tres ejes: ¿la norma vigente es sufi ciente para resolver el problema de la violencia en el fútbol?; ¿cuál es rol y cuáles son las responsa-bilidades de cada uno de los actores involucrados en la pro-blemática?; ¿cuáles serían las propuestas concretas que deben formularse en el seno de la sociedad para avanzar en la supe-ración de la violencia relacionada con el fútbol en Colombia?, preguntas estas entre otras con la intención de orientar un camino de trabajo conjunto hacia condiciones de seguridad, comodidad y convivencia en el fútbol deseadas por quienes hacen de este su pasión, profesión, trabajo, inversión, etc.

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LComo fue señalado anteriormente, en el fenómeno de las barras populares de fútbol participan de modo diferenciado y con arreglo a intereses particulares un conjunto de actores decisivosen el quehacer cotidiano del barrista,tanto en las tri-bunas como en el territorio de las ciudades. Cada uno de esos actores fi nalmente, con sus acciones y omisiones, aportan su grano de arena para el cambio en positivo de los asuntos consi-derados problemáticos, o por el contrario la acentuación de los mismos; de la compresión del fenómeno y mirada autocrítica de su roles y responsabilidad se desprenden las acciones que cada uno de ellos debe asumir en la transformación de dichas realidades y las cuales parecieran están conformadas exclu-sivamente por dos antagonistas: ciudadanos y fuerza pública.

El presente texto no estaría completo si no aborda desde un enfoque propositivo algunos aspectos relevantes frente al papel y el accionar de los diversos actores involucrados en el ejercicio del espectáculo del fútbol profesional. No se trata de señalar lo que cada uno de estos actores sociales e institucio-nales, “debería ser o debería hacer”,se propone mejor aprove-char al máximo los aprendizajes que aporto el desarrollo de las actividades de Barras Construyendo País y la experiencia de la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto, en la formula-ción de planteamientos que desde de perspectiva de derechos contribuyan a la confi guración de escenarios locales de segu-ridad, comodidad y convivencia alrededor del fútbol.

3EL PAPEL Y LA RESPONSABILIDAD de LOS DIFERENTES ACTORES EN LA SEGURIDAD, LA COMODIDAD Y LA CONVIVENCIA EN EL FÚTBOL

CAPÍTULO quinto

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Barras: las barras populares y organizadas de fútbol46 en el país congregan una formidable cantidad de jóvenes y adul-tos cuyos intereses prioritarios giran alrededor del deporte, convirtiéndose en un estilo de vida, tal como ocurre con otras manifestaciones netamente juveniles. Su forma organizativa deriva en gran parte de la herencia de otras barras del mundo, de manera notable desde Argentina, fenómeno que se empieza a notar a partir de los últimos años del siglo anterior y que trae consigo una enorme carga cultural y de valores que acarrean fi nalmente condiciones comportamentales y estructuras in-ternas de funcionamiento que replican modelos considerados exitosos para estos grupos de jóvenes, en tanto engloban una serie de condiciones particulares deseadas individual y colec-tivamente: reconocimiento, identidad, camaradería, lealtad, emoción, pasión, aguante…

De esta forma, la estructura jerárquica de estas colectivi-dades en la inmensa mayoría de los casos es vertical, a partir de la presencia de un líder solitario y omnipresente (el capo); con una organización basada en células que en general obe-decen a lógicas territoriales o de afi nidad (los parches) y que replican el orden emanado desde arriba. Dado lo anterior, las barras de fútbol presentan una estructura defi nida, un orden organizativo que permite abordar elementos de interés desde una óptica colectiva que facilita el diálogo y el abordaje de los individuos.

Si bien esta organización no se caracteriza precisamente por la democracia, logra aglutinar un número importante de personas que tiene una identidad cultural común y que en gran medida funciona como un colectivo, no obstante la exis-tencia de una cierta autonomía de comportamiento en cada parche, dadas sus características propias.

Un gran parte de los integrantes de las barras son de estra-tos populares, y presentan un marcado défi cit en el desarrollo de habilidades y competencias para el ejercicio de actividades necesarias en ocupaciones y ofi cios que generen ingresos sufi -cientes y dignos, de ahí, que una parte importante de esos mu-chachos y muchachas derivan recursos de actividades econó-micas poco ortodoxas, como pequeños delitos. Sin embargo, en los últimos años, un nuevo actor viene ejerciendo marcada presión para cooptar y adoctrinar esos jóvenes hacia sus orga-nizaciones: las Bacrim.

Factores que difi cultan un adecuado entendimiento de las características de las barras y los barristas, son la generaliza-ción (todas son iguales, y sin matices) por una parte, y la simpli-fi cación, por otra (todos son marginales o antisociales). De esa generalización y simplifi cación nacen por ende propuestas de abordajes simplistas y de escasa fl exibilidad, que no contribu-yen (en el mejor de los casos) para transformar esa realidad so-cial, con el agravante de la inmersión de sujetos integrantes de estas organizaciones en estructuras delincuenciales urbanas.

capítulo quinto

46Categorización referenciada en el capítulo III -Glosario- del decreto 1007 de mayo de 2012 o Estatuto del aficionado al fútbol en Colombia, expedido por el Ministerio del Interior.

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En las últimas dos décadas el espectáculo del fútbol profe-sional colombiano se ha transformado gracias a una serie de prácticas de animación provenientes de modelos de organiza-ción de miles de habitantes de las tribunas populares. Cada se-mana cientos de ellos en diferentes ciudades del país realizan importantes esfuerzos de todo orden con el ánimo de ofrecer a su equipo un espectáculo en la tribuna, espectáculo que se ha hecho parte importante de lo que signifi ca asistir al estadio. En esa medida resulta indispensable entender la responsabi-lidad social y cultural que implica ser miembro activo de una barra popular y continuar en el camino de la promoción de un estilo de vida ligado al deporte mismo y la importancia de que esa forma de vivir la tribuna, el estadio, el barrio, el parche implique necesariamente asumir el reto de fomentar ejercicios de ciudadanía diferentes a los que la prensa masiva y otros sectores de la sociedad se han encargado de estigmatizar, pero que desde toda perspectiva han sido equivocados hasta el pun-to de cobrar decenas de vidas cada año.

El líder barrista, el representante de la tribuna, del parche, debe persistir, como ya se ha demostrado ampliamente, en la implementación y fomento de prácticas culturales, organizati-vas, sociales y económicas que aprovechen las potencialidades de un movimiento social transformador dentro del marco del ejercicio pleno de derechos a través de la cultura de la paz y la responsabilidad colectiva; estableciendo acuerdos mínimos

con la administración pública y con la sociedad misma en su conjunto a partir de ejercicios diáfanos, legítimos y propositi-vos, permitiéndole a su vez establecer canales directos de co-municación fundamentados en el reconocimiento, el respeto y la sinceridad con otras organizaciones de barras populares de modo que les permita hacer exigible su derecho a la par-ticipación con voz y voto en diversos escenarios consultivos y decisorios como las CLSCCF y los observatorios locales de convivencia entre otros.

Estado Nacional (Coldeportes y Ministerio del Interior): la promulgación de leyes que prefi eren recorrer más rápido el camino de la prevención que de la represión ha demostrado su buen recibo por parte de los hinchas y sus representantes, aunque hay que continuar realizando esfuerzos superiores para su difusión y socialización, entendiendo ésta como el proceso de aprehensión, comprensión, acatamiento con con-vicción y aprovechamiento del conjunto de normas en el ámbi-to de la defensa y protección integral de derechos.

Pensar en la urgencia de una política pública merece mu-cho más que extensas y costosas convocatorias para recibir informaciones de los diversos sectores inmersos en el espec-táculo, requiere además avanzar en estrategias para la com-prensión del fenómeno y la proyección sobre su evolución con el objeto de adaptarse a las dinámicas de los procesos socia-

CAPÍTULO quinto

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les inmersos en sus contextos socio-históricos; fomentando la auténtica participación informada y decisoria de todos los actores, especialmente aquellos que han estado marginados de este tipo de escenarios y que por consecuencia adolecen de insufi ciencia de herramientas anímicas, políticas y concep-tuales para el ejercicio de la participación o han ejercido dicha participación desde enfoques poco democráticos y motivados por el bien particular de unos pocos.

Desde Coldeportes, se ha avanzado en la difusión de un concepto más amplio sobre el papel del Estado en el fomento de las seguridad, la comodidad y la convivencia en el deporte, al comprender el fuerte impacto que tiene el concurso de la empresa privada y el conjunto de la sociedad en la regresión de los efectos del estigma que tiñe a las barras de fútbol y en el reconocimiento de que el espectáculo ha cruzado hace mucho tiempo las fronteras de los estadios y se ha hecho parte de la vida de millares de personas, con lo cual se ha consolidado un constructo social y cultural que más allá del entretenimiento ha arrojado valores importantes de todo orden a lo que signi-fi ca el fútbol y específi camente a cada club.

Estado local-territorial (Alcaldías y Gobernaciones):la principal preocupación de los estamentos institucionales lo-cales reside en el mantenimiento del orden y la seguridad del grueso de la sociedad. Por ende, la presencia de grupos nu-

merosos de jóvenes cuyos valores son en su mayoría contesta-tarios del establecimiento, genera nerviosismo y tentaciones del ejercicio de la autoridad para la merma de los derechos individuales y colectivos.

Sumado a lo anterior, es evidente que algunos barristas oriundos de otras ciudades llegan a nuevos territorios con un claro objetivo de subvertir el orden establecido. Si bien puede tratarse de grupos localizados y menores, la sensación de in-seguridad generada por estos colectivos despiertan alarmas en las ramas de la sociedad, que exigen acciones concretas de las autoridades políticas, administrativas y de policía para acabar el problema (que en temas concretos puede ser el exi-lio, la prisión o simplemente esconder a los generadores del problema).

Lo anterior conlleva a la tentación de establecer acciones de imposición simplista y simplifi cada para abordar el tema de las barras, basada en la necesidad de ampliar la sensación de seguridad de la comunidad, olvidando las acciones de pre-vención de la violencia y promoción de la comodidad y convi-vencia. En gran parte, a las autoridades locales les falta una compresión del fenómeno y por ende también suelen carecer de elementos materiales para crear y adoptar acciones con-cretas y concertadas que conlleven a un mejor resultado en el abordaje de la problemática.

capítulo quinto

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El territorio se constituye a manera de eje principal del desarrollo de los sujetos y sus organizaciones, pues, en con-junto con el contexto social, cultural y económico determina en gran medida el ejercicio ciudadano sobre el mismo y sobre otros territorios. A esto apela la necesidad de conformar esce-narios permanentes de análisis y comprensión de las diversas dinámicas que el fútbol profesional impulsa sobre estos terri-torios locales y las transformaciones de distinto orden que es-tas dinámicas promueven directa e indirectamente de forma diferencial en cada sector o actor.

La implementación de normatividad de orden nacional en el contexto local, debe continuar atendiendo este tipo de enfoque sin perder su conexión y articulación con las instan-cias nacionales para llegar al establecimiento pleno de polí-ticas públicas congruentes y realistas que no solo respeten el ordenamiento jurídico del Estado, sino que se conviertan en principales promotoras del conjunto de estrategias que las organizaciones de barras, los clubes, la empresa privada, las entidades públicas y las demás organizaciones sociales cola-boradoras propongan en pro de la seguridad, la comodidad y la convivencia en el fútbol.

Clubes deportivos:la transformación de la composición accionaria de los clubes de fútbol, si bien fortaleció las fi nan-zas de muchos de ellos y permitió reestructurar el negocio del fútbol, logrando en algunos casos mayores niveles de demo-cratización del capital social y aislamiento de los dineros de

dudoso origen -muy común durante los años 80 en el país-, todavía presenta un reto ante la preocupación principal de los clubes, que radica en la viabilidad fi nanciera de su actividad económica; es decir, cómo generar más y mejores ingresos con la actividad derivada del fútbol, entonces para la ecuación de los inversionistas de capital la seguridad, al menos den-tro del estadio, es fundamental en la medida que vuelve más previsibles las variables que permiten desarrollar la actividad económica.

En términos generales la gran mayoría de los clubes, ac-tuando como empresas privadas, han avanzado por interme-dio principalmente de sus Ofi ciales de Seguridad en la im-plementación de las medidas contingentes necesarias para resguardar el buen desarrollo de cada uno de los compromi-sos deportivos, pero muchas veces los ingresos provenientes de la asistencia a tribunas populares se han visto afectados de forma negativa dadas las restricciones que en materia de acceso a los partidos se han establecido con el objeto de evitar actos violentos dentro de estas tribunas protagonizados por quienes las habitan, las barras populares.

En estas circunstancias pocos han sido los escenarios en los que se han formulado acciones realmente preventivas por parte de los clubes que no solo respondan a los parámetros de la Conmebol y la FIFA en esta materia sino que además sean congruentes con una realidad y unas necesidades locales y en ese orden de ideas se propone una participación más activa y

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decidida por parte de los clubes, que involucre todos los facto-res causales de violencias que se manifi estan en los territorios ajenos a la tribuna, con el concurso obviode las autoridades civiles y de policía.

La responsabilidad social empresarial, concepto que desde las décadas pasadas ha pasado a ser parte de los derroteros de las grandes empresas del país, y cuya espina dorsal dicta que las empresas deben mitigar el efecto negativo que causa su actividad económica en la sociedad, se constituye aquí en una alternativa viable y pertinente para que los clubes, ade-más de ayudar en la transformación de acciones negativas para la sociedad en su conjunto, también aprovechen la invi-tación a emprender planes y proyectos de cooperación con la institucionalidad y con las barras populares que coadyuven en la prevención de violencias en los escenarios deportivos, de forma que se promueva la asistencia masiva a las tribunas, no solo populares, convirtiendo una amenaza de violencias per-manente en un conjunto de oportunidades para que los clubes desarrollen, al menos en parte, sus políticas de responsabili-dad social empresarial en conjunto con los esfuerzos del resto de la sociedad futbolera en las ciudades y en el país; generan-do más recursos de todo orden, no solo económicos, y forta-leciendo el ejercicio de la actividad deportiva asociada como espectáculo masivo en la medida que se posibilita una mayor inversión en talentos y condiciones para el fútbol.

Los clubes son un actor protagónico en la relación entre el

fútbol y los hinchas, sobre todo con aquellos que están agru-pados alrededor de una barra popular o una barra organiza-da. En un primer momento, entonces, es necesario realizar una suerte de “reglamento” en la institucionalización de esta relación, en el cual el comportamiento de todos los clubes siga una línea compartida de valores y procedimientos, poniendo fi n a la relación perversa que en muchos casos se ha estable-

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decidida por parte de los clubes, que involucre todos los facto-res causales de violencias que se manifi estan en los territorios ajenos a la tribuna, con el concurso obviode las autoridades

La responsabilidad social empresarial, concepto que desde las décadas pasadas ha pasado a ser parte de los derroteros de las grandes empresas del país, y cuya espina dorsal dicta que las empresas deben mitigar el efecto negativo que causa su actividad económica en la sociedad, se constituye aquí en una alternativa viable y pertinente para que los clubes, ade-más de ayudar en la transformación de acciones negativas para la sociedad en su conjunto, también aprovechen la invi-tación a emprender planes y proyectos de cooperación con la institucionalidad y con las barras populares que coadyuven en la prevención de violencias en los escenarios deportivos, de forma que se promueva la asistencia masiva a las tribunas, no solo populares, convirtiendo una amenaza de violencias per-manente en un conjunto de oportunidades para que los clubes desarrollen, al menos en parte, sus políticas de responsabili-dad social empresarial en conjunto con los esfuerzos del resto de la sociedad futbolera en las ciudades y en el país; generan-do más recursos de todo orden, no solo económicos, y forta-leciendo el ejercicio de la actividad deportiva asociada como espectáculo masivo en la medida que se posibilita una mayor

fútbol y los hinchas, sobre todo con aquellos que están agru-pados alrededor de una barra popular o una barra organiza-da. En un primer momento, entonces, es necesario realizar una suerte de “reglamento” en la institucionalización de esta relación, en el cual el comportamiento de todos los clubes siga una línea compartida de valores y procedimientos, poniendo

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cido con los líderes de algunas hinchadas o conuna parte im-portante de las hinchadas mismas.

Si bien estos valores deben ser discutidos por los propios clubes, algunos elementos pueden ser sugeridos como puntos de arranque para formular esta propuesta común. Es absolu-tamente necesario establecer un reconocimiento de las barras populares y barras organizadas; el reconocimiento del otro es base fundamental para construir acuerdos y valores comunes. Un segundo aspecto, sería establecer un claro límite a esa re-lación, dejando claro que el club no alimentará por ninguna circunstancia comportamientos que conlleven a la violencia o la presión indebida sobre jugadores o dirigentes. Un tercer punto, tendría como base la transparencia de la relación, de tal forma que permita establecer canales de comunicación e información con el conjunto de las barras organizadas a tra-vés de mecanismos de representación democráticos, transpa-rentes y legítimos.

Como se ha sugerido anteriormente, aquí también resulta indispensable generar escenarios de análisis sobre el impac-to de la actividad económica del fútbol profesional asociado sobre la sociedad en su conjunto y la oportunidad que puede resultar el desarrollo para los clubes y para todos la imple-mentación de estrategias de Responsabilidad Social Empresa-rial (RSE) encaminadas a mitigar las probables afectaciones negativas que este espectáculo tiene sobre la cotidianidad de los demás colombianos que no están vinculados directa o de manera importante a él.

Dado que algunas de las prácticas cotidianas de las barras o una parte de los hinchas causan un importante impacto no-civo en las comunidades, una parte de los esfuerzos de la RSE pueden estar dirigidos a comprender e intervenir de mane-ra transformadora sobre los barristas, buscando desarrollo personal y colectivo, estimulando acciones que conlleven a la mitigación de la violencia y promoviendo escenarios de en-

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capítulo quinto

cuentro y convivencia entre hinchadas de diferentes equipos; de forma que la actividad de las barras se aproveche como un elemento más dentro del mismo espectáculo y a favor del fút-bol colombiano.

En este sentido, la creación de una estructura administra-tiva de orden gubernamental con el concurso y participación del sector privado relacionado con el fútbol profesional como clubes y patrocinadores entre otros, podría poner en marcha elementos de política pública que impacten de manera impor-tante y positiva la estructura cultural que en el imaginario de algunos hinchas relaciona el ejercicio de diversas violen-cia con la actividad del fútbol como entretenimiento masivo. Transmitiría a los barristas y a la sociedad en general un men-saje claro e inequívoco de la voluntad de devolver al fútbol la tranquilidad, tan necesaria para disfrutar en paz el deporte más popular del país y del mundo.

Comisiones Locales para la Seguridad, Comodidad Con-vivencia en el Fútbol:estas instancias de construcción de al-ternativas para promover la seguridad, la comodidad y con-vivencia en el fútbol, se constituyen como cuerpos colegiados integrados por funcionarios del sector público y del sector privado relacionados con el ejercicio del espectáculo en cada ciudad en donde se desarrolla el fútbol profesional47, pero así mismo presentan diversas realidades que difi cultan el óptimo aprovechamiento de todas las posibilidades que una reunión

de voluntades entre instituciones estatales, empresa privada y sociedad puede providenciar para la solución de una determi-nada problemática.

La primera difi cultad radica en la composición de las co-misiones, en la cual no se consideran todos los actores que hacen parte de la problemática y pueden contribuir de manera decisiva para resolverla. Es el caso puntual de las barras de fútbol, que si bien pueden ser invitadas a las reuniones con voz pero sin voto, en la toma de decisiones no se materializa la participación efectiva del ciudadano, no existe ejercicio de de-rechos, lo que a su vez genera más inconformidad y por ende más distancias para construir soluciones colectivas, aunque de esto no se puede responsabilizar a la ley misma, pues aun-que en un principio se pensó en la inclusión de representantes de las barras en las CLSCCF, hoy por hoy existen una muy compleja y difícil relación entre quienes las representan en cada ciudad incluyendo fi lialesde barras grandes en muchas ciudades, lo cual evidentemente es un gran obstáculo a la hora de decidir quién o quiénes representarían al sector de barras futboleras ante cada comisión.

La segunda gran difi cultad radica en el tratamiento parcial que las comisiones dan al fenómeno de la violencia en el fút-bol. La gran mayoría, para no decir la totalidad de las Comi-siones Locales para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol -CSCCF- están preocupadas exclusivamente por

47Ley 1270 del 5 de enero de 2009, Título II, Artículo 7.

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CAPÍTULO quinto

la seguridad, olvidando claramente los elementos constituti-vos de la Comodidad y la Convivencia en el fútbol. Por ende, las acciones de educación, transformación y reasentamiento de las variables de la violencia terminan en la formulación de algunas estrategiascontingentes, como el llamado cierre de fronteras, que no resuelven la problemática en el mediano y largo plazo y que en ocasiones terminan requiriendo la acción de los escuadrones antidisturbios y que, además de constituir una probable vulneración al derecho de la libre locomoción, en muchas ocasiones ha puesto en mayor riesgo, incluso de muerte, a algunos hinchas que de cualquier manera y de for-ma encubierta intentan llegar a las tribunas, dado el espíritu propio y la identidad del barrista.

La tercera difi cultad reside en la aplicación y la proporcio-nalidad de las sanciones. La aplicación, porque evidentemente, a pesar de estar basada en el Estado de Derecho, no reconoce varias garantías a los derechos de los barristas: no hay posibi-lidad de descargos de los imputados, dado que no asisten a las reuniones de las CLSCCF, no existe segunda instancia (para sopesar posibles injusticias) y no existe un protocolo unifi ca-do para el abordaje de las situaciones que ameritan sanciones, dejando en mano de la subjetividad la aplicación de la sanción. Esta situación genera, nuevamente, sensación de injusticia, lo que aumenta en las organizaciones de barras el sentimiento de beligerancia, revuelta y violencia.

Un papel histórico cumplen en la actualidad las Comisio-nes LSCCF en tanto no existe un referente similar en algún país que haya sufrido capítulos de violencia y exclusión re-lacionados con el fenómeno de las organizaciones de barras populares de fútbol. Gracias a largas y algunas veces invisi-bles luchas de individuos, organizaciones sociales y entidades –muchos de ellos cercanos al Barrismo Social- interesados en establecer escenarios democráticos, participativos y legítimos de orientación frente a las dinámicas asociadas al fútbol en cada una de las ciudades donde éste se juega profesionalmen-te, la legislación expedida ha propuesto la conformación de estos cuerpos colegiados, quienes asumen una gran responsa-bilidad frente al tema y que por ende han estado y continuarán en el ojo del huracán cada vez que se presentan situaciones lamentables –muchas de ellas previsibles- alrededor del es-pectáculo del fútbol, aunque no necesariamente vinculadas directamente a esta actividad, que no solo se debe ser vista como una simple actividad de entretenimiento.

En la actualidad, son muchos los que desde diversos secto-res y enfoques se empeñan en hablar del fútbol como una ac-tividad de orden social-cultural que ha establecido una estre-cha relación con la constitución de sujetos, con la formación de identidades ciudadanas; refl ejo de esto es que hoy, gracias a la festejable presencia de nuestra selección en Brasil, se han despertado sentimientos nuevos y viejos en defensa de la pa-

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capítulo quinto

tria, en defensa de nuestro país, de nuestra forma de ser, de nuestra idiosincrasia, lo cual evidencia la construcción de ciu-dadanías que ejerce el fútbol, aún más en nuestras latitudes.

Generaciones de colombianos y colombianas han crecido en el seno de familias futboleras que han cimentado un com-plejo hábitus48 en el cual entran en juego sistemas rituales al-rededor de un equipo de fútbol nacional y el club deportivo que lo representa, lo que permite que a su vez se sostengan en las generaciones actuales y se transfi eran a las siguientes. Las CLSCCF tienen hoy la posibilidad de dimensionar su res-ponsabilidad frente a un fenómeno que rebasa las fronteras del mero entretenimiento con fi nes comerciales, para lo cual resulta indispensable continuar con una comprensión exten-sa sobre el mismo, con el propósito de asegurar la toma de decisiones y la exposición de recomendaciones enmarcadas en estas refl exiones, de forma que se pueda asegurar su papel como promotoras de seguridad, comodidad y convivencia en el fútbol al otorgar nuevos valores a ese conjunto de prácticas rituales y su importancia e incidencia en la construcción de sociedad.

Policía Nacional: esta institución ejerce básicamente dos roles que encierran una suerte de paradoja en el momento de trabajar el fenómeno de barras: por una parte, a través de la Dirección de Seguridad y Convivencia, trabaja de manera muy

cercana a los barristas con los denominados enlaces y partici-pan de manera activa en las comisiones locales de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol. De hecho, debido a la simplifi cación del papel de las comisiones, en algunos casos la policía (dado que esas instancias deben estar dedicadas exclu-sivamente a la seguridad) es el actor que lidera los procesos de intervención durante los partidos en cada ciudad y se con-vierte en el poder decisorio en muchas de ocasiones frente a mecanismos de control de hinchas en la ciudad y en el estadio.

La policía recibe diversas presiones para presentar resul-tados contundentes en materia de seguridad y convivencia en cada territorio: desde sus superiores en la propia institución, hasta el mandatario local (su jefe inmediato), el manejo de las cifras de la violencia cumple un papel primordial en las agen-das de los gobiernos y la sociedad, lo que se puede constituir en un sesgo importante a la hora de avanzar en mecanismos de control en medio de la contingencia y reduce ostensible-mente la capacidad de respuesta ante estrategias de preven-ción, máxime cuando la disposición de policiales para la pre-vención en todos los casos resulta insufi ciente.

Si bien cuenta con un cuerpo efectivo de 177.000 hombres y mujeres, en muchos casos el cuerpo de efectivos es insufi cien-te para manejar de manera adecuada los partidos de fútbol, dependiendo de su complejidad. Así, se observan casos en que

48El sociólogo francés Pierre Bourdieu inserta en su modelo de análisis sociológico el concepto de hábitus como el sistema generativo de prácticas, sentidos y escenarios que, inmersos en un campo social, cons-tituyen la acción cotidiana en individuos pertenecientes a determinados grupos o sectores, en tanto a través del mismo se percibe el mundo y se actúa en él. Bourdieu, Pierre. Raisons pratiques.París: Seuil, coll. Points, 1996, p. 21

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CAPÍTULO quinto

es necesario trasladar agentes de diversos municipios para cubrir un compromiso deportivo en la capital de un depar-tamento, con la consecuente sobre carca de trabajo e incluso indisposición para ejercer de manera adecuada sus funciones y el desconocimiento evidente de las dinámicas socio-cultu-rales en cada territorio.

Por otra parte, es claro que existe un grave problema de comunicación e incomprensión entre los enlaces de barras o representantes de la policía a las CLSCCF y los comandan-tes de operativo de cada partido, lo que difi culta el manejo adecuado de las condiciones de asistencia de los afi cionados al escenario deportivo, creando confusión, malentendidos, frustración y fi nalmente violencia y sobredimensionamiento de los confl ictos y problemas.

Evidentemente, existe una falta de conocimiento y com-prensión de la población específi ca por parte de la fuerza pública. A la par con lo anterior, es evidente que algunas condiciones de trabajo (horarios extendidos, distancias a ser recorridas, etc.), algunas concepciones culturales (los ba-rristas son bandidos y violentos por naturaleza) y desconoci-miento de su papel como garante de derechos, conlleva a que su comportamiento en las tribunas y territorios sea franca-mente hostil.

En la última década la Policía Nacional, como cuerpo po-licial, ha tenido que desarrollar y conceptualizar diversos modos de intervención e incluso de prevención frente a la creciente crisis de violencia alrededor del fútbol, en tanto es el primer organismo llamado al aseguramiento de la paz ciu-dadana. Producto de esa labor ahora es posible encontrar en muchas ciudades miembros de la fuerza que han avanzado en estrategias de trabajo específi co con barras populares tanto en los estadios como en las calles y en las carreteras; algu-nas veces con resultados que en gran proporción han logrado reducir índices de violencia y comisión de contravenciones y delitos.

Recientemente, se ha empezado a constituir un cuerpo especializado de policiales que han acogido las experiencias acumuladas y han comenzado a coordinar acciones y estra-tegias específi cas por medio de un mando centralizado que opera con base en el reconocimiento de los integrantes de las barras como sujetos de derechos y deberes observando la normatividad existente, incluso frente a los postulados del Barrismo Social. Esta política institucional ha logrado resul-tados muy signifi cativos en torno a la prevención y a la contin-gencia de situaciones de violencia protagonizadas por miem-bros de algunas barras futboleras, sin embargo, también ha sido evidente la insufi ciencia de formación e información del

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capítulo quinto

cuerpo policial en general, teniendo en cuenta la relación per-manente y directa entre barras y cuerpo de policía que, por su carácter, las prácticas barristas causan y que suelen adquirir un carácter contestatario, beligerante y desconocedor de la autoridad, máxime cuando la acción policial con frecuencia ejerce su autoridad desde un orden primariamente represivo y escasamente persuasivo.

En este orden de ideas, se hace imprescindible continuar en el camino de la prevención y la persuasión antes que tener que usar los pocos argumentos de la represión, lo que implica extender la labor que se ha comenzado a cada vez más poli-ciales hasta conformar un cuerpo con las sufi cientes herra-mientas para ejecutar, antes que acciones, estrategias integra-les de protección y prevención coordinando acciones con las administraciones locales, la fuerza pública en cada ciudad y carretera y los representantes de las barras; en el marco de la protección integral de derechos y observando permanente-mente la corresponsabilidad social a través de un enfoque de diferenciación de territorios y escenarios.

Ministerio Público:la posibilidad de enlazar las diversas acciones en torno a la defensa de derechos para todas y to-dos a partir de la relación de las Personerías en cada ciudad o ente territorial, permitiría dar un claro mensaje tato a las

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CAPÍTULO quinto

diferentes instituciones como a las mismas organizaciones barristas sobre la importancia de dar prelación a la defensa, vindicación y reivindicación del conjunto de derechos; permi-tiéndoles a las barras hacer exigibles derechos como la libre locomoción por el territorio nacional en el marco de la corres-ponsabilidad que le compete a las barras en términos de su organización social.

División Mayor del Fútbol Colombiano: la organizadora de los torneos profesionales nacionales puede constituirse en un elemento defi nitivo para promover la convivencia y el disfrute en el fútbol colombiano a través de diversas acciones, una de ellas consiste en invitar a los clubes para que, de manera con-junta y organizada, promuevan discusiones y aporten ideas y propuestas unifi cadas sobre relaciones con los afi cionados, al tiempo en que propicien espacios de encuentro y discusión con los demás actores del fútbol para crear elementos de con-vivencia y pacifi cación del espectáculo. Estrategias de diálogo, reconocimiento del otro y promoción de acuerdos pueden ser algunos de los caminos que lidere la Dimayor para lograr este objetivo.

Por otra parte, la Dimayor puede promover entre los clubes la necesidad de, a través de la Responsabilidad Social Empre-sarial, aportar los recursos necesarios del sector privado (los propios clubes y los patrocinadores del fútbol) para la imple-mentación de esfuerzos comunes que mitiguen la problemá-

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diferentes instituciones como a las mismas organizaciones barristas sobre la importancia de dar prelación a la defensa, vindicación y reivindicación del conjunto de derechos; permi-tiéndoles a las barras hacer exigibles derechos como la libre locomoción por el territorio nacional en el marco de la corres-ponsabilidad que le compete a las barras en términos de su organización social.

División Mayor del Fútbol Colombiano: la organizadora de los torneos profesionales nacionales puede constituirse en un elemento defi nitivo para promover la convivencia y el disfrute en el fútbol colombiano a través de diversas acciones, una de ellas consiste en invitar a los clubes para que, de manera con-junta y organizada, promuevan discusiones y aporten ideas y propuestas unifi cadas sobre relaciones con los afi cionados, al tiempo en que propicien espacios de encuentro y discusión con los demás actores del fútbol para crear elementos de con-vivencia y pacifi cación del espectáculo. Estrategias de diálogo, reconocimiento del otro y promoción de acuerdos pueden ser algunos de los caminos que lidere la Dimayor para lograr este objetivo.

Por otra parte, la Dimayor puede promover entre los clubes la necesidad de, a través de la Responsabilidad Social Empre-sarial, aportar los recursos necesarios del sector privado (los propios clubes y los patrocinadores del fútbol) para la imple-mentación de esfuerzos comunes que mitiguen la problemá-

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capítulo quinto

tica de violencia y promuevan la convivencia en el fútbol co-lombiano.

Federación Colombiana de Fútbol: la F.C.F. es la imagen misma de la Selección Colombia, el equipo de fútbol más po-pular y más querido de todo el país. Con esa fuerza derivada de los amores e imaginarios, es la indicada para liderar de manera decidida, un proceso de cambio de contexto cultural para promover campañas de rechazo y tolerancia con la pre-misa cero a la violencia en el fútbol.

La Federación puede convocar a los jugadores del selec-cionado nacional (los más populares del país, que tienen una gran infl uencia sobre los barristas), para la realización de campañas publicitarias alrededor de la convivencia, promo-ver charlas, conferencias, encuentros entre esos jugadores y los hinchas y ser los promotores de acuerdos de no agresión y de cero violencia entre barras, apoyando estrategias integra-les de promoción del Barrismo Social no solo como grandes fi guras del deporte sino como aportantes y constructores de sociedad, reforzando así su posición como importantes refe-rentes.

La entidad puede ser la abanderada primera, la imagen y la promotora de la política pública para la convivencia y la paz para el goce de un fútbol sin heridos y sin muertos, el fútbol de la alegría y la fi esta; articulando los íconos más importantes

del fútbol (los jugadores) con la afi ción, buscando puntos de referencia para la construcción de la paz en los estadios y en los territorios.

Ministerio Público: como garante constitucional de los de-rechos ciudadanos y de las relaciones entre la sociedad y el Estado. En cabeza de las personerías municipales y distrita-les, puede realizar un rol determinante como intermediario entre las fuerzas del orden, las autoridades municipales, las comunidades y los barristas, buscando soluciones a las pro-blemáticas vividas en el día a día de los eventos que ocurren alrededor del fútbol.

En la mayoría de las ciudades visitadas durante este pro-ceso se evidenció una gran preocupación por comprenderun poco más el fenómeno y actuar de manera asertiva frente al mismo con los barristas en cada municipio. Sin embargo, esta intencionalidad se enfrentó a diversas difi cultades, entre otras, las inmensas realidades de violaciones a los derechos en las regiones y la falta de personal sufi ciente para atender a todos y cada uno de los casos de esas violaciones.

Sumado a lo anterior, se da la jerarquización de las proble-máticas de los derechos humanos; evidentemente, elementos relacionados a los derechos fundamentales merecen una aten-ción más fuerte y constante por parte del ministerio público, y en muchos casos la ignorancia acerca de las problemáticas

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CAPÍTULO quinto

de barras de fútbol conlleva a que el ministerio público local no dedique la debida atención a los barristas, o no desde la perspectiva de la garantía plena de derechos.

Una primera acción concreta sugerida, sería establecer una estrategia de acompañamiento e intervención para la garan-tía de derechos de los barristas. Para tal efecto, un proceso de formación tanto para funcionarios públicos como agentes del orden y barristas para que conozcan o afi ancen el conoci-miento de estos derechos, los mecanismos para garantizarlos y ejercerlos de manera armónica con el orden constitucional y la búsqueda de la paz y la convivencia en el fútbol.

Un segundo elemento podría estar en participar como ga-rante de los acuerdos que se generen entre las autoridades, las fuerzas del orden y los barristas, con el fi n de actuar como un testigo imparcial de los hechos y conllevar a una dinámica de construcción de confi anza entre las partes y evitar que se rom-pan estos acuerdos. En este sentido, sería de gran valía una presencia permanente en los estadios durante las jornadas de fútbol y el acompañamiento permanente y coordinado de los desplazamientos los hinchas hacia las ciudades cuando su equipo se presente como visitante.

Un tercer elemento, sería la constitución de un observato-rio sobre la violencia en el fútbol, como lo contempla el Esta-

tuto del Afi cionado al Fútbol en Colombia -Decreto 1007 de 2012-que permita contar con elementos comprobados y reales acerca de los eventos negativos que involucran a las barras y a los barristas, de manera tal que se pueda contar con infor-mación que permita tomar decisiones e implementar acciones de prevención e intervención para mitigar esa violencia. Ca-racterizar esa violencia, conocer sus ingredientes y su origen, diferenciarla de las demás violencias que aquejan a nuestra sociedad puede señalar un camino más acertado para erradi-car de manera defi nitiva la violencia en nuestro fútbol.

El concurso pleno, informado, coordinado y en derecho del conjunto de la sociedad colombiana y en especial de los acto-res que intervienen de una u otra forma en el ejercicio del fút-bol profesional como espectáculo, industria, actividad social y profesional, materia de investigación, objeto de comunicación o culto se confi gura como una necesidad imperativa y cada vez más urgente en el contexto de nuestro país. Tediosas décadas de violencia rural y urbana han dejado unas cicatrices en la sociedad colombiana que la hacen sumamente vulnerable al ser expuesta a nuevos modos de ejercicio de violencias, tra-yendo como consecuencias ulteriores la exclusión social, eco-nómica y política, ya no temporal sino permanente, de miles de hinchas populares que además de las tribunas habitan en los barrios, los parques, las calles y las carreteras del país.

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capítulo quinto

Instancia integral de acompañamiento a la ejecución y evaluación de la política pública: Las transformaciones de la sociedad colombiana requieren de procesos democráticos de construcción de política pública, esto es, la participación acti-va, informada y decisoria de todos los sectores directamente involucrados de la sociedad en dichos escenarios de análisis y formulación, tal y como lo planteo en su esencia Barras Cons-truyendo País; estas acciones, por demás, tienen la tarea de promover cambios signifi cativos en la manera según la cual las comunidades en su conjunto abordan las problemáticas sociales y la formulación mas autentica de nuevas alternativas de desarrollo social. Pero estos procesos no se dan en la sole-dad institucional, requieren de diversas experiencias y mira-das, sin prejuicios, dejando de lado la tentación por el castigo y la sanción, mejor aún, desde enfoques realmente pedagógi-cos y menos cercanos al juzgamiento.

Se propone entonces, la creación y puesta en funciona-miento de un escenario central -no centralista- de seguimien-to, análisis y readecuación de la política pública; en otras pa-labras de acompañamiento a la ejecución y evaluación de la misma, que de forma autónoma y autorizada de continuidad al avance, hasta ahora muy signifi cativo, en la formulación de lineamientos de orientación para los gobiernos nacional y lo-cal en torno a la seguridad, la comodidad y la convivencia en fútbol.

La implementación de políticas públicas, y en defi nitiva, la construcción de un Plan Decenal de Seguridad Comodidad y Convivencia en el Fútbol, en la perspectiva del ejercicio pleno de derechos para todos y todas, hoy más que nunca se hace urgente en el camino de la prevención de dinámicas de exclu-sión estructural, las cuales evidentemente conllevan a nuevos y más complejos fenómenos sociales, que con seguridad, se convertirán en nuevos escollos para el desarrollo sostenible del país.

En síntesis, se requiere conformar una instancia, entidad o forma de organización gubernamental que dedique sus es-fuerzos a la asesoría, acompañamiento, seguimiento, evalua-ción y ajustes a la ejecución de las políticas públicas para el tema de seguridad, comodidad y convivencia en el fútbol; de carácter integral o relacional con otros sectores de gobierno con responsabilidad en el tema, la cual desde enfoques de corte operacional y de derechos fortalezcan la pertinencia y efectividad de las medidas y la administración efi ciente de los recursos dispuestos. En donde además tengan asiento los pro-tagonistas y las organizaciones sociales involucradas y dedi-cadas al tema.

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C RÓNICAS

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capítulo tres

C RÓNICASDEL ENCUENTRO

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crónicas del encuentro

la PREVIA

Comenzaré por decir lo que ya todos suponen, Santiago de Cali es una ciudad que en el transcurso de casi tres décadas pasó de ser un modelo para el país a una urbe que sufre los estragos de la migración masiva de sujetos y familias enteras, víctimas de la violencia rural, de la delincuencia común y la delincuencia organizada alrededor del narcotráfi co, la extor-sión y el homicidio pagado o por encargo denominado como sicariato; con antecedentes, claramente relacionados con los rezagos de la desarticulación del paramiltarismo y de políti-cas antidrogas que no han arrojado todos resultados espera-dos, situación común que ahora cae con todo su peso en un puñado de grandes ciudades convertidas en los centros de operación de estas agrupaciones criminales.

Los índices de delincuencia en Cali resaltan sobre los de la gran mayoría de ciudades de Colombia por su carácter mafi o-so y su relación con actividades extorsivas, de tráfi co de estu-pefacientes, de secuestro y de todo aquello que puede surgir como efecto secundario de lo anterior. Esto la hace una de las

CALI: EL AGITE DE LA HINCHADA

tres ciudades en donde los protagonistas de las muertes vio-lentas, en más del 94% de los casos, son hombres entre los 20 y los 29 años de edad, muertes que en muy baja proporción están relacionadas con riñas callejeras y confl ictos comunes o domésticos. Con este panorama no se requiere un gran aná-lisis para darse cuenta del impacto que tiene en la sociedad caleña esta situación, por lo que las organizaciones de barras populares de fútbol también se ven afectadas; de hecho, por su carácter etario y de género (mayormente hombres entre los 16 y los 28 años) tal vez son de las agrupaciones sociales que por la fuerza ponen más difuntos.

El sábado en la mañana tuve que llegar a Bogotá desde Pasto antes de embarcarme hacia Cali. Cuando llegué a la casa de mi anfi trión ya me había enterado del terrible suceso, que aunque común para la gente, suscitaba un dolor que se respi-raba incluso fuera de la casa. Un hombre joven encuentra un hombro en el cual dejar algunas lágrimas, un abrazo apenas tibio es lo único que puedo dar; no sé cómo entregar mi salu-do y mi gratitud por habernos recibido, lo que me queda más claro es que esa noche no podremos trabajar con Liliana, mi

Francisco E. Castillo HernándezProfesional de Apoyo

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compañera en esta aventura, tal como lo habíamos planeado. ‘Yuca’, como le llamaban sus amigos más cercanos, había sido asesinado esa mañana en circunstancias que a casi nadie sor-prendieron, pero que todos sus familiares, amigos y compañe-ros de tribuna esperaban que nunca sucedieran; él era una de las personas con las que esperábamos trabajar los siguientes dos días, pues ocupaba un lugar importante en la dinámica cotidiana del Barón Rojo Sur (BRS).

La noche de acercamiento a los líderes de la barra se con-virtió en el roce frío con una realidad abrumadora y frecuen-te. Apenas pude presentarme con algunas personas mientras les acompañaba en su duelo. Hombres y mujeres con quienes Yuca había compartido decenas de emociones del fútbol y de la vida, al menos en los últimos diez años.

Con Liliana apenas íbamos a cumplir la primera fase del trabajo. Durante los siguientes cuatro días explicaríamos a representantes del Barón Rojo Sur y del Frente Radical Verdi-blanco (FRV), la potencialidad de lo que podría representar la cercana construcción de un Plan Decenal para la Seguridad, la Comodidady la Convivencia en el Fútbol. Por ahora, la no-che terminaba y nos esperaba un domingo de fútbol local y un funeral como cierre de jornada.

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La tarde del domingo también fue inesperada. Antes del partido la fuerza policial hacía presencia en el sitio de concen-tración del Barón Rojo Sur, a un par de cuadras del estadio Pascual Guerrero. Ahí se formó una gresca entre antimotines y algunos hinchas rojos tras una situación absurda que difícil-mente podría explicarse, en la que la ausencia de organismos de control o de defensa de derechos podría haber evitado el enfrentamiento de algunos hinchas con un número muy supe-rior de policiales que pudieron excederse en el uso de la fuer-za, ocasionando algunas contusiones y heridas a dos de estos civiles.

Tras superar esta situación, de nuevo se hacía muy difícil intentar concentrar la atención de la dirigencia en el diag-nóstico previo a la realización de la mesa de trabajo; tan solo pudimos obtener no más de 40 minutos para explicarles so-bre algunos antecedentes de nuestra propuesta y revisar el contexto en el cual se desarrollaba. La situación que se había acabado de presentar sirvió de ejemplo para analizar la nece-sidad de trabajar en la construcción de políticas públicas con las cuales los integrantes de las barras del país puedan tener herramientas para la exigibilidad de derechos en el marco de una ciudadanía activa, que tuviese claro su papel y su corres-ponsabilidad social.

La adrenalina del tablón, la pasión de la tribuna, el gri-to colectivo… la hinchada de los cantos se hizo sentir y una victoria más del conjunto americano, no sobra decir que muy sufrida, le dio a la gente un paliativo para algunas pocas horas mientras se aclaraba el proceso con el cual se le daría el último adiós al amigo, al socio, al barra. Frente al estadio, un núme-ro importante de hinchas dejaba pasar los minutos alrededor de cerveza y canecas de aguardiente; hasta que oscureció y el llamado se dio: “Ya, parémonos ya y nos vamos pa donde Yuca”. La ruleta de la vida me puso en un lugar y un momen-to de privilegio para un no barra, para alguien que solo tenía preguntas. La noche de velación transcurrió en medio de un mar de nueva información sobre la vida y la muerte al interior de una barra popular. Conocí a muchas personas, hombres y mujeres que expresaron de diversas formas la necesidad de un cambio en la tribuna, en la mentalidad de sus miembros, en su actitud para enfrentar la vida y el fútbol. Aunque una vez más la violencia estructural de nuestro país quitaba una vida, una vez más la barra lo asumía; la mañana siguiente, lunes, Yuca iba a ser enterrado por sus familiares y sus compañeros de tribuna.

Nuestra labor con el Frente Radical Verdiblanco también esperaba. En la tarde del lunes nos reunimos con un repre-

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sentante del FRV y pudimos explicar los pormenores de la propuesta a desarrollar con ellos. El FRV está compuesto en su mayoría, al igual que BRS, por hombres jóvenes con eda-des entre los 19 y los 28 años; lo que hace que gran parte de las dinámicas y problemáticas sean compartidas entre ambas barras, así entonces nuestro interlocutor no se sorprendió con lo sucedido a Yuca; de hecho, hizo referencia a una situación muy similar con uno de sus compañeros de tribuna hacía me-nos de tres semanas. Situaciones como estas, aunque del todo lamentables, se convierten en el tema de conversación en el que gira el análisis de la situación actual de la barra en la ciu-dad y su comparación con otras barras en diversas latitudes del país.

Después de la conversación, acordamos reunirnos al día siguiente para trabajar en la caracterización previa del FRV. Esa misma noche, nos encontramos con un grupo de cinco personas del BRS en la casa de nuestro anfi trión; con lo cual avanzamos en la caracterización y logramos generar confi an-za sufi ciente frente al proyecto, además de absolver no pocas inquietudes y malas interpretaciones sobre cómo se había constituido nuestra propuesta paralela y no vinculante frente a la labor adelantada por las organizaciones no gubernamen-tales a cargo de la formulación del Plan Decenal de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2014-2024. La labor de cartografía social con el FRV, además de ser sumamente

productiva para nuestros objetivos, también fue clarifi cadora para la barra, en tanto actualizó una serie de informaciones sobre su organización y sus dinámicas territoriales. Cerramos así la convocatoria a las dos barras, con el acuerdo de proba-bles fechas para la realización de las mesas.”

LAS MESAS

Tres semanas más tarde, un miércoles en la mañana y tras una permanente comunicación con los representantes de las dos barras en Cali para tratar los pormenores de la realiza-ción de las mesas, nos encontramos ante un nutrido grupo de hinchas americanos expectantes sobre la jornada para la cual habían sido convocados. Casi 40 personas que represen-taban los bloques que integran el BRS estuvieron sumamente atentas mientras explicábamos el contexto de la construcción del Plan Decenal de SCCF y aclarábamos la intencionalidad, metodología y resultados esperados de la jornada propuesta; muchos debieron hacer grandes esfuerzos para acompañar-nos y se ausentaron de sus actividades laborales, algunos de ellos a escondidas. Personalmente, contaba con la ventaja de conocer, al menos de vista, a la mayor parte de ellos, lo que permitió que, después de la charla introductoria, no hubiese sido necesario adelantar la actividad rompehielos que había preparada, además, gran ventaja, Liliana estaba con los suyos.

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Nunca supusimos que la receptividad, dinamismo y dispo-sición con los que nos enfrentamos fueran el común denomi-nador de la jornada. Al fi nalizar la tarde, ya entrada la noche en plenitud, el cansancio era evidente en los rostros de la gran mayoría; sin embargo, y a pesar de la difi cultad que podría re-presentar para nosotros abordar esta mesa de trabajo con un grupo tan grande, compuesto además por personas tan diver-sas, la motivación frente a lo logrado y la expectativa frente a lo que podría venir se sentía en el ambiente. Más adelante, esa misma noche, algunos de ellos nos decían “ustedes lograron lo que ninguno esperaba. Jamás pensábamos trabajar durante tantas horas continuas y que la gente hubiese copiado tanto como lo hizo hoy”.

La sorpresa de la noche la recibimos cuando, al comuni-carnos con el representante del FRV, nos enteramos que en esta ocasión el turno de la muerte les había correspondido a ellos. De nuevo, en circunstancias que eran materia de inves-tigación y que en principio no tenían relación con dinámicas de barras populares, un integrante de ese grupo había sido asesinado; la jornada de trabajo del día siguiente tendría un alto componente de tristeza y rechazo.

El jueves en la mañana y en compañía de Alirio Amaya, representante de Coldeportes, después de casi dos horas de espera y como era de esperarse, solo siete personas del FRV

se hicieron presentes para el encuentro. Supimos que precisa-mente trabajaríamos con líderes de primera línea de la barra e integrantes históricos en ella, lo cual signifi caba que la labor sería muy productiva y decisoria.

Explicar los alcances de la construcción de una política pública en torno al fútbol en Colombia siempre resulta una experiencia bastante enriquecedora. Los integrantes del FRV asumieron una posición realmente crítica sobre la potenciali-dad que esta etapa de construcción del Plan Decenal de SCCF presentaba para que la barra se consolidara como un actor incidente en el ejercicio del deporte, del espectáculo y de la cultura del fútbol en nuestro país.

Enfrentar a las comunidades de hinchas populares con lo que ha sido la historia de la barra brava colombiana en las últimas dos décadas, y con la construcción de posiciones po-líticas y sociales relacionadas con el mundo del fútbol a partir de la constitución de ‘parches’, barras y comunidades, per-mite abrir nuevas rutas para el ejercicio de ciudadanías y la asunción de responsabilidades sociales. El líder, el vocero, la mujer, el socio o parcero; el jefe del parche, bloque o frente… todos manifestaron su comprensión de un compromiso his-tórico que se materializa en una oportunidad que tal vez no vuelva a presentarse y que no tiene mayores antecedentes en territorio alguno.

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Con el apoyo oportuno del sargento Valencia -quien casi en soledad total ha intentado y logrado en los últimos años varias estrategias de convivencia pacífi ca y fortalecimiento organi-zativo entre las barras-, los representantes de las dos agrupa-ciones decidieron abordar una reunión conjunta para dialogar con diversas instituciones de orden local con el objeto, entre otros, de fortalecer iniciativas y estrategias de defensa de de-rechos, reconocimiento de deberes y apoyo organizativo.

Aunque la convocatoria no arrojó los resultados esperados, fi nalmente contamos con la participación de representantes de la Corporación América de Cali, la administración del esta-dio Pascual Guerrero, el sargento Valencia en representación de la Policía Metropolitana de Santiago de Cali, la Dirección de Derechos Humanos de la Personería Municipal de Santiago de Cali y la administración de la Biblioteca del Deporte y la Recreación, que con gran voluntad dispuso la Biblioteca para la realización de esta mesa.

En este escenario volvimos a explicar algunos de los an-tecedentes de la reunión que nos proponíamos. En general, las instituciones pudieron fácilmente reconocer la potenciali-dad del encuentro que llevábamos a cabo y promovieron una discusión sobre los aportes que cada institución o representa-

crónicas del encuentro

Al igual que el día anterior, nos encontrábamos ante sem-blantes que vislumbraban su cansancio, otra vez la noche ejer-cía presión para dar por concluida la jornada. Los objetivos se habían cumplido a cabalidad: los análisis y propuestas del FRV mostraban su claridad y congruencia. Al día siguiente un nuevo reto aguardaba.

TERCER TIEMPO: las Instituciones

Nuestra labor contemplaba la realización de una mesa de trabajo con diversas instituciones de orden local. En princi-pio se propuso la realización de una de estas para cada ba-rra, pues a pesar de que ambas organizaciones habían sido fundadoras del Colectivo Barrista Colombiano (CBC) y habían participado activamente del más reciente Encuentro Nacio-nal de Representantes de Barras, las diversas dinámicas del confl icto urbano en los últimos dos años había tirado al tras-te las confi anzas construidas durante este proceso en el CBC, los códigos se habían convertido en una frase del pasado que muchos en las tribunas no entendían y la mayoría de acuerdos con los que se habían mitigado gran parte de los efectos de la violencia asociada a las dinámicas de las barras solo eran parte del pasado.

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ción podría darle al proceso. Entonces, las expectativas que en los días anteriores se generaron entre las dirigencias de las barras y sus representantes animaron una serie de proposi-ciones que evidenciaron gran parte de los confl ictos actuales de las barras en Cali, confl ictos internos y externos que cada vez se hacían más insoportables, en la medida en que éstos no permitían el libre desarrollo de las organizaciones de barra popular y cada vez más sumían a sus integrantes en dinámi-cas de violencia, consumo y exclusión. La participación de la Personería Municipal fue de suma importancia, en tanto veía su principal accionar en el ámbito de la defensa, restitución y protección de derechos en un ambiente en el que las barras no intentaban eludir su responsabilidad sino que, al contrario, manifestaban abiertamente la necesidad de asumirlas como colectivos, como organizaciones, como comunidades.

Se volvió a dialogar sobre la reconstrucción y cumplimien-to de “códigos de barras”, sobre la posibilidad de hablar en bloque frente a la Secretaría de Gobierno y a la Alcaldía Mu-nicipal, sobre la necesidad de establecer unos compromisos básicos que dieran una tregua a la cada vez más creciente can-tidad de enfrentamientos; se resaltó la importancia de volver a recuperar la cultura del fútbol como epicentro de acciones de restitución de derechos; hoy día en Cali resulta una aventura

muchas veces peligrosa usar la camiseta del Deportivo Cali o de América, según relataba uno de los asistentes.

Pero lo más relevante, posiblemente, tiene relación con el reconocimiento férreo de que muchas cosas andan mal, de que el tiempo continua su paso y la situación no mejora y de que esta es una oportunidad clara para, desde el Barrismo Social y con el acompañamiento del Colectivo Barrista Colombiano, volver a hablar de la fi esta, el fútbol y la vida.

Regresamos de Cali con la expectativa del renacer de un proceso sumamente importante para darle un nuevo aire a la dinámica de las barras en la ciudad. Ambos sectores habían establecido compromisos claros y serios: en el inmediato pla-zo comenzarían a construir un documento guía que le per-mitirá a la administración de Cali adelantar el diseño de un protocolo de Seguridad, Comodidad y Convivencia acorde a las realidades de las barras; trabajarían con cada uno de sus líderes de bloque (BRS) y de frente (FRV) en el cumplimien-to de los códigos más básicos a través de acciones específi cas con el acompañamiento del sargento Valencia. Se reunirían pronto y periódicamente con funcionarios de la Dirección de Derechos Humanos de la Personería Municipal para planear estrategias con las cuales se avanzará en la vivencia de dere-chos para todas y todos. El trabajo apenas comienza.

crónicas del encuentro

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AGRADECIMIENTOS

La oportunidad que signi� có y signi� ca nuestra labor mediante la ejecución de este proyecto, genera inmensos sentimientos de gratitud con las organizaciones de barras populares de fútbol de las diferentes latitudes de nuestro país. A ellos y ellas dedicamos esta publicación y los resultados de este trabajo producto de su auténtica participación.

MANCHA AJEDREZADA (Tunja)David Ricardo Ramírez, Ferney López, Sebastián Rojas, Dairón Velás-quez, Carlos Sosa, Daniel Fernando Luna C, Víctor Manuel Chamorro, Martha Cecilia Arévalo, Luisa Fernanda R, Ana Paola Molano, Cristian Rodríguez, Haider Pérez, Jhon Avellaneda, Javier Andrés B, Jaider Pava, Jesús David Hernández, Carlos Alberto Avellaneda, Fabián Gonzales, Julián Castelblanco.

AGUANTE SUR PATRIOTAS (Tunja)Reinaldo Rodríguez, Steven Pérez Romero, Andrés Moreno, Cristian Quito, Luis Carlos Martínez, Jonathan Batiste, William Díaz, Jhon Molina

MILLONARIOS (Tunja)Jimmy Rolando Torres, Alex Mauricio Pedraza R, Marco Esteban Torres, Jhon Camilo G Álvarez, Wilson Ricardo Torres R, Alexander Rojas.

ARTILLERÍA VERDE (Armenia)Jhon Faber, Maryury Vallejo, Sebastián Giraldo, Juan Sebastián Henao, Juan Camilo Suarez, Juan David Rivas E, Juan David Bermúdez, Da-niela Zapata, Brayan Duarte C, Diego Álzate L, Víctor Hugo Romero, Jhon Davier, Felipe Vargas Caicedo, Cristian Campo, Juan David Barco S, José Israel Callejas R, Cristian Camilo Peñaranda, Maira Alejandra Otálvaro, Juan Sebastián R, Andrey Muñoz, Julián Andrés Ijaji, Yerson David Cortez, Richard Acevedo, Johan Alejandro, Laura Alejandra Gómez M, Tamerlan Gañan, Leonardo González, Andrés Téllez, Hell-man David Camargo, David Arenas R., Jorge Iván Yusti, Juan Camilo Méndez, Diana Marcela Rojas, Sebastián Giraldo G.

AGRADECIMIENTOS

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latitudes de nuestro país. A ellos y ellas dedicamos esta publicación y

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AGRADECIMIENTOS

BARÓN ROJO SUR (Cartagena)Pablo Zambrano, Luis Gabriel De Ávila, Pedro Gamarra, Daniel Martí-nez, Jaime Racero, Carlos Garrido.

GARRA SAMARIA (Santa Marta)Jhon Andica, Ademis Mejía, Wilmer Vásquez, Jesús Lara Granados, Saín Barros, Keylor Charris, Lewis Contreras, Alejandro Silgado, Andrés Márquez, Carlos Pamelo, Luis Carlos Valle, Luis Pérez, Tatiana Blanco, Jairo Pineda, Jersson González, Luis Felipe Ramírez, William Ibáñez, Roberto Romero Padilla, Luis Diego.

FRENTE RADICAL (Cali)Héctor Fabio Verdugo, Julián Enrique Varón, Jhan Carlo Morales, Javier García Hoyos, Alan Steven Leiton, Diana Carolina Gutiérrez, Ricardo Hernández Gil.

BARÓN ROJO SUR (Cali)Andrés Felipe Alarcón, Zohrit Alarcón M, Jhon Bermúdez, Luis Za-morano, Luis García, José Edwin Sánchez D, Andrés Mauricio Calvo, Gustavo a Ulloa, Javier Ramos, Jhon Anderson S, Julián Sanclemente, Daniel Barreneche M, Andrés Gil, Fernando Campo, Néstor Raúl, Harrison Romero, Fernando Sánchez, Gustavo Jaramillo Paz, Oscar

BANDA TRICOLOR (Pasto)Julián Piedrahita Montes, Juan Manuel Erazo, Estefanía Piedrahita Cal-derón, Diego Iván Toro, Willis Riascos, Carlos Andrés Flórez, Gabriel Guerrero, Mario Benavides, Esteban Mora, Jesús Ramos, Je� erson Frei-re, Mayran Lona Tobar, Camilo Pastas, Juan Chaverra Apraez, Carolina Leal Quintana, Camilo Álzate, Camilo Esteban Escobar, Oscar Mauri-cio Oviedo, Karol Melo.

REBELIÓN AURIVERDE (Cartagena)Oscar Pineda, Alfonso Amaris P, Alex De La Rosa, Dubian Alandete Díaz, Andrés Pianeta, Deivis Arroyo, Aníbal Saladen, Néstor Boiga, Yesmi Cabarcas C, Luis Fernando, Rafael Cruz Pineda, Félix Castellón Atencio, Jair E Baleta, Álvaro Ángel Carrasquilla, Emel Puerta Silva, Pamela Amor B, Alfonso Correa Llorente, Audri Gordon, Luna C, Liza Torres Vargas, Jorge García Herrera, Justo Serrano, Violeta Rodríguez, Stivensón Saldarriaga, Víctor Romero.

LOS DEL SUR (Cartagena)Rafael León, Esteban Ochoa, Duban Bustamante, Will Vásquez Mejía, Edison Moreno, Cristian Gutiérrez, Heidy Alexandra, Fredy Urango, Jeisson Martínez, Julieth Zabaleta B, Jhon David R, Cesar López, Víctor Aguilar, Ovidio Ochoa, Kevin Ricardo, Cesar Rosado.

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Eduardo Polo, Esteban Sevillana, David Anaya Tobón, Ronald Santiago Paz, Alejandro Saldarriaga, Luis Eduardo Gonzales, J Alejandra Sán-chez, Wilson Benítez, Alexis Barreneche M, Johnny Quiceno Riascos, Yeisón Jaramillo M, Cristian Andrés Caicedo, José I Fierro S., Brayan Prado, José Gabriel Delat, Carlos A Londoño, Luis Carlos Cazallas.

LOS KUERVOS (Barranquilla)Carlos Nieves Q, Mauricio Ortega C, Víctor De Jesús A, Carlos Arrajo M., Juan David Vega, Hiriam Camacho Uruera, Carlos Arturo Porto, Sergio Luis C, Elías Maldonado R., Adolfo Bernal, Cesar González, Eduardo Trujillo, Paulo C Ortega, Oscar Zayas M., Mario A Ortega T, Carlos Pulido.

FRENTE ROJI BLANCO SUR (Barranquilla)Luis Carlos López, Andrey Silva, Gabriel Vallejo, Bladimir Díaz, Angé-lica Novoa, Holman Mejía, David Gutiérrez, Andrés Del Toro, Luis Se-bastián, Cesar Cerpa Castro, Efraín T. Peinado P, José A. Charry, Jaime Ángelo Meléndez, Germán Hoyos A, Yeisón Builes G, Miguel Castillo Acevedo, Gustavo Molina, Luis Rodríguez Flores,

BLOKE CENTRAL (Barranquilla)Oscar Rodríguez Páez, Andrés Cantero G, Jesús M Rada, Rafael J. Saucedo Cardozo, Miguel Ángel, Jeisón Galindo G., Yesid Olas Caguas, Jhon Badel, Leonardo Rafael Pérez, Juan David Rodríguez F, Aldeir

Gutiérrez W, Fausto Orozco, Jean Carlo Orozco, Alfredo Acuña Castro, Juan David R F, Josimar Santiago, Gabriel Barrios .F, Leonardo Javier Caicedo, Eliecer De Alva Ruiz

LA BANDA DEL INDIO (Cúcuta)Danny Alexis Fuentes, Luis E Ospina, Daniel Carcano, Henry Moreno, Andrés Lizarazo, Fernando Andree Botello Ballesteros, Stephany Parra, Juan Carlos Becerra, Jaime Andrés Valenzuela Lizara, Ronald Ricardo Bernal Naranjo, Carlos Eduardo Pineda Quintero, Yesica Contreras, Diego Ardila, Jaime Echeverría A, Kevin Johan Chacón, Edwin Ruiz, Wilder Pereira, Carlos Preciado, Jhon Blanco.

REXIXTENXIA NORTE (Medellín)Julián Chavarría, Robín Ramírez, Jhon Alexander Méndez, Oscar Darin Gaviria, Jonatán García, Juan Pablo Marulanda, Juan Camilo Atehortua, Luis Fernando Tangarife, Julián Muñotones P, Sebastián Ochoa, Juan Fernando Quinceno, Andrés Monsalve, Santiago M, Este-ban Ossa Osorio, Camilo Zapata A, Leonardo Londoño, Juan Camilo Gaviria, Gustavo A Franco O, José David Castrillón, Luis A Escobar, Ronald Andrés Ortiz M.

LOBO SUR (Pereira)Carlos Largo, Julián A López Gómez, Juan Steven Agúdelo H, Mario Cardona Arango, Andrea Valencia, Juvey Vélez Toban, Edwin Ló-

AGRADECIMIENTOS

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pez Zapata, Ferney Castaño, Víctor rojas, Oscar Eduardo Rodríguez Quinto, Carlos A Castaño, Daniel Palacios Murillo, Juan M Londoño, Sebastián Amariles, John William Cardona, Juan David, David Alejan-dro Arango S.

HOLOCAUSTO NORTE (Manizales)Fredy Acevedo, Sebastián Salazar, David Henao, Juan D Bedoya, Sergio Duque, Maicol Correa, Sergio Vargas, Yeison Cadavid, Jhoany Giraldo, Mayerly Espinosa, Santiago Acosta, Alejandro Marulanda, Mauricio Vargas, Paola Rivera, Sebastián Pérez, Ana M Ruiz, Camilo Duque, Sebastián Jaramillo, Luisa F Roncancio, David Zuluaga, José Hurtado, Sebastián Ostios, David Fernando M, Juan Sebastián Bonew, James Va-negas, Jhon A Loaiza, Jhon Vázquez, Alejandro Cardona López, Carlos Mauricio Ríos, Rafael Yepes Álzate, Andrés Felipe V, Sebastián Garzón R, Liliana Jaramillo, Santiago Londoño, Julián Gómez, Jhon E Aguirre O, Santiago Yepes M.

FORTALEZA LEOPARDA SUR (Bucaramanga)Fabián Gutiérrez, Cristian Caro, Anderson Acuña, Martin Sanabria, Andrés Sanabria, Javier Tarazona, Carlos Mantilla, Carlos Rey Díaz, Juan Sebastián, Gustavo Vargas, Freddy Rodríguez, Carlos Cáceres, Sebastián Solano, Diego Valbuena, Ferney Torres, Harold Villamizar, Miguel Rueda, Pedro Ángel Quintero, Harold Alexis Niño.

NACIÓN VERDOLAGA (Bogotá D.C.)Pablo Ibarra, Juan Pablo Rubio, Angélica Jiménez, Germán C. Rosas, Joaquín Martínez, William Indaburo Je� erson Díaz, Johnny Rico, Geovanny Martínez, Alejandra Velásquez, Jann Ramírez, Cristian Her-nández, Luisa Fernanda C. LA ACADEMIA BOSA (Bogotá D.C.)Jhon Camilo Gonzáles, Fernando Gonzáles, Diego Tapia, Edwin An-drés Jiménez, Edisón Jiménez, Jeisón Jiménez, Fabián Sonza, Maicol Martínez, Luis Carlos, Jonathan Yepes, Wilsón Tauta, Willliam Mune-var, Sergio Contreras, Andrés Guzmán. DISTURBIO ROJO (Bogotá D.C.)Diego Hilarión, Daniel Riaño, Anibal Romero, Belsi Vallejo, Diana Gómez, Juan Carlos Arias, Fausto Hernández, Roosvelth Casadiegos, Didier Caberas.

COMANDOS AZULES (Bogotá D.C.)José I., Julián Pinzón, Juan Carreño, Camilo Forero, Edison Linares, Juan Pineda, Juan Pablo Carvajal, Nestor Saavedra, Luis López, Jorge Lizcano, John Solano.

AGRADECIMIENTOS

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